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T E M A 1.

CONCEPTOS BÁSICOS EN PROYECTOS SOCIALES

Material: lectura y estudio del cap 1 Manual “elaboración, gestión y evaluación de proyectos”

1. CONCEPTOS BÁSICOS
Un proyecto social es una serie de actividades dirigidas a alcanzar unas metas concretas y objetivos específicos en un
tiempo determinado con un presupuesto conciso y siguiendo unos criterios de calidad. Uno de los puntos
fundamentales de los proyectos sociales es la participación activa de los colectivos y personas implicadas. Todas las
actividades que forman parte del proyecto social cuentan con un orden lógico y secuencial, es decir, están
planificadas temporalmente. La planificación es un elemento central del proceso, es una forma de anticiparse al
futuro para reducir la incertidumbre y orientar la toma de decisiones. Esta adquiere también un valor central en la
elaboración de objetivos, ya que en su definición se han de tener en cuenta la viabilidad, operatividad y medición.

Al actuar siempre en entornos cambiantes, existirán siempre componentes de riesgo e incertidumbres, dificultades
que determinaran la consecución de objetivos. Estos vienen derivados tanto desde el ámbito de la propia realidad
sobre la que se actúa como desde el desarrollo de su proyecto y gestión. Realizar un proyecto social también debe
implicar un rigor científico.

Los proyectos deben ser realistas, deben estar consensuados y deben ser realizables, pues con estos dos requisitos
se conseguirá aumentar la implicación y la motivación de los usuarios. La bibliografía sobre planificación suele
distinguir varios niveles, todos ellos interrelacionados entre sí:
- Plan: se sitúa en la cima de la planificación y abarca al conjunto de la realidad sobre la que se va a
intervenir. Su duración es de varios años y sus objetivos son a medio o largo plazo.
- Programa: integrado por los diferentes proyectos que están relacionados, su fin es la consecución de los
objetivos del plan.
- Proyecto: es el nivel más reducido del programa, caracterizado por una mayor concreción y
operatividad.
Un proyecto social tiene que ir encaminado a su ejecución e incidencia social, y para ello hay que tener en cuenta 4
aspectos que serán básicos para lograr los objetivos:
1. Su carácter integral y global
 Las acciones que se lleven a cabo deben orientarse a actuar sobre los factores que pueden posibilitar la cobertura
de la necesidad que ha dado lugar al proyecto o a la resolución del problema al que trata de dar respuesta.
 Estas necesidades y problemas no van a depender de un único factor, sino de varios interrelacionados.
 No solo deben contemplar acciones que estén destinadas a mejorar la situación de partida o dar respuesta a una
necesidad, sino también aquellas orientadas a la prevención y a empoderar a los destinatarios.
2. El trabajo en red:
 Es necesaria una buena articulación de los recursos con el objetivo de no duplicar proyectos o servicios.
3. La sostenibilidad:

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 Deben ser capaces de plantear estrategias que permitan su legitimidad y la adhesión con personas destinatarias.
4. El carácter participativo:
 Buena parte del éxito dependerá de la participación de sus destinatarios
 Si es posible, es conveniente que se pueda garantizar la participación en todas las fases.
 Esta participación será fundamental en las fases iniciales para ajustar el proyecto a las necesidades reales
de los destinatarios.

2. PREPARACION DE UN PROYECTO SOCIAL: FASES Y CONTENIDOS BASICOS


Realizar un proyecto social implica necesariamente planificación y selección de medios para alcanzar un objetivo
final. Todo este proceso forma parte del diseño, lo que supone tomar decisiones que guíen la acción. Su diseño
supone tener en consideración la existencia y puesta en marcha de factores humanos, materiales, técnicos y
financieros. Considerándolos un punto de partida necesario para definir los medios disponibles.

Las perspectivas teóricas sobre proyectos sociales coinciden en la formulación de una serie de preguntas básicas
(que, como, cuando, donde, por que, con quien, para quien), que a través de sus respuestas, los convierten en
operativos.
Todo proyecto social comienza por definir su naturaleza, es decir, que se va a llevar a cabo, concretando la necesidad
que lo causa, y es una fase fundamental, ya que la claridad y la precisión en la definición del problema determina la
manera de sistematizarlo para resolverlo, siendo un factor decisivo en las etapas posteriores de desarrollo del
proyecto.

Una de las claves son sus objetivos, especificar para que se va a llevar a cabo el proyecto, no se deben confundir
objetivos con medios disponibles. Los objetivos siempre son verbos (conocer, desarrollar, adquirir…)

La metodología y las técnicas que se van a utilizar deben quedar claramente estipuladas, para lo cual se deberían
favorecer la coordinación entre las partes implicadas y su participación. Para la consecución de objetivos se tienen en
cuenta una serie de recursos humanos y materiales.

