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FERNANDO LEÓN BOLAÑOS PALACIOS

Magistrado Ponente

STP11521-2023

Radicación N°. 133456

Aprobado según acta No. 192

Bogotá D.C., diez (10) de octubre de dos mil


veintitrés (2023).

I. ASUNTO

1. Decide la Sala la impugnación interpuesta por


CLARA VICTORIA MARTÍNEZ ARREDONDO través de
apoderada judicial, contra el fallo de tutela proferido el 16
de agosto de 2023, por la Sala de Casación Laboral que
negó el amparo de sus derechos fundamentales al debido
proceso y acceso a la administración de justicia
presuntamente vulnerados por la Sala Laboral del Tribunal
Superior de Medellín.
CUI 11001020500020230114401
Radicado Nro.133456
Impugnación
CLARA VICTORIA MARTÍNEZ ARREDONDO

2. En la actuación fueron vinculados el Juzgado 24°


Laboral del Circuito de Medellín, José Darío Guevara
Osorio, Elvia del Socorro Bedoya, Michelle Cañas Toro, y
demás partes e intervinientes en el proceso ejecutivo laboral
radicado número 05001310502420220025000.

II. HECHOS

3. De lo expuesto en el escrito de tutela, se sustrae que


CLARA VICTORIA MARTÍNEZ ARREDONDO ejerció la
representación de José Darío Guevara Osorio y Elvia del
Socorro Bedoya, dentro del proceso de reparación directa
que promovieron en contra de la Nación- Fiscalía General
de la Nación, Ministerio de Justicia, Dirección Ejecutiva de
Administración Judicial de la Rama Judicial, el cual
correspondió al Tribunal Administrativo de Antioquia con
radicado número 05001233100020080141900.

3.1. La aquí demandante celebró con los ciudadanos


mencionados un contrato de prestación de servicios
profesionales de abogado, mediante el cual se obligó a llevar
la gestión antes manifestada, mientras que los poderdantes
acordaron pagarle el 40% de lo recaudado por vía
administrativa o judicial.

3.2. el Tribunal administrativo de Antioquia y el


Consejo de Estado, en primera y segunda instancia,
accedieron a las pretensiones de la demanda de reparación
directa, y como consecuencia, ordenaron el pago de

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perjuicios morales a favor de los promotores, en cuantía de


20 S.M.L.M.V. para cada uno.

3.3. Adujo la accionante, que se enteró de que el pago


de la sentencia está próximo a realizarse, de acuerdo al
Decreto 642 de 2020; sin embargo, la Dirección Ejecutiva
de Administración Judicial de la Rama Judicial le informó
que los beneficiarios del fallo presentaron un nuevo poder
conferido a otra profesional del derecho, a quien facultaron
para cobrar los rubros ordenados en el proceso.

3.4., Por lo anterior, se comunicó vía telefónica con


sus poderdantes para conocer de dicha situación, a lo cual
advirtió, que ellos le manifestaron que no le iban a cancelar
los honorarios pactados.

3.5. Adujo que, ante dicha situación, envió un


comunicado a la Dirección Ejecutiva de Administración
Judicial, oponiéndose al mandato conferido a la nueva
abogada e informó que no existía paz y salvo de honorarios,
toda vez que José Darío Guevara Osorio y Elvia del Socorro
Bedoya le adeudaban dicho concepto.

3.6. Expuso que no le han notificado la revocatoria del


poder, sin embargo, tiene conocimiento de que la nueva
apoderada le envió a la Dirección Ejecutiva de
Administración Judicial tal documento, pero sin la prueba
de la notificación de la misma.

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3.7. Como consecuencia de lo sucedido, el 13 de junio


de 2022, radicó demanda ejecutiva para el cobro de sus
honorarios, asunto que se asignó al Juzgado 24° Laboral
del Circuito de Medellín; autoridad que, en providencia del
24 del mismo mes y año, libró mandamiento de pago,
decisión frente a la cual los demandados interpusieron
recurso de reposición y en subsidio apelación.

3.8. Explicó que el 26 de mayo de 2023 el a quo tuvo


por notificados por conducta concluyente a los ejecutados,
negó la reposición y concedió la apelación.

