Está en la página 1de 4

FACULTAD DE INGENIERÍA

ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE


INGENIERÍA
CIVIL
SITIO DE LAS ROCAS Y CICLO DE LAS ROCAS

INTEGRANTE

RODRÍGUEZ VEGA, Anderson Eduardo

DOCENTE DE TECNOLOGIA DEL CONCRETO Y DE MATERIALES

Ing. VALLEJOS SAGASTEGUI, Junior

La Libertad

2023-II
Sitio de las rocas
Se denomina roca al conjunto de minerales y fragmentos de otras rocas que se
relacionan entre sí en el espacio y en su génesis, y que forman parte de la litosfera.
Existen distintos tipos de rocas, las que se clasifican en función del fenómeno que las
formó, distinguiéndose tres grandes grupos:

Rocas ígneas o magmáticas: este tipo de rocas se forman al consolidar un


magma. Si la consolidación se produce en zonas profundas de la litosfera, se
denominan rocas plutónicas o intrusivas. Si, por el contrario, cristalizan en la
superficie, se les denomina rocas volcánicas o extrusivas. Si la formación se realiza
cerca de la superficie, rellenando estructuras como diques, lacolitos, filones o
similares, se les denomina rocas filonianas, subvolcánicas o hipos abisales.

Rocas metamórficas: son aquellas rocas que han sufrido un proceso de


metamorfismo, es decir, que han sufrido transformaciones en estado sólido debido a
un cambio en las condiciones de presión, temperatura y a la presencia de fluidos
químicamente activos.

Las clasificaciones de las rocas metamórficas suelen tener en consideración aspectos


como la naturaleza de la roca de origen, la textura y la composición mineralógica.
Desde un punto de vista composicional, existen cuatro series de rocas metamórficas
que dependen de las características de la roca inicial o protolito:

Serie de rocas ultramáficas: el protolito era una roca ígnea ultramáfica.


Serie de rocas máficas: el protolito era una roca ígnea máfica.
Serie de rocas pelítico-grauváquicas: el protolito era una roca sedimentaria rica en
silicio y aluminio.
Serie de rocas calcosilicatadas: el protolito era una roca sedimentaria carbonatada.
Otro criterio para clasificar rocas metamórficas es la presencia de foliación; así existen
rocas no foliadas y rocas foliadas.
Dentro de las rocas foliadas se distinguen:

Pizarras: son rocas que presentan pizarrosidad.


Esquistos: son rocas que presentan esquistosidad.
Gneises: son rocas que presentan bandeado gnéisico.

Rocas sedimentarias: son aquellas que se han formado por acumulación y


diagénesis de materiales que han sufrido transporte y sedimentación en una cuenca
sedimentaria, y donde además pueden intervenir otros factores como la actividad
biológica y la precipitación química.

A la hora de clasificar las rocas sedimentarias se hace una distinción entre rocas
detríticas y rocas no detríticas:
Rocas detríticas: son aquellas rocas formadas por fragmentos. Estos fragmentos
suelen ser minerales y fragmentos de roca que se han visto expuestos a procesos de
meteorización. Según el diámetro que presenten los fragmentos que conforman la
roca, se distinguen:
Grava: los fragmentos presentan un diámetro superior a 2 mm. Al sedimento
cementado se le denomina brecha si los cantos son angulosos, y conglomerado
cuando los fragmentos son redondeados.
Arena: los fragmentos presentan un diámetro comprendido entre 0,063 y 2 mm. Si se
encuentra cementada, se la denomina arenisca.
Limo: los fragmentos presentan un diámetro comprendido entre 0,004 y 0,063 mm. Si
se encuentra cementada, se la denomina limolita.
Arcilla: los fragmentos presentan un diámetro inferior a 0,004 mm. Si se encuentra
cementada, se la denomina arcilita.

CICLO DE LAS ROCAS

Nuestro planeta es un todo complejo que está formado por muchas partes que
interactúan. Las rocas, consideradas a lo largo de espacios temporales muy
prolongados, están en constante formación, cambio y reformación, cumpliendo
un ciclo: el ciclo de las rocas, éste nos ayuda a entender el origen de las
mismas mostrándonos las relaciones de los procesos internos y externos de la
tierra y la forma en que cada uno de los tres grupos básicos de rocas se
relaciona entre sí.

El magma, por ejemplo, que se forma a una gran profundidad por debajo de la
superficie de la Tierra, se enfría y se solidifica (cristalización), ya sea debajo de
la superficie terrestre o en la superficie, originando las rocas ígneas. Cuando
las rocas ígneas afloran en la superficie experimentarán un proceso
sedimentario, dando lugar a una roca sedimentaria; si esta roca sedimentaria,
además, es enterrada a profundidad y es sometida a procesos metamórficos, la
roca reaccionará ante el ambiente cambiante y se convertirá en una
metamórfica. Finalmente, cuando ésta última es expuesta a cambios de presión
adicionales o a temperaturas aún mayores se fundirá, creando un magma que
nuevamente acabará cristalizando en rocas ígneas. Cabe decir que algo común
a todos estos cambios es que requieren de grandes cantidades de tiempo para
realizarse.

Lo expuesto anteriormente es un ciclo básico, pero no es el único posible. Las


rocas ígneas son ejemplo de ello ya que en vez de ser expuestas en la
superficie terrestre pueden permanecer enterradas profundamente, siendo
sometidas a grandes fuerzas de compresión y a temperaturas elevadas
transformándose directamente en rocas metamórficas. Las rocas metamórficas
y sedimentarias, así como los sedimentos, no siempre permanecen enterrados
ya que las capas superiores pueden ser eliminadas, dejándolas expuestas,
cuando esto ocurre, los materiales se intemperizan o erosionan y se convierten
en nueva materia prima para rocas sedimentarias. Así, sucesivamente, las
rocas interactúan entre sí pasando de un tipo a otro según los factores que las
afecten.

También podría gustarte