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Contexto general a nivel internacional, nacional.

a nivel mundial cualquier persona, sin importar su nivel socioeconómico, con


frecuencia incrementa a diario su patrimonio digital para desarrollar actividades
de su vida personal y profesional, generando una diversidad de archivos que
están a cargo de diversos proveedores quienes se ocupan de gestionar
nuestros datos personales, fotos, publicaciones en redes sociales, correos
electrónicos, que una vez muerta la persona quedan derechos y obligaciones
de carácter personalísimo. En la actualidad, los bienes digitales forman parte
del patrimonio de las personas, sin embargo, no todos los ordenamientos
jurídicos han regulado cuál será el destino de estos posterior al fallecimiento de
su titular.
La herencia digital es….

Antes de continuar conviene concretar a qué nos estamos refiriendo cuando


hablamos de “bienes digitales” para ello la real academia española define a los
bienes digitales como aquellas “cosas materiales e inmateriales en cuanto
objetos de derecho”. También podemos incluir en el concepto aquellas cuentas
online como contenidos de todo tipo alojados en un ordenador, en la nube o en
un servidor cuyo titular es un proveedor de servicio con el que se mantiene una
relación contractual abarcando una gran cantidad de supuestos, tales como
cuentas de correo electrónico, cuentas bancarias online, saldos positivos en
juegos online, escritos y opiniones vertidas en blogs, documentos almacenados
en la nube; fotos, comentarios, etc., publicados por el usuario en una red social;
música o libros adquiridos en formato digital, etc.

A nivel internacional existen países que no son ajenos a esta realidad, España
la Ley Orgánica de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos
digitales ( LOPDPDD) ha reconocido, en su título X, los denominados derechos
digitales, entre los que se hallan: el acceso universal a Internet, los derechos a
la seguridad y educación digital, los derechos al olvido, a la portabilidad, el
testamento digital, la protección de los menores en Internet, derecho de
rectificación en Internet, derecho a la actualización de informaciones en medios
de comunicación digitales, y el derecho a la aclaración de informaciones en
medios de comunicación digitales, entre otros. Estos derechos tienen una
naturaleza jurídica disímil en la que se entremezclan expresiones de derechos
fundamentales y derechos privados en el ámbito digital.
La norma resulta novedosa al reconocer, en su artículo 96, el derecho de
disposición de los datos posterior a la muerte de su titular, el derecho al
testamento digital, es asi que la regulación realizada en el ámbito español
constituye un referente en la materia para el espacio jurídico iberoamericano,
como reconoce la propia norma en su preámbulo, y es que la regulación de la
protección de los datos personales posterior a la muerte de su titular es
novedoso, al menos en los países latinoamericanos, en especial porque se
permite que las personas vinculadas al fallecido por razones familiares o de
hecho o sus herederos puedan solicitar el acceso a los mismos, así como su
rectificación o supresión, en su caso con sujeción a las instrucciones del
fallecido.
Por otra parte la norma catalana, en el artículo 6 añade un artículo (el 411-10.1)
al capítulo I del título I del libro cuarto del Código Civil de Cataluña, el cual
reconoce como voluntades digitales en caso de muerte las disposiciones
establecidas por una persona para que, después de su muerte, el heredero o el
albacea universal, en su caso, o la persona designada para ejecutarlas actúe
ante los prestadores de servicios digitales con quienes el causante tenga
cuentas activas. Se configura así un instrumento jurídico articular para
manifestar esta voluntad distinto de otras figuras del derecho sucesorio
autonómico como son el testamento, el codicilo y las memorias testamentarias.
Dicho documento se puede modificar y revocar en cualquier momento y no
produce efectos jurídicos. Por otra parte en Estados unidos se recoge en un
mismo cuerpo legal la trasmisión por causa de muerte de los bienes digitales,
es así que en el año 2012 la Uniform Law Comission designó una comisión
con el objeto de elaborar una ley que faculte a los fiduciarios a gestionar y
acceder a bienes digitales de una persona, es así que a partir de ello se creó la
RUFADAA la cual permite que los fiduciarios puedan acceder al catálogo de
comunicaciones electrónicas del usuario, como el listado de mensajes enviados
y recibidos y direcciones de correo electrónicos, para lograr ello el heredero o
albacea necesita del consentimiento expreso del occiso que puede verse
plasmado a través de un testamento o poder notarial.
Finalmente, cabe acotar que el fiduciario o los herederos pueden solicitar al
tribunal el acceso a otros activos digitales fundando los motivos de su solicitud,
mientras que no podrán acceder a activos suprimidos o eliminados por el titular
de la cuenta.
En Francia predomina la ley 2016-1321 que fue publicado en el mes de octubre
del 2016 denominada “ loi pour une Repulique numerique” o Ley por una
Republica digital, cuya finalidad esta orientada a favorecer la circulación de
datos y proteger

2. Francia

En Francia, se publicó en el mes de octubre de 2016 la ley 2016-1321 denominada "Loi pour
une Repúblique numérique" o Ley por una República digital, cuyo objetivo es favo- recer la
circulación de los datos y proteger a los individuos en la sociedad digital y garan tizar el acceso
a la red.

El artículo 63 de la mencionada norma inserta el artículo 40-1 de la Ley 78-17 regulando la


"muerte digital" y permitiendo que las per- sonas puedan ejercer sus derechos de conser
vación, eliminación y comunicación de sus datos con posterioridad a su fallecimiento.

Para cumplir esas prerrogativas, las perso- nas cuentan con directrices o instrucciones de
carácter general y específicas, según la manera en que el sujeto determine el ejercicio de esos
derechos para después de su muerte.

Las directrices generales refieren al conjunto de datos personales y son asentadas en un


registro único que establece las modalida- des y acceso.
Como contrapartida, las específicas son objeto del consentimiento específico de la persona y
no pueden desprenderse de la apro- bación exclusiva de este respecto de las con- diciones
generales de uso de los servicios.

Tanto en el caso de directrices generales como especificas, el sujeto puede designar a una
persona encargada de su ejecución, quien podrá solicitar su implementación a los prestadores
del servicio una vez verificado el deceso del titular.

En su defecto es decir, si no se hubiere desig- nado una persona responsable para ejecutar la
voluntad digital del titular-, serán los here- deros quienes tendrán derecho a conocer las
directrices y solicitar su implementación a los prestadores de servicios. La ley sanciona con
pena de nulidad cualquier cláusula inserta en las condiciones generales para el uso del tra-
tamiento de datos personales que limite estas prerrogativas.

Asimismo, se prevé que si no existieran ins- trucciones, los herederos del fallecido tendrán
derecho a acceder al tratamiento de datos per- sonales del causante en la medida necesa- ria
para poder organizar y liquidar el acervo hereditario y para poder peticionar el cierre de las
cuentas, oponerse al tratamiento de sus datos personales o, actualizarlos

Para lograr tal objetivo, los proveedores de comunicación pública en línea deben infor- mar a
los usuarios el destino de sus datos. personales después de su muerte y permitir- les optar por
comunicarlos o no a un tercero que designe.

En suma, se parte de una premisa que es que los derechos digitales de una persona se
extinguen con su deceso, mientras que sus herederos salvo que el difunto hubiere dejado
instrucciones- solo podrán tener acceso a los datos personales a fin de par- tir la herencia,
solicitar el cierre de cuentas a los proveedores de servicios o el recupero de fotos o recuerdos
de indole familiar.

A nivel internacional está regulada de la siguiente manera (mencionar países)

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