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anuario

2016
INSTITUTO
DE ESTUDIOS
ZAMORANOS
FLORIAN
DE OCAMPO
H O M E N A J E A
D. MIGUEL DE UNAMUNO PÉREZ
ANUARIO 2016

INSTITUTO DE ESTUDIOS ZAMORANOS


“FLORIÁN DE OCAMPO” (C.S.I.C.)
anuario
2016
INSTITUTO
DE ESTUDIOS
ZAMORANOS
FLORIAN
DE OCAMPO
ANUARIO DEL I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO

I.S.S.N.: 0213-82-12
Vol. 31 - 2016

EDITA:
INSTITUTO DE ESTUDIOS ZAMORANOS “FLORIÁN DE OCAMPO”

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ANUARIO DEL I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO

I.S.S.N.: 0213-82-12
Vol. 31 - 2016

ÍNDICE

HOMENAJE A MIGUEL DE UNAMUNO PÉREZ


Recuerdos de nuestro padre
Miguel, Pablo, Rafael y Rubén, sus Hijos...................................................... 13
Don Miguel de Unamuno Pérez y el Instituto de Estudios Zamoranos “Florián
de Ocampo”
Sergio PÉREZ MARTÍN y Pedro GARCÍA ÁLVAREZ................................. 21
ARQUEOLOGÍA
Las monedas omeyas del Consultivo, en Zamora
Javier JIMÉNEZ GADEA.............................................................................. 29
DERECHO
Política laboral de género en Castilla y León, con relación a los derechos
humanos. 1994-1996
M.ª Luz VAQUERO PINTO............................................................................ 49
DOCUMENTACIÓN
Relación de curatos (1753) y últimas visitas (1819-1835) del monasterio de
San Benito de Zamora
Ernesto ZARAGOZA PASCUAL................................................................... 67
Conflictividad social. Pleito sobre hidalguía en Andavías. 1515-1517
José Antonio MATEOS CARRETERO.......................................................... 89
HISTORIA
Pompa y regocijo: la fiesta del corpus en la ciudad de Zamora, siglos XVI-
XVIII
José-Andrés CASQUERO FERNÁNDEZ...................................................... 115
El despoblado medieval de Villagarcía (Aliste) y su inserción en los
mecanismos feudales de poblamiento
Roberto TOLA TOLA y Pedro GÓMEZ TURIEL.......................................... 161

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8 ÍNDICE

HISTORIA DEL ARTE


Retratos y empresas artísticas de los obispos renacentistas don Francisco de
Mendoza y don Francisco Ruiz en Zamora, Palencia, Ávila y Toledo
Juan Carlos PASCUAL DE CRUZ................................................................. 179
¿Barroco y Medievo para las exequias del rey ilustrado?
Elena MUÑOZ GÓMEZ................................................................................. 213
Precisiones sobre el Cristo Abrazado a la Cruz de Almendra (Zamora): la
fortuna de un modelo de Michel Coxcie
Rubén FERNÁNDEZ MATEOS.................................................................... 241
LINGÜISTICA
Portugal desde Zamora: los nombres de los pueblos de la Frontera Trasmontana
desde el lado zamorano
Pascual RIESCO CHUECA; Pedro GÓMEZ TURIEL y
Fernando ÁLVAREZ-BALBUENA GARCÍA................................................ 249
Inventario de bienes de la fortaleza de Villalpando en 1633. Estudio del léxico
del lujo
Marta MIGUEL BORGE................................................................................ 335
LITERATURA
Ir, venir, volver… Clarín: cinco perífrasis verbales con verbos de movimiento
en trece de los cuentos de Leopoldo Alas
Patricia FERNÁNDEZ MARTÍN................................................................... 361
MUSICOLOGÍA
El canto llano en la colegiata de Toro a través de los estatutos y de los libros
de coro
Vicente URONES SÁNCHEZ........................................................................ 415
PATRIMONIO CULTURAL
La lluvia en las procesiones de Semana Santa de Zamora y los deterioros que
causa en el patrimonio artístico de las cofradías
Francisco Javier CASASECA GARCÍA........................................................ 461
MEMORIA DE ACTIVIDADES................................................................... 481
NORMAS PARA LOS AUTORES................................................................. 513
RELACIÓN DE SOCIOS I.E.Z. 2016............................................................... 519

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LITERATURA
IR, VENIR, VOLVER… CLARÍN: CINCO PERÍFRASIS
VERBALES CON VERBOS DE MOVIMIENTO
EN TRECE DE LOS CUENTOS DE LEOPOLDO ALAS1

Patricia Fernández Martín


Universidad Autónoma de Madrid

RESUMEN
El objetivo del artículo es completar la evolución diacrónica de cinco perífrasis verbales del
español ({ir a / venir a} + infinitivo, {ir / venir} + gerundio y volver a + infinitivo), utilizando como
texto fuente trece de los cuentos de Leopoldo Alas “Clarín”. Tras reflexionar sobre los problemas
del concepto de perífrasis, analizamos las que hay en los textos de Leopoldo Alas, tomando como
base un significado amplio y esencialmente diacrónico de perífrasis, que da como resultado su
clasificación en cuatro grupos (Zieliński, 2014). La principal conclusión apunta a que el proceso de
gramaticalización no es evolutivo en un sentido exclusivo, sino acumulativo, es decir, la conviven-
cia de distintos grados de fusión estructural forma parte de la naturaleza de las perífrasis verbales
con verbos de movimiento, ya que a lo largo de la historia están constantemente interrelacionán-
dose el nivel analítico (metalingüístico) de la lengua (sistema) con el nivel ontológico (lingüístico)
del habla (producto).

PALABRAS CLAVE: Cuentos de Clarín; perífrasis verbal; verbos de movimiento; gramática


histórica.

IR, VENIR, VOLVER… CLARÍN: FIVE VERBAL PERIPHRASES


WITH MOTION VERBS IN THIRTEEN TALES WRITTEN BY LEOPOLDO ALAS

ABSTRACT
The aim of this paper is to analyze the diachronic evolution of five Spanish verbal periphrases
(ir (a) + infinitive, ir + gerund; venir a + infinitive, venir + gerund and volver + infinitive), using as
main text thirteen tales written by Leopoldo Alas “Clarín”. After reflecting on the main problems
about the concept of periphrase, we analyze their functions in Leopoldo Alas” texts, taking as a
basis a diachronic meaning, which leads to a four-grouped classification, according to the proposal

1
Este trabajo se enmarca dentro del Proyecto I+D del Ministerio de Economía y Competitividad (España)
titulado “Procesos de gramaticalización en la historia del español (V): gramaticalización, lexicalización y análisis
del discurso desde una perspectiva histórica” con referencia FFI2015-64080-P.

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by Zieliński (2014). The main conclusion highlights the fact that the grammaticalization process
is not evolutionary from an exclusive point of view, but cumulative, what means that the co-ex-
istence of several degrees of structural fusion belongs to the nature of the verbal periphrases with
motion verbs, for the analytical (metalinguistic) level of the language (system) and the ontological
(linguistic) level of the speech (product) are often interacting along the history.

KEYWORDS: Clarín’s Tales; Verbal Periphrase; Motion Verbs; Historical Grammar.

1. INTRODUCCIÓN
El principal objetivo de este trabajo es profundizar en el estudio diacrónico de
las perífrasis verbales con tres verbos de movimiento (ir, venir y volver), utilizan-
do como texto fuente trece cuentos del que consideramos uno de los maestros de
la prosa española del siglo XIX: el zamorano Leopoldo Alas “Clarín”. Creemos
que dichos textos son representativos del español novelesco del siglo XIX, por lo
que pueden ser utilizados para ejemplificar los valores que las perífrasis habían
adquirido en etapas anteriores de la lengua y los que, naturalmente, son propias de
dicha centuria.
Asimismo, el trabajo pretende servir como corpus lingüístico per se, dado que
recoge todos los ejemplos encontrados durante el análisis. De esta manera, además
de clasificar los fragmentos clarinianos asumiendo un concepto concreto de perí-
frasis verbal y de explicar cada caso relevante, entendemos que la acumulación de
extractos (más de 200) puede funcionar como recopilación lingüística, siempre útil
para intereses afines. Por este motivo, nos posicionamos en perspectiva eminen-
temente cualitativa, si bien ofreceremos a lo largo de la investigación y, con algún
mayor detalle en las conclusiones, algunos datos que sinteticen lo expuesto durante
el desarrollo general.
Concretamente, hemos localizado y registrado todos los ejemplos posibles en
los que aparecen las cinco perífrasis verbales seleccionadas (ir a + infinitivo, ir +
gerundio, venir a + infinitivo, venir + gerundio y volver a + infinitivo), dentro de
la antología recogida por Ángeles Ezama.
El corpus logrado ha sido analizado siguiendo las directrices teóricas marcadas
esencialmente por la perspectiva diacrónica de Alicia Yllera (1980), Chantal Melis
(2006), Mar Garachana (2010, 2011) y Andrzej Zieliński (2014), pero teniendo
presente que nos encontramos estudiando un estadio lingüístico, el decimonónico,
y a un autor, Leopoldo Alas “Clarín”, por lo que han sido también muy útiles las
obras, entre otros, de Leonardo Gómez Torrego (1988, 1999), Félix Fernández de
Castro (1999) y Hella Olbertz (1998), que adoptan una perspectiva sincrónica.

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DE MOVIMIENTO EN TRECE DE LOS CUENTOS DE LEOPOLDO ALAS

Todo este proceso se plasma, finalmente, en la división del presente texto en


dos grandes partes. En la primera (§ 2), ofrecemos una serie de reflexiones meto-
dológicas acerca del concepto mismo de perífrasis verbal, justificando en la medi-
da de lo posible la elección de las cinco aquí expuestas y la clasificación diacró-
nica aplicada a un estudio sincrónico. En la segunda gran parte (§ 3), mostramos
los cuatro grupos elegidos en función del grado de gramaticalización, bastante de
acuerdo con los propuestos por Zieliński (2014: 39-50): semiperífrasis en potencia
(§ 3.1); semiperífrasis superfluas (§ 3.2); semiperífrasis fuertes (§ 3.3) y semipe-
rífrasis con un alto grado de gramaticalización [§ 3.4]. Dentro de cada uno expo-
nemos los ejemplos clarinianos correspondientes a cada construcción, atendiendo
a los valores semánticos y formales que presentan según el contexto lingüístico.

2. FUNDAMENTOS METODOLÓGICOS
Sabida es la complejidad que entraña definir el concepto de perífrasis verbal,
sea esta de infinitivo, de gerundio o de participio. Normalmente, se asume cierta
relación entre la tradición investigadora a la que pertenece el estudioso y la ten-
dencia a centrar la definición en factores más cercanos a la sintaxis (Roca Pons,
1958; Iglesias Bango, 1988; Gómez Torrego, 1988, 1999; Yllera, 1999; Fernández
de Castro, 1999), a la semántica (Morera, 1991) o a una interrelación entre ambas
(Dietrich, 1983; Veyrat Rigat, 1993; Pusch, 2003), si bien todas ellas intentarán
justificar las múltiples excepciones que existen a muchos de los aspectos que sue-
len proponerse como característicos de estas construcciones.
Si a esta complejidad inherente al mismo concepto de perífrasis desde una pers-
pectiva sincrónica se le añade la perspectiva diacrónica, aumenta sin duda la difi-
cultad de definirla o, por lo menos, de llegar a un acuerdo sobre dónde (o, por me-
jor decir, cuándo) deja de ser léxica una construcción (Las mesas estaban puestas.
Vinieron sirviendo manjares, Guzmán II, 83 apud Fernández Martín, 2015c) y pasa
a ser perifrástica (nuestras vidas son los rrios / que van a dar en la mar / que es el
morir, Cancionero, Jorge Manrique, vv. 1861-1863, apud Zieliński, 2014: 89). Así,
en el caso de las construcciones conjuntas que nos ocupan, la evolución diacrónica
se percibe en el cambio producido, en esencia, en los verbos de movimiento ir,
venir y volver, que durante el proceso de gramaticalización desde la Edad Me-
dia hasta el siglo XIX van adquiriendo valores temporales, aspectuales y modales
en constante conjunción con las formas no conjugadas (Melis, 2006; Garachana,
2010, 2011; Zieliński, 2014; Fernández Martín, 2015a, 2015b).
En efecto, la evolución diacrónica habría comenzado presumiblemente en la
Edad Media con el reanálisis de las construcciones modales (Garachana, 2011;
Yllera, 1980). El comienzo del proceso de la gramaticalización se encontraría en
el acercamiento que el hablante establece entre la forma no personal y el verbo

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conjugado, para recalcar el modo en que tiene lugar el movimiento expresado por
este. Dicho acercamiento habría permitido que la fuerza ilocutiva recayera sobre la
forma no personal, lo que facilitaría, a su vez, su fusión con el verbo de movimien-
to (Zieliński 2014: 69-73).
En el español clásico (siglos XVI-XVII) y el posterior (siglos XVIII-XIX), este
proceso se encuentra en distintas fases, dependiendo, en cierto modo como en el
español actual (Gómez Torrego, 1988, 1999; Veyrat Rigat, 1993; Olbertz, 1998;
Yllera, 1999; Fernández de Castro, 1999), del contexto lingüístico en que aparece
la construcción que nos ocupa en cada caso; del Aktionsart del verbo en forma
no conjugada; de la naturaleza semántica del sujeto del verbo en forma personal;
del valor de la preposición, de existir; de la capacidad del verbo en infinitivo o
en gerundio para seleccionar argumentos y, en general, de la relación establecida
entre las dos formas verbales, esto es, la conjugada y la no conjugada (Yllera,
1980; Zieliński, 2014), factores que serán extremadamente útiles para analizar las
perífrasis mencionadas en la prosa de Clarín (§ 3).
Esto viene a implicar que la evolución diacrónica sufrida por las perífrasis aquí
estudiadas es acumulativa en un doble sentido. Por un lado, van sumando valores a
los que ya poseen, de manera que en el español del siglo XIX, representado en este
trabajo por trece de los cuentos de Leopoldo Alas, lo esperable es que aparezca,
junto a los nuevos, la mayoría de los valores semánticos de las perífrasis que se
remontan en su origen al español medieval (Zieliński, 2014). Estos distintos valo-
res, por otro lado, se muestran en el diferente funcionamiento sintáctico de dichas
construcciones, que variará de forma gradual de lo más conjunto a lo más disjunto,
en términos de Fernández de Castro (1999).
Para comprender el concepto de perífrasis verbal, creemos conveniente enton-
ces acudir a la teoría cognitivista del prototipo (Croft y Cruse, 2008: 107)2, par-
tiendo de la base de que una perífrasis es, como sugiere Olbertz (1998: 32), una
combinación productiva e indisoluble de un verbo léxico con un predicado verbal
en forma no personal, donde el verbo conjugado concuerda con el argumento prin-
cipal (sujeto) del verbo no conjugado. De este modo, el prototipo de perífrasis, el
modelo ideal, abarcará todos aquellos usos de la lengua cuyos comportamientos
semántico y sintáctico se ajusten al propuesto; mientras que la periferia de dicho
concepto prototípico estará formada por los productos lingüísticos cuyas construc-
ciones se alejen, en mayor o menor grado, del comportamiento gramatical que se
ha entendido por prototípico (González Gutiérrez, 2008).

2
Remitimos a trabajos anteriores en los que definimos con detalle la complejidad del concepto de perífrasis
verbal y proponemos algunas posibles soluciones, siempre atendiendo a su carácter gradual entre la gramática y
el léxico, tanto desde la perspectiva sincrónica como desde la diacrónica (Fernández Martín 2012a, 2012b, 2013a,
2014a, 2014b, 2014c, 2014d, 2015a, 2015b, 2015c, 2016).