Las acciones se dividen a lo largo del calendario o cronograma en el que deben figurar los tiempos y las frecuencias
de las fases y actividades del proyecto, junto a la distribución de los recursos. Los plazos han de ser realistas.

La mayoría de la bibliografía existente sobre proyectos sociales hace referencia al ciclo del proyecto, en el que se
encuentran una serie de fases: identificación del problema, necesidad, los objetivos, la ejecución de lo diseñado y la
evaluación.

Malgesini indica que la intervención social es un conjunto de acciones sistemáticas dirigidas a transformar
positivamente la realidad social y para ello señala 7 pasos:
o Realizar un diagnóstico y establecer unas necesidades.

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o Elaborar una estrategia de acción, de modo que esas necesidades detectadas se conviertan en objetivos
o Programar actividades, que deben corresponderse con los objetivos.
o Planificar tiempo y recursos.
o Ejecutar acciones y actividades.
o Hacer una evaluación periódica y corregir errores que se hayan podido cometer en la elaboración del proyecto
o Proceder a una evaluación de los resultados, que hace referencia al impacto, y de recursos empleados,
relativa a la eficiencia.

Igualmente Gavilán et al hacen referencia a 5 fases más generales:


o Inicial, que supondría esa fase de análisis de la realidad o diagnostico
o Diseño y elaboración del proyecto
o Puesta en marcha o implementación del proyecto
o Ejecución
o Ajuste o final del proyecto, que incluiría la evaluación ex post y el informe final.

Dentro de la intervención social y el diseño del proyecto y su desarrollo, hay que tener en consideración que
consecuencias se prevé que tenga, consecuencias que marcaran las estrategias a seguir y que se solapan en todo el
proceso:
o Paliativas: supone resolver a corto plazo una situación o problema, es decir, solucionar una necesidad concreta
que es considera urgente.
o Reformistas: implica cambiar algunas de las condiciones que han dado lugar a la necesidad, lo que no significa
transformar la situación.
o Empoderamiento: cambio determinante en las condiciones que han provocado la necesidad o el problema, son
transformaciones ya de carácter estructural.

3. TIPOS DE PROYECTO SEGÚN EVALUACION DE INDICADORES.


La evaluación es uno de los momentos más decisivos, ya que va a permitir comprobar con objetividad si se han
cumplido las metas y objetivos propuestos. Permite implementar las acciones realizadas y es un medio para
optimizar los recursos. Para Malgesini, evaluar implicaría responder a las siguientes preguntas:
- ¿es posible conseguir lo que se pretende?
- ¿Qué se está consiguiendo?
- ¿Qué se ha conseguido gracias a la intervención?

En definitiva, diseñar el componente de seguimiento y evaluación significa ser consciente de que la planificación de
las actividades no garantiza la eficacia. La evaluación tiene que contar con una serie de características que permitan
que sea operativa y eficaz. Entre sus principales requisitos destaca que:
- Sea útil y práctica, ya que debe posibilitar la mejora de la intervención y estar dirigida hacia la
acción.

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- Implique una recogida sistemática de la información.
- Sea flexible, que está abierta a los cambios y transformaciones que se dan durante el proyecto.
- Se ajuste a los plazos temporales previstos para su diseño.
- Sea un análisis de las políticas, planes, programas y proyectos, pero nunca de personas.
- Sea un análisis valorativo de los componentes estudiados.
- El objetivo de la evaluación sea variable, pudiendo estar referido al diseño de una actividad, a los
procesos de ejecución y a sus resultados o efectos, previstos o no.
- Tenga en consideración los criterios de evaluación, siendo necesario revisar la eficacia, la eficiencia, la
pertinencia, el impacto o la viabilidad.

En cuanto al concepto términos de referencia estos son algunos de los puntos más importantes:
1. Antecedentes del proyecto
2. Objetivos de la evaluación
3. Ámbito de aplicación y métodos.
4. Cuestiones a tratar
5. Equipo evaluador
6. Calendario
7. Elaboración de informes.

Trufo profundiza en las características que deben poseer los indicadores para que respondan a los objetivos que se
persiguen con la evaluación. Los indicadores deberían ser:
- Objetivos: que tomen en cuenta perspectivas
- Pertinentes: que midan lo que se trata de conseguir con la intervención.
- Suficientes: determinar si con un indicador se cubre la evaluación de ese aspecto o si son necesarios más.
- Específicos: que se expresen en cantidad, calidad y tiempo.
- Mensurables: que se puedan medir de forma realista
- Sensibles a los cambios: de modo que se pueda determinar si han ocurrido cambios con respecto a lo
planificado o considerar si el indicador sigue siendo válido o no.
- Razonables en términos de coste
- Disponibles, que se midan en el tiempo planificado para ello.

