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ISBN: El único derecho es estar : conflictos por el acceso al suelo y

tomas de tierras en Patagonia / Santiago Bachiller ... [et al.]. - 1a ed. - Río
Gallegos: Universidad Nacional de la Patagonia Austral, 2022.

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ISBN 978-987-48866-0-6

1. Desarrollo Urbano. 2. Acceso a la Tierra. 3. Viviendas. I. Bachiller,


Santiago.
CDD 363.50982

© 2022 | UNPAedita |

Primera Edición Digital: Octubre 2022

Diseño, Diagramación y Puesta en Página | Rogelio Corvalan

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regula la obra original.
El único derecho es estar
Conflictos por el acceso al suelo y tomas de tierras en Patagonia

Santiago Bachiller (Director)


Natalia Usach
Letizia Vazquez
Magali Chanampa
María Laura Carrasco
Bianca Freddo
Mariana A. Giaretto
Ailín Hernando
Pablo Marigo
Tomás Guevara
Eugenia Cavanagh
Victor Damián Medina
Universidad Nacional de la Patagonia Austral

Autoridades
Rector | Ing. Hugo Santos Rojas
Vicerrectora | Prof. Rosana Puebla

UNPAedita
Presidente Consejo Editorial | Mg. Mónica Manuelides

Publicación Electrónica

© 2022| UNPAedita |
Primera Edición Digital: Octubre 2022
El único derecho es estar
Conflictos por el acceso al suelo y tomas de tierras en Patagonia

Santiago Bachiller (Director)


Natalia Usach
Letizia Vazquez
Magali Chanampa
María Laura Carrasco
Bianca Freddo
Mariana A. Giaretto
Ailín Hernando
Pablo Marigo
Tomás Guevara
Eugenia Cavanagh
Victor Damián Medina
Índice
# Introducción general de la obra | Santiago Bachiller

Primeras líneas sobre las dificultades de acceso al suelo y la conformación de


asentamientos en Patagonia durante la posconvertibilidad 11
Urbanización popular y asentamientos informales en América Latina 12

El incremento de las dificultades de acceso al suelo durante la posconvertibilidad 16


Algunas líneas sobre la metodología de investigación 19
Organización de la obra 28

1. Caracterización de las ciudades estudiadas

1.1. San Carlos De Bariloche | Pablo Marigo / Tomás Guevara / Eugenia Cavanagh 33
1.2. Cipolletti | Mariana Giaretto / Ailín Hernando 40
1.3. Comodoro Rivadavia | Santiago Bachiller / Natalia Usach / Letizia Vazquez / 50
Magali Chanampa / Carrasco, María Laura / Bianca Freddo

2. Mercado constructor e inmobiliario y dificultades de acceso al


suelo en Patagonia

2.1. Introducción | Santiago Bachiller 59


2.1.1. Procesos de urbanización capitalista, mercado del suelo y teoría de la renta 60
2.1.2. Los precios (expulsivos) del suelo durante la posconvertibilidad 64
2.2. Acceso al suelo y mercado inmobiliario en San Carlos de Bariloche | Pablo 68
Marigo / Eugenia Cavanagh / Tomas Guevara / Damian Medina
2.2.1. Mercado de suelo, paisaje y turismo: El valor de la naturaleza 68
2.2.2. La mirada de los desarrolladores 69
2.2.3. Las áreas de expansión: ¿Que construye y hacia dónde se orienta el mercado inmobiliario? 74
2.2.4. Dinámica inmobiliaria en la ciudad: pos devaluación y después 78
2.2.5. Esfuerzo monetario y acceso al suelo 85
2.3. Condiciones de acceso al suelo, construcción y actividad inmobiliaria en
Cipolletti | Mariana Giaretto / Aillin Hernando 90
2.3.1. Introducción 90
2.3.2. Características del mercado de construcción e inmobiliario 92
2.3.3. ¿Qué y dónde se construye y/o vende en la ciudad? 94
2.3.4. Proceso de formación del precio del suelo y esfuerzo monetario 98
2.3.5. Algunas notas sobre el sistema crediticio 103

6
2.4. Mercado inmobiliario y acceso al suelo en Comodoro Rivadavia | Santiago 106
Bachiller / Natalia Usach / Magali Chanampa / Bianca Freddo
2.4.1. Introducción 106
2.4.2. Condiciones de funcionamiento del mercado inmobiliario en Comodoro Rivadavia 107
2.4.3. Las empresas constructoras y/o inmobiliarias existentes 109
2.4.4. ¿Qué y dónde se construye y/o vende en la ciudad? 111
2.4.5. El proceso de formación del precio del suelo en una sociedad rentista 114
2.4.6. Algunas notas sobre el sistema crediticio 124

3. Políticas públicas y dificultades de acceso al suelo en Patagonia

3.1. Introducción | Pablo Marigo 127


3.1.1. Hacia un abordaje de las políticas urbanas. Precisiones conceptuales 128
3.1.2. Políticas habitacionales en Argentina 130
3.1.3. La cuestión del hábitat en la posconvertibilidad 134
3.2. Acceso al suelo durante la posconvertibilidad: un análisis sobre las políticas
públicas en San Carlos de Bariloche (2003-2015) | Pablo Marigo / Tomás Guevara 139
3.2.1. Introducción 139
3.2.2. Planificación territorial y políticas urbanas 140
3.2.3. El código urbano en la construcción de la ciudad 140
3.2.4. La cuestión del hábitat en agenda: políticas de suelo y planificación urbana 143
3.2.5. Políticas habitacionales 149
3.2.6. Lotes sociales 155
3.2.7. Urbanización y regularización de barrios populares 158
3.2.8. Políticas de acceso al crédito hipotecario. El impacto del Pro.Cre.Ar. 159
3.3. Póliticas públicas y acceso al hábitat en Cipolletti (2003-2015): política urbana
y política represiva en la criminalización de toma de tierras | Mariana Giaretto 161
3.3.1. Introducción 161
3.3.2. Planificación urbana: del Plan Cipolletti cien a la discrepancia entre discurso y prácticas 163
3.3.3. Políticas de producción del suelo: el Distrito Vecinal Noreste y la racionalidad acotada 169
3.3.4. Políticas de mejoramiento habitacional y de viviendas: la tendencia a la heterogeneidad y
fragmentariedad 174
3.3.5. Políticas de créditos hipotecarios para acceso al suelo y la vivienda: el impacto de Pro.Cre.Ar. 179
3.3.6. La criminalización como política estatal ante las tomas de tierras 181
3.3.7. Políticas de erradicación y/o relocalización 183
3.4. Políticas públicas de acceso al suelo y a la vivienda en Comodoro Rivadavia | 185
Santiago Bachiller / Letizia Vásquez / María Laura Carrasco
3.4.1. Introducción 185
3.4.2. Planeamiento Urbano en Comodoro Rivadavia 186
3.4.3. Instrumentos de gestión urbana y ordenamiento territorial: la fragilidad de los Planes
Estratégicos en Comodoro Rivadavia 187

7
3.4.4. Instrumentos de gestión urbana y ordenamiento territorial: acerca de la imposibilidad de
implementar un Código de Desarrollo Urbano en Comodoro Rivadavia 188
3.4.5. El petróleo produce ciudad: normativas sobre hidrocarburos ligadas con el desarrollo urbano 191
3.4.6. Herramientas de gestión del suelo 192
3.4.7. Políticas de tierras fiscales en Comodoro: la de los asentamientos y los ganadores del reparto
(NyC, cooperativas y ciertos sindicatos) 193
3.4.8. Grandes vacíos urbanos: la tierra fiscal disponible en la ciudad 197
3.4.9. Políticas de mejoramiento habitacional en Comodoro Rivadavia 199
3.4.10. Relocalizaciones y erradicaciones: un límite difuso 206
3.4.11. Políticas de producción de vivienda estatal 207
3.4.12. El ínfimo impacto del sistema de créditos hipotecarios en el acceso al suelo y la vivienda 210

4. Dificultades de acceso al suelo en Patagonia y construcción


popular de la ciudad

4.1. Introducción | Mariana Giaretto / Letizia Vazquez 215


4.1.1. Las tomas de tierras en el mapa: conceptualizaciones sobre la informalidad urbana 215
4.1.2. Modos de intervención estatal: de la negación al registro, de la criminalización a la regularización 217
4.1.3. Sociabilidad, organización y lucha: la vida en los espacios surgidos de toma de tierras 219
4.2. De “toma” a Junta Vecinal. El proceso de producción de barrios populares en 221
San Carlos de Bariloche | Pablo Marengo / Tomás Guevara / Eugenia Cavanagh
4.2.1. Introducción 224
4.2.2. Hábitat informal, hábitat popular y otras denominaciones 224
4.2.3. Centralidad turística y acceso al suelo para los sectores populares 225
4.2.4. De “toma” a Junta Vecinal 228
4.2.5. Alun Ruca, un ejemplo de consolidación precaria del hábitat popular 230
4.3. Tomas de tierras en Cipolletti: de la criminalización a la regularización en la 232
experiencia del B° Obrero | Mariana Giaretto
4.3.1. Introducción 237
4.3.2. Acerca del trabajo de campo 237
4.3.3. Impacto del modo de acumulación de capital en las dificultades de acceso al hábitat 238
4.3.4. Tomas sí, tomas no: de la negación a la disputa por los sentidos 241
4.3.5. De la cooperativización a la criminalización de las tomas de tierras 243
4.3.6. Barrio obrero: de la criminalización a la regularización urbana 244
4.3.7. Momentos, formas de sociabilidad y prácticas socio-políticas 245
4.4. Disputas por el uso del suelo en km 8: la explotación petrolera y/o la 255
construcción de un lugar para vivir en Comodoro Rivadavia | Bachiller Santiago / Natalia
Usach / Letizia Vásquez / Magali Chanampa / María Laura Carrasco 258
4.4.1. Introducción 258
4.4.2. Indagando acerca de las tomas de tierras en Comodoro Rivadavia. Petróleo y dificultades de
acceso al suelo 259
4.4.3. Nombrando, construimos la realidad: las disputas sobre la denominación de los espacios

8
surgidos mediante tomas de tierras 261
4.4.4. El mapa pintado de blanco: nomenclatura estatal e “ilegalidad” 264
4.4.5. Los asentamientos en Comodoro Rivadavia: algunas estadísticas 265
4.4.6. Disputando la nomenclatura estatal 268
4.4.7. Proceso de organización barrial en la disputa por el reconocimiento 270
4.4.8. “Zona de riesgo, no urbanizable”: la intervención municipal en km. 8 274
4.4.9. “Zona de riesgo, no urbanizable”: censos, informes y talleres 277
4.4.10 Los imaginarios ambientales como obstáculo para la regularización de los asentamientos
populares 280
4.4.11. La confusión tóxica inhibe los procesos de regularización 282

#Reflexiones finales sobre las dificultades del acceso al suelo en


Patagonia | Santiago Bachiller | Mariana Giaretto | Letizia Vazquez | Magalí Chanampa
Natalia Usach | Maria Laura Carrasco | Bianca Freddo | Pablo Marigo

- Algunas notas sobre historia urbana en Patagonia 289


- La posconvertibilidad, una etapa de crecimiento económico en paralelo a la
mayor expulsión urbana 290
- Precios del mercado del suelo y expulsión urbana en Patagonia 292
- Políticas públicas destinadas a los asentamientos en la Patagonia 294
- Disputando con el Estado: toma de tierras, asentamientos y construcción de
ciudad popular en Patagonia 300
-Toma de tierras en Patagonia: acerca de la necesidad de cuestionar la geografía
teórica de los estudios urbanos 308

Referencias bibliográficas

Referencias bibliográficas 315


Fuentes secundarias 334
Fuentes periodísticas 335

Anexo cartográfico

- San Carlos de Bariloche 339


- Cipolletti 350
- Comodoro Rivadavia 357

Autores y Autoras 369

9
El único derecho es estar
Conflictos por el acceso al suelo y tomas de tierras en Patagonia

#. Introducción
general a la obra
Primeras líneas sobre las dificultades de acceso al suelo y la conformación de
asentamientos en Patagonia durante la posconvertibilidad

*Santiago Bachiller1

Este libro es el resultado de un Proyec- 2008). El propósito de esta obra consiste


to de Investigación Científico y Tecnológico en caracterizar las dificultades de acceso
financiado por la Agencia Nacional de Pro- al suelo que padecen los sectores popu-
moción Científica y Tecnológica2 (PICT), lares en distintas ciudades patagónicas,
focalizado en los procesos de tomas de así como ciertas estrategias informales de
tierras y la conformación de asentamientos acceso al suelo urbano y disputas por el
informales en la Patagonia. Con radicación reconocimiento del “derecho a la ciudad”
en la Universidad Nacional de la Patagonia (Oszlak, 1991, Catenazzi y Reese, 2010).
Austral, el PICT implicó la conformación de Autores claves en la literatura socio-
un espacio en el cual confluyeron equipos lógica sobre las tomas de tierras afirman
de trabajo e investigadores procedentes que existen tres grandes lógicas de coor-
de diversas localidades y universidades dinación social del acceso al suelo urba-
patagónicas (Cipolletti y la Universidad no: si el Estado y el mercado representan
Nacional de Comahue; San Carlos de Ba- las formas convencionales, la denominada
riloche y la Universidad Nacional de Rio “lógica de la necesidad” (Abramo, 2009)
Negro; Comodoro Rivadavia y la Univer- se abre camino como tercera posibilidad.
sidad Nacional de la Patagonia San Juan Esta obra trata justamente sobre una mo-
Bosco). dalidad específica de producción informal
El acceso a la tierra constituye uno de del espacio urbano (o “lógica de la ne-
los principales problemas sociales con- cesidad”): las ocupaciones de tierras. En
temporáneos, afectando con particular vi- concreto, nuestro objetivo general es el de
rulencia a los sectores populares. En nues- analizar cómo se vinculan las dificultades
tro continente, la toma de tierras no ha de acceso al suelo urbano y las tomas
sido una excepción sino una norma, hasta de tierras en Comodoro Rivadavia (pro-
tal punto que las mismas fueron caracte- vincia de Chubut), Cipolletti y Bariloche
rizadas como “la forma latinoamericana (provincia de Río Negro). A su vez, como
de producir espacio urbano” (Fernándes, hipótesis de trabajo afirmamos que, para

1. En este capítulo Natalia Usach colaboró en la elaboración de los gráficos y el análisis del informe Reporte Inmobiliario.
2. PICT Nº 2015-1293, Tipo D, “Procesos de conformación del hábitat popular a partir de las tomas de tierras y la au-
topromoción de la vivienda en Patagonia”, dirigido por el Dr. Santiago Bachiller.

11
comprender las dificultades de acceso al han comenzado a realizar estudios sobre
suelo urbano, es preciso examinar cómo la materia (Giaretto, 2010a, 2018; Bachi-
se combina la acción de tres dimensiones ller, 2018a; Vazquez y Bachiller, 2019; Ka-
sociales: el Estado, el mercado inmobi- minker y Velázquez, 2020; Bachiller et al.,
liario y los protagonistas de las tomas de 2015; Diez Tetamanti, 2013; Guevara, Ma-
tierras. Consecuentemente, la presente rigo y Wallace, 2018; etc.). Por otra parte,
obra se encuentra estructurada en base a la sobrerrepresentación del conurbano
dichas dimensiones. bonaerense en la producción académica
En Patagonia, las dinámicas que difi- sobre la materia, se traduce en un riesgo
cultan el acceso a la tierra se vinculan con de sociocentrismo. Categorías que fue-
procesos históricos de larga data (como ron pensadas para un escenario particu-
la avanzada militar republicana sobre las lar suelen ser tratadas como universales y
“tierras de indios” para garantizar la acu- son traspoladas sin las debidas mediacio-
mulación capitalista), y con dinámicas nes a escenarios muy diferentes (en nues-
más recientes: un modelo de desarrollo tro caso, el patagónico). Una de las metas
vinculado con las industrias turísticas y implícitas de esta obra consiste en discutir
extractivas, la especulación inmobiliaria, si los ejes a partir de los cuales autores
la expulsión de pequeños productores por como Merklen (2010) o Varela y Cravino
deterioro ambiental y de los rindes agro- (2008) caracterizaron al fenómeno de la
pecuarios, etc. Como veremos a lo largo toma de tierras en el conurbano bonaeren-
del libro, las ciudades patagónicas se han se (la planificación y organización del es-
constituido en un centro de atracción de pacio, la desocupación y pobreza material,
miles de migrantes, factor que profundiza la identidad barrial asumida en oposición
los problemas habitacionales crónicos. A a “la villa” y “a los villeros”, etc.) son perti-
ello hay que sumar que las políticas de vi- nentes en el contexto patagónico.
vienda han sido históricamente insuficien-
tes, mientras que los gobiernos locales por Urbanización popular y
lo general no han contado con una política asentamientos informales en
de planificación urbana acorde a las nece- América Latina
sidades de la población.
Por otra parte, es de destacar que la Investigadores como Pírez (2013) o Ja-
mayor parte de la bibliografía académica ramillo (2009) han caracterizado a los pro-
sobre tomas de tierras tuvo a la provincia cesos de urbanización en América Latina
de Buenos Aires como epicentro. En Pata- en función de la inserción tardía y subor-
gonia, la información disponible sobre la dinada de la región en las redes del ca-
materia surge de notas periodísticas, o de pitalismo global (dicha afirmación es aún
estadísticas básicas (que por lo general no más relevante para el caso patagónico,
han sido sistematizadas) generadas por cuya incorporación al territorio nacional
las instancias de gobierno provincial y/o fue más reciente respecto de otras zonas
municipal. La literatura sociológica sobre del país). La inserción tardía y subordina-
el tema es relativamente escasa, aunque da tiene consecuencias en nuestro pre-
recientemente diversos investigadores sente: en primer lugar, un alto porcentaje

12
de la población padece de desempleo resultado de la vulneración del “derecho
estructural y/o se ve forzada a subsistir a la ciudad” (Lefevbre, 2013) que pade-
mediante trabajos precarios y/o informa- cen millones de personas. En una relación
les, factores que contribuyen a mantener tensa con los procesos de urbanización
bajos los salarios de quienes lograron in- organizados con predominio de la lógica
gresar “exitosamente” en el mercado for- capitalista de ganancia y de la lógica polí-
mal de empleo; en segunda instancia, la tica del Estado, la “urbanización popular”
ausencia de correlación entre los indica- engloba una enorme diversidad de moda-
dores de urbanización e industrialización, lidades informales de acceso y construc-
así como la no correspondencia entre el ción del hábitat popular: tomas de edificios
incremento demográfico y el crecimiento y fábricas abandonadas, conformación de
del empleo urbano. En nuestro continente, barrios populares que recibieron distintas
las infraestructuras y los servicios urbanos denominaciones (villas, asentamientos,
operan desde la lógica mercantil clásica etc.), personas en situación de calle, etc.
del capitalismo, mientras que los Estados Según algunos autores, la ciudad “infor-
no han desarrollado suficientes políticas mal” involucra a casi la mitad de la superfi-
redistributivas de desmercantilización de cie y de la población de las metrópolis La-
la vivienda y del suelo; consecuentemen- tinoamericanas (Duhau en Nardin, 2021).
te, una amplia franja de la población no A su vez, la informalidad, ya sea laboral
logra acceder a tales bienes indispensa- o en lo que respecta a la vivienda, debe
bles para la vida, pues carece de recursos interpretarse como una estrategia de auto-
monetarios suficientes (así como del nece- suministro para reducir el peso monetario
sario apoyo estatal). La insolvencia gene- del consumo3.
ralizada nos lleva a afirmar que, en lo que En este estudio, la ciudad informal que
refiere a los procesos de construcción de nos interesa abordar es aquella que surgió
nuestras ciudades, a las relaciones de ex- mediante ocupaciones o tomas de tierras.
plotación clásicas capitalistas (ligadas con En 2014, la ONU calculaba que, en nues-
el eje capital/trabajo) se añaden las diná- tro continente, 113,4 millones de personas
micas de expoliación urbana (Kowarick en habitaban en asentamientos informales,
Nardin, 2021). lo cual corresponde a uno de cada cua-
Entendemos al acceso al suelo urbano tro habitantes de áreas urbanas (Vazquez,
no sólo como la posesión de un terreno, 2020). Siguiendo a Barreto (2018:353),
sino como la solución del problema habi- constatamos que “los asentamientos pre-
tacional, ya que se trata del derecho hu- carios urbanos de América Latina tienen
mano de poder tener un hábitat digno En como rasgo común haber surgido de la
tal sentido, la urbanización popular es el ocupación informal individual o colectiva

3. Como sostiene Nardin (2021) los procesos de urbanización popular tienen una significación desmercantilizadora
de los bienes urbanos, permitiendo su acceso sin la necesidad de contar con los recursos monetarios que exige el
mercado formal. No obstante, al insumir los recursos de las familias necesitadas (principalmente su fuerza de trabajo),
también conllevan la consolidación de las desigualdades.

13
de suelos en muchos casos no aptos para un sitio antes de que estén garantizadas las
urbanizar, la autoconstrucción o autosumi- condiciones de reproducción.
nistro de viviendas precarias de subsisten- La reflexión socioantropológica sobre
cia y haber conformado barrios carentes las tomas de tierras giraron en torno a di-
de servicios básicos y fuera de las normas versos ejes que, por una cuestión de lími-
urbanísticas. Constituyen la principal vía tes propios de esta introducción, y debido
por la que los hogares pobres han resuelto a que buena parte de los mismos serán
de forma inadecuada sus necesidades ha- profundizados en los siguientes capítulos,
bitacionales en las ciudades de la región, dejaremos aquí de lado. Por consiguiente,
ya sea por incapacidad de compra o alqui- a continuación, realizaremos una breve
ler en el mercado de una vivienda adecua- síntesis de algunos debates ligados con
da en la ciudad formal o por no haber re- las tres dimensiones que estructuran esta
cibido ayuda estatal para acceder a ella”. obra (la relación entre el mercado, el Es-
La bibliografía especializada suele di- tado y los residentes en los procesos de
ferenciar los asentamientos que son fruto conformación de asentamientos). Pero an-
de ocupaciones directas de aquellos que tes de iniciar dicho análisis, quisiéramos
surgieron mediante loteos irregulares (mer- formular una advertencia. Con los asenta-
cado informal a veces conocido como “pi- mientos ocurre algo similar a lo planteado
rata”). En todo caso, uno y otro suelen ex- por Bourdieu (1999) respecto de los gue-
pandirse en áreas periféricas que poseen tos: lo que observamos en dichos sitios
tierra disponible a bajos precios (ya sea por tiene su origen en otros lugares. Tomando
la falta de infraestructuras básicas, por su distancia de los enfoques sustancialistas
degradación ambiental, etc.); ambos cons- de los lugares, sostenemos que no hay
tituyen “urbanizaciones precarias”, carentes posibilidad de comprender la realidad de
de infraestructuras y servicios (por lo me- un asentamiento tomando al mismo como
nos en sus orígenes); las dos modalidades, una unidad de sentido aislada del conjun-
a diferencia de la ciudad “formal”, implican to urbano y de los modos en que se pro-
la ocupación de tierra “no urbanizada”. En duce y distribuye riqueza en una sociedad
definitiva, el elemento distintivo de todo concreta. Para corrernos de las miradas
asentamiento es la ocupación de tierras esencialistas adoptamos un enfoque rela-
(más allá de quien la protagonice), lo cual cional de la espacialidad, donde las tomas
confirma el desarrollo de una “urbanización de tierras forman parte de un proceso más
inversa” (Pírez, 2018) como característica amplio que no puede ser escindido de las
de nuestro continente: primero se produce dinámicas urbanas y regionales en su tota-
la vivienda y recién luego, con el paso del lidad. Es por ello que, para comprender las
tiempo y en función de las disputas entre dificultades de acceso al suelo que llevan
los residentes y el Estado, se construyen a que millones de personas tomen la dura
los servicios y la infraestructura que per- decisión de protagonizar una ocupación
miten la vida social aglomerada (Nardin, de tierras, nuestro análisis parte del fun-
2021). El concepto de “urbanización inver- cionamiento del mercado del suelo y de
sa” nos recuerda que, como resultado de las políticas públicas implementadas por
la insolvencia masiva, la población llega a el Estado en sus distintos niveles.

14
La bibliografía sobre la relación entre el Tal carencia de estatus implica una forma
Estado y las tomas de tierras es extensa, específica de acceso a la ciudad marcada
desborda las posibilidades de esta intro- por la falta (o la atenuación) de derechos
ducción. Aquí nos limitamos a recordar de ciudadanía. Al priorizar los criterios jurí-
que las percepciones sobre las tomas (los dicos, el Estado (y los medios de comuni-
procesos) y los asentamientos (los espa- cación) descalifican a los residentes de los
cios resultantes), en gran medida están asentamientos como “intrusos” que trans-
moldeadas por el punto de vista jurídico. greden las leyes y la moralidad; entonces,
El Estado ha sido el principal promotor de surgen categorías peyorativas como las
un enfoque legalista cuya primera defini- de “ocupantes” o “usurpadores”, que de-
ción de los asentamientos es que los mis- jan un estrecho margen de negociación y
mos violan uno de los principios sacraliza- réplica a quienes viven en dichos sitios so-
dos en nuestras sociedades (capitalistas): cialmente desacreditados (Bachiller, Bae-
la propiedad privada4. Para ser más pre- za, Vazquez, Freddo y Usach, 2015a).
cisos, y tal como sostiene Nardin (2021), La literatura sobre políticas públicas y
los asentamientos condensan múltiples asentamientos se focalizó en cuestiones
“es”/”irregularidades” ligadas con cuestio- como los planes de vivienda social, la pla-
nes de tenencia (derechos de ocupación nificación urbana en general y del suelo en
legal, registro de títulos, etc.); cumplimien- particular, los programas de erradicación,
to de normas y regulaciones urbanas (ta- de relocalización o de regularización, etc.
maños de lotes, tolerancia para espacios En Argentina, debido al nivel de crueldad
públicos, disposición de calles, etc.); can- y a los efectos de larga duración sobre el
tidad y calidad de servicios suministrados; territorio, no es casual que buena parte de
tipo de área donde se produce el asenta- los estudios sobre programas de erradi-
miento (con riesgos ecológicos, laderas, cación se hayan centrado en lo ocurrido
zonas industriales abandonadas y/o con- en CABA durante la última dictadura mili-
taminadas, etc.); de hecho, el proceso de tar (Hermitte y Boivin, 1985; Oszlak, 1991;
ocupación en sí mismo suele ser diame- etc.). Por otra parte, la criminalización de
tralmente opuesto al de la urbanización las tomas no se limita a las topadoras
formal, factor que favorece las representa- avanzando sobre las casillas precarias
ciones sociales estigmatizantes tantas ve- mientras la policía reprime, sino también,
ces presentes en las políticas públicas. Es y especialmente, a la judicialización de los
por tales motivos que los asentamientos referentes barriales (Giaretto, 2011). Asi-
fueron definidos como fragmentos de ciu- mismo, las formas expulsivas contempo-
dad sin estatus de ciudad (Cravino, 2009). ráneas no necesariamente se materializan

4. Di Virgilio (2015) coincide con este diagnóstico, señalando que en Argentina se ha tendido a considerar a la informa-
lidad (en muchos casos tomada como sinónimo de ) en cuanto a la tenencia y las normas constructivas como criterios
para determinar la condición de un asentamiento. En tal sentido, la socióloga entiende que la informalidad se origina
cuando la situación de tenencia o urbanística no se ajusta a la normativa que regula las relaciones de acceso y ocupa-
ción de la tierra y de la vivienda. La informalidad remite “al orden jurídico que regula las relaciones sociales y que se
expresa territorialmente en los patrones de localización residencial y en la situación habitacional predominantes entre
diferentes sectores sociales” (Di Virgilio, 2015: 657).

15
en desalojos, sino que se expresan de un Abramo (2009) señala que no es casual
modo más sutil, escudándose detrás de que la literatura latinoamericana sobre
discursos ambientalistas o apelando inclu- asentamientos haya surgido estudiando
so a la “revalorización cultural” de zonas movimientos sociales para recién luego
codiciadas por los intereses inmobiliarios virar hacia el urbanismo. De modo similar,
y especulativos (Carman, 2011). algunas investigaciones se centraron en el
Es mucho lo que se ha escrito sobre concepto de producción social del hábitat:
políticas de regularización; dicho deba- en las mismas, el eje estuvo puesto en los
te tuvo su momento de gloria durante los procesos de autogestión y participación
años 1980 y 1990, en buena medida gra- propios del hábitat popular (Rodríguez, Di
cias al impacto de la obra de Hernando Virgilio, Procupez, Vio, Ostuni, Mendoza y
De Soto, pionero y mentor ideológico de Morales, 2007).
las políticas basadas en la concesión de
títulos de propiedad como solución a los El incremento de las dificultades
problemas habitacionales. Muchas fue- de acceso al suelo durante la
ron las críticas a dichos argumentos: por posconvertibilidad
lo pronto, estas políticas generaron áreas
legalizadas, pero no necesariamente sos- Entre el 2001 y el 2002 Argentina vivió
tenibles, y ello es así pues la integración una de sus peores crisis sociales, econó-
socio-espacial trasciende la entrega de tí- micas, políticas e institucionales. El fin de
tulos de propiedad. En definitiva, se trata la convertibilidad y la devaluación (2001-
de una ideología que no sólo sacraliza la 2002) se tradujo en cifras dramáticas,
propiedad, sino que además da por senta- como la caída del producto bruto interno
do que la integración se reduce a lo eco- (en adelante PIB) en un 16 %, el incremen-
nómico (Fernández Wagner, 2008; Davis, to de la desocupación a un 21 %, o la dis-
2008). minución del salario real en un 24 % (Ba-
Sobre conformación de asentamien- chiller, 2015). Con la asunción presidencial
tos y “la lógica de la necesidad” (Abra- de Néstor Kirchner (2003-2007), comenzó
mo, 2009), las investigaciones prestaron un ciclo de recuperación de la macroeco-
especial atención a la organización de la nomía que aquí sintetizamos como pe-
población y la planificación del espacio ríodo de posconvertibilidad, que también
(Merklen, 2010; Cravino, 2009; Izaguirre incluyó los dos gobiernos de Cristina Fer-
y Aristizábal, 1988; etc.). Asistimos a pro- nández de Kirchner (2007 al 2011, y 2011
cesos donde la autoconstrucción y/o la al 2015). Favorecido por el aumento de los
autoayuda de las viviendas se basan en commodities, entre 2003 y 2007 Argentina
diversas formas de solidaridad barrial; ostentó mejoras notables, logrando el su-
donde la amenaza del desalojo solo pue- perávit fiscal, reduciendo la pobreza de un
de ser exorcizada colectivamente; en los 57 % a un 34 %, disfrutando de aumento
cuales, a diferencia de las urbanizaciones anuales del PBI próximos al 9 %, o redu-
formales, la integración urbana sólo se ciendo la desocupación a un 8 %. No obs-
consigue negociando y peleando conjun- tante, dicho período de bonanza comen-
tamente contra el Estado. Con sagacidad, zó a mostrar signos de agotamiento con

16
la crisis global del 2008; ya en el 2013 los te, la tendencia recentralizadora no negó
indicadores macroeconómicos eran clara- la importancia de los gobiernos locales
mente preocupantes. Asimismo, se discu- que, en cuestiones como la gestión del
tió si, incluso en la etapa de apogeo de la suelo, ocuparon un papel relevante en la
posconvertibilidad, las desigualdades se implementación de los programas habita-
revirtieron o se profundizaron. Siguiendo cionales (Cravino, Del Río; Graham y Vare-
a Svampa, citada por Bachiller (2015: 48) la, 2012). A su vez, el “Programa Federal
“si en los noventa el 10 % más rico gana- de Construcción de Viviendas” (PFCV) fue,
ba 20 veces más que el 10 % más pobre, sin duda alguna, la estrella del flamante
en 2007 ese 10 % de privilegiados pasó a Ministerio. Bajo su órbita, se ejecutaron
ganar 27 veces más”, lo que pone de ma- 1.246.429 soluciones habitacionales, cifra
nifiesto que la brecha se habría ampliado inédita en la historia del país5. Además, el
en un 35 % agudizándose la concentración PFCV tuvo el mérito de apuntar al déficit
de riqueza. habitacional cualitativo, un factor históri-
El kirchnerismo fue caracterizado como camente descuidado en Argentina, ya que
un intento de salida neokeynesiana de la el 49 % de las obras apuntaron al mejora-
crisis estructural en que estaba sumido miento habitacional (Nardin, 2021).
el país. Entonces, la política de construc- Más allá del giro productivista o tra-
ción de viviendas se instaló como un tema bajo céntrico, y del proceso de recentra-
clave en la agenda nacional; ahora bien, lización, otra particularidad consistió en la
antes que ser definida en función de crite- incorporaron de organizaciones sociales
rios urbanos más amplios, la construcción en la ejecución de los programas de vi-
masiva de vivienda fue contemplada como vienda a través del empleo cooperativo y
un mecanismo que permitiría dinamizar la de mecanismos participativos (tema rele-
producción y el empleo. Así, la posconver- vante para el caso patagónico, por lo cual
tibilidad implicó el regreso al paradigma será retomado posteriormente). En este
estatal de provisión de viviendas “llave en punto, algunos investigadores plantearon
mano” (Cravino, Del Río, Graham y Varela, ciertos elementos de continuidad respecto
2012). También se experimentó un proceso del modelo de gestión dominante de los
de reorganización institucional recentrali- 1990, basados en la “inclusión” de organi-
zador, ligado con la creación del “Ministerio zaciones sociales, sindicatos y demás ac-
de Planificación Federal, Inversión Pública tores en la gestión de los planes sociales
y Servicios”, bajo el cual se agruparon los (Rodríguez, 2012). Recordemos que, con
distintos programas habitacionales. El Es- la crisis del 2001 y 2002, dichas asocia-
tado recuperó sus responsabilidades en ciones se convirtieron en actores centrales
cuanto a políticas habitacionales, revirtien- en la asistencia social cotidiana. En este
do la lógica descentralizadora de la déca- punto, las críticas apuntaron a la falta de
da previa (Rodríguez, 2010); por otra par- articulación entre el PFCV y las organi-

5. A modo de ejemplo: en el conurbano bonaerense, el volumen de las intervenciones desarrolladas entre 2004-2007
igualó las intervenciones habitacionales realizadas en veintisiete años (1976-2003) (Del Río, 2009).

17
zaciones sociales, falta de capacitación socio territorial de las ciudades. Siguiendo
técnica que debieron afrontar las organi- a Reese (2006) destacamos las siguien-
zaciones, la ausencia de mecanismos de tes dinámicas: a) la modificación de las
financiamiento en la provisión del suelo, la variables macroeconómicas permitió el
posible cooptación de las organizaciones resurgimiento de un amplio conjunto de
sociales, etc. (Nardin, 2021). sectores productivos, donde las grandes
Es paradójico que, pese a la reducción empresas constructoras obtuvieron tasas
de los niveles de pobreza y desempleo, extraordinarias de ganancia; b) la trans-
pese a que el Estado reasumió un papel ferencia de jugosas rentas a los propie-
activo (especialmente en materia de inver- tarios particulares del suelo produciendo,
sión de la obra pública), y pese al esfuer- adicionalmente, un alza significativa de los
zo estatal referido con la construcción de precios; c) se consolidó una cultura ren-
viviendas y el mejoramiento habitacional, tista ligada con la inestabilidad estructural
durante el período estudiado la mayor par- de la economía nacional; la especulación
te de la población experimentó el incre- rentista y la apropiación privada de las
mento de las dificultades en el acceso a plusvalías que se generan socialmente
un hogar propio en la ciudad. Coincidimos no fueron cuestionadas, sino aceptadas
con Reese (2006) en cuanto a que las po- como fuente legítima de ganancia; d) las
líticas públicas desplegadas no modifica- políticas públicas contribuyeron a la valori-
ron un déficit estructural: la desigualdad zación diferencial del suelo a través de las
en la distribución consolidó el modelo de normativas de usos del suelo, de las obras
segregación social y espacial. Pese a su públicas, de proyectos mediante acciones
reconocimiento constitucional, y a diferen- de modificación de la distribución espa-
cia de otros derechos (como la salud o la cial de accesibilidad, generando mayores
educación), la política de vivienda nunca desigualdades socioespaciales. A estos
fue universal en nuestro país; esta lógica factores habría que sumar el déficit históri-
lejos estuvo de revertirse durante la etapa co habitacional que ya en aquel entonces
de posconvertibilidad. En buena medida, padecía el país, la inaccesibilidad al sis-
ello fue así porque el kirchnerismo no al- tema de crédito hipotecario para la mayor
teró las reglas del mercado del suelo, sino parte de la población, o la presión por la
que asumió una política desarrollista en venta de los escasos terrenos disponibles
materia de vivienda y otra neoliberal res- ejercida por las empresas constructoras/
pecto del suelo. En definitiva, el incremen- inmobiliarias.
to de las dificultades de acceso al suelo, Consecuentemente, los problemas pre-
incluso en un período de bonanza econó- existente se intensificaron, así como emer-
mica, guardó relación con el divorcio entre gieron nuevas dificultades ligadas con el
la política de vivienda y la política de suelo acceso al suelo urbano para los sectores
(Reese, 2006; Bachiller, 2015). populares, entre los cuales se destaca:
La ausencia de una regulación estatal una alta tasa de movilidad de los terrenos;
progresista del suelo posibilitó la expan- procesos de renovación urbana; la subdi-
sión de intereses especulativos que tuvie- visión de los terrenos de por sí reducidos
ron un enorme impacto en la configuración en búsqueda de una ganancia monetaria

18
gracias al alquiler de piezas (con el consi- sición de la década del 1990 a la del 2000
guiente conflicto entre propietarios e inqui- como el pasaje del “Consenso de Washin-
linos); el hacinamiento; la verticalización, gton” al “Consenso de los Commodities”;
densificación e inquilinización en ciertas según dicha fórmula, la posconvertibilidad
villas y asentamientos del país; la expul- significó asumir un estilo neodesarrollista
sión a sitios cada vez más alejados de los extractivo (en líneas generales, esta afir-
centros urbanos; un nuevo boom de urba- mación es extensible a Latinoamérica), ba-
nizaciones cerradas y otras formas de ocu- sado en la sobreexplotación irresponsable
pación del suelo urbano periférico por par- de los recursos no renovables, aceptando
te de las élites que disminuyó el espacio como destino el orden geopolítico mundial
disponible para las clases populares; etc. que nos reserva un lugar de simple expor-
(Rodríguez, 2010; Di Virgilio y Rodríguez, tador de naturaleza. El “Consenso de los
2013). En cuanto al tema que nos convo- Commodities” tuvo como contrapartida la
ca, y a tono con lo planteado, durante la intensificación de las disputas por la tierra
etapa de posconvertibilidad las tomas de y la vivienda, la defensa de los territorios
tierras por parte de los sectores populares de los pueblos indígenas ante el avance
se incrementaron (Cravino, 2009). Además de los agronegocios, o la proliferación de
de todos los factores mencionados pre- asambleas contra la megaminería en dis-
viamente, es posible que en ciertos casos tintos puntos del país.
las ocupaciones también hayan estado li-
gadas con una coyuntura política sensible Algunas líneas sobre la metodología
a los reclamos de los sectores populares, de investigación
más permisiva frente a las tomas; aunque
lo cierto es que esta hipótesis debería ser La estrategia metodológica adoptada
verificada en el terreno según cada caso ha sido de corte cualitativo, y se basó en
específico6. distintos tipos de entrevistas en función
Los diversos apartados que componen de las unidades de análisis a relevar, así
este libro pretenden desentrañar cómo el como en técnicas de investigación etno-
escenario de posconvertibilidad nacional gráficas como la observación participan-
recién esbozado se materializó en la re- te. Adoptando un enfoque comparativo,
gión patagónica, condicionando las posi- las unidades de análisis a examinar se
bilidades de acceso al suelo urbano. Antes construyen a partir de un recorte espacial
de pasar a los capítulos dedicados a tal (tres localidades de la región patagónica),
análisis, quisiéramos remarcar un aspecto temporal (2003-2015, etapa que caracte-
de la época que aún no ha sido menciona- rizamos como “posconvertibilidad” y que
do, y que resulta clave para el caso pata- coincide con las gobernaciones naciona-
gónico. Svampa (2011) caracteriza la tran- les kirchneristas), y un problema específi-

6. Según Svampa (2011), durante la etapa de posconvertbilidad el poder ejecutivo nacional no asumió una política
represiva; pero dicha afirmación no incluye a ciertos gobiernos provinciales que, en más de una ocasión, formaron
parte del espacio político kirchnerista.

19
co de investigación (las tomas de tierras priorizamos en nuestro examen sobre las
y la conformación de asentamientos como dificultades de acceso al suelo urbano y
expresión de las dificultades de acceso al las tomas de tierras: el Estado, el merca-
suelo). Ahora bien, no siempre fue senci- do inmobiliario y los protagonistas de las
llo respetar los límites temporales que nos tomas.
habíamos trazado. No siempre encontra- La comparación es un recurso clave
mos disponible información sobre cues- para establecer los contextos significati-
tiones específicas como los precios del vos para el análisis (Balbi, 2017). La no-
suelo, el relevamiento de los asentamien- ción de contexto nos forzó a preguntarnos
tos existentes en cada ciudad, la cantidad cómo los procesos de tomas de tierras se
de viviendas construidas o la magnitud de encuentran condicionados por las dificul-
los lotes entregados por cada municipali- tades de acceso al suelo urbano; en tal
dad, etc. En tal sentido, cuando la única sentido, reiteramos la necesidad de pro-
fuente de información obtenida sobre uno fundizar en el funcionamiento del mercado
de tales temas excede el recorte tempo- del suelo y/o de las políticas estatales en
ral, nos vimos forzados a incluir la misma una determinada época y espacio. Por un
dentro del texto. Es lo que nos ocurrió, por lado, el ejercicio de contextualización pre-
ejemplo, cuando decidimos incorporar da- sente en un enfoque comparativo implica
tos del relevamiento sobre asentamientos asumir cierta vigilancia epistemológica en
populares llevado a cabo por el RENABAP lo que refiere a las escalas; en nuestro es-
entre 2016 y 2017. tudio, las mismas conllevan la complejidad
En “Economía de la edad de piedra”, de analizar la combinación de procesos
Marshall Sahlins (1987:90) se pregunta globales, nacionales, provinciales, muni-
“¿cómo puedes comprender una socie- cipales e incluso locales (asumiendo al
dad a la que primero no has comparado?”. barrio como unidad de sentido relevante)
Aceptando la sugerencia planteada por (Balbi, Gaztañaga y Ferrero, 2017). Sin ir
este antropólogo, nuestra investigación más lejos, el análisis del plano global nos
adoptó un enfoque comparativo, el cual permitió comprender que las tomas de tie-
supuso el análisis sistemático de un pe- rras en las tres ciudades estuvieron estre-
queño número de casos (Collier, 1992). El chamente ligadas con un contexto interna-
método comparativo representa un proce- cional marcado por el notable incremento
so de búsqueda sistemática de semejan- del precio de las materias primas (cuestión
zas y diferencias, cotejando los distintos a no infravalorar cuando se examinan las
tipos de realidades sociales presentes. La tomas de tierras en ciudades petroleras).
comparación es un elemento fundamental Por el otro, la actitud comparativa introduce
de todo análisis, agudiza nuestro poder “el tiempo sin ser histórico, sin detenerse
de descripción, y juega un papel significa- únicamente en el pasado sino también en
tivo en la formación de conceptos, enfo- el presente y el futuro (su proyección ha-
cando similitudes sugestivas y contrastes cia el futuro) a fin de documentar y explicar
entre casos. En tal sentido, las unidades el cambio social” (Rosato y Boivin, 2017).
de análisis a comparar en las diversas ciu- Es decir, la diacronía guarda relación con
dades se asocian con las tres fuerzas que el inicio y la finalización del proyecto, sino

20
con un proceso de investigación que fluye la cual, por haber sido mayormente pro-
de acuerdo a los diferentes espacios en ducida en el ámbito del conurbano bonae-
los cuales nos hemos involucrado como rense, no siempre es aplicable al ámbito
investigadores. patagónico.
Por lo expuesto en el párrafo anterior, En cuanto al mercado del suelo como
la investigación adopta un enfoque etno- fuerza clave en la configuración urbana (e
gráfico multisituado (Marcus, 1995), pues ineludible en la comprensión de las difi-
el radio de interés sobrepasa un único es- cultades de acceso al suelo), el abordaje
pacio social, y se extiende a los diferen- metodológico que desarrollamos es prin-
tes espacios físicos o sociales claves para cipalmente cualitativo. Mediante la reali-
entender cómo opera el fenómeno de la zación de entrevistas semiestructuradas a
toma de tierras en la Patagonia. Asimismo, actores claves que operan en el mercado
“dichos eventos se suceden en el tiempo, constructor e inmobiliario, se ha recolec-
en una diacronía que no es “histórica” aun tado información primaria que posterior-
cuando tenga un día y hora, sino proce- mente fue combinada con otros datos de
sual, porque proviene de la comparación origen secundario. Se llevaron a cabo en-
de eventos” (Rosato y Boivin, 2017). Es tal trevistas a empresarios de la construcción
comparación la que nos permite estable- y agentes inmobiliarios que despliegan su
cer diferencias y continuidades analíticas actividad en las tres ciudades abordadas,
entre los eventos estudiados, así como así como a representantes de ciertas ins-
un ordenamiento jerárquico entre eventos tituciones claves (la Cámara Inmobiliaria o
en función del significado que los mismos el Registro de la Propiedad Inmueble en
poseen para nuestro objetivo de investiga- Comodoro Rivadavia; etc.). Trabajamos
ción. con un guión semiestructurado que inda-
En definitiva, la comparación nos per- ga aspectos como las características de la
mite elaborar premisas que se pueden empresa constructora y/o inmobiliaria, su
generalizar. En esta obra, el método com- antigüedad, su volumen de operaciones,
parativo apuntó a: 1) detectar especificida- las zonas de la ciudad donde focalizan
des ligadas con las dificultades de acceso sus actividades, las concepciones sobre
y con las tomas de tierras propias de cada el modo en que funciona el mercado, el
localidad; examinar lo sucedido en otros proceso de formación del precio, la evolu-
núcleos urbanos, fue el mejor modo en ción de los precios de compras y alquile-
que cada uno de los investigadores pudo res en las distintas zonas de cada ciudad,
profundizar en los rasgos distintivos de la su relación con el Estado, las políticas
conformación de asentamientos de su ciu- públicas y el financiamiento a través del
dad de residencia; 2) establecer denomi- crédito hipotecario, las percepciones res-
nadores comunes en la región patagónica, pecto del impacto del petróleo (relevante
en función del modo en que las dificulta- para Comodoro y Cipolletti) o del turismo
des de acceso al suelo y las tomas de tie- (en el caso de Bariloche) en el mercado,
rras se desarrollan en otras zonas del país; las representaciones sociales sobre los
3) tomar distancia de lo planteado por la procesos de ocupación de tierras en la
bibliografía especializada sobre este tema, historia de las ciudades patagónicas y la

21
perspectiva que tal sector tiene sobre las alquiler y de venta efectuados por Reporte
políticas de viviendas. Inmobiliario en el interior del país7.
A diferencia de lo que nos ocurriera El Estado es la segunda dimensión
con las entrevistas llevadas a cabo con clave para comprender los procesos de
personas que protagonizaron las tomas tomas de tierras como síntoma de las difi-
de tierras, e incluso hasta cierto punto cultades estructurales de acceso a un sitio
con funcionarios estatales, debemos des- digno de residencia en la ciudad. Como
tacar los obstáculos que encontramos a sostiene Shore (2010:29) “una antropolo-
la hora de obtener información por parte gía de las políticas públicas también abor-
de quienes se desempeñan en el merca- da el concepto mismo de “políticas públi-
do inmobiliario. Incluso cuando nos con- cas” no como un presupuesto dado que
cedieron las entrevistas solicitadas, fue no requiere de análisis, sino como algo
prácticamente imposible obtener núme- que debe ser investigado y problematiza-
ros, datos cuantitativos que objetiven el do”. De tal modo, nuestro estudio implicó
volumen de lo construido/comercializado, preguntarnos ¿qué quiere decir el Estado
el tamaño de la empresa (la cantidad de cuando se refiere a las “políticas públicas”
operarios, la cantidad de viviendas cons- destinadas a los asentamientos en cada
truidas o comercializadas por año y/o en uno de los contextos locales abordados?,
los últimos años), etc.; en algunos casos ¿qué funciones tiene dicha política en es-
nos pidieron leer el guión de la entrevista tos escenarios?, ¿qué intereses promueve,
previamente, no grabarla, o incluso borrar o cuáles son sus efectos sociales?, ¿qué
el audio registrado. A modo de anécdota tipos de sociabilidad promueven estas po-
etnográfica, recordamos como el expre- líticas en los asentamientos?, o ¿cómo las
sidente de la Cámara Inmobiliaria de Co- representaciones sociales presentes en
modoro se lamentaba pues las empresas las política pública ligadas con las tomas y
sistemáticamente se niegan a entregarles los asentamientos se relacionan con otros
“información sensible”. En tal sentido, a lo imaginarios, conceptos, normas o institu-
largo del proyecto fuimos construyendo la ciones, dentro de cada una de las locali-
noción de “opacidad estratégica”: en cier- dades examinadas?
tas instituciones, la falta de datos, su no Para indagar en las prácticas y repre-
sistematización, o la falta de voluntad por sentaciones del Estado en lo que respecta
hacer públicos los datos, resulta sustan- al suelo urbano, la construcción de vivien-
cial para mantener un modus operandi que das, el fenómeno de la toma de tierras,
tiene mucho por esconder. Por lo reciente- o la conformación de los asentamientos
mente expuesto, la información cualitativa populares, nos inclinamos por las entre-
recolectada se complementa con fuentes vistas semi-estructuradas (Guber, 2004) a
secundarias privadas; en concreto, consi- funcionarios que ocupan diversos cargos
deramos los relevamientos de precios de en distintas dependencias estatales de los

7. Este portal releva los precios de departamentos de 2 y 3 dormitorios, ya sea de venta o de alquiler, en los cascos
urbanos de 25 localidades del interior del país.

22
niveles municipales o provinciales. Me- nos referimos a prácticas que contemplan,
diante las mismas, obtuvimos información aunque también exceden, buena parte de
relevante sobre el modo en que el Estado, lo que la bibliografía especializada abordó
en sus diversos niveles (municipal, provin- en términos de clientelismo.
cial y nacional) interviene en materia de Partimos de una comprensión relacio-
suelo, vivienda y urbanismo (programas nal de las prácticas estatales, es decir,
de vivienda, de mejoramiento barrial, ge- consideramos que el Estado no es un ac-
neración de lotes sociales, etc.), así como tor unívoco y homogéneo, sino que está
en los espacios surgidos a partir de tomas compuesto por personas que lo habitan y
de tierras. El análisis de dichas entrevistas lo significan (Soprano, 2015). Ello supone
nos llevó a comprender que las políticas entender a las prácticas estatales en fun-
para los asentamientos suelen oscilar en- ción de un proceso permanente de ensayo
tre diversas lógicas: detectamos políticas y error (Álvarez y Bonnet, 2018; tema que
de regularización, conviviendo con otras recorre toda la obra). Asimismo, implica
que promueven la erradicación, la relocali- pensar al Estado como un modo de exis-
zación, la criminalización o incluso una po- tencia de las relaciones sociales, así como
lítica implícita de apatía tolerante para con comprenderlo prestando atención a las
los asentamientos. formas en que se materializa en el territo-
Buscando develar el modo en que rio (sin limitar el análisis en lo que queda
el Estado se hace presente (o también plasmado en las leyes). Por esta razón,
sus “ausencias” en ciertos territorios) en en las entrevistas no sólo realizamos una
asentamientos específicos, complemen- transcripción de lo conversado, sino que
tamos las entrevistas con la observación nos dedicamos a un registro detallado de
participante. Como puede observarse las distintas interacciones previas necesa-
en los capítulos que componen el cuarto rias para acceder a las mismas.
apartado, dicha técnica de investigación En el terreno, la caracterización del Es-
nos permitió contrastar “lo dicho” de “lo tado como un espacio heterogéneo mar-
hecho”, lo planteado por la normativa o cado por la lógica del ensayo y el error, se
las declaraciones de las autoridades mu- plasmaron en contradicciones, cuando no
nicipales, con las prácticas estatales que en abiertas confrontaciones entre depen-
efectivamente se despliegan en el terreno. dencias estatales: la alineación política
La observación participante fue una técni- partidaria de los niveles nacionales, pro-
ca fundamental para examinar cómo ope- vinciales o municipales es una cuestión
ran ciertas instituciones que representan al significativa para examinar los procesos
Estado (centros de salud, uniones vecina- de tomas de tierras; pero las tensiones
les, etc.) en los asentamientos populares, suelen expresarse incluso entre las diver-
el tipo de vinculación que desde las mis- sas Secretarías o Direcciones de un mis-
mas se establecen con los residentes, etc. mo gobierno. La aproximación estatal que
Por último, y como ampliaremos después, registramos en los asentamientos, carac-
la observación participante fue clave para terizada por la falta de coordinación entre
detectar prácticas informales que el pro- las dependencias estatales, en buena me-
pio Estado despliega en dichos barrios; dida reflejó dichas contradicciones. Es por

23
ello que las entrevistas se extendieron a máticas urbanas en general, y sobre los
las más diversas dependencias estatales asentamientos en particular. En ocasiones,
ligadas con la problemática del acceso al la escasa información existente no ha sido
suelo urbano: Direcciones de Obras Par- sistematizada, se pierde con la salida de
ticulares, Direcciones de Catastro, Secre- una gestión, o los funcionarios se niegan
tarías de Hábitat, Secretarías de Tierras, a hacerla pública. Cuando leemos tesis o
Institutos Provinciales de Viviendas, entre artículos de investigadores procedentes
otras. del Ámbito Metropolitano de Buenos Aires
La información cualitativa generada en (AMBA), quedamos sorprendidos ante la
el marco del proyecto se complementa cantidad y calidad de las estadísticas dis-
con datos cuantitativos que provienen de ponibles para sus estudios. Una etnografía
estadísticas oficiales, tales como los cen- del Estado debe dejar constancia que en
sos nacionales de población elaborados ninguna de las tres ciudades patagónicas
por el Instituto Nacional de Estadísticas, o contamos con tales facilidades; de hecho,
los censos y datos del Ministerio de Tra- en ocasiones fueron los propios funciona-
bajo. Siempre que pudimos tener acceso, rios municipales quienes nos solicitaron
hicimos uso de documentos claves como a los investigadores datos puntuales que
los planos producidos por las Direcciones ellos desconocían.
de Catastro, las cifras aportadas por los Como resultado de largas discusiones
Institutos Provinciales de Vivienda, los re- sobre dichas adversidades, surgió la no-
levamientos realizados en asentamientos ción de “opacidad estratégica” que men-
puntuales por distintas dependencias es- cionamos previamente; consideramos que
tatales, etc. Obviamente, el estudio abarcó la misma es aplicable tanto al proceder del
no sólo los planes estratégicos de urbani- empresariado de la construcción e inmo-
zación, sino también las normativas urba- biliario, como de los representantes del
nas ligadas con el objetivo del proyecto: Estado. Dicha categoría refiere a la dificul-
planes estratégicos y/o códigos urbanos, tad para acceder a información clave para
ordenanzas de acceso al suelo; en ocasio- el proyecto de investigación. La opacidad
nes, debimos extender el análisis a legisla- estratégica se equipara con el hermetis-
ciones que, aunque de un modo indirecto, mo, con una voluntad de ocultar ciertas
impactan en la morfología urbana (es lo que prácticas que, según cada caso, podrían
ocurrió con ciertas normativas vinculadas ser calificadas como ilegales (documentos
con la extracción de hidrocarburos dentro que dejarían entrever la falta de pago de
del ejido urbano en Comodoro Rivadavia). cargas impositivas por parte de las empre-
No obstante, para un estudio que pre- sas constructoras e inmobiliarias; malver-
tende debatir con una bibliografía espe- sación de fondos estatales; licitaciones de
cializada que mayormente fue generada obras que vinculan a empresas con el Es-
en el ámbito del conurbano bonaerense, tado; etc.), ilegítimas (“inmorales”), o que
resulta indispensable aclarar un límite (a permiten evaluar el nivel de éxito y/o fra-
veces infranqueable) compartido en las caso de las distintas dependencias esta-
tres localidades: el Estado prácticamente tales. Este último punto es fundamental: la
no genera información sobre las proble- opacidad estratégica no siempre se expli-

24
ca por la corrupción encubierta o el peso Citando nuevamente a Abrams (2015:27):
de los vínculos personales en el acceso a “el hecho de que alguien pueda imponer
recursos; por el contrario, la antropología un secreto es, sin duda, la evidencia de
del Estado (Gupta, 2015; Mitchell, 2015) que esa persona tiene poder y, también,
implementada en esta obra nos lleva a de que tiene algo que ocultar”.
plantear que la situación más frecuente se Para cumplir con el objetivo trazado y
asocia con la incapacidad (cuando no falta asociado con el examen de las prácticas
de voluntad, de compromiso político) del y representaciones de los protagonistas
Estado por generar y sistematizar la infor- de las tomas, optamos por las entrevistas
mación que él mismo generó. Si bien dicha en profundidad que adoptan un enfoque
incapacidad no supondría una voluntad (y biográfico. En primer lugar, mediante las
en tal sentido no habría una estrategia), mismas obtuvimos datos sociodemográfi-
lo cierto es que la misma se retroalimen- cos básicos, que nos permitieron elaborar
ta con la desconfianza a hacer pública un “perfil sociológico” de los protagonis-
la documentación oficial. En tal sentido, tas de las tomas. Al interrogar las historias
Abrams (2015:23) sostiene que “los orga- de vida, pudimos reconstruir el pasado
nismos del Estado protegen instintivamen- residencial de los sujetos, así como de-
te la información relativa a ellos mismos”, tenernos en un historial de mudanzas y
y que el Estado, al temer la publicidad de traslados que en buena medida explica la
sus actos, privatiza la información. opción por participar de una toma. En se-
Etnografiar al Estado equivale, en oca- gundo término, este tipo de entrevistas po-
siones, a sumergirse en el mundo de los sibilitó indagar cómo los sujetos relatan el
secretos oficiales, pues “un elemento inte- proceso de la ocupación, su participación
gral de ese poder es la habilidad bastante en la misma, los modos de organización
conspicua de retener información, negar la y su evolución con el paso del tiempo, las
observación y dictar los términos del co- dinámicas de distribución y gestión del es-
nocimiento. Para la sociología del Estado, pacio ocupado, etc.
sería importante simplemente recoger, do- Las entrevistas abiertas y en profundi-
cumentar y tratar de dar sentido a las expe- dad también giraron en torno a los pro-
riencias de los sociólogos a este respecto” cesos de estigmatización, así como en la
Abrams (2015:24). Quien realiza aproxima- presencia de posibles estrategias repara-
ciones etnográficas al Estado, y en este doras que otorgan un sentido de “norma-
estudio descubrimos que esta afirmación lidad” al espacio de residencia. En este
es extensible a quienes se desempeñan en punto, profundizamos en los modos en
el mercado de la construcción e inmobilia- que el Estado denomina a los procesos
rio, suele tener la sensación de un equili- (¿tomas de tierras?) y al espacio resultan-
brista: ¿cómo obtener información cuando te (¿asentamientos?); como veremos en
uno puede ser percibido como una poten- el cuarto apartado, la realidad comienza
cial amenaza? Decimos que somos una a moldearse a partir de la manera en que
potencial amenaza pues el Estado posee se nombra a un objeto, proceso social, o
cierto poder, y el mismo en parte se sus- territorio. Denominar a una dinámica social
tenta gracias a la confidencialidad oficial. como “usurpación”, o a un sitio como una

25
“villa”, genera resultados bien concretos das que surgieron mediante la ocupación
para las personas identificadas con dichas de tierras. Entonces, las preguntas apun-
prácticas o espacios; parafraseando a taron a desentrañar cómo estas personas
Bourdieu (1999), diríamos que las formas valoran el sitio donde habitan en función
de nombrar generan “efectos de lugar”. de su biografía residencial. En definitiva,
Pero quienes viven en dichos barrios po- observar los modos en que las personas
pulares no necesariamente asumen tales utilizan, se apropian y resignifican las dis-
etiquetas sociales desacreditantes; es por tintas zonas que conforman los asenta-
ello que en el cuarto apartado reflexiona- mientos informales, implicó aproximarnos
mos sobre la disputa entabladas con el al sentido que estas personas otorgan a la
Estado en cuanto al modo de nombrar toma de tierras en tanto mecanismo infor-
(categorizar, calificar) a los espacios de mal de acceso al suelo urbano.
residencia. La observación participante equivale
La observación participante represen- a privilegiar una “perspectiva en acción”
ta la principal técnica de investigación (Hammersley y Atkinson, 1994). Es decir,
en antropología social, e implica que la los patrones centrados en las prácticas de
conducta debe considerarse en su con- los sujetos se obtienen en sus escenarios
texto, durante períodos largos de tiempo, naturales, a medida que transcurren las
en un marco de referencia lo más global actividades de interés. Así, los datos más
posible, y no sólo desde el punto de vista significativos no surgieron necesariamente
del investigador, sino también de los su- en una entrevista, sino observando y pre-
jetos y grupos sobre los cuales se centra guntando en el momento que se realiza-
la investigación (Guber, 2004). En nuestro ba una actividad específica (asambleas
estudio, la observación participante se fo- barriales, encuentros ocasionales entre
calizó en los asentamientos privilegiados vecinos, etc.). En los asentamientos in-
por los distintos investigadores para cada formales, la subjetividad y sociabilidad de
una de las localidades patagónicas releva- quienes padecen procesos de exclusión
das. Un potencial de la etnografía consiste residencial se conforman a partir de la ex-
en destacar el punto de vista nativo (Gu- periencia común y la interacción cotidiana
ber, 2004); consecuentemente, el tercer en un entorno degradado. Sin embargo,
apartado otorga un espacio central a las las formas en que los individuos se relacio-
explicaciones nativas referidas a la parti- nan, los códigos y las particularidades que
cipación en las tomas de tierras. Si lo que los aglutinan en un mismo espacio relega-
las personas dicen y hacen depende de su do, no pueden ser recreadas en toda su
modo de interpretar la realidad, nuestro in- complejidad mediante una entrevista. De
tento de caracterizar las prácticas sociales hecho, como se refleja en el cuarto apar-
debe priorizar el significado que tiene la tado, una de las dimensiones que más
vida social para las personas en cuestión. relevamos en estos años consistió en las
Recuperar el punto de vista nos permitió sociabilidades en tanto dimensión central
una mejor comprensión de la racionalidad en la disputa que se libra con el Estado
subyacente en los discursos y prácticas de por la integración urbana (por el acceso a
quienes residen en zonas urbanas relega- servicios e infraestructura urbana).

26
Como plantea Shore (2010), los estu- de los asentamientos (Bachiller, 2015).
dios clásicos sobre políticas públicas fue- A modo de ejemplo, en los tres estudios
ron criticados por conceptualizar a los pro- se evidencia que la “urbanización” de los
cesos de formulación de políticas como asentamientos en muchas ocasiones de-
procesos lineales con una lógica vertical pende de negociaciones informales entre
descendente (van “de arriba hacia aba- los referentes barriales y distintas figuras
jo”), donde las políticas comienzan con la de peso ligadas con diversas facciones
formulación y terminan con la implementa- político partidarias; la permanencia pro-
ción. Por el contrario, resaltamos la com- longada en el territorio es la que permite
plejidad y lo desordenado de los procesos registrar tal tipo de información.
de formulación de las políticas (el “ensayo Antes de cerrar el apartado metodológi-
y error” como fórmula analítica recurrente co, quisiéramos formular una aclaración li-
a lo largo de esta obra), junto a las ma- gada con el concepto de “opacidad estra-
neras ambiguas y las disputas que los tégica” mencionado previamente. Ante las
residentes de los asentamientos entablan dificultades de acceso a ciertas fuentes,
con el Estado. La reflexión sobre dichas en diversas ocasiones tuvimos que gene-
disputas nos enseña que, en los asenta- rar nuestra propia información. Es lo que
mientos, los habitantes no son seres pasi- sucedió, por ejemplo, cuando precisamos
vos que reciben una política, sino actores determinar el porcentaje de tierra vacan-
fundamentales en la “urbanización” de sus te en cada ciudad; a veces las Direccio-
barrios. Entonces, siguiendo los precep- nes de Catastro se negaron a brindarnos
tos tradicionales de la antropología, nos dicha información, en otras ocasiones los
enfocamos en cómo los residentes de los datos proporcionados surgían de entrevis-
asentamientos otorgan sentido a las políti- tas, pero no se respaldaban en algún do-
cas (“puntos de vista nativos”). Volviendo cumento escrito, o incluso la construcción
a Shore (2010:29): “para comprender por de “los números” finales dejaba muchas
qué funcionan o no las políticas, necesita- dudas. Para suplantar tales falencias, geo-
mos saber algo sobre cómo estas son re- referenciamos los datos catastrales, para
cibidas y experimentadas por las personas luego combinarlos con imágenes satelita-
afectadas”. La observación participante, les secuenciadas en distintos años (siem-
en tal sentido, se convirtió en una técnica pre dentro del período estudiado); así lo-
fundamental para relevar las reuniones de gramos identificar los espacios ociosos
vecinos organizadas en torno a “las me- dentro de la extensión del ejido urbano,
joras del barrio”, así como otras prácticas cartografiar la expansión de la mancha ur-
aparentemente “no políticas” pero signifi- bana y la presencia de asentamientos en
cativas para la vida comunitaria. A través el tiempo, etc. No obstante, no siempre fue
de la observación participante es posible posible suplantar los datos oficiales con la
detectar una serie de redes informales y información generada por nosotros en el
dinámicas que no siempre son percibidas marco del proyecto.
mediante una encuesta o entrevista, lazos En ciertas ocasiones, nos vimos forza-
que, si bien pueden ser tenues, resultan vi- dos a basarnos en las notas periodísticas
tales para los procesos de “urbanización” surgidas en los medios de comunicación

27
locales. Dichas fuentes de información la ubicación de Comodoro Rivadavia,
deben ser leídas con cautela, pues fre- San Carlos de Bariloche y Cipolletti, una
cuentemente las afirmaciones vertidas no breve reseña sobre la historia y el perfil
son chequeadas, objetivan como dato productivo de estas ciudades, datos
números proporcionados por los funcio- demográficos como la tasa de crecimiento
narios locales sin el debido respaldo em- poblacional, los flujos migratorios,
pírico, etc. También debemos tomar pre- el nivel de desempleo, pobreza o de
caución de ciertas fuentes que han sido necesidades básicas insatisfechas, etc.
fundamentales para nuestro estudio, las En tal sentido, destacamos la evolución
cuales fueron generadas por fundaciones de las estadísticas ligadas con el déficit
o por organismos oficiales. Tal es el caso habitacional, así como establecemos una
del Relevamiento de Asentamientos Infor- primera aproximación sobre la presencia
males realizado en el 2016 por TECHO, de asentamientos en cada localidad.
o el Informe General resultado del Rele- Con el fin de cumplir el objetivo general,
vamiento Nacional de Barrios Populares como hipótesis de trabajo afirmamos que,
(RENABAP, 2018). Este último representa para comprender las dificultades de acce-
un avance importante, pues permite una so al suelo urbano, es preciso examinar
primera aproximación a la existencia de cómo se combina la acción de tres dimen-
asentamientos en una escala nacional. No siones sociales: el mercado inmobiliario, el
obstante, el modo en que se define qué es Estado y los protagonistas de las tomas de
un asentamiento o la fecha de cierre del tierras. Por consiguiente, en base al diseño
relevamiento deja fuera del registro a nu- de la investigación trazado originalmente,
merosos barrios del país8; asimismo, en el libro se divide en secciones organizadas
las localidades sobre las cuales gira nues- en torno a dichos ejes.
tro estudio, distintos actores ligados con El segundo apartado caracteriza el fun-
la temática denunciaron que determinados cionamiento del mercado formal de suelo,
barrios no fueron contabilizados. en tanto factor clave para comprender la
propagación de las tomas masivas de tie-
Organización de la obra rras. En el presente patagónico, el acceso
desigual a la tierra guarda relación con un
La presente obra se organiza sobre modelo de acumulación que tiende a la
la base de cuatro apartados más una monoproducción: las industrias turísticas
conclusión final. El primer apartado es (para el caso de Bariloche) o extractivas
el más breve: se trata de una primera (vinculada con los hidrocarburos en Co-
caracterización de cada una de las modoro Rivadavia y Cipolletti). En épocas
localidades que componen el estudio. de bonanza, estas industrias atraen a mi-
Entonces, aportamos información sobre les de migrantes; tal es así, que la región

8. La definición de barrio popular del RENABAP establecía que un “Barrio Popular es aquel en donde viven al menos 8
familias agrupadas o contiguas, con más de la mitad de la población sin título de propiedad del suelo ni acceso regular
a dos -o más- de los servicios básicos (red de agua corriente, red de energía eléctrica con medidor domiciliario y/o red
cloacal). A su vez, el RENABAP no contabilizó a los barrios populares surgidos luego del 2015.

28
patagónica posee las tasas más altas de por el impacto de ciertos problemas socia-
crecimiento poblacional del país. Veremos les, así como por la correlación de fuerzas
que, en las tres ciudades, el funcionamien- entre los distintos grupos sociales (Del
to de estas industrias, combinado con la Río, Vertiz y Ursino, 2013).
movilidad demográfica y la falta de polí- Los capítulos que componen el apar-
ticas públicas, dieron como resultado un tado revisan las principales políticas de
mercado del suelo destinado a satisfacer suelo y de vivienda desplegadas en cada
la demanda de los sectores de altos ingre- ciudad. Las políticas de regularización, re-
sos; dicho mercado también se caracte- localización, erradicación (y otras formas
riza por las altas la especulación inmobi- de criminalización para con los asenta-
liaria, derivando en el agravamiento de los mientos) surgen en esta sección, para
problemas habitacionales y en las tomas ser retomadas en el último apartado. En
de tierras como mecanismo de acceso in- tal sentido, la provisión de servicios e in-
formal al suelo. En definitiva, en el apar- fraestructura urbana, todo lo referido con
tado retratamos al mercado constructor e normativas urbanas, o incluso algunos
inmobiliario como una fuerza clave en los aspectos del Estado en tanto agente in-
procesos de urbanización, pero también mobiliario, son temas abordados en este
como un componente central en los proce- apartado. Un eje transversal de los capí-
sos de desigualdad en el acceso al suelo. tulos agrupados en esta sección consistió
El tercer apartado gira en torno al papel en examinar hasta qué punto el Estado,
del Estado en los procesos de conforma- mediante sus políticas, altera las condicio-
ción del hábitat popular en las tres loca- nes de acumulación desigual que impac-
lidades patagónicas priorizadas. Dicha tan en la producción de la ciudad. Reite-
sección ofrece precisiones conceptuales ramos que, en las tres localidades, dicha
sobre la relación Estado, políticas públicas situación guarda relación con las políticas
y urbanización. Anticipando la definición públicas ligadas con el desarrollo de mo-
adoptada en dicha sección sostenemos delos de acumulación monoproductivos.
que, si bien el Estado cumple el papel de En el cuarto apartado, la producción
garantizar ciertas relaciones sociales y re- del espacio abstracto (Lefebvre, 2013)
querimientos básicos para la reproducción promovida por el capital, y frecuentemente
del capital, el mismo no debe ser conce- reforzada por los Estados, pierde coheren-
bido como un mero instrumento de domi- cia ante la lucha de clases, se ve amena-
nación; el Estado se encuentra atravesado zada frente a prácticas populares como
por las luchas sociales, por lo cual lejos las tomas de tierras. Debido a dicha ines-
está de ser una entidad monolítica (O’Don- tabilidad y contradicción permanente, la
nell, 1978; Oszlak y O’Donnell, 2011; política pública tiende a adoptar la forma
Thwaites Rey, 2010). Por consiguiente, se- de proceso de ensayo y error; tal afirma-
guimos la propuesta de Álvarez y Bonnet ción es especialmente clara al estudiar el
(2018) en cuanto a indagar la racionalidad modo en que el Estado se hace presente
estatal como un proceso de ensayo y error en los espacios que surgieron mediante
entre los requerimientos del capital y una tomas de tierras. En tal sección profundi-
acción pública estatal dinámica, afectada zamos ciertos argumentos que fueron pre-

29
sentados en esta introducción: en nuestro apartado culmina con un análisis sobre las
continente se observan los mayores índi- prácticas vinculadas con los procesos de
ces de informalidad urbana, mientras que organización colectiva que derivan en di-
las ocupaciones de tierras representan el versas formas de sociabilidad y de subjeti-
modo preponderante de acceso a un lugar vación política entre quienes protagonizan
en la ciudad. estas experiencias.
Uno de los ejes que estructuran el apar- En las conclusiones recuperamos
tado consiste en abordar las experiencias ciertos hallazgos alcanzados durante estos
de habitar de aquellos sitios que surgie- años, así como presentamos una síntesis
ron mediante ocupaciones de tierras, los de los principales puntos tratados a lo
procesos de apropiación y significación largo de la obra. A su vez, en dicho capítulo
de los asentamientos en tanto espacio de retomamos la mirada comparativa en un
residencia, como ámbito de pertenencia doble sentido. Por un lado, las reflexiones
donde se constituyen relaciones sociales se articulan en torno a los denominadores
que resultan claves en las demandas por comunes detectados en la región
lograr la ansiada “urbanización”. Otra línea patagónica con relación a las dificultades
de investigación desarrollada en esta últi- de acceso al suelo, las tomas de tierras
ma sección consiste en recuperar la pugna y la conformación de asentamientos. Así,
por la forma más apropiada de nombrar a la comparación representa la oportunidad
los territorios que surgieron mediante ocu- de comprender la singularidad patagónica
paciones de tierras. Tomamos distancia con relación a la bibliografía especializada
de las categorías propuestas desde otras que, como planteamos previamente, se
latitudes (especialmente desde el AMBA), produjo masivamente en el AMBA. Por el
pues entendemos que términos como el otro lado, la decisión de retornar al enfoque
de “villa” no resultan del todo adecuados comparativo en las reflexiones finales se
para analizar la realidad patagónica. En tal justifica por el propósito de cotejar las
sentido, nos detenemos especialmente a especificidades de cada localidad, para
examinar las disputas de sentidos desple- así alcanzar una comprensión más cabal
gadas en los diferentes modos de nom- y profunda de las desigualdades urbanas
brar a los procesos de tomas de tierras, y las ocupaciones de tierras en Cipolletti,
así como a los espacios resultantes de las Comodoro Rivadavia y San Carlos de
mismas; frente a la nomenclatura oficial, Bariloche.
priorizamos los discursos nativos sobre
sus propias prácticas organizativas y sus
espacios de residencia. A su vez, en estos
capítulos damos un salto de una perspec-
tiva más macro a otra más micro: la antro-
pología del Estado que aquí proponemos
conlleva examinar las diversas interven-
ciones del Estado en asentamientos es-
pecíficos que seleccionamos como casos
testigo para cada localidad. Finalmente, el

30
31
El único derecho es estar
Conflictos por el acceso al suelo y tomas de tierras en Patagonia

1. Caracterización de
las ciudades estudiadas
1.1. San Carlos De Bariloche

Pablo Marigo | Tomás Guevara | Eugenia Cavanagh

La ciudad de San Carlos de Bariloche De acuerdo al último Censo Nacional, en


está ubicada en la región andina de la Pro- 2010 Bariloche contaba con una población
vincia de Río Negro. Con una extensión lon- total de 112.887 habitantes, lo cual represen-
gitudinal de más de 50 km sobre la costa del ta una variación intercensal del 21,2 % res-
Lago Nahuel Huapi y una superficie total de pecto al 2001, superando el porcentaje de
27.470 hectáreas, su ejido municipal es uno aumento provincial (15,5 %) y nacional (10,6
de los más extensos del país, superando in- %). Producto de este crecimiento constante,
cluso a la Ciudad Autónoma de Buenos Ai- la población total de la ciudad se ha cuadri-
res. De acuerdo al Plan de Ordenamiento Te- plicado en las últimas cuatro décadas, con-
rritorial (2011), solo el 37 % del total (10.160 virtiendo a Bariloche en la ciudad más po-
Ha) se encuentran efectivamente urbaniza- blada de la provincia de Río Negro (mayor
das. Administrativamente se divide en seis que la capital provincial), y en la tercera de
delegaciones municipales: Lago Moreno la región patagónica (detrás de Neuquén y
(oeste), Cerro Otto (oeste), Pampa Huenuleo Comodoro Rivadavia). Este acelerado creci-
(Sur), El Cóndor (este), Delegación Urbana miento se ha caracterizado por una desigual
(centro) y Delegación Cerro Catedral (Oes- distribución de la población en el territorio,
te), identificándose más de 103 barrios en la materializada en las condiciones socio-habi-
totalidad del territorio. tacionales que dan forma a la ciudad.

Tabla 1.1.: Crecimiento poblacional 2001-2010.


Población total Población total Variación Variación
2001 2010 absoluta porcentual
S. C. de Bariloche 93.101 112.887 19.786 21,2 %
Río Negro 552.822 638.645 85.823 15,5 %
Total País 36.260.130 40.117.096 3.856.966 10,6 %
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Censo 2010.

Tomando como referencia la densidad con una diferencia muy significativa sobre
media de la ciudad, de aproximadamente el resto de las áreas urbanas (Tabla 1.2). A
3,94 habitantes por hectárea, las delegacio- medida que nos desplazamos tanto hacia
nes Urbana y Pampa de Huenuleo se des- el Oeste como al Este del ejido, el indicador
tacan como las más densamente pobladas, disminuye.

33
Tabla 1.2: Habitantes por hectárea por Delegación y total. Año 2010
Año Bariloche Urbana C° Otto Lago Moreno Catedral Pampa Huenuleo El Cóndor
2010 3,94 48,56 8,1 0,97 0,09 13,59 1,3
Fuente: Elaboración propia en base a datos Censo 2010. INDEC.

Se trata a su vez de una ciudad interme- que la ciudad se ha estructurado en térmi-


dia, posicionada como un municipio con una nos socio-económicos y urbanísticos en fun-
cierta relevancia y centralidad en la región, ción de dicha actividad, que explica alrede-
por su función de nodo político administra- dor del 50 % del producto bruto generado,
tivo y de servicios de media y alta compleji- según informes de la Universidad Nacional
dad (Colino, Dondo y Civitaresi, 2016; Coli- de Río Negro (Kozulj et al., 2016). La ciudad
no, Civitaresi, Medina y Cavanagh, 2018). La cuenta con atractivos e importantes sitios de
presencia de centros comerciales, hospitales actividades invernales, turismo aventura y
regionales tanto del sector público como pri- deportes de montaña, y una creciente can-
vados, prestigiosos centros de investigación tidad y diversidad de plazas de alojamiento
y desarrollo científico-tecnológico (CNEA, y de servicios vinculados a la industria turís-
Instituto Balseiro, INVAP), dos Universidades tica. El rubro de la elaboración de alimentos
Nacionales (UNCO, UNRN), numerosas de- y productos gastronómicos de alta calidad,
legaciones de organismos del Estado Na- como la cerveza artesanal local, la pequeña
cional9, de la Provincia de Río Negro, y mu- industria chocolatera y de dulces de frutas
nicipales. A esto se suma la infraestructura finas, entre otros; generan cadenas de va-
urbana disponible, y la conectividad de la lor no sólo en la economía local, sino a nivel
ciudad y la región andina, como la presencia regional también, a la vez que traccionan la
de un aeropuerto (entre los más importantes actividad turística.
en Argentina) con vuelos directos a todos los Sin embargo, este paisaje privilegiado,
principales destinos del país, entre ellos con muchas veces idealizado por los visitantes,
el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, punto se ve fuertemente interpelado por escenarios
de conexión de los vuelos internacionales. de desigualdad socioespacial que se des-
Además de la terminal de buses, la estación pliegan sobre su territorio. Tomando como
de trenes10 y rutas asfaltadas11 que comuni- referencia el Censo 2010 y a falta de estadís-
can la localidad con otros municipios de ma- ticas locales sobre indicadores socioeconó-
yor y menor jerarquía que la consolidan como micos, al momento de la medición la tasa de
un centro urbano de referencia regional. desempleo a nivel local alcanzaba el 7,8 %
El entorno paisajístico y sus atributos na- de la población, superando el 6,3 % a nivel
turales han consolidado a Bariloche como provincial. Al desagregar este indicador por
destino turístico internacional, a tal punto radio censal, es posible identificar los focos

9. Entre otras el juzgado federal, ANSES, AFIP, la Dirección Nacional de Aduana (DNA), oficinas de las diferentes carte-
ras de gobierno nacional (ministerios de interior, de trabajo, de agro-industria, de educación, etc.), INTA, Gendarmería
Nacional.
10. El Tren Patagónico cruza la provincia de Río Negro, conectando la ciudad con el resto de la región Andina y Atlántica.
(Municipalidad de San Carlos de Bariloche, 2011)
11. La Ruta Nacional (RN) 40 Norte (ex ruta 237) y Sur, RN 258 y RN 23.

34
de mayor desocupación justamente en la Otto y Lago Moreno (Oeste), donde se han
delegación de Pampa de Huenuleo, con un asentado los sectores medios y medios-al-
promedio de 11,3 % y con barrios donde el tos y donde se concentran las actividades
desempleo alcanza el 17 %. vinculadas al turismo. En efecto, los niveles
En esta línea, la Tabla 1.3 da cuenta de de NBI, en tanto aproximación a la pobreza
las condiciones habitacionales en cada una estructural, son muy superiores en la zona
de estas zonas, con una marcada desigual- de Pampa de Huenuleo (25,5 %), duplican-
dad socio espacial entre las delegaciones do el total de la ciudad (10,8 %) y lo mismo
Pampa Huenuleo (sur) y El Cóndor (este) − sucede con la insuficiente calidad en las co-
poblada mayoritariamente por sectores po- nexiones a servicios y construcción de las
pulares− y las delegaciones Urbana, Cerro viviendas.

Tabla 1.3: Nivel Socio habitacional por Delegación y total. Año 2010.
Lago P. El
VARIABLE Bariloche Urbana C° Otto Catedral
Moreno Huenuleo Cóndor
Hogares con NBI 10,8 % 9,7 % 3,1 % 5,8 % 5,0 % 25,5 % 10,8 %
Hogares hacin. crítico 0,02 % 0,02 % 0,01 % 0,01 % 0,01 % 0,08 % 0,02 %
Calidad de servicios
20,5 % 7,8 % 16,3 % 35 % 27,1 % 52,1 % 24 %
Insuficiente
Calidad constructiva
14,8 % 11,2 % 1,1 % 1,3 % 15,2 % 37,2 % 12,4 %
Insuficiente
Fuente: Elaboración propia en base a datos Censo Nacional 2010. INDEC.

Tabla 1.4: Tipo de vivienda. San Carlos de Bariloche 2001- 2010. Valores absolutos y variación relativa.
Variación Variación
Tipo de vivienda particular Censo2001 Censo 2010
absoluta relativa (%)
Casa 16619 29966 13347 80,31 %
Rancho 205 441 236 115,12 %
Casilla 2044 2358 314 15,36 %
Departamento 5286 9268 3.982 75,33 %
Pieza en inquilinato 136 114 -22 -16,18 %
Pieza en hotel familiar o pensión 34 22 -12 -35,29 %
Local no construido para habitación 36 37 1 2,78 %
Vivienda móvil 5 16 11 220,00 %
Persona/s viviendo en la calle 8 5 -3 -37,50 %
Total 24373 42227 17854 73,25 %
Fuente: Elaboración en base a INDEC, Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas, 2001 y 2010.

En relación a esta imposibilidad es- bitacionales básicos, de acuerdo al último


tructural para acceder a los servicios ha- censo, el déficit habitacional cuantitativo

35
compuesto alcanzó al 12,5 % de los ho- cuenta de un notable crecimiento del par-
gares de la ciudad, mientras que el déficit que habitacional existente, con especial
cualitativo fue de 8,8 %, en ambos casos protagonismo de casas y departamentos,
presentando una mejora respecto a los in- pero también con una expansión de ran-
dicadores de 2001 (Tabla 1.5). Si nos enfo- chos, productos de la expansión informal
camos en el tipo de vivienda podemos dar de la ciudad.

Tabla 1.5: Déficit habitacional cuantitativo compuesto y cualitativo. Años 2001 y 2010.
Déficit cuantitativo %déficit cuantitativo Déficit % déficit
Años Hogares
compuesto compuesto Cualitativo Cualitativo
2001 24.712 3.834 15,5 % 3.033 12,3 %
2010 34.097 4.252 12,5 % 3.000 8,8 %
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Censo Nacional 2010. INDEC.

Por otro lado, el fenómeno migratorio ha El ejido municipal de Bariloche está in-
sido una fuente muy importante del creci- serto dentro de las 710.000 hectáreas que
miento poblacional, así como un elemento forman parte del Parque Nacional Nahuel
clave para comprender la configuración y Huapi, colindando en todo su perímetro
las transformaciones de la ciudad de Bari- con el Área Natural Protegida (ANP). Si
loche, a través de los procesos de ocupa- bien el municipio de Bariloche tiene plena
ción del suelo urbano. Migrantes internos, jurisdicción sobre su ejido municipal, existe
e internacionales, han llegado y llegan a la una fuerte imbricación entre ambos niveles
ciudad por diferentes razones y con expec- institucionales que condiciona los procesos
tativas muy diversas, buscando mejorar su de transformación del espacio urbano, sea
calidad de vida y radicándose en los barrios por cuestiones físicas (clima, topografía,
donde les es y ha sido posible acceder a la vegetación y fauna), ambientales y/o regu-
vivienda. Como sostiene Matossian (2015, laciones normativas o administrativas. Este
2016) los grupos de migrantes han tenido Parque fue creado en 1934, en el marco de
un papel importante en las transformacio- una política estratégica de control territo-
nes de la ciudad y en la producción del es- rial del Estado Nacional, que apuntaba a
pacio urbano. Pues no sólo se han asen- la transformación de una región agrícola
tado en barrios ya existentes en la ciudad, pastoril transcordillerana, a la conforma-
sino que en algunos casos fueron ellos ción de una región turística al interior de
mismos quienes protagonizaron en su ori- los límites del territorio (Matossian, 2014).
gen procesos de conformación de barrios, En sus comienzos, lejos de buscar la pre-
sosteniendo luchas por la consolidación y servación ambiental, el Parque poseía, así
mejoras habitacionales. Las Juntas Veci- como la mayoría de los Parques Nacionales
nales han sido espacios de organización y creados simultáneamente en otros puntos
participación ciudadana, que permitieron el del territorio argentino, claro objetivo de for-
desarrollo y la construcción de estrategias talecimiento y consolidación de la frontera
para conseguir estas transformaciones. internacional con Chile, y a la vez afianzar

36
la ocupación territorial en la Patagonia12 la compra de grandes terrenos a muy bajos
(Núñez, Matossian y Vejsbjerg, 2012). precios. Luego con los años fueron subdivi-
Si bien, la gestión de este ANP va a dar diéndose para revender lotes menores.
un giro hacia la conservación de ecosistema Históricamente la urbanización de Barilo-
(fines de los años ’70, principios de los ’80), che ha sido el producto de numerosas pla-
desde mediados de la década de 1930, la nificaciones que se han aplicado de forma
Dirección de Parques Nacionales (DPN) con caótica y con políticas públicas insuficientes
actuación en Bariloche, tuvo un papel fun- e inadecuadas a los procesos de transfor-
damental en el proceso de urbanización de mación de la ciudad y a las necesidades de
la región y de expansión del ejido municipal. los sectores populares. (Guevara y Núñez,
Previo a la provincialización de Río Negro 2014, Abalerón, 2005). Desde sus orígenes
(1944), el estado nacional a través de la como pequeña colonia agrícola pastoril y
DPN fue un actor de gran incidencia en el durante su posterior conformación como
desarrollo de la ciudad, ya sea en la provi- ciudad turística de montaña, San Carlos de
sión de infraestructura y de obras principal- Bariloche se ha construido sobre la costa del
mente viales, en el proceso de distribución y lago Nahuel Huapi y en terrenos cercanos. A
comercialización del suelo, promoviendo el partir del núcleo urbano que hoy es el centro
fraccionamiento de las tierras y la incorpora- de la ciudad, en sus comienzos la ocupa-
ción de nuevas parcelas al ejido e incluso en ción fue creciendo hacia el Oeste, sobre la
la creación de nuevos barrios. Este manejo ladera norte del Cerro Otto y hasta el borde
sobre enormes extensiones de tierra permi- del lago en dirección al norte, continuando
tió generar recursos fiscales para afrontar la línea de la costa hasta Bahía López, en
los gastos administrativos de los Territorios el actual Circuito Chico (delegaciones ad-
Nacionales y engrosar las arcas del Esta- ministrativas Cerro Otto y Lago Moreno)13,
do en la época (Matossian, 2014; Medina, a través de loteos y construcciones poco
2016; Guevara y Núñez, 2014). controlados, en algunos casos irregulares
Desde ese momento comienza a desa- según la actual legislación que define los
rrollarse el perfil turístico de la ciudad que usos del suelo (Lolich, 2011). En principio la
lleva a un aumento de los precios del sue- urbanización de dicho eje de la ciudad se ha
lo y la activación de algunas dinámicas de llevado a cabo sin la provisión de servicios
especulación inmobiliaria, con la participa- básicos, que paulatinamente fueron gestio-
ción de algunos actores pertenecientes a las nándose por las juntas vecinales y a través
élites de Buenos Aires, quienes invertían en del esfuerzo colectivo.

12. Cabe mencionar que previo a la consolidación de los Estados Nación y el avance de la conquista militar que implicó
un genocidio a fines del siglo XIX; estas tierras eran habitadas por comunidades de pueblos originarios, fundamen-
talmente mapuche-tehuelche, donde tuvieron lugar combinados y continuos procesos de disputa por la apropiación,
formas de uso y ocupación del territorio (Méndez, 2010).
13. El territorio del ejido urbano municipal se a dividido en delegaciones a fines administrativos, a partir de nuevo
Código de regulación de la ciudad, aprobado en 1995; ellas son la delegación Lago Moreno (Oeste), Cerro Otto (Oeste),
Pampa Huenuleo (Sur), El Cóndor (Este), Delegación Urbana (Centro) y Delegación Cerro Catedral (Oeste), identificán-
dose más de 103 barrios en la totalidad del territorio.

37
La configuración urbana actual puede llos lugares donde el paisaje es el compo-
pensarse entonces como el resultado de nente diferencial y donde la necesidad de
una compleja interacción entre fenómenos alojamiento turístico condiciona la demanda
naturales y procesos sociales, entre los inmobiliaria y los precios del suelo, como
que destacan la topografía del terreno, los es la zona Oeste y Centro, el mercado es el
límites del Parque Nacional Nahuel Huapi, principal agente territorializador y estructu-
el desordenado fraccionamiento territorial rador del acceso al suelo urbano. El escena-
bajo modalidad de loteo, los procesos mi- rio reverso lo constituye el acceso al suelo
gratorios, la influencia del paisaje de lagos de menor valor en la zona sur de la ciudad,
y entre cerros en las elecciones residencia- donde las condiciones geográficas, climáti-
les y la capacidad del sector turístico para cas y de conectividad urbana son menos fa-
incidir en la ocupación del suelo. De modo vorables y, por tanto, menos atractivas para
esquemático, puede afirmarse que en aque- el capital.

Figura 1. Mapa de Crecimiento Urbano San Carlos de Bariloche (2003-2015).


Fuente: Elaboración propia usando imágenes satelitales Google Earth Pro.

Según estimaciones realizadas para trucción de viviendas, mejoramientos habi-


nuestra ciudad (Guevara, Medina y Bonilla, tacionales, loteos sociales, producción de
2015), la participación del Estado para ga- suelo urbano, etc.), resulta insuficiente en
rantizar el acceso al suelo urbano a través comparación con el sistemático aumento
de un conjunto de políticas urbanas (cons- de la demanda habitacional, compuesto

38
por el déficit acumulado y los nuevos ho- décadas de 1950 (Arrayanes) y 1960 (Ex
gares que se suman anualmente. De forma Matadero y Barrio INTA), se registran otros
simultánea, la ecuación entre ingresos mo- durante las décadas del ’80 (San Cayeta-
netarios y precio del suelo, provoca que el nito y Eva Perón) y ’90 (Nueva Jamaica,
esfuerzo monetario resultante para poder Wangelen y Don Bosco).
acceder a la vivienda a través del mercado A partir de los datos publicados por el
formal, excluya a gran parte de la pobla- RENABAP, observamos que 14 de los 28
ción, incluso en contextos de recuperación asentamientos registrados en la actuali-
socioeconómica. dad, se produjeron en la década 2010. En
Frente a ello, la masificación de proce- este período las tomas más grandes fue-
sos de autoproducción del hábitat con ma- ron las de Mocciola (hoy Barrio Alun Ruca)
yor o menor componente organizativo, sea y el barrio 29 de septiembre, producidas
a través de tomas de tierras, ocupaciones, en el año 2011 y 2013 respectivamente.
construcción cooperativa de viviendas u No obstante, este ciclo de tomas, en tanto
otras modalidades, se posicionan como estrategia para poder acceder a la tierra
la principal vía de acceso al suelo urbano urbana, es el corolario de un agravamiento
para una parte fundamental de la pobla- en las condiciones de vivienda, que lleva-
ción. En Bariloche, según relevamientos ron a instalar la cuestión de la tierra y la vi-
del Instituto Municipal de Tierra y Vivienda vienda como uno de los ejes de la agenda
para el Hábitat Social (IMTVHS), existen al- pública desde mediados del 2000.
rededor de 50 barrios con más de 3.600 Es interesante recordar que la situación
hogares con problemas de regularización de los asentamientos ha ido transformán-
dominial y acceso a servicios básicos. dose con el paso del tiempo, la implemen-
Aunque no hay datos oficiales disponi- tación de algunas políticas públicas y los
bles para la ciudad, según el Registro Na- procesos de resistencia y organización
cional de Barrios Populares (RENABAP)14, de los sujetos que están involucrados en
existen en la ciudad 28 barrios donde ha- las tomas. No sólo en cuanto al tamaño –
bitan cerca de 10 mil barilochenses (apro- cantidad de familias y población total ha-
ximadamente 3000 familias) sin título de bitantes, y superficie−, sino también a la
propiedad o sin servicios esenciales, en regularización en un sentido amplio de las
un total de 3600 viviendas. Los primeros nuevas urbanizaciones.
asentamientos populares datan de las

14. https://datos.gob.ar/dataset/otros-barrios-populares-argentina.

39
1.2. Cipolletti15

Mariana Giaretto | Ailín Hernando

La ciudad de Cipolletti se encuentra ubi- sido profundizadas por los impactos de la


cada en el norte de la Patagonia argentina, explotación de Vaca Muerta.
en el centro del Alto Valle de Río Negro y en La región patagónica contiene el 5,2 %
la zona de la confluencia de los ríos Neu- de la población del país, es una de las re-
quén y Limay que dan origen al río Negro. giones más dinámicas en términos demo-
La superficie total del ejido municipal es de gráficos, ya que en 2010 recupera su rol de
525.780 hectáreas: 1485 has. correspon- área de mayor crecimiento, aun cuando su
den al ejido urbano, 13.441 has. son de peso relativo en el total nacional es toda-
zona rural irrigada, mientras que 510.855 vía minoritario. Juntas, las provincias de Río
has. son del territorio ubicado en la margen Negro y Neuquén suman el 3 % de la pobla-
sur de los ríos Limay y Negro extendiéndo- ción del país, con 1.189.911 habitantes en
se hacia al oeste frente a Piedra del Águila y una superficie de 297.091 km².
Picún Leufú16 como se puede apreciar en la Junto a la capital neuquina y a Plottier
Figura N° 2. Cabe aclarar desde un comien- conforman el aglomerado más grande de
zo que, si bien focalizamos en la ciudad de la región patagónica, cuya densidad po-
Cipolletti como unidad de análisis, las ten- blacional en 2016 rondaba los 35,9 hab/
dencias que la atraviesan se enmarcan en ha (CIPPEC, 2018). Según el Censo Nacio-
la configuración de un conglomerado urba- nal de 2010, Cipolletti cuenta con 85.170
no que incluye a Neuquén capital y varias habitantes, mientras en 2001 contaba con
ciudades aledañas del Alto Valle y la Con- 66.299, por lo que la tasa de crecimiento
fluencia (Plottier, Centenario, Cinco Saltos, demográfico ronda en un 28,46 % en el pe-
Allen y Fernández Oro), tendencias que han riodo 2001-201017.

15. La producción cartográfica para la localidad de Cipolleti fue realizada por el Dr. German Perez y los estudiantes del
Laboratorio en Sistemas de Información Geográfica y Teledetección Denis Monaldi y Martin Torres.
16. Esta zona que abarca la mayor parte de la superficie no se encuentra urbanizada y, si bien existen proyectos al
respecto, desde las diversas gestiones municipales han considerado inalcanzable el nivel de inversión necesario para
su realización.
17. En este sentido, aunque aún no contemos con estadísticas oficiales, es necesario señalar que los datos actuales
deben superar estas cifras debido al impacto de Vaca Muerta en toda la región.

40
Figura 2: Mapa de ubicación ciudad de Cipolletti
Fuente: Elaboración de Germán Pérez usando imágenes satelitales Google Earth e información de Muni-
cipalidad de Cipolleetti.

Tabla 1.6: Crecimiento poblacional 2001-2010


Población Población Variación Variación
total 2001 total 2010 absoluta porcentual
Cipolletti 66.299 85.170 18.871 28,46 %
Área Metropolitana Cipolletti
291.041 341.301 50.260 17,26 %
Neuquén-Plottier
Río Negro 552.822 638.645 85.823 15,5 %
Total país 36.260.130 40.117.096 3.856.966 10,6 %
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Censo 2010.

Como se observa en la Tabla 1.6, el área periferia urbana y avanzando sobre tierras
metropolitana tiene un aumento entre el rurales como se aprecia en la Figura N° 3.
año 2001 y el 2010 del 17,26 %, mientras la En el primer capítulo de este libro, vimos
ciudad de Cipolletti presenta un aumento que la mayor parte de la tierra vacante se
del 28,46 %. Particularmente al reconstruir encuentra en la margen sur y no cuenta
la expansión urbana de la ciudad de Cipo- con servicios básicos, el resto de la tierra
lletti, encontramos que ha crecido predo- vacante no es mucha y la gran mayoría es
minantemente hacia al noreste y el sureste de propietarios privados, por lo que según
siguiendo una modalidad que se desplaza fuentes oficiales el municipio no cuenta
desde el casco céntrico ensanchando la con tierra vacante fiscal.

41
Figura 3: Mapa de Crecimiento Urbano Cipolletti
Fuente: Elaboración de Germán Pérez usando imágenes satelitales Google Earth e información de Muni-
cipalidad de Cipolletti.

En relación a las migraciones, según el Cen- sicas Insatisfechas (NBI), mientras que Neu-
so 2010 Río Negro (7,4 %) y Neuquén (6,3 quén contaba con el 10,4 % de hogares y el
%) son de las provincias del país con mayor 12,4 % de la población con NBI. La cantidad
porcentaje de población extranjera, en su de hogares con al menos un indicador de
mayoría de origen chileno, debido a la cer- NBI en el Dpto. de General Roca era del 8,86
canía territorial y al dinamismo económico %, mientras que en la localidad de Cipolletti
de estas provincias. el porcentaje de hogares con NBI rondaba
Con respecto a la situación socioeconómica, en un 9,17 %. A nivel departamental, la tasa
según el CENSO 2010, la provincia de Río de desempleo alcanzaba al 4,31 %, mientras
Negro contaba con el 9,4 % de hogares y el que a nivel provincial afectaba al 6,3 % y a
11,7 % de la población con Necesidades Bá- nivel nacional al 5,9 % de la población activa.

42
Tabla 1.7: Nivel Socio habitacional Cipolletti 2001-2010
Variable Censo 2001 Censo 2010 Variación absoluta Variación relativa
Total de hogares 18.398 26.611 8.213 44,64 %
Hogares sin NBI 16.202 24.170 7.968 9, 77 %
Hogares con NBI 2.196 2.441 245 11,15 %
Hogares con hacinamiento crítico 626 1.128 502 44,5 %
Fuente: Elaboración propia en base a datos de los Censos Nacionales 2001 y 2010. INDEC

Al reconstruir la evolución de los indica- estructura social de un territorio, porque ésta


dores que permiten dar cuenta el nivel socio se expresa en la distribución desigual de la
habitacional, encontramos que entre 2001 y población en las diversas y opuestas (Wri-
2010 la cantidad de hogares totales aumen- ght, 1992) posiciones económicas. A pesar
tó un 44,64 % y la cantidad de hogares con de ser un territorio atravesado por el motor
al menos un indicador de Necesidades Bá- extractivista del capitalismo en su fase ac-
sicas Insatisfechas (NBI) aumentó un 11,15 tual, con el consecuente desarrollo de cier-
% de variación intercensal. El dato realmen- tas fuerzas productivas que la convierten en
te significativo para comprender una de las la zona demográficamente más dinámica
condiciones de posibilidad de las tomas de del país con bajas tasas de desempleo, su
tierras en Cipolletti es el 44,5 % de hogares estructura de clases reproduce el modelo
con hacinamiento crítico, esto implica que latinoamericano en el que una pequeña élite
el hacinamiento crítico creció al mismo rit- concentra la riqueza social -6 % pertenece
mo que la cantidad total de hogares. a la categoría ocupacional patrón- mientras
A nivel del territorio Norpatagónico, las gran parte de la población dirime día a día
tasas de actividad y de empleo rondan el su subsistencia en su condición de trabaja-
40 %, mientras que la tasa de desocupación dores/as, más menos estables, más menos
según estas fuentes oficiales ronda el 2,6 %. precarizados/as –más del 80 % pertenece a
La categoría ocupacional es uno de los in- las categorías obrero o empleado y trabaja-
dicadores fundamentales para reconstruir la dor por cuenta propia o familiar-.

Tabla 1.8: Población ocupada en viviendas particulares por categoría ocupacional y sector en el que trabaja.
Pob. ocupada en Obrero o empleado Trabajador Traba-
vivienda parti- Subto- Sector Sector Patrón por cuenta jador
cular Total tal público privado propia familiar
294.246 217.175 64.875 152.300 20.324 46.488 10.259
Río Negro
100 % 73,8 % 22,04% 51,75 % 6,9 % 15,79 % 3,48 %
252.530 197.257 77.816 119.441 12.131 36.108 7.034
Neuquén
100 % 78,11% 30,81% 47,29 % 4,80% 14,29 % 2,78 %
Territorio 546.776 414.432 142691 271.741 32.455 82.596 17.293
Norpatagónico 100 % 75,79% 26,09% 49,69% 5,93% 15,01 % 3,16 %
Fuente: Elaboración propia en base a datos disponibles del último Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010, INDEC.

43
Para comprender esta configuración partir de 2011, de explotación no conven-
social es necesario realizar una breve re- cional (fracking) de las reservas de petró-
construcción histórica, ya que las ciudades leo de “Vaca Muerta”, son algunos de los
de esta región son de fundación reciente y acontecimientos históricos más relevantes
se encuentran en proceso de maduración para entender lo sucedido en la región.
y continuo crecimiento. Cipolletti se defi- A partir de la alianza entre los grandes
ne como tal en el año 1903 y la ciudad de propietarios, el Estado y capital de ori-
Neuquén en 1904. Estos momentos hacen gen inglés se llevaron adelante grandes
referencia a la ocupación y a la conforma- obras de infraestructura que modificaron
ción de las ciudades bajo territorio nacio- el territorio para orientar la producción al
nal argentino, pero es importante resaltar mercado mundial: el ferrocarril, diques re-
que las tierras de la Patagonia se encon- guladores de los ríos, y el sistema de rie-
traban ocupadas por pueblos indígenas go a través de canales para implantar la
que fueron asesinados, apresados y utili- producción de fruta, infraestructuras de
zados como mano de obra forzada en em- acopio, almacenamiento y empaque. De
prendimientos productivos o militarmente, este modo, se llevó adelante la subdivisión
en el marco de la intervención militar lla- de territorio en unidades productivas más
mada “Campaña al Desierto” en 1879. En pequeñas y a la venta de las mismas. El
la región del Valle las tierras fueron adju- territorio había adquirido un aumento con-
dicadas mediante leyes y decretos vincu- siderable de valor dando como resultado
lados a las intervenciones militares de la la “efectivización de la renta” y un territorio
conquista, remates públicos y otros meca- mayoritariamente privado.
nismos. Es de esta manera que la mayoría De este modo, el desarrollo de la ciu-
del territorio quedó apropiada en grandes dad estuvo vinculado predominantemente
extensiones en no más de 20 propietarios a la actividad frutícola para exportación,
exceptuando sólo entre el 3 % y el 4 % del por este motivo el crecimiento urbano se
valle hoy irrigado. vinculaba a la disponibilidad de tierras ge-
La extensión del territorio argentino a tra- nerada por esta actividad. Desde 2013 la
vés de este genocidio, junto a la construc- actividad hidrocarburífera convencional y
ción de obras de ingeniería hidráulica que no convencional ha avanzado significativa-
posibilitaron la regulación de las cuencas mente sobre todo el territorio Norpatagó-
de los ríos Limay, Neuquén y Negro, la ge- nico. Según Rodil (2015), en la provincia
neración de suelo apto para el asentamien- de Río Negro, desde el año 2013 se expe-
to de las ciudades y la producción de fruta rimenta un avance acelerado de la extrac-
por la irrigación de suelos productivos, la ción de gas y petróleo (con más de 70 po-
subdivisión de suelo en chacras familiares zos activos) en la Estación Fernández Oro,
de producción, la construcción de repre- sobre la zona rural de Allen, la ciudad pro-
sas hidroeléctricas y embalses sobre los ductora de manzanas (2971 hectáreas) y
ríos Neuquén y Limay, y la explotación de peras (3200 hectáreas) más importante del
petróleo en la provincia de Neuquén, una país. En cuanto a la provincia de Neuquén,
primera etapa de explotación convencional Pérez Roig (2014) señala que, si bien la ex-
a partir de 1918 y una segunda etapa, a pansión de la frontera hidrocarburífera es

44
un proceso que se viene dando en todo males que surgieron como tomas de tie-
el país desde el año 2000, no deja de sor- rras y persisten en la absoluta precariedad
prender la velocidad y extensión que dicho habitacional.
fenómeno presenta en esta provincia. En la ciudad de Cipolletti, en 2010 el
Como ciudad bisagra de ambas pro- porcentaje de hogares afectados por dé-
vincias y también de dichas tendencias ficit habitacional cuantitativo compuesto18
estructurales, Cipolletti se encuentra atra- era del 9,3 % (2265 hogares), mientras que
vesada por la tensión que genera la crisis en 2001 era de un 6,9 % (1268 hogares).
frutícola y la avanzada del fracking, de allí En cuanto al déficit habitacional cualitati-
que represente un caso típico en el que vo19, en 2010 el porcentaje de viviendas
coexisten el crecimiento económico y la con déficit cualitativo era de 5,9 % (1450
profundización del déficit habitacional. viviendas), mientras en 2001 era de 7,4 %
La contradicción por la que, a pesar del (1365 viviendas), esta leve mejora en el
crecimiento económico y del notable dina- porcentaje demuestra lo poco que impac-
mismo que caracterizó al mercado inmobi- tó el crecimiento económico en las posi-
liario y la construcción a partir de la recu- bilidades de superar el déficit habitacional
peración económica de 2003 en Argentina, cualitativo, más aun teniendo en cuenta
se restringieron las condiciones para ac- que 2001 fue un año signado por una pro-
ceder a una vivienda en ámbitos urbanos funda crisis económica y 2010 fue un año
bien servidos y ubicados (Baer, 2008), se corolario de un período de crecimiento
cristaliza en casi 40 asentamientos infor- económico a tasas del 9 % promedio.

Tabla 1.9: Déficit habitacional cuantitativo compuesto y cualitativo. Años 2001 y 2010.
Déficit % déficit
Déficit % déficit
Hogares cuantitativo cuantitativo
Cualitativo Cualitativo
compuesto compuesto
2001 18.398 1268 6,9 % 1365 7,4 %
2010 24.402 2.265 9,3 % 1450 5,9 %
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010 y de Encuesta perma-
nente de Hogares del 3° trimestre 2016 en los conglomerados Viedma-Patagones y Neuquén-Plottier.

La profundización de la precarización lla que en entre 2001 y 2010 se incremen-


habitacional se expresa con claridad en el taron en un 168,49 % y 333.92 % respec-
aumento de viviendas tipo rancho y casi- tivamente.

18. Según INDEC se define por la relación numérica entre viviendas y hogares, y por la residencia en viviendas de tipo
irrecuperable.
19. Según INDEC se define por la situación de hogares que habitan en viviendas deficitarias; es decir, aquellas cuyas
condiciones de estado y localización requieren reparaciones o se encuentran incompletas.

45
Tabla 1.10: Tipo de vivienda. Cipolletti, Censo 2001; 2010. Valores absolutos y variación relativa.
Tipo de vivienda
Censo 2001 Censo 2010 Variación absoluta Variación relativa (%)
particular
Casa 15.432 21.667 6.235 40,4
Rancho 146 392 246 168,49
Casilla 224 972 748 333,92
Departamento 3.687 6.320 2.633 71,41
Pieza en inquilinato 418 221 -197 - 47,12
Pieza en hotel familiar
14 19 5 35,71
o pensión
Local no construido
70 30 -40 -57,14
para habitación
Vivienda móvil 8 4 -4 - 50
Persona/s viviendo en
7 2 -5 -71,42
la calle
Total 20.006 29.627 9.621 48.09
Fuente: Elaboración en base a INDEC, Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas, 2001 y 2010.