3.9. Mediante proveído del 28 de julio de 2023, la Sala


Laboral del Tribunal Superior de Medellín, revocó
íntegramente el auto recurrido y en su lugar, negó el
mandamiento de pago solicitado.

3.10. Manifestó la accionante que, al negar la orden, el


Tribunal convocado incurrió en un defecto fáctico, toda vez
que dentro del proceso ejecutivo laboral se anexó la
Resolución 1533 de 22 de julio de 2022, emitida por la
Dirección Ejecutiva de Administración Judicial, en la que se
evidenció el pago a los demandados de la sentencia objeto
de la litis.

3.11. Indicó que conforme al artículo 422 del Código


General del Proceso, el titulo ejecutivo cumple con la
obligación de que es clara, expresa y exigible, y aseguró que
existe un peligro inminente que consiste en que no ha
podido percibir sus honorarios, pues en caso de que el

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proceso ejecutivo laboral continúe, sus anteriores


poderdantes recibirán el pago de la sentencia proferida en el
juicio de reparación directa y no recibirá la remuneración a
sus servicios profesionales.

3.12. Como consecuencia de lo expuesto, acudió a la


acción de tutela para que se deje sin efectos el auto -
05001310502420220025001- proferido por la Sala Laboral
del Tribunal Superior de Medellín el 31 de julio de 2023.

III. EL FALLO IMPUGNADO

4. La Sala de Casación Laboral negó la tutela, como


quiera que la decisión objeto de controversia no la consideró
arbitraria o caprichosa, ni lesiva de garantías superiores,
dado que el juez plural convocado planteó adecuadamente
el problema jurídico, valoró las pruebas de conformidad con
las reglas de la sana crítica y construyó, en el marco de su
autonomía, una decisión que consulta las reglas de
razonabilidad.

-. Expuso que, a juicio de la Sala, no se estructuró


ninguna de las causales que excepcionalmente autorizan la
intervención del juez de tutela en la órbita del fallador
natural, pues este último ejerció adecuadamente su labor
de administrar justicia, sin incurrir en errores o
desviaciones protuberantes que ameriten la adopción de las
medidas urgentes que se solicitan

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IV. LA IMPUGNACIÓN

5. Inconforme con la providencia, la apoderada de la


accionante la impugnó, adujo que no se practicaron las
pruebas solicitadas1, y que así mismo el despacho podía
declarar de oficio una solicitud a la Dirección Ejecutiva de
Administración de Justicia con el fin de que informe la
fecha de pago de la sentencia de reparación directa.

-. Seguidamente trajo a colación los argumentos


expuestos en el escrito inicial de tutela, y solicitó que, con
fundamento en lo narrado, se revoque la sentencia de
primera instancia para tutelar en su favor los derechos
invocados.

V. CONSIDERACIONES DE LA SALA

6. De conformidad con lo establecido en el artículo


2.2.3.1.2.1, numeral 7º del Decreto 1069 de 2015,
modificado por el artículo 1º del Decreto 1983 de 2017, en
armonía con el artículo 32 del Decreto 2591 de 1991 y el
artículo 44 del Reglamento Interno de la Corte Suprema de
Justicia (Acuerdo 006 de diciembre 12 de 2002), es
competente esta Sala para pronunciarse sobre la

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TRIBUNAL SUPERIOR DE MEDELLÍN SALA LABORAL MAGISTRADO PONENTE
VICTOR HUGO ORJUELA GUERRERO para que allegue expediente del trámite de
apelación del proceso bajo radicado Nro. 05001233300020220044700 y TRIBUNAL
ADMINISTRATIVO DE ANTIOQUIA, radicado Nro.05001 23 33 000 2022 00447 00,
para que allegue expediente del proceso ejecutivo conexo instaurado por la abogada
MICHEL CAÑAS donde se evidencia la contestación de esta, confesando el pago de la
sentencia objeto de la litis. Así mismo en este proceso está la excepción de pago por
parte del estado.

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impugnación interpuesta contra la sentencia adoptada en


primera instancia por la Sala de Casación Laboral.

7. En el presente asunto, CLARA VICTORIA


MARTÍNEZ ARREDONDO a través de apoderada, cuestiona
la sentencia del 16 de agosto de 2023, mediante la cual la
Sala de Casación Laboral de esta Corte negó el amparo de
los derechos fundamentales.

