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PSICOLOGÍA Y TRABAJO,
UNA RELACIÓN POSIBLE
ISBN 978-950-23-1763-2
Eudeba
Universidad de Buenos Aires
© 2010
Editorial Universitaria de Buenos Aires
Sociedad de Economía Mixta
Av. Rivadavia 1571/73 (1033)
Tel.: 4383-8025 / Fax: 4383-2202
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Impreso en Argentina.
Hecho el depósito que establece la ley 11.723
INTRODUCCIÓN
GRACIELA FILIPPI*
* Prof. Titular Regular. Psicología del Trabajo. Cátedra I. Facultad Psicología, UBA
1. Filippi, G. (1998). El aporte de la psicología del trabajo a los procesos de mejora organi-
zacional. Buenos Aires: Eudeba.
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a. La significación instrumental
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c. La significación expresiva
d. La función de inclusión
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3. El resaltado es mío.
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Por una parte, esa integración está regulada por procesos interpersonales,
mecanismo de identificación (con la autoridad, entre pares) necesidades, motiva-
ciones y ansiedades inconscientes que encuentran en el ámbito institucional
probabilidades de expresión y expectativas de realización. Por otra parte, la
integración opera a través de un sistema sancionado, explicito e implícito,
de roles interrelacionados que conforman una estructura susceptible de ser
definida en términos de tareas y expectativas fijadas para los ocupantes de
dichos roles” (Schlemenson, 1988: 32).4
En 2002 expresa:
“La organización constituye una invención humana destinada a opti-
mizar el trabajo de muchos, para que todos juntos puedan llevar adelante un
objetivo de trabajo explicito y definido con economía de esfuerzos, eficiencia
y satisfacción” (Schlemenson, 2002: 110).
Vemos que ya no menciona como una condición básica el compartir el
mismo espacio y tiempo, ni tampoco los roles definidos, ni los mecanismos
de identificación generados en los procesos de interrelación. Entre estas dos
definiciones, apareció la organización virtual.
Con la definición de 2002, el autor le abre la puerta a la inclusión de
este nuevo tipo de organización.
Aguer Hortal (2005) define la organización virtual diciendo que está
formada por personas que no están ubicadas en el mismo espacio físico, ni
en la misma localidad o país. No tiene fronteras, y los clientes no pueden
conocer de forma directa a sus empleados. En palabras del autor: “Realizan
una parte o la totalidad de su actividad de forma virtual. Como más usuales
citaremos las actividades de logística, comercialización, marketing, venta,
diseño, etc., que cada vez con más intensidad utilizan los medios electróni-
cos para intercambiar información y realizar transacciones entre empresas”
(Aguer Hortal, 2005: 57).
Como señala el autor, en este estilo de empresas los procesos de pro-
ducción son flexibles, trascienden las fronteras y no están controlados por
una única jerarquía organizativa. Además, poseen diferentes participantes
que entran en juego en diferentes momentos. Quienes están implicados en
la producción de un solo producto se hallan a menudo dispersos geográfi-
camente. Esto hace que la coordinación dependa –mucho más que de los
4. Ídem.
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Vemos cómo esta nueva manera de ser una empresa deja de lado los
roles tradicionales, las jerarquías, el espacio físico y el tiempo compartido,
las interrelaciones, y los mecanismos de identificación, entre otros.
Nuevas lógicas han invadido el mundo del trabajo, y lo someten a una
redefinición constante, generándole la exigencia de la reinvención permanen-
te, para poder ser más competitivos y estar a la altura de las circunstancias.
Esto trae aparejado la necesidad de reconvertir conceptos como los de
liderazgo, cultura, comunicación, motivación, en función de operar en un
mundo virtual. Pero eso es materia para otras publicaciones.
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Bibliografía
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TRABAJO Y SUBJETIVIDAD:
¿EL NUEVO SUJETO LABORAL?*
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Introducción
*
Adaptación basada en la Conferencia de Cierre de la autora en el marco de las II Jornadas
Universitarias sobre Psicología del Trabajo: La psicología y el mundo del trabajo: problemáti-
cas actuales y futuros escenarios. Secretaría de Extensión, Cultura y Bienestar Universitario,
Facultad de Psicología – UBA, 2005. Transcripción, adaptación y edición: Lic. María Carolina
Cebey. 2008.
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Entonces, lo que Elton Mayo trata de hacer –aunque sea desde el punto
de vista teórico– es pasar de la preocupación por la máquina y el método
de trabajo, por la organización formal y los principios de la administración
aplicables a los aspectos organizacionales –él proviene del modelo de la
administración científica, de Taylor–, a la preocupación por el hombre, su
grupo social, o sea, los aspectos psicológicos y sociológicos. Ello se debe a que
tanto a él como a su equipo de investigación lo psicológico se les presenta
como algo disruptivo, repentino, que demanda explicaciones.
Ante esto, sigue investigando y en una segunda fase pone seis obreras
con un supervisor común –del tipo hostigador, muy controlador, que gene-
raba mucho temor a la gente–; y en el otro grupo pone a seis obreras con
un supervisor –el mismo modelo–, más un observador. Y este observador
lo que hace es mantener el espíritu de cooperación, aclarar los objetivos,
generar cambios en las condiciones laborales –les daba descansos que no
estaban antes previstos, les daba refrigerios, les reducía el horario, les daba
información sobre los resultados, les pedía explicaciones, opiniones sobre el
trabajo–; o sea, cambió totalmente las condiciones laborales. Y esto generó
que la gente manifestara que realmente le gustaba más trabajar así, sin tener
un supervisor que las controlara, trabajar en un ambiente de amistad, en un
ambiente amigable, donde se pudieran relacionar, que pudiera haber, incluso,
un mejor humor. ¿Qué rescataban las obreras del experimento? Que esta forma
de trabajar era más “divertida”, que había posibilidades de ayudar a los otros
y de tener objetivos comunes, que aparecía la solidaridad.
En la tercera fase de investigación, Elton Mayo realiza entrevistas en
profundidad donde trata de indagar qué opina la gente, qué opina en relación
a las relaciones humanas y qué actitudes, qué sentimientos tienen; escucha
sus opiniones. Y aparece entonces un elemento tensionante: la lealtad entre
ellos y también la lealtad a la empresa; lo que hace que a veces aparezca
el conflicto, que se genere un punto de tensión. Porque muchas veces, en
situaciones conflictivas, había que elegir por quién tener la lealtad: si por
los compañeros o por la empresa. O sea que empiezan a jugar elementos
que antes no eran tenidos en cuenta. No que no existían; sino que no eran
tenidos en cuenta. Por eso mi pregunta es: “¿el nuevo sujeto laboral?”, con
signos de interrogación. Eso no se tenía en cuenta.
¿Qué les pasa entonces a Elton Mayo y su grupo de investigadores? Lo real.
Déjours (1998) plantea la diferencia entre lo real y la realidad. Sostie-
ne que lo real es lo que en el mundo se hace conocer por su resistencia al
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Entre sus aportes plantea que una organización es más que un grupo de
individuos –esto es un concepto sistémico– que actúa por intereses econó-
micos; también cuentan los afectos y los sentimientos. Allí enfatiza más lo
individual. Los afectos y los sentimientos se desarrollan con el otro pero ani-
dan en un sujeto. Cada individuo es una personalidad altamente diferenciada,
sostiene Elton Mayo, que incide en el comportamiento y las actitudes de las
personas con quienes mantiene contacto y es influenciada por ellos; y en ese
intercambio trata de satisfacer sus intereses y aspiraciones más inmediatas.
Hay aquí una cuestión dinámica en el concepto, hasta dialéctica, en
la que uno se ve influyendo. Uno puede recordar aquí a Kurt Lewin con el
concepto de campo psicológico y con el de hombre en situación, donde el
sujeto influye sobre el medio y a su vez el medio influye sobre el sujeto (1978).
Elton Mayo también considera la naturaleza del trabajo y su contenido como
de gran influencia sobre la moral, y sostiene que la rutina es mortificante,
en tanto afecta negativamente las actitudes del trabajador, su eficiencia y
su satisfacción.
Lo que sucede en la actualidad, cuando se habla tanto del cambio de
paradigma, es que en realidad la rutina, que es la que genera tanta insatis-
facción, pasa a estar depositada en la tecnología. Ahora son las máquinas
las que hacen las rutinas.
Déjours, (1998: 44) define al trabajo como “la actividad coordinada
desplegada por los hombres para enfrentar lo que en una tarea utilitaria no
puede obtenerse mediante la estricta ejecución de lo prescripto”. Podemos
decir que lo que se hace mediante la estricta ejecución de lo prescripto son
las tareas que desarrollan las máquinas, que hace la tecnología, y que eran
las tareas rutinarias que antes se le pedían a los trabajadores; y por eso no
interesaba lo individual, lo psicológico, lo social. Lo que interesaba era que
hiciera, y repitiera y repitiera, porque eso era lo que se convocaba de él.
Porque los que pensaban eran algunos pocos, y los otros eran para trabajar.
En este modelo, el de la administración científica, había una gran masa que
ponía el cuerpo y que tenía que trabajar, y otros pocos que pensaban y decían
por dónde iban las cosas.
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La subjetividad
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El concepto de trabajo
1. Un día de furia (título original: Falling down). Dirigida por Joel Schumacher, Alcor Films,
1993.
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Porque, si bien está el sujeto y el grupo, también es cierto que las empresas
contratan individualmente a la gente y estimulan la competitividad. Y esto
es una gran contradicción, que es muy difícil de resolver. Por lo menos por
ahora. Porque se trata de dos discursos totalmente antitéticos, que ni siquiera
están en tensión, sino que chocan.
González Rey (2002) plantea que el sujeto es sujeto del pensamiento,
pero entendido como procesos de sentido, que sólo actúa a través de situacio-
nes y contenidos que implican la emocionalidad, que es la condición perma-
nente en la definición del sujeto. Tanto el lenguaje como el pensamiento se
expresan siempre desde el estado emocional de quien habla y piensa. Fíjense
la importancia de lo emocional. Es la emoción la que define la disponibilidad
de los recursos subjetivos para actuar. O sea, el pensamiento es emoción.
Por eso tiene tanto desarrollo la inteligencia emocional. Y fíjense cómo se
rompe aquel paradigma en el que la inteligencia era pura lógica y había que
buscar el test que midiera con mayor pureza y aislara con mayor eficacia la
inteligencia y la pudiera definir.
Ese modelo, detrás del cual estuvieron muchísimos autores, buscando, en
este momento cae; cuando se empieza a abrir la cuestión de la inteligencia
atravesada por lo emocional; cuando se empieza a ver que uno puede ser muy
inteligente pero si la neurosis no me lo permite, hay cosas que no voy a poder
hacer nunca aunque quisiera. Y esto se ve mucho en lo laboral. El estudio de
lo emocional en lo laboral es fundamental. Por eso somos tan importantes
los psicólogos en las organizaciones, porque somos los que damos cuenta de
la emoción. Y, por otro lado, cuando hablamos de potencial de desarrollo,
si no tenemos en cuenta lo emocional, nos quedamos mirando con un solo
ojo. Porque, en realidad, muchas veces no nos desarrollamos, o hay aspectos
de nuestra vida que no desarrollamos, precisamente por lo emocional.
