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Los derechos humanos y el

Estado
Prof.
Breve historia de los derechos humanos
Los derechos humanos están basados en el principio de que todas las personas somos iguales. Muchas sociedades del
pasado estaban construidas sobre la desigualdad debido a que la esclavitud, las diferencias raciales o las de nacimiento
(los nobles, las castas) y el género determinaban el lugar que las personas tenían en la sociedad, así como lo que podían
hacer, en qué trabajar y hasta estudiar o no. Durante los siglos XVII y XVIII, se sucedieron revoluciones que buscaban
poner límites al poder absoluto de los reyes.
La Revolución Gloriosa (Inglaterra, 1688), la revolución que llevó a la independencia de los Estados Unidos (1776) y la
Revolución francesa (1789) no solo produjeron cambios de gobierno, sino también cambios en la sociedad. En esa época,
algunos pensadores comenzaron a afirmar que las personas eran iguales y libres de nacimiento, y que así deberían
reconocerlo las leyes. En 1688, la Revolución Gloriosa impuso a la monarquía de Inglaterra un Parlamento en el que
estaban representados no solo los nobles, sino también otros ciudadanos, que gozaban de libertad de expresión, de vida
y de petición. Casi un siglo después, la revolución que dio origen a los Estados Unidos, así como la Revolución francesa,
afirmaron por primera vez la igualdad y la libertad universales, lo que promulgaron en sus respectivas declaraciones. La
Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, sancionada por los revolucionarios franceses, fue el primer
reconocimiento de derechos universal, es decir, válido para todos. No obstante, hay que aclarar que amplios sectores de
las sociedades quedaron excluidos, como las mujeres, las personas que no tenían propiedades o las que eran analfabetas.
El reconocimiento global de los derechos
humanos
En 1948, a raíz de los horrores que había vivido el mundo en
la Segunda Guerra Mundial, los países decidieron formar la
Organización de las Naciones Unidas (ONU), que sancionó
ese mismo año la Declaración Universal de Derechos
Humanos. A partir de entonces, se agregaron nuevos
derechos y se firmaron acuerdos por los cuales muchos
Estados se comprometieron a respetarlos, protegerlos y
garantizarlos. También se conformaron organizaciones
internacionales de alcance regional, como la Organización de
los Estados Americanos (OEA), que aprobó la Declaración
Americana de los Derechos y Deberes del Hombre.
Derechos humanos y regímenes políticos: El
contexto latinoamericano
El Estado es el responsable de garantizar el
respeto de los derechos fundamentales de todos
los ciudadanos. Sin embargo, cuando se rompe el
sistema democrático y se forman regímenes
dictatoriales, la vigencia y la observancia de estos
derechos corren un grave riesgo.
Las dictaduras militares
América Latina vivió gran parte del siglo XX bajo regímenes políticos no democráticos, instaurados mediante
golpes de Estado. Esta situación no solo afectó la vida política de los países, sino que también marcó un notable
retroceso en el desarrollo de los derechos humanos. En los países del tercer mundo – entre ellos muchos
latinoamericanos –, la Guerra Fría produjo una notoria inestabilidad política caracterizada por una nueva oleada
de golpes de Estado y regímenes autoritarios. Las Fuerzas Armadas o sus representantes ejercieron el poder de
manera directa en Brasil desde 1964, en el Perú desde 1968, en Chile desde 1973 y en Argentina desde 1976. En
Paraguay, el general Alfredo Stroessner mantenía un poder dictatorial desde 1954.
Las dictaduras militares tuvieron como objetivo recortar las demandas sociales, ahogar los conflictos internos y
frenar las manifestaciones, que eran vistas como una amenaza. La doctrina de seguridad nacional ideada por
Estados Unidos justificó el accionar coordinado de las Fuerzas Armadas de distintos países, sobre todo después de
la Revolución cubana. Esta doctrina señalaba como comunistas a todas las personas y organizaciones que
propagaran ideas contrarias al orden social, por lo que se convertían en un enemigo interno que las Fuerzas
Armadas tenían la misión de eliminar. A las personas opositoras se les negaba su condición de sujetos de derechos
y podían ser eliminadas o convertidas en objeto de salvajes métodos de represión.
