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Asalto a la democracia
La gran mentira que quiere acabar
con la Constitución y las libertades
Primera edición: marzo de 2022
ISBN: 978-84-1384-292-9
Depósito legal: M. 1.908-2022
Fotocomposición: Creative XML, S. L.
Impresión y encuadernación: Huertas
Impreso en España-Printed in Spain
ÍNDICE
5. CATALUÑA
Bilateralidad encima de la mesa
En el principio estuvo Rodríguez Zapatero
«La dignidad de Cataluña»
La rebelión de Puigdemont (1 de octubre de 2017)
9. LA GRAN MENTIRA
Preguntas con respuesta
Sánchez califica de «fantástica» la sanidad pública y
dice que está preparada para luchar contra el
coronavirus
Evolución de la mortandad; la pavorosa frialdad de
la estadística
La suspensión del Mobile World Congress (MWC) de
Barcelona
No caer en el alarmismo
Pedro Sánchez, tras visitar el CCAES, impulsa la
manifestación feminista del 8 de marzo
Y de pronto llegó la pandemia
Declaración del estado de alarma
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El papel del Estado en el coronavirus 2019
La responsabilidad de la manifestación feminista
del 8 de marzo y los quebraderos de cabeza de
Fernando Simón
La revolución de las mujeres
Punto final. La Justicia se lava las manos (por
ahora)
Día de la Constitución
1. SÁNCHEZ DERRIBA A RAJOY
La acción que se ejercita con base al art. 122 del Código Penal8 no tiene
naturaleza penal. Se trata de una obligación civil que no tiene su origen en
la participación en el delito —no se trata de una responsabilidad civil
derivada del delito— sino de modo objetivo en la existencia de un beneficio a
título gratuito de un tercero que desconoce su procedencia delictiva. No se
trata, por tanto, de un precepto penal a los efectos del artículo 2.2. CP (p.
1.607).9
8Código Penal. Artículo 122. «El que por título lucrativo hubiere participado
de los efectos de un delito, está obligado a la restitución de la cosa o al
resarcimiento del daño hasta la cuantía de su participación». Este fue el
precepto aplicado por la Audiencia Nacional al Partido Popular.
9 Código Penal. Artículo 2.2. «No obstante, tendrán efecto retroactivo
aquellas leyes penales que favorezcan al reo, aunque al entrar en vigor hubiera
recaído sentencia firme y el sujeto estuviese cumpliendo condena. En caso de
duda sobre la determinación de la Ley más favorable, será oído el reo. Los
hechos cometidos bajo la vigencia de una Ley temporal serán juzgados, sin
embargo, conforme a ella, salvo que se disponga expresamente lo contrario».
Un idilio de conveniencia
El regreso
Considerando:
Que esta sociedad es injusta, porque divide a sus miembros en dos clases
desi-guales y antagónicas: una la burguesía, que, poseyendo los instrumentos
de trabajo, es la clase dominante; otra, el proletariado, que, no poseyendo más
que su fuerza vital, es la clase dominada.
Que la sujeción económica del proletariado es la causa primera de la
esclavitud en todas sus formas: la miseria social, el envilecimiento intelectual y
la dependencia política.
Que los privilegios de la burguesía están garantizados por el poder político,
del cual se vale para dominar al proletariado.
Por otra parte:
Considerando que la necesidad, la razón y la justicia exigen que la
desigualdad y el antagonismo entre una y otra clase desaparezcan, reformando
o destruyendo el estado social que los produce.
Que esto no puede conseguirse sino transformando la propiedad individual o
corporativa de los instrumentos de trabajo en propiedad común de la sociedad
entera.
Que la poderosa palanca con que el proletariado ha de destruir los
obstáculos que a la transformación de la propiedad se oponen ha de ser el
poder político, del cual se vale la burguesía para impedir la reivindicación de
nuestros derechos.
El Partido Socialista declara que tiene por aspiración:
1. La posesión del poder político por la clase trabajadora.
2. La transformación de la propiedad individual o corporativa de los
instrumentos de trabajo en propiedad colectiva, social o común. Entendemos
por instrumentos de trabajo la tierra, las minas, los transportes, las fábricas,
máquinas, capital-moneda, etc.
3. La organización de la sociedad sobre la base de la federación económica,
el usufructo de los instrumentos de trabajo por las colectividades obreras,
garantizando a todos sus miembros el producto total de su trabajo, y la
enseñanza general científica y especial de cada profesión a los individuos de
uno u otro sexo.
4. La satisfacción por la sociedad de las necesidades de los impedidos por
edad o por padecimiento.
