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La ley 688-16 fue creada a través del Ministerio de Industria, Comercio y MIPYMES (MICM),
mismo que tiene como finalidad fomentar y apoyar el desarrollo del emprendimiento a través de
la creación e implementación de políticas públicas que sean efectivas.
Esta ley fue creada como un régimen especial para fomentar la creación y formalización de
empresas. Su objeto principal es crear un marco regulatorio e institucional para fomentar la
cultura emprendedora, así como la promoción de creación y permanencia de nuevos
emprendimientos. Logrando esto último con la incentivación y la eliminación de las trabas que
impidan su desarrollo tanto en el mercado nacional, como internacional.
En cuanto a su ámbito de aplicación, esta ley aplicará a todas las actividades económicas de
lícito comercio que se clasifiquen como micro o pequeñas empresas.
Entre los objetivos que llaman más mi atención sobre la misma se encuentran:
Como ejemplo de esto se encuentra el fondo CONFIE, que es abordado más adelante.
Para política nacional de fomento al emprendimiento e innovación empresarial está ley crea la
red nacional de emprendimiento RD-EMPRENDE, la cual coadyuva al MIC en la actualización,
implementación y promoción de la política nacional de emprendimiento.
La ley establece que las políticas deben contener como mínimo los siguientes componentes:
Aunque todas estas me parecen buenas, no piensan que en su totalidad se estén llevando a cabo.
Aunque bien es cierto que la República Dominicana se encuentra dentro de los países que más
intenciones emprendedoras tiene, no menos cierto es que según la (Monitor Global de
Emprendimiento (GEM)), los empresarios dominicanos pueden tener dificultades en el corto
plazo debido a que, si bien hay una cantidad sustancial de actividad empresarial en etapa
temprana, estos nuevos negocios no están creciendo y contratando a tasas significativas. Esto lo
podemos ver evidenciado en que para el 2021-2022 un 53.9 % de los dominicanos percibían
dificultades para emprender. Es a consecuencia de esto que pienso que, a pesar de la voluntad
del gobierno en mejorar las condiciones para los nuevos negocios, aún el entorno de
emprendimiento se continúa percibiendo con barreras y no como catalizador. En lo personal
considero que esto pone de manifiesto que aún se deben continuar desarrollando las iniciativas
para mejorar el ecosistema emprendedor.
Asimismo, los autores de este estudio establecen que procesos como solicitud de permisos se
vuelven muy complicados para los futuros emprendedores y es que: “La multiplicidad de
instituciones y funcionarios que intervienen en la aprobación de un permiso, así como la falta de
coordinación y comunicación entre estos, son otros factores principales que contribuyen al
retraso en la resolución de permisos y servicios a lo interno de las instituciones públicas. Existe,
además, una falta de estandarización de los procesos y de los criterios de evaluación de las
solicitudes que muchas veces deviene en la aplicación retroactiva de nuevos requisitos o
disipaciones administrativas”. (Instituto OMG, 2020)
Como aporte en este aspecto sugeriría, al igual que los autores del estudio, que se publiquen más
guías sobre los pasos y costos de cada trámite administrativo por parte de las instituciones
estatales. Basicamente, dirigir los esfuerzos hacia la simplificación, lo cual implica el empleo de
un lenguaje sencillo y comprensible; la reducción de la burocracia; la eliminación de los
trámites costosos e injustificados, entre otros. (Instituto OMG, 2020)
En otro sentido, en cuanto a la facilitación del financiamiento para proyectos de emprendedores
compete, nuestra ley establece esto como una prioridad, tanto así que crea el Fondo
Contrapartida Financiera para el Desarrollo del Emprendimiento o Fondo CONFIE, esto es un
instrumento de financiamiento que otorga préstamos por medio de convocatorias en diferentes
sectores productivos del país. Este se aprueba a través de la revisión de un plan de negocio y
consta de un plazo de 48 meses donde los primeros 18 son totalmente libres de pagos, tanto de
intereses como de capital.
Este me parece una iniciativa extraordinaria porque otorga a los a emprendedores el acceso a la
liquidez necesaria para que puedan colocar sus productos o servicios al mercado.
Sobre el Sistema de Seguridad Social se han presentado algunas críticas, como las que hace el
ANJE y el Instituto OMG, que consideran que “Si bien es un sistema que garantiza seguridad
respecto de salud, riesgos laborales y posterior pensión de los trabajadores afiliados, esta
estructura de altos costos, atada a la ausencia de un régimen de consecuencias efectivo para
aquellos empleadores que no cumplen con sus obligaciones respecto a seguridad social, entre
otros, crea un incentivo perverso que ahuyenta a los agentes económicos hacia la informalidad”.
Estos proponen como posible solución la modificación de la Ley del Sistema de Seguridad
Social 87-01. (Instituto OMG, 2020) Finalmente, al momento de realizar la investigación para
este análisis me pareció importante ver las demás leyes de emprendimiento de países
latinoamericanos. La que llamó más mi atención fue la Ley de Emprendimiento de Ecuador ya
que, a pesar de tener un formato muy parecido a la nuestra, cuenta con ciertas iniciativas que, a
mi opinión, podrían aplicarse en un futuro en nuestro país. Como, por ejemplo, la Ley
ecuatoriana crea un Consejo Nacional para el Emprendimiento e Innovación que tiene como
objetivo fomentar y promover el emprendimiento. Este consejo está conformado por las
máximas autoridades del país. Como también crea un Registro Nacional de Emprendimiento.