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AISLAMIENTO SISMICO.

El aislamiento sísmico es una técnica de diseño sismorresistente que consiste en introducir un


elemento de apoyo de alta flexibilidad o baja resistencia que independiza a la estructura del
movimiento que se propaga por el suelo donde ésta se funda. Los aisladores reducen
notablemente la rigidez del sistema estructural, haciendo que el periodo fundamental de la
estructura aislada sea mucho mayor que el de la misma estructura con base fija. Esta demostrado
por numerosos estudios el excelente comportamiento de protección a eventos sísmicos.

PRINCIPIOS DE LA AISLACIÓN SÍSMICA

Los principios en los cuales se basa el funcionamiento de la aislación sísmica son dos:

1.- Flexibilización del sistema estructural o alargamiento del período

2.- Aumento del amortiguamiento.

Como se muestra en la figura, el hecho de implementar aisladores sísmicos en la base hace


ventajoso el comportamiento de la estructura debido a que evita los efectos más dañinos que se
pueden producir en la estructura a causa de los esfuerzos resultantes de los desplazamientos
relativos entre pisos.

1.- La flexibilización o alargamiento del período fundamental de la estructura se logra a


través de la introducción de un piso blando entre el suelo de fundación y la superestructura.
Intuitivamente se reconoce que la rigidez lateral de este piso blando es mucho menor que la
rigidez lateral de la superestructura, el sistema tenderá a deformarse sólo en la interface de
aislación, trasmitiendo bajos esfuerzos cortantes a la superestructura la que sufre un movimiento
de bloque rígido, por ende sin deformación ni daño durante la respuesta sísmica. Por este motivo,
el aislamiento de base es más recomendable en estructuras rígidas sobre terrenos firmes.

2.- El aumento del amortiguamiento viene dado principalmente por el sistema de aislación
utilizado. Este aumento de amortiguamiento busca reducir la demanda de deformaciones sobre el
sistema de aislación y la superestructura sin producir un aumento sobre las aceleraciones de esta
última.
En Chile se está utilizando la aislación sísmica de base y la disipación de energía, ambas
metodologías a nivel mundial han demostrado su utilidad para disminuir los daños de las
estructuras en los terremotos.

En nuestro país, ya en la década de los ‘90 se constatan las primeras experiencias de uso
de sistemas de protección sísmica para estructuras, y durante los últimos años, los casos en los que
se ha incorporado estas tecnologías, ya sea de aislamiento sísmico o de disipación de energía, se
han multiplicado en forma considerable.

Sistemas de Protección Sísmica

Los sistemas de protección sísmica de estructuras utilizados en la actualidad incluyen


desde diseños relativamente simples hasta avanzados sistemas totalmente automatizados. Los
sistemas de protección sísmica se pueden clasificar en tres categorías: sistemas activos, sistemas
semiactivos y sistemas pasivos.

Sistemas activos: Los sistemas activos de protección sísmica son sistemas complejos que
incluyen sensores de movimiento, sistemas de control y procesamiento de datos, y actuadores
dinámicos.

Estos sistemas monitorean la respuesta sísmica de la estructura en tiempo real, detectando


movimientos y aplicando las fuerzas necesarias para contrarrestar los efectos sísmicos. El actuar de
los sistemas activos se resume de la siguiente forma: las excitaciones externas y la respuesta de la
estructura son medidas mediante sensores, principalmente acelerómetros, instalados en puntos
estratégicos de la estructura. Un algoritmo de control procesa, también en tiempo real, la
información obtenida por los instrumentos, y determina las fuerzas necesarias que deben aplicar
los actuadores para estabilizar la estructura.

Sistemas Híbridos: Los sistemas híbridos emplean una combinación de dispositivos pasivos
y activos con el fin de incrementar la confiabilidad y eficiencia del control estructural.

Algunas de las restricciones que presenta un sistema completamente activo pueden ser
superadas por los sistemas de control híbrido debido a que estos operan múltiples dispositivos de
control, logrando mayores niveles de rendimiento. Las investigaciones en el campo de los sistemas
de control híbrido han sido enfocadas principalmente en dos tipos de sistemas: osciladores
híbridos (HMD) y aislamiento activo. Todos los sistemas híbridos funcionan según la configuración
mostrada en el esquema mostrado.

Sistemas semi-activos: Los sistemas semi-activos de protección sísmica, al igual que los
activos, cuentan con un mecanismo de monitoreo en tiempo real de la respuesta estructural. Sin
embargo, a diferencia de los sistemas activos no aplican fuerzas de control directamente sobre la
estructura.

Los sistemas semi-activos actúan modificando, en tiempo real, las propiedades mecánicas
de los dispositivos de disipación de energía. Ejemplos de estos sistemas son los amortiguadores de
masa semiactivos, los dispositivos de fricción con fricción controlable, y los disipadores con fluidos
electro- o magnetoreológicos.

Sistemas pasivos: Los sistemas pasivos son los dispositivos de protección sísmica más
comúnmente utilizados en la actualidad. A esta categoría corresponden los sistemas de aislación
sísmica de base y los disipadores de energía.

Aislación Sísmica de Base – Está basada en la idea de aislar una estructura del suelo mediante
elementos estructurales que reducen el efecto de los sismos sobre la estructura. Estos elementos
estructurales se denominan aisladores sísmicos y son dispositivos que absorben mediante
deformaciones elevadas la energía que un terremoto transmite a una estructura.

En Chile los más usados son los de goma de alto amortiguamiento y los neoprénicos. Una
aplicación de esta tecnología lo constituye el Edificio Andalucía que fue el primer edificio
habitacional en Chile con aislación sísmica de base.

Disipación de Energía: Los disipadores de energía, a diferencia de los aisladores sísmicos, no evitan
que las fuerzas y movimientos sísmicos se transfieran desde el suelo a la estructura. Está basada en
la idea de colocar en la estructura dispositivos destinados a aumentar la capacidad de perder
energía de una estructura durante un terremoto. Toda estructura disipa o elimina la energía de un
sismo mediante deformaciones.

Mediante estas fuertes deformaciones se incrementa notablemente la capacidad de


disipar energía de la estructura con una reducción de las deformaciones de la estructura.

Estos dispositivos permiten aumentar el nivel de amortiguamiento de la estructura. Un


caso particular de dispositivo de disipación de energía, que ha comenzado recientemente a ser
utilizado en Chile para la protección sísmica de estructuras, corresponde a los amortiguadores de
masa sintonizada. Estos dispositivos, ubicados en puntos estratégicos de las estructuras, permiten
reducir la respuesta estructural. Al igual que los sistemas de aislación sísmica de base, los
dispositivos de disipación de energía, han sido ampliamente utilizados a nivel mundial en el diseño
de estructuras nuevas y en el refuerzo de estructuras existentes.

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