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INTRODUCCIÓN
Muchas veces en nuestra vida nos encontramos luchando contra “algo” que detiene la vida
abundante que hemos recibido de Dios a través de Sus promesas en Su palabra. La noticia es que
no estamos solas, todas las personas alrededor del mundo pasamos por lo mismo en algún
momento de la vida. El problema, algunas veces, es que nosotras mismas nos saboteamos,
dañamos, hasta nuestras mejores intenciones tratando de superar una dificultad por nuestra
propia fuerza, la solución es que necesitamos incluir a Dios en esa lucha, sólo Él puede
fortalecernos y ayudarnos a salir. Veamos algunos aspectos que nos pueden ayudar a vencer
dificultades.
Hay otra manera, a considerar, para vencer las dificultades de la vida, niégate a escuchar a la
gente pesimista, aquellas personas que en ningún momento pueden darte ánimo para vencer
algo, sino que, al contrario, quieren destruir el buen ánimo que tú puedas tener. David, el pastor
de ovejas estaba rodeado de gente pesimista, ellos eran pesimistas porque no podían verse a sí
mismos y encontrar una manera de vencer a Goliat, por lo tanto, no podían responder a sus
dificultades con confianza. ¿Cómo actúan las personas pesimistas para impedirnos vencer
nuestras dificultades?
En esta historia podemos ver que hasta el mismo rey Saúl actuó con pesimismo, “No podrás tú ir
contra aquel filisteo…” 1ª. Samuel 17:33; David se dio cuenta de que, si quería vencer a
Goliat, no debía escuchar las opiniones de los pesimistas, en lugar de eso, David formó su propia
opinión después de escuchar a su oponente; “¿quién es este filisteo incircunciso, para que
provoque a los escuadrones del Dios viviente?” 1ª. Samuel 17:26b. Todas las personas que
intentaron convencer a David de no pelear con Goliat, podrían tener razón, lo único es que no
contaban con la presencia de Dios en la vida de David.
CONCLUSIÓN
Tratar de vencer nuestras dificultades, puede parecer cuesta arriba, pero no imposible en Dios,
nosotras también podemos parecer débiles o frágiles, pero en el Nombre de Jehová de los
Ejércitos somos fuertes y poderosas, y mientras más nuestro espíritu y todo nuestro ser, se
esfuerza por querer agradarlo y parecernos más a Jesús, obtenemos el poder para enfrentar
cualquier dificultad que tengamos. En Él somos más que vencedoras.
ORACIÓN.
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