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Derecho

ambiental
internacional

Derecho
Ambiental

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Derecho ambiental
internacional
La jurista Amánile Cibils (2008) se refiere a la necesidad de considerar la
protección que merece el medio ambiente como derecho humano
fundamental, así como a la necesidad de su internacionalización y de la
cooperación entre los Estados para su protección. En este sentido,
considera que “ya no bastan las políticas locales para conseguir el respeto y
preservación del medio ambiente, ya que sus vulneraciones ocasionan
efectos mucho más allá de los ámbitos territoriales en que se producen.”
(Amánile Cibils, 2008, p. 103). Luego, agrega que más allá de esa cuestión
espacial:

la internacionalización del medio ambiente viene


necesariamente obligada, además, respecto de los principios
de igualdad, solidaridad, justicia y equidad, que deben
presidir las relaciones entre todos los pueblos del mundo y
que obligan a la preservación justa de los recursos naturales
en todos los territorios de la Tierra. (Amánile Cibils, 2008, p.
104).

En otras palabras, los problemas ambientales se extienden en el ámbito


nacional, internacional y mundial, de modo que no pueden abordarse de
modo localista o aislado, sino desde una perspectiva global, holística. Esto
encuentra como obstáculo un mundo que, si bien es ecológicamente único,
esta políticamente compartimentado (Juste Ruiz, 1999).

Concepto

¿Qué es el derecho
El orden jurídico internacional protege como uno de sus valores al
ambiental ambiente. Se trata de un sector del ordenamiento jurídico internacional
internacional? particularmente difícil, tanto por su novedad como por su complejidad, que
¿Cuáles son sus deriva de múltiples razones: “dependencia científica, interdisciplinariedad,
normas? ¿Obligan al carácter transfronterizo, incidencia de motivaciones económicas y políticas,
Estado argentino a
cumplirlas? ¿Cómo etc” (Juste Ruiz, 1999, p.4). Coincidimos con Servi (1998) al preferir
las aplicamos? referirnos a ese orden jurídico como derecho ambiental internacional, en
lugar de derecho internacional ambiental, haciendo mayor hincapié en el
derecho ambiental que en el internacional.

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El Derecho Ambiental Internacional (DAI) constituye el
ordenamiento jurídico destinado a regular las relaciones de
coexistencia, cooperación e interdependencia,
institucionalizada o no, entre los actores, que tiene como
objetivo la protección internacional del ambiente; o, el
conjunto de normas jurídicas de carácter internacional
destinado a la protección del ambiente en cualquiera de sus
formas. (Servi, 1998, p. 4).

Ya a fines del siglo pasado se hacía referencia al profuso desarrollo de lo


jurídico, tanto en lo ambiental como en lo internacional.

En el primer caso, la abundancia de normas jurídicas


nacionales que protegen el ambiente ha generado el
nacimiento de una nueva rama del derecho, el derecho
ambiental y, en el segundo, la profusa cantidad de tratados,
convenios, declaraciones, acuerdos, recomendaciones,
resoluciones e informes de carácter internacional
destinados a proteger el ambiente en cualquiera de sus
manifestaciones… han dado nacimiento al Derecho
Ambiental Internacional. (Servi, 1998, p. 4-5).

Contenido
La mayoría de la doctrina, por no decir toda, considera que el derecho
ambiental internacional (en adelante DAI) –y con ello, la política
internacional del medio ambiente- tuvo su inicio en la Conferencia de
Naciones Unidas sobre el Medio Humano (comúnmente conocida como
Cumbre de la Tierra de Estocolmo), celebrada en 1972 en Estocolmo
(Suecia).

El contenido del derecho ambiental internacional esta constituido por tres


categorías de normas según Cano (en Servi, 1998), a saber:

a) Instrumentos internacionales destinados a proteger


elementos ambientales que pertenecen a toda la
humanidad; […].
b) Instrumentos internacionales que protegen elementos
ambientales que pertenecen a dos o más Estados; […].

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c) Instrumentos internacionales que se refieren a los efectos
extraterritoriales del uso de recursos naturales o elementos
ambientales nacionales. […](Cano, en Servi, 1998).

Cabe aclarar que es solo una clasificación preliminar, por lo que no excluye
otras categorías o instrumentos particulares.

