Está en la página 1de 4
5. Los cuerpos déciles He aqui la figura ideal del soldado tal como se la describia atin a comienzos del siglo xvi. El soldado es en primer lugar alguien a quien se reconoce de lejos. Lleva en sf signos: los signos naturales de su vigor y de su valentfa, las marcas, también, de su altivez; su cuerpo es el blasén de su fuerza y de su dnimo; y si bien es cierto que debe aprender poco a poco el oficio de las armas -esencialmente batiéndose-, habilida- des como la marcha, actitudes como la posicién de la cabeza, dependen en buena parte de una ret6rica corporal del honor: Los signos para reconocer a los mas idéneos en este oficio son los ojos vivos y despiertos, la cabeza erguida, el estémago le- yantado, los hombros anchos, los brazos largos, los dedos fuer- tes, el vientre hundido, los muslos gruesos, las piernas flacas y los pies secos; porque el hombre de tales proporciones no po- dra dejar de ser agil y fuerte. Llegado a piquero, el soldado “deberé, al marchar, tomar la cadencia del paso para tener la mayor gracia y gravedad posibles; porque la pica €s un arma honorable que amerita ser Ilevada con gesto grave y au- daz”.1 Segunda mitad del siglo xvi: el soldado se ha convertido en algo 10, lo vuelve perp’ e ‘el automatismo de los habitos; en 1 L.de Montgommery, La Milice francaise, ed. de 1636, pP-6Y 7 CASTIGAR 158 VIGILAR ¥ ulsado al campesino” y se le ha dado el “aire gay expulss a 1 los reclutas a, se ha suma, S€ xpu dado”.2 Se habittt llevar la cabeza derecha y ae oiies oe a en. corvar la espalda, a adelantar el vientre, ah yin r la espalda; y a fin de que adquieran el habito, se les darg ie ida apoyandolos contra una pared, de manera que ae las pantorrillas, los hombros y la cintura la toquen, asi como el dorso de las manos, volviendo los brazos hacia afuera, sin despegarlos del cuerpo [...] se les ensehara igual. mente a no fijar jamas los ojos en el suelo, sino a mirar Osada. mente a aquellos ante quienes pasan [...] a mantenerse inmé- viles aguardando la voz de mando, sin mover la cabeza, las manos ni los pies [...] finalmente, a marchar con Paso firme, Ja rodilla y el corvej6n tensos, la punta del pie apuntando ha. cia abajo y hacia afuera.3 Ha habido, en el curso de la edad clasica, do un descubrimiento del cuerpo como objeto y blanco de poder, Podrian encontrarse facilmente i sa gran atencion dedicada entonces al cuery al cuerpo que que se educa, que obedece, que res- as fuerzas se multiplican, El gran libro ‘crito simultaneamente sobre dos Tegis- que Descartes habia compuesto las pri- y los filésofos continuaron, y el técnico- por todo un conjunto de reglamentos S, Y Por procedimientos empiricos y re- gir las operaciones del cuerpo. Dos regis Ya que aqui se trataba de sumision y de utilizacion y maquina ha sido ttos: el andtomo-metafisico, del meras paginas y que los médicos Politico, que estuvo constituido militares, escolares, hospitalario: flexivos para controlar o corre; {ros muy distintos, alld de funcionamii 2 Ordenanza det 20 d Sha lel 20 de marzo de 1764, DISCIPLINA 1 59 gocil un cuerpo que Puede ser sometido, que puede ser uti ede Ser trasformado y perfeccionado. Los famosos aide izado, que ‘te, no eran tinicamente una manera de flustrar el o Smatas, por su pat pign tunos muriecos politicos, unos modelos reducidosde eee sesign de Federico II, rey minucioso con las maquinitas, los © Poder ob bien adiestrados y los prolongados ejercicios. 