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DE MOVIMIENTO EN TRECE DE LOS CUENTOS DE LEOPOLDO ALAS

Si tomamos esto stricto sensu, cabrá entender que los tres verbos de movi-
miento seleccionados para su análisis no siempre conforman perífrasis, por lo que
debemos tomar nuestra propuesta de aplicación de la teoría del prototipo desde
una perspectiva gradual a un doble nivel: el nivel sincrónico, en el cual una misma
construcción puede funcionar como perífrasis en unos casos y como construcción
disjunta en otros; y el puramente diacrónico, según el cual una perífrasis se cons-
truye a lo largo de los siglos mediante un proceso de gramaticalización (Yllera,
1980; Melis, 2006; Garachana, 2010, 2011; Zieliński, 2014).
Esta distinción diacrónica surge, precisamente, al aplicar el mencionado con-
cepto de perífrasis (Olbertz, 1998: 32) en un sentido más laxo, ya que es fran-
camente complicado establecer con exactitud el límite entre las construcciones
perifrásticas y las no perifrásticas. Por un lado, desde una perspectiva analítica o
metalingüística, resulta siempre cuestionable indicar dónde termina el prototipo
de perífrasis y dónde empieza, por ejemplo, el de tiempo verbal, locución o in-
cluso marcador discursivo (Fernández Martín, 2013, 2014a). Por otro lado, desde
una perspectiva ontológica o lingüística, es muy difícil no caer en la tentación de
defender que una construcción no perifrástica que cumpla ciertos requisitos (esto
es, ofrecer la forma {verbo de movimiento [+ nexo] + forma no personal}) puede
convertirse en una perífrasis de facto e, incluso, andando el tiempo, perder esta ca-
tegoría y pasar a formar parte de otra como el morfema (Fernández Martín, 2009).
Esta visión dinámica de la categoría gramatical que nos ocupa queda perfecta-
mente plasmada en la clasificación en cuatro grupos propuesta por Zieliński (2014:
41-50) para el español medieval y clásico. Dicha agrupación se basa en el grado de
gramaticalización de cada estructura, la cual a su vez viene determinada por varios
factores como la selección del sujeto, la intercalación de elementos ajenos (en
especial, clíticos), la posibilidad de invertir el orden sintáctico de la construcción
y el valor semántico del conjunto de la estructura. Esta interrelación de elemen-
tos daría lugar a un grupo de construcciones en vías de evolución (grupo D, en la
terminología del autor); otras denominadas semiperífrasis superfluas (grupo C);
semiperífrasis fuertes (grupo B) y perífrasis altamente gramaticalizadas (grupo A).
El motivo para adoptar aquí esta clasificación se encuentra en que ofrece una
visión holística del proceso diacrónico de creación de las perífrasis verbales con
verbos de movimiento y, a la vez, permite comprender la convivencia de ejemplos
con mayor o menor grado de fusión en un estadio sincrónico de la lengua: en am-
bos casos el ajuste con la teoría del prototipo es perfecto, porque puede entenderse,
como de hecho hace el autor, que hay un núcleo conceptual de perífrasis verbal (el
que él denomina “grupo C”) por lo que el resto forma parte de la periferia (grupos
A, B y D).

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366 PATRICIA FERNÁNDEZ MARTÍN

Por tanto, aunque surja tomando como referencia el medieval y clásico


(Zieliński, 2014), este esquema evolutivo sirve sin ninguna duda para el español
de Leopoldo Alas, por tres motivos esenciales. En primer lugar, por el carácter
acumulativo de las estructuras, que permite que convivan valores perifrásticos y no
perifrásticos durante siglos de historia de la lengua, también desde una perspectiva
estrictamente sincrónica que centre su estudio en un estadio concreto como puede
ser el de la lengua en el siglo XIX. En segundo lugar, debido a la herencia sociocul-
tural que cualquier hablante de una lengua padece, en tanto esta es necesariamente
considerada un producto histórico (Coseriu, 1978, 1981, 2007), del que ningún
hablante nativo puede al final desprenderse. Y en tercer lugar, porque, si tomamos
en consideración el significado de perífrasis stricto sensu, incluso la forma no gra-
maticalizada (grupo D) es una perífrasis verbal en potencia (desde una perspectiva
ontológica), igual que las perífrasis altamente gramaticalizadas (grupo A), lo han
sido de facto en el pasado, es decir, que se las considere otra categoría gramatical
en el nivel analítico (entendidas como no perifrásticas en una definición metalin-
güística) no implica que no lo sean en el nivel ontológico (es decir, no implica que
lingüísticamente hayan dejado de ser perífrasis desde una perspectiva histórica).
De ahí que nuestro objetivo sea ejemplificar los cuatro grupos con fragmentos
escritos por el propio Clarín (§ 3), para demostrar que los verbos de movimiento
conviven en sus valores perifrástico y no perifrástico (stricto sensu) en el español
decimonónico.
En realidad, esta distinción entre el nivel analítico y el nivel ontológico sigue
bastante de cerca la doble concepción de la lengua en tanto sistema (lengua) y pro-
ducto (habla), de forma semejante a la oposición del mismo Ferdinand de Saussure
(1945: 90 ss). En tanto sistema (nivel analítico, porque es sobre el que se ejercen
las reflexiones metalingüísticas; Moreno Cabrera [2008: 55]), la lengua acepta
las construcciones perifrásticas (en sentido estricto) en una época muy temprana
(Yllera, 1980; Garachana, 2011; Zieliński, 2014), lo que no implica que todos los
productos lingüísticos (nivel ontológico) se acojan a ellas en exclusiva: el grado
de gramaticalización de la estructura depende, naturalmente, de la cantidad de
ejemplos concretos que existan y, tal vez, de la frecuencia de uso de los verbos
conjugados, que permita su metaforización como inicio del proceso. Pero del he-
cho de que a lo largo de los siglos convivan usos de la misma estructura con un
alto grado de gramaticalización con usos totalmente léxicos, puede desprenderse
que, al menos con los verbos de movimiento, la esencia misma de las perífrasis sea
compartir valores que sirven para denotar la realidad física (espacial [no perifrásti-
cos en sentido estricto]) y la metafórica (temporal, aspectual o modal [perifrásticos
en sentido estricto]) en el mismo estadio lingüístico, con una frecuencia variable en
unas u otras denotaciones.

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IR, VENIR, VOLVER… CLARÍN: CINCO PERÍFRASIS VERBALES CON VERBOS 367
DE MOVIMIENTO EN TRECE DE LOS CUENTOS DE LEOPOLDO ALAS

Partiendo de esta base, por tanto, no cabe sorprenderse porque busquemos en


el español del zamorano más universal las cuatro fases del proceso de gramatica-
lización de las perífrasis verbales, ya que, como decimos, forma parte de la propia
naturaleza de estas construcciones coexistir en distintos niveles de fusión.
Finalmente, cabe explicar por qué dejamos de lado otros verbos de movimiento
y otras estructuras como las de participio o venir de + infinitivo. Para justificar la
ausencia de las perífrasis pasar a + infinitivo, andar + gerundio (prácticamente
inexistente en los textos analizados) o llegar a + infinitivo (muy poco frecuente),
recurrimos a un trabajo anterior sobre el Quijote (Fernández Martín, 2015a), en el
que solo nos centramos en las perífrasis seleccionadas aquí, por lo que lo estudiado
sobre el autor zamorano puede suplir uno de los huecos dejados en el estudio del
texto cervantino. En cuanto a las construcciones de participio conformadas por los
verbos de movimiento mencionados, han sido descartadas porque se encuentran,
como a nuestro juicio acertadamente indica para el catalán González Gutiérrez
(2008: 49, 147-161), más cerca de las estructuras disjuntas que de las perifrásticas
(Olbertz, 1998: 38 ss; Fernández de Castro, 1999: 97 ss) y porque la naturaleza
misma del participio es lo suficientemente compleja como para merecer un estudio
aparte (Fernández Martín, 2012). Tampoco vamos a estudiar, finalmente, construc-
ciones impropias de la lengua española como venir de + infinitivo (RAE, 2009: §
28.9t), que no parece haber triunfado realmente en el español hablado y que pro-
bablemente no se use con posterioridad al siglo XIII más que como un calco del
francés (Zieliński, 2014: 187-191).
En síntesis, a continuación ofrecemos un estudio sincrónico centrado en la len-
gua de Leopoldo Alas “Clarín”, representada por trece de sus cuentos, aplicando
sobre él una perspectiva diacrónica que aúna en una sola categoría todos los ejem-
plos en los que hay una estructura gramatical determinada ({verbo de movimiento
conjugado [+ nexo] + verbo en forma no personal}), que puede denominarse pe-
rífrasis verbal en el nivel analítico, con mayor o menor discusión, pero que desde
el nivel ontológico lo es, sin duda alguna, al aplicar la visión histórica de la lengua
que creemos necesaria también para comprender un único estadio como es, en lo
que nos ocupa, el decimonónico.

3. LAS PERÍFRASIS CON VERBOS DE MOVIMIENTO EN LA PROSA


CLARINIANA
En esta segunda gran parte del artículo, vamos a analizar las perífrasis verbales
mencionadas (ir a + infinitivo; ir + gerundio; venir a + infinitivo; venir + gerun-
dio; volver a + infinitivo) en los trece relatos de Clarín seleccionados por Ángeles
Ezama: El diablo en Semana Santa, Pipá, Mi entierro, Superchería, Doña Berta,

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368 PATRICIA FERNÁNDEZ MARTÍN

¡Adiós, Cordera!, El Señor, Cambio de luz, La Ronca, El dúo de la tos, Viaje re-
dondo, El gallo de Sócrates y El oso mayor.
Conviene resaltar varios aspectos antes de continuar. Por un lado, como ya he-
mos indicado, partiremos del esquema gradual propuesto por Zieliński (2014),
comenzando por las menos gramaticalizadas (grupo D) y terminando por las más
gramaticalizadas (grupo A), si estas existen, lo que supone que iremos desbrozan-
do con detalle cada una de las construcciones seleccionadas. A este respecto, como
no concebimos el cambio lingüístico como una evolución estrictamente lineal sino
cíclica (Moreno Cabrera, 2004: 245-267), adoptamos la denominación “Semiperí-
frasis en potencia” para lo que Zieliński llama “Construcciones en vías de evolu-
ción” (su grupo D), entendiendo por ellas que son construcciones en vías de fusión
que, en tanto ejemplos concretos (perspectiva ontológica), no tienen por qué fusio-
narse nunca; en tanto sistema lingüístico (perspectiva analítica), pueden ayudarnos
a comprender lo que ha ocurrido durante el proceso de gramaticalización.
Por otro lado, los fenómenos, ya mencionados, que nos ayudarán a explicar lo
que ocurre en cada caso son esencialmente el contexto lingüístico en que aparece
la estructura en cuestión; el modo de acción del verbo en forma no conjugada, para
el que seguiremos en esencia la terminología de Moreno Cabrera (2003); la natu-
raleza semántica del sujeto del verbo en forma personal; la capacidad del verbo en
infinitivo o en gerundio para seleccionar argumentos y, en general, de la relación
establecida entre las dos formas verbales, esto es, la conjugada y la no conjugada
(Veyrat Rigat, 1993, 1997); y el valor de la preposición que une a auxiliar y auxi-
liado, de darse (Talbi-Boulhais, 2003; Melis, 2006: 899; Veyrat Rigat, 1993: 168;
Rojo, 1974: 71-72).
Por último, conviene igualmente recordar que el presente trabajo cabe enten-
derse no solo como un análisis, sin ánimo de exhaustividad, de las estructuras
perifrásticas de Clarín, sino también como una acumulación de ejemplos (más
de 200) que, a modo de corpus lingüístico con valor per se, pueden ser utilizados
para estudios posteriores, cuyos intereses puedan estar relacionados directamente
con los propuestos aquí, precisamente debido a la diferencia que creemos esencial
entre el nivel ontológico y el nivel analítico de la lengua.

3.1. Semiperífrasis en potencia


Como ya se ha indicado, en esta sección analizamos las cinco perífrasis cuan-
do no lo son en sentido estricto, es decir, cuando funcionan como construcciones
léxicas, lo que en general no es muy frecuente, excepto con ir a + infinitivo (19
ejemplos): ir + gerundio (4 ejemplos), venir a + infinitivo (4 ejemplos), venir +
gerundio (1 ejemplo) y volver a + infinitivo (7 ejemplos). Su distribución por
cuentos se encuentra detallada en el anexo.

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IR, VENIR, VOLVER… CLARÍN: CINCO PERÍFRASIS VERBALES CON VERBOS 369
DE MOVIMIENTO EN TRECE DE LOS CUENTOS DE LEOPOLDO ALAS

3.1.1. Ir a + infinitivo
En los textos estudiados, la perífrasis verbal ir a + infinitivo se muestra en
su etapa previa a la gramaticalización (grupo D, en la terminología de Zieliński
[2014]) como una construcción formada por un verbo de movimiento pleno, un
nexo preposicional con valor de dirección y un infinitivo que constituye el núcleo
de la subordinada sustantiva con valor final:

1) Iba a oír a la Pistañina como Triboulet iba a ver a su hija; allí los cascabeles
callaban, perdían sus lenguas de metal […] (Pipá, 36)3.

En la mayoría de estos casos, es el contexto lingüístico el que deja claramente


interpretar el significado léxico del verbo de movimiento:

2) […] una hermana de la madre de Serrano suplicaba a éste, en una carta llena
de cariño, que por Dios fuera a visitar a su Antoñito, que estaba arrestado
por meses […] (Superchería, 89).

Tal vez el hecho de aparecer con frecuencia en contextos subordinados a un


verbo principal de orden o mandato, como en 2), pueda haber influido en la crea-
ción de un imperativo exhortativo, que se remonta, al menos, al siglo XVI (Ke-
niston, 1937: 463) y que sin duda es muy común en la actualidad en primera per-
sona del plural (Olbertz, 1998: § 7.5.1; Torrent-Lenzen, 2003; Melis, 2006: 921;
Gómez Manzano, 1992: 119 ss; García Fernández, 2006: 178)4. En el caso de
Leopoldo Alas, el siguiente ejemplo indica con claridad una orden, pero también
un significado de desplazamiento, por lo que no se encuentra entre los grupos de
semiperífrasis:

3) “Ve a consolarle, a consultar con los profesores, a reducir hasta donde se


pueda el horrible castigo… […]” (Superchería, 89).

3
El número de página remite a la edición de la fuente primaria señalada en la bibliografía final. El hecho de
indicar entre paréntesis el nombre del cuento en que se halla el fragmento ayuda, a nuestro juicio, a comprender
el co(n)texto en que se encuentra la perífrasis.
4
Nos referimos a ejemplos del tipo Vamos a calmarnos, señores, que no hemos encontrado en los textos
clarinianos con este valor, puesto que los ejemplos con vamos no los consideramos imperativos y, por tanto,
entendemos que han sufrido algún grado de gramaticalización (§§ 3.2.1, 3.3.1). Recordemos que este vamos,
aunque formalmente parezca un presente de indicativo, semántica, diacrónica y funcionalmente se trata de un
valor del presente de subjuntivo, ya que vamos proviene de VADAMUS, que era subjuntivo en latín, de donde
se desprende el significado imperativo (Keniston, 1937: 367 [agradezco el apunte al Dr. Francisco Javier Herrero
Ruiz de Loizaga]).