Características
Entre las características del derecho ambiental internacional, Juste Ruiz
(1999) destaca:

 Funcionalidad: el derecho internacional del ambiente es un derecho


funcional porque ha surgido con el objetivo de proteger al medio
ambiente en su conjunto y tiene un carácter tuitivo. Su aplicación
efectiva tendrá que considerar las distintas necesidades y realidades
económicas, políticas, sociales y científicas.
Dentro de este carácter, cabe destacar que otro de los rasgos que
caracterizan la normativa ambiental internacional es su orientación
preventiva. Tiene la intención de proteger y salvaguardar más que de
sancionar y condenar luego de ocurrido el daño al ambiente. En este
sentido “el objetivo del derecho internacional del medio ambiente es,
pues, evitar la producción del efecto nocivo para el entorno o , si el
daño se ha producido pese a todo, mitigar sus efectos y garantizar su
reparación” (Juste Ruiz, 1999, p. 40). Otro de los rasgos dignos de
destacar es su sesgo prospectivo, ya que su objetivo último consiste en
lograr que las actividades humanas y el uso de los recursos naturales se
desarrollen sin deteriorar el medio ambiente.
El derecho internacional del medio ambiente posee también un carácter
instrumental “en cuanto su objetivo esencial es establecer los
mecanismos de reglamentación, administración y gestión
(management) de los recursos ambientales” (Juste Ruiz, 1999, p. 41).
 Multidimensionalidad: esta característica es una consecuencia directa
del carácter multifacético e indivisible de su objeto: el ambiente, en el
que confluyen elementos, valores e intereses diferentes (políticos,
económicos, científicos, tecnológicos, jurídicos, etc.).
 Predominio del soft law: este carácter blando o flexible del derecho
internacional ambiental se manifiesta tanto en la forma de los
instrumentos que lo componen como en su contenido (disposiciones).
En primer lugar, refiriéndonos a la forma de los instrumentos,
encontramos normas todavía en gestación, sin estar aún consolidadas
formalmente. Por ejemplo, los convenios firmados que no entraron en
vigencia en algunos países o las normas consuetudinarias que no se han

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cristalizado. Además, este derecho se encuentra en instrumentos que
no poseen per se fuerza jurídica vinculante (no son obligatorios), tales
como resoluciones, declaraciones, programas, estrategias, actas finales
de conferencias internacionales, informes de grupos de expertos. En
segundo lugar, su contenido normativo es blando porque presenta
compromisos que son susceptibles de cumplimiento o modificación a
voluntad. Aquí encontramos mayormente los deberes de informar, de
consultar, de controlar, de negociar. Todo esto repercute en la
dimensión aplicativa del DAI, ya que “los instrumentos internacionales
relativos a la protección del medio ambiente no suelen establecer un
aparato institucional muy desarrollado, ni órganos o instancias dotados
de poderes de decisión” (Juste Ruiz, 1999, p. 45).
 Emergencia del hard law: aunque el DAI se configura principalmente a
través del derecho blando o flexible, muchas veces el núcleo
fundamental de la normativa ambiental internacional alcanza el derecho
fuerte o hard law. En general, este tipo de normas se dan para la
protección de los espacios comunes del planeta, que están más allá de
las jurisdicciones estatales y que son no son susceptibles de apropiación
o soberanía, como por ejemplo, alta mar, los fondos marinos y
oceánicos, el espacio ultraterrestre.

Principios

Entre los principios del derecho ambiental internacional, encontramos


algunos compartidos por el derecho internacional en general y otros
propios de la protección internacional del ambiente. Entre ellos,
destacamos:

 Principio de interdependencia ecológica: ¿qué es la interdependencia


ecológica? Podemos ejemplificar esta situación diciendo que:

la deforestación en un Estado reduce la riqueza biológica de


toda la Tierra, [que] los productos químicos y las
emanaciones de gases tóxicos liberados a la atmósfera en un
continente provocan efectos que producen cáncer de piel en
otro, que las emisiones de dióxido de carbono aceleran el
cambio climático mundial, [que] el consumo desenfrenado
de las sociedades opulentas agrava la pobreza en los países
menos industrializados. (Franza, 2010, p. 96).

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En ese marco, se deben consensuar y compartir decisiones y esfuerzos
entre los distintos Estados para la preservación ecológica y el desarrollo
sustentable a nivel mundial.

Esta interdependencia ecológica está contemplada en la Declaración de


Río de 1992 (principios 2, 6 y 25). Destacamos el principio 2 que reza:

De conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y los


principios del derecho internacional, los Estados tienen el
derecho soberano de aprovechar sus propios recursos según
sus propias políticas ambientales y de desarrollo, y la
responsabilidad de velar por que las actividades realizadas
dentro de su jurisdicción o bajo su control no causen daños
al medio ambiente de otros Estados o de zonas que estén
fuera de los límites de la jurisdicción nacional. (Conferencia
de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el
Desarrollo, 1992, https://goo.gl/jerMVJ)

 Principio de solidaridad y cooperación: aquí concurren de manera


interrelacionada los principios de información, vecindad, cooperación
internacional, igualdad y patrimonio universal. Es fundamental que
exista una cooperación internacional permanente y no ocasional
(Franza, 2010). Es importante destacar que cooperación:

(…) no supone la ayuda económica sino la ambiental


sostenible, que consiste en la colaboración para prevenir la
degradación ambiental y para evitar contaminación de las
aguas, el suelo y la atmósfera, como así también la
cooperación para promover un sistema económico
internacional favorable y abierto que permita llegar al
desarrollo sostenible y al crecimiento económico
preservador. (Servi, 1998, p. 9).

