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San Salvador, 13 de febrero de 2022

COMUNICADO DE PRENSA No. 006

Mons. Cabrejos: “Sinodalidad, el punto en el que converge


misteriosa, pero realmente, la Trinidad en la historia”

Buscar como caminar juntos para anunciar el Evangelio de acuerdo a la


misión confiada y qué pasos se deben dar animados por el Espíritu para
crecer como Iglesia sinodal es lo que guía el proceso sinodal que la
Iglesia está viviendo y que ahora avanza en su fase continental. En
América Latina, los representantes de México y Centroamérica,
reunidos de 13 a 17 de febrero en San Salvador, celebraban la
Eucaristía, movidos por un espíritu de comunión y de escucha, en un
lugar santo, bajo la guía de un hombre de Dios, San Romero, que
aprendió a sentir con la Iglesia.

Dialogar, conservar hilos

Un momento eclesial, como hacía ver Mons. Miguel Cabrejos al inicio


de la celebración, que ante la tumba de San Óscar Romero invitaba a
pedirle la fuerza de la oración para que llegue a toda América Latina y
a la Iglesia universal, y junto con eso pedirle “la gracia de esa capacidad
de diálogo, de conservar hilos o no romper hilos que tanto se necesita
hoy en día en nuestra sociedad”.

El presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño


(Celam), se refería a la situación política social y económica del
continente, que no es fácil, ante lo que insistió en que es el Evangelio el
que nos ilumina. Así fue citando textos del Magisterio de la Iglesia y de
la Palabra de Dios para iluminar la realidad del continente, buscando
que el Dios que está en medio de nosotros esté presente en medio de
América Latina y del mundo, “para que reine la paz, se caigan los odios,
las muertes, las venganzas, las enemistades”.

Que nuestros pueblos tengan vida plena en Jesucristo

En su homilía, Mons. Miguel Cabrejos comenzó preguntándose sobre


los dos desafíos para la región de Centroamérica y México. “Los
desafíos a la luz de Aparecida, de la Asamblea Eclesial, del Magisterio
del Papa Francisco y de los signos de los tiempos que nos llaman, nos
interpelan, nos invocan, nos preguntan”, insistió Mons. Cabrejos. Desde
ahí llamó a preguntarse “cómo podemos renovar una vez más nuestro
compromiso para que nuestros pueblos tengan vida plena en Jesucristo,
caminando eclesial y sinodalmente”.

También hizo ver que la cruda realidad, especialmente de algunos


países, “nos interpela a seguir siendo una Iglesia samaritana,
encarnada en la preferencia por quienes Jesús más ama, una Iglesia
que manifieste firmeza en las huellas de Cristo por la humanidad y que
alimente nuestra esperanza”, enfatizó el presidente del episcopado
peruano. Junto con ello, “una Iglesia evangelizadora y en camino a la
escucha del clamor de los pobres, una Iglesia que concretice nuestra
opción discipular misionera en el momento actual contexto histórico que
nos toca vivir”.

Fortalecer la cultura del diálogo

Mons. Cabrejos hizo ver que “necesitamos igualmente una conversión


a la experiencia sinodal eclesial, porque somos parte del Pueblo de
Dios”. Algo que demanda la necesidad de “fortalecer la cultura del
diálogo tan necesaria, socialmente, políticamente, eclesialmente”, y
junto con ello “de la escucha recíproca, del discernimiento del consenso
y comunión”, insistiendo en no dar las espaldas al pueblo, en
escucharle. Desde ahí resaltó que “la conversión sinodal implica
comprender que la sinodalidad se expresa en la circularidad dinámica
del consenso de los fieles, de la colegialidad episcopal y del Primado
del Obispo de Roma, para lo cual la Iglesia está llamada a activar la
escucha de todos los sujetos eclesiales que en su conjunto forman el
Santo Pueblo de Dios”.

En relación con el Celam, su presidente señaló que en los últimos 4


años ha enfatizado el Magisterio del Papa Francisco, especialmente en
los 4 sueños de Querida Amazonía, esparcidos en el proceso de
renovación y reestructuración del Celam. Desde ahí llamó a profundizar
en la Teología del Pueblo de Dios, “aceptando la unción del Espíritu
Santo en los bautizados que constituye el sentido de la fe de los fieles”,
destacando la importancia del sensus fidei que ayuda a los fieles a
“discernir lo que viene realmente de Dios”.

Comunión trinitaria

“En la sinodalidad podemos localizar el punto en el que converge


misteriosa, pero realmente, la Trinidad en la historia”, destacó Mons.
Cabrejos, que hizo ver que “sinodalidad no define un método más o
menos democrático y mucho menos populista de ser Iglesia.
Sinodalidad es la dimensión dinámica, la dimensión histórica de la
comunión eclesial, fundada por la comunión trinitaria que tiene el sensus
fidei del Pueblo de Dios, la colegialidad apostólica y la unidad con el
sucesor de Pedro”.

Finalmente, el presidente del Celam hizo ver el reto permanente de ser


una Iglesia encarnada y servicial, insistiendo en que “todo lo humano
debe tener resonancia en el corazón de los discípulos de Cristo”,
llamando, al ejemplo del Divino Maestro, a “estar al servicio de la vida”,
lo que implica “denunciar a presencia del mal y anunciar la buena noticia
de la liberación integral”. Desde ahí resaltó que “el camino de la Iglesia
es el ser humano”, algo recogido en Aparecida, donde aparece que “la
opción por los pobres es Cristo céntrica”.

Por eso, la necesidad de “vivir la existencia cristiana de una forma más


humana, como Dios la quiere”. Pues como recordó el presidente del
episcopado peruano, “Cristo es el camino de Dios al hombre y es el
camino del ser humano a Dios”, algo que se concreta en el momento
histórico que nos toca vivir.

Centro para la Comunicación del Celam


Fase continental del Sínodo de la Sinodalidad

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