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Helmintos
Muchos procariontes tienen una capa externa pegajosa llamada cápsula, hecha
usualmente de polisacáridos (polímeros de azúcares).
La cápsula ayuda a los procariontes a adherirse unos a otros y a las varias
superficies de su entorno, y también evita que la célula se seque. En el caso de
los procariontes patógenos que han colonizado el cuerpo de un hospedero, la
cápsula o capa viscosa las protege contra el sistema inmune de este.
¿Recuerdas el experimento de Griffith en el que se demostraba la existencia de
un "principio transformador" (ADN) que podía convertir las bacterias rugosas e
inofensivas en lisas y patógenas? ¡Las bacterias lisas eran lisas (y capaces de
provocar enfermedades) porque tenían una cápsula!
La pared celular
Todas las células procariontes tienen una pared celular rígida, localizada por
debajo de la cápsula (si esta última existe). Esta estructura mantiene la forma de
la célula, protege su interior y evita que la célula reviente cuando absorbe agua.
La pared celular de la mayoría de las bacterias tiene peptidoglucano, un
polímero de azúcares y polipéptidos. El petidoglucano es inusual porque no solo
contiene L-aminoácidos, el tipo que normalmente se usa para hacer proteínas,
sino también D-aminoácidos (imágenes "especulares" de los L-aminoácidos).
Las paredes celulares de las arqueas no tienen peptidoglucano, pero algunas
tienen una molécula parecida llamada pseudopeptidoglucano, mientras que otras
están compuestas de proteínas y otros tipos de polímeros^{5,6}5,6start
superscript, 5, comma, 6, end superscript.
[Las plantas también tienen pared celular, ¿cierto?]
La membrana plasmática
Apéndices
Las bacterias pueden tener varios tipos de estructuras superficiales. Entre ellas
están las fimbrias, protuberancias cortas que se encuentran en toda la superficie
de la bacteria; el flagelo, ubicado en la parte posterior de la bacteria y que sirve
para la locomoción; y el pilus sexual, que se usa para unirse a otra bacteria e
intercambiar material genético.
Plásmidos y cromosomas
Los procariontes suelen tener un solo cromosoma circular que ocupa una región
del citoplasma llamada nuecleoide. También pueden tener pequeños anillos de
ADN extracromosómico de doble cadena conocidos como plásmidos.
Además del cromosoma, muchos procariontes tienen plásmidos, pequeños
anillos de ADN extracromosómico ("fuera del cromosoma") de doble cadena.
Los plásmidos tienen un número reducido de genes no esenciales, se copian de
manera independiente al cromosoma celular y pueden ser transferidos a otros
procariontes en una población, lo que permite la diseminación de genes que
pueden ser beneficiosos para la supervivencia.
Por ejemplo, algunos plásmidos tienen genes que confieren resistencia a los
antibióticos que se conocen como genes R. Cuando los plásmidos con genes R
se intercambian en una población, pueden hacer que esta se vuelva rápidamente
resistente a los antibióticos. Si bien esto es beneficioso para las bacterias, este
proceso dificulta que los médicos puedan tratar infecciones bacterianas
perjudiciales.
[Más acerca del problema de la resistencia a los antibióticos.]
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