Discusiones
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Bibliografía
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Artículo publicado en la Revista Digital PSYberia. Facultad de Psicología, Universidad
Nacional de Rosario, 2009. ISSN: 15153584.
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manera que el pasado era el factor que permitiría la construcción del nuevo
presente y del futuro.
Trataron de hacer una interpretación lo más objetiva posible de estos
sucesos y su impacto en la vida de la comunidad, por lo que, incluso, bus-
caron transformar los datos psicológicos complejos en datos objetivos y
cuantitativos.
Lazarsfeld y su grupo (1996) destacaron entre sus conclusiones la relación
de los desempleados y el tiempo, considerando que la ruptura de la relación
con el trabajo cotidiano disminuye el contacto con el mundo exterior y,
además, produce la pérdida de la posibilidad de utilizar el tiempo cotidiano
de manera material y también psicológica.
La vida en la fábrica había enriquecido su vida social, y era algo que
extrañaban. Al mismo tiempo, descubrieron que los miembros de la comu-
nidad se habían quedado sin proyectos a largo plazo, a lo que se sumaba una
pérdida de confianza, basada en la pérdida de la identidad laboral.
Cincuenta años después –en la década del 80–, y frente a la crisis de los
países anglosajones, Marie Jahoda (1982) retoma este análisis y se focaliza en
la pérdida de las funciones sociales y psicológicas del trabajo en un contexto
de ausencia o precarización laboral.
Es entonces que elabora la “teoría de la privación”. Desde su perspectiva,
el empleo posee dos funciones diferentes:
° La manifiesta, que es la de proveer ingresos.
° Y seis funciones latentes, a las que también llama “categorías de ex-
periencia”:
1.Otorgar una estructura temporal a nuestra vida diaria;
2.Posibilitar relaciones sociales con personas ajenas al grupo familiar;
3.Vincular a las personas con metas de carácter social, permitiéndoles
realizar una contribución individual y dándoles el sentimiento de ser
útiles a la sociedad, mediante el poder trascender a las preocupaciones
personales;
4.Permitir la posibilidad de desarrollar una actividad de manera habitual
y regular;
5.Asignar un estatus y una identidad en virtud del empleo, que es fuente
de identidad personal;
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b) Constructo “compromiso”:
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D10 4,97 5,82 5,40 4,21 4,02 3,83 5,52 5,40 4,24
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Vemos que ser útil a la sociedad está considerado en tercer lugar, luego
de la función subjetiva y psicológica de ser algo satisfactorio, y de la función
económica de ser generador de ingresos. Dos funciones que también están
consideradas en el estudio de Jahoda.
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La gran crisis de 2001 se venía gestando desde 10 años atrás con la pér-
dida sistemática de puestos de trabajo. Ese largo proceso desgastó la función
del trabajo como generador de estatus y productor de identidad. Medida
saludable como pocas, en términos de salud mental, pues una de las causas
de mayor sufrimiento durante la caída del empleo, productora de serios
problemas psicológicos, fue el hecho de que en la era del pleno empleo: ser
y hacer estaban simbiotizados de tal manera que uno era lo que hacía, ergo
si uno no hacía no era.
En nuestro estudio, esta función aparece totalmente desdibujada. Si bien
al trabajo se le atribuye el ser fortalecedor de la autoestima, no se le asigna
el ser dador de identidad central.1
Esta función, además, Jahoda se la asigna al empleo, y los cartoneros o
los autónomos, por ejemplo, tienen trabajo, no empleo.
Sólo en los piqueteros podemos detectar que no se quieren identificar
con el ser desocupados. Prefieren ser piqueteros, que al menos se los relacio-
na con una actividad que es el hacer piquetes. Estaríamos hablando de una
identidad laboral transitoria.
Sennett (1998) dice, al respecto, que las incertidumbres que provoca
la flexibilidad, la valoración del riesgo y la autonomía, el hecho de que las
personas trabajen en tareas de corto plazo, y cambien de empleo con fre-
cuencia, dificulta la obtención de un sentido de identidad personal a partir
del trabajo y el poder extraer una identidad del mismo. Se trata, entonces,
de una identidad periférica.
Stecher et. al. (2005: 104) plantean que “las características del trabajo
de este siglo han perdido su centralidad como fuente de sentido para la
construcción de identidades”. Y más adelante expresan: “Esto no significa
que el trabajo no sea parte de las definiciones de sí mismo que construyen los
sujetos, sino que las significaciones con las que aparece en dichas narrativas
se ha trasformado”.
En relación al trabajo como fuente de estatus, podemos remitirnos al
constructo anteriormente descripto, “Resultados valorados del trabajo”.2
Como se observa en el Gráfico 7. Funciones del trabajo, el resultado más
valorado tiene que ver con una función subjetiva, relacionada primero con
1. Mientras que la primera tiene que ver con el valor de los resultados que uno produce, la
segunda, con ser o no ser.
2. Para una definición del constructo, ver: tercera función latente, apartado b).
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Bibliografía
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Introducción
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El presente artículo está basado en la tesis de maestría que, bajo el título “El Uso Estratégico
de Herramientas para el Diagnóstico de Procesos Socio Organizacionales”, fue realizada en el
año 2003 por la Dra Liliana Edith Ferrari. Ese trabajo se abocaba a profundizar las actividades
de diagnóstico, exploración y producción de información/conocimiento, que resultan los
inputs imprescindibles para el seguimiento, la comprensión y la modificación de los procesos
organizacionales concretos.
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El continuo autoritario-democrático
El punto de partida para las investigaciones empíricas sobre el lide-
razgo lo situamos en la dicotomía entre liderazgo autoritario-autocrático
y liderazgo democrático-igualitario, inaugurado por el trabajo de Lewin y
Lippitt en 1938. En términos de Bass y Stodgill (1990), esta dicotomía es
una simplificación del dilema que enfrenta quien conduce grupos: la foca-
lización en la tarea o en los individuos. Desde los primeros estudios, y hasta
el trabajo de Misumi (1995), los líderes pueden tener comportamientos
de uno y otro estilo y ser percibidos como autoritarios o democráticos a
lo largo de su tarea, que se trata de organizar para tener las cosas hechas.
Misumi agrupa todos los criterios de investigaciones anteriores para ambos
estilos bajo dos funciones del liderazgo:
- La performance: que comprende el desempeño como ejecución o
realización; y
- El mantenimiento: función orientada a la estabilidad e integración
social del grupo.
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1. autocrática explotadora;
2. autocrática benevolente;
3. consultiva; y
4. democrática.
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Tendencias contemporáneas
El enfoque transcultural
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Liderazgo carismático
Enfoque transaccional
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Enfoque transformacional
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Cuadro 1: Estilos básicos de liderazgo. Versión adaptada por Liliana Ferrari (2003)
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Bibliografía
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Strauss, J.P., Mount, M.K. y Barrick, M.R. (1994). “Validity of observer ratings
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Tannenbaum, A.S. y Schmitt, W.H. (1958). “How to choose a leadership
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Triandis, H. C. (1990). “Aproximaciones teóricas y metodológicas al estu-
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ingroup”. Journal of personality and social psychology, 54, pp. 323-338.
Triandis, H.C., Chan, D.K.-S., Bhawuk, D.P.S., Iwao, S. y Sinha, J.B.P.
(1995). “Multimethod probes of allocentrism and idiocentrism”. Inter-
national journal of psychology, 30, pp. 461-480.
Triandis, H. (1994) “Recherches recentes sur l’individualisme et le collec-
tivisme”. Les Cahiers Internationaux de Psiychologie Sociale, N° 6.
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1. La cultura organizacional
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5) Estrategias correctoras
Cuando en la organización se necesita un cambio, ¿qué se debe hacer
y cómo conseguirlo? Si los clientes se quejan de la calidad de un producto,
¿se debe despedir al responsable de su fabricación, revisar los procesos, hacer
un diagnóstico con especialistas? Este ámbito de adaptación empresarial es
uno de los más importantes, ya que las crisis revelan aspectos de la cultura ya
constituida y ofrecen oportunidades para la formación de una nueva.
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5) Premios y castigos
El sistema de sanciones para la obediencia y desobediencia de las reglas,
los premios y castigos y el modo de administrarlos, son condiciones indispen-
sables para el funcionamiento de cualquier grupo. Las recompensas reflejan
un valor social adquirido (reconocimiento de los superiores, oportunidades
de promoción), más allá de las retribuciones económicas. Por esa razón, es
importante para los miembros de la organización conocer los medios por los
cuales se adquiere una jerarquía.
6) Ideología
Las organizaciones generan ideologías en torno a sucesos críticos de su
historia que son difíciles de explicar o controlar. Mitos y leyendas sobre la
fundación de la empresa, sus épocas de crisis, sus héroes, cómo se hizo frente a
los competidores, cómo se desarrolló un producto nuevo, el comportamiento
destacado de un empleado, explican el modo en que las situaciones fueron
controladas. Las ideologías en las organizaciones incluyen generalmente
postulados sobre la misión central, las metas y los medios para cumplirlas,
así como también sobre el modo de relación entre sus miembros.
En relación a las funciones que cumple la cultura, cabe destacar que,
además de resolver los problemas de supervivencia externa e integración
interna, reduce la ansiedad que provocaría cualquier situación nueva. Las
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2. En la primera mitad del siglo XX, la antropología social desarrolló la convicción de que
todas las sociedades (modernas o tradicionales) se enfrentan con los mismos problemas básicos
pero difieren en las respuestas.
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3. Las puntuaciones no representan puestos absolutos sino relativos de los países, pues son
solamente medidas de las diferencias.
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con control laxo, los costos no son muy tenidos en cuenta, los horarios
de las reuniones pocas veces son respetados y son frecuentes las bromas
sobre el trabajo. En las organizaciones con control estricto, existe una
preocupación por los costos, hay respeto por la puntualidad, y son raras
las bromas sobre el trabajo.
7. Normativismo frente a pragmatismo. Esta dimensión alude al concepto
de orientación al cliente. Las organizaciones normativas, a partir de una
actitud dogmática, ponen el foco en el estricto cumplimiento de los pro-
cedimientos organizativos, pues los consideran más importantes que los
resultados (las normas son prácticamente inviolables). Las organizaciones
pragmáticas se guían por el mercado y consideran que la satisfacción de
las necesidades del cliente y los resultados son más importantes que la
corrección de los procedimientos.
Según Hofstede, estas siete dimensiones pueden ser útiles para los direc-
tivos y los demás miembros de una organización, ya que permiten:
- Identificar subculturas en la propia organización;
- Verificar si las estrategias encajan con la cultura;
- Identificar potenciales conflictos en caso de fusiones y adquisiciones; y
- Realizar un seguimiento de las culturas organizativas a lo largo del tiempo.
