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Audición y equilibrio

Curiosidades sobre la Audición:


Los fumadores tienen un 70% más de probabilidades de padecer problemas
de audición que los no fumadores o que quienes padecen niveles de
colesterol y triglicéridos altos son más propensos a padecer problemas de
audición.
Las palabras que expresan sentimientos o emociones se recuerdan mejor por
el oído izquierdo; o que los ácidos grasos omega3, antioxidantes como el
ácido fólico y el consumo de vegetales de hojas verdes previenen problemas
auditivos causados por el ruido.
El oído nunca duerme, siempre está en funcionamiento, cuando dormimos el
cerebro inhibe los sonidos de nuestro alrededor para que podamos conciliar
un sueño profundo, solo al producirse un ruido intenso o diferente al que
estamos acostumbrados, es cuando el oído reacciona como mecanismo de
defensa para poder actuar rápidamente.
El centro del equilibrio está en nuestro oído, puesto que, el sistema
vestibular ubicado en el oído interno, es el encargado de coordinar el
equilibrio. Por ello la mayoría de los vértigos tienen su origen en el sistema
auditivo.
Las ondas sonoras, cuando han atravesado todas las partes del oído, se
convierten en impulsos eléctricos gracias a la cóclea y el órgano de Corti.
Algunos especialistas indican que desde nuestro nacimiento el oído derecho
responde mejor a los sonidos del habla, mientras que el izquierdo percibe
mejor los sonidos musicales.
INTRODUCCIÓN
Los oídos del ser humano, además de detectar sonidos, también intervienen
en la conservación del equilibrio corporal. Los receptores para dos
modalidades sensitivas, la audición y el equilibrio, están alojados en el oído.
El oído externo, el oído medio y la cóclea del oído interno se ocupan de la
audición. Los conductos semicirculares, el utrículo y el sáculo del oído interno
intervienen en el equilibrio. Los receptores para la audición y el equilibrio son
las células ciliares, de las cuales seis grupos se hallan en cada oído interno:
uno en cada uno de los tres conductos semicirculares, otro en el utrículo, uno
más en el sáculo y otro en la cóclea. Los receptores presentes en los
conductos semicirculares detectan la aceleración angular; los receptores que
se encuentran en el utrículo perciben la aceleración lineal en la dirección
horizontal y los receptores en el sáculo detectan la aceleración lineal en la
dirección vertical.
ESTRUCTURA Y FUNCIÓN DEL OÍDO
OÍDO EXTERNO Y OÍDO MEDIO: El oído externo hace converger las ondas de
sonido en el meato auditivo externo (Se trata de una membrana que se
encuentra situada al final del conducto auditivo y señala el inicio del oído
medio). En algunos animales, las orejas pueden moverse como antenas de
radar para orientarse hacia el sonido. Desde el meato auditivo externo, las
ondas de sonido pasan hacia dentro hasta la membrana timpánica (tímpano).
Estructuras de los segmentos externos, medio e interno del oído humano. Las
ondas sonoras viajan del oído externo a la membrana del tímpano, a través
del conducto auditivo externo y llega hasta el tímpano. El movimiento de las
ondas sonoras hace que el tímpano vibre y a la vez transmita estas
vibraciones a tres huesecillos diminutos del oído medio.. El oído medio es
una cavidad llena de aire en el hueso temporal y contiene los huesecillos del
oído. El oído interno está compuesto de los laberintos óseo y membranoso.
El oído medio es una cavidad llena de aire en el hueso temporal, la cual se
abre a través del conducto auditivo (trompa de Eustaquio) hacia la
nasofaringe y, a través de ésta, al exterior. La trompa de Eustaquio suele
estar cerrada, pero durante la deglución, la masticación y los bostezos, se
abre para conservar la misma presión de aire en los dos lados de la
membrana timpánica. Los tres huesecillos auditivos, el martillo, el yunque y
el estribo, están localizados en el oído medio. El oído medio es la parte del
oído entre el tímpano y la ventana oval. La función del oído medio es la de
trasmitir los sonidos del oído externo al oído interno. La ventana oval es una
membrana que recubre la entrada a la cóclea en el oído interno. Cuando el
tímpano vibra, las ondas sonoras se desplazan por los huesos del oído medio
y pasan por el martillo y el yunque hacia el estribo y posteriormente hacia la
ventana oval.
OÍDO INTERNO

El oído interno está constituido por la cóclea y los canales semicirculares.