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370 PATRICIA FERNÁNDEZ MARTÍN

Resulta altamente interesante señalar que el verbo irse nunca se gramaticaliza,


es decir, siempre ofrece un significado espacial, como demuestran los sintagmas
que lo complementan y que no forman parte de la valencia del infinitivo (con su
paso de andadura [4], al café [5]), si bien puede llegar a ciertos grados de metafo-
rización en los que el infinitivo actúe como destino (6, 7):

4) […] y con su paso de andadura se fue a abrir otra puerta (Mi entierro, 66).
5) […] y me fui a buscar adversario más noble al café (Mi entierro, 69).
6) ¡Cuántas veces […] se había ido a refrescar el alma en la lectura de antiguos
poemas […]! (Superchería, 92)
7) […] se habían ido a cazar […] (Doña Berta, 143).

Los dos siguientes ejemplos son llamativos porque, en el primero, el sintagma


preposicional a otra casa puede estar complementando tanto a irse como a llevar,
lo que permite entender la ambigüedad en la interpretación de la frase; mientras
que en el segundo, el hecho de viajar en sí no exige ningún sintagma preposicional
para comprender su significado, ya que puede leerse como una mera finalidad del
verbo irse, que está, por tanto, actuando como principal:

8) […] y se fue a llevar otros viajeros a otra casa (Superchería, 89).


9) El pollo se fue a viajar (El Señor, 212).

Cuando dicho sintagma preposicional aparece de forma explícita (a los salones


[10], a la estación [11], a una tienda [12]), complementa al verbo ir e impide cual-
quier posibilidad de fusión de este con el infinitivo:

10) […] porque sus padres iban a ganar dinero a los salones, a los teatros […]
(Superchería, 94).
11) Al día siguiente fui a despedirlos a la estación (Superchería, 128).
12) Entró en la iglesia, oyó dos misas; después fue a una tienda a comprar un
collar para el gato […] (Doña Berta, 187).

La ausencia de este complemento de forma explícita puede facilitar la interpre-


tación del infinitivo como destino de la acción indicada por la forma conjugada
(Garachana, 2011), inicio probable del proceso de gramaticalización (6, 9):

13) […] y fui yo sola a calmar al enemigo, a darle garantías de nuestra buena
fe, a pedir prórroga (Superchería, 128).

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IR, VENIR, VOLVER… CLARÍN: CINCO PERÍFRASIS VERBALES CON VERBOS 371
DE MOVIMIENTO EN TRECE DE LOS CUENTOS DE LEOPOLDO ALAS

14) Así, se conformó por lo pronto con que la dejara, […], ir a contemplarlo
todos los días […] (Doña Berta, 185).
15) […] se la dejaba ir a despedirse para siempre de su capitán […] (Doña
Berta, 186).
16) La última mano al tocado de Petra siempre la daba Juana; y en cuanto no
se la necesitaba iba a sentarse, casi acurrucada, en un rincón de un diván, a
oír y callar, a observar, sobre todo […] (La Ronca, 238).
17) […] debían llegar a la estación anterior a la en que iba yo a tomar el tren
(Superchería, 125).
18) El amor único, muerto, siempre escondido, había plasmado en su fantasía
una imagen fija, indestructible, parecida a su modo a ese granito pulimen-
tado por los besos de muchas generaciones de creyentes que van a llorar y
esperar sobre los pies de una Virgen o de un santo de piedra (Doña Berta,
161).

Finalmente, puede ser el tiempo verbal el que indique que nos encontramos
ante una construcción disjunta (8, 9, 13), porque dificulta cualquier lectura modal,
aspectual o temporal:

19) Encendió el fuego, barrió un poco, fue a buscar agua fresca… (Doña
Berta, 167).

En síntesis, la perífrasis ir a + infinitivo no se encuentra en absoluto gramati-


calizada cuando el verbo conjugado alude a un desplazamiento en el espacio y la
preposición mantiene su valor final. En el momento en que esa finalidad pasa a ser
expresada por el infinitivo de forma clara, este se convierte en el destino del mo-
vimiento (Melis, 2006; Garachana, 2011), principio del proceso de metaforización
que dará lugar a la semiperífrasis superflua (§ 3.2.1) y, una vez el sujeto puede ser
inanimado, a la semiperífrasis fuerte (§ 3.3.1).

3.1.2. Ir + gerundio
Dentro del grupo de construcciones en vías de fusión o, dicho de otro modo, de
construcciones que no podrían considerarse perifrásticas stricto sensu, encontra-
mos un par de ejemplos en que el verbo ir tiene un complemento que impide cual-
quier tipo de fusión con el gerundio, pero que, a la vez, denota un sentido de despla-
zamiento sin rumbo fijo, que bien pudo estar en el origen de la gramaticalización:

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372 PATRICIA FERNÁNDEZ MARTÍN

20) Iba con ellos de pueblo en pueblo, enfermo, prefiriendo el traqueteo per-
petuo de los viajes a la pena de la soledad y al terror de la ausencia (Super-
chería, 94).
21) Iba por el mundo, de pueblo en pueblo, como bulto perdido, buscando aire
sano para un pecho enfermo; de posada en posada, peregrino del sepulcro,
cada albergue que el azar le ofrecía le presentaba aspecto de hospital (El dúo
de la tos, 249).

En este caso, además, se puede observar cómo el gerundio se encuentra lo su-


ficientemente alejado del verbo ir como para que funcione como núcleo de una
subordinada, que bien podría tener sentido modal (por definir el modo en que iba
con ellos de pueblo en pueblo) o causal (por explicar la causa por la que iba con
ellos y no solo).
Otro ejemplo que nos ha llamado muchísimo la atención está formado por el
verbo ir y un gerundio, a los que separan precisamente los dos adverbios que sue-
len emplearse para demostrar que la construcción no es perifrástica (Fernández de
Castro, 1999; Olbertz, 1998), si bien en esta ocasión la pluma clariniana elimina
cualquier tipo de duda acerca de la interpretación modal que conviene darle a la
oración:

22) A Serrano se le figuraba que aquel perro iba así… como cantando (Super-
chería, 130).

Por último, no deja de ser ambiguo el siguiente caso que, sin embargo, leemos
como construcción plenamente léxica, porque entendemos que el hecho denotado
por el gerundio es una manera de ir, tal y como muestra el contexto del cuento en
que se encuentra:

23) Y cuando volvió a su paseo sobre los tablones de castaño, que crujían, iba
pensando: […] (Doña Berta, 158).

Vemos, pues, que ir + gerundio no constituye perífrasis stricto sensu cuando


el verbo de movimiento tiene un complemento propio, como sucede de facto en la
construcción paralela en infinitivo (§ 3.1.1).

3.1.3. Venir a + infinitivo


Al igual que sucedía con ir a + infinitivo (§ 3.1.1), venir a + infinitivo permite
entenderse como en vías de fusión cuando puede deducirse por el contexto un
lugar que funciona como destino, bien de forma tácita, entendiendo por destino el

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IR, VENIR, VOLVER… CLARÍN: CINCO PERÍFRASIS VERBALES CON VERBOS 373
DE MOVIMIENTO EN TRECE DE LOS CUENTOS DE LEOPOLDO ALAS

espacio que ocupa el hablante (24); bien de forma explícita (a los pies del Cristo
Negro [25]), como complemento del verbo conjugado, lo que elimina cualquier
posibilidad de fusionarse con la forma no personal:

24) -Toma, usted es el que viene a amortajarle, que dijo don Clemente que le
mandaría a estas horas por no dar que decir… (Mi entierro, 66).
25) Era una beata que venía a rezar una especie de última hora a los pies del
Cristo Negro (Pipá, 38).

El siguiente ejemplo resulta cuando menos llamativo, porque el significado


[– humano] del sujeto permite cierto grado de metaforización, pero no es semi-
perífrasis porque se mantiene claramente el significado de desplazamiento y su
consecuente finalidad:

26) […] un gorrión se asomaba de vez en cuando por aquella puerta lateral,
llegaba hasta el medio de la nave, como si viniera a convertirse, y al punto,
pensándolo mejor, salía como una flecha […] (Viaje redondo, 256).

Tal vez en (27) se pueda percibir al infinitivo como núcleo del valor de destino
denotado por la preposición a, sin que se deje de perder el espacio implícito, coin-
cidente con el de los personajes de referencia (ama y criada), al que se dirige la
acción del verbo en infinitivo:

27) Ama y criada […] en presencia de los que venían a buscarla sintieron una
infinita ternura y gran desfallecimiento […] (Doña Berta, 169).

De este modo, se puede concluir que en los ejemplos recogidos venir a + infi-
nitivo mantiene su significado de desplazamiento cuando hay un espacio explícito
que actúa de destino. Cuando ese espacio deja de ser explícito para pasar a ser
implícito, es probable que el infinitivo vaya paulatinamente ocupando su lugar
argumental (Melis, 2006; Garachana, 2011), lo que supone el comienzo de la me-
taforización que culmina con la semiperífrasis (§§ 3.2.3, 3.3.3).

3.1.4. Venir + gerundio


El único ejemplo de venir + gerundio localizado en nuestro corpus puede tener
una lectura exclusivamente espacial, en cuyo caso formaría parte del grupo con
construcciones perifrásticas [en sentido estricto] en potencia:

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374 PATRICIA FERNÁNDEZ MARTÍN

28) Llamé al sereno, que venía abriendo puertas de acera en acera saliéndose
de sus casillas a cada paso (Mi entierro, 65).

No obstante, también sería posible incluirlo entre los productos lingüísticos del
siguiente grupo de gramaticalización (§ 3.2.4), esto es, el de las perífrasis super-
fluas (Zieliński, 2014: 44-45), dada la exigencia de que el agente de la construc-
ción venga determinado por el verbo en gerundio y no por el auxiliar, así como
debido a la imposibilidad de cambiar el orden sintáctico (*abriendo venía puertas)
y a la posibilidad de colocar clíticos antes y después de la construcción, pero nunca
dentro (las venía abriendo, venía abriéndolas, *venía las abriendo).
A nuestro juicio, parece más acertado inclinarse por la lectura del grupo de
construcciones en vías de fusión, porque la escena que en ese momento se está
narrando presta mayor atención al desplazamiento visual del personaje del sereno,
que a cualquier otro tipo de significado modal que pueda entrañar tal construcción,
si bien, como decimos, la interpretación completamente conjunta puede estar alta-
mente justificada.

3.1.5. Volver a + infinitivo


En el caso de volver a + infinitivo, resulta interesante destacar que los seis
ejemplos pertenecen al mismo relato, el de Doña Berta, tal vez por la obsesión que
tiene la protagonista con la vuelta de su amado que nunca se produce. En ellos, la
misma pluma del autor zamorano parece definir con claridad su valor semántico,
bien sea porque deja claro por el contexto que no son posibles unas segundas nup-
cias, porque no ha habido unas primeras ni llega a haberlas en el relato en cuestión
(29); bien sea porque la historia misma induce a comprenderlos como una finali-
dad pura, en la que el infinitivo puede entenderse como el destino metafórico del
verbo de movimiento (30-33):

29) El capitán prometió volver a casarse (Doña Berta, 144).


30) No supo que el elegido de su alma no había podido volver a buscarla para
cumplir con la Iglesia y con el mundo […] (Doña Berta, 145).
31) El pintor, al volver por la primavera, tal vez a casarse con ella, la encontró
tísica (Doña Berta, 153).
32) Los remordimientos de doña Berta […] se irritaron más y más desde aquel
día en que una corazonada le hizo creer con viva fe que su amante había sido
un héroe, que había muerto en la guerra, y por eso no había vuelto a buscarla
(Doña Berta, 159).
33) […] y éstos eran los que, de cuando en cuando, volvían a visitar el teatro
de su deshonra (Doña Berta, 145).

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IR, VENIR, VOLVER… CLARÍN: CINCO PERÍFRASIS VERBALES CON VERBOS 375
DE MOVIMIENTO EN TRECE DE LOS CUENTOS DE LEOPOLDO ALAS

El ejemplo más claro por contener un complemento propio de volver que anula
cualquier tipo de fusión con el nexo y el infinitivo es el siguiente:

34) Vuelve de la guerra a cumplir a su amada una promesa (Doña Berta, 154).

Ni que decir tiene, naturalmente, que en esta época ya no se emplea tornar


más que con carácter estilístico o idiolectal, puesto que su prácticamente completa
desaparición, tanto con significado léxico como con significado aspectual, tuvo
lugar en el siglo XVII (Yllera, 1980: 198; Melis, 2006: 908-912; Garachana, 2011;
Fernández Martín, 2014a). El siguiente ejemplo clariniano, el único que hemos
encontrado en sus trece cuentos, ni siquiera se encuentra en una construcción pe-
rifrástica en potencia, porque no aparece ningún infinitivo con el que fusionarse:

35) Cuando dudaba, era cuando más deseaba tornar a su contemplación, para
fortalecer su creencia, abismándose como una extática en aquel rostro, en
aquellos ojos a quien quería arrancar la revelación de su secreto (Doña
Berta, 183).

Ocurre, entonces, con volver a + infinitivo lo mismo que con el resto de las
construcciones analizadas: la metaforización solo es posible cuando el verbo de
movimiento carece de un complemento propio con valor de meta y el infinitivo
puede pasar a ocupar ese lugar (Garachana, 2011).

3.2. Ejemplos con semiperífrasis superfluas


No es fácil realizar una distinción entre las semiperífrasis superfluas y las se-
miperífrasis fuertes desde una perspectiva estrictamente sincrónica y que tenga
en cuenta, en exclusiva, los ejemplos aducidos y no las pruebas sintácticas que se
puedan efectuar sobre ellos (Yllera, 1980; Gómez Torrego, 1988, 1999; Fernández
de Castro, 1999; Melis, 2006; Garachana, 2010, 2011; Zieliński, 2014; Olbertz,
1998), esto es, al depender de un corpus concreto, estamos en el plano ontológi-
co de la lengua, lo que supone que debemos analizar los ejemplos existentes, tal
y como Leopoldo Alas los escribió, no tal y como nosotros, desde nuestra pers-
pectiva analítica del siglo XXI, creamos que quiso escribirlos o creamos que se
relacionan con el resto del sistema lingüístico del estadio del idioma en que él se
encuentra.
Por este motivo, hemos seleccionado un factor que entendemos clave para dis-
tinguir entre las semiperífrasis fuertes y las superfluas atendiendo en exclusiva a
las características lingüísticas de un texto decimonónico, en el que la inclusión de
clíticos (que podría ser otro factor determinante) no se presenta como relevante

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2016, pp. 361-411


376 PATRICIA FERNÁNDEZ MARTÍN

para efectuar, en el siglo XIX, esa distinción, por cuestiones que afectan al resto
del sistema lingüístico (Zieliński, 2014; Fernández de Castro, 1999; Gómez Torre-
go, 1988, 1999).
Dicho elemento clave es el rol semántico del agente, es decir, el valor del sujeto
exigido siempre por el auxiliado (pues de otro modo el ejemplo en cuestión perte-
necería al grupo de las construcciones perifrásticas en potencia). Así, si tiene sig-
nificado [+ animado], la construcción será considerada semiperífrasis superflua,
porque se entiende que aún queda, siquiera metafóricamente, un resquicio de valor
de desplazamiento en el verbo conjugado (Veyrat Rigat, 1993, 1997; Garachana,
2011).
A este respecto, la construcción más frecuente vuelve a ser ir a + infinitivo (36
ejemplos), seguida de ir + gerundio (33 casos), venir a + infinitivo (8 ejemplos)
y volver a + infinitivo (9 casos). El único ejemplo de venir + gerundio ya fue ex-
puesto como construcción perifrástica en potencia, si bien podría ser considerada
semiperífrasis superflua, como allí se dijo (§ 3.1.4). En el anexo puede accederse a
la distribución de cada estructura por cuentos.
Queda indicar, simplemente, que los distintos matices aplicables a cada caso se
irán explicando en su lugar correspondiente, a la vez que se desbrozan los valores
de las respectivas semiperífrasis.