3.3. Los valores y las prácticas: importancia relativa según las situaciones
Teniendo en cuenta los resultados de los dos proyectos de investigación
descriptos, se arribó a las siguientes conclusiones:
1) A nivel nacional (cuando se compara una misma organización en
distintas naciones), las diferencias culturales se dan principalmente en
los valores y menos en las prácticas.
2) A nivel organizativo (cuando se comparan distintas organizaciones
en una misma nación), las diferencias culturales aparecen más en las
prácticas que en los valores.
3) Se puede añadir un nivel intermedio de ocupación entre la nación y
la organización, que alude a la adquisición de valores y prácticas cuando
se ingresa al campo de la actividad laboral.
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EL TRATAMIENTO DE LA GESTIÓN
DEL CONOCIMIENTO
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1. Introducción
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¿Qué debe hacer la organización para ser competitiva y qué hace actual-
mente o puede hacer? Esta cuestión les permitirá conocer cuál es el hueco
(gap) estratégico y redefinir la estrategia.
¿Qué necesita saber para desarrollar su estrategia? Esta le permitirá valorar
el gap (hueco) de conocimiento existente en la organización y vincular su
estrategia competitiva con su proceso de gestión del conocimiento.
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3. Tipologías de conocimiento
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b) Constitución de equipos
La constitución de equipos con el cometido de crear conocimiento que se
materializará en nuevos productos y servicios o nuevos procesos es una de las
fórmulas más extendidas. Aunque desde planos diferentes, numerosos autores
propugnan la constitución de equipos multidisciplinarios, cuyos miembros
deben detentar conocimientos y experiencias distintas.
Nonaka y Takeuchi (1999) establecen que la diversidad de percepciones
de los individuos previene que el equipo proponga soluciones estandarizadas;
sus miembros deben desarrollar conjuntamente nuevas ideas o combinar
las existentes de forma novedosa. Aunque estos equipos pueden llegar a
resultados inalcanzables de otro modo, no deben plantearse como la única
vía para la creación de conocimiento. De hecho, van a requerir de inver-
siones significativas en tiempo y esfuerzos, así como una cuidadosa gestión
para otorgar a sus miembros suficientes dosis de conocimiento compartido y
un lenguaje común. Sólo de esta forma podrán trabajar juntos de un modo
sinérgico evitando el peligro de que la fusión derive en confrontación.
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c) Adaptación
La adaptación como mecanismo para la creación de conocimiento
hace referencia a los cambios que la organización debe llevar a cabo para
hacer frente a las variaciones que registra su entorno. La máxima “adaptarse
o morir” guiará la generación de conocimiento. El lanzamiento de nuevos
productos por parte de los competidores, las nuevas tecnologías, así como los
cambios sociales y económicos obligan a las organizaciones a generar nuevo
conocimiento de cara a acomodarse a las condiciones cambiantes, dado
que, en caso contrario, corren el riesgo de desaparecer. Existe una amplia
bibliografía dedicada al estudio de los complejos sistemas adaptativos, así
como al cambio organizativo.
Incluso la disciplina de la estrategia empresarial, ha dejado de prestar
atención al modelo estático de análisis sectorial propuesto.
d) El valor de la narrativa
Las narraciones proporcionan una rica y compleja comprensión de un
evento o una situación determinada en un contexto humano. Aquí se nos
plantea la siguiente cuestión: ¿qué es necesario para que las cosas cobren
sentido? Tal vez: algo que conserva la plausabilidad y la coherencia, que es
razonable y memorable, que contiene experiencias pasadas así como expec-
tativas, que tiene eco en otras personas, que puede ser construido retrospec-
tivamente pero que también puede ser utilizado de forma prospectiva, que
captura tanto el sentimiento como el pensamiento, algo que es entretenido
de construir.
Resumiendo, lo que resulta necesario para que algo “tenga sentido” es
“una buena narración”. Esta definición de narración está próxima al propio
significado del conocimiento. Muchas organizaciones tratan de codificar el
conocimiento tácito a través de los relatos. Algunas difunden entre sus traba-
jadores o entre sus diversas oficinas y centros, vídeos que muestran y explican
hechos importantes que han acontecido en la organización; por ejemplo, la
forma en la que se llevó a cabo una venta exitosa. Existen, asimismo, organi-
zaciones que transmiten diariamente, a través del correo electrónico, relatos
sobre aspectos importantes de la actividad y que muestran la conducta que
sería deseable en actuaciones similares.
En todos los casos, se observa que el conocimiento es más fácilmente
incorporable cuando se transmite en un contexto y en un lenguaje que es
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PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
e) Historiales de aprendizaje
Un grupo de expertos en ciencias sociales, directores de empresa y
periodistas del Centro para el Aprendizaje de la Empresa del MIT (Massa-
chusetts Institute of Technology) ha desarrollado una técnica de apoyo a la
codificación del conocimiento tácito. Esta técnica, basada en el valor de la
narrativa, se define como historial de aprendizaje. El historial de aprendizaje
se inspira en una práctica muy antigua: la de contar cuentos a un grupo. Se
trata de un relato escrito del conjunto de episodios recientes y críticos que ha
vivido la organización: una nueva iniciativa, una innovación generalizada,
el lanzamiento exitoso de un producto, o una situación conflictiva como una
restructuración de personal.
f) El mentoring:
El mentoring, término que se puede traducir como “tutoría”, resulta
efectivo a la hora de transferir el conocimiento tácito. La transferencia de
competencias, habilidades y experiencias entre quienes las poseen y quienes
las necesitan, impulsa la retención de competencias en la organización y
permite disponer de una masa crítica de personas competentes (evitando
que determinadas competencias resulten exclusivas de un grupo reducido),
contribuyendo a la socialización del conocimiento tácito.
El mentoring se basa en la relación persona a persona. Pero no se trata
de observar y emular. Tampoco se consideran las variables edad y /o anti-
güedad. Así por ejemplo, la persona que actúa de mentor puede tener menos
antigüedad en la empresa que el/ la protegido/a o ser de menor edad. Los
niveles jerárquicos tampoco se tienen en cuenta. Lo que no impide que en
ocasiones se produzca entre especialistas del mismo nivel, para lograr una
mejor combinación de competencias.
El diseño y puesta en marcha de programas de mentoring contribuye a
la mejora de las organizaciones desde diferentes ópticas:
103
GRACIELA GELAF
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PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
explícito, sirve para que éste pueda ser ubicado y compartido, y permite
identificar a las personas que detentan el conocimiento tácito. El mapa de
conocimiento identifica dónde se encuentra el conocimiento pero no lo
contiene. El objetivo principal del mapa es facilitar que el conocimiento sea
accesible a un amplio número de personas, fomentando, en última instancia,
la colaboración y el aprendizaje organizacional. Se trata pues de un dispo-
sitivo visual del conocimiento capturado que retrata las fuentes, los flujos y
las barreras del conocimiento en una organización.
El principal propósito y el beneficio más evidente de un mapa de co-
nocimiento es mostrar qué conocimiento existe en la organización y a qué
personas o lugares acudir en su búsqueda.
Además se señalan otras ventajas y/ o utilidades tales como:
- Evitar y/o prevenir incurrir en la reiteración de la innovación (rein-
vención) y el consiguiente ahorro de tiempo en la búsqueda así como
en los costes de adquisición;
- Ubicar las fuentes y los obstáculos principales en la creación y trans-
ferencia de conocimiento;
- Descubrir las comunidades de práctica ya constituidas o emergentes y
en las que está aconteciendo el aprendizaje;
- Facilitar la medición del progreso de los proyectos de gestión de co-
nocimiento que se estén llevando a cabo;
- Reducir la carga o responsabilidad de los expertos puesto que el personal
puede encontrar con rapidez información crítica;
- Permitir la visualización de las oportunidades de aprendizaje y de
incremento de conocimiento;
- Consentir a la organización apreciar la pérdida y/o la incidencia de su
capital intelectual;
- Explorar las competencias y las virtualidades que detentan los indivi-
duos y la organización en su conjunto;
- Proporcionar un inventario de los activos intelectuales de la organi-
zación; e
- Introducir mejoras en la atención al cliente, la toma de decisiones y
la resolución de problemas mediante el acceso al conocimiento direc-
tamente aplicable.
105
GRACIELA GELAF
h) Transferencia espontánea
Si bien la gestión del conocimiento supone una transferencia formalizada
del mismo, el proceso de su desarrollo implica la adopción de estrategias e
iniciativas que fomenten los intercambios espontáneos. Particularmente, en
las organizaciones centradas en la creación de conocimiento.
Los encuentros y conversaciones informales son, a menudo, una buena
ocasión para la transferencia de conocimiento. Por ejemplo, la transferencia
basada en las conversaciones espontáneas ha dado lugar a que en Japón se
creen las talk rooms o “salas de conversación”: espacios cómodos y bien
acondicionados donde cada persona pasa aproximadamente veinte minutos
de su jornada laboral. No se conciertan encuentros en estas salas, sino que
los trabajadores acuden y se encuentran espontáneamente. Cabe asimismo
hacer mención a los encuentros fuera del lugar del trabajo (cenas, salidas
nocturnas) frecuentes en Japón, país donde el uso del e-mail en el trabajo está
menos extendido y se prefiere el contacto directo. En cualquier caso, parece
lógico pensar que las fórmulas de transferencia espontánea son múltiples y
deben adaptarse a la cultura corporativa e incluso nacional.
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PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
j) Comunidades de Práctica
Las comunidades de práctica sirven para aprender de los miembros
veteranos, participando en determinadas actividades relacionadas con la
práctica de la comunidad. Las personas van pasando, progresivamente, de
una participación periférica a la plena integración. La comunidad de práctica
es una condición intrínseca para la existencia del conocimiento, donde se
aprende porque se supera la mera réplica.
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GRACIELA GELAF
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PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
5. Consideraciones y conclusiones
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GRACIELA GELAF
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PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
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GRACIELA GELAF
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PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
6. Bibliografía
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GRACIELA GELAF
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PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
SILVIA KOFFSMON
1. Introducción
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SILVIA KOFFSMON
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PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
El trabajo en equipo, como señala Surdo (Koffsmon, 2008: 1), “es una
herramienta fundamental de las nuevas organizaciones laborales. Es un estilo
de realizar una actividad laboral, es asumir un conjunto de valores, y un nuevo
modelo de relación laboral entre los hombres que se basa en el Ejercicio de
la Participación, cuya base es: el no al autoritarismo, y el sí a la confianza
interpersonal, a la comunicación fluida, al apoyo mutuo, al respeto por las
diferencias, a la planificación de los espacios de interacción y protagonismo,
tanto para diseñar las tareas comunes como para evaluar los logros en forma
permanente y sistemática”.
El trabajo en equipo se basa en interacciones sociales fluidas, perma-
nentes y coordinadas en interdependencias complementarias y actitudes
colaborativas. Todo esto aporta al proceso productivo y al bienestar psíquico
de sus actores, dando coherencia y sentidos compartidos. En nuestro plan-
teo, la complejidad del trabajo en equipo en grupos heterogéneos de amplia
diversidad generacional exigirá a sus actores un mayor esfuerzo, dado por las
presiones impuestas por la organización del trabajo de trabajar en equipo.