La cóclea es el órgano sensorial principal de la audición. Las vibraciones de un
sonido del oído medio hacen que el líquido del oído interno se mueva. Luego,
el líquido dobla las pequeñas células pilosas (de pelo) en la cóclea. Cuando las
células pilosas se mueven, los impulsos se desplazan por el nervio coclear
hasta el cerebro. Estos impulsos nerviosos se convierten en sonido en el
cerebro.
Los canales semicirculares tienen células especiales que detectan el
movimiento y los cambios de posición. En los canales semicirculares hay unas
pequeñas "piedras" de calcio que ayudan a mantener el equilibrio. Cuando
usted se mueve de cierta manera, como cuando se pone de pie o gira la
cabeza, estas piedras también se mueven. Esto ayuda al cerebro a saber en

qué posición está su cuerpo.


Sistema vestibular
El sistema vestibular se encuentra situado dentro del oído interno y se
encarga de mantener el equilibrio y la postura, coordinar los movimientos del
cuerpo y la cabeza y fijar la mirada en un punto del espacio. Está formado por
3 estructuras:
Utrículo.
Sáculo.
Canales semicirculares.
El utrículo y el sáculo se encargan de detectar las aceleraciones lineales y la
posición de la cabeza, el utrículo en el plano horizontal y el sáculo en el
vertical. Por otra parte, los canales semicirculares detectan las aceleraciones
angulares que se producen en la cabeza.
La información se procesa comparando la señal que se recibe de ambos
oídos, ya que con la presencia de movimiento se va a producir un aumento o
disminución de la señal que estos emiten, es decir, ante un movimiento hacia
la izquierda de la cabeza se produce un aumento de la señal desde el oído
izquierdo y una disminución del derecho.
En la imagen se observa cómo se produce el movimiento del líquido dentro
de los canales semicirculares con los movimientos de la cabeza.
¿Qué pasa cuando hay una alteración del sistema vestibular?
Al producirse un daño, la información que llegaba desde el sistema vestibular
que ahora está dañado se pierde, por lo que la comparación entre ambas
señales se modifica, detectando que se están realizando movimientos de la
cabeza cuando está quieta.

La percepción auditiva
La percepción auditiva es la representación mental del entorno sonoro
inmediato. Se lleva a cabo en el cerebro y de ella deriva la interpretación y la
comprensión de nuestras sensaciones auditivas.
Esquemáticamente, el oído codifica los diferentes sonidos que nos llegan. El
cerebro, por su parte, analiza las señales codificadas para reconstruir
mentalmente la escena auditiva, de acuerdo con la experiencia previa, el
estado emocional y la atención que se preste a esas señales.

LAS SENSACIONES AUDITIVAS


Las características fundamentales de la sensación auditiva son: la sonoridad,
la altura tonal y el timbre.

La sonoridad es la sensación de intensidad: nos permite decir que sonido es


más fuerte o más débil.
La altura tonal (o tono) es la sensación ligada a la frecuencia: nos permite
saber si un sonido es agudo o grave.
El timbre es la característica que nos permite diferenciar dos sonidos que
causen la misma sensación de intensidad y de altura tonal. La voz de cada
persona tiene su propio timbre; lo mismo sucede para cada instrumento
musical (ver la sección de " Música").
AUDICIÓN BINAURAL
Cuando se oye un sonido, cada uno de nuestros dos oídos reciben una
información, así se produce la audición binaural. Como nos sucede para la
imagen en la visión binocular, la utilización de los dos oídos es necesaria para
dotar de algún "relieve" a los sonidos (es la noción de estereofonía).

Elevación de la sonoridad
Cuando el mismo sonido llega a ambos oídos (sonido N º 2), la intensidad
percibida es mayor que si solo hubeise llegado a un oído (sonidos 1 y 3).