3.2.1. Ir a + infinitivo
Esta construcción, la más frecuente en nuestros textos, presenta en ellos cuatro
valores esenciales, relacionables en mayor o menor medida con otros estadios de la
lengua (Yllera, 1980; Pedrero, 1993; Talbi-Boulhais, 2003; Melis, 2006; Zieliński,
2012; Gómez Torrego, 1988: 75; 1999: 3365 ss; Gómez Manzano, 1992: 112-135;
García González, 1992: 77-84; RAE, 2009: § 28.8; 2010: 541-542; Garachana,
2011b; Fernández Martín, 2014a, 2015a): la incoación; la temporalidad futura; la
intención, frustrada o no; y la culminación de una acción, semejante a la expresa-
da por venir a + infinitivo (§§ 3.2.3, 3.3.3), {terminar por / llegar a} + infinitivo
o acabar + gerundio (Gómez Torrego, 1988; Fernández de Castro, 1999; García
Fernández, 2006; Morera, 1991).
En efecto, los ejemplos de la semiperífrasis superflua deben parte de su signi-
ficado temporal de futuro inmediato al tiempo en que aparezca el verbo ir. Así,
de manera magistral puede entenderse como un futuro cercano dentro del pasado
novelesco cuando aparece en pretérito imperfecto:

36) Además, la noche se echaba encima y no iba a poder embromar a nadie


(Pipá, 38).

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IR, VENIR, VOLVER… CLARÍN: CINCO PERÍFRASIS VERBALES CON VERBOS 377
DE MOVIMIENTO EN TRECE DE LOS CUENTOS DE LEOPOLDO ALAS

37) Además Pipá no tenía fuego a que calentarse; iba a quedarse como un
témpano si permanecía tieso y quieto por más tiempo (Pipá, 23).
38) […] se creyó feliz cuanto cabía, sin ver que iba a serlo mucho más al ena-
morarse de Juana (La Ronca, 237).
39) […] le tendió en busca de una enhorabuena que iba a estimar mucho más
que todos los regalos […] (La Ronca, 241).
40) Un compañero, un oficial, no ha mucho me libró de la muerte, que iba a
darme yo mismo, porque, por primera vez en mi vida, había jugado lo que
no tenía […] (Doña Berta, 155).
41) ¡Iba a ver a su hijo! (Doña Berta, 177)
42) Juan, confusamente, comprendía estas dificultades; que iba a ser injusto
consigo mismo, que iba a alarmar excesivamente al padre espiritual… (El
Señor, 214).

Naturalmente, este futuro no tiene siempre por qué ser cercano cronológica-
mente, sino tan solo en la concepción que el hablante tenga de la acción denotada
por el infinitivo:

43) […] en el niño despierto, todo alma, con vida de pájaro espiritual, que iba
a ser un sabio, un santo, un héroe, un poeta, todo junto […] (Superchería,
91).

El empleo del presente de indicativo puede expresar tres grados de tempora-


lidad con mayor claridad, a nuestro juicio, que el imperfecto (Fernández Martín,
2008). En primer lugar, puede indicar un futuro tan cercano que denota el principio
de la acción y es, por tanto, un valor incoativo:

44) -¡Que se quema la casa, que queman a Pipá, que va a arder Pipá, que las
chispas de las teas caen dentro de la pipa!… (Pipá, 60)

En segundo lugar, el presente puede contribuir a la expresión de un futuro


próximo, pero concebido como relativamente lejano por su indeterminación:

45) Si me ve, esa buena mujer se va a asustar […] (Superchería, 84).


46) ¡[…] júramelo por el Señor, a quien vas a ver cara a cara! (Doña Berta,
148)
47) “Ociosidad de un hombre feliz a quien Dios va a castigar por darse un
tormento inútil cuando todo le sonríe” (Cambio de luz, 226).

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378 PATRICIA FERNÁNDEZ MARTÍN

48) -Pero, doña Berta, ¡que vamos a perder el tren! –gritó allá abajo Pumarie-
ga; y a ella le sonó como si dijese: “Que va usted a perder la horca” (Doña
Berta, 170).

Dentro de esa indeterminación temporal aunque futura, podemos incluir el si-


guiente caso, extraordinariamente interesante, porque Leopoldo Alas emplea una
estructura ecuacional para focalizar el adjetivo loco e intensificar así su contraste
con el dicho justo antes, esto es, ciego. Nos parece muy interesante, como deci-
mos, porque el uso de la estructura ecuacional es una de las pruebas que se sue-
le aducir para defender la naturaleza perifrástica o no de una estructura (Iglesias
Bango, 1988: § 3.2.5; Fernández de Castro, 1999; 34-37; Gómez Torrego, 1999:
§ 51.1.2.6), si bien el escritor zamorano no tiene ninguna duda en mantener fusio-
nada la semiperífrasis superflua y extraer tan solo el adjetivo, que es sobre lo que
quiere efectuar el contraste:

49) “Temen que me vuelva ciego, y lo que voy a volverme es loco” (Cambio
de luz, 229).

Y en tercer lugar, puede aparecer también el valor de un futuro cercano, que


se encontraría entre el significado incoativo del futuro convertido en presente y el
futuro próximo pero en cierto modo indeterminado:

50) Nosotros vamos a sudar de risa (Superchería, 106).


51) […] porque el baile que da es de trajes, como el que Irene va a celebrar en
su palacio, al cual acudirán a las nueve todos los niños y niñas de la ciudad
que son sus amigos (Pipá, 40).
52) -Va usted a matarse, abuela (Doña Berta, 180).
53) Es un inepto, ahora lo vamos a ver (Mi entierro, 72).
54) Bueno, pues por sofista, por sacrílego y porque Zeus lo quiere, vas a morir.
¡Date! (El gallo de Sócrates, 268)

En ocasiones, el valor de futuro inmediato es difícilmente separable del signi-


ficado de intención, como sucede en el diálogo de (55). En él, el protagonista del
cuento expresa su deseo de no ser rey, pero las acciones que lleva a cabo justo des-
pués (salir del palacio y volver a la taberna) implican una posible lectura de futuro
próximo. A este deseo responde la madre de Irene con una prohibición con claro
matiz temporal, si bien, al estar inserta en una estructura modal (poder + infiniti-
vo), puede tener también el valor de orden o mandato (Fernández Martín, 2014c,

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IR, VENIR, VOLVER… CLARÍN: CINCO PERÍFRASIS VERBALES CON VERBOS 379
DE MOVIMIENTO EN TRECE DE LOS CUENTOS DE LEOPOLDO ALAS

2014d) o, cuando menos, de anulación de las intenciones del sujeto de poder, esto
es, Pipá:

55) -Yo no quiero ser rey, voy a ser de la tralla. […]


-Pero hombre, entonces no vas a poder casarte con Irene (Pipá, 56).

Igualmente, en los siguientes ejemplos la intención parece clara, pero no puede


desprenderse del sentido temporal:

56) […] la bruja, que era de nuevos tiempos, no iba a celebrar los sortilegios
al monte Esquilino (Superchería, 99).
57) Lo menos que se figuraba era que entre él y el alcalde iban a regalarle al
doctor Foligno unas astas magnéticas que llegaran al techo (Superchería,
105).
58) […] viajaba también un sacerdote que iba a esperar a unas monjas […]
(Superchería, 125).

Dentro de la expresión intencional se puede reflexionar sobre (59), con signifi-


cado acumulativamente modal. En efecto, creemos que junto al valor temporal de
futuro más o menos cercano y al de intención o deseo, también puede caber en este
ejemplo concreto un significado modal parafraseable con la perífrasis poder + in-
finitivo, con su valor facultativo (Olbertz, 1998; Fernández Martín, 2014c, 2014d),
equivalente, entonces, a ¿qué podía hacer? El principal motivo puede encontrarse
en el mismo contexto de la narración: quien piensa este enunciado, el número 32,
no muestra ninguna intención de hacer nada para ampliar el contacto con el núme-
ro 36, su dúo de la tos, pese a que reconoce ratificar su intención de consagrar el
resto de su vida a cuidar aquella tos de hombre, lo que a su vez supone que, dada
la omnisciencia del autor, tampoco tiene cabida el valor de futuro:

59) El número 32 acaso no lo olvidara; pero ¿qué iba a hacer? (El dúo de la
tos, 252)

El siguiente ejemplo puede contribuir a la defensa de un significado modal en


la semiperífrasis superflua ir a + infinitivo, ya que esta aparece en una oración
yuxtapuesta a otra cuya perífrasis es claramente modal, aunque el significado en
este caso sea más próximo al de obligación que al de facultad, que es el que enten-
demos que tiene ir a + infinitivo en (60):

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380 PATRICIA FERNÁNDEZ MARTÍN

60) ¿Cómo iba a pagar nunca aquel dineral que le entregaban? ¿Cómo había
de pagar siquiera, si vivía algunos años, los intereses? (Doña Berta, 165)

Resulta muy interesante cómo esa intención puede aparecer frustrada por lo ex-
presado en una coordinada adversativa (61) o dentro de una subordinada adverbial
temporal (62):

61) Iba a hablar doña Berta, cuyos ojillos brillaban con una especie de locura
mística; pero el pintor tendió una mano, y prosiguió diciendo […] (Doña
Berta, 154).
62) Cuando ya iba a echarle mano, el gallo batió las alas […] (El gallo de
Sócrates, 267).

En el siguiente ejemplo, puede cuestionarse el significado intencional, dado


el valor estativo del verbo auxiliado. Por ello, tal vez sea más conveniente pensar
en un significado solo temporal de futuro (en el pasado narrativo expresado por el
pretérito imperfecto), igualmente frustrado por otro verbo de pensamiento (acor-
darse de) en pretérito perfecto simple:

63) Cuando el señor Pumariega iba a pasmarse de la resolución casi sobre-


natural de la Rondaliega, se acordó de que mucho más útil era pasar desde
luego a considerar las ventajas del trato, sin sorpresa de ningún género (Doña
Berta, 164).

O aparecer igualmente frustrada por una acción inserta en una subordinada


adverbial temporal:

64) […] y ya iba a saltar del profanado tabernáculo, cuando oyó pasos y ruidos
de faldas que se aproximaban (Pipá, 38).
65) Ya iba a dejar donde le había cogido el cuerpo del delito, defraudada mi
mala intención, cuando llegué, al pasar las hojas, a la última (Superchería,
126).
66) Iban a huir todos, cuando el jugador […] se arrojó a la muerte segura […]
(Doña Berta, 156).

El ejemplo (65) vuelve a ser brillante para el caso que nos ocupa, porque el
sintagma defraudada mi mala intención de Leopoldo Alas nos confirma el signifi-
cado intencional del fragmento, al declarar explícitamente que la lectura del diario
de Serrano, al contrario tal vez que su cese, era una (mala) intención.

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IR, VENIR, VOLVER… CLARÍN: CINCO PERÍFRASIS VERBALES CON VERBOS 381
DE MOVIMIENTO EN TRECE DE LOS CUENTOS DE LEOPOLDO ALAS

El único ejemplo que hemos localizado en futuro simple ha llamado nuestra


atención porque podría tener un valor conativo-apelativo, semejante al quijotesco
¿Adónde vas a parar Sancho, que seas maldito? (Fernández Martín, 2015b), si no
fuera porque en el cuento no se dice, tan solo se piensa, por lo que probablemente
convenga más entenderlo como un futuro inmediato, al que se le suma el valor de
incertidumbre propio del futuro imperfecto:

67) “¿Qué irá a decir?”, pensó (Superchería, 119).

El valor culminativo, en fin, aparece en numerosas ocasiones para expresar


la última acción de una serie de eventos, de forma semejante a como ocurría con
venir a + infinitivo (§ 3.2.3), con la diferencia en la percepción del suceso deno-
tado por el infinitivo: con venir, la acción se concibe como cercana al hablante,
más subjetiva, a diferencia de ir a + infinitivo que tal vez la muestre de forma más
neutra:

68) Colocó una gran piedra entre la nieve, anduvo hacia atrás y con los ojos
cerrados desde alguna distancia y fue a tropezar contra el canto; abriendo
los brazo cayó sobre la blanca sábana (Pipá, 24).
69) Un señorito tan señorito, tan de lejos, ¿cómo había ido a parar al bosque
de Susacasa? (Doña Berta, 150)
70) Rosa […] pudo ver un instante en un coche de tercera multitud de cabezas
de pobres quintos que gritaban […] saludando a […] toda la patria familiar,
a la pequeña, que dejaban para ir a morir en las luchas fratricidas de la patria
grande, al servicio de un rey y de unas ideas que no conocían (¡Adiós, Cor-
dera!, 201).

Finalmente, querríamos terminar la sección con el siguiente pensamiento que la


entrañable doña Berta cree que tienen los gorriones, cuando está a punto de partir
hacia Madrid:

71) “Usted se va, nosotros nos quedamos; usted es loca, nosotros no; usted va
a buscar el retrato de su hijo… que no está usted segura de que sea su hijo.
Vaya con Dios” (Doña Berta, 169).

El motivo de la elección de este fragmento final de sección se encuentra en que,


a nuestro juicio, sintetiza con bastante claridad todos los valores de la construc-
ción: futuro inminente, pues está a punto de tomar el tren; cercano, porque llegará
a Madrid en breve, de acuerdo con el hilo narrativo; y próximo, porque una vez

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382 PATRICIA FERNÁNDEZ MARTÍN

llegue a Madrid procederá a la localización del cuadro. Pero además contiene un


claro significado intencional del que el insigne escritor zamorano es perfectamente
consciente: parece que los pájaros, en el pensamiento de la protagonista, le están
reprochando que desee buscar el retrato de su hijo sin estar ni siquiera segura de
que lo sea… Y de todos estos matices, naturalmente, no puede eliminarse el signi-
ficado espacial de desplazamiento, plasmado en la misma narración en el viaje que
hace a la capital y en claro contraste lingüístico con el nos quedamos dicho por las
aves en la mente del inolvidable personaje de la anciana.

3.2.2. Ir + gerundio
Con respecto a esta estructura, puede decirse que en el español decimonónico
se mantienen en mayor o menor medida los valores medievales (Yllera, 1980: 59)
de la construcción, que puede ser cursiva, al presentar la acción en su desarrollo
e implicar duración o iteración dependiendo del significado del verbo auxiliado;
progresiva, al indicar la acción realizada gradualmente o con dificultad; o incep-
tivo-continuativa, al suponer el comienzo de una acción que se prolonga (Gómez
Torrego, 1988: 165-166; Yllera, 1980: § 1.1.4.1.2; 1999: 3414; García González,
1992: 55-57; RAE, 2009: § 28.13; Pusch, 2003: 183).
Así, con valor cursivo encontramos los siguientes ejemplos, que ofrecen ade-
más un matiz iterativo si el verbo denota una mutación (72, 73), o un matiz durati-
vo si implica un desplazamiento (74, 75) (Moreno Cabrera, 2003):

72) Oyeron que iba hablando solo […] (El diablo en Semana Santa, 19).
73) El tono, sencillo, afectaba naturalidad y modestia, como lo que iba dicien-
do con facilidad agradable (Superchería, 108).
74) El duelo se puso en orden, me metieron en el carro fúnebre y la gente fue
entrando en los coches (Mi entierro, 70).
75) Yo iba penetrando en el pensamiento de don Mateo desde mi carro fúne-
bre, merced a la doble vista de que ya he hablado (Mi entierro, 71).

Naturalmente, puede cuestionarse el carácter iterativo de los verbos dicendi


expuestos en los ejemplos (72, 73). Si bien pueden interpretarse ambos ejemplos
como durativos si se entiende que se focaliza cuánto se extiende en el tiempo la
realización de la acción, preferimos optar por el valor iterativo porque entende-
mos que se trata de la repetición indeterminada de la realización denotada por el
gerundio, es decir, entendemos que cada vez que hay un silencio la acción del decir
o del hablar comienza desde el principio, independientemente, por supuesto, del
contenido del discurso que en cada caso se profiera.

