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I DOMINGO DE ADVIENTO A

Is 2,1-5; Sal 121,1b-2.4-9; Rom 13,11-14a; Mt 24,37-44

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -La venida del Hijo del hombre puede compararse a lo
que sucedió en tiempos de Noé. Porque en los días anteriores al diluvio y hasta el momento en
que Noé entró en el arca, la gente no dejó de comer, beberse y de casarse. Nadie llegó a sospechar
nada hasta que el diluvio los barrió a todos. Lo mismo será cuando venga el Hijo del hombre. Dos
hombres estarán trabajando en el campo; a uno se lo llevarán y dejarán al otro. Dos mujeres
estarán moliendo: a una ser la llevarán y dejarán a la otra. Estén, pues, vigilantes, ya que no saben
en qué día vendrá el Señor. Piensen que si el amo de la casa supiera a qué hora va a llegar el
ladrón, vigilaría para impedir que le perforen la casa. Así pues, estén también ustedes preparados,
porque cuando menos lo piensen, vendrá el Hijo del hombre. Palabra del Señor, Gloria a ti Señor
Jesús.

Hoy es un día especial, es un domingo importante pues comenzamos un nuevo año litúrgico.
Estamos arrancando un nuevo ciclo, un nuevo año litúrgico. Quiero moverte a sentir desde lo
profundo de tu corazón la oportunidad de planear tu adviento, de dar testimonio de tu ser
cristiano en esta próxima navidad, y dejar claro que la Navidad no es una temporada sino un
acontecimiento, la celebración del Nacimiento de Cristo.

Quiero invitarte a propósito de iniciar estas fechas con una consciencia más clara de lo que es la
Navidad.

Una primera actitud es estar alerta, atento, vigilante, esto significa: abrir tu corazón a esta época
singular y prepararte a la fiesta del nacimiento del Niño Dios. Comprender que cada vez más nos
enfrentaremos a una censura silenciosa, y muchas veces más muy evidente de no permitirnos
profesar nuestra fe católica. Conviene que este adviento sea bastante diferente, que demos
testimonio convincente de que la Navidad no es una temporada sino una espera de una persona
tan especial: la llegada de Jesús el Hijo de Dios hecho hombre.

Hace unos años me llego a mi cel una foto a modo de postal diciendo: felices fiestas decembrinas y
la imagen de la empresa donde labora un amigo mío de años. Veo la imagen y la frase, le contesto:
“¿tu diseñaste la imagen?” o ¿te la pasaron para difundirla a tus contactos?, seguido del siguiente
texto: Porque si tu la diseñaste se te olvido decir feliz Navidad que el niño Dios nazca en tu
corazón. Esto lo hice porque fue un chavo de grupos parroquiales, casado por la iglesia, y miembro
de un coro.

Quiero proponerme el vivir un adviento realizando signos que den testimonio de que soy
creyente, no sólo en una temporada sino de alguien que es mi Dios y Señor. Proclamar con mi vida
y pensamiento, con sentimiento y convicción, que creo en un Dios que ha deseado hacerse
pequeño y cercano, tierno y bondadoso para no amedrentar ningún corazón humano.

Por lo tanto, quiero enunciar algunas acciones para mostrar nuestra Fe:

- Colocar nuestro nacimiento en nuestras cocheras


- Colocar la frase: “La Navidad es Cristo que llega”
- Dialogar sobre la libertad de la expresión religiosa
- Estudiar y profundizar sobre este tema en familia
- Preparar mi alma y mi hogar para esta próxima Navidad: el Nacimiento de Cristo
- Ser agente de paz, que se nutre de Cristo Príncipe de Paz.

En el adviento estamos llamados a crecer en la Esperanza, de forma activa, espero con acciones la
llegada de Cristo. Adviento y estar alerta es lo mismo, ánimo iniciemos un nuevo año litúrgico con
perseverancia y con gran confianza de que no sólo “algo bueno” va a pasar sino “alguien muy
Bueno” vendrá a mi vida: El niño Dios, Jesucristo Verdadero Dios y Verdadero Hombre.

Te invito a recorrer un camino a partir de ya, te invito a que veas tu corazón como ese nuevo
pesebre para el niño Dios, tu corazón será un nuevo pesebre donde se recueste el niño Dios. Y a
realizar alguna de las actividades que ya te mencioné. Dios bendiga tu vida.

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