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Manifiesto contrasexual Paul B. Preciado Manifiesto contrasexual Traduccién de Julio Diaz y Carolina Meloni mM EDITORIAL ANAGRAMA BARCELONA PRINCIPIOS DE LA SOCIEDAD CONTRASEXUAL + ARTICULO I La sociedad contrasexual demanda que se borren las denominaciones «masculino» y «femenino» correspondien- tes a las categorias bioldgicas (varén/mujer, macho/hem- bra) del carné de identidad, asf como de todos los formu- larios administrativos y legales de cardcter estatal. Los cédigos de la masculinidad y de la feminidad se convierten en registros abiertos a disposicién de los cuerpos hablantes en el marco de contratos consensuados temporales. * « ARTICULO 2 Para evitar la reapropiacién de los cuerpos como fe- menino o masculino en el sistema social, cada nuevo cuer- po (es decir, cada nuevo contratante) Ilevar4 un nuevo nombre que escape a las marcas de género, sea cual fuese {a lengua empleada. En un primer momento, y con el fin de desestabilizar el sistema heterocentrado, es posible ele- gir un nombre del sexo opuesto o utilizar alternativamen- te un nombre masculino y un nombre femenino. Por ejemplo, alguien que se llame Julio utilizaré el correspon- 26 diente femenino Julia, y viceversa. Los José Marfas podrén utilizar Marfa José, y viceversa. ARTICULO 3 ” Tras la invalidacién del sistema de reproduccién hete- rocentrado, la sociedad contrasexual demanda: * la abolicién del contrato matrimonial y de todos sus suceddneos liberales, como el contrato de parejas de hecho o el PACS (equivalente legal comtin para ho- mosexuales y heterosexuales en Francia), que perpe- tian la naturalizacién de los roles sexuales. Ningtin contrato sexual podré tener como testigo al Estado; la abolicién de los privilegios sociales y econémicos derivados de la condicién masculina o femenina —su- puestamente natural— de los cuerpos hablantes en el marco del régimen heterocentrado; la abolicién de los sistemas de transmisién y el lega- do de los privilegios patrimoniales y econémicos ad- guiridos por los cuerpos hablantes en el marco del sistema heterocentrado. ARTICULO 4 La resignificacién contrasexual del cuerpo se hard ope- rativa con la introduccién gradual de determinadas politi- cas contrasexuales. Uno, la universalizacién de las précticas estigmatizadas como abyectas en el marco del heterocen- trismo. Dos, ser4 necesario poner en marcha equipos de investigacién contrasexuales high-tech, de manera que se puedan encontrar y proponer nuevas formas de sensibili- dad y de afecto. 27 Se pondrdn socialmente en marcha una serie de préc- ticas contrasexuales para que el sistema contrasexual tenga efecto: 28 © resexualizar el ano (una zona del cuerpo excluida de las practicas heterocentradas, considerada la més su- cia y la més abyecta) como centro contrasexual uni- versal; difundir, distribuir y poner en circulacién prdcticas subversivas de recitacién de los cédigos, de las catego- rfas de la masculinidad y de la feminidad naturaliza- das en el marco del sistema heterocentrado.{La cen- tralidad del pene como eje de significacién del poder en el marco del sistema heterocentrado requiere un inmenso trabajo de resignificacién y de deconstruc- cién. Por ello, durante el primer perfodo de esta- blecimiento de la sociedad contrasexual, el dildo y to- das sus variaciones sintdcticas —tales como dedos, lenguas, vibradores, pepinos, zanahorias, brazos, pier- nas, el cuerpo entero, etc.-, as{ como sus variaciones semanticas —tales como puros, pistolas, porras, déla- res, etc.-, serdn utilizados por todos los cuerpos o su- jetos hablantes en el marco de los contratos contra- sexuales ficticios, reversibles y consensuados; parodiar y simular de manera sistemdtica los efectos habitualmente asociados al orgasmo, para as{ subver- tr y transformar una reaccién natural ideolégica- mente construida. En el régimen heterocentrado, la limivacién y la reduccién de las zonas sexuales son el resultado de las definiciones disciplinarias médicas y Psicosexuales de los supuestos rganos sexuales, asi como de la identificacién del pene y del supuesto Punto G como centros orgdsmicos. En’ todos estos puntos, la produccién del placer depende de la exci- tacién de una sola zona anatémica, facilmente locali- zable en los hombres, pero de dificil acceso, eficacia variable e incluso existencia dudosa en las mujeres. El orgasmo, efecto paradigmético de la produccién- represién heteronormativa que fragmenta el cuerpo y lo- caliza el placer, ser4 parodiado sistemdticamente gracias a diversas disciplinas de simulacién y repeticiones en serie de los efectos tradicionalmente asociados con el placer sexual (véanse las prdcticas de inversién