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IR, VENIR, VOLVER… CLARÍN: CINCO PERÍFRASIS VERBALES CON VERBOS 383
DE MOVIMIENTO EN TRECE DE LOS CUENTOS DE LEOPOLDO ALAS

Distinto caso pueden ser los siguientes, por supuesto, donde la construcción
aparece con sendos verbos del decir (en el primer ejemplo, el verbo dicendi por
excelencia), y se limita a continuación el complemento directo, esto es, un discurso
concreto que no es repetido, lo que da lugar a una acción télica (Ávila Figueroa,
2008: 41), con significado claramente delimitado, que permite la lectura durativa
de la semiperífrasis:

76) Con voz apagada y lentamente, la sonámbula fue diciendo: […] (Superche-
ría, 119).
77) […] y Sabelona inclina la cabeza […] con la misma credulidad ciega con
que poco después repite arrodillada los actos de fe que su ama va recitando
delante (Doña Berta, 137).

Entendemos que los verbos de pensamiento que aparecen en la semiperífrasis


superflua denotan atribuciones (Moreno Cabrera, 2003) que son vistas en su dura-
ción, es decir, permiten que la construcción adopte un valor cursivo, independien-
temente del tiempo en que se den:

78) Creo que he estado tocando el violón; mi sistema de composición armóni-


ca entre la inmortalidad y la muerte del espíritu es una necedad, según voy
sospechando (Superchería, 80).
79) “Sí –iba pensando–; de seguro es una señora. […]” (Superchería, 83-84).
80) […] temía vagamente que aquello de ir adivinándole el pensamiento […]
fuese algo que atentara a su pudor […] (Superchería, 112).
81) […] fue procurándose la situación propia del que puede entrar en el servi-
cio de esas avanzadas de la fe, que tienen casi seguro el martirio… (El Señor,
208).
82) Sí, escarnecido; ella lo iba comprendiendo; su madre también, pero se
engañaban mutuamente (El Señor, 212).

Significado progresivo parecen mostrar estos casos, en los que gracias al


gerundio puede detectarse además un valor de dificultad (83, 84) o de gradualidad
(85-91):

83) Comprendió el diablo que se iba embrollando en su discurso y calló de


repente […] (El diablo en Semana Santa, 11).
84) Y el borracho sereno […] caminaba agotando el tratado más completo de
curvas […] sin soñar siquiera con el peligro, con aquel fuego graneado de
muertes seguras que iba atravesando con sus traspiés (Doña Berta, 175).

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384 PATRICIA FERNÁNDEZ MARTÍN

85) Cuando el canónigo, sin saber lo que hacía, se iba acercando a ella, un
caballero de elegante porte […] se acercó a la jueza […] (El diablo en Sema-
na Santa, 18).
86) Serrano se lo agradeció, y, como Pedro por su casa, se fue acercando,
entre codazos discretos, al grupo de hombres más próximo a la sonámbula
(Superchería, 107).
87) […] y mientras, inclinada y regadera en mano, iba refrescando plantas de
pimientos, y limpiando de caracoles árboles y arbustos […] (Doña Berta,
149).
88) Bien lo veía él; Rosario iba marchitándose (El Señor, 216).
89) […] se fue transformando en un pensador y en amador del arte […] (Cam-
bio de luz, 223).
90) […] fue sacando sin violencia ni simonía provecho para la hacienda […]
(Cambio de luz, 223).
91) Y parecía nada, y sin embargo, la tristeza, la soledad que iba encontrando
en el teatro […] no era causada exclusivamente por la edad que se le echaba
encima […] (El oso mayor, 275).

Con valor progresivo, resulta interesante cómo el insigne escritor zamorano


quiere resaltar cada paso, por ejemplo, en la toma de contacto entre la niña Irene
y Pipá:

92) […] dijo entonces Irene, que se iba familiarizando con el terror y lo sobre-
natural (Pipá, 44).
93) -Se llama máscara –se atrevió a decir Irene, que iba tomando confianza
(Pipá, 46).

En el siguiente ejemplo, la aparición de dos verbos de movimiento (correr y


volar) parece impedir la interpretación espacial de la construcción, en lo que sin
embargo puede ser un afán del minucioso escritor zamorano para desechar ambi-
güedad en el futuro lector:

94) “Pero buena cosa es –iba pensando el gallo, mientras corría y se disponía
a volar, lo que pudiera, si el peligro arreciaba–” […] (El gallo de Sócrates,
267).

Dentro de este grupo, solo hemos encontrado un ejemplo en pretérito plus-


cuamperfecto, en el que aparece un poco a poco que deja claramente entrever la
progresión de la acción denotada por la forma no personal (95). Dado que dicho

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IR, VENIR, VOLVER… CLARÍN: CINCO PERÍFRASIS VERBALES CON VERBOS 385
DE MOVIMIENTO EN TRECE DE LOS CUENTOS DE LEOPOLDO ALAS

sintagma aparece también con la semiperífrasis en pretérito perfecto simple de in-


dicativo (96, 97), puede entenderse como escasa la diferencia que supone el escoger
un tiempo verbal concreto, por lo que respecta al significado de la construcción:

95) Poco a poco doña Berta había ido escogiendo, sin darse cuenta batas y
chales del color de las hojas muertas […] (Doña Berta, 152).
96) Poco a poco se fue acostumbrando al estrépito inofensivo (¡Adiós, Corde-
ra!, 193).
97) Poco a poco, entre dormido y despierto, con un sueño un poco teñido de
fiebre, el 36 fue transformando la tos del 32 en voz, en música, y le parecía
entender lo que decía, como se entiende vagamente o que la música dice (El
dúo de la tos, 251).

El fragmento (98) contiene igualmente un extenso sintagma preposicional que


complementa al núcleo de la subordinada adverbial con significado temporal:

98) Pinín, después de pensarlo mucho, cuando a fuerza de ver días y días el
poste tranquilo, inofensivo, campechano, con ganas, sin duda, de aclimatarse
en la aldea y parecerse todo lo posible a un árbol seco, fue atreviéndose con
él, llevó la confianza al extremo de abrazarse al leño y trepar hasta cerca de
los alambres (¡Adiós, Cordera!, 191).

El siguiente ejemplo llama enormemente la atención porque muestra un valor


progresivo pese a contener los dos adverbios característicamente utilizados para
ilustrar la naturaleza no perifrástica de la construcción, lo que refuerza la necesi-
dad de analizar ejemplo a ejemplo (recuérdese el ejemplo [22], que era claramente
espacial):

99) Teníalo en un extremo de su propia alcoba, y en cuanto podía, […] y se


quedaba en las tinieblas amables, que iba así como taladrando con estre-
llitas, que eran los puntos de luz amarillenta, suave, de las velas de su san-
tuario, delgadas como juncos, que pronto consumía, cual débiles cuerpos
virginales que derrite un amor, el fuego (El Señor, 204).

Y, por último, también la prosa clariniana ofrece ejemplos con matiz inceptivo-
continuativo, como los siguientes, en los que gracias al significado télico del verbo
en gerundio (Ávila Figueroa, 2008), parece clara la visión incoativa que alarga
la acción, tanto en pretérito perfecto simple (100-102) como en imperfecto (103,
104):

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386 PATRICIA FERNÁNDEZ MARTÍN

100) El canónigo viejo se fue quedando aletargado o dormido […] (El diablo
en Semana Santa, 15).
101) Como sus ratos de ocio iban siendo cada día mayores […] donde Jorge
[…] discurrió, o mejor, fue haciéndolo sin pensarlo, sin darse cuenta de ello,
tentar él mismo fortuna, dejando resbalar los dedos las teclas (Cambio de
luz, 229; en el ejemplo [165] se incluye la semiperífrasis iban siendo).
102) Ya nadie esperaba en que volviera la luz a los ojos de Arial, pero todos
fueron comprendiendo que podían seguir viviendo en aquel estado (Cambio
de luz, 233).
103) Era el volumen pequeño […] de un autor joven […] que iba cansándose
de su especialidad […] (El oso mayor, 271).
104) Y ella misma le iba haciendo la sepultura, arrojando nieve en derredor
del cuerpo inmóvil del anacoreta condenado; en vez de tierra, nieve (Viaje
redondo, 261).

El hacer se refiere, en (101), al tocar el piano, por lo que se puede asumir que
se está focalizando el principio de la acción, al entender que en lugar de llegar a
semejante decisión (discurrirlo), lo que hizo fue empezar a probar suerte llevando
directamente los dedos sobre el teclado.
En síntesis, pues, aunque en general los valores de la semiperífrasis superflua
pueden ser cursivos, bien durativos, bien iterativos; progresivos, ya sea para indicar
la acción realizada gradualmente, ya sea para añadir un matiz de dificultad en su
realización; o inceptivo-continuativos, cuando marcan como relevante el inicio del
evento denotado por el gerundio, el más frecuente es, sin duda, el segundo signifi-
cado, tal vez por ser compatible con una mayor cantidad de tiempos verbales.

3.2.3. Venir a + infinitivo


En los textos analizados, los casos en que venir a + infinitivo se muestra como
semiperífrasis superflua pueden ofrecer dos valores esenciales: el aproximativo,
según el cual se expresa un hecho de manera próxima semejante al de parecer
(RAE, 2009: § 28.9s) y el perfectivo-durativo, terminativo o imperfectivo-termi-
nativo (RAE, 2009: § 28.9r), en el que se presenta la acción como culmen de una
sucesión de acciones (Fernández de Castro, 1999: 296-300).
Así, como ejemplos del primer valor solo nos atrevemos a proponer el siguien-
te, en el que el empleo de una estructura comparativa permite interpretar la oración
entera como sinónima de parecer o semejar:

105) A las cuarenta y ocho horas de conocerle ya quería yo a Tomasuccio como


a un hermanillo, que venía a ser para mí como un hijo (Superchería, 123).

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IR, VENIR, VOLVER… CLARÍN: CINCO PERÍFRASIS VERBALES CON VERBOS 387
DE MOVIMIENTO EN TRECE DE LOS CUENTOS DE LEOPOLDO ALAS

Nótese la diferencia con el siguiente caso, en el que no cabe, a nuestro juicio,


una interpretación aproximativa pese a que aparezca el mismo verbo ser, sino cul-
minativa o perfectiva, dada la consecución final que se define tras una serie de
acciones previas:

106) […] y pues él sólo en rigor podía comprender lo que le pasaba, porque lo
sentía, él solo vino a ser juez y espía y director de sí mismo en tal aventura
(El Señor, 214).

Este es, precisamente, el valor más frecuente encontrado en los textos, como
en los siguientes casos en los que las acciones previas al resultado denotado por la
perífrasis no aparecen siempre de forma explícita (107) y hay cierta equivalencia
semántica con la construcción acabar + gerundio (Fernández de Castro, 1999:
329; Yllera, 1999: 3422):

107) […] siempre éste, en sus luchas frecuentes, había caído encima como don
Pedro, aunque a menudo algún Beltrán Duguescin, correligionario de Cele-
donio, venía a poner lo de arriba abajo ayudando a su señor (Pipá, 32).
108) Y al mismo tiempo que el cuadro desaparecía, llevado por los operarios,
la vista se le nublaba, a doña Berta, que perdía el sentido, se desplomaba y
venía a caer, deslizándose por la escalera, en los brazos del mozo compasivo
que la había ayudado en su ascensión penosa (Doña Berta, 181).

El hecho de que el mismo maestro añada una expresión como en definitiva pa-
rece confirmar este valor culminativo del que venimos hablando:

109) Al ver que la máscara tardaba tanto en comérsela, empezó a creer que las
máscaras no comían a la[s] niñas, y de una en otra vino a pensar, que en
definitiva la máscara era una muñeca muy grande […] (Pipá, 46).
110) […] y, en definitiva, romanos y moros vienen a representar para ambas,
como en símbolo, todo lo extraño, todo lo lejano, todo lo enemigo […]
(Doña Berta, 138).

A caballo entre el valor terminativo, perfectivo-durativo o culminativo-finali-


zador (Fernández de Castro, 1999: 296) y el valor aproximativo, puede entenderse
que se encuentra este ejemplo, en el que la reproducción del estilo indirecto im-
plica, por un lado, el final de una serie de acciones (en concreto, una conversación
relatada en las líneas anteriores al fragmento) y, por otro, un resumen poco preciso
de las palabras que al hablante en ese momento le interesa resaltar:

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388 PATRICIA FERNÁNDEZ MARTÍN

111) Vino a decir, con voz algo ronca, que yo tenía derecho a que ella no guar-
dase el secreto de su arte por lo que se refería a nuestra aventura (Superche-
ría, 124).

Una prueba de que el valor aproximativo pudo haberse desarrollado a partir de


ejemplos con significado culminativo aparece en el siguiente fragmento, muy pa-
recido al de la semiperífrasis fuerte (192), en el que el adverbio como nuevamente
nos da una pista del acercamiento que se realiza entre la acción que denota el in-
finitivo y lo que el hablante, Leopoldo Alas, está haciéndole hacer a su personaje:

112) De modo que lo que en efecto le quería decir la tos del 32 al 36 no estaba
muy lejos de ser lo mismo que el 36, delirando, venía como a adivinar […]
(El dúo de la tos, 252).

En conclusión, pues, el valor más común de esta semiperífrasis superflua a


finales del siglo XIX es el culminativo, seguido, como hemos visto, del aproxi-
mativo, con el que, a nuestro juicio, tiene cierta relación diacrónica, tal vez más
evidente en los ejemplos con semiperífrasis fuerte (§ 3.3.3).

3.2.4. Volver a + infinitivo


Los valores principales de la semiperífrasis superflua que hemos encontrado en
nuestro corpus son el iterativo y el restaurativo, ambos presentes, en mayor o me-
nor medida, desde la Edad Media (Yllera, 1980: 197 ss; Melis, 2006; Garachana,
2011).
El más común en nuestro corpus es, sin duda alguna, el valor iterativo, expresa-
do casi siempre con el verbo volver en pretérito perfecto simple:

113) […] y en aquel momento volvió a cantar el colegial que subía a las nubes
con su voz de tiple (El diablo en Semana Santa, 15).
114) Cuando ya estuvo vestido de muerto volvió a acomodar sobre el rostro la
careta de papel de marquilla que él creía figuraba perfectamente las faccio-
nes de un esqueleto […] (Pipá, 38).
115) Ni el magistral volvió a pensar en la jueza, ni la jueza miró sino con agra-
decimiento de madre al caballero que se parecía al magistral, a quien había
mirado la espalda aquella noche antes de que entrase el caballero (El diablo
en Semana Santa, 19).
116) Irene, al ver tan cerca la aparición escondió la cabeza en el regazo de su
madre pero, enseguida, volvió a mirar sin acercarse a la reja, en la que ya
asomaba la máscara de Pipá su figura de calavera (Pipá, 44).

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IR, VENIR, VOLVER… CLARÍN: CINCO PERÍFRASIS VERBALES CON VERBOS 389
DE MOVIMIENTO EN TRECE DE LOS CUENTOS DE LEOPOLDO ALAS

117) No se la volvió a ver en un teatro hasta que años después el hambre la echó
otra vez a los de provincias […] (La Ronca, 246).

Dada la esencia de la narración del relato de Superchería, no cabe sorprenderse


porque este sea el cuento en el que aparece nuestra semiperífrasis con el valor ite-
rativo más frecuentemente (véase anexo):

118) Volvió a estirar los brazos […] (Superchería, 82).