Sonido 1
Sonido 2

Sonido 3

EL DESARROLLO DE LA AUDICIÓN HUMANA


El estudio del desarrollo de la audición demuestra que el funcionamiento del
sistema auditivo se puede descomponer en un amplio abanico de funciones y
que cada una de estas funciones puede ser evaluada a partir de diversas
medidas. Ello conlleva a resultados dispares cuando, en cada una de estas
funciones y medidas, pretendemos establecer el momento evolutivo en el
que el niño adquiere una competencia similar al adulto.
La ontogenia puede entenderse como una serie de cambios ordenados y
relativamente permanentes en las estructuras físicas, neurológicas y
psicológicas que suponen modificaciones en el comportamiento, en las
emociones y en las formas de interacción social. En los humanos, las
consecuencias de los cambios de los primeros 20 años regularmente implican
la incorporación de nuevos repertorios de respuesta, los cuales guían hacia
una conducta más organizada, más compleja, más estable, más competente y
más eficiente. Esta evolución se lleva a cabo a través de etapas sucesivas,
cuya aparición significa, por norma general, un perfeccionamiento funcional
de la etapa anterior.
El estudio de la audición se enmarca en el estudio de la percepción, la cual se
puede concebir, en sentido amplio, como la actividad cognitiva inducida por
la presentación física del objeto a través de los sentidos, la audición se activa
por la emisión de sonidos, se realiza a través del sistema auditivo e informa al
sistema cognitivo sobre algunos atributos de las fuentes sonoras
(identificación, posición en el espacio, etc.).

Problemas psicológicos de la pérdida auditiva


Las personas que sufren el deterioro o pérdida de su capacidad auditiva
sienten que una parte fundamental de su actividad comunicativa queda
anulada, dando lugar a un estado de frustración.
El aislamiento producido por la pérdida de la capacidad de escucha puede
derivar en problemas de carácter depresivo y emocional. Es frecuente que se
produzcan crisis de irritabilidad y desconfianza injustificada. La sordera en
este tipo de pacientes puede provocar la exposición al peligro de
alucinaciones auditivas originándose delirios y otros problemas psicológicos
graves.
Según un estudio en Holanda estudio en Holanda se descubrió que existe una
clara relación entre la pérdida de audición y el sentimiento de soledad,
depresión, ansiedad y somatización.
Los jóvenes con pérdida de audición son más propensos a sufrir un deterioro
en su salud psicosocial que los discapacitados auditivos mayores, Se agrupó a
los participantes por edades de 18 a 29 años, de 30 a 39, etc. El test indicaba
que el grupo de los jóvenes experimentaba una clara relación entre el
deterioro auditivo y el aumento de la sensación de soledad. En el grupo de 30
a 39 años, el énfasis recaía en la angustia y la somatización. Entre las
personas de 40 a 49 años se hablaba principalmente de angustia,
autosuficiencia, depresión y ansiedad, y la somatización era la característica
principal entre las personas de 50 a 59 años. Por otro lado, no había ninguna
característica específica en el grupo de edad de 60 a 70 años.
En todos los grupos de edad, cuanto mayor era la pérdida de audición, peor
era el estado de salud general. Por ejemplo, el riesgo de padecer una
depresión grave aumentaba un cinco por ciento por cada decibel de pérdida
auditiva de la persona. Del mismo modo, la probabilidad de somatización y
angustia aumentaba en un dos por ciento por cada decibel de pérdida de
audición. El sentimiento de soledad solía aumentar en un siete por ciento por
cada decibel de pérdida auditiva.

Patologías y trastornos asociados a problemas


en la percepción auditiva
Los trastornos de este tipo vienen dados por daños selectivos en las áreas
cerebrales encargadas de los procesos alterados. La afasia de Wernicke (o
sensorial) hace referencia a la incapacidad de comprender el lenguaje, la
sensación de un paciente con este trastorno sería la de escuchar un idioma
desconocido. En cambio, la agnosia auditiva es la incapacidad de reconocer
un objeto mediante el oído y, tratándose de información verbal, la persona
con agnosia no reconocería el lenguaje como tal. También puede darse una
incapacidad para percibir y apreciar la música, lo que se conoce como amusia
(no pueden reconocer o reproducir tonos o ritmos musicales). En algunos
casos, es posible que se dé un daño aún más específico, perdiendo
únicamente la capacidad para localizar sonidos o para imitarlos.
Además de estos trastornos en los que se da una pérdida de la función,
también puede haber trastornos en los que las personas escuchan sonidos
que no existen. El más conocido de estos, serían los acúfenos o tinnitus, que
consiste en la percepción de un pitido constante. En otros casos, el problema
implican una activación errónea de la actividad cerebral en las cortezas
auditivas, produciendo alucinaciones. Esto se puede dar en trastornos como
la esquizofrenia (donde las alucinaciones pueden ser de carácter
amenazante). Otros casos de alucinación serían las alucinaciones musicales,
por las que se percibe música como si saliera de una radio inexistente y que
no se puede apagar. En el caso de la Paracusia de Willis, las alucinaciones
auditivas se acompañan de una reducción de la audición.
Cuidados para nuestra audición
Cuidado con la televisión y los auriculares
Procura no poner el volumen de la televisión y la música demasiado alto. Por
otro lado, no es recomendable tener funcionando varios aparatos sonoros al
mismo tiempo.
Ten especial cuidado con esto si usas auriculares. En este caso, procura no
subir el volumen por encima del 60%, siempre deberías poder escuchar los
sonidos que se producen alrededor tuyo. Asimismo, lo recomendado es no
usar auriculares por más de una hora al día, así que intenta respetar estos
tiempos en la medida de lo posible.
Si al quitarte los auriculares notas un pitido, esto significará que los has
llevado puestos durante demasiado tiempo. Haz lo posible por no llegar a
este punto por el buen cuidado del oído.

