humana; el público que adquirió

sus obras debió ser no tanto el de

salón, sino el de la calle, que se
Fue hijo de Nicolás Fierro y de sentía identificado con los temas
Carmen Palas, mulato de talento de sus producciones.
intuitivo, desarrollaría muy pronto
su aptitud para representar sobre Somos nosotros quienes le
el papel objetos y personas. Y, en hemos asignado a su obra un
tanto que para ganar el sustento carácter testimonial; para él era la
pintaba letreros comerciales y expresión de su habilidad
carteles de toros o moldeaba las vinculada a la vida cotidiana.
rústicas figuras destinadas a los
"nacimientos", sus mejores dotes
de artista eran volcadas en
acuarelas que retrataban tipos y
costumbres de su época, y que
han transmitido la imagen de un
mundillo tan pintoresco como
amable.

A Pancho Fierro se lo estudia

Su arte es, pues, fruto del talento
como un artista singular e
personal y de un profundo
indispensable para el
conocimiento de la naturaleza
conocimiento de una etapa
importante en la historia
ciudadana del Perú, ya que su
arte registra formas de vida,
pautas de conducta y tradiciones
populares de las postrimerías del
Virreinato.
En cuanto a su temática, él
prefiere los aspectos
costumbristas de su Lima natal,
utilizando una técnica en la que lo
rudimentario del oficio se mezcla
con la ingenuidad de la expresión.
La frutera
Tapadas limeñas
El son de los diablos El soldado y la rabona