En la actualidad, se calcula que el 20 % de Director de Desarrollo Territorial esas tierras


la población de la ciudad de Cipolletti vive en son en su mayoría privadas y de pocos pro-
asentamientos informales, si bien no hay da- pietarios (22/09/2017).
tos oficiales es posible constatar a través de Por otro lado, se sabe que el municipio
diversas fuentes, ya no tanto el aumento de la cuenta con propiedades fiscales que son uti-
cantidad de tomas sino un fuerte incremento lizadas por privados, pero no existen regis-
en la cantidad de familias que las componen tros públicos que revelen cuáles son estas
(Diario Río Negro, 26 de abril de 2017). propiedades ni como son los convenios. De
Según los planos municipales referentes todas maneras, esta entidad no cuenta con
al código urbano el municipio cuenta con un extensiones de suelo urbano público para
bajo porcentaje de suelo público20. Como ya poder incidir en los valores de suelo como
mencionamos, el municipio tiene 510.855 un “agente inmobiliario” más, tiene serias di-
has. de suelo árido y muy difícil de urbani- ficultades para proveer de suelo a la pobla-
zar, zonificado como rural 3 en la zona de ción ya sea para viviendas como para servi-
la margen sur de la confluencia y del río Li- cios públicos, equipamientos, etc.
may. En esta zona se localiza un paraje rural En este sentido cobra relevancia la rela-
llamado Balsa las Perlas y la reserva natural ción entre la crisis frutícola y la disponibilidad
del parque cretácico. Sin embargo, según el de suelo, que puede apreciarse en la Figu-

20. Ver Anexo Cartográfico.

46
ra N° 4. En los últimos años este sector ha través de mecanismos de autourbanización
sufrido una caída considerable por cuestio- materializados en los más de 36 asenta-
nes macroeconómicas. En el período 2011- mientos populares. Según RENABAP, han
2015 la superficie de frutales tuvo una baja sido relevados 36 asentamientos con 6.393
considerable: 3.128 has. implantadas el año familias coincidiendo con la idea general de
2011 y 2.871 en el 2015, es decir que pasó que en la ciudad hay casi 40 asentamientos
a tener 257 has menos de superficie im- y en ellos viven aproximadamente 20.000
plantada21. Se reconocen tres situaciones: personas, es decir, alrededor de un cuarto
por un lado, los pequeños agricultores que de la población. Sin embargo, y a pesar de
han quedado acorralados y ahogados por ser un dato evidente, el mapa interactivo de
el avance de la urbanización, son de familia la ciudad difundido en el sitio oficial de la
productora, no han logrado adaptarse a las municipalidad no incluye a ninguno de estos
nuevas tecnologías y modos de producción asentamientos.
que hoy se encuentran monopolizados. Por Los más antiguos datan de las décadas
otro lado, las chacras que sí están en con- de los 50’ y 60’, como son Labraña, Costa
diciones de producir, pero están en estado Sur y Costa Norte sobre la zona ribereña del
de especulación. Y, por último, las chacras río Negro, y Puente de Madera y Puente 83
que se encuentran desmontadas para ser en la zona este. Entre 2000 a 2013 se multi-
urbanizadas. En estas, el suelo productivo plican las tomas de tierras: en 2003 surgen
se encuentra en disputa, por la baja rentabi- una serie de tomas que más tarde fueron ca-
lidad de la producción para pequeños pro- nalizadas y urbanizadas como son el Barrio
ductores y la alta rentabilidad inmobiliaria, Antártida Argentina y San Sebastián, tam-
proceso que está directamente vinculado bién ese año tuvo su primer intento la toma
con la explotación de Vaca Muerta. de Nuevo Ferri que en 2007 se consolida,
Particularmente, en el borde norte de la y entre 2009 y 2013 se dan un conjunto de
ciudad se encuentran sobre terrenos produc- tomas muy significativas por la organización
tivos una gran parte de chacras abandona- y cantidad de familias que agrupan: Barrio
das, “canchas de fútbol” y tomas de tierra. La Obrero A y B, Los Sauces, Awka Liwen, 10 y
zona pasa de ser urbana a rural sin ningún 2 febrero, entre otras, sobre las tres primeras
tipo de transición, solo la Avenida Arturo Illia operaron procesos de criminalización cen-
(Circunvalación) divide ambas zonas. Hay so- trados en la judicialización de los conflictos.
bre este borde rural algunos loteos autoriza- Si bien, en la última parte de este libro
dos, en una cantidad pequeña que no tiene profundizaremos en estos casos, cabe
gran incidencia pero que forma parte del pai- señalar que actualmente a partir de la
saje rural en decadencia al que nos referimos. organización y lucha de las familias, se
La configuración de la ciudad de Cipollet- ha logrado un proceso de declaración de
ti en las últimas décadas, como puede apre- utilidad pública y expropiación de algunos
ciarse en la Figura 5, muestra que los secto- asentamientos del sector norte, aunque aún
res populares han accedido a la vivienda a no ha sido efectivizado.

21. Ver informe en Revista Nº79. 2017.FyD ALTO VALLE. INTA

47
Figura 4: Mapa por zonas y usos del suelo de Cipolletti
Fuente: Elaboración de Monaldi y Torres usando imágenes satelitales Google Earth.

48
Figura 5: Mapa de crecimiento de mancha urbana
Fuente: Elaboración de Monaldi y Torres usando imágenes satelitales Google Earth.

49
1.3. Comodoro Rivadavia22

Santiago Bachiller | Natalia Usach | Letizia Vazquez


Magali Chanampa | Carrasco, María Laura | Bianca Freddo

Comodoro Rivadavia está ubicada al de la ciudad comprende una extensión de


sur este de la provincia de Chubut sobre 54.820 Ha, y la superficie de la mancha
la costa Atlántica, específicamente dentro urbana ocupa 4.365,14 ha, correspondiente
de la cuenca hidrocarburífera Golfo San a un 7,92 % del total de la superficie del
Jorge23, la cual se extiende hasta la ejido (Ver Figura 7).
provincia de Santa Cruz. El ejido municipal

Figura 6: Mapa de ubicación ciudad de Comodoro Rivadavia


Fuente: Elaboración de IDE – UNPSJB. LabSIGT UNPSJB.

22. La producción cartográfica para la localidad de Comodoro Rivadavia fue realizada por la estudiante del Laboratorio
en Sistemas de Información Geográfica y Teledetección Brenda Williams, Mag. Bianca Freddo y Mag. Letizia Vazquez
23. Se trata de una región socio productiva de explotación hidrocarburífera que abarca la zona sur de Chubut (Sar-
miento, Río Mayo y Río Senguer) y Norte de Santa Cruz (Caleta Olivia, Cañadón Seco, Pico Truncado, Koluel Kaike y
Las Heras)

50
En función al último Censo Nacional términos relativos a nivel nacional y pro-
(2010), Comodoro Rivadavia cuenta con vincial; 10.6 y 23.2 % -respectivamente-,
una población total de 177.061 habitantes, a partir de la adición, en el lapso de los
con una variación porcentual del 29.17 en nueve años intercensales, de unas 40 mil
comparación al Censo Nacional 2001, que personas más habitando la ciudad (Usach
registraba un total de 137.061 habitan- y Freddo, 2016).
tes. Esto significa un gran crecimiento en

Figura 7: Mapa de crecimiento urbano Comodoro Rivadavia


Fuente: Elaboración propia usando imágenes satelitales Google Earth.

Junto a Comodoro Rivadavia, la locali- alcanzó una variación de 46.58 %, supe-


dad de Rada Tilly ubicada a 15 km, confor- rando significativamente el crecimiento
man una unidad espacial o aglomerado24 poblacional relativo de Comodoro Rivada-
con una fuerte relación social, económica via, en relación a nivel nacional y provincial
y política. Al respecto, cabe agregar que (Censo Nacional, 2010).
el crecimiento poblacional de Rada Tilly

24. Ambas localidades funcionan como una red urbana funcional de gran dinamismo, en la que predominan movili-
dades diarias de personas que residen en Rada Tilly y se trasladan a Comodoro Rivadavia para desarrollar actividad
laboral, educativa y comercial.

51
Tabla 1.11: Crecimiento poblacional intercensal 2001-2010
Población total Población total Variación porcen-
Variación absoluta
2001 2010 tual
Comodoro
137.061 177.038 39.977 29.17 %
Rivadavia
Rada-Tilly 6.208 9.100 2.892 46.58 %
Chubut 413.237 509.108 95.871 23.5 %
Total País 36.260.130 40.117.096 3.856.966 10,6 %
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Censo Nacional 2010. INDEC

Según datos del Censo 2010, el aglo- merado se identificaron 84 has. de vacíos
merado Comodoro Rivadavia-Rada Tilly urbanos, lo que representa un 1,67 % de
cuenta con una superficie de 5.014 ha. y la mancha urbana (Cordara et.al., 2018
una población total de 209.749 habitantes, CIPPEC). Aquellas parcelas disponibles
lo que compone una densidad poblacional de dominio fiscal cuentan, para el caso de
de 43.4 hab/ha. Partiendo de estos datos, zona sur, con la presencia de gasoductos,
se calcula que el crecimiento medio anual acueductos, líneas de alta tensión, por lo
entre 2006 y 2016 es de 2.76 %, es decir que se requiere la intervención de radios
1,4 veces el crecimiento poblacional, lo de seguridad con el fin de acondicionar-
que marca una fuerte expansión dentro de los para uso residencial. En el caso de la
esta unidad espacial que comprende a las zona norte, todas las áreas identificadas,
dos localidades. En consonancia con ello, sumado las tierras fiscales, se encuentran
la densidad tuvo una marcada variación de con restricciones para su utilización, sea
45,0 hab/ha. en 2006, a 41,8 hab/ha. en por los pozos petroleros activos e inacti-
2016 (Cordara et. al., 2018 CIPPEC). vos como también por la reserva histórica.
En relación a los usos del suelo sobre La organización territorial de Comodoro
dicho aglomerado urbano, el informe del Rivadavia está configurada por 50 barrios,
CIPPEC (2018) plantea que, en el 2016, definidos catastralmente por la Municipa-
el uso residencial ocupaba el 63 % de las lidad25. Su distribución y localización se
1.197 has. que se expandieron ambas lo- encuentran divididas por el cerro Chen-
calidades, destacándose el Residencial que que separa la ciudad en zona norte
Urbano (RU) con un 29 % del total y las y zona sur. Ambas, se encuentran conec-
Residenciales Extraurbanas (RE) con un tadas entre sí por la Ruta Nacional N° 3
13 %. También destaca el crecimiento del que atraviesa toda la ciudad en dirección
sector Industrial (IA) en un 33 % por so- paralela a la costa atlántica. Los barrios in-
bre el resto de los usos. En todo el aglo- corporados al catastro municipal de forma

25. Este total no incluye asentamientos informales o toma de tierras; no reconocidos como barrios, a los que se le
atribuye un carácter de informalidad o o ilegalidad.

52
gradual, poseen -de manera diferenciada- mento del precio internacional del barril de
infraestructuras sanitarias, parcelamiento, petróleo, asociado con políticas naciona-
equipamiento institucional comunitario les sobre hidrocarburos, que han impacta-
(asociación vecinal, programas sociales, do fuertemente en la intensificación de la
espacios de recreación y servicios de hi- explotación del recurso. En el primer boom
giene urbana), destinados esencialmente petrolero (1958-1963), se produjo el primer
al uso residencial (Usach y Freddo, 2016). ciclo de expansión de la mancha urbana,
La ciudad se conformó en sus orígenes principalmente sobre áreas territoriales es-
bajo una centralidad portuaria que, en 1907 casamente sustentables para la ocupación
a partir del “descubrimiento” del petróleo, (laderas de cerros, cañadones y desagües
cambió significativamente hacia un perfil naturales, sectores inundables, zonas de
económico petrolero dominante. Bajo estas afectación petrolera) (Cabral Marques,
condiciones, el desarrollo de la localidad 2019). Dichas ocupaciones, especialmen-
y su expansión física, necesitó adecuarse te en el sector suroeste, fueron producto
tanto a las demandas económicas, como de tomas de tierras que se fueron consoli-
a las ‘ofertas’ topográficas y posibilidades dando deficitariamente y que fueron deno-
tecnológicas (FHCS-UNPSJB, 2008). minadas como “barrios altos”.
A partir de la explotación del petróleo Al crecimiento urbano de la época, se
y la llegada de YPF, como así también de le sumaba en la década del 70, la incor-
otras empresas estatales y privadas -tanto poración de los campamentos petroleros
petroleras, ferrocarrilera, gasífera y otras como barrios dentro de la jurisdicción
industrias como la cementera- se fueron municipal, a partir de la desactivación del
conformando campamentos a pocos kiló- modelo empresarial petrolero a escala lo-
metros de Comodoro, bajo la intervención cal. Más tarde, en la década del 90, las
y planificación espacial realizada por parte políticas de privatización a nivel nacional
de dichas empresas (Baeza y Lago, 2015). provocaron fuerte impacto en el acceso al
Las dinámicas del pueblo asociadas prin- hábitat y los índices de déficit habitacional,
cipalmente al puerto, nada tenían que ver y no fue hasta el segundo boom petrole-
con la realidad de los campamentos y, en ro (2005-2010), que la ciudad experimen-
muchos aspectos, eran notables las di- tó uno de los mayores impactos en este
ferencias entre ambas espacialidades en sentido. Este período reciente, se caracte-
lo concerniente al acceso a la tierra y a la rizó por corresponderse con una etapa del
vivienda y en el suministro de servicios bá- capitalismo a nivel global que profundizó
sicos e infraestructura. el carácter del petróleo como parte de las
Los distintos periodos de transforma- industrias basadas en la extracción de re-
ción territorial en la ciudad, encuentran di- cursos naturales (Svampa y Viale, 2014).
recta correlación con los vaivenes econó- En términos de producto bruto geográfico,
micos de la industria petrolera, tanto con en 2010 la actividad petrolera (sector de
las etapas de auge económico o boom pe- explotación de minas y canteras), marcaba
trolero, como así también, vinculado a mo- un total de 54,6 %, a comparación del sec-
mentos de crisis. Los períodos de auge, tor de la construcción (7,2 %), por ejemplo
han coincidido con momentos de incre- (Barrionuevo, 2019).

53
El auge productivo en la actividad pe- que él mismo haya instalado previamen-
trolera durante el periodo 2005-2010, se te los servicios urbanos básicos; c) ocu-
vio reflejado en el crecimiento poblacional paciones de los espacios donde el suelo
de la ciudad, fuertemente vinculado a pro- carece de condiciones adecuadas de ha-
cesos migratorios atraídos por la deman- bitabilidad (las laderas de los cerros en
da de mano de obra. Esto quedó en evi- la zona suroeste, o espacios próximos al
dencia al observar los datos poblacionales basural municipal) (Usach y Freddo, 2016)
de los dos últimos censos, tal como se co- (Ver Figura 19 en Anexo Cartográfico).
mentó anteriormente (ver Tabla 1.11). Asi- El dinamismo poblacional durante el
mismo, en relación a esto y en referencia a segundo boom petrolero, estuvo acompa-
los datos sobre nueva población migrante, ñado por una demanda de vivienda no sa-
el total de nuevos residentes nacidos en el tisfecha formalmente. En este sentido, la
extranjero asciende a 1.325 personas; lo Tabla 1.12 expone que para el año 2010,
que evidencia que la población residente a comparación del año 2001, se registra-
en la ciudad nacida en otro país aumentó ba un aumento considerable en el número
entre 2001 y 2010 casi nueve por ciento de viviendas tipo ranchos y casillas (606
(Usach y Freddo, 2016). y 907 respectivamente), incluso de per-
Tal como adelantamos, el crecimiento sonas viviendo en la calle; como así tam-
de la ciudad asociado al segundo boom bién, un crecimiento en el número de otro
petrolero, estuvo fuertemente marcado a tipo de viviendas. Por ejemplo, se regis-
un proceso deficitario en términos habita- traron 15.431 casas y 3.509 departamen-
cionales, ligado a una expansión hacia los tos nuevos. Sobre esto desarrollaremos
espacios periféricos, principalmente aso- en el próximo apartado, pero no sin an-
ciados a tres ejes: a) la expansión median- tes mencionar que estos datos ponen en
te las denominadas “extensiones” en las evidencia que las nuevas construcciones
periferias de barrios preexistentes; es de- de casas y departamentos no fueron des-
cir, la autoconstrucción de viviendas en zo- tinadas fundamentalmente a responder la
nas disponibles dentro del ejido urbano; b) demanda de los sectores populares de la
la conformación de nuevos asentamientos ciudad, sino más bien, corresponden a la
no reconocidos legalmente en espacios expansión del mercado inmobiliario en la
periurbano inhabitados, o la venta de te- apropiación y capitalización de la renta
rrenos fiscales por parte del municipio sin petrolera.

Tabla 1.12: Nivel Socio habitacional Comodoro Rivadavia. Censo 2001-2010


Variación Variación
Variable Censo 2001 Censo 2010
absoluta relativa %
Cantidad de hogares 37.659 53.792 16.133 42.84 %
Cantidad de hogares con NBI (absoluto) 4291 5193 902 21.02 %
Hogares con NBI (%) 11.4 9.7 -2 -15.28
Tipo de viviendas

54
Casa 31.488 46.919 15.431 49
Rancho 173 779 606 350.3
Casilla 582 1489 907 155.9
Departamento 4836 8345 3509 72.6
Pieza en inquilinato 416 540 124 29.8
Pieza en hotel familiar o pensión 9 22 13 144.4
Local no construido para habitación 64 80 16 25
Vivienda móvil 25 32 7 28
Persona/s viviendo en la calle 1 12 11 1100
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Censo Nacional 2010. INDEC.

En términos de déficit habitacional Por otro lado, el déficit habitacional


cuantitativo compuesto entre los dos úl- cualitativo referido a la situación de hoga-
timos censos (2001-2010), la Tabla 1.13 res que habitan en viviendas deficitarias,
muestra que para el año 2001, las cifras es decir, aquellas cuyas condiciones de
indican un déficit cuantitativo compues- estado y localización requieren reparacio-
to de 3.106 viviendas, equivalente a un nes o se encuentran incompletas, ha expe-
porcentaje de hogares con déficit de 8,2; rimentado una reducción entre los censos
mientras que para el año 2010 esta cifra 2001 y 2010, situación que también se ha
ascendió a 9.839 viviendas, que en térmi- registrado a nivel nacional.
nos porcentuales equivale a un 18,32.

Tabla 1.13: Déficit habitacional cuantitativo compuesto y cualitativo. Años 2001 y 2010.
Déficit cuantitativo % déficit cuantitativo Déficit % déficit
Hogares
compuesto compuesto Cualitativo Cualitativo
2001 37.247 3.106 8,2 % 4.460 12,0 %
2010 53.208 9.839 18,32 % 4.433 8,3 %
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Censo Nacional 2010. INDEC

El Registro Nacional de Barrios Popula- década del 90 en plena crisis nacional y pri-
res RENABAP realizado entre 2016 y 2017, vatización de YPF. Durante el periodo 2000-
concluye que existen 31 asentamientos en 2010, correspondiente al segundo boom
la ciudad, en los cuales habitan aproxima- petrolero, se produce un salto exponencial
damente 3.415 familias sin acceso a agua en la producción de toma de tierras con un
corriente, cloacas, entre otros servicios total de 21 asentamientos; disminuyendo
esenciales. Según dicho registro, los pri- relativamente en el periodo 2010-2016 con
meros asentamientos surgen entre 1950 y un total de 7 asentamientos.
1960 (Pietrobelli y Floresta) lo que corres- En base al RENABAP, el Observatorio
ponde al primer boom petrolero, hasta la Federal Urbano perteneciente al Ministe-

55
rio del Interior, Obras públicas y Viviendas,
calcula que para el año 2017, aproximada-
mente 27.354 personas residían en barrios
vulnerables, lo cual equivale al 13,81 % de
la población.
Hasta aquí hemos presentado breve-
mente las características generales de la
ciudad y su configuración territorial, enfa-
tizando sobre la densificación del hábitat
popular y el aumento del déficit habitacio-
nal, como parte del crecimiento urbano re-
gistrado estas últimas dos décadas. Más
adelante en el libro, intentaremos profundi-
zar sobre los aspectos más relevantes en
torno a dichas desigualdades en el acceso
a la tierra, entendiendo que forman parte
de un problema estructural sobre el suelo
urbano y su apropiación privada y mercan-
til en connivencia estatal.

56
57
El único derecho es estar
Conflictos por el acceso al suelo y tomas de tierras en Patagonia

2. Mercado constructor
e inmobiliario y
dificultades de acceso
al suelo en Patagonia
Santiago Bachiller

2.1. Introducción

Tal como sostuvimos en la introducción da limitación de nuestro estudio reside en la


del libro, el objetivo central que guió nues- profundidad histórica. En la región patagó-
tra investigación consistió en analizar las nica, los obstáculos en el acceso a la tierra
dificultades de acceso al suelo urbano y la que afectan a los sectores populares, remi-
consiguiente toma de tierras a partir de tres ten a diversos procesos históricos que ex-
dimensiones: las políticas públicas en ma- ceden las posibilidades de esta investiga-
teria de suelo urbano y vivienda, el mercado ción. Aquí nos restringimos a recordar que
del suelo, y la “lógica de la necesidad”. En los orígenes del reparto injusto de tierras se
este apartado nos dedicaremos a caracte- remontan a la avanzada militar republicana
rizar el funcionamiento del mercado formal sobre las “tierras de indios”, en tanto con-
de suelo en Comodoro Rivadavia, Cipolletti dición clave para garantizar la acumulación
y San Carlos de Bariloche, en tanto factor capitalista y la formación del estado nacio-
clave a la hora de explicar la propagación nal moderno (Briones y Carrasco, 2006;
de la toma masiva de tierras. Bandieri, 2005). Dichos procesos fueron
Debido a los confines trazados a la hora posibles mediante la matanza masiva de
de establecer los alcances de esta investi- las poblaciones nativas, así como signifi-
gación, cabe aclarar que nuestras reflexio- caron el retroceso de formas de tenencias
nes no se amplían a los mecanismos que comunales de la tierra, tradicionalmente re-
regulan el mercado informal de tierras al guladas por los derechos de uso; asimis-
interior de los asentamientos populares. mo, tales dinámicas históricas posibilitaron
Como sostiene la bibliografía sociológica, la concentración de miles de hectáreas en
no es posible delimitar claramente entre manos de unas pocas familias. Las comu-
el mercado formal y el informal de tierras. nidades que resistieron fueron confinadas
Ello es así pues sólo existe un mercado; lo en algunos casos a reservas ubicadas en
que denominamos como mercado informal las tierras con peores condiciones y otros
es, de hecho, un derivado específico de las fueron forzados a migrar a las ciudades.
fuerzas expulsoras del mercado formal del Muchas de ellas continúan aún hoy luchan-
suelo (Mertins et. al., 1988; Abramo, 2003). do y recuperando los territorios que les fue-
Lo cierto es que el estudio concreto del ron arrebatados
modo en que el mercado se manifiesta en En el presente patagónico, el acceso
los asentamientos populares a partir de la desigual a la tierra guarda relación con un
informalidad, es una tarea que nos ha que- modelo de acumulación que tiende a la mo-
dado pendiente para el futuro. Una segun- noproducción. En las ciudades estudiadas,

59
dicho modelo se expresa en la preponde- inherente al proceso de urbanización ca-
rancia de las industrias turísticas (para el pitalista. Por un lado, la ciudad garantiza
caso de Bariloche) o extractivas (vinculada los efectos útiles de aglomeración; es de-
con los hidrocarburos; aplicable a la reali- cir, permite la articulación en el espacio de
dad de Comodoro Rivadavia y Cipolletti). valores de uso que son claves, ya no sólo
Hemos visto que, en épocas de bonanza, para la vida cotidiana de la población, sino
tales industrias atraen a miles de migran- también para la producción y reproducción
tes; tal es así, que la región patagónica capitalista. La ciudad garantiza las condi-
posee las tasas más altas de crecimiento ciones de reproducción ampliada de la
poblacional del país (al respecto, consultar fuerza de trabajo (recursos para su super-
en el apartado 1). En esta sección conside- vivencia), provee medios de producción al
raremos cómo el funcionamiento de dichas capital (básicamente energía), posibilita la
industrias, junto a la movilidad demográfi- conexión espacial entre empresas (la con-
ca y la inadecuación de políticas públicas centración territorial favorece la interdepen-
(tema que será desarrollado en el próxi- dencia), así como la provisión pública de
mo apartado), han tenido como correlato servicios e infraestructuras (que disminuyen
la consolidación de un mercado del suelo los costos de circulación del capital, ase-
destinado a satisfacer la demanda de los gurando su subsistencia y ampliación). Sin
sectores de altos ingresos, la especulación embargo, simultáneamente, una multitud de
inmobiliaria, el agravamiento de los proble- procesos privados, cada uno determinado
mas habitacionales y, por consiguiente, las por reglas propias de valorización, compiten
tomas de tierras por parte de los sectores por la apropiación del espacio. La contradic-
excluidos del mercado formal. Anticipan- ción inherente al proceso de urbanización
do algunas conclusiones, entendemos al capitalista consiste en que cada capital pri-
mercado constructor e inmobiliario como vado busca su ganancia, pero, procediendo
un elemento fundamental en la relación de tal modo, obstaculizan la formación de
entre los procesos de urbanización e in- los efectos útiles de aglomeración que pro-
dustrialización (en nuestros casos ligados porciona la ciudad (Jaramillo, 2009).
con la extracción de hidrocarburos y el ¿Cómo se posiciona el Estado ante di-
turismo), así como un factor estructurante cha contradicción? Una primera forma de
de la desigualdad espacial que determina responder tal interrogante consiste en citar
la coexistencia, en una misma ciudad, de a quienes sostienen que el Estado repre-
asentamientos populares con barrios resi- senta un conjunto de aparatos burocrá-
denciales de lujo. ticos que buscan realizar el interés de la
clase dominante (Topalov, 1979). Por con-
2.1.1. Procesos de urbanización siguiente, sus objetivos en buena medida
capitalista, mercado del suelo y teoría consisten en auxiliar al capital garantizando
de la renta su reproducción y ampliación de diversas
maneras: asegurando la existencia de va-
La distribución espacial desigual de los lores de uso indispensables para el capital,
diversos grupos sociales en el territorio, pero que él mismo nunca creará (construc-
guardan relación con una contradicción ción de carreteras, de equipamiento urba-

60
no, etc.); promoviendo una coordinación residentes del área), y la reglamentación
de la infraestructura y espacialidad urbana urbana que rige en los alrededores (Baren-
imposible de satisfacer desde la lógica em- boin, 2013).
presarial; e incluso formando y sosteniendo Para comprender los procesos de for-
a quienes ofrecerán su fuerza de trabajo a mación de precios y la consiguiente distri-
cambio de un salario (construyendo equi- bución de los grupos sociales en el espacio,
pamientos colectivos de salud, educación, es preciso ahondar en la teoría general de
vivienda, etc.). En tal sentido, las dificulta- la renta elaborada originalmente por Marx,
des de acceso al suelo, y las consiguientes y luego adaptada para el ámbito urbano por
tomas masivas de tierra que son objeto de autores como Harvey, Topalov o Jaramillo.
nuestro análisis, guardan relación directa La pregunta de partida de este debate es
con las deficitarias respuestas estatales, la siguiente: ¿por qué la tierra, que no es un
en paralelo a las ayudas permanentes a valor en sí mismo (pues no es un bien que
diversos capitales (ampliaremos el análisis ha sido producido socialmente mediante el
sobre el modo en que el Estado se vincu- trabajo), tiene un precio? La renta, noción
la con el mercado del suelo en el siguiente acuñada por Marx para explicar dicha para-
apartado). doja, se define como parte del valor produ-
No obstante, en una sociedad capitalis- cido socialmente que no se incorpora a las
ta, el Estado no es la única fuerza que mol- plusvalías que se reparten los capitalistas,
dea el espacio urbano; por el contrario, el sino que es apropiada por los terratenien-
mercado es un mecanismo fundamental de tes ya que, gracias a la propiedad privada,
asignación diferencial y de distribución de controlan la tierra como elemento indispen-
recursos en la ciudad. De hecho, en países sable para la producción. De tal forma, la
como Argentina, la cantidad de personas renta depende de una serie de factores. En
que accedieron a una vivienda gracias al primer lugar, el dominio sobre la propiedad
Estado es ínfima en comparación con las jurídica de un bien, el suelo, que es impres-
que lo hicieron a través de las leyes (forma- cindible para la producción; en un sistema
les o informales) del mercado. capitalista de asignación de recursos, en
La forma física de la ciudad expresa la el principio de todo está la propiedad. Los
distribución del poder; en una sociedad or- otros elementos básicos son la escasez y
ganizada en términos de clase, la división la irreproductibilidad de cada terreno. Este
social del espacio refleja la desigual loca- conjunto de factores responde a la imposi-
lización de los diferentes grupos en fun- bilidad de repetir la ubicación del lote; de
ción de su capacidad adquisitiva (Harvey, tal modo, el punto central en el proceso de
1979). A su vez, la conformación del valor formación del precio no pasa por la ausen-
del suelo se relaciona con la disponibilidad cia de terrenos, sino por la insuficiencia de
de terrenos, la presencia o ausencia de in- lotes bien ubicados, con servicios e infraes-
fraestructura en la zona, las centralidades tructura. Consecuentemente, la base de la
(la existencia de comercios o equipamien- ganancia extraordinaria que supone una
to), la accesibilidad (vías de comunicación, renta es la estructura jurídica que permite el
servicios y transporte público), el entorno dominio sobre un bien irreproducible (Baer,
socio económico (nivel adquisitivo de los 2008; Del Río et al., 2015).

61
Buscando adaptar una teoría general de res básicos a considerar son el capitalista
la renta que originalmente fue pensada para constructor, el propietario original, el consu-
el ámbito rural, se establecieron ciertas me- midor final y el promotor inmobiliario. Una
diaciones para su mejor aplicabilidad en las primera distinción es la que diferencia a lxs
ciudades contemporáneas. En primer lugar, constructores de lxs propietarixs. El cons-
se remarcó la mayor diversidad de actores tructor crea bienes de utilidad para la so-
presentes (cuestión que retomaremos lue- ciedad; asimismo, se ve forzado a competir
go). En segunda instancia, a diferencia de con otros constructores, por lo cual debe
lo que sucede en un campo, la “fertilidad ser eficiente y bajar su tasa de ganancia.
urbana” no es un atributo intrínseco del sue- Si bien Topalov (1979) recomienda no ima-
lo, sino que es creada por la sociedad; por ginar a los propietarios como un grupo
consiguiente, se encuentra determinada homogéneo, en este trabajo nos confor-
por la acción pública. Como tercer elemen- mamos con diferenciar básicamente entre
to, la relativa irreproductibilidad de las con- aquellos propietarios que conciben al suelo
diciones de localización hace que la oferta como un bien de uso, de quienes actúan
del suelo urbano sea inelástica. Es decir, en persiguiendo una inversión. A diferencia del
el espacio urbano, los precios de la tierra constructor, el propietario controla un in-
guardan una relación directa con sus atri- sumo básico indispensable y, hasta cierto
butos extrínsecos (ubicación, actividades punto, monopolizable, pues sólo compite
soportadas, expectativas de valorización), con otros propietarios que poseen terrenos
antes que con sus atributos intrínsecos (for- con una ubicación similar. Por si fuera poco,
ma, tamaño, capacidad portante). Es por el propietario no debe afrontar costos de
ello que, a diferencia de lo que ocurre con producción, sino que se beneficia de una
otras mercancías, en el mercado de suelo valorización sin haber realizado ningún es-
urbano existe un desencuentro estructural fuerzo laboral ni económico.
entre la oferta y la demanda. “Los diversos Pero la demanda de suelo no incluye
demandantes del espacio concentran sus solamente a familias con diferente capaci-
preferencias en pocas ubicaciones, pero dad adquisitiva, sino también a empresas
la creación de localizaciones similares de- inmobiliarias y financieras. Por un lado, de-
pende de un gran esfuerzo colectivo, lento bido a los prolongados tiempos y a los altos
y costoso. Esto hace que la oferta del suelo costos propios de la construcción, existen
resulte estructuralmente escasa” (Del Río et mecanismos de circulación de capital que
al., 2015:3). Finalmente, la vivienda es un tienen como objetivo diferir en el tiempo los
bien que demanda gran cantidad de trabajo pagos del inmueble (hipotecas, alquileres,
social, y posee una larga vida útil. A diferen- venta en plazos, etc.). Evidentemente, la in-
cia de otras mercancías, conlleva un mayor termediación de las empresas inmobiliarias
tiempo de construcción; asimismo, el perío- y/o financieras tiene como contrapartida un
do de circulación de los inmuebles también mayor encarecimiento del precio final que
es muy prolongado (Jaramillo, 2008). paga el usuario. Por otro lado, los promo-
Lxs agentes que intervienen en el mer- tores inmobiliarios son agentes especializa-
cado también dan cuenta del suelo como dos que operan como intermediarios entre
una mercancía muy particular. Lxs acto- propietarios originales y usuarios finales,

62
compitiendo por la apropiación de suelo determinará el precio no será la del uso ac-
para desarrollar sus proyectos, y ocupán- tual, sino que se relaciona con las expec-
dose de garantizar las condiciones nece- tativas de su máximo y mejor uso a futuro
sarias para el proceso de acumulación en (se asocia con el tipo y la intensidad de uso
la construcción (Del Río et al., 2015). Pero admitida, ya sea en términos normativos
este urbanizador no posee la capacidad como de la rentabilidad económica que se
para influir en la oferta de tierras. Por el espera obtener en función de su localiza-
contrario, debido a la amplia competencia ción). Morales Schechinger (2007) ilustra
entre demandantes y al poder del propieta- dicha situación recordando que los terre-
rio de administrar la escasez de su bien, el nos vacantes de una ciudad no se venden
propietario es quien suele capturar el ma- en función de la renta que se obtiene de su
yor porcentaje de ganancia; dicha sobrega- uso actual (que, en el caso de un terreno
nancia es, precisamente, la renta del suelo baldío, es nulo), sino de la renta que se in-
(Morales Schechinger, 2007). La situación fiere de un uso potencial (el cual ya presu-
privilegiada de los propietarios también pone una edificación).
se asocia con su capacidad de especular, Existen dos grandes tipos de rentas ur-
reteniendo el bien y esperando una mayor banas del suelo. Las rentas primarias se
valorización mediante la creación estatal articulan con el proceso productivo de la
de servicios urbanos (Jaramillo, 2008). Así, construcción, mientras que las rentas se-
la tendencia general al alza de los precios cundarias surgen del proceso de consumo
en el mercado de la tierra conlleva que los del espacio construido y se corresponden
agentes constantemente busquen apode- con el comercio, la vivienda y la producción.
rarse de los incrementos de los precios. En la ciudad, las distintas modalidades de
Consecuentemente, la especulación no es rentas se presentan en múltiples combina-
una práctica coyuntural, sino una caracte- ciones; en todo caso, el punto central a re-
rística inherente al mercado del suelo (Pa- cordar es que la localización constituye el
rias Durán, 2010). factor principal de conformación de renta
La literatura especializada coincide en en el ámbito urbano: si existe renta del sue-
que, ya que el stock disponible de terrenos lo es porque existe sobreganancia de loca-
urbanizables se mantiene estable en el cor- lización, y el origen de la misma consiste
to y mediano plazo, la composición de la en los efectos útiles de aglomeración que
demanda es fundamental en la formación no son reproducibles, mientras que su ac-
del precio del suelo (Baer, 2008). Una vez ceso está monopolizado por la propiedad
más, dicha situación no se explica por las del suelo.
características intrínsecas del terreno, sino De lo visto hasta ahora, quisiéramos
por sus particularidades extrínsecas (bási- resaltar una serie de cuestiones. En pri-
camente, por la localización y conectividad mer lugar, el mercado de suelo opera bajo
urbana). A su vez, el elemento a considerar reglas que no necesariamente siguen los
es que la demanda de suelo no es directa, postulados ortodoxos de la economía del
sino derivada de la actividad que potencia- mercado de otras mercancías. Tal como
les compradores pretenden generar sobre sostiene Morales Schechinger con relación
el mismo. Consecuentemente, la renta que al incremento constante de precios: “no es

63
que el mercado del suelo no esté funcio- tanto inversión y reserva de valor frente a
nando bien, sino que así es como funciona” un sistema bancario desacreditado), etc.
(2007:7); ello es así pues las características Este cuadro se agravó ante la inadecuación
de la mercancía misma no permiten una generalizada de una política de regulación
oferta y una demanda plenamente compe- del suelo, la cual condujo a un encareci-
titiva y racional. En segunda instancia, la miento constante de los precios de la tierra
manera en que cada capital compite por que siempre fue muy superior respecto del
la apropiación del espacio, explica las di- incremento de los salarios (este tema será
versas estructuras y los perfiles resultantes desarrollado en profundidad en cada una
de precios del suelo de las ciudades. Por de las tres localidades).
consiguiente, la teoría de la renta del sue- La expansión de diversos programas
lo es un buen principio para comprender el estatales de vivienda (Programa Federal
modo en que se estructuran nuestras ciu- de Viviendas, Procrear, etc.; los mismos se-
dades. Finalmente, entendemos al merca- rán contemplados en el próximo apartado)
do de suelo “como un mercado de localiza- no redujo, sino que agravó dicho escena-
ciones monopolizadas por los propietarios rio (Cravino, 2012; Del Río, 2012). En gran
sobre el cual se proyectan expectativas de parte, ello se debió a que los gobiernos
ganancia económica, ventajas de uso y/o kirchneristas no concibieron a la construc-
status que son las que habilitan la aparición ción como un aspecto clave del desarrollo
de la renta” (Del Río et al. 2015:4). urbanístico, sino como el puntal que permi-
tiría la reconstitución del tejido productivo,
2.1.2. Los precios (expulsivos) del el empleo y el mercado interno. Juan Pa-
suelo durante la posconvertibilidad blo Del Río, Federico Landarg y Diego Ar-
turi (2014) afirman que, entre el 2002 y el
En Argentina, investigadores como Ba- 2008, el sector de la construcción creció un
renboin, Baer o Del Río analizaron el perío- 19,3 %, duplicando la tasa de crecimiento
do de posconvertibilidad y salida de la cri- del conjunto económico. La acción pública
sis del 2002 resaltando la coexistencia de fue clave en tal crecimiento, ya que la In-
un significativo crecimiento económico con versión Bruta Pública en construcción tuvo
un fuerte incremento en las dificultades de un incremento del 303 % entre el 2002 y el
acceso a la vivienda. Las explicaciones de 2005, mientras que la Inversión Bruta Priva-
tal paradoja residen en el tipo de cambio da aumentó el 86 %. A ello hay que sumar
entre el peso y el dólar, la particularidad la elevada rentabilidad, especialmente del
de los créditos hipotecarios (insuficientes, mercado inmobiliario, ya que los costos se
con altas tasas de interés, en función de la pesificaron mientras que las ventas conti-
relación entre la cuota y el ingreso prome- nuaron dolarizadas. Todo ello llevó a que la
dio de la población), la gran liquidez de los inversión en suelo haya sido una de las más
sectores ganadores del nuevo tipo de cam- rentables en el período26.
bio frente al aumento de los commodities, Del Rio et al. (2014) destaca otras parti-
las estrategias de desarrolladores urbanos cularidades del mercado nacional del suelo
y propietarios del suelo (quienes adoptaron durante la etapa de posconvertibilidad. En
un uso patrimonialista de la propiedad en primer lugar, a diferencia de la burbuja es-

64
peculativa que en el 2007 desató la crisis pras fueron al contado, dato que refuerza la
financiera en los países centrales, el creci- conclusión de que los compradores fueron
miento inmobiliario argentino no se asentó grupos cuya capacidad adquisitiva no dis-
en la creación de instrumentos financieros minuyó, sino que incluso aumentó durante
sofisticados de apalancamiento (mercados la crisis.
secundarios de hipotecas), motivo por el El trabajo de Cinthia Barenboin (2013)
cual dicha crisis no impactó significativa- se sitúa en Rosario (provincia de Santa Fe),
mente. En segunda instancia, el fideicomi- y da cuenta del incremento constante de
so se constituyó en el principal instrumento los precios del suelo incluso en las áreas
de financiamiento inmobiliario del período, periféricas de la ciudad. Coincidiendo con
posibilitando un nuevo esquema para el los otros autores, Barenboin afirma que el
negocio inmobiliario. Más del 85 % de los poder de compra de los sectores medios
emprendimientos que se desarrollaron en y bajos se redujo durante la etapa de pos-
el Gran Buenos Aires y Capital Federal se convertibilidad. Como en el resto del país,
constituyeron bajo este formato jurídico. la reducción de las condiciones de acceso
Evidentemente, la difusión del fideicomiso al suelo intensificó las estrategias dirigidas
no mejoró el déficit habitacional. En tercer al mercado inmobiliario informal y a la in-
término, frente a la necesidad de divisas quilinización.
extranjeras, el gobierno nacional fracasó Patagonia presenta los precios de venta
en su intento de pesificar las transacciones más altos del país, la brecha suele rondar
inmobiliarias; finalmente, cedió a la presión entre 200 y 300 dólares el metro cuadrado y
del sector inmobiliario recurriendo (amnistía manteniéndose esa distancia durante todo
impositiva de por medio) al CEDIN (Certifi- el periodo 2008-2016 (Figura 2.1.). También
cados de Depósito para la Inversión) como es posible advertir un paralelismo en cuan-
un instrumento para repatriar y blanquear to a las etapas de encarecimiento/abara-
capitales que se encontraban en el exterior. tamiento del precio. Sobresale la posición
Los CEDIN representaron un nuevo me- de Bariloche, que presenta los precios de
canismo financiero que permitió al sector venta más altos, con importantes fluctua-
inmobiliario continuar comercializando los ciones, particularmente desde 2012. Co-
inmuebles en dólares. modoro Rivadavia y Neuquén (localidad no
Luis Baer (2008) se focaliza en la ciudad estudiada directamente en esta obra, pero
de Buenos Aires, planteando una correla- fuertemente vinculada a la dinámica de Ci-
ción entre concentración territorial (en el pe- polletti) alternan en la segunda o tercera
ríodo examinado se edificó en unos pocos posición y es posible observar que Como-
barrios de alta renta) y el tipo de superficie doro Rivadavia presenta mayor estabilidad
residencial construida (predominantemen- en los precios que las demás ciudades.
te, se construyeron multiviviendas suntuo- Una situación que destaca es el repunte de
sas). Entre 2002 y 2006, el 96 % de las com- precios en todas las ciudades patagónicas

26. En el período 2001-2010, el plazo fijo tuvo una variación porcentual en pesos de 164 %, el dólar de 296 %, la
inflación acumulada ascendió a 454 %, mientras que el incremento del precio promedio del m2 fue del 502 % (Del Río
et al., 2014).

65
a partir de finales de 2015, cuando la quita otro un encarecimiento de todos los bienes
de restricciones a la compra de divisa pro- de la economía, incluidos los inmobiliarios,
vocó dos efectos conjuntos: por lado, el in- en contexto de creciente inflación post de-
cremento de la demanda por la posibilidad valuación. Los casos puntuales de Cipollet-
de comprar dólares para afrontar pagos en ti, Bariloche y Comodoro Rivadavia, son tra-
un mercado ampliamente dolarizado y por tados en detalle en los próximos capítulos.

Figura 2.1: Evolución del precio promedio de venta de departamentos usados de 2 y 3 dormitorios, en
dólares por metro cuadrado. Localidades patagónicas y resto. Fuente: Elaboración propia con datos de
Reporte Inmobiliario.

Figura 2.2: Evolución del precio promedio de venta de departamentos usados de 2 y 3 dormitorios, en dólares
por metro cuadrado. Localidades patagónicas. Fuente: Elaboración propia con datos de Reporte Inmobiliario.

66
Figura 2.3: Evolución precio promedio alquileres en pesos principales ciudades del interior del país,
departamentos en casco urbano de 2 y 3 ambientes. Localidades patagónicas y resto.
Fuente: Elaboración propia con datos de Reporte Inmobiliario.

Figura 2.4: Evolución precio promedio alquileres en pesos principales ciudades del interior del país,
departamentos en casco urbano de 2 y 3 ambientes. Localidades patagónicas relevadas.
Fuente: Elaboración propia con datos de Reporte Inmobiliario.

67
2.2. Acceso al suelo y mercado inmobiliario en San Carlos de Bariloche

Pablo Marigo | Eugenia Cavanagh | Tomas Guevara | Damian Medina

2.2.1. Mercado de suelo, paisaje y de una mera agregación de preferencias


turismo: El valor de la naturaleza individuales, sino de una decisión colectiva
con respecto a lo que es valioso y prioritario
El proceso de configuración urbana ba- (y lo que debe ser producido) para el con-
rilochense ha estado íntimamente ligado junto social. Estos valores compartidos se
al desarrollo de la actividad turística y a la identifican en una serie de características
importancia del entorno natural en las lógi- locales que, tales como la vista al lago, el
cas de ocupación territorial. El paisaje privi- acceso a los parques nacionales, la prima-
legiado ha mostrado ser un elemento cen- cía montaña/vegetación y la tranquilidad.
tral de la expansión urbana, ordenando el Es posible afirmar entonces que los des-
asentamiento de la población a lo largo de tinos turísticos de montaña como Bariloche,
la costa del Nahuel Huapi y estructurando el reúnen las condiciones para generar en el
mercado del suelo y la especulación inmo- imaginario colectivo la visión de un espa-
biliaria en función de las localizaciones con cio con ciertos valores públicos comunes,
entornos naturales más atractivos. En este que ofrecen mejores oportunidades para
sentido, la conformación de San Carlos de el desarrollo humano, repercutiendo en las
Bariloche como destino turístico de monta- migraciones por amenidad y en las elec-
ña, constituye una de las claves para com- ciones residenciales de la población local.
prender las lógicas de crecimiento urbano y Este valor se relaciona con la capacidad
los intereses inmobiliarios que confluyeron de generar gozo, deleite o bienestar y bro-
tempranamente en su territorio a través de ta del calce entre necesidades y deseos
una demanda de suelo centrada en la rique- y las oportunidades que se abren de los
za del entorno ambiental, la cual se traduce servicios que se ofrecen. La evolución his-
en la formación de rentas del suelo diferen- tórica del tejido urbano y la estructuración
ciales (Guevara, 2016; Medina, 2017c). de precios del suelo, atada a las caracte-
A partir de ello, a la hora de analizar el rísticas paisajísticas de la ciudad, permiten
mercado del suelo y la dinámica urbana afirmar que los valores públicos ambienta-
en ciudades donde el paisaje ordena gran les formaron parte de las motivaciones que
parte de las elecciones residenciales e in- acompañaron la expansión, contribuyendo
mobiliarias, resulta interesante incorporar históricamente en la estructuración de sus
el concepto de valor público acuñado por condiciones urbanas actuales.
Mokate y Saavedra (2004), el cual puede Ahora bien, este valor público al que
aportar en la comprensión del caso de Ba- hacemos referencia tiene su traducción en
riloche. El valor público se distingue por ser términos económicos e incide en la forma-
percibido por el conjunto de la sociedad y ción de precios del suelo. La importancia
es consumido o disfrutado de manera co- que adquiere el componente ambiental y
lectiva. No obstante, el “público” no se trata paisajístico como atributo diferencial y dis-

68
tintivo de la ciudad, acentúa el privilegio de en buena medida adquiridos por capitales
la localización y el precio que se paga por el privados no residentes en la ciudad, cuyo
usufructo del suelo –en forma de renta (Ri- interés giraba en torno a las futuras rentas
cardo, 1973; Marx, 1995, Topalov, 1979; Ja- que dichas tierras podrían generar y que
ramillo, 1982)-, que no sólo comprende sus poco tenían que ver con las necesidades
funciones actuales sino también el abanico habitacionales locales.
potencial de sus usos venideros (Morales En definitiva, el crecimiento de la ciu-
Schechinger, 2005). Estos privilegios, que dad y la expansión de la mancha urbana no
hace que algunos lugares sean más apre- pueden ser comprendidos sin considerar el
ciados y demandados que otros, compren- anhelo de confraternizar con la naturaleza
den un proceso en el que los dueños de y, particularmente, de apropiarse de la vis-
la tierra exigen la mayor renta posible para ta al lago Nahuel Huapi, lo cual a su vez
la explotación de una propiedad que no es provoca impactos ambientales y riesgos
accesible para todxs. Máxime si además de de depredación de la vegetación autóctona
la demanda externa propia de la actividad y las áreas boscosas tan valorizadas. La
turística concurren otros fenómenos de- fragmentación urbana, la baja densidad y
rivados, como el turismo residencial y las la dispersión poblacional actual se asocia
migraciones de amenidad, que explicarían por tanto a esta dinámica especulativa de
buena parte de las movilidades poblaciona- subdivisión de tierras urbanas que no son
les y la demanda inmobiliaria experimenta- efectivamente ocupadas, sino que están
da por destinos turísticos como San Carlos motivadas por las expectativas futuras de
de Bariloche y/o que se encuentran cerca- valorización del suelo en la principal ciudad
nos a Parques Nacionales, áreas protegi- turística de montaña de nuestro país (Ma-
das y de reservas naturales (Moss, 2006; tossian, 2010b; Medina, 2018).
Grippo y Visciarelli, 2007; Medina, 2017b).
Esta vinculación entre apropiación del 2.2.2. La mirada de los desarrolladores
suelo y paisaje privilegiado constituyó un
componente central en los grandes frac- La siguiente dimensión aporta a la ca-
cionamientos que dieron paso a la configu- racterización de los principales agentes
ración urbana actual y que tuvieron lugar a económicos que operan en el mercado
partir de la década del 40 y 50, la mayo- inmobiliario de la ciudad, tomando como
ría de ellos ubicados en el eje Oeste de la base la articulación entre el capital inmobi-
ciudad, sitio de mayor valor ambiental. La liario y el capital constructor señalada en la
escasa de regulación sobre los loteos pro- introducción del presente apartado (Lovera,
ducidos y la incidencia de la especulación 2014). Para ello se recrea el mapa de acto-
inmobiliaria sobre las subdivisiones de las res que operan en el mercado inmobiliario
tierras que se incorporaban al ejido muni- formal, a efectos de comprender las distin-
cipal, dieron paso a un marcado proceso tas dinámicas de especulación inmobiliaria
de valorización del suelo que fue fundante que existen en la ciudad a lo largo del pro-
de las dinámicas de expansión urbana de ceso de producción-circulación-consumo
la ciudad y los procesos de diferenciación del espacio construido (Jaramillo, 2008). Si
socio espacial. Los lotes producidos eran bien no es un relevamiento acabado de la

69
totalidad de actores, el trabajo de campo respondieron a la demanda de los usua-
realizado constituye una muestra lo sufi- rios finales, manteniendo cierta diferencia-
cientemente representativa para esbozar ción entre las etapas de comercialización y
una primera caracterización del mercado construcción.
inmobiliario local durante el período de es- Ahora bien, los procesos de reestruc-
tudio. A la hora de abordar los procesos de turación territorial y las nuevas dinámicas
construcción y promoción inmobiliaria se intraurbanas asociadas a la espacializa-
debe tener en cuenta esta convivencia per- ción del capital en su fase neoliberal han
manente, donde las iniciativas de todxs lxs complejizado el entramado de actores que
actores (privados, estatales y comunitarios) intervienen en la producción del espacio ur-
y sus modalidades (formales e informales) bano, alterando las condiciones de acceso
forma parte de un conjunto dinámico don- al suelo urbano. Siguiendo a Dillon, Cossio
de se entrecruzan las lógicas de mercado, y Pombo (2010), estos cambios no son ex-
del Estado y de lxs sujetxs que producen clusivos de las metrópolis, sino que, en las
su hábitat. ciudades de rango intermedio como Bari-
Como ya se ha evidenciado, el mercado loche, dichas transformaciones generan
inmobiliario ha tenido una capacidad deci- grandes impactos dentro de su estructura
siva para moldear la configuración urbana urbana, redefinen ciertos roles tradicionales
de la ciudad, concentrando su actividad en y generan condiciones de posibilidad para
torno del eje Centro-Oeste, donde se ubi- el desembarco de inversiones de capital y
can las tierras de mayor valor comercial y el desarrollo de proyectos privados que tie-
relegando el sector Sur-Este de la ciudad, nen como objeto la obtención de plusvalía
donde principalmente se localiza y asienta urbana. Las iniciativas privadas y las desa-
la mayor parte de la población pertenecien- rrolladoras inmobiliarias, toman un prota-
te a los sectores populares. En este esque- gonismo inusitado en esta reconfiguración
ma fueron las inmobiliarias tradicionales del espacio urbano; desplegando diversas
quienes se encargaron de la subdivisión, estrategias de valorización del capital en un
comercialización y la compra-venta de los mercado escasamente regulado y donde
lotes, los cuales eran adquiridos para su las normativas y políticas urbanas suelen
consumo con fines residenciales, turísticos operar como facilitadores del capital.
o comerciales o bien como un refugio de De este modo el capital inmobiliario
valor para su posterior venta27. Por su par- y financiero, en el mercado de suelo, se
te, las tareas de construcción de inmuebles convierten en agentes centrales de los
generalmente fueron asumidas por empre- procesos de estructuración urbana y en el
sas dedicadas particularmente al rubro y funcionamiento general de la ciudad, con-

27. Sin olvidarnos del papel fundamental que jugó la Dirección de Parques Nacionales a partir de la creación de Parque
Nacional Nahuel Huapi en 1934, en el proceso de urbanización de la región y de expansión de ejido municipal, con su
participación en la subdivisión y venta de grandes fracciones de suelo y la incorporación de nuevas parcelas al ejido,
como mencionamos previamente en la breve caracterización de la ciudad. (Matossian, 2014; Medina, 2016; Guevara
y Núñez, 2014).

70
dicionando las posibilidades diferenciales cinas, los condo-hoteles (Hampton By Hil-
de acceso al suelo urbano de la población, ton cuyo desarrollo está a cargo del grupo
en función de la capacidad adquisitiva. Este Free Way), y grandes complejos hoteleros
nuevo esquema que implica la aparición orientados a turismo de élite como Capita-
de nuevos actores en la oferta, también es linas, Águila Mora, Aldebarán, entre otros.
acompañado por cambios en el perfil de lxs Si bien lxs desarrolladores van asumien-
demandantes: tanto aquellxs que buscan do tareas vinculadas a la materialización
acceder a la vivienda propia con fines resi- del espacio como parte de su estrategia
denciales, como la multiplicación de gran- comercial, es posible identificar grandes
des y pequeñxs inversionistas que adquie- empresas constructoras que concentran la
ren suelo urbano o viviendas en función de mayor parte de esta fase del proceso, por
la rentabilidad que esta le puede otorgar, o lo menos en lo referente a urbanización y
bien como reserva de valor. grandes proyectos inmobiliarios. En algu-
Respecto al rol desplegado por lxs de- nos casos mantienen una sociedad exclu-
sarrolladores y urbanizadores en nuestra siva con una empresa desarrolladora par-
ciudad, se han podido identificar las si- ticular. Se destacan CONSTRUCCIONES
guientes empresas: Laura Fenoglio Em- PATAGÓNICAS S.A., Arrieta & Arrieta Cons-
prendimientos, Grupo Klover, Burco Desa- trucciones S.R.L., Argenway, Konstructora
rrollos S.A., Espacios Patagónicos, Bullrich S.R.L., TEXIMCO S.A. (asociada a TECNIC
Patagonia, Best Desarrollos, TECNIC S.A., S.A.), ORIENTE y ALUS, siendo que las dos
Grupo Free Way entre otras. Cada una de últimas se concentran fundamentalmente
ellas cuenta con diversos proyectos, que in- en obra pública y vivienda estatal.
cluyen la urbanización de nuevos loteos en Respecto a la función de comercializa-
la periferia urbana, la construcción de edi- ción e intermediación del espacio construi-
ficios de media/alta gama en el casco cén- do, también ha habido una evolución en el
trico de la ciudad (la mayoría de ellos dedi- esquema de actores. En lo relativo a la ofer-
cado a oficinas comerciales o alojamiento ta de vivienda, la misma continúa atomizada
turístico), grandes complejos hoteleros, en un gran número de inmobiliarias locales
futuros desarrollos urbanísticos y venta de con distinto nivel de incidencia y capacidad
lotes individuales previamente adquiridos de comercialización que se dedican a la
por las firmas. compra-venta y al alquiler de inmuebles. Si
Estos actores han cobrado relevancia bien la mayoría son empresas locales, se
en la producción de la ciudad fundamental- han instalado en la ciudad filiales locales o
mente a partir de a partir de los proyectos patagónicas de grandes firmas inmobilia-
desarrollados en el marco del boom inmo- rias que operan en todo el territorio nacio-
biliario posterior a la crisis de 2001. Esto ha nal. Respecto a los proyectos urbanos de
implicado el crecimiento de inmobiliarias y alta gama, estos suelen concentrarse en las
desarrolladoras locales, el arribo de firmas carteras de grandes inmobiliarias y agentes
nacionales e internacionales y la aparición de comercialización, locales o nacionales,
de nuevos productos a la oferta residencial los cuales a su vez pueden integrar el gru-
y turística, como los barrios privados (esca- po empresario que desarrolla la operación.
sos a nivel local), modernos edificios de ofi- Asimismo, las nuevas urbanizaciones sue-

71
len ser comercializadas de manera simul- agentes que intervienen de manera informal
tánea por distintos agentes, con el objetivo en esta actividad.
de conseguir el capital necesario para con- En el año 2016 se aprueba la ORDE-
cretar los desarrollos. NANZA Nº 2774-CM-16, la cual dispone
Los comercializadores poseen un co- que toda organización dedicada a nego-
nocimiento profundo sobre las dinámicas cios inmobiliarios debe tener como titular
del sector, la oferta y la demanda, el perfil a un profesional corredor o martillero pú-
de los clientes inversionistas, sus intere- blico matriculado y colegiado en la III Cir-
ses y formas de manejarse, los medios y cunscripción Judicial de la Provincia de Río
canales de divulgación, publicidad y mar- Negro y debe tener asiento en Bariloche.
keting para atraer a compradores, tipos de Esta ordenanza, impulsada por el Colegio
producto, estrategias y herramientas de de Corredores y Martilleros, pone en relie-
financiamiento. Son agentes claves para ve la incidencia del mercado informal. Al
sustentar la nueva dinámica económica del respecto, la Presidenta de dicho Colegio,
desarrollo inmobiliario. Algunos de los más Laura Pérez Lavallén, informó que, a un año
importantes agentes de comercialización de sancionada dicha ordenanza, se han re-
que identificamos son Remax, Bullrich, To- gistrado 90 corredores y se estima que la
ribio Achával, Los Cerros, Achaval Cornejo, cantidad no registrada triplica dicha cifra.
Patagón, O’keefe, Van Ditmar, Laura Feno- Ahora bien, el boom inmobiliario nacio-
glio, Tomas Smart, Fabiana Tula, Shanahan nal posterior a la crisis del 2001 y el fenó-
Patagonia, Garcia Susini, Laura Pérez Lava- meno de la vivienda en tanto refugio de va-
yen, Richter, Bonomo Propiedades, Rahal lor, ha presentado ciertas particularidades
Bienes Raíces, Tonon Propiedades, Terra para el caso de nuestra ciudad, asociadas
Patagonia Propiedades y diseño, Homann a la incidencia de la actividad turística. Al
Propiedades, Trevi, Tizado, Nahuel Huapi respecto es necesario destacar la relación
Propiedades, entre otras. También son muy entre construcción residencial y actividad
importantes a nivel nacional las plataformas turística, afirmando que una parte impor-
de comercialización Argenprop y Zonaprop. tante del stock de viviendas existentes, así
En algunos casos actúan como inter- como de las nuevas viviendas construidas,
mediarios cobrando una comisión por la son destinadas al alquiler estacional turís-
gestión y el asesoramiento a los clientes tico. Si bien es difícil cuantificar esto (Gue-
interesados, que los consultan y solicitan vara, Medina y Bonilla, 2016), ya que como
sus servicios. Mientras que, en otros, las mencionamos anteriormente existe una
empresas inmobiliarias son propietarias fuerte presencia de actividad no registrada
también de los inmuebles que venden o en el mercado de inmuebles en general y
quienes adquieren propiedades para su de alquiler en particular, los testimonios sur-
posterior venta. Los inmuebles que se co- gidos de entrevistas son elocuentes en este
mercializan son de media, media alta y baja sentido.
categoría. Si bien legalmente es necesario Una de nuestras entrevistadas (D.V.),
estar registradx en el colegio y poseer una comercializadora de la inmobiliaria de Are-
matrícula profesional para ejercer esta acti- lauquen, sostiene que gran parte de sus
vidad en la ciudad, existe gran cantidad de clientes, a los que les vende inmuebles,

72
o quienes están interesados en adquirir de las construcciones en altura que han co-
un inmueble como inversión (ya sea casa, menzado a redibujar el paisaje caracterís-
dúplex, departamento, dentro y fuera de tico del centro de la ciudad son realizadas
Arelauquen), lo hacen con el objetivo de por desarrolladores locales, que se quedan
poder alquilarlos. Por otra parte, tanto en la con unidades construidas para volcarlas al
entrevista al Colegio de Martilleros, como a mercado de alquiler turístico y diversificar
lxs particulares, se hizo hincapié en que el las rentas obtenidas vinculadas a estas ac-
alquiler turístico representa una opción muy tividades.
rentable para los inversores individuales, Otro indicador que permite sostener esta
que construyen pensando en la obtención afirmación sobre el vínculo entre construc-
de una renta segura, con menor desgaste ción de inmuebles y alquiler turístico, refiere
de la unidad que en un alquiler permanente. al protagonismo de las viviendas multifami-
Al respecto se señala que “la actividad tu- liares sobre el total de viviendas construi-
rística no deja de funcionar, aunque baje. Si das en la ciudad y la distribución geográ-
tenés un buen departamento lo vas a alqui- fica de dichos edificios. De acuerdo a la
lar a buen precio la mayor parte del año” (Ex información sobre expedientes de obras
Presidente del Instituto Municipal de Tierra particulares suministrada por la Dirección
y Vivienda, 18/09/2017). de Obras públicas, Privadas y Catastro del
municipio, del total de viviendas nuevas
“Todo lo que se levanta hoy en el centro, construidas entre 2006 y 2015, el 30,5 %
de edificios, es para oficinas o para alqui- corresponde a viviendas multifamiliares de
ler turístico. Son departamentos pequeños, más de 3 unidades, cuyas localizaciones
bien ubicados y con buena calidad… y la se concentran en la Delegación Centro, en
verdad es que dudo que haya tantas ofici- torno a la extensión del centro comercial de
nas en Bariloche, está apuntado al turismo la ciudad hacia las calles Elflein, Gallardo
centralmente. El negocio cierra cuando se y Tiscornia, sobre la calle San Martín -don-
tienen varias unidades para alquiler turísti- de también se concentran los hoteles; la
co, no un departamento para alquiler per- reciente verticalización del barrio Belgrano,
manente” (Carlos A. Arquitecto de diversos y en menor medida los grandes complejos
proyectos en altura, 28/09/2017). hoteleros construidos el km1 de la Av. Bus-
tillo, bordeando el lago Nahuel Huapi. Es-
El objetivo primordial de estxs inver- tas zonas céntricas, con fácil acceso a los
sionistas es percibir una renta de dichos servicios y entretenimientos turísticos y con
inmuebles, apuntado a un alquiler de tipo vista privilegiada sobre el paisaje local son
temporario turístico, en la mayoría de los indudablemente las más demandadas por
casos esta actividad es informal, no regis- lxs turistas.
trada frente al fisco. Esta clase de inverso- Como señalan Guevara Medina y Bonilla
res, son personas que ya cuentan con una (2016), la cantidad de viviendas desocupa-
vivienda propia, la mayoría viven en Barilo- das registradas en el último censo nacional
che, y algunos son sujetos de afuera de la es otra clave para entender este fenómeno.
ciudad principalmente de Buenos Aires y en De acuerdo al Censo, en 2010 se registró
algunos casos extranjerxs. Asimismo, parte un 19,8 % de viviendas desocupadas, lo

73
cual es una proporción importante, aunque inmobiliarios en altura en la zona céntrica
menor que otros casos extremos como los de nuestra ciudad.
de la CABA, con 23,9 % o Mar del Plata con Otra cuestión que aparece subyacente
más del 30 % (Indec, 2010). Sin embargo, es la presencia de plataformas virtuales de
esta proporción aumenta considerable- comercialización a nivel mundial, en lo que
mente si se focaliza en el radio céntrico y refiere a alquileres temporarios/turísticos,
en el barrio Belgrano, donde las viviendas como por ejemplo Airbnb; a la que visitan-
desocupadas alcanzan el 34,1 % y 30 % tes de la ciudad recurren para hospedarse
respectivamente. Como ya se mencionó, en durante su estadía. Este creciente fenóme-
estas zonas, el mercado concentra su ac- no, en cierta forma, ha redefinido los cana-
tividad constructiva, en especial de vivien- les y la modalidad de alquiler y alojamiento
das multifamiliares y predominan los usos turísticos. Se observa en las principales ciu-
turísticos. dades del país y del mundo, expandiéndo-
Finalmente, a la hora de analizar lxs se cada vez más, aunque por el momento
agentes que intervienen en el mercado in- no está demasiado estudiado con rigor. En
mobiliario y la incidencia de la actividad particular en Bariloche no hemos indagado
turística sobre este, es de suma importan- aún en profundidad sobre ello, no obstante,
cia señalar la creciente participación de ha tomado importancia y permite dar cuenta
empresarios de dicho sector en el mundo desde otra arista del vínculo con el turismo,
inmobiliario. Esta interpenetración entre ya que incide en la competencia/puja en la
emprendedores turísticos y mercado de oferta de alquileres temporarios frente a la
propiedades inmobiliarias, en lo que Harvey oferta de alquileres permanentes, principal-
(2013) denomina circuito secundario de cir- mente impactado sobre los precios y las
culación del excedente, opera de modo que fluctuaciones periódicas y desreguladas.
los excedentes de la actividad turística se Por último, con respecto a este fenómeno
reinvierten en el circuito inmobiliario, a tra- y en base a entrevistas, podemos decir que
vés del aumento de las plazas disponibles funciona como un incentivo para quienes
para el turismo, pero fundamentalmente en invierten en el sector de la construcción a
la construcción de edificios de departamen- modo de reproducir sus activos, al ser una
tos de categoría media para alquiler turísti- veta para la obtención de una renta inmo-
co temporario o para alquiler permanente biliaria.
de sectores con mayor capacidad de pago.
Esto no solo permite diversificar el capital 2.2.3. Las áreas de expansión: ¿Que
de los empresarios, sino que es un meca- construye y hacia dónde se orienta el
nismo certero para blanquear, a través de mercado inmobiliario?
la actividad inmobiliaria, gran parte de las
ganancias no registradas generadas en el La valoración social sobre ciertos te-
sector turístico. De acuerdo a lxs informan- rrenos en función de su localización y de
tes, muchos empresarixs medianxs, vincu- determinados atributos intrínsecos y ex-
lados al turismo estudiantil, la gastronomía trínsecos, da paso a una competencia
y la indumentaria (turística), conforman un entre demandantes de suelo urbano para
núcleo estable de inversores en proyectos apropiarse de ciertas áreas de la ciudad,

74
lo cual se ve reflejado en la estructuración Sobre esta tendencia en las entrevistas se
diferencial de los precios del suelo (Baer y señala que “el centro todavía tiene una po-
Kauw, 2016). En una ciudad turística donde tencialidad para que sigan cargándolo de
el paisaje privilegiado es un componente edificios. Ahora, eso es por código, por lo
diferencial del precio, resulta útil avanzar en que puedas levantar” (Referente AP Real
la identificación de las zonas de interés del Estate, 6/11/2011) o que “los nuevos edi-
capital inmobiliario y en el nivel de actividad ficios son para oficinas y departamentos
que ha tenido el mercado en el periodo de en pleno centro, que el que lo tiene puede
estudio, para contrastar la argumentación decidir si lo alquila al turismo, a un profesio-
que venimos desarrollando. nal, o permanente, lo que pague más” (Ex
Desde mediados de siglo pasado y has- Presidente del Instituto Municipal de Tierra
ta la fecha, las áreas más interesantes para y Vivienda, 18/09/2017).
lxs operadorxs inmobiliarixs se concentran A modo de ejemplo, un edificio en
en el centro y hacia el oeste del ejido mu- construcción sobre la calle Vice Almirante
nicipal, bordeando la costa de los lagos O’Connor, en pleno centro, se vende a un
lago Nahuel Huapi y Moreno y el faldeo de precio de U$ 4.000 el m², muy por encima
los Cerros Runge, Otto y Catedral. Esto se del precio promedio, como veremos luego.
pone de manifiesto en el proceso histórico Algo similar sucede con el barrio Belgrano,
de ocupación del suelo (Abalerón, 2009; quizá la zona residencial más tradicional
Medina, 2017b; Guevara, 2016; Matossian, del centro, habitada por sectores medios y
2010b), en las zonas donde se concentró el medios altos (Medina, 2017a), que ha mo-
fraccionamiento y subdivisión de la tierra e dificado su paisaje en las últimas dos dé-
indudablemente se visibiliza por ser las zo- cadas y que es puesto como ejemplo por
nas donde el m2 tiene mayor valor. todos los informantes a los que hemos con-
Por su parte el eje Centro combina usos sultado. Sobre las posibles causas de este
administrativos, residenciales y comercia- cambio, señalan la nueva zonificación en
les, siendo un territorio de disputa para parte del barrio, tecnología capaz de cons-
lxs emprendedorxs inmobiliarxs, empre- truir en altura y la renovación de las familias
sas turísticas y grandes comerciantes. La tradicionales que poseían los terrenos.
escasez de tierra disponible en esta zona
obliga a que el crecimiento sea mediante “En Barrio Belgrano yo puedo edificar en
densificación y altura, fenómeno que se altura… porque lo podes hacer, está toda
viene materializando en la sostenida verti- la infraestructura urbana. Lo que vos estás
calización del casco histórico de la ciudad comprando no es la casa, estás compran-
y de las arterias más cercanas a este, como do la potencialidad del suelo. O sea, para
las calles Mitre, Moreno, San Martín, 12 de que mi casa linda valga también necesito
Octubre, Vice Almirante O’Connor, Elflein, que a mi alrededor haya casas lindas, no
Tiscornia y Gallardo, que en la actualidad edificios en altura. Entonces, antes se ta-
se han consolidado como nuevas arterias saba lo que había arriba del inmueble; hoy
comerciales con posibilidades de densifi- estás tasando, en planta urbana, el poten-
cación, pero con gran heterogeneidad en cial que tiene el lugar…entonces Bariloche
cuanto al potencial edificable de cada lote. está viviendo un proceso de reconversión

75
de la planta urbana bastante importante” cunscripción Río Negro, 2017). La misma
(Referente AP Real Estate, 6/11/2011). fuente advierte que es en esta zona donde
se fortaleció la operación mediante créditos
“Si bien está limitado a la calle Campi- hipotecarios y que existe gran expectati-
chuelo hacia abajo, donde es la única zona va por el impacto de algunos desarrollos
en que se puede hacer edificios, se están impulsados por el Estado sobre este eje
demoliendo y se van a empezar a demoler (Urbanización Bariloche del Este 137 hec-
grandes casas que hay ahí para hacer es- táreas; Ciudad Judicial, Polo Tecnológico y
tas famosas moles y estos edificios” (Refe- Campus UNRN). No obstante, señalan que
rente de Rahal Bienes Raíces, 4/10/2011) la falencia de servicios públicos es un límite
que es necesario resolver, en especial aten-
El eje Oeste se ha estructurado siguien- ción el mal servicio de agua y la falta de
do la costa del lago Nahuel Huapi, a partir cloacas y gas.
de la traza de las avenidas Bustillo y De los Si bien partimos de un análisis esque-
Pioneros, revistiendo un gran valor paisajís- mático que puede omitir la complejidad
tico y ecológico que se ve reflejado en los territorial que da vida a los barrios de la
valores que adquiere el precio del suelo y ciudad, es posible afirmar que existe una
en los sectores sociales que mayoritaria- enorme área de la ciudad, el eje sur/este,
mente lo habitan. Sumado al uso residen- donde históricamente han logrado asen-
cial donde predominan sectores de nivel tarse los sectores populares y donde lxs
medio/alto, se destacan los servicios de operadorxs inmobiliarixs no han tenido ma-
alojamiento turístico de categoría media/ yor interés, según testimonio de lxs propixs
alta y otras actividades turísticas vinculadas entrevistadxs, en función de los emprendi-
al paisaje y el entorno natural. Según la nor- mientos que se vienen desarrollando en la
mativa urbana, ya no está permitido reali- ciudad. No obstante, la falta de disponibili-
zar subdivisiones del suelo urbano en las dad de suelo en otras zonas del ejido y el
delegaciones que se localizan en el Oeste, interés del capital inmobiliario por desarro-
aunque los propietarios, han encontrado en llar proyectos residenciales en las periferias
la modalidad de PH una forma de continuar urbanas han generado en los últimos años
construyendo inmuebles y avanzando con cierta presión sobre estas tierras, que están
la urbanización y densificación. complejizando la estructura urbana en esa
El eje Este, que históricamente fue pen- zona, con la presencia de loteos orientados
sado como área industrial y forestal, es en a sectores medios y altos y con ofertas de
la actualidad la zona con mayor potencial clubes de campo o barrios cerrados.
de crecimiento y hacia donde tiende a ex- El otro elemento que aporta para en-
tenderse la ciudad. Como señalan desde tender la centralidad que tiene la deman-
el Colegio de Martilleros, se produjeron en da derivada en la asignación diferencial
los últimos años numerosos proyectos: “se de precios del suelo y que se vincula con
están dando varios loteos, bajo la forma de esta dinámica del desarrollo inmobiliario
PH que les permite mayor construcción. analizada hasta aquí, refiere a los permisos
Es buscarle la vuelta al código” (Entrevista de construcción solicitados. Si bien en el
Colegio de Corredores y Martilleros, III Cir- caso de Bariloche no se especifica dónde

76
se construyen los proyectos aprobados, los promedio de 825 permisos por año, con
datos presentados a continuación son una picos en los años 2006-2007, 2014 y 2015
evidencia sobre el tipo de espacio urbano cuando se superaron los mil permisos por
que se está construyendo en la ciudad y año (Figura 2.5). En términos de superficie
por lo tanto sobre el suelo urbano que se construida el aumento de la actividad sig-
demanda para ello. nificó un promedio de 154 mil m² por año,
A partir de los datos de la Oficina de Es- con un pico sostenido entre los años 2006-
tadísticas y Censos de la Provincia, se ob- 2009, donde se superaron los 200 mil m²
serva que luego de la crisis del 2001/2002 construidos por año, y que acompañó la
y hasta el año 2015, se registra una reacti- tendencia de aumento del valor del m² (Fi-
vación de los permisos otorgados, con un gura 2.6).

Figura 2.5: Total de permisos de construcción en S.C. de Bariloche 2000-2015.


Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Oficina de Estadísticas y Censos de la Provincia.

Figura 2.6: Total de superficie cubierta construida. S.C. de Bariloche 2001-2015


Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Oficina de Estadísticas y Censos de la Provincia.

Si analizamos únicamente la superficie da los 86 mil m² por año, con picos coinci-
construida destinada a vivienda, excluyen- dentes entre 2006-2009 de más de 100 mil
do locales comerciales, la forma de la curva m², pero también con muy buenos años en
no varía sustancialmente. El promedio ron- 2014-2015 superando esa cifra (Figura 2.7).

77
Figura 2.7: Total de superficie cubierta construida en viviendas. S.C. Bariloche 2001-2015.
Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Oficina de Estadísticas y Censos de la Provincia.

2.2.4. Dinámica inmobiliaria en la el turismo es sensible al contexto macro-


ciudad: pos devaluación y después económico y que en este caso se vio bene-
ficiado por el arribo de turistas extranjerxs
El crecimiento de la economía argentina lue- favorecidos por el tipo de cambio. Estas
go de la crisis de 2001/2002, traccionado de condiciones macroeconómicas proclives
manera conjunta por la recuperación parcial para la actividad turística permitieron el ali-
del tejido productivo y la implementación de vio de vastos sectores comerciales y de ser-
políticas sociales redistributivas implicaron, vicios de la ciudad fuertemente castigados
en términos generales, una mejora de los a comienzo de siglo, provocando una fuerte
principales indicadores socioeconómicos. demanda de mano de obra, particularmen-
Dentro de este esquema, a nivel nacional, te de la construcción, y una extraordinaria
la actividad de la construcción y la inver- valorización de los inmuebles de la ciudad
sión en obra pública, se posicionaron como y sus alrededores, empujados por una cre-
dos piezas centrales impulsadas desde el ciente demanda de acceso a la vivienda.
gobierno nacional, para sostener los nive- Para explicar el impacto de este auge inmo-
les de actividad y ocupación alcanzados y biliario sobre las condiciones de acceso a
traccionar otras cadenas productivas aso- la vivienda, a continuación se analizará la
ciadas, buscando generar impactos positi- evolución de los precios de los inmuebles
vos sobre el PBI (Del Río, Langard y Arturi, ofertados en la ciudad, para posteriormente
2014). Esta dinámica económica generó en poder compararlo con el esfuerzo moneta-
Argentina un auge de la actividad inmobi- rio necesario para acceder a dichas vivien-
liaria y un incremento de las viviendas en das. Si bien no hemos podido obtener datos
calidad de activos financieros que, al no ser referentes al valor del precio del suelo en
acompañado por políticas de regulación de los primeros años de la posconvertibilidadi-
los mercados del suelo y la vivienda, desató lidad (2002-2004), se sistematizaron datos
una fuerte valorización inmobiliaria capitali- provenientes de la consultora Reporte In-
zada por el sector privado. mobiliario y relevamientos propios del CIE-
En la ciudad de Bariloche, la salida deva- TES/UNRN en distintos portales y revistas
luacionista a la crisis generó las condicio- especializadas para el período 2005-2016.
nes para la reactivación económica de la Aunque el primer recorte temporal apun-
ciudad, cuyo perfil productivo centrado en taba a cerrar el ciclo de estudio en el año

78
2015, coincidente con el cambio de Gobier- De igual modo, al graficar esta evolución
no Nacional, se decidió incluir el año 2016, del precio del m² es posible identificar dos
puesto que, a partir de ese año, producto subperíodos bien claros dentro de este ci-
del nuevo contexto político y macroeconó- clo (Figura 2.8). En el primero, de 2005 a
mico, el ciclo de valorización inmobiliaria 2008, observamos que se produce un in-
vuelve a sufrir alteraciones, como veremos cremento exponencial del m² en dólares
a continuación. estadounidenses, con un porcentaje de au-
A partir de la Tabla 2.1, se logra dimensio- mento acumulado de 115 % y un promedio
nar que, a pesar de ciertas fluctuaciones anual de m² de US$1198. Por su parte, el
interanuales, el ciclo de valorización afecta segundo subperíodo 2009-2016 refleja un
a todo el periodo de estudio, arrojando un estancamiento de los precios en moneda
incremento exponencial del valor del m² extranjera, con una caída del 1,59 % si to-
medido en US$ y en AR$ /m². Si tomamos mamos hasta 2015 y que luego retoma el
el valor del m² y comparamos los extremos ciclo de valorización en 2016, aumentado
de la serie, esto arroja que para el año un 11,20 % respecto del año anterior. Si se
2016 el valor del m² en dólares aumentó compara la evolución del m² en moneda
más que el doble (125 %) que en 2005 y si nacional, el aumento es constante en to-
tomamos como referencia el peso nacio- dos los años, alcanzando su tope en el año
nal, fue 11 veces mayor. 2016, a un valor de $30.664 el m².

Tabla 2.1: Precio promedio venta (USD y $AR/m²) m² usado en casco céntrico de San Carlos de Barilo-
che. Periodo 2005-201628
Año Valor m² en US$ Variación interanual Valor m² en AR$
2005 US$801,78 $2.341,20
2006 US$980,00 22,23 % $3.008,60
2007 US$1.285,76 31,20 % $3.998,71
2008 US$1.725,00 34,16 % $5.451,00
2009 US$1.651,25 -4,28 % $6.159,16
2010 US$1.596,25 -3,33 % $6.241,34 $6.344,35
2011 US$1.627,50 1,96 % $6.705,30 $7068,20
2012 US$1.713,75 5,30 % $7.797,56 $9822,03
2013 US$1.726,25 0,73 % $9.459,85 $15096,33
2014 US$1.533,75 -11,15 % $12.454,05 $18994,10
2015 US$1.625,00 5,95 % $15.063,75 $22721, 43
2016 US$1.807,00 11,20 % $26.707,46 $30.664,00
Fuente: Elaboración propia en base a datos de Reporte Inmobiliario y CIETES-UNRN

28. Para los años comprendidos entre 2010-2016 se muestra la cotización del dólar oficial y separado por una barra
inversa se muestra el dólar paralelo o “blue”. Si bien colocamos ambas cotizaciones, en los análisis siguientes se toma
como referencia el dólar paralelo, ya que la mayoría de las operaciones inmobiliarias se realizaban en función de dicha
cotización.

79
Figura 2.8: Evolución de precios promedio de venta m2 usado (en US$/m2) en San Carlos de Bariloche.
Periodo 2005-2016. Fuente: Elaboración propia en base a datos de Reporte Inmobiliario y CIETES/UNRN.

El estancamiento en el ciclo de valoriza- cio del m² en US$ (-11,15 %), sin embar-
ción comienza en el año 2009, originado en go, estuvo lejos de sufrir una depreciación
parte por la crisis internacional del 2008/9 semejante a la devaluación que acusó el
y su efecto sobre las divisas disponibles y peso, la cual rondó el 33,5 % anual. De he-
el nivel de actividad económica en el país, cho, en la Figura 2.8 se observa que en
con su consecuente reflejo en la actividad ese mismo año el valor del m² en pesos
turística de Bariloche. Otro factor que ayuda tuvo un incremento aproximado del 25,8
a explicar este descenso en el ciclo, no solo %, generando además un fuerte impacto
en Bariloche sino en la mayoría de las ciuda- negativo sobre la capacidad de acceso al
des del país, es la recesión en la actividad suelo urbano.
inmobiliaria provocada por las restricciones Este aumento en los valores inmobilia-
en el acceso al mercado oficial de cambio rios durante el ciclo de posconvertibilidad,
(cepo cambiario) y el desdoblamiento del fue ponderado por lxs agentes inmobiliarixs
tipo de cambio. A nivel local debemos agre- de la ciudad que entrevistamos. En este
gar que, en el año 2011, si bien se recupera sentido señalaron las condiciones favora-
levemente el precio en dólares, el sector in- bles para el desarrollo de su actividad, en
mobiliario y constructor se vio fuertemente especial luego de la recesión de los 2000:
afectado por la erupción del volcán Puye-
hue y la consecuente paralización de la ac- “Mira, después de la devaluación y des-
tividad turística e inmobiliaria en gran parte pués del corralito, las cosas empezaron a
del año a raíz este evento que provocó una andar mucho mejor; es decir, en la época
fuerte crisis económica en la región. de la convertibilidad, en esa época está-
En el año 2014 se registra por segunda bamos con un parate bastante importante,
vez una disminución considerable del pre- porque el dólar no tenía valor… desde ahí

80
tuvimos siete años espectaculares, que fue ponible nos permite abordar un período
hasta el 2007, más o menos, en lo que era más restringido, entre los años 2009 y 2016
negocio inmobiliario; después se tranquili- (Figura 2.9). No obstante, el ciclo de creci-
zó y volvimos a la normalidad”(Ex presiden- miento en los precios presenta un compor-
te Colegio de Corredores y Martilleros, III tamiento similar al de las operaciones de
Circunscripción Río Negro, 10/10/2017). compra-venta, con un aumento moderado
para el período 2009-2012, coincidente con
“Yo te diría que los valores vinieron su- el estancamiento del valor del m2 y una dis-
biendo desde el 2005, 2007, que fueron in- parada en el precio de los alquileres entre
crementándose los valores del metro cua- 2013-2016, que implicó un aumento del 158
drado. Y ahora, desde hace un tiempo, yo % en tres año. Este ha llevado a que el al-
te diría no mucho, antes de las cenizas, los quiler en nuestra ciudad se ubique entre los
precios empezaron a enfriarse un poquito. más altos del país, siendo que un departa-
Desde el 2005 hasta el 2006 empezaron a mento de 2 ambientes usado, en el casco
subir hasta el año pasado (2009), que lle- urbano, se alquilaba en 2016 por un prome-
gó a un tope del metro cuadrado de los in- dio de $5.500, sólo superado por Comodo-
muebles” (Referente de JF y Asoc. Bienes ro Rivadavia ($6.885), Neuquén ($6.500) y
Raíces, 21/4/12). Cipoletti ($6.000) todas zonas de impacto
de la industria hidrocarburífera que es un
A la hora de analizar la evolución en el gran factor de inflación de precios, al igual
precio de los alquileres, la información dis- que el turismo.

Figura 2.9: Precio alquiler departamento 2/3 ambientes usado zona céntrica en San Carlos de Bariloche.
Período 2009-2016. Fuente: Elaboración propia en base a datos de la consulta Reporte Inmobiliario.

81
Tal como hemos expuesto en la intro- visitantes, la participación de los turistas
ducción de capítulo, el ciclo de valoriza- extranjerxs fue creciendo a la par que la
ción inmobiliaria y el auge de la construc- devaluación de la moneda nacional mejo-
ción se trató de un fenómeno nacional, ró los términos de intercambio y favoreció
cuyas condiciones de posibilidad se ori- el arribo de extranjerxs (fundamentalmen-
ginan en las condiciones macroeconómi- te chilenxs y brasileñxs). De acuerdo a la
cas de la posdevaluación, en la decisión Secretaría de Turismo municipal, en el año
política de los gobiernos kirchneristas de 2006 lxs turistas provenientes de países
impulsar la obra pública y la construcción limítrofes alcanzaron un 21,3 % del total,
como dinamizadores de empleo y en la marcando un récord histórico. A partir de
recuperación de la actividad económica y allí se mantuvieron esos niveles al menos
del PBI, al menos en el período que se ex- hasta 2008, donde se resintió el arribo de
tiende hasta 2008. Partiendo de la escala turistas extranjerxs en general, producto
nacional, se vuelve necesario profundizar de la crisis económica internacional.
en las particularidades locales que han Este repunte de visitantes nacionales y
motorizado esta dinámica inmobiliaria en extranjeros generó efectos sobre la cons-
Bariloche y que han convertido a la ciudad trucción del espacio urbano en la ciudad
en un nodo de inversión para los capitales y sobre la dinámica del mercado inmobi-
privados. Entre estos factores se desta- liario, lo cual fue resaltado en diversas en-
can: a) la reactivación de la actividad tu- trevistas;
rística producto del mejoramiento de los
principales indicadores socioeconómicos “Con el 1 a 1, el turismo extranjero no
y la recuperación del consumo interno b) venía porque el cambio no era tentativo.
el arribo de turistas extranjerxs favorecidos Venir con un dólar a tres pesos, cuatro
por la devaluación del peso argentino; c) pesos, le era super tentador. Acá el ar-
el recambio poblacional y las migracio- gentino trabajaba… empezó a producir:
nes por amenidad que se dieron luego tenés plata en el bolsillo. Todo ese cam-
del 2001; d) las condiciones normativas bio repercutió en la disponibilidad. A la
e institucionales que permitieron el desa- gente del campo le sobraba la plata;
rrollo de la actividad inmobiliaria (cuestión venía un chacarero de Neuquén y com-
que desarrollaremos con mayor detalle en praba un departamentito, una casa para
el capítulo 3 sobre políticas públicas), e) venir a esquiar dos o tres meses al año.
el extenso ejido urbano y la tierra vacante ¿Y a la gente que vivía en Bariloche que
con potencial construible. le permitía? Hacer operaciones, tener tra-
Si bien los datos disponibles comien- bajo en la hotelería, en distintos lados, los
zan en el año 2005, la figura 2.10 da cuen- comercios trabajaban muy bien, se alqui-
ta que en el período de pos devaluación laba todo” (Ex presidente Colegio de Co-
se incrementó la cantidad de turistas arri- rredores y Martilleros, III Circunscripción
bados a la ciudad, alcanzando su récord Río Negro, 10/10/2017).
en 2006 con 804.823 visitantes y que lue-
go se estabilizó alrededor de los 700 mil
turistas anuales. Sobre este promedio de

82
Figura 2.10: Cantidad de turistas en San Carlos de Bariloche. Periodo 2006-2015.
Fuente: ECH - Sistema de Estadísticas Municipalidad de San Carlos de Bariloche.

Por otro lado, siguiendo con las parti- como principal factor de incremento de la
cularidades que ayudan a explicar el auge demanda -sobre todo a comienzos de los
inmobiliario a escala local, es importante años 2000-, la búsqueda de una mayor ca-
incorporar en el análisis el rol que juega el lidad de vida:
fenómeno de las migraciones por ameni-
dad (González, 2012). Éstas son migracio- “…es una ciudad donde hay una cali-
nes hacia regiones y ciudades que presen- dad de vida, en toda la Patagonia, sobre
tan atractivos naturales únicos, los cuales todo Bariloche, San Martín, Villa La An-
suelen ser connotados de forma positiva y gostura […] toda la zona sur, y especial-
asociados a una mejora en la calidad de mente Bariloche, tuvo un auge de perso-
vida y según la literatura especializada, las nas que se vinieron a radicar, y, entre los
ciudades turísticas como Bariloche, suelen que se vinieron, se queda un 30, 40, 50 %
recibir a muchos de estxs migrantes que (Referente de JF y Asoc. Bienes Raíces,
provienen, en buena medida, de los gran- 21/4/12).
des centros urbanos del país, como Bue-
nos Aires, Córdoba y Rosario. Algunxs agentes atribuían esta búsque-
Estas movilidades poblacionales expli- da a la sensación de inseguridad experi-
can no solo la “externalidad” del mercado mentada en otros centros urbanos:
inmobiliario barilochense, sino también las
motivaciones que signaron, históricamen- “El 90 % el estilo de vida, o sea el
te, el consumo paisajístico de la región y tema de la tranquilidad que no se vivía en
las preferencias residenciales de muchas las grandes ciudades. El tema de los se-
personas que vinieron a vivir a la ciudad. cuestros, la inseguridad […] mucha gen-
De hecho, en algunas entrevistas realiza- te se vino a Bariloche por el tema de la
das lxs agentes inmobiliarixs señalaban, tranquilidad. Mucha gente vendió todo lo

83
que tenía y se vino para acá” (Referente pone a trabajar de algo que nunca hizo
Inmobiliaria Bullrich, 13/9/2011). o no se puede relacionar con nadie y se
va…” (Ex presidente Colegio de Corredo-
Como señala Medina (2017b), estxs res y Martilleros, III Circunscripción Río
nuevxs residentes suelen venir con algún Negro, 10/10/2017).
pequeño capital para ser invertido en ru-
bros vinculados al turismo como el de Esta coexistencia entre el aumento en la
cabañas, bungalow y hostel, que durante cantidad de turistas y la disponibilidad de
toda la década de 2000 creció exponen- capital para invertir en el mercado inmo-
cialmente, vis a vis un estancamiento de biliario nos ayudan a explicar buena parte
la oferta de las cadenas hoteleras, como del crecimiento de la oferta de camas en la
fue registrado por la Secretaría de Turismo ciudad, que de acuerdo a la ECH aumentó
de la Provincia. Al respecto vale la alerta 67 % desde 2004 a 2014, ubicándose en
hecha desde el Colegio de Corredores y ese año en alrededor de 25 mil camas ha-
Martilleros al señalar que: bilitadas. Mientras que la cantidad de turis-
tas que arriban por año se estabiliza des-
“Mucha gente vino escapando de la de hace años en torno a 650 mil personas,
situación de Buenos Aires en el 2000… la capacidad instalada aumenta de forma
los secuestros, falta de trabajo, el caos… sostenida en todo el período, alcanzando
pero después no se adaptan a Bariloche una oferta de alojamiento para más de un
y se vuelven a ir. Esa gente viene con algo millón de visitantes, muy por encima del
de plata, pone un emprendimiento y se promedio de arribos.

Figura 2.11: Plazas instaladas por año en S.C. de Bariloche (2007-2015).


Fuente: Sistema de Estadísticas Municipalidad de San Carlos de Bariloche.

84
Finalmente, esta vinculación entre turis- tillo, bordeando la costa del lago Nahuel
mo, mercado inmobiliario y paisaje privile- Huapi. Si bien resulta por lo menos llama-
giado se pone de manifiesto a partir de la tivo que no figure ninguna oferta nueva de
distribución espacial de la nueva oferta in- alojamiento turístico en la zona sur y este
mobiliaria turística presentada en la Figura de la ciudad, estos porcentajes son con-
2.12. De acuerdo a datos oficiales más de tundentes en relación a la importancia de
la mitad de las camas instaladas se ubican la localización en la orientación del merca-
en la zona céntrica de la ciudad y cerca del do inmobiliario.
30 % restante se emplaza sobre la Av. Bus-

Figura 2.12: Unidades instaladas por zona en S.C. de Bariloche (2007-2010).


Fuente: Sistema de Estadísticas Municipalidad de San Carlos de Bariloche.

2.2.5. Esfuerzo monetario y acceso paración entre los valores de venta y al-
al suelo quiler ya expuestos en este apartado, en
relación a la evolución del Salario Mínimo
Para analizar el impacto que esta diná- Vital y Móvil (SMVM) y del Salario Privado
mica inmobiliaria ha tenido sobre las posi- Promedio (SPP) de la Provincia de Río Ne-
bilidades diferenciales de acceso al sue- gro, ambos datos obtenidos del Ministe-
lo y la vivienda en Bariloche, tomaremos rio de Trabajo de la Nación. A diferencia
como base la evolución del esfuerzo mo- de las otras localidades patagónicas que
netario que debe realizar una familia para se analizan en este libro, para el caso de
resolver su situación habitacional a través Bariloche no se toma en cuenta el salario
del mercado. vinculado al turismo, ya que las distintas
Partiendo de las dificultades existentes actividades que componen al sector no
para aproximar los ingresos de la pobla- están incluidas en un solo convenio sala-
ción local, en primera instancia el cálculo rial, sino que presentan salarios disímiles
del esfuerzo monetario surge de la com- entre sí. Asimismo, si tomamos como refe-

85
rencia a lxs empleadxs de comercio y/o lxs ridos, suponiendo que la totalidad del in-
trabajadores gastronómicxs, hallamos que greso se destina a la vivienda. El precio
no existe diferencia sustancial respecto al del departamento de 70m² surge de mul-
promedio de la remuneración privada a tiplicar por 70 el valor del m² de cada año
nivel provincial, es por ello que decidimos y luego calcular su equivalente en pesos.
tomar este dato para el estudio y análisis. Como ya indicamos, en el periodo 2010-
El esfuerzo monetario para la compra 2015 se muestra el cálculo en función de la
de un inmueble usado en el centro de la cotización del dólar oficial (Tipo de cambio
ciudad es expresado en la cantidad de nominal - TCN, según el Banco Central de
años de salario (ASMVM y ASPP) reque- la República Argentina) y el paralelo (blue).

Tabla 2.2: Precio de depto. usado de 70m² en zona céntrica (en US$) y años/salarios necesarios para
su compra (SMVM y SPP). Período 2005-2016.
Año Precio en US$ ASMVM TCN/BLUE ASPP TCN/BLUE
2005 $56.124,60 24,6 11
2006 $68.600,00 25,3 11,5
2007 $90.003,20 37,1 16,7
2008 $120.750,00 32,6 15,7
2009 $115.587,50 25,7 12,1
2010 $111.737,50 20,9 21,3 9,7 9,9
2011 $113.925,00 17,0 17,9 7,8 8,2
2012 $119.962,50 17,0 21,5 6,9 8,7
2013 $120.837,50 16,7 26,7 6,5 10,4
2014 $107.362,50 16,5 25,2 6,5 9,8
2015 $113.750,00 15,7 23,7 5,9 8,9
2016 $126.490,00 20,6 21,0 7,98 8,13
Fuente: Elaboración propia en base a datos de Reporte Inmobiliario y Ministerio de Trabajo de la Nación.

Para analizar la tabla 2.2 debemos te- rando serias restricciones para la compra
ner en cuenta que la salida de la crisis del de un inmueble. En la ciudad de Bariloche,
2001 y el fin de la convertibilidad seguido de acuerdo a las aproximaciones obteni-
de la devaluación implicaron un gran im- das, podemos ver que durante el período
pacto sobre los salarios, mucho mayor del boom inmobiliario 2005-2008, el es-
que el resentimiento sufrido por el precio fuerzo monetario para la compra de una
de las propiedades. Una vez motorizados vivienda alcanzó niveles extraordinarios,
los niveles de actividad de la economía y llegando a requerir de más de 32 años de
en especial el sector constructor e inmobi- SMVM para la compra de un departamento
liario, se vuelve evidente que la brecha en- de 3 ambientes usado, y más de 15 años
tre salarios y precios del suelo comenzó a de trabajo en el sector privado, dedicando
despegarse de manera muy severa, gene- todo el salario a la compra de la vivienda.

86
Si bien la recuperación de los salarios fue vo aumento en el precio dolarizado de los
creciendo en términos nominales y reales, inmuebles, combinado con una gradual
la tendencia de los precios de los inmue- devaluación de la moneda nacional. Esta
bles a independizarse de los costos de tendencia más reciente ha provocado un
producción (vinculado a la especulación nuevo incremento en el valor de las propie-
y a expectativas futuras), fue determinante dades, aumentando la brecha en relación
en este escenario. a los salarios y dificultando la posibilidad
De igual modo puede verse que a par- de acceso a una vivienda propia.
tir de la desaceleración de la actividad in- En relación al esfuerzo monetario para
mobiliaria del 2009, y frente a un salario alquilar un departamento promedio en zona
nominal que siguió creciendo en el marco céntrica, la tabla 2.3 nos muestra que para
de la puja redistributiva del sector trabaja- el año 2009 una familia que percibe un sa-
dor, se pudo achicar en parte esta brecha lario promedio del sector privado debía de-
entre salario y m². No obstante, la dolariza- dicar más de la mitad de su ingreso para
ción del mercado del suelo y la vivienda y poder acceder a dicha vivienda, mientras
la devaluación del peso a partir del 2014, que al final del período este esfuerzo se
volvieron a ensanchar esta brecha, arro- redujo casi a la mitad. Si tomamos como
jando para el 2016 un esfuerzo de 21 años referencia el SMVM también se muestra una
de SMVM y 8,1 años de salarios privados, baja muy significativa en cuanto al esfuer-
para acceder a una vivienda. zo monetario, pasando de un 117,5 % del
Si bien la serie de datos comienza en SMVM a un 57 % para el año 2015. Resulta
2005, si tomamos como referencia el pe- elocuente esta diferencia sobre el esfuerzo
ríodo 2003-2015 es posible afirmar que los monetario para alquilar, que no se condice
aumentos sostenidos en el precio de los con el esfuerzo para compra, que prácti-
inmuebles (dolarizados), comparado con camente se mantiene igual si tomamos las
la evolución real de los salarios (pesifica- puntas de la seria 2005-2015.
dos), dan como resultado una restricción Nuevamente aquí debemos matizar
en las condiciones de acceso al suelo. esta tendencia ya que el período recons-
Se debe tener en cuenta que el valor de truido inicia en el año 2009, que como
los inmuebles previo al 2003 era inferior a hemos visto se caracteriza por un leve
los datos que se han logrado reconstruir estancamiento en el valor de los inmue-
en este trabajo (desde el año 2005) y que bles, mientras que los salarios nominales
según estimaciones y datos de reportes aumentan considerablemente. Asimismo
periodísticos, en 2004 ya se registraba un tampoco se tiene como referencia los va-
incremento sustancial en el valor de los in- lores de alquileres previos a la devaluación
muebles, que luego continúa en el ya men- ni de los primeros años del boom inmo-
cionado subperiodo 2005-2008. biliario (2003-2005), lo cual nos permitiría
Si bien excede el recorte temporal de enriquecer este análisis sobre la evolución
este análisis, es pertinente señalar que a del esfuerzo económico para comprar y al-
partir de 2016, una vez asumido el nuevo quilar una vivienda en Bariloche.
gobierno nacional en manos de la Alianza
Cambiemos, se vuelve a generar un nue-

87
Tabla 2.3. Precio de alquiler mensual dpto. usado en zona céntrica y porcentaje del salario necesario
para alquiler (SMVM y SPP). Período 2009-2016.
Año Alquiler promedio % SMVM %SPP
2009 $ 1.645 116 % 55 %
2010 $ 1.720 106 % 46 %
2011 $ 1.822 88 % 36 %
2012 $ 1.951 73 % 30 %
2013 $ 2.251 73 % 27 %
2014 $ 2.679 67 % 24 %
2015 $ 3.229 63 % 22 %
2016 $ 5.810 85 % 30 %
Fuente: Elaboración propia en base a datos de Reporte Inmobiliario y Ministerio de Trabajo de la Nación.

Como hemos analizado a lo largo de 8% del total de escrituras a nivel nacional,


este capítulo, el boom inmobiliario y el y la falta de nuevas opciones de interme-
auge de la construcción han demandado diación financiera, a excepción del fideico-
de suelo urbano, en tanto soporte material miso, generaron obstáculos adicionales
para sus actividades. Teniendo en cuenta en el acceso al suelo urbano (López Asen-
que la oferta de suelo urbano se mantiene cio, 2007). Dicho autor señala que si bien
relativamente estable en el mediano plazo, al comienzo del ciclo estudiado se ofrecie-
este aumento en la demanda contribuye a ron algunos créditos esporádicos con ta-
explicar el incremento de los valores del m2 sas bajas del 9 % o 10 %, principalmente
durante el período 2003-2015. Ahora bien, de entidades públicas, el stock de créditos
esta dinámica del sector inmobiliario no ha siguió siendo mínimo en comparación con
sido acompañada por una evolución en la década anterior y el esfuerzo económi-
la oferta de crédito bancario, fuertemente co que implicaba dicho préstamo llega-
afectada por la crisis del 2001 y con esca- ba a representar, según el propio Banco
sa capacidad de recuperación. En particu- Central, el 66 % del salario promedio de
lar, los créditos de tipo hipotecario tuvieron unx trabajadorx formal del sector privado.
escasa participación sobre el total de las A mediados del 2009 el Estado lanza una
operaciones inmobiliarias, producto de los nueva línea de créditos, el Programa Cré-
altos intereses, los exigentes requisitos y dito Argentino (Pro.Cre.Ar) con la intención
los costos de gastos de escrituración y de de recuperar su rol en tanto garante del
intermediación (Barenboim, 2010). financiamiento para el acceso a la vivienda
Esta ausencia de crédito hipotecario, y atender las crecientes dificultades de los
que desde el año 2002 no logró superar el sectores medios en materia de hábitat29.

29. El análisis sobre el impacto del Pro.Cre.Ar. a nivel local será abordado en el capítulo correspondiente a políticas
públicas.

88
A partir de este escenario, la figura culados al alojamiento turístico. Algunos
del fideicomiso se convirtió en una herra- ejemplos de fideicomisos inmobiliarios en
mienta vital en el financiamiento de los in- la ciudad pueden ser emprendimientos de
muebles residenciales nuevos y en la es- alojamiento turístico como el condo-hotel
trategia más utilizada por desarrolladorxs “Hampton By Hilton”, “Capitalinas”, “Bus-
y constructoras para poder financiar sus tillo UNO”.
actividades, principalmente en lo referente “Antes, el que construía el edificio nor-
a construcciones en altura y grandes de- malmente era la empresa constructora, no
sarrollos urbanos. En Bariloche esta forma eran capitales de afuera ajenos...la empre-
asociativa ha sido utilizada para llevar a sa normalmente compraba el lote, tenía la
cabo alguno de los emprendimientos más plata y ellos mismos financiaban y eran los
importantes, como una manera de cofinan- que generaban la obra, y la venta quedaba
ciar los proyectos, acceder a la compra de como en un círculo cerrado. Ahora los fidei-
terrenos y de inmuebles. Los fideicomisos comisos se arman de plata de diferentes
se consolidan entonces como fondos co- personas que hacen un pozo y es una for-
munes de inversión, para la construcción ma legal para que con esa plata se cons-
en etapas de los proyectos urbanísticos truya el edificio o cualquier desarrollo que
aprobados, ya sea con fines residencia- se pueda hacer” (Carlos A. Arquitecto de
les, comerciales o particularmente vin- diversos proyectos en altura, 28/09/2017).

89
2.3. Condiciones de acceso al suelo, construcción y actividad inmobiliaria en
Cipolletti
Mariana Giaretto | Aillin Hernando

2.3.1. Introducción necesidad de abordar la región como una


metrópolis cuyo núcleo está compuesto
En este capítulo nos proponemos ca- por las ciudades de Neuquén y Cipollet-
racterizar al mercado de suelo en la ciudad ti, rodeada de un cordón que se extiende
de Cipolletti, teniendo en cuenta sus ras- desde Plottier, Centenario, Cinco Saltos,
gos particulares, así como las categorías Fernández Oro, Allen hasta General Roca.
analíticas propuestas en la introducción Entonces, partimos de las transfor-
del apartado para analizar el eje mercado maciones que atraviesa la región del Alto
de suelo. En términos metodológicos, es- Valle de Río Negro y Neuquén debido a
tas aproximaciones se basan en informa- la expansión de la frontera hidrocarburí-
ción surgida de entrevistas a referentes de fera sobre tierras productivas vinculadas
la actividad de la construcción e inmobilia- fundamentalmente a la fruticultura (Rodil,
ria30, a funcionarios de la Dirección de De- 2015). La crisis de la actividad frutícola ha
sarrollo Territorial de la Municipalidad de sido condición de posibilidad y, al mismo
Cipolletti y del Colegio de Arquitectos de la tiempo, se ha profundizado con el avance
provincia de Río Negro. Al mismo tiempo, de la explotación de gas no convencional
analizamos documentos de la Secretaría a través de las técnicas de hidrofractura y
de Obras Públicas, particularmente de la perforación horizontal (Pérez Roig, 2015).
Dirección de Obras Privadas de la Muni- Esta tensión entre actividades económicas
cipalidad de Cipolletti, de la Cámara de la impacta directamente en los rasgos del
Construcción Argentina (CAMARCO), del mercado de suelo porque, como ya men-
Colegio Profesional de Martilleros y Corre- cionamos, en él se desenvuelve una mul-
dores Públicos IV Circunscripción - Judi- titud de procesos privados que compiten
cial Rio Negro, del Colegio de Martilleros por la apropiación del espacio bajo reglas
y Corredores Públicos de la Provincia del de valorización propias (Topalov, 1978).
Neuquén y de Reporte Inmobiliario. En nuestra región, el efecto “Vaca Muer-
Si bien la mayor parte de la informa- ta” ha implicado un fuerte impacto en el
ción tiene como referencia particular a la mercado del suelo urbano, profundizando
ciudad de Cipolletti, es posible abordar las la tendencia a invertir en propiedades bajo
tendencias en esta ciudad en relación in- una lógica rentística, avanzando sobre
mediata con la ciudad de Neuquén y su tierras productivas, impulsando grandes
impacto en toda la región del Alto Valle. emprendimientos urbanos y agudizando
En este sentido, surge de las entrevistas la las dificultades de acceder a la ciudad vía

30. Como ya mencionamos en el apartado metodológico de esta investigación, el acceso a entrevistas a actores del
mercado inmobiliario y de la construcción presentó algunas dificultades que tienen que ver con la escasa voluntad de
brindar información y con cierta desconfianza hacia la utilización de los datos.

