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“Año del Fortalecimiento de la

Soberanía Nacional”

MONOGRAFÍA

AUTOR

FABRICIO RODRIGO, ROMERO CAMACHO

PROFESOR

HARY MARTIN, PIEDRA MENDOZA

CURSO

COMUNICACIÓN

TEMA

VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

2022
INTRODUCCIÓN

la violencia hacia la mujer se ha vuelto una problemática tan latente en el día a


día. Se ha evidenciado que las mujeres son las más propensas a ser víctimas, las
noticias diarias y los medios de comunicación reflejan una realidad que aún sigue
en pie, la tasa de mortalidad por dicha situación ha ido en aumento, siendo este un
mal que aflige a la sociedad

El maltrato físico no es el único que se manifiesta frente a la violencia también


están los factores psicológicos, sexual, económico, etc., lo que gradualmente
termina causando daños irreparables en la confianza y autoestima a la persona
afectada. Estos actos no deberían ser normalizados, pero lamentablemente esto
se desarrolla en una sociedad machista en donde la mujer no puede hacer valer
sus derechos.

El objetivo de esta monografía es dar conocer las circunstancias en las que vive la
mujer ante la violencia y como esta vulnera su estabilidad física, emocional, para
así tomar conciencia de ello y poder tomar las medidas necesarias y no ser parte
de una sociedad basada en estereotipos.
1- Violencia contra la mujer

El artículo 1 de la «Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la


Mujer» de las Naciones Unidas, considera que la violencia contra las mujeres es:
«todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o
pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para
las mujeres, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación
arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública o privada».

La violencia contra las mujeres es una expresión de la relación de desigualdad


entre hombres y mujeres. Es una violencia basada en la afirmación de la
superioridad de un sexo sobre el otro; de los hombres sobre las mujeres. Afecta a
toda la organización de nuestra sociedad y, por tanto, estos actos violentos
debemos analizarlos dentro del contexto social en que vivimos.

En el libro "El Principito" de Antoine de Saint-Exupéry, nos dice que "lo esencial es
invisible a los ojos", así como la visualización de la violencia, especialmente en
aislamiento. Bueno, las víctimas viven con su abusador y es más probable que
simplemente se defiendan o denuncien esta situación. (PUENTES, 2020).
También vemos mujeres víctimas de violencia que no pueden ir a trabajar y
permanecer en el lugar más peligroso de la casa, a menudo cuidando niños
menores de edad, o personas mayores que son igualmente vulnerables, en un
contexto de crisis económica por aislamiento, sufren el doble de acoso no solo por
agresión física y emocional, sino también por motivos económicos

1.1 Tipos de violencia hacia la mujer


1.1.1 Violencia Física
Es un procedimiento que daña la moralidad o la salud del cuerpo. introduce
atropello indolente, despojo de exigencia básicas, aquellas que han provocado o
podrían ocasionar perjuicios materiales, indistintamente del periodo solicitado para
la restauración
1.1.2 Violencia psicológica
a menudo se basa en el deseo de controlar o aislar el comportamiento de una
persona que puede ser embarazoso y psicológicamente dañino. El daño mental es
el efecto o alteración de determinadas funciones o habilidades mentales de una
persona como resultado de una conducta o una fila de disposiciones notables;
estos comportamientos determinan un deterioro eventual o duradero al destino
general.

1.1.3 Violencia sexual


actos sexuales realizados contra alguien sin su aprobación o bajo violencia. Estos
incorporan acciones que no implican inserción o contacto físico. De igual forma, la
exhibición a material obsceno es una violación del derecho del ser humano a
determinar libremente su existencia carnal o reproductiva mediante intimidación,
imposición, empleo de la entereza.

1.1.4 Violencia económica


acciones, omisiones dirigidas a dañar el patrimonio monetario o hereditario de
cualquier persona por pérdida, robo, destrucción, retención o mal uso de
pertenencias, aceptar salarios más bajos por el mismo trabajo en el mismo lugar
de trabajo. (República, 2015)

2- Bases Teóricas y definición de los conceptos


2.1 La violencia contra la mujer en el Perú
La violencia contra la mujer es cualquier acción o conducta que se dirige hacia
ella, basada en su condición de mujer, con el propósito de causarle daño,
sufrimiento físico, sexual, psicológico o la muerte, tanto en el ámbito público como
en el privado. Puede ocurrir en:
• La familia: La violencia que tiene como agresor (a) a uno de sus miembros. En
nuestro país se conoce como violencia familiar y comprende la violencia física y
psicológica, abuso sexual y violación.