En suma: el ideal del Partido Socialista Obrero es la completa emancipación
de la clase trabajadora; es decir, la abolición de todas las clases sociales y su
conversión en una sola de trabajadores, dueños del fruto de su trabajo, libres,
iguales, honrados e inteligentes.
El «nuevo PSOE»
El «nuevo PSOE» de Pedro Sánchez, el de su Manual de
resistencia, no supone una ruptura, sino una vuelta a
Suresnes, aunque sin la contundencia del ardor juvenil de
sus protagonistas. Por otra parte, es un contrasentido
desatar el vendaval revolucionario totalitario en una
sociedad avanzada que vive en un país plenamente
democrático y ha conseguido un nivel de desarrollo e
igualdad como nunca se había conocido en España. Abogar
o luchar por la democracia, cuando se vive en dictadura, es
levantar una bandera compartida por muchos que no son
socialistas.38 Lo asombroso es volver a predicar la
revolución en un país como España y que se dio a sí mismo
una Constitución elaborada por consenso, incluido el del
propio PSOE, y en el que participaron revolucionarios
históricos y franquistas convencidos de que después de
Franco solo cabía la democracia.
38 En el otoño de 1974 vino a Pamplona Raúl Morodo, cofundador con
Tierno Galván y José Bono del Partido Socialista Popular. Mi nombre se lo había
proporcionado un miembro del Consejo Privado de Don Juan de Borbón que
pertenecía a la Junta Democrática. Me explicó que se había constituido en París
dicha Junta con el fin de impulsar la implantación de la democracia en España.
Me propuso ingresar en ella. Le pregunté qué acciones iba a emprender la
Junta para conseguir su objetivo y me contestó que nada podía hacerse «hasta
que se muera Franco». «Cuando esto se produzca —le contesté—,
hablaremos». Poco antes mi interlocutor había asistido a una cena ofrecida a
don Juan en Estoril para felicitarle por su santo. La reseña del acto refleja la
intervención a los postres de Raúl Morodo: «Se declara socialista acérrimo.
Hace también referencia al nuevo Portugal y dice que el antiguo régimen
portugués [derribado por la Revolución de los Claveles] y el nuestro actual se
parecían mucho porque siempre han mantenido reprimido al pueblo. Declara
su pesimismo en cuanto al futuro del régimen español, y manifiesta su tristeza
al ver los que han traicionado a don Juan [por haber reconocido a don Juan
Carlos, saltándose la línea sucesoria]. Dice que la única manera de llegar la
Monarquía a España será beligerante, pero que él la aceptará si es democrática
y aceptada por el pueblo».
Ahora bien, lo verdaderamente novedoso es que el PSOE
tenga un líder que quiere ser como Felipe González, el
«amo del país», y sueña con la revolución socialista cuando
somos la quinta potencia económica de Europa y la
duodécima del mundo. Ya ha conseguido acallar en el PSOE
cualquier movimiento crítico. Su problema es que para ser
como González necesitaría 202 escaños. Cuando su poder
está en manos de otros que, incluso, están mucho más a la
izquierda de Suresnes, la radicalización es el único medio
de Sánchez para gobernar como si fuera González. Sabe
que es un juego peligroso. Corre el riesgo de acabar como
Kerensky, un burgués liberal que presidió el segundo
gobierno republicano de Rusia tras la caída de los zares.
No supo ver que Lenin le segaba la hierba bajo los pies y al
final tuvo que huir para salvar la vida, como si fuera un
delincuente.39 Solo la pandemia le ha podido levantar el
espíritu a Sánchez. Durante el confinamiento forzoso se
perdieron millones de puestos de trabajo y pronto se
alzaron voces de los socios comunistas de su gobierno
denunciando que la responsabilidad de lo que estaba
pasando era culpa del capitalismo neoliberal, puntal básico
del patriarcado que todavía está implantado en España,
siendo la situación de las mujeres tan humillante que viven
en condiciones de vida similares a las mujeres afganas en
manos de los talibanes.
39 En aquellos tiempos, cuando se hablaba de un revolucionario demócrata
burgués que trataba de implantar la democracia liberal en su país, pero
acababa abriendo la puerta a la revolución bolchevique, se decía que era un
Kerensky.
Hacia la confrontación
Buenas noches,
Estamos viviendo momentos muy graves para nuestra vida democrática. Y
en estas circunstancias, quiero dirigirme directamente a todos los españoles.
Todos hemos sido testigos de los hechos que se han ido produciendo en
Cataluña, con la pretensión final de la Generalitat de que sea proclamada —
ilegalmente— la independencia de Cataluña.