90
mercado formal por parte de los sectores en la contaminación de ríos y del medio
populares, lo que se traduce en conflictos ambiente en general y, fundamentalmente,
por tomas de tierras. En este sentido, ob- en formas de urbanización ligadas a una
servamos cómo se materializa en estos lógica rentística: “(…) en lo que respecta a
conflictos la contradicción inherente al urbanizaciones puntualmente motivamos al
proceso de urbanización capitalista, pues dueño para que no venda, que desarrolle,
al perseguir sus ganancias, los capitales como obviamente... un negocio muchísi-
privados obstaculizan la formación de los mo más rentable” (Referente Inmobiliaria,
efectos útiles de aglomeración necesarios 25/09/17). De este modo, constatamos
para la reproducción ampliada de la fuerza que esa rentabilidad ofrecida por el mer-
de trabajo (Jaramillo, 2009), reproducción cado de suelo se debe a su funcionamien-
que a su vez es condición de la acumula- to como un mercado de localizaciones
ción del capital en general (Topalov, 1978). monopolizadas por los propietarios, sobre
En palabras de un referente histórico del esas localizaciones se proyectan expecta-
sector inmobiliario: tivas de ganancia económica, ventajas de
uso y/o status que son las que habilitan la
“Nosotros estamos viviendo en una aparición de la renta como ya menciona-
metrópolis donde se ha encarecido mu- mos en la introducción de este apartado
chísimo y aveces injustificadamente. Yo (Del Río et al 2015:4).
siempre lo digo, nosotros acá soñamos Esta alta rentabilidad también es asu-
con hacernos millonarios en muy poco mida por los propios funcionarios del Es-
tiempo y eso no está bien, porque esta- tado, cuando plantean que: “El problema
mos sacrificando a mucha gente… eh, acá es que como hay tantos vaivenes eco-
con esa medida, inhumana, diríamos, nómicos, la gente se vuelca mucho a la
¿no? (…) En todos lados... la inflación que inversión inmobiliaria, y la inversión inmo-
nosotros vivimos es superior a la inflación biliaria es plata amontonada e inmoviliza-
nacional. ¿Eso qué significa? Que todo da... ¿Sabías eso? (Director de Desarrollo
está mucho más caro. Acá el petróleo nos Territorial de la Municipalidad de Cipolletti,
ha infringido, este bien o no, una quimera 22/09/2017).
impresionante que todo el mundo piensa Pero lo cierto, es que esa plata amon-
que nos vamos a llenar de oro (…) nos di- tonada e inmovilizada en inversión inmo-
mos cuenta que debajo de todo esto tene- biliaria va estructurando nada más y nada
mos una roca enorme que... que pasa por menos que a la ciudad en la que coexis-
acá abajo, acá donde estamos sentados ten clases sociales antagónicas cuyas
nosotros que es la famosa ‘Vaca muerta’” divisiones se expresan en la yuxtaposi-
(Referente Inmobiliaria, 3/05/2017). ción urbana de asentamientos populares
con barrios residenciales de lujo. De este
Así, el impacto de los movimientos modo, el mercado de suelo funciona como
vinculados a la actividad petrolera para un factor estructurante de la desigualdad
la exportación se traduce en el encare- espacial, y esa división social del espacio
cimiento de la tierra, en el avance sobre refleja la desigual localización de los dife-
tierras aptas para la producción frutícola, rentes grupos en función de su capacidad

91
adquisitiva (Harvey, 1979). Antes de ana- 1) inversorxs/desarrolladorxs de proyectos
lizar esa desigualdad espacial en función de alta gama; 2) agentxs inmobiliarios que
de la capacidad adquisitiva de los grupos controlan el mercado de compra y venta
sociales, avancemos en identificar cuáles y/o alquileres de propiedades de calidad
son algunos de los actores que intervienen media y/o usados; 3) formas de asocia-
en ese mercado de suelo y cómo lo hacen. ción ligadas a cooperativas, sindicatos,
etc. que a través de fideicomisos acceden
2.3.2. Características del mercado de y comercializan terrenos; y finalmente 4)
construcción e inmobiliario quienes acceden e intercambian porcio-
nes de suelo urbano a través de tomas de
El funcionamiento del mercado de sue- tierras.
lo se estructura principalmente a partir de En este apartado nos centraremos en
las expectativas y posibilidades de resultar los dos primeros segmentos, ya que los
soporte material de diversas actividades dos últimos serán abordados en los próxi-
inmobiliarias y de construcción. En el eje mos apartados.
sobre políticas públicas analizaremos mar- En cuanto a la organización corporativa
cos normativos y formas de regulación del de los agentes de la construcción, la dele-
mercado de suelo, pero lo cierto es que en gación en Río Negro de la Cámara Argen-
su funcionamiento se despliegan activida- tina de la Construcción (CAMARCO) se en-
des que transitan continuamente entre lo cuentra en la capital provincial, la localidad
formal y lo informal. Por eso, en este punto, de Viedma, a 500 km. de la región del Alto
retomamos la aclaración metodológica por Valle, mientras que sí existe una delegación
la que entendemos que los límites entre el en la ciudad de Neuquén. La actividad in-
mercado de suelo formal e informal son di- mobiliaria registrada en la zona del Alto
fíciles de demarcar y superan los alcances Valle de Río Negro se encuentra bajo la
de esta investigación. regulación del Colegio Profesional de Mar-
Lo cierto es que en la demanda de tilleros y Corredores Públicos IV Circuns-
suelo no sólo encontramos familias con cripción - Judicial Río Negro, que cuenta
diferentes capacidades adquisitivas, sino con 42 matriculados, la mayoría de la ciu-
también empresas inmobiliarias y financie- dad de Cipolletti. La actividad inmobiliaria
ras. De allí que, retomemos la conceptua- registrada de la zona de la confluencia de
lización de actores básicos del mercado Neuquén se encuentra bajo la regulación
formal de suelo: el capitalista constructor, del Colegio de Martilleros y Corredores Pú-
el propietario original, el consumidor final y blicos de la Provincia del Neuquén, de un
el promotor inmobiliario. total de 430 colegiados, 285 pertenecen a
Como ya mencionamos en la caracteri- la ciudad de Neuquén y 19 a la de Plottier.
zación de la ciudad de Cipolletti, el acele- Con respecto al mercado de la cons-
rado proceso de urbanización tiene como trucción, en los últimos años es notable
principal elemento de estructuración al la presencia de desarrolladoras de gran
mercado de construcción e inmobiliario, escala que llevan adelante complejos de
en el que podemos identificar cuatro gran- viviendas y/u oficinas de alta gama (ASPA
des segmentos: Desarrollos Patagonia, ATLAS Constructo-

92
ra, POTENZA S.R.L, Constructora Cipolle- En general, la lógica de funcionamiento
tti S.R.L). También se encuentran grandes de las desarrolladoras no depende del finan-
empresas constructoras tradicionales li- ciamiento de capitales externos, sino más
gadas a la obra pública (Zoppi, Mocciola, bien responde a una lógica de autofinancia-
Riva). miento por parte de los futuros propietarios
que en la mayoría realizan la inversión para
“…se han instalado constructoras muy obtener renta y no su valor de uso, y que en
importantes, en Cipolletti, como ASPA… general están ligados al excedente prove-
eh…como… como otra empresa que yo niente del sector petrolero y sus servicios:
le llevo los departamentos que son las
construcciones POTENZA y después hay “…si bien dan facilidades para pagar,
mucha gente, más chiquitos que tam- no son facilidades para cualquiera, por-
bién se dedican a las construcciones de que... en un año o en dos años... avan-
edificios que son aquellos que en algún zando la construcción hay que ir pagando
momento vinieron a trabajar, algunos para- la unidad. Entonces, llegas al final con la
guayos y bolivianos que vinieron a trabajar unidad terminada y la recibís, pero, para
en las empresas como ASPA y otras que eso... estuviste pagando el alquiler de tu
vieron que para ellos no era difícil ponerse casa donde vivís, eh, y es una financia-
a competir con las grandes empresas y… ción directa... más cara... o sí, mucho más
y empezaron a construir” (Referente Inmo- cara que si fuera un banco, el banco te
biliaria de Cipolletti, 3/05/2017). da… está sacando créditos de hasta tres
años, entonces ahí sí, es un negocio don-
Con respecto al primer grupo de este de puede entrar todo el mundo, pero, en
segmento podemos caracterizarlo como un este caso, está muy limitado. Pese a eso
sector dinámico que obtiene altas rentas y siempre ha habido compradores, pero la
cuyos movimientos tienen un impacto con- mayoría son inversores que compran para
siderable en todo el mercado del suelo ur- alquilar” (Referente Inmobiliaria de Cipo-
bano. En relación a los desarrolladores uno lletti, 3/05/2017).
de los entrevistados sostiene:
De este modo, damos cuenta que los pro-
“… te diría que ellos hacen muy buen motores inmobiliarios operan como agentes
negocio. Empecemos por ahí. Porque especializados que ofician de intermediarios
ellos suman al precio del terreno, los terre- entre los propietarios originales y los usua-
nos, acá, en el centro, se valorizan justa- rios finales, compitiendo por la apropiación
mente por lo que van a construir arriba. Eh, de suelo para desarrollar sus proyectos, y
un terreno, acá, en el centro debe estar, en ocupándose de garantizar las condiciones
estos momentos... haciendo cuentas... el necesarias para el proceso de acumulación
otro día descubrí que a un desarrollista le en la construcción (Del Río et al, 2015).
puede quedar un 50 % libre, de departa-
mentos libres para ellos, o 55...” (Referen- “… desarrollamos algunos fideico-
te Inmobiliaria de Cipolletti, 3/05/2017). misos con edificios, fuimos variando,
siempre participando activamente como

93
inmobiliaria y generando un producto de urbanos de extensiones acotadas, al mis-
exclusividad para nosotros, juntando inver- mo tiempo que constatamos que la mayor
sores, armando los fideicomisos, desig- disponibilidad de tierras se encuentra en la
nando administradores, o sea… no tanto margen Sur.
en la venta en sí, sino en toda la cadena...
digamos…” (Referente Desarrolladora e Tampoco es que tenemos una zona
Inmobiliaria, 25/09/2017). tan grande, digamos. Sí, es cierto que los
loteos están generalmente en la periferia
Así este movimiento de capitales adoptó de las zonas urbanas que es donde hay
como forma jurídica predominante al fidei- más espacio para urbanizar. (Entrevista a
comiso, que se constituyó en el principal Inmobiliaria C, 2017)
instrumento de financiamiento inmobiliario
del período, posibilitando, sin lugar a du- En el caso de Neuquén el crecimiento
das, un nuevo esquema para el negocio se encuentra geográficamente acotado y
inmobiliario. De este modo, vemos que el económicamente cercado, porque es una
precio del suelo urbano está determinado ciudad encerrada entre el río y la meseta y
no sólo por la disposición y capacidad del rodeada de cigüeñas petroleras, por lo que
demandante, sino también por el poder de se ha avanzado en la readecuación de la tie-
su propietario de administrar su escasez rra de la meseta para crecer hacia el norte y
(Del Río et al 2015, p.3). el oeste. Sin embargo, el crecimiento demo-
gráfico de la capital neuquina ha desborda-
2.3.3. ¿Qué y dónde se construye y/o do estos límites, generando flujos hacia Plo-
vende en la ciudad? ttier, Cipolletti, Centenario y Balsa las Perlas.

En Cipolletti las zonas de crecimiento ur- Con Neuquén es fundamental porque


bano se localizan hacia el Norte (hacia Fe- constituimos una misma región económi-
rri) y el Este (Distrito Vecinal), en la margen ca… yo creo que esto ya lo podemos tildar
Sur se encuentran 500.000 hectáreas en las a Neuquén y Cipolletti como el conjunto de
que hay posibilidad de proyección urbana una metrópoli, porque tiene muchas idas y
sólo si se logran grandes y costosas obras venidas conjuntas, hay gente que trabaja
de infraestructura que posibiliten el acceso en Neuquén, vive en Cipolletti y viceversa,
a servicios básicos (Ver Anexo Gráfico). Por porque hay gente que prefiere vivir por ra-
eso cuando consultamos acerca de la tierra zones de calidad de vida con mayor razón,
vacante, es usual que la primera respuesta en Cipolletti, entonces se vienen de Neu-
sea que no hay disponibilidad de tierras, es- quén a vivir, a pesar de los inconvenientes
pecialmente desde el Municipio se sostiene que tenemos con los puentes, que, eso
que el ejecutivo local no cuenta con tierras sí... Es una cosa bastante importante que
fiscales, incluso ante el pedido de informa- frena muchas veces la decisión de mucha
ción plantean que ni ellos cuentan con esa gente (Entrevista a Inmobiliaria A, 2017).
información porque toda la tierra vacante es
privada. En el mapa de tierra vacante (ver Si bien cada localidad tiene su parti-
anexo) podemos identificar algunos vacíos cularidad espacial, existe una tendencia

94
generalizada de avanzar sobre tierras pro- estudios acá, entonces, en eso también,
ductivas que rodean los centros urbanos, y… y la fruticultura es, pero, pero no sé si
que se encuentran registradas como zonas tanto… es como que está decayendo, di-
rurales y sus propietarios son chacareros gamos, no genera nuevos emprendimien-
medianos y pequeños de la zona. Tanto en tos. El tema es que me parece que el Esta-
Plottier, como en Cipolletti, Cinco Saltos, do tiene que trabajar más porque ahora por
Fernández Oro, Allen, General Roca y Villa ejemplo se están asentando, eh, empresas
Regina las zonas de loteo para la construc- que depositan maquinarias del petróleo,
ción de viviendas implican el avance sobre pero eso no sé si nos representa como ciu-
tierras que han sido o son productivas para dad. ¿Entendés? (Entrevista al Colegio de
la fruticultura, es decir que están inmersas Arquitectos de Río Negro, 2017).
en el sistema de riego y además cuentan
con cierta conectividad. Al mismo tiempo, Si observamos la expansión de la man-
hay una reutilización de espacios en los cha urbana (Ver Anexo Figura 12) podemos
centros urbanos, apostando a construccio- apreciar que existe una tendencia de ocu-
nes verticales y al rendimiento de pequeñas pación hacia el norte y el este con mayor
superficies para vivienda y comercios. predominancia. Se puede ver, a su vez, que
El mercado inmobiliario se centra en el la expansión tiene una estrecha relación con
loteo y venta de terrenos, por un lado, y las vías estructurantes de la región como lo
por otro, en la venta y alquiler de inmue- son la ruta Nacional n°22, la Provincial n°65
bles para vivienda o comerciales nuevos y el camino de circunvalación que conecta
y/o usados. Los entrevistados señalan que con el tercer puente hacia Neuquén.
el primer segmento se torna más dinámico En el año 2003 la ciudad de Cipolletti
en los momentos de auge de la actividad respondía a una ocupación relativamente
económica vinculada al petróleo y decae compacta con un bajo nivel de área peri-
en sus momentos de estancamiento, mien- férica. Es en el año 2010 que se comienza
tras el segundo segmento es más estable. a ocupar con un patrón disperso “salpica-
Además de las actividades ligadas a la do” sobre tierras productivas formando un
extracción hidrocarburífera, surge de las paisaje rural-urbano de muy baja densidad.
entrevistas que existen dos actividades se- Para ese entonces la ciudad había dejado
cundarias que aportan significativamente grandes espacios productivos entre el área
a la dinámica del mercado: la de servicios urbana más densamente poblada y la nue-
médicos y la universitaria. va ocupación, es decir, fragmentos de tierra
que podían aumentar considerablemente
…lo que más se lleva adelante es la su valor en el momento que se extienda la
construcción privada de vivienda, o edifi- infraestructura urbana generando de esta
cios de vivienda y ahora un poco más el manera suelo especulativo.
tema de las oficinas, por ejemplo, es para Es entre los años 2010 y 2017 en donde
empresas que están relacionadas con el se da la mayor intensidad de ocupación.
petróleo. También acá hay un pequeño mo- Ésta no solo completa los espacios que ha-
vimiento de la parte médica, porque tam- bían quedado para el año 2010 si no que
bién mucha gente del Valle viene a hacerse continúa expandiéndose sobre tierras pro-

95
ductivas acrecentando la periferización de permisos de construcción los de amplia-
la ciudad y aumentando el área periurbana. ción. Además, decidimos unificar los usos
Para acercarnos a qué y cuánto se ha presentados en los datos de Cipolletti (vi-
construido en la región, hemos sistematiza- viendas, comercios-oficinas-depósitos, ta-
do datos en relación a permisos de cons- lleres-industrias y equipamientos urbanos)
trucción. Para posibilitar la comparación de en uso residencial y no residencial como es
los datos, hemos tomado dos decisiones presentado en los datos de Neuquén.
metodológicas: unificar todos los permisos De acuerdo a los datos, existe una ten-
de construcción que en el caso de Cipolle- dencia que marca que el sector de la cons-
tti se encuentran disgregados por tipo de trucción se ha orientado predominantemen-
usos mientras que en el caso de Neuquén te al uso residencial, ya que los permisos
no contamos con esa distinción sino con tramitados para este fin generalmente su-
el total de permisos otorgados, y además peran a los permisos para construcciones
en el caso de Neuquén los permisos se en- de usos no residenciales. En términos tem-
cuentran clasificados entre construcciones porales observamos que la cantidad de
nuevas y ampliaciones, mientras que en permisos aumentan alcanzando su mayor
Cipolletti no encontramos dicha distinción, pico en 2014 y que luego descienden entre
por lo que decidimos unificar e incluir en 2015 y 2016.

Tabla 2.4: Permisos de construcción (m2)


Municipio de Neuquén Municipio de Cipolletti
Uso resi- Uso no resi- Uso resi- Uso no resi-
Año Perm. Perm. Totales
dencial m2 dencial m2 dencial m2 dencial m2
Perm. m2
2004 388 67.486 23.908 216 35.074,07 13.845,93 604 140.314
2005 309 132.718 48.006 257 66.818,30 7.158,61 566 254.700,91
2006 654 268.923 77.480 294 54.591,12 7.590,13 948 408.584,25
2007 566 191.227 100.176 360 70.593,18 16.462,03 926 378.458,21
2008 549 167.065 129.642 278 62.835,94 10.370,27 827 369.913,21
2009 632 211.601 100.331 271 42.135,87 19.846,46 903 373.914,33
2010 501 135.171 140.072 304 56.004,25 23.982,95 805 355.230,2
2011 371 128.781 55.251 315 72.032,48 8.475,72 686 264.540,2
2012 428 132.227 27.713 190 35.455,59 3.278,78 618 198.674,37
2013 775 158.231 52.272 438 83.849,64 11.119,4 1.213 305.472,04
2014 1.464 226.618 70.324 341 80.697,16 8.303,96 1.805 385.943,12
2015 960 232.659 26.084 457 89.197,35 7.906,53 1.417 355.846,88
2016 867 163.345 58.598 312 77.465,55 12.902,82 1.179 312.311,37
12.497 3.733.989,88
Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Dirección de Estadísticas y Censo de Neuquén y de la Municipalidad de Cipolletti.

96
Lo que nos interesa dejar planteado tejido productivo, en base a la generación
aquí para retomarlo en las conclusiones, es de empleo y a la reactivación del mercado
que vemos con claridad cómo en el perio- interno, desatendiendo su función clave
do de la posconvertibilidad los gobiernos en el desarrollo urbanístico, en definitiva,
kirchneristas promovieron el crecimien- consumando la contradicción urbana entre
to del sector de la construcción como un crecimiento del sector de la construcción y
puntal que permitiría la reconstitución del déficit habitacional.

Figura 2.13: Evolución de los permisos de construcción en Neuquen-Cipoletti.


Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Dirección de Estadísticas y Censo de Neuquén y de la
Municipalidad de Cipolletti.

Durante este periodo, mientras el poder da de terrenos impresionante. Si dentro de


de compra de los sectores medios y bajos ese segmento nos vemos abocado al seg-
se redujo y re direccionó sus estrategias al mento de clase media-alta…” (Referente
mercado informal y a la inquilinización, el Desarrolladora e Inmobiliaria, 25/09/2017)
segmento que protagonizó desarrollos in-
mobiliarios fue el de la clase media-alta: De este modo, se van desplegando pro-
cesos que garantizan tanto rentas primarias
“…en un momento se nos dio la opor- como secundarias, las primeras vinculadas
tunidad de empezar a hacer, no desarro- al proceso productivo de la construcción y
llos propios, sino desarrollar para los pro- las segundas al proceso de consumo del
pietarios y de esa forma tener también la espacio construido vinculado a actividades
exclusiva de la venta. Es una de las partes de comercialización. En nuestro caso, se
más lindas quizás de la inmobiliaria, por lo torna evidente la obtención de sobre ga-
menos a mí es la que más me gusta por- nancias de localización vinculadas al boom
que va dejando una impronta en la ciudad, de Vaca Muerta.
digamos, vos vas viendo los productos
que hoy están totalmente consolidados o “Llevamos a cabo toda la ejecución de
están en crecimiento, y, bueno, siempre las obras. La inmobiliaria las comerciali-
hay, eh, varios productos con distintos za y entregamos el producto terminado y
usos, destinos para servicio de ruta que se después van manejando de acuerdo a su
dedican a empresas, con lo cual eso trae, decisión, si quieren vender, si no quieren
trae una satisfacción doble porque genera vender, si quieren esperar… son libres,
empleo, ha habido de todo... una deman- no se sienten, bajo ningún punto de vista

97
obligados a comercializar. Simplemente “…en un barrio residencial estamos
hay un proceso de comercialización para hablando de 70 mil dólares, para hacer
asistir financieramente para el desarrollo una casa de 150 metros… 200 metros.
de las obras, y, después, digamos... va- 70 mil dólares, que también están caros,
mos intercambiando opiniones, de hecho, porque...qué se yo, para mí la medida jus-
hay loteos que se han aprobado ya hace 4 ta seria 35 mil dólares, 20 mil dólares, un
años, y todavía hay lotes disponibles…, no terreno bien ubicado, no es cierto?” (Refe-
están a la venta, o sea, esa es la decisión rente Inmobiliaria de Cipolletti, 3/05/2017).
que construimos en todos estos años,
y todas estas urbanizaciones que hoy Repasemos algunos de los factores
son cerca de 10 u 11 urbanizaciones…” que identificamos como factores incidentes
(Referente Desarrolladora e Inmobiliaria, en la configuración de la relación precios/
25/09/2017) esfuerzo monetario: características físicas
de los lotes (especialmente localización,
Así, se torna evidente la elevada renta- infraestructura de servicios y equipamiento
bilidad ofrecida por el mercado inmobiliario urbano), la zonificación establecida en el
durante el periodo de la posconvertibilidad, código urbano, disponibilidad de terrenos
debido a la combinación de costos pesifi- vacantes, disposición de pago de la de-
cados con ventas dolarizadas. Como ya manda (vinculada a ingresos y créditos),
mencionamos en la introducción de este entre otros.
apartado, esta combinación llevó a que la Como ya mencionamos en la caracteri-
inversión en suelo haya sido una de las más zación de la ciudad de Cipolletti la escasez
rentables en el período. de lotes con una localización estratégica y
con equipamiento urbano básico es uno de
2.3.4. Proceso de formación los principales factores de encarecimiento
del precio del suelo y esfuerzo del suelo. Por otro lado, la zonificación, de-
monetario terminada por el código urbano, funciona
como instrumento de valorización de suelo
Para explicar la coexistencia entre cre- asignando características de edificabilidad
cimiento de la actividad de la construcción específicas que inciden directamente en
y/o inmobiliario y déficit habitacional, inda- la conformación del precio. En relación a
gamos en la relación entre los procesos de la disponibilidad de terrenos vacantes, vi-
formación de precios del suelo y el esfuer- mos que son escasos en el casco urbano,
zo monetario requerido para acceder a ese además en su mayoría son propiedad de
suelo en la ciudad. Ante la consulta por la privados y están afectados por normativas
formación de precios, la respuesta general vinculadas al uso del suelo y la zonifica-
es la relación entre oferta y demanda, aun- ción. En relación a este punto es ilustrativo
que reconocen que hay una predisposición lo planteado por uno de los entrevistados:
inflacionaria que eleva los precios sin res-
ponder a factores vinculados directamente “una hectárea de producción en plena
con la ley de oferta y demanda. zona productiva está más o menos en 18 mil
dólares de buena calidad de suelo. Como

98
máximo. Lo mismo que sale una hectárea bano y de las viviendas son expresados en
o un... en Pergamino que es la mejor zona dólares, mientras que los salarios lo hacen
productiva de la Provincia de Buenos Aires en pesos. Y este punto no es menor, porque
para conseguir… sale exactamente lo mis- ante las reiteradas devaluaciones del peso
mo. Pero si yo a esa zona le digo, le pongo en relación al dólar y el continuo desfasaje
R1, R2 R3... esa chacra pasa a valer 250 mil inflacionario de los salarios, se incremen-
dólares la hectárea. Entonces, ¿es tan alta tan las dificultades de los sectores asala-
la rentabilidad que todo se vuelve... quieren riados para acceder a la ciudad. Cuando
volcarse a eso, entonces qué hacemos? nos referimos a la disposición de pago de
Estamos generando, estamos volcando, la demanda en los sectores trabajadores
estamos perdiendo tierra productiva para estamos hablando del esfuerzo monetario
hacer ciudad” (Director de Desarrollo Te- necesario para acceder a la vivienda en
rritorial de la Municipalidad de Cipolletti, determinadas condiciones. Sin lugar a du-
22/09/2017). das, en esta región la disposición de pago
de la demanda en el marco de la mercan-
Existe una idea generalizada acerca tilización del espacio urbano se encuentra
de la falta de disponibilidad de tierras, determinada por los salarios más altos que
principalmente porque el Estado no cuenta pertenecen al sector económico vinculado
con reservas de tierras fiscales para loteos y a las actividades petroleras. Por eso distin-
por las limitaciones de la normativa urbana guimos el esfuerzo monetario para alquiler
para avanzar sobre tierras productivas. Este en relación al Salario Mínimo Vital y Móvil
punto lo profundizaremos en el próximo (SMVM), la remuneración promedio de los
apartado. asalariados y en particular la remuneración
promedio del sector petrolero31.
“…vemos que hay una resistencia del Para analizar esas dificultades, toma-
Municipio a urbanizar las partes de cha- mos los precios de alquiler y de compra de
cra, que la verdad que no está muy fun- un inmueble tipo en una ubicación céntrica
dada porque, ya… la gente... o sea, el y los comparamos con las diferentes capa-
productor no va a volver a producir esas cidades de pago de los salarios, aquí com-
chacras…” (Agente inmobiliario Cipolletti, partimos las mismas fuentes y criterios me-
28-07-2017). todológicos que el resto de las ciudades.
En primer lugar, analizamos la evolu-
En cuanto a la disposición de pago de ción temporal de los precios de alquiler y
la demanda, nos encontramos en este caso de compra de un departamento tipo en el
también con que los precios del suelo ur- periodo 2009-2016.

31. La estrategia metodológica utilizada para realizar el cálculo del esfuerzo monetario tanto para alquiler como para
compra de departamento, consistió: en primer lugar, recuperar el SMVM vigente para cada periodo, calcular la remu-
neración promedio de Río Negro y la remuneración promedio del sector petrolero (Extracción de petróleo y gas natural)
en base a los datos proporcionados por estadísticas del Ministerio de Trabajo, y en segundo lugar, calcular los valores
de alquileres y de compra de departamentos promedios en la ciudad de Cipolletti en base a los datos obtenidos en
Reporte Inmobiliario.

99
Figura 2.14: Evolución de precios de alquileres departamento 2 y 3 ambientes.
Fuente: Elaboración propia en base a datos de Reporte Inmobiliario.

Figura 2.15: Evolución de precio promedio de venta departamento usado.


Fuente: Elaboración propia en base a datos de Reporte Inmobiliario.

En ambas evoluciones observamos explicarse por las expectativas en relación


que tanto los precios de alquileres como al boom de Vaca Muerta. Luego analiza-
de compra sufren un fuerte incremento en mos comparativamente la evolución de los
mayo de 2015, lo que claramente puede salarios y su relación con estos precios.

100
Tabla 2.5: Ponderación del esfuerzo monetario para comprar departamento de 70 m2 en Cipolletti
Años para comprar
Precio prome- Estimación precio
con promedio re- con remuneracio-
Años dio* en pesos/ departamento con
muneraciones Río nes petroleras Río
m2 70m2 en pesos SMVM**
Negro y Neuquén Negro y Neuquén
2008 3665,6 256.592 18,36 6,47 2,16
2009 4260,1 298.207 17,5 6,31 2,07
2010 4711,55 329.808,5 16,96 5,48 1,71
2011 5265,75 368.602,5 14,83 4,54 1,4
2012 7032 492.240 15,36 4,73 1,57
2013 6322,55 442.578,5 11,94 3,28 1,11
2014 8.465,1 592.557 12,34 3,2 1,11
2015 10.243,35 717.034,5 11,59 2,94 1,09
2016 23.795,8 1.665.706 20,38 5,41 2,12
Fuente: Elaboración propia sobre la base de Reporte Inmobiliario, Ministerio de Trabajo y Banco Central de la República
Argentina. Notas: *valor promedio m2. **Promedios de SMVM anual.

Para medir el esfuerzo monetario aproxi- mediando los salarios de la provincia de Río
mado que deben afrontar los sectores tra- Negro y de Neuquén por el impacto que am-
bajadores para comprar un inmueble, calcu- bas tienen en la ciudad de Cipolletti, vemos
lamos cuántos años de salarios completos un patrón oscilante, con un promedio de 4,7
son necesarios para comprar un departa- años. En 2008 se precisaban 6 años y medio
mento usado de 70 m2 en el centro de Cipo- de remuneraciones totales para comprar un
lletti, suponiendo que la totalidad del ingreso departamento usado estándar, la tendencia
se destina a la vivienda. fue decreciente hasta 2015 y tocó su míni-
Al observar el valor promedio anual del mo en el promedio de 2015 con 2,94, para
SMVM establecido por el Ministerio de Tra- repuntar en 2016 alcanzando los 5 años y
bajo de la Nación, notamos que durante el medio. En paralelo hemos comparado este
periodo la relación ha variado con oscilacio- esfuerzo monetario con el de quienes perci-
nes que van de 20 años en 2016 a un míni- ben ingresos del sector petrolero en ambas
mo de 11 años en 2015; requiriéndose, en provincias. Los datos evidencian la brecha
promedio, más de 15 años para acceder al salarial entre sectores: en promedio un tra-
inmueble suponiendo que el salario se dedi- bajador de este sector podría obtener en 1,5
cara entero a esta finalidad. años la propiedad de un departamento usa-
Tomando las remuneraciones mensuales do estándar de 70 m2, suponiendo que dedi-
promedio del sector trabajador privado, pro- case la totalidad de sus ingresos a este fin.

101
Tabla 2.6: Ponderación del esfuerzo monetario para alquiler de departamento en Cipolletti
Promedio alquiler % RASP (remuneraciones % RASPP (remuneracio-
% del
2 y 3 dormitorios promedio de los asalaria- nes promedio de los asala-
Años SMVM**
(valores en pesos dos en el sector privado) riados en el sector privado
para alquiler
/mes) promedio para alquiler petrolero) para alquiler
2009 1285 90,49 % 32,67 % 10,75 %
2010 1337 82,53 % 26,67 % 8,36 %
2011 1462,75 70,66 % 21,63 % 6,69 %
2012 1594 59,70 % 18,39 % 6,12 %
2013 1856 60,1 % 16,54 % 5,58 %
2014 2418,75 60,46 % 15,67 % 5,47 %
2015 2995 58,13 % 14,76 % 5,46 %
2016 6905 101,39 % 26,95 % 10,57 %
Fuente: Elaboración propia sobre la base de Reporte Inmobiliario y Ministerio de Trabajo.
Notas: *Valor promedio departamento de 2 y 3 dormitorios. **Se toma el SMVM promedio anual.

En el caso de los alquileres, según los como el resto de los asalariados pero con
datos relevados por Reporte Inmobiliario, menor impacto, en 2016 vuelve al 10, 57 %
en 2009 el alquiler promedio oscilaba los de sus salarios destinados a alquiler.
1.285 pesos, en 2016 el valor ascendía Esta profundización de la brecha ad-
a más de 6905 pesos, lo que equivale a quisitiva y de la presión que generan las
un 437,35 % de incremento. Para quienes altas expectativas de renta sobre los pre-
dependen de salarios mínimos el alquiler cios del mercado de suelo urbano, quedan
promedio de un departamento usado en el claramente ilustradas por el siguiente tes-
casco céntrico de la ciudad representaba timonio:
el 90, 49 % del SMVM en 2009, luego ve-
mos que esta proporción tiende a disminuir “El problema es que acá estamos en
hasta el 58, 13 % en 2015, sin embargo, en el ojo de la tormenta. Acá... estas... eh,
2016 toca un pico de 101, 39 % del salario las petroleras, las expectativas puestas
destinado a alquiler. También en el sector todas en el negocio petrolero, en este
asalariado con remuneraciones promedio momento, entonces... eso sube el valor
la tendencia muestra que desde 2009 des- del suelo y tenés edificios en Neuquén
ciende el porcentaje del salario destinado que están cerca de 4 mil dólares el metro
al alquiler, pero en 2016 salta de 14,76 % cuadrado... y estás cerca, a un valor de…
a 26,95 %. Lo cierto es que el sector con no digo “Puerto Madero” pero cercano...
mayor capacidad de pago es el sector pe- o sea, estás pagando valores como si
trolero, que también muestra una tenden- estuvieras en una ciudad que es la más
cia en la que disminuye la proporción del cara de la Argentina.” (Director de Desa-
salario afectado por alquiler de 10,75 % rrollo Territorial de la Municipalidad de Ci-
en 2009 a 5, 46 % en 2015, sin embargo, polletti, 22/09/2017)

102
2.3.5. Algunas notas sobre el por el ajuste de los salarios, bárbaro,
sistema crediticio pero el tema es que los ajustes de los
salarios van a una economía real y se
Uno de los obstáculos que señalaron traduce en el aumento de precios, ¿vis-
lxs entrevistadxs en relación al acceso al te? Entonces... creo que... la solución
mercado de suelo urbano, es el desfasaje viene atada a créditos a largo plazo, a
entre precios, salarios y créditos. Como ya 30 años…” (Referente Desarrolladora e
mencionamos, los precios cotizan en re- Inmobiliaria Sol, 25/09/2017)
lación al dólar y a las expectativas de la
actividad económica, mientras que los sa- En el mismo sentido, sostiene otrx de
larios se encuentran por debajo de la tasa nuestrxs entrevistadxs que “… el crédito…
de inflación y los criterios para acceder hoy es saber de qué los sueldos que cobra
al crédito plantean un salario tres veces la gente están por debajo, todavía, de las
mayor al salario mínimo y condiciones de posibilidades de que ingresen al crédito.
estabilidad laboral, por lo que sólo puede Aún, a veces...sumando los dos sueldos.
acceder al sistema crediticio un sector re- Entendés?” (Entrevista a Inmobiliaria A,
ducido. 3/05/2017).
Lo cierto es que, el acceso al crédito
“Si yo lo comparo con el salario de aparece como una variable determinante,
una persona que trabaja con nosotros, fundamentalmente para el mercado de
de un administrativo, eh, de comercio... inmuebles usados, y como una variable
eh... quizás el sueldo se haya duplicado condicionante para el mercado de terre-
pero el valor de la propiedad se triplicó. nos y de la construcción. Los entrevista-
O sea... la realidad es que... siempre dos marcan como puntapié de la política
les quedó más lejos. Al autónomo que crediticia al PROCREAR pero señalan sus
tuvo actividad, eh, comercial… le fue insuficiencias y limitaciones. Identifican
más fácil comprar el inmueble. Después una recuperación del crédito luego de un
de la ascensión de Macri con la caída impasse 2015-2017, con el surgimiento
abrupta de facturación, en líneas gene- de una diversidad de ofertas en distintos
rales, de todas las empresas… algunas bancos, lo que genera expectativas de un
más, menos, pero todas coinciden en aumento en las operaciones.
un promedio del 50 %.... ese privado...
eh, dejó de invertir y empezó a cuidar “…hay dos demandas bastante mar-
sus ahorros porque no sabía lo que se cadas con esto del tema de los créditos
iba a venir. Ahora... el empleado cada hipotecarios, eh, le abrió la puerta a un
vez está más lejos, cada vez está más montón de persona que, tal vez, no po-
lejos. O sea, yo hoy creo que... hoy, si, dían, en su momento, poder adquirir sus
compra... compra entre 30/40 % menos viviendas únicas y salir de un alquiler,
que hace 10 años atrás. No, eso es te- eh, y… y… los bancos están dando esta
rrible... por eso, yo te digo... ¿cómo se facilidad, entonces, bueno... hay pro-
acomoda esa variable? No sé, porque piedades que estaban en un determina-
decís... bueno, si la selección viniera do segmento que no cualquiera podía

103
tener acceso a comprarla que la están un poco restringido a lo que era Capital
haciendo ahora a través de créditos. Y Federal y... y Bariloche, eh, el mercado
después hay otra franja que es… ya, eh, valorizado, eh, porque... se fue... cuan-
que está buscando, que está más liga- do se hizo el cepo en el año 2009/2010,
do al PROCREAR que... al PROCREAR eh, se pesificó el mercado inmobiliario
que... está ligado a eso que están bus- que me parece bien... en ese sentido...
cando lotes para poder construirse su eh, y ahora aparecieron con el blanqueo
casa…” (Agente inmobiliario Cipolletti, algunas operaciones que... la gente em-
28-07-2017). pezó a soltar un poco esos ahorros que
tenía…” (Agente inmobiliario Cipolletti,
Al mismo tiempo reconocen que el blan- 28-07-2017).
queo de capitales está posibilitando cierto
influjo de dólares y que se están llevando Si bien se reactivó el mercado crediticio
adelante operaciones en dólares, algo que y se diversificó pasando de cierto mono-
desde la pesificación y el cepo no se daba. polio del Banco Hipotecario con el PRO-
CREAR a diferentes bancos privados que
“Antes vos le decías “apto crédito”... manejan diversas líneas crediticias, surge
que la quisieras vender con “apta crédito” de las entrevistas una dificultad relevante
se hacían la idea que eran 6 meses, 8 para el éxito de esta política: el déficit de
meses... y no, la verdad es que en 2 o 3 una oferta de bienes que se adecuen a los
meses ya está aprobado el crédito... de- requisitos planteados por la política credi-
pende... depende mucho el monto, ¿no? ticia.
tenemos gestionados un par de créditos
importantes, de alto importe, y realmente “Cuando miras todo el mercado de
se demoran. Se demoran las aprobacio- Cipolletti te encontrás con que práctica-
nes pero el crédito de lo que te decía re- mente no hay opciones. Entonces, hay
cién, millón y medio o dos millones, sale muchísima gente que nosotros no aten-
en dos meses, dos meses y medio (…) el demos hoy por día porque no tenemos
Francés... el Nación tiene una política de que ofrecerles. Si hoy tuviera alguien que
dar créditos y acercarse esa empresa... pudiera ofrecer un producto de esa na-
a fomentar los créditos que da el Banco turaleza… sin lugar a dudas que tendría
Francés, Banco Patagonia hay un vende- mucha venta, eh, pero hay otras cuestio-
dor que se está acercando a nosotros... a nes también atrás de eso que tienen que
charlar… a informar cómo son los crédi- ver con la cuestión impositiva, porque... el
tos del Banco Patagonia... del Banco Ma- crédito hipotecario te obliga con valores
cro, Nación... o sea, no es que solamen- reales… Es cierto que se tiene que moti-
te..., es parte… son los que están más var la construcción para crear productos
abiertos... …ahora con los créditos está para ese segmento que no tiene oferta.
subiendo, eh, aparecieron dólares con De hecho, acá, en Cipolletti, el producto
el tema del blanqueo, eh aparecieron... que está desarrollando ASPA, al Este de
acá, en la zona... son operaciones en la Ciudad, que estaba apuntado direc-
dólares cosa que antes no, antes estaba tamente a los créditos de PROCREAR.

104
Entonces, creo que eso es interesante... En cuanto a las fuentes de financia-
tanto el Municipio como alguna empresa ción, a diferencia de otras zonas en la
desarrolladora, trabajen en conjunto para que la inversión extranjera tiene un papel
desarrollar un producto que sirva, por- predominante, en esta región la lógica de
que... si no hay mucho volumen de crédi- financiación es más bien local, basada en
tos para otorgarse y no pueden comprar excedentes vinculados a la actividad del
nada y genera realmente frustración en la petróleo y a estrategias de ahorristas que
gente…” (Referente Desarrolladora e In- se vuelcan a la inversión inmobiliaria para
mobiliaria, 25/09/2017). la apropiación de renta.

105
2.4. Mercado inmobiliario y acceso al suelo en Comodoro Rivadavia

Santiago Bachiller | Natalia Usach | Magali Chanampa | Bianca Freddo

2.4.1. Introducción efectuaron 16 entrevistas a empresarios


de la construcción y agentes inmobiliarios,
En Comodoro Rivadavia es posible así como a la institución que los nuclea
advertir que el acceso a la tierra guarda (la Cámara Inmobiliaria local). Trabajamos
una estrecha relación con un modelo de con un guión semiestructurado que abor-
acumulación dependiente de la explota- dó aspectos como las características de
ción de recursos naturales, tal el caso del la empresa/inmobiliaria, su antigüedad, su
petróleo, haciendo de esta una sociedad volumen de operaciones, las zonas de la
rentista. Entendemos al mercado del sue- ciudad donde focalizan sus actividades,
lo como un elemento fundamental en los concepciones sobre el mercado y la forma-
procesos de urbanización vinculados a la ción del precio, su relación con el Estado,
industrialización y, particularmente en este las políticas públicas y el financiamiento a
caso, a la extracción de hidrocarburos que través del crédito hipotecario, percepcio-
se constituye como un factor que estruc- nes respecto al impacto del petróleo en
tura la diferenciación y la fragmentación el mercado, sus visiones sobre las tomas
socioespacial. de tierras, etc. Para ampliar y complejizar
El objetivo particular en este capítulo es esta información, efectuamos entrevistas a
caracterizar el funcionamiento del merca- empleados de dos bancos estatales con
do formal de suelo en Comodoro Rivadavia incidencia significativa en el mercado del
en tanto factor clave a la hora de explicar la suelo comodorense, Bancos Nación y del
toma masiva de tierras. Tal caracterización Chubut, y a agentes de la banca privada.
considera las particularidades en las que En esta instancia es relevante señalar
se desenvuelve este mercado y las cate- nuevamente la opacidad del mercado in-
gorías de análisis explicitadas precedente- mobiliario a la hora de facilitar información,
mente en la introducción. a diferencia de lo que nos ocurriera con las
Como en el resto de la obra, en este entrevistas llevadas a cabo con personas
capítulo el abordaje metodológico es que protagonizaron las tomas de tierras, e
también cualitativo fundamentalmente. incluso hasta cierto punto con funcionarios
Mediante la observación directa y la rea- estatales. Es así que nos resultó dificulto-
lización de entrevistas semiestructuradas so obtener datos precisos acerca del volu-
a actores claves del mercado inmobiliario men de lo construido y/o comercializado,
y de la construcción, se ha recolectado sobre el tamaño de la empresa (la canti-
información primaria que posteriormen- dad de operarios, la cantidad de viviendas
te se combina con otros datos de origen construidas o comercializadas por año y/o
secundario. En Comodoro Rivadavia se en los últimos años), etc. En tal sentido,

106
un expresidente de la Cámara Inmobiliaria cuanto a la evolución de los precios de las
nos explicó que no existen datos sobre la compras y alquileres en las distintas zonas
evolución de los precios, ya que las dis- de la ciudad, cuáles son las empresas que
tintas empresas sistemáticamente se han dominan dicho mercado, el nivel de inci-
negado a entregarles información de este dencia de tales empresas en la formación
tipo. La desconfianza también se expresó de precios, la disponibilidad de créditos
de manera manifiesta a la hora de realizar hipotecarios, en qué zonas de la ciudad se
entrevistas y en algunos casos se nos pi- construye y cuáles han sido relegadas por
dió leer previamente el guión de entrevista, el mercado.
no grabar la misma e incluso borrar el au-
dio grabado. 2.4.2. Condiciones de funcionamiento
Por lo recientemente expuesto y a fin de del mercado inmobiliario en
hacer comparable el análisis con el resto Comodoro Rivadavia
de las ciudades patagónicas incluidas en
nuestro estudio, la información cualitativa Una de las principales hipótesis que
recolectada se complementa con otra se- orientó el trabajo de campo fue que la es-
rie de datos cuantitativos que provienen de pecificidad productiva de la ciudad, asen-
estadísticas oficiales, tales como los cen- tada desde sus orígenes en la extracción
sos nacionales de población elaborados hidrocarburífera, condiciona el funciona-
por el Instituto Nacional de Estadísticas y miento del mercado inmobiliario y más en
Censos, y los datos de empleo y remune- general la propia dinámica de crecimiento
raciones del Ministerio de Trabajo32. Asi- de la ciudad. Pero, ¿de qué modo y en qué
mismo, se trabajó con fuentes secundarias medida se relacionan esta preponderancia
privadas, puntualmente con los releva- de la actividad petrolera en la economía de
mientos de precios de alquiler y de ven- la ciudad y su mercado de bienes inmue-
ta efectuados por Reporte Inmobiliario en bles? De las entrevistas efectuadas a em-
el interior del país. Se efectuaron además presarios de la construcción y del sector
una serie de entrevistas semiestructuradas inmobiliario, observamos que desde la ra-
al director del Registro de la Propiedad In- cionalidad de estos actores el petróleo es
mueble (entidad provincial con delegación percibido como un “motor de desarrollo”
en CR) y, en la esfera municipal al director de la ciudad y que el mercado inmobilia-
de Obras Particulares, al subsecretario de rio es especialmente sensible a los vaive-
Hábitat, y a lxs responsables en diferentes nes y las etapas de bonanzas y crisis del
períodos de la Dirección de Catastro. mercado del petróleo. Esta percepción de
La información obtenida con esta me- lxs entrevistadxs se condice con los datos
todología nos permitió una mayor com- expuestos por Peters (2016: 156) respecto
prensión de las especificidades de CR en a que entre los años 2003 y 2013 el sec-

32. A partir de septiembre 2018 Secretaría de Trabajo del Ministerio de Producción y Trabajo a partir de entonces
(decretos 801/2018 y 802/2018).

107
tor de la construcción, medido a través del trevistadxs, el crecimiento del sector de la
consumo de cemento, creció un 280 %. En construcción no sólo ha coincidido con el
línea con este dato puede observarse en repunte económico nacional tras la crisis
la figura 2.16 que los permisos de edifica- de 2001, sino también con el impacto local
ción otorgados por la municipalidad local del último boom petrolero. En tal sentido,
(obra nueva más ampliación) evoluciona- la presidenta de la Cámara Inmobiliaria
ron positivamente desde inicios del boom opinaba que CR depende de un “mono-
petrolero en 2003 y sus altibajos parecen cultivo” que, a su vez, se subordina a un
coincidir con el desenvolvimiento de la ac- precio internacional, el petróleo genera
tividad petrolera expuesta en primer apar- un crecimiento “por rachas y vertiginoso”,
tado de la obra. Hay que mencionar que donde en muy poco tiempo llega mucha
la autorización dada a través de los permi- gente demandando viviendas. La “cues-
sos de edificación no implica que la obra tión demográfica” ante el “llamado del pe-
finalmente se haya concretado ni el grado tróleo” y la falta de planificación urbana,
de avance que tuvo el proyecto; pero sí es han sido alusiones recurrentes a lo largo
evidencia concreta de las expectativas po- de nuestro trabajo de campo. De tal modo,
sitivas del mercado constructor respecto a se señaló que, durante las etapas de auge
la evolución favorable de la economía y las económico o boom petrolero, se incremen-
posibilidades de inversión. ta el alquiler y la compra de inmuebles, así
Por lo dicho antes resulta interesante como los precios. Por el contrario, uno de
observar la evolución de la superficie edi- lxs entrevistadxs se refería a la situación de
ficada, considerando tanto la obra nueva estancamiento económico nacional y crisis
regular como la obra aprobada por rele- del precio internacional de petróleo impe-
vamiento posterior. La Figura 2.17 mues- rante durante el año 2017 en estos térmi-
tra una tendencia positiva después de la nos: “[antes] en una semana vendíamos
crisis de 2001 y 2002, con un importante todos los departamentos del edificio. Esto
repunte a partir de 2003. Esto pone en evi- hoy no pasa” (Entrevista a Desarrolladora
dencia que, tal y como lo advierten lxs en- Urbana A, 2017)33/34.

33. La situación de estancamiento referida por el entrevistado se relaciona con la recesión del -1,8 % experimentada
por la economía nacional durante 2016 y un magro crecimiento del 0,3 % durante el primer trimestre de 2017 respecto
al mismo periodo del año anterior. A nivel local, el estancamiento económico era acompañado de una baja de la acti-
vidad petrolera como consecuencia de la caída internacional de los precios del petróleo WTI desde 2015, cuando el
precio promedio fue de 48,7 dólares, llegando en 2016 a comercializarse en promedio a 43,2 dólares el barril.
34. Se realizaron entrevistas a 6 referentes de empresas inmobiliarias y desarrolladoras urbanas, sumado a 2 notas de
campo. En el cuerpo del texto no se citan los nombres de las personas entrevistadas para preservar sus identidades.
Se identificarán con letras las entrevistas y notas de campo.

108
Figura 2.16: Evolución permisos de edificación. Fuente: Elaboración propia con datos de la DGEyC de Chubut

Figura 2.17: Evolución de superficies edificadas totales. Fuente: Elaboración propia con datos de la
DGEyC de Chubut

2.4.3. Las empresas constructoras Con respecto al mercado de la cons-


y/o inmobiliarias existentes trucción en la ciudad, según datos de la
Dirección General de Obras Particulares
Según datos de la Cámara Inmobi- de la Municipalidad de CR, el mismo se
liaria de Comodoro Rivadavia, existían al conforma por 99 empresas que ejecutan
momento de nuestro relevamiento, año obras particulares, así como obra pública
2017, 30 empresas en el rubro inmobiliario nacional, provincial y municipal de enver-
registradas oficialmente en la entidad. A gadura (infraestructura urbana, construc-
este número se suman otras 20 empresas ción de equipamientos, conjuntos habita-
con habilitación municipal, pero que no se cionales, etc.) que participan en diversos
encuentran registradas ni adheridas a la procesos de selección para la ejecución
cámara. A ellas cabe agregar las empre- de obra pública en esos niveles de go-
sas que no cuentan con habilitación de las bierno. Existen también gran cantidad de
cuales no se tiene una noción exacta de su empresas que no están matriculadas o
cantidad. registradas, tratándose en muchos casos

109
de “cuadrillas de obreros” que son con- tipo de empresa son las que desarrollan
tratados por profesionales o directamente comprando tierras a propietarios de anti-
por propietarios para ejecutar obras. No guos campos (aunque este tipo de nego-
se puede saber con exactitud su cantidad, cio es limitado, por la escasez de tierras
pero se estima que es un porcentaje mu- urbanizables). Una de las particularidades
cho mayor al número oficial de empresas que hemos detectado es que apenas dos
constructoras registradas; a su vez, estas empresas funcionan como desarrolla-
suelen ejecutar obras de menor metraje y doras integrando la totalidad del circuito
complejidad. comprendido desde la compra del lote, la
En las entrevistas realizadas a actores construcción y la comercialización de las
claves del sector inmobiliario y/o construc- unidades habitacionales construidas.
tor, hubo coincidencias en cuanto a que no Con una lógica comercial diferente a
existe una empresa que domine el rubro la de las empresas, las cooperativas han
inmobiliario y/o constructor local. Asimis- sido entidades significativas en la expan-
mo, cada empresa parece apuntar a un sión urbana mediante la construcción de
nicho económico, a una etapa del proce- barrios para sus socios. Según datos del
so de construcción de viviendas, o a un gobierno provincial, existen 31 coopera-
tipo de producto específico. Por ejemplo, tivas vinculadas a la construcción y pro-
lxs representantes de la desarrolladora ducción de viviendas en CR. Los datos de
urbana “Espacio urbano” se focalizan en inscripción ubican el primer registro a fines
la construcción de primera vivienda, cons- de la década de 1960, teniendo un incre-
trucción desde “pozo” mediante fideicomi- mento considerable a partir del 2000. Es
so y gestionando créditos hipotecarios; la importante destacar que, con el retorno de
constructora “Ledesma” realiza obras para la democracia, se encuentra el primer an-
el Estado y compra tierras a particulares tecedente donde cooperativas formadas
para lotear; etc. Por otra parte, encontra- por vecinos y con el apoyo técnico del mu-
mos un grupo reducido de empresas (3 nicipio participaron en la construcción de
puntualmente) de mayor tamaño especia- los planes de vivienda ubicados en la zona
lizadas en obra pública, tradicionales par- sur de la ciudad. Las cooperativas fueron
ticipantes de los procesos de selección y adquiriendo protagonismo en la expansión
ejecución de este tipo de obras e históri- de la traza urbana mediante la compra de
cas contratistas del Estado. tierras a particulares o solicitando la adju-
Estas empresas, originalmente no se dicación de tierras al municipio, para luego
dedicaban al desarrollo de emprendimien- realizar el loteo y gestionar servicios e in-
tos privados, sin embargo, en las últimas fraestructura. Ciertamente, el proceso que
décadas algunas de ellas han reinvertido transcurre entre la adquisición del terreno
las ganancias provenientes de los contra- hasta la entrega de las viviendas suele
tos con el Estado en proyectar y levantar transcurrir en lapsos muy largos de tiem-
sus propios edificios, diversificando sus po, que en algunos casos rondan los diez
carteras. De las entrevistas se desprende o más años.
que estas empresas son las más antiguas Existen algunos casos en los cuales
y poderosas dentro del mercado. Otro las cooperativas se conforman alrededor

110
de profesionales de determinada activi- solicitar macizos de tierra al Estado como
dad, ámbito laboral (empleadxs judiciales, también comprar a un privado, por lo cual
universitarixs) o vecinxs de ciertas zonas no es necesario que se atengan a los re-
que se reúnen para solicitar tierras fiscales quisitos establecidos por el IPVyDU35.
al municipio y posteriormente contratan a Otra modalidad similar a la de coope-
una desarrolladora que lleve adelante la ur- rativas es la que llevan adelante algunos
banización. Otra estrategia de este tipo de sindicatos que también solicitan la adjudi-
cooperativa ha sido la de comprar terrenos cación de tierras al municipio y construyen
privados con el objetivo final de urbanizar- conjuntos habitacionales para sus miem-
los. Hemos conocido experiencias donde bros. La importancia de esta modalidad
la cooperativa es un sello que enmasca- queda en evidencia cuando se observa
ra una lógica netamente empresarial y de que, por ejemplo, en 2017, de las 381 vi-
gestión privada, en la cual se cobra a los viendas programadas para edificar con
socios una cuota por la gestión, adminis- financiamiento del IPV, el 43 % estaban
tración y ejecución de los proyectos urba- destinadas los sindicatos de camioneros y
nísticos. En lo que respecta a los loteos, de petroleros; mientras que apenas el 28
las cooperativas son el actor predominan- % fue destinado a vivienda social para los
te, ya que son pocos los casos en los cua- afectados por las inundaciones de ese año
les una desarrolladora o una inmobiliaria (Dupuy, 2017).
es la que lleva adelante el loteo. En resumidas cuentas, el acceso a la
La conformación de las cooperativas vivienda mediante cooperativas o sindica-
resulta ser una alternativa al acceso a la tos, está restringido a una población de-
vivienda o al suelo con participación de terminada: aquella que posee un empleo
diversos sectores sociales, que llegan a formal o que es profesional, dificultando el
esta instancia luego de recorrer y buscar acceso a los grupos sociales cuya econo-
respuestas en el Estado. Según entrevis- mía es más precaria o informal y que no
tas realizadas, una parte de las coopera- poseen dichos privilegios de pertenencia.
tivas trabaja con las desarrolladoras y con
el IPVyDU; con los primeros gestionan la 2.4.4. ¿Qué y dónde se construye y/o
tierra y con los segundos la construcción vende en la ciudad?
de las viviendas cuando los socios cuen-
tan con las condiciones establecidas por Los empresarios de la construcción
ese organismo para acceder como benefi- entrevistados coincidieron en que existen
ciario. Otro sector de cooperativas se en- “pocos lugares buenos” para construir en
carga sólo de generar lotes con servicios, la ciudad. En su visión uno de los mejores
y luego la construcción queda a cargo de lugares y el más mencionado es la locali-
los particulares, en estos casos pueden dad aledaña de Rada Tilly; lo cual pone en

35. Entre los múltiples requisitos que exige este organismo, uno es el de primera vivienda, es decir, que la familia que
solicita una vivienda, no cuente con ninguna otra propiedad en toda la provincia.

111
evidencia que, en la lógica del mercado, gigante pero nosotros no operamos en
ambas ciudades funcionan en conjunto. todo (…) Por ejemplo me llaman para
Asimismo, y dentro de CR se citaron los que tome o tase una propiedad en San
barrios Centro, Mosconi - Km3 y los ba- Martín, San Cayetano o las 1008… y no,
rrios Roca y Pueyrredón. En tal sentido, la les digo que no estoy tomando propie-
presidenta de la Cámara Inmobiliaria opi- dades por ahora o que en esa zona no
nó que el mercado inmobiliario en CR está trabajamos. Porque no se puede... yo no
“zonificado naturalmente”. Explayándose mandaría a nadie a vivir ahí porque las ca-
sobre el sentido del término “naturalmen- sas no son buenas, hay inseguridad. No,
te”, la entrevistada añadió que: no trabajamos en esas zonas... ni en los
asentamientos” ... “ahí nosotros no entra-
“No vienen a consultarnos de barrios mos, ellos se construyen las casas y ellos
como el Abásolo (…) y si me llaman por venden, aunque no tengan papeles, ni
el Abásolo les digo que no, no es un lu- titularidad” (Nota de campo Inmobiliaria
gar para vivir. Los que estamos en la cá- B, 2017).
mara no trabajamos en asentamientos ni
en esos barrios… se las arreglan por su Tal lógica de zonificación responde a
cuenta” (Entrevista a la Cámara Inmobi- criterios de exclusividad y estigmatización
liaria, 2016). espacial que, como veremos, se encuen-
tran directamente vinculados con las de-
El criterio de zonificación implica que mandas de quienes tienen la capacidad
estas empresas más grandes y consoli- de apropiarse de una porción de la renta
dadas focalizan su atención en las áreas petrolera.
mencionadas previamente, sin preocupar- Como mencionamos en otra parte, el
se por la construcción o comercialización crecimiento de la ciudad en la últimas dé-
en los barrios populares. En tales áreas cadas se relaciona con la consolidación
operan las empresas de menor enverga- de barrios en el oeste, el proceso de tomas
dura (muchas de ellas no matriculadas) y, masivas de tierras, especialmente durante
especialmente, las “cuadrillas de obreros” estas últimas dos décadas, la densifica-
a las que nos referimos con anterioridad y ción del centro de la ciudad con la cons-
la autoconstrucción. Mientras que respec- trucción de edificios de departamentos y
to a la comercialización e intermediación la dinámica de crecimiento de la vecina
inmobiliaria un entrevistado señalaba cla- localidad de Rada Tilly, que si bien como
ramente que más allá de las zonas con- se mencionó antes es un municipio autó-
solidadas de la ciudad (Centro, Kilómetro nomo, su composición social y productiva,
3, 4 y ciertas partes del Kilómetros 5 y 8, su mercado de trabajo e inmobiliario son
Diadema, Roca, Pueyrredón) y la locali- tributarios de los de Comodoro Rivadavia.
dad vecina de Rada Tilly, las inmobiliarias Pongamos brevemente atención sobre
nucleadas en la Cámara no trabajan en el estas últimas dos cuestiones. El municipio
resto de la ciudad: de Rada Tilly que se localiza a 12 kilóme-
tros de distancia de Comodoro, es la lo-
“ves el mapa de Comodoro que es calidad chubutense que más creció en el

112
período intercensal del 2001 y 2010 con un modo similar a los barrios cerrados; por
un 45 % de variación; mientras que CR in- el contrario, según los empresarios entre-
crementó su población en un 29 %, la pro- vistados, en la ciudad de Comodoro Riva-
vincia en un 23 % y el promedio del país davia este tipo de productos inmobiliarios
estuvo en el orden del 10 %. Ahora bien, “fracasaron”. Cabe mencionar algunos da-
en Rada Tilly no se verificaron tomas de tos que ilustrativos de la situación.
tierras ni planes estatales de construcción En CR, el mercado de la construcción
masiva de viviendas. Por el contrario, el se focaliza especialmente en el centro de la
vertiginoso incremento poblacional refleja ciudad, donde también se asientan y ope-
un intenso proceso de segregación socio ran la gran mayoría de las inmobiliarias. En
residencial, mediante el cual las clases tal sentido, los agentes inmobiliarios coin-
con mayor capacidad adquisitiva de Co- cidieron en que, por falta de suelo y por
modoro Rivadavia (por lo general asocia- una cuestión de rentabilidad, en los últimos
das con el petróleo) se trasladaron a dicha años la estrategia de las empresas fue co-
localidad que nació como villa balnearia locar sus inversiones en la construcción en
en 1948. Motivos paisajísticos, de belle- altura en lotes de la zona central. Mayori-
za escénica, de búsqueda de seguridad y tariamente, se construyeron edificios con
buena calidad de vida pueden hallarse tras departamentos de reducidas dimensiones,
este proceso de autosegregación espacial de uno o dos ambientes, ahorrando en la
hacia una localidad fundamentalmente calidad de los materiales, cuya demanda
compuesta por población joven y adultos final serían los hombres solos que llegan a
hasta 64 años, con el 88 % de las vivien- la ciudad para trabajar en el petróleo. Por
das con materiales de calidad I, el 1,9 % otra parte, los entrevistados nos explicaron
de los hogares con NBI y apenas el 0,7 que las mejores casas en alquiler (llama-
% en condiciones de hacinamiento36. Las das localmente como casas de “nivel ge-
entrevistas realizadas a empresarios de rencial”), tanto de la zona céntrica como
la construcción y/o de inmobiliarias, nos de los barrios Roca, Pueyrredón, Mosconi,
confirmaron que el excedente del boom Km 3, etcétera y los departamentos más
petrolero es el factor que explica el creci- amplios de tres o más ambientes son des-
miento de Rada Tilly. En tal sentido, uno de tinados a quienes se dedican al petróleo,
tales empresarios recordaba que “hace 10 poseen cargos jerárquicos y viven con sus
años un lote valía 10 mil dólares, hoy está familias. Uno de los entrevistados remató
en 150 mil dólares”; tal cifra representa un esta idea sosteniendo que “quienes no es-
aumento de 1500 % en 10 años. Asimis- tán en el petróleo alquilan lo que queda”
mo, en Rada Tilly proliferaron proyectos (Entrevista a Inmobiliaria C, 2017).
inmobiliarios como “Solares del Marqués” Con respecto a los inversores o finan-
o “Altos de la Villa”, los cuales operan de cistas de empresas de desarrollo urbano,

36. Según datos censales del año 2010 suministrados por la Dirección General de Estadísticas y Censo de Chubut.

113
gran parte de los entrevistados coinciden viales, una buena conectividad y equipa-
que en su mayoría son comodorenses que mientos urbanos resultantes de la acción
invierten en la construcción de una se- estatal desde hace décadas.
gunda o tercera vivienda para alquilarla. Otro factor que en esta ciudad pata-
Solo en una oportunidad se hizo mención gónica encarece el precio del suelo es la
a ciertas empresas petroleras como inver- escasez de tierra urbanizable. No logra-
soras directas en la compra de inmuebles. mos conseguir datos fehacientes sobre
Es decir, la vinculación de las empresas el estado legal de la tierra disponible en
petroleras con respecto a las necesidades la ciudad. Según expresó uno de los en-
habitacionales de sus trabajadores es in- cargados de la Dirección de Catastro, son
directa; en este punto observamos una di- pocas las tierras de propiedad municipal
ferencia significativa respecto del pasado, en el ejido para poder lotear: “no hay más
ya que, durante décadas, la empresa es- tierras, y después, del lado del cordón
tatal YPF se encargó de proveer viviendas [forestal], queda la Fracción 14 y 15, y no
y servicios a sus empleados. En definitiva: hay más tierras. Después todo es priva-
do” (Entrevista a la Dirección de Catastro,
“las casas en Comodoro se venden 2016). Contradiciendo estos planteos, en
para comodorenses, se alquilan para las una entrevista a la anterior titular de dicha
familias de petroleros que vienen de afue- dependencia le comentó que la municipa-
ra, y los departamentos se construyen y lidad es propietaria del 16 % de las tierras
alquilan para quienes también vienen de del ejido. De ser así, la municipalidad ten-
afuera” (Nota de Campo Inmobiliaria B, dría herramientas que no está utilizando; a
2017). modo de ejemplo, podría intervenir gene-
rando un Banco de Tierras para lidiar con
2.4.5. El proceso de formación del la retención de lotes. En todo caso, la ma-
precio del suelo en una sociedad yor parte de la tierra disponible es priva-
rentista da y consiste en campos deshabitados e
improductivos que, debido a la expansión
Hemos visto que la formación del pre- de la mancha urbana, se ubican dentro o
cio del suelo urbano depende de las ca- próximos al ejido municipal; sin legislación
racterísticas físicas del lote que lo vuelven que declare a la tierra como un bien social
irreproducible, particularmente su loca- y grave tributariamente a la tierra vacan-
lización; mientras que la valorización se te, sus propietarios pagan un impuesto a
produce en tanto y en cuanto el sector la tierra bajísimo, limitándose a especular
público invierta en equipamiento urbano, con una futura subdivisión y venta de lotes
infraestructuras y servicios. No es casual a precio urbano.
por lo tanto que las áreas más valorizadas Existe un amplio consenso entre los
de CR y por tanto las más demandadas empresarios acerca de que la topografía
por los sectores de altos ingresos, como y el pasivo ambiental como fuertes límites
los barrios General Mosconi en Kilómetro en las posibilidades de expansión inmo-
3, Pueyrredón o Roca, sean aquellas que biliaria. Dentro del ejido municipal de Co-
poseen servicios públicos, infraestructuras modoro existen entre 2500 y 2800 pozos

114
de petróleo abandonados (Bachiller et al., talmente de la disposición de pago de la
2015a), a ello debemos sumar una signifi- demanda; y en una ciudad donde el sector
cativa cantidad de oleoductos y gasoduc- petrolero paga altos salarios, los precios
tos, con sus respectivos perímetros de se- del mercado inmobiliario responden a esa
guridad. Recordemos que las normativas demanda con altos ingresos. Es así que,
nacionales establecen que, por razones de debido a la capacidad del petróleo de ge-
seguridad, está prohibido edificar en un ra- nerar una renta más abultada, histórica-
dio de 60 metros alrededor de cada pozo. mente los agentes vinculados al proceso
Estos radios de seguridad en torno a los extractivo han sido competidores exitosos
viejos pozos limitan fuertemente las posi- a la hora de apropiarse de suelo y fijar los
bilidades de urbanizar para uso residencial precios del mercado inmobiliario.
los vacíos urbanos existentes, a la vez que El proceso de formación del valor fis-
condiciona la vida cotidiana en barrios ya cal de los lotes fue abordado en dos en-
consolidados. En tal sentido, la presidenta trevistas a quienes presiden la Dirección
de la Cámara Inmobiliaria opinaba que: General de Catastro. De las mismas, se
desprende que la venta de tierra pública
“La particularidad de la ciudad es que supone una dinámica arbitraria, basada
siempre faltó terreno. Si bien es extenso, en los precios que establece el merca-
hay muchas zonas que no están en con- do para cada zona de la ciudad, lote que
diciones de ser loteadas por la explota- luego se vende al 40 % de lo que valdría
ción petrolera. Entonces hay barrios com- en el mercado. Es decir, lxs funcionarixs
pletos que no se pueden lotear, porque de la dirección consultan precios en el
son pozos abandonados que no están suplemento específico del diario Clarín,
remediados” (Entrevista a la Cámara In- realizan llamadas a empresas inmobilia-
mobiliaria, 2016). rias, y así obtienen un precio de mercado
base, al que posteriormente le restan un
Vale la pena añadir que la mayoría de 60 % para establecer el valor fiscal. De tal
los pozos petroleros se construyeron so- manera, “el precio se encuentra zonifica-
bre las escasas planicies de la zona, don- do en función de la espacialidad urbana
de resultaba más sencilla su instalación, impulsada por el mercado inmobiliario. Es
determinando que muchas de las áreas decir, la municipalidad no interviene bus-
que actualmente están disponibles para cando disminuir las desigualdades que
ser urbanizadas sean laderas o quebradas el mercado genera, sino que establece el
que dificultan la construcción, elevando precio del lote fiscal dando por válidos los
sensiblemente los costos. De modo simi- criterios espaciales del propio mercado”
lar, las escasas áreas urbanizables suelen (Bachiller, 2015:31). Por otra parte, nos
localizarse a varios kilómetros de distan- explicaron que la brecha entre el precio
cia; este es otro factor que incrementa los de mercado y el fiscal responde a fines
costos de traslado de los servicios urbanos. “sociales”. Finalmente, cuando se trata
Un aspecto clave a señalar es que, tal de regularizar un lote que fue ocupado
y como se expuso en el apartado teórico, de forma irregular, el valor de venta de la
el precio del suelo, depende fundamen- tierra fiscal se incrementa en un 30 %, a

115
modo de multa por haber ocupado “ile- 2017). En cuanto a la propiedad de la tie-
galmente”. rra municipal, declaran que son pocas las
En cuanto a los planos con el valor de tierras fiscales que le quedan al municipio
venta fiscal por barrio, en primer lugar, es para poder lotear.
necesario distinguir entre el valor de venta Una manera simple de conmensurar
y el valor con fines tributarios. Este último el precio del suelo es relacionarlo con los
se determinará conforme a los valores bá- ingresos de una determinada sociedad. A
sicos expresados en $/m2 y no es aplica- partir de nuestro relevamiento de precios
ble a los fines de la venta de la tierra de del suelo en diferentes puntos de la ciu-
propiedad fiscal municipal (Ordenanza dad y considerando el salario mínimo vital
Nº:12.586/16 Tributaria Anual Año 2017. y móvil (SMVM) pudimos determinar que
Artículo 7). en el año 2016 (Tabla 2.7) se precisaban
Por otro lado, la Ordenanza General de más de 245 SMVM para comprar un terre-
Tierras Fiscales Nº 10.417/12, es la que no fiscal de 200 mts2 en el área central,
establece las condiciones para fijar el pre- mientras que para el 2018 la compra del
cio de venta de la Tierra Fiscal “La tierra mismo terreno implicaba 382 SMVM. Lo
pública municipal podrá ser vendida en mismo ocurre si observamos los datos de
cualquiera de las forma sindicadas en esta otros barrios residenciales de la ciudad.
Ordenanza, a un valor determinado por la Tomamos al barrio Pietrobelli (contiguo al
Dirección General de Catastro como -valor centro sobre la ladera sur del cerro Chen-
de venta de la tierra fiscal-, que no podrá que) como primer ejemplo; adquirir un te-
ser inferior al valor fiscal establecido como rreno para la vivienda implicaba en 2016
base imponible para el cobro del impuesto algo más de 9,6 salarios, mientras que
inmobiliario, guardará relación con los va- en el 2018 ya suponía 14,84 SMVM (Tabla
lores de mercado y no será menor al costo 2.8). Por otro lado, en Restinga Alí, ubi-
de transformación en tierra de aptitud ur- cado sobre la costa norte a unos 10 kiló-
bana. Las formas de venta donde se es- metros del centro, el esfuerzo económico
tablezcan condiciones especiales son atri- para adquirir un terreno en el mismo perío-
buciones propias del Concejo Deliberante” do de tiempo mantiene idéntica tendencia
(Artículo 76º). Si bien el precio de venta de (desde 5,95 a 9,26 SMVM). Si bien en el
la tierra fiscal lo elabora la dirección Gene- área central o microcentro existen pocas
ral de Catastro, es la Secretaría de tierras ofertas de terrenos, sirve de ejemplo revi-
la que realiza la venta. Según la entrevista- sar la asimetría del valor suelo en relación
da esta división es para evitar manejos po- a la distribución espacial.
líticos de los precios (Registro de campo,

116
Tabla 2.7: Valor fiscal para la venta por mts2 (2016) en relación a salario mínimo vital y móvil (SMVM)
y según remuneración promedio por sector
Remu- Remuneración
Cant. de Cant. de
Valor fiscal (VF) neración promedio
SMVM38 SMVM para
promedio USD$ promedio sector petrole-
para adqui- adquisición
(VF) 2016 ($) 201637 Chubut para ro Chubut para
sición(mts2)* (terreno)
adquisición adquisición
Microcentro39 9280 627 1,22 245,5 58,47 26,31
Barrio
363 24,52 0,04 9,6 2,28 1,02
Pietrobelli
Barrio
225 15,20 0,029 5,95 1,41 0,63
Restinga Ali
Fuente: Elaboración propia con datos de la Dirección General de Catastro y Ministerio de Trabajo

Tabla 2.8: Valor fiscal para la venta por mts2 2018 en relación a salario mínimo vital y móvil (SMVM).
Cant. de SMVM41 Para Cant. de SMVM para
(VF) ($)40
adquisición (mts2) adquisición (terreno)
Microcentro 19117,23 1,91 382,34
Barrio Pietrobelli 737,85 0,07 14,74
Barrio Restinga Ali 463,44 0,04 9,26
Fuente: Elaboración propia con datos de la Dirección General de Catastro y Ministerio de Trabajo

Por otro lado, en las Tablas 2.9 y 2.10 sin embargo, las condiciones de acceso
se puede observar el comportamiento de que se establecen implican capacidad de
la venta de tierra fiscal a través del ofre­ ahorro y la posibilidad de absorber cuotas
cimiento público en un barrio residencial fijas que implican como mínimo 3,5 SMVM
como Las Orquídeas, ubicado en el Km 5, al 2018. Por otro lado, el ofrecimiento públi-
donde las tierras pertenecían a Yacimien­tos co estableció el valor del mts2 a 2.500 pe-
Petrolíferos Fiscales (entidad que transfirió sos, valor que supera casi cuatro veces al
su dominio al municipio)42. Para adquirir establecido para la venta de tierra fiscal de
un terreno de 200 mts2 con agua y energía 650 mts2 al 2016. En este caso, el principal
eléctrica se requieren al menos 50 SMVM, factor que incrementa el precio del suelo

37. Tipo de cambio vendedor dólar estadounidense BNA 14,80 marzo 2016.
38. Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social septiembre de 2016 7560 (pesos argentinos)
39. Entre las calles Sarmiento, Italia y Avenida Rivadavia.
40. Tipo de cambio vendedor dólar estadounidense BNA 30,49 17/08/18.
41. Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social. Julio de 2018 10.000 (pesos argentinos).
42. Como en la mayoría de los barrios de la zona aquí también se verifica la existencia de lotes afectados por radios de
seguridad de pozos improductivos.

117
es el costo que asume la aptitud urbana cado formal: así por ejemplo si se tomara
por la incorporación de servicios públicos lo mencionado por las entidades públicas
por parte del municipio. Esta valorización respecto a que el valor fiscal representa el
fruto del esfuerzo colectivo repercute por 40 % del precio en el mercado, los lotes
tanto en el precio de oferta pública. Sin del Km 5 tendrían un valor de aproximada-
embargo, este precio es muy inferior al que mente 1.250.000 pesos, que implicaría al
tendría si el terreno se ofreciera en el mer- menos 125 SMVM al 2018.

Tabla 2.9: Valor del ofrecimiento público de tierras fiscales para la vivienda en Km 5.
Valor fiscal ($) SMVM (07/2018)
500.000 50
Fuente: Elaboración propia con datos de la Secretaría de Tierras

Tabla 2.10: Requisitos para adquirir tierras fiscales en Barrio Las Orquídeas (en Km5).
Requisito
(VF) para la Ofrecimiento 30 % Cuotas por Cantidad de SMVM
Terreno43
venta (mts2)$ público (mts2) $ contado ($) mes ($) (2018) para cuota
Lotes 650 2.500 500.000 150000 35000 3,5
Fuente: Elaboración propia con datos de la Secretaría de Tierras

Respecto a la formación del precio de gieren Usach y Freddo (2016) un importan-


la tierra en el mercado, lxs entrevistadxs te negocio inmobiliario donde lxs agentes
coincidieron en su percepción respecto mejor posicionados adquieren suelo a
a que el precio de mercado es entre 10 y bajos precios y, con una importante ex-
20 veces más alto que el fiscal. Asimismo, pectativa de valorización, los disponen
lxs interlocutores reconocieron el funcio- posteriormente en el mercado a sumas
namiento desregulado del mercado en que multiplican varias veces su costo de
cuanto a los valores de compra-venta y de adquisición.
alquileres de viviendas en la ciudad. Pa- De forma congruente a lo antes plantea-
rece naturalizada la idea de un mercado do, al interrogar por la formación del pre-
que funciona sin la intervención estatal en cio en el mercado formal del suelo, las res-
la regulación de precios, con valuaciones puestas espontáneas de lxs entrevistadxs
fiscales muy inferiores a los precios de apuntaron a “la oferta y la demanda”. Sin
mercado, especialmente en lo que hace a embargo, analizando detenidamente los
terrenos en zona urbana. En esos casos, discursos de nuestrxs entrevistadxs que-
el precio de venta del mercado excede de da en evidencia la principal característica
forma exponencial al valor de venta fiscal. del mercado de suelo: su funcionamiento
Esta importante brecha trasluce como su- imperfecto, un mercado de competencia

43. Dimensión considerada 200 mts2

118
monopolística, donde la disponibilidad y alquileres; así como tampoco sobre el vo-
preferencias de la demanda ante una ofer- lumen de operaciones. A fin de subsanar
ta inelástica en el corto y mediano plazo tal carencia tomamos el relevamiento de
determina el precio. Así, algunxs afirmaron precios efectuado por Reporte Inmobilia-
que durante los períodos de apogeo eco- rio44 que cuenta con datos para el periodo
nómico la presencia del petróleo “genera 2008-2016 respecto a precios de venta y
ilusiones”, desemboca en la posibilidad de 2009-2016 con relación a los alquileres.
“pedir cualquier cosa”. En los momentos Como se aprecia en la Tabla 2.11 y la
de dinamismo de la actividad petrolera, Figura 2.18 la tendencia en la valorización
la demanda de inmuebles se incrementa, inmobiliaria en CR es creciente durante el
particularmente la de sectores de ingresos periodo. Sin embargo, puede identificarse
altos vinculados al petróleo, lo que impulsa claramente que la crisis general del sector
a los propietarios a elevar los precios que, inmobiliario argentino, tuvo su versión lo-
aunque difícilmente sean los finalmente cal. El año 2014 aparece como un momen-
acordados en los contratos, constituyen to de caída en el precio promedio de venta
expectativas futuras y afectan los precios relacionado con la parálisis del sector in-
promedios de los inmuebles en toda la ciu- mobiliario de la gran mayoría de las plazas
dad. Aquí volvemos a lo planteado por la del país (especialmente las más dolariza-
teoría: la renta que determina el precio del das) que imperaba ya desde 201345. Las
inmueble no se asocia con su uso actual, restricciones para la compra de dólares
sino a las expectativas sobre su mejor y (llamado “cepo” cambiario) y el elevado
mayor uso futuro. En Comodoro tales ex- nivel de inflación, que incrementa costos
pectativas se vinculan directamente con la de construcción, se presentan como posi-
renta petrolera y nuestrxs entrevistadxs lo bles causas de la contracción de precios
advierten al relatar que en muy raras oca- en esta plaza altamente dolarizada. Pese a
siones dichos precios retroceden durante esa reducción, en 2016 se observa nueva-
los períodos de crisis, aun cuando la de- mente un alza más que significativa en tor-
manda se retrae. no al 16 % respecto al año anterior respon-
Para ahondar en este asunto resulta diendo a una variedad de factores entre
pertinente exponer y analizar los precios los que podemos mencionar el aumento
de mercado de los bienes inmuebles co- de la demanda por la mayor disponibilidad
mercializados en la ciudad. Como plan- de divisas para comprar en este mercado
teamos en páginas anteriores, la Cámara dolarizado a partir del levantamiento del
Inmobiliaria no dispone de una base de cepo cambiario a finales de 2015 que ha-
datos sobre la evolución de los precios de bilitó la compra de dólares para todo tipo
venta de suelo y viviendas ni de precios de de transacciones.

44. Este portal releva los precios de departamentos de 2 y 3 dormitorios, ya sea de venta o de alquiler, en los cascos
urbanos de 25 localidades del interior del país.
45. Para un mayor detalle de la situación general del sector puede verse https://www.reporteinmobiliario.com/nuke/
article3032-el-mercado-inmobiliario-post-elecciones.html

119
Tabla 2.11: Precio promedio de venta y de alquiler mensual (departamentos 2 y 3 dormitorios usado
en casco céntrico) en Comodoro Rivadavia y variación interanual
Venta Alquiler
Años Precio venta US$ m 2
Variación Pesos mensuales Variación
2008 1.175 - s/d -
2009 1.189 1,2 % 1.683 -
2010 1.180 -0,7 % 1.664 -1,1 %
2011 1.259 6,7 % 1.876 12,7 %
2012 1.325 5,3 % 2.019 7,6 %
2013 1.405 6,0 % 2.358 16,8 %
2014 1.333 -5,2 % 2.922 23,9 %
2015 1.370 2,8 % 3.460 18,4 %
2016 1.590 16,1 % 7.623 120,3 %
Fuente: Elaboración propia con datos de Reporte Inmobiliario.

Figura 2.18: Evolución del precio promedio de venta departamentos usados de 2 y 3 dormitorios, en
dólares por metro cuadrado. Fuente: Elaboración propia con datos de Reporte Inmobiliario.

En contrapartida, el precio promedio 2016 el incremento interanual trepó al 120


de alquileres en la ciudad ha presentado % producto de la devaluación posterior al
una tendencia positiva durante todo el pe- levantamiento del cepo cambiario y del
riodo considerado (Figura 2.19). Si bien consecuente incremento del nivel general
se aprecia que el alza es permanente, en de precios de la economía.

120
Figura 2.19: Evolución del precio alquiler departamentos usados de 2 y 3 dormitorios, en pesos mensua-
les promedio. Fuente: Elaboración propia con datos de Reporte Inmobiliario.

A fin de sopesar de algún modo el es- un patrón oscilante, con un promedio de


fuerzo monetario que debe afrontar unx 3,8 años. Mientras en 2008 se precisaban 5
trabajadorx para comprar un inmueble, años de remuneraciones totales para com-
hemos elaborado una serie de indicadores prar un departamento usado estándar, el
expuestos en la Tabla 2.12. El esfuerzo mo- guarismo fue decreciente hasta 2012 (tres
netario ha sido medido calculando cuántos años completos) y tocó su mínimo en el
años de salarios completos son necesarios promedio de 2015 con 2,96, para repintar
para comprar un departamento usado de en 2016 superando los 4 años. En paralelo
70 m2 en el centro de Comodoro Rivada- hemos comparado este esfuerzo moneta-
via46, suponiendo que la totalidad del ingre- rio con el de quienes perciben ingresos pe-
so se destina a la vivienda. troleros en la provincia. Los datos son con-
Al observar el valor promedio anual del tundentes: en promedio unx trabajadorx de
SMVM establecido por el Ministerio de Tra- este sector podría obtener en 1,5 años la
bajo de la Nación, notamos que durante el propiedad de un departamento usado es-
periodo la relación ha variado con oscila- tándar de 70 m2, suponiendo que dedicase
ciones que van de 20 años en 2016 a un la totalidad de sus ingresos a este fin.
mínimo de 13 años en 2012; requiriendo, Como queda de manifiesto en este aná-
en promedio, más de 16 años para acce- lisis, el acceso a la vivienda en propiedad
der al inmueble suponiendo que el salario se torna fuertemente excluyente para los
se dedicará entero a esta finalidad. sectores de menores ingresos ya que po-
Tomando las remuneraciones mensua- seen una prácticamente nula capacidad de
les de unx trabajadorx asalariadx del sector ahorro (tal el caso de trabajadores cuenta-
privado de la provincia de Chubut vemos propistas de baja cualificación o sin capi-

46. El precio del departamento de 70 m² surge de multiplicar por 70 el valor del m² de cada año relevado por Reporte
Inmobiliario y luego calcular su equivalente en pesos en el periodo 2008- 2016, tomando la cotización promedio anual
del dólar oficial publicada por el Banco Central de la República Argentina.

121
tal, los inactivos con prestaciones mínimas sociedad comodorense y nos muestra que
u otros con salarios mínimos)47. En este los sectores vinculados al sector petrolero
escenario, la adquisición de una vivienda tienen la capacidad de modelar la deman-
en el mercado formal constituye un obje- da (y con ella los precios) en el mercado
tivo inalcanzable para buena parte de la formal de inmuebles.

Tabla 2.12: Ponderación del esfuerzo monetario para comprar departamento de 70 m2 en Comodoro
Rivadavia
Estimación Años para comprar
Precio promedio* precio departa-
Años con con promedio remu- con remuneracio-
en pesos/ m2 mento 70m2 en
SMVM** neraciones Chubut nes petroleras
pesos
2008 3.715,72 260.100,55 17,77 5,09 2,06
2009 4.433,15 310.320,22 18,21 4,97 1,91
2010 4.616,67 323.166,99 16,62 3,99 1,49
2011 5.198,29 363.880,39 14,65 3,31 1,20
2012 6.029,74 422.082,06 13,17 3,07 1,19
2013 7.693,55 538.548,21 14,53 3,16 1,27
2014 10.825,91 757.813,51 15,79 3,31 1,39
2015 12.697,49 888.824,38 14,38 2,96 1,26
2016 23.496,14 1.644.729,76 20,13 4,32 1,94
Fuente: Elaboración propia sobre la base de Reporte Inmobiliario, Ministerio de Trabajo y Banco Central de la República
Argentina. Notas: *valor promedio m2. **Promedios de SMVM anual.

Un factor a considerar es que, mientras vamente los precios de los inmuebles al ex-
los precios de la vivienda y el suelo urbano presarlos en pesos y han deteriorado más
en CR se expresan en dólares, los salarios aún la capacidad adquisitiva de los hoga-
lo hacen en pesos. Consecuentemente, las res, tal como se visibiliza en la última fila de
devaluaciones de la moneda nacional de la Tabla 2.12.
enero de 2014 y la que se produjo a partir En el caso de los alquileres, verificamos
de diciembre de 2015 tras la eliminación del que la variación de los precios es más mar-
cepo cambiario, han encarecido progresi- cada que en el caso de los precios respec-

47. Según el Ministerio de Trabajo en el último trimestre de 2017 la PEA del Chubut fue del 57 %, la desocupación 4 %.
Los ocupados representaron el 96 % de la PEA y el 79 % de ellos eran asalariados. La cantidad de asalariados no regis-
trados del sector privado asciende al 18 %, mientras que entre los trabajadores que desarrollan su actividad laboral en
casas particulares el nivel de no registro es muy superior (66 %). Un 27 % de los cuentapropistas son trabajadores de
oficio o sin calificación, sin capital. En este caso, puede suponerse que en su mayoría, son trabajadores que desarrollan
actividades laborales de subsistencia.
En Comodoro Rivadavia la tasa de actividad fue del 39,5 %, la tasa de empleo del 38,3 %, desempleo 3 %, subempleo
4 % y empleo no registrado 16,5 % de los asalariados.

122
to de las ventas. Según los datos relevados diferencia se aprecia al considerar las re-
por Reporte Inmobiliario, si en 2009 el al- muneraciones del sector petrolero provincial
quiler promedio oscilaba los 1.683 pesos, exclusivamente. En efecto, el alquiler de un
en 2016 el valor ascendía a más de 7.623 departamento promedio representaba el 12
pesos, lo que equivale a un 353 % de incre- % del ingreso de unx trabajadorx en este
mento. Pero alquilar parece siempre caro en sector en 2009 y en 2016 la proporción lle-
el caso de quienes dependen de salarios ga casi al 11 %, aunque dos años antes ese
mínimos: por ejemplo, en el primer año de guarismo alcanza su mínimo al rozar el 6 %.
la serie considerada, el alquiler promedio de En definitiva, en la ciudad chubutense, el
un departamento usado en el casco céntri- precio de los alquileres está fijado en rela-
co de la ciudad representaba el 120 % del ción a los altos ingresos del sector petrolero,
SMVM; reduciéndose esa proporción con el y ello es así pues el 70 % de las propiedades
tiempo a casi el 62 % en 2015 y repuntando del mercado en alquiler son destinadas a lxs
al 100 % al año siguiente. Una tendencia si- empleadxs del mundo del petróleo (Bachiller
milar, pero menos acuciante se presenta en et al., 2015a). Los datos expuestos ponen de
el caso del promedio de lxs asalariadxs del manifiesto que en la ciudad los valores del
sector privado chubutense, donde el alquiler mercado inmobiliario tienden a vincularse a
de un departamento de este tipo representa la renta petrolera y las palabras de un an-
en torno al 32 % de tal ingreso en 2009 y tiguo presidente de la Cámara Inmobiliaria
presentó un mínimo de casi el 14 % en 2015 local lo confirman: “Comodoro depende del
para llegar al 24 % en 2016. En ese año casi tema del petróleo, es más caro porque esto
un cuarto de la remuneración promedio se se acostumbra a esos salarios” (Entrevista a
debía destinar al alquiler. Una interesante la Cámara Inmobiliaria, 2013).

Tabla 2.13: Ponderación del esfuerzo monetario para alquiler de departamento en


Comodoro Rivadavia.
% RASP (remunera- % RASPP (remunera-
Promedio alquiler
ciones promedio de ciones promedio de los
2 y 3 dormitorios % del SMVM**
Años los asalariados en el asalariados en el sector
(valores en pesos para alquiler
sector privado) pro- privado petrolero) para
/mes)
medio para alquiler alquiler
2009 1683 118,5 % 32,3 % 12,4 %
2010 1664 102,7 % 24,6 % 9,2 %
2011 1876 90,6 % 20,5 % 7,4 %
2012 2019 75,6 % 17,6 % 6,8 %
2013 2358 76,3 % 16,6 % 6,7 %
2014 2922 73,0 % 15,3 % 6,4 %
2015 3460 67,2 % 13,9 % 5,9 %
2016 7623 111,9 % 24,0 % 10,8 %
Fuente: Elaboración propia sobre la base de Reporte Inmobiliario y Ministerio de Trabajo.
Notas: *Valor promedio departamento de 2 y 3 dormitorios. **Se toma el SMVM de agosto/septiembre.

123
2.4.6. Algunas notas en octubre del 2017, en un año los regis-
sobre el sistema crediticio tros de préstamos hipotecarios otorgados
a nivel nacional acumularon un crecimiento
El sistema bancario y crediticio es otro del 63,8 % (El Patagónico, 7 de octubre de
factor fundamental a contemplar. Una pri- 2017). En el caso de Banco Nación sucur-
mera cuestión a tener en cuenta es que, du- sal CR, nos explicaron que “en lo que va
rante el periodo estudiado, salvo al final del del año ya tenemos más de mil solicitudes.
mismo, los bancos no contaban con líneas Para una sucursal de un solo banco es un
de créditos hipotecarios adaptados a las número bastante importante” (Entrevista en
características de la zona. En ese sentido, Banco Nación, 2017). En otras palabras,
la mayoría de lxs entrevistadxs del ámbi- según este referente, a comparación con
to de la construcción e inmobiliario, coin- lo que ocurriera en el 2016, en 2017 hubo
cidieron que cuando existen tales líneas un crecimiento del 200 % en el otorgamien-
“piden demasiados requisitos”, sus “tasas to de créditos. No obstante, estas lecturas
son demasiado altas” o que los créditos que refieren a un mercado en expansión
“son pensados para el norte del país” (es se contradicen con lo planteado por otrxs
decir, “nacionalizan” valores fijados desde informantes; “off the record”, un empleado
otras localidades, sin amoldarse a los pre- del Banco Nación encargado de cuestio-
cios más caros de la Patagonia). A su vez, nes estadísticas, señaló que la cantidad de
un expresidente de la Cámara Inmobiliaria préstamos otorgados fue muy baja a nivel
sostuvo que, para la venta de viviendas y local durante el 2017, habiendo otorgado 9
especialmente de lotes, no funcionan los préstamos en el primer trimestre, 8 présta-
créditos, sino que el financiamiento depen- mos en el segundo trimestre, y 12 en el ter-
de del vendedor; además generalmente las cero; según su percepción, “si calculamos
transacciones se efectúan al contado o en la relación entre población y préstamos
dos pagos acordados entre las partes. Esta otorgados, este número es insignificante”
situación muestra la capacidad de la de- (Registro de campo, 2017).
manda, donde lxs compradores pertenecen Con el fin de incorporar más datos sobre
a los reducidos grupos que disponen de la cantidad de préstamos hipotecarios otor-
grandes cantidades de efectivo, y también gados a nivel local, consultamos las esta-
de lxs propietarixs que pueden financiar por dísticas propiciadas por la página web del
su cuenta estas grandes sumas. Banco Central de la República Argentina,
Por el contrario, los referentes bancarios las cuales detallan la cantidad de opera-
entrevistados argumentaron que la oferta ciones UVA por banco, sin discriminar pro-
de créditos para compra de vivienda, te- vincia, ciudad y/o sucursal48. A raíz de esto,
rreno, ampliación, terminación y refacción, consultamos datos de préstamos hipoteca-
se caracteriza por su flexibilidad. Según rios para el Banco Chubut, pues considera-
una nota de un periódico local publicada mos que, más allá de no desagregar datos

48. Son préstamos hipotecarios actualizados por la Unidad de Valor Adquisitivo (UVA), que es una unidad de cuenta que
se ajusta diariamente con el Índice de Precios al Consumidor.

124
a nivel local, estos nos permitirían observar en el 2017 existió un aumento de créditos
las estadísticas a nivel provincial y tener un hipotecarios otorgados a nivel local; no
panorama general al respecto. Los datos obstante, los mismos comenzaron a dis-
para Banco Chubut informan que, para di- minuir en el 2018, visibilizando un núme-
ciembre de 2016 se otorgaron 1264 prés- ro total de préstamos relativamente bajo
tamos hipotecarios y en el mismo mes de en relación al número de población en la
2017 1830 préstamos. Algunos referentes provincia, las necesidades habitacionales,
bancarios planteaban la falta de prioridad etc. En definitiva, las características y con-
a las líneas de préstamos hipotecarios por diciones de los sistemas de créditos hipo-
parte de estas instituciones, tal como se tecarios nos llevan a sostener que, incluso
evidencia en el caso de Banco Chubut y su en los mejores períodos del sistema finan-
desestimación, a partir de 2018, de créditos ciero, sólo un reducido grupo poblacional
hipotecarios con tasa fija y subsidiados por cuenta con una capacidad adquisitiva y/o
el gobierno provincial. con una situación dominial de sus inmue-
Más allá de la dificultad para obtener bles acordes con las formalidades necesa-
datos cuantitativos, podemos afirmar que rias para acceder al préstamo.