• La comunidad: Que tiene como agresor (a) a cualquier persona y sucede en el


trabajo, en instituciones educativas, establecimientos de salud o cualquier otro
lugar. Puede ser hostigamiento sexual, trata y tortura.

• Las esferas del Estado: Violencia cometida, permitida o tolerada por el Estado o
por sus agentes, donde quiera que ocurra. (Ramos, 2019).

2.2 La teoría del aprendizaje social


De este modo, Bandura atribuye el peso no solo a la experiencia directa con
conductas de violencia, sino al modelado de éstas por la observación e
imitación de modelos familiares y del ambiente (Bandura A., 1973). Es decir,
el aprendizaje no se basa sólo en las consecuencias de las conductas que el
propio individuo experimenta, sino también en la observación (el modelado).
Por tanto, considera que el individuo genera pautas nuevas de conducta y,
posteriormente, esta información codificada es empleada como guía para la
acción, evitando así errores innecesarios o cometidos por el propio individuo,
puesto que se aprende a través del comportamiento de otros cómo se deben
hacer las cosas, antes de hacerlas por uno mismo (Bandura A., 1987).

2.3 teoría genética

3- Fases del Ciclo de la violencia


3.1 acumulación de la tención
Acumulación de diferentes incidentes, que van aumentando la hostilidad en la
pareja, La mujer intenta evitar la discusión, minimiza los incidentes conflictivos
entre la pareja, atribuye a factores externos los motivos por los que su pareja está
violenta (estrés laboral, social, etc.) y esto le conduce a la idea de que ella no
puede hacer nada para cambiar la situación. Con el tiempo, la tensión entre la
pareja aumenta y también la frecuencia de los incidentes violentos físicos y
psíquicos. En la mujer de forma progresiva va aumentando la rabia y poco a poco,
disminuye el control sobre sí misma y la situación. Muchas parejas permanecen en
esta primera etapa durante largos períodos de tiempo, pero pese al deseo
individual o compartido de evitar la fase aguda, cualquier circunstancia o evento
externo puede romper el delicado equilibrio.

3.2 Estallido de la violencia

Momento en que finaliza la acumulación de tensiones y el proceso ya no responde


a ningún control. El hombre acepta que su rabia no tiene límite y la mujer también.
Durante esta fase se produce la agresión psíquica y/o física sin límites. La
información que se tiene de esta segunda fase es la proporcionada por las
mujeres, ya que generalmente, aunque esto está cambiando por los programas
que se llevan a cabo actualmente con los agresores, no se cuenta con los
testimonios de los hombres maltratadores. Finalizada esta fase, se produce una
situación de calma, de shock, negación e incredulidad de que el episodio haya
realmente sucedido.

3.3 luna de miel o arrepentimiento


Esta fase se caracteriza por el arrepentimiento y demostración de afecto del
agresor, el cual, manifestando actitud de arrepentimiento, intenta volver a
recuperar la confianza y el amor de su compañera. El fin de la segunda fase y la
entrada en la tercera es algo muy deseado por ambos miembros de la pareja. El
hombre se disculpa por el comportamiento agresivo manifestado, expresando su
arrepentimiento y su deseo de cambiar de actitud, así como la promesa de no
volver a repetirlo en el futuro. La esperanza y el deseo de la mujer de que
realmente sea cierto lo que promete su pareja, hace que perdone lo ocurrido y
prosiga con la relación.

4- Causas de la violencia
4.1 Exposición a la violencia en la familia de origen.
Este factor es identificado en diversas investigaciones, como relacionado con la
existencia de una relación violenta en la vida posterior de la persona, tanto
para hombres como para mujeres (Walker, 1984; Hotaling y Sugarman, 1986;
Schuerger y Reigle, 1988; Echeburúa et al., 1998; Moreno, 1999).