Desde hace ya tiempo, determinadas autoridades de Cataluña, de una
manera reiterada, consciente y deliberada, han venido incumpliendo la
Constitución y su Estatuto de Autonomía, que es la Ley que reconoce, protege y
ampara sus instituciones históricas y su autogobierno. Con sus decisiones han
vulnerado de manera sistemática las normas aprobadas legal y legítimamente,
demostrando una deslealtad inadmisible hacia los poderes del Estado. Un
Estado al que, precisamente, esas autoridades representan en Cataluña. Han
quebrantado los principios democráticos de todo Estado de Derecho y han
socavado la armonía y la convivencia en la propia sociedad catalana, llegando
—desgraciadamente— a dividirla. Hoy la sociedad catalana está fracturada y
enfrentada. Esas autoridades han menospreciado los afectos y los sentimientos
de solidaridad que han unido y unirán al conjunto de los españoles; y con su
conducta irresponsable incluso pueden poner en riesgo la estabilidad
económica y social de Cataluña y de toda España.
En definitiva, todo ello ha supuesto la culminación de un inaceptable intento
de apropiación de las instituciones históricas de Cataluña. Esas autoridades, de
una manera clara y rotunda, se han situado totalmente al margen del derecho y
de la democracia. Han pretendido quebrar la unidad de España y la soberanía
nacional, que es el derecho de todos los españoles a decidir democráticamente
su vida en común.
Por todo ello y ante esta situación de extrema gravedad, que requiere el
firme compromiso de todos con los intereses generales, es responsabilidad de
los legítimos poderes del Estado asegurar el orden constitucional y el normal
funcionamiento de las instituciones, la vigencia del Estado de Derecho y el
autogobierno de Cataluña, basado en la Constitución y en su Estatuto de
Autonomía.
Hoy quiero, además, transmitir varios mensajes a todos los españoles,
particularmente a los catalanes. A los ciudadanos de Cataluña —a todos—
quiero reiterarles que desde hace décadas vivimos en un Estado democrático
que ofrece las vías constitucionales para que cualquier persona pueda defender
sus ideas dentro del respeto a la ley. Porque, como todos sabemos, sin ese
respeto no hay convivencia democrática posible en paz y libertad, ni en
Cataluña, ni en el resto de España, ni en ningún lugar del mundo. En la España
constitucional y democrática, saben bien que tienen un espacio de concordia y
de encuentro con todos sus conciudadanos. Sé muy bien que en Cataluña
también hay mucha preocupación y gran inquietud con la conducta de las
autoridades autonómicas. A quienes así lo sienten, les digo que no están solos,
ni lo estarán; que tienen todo el apoyo y la solidaridad del resto de los
españoles, y la garantía absoluta de nuestro Estado de Derecho en la defensa
de su libertad y de sus derechos.
Y al conjunto de los españoles, que viven con desasosiego y tristeza estos
acontecimientos, les transmito un mensaje de tranquilidad, de confianza y,
también, de esperanza. Son momentos difíciles, pero los superaremos. Son
momentos muy complejos, pero saldremos adelante. Porque creemos en
nuestro país y nos sentimos orgullosos de lo que somos. Porque nuestros
principios democráticos son fuertes, son sólidos. Y lo son porque están basados
en el deseo de millones y millones de españoles de convivir en paz y en
libertad. Así hemos ido construyendo la España de las últimas décadas. Y así
debemos seguir ese camino, con serenidad y con determinación. En ese
camino, en esa España mejor que todos deseamos, estará también Cataluña.
Termino ya estas palabras, dirigidas a todo el pueblo español, para subrayar
una vez más el firme compromiso de la Corona con la Constitución y con la
democracia, mi entrega al entendimiento y la concordia entre españoles, y mi
compromiso como rey con la unidad y la permanencia de España.
Felipe R.
Deslealtad independentista
El proceso encalla
94 La relación de los «expertos» del CCAES a los que alude Sánchez consta
en un documento titulado «Informe Técnico. Enfermedad por Coronavirus,
COVID-19», que se publicó el 10 de febrero de 2020 en el portal del
Departamento de Seguridad Nacional, adscrito al Gabinete del Presidente del
Gobierno. Los informes de Simón se publicaban en el portal del Ministerio de
Sanidad hasta entonces. Desde este día tomó las riendas de la información el
entonces todopoderoso Iván Redondo, director del Gabinete de la Presidencia
del Gobierno. Al frente de los expertos se encontraba Fernando Simón, director
del CCAES. Dicho informe volvió a publicarse el 6 de marzo. Sin embargo, fue
sustituido por una llamada «versión 2: 9 de marzo 2020», redactada por el
equipo de Simón inmediatamente después de la manifestación del 8 de marzo.
