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Oh Dios, otorga tu justicia al rey, tu rectitud al príncipe heredero.

Así juzgará con rectitud a tu


pueblo y hará justicia a tus pobres.

(Salmo 72:1-2)

Oramos, para que nuestros gobernantes tengan un buen sentido de justicia, que gobiernen con
rectitud y que tengan compasión para con todos los necesitados.

Ustedes, los reyes, sean prudentes; déjense enseñar, gobernantes de la tierra. Sirvan al Señor con
temor; con temblor ríndanle alabanza.

(Salmo 2:10-11)

Oramos por la salvación de nuestros gobernantes, que ellos busquen a DIOS de corazón y sean
transformados por su amor y poder. Que Dios coloque en ellos temor y un deseo inmenso de
aprender a gobernar con prudencia.

Sin dirección, la nación fracasa; el éxito depende de los muchos consejeros.

(Proverbios 11:14)

Oramos por la necesidad de una buena dirección, gente que desee nuestro bienestar. Pedimos
que nuestro gobierno busque la dirección que hay en ti y en tu Palabra.

Que personas cristianas aconsejen al gobierno con sentido de amor y justicia para que nuestro
territorio pueda crecer con estabilidad y todos podamos vivir en paz.

Él cambia los tiempos y las épocas, pone y depone reyes. A los sabios da sabiduría, y a los
inteligentes, discernimiento.

(Daniel 2:21)

Oramos para que las personas que Dios permita llegar al gobierno reconozcan que hay un DIOS y
reciban de su mano la sabiduría, la inteligencia y el discernimiento que necesitan para dirigirnos
bien.
Además, busquen el bienestar de la ciudad adonde los he deportado, y pidan al Señor por ella,
porque el bienestar de ustedes depende del bienestar de la ciudad.

(Jeremías 29:7)

Oramos para que tanto nuestros gobernantes, líderes y cada uno de los comuneros busquemos el
bienestar de nuestro territorio. Para construir juntos un mejor territorio, un mejor departamento
y un mejor país en el que podamos vivir tranquilos.

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