En la literatura revisada, este factor es frecuentemente repetido en diversos


estudios, donde expresan clara evidencia de que tanto el agresor como los
agredidos, suelen presentar historiales de violencia en sus familias o entornos,
afirmando que los niños y niñas maltratados/as, tienen muchas probabilidades de
convertirse en maltratadores adultos o de terminar relacionándose con parejas
violentas (Fox y Gilbert, 1994; Buka et al., 2001; Botsis et al., 1995; Barnow et al.,
2001; Marshall y Rose, 1990). Los expertos de la OMS, también señalan que la
existencia de antecedentes de violencia familiar, en especial si ellos mismos
fueron agredidos cuando eran niños, hace más propensos a los hombres para
abusar de sus mujeres (OMS, 2002).

4.2 La carga genética


Existen estudios que muestran una evidencia clara en cuanto al rol genético en la
criminalidad y en cuanto a las bases fisiológicas para la conducta violenta (DiLalla
y Gottesman, 1991). Estos estudios complementan los hallazgos de Widom
(1989), que, atendiendo sólo a problemas sociales, omitió todas las referencias a
la literatura biológica y genética pertinente. La aportación de estas investigaciones,
introduce en los estudios de criminalidad, la delincuencia y violencia de un punto
de vista genético conductual, concluyendo que hay evidencia clara del papel
genético en la criminalidad y de la base fisiológica para la conducta violenta. La
inclusión de esta evidencia genética y biológica es necesaria para una
comprensión más completa de la transmisión de violencia de una generación a
otra.

4.3 Bajo nivel social / económico:


Diversos estudios indican que a pesar de ser conocida la existencia de maltrato en
todos los niveles socio-económicos, existe una mayor prevalencia en las clases
que se sitúan en los niveles económicos inferiores. Diversas investigaciones,
encuentran correlación entre bajo estrato socio-económico, bajo nivel educacional
y violencia, contemplando estos factores como riesgo hacia la probabilidad de
existencia de violencia (Larrain, 1993). Apoyando esta idea, los resultados del
estudio realizado por Hien (1999), indican una fuerte prevalencia de experiencias
traumáticas y violentas en las vidas de mujeres de bajos ingresos y sectores
minoritarios. La creencia que define la violencia hacia la mujer y el maltrato infantil
como un fenómeno de clase es reconocida actualmente como un hecho discutible.
Pese a ello, la literatura internacional apoya una mayor incidencia de los malos
tratos en las clases desfavorecidas (Wolfe, 1998)

4.4 El abuso de alcohol y/o drogas.


consideran que el alcoholismo, en particular, es el resultado del excesivo uso
de alcohol como medio para afrontar situaciones donde otros mecanismos
de afrontamiento han fracasado o no se han aprendido en primer lugar. La
desinhibición, el embotamiento de emociones y la euforia inicial que se
experimenta cuando se bebe mucho, ofrece un refuerzo directo para el uso
de alcohol y puede posteriormente reforzar para maltratar, como mecanismo
de afrontamiento (Maiden, 1997). En este modelo, el uso de alcohol va de la
mano junto con la escalada de la violencia doméstica.
4.5 Desempleo del agresor:
La relación existente entre el desempleo del agresor y la conducta violenta ha
sido otro de los factores señalados en diversos estudios como factor relacionado
con la violencia familiar, asociándolo en muchas ocasiones a la presencia de otros
factores. El estudio de Cantrell y cols., concluye tras su investigación que en
familias donde el padre estaba desempleado, existía una frecuencia mayor de la
esperada de interacciones familiares de contenido violento. En resultados
adicionales, el autor incluye otros factores asociados tales como generaciones
anteriores de malos tratos y utilización de interacciones sexuales violentas
(Cantrell, Carrico, Franklin y Grubb, 1990).