En la nueva versión se había suprimido el primer epígrafe del informe inicial
donde se reseñaban las medidas que debían adoptarse para la prevención de la
pandemia. Esta «desaparición» fue fruto de una decisión del Gabinete de
Presidencia. La verdad es que los autores de la revisión del 9 de marzo fueron
bastante chapuceros, pues eliminaron el epígrafe primero del informe inicial,
titulado «Resumen de la situación y aportaciones de actualización», pero
dejaron una huella de su torticera actuación, pues se olvidaron de eliminarlo
del índice, que remite a unas páginas inexistentes. La identidad del equipo que
acompaña a Fernando Simón en el CCAES se incluye tanto en el documento del
10 de febrero como en el de 6 de marzo. En el primero figuran, además de
Fernando Simón Soria (director del CCAES), Laura Díez Izquierdo (médico
residente de Medicina Preventiva y Salud Pública), Monserrat Gamarra
Villaverde (técnica superior de apoyo contratada por Tragsatec a través de
encomienda del Ministerio de Sanidad), Lucía García-San Miguel Rodríguez-
Alarcón (funcionaria interina en el Cuerpo de Médicos Titulares concurso de
méritos 2017), Pello Latasa Zamalloa (investigador galardonado en 2016 con el
premio de la Sociedad Española de Epidemiología por una comunicación sobre
la efectividad de la vacuna celular frente a la tosferina en la Comunidad de
Madrid), Susana Monge Corella (técnico superior de apoyo, contratada por
Tragsatec a través de encomienda del Ministerio de Sanidad), Lina Parra
Ramírez (técnico superior de apoyo, contratada por Tragsatec a través de
encomienda del Ministerio de Sanidad), Jesús Pérez Formigó (técnico superior
de apoyo contratado por Tragsatec a través de encomienda del Ministerio de
Sanidad), Óscar Pérez Olaso (técnico superior del Cuerpo de Médicos Titulares
del Ministerio de Sanidad, convocatoria 2019), Lidia Redondo Bravo (técnico
superior de apoyo, contratada por Tragsatec a través de encomienda del
Ministerio de Sanidad), María José Sierra Moros (jefa de sección en la
Dirección General de Salud Pública y Consumo dentro de la Subdirección
General de Promoción de la Salud y Epidemiología) y Berta Suárez Rodríguez,
funcionaria del Centro. En la actualización del 9 de marzo no participan Laura
Díez Izquierdo, Monserrat Gamarra Villaverde y Jesús Pérez Formigó,
incorporándose al equipo Eva Fernández Bretón (médico interno residente de
Medicina Preventiva y Salud Pública), Adriana Román Vidal (médico interno
residente de Medicina Preventiva y Salud Pública) y Angélica Ortega Torres
(médico interno residente de Medicina Preventiva y Salud Pública). Nunca se
ha publicado la relación de expertos.
No caer en el alarmismo
El director del CCAES acude los días 18 y 19 de febrero a
una reunión en Estocolmo del Foro Asesor del Centro
Europeo para el Control y Prevención de Enfermedades.
Expertos de Francia, Holanda y Alemania advirtieron de la
extrema gravedad del coronavirus y de la falta en el
mercado del material sanitario para combatirlo. Simón
discrepó de sus colegas y continuó minimizando el riesgo
para España. Hasta después de la declaración del estado de
alarma, Sanidad no materializó la compra de material
sanitario, lo que se empezó a hacer —según las propias
manifestaciones del ministro Illa— el día 2 de marzo.
El día 19 de febrero se celebró en Bérgamo, ciudad de
Lombardía, región que se convertiría en principal foco de
infección del coronavirus en Italia, un partido de fútbol
entre el Valencia y el Atalanta, al que acudieron numerosos
aficionados españoles. Muchos de ellos regresaron a
España contagiados, razón por la que la Comunidad
Valenciana registró inicialmente un importante foco de
infección. Pero seguíamos en riesgo bajo.
El 23 de febrero el riesgo ya era moderado. Ese mismo
día, un informe del Centro Europeo para la Prevención y el
Control de Enfermedades afirmaba que los estados
miembros ya habían entregado en febrero más de 30
toneladas de equipos de protección. No consta si en esa
estadística España estaba incluida, aunque el propio
ministro de Sanidad reconocerá que hasta la primera
semana de marzo no se plantearon hacer pedidos de
material sanitario indispensable para luchar contra el
coronavirus.
En otro informe del CCAES de 24 de febrero —que
tampoco se encuentra en el link del Departamento de
Seguridad Nacional— se da cuenta de que las autoridades
de salud pública de Italia habían puesto en marcha medidas
de contención en las áreas y municipios en los que al
menos una persona ha resultado positiva en una prueba
frente a SARS-CoV-2.
Estas medidas eran:
¿Jaque mate?