119) Nadie volvió a reír (Superchería, 116).
120) Catalina volvió a coger, volvió a estrechar la mano del filósofo (Superche-
ría, 118).
121) […] volvió a ver a la Porena […] (Superchería, 120).
122) Pero el verdadero milagro –prosiguió Catalina– está en habernos vuelto a
encontrar. Es decir, en volver yo a encontrarle a usted (Superchería, 127).
123) No hablaron siquiera de volver a verse (Superchería, 130).

Tal vez los ejemplos que exponemos a continuación sean más claros al expre-
sar este valor, porque en ellos la repetición de la acción denotada por el infinitivo
(palpar [124], dormir [125]) tiene lugar casi inmediatamente después a la primera
vez (tocar el cadáver [124]):

124) Tendió la mano y se atrevió a tocar el cadáver, sacó de la caja las cenizas
de un trapo con los dedos que parecían garfios, acercó el infame rostro al
muerto, volvió a palpar los restos carbonizados de la mortaja […] (Pipá, 63).
125) Despertó y vio el estrago que la cera iba haciendo en mi rostro; probó a
enderezar el gran cirio sin levantarse, pero no llegaba su brazo al candele-
ro… y bostezando, volvió a dormir pacíficamente (Mi entierro, 68).

También puede quedar muy claro el valor iterativo si el escritor zamorano aña-
de algún sintagma (ahora “esta vez” [porque ha habido otra]) que, junto con el
resto del contexto (repitió la pregunta), indica que se trata de una tercera vez de la
realización de la acción denotada por la forma no conjugada:

126) El doctor fingió no oírle, y repitió la pregunta. Serrano, insistiendo en su


crueldad, volvió a decir, ahora en italiano […] (Superchería, 115).

En los siguientes extractos, esta vez de Doña Berta, tiene lugar igualmente la
repetición de las respectivas acciones denotadas por los infinitivos:

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390 PATRICIA FERNÁNDEZ MARTÍN

127) […] pero pasaron semanas, hubo choques con el enemigo y él volvió a ser
temerario; mas yo no volví a decirle que me lo parecía (Doña Berta, 156).
128) Como este recuerdo le dolía mucho al pintor, por egoísmo volvió a olvi-
darse de sí mismo […] (Doña Berta, 153).
129) El hombre gordo y soez volvió a levantar los hombros […] (Doña Berta,
179).

El que aparezca el verbo volver en pretérito imperfecto de indicativo puede


intensificar la constante repetición de la acción, en especial si esta denota una
atribución (130), una mutación (131) o un desplazamiento (132) y no una acción
(Moreno Cabrera, 2003), como en los ejemplos anteriores (113-117):

130) El hijo volvía a creer […] (Viaje redondo, 262).


131) […] pero luego volvió la niña a su tema, al capricho de las máscaras; y
volvía a llorar, y a dar pataditas en el suelo, ya del todo desprendida de los
brazos de su madre (Pipá, 42).
132) A los tres días, doña Berta volvía a correr por la casa más ágil que nunca,
y con un brillo en los ojos que parecía de fiebre (Doña Berta, 161).

También puede aclararse el significado iterativo cuando la semiperífrasis se en-


cuentra en pretérito pluscuamperfecto, al expresar así una acción previa al pasado
que actúa como referencia de la narración:

133) […] y apenas había vuelto a pensar en ella […] (Superchería, 90).
134) […] ni a Papá-Dios ni al otro los había vuelto él a ver […] (Superchería,
94).
135) No habían vuelto a adivinarle nada (Superchería, 130).

El único ejemplo en condicional simple, con un literario significado de futuro


en el pasado, aparece al final de El Señor, una vez Juan se da cuenta de lo que
acaba de perder:

136) ¡No volvería a ver aquellos ojos! (El Señor, 220)

Igualmente aparece al final de El dúo de la tos el único ejemplo registrado en


pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo, indicando así la duda razonable obligada
por la negación del verbo saber, del que depende, y la improbabilidad de que ocu-
rriera en el futuro lo señalado por el infinitivo de la semiperífrasis:

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IR, VENIR, VOLVER… CLARÍN: CINCO PERÍFRASIS VERBALES CON VERBOS 391
DE MOVIMIENTO EN TRECE DE LOS CUENTOS DE LEOPOLDO ALAS

137) No se sabe que jamás hubiera vuelto a acordarse de la tos del dúo (El dúo
de la tos, 253).

En cuanto al valor restaurativo, los siguientes fragmentos pueden contenerlo si


se entiende que la acción denotada por la forma no personal es la acción origen a
la que una segunda acción debe dirigirse para recuperar el estado inicial, dado que
no se especifica en el hilo conductor que la acción haya sido realizada de forma
expresa anteriormente:

138) Abrió una ventanilla […]. Volvió a cerrar […] (Superchería, 86).
139) […] que no podía pasar allí más tiempo del necesario para volver a encon-
trar la salida (Superchería, 88).
140) Se puso de pie, pasó la mano por la frente de su hijo dormido, y volviendo
a sentarse, sonrió con dulcísima malicia […] (Superchería, 124).

En concreto, en (141) parece existir un significado de restauración de la acción


previa, dado por el mismo contexto lingüístico. El protagonista, Antón de Chinta,
ha ido a la feria a vender a Cordera y, cuando ve que no va a hacer negocio, decide
volver a casa. La acción denotada por el infinitivo (emprender el camino) no pue-
de entenderse en una segunda realización, porque previamente no ha emprendido
el camino en ese sentido, sino en el contrario, para acudir a la feria. Por ello, las
palabras de don Leopoldo parecen referir a un valor restaurativo:

141) Y, por fin, suspirando, si no satisfecho, con cierto consuelo, volvió a


emprender el camino por la carretera de Candás adelante, entre la confusión
y el ruido de cerdos y novillos […] (¡Adiós, Cordera!, 197).

Más dudoso aún puede ser el ejemplo (142), sobre el que se podría debatir
largamente desde una perspectiva filosófica y teológica, por la verdadera esencia
del concepto de resucitar, ya que se puede entender como una vuelta a la vida, una
segunda oportunidad (significado iterativo); como una manera de recuperar un
estado de cosas inicial (significado restaurativo) o, incluso, como una forma de
empezar un nuevo camino (significado incoativo):

142) Pero le decían que Papá-Dios había resucitado, vuelto a vivir, y del babbo
también podía creerse algo por el estilo […] (Superchería, 94).

Este sería, por tanto, el único ejemplo en el que cabría recoger los tres posibles
valores de la semiperífrasis superflua, iterativo, restaurativo e incoativo, teniendo

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392 PATRICIA FERNÁNDEZ MARTÍN

en cuenta que este último se remonta al tornar medieval y se pierde en el siglo XIV
(Yllera, 1980: 198-201; Melis, 2006: 909-912; Garachana, 2011), aunque puede
permanecer en el siglo XIX, como vemos, si se entiende así en el ejemplo, siempre
ambiguo, desde una perspectiva metafórica.

3.3. Ejemplos con semiperífrasis fuertes


De la misma manera que operamos con las semiperífrasis superfluas, vamos
ahora a trabajar con las fuertes, tomando como elemento clave para su inclusión
el papel semántico del agente exigido por el auxiliado: si ofrece un significado
[– animado] será analizado como semiperífrasis fuerte. Nótese que, como indica
Zieliński (2014: 47), el rol del agente es esencial también en la caracterización del
verbo auxiliado como impersonal, defectivo o meteorológico, lo que es crucial
para determinar el grado de gramaticalización del ejemplo concreto.
Con respecto a la cantidad de estructuras de cada tipo, cabe señalar que en esta
ocasión la estructura más frecuente es ir + gerundio (34 ejemplos), seguida de ir a
+ infinitivo (15 ejemplos), venir a + infinitivo (10 ejemplos) y volver a + infinitivo
(9 ejemplos).
Como en la sección anterior, los distintos matices aplicables a cada caso se irán
explicando en su lugar correspondiente, a la vez que se desbrozan los valores de
las respectivas semiperífrasis.

3.3.1. Ir a + infinitivo
Excepto por la ausencia de valores incoativos, la semiperífrasis fuerte ir a +
infinitivo ofrece los mismos que los ejemplos con semiperífrasis superfluas (§
3.2.1): la temporalidad futura; la intención, frustrada o no y la culminación de una
acción, semejante a la expresada por venir a + infinitivo (§§ 3.2.3, 3.3.3).
El valor de futuro inmediato parece justificar el alto grado de gramaticaliza-
ción de la estructura, cuando aparece con un verbo meteorológico (143) o en una
construcción que se puede interpretar como impersonal, por el significado uni-
versalizable que caracteriza al infinitivo evidentemente sustantivado mediante el
determinante artículo determinado masculino singular (144):

143) Ya era tarde, cerca de las cuatro, y como el tiempo era malo iba a obscu-
recerse todo muy pronto (Pipá, 23).
144) Lo que se llamaba románticamente la ingratitud, no era más que el que-
darse una cosa seca, sin pizca de jugo, y el ir a aplicar los labios a otra, sin
pensar más en la agotada (Superchería, 103).

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IR, VENIR, VOLVER… CLARÍN: CINCO PERÍFRASIS VERBALES CON VERBOS 393
DE MOVIMIENTO EN TRECE DE LOS CUENTOS DE LEOPOLDO ALAS

El pretérito imperfecto de indicativo permite concebir la acción en el futuro


cercano, dentro del hilo narrativo:

145) […] Pipá al acercarse a la ventana, comprendió lo grande del efecto, de la


fascinación que su presencia iba a producir en Irene (Pipá, 43).
146) […] sintió que la memoria y todo pensamiento se hundían en un agujero
más oscuro que la tumba que iba a tragarme […] (Mi entierro, 73).
147) Sin duda iba a vencer el milagro (Superchería, 118).
148) […] había soñado su juventud que por allí iba a entrar su felicidad […]
(Doña Berta, 150).
149) Aquella mañana fría, de nieve, era la de un día que iba a ser solemne para
doña Berta (Doña Berta, 177).
150) Si perdía aquella íntima convicción de que el capitán del cuadro era su hijo,
¿qué iba a ser de ella? (Doña Berta, 182)

En el siguiente ejemplo, parece que no resulta relevante que esa acción deno-
tada por el verbo no personal se haga realidad dentro del relato; lo importante es
que el personaje en cuestión así la conciba. Es lo que ocurre con Juan de Dios,
que expresa con la semiperífrasis el valor de futuro de dos acciones unidas por
una disyunción, lo que viene a implicar que no es posible que tengan lugar ambas.
Y no cabe ningún significado intencional, a nuestro juicio, porque el contexto no
permite desprender la capacidad de intención de los agentes no animados (todo y
el mundo), como sí es posible en otros casos (154-156):

151) […] o todo iba a desvanecerse en un suspiro de placer universal; o el


mundo iba a transformarse en un paraíso de ternuras inefables (El Señor,
211).

En (152) este valor aparece, además, en pretérito imperfecto de subjuntivo:

152) […] y como si allí no fuera a suceder nada extraordinario […]; como si lo
que iba a pasar dentro de una hora no fuese para ella una especie de fin del
mundo, se entregó a la rutinaria marcha de sus faenas domésticas […] (Doña
Berta, 168).

Y también puede darse en presente:

153) El entierro me va a costar un sentido si los del partido de mi difunto no lo


toman como cosa suya (Mi entierro, 69).

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394 PATRICIA FERNÁNDEZ MARTÍN

Manteniendo el valor de futuro inmediato, puede incluso llegar a defenderse


un significado intencional en el siguiente ejemplo, con el posible reproche de la
carencia de intenciones en objetos como la careta, sujeto de la forma fuese, repro-
che al que se puede contraargumentar que cualquier cosa es posible en el mundo
clariniano:

154) Sin sospechar que su rostro no se veía, dábale la más espantable expresión
que podía, como si la careta fuese a tomar los mismos gestos y muecas
(Pipá, 43).

Otro argumento para esgrimir la capacidad intencional de los sujetos inanima-


dos en el mundo literario creado brillantemente por Leopoldo Alas “Clarín” puede
encontrarse en los siguientes ejemplos:

155) Cuando mis labios iban a romper el silencio para abordar la materia más
importante y más difícil […], Catalina me miró a los ojos, me adivinó otra
vez, y tuvo miedo (Superchería, 124).
156) Ella sabía cuánto iba a dar por él, tiempo atrás, el Estado (Doña Berta,
184).

En el primero, son los labios los que tienen la intención frustrada de romper el
silencio; en el segundo aparece claramente el Estado como ente inanimado capaz
no solo de llevar a cabo la acción denotada por el infinitivo en un futuro próximo,
sino además de hacerlo por propia convicción y, por tanto, a propósito.
Parece que, finalmente, el valor culminativo también consta en algún caso de
las semiperífrasis fuertes:

157) Aunque él había procurado que la conversación le dejase en la sombra,


para observar mejor, y fuese toda la luz a caer sobre la historia de la anciana
y sobre sus dominios, la curiosidad de doña Berta, y al fin el placer que siem-
pre causa comunicar nuestras penas y esperanzas […] hicieron que el mismo
pintor se olvidara a ratos de su estudio para pensar en sí mismo (Doña Berta,
153).

En síntesis, pues, observamos que el alto grado de gramaticalización de los


ejemplos con la semiperífrasis fuerte ir a + infinitivo queda patente en su em-
pleo con agentes inanimados en tres de los cuatro valores con que cuenta cuando
el agente es animado (§ 3.2.1): temporalidad futura; intención, frustrada o no y
culminación.

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IR, VENIR, VOLVER… CLARÍN: CINCO PERÍFRASIS VERBALES CON VERBOS 395
DE MOVIMIENTO EN TRECE DE LOS CUENTOS DE LEOPOLDO ALAS

3.3.2. Ir + gerundio
Como semiperífrasis fuerte, esta construcción va a aparecer en los ejemplos de
Clarín con los mismos valores que como semiperífrasis superflua (§ 3.2.2), esto es,
incoativos, progresivos e inceptivo-continuativos, con dos diferencias: la conocida
que afecta al significado del agente, que será [-animado]; y la posibilidad de apor-
tar un significado descriptivo, típico del lenguaje literario.
En efecto, aparece con valor cursivo en los siguientes ejemplos, tanto con matiz
durativo (158), como con matiz iterativo (159):

158) […] porque iba entrando ya Don Fernando, como llamaba la madre al
sueño […] (Pipá, 53).
159) Pero las obras del insigne crítico de estética pictórica, de historia artística,
fueron tomando otro rumbo […] (Cambio de luz, 233).

Así, consideramos este último ejemplo iterativo porque entendemos que cada
una de las obras toma otro rumbo, lo que viene a significar la repetición distributi-
va de la acción denotada por la forma no personal, mostrando así un valor cercano
al significado de andar + gerundio (Gómez Torrego, 1988: 151; RAE, 2009: §§
28.14a-28.14h) que impida, en cierto modo, que este aparezca con excesiva fre-
cuencia a lo largo de la historia del idioma. En nuestro ejemplo, en cualquier caso,
dicho posible significado distributivo no implica que ir + gerundio carezca por
completo del valor progresivo que focaliza la evolución de la acción, o del valor
inceptivo-continuativo que focaliza el inicio.
También puede darse, como dijimos, con significado progresivo. En ocasiones
aparece de forma explícita un sintagma como poco a poco que parece demostrar el
significado de progresión, tanto con el verbo ir en pretérito perfecto simple (160)
como en imperfecto (161):

160) Roto el silencio, la conversación fue animándose poco a poco […] (Pipá,
49).
161) El aguardiente le repugnaba al principio, pero era preciso hacerse a las
armas; poco a poco le iba gustando de veras y cuando le iba quemando las
entrañas, era en Pipá este vicio el único verdadero (Pipá, 58).