125
El único derecho es estar
Conflictos por el acceso al suelo y tomas de tierras en Patagonia

3. Políticas públicas y
dificultades de acceso
al suelo en Patagonia

126
3.1. Introducción

Pablo Marigo

Las crecientes dificultades en el acceso y de autoproducción), tienen lugar a partir


al suelo urbano de los sectores populares, de su articulación con la lógica política del
son abordadas como parte de las contra- Estado, quien a través de las políticas ur-
dicciones y conflictos urbanos que hacen banas genera las condiciones para el des-
a la producción del hábitat, a los procesos envolvimiento de los actores que hacen a
de apropiación de renta urbana (Topalov, la producción social del espacio (Lefebvre,
1979) y como manifestación de las condi- 1974). Siguiendo el orden analítico que
ciones en las que se reproduce la ciudad estructura este libro, el objetivo de este
capitalista en su etapa neoliberal (Harvey, apartado se orienta a exponer algunas di-
1979, De Mattos, 2010). Si bien la restric- recciones teóricas que nos permitan luego
ción para acceder al suelo y la vivienda, analizar el rol del Estado en los procesos
entendida como conjunto de servicios ha- de conformación del hábitat popular en las
bitacionales (Yujnovsky, 1984), no es ex- tres localidades patagónicas que hemos
clusiva de América Latina, el carácter de- estudiado. Para ello realizaremos una re-
pendiente y periférico de las formaciones visión de las principales políticas de suelo
sociales de esta región, ha provocado fe- y de vivienda llevadas adelante en cada
nómenos característicos sobre el proceso ciudad.
de urbanización, agravando dicha proble- En el apartado anterior hemos caracte-
mática (Jaramillo, 2008). Como respuesta rizado el funcionamiento del mercado in-
a esta dinámica mercantil, la urbanización mobiliario en cada una de las localidades,
popular (Duhau, 1998), asociada a la lógi- poniendo el eje en la participación que el
ca de autoproducción del hábitat (Herzer y mercado de suelo ha tenido en el proceso
Pírez, 1993; Abramo, 2008), se ha conver- de configuración urbana de cada ciudad
tido en un componente estructural de las y sobre las posibilidades diferenciales de
ciudades latinoamericanas y en el princi- acceso al suelo urbano en el periodo de
pal mecanismo de acceso a la ciudad de posconvertibilidadilidad. De modo sinté-
los sectores populares. tico podemos destacar que la mercantili-
Ahora bien, estas prácticas sociales zación del suelo y la vivienda, exacerbada
que hacen a la producción y reproducción por el boom inmobiliario de la posconver-
de las condiciones necesarias para habitar tibilidad, ha profundizado las desigualda-
en la ciudad (hablamos de lógica mercantil des urbanas, tornando a la vivienda una

127
mercancía inaccesible para segmentos tes Rey, 2010). Las múltiples formas en que
cada vez más amplios de la población. se materializa esta relación social en sus
Frente a este escenario, en este aparta- aparatos e instituciones, están constitutiva-
do nos interesa indagar en qué medida el mente atravesadas por las luchas sociales,
Estado, a través de las políticas públicas, por lo que el Estado no es una entidad mo-
modifica o no estas condiciones de acumu- nolítica ni un mero instrumento de domina-
lación desigual sobre las que se configuran ción que actúa en un solo sentido, sino que
las relaciones sociales entre los actores que involucra una variedad de decisiones con-
participan de la producción de la ciudad tradictorias, que son la objetivación de los
(Topalov, 1984; Cuenya, 1992). En el caso conflictos y las luchas que se dan en la es-
de las ciudades patagónicas, esto a su vez tructura social (Oszlak y O’Donnell, 2011).
se vincula con la incidencia de las políticas El concepto de reproducción capitalista
públicas en el desarrollo de modelos de al que aludimos no se circunscribe a la di-
acumulación mono productivos (Bachiller, mensión económica, sino que se extiende
2015), como lo son el turismo en Bariloche a la reproducción de las relaciones sociales
y la explotación extractiva de recursos natu- en su conjunto. En este sentido, a la hora
rales en Comodoro Rivadavia y Cipoletti. A de problematizar la racionalidad -acotada-
partir de ello y partiendo del mercado como de la acción estatal, la misma gira en torno
el principal mecanismo a través del cual se a este proceso de adecuación complejo y
estructuran los usos y precios de suelo en contradictorio sobre los requerimientos del
las ciudades (Abramo, 2012), ponemos en capital, que a su vez se encuentran media-
tensión la capacidad que tiene el Estado, a dos por las estrategias de los actores que
través de las políticas urbanas, para operar se organizan de acuerdo a las cuestiones
como agente transformador del territorio, socialmente problematizadas. La política
incidir en el funcionamiento del mercado de pública puede abordarse entonces como
tierras y garantizar el acceso al hábitat para un proceso de ensayo y error (Álvarez y
los sectores populares. Bonnet, 2018) entre los requerimientos del
capital y la acción pública impulsada por el
3.1.1. Hacia un abordaje de las políticas Estado, que se va redefiniendo en función
urbanas. Precisiones conceptuales de cómo se internalizan los problemas so-
ciales y cómo se expresa en su interior la
Para abordar la relación entre Estado, correlación de fuerzas entre distintos gru-
políticas públicas y hábitat popular parti- pos sociales (Del Río, Vertiz y Ursino, 2014).
mos de una lectura dinámica acerca de la Por su parte entendemos a las políti-
articulación de las relaciones sociales en el cas urbanas como el conjunto de acciones
ámbito estatal. Para ello, entendemos al Es- -prácticas y discursivas- que, por acción
tado como garante no neutral de ciertas re- u omisión, operan sobre una cuestión so-
laciones sociales -conflictivas y contradic- cialmente problematizada referente a la
torias-, que son un componente estructural producción, uso y apropiación del espacio
del modo de producción capitalista y que urbano y que inciden en la estructura y el
se vincula con los requerimientos necesa- funcionamiento de las ciudades (Oszlak,
rios para la reproducción del capital (Thwai- 1981; Pradilla Cobos; Del Río, Vertiz y Ur-

128
sino, 2014). Dentro de este conjunto pode- mobiliario, el cual opera como propietario
mos distinguir las políticas de suelo (orien- de suelo y como agente productor de es-
tadas a ordenar el mercado del suelo y a pacio construido. Esto último incluye gran
los lineamientos urbanísticos) y las políticas parte de las políticas orientadas a la cons-
habitacionales o de vivienda, enfocadas en trucción de vivienda nueva, como así tam-
la atención de los servicios habitacionales. bién desarrollos urbanísticos vinculados a
El carácter territorial de la acción públi- diversos arreglos institucionales con agen-
ca (Catenazzi y Da Representaçao, 2004) y tes privados.
sus efectos sobre la propia estructura so- En función de los objetivos del proyec-
cial, obligan a prestar atención a la configu- to y teniendo en cuenta las limitaciones de
ración de relaciones sociales que generan. fuentes disponibles, nos hemos enfocado
El Estado, a través de las políticas urbanas, fundamentalmente en dos de estos cuatro
tiene un rol central en la estructuración ur- ejes señalados: el estudio de las políticas
bana, incidiendo tanto en la dinámica del habitacionales y de la normativa urbana,
hábitat popular y sus localizaciones (Di en clave de indagación sobre su capaci-
Virgilio, 2011), a la vez que opera como fa- dad para morigerar o acentuar el carác-
cilitador de procesos de acumulación de ter restrictivo de la urbanización mercantil
capital y especulación inmobiliaria. Estas y posibilitar el acceso al hábitat para los
intervenciones estatales, desigualmente sectores populares. En este proceso de in-
distribuidas en el territorio, generan posi- vestigación colectiva también hemos inda-
bilidades diferenciales en la apropiación gado ciertos aspectos del Estado en tanto
del espacio urbano (Gorelik, 2004) y con- agente inmobiliario, a partir de la identifi-
tribuyen a redefinir estructuras de oportuni- cación y georeferenciación de los vacíos
dades para el acceso a recursos, bienes y urbanos en cada una de las localidades,
servicios urbanos en la vida de las comuni- la situación dominial de dichas tierras y
dades (Di Virgilio, 2007). la existencia o no de estrategias públicas
Samuel Jaramillo (2009) identifica cuatro para movilizar y/o urbanizar esas tierras
líneas de actuación estatal sobre el suelo: con fines habitacionales.
a) la vía fiscal, que refiere a la imposición Sin embargo, en la historia de la con-
de tributos sobre la propiedad territorial flictividad territorial en nuestro país y parti-
urbana u otros hechos imponibles, que cularmente las luchas y resistencias en los
pueden perseguir objetivos y responder a territorios patagónicos, donde se articulan
estrategias muy diferentes del Estado; b) la reivindicaciones históricas de los pueblos
vía reglamentaria, referente a la normativa originarios sobre el control y recuperación
y la planificación urbana en tanto función del territorio, con demandas vinculadas al
central del Estado en materia de espacio acceso al suelo urbano, nos lleva a incorpo-
urbano; c) el Estado como proveedor de in- rar como eje de análisis sobre la actuación
fraestructura y obra pública, en tanto accio- estatal la política represiva vinculada a la
nes colectivas que valorizan terrenos parti- problemática del acceso al suelo y la vivien-
culares, incidiendo en el precio de la tierra da. En este sentido, la explotación capitalis-
y generando una sobreganancia (renta) al ta de los recursos naturales y las disputas
propietario; d) el Estado en tanto agente in- por el control del suelo y subsuelo, en tanto

129
actividad que tiene una presencia estruc- 3.1.2. Políticas habitacionales en
turante en la región patagónica, no puede Argentina
pensarse por fuera de los procesos de des-
pojo territorial (Landriscini, 2018, Galafassi, En nuestro país la evolución del déficit
2017, Guevara y Marigo, 2019, Giaretto, habitacional se ha proyectado sin cambios
2018, entre otros). significativos en los últimos 40 años, exclu-
Esta faceta represiva es entendida yendo a más de un tercio de los hogares
como parte del proceso de ensayo y error, argentinos de condiciones de habitabilidad
de ajustes y desajustes en relación a las apropiadas. Si bien se registran ciertas
condiciones de reproducción de la acumu- mejoras intercensales, las cifras del último
lación de capital. En primer lugar, advertir Censo Nacional de Población y Vivienda
que en nuestro país la toma de tierras está (2010), dan cuenta de la persistencia del
tipificada por el Código Penal como delito déficit estructural y de desequilibrios regio-
de Usurpación (Art. 181 con penas que van nales que se mantienen, a pesar del incre-
de los seis meses a los tres años), y al mis- mento de las soluciones habitacionales en
mo tiempo, en ciertos casos es posible ju- los últimos años (Rodulfo, 2003). Esta per-
dicializar por la vía civil a través de la figura sistencia permite inducir que, a pesar de
jurídica del Interdicto de recobrar (Art.2238 los esfuerzos realizados desde el Estado,
a 2243), por lo tanto el marco normativo en conjunto con la sociedad, las políticas
en el que se despliegan estos procesos habitacionales y los sistemas de provisión
es de carácter represivo en la medida que habitacional vigentes presentan claras defi-
la judicialización supone la posibilidad del ciencias en la solución de la problemática,
desalojo. En segundo lugar, cada provincia lo que hace necesario una revisión de sus
y localidad adopta diferentes modos de in- componentes.
tervención en los conflictos por tomas de Si bien las políticas higienistas de prin-
tierras, sin embargo, las fuerzas policiales cipios de siglo XX constituyeron un primer
son los primeros agentes estatales con los antecedente en la materia, la decisiva inter-
que suelen encontrarse quienes toman tie- vención del Estado sobre la problemática
rras. Finalmente, nos interesa focalizar en habitacional puede situarse a mediados del
la criminalización como modalidad de la siglo XX, vinculada a la institucionalización
política represiva, que implica además de del Estado de Bienestar y al papel que este
la judicialización, estrategias de estigmati- tipo de intervenciones públicas podía jugar
zación de las subjetividades subalternas y en términos de integración social y activa-
militarización de los territorios (Korol y Lon- ción económica. A partir de allí es posible
go, 2009). En este sentido, los conflictos identificar distintas etapas sobre los ciclos
territoriales han sido los más criminalizados de políticas de hábitat en nuestro país, las
durante el periodo 2002-2012 y, entre ellos, cuales se asocian al paradigma de desa-
los territorios patagónicos tienen especial rrollo dominante y al modo de estructura-
preponderancia. Las provincias patagóni- ción del Estado vigente en cada momento.
cas son los territorios con mayor porcentaje Estos lineamientos a su vez tienen impli-
de criminalización de estos conflictos luego cancias en relación a la forma de abordar
de Buenos Aires (EMVyJ, 2012). e intervenir el problema, así como en los ro-

130
les asumidos por los diversos actores que Albardonero et al., 2013). De hecho, en lo
participan en los procesos de producción referente a la provisión de vivienda social,
y provisión de los servicios habitacionales la actuación estatal se ha centrado en la
(Cuenya, 2000; Rodulfo, 2008; Ramírez, generación de stock de viviendas nueva
2002; Varela y Wagner, 2012; Pelli, 2010). ofrecidas por fuera del mercado, sujeto a
El recuento histórico de la actuación normas y acciones que condicionan la loca-
estatal sobre la cuestión habitacional nos lización, las tipologías, sus características
permite afirmar que las intervenciones se constructivas y los criterios de adjudica-
han enfocado en dos de sus manifestacio- ción, sin atender las demandas poblacio-
nes más visibles: desde un enfoque vivien- nales (Rodulfo, 2008).
dista, el Estado se ha concentrado en la Este modelo tradicional, motorizado
resolución del déficit cuantitativo a través desde una visión económica, se ha enfo-
de la producción de vivienda nueva a tra- cado en la generación de empleo, la mo-
vés de la modalidad “llave en mano” (Pelli, vilización de sectores productivos y la
2010; Zapata 2017). Por otro lado, como rentabilidad de las grandes empresas cons-
respuesta a la masificación de asenta- tructoras, poniendo el eje sobre una matriz
mientos populares, se han implementado cuantitativa alejada de las necesidades
diversas acciones orientadas a su regulari- poblacionales y de los complejos déficits
zación, con especial énfasis en su sanea- cualitativos urbanos. Como señalan Rodul-
miento dominial, pero con un progresivo fo y Boselli (2015), esto se evidencia en la
avance hacia una intervención en clave rigidez e inadecuación de la interfaz social y
de integración socio urbana (Clichevsky, territorial, así como los escasos avances en
2009; Di Virigilio et al., 2011). la introducción de respuestas innovadoras
Reconociendo las particularidades de adecuadas a la dinámica de las demandas
cada momento histórico, es posible identifi- sociales. No obstante se debe reconocer
car ciertas características que se han man- una ampliación del repertorio de políticas
tenido hasta la actualidad y que permiten habitacionales, ejecutando distintos mo-
ubicar al modelo de intervención del Estado dos de producción de vivienda, con la in-
a partir de lo que Ramírez (2002) denomi- tervención de diversos actores sociales en
na paradigma tradicional de las políticas el proceso de producción de las soluciones
habitacionales. En este sentido, si bien se habitacionales, a la vez que se introduje-
ha desarrollado un entramado institucional ron variedades de escalas y se realizaron
de gestión y actuación pública, con cada rehabilitaciones y recuperaciones del stock
vez mayor capacidad de desempeño y al- existente, donde la producción social del
cance en términos geográficos y de solu- hábitat se institucionaliza como una vía de
ciones habitacionales desde la creación del actuación frente a la problemática habita-
FoNAVi en 1972 hasta los Planes Federales cional (Zapata, 2017).
de Vivienda iniciados en el año 2003, las En relación a los asentamientos popu-
políticas, en su gran mayoría, no se han lares, tras una etapa guiada por la violen-
orientado hacia la intervención del merca- cia y los desalojos forzados durante la últi-
do de vivienda ni hacia su progresiva des- ma dictadura cívico-militar-eclesiástica, las
mercantilización (Fernández Wagner, 2008; políticas de regularización se han orienta-

131
do mayormente a afianzar a la población tación del diseño y la belleza como valor
en su lugar de radicación y generar con- estético, dejando de lado las necesidades
diciones de habitabilidad. Inicialmente, el habitacionales más urgentes. Clichevsky
impulso de estas políticas se orientó hacia (2009) señala una última generación de
la regularización dominial, por su masi- proyectos integrales, que buscan conjugar
vidad, bajo costo y por la efectividad en la regularización dominial y urbanística con
términos políticos. Sin embargo, ha habido procesos de organización social, fortale-
una evolución en los componentes de es- cimiento comunitario y desarrollo econó-
tos programas que, desde la década del mico. Estos programas tienen un alcance
90 hasta la actualidad, se orientaron hacia más restringido por los esfuerzos que con-
la regularización urbana y al mejoramien- llevan y en la actualidad suelen ser patroci-
to de barrios. Las iniciativas más recien- nados por gobiernos nacionales y locales.
tes han buscado, además de regularizar El recuento histórico de las distintas in-
la tenencia, mejorar progresivamente la tervenciones sobre los barrios populares
calidad de las viviendas, el acceso a los da cuenta de una evolución desde progra-
servicios y dotar de equipamiento comuni- mas focalizados y sectoriales, hacia una
tario a estos barrios. Dichas experiencias concepción más integral en términos de
han sido patrocinadas por organismos mejoramiento urbano-ambiental e integra-
internacionales a nivel regional, y el finan- ción social (Arriagada, 2000), pero que aún
ciamiento externo ha sido crucial para la resultan insuficientes para resolver la situa-
materialización de las obras proyectadas. ción habitacional de los barrios populares.
Este interés por parte de los organismos, La reciente Ley 27.453 de “Regularización
limitado mayormente a la dimensión físi- Dominial para la Integración Urbana” san-
ca, puede vincularse no solo a combatir cionada en el año 2019, si bien aún no se
la informalidad urbana, sino a “encauzar” ha traducido en intervenciones concretas
estos territorios y las prácticas de sus ha- sobre el territorio, constituye una nueva po-
bitantes, dentro de la lógica del mercado sibilidad de desarrollar una política nacio-
formal (Guevara, Marigo y Wallace, 2018). nal sobre los barrios populares. A diferen-
También es posible identificar un con- cia de las anteriores iniciativas nacionales,
junto de políticas de maquillaje urbano, como la Ley 24.374 Pierri o el Programa
que se plantean como catalizadores de Arraigo, la “Ley de Integraciòn Urbana” in-
procesos de mejora en los barrios preca- corpora al aspecto dominial como un com-
rios a partir de iniciativas muy puntuales, ponente más dentro del horizonte de la in-
que van desde la instalación de alguna tegración socio-urbana a la que se aspira,
infraestructura determinada, la pintura de al menos, normativamente.
las fachadas de las viviendas, o la mejora Por otra parte, la importancia asignada
de la conectividad de los barrios precarios al suelo urbano en el proceso de produc-
con el resto de la ciudad (Cravino y Palom- ción y distribución del espacio urbano y
bi, 2015; Guevara, Marigo y Wallace, ibid). como elemento que posibilita el acceso a la
Esta generación, que es una continuación ciudad, continúa siendo marginal en el de-
de la regularización urbanística, pone el sarrollo de las políticas urbanas. En materia
foco en la dimensión espacial y en la exal- de suelo, la intervención estatal se ha res-

132
tringido a una función reguladora y norma- suelo inclusivas (Lanfranchi, Realini y Duar-
tiva (Reese, 2006), orientada a privatizar las te, 2018). Si bien Argentina no cuenta con
externalidades positivas en los propietarios una legislación nacional de hábitat y el más
y cargar las externalidades negativas en el reciente intento por sancionar una Ley Na-
conjunto de la población (Jaramillo, 2008). cional de Planificación y Ordenamiento Te-
Esto ha provocado una histórica disocia- rritorial en 2016 no ha progresado, en los úl-
ción entre la política habitacional y la urba- timos años se han desarrollado a nivel local
na, desligando a la vivienda de la estructura planes de ordenamiento territorial y planes
urbana que la contiene (Yujnovsky, 1984) y urbanos tendientes a demarcar las directri-
desconociendo los condicionamientos que ces, no exentas de tensiones, sobre el de-
impone el mercado del suelo en las posibi- sarrollo urbano-territorial de las ciudades.
lidades del habitar. En este sentido, la gestión y planificación
Frente a esto, estudios más recientes urbana debe ser entendida a partir de las
(Smolka y Furtado, 2014, Gargantini et al., condicionalidades que imponen las dife-
2014, Baer, 2016, Bagnera, 2016) ponen rentes escalas espaciales y administrativas
en relieve la decisión de ciertos municipios que hacen a la intervención pública y que
de implementar herramientas urbanísticas tienen efectos performativos sobre la reali-
y políticas de gestión del suelo, con vistas dad concreta de los territorios. Como des-
de retomar el rol del Estado en la cons- tacan los autores, el Estado Nacional no tie-
trucción y planificación de la ciudad. Es- ne capacidad de dictar normas en materia
tas iniciativas incluyen ciertas definiciones de ordenamiento territorial, “ya que las pro-
jurídicas sobre la función social de la tie- vincias no delegaron esta competencia en
rra, en las que además de considerar de- la Nación. Por ello, a pesar de que los tres
rechos también se establecen deberes a niveles de estatalidad tienen competencias
los propietarios del suelo (Medina, 2013). específicas, los principales responsables y
Esto a su vez se asocia con la necesidad legisladores del ordenamiento territorial en
de recaudación fiscal, como respuesta a Argentina son las provincias y los munici-
las crecientes responsabilidades asumi- pios” (Lanfranchi, Realini y Duarte, 2018).
das por los municipios en el contexto de la En nuestro caso ponemos el foco en la
descentralización neoliberal. Finalmente, escala local y a partir de allí reconstruimos
Gargantini (2014) señala que esta utiliza- la relación con el nivel provincial y nacional,
ción de instrumentos urbanísticos, en caso tomando como eje de análisis los planes ur-
de no ser acompañada por una formula- banos, normativas de regulación, códigos
ción integral en la forma de concebir y pro- urbanísticos e instrumentos operativos de
ducir la ciudad, termina limitando la capa- planificación que sean relevantes en cada
cidad de incidencia en la modificación real localidad para comprender la intervención
de las reglas del mercado inmobiliario. estatal sobre la problemática del hábitat. La
La legislación urbana y los instrumen- normativa y los instrumentos de planifica-
tos normativos son herramientas centrales ción (Reese, 2006), que regulan y definen
para conducir los procesos de urbanización los usos y formas de apropiación del suelo,
y desarrollar la capacidad regulatoria de son abordadas en tanto herramientas que
los Estados para implementar políticas de intervienen e inciden en la producción del

133
espacio urbano y en las localizaciones re- la devaluación del peso, un proceso de re-
sidenciales. Contrariamente a lo que se cuperación económica, impulsado por una
suele afirmar, en el caso de las ciudades serie de políticas macroeconómicas y el
que hemos estudiado Bariloche, Comodo- mejoramiento en los términos de intercam-
ro Rivadavia y Cipoletti, el problema no se bio, que permitieron mejorar la rentabilidad
centra en la falta de planificación sino en de los sectores exportadores y algunas ra-
las sucesivas planificaciones inconexas, mas de la industria. En este marco se inicia
que han puesto el eje en la adecuación del la etapa de la posconvertibilidad, también
espacio urbano a los requerimientos de las caracterizada como neodesarrollista, mar-
actividades económicas, muy distante de cada por una intensa fase de reactivación
las necesidades urbano-habitacionales de económica y productiva (al menos hasta
la población local. 2008), lo cual permitió una disminución
Como señala Rolnik (1999, citado en considerable del desempleo y la pobreza;
Del Rio y Gonzalez, 2019), se debe tener una reformulación del rol y las responsabili-
en cuenta que en nuestra región se ha ins- dades estatales y un reacomodamiento del
tituido una legislación elitista y excluyen- bloque en el poder (Schor y Wainer, 2015).
te, orientada hacia la gestión empresarial Como hemos señalado en el capítulo ante-
y mercantilista de la política pública, ge- rior, esta redefinición del modo de acumu-
nerando las condiciones para la apropia- lación dio un lugar central a la actividad in-
ción privada de plusvalías urbanas. Esto mobiliaria y la industria de la construcción,
se pone de manifiesto en la sistemática provocando grandes impactos territoriales.
flexibilización y excepcionalidad sobre las En relación al período de la posconver-
normativas y códigos urbanos, lo cual es tibilidad, se registran diversas interpreta-
puesto en relieve en el análisis de las tres ciones sobre si durante los gobiernos de
localidades que abordamos. La histórica Néstor Kirchner y Cristina Fernández se
falta de abordaje de la cuestión de la vi- conformó un nuevo modelo de acumula-
vienda, o la no incorporación de usos del ción (Salvia et al., 2006; Lavopa, 2007) o,
suelo residenciales destinados a sectores por el contrario, si la reactivación econó-
populares en los códigos urbanos y en mica se asentó sobre la profundización del
los planes estratégicos, contribuyen en la modo de acumulación de los ‘90, generan-
consolidación de reglas y marcos normati- do ciertos cambios de política económica
vos que favorecen la producción mercantil y social, pero sin profundizar en transfor-
de la ciudad, obligando a los sectores de maciones estructurales hacia un nuevo ré-
menores recursos a generar procesos de gimen de acumulación. Sin embargo existe
desmercantilización social (Pirez, 2004) cierto consenso en relación a que el reaco-
para acceder a la vivienda. modamiento del papel del Estado ha sido
una de las principales rupturas con la etapa
3.1.3. La cuestión del hábitat en la neoliberal, otorgándole mayor capacidad
posconvertibilidad de arbitraje entre las distintas fracciones
del capital (Schor y Wainer, 2005; Azpiazu y
Tras la crisis del 2001 la Argentina expe- Schor, 2010; Piva 2015).
rimentó, con la salida de la convertibilidad y Dentro de esta redefinición del rol esta-

134
tal se incluyen cambios en las formas de gación es importante resaltar que este con-
gestión del territorio, marcados por una cla- junto de políticas de vivienda, han operado
ra re-centralización de las políticas habita- mayormente sobre las bases tradicionales
cionales y un esfuerzo por consolidar a la del sector habitacional de nuestro país, re-
planificación estratégica como herramienta produciendo las decisiones centralizadas
para pensar y avanzar hacia el desarrollo desde el nivel nacional, privilegiando la
territorial bajo los lineamientos del flaman- construcción directa a través de empresas
te Ministerio de Planificación Federal, In- constructoras y descentralizando la defini-
versión Pública y Servicios. La importante ción de los beneficiarios y de las localiza-
inversión en obra pública, motorizada por ciones a los gobiernos locales/provincia-
la dinamización de la economía y la genera- les. Esto da lugar a una profundización del
ción de empleo formal, relegó una vez más modelo de vivienda tradicional dirigido a la
los objetivos referentes a la planificación lo- activación de la oferta de viviendas sociales
cal y a la regulación del suelo urbano, pro- y los insumos asociados a su construcción
vocando “nuevos viejos problemas” habita- masiva, con un claro impacto en términos
cionales (Fernández Wagner, 2014). de soluciones producidas, pero con marca-
En lo referente a la problemática de la vi- das desigualdades territoriales en relación
vienda, la nueva política habitacional a partir a los recursos y soluciones (Rodulfo, 2008).
del 2003 implica cierto quiebre con la lógica Este “giro recentralizador” de la política ha-
de las acciones públicas de la década del bitacional (Rodríguez et al., 2011) reflotó el
`90, fundamentalmente por la inversión de debate sobre la necesidad de una política
recursos, la cantidad de soluciones habita- masiva para afrontar el déficit habitacional
cionales producidas y el desigual impacto cuantitativo y sus impactos en términos de
territorial a nivel local y regional. Esto a su calidad habitacional, expansión urbana y
vez tuvo efecto en las estructuras adminis- disponibilidad o localización de suelo urba-
trativas y de gestión del Estado, reacciones no (Del Río, 2012; Ostuni 2010; Relli 2018)
en el mercado de suelo y trabajo, transfor- Bajo la coordinación de la Subsecretaría
maciones concretas en los territorios y en la de Desarrollo Urbano y Vivienda del Minis-
vida de los barrios y los vecinos (Rodulfo, terio de Planificación Federal, Inversión Pú-
2009). Sin dudas que el Programa Federal blica y Servicios y con financiamiento pro-
de Viviendas y el PROMEBA, en sus dife- veniente del tesoro nacional, las soluciones
rentes etapas, fueron los principales arre- habitacionales incluyeron viviendas nuevas
glos institucionales en materia de hábitat y programas de mejoramiento habitacional
durante el período 2003-2015 (Falú et.al., 2014). Una de las líneas pro-
Autores como Barreto (2011), Cravino gramáticas de esta política ha sido el Plan
(2014), Varela y Wagner (2012) y Falú et al. Federal de Construcción de Viviendas. Los
(2015), entre otros, han analizado, con di- Programas Federal I y II (período 2004-
ferentes anclajes espaciales, las rupturas 2006 y 2007-2009 respectivamente) previe-
y continuidades de esta Política Federal ron la construcción de 400.000 viviendas a
de Vivienda con el histórico sistema de vi- nivel nacional para el periodo de seis años,
viendas de nuestro país y sus efectos socio lo cual, en comparación a lo construido
territoriales. A los fines de nuestra investi- desde los años `70, habla de un volumen

135
de obra de vivienda social significativo y Si bien estas cifras resultan significativas,
de gran impacto. Las diferentes jurisdic- no hemos podido encontrar datos dispo-
ciones accedieron al programa a partir de nibles sobre las viviendas efectivamente
convenios con el Ministerio de Planifica- construidas en cada provincia
ción Federal, Inversión Pública y Servicios, En relación al acceso al financiamiento
mediante el que se aprueba la ejecución hipotecario, como hemos señalado en los
del Programa Federal de Construcción de capítulos dedicados al análisis del mercado
viviendas. El financiamiento (no reintegra- inmobiliario, la oferta de crédito con fines
ble) del costo de la vivienda total y de la residenciales sufrió una fuerte caída luego
infraestructura está a cargo de la Nación, de la salida de la convertibilidad. Capello
mientras que las provincias y/o municipios et al. (2012) indican que, si bien el stock
deben aportar los terrenos (Falú, Marengo, nominal de crédito hipotecario evolucionó
Elorza y Monayar, 2015). favorablemente desde 2007, su tasa de
Por lo tanto, a la hora de analizar los crecimiento promedio anual para el período
impactos de esta política en cada una de 2001-2011 fue de 3,5 %, muy por debajo de
las localidades de estudio, es importante lo observado entre 1991-2001, cuando este
no limitarse a un análisis cuantitativo sobre tipo de crédito aumentaba al 18,1 % anual
las soluciones habitacionales en juego e promedio. Partiendo de esta dificultad y en
incorporar los efectos vinculados a la va- un contexto de crisis económica interna-
lorización del suelo, las localizaciones de cional y de estancamiento de la actividad
estas viviendas, la calidad de vida de los a nivel nacional, en el año 2012 se lanza el
destinatarios, las modalidades de gestión Programa de Crédito Argentino (Pro.Cre.
adoptadas y la capacidad de los gobiernos Ar.), como herramienta de financiamiento
locales para generar suelo urbano y orientar que buscó combinar la dinamización de la
la urbanización de los sectores populares, economía y la generación de empleo con el
especialmente cuando se articula con polí- acceso a la vivienda por parte de los secto-
ticas centralizadas a nivel nacional. res medios, sin acceso al mercado hipote-
En la región patagónica, como un reflejo cario (Segura y Cosacov, 2019).
del desequilibrio territorial de esta poíìtica Al igual que en el caso del Plan Federal
que no siempre estuvo asociado a los dé- de Viviendas, el Pro.Cre.Ar. combinó me-
ficits existentes, el impacto cuantitativo fue tas habitacionales con objetivos ligados a
sumamente dispar. En el marco del primer la reactivación productiva, lo cual si bien
Programa Federal de Construcción de Vi- tuvo buen impacto en relación a la activi-
viendas (PFI) se proyectó la construcción dad de la construcción y a las familias que
de 8200 viviendas nuevas en Patagonia Sur accedieron al crédito, marcó ciertas limita-
(Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego) y ciones en relación a la perspectiva de ac-
5800 en Patagonia Norte (Neuquén, Río Ne- ceso al suelo y a los impactos territoriales
gro y La Pampa). Ya durante el Programa que provocó el programa.
Federal Plurianual de Construcción de Vi- Mediante la intervención del Banco Na-
viendas (PFII), con una masividad muy su- ción Argentina y Banco Hipotecario S.A,
perior, se proyectaron 21.000 viviendas en se puso en marcha la operatoria, don-
Patagonia Sur y 13.600 en el sector Norte. de estuvieron involucrados el Ministerio

136
de Economía, la ANSES y el Ministerio de de 2012 y diciembre de 2015 (Lescano,
Planificación Federal e Inversión Pública y 2017:4). Por su parte la Bolsa de Comer-
Servicios, en tanto instituciones abocadas cio indicó que para el año 2015 se desta-
a la promoción del crédito individual y del ca “el desempeño positivo” del sector de
financiamiento directo de emprendimientos la construcción como consecuencia del
urbanísticos de envergadura. Se trató de un “significativo impacto del ProCreAr” (AAVV,
crédito con tasas de interés por debajo de 2015: 72), siendo que la elevación de un
las del mercado, que fue destinado a finan- 8,4 % en la tasa de construcción se debió
ciar viviendas nuevas, no preexistentes, a en gran medida al crecimiento en la cons-
construirse en terrenos de propiedad de los trucción de viviendas, que representó el
solicitantes o a ser adquiridos por los mis- 53,36 % del total de las obras nacionales
mos de un conjunto de tierras fiscales que (citado en Segura y Cosacov, 2019:3).
el Estado, en articulación con Municipios, En la región patagónica se han concre-
puso a disposición a lo largo del país. En tado un total de 3055 créditos (Tabla 3.1)
una etapa posterior y como respuesta a la a través del programa, con una marcada
gran cantidad de familias no propietarias en incidencia de la línea destinada a la cons-
nuestro país (más del 30 % de acuerdo al trucción de viviendas sobre terreno propio
Censo 2010), se incorporó una línea de cré- (1478 créditos). En relación a la distribu-
dito destinada a la adquisición de suelo de ción por ciudades, resulta llamativo el bajo
manera individual. impacto que ha tenido el Pro.Cre.Ar en la
Lescano (2017) observa que se otor- localidad de Comodoro Rivadavia, don-
garon un poco más de 200.000 créditos de solo se otorgaron 267 créditos en una
construyéndose más de 100.000 vivien- ciudad que en 2010 contaba con 177.061
das, mientras otro porcentaje importante habitantes (más que Bariloche y Cipoletti)
se destinó a las líneas de mejoramiento. y con un déficit cuantitativo que alcanza al
En total se desarrollaron 79 proyectos ur- 18,3 % de los hogares. En este sentido a
banísticos, con distintos diseños y tama- la hora de analizar la incidencia del progra-
ños, a lo largo de todo el país. Además, ma en cada localidad, es preciso poner en
observa que se crearon más de 500.000 juego no solo la cantidad de habitantes y
puestos de trabajo (directos e indirectos) la escala urbana, sino la disponibilidad de
en sectores de la construcción y otros aso- tierras, las herramientas de gestión suelo y
ciados a la misma. Por último, se constru- la capacidad técnica y operativa de los Mu-
yeron 11,7 millones de metros cuadrados nicipios para generar operatorias de suelo
en todo el país, lo que representa el 44 % que puedan ser adquiridas por beneficia-
de la superficie total construida entre junio rios del Pro.Cre.Ar.

137
Tabla 3.1: Total de créditos Pro.Cre.Ar otorgados en Patagonia por tipo y localidad (2012-2019)
Puerto Comodoro Total Créditos
Bariloche Cipolletti Caleta Olivia
Madryn Rivadavia Patagonia
Construcción 422 356 99 485 116 1478
Combinado 145 58 12 56 9 280
Ayuda 79 60 25 118 28 310
Materiales 67 23 55 67 212
Ampliación 62 61 27 66 22 238
Refacción 60 28 48 64 1 201
Complementario 9 4 1 3 17
Adquisición 2 1 2 5
DDU 198 198
ÑCS 116 116
Total Créditos 846 905 267 861 176 3055
Fuente: Elaboración propia en base a datos suministrados por el Fondo Fiduciario Público PROCREAR

En relación al impacto territorial que en marcha 97. La escasez relativa de suelo


ha tenido el programa y sus efectos sobre disponible provocó un fuerte aumento de
la estructura urbana de las ciudades, hay los precios, incluso en tierras periféricas
que destacar que la dinamización del sec- y de uso semi urbano, que incorporan en
tor inmobiliario y de la construcción se ha forma de renta las expectativas ante la di-
traducido en un fuerte incremento de los namización del mercado inmobiliario.
precios del suelo, atentando contra las me- Esta ausencia de políticas de suelo,
tas iniciales. Al respecto el entonces titular fue atendida en el año 2014 a partir de la
de la ANSES, Diego Bossio, señaló que los creación de la Dirección de Desarrollo de
precios de los terrenos se incrementaron Suelo Urbano y del Fondo Fiduciario Pú-
entre el 80 y el 110 % en todas las provin- blico, cuyo objetivo estuvo orientado a la
cias del país durante el primer año de im- adquisición de tierras, preferentemente de
plementación del programa (citado en Del dominio público, para el desarrollo de lo-
Río, 2017: 278/279 y Segura y Cosacov, tes con servicios destinados a beneficia-
2019: 5). Esto se explica en parte por la rios de Pro.Cre.Ar. Esta política implicó un
ausencia de mecanismos de producción avance importante en términos de gestión
de suelo urbano y de regulación de pre- de suelo urbano para vivienda. De mane-
cios dentro del programa, a excepción de ra complementaria se incluyeron líneas de
los desarrollos urbanísticos que estaban crédito destinadas a la compra de terrenos
contemplados y de los cuales se pusieron o de viviendas a estrenar.

138
3.2. Acceso al suelo durante la posconvertibilidad: un análisis sobre las políticas
públicas en San Carlos de Bariloche (2003-2015)

Pablo Marigo | Tomás A. Guevara

3.2.1. Introducción de los salarios promedios. Esto puede ob-


servarse en el funcionamiento del mercado
La actual configuración urbana de Bari- de tierras de la ciudad, caracterizado por
loche puede ser pensada como el resulta- un alto componente especulativo y por una
do de múltiples factores, que a lo largo del arraigada cultura patrimonialista, que privi-
tiempo han impactado en las dinámicas te- legia el interés individual por sobre las ne-
rritoriales y en las lógicas de ocupación del cesidades colectivas de la comunidad local
suelo. Cómo señalamos en la caracteriza- (Guevara y Nuñez, 2014).
ción inicial de la ciudad, el entorno ambien- Estas dinámicas productoras de ciudad
tal y las características geográficas se han estructuran las condiciones de acceso y uso
constituido en uno de los condicionantes del suelo urbano, a la vez que ponen en dis-
“naturales” de la expansión barilochense. A puta los modelos de ciudad que se busca
su vez, el explosivo crecimiento demográ- producir y las políticas públicas que para ello
fico, asociado al proceso de turistificación se deben instrumentar. El Estado es respon-
local (Núñez et al., 2018), fue acompaña- sable entonces de promover el cuidado y la
do por un temprano loteamiento de tierras preservación de la comunidad, mediando
provocando un alto consumo de suelo con entre los intereses de actores tan disímiles
baja densidad (muchas veces en terrenos como los grandes propietarixs de la tierra,
poco aptos para ser habitados), generando desarrolladorxs y agentes inmobiliarixs y las
una trama urbana extensa, fragmentada, necesidades habitacionales de gran parte
poco consolidada y con marcados déficits de la población. Estas atribuciones ratifican
de infraestructura urbana. la potencial capacidad del Estado para en-
Por su parte debemos también hacer cauzar el ordenamiento territorial, dirigir los
foco en lxs actores que, con sus diversas procesos de expansión y, sobre todo, la fa-
lógicas, hacen a la producción del hábitat cultad de intervenir en los mercados inmobi-
local y que en su conjunto aportan a en- liarios y afectar las condiciones de acceso y
tender la territorialidad actual de la ciudad. explotación del suelo (Topalov, 1979).
En este sentido, en el Capítulo 1 hemos En este apartado abordamos el rol del
podido analizar la incidencia del mercado Estado en la estructuración urbana de Ba-
inmobiliario y la actividad turística en las riloche, para analizar en qué medida la
condiciones diferenciales de acceso al sue- lógica pública, a través de las políticas ur-
lo, donde el paisaje privilegiado se ha con- bano-habitacionales, opera como agente
formado como un componente diferencial transformador del territorio y modifica o no
que es apropiado en forma de renta, pro- estas condiciones de acumulación desigual
vocando un marcado aumento en los pre- sobre las que se configuran las relaciones
cios del suelo, por encima de la evolución sociales. Entendiendo que en la configura-

139
ción de la ciudad se ponen en juego, ade- y la fragmentación ambiental, entendiendo
más de los lineamientos urbanísticos, el al ambiente como un sistema integrado.
acceso al suelo urbano, así como los usos Estos instrumentos de regulación y legis-
y los significados que en él se estructuran lación urbana son un componente ineludible
(en definitiva, las condiciones para habitar a la hora de desarrollar políticas de hábitat y
la ciudad), interesa indagar acerca de los planificación territorial, a la vez que inciden
instrumentos regulatorios que son facultad en el crecimiento de la estructura espacial y
del Estado para intervenir en el ámbito local en las localizaciones a las que acceden los
y mediar entre los intereses contrapuestos diversos sectores sociales. En la ciudad de
que se constituyen en el mismo. Esta última Bariloche, el crecimiento urbano se ha plani-
tensión, propia del modo de urbanización ficado en diversas ocasiones (Lolich, 2011),
capitalista, se torna más evidente en ciu- pero sin embargo las tensiones de la expan-
dades turísticas basadas en el medio am- sión urbana no terminan de ser respondidas
biente, donde la disputa por la apropiación adecuadamente desde la política pública.
y el uso del suelo están atravesados por la En parte esto puede atribuirse a la centrali-
principal actividad económica local. (Medi- dad que ha adquirido la actividad turística en
na, Guevara y Marigo, 2018). los diversos ensayos de planificación urbana
de la ciudad, desarticulando las necesida-
3.2.2. Planificación territorial y des habitacionales de la población local de
políticas urbanas las necesidades económicas y urbanas de
la principal actividad productiva.
Las políticas urbanas, en tanto campo
que opera sobre las prácticas que prefigu- 3.2.3. El código urbano en la
ran y dan forma a las espacialidades en las construcción de la ciudad
que se concreta cada modalidad de habitar
(Gargantini et al., 2014), son un elemento El andamiaje normativo vinculado al or-
central en las condiciones de acceso al denamiento territorial de la ciudad cuenta
suelo urbano y la vivienda. Sin embargo, la con múltiples documentos técnicos que
política urbana no se agota en la sanción orientan el desarrollo urbano, pero que
de instrumentos normativos, ni en un códi- carecen de una planificación general que
go reglamentario, sino que deben pensarse logre articularlos. La superposición de dos
como un conjunto de herramientas que per- códigos urbanos vigentes (Código Planea-
miten al Estado orientar el proceso de ur- miento 80 y Código Urbano 95), un Plan
banización del territorio. Entre las múltiples Estratégico inconcluso, un Plan de Ordena-
problemáticas urbanas, estas regulaciones miento Territorial y la sistemática aplicación
deben atender la ocupación del territorio de excepciones normativas, son una clara
con usos compatibles, la expansión territo- manifestación de esta dificultad. A ello se
rial desordenada, el avance sobre áreas de debe sumar la sanción de innumerables
fragilidad natural y ecológicamente sensi- ordenanzas que crean excepcionales pará-
bles, la dispersión de la población, la exclu- metros de urbanización o alteran permisos
sión social, la desigualdad en el acceso a de edificación previstos, sin existir un crite-
las oportunidades que representa la ciudad rio o una sistematización que permita pen-

140
sar en un ordenamiento territorial que su- desalentarlo en aquellas zonas poco aptas
pere el estado actual. Como sostiene Valeo climáticamente, para la congregación de
(2016), este mosaico de normativas genera asentamientos habitacionales: el suroeste
innumerables situaciones de conflicto en la y el oeste. Junto a estas consideraciones
gestión territorial de la ciudad y atenta con- ecológicas y conservacionistas del entorno
tra la capacidad estatal para direccionar el natural, el autor también destaca un claro
desarrollo urbano. objetivo intervencionista sobre el mercado
Abordar la incidencia de la normativa inmobiliario, ya que los nuevos parámetros
y los códigos urbanos en los procesos de urbanísticos atentaban contra la rentabili-
producción del espacio urbano barilochen- dad histórica de las tierras, fundamental-
se durante la posconvertibilidad, nos lleva a mente del Oeste, desalentando los fraccio-
poner en tensión la capacidad que tiene un namientos especulativos.
cuerpo normativo sancionado 30 años an- Sin embargo, la propia dinámica de lxs
tes, para encauzar las dinámicas urbanas actores que intervienen en la producción de
actuales. En este sentido, uno de los pro- la ciudad tempranamente puso en jaque
blemas centrales que hacían a la “cuestión la orientación urbanística diagramada. En
urbana” (Castells, 1977) hacia finales de la este sentido, el atractivo turístico de la ciu-
década del ‘70, cuando se sancionó el Có- dad, a través del funcionamiento del merca-
digo de Planeamiento (CP), era el acelera- do inmobiliario, siguió reforzando el proce-
do proceso de expansión y fraccionamien- so de valorización y apropiación del suelo
to de las tierras ubicadas en el oeste de la que los objetivos preservacionistas del CP
ciudad, ponderadas por el entorno natural y pretendían desalentar, fundamentalmente
el paisaje privilegiado y su impacto en tér- en zona de lagos y montañas. De manera
minos ecológicos. Este intenso proceso de complementaria, la zona suroeste de la ciu-
subdivisión parcelario, que no fue acompa- dad –la menos valorada por el mercado for-
ñado por la infraestructura correspondien- mal- fue el lugar donde los sectores popu-
te, lejos de ajustarse a las necesidades lo- lares lograron asentarse progresivamente,
cales, estuvo traccionado por objetivos de desbordando el uso agrícola-forestal que
especulación inmobiliaria (Abalerón, 1992). se pretendía estimular desde la normativa,
Frente a ello, Medina (2017c) señala con la consecuente escasez de infraestruc-
que la formulación del Plan Director (PD) de tura y servicios urbanos. Esta problemática
1979 y el CP de 1980, tuvieron entre sus ob- de fondo sigue siendo uno de los nodos
jetivos frenar las tendencias de crecimiento centrales del desarrollo territorial actual.
de la ciudad sobre las áreas boscosas de Esta dinámica territorial dio paso a la
mayor valor ecológico, buscando mitigar el temprana sanción de diferentes ordenan-
crecimiento difuso e ineficiente de la ciudad, zas y excepciones normativas que flexibili-
el cual implicaba, además de los costos na- zaron los lineamientos del Código Urbano.
turales, severas dificultades para asegurar Ha sido el propio Municipio quien en el Sur
la prestación de servicios. En contrapartida de la ciudad generó nuevos fraccionamien-
se proponía impulsar el crecimiento hacia tos (34 hectáreas, Barrio Unión y 2 de Abril)
el este de la ciudad, una zona de planicies e incluso modificó parámetros urbanísticos
y clima seco apto para edificaciones, y del CP, para poder generar soluciones habi-

141
tacionales (Cooperativa 258) que atendie- “emprendimientos especiales” que solicitan
ran la demanda habitacional de quienes normas urbanas particulares debido a sus
se habían asentado en el sur del ejido. La excepcionales dimensiones, requerimientos
persistente expansión sobre áreas subur- constructivos, o usos no contemplados en la
banas, también consolidó la formación de zonificación original dispuesta en el código
nuevas rentas del suelo en zonas sobre las de planeamiento, y que para ello necesitan
que inicialmente se había restringido su de una aprobación especial. El mecanismo
uso residencial, comercial y de servicios de este rango comienza con el análisis de
vinculados al turismo. La admisión de estos viabilidad de la propuesta desde el Ejecuti-
usos, permitidos por ordenanzas o excep- vo y luego por la Unidad Coordinadora (ór-
ciones, convalidó la disposición de condi- gano conformado por los asesores técnicos
ciones más ventajosas para la explotación del Concejo Municipal), quienes analizan el
de la tierra que derivó en la formación de dictamen del poder Ejecutivo y aprueba o
rentas urbanas absolutas y diferenciales rechaza el proyecto urbanístico. En el ínte-
(primarias y secundarias). rin de este proceso se supone que también
La inadecuación entre los procesos participan en jornadas de Audiencia pública
urbanos y la normativa que los regulaba, las Juntas Vecinales, los colegios de profe-
sustentada en la sistemática aplicación de sionales y el resto de la población que se
excepciones normativas y de concesio- interese por las consecuencias del proyecto
nes mediante ordenanzas modificatorias, (Medina, 2013).
llevó a que finalmente en 1995 se sancio- Este ordenamiento propuesto por el CU
nara el nuevo Código Urbano. El Código direcciona el planeamiento a una revisión
Urbano (CU) no solo buscó actualizar los continua y participativa, donde el territorio
usos del suelo y los parámetros de cons- es dividido por delegaciones y unidades de
trucción, sino que, en contraposición al ca- gestión ambiental. Sin embargo, este códi-
rácter conservacionista de su predecesor, go se ha aprobado parcialmente, quedando
el nuevo instrumento buscó implementar, su efectiva aplicación limitada únicamente
a través de la planificación participativa, el a la Delegación El Cóndor, donde rigen los
planeamiento táctico continuo. Dotado de nuevos usos e indicadores urbanos. Para el
una gran flexibilidad, este procedimiento resto de la ciudad solo se ha aprobado la
busca adecuar, modificar y transformar la parte vinculada a características espaciales,
normativa de acuerdo a las necesidades de ambientales y los usos del suelo, pero con-
cada caso puntual, estableciendo diferen- tinúan vigentes los indicadores urbanísticos
tes rangos de gestión, con sus respectivos del Código de 1980. En la actualidad dicho
tratamientos. CU sólo dejó definido los parámetros urba-
De forma sintética, el Rango Temático 1 nos para la zona en el centro y el este de
permite la gestión y modificación del Estado la ciudad, pero no resolvió la conflictividad
sobre la normativa urbana vigente, el Ran- por las pautas urbanísticas para el oeste del
go Temático 2, actualmente suspendido, es ejido municipal, donde existía un mayor nú-
para emprendimientos asimilables y compa- mero de reclamos y demandas, vinculadas
tibles con la normativa existente y el Rango con las dificultades de acceso al suelo y la
Temático 3 es un procedimiento destinado a tensión para preservar el valor paisajístico y

142
el uso de espacios públicos, versus la explo- dades de acceso al hábitat por parte de los
tación y mayor aprovechamiento del suelo sectores populares, en ninguno de los dos
y del paisaje como recursos tangibles en el reglamentos se toman en cuenta los pro-
terreno (Rodríguez, 2019). cesos de autoproducción del hábitat que
Como señala Valeo (2016), la super- ya existían en la ciudad, como tampoco
posición de ambos Códigos genera una se incluyó, dentro de los usos previstos o
aprobación incompleta donde la forma de de las zonas especiales, la delimitación o
construcción de la ciudad está desvincula- prescripción de algún tipo de reserva para
da de las actividades a desarrollar, lo cual la construcción de planes habitacionales o
ocurre en la mayoría del ejido municipal. loteos sociales por parte del Estado. Esta
Donde sí se logró su aprobación completa omisión no es exclusiva de Bariloche, sino
(zona este), está desarticulada de los direc- que es propia del sistema normativo urba-
cionamientos estratégicos de la ciudad en no de nuestro país, que se creó en el siglo
su conjunto. En esta línea se sostiene que XX pero que hoy sigue vigente, donde se
la mera aplicación de la normativa no ga- borran las desigualdades socio espaciales
rantiza que los procesos de desarrollo se a la hora de delimitar criterios urbanísticos,
condigan con las políticas de planificación construyendo una ciudad deseada que
y menos aún que la posibilidad de modi- omite la conflictividad y la desigualdad en
ficación mediante los Rangos temáticos el acceso al suelo.
aporte una garantía de materialización de
un modelo de ciudad. 3.2.4. La cuestión del hábitat
Asimismo, esta situación pone en evi- en agenda: políticas de suelo y
dencia las dificultades que atraviesa el planificación urbana
Estado local para sostener la planificación
concebida, frente a dos lógicas de acce- La legislación urbana no se reduce a los
so al suelo diferenciadas, que terminaron códigos, sino que incluye a las herramientas
cristalizando las tendencias de crecimiento relativas a la gestión del suelo y los planes
que en la actualidad distinguen a Bariloche o normativas que abordan el desarrollo ur-
(Medina, Guevara y Marigo, 2018). Estas bano. Como hemos expuesto anteriormen-
tensiones propias de la urbanización capi- te, la recuperación económica post crisis del
talista se ven acrecentadas en ciudades tu- 2001 tuvo a la obra pública y la construcción
rísticas como Bariloche, a la vez que ponen de viviendas sociales como uno de sus ejes
en tensión la relación entre el espacio con- medulares, en tanto actividades que permi-
cebido, el espacio percibido y el espacio ten potenciar la empleabilidad y traccionar
vivido. Esto da cuenta del carácter conflic- cadenas productivas asociadas. Sin embar-
tivo del espacio urbano, en tanto que este go, esta orientación, lejos de avanzar en la
último es producido socialmente (Lefebvre, resolución de los déficits habitacionales, ha
1974) y como resultado de las disputas por aumentado las restricciones en el acceso al
la imposición de sentido sobre las diferen- suelo urbano a nivel nacional, lo cual se puso
tes formas de producción, apropiación y de manifiesto en los múltiples procesos de
consumo del mundo urbano. ocupaciones de tierra en la región patagóni-
Finalmente, y en relación a las modali- ca que se desatan, aproximadamente, a par-

143
tir del año 2005 (Guevara, Paolinelli y Nuss- bilidad de tierras tendientes a satisfacer las
baum, 2018; Finck et al., 2016; Bachiller et necesidades relacionadas con el hábitat y
al., 2015; Laztra y Kaminker, 2015; Zapata y equipamiento colectivo asociado, como
Giaretto, 2012) espacio para el deporte, la cultura, la admi-
En la ciudad de Bariloche, a la par que nistración, la educación, la salud y la segu-
crecía la actividad del mercado inmobiliario ridad. La importancia de este instrumento
orientada al sector turístico y la tenencia de radica en su capacidad para aumentar el
vivienda como refugio de valor, la situación patrimonio inmobiliario del Estado, poner
habitacional recrudecía como la contracara en valor estos activos físicos y generar re-
de este fenómeno especulativo, que se ma- servas estratégicas de suelo para desarrollo
terializaba en un exponencial aumento del urbano y, a partir de estas acciones, operar
valor de m² en dólares estadounidenses, e intervenir en el mercado de suelo (Reese,
que en el período 2005-2008 implicó un 115 2006). Sin embargo, los alcances en este
%. Como señala Guevara (2016), se daba sentido han sido prácticamente nulos. Los
entonces la aparente paradoja, como suce- sucesivos pedidos de información pública
dió en muchas ciudades de nuestro país, en relación a las operaciones y la cantidad
que a pesar de recuperar poder adquisitivo de tierras que integran el banco nunca han
en buena parte de la población y disponer sido respondidos por las autoridades muni-
de ciertos ingresos para (auto) construir cipales y, en función de las operaciones re-
la vivienda, no se hallaba suelo asequible levada, se sostiene que el BTM opera como
para hacerlo. Este fenómeno generaba así el marco institucional donde se registran
una fuerte presión sobre la tierra vacante todas las parcelas de propiedad del muni-
(pública y privada) y sobre los barrios que, cipio, pero carece de una política activa en
aunque sea en condiciones informales, ha- relación a la obtención y compra/venta de
bían permitido el acceso al suelo, provo- suelo urbano con fines habitacionales, de
cando una acelerada densificación de villas desarrollo territorial o protección ambiental.
y asentamientos y reforzando procesos de Creación del Instituto Municipal de Tierra
hacinamiento e inquilinización. y Vivienda para el Hábitat Social (IMTVHS)
Este fue el contexto estructural en el O-1815-CM-2008: De acuerdo a la normati-
que se sucedió un masivo ciclo de tomas va de su creación, el IMTVHS se conforma
de tierra en Bariloche entre 2006 y 2009, como el órgano de aplicación de las políti-
que puso en agenda la problemática habi- cas sobre hábitat fijadas por el municipio,
tacional y dio como resultado el diseño e con el objeto de contribuir al acceso a la
implementación de una serie de normativas vivienda digna; disminuir el déficit habita-
y políticas de gestión del suelo y planifica- cional de tierras, de equipamiento comuni-
ción urbana, que contrastan con la escasa tario e infraestructura; promover el efectivo
iniciativa de políticas públicas precedentes. ejercicio del derecho al hábitat; garantizar
Creación del Banco de Tierras Municipal la regularización dominial de los inmuebles;
(BTM) O-1594-CM-2006: En plena emer- promocionar la demanda y financiar la ofer-
gencia de la crisis habitacional en Bariloche ta de viviendas y suelo urbano y regular la
se crea, junto a otras medidas, el BTM, con urbanización de asentamientos. Si bien el
el objeto de obtener y aumentar la disponi- IMTVHS cuenta con autarquía administrati-

144
va, económica y financiera, los lineamien- acciones “directas” del Estado relativas a la
tos de la política de hábitat son definidas realización de obras e inversiones públicas
por el poder Ejecutivo, que es además el localizadas (Medina, 2013). De igual modo,
encargado de nombrar a los tres miembros allí se establece que el hecho generador es
del directorio que dirige el Instituto). producido a solicitud de un privado, exclu-
Derecho de participación municipal en yendo la aplicación en aquellos casos que
la renta urbana diferencial (RDU) O-2080- los beneficios derivados de iniciativas de
CM-2010 y O-2733-CM-2016: Los procesos planificación y gestión del suelo iniciados
de urbanización de una ciudad requieren por el estado municipal, como por ejemplo
que el suelo sea acondicionado a través de el cambio de uso de rural a urbano de un
la construcción de redes de servicio e in- sector del ejido municipal.
fraestructura, equipamiento colectivo y de- Otro punto llamativo fue que en la orde-
más acciones normativas que permitan el nanza original se excluyó de la aplicación de
desarrollo de las actividades de las que son la normativa a los emprendimientos que in-
soporte. Estas mejoras, que son concreta- volucren a Pymes locales y paradójicamente
das mayormente por el esfuerzo colectivo a a los emprendimientos hoteleros y gastronó-
través de la acción del Estado, generan la micos, siendo que estas dos actividades se
valorización de los inmuebles involucrados, relacionan de manera directa con la industria
que en función de las localizaciones diferen- turística, que es uno de los sectores que ma-
ciales son capitalizadas en forma de rentas yor incidencia tiene sobre la valorización del
urbanas o diferenciales por lxs propietarixs suelo urbano en nuestra ciudad. Finalmente,
de dichas tierras, sin que esto haya impli- dicha ordenanza excluía la posibilidad de
cado un esfuerzo o contribución por parte abonar el pago de la renta en dinero, obli-
de este último. Frente a esta histórica apro- gando a hacerlo en “especies” lo cual no se
piación privada del esfuerzo colectivo, los limitaba a tierra, sino que incluía pago con
municipios vienen desarrollando diversos mobiliario. Como síntoma de esta decisión,
instrumentos para lograr captar, al menos se destaca que en “las dos primeras aplica-
parcialmente, parte de esta plusvalía urba- ciones de esta norma, el porcentaje de valo-
na, en tanto recursos que son fundamenta- rización capturado por el estado fue abona-
les para planificar y consolidar procesos de do mediante el pago de una fotocopiadora
urbanización inclusivos y sustentables. y una camioneta utilitaria usada” (entrevista
La ordenanza inicial (O-2080-2010) Arquitecto A, 2017), desvirtuando el objeti-
aprobada en Bariloche, si bien implica un vo último de esta herramienta de gestión del
avance significativo respecto a la regulación suelo, que debe propender a generar una
sobre el mercado del suelo, solo se aplica redistribución de los costos y beneficios del
en situaciones referidas a actos administra- proceso de urbanización.
tivos que disponen de manera “indirecta” En el año 2016 y tras un extenso perio-
una mejora en las condiciones de explota- do donde esta herramienta prácticamente
ción de los terrenos, cuyos propietarixs se no había sido puesta en práctica, la misma
ven beneficiadxs en el incremento del va- fue modificada por la O-2733-2016, donde
lor de sus propiedades. Sin embargo, no se incluyeron dentro de los hechos gene-
forman parte de los hechos imponibles las radores de renta diferencial a las acciones

145
urbanísticas vinculadas a la hotelería y la y no que reedite la burocratización de un
gastronomía y a las Pymes. En la actuali- trámite más que hay que atravesar para la
dad la normativa incluye como hechos ge- habilitación indiscriminada de usos y capa-
neradores a las siguientes situaciones: a) El cidades constructivas (Medina, 2013).
establecimiento o la modificación de todos Aplicación de Contribuciones por mejo-
o algunos de los siguientes parámetros ur- ras (O-2145-CM-2011): De los diversos ins-
banísticos (FOT, FOS, AEDI, SC); b) cambio trumentos de gestión de suelo que buscan
de usos de la parcela a solicitud del inte- capturar parte de la plusvalía producida por
resado; c) Modificación del AIM (Área de la acción pública, la contribución por mejo-
implantación) y d) La autorización de sub- ras o contribución por valorización es una
división del suelo, cuando medie el cam- herramienta de gran tradición en nuestra
bio de uso o modificación de parámetros región y en el mundo. Puede ser pensada
urbanísticos. Y el cálculo del RDU se efec- como una potestad tributaria del Estado, a
túa sobre el valor del excedente en metros partir de la cual se le transfiere a lxs bene-
cuadrados que resulten de comparar los ficiarixs directxs de una obra pública, que
parámetros urbanísticos establecidos en la como consecuencia ven incrementado el
normativa vigente y los nuevos parámetros valor de su propiedad, el total o parte del
urbanísticos que se establezcan o modifi- costo de dicha obra pública. En este sentido
quen. Finalmente, la nueva forma de pago suelen incluirse tanto los casos en que gene-
vigente puede ser mediante la transferencia re la valorización de las propiedades o, alter-
al Municipio de un inmueble (dentro o fue- nativamente, que paguen por la propia obra,
ra de la parcela en cuestión); a través de aun cuando tal obra sea una necesidad para
la construcción de obras de infraestructura la comunidad y no solamente el fruto de la
de servicios públicos (ajenas a las propias voluntad de aquellxs propietarixs. Es decir
obligaciones del proyecto inicial) o median- que no solo se busca recuperar parte de la
te dinero en efectivo. valorización producida por el esfuerzo colec-
En la actualidad la aplicación de la or- tivo, sino que se convierte en una fuente de
denanza se encuentra activa, pero existe financiamiento, aportada por los propietarios
cierto déficit en relación a la cantidad de afectados, para la ejecución de las obras de
proyectos que realmente alcanza. En los infraestructura. No debe ser pensada como
casos en los que se ha aplicado la normati- una tasa, ya que no existe una prestación
va actualizada (Club de Campo Dos Valles; de un servicio público de manera individual
Loteo Las Victorias; Terminal de Ómnibus para cada inmueble, y no es un impuesto,
Esandi) se han logrado desarrollar proyec- ya que no corresponde al valor del predio.
tos urbanísticos de interés social (Loteo So- La particularidad de este instrumento radica
cial Valle Azul) o se han conseguido tierras en que responde directamente a una nece-
que pasaron a integrar el Banco Municipal sidad social y que exige una participación
de Tierras. En este sentido se debe pro- directa de cada contribuyente de acuerdo a
mover que la participación en la renta di- su beneficio, en algunos casos, en función
ferencial se constituya en una herramienta de su capacidad de pago, siendo directa la
de regulación que persiga criterios claros, relación entre lo que se paga y el retorno por
coherentes e integrados a un plan urbano parte del Estado (la obra realizada).

146
En Bariloche, la legislación establece Plan de Ordenamiento Territorial (POT)
que la contribución es obligatoria para todx 2011: De acuerdo al documento oficial, el
propietarix o poseedor a título de dueño objetivo de este plan es “dar respuestas ne-
que se vea beneficiadx por el incremento cesarias, específicas y urgentes a los des-
de su valor real, como consecuencia de equilibrios urbanos que se presentan en el
la ejecución de una obra de utilidad públi- ejido municipal, con la finalidad de organi-
ca municipal. Las obras públicas sujetas zar el territorio, para mejorar la calidad de
al presente régimen son aquellas relacio- vida de la población, propiciar la inclusión
nadas con mejoramiento vial, pavimento, social, mitigar los riesgos y reducir el im-
cordón cuneta, veredas, agua, gas, riego, pacto ambiental”, proponiendo una planifi-
cloacas, alumbrado público, electricidad, cación ordenada y de revisión continua del
comunicaciones y señales débiles, des- territorio. Para ello, a lo largo del plan se de-
agües pluvio-aluvionales. Se incluyen tanto sarrolla un diagnóstico sobre los principa-
las obras de infraestructura que se realicen les problemas urbanos (agrupados en dos
en fraccionamientos y las obras de amplia- grandes ejes: ciudad policéntrica, compac-
ción, reemplazo o adecuación de redes que ta, conectada y accesible y consolidación
ejecuten entidades o empresas prestatarias urbana) y luego se proponen tres líneas de
de servicio, quedando excluidas las cone- acción para el ordenamiento territorial: Polí-
xiones domiciliarias de servicios. A la hora ticas, Instrumentos y Proyectos.
de calcular el costo de una obra para ser Este documento elaborado en el año
soportada por lxs beneficiarixs, se estable- 2011 permitió poner en discusión varios indi-
ce que el Departamento Ejecutivo es quien cadores poblacionales y urbanos de la ciu-
determina el área dentro de la cual se ex- dad, hasta entonces desconocidos. El POT
pande la influencia de la obra pública, que señala que en ese momento el ejido urbano
comprende a todas las propiedades fren- tenía una superficie de 27.470 Ha (274,70
tistas de las arterias por donde se ejecuten km2), de la cual según la normativa vigen-
las mismas y en función de esto se hará el te el 79 % del total es pasible de urbanizar
prorrateo de la obra. Dicha contribución por (21.616 Ha). De este total, en el año 20 se
parte de cada beneficiarix se calcula sobre encontraban urbanizadas 10.160 Ha (101,60
la base de precios al contado de la obra, km2), lo cual representa el 37 % del total del
y no puede exceder el 33 % del valor del ejido, con una densidad promedio de 3,94
inmueble con la mejora incorporada. hab/Ha, con una clara concentración pobla-
A pesar de lo detallado en la normati- cional en la zona céntrica y algunos barrios
va, esta herramienta tributaria ha tenido de la zona sur y con una marcada dispersión
una aplicación limitada desde su creación a lo largo de los ejes Este y Oeste. Resulta
hasta la fecha, sin quedar en claro el cri- sugerente que de acuerdo a los cálculos del
terio de las obras que son afectadas. No POT, la población máxima admitida es de
obstante, a partir del 2018 y en el marco de 1.100.000 habitantes, de los cuales 850.000
las crecientes dificultades económicas del se localizaría en la zona Oeste (Lago Moreno
gobierno municipal de Gustavo Genusso, y Cerro Otto), donde se presenta la menor
se ha dado impulso a este instrumento en aptitud para la urbanización y a su vez es el
diversas ocasiones. mayor atractivo turístico (POT, 36).

147
Entre los problemas urbanos se hace tivamente viables para la instalación de
énfasis en la fragmentación ambiental del industrias, establecimientos productivos
ecosistema urbano-rural, la ocupación del y centros de transferencias (situación que
territorio con usos no compatibles a la vo- actualmente está siendo abordada a tra-
cación del suelo, la expansión territorial vés de la creación del Parque Productivo
desordenada con altos costos urbanos y Tecnológico Industrial Bariloche, PITBA).
ambientales, el avance sobre áreas de fra- Respecto a la problemática habitacional el
gilidad natural, la dispersión de la pobla- POT reconoce el sostenido déficit habita-
ción y la exclusión social. En este sentido el cional, pero hace un diagnóstico escueto,
POT pone de manifiesto que el proceso de que finalmente no se ve articulado con una
urbanización de la ciudad ha incorporado propuesta de política concreta, como si se
tierras al uso urbano, sin antes haber deter- desarrolla con otros ejes de diagnóstico (en
minado las demandas y haber establecido general el POT desarrolla planes vinculados
las políticas sobre el territorio, la mayoría a Grandes Proyectos Urbanos, proyectos
de las veces impulsada por la dinámica para tierra vacante; nuevas clasificaciones
del mercado, promoviendo el desarrollo de y usos del suelo re funcionalización de pun-
barrios sin infraestructura o equipamiento tos turísticos y algunos proyectos de equi-
o asentados sobre áreas ambientalmente pamiento colectivo, pero se queda solo en
no aptas para la urbanización. Asimismo, una etapa de diagnóstico en lo que refiere a
se reconoce que no existen áreas norma- servicios e infraestructura y vivienda).

Figura 3.1: Tierra Vacante en el ejido urbano de San Carlos de Bariloche. Fuente: Elaboración propia.

148
A pesar del importante hito que signifi- ciones propuestas se sigue reforzando la
có el POT en tanto que fue el primer pro- dependencia sobre la actividad turística y
yecto que planteó la necesidad de abordar se reproduce la falta de articulación entre
la problemática ligada a la construcción las políticas o planes urbanos y el desarro-
de la ciudad, atendiendo a los aspectos llo de la actividad turística (Barrios, 2018),
económicos, sociales, legales, institucio- siendo relegadas las políticas públicas o
nales y físicos del territorio y superando planes específicos destinados a resolver
los objetivos normativos de los códigos la problemática habitacional y de acceso
urbanos, el plan nunca logró ser aprobado al suelo.
por el Concejo Municipal. En la actualidad
y por la resolución 3253-I-2011 el POT se 3.2.5. Políticas habitacionales
ha aprobado como Guía de Planeamien-
to y como documento técnico de consulta Construcción de Viviendas Sociales y
para las acciones de planeamiento urba- Mejoramientos habitacionales
no, pero sin un carácter de ordenanza u En nuestro país la estructura financie-
obligatoriedad. ra de los Estados locales, en particular de
Este breve recuento de los instrumen- las ciudades intermedias, suele dificultar
tos creados, a lo cual debemos agregar la la capacidad que se tiene desde la órbi-
declaración de Emergencia Habitacional ta municipal para construir planes de vi-
en los años 2008, 2009 y 2011, pone de viendas nuevas, excepto intervenciones
manifiesto que durante la primera década puntuales y poco masivas. Sin embargo,
del siglo XX la cuestión habitacional y en suelen ser los municipios los encargados
un sentido más amplio la necesidad de de generar, obtener y poner a disposición
abordar el desarrollo urbano de la locali- el suelo urbano para la construcción de
dad, se ha puesto en agenda, en gran me- soluciones habitacionales canalizadas a
dida por las restricciones en el acceso al través de fondos provinciales o naciona-
suelo urbano de gran parte de la población les. En este sentido, las políticas habita-
local. Como respuesta a esta situación, cionales impulsadas por la Municipalidad
el Estado ha desplegado diversas herra- de Bariloche durante nuestro período de
mientas de planificación y gestión urbana, análisis se han focalizado, por un lado en
con vistas a intentar reordenar el proceso la regularización dominial de los barrios
de urbanización. populares ubicados sobre tierras fiscales
Las ordenanzas y planes reseñadas (con limitados avances) y en la ejecución
suelen coincidir en el diagnóstico sobre de cierto mejoramientos habitacionales
la problemática urbana de Bariloche: rá- (esencialmente desarrollo de obras vin-
pido loteo del territorio, fragmentación, culadas al PROMEBA) y, por el otro, en la
dispersión, baja densidad, predominio del gestión local de suelo para la construcción
mercado en el acceso al suelo, falta de de vivienda nueva, fundamentalmente pro-
infraestructura y equipamiento colectivo y veniente del Programa Federal de Vivien-
centralidad de la actividad turística en la da, en articulación con el Instituto Provin-
estructuración socio urbana local. Sin em- cial de Planificación de la Vivienda (IPPV).
bargo, resulta paradójico que entre las ac- En cuanto a los programas con finan-

149
ciamiento provenientes del Estado Nacio- zable, con vistas a reducir este déficit en
nal, a partir de la Tabla 3.2 se observa que un plazo de 10 años, los autores señalan
entre 2003-2015 se han producido 3640 la necesidad de realizar 1795 soluciones
soluciones habitacionales (de las cuales habitacionales por año. Si bien este total
374 son mejoramientos), pertenecientes no responde únicamente a las soluciones
mayormente al Plan Federal de Viviendas. producidas por el Estado, sino que debe
Si bien el acumulado de viviendas cons- incluir la producción mercantil de vivienda
truidas es significativo respecto a otras y otras formas de autoproducción del há-
localidades de la región, el promedio arro- bitat, esto permite contrastar la cantidad
ja 280 viviendas por año. De acuerdo a de soluciones construidas en función del
las estimaciones realizadas por Guevara, déficit existente y poner en relieve la nece-
Medina y Bonilla (2016) a partir de datos sidad de articular la producción masiva de
censales del 2010, para el año 2015 el dé- viviendas con otro tipo de operatorias que
ficit habitacional acumulado de la ciudad faciliten el acceso al suelo y la vivienda a
era de 10.492 hogares (26,7 % del total de aquellos sectores que no resultan benefi-
hogares). Proponiendo una meta alcan- ciarios de los programas llave en mano.

Tabla 3.2.: Soluciones habitacionales en S.C. de Bariloche (2003-2015)


Locali-
Viviendas Tipo de obra Operatoria Barrio Beneficiarios
zación
VIVIENDA NUEVA, UPCN/sindicato
PLAN FEDERAL PLU-
INFRAESTRUCTURA 645 de camiones/
368 RIANUAL RECON- Sur
Y EQUIPO COMUNI- viviendas Coop. Viv. Rio
VERTIDO
TARIO Negro
VIVIENDA NUEVA, UPCN/sindicato
PLAN FEDERAL PLU-
INFRAESTRUCTURA 645 de camiones/
277 RIANUAL RECON- Sur
Y EQUIPO COMUNI- iviendas Coop. Viv. Rio
VERTIDO
TARIO Negro
PLAN FEDERAL
PLURIANUAL II Y UNTER/FFAA/
VIVIENDA NUEVA E 270
279 SUBPROGRAMA FE- Este Relocalización
INFRAESTRUCTURA viviendas
DERAL DE INFRAES- Barda Ñireco
TRUCTURA
VIVIENDA NUEVA E San
60 PLAN 2000 LEY 3303 Este
INFRAESTRUCTURA Francisco
VIVIENDA NUEVA E 130
130 PLAN 2000 LEY 3303 Este
INFRAESTRUCTURA viviendas
VIVIENDA NUEVA E PLAN 2000 - REM 40
40 Este
INFRAESTRUCTURA 266 viviendas

150
VIVIENDA NUEVA E P 2000 - AMPL DE- 20 Consorcio Na-
20 Este
INFRAESTRUCTURA CRETO 1285/03 viviendas huel Hue
134
VIVIENDA NUEVA E
134 PLAN FEDERAL viviendas Centro
INFRAESTRUCTURA
Omega
VIVIENDA NUEVA E 120 Consorcio San
120 PLAN FEDERAL Este
INFRAESTRUCTURA viviendas Francisco
PLAN FEDERAL
VIVIENDA NUEVA E PLURIANUAL II - Barrio
297 Sur
INFRAESTRUCTURA SUBPROGRAMA DE 2 de Abril
INFRAESTRUCTURA
PLAN FEDERAL PLU-
Barrio
374* MEJORAMIENTO HAB. RIANUAL II - MEJOR Sur
2 de Abril
VIVIR
PLAN FEDERAL
PLURIANUAL II Y
VIVIENDA NUEVA E
180 SUBPROGRAMA FE- Barrio 180 Este/
INFRAESTRUCTURA
DERAL DE INFRAES-
TRUCTURA
Consorcio Circunvala-
Oeste
ción y Mutual Judicial
PLAN FEDERAL
PLURIANUAL II Y Cooperativa
VIVIENDA NUEVA E
199 SUBPROGRAMA FE- Este Rio Iguazu / Pre-
INFRAESTRUCTURA
DERAL DE INFRAES- fectura
TRUCTURA
VIVIENDA NUEVA,
INFRAESTRUCTURA
70 PROMEBA I Vivero Centro
Y EQUIPO COMUNI-
TARIO
VIVIENDAS E IN- PLAN FEDERAL 136 Na-
136 Sur
FRAESTRUCTURA PLURIANUAL I huel Hue
VIVIENDAS E IN- Barrio
20 PROMEBA II Sur
FRAESTRUCTURA Unión
VIVIENDA NUEVA
MISIÓN SUEÑOS 10 de
135 Y EQUIPAMIENTO Centro
COMPARTIDOS Diciembre
COMUNITARIO

151
TECHO DIGNO Expte
Altos del SOYEM/ATE/
121 VIVIENDA NUEVA 80138-2015 y Fondos Este
Este* UNTER
Prov. Rio Negro
TECHO DIGNO Expte
Altos del SOYEM/ATE/
80 VIVIENDA NUEVA 29997-2016 y Fondos Este
Este* UNTER
Prov. Rio Negro
TECHO DIGNO Expte
Altos del SOYEM/ATE/
120 VIVIENDA NUEVA 79993-2016 y Fondos Este
Este* UNTER
Prov. Rio Negro
TECHO DIGNO Expte
Altos del SOYEM/ATE/
80 VIVIENDA NUEVA 29998-2016 y Fon- Este
Este* UNTER
dos Prov. Rio Negro
TECHO DIGNO Expte
Frutillar
100 VIVIENDA NUEVA 80140-2014 y Fondos Sur
Norte*
Prov. Rio Negro
TECHO DIGNO Expte
Frutillar
100 VIVIENDA NUEVA 80139-2014 y Fondos Sur
Norte*
Prov. Rio Negro
TECHO DIGNO Expte
Frutillar
100 VIVIENDA NUEVA 79996-2016 y Fon- Sur
Norte*
dos Prov. Rio Negro
TECHO DIGNO Expte
Frutillar
100 VIVIENDA NUEVA 79995-2016 y Fon- Sur
Norte*
dos Prov. Rio Negro
3640
Fuente: Elaboración propia a partir de datos suministrados por IPPV. *Planes aún no finalizados.

Hay que destacar que las 801 vivien- sunto desvío de fondos49.
das pertenecientes al programa TECHO Otro aspecto interesante respecto a los
DIGNO, a más de 5 años del comienzo de beneficiarios de los planes de vivienda nue-
su ejecución, aún continúan sin ser termi- va, es que en Bariloche se ha consolidado
nadas y no cuentan con la infraestructura el acceso a través de cooperativas de vi-
de servicios básicos para su habitación. En vienda u organizaciones sindicales/gremia-
este sentido, en el año 2019 el IPPV se ha les, pero que no intervienen en su proceso
hecho cargo de financiar 376 de estas vi- de producción ni en la localización (a cargo
viendas para poder finalizarlas, ya que los de grandes empresas contratistas y del mu-
fondos nacionales originales se encuentran nicipio respectivamente). Este criterio, que
en medio de una disputa judicial por un pre- como ya veremos se repite en el caso de

49. https://www.bariloche2000.com/noticias/leer/martini-viaja-por-denuncia-de-malversacion-de-fondos/107503

152
los lotes sociales, puede convertirse en una Asimismo, resulta relevante que ninguna
interesante estrategia de acceso al suelo de las intervenciones se haya realizado en
a través de la organización colectiva, con el Oeste de la ciudad, donde se encuentran
vistas a lograr proyectos de mayor inte- las tierras más apetecibles para el mercado
gralidad en relación al proceso de habitar, inmobiliario por su alto valor paisajístico y la
que incorporen componentes organizacio- consecuente renta que genera. Vale desta-
nales, políticos y culturales. No obstante, car que en el Oeste de la ciudad y contrario
y más aún en las modalidades de vivienda al discurso hegemónico que ha primado
llave en mano, pareciera que el acceso a en el relato sobre la configuración urbana
los programas a través de organizaciones local, existen barrios populares con serias
intermedias ha funcionado como un meca- deficiencias cualitativas y cuantitativas en
nismo utilizado por el Municipio para orga- términos habitacionales y con una insufi-
nizar y descomprimir la fuerte demanda en ciencia de servicios básicos, pero que sin
un contexto de crisis habitacional. embargo no fueron destinatarios de ningu-
Respecto a la ubicación de las obras na de las políticas en cuestión.
realizadas, mayormente en los ejes Sur y Esta concentración de las viviendas en
Sur-Este, no hacen más que reproducir los la periferia Sur y Sureste permite también
patrones de localización residencial impul- poner en debate cuál es la visión que el
sados por la lógica mercantil, ubicando a Estado tiene sobre la legitimidad que tie-
los sectores populares que acceden a la vi- nen o no ciertos sectores sociales para
vienda a través del Estado en las periferias, acceder al espacio público y a las zonas
alejado de las centralidades urbanas y con de mayor valor paisajístico con fines resi-
un importante costo para el propio Estado denciales e incluso recreativos. Estas dis-
en cuanto a la necesidad de realizar impor- putas y apropiaciones involucran, tanto a
tantes obras de infraestructura básica para las acciones de planificación, regulación y
poder entregar las viviendas. En este senti- materialización, como a las representacio-
do la localización de las viviendas debe ser nes, usos y apropiaciones que se hacen
tenida en cuenta a la hora de problematizar del espacio urbano (Marcus, 2010 y 2017),
la incidencia de las políticas habitacionales exponiendo la tensión permanente entre el
en los procesos de expansión de la mancha espacio concebido (abstracto e instrumen-
urbana y en su capacidad para acentuar o tal) y el espacio vivido (imprevisto, espon-
morigerar procesos de segregación socio táneo, desbordante y heterogéneo) (Del-
espacial y posibilidades diferenciales de ac- gado, 2013). Esta elaboración conceptual
ceso a la centralidad urbana. De igual modo implica la construcción de un determinado
resulta interesante ver cómo esas tierras orden público, que establece usos, com-
periféricas que pudo disponer el Municipio portamientos y sujetxs que son legítimxs
han generado importantes rentas en las zo- de participar de los espacios públicos me-
nas linderas y hoy son zonas atractivas para jor valorados -en nuestro caso los circui-
el capital inmobiliario, que busca expandir tos turísticos- y que pretende consolidar
las zonas de influencia a través de nuevas al espacio público como lugar de consu-
modalidades habitacionales disputando las mo, entretenimiento, circulación y relacio-
zonas periféricas antes desatendidas. nes sociales precarias, a fin de anular la

153
conflictividad, garantizar la apropiación El Programa de Mejoramiento Barrial
privada del espacio e invisibilizar las des- (PROMEBA), dependiente del Ministerio del
igualdades sociales que se manifiestan y Interior, Obras Públicas y Vivienda (MIOPyV),
reproducen en el territorio. se ha convertido en la principal línea de fi-
En relación a la producción de mejo- nanciamiento para realizar mejoras en los
ramientos habitacionales, en el período barrios populares ya existentes. En el caso
2003-2015 no hubo programas específicos de Bariloche y cómo podemos ver en la Tabla
impulsados desde la órbita municipal, a 3.3, casi la totalidad de las 13 obras ejecuta-
excepción de las intervenciones puntuales das estuvieron vinculadas a la ampliación de
que se realizaron en situaciones de emer- las redes de infraestructura existentes, con
gencia desde el IMTVHS. Recién a partir vistas a lograr una mayor accesibilidad a los
del año 2016, el municipio, en articulación servicios básicos. En menor medida, como
con la ONG FOVISEE, ha desplegado un los casos de Vivero, 34 hectáreas y Omega,
programa denominado “Sustentabilizar los recursos fueron destinados a la cons-
Hogares”, que tiene como objetivo mejo- trucción de equipo comunitario. Respecto a
rar la calidad constructiva y la eficiencia la localización de estas obras, excepto en el
energética de viviendas en situación pre- caso de Vivero, las 12 restantes pertenecen
caria, con vistas a reducir los déficits cua- a la Delegación Pampa de Huenuleo, don-
litativos. No obstante, luego de 4 años de de se asientan la mayor parte de los barrios
vigencia del programa, se han realizado populares de la ciudad y donde se registran
alrededor de 250 intervenciones50, lo cual los mayores déficits de infraestructura según
es un impacto de poco alcance en relación datos del Censo 2010.
a los hogares con déficit ya señalados.

Tabla 3.3.: Datos oficiales de PROMEBA en San Carlos de Bariloche


Barrio Estado Monto
34 Hectáreas -Pampa de Huenuleo Terminado 13.723.427,02
Delegación Pampa de Huenuleo Red de Cloacas E1 - Bº Frutillar Terminado 53.927.705,65
Delegación Pampa de Huenuleo Desagües Pluviales E1 Terminado 72.081.860,45
Delegación Pampa de Huenuleo Desagües Pluviales E2 Terminado 27.246.050,19
Delegación Pampa de Huenuleo Equipamiento Centro Comunita-
Terminado 3.934.946,34
rio Bº El Maitén
Delegación Pampa de Huenuleo Equipamiento Comunitario
Terminado 8.924.681,90
Centro de Salud
Delegación Pampa de Huenuleo Equipamiento Comunitario CDI
Terminado 6.534.283,86
Bº Omega
Delegación Pampa de Huenuleo Completamiento Red de Gas Terminado 10.410.948,22
Delegación Pampa de Huenuleo Red de Cloacas E2 - Bº Frutillar Terminado 96.442.463,35

50. https://www.fovisee.org/sustentabilizar-hogares/bariloche-prov-de-rio-negro-argentina-2016/

154
Delegación Pampa de Huenuleo Desagües Pluviales E3 - Nahuel
En ejecución 60.584.731,77
Hue, Malvinas
Delegación Pampa de Huenuleo Desagües Pluviales E4 - Nahuel
Terminado 98.327.242,29
Hue, Malvinas
Delegación Pampa de Huenuleo Completamiento Red de Gas - E2 En ejecución 97.946.566,97
El Vivero - Delegación Urbana Terminado 2.367.835,01
TOTAL PRESUPUESTO PROMEBA $ 552.452.743,02
Fuente:Elaboración propia a partir de datos oficiales del programa disponibles en la web https://www.promeba.gob.ar/
proyectos

A nivel provincial, en el año 2012 se proyectos de loteos sociales con servicios


creó el programa “Habitar Rio Negro”, en (o con el compromiso de servirlos) con el
articulación con los municipios rionegri- objetivo que las familias auto construyan su
nos, con el objetivo de mejorar el hábitat vivienda o puedan acceder, como adjudica-
y la vivienda de las familias de menores tarios del lote, a programas de vivienda lla-
ingresos mediante el financiamiento de ve de financiamiento nacional. De acuerdo
materiales y/o mano de obra para la cons- a las ordenanzas que avalan cada proyecto
trucción de viviendas nuevas, mejora- urbanístico es posible estimar que hasta el
miento de viviendas existentes, obras de año 2015 se han producido cerca de 2095
infraestructura y equipamiento urbano. La lotes, en aproximadamente 125 hectáreas.
propia página web del IPPV informa que Al haber transcurrido casi 10 años des-
a la fecha de consulta (septiembre 2020), de el inicio de estas experiencias, que se
en casi 8 años, se han realizado en toda han consolidado como una política implí-
la provincia 450 intervenciones, a lo cual cita (Torres, 1993), resulta central analizar
deben sumarse los escuetos montos del la capacidad que ha tenido el Estado para
financiamiento otorgado a cada hogar, que efectivamente producir suelo urbano servi-
en la mayoría de los casos no alcanzaban do y asequible. Asimismo, se debe poner
a cubrir el total del presupuesto previsto atención en la localización de dichos lo-
por la obra. teos en relación a la estructura urbana de
la ciudad y el nivel de apropiación que ha
3.2.6. Lotes sociales51 tenido por parte de lxs sujetxs beneficiarixs
de dicha política.
La producción de lotes con servicios es El Estado Municipal, a través del IM-
un componente central dentro de las políti- TVHS generó operatorias de producción
cas urbanas municipales y resulta clave a de suelo urbano, utilizando diferentes
la hora de analizar la informalidad urbana y instrumentos para la adquisición de las
las dificultades de acceso al suelo urbano. tierras: la afectación de reservas fiscales,
Las diversas operatorias se centraron en la compraventa, la expropiación y la recu-

51. Este apartado está basado en Guevara, Marigo y Cavanagh (2020). 52. https://diarioene.com/index.php/featu

155
peración de plusvalías. La principal y casi los lotes eran sujetxs individuales inscritxs
exclusiva vía de acceso a los lotes socia- en el registro de demanda del IMTVHS, ha
les ha sido a través de alguna organiza- sido dicha institución quien ha involucrado
ción intermedia, como Cooperativas de a lxs destinatarixs en alguna cooperativa
Vivienda o Asociaciones Sindicales. En preexistente o creada ad hoc para poder
aquellos casos donde lxs beneficiarixs de aglutinar estas situaciones.

Tabla 3.4: Producción de lotes sociales en Bariloche. 2001-2015.


Has. Lotes Forma de adquisición
Frutillar Norte – 26,5 has. 26,5 557 Expropiación
Altos del Este – 35 has. 35 687 Compraventa
Valle Azul 45 605 Afectación reserva fiscal
Los Abedules 10 135 Recuperación de plusvalías
Las Victorias 9 111 Afectación reserva fiscal
TOTAL 125,5 2.095
Fuente: Extraído de Guevara, Marigo y Cavanagh (2020).

Si bien el IMTVHS se reserva la potestad las tierras a valor social (el cual recién en
de control y fiscalización de estas operato- 2016 ha sido fijado por ordenanza). Esto
rias, la realidad marcó que esta capacidad implicó fuertes tensiones en relación a la
fue muy escasa, cuando no nula. Entre los sobre ganancia que algunas cooperativas
requisitos que el Instituto demanda a las sin fines de lujo han generado, sin que
entidades intermedias está la inscripción esto se traduzca en mejoras del proyecto
de lxs pres adjudicatarixs en el registro de urbanístico.
demanda, donde se corrobora que éstos Por otro lado, tampoco hubo mecanis-
no sean propietarixs de otros inmuebles y mos de control, ni hemos podido acceder
se les hace un informe social para garanti- a datos oficiales sobre el nivel de recupe-
zar la adecuada focalización de la operato- ración que el IMTVHS ha tenido en relación
ria. No obstante, por el propio dinamismo al monto de las tierras públicas vendidas.
de estos procesos y su prolongada dura- Esto ha provocado, que a pesar de que
ción en el tiempo, los pre adjudicatarios los asociados abonaban las cuotas men-
fueron cambiando a lo largo del tiempo, suales, en algunos casos no se abonaba
flexibilizando los controles sobre lxs nue- el valor total de la tierra al Municipio, lo
vxs inscriptxs desde las cooperativas. cual afectaba la capacidad financiera del
El otro punto central en la relación entre Estado para poder avanzar en la urbaniza-
el Estado y las organizaciones es el econó- ción de los loteos o en nuevas operatorias,
mico. Por un lado, se puso de manifiesto siendo que el presupuesto del IMTVHS
la falta de reglamentación y la incapacidad está compuesto por donaciones y por los
de fiscalización estatal sobre el precio que recuperos que realiza en las operaciones
las cooperativas venden la tierra a sus aso- propias y del Banco de Tierras Municipal.
ciadxs, siendo que aquellas han adquirido El estado actual de estos proyectos

156
muestra que aproximadamente menos medias, pero con una falta de claridad to-
del 10 % de los 2095 lotes producidos se tal sobre las cargas y beneficios de dichos
encuentra habitado. Al tratarse de loteos acuerdos. Existió un desequilibrio manifies-
masivos (proyectos cercanos a las 700 to entre la relación entre el Estado y estas
soluciones habitacionales), la falta de in- organizaciones, por eso planteamos que
fraestructura y servicios básicos ha sido esta política implicó una privatización de
el principal limitante. Se da incluso la si- hecho de la política habitacional municipal,
tuación de que en muchos de estos loteos donde el financiamiento para la producción
se encuentran terminadas las casas cons- de los lotes era provisto casi en su totali-
truidas por el IPPV, pero al no contar con dad por el Estado en alguno de sus niveles,
ninguno de los servicios, las mismas no pero el Estado perdía el control de la ope-
pueden ser entregadas ni habitadas. ratoria en manos de privados. Asimismo, el
En términos generales, se puede postu- grado de urbanización que han alcanzado
lar que estas operatorias implicaron cierto los proyectos y el nivel de apropiación y ha-
nivel de asociación público privada entre bitación por parte de los destinatarios, ha
el Estado Municipal y organizaciones inter- presentado resultados muy dispares.

Figura 3.2: Proyectos de lotes con Servicios en San Carlos de Bariloche (2003-2016)
Fuente: Elaboración propia.

En relación a esto, se plantea que el de distintos instrumentos de gestión del


Estado local ha resultado hábil para pro- suelo, combinando operatorias completa-
ducir suelo nuevo mediante la aplicación mente estatales, con otras mixtas o ente-

157
ramente privadas que eran declaradas de cido el alcance de las experiencias impul-
interés social, pero no ha tenido la misma sadas. Este proceso de regularización por
capacidad para urbanizar las tierras incor- goteo se puede rastrear en barrios como
poradas. Se sostiene que la localización Arrayanes, Vivero, Nahuel Hue, Frutillar, 2
de los loteos sociales, en comparación de Abril, Nuestras Malvinas, en donde se
con las tierras de potencial urbanizable y avanza de forma individual y sin quedar
con la estructura urbana local, así como la claro los criterios que determinan la selec-
falta de articulación con políticas urbanas ción de algunos lotes por sobre otros.
integrales, explican en parte estas defi- La experiencia del barrio 10 de diciem-
ciencias. Si a esto sumamos la incapaci- bre, analizado por Guevara y Nuñez (2014)
dad o la falta de voluntad para fiscalizar las resulta paradigmática de la tensión entre el
operatorias puestas en marcha, es posible desarrollo económico y el desarrollo urba-
afirmar que no fue tanto un problema de no, ya que se trata de un barrio asentado
recursos, sino de gestión. sobre dos manzanas ubicadas en lo que
ahora forma parte del radio céntrico y co-
3.2.7. Urbanización y regularización mercial de la ciudad, lo cual ha motivado
de barrios populares múltiples intentos de relocalización por el
valor que han adquirido dichas tierras y,
A pesar de las diferentes gestiones como sostienen lxs autorxs, porque rompe
transcurridas y de los distintos instrumen- con la lógica hegemónica de los sectores
tos normativos creados, la política habita- que habitan las centralidades. Como ya
cional sobre los asentamientos y barrios se ha dicho, esto se ve acentuado en el
populares en el período 2003-2015 se contexto de una ciudad turística que busca
puede caracterizar como un “dejar hacer” recrear una imagen de ciudad ideal para el
sobre los procesos de ocupación que se consumo y la recreación, pero exenta de
fueron generando y una ausencia de políti- conflictos urbanos. Este barrio, creado en
cas públicas que aborden los procesos de la década de 1950, logró recién en 2006
urbanización de los históricos barrios infor- a través de las ordenanzas municipales
males de la ciudad. Las regularizaciones 1586-CM-2006 y 1785-CM-2007 la regu-
se han limitado mayormente a la cuestión larización dominial de los lotes y la apro-
dominial y en general fueron promovidas bación del proyecto urbanístico propuesto
por lxs propixs vecinxs y organizaciones por los vecinos y vecinas. Recién en 2009
de base. En este sentido, a excepción del y a través de un convenio entre el Muni-
barrio 10 de Diciembre ninguno de los pro- cipio y la Fundación Madres de Plaza de
cesos de regularización ha incluido a la to- Mayo se avanzó en la construcción de las
talidad de los hogares del barrio. Si bien la viviendas nuevas en el marco del progra-
convivencia de múltiples situaciones domi- ma “Sueños Compartidos” pero que aún
niales en un mismo barrio explica parte de continúa inconcluso.
esta dificultad, la ausencia de una decisión Otra de las herramientas para avanzar
política concreta e incluso la falta de ejecu- en la regularización de los barrios popu-
ción de instrumentos como la expropiación lares es la Ley 24374 “Ley Pierri”, que en
o la prescripción administrativa han redu- Rio Negro fue reglamentada a través de la

158
ley provincial 3.396, y a las cuales adhirió también sucede con lxs dueñxs de terrenos
Bariloche mediante la ordenanza 1283-cm- privados que son ocupados. Esta denuncia
2003. La sanción de esta normativa dio lu- por parte del IMTVHS, que es el organismo
gar a la discusión provincial y local sobre encargado de generar las políticas públicas
la necesidad de avanzar en una política de para promover el acceso al hábitat, refuerza
regulación dominial amplia, más allá de las la criminalización de los sectores populares
experiencias puntuales ya señaladas. Gue- que no pueden acceder por mecanismos
vara, Paolinelli y Nussbaum (2018) señalan formales al suelo y, por otro lado, a través
que al comienzo de esta discusión la propia de los procesos de judicialización, se difi-
municipalidad calculaba en más de diez mil culta y trunca el proceso mismo de habitar
lotes en condiciones de ser regularizados en los asentamientos.
en ese marco. Sin embargo durante 13 Los procesos de autoproducción de la
años no hubo avances de ningún tipo sobre vivienda tienen un marcado carácter pro-
la instrumentación y aplicación de la Ley gresivo, donde una vez ocupado el terreno
Pierri, siendo que recién a fines de 2013, y delimitados los lotes, las familias empie-
el IPPV que es la autoridad de aplicación zan a construir sus viviendas, accediendo
firmó un convenio con la Municipalidad de de forma irregular a los servicios que cir-
Bariloche por el cual delegó la aplicación cundan el asentamiento, en el caso que se
de la normativa dentro del ejido, y en 2014 cuente con alguna red de infraestructura
se puso en marcha el proceso a través del cercana. Luego, a medida que se consolida
IMTVHS, iniciando las carpetas para regula- el asentamiento, los vecinos y vecinas co-
rizar algunos lotes de barrios como Virgen mienzan a urbanizar la tierra, iniciando una
Misionera y Nahuel Hue, Villa Llanquihue, larga y desgastante disputa por el acceso
El Progreso, Lera, Mutisias, entre otros. Sin a los servicios básicos y por el reconoci-
embargo, en septiembre de 2020, a más miento municipal. En muchos casos esta
de 25 años de sancionada la Ley Nacional judicialización iniciada a instancias de una
24.374 y a 17 años de la adhesión munici- denuncia efectuada por el propio municipio
pal, no se ha regularizado dominialmente ni se vuelve un impedimento legal para que
un solo lote en la ciudad de Bariloche. las empresas prestatarias reconozcan el
En relación a procesos de desalojo o derecho de los hogares de acceder a la luz
erradicaciones forzosas, esta no ha sido o el agua, además de los desgastantes y
una modalidad extendida en la historia de dificultosos procesos judiciales que deben
nuestra ciudad, a excepción del caso de afrontar lxs ocupantes en su búsqueda por
“La Barda del Ñireco”, cuyos habitantes acceder a una porción de suelo para desa-
fueron relocalizados en el barrio del IPPV rrollar su proyecto de vida.
“270 viviendas”. No obstante, esto no impli-
ca una aceptación ni un acompañamiento 3.2.8. Políticas de acceso al crédito
de los procesos de autoconstrucción del hipotecario. El impacto del Pro.Cre.Ar.
hábitat desde la órbita estatal local. Por el
contrario, el municipio a través del IMTVHS En nuestra ciudad, el Programa de Cré-
realiza la denuncia penal ante cada caso dito Argentino del Bicentenario para la Vi-
de ocupación sobre tierras fiscales, lo cual vienda Única Familiar (ProCreAr) se tradu-

159
jo en un total de 846 créditos en el período ción a la localización de las tierras, la ma-
2012-2018, focalizado en líneas vinculadas yoría están ubicadas en la zona Este del
a la construcción con terreno propio y la ejido, área hacia donde se está expandien-
línea combinada, que incluye compra de do el mercado inmobiliario en la ciudad y
terreno y construcción de vivienda. En rela- en la zona Oeste, entre los km 10 y 13.

Tabla 3.5. Créditos Pro.CreAr. otorgados en S.C. de Bariloche por tipo (2012-2018)
Construc- Combi- Materia- Amplia- Refac- Comple- Adquisi- Total
Ayuda
ción nado les ción ción mentario ción Créditos
442 145 79 67 62 60 9 2 846
Fuente: Elaboración propia en base a datos suministrados por Secretaría de Ciencia y Tecnología.

Por su parte el Municipio local gestionó El segundo proyecto urbanístico desti-


dos loteos nuevos orientados a créditos de nado a créditos Pro.Cre.Ar se trata del loteo
Pro.Cre.Ar, ambos ubicados en la Delega- Los Abedules, el cual surge a partir de un
ción El Cóndor (Este). El primero de ellos convenio entre el municipio y los privados
refiere a una sesión de 15 hectáreas reali- titulares de la tierra, donde se autoriza un
zadas por un privado a la Municipalidad, loteo privado y a partir del cual se aplica la
de las cuales 22.500 m2 fueron cedidos herramienta de recuperación de plusvalía
por el propio municipio al Fondo Fiduciario urbana. De este convenio se establecía la
Público (FFP) en noviembre de 2014 y en cesión de dos reservas fiscales por 16.000
donde se construyeron 308 viviendas co- m², un espacio verde por 7.600 m² y un to-
lectivas. Los precios de las unidades varia- tal de 272 parcelas individuales de alrede-
ron entre $ 2.600.000 las más chicas, has- dor de 300 m², 135 de las cuales quedaron
ta $ 4.600.000 las más grandes y, debido en manos del Estado Municipal, destina-
a los cambios introducidos en el programa das a proyectos habitacionales. Estos 135
a partir de la gestión presidencial de Mau- lotes serían transferidos a título oneroso a
ricio Macri, son financiados a través de la titulares del Programa de Créditos de la Ar-
modalidad de crédito en Unidades de Va- gentina, a través del FFP, mientras que la
lor Adquisitivo (UVA). En el caso de los de- infraestructura sería llevada adelante por
partamentos más grandes, cuyos precios el Municipio (Ordenanza 2586-CM-14). Sin
oscilan entre $ 4.300.000 y $ 4.600.000, se embargo, ante la incapacidad del Munici-
habilitó la operatoria de sustitución de vi- pio de realizar las obras de infraestructura
vienda, esto quiere decir que, si la persona comprometidas, no se terminó de realizar
tiene una única vivienda de menor valor, la la adquisición de las tierras por el FPP y
puede vender e integrar el monto de venta en 2018 el propio municipio decidió ceder
como parte de pago de la vivienda a ad- la titularidad de la parcela a una entidad
quirir. Dichas viviendas fueron adjudicadas intermedia para desarrollar un proyecto de
en febrero de 2020 a través de un sorteo lotes con servicios, abandonando la idea
público entre todas las familias inscriptas, original de lotes destinados a Pro.Cre.Ar.
pero al día de la fecha aún no fueron en-
tregadas.

160
3.3. Políticas Públicas y acceso al hábitat en Cipolletti (2003-2015): política
urbana y política represiva en la criminalización de toma de tierras

Mariana Giaretto52

3.3.1. Introducción cas. Las políticas urbanas en tanto políticas


públicas no pueden abordarse por fuera de
En este capítulo nos ocupamos de los esas contradicciones, incluso, es necesario
modos de intervención del Estado en la enmarcar las posibilidades de intervención
problemática de acceso al suelo urbano por estatal como parte de un proceso de en-
parte de los sectores populares en la ciu- sayo-error en el que desde el personal de
dad de Cipolletti. Entendemos que estas di- Estado se intenta responder a los requeri-
ficultades son estructurales, que responden mientos de la acumulación de capital. Esos
a los procesos de urbanización capitalista intentos están atravesados por el carácter
y a las contradicciones que la apropiación anárquico de dicha acumulación y su histó-
de renta urbana imprime en las ciudades. rica tendencia a las crisis, y también por las
Particularmente en el caso de Cipolletti, dificultades del propio personal de Estado
durante la posconvertibilidad, el Estado en de averiguar de manera constante qué se
sus diversos niveles -municipal, provincial debe hacer para responder a esos reque-
y nacional- y poderes –ejecutivo, judicial y rimientos y cómo hacerlo, a sabiendas que
legislativo- desplegó una política predomi- sus acciones y/u omisiones se encuentran
nantemente represiva, cuya modalidad más motivadas por el principio de autoconser-
usual fue la criminalización de las tomas de vación de dicho personal como tal (Álvarez
tierras. De allí, que la política pública orien- y Bonnet, 2018). En este sentido, la política
tada al acceso de suelo y vivienda en este pública adquiere la forma de un proceso de
caso, tiene como anverso procesos de cri- ensayo-error en la que se despliega una ra-
minalización que condicionan y limitan su cionalidad acotada tendiente a lograr solu-
despliegue. ciones sub-óptimas (Wirth, 2017) en el me-
Como se plantea en la introducción de jor de los casos, o simplemente a desplazar
este apartado, abordamos al Estado como en tiempo y espacio las demandas que ori-
una forma que adquieren las relaciones ginan los conflictos (Therborn, 1987).
sociales capitalistas en un momento his- En este sentido, si retomamos la con-
tórico determinado (Hirsch, 2005), como ceptualización de las políticas urbanas
un modo de existencia de esas relacio- como el conjunto de acciones -prácticas
nes, cuyas contradicciones se condensan y discursivas- que, por acción u omisión,
materialmente en sus diferentes aparatos, operan sobre una cuestión socialmente
instituciones, políticas, discursos, prácti- problematizada referente a la producción,

52. En este capítulo Ailin Hernando colaboró en la sistematización y continua actualización de la normativa urbana.

161
uso y apropiación del espacio urbano y que bre mercado mostramos cómo la capa-
inciden en la estructura y el funcionamiento cidad de pago del sector petrolero incide
de las ciudades, planteada en la introduc- en las expectativas y, por lo tanto, en los
ción de este apartado, consideramos nece- precios del suelo y la vivienda en esta zona
sario advertir que en el caso de la ciudad de afectada por el boom de Vaca Muerta.
Cipolletti, las políticas orientadas a la plani- Ante estas tendencias y conflictos que
ficación urbana, así como las políticas de se materializan en los modos de habitar la
producción de suelo urbano y de viviendas, ciudad, resulta ineludible preguntarnos cuál
se encuentran atravesadas por una política ha sido y cuál es el papel del Estado. Lo
represiva bajo la modalidad de criminaliza- cierto, es que este ha sido uno de los ejes
ción de los sectores populares. El núcleo de indagación en nuestro trabajo de cam-
de nuestro análisis, apunta a comprender po, tanto en la búsqueda de información
la política urbana en términos de proceso oficial y documentada sobre la política ur-
de ensayo-error, dando cuenta del desbor- bana, como en las entrevistas realizadas a
de de sus propios límites. Desborde expre- lxs diversos sujetxs involucrados en la pro-
sado, no sólo en los conflictos por tomas blemática urbana: agentes inmobiliarios,
de tierras, sino fundamentalmente en los referentes barriales y, por supuesto, fun-
procesos de criminalización que el mismo cionarixs públicxs. En cuanto al acceso a
Estado despliega sobre quienes las prota- información pública y sistematizada, como
gonizan. ya hemos señalado en este libro, ha sido
La sedimentación y expansión continua uno de los principales obstáculos de todo
de los asentamientos y barrios populares nuestro proceso de investigación: el Estado
en la ciudad de Cipolletti se torna eviden- revela su opacidad al no contar, no sumi-
te cuando advertimos que la ciudad se nistrar, no generar y/o manejar discrecio-
encuentra dividida en 45 barrios formales nalmente según el caso, información sobre
y casi la misma cantidad de barrios no re- sus propias políticas. En relación a las pos-
gularizados (Ver Mapa de Asentamientos). turas de lxs diferentes entrevistadxs sobre
En este sentido, se da cierta dualización el papel del Estado en la problemática ur-
espacial vinculada a la dualización econó- bana revelan una percepción ambigua que,
mica y social propia del modo de acumu- en algunos casos y por momentos, se tor-
lación de capital durante la posconvertibi- na incoherente: sostienen que Cipolletti es
lidad (Bonnet, 2018), por la que un estrato una ciudad planificada pero desordenada,
altamente competitivo vinculado a sectores sostienen que el Estado está ausente pero
de producción y exportación de petróleo se que limita las posibilidades de crecimiento
relaciona de manera asimétrica con un es- y de expansión urbana, sostienen que el
trato marginal que depende del dinamismo Estado es impotente ante la complejidad de
de aquel sector. Mientras se elevan torres estos procesos pero al mismo tiempo dicen
residenciales de alta gama, se expanden que es responsable y tiene las herramientas
y densifican los asentamientos precarios. para incidir en el problema de las tomas de
Esa dualización económica incide en las tierras.
posibilidades y modos de apropiación del Acercarse al problema urbano en Cipo-
espacio urbano, por eso en el capítulo so- lletti se parece al intento de desenmarañar

162
un conjunto de nudos espesos y conflicti- der cómo la política urbana se desenvuelve
vos en los que, sin lugar a dudas, el Estado entre el desfasaje y la articulación de la nor-
incide en la articulación y desarticulación mativa con las prácticas.
de experiencias de tomas de tierras. Iden- A partir de lo planteado por Jaramillo
tificamos como principales instituciones (2009), el punto que justifica la intervención
intervinientes en los conflictos: al gobierno del Estado en el mercado de suelo urbano,
municipal a través de la Dirección de Hábi- es su tendencia a privatizar las externalida-
tat, la Dirección de Desarrollo Territorial, Ac- des positivas en cabeza de los propietarios,
ción Social y el Concejo Deliberante, al go- pero socializar las externalidades negativas
bierno provincial a través del Instituto para a costa del conjunto de la población. Por
la Planificación y Promoción de la Vivienda eso señala que:
(IPPV) y también a través de la Legislatura
Provincial pautando los marcos normativos “Una de las funciones más importantes
en los procesos de expropiación, al Minis- del Estado en las ciudades contemporá-
terio Público Fiscal encabezando los pro- neas es la reglamentación y planificación
cesos de denuncia y judicialización de las urbanas. Esto surge de una constatación
tomas de tierras, al sistema judicial en sus evidente, pero que tal vez hoy no sobre
fueros civil y judicial y a la policía provincial. recordar: la operación espontánea del
Recuperando lo planteado en la intro- mercado genera muchos efectos inde-
ducción de este apartado, en este capítu- seables: hiperdensificación, obsoles-
lo nos ocupamos de reconstruir algunos cencia económica prematura del parque
aspectos de la normativa y de las políticas inmobiliario, segregación socio espacial,
habitacionales en la ciudad de Cipolletti en congestión, proliferación de terrenos ocio-
la posconvertibilidad, focalizando en el pe- sos o subutilizados con fines especulati-
ríodo 2003-2015 y reparando en la especi- vos, etcétera. El Estado asume entonces
ficidad de la política represiva que apunta una función regulatoria que tiene como
a la criminalización de las tomas de tierras. objetivo buscar resultados de coheren-
cia, equidad y eficiencia, entre otros, que
3.3.2. Planificación urbana: del Plan el mercado inmobiliario por sí mismo no
Cipolletti Cien a la discrepancia entre es capaz de garantizar. Desde luego, el
discurso y prácticas sentido de estas acciones es intervenir el
funcionamiento del mercado del suelo”.
Cuando nos acercamos al problema de (Jaramillo, 2009: 304)
la intervención del Estado en la producción
de ciudad, en el caso de Cipolletti encon- Esta operación espontánea y sus efec-
tramos una compleja relación entre la nor- tos indeseables se ven con claridad en la
mativa y las ordenaciones estatuidas que problemática urbana. En los relatos apa-
regulan la producción de ciudad, por un recen continuamente junto al reclamo de
lado, y por otro, los relatos de diversos en- intervención estatal: “A ver, la gente… va
trevistadxs que dan cuenta de las prácticas delante del Estado, cuando el Estado no
políticas habituales. De allí que, uno de los regula y no te dice lo que tenés que hacer,
propósitos de este capítulo sea compren- la gente hace las cosas igual... Si no hay

163
políticas de Estado el privado no va a ha- do empieza el Barrio Obrero yo tenía una
cer más que negocios, entonces no puede denuncia por asociación ilícita, por coac-
ser” (presidenta del Colegio de Arquitectos ción agravada, por violencia contra la po-
Río Negro comunicación personal, 26 de licía, resistencia a la autoridad, el Estado
septiembre de 2017). En algunos casos me denunció, el que era en ese momento
como éste, partiendo de la idea de ausen- secretario de gobierno de la municipalidad
cia de intervención y, en otros casos, plan- de Cipolletti” (Entrevista a B° Obrero, 2019).
teando la ineficacia y los desaciertos de Al mismo tiempo, en palabras de otrx de
la misma, como sostiene otrx de nuestrxs nuestrxs entrevistadxs es un Estado facili-
entrevistadxs: tador de negocios porque “si vos haces las
cosas como te dice el Municipio, no es un
Esto fue un error de una política, por- Municipio molesto ni es un Municipio cos-
que los políticos con tal de hacer cosas toso, por eso a las empresas les interesa
para ganar la simpatía de los futuros elec- participar de Cipolletti” (Entrevista a Inmo-
tores hacen muchos desastres. Muchos biliaria B, 2017).
desastres. Si se hubiese permitido que En este punto cabe detenernos y pre-
mucha gente que tenía chacras en zonas guntarnos cuáles son las posibilidades, lí-
donde se hicieron las tomas, que yo se mites y fines de la intervención del Estado
lo exigí al Municipio y se lo exigí durante en la producción de ciudad. Como plan-
mucho tiempo, para que eso lo habilitaran teamos en la introducción de este capítulo,
para hacer loteos de propietarios de esas la intervención del Estado en condiciones
chacras, a precios muy bajos… Ahora que capitalistas es necesaria para garantizar
se dieron cuenta y empezaron a trabajar las condiciones generales de producción y
en la Municipalidad, en esta Municipalidad reproducción de la acumulación de capital.
con los barrios del norte… (Entrevista a In- Sabemos que el interés global capitalista
mobiliaria A, 2017) es lograr una acumulación lo más lucrativa
posible y como los capitalistas individua-
Así aparece un Estado que no regula, les compiten entre sí para obtener la ma-
pero que impide el avance de la urbaniza- yor cantidad de ganancia posible - en este
ción sobre zonas productivas. Un Estado caso vinculadas a las sobreganancias de
que va atrás de la gente, en especial de la localización53- es el Estado quien garan-
que toma tierras: “en ese momento cuan- tiza a través de sus políticas las condicio-

53. Para Topalov (1979) “Si existe la renta del suelo es porque existe la diferenciación en el espacio de las condiciones
en cuanto a la valorización de los capitales. Si existe la renta del suelo actualmente es porque existe el uso capitalista
del espacio y las sobreganancias de localización. Estas sobreganancias, que van a establecerse en forma de rentas,
tienen precisamente, como origen, el hecho de que los efectos útiles de aglomeración no son reproducibles —y que
el acceso a ellos está monopolizado por la propiedad del suelo. Pero el contenido económico de esta propiedad del
suelo, en el capitalismo, es la sobre ganancia del capital. Y la sobre ganancia tiene precisamente como fundamento
la apropiación privada, parcelada, del espacio y la ausencia de control social en cuanto a la formación de los valores
de uso urbano. En otras palabras, la renta del suelo devuelve al capital la imagen de su propio movimiento, de su
desarrollo desigual.” Y agrega: “la propiedad del suelo tiende a ser transformada por el capitalismo, integrada al modo
de producción dominante. La ganancia domina a la renta y no lo inverso.” (p. 21) De allí que, entendamos al Estado
garantizando la acumulación de capital, incluso yendo en contra de los intereses de capitales particulares, porque sin
ganancia no hay renta.

164
nes materiales generales de acumulación también define la regulación de la dinámica
de capital, entre ellas la más importante, urbana a partir de la normativa y las deci-
es la de no destrucción y reproducción de siones de gestión. Lo que implica delimitar
la fuerza de trabajo (Heinrich, 2008), entre físico-jurídicamente las esferas pública y
esas condiciones se encuentra la vivienda. privada en el proceso de construcción de la
El estudio concreto de las operaciones ciudad, imponer reglas de edificación que
de urbanización puede ser emprendido a modulen las características morfológicas y
partir de la identificación de esas contradic- constructivas, regular el crecimiento de los
ciones. La planificación urbana constituye servicios urbanos, habilitar o prohibir deter-
una forma de regulación social de la for- minados usos del suelo en los diferentes
mación de efectos útiles de aglomeración a sectores de la ciudad y establecer obliga-
nivel de la operación de urbanismo: sus ca- ciones a los propietarios del suelo urbano.
racterísticas y sus límites, en cada periodo, (Del Río, Vértiz y Ursino, 2014).
pueden ser analizados con base en el es- Lo cierto es que en Cipolletti, la regu-
tudio concreto de las contradicciones que lación de la dinámica urbana a partir de
hacen necesaria la intervención del Estado cierta normativa tiene como matriz el Plan
(Topalov, 1979, p. 21). Según quien fuera Estratégico “Cipolletti cien” que responde
intendente en dos oportunidades y luego a un tipo de planificación estratégica en la
gobernador de la provincia, Alberto Weretil- que a partir de la dirección de un equipo
neck, estas contradicciones son evidentes: de expertos se efectúa una consulta insti-
tucionalizada corporativa y se promueve
El problema es que la tierra tiene, me- la agregación de actores locales sólo por
diante los actos del mercado y los actos temas, sin comprensión de la integralidad,
del Estado, tiene una fuerte dosis de es- derivando así en la mera legitimación de
peculación. Hoy el que tiene tierras o el un plan político-estratégico pre-concebido,
que compra tierras tiene una rentabilidad con una cartera de proyectos que guiarán
enorme que no la tiene ninguna otra activi- las políticas urbanas a seguir por la gestión
dad lícita en la zona, en el país. Entonces del gobierno local (Poggiese, 2009).
lo que más se le pide a los Estados es que
habiliten zonas para loteo, pero está com- Cipolletti tiene un plan estratégico don-
probado que cuando el Estado habilita de no va a permitir un crecimiento supe-
tierras para loteo, lo que termina pasando rior a los 100.000 habitantes, ya estamos
después es que producto de decisiones en 80 y tantos mil, ya debemos estar pa-
de todos esos propietarios de la tierra se sando los 90, más o menos calcúlale en
adueñan de la ganancia de la tierra y el unos dos años un crecimiento bastante
resto sigue sin acceder. (Entrevista a In- acelerado… Hay una normativa, de que
tendencia de Cipolletti, 2008) no se puede sobrepasar por el tema de la
infraestructura, el tema del agua. El tema
En este sentido, acordamos en recono- de plan estratégico fue justamente armar
cer el papel central del Estado en el proce- una estrategia para poder hacer un pro-
so de urbanización, que no sólo demanda yecto adecuado para la ciudad. Vos no
y produce espacio construido, sino que podés ir, como ha pasado en parte de la

165
Argentina, un crecimiento impresionante, lugares en los que producto de la urba-
una explosión demográfica y hoy vos te- nización, se ha utilizado para otro fin las
nés el problema del agua, la electricidad, tierras aptas para el cultivo. Todos sabe-
infraestructura, no, no es decir es un pro- mos que esto es un valle artificial, todos
blema a futuro. (Entrevista a Área de Obras sabemos que la riqueza que tiene el valle
Públicas del Municipio de Cipolletti, 2008) es la producción de la tierra, entonces si
nosotros no frenamos el uso inmobiliario
El objetivo de aquella convocatoria fue de los sectores de producción, probable-
definir un perfil de la ciudad “(…) que per- mente las futuras generaciones no tengan
mita lograr competitividad, desarrollo local a dónde vivir, este es el gran desafío. (En-
sustentable, gobernabilidad, motivación y trevista a Intendencia de Cipolletti, 2008)
atracción para las inversiones, entendiendo
esto como único sostén de la integración Ante este diagnóstico, el personal de Es-
social” (Cipolletti cien, 2000). Este objetivo tado asume la necesidad de la planificación
central como los sectores que fueron con- urbana y diseña ciertos mecanismos de in-
vocados para constituir el Consejo Directivo tervención. El más relevante es el Conse-
y el Comité Ejecutivo54, muestran con clari- jo de Planificación, que está integrado por
dad la exclusión tanto de los sectores popu- diversas instituciones que manifiestan sus
lares como de las organizaciones sociales puntos de vista sobre el uso del suelo. Sin
que representan sus intereses (sindicatos, embargo, en diversas entrevistas el conse-
partidos políticos de izquierda, organiza- jo y su funcionamiento aparecen más como
ciones barriales, etc.). Lo que se cristaliza una entelequia institucional que como un
en la representación de Cipolletti como una espacio de planificación operativo. Según
“(…) ciudad con alta calidad ambiental, palabras de una de las funcionarias más
impulsora de actividades productivas com- antiguas vinculadas al problema del hábi-
petitivas y de servicios especializados, inte- tat: “Por Carta Orgánica existe el Consejo
grada social y territorialmente, incorporada de Planificación, pero la verdad yo no te
a un nodo regional con proyección nacional podría decir con exactitud si hay reuniones,
e internacional” (Ordenanza 024/03 Plan es- yo creo que sí, cuando hay cuestiones de
tratégico). fondo se los debe convocar, pero bueno no
te puedo dar certeza” (Entrevista a Direc-
Esto tiene que ver fundamentalmente ción de Hábitat del Municipio de Cipolletti,
con el beneficio que tiene el Estado de la 2019). A partir de esta matriz y frente a la
planificación, el Estado en la concepción reproducción de las tomas de tierras como
de todos, pero fundamentalmente para mecanismo de urbanización de los secto-
que no pase lo que ha pasado en otros res populares, la gestión municipal puso

54. Anexo 2/Ordenanza de Fondo Nº 024/03 Artículo 11º / Cláusula Transitoria / Designación Integrantes Consejo
Directivo, Comité Ejecutivo y Equipo Técnico del Consejo de Planificación Estratégica.

166
en vigencia un Código de Planeamiento nos parece relevante señalar que existe una
Urbano55 y propone como solución a estos distancia significativa entre lo que la norma-
conflictos la creación del Distrito Vecinal tiva plantea y lo que sucede efectivamente
Noreste56. Esta política la analizaremos en en el territorio, esto se ve con claridad en
el próximo apartado. el avance de la urbanización sobre tierras
Retomando la cuestión de la planifica- consideradas como rurales, tanto por sec-
ción, en el plano normativo se realizaron tores altos y medios que lotean chacras
sucesivas modificaciones al Código de anteriormente destinadas a la fruticultura,
Planeamiento Urbano57 por lo que la nor- como por parte de sectores populares que
mativa vigente se asienta en el Código de toman tierras en desuso. Estos procesos
Planeamiento Urbano plasmado en las Or- concretos y materiales no son registrados
denanzas de Fondo N° 276/16 y 319/1758 en los planos oficiales de la ciudad, lo que
que efectivizan la declaración de utilidad claramente implica un intento de invisibiliza-
pública sujeta a expropiación de parcelas ción de las contradicciones de la urbaniza-
zona norte. Según la propia normativa su ción capitalista, aunque baste con recorrer
objetivo es regular los usos, subdivisión y la ciudad para verla estallar en conflictos
ocupación del suelo urbano y rural de la por el espacio urbano.
localidad de Cipolletti y definir su ámbito
de aplicación. Para ello utiliza tres grandes Eso tiene que ver con la actividad pe-
instrumentos: la zonificación59, el fracciona- trolera… con la actividad petrolera, prime-
miento60 y la ocupación del suelo61. Si bien ro requiere de mucha inversión. Una vez
no podemos aquí explayarnos sobre las que está hecha y ya empiezan a extraer
características de cada uno de estos ins- es como que se estabiliza, después cae
trumentos y sus modos de vinculación, si y vos tenés que volver a la actividad sus-

55. Ver Código de Planeamiento Urbano en http://cipolletti.gov.ar/ acceso el 23 de junio 2009.


56. Ver Ordenanza de Fondo 079/ 06 en http://cipolletti.gov.ar/ acceso el 23 de junio 2009.
57. Ver Código de Planeamiento Urbano: Ord. de Fondo N° 168/10 y N° 169/10, publicada en Boletín Oficial 126;
Código de Planeamiento Urbano: Ord. de Fondo N° 211/13, publicada en Boletín Oficial 195; Código de Planeamiento
Urbano: Ord. de Fondo N° 237/14, publicada en Boletín Oficial 222.
58. Publicadas en Boletín Oficial 269 y en Boletín Oficial 295 respectivamente.
59. Se definen once tipos de zonas diferentes que se reducen a seis usos principales: 1) Central y Comercial, 2) Resi-
dencial, 3) Rural, 4) Industrial, 5) urbanizaciones especiales (de valor histórico, paisajístico y ambiental y universitario)
y 6) Servicios.
60. Se define como fraccionamiento “a aquellos emprendimientos inmobiliarios de usos, ocupación y subdivisión del
suelo compatibles con el destino asignado a la zona de localización y de acuerdo al condicionamiento establecido en
la presente normativa”. Sin embargo, el fraccionamiento debería regular la división justa y equitativa de un macizo o
porción de suelo para promoción públicos o privados.
61. Se establece el grado de ocupación de cada parcela diferenciando parámetros para cada zona y determinando su
edificabilidad, densidad y morfología. Los dos factores por lo que se regula son el Factor de Ocupación del Suelo (F.O.S)
y el Factor de Ocupación Total (F.O.T). El F.O.S es el coeficiente que se multiplica por la superficie del lote. El número
resultante corresponde a la superficie máxima del terreno que puede ocupar la edificación, mientras que el F.O.T es el
coeficiente que se multiplica por la superficie del lote. El número resultante corresponde a la superficie máxima edifica-
ble del lote. Al mismo tiempo, se establecen las alturas máximas en función de las zonas y de las dimensiones de las
calles viales a las que da cada parcela.

