Está en la página 1de 1

MEDICINA

Las 7 partes del


pulmón humano (y
sus funciones)
Los pulmones están formados por
distintas estructuras que trabajan
coordinadamente para oxigenar la sangre
y eliminar el dióxido de carbono.

Pol Bertran Prieto


Microbiólogo y divulgador científico

Respiramos 21.000 veces cada día. Esto son


más de 600 millones de inspiraciones y
espiraciones a lo largo de nuestra vida. Y es
que nuestros pulmones son unas
“máquinas” increíblemente eficientes por
los que cada día circulan más de 8.000 litros
de aire. 240 millones de litros en nuestra vida.

Los pulmones están trabajando


constantemente. No pueden detenerse en
ningún momento ya que de ellos depende que
absolutamente todas las células de los órganos
y tejidos de nuestro cuerpo reciban el oxígeno
necesario y podamos eliminar el dióxido de
carbono de la sangre, el residuo que resulta de
la respiración celular y que es tóxico para el
organismo.

Y esta funcionalidad es posible gracias a una


perfecta coordinación entre las estructuras
que conforman los pulmones. Cualquier daño a
estas partes puede afectar a la capacidad para
respirar, una situación potencialmente mortal.
El más claro ejemplo es el tabaco, cuyo
consumo está ligado a todo tipo de
enfermedades respiratorias.

Te recomendamos leer: "Sistemas del


cuerpo humano: ¿cuáles hay y cómo
funcionan?"

En el artículo de hoy haremos un repaso de


las estructuras que constituyen los
pulmones humanos, detallando sus
funciones y su papel en la función respiratoria
global.

¿Cómo funcionan los


pulmones?

Los pulmones son los órganos vitales de


nuestro cuerpo especializados en el
intercambio de gases. Sus estructuras están
constituidas por células diseñadas para
permitir el paso del oxígeno procedente del
aire hasta la sangre y la expulsión del dióxido
de carbono desde la sangre hacia el aire para
su posterior eliminación.

El aire entra en nuestro cuerpo por las


inspiraciones, ya sean por la nariz
(preferiblemente) o por la boca. Este aire pasa,
por orden, por la faringe, laringe y tráquea, la
cual se bifurca para entrar en cada uno de los
dos pulmones, donde se lleva a cabo la función
respiratoria, la cual es un acto automático de
nuestro cuerpo.

Cuando el aire está en los pulmones, las


distintas estructuras que veremos a
continuación trabajan conjuntamente para
garantizar que el intercambio gaseoso se
realice correctamente.

El problema es que estas estructuras son muy


sensibles a las sustancias tóxicas y al ataque
de patógenos, los cuales llegan a través del
aire y pueden colonizar alguna parte de
nuestro sistema respiratorio.

Cuando los pulmones son atacados, ya sea por


una pulmonía o bronquitis; o si se fuma y se ha
desarrollado un cáncer de pulmón, la
funcionalidad de estos órganos vitales puede
verse afectada de forma más o menos grave,
por lo que es de vital importancia mantener
nuestros pulmones lo más saludables posible.

Consejos para mantener los


pulmones saludables

Sin unos pulmones saludables, el organismo no


puede gozar de vitalidad. De hecho, algunos
trastornos pulmonares son potencialmente
mortales, pues pueden llegar a dificultar la
obtención de oxígeno y/o la eliminación del
dióxido de carbono.

El principal consejo es no fumar. El tabaco


mata a la mitad de sus consumidores. Y esto,
en un mundo en el que hay más de 1.000
millones de fumadores, hace que cada año
mueran unas 8 millones de personas causa del
tabaco o del tabaquismo pasivo, es decir, por
convivir con fumadores. El humo del tabaco
contiene más de 7.000 químicos distintos, de
los cuales 250 son nocivos y al menos 69
provocan cáncer.

También es importante evitar la


contaminación en la medida de lo posible.
De todos modos, aunque parezca que en las
grandes ciudades la situación sea alarmante, lo
cierto es que al menos en los países
desarrollados, los niveles de contaminación
atmosférica no llegan a ser peligrosos.

Abrígate bien y no respires por la boca. Es


importante que en los meses fríos, el aire entre
a las vías respiratorias lo más cálido posible,
pues el frío debilita el epitelio de las
estructuras pulmonares y las hace más
susceptibles de sufrir problemas. Cubriendo
con ropa la zona del cuello y respirando por la
nariz haces que el aire se caliente antes de
llegar a los pulmones.

Y por último, realiza actividad física y lleva


una dieta saludable. El deporte fortalece los
pulmones, las estructuras que los conforman
están más sanas y esto hace que la función
pulmonar sea más efectiva. Además, la fruta, la
verdura y el pescado han demostrado tener
muchos beneficios para mantener saludables
las estructuras pulmonares que veremos a
continuación.

¿Cuáles son las partes del


pulmón humano?

Los pulmones son el núcleo del sistema


respiratorio. Ocupan gran parte de la caja
torácica y el izquierdo es ligeramente más
pequeño que el derecho ya que tiene que
compartir espacio con el corazón.

Sea como sea, ambos están formados por las


mismas estructuras que permiten el correcto
intercambio de gases. Veámoslas por orden
que sigue el aire desde que entra hasta
que conecta con la sangre.