7 ‘Bimi En estos esquemas de docilidad, que tanto interés tenian para om i: su, zqué hay que sea tan nuevo? No es la primera ver, 1 cl siglo. ae 5 _ indudable- mente, que el cuerpo constituye el objeto de intereses tan imperiosos y apremiantes; en toda sociedad, el cuerpo queda atrapado en el interior de poderes muy ceftidos que le imponen coacciones, interdicciones u obligaciones. Sin embargo, hay varias cosas que son nuevas en estas téc- nicas. En primer lugar, la éscala de control: no estamos en el caso de tratar el cuerpo, en masa, en Iineas generales, como si fuera una unidad indisociable, sino de trabajarlo en sus partes, de ejercer sobre él una co- ercién débil, de asegurar presas en nivel mismo de la mecanica: movi- mientos, gestos, actitudes, rapidez; poder infinitesimal sobre el cuerpo activo. A continuacién, el objeto del control: no Tos elementos, 0 ya no jos elementos significantes de la conducia o el lenguaje del cuerpo, sino la economia, la eficacia de los movimientos, su organizacién in- ientos tena; la coaccion sobre las fuerzas mas que sobre los signos; la tinica ce- iemonia que importa realmente es la del ejercicio, Por tiltimo, la moda- lidad: implica una coerci6n ininterrumpida, constante, que vela por los procesos de la actividad mas que por su resultado y codificacién que reticula con la mayor aproximaci6 Goylos movimientos. A estos métodos que permiten el cor Cioso de las operaciones del Je garantizan Ia sujecién cons tante de sus fuerzas yles imponen una relacion de docilidad-uilidad alo que se puede llamar “disciplinas”. Muchos procedimientos ¢s ios existian desde largo Hempo a Tos conventos, en los ee ‘clos, también en Tos talleres. Pero esas disciplin el trascurso de los siglos Xvi y Xvill, formulas generics Distintas de la esclavitud, puesto que no se fundan sobre no 7 a “ apropiacién de los cuerpos, constituye incluso la clean Tec iplina prescindir de esa relacibn costosa y violenta obrente €-uildad, como minimo, igual de grandes. Distinas 0 Servidumbre, que es una relacin de dominacién constan © BY Siva, no analitica, ilimitada, y establecida bajo !@ forma de 160 VIGILAR Y CASTIGAR singular del amo, de su “capricho”, Distintas el vasallae, = €5 una re lacién de sumision extremadamente codifica a, Pero Tejana, y gus ataiie menos a las operaciones del cuerpo que.a los ee del tra. bajo y a las marcas rituales del wvasallajes Distintas taml oa del ascetismo y de las “disciplinas” de tipo monistico, que tienen por funcién garan, tizar renuncias mds que aumentos de tatflidad y que, si bien implican obedecer a otro, tienen por objeto principal un aumento del dominio de uno sobre el propio cuerpo. El momento hist6rico de las disciplinas es el momento en el que nace un arte del cuerpo humano que no” len. este = pa INE tiende tinicamente al aumento de sus habilidades, ni tampoco a hacer mas pesada su sujecién, sino a la formacién de un vinculo que, en e| mismo mecanismo, lo hace tanto mas obediente.cuanto mas ttil, y vice- versa. Se a it lo explora, lo desarticula y lo re- compone. Una “anatomia politica”, que es asimismo una “mecanica del poder”, esta naciendo; define cémo se puede apresar el cuerpo de los demés, no simplemente para que ellos hagan To que se desea, sino para que 2con las técnicas, segiin la rapidez y la efica- ciplina fabrica asf cuerpos sometidos y ej La disciplina aumenia las fuerzas del cuerpo (en términos de utilidad econémica) y disminuye esas mismas fuerzas (en términos de obediencia politica). En una palabra: disocia el poder del cuerpo; por una parte, hace de este “capacidad” que trata de aumentar, y la potencia que de ello podria resul poder una “aptitud”, una y cambia por otra parte la energia, tar, y la convierte en una relacion de into una multiplici- de origen diferente, de loca-

También podría gustarte