En otras ocasiones dicho significado progresivo se encuentra en el aspecto im-


perfectivo del tiempo verbal en que aparece ir, que suele ser el pretérito imperfecto
(162-171), aunque también puede ser el presente (172):

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396 PATRICIA FERNÁNDEZ MARTÍN

162) Despertó y vio el estrago que la cera iba haciendo en mi rostro […] (Mi
entierro, 68).
163) Miraba a veces hacia el suelo y veía a la llama de los carbones encendidos
que iba vomitando la locomotora, como huellas del diablo […] (Superche-
ría, 81).
164) […] el alma de su hijo, que […] iba creciendo lozana, sin mancha, purísi-
ma, lejos de todo mal contacto […] (El Señor, 203).
165) Como sus ratos de ocio iban siendo cada día mayores […] (Cambio de luz,
229; el resto del fragmento se encuentra en el ejemplo [101]).
166) Los trabajos iban teniendo menos color y más alma (Cambio de luz, 233).
167) […] y se figuraba que la hora, sonando con aquella solemnidad, era como
la firma de los pagarés que iba presentando a la vida su acreedor, la muerte
(El dúo de la tos, 249).
168) Para el hijo, el argumento poético de la fe se iba alejando como una música
guerrera que pasa […] (Viaje redondo, 259).
169) Pasaba la vida, y como en una miopía racional, el espíritu iba sintiéndose
separado por nieblas […] (Viaje redondo, 260).
170) Un doloroso poder de intuición demoledora y de análisis agudo, como una
fiebre nerviosa, iba minando los tejidos más íntimos de la conciencia unita-
ria […] (Viaje redondo, 260-261).
171) Todo se iba aclarando al confundirse (Viaje redondo, 261).
172) […] le placía ver de qué grotesca manera el telégrafo y la prensa van des-
haciendo el sentido de estas palabras […] (El oso mayor, 272).

También se muestra alguna vez en presente de indicativo, con el valor durativo


del verbo en gerundio:

173) “Parece que hay dos almas –se decía a veces–; una que se va secando con
el cuerpo, y es la que imagina […]” (Doña Berta, 163).

En los siguientes fragmentos se observa claramente la gradualidad de la progre-


sión, aunque se hallen en pretérito perfecto simple:

174) […] las demás estrellas se fueron borrando, todo se convirtió, cielo, tierra,
y hasta el coche de primera en que iba, en un círculo de negras tinieblas alre-
dedor del astro luminoso; la estrella voladera, ahora quieta, fue enrojecien-
do; después se turbó su luz, palideció y desapareció también (Superchería,
84).

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IR, VENIR, VOLVER… CLARÍN: CINCO PERÍFRASIS VERBALES CON VERBOS 397
DE MOVIMIENTO EN TRECE DE LOS CUENTOS DE LEOPOLDO ALAS

175) La pasión mística del niño hermoso de alma y cuerpo fue convirtiéndose
en cosa seria […] (El Señor, 206).
176) Como fue agravándose el mal, el mismo don Jorge tomó en serio la enfer-
medad […] (Cambio de luz, 227).
177) La esperanza se fue desvaneciendo con el agudo padecer el infortunio
todavía nuevo (Cambio de luz, 233).
178) […] pudo en tal lenitivo la convicción que fueron adquiriendo aquellos
pedazos del alma del enfermo de que éste había descubierto […] mundos
interiores […] (Cambio de luz, 233).
179) Pero tanto siglos de siglos […] fueron pasando, que al fin […] Servando…
se puso a reparar en el mujerío que tenía enfrente (El oso mayor, 278).

También puede expresarse en pretérito pluscuamperfecto de indicativo, aunque


no es muy frecuente:

180) Y de todas estas habilidades y maestrías a que le había ido llevando la


sinceridad con que seguía las voces de su vocación verdadera […] (Cambio
de luz, 223).
181) Aquella imparcialidad había sido negada, combatida, hasta vituperada,
pero se había ido imponiendo […] (La Ronca, 240).

Igualmente, la prosa clariniana puede ofrecer ejemplos con matiz inceptivo-


continuativo, donde el significado del suceso denotado por el verbo en gerundio
permite la interpretación incoativa:

182) […] hizo mil movimientos para entretener el ansia de no sabía qué, que le
iba entrando por el corazón y los sentidos […] (El diablo en Semana Santa,
15).
183) Era aquella voz de una pasta muy suave […] iba adquiriendo graciosas
curvas […] (El diablo en Semana Santa, 15).
184) Lo peor era que el miedo de un mal, tal vez remoto, tal vez incierto, pero
terrible si llegaba, también les iba invadiendo a ellos […] (Cambio de luz,
226).

Asimismo, esta construcción ofrece un valor de descripción cuando es semi-


perífrasis fuerte, registrado también en el español actual (Gómez Torrego, 1988:
165-166), pero genuinamente inimitable en el estilo literario de don Leopoldo:

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398 PATRICIA FERNÁNDEZ MARTÍN

185) Mira el diablo a los ángeles con desprecio, y volviendo enseguida los ojos
a la tierra, que a sus pies se iba deslizando como el agua de un arroyo, dejó
que pasara el Mediterráneo […] (El diablo en Semana Santa, 11).
186) Amanecía, y la nieve que caía a montones, con su silencio felino que tiene
el aire traidor del andar del gato, iba echando, capa sobre capa, por toda la
anchura de la Puerta del Sol, paletadas de armiño, que ya habían borrado
desde horas atrás las huellas de los transeúntes trasnochadores (Doña Berta,
171).

Dentro de este grupo, llaman la atención los ejemplos en pretérito pluscuam-


perfecto, porque permiten contemplar la acción en su progreso en relación pasada
con otra acción y, en ambos casos, denotan eventos muy similares:

187) Pipá recordaba también que estas creencias que había admitido en un prin-
cipio sin suficiente examen, se habían ido desvaneciendo con las contrarie-
dades del mundo […] (Pipá, 35).
188) […] en cuanto al babbo mismo, poco a poco su imagen se había ido
borrando de la memoria del niño […] (Superchería, 94).

Sin estar en pluscuamperfecto sino en imperfecto, el siguiente caso podría


agruparse con los anteriores por denotar todos ellos acciones que, teniendo como
agente a un ser inanimado, afectan directamente a la mente de un ser animado:

189) Él nunca refería suceso alguno tal como había pasado, sino tal como se le
iba ocurriendo que a él le gustaría más que hubiera sido (Superchería, 105).

El siguiente fragmento, de hecho, puede mostrar valor tanto descriptivo, por


motivos literarios, como claramente progresivo, tal y como muestra el sintagma
temporal por momentos:

190) […] daba por maravilloso producto los contornos de una mujer, que no
acababan de modelarse con precisa forma, pero que, semejando todo lo cur-
vilíneo de Venus, no paraban en ser nada, sino que lo iban siendo todo por
momentos (El diablo en Semana Santa, 16).

Finalmente, podemos sintetizar los valores estudiados de la semiperífrasis fuer-


te ir + gerundio, con un ejemplo que, por su profundidad, los ejemplifica a la
perfección:

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IR, VENIR, VOLVER… CLARÍN: CINCO PERÍFRASIS VERBALES CON VERBOS 399
DE MOVIMIENTO EN TRECE DE LOS CUENTOS DE LEOPOLDO ALAS

191) Vivir es ir muriendo todos los días, dicen muchos poetas, sin recordar que
ya lo había dicho Séneca (El oso mayor, 278).

En efecto, el significado cursivo acepta tanto la perspectiva durativa, si se en-


tiende que se trata solo de una vida sobre cuya longitud se profundiza; o iterativa,
si se interpreta que cada día hay que vivirlo como si fuera único pero igual, en
tanto costumbre rutinaria que se sigue durante el tiempo de la biografía. Además,
la interpretación progresiva permite entender la frase como una acción constante,
que no sin dificultad va teniendo lugar gradualmente, día a día, y que, al comenzar
en determinado momento, se prolonga hasta la aparición de la muerte, acreedor
de la vida (167).
Este ejemplo muestra, pues, por un lado, lo complejo que resulta clasificar con
tino cada caso del corpus propuesto; y, por otro lado, la profundidad filosófica que
sin duda alguna tienen los textos de Leopoldo Alas “Clarín”.

3.3.3. Venir a + infinitivo


Los valores que presenta la construcción cuando funciona como semiperífrasis
fuerte son muy parecidos a los que presenta cuando es semiperífrasis superflua (§
3.2.3), con la extraordinariamente interesante diferencia de que el sujeto, en estos
casos, no es animado, por lo que entendemos que se trata de ejemplos en los que la
construcción padece un grado más de gramaticalización.
Así, en los siguientes fragmentos la estructura contiene un valor perfectivo-
durativo, imperfectivo-terminativo o culminativo-finalizador (Fernández de Cas-
tro, 1999) pero también, implícitamente, un significado aproximativo, por lo que
se puede entender que este hubiera surgido, tal vez, a partir del otro. En efecto, al
aparecer con el verbo ser, la construcción parece estar transformando la atribución
típicamente expresada por dicho verbo en una mutación (Moreno Cabrera, 2003),
lo que ofrece una idea de resultado de una conversión denotada por la estructura en
su conjunto e intensificada por el verbo en infinitivo, de la que cabe desprender el
valor de equivalencia que dé lugar a la aproximación, ejemplificada sin duda por
el como de (194):

192) Para él, las dudas y los dolores de cabeza y estómago, y aun de vientre, ya
venían a ser una misma cosa […] (Superchería, 78).
193) También contó su historia, que venía a ser una serie de ensueños y otra
serie de cuadros (Doña Berta, 153).
194) El universo para Juan venía a ser como un gran nido que flotaba en infini-
tivos espacios […] (El Señor, 204).

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400 PATRICIA FERNÁNDEZ MARTÍN

A nuestro humilde juicio, un proceso muy parecido de conversión tiene lugar


en el siguiente fragmento, donde la atribución posible de ser una lisiada del arte
se percibe no ya como una mutación plasmable en la idea de “convertirse en”, sino
como una modificación (Moreno Cabrera, 2003) expresada por “hacer de alguien
algo”, todo lo cual puede parafrasearse por “el defecto acaba haciendo de ella una
lisiada del arte”, lo que indica el valor culminativo de la construcción venir a +
infinitivo:

195) En el teatro y ante el mundo entero, menos ante su marido, a solas, tenía
un defecto que venía a hacer de ella una lisiada del arte, una sacerdotisa
irregular de Talía (La Ronca, 239).

Con otros verbos auxiliados, cabe entender el conjunto al completo como cul-
men de una larga serie de acciones previas, a veces con un leve matiz de actividad
lograda no sin esfuerzo (196):

196) […] la imagen de la memoria vino a sobreponerse realmente a la realidad


que tenía delante (Superchería, 90).
197) Aquella casualidad de habernos vuelto a encontrar, venía a coronar la otra
serie de casualidades (Superchería, 127).

Como casos especiales del mismo valor, nos han resultado interesantes los
siguientes ejemplos, en los que, tal vez por el significado del verbo léxicamente
pleno, da la sensación de que nuestro autor pretende expresar el final de una acción
que ocurre de forma confusa, sin orden ni límites claros, dentro del contexto
literario, naturalmente, en que tiene lugar el producto lingüístico:

198) Cuando la luz del día vino a mezclarse, entrando por las rendijas, con la
luz amarillenta de las hachas, despertó Perico […] (Mi entierro, 68).
199) […] las ideas de muerte, de cielo y de infierno, de cementerio y de vida
subterránea en el ataúd, venían a mezclarse por relaciones extrañas y sutiles
que encontraba en su imaginación […] (Superchería, 95).

El siguiente fragmento, extenso porque contiene dos ejemplos de la construc-


ción que nos ocupa, deja ver en las palabras clarinianas el valor culminativo de
venir a + infinitivo, con sujetos, en ambos casos, inanimados, y con dos bellas
personificaciones que permiten, además, interpretar un posible movimiento meta-
fórico que, naturalmente, no es tal:

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IR, VENIR, VOLVER… CLARÍN: CINCO PERÍFRASIS VERBALES CON VERBOS 401
DE MOVIMIENTO EN TRECE DE LOS CUENTOS DE LEOPOLDO ALAS

200) El capitán se dejó vencer […]; cayó, sin poder remediarlo, a los pies de
Berta, en cuanto la ocasión de verla sola vino a tentarle. Y ella, que no enten-
día palabra de aquellas cosas, se echó a llorar; y cuando un beso loco vino a
quemarle los labios y el alma, no pudo protestar sino llorando, llorando de
amor y miedo, todo mezclado y confuso (Doña Berta, 143).

Tan solo hemos registrado un caso en el que el verbo tenga un significado


meteorológico, si bien la pluma del insigne zamorano consigue hacerlo parecer
personal y transitivo:

201) […] es éste, señora, lo que yo vi aquel día en aquel hombre que desapare-
ció entre el humo, la sangre y el pánico, que después vino a oscurecerlo todo
(Doña Berta, 157).

Todo ello muestra, pues, que sin duda hay alguna relación entre los dos valores
de la semiperífrasis (§ 3.2.3). Probablemente, el hecho de que sea más frecuente
con sujetos inanimados el significado aproximativo que el culminativo indique que
aquel ha podido operar, directamente, cuando la construcción aparecía en ejemplos
con un alto grado de gramaticalización o, dicho en otras palabras, cuando el sig-
nificado culminativo ha quedado perfectamente plasmado en el uso lingüístico de
la construcción.

3.3.4. Volver a + infinitivo


De forma semejante a como ocurre con el resto de las construcciones, volver a
+ infinitivo muestra como semiperífrasis fuerte los mismos tres valores que tiene
como semiperífrasis superflua, el incoativo, iterativo y restaurativo, con la dife-
rencia del valor semántico del agente típico de este grupo y de que la cantidad
de ejemplos son menos numerosos que como semiperífrasis superflua (véanse §§
3.2.4, 4 y anexo).
Si se puede interpretar algún caso con valor incoativo, tal vez sea el siguiente,
en el que la atención se centra en el inicio del proceso denotado por el infinitivo,
gracias en parte a la duración que permite el pretérito imperfecto en que se encuen-
tra el verbo auxiliar:

202) […] también sintió, al dormirse, que volvía a pararse el tren (Superchería,
87).

El significado iterativo consta en estos fragmentos, en los que hay tanto atribu-
ciones (203), como desplazamientos (204, 205) y modificaciones (206-208):

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402 PATRICIA FERNÁNDEZ MARTÍN

203) Cuando el monótono cántico de los clérigos cesaba, tras breve pausa, los
violines volvían a quejarse, acompañando a las niñas de coro, tiples y con-
traltos, que parecían llegar a las nubes con los ayes del Miserere (El diablo
en Semana Santa, 13-14).
204) Lo que aún no le habían dicho aquellos ojos que habían vuelto a cerrarse
sin reparar en él, se lo decía aquella voz […] (Superchería, 112).
205) El amor muerto, como un aparecido, volvió a pasar por aquel corazón
arrugado, yerto, como una brisa perfumada en los jardines, que besa después
los mármoles de los sepulcros (Doña Berta, 158).
206) El sueño volvió a invadirle como las sombras de la noche (Superchería,
87).
207) Pero a la segunda vez que por casualidad su mirada volvió a encontrarse
con la de Rosario […] Juan tuvo miedo a la intensidad de sus emociones […]
(El Señor, 213).
208) […] volvían, con más fuerza que en la edad de los estudios académicos,
las teorías idealistas a poner en duda, a desvanecer también con más fuerza
que nunca la peor de las angustias metafísicas, la inseguridad del criterio, la
desconfianza de la razón, dintel acaso de la locura (Viaje redondo, 260).