167
tentable. Entonces, ¿qué nos pasa acá en sólo a partir de dichos errores el personal
el Valle? Por ejemplo, en Cipolletti, tierra del estado puede reconocer esos reque-
que es dentro del oasis que tenemos den- rimientos de la reproducción capitalista
tro de todo lo que es el Valle, eh, el alto y ajustar sus políticas (Álvarez Huwiler y
valor del suelo hace que la rentabilidad Bonnet, 2018, p. 172).
de la actividad frutihortícola o la actividad
primaria, no es rentable respecto a la ur- La gente dice “no hay planificación”
banística. Entonces todo el mundo quiere ¿no? Planificación, hay, el problema es el
urbanizar, todo el mundo quiere… su sue- control de lo que se planifica. Vos tenés,
lo para... para buscar renta rápida, y eso por un lado... yo digo “esto es un área
en el tiempo... eh, es perjudicial, porque urbana. Esto es un área rural. Esta es un
una actividad que es sustentable como la área para servicios. Esta es un área para
frutihortícola en el tiempo que sirve para tal cosa”. Se define en una Ordenanza, en
todas las generaciones se ve perjudicada una normativa, en un plan, … el control, o
por esta actividad que es la urbanística el poder de policía es una herramienta que
que es... es más tentadora. ¿No? (Entre- está dentro de la práctica municipal y que
vista a Dirección de Desarrollo Territorial tiene que ejercerla el Estado Municipal…
de la Municipalidad de Cipolletti, 2017) ahí empiezan a surgir los inconvenientes.
Por ejemplo, una inmobiliaria o un actor
Existen múltiples casos que de manera que quiere hacer un desarrollo inmobiliario
directa o indirecta se relacionan con esta en una zona rural ¿no? Viene acá... le de-
lógica rentística del avance de la urbaniza- cimos “no se puede”, entonces empiezan
ción. Como hemos analizado en un trabajo a buscar figuras legales para poder sub-
anterior, los casos de la construcción de dividir el suelo porque para poder urbani-
tres torres residenciales de alta gama y la zar una parcela, hay un proceso, en ese
experiencia del B° Obrero, son ejemplos proceso vos tenés que presentar, prime-
que muestran la cara y contracara no sólo ro que sea factible, si vos queres dividirla
de la mercantilización del espacio urba- a la tierra tenés que presentar un plano
no, sino el desenvolvimiento de la política mensura. Para presentar el plano mensura
urbana como parte de un proceso de en- tienen que venir por Catastro y yo se los
sayo-error que intenta garantizar las con- tengo que autorizar por parte de la Provin-
diciones de reproducción del capital (Gia- cia. No se le da… ¿qué hacen? Generan
retto, 2018). Sin embargo, la adecuación competitividad: “Para cuando el Municipio
de las políticas urbanas a los requerimien- apruebe, yo te vendo este pedacito... y
tos de la acumulación de capital es pro- así... (Entrevista a Dirección de Desarrollo
blemático y se desprende de los propios Territorial de la Municipalidad de Cipolletti,
relatos de nuestrxs entrevistadxs, esas 2017)
políticas se desenvuelven bajo la forma de
ensayos y errores en el que estos últimos Entonces, en Cipolletti existen políticas
operan como límites de esa adecuación y, que tienden a planificar la urbanización,
a la vez, como condiciones de posibilidad existe un Plan Estratégico, existe un Con-
de dicha adecuación, en la medida en que sejo de Planificación, existe un Código de

168
Planeamiento Urbano con sucesivas mo- que opera la defensa y reproducción de la
dificatorias. También existen innumerables propiedad privada como requerimiento de
modos de hacer ciudad que desbordan, la acumulación de capital en general, sino
impugnan, discrepan y avanzan sobre también como instrumento para criminali-
esas políticas de planificación urbana, por zar las acciones directas de recuperación
formales, por abstractas, por insuficientes, y toma de los medios de subsistencia por
por ineficaces. La planificación ensaya y parte de lxs trabajadorxs. En Cipolletti, el
erra y mientras sigue ensayando el Esta- Código Penal es parte constitutiva de las
do sostiene una faceta permisiva para los políticas de planificación urbana.
agentes inmobiliarios y, al mismo tiempo,
activa una faceta represiva para los secto- 3.3.3. Políticas de producción del
res populares. suelo: el Distrito Vecinal Noreste y la
racionalidad acotada
Nosotrxs estamos pidiendo la modi-
ficación del Código Penal. El planteo es Si hay un punto de coherencia relativa
que, si nosotros tenemos una propuesta en el que lxs diferentes entrevistadxs coin-
para todos, lo que no podemos permitir es ciden y a donde apuntan como principal
que cualquiera haga con la tierra lo que causa del problema de la vivienda en Ci-
quiera. Si la falta de algo te hace que lo polletti, es el problema de la tierra. Incluso
tomes por la fuerza estamos en presencia cuando solicitamos información oficial so-
de un delito. Si vos tomas una tierra que bre tierra vacante y sobre el estado legal
no es tuya es un delito. En esto la justicia de la tierra, desde el personal de Estado
decía que para que sea un delito tenía que unánimemente respondieron que Cipolletti
haber clandestinidad, violencia… tenés no tiene tierras. Esto quiere decir que las
que ir de noche y cortar el alambrado y blá tierras de manera predominante están en
blá blá. Entonces nosotros lo que plantea- manos de propietarios individuales priva-
mos es que la justicia penal pueda impedir dos. Sólo nos proporcionaron información
la ocupación, este es el punto, y que de sobre reservas fiscales, pero el resto está
tiempo al Estado a la negociación… sino en manos de privados. “¿Cuál es el tema
hay clandestinidad no hay delito y la jus- en Cipolletti? Cipolletti no tiene tierra fiscal,
ticia penal te dice que no tiene nada qué siempre el crecimiento fue sobre la tierra pri-
hacer… Nosotros siempre decimos que la vada” (Entrevista a Dirección de Hábitat del
manera de resolver la ocupación es en las Municipio de Cipolletti, 2019).
primeras 24 hs., después pasó, olvídate ya En relación a la disponibilidad de tierras
no resolvés nunca más nada. (Entrevista a analizamos específicamente la tierra va-
Intendencia de Cipolletti, 2008) cante que se encuentra sin producir, la que
está en estado de producción, áreas natu-
Mientras se repite un discurso que alega rales, áreas urbanizadas y sin clasificar (Ver
una ciudad para todxs, las prácticas que re- Figura 3.3). Junto a la escasa información
velan su carácter demagógico y excluyente municipal, realizamos un relevamiento a
son criminalizadas. De este modo, el Códi- través de imágenes satelitales tomadas del
go Penal deviene no sólo en el marco en el Google Earth Pro.

169
Figura 3.3. Tierra vacante en Cipolletti
Fuente: Elaboración cartográfica a cargo de German Pérez.

Como se observa en el mapa, existe en ciudad como Zona Rural Quinta (RQ). Esto
torno al área urbana un alto número de cha- quiere decir que por la normativa son zonas
cras sin producir. Especialmente se puede que pertenecen al perímetro urbano, auto-
apreciar que la mayor proporción de estas rizadas para urbanizaciones con fraccio-
tierras se ubican hacia el este de la ciu- namiento y construcción de viviendas pro-
dad, es decir que, si se analiza junto con movidas por el Estado. Se establece como
el mapa de expansión urbana podemos ver uso predominante Casa Quinta, residencial
que coincide con la tendencia de extensión. parque y Consorcios Parcelarios con resi-
A su vez, se puede ver que se localizan dencia permanente o transitoria. También
principalmente en el borde urbano confor- se establece como uso del suelo hortícola,
mando una franja periurbana. Podría inter- frutihortícola, forestación, parquización y
pretarse que esta situación genera expec- fruticultura. Sus parámetros urbanísticos de
tativas sobre el suelo por las posibilidades subdivisión y edificabilidad lo definen como
que tiene de ser área urbanizada en el zona de baja densidad.
futuro. Esta zona está categorizada en el Respecto a la tierra vacante en produc-
código Urbano (Ordenanza n°276/16) de la ción se puede observar que hacia el este

170
prácticamente no existe, o hay muy poca A través del proyecto del Distrito Veci-
superficie en dicha situación. Esto tiene nal Noreste, el Estado municipal expropia
correlación con la tendencia de expansión 120 hectáreas de tierras alejadas del cen-
urbana y con predominancia de chacras sin tro urbano a propietarios privados para
producir que se analizó en el párrafo ante- venderlas a otros privados organizados
rior. Por otro lado, se puede apreciar que en cooperativas, constituyendo 2000 lotes
hacia el sureste hay presencia de mayor su- aproximadamente. Sin embargo, mientras
perficie de tierra en producción y poco sue- estaba siendo diseñada e implementada, la
lo sin producir. En la normativa estas zonas propuesta del Distrito Vecinal ya se revela-
están clasificadas como zonas rurales. ba insuficiente. Quién en ese momento se
Como se ve en el mapa, y se desarro- encontraba coordinando el trabajo con las
lló en el apartado de expansión urbana, el cooperativas, es actualmente la Directora
área urbanizada en su mayoría responde de Hábitat y en ese entonces ya reconocía
a una conformación compacta pero que que al esquema de cooperativas entra un
empieza a ocupar territorio productivo, grupo social restringido que tiene un sala-
sea cual sea el estado, de manera disper- rio, que “puede programar, planificar con
sa. Por último, respecto a la tierra vacante ese sueldo, pero afuera quedan el pobre, el
natural se destacan dos sectores hacia el desocupado permanente, el que vive de la
noreste de la ciudad. gestión del Estado, acá no está entrando…
Como ya analizamos en el capítulo sobre El diagnóstico es que al sistema de coope-
mercado, en este caso la tierra y sus usos rativas hay gente que no está entrando (…)
es disputada por capitales productivos vin- (Entrevista a Coordinación de Cooperativas
culados a la actividad frutícola -aunque la del Municipio de Cipolletti, 2008).
mayoría se encuentre en franco retroceso-, Diez años más tarde y revisada en pers-
por capitales vinculados a la actividad pe- pectiva, la ineficacia e insuficiencia de esta
trolera y por capitales vinculados al sector propuesta, no sólo fue reconocida por los
de la construcción y/o inmobiliario. En el propios funcionarios municipales, sino por
marco de esta competencia y carrera por la la multiplicación de nuevas tomas por par-
valorización de la tierra, como vimos en el te de aquellos sectores de la población
apartado anterior, el Estado ensaya meca- que quedaron explícitamente excluidos del
nismos de planificación con los que intenta proyecto (Giaretto, 2011). En relación a los
responder a las demandas de tierra para lotes en el Distrito Vecinal, “si bien empeza-
vivienda de las clases trabajadoras que no ron con un valor bajo, ya se están comer-
logran acceder al mercado de suelo formal. cializando al valor de mercado y ya tienen
Sin lugar a dudas, el proyecto del Distrito otro valor, ya tienen un valor especulativo,
Vecinal Noreste es la política de producción por lo que ha dejado de ser accesible (En-
de suelo más importante durante este pe- trevista a Dirección de Desarrollo Territorial
ríodo, a lo que hay que sumarle el poste- de la Municipalidad de Cipolletti, 2017). In-
rior y reciente del proyecto de expropiación cluso, se reconoce que:
de las tierras de cinco asentamientos en la
zona norte en la que se proyecta expropiar Cipolletti está desbordado con el
500 hectáreas para loteos sociales. tema de los asentamientos irregulares, y

171
vos decís de ¿dónde tanta gente? Creo mular y resolver problemas complejos, una
que lo que hicimos en el Distrito fue una capacidad muy pequeña en relación al ta-
parte muy importante, pero aún hubo maño y complejidad de los problemas del
gente local que no accedió al Distrito, mundo real. Es evidente cómo opera esta
por eso las tomas. Cuando vos empezás racionalidad acotada en el personal de
a revisar cuál es la población de la toma, Estado que, ante el carácter incompleto y
hay mucha gente de Cipolletti, son los fragmentado del conocimiento disponible,
hijos de…, son los que cuando pregun- las consecuencias emergentes y descono-
tas ¿y vos donde vivís? “Yo vivo agrega- cidas, los hábitos y rutinas ciertamente iner-
do en la casa de mi mamá” ¿Y cuántos ciales de los entornos organizacionales que
hay? “Tres: mi mamá, mi hermano con su enmarcan la toma de decisiones, despliega
familia y yo.” Entonces los agregados y un proceso de ensayo-error que responde
esos son los que algunos accedieron al preeminentemente al principio de autocon-
Distrito y otros van a los asentamientos servación de ese personal y a la conserva-
informales… Cuando uno piensa en el ción del aparato de Estado, a sabiendas
Distrito que fue muy importante, estamos que ambos dependen, en última instancia
hablando de 10 años atrás, sin embargo, de la continuidad de la reproducción ca-
en paralelo se formaban los asentamien- pitalista.
tos irregulares. (Entrevista a Dirección de El reconocimiento de la valorización de
Hábitat del Municipio de Cipolletti, 2019) la tierra incluso de esos lotes sociales que
arrancaron con valores muy bajos, es una
En este sentido, podemos considerar a manifestación de ese proceso anárqui-
la política de producción de suelo urbano co que se desenvuelve a espaldas de los
plasmada en la propuesta del Distrito Veci- agentes a través de la lucha entre clases y
nal Noreste como manifestación de esa ra- entre fracciones de clases. La evaluación
cionalidad acotada que prima en los modos de la política de producción de suelo del
de intervención estatal y su adecuación a los Distrito como “importante” pero impotente
requerimientos de la acumulación de capi- para frenar el problema de las tomas de
tal. Como ya mencionamos anteriormente, tierras, es una manifestación de esa racio-
el carácter problemático de esa adecuación nalidad acotada.
de las políticas públicas deriva de la propia La lucha por tierra para vivir es la que
complejidad del proceso de reproducción presiona y rompe esa tendencia inercial
capitalista, entendido como proceso anár- del comportamiento del personal de Esta-
quico que se desenvuelve a espaldas de do, por eso tuvieron que pasar poco más
los agentes a través de la lucha entre clases de 10 años para que se avanzara en un se-
y de los conflictos entre capitalistas. Lejos gundo proceso de expropiación de tierras,
de los modelos de elección bajo racionali- está vez vinculado tanto a las experiencias
dad perfecta (Bonnet, 2020), la concepción de tomas de tierras como a los intereses
de una racionalidad acotada reconoce los de sectores inmobiliarios. Según la Ord.
límites de la capacidad humana para for- de Fondo N° 319/1762, se efectiviza la de-

62. Publicada en Boletín Oficial 295.

172
claración de utilidad pública sujeta a ex- y bueno, lo que va a venir la ciudad que
propiación de 66 hectáreas de la zona nor- es de la calle Circunvalación al Norte, son
te de Cipolletti, en las que se encuentran 500 hectáreas que se está zonificando
cinco asentamientos informales: el Barrio a través de una ordenanza del Municipio.
Obrero A y B, Nueva Esperanza, y las to- Ahí yo creo que cualquier emprendimien-
mas 2 de febrero y 10 de febrero, en total to va a tener un grado de éxito importan-
suman 5500 personas aproximadamente. te… después analizaras si son más de lo-
En esta ordenanza, el Municipio reconoce teos de barrios cerrados... son loteos que
la problemática de la tenencia de la tierra, caminan mucho más lento…la ciudad
la dificultad para regularizar y servir de in- siempre se ha caracterizado por tener lo-
fraestructura básica, equipamientos y es- teos abiertos… Esto es una apreciación
pacios públicos a estos asentamientos ya personal, y no tiene nada que ver con lo
que se encuentran localizados en terrenos que piensa el Municipio… que son lotes
de zonas rurales (según la zonificación vi- de 1500 metros que para mí es un exce-
gente) que son de propiedad privada pero so respecto a lo que creo que se puede
que se encuentran improductivos por la llegar a necesitar para un barrio cerrado,
calidad del suelo. acá en la Ciudad. (…) pero, siempre la
Al mismo tiempo, este reconocimien- ciudad ha sido bastante organizada en la
to presenta como anverso un planteo del determinación de reservas urbanas y de
sector inmobiliario de rezonificar la zona bonificaciones. ¿Viste? Uno nunca está
norte que limita con la avenida Circun- inventando nada que no sea lo que el Mu-
valación y tiene acceso directo al tercer nicipio quiere.” (Entrevista a Inmobiliaria
puente que une Cipolletti con Neuquén/ B, 2017).
Centenario/Ruta del petróleo, incluyendo
los terrenos de los asentamientos y toda la De este modo, la contracara a la regu-
zona rural que los rodea, convirtiéndola en larización de algunos asentamientos es la
residencial (R6, R7, R8, R9)63. Si bien se in- habilitación de urbanizaciones residencia-
cluyen los parámetros urbanísticos, no hay les con alta concentración de suelo urba-
una descripción de usos, edificabilidad y no. Aquí podemos ver con claridad los tres
fraccionamientos. Tampoco expone que aspectos de la política urbana planteados
se propone en dicho sector ni cómo se por Topalov (1979), en la medida que im-
piensa regular. Mientras que la normativa plica una acción sobre las condiciones
es difusa, la claridad emana de las propias de valorización de capitales particulares
palabras del capital personificado: como es el sector inmobiliario, al mismo
tiempo que es una acción sobre las con-
“Toda esa zona, también, una zona diciones generales de la reproducción de
para urbanizar… queda… no quedan la fuerza de trabajo, y además constituye
muchas chacras, todas las que nosotros un elemento de la reproducción de la he-
pudimos urbanizar… se han urbanizado, gemonía de la clase dominante sobre la

63. Ver Anexo cartográfico “Ord_318-17_Anexo_VII-Plano-Rural.pdf”

173
sociedad64. Tres aspectos contradictorios mejoramiento habitacional y de viviendas
que convierten a la política urbana en are- aparece con bastante claridad el proceso
na de la lucha de clases y, por lo tanto, su- de la política pública en términos de ensa-
jeta a las exigencias también de las clases yo-error. Luego de los últimos planes de
dominadas. viviendas masivos de los años 90’ que im-
plicaron la concentración de una gran can-
3.3.4. Políticas de mejoramiento tidad de habitantes en viviendas verticales
habitacional y de viviendas: la que generaron condiciones de hacina-
tendencia a la heterogeneidad y miento por sus dimensiones y disposición
fragmentariedad con los consecuentes problemas de convi-
vencia intrafamiliar y intrabarrial, se apostó
Como vimos en el capítulo de análisis a planes de vivienda de menor cantidad de
del mercado en la ciudad de Cipolletti, habitantes con casas pequeñas, pero indi-
durante este período se dio la coexisten- viduales y con espacio verde.
cia de una tendencia al crecimiento eco-
nómico, particularmente del sector de la A nosotros nos pasó con el Barrio Ca-
construcción, y de un incremento del dé- racas y las 1224 viviendas, que hicieron
ficit habitacional, lo que revela el carácter barrios muy populosos, para una ciudad
rentístico y de especulación inmobiliaria al que es plana, no conviene hacinar tanto
que se orientaron gran parte de los pro- a la gente... Vos ves esos complejos que
yectos urbanos. Mientras se valorizaba el hacen de 1000 y tanto de viviendas… jun-
capital construyendo viviendas, aumenta- tas todo tipo de familias, no hay un tamiz,
ba la cantidad de personas que no acce- no es ser discriminatoria ni mucho me-
dían a ellas. Según datos del último cen- nos, pero tenés que seleccionar porque
so, en la provincia de Río Negro el déficit el día de mañana vas a tener problemas
habitacional cuantitativo es de 8,3 % y el dentro de la convivencia vecinal. (Entre-
cualitativo es del 16,3 %, en la ciudad de vista al Área de Obras Públicas del Muni-
Cipolletti existían 1263 viviendas irrecupe- cipio de Cipolletti del, 2008)
rables habitadas y el déficit cualitativo de
vivienda era de 1450 (Censo, 2010). Junto Esos planes de vivienda son la eviden-
al subregistro oficial habitual y la desac- cia de la política sub-óptima que tiende a
tualización de estos datos, son los relatos desplazar en el tiempo los problemas de
de nuestrxs entrevistadxs los que nos per- acceso al hábitat de los sectores popula-
miten caracterizar a la política de vivienda res. En palabras de uno de nuestrxs entre-
no sólo como insuficiente, sino como frag- vistadxs: “el otro día pasé por las 1200, se
mentada e incoherente. caen a pedazos... ¿cómo construyeron tan
Cuando indagamos en las políticas de mal? No te digo que hagas una maravilla...

64. Cabe señalar que en 2017 el intendente de la ciudad de Cipolletti era Aníbal Tortoriello empresario del Transporte
ganó las elecciones en 2015 con un 70 % de los votos muchos de ellos provenientes de las 30 tomas en las que pro-
metió avanzar con su regularización.

174
pero construyeron todas cajas de zapatos” nará más selectiva y discrecional. Lo que
(Presidenta del Colegio de Arquitectos Río se ve con claridad en la toma Antártida Ar-
Negro comunicación personal, 26 de sep- gentina en 2003: “ellos querían el PROME-
tiembre de 2017). BA, nosotros desde el municipio para que
En otro trabajo hemos dado cuenta de no se genere lo mismo que lo del Mapu, se
los efectos de estas políticas en un con- le propone el programa Mejor Vivir que es
texto de crisis económica y ascenso de justamente un programa de mejoramiento
las luchas sociales, por lo que en 1996 (Ídem). Incluso admitiendo que este viraje
se da en el Barrio Anai Mapu la primera en la política implicaba mantener en la pre-
toma de tierras de una nueva oleada en cariedad habitacional a las familias, pero
la ciudad (Giaretto, 2011). La intervención el punto era frenar el efecto multiplicador
del Estado en esta primera experiencia fue de aquella primera experiencia y desplazar
sumamente problemática y compleja, ar- en el tiempo soluciones de fondo. “Vemos
ticulando mecanismos represivos y com- que Mejor Vivir, si bien era para aquellas
pensatorios. Lo cierto es que la toma de la familias que tenían algo consolidado, y le
plaza por parte de lxs jóvenes del barrio y faltaba un dormitorio, le faltaba mejorar el
alrededores derivó en la conquista de 146 baño o la cocina, vimos la factibilidad de
viviendas con lotes incluidos. El personal hacerle a las ranchas ese mejoramiento
de Estado suele identificar esta experien- como una manera de incentivar a estas fa-
cia como el “huevo de la serpiente” de las milias de poder proyectar su casa a futuro”
tomas en la ciudad. (Ídem).
A partir de 2003, como vemos en el
Eran como 140 familias, casi 200 fami- resto de las ciudades abordadas en esta
lias que producen toda esa toma y logran investigación, los institutos provinciales de
que tanto la provincia como el municipio vivienda y los municipios fueron los encar-
se responsabilicen para que le den los gados de gestionar, administrar y ejecutar
terrenos. Eso se cristaliza más o menos, los planes y programas de vivienda que se
en el 96’ fue la toma, en el 98’ se empie- disponían desde el Ministerio de Planifica-
za a gestionar con el BID el programa de ción Federal, Inversión Pública y Servicios
mejoramiento de barrio PROMEBA. Ya se del gobierno nacional a cargo de las ad-
consolidaron, en el 2000, 2001 ya estaba ministraciones kirchneristas. De acuerdo
terminado ¿sí? Se hicieron 146 viviendas al estado de situación de los vínculos po-
para 146 familias. Se le solucionó prácti- líticos entre los diferentes gobiernos local,
camente al total de la toma. ¿Qué es lo provincial y nacional se dio una distribución
que genera esta solución? Generó otra discrecional de los fondos nacionales. Se-
toma. (Entrevista al Área de Obras Públi- gún datos del propio IPPV, en el caso de
cas del Municipio de Cipolletti del, 2008) Cipolletti la cantidad de viviendas nuevas
fue de 1244 entre 2003 y 2015, es decir,
Esa “solución” devenida en “error” para que en promedio se construyeron 100 ca-
el personal de Estado, genera las condi- sas por año, y se generaron 153 soluciones
ciones de nuevos ensayos, y a partir de habitacionales, es decir, casi 13 soluciones
ese momento la política de vivienda se tor- en promedio por año (Tabla 3.6).

175
El principal programa de construcción Además de las viviendas del distrito,
de viviendas fue el Plan Federal en sus di- el otro gran paquete de viviendas vía Plan
versas versiones y etapas, con la particu- Federal es el que integran 426 viviendas
laridad de que fueron gestionados a través en las ex-tierras de Zoppi, en la zona no-
de cooperativas y sindicatos. La mayoría reste de la ciudad. Allí también las vivien-
de estas organizaciones intermedias no das se gestionaron a través de coopera-
participaron de las actividades de cons- tivas y organizaciones gremiales, y la vía
trucción de las viviendas, sino que fueron institucional fue el IPPV y la Municipalidad.
la figura jurídica para vehiculizar los con- Paradójicamente o no tanto, la empresa
tratos entre las empresas constructoras y constructora a la que se adjudicaron las
el gobierno nacional, y también fueron en obras fue Zoppi Constructora, la misma
la mayoría de los casos la forma política que alegó ser propietaria cuando fueron
de contener y burocratizar la organización tomados esos terrenos y por la que se re-
colectiva barrial (Giaretto, 2011). localizaron aquellos primeros intentos de
En el caso de Cipolletti, el Plan Federal tomar la tierra (Giaretto, 2011). Años más
tuvo una fuerte incidencia en la consoli- tarde, la intervención estatal no sólo ga-
dación del Distrito Vecinal Noreste, articu- rantizó una negociación segura de compra
lando política de producción de suelo con y venta de los terrenos, sino también un
política de construcción de viviendas. negocio seguro para el capital del sector
de la construcción. Este sería un claro
Dentro de esos dos mil y pico de lotes, ejemplo de adecuación satisfactoria de las
856 son viviendas de planes públicos… políticas públicas a los requerimientos de
la tierra estaba a nombre del Municipio, si la reproducción capitalista.
bien los dueños son de las cooperativas.
Entonces se hizo toda una gestión de
planes de vivienda, muchas cooperativas
se prendieron en esa idea, y los gremios
también… Uno es el Plan Federal, y des-
pués fueron 400 viviendas de Techo Dig-
no, que eso fue en la última parte de la
gestión Fernández Kirchner, llegan esos
planes de vivienda de Techo Digno… un
poco la decisión fue que esos planes los
empiece a manejar la provincia a través
de su instituto de vivienda y ahí hubo un
traspaso de la administración de la vi-
vienda con los fondos hacia la provincia,
todos esos planes hoy están terminados.
(Entrevista a la Dirección de Hábitat del
Municipio de Cipolletti, 2019)

176
Tabla 3.6: Programas y Planes de viviendas en Cipolletti (2003-2015)
Cantidad Cantidad de Años de
de Soluciones Tipo de Obra/Descripción Operatoria/ Plan o Programa
Viviendas ejecución
Habitacionales
VIVIENDAS, INFRAESTRUCTURA,
166 NEXOS Y O. COMPLEMENTARIAS PLAN FEDERAL PLURIANUAL II Y SUBPROGRAMA FEDERAL DE INFRAESTRUCTURA 2009-2011
12 VIVIENDAS INDIVIDUAL MINIMA PROGRAMA CASA UNO 2002-2003
36 VIVIENDAS E INFRAESTRUCTURA PLAN 2000 - REM 266 2004-2005
40 VIVIENDAS, INFRAEST y TERR. PLAN FEDERAL 2005-2006
150 VIVIENDAS, INFRAEST y TERR. PLAN FEDERAL 2005-2007
190 VIVIENDAS, INFRAEST y TERR. PLAN FEDERAL 2005-2007
PLAN FEDERAL PLURIANUAL RECONVERTIDO Y PFCV TECHO DIGNO MEJORAM
84 VIVIENDAS E INFRAESTRUCTURA HABITAT URB. OBRAS DE INFRA Y COMPLEM. 2012-2014
VIVIENDAS, INFRAESTRUCTURA,
206 NEXOS Y O. COMPLEMENTARIAS PLAN FEDERAL PLURIANUAL II Y SUBPROGRAMA FEDERAL DE INFRAESTRUCTURA 2009-2013
VIVIENDAS, INFRAESTRUCTURA, PLAN FEDERAL PLURIANUAL RECONVERTIDO Y PFCV TECHO DIGNO MEJORAM
66 NEXOS Y O. COMPLEMENTARIAS HABITAT URB. OBRAS DE INFRA Y COMPLEM. 2013-2015
FF (463 VIV)
VIVIENDAS, INFRAESTRUCTURA, PLAN FEDERAL PLURIANUAL RECONVERTIDO Y PFCV TECHO DIGNO MEJORAM
64 NEXOS Y O. COMPLEMENTARIAS HABITAT URB. OBRAS DE INFRA Y COMPLEM. 2012-2014
VIVIENDAS, INFRAESTRUCTURA, PLAN FEDERAL PLURIANUAL RECONVERTIDO Y SUBPROGRAMA FEDERAL DE
44 NEXOS Y O. COMPLEMENTARIAS INFRAESTRUCTURA 2012-2014
VIVIENDAS, INFRAESTRUCTURA,
96 NEXOS Y O. COMPLEMENTARIAS PLAN FEDERAL PLURIANUAL II Y SUBPROGRAMA FEDERAL DE INFRAESTRUCTURA 2009-2012
VIVIENDAS INDIVIDUAL MINIMA PROGRAMA INTEGRACION SOCIOCOMUNITARIA (EX PROG FEDERAL DE
4 2ºETAPA (DE 8) EMERGENCIA HABITACIONAL) 2009-2012
PROGRAMA INTEGRACION SOCIOCOMUNITARIA (EX PROG FEDERAL DE
4 VIVIENDAS ETAPA I EMERGENCIA HABITACIONAL) 2006-2007
VIVIENDAS, INFRAESTRUCTURA,
82 NEXOS Y O. COMPLEMENTARIAS PLAN FEDERAL PLURIANUAL II Y SUBPROGRAMA FEDERAL DE INFRAESTRUCTURA 2009-2010
153 SOLUCIONES HABITACIONALES PROGRAMA FEDERAL DE MEJORAMIENTO DEL HABITAT “MEJOR VIVIR” 2008-2011
Total Total
1244 153
Fuente: Elaboración propia en base a datos de IPPV.

177
En cuanto a programas vinculados al Estado pretende atemperar la precariedad
mejoramiento habitacional por los datos habitacional de manera selectiva, por go-
con los que contamos del propio IPPV y teo, silenciosamente, intentando desactivar
de lxs entrevistadxs, la principal política fue la idea instalada de que tomando se puede
en principio PROMEBA y luego Mejor Vivir. acceder a todos los beneficios de la ciu-
Como vimos más arriba, la experiencia del dad. Otra muestra de la racionalidad acota-
Programa de Mejoramiento de Barrio (Pro- da de la política urbana, las tomas no sólo
MeBa) en el Barrio Anai Mapu fue un punto se multiplicaron, sino que además algunas
de inflexión por el impacto habitacional y de ellas han logrado avanzar con su regu-
político que generó. Consistió en la obra de: larización y urbanización, pero eso sí: esta
Agua, Cloacas, Contenedores, Gas, Parqui- vez el Estado no “les regaló nada”.
zación, Peatonal, Red de Baja, Vial PRIVA- Además de estos programas, el IPPV
DA: Agua, Baños, Cámara y pozo, Cloaca, instrumenta el Programa Habitar Río Negro,
Gas EQUIPO: SUM COMPLEMENTARIAS: el Programa Casa Propia y el Programa
Rellenos, nivelaciones y aterraplenado, Vi- Camino a Casa, de los que no contamos
viendas, con un costo final de 1.384.471,00 información oficial. En este sentido cabe
y 730 beneficiarios65. Esta es la experiencia remitirnos a las dificultades metodológicas
de tomas de tierras que terminó en barrio ya mencionadas en este libro, pues a lo
regularizado y urbanizado de manera total, largo de nuestro proceso de investigación
lo que según el propio personal de Estado no pudimos acceder a entrevistar a nin-
no podía volver a pasar, y así fue, sólo en gún funcionario del IPPV aunque no solo
lo que respecta la intervención estatal, por- realizamos varias solicitudes en diferentes
que las familias siguieron tomando tierras. momentos, sino que también requerimos
En palabras de una de nuestras entrevista- acceso a datos sobre estos planes que
das: “PROMEBA acá en Cipolletti hubo dos no fueron suministrados. Al igual que en el
experiencias, una experiencia que fue en caso de Bariloche, contamos con el dato
la Anai Mapu, que se hicieron viviendas … general que el IPPV publica en su página
y nosotros tuvimos un intento de hacer un en el que menciona que desde el 2012 a
PROMEBA en Puente 83 Norte, por diver- la fecha, se han mejorado las condiciones
sas causas después se nos fue complican- de habitabilidad de 450 familias con inter-
do…” (Entrevista a la Dirección de Hábitat venciones de vivienda y mejoramiento, sin
del Municipio de Cipolletti, 2019). especificar ciudades ni montos afectados.
Como bien relata una de nuestras en- De esta manera, presentamos las princi-
trevistadas, el gobierno municipal decidió pales políticas de mejoramiento habitacio-
no gestionar más PROMEBA y apuntar al nal y construcción de viviendas, a través de
Programa mejoramiento habitacional Me- las que vemos cómo opera esa racionalidad
jor Vivir, que según datos del IPPV abarcó acotada del Estado y cómo se estructura la
153 soluciones habitacionales a lo largo de actividad estatal de manera heterogénea
los 12 años relevados. De esta manera, el y crecientemente caótica (Ibíd.), en la que

65. Consultado en: https://www.promeba.gob.ar/proyecto/329

178
reina la fragmentariedad y la incoherencia rios que respondiera a la demanda de una
cristalizada en las instituciones y en el per- clase media asalariada que se sumaba a la
sonal de estado (Hirsch, 2017). presión política generada por los sectores
populares en la imposibilidad de acceder al
3.3.5. Políticas de créditos mercado formal de suelo y vivienda.
hipotecarios para acceso al suelo y Como fue planteado en la introducción
la vivienda: el impacto de Pro.Cre.Ar. de este apartado, el programa ProCreAr
combinó objetivos habitacionales con obje-
Otro de los lugares comunes que en- tivos de reactivación económica, en parti-
contramos en los relatos de nuestrxs entre- cular del sector de la construcción. Lo cierto
vistadxs acerca de los factores que inciden es que la viabilidad del programa enfrentó
en la problemática habitacional es la falta dos obstáculos iniciales estructurales: la
de acceso a créditos. Como expusimos en escasa disponibilidad de propietarios de te-
el capítulo sobre mercado de la ciudad de rrenos aptos para la construcción de vivien-
Cipolletti, gran parte de los agentes inmo- das unifamiliares, y que además contarán
biliarios plantean que los créditos hipote- con los ingresos mensuales formales y es-
carios son escasos para motorizar y ga- tables para responder a los requerimientos
rantizar la estabilidad de las operaciones del crédito. En síntesis, la política de crédi-
inmobiliarias tendientes al acceso de la tos hipotecarios dependía de la regularidad
vivienda familiar. “El crédito es fundamen- de la propiedad privada de la tierra y de la
tal. El problema del crédito hoy es saber solarización formal de las familias, dos pun-
que los sueldos que cobra la gente están tos débiles de todo el periodo de la poscon-
por debajo, todavía, de las posibilidades vertibilidad. “Un impulso a la ocupación del
de que ingresen al crédito. Aún, a veces... suelo fue en su momento el ProCreAr, eso
sumando los dos sueldos. ¿Entendés?” fue un impulso impresionante, pero claro
(Entrevista a Inmobiliaria A, 2017). lo que te pedían era el dominio de la tierra,
Hasta la llegada del programa ProCreAr, bueno, muchos habían accedido, pero no
los créditos hipotecarios que predomina- eran propietarios” (Entrevista a la Dirección
ban eran los que ofrecían los bancos priva- de Hábitat del Municipio de Cipolletti, 2019).
dos con sus propios criterios, normativas y En relación con otras ciudades patagó-
fundamentalmente tasas de interés. A nivel nicas con igual o mayor cantidad de ha-
nacional, la explosión de la cuestión habita- bitantes, el impacto de este programa fue
cional tuvo su punto de inflexión en la toma bastante importante en la ciudad de Cipo-
del Parque Indoamericano en CABA en di- lletti, con un total de 861 créditos otorga-
ciembre de 2010, con el abordaje represivo dos por $ 267.324.991. Como queda ex-
por parte del gobierno de Macri en la ciudad puesto en la Tabla 3.7, esa cantidad se
y nacional de Fernández de Kirchner, impli- distribuye en diversas modalidades y a lo
cando además de lxs heridxs y muertxs, el largo de 6 años. Lo que se puede apreciar
saldo político de la creación del Ministerio al inicio del programa en 2012 es la escasa
de Seguridad de la Nación (Giaretto, 2011). disponibilidad de propietarios con terrenos
A partir de ese momento se empezó a di- para acceder al crédito -se otorgaron sólo
señar un programa de créditos hipoteca- 29 créditos para la construcción-. Entre

179
2013 y 2015 se da la mayor concentración de créditos que ade- créditos UVA, cuestión que excede el abordaje de este trabajo
más de la construcción de vivienda en terreno propio suma la pero que implicó un viraje de la política crediticia, ampliando las
línea combinada de compra de terreno y construcción. También posibilidades de acceso, pero también generando mayor endeu-
es claro cómo a partir de 2016 con el gobierno de Macri co- damiento y presión sobre las familias que tomaron los créditos,
mienza a desarmarse el programa para ser desplazado por los ya que las tasas se encuentran atadas al índice de inflación.

Tabla 3.7: Créditos Pro.CreAr. otorgados en Cipolletti


Cantidad y Monto
Tipo de ProCre.Ar.
2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 Total
29 188 131 87 45 5
Construcción 485 $201.00.894
$8.605.848 $56.867.395 $57.020.119 $48.356.186 $27.240.346 $2.911.000
69 46
Ayuda 2 $300.846 1 $110.880 118 $6.805.326
$3.019.200 $3.374.400
63
Materiales 4 $60.000 67 $1.255.000
$1.195.000
19
Amp y Term 10 $1.507.639 27 $7.678.284 10 $2.553.629 66 $15.777.993
$4.038.441
16 42
Refacción 6 $790.990 64 $8.181.990
$1.838.000 $5.553.000
27 17
Combinado 12 $8.236.047 56 $32.915.123
$13.775.616 $10.903.460
Complementario 1 $6.388 2 $20.777 3 $27.165
Adquisición 2 $1.361.500 2 $1.361.500
Total 861 créditos por $ 267.324.991
Fuente: Elaboración propia en base a datos proporcionados por el Banco Hipotecario.

180
No contamos con información oficial to resulta necesario incorporar a la políti-
sobre la localización de los créditos Pro- ca represiva como parte de las políticas
CreAr en la ciudad, sin embargo, pudimos públicas desplegadas para intervenir en
relevar que gran parte de los loteos resi- estos conflictos. Abordamos esos proce-
denciales ubicados al noroeste de la ciu- sos de criminalización como una modali-
dad, alrededor de Circunvalación y San dad que adopta la política represiva que
Luis, se completaron a través de estos reviste la forma de un proceso de ensayo y
créditos. También fue significativa la can- error, que se manifiesta en sucesivos ajus-
tidad de familias que, al no poder acceder tes-desajustes, en los que se define y re-
a la compra de terrenos en Cipolletti por define qué conflictos se convierten en deli-
los elevados precios, migraron a la ciudad tos, a quiénes y bajo qué modalidades se
de General Fernández Oro que queda a criminaliza, qué agencias estatales inter-
10 km. aproximados, y formaron parte de vienen en los procesos de criminalización,
diversos loteos de chacras sin producción qué personal y qué recursos del estado se
por parte de diferentes cooperativas e in- ven implicados en el diseño y la implemen-
mobiliarios. Un movimiento similar se dio tación de la criminalización como política
hacia la zona de Ferri y Cinco Saltos. pública (Giaretto, 2020).
Mientras se otorgaban estos créditos Como se planteó en la introducción de
y el sector asalariado de ingresos altos este apartado, identificamos esta política
lograba acceder a la vivienda propia, los en términos de criminalización primaria, en
sectores populares siguieron sin ser convi- la medida que implica la elaboración de
dados al reparto de la ciudad, por eso las reglas de penalización y despenalización
tomas no sólo se expandieron en cantidad, que en el caso de tomas de tierras se en-
sino que también se densificaron. Ante lo cuentran tipificadas en el artículo 181 del
que el Estado respondió con su arma más Código Penal bajo el delito de usurpación
común: la criminalización de las tomas de y también es contemplada la acción judi-
tierras. cial de Interdicto de recobrar en los artícu-
los 2238 a 2243 del Código Civil. Ambas
3.3.6. La criminalización como política formas de penalización implican la posibi-
estatal ante las tomas de tierras lidad de interponer como medida cautelar
la orden de desalojo. En este sentido, esa
En la ciudad de Cipolletti, así como criminalización primaria es reforzada por
es extendida y habitual la práctica de to- la selectividad del poder policíaco en los
mar tierras para garantizar el acceso a la territorios en el marco de la criminalización
vivienda, es reiterada la respuesta estatal secundaria (Giaretto, 2020).
de criminalizar a quienes las protagonizan. La gran mayoría de las tomas de tie-
Si bien quiénes sufren dicha criminaliza- rras de la ciudad de Cipolletti han sido y/o
ción son quiénes pueden dar cuenta de la son criminalizadas, entendiendo que esa
complejidad y el sufrimiento que implican criminalización implica estrategias de es-
estos procesos, y por eso es un eje trans- tigmatización, judicialización y/o de mili-
versal del próximo capítulo sobre quiénes tarización territorial (Korol y Longo, 2009).
toman tierras en esta ciudad, en este pun- Desde aquella toma del Anai Mapu en el

181
96’, pasando por la toma de Ferri en 2003, de ese problema es política, a través de
el Barrio Obrero en 2009, Los Sauces en políticas sociales. Mientras tanto, noso-
2010, Awka Liwen en 2012, el listado llega tros, tenemos que aplicar la ley. Ellos (los
hasta la actualidad en la que las últimas ocupantes) deben plantear sus necesi-
ocho tomas ya tienen causas judiciales y dades en desarrollo humano, hábitat o
órdenes de desalojos en marcha. el organismo competente, no se puede
Como señalamos anteriormente, el go- quitar la tierra a otros. La gente cree que,
bierno municipal ha sostenido una política porque la chacra no está sembrada es
de judicialización de los conflictos por tie- tierra en desuso y se la puede quitar, esa
rras, promoviendo que lxs propietarixs y/o idea se instaló muy fuerte y es contraria a
la fiscalía denuncien en el sistema penal a la ley. Es un delito la usurpación. (Fiscal
quienes toman tierras para vivir. Con diver- Jefe, declaración periodística, 22 de sep-
sos recorridos y experiencias, en general tiembre de 2020)
los procesos judiciales no han logrado con-
denar a nadie ni tampoco se han llevado Si tuviéramos acceso a información ofi-
adelante desalojos masivos violentos. Sin cial sobre la cantidad de recursos y fun-
embargo, nos interesa detenernos el pa- cionarios implicadxs en los procesos de
pel que cumple el Ministerio Público Fiscal, criminalización, no sólo confirmaríamos
con el Fiscal Jefe encabezando los proce- el carácter de política pública de la crimi-
dimientos en territorio junto a la policía pro- nalización, sino que comparativamente es
vincial. En la mayoría de las tomas, la fisca- probable que sobrepasen los recursos,
lía arremete en el territorio en los primeros tiempo, funcionarios implicadxs en intentar
momentos, amedrentando a las familias solucionar el problema de acceso a la vi-
-sean mujeres solas con niñxs, ancianxs o vienda de quienes toman tierras.
como estén conformadas- con las causas En relación a la sistema judicial en su
judiciales, con la violencia policial, amena- fuero civil, en una reunión con la referente
zando con hacerles perder el trabajo si lo del B° Obrero y la abogada defensora, el
tienen, y una serie de atropellos y aprietes juez del Juzgado Civil N° 1 que había orde-
que intentan desactivar la toma a través de nado en tres oportunidades desalojar a las
la individualización y el disciplinamiento. más de 600 familias de ese barrio, planteó
Luego la batalla sigue en tribunales, donde que su trabajo es hacer cumplir la ley, que
se arman las causas, se articulan estrate- considera el derecho a la propiedad tan
gias por parte de la fiscalía para pedir inme- importante como el derecho a la vivienda,
diatamente el desalojo e intentar condenar y que el derecho a la vivienda no lo tienen
a lxs supuestxs usurpadorxs. que garantizar los privados a quienes les
usurpan las tierras, sino el Estado. Cuando
La posición de la Fiscalía es clara; la el juez pide que entiendan que su trabajo
posición jurídica del caso es que se trata es ordenar el desalojo para que se cumpla
de un delito y vamos a pedir formulación la ley, está apelando no sólo al principio
de cargos y desalojo. Entendemos que de auto conservación como personal de
el problema encierra un contenido social Estado, sino también y, al mismo tiempo, a
que no desconocemos. Y la resolución la conservación de la reproducción capita-

182
lista, porque esa ley es nada más ni nada quén. En ese momento hubo una crecida
menos la que garantiza el derecho a la bastante considerable, entonces la gente
propiedad privada por encima al derecho de la Costa Norte y Costa Sur, quedaba
a la vivienda. Sin embargo, y porque esa a relocalizar. En la época de los militares
reproducción capitalista se desenvuelve y todo eso…Se relocaliza a esas familias,
en términos de contradicciones y conflic- y esas familias bueno son reubicadas más
tos, ese mismo juez sabe que el derecho a otras 50 que teníamos andando por ahí,
la vivienda existe porque es el que garan- como se dice, que andaban en búsqueda
tiza un espacio para la reproducción de la de terreno. ¿Qué pasa? Que muchas de
fuerza de trabajo, por eso les dice que la esas familias, ponele un 10 % se vuelve a
solución es política y que deben avanzar la Costa, porque ya estaban querenciados
en el proyecto de expropiación. y sus casas eran consolidadas porque eran
de cemento y ladrillo… si vos vas ahora ves
3.3.7. Políticas de erradicación y/o que ya son casas consolidadas. Bueno ahí
relocalización se produce el primer el origen del Mapu.
(Entrevista al Área de Obras Públicas del
A pesar de cierta continuidad en la po- Municipio de Cipolletti, 2008)
lítica de criminalización de las tomas de
tierras, en la ciudad de Cipolletti no son Entonces en el origen de los asenta-
frecuentes los desalojos forzados masi- mientos de la ciudad encontramos estos
vos. Si bien se han dado algunos desalo- intentos de relocalización, que en parte
jos violentos a tomas en sus primeros mo- son ensayos exitosos porque logran reu-
mentos, las órdenes de desalojo funcionan bicar a algunas familias y dar origen a un
más bien como condicionantes de la ne- nuevo barrio, pero en parte manifiestan
gociación para intentar desactivar la con- errores de planificación a la hora abordar
solidación de la toma, fundamentalmente la relación de las familias con sus casas
a través de la instauración de la medida y, fundamentalmente, con el territorio, en
de restricción de ingreso de materiales. este caso junto al río, “ya estaban queren-
Las consecuencias de esta política la ana- ciados”, por eso fallan.
lizaremos con mayor detenimiento en el
apartado de los asentamientos. Ahora nos Entonces, “el origen de Costa Norte y
interesa rastrear los casos en los que se Costa Sur, si vamos a las características
llevó adelante una política de erradicación que tiene es un asentamiento ¿sí? porque
y/o relocalización mostrando ciertos lími- son terrenos ganados al río, son terrenos
tes difusos entre ambas. fiscales y no son aptos para vivienda fa-
En la historia de la ciudad, el caso de miliar y la gente fue y tomó” (Ídem). Aun
relocalización más significativo fue el que bajo la dictadura, algunas familias son re-
dio origen al Barrio Anai Mapu, uno de los localizadas y otras vuelven, y se quedan
más populares y activos de la ciudad. en la costa. En ese sentido, el objetivo de
la relocalización de los asentamientos de
El origen del Mapu es cuando en el 82 y la Costa y la urbanización del Barrio Anai
83 están las crecidas del Rio Negro y Neu- Mapu era fundamentalmente político:

183
En el Mapu tienen el antecedente de este periodo fue el de algunas familias del
sus padres que cuando los meten en el asentamiento Puente de Madera. El Muni-
barrio les dan todo, pero convengamos cipio construyó y habilitó una planta de tra-
que era época militar, gobierno de facto. tamiento de líquidos cloacales en la zona,
Y los gobiernos de facto lo que cuida- por motivos de impacto ambiental y sani-
ban era no tener villas miseria o villas de tarios en 2012 se relocalizaron 57 familias,
emergencia, porque las villas de emer- mientras otras 6 se negaron a la relocaliza-
gencia generan organización social muy ción y allí se quedaron.
grande, ¿sí? La necesidad de muchos La relocalización más reciente, es la de
hace que se organicen y para los milita- 25 familias del asentamiento Perito Mo-
res eran focos de insurrección, entonces reno a orillas de las vías del ferrocarril en
les convenía darle todo. (Entrevista al pleno centro de la ciudad. La valorización
Área de Obras Públicas del Municipio de de esas tierras por su ubicación y acce-
Cipolletti, 2008) sibilidad generó la presión necesaria para
que la Justicia Federal librara una orden
Otro error de cálculo, como vimos ante- de desalojo, ese mismo día les cortaron
riormente en ese mismo barrio se originará la luz, y desde ese momento empezó un
la toma de los años 90’ en términos de ac- proceso de negociación que terminó con
ción política contra el Estado, ahora sí en la propuesta de relocalización de las fami-
plena democracia y ante la avanzada del lias en un plan de viviendas en el Distrito
capital en su fase neoliberal. Vecinal Noreste.
Durante la posconvertibilidad también En diversos casos durante estos años,
se darán políticas de relocalización de al observamos que detrás de la judicializa-
menos dos de las tomas de tierras de la ción y la consecuente orden de desalojo,
oleada de 2003. Las experiencias del B° el Municipio ofrece opciones de acceso a
Antártida Argentina y de San Sebastián, planes de vivienda en el distrito. La nego-
cada una con sus particularidades, impli- ciación con las familias se genera desde
caron proceso de negociación y relocali- el gobierno local, y la orden de desalojo
zación en otras tierras cercanas (Giaretto, opera como amenaza a punta de pistola,
2011). Otro caso de relocalización durante en ese marco se negocia.

184
3.4. Políticas públicas de acceso al suelo y a la vivienda en Comodoro Rivadavia

Santiago Bachiller | Letizia Vazquez | María Laura Carrasco66

3.4.1. Introducción siempre priorizó la extracción y circulación


de hidrocarburos (Bachiller et al., 2015). A
Con el objetivo de lograr una compren- lo largo de la historia local, la actividad pe-
sión más cabal de los procesos de tomas trolera ha condicionado la morfología y el
de tierras, el presente capítulo gira en tor- desarrollo de la ciudad. Por consiguiente,
no al accionar estatal y su impacto, ya sea el análisis sobre la normativa que impac-
directo o indirecto, en la territorialidad ur- ta en la territorialidad y las dificultades de
bana. acceso al suelo y/o a la vivienda, es com-
En el primer apartado nos dedicamos plementado con una caracterización de la
a examinar la existencia y/o ausencia, así legislación petrolera sobre usos del suelo.
como las características de los instrumen- A su vez, el examen de la planificación ur-
tos de gestión urbana. Entonces, analiza- bana concluye con un breve título dedica-
mos el rol de los Planes Estratégicos en do a la ausencia de programas de gestión
una realidad urbana muy dinámica, domi- del suelo, herramientas de recuperación de
nada por los ritmos del mercado mundial plusvalías urbanas, etc.
del petróleo. Veremos que Comodoro no El segundo apartado se centra en la le-
cuenta con una estructura normativa que gislación que regula el acceso al suelo fis-
regule el conjunto urbano, capaz de unificar cal en la ciudad. Hemos detectado ciertas
a las diferentes ordenanzas que regulan la tendencias que se repiten a lo largo de la
territorialidad de las diversas zonas de la historia local: las ordenanzas por lo general
ciudad. Asimismo, como consecuencia de surgen luego de un proceso masivo de to-
la falta de un Código de Desarrollo Urbano, mas de tierras (y no antes); el discurso pu-
los criterios de excepcionalidad han adqui- nitivista frente a las tomas cada vez ocupa
rido importancia en las prácticas estatales un lugar más relevante (la mirada jurídica
encaminadas a “ordenar” la expansión estigmatiza a los asentamientos al calificar-
urbana. Por otra parte, los residentes de los como ilegales); los criterios estatales de
Comodoro frecuentemente relacionan los acceso al suelo fiscal priorizan a los “na-
problemas de la ciudad con la falta de pla- cidos y criados”67 (en adelante NyC); etc.
nificación. El trabajo de campo nos ha con- Por otra parte, en esta sección nos dedi-
ducido a reformular dichas afirmaciones. camos a reflexionar sobre el Estado como
En tal sentido, como hipótesis de trabajo propietario de tierras y como productor de
planteamos que la planificación urbana espacio construido; para ello, evaluamos la

66. En este capítulo Bianca Freddo fue fundamental en todo lo referido a la confección de la cartografía.
67. Esta noción presupone que hay, o que debería haber, ciertos privilegios para aquellos que logran acreditar una
mayor estadía de residencia en la zona (Baeza y Grimson, 2013).

185
magnitud de los vacíos urbanos al interior caliza en el sistema de créditos hipoteca-
del ejido comodorense. rios. Anticipando el argumento central de
En el tercer apartado se desarrollan la sección, sostenemos que el sistema de
las políticas de mejoramiento habitacional créditos no ha representado ningún impac-
implementadas en Comodoro. Además to capaz de morigerar las necesidades ha-
de los programas de mejoramiento barrial bitacionales de la ciudad.
como el PROMEBA o el PROMEVI, nos de-
tendremos en otros programas centrados 3.4.2. Planeamiento Urbano en
en la regularización, erradicación y/o relo- Comodoro Rivadavia
calización de barrios.
En materia de políticas habitacionales, El objetivo de este apartado consiste
tema principal del cuarto apartado, el Ins- en comprender cómo, en Comodoro, la
tituto Provincial de la Vivienda y Desarrollo planificación estatal históricamente priori-
Urbano de Chubut (IPV y DU) es la insti- zó la producción petrolera, impactando en
tución protagonista a relevar. Si bien nos la morfología y el desarrollo histórico de
resultó muy difícil que dicho instituto nos la ciudad. La planificación urbana quedó
proporcione estadísticas, a lo largo del tra- entonces relegada por la lógica monolíti-
bajo de campo pudimos constatar la inca- ca dominante: la reproducción del capital
pacidad estatal a la hora de proveer vivien- ligado con la extracción de hidrocarburos.
da en una escala acorde con la magnitud Consecuentemente, en la configuración
de la demanda habitacional local. Asimis- urbana observamos tendencias a la segre-
mo, veremos que las políticas de viviendas gación, la fragmentación y las dificultades
sociales suelen abordar de manera frag- de acceso al suelo y a la vivienda que pa-
mentada al espacio, produciendo barrios decen grandes sectores de la población
desconectados de las tramas urbanas; (Bachiller et al., 2015).
también han sido cuestionadas por la cali- Entendemos a la planificación urbana
dad constructiva de las viviendas. Por otra como el conjunto de acciones político-ad-
parte, en esta sección se destaca el papel ministrativas protagonizadas por el Estado
protagonizado por las entidades interme- en materia de política urbana y territorial,
dias en la implementación de las políticas destinadas a orientar la producción social
habitacionales; las cooperativas y los sin- del espacio en un determinado sentido,
dicatos se convirtieron en los principales el cual se encuentra en tensión entre los
beneficiarios de los escasos programas diferentes actores sociales (Duarte, 2020).
de vivienda social. Tal decisión política Por consiguiente, más allá del carácter
tuvo consecuencias colaterales: lxs traba- puramente técnico que muchas veces los
jadorxs informales quedaron fuera de toda organismos del Estado le intentan atribuir
posibilidad de acceso a una vivienda es- a las reglamentaciones urbanas, las mis-
tatal, se acentuó un patrón de crecimiento mas suponen decisiones eminentemente
urbanístico fragmentado (sin una gestión políticas; ello es así pues la planificación
estatal abocada a planificar el desarrollo del territorio representa la puja de intere-
urbano en su conjunto), etc. ses de los distintos grupos sociales. Su
El último apartado del capítulo se fo- materialización en determinadas norma-

186
tivas frecuentemente expresa la voluntad los usos de suelo, etc. A su vez, dicho do-
de lógicas privadas concretas en pos de cumento proponía dividir a la ciudad en 4
encauzar el desarrollo urbano en determi- sectores, estableciendo reglamentaciones
nada dirección. Para abordar la planifica- generales, así como específicas para cada
ción en Comodoro, nos centraremos en sector o eje definido. Creemos que este
las propuestas plasmadas en determina- estudio permitió la formulación de la Orde-
dos Planes Estratégicos, en la presencia nanza de Usos de suelo 3614-90, de la cual
(y características) o ausencia de ciertas hablaremos más adelante.
herramientas de gestión urbana, así como Casi veinte años pasaron hasta que se
en las normativas más importantes en la promulgó la Ordenanza 9185-07, denomi-
conformación de la estructura urbana de nada “Modelo de ocupación territorial y
la ciudad (Códigos Urbanos, ordenanzas, Plan de desarrollo Sustentable 2007-2027”.
etc.). Por otra parte, ya que la configura- El plan contemplado por la normativa gira
ción urbana es el resultado de una comple- en torno a una serie de lineamientos y
ja interacción entre fenómenos naturales, propuestas estratégicas, programas de
productivos, y procesos sociales propios desarrollo urbano y gestión territorial a im-
de una ciudad petrolera, en el análisis del plementar en las siguientes décadas. Para
impacto de las políticas públicas en las difi- llevar adelante la coordinación del trabajo
cultades de acceso al suelo y/o a la vivien- y la ejecución del instrumento normativo,
da, nos vemos forzados a incorporar una que incluía talleres participativos entre di-
breve caracterización de la legislación que versxs actorxs pertenecientes a sectores
regula la extracción de hidrocarburos. públicos, privados y académicos, se con-
trató a profesionales del Foro Latinoameri-
3.4.3. Instrumentos de gestión cano de Ciencias Ambientales (FLACAM).
urbana y ordenamiento territorial: la Es importante mencionar que, aunque di-
fragilidad de los Planes Estratégicos cho documento se refiere al desarrollo de
en Comodoro Rivadavia políticas y programas relacionados con la
vivienda, no aborda la problemática históri-
Uno de los antecedentes de ordena- ca del acceso a la ciudad que afecta a los
miento territorial más relevantes es el Diag- asentamientos y barrios populares. Si bien
nóstico Urbano Expeditivo de 1989, desa- esta ordenanza continúa vigente, los pro-
rrollado por profesionales de la Dirección gramas y proyectos contemplados nunca
de Planeamiento Urbano de la Municipali- se reglamentaron ni se hicieron efectivos
dad de Comodoro Rivadavia. Dicho docu- de forma completa.
mento partió del propósito de establecer Los tiempos del petróleo exceden a la
un diagnóstico de la situación urbana local temporalidad local, e incluso, en ocasiones,
capaz de determinar carencias y dar res- a la temporalidad nacional; en tal sentido,
puesta a futuros programas y proyectos. las oscilaciones de los precios internacio-
Dentro de las acciones recomendadas, nales del barril de petróleo tuvieron un im-
establecía la necesidad de contar con un pacto directo en la ciudad, determinando
Código de Planeamiento Urbano que con- un péndulo entre etapas de estancamiento
temple la tendencia de crecimiento urbano, y crisis, con otras rachas de boom petrole-

187
ro que causaron un crecimiento vertiginoso marco que establece cuales son las polí-
y acelerado que superó la capacidad de ticas que se van a implementar a escala
reacción estatal. Consecuentemente, los urbana, como una de las principales herra-
antecedentes de Planes Urbanísticos resul- mientas del gobierno para orientar proce-
taron obsoletos ante una realidad urbana sos urbanos en su ámbito territorial. Ahora
muy dinámica, marcada por los intensos bien, en las entrevistas realizadas a dife-
incrementos demográficos y la expansión rentes actores sociales vinculados con el
urbana en breves lapsos de tiempo. ordenamiento territorial de la ciudad, estos
Evidentemente, el Estado en sus distin- criticaron la falta de una normativa de pla-
tos niveles (municipal, provincial y nacional) nificación urbana integral. En tal sentido,
es un agente fundamental en la producción desde la Dirección de Obras Particulares
y reproducción de las desigualdades urba- manifestaban que “no hay código de pla-
nas. La planificación estatal, encaminada a neamiento urbano, hay distintas ordenan-
garantizar la producción de hidrocarburos, zas para distintas zonas” (Entrevista a Di-
favoreció la expansión urbana residencial rección de Obras Particulares, 2017).
de baja densidad, con la ocupación de Los diversos intentos de contar con un
grandes extensiones de suelo que tanto Plan Urbano indefectiblemente terminaron
caracterizan a Comodoro Rivadavia68. Con- en rotundos fracasos. Es así que, retoman-
siderando además las características del do algunos de los lineamientos estratégi-
emplazamiento y la topografía de la ciu- cos del “Modelo de Ocupación y desarrollo
dad, este conjunto de factores dificulta la Sustentable 2007-2027”, en el 2010 surgió
accesibilidad urbana, la conectividad y la un primer proyecto de ordenanza denomi-
provisión de servicios e infraestructura. nado “Código de Desarrollo Urbano”; asi-
mismo, en el 2015 se presentó una nueva
3.4.4 El peso de la excepcionalidad versión. Sin lograr avances concretos y
y la imposibilidad de implementar definitivos, tales proyectos llevan una dé-
un Código de Desarrollo Urbano en cada yendo y viniendo entre la Dirección
Comodoro Rivadavia de Planeamiento Urbano y el Concejo De-
liberante. Al respecto, unx de lxs referentes
El Plan Urbano es el instrumento que de dicha Dirección sostenía que la falta de
expresa los lineamientos de la política de consenso se debe “a los intereses privados
desarrollo territorial de una ciudad a través y el miedo que esto significa para los con-
de estrategias, objetivos, directrices gene- cejalxs, ya que implica cambiar y remover
rales, programas y proyectos, normas re- muchas cosas en la ciudad” (Entrevista a
glamentarias y de gestión (Reese, 2003). Dirección de Planeamiento Urbano, 2018).
Se materializa a partir de una ordenanza En los últimos años, tras la catástrofe

68. Más allá de la tendencia a la expansión urbana de baja densidad, es preciso señalar que en los últimos años se
han registrado procesos de densificación y renovación urbana en algunos sectores específicos de la ciudad (cuestión
que excede los propósitos del presente estudio).

188
climatológica del 201769 y los consiguientes La Ordenanza de usos de suelo
reclamos de lxs vecinxs, las consecuencias 3614/9071, junto a sus modificatorias pos-
nefastas de años de políticas urbanas de- teriores, es la que actualmente reglamenta
ficitarias quedaron en evidencia, y la “falta la subdivisión de usos de suelo para el eji-
de planificación” se insertó en la agenda do de la ciudad de Comodoro Rivadavia.
pública. En tal escenario, en el año 2018 Esta ordenanza fue la primera que diagra-
la Secretaría de Planificación Territorial de mó la subdivisión del uso de suelo para
Nación, en colaboración con profesionales el conjunto del ejido urbano, incluyendo a
del Colegio Profesional de Ingenierxs, pre- la zona norte72. En cuanto a las sucesivas
sentaron un nuevo Proyecto de Ordenanza modificatorias, las mismas se implementan
de Código de Desarrollo Urbano. No obs- con el fin de resolver hechos puntuales, o
tante, el plan urbano continúa sin hacerse ante la necesidad de generar nuevo suelo
efectivo. La pregunta que surge entonces urbano como respuesta al crecimiento de
es la siguiente: ¿cómo se construye una la ciudad. Cabe destacar que no todas las
ciudad sin una política de desarrollo territo- modificatorias están cargadas en el Diges-
rial consensuada, y con la actividad extrac- to municipal. Cuando los cambios de uso
tiva accionando en el territorio? de suelo73 corresponden a sectores me-
Los instrumentos de planificación vi- nores, se publican en el Boletín Oficial sin
gentes en Comodoro Rivadavia se enmar- remitir a la ordenanza “madre”; es decir, al
can dentro de las normativas de regula- ser emitidas con otro número, no quedan
ción70. Algunos sectores de la ciudad no asociadas con la ordenanza principal. Di-
están regulados; otras zonas sí lo están, cha situación genera numerosos trastornos
pero entonces se rigen por normas desac- a la hora de trabajar sobre determinadas
tualizadas que dificultan su aplicabilidad. áreas de la ciudad, ya que su uso puede
La inexistencia de un Plan Estratégico re- haber sido modificado, pero al no quedar
glamentado, de un Código Urbano como el cambio debidamente registrado y aso-
marco de acción, contribuye a la presencia ciado con la ordenanza principal, es difícil
de instrumentos de gestión que no con- de rastrear. Esto se suma a la desactuali-
templan los problemas urbanos desde la zación de la normativa: desde 1990 hasta
integralidad. hoy, la ciudad no paró de crecer demográ-

69. Debido a las fuertes precipitaciones que azotaron a la zona en marzo-abril del 2017, la ciudad se encontró colapsa-
da y con situaciones apremiantes comprometidas, cuyas severidades modificaron el normal desarrollo de las personas,
de los servicios y los sistemas urbanos.
70. Las normativas de regulación son los instrumentos reglamentarios básicos de la gestión del uso, ocupación y
equipamiento del suelo. De tal forma son la expresión jurídica de un Plan Urbano y están sometidos a su cumplimiento
todas las personas físicas y jurídicas públicas o privadas con asiento en la ciudad (Reese, 2003).
71. Como antecedentes normativos previos a la Ordenanza 3614-90, en el Digesto Municipal detectamos las Ordenan-
zas 423-73, 168-732, y 635-86, las cuales establecen los primeros usos de suelo.
72. Recordemos que la zona norte, desarrollada principalmente a partir de campamentos empresariales, por lo general
petroleros, recién se incorporó al municipio en la década de 1970. (Márques, 2008).
73. Estas reformas en el uso de suelo (de uso rural a urbano por ejemplo), deben ser promulgadas mediante sesión
legislativa del Concejo Deliberante. Para ello debe presentarse un proyecto de ordenanza, tanto por los representantes
de cada bloque, como por el ejecutivo o por terceros.

189
ficamente ni de expandirse territorialmente, de las “modificatorias” más relevantes es
por lo cual dicha ordenanza no refleja la la Ordenanza 3614-7/12, la cual incorpo-
realidad urbana contemporánea. ra una nueva zonificación imprecisa a una
En este punto, nos interesa destacar la superficie extensa de suelo bajo la desig-
centralidad del régimen de excepcionali- nación de “zonas de ampliación urbana”
dad ante la proliferación de ciertas zonas (cambios de zonas rurales y sub-rurales a
que no pueden equipararse con las áreas urbanas). La misma opera con la intención
urbanas convencionales, y que son el re- de generar suelo urbano, proporcionando
sultado del incesante proceso de expan- un marco que permita regularizar enormes
sión urbana. Es lo que ha ocurrido con las superficies que, de hecho, infringen la le-
denominadas “Zonas de explotación petro- gislación existente. El contexto en el cual
lera”; es decir, aquellas áreas destinadas a se inscribe dicha legislación se asocia con
la explotación petrolera dentro del ejido ur- los efectos del segundo boom petrolero;
bano que, de hecho, condicionan los usos entonces, algunos propietarios de cam-
urbanos a partir de la existencia de pasivos pos, localizados principalmente en la zona
ambientales. sur de la ciudad, realizaron fraccionamien-
Otro caso de excepcionalidad recurren- tos de las chacras linderas a los barrios
te, especialmente relevante para nuestra ubicados por fuera de la trama urbana. No
investigación, se liga con las zonas clasi- por nada el Anexo VII de la ordenanza refie-
ficadas como “extra urbanas”; las mismas re a los “Fraccionamientos Ilegales75” para
fueron definidas como “asentamientos definir a tales procesos.
aislados”, barrios desconectados en una La importancia de esta norma radica,
trama urbana fragmentada que “no pue- además, en la incorporación de varios ane-
den vincularse espacialmente con otras xos con el fin de reglamentar procedimien-
áreas urbanas a corto plazo”. La incorpo- tos para la autorización de nuevos loteos
ración de nuevos fraccionamientos de lo- de manera provisoria, hasta que se hiciera
tes urbanos mínimos en el Barrio Cordón efectivo el tan esperado Código de Desa-
Forestal74, a partir de criterios de excepcio- rrollo Urbano. Esta situación favoreció la
nalidad y cambios en la clasificación de la solicitud de excepciones o tratamientos de
zonificación representa uno de los proce- usos no previstos por la normativa vigente,
sos de transformación más dinámicos de no sólo por parte de los asentamientos que
las últimas décadas. Del mismo modo, una surgieron mediante tomas de tierras, sino

74. En 1982, en el oeste de la ciudad y fuera del radio urbano, se creó el denominado Cordón Forestal “Juan Manuel
Feeney”; el mismo posee una superficie de 362.124 hectáreas, y nació como un plan de forestación mediante el cual,
en una primer etapa, se sortearon 283 parcelas (Regina Abal, 2011). Cabe aclarar que los lotes en ese momento tenían
50x50 mts (2500m2). Los lotes urbanos mínimos son de 200 m2.
75. Los fraccionamientos ilegales a los que alude la ordenanza se asemejan bastante a las situaciones que la lite-
ratura especializada ha denominado como “loteos piratas” (Azuela 1993; Davis, 2008). En la ordenanza municipal,
los fraccionamientos ilegales suponen subdivisiones ejecutadas de hecho, sin encuadrarse en los indicadores de las
ordenanzas vigentes, y habitualmente por debajo de los mínimos exigidos, con los lotes simplemente demarcados y
comercializados a través de figuras precarias de compra venta, con escaso o mínimo estudio de niveles de red vial,
escorrentías superficiales y redes de servicios mínimos.

190
también (y especialmente) de sectores pri- a un vacío legal, o la norma existe, pero
vados interesados en propuestas que van es constantemente transgredida. En di-
desde los desarrollos urbanísticos a gran chas situaciones, la respuesta estatal es
escala76, hasta las intervenciones arquitec- discrecional: los asentamientos encuen-
tónicas que no están enmarcadas dentro tran mayores obstáculos para beneficiar-
de una normativa amplia y desactualizada. se mediante la excepcionalidad respec-
Por un lado, la incorporación de una exten- to de otras construcciones que también
sión de suelo urbano con un tratamiento transgredieron las normas urbanísticas.
que no diferencia sub zonas, ni indicadores Asimismo, repetimos que la velocidad de
urbanísticos, posibilita un abanico de zonas los cambios productivos (estrechamente
grises que favorece estos procesos. Por el ligados con el mundo del petróleo), demo-
otro, mediante un simple acto administrati- gráficos, e incluso urbanos, parecen ser
vo, la redefinición de la zona sub-urbana a siempre muy superiores a la capacidad de
residencial permitió el enriquecimiento de respuesta estatal. De tal modo, la excep-
más de un propietario de tierras en desuso. ción es estructural y se convierte en norma,
Actualmente las excepciones suelen por lo cual debemos dudar si dicha dinámi-
resolverse a partir de la emisión de un ca responde únicamente a la incapacidad
Certificado de Factibilidad Urbanística o de las diversas gestiones, o si en cambio
Certificado de Usos de Suelo, instrumento forma parte de la lógica más amplia de en-
emitido por la Dirección General de Planea- sayo y error como proceso de adecuación
miento Urbano que determina la zonifica- de las políticas públicas a los requerimien-
ción, los indicadores urbanísticos y usos tos de la reproducción capitalista (Álvarez y
de suelo admisibles para obras nuevas, las Bonnet, 2018); en Comodoro, la excepcio-
ampliaciones y el análisis de urbanizacio- nalidad permanente parece ser un meca-
nes integrales. A su vez, dicho certificado nismo que otorga un poder discrecional al
fue planteado como un instrumento paliati- gobierno municipal de turno.
vo ante la necesidad de la sanción definiti-
va del Código de Desarrollo Urbano o Plan 3.4.5. El petróleo produce ciudad:
Urbano que reglamente los procedimientos normativas sobre hidrocarburos
en su conjunto. ligadas con el desarrollo urbano
En definitiva, a lo largo del trabajo de
campo constatamos el peso de la excep- La extracción de petróleo ha sido cla-
cionalidad en la aplicación de legislación ve en el desarrollo urbano comodorense,
urbanística local encaminada a regular el motivo por el cual se torna indispensable
desarrollo de la ciudad. O bien asistimos incluir una reflexión sobre las legislaciones

76. A modo de ejemplo, podemos citar el primer emprendimiento cerrado de la ciudad. La construcción del “Country
Club La Herradura” se basó en la apropiación de una playa; por consiguiente, supuso una alta rentabilidad gracias a
la transgresión de los criterios de “Zona Especial” propios de los bordes costeros, más la posibilidad de capitalizar el
valor paisajístico del sitio. Reiteramos que, quienes residen en asentamientos surgidos mediante tomas de tierras,
difícilmente logren beneficiarse mediante tal tipo de excepcionalidades.

191
en materia de hidrocarburos que tienen in- abandonados, obstaculiza la autorización
cidencia en la conformación urbana. de obras en los lotes particulares. En defi-
El Decreto Nacional 33589/33 regla- nitiva, gran parte de la tierra disponible, ya
menta la exploración y explotación de ya- sea privada o fiscal, se encuentra afectada
cimientos hidrocarburíferos. Se trata del por la presencia histórica de la industria ex-
marco normativo de mayor relevancia para tractiva, por lo cual no es urbanizable (lue-
las cuestiones de planificación urbanística, go ampliaremos este tema). Por otra parte,
ya que en buena medida regula el aban- el encargado de diagnosticar la situación
dono de pozos petroleros y la ocupación de los pozos petroleros abandonados an-
de suelo urbano. En su artículo 36, indica tes de 1996 resaltó la complejidad de su
dejar liberados 60 metros de radio de se- tarea. (Entrevista a Dirección General de
guridad entre la ubicación del pozo y las Catastro, 2017).
viviendas, y 40 metros entre pozos y otras Por empezar, buena parte de la infor-
instalaciones. También hace referencia a mación suministrada por las empresas
las restricciones de superficie necesarias responsables de tales pozos es confusa e
para las instalaciones complementarias de incompleta; las imprecisiones se potencian
la actividad (baterías, gasoductos, oleo- en lo que concierne a la ubicación y cali-
ductos, etc.) dad del sellado de los pozos. Asimismo, el
La Resolución 5/9677 marcó un antes y Ministerio de Hidrocarburos provincial es
un después con respecto a los radios de el organismo a cargo de la gestión de la
seguridad y la condición de sellado de los reducción de los radios de seguridad. La
pozos abandonados e inactivos que se pasividad de tal dependencia estatal con-
emplazan en la ciudad, condicionando el diciona el acceso al título de propiedad de
uso y ocupación de suelo. Dicha Resolu- más de una vivienda, así como a servicios
ción Nacional impactó especialmente en públicos como el gas. Por consiguiente, y
el desarrollo urbano de la zona norte de la como veremos en el próximo capítulo, la
ciudad, ya que establece un radio de se- inacción del Ministerio de Hidrocarburos
guridad de 60 metros sobre cualquier pozo condena a ciertos asentamientos a ver-
anterior a la emisión de la misma. Muchos se imposibilitados de iniciar un trámite de
de estos pozos se encuentran en los ac- mensura, gestión indispensable para en-
tuales barrios consolidados que nacieron cauzar el proceso de urbanización.
como campamentos petroleros, (General
Mosconi, Presidente Ortiz, Don Bosco, en- 3.4.6. Herramientas de gestión del suelo
tre otros). Debido a su conformación his-
tórica y al verse afectados por esta restric- Más allá de la Ordenanza General de
ción, buena parte de los mismos carecen Tierras (cuyo análisis se desarrolla en pro-
de normativas de zonificación urbana; asi- fundidad en el siguiente apartado), o la
mismo, su proximidad a ductos o a pozos Ordenanza Tributaria Anual (que estable-

77. Establece las normas y procedimientos para el abandono de pozos de hidrocarburos. Secretaría de Energía, Trans-
porte y Comunicaciones de Nación.

192
ce los cánones que determinan valores de ción por pérdida de producción, inversión
mejoras, valuaciones fiscales y privadas de y servidumbre sobre propiedades rurales,
los inmuebles y cobro de impuestos), Co- no contempla la problemática dentro de
modoro no cuenta con políticas de gestión las actividades urbanas. Consecuente-
del suelo, tales como las herramientas de mente, con el VDPIM se pretendió recono-
recuperación de plusvalías urbanas. Pode- cer y recuperar parte del impacto negativo
mos mencionar el impuesto adicional bal- del extractivismo sobre el ordenamiento y
dío: según el Artículo 15 de la Ordenanza desarrollo urbano. Sin embargo, desde la
Tributaria 15011/19 correspondiente al pe- existencia de esta Ordenanza hasta la ac-
ríodo 2020, un lote baldío de una antigüe- tualidad, muchas empresas argumentaron
dad de un año le corresponde tributar un sobre la inconstitucionalidad del VDPIM,
equivalente a 4000 módulos ($680 aproxi- entendiendo que ya contribuyen impositi-
madamente); si bien el valor aumenta con vamente con el Estado Nacional y que se-
el correr de los años, el importe continúa ría ilegal forzarlas a una doble tributación.
siendo insignificante, por lo cual los pro- Gracias al lobby empresarial y a la judicia-
pietarios no se ven forzados a modificar su lización, los montos que hasta el momento
actitud y colocar su bien en el mercado. han pagado las empresas concesionarias
La Ordenanza 3145/88, denominada de han sido irrisorios78.
“Uso Superficiario del Suelo”, surgió con la
intención de convertirse en un instrumento 3.4.7. Políticas de tierras fiscales en
de acción del gobierno local para prevenir Comodoro: la de los asentamientos
el desequilibrio poblacional; en concreto, y los ganadores del reparto (NyC,
fue pensada como una alternativa para la cooperativas y ciertos sindicatos)
consolidación urbana de zona norte, obs-
taculizada por los pasivos ambientales que El objetivo del presente apartado con-
impiden que la tierra fiscal sea urbanizable. siste en examinar la legislación que regula
En tal sentido, se planteó una compensa- el acceso a la tierra fiscal y la producción
ción económica que las empresas petrole- de suelo urbano en la ciudad. El antece-
ras debían pagar por inhabilitar el uso de dente más relevante es la “Ordenanza
tierras fiscales para fines urbanos; el valor General de Tierras Fiscales” número 5907
solicitado se obtiene mediante un canon de 1996, primera normativa con un alcan-
denominado VDPIM (Valor de pérdida de ce que abarcaba a la totalidad urbana.
ingreso municipal), el cual se determinaba Dicha ordenanza se articulaba en torno a
según zonas, prioridades de uso y metros dos principios: la interpretación de las ocu-
afectados. Aunque la Ley de Hidrocarburos paciones de tierras como un acto jurídico
Provincial prevé la compensación econó- ilegal, y un criterio meritocrático focalizado
mica a través del concepto de indemniza- en la antigüedad de la residencia para ac-

78. Según medios locales, la empresa petrolera que mayor deuda tendría con el municipio en concepto de VDPIM
(cerca de 11 millones de pesos) sería YPF (El Patagonico, 2014). Debido a conflictos de larga data aún no resueltos,
el Municipio accedió a condonar la deuda, a cambio de que dicha empresa lleve adelante una obra de equipamiento
comunitario que actualmente se encuentra en obra.

193
ceder a la tierra (Vazquez y Bachiller, 2019). medias fueron priorizadas. Como vere-
En los años siguientes, se dictaron nue- mos en el título que examina las políticas
vas ordenanzas y resoluciones que modifi- de producción de vivienda social, hoy en
caron la legislación de 1996. Aquí solamen- día las cooperativas y los sindicatos de
te destacaremos dos cuestiones. En primer trabajadorxs representan uno de los meca-
lugar, las medidas encaminadas a reforzar nismos principales de obtención de tierra
el papel de las asociaciones intermedias. fiscal. Tras apagar nuestras grabadoras,
En un contexto marcado por las políticas diversxs funcionarixs municipales opina-
nacionales de viviendas y acceso al suelo ron que priorizar a los sindicatos respondía
basadas en los principios de descentrali- al interés de la conducción municipal por
zación y subsidiariedad, las cooperativas y promover “lealtades electorales” y garanti-
los sindicatos se constituyeron en actores zar “gobernabilidad”. En todo caso, tales
claves del desarrollo urbano. En segunda modalidades de urbanización reforzaron
instancia, la ordenanza número 7297/2000 canales de acceso a la vivienda vinculados
reservaba el 70 % de los lotes a los “hijos a la situación laboral que no contempla-
del barrio79”, factor que reprodujo criterios ban a lxs trabajadorxs informales; también
de merecimiento nativos centrados en tor- contribuyeron a la expansión fragmentada
no a la figura de los NyC. de la ciudad a través de barrios pensados
En un escenario marcado por el se- de manera independiente, sin una gestión
gundo boom petrolero y la consiguiente estatal capaz de planificar el desarrollo ur-
ampliación urbana, en junio del 2012 se bano en su conjunto.
promulgó la ordenanza 10.417. Esta nor- Con relación a las tomas de tierras, la ló-
mativa, actualmente vigente, realizó modi- gica dominante de la ordenanza 10.417/12
ficaciones en el sistema de puntaje para la es netamente punitivista. Quienes ocupa-
adjudicación de tierras fiscales, reforzando ron tierras y desean regularizar su dominio,
aún más las ventajas para los oriundos de deberán añadir al valor fiscal de la compra
la ciudad. Al seleccionar a la antigüedad del lote un 30 % en concepto de penali-
como factor determinante de los distintos dad; quienes formen parte de una nueva
grados de merecimiento en la asignación toma quedarán inhabilitadxs por el término
de recursos escasos, la municipalidad de 20 años para solicitar tierras, e incluso
agravó las dificultades habitacionales de son descartadxs como posibles benefac-
los sectores populares. Destacamos en torxs de cualquier tipo de programa nacio-
particular la situación de lxs migrantes que, nal, provincial o municipal; si las viviendas
además de no lograr acceder a la vivienda se encuentran vacías, el municipio podrá
apelando al mercado formal, debido a las efectuar el desalojo sin necesidad de con-
normativas restrictivas quedaron imposibi- tar con orden judicial (Vazquez y Bachiller,
litados de conseguir un lote fiscal. 2019); etc. En definitiva, la ordenanza del
Nuevamente las organizaciones inter- 2012 profundizó aún más las desigualda-

79. Aquellos que podían demostrar ser familiares directos de los vecinos que detentaban una antigüedad superior a
10 años de permanencia en el barrio.

194
des preexistentes en materia de acceso al rra fiscal de las problemáticas del hábitat.
suelo. Con la misma, se termina de conso- Luego de esto, en 2013 la Subsecretaría
lidar un enfoque jurídico que interpreta al de Tierras ascendió al rango de Secretaría.
fenómeno de la toma de tierras como un Esta entidad es la que gestionaba todo lo
acto ilegal, antes que como un problema relacionado con las tierras fiscales munici-
social ligado con el déficit habitacional. pales. Unx funcionarix de la Dirección de
Hasta el año 2011, existía una Subse- Planeamiento nos planteó que en otros Mu-
cretaría de Tierras y Hábitat; pero entonces, nicipios la Secretaría de Tierras forma par-
bajo la intendencia de Nestor Di Pierro (2011- te de Planeamiento Urbano mientras que,
2015), comenzó un proceso de desarticula- en Comodoro, ésta dependía directamen-
ción cuyos impactos negativos persisten: te del Intendente; es decir, tenía un rango
más alto que la Subsecretaría de Desarro-
Nosotros por ejemplo tuvimos 6 com- llo Urbano. En su opinión, tal situación se
bos entre Secretario y Subsecretario, y asociaba con un intento por controlar po-
cada uno… Combos me refiero a com- líticamente la tierra (Entrevista a Dirección
binación, porque no siempre la Dirección de Planeamiento Urbano, 2018). Por otra
de Tierras, o bueno, Tierras en general, parte, durante el período analizado obser-
fue una sola Dirección, o tuvo como, diga- vamos fuertes tensiones entre la Secreta-
mos, como superior directo un Secretario. ría de Tierras y la Dirección de Hábitat. De
A veces era la Secretaría de Tierras y Há- hecho, la Secretaría de Tierras funcionaba
bitat, antes de eso era Subsecretaría de totalmente desvinculada de la Dirección
Tierras. Primero dependía del gobierno, de Planeamiento Urbano y de la Dirección
después dependió de Planificación Urba- de Hábitat, factor que obstaculizó la posi-
na, después dependió de gobierno otra bilidad de generar una política integral del
vez, y así… Yo le llamo combo a esa se- territorio. En palabras de un empleado de
lección de Secretarios y Subsecretarios, Tierras: “no hay una política de tierras, acá
y de depender de distintas secretarías, solamente hay una política administrativa y
hasta que tomó entidad de Secretaría de técnica que estamos luchando en contra,
Tierras específicamente. Y esto tiene con- hasta a veces, de los mismos técnicos”.
notaciones. Y cada uno le imprime su pro- (Entrevista a la Subsecretaría de Tierras,
pio sello, el que está al frente de Tierras, 2012). Finalmente, cabe destacar la nueva
algunos le imprimen un sello más social, función que pasó a tener la Secretaría de
otros le imprimen un sello más técnico, Tierras. En tal sentido, unx de lxs coordi-
otros más legal, de acuerdo a quién esté nadorxs de dicha entidad sostuvo que la
al frente. Entonces ¿esto a qué lleva? A misión de tal dependencia consistía en
que… no solo cada 4 años cambiamos “actuar como una inmobiliaria” (Entrevista
de rumbo para llamarlo de alguna manera a la Subsecretaría de Tierras, 2012). Tras la
(Entrevista a Secretaría de Tierras, 2012) intención municipal de obtener un retorno
económico, subyace una percepción de la
Como parte de la desarticulación de Secretaría de Tierras como un simple agen-
2011, la Subsecretaría de Tierras y Hábitat te recaudador que opera bajo una lógica
se dividió, separando la gestión de la tie- de mercado; por si fuera poco, dicha en-

195
trevistada remató su argumento alegando en periódicos locales. En una nota perio-
que “para lo social está Hábitat”. dística se afirma que, durante los últimos
Un punto a destacar en este apartado cinco años, los ofrecimientos públicos
consiste en la formación de precios de los realizados consistieron en la venta de lo-
lotes fiscales vendidos por la municipali- tes de aproximadamente 200 m2 en un pre-
dad, proceso que fue abordado mediante cio que oscilaba entre los $ 500.000 y los
dos entrevistas a quienes en distintos mo- $ 600.000 (ADN Sur, 14 de noviembre de
mentos presidieron la Dirección General de 2017); aunque es una cifra que está muy
Catastro. La venta de tierra pública se basa por debajo del precio de mercado, tales
en los precios que establece el mercado valores siguen siendo inaccesibles para la
para cada zona de la ciudad, lote que lue- mayoría de la población. Por otra parte, re-
go se vende al 40 % de lo que valdría en el currir únicamente a fuentes de información
mercado. Si bien la brecha entre el precio periodística es problemático. En la mayo-
de mercado y el fiscal se justifica en fun- ría de los casos, no se aclara a qué se re-
ción de un fin “social”, “la municipalidad no fiere por “lotes con servicios”: muchos de
interviene buscando disminuir las desigual- tales terrenos tienen una conexión con el
dades que el mercado genera, sino que es- sistema de electricidad o de agua potable,
tablece el precio del lote fiscal dando por no así con la red de gas, no disponen de
válidos los criterios espaciales del propio cloacas o de cordón cuneta; lxs “benefi-
mercado” (Bachiller et al., 2015a: 118). ciarixs” pagan un derecho de ocupante sin
Pese a reiterados pedidos, no obtuvi- que ello suponga acceder a los servicios
mos datos por parte de la Secretaría de urbanos básicos; etc. Tras leer dichos re-
Tierras sobre la cantidad de lotes entrega- cortes, constatamos que, más que de una
dos/vendidos por la municipalidad. Desde política planificada de entrega de lotes, por
la Dirección de Hábitat nos facilitaron un lo general se trata de simples regulariza-
informe realizado por la Unidad Ejecutora ciones de construcciones ya consumadas,
Municipal (Resolución número 0312/05) en es decir, de tomas preexistentes, o de re-
el cuál se detallaba que, a fines de 2005, localizaciones. Finalmente, las estadísticas
se habían ejecutado ampliaciones urbanas ofrecidas por estas fuentes suelen ser con-
que comprendían 767 lotes y que se pro- tradictorias. En cierto artículo periodístico
yectaban 2440 lotes más. Dicho informe se sostenía que se habían entregado 4200
describía otros 26 programas de lotes con lotes durante el 2013 (Tres líneas, 4 de julio
servicios y mejoramientos habitacionales, de 2013); sin embargo, ese mismo año lxs
pero no especificaba si se habían realiza- funcionarixs reconocían que había más de
do o eran parte de proyectos. Esto refleja 7.000 expedientes solicitando tierras, pero
cómo se suelen confundir las políticas de sólo 2.200 lotes disponibles (El Patagóni-
regularización dominial con las políticas de co, 20 de febrero de 2013). Al ser consul-
provisión de suelo urbano. tado sobre dichas cifras, un empleado de
Debido a la imposibilidad de obtener la Secretaría nos respondió: “Ahh pero son
estadísticas sobre lotes con o sin servicios números incalculables” (Entrevista a Se-
por parte de la Secretaría de Tierras, de- cretaría de Tierras, 2020).
bimos recurrir a la información que surge En todo caso, incluso dando por válidas

196
las cifras oficiales más abultadas, resulta mación obtenida mediante entrevistas en
evidente que dichos números son insufi- la Dirección de Catastro municipal fue con-
cientes con relación a la cantidad de solici- tradictoria. Por un lado, el actual titular de
tudes de vivienda, más aún si tenemos en dicha Dirección afirmaba que las tierras
cuenta que muchxs de quienes padecen fiscales disponibles eran escasas. “No hay
un proceso de exclusión residencial no for- más tierras. Y después del lado del Cordón
malizan sus pedidos frente al Estado. Esto [Forestal] queda la Fracción 14 y 15; y no
tiene efectos en otras esferas del mercado hay más tierras. Después todo es privado”
de suelo, ya que, como sostiene Azuela (Entrevista a Dirección de Catastro, 2016).
(2007), la baja producción de suelo servido Por el otro, la anterior titular de dicha de-
contribuye a la retención de la oferta y por pendencia comentó que la municipalidad
consiguiente al encarecimiento del precio, es propietaria del 16 % de las tierras del
lo que afecta a todos los aspectos del de- ejido (Entrevista a Dirección de Catastro,
sarrollo urbano. 2012).
Ante estas inconsistencias, y debido a
3.4.8. Grandes vacíos urbanos: la que según dichas autoridades en el mu-
tierra fiscal disponible en la ciudad nicipio no existe una base de datos que
nos permita corroborar tal información,
Siguiendo a Jaramillo (2009), en la in- nos propusimos identificar los espacios
troducción general del apartado sobre po- ociosos incluidos dentro del ejido urbano
líticas públicas planteamos que el Estado (los grandes vacíos urbanos, sin contem-
impacta en el mercado de suelo urbano a plar los múltiples baldíos de menor escala
partir de cuatro líneas. Una de ellas con- dispersos en la ciudad); con el fin de ob-
siste en pensar en el Estado como agente tener una caracterización que nos permi-
inmobiliario, es decir, como propietario de ta analizar una tendencia aproximada so-
tierras y como productor de espacio cons- bre la calidad y cantidad de suelo urbano
truido. En tal sentido, se torna preciso es- disponible, analizamos el plano catastral
tablecer la magnitud del espacio urbano primero, para luego combinarlo con la in-
disponible en la ciudad. terpretación de imágenes satelitales y aná-
Clichevsky (2002) define a la tierra va- lisis cartográfico.
cante como espacios permanentemente De dicho análisis podemos confirmar
desocupados que se encuentran dentro que, en Comodoro, los vacíos urbanos
de los límites urbanos, excluyendo los par- se presentan como terrenos baldíos, y
ques, plazas, o áreas ecológicas de usos espacios subocupados (depósitos, esta-
públicos. Estos espacios remanentes a la cionamientos, basurales informales, y es-
dinámica urbana contrarían el principio de pecialmente tierra afectada por pasivos
función social de la propiedad y su manejo ambientales). La superficie de tierra va-
podría conducir a mejorar las áreas urba- cante relevada para la ciudad es de 565
nas, reducir la polarización social y fomen- hectáreas; un 1 % de la superficie corres-
tar la igualdad. pondiente a todo el ejido municipal (56681
Sobre los datos de tierras vacantes en hectáreas). Como se puede observar en
el ejido de Comodoro Rivadavia, la infor- la Figura N° 3.4, dentro de esa superficie

197
de suelo ocioso se pudieron detectar los por franja de seguridad correspondiente al
siguientes regímenes de titularidad: 41 % acueducto (del 27,50 %).
pertenece a propietarios particulares, el 3 En cuanto a la zona norte, los vacíos ur-
% al Estado nacional, el 3 % al provincial banos se presentan de manera dispersa,
y algo más del 53 % es de propiedad fis- en fraccionamientos de menor tamaño, y
cal municipal. No obstante, si bien la tierra frecuentemente se ubica sobre los inters-
fiscal disponible es más abundante de lo ticios urbanos disponibles entre los sec-
reconocido por los funcionarios entrevis- tores consolidados. La superficie de los
tados, dentro de las limitaciones para dar vacíos urbanos es de 37 hectáreas (6,6 %
solución habitacional se debe reiterar que del total relevado); de dicha cifra, el total
gran parte de los vacíos urbanos se en- de tierra fiscal municipal es de un 23 %, un
cuentran afectados por distintos tipos de 11 % pertenece a propietarios particulares,
servidumbres, radios de seguridad de po- mientras que el porcentaje de superficie
zos petroleros, acueductos, etc. más importante (casi un 50 %) correspon-
En la zona sur, los vacíos urbanos se de a propiedad del Estado nacional y pro-
presentan como unidades de gran exten- vincial.
sión y próximas entre sí; esta última ca- Los vacíos urbanos se ubican conti-
racterística permite la consolidación del guos a los barrios consolidados, excep-
notable crecimiento al suroeste de la ciu- to en el Kilómetro 8 o barrio Don Bosco,
dad. La superficie aproximada de grandes donde los terrenos de mayor tamaño se
vacíos urbanos detectados es de 527,7 ubican en paralelo a la empresa Petroquí-
hectáreas, el 93 % del total; siendo el 42 % mica. El tamaño promedio de los vacíos
tierra privada, 2,6 % propiedad del Estado urbanos oscila entre las 5 y 1 hectáreas,
nacional y el 56 % tierra fiscal municipal. y las restricciones suelen estar vinculadas
En este sector, la densidad demográfica es con la afectación de radios de seguridad
baja y predominan los macizos que oscilan de pozos petroleros abandonados; de he-
entre 1 a 116 hectáreas. Por lo general, la cho, la superficie de tierra fiscal con res-
superficie de tierra fiscal con restricciones tricciones al dominio representa el 94.75 %
al dominio se relaciona con la afectación del total de los vacíos urbanos.

Figura 3.4: Estado legal de tierra vacante en la ciudad de Comodoro Rivadavia. (zona sur derecha- zona
norte izquierda). Fuente: Elaboración propia en base al análisis de la cartografía catastral y satelital

198
3.4.9. Políticas de mejoramiento únicamente (amparadas en la Ordenanza
habitacional en Comodoro Rivadavia General de Tierras Fiscales), y los progra-
mas de consolidación y ordenamiento ur-
Las políticas de mejoramiento habi- bano que incluyeron el acceso a servicios
tacional abarcan distintas intervenciones básicos y un trabajo de acompañamiento
sobre los barrios, desde la regularización social con las familias beneficiarias. Por
dominial, hasta la provisión de infraestruc- otro lado, las intervenciones ligadas con
tura y servicios básicos. programas nacionales, como el PROME-
En la introducción general del apartado BA, que en varios casos operaron sobre
sobre políticas públicas sostuvimos que barrios constituidos a partir de tomas de
los programas de mejoramiento habitacio- tierras.
nal tuvieron un auge a partir de 1990. No Durante el período estudiado, en Chu-
obstante, ya que Comodoro es una ciudad but el PROMEBA desarrolló 29 proyectos,
donde las tomas de tierras se hunden en siendo la quinta provincia del país en can-
lo más profundo de su historia, se han lle- tidad de proyectos, y la segunda en in-
vado a cabo programas de regularización versión realizada (Kaminker y Velasquez,
incluso antes de dicha década (aunque 2015)80. En Comodoro la inversión fue de
los mismos no necesariamente fueron de- $ 84.381.761 y se realizaron 6 proyectos
nominados de tal manera); cabe recordar en total (Tabla 3.8). Según Kaminker (2016)
que muchos barrios de la zona sur nacie- el PROMEBA contemplaba infraestructura
ron como ocupaciones que, posteriormen- pública y privada, pero esta última era muy
te, fueron regularizados. Por otra parte, en limitada (tan sólo permitía eliminar letrinas
esta ciudad, las políticas de regularización y llegar con agua segura). En el caso de
consistieron en diversos procesos. Por un Comodoro podemos observar que las in-
lado, las que impulsó el mismo municipio, tervenciones fueron variando según el ba-
variando entre la regularización dominial rrio en el cual se desarrollaron:

80. Las razones de este “éxito relativo” de la provincia de Chubut con relación al PROMEBA, responden al alineamiento
político provincial con el gobierno nacional, a la falta de atención histórica previa a los procesos de urbanización en la
región, y un equipo provincial altamente competitivo a la hora de gestionar la solicitud de los recursos. No obstante,
una cuestión que Kaminker y Velásquez (2015) reconocen como perentoria a la intervención es la dinámica provincial
asociada a las dificultades de acceso a la tierra y a la vivienda, y la escasa planificación habitacional para los sectores
populares.

199
Tabla 3.8: Programas de Mejoramiento Barrial implementados en Comodoro. Total.
Cant. Monto de Años de
Barrio Objeto de la obra
beneficiarixs inversión ejecución
Pietrobelli - Bal- PÚBLICA: Pluviales, vial. EQUI-
cón del Paraíso 250 $ 662.111,50 1998 PO: SUM. COMPLEMENTARIAS:
- Promeba I Defensas, Varios.
PÚBLICA: Agua, Cloacas, Conte-
nedores, Parquización, Peato-
M.Abásolo nal, Pluviales, Red de Baja, Vial.
Quirno Costa - 3.190 $ 10.542.197,72 2004 PRIVADA: Agua, Baños, Cloaca.
Promeba II EQUIPO: SUM. COMPLEMEN-
TARIAS: Nexo Vial, Pluvial por
conducto.
PUBLICA: Agua, Alumbrado,
Cloacas, Gas, Peatonal, Pluvia-
les, Vial. PRIVADA: Agua, Baño
Máximo Abásolo C/Cocina, Baño C/N. Seco, Baños,
610 $ 3.427.960,48 2006-2009
Este - Promeba I Baños Completamiento, Cloaca,
Gas. COMPLEMENTARIAS: De-
fensas, Nexo agua, Nexo Cloaca,
Nexo Vial, Varios.
PUBLICA: Agua, Cloacas, Pea-
Máximo Abásolo tonal, Pluviales, Vial. PRIVADA:
Oeste - 1.035 $ 4205955,63 2006-2009 Agua, Baño C/Cocina, Baño C/N.
Promeba I Seco, Baños, Baños Completa-
miento, Cloaca, Gas, Varios.
Moure y San Mejoramiento hábitat con
Cayetano - 3.715 $ 22.775.992,46 2009 -2012 infraestructura pública, obras
Promeba IV complementarias y mitigación.
Red de agua, cloacal, desagües
pluviales, red vial, de gas, con-
tenedores domiciliarios, paradas
de colectivos, espacios verdes
parquizados, defensas. Plantas
San Cayetano y de tratamientos cloacal, Red
Máximo Abásolo 17.870 $ 42.767.543,49 2013-2015 eléctrica y alumbrado público,
Promeba III veredas y sendas peatonales,
equipamientos comunitarios,
mitigación ambiental, nexos
viales, cloacales, agua, gas, elec-
tricidad, forestación. mobiliario
urbano general, señalética
Total 26.670 $ 84.381.761,22
Fuente: Elaboración propia en base a datos de la página oficial de PROMEBA

200
Los programas beneficiaron a un total algunos casos refieren a completamiento
de 26.670 personas, y se llevaron adelante de redes ya existentes. En todo caso, lo
entre 1998 y 2015. Si tomamos los datos planteado por Clichevsky (2010) es válido
del Censo de 2010, el porcentaje de be- para Comodoro: la cantidad de soluciones
neficiarios sobre el total de población fue que proveen los programas de regulariza-
de un 15 % de la población de la ciudad, ción es mínima en comparación con la can-
aunque hay que tener en cuenta que los tidad de gente viviendo en la informalidad.
programas comenzaron en 1998, cuan- Por otra parte, en Comodoro, todos los
do la población de la ciudad ascendía a PROMEBA fueron realizados en barrios de
124.000. Asimismo, si observamos el Cua- la zona sur que se habían conformado a
dro, algunos barrios se repiten en diferen- partir de tomas de tierra. En la Figura 3.5
tes programas, por lo cual las intervencio- podemos observar los sectores donde se
nes que figuran como objeto de la obra en llevaron adelante.

Figura 3.5. Distribución de PROMEBA ejecutados en Comodoro Rivadavia.


Fuente: Elaboración propia en base a datos de la página oficial de PROMEBA

El sistema de elegibilidad de los PRO- lo cual genera un alto grado de focaliza-


MEBA tiende a encontrar tensiones en el ción de las acciones (Relli Ugartamendía,
territorio local. Los criterios que se utilizan 2018). En primer lugar, la efectividad de los
incluyen aspectos sociales, económicos, programas de regularización varió mucho
dominiales, urbanos y ambientales, lle- en cada localidad, ya que dependió de
gando a sumar unos cuarenta requisitos, la disponibilidad de suelo urbano de los

201
municipios, y/o del funcionamiento de los (Entrevista a Dirección de Hábitat, 2016).
equipos técnicos para presentar y ejecutar A su vez, cuando le consultamos sobre
proyectos. En segundo término, los exor- los efectos del PROMEBA, sostuvo que tal
bitantes precios de una ciudad petrolera programa no alcanzaba a dar soluciones,
determinaron que los fondos de los pro- ya que tomaba solo la tierra mensurada o
gramas diseñados desde nación fueran con trámite de mensura, por lo cual la ge-
insuficientes para cubrir lo proyectado. Lxs neración de suelo urbano solía recaer en
entrevistadxs nos comentaban que en Co- el municipio, sin contar con ningún aporte
modoro el dinero nunca alcanzaba, motivo nacional. Por último, al impactar negati-
por el cual en determinado momento se vamente en la disponibilidad de suelo, el
dejaron de elaborar nuevos proyectos (En- pasivo ambiental ocasionado por la indus-
trevista a Dirección de Hábitat, 2016). Asi- tria petrolera es otro factor a considerar no
mismo, entre los criterios de elegibilidad sólo en cuanto a las dificultades que tiene
figura el diagnóstico social, en función del el municipio para la producción de suelo
cual se deberá demostrar que al menos el urbano, sino específicamente en lo que
75 % de la población beneficiaria posee concierne al éxito de los programas de re-
necesidades básicas insatisfechas. Tal gularización. En tal sentido, un empleado
como nos planteaba el equipo técnico de de la Dirección de Catastro nos recordaba
la Dirección General del Hábitat y Ordena- que “para los préstamos de PROMEBA...
miento Urbano (DGH y OU), en el cálculo sí vos le entregas una tierra que está afec-
del diagnóstico social, principalmente en tada por un radio de seguridad, el banco
lo que refiere a ingresos económicos, “los tampoco te da el préstamo” (Entrevista a
parámetros no dan”; es decir, los montos Dirección de Catastro, 2017).
de ingresos económicos por familia esti- Otro de los programas implementados
pulados por la normativa nacional no se fue el Programa de Mejoramiento de
adecuan a la realidad socioeconómica Viviendas (PROMEVI), cuyo objetivo
local, donde los ingresos y los valores de consistió en recuperar viviendas
los alquileres resultan mayores en compa- deterioradas por el paso del tiempo81.
ración con la media nacional. En tercera Desde la creación del programa en 2010
instancia, algunxs funcionarixs menciona- hasta el año 2016, en Comodoro se
ron la dificultad para trabajar en regulari- realizaron 886 mejoramientos.
zación sin contar con la colaboración de En paralelo a estas iniciativas
la Secretaría de Tierras: “si no tenés una nacionales, y tomando como modelo a
buena conexión con Tierra… no, no podés los PROMEBA, la provincia de Chubut
trabajar. Porqué Tierras te tiene que dar la lanzó un programa con financiamiento
tierra para que vos puedas decir bueno, propio llamado PROMEBACH. El mismo
yo trabajo acá y relocalizamos familias” se desarrolló entre el 2011 y 2013 a partir

81. Dependiente del ámbito de la Subsecretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Nacional), buscaba contribuir al de-
sarrollo y mejoramiento de las condiciones del hábitat de los hogares de menores recursos, generando empleo formal
y movilizando mercados locales de materiales en comercialización y producción.

202
de un programa ejecutado en el barrio establecer acuerdos y consensos con
comodorense Abel Amaya, y terminó la población objetivo, en algunos casos
beneficiando a 700 familias. Asimismo, se encargó de orientar los proyectos de
el municipio de Comodoro implementó PROMEBA, PROMEVI o Plan Federal y
un Plan de Consolidación y Ampliación en otros casos, utilizando financiamiento
Urbana, elaborado por una Unidad municipal, se procedió a intervenir los
Ejecutora Municipal conformada mediante asentamientos que se iban conformando.
la Resolución 0312/05. Entre sus objetivos Si bien pudimos obtener un Informe de
estaba la generación de suelo urbano, dicha Unidad, el mismo no detalla qué
los programas de lotes con servicios, proyectos finalizaron y en qué períodos se
y la relocalización de algunas familias, llevaron adelante, por lo cual no pudimos
motivos que nos llevaron a incluir a dicha establecer el número total de familias
Unidad en el apartado anterior dedicado a beneficiarias.
las políticas de tierras fiscales. El mismo Sin embargo, se detallan algunos de
contempló procesos de regularización y los programas que se llevaron adelante,
reordenamiento que fueron abordados por los cuáles recuperamos la tabla 3.9. que
un equipo interdisciplinario que permitía se muestra en la siguiente página:

203
Tabla 3.9.: Programas/planes municipales y nacionales de regularización y mejoramiento urbano en barrios de Comodoro Rivadavia
Programa Año Detalle Barrios y flias. beneficiarias
Regularización y cierre Barrio Stella Maris: 169 fam.
Atención a beneficiarios, gestión de servicios, Barrio Abel Amaya: 253 fam.
de Programas de lotes No es-
acompañamiento social y ambiental, trabajo Barrio San Cayetano: 397 fam.
con gestión de servicio, pecifica Barrio San Martín: Mz.64 12 fam.
administrativo, inspecciones, reuniones
jornadas de Barrios Sector Km 14: 6 fam. Total: 837 familias
Atención a beneficiarios, gestiones técnicas
legales y administrativas. Reordenamiento
para incorporación de servicio de energía
(Mz.112), además de su incorporación a
PROMEBA se debe incorporar a PROMEVI.
Programa de Ordena- Mzs. 112, 97, 98, 99, A, B y C sectores de San Cayetano, A, B y C
Reordenamiento de mz.99, 98, 97 y 104 para
miento Urbano sectores en Stella Maris y en Barrios Altos.
incorporación de los servicios y regulariza-
ción dominial. Sector de B° la Floresta en ba-
rrios altos se tomó conocimiento y se solicitó
a vecinal llenado de planillas, corresponden
aproximadamente a 110 familias.
Asiste un Aula de acompañamiento y ase-
Programa de Consoli-
Año soramiento Técnico Constructivo. Cierre del
dación y Regularización Bº Stella Maris
2009 proyecto de ampliación urbana en más de 30
Dominial B° Stella Maris
lotes.
Programa de Consoli-
Asiste un Aula de acompañamiento y aseso-
dación y Regularización 2009-
ramiento Técnico Constructivo, Ambiental y
Dominial B° Máximo 2010
Urbano.
Abásolo
Continúa en página 205


204
1. Quirno Costa Mz. 20, 23 fam.
2. Quirno Costa Sector Panaderos, 6 fam.
3.San Cayetano Mz. 90, 91, 92, 13 fam.
4.San Cayetano Meseta s/ calle 1, 44 fam.
Programa de Ordena- 5.San Cayetano Meseta s/ calle Garcés (con conflicto); 23 fam.
miento y Regularización 6.San Cayetano Mzo. 17, 48 fam.
a partir de los acuerdos 7.Moure mz.Centro de Salud, 5 fam.
en asentamientos 8. San Cayetano Parcela 13 mz 101, 8 fam.
9.San Cayetano Regularización y Relocalizacion de 254 fam.
(Asent. 2008-2009)
10.Remediación sectores relocalizados. San Cayetano: Sector Pla-
za, sector Ladera. Stella Maris: Sector A y Sector Cerro
Fuente: Elaboración propia, 2020 (en base a información de la Municipalidad de Comodoro Rivadavia, Dirección General del Hábitat y Ordenamiento Urbano)

Según una entrevistada que se desempeñaba en la Dirección con regularización en trámite83. Al estar los datos consignados
de Hábitat, con la asunción de Di Pierro como Intendente, en el por sectores dentro de cada barrio catastral, no es posible acce-
2011 la orientación política cambió y estos programas dejaron de der a un número de asentamientos total, sino sólo a la cantidad
ejecutarse. En 2016, ante un nuevo cambio de gestión, se realizó de familias. De todas estas familias, 1045 se encontraban vivien-
el documento “Información Diagnóstica de Barrios Populares de do en sectores que estaban “bajo estudio”. Si bien los informes
Comodoro Rivadavia”, el cual coincidió con la solicitud desde no aclaran a qué se refiere con esto, deducimos que se trataba
Nación encaminada a elaborar el RENABAP. Dicho Informe identi- de sectores que eran objeto de censos y formulación de proyec-
ficó los sectores de asentamientos precarios que surgieron entre tos de regularización por parte de la Dirección de Hábitat, pero
2011 y 201682. Se identificaron 2861 familias viviendo en sectores que no tenían ningún proceso de regularización iniciado. Por
de asentamientos precarios y 3698 familias viviendo en sectores otro lado, por lo que pudimos relevar de manera cualitativa, los

82. Si bien el Informe consigna el período 2011-2016, algunos de los asentamientos registrados comenzaron a conformarse en años anteriores, por lo cual se deduce que se quería
registrar la totalidad de asentamientos que existían en 2016 y que no habían accedido a la regularización.
83. En el caso de regularización en trámite el Informe no aclara si se refieren sólo a regularización dominial o a programas de mejoramiento u instalación de servicios e infraes-
tructura.

