Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Lo primero que la gente ve al pasar por el cuadro, son largos campos que contienen en
sus tierras una gran variedad de semillas, donde un solo trabajador puede estar un día
entero sin importar el clima y haciendo longevas hileras de agua, para tan sólo poder
regar esa necesaria vegetación, que pronto se convertirían en el sustento de innumerables
familias.
Su clima temporal y desordenado, destaca por la simple razón, de que algunas veces puede
tener un hermoso día soleado, al día siguiente aparece la lluvia o un frio que puede
traspasar hasta los más mínimos huesos, siendo un clima templado que es una característica
de la región de O’Higgins.
Además, se puede decir que, en esta comuna, es muy fácil encontrar algún sector, pues su
gente conoce los grandes tesoros, enmarcados por lugares de nombres
muy simpáticos y originales, como: el
Almendral, Lima, La mina, Auquinco, las
Alamedas y así nombres que decoraron este
hermoso territorio de nuestra zona
colchagüina.
Con tres familias que destacan en esa comuna por sus cualidades y en lo que se dedican, los
grandes fundos casi del tamaño de un estadio o aún más grandes donde hasta un avión con
fallas podría hacer un aterrizaje de emergencia.
Pero aquí, aparece Martina, una niña de 9 años, tan especial como el pueblo que describí
en líneas anteriores, que vive o mejor dicho vivía en la ciudad de
Santiago. Quien en sueños pensaría visitar Chépica… Pero su abuelo, con quien gozaba de
largas conversas, sí pudo tener este privilegio de ser parte de esta comunidad.
_ Pero abuelo, le decía una y otra vez la niña,_ tanto que me hablas de ese lugar
¿por qué nunca me has llevado? su abuelo que iba a seguir hablando, se volteó y
confundido le dijo: - No es el momento… algún día , tal vez…El anciano, presentía que
antes de partir de este mundo, debía mostrarle aquel lugar, pero una grave enfermedad lo
limitaba a trasladarse. Pues un grave accidente le arrebató sus piernas. Sucedió cuando salía
del trabajo al día siguiente
que naciera su apreciada nieta, Razón por la cual, él pudo
darse ánimo para seguir viviendo…cuando su hija, la madre
de Martina estaba hospitalizada y su padre en la salita del
frente, grave tras lo ocurrido, pero muy consiente que su
única nieta ya había nacido y ansioso de saber de ella…
porque en ese momento era lo único que importaba, y así es
como martina se convirtió en su luz.
-El anciano en sus pensamientos, no sintió tanta tristeza como la que le inunda ahora en
su corazón… y mientras miraba a Marty una lenta y gran lágrima bajó por sus mejillas.
Al tiempo el anciano se agravó, de una extraña y complicada enfermedad, que los latidos
de su corazón cada vez eran más lentos, algunos dicen que nunca se puede diagnosticar
aquello; pero sí, las ancianas más sabias, murmuran que es la enfermedad de la melancolía,
o de tristeza.
Por otra parte, su nieta ya tenía la edad de 13 años, sabía que su abuelo por su avanzada
edad no sería capaz de resistir la intervención de algún médico.
El anciano quiso solo pedir un deseo antes de aquel momento, el poder mostrarle el lugar
más perfecto, del cual, él vivió toda su infancia, “Chépica”, y como ya es sabido es un
lugar muy especial y maravilloso.
Para Martina era algo grandioso que le podría pasar, ese lugar tan anhelado por ella y del
que tanto la había nutrido su abuelo, en sus largos relatos de historias.
Mas adelante unos minutos más, pasando por un pueblito, un hermoso árbol de naranjos
iluminado por su color plata de peltre, decoraba el hermoso pueblo de Nancagua. _ ¡Que
maravilloso! Decía Martina, esto ha de ser nuevo, espera a lo que veras al acercarse a ese
cerrito, respondía el anciano; que es eso blanco que se ve aparecer en el cerro y entre las
ramas de estos sombríos árboles, es la virgen de Puquillay, No imaginas la cantidad de
personas que cada 8 de diciembre, suelen visitar este santo lugar- continuó el anciano…
¡Dime más!,
continuó insistiendo la niña.
Muy pronto llegaron a Chépica, allí en medio de una placita que decoraba el pueblo,
palomas pasear y con su peculiar sonido,
Martina estaba asombrada con el paisaje que allí rodeaba
este entorno, sus fachadas y casas parecidas a un estilo
colonial.
COMUNA: Chépica