Esta doctrina fue impartida a militares latinoamericanos durante su entrenamiento en la Escuela de las Américas,
con sede en Panamá. Así, en nombre de la defensa nacional, se avasallaron las instituciones democráticas y los
derechos humanos de las personas.
El regreso a la democracia en los ochenta
El proceso democratizador en América Latina,
que empezó en 1977 en Ecuador y terminó en
1989 en Chile, se puede atribuir, de manera
general, a tres factores:
• El fracaso de los programas económicos de
las dictaduras militares, pues la superioridad
competitiva de las empresas transnacionales
provocó que el empresariado nacional, aliado
civil de la dictadura, exigiera cambios en las
políticas económicas. Debido a ello, los
militares dejaron en manos de civiles el
manejo económico de los Estados
• La promoción de los derechos humanos y del proceso democratizador del
Gobierno estadounidense bajo la administración de los presidentes Carter y
Reagan. Esto determinó que varias dictaduras militares latinoamericanas se
quedaran sin un apoyo importante.
• El relajamiento de la oposición entre los partidos de izquierda y derecha, que
permitió que las diferencias se comenzaran a resolver bajo mecanismos
democráticos. Esto tuvo dos consecuencias directas: el surgimiento de la
participación civil –que llevó a los ciudadanos a insistir en sus derechos y a
pedir cuentas al Gobierno– y la exigencia de elecciones libres y periódicas.
Luego de la recuperación de la democracia en la región, la problemática de
los derechos humanos obtuvo dos grandes salidas.
Por un lado, se dio cauce al esclarecimiento de las violaciones ocurridas durante
las dictaduras militares, y, por otro, se reconstruyeron las instituciones
democráticas de la república, se adoptó la normativa internacional y se adaptó
la legislación interna a ella.
Golpes de Estado en Latinoamérica apoyados
por Estados Unidos (1960-1990)
Cómo se garantizan los derechos humanos
El Estado debe garantizar el cumplimiento de los derechos humanos porque es su
obligación como responsable del bien común. Cuando eso no ocurre, es necesario
realizar acciones directas que respeten los límites impuestos por la ley. La violación
de derechos humanos, ya sea por acciones u omisiones que los vulneren, solo puede
ser atribuida al Estado. Si la acción u omisión proviene de un particular, se trata de
un delito que corresponde al derecho penal. Existen dos sistemas para la defensa de
los derechos humanos: uno interno, propio de cada país, y otro internacional, al que
pueden recurrir los demandantes que no estén conformes con las resoluciones
nacionales. En nuestro país, el sistema interno determina que el primer paso es
recurrir al Estado para que investigue, sancione y repare el daño a través de los
tribunales de justicia, que son agentes del Estado. Si no se obtiene justicia en ese
nivel, entonces se puede recurrir al sistema internacional de justicia.
Los derechos humanos y la Constitución
La Constitución es la norma que establece la organización política de un Estado y define los derechos y
obligaciones básicas de los ciudadanos. Contiene elementos como los siguientes:
• Una lista de los derechos y libertades fundamentales de los ciudadanos.
• Un sistema de garantías, que es un conjunto de mecanismos orientados a la protección de los derechos
y libertades de todo ciudadano o grupo social determinado en caso de amenazas o vulneración. Si no
se establecen estas garantías, no tiene objeto enunciar los derechos de los ciudadanos, pues estos no
podrán exigir su respeto ni su cumplimiento.
• Un conjunto de poderes y prerrogativas del jefe del Estado y de algunas instituciones importantes. La
Constitución consagra, además, una serie de derechos humanos. Por ejemplo: Derechos civiles y
políticos. Imponen límites a las acciones del Estado frente a la libertad de las personas. Algunos de
estos derechos son la libertad y la integridad personal, la libertad de pensamiento y de expresión de
ideas y la igualdad ante la ley.
• Derechos económicos, sociales y culturales. Hacen referencia a la necesidad de que el Estado ponga en
práctica políticas y acciones concretas que garanticen el bienestar de la población, procurando que
tenga las condiciones materiales y espirituales básicas para que desarrolle sus proyectos de vida en
sociedad.
Las garantías
constitucionales