205
sectores identificados como “sectores en mer lugar, si bien lxs jueces pueden frenar
regularización en trámite” corresponden un desalojo ante la presencia de menores,
tanto a zonas que fueron ocupadas, como no toman ninguna medida intimando al
también a loteos sociales generados por poder ejecutivo a garantizar el derecho a
el municipio, relocalizaciones y entrega de la vivienda y la calidad de vida de dichxs
lotes sin servicios (Informe de la DGHyOU, niñxs. En segunda instancia, la percep-
2016). ción nativa de la espacialidad establece
una clara diferencia entre las tomas en
3.4.10. Relocalizaciones y tierras públicas respecto de las privadas;
erradicaciones: un límite difuso la condena social recae mayormente en el
segundo caso (Bachiller, 2018b). Conse-
Existen algunos antecedentes de erra- cuentemente, cuando la toma se expande
dicación en los años 1980, como el del ba- por tierras privadas, indefectiblemente co-
rrio Mar del Plata o algunos sectores del mienza un proceso de judicialización con
denominado Balcón del Paraíso; las mis- la consiguiente amenaza de desalojo. En
mas se justificaron por cuestiones de ries- tercera medida, hemos registrado formas
go socioambiental, e implicaron procesos encubiertas de desalojo. En conversacio-
de relocalización. Como constataremos en nes informales, al menos dos funcionarixs
este apartado, el límite entre la erradica- municipales comentaron que, en los ini-
ción y la relocalización no siempre es tan cios de la gestión del intendente Di Pierro
claro como suele pensarse. (2011-2015), grupos violentos fueron con-
En líneas generales, en Comodoro las tratados para incendiar las viviendas pre-
erradicaciones se expresaron en la demo- carias ubicadas en el denominado “barrio
lición de estructuras recién montadas, no de lxs paraguayxs”. El objetivo consistió
así de viviendas consolidadas y habita- en dar un “ejemplo aleccionador”, encami-
das, menos aún de barrios enteros. Una nado a “desincentivar” la proliferación de
funcionaria municipal comentaba que los tomas de tierras (Bachiller et al., 2015a).
desalojos no son frecuentes, ya que los Si bien se trata de situaciones excepcio-
jueces suelen frenar tales medidas cuan- nales en la historia local de las políticas
do en las viviendas residen niños: “donde urbanas, la “quema de ranchos” ilustra
aparece la figura del desalojo pocas veces cómo el Estado, que califica a los asenta-
se concreta, no sé si vi alguna en tantos mientos como ilegales, en ocasiones ope-
años. El tema es que para mí lo que hay ra desde la . Por otra parte, dichas medi-
que evitar es el primer cerco, la primera das, se desplegaron en consonancia con
estaca, el primer alambrado, donde ahí sí los cambios en la ordenanza 10.417/12 de
puede pasar la topadora. O sea, cuando acceso a la tierra. En tal sentido, del tra-
ya esto pasó a ser el techo de una familia bajo de campo se desprende que el pe-
o de una persona, ya es imposible actuar” ríodo 2011-2012 representó un giro en la
(Entrevista a Dirección de Catastro, 2012). política destinada a los asentamientos. Si
Lo afirmado no debe conducirnos a un bien ya en el 2008 se había generado una
panorama idílico de la aproximación esta- línea telefónica que incentivaba a lxs ve-
tal a los asentamientos populares. En pri- cinxs a denunciar nuevas tomas, fue en el

206
2011-2012 cuando se potenció a la misma litar tierras fiscales para la relocalización de
y se hicieron más recurrentes los levanta- familias (Entrevista a Dirección de Hábitat,
mientos de construcciones precarias. De 2016). En segunda instancia, en más de
esta manera, el concepto de “prevención” una ocasión el Municipio adjudicó un lote
que utilizó el municipio no se encaminó a sin ningún tipo de infraestructura y/o ser-
generar suelo urbano para vivienda, sino vicios (tenemos ejemplos en ciertas áreas
a impedir nuevas ocupaciones. Tal lógica de las Fracciones 14, 15 y de los Bretes). Al
contó con el respaldo de los medios loca- contar con un reconocimiento legal, las de-
les de comunicación, a partir de titulares finiciones oficiales no contemplan a dichos
como el siguiente: “Esta fiesta de la usur- espacios como asentamientos; lo cierto es
pación en Comodoro se debe terminar” (El que tales relocalizaciones estatales han
Patagónico, 2012), En resumidas cuentas, sido las causantes de la precariedad que
si bien ningún funcionarix quiso asumir el padecen determinados barrios populares
costo de un desalojo masivo, los discursos (Bachiller, 2015). Un tercer obstáculo con-
mostraron una mayor intolerancia frente a siste en que, luego de la relocalización, es
las ocupaciones. muy probable que el espacio vuelva a ser
Las relocalizaciones guardan relación ocupado por otras familias; ello se debe a
con programas de consolidación urbana la ausencia de un trabajo coordinado en-
de asentamientos que requieren la aper- caminado a evitar nuevas ocupaciones en-
tura de calles o la instalación de infraes- tre las dependencias municipales y los ve-
tructura comunitaria; a su vez, en Como- cinos. Por último, las familias a las que se
doro, suelen justificarse por motivos de les asigna un terreno tienen un plazo para
riesgo socioambiental. Como planteamos construir; no obstante, ya que las medidas
previamente, grandes extensiones de la de relocalización no incluyen un acompa-
ciudad se encuentran afectadas por pasi- ñamiento económico desde la municipali-
vos ambientales, factor que condiciona la dad, las familias muchas veces no pueden
expansión urbana. Dicha situación afecta cumplir con los tiempos, factor por el cual
tanto a la ciudad “formal” como a los asen- pueden terminar perdiendo el terreno. En
tamientos; sin embargo, como veremos en definitiva, las políticas de relocalización no
el capítulo 2, el pasivo ambiental es un ar- son integrales, ni dimensionan los contex-
gumento frecuentemente adoptado por los tos de alta vulnerabilidad socio-económica
representantes del Estado para justificar que enfrentan estos sectores.
un tratamiento discriminatorio para con los
asentamientos. 3.4.11. Políticas de producción de
Hemos podido detectar una serie de di- vivienda estatal
ficultades asociadas con las medidas de
relocalización. En primer lugar, debemos Como vimos en la introducción, las po-
mencionar un tema ya recurrente: la res- líticas habitacionales en nuestro país se
ponsable de la Dirección de Hábitat seña- han centrado en la generación de un stock
ló la imposibilidad de coordinar un trabajo de viviendas públicas. Estos programas
conjunto con la Secretaría de Tierras, sien- han recibido fuertes críticas por la forma
do esta dependencia la encargada de faci- en que se piensa el espacio de manera

207
fragmentada (generando barrios desco- mo construyó y asignó 2862 viviendas en
nectados de las tramas urbanas), por la la localidad, lo cual nos da un promedio de
calidad constructiva de las viviendas (que 220 viviendas por año.
suelen degradarse en pocos años), etc. Para 2010, 10.953 familias comodoren-
A pesar de las reiteradas solicitudes de ses se encontraban inscriptas en el IPV y
entrevistas, no fue sencillo conseguir esta- DU esperando una solución habitacional,
dísticas oficiales actualizadas del IPV y DU. cifra que la convertía en la ciudad con más
Tal es así que, en una de estas recorridas requerimientos de Chubut; ahora bien, en
en búsqueda de datos, un funcionario se el 2011 sólo se entregaron 106 unidades
refirió al IPV y DU como el “impenetrable” (Tabla 3.10). En un sentido similar, una
(Registro de campo, 2019). Luego de casi nota de un periódico comodorense alega-
un año obtuvimos las auditorías realizadas ba que, pese a ser la ciudad más poblada
por el FONAVI al IPV y DU de Chubut, pero de la provincia, Comodoro es una de las
no así los informes específicos sobre la menos favorecidas en la distribución de
localidad de Comodoro. La ausencia de planes habitacionales (Prensa del pueblo,
respuestas se liga con el concepto de opa- 15 de febrero de 2017).
cidad estratégica planteado en otras sec- Los criterios de adjudicación del IPV y
ciones del libro; a su vez, se contextualiza DU fueron cambiando con los años, pero
en diversos juicios por corrupción a funcio- formalmente siempre se priorizó a los soli-
narios del IPV y DU. A partir del análisis de citantes que no contaran con otra propie-
las auditorías y del seguimiento de noticias dad inmueble en la provincia. Ahora bien,
en medios periodísticos, pudimos acceder hubo denuncias sobre el incumplimiento
a un Informe elaborado por dos arquitectxs del organismo en cuanto a leyes naciona-
de la Institución, a pedido de un legislador les y/o sobre cómo se entregaron vivien-
de la provincia de Chubut84, en el cual se das, utilizando criterios discrecionales de-
detallaron las obras por localidad. finidos por los municipios. Esto se refleja
El IPV y DU es el encargado de manejar en las conclusiones de algunas auditorías
todos los fondos y programas implemen- del FONAVI.
tados desde Nación; por lo tanto, en sus En 1995 hubo una reforma del FONA-
registros aparece el Programa Federal de VI, instrumentada por la Ley 24.464, que
Construcción de Viviendas (PFCV) lanzado autorizó a este organismo a descentralizar
en 2004, como también los Programas de la ejecución de sus acciones a municipios,
Mejoramiento como PROMEBA, PROMHIB comunas y entidades sin fines de lucro
y otras operatorias menores. Los datos (cooperativas, mutuales, organizaciones
que conseguimos nos permiten confirmar gremiales y ONG) (Cuenya, 2000). Con
la insuficiente respuesta estatal en materia relación al IPV y DU, dicha medida posi-
de vivienda. Entre 2003 y 2015, el organis- bilitó un crecimiento en la participación de

84. El informe aparece en los medios el mismo mes en que se producen detenciones por causas de corrupción en la
provincia de Chubut, en el IPVyDU y en otras dependencias (La Nación, 2018).

208
tales instituciones y habilitó nuevas confi- del terreno, y una parte de las mismas se
guraciones de actores. En publicaciones destina a la administración de la coopera-
previas se señaló que las operatorias con tiva (Vazquez, 2020). El problema es que
entidades intermedias terminan hegemoni- los procesos son muy largos, llegando a
zando los planes que impulsa el IPV y DU; demorar entre 15 y 20 años en la entrega
así, de las 381 casas planificadas por esta de un lote con servicios. Cuando las coo-
entidad para el 2017, el 43 % se encontra- perativas se manejan con el financiamien-
ban reservadas para los Sindicatos de Ca- to del IPV y DU, la construcción se realiza
mioneros y de Petroleros (Bachiller, 2019). más rápido, pero, entonces, los requisitos
Por otra parte, encontramos una amplia de lxs beneficiarixs son los que establece
gama de opciones: proyectos financia- este organismo.
dos por el IPVyDU pero operados por sin- Más allá de los registros de cantidad
dicatos (por ejemplo, el Barrio Petroleros de viviendas otorgadas, es necesario men-
Privados en el Cordón Forestal); otros en cionar la precariedad de muchas de estas
los que los sindicatos gestionan las tierras construcciones. En el relevamiento de
ante el municipio y luego se encargan de noticias, constatamos numerosas denun-
mensurar e instalar los servicios y construir cias sobre la calidad constructiva de las
las viviendas (Barrio del Sindicato de pe- viviendas (ADN Sur, 22 de julio de 2020;
troleros jerárquicos en Kilómetro 5); casos ADN Sur, 24 de julio de 2020). A su vez, el
en los que las cooperativas gestionan la hecho de tener que adaptar las políticas
tierra y luego articulan con el IPVyDU para de vivienda a los presupuestos locales, ha
su urbanización (Cooperativa 9 de agosto provocado la provisión de menos respues-
en Kilómetro 14); etc. La descentralización tas habitacionales y de menor calidad, lo
y terciarización de la gestión del suelo y cual también generó procesos de urbani-
la construcción de viviendas por parte del zación poco sostenibles en el largo plazo.
IPV y DU hacia las entidades intermedias, Tales situaciones reflejan una problemática
conlleva una variedad de situaciones que estructural de las políticas habitacionales
obstaculizan la posibilidad de establecer de construcción de viviendas en nuestro
criterios de planificación que rijan al con- país (Del Río, 2012).
junto urbano (para nuestra investigación,
implicó la dificultad de obtener estadísti-
cas sobre el desarrollo urbano local); a su
vez, el acaparamiento de las escasas vi-
viendas sociales construidas por parte de
dichas entidades intermedias, dificulta aún
más las posibilidades que los sectores po-
pulares tienen de acceder a un hogar.
En entrevistas realizadas a “beneficia-
rixs” de las cooperativas, constatamos el
nivel de informalidad con el que dichas en-
tidades suelen operar. La gente firma un
acuerdo para comenzar a pagar cuotas

209
Tabla 3.10. Programas y planes de vivienda en Comodoro (2003-2015).
Viviendas entregadas por año y programa
Año final Nro.
Programa Contratistas
de obra viviendas
2005 264 Reactivación II Torraca; Rigel;Freile;Auda; Sandoval
2006 411 Federal I Rigel; AUDA; Freile; Torraca
Ledesma; Sandoval; Rigel; AUDA; Gresu-
2007 577 Federal I
co; Freile
Ledesma; UTE: RAMON LEDESMA CONS-
2008 141 Federal I
TRUCCIONES - EQUIVIAL S.A.
2009 14 Federal I HABITAR S.R.L.
2009 130 Federal II AUDA; Freile; Gresuco
Ampliación viv. discapacitado
2009 1 Ranguinao
Provincia
2010 399 Federal II Ledesma; Sandoval; Gaia; Rigel; AUDA
2011 106 Federal Reconvertido AUDA; Ledesma; Freile; Gresuco
Freile; Rigel; Sandoval Rave Ingenieros
2012 162 Federal II
Civiles
2012 100 Federal Reconvertido Gresuco; Coinar; Rigel; Torres; AUDA
2013 43 Federal Reconvertido Ledesma; Rigel
Ampliación viv. discapacitado
2013 1 Cacema
Provincia
2013 75 Plan provincial de viviendas AUDA; Torres
2013 3 Provincia VIVIENDAS BAHÍA BLANCA S.A.
2014 351 Plan provincial de viviendas Rigel; Ledesma; Freile; Gresuco; AUDA
2014 83 Techo digno Freile; AUDA
Ampliación viv. discapacitado
2014 1 JNR OBRAS Y SERVICIOS
Provincia
Total 2862
Fuente: Elaboración propia en base a datos obtenidos de un Informe elaborado por lxs arquitectxs Edgardo Lanús y Paula
Cañadas, a solicitud del presidente del bloque cambiemos en la legislatura, Eduardo Conde, 2017.

3.4.12. El ínfimo impacto del sistema centrales de acceso a una vivienda con-
de créditos hipotecarios en el acceso siste en la promoción masiva de créditos
al suelo y la vivienda hipotecarios. En países como España,
Inglaterra o Estados Unidos, la crisis del
En un sistema donde la asignación de 2008 nos dejó una lección en cuanto a la
recursos se regula mediante el mercado, fragilidad de un modo de organización so-
se supone que uno de los mecanismos cial basado en el endeudamiento colecti-

210
vo (Rolnik, 2017). A diferencia de dichos Tal como se sostuvo en capítulos an-
países, en Argentina los desalojos esta- teriores, lxs empleadxs o empresarixs in-
dísticamente no se asociaron con la “crisis mobiliarixs coincidieron en afirmar la irre-
de las hipotecas”; como veremos en este levancia de los créditos bancarios en sus
último apartado, ello se explica debido a transacciones inmobiliarias. En tal sentido,
la insignificante incidencia del sistema de alegaron que el precio de las propiedades
créditos hipotecarios como mecanismo de no se corresponde con los valores otorga-
financiación del acceso a la vivienda. dos mediante créditos hipotecarios (Entre-
En la sección dedicada a créditos del vista a la Cámara Inmobiliaria, 2016). Más
Informe obtenido del IPV y DU entre 2003 aún: aludiendo recurrentemente a los im-
y 2015, se desprende que los créditos ini- pactos de la industria extractiva, los repre-
ciados para Comodoro fueron 105 en total, sentantes del mercado inmobiliario plan-
lo que da un promedio de 8 por año. No tearon que los créditos no se adaptan a los
fue sencillo obtener datos sobre el sistema precios locales, sino que responden a los
de créditos hipotecarios para la compra de parámetros de otras zonas del país. “Están
lotes o viviendas. Las bancas privadas son pensados siempre para lo que es el norte
reticentes a brindar información, por lo cual del país, Buenos Aires para arriba, La Pla-
no nos fue posible conseguir estadísticas ta, que tiene la gente… máximo, no sé, un
sobre la cantidad de créditos otorgados millón de pesos. Eso acá no va. No puede
por los diferentes bancos. Por otra parte, ir ni para el terreno” (Entrevista a Inmobilia-
las tasas más accesibles suelen ser las de ria G, 2017). A su vez, en este punto debe-
los bancos estatales; por consiguiente, en mos contemplar los requisitos solicitados
el marco del proyecto realizamos entre- para acceder a un crédito. Por un lado, en
vistas a directivxs del Banco Nación y del un país que posee una tasa de informali-
Banco Chubut. Asimismo, a nivel de crédi- dad del 48 %, los requisitos formales de-
tos otorgados por el Banco Chubut, logra- jan afuera a un porcentaje altísimo de la
mos acceder a los datos publicados por población. Por el otro, para conseguir un
el Banco Central de la República Argenti- crédito acorde a los precios del mercado
na, pero únicamente desde 2016 y a nivel inmobiliario comodorense, se torna preci-
provincial. Si bien tales datos no coinciden so contar con ingresos muy superiores a la
con el período de nuestro estudio, nos sir- media. En definitiva, el sistema de créditos
ven para confirmar nuestra hipótesis sobre sólo presta dinero a quien ya lo tiene.
la insuficiencia de créditos hipotecarios. En la introducción del apartado se sos-
Así, en el 2016 se otorgaron 1264 présta- tuvo que, durante las gobernaciones kirch-
mos hipotecarios, mientras que en el 2017 neristas, el PROCREAR representó la prin-
hubo 1836 préstamos. Recordando que cipal política de créditos hipotecarios. En
estas cifras son provinciales, y por lo tanto Comodoro, a través del plan PROCREAR
no discriminan específicamente la asigna- accedieron a la primera etapa del sorteo
ción de créditos para Comodoro, las mis- nacional 1.167 interesados, de los cuales
mas nos permiten confirmar que se trata de 382 presentaron solicitudes concretas; en
números insignificantes en función de las abril del 2013, sólo 266 créditos habían
necesidades habitacionales de la ciudad. sido aprobados, mientras que el número

211
de proyectos en construcción se reducía provincial de Planeamiento del Ministerio
a 215 (El Patagónico, 24 de abril de 2013). de Infraestructura (2011-2015), al menos
Así, entre 2012 y 2018, en Comodoro sólo un tercio de la población de la ciudad vive
se concretaron 267 proyectos a través de en terrenos sin adjudicación de titularidad
tal programa. Por otra parte, entre los pro- (Vazquez, Kaminker y Hiller, 2020). En ter-
yectos ejecutados, el porcentaje más sig- cera instancia, se señaló que la falta de
nificativo fue para construcción de vivienda articulación entre los diferentes niveles
(99), el resto se dedicó a compra de mate- gubernamentales fue otra de las razones
riales, ampliación de viviendas o refacción. por las cuáles el programa representó
En todo caso, para una ciudad cuya pobla- una “oportunidad perdida”. Finalmente,
ción ronda los 200.000 habitantes, y con- se destacó el peso del capital relacional
siderando las necesidades habitacionales a la hora de conseguir terrenos; gracias
mencionadas previamente, dicho número a sus contactos personales, lxs NyC son
es muy insatisfactorio. Además, compa- quienes tuvieron mayores posibilidades de
rando con otras localidades del país, en acceder a los productos ofrecidos por el
Comodoro Rivadavia el impacto del PRO- PROCREAR.
CREAR en términos urbano-territoriales, En resumidas cuentas, los distintos
económicos y sociales, fue muy acotado. sistemas de créditos hipotecarios no tu-
Al ser consultada sobre este tema, la pre- vieron ninguna relevancia a la hora de mi-
sidenta de la Cámara Inmobiliaria de la tigar las enormes dificultades de acceso
ciudad resumió la situación del siguiente al suelo urbano que padece un porcentaje
modo: “te la hago cortita: fue nulo” (Entre- significativo de la población, así como evi-
vista a la Cámara Inmobiliaria, 2016). denciaron limitaciones que nos fuerzan a
En un estudio cualitativo centrado en repensar cuestiones estructurales ligadas
entrevistas a informantes claves y a adju- con la regulación política del mercado de
dicatarios del programa, se analizaron las suelo urbano. La escasa incidencia del
dificultades que tuvo un programa diseña- sistema de préstamos hipotecarios a nivel
do a nivel nacional a la hora de implemen- nacional, se agravó aún más en una ciu-
tarse en una ciudad petrolera (Vazquez, dad bajo el impacto de un boom petrole-
Kaminker y Hiller, 2020). En primer lugar: la ro. Expulsados por un mercado del suelo
mayoría de los solicitantes del PROCREAR especulativo, y sin políticas eficaces de
quedó descartada por no poder acceder regulación del suelo y acceso a la vivien-
al suelo. A partir de 2013 se abrió la línea da, un amplio porcentaje de la población
de construcción más compra de terreno, constantemente se ve forzado a desplegar
la cual permitió comprar lotes que valieran estrategias informales para acceder a un
hasta $ 150.000. Lxs entrevistadxs coinci- espacio donde residir en la ciudad.
dieron en que, incluso alejándose del cen-
tro urbano, con ese valor era casi imposible
acceder a terrenos. El segundo obstáculo
mencionado consistió en la titularidad de
la tierra; de acuerdo a las estimaciones de
quien se desempeñó como Subsecretaria

212
213
El único derecho es estar
Conflictos por el acceso al suelo y tomas de tierras en Patagonia

4. Dificultades de
acceso al suelo en
Patagonia y construcción
popular de la ciudad

214
4.1. Introducción

Mariana Giaretto | Letizia Vazquez

En los apartados anteriores de esta obra diciones para que los capitales vinculados
analizamos el modo en que el mercado y a la especulación inmobiliaria aumenten los
el Estado condicionan el acceso al suelo precios a niveles equiparables con las ciu-
urbano y a la vivienda en las ciudades pata- dades más caras de América Latina.
gónicas. Cuando en la producción de suelo Esta problemática se expresa a nivel
urbano y en la formulación de políticas terri- mundial en la conformación de asentamien-
toriales se priorizan determinados sectores tos informales y/o en la expansión de la vi-
de la población y se favorece la especula- vienda precaria. En 2015, la ONU sostuvo
ción inmobiliaria, las oportunidades de ac- que “alrededor de un cuarto de la pobla-
ceder a una vivienda digna se vuelven esca- ción urbana mundial sigue viviendo en ba-
sas para los sectores populares. Por eso en rrios marginales” (Hábitat III, 2016: 3). Para
el contexto de la posconvertibilidad, coexis- Lefebvre (2013) se “trata de concebir la ex-
tieron el crecimiento sostenido de la activi- periencia mundial como tal -esto es, como
dad económica del sector de la construc- conjunto de pruebas diferentes del espacio
ción e inmobiliario con la profundización del mundial- (y) se pronuncia contra los esfuer-
déficit habitacional. Como analizamos en el zos de homogeneización operados por el
capítulo dedicado a las condiciones gene- Estado, el poder político, el mercado mun-
radas por el mercado, esta tendencia na- dial y el mundo de la mercancía, una homo-
cional se exacerba en la región patagónica, geneización que se traduce prácticamente
especialmente en las ciudades estudiadas por y en el espacio abstracto” (p. 121). La
afectadas por la lógica de producción para producción de ese espacio abstracto tien-
la exportación de hidrocarburos convencio- de a la homogeneidad de las ciudades,
nales y no convencionales, como son los impone un ordenamiento territorial con pre-
casos de Comodoro Rivadavia y Cipolletti, tensiones de univocidad sobre diversas for-
así como por la dinámica de la actividad mas de territorialidad en disputa y tiende a
turística en el caso de Bariloche. En estas la coherencia estructural regional.
ciudades, los sectores sociales con mayor Esa tendencia a la coherencia estructu-
capacidad de pago contribuyen a las con- rada se materializa en territorios en los que

215
prevalecen configuraciones espaciales en concretos atravesados por múltiples y
las que el capital puede circular sin que el complejas contradicciones: valor de uso/
costo y el tiempo de movimiento excedan valor de cambio, producción/apropiación,
los límites de los beneficios medios (Har- hábitat/habitar. Particularmente, en este
vey, 2007: 349). Esa coherencia territorial capítulo nos interesa profundizar el análi-
intenta ser reforzada por los Estados; sin sis de esta última tensión, en la que desde
embargo, es contrarrestada por las pro- la producción de espacio abstracto se de-
pias fuerzas de acumulación y sobre acu- fine el hábitat a partir del volumen mínimo
mulación, por los cambios tecnológicos y habitable, el equipamiento igualmente mí-
la lucha de clases (Ibíd. p. 353) que tornan nimo y el entorno programado, es decir el
inestable y contradictoria esa tendencia a umbral mínimo de tolerancia y, por lo tanto,
la coherencia, que irrumpe como tomas de la experiencia del mínimo vital (Lefebvre,
tierras entre otras formas. Por esa inesta- 2013: 352). Experiencias del mínimo vital
bilidad y contradicción permanente, la po- que son tensionadas por formas de habitar
lítica pública, incluyendo la política urbana, que implican procesos de apropiación del
tiende a adoptar la forma de proceso de espacio por parte de grupos sociales que
ensayo y error, como explicamos en el se- en sus acciones desafían ese umbral míni-
gundo apartado de este libro. mo de tolerancia, incluso redoblándolo y
Lo cierto, es que, si bien es una pro- resignificándolo.
blemática mundial, en América Latina se En esos procesos de resignificación se
observan los mayores índices de informali- despliega la “configuración de un sitio o
dad urbana. La toma de tierras es el modo territorio como proceso subjetivante, como
preponderante a partir del cual los secto- instancia de anclaje y pertenencia, impor-
res populares se organizan y disputan el ta en tanto movimiento de reconocimiento
acceso a un lugar en la ciudad. El estudio y puesta en común, como un espacio de
de estas dinámicas ha girado alrededor construcción de relaciones sociales. Am-
de diversas temáticas: la estigmatización bos movimientos, en su misma dinámica,
de quienes habitan estos espacios, los van constituyendo una forma de habitar”
modos de organización, el modo en que (Ciuffolini, 2013: 27). Tomar la tierra en la
el Estado interviene en los mismos, la cri- región patagónica no sólo implica desafiar
minalización de las luchas por el acceso a las premisas básicas de la sociedad capi-
la tierra, los modos en que estos espacios talista: el régimen de propiedad privada y
se denominan, etc. La discusión teórica es la máxima del beneficio, sino que además
amplia y no es posible recuperarla de ma- implica desafiar los límites de la vida hu-
nera completa en esta Introducción, pero mana bajo condiciones extremas impues-
haremos hincapié en los principales pun- tas por la naturaleza. Aquí el frío y el viento
tos de los cuáles nos nutrimos para abor- son tan objetivamente hostiles como las
dar las especificidades patagónicas. ínfulas del capital.
En este sentido, retomando a Lefebvre Los estudios urbanos en Argentina han
(2013) entendemos que la producción del diferenciado históricamente entre dos ti-
espacio urbano en las sociedades capi- pos de hábitat diferentes en los que se da
talistas implica procesos socio-históricos esa experiencia del mínimo vital, la villa y el

216
asentamiento. Estos términos han surgido análisis. En un segundo apartado nos
de los principales centros académicos y ocupamos de los diferentes modos de in-
refieren a una historicidad propia del cen- tervención del Estado en las experiencias
tro del país por lo que no resultan del todo de tomas de tierras, recuperando aquellas
adecuados para aplicar a otras realidades. políticas más significativas para el análisis
A partir del proceso de investigación de cada experiencia, abordando las con-
social realizado, nos aproximamos a esa tradicciones y tensiones generadas por
diversidad de experiencias compartien- los diferentes niveles y agencias estatales.
do ciertos criterios comunes más allá de Finalmente, en el tercer apartado plantea-
las particularidades desplegadas en cada mos algunas coordenadas conceptuales
territorio. Coincidimos en identificar como acerca de las prácticas vinculadas a los
asentamientos, tomas, ocupaciones, ex- procesos de organización colectiva que
tensiones o barrios populares a todas derivan en diversas formas de sociabilidad
aquellas experiencias que implican: y de subjetivación política de quienes pro-
tagonizan estas experiencias.
• Procesos de organización colectiva por
parte de sujetxs pertenecientes a secto- 4.1.1. Las tomas de tierras en el
res subalternos despojados en pos de mapa: conceptualizaciones sobre la
apropiarse de un espacio para vivir en informalidad urbana
la ciudad.
• Conflictos socio-políticos con los diver- La primera pregunta que intentamos
sos niveles y agencias del Estado, así responder fue qué tienen de distintivo los
como con personificaciones del capital procesos de tomas de tierras en Patago-
propietario y/o inmobiliario. nia y los modos en que se nombra la infor-
• Formas de sociabilidades barriales y malidad en estas latitudes. Es que, como
comunitarias que posibilitan modos de toda investigación, partimos de trabajos
subjetivación política. previos a nivel patagónico que llamaban
la atención sobre cómo gran parte de la
A partir de estos puntos en común, esta teoría urbana argentina se había construi-
introducción se encuentra estructurada do alrededor de las grandes metrópolis,
en tres apartados que plantean algunas generando una utilización forzada de las
coordenadas posibles para dar lugar a conceptualizaciones.
los análisis de las experiencias particula- Así, el concepto de villa aparece como
res de cada ciudad. En el primer apartado la forma en que los estudios urbanos ar-
focalizamos en las disputas de sentidos gentinos denominaron aquellos espacios:
desplegados en los diferentes modos de “las villas surgieron en la década de 1930
nombrar estos procesos de organización en los alrededores de Buenos Aires, como
colectiva, rastreando sus vínculos con los resultado de un éxodo rural que era atraído
debates sobre las distintas formas de con- por una incipiente industria nacional. Estas
ceptualizar la informalidad urbana y enfati- poblaciones afrontaron su problema habi-
zando en las implicancias de estas discu- tacional mediante la ocupación “ilegal” de
siones en la escala patagónica de nuestro terrenos, construyendo “casillas” que ca-

217
recían de infraestructura y de los servicios internacionales. De este modo, el térmi-
urbanos básicos” (Bachiller, 2014). Por otra no que suele acompañar al concepto de
parte, las ocupaciones de tierras en los 80‘ asentamientos ha variado entre irregular,
fueron interpretadas como diferenciales espontáneo, informal, popular y a veces
respecto a las tomas del pasado, originan- hasta ilegal. En Latinoamérica, el término
do un nuevo hábitat: el asentamiento. Éste irregular aparece en los años 40’ en infor-
se definiría en oposición a las villas (y en mes oficiales y recién luego es usado por
una relación de continuidad con los ba- lxs investigadorxs (Tomas, 1995).
rrios). La diferenciación en un principio se La categoría de informalidad es una de
asoció a su configuración espacial: “Estas las que más se ha discutido. Según Azuela
ocupaciones ilegales de tierras se carac- (1993) los conceptos como informalidad
terizan por ser masivas y por planificar el e irregularidad no designan algo especí-
uso del suelo y el desarrollo del futuro ba- fico sobre ese espacio, sino una relación
rrio” (Merklen, 1997). Dicha diferenciación problemática con el orden jurídico. Por lo
también se asoció a las representaciones tanto, no tiene que ver con características
negativas que se posaban sobre las villas, intrínsecas de ese espacio sino con la rela-
lugares con altos niveles de hacinamiento, ción que el mismo tiene con sus alrededo-
y asociados a la inseguridad y a la : res, con el Estado y con el orden jurídico.
Massidda (2019) agrega también el vín-
La palabra villa fue construida de un culo de estas experiencias no sólo con el
modo conflictivo, fluctuando entre la de- régimen de propiedad del suelo, sino tam-
nuncia y el encubrimiento; entre el estig- bién con la adhesión a ciertas normas de
ma y la necesidad de resolución de un planeamiento urbano, y a la existencia de
problema que excedía la cuestión habi- infraestructura básica, por lo cual resalta la
tacional. Establecida de esta manera, la necesidad de tener en cuenta las distintas
villa de Buenos Aires fue despojada del temporalidades de las ciudades capitalis-
carácter armónico que la palabra implica tas. En el caso de la Región Metropolitana
en otras regiones para cargar, desde su de Bueno. Aires se ha priorizado la dimen-
génesis y hasta el presente, con nuevos sión jurídica al aplicar estas categorías; lo
sentidos que reflejan la disputa perma- que nos muestran estas variaciones es que
nente por el espacio urbano. (Camelli y la definición de los espacios no es estanca
Snitcofsky, 2013) y remite a discusiones que están atravesa-
das por representaciones sociales sobre la
Estas definiciones han sido discutidas propiedad y sobre las normativas urbanas,
con los años y también presentan variacio- pero también sobre las poblaciones que
nes a lo largo y ancho de nuestro continen- habitan estos espacios.
te, favelas, callampas, poblaciones, villas, La discusión se complejiza cuando ob-
etc. Los conceptos tienen su genealogía y servamos cómo en la ciudad considerada
también son utilizados en diferentes ámbi- “formal” muchas veces no se respetan las
tos, por lo tanto, podemos ver que la tradi- normativas oficiales; sin embargo, dichas
ción literaria los incorpora, como también áreas no son representadas negativamen-
las políticas públicas y los organismos te como sí lo son las villas y asentamien-

218
tos. Esto vuelve necesaria la discusión so- Las diversas maneras de denominar lo
bre las formas de nombrar, ya que remite que consideramos un fenómeno común,
a procesos de identificación que están pero con especificidades territoriales, re-
atravesados por relaciones de poder. No velan las disputas por los significados y,
todxs tienen las mismas posibilidades de en ese sentido, por las prácticas sociales
nombrar y nombrarse, y los modos en que y las acciones políticas implicadas en los
el Estado clasifica el espacio responden procesos de tomas de tierras. No son sólo
también a la intención de dominar y con- discusiones académicas, teóricas, abs-
trolar los mismos: “La primacía de los es- tractas. La imposibilidad de unificar bajo
pacios del capital en la dinámica urbana y un mismo concepto diversas experiencias,
en Ia agenda de los gobiernos, pone sobre manifiesta la resistencia de esas experien-
el tapete el problema del reconocimiento cias a ser encasilladas y, fundamental-
de los territorios populares. La tensión en- mente, a ser homogeneizadas. Lejos de
tre “existir en los mapas” o “no existir” que aportar a esos procesos de homogenei-
marcan nuestrxs entrevistadxs da cuenta zación/fragmentación propios del espacio
de disputas de poder sobre el territorio” abstracto, en este capítulo y a partir de la
(Ferrero, Gallego, Gallo y Vanini, 2013). reconstrucción de diversos casos en diver-
Esto se complejiza aún más cuando sos territorios, intentamos preservar esa
queremos analizar las realidades patagóni- diversidad y comprender las particularida-
cas. Como decíamos anteriormente, al ser des de las experiencias de tomas de tie-
producida en el centro del país la mayor rras, recuperando los relatos de sus prota-
parte de la bibliografía argentina estable- gonistas y problematizando los conflictos
ció la diferenciación entre villas y asenta- con otros grupos sociales y con el Estado,
mientos en base a las características que al momento de definir –a veces negando-
nombramos antes. Pero, como sostienen su existencia-.
los trabajos realizados en la provincia del
Chubut, la categoría villa no es utilizada ni 4.1.2. Modos de intervención estatal:
por lxs habitantes de estos espacios, ni por de la negación al registro, de la
las autoridades locales (Ferrari, Kaminker y criminalización a la regularización
Velásquez, 2019; Bachiller, 2014). Algunas
expresiones locales como el concepto de La acción del Estado en relación a las
extensión utilizado en Comodoro Rivada- tomas de tierras es tan amplia como con-
via, o el de toma utilizada en Cipolletti remi- tradictoria. Según Giaretto (2011: 88) “po-
ten a la necesidad de no trasladar catego- demos encontrar experiencias de tomas
rías de otras latitudes y poder recuperar los de tierras que comienzan con mecanismos
modos de denominación locales. Además, de dispersión basados en la represión-ex-
estas diferencias muchas veces arbitrarias clusión, tales como el pedido de desalojo
desconocen que como sostienen Ferrari, inmediato, la violencia policial y la presión
Kaminker y Velásquez (2019) en el caso de social, y que luego viran hacia mecanismos
Madryn ha sido el Estado local a través de de socialización-integración como pueden
la entrega de lotes sin servicios, el que ha ser la relocalización, la organización en coo-
generado la llamada informalidad. perativas, la regularización de la tierra”. Por

219
eso en el apartado anterior, hemos analiza- nal, constituyendo el RENABAP (Registro
do esos modos de intervención en términos Nacional de Barrios Populares). Según
de políticas públicas bajo la modalidad de Elorza, Rodríguez y Monayar (2019: 56)
procesos de ensayo-error. En este capítulo “la promulgación del decreto y la creación
recuperamos ese análisis, pero ahora focali- del RENABAP como política social para el
zamos en cómo esos modos de intervención abordaje de las problemáticas de los ba-
impactan en las formas de denominación de rrios populares resultan de un proceso de
las experiencias de tomas y ocupaciones de demanda-lucha-negociación y resolución
tierras desde los propios procesos de orga- temporal de la cuestión. Tanto el Estado
nización colectiva. Nos preguntamos qué como las organizaciones sociales desta-
implicancias tiene en esos procesos que can el registro como una herramienta de
los medios de comunicación y las agencias reconocimiento de demandas, problemas
estatales las denominen “usurpaciones”, y reivindicaciones”.
“invasiones” u “ocupaciones ilegales”, que Los modos en que el Estado interviene
los gobiernos locales nieguen su existencia una vez que reconoce los espacios varían,
en los mapas oficiales, que lxs vecinxs y ciu- como dijimos, entre la regularización de los
dadanxs de barrios residenciales los llamen mismos o la relocalización, erradicación o
“delincuentes”. criminalización. Si bien cada país tiene sus
Consideramos que igualmente, la ac- experiencias, existen tendencias a nivel lati-
ción del Estado comienza a la hora de re- noamericano con momentos diferenciados.
conocer o no estos espacios, ya que este En los ’80 y ’90 comienzan los programas
reconocimiento tiene efectos directos en la de regularización de la tenencia de la tierra,
cotidianeidad de quienes viven ahí. Según siguiendo los preceptos establecidos en la
Clichevsky (2010: 119) “la cuantificación Conferencia de Naciones Unidas – Hábi-
de la informalidad es difícil por el dinamis- tat de Vancouver de 1976. Según Cravino
mo de los procesos, la falta de registros (2012) esto generó que las políticas desti-
completos y lo complejo de dichos proce- nadas a la población que no podía acce-
sos”. De esta manera, una de las princi- der al mercado de suelo y vivienda se fo-
pales dificultades a la hora de estudiarlos calizaran en mejorar condiciones ex post.
es el acceso a la información, que siem- La influencia del economista peruano De
pre se encuentra de manera fragmentada Soto, quién proponía que al legalizar estos
y dispersa, si existe. Sobre la distribución espacios las familias accederían a créditos
de tomas de tierras nos encontramos con y mejorarían sus viviendas, hizo que esta
registros a nivel local o en algunos casos política se convirtiera en la forma principal
provinciales, en muchas ocasiones ela- de abordar la regularización del suelo en
borados por las mismas organizaciones el mundo. La tendencia a la radicación ge-
sociales que se articulan para reclamar neró entonces una batería de programas y
al Estado el acceso a servicios básicos e proyectos que tendieron a equipar con in-
infraestructura. Así fue como en 2016 la fraestructura y servicios básicos a los asen-
ONG Techo comenzó un relevamiento de tamientos, aunque siempre financiados por
barrios populares que luego fue incorpo- préstamos internacionales, lo cual generó
rado y refrendado por un decreto nacio- un creciente endeudamiento.

220
Por otro lado, este tipo de programas, la sospecha de cierta especificidad dife-
al estar enfocados sólo en condiciones ex rencial de las experiencias en esta región
post, no generaron herramientas que los en relación a las experiencias de la matriz
municipios pudieran utilizar para prevenir porteño-céntrica (incluyendo Córdoba y
nuevamente la necesidad de vivienda, así Rosario), sino también las particularidades
como tampoco incidieron en los patrones de entre cada ciudad. Ante la diversidad, nue-
distribución territorial impuestos por el mer- vamente el esfuerzo colectivo consistió en
cado. Según Rodríguez y Di Virgilio (2011: establecer criterios comunes de análisis
39) “las políticas de apoyo a las formas de sin sofocar las diferencias en la homoge-
producción social de hábitat implementa- neización de los conflictos. La decisión de
das en la década de 1990 no cuestionaron selección (Piovani, 2018) de cada expe-
los patrones tradicionales de urbanización riencia en cada ciudad se basó en un crite-
orientados por la dinámica del mercado”. rio diferencial por el que lxs investigadorxs
En estos modos de intervención estatal, de cada localidad identificaron la experien-
entonces, resulta interesante identificar si cia en la que consideraron que se cristali-
la presencia estatal aparece: bajo formas zaban de manera particular los siguientes
represivas, a través de políticas sociales ejes comunes:
y/o urbanas o bien se percibe la ausencia
estatal, aunque operando bajo modalida- • Condiciones materiales de vida y situa-
des informales e incluso paraestatales ya ciones de desposesión
sea para ejercer violencia o asistencia. • Formas de organización colectiva para
Según Capdevielle, de la Vega y Villegas la apropiación de espacios de vida
Guzmán (2013) estos diferentes modos de • Modos de relación con el Estado en sus
intervención del Estado en los territorios diversos niveles y agencias
se dan de manera intermitente, selectiva • Percepciones y significaciones acerca
y contradictoria (Guzmán, 2013: 279), y al de la experiencia vivida.
mismo tiempo, los procesos de resistencia
emergen como formas de habitar en los te- En cada localidad y en cada experien-
rritorios ancladas en la movilización social cia encontramos diversas manifestaciones
y en la organización de acciones disrupti- de estos ejes, en algunos casos ciertos
vas que tienen como madre de todas ellas vectores cobran más relevancia sobre el
a la acción de tomar una tierra para habi- resto y se tornan variables condicionantes
tarla, tomar tierra para vivir. a lo largo de cada conflicto.
Más allá de las especificidades y a partir
de ellas, aportamos conocimiento contex-
4.1.3. Sociabilidad, organización tualizado de experiencias de ese “estar allí
y lucha: la vida en los espacios desobedeciendo”, de esa persistencia de
surgidos de toma de tierras la insubordinación. Esas experiencias de-
ben albergar algo más que sufrimiento, o
A lo largo del proceso de investigación justamente, será cuestión de comprender
en las distintas ciudades involucradas de críticamente cómo esas experiencias de
la región patagónica, no sólo confirmamos sufrimiento devienen en acciones políticas.

221
Por lo que concierne a la lucha de particular, por las condiciones en que se
clases, su papel en la producción del desenvuelven. En este sentido podemos
espacio es fundamental, pues clases, retomar algunos análisis sobre cómo las
fracciones y grupos de clases conforman luchas se transforman y trascienden los
los agentes de la producción espacial. La reclamos del acceso a servicios, para
lucha de clases puede leerse en el espa- transformarse en reivindicaciones de un vi-
cio actualmente más que nunca. A decir vir distinto, con lógicas que subvierten las
verdad, sólo ella impide la extensión pla- formas hegemónicas de hacer ciudad (Fe-
netaria del espacio abstracto disimulan- rrero, Gallego, Gallo y Vanini, 2013). Otros
do todas las diferencias. Sólo la lucha de trabajos se han centrado en la dimensión
clases tiene capacidad diferencial, capa- política, analizando las relaciones de po-
cidad para establecer y generar diferen- der en las cuáles se inscriben las estrate-
cias no intrínsecas al crecimiento eco- gias habitacionales de los sectores popu-
nómico considerado como estrategia, lares (Manzano, 2013).
«lógica» o «sistema» (es decir, diferencias En esta dirección, resulta necesario
inducidas o toleradas). Las formas de rastrear en las experiencias analizadas en
esta lucha son mucho más variadas que cada ciudad y ver cómo se dan los diver-
antiguamente. Desde luego, las acciones sos momentos básicos que atraviesan las
políticas de las minorías forman parte de tomas de tierras y de qué manera se dan:
esta lucha. (Lefebvre, 2013:121). el momento de organización inicial, el mo-
mento de posicionamiento espacial y po-
La organización y disputa por un es- lítico, el momento de resistencia y el mo-
pacio dónde vivir ha sido analizado en las mento de consolidación y transfiguración
Ciencias Sociales desde diferentes pers- de la toma en barrio (Giaretto, 2011: 120).
pectivas, aunque en muchas investigacio- Lejos de la secuencialidad, estos momen-
nes está presente el modo en que esta lu- tos pueden aparecer yuxtapuestos en los
cha disputa y negocia con las autoridades procesos concretos de tomas de tierras,
estatales. Cravino (1998; 2006) investigó la expresando la complejidad que las rela-
conformación de organizaciones vecinales ciones sociales y políticas le imprimen a
en las villas de Ciudad de Buenos Aires, y estos conflictos.
cómo estas comisiones han estado con-
dicionadas por la actitud que adoptan los Además, a lo largo de esos momentos
organismos públicos. Otrxs autorxs han suelen darse ciertas prácticas políticas
analizado el modo en que los modos asis- que posibilitan procesos de organización
tenciales del Estado han construido crite- colectiva que sostienen luchas reivindica-
rios de merecimiento y diferenciaciones al tivas y políticas (Giaretto, 2011: 144) impli-
interior de los barrios o entre barrios distin- cadas en los conflictos de tierras para vivir.
tos (Nardin, 2020). Por eso resulta pertinente rastrear si:
Creemos que más allá de estas ins-
tancias, al interior de las tomas de tierra a) se identifica y se consolida algún tipo de
se constituyen sociabilidades y formas referencia y/o liderazgo que encabece
de organización que requieren un análisis las instancias de participación, decisión

222
y negociación colectivas; por un lugar para vivir con otras luchas
b) se ejerciten mecanismos de horizonta- políticas.
lidad y deliberación democrática, como
son las asambleas barriales, aun con De esta manera, esbozamos algunas
diferentes grados de intensidad y con- de las principales coordenadas que en-
tinuidad marcan nuestro proceso de investigación
c) se logra el apoyo de organizaciones colectiva en relación a los procesos de
sociales y políticas que les permitan en- toma/ocupación de tierras por parte de
frentar instancias de presión y represión los sectores populares en ciudades pata-
estatal; gónicas, a sabiendas que son las propias
d) se regula el nivel de conflictividad con experiencias las que, no sólo inscriben los
otros grupos sociales y las repercusio- sentidos sociales y políticos de los conflic-
nes generales del conflicto; tos en tensión con las tendencias del mer-
e) se manejan los tiempos del juego políti- cado y los modos de intervención estatal,
co en términos de la política tradicional sino que además nos interpelan en una
vinculado a la dinámica electoralista y continua revisión, discusión y apertura de
la influencia de prácticas asistencialis- los conceptos, en una incesante reflexivi-
tas-clientelares; dad teórico-práctica sobre nuestro propio
f) se logra articular la lucha reivindicativa proceso de investigación.

223
4.2. De “toma” a Junta Vecinal. El proceso de producción de barrios populares
en San Carlos de Bariloche

Pablo Marigo | Tomás Guevara | Eugenia Cavanagh

4.2.1. Introducción: ciales sobre lo que se entiende o no como


barrio, barrio popular, barrio informal y
El objetivo de este apartado es reflexio- asentamiento y por los distintos modos en
nar sobre el proceso de producción de ba- que los barrios populares y sus habitantes
rrios populares en la ciudad de San Carlos son representados por los distintos acto-
de Bariloche, en particular en relación a los res que se disputan el mundo urbano. A
barrios autoproducidos por sus habitantes esto debemos sumar las construcciones y
durante el contexto de la posconvertibili- representaciones que lxs propixs vecinxs
dad. El hábitat informal es una de las for- hacen de su proceso de habitar, de su co-
mas de crecimiento urbano más extendi- munidad y de su vinculación con el resto
das en las ciudades de América Latina; no de la ciudad.
obstante, en cada país y región adquieren Existe suficiente evidencia para afirmar
particularidades en su forma de denomina- que las ciudades latinoamericanas tienen
ción, en su interrelación con el Estado y el en el hábitat informal uno de sus compo-
sistema político institucional, en el proceso nentes de crecimiento más relevantes en
de legitimación / integración que concluye las últimas décadas (Di Virgilio, Arqueros
en su reconocimiento como un barrio for- y Guevara, 2012). En particular, para los
mal de la ciudad y en las diversas formas sectores populares la producción informal
de organización colectiva que se consoli- del hábitat es la modalidad predominante
dan al interior de dicha comunidad. Luego de acceso al suelo urbano, la vivienda y la
de haber analizado la incidencia del mer- ciudad. Esta modalidad es lo que algunos
cado inmobiliario y el papel asumido por el autores denominan la lógica de producción
Estado en las desiguales condiciones de del hábitat guiada por la necesidad, y que
acceso al suelo urbano, en esta ocasión prioriza el valor de uso de la vivienda y el
se buscará contribuir a la comprensión del suelo por sobre su valor de cambio (Gue-
proceso de producción de barrios popu- vara, 2015b). Esta forma de crecimiento,
lares en San Carlos de Bariloche, en tanto desordenada, sin planificación, muestra
estrategia que posibilita condiciones de todas las contradicciones inherentes a la
acceso al hábitat a un tercio de la pobla- ciudad capitalista neoliberal (Pradilla Co-
ción local. bos, 2009) tal y como se expresa en nues-
El abordaje de este fenómeno ha im- tra región. Genera condiciones habitacio-
puesto ciertos desafíos y complejidades al nales precarias que se consolidan y son
proceso de investigación, asociados a la mejoradas a lo largo del tiempo por un es-
falta de información pública sistematizada fuerzo combinado de los pobladores y sus
sobre los barrios populares, la multiplici- organizaciones comunitarias y el Estado a
dad de criterios en las delimitaciones ofi- través de políticas públicas.

224
Es posible encontrar una serie de si- do entre la erradicación y la radicación
militudes en las manifestaciones de este (Di Virgilio, Arqueros y Guevara, 2010). A
hábitat popular en toda la región latinoa- partir de ello, en este apartado se busca
mericana, que han sido objeto de inves- contribuir a la comprensión del proceso de
tigaciones comparadas (Ward, 2012, en- (auto) producción de barrios populares en
tre muchas otras). Podemos mencionar la ciudad de San Carlos de Bariloche y sus
algunas de ellas como la ocupación del particularidades dentro del sistema urbano
suelo de forma individual o comunitaria, la argentino.
construcción progresiva de las viviendas,
la densificación y el surgimiento de merca- 4.2.2. Hábitat informal, hábitat popular
dos inmobiliarios informales, los procesos y otras denominaciones
de organización comunitaria y las políticas
de regularización y urbanización que im- Siguiendo a Guevara y Marigo (2018),
plementan desde los diferentes niveles del la producción del hábitat popular o hábi-
Estado (Di Virgilio, Guevara, y Arqueros, tat popular remite no a las regulaciones
2014). que rigen la producción del hábitat, sino al
No obstante, en cada país y ciudad sujeto o sector social que lo protagoniza.
los procesos de urbanización del hábitat La categoría clases o sectores populares
informal adquieren particularidades que incluye, así, no sólo a la clase trabajadora
es necesario investigar y sistematizar. Las clásica, definida en función de su inserción
denominaciones utilizadas son parte de socio-productiva, sino a un heterogéneo
estas distinciones: villas y asentamientos grupo de sectores no asalariados cuya in-
en Argentina, favelas en Brasil, colonias tegración a las relaciones capitalistas de
en México, etc. Asimismo, las formas y producción es limitada, pero que ocupan
experiencias organizativas también han una posición subalterna en el esquema
sido variables. Históricamente, los marcos de dominación de una formación social.
organizativos sindicales y fabriles fueron Este universo incluye desde microempren-
importantes en algunas experiencias (Aris- dedorxs, feriantxs, campesinxs de la agri-
tizabal e Izaguirre, 1988), mientras que en cultura familiar, y en general a todas las
estudios más recientes aparece la impron- actividades que se incluyen en la denomi-
ta de los movimientos populares de base nada economía popular (Maldovan Bonelli,
territorial como las Comunidades Eclesia- 2018).
les de Base o incluso formas organizativas Hábitat informal remite al orden jurídico
traspoladas de ámbitos más rurales (Cra- que regula las relaciones sociales, que se
vino y Vommaro, 2018). expresan en los patrones de localización
Finalmente, las formas de interrelación residencial y en la situación habitacional
con el Estado y las políticas públicas es (Guevara, 2015a). La informalidad define
otra de las dimensiones relevantes para “la forma en que se resuelve la relación
comprender las especificidades de cada con el mercado de tierra y vivienda y con
forma de hábitat popular. Las políticas el sistema de propiedad” (Herzer, Di Virgi-
públicas implementadas han sido varia- lio, Rodríguez y Redondo, 2008:176). La
bles en el tiempo y en el lugar, pendulan- informalidad remite necesariamente al rol

225
regulador del Estado, que fija la frontera lar tal como fue incorporada en la legisla-
entre la formalidad y la informalidad, que ción más reciente (Ley 27453) no era una
es variable en el tiempo y expresa corre- categoría nativa demasiado extendida,
laciones de fuerza entre diferentes actores como sí pueden ser barrio de trabajador-
sociales. Por ende, como señala Guevara xs (o laburantxs), barrio de clase media y
(2015a), no puede imputarse a todo el há- otras. Pero también el camino inverso es
bitat informal una lógica social, y menos posible, de tanto aparecer una categoría
puede imputarse a cualquier fenómeno de en la legislación y en las políticas públicas
hábitat popular una lógica social. termine por ser adoptada por algunos de
En la misma línea hablar de barrio po- los actores.
pular remite a la pertenencia social de las La legislación en Argentina, durante
personas que, mayoritariamente, compo- mucho tiempo utilizó la expresión villas de
nen una unidad territorial denominada ba- emergencia para denominar a los barrios
rrio a los sectores populares. Al igual que populares informales, barrios donde vivía
sectores o clases populares, la denomina- de forma predominante la clase trabajado-
ción barrio popular aparece como difusa, ra y sectores populares y que se habían
difícil de delimitar correctamente. ¿Dónde construido al margen de las regulaciones
empieza y dónde termina un barrio popular urbanísticas y dominiales vigentes.
de un barrio que no es popular? ¿Incluye Posteriormente, con mayor énfasis
barrio donde habita la clase media asala- desde la década de 1980, apareció la
riada? ¿Es necesario fijar arbitrariamente distinción entre villas y asentamientos (Di
una proporción de determinada catego- Virgilio, Arqueros y Guevara, 2012), en re-
ría social sobre la población total para su lación al tipo de trama urbana que podía
identificación? Estos interrogantes han observarse en el barrio y a los procesos
sido y lo son aún, un gran desafío meto- de regularización que venían aparejados a
dológico para las investigaciones acadé- esa configuración. No obstante, un asen-
micas que precisan delimitar sus objetos tamiento es un barrio popular informal, al
de estudio. En muchas situaciones esta igual que una villa. La principal caracte-
definición se toma ex ante, como un punto rística estaba dada por la intención mani-
de partida axiomático de la investigación. fiesta del asentamiento de adecuarse a la
Como se plantea en la introducción de normativa vigente, para favorecer los pro-
este capítulo, esto se asocia a que gran cesos de regularización urbana, que era
parte de la teoría urbana argentina se ha un objetivo explícito de lxs pobladorxs y
construido alrededor de las grandes me- sus organizaciones comunitarias.
trópolis, generando una utilización forza- En la CABA, de la mano de la interven-
da de las conceptualizaciones, cuando se ción judicial de algunos organismos públi-
intenta trasladar estos conceptos hacia cos, se popularizó en los primeros 2000
otros procesos territoriales. la denominación de Nuevos Asentamien-
Otra alternativa sería apuntar a la au- tos Urbanos (Rodríguez, 2012). Según la
topercepción de lxs propixs habitantes de autora, esta categoría fue acuñada por la
los barrios. En ese marco, observamos Defensoría del Pueblo de la CABA, pero
que, en general, la categoría barrio popu- después se fue extendiendo su utilización

226
en los ámbitos de formulación de políticas goría villa, que por sus características no
públicas. Las características de estos ba- responde al tipo de procesos que se da
rrios estaban dadas por su carácter infor- a nivel local. Existe sí una coincidencia en
mal, al margen de las regulaciones, y que nombrar como “tomas”, no al resultado fi-
se localizan en sectores intersticiales de nal de la ocupación, sino al modo en que
la trama urbana, de difícil regularización, se accede al suelo urbano, con un gran
y sus pobladorxs eran de origen eminente- componente de espontaneidad en el pro-
mente popular. ceso de llegada.
Finalmente, en la segunda década del Al referirse a los barrios una vez con-
siglo XXI, al calor de la extensión de las formados (más allá de su grado de con-
políticas de urbanización e integración solidación), Guevara Paolinelli y Oglietti se
socio urbana y la apropiación de la agen- refieren a barrios informales, producto de
da urbana por parte de los movimientos un trabajo fundamentalmente legal sobre
populares de base territorial se comen- la situación de lotes abandonados (que
zó a extender la noción de barrio popular luego son ocupados). Matossian (2015)
(Guevara, 2021), que en gran medida re- hace hincapié en los asentamientos peri-
fería a villas y asentamientos pero que se féricos y de baja cobertura de servicios o
incorporaron al marco normativo de la Ley menciona ciertas características comunes
27.453 de 2018, y por ende se los enten- de los barrios populares o de sectores po-
día como barrios populares en proceso de pulares a la hora de analizar la incidencia
integración sociourbana que comprende de las migraciones (específicamente chile-
la planificación integral, la implementación na) en la conformación de la urbanización
de políticas participativas y estrategias barilochense (Matossian, 2010a). Por su
para la gestión de suelo (Guevara, Marigo parte, Fuentes (2007) se refiere a asen-
y Wallace, 2018). tamientos-barrios o barrios marginales y
Esta profusión y diversidad de deno- pone el foco en la importancia de la lucha
minaciones no favorece la comprensión y la organización colectiva para el recono-
de los fenómenos y dificulta el análisis. cimiento y la mejora de las condiciones so-
Creemos que es necesario delimitar lo que cio habitacionales.
es una categoría analítica de las ciencias Guevara y Nuñez (2014) al abordar el
sociales, de una categoría utilizada por la funcionamiento del mercado de tierras y la
legislación, de una categoría nativa como disputa por la apropiación y uso del espa-
puede ser utilizada por lxs propixs pobla- cio urbano analizaron el caso del barrio 10
dorxs de los barrios. de diciembre, denominando asentamien-
La producción académica local sobre tos informales a los barrios surgidos por
el tema ha utilizado diversas denominacio- autoproducción.
nes en función del enfoque teórico adop- En relación a los modos de nombrar que
tado, pero sin desarrollar las particularida- tiene el Estado y la capacidad performati-
des barilochenses a la hora de nombrar va que tienen estas acciones instituciona-
de una u otra manera los procesos de les, las principales normativas y ordenan-
autoproducción del hábitat. Un breve re- zas locales sobre el tema hacen referencia
paso da cuenta de la ausencia de la cate- a asentamientos y núcleos habitacionales

227
transitorios existentes (Ordenanza 1815- mercado del suelo como la consolidación
CM-08 de creación del Instituto Municipal del hábitat popular.
de Tierra y Vivienda para el Hábitat Social). En general los procesos de turistifica-
En el caso de la ordenanza 2696-CM-15 ción en ciudades de nuestro país, impulsa-
que aprueba el planteo urbanístico del da desde mediados del siglo pasado, trajo
Barrio La Habana, hay una clara distinción aparejada la llegada de sectores medios y
entre lo que es considerado como asenta- trabajadores formales vinculados a dicha
miento: la situación del barrio antes de la actividad, provocando un sostenido cre-
intervención de Estado, caracterizado por cimiento urbano. Como señalan Guevara,
su precariedad y su inadecuación a la nor- Paolinelli y Nussbaum (2018), la magnitud
mativa vigente y el posterior reconocimien- de este crecimiento no se suele dar de ma-
to formal, que implica fundamentalmente nera articulada con las instancias de planifi-
la subdivisión parcelaria, la adjudicación a cación urbana y al sumarse las cambiantes
lxs habitantes y el compromiso de obras coyunturas económicas del país, dieron
de infraestructura, como condición para como resultado procesos de urbanización
ser reconocido como Barrio. El Plan Estra- acelerados y con un alto componente espe-
tégico e Integral de Desarrollo, a la hora de culativo, resultando que las ciudades con
analizar la problemática urbana y la des- predominio de las actividades turísticas
igualdad socio espacial, menciona líneas suelen caracterizarse por una gran restric-
de acción para atender la situación de las ción en materia de acceso al suelo urbano
ocupaciones y asentamientos marginales, para sectores populares y medios, que re-
en relación a la inadecuación con los usos dunda en ciclos de conflictividad recurren-
y las normativas previstas. tes, expansión de las tomas de tierras y de
los asentamientos informales.
4.2.3. Centralidad turística y acceso En el caso particular de Bariloche el
al suelo para los sectores populares crecimiento demográfico se asoció tanto
a las posibilidades de trabajo que atraía
A lo largo del proyecto de investigación el turismo, como a las migraciones por
hemos dado cuenta que las crecientes di- amenidad que atrae un destino de lagos y
ficultades de acceso al suelo deben ser montañas como proyecto de vida. Esto se
entendidas como parte de las contradic- manifestó en un acelerado loteo de tierras,
ciones estructurales que hacen a la pro- que no han tenido en cuenta la dotación
ducción y reproducción ciudad capitalista de infraestructura, las necesidades habi-
en su fase neoliberal (Topalov, 1984; Jara- tacionales locales ni han sido acompaña-
millo 2008). En esta senda señalamos la das por una planificación urbana. La gran
incidencia de las actividades monopro- cantidad de tierras disponibles y la falta de
ductivas en la estructuración urbana y en regulación en las condiciones de subdivi-
la definición de los usos y ocupación del sión, uso y dotación de servicios, han sido
suelo de cada una de las ciudades pata- un elemento central para pensar la confi-
gónicas analizadas. El turismo entonces guración urbana actual. Uno de los princi-
aporta ciertas particularidades que ayudan pales problemas que generó el proceso de
a comprender tanto el funcionamiento del urbanización descrito se relaciona con la

228
existencia de lotes baldíos que no fueron la ciudad consolidada, con fuertes niveles
construidos por sus dueños durante años, de precariedad y vulnerabilidad social.
incluso décadas. Una parte significativa
de estos lotes se hallaba en notorio estado Hábitat popular informal en San Carlos de
de abandono, sin cerco y sin desmalezar Bariloche
(Paolinelli, Guevara y Oglietti, 2014). Estos Los procesos de (auto)producción del
terrenos abandonados fueron objeto de hábitat en la región patagónica presen-
ocupaciones en muchos casos, antes o tan algunas particularidades derivadas no
después de ser loteados, lo que dio origen sólo de las características climáticas ex-
a barrios enteros a lo largo del ejido de Ba- tremas, sino también del proceso de po-
riloche y donde se han conformado barrios blamiento y conquista de su territorio que
populares a fines del siglo XX (Guevara, está enmarcado en el genocidio indígena
Paolinelli y Nussbaum, 2018). (Cañuqueo, Kropff, Pérez y Wallace, 2019).
Como analizamos en el apartado de- En particular, la ciudad de San Carlos
dicado al mercado inmobiliario, en Bari- de Bariloche, como ciudad intermedia y
loche la reactivación económica posterior cabecera de la microrregión andina de la
al 2001 tuvo como protagonista a la acti- norpatagonia, es epicentro desde hace
vidad turística y al desarrollo inmobiliario años de flujos migratorios diversos que
asociado, restringiendo las posibilidades han determinado un crecimiento demográ-
de acceso al suelo de gran parte de la fico acelerado, en particular entre las dé-
población. Esta restricción no solo se vin- cadas de 1960 y 1990. Desde entonces, si
cula con el desfase entre el aumento de bien se ha desacelerado progresivamente,
los precios del suelo y la evolución de los todavía mantiene tasas de crecimiento por
salarios, sino con la expansión de la fron- encima de la media provincial y nacional.
tera inmobiliaria hacia zonas que anterior- Como reconstruye Matossian (2015), tan-
mente eran consideradas poco atractivas to las migraciones internacionales como
en términos mercantiles. La disputa de las nacionales tienen estrecha relación con la
periferias apetecibles para el desarrollo conformación de los barrios populares de
urbano privado obliga a que aquellas fa- la ciudad, en especial durante las últimas
milias que no pueden acceder a la vivien- décadas del siglo pasado.
da de forma mercantil, sigan precarizando San Carlos de Bariloche creció a partir
sus condiciones de vida. Esto puede ser de un núcleo poblacional reducido de 400
a través de la densificación de los barrios hectáreas, pensada como cabecera de
populares ya existentes o a través de la una colonia agrícola pastoril, convirtiéndo-
ocupación de tierras cada vez menos ap- se progresivamente en una ciudad de perfil
tas ambientalmente. En este marco a partir turístico en el marco de la política territorial
del 2005 se comienzan a suceder un nuevo de creación de Parques Nacionales y deli-
ciclo de tomas de tierras, que a diferencia mitación de la frontera nacional con Chile
de los asentamientos producidos previa- (Matossian, 2015). Creció extendiéndose
mente, ya no se ubican en lotes abando- hacia el oeste, primero, hasta alcanzar 25
nados o urbanizaciones sin finalizar, sino kilómetros por la Avenida Bustillo hasta la
que encuentran lugar en los intersticios de localización del Hotel Llao Llao y el Parque

229
Municipal Llao Llao; hacia el sur, poste- grandes ciudades de Argentina. Este tér-
riormente, hasta alcanzar los límites con mino no se usa y tampoco existen barrios
el Parque Nacional Nahuel Huapi aproxi- que cumplan las características de aquello
madamente a 10 kilómetros del centro; y que se designa con ese nombre, tal vez
finalmente hacia el este, hasta alcanzar el con la excepción del barrio 10 de diciem-
límite con el departamento de Pilcaniyeu, bre, un barrio de 125 hogares ubicado a
establecido en la margen del río Ñirihuau. pocas cuadras del Centro Cívico que ya fue
De esta manera, se configuró un ejido parcialmente urbanizado en el marco del
urbano muy extenso, de más de 27 mil programa Sueños Compartidos; un sector
hectáreas, de las cuáles más de 8 mil se del barrio Santo Cristo, de alrededor de 10
encuentran urbanizadas, y con muy poca hogares, también cerca del microcentro,
densidad habitacional (densidad media de que no se encuentra intervenido; y tal vez
16,4 habitantes / hectárea). A la extensión el barrio INTA, sobre la costa del Lago ha-
geográfica de más de 60 km a lo largo de cia el este, de alrededor de 70 hogares, que
la costa del Lago Nahuel Huapi, se suma no se autopercibe ni es definido desde el
una amplitud topográfica que va de 750 m exterior como villa, pero cuya configuración
a 1200 m sobre el nivel del mar, generan- de trama urbana abigarrada y con algunos
do condiciones climáticas completamente pasillos podría asemejarse. Hablar de villas
disímiles. En medio de este proceso his- en Bariloche carece de sentido y por eso
tórico de poblamiento se creó la dirección mismo carece de sentido pensar nada que
de Parques Nacionales, el Municipio de se asemeje a la “identidad villera” (Gonzá-
San Carlos de Bariloche, se provincializó lez Carvajal, 2008). Tampoco se utiliza la
el antiguo territorio nacional y se fueron expresión “asentamiento” popularizada en
reconociendo las posesiones de algunas el conurbano bonaerense desde la década
comunidades indígenas al interior del eji- de 1980. En general, la categoría nativa que
do urbano, entre otras transformaciones aparece es simplemente “toma” u “ocupa-
jurisdiccionales que complejizan el cuadro ción”, pero más extendidamente la primera.
para pensar el territorio. Por su parte, los barrios de Bariloche,
más allá de su proceso de construcción
4.2.4. De “toma” a Junta Vecinal simbólica e identitaria, tienen un reconoci-
miento institucional particular en la figura
La construcción de la ciudad es un de las Juntas Vecinales. Las Juntas Vecina-
proceso material pero también simbólico, les son asociaciones civiles con Personería
donde se ponen en juego identidades so- Municipal reconocidas por la Constitución
ciales y procesos de identificación. El terri- de la Provincia de Río Negro en su artícu-
torio, como espacio atravesado por rela- lo 240°. En San Carlos de Bariloche fueron
ciones de poder y dominación, se pone en reglamentadas por la Ordenanza 194-CM-
juego cuando uno analiza los procesos de 84. Según la normativa vigente, integran las
producción de barrios en la ciudad capita- Juntas Vecinales las personas físicas o jurí-
lista latinoamericana. dicas que acrediten domicilio y posesión u
En la ciudad de Bariloche no existe la ocupación legal de un bien inmueble dentro
denominación de villa tan usada en las del radio asignado a la Junta.

230
Las Juntas Vecinales, en tantas instan- sas de trabajo con el objetivo de abordar
cias de organización autogestiva del ba- y resolver las problemática puntuales que
rrio, han jugado un rol fundamental en el tienen como asentamiento, pero se en-
proceso de urbanización barilochense. Fue cuentran que formalmente deben articular
a partir del trabajo colectivo de las juntas con la Junta Vecinal instituida, lo cual mu-
que muchos barrios han podido acceder a chas veces traba los procesos de deman-
la provisión de infraestructura y servicios da y conquista de derechos, ya que las
básicos que el Estado municipal no pudo necesidades y prioridades entre un sector
ni supo garantizar. Vale la pena reiterar que del barrio consolidado hace 10 años y una
la extensión geográfica, combinada con la toma reciente, tiene temporalidades y ur-
baja densidad, ha hecho inviable la provi- gencias muy diferentes.
sión pública de servicios básicos en am- Diferente es la situación de aquellos
plios sectores del ejido. Ante esta situación barrios que son íntegramente originados
han sido lxs vecinxs quienes generaron so- en una toma, donde la regularización del
luciones para la dotación de agua potable mismo conlleva la posibilidad de confor-
–tanques comunitarios, empresas de po- mar una Junta Vecinal para todo el barrio.
tabilización vecinales–, tendido de cloacas No obstante, el proceso de institucionali-
y otras obras de infraestructura (Guevara, zación y reconocimiento formal en tanto
Paolinelli y Nussbaum (2018). Estos pro- Junta Vecinal no está exento de las dispu-
cesos organizativos fueron el germen de la tas de poder que se expresan y reprodu-
institucionalización a fines de la década de cen en los territorios. ¿Cuándo un asenta-
1980 de las actuales juntas vecinales –una miento deja de ser nombrado como tal y
figura prevista en la Constitución de Río pasa a llamarse barrio? ¿En qué momento
Negro de 1988–, que ya son más de cien la Dirección de Juntas Vecinales permite la
en toda la ciudad, y que habían sido reco- conformación de un nuevo espacio orga-
nocidas por la Ordenanza 194-cm-86 que nizativo? El recuento de ordenanzas y de
les otorga personería jurídica municipal. experiencias concretas dan como resulta-
Existen casos emblemáticos de gestión do un límite difuso entre el reconocimien-
de servicios públicos a través de Juntas to-desconocimiento, que se transforma en
Vecinales como el barrio Melipal, un barrio un modo de relación política.
de clase media acomodada a sólo cuatro Cómo se nombran los barrios en una
kilómetros del centro de la ciudad. ciudad es un elemento importante para en-
Una problemática recurrente es que las tender el proceso de apropiación del espa-
personas que tienen la posesión pacífica, cio y de construcción del territorio. Como
pública e ininterrumpida de un inmueble señala Suárez Egizabal (2003), la identi-
no son reconocidas como titulares de de- dad se configura también desde el barrio
recho para integrar una Junta Vecinal. Esta como un espacio de relación, que dota de
situación es fuente de recurrentes conflic- una historia común a sus pobladores y sus
tos en barrios donde se producen tomas antecesores.
de tierras de algunos sectores del mismo. Podemos identificar entonces que el
Estos nuevos sectores del barrio se orga- proceso de construcción de identidad ba-
nizan de manera colectiva en juntas o me- rrial en el caso de los barrios populares in-

231
formales transcurre en un continuum que Alun Ruca (20 hectáreas, 650 hogares) y 29
va desde la “toma” hasta la Junta Vecinal. de septiembre (22 hectáreas, 300 hogares)
La construcción de identidad no es algo de reciente conformación son un ejemplo
estático ni homogéneo que se cristaliza de cabal de esta configuración. Las conexio-
una vez y para siempre, es un “proceso en nes de servicios en estos barrios son irre-
el cual se construyen, destruyen y recons- gulares, generando situaciones de riesgo
truyen permanentemente sentidos y repre- en particular con el servicio eléctrico por
sentaciones (...) la identidad como espa- las conexiones clandestinas. Esto motivó la
cio de disputa y conflicto, en el cual están instalación de tableros comunitarios que, si
implicadas tanto las relaciones internas al bien mejoraron la situación, no terminaron
territorio en cuestión, como aquellas que de resolverla.
se establecen fuera del mismo” (Decándi- En los últimos años, correspondientes
do, Ferrero, Ghione y González, 2010: 6). a la gestión de Juntos Somos Río Negro en
Como sucede en otras ciudades, en el municipio, se han observado reiteradas
Bariloche la viabilidad de los procesos de ocasiones donde el Estado Municipal se
regularización está estrictamente asociada constituyó en denunciante y activo promo-
a la situación dominial de la tierra (ver, en- tor de desalojos puntuales. Esta situación
tre otros, Arribas, 2020). En aquellos ba- fue una novedad para lo que venía siendo
rrios donde la tierra originalmente es fiscal el posicionamiento institucional del muni-
es más habitual que el Estado tenga una cipio más vinculado a la omisión y estuvo
postura de omisión, que permite la conso- fundada en que la inexistencia de tierra
lidación del barrio a lo largo del tiempo. Se fiscal vacante bien localizada determinó
pueden mencionar numerosos casos de que las ocupaciones avancen sobre terre-
barrios en estas condiciones: INTA, Mata- nos destinados a espacios verdes y otros
dero, Manzana Hueney, Manzana 200, en- equipamientos, lo que plantea un límite a
tre otros. La consolidación urbana llega en la tolerancia estatal ante estos procesos
estos casos incluso antes y de forma inde- y es fuente de conflictividad entre vecinos
pendiente que la regularización dominial nuevos y preexistentes, aunque fueran
efectiva, que en la mayoría de los casos ocupantes igual que aquellos en su origen.
no está resuelta.
Como contrapartida, en los barrios don- 4.2.5. Alun Ruca, un ejemplo de
de la tierra es originalmente privada son consolidación precaria del hábitat
más frecuentes los procesos de judicializa- popular
ción que, si bien en Bariloche no concluyen
en general en procesos de desalojo, actúan El barrio Alun Ruca es uno de los 28 ba-
como un impedimento a la regularización rrios populares existentes en San Carlos de
en el corto plazo, tanto urbana como do- Bariloche, que fue incorporado en el régimen
minial. El resultado es una consolidación de la Ley 27.453 de 2018. El origen del barrio
precaria del hábitat, con fuertes restriccio- se remonta al año 2011 y está vinculado a la
nes en materia de acceso a servicios, pero ocupación de una parcela de alrededor de
donde la permanencia de la ocupación no 20 hectáreas en el barrio San Francisco IV,
llega a ser puesta en cuestión. Los barrios hacia el sudeste de la localidad.

232
Como ya hemos analizado en la in- recuperar los procesos sociales urbanos
troducción del libro, si bien inicialmente que hemos puesto en discusión a lo lar-
la zona sur de la ciudad (“el alto”) fue la go de todo el libro. Siguiendo a Bourdieu
región geográfica donde se asentaron los y Wacquant (1992), un caso de estudio no
sectores populares, posteriormente el eje es un caso particular, ya que lo importante
sudeste se consolidó como tierra de ex- no es la representatividad del caso, sino
pansión de la población en general y de su capacidad de particularizar el fenóme-
los sectores populares mayormente. no bajo estudio, su cualidad descriptiva y
Numerosos barrios originados a tra- finalmente su valor heurístico.
vés de programas de viviendas sociales Según el RENABAP en el barrio han
marcan la estética y la arquitectura de la sido relevadas 418 familias y más de 1200
zona, que se caracteriza por techos unifor- personas en el año 2018. El 99 % de las
mes, ampliaciones de hecho en la vivien- viviendas son de quien las habita, habien-
da, su alta cobertura de servicios básicos do un bajo porcentaje de inquilinización,
y buenos índices de infraestructura, pero pero de acuerdo a los propios testimonios
un escaso equipamiento colectivo para de vecinos, existe un alto componente de
cubrir las necesidades urbanas de cerca compra-venta de los lotes e incluso de las
de 21.800 personas (según estimaciones viviendas. En la actualidad prácticamente
oficiales del Municipio)85. Desde principios no hay terrenos sin construir disponibles y
de 2000, en esta zona de la ciudad se han aquellas parcelas que habían sido reserva-
producido gran cantidad de ocupaciones das para espacios verdes o comunitarios
que resultaron en nuevos barrios popu- al inicio de la toma, ya fueron ocupadas
lares, a la vez que se ampliaron antiguas con fines residenciales.
ocupaciones ya consolidadas (Mari Mari, El titular registral de la parcela es la em-
Alun Ruca, Barda Este, San Cayetanito, 40 presa constructora Roque Mocciola, una
viviendas, Habana, San Juan, entre otras). empresa con amplia trayectoria en obras
La mayoría de las ocupaciones se produ- públicas en la provincia de Río Negro. Esa
jeron en zonas de gran peligro ambiental, parcela estaba originalmente destinada a
linderos a bardas, zonas de derrumbe o la construcción de viviendas sociales. En
a orillas del arroyo Ñireco o, como en el esa época era común que las empresas
caso de estudio que hemos seleccionado, constructoras “ofrecieran” suelo disponi-
sobre grandes parcelas o antiguos loteos ble para la construcción de vivienda, ante
que nunca fueron concretados. la escasez de suelo disponible por parte
La elección del Barrio Alun Ruca como de los Estados municipales. Así se cons-
caso de estudio resulta tanto de sus par- truyeron cientos de viviendas en todo el
ticularidades territoriales, de su relevancia país en el marco de operatorias diferentes,
en términos socio urbanos y por su poten- como Proyecto, Terreno y Construcción del
cial aporte a un ejercicio de generalización Programa Federal de Construcción de Vi-
analítica (Merlinsky, 2013) que permita viendas (Ostuni, 2010).

85. http://www.bariloche.gov.ar/estadisticas_grafico.php?grafico=28

233
Figura 4.1: Polígono de barrio Alun Ruca
Fuente: Elaboración propia en base a imagen satelital.

El proceso de población del barrio fue so de densificación incipiente en el barrio.


bastante acelerado, dado que existía una Durante buena parte de la consolidación
gran demanda habitacional insatisfecha del barrio, lxs vecinxs de Alun Ruca se refe-
en la zona del barrio San Francisco IV. El rían frecuentemente como “toma”, pero han
eje de expansión sudeste de la ciudad ha transitado un proceso de construcción de
sido uno de los que más creció en los úl- identidad barrial interesante. Originalmen-
timos años. Se pueden mencionar barrios te se lo conocía como la “toma Mocciola”,
formales como los San Francisco II, III y IV, en referencia al propietario de la parcela. A
barrios de viviendas sociales como el 120 medida que el barrio fue avanzando en un
y las 270 viviendas, y barrios populares in- proceso de organización comunitaria con la
formales como el San Cayetanito, Barda conformación de una comisión vecinal y la
Este, Valle Gas, La Habana entre otros. elección de una presidenta, se avanzó en
En la actualidad se calcula que viven la discusión para bautizar al barrio con otro
alrededor de 650 hogares en alrededor de nombre. En una asamblea multitudinaria se
400 lotes que se fueron delimitando infor- decidió nombrar al barrio Alun Ruca, que es
malmente por la propia acción de los po- la denominación que terminó imponiéndo-
bladores. Esta proporción arroja un proce- se públicamente.

234
La elección del nombre no solo permi- y por ende en su proceso de construcción
tió que vecinos y vecinas pudieran decidir simbólica e identitaria.
de qué manera nombrarse y ser nombra- La organización interna del barrio in-
dos, sino que también fue un avance en el cluye la conformación de una comisión
reconocimiento de Alun Ruca como barrio vecinal (con autoridades electas pública-
consolidado de la ciudad. Como hemos mente) y referentxs por manzana, encarga-
indicado anteriormente, la situación de in- dxs de plantear las problemáticas de cada
formalidad en relación a la tenencia de la sector. En relación al acceso a servicios
tierra provoca que la comisión vecinal no e infraestructura, han sido lxs propixs ve-
sea reconocida formalmente como Junta cinxs quienes a través de la organización
Vecinal, atentando contra el proceso de comunitaria han hecho las conexiones de
autourbanización del barrio y limitando la agua a la red que pasa por el perímetro
respuesta estatal en materia de hábitat. barrio y quienes han comprado los mate-
Un claro ejemplo es que, al no ser reco- riales e instalado las luminarias públicas.
nocido formalmente por el Municipio, el Respecto a la energía eléctrica, el munici-
camión recolector de basura no ingresa en pio ha instalado medidores comunitarios
su recorrido por las más de 15 manzanas que suministran electricidad a la mayoría
que componen el barrio, con las conse- de las viviendas, pero el paisaje predomi-
cuencias de higiene y salubridad que esto nante da cuenta de los cientos de cables y
conlleva. conexiones irregulares, colgando o direc-
La diferencia entre un barrio formal- tamente por el piso, desde donde las fami-
mente reconocido como Junta Vecinal y lias se conectan a la red eléctrica lindera.
una comisión informal aparece como muy No se debe perder de vista que el ba-
tajantemente expresada en la categoría rrio se encuentra rodeado en todas sus di-
“toma”, que los excluye de la participación recciones por viviendas sociales construi-
en mesas de concertación barrial como las das por el Estado, por lo que las redes de
que funcionan en los Centros de Abordaje infraestructura básica bordean el polígono
y Articulación Territorial, en consejos parti- de Alun Ruca. Las extensiones de red que
cipativos como el Consejo del Plan Estra- se deben proyectar son al interior del ba-
tégico, en el presupuesto participativo y, rrio y ahí radican las mayores demandas
en general, en el principio de consulta pre- de vecinos y vecinas.
via establecido en el artículo 165 de la Car- El caso del barrio Alun Ruca es ejem-
ta Orgánica Municipal en relación a toda plificador de cómo la situación dominial
situación que afecte el territorio bajo su ju- puede ser un obstáculo para la efectiva re-
risdicción. En estos casos, se establece un gularización de un barrio cuando el domi-
continuum que va desde la “toma” hasta la nio es privado, pero no obstaculiza la con-
Junta Vecinal, que no es un proceso lineal, solidación de la población asentada. Por
sino que está relacionado con el tipo de eso la denominamos una “consolidación
barrio, su localización, la propiedad de la precaria”, porque la población está com-
tierra y el proceso organizativo comunita- pletamente arraigada, es difícil vislumbrar
rio. Todas estas variables inciden en el pro- la viabilidad social de un desalojo en el
ceso de integración sociourbana del barrio mediano plazo, pero la conflictividad judi-

235
cial alcanza para obturar el acceso a los de 300 vecinxs del barrio se presentó un
servicios básicos de forma regular, segura proyecto de Ordenanza para avanzar en la
y eficiente. En el caso reseñado, además, expropiación de la parcela y su posterior
este proceso de consolidación precaria integración sociourbana, en línea con la
del hábitat fue acompañada por un proce- Ley 27.453. De manera paralela a nivel mu-
so de construcción identitaria que implicó nicipal se están realizando gestiones ante
romper con la denominación “toma” y re- la Secretaría de Integración SocioUrbana
nombrar al barrio como Alun Ruca, lo que de Nación para hacer efectiva la expropia-
da cuenta de la importancia de la denomi- ción con fondos nacionales. Mientras tan-
nación y la construcción simbólica como to los y las vecinas del Alun Ruca siguen
parte del proceso de integración sociour- desarrollando estrategias para fortalecer
bana. la organización vecinal y avanzar en la au-
En el año 2020, con la firma de más torubanización del barrio.

236
4.3. Tomas de tierras en Cipolletti: de la criminalización a la regularización
en la experiencia del B° Obrero
Mariana Giaretto

4.3.1. Introducción introducción de este apartado, esta invisibi-


En este capítulo presentamos la situa- lización no es un rasgo específico de la ciu-
ción de las tomas de tierras en la ciudad dad de Cipolletti, sino que es común a las
de Cipolletti, Río Negro, durante la pos- diversas ciudades que abordamos en este
convertibilidad. En trabajos previos hemos libro. Sin embargo, la relación proporcional
abordado algunas experiencias de tomas entre barrios reconocidos y barrios nega-
de tierras durante los años 90’, 2003 y 2008 dos por el discurso oficial, torna elocuente
(Giaretto, 2011), dando cuenta de una nue- el grado de conflictividad que encierra el
va oleada de asentamientos que implica- proceso de configuración urbana en Cipo-
ron grados de conflictividad y modos de lletti. Mientras que la mitad de la ciudad se
intervención estatal basados en la coope- urbaniza formalmente, la otra mitad irrumpe
rativización y también en formas primarias a través de la acción directa y se consolida
de criminalización de las luchas por tierra bajo condiciones de precariedad e informa-
y vivienda. Aquí nos ocupamos de carac- lidad. Desde el propio municipio admiten el
terizar las dificultades de acceso al hábitat desborde de las tomas de tierras:
por parte de los sectores populares durante ...la parte que me ocupo que es la po-
la posconvertibilidad, tomando como punto blación que no accede a este mercado
de referencia procesos de tomas de tierras formal, una de las incidencias es el costo
recientes que nos permiten comprender la de la tierra, inaccesible, aun para la gente
configuración urbana actual. con trabajo formal, empleados de trayec-
Desde que comenzamos nuestro proce- toria, el profesional joven no accede, no
so de investigación el mapa de la ciudad
acceden al mercado formal, no acceden,
publicado en la página oficial del Munici-
menos a la vivienda. Creo que es la cerca-
pio de Cipolletti no presenta referencias de
nía con Neuquén y que hay un corrimiento
los asentamientos informales. Hasta 2018
de la gente de Neuquén que empieza a
los planos oficiales del ejido municipal no
comprar en Cipolletti y la gente de Cipolle-
referenciaban a estos barrios que compo-
tti empieza a comprar en Fernández Oro,
nen la ciudad junto a otros 46 barrios resi-
denciales formalizados (Ver Plano catastral y la de Fernández Oro se va corriendo, y
Ejido de Cipolletti). Según el Relevamiento después la explosión también, la nece-
de Barrio Populares (RENABAP), en 2016 sidad. Acá yo no tengo dato de cuántas
existían 36 barrios populares y de acuerdo familias entran por día, pero empieza a ha-
a lo que diversos referentes barriales sos- ber gente atraída yo creo por el tema de
tienen este número en la actualidad superó Vaca Muerta, a presionar por el acceso al
los 40 barrios informales, esto significa que suelo, más los locales… Lo que notamos,
casi la mitad de la ciudad no sólo permane- es que Cipolletti está desbordado con el
ce en la informalidad, sino que además ha tema de los asentamientos irregulares.
sido sistemáticamente invisibilizada por los (Entrevista a la Dirección de Hábitat de la
gobiernos locales. Como señalamos en la Municipalidad de Cipolletti, 2019)

237
A partir de la relevancia del problema de conocimiento en las propias instancias
en esta ciudad y la posibilidad de generar del trabajo de campo. En nuestro proce-
conocimiento contextualizado que permita so de investigación el trabajo de campo
la vinculación con la misma problemática tiene como antecedentes las instancias
en otras ciudades de la región patagóni- de observación participante y entrevistas
ca, estructuramos este capítulo de la si- semi-estructuradas realizadas para la te-
guiente manera. En primer lugar, recons- sis de maestría entre 2005 y 2009. En ese
truimos el proceso de investigación dando primer momento entrevistamos a referen-
cuenta reflexivamente de las prácticas del tes de tomas de tierras y a funcionarios del
trabajo de campo, identificando las dificul- gobierno municipal que nos permitieron
tades y los límites encontrados a lo largo abordar las relaciones entre tomas de tie-
del mismo. Partiendo de esta reconstruc- rras urbanas y el Estado, identificando a
ción, luego analizamos las vinculaciones la cooperativización y a la criminalización
entre el modo de acumulación de capital como los modos predominantes de inter-
y sus manifestaciones en las tendencias vención estatal en estos conflictos.
del sector de la construcción e inmobiliario En un segundo momento, en el marco
presentados en el primer apartado de esta de diversos proyectos de investigación y
obra, identificando los efectos del boom extensión, desplegamos dos grupos de téc-
de Vaca Muerta sobre las condiciones de nicas de producción de conocimiento: téc-
posibilidad de los procesos de tomas de nicas de exploración de fuentes de orden
tierras. Asimismo, recuperamos el análisis documental y técnicas de exploración de
de las políticas públicas del segundo apar- orden vivencial (Calello y Neuhaus, 1999).
tado para centrarnos en las implicancias Mientras que las primeras permiten el ac-
que tiene la criminalización de las tomas ceso, análisis e interpretación de materiales
de tierras en las disputas por las formas de documentales que pueden incluir elemen-
denominación de estas experiencias. Para tos literarios, numéricos y audiovisuales
ello, a lo largo del capítulo recuperamos y (Valles, 1999), las segundas recuperan a
analizamos la experiencia de una de las to- través de la comunicación personal directa
mas más importantes de la ciudad por los interpretaciones posibles sobre situaciones
procesos de organización colectiva atra- y experiencias de lxs sujetxs involucradxs.
vesados y por el grado de criminalización A partir de la investigación documental
que sufrieron quienes viven en el Barrio contamos con diversos recursos que sir-
Obrero de Cipolletti. ven de soporte a la reconstrucción de las
experiencias de tomas de tierras, entre las
4.3.2. Acerca del trabajo de campo más importantes se encuentran: normativa
estatal (municipal, provincial y nacional)
En el caso de la ciudad de Cipolletti, acerca del acceso a la vivienda, documen-
el trabajo de campo que hemos llevado tación jurídica y sentencias de las causas,
a cabo consta de diferentes etapas atra- informes y registros oficiales y no oficiales
vesadas por diversos modos y grados sobre los conflictos analizados. Es nece-
de involucramiento con las experiencias sario reforzar, como hemos planteado en
de tomas de tierras. Nuestro trabajo se otros lugares de este libro, que el acceso a
basa en una metodología artesanal (Gu- información estatal en general es una tarea
ber, 2011) en la que vamos armando y desgastante en la que no siempre se logra
desarmando los modos de construcción dar con la documentación solicitada.

238
Figura 4.2 Plano catastral ejido de Cipolletti
Fuente: Elaboración de la Dirección de Desarrollo Territorial del Municipio de Cipolletti.

239
En cuanto a las técnicas vivenciales base a las interpretaciones de lxs sujetxs
hemos realizado observación no partici- protagonistas de las luchas. Construimos
pante en asambleas y reuniones barria- un guión temático que intentó estructurar
les y en algunas instancias institucionales la situación conversacional, particularmen-
como sesiones de Concejo Deliberante o te porque los vínculos con algunxs entre-
audiencias judiciales, aunque en algunas vistadxs potenciaban las posibilidades de
de ellas sí hemos participado activamente, dispersión temática.
por ejemplo, como testigos conceptuales Más allá de estos antecedentes y de
en juicios por el delito de usurpación. Lo la participación en diversas situaciones
cierto, es que la entrevista de investigación vinculadas a la temática, podemos definir
fue la técnica predominante en nuestro tra- como punto de partida de nuestro traba-
bajo de campo, en los siguientes términos: jo de campo la entrevista realizada a una
de las referentes de tomas de tierras en
La entrevista de investigación preten- la ciudad de Cipolletti, el 9 de octubre de
de, a través de la recogida de un conjunto 2012 en el sector A del B° Obrero. En ese
de saberes privados, la construcción del momento, la toma llevaba tres años y tenía
sentido social de la conducta individual o pendiente una orden de desalojo, que en
del grupo de referencia de ese individuo. agosto de 2014 se ratificaría y nos llevaría
(…) La entrevista de investigación social a participar activamente del proceso de or-
encuentra su mayor productividad no ganización y resistencia al desalojo.
tanto para explorar un simple lugar fácti- Si bien es cierto que, en tanto proceso
co de la realidad social, sino para entrar de resocialización87, el trabajo de campo
en ese lugar comunicativo de la realidad no tiene punto final, la mayor parte de las
donde la palabra es vector vehiculante entrevistas y situaciones de observación
principal de una experiencia personali- participante y no participante se realizaron
zada, biográfica e intransferible. (Alonso, en el período que va entre 2017 y 2019.
1994: 9-10) Además de las entrevistas a algunos re-
ferentes de la actividad inmobiliaria y de
Para recuperar esas experiencias per- funcionarixs vinculadxs a la problemática
sonalizadas, a través de diversas entre- urbana, realizamos entrevistas y mantuvi-
vistas86 de investigación realizamos la mos diversas conversaciones con referen-
reconstrucción narrativo-histórica de los tes y vecinxs de diversas tomas de tierras
procesos sociales (Sautu, et.al. 2005) en de la ciudad.

86. Realizamos diversas entrevistas a vecinos de distintos asentamientos de la ciudad y en el caso del B° Obrero
realizamos extensas entrevistas en diversos momentos, en un periodo de 7 años. En el cuerpo del texto no se citan los
nombres de las personas entrevistadas para preservar sus identidades.
87. Guber (2011) señala en relación a la reflexividad del trabajo de campo que “consiste en el proceso de interacción,
diferenciación y reciprocidad entre la reflexividad del sujeto cognoscente -sentido común, teoría, modelos explicativos-
y la de los actores o sujetos/objetos de investigación (…) el conocimiento se revela no “al” investigador sino “en “ el
investigador, quien debe comparecer en el campo, reaprenderse y reaprender el mundo desde otra perspectiva. Por
eso el trabajo de campo es prolongado y suele equipararse a una “resocialización”, con sus inevitables contratiempos,
destiempos y pérdidas de tiempo” (p. 50).

240
4.3.3. Impacto del modo de acumulación Creo que la inflación ha sido un flagelo
de capital en las dificultades de acceso importante que ha llevado a las propie-
al hábitat dades a valores que realmente, se hacen
muy difícil de adquirir… (Entrevista a In-
En el capítulo sobre mercado expli- mobiliaria B, 2017).
camos cómo los cambios en el modo de
acumulación de capital impactan sobre los En los capítulos dedicados al análisis
procesos de configuración de la ciudad, del mercado y el Estado, es elocuente la
vinculados a la agudización de la crisis de claridad que tienen estos procesos y ten-
la actividad frutícola para la exportación y dencias para referentes del sector inmobi-
la irrupción expansiva de la explotación de liario y también funcionarios estatales. En
hidrocarburos no convencionales de Vaca este capítulo, nos interesa recuperar cómo
Muerta. Si bien la roca madre no alcanza impacta en quienes protagonizan luchas
directamente a Cipolletti, por su ubicación por tierra y vivienda: ¿cómo aparecen es-
estratégica en relación al corazón de esta tos fenómenos en sus vivencias? ¿Cómo
formación en la localidad de Añelo, pro- los interpretan? ¿Qué significados adquie-
vincia de Neuquén, a la capital de esta ren el boom de Vaca Muerta, la explosión
provincia y a las localidades rionegrinas demográfica, el aumento de precios de al-
de Allen y Fernández Oro, esta ciudad de- quileres y viviendas, en sus procesos de
viene en un territorio central de gran parte organización colectiva?
de los movimientos y formas de circula-
ción vinculadas a la extracción y produc- ... hace cinco, seis años atrás donde
ción de commodities hidrocarburífera para de alguna manera se firmó el acuerdo
la exportación. Por lo que, además de la entre la empresa Chevron, en Neuquén,
afectación directa de territorios y la pre- para que de ahí nazca todo lo que es el
sión sobre los precios de lotes y viviendas proceso de Vaca Muerta, como que fue
disponibles, la ciudad se transforma en algo, para mí, inédito porque fue la pri-
un polo de atracción tanto para capitales mera vez que se firmaba un acuerdo de
como para trabajadorxs, lo que implica un traer el fracking al país, donde no… o sea
aumento de la densidad demográfica. En , nosotros hasta ahora conocíamos esa
palabras de unx de nuestrxs entrevistadxs: palabra a través de Ecuador o de otros
países pero no en la Argentina, y como
Mira, ha habido... eh… una acelera- que fue un antes y un después, incluso
ción en el mercado inmobiliario después para las luchas de nosotros, tanto de ha-
de la salida de la convertibilidad, enor- blando del territorio como de la explota-
me… la inflación no era un problema, ción hacia lo abierto que están haciendo
sino que la gente, tenía un excedente en algunos lugares y después en lo terri-
dinero y quería invertir y las propiedades torial, lo que vimos y claramente en los
estaban al alcance de la mano. Eso era lugares donde está más concentrado las
antes… la verdad que el crecimiento por zonas petroleras, hoy estamos viviendo,
la demanda, entre la misma actividad, ha vos decís bueno la contaminación del
hecho que los precios, eh, hayan subido. agua es una, el que el suelo se mueva

241
es otra, y los que padecemos estas si- ...la ciudad donde yo vivo y Neuquén
tuaciones y que las vamos a padecer aún capital, están rodeados de asentamien-
peor dentro de un par de años, van a ser tos informales, rodeados: Neuquén tiene
todas las poblaciones y los vecinos que 70 asentamientos informales y Cipolletti
viven alrededor de esas empresas que lo llega a 45 informales, y hay alrededor de
único que traen es contaminación, muer- 20 mil familias y acá por ejemplo en mi
te y miseria para un montón de sectores ciudad tiene la particularidad que tiene
(Entrevista B° Obrero, 2019) alrededor de 45 barrios formales, regula-
rizados, con todo lo pá pá pá y tiene 45
Cuando nuestrx entrevistadx menciona
barrios irregulares, o sea, que la mitad de
a “los que padecemos estas situaciones”,
la población, la mitad de la ciudad, esta
se está refiriendo justamente a las dificulta-
cuestión de la división, es muy clara si la
des de acceso a la tierra y a la vivienda en
venís a ver acá en Cipolletti. (Entrevista a
las ciudades de la región del Alto Valle. Para
B° Obrero, 2019)
ella la explotación de Vaca Muerta no es le-
jana, no se encuentra desconectada de sus Al impacto particular de las variables
condiciones materiales de vida, sino que macroeconómicas nacionales, hay que
impacta directamente en los territorios dan- sumarle entonces la particularidad de ser
do cuenta de sus aspectos multiescalares una ciudad tensionada por la profundiza-
y multidimensionales. Sin embargo, en los ción de la crisis de la fruticultura, el avance
relatos también es claro que el problema de del fracking y el crecimiento poblacional
tomas de tierras no es un problema coyun- que este conlleva. Lo cierto, es que se va
tural, sino histórico, estructural, que viene configurando un proceso de dualización
de larga data y que se profundiza en deter- económica y social (Bonnet, 2018) por el
minados momentos vinculados a procesos que se consolida, por un lado, un estra-
económicos y temporalidades políticas, en to altamente competitivo vinculado a las
especial, las vinculadas a las elecciones. actividades de capitales concentrados,
Por eso en la ciudad de Cipolletti, podemos entrelazados y transnacionalizados y, por
identificar ciertos momentos de la historia otro, un estrato marginal que depende de
reciente en los que se intensifican oleadas las actividades del estrato competitivo.
de tomas de tierras: en 2003, en 2009-2010 Claramente es una dependencia asimétri-
y en 2012-2013. Justamente la experiencia ca y que, en términos sociales y urbanos,
del B° Obrero se inicia en abril de 2009 y se materializa en la yuxtaposición de torres
aún, al momento de escribir estas líneas, se de alta gama y asentamientos informales:
encuentra en proceso de regularización y opulencia y precariedad habitacional a
urbanización. solo unos metros88.

88. Estas contradicciones urbanas y contrastes espaciales los analizamos en una ponencia en la que presentamos
algunos resultados preliminares del proceso de investigación. Allí expusimos el caso de la construcción y habilitación
de las torres Atlas del Parque, un complejo de tres torres de 20 pisos con unidades de dos y tres dormitorios, cocheras,
SUM, gimnasio y pileta, y en la planta baja locales comerciales. Estas torres exclusivas superan la altura permitida y ni
si quiera fueron habilitadas vía excepcionalidad, al parecer cayeron en una zona gris de la normativa y el proceso de
ensayo-error de la política estatal les permitió colarse en la dinámica urbana, aunque no logren pasar inadvertidas para
nadie en la ciudad. Como contrapunto presentamos el caso de regularización del B° Obrero y otros asentamientos que
luego de años de criminalización iniciaron lentos procesos con normativas también confusas (Giaretto, 2018).