Trabajar en equipo significa actividad con otros para alcanzar una meta
común aun cuando el campo grupal se presente con valores, creencias y
comportamientos en el trabajo caracterizados no sólo por las diferencias de
los sentidos individuales, sino, y especialmente, por las atribuidas a la amplia
diversidad generacional.
Buscamos comprender cómo esta diferencia operaría en el vínculo social
del escenario laboral actual. Reconocemos que siempre hubo desigualdades
y asimetrías en las organizaciones laborales que generaron cierta sobrecar-
ga o malestar psíquico expresado en general como conflictos. Aquí nos
centramos en el malestar psíquico (normalidad sufriente) generado por la
diversidad generacional y su expresión en los procesos psíquicos subjetivos
e intergeneracionales. Dice Dejours (2000: 3): “los vínculos sociales en el
trabajo, o por el trabajo, no son neutros o igualitarios, están atravesados por
relaciones de desigualdad entre los sujetos o más exactamente por relaciones
de dominación (…) pero si el trabajo es ante todo una relación dominada,
es también una relación negociada”.
En el escenario actual de la diversidad generacional podemos observar
que, en general, los vínculos sociales intergeneracionales se caracterizan por
el enfrentamiento y la mutua desvalorización. Habría en los trabajadores una
tendencia a encapsularse en el propio subgrupo, quizás como un modo de
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SILVIA KOFFSMON
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PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
también desde las asignaciones de sentido dadas por las propias racionalidades
generacionales (culturas subjetivas).
Tomemos como ejemplo el requerimiento comunicar, tarea que en las
organizaciones laborales suele ser motivo de largos procedimientos y muchos
desentendimientos. Nunca lo prescripto será suficiente. Desde los aportes de
la Psicodinámica del Trabajo, si esto es así en cualquier escenario laboral,
en el caso específico que describimos se añadiría una mayor complejidad,
dada la multiplicidad de reinterpretaciones. En este aspecto se inscribe este
trabajo siguiendo a Dejours (1980), cuando hace el replanteo de la noción
de organización del trabajo y la caracteriza como producto del juego de las
relaciones sociales y del conflicto de interpretación de los agentes.
En nuestro caso, teniendo en cuenta los factores psico-sociales ya men-
cionados, la variedad de reinterpretaciones dadas por las asignaciones de
sentido individual y de las diferentes generaciones traería aparejadas cierto
nivel de malestar psíquico individual, así como un clima laboral de tensión
y desconfianza.
En el ejemplo comunicar, lo prescripto sufriría un reajuste producto de los
múltiples y diversos significados. Para un sujeto laboral de aproximadamente
50 años, un baby boomer (este concepto será desarrollado más adelante),
la comunicación está valorada centralmente cuando hay un “cara a cara” y
reciprocidad de respuesta por el otro en el momento. Mientras tanto, para un
joven colega de la generación del nuevo milenio, que responde por Skype y
al mismo tiempo contesta un mail desde su BlackBerry, el concepto de co-
municación valora más los acuerdos breves y concisos online, despreciando
por el contrario las largas explicaciones y discusiones de una reunión grupal.
Las diferentes lógicas generacionales suelen expresarse como conflicto de
confrontación y desvalorización. Esta descalificación termina generando una
ruptura del lazo social; a modo de protección, cada generación se encapsularía
en su propio sub-sistema. Las relaciones intersubjetivas se caracterizan así por
la distancia afectiva, la rigidez y vulnerabilidad en los vínculos.
Cada actor generacional trataría de ejecutar la tarea prescripta para
el trabajo en equipo, tal como está planteada; pero se impondría cierta
restricción porque el lazo social generacional estaría bloqueado o ausente.
Predominaría entonces la insatisfacción, la falta de reconocimiento y el cli-
ma de desconfianza. El trabajo en equipo de este modo quedaría sólo como
prescripción, los actores se agotarían, el lazo social se distanciaría y enton-
ces suele escucharse “en este equipo cada uno hace la suya”. Las conductas
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SILVIA KOFFSMON
reales adoptadas en este caso por los sujetos laborales de amplia diversidad
generacional podrían aparejar la falta de:
- lazo social, hay puentes cortados entre generaciones;
- comprensión a los principios y creencias del otro generacional;
- reconocimiento y percepción de un sinsentido a las conductas de lo
diferente;
- aportes complementarios y colaborativos;
- coordinación en acuerdos básicos de sentido, incoherencias.
¿Qué hacen las personas para resistir a las restricciones que impone la
organización del trabajo en equipo cuyos actores provienen de diferentes
generaciones?
Interrogarnos sobre esta cuestión implica acercarnos a pensar el costo
humano del trabajo en equipo, cuestión central del trabajo y la salud.
Observaríamos desde nuestra experiencia subjetividades tensadas, su-
frientes e interrelaciones poco flexibles con escasos acuerdos y compromisos.
Las culturas subjetivas actuarían como enfrentamiento, limitando el clima
de confianza,
¿Qué ocurre cuando los sujetos laborales están “agotados”? Algunos se
desmoronan, la mayoría se queja, critica, se rigidiza en su esquema mental,
pero también la mayoría lo puede compensar aplicando lo que Dejours plantea
como “actividad subjetivante”. Recordamos su definición de trabajo como
“la actividad desplegada por los hombres y las mujeres para enfrentar lo que
no está dado por la organización prescripta del trabajo” (Davezies, 1991: 6).
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PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
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SILVIA KOFFSMON
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PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
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SILVIA KOFFSMON
medio social y laboral. Por lo tanto, si alguno de estos factores sufre altera-
ciones, también modificarán dicho significado.
Conocer el significado del trabajo funciona como guía para la acción a
través de las creencias de cada uno de los individuos acerca de: las metas –lo
que se espera o desea del trabajo–, las normas societales –lo que se espera
dar o recibir en la situación laboral a fin de alcanzar dichos objetivos–, y la
centralidad –grado de identificación personal con el trabajo.
El modelo MOW (Meaning of Working. Internacional Research Team,
1987) se trata de un modelo teórico complejo, flexible, cambiante y mul-
tidimensional, que hace referencia a las creencias, expectativas y valores
del trabajador en lo que al trabajo en general respecta. Las mencionadas
dimensiones que lo integran resultan interdependientes. Es un conjunto de
factores cognitivos, afectivos y predisposicionales, que interactúan en el es-
cenario laboral. Pero, ¿qué pasa cuando en el mismo escenario laboral entran
a operar acciones diferentes provenientes de maneras de valoración distintas?
Existe un conjunto de relaciones dinámicas entre los tipos motivacionales de
valores que surge del supuesto subyacente de que las acciones emprendidas
para realizar cada tipo de valor tiene consecuencias psicológicas, prácticas y
sociales que pueden entrar en conflicto o ser compatibles con la realización
de otro tipo de valores. El análisis de los conflictos y compatibilidades que
pueden ocurrir cuando las personas intentan realizar estos valores de forma
simultánea puede ser la base de la formulación de hipótesis sobre las relaciones
entre prioridades de valores. Recordemos la conceptualización de Schwartz
(1992) acerca de los valores cuando los expresa como metas motivacionales
que indican aquello que los sujetos o grupos definen como deseable o no
deseable, significante o no significante en sus vidas.
La “centralidad” refiere a la creencia general sobre la importancia del
valor del trabajo en las vidas de las personas, desde el grupo MOW. En otros
términos, sería el grado en que la persona se identifica con el trabajo, convir-
tiéndose éste en central para su vida. Dentro del concepto de centralidad, dis-
tinguimos dos componentes: creencia / valor y orientación / decisión. El primero
de ellos hará hincapié en su relación con el self, que surge de la consistencia
cognitiva entre el trabajo como actividad y el self como referente. El segundo,
por su parte, refiere a la predilección del trabajo en relación a otras esferas de
la vida, como por ejemplo el grupo familiar, amigos, formación profesional.
Algunos puntos en común que presentan estos elementos serán: propiedades
de involucración, relacionales y la identificación del sujeto con su trabajo.
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PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
7. Generaciones
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SILVIA KOFFSMON
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PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
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SILVIA KOFFSMON
del descanso, los de las generaciones mayores manifiestan que “los jóvenes
vuelven transpirados, y con ese olor es imposible trabajar”; mientras que los
más jóvenes comentan al respecto de sus compañeros mayores: “las caras
que tienen son insoportables, parece que estuvieran dormidos”. Aquí se
observa cómo generacionalmente se atribuye al tiempo de descanso laboral
un significado y una utilidad distintas.
Otro ejemplo posible pueden ser los desayunos de trabajo. Algunas orga-
nizaciones de empleo tienen una vez al mes estos encuentros. Ello implica a
los trabajadores ingresar dos horas antes del horario habitual. La mayoría de
los empleados de las generaciones “X” e “Y” llegan tarde. Ellos arriban con
sus cabellos semi mojados, como si recién se hubieran levantado; y aluden
haberse quedado hasta tarde haciendo teletrabajos en sus casas para la orga-
nización. Entran en la sala de reunión con jugos en tetrabrick que beben del
pico. Mientras tanto, los empleados generacionalmente mayores perciben
la escena con “cara de asco”, y se “encargan” de consumir toda la comida
“para no dejarle nada a los jóvenes, si total no se lo merecen”. Desde este
ejemplo es posible observar cómo un espacio pensado para el intercambio
y la interacción se transformo en una “zona de oposición generacional” por
las diferencias de sentido respecto a ideas asociadas al trabajo.
Insistimos en este punto de oposición generacional como una restric-
ción y nuevo modo de presión que la organización del trabajo y su escenario
actual producen como sobrecarga en los trabajadores. La insistencia alude a
la aparición de fenómenos de agotamiento y estrés en los vínculos sociales
en el trabajo atravesados por relaciones asimétricas generacionales.
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SILVIA KOFFSMON
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9. Conclusiones
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10. Bibliografía
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SILVIA KOFFSMON
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PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
CAPACITACIÓN
GRACIELA GELAF
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GRACIELA GELAF
El Proceso de Capacitación
I. Diagnóstico
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PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
Análisis organizacional
Consiste en relevar y explicitar la misión fundamental de la organización,
objetivos, metas, políticas y prioridades, a fin de deducir las prioridades de
capacitación genéricas, en términos de competencias laborales requeridas
para la consecución de los propósitos institucionales. O sea en qué grado la
organización dispone o no efectivamente de dicho potencial.
Análisis funcional
En esta etapa se constatará la brecha existente entre las competencias
referidas por la gestión institucional y las competencias disponibles. Este
examen orientará la identificación de las necesidades efectivas de capacita-
ción en la etapa subsiguiente.
El análisis funcional consiste en un estudio de la realidad de gestión y del
personal en los diversos niveles y sectores de la organización en su conjunto.
II. Planificación
Esta fase está destinada a establecer la estrategia y el plan de acción. Se
diferencian dos etapas:
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GRACIELA GELAF
a) Formulación de la estrategia;
b) Planeamiento operacional.