contrasexuales). La simulacién del orgasmo equivale a una desmentida de las localizaciones espaciales y temporales habituales del pla- cer. Esta disciplina contrasexual se desarrolla en el sentido de una transformacién general del cuerpo, similar a las con- versiones somiticas, a las practicas de meditacién extrema, a los rituales propuestos en el body art y en determinadas tradiciones espirituales. Los trabajos de Ron Athey, Annie Sprinkle, Fakir Mustafa, Zhang Huan, Bob Flanagan, etc., constituyen ejemplos y anticipaciones de esta disci- plina contrasexual. ARTICULO 5 Toda relaci6n contrasexual serd el resultado de un contrato consensual firmado por todos los participantes. Las relaciones sexuales sin contrato serén consideradas violaciones. Se pediré a todo cuerpo hablante que explicite las ficciones naturalizantes (matrimonio, pareja, romanti- cismo, prostitucién, celos...) que fundamentan sus prdcti- cas sexuales, La relacién contrasexual ser4 valida y efectiva por un Perfodo de tiempo limitado (contrato temporal) que nun- 29 ca podrd corresponder a la totalidad de la vida de los aes pos o sujetos de habla. La relacién contrasexual se fun, en la equivalencia y no en la igualdad. Se Tequerirén la te. versibilidad y los cambios de roles, de manera que el ae trato contrasexual nunca pueda desembocar en telaciones de poder asimétricas y naturalizadas. : La sociedad contrasexual instituye la obligacién de prdcticas contrasexuales, organizadas socialmente en el se. no de grupos libremente compuestos a los que cualquier cuerpo hablante puede incorporarse. Cualquier cuerpo tie- ne la posibilidad de rechazar su derecho a pertenecer a una © varias comunidades contrasexuales. ARTICULO 6 La sociedad contrasexual declara y exige la separacién absoluta de las actividades sexuales y de las actividades de teproduccidn. Ningtin contrato contrasexual conducird al acto de reproduccién. La reproduccién ser4 libremente elegida por cuerpos susceptibles de embarazo 0 por cuer- Pos susceptibles de donar esperma. Ninguno de esos actos reproductivos establecer4 un lazo de filiacién parental «na- tural» entre los cuerpos reproductores y el cuerpo recién nacido. Todo cuerpo recién nacido tendré derecho a una educacién contrasexual. Los métodos de contracepcién y prevencién de enfer- medades se distribuirdn por todas partes, siendo obligatorios Para todo cuerpo hablante en edad de participar en la repto- duccién, El establecimiento de unidades sexuales de investi- gacion sobre la prevencién de enfermedades, as{ como la distribucién gratuita y universal de los medios de preven cién son las condiciones necesarias para crear y desarrollar Un sistema contrasexual de produccién y reproduccién. 30 . aticuLo 7 La contrasexualidad denuncia las actuales politicas psiquidtricas, médicas y jurfdicas, asi como los procedi- mientos administrativos relativos al cambio de sexo. La contrasexualidad denuncia la prohibicién de cambiar de género (y nombre), asf como la obligacién de que todo cambio de género deba estar acompafiado de un cambio de sexo (hormonal o quirtirgico). La contrasexualidad de- nuncia el control de las practicas transexuales por las insti- tuciones puiblicas y privadas de cardcter estatal heteronor- mativo que imponen el cambio de sexo de acuerdo con modelos anatémico-politicos fijos de masculinidad y fe- minidad. No hay raz6n politica que justifique que el Esta- do deba ser garante de un cambio de sexo y no de una ci- rugfa estética de nariz, por ejemplo. En la sociedad contrasexual, las operaciones de cam- bio de sexo constituirdn una especie de cirugia de utilidad publica, impuesta o elegida. Estas operaciones nunca ser- virén para que los cuerpos puedan remitir de nuevo a la idea de una coherencia masculina o femenina. La contra- sexualidad pretende ser una tecnologia de produccién de cuerpos no heterocentrados. Los equipos de investigacién en tecnologfa contrasexual estudian y promueven, entre otras, las siguientes intervenciones: * exploracién virtual de los cambios de género y de sexo gracias a distintas formas de travestismo: cross- dressing, internet-drag, identidad c{ber, etc.; * produccién invitvo de un ciberclitoris para implan- tar en distintas partes del cuerpo; * transformacién de diferentes érganos del cuerpo en dildoinjertos. 31 ART{CULO 8 La contrasexualidad reivindica la comprensién del sexo y del género como cibertecnologias complejas del cuerpo, La contrasexualidad, sacando partido de las ensefianzas de Donna Haraway, apela a una queerizacién urgente de la enaturaleza» _(heep://muse.jhu.edu/journals/configuration/ v002/2. 