Las garantías constitucionales son


un conjunto de dispositivos legales
amparados por la Constitución
política de un país que custodian
los derechos fundamentales de un
ciudadano o grupo de ciudadanos:
https://www.youtube.com/watch?v=gXO-ST2R3WQ
Violación de los derechos humanos
Si bien los derechos humanos nos corresponden a todas las
personas, cualquier circunstancia que nos prive de uno o
varios de ellos no nos permite afirmar con absoluta
seguridad que estamos frente a una violación de derechos.
Para saber si se está produciendo una violación de derechos
humanos resulta indispensable saber quién los agrede. Si la
persona que lo hace no trabaja para el Estado y, en
consecuencia, no representa sus intereses, entonces
estamos frente a un delito. Si, en cambio, el que cometió la
agresión –mediante acción u omisión– fue un agente estatal,
en ejercicio de su función o valiéndose de ella, entonces ese
delito será considerado, además, una violación a los
derechos humanos.
Derechos humanos y regímenes de excepción

El Estado tiene el deber de velar por


la protección de los derechos
humanos. Sin embargo, existen
circunstancias concretas, llamadas
regímenes de excepción,
en los que estos derechos se
restringen o suspenden sin
transgredir la Constitución.
El régimen de excepción
Consiste en la restricción o suspensión temporal de los derechos
constitucionales. Al adoptarse este régimen, se otorgan
facultades extraordinarias al Poder Ejecutivo, que ejerce un
control enérgico para salvaguardar la paz y el orden interno ante
circunstancias graves que puedan alterar el orden social. Esta
medida está estipulada en la Constitución Política del Perú, en el
capítulo VII, artículo 137. En ella se reconocen como regímenes
de excepción al estado de emergencia y al estado de sitio. Sin
embargo, su aplicación no puede suspender la vigencia de los
derechos fundamentales, como a la vida, a la integridad
personal, etc.
El estado de emergencia
Se establece en caso de perturbación del orden, de catástrofe o
de graves circunstancias que afecten la vida de la nación. El plazo
del estado de emergencia
no debe exceder los sesenta días. Su prórroga requiere de un
nuevo decreto del Poder Ejecutivo.
Durante el estado de emergencia se restringen algunos
derechos, como a la libertad y a la seguridad personal, a la
inviolabilidad de domicilio y a la libertad de reunión y de
tránsito. Esto quiere decir que a las personas se les puede
detener, prohibirles viajar o impedirles que se reúnan en lugares
públicos o privados. Además, las autoridades pueden allanar los
domicilios sin presentar una orden judicial.
El estado de sitio

El estado de sitio se da en situaciones más


graves, como en el caso de una invasión, guerra
exterior o guerra civil. Y así como en el estado de
emergencia, se suprimen todos los derechos
constitucionales, salvo los que expresamente no
serán suprimidos. El plazo del estado de sitio no
puede exceder los cuarenta y cinco días; sin
embargo, puede ser prorrogado previa
aprobación del Congreso.
Derechos que no se pueden suspender

Según el artículo 21 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos de


San José de Costa Rica, no se pueden suspender los siguientes derechos:
a la vida, a la integridad personal, al principio de la legalidad, a la libertad de
conciencia y religión, a la protección de la familia, al nombre, a los derechos del
menor y a la nacionalidad.
Límites al accionar de los Estados

Por lo general, se dice que los derechos humanos se ejercen


frente al Estado. Esto es así porque el Estado es el que
asume tanto las obligaciones jurídicas de respetarlos y
garantizarlos como el compromiso de hacerlo en favor de
todas las personas sometidas a su jurisdicción, sean
nacionales o extranjeras, residentes permanentes o
temporales, o que estén en situación regular o irregular.
Estos deberes de los Estados se fijan en normas jurídicas
nacionales (como su Constitución) y también en las
obligaciones internacionales que derivan de formar parte de
organizaciones (como la Organización de las Naciones
Unidas) o la ratificación de pactos y convenciones.
El Estado y el derecho internacional
El derecho internacional reconoce los derechos humanos y les asigna dos sentidos. Primero, el
de servir de barrera o límite al Estado frente a las personas. Segundo, el de identificarlos como
“el ideal común por el que pueblos y naciones deben esforzarse”, tal como lo enuncia la
Declaración Universal de Derechos Humanos.
En virtud de ello, los Estados deben buscar el pleno disfrute de los derechos humanos por parte
de todos, por lo que tienen que tomar las medidas necesarias y abstenerse de adoptar las que
sean contrarias a los derechos esenciales.
En consecuencia, cuando un Estado no cumple con esos deberes, nace una nueva obligación
para el Gobierno: investigar lo ocurrido, sancionar a las personas responsables y otorgar
reparaciones a las víctimas y a sus familiares.
Hoy se puede reclamar en foros e instituciones internacionales para que el Estado sea
responsabilizado cuando no se investiga adecuadamente, no se aplican sanciones justas o no se
reparan los daños provocados por la violación de derechos humanos. El sistema jurídico
contemporáneo ubica a cada mujer y a cada hombre por encima del Estado, y busca quitarles a
los Gobiernos la capacidad de avasallar sus derechos.
El Estado y el derecho internacional
Cuando se denuncia a un Estado por violación de
derechos humanos ante un órgano internacional, se
pretende que este juzgue la conducta de ese Estado
conforme a las obligaciones que asumió a nivel
internacional, más allá de lo que diga su ordenamiento
jurídico interno, incluida su propia Constitución nacional.
A partir de la ratificación o la adhesión a entidades como
la Organización de las Naciones Unidas o la Organización
de los Estados Americanos, comienza a exigirse a los
Estados el cumplimiento de tales obligaciones.
Sistemas de protección de los derechos
humanos
Los sistemas internacionales de derechos
humanos son un conjunto de órganos y
procedimientos que se establecen en algunas
organizaciones internacionales de las que los
Estados forman parte.
Tienen como propósito que los Estados respeten
y garanticen los derechos humanos, y que
generen mecanismos para obtener justicia y
reparación en caso de que sean vulnerados. Una
persona que considera que no obtuvo la
reparación adecuada dentro del país, puede
acudir a esos foros para obtener justicia.
Estos órganos internacionales pueden efectuar
recomendaciones u observaciones a los Estados
sobre la manera en que deben conducirse en la
política pública en general, así como respecto a
algunos derechos en particular o los de
determinados grupos sociales.
Algunos de estos órganos tienen la facultad de
adoptar sentencias. El Perú está vinculado al Sistema
Universal de Protección de los Derechos Humanos
de la Organización de las Naciones Unidas y al
Sistema Interamericano de Protección y Promoción
de los Derechos Humanos de la Organización de los
Estados Americanos.
Cuándo recurrir a un sistema internacional