El ejemplo (208) llama enormemente la atención porque permite, seguramente


por cuestiones estilísticas, la intromisión de un sintagma preposicional demasiado
largo (con más fuerza que en la edad de los estudios académicos) entre el verbo
volver, por un lado, y el nexo y el infinitivo, por otro, así como una extraña inver-
sión entre el mismo sujeto y el grupo {preposición + infinitivo}. Si bien Zieliński
(2014: 44) solo registra algo semejante para las construcciones con gerundio del
grupo C (semiperífrasis superfluas) y en textos escritos en verso, nosotros la in-
cluimos aquí debido, precisamente, a lo individual de cada ejemplo: no cabe de
ninguna manera una interpretación espacial en esta oración, porque el sujeto, ade-
más de ser exigido por el verbo auxiliado (poner en duda), resulta ser completa-
mente inanimado (las teorías idealistas), por lo que entendemos que hay una clara
gramaticalización, aunque no llegue, por supuesto, a ser plena. La incursión del
sintagma preposicional dentro de la perífrasis se debe, probablemente, a motivos
estilísticos, tal vez relacionados con el hecho de que el autor perciba como menos
unida la perífrasis venir a + infinitivo que la locución poner en duda y decida, por
ello, separar la primera para mantener fusionada la segunda.
En cuanto al significado restaurativo, parece encontrarse en los dos siguientes
ejemplos. En el primero, si se interpreta el silencio en el cementerio como un es-
tado continuo que, al romperse, necesita ser recuperado; en el segundo, si se lee el
brillo de cualquier chispa como estado inicial:

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IR, VENIR, VOLVER… CLARÍN: CINCO PERÍFRASIS VERBALES CON VERBOS 403
DE MOVIMIENTO EN TRECE DE LOS CUENTOS DE LEOPOLDO ALAS

209) Volvió a reinar el silencio de las tumbas (Mi entierro, 73).


210) A veces aquella chispa triste se mueve, se amortigua, desaparece, vuelve a
brillar (El dúo de la tos, 247).

En síntesis, vemos que las semiperífrasis fuertes con volver a + infinitivo no


son extremadamente comunes en Clarín, si bien los ejemplos aducidos permiten
ilustrar el alto grado de gramaticalización en que se encuentra la construcción,
que ofrece los tres valores esperables para esta época: el incoativo, el iterativo y el
restaurativo.

3.4. Ejemplos con perífrasis altamente gramaticalizadas


En este último grupo solo nos atrevemos a incluir dos ejemplos, con toda la
cautela posible. El primero está formado por la perífrasis, en sentido amplio, ir a
+ infinitivo:

211) Sería por chiste; pero en fin, al grano. Vamos a ver, y si tu amo se ha muer-
to, ¿quién soy yo? (Mi entierro, 66)

El motivo para incluirlo se encuentra esencialmente en el alto grado de fusión


que tiene el verbo conjugado con la preposición y el infinitivo, tal vez creada a
partir del uso imperativo (§ 3.1.1). Una muestra de ello se halla en que se rechaza
cualquier otro tiempo (*Fuimos a ver: y si tu amo se ha muerto…; *Iremos a ver,
y si tu amo ha muerto…) o persona para el verbo ir (*Voy a ver, y si tu amo ha
muerto…; *Vas a ver, y si tu amo ha muerto…), lo cual solo aparece tan limitado
en dos verbos que suelen ser considerados plenamente auxiliares, como son soler
y haber (Veyrat Rigat, 1993: 153-186; Zieliński, 2014: 47-50). La diferencia puede
encontrarse en que el alto grado de fusión de vamos a ver se dirija hacia la lexica-
lización y no hacia la gramaticalización (Moreno Cabrera, 2004: 263-255; Fernán-
dez Martín, 2015b), pero parece claro, en cualquier caso, que ontológicamente (es
decir, funcionalmente) el concepto de semiperífrasis (grupos B y C de Zieliński
[2014]) no alcanza a explicarlo.
Creemos que puede estar sucediendo algo parecido en el siguiente caso, el se-
gundo considerado altamente gramaticalizado:

212) Él llevaría a doña Berta hasta la misma estación, la más próxima a Zaornín,
facturaría el equipaje, la metería a ella en un coche de segunda (no había
querido doña Berta primera, por ahorrar) y vamos andando (Doña Berta,
168).

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404 PATRICIA FERNÁNDEZ MARTÍN

Resulta complicado interpretar este ejemplo como léxico (grupo D de Zieliński;


§ 3.1 en este trabajo), porque se debería mantener el condicional simple de los ver-
bos anteriores (llevar, facturar, meter), para que se siguiera la secuencia de eventos
que ellos plasman. Además, tampoco se está indicando una forma (andando) de ir
de un sitio a otro, porque no se especifican con claridad los puntos entre los que
tiene lugar el posible desplazamiento. Y, finalmente, parece que la expresión puede
sustituirse por un coloquial “listo”, “todo aclarado”, que actúa más como marcador
finalizador del discurso que como perífrasis verbal (en sentido estricto).
Creemos, pues, que la función claramente discursiva que caracteriza a ciertas
construcciones aquí consideradas semiperifrásticas (Fernández de Castro, 1999;
García Fernández, 2006; Olbertz, 2008; García Fernández y Carrasco Gutiérrez,
2008; Zieliński, 2014) resulta ser la única que permite comprender el valor real
tanto de vamos a ver como de vamos andando. Así, de semejante manera a como el
verbo haber ya no puede considerarse como tal sino como un morfema en cantaré
(Fernández Martín, 2008) o como las interjecciones ca, quia, qué va han dejado
de poder considerarse perífrasis verbales stricto sensu (Herrero Ruiz de Loizaga,
2014), parece que vamos a ver y vamos andando difícilmente pueden encontrarse
dentro del concepto prototípico de perífrasis verbal, lo que supone la posible ads-
cripción a la categoría de marcador discursivo, en especial en el segundo caso, que
puede sustituirse por una unidad léxica con función de cierre explicativo.
Si bien cabría, a partir de aquí, desarrollar un estudio específicamente centrado
en construcciones semejantes, parece que los argumentos aducidos pueden utili-
zarse para defender su plena inclusión en el discurso (García Fernández, 2006;
García Fernández y Carrasco Gutiérrez, 2008), a diferencia de lo que ocurre con el
resto de las construcciones analizadas que siempre se encuentran, en definitiva, a
caballo entre la gramática y el léxico.

4. CONCLUSIONES
El objetivo principal del artículo consistía en conocer con mayor profundidad
cinco de las perífrasis verbales con verbos de movimiento ({ir a / venir a} + infi-
nitivo, {ir / venir} + gerundio y volver a + infinitivo), en el español de finales del
siglo XIX. El corpus seleccionado ha sido, como se sabe, trece de los cuentos es-
critos por el ilustre zamorano Leopoldo Alas “Clarín”, cuya cantidad de ejemplos
ha sido lo suficientemente abarcable como para que este texto sea, además de un
análisis lingüístico, un corpus textual per se.
En la siguiente tabla intentamos sintetizar la cantidad de perífrasis por grupo,
de donde se desprenden varios hechos. En primer lugar, el grupo más numeroso es
el de las semiperífrasis superfluas, lo que desde una perspectiva evolutiva signifi-
ca que el nivel de gramaticalización de las construcciones está aún comenzando,

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IR, VENIR, VOLVER… CLARÍN: CINCO PERÍFRASIS VERBALES CON VERBOS 405
DE MOVIMIENTO EN TRECE DE LOS CUENTOS DE LEOPOLDO ALAS

mientras que desde la perspectiva adoptada aquí significa que esa es probablemen-
te la naturaleza de la esencia misma de la categoría de la perífrasis verbal.

Número de ejemplos con…


Construcciones
Construcciones Semiperífrasis Semiperífrasis Total
Semiperífrasis altamente
en potencia (§ superfluas (§
fuertes (§ 3.3) gramaticalizadas
3.1) 3.2)
(§ 3.4)
Ir a + inf. 19 36 15 1 71
Ir + ger. 4 33 34 1 72
Venir a + inf. 4 8 10 0 22
Venir + ger. 1 0 0 0 1
Volver a + inf. 7 30 9 0 46
Total 35 107 68 2 212

En segundo lugar, salta a la vista que las construcciones más frecuentes se


forman con el verbo ir, lo que con bastante probabilidad está directamente rela-
cionado con el hecho de que es también el verbo de movimiento más empleado
en lengua española fuera de contextos biverbales. Precisamente por esto, puede
ser el que más se presta a sufrir procesos de metaforización al aceptar valores
muy diversos pero, simultáneamente, el que mejor se retiene desde una perspectiva
morfológica (Fernández Martín, 2008, 2009), lo que tal vez esté detrás de su alto
grado de fusión con las formas no personales, tal y como consta en el cuarto grupo
analizado (§ 3.4).
En el otro extremo, son escasos los ejemplos con construcciones perifrásticas
altamente gramaticalizadas (tan solo 2, con numerosas dudas) y algo más nume-
rosos los que muestran una estructura en vías de fusión (35). Ello puede conllevar,
simplemente, que en la época clariniana comenzó una redistribución del empleo
de los verbos de movimiento analizados: habría aumentado con creces su empleo
en construcciones semiperifrásticas superfluas, lo que significa un amplio margen
semántico para el sujeto, pero no su completa asunción como ser inanimado, que
es, a nuestro juicio, lo que permite a la estructura dar un paso más en la cadena
de gramaticalización (§ 3.3). Y, a la vez, descendería el uso léxico de la estructura
cuando apareciera con otro verbo en forma no personal, pero no en tantos otros
contextos en los que no hubiera necesariamente ningún infinitivo o gerundio con
el que fusionarse.
Asimismo, puede llamar la atención la práctica inexistencia de venir + gerun-
dio, tal vez por motivos idiolectales, achacables al propio estilo del autor; tal vez
simplemente porque ningún contexto narrativo se prestaba con notable claridad a
su empleo, como bien pudiera ocurrir en otros casos.

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406 PATRICIA FERNÁNDEZ MARTÍN

En efecto, puede ser interesante analizar la relación entre el hilo conductor de la


historia que el escritor zamorano nos presenta en cada cuento y la perífrasis que pue-
de resultar más común en ella, cuyos datos ofrecemos en el anexo detalladamente.
A modo de ejemplo, cabe resaltar la cantidad de casos de volver a + infinitivo en el
relato de Superchería (§ 3.2.4), en el que resulta crucial la repetición de los hechos o
el intento de restaurarlos; y de ir a + infinitivo, de la que está plagado Doña Berta (§
3.2.1), tal vez tomando como esencia una cantidad de buenas intenciones y futuros
próximos que parecen representar la quijotesca utopía del progreso de la España de-
cimonónica, criticada con la extraordinaria pluma de Leopoldo Alas.
En esencia, creemos que el proceso de gramaticalización, del que tan solo he-
mos mostrado, en realidad, una parte muy pequeña representada por la lengua
española de una obra escrita por un solo autor, no es evolutivo en un sentido exclu-
sivo, sino acumulativo. Esto implica que se caracteriza por la convivencia durante
siglos de distintos grados de fusión estructural. En el caso de las perífrasis verbales
con verbos de movimiento, su propia naturaleza supone avanzar lentamente, si lo
hacen, por la línea del tiempo lingüístico. El motivo de esta convivencia puede
encontrarse en que en estos verbos, tal vez más que en otros como los modales
(poder, deber, tener que…), están constantemente interrelacionándose el nivel ana-
lítico (metalingüístico) de la lengua (sistema) con el nivel ontológico (lingüístico)
del habla (producto).
Por ello, naturalmente, cabría ampliar el presente estudio mediante un aumento
del corpus textual de la época analizada, o mediante la inclusión de otros verbos
de movimiento aquí abandonados, como andar o venir de + infinitivo. También
sería necesario completar nuestro análisis acudiendo a los siglos XVIII y XX, para
entender la evolución al completo dentro del español contemporáneo sin perder
de vista el clásico y el medieval. Asimismo, cabría en futuros trabajos confrontar
la evolución del español con la que tuvo lugar en otras lenguas romances (y no
romances), aplicando el esquema evolutivo aplicado aquí (Zieliński, 2014) u otros
igualmente válidos.
En cualquier caso, lo que podemos sin duda afirmar es que la obra analizada de
Leopoldo Alas puede presumir con creces de ser una joya lingüística extraordinaria
para conocer la lengua española de la segunda mitad del siglo XIX. No obstante,
sus atributos idiolectales lo convierten, a la vez, en un autor único, con un estilo
directo y no exento de humor, caracterizado asimismo por una percepción desga-
rradora de los acontecimientos vitales que se plasma, en numerosas ocasiones, en
la profunda interrelación entre la historia que cuenta y el tipo de perífrasis verbal
que utiliza. De ahí que tras sumergirse entre sus entrañables páginas no quede más
remedio que aferrarse a la humanidad de sus personajes y pensar en ir, venir y
volver a… Clarín.

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IR, VENIR, VOLVER… CLARÍN: CINCO PERÍFRASIS VERBALES CON VERBOS 407
DE MOVIMIENTO EN TRECE DE LOS CUENTOS DE LEOPOLDO ALAS

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IR, VENIR, VOLVER… CLARÍN: CINCO PERÍFRASIS VERBALES CON VERBOS 409
DE MOVIMIENTO EN TRECE DE LOS CUENTOS DE LEOPOLDO ALAS

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© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2016, pp. 361-411


410 PATRICIA FERNÁNDEZ MARTÍN

ANEXO. Cantidad de ejemplos con cada construcción por cuento


Puede leerse atendiendo a las siguientes correspondencias. Columna “Semipe-
rífrasis en potencia”: PV1 = ir a + infinitivo; PV2 = ir + gerundio; PV3 = venir a
+ infinitivo; PV4 = venir + gerundio; PV5 = volver a + infinitivo. Resto de colum-
nas: PV1 = ir a + infinitivo; PV2 = ir + gerundio; PV3 = venir a + infinitivo; PV4
= volver a + infinitivo. Los datos han sido expuestos conforme a lo explicado en
el correspondiente apartado, donde remitimos para acceder a los valores concretos
de cada construcción.

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Número de ejemplos con…
Construcciones
Semiperífrasis
Semiperífrasis en potencia Semiperífrasis fuertes altamente
Cuentos superfluas
(§ 3.1) (§ 3.3) gramaticalizadas (§ Total
(§ 3.2)
3.4)
PV1 PV2 PV3 PV4 PV5 PV1 PV2 PV3 PV4 PV1 PV2 PV3 PV4 PV1 PV2 PV3 PV4

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO


El diablo en
- - - - - - 4 - 2 - 4 - 1 1 1 - - 13
Semana Santa

Pipá 1 - 1 - - 7 2 2 4 3 4 - - - - - - 25

Mi entierro 2 - 1 1 - 1 2 - 1 2 1 1 1 - - - - 13

Superchería 8 2 - - - 8 6 2 14 3 4 4 3 - - - - 54

Doña Berta 5 1 1 - 7 11 4 2 4 6 2 3 1 - - - - 47

¡Adiós, Cordera! - - - - - 1 2 - 1 - - - - - - - - 4

El Señor 1 - - - - 1 4 1 1 1 2 1 1 - - - - 13

Cambio de luz - - - - - 2 4 - - - 8 - - - - - - 14

La Ronca 1 - - - - 2 - - 1 - 1 1 - - - - - 6
DE MOVIMIENTO EN TRECE DE LOS CUENTOS DE LEOPOLDO ALAS

El dúo de la tos - 1 - - - 1 1 1 1 - 1 - 1 - - - - 7
IR, VENIR, VOLVER… CLARÍN: CINCO PERÍFRASIS VERBALES CON VERBOS

Viaje redondo - - 1 - - - 1 - 1 - 4 - 1 - - - - 8

El gallo de
- - - - - 2 1 - - - - - - - - - - 3
Sócrates

El oso mayor - - - - - - 2 - - - 3 - - - - - - 5

Anuario 2016, pp. 361-411


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