-. Es necesario acotar que la acción de tutela es un


mecanismo de protección excepcional frente a providencias
judiciales; y su prosperidad va ligada al cumplimiento de
estrictos requisitos de procedibilidad (generales y específicos),
que implican una carga para el demandante, tanto en su
planteamiento, como en su demostración.

7.1. Los primeros se concretan a que: i) la cuestión


que se discuta resulte de evidente relevancia
constitucional; ii) se hayan agotado todos los medios –
ordinarios y extraordinarios– de defensa judicial, salvo que
se trate de evitar la consumación de un perjuicio
irremediable; iii) se cumpla el requisito de la inmediatez;
iv) cuando se trate de una irregularidad procesal, debe
quedar claro que la misma tiene un efecto decisivo o
determinante en la sentencia que se impugna y que afecta
los derechos fundamentales de la parte actora; v) el
accionante identifique de manera razonable tanto los
hechos que generaron la vulneración como los derechos
vulnerados y que hubiere alegado tal vulneración en el
proceso judicial siempre que esto hubiere sido posible y; vi)

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no se trate de sentencias de tutela.

7.2. Mientras que los específicos, implican la


demostración de, por lo menos, uno de los siguientes vicios:
i) defecto orgánico (falta de competencia del funcionario
judicial); ii) defecto procedimental absoluto (desconocer el
procedimiento legal establecido); iii) defecto fáctico (que la
decisión carezca de fundamentación probatoria); iv) defecto
material o sustantivo (aplicar normas inexistentes o
inconstitucionales); v) error inducido (que la decisión
judicial se haya adoptado con base en el engaño de un
tercero); vi) decisión sin motivación (ausencia de
fundamentos fácticos y jurídicos en la decisión); vii)
desconocimiento del precedente (apartarse de los criterios
de interpretación de los derechos definidos por la Corte
Constitucional) y viii) violación directa de la Constitución
(CC C-590/05).

7.3. Por el contrario, cuando lo único que se pretende


es insistir en puntos que ya fueron planteados ante los
jueces ordinarios, con el ánimo de que el juez de tutela
aborde nuevamente el debate, la acción resulta
improcedente.

8. Caso Concreto

8.1. Trasladadas las anteriores consideraciones al


asunto que ahora es objeto de análisis, la Corte estima que
la decisión emitida en segunda instancia por la Sala
Laboral del Tribunal Superior de Medellín es acertada, tal

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como lo concluyó el juez de tutela de primer grado; y, por


ende, se ha de confirmar por las siguientes razones:

8.2. La Sala Laboral del Tribunal convocado, para


darle solución a la controversia planteó como problema
jurídico «determinar si el ejercicio ponderativo vertido en la
providencia impugnada que libró orden de pago en contra de
JOSÉ DARÍO GUEVARA OSORIO y ELVIA DEL SOCORRO
BEDOYA, responde a los presupuestos formales que
conforman todo título ejecutivo y, por tanto, si hay lugar a
ordenar la satisfacción de las obligaciones contenidas en el
contrato por prestación de servicios profesionales de
representación judicial que fuera celebrado por las partes».

8.3. El Tribunal accionado anticipó que el sentido del


fallo sería revocar íntegramente la decisión impugnada por
lo siguiente:

8.3.1. Expuso que la carga de la prueba es un


principio de derecho procesal, encaminado a establecer a
cuál de los sujetos del proceso le concierne aportar los
elementos de convicción y sus consecuencias jurídicas que
se derivan del incumplimiento de dicha carga; que, en
criterio clásico, le corresponde a quien afirma los hechos
que fundamentan la procedencia del reconocimiento de los
derechos debatidos.

8.3.2. Adujo que quien afirma un hecho debe


probarlo, y quien lo niega, está libre de la carga de probar,
regla general que guarda concordancia con lo previsto en el

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artículo 167 del Código General del Proceso, aplicable por


remisión analógica a los juicios del «trabajo y seguridad
social» contemplados en el parágrafo 145 del Código
Procesal del Trabajo y de la Seguridad Social.

8.3.3. Respecto al asunto objeto de controversia, ubicó


como punto del disenso, la falta de exigibilidad del título
ejecutivo aportado, ante el no pago de los valores
consignados en las decisiones de primer y segundo grado
en la jurisdicción de lo contencioso administrativo.