5- consecuencias
5.1 Estrés postraumático
Se trata de un daño que se presenta en la forma de miedo o terror
incontrolado que se repite cada vez que algo recuerda la experiencia vivida.
Lo más probable es que no sólo desarrollará este trauma la mujer víctima,
sino también los hijos que estén presentes y vean la violencia.
El trastorno de estrés postraumático se caracteriza principalmente por tres
síntomas: la re-experimentación del suceso, el intento de olvidarlo y la
intranquilidad. Como resultado de estos síntomas se manifiestan problemas
sociales y laborales. No se desenvuelve normalmente en la actividad
cotidiana.
5.2 Síndrome de la mujer maltratada
Aparece a raíz de estar expuesta a una relación de maltrato repetido
intermitentemente. La víctima experimenta ansiedad, excesiva vigilancia, re
experimentación del trauma, recuerdos recurrentes e intrusivos, desgaste
emocional. Su autoestima se deteriora tanto que puede dar una respuesta
autodestructiva a la violencia. Una de las estrategias más comunes para
evadirse de estos síntomas es el consumo continuo de sustancias tóxicas
como tranquilizantes, ansiolíticos o alcohol, que frecuentemente se
convierten en adicciones.

5.3 Depresión
La violencia doméstica actúa como inhibidor de las relaciones sociales. Al
aislar a la mujer de otras fuentes de refuerzo emocional positivo y apoyo
social, un resultado muy frecuente es que ésta caiga en una depresión.

Lo que en principio ha sido una influencia negativa de su pareja que la


desprecia, critica y desvaloriza, acaba convirtiéndose con el tiempo en una
desvalorización interior que permite que la relación se mantenga. Cuando la
depresión es profunda se pueden provocar tendencias suicidas que pueden
llevar a la muerte.

6- Perfil psicológico de un maltratador


6.1 Ofrece una buena imagen pública

Los maltratadores suelen estar bien adaptados socialmente y sólo utilizan la


agresividad contra aquellas personas con las que tienen una vinculación muy
fuerte e íntima. Habitualmente, cuando se conoce públicamente un caso de
Violencia se suele escuchar a los vecinos, amigos y personas del entorno
próximo que nunca se lo habrían imaginado. De hecho, en los casos en los
que se descubre que un hombre maltrata a su pareja, normalmente el
entorno se sorprende, ya que con el resto de personas suelen ser
encantadores. El motivo es que, como el objetivo último de la violencia es
dominar, ejercer el control, sólo desarrollan el comportamiento violento
contra la víctima que pueden controlar, cosa que no puede conseguir con
vecinos o compañeros de trabajo, con los que su actitud es socialmente
aceptable y correcta.

6.2 Tiene sentimientos de inferioridad y baja autoestima


Un denominador común en la mayor parte de maltratadores es la presencia
de baja autoestima y de sentimientos de inferioridad con respecto a las
personas que le rodean114. Esos sentimientos generan en el agresor una
profunda frustración. La frustración puede llevar a expresar la ira a través de
la violencia contra aquellos que el agresor considera más débiles, vulnerables
o inferiores

6.3 Necesidad de poder y de autoridad; egocentrismo

Es habitual que el maltratador tenga una elevada necesidad de ejercer poder


y dominio, debido en gran parte a los sentimientos de inferioridad antes
mencionados. Los maltratadores suelen ser personas autoritarias e
intransigentes. Son individuos caracterizados por querer imponer sus
opiniones, normas y costumbres en el ámbito donde puedan ejercer poder.
No

es infrecuente que intenten conseguir esa posición de poder mediante el


miedo. Un aspecto relevante que comparten la mayor parte de
maltratadores es la tendencia a centrarse en sus propias necesidades y
preocupaciones, ignorando las necesidades de los demás, considera que la
víctima es un objeto de su propiedad, que debe permanecer fiel y obedecer
sus deseos.

6.4 Bajo nivel de asertividad; escasa empatía

Otra característica bastante generalizada entre los perpetradores de VG es su


falta de capacidad para responder asertivamente a los problemas cotidianos
en la relación con su pareja. El asertividad es una habilidad social que
consiste en la capacidad para relacionarse y comunicar las ideas y
sentimientos sin la intención de herir ni de perjudicar a los que están a su
alrededor, a la pareja en este caso. El asertividad parte de la autoconfianza
que, habitualmente no es una de las características de los maltratadores
como se ha comentado, suelen tener una baja autoestima. Además, el
asertividad requiere el conocimiento de los propios derechos y el respeto por
los derechos de los demás, y los maltratadores carecen de la capacidad para
respetar los límites que marcan los derechos de sus parejas.

7- Violencia contra la mujer en la familia

8- violencia contra la mujer en la pareja


9- Violencia psicológica contra la mujer

10- Referencias
11- bibliografías

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