Formulación de la estrategia
Planeamiento operacional
138
PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
III. Organización
La tercera fase consiste en disponer, estructurar y colocar en situación de
operabilidad los distintos insumos que deberán intervenir en la implemen-
tación de la actividad. Se distinguen dos etapas. 1) organización del equipo
responsable de llevar a cabo la actividad de capacitación: el de coordinación
global, el de conducción de las actividades de enseñanza-aprendizaje (ins-
tructores); el de asistencia técnica de los instructores (expertos en capacita-
ción); el de apoyo administrativo (registro, control, provisión de recursos,
etc.); 2) aprestamiento de infraestructura: asegurar los recursos materiales
y tecnológicos necesarios para desarrollar la actividad, como el lugar (aula,
laboratorio), medios y materiales (textos, proyector) instrumentos de registro
y control (planillas, libros de aula, etc.).
IV. Ejecución
La cuarta fase corresponde a la implementación de las actividades pla-
nificadas.
- Constitución del grupo destinatario (convocatoria, reclutamiento,
selección, etc.);
- Desarrollo de la actividad. Esta etapa consiste en el procesamiento
de todos los recursos asignados según el plan elaborado y los objetivos
establecidos;
- Relevamiento de aquellos datos que constituirán el insumo necesario
para la fase de “Evaluación” siguiendo el plan trazado.
V. Evaluación
La finalidad de esta fase es proveer una ponderación global de la actividad
en cuanto a eficacia y eficiencia para la consecución de los objetivos fijados.
Se compone de cuatro etapas:
- Procesamiento y análisis de datos;
- Evaluación terminal;
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GRACIELA GELAF
- Seguimiento;
- Retroalimentación.
FASE I. DIAGNÓSTICO
- Análisis organizacional
- Análisis funcional
- Identificación de Necesidades de Capacitación
-Formulación de la estrategia
-Planeamiento operacional
FASE V. EVALUACIÓN
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PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
La importancia de la capacitación
La capacitación ofrece:
- Formación grupal;
- Ampliación del cambio conocido;
- Profundización en algún aspecto;
- Aplicación en un futuro de los conceptos adquiridos.
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GRACIELA GELAF
Métodos a usar:
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PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
Según la forma:
Según el objetivo:
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GRACIELA GELAF
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PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
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GRACIELA GELAF
Todas las organizaciones deben maximizar sus recursos. Son pocos los que
tienen preparación para conocer la psicología profunda de los seres humanos.
Y es precisamente el psicólogo –por su formación profesional– el que debe
hacer llegar a la gerencia los datos que les permitan comprender qué moviliza
a la gente y de qué manera pueden aprovechar ese conocimiento para lograr
una mejor administración.
Es esencial que los altos directivos entiendan que existen motivaciones
inconscientes, y es el psicólogo quien debe transmitir esto a los escépticos
gerentes y ejecutivos. Pero lo más importante es también que se debe en-
tender y transmitir la importancia que tiene en la administración de una
organización la culpa, consciente o inconsciente. La culpa es el mayor factor
de debilitamiento de la acción gerencial: impide la evaluación del rendi-
miento, la resolución de conflictos, el liderazgo en momentos de cambio, el
mantenimiento de estándares y mucho más.
Una de las tareas del psicólogo es ayudar a los líderes a entender que
deben representar la continuidad de los valores de la organización, espe-
cialmente en períodos de cambios y tensiones. Que diferencien entre la
autoridad y el autoritarismo. Deben asesorarlos en técnicas que les permita
resolver conflictos. El cambio es una pérdida, y una pérdida necesita un
duelo para que la gente pueda adaptarse a las nuevas circunstancias. El
profesional debe reunirse con varios grupos por separado para que puedan
elaborar esas sensaciones, hablar sobre las nuevas demandas. De otra ma-
nera, con cada cambio la organización corre el riesgo de perder personal y
de cargar con la depresión residual de personas que perdieron su estatus,
identificación personal y espíritu de equipo. También debe hacerlo con
los directivos en reuniones para que estos elaboren sus desilusiones y
hostilidades.
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PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
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GRACIELA GELAF
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PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
LILIANA FERRARI
Introducción
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LILIANA FERRARI
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PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
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LILIANA FERRARI
de muerte que a su vez son fuerzas en conflicto. Sin embargo no se trata del
reduccionismo biológico, sino fundamentalmente de las condiciones cultu-
rales que permiten o impiden a las pulsiones sus propias oportunidades de
despliegue. Entonces, si bien el contenido que motiva a la gente está estable-
cido por la naturaleza pulsional, lo significativo es el proceso por el cual hay
desarrollo, adaptación o defensa en la relación entre lo interno y lo externo.
La segunda fuente o naturaleza de la motivación la encuentra Schein
(1980) en el proceso de socialización y cómo éste impacta en el desarrollo
individual. La socialización va posibilitando distintos tipos de experiencias,
en distintas etapas de la vida que otorgan contenido motivacional diferente
a los sujetos. También aquí está presente la perspectiva psicoanalítica, ya que
la socialización conlleva al desarrollo del yo y su consecuente capacidad de
mediador entre las pulsiones y la sociedad. El núcleo de la socialización se
completa también con la forma del superyó. Se trata de un proceso donde
aprendemos en parte a percibirnos como otros nos ven y que el Interaccionis-
mo Simbólico describe como el proceso de producción de una persona cuya
concepción de sí misma contiene en forma organizada las percepciones de las
personas que han sido significativas para ella, así como las propias (Cooley,
1902; Mead, 1982). El concepto de sí es entonces efecto de las interacciones
sociales y es también una poderosa fuente de motivación, ya que implica la
manera en que un sujeto va a intentar hacer consistente sus necesidades
con la imagen que tiene y con la que aspira, así como lo que busca en las
relaciones con otros, en las organizaciones y en la sociedad misma. Mante-
ner y desarrollar el concepto de sí mismo y un concepto bueno de sí mismo
es un poderoso motivador, como dice Schein. Finalmente, esta estabilidad
no es inconmovible, cada ciclo de la vida inaugura trasformaciones en la
dimensión subjetiva, por lo que el concepto de sí es un concepto evolutivo,
al igual que sus motivaciones.
El tercer aspecto que Schein marca para pensar en la motivación como
fuente es la función que cumple la elección de una ocupación y el desarrollo
de una carrera dentro de una actividad. Bajo la idea de orientación voca-
cional, es decir, la vocación como motivación, entramos en el terreno de
concebir a la motivación en su naturaleza realizativa de la persona. Al menos
en una de sus dimensiones que se consideró significativa para la mayoría de
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PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
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LILIANA FERRARI
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PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
Teoría X Teoría Y
El trabajo es evitado en la medida de lo Los empleados perciben el trabajo como pue-
posible por los empleados. den percibir el descanso o entretenimiento.
La forma en que trabajarán requiere del El nivel de compromiso con el tipo de traba-
control, la amenaza, el castigo. jo, está en relación con el grado de ejercicio
del autocontrol y la autodirección.
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LILIANA FERRARI
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PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
Trabajo desafiante
Factores
Estima Logro
Reconocimiento
Componente interno
Responsabilidad
Componente externo Relaciones interpersonales
Relaciones con los superiores
Higiénicos
Factores
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LILIANA FERRARI
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PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
Jerarquía de necesidades
Teoría ERG de Alderfer
de Maslow
Autorrealización Crecimiento
El deseo de mantener
relaciones
Sociales interpersonales
importantes
Seguridad Existencia
Proporcionar
requerimientos
Fisiológicas
básicos de existencia
material
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LILIANA FERRARI
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LILIANA FERRARI
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PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
Teoría de la equidad
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LILIANA FERRARI
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PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
Resumen
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LILIANA FERRARI
Bibliografía
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PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
167
LILIANA FERRARI
168
PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
169
LILIANA FERRARI
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Reevaluation of Outcomes in Response to Underpayment Inequity”.
Academy of Management Journal, pp. 174-184.
170
PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
Estres Laboral
EDUARDO SICARDI
1. Introducción
El fenómeno del estrés encontró una fuerte difusión en los últimos años,
y en particular el estrés laboral se instaló como un fenómeno frecuente en el
mundo del trabajo (Peiró, 2009). Ya hay quien lo considera como “la pandemia
del siglo XXI” (Caprarulo, 2007) y despierta una creciente preocupación entre
profesionales de la salud, investigadores, directivos de empresas, sindicatos,
y obviamente entre los propios trabajadores.
El estrés como concepto está ampliamente divulgado en la actualidad,
aunque no siempre con la claridad deseada, y ha venido utilizándose con
distintos sentidos a lo largo del tiempo y, según desde donde se lo refiera,
mostrando distintas acepciones.
Desde la física, en el siglo XVIII, y como concepto de la ingeniería y
arquitectura, se hablaba de tres elementos interrelacionados: la de una fuerza
o estímulo externo, como presión (load) que se ejercía sobre un material, y
que terminaba modificándolo o distorsionándolo. Se hablaba de esa defor-
mación como strain, y de stress como la fuerza interna generada a partir de
la acción de aquella otra externa.
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EDUARDO SICARDI Y PATRICIA NOVO
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PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
2. Los estresores
Se entienden como “estresores” a aquellos factores externos, y también
internos, que le presentan al individuo demandas excesivas o peligrosas, que
la persona no puede responder o controlar.
Habitualmente se los piensa como elementos netamente externos al
sujeto, en referencia al medioambiente social y físico, pero también pueden
incluirse como tales aspectos internos psíquicos o biológicos (elevada auto-
exigencia, enfermedades, etc.).
Estos estímulos favorecedores de estrés presentan formas variadas y
pueden clasificarse en distintas categorías. Algunos podrían ser denominados
como “sucesos vitales”, que se caracterizan por ser eventos reales y objetivos
que alteran la vida cotidiana, o amenazan con hacerlo, y por ello plantean
la necesidad de un importante reajuste. Quedan incluidos en esta categoría
aquellos hechos fuertemente traumáticos, agudos y puntuales (accidentes,
duelos, violaciones, cataclismos, etc.), como aquellos otros de tipo más nor-
mativo (casamiento, ingreso laboral, graduación, etc.).
Otra de las categorías refiere a los “sucesos cotidianos”, que no ocurren
en forma extraordinaria sino que son experiencias objetivas más frecuentes,
casi diarias y a veces crónicas (como ciertas condiciones habituales de trabajo
y de vida).
También están aquellos otros que se refieren a una secuencia de suce-
sos que se inician a partir de un acontecimiento específico (v.g.: despido y
desempleo).
Finalmente, el último grupo se refiere a aquellos casos de ciertas “viven-
cias subjetivas”, que no encuentran un sustento en una realidad objetiva,
sino que son imaginados por el propio sujeto.
Muchas veces se han recopilado listados de sucesos estresantes, todas
estas circunstancias nocivas, desagradables, peligrosas o amenazantes, que
se consideran habitual o generalmente estresantes conforme a la frecuencia
con que aparece dicha respuesta en la población.
Conforme a la intensidad y el tipo de estresor, la frecuencia y el tiempo
de exposición al mismo, como también a la conjunción de varios de ellos,
se han desarrollado “tablas” que permiten medir la posibilidad del estrés.