Evita los ruidos fuertes


En la medida de lo posible, evita los ruidos fuertes. Esto quiere decir que te
coloques lo más lejos posible del altavoz en un concierto o en una discoteca y
que intentes mantenerte alejado de las obras, por ejemplo.

Toma precauciones con el agua


Ten en cuenta que la humedad puede provocar algunos problemas como
otitis o infecciones por hongos. Por eso, te recomendamos que te pongas
tapones cuando vayas a nadar a la piscina. En el caso de que no los utilices,
sumérgete lentamente para evitar contraer otitis, un problema que podría
presentarse si el agua se queda almacenad
Nunca hay que introducir elementos extraños
Hay quien se ayuda de algún objeto, como puede ser una horquilla, para
rascarse el oído, pero esto es algo que debes evitar siempre, pues podrías
producir daños en la membrana interior.
Tampoco es buena idea para el cuidado del oído el uso de bastoncillos de
algodón para retirar la cera, ya que solo conseguirás que se vaya más hacia el
interior. En su lugar, es mejor usar agua y jabón.

Limpia tus oídos en su justa medida


La limpieza de la zona tiene que formar parte de tu rutina de aseo y de
cuidado del oído. Sin embargo, como te decíamos, no uses bastoncillos, sino
agua y jabón. Lávalos y sécalos bien, pero recuerda dejar siempre algo de
cera, ya que esta te protege de las infecciones.

QUÉ ES EQUILIBRIO
El equilibrio es la capacidad física que tiene el organismo de mantener a
todas sus estructuras realizando fuerzas que van luchando unas con otras,
para que el cuerpo se mantenga equilibrado y para vencer la gravedad.
¿Cuáles son los tipos de equilibrio?
En anatomía y en las áreas de la salud podemos clasificar el equilibrio de
acuerdo a la posición y al movimiento que realiza la persona durante un
tiempo determinado. Sus tipos son los siguientes:
• Estático, es mayormente conocido como estabilidad debido a que la
persona mantiene su postura en una superficie estable, es decir sin
movimiento.
• Dinámico, es propiamente el equilibrio y se refiere a la capacidad que
tiene la persona para mantener la postura sobre una superficie que se
mueve.
Tanto en el equilibrio dinámico como el estático, el cuerpo debe vencer la
gravedad para mantener la postura.

¿Quién regula el equilibrio?


