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De Custodia a Provincia

El 1 de enero de 1533 fue confirmada la comisión en el Capítulo General de la Orden celebrado


en Pointoise, cerca de París.[2]No se sabe nada qué sucedió a Fray Francisco de Aragón y sus
compañeros o a la Custodia de los Santos Apóstoles.[3]Cuando se instituyó oficialmente la
Custodia en 1535 se la llamó simplemente «Custodia del Perú».

Los pocos documentos hasta hoy conocidos de este período dan fe de que este título quedó
sustancialmente sin cambio hasta la fundación de la Provincia de los Doce Apóstoles de Lima en
1533. No hay pruebas de una Custodia de Quito ó Madre de Dios, como han afirmado algunos.
En la «carta» de Fray Jodoco Ricke al Licenciado Cepeda, Quito, Septiembre 25 de 1545, Ricke
firma simplemente como “Frater Jodocus Rique Custos Perú”.[4]

Ahí mismo Ricke escribe que el convento de Trujillo estaba bajo su jurisdicción; pero él supone
haber incorporado esa residencia a la “soñada e irreal” Custodia de la Madre de Dios. La
Custodia de Quito sólo comenzó después de que Lima se había convertido en Provincia y
dependiente de ella. La Custodia del Perú dependía inmediatamente del Comisario General
residente de la Nueva España.[5]

El gran historiador franciscano Padre Lino Gómez Cañedo, en un artículo titulado «Nuevos datos
acerca de los orígenes de las misiones franciscanas en el Perú, 1532-1569», reproduce el texto
original latino de la Comisión que el Ministro General Franciscano Fray Pablo Pisotti, confió a
Fray Francisco de Aragón de formar en el Perú una custodia con el nombre de los Doce
Apóstoles. La comisión data del 1 de agosto de 1531 y fue registrada con las siguientes palabras:

“Concessio frati Francisco Aragonensi, provinciae Aragoniae, quod possit sibi asumere 12 fratres
undequaque confluentis et ducere ad Indos ad regionem que vocatur Perú et inibi possit erigere
unam custodiamque vocetur Custodia apostólica sive sanctorum Apostolorum, edificare loca et
predicare et audire confessiones coeteraque omnia facere que illi qui manent in custodia sancti
Evangelii facere possunt, et quod nullum cammissarium recognoscant nisi commissarium
provinciae Indiarum et quod teneantur discreti, ministri aut patres provinciarum in quibus
accepit frates illos, reddere bonum testimonium de illis”.

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