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El niño

E n un pequeño pueblo rodeado de bosques sombríos, vivía un niño


llamado Ethan. Desde su nacimiento, Ethan era considerado ex-
traño por todos los lugareños. Tenía una mirada penetrante y una sonrisa
que parecía ocultar secretos oscuros. A medida que crecía, su compor-
tamiento se volvía aún más inquietante.
Ethan solía pasar largas horas solo en el bosque, explorando rincones
ocultos y cavernas misteriosas. Se decía que hablaba con criaturas invisi-
bles y que sus juegos se volvían cada vez más perturbadores. Los niños del
pueblo se mantenían alejados de él, mientras los adultos murmuraban ac-
erca de la maldición que parecía rodear al niño extraño.
Una noche, una tormenta feroz azotó el pueblo. Los truenos es-
tremecían y los relámpagos alumbraban el cielo oscuro. Los lugareños
permanecieron resguardados en sus hogares, temerosos de los peligros
que acechaban en la tormenta. Sin embargo, algunos afirmaban haber
visto a Ethan vagando por las calles, sonriendo mientras la lluvia empapa-
ba su ropa.
Al día siguiente, un niño desapareció misteriosamente. Su nombre
era Daniel, un compañero de escuela de Ethan. Los padres y la comu-
nidad se llenaron de angustia y salieron en su búsqueda. Sin embargo, fue
Ethan quien encontró a Daniel en el bosque, ileso, pero en un estado ex-
traño.
Daniel estaba sentado en el suelo, con los ojos vidriosos y una sonrisa
forzada en su rostro. Cuando los padres de Daniel se acercaron, Ethan se
levantó lentamente y los miró con una expresión indescifrable. El niño
extraño comenzó a murmurar palabras incomprensibles y, en ese mo-

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8 DANIEL VS

mento, los árboles a su alrededor comenzaron a agitarse violentamente,


como si cobraran vida propia.
La comunidad quedó horrorizada al presenciar cómo Ethan ejercía
un extraño poder sobre la naturaleza. Los adultos, llenos de temor y
sospecha, decidieron tomar medidas drásticas para proteger al pueblo.
Ethan fue encerrado en un antiguo y oscuro edificio abandonado, alejado
de la vista de todos.
Los días se convirtieron en semanas y las semanas en meses, pero el
pueblo no volvió a experimentar eventos sobrenaturales. Sin embargo,
aquellos que pasaban cerca del edificio abandonado podían escuchar
susurros en la noche, murmullos que decían que Ethan seguía ejerciendo
su extraño poder en la oscuridad.
Con el tiempo, Ethan se convirtió en una mera leyenda en el pueblo.
Los niños crecieron con el temor de que el niño extraño aún pudiera
acechar en las sombras, esperando el momento adecuado para regresar.
La historia de Ethan sirvió como recordatorio de que, a veces, la inocen-
cia puede ocultar secretos inimaginables y que algunos niños pueden al-
bergar fuerzas que trascienden la comprensión humana.

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