En lo que hace al estrés laboral, éste difícilmente pueda ser analizado sin
considerar los múltiples cambios que se han venido sucediendo en el mundo
del trabajo. Modificaciones que a su vez están influidas, o son consecuencia
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EDUARDO SICARDI Y PATRICIA NOVO
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PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
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EDUARDO SICARDI Y PATRICIA NOVO
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Capacidad de
Demanda laboral Situación resultante
control
Alta Baja Trabajo estresante
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La Comisión Europea (2002) planteaba el tema del estrés con un título am-
bivalente: “Estrés, ‘sal de la vida’ o ‘beso de la muerte’”. Quizás tan ambivalente
como puede ser el trabajo mismo que, como expresa Dejours (2009: 2), es capaz
de “generar lo peor, pero también dar lo mejor”, pudiendo ser un fantástico
“mediador de la salud” o un generador de “efectos deletéreos sobre la salud
mental”.
Dentro de esta última caracterización del trabajo y del estrés como
negativo para la salud, en algunos trabajadores se va detectando, no hace
muchos años, la vivencia del “estar quemado”. Noción que se conceptualiza
181
EDUARDO SICARDI Y PATRICIA NOVO
como “burn out”, al mismo tiempo síndrome específico y fase avanzada del
estrés profesional.
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PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
4. Aproximaciones teóricas
Los modelos elaborados desde consideraciones psicosociales para explicar
el síndrome de quemarse por el trabajo pueden ser clasificados en tres grupos
(Gil-Monte y Peiró, 1997).
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5. Etiología
Ciertas investigaciones sobre el tema (Gil-Monte et al., 1997; Llaneza
Álvarez, 2009) dan cuenta de que en la etiología del burn out participan
factores de tipo personal, profesional y organizacional.
Desde el punto de vista individual, las personas más vulnerables al burn
out son aquellas que manifiestan una elevada autoexigencia, baja tolerancia
al fracaso, necesidad de excelencia y perfección, alto nivel de implicación
personal en el trabajo, marcada tendencia al control (locus de control in-
terno) y un fuerte sentimiento de omnipotencia frente a la tarea. El patrón
de personalidad tipo A que caracteriza a los individuos con altos compo-
nentes de competitividad, esfuerzo por alcanzar el éxito, agresividad, prisa,
impaciencia e inquietud también predispone al síndrome. Por este motivo
se la menciona como la enfermedad de la excelencia o la enfermedad de la
idealidad (Aubert y de Gaulejac, 1993)
Desde el punto de vista profesional, el burn out se asocia a las exigencias
que impone la labor cotidiana en términos de la cantidad y calidad de recur-
sos técnicos de que dispone el trabajador para hacer frente a las demandas
de trabajo.
El aspecto organizacional contribuye desde múltiples ángulos al desarrollo
de síntomas de estrés crónico:
- La burocratización excesiva que le impone al trabajador un importante
gasto de energías para realizar tareas que considera carentes de valor y
sentido (Mintzberg, 1988).
- La desarticulación entre los distintos niveles jerárquicos para priori-
zar la dirección del esfuerzo de los trabajadores que implica marchas y
contramarchas desgastantes para éstos (Llaneza Álvarez, 2009).
- En directa conexión con el anterior, cuando la comunicación no es
eficaz, el trabajador no sabe con precisión qué debe hacer, qué criterios
debe aplicar para evaluar su tarea y a quién debe dirigirse cuando se le
presenta una dificultad. Puede causar ambigüedad y conflicto de rol.
(Mintzberg, 1988; Gil-Monte y Peiró, 1997)
190
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EDUARDO SICARDI Y PATRICIA NOVO
6. La enfermedad de la excelencia
Aubert y de Gaulejac (1993: 141) definen la quemadura interna como “la
enfermedad del agotamiento de los recursos físicos y mentales, que sobreviene
192
PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
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EDUARDO SICARDI Y PATRICIA NOVO
7. Evaluación
El instrumento usado con mayor frecuencia para medir el síndrome de
burn out, independientemente de las características ocupacionales de la
muestra y de su origen, es el “Maslach Burnout Inventory” (MBI) (Maslach
y Jackson, 1981). Es también uno de los instrumentos que mayor volumen
de investigación ha generado. Casi se podría afirmar que a partir de su ela-
boración se normaliza el concepto de quemarse por el trabajo, pues su defi-
nición más aceptada es el resultado de la factorización del MBI, que en sus
versiones iniciales se conceptualiza como un síndrome caracterizado por baja
realización personal en el trabajo, altos niveles de agotamiento emocional
y de despersonalización.
Según la última edición del manual (Maslach, Jackson y Leiter, 1996),
en la actualidad existen tres versiones del MBI:
a) El MBI-Human Services Survey (MBI-HSS), dirigido a los profe-
sionales de la salud, es la versión clásica del MBI (Maslach y Jackson,
1986). Está constituido por 22 items que se distribuyen en tres escalas y
miden la frecuencia con que los profesionales perciben baja realización
personal en el trabajo –RP– (tendencia a evaluarse negativamente, de
194
PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
En las tres versiones los items se valoran con una escala tipo Likert en la
que los individuos puntúan con un rango de 7 adjetivos (que van de “nunca”
[0] a “todos los días” [6]) con qué frecuencia han experimentado cada una
de las situaciones descriptas en los items.
Mientras que en las subescalas de agotamiento emocional (“me siento
emocionalmente defraudado en mi trabajo”, “cuando termino mi jornada de
trabajo me siento agotado”) y despersonalización (“siento que me he hecho
más duro con la gente”, “siento que realmente no me importa lo que les ocurra
a las personas que tengo que atender profesionalmente”) altas puntuaciones
corresponden a altos sentimientos de quemarse por el trabajo, en la subescala
de realización personal en el trabajo (“siento que puedo crear con facilidad
un clima agradable en mi trabajo”, “creo que consigo muchas cosas valiosas
en este trabajo”) las bajas puntuaciones corresponden a altos sentimientos
de quemarse por el trabajo. Además, esta subescala es independiente de
las otras dos, de forma que sus componentes no cargan negativamente en
ellas. Por ello, no se puede asumir que la realización personal en el trabajo
(eficacia profesional) sea un constructo opuesto a agotamiento emocional y
despersonalización (cinismo).
Desde la perspectiva del diagnóstico, tanto el constructo de quemarse por
el trabajo como cada una de sus dimensiones son consideradas como variables
195
EDUARDO SICARDI Y PATRICIA NOVO
8. Consecuencias
Las consecuencias del síndrome de quemarse por el trabajo pueden
situarse en dos niveles: para el individuo y para la organización (Gil-Monte
y Peiró, 1997: 81-95).
1) Dentro de las consecuencias para el individuo podemos establecer 4
grandes categorías :
a) Índices emocionales: uso de mecanismos de distanciamiento emo-
cional, sentimientos de soledad, sentimientos de alienación, ansiedad,
sentimientos de impotencia, sentimientos de omnipotencia;
b) Índices actitudinales: desarrollo de actitudes negativas, cinismo,
apatía, hostilidad, suspicacia;
c) Índices conductuales: agresividad, aislamiento del individuo, cambios
bruscos de humor, enfado frecuente, frecuentes gritos, irritabilidad;
d) Índices somáticos: alteraciones cardiovasculares (dolor precordial,
palpitaciones, hipertensión), problemas respiratorios (crisis asmáticas,
taquipnea, catarros frecuentes), problemas inmunológicos (mayor fre-
cuencia de infecciones, aparición de alergias, alteraciones de la piel),
196
PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
9. Estrategias de intervención
Las estrategias de intervención para la prevención y tratamiento del
síndrome de quemarse por el trabajo pueden ser agrupadas en tres categorías:
individuales, grupales y organizacionales (Gil-Monte y Peiró, 1997).
Dentro de las estrategias del nivel individual, se recomienda el empleo
de estrategias de afrontamiento de control o centradas en el problema que
previenen el desarrollo del síndrome de quemarse por el trabajo. Por el
contrario, el empleo de estrategias de evitación o de escape facilita su apa-
rición. Dentro de las técnicas y programas dirigidos a fomentar las primeras,
se encuentran la utilización del entrenamiento en solución de problemas,
el entrenamiento de la asertividad y los programas de entrenamiento para
manejar el tiempo de manera eficaz.
Se deben considerar los procesos cognitivos de autoevaluación de los
profesionales y el desarrollo de estrategias cognitivo-conductuales que les
permitan eliminar o mitigar la fuente de estrés, evitar la experiencia de estrés
o neutralizar las consecuencias negativas de esa experiencia.
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EDUARDO SICARDI Y PATRICIA NOVO
198
PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
Bibliografía
199
EDUARDO SICARDI Y PATRICIA NOVO
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la Facultad de Psicología de Valencia, España.
200
PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
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ROXANA BOSO
MARISA RODRÍGUEZ
1. Introducción
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PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
aspecto central del concepto y calidad que las personas tienen de sí mismas.
Los estudios de este tipo realizados durante varias décadas muestran cómo dife-
rentes ocupaciones reflejan diferentes patrones de interés (Schein, 1996: 77).
Ha sido Furnham (1990) quien, desde la psicología social y económica,
más ha sistematizado las dimensiones de la EPT aportando abundante evi-
dencia empírica sobre múltiples correlatos e indicando que los sujetos que
adhieren a este conjunto de creencias se caracterizan por la fuerte motivación
de logro así como por la competitividad.
En las últimas décadas, se habla de un cambio de valores que Inglehart
(1998) caracteriza del Materialismo al Postmaterialismo y que repercute en
el mundo del trabajo. Frente a la centralidad del trabajo, varios factores se
combinan para que en algunos países o regiones crezca la valoración e im-
portancia de actividades orientadas hacia el ocio y el tiempo libre, junto a
una mayor preocupación por la calidad de vida y la autorrealización (Etzioni,
1979). Algunos autores manifiestan que se está produciendo una mayor
valoración de los aspectos expresivos e intrínsecos del trabajo en nuestras
sociedades; otros señalan que se sigue manteniendo el predominio de una
valoración instrumental del trabajo; y unos terceros mantienen una posición
intermedia, que plantea la coexistencia de ambas orientaciones (Salanova,
Gracia y Peiró, 1996). De los estudios de Inglehart (1998; 2004) se des-
prende que se está produciendo un crecimiento importante de los valores
postmaterialistas como la autorrealización o el crecimiento personal en las
sociedades industriales, pero que estos cambios son generacionales, más que
fruto del ciclo vital del individuo. Existen razones para creer que los valores
expresivos van en aumento en las sociedades modernas. La gente alcanza
mayores niveles de educación y los trabajos son creados con mayor autono-
mía si los comparamos con los de la sociedad industrial. En lo que hace a las
sociedades en desarrollo, con economías más vulnerables, priman más los
valores materialistas y, más aún, las investigaciones muestran una inversión
respecto a las creencias en la EPT y la competitividad que parecen ahora
prevalecer en las sociedades menos desarrolladas (Baguma y Furnham, 1993).