1. Tráquea

La tráquea es el conducto respiratorio que


lleva el aire hasta los pulmones. Es un tubo que
empieza en la laringe y que desciende hasta
aproximadamente la altura del corazón, donde
se bifurca y cada prolongación entra en uno de
los dos pulmones.

No forma parte en sí de los pulmones pero es


importante tenerla en cuenta ya que es la que
hace llegar el aire a las estructuras
pulmonares.

2. Bronquios

Los bronquios son las prolongaciones de la


tráquea que ya están dentro de los pulmones.
Se van ramificando como si se tratara de las
ramas de un árbol y hacen llegar el aire al resto
de estructuras de los pulmones.

3. Bronquiolos

Los bronquiolos son las ramificaciones más


finas de los bronquios. Cada vez van
haciéndose más y más estrechos, aunque de
este modo consiguen abarcar toda la
superficie de los pulmones para conseguir que
el intercambio de gases, que ocurre en los
extremos de estos bronquiolos, suceda como
es debido y aprovechando al máximo la
extensión de estos órganos.

En cada pulmón hay cerca de 300.000


bronquiolos y continúan siendo prolongaciones
de la tráquea con la función de hacer llegar el
aire a la última estructura, la que está diseñada
para el intercambio de gases en sí: los
alvéolos.

4. Alvéolos

Los alvéolos pulmonares son unos pequeños


sacos de aire localizados al final de cada uno
de los bronquiolos, en sus extremos. Es en
ellos donde se realiza la función pulmonar en
sí, pues es en estos alvéolos donde se
intercambian los gases.

Los alvéolos tienen una pared formada por


capilares sanguíneos, conectando así con el
sistema circulatorio. Cuando inhalamos aire,
los alvéolos se cargan de oxígeno ya que las
demás estructuras trabajan para que así sea.
Una vez estos pequeños sacos están llenos de
oxígeno, este pasa por simple difusión a la
sangre a través de los capilares.

Los glóbulos rojos, que estaban en la sangre


transportando el dióxido de carbono, al tener
más afinidad por el oxígeno, “sueltan” el
dióxido de carbono. Y como los alvéolos
estaban vacíos, por simple compensación de
presiones, este gas tóxico va a los alvéolos y
posteriormente pasa por el mismo circuito pero
al revés, siendo expulsado a través del proceso
de espiración.

Esta es la manera en la que respiramos. Es en


los alvéolos donde se consigue que el oxígeno
pase a la sangre y que el dióxido de carbono
sea eliminado. Las demás estructuras
pulmonares les hacen llegar el aire y, como
veremos a continuación, los protegen.

Otras estructuras
pulmonares

Hay que tener en cuenta que los pulmones


están formadas por otras estructuras que, si
bien no están diseñadas para cumplir con el
proceso de intercambio de gases, son igual de
importantes para garantizar su funcionalidad. A
continuación las detallamos.

5. Pleura

La pleura es una membrana de tejido


conjuntivo que recubre cada pulmón,
protegiendo las estructuras que hemos visto
anteriormente. Esta pleura está recubierta por
una sustancia mucosa que permite que los
pulmones se mantengan siempre lubricados.

Es la estructura de soporte para los pulmones.


Ayuda a absorber los golpes para que no se
dañen las estructuras internas, evita roces con
la caja torácica y permite que los pulmones se
expandan y se contraigan durante el proceso
respiratorio.

6. Lóbulos pulmonares

Los lóbulos pulmonares son los segmentos en


los que se divide la pleura. Son una especie de
pliegues en esta membrana que resultan
imprescindibles para que el pulmón se
expanda y se contraiga sin forzar demasiado a
los pulmones.

El pulmón derecho está dividido en tres


lóbulos: superior, medio e inferior. El izquierdo
es más pequeño, por lo que solo está dividido
en dos: inferior y superior.

7. Diafragma

El diafragma es una estructura que no forma


parte de los pulmones pero que sí resulta muy
importante para que estos cumplan con su
función. Es un músculo con forma de bóveda
situado por debajo de los pulmones que se
contrae durante la inspiración. De este modo,
ayuda a los pulmones a realizar el movimiento
necesario para llenarse de oxígeno.

Del mismo modo, se relaja durante la


espiración para ayudar a que los pulmones
eliminen el dióxido de carbono. Por lo tanto, es
un músculo vital para que la función pulmonar
se realice correctamente y además da soporte
estructural para que los pulmones se
mantengan en el sitio que deben.

Referencias bibliográficas

Tomashevsky, J.F., Farver, C.F. (2009)


“Anatomy and Histology of the Lung”. Dail
and Hammar’s Pulmonary Pathology.

Less, N., Soni, N. (2014) “Respiratory


Physiology”. Clinical Intensive Care
Medicine.

Wahlstedt, R. (2019) “Anatomy of the


Lung”. Liberty University.

Comparte:

¿Te ha gustado?

Artículos relacionados

Los 12 músculos del cuello: cuántos


hay y qué funciones realizan

Aparato reproductor masculino:


partes, anatomía y funciones

Articulación de la rodilla
(anatomía): tendones, músculos y
ligamentos

Los 15 músculos de la respiración


más importantes

Partes del sistema nervioso (y sus


funciones)

Los 12 mejores jarabes para la tos


(seca y líquida)

También podría gustarte