Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
V/ San José, custodió y protector de los Corazones unidos y traspasados de Jesús y María.
R/Inflama mi corazón para que en él solo reiner, mi Dios, Jesús, como reinó en tu santo corazón.
En vez de gloria:
Hijo, no te extrañes de que te haya llamado y quiera narrarte algunos acontecimientos significativos
de mi vida. No te sorprendas que te haya traído a mi carpintería para entregar en tus manos esta
consagración que será, para ti, fuente inagotable de todas las gracias y un manantial de todos los
bienes.
Espero que tomes conciencia de este tesoro espiritual, que día a día te iré descubriendo, para que
limpies y purifiques tu corazón; porque este hallazgo divino transformará totalmente tu vida. Sé
muy disciplinado y no dejes para última hora cada meditación, solo quiero ser la prueba de que
para ser buenos y auténticos seguidores de Cristo no se necesitan grandes cosas, sino que se
requieren las virtudes cristianas, decisión de dejarlo todo para ganarlo todo, voluntad y firmeza
para alcanzar el cambio, una verdadera conversión en Dios.
Hoy quiero hablarte del voto de perpetuo castidad que hice a Dios, deseaba pertenecerle
totalmente; El era mi único pensamiento. Este era una pequeña ofrenda, un acto de amor; porque
en su divina providencia lo había recibido todo, su misericordia fue derramada sobre mi como
lluvia copiosa. Por este voto perpetuo de castidad, fui puro en pensamientos, palabras y obras;
conservando mi virginidad y pureza, aún dentro del matrimonio.
Aprende a controlar tus pasiones, a dominar tus instintos; la castidad es una gracia sobrenatural, un
don que perfuma todo tu ser, una luz radiante descendida del cielo que te hace semejante a los
santos ángeles; la castidad atrae sobre ti la mirada pura y virginal de mi celestial esposa. Jesús
cuidará de ti, dejará que recuestes tu cabeza en su pecho sagrado, a imitación de su discípulo
amado.
Dios hizo de mi el hombre más puro en virginidad, más profundo en humlidad y más elevado en
contemplación.
Oración Final: ¡Oh celestial José! Por el corazón de Jesús
y el de María, por tu mismo Corazón, te ruego que tomes
un especial cuidado por la santificación de mi alma. Te
pido que Tú mismo seas mi director, mi guía, mi padre y
modelo de vida espiritual, en el camino de la perfección,
para que imitando tus virtudes, obtenga mi felicidad
interna. Amén.