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La Cerda Primeriza: preparándola para la cubrición.

Preparar a nuestras futuras reproductoras para la cubrición es una fase muy importante y
de ello dependerá que salgan bien en celo, tengamos un gran éxito de fecundidad en el
primer ciclo y su vida productiva sea larga y fructífera.
Edad de la primera cubrición

La edad a la primera cubrición de nuestras cerdas va a depender de cuándo lleguen a la


pubertad. Los híbridos genéticos actuales son bastante precoces pero eso no nos debe
llevar al engaño de cubrirlas cuanto antes pues podemos acortar la vida productiva del
animal.

Las recomendaciones más recientes son que la cerda debe estar entre los 7,5 y 8,5
meses de vida y un peso superior a los 140 kg. Por debajo de esta edad o por encima, las
cerdas van a dar suficientes problemas para que las acabemos desestimando.

Una regla que suele funcionar muy bien es cubrir la cerda en el 3º celo después de los 6
meses de vida y después de haber trabajado la recela a fondo.

Estimulación
La estimulación de las cerdas primerizas a través del contacto con el verraco es
el manejo estrella. Debemos iniciarlo hacia los 6 meses de vida y la finalidad no es
únicamente detectar celos si no poner en marcha de la manera más correcta el ciclo
reproductivo de la cerda.
El contacto ha de ser directo, es decir, meter el verraco en el corral de primerizas ( porque
es mejor trabajar con ellas en corrales y no en jaulas de gestación), de esta manera
trabajamos el contacto visual, físico y olfativo a la vez. Además también es una manera de
sincronizar los celos de las cerdas sin la intervención hormonal externa. Este contacto
debe durar entorno a los 10 minutos diarios y, si se puede, hacer sesión mañana y tarde.
Mantener un verraco junto a las cerdas primerizas permanentemente puede dar lugar al
habituamiento de las mismas, pierden interés y no salen en celo de la misma manera que
si lo hacemos mediante el “efecto sorpresa”.

A medida que las cerdas van saliendo en celo, se van apartando a otro recinto y se las
deja sin contacto con el macho hasta 3-4 días antes del siguiente celo, entonces
volveremos a introducir el verraco. Esto lo repetiremos hasta que decidamos cubrirla,
aunque es aconsejable que en este segundo celo la inseminemos con semen muerto. El
líquido seminal contiene toda una serie de sustancias que van a ayudar en la maduración
uterina, preparando el útero para una fecundación posterior. Además, el hecho de realizar
esta inseminación, aunque no sea fecundante, puede que ejerza un efecto positivo en el
hecho que el celo es “efectivo”. Se ha visto que después de varios celos sin coito o
introducción de catéter puede ser causa de anoestro (falta de celo), pues vendría a ser un
mecanismo de “para qué salgo en celo si no me fecundan”, por describirlo de alguna
manera.
Alimentación de la cerda primeriza

Un error muy común que cometemos en nuestras explotaciones es alimentar a las cerdas
primerizas con piensos de gestación desde que llegan o cuando las cubrimos. Debemos
recordar que la cerda primeriza sigue creciendo y las necesidades nutricionales son
mayores que una cerda gestante de más ciclos. Es interesante mantener a la cerda
primeriza hasta el parto con piensos especialmente formulados para ellas que contengan
16% de proteína y más contenido en lisina y minerales. Por lo general existen piensos
comerciales específicos para ellas.

El alimentar la cerda primeriza con pienso de gestación desde la llegada a la explotación


puede dar lugar a problemas de salidas en celo, aunque trabajemos muy bien la
estimulación.

Introducir el pienso de gestación de golpe en cerdas primerizas en la cubrición puede


provocar que no queden preñadas o que pierdan la preñez durante la gestación.

Por todo esto, es mejor diseñar un área de trabajo con primerizas, no sólo por el tema de
la estimulación con el verraco, si no por darles una alimentación distinta al resto de cerdas
de la explotación.
Ejemplo del trabajo con primerizas a partir de 6 meses de vida

1º Recela de los corrales de primerizas que no han salido en celo aún

2º Anotar las cerdas que han salido en celo y apartarlas (una manera sería agrupar los
celos de una misma semana todas juntas).

3ºRecelar las cerdas que ya salieron en celo hace 2 semanas y media para empezar a
estimularlas

4ºInseminar con semen muerto las que salen por segunda vez y si es posible meterlas en
jaulas de gestación para que se acostumbren antes de la cubrición definitiva.

Anotar todo lo que hacemos a cada grupo de primerizas es tan importante como que será
nuestra herramienta para saber cuántas cerdas nos saldrán en celo cada semana en las
semanas siguientes, de manera que nos servirá para decidir si nos intereas meterlas en
ese lote semanal de cubrición o bien las retrasamos para tres semanas después o bien
les iniciamos un tratamiento con progestágenos orales y así introducirlas en otro lote que
más nos convenga.

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