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Mis deberes para el 8.12.

2022
Un trauma por el que pasé en mi vida:
Estaba embarazada de mi primer hijo e iba al hospital para una tomografía
computarizada para poder ver a mi bebé por primera vez a los 4.5 meses.
Había otras mujeres en la sala de espera. Cuando llegó mi turno, entré y el técnico
que estaba monitoreando el escáner dijo que no podía ver a un bebé. Había un
círculo redondo que estaba nublado y no podíamos ver a un bebé en mi vientre. Así
que llamó al cirujano y el cirujano que entró me miró y me dijo que tenía la
sensación de que el bebé había muerto y que tendría que hacer una operación al
día siguiente. Había estado experimentando algo de dolor antes de la tomografía
durante unos días, pero no pensé que fuera algo de qué preocuparse.
Al día siguiente tuve la operación para extraer al bebé. Los días posteriores a la
operación fueron emocionalmente muy duros. Lloraba todos los días, estaba
deprimida y me preguntaba '¿por qué yo?'. Todas las otras mujeres que estaban
esperando vieron a su bebé en sus vientres. ¿Por qué murió el mío? Durante años
estuve tratando desesperadamente de quedar embarazada, pero no estaba
funcionando. Finalmente, cuando cumplí 40 años, decidí que dejaría de llorar por
algo que no puedo tener sino darme la vuelta y mirar todas las bendiciones que
tuve. A partir de este periodo, mi vida cambió y volví a ser feliz. Mis amigos me
hicieron la madrina de sus hijos. Ahora tengo un total de seis ahijados. Por
supuesto quería a mi propio hijo, pero también acepto el hecho de que no estaba mi
destino a tenerlo. Me encantan los niños y disfruto de los hijos de mis vecinos y
amigos.
He llegado a comprender que la vida no siempre me da lo que quiero, sino que
puede ser lo que es bueno para mí. Quién sabe qué tipo de madre habría sido. Me
criaron estrictamente. Puede ser que hubiera sido una madre estricta y le hubiera
hecho pasar un mal rato a mi hijo. ¡Quién sabe! En cualquier caso, así es como
resultó y siento que cualquier dolor que sufrí, solo puedo decir que me ha enseñado
a ser más comprensivo y compasivo con otros que pasan por la misma experiencia
de dolor y pérdida. Puedo imaginar que aprendemos y crecemos más como seres
humanos del dolor y el sufrimiento que de pasar una vida lleno de buenos y felices
momentos.

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