Cuando se denuncia a un Estado por violación de


derechos humanos ante un órgano internacional, se
pretende que este juzgue la conducta de ese Estado
conforme a las obligaciones que asumió a nivel
internacional, más allá de lo que diga su ordenamiento
jurídico interno, incluida su propia Constitución
nacional. A partir de la ratificación o la adhesión a
entidades como la Organización de las Naciones Unidas
o la Organización de los Estados Americanos, comienza
a exigirse a los Estados el cumplimiento de tales
obligaciones.
¿Retirarnos del sistema interamericano de derechos
humanos?
Luego del fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte-IDH) que obliga al Estado peruano a pagar USD 105
000 de indemnización a la terrorista Gladys Espinoza, varias voces han cuestionado la permanencia de nuestro país en la
Corte, ubicada en San José, Costa Rica. En 1993, Gladys Espinoza fue arrestada por la Dirección Contra el Terrorismo de la
policía por sus claros vínculos con el MRTA. Ella fue condenada a 25 años de prisión por la Corte Suprema, pero llevó su caso
ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, pues asegura que fue víctima de violación y abuso sexual mientras era
interrogada por la policía. Al respecto, Javier Villa Stein, expresidente de la Corte Suprema de Justicia, dice que hay una
parcialización de la Corte-IDH hacia cierta ideología y cierto tipo de casos, lo cual ha generado que sus sentencias pierdan
legitimidad en algunos casos y que muchos Estados de la región piensen en retirarse. Para Diego García Sayán, presidente de
la Corte y exministro de Justicia del Perú, ser miembro de la Corte es parte indispensable del régimen de respeto a los
derechos humanos en el continente americano. Si bien en teoría el sistema interamericano de derechos humanos debería
ser un control para que Gobiernos posiblemente autoritarios eviten violar los derechos fundamentales de sus ciudadanos, lo
cierto es que una entidad supranacional de este tipo solo funciona cuando los Estados tienen la voluntad política para acatar
sus fallos. Solo los Gobiernos democráticos tienen esta voluntad porque no desean ser encontrados culpables de violar los
derechos humanos de sus ciudadanos. Quienes sostienen que debemos retirarnos de la Corte creen, finalmente, que los
beneficios de ser miembros de una corte deslegitimada tanto en el ámbito nacional como en el regional son cada vez
menores. Por otro lado, quienes abogan por nuestra permanencia señalan como principal argumento que el hecho de estar
sometidos a la jurisdicción de la Corte-IDH constituye un desincentivo a las violaciones a los derechos humanos por parte del
Estado. (Guzmán, 2015, párrs. 1, 5, 6 y 14)
RESPONDEMOS PARA CRECER JUNTOS
• ¿Por qué razones algunos creen que el
Estado debe retirarse de la CIDH?
• ¿Cuáles serían sus efectos si se lleva a cabo?
• ¿Consideran que estar sujetos a la CIDH es
una barrera para que no se cometan abusos
contra los derechos humanos en nuestro
país?
• ¿Creen que ser parte del sistema
interamericano de derechos humanos
fortalece la democracia y el Estado de
derecho? ¿Por qué?
METACOGNICIÓN

• ¿Pudiste relacionar los temas de la unidad con


tu experiencia cotidiana?
• ¿Cómo lo lograste?
• ¿Qué resultados obtuviste?

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