242
4.3.4. Tomas sí, tomas no: de la como tomas u ocupaciones, si el interlocu-
negación a la disputa por los sentidos tor es algún funcionario judicial, policial y/o
del gobierno local se presenta como un pro-
Como bien señalaba unx entrevistadx blema en términos de usurpación, lo mismo
de uno de los asentamientos generados en sucede en caso de los propietarios de los
2012: “Cipolletti tiene una larga historia de terrenos. Incluso como mencionábamos en
tomas de tierras.” Y así lo demuestran gran la introducción de este tercer apartado del li-
parte de los barrios populares de la ciudad bro, al término ocupación o toma se le agre-
que se han originado en procesos de ocu- ga el adjetivo de ilegal. Cuando los procesos
pación y de autourbanización de familias perduran en el tiempo y tienden a la conso-
que no pueden acceder a la ciudad por la lidación y además los interlocutores son lxs
vía del mercado formal de suelos o alquile- vecinxs protagonistas, los términos más co-
res. Sin embargo, la historicidad no ha lima- munes son los de tomas, asentamientos o
do las disputas acerca de las maneras de barrios populares.
denominar y visibilizar un fenómeno social En los discursos y documentos oficiales
y político que atraviesa a toda la ciudad. En hay una tendencia histórica y crónica a la
este apartado apuntamos a problematizar invisibilización, a la negación del problema,
los alcances de las disputas en las formas pero cuando irrumpe en la escena pública
de nombrar, y por lo tanto, de reconocer la también se da esta oscilación en el uso de
existencia o negársela a las experiencias de los conceptos. Durante los primeros mo-
tomas de tierras, con el propósito no sólo mentos, en el mejor de los casos son enun-
de comprender la especificidad de estas ciadas como tomas u ocupaciones ilega-
disputas a escala local, sino también de les, en el peor como usurpaciones a las que
posibilitar la comparación con las otras ciu- hay que combatir hasta el desalojo. Cuan-
dades patagónicas involucradas en esta do los procesos se cristalizan en el tiempo,
investigación, que a su vez permita delinear y el propio Estado interviene de diversos
cierta particularidad regional en relación modos, aparece el uso de asentamientos
con los estudios urbanos del área metropo- informales o barrios populares, este último
litana de Buenos Aires. se inscribió a partir de la instrumentaliza-
La primera aproximación posible a estas ción de RENABAP. Lo cierto es que luego
experiencias de autourbanización popular, de años de negación, en los planos oficia-
sin lugar a dudas, es la que construye y di- les de la ciudad estas experiencias apare-
funden los medios de comunicación. Si bien cen como tomas de terrenos reteniendo el
no nos interesa realizar un análisis de discur- carácter de autoorganización y remarcando
so, en el caso de Cipolletti encontramos que el rasgo informal (Ver Plano catastral del Eji-
las principales referencias en los medios son do de Cipolletti, referencia en violeta).
en términos de: tomas, usurpaciones, ocu- Para quienes protagonizan estos pro-
paciones, asentamientos y/o barrios popu- cesos de organización colectiva, el modo
lares. La utilización de uno u otro concepto más común de enunciar su acción es la
depende del momento del proceso al que de la toma, la de ocupar, y también la de
se está refiriendo y al tipo de interlocutor: asentarse. Por lo general, hacen referencia
cuando se inician los procesos aparecen a la necesidad y desesperación que origi-

243
na la acción, también al carácter colectivo de material, porque fueron condiciones
y no individual, porque no sólo son familias para estar acá, son condiciones, primero
completas, sino grupos de familias que se tu carpita, después tu ranchito de made-
encuentran en una acción comunitaria de ra y después… Pero, también contar, por
tomar la tierra para habitarla. Como plan- ejemplo, la chica de acá y el de ahí son
teamos en la introducción de este tercer gente sola, no tienen a nadie no tienen
apartado, habitar significa apropiarse y entrada de dinero, entonces tratamos de
producir un espacio que posibilite la vida colectivizar el problema, viste, acá en el
misma en comunidad. Por eso, al mismo barrio funciona desde un grupo de muje-
tiempo, surge en los relatos la imperiosa res, una murga, un club de fútbol para los
necesidad de negar la mala intención de pibes, estamos dándole proyectos que
la acción, remarcando el carácter de tie- no hay en otro lugar, incluso en el Estado,
rras vacantes, y fundamentalmente, la formamos un Estado acá adentro, ¿enten-
inexistencia de violencia y por lo tanto, de dés? Y no necesitamos al Estado… Pero
delito en los procesos de organización de acá, este es un barrio obrero, un barrio de
la acción. “No somos delincuentes”, “No trabajadorxs, que está en condiciones la
queremos que nos regalen nada, quere- gente de decir: yo puedo pagar lo que es
mos pagar nuestro pedacito de tierra”, son mío. (Entrevista a B° Obrero, 2012)
expresiones comunes en los relatos de
Colectivizar el problema de no poder
lxs entrevistadxs. En ese primer reflejo de
acceder a la tierra por la vía formal signi-
rechazo a la criminalización de la acción,
fica en un primer momento tomar la tierra
quienes protagonizan tomas de tierras, al
que puede tener un dueño bajo las leyes
mismo tiempo que admiten la acción de
capitalistas, pero que puede venderla ante
tomar la tierra, de ocupar para vivir, nie-
la necesidad y urgencia de cientos de fa-
gan el carácter de delito y convierten a ese
milias. Colectivizar el problema de no tener
espacio precario en “su barrio”. La con-
con qué construir una vivienda implica la
versión de “toma” a “barrio” se da bajo la
ayuda mutua, aunque implique reproducir
forma de vaivenes en los relatos, en tanto
la precariedad y lo provisorio. Sin embar-
expresión de largos procesos de lucha por
go, finalmente el acceso al soporte mate-
la regularización y urbanización, reveses y
rial del habitar sigue estando mediado por
múltiples formas de desgaste que atravie-
el dinero, pero no así todas las formas de
san hasta su formalización.
sociabilidad que pueden generarse en ese
…nadie le quita al tipo que él sea el proceso. Antes de avanzar en este punto,
dueño de la tierra, y tampoco yo voy a an- veamos cómo interviene ese Estado que
dar defendiendo la propiedad privada: yo supuestamente no está, estando.
no voy a defender la propiedad privada.
Lo que digo es, cada uno, por ejemplo, 4.3.5. De la cooperativización a la
me dicen porque no vas y pedís vivien- criminalización de las tomas de tierras
das, si yo tuviera el título de propiedad
Cuando realizamos el análisis de los
de los vecinos sería otro cantar. Por ahora
casos durante los primeros años de la
cada vecino se ha hecho su propia casa
convertibilidad, encontramos que el prin-

244
cipal modo de intervención estatal en las Distrito Vecinal Noreste se vio contamina-
tomas de tierras era una combinación de da por diversas experiencias de estafas vía
criminalización que en ciertos casos deri- cooperativas, incluso por parte de perso-
vó en la cooperativización para la regula- nas vinculadas al propio municipio. Así lo
rización de los barrios. La criminalización reconstruye unx de nuestrxs entrevistadxs:
sentaba las condiciones en las que se ne-
gociaba el proceso de conformación de la En el marco de que le frustramos a
cooperativa y de acceso a los programas Weretilneck el negocio, porque era en
y planes de acceso al suelo y construcción el marco de las elecciones y querían
de la vivienda. Si la cooperativización indu- demostrar que Cipolletti se las bancaba
cida estatalmente (Giaretto, 2011) era via- para levantar las tomas y que no lo iban a
ble y avanzaba, la criminalización cedía, se permitir porque ellos tenían la respuesta,
flexibilizaba la hostilidad policial y se caían es decir, le tomaban tierras y él les daba
las causas judiciales. Claramente, el obje- tierras en el Distrito Vecinal. Ellos orga-
tivo era el control político de los territorios, nizaron una toma fantasma, porque fue
tornándolos disponibles y productivos en fantasma y porque querían trasladar a la
tiempos electorales y domesticados en gente al Distrito Vecinal. El problema que
tiempos de gestión rutinaria. se encontró es que le ofrecimos resis-
Ahora bien, a partir de 2008-2009 esta tencia… Nosotros los echamos de acá,
estrategia enfrentó dos problemas: la falta porque los echó la masa de gente, los
de continuidad económica ligada a la selec- corrió del barrio, y a la semana estaban
tividad política y a los recortes presupuesta- trabajando en la Municipalidad. Les dio
rios del gobierno nacional, y al mismo tiem- terrenos en el Distrito Vecinal, los acomo-
po, el aumento de la presión cuantitativa de dó políticamente, si no hubiesen tenido
conflictos por tomas de tierras que tornaron nada que ver ¿por qué hoy todos tienen
aún más escasos e ineficientes los recursos trabajo en la Municipalidad y por qué to-
destinados a las cooperativas. A nivel na- dos tienen tierra en el Distrito Vecinal?
cional, la toma del Parque Indoamericano Esa misma gente los hizo armarse en una
y su refracción en diversas tomas de tierras cooperativa que estafó a la gente que se
en provincia de Buenos Aires y en Jujuy llevó de acá ¿entendés?, esto es una his-
durante 2010, significaron el encendido de toria que ya vas a darte cuenta cómo es.
alarmas para el Estado en sus diferentes ni- (Entrevista a B° Obrero, 2012).
veles y poderes.
En el caso de la ciudad de Cipolletti, De esta manera, si bien el discurso
como vimos en el capítulo destinado al oficial sostenía que el distrito era una res-
análisis de las políticas públicas, la estra- puesta al problema de la vivienda y que,
tegia de intervención se inclinó histórica- por lo tanto, no eran aceptables las tomas
mente a la criminalización de los conflic- de tierras, las tomas se multiplicaban y
tos, aunque también se combinara con las estrategias de intervención estatal se
algunas experiencias de cooperativización complejizaban. Como vimos en el capítulo
(Antártida Argentina, San Sebastián). Sin sobre políticas públicas, el proceso de en-
embargo, en este caso la propuesta del sayo-error se plasmó en un modo de inter-

245
vención criminalizador que incluso implicó impedir la ocupación, y que dé tiempo al
una articulación implícita del Código Urba- Estado a tomar esa decisión… (Entrevista
no con el Código Penal. Y también vimos a Intendencia de Cipolletti, 2008)
cómo aquella primera experiencia de los
90’ en la que se gestionó el primer y único Si bien los procesos de judicialización
PROMEBA, significó para el gobierno local de las tomas de la ciudad no han logra-
el aprendizaje de no bajar más PROMEBA do llegar a una condena por usurpación y
para tomas, porque el efecto era multipli- tampoco se han dado procesos de des-
cador. Sin embargo, lo que no registró el alojo colectivos violentos, como vimos en
gobierno local es que la criminalización le- el capítulo sobre políticas públicas, es el
jos de permitir la superación del conflicto Ministerio Público Fiscal el que encabeza
por tierra y vivienda, no sólo lo reproduce, los procesos de criminalización. Junto a
sino que además posibilita experiencias medios de comunicación, funcionarios
de politización subjetivas colectivas ancla- estatales y la policía provincial, la Fisca-
das en la lucha y resistencia en los proce- lía General se encarga de promover la
sos de habitar un espacio vital. estigmatización, la apertura de causas
judiciales penales y civiles y la militariza-
El planteo es que si nosotros tenemos ción de los territorios. En declaraciones
una propuesta de acceso a la tierra para periodísticas, el Fiscal Jefe planteó que
todos lo que no podemos permitir es que en esta ciudad existe una “cultura de las
cualquiera haga con la tierra lo que quie- usurpaciones”:
ra. Date vuelta y mira ese plano: ese pla-
no son todos los usos que tiene la tierra Es una cultura que ya se ha implemen-
de la ciudad y no es una decisión mía, es tado. Son los hijos de las personas que en
la decisión de una ciudad después de 40 su gran mayoría tomaron tierras, muchos
años. Entonces si la falta de algo lleva a años atrás, y ahora hacen lo que hicieron
que uno lo tome por la fuerza, estamos sus padres para acceder a un terreno y a
forzando un delito. Así si vos tu hijo no una vivienda. En La Alameda se repite la
tiene un medicamento y vos vas y lo sa- historia del barrio Labraña. Toman al lado
cas de la farmacia, es un delito de robo. para estar cerca de sus familias. Todos
Si vos te subís a un colectivo porque no pretenden una solución inmediata que el
tenés plata y tenés que trasladarte, es un Estado no tiene. De lo contrario, no es-
delito. Si vos tomas una tierra que no es tán dispuestos a retirarse, y su posición
tuya también tiene que ser un delito, es es firme. Entre comillas, hasta coactiva…
así de sencillo no hay otras alternativas. Aunque la solución inmediata de resolver
En esto la justicia decía que para que sea el conflicto (la toma de tierras), sea res-
un delito la ocupación tiene que haber ponsabilidad de la Justicia, a largo plazo,
clandestinidad, violencia y nocturnidad le cabe al Estado. (Fiscalía General decla-
una cosa así, se hizo de noche, tenés ración periodística, 23 de septiembre de
que romper el alambrado etc. etc. Enton- 2020)
ces nosotros lo que planteamos es que la Si bien no es propósito de este trabajo
justicia penal pueda en primera instancia analizar cómo piensan los funcionarios ju-

246
diciales al Estado y a su rol en el Estado, en la causa, soy la única imputada, de los
resulta significativo que tanto la intendencia 622 vecinos. (Entrevista B° Obrero, 2012)
en la anterior cita como la Fiscalía General
en ésta, sostengan la separación, escisión, La judicialización apunta a la individuali-
autonomía de “la Justicia” del Estado. Al zación de lxs referentes, para operar sobre
parecer para ellos el poder judicial no es la organización colectiva desgastando los
un poder estatal y tal vez por eso conside- liderazgos que sostienen las estrategias de
ren que es un “buen” lugar para depositar lucha. En este caso, lo llamativo es que de
el objetivo de disolución de las tomas de la batería de denuncias y de causas pena-
tierras y luego, ante sus límites sea “el Es- les abiertas, fue la causa civil la que pros-
tado” -el poder ejecutivo, político- el que in- peró, bajo la figura jurídica del interdicto
tente dar una respuesta política. De allí, que de recobrar. La defensa de la propiedad
abordemos a la criminalización como una privada y la búsqueda de su recupero para
modalidad de la política represiva, y a la po- posibilitar su valorización, primó sobre las
lítica represiva como parte del proceso de escasas posibilidades de condenar a una
ensayo-error bajo el que se desenvuelven persona por el delito de usurpación y avan-
las políticas públicas en general y la política zar en el desalojo violento.
urbana en particular.
Pero focalicemos aquí en las experien- 4.3.6. Barrio obrero: de la
cias de estos modos de intervención des- criminalización a la regularización
de los relatos de quienes, no sólo sufren urbana
la imposibilidad de acceder a un lugar en
la ciudad, sino que además enfrentan la En la caracterización de la ciudad de
ofensiva criminalizadora contra la acción Cipolletti que introduce esta obra presen-
directa de tomar una tierra para vivir. tamos la relevancia que tiene el problema
de las tomas de tierras en tanto mecanismo
... y nosotros empezamos a organizar- de autourbanización de los sectores popu-
nos acá adentro y yo fui adquiriendo mi lares. Relevancia que es constatada por las
vida política acá adentro, les había dicho imágenes que muestran el peso específico
ya, yo estoy cansada, tengo mi bebé, no que adquieren los asentamientos en el pro-
quiero seguir, quiero un lugar para vivir, ceso de crecimiento reciente de la mancha
pero no me quiero meter más en nada, no urbana (Ver Mapa de Crecimiento de Asen-
quiero exponerme, tengo 18 denuncias tamientos); si bien evidencian mayor pre-
que quedaban del movimiento piquetero, sencia hacia el norte y también hacia el sur
estoy sola, no tengo abogado, no tengo de la ciudad, claramente rodean gran parte
un montón de cosas, no quiero ser la cara de la periferia del casco urbano y son ma-
visible. Pero no había nadie, ¿entendés? yoritarios en la zona de Balsa Las Perlas en
y quedé enganchada con alrededor de la margen sur, del otro lado del Río Negro.
50 y pico de denuncias porque después Una característica común de gran parte
a raíz de esto y de la de adelante, porque de los asentamientos de Cipolletti es que
después se fue sumando todo… La de- son protagonizados por hijxs o familiares
nuncia era para mí, por ser la imputada de vecinxs de barrios populares cercanos

247
y deciden poner fin al hacinamiento crítico les como el acceso al Plan Calor (entrega
y buscar un lugar para construir un espa- de leña por parte del municipio) y también
cio “propio”. Esta idea de espacio propio en relación a demandas de regularización
resulta interesante en la medida que surge y urbanización, algunas veces nucleadas
de la necesidad de tomar distancia de la por el Foro de Tierra y Vivienda y otras por
familia extendida para lograr cierta autono- zonas o afinidades políticas entre asenta-
mía habitacional y al mismo tiempo implica mientos localizados de manera cercana.
tomar un espacio “ajeno” pero que esté lo También se han realizado movilizaciones
más cerca posible de esa familia o soporte conjuntas al Municipio y a los juzgados
afectivo, cercanía que en muchos casos para reclamar contra la criminalización.
resuelve el cuidado de niñxs mientras los
más jóvenes salen a trabajar o en busca ¿Por qué analizar la experiencia del B° Obrero?
de trabajo si es que no lo tienen. Así ha Entre las más de 40 experiencias de to-
sido en el caso de la toma de Nuevo Ferri mas de tierras en esta ciudad, tomamos la
en relación al Barrio Ferri, la toma de la vía decisión metodológica de analizar la expe-
en relación al Barrio del Trabajo, y también riencia del B° Obrero por dos razones funda-
en el caso del B° Obrero en relación a las mentales. En primer lugar, por la relevancia
1200 viviendas y el B° Anai Mapu. Esta cer- histórico-política que tiene el caso para el
canía es central para comprender la viabili- resto de las tomas de tierras y también de
dad de la toma en sus primeros momentos la ciudad. No hay dudas, que el momento
porque brinda además de un soporte afec- histórico, la ubicación espacial y las caracte-
tivo fundamental, la base material para rísticas del proceso de organización se con-
soportar la falta de agua, electricidad y jugaron en una experiencia que tuvo y tiene
otros recursos básicos para la superviven- un impacto significativo para toda la ciudad
cia. Como también puede apreciarse en y la región del Alto Valle. En segundo lugar,
los mapas, otra característica vinculada porque en el proceso de investigación de di-
a la localización de los asentamientos en versos asentamientos, el trabajo de campo
esta ciudad es la cercanía con alguna vía en el B° Obrero implicó un “estar allí” con
de conectividad estratégica en relación a múltiples implicancias profesionales y per-
la región: circunvalación en el caso de los sonales89, que además del acceso a diferen-
asentamientos ubicados hacia el norte y la tes fuentes de conocimiento nos permitieron
ruta N° 22 en relación a los asentamientos sostener un proceso de investigación a lo
ubicados hacia el sur. largo del tiempo, atravesando diversos mo-
En relación a cierta coordinación de ac- mentos y circunstancias propias de la expe-
ciones comunes, suelen darse en ciertos riencia de toma de tierras. En este sentido,
momentos vinculados a reclamos puntua- contamos con entrevistas que realizamos a

89. Desde una noción abierta de participación, que “cubre un amplio espectro •que va desde “estar allí” como testigo
mudo de los hechos, hasta integrar una o varias actividades de distinta magnitud y con grados variables de involucra-
miento” (Guber, 2011, p.66), en este caso podemos enumerar una lista casi interminable de situaciones y vivencias
compartidas que por momentos fortalecieron el trabajo de campo y por momentos lo debilitaron: participar de asam-
bleas, de piquetes para cerrar el barrio ante la amenaza de desalojo, de festivales culturales, de la inauguración de la
radio comunitaria, de sesiones del Consejo Deliberante, de audiencias y movilizaciones al juzgado y al Municipio, y tam-
bién el involucramiento en situaciones de búsqueda de un niño perdido, de un joven herido por la policía, entre otras.

248
las mismas personas en un lapso de siete Municipalidad de Cipolletti, 2019).
años, entre los primeros años de organiza- Finalmente, en relación a quienes pro-
ción y resistencia de la toma y los últimos tagonizan la experiencia de tomar la tierra
años de regularización vía expropiación. también encontramos que, en los inicios de
En ese sentido, no sólo podemos re- la experiencia, la propiedad de los terrenos
construir el proceso general de la experien- no se cuestionaba y por eso se insistía en el
cia, sino también los distintos significados mecanismo de la compra al supuesto pro-
que adquiere para quienes la protagonizan pietario, mientras que con el correr de los
y para quienes intervienen en ella. Entre al- años y la irrupción de los conflictos territo-
guno de los puntos que rescatamos de las riales más amplios (Giaretto, 2020) la sacra-
entrevistas, resultan significativos tres que lización de la propiedad privada es cuestio-
responden a cada uno de los ejes transver- nada: “yo que conozco la historia ahora de
sales de este libro. la tierra y digo no, no hay que pagarle nada
En relación al mercado, quienes perso- al tipo porque estas tierras le pertenecían a
nifican al capital inmobiliario y reconocen los hermanos mapuches” (Entrevista a B°
que el funcionamiento de la economía ex- Obrero, 2019).
cluye a las personas que no poseen ingre- Además de estas razones particulares,
sos suficientes para acceder al hábitat por fundamentamos la decisión de analizar
la vía formal, reconocen que es tiempo de esta experiencia porque responde a los cri-
regularizar las tomas de tierras: “¿Ahora? A terios acordados en la definición de nues-
bancárselos. Porque están, son seres hu- tro problema de investigación compartidos
manos que se han instalado en esos luga- por todas las ciudades. En este sentido, la
res ¿qué tienen que hacer? Urbanizarles los experiencia del B° Obrero está compues-
barrios... y además darles las escrituras” ta por procesos de organización colectiva
(Entrevista a Inmobiliaria A, 2017). por parte de sujetxs pertenecientes a sec-
En cuanto al Estado, resulta significativo tores subalternos despojados en pos de
que mientras en 2008 se reconocía que la apropiarse de un espacio para vivir en la
propuesta del Distrito Vecinal dejaba gente ciudad. Al mismo tiempo, ha desplegado
afuera y que la política de cooperativas era conflictos socio-políticos con los diversos
insuficiente, se sigan refiriendo a la acción niveles y agencias del Estado, así como
de tomar como usurpación y se la adjudi- con personificaciones del capital propieta-
que a los vínculos entre vecinxs, pero al rio y/o inmobiliario. Y, además, a lo largo de
mismo tiempo se reconozca como valiosa este proceso se han configurado formas de
la organización barrial: “el Barrio Obrero yo sociabilidad barriales y comunitarias que
creo que es uno de los barrios más organi- posibilitan modos de subjetivación política.
zado, su referente es una persona muy mo-
vilizada, formada, conectada también con De la toma al barrio popular: alcances y
todas experiencias, ellos están organizados límites de una lucha
por manzana … viste que por ahí entre ellos El 9 de abril de 2009 un numeroso gru-
mismos se van usurpando, vamos definien- po de familias protagonizó la toma de te-
do quién es el que está en cada lote…” rrenos al norte de la ciudad constituyendo
(Entrevista a la Dirección de Hábitat de la el sector A del B° Obrero, en tierras sin uso

249
productivo y en estado de abandono cuyo y me dice que tengo que presentarme ante
supuesto propietario sería Carlos Romero, Herrera, que era el juez, entonces yo me
uno de los apoderados de la familia Alias presento y voy con 11 compañeros, a ver
a quien se le habrían donado esas tierras. qué era lo que querían. Entonces yo llego,
Días más tarde, el 20 de abril, dada la gran a parte siempre fui cocorita, y le digo: “mira
afluencia de familias, se conformó el sector vengo acá porque le voy a tener que ha-
B en terrenos de la propiedad de Renato cer una denuncia al intendente porque se
Apablaza. El sector A con 300 familias y el niega, nosotros tomamos las medidas que
sector B con 160 familias constituyen en tomamos porque se niega a darnos una
ese momento el asentamiento más nume- reunión y está incumpliendo los deberes
roso de la ciudad, en tierras consideradas funcionarios, porque al pueblo lo tiene que
en aquel momento por el municipio como recibir. “Acá no vengas a gritar” me dijo He-
no aptas para la urbanización. Inmediata- rrera, “porque acá el que manda soy yo, y
mente se inicia el proceso de criminaliza- si yo quiero te mando presa.” Cuando nos
ción de la toma de tierras. En palabras de dijo así imagínate nos prendimos fuego,
una de las protagonistas se torna evidente yo me prendí fuego, y le entré a golpear
cómo opera la criminalización, el contenido la mesa: “Méteme presa, ¿te da la nafta?!!
del relato justifica la extensión de la cita. Así le dije, “te da la nafta a vos para me-
terme presa”, entre que el tipo termina de
Acá nos hicieron primero la denuncia decir eso, los vecinos estaban mandando
penal que quedamos absueltos porque no mensajes a los que estaban en la plaza, se
hubo un delito, no, tuve defensor oficial no- vinieron todos al juzgado, él estaba en el
más, y quedé absuelta, pero porque no se Juzgado N° 2 que da para la calle y em-
dio el marco del delito. La justicia me ame- pezó a ver que llegaba gente y gente. El
nazaba, me apretaba, creo que la primera tipo tuvo que bajar el copete, llamarlo a We-
vez que conocía… era juez en ese mo- retilneck, mandarle una carta por escrito y
mento, a Herrera. Weretilneck se negaba a obligarlo a sentarse en una mesa de nego-
reunirse con nosotros, entonces de acá no ciación con nosotros… El tipo, nada, obvia-
nos movemos hasta que nos de la reunión, mente simplemente cumplió sus deberes
e hicimos una sentada afuera de la muni- de funcionario, explicando y amenazando
cipalidad, y nos quedamos ahí con carpa, que no nos íbamos a quedar acá, que no
con bardo, hasta que no nos den la reunión sé qué, que tenía otro proyecto para esto.
no nos vamos de acá. Ahí me hicieron una Ahí empezaron las denuncias, Weretilneck
denuncia por el corte en la calle Irigoyen, hizo denuncia, Gatti90 también hizo denun-
era la primera, así real, como no había for- cia, los concejales hicieron denuncia, Ro-
ma de que nosotros bajáramos un cambio mero nos hizo una bocha de denuncias, yo
en la medida que habíamos tomado. Viene nunca le di mucha pelota a las denuncias.
el secretario, y me viene a buscar ahí a mí, (Entrevista a B° Obrero, 2019)

90. Fabián Gatti en ese momento era parte de la oposición al gobierno local de Wereltineck. Sin embargo, ambos
habían sido parte de la gestión municipal de Arriaga y años más tarde, en 2013 integraría el gobierno provincial de
Soria-Wereltineck, primero como Subsecretario de la Función Pública, luego como Secretario de Gobierno y finalmente
como Jefe de la Policía Provincial. En 2018 fue designado Fiscal de Investigaciones Administrativas.

250
Se criminaliza la acción de tomar la tie- Por su parte, el Municipio no autorizó la
rra, se criminaliza el reclamo, la protesta, urbanización de los terrenos, ofreció como
la interpelación y la demanda a las autori- posibilidad la relocalización en terrenos del
dades del gobierno local. En este caso, el Distrito Vecinal Noreste, posibilidad que re-
Poder Judicial en su fuero penal respondió chazaron las familias que ya habían cons-
directamente a las denuncias del Poder truido sus viviendas, y denunció por insti-
Ejecutivo local, pero no lograron justificar el gadores a los referentes de la toma. En el
carácter ilícito de la toma de tierras a la hora mes de agosto de 2013 el Superior Tribunal
de ocupar el lugar. Por eso avanzaron en la de Justicia confirmó el desalojo dictado en
causa en el fuero civil, en autos: “ROMERO las instancias anteriores. Dicha sentencia
CARLOS ADOLFO Y OTROS S INTERDIC- no quedó firme, debido al recurso extraordi-
TO DE RECOBRAR S/ CASACION” (EXPTE. nario interpuesto ante dicha resolución, que
N* 26124/12-STJ-) en la que Romero recla- fue rechazado y, por lo tanto, a través de un
mó recobrar la propiedad. El Juez Cabral y recurso de queja se apeló ante la Corte Su-
Vedia dictó el desalojo en un proceso muy prema que resolvió aguardar la respuesta
irregular. Nunca notificó a los vecinos de la al pedido de expropiación planteado por lxs
existencia de la causa y, por lo tanto, nun- vecinxs en el Consejo Deliberante.
ca pudieron ejercer su derecho de defensa. El 10 de noviembre de 2015 la Corte
En el año 2010 Cabral y Vedia dictó la or- Suprema de Justicia como medida para
den de desalojo, y notificó a los vecinos de mejor proveer requirió “ ...al juez a cargo
ella. Ante esto decidieron presentarse en el del Juzgado de Primera Instancia en lo Ci-
juicio a ejercer su defensa ante la Cámara vil, Comercial y de Minería n° 1 de la Cuar-
de Apelaciones, quien abrió una instancia ta Circunscripción Judicial de la Provincia
de mediación (con intervención de la DI- de Río Negro que informe sobre la situa-
MARC). ción actual de las tratativas ordenadas en
A partir de esto Romero accedió a la el caso como paso previo al desalojo del
venta de los terrenos y solicitó que el eje- predio y, en particular, respecto del resul-
cutivo local sirviera como garante de la tado de la audiencia que iba a llevarse a
transacción. Las familias conformaron una cabo con los representantes de los poderes
asociación civil y comenzaron a reunir el di- públicos -nacional, provincial y municipal- y
nero para efectuar la compra, además co- las partes, como del estado del trámite de
menzaron a construir sus viviendas. Desde los proyectos de ley de expropiación del in-
ese momento, empezó una serie de mar- mueble…” (Ver CSJ 243/2014 (50-R) /CS1
chas y contra-marchas legales que impli- RECURSO DE HECHO Romero, Carlos
caron reuniones e instancias de negocia- Adolfo y otros/ interdicto de recobrar.)
ción y mediación. Sin embargo, más tarde Mientras tanto, desde el Foro por la Tie-
el supuesto dueño resolvió no vender y la rra y la Vivienda se presentó un proyecto
Cámara confirmó la orden de desalojo dic- al Concejo Deliberante de la Ciudad, soli-
tada por el juez Cabral y Vedia. Al retiro y la citando la declaración de utilidad pública
negación a vender por parte de Romero le de los terrenos ocupados por cinco barrios
siguió la resistencia al desalojo por parte de (entre ellos el Barrio Obrero) que luego de
las familias. casi un año de dilaciones fue rechazado.

251
Lxs vecinxs lo presentaron nuevamente tan Carlos Adolfo Romero, por su propio
en 2015, lograron aprobarlo y pasar a la derecho y con patrocinio letrado y como
instancia de tratamiento en la Legislatura apoderado de Santiago Martínez, Miguel
provincial. Martínez, José Antonio Martínez, Dionisio
Por lo tanto, ante la confirmación del Martínez, Lina Alias, Nélida Alias, Carlos
desalojo en 2014 por el STJ de Río Negro, Roberto Alias, Amelia Esther Alias, Olga
lxs vecinxs del Barrio Obrero A empren- Cristina Alias y María Sassaroli, iniciando
dieron dos vías tendientes a la regulariza- interdicto de recobrar, contra los ocupan-
ción de la tenencia: las negociaciones con tes del inmueble que describe, de pro-
Romero, y la elaboración de un proyecto piedad de los presentantes, solicitando la
de expropiación que fue presentado a le- desocupación y exclusión lisa y llana del
gisladores provinciales el 5 de agosto de inmueble de todos los ocupantes, resti-
2014. Ante dichas alternativas, se gestionó tuyéndoles la posesión.” Esto quiere de-
un informe de dominio en el Registro de la cir que el juez dio por sentado que tanto
Propiedad Inmueble. De dicha documen- Romero como los otros diez poderdantes
tal surgieron dos cuestiones de relevancia eran los propietarios, lo que quedó desa-
para la causa: que Romero no es el propie- creditado con la presentación del informe
tario y que los propietarios inscriptos en el de dominio. Cabe destacar que dicho in-
Registro de la Propiedad Inmueble no son forme no constaba en la causa, porque el
quienes le otorgaron poder a Romero para juez nunca ordenó la producción de una
la interposición de la demanda. prueba tan elemental: la única que podía
La sentencia dictada en primera ins- brindar certeza en torno a la propiedad del
tancia expresa que “A fs. 141/2 se presen- terreno disputado.

Figura 4.3: Manifestación contra el desalojo del B° Obrero en desfile por el aniversario de la ciudad de Cipolletti.
Fuente: Imagen propia.

252
Romero se presentó a juicio invocando la Romero, en virtud de las cuales se com-
propiedad en virtud de un contrato de com- prometía a vender una propiedad que no le
praventa que nunca fue escriturado ni ins- pertenecía y que no estaba en condiciones
cripto en el Registro respectivo. Asimismo, de trasladar la propiedad. Esto da cuenta de
Romero se adjudica la representación de una irregularidad más en la causa, ya que
diez personas que no resultaron ser todas ninguno de los jueces revisó el título alega-
propietarias del inmueble en litigio. Sin em- do por Romero, forzando al mismo tiempo
bargo, el Juez en la sentencia definitiva, tuvo negociaciones que, en caso de haberse rea-
por acreditada dicha propiedad. Cabe citar lizado, hubiera devenido en una verdadera
algunos extractos de dicha sentencia que estafa a lxs vecinxs.
prueban este presupuesto clasista del juez
“el inmueble propiedad de los presentan- Se juntaron a mirar todos nuestros ex-
tes”, “Afirman que la ocupación del inmueble pedientes, y descubren que Romero no era
de su propiedad” “A través de la presente el dueño y nosotros estábamos llevando,
causa, vienen los propietarios del inmueble incluso esta irregularidad, que es tremendo
ocupado por personas que en su momento porque nos llevaron a tres órdenes de des-
se negaron a identificar, solicitando la resti- alojo, nos hicieron sufrir, tremendas cosas,
tución de la posesión de la que fueron des- y el tipo sale no siendo el dueño de las tie-
pojados.” “De la documentación aportada rras. Lo descubren ellos que son abogados
por los accionantes, se acredita en forma y se encargan de leer todas estas cosas,
acabada que resultan ser los propietarios a nosotros nos generó mucha bronca eso,
del inmueble ocupado, como así también mucha bronca, porque nosotros abrimos
que se encontraban en posesión, pacífica e una cuenta en el banco porque él había
ininterrumpida del inmueble, más allá de que acordado que nosotros le pagáramos en
el mismo no se encontrara ocupado en for- su momento, 10 mil pesos por lote, y no-
ma efectiva, no existiesen construcciones en sotros queríamos pagarle, pero ahora mi
el mismo, ni que se encontrara alambrado.” criterio era no le paguemos un carajo si te-
La situación se agravó con la existencia nía las tierras abandonadas por 40 años, no
de numerosas negociaciones por parte de tenía nada… (Entrevista a B° Obrero, 2019).

Figura 4.4: Protesta en el Juzgado Civil de Cipolletti. Fuente: Imagen propia

253
Romero no sólo no logró recibir un peso Lo cierto es que, este reconocimien-
por parte de lxs vecinxs, tampoco pidió la to se enmarca en un planteo del sector
ejecución de la orden de desalojo a sabien- inmobiliario de rezonificar la zona norte
das de las irregularidades de la causa por que limita con la avenida Circunvalación y
la falta de acreditación de la propiedad, tiene acceso directo al tercer puente que
sino que además fue denunciado en Fisca- une Cipolletti con Neuquén/Centenario/
lía por el intento de estafa a las familias del Ruta del petróleo, incluyendo los terrenos
barrio. Como era de esperar, la causa no de los asentamientos y toda la zona rural
prosperó, el sistema judicial no realizó nin- que los rodea, convirtiéndola en residen-
gún esfuerzo para avanzar en la investiga- cial (R6, R7, R8, R9). Si bien se incluyen
ción por estafa. Además de la selectividad los parámetros urbanísticos, no hay una
estructural del sistema judicial, aquí operó descripción de usos, edificabilidad y frac-
evidentemente un criterio de clase que ob- cionamientos.
turó la posibilidad de investigar a quién se
dice propietario y a quién sin poder acredi- Toda esa zona, también, una zona para
tarlo durante años se le adjudicaron los pri- urbanizar… queda… no quedan muchas
vilegios de la clase propietaria, incluyendo chacras, todas las que nosotros pudimos
la impunidad a la hora de hostigar pública- urbanizar… se ha urbanizado, eh, eh... y
mente a cientxs de vecinxs. bueno, y lo que va a venir la ciudad que
es de la calle Circunvalación al Norte, son
La criminalización pasa, la lucha queda 500 hectáreas que se está zonificando a
Finalmente, bajo el gobierno local de través de una ordenanza del Municipio…
Aníbal Tortoriello -empresario del PRO que eh, ahí yo creo que cualquier emprendi-
accedió a la intendencia prometiendo la miento va a tener un grado de éxito impor-
regularización de los asentamientos- se tante. (Entrevista a Inmobiliaria B, 2017)
aprobó la declaración de utilidad pública
sujeta a expropiación de 66 hectáreas de Al parecer, la contracara de la regulari-
la zona norte de Cipolletti, en las que se en- zación de los asentamientos es la habilita-
cuentran cinco asentamientos informales: ción de urbanizaciones residenciales con
el Barrio Obrero A y B, Nueva Esperanza, y alta concentración de suelo urbano. En tér-
las tomas 2 de febrero y 10 de febrero, en minos de Topalov (1979), la política urbana,
total suman 5500 personas aproximada- implica entonces una acción sobre las con-
mente. Según la Ord. de Fondo N° 319/17, diciones de valorización de capitales parti-
el Municipio reconoció la problemática de culares, una acción sobre las condiciones
la tenencia de la tierra, la dificultad para generales de la reproducción de la fuerza
regularizar y servir de infraestructura bási- de trabajo, y además constituye un elemen-
ca, equipamientos y espacios públicos a to de la reproducción de la hegemonía de
estos asentamientos ya que se encuentran la clase dominante sobre la sociedad. Tres
localizados en terrenos de zonas rurales aspectos contradictorios que convierten a
(según la zonificación vigente) que son de la política urbana en arena de la lucha de
propiedad privada, pero que se encuen- clases y, por lo tanto, sujeta a las exigen-
tran improductivos por la calidad del suelo. cias también de las clases dominadas.

254
El 10 de diciembre de este año, final- de Cipolletti y perdernos en el montón de
mente la municipalidad de Cipolletti, hizo barrios, después de toda la construcción
el pago judicial a Romero, o sea la plata que tenemos nosotros territorial, que no
para la compra de la tierra ya está pues- queremos que se meta el estado, vamos
ta en el banco… Romero en el sector A a seguir siendo autónomos… (Entrevista
del Barrio Obrero, planteó judicializarlo a B° Obrero, 2019)
nuevamente y cobrarle a la municipali-
dad una plata, pide una barbaridad no sé 4.3.7. Momentos, formas de
cuánto. Nosotros no tenemos nada que sociabilidad y prácticas socio-
ver, por ejemplo nosotros ahora lo que políticas
tenía que hacer el gobierno, la justicia es
llamar a la municipalidad y entregarle ya A partir de la reconstrucción y el análisis
los papeles para ir a rentas y todo lo de- precedente, en este apartado presentamos
más como que la tierra ya le pertenece a una breve y esquemática cronología si-
la municipalidad y a partir de ahí hay que guiendo la propuesta conceptual de identi-
hacer reclamos de todos los servicios, ficar momentos en los procesos generales
empezar ahí con la urbanización que de tomas de tierras planteada en la intro-
nosotros les planteamos que la vamos a ducción de este tercer apartado. Además,
hacer nosotros, a través de una coope- recuperamos la idea de “estar allí desobe-
rativa de trabajo, para generar trabajo a deciendo” como formas de sociabilidad y
los propios vecinos del barrio, y lo que de subjetivación política que nos permiten
nosotros también le planteamos es que comprender la relevancia de ciertas prác-
nosotros no queremos perder nuestra ticas políticas que se esbozan en las expe-
legitimidad, a pasar a ser un barrio más riencias de lucha por tierra y vivienda.

Tabla 4.1: Cronología del conflicto por tomas de tierras del B° Obrero
-9 de abril de 2009, 300 familias toman terrenos de pro-
piedad privada (Romero y flia. Alias) en la zona rural al nor-
te de la ciudad, conforman el Sector A,
-20 de abril de 2009, 160 familias toman terrenos de pro-
1° Momento de organización inicial
piedad privada (Apablaza) a unas cuadras de distancia de
la primera toma y conforma el Sector B
-se organizan por manzanas eligiendo delegadxs y resol-
viendo acciones en asamblea.
-Sectorizan la toma, dividen las parcelas y organizan re-
uniones por manzana y asambleas generales. -Movilizan
al municipio para solicitar reunión con el intendente que
2° Momento de posicionamiento
lxs denuncia por la toma y por la protesta. -Se reúnen con
espacial y político
el juez de la causa penal, solicitan una respuesta del go-
bierno local. -Logran apoyo de diferentes organizaciones
sociales y políticas.

255
-Resisten tres órdenes de desalojo, bloqueando el barrio
con piquetes en las distintas entradas, la última en 2014.
-Difunden en los medios de comunicación todas las accio-
3° Momento de resistencia nes, incluyendo el pedido de expropiación. -Dan la disputa
jurídica en la causa civil demostrando que el supuesto due-
ño con el que siempre quisieron negociar no acreditaba la
propiedad del inmueble, menos aún la posesión.
-Movilizan a diferentes instancias estatales: juzgados, STJ
provincial, Consejo Deliberante, Legislatura provincial,
4° Momento de consolidación y
Corte Suprema. Logran la declaración de utilidad pública
transfiguración de la toma en barrio
y se inicia el proceso de expropiación en 2019. Inician el
proceso de regularización y urbanización del barrio
Fuente: Elaboración propia.

A lo largo de la reconstrucción de la ex- yuxtapuestos expresando la complejidad


periencia, confirmamos que lejos de la se- que las relaciones sociales y políticas le im-
cuencialidad, estos momentos aparecen primen a estos conflictos.

Figura 4.5: Corte de calle por festival cultural contra el desalojo en el B° Obrero. Fuente: registro propio.

En relación a las prácticas políticas que y políticas implicadas en los conflictos de


posibilitan procesos de organización co- tierras para vivir. En esta experiencia logra-
lectiva que sostienen luchas reivindicativas mos identificar con claridad la consolida-

256
ción de una referencialidad en base al lide- ellos venían con un trabajo de autonomía
razgo de la militante social Lila Calderón, territorial que se empezaban a resolver
que encabezó diversas instancias de par- problemas cotidianos, pero del conjunto
ticipación, decisión y negociación colec- del barrio, que a diferencia de otros tra-
tiva, resultando el principal blanco de los bajos territoriales que habíamos tenido
procesos de judicialización. También ob- experiencia, lo que era imponente era la
servamos que se ejercitaron mecanismos masividad de la participación del barrio, y
de horizontalidad y deliberación democrá- en eso se veía que habían estructuras del
tica, como asambleas barriales y también conjunto… un barrio organizado en virtud
la participación del barrio en instancias de garantizar cuestiones de subsistencia,
multisectoriales surgidas por ejemplo ante los servicios, la lucha por toda la mejora
las inundaciones en 2014. En este sentido, en la dignidad de la vida… y por otro lado,
el barrio logró el apoyo de organizaciones la defensa frente a la criminalización esta-
sociales y políticas que les permitieron en- tal y al intento del desalojo permanente-
frentar instancias de presión y represión mente y este permanente estado de cri-
estatal y consolidar su organización terri- minalización… todo esto paralelamente
torial, regulando el nivel de conflictividad pensar que son sectores que tienen que
con otros grupos sociales y las repercu- estar permanentemente negociando con
siones generales del conflicto. También se el Estado ya sea para sostener los ali-
logra articular la lucha reivindicativa por un mentos de los comedores, para sostener
lugar para vivir con otras luchas políticas, las cuestiones de salud y educación y de
entre ellas las del movimiento de mujeres y asistencia sociales que se requieren en
diversos reclamos sindicales. cualquier organización a elaborar proyec-
tos autogestionados o sustentados por el
Empecé a ver a compañeras de las propio barrio. (Entrevista a activistx y co-
organizaciones de desocupados acti- municadorx antirrepresiva, 2019)
vando en la reivindicación y la necesidad
del territorio para vivir… y particularmente Al umbral mínimo de tolerancia y a la
me las reencuentro y me comunican que experiencia del mínimo vital que impone
están trabajando dentro del Barrio Obre- la lógica del hábitat, estas experiencias
ro, con una organización que se llama la le oponen la lucha y la resistencia por te-
Dignidad durante la represión de Chevron rritorios en los que al menos sea posible
en el año 2013. Ahí me las encuentro des- respirar cierta dignidad de la vida: “(…)
pués de muchos años de haber militado vivimos como podemos y eso lo dejamos
juntas en los MTDs de la Aníbal Verón claro, algunos mejor, otros peor, pero con
(…) Y nos cuentan de esta experiencia, dignidad y todo lo que tenemos acá lo te-
de haber venido de otras experiencias en nemos porque justamente tenemos dig-
organizaciones sociales, de haber hecho nidad” (Entrevista a B° Obrero, entrevista
una experiencia como de autonomía del 20 de diciembre de 2019).
propio barrio, más allá de estar partici-
pando de una estructura nacional como
es la Dignidad, como es la CTEP ahora…

257
4.4. Disputas por el uso del suelo en km 8: la explotación petrolera y/o la
construcción de un lugar para vivir en Comodoro Rivadavia

Santiago Bachiller | Natalia Usach | Letizia Vazquez


Magali Chanampa | María Laura Carrasco

4.4.1. Introducción metro 8 (en adelante Km. 8) como unidad


de análisis. Profundizar en un caso de estu-
En secciones anteriores examinamos dio concreto posibilita, entre otras cuestio-
las dificultades de acceso al suelo que nes, examinar las formas en que el Estado
padecen miles de personas como conse- se hace presente (no siempre desde una ló-
cuencia del funcionamiento del mercado gica formal e institucionalizada) en los asen-
inmobiliario y de las políticas públicas de tamientos populares. En secciones previas,
suelo y vivienda en Comodoro; en cambio, brindamos una aproximación “macro” de
el objetivo general de este capítulo consis- las políticas públicas para con los espacios
te en analizar la “lógica de la necesidad” surgidos mediante tomas de tierras (regula-
(Abramo, 2009) en tanto vía de acceso al rización, erradicación, relocalización, etc.);
suelo y construcción de la ciudad por parte ahora proponemos un análisis más “micro”,
de los sectores populares. examinar la política de cercanía (Maneiro,
El poder del Estado en gran medida 2015). Como sostienen Chiara y Catenazzi
depende de su capital simbólico, de su (2009), la implementación y la redefinición
potestad para producir e imponer como de las políticas se juegan en el territorio,
sentido común las lógicas de clasificación donde lxs actores se construyen como tales
de la realidad social (Bourdieu, 1994). Aquí desde su participación; por consiguiente,
nos detendremos en los modos en que el abordamos los procesos sociopolíticos lo-
Estado nombra a los espacios surgidos cales, considerando no sólo cómo el Esta-
mediante tomas de tierras. Retomando do se materializa en los márgenes urbanos,
un punto planteado en capítulos previos, sino especialmente cómo dicha presencia
veremos cómo la se estructura como un constituye los márgenes del Estado. Una
ítem central en la definición de dichos te- de las ventajas de pensar al Estado des-
rritorios. A su vez, recuperando las percep- de sus márgenes reside en destacar las
ciones nativas de la espacialidad, nos in- perspectivas locales, repensando cómo se
teresa desentrañar cómo los residentes de construyen los límites de dicotomías centra-
los asentamientos disputan los imaginarios les como centro/periferia, o legal/ilegal. Los
estatales y las categorías concretas de de- márgenes son supuestos necesarios para el
nominación de los sitios de residencia. Di- Estado, como la excepción lo es para defi-
chas disputas se ligan con “la lógica de la nir a la regla; es decir, los márgenes no son
necesidad” expresada, en nuestro caso, en el territorio al que no llega el Estado, sino
procesos de apropiación del espacio y de el sitio dónde el Estado se define como tal
autopromoción de la vivienda. (Das y Poole, 2008). A su vez, la etnogra-
En este capítulo, seleccionamos al asen- fía en el asentamiento Km8 nos confirma
tamiento localizado en el denominado Kiló- que el Estado no es una entidad monolítica

258
que posee una dirección de tipo jerárquica, uno de sus efectos más visibles y determi-
racional y estática (Ugalde, 2014). Si algu- nantes es la existencia de pasivos ambienta-
nas dependencias estatales definen a los les que restringen la disponibilidad de suelo
asentamientos desde la , y por consiguiente bien localizado, accesible y servido. Como
se niegan a intervenir en dichos espacios, vimos en el capítulo 1.2, desde el descubri-
otras delegaciones implementan censos y miento del petróleo se han realizado unas
talleres intentando visibilizar (que el Estado 39.000 perforaciones, mientras dentro del
reconozca y actúe) la problemática del Km. ejido municipal habría entre 2500 y 2800
8. En el capítulo confirmaremos que el Es- pozos de petróleo abandonados (Bachiller
tado involucra una variedad de decisiones et al., 2015a). De tal modo, la mayor parte
contradictorias, en las cuales se objetivan de los vacíos urbanos se corresponde con
los conflictos y las luchas que se dan en la tierra afectada por pasivos ambientales deri-
estructura social (O’Donnell, 1978). vados de la actividad petrolera; recordemos
Proponemos la noción de “apatía tole- que tanto los pozos como los ductos poseen
rante” como síntesis de la particular forma un radio de seguridad en torno al cual no se
en que, en Comodoro, la lógica del ensayo puede construir, factor que restringe enor-
y error (Álvarez y Bonnet, 2018) se expresa memente las áreas urbanizables. Si bien los
en las modalidades de intervención estatal pasivos ambientales procedentes de la ex-
para con los asentamientos populares. La plotación hidrocarburífera son un elemento
principal acción estatal dirigida a dichas ba- presente en toda la ciudad, su incidencia es
rriadas consiste en impedir nuevas tomas, más significativa en la zona norte, área don-
y en abandonar a su suerte a los asenta- de se sitúa nuestro estudio de caso.
mientos consolidados (especialmente si no En el capítulo 1.3 planteamos que el pri-
se organizan y reclaman por sus derechos); mer “boom petrolero” (1958-1963) conlle-
en líneas generales, el Estado no reprime ni vó un acelerado crecimiento poblacional,
judicializa, sino que opta por desentenderse donde la conformación de asentamientos
de los espacios surgidos mediante ocupa- populares en el sector central y suroeste
ciones de tierras. En el último apartado ve- de la ciudad ocupó un lugar relevante en
remos cómo la categoría de apatía tolerante los procesos de expansión de la mancha
fue resignificada por ciertas dependencias urbana. El último “boom petrolero” (2005-
estatales que, al construir un discurso del 2010) tuvo efectos similares en términos
Km8 a partir de los imaginarios sobre la de dinámica poblacional, demanda de vi-
contaminación y el riesgo ambiental, limitan vienda no satisfecha e incremento del dé-
las posibilidades de lograr la ansiada “urba- ficit habitacional; pero en esta ocasión, la
nización” del asentamiento. proliferación de tomas de tierras también
se libró en la zona norte de la ciudad.
4.4.2. Tomas de tierras y dificultades de Si las modalidades formales de acceso al
acceso al suelo en una ciudad petrolera suelo (el mercado formal y las políticas esta-
tales) se encuentran ocluidas, entonces sur-
En toda la obra hemos argumentado que ge una tercera vía que autores como Abramo
la configuración urbana de Comodoro es tri- (2009), denominaron como “la lógica de la
butaria del modelo extractivo predominante; necesidad”. En Comodoro, dicha lógica se

259
expresa preponderantemente a través de los de Barrios Populares de Comodoro Riva-
procesos de tomas de tierras y el autosumi- davia”, elaborado en 2016 por la Dirección
nistro de viviendas precarias, a partir de los General del Hábitat y Ordenamiento Urbano
cuales se conforman barrios con deficiencias para el período 2011-2016, identificó 2861
en servicios básicos e infraestructura, o por familias viviendo en asentamientos preca-
fuera de las normas urbanísticas; otro deno- rios y otras 3698 residiendo en sectores con
minador común de tales barriadas es haber regularización en trámite. Si consideramos
surgido mediante la ocupación informal indi- estas cifras en conjunto, llegamos a un nú-
vidual o colectiva de suelos que no suelen mero de 6.559 familias que habitaban en
ser codiciados por el mercado formal inmo- condiciones de informalidad. No obstante,
biliario, ya que no se encuentran en condicio- en el capítulo 3.4 planteamos objeciones
nes de ser urbanizados (Barreto, 2018). en lo que refiere a la presentación de los
No es una tarea sencilla establecer la datos; sin ir más lejos, dicho informe muni-
cantidad de población que reside en asen- cipal no explicita los criterios utilizados para
tamientos en la ciudad. Como refiere Cli- el relevamiento de “sectores informales” y
chevsky (2010, p. 119) “la cuantificación de “con regularización en trámite”, como tam-
la informalidad es difícil por el dinamismo poco lo hace para las otras categorías que
de los procesos, la falta de registros com- lo conforman; esto dificulta su análisis e in-
pletos y lo complejo de dichos procesos”. terpretación, aunque brinda un panorama
El documento “Información Diagnóstica aproximado de la situación local.

Figura 4.6: Mapa de asentamientos relevados por la Dirección Gral. de Hábitat y Ordenamiento Urbano.
2016. Fuente: Elaboración propia.

260
En cuanto a las estadísticas del RENA- es un caso relevante pues se localiza en
BAP (2018), en el capítulo 1.3 se sostuvo una zona de explotación petrolera opera-
que en el periodo 2000-2010 ocurrió una da por la empresa Cri-Holding. Por consi-
aceleración de las tomas de tierras con guiente, este caso nos permite indagar en
un total de 21 asentamientos, a los que se la competencia entre usos residenciales,
han sumado posteriormente 7 más en los inmobiliarios y extractivos del suelo: la ten-
años 2010-2016. Estos, junto a otros que sión entre lógicas radicalmente diferentes
datan de mediados y finales del siglo pasa- (la tierra como bien de uso social frente al
do, contabilizan 31 asentamientos, en los suelo como bien de cambio o incluso como
cuales habitarían aproximadamente 3.415 recurso clave en los procesos extractivos),
familias. Sin embargo, existen sectores de brinda pistas sobre las consecuencias de
la ciudad que no fueron contemplados en un “desarrollo” urbano monopolizado por
dicho relevamiento, pues los parámetros la explotación de hidrocarburos. En segun-
utilizados tienden a invisibilizar muchos da instancia, el caso da cuenta del modo
sectores que no encuentran lugar en sus en que la precariedad que padecen los
criterios, minimizando la amplitud y com- asentamientos no se limita a la escasez de
plejidad de la problemática. Por esta ra- recursos y a la falta de políticas, sino que
zón, si comparamos el informe de Hábitat se amplía a la calidad del aire, el agua y el
(6559 familias viviendo en asentamientos), suelo que respira, bebe y pisa la población
con las estadísticas del RENABAP (3415 (Swistun, 2013). Los pasivos ambientales
familias), nos encontramos con números de la zona implican, para las poblaciones
tan dispares que nos impiden asumir una asentadas, la exposición a la contamina-
cifra definitiva. ción, un alto riesgo ambiental, así como
mayores obstáculos para el reconocimien-
4.4.3. Consecuencias urbanísticas de to estatal y la regularización dominial. En
la industria extractiva: el asentamiento tercer término, el caso seleccionado apor-
del Km8 como caso de estudio ta a un debate central de la bibliografía
especializada (que, recordémoslo, fue
Nuestro caso de estudio se ubica en mayormente producida en el marco del
el norte de la ciudad, en el área conoci- AMBA): la organización social de los asen-
da como Kilómetro 8, la cual actualmente tamientos. Dicha literatura guardó una es-
condensa varios barrios. El origen de di- trecha relación con los estudios sobre mo-
cha zona se remonta a la instalación de vimientos sociales; consecuentemente, la
la empresa Compañía Especial de Perfo- participación ciudadana y la construcción
raciones (luego adoptó el nombre de Pe- colectiva del hábitat fueron tratados como
troquímica Comodoro Rivadavia) en 1915. características claves de las “nuevas” to-
La elección del asentamiento localiza- mas de tierras. Por el contrario, la organi-
do en el Kilómetro 8 como unidad de análi- zación social del asentamiento Km8 no se
sis responde a distintos motivos. En primer caracteriza por su fortaleza. De tal modo,
lugar, ya que en Comodoro las dificultades entendemos que su elección también se
de acceso al suelo guardan relación con justifica por permitirnos reflexionar sobre
la producción de hidrocarburos, el Km. 8 tomas que se alejan de los cánones resal-

261
tados por la bibliografía, examinando qué neciente a la empresa Petroquímica, pues
sucede en aquellos espacios calificados la municipalidad alegó que la situación de
como “barrios sin épica” (Soldano, 2010). tales vecinos es responsabilidad del poder
La información que a continuación se judicial. De tal modo, una cantidad signi-
cita proviene de tres informes técnicos ficativa de familias nunca fue incorporada
elaborados entre el 2011 y el 2014, prime- por las estadísticas oficiales. Por otra par-
ro por la Dirección General del Hábitat y te, en el RENABAP (2018) el área ocupa-
Ordenamiento Urbano, y luego por la Sub- da es identificada como Standard Norte,
secretaría de Tierras. Dichos informes son “el asentamiento” de mayor extensión en
el resultado de una serie de censos que cuanto a superficie y cantidad de familias
la municipalidad generó tras los reclamos de la ciudad (unas 1030 familias residen
de lxs vecinxs de las zonas ocupadas ante en 32 hectáreas). Una vez más, los datos
la eliminación de las conexiones clandes- presentados por las distintas agencias son
tinas por parte de la empresa Sociedad contradictorios entre sí, motivo por el cual
Cooperativa Popular Limitada (SCPL). no estamos en condiciones de asumir una
Las estadísticas sobre la población que cifra definitiva. Por su nivel de conexión a
reside en el área son inexactas. En el 2011, servicios urbanos el barrio es clasificado
la municipalidad realizó un primer censo, como precario, mientras que el estado de
el cual contabilizó 350 lotes/familias, mien- la tenencia de la tierra es calificado como
tras que otros 62 lotes/familias no fueron deficiente.
registrados pues no había personas pre- Según consta en los informes munici-
sentes cuando se efectuaron las visitas pales, el origen de las tomas en la zona
(Informe General Asentamientos Km. 8, ha sido múltiple: como ocurriera con el
2012). A su vez, en el último informe mu- resto de la ciudad, durante la década de
nicipal (Informe Técnico General Asenta- los años 2000 se produjeron diversas ocu-
mientos Km. 8, 2013), se inventariaron 9 paciones en la zona, aunque las mismas
sectores diferentes al interior del asenta- se intensificaron notablemente durante el
miento; no obstante, este documento sólo último boom petrolero. Las áreas más an-
brinda información de 6 sectores, entre los tiguas surgieron en el 2003, mientras que
cuales se contabilizaron más de 1800 fa- las más recientes datan del 2011; no obs-
milias. En ningún censo se contempló el tante, el auge de las tomas se vivió entre el
amplio sector de titularidad privada perte- 2008 y el 2009 (ver figura 4.7.).

262
Figura 4.7: Mapa de expansión urbana de los sectores del asentamiento de Km. 8.
Fuente: Elaboración propia.

Dado que se trata de un área extensa de ocupaciones en tierras que el IPV te-
cuyos orígenes responden a diferentes nía destinadas a la construcción de vivien-
temporalidades, no es de extrañar la diver- das sociales (pero que durante años dejó
sidad en lo que respecta a los niveles de ociosas); otra parte del asentamiento se
organización (tema que profundizaremos expandió por tierras privadas pertenecien-
después), ingresos económicos, el tipo de tes a la empresa Petroquímica. El dato que
construcción de las viviendas (ítem muy nos interesa remarcar es cómo, alegando
ligado con los recursos económicos y la motivos de riesgo ambiental (la presencia
antigüedad en el lugar de las familias), el de ductos y pozos de petróleo), el Estado
grado de conexión con los servicios urba- se niega a la regularización de la mayoría
nos y de accesibilidad al barrio, etc. La de los lotes ocupados. Dicha situación ex-
heterogeneidad del asentamiento es muy pone a lxs habitantes a factores de riesgo
significativa: algunos sectores poseen y contaminación, así como obstaculiza las
mensura y han sido regularizados; ciertas posibilidades de obtener el reconocimien-
áreas responden a un perfil de chacras to estatal necesario para la “urbanización”
productivas; una fracción surgió a partir de centenas de viviendas.

263
Figura 4.8: Asentamiento Km 8. Fuente: El Patagónico, 2 de noviembre de 2016. https://www.elpata-
gonico.com/el-concejo-quiere-saber-el-estado-pozos-petroleros-la-zona-urbana-km-8-n1518497.

4.4.4. El mapa pintado de blanco: percepción del mundo que se convierte en


nomenclatura estatal e “ilegalidad” sentido común. Nombrar supone moldear
la realidad, crear una definición social legí-
Según Hiernaux (2007: 20) los imagi- tima, así como establecer jerarquías y cri-
narios se vinculan con la facultad de sim- terios de división socialmente aceptados.
bolización, transforman nuestras percep- En nuestro estudio, queda en claro que
ciones en representaciones socialmente el poder estatal es clave en la definición
legitimadas, creando imágenes actuantes, del estatus de los territorios urbanos que
imágenes-guías con capacidad de mol- surgieron a partir de toma de tierras; el Es-
dear los procesos sociales. El valor analíti- tado naturaliza los criterios de percepción
co de la categoría de imaginarios urbanos que él mismo impuso, fomentando el repu-
se liga con “la posibilidad de reconstruir dio ante una toma que es leída como una
visiones del mundo desde las cuales los “usurpación ilegal”. En tal sentido, así se
sujetos actúan con propósitos y efectos expresaba la Directora de Catastro de la
de realidad” (Lindón, Aguilar y Hiernaux, Municipalidad:
2006:14).
Con relación a los imaginarios urba- Para mí se trata de usurpaciones de
nos, uno de los poderes más importantes tierra; si yo lo tuviese que definir, toda
del Estado consiste en su capacidad de persona que no tiene una adjudicación
producir e imponer categorías de pensa- efectuada en el marco de una resolución
miento que aplicamos a todo lo que hay de venta de la tierra firmada por el señor
en el mundo, incluyendo la evaluación del intendente en base a un procedimiento
propio Estado (Bourdieu, 1994). El Estado firmado además con un secretario, es
tiene la potestad de crear y sancionar los una usurpación de tierras. Hoy le pone-
principios de división y clasificación de la mos palabras bonitas a lo que no corres-
realidad, así como la capacidad de natu- ponde, o asentamientos, u ocupaciones
ralizar dichos principios conformando una espontáneas: apropiación de la tierra,

264
para mí es un acto de ilegalidad (Entre- bilitó retratar al lugar como un área despo-
vista a Dirección de Catastro, 2012). blada, justificando la omisión deliberada
en lo que respecta al reconocimiento de
Al reaccionar frente a un problema so- los asentamientos en la cartografía oficial
cial apelando a un enfoque jurídico limi- catastral. En una dirección similar, fue la
tado, surgen y/o se refuerzan imaginarios percepción legalista la que justificó la omi-
geográficos peyorativos que se ensañan sión de ayuda estatal para con los asenta-
con las espacialidades que surgieron mientos populares, frente a las dramáticas
mediante tomas de tierras. A partir de en- inundaciones del 2017.
tonces, estos sitios son visualizados en
función de sus carencias, de acuerdo a la 4.4.5. Percepciones nativas y
distancia respecto de ciertos parámetros formas de nombrar: villas miseria,
de normalidad que fueron socialmente asentamientos y extensiones
construidos y estatalmente sancionados.
Dichos “estigmas territoriales” conllevan Si en otros continentes las definiciones
un proceso de “discriminación estructu- de la ciudad informal se basan en la mor-
ral” que impregna capilarmente todos los fología y la precariedad de las viviendas
discursos sociales, agravando las condi- (es el caso de los shantytowns, slums,
ciones de vida (Kessler, 2012), e incluso etc.), la condición jurídica ha sido el as-
frenando las intervenciones estatales en- pecto más resaltado en América Latina en
caminadas a mejorar el barrio; como ve- general, y en Argentina en particular (Mas-
remos luego, tales dinámicas se agravan sidda, 2019). Por otra parte, el término villa
aún más cuando a los criterios jurídicos se ha sido el más difundido entre las cien-
le adosan ciertas narrativas sobre la con- cias sociales y los medios de comunica-
taminación y el riesgo ambiental promovi- ción “nacionales” (Varela y Cravino, 2008).
dos por el Estado. Ahora bien, en líneas generales, la teoría
En definitiva, las formas de nombrar/ urbana de nuestro país se produjo en las
percibir a la realidad espacial presuponen metrópolis, y reflexionó sobre metrópolis;
intervenciones públicas concretas. Así, en por consiguiente, apelar a conceptos que
una visita a la Subsecretaría de Tierras y fueron generados en un contexto especí-
Hábitat realizada en el 2012, nos detuvi- fico (tal es el caso de las villas y su nexo
mos ante un enorme mapa de la ciudad con los distritos más densamente pobla-
desplegado en una pared. Cuando inte- dos) para analizar la precariedad urbana
rrogamos por qué la zona donde se lo- en las ciudades patagónicas (cuya escala
caliza un asentamiento en el que residen poblacional, sin ir más lejos, es la de una
84 familias estaba pintada de blanco, nos localidad intermedia) es, como mínimo,
respondieron que se trata del “Macizo 48 riesgoso.
Número 74. No se va a regularizar nunca, Parafraseando a Chakrabarty (en Se-
porque está sobre un salitre”. La denomi- gura, 2015), diríamos que, en Comodoro
nación fría, a partir de un principio técnico Rivadavia, la noción de villa es tan inelu-
de numeración, combinada con la “ilegali- dible como inadecuada. Inadecuada, ya
dad” como perspectiva hegemónica, posi- que no es un término de uso corriente ni

265
entre quienes protagonizaron una toma imaginarios que impactan en el modo que
de tierras ni entre los funcionarios públi- en Comodoro se interpretan los procesos
cos o los medios de comunicación local. de tomas de tierras; en tal sentido, a con-
En otras publicaciones, planteamos que, tinuación, consideraremos la emergencia
en esta ciudad petrolera, las miradas mo- de categorías locales como la de “exten-
ralizantes tienen mayores dificultades a la sión”.
hora de espacializarse respecto del AMBA Rechazando las visiones monolíticas
(Bachiller, 2014; Cravino y Bachiller, 2020). del Estado (Shore, 2010), reconocemos
No obstante, en ocasiones puntuales, la que los imaginarios sobre los territorios
expresión villa miseria se materializa en surgidos mediante tomas de tierras no
discursos que denuncian la propagación son homogéneos al interior de la Munici-
de un urbanismo ajeno a la tradición local. palidad de Comodoro: así como ciertas
Es decir, la expresión “villa” sólo surge en dependencias se niegan a involucrarse
tono de denuncia, y siempre se identifica con territorios que son percibidos como
como un elemento externo que modifica “ilegales”, otras delegaciones asumen
negativamente la dinámica local. Enton- una perspectiva más “social” y proponen
ces, los relatos se organizan en torno a intervenciones más progresistas y/o hu-
una amenaza disruptiva (ligada con la pre- manitarias. Dichas tensiones también se
sencia de inmigrantes), con significantes expresan en las distintas formas en que el
temidos (la inseguridad) asociados con Estado nombra a los procesos y a los es-
otras geografías (con el conurbano bo- pacios resultantes: si la Secretaría de Tie-
naerense en concreto). Por consiguiente, rras y Hábitat se refiere a “usurpaciones”
incluso en una localidad donde no es co- y a “los asentamientos ilegales”, la Direc-
rriente identificar a los espacios que sur- ción General de Hábitat y Ordenamiento
gieron mediante tomas de tierras como Urbano utiliza los términos “tomas”, “ex-
villas, esta expresión se convierte en in- tensión” y/o “asentamientos” (sin adjetivar
eludible: quienes nos dedicamos a los al espacio como “ilegal”).
estudios urbanos, debemos lidiar con una La “extensión” es una categoría nativa
bibliografía producida en las grandes me- que refiere a los espacios surgidos me-
trópolis que suele apelar a esta noción; la diante tomas en tanto prolongación de
población consume medios de comunica- un barrio consolidado. Es decir, alude al
ción aparentemente nacionales, los cuales asentamiento como “el patio externo de
focalizan su atención en el radio del AMBA otro barrio” concebido como “formal” y
y nombran a los procesos de territorializa- “planificado” (Laztra, 2009). Así, la noción
ción de la precariedad urbana como villa de extensión implica cierta cercanía, una
miseria; etc. Ya que toda teoría responde continuidad respecto de otro barrio, aun-
a una geografía, abogamos por tomar dis- que con una modalidad diferente de apro-
tancia de categorías que fueron produci- piación del territorio; asimismo, adquiere
das en contextos espacio temporales muy fuerza en función de la adyacencia de un
diferentes al patagónico. Destacando las espacio reconocido como formal y legal.
perspectivas nativas de la espacialidad La utilización de este término, especial-
urbana, se hace evidente la existencia de mente entre los residentes de los asenta-

266
mientos, radica en la búsqueda de cierto ción, citamos un fragmento de entrevista a
posicionamiento frente a la acusación de la Dirección General de Hábitat: “hay una
“ilegalidad” urbana. En definitiva, la noción bajada de línea que viene de arriba (…)
de extensión supone una lógica inclusiva: también que hay un montón de, de… eh,
responde al “ciclo de urbanización” espe- de ideas de no trabajar, viste lo que es el
rado en Comodoro, en función del cual se asentamiento, de no trabajar con lo vulne-
supone que, con el paso del “tiempo”, las rable, como que no... el pobre es pobre,
“tomas” se convertirán en “barrios” (Ba- no hay recepción” (Entrevista a Dirección
chiller et al., 2015). Por otra parte, si bien la General de Hábitat, 2018).
extensión denota cierto sentido inclusivo La noción de tolerancia apática tam-
en la trama urbana que la aleja de los es- bién guarda relación con la gestión de
pacios que surgieron mediante ocupacio- ciertos “ilegalismos tolerados” en los
nes en otros puntos del país (cuya carga asentamientos, con actividades que se
valorativa es claramente negativa, como encuentran legalmente prohibidas (como
ocurre con el término “villas miseria”), lo las ocupaciones de tierras) pero sobre las
cierto es que su condición espacial es li- cuales se trazan límites de “tolerancia”.
minal: no se trata de un territorio que nece- Los ilegalismos tolerados refieren a los
sariamente es percibido como degradado, usos diferenciales de la penalidad propia
pero tampoco es plenamente equiparable de la racionalidad acotada de un Estado
con un barrio. Por el contrario, la extensión capitalista incapaz de reprimir a todas las
implica la aspiración a transformarse en prácticas que atentan contra el statu quo;
un barrio. tal concepto, permite pensar en aquellas
El Estado que juzga a los espacios sur- zonas de tolerancia o núcleos de permi-
gidos mediante tomas de tierras como ile- sibilidad que habilitan a la administración
gales, es el mismo que adopta una mirada y regulación abusiva y discrecional por
más tolerante para con los asentamientos parte de las agencias del Estado (Pita en
a partir del uso de expresiones como la Nardín, 2021). Por otra parte, al determinar
de extensión. El tiempo es un factor cru- qué es estar dentro o fuera de la ley, el
cial que ayuda a comprender dichas apa- Estado reconoce como integrantes de la
rentes contradicciones: en sus inicios, las comunidad política a ciertxs “ciudadanxs”,
ocupaciones son condenadas; cuando así como les niega membrecía a otras per-
el asentamiento lleva años de existencia, sonas. Entonces, el Estado se reconfigura
los discursos oficiales pierden agresivi- en sus márgenes (Das y Poole, 2008), en
dad. No obstante, la contradicción entre zonas periféricas como los asentamientos,
las distintas dependencias estatales res- porque es allí donde se trazan las fronteras
ponde al ensayo y error (Álvarez y Bonnet, que determinan qué queda dentro y qué
2018), lógica que permite detectar una afuera. Pero las fronteras de lo legal/ilegal
tendencia en las políticas públicas del Mu- se definen y redefinen contextualmente, en
nicipio: nos referimos a cierta apatía tole- las oficinas del Estado, y no sólo mediante
rante que condena a los asentamientos a prácticas estatales, sino también a partir
una precariedad indefinida. Anticipando de las agencias de quienes hasta enton-
el desarrollo de tal concepto, a continua- ces no fueron contabilizados como partes.

267
4.4.6. Disputando la nomenclatura entre los vecinos como entre los funcio-
estatal narios municipales surgen términos gené-
ricos como el de “asentamiento”, “Km8”,
La elección de un nombre para el pro- o “asentamiento del Km8”. Por otra parte,
pio espacio vital se liga con procesos el informe municipal del 2011 distingue di-
identitarios, diferenciación territorial, supe- versos sectores “del asentamiento” (así se
ración de estigmas, y lucha simbólica con refieren a la totalidad del espacio tomado)
la nomenclatura estatal. En ciertas zonas en función de su organización en torno a
de la ciudad, registramos experiencias de ciertos “referentes”. Lo cierto es que, en su
autopercepción donde quienes protago- necesidad por identificar posibles interlo-
nizaron tomas de tierras disputaron fron- cutores con capacidad de organizar a lxs
talmente con las categorías estatales. Si vecinxs, la municipalidad tomó como “re-
bien no podemos afirmar lo mismo para el ferentes” a quienes solicitaron en la Secre-
caso del Km8, en nuestro caso de estudio taría de Tierras y Hábitat la apertura de un
tampoco constatamos aceptación y con- “expediente madre” (término utilizado por
formidad con la lógica de denominación la municipalidad que refiere a la solicitud
propuesta por el Estado local. de inicio de trámites de mensura y otorga-
En otras oportunidades sostuvimos que miento de servicios urbanos). Las diferen-
las tomas de tierras tienen un impacto dife- tes áreas del asentamiento son nombradas
rencial según el área de la ciudad: la con- en función del apellido del supuestx “refe-
dena es muy superior cuando se producen rente” (“Grupo Mariman”, “Grupo Cabre-
en la zona norte de Comodoro (Bachiller ra”, etc.), o de acuerdo con la fecha de ini-
et al., 2015). No es de extrañar, entonces, cio del “expediente madre” (“Grupo 18 de
que el uso de la categoría extensión sea abril”; “Grupo 4 de abril”, etc.). Dadas las
más frecuente en la zona sur de la ciudad características del asentamiento, otra ló-
(donde los asentamientos se hunden en la gica de nominación estatal consistió en la
historia urbana) respecto de la zona norte proximidad con los balancines de petróleo:
(la cual, como vimos, creció mediante una así es como surge el “Grupo Yacimiento”.
lógica de campamentos empresariales). La particularidad de un sector donde lo re-
De tal modo, al indagar en los modos en sidencial se combina con lo productivo, lle-
que se nombra al asentamiento localizado va a que el mismo haya sido denominado
en el Km. 8, es significativa la ausencia del como “Grupo Chacras Km8”; es también la
término “extensión”, tanto entre las inter- especificidad de ser un área donde la ocu-
venciones estatales como entre los resi- pación se produjo sobre tierras privadas lo
dentes del área. que llevó a que otra zona haya sido bauti-
No existe un único término que nombre zada como “Grupo Tierras de Petroquími-
al asentamiento en su conjunto. Para refe- ca”. Por último, una fracción es nombrada
rirse a la totalidad del área ocupada, tanto como “Grupo COMIPA” (Figura 4.9).

268
Figura 4.9: Asentamiento Km8, pozos activos y pasivos ambientales. Fuente: Elaboración propia en
base a datos de la Secretaría de Energía y a los Informes municipales.

La nomenclatura oficial no necesaria- los propósitos buscados y ante la falta de


mente hace mella en lxs habitantes de un consenso general, con el paso del tiem-
estos territorios. Como se mencionó pre- po dicha denominación cayó en el olvido.
viamente, lxs residentes suelen nombrar a El único término utilizado por la municipali-
sus espacios vitales como asentamiento, dad (y más aún por la empresa SCPL) que
Km8 o incluso sencillamente como barrio. apareció en las entrevistas con lxs vecinxs
Por el contrario, nadie continuó la lógica es el de COMIPA. Sin embargo, en este
estatal identificando a su espacio en fun- punto hubo divergencias en cuanto al ori-
ción del apellido de un supuesto referente, gen y el alcance de dicha nomenclatura.
de una fecha (en todo caso, para lxs resi- El dato a resaltar es que no hay con-
dentes, las fechas más significativas son sensos ni en cómo identificar a la totalidad
las del inicio de la toma, no así la apertu- del espacio surgido mediante las tomas,
ra de un expediente en la municipalidad; ni en cómo nombrar a las áreas específi-
consecuentemente, la experiencia vital se cas del asentamiento. Probablemente, las
antepone al trámite burocrático), o la proxi- distintas temporalidades de las diversas
midad de un yacimiento. A su vez, algunxs tomas que conformaron el actual asenta-
informantes claves hicieron referencia al miento, o el gran tamaño del área ocupa-
uso de un nombre estratégico para lograr da, promuevan la fragmentación a la hora
la regularización del área. Es lo que ocu- de organizar los reclamos de lxs vecinxs,
rrió con un sector que fue bautizado como las intervenciones estatales, e incluso la
Néstor Kirchner; no obstante, al no lograr unificación de un vocablo común.

269
4.4.7. Los procesos de apropiación cosas bien y en regla, las quisimos hacer.
del espacio y autopromoción de la Las circunstancias, la situación lamenta-
vivienda en un “barrio sin épica” blemente hoy por hoy te lleva a... O nos
llevó sin justificar tampoco, a hacer toma
Los márgenes son sitios donde las de tierra. Y fue una situación que fue hace
prácticas estatales suelen ser colonizadas diez años y va a seguir siendo. ¿Por qué?
por otras formas de regulación que ema- Porque está, lo que es pagar un alquiler,
nan de la necesidad (Das y Poole, 2008). no se corresponde con lo que es tu suel-
Así, en otra publicación indagamos cómo do. Y fue antes y va a seguir siendo, y no
las personas que protagonizaron una toma sabemos si va a ser peor más adelante,
de tierras suelen lidiar con los enfoques ju- viste. Quisimos hacer las cosas bien y
rídicos que los estigmatizan a partir de la seguimos haciendo las cosas bien (En-
ilegalidad (Bachiller, 2018b). Entonces, se trevista a vecina de Las Américas91, 2017)
examinó el surgimiento de un orden urbano
propio de la ciudad informal que conden- Otro elemento presente en las narrativas
sa una serie de principios de legitimidad que giran en torno al sacrificio se asocia
que, si bien no invalidan, sí amortiguan los con el estigma por proceder de un asenta-
efectos condenatorios de las perspecti- miento, el maltrato institucional recibido a
vas legales. Aquí nos limitamos a recordar la hora de reclamar se garanticen derechos
que los discursos de los residentes de los básicos incumplidos por el Estado.
asentamientos se encuentran plagados
de referencias acerca de la necesidad, el Fui al IPV, entre bromas y chistes me
sufrimiento y el sacrificio como justificati- dijeron que tenía que esperar 50 años. En
vos de la decisión de formar parte de una Tierras me hice amiga de todas las chi-
toma. El sacrificio no sólo se expresa en cas, pero al principio no sabes lo mal que
la voluntad de pagar por los servicios (de me trataban. Te hacían sentir que eras
hecho, gran cantidad de residentes solici- una basura. En la Cooperativa te decían
taron formalizar su conexión a la empresa ´¡Sos una Comipa!´ ¡Antes eras una Co-
de electricidad local) o comprar el lote to- mipa y eras re mal mirado en todos lados!
mado, sino también en el relato de la pro- (Entrevista F, 2016).
pia biografía residencial.
Para muchos, la lógica de la necesidad
Por más que no tengamos respues- no se limita a un plano económico, sino
tas por parte del gobierno, viste. Reco- que también refleja exigencias ligadas con
nocemos, y la sociedad también nos el ciclo familiar; en el caso de las parejas
reconoce como una zona ilegal. Porque jóvenes, la toma es visualizada como la
no dan transparencia tampoco a nuestra única forma de emanciparse y evitar las in-
situación. Pero de que quisimos hacer las comodidades inherentes a residir hacina-

91. Se realizaron entrevistas a vecinos de distintos asentamientos de la ciudad y a 18 vecinos del caso de estudio en
particular. En el cuerpo del texto no se citan los nombres de las personas entrevistadas para preservar sus identidades.

270
dos en la vivienda de los parientes (Bachi- piación sería más preciso referirse a los
ller, 2015a). Asimismo, en los relatos sobre procesos de “domesticación del espacio”
los inicios de la toma el sufrimiento es un (Nardin, 2020); en tales etapas, las acti-
factor recurrente. Es el propio cuerpo el vidades requeridas implican remover es-
que siente la exclusión residencial; en tal combros y residuos, desmalezar el área,
sentido, las narraciones resaltan lo duro nivelar con tierra el terreno, etc. Como sos-
que es vivir en una carpa o bajo cuatro tenía una informante, “la ocupación no es
chapas sin ninguna comodidad, soportan- cercar, es hacer, es construir” (Cuaderno
do el clima patagónico. Cuando hay me- de campo, 2017). Asimismo, el proceso
nores de por medio, los relatos adquieren de apropiación de un espacio y posterior
mayor dramatismo. autopromoción de la propia vivienda, ori-
gina una modalidad de resistencia silen-
De enfrente Andrea nos ponía un ta- ciosa ligada con el simple (pero potente)
cho ahí afuera... un tacho grande con una deseo de la permanencia en un sitio. Más
canilla, y, nosotros... para lavar la ropa te- aún: las disputas por cómo nombrar a los
níamos que quedarnos enfrente... tenía- propios espacios vitales, así como las di-
mos que lavar la ropa, pero no teníamos námicas de autopromoción de la vivienda,
luz, y no teníamos agua entonces… íba- dan cuenta de un sentido de pertenencia
mos a romper el hielo para sacar el agua, ligado con prácticas colaborativas: todo
para traer, para lavar la ropa... Y, no, con asentamiento supone cierto nivel de coo-
este frío... eh... No sabes... cuando noso- peración, la elaboración de un orden co-
tros nos mudamos acá... una vela... esa lectivo urbano.
ventana no teníamos, habíamos puesto Unas líneas sobre el contexto en el cual
una chapa acá... una chapa ahí, y… y no se produjeron las tomas masivas de tie-
teníamos la puerta, pusimos una chapa, rras. En el 2009, unas 1500 personas que
ahí, de puerta… en plena noche nos venía habían ocupado tierras marcharon por el
un viento… si, si... nos hicimos de tierra, centro de la ciudad reclamando se declare
acá... Si, si, yo... me levantaba a la me- la emergencia habitacional. Si bien en un
dia hora con mi nene... nos tapábamos... primer momento la misma tuvo cierto im-
así... no te podías levantar de la cama, pacto político (el Subsecretario de Tierras
porque hacía mucho frío. Si yo tenía las y Hábitat presentó su renuncia), ante la
paredes así nomás... no tenía nada recu- falta de respuestas la organización vecinal
bierto ni nada (Entrevista G, 2016). terminó diluyéndose (Torres, 2009). Ahora
bien, aquí continuamos la crítica que Nar-
La lógica de la necesidad es la contra- din (2020) formula a la bibliografía espe-
cara del proceso de desposesión (Ferrero cializada, señalando que la misma adoptó
et al., 2014). Es decir, de las experiencias una mirada romántica y orientó sus estu-
de despojo material y territorial emergen dios en aquellos asentamientos que se ca-
dinámicas de apropiación del espacio que racterizan por poseer tramas organizativas
transforman la urbanidad y reconfiguran la densas. No causalmente, Abramo (2009)
subjetividad. De tal modo, si pensamos en nos recuerda que las ciencias sociales de
los inicios de la toma, antes que de apro- nuestro continente iniciaron sus estudios

271
enfocándose en los movimientos sociales, Lxs informantes coinciden en que sólo
para luego virar hacia las tomas de tierras. hubo un momento en que la movilidad y
Por el contrario, la elección de nuestra protesta involucró a los distintos sectores
unidad de análisis se justifica, entre otras del asentamiento: la desconexión de las
cuestiones, por amoldarse a lo que Solda- instalaciones clandestinas a la red eléctri-
no (2010) calificó como “barrios sin épica”. ca por parte de la empresa SCPL, medida
Anteriormente mencionamos que el que derivó en el corte de la Avenida Na-
asentamiento del Km8 se encuentra cons- huel Huapi por parte de los residentes del
tituido por diferentes sectores y realidades asentamiento Km8. La protesta tuvo una
que lo vuelven ampliamente heterogéneo fuerte repercusión, por lo cual, tras reunir-
en términos de organización barrial. Exis- se con el Intendente y demás autoridades,
ten zonas más movilizadas que otras, in- el servicio fue restablecido e incluso en al-
cluyendo en algunos casos, la presencia gunas zonas se instalaron medidores co-
de figuras vecinales que funcionan de munitarios. No obstante, tras dicho logro
nexo y portavoz con el municipio y demás la organización volvió a diluirse. Para mo-
instituciones. No obstante, si compara- dificar la apatía tolerante que caracteriza a
mos con lo planteado por la bibliografía la municipalidad, los asentamientos deben
sobre asentamientos (con epicentro en el organizarse y reclamar por sus derechos
AMBA), así como en otros espacios que de manera persistente. Por distintos mo-
surgieron mediante tomas en Comodoro, tivos, este no ha sido el caso del asenta-
podríamos caracterizar a la organización miento Km8.
barrial como débil. Por empezar, los distin- Dos manzanas, habitadas por 93 fami-
tos procesos de tomas no fueron liderados lias, se localizan sobre tierras cuya propie-
por una organización social, sino que la dad dominial corresponde a la empresa
lógica imperante fue el “boca a boca” y el Petroquímica. En el 2018, la empresa inició
consiguiente efecto contagio: acciones legales encaminadas al desalo-
jo; los vecinos respondieron organizándo-
No, eh, acá, eh, lo… eh, gente masi- se y cortando el ingreso a la planta. Como
va, así como lo… como... eh, decir, eh, surge en el siguiente recorte periodístico:
un grupo de personas que están... eh, “tuvimos negociación con Petroquímica,
eh… eh... masivo, como llaman ustedes pero por un lado negociábamos, por otro
no. Acá vinieron la gente, eh, a oído. ´Vos lado, se elaboraba la orden de desalojo.
sabes que allá, en el 8, en el Sur, atrás Por eso no se deja ingresar ni salir camio-
de... de cómo es? de los bomberos, eh, nes hasta que se abra la negociación” (El
se está tomando´ (…) Y así vinieron, y vi- Patagónico, 23 de agosto de 2018). Final-
nieron... y muchas personas nos pregun- mente, la empresa desestimó el desalojo y
taban a nosotros, me acuerdo, ´¿Vino formuló un plan de venta de los terrenos a
alguien que les dijo?´. No, no, no. ¿Y hay las familias.
terrenos todavía? Si, allá hay bastantes
vacíos, anda, tómalo´. Así... así fue (En- Se peleó por todo eso y se llegó a un
trevista L, 2016). acuerdo. Ese acuerdo se charló acá, se le

272
explicó a la gente: ´Miren hay que hacer situación de la demanda, se agrupa con
esto, en este tiempo, con estas formas, un par de vecinos y contratan un aboga-
estas son las obligaciones. Y la empresa, do (Entrevista H, enero 2017).
si nosotros cumplimos con lo que ellos
nos piden, acceden a vendernos. En este En cuanto a las zonas más amplias
tiempo, en esta plata y de esta forma de del asentamiento desplegadas sobre tie-
pago ¿están de acuerdo? Todos estaban rras fiscales, vimos que la municipalidad
de acuerdo (Entrevista H, 2017). identifica como referentes a las personas
que iniciaron un “expediente madre”. Sin
El caso de la toma sobre terrenos perte- embargo, el trabajo de campo nos lleva
necientes a la empresa Petroquímica ilus- a sostener que, entre los residentes del
tra diversas cuestiones. En primer lugar, asentamiento, las figuras más próximas a
confirmamos que, cuando la ocupación es lo que el Estado denomina como “referen-
sobre suelo privado, el poder judicial inter- te” se identifican con quienes se encarga-
viene como otro actor central. En segunda ron de solicitar ante la SCPL el suministro
instancia, cuando se trata de comprar tie- de un medidor comunitario; pero lo cierto
rras a una empresa, se torna posible sen- es que, por lo general, las tareas de di-
tar en una misma mesa a entidades como chxs “referentes” no fueron mucho más
el Ministerio provincial de Hidrocarburos, allá del gestionar el pago colectivo del
el Concejo Deliberante, etc. (como vere- servicio eléctrico. Así, en el asentamiento
mos luego, este factor es el principal im- Km8 no se verifica un proceso de coope-
pedimento que traba la regularización del ración entre grupos, ni en la apropiación
resto del asentamiento). Como señalan lxs de los terrenos ni en la edificación de las
vecinxs, paradójicamente, en este caso viviendas; por el contrario, estas tareas
tomar tierras privadas resultó una ventaja, frecuentemente se limitaron al ámbito de
pues los tiempos del Estado municipal son las familias. El “orden urbano” local (Du-
mucho más lentos que los de la empresa. hau y Giglia, 2008) parece circunscribirse
al respeto del trazado de las calles y las
A la Municipalidad, de hecho, nun- medidas de los lotes (no siempre facti-
ca le importó nada nuestra situación. ble, por otra parte). En definitiva, no existe
Ehhh…he presentado notas, que hasta una agrupación que abarque al conjunto
hoy las guardo, los papeles amarillos ya del asentamiento; más aún, ningún sector
de tantas veces que pedí audiencia con posee el tipo de organización que, según
el intendente. Que sí, que salió. Que está la bibliografía especializada, caracteriza a
allá, que está acá. Siempre un manoseo. los asentamientos (asambleas y cuerpo de
Y cuando, realmente, me doy cuenta que delegadxs) y que, de hecho, registramos
esto era propiedad de Petroquímica… en otros puntos de la ciudad (Bachiller,
realmente era irrelevante ir a la muni. Por- 2014). Como comentaba un vecino:
que tiene un dueño legítimo. Con alguien
hay que arreglar y lo más conveniente es Lo que falta es la organización; jun-
arreglar con el dueño. Emmm…hay otra tarnos para realmente hacerles tomar
señora acá que toma conocimiento de la consciencia de lo que está sucediendo y

273
poder llevar las cosas adelante. Plantear cha afirmación es plenamente válida para
la situación, pero, yo digo que eso se va el asentamiento del Km8.
a lograr cuando nosotros... eh, digamos,
nos organicemos (…) Cuando uno tra- En el Km8, la presencia del Estado se
baja organizado puede hacer un montón expresa principalmente a través de centros
de cosas, pero no así… como estamos. educativos y de salud en el barrio conso-
Lo primero que hay que hacer es la or- lidado, contiguo al asentamiento. No obs-
ganización, una vez que nos organice- tante, el domicilio de procedencia también
mos, si, podemos decir... ´mira… voy a impacta en los modos de vincularse con
Salubridad y digo, ché, mira, necesito... dichas instituciones; así, en más de una
yo te junto a la gente del barrio´. Les po- ocasión escuchamos el lamento de ciertas
dés explicar sobre el tema, ´eh, los ries- madres ante el trato discriminatorio recibi-
gos que estamos corriendo... cómo es do en las escuelas o centro de salud por el
el tema este´. Voy a otro lado y... ´ché, simple hecho de vivir en un asentamiento.
mira… necesito esto, esto´... se puede En otras secciones del libro plantea-
hacer. El informe individual... no. El infor- mos que, en Comodoro, no presencia-
me individual es imposible, no... Solo no mos un proceso de militarización de los
(Entrevista O, 2016). territorios ni de persecución judicial que
se ensañe con los protagonistas de las
tomas. No obstante, la estigmatización
4.4.8. El Estado en los márgenes: promovida por ciertas dependencias mu-
la presencia del Estado en los nicipales y/o por los medios locales de co-
asentamientos municación, funcionan como condición de
posibilidad de los levantamientos de las
En otros capítulos abordamos las dis- nuevas tomas. Así, en la ciudad no asis-
tintas políticas estatales de mejoramiento timos a desalojo masivos, pero sí hemos
habitacional que se desplegaron sobre los verificado una política de “desincentivo y
asentamientos en la ciudad. Constatamos prevención” a través del levantamiento de
que las políticas de regularización que se nuevas tomas, el incremento de sancio-
llevaron a cabo en el marco de programas nes a quienes ocuparon, y el fomento de
nacionales (como el PROMEBA o PROME- un “discurso de odio y vigilancia estrecha
VI), y provinciales (como el PROMEBACH), entre vecinxs, que volvía a recurrir a la ca-
por lo general se limitaron a asentamientos tegoría de NyCs como eje vertebral a partir
y barrios que ostentan cierta antigüedad. del cual se estructuran los derechos” (Vaz-
Por el contrario, los espacios surgidos quez, 2020: 105). El esfuerzo estatal por
mediante tomas de tierras en la década involucrar a la ciudadanía para que denun-
del 2000, han gozado de una mínima in- cie a sus propios vecinxs se refleja en las
tervención estatal: se generaron algunos siguientes declaraciones del Secretario de
proyectos de relocalización de familias y Tierras: “luego de recibida la denuncia co-
de construcción de infraestructura, pero rrespondiente, damos aviso a los ocupan-
su “urbanización” continúa pendiente; di- tes para que desocupen en las 48 horas

274
subsiguientes, de no ser así, actúa nuestra transigente frente a las tomas del barrio.
cuadrilla, que procede al levantamiento de Entendemos que dicho posicionamiento
la mejora. Eso nos ha generado confian- responde a varios factores, entre los cua-
za con la gente, que se anima a denun- les se destaca, nuevamente, el impacto di-
ciar para que no se sigan usurpando lotes” ferencial y el mayor repudio de las tomas
(Sur actual, 23 de junio de 2016). localizadas en la zona norte respecto de
En el caso del asentamiento de Km8, las del sur de la ciudad (Bachiller et al.,
el desalojo operó como una amenaza que, 2015). Asimismo, el rechazo vehemente a
si bien nunca se concretó, durante cierto las tomas se enmarca en un contexto de
tiempo frenó las ansias de progreso y me- competencia por un recurso cada vez más
jora de las propias viviendas. El desalojo escaso: un pedazo de tierra donde edificar
se vivencia como la experiencia de ser al- la propia vivienda. A lo largo del trabajo de
guien que el poder pone o saca a su gusto, campo, fueron recurrentes las acusacio-
genera una sensación de vida en suspen- nes que identificaron a las UV con actos
so, de transitoriedad, inseguridad, miedo de corrupción (venta o entrega discrecio-
y pasividad (Ferrero et al., 2014). Para nal de lotes). En todo caso, la conflictivi-
quienes ocuparon tierras pertenecientes a dad por conseguir un lote posicionó a las
Petroquímica, la amenaza de desalojo se UV como un actor clave en lo que a las
expresó a través de intimaciones judicia- tomas de tierras y la urbanización de los
les. En el resto del asentamiento, la Unión asentamientos se refiere. Muchas ocupa-
Vecinal (UV) fue la principal fuente de pro- ciones han sido promovidas o rechazadas
pagación del desalojo como una amenaza (según el contexto) por dirigentes de las
(Bachiller y Baeza, 2015), lo cual da cuenta vecinales. Es lo que de hecho ocurrió con
de las múltiples facetas de la presencia es- la vecinal de Standart Norte: el inicio de la
tatal en el territorio. toma masiva del 2009 fue protagonizado
por jóvenes del barrio bajo el amparo de la
Porque nos amenazaban con sacar- propia vecinal; más aún, dirigentes barria-
nos con máquinas, el mismo centro ve- les justificaron dichas acciones calificando
cinal… Nos iba a mandar gente, nos iban a la ocupación como “preventiva”, como
a sacar a los tiros, y eso cualquier vecino una forma de resguardar la tierra para los
te lo puede decir (…) El centro vecinal “hijos del barrio” ante la invasión de “gente
de acá… si, de este mismo barrio eh... extraña”. El desalojo nunca se materializó,
Miranda (presidente de la Vecinal). Eh, y pero en muchos vecinos operó como un
era el mismo viste: ´no, porque esa gen- temor difícil de exorcizar, como un rumor
te no puede estar ahí, que no son gente con efectos disciplinadores.
del barrio, no son hijos del barrio´. Viste... Los modos de intervención estatal ha-
porque ese es la... eso es lo que hay acá: cia los espacios surgidos a partir de tomas
de que si no sos hijo o no sos del barrio, de tierras trascienden las políticas habita-
no te corresponde (Entrevista F, 2016). cionales y de infraestructura, e incluso las
prácticas formales e institucionalizadas. El
Dirigentes de la UV de Standart Norte Estado se hace presente en estos territo-
adoptaron un discurso especialmente in- rios de diversos modos: eligiendo repre-

275
sentar u omitir en los mapas a los asen- se derivan fondos estatales que ayudan a
tamientos populares, negándose a otorgar atender vulnerabilidades sociales y econó-
una ayuda durante una catástrofe (como micas, asistiendo en actividades rutinarias
ocurrió con la inundación del 2017), etc. (conseguir transporte para trasladar a los
A su vez, la transformación de un asen- niñxs a eventos culturales, colonia de va-
tamiento en barrio, su integración urbana caciones, o turnos para atenderse en el
plena, precisa indefectiblemente del apo- hospital), o en celebraciones puntuales
yo estatal. Consecuentemente, la literatura (festejos por el día del niñx, fiestas de fin
especializada prestó mucha atención en de año, etc.). En tal sentido, pudimos ob-
los fenómenos clientelares que se desen- servar como el Coordinador de Relaciones
cadenan al interior de dichos espacios ur- Comunitarias de la Municipalidad se dis-
banos relegados. En otras tomas de tierras frazaba de rey mago y, desde un vehículo
realizadas en diversos puntos de Comodo- municipal, entregaba regalos a lxs meno-
ro, registramos la importancia de las nego- res del barrio. No obstante, la propia defi-
ciaciones entre figuras político partidarias nición de clientelismo supone un intercam-
y líderes barriales en los avances encami- bio asimétrico prolongado en el tiempo;
nados hacia la urbanización del asenta- la presencia discontinua del Coordinador
miento (Bachiller et. al., 2015). en el barrio, más su enfrentamiento con el
En el Km 8 escuchamos rumores sobre Espacio Comunitario (al no lograr contro-
la participación de punteros políticos en la lar el incipiente proceso organizativo ni ca-
conformación de determinadas zonas del pitalizar políticamente la “regularización”
asentamiento; ciertxs vecinxs mencionaron del asentamiento), dificultan el análisis de
cómo, en contextos electorales, recibieron tales dinámicas en términos de “clientelis-
la visita de algún político que prometió mo”. Por otra parte, si bien dichxs políticxs
“trabajar por el asentamiento”. Lo cierto es no consiguieron la acumulación política te-
que la presencia de figuras políticas no se rritorial que esperaban, según las respon-
repitió en el tiempo, no generó un vínculo sables del Espacio Comunitario lograron
estable con el territorio. Fue en los regis- interferir en la gestión cotidiana de la inci-
tros realizados en el “Espacio Comunitario piente organización barrial.
Carlos Mugica” donde pudimos observar
una mayor proximidad entre ciertas figuras Los vecinos se estuvieron juntando
político partidarias y quienes dirigen dicho para armar una asociación vecinal, can-
espacio. Cabe notar que el centro es, entre sados de volver sin nada de la municipa-
otras cosas, un comedor comunitario para lidad. Habló con Marcelo Rey (concejal
niños, niñas y adolescentes del barrio; del Frente para la Victoria), también con
quienes lideran el espacio son dos muje- Vivas (Subsecretario de Gestión Ambien-
res (madre e hija) que trabajan en la muni- tal de la Municipalidad), empezó a caer
cipalidad, por lo cual no sólo precisan de leña y nylon al centro. Se formó una Co-
recursos, sino que además cuentan con misión (...) pero al tiempo Vivas puso al
contactos políticos. Gracias a dichas for- del kiosco Lucas de la esquina a apara-
mas no institucionalizadas de intervención, tear (Entrevista R, 2017).

276
4.4.9. “Zona de riesgo, no urbanizable”: ción (la municipalidad no brindó informa-
censos, informes y talleres ción específica sobre el nivel de afectación
de las distintas zonas que componen el
Las principales intervenciones políticas asentamiento, ya que no contaba con di-
en el asentamiento Km 8 parecen haber chos datos). Asimismo, se ofreció informa-
sido los censos, así como la realización de ción sobre los trámites de regularización,
ciertos informes y talleres. En apartados pero aclarando que los mismos no son
previos sostuvimos que el Estado produ- viables cuando la morada se encuentra
ce e impone sistemas de clasificación que afectada por la presencia de un ducto o
moldean las estructuras mentales, unifica de un pozo; más aún, la folletería entrega-
y homogeniza formas de comunicación da en tales oportunidades giró en torno a
que se convierten en sentido común; en los riesgos inherentes a vivir cerca de un
tal sentido, es responsable de operacio- pozo de petróleo. Finalmente, el objetivo
nes de totalización y de objetivación de la encaminado a desincentivar la toma (su
realidad: la cartografía, la contabilidad na- expansión y consolidación) se expresó en
cional o los censos pueden ser pensados la principal medida tomada por la munici-
de tal forma (Bourdieu, 1994). En nuestro palidad tras los talleres: la instalación de
caso de estudio, la presencia estatal se cartelería con la escritura “Zona de Ries-
remonta a un censo realizado por el Pro- go - No Urbanizable” en cuatro puntos del
grama de Ordenamiento Urbano (pertene- asentamiento.
ciente a la Secretaría de Hábitat y Tierras) Sin embargo, quienes formaban parte
en el 2011. del Programa de Ordenamiento Urbano
En los informes técnicos se hace explí- no aspiraban únicamente a desalentar la
cito que el propósito de los censos no se toma; también los motivaba comenzar una
limitó a relevar y conocer las condiciones intervención en el asentamiento que se
socioeconómicas de las familias que ha- sostenga en el tiempo. Reconociendo el
bitan en el asentamiento, sino principal- nivel de poblamiento, consolidación de las
mente a desalentar las tomas. A continua- residencias, y la negativa a reubicarse, el
ción, citamos tres de los cuatro objetivos informe concluía en la necesidad de plani-
planteados en el informe: 1) informar a la ficar la regularización de los distintos sec-
población sobre las condiciones del suelo tores. En tal sentido, en el final de uno de
donde se asentaron y advertir de la peli- los informes, una trabajadora social reco-
grosidad de habitar en una zona afectada mendaba a la municipalidad que presione
por pozos de petróleo; 2) recomendar que a la empresa Cri Holding para que se res-
no consoliden sus viviendas y cercos con ponsabilice de la situación que padecen
material, ya que se encuentran en zona de los habitantes del asentamiento.
riesgo; 3) controlar que el asentamiento no
continúe expandiéndose. De modo similar, Nuestro objetivo como equipo es or-
los 6 talleres que se realizaron con lxs ve- denar el territorio, pero con la presencia
cinxs estuvieron orientados a notificar que de los pozos petrolíferos, de los cuales
el predio se encuentra damnificado por muchos ni siquiera tenemos información
ductos y pozos que impiden la urbaniza- de cuándo y cómo fueron abandonados,

277
información que ha sido debidamente Asentamientos Km 8, 2011). Por último, en
pedida a la Secretaría de Hidrocarburos las conversaciones personales con lxs ve-
de la Provincia, creo que esto solo es cinxs, estxs alegaban que los planteos de
gracias al silencio de la empresa petrole- reubicación no se respaldaban con vivien-
ra (CRI HOLDING), por todo lo antedicho, das concretas a las cuales trasladarse.
estamos como equipo atados de pies y En resumidas cuentas, lxs residentes del
manos. En mi opinión personal, el camino asentamiento desconfiaban de la voluntad
a adoptar tiene que ser a través de la em- y capacidad municipal de cumplir con ta-
presa petrolera (CRI HOLDING), que por les promesas.
ley debe sellar cierta cantidad de pozos, Reiteramos que el Estado no es una en-
y que ha incumplido con esto por años y tidad monolítica ni un mero instrumento de
años, al ser superficiaria de por vida. La dominación que actúa en un solo sentido,
tarea a realizar por parte del municipio y sino que involucra una variedad de deci-
de este equipo de trabajo; debe avistar siones contradictorias acordes con la ob-
el armado de una mesa de gestión en la jetivación de los conflictos y las luchas que
cual se sienten todas las partes involu- se dan en la estructura social (O’Donnell,
cradas: los vecinos asentados, la empre- 1984). La etnografía del Estado, nos ense-
sa petrolera y el municipio; a fin de poder ña que “lo que el Estado hace y la forma
acertar con la solución a esta gran pro- en que lo hace se especifica en un proceso
blemática habitacional que data mucho complejo que expresa las contradicciones
más allá de la presente gestión (Informe de la lucha entre intereses diversos, y es
General Asentamientos Km 8, 2011). por este motivo que no hay ‘linealidad’ en
la acción estatal” (Rodríguez y Di Virgilio,
Los informes aclaran que la presencia 2016, p. 246). En el caso seleccionado, las
de vecinxs, y su negativa a ser relocaliza- políticas como ensayo y error implicaron
dxs, fue masiva. A pesar de conocer los que, mientras cierta sección de la Subse-
riesgos a los que se exponen, lxs vecinxs cretaría de Tierras y Hábitat (fracción que
alegaban haber realizado un esfuerzo luego lideraría la Dirección de Hábitat) ela-
personal y una inversión económica en la boraba informes detallados de cada sector
construcción y mejora de sus viviendas del barrio abogando por el reconocimiento
que no se encontraban en condiciones de del asentamiento, otro grupo (que luego
repetir. Asimismo, en el informe se reco- dirigiría la Secretaría de Tierras) ordenó a
noce que, “debido a la permanencia en el la policía que no le otorgue certificados de
barrio de la población asentada oscila en- domicilio a lxs residentes del asentamien-
tre un año y medio a cinco años, el grado to. Es decir, la tensión entre ilegalidad ver-
de inclusión en las actividades escolares, sus el reconocimiento incluso, se libró al
laborales, y religiosas que desarrollan en interior de una misma delegación estatal.
el barrio Km8 son muy importantes”. Ade-
más, algunas personas saben que “no En un mismo sentido, comentan que
poseen los requisitos exigidos por la Or- ellas propusieron una resolución que in-
denanza de acceso a la tierra fiscal, como volucre a la gente, que suponga un dere-
el tiempo de residencia” (Informe General cho de uso del suelo a través de un pago

278
del terreno utilizado. ´Sería una forma de bién podemos pensar al censo como una
tener a la gente registrada, así iría un ca- herramienta que permite al Estado hacer
mión a limpiar las calles de basura´. Pero legible a la población, un instrumento para
Parada (el actual Secretario de Tierras) clasificar y regular colectividades. Más
no quiere. Quiere castigarlos. ¿Es ilegal aún, si volvemos al caso empírico y a las
o está registrado? Esa es la pregunta que afirmaciones nativas de un Estado que se
él hace. Siguen sin tener servicios porque hace presente para registrar a la población
para el municipio son ilegales. Pero claro, y luego desaparecer, el censo puede ser
con un derecho ocupante tienen que tra- entendido como uno de aquellos docu-
zar calles. Eso significa un reconocimien- mentos mediante los cuales el Estado, que
to´ (Cuaderno de campo con ex emplea- dice garantizar identidades, finalmente las
das de la Secretaría de Tierras, 2016). socava. No obstante, el Estado entre lxs
vecinxs, y los censos entre lxs empleadxs
Finalmente, el sector que defendía las municipales, poseen más de una acepción.
posturas legalistas ganó la contienda: du- Retomando la lógica del ensayo y el error,
rante la intendencia de Néstor Di Pierro, en así como las contradicciones y disputas
el 2011 la Subsecretaría de Hábitat y Tie- al interior del propio Estado, entendemos
rras se disolvió, y la nueva Secretaría de que, para algunxs empleadxs municipales,
Tierras fue empoderada. En todo caso, el censar supone iniciar una acción encami-
factor a destacar es el siguiente: las dispu- nada al reconocimiento de los derechos
tas estatales determinaron la falta de con- que el propio Estado niega a quienes pro-
tinuidad de las intervenciones en el territo- tagonizaron tomas de tierras. Censar es
rio. Los datos obtenidos en un censo no visibilizar un problema: quienes formaron
se traducen en políticas públicas y, con el parte del Programa de Ordenamiento Ur-
paso del tiempo, pierden vigencia; así, los bano recordaban a los censos como una
esfuerzos estatales carecen de sentido, e herramienta de presión para que sus supe-
incluso son contraproducentes: cuando en riores reconozcan la existencia del asen-
otra ocasión una administración tenga la tamiento. Como nos decía una informante
voluntad de generar una política más pro- clave: “si no hay una carpeta no existen”.
gresista en el territorio, deberá lidiar con la Más aún, censar no se limita a un intento
desconfianza generalizada de lxs vecinxs por generar políticas públicas donde no
frente a un Estado que llega al territorio, las hay, sino que también puede ser aso-
censa, y luego desaparece. Como comen- ciado con el principio de autoconservación
taban lxs vecinxs: “vinieron, nos contaron, del personal del Estado (Álvarez y Bonnet,
y nunca volvieron”. En tal frase, parecería 2018). Es decir, el censo le permite al em-
que los censos se convirtieron en un fin pleadx demostrar que hizo correctamente
en sí mismo, lo cual confirmaría los argu- su tarea, es un instrumento que lx ampara
mentos de Bourdieu (1994) en cuanto a la frente a una eventual sanción por haberse
dificultad de pensar al Estado por fuera de desentendido de sus obligaciones; a partir
las categorías de percepción que él mismo de entonces, la responsabilidad recae en
impuso. las autoridades políticas que administran
Siguiendo a Das y Poole (2008), tam- el municipio.