8.3.4. Manifestó que el fin de los procesos ejecutivos


no es otro que la satisfacción de las obligaciones claras,
expresas y actualmente exigibles que consten en un acto o
documento que provenga del deudor o de su causante o
que emane de una decisión judicial o arbitral firme, y que
tales actuaciones, solo terminan por el cumplimiento o
pago total de la obligación respectiva.

8.4. Trajo a colación que los títulos ejecutivos deben


gozar de dos condiciones, formales y sustanciales:

«(…)
Las primeras, aluden a que el documento o conjunto de
documentos que dan cuenta de la existencia de la
obligación sean: (i) auténticos y (ii) emanen del deudor o de
su causante, de una sentencia de condena proferida por el
juez o tribunal de cualquier jurisdicción, o de otra
providencia judicial que tenga fuerza ejecutiva, o de
decisiones que en procesos contencioso administrativos o

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de policía aprueben liquidación de costas o señalen


honorarios de auxiliares de la justicia, o de un acto
administrativo en firme, perspectiva desde la cual hay que
considerar que el título ejecutivo puede ser singular, esto
es, estar contenido o constituido en un solo documento, o
complejo, cuando la obligación está contenida en varios
documentos.

Entre tanto, las condiciones sustanciales, apuntan a que el


título ejecutivo contenga una prestación en beneficio de una
persona, es decir, que establezca que el obligado debe
observar a favor de su acreedor una conducta de dar, de
hacer, o de no hacer, que debe ser clara, expresa y exigible.
La obligación es clara cuando no da lugar a equívocos, en
la que están identificados el deudor, el acreedor, la
naturaleza de la obligación, y los factores que la
determinan; es expresa, cuando de la redacción misma del
documento, aparece nítida y manifiesta la obligación; y es
exigible, si su cumplimiento no está sujeto a un plazo o a
una condición, o si el plazo se hubiere extinguido, y la
condición se hubiere cumplido».

8.4.1. Expuesto lo anterior, advirtió que una vez


cumplidos tales presupuestos, el juez librará mandamiento
de pago con la orden al ejecutado para que cumpla dentro
del término legal o judicialmente establecido la obligación a
su cargo conforme al artículo 430 de Código General del
Proceso.

8.4.2. Seguidamente, dilucido que sin perjuicio de los


poderes oficiosos y de control de legalidad que tiene a su

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disposición el juez que surte la ejecución y que se


consagran, entre otros, en los artículos 48 del Código
Procesal del Trabajo y de la Seguridad Social y 132 del
Código General del Proceso, los profesionales del derecho
que apoderan a las partes integrantes de la litis, deben
permanecer especialmente atentos para elevar de manera
oportuna las solicitudes que estimen procedentes en orden
a defender los intereses que le son confiados.

8.4.3. Expuesto lo anterior, advirtió que resultaba


inviable compeler a los accionados a reconocer y pagar, vía
ejecutiva, el valor de las condenas dispensadas en la
jurisdicción de lo contencioso administrativo, pues las
partes pactaron en el contrato de prestación de servicios
que el valor de los honorarios, que en últimas es lo
reclamado, y sería igual al 40% de lo recaudado, bien por
la vía administrativa o por la vía judicial; condicionamiento
que no fue acreditado, pues como fue dicho, la cuantía de
los honorarios se encuentra sujeta a “lo recaudado”.

8.4.4. Trajo a colación la definición de la Real


Academia de la Lengua Española sobre la palabra
«recaudar», en la que indicó que es el de percibir dinero; lo
que de suyo comporta la necesidad de verificar que
efectivamente ingresó al patrimonio de los ejecutados las
sumas dinerarias contenidas en las providencias judiciales
emanadas en la resolución 1533 de 2022, y no al resultado
puro y simple de las acciones que fueran impetradas, como
así aspiró la accionante.

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8.5. El Tribunal censurado concluyó que la demanda


ejecutiva resultó abiertamente extemporánea por
anticipada, al no allegar prueba de que acredite que los
convidados a juicio recibieron los dineros derivados de las
actuaciones judiciales que promovieron, con lo que se
opone a los postulados y requisitos plausibles de todo título
ejecutivo, como lo es la exigibilidad de la obligación cuya
satisfacción se pretende, y que, por lo tanto, lo adecuado
sería negar la orden de pago.