En este sentido, destacamos los principios 7, 5 y 27 de la Declaración de


Río de 1992:

Principio 7: Los Estados deberán cooperar con espíritu de


solidaridad mundial para conservar, proteger y restablecer la
salud y la integridad del ecosistema de la Tierra. En vista de
que han contribuido en distinta medida a la degradación del

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medio ambiente mundial, los Estados tienen
responsabilidades comunes pero diferenciadas. Los países
desarrollados reconocen la responsabilidad que les cabe en
la búsqueda internacional del desarrollo sostenible, en vista
de las presiones que sus sociedades ejercen en el medio
ambiente mundial y de las tecnologías y los recursos
financieros de que disponen. (Conferencia de las Naciones
Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, 1992,
https://goo.gl/jerMVJ).

[…]

Principio 5: Todos los Estados y todas las personas deberán


cooperar en la tarea esencial de erradicar la pobreza como
requisito indispensable del desarrollo sostenible, a fin de
reducir las disparidades en los niveles de vida y responder
mejor a las necesidades de la mayoría de los pueblos del
mundo. (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio
Ambiente y el Desarrollo, 1992, https://goo.gl/jerMVJ)

[…]

Principio 27: Los Estados y las personas deberán cooperar de


buena fe y con espiritu de solidaridad en la aplicación de los
principios consagrados en esta Declaración y en el ulterior
desarrollo del derecho internacional en la esfera del
desarrollo sostenible. (Conferencia de las Naciones Unidas
sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, 1992,
https://goo.gl/jerMVJ)

 Principio de información: la doctrina se refiere a dos tipos de


Recordar que el acceso
información que componen este principio:
a la información
pública ambiental fue
abordado en la lectura 1) La información para abajo: es la que se concreta a nivel nacional y se
4 del módulo 2. expresa como la “obligación por parte de los Estados de crear las
condiciones para que todos los ciudadanos tengan acceso adecuado a la
información sobre el ambiente al igual que la que dispongan las
autoridades públicas” (Franza, 2010, p. 100). Esto se vincula
íntimamente con la obligación constitucional del Estado a proveer
educación ambiental a los habitantes de la Nación (artículo 41 de la
Constitución Nacional). El principio 10 de la Declaración de Río 92 hace
expreso el derecho de acceso a la información y a la justicia en
cuestiones ambientales, como así también la importancia de la
participación de todos los ciudadanos.

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2) La información para arriba se refiere a la comunicación entre los
Estados. Destacamos los principios 18 y 19 de la Declaración de Río 92
que hacen referencia a esta obligación estatal:

Principio 18: Los Estados deberán notificar inmediatamente


a otros Estados de los desastres naturales u otras situaciones
de emergencia que puedan producir efectos nocivos súbitos
en el medio ambiente de esos Estados. La comunidad
internacional deberá hacer todo lo posible por ayudar a los
Estados que resulten afectados.

Principio 19: Los Estados deberán proporcionar la


información pertinente y notificar previamente y en forma
oportuna a los Estados que posiblemente resulten afectados
por actividades que puedan tener considerables efectos
ambientales transfronterizos adversos, y deberán celebrar
consultas con esos Estados en una fecha temprana y de
buena fe. (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el
Medio Ambiente y el Desarrollo, 1992,
https://goo.gl/jerMVJ).

 Principio de universalidad: este principio incorpora la idea de que la


humanidad toda tiene derecho a usar de manera sustentable los
recursos naturales sin afectar el derecho de las generaciones futuras y el
deber de preservarlo. Aquí se entiende que los bienes naturales no
pertenecen a ningún Estado de manera absoluta, sino que el ambiente
es patrimonio común de todos los habitantes de la Tierra (Franza, 2010).
 Principio de regulación jurídica integral: este principio consiste, por un
lado, en la armonización y unificación de las legislaciones a nivel
internacional, es decir, uniformar los regímenes jurídicos de los
diferentes Estados en relación a las normas jurídicas ambientales
internacionales; y por otro lado, en la capacidad tanto del legislador
como del juez (intérprete y aplicador) de tener una perspectiva
macroscópica e integradora del ambiente que reduzca la
fragmentariedad de las normas ambientales (tanto por su naturaleza
administrativa, penal, civil, como por el carácter de los instrumentos
jurídicos). Está receptado en los principios 11 y 13 de la Declaración de
Río 92.
 Principio de responsabilidad común pero diferenciada: el principio 7 de
la Declaración de Río de Janeiro sobre Medio Ambiente y Desarrollo
(1992) destaca el deber de los Estados de cooperar con espíritu de
solidaridad mundial para “conservar, proteger y restablecer la salud y la
integridad del ecosistema de la Tierra” (Conferencia de las Naciones