279
La derrota política del grupo que co- afirmación puede ser exagerada, da cuen-
mandó el Programa de Ordenamiento Ur- ta del carácter simbiótico de la extracción
bano determinó que la principal interven- de hidrocarburos y el crecimiento urbano.
ción estatal en el territorio se haya limitado Autoras como Baeza y Chanampa (2016)
a la instalación de cuatro carteles advir- han argumentado en pos de una vincu-
tiendo sobre la presencia de pozos de pe- lación simbólica y cotidiana con el petró-
tróleo. Para el año 2016, el asentamiento leo, un proceso de comunión entre la vida
no tenía ningún proceso de regularización humana y la industrial, cristalizado en un
en trámite (Informe Dirección de Hábitat, imaginario social que otorga un halo sa-
2016). La noción de apatía tolerante expre- grado al recurso energético. Dicho proce-
sa cómo, en Comodoro, la actitud hostil y so supone la naturalización de la presen-
la perspectiva legalista para con el asen- cia del mineral, así como la inevitabilidad
tamiento no se tradujo ni en desalojos ni de sus efectos e impactos socio-ambien-
en presencia policial evitando el ingreso tales (aquí agregaríamos urbanos). De tal
de materiales; por el contrario, las familias manera, aquellos barrios que se desarro-
continuaron construyendo y mejorando llaron como campamentos petroleros y
sus moradas. Pero, simultáneamente, el se encuentran emplazados sobre pozos
Estado no hizo nada ni para remediar el petroleros sin remediación (por ejemplo,
pasivo ambiental ni para mejorar la calidad el barrio Mosconi o el “Km 5”), paradóji-
general del espacio comunitario. En defi- camente hoy en día se ubican dentro de
nitiva, la apatía tolerante los condena a la las zonas más costosas de la ciudad. Por
precariedad indefinida. otra parte, en la zona norte de la ciudad
la convivencia cotidiana con pasivos am-
4.4.10 Los imaginarios ambientales bientales, ductos y radios de seguridad de
como obstáculo para la regularización pozos petroleros es especialmente grave;
de los asentamientos populares no sólo el asentamiento, sino que también
escuelas, el hospital o los barrios “consoli-
En contextos de informalidad urbana y dados” se ven afectados por la contamina-
hábitat popular, la cuestión ambiental y su ción. La naturalización del petróleo en las
expresión en términos de “contaminación vidas cotidianas afecta al conjunto urbano;
y riesgo” suelen constituirse como signifi- sin embargo, los discursos estatales orga-
cantes centrales de los discursos que nie- nizados en torno a “lo ambiental” parecen
gan la condición humana de la población emerger con especial potencia como una
afectada (Carman, 2011). Como sostienen excusa que respalda las políticas de “apa-
Merlinsky, Scharager y Tobías, en la actua- tía tolerante” frente a los asentamientos
lidad “hay una estrecha vinculación entre populares.
las condiciones de acceso al suelo urbano Tal como especifica el Informe General
y la exposición a las consecuencias de la Asentamientos Km 8 (2011), para que el
degradación ambiental” (2017:55). asentamiento pueda acceder a un plan de
En más de una ocasión hemos escu- regularización y “urbanización” es central
chado voces que plantean que Comodoro el sellado correcto de los pozos petroleros
es una ciudad-yacimiento; si bien dicha abandonados. Es por dicho factor que la

280
regularización de la mayor parte del asen- de la zona aumenta el grado de peligro-
tamiento lleva años paralizada. En primer sidad del sector, dificulta el proceso de
lugar, las gestiones para lograr el sellado remediación ambiental y, por ende, frena
de los pozos deben ser tramitadas por el la posibilidad de iniciar un plan de regula-
municipio y por la Secretaría de Hidrocar- rización del asentamiento.
buros de la provincia de Chubut; ninguna
de las dos dependencias mostró volun- La empleada municipal me cuenta
tad política para iniciar tales acciones. En que ese mapa lo filtró un conocido que
segunda instancia, debe ser asumida y trabaja en la empresa Cri-Holding. Tie-
concretada por la empresa concesionaria nen mejores datos que la Secretaría de
del suelo, es decir, Cri-Holding. A partir de Catastro o que Hidrocarburos de la pro-
entonces, los obstáculos comienzan a ser vincia. O provincia y municipalidad no
infranqueables. Empresas como Cri-Hol- tienen los datos o no te los dan. Llamás
ding justifican su inacción señalando los a Rawson (a la Secretaría de Hidrocaru-
elevados costos económicos que supone buros de la provincia), preguntas por el
la remediación de tales “externalidades”, lugar, y dicen que no hay terrenos con
desestimando su responsabilidad y con- pozos. Entonces tenés que hacer la
denando a la comunidad y sociedad en su mensura sobre pozos. Te dicen nunca
conjunto a sufrir los daños ambientales. pasó nada, Comodoro está llena de po-
Como señalaba una trabajadora social de zos y nunca explotó nada. ¿Pero, y si ex-
la Secretaría de Tierras: “Nos ponen como plota? Y además hubo derrames. El em-
excusa el precio, lo caro que es sellar un presario traba todo, tiene mucho peso
pozo, y esa zona está llena de pozos. Un político (Cuaderno de campo, 2016).
día te dice que vale 2 millones, otro que
vale 1, nadie sabe. Pero es muy caro y En más de una conversación, emplea-
no lo van a hacer” (Cuaderno de campo, dxs municipales nos explicaban que nin-
2016). gún funcionarix se prestaría a “poner su fir-
A pesar de que se trata de un conta- ma para regularizar algo que es peligroso”.
minante que genera un alto impacto am- Sin embargo, el municipio recientemente
biental, el Estado no fuerza a la empresa otorgó permisos de urbanización en otros
a cumplir con la ley. Al débil control esta- sectores de la ciudad que también pade-
tal se suma la falta de información precisa cen de pasivos ambientales producto de
sobre las características (cantidad, ubi- la actividad petrolera. Lo más llamativo es
cación y nivel de actividad) de los pozos que incluso haya procedido de tal modo
petroleros existentes. En una entrevista en con el loteo privado “Chacras del Faro”,
la Dirección de Catastro municipal, nos ex- emplazado sobre tierras explotadas por la
plicaron que las empresas concesionarias propia empresa Cri-Holding. En definitiva,
suelen contar con mejor cartografía que el cuando se trata de urbanizaciones para
propio Estado; no obstante, Cri-Holding las clases acomodadas, las objeciones
nunca respondió a los pedidos estatales desaparecen; asimismo, el Estado favore-
de información sobre el área. La falta de ce la reconversión en agente inmobiliario
datos precisos sobre los pozos y ductos de una empresa multinacional que debería

281
ser sancionada por no cumplir con lo es- 4.4.11. La confusión tóxica inhibe los
tablecido por la ley en lo que respecta a procesos de regularización
remediación ambiental.
En el año 2017 se produjo la rotura de Como plantea Ursino (2012), las per-
un ducto de petróleo que afectó a varias cepciones que tienen las poblaciones que
viviendas del asentamiento; entonces, se habitan un paisaje barrial atravesado por
puso en evidencia la asociación entre la la contaminación y el sufrimiento ambien-
municipalidad y Cri-Holding. Ante el su- tal pueden llegar a ser variadas, e incluso
ceso, los apoderados de Cri-Holding se contradictorias. Efectivamente, entre lxs
presentaron como víctimas, denunciando residentxs del asentamiento las respues-
que el crecimiento del asentamiento Km8 tas en cuanto al pasivo ambiental y la con-
entorpece la actividad y productividad taminación han sido dispares. Al momento
normal de la empresa, al sufrir robo de de ocupar la tierra, prácticamente ningún
elementos de los equipos de extracción y vecinx tenía conocimiento sobre los pasi-
la disposición de residuos dentro del ya- vos ambientales presentes en el lugar; “si
cimiento (Revista “Energía. Petróleo, gas no se ven” manifestaba uno de ellos, mien-
y alternativa”, 2014). Omitiendo cualquier tras que otro planteaba que “no había mu-
responsabilidad de la empresa, el Minis- cha información, así como atribuía su des-
tro de Ambiente se limitó a expresar que conocimiento a su lugar de procedencia:
“el caño que se dañó pasa por debajo del
asentamiento que se formó alrededor de “… en el Norte viste que no se cono-
los pozos petroleros del sector (…) la em- cen los pozos... petroleros. Porque si yo
presa ya está trabajando en el saneamien- hubiera sabido, eh, hubiera averiguado
to” (El Patagónico, 2017). bien. Primero, cómo... cómo era la ma-
Como caso de estudio, el Km8 deja en- nera… sino no me hubiera metido. Pero,
trever la manera en que el petróleo, sus da- bueno, ya cometí el error... ahora hay que
ños y remediaciones ambientales, tienden seguir en el baile” (Entrevista M, 2016).
a configurarse selectivamente en el espa-
cio urbano de la ciudad, respondiendo a Para algunxs habitantes del asenta-
un proceso desigual de apropiación, ocu- miento del Km 8, estar rodeadxs de pozos
pación y transformación del territorio (Swy- petroleros significa vivir con miedo por no
ngedouw, 2011; 2018). Asistimos a una saber exactamente qué hay debajo de sus
asunción arbitraria del discurso ambiental, viviendas. Como anotábamos en un regis-
en función del cual los efectos nocivos del tro de campo: “una vecina cree que vive
petróleo sólo son asumidos cuando se sobre un pozo que no está sellado, y alega
trata de asentamientos populares. En Co- que nadie se hace cargo; otra dice estar
modoro, tal lógica permite re-significar la casi segura, en cambio, que el pozo que
política urbana municipal que aquí carac- hay en su zona está sellado”. Así, se entre-
terizamos como apatía tolerante; las res- lazan una diversidad de relatos marcados
tricciones hacia los asentamientos popula- por el desconocimiento generalizado sobre
res sitúan a dichas espacialidades en una las problemáticas ambientales del espa-
zona de no derechos (Wacquant, 2007). cio que habitan; dicha situación recuerda

282
lo planteado por Auyero y Swistun (2007) Comodoro está construido sobre mi-
en cuanto a la confusión tóxica como una les de pozos. Acá, este barrio... que tie-
característica de ciertos territorios atrave- nen gas, eh, que está todo legal, tiene un
sados por discursos contradictorios sobre pozo adentro, en esa casa, eh. Bueno, y
la presencia y los efectos de la contamina- conozco otras historias, también, como
ción. Determinadxs entrevistadxs alegaron en el Km. 3 que... están arriba de los po-
que la incertidumbre ligada con la presen- zos, así que... si vamos por los pozos...
cia de factores contaminantes frenó sus es lo que menos me interesa. Aparte, son
expectativas de regularización, así como la pozos abandonados de los años 60 estos
planificación de mejoras de sus viviendas. que están acá (…) Ese pozo que quedó
En otros casos, la falta de informa- ahí, eh, a la gente le importa un comino
ción precisa sobre los riesgos a los que (Entrevista C, 2016).
lxs vecinxs están expuestxas parece verse
mitigada por la naturalización de las con- Previamente alegamos que la organi-
secuencias de la actividad extractiva que, zación barrial es débil. Como hipótesis de
como vimos, comparte la ciudad. Algunxs trabajo, en esta sección planteamos que
plantean que los pozos petroleros, al es- la confusión generalizada atenta contra las
tar inactivos por muchos años, pierden posibilidades de conformar un colectivo
peligrosidad; otrxs vecinxs asumen que el que reclame por la remediación del pasi-
riesgo de habitar no debe ser tal porque vo ambiental y la “urbanización”. Ciertas
“si aquel que trabajó en el petróleo, se co- zonas puntuales han logrado la regulariza-
locó ahí… tiene conocimiento” (Entrevista ción, en un caso mediante el sellado previo
G, 2016). A esto hay que incluir demás si- de un pozo abandonado, y en otro gracias
tuaciones que alimentan los procesos de a la reducción del radio de seguridad de
naturalización sobre el riesgo ambiental, otro pozo. No obstante, para la mayoría de
tal como la arbitrariedad estatal al permitir lxs residentxs del asentamiento, obtener
otras urbanizaciones en el mismo sector información precisa sobre la localización y
(caso de las viviendas del IPV), o avalar la el estado de los pozos se ha convertido en
instalación de servicios e infraestructura una tarea titánica que frena sus posibilida-
en algunos lotes (por ejemplo, la instala- des de acceder a los servicios básicos. En
ción de la red de gas) a pesar de encon- algunas reuniones de ciertxs vecinxs, se
trarse atravesados por las mismas proble- expresó la necesidad de organizarse para
máticas. Por otro lado, pocxs entrevistadxs presionar en términos institucionales. Asi-
sostenían saber de antemano la existencia mismo, y aunque por sus propios medios y
de pozos petroleros en el sector, pero en- sin el respaldo de una organización barrial,
tonces alegaban que “no hay miedo ante algunxs habitantes recabaron información
la necesidad de un lugarcito para dor- en las áreas estatales competentes, como
mir que no sea en la calle” (Entrevista C, la Secretaría de Hidrocarburos de la pro-
2016). Parte de estas posiciones, también vincia o la Subsecretaría de Tierras de la
encuentran sustento en la idea de que “no Municipalidad. Una de estas personas
hay mucho por hacer”, ya que consiguió “un mapa con los tres pozos que
hay en mi radio”; en esta zona de la ciu-

283
dad, un mapa con tales características, se pacidades futuras” (Swistun, 2013: 288).
convierte en un arma política de discusión Así, referentes pertenecientes al “Espacio
en las negociaciones con las autoridades Comunitario Carlos Mugica” realizaron ac-
municipales. No obstante, como el mismo ciones encaminadas a visibilizar el riesgo
informante alegaba, para seguir avanzan- tóxico que implica vivir en las inmediacio-
do “hay que juntar a Tierras con Hidrocar- nes de un yacimiento en explotación. En
buros... pero en nuestro caso nos frena tal sentido, lograron que un médico del
que falta la firma de Buenos Aires (para Centro de Salud más cercano realice un
obtener información precisa de cada pozo, diagnóstico centrado en lxs niñxs y ado-
para desafectarlos, reducir su radio de ac- lescentes del sector. Dicho profesional de-
ción, etc.)” (Cuaderno de campo, 2016). tectó problemas de salud recurrentes en
Es decir, lxs vecinxs deben enfrentarse la población, tales como desnutrición, di-
ante un Estado-laberinto: la regularización ficultades oftalmológicas, déficits de den-
del sitio donde residen, al encontrarse tición, insuficiencias respiratorias o incon-
afectado por pozos petroleros, depende venientes en la piel. Al consultar a una de
de la buena voluntad y coordinación de las referentes del Espacio Mugica sobre
una empresa multinacional (Cri-Holding), estos temas, nos respondió que dos niñxs
junto a las diferentes dependencias de que viven “al lado del balancín de petróleo
los tres niveles estatales: Ministerio de están hospitalizados en Buenos Aires con
Energía y Minería de Nación, Secretaría problemas severos de respiración” (Cua-
de Hidrocarburos de la Provincia del Chu- derno de campo, 2017). Como parte de
but, Subsecretaría de Tierras y Dirección las gestiones vecinales, desde el Espacio
General de Hábitat de la Municipalidad de Mugica se movilizaron para realizar un re-
Comodoro Rivadavia. El Estado-laberinto levamiento sanitario con el fin de determi-
entorpece las posibilidades de acción; el nar si el petróleo en la zona impacta en la
resultado es la confusión de la población, salud de lxs niñxs; finalmente, tales medi-
la división entre lxs vecinxs, la resignación, das no pudieron implementarse, pues no
la inacción y una espera eterna. contaron con el debido acompañamiento
En los países latinoamericanos que se institucional.
encuentran atravesados por la industria
petrolera, el supuesto auge económico de-
rivado de dicha actividad ocasionó perjui-
cios especialmente negativos en el hábitat
popular (Dureau y Gouëset, 2001; Romeo
y Vazquez, 2019). En tal sentido, Auyero
y Swistun (2007) proponen el concepto
de sufrimiento ambiental para caracteri-
zar el padecimiento social producido por
la contaminación del espacio habitado;
“son vidas que ocurren usualmente en un
ambiente contaminado con graves conse-
cuencias para su salud presente y sus ca-

284
285
El único derecho es estar
Conflictos por el acceso al suelo y tomas de tierras en Patagonia

#. Reflexiones finales
sobre las dificultades del
acceso al suelo urbano
en Patagonia

286
Santiago Bachiller | Mariana Giaretto | Letizia Vazquez | Magalí Chanampa
Natalia Usach | Maria Laura Carrasco | Bianca Freddo | Pablo Marigo

En este último capítulo, retomaremos significativo crecimiento económico con


algunos de los ejes principales que fueron la intensificación de las dinámicas de ex-
trabajados a lo largo de los diversos apar- pulsión urbana. La construcción masiva de
tados. En particular, mediante un ejercicio viviendas estatales (y del mercado) no re-
comparativo, nos interesa profundizar un virtió el déficit habitacional; todo lo contra-
objetivo específico del proyecto de inves- rio, el aumento de la cantidad de tomas de
tigación: la especificidad patagónica en lo tierras reflejó el divorcio entre las políticas
que respecta a las dificultades de acceso de vivienda y del suelo. A su vez, el incre-
al suelo y la conformación de asentamien- mento de los precios internacionales de
tos mediante tomas de tierras. Por consi- los commodities reforzó una configuración
guiente, el texto se organiza resaltando los societal basada en modelos monopro-
denominadores comunes detectados en ductivos. En Patagonia, dichas dinámicas
las distintas localidades patagónicas (que conllevaron un fuerte aumento poblacional
no siempre pueden equipararse con otras mediante flujos migratorios, así como una
regiones del país), las particularidades y mayor demanda de tierra, factores que in-
diferencias entre las ciudades estudiadas, cidieron en las mayores dificultades por
así como la necesidad de tomar distancia encontrar un lugar donde vivir en la ciudad.
respecto de lo planteado por la bibliografía En la tercera sección recuperamos la
especializada (la cual, por haber sido ma- información más relevante sobre una de
yormente producida en ámbitos metropo- las fuerzas fundamentales a la hora de ex-
litanos, no siempre es aplicable a las ciu- plicar los procesos de expulsión urbana:
dades de escala intermedia patagónicas). el mercado inmobiliario. Vimos que en la
En el primer título, retomamos algunos etapa analizada los precios del suelo se
rasgos básicos de la historia urbana pata- elevaron muy por encima de los ingresos
gónica; se trata de recordar ciertos nexos de los hogares; dicho diagnóstico fue es-
peculiares entre las dinámicas de acumu- pecialmente grave en la región patagóni-
lación de capital y la configuración urbana, ca. Además, la falta de regulación política
sin los cuales no sería posible comprender conllevó a que el mercado del suelo limita-
los procesos de tomas de tierras contem- se su accionar a los sectores que poseen
poráneos. un alto nivel adquisitivo.
El segundo apartado se enfoca en el El cuarto apartado gira en torno al Es-
recorte temporal de nuestro estudio. La tado y las políticas públicas. Entonces,
etapa de posconvertibilidad se caracte- retomamos denominadores comunes en
rizó por la paradójica coexistencia de un cuanto a planificación urbana en Patago-

287
nia (siempre supeditada a la principal ac- las localidades, el nivel de organización
tividad económica de cada localidad); asi- barrial es la variable más importante a la
mismo, volvemos a la caracterización del hora de lograr la “integración urbana”. A
modo de proceder estatal mediante una su vez, dedicamos parte de esta sección
lógica de ensayo y error (destacando cues- a examinar cómo lxs protagonistas de las
tiones como el peso de la excepcionalidad tomas disputan con el Estado las formas
en las prácticas urbanísticas estatales). En de nombrar a los procesos (las tomas) y
cuanto a las políticas de construcción ofi- los espacios resultantes (los asentamien-
cial de vivienda, evidenciamos la incapaci- tos). El debate con el enfoque jurídico que
dad estatal para afrontar la magnitud del descalifica a los procesos y a los espacios
déficit habitacional en las tres ciudades. en términos de ilegalidad no es meramen-
En esta sección también consideramos las te retórico: ganar dicha contienda puede
propuestas estatales en materia de asen- incidir en las posibilidades de obtener in-
tamientos populares: encontramos ante- fraestructura y servicios. Por otra parte,
cedentes de programas de regularización, en este título volvemos a las “políticas
lógicas de criminalización y/o de erradica- de cercanías”, las cuales frecuentemente
ción, de relocalización o de “apatía tole- abarcan prácticas informales por parte del
rante”; en las tres localidades observamos propio Estado, así como esfuerzos por in-
una tendencia hacia la estigmatización e visibilizar a los barrios populares. El modo
invisibilización de los barrios surgidos me- en que el Estado se hace presente en los
diante tomas de tierras. Por último, revisa- asentamientos, también permite reconocer
mos la existencia de instrumentos de par- al Estado como un espacio heterogéneo,
ticipación de rentas urbanas; si bien en el donde las disputas entre las dependencias
plano formal observamos diferencias entre estatales forman parte de los procesos de
las ciudades, lo cierto es que ninguna ha ensayo y error examinados.
generado diferencias sustanciales en lo El último apartado plantea la necesidad
que refiere a revertir el déficit habitacional. de tomar cierta distancia crítica respecto
El quinto título se centra en la cons- de las teorías urbanas “nacionales” en el
trucción de la ciudad popular. Debido a la análisis de las tomas de tierras en Pata-
insuficiencia de políticas públicas, com- gonia. Es el momento en que retomamos
binada con la imposibilidad de acceder un objetivo que había quedado pendiente
a una vivienda en función de los precios de desarrollar: categorías que fueron pen-
que ofrece el mercado formal inmobiliario, sadas en un contexto espacial y temporal
la expansión de las ciudades se materiali- concreto (el conurbano de Buenos Aires),
za a partir de “la lógica de la necesidad”. y que responden a una escala particular
En tal sentido, revisamos los procesos de (metropolitana), no pueden ser aplicadas
apropiación del espacio; debido a que los en las ciudades patagónicas (no al menos
mismos son indefectiblemente colectivos, sin las debidas mediaciones). En dicha
uno de los puntos del apartado consiste sección, concluimos la reflexión sobre los
en reflexionar sobre los distintos grados de denominadores comunes patagónicos en
organización barrial observados en las tres materia de tomas de tierras, para luego
ciudades. Más allá de las diferencias entre dejar constancia de ciertas especificida-

288
des propias de las tomas en el contexto unas líneas acerca de la posibilidad (y vo-
bonaerense que, en nuestro país, tienden luntad) de llegar a una definición propia y
a universalizarse, interpretándose como compartida sobre las tomas de tierras y la
lectura “nacional” de la precariedad ur- conformación de asentamientos en la re-
bana. Finalmente, el apartado cierra con gión patagónica.

Algunas notas sobre historia urbana en Patagonia


Para lograr una mayor profundidad en nuestro país, las provincias patagónicas
las explicaciones sobre las dinámicas de estuvieron entre las últimas en ser recono-
tomas de tierras en Patagonia, entendemos cidas (la provincialización de Rio Negro y
preciso realizar previamente una breve sín- de Chubut recién se llevó a cabo en 1955).
tesis de algunos factores históricos com- Por otra parte, las decisiones del go-
partidos que condicionan los procesos de bierno central para la región implicaron
acumulación de capital y las configuracio- diversos intentos de “desarrollo” de polos
nes urbanas del presente en la región. urbanos y productivos. Frecuentemente,
En primer lugar, recordemos la inclusión la lógica de dichos polos se estructuró
tardía y subordinada de la región patagóni- sobre la base de la explotación intensi-
ca al proyecto de constitución del territorio va de una materia prima determinada;
nacional argentino. Dicha incorporación las dificultades para superar los modelos
compartió ciertos denominadores comu- monoproductivos que afectan a la mayor
nes: seguramente, el factor más dramáti- parte de las ciudades de la región, en
co fue el reparto de enormes extensiones buena medida se anclan en tales proce-
de tierras entre pocas familias mediante sos históricos. A lo largo del proyecto de
las prácticas genocidas y la violencia es- investigación hemos dado cuenta que las
tatal sobre las poblaciones nativas (Bayer, crecientes dificultades de acceso al suelo
2010). Dichas dinámicas de acumulación deben ser entendidas como parte de las
de capital depredadoras, que el marxismo contradicciones estructurales que hacen a
clásico calificó como acumulación primiti- la producción y reproducción de la ciudad
va u original, representan un antecedente capitalista en su fase neoliberal (Topalov,
fundamental para comprender las expe- 1982; Jaramillo 1994). Es en esta dirección
riencias de desposesión que registramos que debe interpretarse el impacto de las
en las tomas de tierras en Patagonia. actividades monoproductivas en la estruc-
Otro rasgo común ha sido el enorme turación urbana y en la definición de los
peso de las políticas exógenas dictadas usos y ocupación del suelo de cada una
desde el Poder Ejecutivo Nacional sobre la de las ciudades patagónicas analizadas
región. Durante décadas, las diversas re- Con relación al punto anterior, otro as-
giones que componen la Patagonia fueron pecto central del desarrollo histórico de las
consideradas por el Estado nacional como ciudades patagónicas estudiadas se aso-
territorios inmaduros, incapaces de gober- cia con la conformación de un vínculo de
narse y de gozar de un estatuto de ciuda- proximidad productiva que genera conecti-
danía (Barros, 2007; Carrizo, 2010); al res- vidad sobre los límites de fronteras provin-
pecto, recordemos que, en la historia de ciales (Cipolletti-Neuquén; El Bolsón-Bari-

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loche-Esquel; Comodoro Rivadavia-Caleta urbanos locales y criterios de merecimien-
Olivia), conformando núcleos urbanos des- to de acceso al suelo que, en ocasiones,
articulados a nivel provincial. Los kilómetros se sancionan legalmente. Asimismo, los
de distancia de otras ciudades, y en con- esfuerzos realizados desde la administra-
creto de sus respectivas capitales, es uno ción nacional por regular la vida social y
de los factores que ha llevado a algunos la espacialidad de localidades ubicadas
autores a caracterizar a dichos núcleos ur- a miles de kilómetros de distancia, fueron
bano-productivos en términos de enclaves superados por las prácticas cotidianas de
económicos (Salvia, 1999). lxs pobladorxs; de tal modo, las ciudades
Finalmente, el imaginario de la Patago- se fueron poblando y creciendo más allá
nia como “un desierto a poblar” no sólo de la existencia de normativas sobre el uso
negó la presencia de pueblos preexisten- del suelo urbano. Desde sus orígenes, en
tes, sino que impulsó fuertes flujos mi- las ciudades patagónicas el orden crono-
gratorios. Lxs colonxs asumieron una se- lógico de regulación del suelo parece ha-
rie de privilegios que, como sugieren las ber sido el siguiente: primero llegaron lxs
categorías de NyC o de pionerxs, hasta colonxs y luego, cuando la hubo, la planifi-
el día de hoy estructuran los imaginarios cación urbana (Bachiller et al., 2015a).

Posconvertibilidad: crecimiento económico y desigualdad urbana


El período de análisis se encuentra neoliberal en materia del suelo (Reese,
condicionado por la crisis política y so- 2014). Ante el divorcio de las políticas de
cioeconómica que asoló a la Argentina vivienda y de suelo, y debido a la falta de
en 2001 y 2002. Durante los primeros voluntad política por generar procesos de
años de gobierno kirchnerista, se inaugu- desmercantilización del suelo, el mercado
ró una etapa que suele ser denominada continuó operando sin restricciones, im-
como posconvertibilidad, en la cual los poniendo condiciones que derivaron en el
índices macroeconómicos mostraron una incremento de las dinámicas de desigual-
fuerte recuperación. Vimos que un aspec- dad urbana. Además, los destinatarios de
to central en la estrategia implementada los programas de viviendas no fueron los
por el kirchnerismo para salir de la crisis sectores más vulnerables de la población.
consistió en la construcción de viviendas Más aún: debido al constante encareci-
por parte del Estado. Como plantea la bi- miento del suelo urbano, y más allá de las
bliografía (Cravino et. al., 2012; Bachiller, coyunturas de mejoras salariales, incluso
2015), dicha construcción tuvo sus efectos la mayoría de lxs trabajadorxs formales
colaterales negativos: se privilegió la ge- vieron restringidas sus posibilidades de
neración de empleo por sobre los criterios acceso al suelo. En consecuencia, durante
urbanísticos, ciertas empresas construc- el período estudiado, el capital se valorizó
toras resultaron las grandes ganadoras construyendo cientos de miles de vivien-
del proceso, etc. En este punto, tal vez la das, pero, paradójicamente, aumentó la
crítica central consista en entender que el cantidad de personas que no podían ac-
kirchnerismo concilió una política neode- ceder a un hogar propio. Así, a pesar de
sarrollista en materia de vivienda, con otra que el Estado reasumió un rol activo en la

290
inversión de la obra pública, la desigual- trolera y la inmobiliaria) que compiten im-
dad en la distribución intensificó el modelo posibilitando otros usos del suelo. Dichas
de segregación social y espacial (Reese, afirmaciones son extensibles a Comodo-
2006). No es de extrañar que, durante tales ro, donde el petróleo continúa sobrede-
años, las tomas de tierras como mecanis- terminando la vida social y la morfología
mo de acceso informal al suelo urbano se urbana, y a Bariloche, en la cual la renta
hayan recrudecido. Una aclaración antes turística y el mercado inmobiliario local se
de continuar: otra peculiaridad del período orientan a una “migración por amenidad”
consistió en una mayor disponibilidad de que consume vastas extensiones de tierra,
ingresos monetarios para los sectores po- encareciendo los precios del suelo y res-
pulares (obviamente, esta generalización tando posibilidades de encontrar un sitio
no incluyó a muchísimas familias). En tal donde residir a un porcentaje significativo
sentido, la proliferación de tomas de tierras de la población.
durante la etapa de posconvertibilidad, La etapa de posconvertibilidad se des-
también se explica por cierta racionalidad plegó en un contexto internacional de ex-
económica: a diferencia de otros tiempos, traordinaria alza de las materias primas (y,
la gente sabía que con el nivel de exce- en general, de las mercancías con bajo va-
dentes logrados podría construir y mejorar lor agregado), el cual hizo muy difícil cues-
gradualmente sus viviendas, pero lo cierto tionar al “Consenso de los Commodities”.
es que ni siquiera en tal escenario de “bo- En Patagonia, dicho escenario dominado
nanza” el dinero ahorrado alcanzaba para por el boom de los commodities conllevó
comprar un lote (mucho menos edificado). un fuerte incremento poblacional mediante
En la región patagónica, el proceso na- flujos migratorios. De hecho, si algo carac-
cional de crecimiento macroeconómico no teriza a las ciudades estudiadas es una tasa
revirtió la configuración societal en torno a de crecimiento poblacional muy superior
determinados modelos monoproductivos. a la media nacional. Si en el período inter-
Por el contrario, siguiendo lo sostenido por censal 2001-2010 el promedio nacional de
la bibliografía que caracterizó a la etapa de crecimiento poblacional fue del 11,4 %, en
posconvertibilidad como el “Consenso de Comodoro dicha cifra ascendió a 29 %, en
los Commodities” (Svampa, 2013), el perfil Bariloche a 21,2 %, mientras que el incre-
monoproductivo parece haberse intensifi- mento poblacional en el conglomerado Ci-
cado. Dichos modelos demandan grandes polletti-Neuquén-Plottier fue de un 17,27 %.
extensiones de superficie que inhabilitan Una vez más, constatamos que las
posibles usos residenciales y otras formas actividades económicas preponderantes
de producción (como la de pequeños pro- (ya sea el extractivismo petrolero o el tu-
ductores), profundizando las desigualda- rismo) han sido claves en los procesos de
des socioterritoriales. Lo recién planteado valorización y consiguiente estructuración
es claramente visible en Cipolletti, ciudad del territorio. El aumento desmedido de
que en el pasado tuvo una mayor diver- la población provocó un alto consumo de
sidad productiva, donde las expectativas suelo con baja densidad (frecuentemente,
que genera Vaca Muerta homogeneizaron en terrenos poco aptos para ser habita-
al territorio en torno a dos rentas (la pe- dos), generando una trama urbana exten-

291
sa, fragmentada, poco consolidada y con forma de los asentamientos (en líneas ge-
marcados déficits de infraestructura urba- nerales, no se trata de grandes superficies,
na. Asimismo, en las tres localidades, la ni se encuentran altamente densificados),
expansión inconexa de emprendimientos las fechas de surgimiento de los asen-
privados y/o públicos, más las tomas de tamientos (la mayoría son posteriores al
tierras, marcaron un patrón de crecimiento 2000), o el nivel de precariedad. En cuanto
caracterizado por la proliferación de frag- al último punto, pese a que la mayoría de
mentos que sólo logran su conexión con los asentamientos posee una o dos déca-
la mancha urbana a partir del crecimien- das de existencia, el 80 % en Cipolletti, el
to intersticial multidireccional (al respec- 60 % en Bariloche, y el 90 % en Comodo-
to, ver los cortes temporales 2003, 2010, ro no cuenta con ninguna seguridad en la
2015/2017 presentes en las Figuras ane- tenencia de la tierra (título de propiedad,
xas 1, 12 y 21). En definitiva, el crecimiento boleto de compra-venta, u otro documento
poblacional explosivo ha sido un factor de- que brinde seguridad a la tenencia). En tal
cisivo en la expansión de los asentamien- sentido, más allá de posibles objeciones a
tos mediante tomas de tierras, así como en cómo el RENABAP construyó la categoría
la incapacidad de las políticas locales ante de precariedad (sin unificar criterios y a par-
fenómenos que responden a una dimen- tir de la percepción del sujeto) generando
sión nacional, cuando no global. un semáforo analítico que determina tres
En relación a los asentamientos popu- posibles niveles, el dato es que en las tres
lares, en las tres localidades detectamos ciudades aproximadamente el 60 % de los
una conexión con la trama urbana, donde asentamientos fue calificado con un nivel
dichos asentamientos se encuentran próxi- medio de precariedad.
mos o colindantes con los barrios preexis- Las transformaciones territoriales ocu-
tentes y en gran medida responden a frag- rridas en las últimas décadas han tenido
mentos dispersos de la mancha urbana. una fuerte repercusión territorial. Conse-
Recuperando información del RENABAP, cuentemente, las luchas por el acceso al
única base de datos común a las tres loca- suelo se agravaron en la región patagónica,
lidades, y comparando con asentamientos e incluyeron no sólo a las reivindicaciones
de las áreas metropolitanas del país, ob- históricas de pueblos originarios (Agosto
servamos algunos rasgos similares: la di- y Briones, 2007), sino también demandas
versidad en cuanto al tamaño (la cantidad urbanas de grupos que no lograron contar
de familias no suele ser tan numerosa) y la con un espacio digno de residencia.

Precios del mercado del suelo y desigualdad urbana en Patagonia


Para explicar las dificultades de acceso un nivel muy superior a los aumentos sala-
al suelo y la consiguiente expansión de riales (pesificados). El esfuerzo monetario
asentamientos informales, nos detuvimos para alquilar o comprar una vivienda no
en el funcionamiento del mercado del sue- solamente fue cada vez mayor; asimismo,
lo. Vimos que el período estudiado se ca- se ensanchó la brecha en la capacidad
racterizó por el incremento constante del adquisitiva entre quienes perciben salarios
precio del suelo (medidos en dólares), en mínimos/promedios en relación a quiénes

292
gozan de salarios vinculados con secto- neración de servicios e infraestructura en la
res como el petrolero. Si bien el período zona donde estos poseen sus terrenos. La
analizado podría ser caracterizado como renta inmobiliaria, que fue producida colec-
de “bonanza”, los efectos colaterales del tivamente, es transferida y apropiada por
“desarrollo”, en materia de acceso al sue- unos pocos propietarios privados (que a
lo y la vivienda fueron claros: el poder de su vez disfrutaron previamente de otro tipo
compra se redujo (incluso cuando los sa- de renta, como la petrolera). Así, la espe-
larios crecieron, nunca lo hicieron con el culación inmobiliaria no se limita a los ci-
dinamismo que tuvo el precio del suelo). clos cambiantes de la economía, sino que
Dicho cuadro nos lleva a retratar a la etapa se asocia con la falta de regulación estatal
de posconvertibilidad como un período de sobre los mercados del suelo.
inclusión precarizada. Algunas diferencias detectadas a se-
En Argentina, el suelo tradicionalmente ñalar: solo en Bariloche, ciudad afectada
ha sido concebido como una reserva de por el turismo internacional, la presencia
valor ante contextos inflacionarios. En la de capitales extranjeros parece tener un
etapa de posconvertibilidad, el exorbitante impacto significativo en el mercado inmo-
encarecimiento del precio del suelo se ligó biliario local. Del mismo modo, respecto
con procesos especulativos que, en el caso de las otras dos localidades, en Bariloche
de Patagonia, incluyeron a las tres ciuda- parece haber una mayor diferenciación
des estudiadas dentro de las más caras del entre los agentes encargados de la cons-
país. Hemos detectado ciertos denomina- trucción y los responsables de la comer-
dores comunes entre Bariloche, Comodoro cialización. Siguiendo el plano de las es-
y Cipolletti: en todos los casos, las nuevas pecificidades locales, la particularidad de
viviendas construidas desde el mercado Comodoro reside en que, históricamente,
formal del suelo apuntaron a un segmento el valor de uso primordial del suelo no es-
poblacional reducido, por lo general capaz tuvo ligado con la renta inmobiliaria, sino
de apropiarse de una porción de la renta con la petrolera. Por consiguiente, hoy en
generada por la principal actividad produc- día la ciudad padece de enormes super-
tiva (petróleo y turismo). Es decir, el mer- ficies que se encuentran inhabilitadas, lo
cado inmobiliario no se orienta a las clases cual eleva el precio del suelo disponible.
medias, mucho menos a los sectores popu- En definitiva, reiteramos que, en las
lares; de hecho, se desliga completamente tres ciudades, las consecuencias de los
de las áreas más extensas de las ciudades, flujos poblacionales junto con la falta de
donde residen las clases populares. A su regulación sobre el mercado del suelo, se
vez, los excedentes de dicha actividad do- expresan en una expansión urbana que
minante frecuentemente se reinvierten en ocupa grandes extensiones de tierras, así
el circuito inmobiliario bajo la forma de una como en un alto consumo de suelo con
segunda o tercera residencia. Como sostie- baja densidad. Bariloche, Comodoro y Ci-
ne la bibliografía especializada (Baer, 2008; polletti comparten una lógica similar: una
Del Río, Landarg y Arturi, 2014), el valor del trama urbana extensa, fragmentada, poco
suelo se explica por una transferencia del consolidada y con marcados déficits de
Estado a los propietarios, gracias a la ge- infraestructura urbana. Otro denominador

293
común entre las tres ciudades, extensible respectivos trabajos de campo no obser-
a tantas otras urbes del país, consiste en la vamos ciertas dinámicas presentes en los
asimetría profunda entre el valor del suelo estudios sobre asentamientos del AMBA:
fiscal (medido en pesos) y el de mercado no verificamos procesos de verticalización
(valorizado en dólares). De tal modo, los (crecimiento en altura de asentamientos
altos costos de la tierra reducen drástica- consolidados), mientras que las lógicas de
mente las posibilidades de obtención de inquilinización detectadas han sido tenues
lotes y construcción de viviendas por parte (los casos de alquiler en asentamientos no
del Estado. son frecuentes; por lo general, parecen re-
Una aclaración final: en nuestro es- ducirse a redes de inmigrantes). En cam-
tudio, no indagamos en los procesos de bio, sí son significativas las prácticas de
mercantilización en los asentamientos. compra-venta de lotes, con o sin mejoras
Esta es una línea a explorar a futuro. En (es decir, con construcciones de viviendas,
todo caso, cabe aclarar que en nuestros más allá de su nivel de su consolidación).

Políticas públicas destinadas a los asentamientos en la Patagonia


Como sostiene Reese (2014) la ciudad ditado a las necesidades urbano-habita-
es un espacio socialmente construido, en cionales de la población local, sino a los
donde múltiples agentes urbanos dotados requerimientos de las principales activi-
de distinta capacidad transformadora in- dades económicas. A su vez, recordemos
tentan imponer sus intereses. En tal sen- que los modelos de acumulación mono-
tido, el Estado es la única fuerza social productivos, como el turismo en Bariloche
capaz de lograr cierto nivel de gestión que y la explotación extractiva de recursos na-
articule las políticas urbanísticas, ambien- turales en Comodoro Rivadavia y Cipollet-
tales, sociales y económicas, así como de ti, suponen ciclos económicos cambiantes
promover una distribución equitativa de los que impactan en el crecimiento poblacio-
costos y beneficios del proceso de urba- nal y la expansión urbana, dejando un es-
nización. En el nivel municipal, la gestión caso margen de reacción a los gobiernos
urbana se traduce, entre otras cuestiones, locales. Sabemos que, en sociedades ca-
en instrumentos formales de planificación. pitalistas, el mercado es el principal me-
El análisis comparativo de las tres ciu- canismo de asignación de usos y precios
dades patagónicas nos permitió detectar del suelo en las ciudades (Abramo, 2012);
ciertos denominadores comunes. En pri- al no regular dicho mercado, el Estado no
mer lugar, en las tres localidades es fre- cumple con uno de sus roles centrales: ser
cuente escuchar frases que señalan la falta un agente con capacidad de transformar el
de planificación como responsable de los territorio, garantizando el acceso al hábitat
males urbanos contemporáneos. El traba- para los sectores populares. En el caso de
jo de campo nos permitió tomar distancia Bariloche, dicha situación se combina con
de dicho sentido común. Antes que una el componente paisajístico como una va-
ausencia, observamos una planificación riable que acentúa los privilegios ligados
donde el espacio urbano no quedó supe- con la localización del lote. Consecuente-

294
mente, en las tres localidades estudiadas, haber sido aprobado, sólo funciona como
verificamos que las políticas públicas in- guía para el planeamiento). En tal sen-
tentan responder a los requerimientos ge- tido, los planteos de Reese (2006:1) son
nerales de acumulación de capital, incluso válidos para nuestro caso de estudio: “las
sin saber bien cómo hacerlo, de allí que la normativas urbanísticas analizadas siguen
forma que adquieren es la del proceso de las pautas del planeamiento ´tradicional´
ensayo-error (Álvarez y Bonnet, 2018). y de la lógica del ´zooning´ como criterio
En segunda instancia, destacamos un básico de sus propuestas, contribuyendo
tema central para la presente obra: la pla- a segregar las diversas zonas y usos urba-
nificación urbana por lo general no tiene en nos y a reducir los niveles de vitalidad y di-
cuenta a los procesos de autoproducción versidad urbana”. Por último, la normativa
del hábitat. Más aún, los Planes Estratégi- urbana existente se caracteriza por su ob-
cos y los Códigos Urbanísticos existentes solescencia; el Código Urbano de Barilo-
tampoco suelen contemplar una reserva che, al igual que la Ordenanza de Uso del
de tierra para planes habitacionales o lo- Suelo vigente, fueron promulgados hace
teos sociales. más de 30 años, por lo cual poseen serias
En tercer término, antes que una falta dificultades a la hora de adaptarse a una
de planificación, observamos sucesivas realidad urbana dinámica y cambiante.
planificaciones inconexas y desarticula- La falta de articulación entre las dife-
das. Nos referimos a un mosaico de nor- rentes normativas se corresponde con el
mativas que producen una gestión terri- enorme peso que asume la excepcionali-
torial conflictiva, atentando la capacidad dad urbanística en las prácticas estatales.
estatal de direccionar el desarrollo urbano. Cada ciudad aplica la excepcionalidad a
En Bariloche, Cipolletti y Comodoro, el or- su manera, pero la misma siempre surge
denamiento local dispone de múltiples ins- como un instrumento que permite sortear
trumentos técnicos, pero los mismos no se las incongruencias y los límites de la le-
articulan en torno a una planificación inte- gislación vigente, resolver situaciones de
gral común. En el caso de Bariloche, dicha hecho, gestionar conflictos político territo-
situación se traduce en la superposición riales, favorecer intereses de particulares,
de dos códigos urbanos vigentes (Códi- lograr acumulación política y del capital
go Planeamiento 80, y Código Urbano 95, económico, etc. La excepcionalidad no se
parcialmente aprobado), un Plan Estraté- encuentra contemplada en los instrumen-
gico inconcluso y la sistemática aplicación tos fundamentales de regulación urbana;
de excepciones normativas. Comodoro por consiguiente, su uso presupone un alto
lleva años esperando la sanción de un nivel de discrecionalidad. En resumidas
Código Urbanístico; por consiguiente, lxs cuentas, la excepcionalidad representa una
funcionarixs municipales se orientan ape- modalidad específica de la política de en-
lando a un proyecto de código que nunca sayo y error (Álvarez y Bonnet, 2018) que
fue reglamentado, mientras que las distin- caracteriza al Estado; si bien la misma no
tas partes de la ciudad se rigen por dife- se limita a los asentamientos surgidos me-
rentes normativas (algo similar ocurre con diante tomas de tierras, si parece tener una
el Plan Estratégico en Bariloche que, al no especial incidencia sobre dichos territorios.

295
Toda política de planificación urbana en construcción de vivienda bajo la moda-
general, y aquella ligada con el acceso al lidad llave en mano suele tener mayores
suelo en particular, se construye sobre la beneficios para las empresas construc-
base de ciertos criterios de legitimidad so- toras que para los adjudicatarios finales,
cial. El tiempo de estadía en la zona es un históricamente no ha podido resolver el
elemento fundamental en este tipo de nor- problema residencial, y suele localizarse
mativas, aunque la misma parece adquirir en áreas periféricas. Dicha afirmación es
mayor relevancia en la región patagónica. perfectamente válida para los casos exa-
La antigüedad es un principio de represen- minados. Asimismo, en las tres ciudades
tación de la realidad social que es compar- hemos constatado que la cantidad de vi-
tido por la mayoría de la población, por los viendas construidas por el Estado ha sido
medios de comunicación y por el Estado mínima respecto del déficit habitacional.
local; a su vez, de dicho principio surgen Contamos con bibliografía que plantea
categorías nativas como la de “NyC” o la la emergencia en la década de 1990 de
de “pionerxs” (nociones a cuestionar, entre las cooperativas de trabajo y/o viviendas
otras cuestiones, por asumir que la región como una forma de contener el conflicto
fue habitada a partir de la llegada de lxs social (Rodríguez, 2012). Tanto en Cipolle-
“colonxs”, negando así la preexistencia tti, Bariloche como en Comodoro, la prin-
de los pueblos originarios). En ciudades cipal y casi exclusiva vía de acceso a los
como Comodoro Rivadavia, el Estado local lotes sociales y a las escasas viviendas
no toma distancia, sino que legisla en fun- oficiales construidas ha sido a través de
ción de dichas representaciones sociales, alguna organización intermedia, como las
señalando a la antigüedad de la residencia cooperativas de vivienda o las asociacio-
en la ciudad como un principio central en nes sindicales. Por la relevancia adquirida,
la adjudicación de tierras fiscales. Al priori- entendemos que esta es una de las espe-
zar al lugar de nacimiento y la antigüedad cificidades patagónicas. En todo caso, las
como factor determinante de los distintos consecuencias negativas de tal manera
grados de merecimiento en la asignación de proceder son múltiples. Por un lado,
de recursos escasos, municipalidades destacamos la falta de reglamentación y
como la de Comodoro no revierte, sino la incapacidad de fiscalización estatal so-
que incrementa procesos de desigualdad bre el precio de venta de las cooperativas
social preexistentes. Sin ir más lejos, este y/o sindicatos a sus asociados (a pesar
principio reforzó la ocupación de tierras de haber adquirido la tierra a valor fiscal).
como estrategia de acceso (informal) al La sobre ganancia que algunas de estas
suelo para aquellos grupos que no cum- entidades intermedias “sin fines de lucro”
plen con los requisitos establecidos por han obtenido, y la pérdida de control de la
las normativas, ni pueden solventar sus operatoria por parte de un Estado que de
necesidades habitacionales mediante el hecho financia la producción de los lotes,
mercado formal inmobiliario. nos llevó a definir dicha situación como
La literatura especializada (Cravino, Del una privatización de la política habitacio-
Río, Graham y Varela, 2012; Reese, 2014) nal municipal. Asimismo, el nivel de urba-
sostiene que la decisión de centralizar la nización logrado mediante tales proyectos

296
ha presentado resultados muy dispares. urbanización de dichas áreas; por consi-
De igual modo, estas dinámicas reforza- guiente, en tales casos, la precariedad re-
ron la fragmentación territorial, así como sidencial es incluso más elevada respecto
la incapacidad estatal por articular las de muchos asentamientos populares. Por
distintas zonas que componen la ciudad. otra parte, frecuentemente, los lotes so-
Procediendo de tal modo, los sectores ciales fueron vendidos por las municipali-
que poseen menos capacidad adquisitiva dades a sus actuales propietarixs; si bien
y posibilidades de afiliación a dichas enti- los precios han sido inferiores respecto del
dades intermedias se han visto excluidos mercado formal del suelo, tales mecanis-
de los programas oficiales de viviendas y mos excluyen a los sectores más insolven-
lotes sociales. tes de la sociedad.
Resulta complejo tener un panorama En materia de políticas abocadas a la
certero sobre la magnitud de las viviendas generación de lotes sociales, se impone
construidas y de los lotes entregados. La considerar las tierras vacantes en cada lo-
falta de datos, que los mismos no sean pú- calidad, así como las ventajas que supon-
blicos y de libre acceso, o la presentación dría conformar un Banco de Tierras munici-
“desprolija” de la información, impiden ob- pal. Nuevamente, fue imposible basarse en
jetivar cuantitativamente los resultados de datos oficiales para establecer con claridad
las políticas de suelo y vivienda. La dificul- la disponibilidad de tierra vacante en cada
tad para acceder a fuentes de información ciudad; para superar tales adversidades,
es otro denominador común especialmen- realizamos un análisis que implicó super-
te fuerte en las ciudades patagónicas. En poner planos catastrales con imágenes
ciertos pasajes de esta obra, calificamos satelitales. Dicho ejercicio da cuenta de la
el proceder del Estado en términos de existencia de un porcentaje dispar de tierra
“opacidad estratégica”: la ausencia de vacante en cada localidad, así como dife-
información cuantitativa es funcional a las rencias en cuanto al tipo de titularidad de
prácticas de corrupción en el manejo polí- las mismas. Comodoro parece ser el mu-
tico del suelo o de la construcción estatal nicipio que cuenta con la mayor extensión
de viviendas (recordemos que, durante el de tierras disponibles; no obstante, tal diag-
período, el IPV de Chubut fue allanado e nóstico no necesariamente implica mayo-
intervenido), así como obstaculizan la po- res posibilidades de urbanización, pues un
sibilidad de evaluar las propias prácticas porcentaje muy significativo de estas áreas
estatales. se encuentran afectadas por el pasivo am-
A pesar de esta dificultad por obtener biental que generó la industria extractiva a
estadísticas fiables, el trabajo de campo lo largo de la historia local. Por otra parte,
nos lleva a plantear que la política más según Reese (2014) la constitución de un
frecuente consiste en la entrega de lotes Banco de Tierras supone “poner en valor
por sobre la construcción y adjudicación el conjunto de activos físicos del gobierno
de viviendas. Ahora bien, en un porcentaje local para disponer de suelo para la con-
muy significativo, se trata de lotes sin ser- creción de las intervenciones priorizadas en
vicios. Además, la entrega de lotes no tuvo los Planes, participar en las rentas urbanas
un correlato similar en lo que respecta a la que se generen a raíz de las intervenciones

297
urbanísticas y constituir reservas físicas o En este punto, notamos diferencias im-
financieras de carácter estratégico para el portantes entre las ciudades. Encontramos
desarrollo urbano (…) permite a la autori- similitudes entre Bariloche y Comodoro,
dad local contar con un stock de parcelas donde la política más frecuente para con
permanente a fin de anular la especulación los asentamientos podría caracterizarse
inmobiliaria frente a la demanda de suelo bajo la expresión tolerancia apática. Los
público destinado a la cobertura de equipa- asentamientos se expanden, algunos lle-
mientos sociales”. Las tres municipalidades van años, cuando no décadas de existen-
cuentan con un Banco de Tierras; sin em- cia, y las políticas públicas encaminadas
bargo, durante el período abordado, dichos a la urbanización de dichos barrios brillan
Bancos se limitaron a registrar las parcelas por su ausencia. Durante el período de es-
de propiedad del municipio, sin desarrollar tudio, el Estado no apeló a la violencia físi-
una política abocada a la obtención y com- ca; no obstante, al no garantizar servicios,
pra/venta de suelo urbano con fines habi- infraestructura y conectividad urbana, con-
tacionales, de desarrollo territorial y/o de denó a dichos sitios a una precariedad
protección ambiental. indefinida. Algunos barrios se organizan
Para finalizar este punto dedicado a y demandan al Estado por sus derechos;
las soluciones habitacionales, constata- entonces los servicios gradualmente co-
mos que en Bariloche la magnitud de las mienzan a llegar. Pero en este punto se
respuestas estatales en materia de cons- observan diferencias entre las localidades:
trucción de nuevas residencias llave en en Bariloche prácticamente no se genera-
mano, y especialmente en la entrega de ron dinámicas de regularización dominial;
lotes fiscales (con o sin servicios), parece por el contrario, en Comodoro notamos un
haber sido muy superior a las otras dos lo- mayor impacto de programas de mejora-
calidades. A modo de hipótesis de trabajo, miento barrial como el PROMEBA (aunque
planteamos que dicho porcentaje puede nuevamente, se torna preciso tomar dis-
guardar relación con las alineaciones po- tancia y desconfiar de los datos oficiales
lítico partidarias entre los municipios, la obtenidos).
provincia y nación en las distintas coyuntu- En cuanto a la criminalización, en to-
ras históricas que nos tocó examinar. das las ciudades hemos constatado la
En cuanto al análisis de las políticas presencia de discursos estigmatizantes
públicas asociadas directamente con los relacionados con el proceso de ocupa-
asentamientos, estas suelen oscilar entre ción y con los espacios que surgen a partir
diversas lógicas: detectamos políticas de de las tomas. El Estado y los medios de
regularización conviviendo con otras que comunicación locales han sido agentes
promueven la erradicación, la relocaliza- centrales en la promoción de dichos este-
ción o incluso una política de apatía tole- reotipos negativos. Al privilegiar un enfo-
rante para con los asentamientos. Ahora que jurídico, las tomas son interpretadas
bien, los límites de tales tipos ideales son como actos ilegales que violan un princi-
borrosos, por lo cual no siempre es senci- pio fundamental: la propiedad privada. Se
llo distinguir, por ejemplo, entre una regu- trata de poblaciones que deben violar la
larización y una relocalización. propiedad privada para acceder a la mis-

298
ma (Cravino y Fernández Wagner, 2006), de Cipolletti sistemáticamente criminalizó
factor que lleva a concebir a los asenta- la problemática del acceso al suelo y la
mientos como fragmentos de ciudad sin vivienda. El desalojo como una amenaza
estatus de ciudad (Cravino, 2009). Como real, o la persecución de lxs referentxs de
planteamos en publicaciones previas, “tal los asentamientos, dan cuenta que, en Ci-
carencia de estatus implica una forma es- polletti, las fuerzas de seguridad y el poder
pecífica de acceso a la ciudad marcada judicial son dimensiones centrales del Es-
por la falta (o la atenuación) de derechos tado local en las políticas públicas ligadas
de ciudadanía (entonces), surgen catego- con las tomas de tierras.
rías peyorativas como las de ´ocupantes´ Al comparar las tres ciudades, detecta-
o ´usurpadorxs´, las cuales dejan un es- mos una diferencia significativa en cuanto
trecho margen de negociación y réplica a a la problematización del acceso al suelo
quienes viven en dichos sitios socialmente y las políticas adoptadas en tal dirección.
desacreditados” (Bachiller et al., 2015a). Bariloche es la única localidad que incor-
En Comodoro, notamos el avance de las poró este problema en su agenda públi-
medidas represivas contra los asentamien- ca, hasta el punto de haber declarado la
tos: la instalación de un 0800 para que lxs emergencia habitacional durante el perío-
vecinxs denuncien nuevas ocupaciones, do examinado. Del mismo modo, observa-
topadoras demoliendo las bases de una mos distintos grados de desarrollo e im-
futura vivienda, etc. No obstante, más que plementación de instrumentos de gestión
las leyes, las burocracias locales son las del suelo; una vez más, al menos desde
que deciden sobre la situación de “ilega- un plano formal, Bariloche parece tomar la
lidad” de un asentamiento (Azuela, 1993); delantera en tal sentido, pues es la ciudad
en tal sentido, confirmamos lo planteado que cuenta con más normativas e insti-
previamente: la mano dura no suele pasar tuciones abocadas a distribuir y financiar
del plano discursivo, las topadoras sólo equitativamente los costos y beneficios de
actúan frente a los inicios de una nueva las inversiones públicas (recordemos la
construcción, etc. creación del Banco de Tierras, o del Insti-
La respuesta suele ser diferente si la tuto Municipal de Tierras y Viviendas para
toma se lleva a cabo sobre tierra pública el Hábitat Social). Sin embargo, la presen-
o privada; es decir, cuando la ocupación cia de instrumentos de gestión del suelo
se produce sobre lotes cuyo dueño no es en sí misma no garantiza demasiado: tanto
el Estado, el poder judicial actúa inmedia- Bariloche como las otras dos localidades
tamente en las tres ciudades (luego ma- experimentaron el incremento del déficit
tizaremos esta afirmación). Tal vez el en- habitacional y de los asentamientos popu-
sañamiento contra los asentamientos que lares durante el período estudiado.
caracteriza a Cipolletti en parte responda Las ciudades examinadas cuentan con
a un mayor déficit de tierra pública, a una algunos instrumentos de participación
mayor presencia de ocupaciones sobre de rentas urbanas, pero los mismos son
tierra privada. En todo caso, frente a la escasos, en muchos casos no se apli-
apatía que mostraron los municipios de can (las municipalidades no demuestran
Comodoro y Bariloche, el gobierno local voluntad o fuerza política para garantizar

299
su ejecución), su capacidad de recupera- (2080/2010); ahora bien, la “recuperación
ción tributaria es deficiente, etc. Además urbana” lograda gracias a esta norma se
de una política tibia de creación de lotes limitó al pago de una fotocopiadora y una
sociales, en Comodoro existe un impues- camioneta utilitaria. Sostuvimos que las
to al terreno baldío; no obstante, su carga principales actividades económicas de
impositiva no repercute en el uso especu- estas ciudades (turismo, petróleo) son
lativo del suelo urbano. Del mismo modo, grandes consumidoras de suelo, así como
en esta ciudad se generó una medida de representan fuerzas centrales en los pro-
compensación económica dirigida a las cesos de valorización del suelo y la expan-
empresas petroleras responsables del uso sión urbana; sin embargo, las normativas
inhabilitante de tierras fiscales para fines encaminadas a una distribución más jus-
urbanos (VDPIM); ahora bien, los resul- ta de los costos del desarrollo urbano no
tados alcanzados mediante dicho canon cuentan con la potestad de gravar impo-
son tan exiguos que bordean el ridículo: sitivamente a dichas actividades económi-
solo la empresa estatal YPF negoció con cas. Podríamos continuar los cuestiona-
la municipalidad el pago de lo adeudado, mientos señalando que las tres ciudades
y su práctica reparatoria consistió en una adolecen de instrumentos de participación
obra de equipamiento comunitario (una ciudadana. En definitiva, ninguna de estas
pileta). Previamente planteamos que las tres localidades garantiza la ejecución de
conquistas conseguidas en Bariloche mu- instrumentos legales que desalienten la
chas veces no pasan del plano formal. La especulación, todas adolecen de impues-
ciudad turística posee una ordenanza que tos inmobiliarios destinados a satisfacer
legisla sobre el “Derecho de participación de servicios e infraestructura a otras zonas
municipal en la renta urbana diferencial” de la ciudad (Baer, 2008).

Disputando con el Estado: toma de tierras, asentamientos y construcción de


ciudad popular en Patagonia
En el cuarto apartado vimos cómo, protagonistas, las cuales se encuentran
en un contexto de insolvencia generali- fuertemente condicionadas por expe-
zada (por lo menos en lo que respecta a riencias de desposesión inherentes a la
los valores del suelo y a las posibilidades mercantilización de la tierra y la vivienda.
de compra de un lote edificado), donde Las experiencias de desposesión obs-
el mercado inmobiliario se focaliza en los taculizan la posibilidad de contar con un
reducidos sectores que poseen una alta espacio donde desarrollar la vida, confi-
capacidad adquisitiva, y debido a la insu- guran trayectorias “donde la desposesión
ficiencia de las políticas públicas de suelo material presupone un tiempo y un espa-
y vivienda existentes, la ciudad informal se cio marcados por la necesidad urgente y
expande a partir de la “lógica de la necesi- el sentimiento de incertidumbre” (Ferrero,
dad” (Abramo, 2009). Gallego, Gallo, Vanini, 2013: pp. 97). Con-
Los procesos de tomas de tierras sólo secuentemente, las tomas deben ser inter-
pueden ser comprendidos en función de pretadas como intentos por mitigar dichas
las biografías socioresidenciales de sus experiencias de desposesión a partir de

300
prácticas de apropiación y/o resignifica- decir, los asentamientos populares son
ción de la espacialidad urbana. A su vez, una manifestación de la lucha de clases
el proceso de apropiación implica modi- que, con su simple existencia, cuestionan
ficar el sitio, cambiar su sentido original el orden urbano hegemónico (recordemos
(remarcando el valor social del espacio, que los asentamientos no sólo son desca-
su uso para saldar necesidades vitales li- lificados como ilegales, sino también como
gadas con lo residencial); la apropiación espacios anómicos donde reina la sucie-
es sinónimo de construir y reivindicar un dad, el desorden y el caos urbanístico). Al
lugar propio, “poner el cuerpo” en pos de distanciarse del espacio abstracto, el urba-
la transformación de un lugar hostil (un nismo que caracteriza a la ciudad informal
terreno baldío) en un hogar (un espacio indefectiblemente es un urbanismo conde-
de pertenencia vital). Finalmente, en una nado. En segunda instancia, la toma de tie-
toma, el proceso de apropiación y resig- rras genera una forma de habitar particular,
nificación es, indefectiblemente, colectivo. conlleva procesos de subjetivación y so-
Como veremos luego, el nivel de organiza- ciabilidades específicas: mediante dichas
ción barrial fue muy dispar en los asenta- dinámicas, y por lo menos hasta cierto
mientos etnografiados; no obstante, para punto, las personas recuperan la posibili-
permanecer en el sitio y para progresar en dad de decidir sobre su propia vida (Ferre-
términos de “integración urbana”, siempre ro, Gallego, Gallo, Vanini, 2013), dejan de
se torna preciso la cooperación entre lxs ser víctimas pasivas de la exclusión socio-
vecinxs, el reclamo colectivo frente al Es- residencial para convertirse en promotorxs
tado. Ello es así pues el acceso al suelo no activos en la construcción colectiva de un
es un problema individual, sino colectivo, lugar donde residir en la ciudad.
asociado con la reproducción de la ciudad Son grupos sociales los que se apro-
y la reproducción social de las condicio- pian y/o reclaman al Estado su derecho a
nes de existencia (Cravino, Del Río, Gra- la ciudad. Operando de tal modo, no sólo
ham y Varela, 2012). desafían el simple nivel de subsistencia al
Las tomas de tierras suelen ser pro- cual se ve condenada la masa poblacional;
cesos profundamente disruptivos para el en ocasiones, el agruparse conlleva la arti-
sentido común. Recordemos que las mis- culación de instancias colectivas, inaugura
mas son frecuentemente interpretadas procesos de resistencia cuyas propuestas
desde el Estado y desde los medios de pueden radicalizarse. Cuando ello ocurre,
comunicación hegemónicos, a partir de un “las luchas trascienden los reclamos del
enfoque jurídico basado en la ilegalidad. acceso a servicios, para transformarse en
Ahora bien, ¿cómo explicar su efecto per- reivindicaciones de un vivir distinto, con ló-
turbador? Por empezar, si la producción gicas que subvierten las formas hegemó-
del espacio abstracto (propio del mercado nicas de hacer ciudad” (Ferrero, Gallego,
mundial y del Estado que lo secunda) re- Gallo y Vanini, 2013: pp. 117). Incluso las
presenta una dinámica de homogeneiza- experiencias que jamás podrían ser cata-
ción de la espacialidad urbana (Lefebvre, logadas como un proceso consciente de
2013), la tendencia a dicha coherencia es lucha, como un movimiento social que se
contrarrestada por la lucha de clases. Es ha territorializado, representan una ame-

301
naza para el orden urbano hegemónico. identidades socialmente legitimadas. En
Los llamados “barrios sin épica” (Soldano, efecto, las políticas públicas reflejan cier-
2010; al respecto, ver el capítulo 4 dedi- tas “racionalidades de gobierno” o “gu-
cado a Comodoro Rivadavia) coinciden bernamentalidades”; por consiguiente, un
en este punto con los asentamientos más aspecto clave de las políticas es la manera
movilizados: el reclamo colectivo por el en que inciden en la construcción de nue-
derecho de contar con un espacio propio vas categorías de individuos, en los pro-
en la ciudad, la ponderación del valor de cesos de conformación de subjetividades.
uso del espacio urbano sobre el valor de Es llamativo que, pese a la masiva pre-
cambio, representan experiencias de ese sencia de la ciudad informal, la irregulari-
“estar allí desobedeciendo” (Ferrero, Ga- dad y la ilegalidad respecto de la tenencia
llego, Gallo y Vanini, 2013). En última ins- de la tierra y de los códigos de planeamien-
tancia, la simple presencia de lxs residen- to urbano hayan sido los elementos más
txs de los asentamientos (incluso cuando destacados a la hora de definir a los es-
afirman su voluntad de pagar por el lote to- pacios surgidos mediante tomas de tierras
mado y convertirse en propietarixs), pone (Varela y Cravino, 2008; Massidda, 2019).
en tela de juicio un principio sacralizado Es el Estado, y su capacidad de nombrar
en nuestra sociedad: la propiedad privada e imponer los criterios hegemónicos de la
individual como lógica predominante de realidad, quien determina el estatus jurídi-
acceso al suelo. Es por todo lo expuesto co de las zonas que se formaron a partir
que el Estado, hasta cuando reconoce su de ocupaciones de tierras. El derecho, ba-
incapacidad de ofrecer un sitio donde vivir sado a su vez en el principio de propiedad,
a millones de personas, suele perseguir a establece una frontera que separa y colo-
quienes protagonizan la construcción de la ca a quienes son tildados como “ilegales”
ciudad informal. en un campo social de no ciudadanía. A
Uno de los ejes centrales del cuarto partir de entonces, surgen categorías que
apartado consistió en analizar las disputas condenan a las tomas y a sus protago-
por las formas de nombrar a los procesos nistas (“usurpaciones”, “asentamientos
(las tomas de tierras) y los espacios re- ilegales”, etc.); dichos rótulos dejan a lxs
sultantes (los asentamientos populares). vecinxs en una posición muy incómoda a
Constatamos que las nomenclaturas nun- la hora de negociar con el Estado la obten-
ca son neutras. Por el contrario, el poder ción de servicios e infraestructura urbana
simbólico estatal se expresa en su capa- (Bachiller et al., 2015).
cidad de producir e imponer los principios En tal escenario, no es de extrañar que
de división y clasificación de la realidad, las disputas con el Estado por el reconoci-
transformando en sentido común aspectos miento del derecho a un lugar en la ciudad
de la existencia atravesados por la des- en buena medida se hayan articulado en
igualdad. En tal sentido, Bourdieu (1994) torno a cómo nombrar a las dinámicas que
afirmaba que la autoridad estatal emana permitieron la construcción del espacio
de su potestad monopólica de nombrar; vital de residencia. En los diversos capí-
el sociólogo francés aludía a un poder tulos adherimos a una mirada procesual,
creador “divino”, capaz de crear nuevas no sólo porque entendemos que esa es

302
la forma adecuada de trabajar en cien- populares: es lo que ocurre, por ejemplo,
cias sociales, sino también porque ese ha con las Juntas Vecinales en Bariloche o
sido el enfoque que lxs propixs residentxs con las Uniones Vecinales en Comodoro
adoptaron al caracterizar a sus lugares (en Cipolletti no observamos entidades si-
de residencia. En las tres localidades, lxs milares). A su vez, etnografiar al Estado to-
vecinxs organizaron sus relatos destacan- mando al barrio como unidad de análisis,
do la transformación de la espacialidad. nos lleva a afirmar que la presencia estatal
Gracias al proceso de conversión de un no siempre opera desde una lógica formal
territorio, mediante el esfuerzo “individual” e institucionalizada; ciertas prácticas, en
(aunque prácticamente siempre se trata muchos casos muy próximas a lo que la
de familias) y/o colectivo, el espacio que bibliografía especializada califica como
surgió mediante una toma va mutando clientelismo, ocupan un lugar significativo
hacia otra lógica urbana: una extensión en las posibilidades de integración urbana
en Comodoro, una Junta Vecinal en Ba- de los asentamientos populares.
riloche, un barrio en Cipolletti. Una forma Si bien las políticas públicas destinadas
de lidiar con el enfoque jurídico propuesto a los asentamientos varían en cada locali-
desde el Estado y los medios de comuni- dad según las coyunturas históricas, de-
cación dominantes, consiste en resaltar la tectamos una tendencia compartida en las
metamorfosis del espacio como fruto del tres ciudades: los esfuerzos estatales por
propio esfuerzo: fue la agencia, el trabajo invisibilizar el problema. No casualmente,
(muchas veces colectivo) el que construyó en las tres ciudades nos encontramos con
un lugar de pertenencia en donde antes no “la lógica del mapa en blanco”; es decir,
había nada92. la negación de la existencia de los asenta-
El apartado dedicado al modo en que mientos quedó reflejada en una cartografía
los sectores populares protagonizan la oficial que omite representar los espacios
construcción de la ciudad informal, nos donde se erigen los barrios populares.
permitió profundizar en las intervenciones Procediendo de tal modo, la mitad de Ci-
“concretas” del Estado en los asentamien- polletti o al menos un tercio de la ciudad
tos populares. Optamos por desarrollar de Bariloche han sido deliberadamente si-
ciertos casos de estudio, para así pasar lenciadas en la representación estatal de
de una lógica “macro” a una aproximación la realidad urbana local. Dichas cifras de-
“micro”. El examen de la “política de cer- notan que es ridículo e insostenible conce-
canía” (Maneiro, 2015) nos llevó a desta- bir a las tomas como una excepcionalidad
car la relevancia de ciertas instituciones en urbanística; la racionalidad de este tipo de
la articulación entre el Estado y los barrios argumentos sólo se explica con relación a

92. A su vez, la disputa con la acusación de se basa en ciertos principios de legitimidad que exceden las posibilida-
des de análisis de esta conclusión. Tales criterios pueden basarse en la lógica de la necesidad y el sufrimiento que
arrastran las biografías residenciales, en el haber pagado por el lote (aunque no se cuente con un título de propiedad),
con criterios de nacionalidad y con el lugar de procedencia (el ser argentino a veces es mencionado como un derecho
diferencial sobre los extranjeros), etc. (Bachiller, 2018).

303
una voluntad política por continuar invisibi- Mientras ciertas dependencias estatales
lizando la magnitud de la precariedad so- definen a los espacios surgidos mediante
ciourbana, el déficit habitacional, así como tomas de tierras desde la ilegalidad, otras
el peso de la ciudad informal en el creci- Direcciones o Secretarías abogan activa-
miento urbano. Sabemos que el poder mente por la “regularización” de los asen-
precisa naturalizar las desigualdades para tamientos. En ciudades como Comodoro
legitimarse. En tal sentido, los discursos Rivadavia, quedó en claro que la Dirección
mediáticos y estatales sobre las tomas de General del Hábitat y Ordenamiento Ur-
tierras basados en la ilegalidad, así como bano representa “la cara social del Esta-
la invisibilización de los asentamientos en do”, la cual coexiste de manera conflictiva
la cartografía oficial, representan intentos con la Secretaría de Tierras. Así la lógica
por naturalizar la inacción estatal (cuando de ensayo y error también responde a las
no la acción criminalizante) frente a los tensiones internas, y a las decisiones con-
espacios que surgieron mediante tomas tradictorias en las cuales se objetivan los
de tierras. La invisibilización es sinónimo conflictos y las luchas que se dan en la
de omisión estatal, expresa una voluntad estructura social, y que toman al Estado
política bien concreta para con los asen- como un campo de disputa (O’Donnell,
tamientos: como se sostuvo en el capítulo 1978).
dedicado a Cipolletti, el Estado no está, Siempre con relación a las políticas
estando. desplegadas en los asentamientos, y más
A lo largo de toda la obra se argumen- allá de la tendencia común a la invisibili-
tó que sería un error entender al Estado zación, notamos diferencias significativas
como una entidad monolítica, con una di- entre las ciudades relevadas. Bajo el ries-
rección coherente, jerárquica y racional. go de una simplificación excesiva, dichas
Por el contrario, el Estado debe ser com- diferencias podrían resumirse en un eje
prendido como un complejo entramado de que va de la “criminalización” a la “apatía
relaciones sociales que despliega políticas tolerante”.
públicas como un permanente proceso de Vimos que Cipolletti es el ejemplo más
ensayo y error (Álvarez y Bonnet, 2018). acabado de criminalización de los asen-
Por un lado, es la acción territorializada la tamientos, donde se destaca no sólo la
que define la inclusión de ciertos actores presencia policial, sino especialmente la
en la implementación de determinadas po- preponderancia del poder judicial en la
líticas (Rodríguez y Di Virgilio, 2011). Por persecución de lxs referentxs de las tomas.
consiguiente, es el propio campo el que No estamos en condiciones de responder
brinda respuestas sobre cuáles son lxs con certezas respecto al porqué de las di-
agentes claves en el modo en que el Es- ferencias en los niveles de criminalización
tado se hace presente en el territorio, en observados en las distintas localidades.
la evolución de los procesos de “urbani- Como hipótesis de trabajo de próximas
zación” de los asentamientos. Como se indagaciones, podríamos señalar la com-
puso de manifiesto en el cuarto apartado, binación de variables como el nivel de
lxs residentxs de los barrios populares son presión por el acceso al suelo en cada
actorxs fundamentales en tales dinámicas. localidad, la cantidad de tierra vacante (y

304
su régimen de titularidad), si las tomas se con discursos xenófobos. En tales ocasio-
generaron en tierra privada o pública93, la nes, el eje ilegalidad-extranjeridad impide
tradición y el “orden” urbano respecto a la encontrar respuestas a un problema social
presencia de tomas en la historia urbana masivo, ligado con la exclusión socioresi-
local, etc. Por sobre todas las cosas, in- dencial.
tuimos que los niveles de criminalización Para caracterizar el modo en que el
guardan una relación directa con el grado Estado se hace presente en los barrios
de organización de los asentamientos. De populares de Comodoro, propusimos la
hecho, en Cipolletti las tomas han logrado noción de “apatía tolerante”. El término
un mayor nivel de organización, con pre- “tolerancia” implica que las ocupaciones
sencia de fuertes movimientos sociales y no suelen ser perseguidas (aunque, en
reclamos más contundentes respecto a los dirección contraria, cabe recordar que
observados en las otras dos localidades. en los últimos años se tomaron medidas
Si bien no podemos afirmar si la mayor cri- para erradicar la construcción de nuevas
minalización es consecuencia de un grado viviendas surgidas a partir de ocupacio-
superior de organización o si, a la inversa, nes); no obstante, dicha “tolerancia” no
la organización es resultado de las medi- presupone el reconocimiento estatal o el
das previas de criminalización, creemos despliegue de medidas en pos de “regula-
que allí hay un eje a desarrollar en futuros rizar” los asentamientos existentes (de allí
estudios. Por otra parte, la ausencia de un el uso del vocablo “apatía”). Los denomi-
alto grado de criminalización no debe con- nados “barrios altos” constituyen un buen
ducirnos a asumir que en Comodoro o en ejemplo en tal sentido: surgidos mediante
Bariloche las tomas y los asentamientos tomas de tierras durante el primer boom
no son afectados por el estigma. Tal como petrolero (es decir, hace más de cincuenta
se sostuvo previamente al tratar sobre la años), los mismos continúan en condicio-
invisibilización, los estigmas territoriales nes de precariedad urbana, sin contar con
suponen dinámicas de “discriminación títulos de propiedad, etc. (Bachiller, 2014).
estructural” que contaminan a todos los La noción de “apatía tolerante” se asimila
discursos sociales sobre las tomas y los con el “no estar, estando” en tanto lógica
asentamientos, agravando las condicio- de intervención bien concreta del Estado
nes de vida y frenando las intervenciones para con los asentamientos. Sería un error
estatales encaminadas a mejorar a dichos inferir la ausencia estatal, asumir la falta de
barrios (Kessler, 2012). Además, las dis- política en estos barrios; por el contrario, la
tancias sociales que afectan a lxs residen- apatía tolerante representa una política es-
txs de los asentamientos aumentan cuan- pecífica cuyo resultado es la precariedad
do los criterios jurídicos se complementan condenatoria. En cuanto a Bariloche, en-

93. Previamente planteamos que, en principio, las tomas sobre tierras privadas poseen una mayor condena que aque-
llas desplegadas en tierra fiscal. No obstante, contamos con excepciones a esta regla: en Cipolletti, las únicas ocu-
paciones que fueron condenadas con una sentencia judicial firme se llevaron a cabo sobre suelo fiscal. A su vez, en
Comodoro, residentes del asentamiento del km8 que se instalaron sobre tierras de la empresa Petroquímica alegaban
que dicho factor los terminó beneficiando, pues simplificó y aceleró las posibilidades de comprar suelo a la empresa
(con relación a los tiempos propios de la gestión estatal).

305
tendemos que la disposición más clásica el proceso de construcción de la espacia-
del Estado local frente a los asentamientos lidad barrial es colectivo. Es decir, para
se aproxima a lo descrito en Comodoro conseguir la anhelada “inclusión urbana”,
bajo la noción de apatía tolerante, antes lxs residentxs de los asentamientos po-
que a la criminalización analizada para el pulares se ven forzados a colectivizar sus
caso de Cipolletti. En todo caso, y más allá problemas. Esta es una particularidad de
de las diferencias, la apatía tolerante y la las tomas que, hasta cierto punto, compar-
criminalización coinciden en un aspecto: la ten con otras formas de hábitat popular.
consolidación precaria del hábitat popular. Las primeras formas de organización
Coincidiendo con lo planteado por la suelen vincularse con la reacción de lxs
bibliografía especializada, en las tres ciu- vecinxs ante un eventual desalojo, con la
dades observamos que la posibilidad de conformación de un merendero, con las
avanzar hacia la integración urbana depen- gestiones de determinadxs vecinxs soli-
de principalmente del nivel de organización citando un medidor común a la empresa
social del barrio. Ahora bien, las tomas de suministradora del servicio eléctrico, etc.
tierras, ¿indefectiblemente presuponen un A partir de entonces, pueden surgir (o no)
proceso colectivo? Si volvemos al caso otras formas de organización más amplias
testigo que seleccionamos para Comodo- y ambiciosas. En nuestro trabajo de cam-
ro Rivadavia, nuestra primera respuesta po, detectamos distintos niveles de orga-
sería negativa: el asentamiento del km8 nización: desde el barrio sin épica analiza-
se constituye a partir de progresos “indivi- do para Comodoro, hasta el Barrio Obrero
duales” (familiares) en materia de vivienda, de Cipolletti (donde la presencia de fuertes
sin grandes avances en lo que respecta a movimientos sociales resulta clave para
las dinámicas de organización colectiva y comprender los avances y retrocesos en
consolidación del hábitat. En tanto “barrio el camino hacia la integración urbana). Un
sin épica” (Soldano, 2010), dicha unidad tema que excede a la presente obra pero
de análisis nos permitió comprender que que aquí debe ser reconocido, es el si-
las experiencias de sufrimiento socioresi- guiente: las formas de organización nunca
dencial de quienes protagonizaron tomas son plenamente autónomas, siempre, en
no necesariamente devienen en acciones mayor menor medida, se encuentran atra-
políticas. Sin embargo, tras analizar el vesadas por el accionar estatal94. Por otra
proceso de conversión de la espacialidad parte, así como las organizaciones se ven
(cómo aquello que surge a partir de una impactadas por el accionar estatal, tam-
toma muta en otra categoría urbana más bién el Estado modifica su posición frente
inclusiva, que puede ser calificada como a los asentamientos como resultado de las
barrio, extensión, Junta Vecinal, etc.), re- prácticas colectivas de los vecinos. Así,
sulta evidente que incluso en estos casos durante las primeras etapas de una toma,

94. Como sostiene Giaretto (2011), desde aproximadamente el 2009, la cooperativización compulsiva se constituyó
en un requisito para acceder a recursos estatales; de hecho, en algunos barrios las organizaciones terminaron compi-
tiendo por la gestión de los planes sociales.

306
los medios de comunicación y el Estado agenda pública, incentiva a los medios de
local descalifican a las tomas mediante un comunicación a prestar atención al déficit
enfoque jurídico restringido; no obstante, a habitacional, visibiliza el problema de los
medida que la organización barrial se con- asentamientos. Al figurar en los mapas ofi-
solida, el Estado se ve forzado a generar ciales, el RENABAP fuerza a las dependen-
otro tipo de intervenciones. Nuevamente, cias estatales de las diversas provincias a
asistimos a un proceso de ensayo y error admitir la existencia de las experiencias
(Álvarez y Bonnet, 2018), donde la nego- populares de construcción de la ciudad;
ciación y la presión son dos elementos para estas delegaciones, ya no es tan sen-
fundamentales en la vinculación entre las cillo continuar con la lógica del “mapa pin-
organizaciones barriales y el Estado: en- tado de blanco” que criticamos a lo largo
tonces, el peso de la ilegalidad se va dilu- de esta obra. Además, la instrumentaliza-
yendo (aunque reaparece en ciertos con- ción del RENABAP fue importante para co-
textos, como factor de presión estatal para rrer sentidos a la hora de nombrar: gracias
imponer sus condiciones), y comienzan a al mismo, el término “barrios populares”
surgir otras formas de nombrar al espacio, comenzó a cobrar fuerza al interior de la
otras posibilidades de intervención en los administración pública, en detrimento de
asentamientos. A la negociación y la pre- otros vocablos plagados de connotacio-
sión debemos sumar el potencial electoral nes negativas (como villas, asentamientos
que representan determinados asenta- irregulares o ilegales, etc.). Finalmente,
mientos; cuando ello ocurre, a los proce- debido a que el Estado no es una entidad
sos de urbanización se suma otra variable homogénea, sino un campo de disputas,
ligada con prácticas estatales informales el RENABAP representa un instrumento
que la literatura académica suele estudiar que otorga legitimidad a lxs funcionarixs
como clientelismo. que abogan por la “regularización” de los
Plantear que las posibilidades de inte- barrios populares.
gración urbana de los asentamientos po- No obstante, el censo de barrios popu-
pulares dependen principalmente de su lares merece diversas críticas. Aunque las
capacidad organizativa, equivale a soste- mismas no pueden ser abordadas en pro-
ner que aquellos derechos que en otros fundidad en esta conclusión, cabe recor-
barrios se encuentran garantizados, en dar que el recorte teórico y metodológico
los asentamientos populares deben ser del RENABAP dejó fuera del registro a un
militados frente al Estado. Decíamos que, buen número de barrios populares. Pero
gracias a la organización, el enfoque jurí- los puntos que aquí queremos destacar
dico retrocede, y comienzan a surgir otras son otros. En primer lugar, y volviendo al
denominaciones y perspectivas. Es lo que peso de las nomenclaturas oficiales en la
ocurrió con la implementación del RENA- conformación de la realidad, modificar la
BAP. Este censo de barrios populares re- forma de nombrar a ciertos territorios no
presenta un avance que sólo fue posible necesariamente conlleva que el Estado
gracias a años de lucha de innumerables (en sus distintos niveles) cambie su acti-
organizaciones sociales. El mismo ubi- tud frente a los asentamientos. No debe-
ca a la ciudad informal en el centro de la mos asumir un proceso mecánico y lineal

307
entre la forma de nombrar y la manera de ticas de los diversos territorios que sur-
representar la realidad, mucho menos en- gieron mediante tomas de tierras, se ven
tre tales imaginarios y el tipo de interven- simplificadas bajo la noción unificadora
ción estatal. De hecho, sólo el trabajo de de “barrios populares”. El efecto de ho-
campo situado nos permitirá responder mogeneización aplasta la diversidad. Por
si el término “barrio popular” será de uso último, el RENABAP presupone otro ries-
masivo en el futuro (tanto en los espacios go: la tentación de promulgar soluciones
surgidos mediante tomas como al interior homogéneas, una política “nacional” enla-
de las distintas dependencias estatales). tada, donde las distintas realidades urba-
En segunda instancia, el RENABAP supo- nas son afrontadas a partir de una única
ne el riesgo de homogeneizar la rica y he- respuesta.
terogénea experiencia de los barrios po- Cómo posicionarse frente a los territo-
pulares. Como sostiene Bourdieu (1999), rios surgidos a partir de tomas de tierras,
a partir de los censos o de la cartografía, respetando las especificidades locales, es
el Estado es responsable de operaciones un desafío que excede al ámbito político.
de totalización y objetivación, unificar y Como veremos en el último apartado de
homogeneizar las formas de comunica- las presentes conclusiones, dicha cues-
ción y de concebir la realidad. A partir de tión también es relevante para reflexionar
entonces, los procesos de conformación, sobre los debates promovidos por las
las historias particulares, y las caracterís- ciencias sociales de nuestro país.

Toma de tierras en Patagonia: acerca de la necesidad de cuestionar la


geografía teórica de los estudios urbanos
La literatura académica “nacional” de- de variables. En primer lugar, si las villas
tecta un punto de inflexión en los proce- surgieron en un escenario de sustitución
sos de tomas de tierras, el cual comienza de importaciones, los asentamientos pro-
a materializarse en los años 1980, y jus- liferaron en un contexto de estancamiento
tificaría la distinción entre villas y asen- económico y desregulación de los merca-
tamientos en tanto dos tipos de hábitats dos. En segunda instancia, a nivel del tra-
populares diferentes (Merklen, 2010; Vare- zado urbano, la villa se caracteriza por un
la y Cravino, 2008). En un país donde el crecimiento desordenado que determinó
estudio sobre la precariedad urbana sur- la existencia de calles irregulares y pasillos
gió y giró principalmente en torno a la vi- angostos, así como altas tasas de densi-
lla como principal unidad de análisis, no ficación y hacinamiento; por el contrario,
es de extrañar que la discusión sobre las los asentamientos surgieron mediante la
particularidades de las nuevas modalida- planificación de sus pobladores, quienes
des de tomas haya identificado a las villas imitaron a las urbanizaciones formales en
como referencia ineludible. En todo caso, cuanto a las dimensiones de los lotes y la
las narrativas que sostienen una diferen- cuadrícula urbana. Así, en tercera medi-
ciación radical entre villas y asentamien- da y a diferencia de las villas, el asenta-
tos se construyeron a partir de una serie miento supondría una organización y pla-

308
nificación previa a la toma. Por último, en dominantes sobre la precariedad urbana
cuanto a las representaciones sobre el es- (más aún sobre las tomas de tierras).
pacio construido, Merklen (2010) plantea El punto es que, en las tres ciudades
la necesidad de detenerse en los proce- estudiadas, la noción de villa no aparece
sos de sociabilidad y en la conformación como una categoría nativa central para
de identidades barriales diferenciales: lxs referirse a la precariedad urbana local95;
residentxs de los asentamientos conciben la ausencia de tal noción, expresa la difi-
a su espacio en función de una lógica de cultad de analizar realidades urbanas a
oposición a un espacio estigmatizado (la partir de categorías conceptuales que son
villa) y de proximidad a un sitio anhelado tan ineludibles como inadecuadas (Segu-
(el barrio). ra, 2015). Por un lado, categorías como la
Ahora bien, quienes realizamos inves- de villa resultan ineludibles para quienes
tigaciones en ciudades patagónicas nos estudiamos procesos de tomas de tierras
enfrentamos a un dilema: la teoría urbana en ciudades patagónicas, pues los me-
se produjo y reflexionó sobre las grandes dios de comunicación y las políticas pú-
metrópolis del país. Más aún, en lo que blicas impusieron dicho significante como
refiere a las tomas de tierras, las narrati- clave de lectura de la espacialidad urbana
vas que distinguen a las villas de los asen- “nacional”; el grueso de la teoría urbana
tamientos remiten a un espacio y tiempo “nacional” también se produjo en ámbitos
concreto: las ocupaciones surgidas a metropolitanos. Por otra parte, categorías
principios de la década de 1980 en el sur como la de villa son inadecuadas, ya que
y oeste del conurbano bonaerense. Las los marcos interpretativos (mayormente
representaciones geográficas se trasla- generados en el AMBA) impactan, pero
dan de un lugar a otro gracias a políticas no determinan el modo en que los asenta-
públicas “nacionales” que homogenizan mientos populares son percibidos en otras
la complejidad territorial. Los medios de localidades (Bachiller, 2014; Cravino y Ba-
comunicación son el otro agente funda- chiller, 2020). Como sostuvimos en inves-
mental en la imposición de categorías de tigaciones previas (Bachiller et al., 2015),
percepción de la espacialidad urbana; lo entendemos fundamental cuestionar la
cierto es que los medios hegemónicos se geografía teórica de los estudios urbanos.
localizan, y suelen retratar a la “realidad En tal sentido, el enfoque comparativo nos
nacional” desde Buenos Aires. En defini- lleva a identificar una impronta conurba-
tiva, el AMBA en general, y el imaginario no-céntrica en la interpretación “nacional”
social sobre las villas en particular, ocupa- de los asentamientos populares. La so-
ron un lugar preponderante en la construc- brerrepresentación del conurbano bonae-
ción de las políticas “nacionales” y en los rense en la producción académica sobre
discursos de los medios de comunicación tomas de tierras conlleva el riesgo de so-

95. Otras investigaciones centradas en ciudades patagónicas, como la de Ferrari, Kaminker y Velasquez (2019) refi-
riéndose en general a la provincia de Chubut, coinciden en que la noción de villa no es aplicable en la realidad urbana
local.

309
ciocentrismo: categorías que fueron pen- nos limitamos a plantear la siguiente hipó-
sadas en función de un contexto particular tesis de trabajo (que debería ser corrobo-
son tratadas como universales, son tras- rada a futuro): comparando lo planteado
ladadas mecánicamente sin las debidas por la literatura centrada en el AMBA, en
mediaciones a escenarios muy diferentes. las ciudades estudiadas la representación
Anteriormente afirmamos que en nin- social de los asentamientos no parece es-
guna de las tres ciudades estudiadas la tar tan marcada por una lectura moral de
noción de villa resultó relevante para inda- degradación de la espacialidad (Bachi-
gar los modos en que la precariedad se ller, 2014)96. Ello puede ser consecuencia
expresa en la espacialidad urbana. ¿Cómo de realidades urbanísticas propias de las
explicar dichas diferencias respecto de ciudades patagónicas; a modo de ejem-
lo planteado por la bibliografía “nacional” plo, las dificultades en el suministro de
sobre tomas de tierras? Evidentemente, la infraestructura y servicios urbanos no re-
primera forma de responder dicho interro- presentan una particularidad de los barrios
gante consiste en estudiar la historia urba- informales, sino un déficit compartido por
na de cada localidad, profundizando en buena parte de las ciudades estudiadas
dimensiones como el contexto histórico de (consecuentemente, el contraste entre los
surgimiento de los diversos hábitats popu- asentamientos y la ciudad formal de algún
lares, su morfología urbana y configuración modo se ve mitigado). A su vez, dicha si-
espacial (deteniéndonos en ítems como la tuación se refleja en el ciclo de urbaniza-
planificación del espacio y el trazado ur- ción esperado (aunque no necesariamen-
bano, las dinámicas de ocupación del es- te logrado): como mencionamos a lo largo
pacio, el nivel de densificación, la presen- de la obra, las formas de nombrar a los es-
cia de servicios e infraestructura urbana, pacios surgidos mediante tomas denotan
su grado de conectividad), la sociabilidad un imaginario de transformación positivo,
barrial (especificando el nivel de organiza- que desemboca en una extensión, en un
ción, así como el tipo de vinculación con y barrio, en una Junta Vecinal, etc.
las demandas que se formula al Estado), Lo recién afirmado no implica asumir
las características sociológicas de lxs resi- que en las ciudades patagónicas los pro-
dentxs, los imaginarios urbanos sobre los cesos de tomas son inmunes a la estig-
distintos tipos de hábitat popular, etc. Para matización; los distintos capítulos de esta
no explayarnos en un punto que supera las obra demuestran lo contrario. Si rechaza-
posibilidades de estas reflexiones finales, mos el uso de la noción de villa en nues-

96. Para el caso de Comodoro Rivadavia, Bachiller (2014) sostiene que el término villa sólo se hace presente en los
discursos nativos en contextos bien específicos: cuando se pretende resaltar la involución de la espacialidad local,
advirtiendo sobre la proliferación de una degradación urbana “propia de las metrópolis” (identificada en particular con
el conurbano bonaerense) que altera la tradición urbanística local. Por consiguiente, en dicho texto se afirma que la
dinámica de estigmatización social no logra anclarse en el espacio comodorense con tanta facilidad como sí ocurre
en el caso del AMBA.

310
tros estudios, fue con el fin de subrayar la de tomar distancia respecto de la teoría
necesidad de tomar distancia y reflexionar urbana, y de las categorías que nos pro-
sobre la historicidad de tal categoría, acer- pone desde una dimensión metropolitana,
ca de su aplicabilidad en otras realidades nos vimos forzados a reflexionar sobre las
urbanas del interior del país. En el proyec- posibilidades de llegar a una definición co-
to de investigación nos interesó discutir mún para las espacialidades que surgieron
con la bibliografía hegemónica sobre la mediante tomas de tierras en Patagonia.
materia, para así detectar denominadores ¿Existe una forma patagónica de nombrar
comunes entre lo sostenido por la litera- a dichos territorios? ¿Es posible (y desea-
tura y los casos empíricos observados, ble) generar una noción compartida? En
llegar a generalizaciones que refieren a los distintos capítulos que componen este
la especificidad de las tomas en la región libro, cuestionamos nomenclaturas (villas,
patagónica, o para analizar las particula- usurpaciones) y adjetivos que califican a
ridades de cada localidad. Asimismo, di- las dinámicas estudiadas (asentamientos
cha propuesta representa la posibilidad “ilegales” o “irregulares”), así como apela-
de relativizar y resaltar las especificidades mos a términos como tomas, asentamien-
propias del fenómeno de la toma de tierras tos o barrios informales o populares. Con-
en el ámbito del conurbano bonaerense, cluimos que adoptar una única categoría
rasgos que tienden a “universalizarse”. conceptual implicaría aplastar la diversi-
El análisis comparativo nos permite afir- dad. Aunque en menor grado respecto de
mar que la lectura moral sobre los asen- las políticas públicas, el mundo acadé-
tamientos populares es una especificidad mico, en tanto saber experto socialmente
muy propia del AMBA. La interpretación de legitimado, también incide en la construc-
la villa como una espacialidad disruptiva, ción de nuevas categorías de individuos,
donde la noción se construye a partir de en los procesos de conformación de sub-
una serie de barreras simbólicas aparente- jetividades. No es nuestra intención obje-
mente infranqueables (que llevan a retratar tivar la riqueza de sentidos hallada en el
a los barrios populares como zonas de po- trabajo de campo; dicha complejidad, ex-
breza, asistencia, clientelismo y delincuen- presada en términos nativos como las de
cia), dan cuenta de estigmas cristalizados, extensión o tomas (con sus diversas acep-
de jerarquías urbanas muy consolidadas. ciones), responde a los procesos históri-
Dicha especificidad del AMBA no necesa- cos particulares de cada localidad. Nues-
riamente es traspolable a la región patagó- tros esfuerzos por recuperar los modos de
nica, región donde las fronteras que trazan denominación locales, evitando trasladar
las jerarquías urbanas parecen ser más mecánicamente categorías producidas en
blandas y permeables (Bachiller, 2014); otras latitudes, se verían frustrados tras
por consiguiente, al caracterizar a los es- adoptar una noción única que homogeni-
pacios urbanos que nacieron de ocupa- ce la interpretación de la realidad espacial.
ciones de tierras, optamos por escapar En definitiva, y tal como se sostuvo en la
del encierro conceptual que conllevaba el introducción del último apartado, la opción
dualismo villa miseria-asentamiento. por destacar la diversidad de las distin-
Luego de advertir sobre la necesidad tas prácticas colectivas de construcción

311
del hábitat popular no responde exclusi- denominamos como “Patagonia” también
vamente a una decisión académica, sino tiene sus salvedades, sus regionalismos
que se justifica reconociendo la resistencia ligados con polos productivos concretos,
de dichas experiencias a ser encasilladas sus especificidades que se construyeron
bajo una misma categoría. a partir de procesos históricos (donde las
Antes de concluir, precisamos hacer dinámicas de provincialización ocupan un
una aclaración sobre ciertos riesgos im- lugar significativo). Un ejemplo concreto
plícitos en nuestro propósito comparativo en tal dirección: la cuestión de la antigüe-
de establecer generalizaciones sobre las dad de residencia en la zona, como criterio
tomas de tierras en la región patagónica. diferencial de asignación de recursos, pa-
En primer lugar, no todo lo que detectamos rece adquirir una relevancia muy superior
como aspectos diferentes respecto de la en la Patagonia austral97 respecto del resto
literatura dominante (metropolitanocéntri- de la región.
ca) puede ser identificado como una “es- En resumidas cuentas, nos decanta-
pecificidad patagónica”. Por el contrario, mos por una definición de los procesos
es muy factible que ciertas conclusiones (las tomas de tierras) y los espacios resul-
guarden relación con un problema de es- tantes (los asentamientos/barrios popu-
cala. A modo de ejemplo, el peso de los lares/informales), capaz de resaltar la ex-
vínculos personales, el capital relacional periencia común, más no necesariamente
como factor preponderante en la asigna- compartida (Segura, 2015). Por un lado, la
ción de recursos o en la reducción de las definición debe ser lo suficientemente ge-
distancias y tiempos burocráticos, parece neral como para captar las vivencias co-
ser una particularidad de las ciudades in- munes inherentes a residir en un espacio
termedias que excede a la región patagó- periférico que surgió tras una ocupación.
nica. En tal sentido, puede imputarse como Por el otro, la definición debe priorizar las
limitación del presente estudio una excesi- diferencias de cada experiencia barrial, así
va lectura sobre el AMBA, en detrimento como los clivajes de división a partir de los
de aquellos estudios centrados en las to- cuales se conforman sociabilidades y gru-
mas de tierras en las localidades más pe- pos específicos al interior de cada asen-
queñas del país; dicha literatura aportaría tamiento; nuevamente, las experiencias
pistas sobre las especificidades patagóni- podrán ser comunes, pero no siempre son
cas en esta materia. En segunda instan- compartidas.
cia, aludir a la Patagonia implica el riesgo Consecuentemente, proponemos en-
de, nuevamente, unificar la diversidad. No tender a los asentamientos populares
es nuestra intención generar nuevos blo- como experiencias que suponen: espacios
ques de sentido homogéneos; aquello que urbanos surgidos mediante ocupaciones

97. Además de los trabajos llevados a cabo en Comodoro (Vazquez y Bachiller, 2019), detectamos distintos textos
académicos que hacen alusión a la centralidad de la antigüedad de residencia en provincias como Tierra del Fuego
(Alcaraz, 2015; Finck, 2016) y Santa Cruz (Rincón Gamba, 2011).

312
directas y/o zonas que crecen a partir de la
venta de tierras por parte de unx actorx que,
si bien transgrede la normas urbanísticas,
es socialmente reconocidx como “propie-
tarix”; procesos de organización colectiva
protagonizados por sujetxs pertenecientes
a sectores subalternos despojados que
buscan apropiarse de un espacio para vivir
en la ciudad; conflictos socio-políticos con
los diversos niveles y agencias del Estado,
así como con personificaciones del capital
propietario y/o inmobiliario; y, finalmente,
formas de sociabilidad barriales y comuni-
tarias que posibilitan modos de subjetiva-
ción política.

313
El único derecho es estar
Conflictos por el acceso al suelo y tomas de tierras en Patagonia

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23 de junio.

337
El único derecho es estar
Conflictos por el acceso al suelo y tomas de tierras en Patagonia

Anexo Cartográfico*

(*) La producción cartográfica fue un proceso colectivo de los integrantes del PICT, donde se destaca el rol de
coordinación de la Mag Bianca Freddo. La producción cartográfica para la localidad de San Carlos de Bariloche
fue realizada por la Lic. Eugenia Cavanagh.

338
San Carlos de Bariloche

Figura 1: Expansión de la mancha urbana en Bariloche / Fuente: Elaboración propia.

339
San Carlos de Bariloche

Figura 2: Asentamientos informales en Bariloche / Fuente: Elaboración propia.

340
San Carlos de Bariloche

Figura 3: Expansión de la mancha urbana y asentamientos informales en Bariloche / Fuente: Elaboración propia.

341
San Carlos de Bariloche

Figura 4: Vacíos urbanos en Bariloche / Fuente: Elaboración propia.

342
San Carlos de Bariloche

Figura 5: Nivel de precariedad en los asentamientos informales de Bariloche / Fuente: Elaboración propia.

343
San Carlos de Bariloche

Figura 6: Situación dominial en los asentamientos informales de Bariloche / Fuente: Elaboración propia.

344
San Carlos de Bariloche

Figura 7: Saneamiento en los asentamientos informales de Bariloche / Fuente: Elaboración propia.

345
San Carlos de Bariloche

Figura 8: Combustible utilizado para cocinar en los asentamientos informales de Bariloche / Fuente: Elaboración propia.

346
San Carlos de Bariloche

Figura 9: Situación del acceso al agua en los asentamientos informales de Bariloche / Fuente: Elaboración propia.

347
San Carlos de Bariloche

Figura 10: Combustible utilizado para la calefacción en los asentamientos informales de Bariloche / Fuente: Elaboración propia.

348
San Carlos de Bariloche

Figura 11: Situación de la conexión eléctrica en los asentamientos informales de Bariloche / Fuente: Elaboración propia.

349
Cipolletti

Figura 12: Expansión de la mancha urbana y asentamientos informales en Cipolletti


Fuente: Elaboración propia.

350
Cipolletti

Figura 13: Asentamientos informales en Cipolletti


Fuente: Elaboración propia.

351
Cipolletti

Figura 14: Nivel de precariedad en asentamientos informales de Cipolletti


Fuente: Elaboración propia.

352
Cipolletti

Figura 15: Modalidad y acceso a la tierra en asentamientos informales de Cipolletti


Fuente: Elaboración propia.

353
Cipolletti

Figura 16: Situación del acceso al agua en asentamientos informales de Cipolletti


Fuente: Elaboración propia.

354
Cipolletti

Figura 17: Situación de la conexión eléctrica en los asentamientos informales de Cipolletti


Fuente: Elaboración propia.

355
Cipolletti

Figura 18: Combustible utilizado para cocinar en los asentamientos informales de Cipolletti
Fuente: Elaboración propia.

356
98
Comodoro Rivadavia

Figura 19: Expansión de la mancha urbana y asentamiento informales en Comodoro Rivadavia / Fuente: Elaboración propia.

357
Comodoro Rivadavia

Figura 20: Asentamientos informales en Comodoro Rivadavia / Fuente: Elaboración propia.

358
Comodoro Rivadavia

Figura 21: Estado legal de los vacíos urbanos en la zona norte de Comodoro Rivadavia / Fuente: Elaboración propia.

359
Comodoro Rivadavia

Figura 22: Estado legal de vacíos urbanos en la zona sur de Comodoro Rivadavia / Fuente: Elaboración propia.

360
Comodoro Rivadavia

Figura 23: Situación de los asentamientos informales en Comodoro Rivadavia / Fuente: Elaboración propia.

361
Comodoro Rivadavia

Figura 24: Situación dominial en asentamientos informales de Comodoro Rivadavia / Fuente: Elaboración propia.

362
Comodoro Rivadavia

Figura 25: Nivel de precariedad en asentamientos informales de Comodoro Rivadavia / Fuente: Elaboración propia.

363
Comodoro Rivadavia

Figura 26: Red cloacal y situación del saneamiento en los asentamientos informales de Comodoro Rivadavia / Fuente: Elaboración propia.

364
Comodoro Rivadavia

Figura 27: Situación de la conexión eléctrica en los asentamientos informales de Comodoro Rivadavia / Fuente: Elaboración propia.

365
Comodoro Rivadavia

Figura 28: Combustible utilizado para cocinar en asentamientos informales de Comodoro Rivadavia / Fuente: Elaboración propia.

366
Comodoro Rivadavia

Figura 29: Combustible utilizado para la calefacción en asentamientos informales de Comodoro Rivadavia/ Fuente: Elaboración propia.

367
Comodoro Rivadavia

Figura 30: Red de agua potable y situación del acceso al agua en asentamientos informales de Comodoro Rivadavia / Fuente: Elaboración propia.

368
Autores y Autoras
Santiago Bachiller, Doctor en Antropología Social (Universidad Autónoma de Madrid). Diplo-
ma de Estudios Avanzados (Programa “Estudios Iberoamericanos: Realidad Política y So-
cial”, Departamento de Ciencia Política y de la Administración III, Universidad Complutense
de Madrid y Universidad Nacional de Educación a Distancia). Licenciado en Antropología
Social (Universidad de Buenos Aires). Investigador independiente del Consejo Nacional de
Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Profesor Titular Regular de la asignatura
Antropología Sociocultural (Universidad Nacional de la Patagonia Austral). Docente a cargo
de la asignatura Teoría en Antropología Social II (Diplomatura en Antropología Social y Po-
lítica y Maestría en Antropología Social, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales), y
de la asignatura Antropología Urbana (Maestría en Políticas Sociales Urbanas, Universidad
Nacional de Tres de Febrero). Director de proyectos de investigación sobre exclusión resi-
dencial: PI 29/B258, 29B/195-1, 29/B147, 29/B118-1 (Universidad Nacional Patagonia Aus-
tral); PI 1233 (Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco); PI 32/19 (Universidad
Nacional Tres de Febrero)”; PICT 2019-2019-04462 y PICT 2015-1293, 2010-1235 (Agencia
Nacional de Promoción Científica y Tecnológica). Consultor del “Proyecto Red Calle - Red de
países latinoamericanos para el desarrollo de políticas de atención a las personas en situa-
ción de calle” (Convocatoria de la Unión Europea para proyectos de Cooperación Sur-Sur).
Entre otras publicaciones, ha sido director y coautor del libro “Toma de tierras y dificultades
de acceso al suelo urbano en la Patagonia central” (Miño y Dávila y UNPAEDITA, 2015).

Natalia Usach, Doctora en Economía por la Universidad de Alcalá (España), Mgs. en Ad-
ministración y Gerencia Pública (INAP-UAH, España). Diploma de Estudios Avanzados en
Economía Aplicada (Universidad de Alcalá) y en Gobierno, Administración y Políticas Públi-
cas (Universidad Complutense de Madrid). Licenciada en Ciencia Política y Administración
Pública (Universidad Nacional de Cuyo). Docente e investigadora de la Facultad de Ciencias
Económicas de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco.

Letizia Vazquez, Prof. en Ciencias Antropológicas (UBA), Mgs. en “Estudios Socioterritoriales”


(UNPSJB), Becaria doctoral del CONICET en el CIT Golfo San Jorge. Integrante del Instituto
de Estudios Sociales y Políticos de la Patagonia (IESyPPat). Doctoranda en Estudios Urba-
nos por la Universidad de General Sarmiento. Docente de la Tecnicatura en Gestión y Media-
ción Cultural de la Facultad de Humanidades (UNPSJB) y del ISFD Nº 807 en el espacio de
Antropología Social y/o Cultural.

Magali Chanampa, Licenciada en Gestión Ambiental por la Universidad Nacional San Juan
Bosco de la Patagonia. Doctoranda en Geografía por la Universidad Nacional del Sur. Inte-
grante del Instituto de Investigaciones Geográficas de la Patagonia y del Grupo de Investiga-
ción Geografía, Acción y Territorio. Docente del Departamento de Geografía y de la Licencia-

369
tura en Gestión Ambiental de la Universidad Nacional de la Patagonia, Comodoro Rivadavia.
Carrasco, María Laura, Arquitecta (UNC). Maestranda en Estudios Socio Territoriales por la
Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, y en la etapa final de la Maestría en
Gestión Ambiental del Desarrollo Urbano en la Universidad Nacional de Córdoba. Estudia los
conflictos ambientales y urbanos vinculados a la extracción de hidrocarburos en Comodoro
Rivadavia. Actualmente se desempeña en el Dirección de Obras Particulares Secretaria de
Planificación urbana, Servicios públicos y estrategias urbanas ambientales, de la Municipali-
dad de Comodoro Rivadavia.

Bianca Freddo, Licenciada en Geografía, Técnica en Sistemas de Información Geográfica y


Teledetección (UNPSJB), Doctoranda en Geografía en la Universidad Nacional del Sur. Maes-
tranda en Enseñanza en Escenarios Digitales en la Universidad Nacional de la Patagonia San
Juan Bosco – Facultad de Ingeniería. Docente-investigadora del Departamento de Geogra-
fía. Integrante del Instituto de Investigaciones Geográficas de la Patagonia (IGEOPAT), Grupo
de Investigación Geografía, Acción y Territorio (GIGAT), Cátedra Libre de Cartografía Social y
del Laboratorio en Sistemas de Información Geográfica y Teledetección.

Mariana A. Giaretto, Licenciada en Sociología (UNLP), Mgs. en “Teoría y Metodología de las


Ciencias Sociales” (CLACSO/FLACSO), Doctoranda en Ciencias Sociales (UBA). Docente
de las áreas Sociología/Teoría y Sociología Política e investigadora de la Facultad de Derecho
y Ciencias Sociales, Universidad Nacional del Comahue. Directora del proyecto de investi-
gación: “Estado y violencias: perspectivas y problemas sobre conflictos sociales y políticas
públicas en territorios norpatagónicos (2009-2019)”, FADECS, UNCo. Entre otras publicacio-
nes, es autora del libro Ciudad en conflicto. Un análisis crítico de las relaciones entre Estado
capitalista y tomas de tierras urbanas, y compiladora y autora del libro Luchas territoriales y
Estado. Criminalización y resistencias en el sur, ambas publicadas por Ed. Publifadecs, Fiske
Menuco (Gral. Roca).

Ailín Hernando, Arquitecta (UNLP), Mgs en “Desarrollo Urbano y Territorial: Gestión y Trans-
formación de Ciudades” (Universidad Politécnica de Cataluña). En etapa final de la Carrera
de Especialización en Políticas Sociales Urbanas (UNTREF). En su trabajo en gestión se
desempeña en distintos niveles del Estado en programas de hábitat y Planificación Urbana.
Pablo Marigo, Licenciado en Sociología (UBA), Doctorando en Ciencias Sociales (UBA). Inte-
grante del Centro de Estudios sobre Economía, Territorio y Sociedad (CIETES) de la Univer-
sidad Nacional de Rio Negro. Desde el ámbito académico y la militancia territorial aborda las
problemáticas de acceso al hábitat.

Tomás Guevara, Doctor en Ciencias Sociales, Magíster y Especialista en Políticas Sociales,


y Licenciado en Sociología por la Universidad Nacional de Buenos Aires. Investigador Ad-
junto del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) con lugar
de trabajo en la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN). Profesor Adjunto de la UNRN
en las carreras de Licenciatura en Economía y Administración en las materias de Sociología,

370
Economía Urbana. Fue Director del Centro Interdisciplinario de Estudios sobre Territorio, Eco-
nomía y Sociedad (CIETES-UNRN). Ganador del primer premio en categoría doctorado del
Premio Internacional de Tesis de Investigación en Vivienda y Desarrollo Urbano Sustentable
2014 organizado por UNAM e INFONAVIT. Ha publicado artículos en revistas científicas, ca-
pítulos y libros sobre transformaciones urbanas, políticas urbanas y procesos de producción
del hábitat, entre otras: Habitat International, EURE, Ciudad y Territorio

Eugenia Cavanagh, Licenciada en Geografía (UNC), Becaria Doctoral (PICT 2015-3020). In-
vestiga sobre Geografía Urbana y Geografía Económica, vinculada a la producción social
del espacio urbano, circuitos económicos espaciales de producción, gestión y manejo de
Residuos Sólidos Urbanos y trabajadores informales de la economía urbana.

Victor Damián Medina, Licenciado en Sociología y Doctor en Ciencias Sociales por la Uni-
versidad de Buenos Aires (UBA), Magister en política y gestión pública por la Universidad
Nacional de Quilmes (UNQ). Ex Becario posdoctoral por el Consejo Nacional de Investiga-
ciones Científicas y Técnicas (CONICET) en la Universidad Nacional de Río Negro (CIETES).
Fue asesor en el Ente para el desarrollo de la margen sur de Río Negro (ENDEMAS) e in-
vestigador asistente y adscripto en Fundación Bariloche. Ha escrito diversas publicaciones
relativas a los procesos de urbanización en ciudades turísticas y, particularmente, en torno a
la problemática del acceso al suelo en San Carlos de Bariloche. Actualmente se especializa
en rentas inmobiliarias y especulación financiera en el marco de diversos programas domés-
ticos vinculados a la economía familiar.

371
EL ÚNICO DERECHO
ES ESTAR
El acceso a la tierra constituye uno de los principales problemas sociales contemporáneos,
afectando con particular virulencia a los sectores populares. Esta obra gira en torno a las difi-
cultades de acceso al suelo que padecen los sectores populares en distintas ciudades pata-
gónicas, así como en ciertas estrategias informales de acceso al suelo urbano y disputas por
el reconocimiento del “derecho a la ciudad”.

La literatura sociológica reconoce tres grandes lógicas de coordinación social de acceso al


suelo urbano: si el Estado y el mercado representan las formas convencionales, la denominada
“lógica de la necesidad” se abre camino como tercera posibilidad. Este libro se focaliza en una
modalidad específica de producción informal del espacio urbano: las ocupaciones de tierras.
En nuestro continente, la toma de tierras no ha sido una excepción sino una norma, hasta
tal punto que las mismas fueron caracterizadas como “la forma latinoamericana de producir
espacio urbano”. Así, el objetivo general de la obra consiste en indagar cómo se vinculan las
dificultades de acceso al suelo urbano y las tomas de tierras en Comodoro Rivadavia (provincia
de Chubut), Cipolletti y Bariloche (provincia de Río Negro). Asimismo, el análisis de las dificul-
tades de acceso al suelo urbano supone profundizar en las tres dimensiones mencionadas
previamente: el Estado, el mercado inmobiliario y los protagonistas de las tomas de tierras.

En Patagonia, las dinámicas que obstaculizan el acceso a la tierra se vinculan con procesos
históricos de larga data (como la avanzada militar republicana sobre las “tierras de indios”
y el exterminio de las poblaciones nativas para garantizar la acumulación capitalista), y con
dinámicas más recientes: un modelo de “desarrollo” vinculado con las industrias turísticas y
extractivas, la especulación inmobiliaria, la expulsión de pequeños productores por deterioro
ambiental y de los rindes agropecuarios, etc. Por otra parte, en las últimas décadas las ciuda-
des patagónicas se han constituido en un centro de atracción de miles de migrantes, factor
que agrava los problemas habitacionales crónicos. A ello hay que sumar que las políticas
de vivienda han sido históricamente insuficientes, mientras que los gobiernos locales no han
contado con una política de planificación urbana acorde con las necesidades de la población.

La mayor parte de la bibliografía académica sobre tomas de tierras tuvo a la provincia de Bue-
nos Aires como epicentro. En Patagonia, la literatura sociológica sobre esta materia es escasa.
En esta obra, pretendemos comenzar a saldar tales deudas. Asimismo, la sobrerrepresenta-
ción del conurbano bonaerense en la producción académica sobre la materia se traduce en
un riesgo de sociocentrismo; categorías que fueron pensadas para un escenario particular (el
conurbano bonaerenese) suelen ser tratadas como universales y adoptadas sin las debidas
mediaciones en escenarios muy diferentes (en nuestro caso, el patagónico). Por el contrario, el
análisis comparativo entre las distintas ciudades relevadas conlleva la detección de denomina-
dores comunes entre las localidades, así como diferencias que nos permiten profundizar en las
particularidades que asumen las ocupaciones de tierras y la conformación de asentamientos
en la región patagónica.

372

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