En lo que hace a los estudios orientados a indagar desde una perspectiva
psicosocial las concepciones del trabajo y los valores y creencias a él asociados,
resulta interesante estimular estudios que profundicen en poblaciones jóvenes
y las características o factores que pueden actuar como condicionantes en la
aparición de perfiles diferenciales. Esta temática es interesante tanto en lo
que hace a la socialización para el trabajo como en lo referido a las posturas
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PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
Definición
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Valores que enfatizan la independencia de juicio Valores que ponen el énfasis en la auto-represión
y la acción y favorecen el cambio (autodirección sumisa, la preservación de prácticas tradicionales,
y estimulación). y la protección de la estabilidad (seguridad, con-
formidad y tradición).
Autopromoción Autotrascendencia
Valores que enfatizan la búsqueda del éxito per- Valores que destacan la aceptación de otros como
sonal y el dominio sobre otros (poder y logro). iguales así como la preocupación por su bienestar
(universalismo y benevolencia).
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PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
2. Método
2.1. Participantes
La muestra, no probabilística intencional, está compuesta por 521 es-
tudiantes universitarios de la ciudad de Buenos Aires. El 56,8% pertenece
a una universidad privada confesional, mientras el 53,2% restante, a una
universidad oficial no confesional. Respecto de las carreras de estudio,
en la submuestra de la universidad confesional, el 50% estudia Ciencias
Económicas y el otro 50%, Psicología. En la universidad no confesional,
el 48% estudia Psicología y el 52%, Ciencias Económicas. Respecto al
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PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
3. Resultados
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4. Discusión
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ELENA ZUBIETA, ROXANA BOSO Y MARISA RODRÍGUEZ
marco de una orientación normativa del deber ubica a aquél como medio
para alcanzar metas y la posibilidad de una autorrealización. Habría además
una mayor desvalorización del ocio y de lo “no productivo”.
Comparando a los participantes según sus carreras de estudio en tanto
instancias de socialización para el trabajo, en los estudiantes de Ciencias
Económicas priman valores que tienden a la Conservación y la Autopro-
moción, mientras que en los estudiantes de Psicología prevalece la Auto-
trascendencia. Los estudiantes de Ciencias Económicas enfatizan más que
los de Psicología la importancia de ceder algunos objetivos y prioridades en
beneficio de la armonía grupal –o social– junto con la seguridad y el mayor
conformismo que aquello implica. Asimismo, estos valores de mayor con-
servación se apoyan en una preeminencia del individualismo reflejada en la
necesidad de autopromoción a través de los valores de logro y poder. Por su
parte, los estudiantes de Psicología dan mayor importancia a la auto-trascen-
dencia que alude a la preocupación por el bienestar de los otros en general.
Sidanius, Levin y Pratto (1996) sostienen que hay carreras o profesiones que
atenúan las jerarquías, mientras que otras las refuerzan. Compararon estudiantes
de psicología y abogacía y encontraron que los primeros eran más igualitarios que
los segundos. Por su parte, Cheung y Kwok (2001) encontraron en su estudio
orientaciones de mayor conservación entre los estudiantes de negocios, ingeniería
y medicina. La relación de los valores de conservación con los de autopromo-
ción –que hace énfasis en el logro y el poder– es coherente con los datos que
dan cuenta de que parte de las actitudes relacionadas al Conservacionismo son
el resultado de la motivación a dominar (Sidanius y Liu, 1992).
En lo que hace a las creencias asociadas al trabajo, al igual que lo hallado
en estudios previos tanto a nivel local (Zubieta, 2007) como transcultural
(Zubieta, Filippi y Báez, 2007) es en los estudiantes de Ciencias Económicas
donde se hace más saliente una concepción favorable a la idea de “trabajo
duro”, desde una normativa más del deber que del derecho y con énfasis en
la competitividad. Como muestran los datos de Bond et al. (2004), el estilo
competitivo es más fuerte cuando se sostienen más fuertemente valores
de autopromoción, a la vez que las ocupaciones convencionales son más
elegidas por aquellos que tienen una fuerte creencia de que el trabajo duro
lleva a resultados positivos. Por su parte, el éxito –logro– es un uno de los
elementos más importantes del materialismo, que se asocia negativamente
a la auto-trascendencia y positivamente a la auto-promoción (Kilbourne,
Grünhagen y Foley, 2005).
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5. Bibliografía
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MARISA STEHLE
Introducción
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MARISA STEHLE
Tal vez a pesar de los años transcurridos tendríamos que tener presente lo
expuesto por Hegel (1802), acerca de la triple cualidad del trabajo: descubrirse
uno mismo, descubrir la sociabilidad y transformar el mundo.
La metáfora musical
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MARISA STEHLE
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1 - Ley de la Melodía
El trabajo en equipo es unión en las acciones enfocadas hacia una “me-
lodía”, un objetivo que se comparte entre todos. Aunque cada uno toque su
parte, todos conocen la melodía.
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PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
2 - Ley de la Cooperación
Nadie que quiere hacer algo importante lo hace solo. La cooperación
genera ideas, más recursos y más energía. Tocar a destiempo no sirve, tocar
solo tampoco. En la música clásica hasta el solista debe cooperar con el
director y con la orquesta.
7 - Ley de la Efectividad
El éxito del equipo está relacionado con tener conciencia de la eficacia
(aptitud) y confianza en nosotros mismos (actitud). Para que una orquesta
suene armónica, es necesario que cada músico toque con su mejor actitud,
aptitud y confianza en sí mismo.
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PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
1. Se considera CEO a los directivos con cargo más alto en una organización; el Presidente,
el Gerente General y los Directores de las distintas áreas. Es un término utilizado en el me-
dio empresario aunque también puede llamarse “Alta Dirección”. En las empresas, la Alta
Dirección forma parte del Comité de Dirección o Comité Ejecutivo que se reúne con una
frecuencia determinada y marcan la línea estratégica a seguir por esa Compañía. Las siglas
provienen del anglicismo Chief Executive Officer, que en los países de habla hispana se
denomina Presidente e informalmente “el Número 1”.
233
MARISA STEHLE
hacer y cuándo hacerlo. Necesitan la energía que los ayude a hacerlo y ese es
el papel fundamental del Líder Secreto que actúa en forma reservada, discreta,
no para exigir una obediencia, sino para facilitar una ejecución inspirada.
Pasamos a describir una escena puntual de ese líder secreto en el lugar
de director de orquesta:
- Un grupo de 70 profesionales, maestros, se encuentran sentados en
sillas, en filas perfectamente alineadas, terminando de afinar sus instru-
mentos.
- Saben profundamente lo que tienen que hacer, se han preparado para
ello.
- Se han entrenado como solistas y en ese momento compartirán sus
habilidades.
- Tic, Tic, Tic…, con simples golpecitos de su batuta sobre el podio el
Director de una Orquesta Sinfónica llama la atención, invita al grupo
a prepararse para ejecutar, en conjunto, la pieza seleccionada.
- La audiencia selecta se encuentra expectante.
- La respuesta del grupo es unísona. Silencio.
- Se presupone que las funciones del Director serán: coordinar, dirigir,
controlar, la popular imagen del Líder ejerciendo el control, el cargo
con autoridad.
- El equipo de maestros lo seguirá en respuesta a la dirección que le
imprima el Director.
- Subordinación y obediencia a la demanda del Director, del equipo y
de la partitura.
- Si bien ejecutan en conjunto, en realidad cada uno toca solo. Están
controlados primariamente por las expectativas personales de sus pro-
fesiones, de su arte.
- Provienen de diferentes culturas, poseen diferentes expectativas de
acuerdo a sus valores profesionales, a su educación, formación, a la
práctica de la ejecución y a las creencias que fueron formadas durante
muchos años.
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MARISA STEHLE
Charles Handy (1997) nos dice que es comprensible que nos sintamos
muy inseguros en lo referente al futuro, donde lo que encuentra tan apasionan-
te en medio de toda esta incertidumbre es que el futuro no esta previamente
ordenado, lo más emocionante es que podemos darle forma.
Así como hace muchos años atrás los pueblos negros en su condición
de esclavos en EE.UU. utilizaron la música como una muestra de la capa-
cidad de resiliencia (capacidad humana para enfrentar, sobreponerse y ser
fortalecido o transformado por experiencias de adversidad) creando en duras
situaciones de trabajo los Gospel o Spirituals para sobrellevar la situación que
atravesaban, hoy acercar el mundo de la música a las organizaciones permite
el desarrollo integral de las personas, en el terreno de la creatividad, la ima-
ginación, basados en la práctica de relacionar, lo que nos lleva la desarrollo
del pensamiento complejo.
La música es el terreno de la complejidad y nos sirve como analogía al
nuevo paradigma de pensamiento a nivel organizacional, donde lo funda-
mental es que logremos hacer relaciones entre disciplinas, ampliando nuestra
visión, motivarnos a realizar viajes sonoros en los cuales activemos nuestro
coraje para desarrollar otros modelos de pensamiento, tomando a nuestras
disciplinas como un “Arte”.
Bibliografía
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MARISA STEHLE
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¿Qué es la capacitación?
“La educación constituye así algo parecido a una obra de arte colectiva
que da forma a seres humanos en lugar de escribir en papel
o esculpir en mármol.”
Savater, 1997: 91
241
MARÍA FLORENCIA TROTTA Y MARÍA CAROLINA CEBEY
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Objetivos
Evaluación Tiempo
Recursos Contenidos
Actividades
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MARÍA FLORENCIA TROTTA Y MARÍA CAROLINA CEBEY
a) Objetivos:
Expresado en términos coloquiales, los objetivos generales evidencian
el “para qué” de la actividad (Blake, 1987). Son enunciados que delimitan
los resultados esperados y operan como guías de acción (Gore, 1996) tanto
para el diseñador o coordinador como para el participante (Blake, 1987).
Señalan el beneficio deseado, asequible a través del esfuerzo invertido en
el acto de aprendizaje. Paralelamente, pronuncian aquello que se quiere evitar.
En una instancia posterior, los objetivos organizacionales deben ser
depurados y reformulados para su transformación en objetivos específicos:
aquellos indicadores operacionales que se traducen en tareas concretas que
conduzcan al participante al logro del objetivo general.
250
PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
b) Tiempo
En combinación proporcionada con los objetivos, los programas de
capacitación deben contemplar el factor temporal para su diagramación e
implementación. Por ello, han de considerarse, simultáneamente, tres varia-
bles: la duración –es decir, la cantidad total de horas asignadas al desarrollo–;
la frecuencia –la periodicidad de las actividades–; y la extensión –el lapso de
tiempo, medido en semanas, quincenas, meses, etc.
Debe procurarse no asignar a los cursos horarios por fuera de los de
trabajo, puesto que resulta complejo convencer a los participantes de que su
desarrollo es importante para la organización si la misma no accede a ceder
parte del tiempo productivo para el tiempo de aprendizaje.