Además del cerebro que interviene en la coordinación del equilibrio, también
encontramos que el cerebelo a través de su región llamada
vestibulocerebelo, se encarga de mantener y de regular el equilibrio.
Esto sucede gracias al sistema vestibular, que está conformado por el oído y
una parte del cerebro, que se encarga de recibir las señales del medio
externo para enviarla posteriormente a su lugar de coordinación en los
centros superiores.
¿Para qué sirve el equilibrio?
El equilibrio es necesario para el cuerpo humano, debido a que es la manera
que tienen nuestras estructuras de mantenerse activas durante las diferentes
posturas que se realizan día a día. Además, gracias a todos los sistemas que
colaboran para coordinar esta capacidad física, podemos mantener el centro
de gravedad en su posición y así evitamos las caídas constantes.
"Es regulado y coordinado por el cerebelo y el sistema vestibular"
¿Por qué perdemos el equilibrio?
Cuando algunas de las regiones del sistema nervioso central o el oído se
alteran por alguna causa ya sea interna o externa, encontraremos fallas para
mantener el equilibrio del cuerpo, lo cual conlleva a aumentar la base de
sustentación y a utilizar otros tejidos para equilibrar el cuerpo.
Es común observar en las enfermedades del oído, en tumores cerebelosos y
en ACV como la persona comienza a presentar alteraciones en el equilibrio,
con lo cual el paciente tiende a caerse constantemente sin saber la razón.
Pero dependiendo de la enfermedad se encuentran otros síntomas y signos
asociados que hacen sospechar al médico cual es la fuente del problema.
¿Cómo mejorar el equilibrio?
Cuando se presentan alteraciones en el equilibrio además de otras
intervenciones de acuerdo a la patología base, también se deben realizar
ejercicios y actividades destinadas a mejorar esta capacidad afectada.
Entre esos ejercicios podemos destacar las siguientes actividades:
1. Caminar en línea recta, un pie adelante del otro con variaciones en las
manos. Por ejemplo, manos en la cintura, a los lados, al frente o sosteniendo
algún objeto.
2. Fortalecimiento de los músculos posturales y de las extremidades.
3. Caminar mientras se mueven los brazos de manera alterna, realizando
flexión de codo.
4. Trabajar sobre superficies inestables y con cambios de posición
Para mayor información sobre este tipo de ejercicios, es recomendable asistir
con un fisioterapeuta.

Relación oído y equilibrio


Como sabemos, el oído es una maravilla del cuerpo humano; que además de
permitirnos escuchar a los sonidos de nuestro alrededor; es capaz de
informar al cerebro para que mueva los músculos necesarios que permiten
mantener el equilibrio. De ahí la importancia de cuidar nuestros oídos de las
famosas infecciones, ruidos constantes, etc; ya que pueden provocar vértigos
y trastornos del equilibrio.

¿Cual es la parte del oído que controla el equilibrio?


El oído se divide en tres zonas:
La externa que está compuesta por el pabellón de la oreja y el canal auditivo
externo,
La media, que se encarga de conducir las ondas sonoras hacia el interior del
oído.
La interna que contiene los elementos responsables de que exista una
importante relación entre oído y equilibrio.
La zona interna del oído se encuentra dentro del hueso temporal y guarda los
órganos encargados de la audición y del equilibrio.
Los órganos fundamentales para el equilibrio son tres canales semicirculares
conectados entre sí; en los que se almacena la endolinfa, un líquido
gelatinoso.
En su interior, la endolinfa se mueve cada vez que movemos la cabeza,
siguiendo las leyes físicas de cualquier líquido, y provoca el movimiento de
unos pelitos que mandan señales al cerebro. El cerebro interpreta estas
señales y envía órdenes a los músculos para que nuestro cuerpo mantenga el
equilibrio.
Cuando realizamos movimientos circulares, como al girar sobre nosotros
mismos, la endolinfa sigue moviéndose por unos momentos, aunque ya
estemos quietos. El cerebro recibe la información de que los músculos están
quietos, pero el oído indica que seguimos en movimiento, provocando esa
sensación de mareo y pérdida del equilibrio, que se pasa en un momento si
permanecemos erguidos y firmes hasta que la endolinfa se detenga.

Trastornos o afecciones del oído que provocan


falta de equilibrio
VPPB (vértigo posicional paroxístico benigno)
Esta es una de las causas más comunes de vértigo. Y suele aparecer cuando
se mueve la cabeza, al inclinarla hacia abajo o hacia arriba, cuando te
tumbas, te giras o te sientas.
Estos episodios suelen ser leves o más intensos. En el caso de que provoque
caídas, es recomendable que acudas a un especialista para recibir un
tratamiento.
La aparición del VPPB se asocia a golpes en la cabeza, trastornos que dañan
el oído interno o daños ocasionados durante una cirugía de oído.

Fístula perinlinfática
La fístula perilinfática aparece cuando se produce una fuga del líquido del
oído interno al oído medio. Y esto provoca inestabilidad, náuseas y mareo.
Esto puede desencadenarse a raíz de infecciones crónicas del oído, una lesión
en la cabeza, cambios en la presión del aire, incluso algunos nacen con este
trastorno.

Herpes zóster ótico


Cuando un herpes zóster (erupción cutánea que aparece por el virus de la
varicela) afecta a los nervios auditivos, faciales y vestibulares, ocasiona lo que
se conoce como herpes zóster ótico o síndrome de Ramsay Hunt.
Provoca pérdida de audición, vértigo, dolor de oído y sensibilidad facial.

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