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Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, 1992,
https://goo.gl/jerMVJ), señalando que al haber contribuido en
diferentes grados a la degradación del medio ambiente mundial, les
corresponde a los Estados responsabilidades comunes pero
diferenciadas. En otras palabras, este principio de responsabilidad
común pero diferenciada significa que todos los Estados son
responsables por las alteraciones al ambiente que causen las actividades
realizadas dentro de sus jurisdicciones. Pero como han contribuido en
distinta medida a la degradación del ambiente, se trata de una
responsabilidad diferenciada (Servi, 1998). En esta línea, el principio 7 in
fine expresa que:

los países desarrollados reconocen la responsabilidad que


les cabe en la búsqueda internacional del desarrollo
sostenible, en vista de las presiones que sus sociedades
ejercen en el medio ambiente mundial y de las tecnologías y
los recursos financieros de que disponen. (Conferencia de
las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el
Desarrollo, 1992, https://goo.gl/jerMVJ).

Recordar que el  Principio precautorio: constituye uno de los principios más importantes
principio precautorio del derecho ambiental internacional, imponiendo el principio in dubio
fue receptado por la pro ambiente ante un peligro de daño grave o irreversible sin que exista
Ley General del certeza científica. El principio 15 de la Declaración de Río 92 expresa
Ambiente n° 25.675 que:
(artículo 4).

con el fin de proteger el medio ambiente, los Estados


deberán aplicar ampliamente el criterio de precaución
conforme a sus capacidades. Cuando haya peligro de daño
grave o irreversible, la falta de certeza científica absoluta no
deberá utilizarse como razon para postergar la adopción de
medidas eficaces en función de los costos para impedir la
degradación del medio ambiente. (Conferencia de las
Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo,
1992, https://goo.gl/jerMVJ).

 Principio contaminador-pagador: este principio es comunmente


conocido como el que contamina paga y se relaciona con la teoría
denominada externalidades o efectos de derrame. Las externalidades
negativas se producen cuando “un agente social produce a otro un daño

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o costo que no otorga derecho a compensación” (Franza, 2010, p. 119).
En este caso de trata de la utilización de bienes comunes o recursos
naturales escasos y de los daños al ambiente. Estos bienes ambientales
no constituyen bienes económicos y por ello se encuentran al margen
del sistema de precios. El objetivo de este principio es que los costos
que implica la prevención y la recomposición del daño ambiental sean
asumidos por quienes lo producen y no por la sociedad en su conjunto.
En palabras de Franza (2010), este principio no debe ser interpretado
como un permiso para contaminar a quien paga, sino que por el
contrario, consiste en incentivarlo a modificar conductas contaminantes
a través de penalidades y cargas impositivas. Esto se encuentra
receptado en el principio 16 de la Declaración de Río 92.

Para finalizar
Las consecuencias del deterioro ambiental no respetan límites ni fronteras
estatales, sino que se expanden a nivel mundial. A esta cuestión espacial se
suma la necesidad de justicia y equidad respecto a la preservación de los
recursos naturales en todos los pueblos del mundo. Estas circunstancias,
entre otras, son las que obligan a la internacionalización del derecho
ambiental. Esta fuente externa es de fundamental importancia para el
desarrollo de la política ambiental mundial, regional y local.

En las próximas lecturas profundizaremos sobre los instrumentos que


componen este DAI.

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Referencias
Amábile Cibils, G. (2008). Problemática de la contaminación ambiental. Buenos
Aires: Educa.

Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo.


(1992). Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo. Recuperado
de: http://www.un.org/spanish/esa/sustdev/agenda21/riodeclaration.htm

Franza, J. (2010). Manual de Derecho de los Recursos Naturales y Protección del


Medio Ambiente. Una visión holística y transversal del derecho como instrumento
del desarrollo sustentable. Buenos Aires: Ediciones Jurídicas.

Juste Ruiz, J. (1999). Derecho Internacional del Medio Ambiente. Madrid: Mc Graw
Hill.

Servi, A. (1998). El Derecho Ambiental Internacional. Revista de Relaciones


Internacionales, Vol. 7, (14), pp. s/d. Recuperado de:
http://sedici.unlp.edu.ar/bitstream/handle/10915/9998/Documento_completo.p
df?sequence=1

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