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Cristóbal Colón dirigió una expedición de tres barcos desde España en 1492 por mandato de los Reyes Católicos con el objetivo de encontrar una nueva ruta comercial a la India. Después de más de dos meses de navegación, la expedición llegó a una isla en el continente americano, creyendo que habían llegado a la India. Este viaje marcó el descubrimiento de América para Europa y tuvo consecuencias profundas e irreversibles al conectar dos mundos que habían evolucionado independientemente.
Cristóbal Colón dirigió una expedición de tres barcos desde España en 1492 por mandato de los Reyes Católicos con el objetivo de encontrar una nueva ruta comercial a la India. Después de más de dos meses de navegación, la expedición llegó a una isla en el continente americano, creyendo que habían llegado a la India. Este viaje marcó el descubrimiento de América para Europa y tuvo consecuencias profundas e irreversibles al conectar dos mundos que habían evolucionado independientemente.
Cristóbal Colón dirigió una expedición de tres barcos desde España en 1492 por mandato de los Reyes Católicos con el objetivo de encontrar una nueva ruta comercial a la India. Después de más de dos meses de navegación, la expedición llegó a una isla en el continente americano, creyendo que habían llegado a la India. Este viaje marcó el descubrimiento de América para Europa y tuvo consecuencias profundas e irreversibles al conectar dos mundos que habían evolucionado independientemente.
Descubrimiento de América es la denominación que recibe el acontecimiento
histórico por el que se dio a conocer lo acaecido el 12 de octubre de 1492, consistente en la llegada a América de una expedición proveniente de Castilla, en la península ibérica, dirigida por Cristóbal Colón por mandato de los Reyes Católicos, Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón. Colón había partido del Puerto de Palos dos meses y nueve días antes y, tras cruzar el océano Atlántico, llegó a una isla del continente americano, Guanahani, creyendo que había llegado a la India. Este hecho es uno de los momentos fundamentales de la historia universal y representa un «descubrimiento» para las personas que vivían en Afroeurasia de culturas, civilizaciones, escrituras, idiomas, tecnologías, productos, cultivos, ganados, ciudades, riquezas, fauna y flora, buena tierra, condiciones climáticas favorables al europeo y no europeo, y de una población con una cosmología de relaciones de poder muy distintas; así como el llamado «encuentro de dos mundos» que habían evolucionado independientemente desde el poblamiento de América. Ellos no lo sabían, pero su viaje cambiaría el rumbo de la historia de manera irreversible. El que había de ser uno de los viajes más trascendentales de la historia empezó a tomar forma el 22 de mayo de 1492, cuando llegó al puesto de Palos de la Frontera, en Huelva, una carta de los Reyes Católicos en la que se le ordenaba a la municipalidad contribuir con dos embarcaciones a la expedición. Aunque no fue fácil armar los barcos y reclutar a la tripulación, Colón pudo echarse finalmente a la mar el 3 de agosto al frente de tres naves, la Santa María, la Pinta y la Niña. Tres naves cargadas de provisiones, marineros y esperanzas de encontrar una nueva ruta comercial que cruzara el Atlántico. La primera, la capitana, era una nao, mientras que las otras dos eran carabelas. Las naos eran barcos de tres mástiles y velas cuadradas, de tradición atlántica; pesadas y robustas, resultaban muy aptas para navegaciones largas. Por su parte, las carabelas eran más ligeras y maniobrables, tenían dos o tres palos que se solían aparejar con velas latinas.