8.6. En esas condiciones, estima esta Sala, que lo


expuesto por la accionante en su escrito de tutela e
impugnación y lo reflejado en la decisión de segunda
instancia ejecutivo laboral , no materializa ninguno de los
elementos de los requisitos específicos contra decisión
judicial, toda vez que el Tribunal accionado abordó cada
uno de los temas objetos de debate dentro del proceso, y
explicó razonablemente el motivo por el cual revocaría la
decisión del Juzgado 24° Laboral del Circuito de Medellín,
dado que de los elementos de convicción aportados al
proceso, quedó claro que la orden de pago fue dictada de
manera anticipada aun cuando los demandados no tenían
en su esfera de dominio el dinero producto de la sentencia
de primera y segunda instancia proferida en el medio de
control de reparación directa.

8.7. Ahora bien, de conformidad con lo que le aqueja a


la accionante en su escrito de impugnación referente a que
no se practicaron en debida forma las pruebas solicitadas:

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«OFICIO

TRIBUNAL SUPERIOR DE MEDELLÍN SALA LABORAL


MAGISTRADO PONENTE VICTOR HUGO ORJUELA
GUERRERO para que allegue expediente de trámite de
apelación del proceso bajo radicado Nro.
05001233300020220044700.

TRIBUNAL ADMINISTRATIVO DE ANTIOQUIA, radicado Nro.


05001 23 3000 2022 00447 00, para que allegue
expediente del proceso ejecutivo conexo instaurado por la
abogada MICHEL CAÑAS donde se evidencia la
contestación de esta, confesando el pago de la sentencia
objeto de la litis».

8.7.1. Es de advertir en primer lugar, que la Sala


Laboral del Tribunal Superior de Medellín, a pesar de no
habérsele remitido oficio, sí fue vinculado al proceso, y
como contestación a las pretensiones de la demanda, allegó
respuesta el 9 de agosto de 2023, es decir, un día después
de haber sido notificado2, en la que anexó las actuaciones
procesales puestas en su conocimiento, adicionalmente
adjunto también lo referente al Tribunal Administrativo de
Antioquia radicado Nro.05001233300020220044700, en el
que se avizora el expediente del proceso ejecutivo
instaurado por Michel Cañas.

8.7.2. Frente al Tribunal Administrativo de Antioquia


y lo pretendido por la accionante en la solicitud de decretar

2
La notificación del auto de admisión se produjo el día 8 de agosto de 2023 a las
partes e intervinientes del proceso ejecutivo laboral 110010205000202301144-00.

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pruebas de oficio, esta Corporación advierte que la


jurisprudencia de la Corte Constitucional, entrega la
potestad al juez para decretar pruebas de oficio cuando las
considere útiles y conforme del contexto fáctico para
concretar el deber de hacerlo, de manera que dijo:

«En este orden de consideraciones, quedaría por analizar


qué ocurre si en abstracto la Constitución no especifica
puntual y detalladamente un deber del juez de decretar
pruebas de oficio, pero la ley le confiere a éste la facultad
de hacerlo cuando las considere útiles. En ese caso, la
jurisprudencia de la Corte ha establecido que, si bien el
deber del juez de decretar pruebas de oficio no está
enunciado puntualmente y en abstracto en la Constitución o
en la ley, en determinados casos concretos es posible
advertir que la Constitución obliga al juez a decretar esas
pruebas de oficio. La fuente específica de ese deber sería,
entonces, la fuerza normativa de los derechos
fundamentales, que en ocasiones demandan una
participación activa del juez en su defensa y protección
efectiva. De allí que, además del contexto constitucional y
legal, es necesario evaluar el contexto fáctico para concretar
el deber del juez de decretar pruebas de oficio».