1 haraway). Las sustancias lamadas «naturales» (tes- tosterona, estrégeno, progesterona), los érganos (las partes genitales macho y hembra) y las reacciones fisicas (erec- Gién, eyaculacién, orgasmo, etc.) deberian considerarse po- derosas «metéforas politicas» cuya definicién y control no pueden dejarse ni en manos del Estado ni de las institucio- nes médicas y farmacéuticas heteronormativas. La sofisticacién de la mayor parte de las ramas de la medicina terapéutica y de la cibernética (xenotrasplantes, prétesis cibernéticas visuales y auditivas, etc.) contrasta con el subdesarrollo de las tecnologias que permiten mo- dificar los érganos (faloplastia, vaginoplastia...) y las préc- ticas sexuales (tomemos, por ejemplo, la escasa evolucién del preservativo en los ultimos dos mil afios). La meta de las actuales biotecnologfas es la estabilizacién de las cate- gorfas heteronormativas de sexo y de género (que va de la erradicacién de las anormalidades sexuales, consideradas monstruosidades en el nacimiento o antes del nacimiento, a las operaciones en el caso de personas transexuales). La testosterona, por ejemplo, es la metdfora biosocial que au- toriza el paso de un cuerpo denominado femenino a la masculinidad. Es necesario considerar las hormonas sexua- les drogas politico-sociales cuyo acceso no debe ser custo- diado por las instituciones estatales heteronormativas. 32 ARTICULO 9 El control y la regulacién del tiem; i la concepcién y la mejora de as prictcw worse Pat La sociedad contrasexual decreta que las actividades contra- sexuales se considerarén un trabajo social que, al mismo tiempo, ser4 un derecho y una obligacién para cualquier cuerpo (0 sujeto hablante), y que estas actividades se practi- cardn regularmente cierto ntimero de horas al dia (a deter- minar segtin el context). ART{CULO 10 La sociedad contrasexual demanda la abolicién de la familia nuclear como célula de produccién, de reproduc- cién y de consumo. La prictica de la sexualidad en parejas (cs decir, en agrupaciones discretas de individuos de dis- tinto sexo superiores a uno ¢ inferiores a tres) est4 condi- cionada por los fines reproductivos y econémicos del sis- tema heterocentrado. La subversién de la normalizacién sexual, cualitativa (hetero) y cuantitativa (dos) de las rela- ciones corporales se pondr4 en marcha, sistemdticamente, gracias a las pricticas de inversién contrasexuales, a las prdcticas individuales y a las practicas de grupo que se en- sefiarn y promoverdn mediante la distribucién graruita de imdgenes y textos contrasexuales (cultura contraporno- erdfica). ARTICULO IT La sociedad contrasexual establecerd los principios de una arquitectura contrasexual. La concepcién y la creacién de espacios contrasexuales estarin basadas en la decons- truccién y en una renegociacién de la frontera entre la es- 33 — fera publica y la esfera privada. Esta tarea implica decon cruir la casa como espacio privado de produccién y 4, reproduccién heterocentrada. ART{CULO 12 La sociedad contrasexual promueve la modificacién de las instituciones educativas tradicionales y el desarrollo de una pedagogfa contrasexual high-tech con el fin de maximizar las superficies eréticas, de diversificar y mejorar las pricticas contrasexuales. La sociedad contrasexual favo- rece el desarrollo del saber-placer y de las tecnologias diri- gidas a una transformacién radical de los cuerpos y a una interrupcién de la historia de la humanidad como natura- lizacién de la opresién (naturalizacién de la clase, la raza, el sexo, el género, la especie, etc.). ARTICULO 13, La sociedad contrasexual demanda la consideracién de todo acto de sexualidad potencialmente como un tra- bajo y, por tanto, el reconocimiento de la prostitucién como una forma legitima de trabajo sexual. La prostitu- cién sélo podrd ejercerse mediante un contrato libre ¥ consensual en que una de las partes se define como com- prador de trabajo sexual y la otra como vendedor de cer tos servicios sexuales. Todos los trabajadores y trabajado- ras sexuales tendrn derecho al trabajo libre ¢ igualitario. sin coaccién ni explotacién, y deberin beneficiarse de 1 dos los privilegios legales, médicos y econémicos de quier asalariado del mismo territorio. La contrasexualidad busca generar una contraproduccién de placer y de saber ¢” el marco de un sistema de contraeconomia contrasexu2 34 Por esta raz6n, la publicacién de imagenes y de textos contrasexuales (contrapornografia), asf como la contrapros- titucién, se considerardn artes y disciplinas. Se prevé la formacién de centros universitarios destinados al aprendi- zaje de las diferentes disciplinas contrasexuales. En el marco de la sociedad contrasexual, los cuerpos hablantes se llamardn «poscuerpos» o wittigs. 35

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