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El Espiritu Santo
El Espiritu Santo
Para entender lo que acabo de decir, es necesario analizar la obra del Espíritu Santo
en la vida de Jesús. El Espíritu Santo fue derramado sobre Jesús y luego sobre nosotros.
Salmos 133:1.
Jesús, mientras estuvo en la tierra, caminó y operó totalmente como hombre. Siendo
Dios, no operó como Dios, todo lo que hizo lo hizo como hombre. En Jesús operó lo
que se llama la “kenosis”
Esto indica, que todos los milagros que se dieron en el ministerio de Jesús, fueron
posible por la intervención del Espíritu Santo que moraba en Él. No hay un milagro
registrado en las Escrituras que Jesús en su humanidad haya hecho.
Hechos 10:38 dice: “Como Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de
Nazaret, y como éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el
diablo, porque Dios estaba con Él.”
En Mateo 12:28, Jesús afirma expulsar los demonios por el Espíritu de Dios: “Pero si
Yo por el Espíritu de Dios hecho fuera los demonios...”
En Lucas 4:14, se nos dice: “Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea...”, en el
comienzo de su ministerio.
La Escrituras solo registran un milagro que se dio por la intervención del Verbo en la
vida de Jesús, y este fue en las bodas de Canaán, convirtiendo las aguas en vino. En la
respuesta que Jesús le da a María, vemos a Jesús refutando dicha demanda, Analicemos
el pasaje.
Debo decir que todas las obras, milagros, prodigios, y sanidades que se dieron en el
Ministerio de Jesús, no las hizo Él en forma directa, las hizo el Espíritu Santo de Dios
que moraba en Él. Esto es lo que enseña la Palabra en Mateo. 12:28. Lucas. 4:14.19;
5:17. Hechos.10:38. Fundamentados en ellas, podemos alegar que no fue Jesús quien
hizo las obras, fue el Espíritu Santo de Dios en Él como hombre.
Jesús fue un canal y un medio por el cual el poder del Espíritu se manifestaba y
fluía. De esta forma, Jesús llevó a cabo su Ministerio, y antes de ser ascendido a los
cielos les dio la comisión a sus discípulos para que manifestaran el poder del Espíritu.
La Iglesia es el canal y el medio por donde fluye y se manifiesta el poder de Dios, a
través de su Espíritu, igual como se manifestó en Cristo.
Por esta causa Él les dijo a sus discípulos que se quedaran en Jerusalén hasta que fueran
investido de poder desde lo alto, les pidió encarecidamente que no hicieran nada, hasta
que el poder viniera sobre ellos.