Está en la página 1de 2

LA CICATRIZ DE MI

INFANCIA QUE
ACOMPAÑA MIS DÌAS
¡Como si fuera ayer!, aún recuerdo las anécdotas que viví en la niñez, cicatrices que
marcaron mi infancia, unas que veo yo, porque solo se sienten en el alma y otras
que se quedaron marcadas en mi piel, cuando me preguntan por aquella cicatriz que
esta en medio de mis labios, solo agacho la mirada y sonrió, porque me hacen
volver a recordar el motivo de aquella marca. Mi madre siempre me decía que desde
antes de nacer siempre era como un pececito que no dejaba de nadar, me
comparaba con ese animalito, porque siempre me movía locamente dentro de su
vientre y no la dejaba descansar, desde ese momento supo que sería traviesa.
¡Pues que razón tuvo mi madre!, porque yo fui realmente una niña que nunca tenía
tranquilidad, siempre estaba de allá para acá , brincando , corriendo o molestando a
los demás , cuando mi mamá se ponía a quemar la basura , recuerdo que siempre
agarraba una prenda mía ,la metía a la candela y con una rama que encontraba por
ahí, iba moviendo la ropa para que no quedara nada , por eso contantemente
recibía mis nalgadas , me tenían que amarrar a la columna de en medio de la casa
para que no me escapara donde mi prima que vivía al costado de mi casa, porque
siempre que iba una travesura hacía , como una vez , que le rompí todos los huevos
que habían en la tienda de mi tía .
Recuerdo yo ,que ,como mi madre ya no me dejaba salir , me ponía a jugar con las
sillas de madera que habían en mi casa, las formaba en forma circular y me ponía a
saltar en cada una de ellas , era feliz mientras iba brincando , me gustaba cerrar lo
ojos porque imaginaba que estaba volando por el cielo , según yo pensaba que tenia
calculado que al caer , siempre, seria a la silla que le seguía , pero no se como paso
que resbale y caí al filo del asiento , abrí los ojos , veía mucha sangre que salía de
mi cara pero no sabía en que parte era , tampoco me atrevía a descubrirlo , la cara
de felicidad que tenia se torno a llanto , desesperación y tristeza y entre gritos decía
¡ Ayyy mi sangre! ¡Mamá mi sangre se sale!, de tanto gritar mi madre viene
corriendo a mi llamado, pude ver su preocupación y al mismo tiempo su enojo, pero
siempre guardando la calma. Ella me tomo en sus brazos y me llevo a la posta de mi
localidad , ahí es donde supe que me había partido el labio en dos y que el corte era
profundo , me dijeron que me tenían que coser y comencé a llorar y gritar de dolor,
desde ese momento llevo mi cicatriz que me recuerda ese momento de mi infancia y
como ese día el doctor desde que me atendió hasta que termino de cocerme no
deje de gritarle a mi mamá por el descuido que hizo , pero en realidad no fue
descuido , si no yo que era muy inquieta y traviesa…

También podría gustarte