Se pueden definir dos grandes grupos de aspectos a evaluar en un proyecto social. Por una parte los resultados que
deberían reflejar el grado en el que se han conseguido los objetivos y si se han logrado o no los cambios esperados y
por otra parte el seguimiento de la actividad, que permite al profesional ir implementado y guiando las tareas a
realizar. Todo esto permite estudiar cómo ha sido la gestión del proyecto.

Por su parte Pérez de San Román y Fernández presentan tres grandes conceptos básicos que se evalúan en un
proyecto social y que también están interrelacionados tanto con los indicadores a utilizar como con las diferentes
tipologías de evaluación:

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- Adecuación: hace referencia al grado de idoneidad del propio proyecto con relación a la población que va
destinado. Es importante constatar la necesidad de dar respuesta.
- Eficacia: si se han conseguido los resultados previstos.
- Eficiencia: relación entre los resultados logrados y los recursos con los que se ha puesto en marcha el proyecto

Con respecto a la evaluación existen muchas tipologías. Una de las más empleadas es la ex post, tras la realización de
un proyecto, pero existen otras si se tienen en cuenta las distintas fases del proyecto, entre ellas destacan cuatro:
- Evaluación ex ante: es una evaluación de la propia idea del proyecto, una fase previa durante la cual se
observa si es adecuado y si merece la pena seguir después del mismo. Hay que tener unos elementos en cuenta:
 La propia pertinencia de la idea
 La coherencia con la identidad de la entidad.
 La factibilidad

Esta evaluación permite introducir cambios antes del diseño e implica también un importante trabajo de
análisis de fuentes secundarias, incluidos proyectos anteriores.
- Evaluación del diseño del proyecto: parecida a la anterior aunque esta analiza la propia viabilidad y sostenibilidad.
- Evaluación y seguimiento de la ejecución del proyecto: también puede denominarse simultánea, intermedia y
concurrente. Se produce durante el desarrollo del proyecto e implica comprobar cómo evoluciona, los problemas de
la ejecución etc.
- Evaluación ex post: es una de las más importantes y tiene lugar después de la ejecución y la realización del informe
final. Es la evaluación que permite estudiar en profundidad las consecuencias en el propio ámbito de actuación.
Hay que tener en consideración que algunos de los resultados no se pueden valorar en el mismo momento de la
finalización del proyecto, sino que necesitan tiempo para implementarse y producir resultados a medio o largo plazo.
Se podrán tener aprendizajes de la experiencia.

Según Galván a través de la evaluación se podrán analizar:


 Los resultados y logros del proyecto
 La cobertura del proyecto
 Los aspectos técnicos y funcionales

Perea introduce una evaluación final previa a la evaluación ex post, pero señala que está vinculada a la anterior. Otra
tipología de evaluación podría ser aquella elaborada por personal externo o la evaluación participativa que es de
carácter interno y que llevan a cabo los destinatarios de la actuación. Las técnicas de medición de la evaluación
pueden ser cualitativas o cuantitativas. Los más habituales son los siguientes:
- Acerca de los resultados del proyecto: se trata de analizar si se han conseguido los objetivos y se han
logrado los cambios que se esperaban con respecto al punto de partida.
- Indicadores de carácter cuantitativo que hacen referencia a la ejecución de actividades. Es decir, personas
que han participado en ellas, cuantos se han llevado a cabo etc.
- Indicadores de gestión: que hacen referencia a los recursos y los procesos del propio proyecto.

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Comprobar si el uso ha sido eficiente.

Dentro de los indicadores empleados, los responsables de la estrategia clasificaron los cuantitativos en función del
proceso, el producto y los resultados y partieron del análisis de la situación en que se encontraban estos indicadores
al iniciarse la acción, para valorar su estado una vez desarrollados los proyectos y actuaciones que les afectaban:
-De proceso: medición de como se ha realizado la actuación
-De producto: miden los productos resultantes de los procesos.
-De resultados: recogen los resultados finales de la acción.

4. DIFUSION DE RESULTADOS
La difusión debe formar parte de la planificación, entendida como una fase de esta. El equipo técnico deberá prever
canales y medios de difusión del proyecto, así como los aspectos a comunicar y los recursos empleados. Hay que
tener en cuenta que no consiste solo en transmitir los resultados más destacados sino que tiene una función de
sensibilización y concienciación ante la necesidad que la ha originado.

Existe difusión a través de las redes sociales o difusión a través de las revistas científicas.

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