-. Aunado a lo anterior, también expuso que:

«Los poderes en cabeza del juez, en aras del impulso


oficioso de los procesos, cualesquiera que sean, han venido
siendo reiterados por los diversos estatutos procesales. En
el Código de Procedimiento Civil (Decreto 1400 de 1970), se
lee que “los jueces deben adelantar los procesos por sí

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mismos y son responsables de cualquier demora que ocurra


en ellos”, al tiempo que les encomienda el deber expreso de
“dirigir el proceso, velar por su rápida solución y adoptar
las medidas conducentes para impedir la paralización y
procurar la mayor economía procesal”, así como “hacer
efectiva la igualdad de las partes en el proceso, usando los
poderes que este código le otorga”. Más específicamente,
dispone que el juez puede decretar pruebas de oficio
cuando “las considere útiles para la verificación de los
hechos relacionados con las alegaciones de las partes”. En
la misma dirección, el Código Contencioso Administrativo
(Decreto 01 de 1984) señala que “en cualquiera de las
instancias el ponente podrá decretar de oficio las pruebas
que considere necesarias para el esclarecimiento de la
verdad”. Incluso, “en la oportunidad procesal de decidir, la
Sala, Sección o Subsección también podrá disponer que se
practiquen las pruebas necesarias para esclarecer puntos
oscuros o dudosos de la contienda».

9. Por último, la promotora del amparo expuso en su


escrito de impugnación que el despacho podía decretar de
oficio una solicitud a la Dirección Ejecutiva de
Administración de Justicia con el fin de que informe a la
fecha de pago efectivo de la sentencia administrativa de
reparación directa del 24 de octubre de 2012 y confirmada
por el Consejo de Estado el 24 de mayo de 2017, sin
embargo, esta Sala se sustrae de hacer pronunciamiento
alguno sobre lo manifestado por la accionante, dado que no
fue una solicitud que se haya realizado en el escrito inicial
de la tutela, por consiguiente, no se puso en conocimiento
a la homóloga laboral para pronunciarse al respecto, al ser

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un hecho novedoso, en esta sede de segunda instancia, el


juez constitucional vedado para referirse sobre ese tópico.

10. Bajo esa línea de pensamiento, es dable aseverar


que la acción de tutela lejos está de poder ser aceptada
cuando se edifica sobre vías de hecho inexistentes y cuando
lo evidente es que la discrepancia de la accionante tiene
origen, única y exclusivamente, en la conclusión a la que se
arribó por parte de la autoridad demandada frente a su
pretensión, lo cual en esta sede constitucional no tiene
posibilidades de prosperar, ya que con ello, se insiste, no se
cumple con los presupuestos establecidos para procedencia
de la tutela, máxime cuando en este trámite no es posible
adentrarse a efectuar una nueva valoración sobre el asunto
censurado, como si este mecanismo fuera el escenario
natural para intentar imponer un criterio particular ( Corte
Constitucional -SU.132/02-).

11. En resumidas cuentas, al no aparecer acreditada


una actuación arbitraria por parte de la autoridad judicial
accionada así como tampoco la configuración de los
elementos de los requisitos específicos, no es posible
acceder a la protección reclamada, habida cuenta que el
trámite acusado no denota proceder ilegítimo que le
permita actuar al mecanismo de protección escogido, como
que lo resuelto por aquélla obedeció a una labor reglada en
la normativa (Decreto 2591 de 1999), por regla general, no
puede inmiscuirse el juez de tutela, dado que tiene
raigambre constitucional (arts. 228 y 230 de la C.P.), salvo que
se aprecie, como se acotó, la materialización de una

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inequívoca vía de hecho que, por sus connotaciones y


consecuencias, es de suyo excepcional.

12. Sin más consideraciones, el fallo de primera


instancia será confirmado.

Por lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia, Sala de


Casación Penal – en Sala de Decisión de Acciones de Tutela
N° 1, administrando justicia, en nombre de la República y
por autoridad de la Ley,

VI. RESUELVE

1. CONFIRMAR el fallo de tutela impugnado,


conforme se indicó en el presente proveído.

2 NOTIFICAR a los sujetos procesales el presente


fallo, por el medio más expedito.

3. ENVÍESE la actuación a la Corte Constitucional


para su eventual revisión, dentro del término indicado en el
artículo 31 del Decreto 2591 de 1991.

NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE

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JORGE HERNÁN DÍAZ SOTO

CARLOS ROBERTO SOLÓRZANO GARAVITO

NUBIA YOLANDA NOVA GARCÍA

Secretaria

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