En la diagramación de la actividad propiamente dicha, el tiempo es un
factor fundamental para el desarrollo del aprendizaje. En este sentido, debe-
rán tenerse en cuenta el tiempo utilizado para la exposición y/o ejercitación;
pero también el destinado a los cortes e intervalos –variable programada que
debe introducirse en el momento adecuado a fin de optimizar el rendimiento
durante las etapas de participación activa.
c) Contenidos
Consisten en la información a trasmitir, es decir, lo que se espera enseñar
en el proceso. Por lo tanto, se deberá seleccionar, organizar y ordenar los
contenidos de acuerdo con un análisis lógico que se encuentre en relación
directa con la necesidad, los objetivos y con el tiempo destinado al programa.
A su vez, han de pautarse en torno a una secuencia que implique ya sea
un desarrollo por complejidad creciente, o bien de acuerdo con el grado de
interés de los participantes.
Un ejemplo ilustrativo respecto del factor temporal es el aprendizaje para
la toma de una técnica psicométrica y/o proyectiva. Tanto para una como
para la otra, se requiere una secuencia que vaya pasando paulatinamente
251
MARÍA FLORENCIA TROTTA Y MARÍA CAROLINA CEBEY
d) Actividades
Refieren a la forma en que se organiza la actividad del instructor y
de los participantes y deben funcionar como disparadores de aprendizaje
(Gore, 1996).
Los métodos o actividades pueden clasificarse en:
1- Expositivos: centrados en el instructor o experto. Basados en trans-
mitir información (conferencia, exposición dialogada, panel, etc.).
2- Técnicas grupales: también basadas en transmitir información, pero
centradas en el mismo grupo (Phillips 66, brain-storming, pequeños
grupos de discusión, etc.).
3- Resolución de problemas: centradas en la tarea. Basada en el desarro-
llo de habilidades y simulación de realidades (casos, juegos, role-playing,
demostración, práctica guiada, taller, etc.).
4- Estudio individual: centrado en el material. Basado en el aprendizaje
individual (lectura, estudio dirigido, introducción programada, etc.).
252
PSICOLOGÍA Y TRABAJO, UNA RELACIÓN POSIBLE
e) Recursos auxiliares
Comprenden todos los elementos que sirven como soporte físico al
desarrollo del programa (Gore, 1996).
Deben planificarse tanto los recursos que empleará el capacitador como
aquellos que requerirán los participantes para facilitar el proceso de apren-
dizaje.
Los recursos tienen que estar en relación con los objetivos del programa
y la actividad. Y no debe abusarse de ellos: en muchos casos la utilización de
recursos sofisticados –atractivos en apariencia– sólo complica la actividad
en lugar de facilitarla.
Desde otra perspectiva, podría pensarse que los recursos constituyen
la “logística” de la capacitación. En este sentido, y tal como Gelaf (2000)
argumenta, se trata de procurar el “aprestamiento de la infraestructura”, es
decir, de asegurar:
- Lugar: aula o sala de reunión, espacio al aire libre, etc.
- Recursos materiales y tecnológicos: manual del instructor, manual
del participante, instrumento de registro, tiza o marcador y pizarrón,
proyector, PC, video, etc.
f) Evaluación
Al decir de Cairo (1998: 78), “Es muy común asociar la palabra a examen,
notas… como si el sujeto de la evaluación fuera el participante, olvidando
que es un componente de todo el proceso de capacitación”.
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Ejercicio práctico
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Modalidad de Poblacion
Objetivo Actividad Recursos Tiempo
trabajo destinataria
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Bibliografía
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VIOLENCIA LABORAL:
UN ACERCAMIENTO CONCEPTUAL
1. La violencia laboral es reconocida por la OIT desde el año 1999. Al respecto, ver: Chappell
y Di Martino (1999).
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2. A la fecha, no existe una ley de alcance nacional que regule los hechos de violencia laboral.
La Provincia de Buenos Aires cuenta con una al respecto, sancionada a fines de 2003 y regis-
trada a principios de 2004 bajo el Nº 13.168, con el fin de: “prevenir, controlar, sancionar y
erradicar la violencia laboral en el ámbito de la administración pública provincial“
(Honorable Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires, disponible online
en:<http://www.hcdiputados-ba.gov.ar>). El ámbito de aplicación de la misma se circunscribe
a los funcionarios y/o empleados de la Provincia. La ley no sólo conceptualiza lo que ha de
entenderse por “violencia laboral”–diferenciando el maltrato físico del psíquico y social– y
por “acoso en el trabajo”, sino que también indica medidas a adoptar en estos casos y san-
ciones a establecer. La Ciudad Autónoma de Buenos Aires también cuenta con una Ley Nº
1.225, de principios de 2004. A diferencia de la anteriormente mencionada, ésta se ciñe a la
prevención y sanción de la violencia laboral “de los/las superiores/as jerárquicos/as hacia el
personal“ (Giuntoli, 2006: 97).
3. Proyecto P015, programación 2008-2010 de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la UBA.
Instituto de Investigaciones de la Facultad de Psicología, UBA.
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Abuso
Para la OIT (ILO, ICN, WHO, PSI; 2003), consiste en un comporta-
miento que humilla, degrada o implica una falta de respeto a la dignidad y
al valor de un individuo.
Hostigamiento
Literalmente, harassment se traduce como “hostigamiento”. Comprende
cualquier conducta no recíproca o indeseada basada en edad, sexo, orienta-
ción sexual, raza, lengua, religión, creencia política, sindical u otra opinión,
origen nacional o social, asociación con una minoría, etc.; y que afecta la
dignidad de hombres y mujeres en el trabajo (OIT; 2003).
Tiene carácter repetido y su objetivo consiste en atormentar y/o frustrar
a una persona (Hirigoyen, 2008). Para Brodsky (1976), se da en una relación
diádica, es decir, entre un atacante y un atacado.
En la perspectiva de la OIT (2003), el hostigamiento puede subdividirse
en sexual y racial. El primero implica aquellos comportamientos de naturaleza
sexual que no sólo son indeseados, sino no recíprocos. Son ofensivos para
la persona hostigada y generan una sensación de amenaza, humillación o
desconcierto. Esta modalidad de violencia es catalogada como acoso sexual
por González de Rivera (2005). Para el autor, puede adquirir tres formas
que varían de acuerdo con: a) Que el acoso persiga un fin sexual; b) Que
las referencias sexuales sean utilizadas como instrumentos de humillación,
intimidación o agresión; c) Que se elija a la víctima con motivos de su sexo.
El hostigamiento racial, en cambio, consiste en una conducta amena-
zante que toma por base la raza, el color, la lengua, el origen nacional, la
religión, la asociación con una minoría, etc. También son comportamientos
no recíprocos o indeseados que afectan la dignidad de mujeres y hombres
en el trabajo.
Amenaza
Promesa de uso de la fuerza física o el poder –es decir, fuerza psicoló-
gica–, dando por resultado temor a daño físico, sexual, psicológico u otras
consecuencias negativas a los individuos o grupos a los que las amenazas son
dirigidas (OIT, 2003).
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Acoso moral
Proceso intencionado y persistente que engloba: “toda conducta abusiva
(gesto, palabra, comportamiento, actitud…) que atenta, por su repetición
o sistematización, contra la dignidad o la integridad psíquica o física de una
persona, poniendo en peligro su empleo o degradando el ambiente de trabajo”
(Hirigoyen, 2008: 19).
Sin recurrir a la agresión física, una persona intencionadamente y de
manera persistente daña psicológicamente a otra por medio de comentarios,
actitudes, etc. (González de Rivera, 2005).
Se trata de hechos que, tomados aisladamente, pueden no ser realmente
graves, pero cuya acumulación y frecuencia –microtraumatismos (Hirigoyen,
2008)– van delimitando efectos psicológicos, sociales y orgánicos desestruc-
turantes a corto y a largo plazo.
Dependiendo del medio socio-cultural y del sector profesional, la
agresión tiende a la desmoralización de la víctima. Para Hirigoyen (2008:
17), “La elección del término moral significa una toma de postura. Se trata,
efectivamente, de bien y de mal, de lo que se hace y de lo que no se hace, de
lo que consideramos aceptable en nuestra sociedad y de lo que rechazamos”.
Whistleblowing
Al modo de una represalia, se trata de una forma de acoso dirigida a
acallar a quienes denuncian las irregularidades o disfunciones del sistema.
Quien reclama, razonablemente, lo hace por una preocupación respecto
de la legalidad de las prácticas y condiciones de trabajo (ILO, 2000); pero su
denuncia es desestimada, tratada como errónea o falsa. Es en la reacción de
la parte denunciada donde se inicia el acoso como venganza.
Iijime
Término japonés para el acoso que abarca las presiones grupales ejercidas
para la formación de los ingresantes a la organización y/o la adaptación de
aquellos trabajadores que funcionan como elementos perturbadores.6 Como
6. Al igual que en el caso del bullying, se trata de un concepto que trasciende las barreras de
la organización y encuentra aplicación también en el ámbito escolar. La diferencia central
entre ambos radica en que el iijime no se limita a la violencia entre el alumnado, sino que
incluye también la ejercida por los docentes respecto de éstos.
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sostiene Hirigoyen (2008: 75-76), “el iijime es, ante todo, un instrumento
de control social”.
Bullying / Mobbing
Comportamiento ofensivo, repetido y sostenido en el tiempo, tendiente
a la humillación o al desmerecimiento de un trabajador o grupo (OIT, 2003).
Dados los debates teóricos en torno a la especificidad de su conceptuali-
zación, desarrollaremos ambos tipos en profundidad en el apartado siguiente.
El bullying
Traducido como “intimidación”, el bullying remite a maltratos y humi-
llaciones de carácter individual. Para Hirigoyen (2008: 72-73), “Va desde
las burlas y la marginación hasta conductas de abuso con connotaciones
sexuales o agresiones físicas”.
Por tratarse de un tipo de ofensa más amplia, que excede el ámbito orga-
nizacional,7 su gravedad depende más de los efectos sobre la víctima que del
7. El término ha sido frecuentemente circunscripto al ámbito escolar para describir las diversas
formas de maltrato entre niños y adolescentes. Posteriormente, se fue extendiendo al ejército
y al mundo deportivo para dar cuenta de fenómenos similares en estas áreas.
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El mobbing
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Ejercicio práctico
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Es un hombre justo y fiel con sus empleados, entre los que se incluye su
hijo, Martín Biga. Don Demetrio lo fogueó desde las tareas más básicas,
iniciándolo como peón para que aprendiera el oficio a fondo –mientras el
joven cursaba la carrera de ingeniería civil.
Hoy, una vez recibido, Martín Biga toma el puesto de su cansado padre. De
peón ocasional a Jefe permanente, difícil transición para todo el personal.
Sin hacer nada, por no saber cómo o quizás por miedo, Arena acata las
nuevas órdenes del patrón con su mejor virtud de empleado fiel. Carga
y descarga escombros con una carretilla desvencijada.
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Bibliografía
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Se terminó de imprimir en el mes de noviembre de 2010,
en los talleres de GAMA Producción Gráfica SRL,
Estanislao Zeballos 244 (1870), Avellaneda - Pcia. de Buenos Aires.
Tirada 1000 ejemplares.