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© Editorial Tébar Flores. Prohibida la reproducción sin la autorización expresa de la editorial.

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MANUAL DE
CRIMINALÍSTICA
Y CRIMINOLOGÍA

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MANUAL DE
CRIMINALÍSTICA
Y CRIMINOLOGÍA
Anna Barbaro (coordinadora)
Worldwide Association
of Women Forensic Experts (WAWFE)

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Datos de catalogación bibliográfica:

EDITORIAL TÉBAR FLORES, S.L., Madrid, año 2020

MANUAL DE CRIMINALÍSTICA Y CRIMINOLOGÍA


Anna Barbaro (coordinadora)
Worldwide Association of Women Forensic Experts (WAWFE)
eISBN: 978-84-7360-761-2
Materias: JKVF1. Ciencia forense. JKV. Delito y criminología.
Formato: 165 × 240 mm
Páginas: 976

www.tebarflores.com
Todos los derechos reservados. Queda prohibida, salvo excepción prevista en la Ley, cualquier
forma de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación de esta obra sin
contar con la autorización expresa de Editorial Tébar Flores. La infracción de estos derechos
puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (arts. 270 y siguientes del Código
Penal).

MANUAL DE CRIMINALÍSTICA Y CRIMINOLOGÍA


Anna Barbaro (coordinadora)
Worldwide Association of Women Forensic Experts (WAWFE)

© 2020 Editorial Tébar Flores, S.L.


C/ Matilde Hernández, 34
28019 Madrid (España)
Tel.: 91 550 02 60
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ÍNDICE

Parte l: Criminalística ......................................................... 9

1. Análisis de patrones de manchas de sangre ....................................................... 11


2. Análisis forense de la escritura ........................................................................... 51
3. Balística forense .................................................................................................. 91
4. Balística forense y trazas instrumentales: La cartuchería ................................... 149
5. Balística forense y trazas instrumentales: Residuos de disparo .......................... 175
6. Biología forense: Evidencia traza en el ámbito forense ....................................... 199
7. Botánica forense ................................................................................................. 235
8. Criminalística en el siniestro vial ......................................................................... 265
9. Las investigaciones dactiloscópicas .................................................................... 279
10. Entomología forense ........................................................................................... 303
11. Escena del crimen ............................................................................................... 331
12. Escena del crimen subacuática ........................................................................... 355
13. Fotografía forense ............................................................................................... 387
14. Genética forense ................................................................................................. 407
15. Genética forense animal ...................................................................................... 449
16. Informática forense ............................................................................................. 467
17. Odontología forense ............................................................................................ 481
18. Química forense .................................................................................................. 523

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19. Queiloscopia y la identificación humana.............................................................. 567
20. Reconstrucción virtual de casos criminales ........................................................ 593
21. Veterinaria forense............................................................................................... 613

Parte ll: Criminología.......................................................... 649

22. Análisis y prevención de la siniestralidad vial ..................................................... 651


23. Casos en serie: Patrones de comportamiento .................................................... 679
24. La criminología como prevención de la narrativa terrorista ................................ 695
25. La huella no verbal del crimen ............................................................................ 713
26. Técnicas de investigación en ciencias sociales y jurídicas .................................. 769
27. Terrorismo de etiología yihadista: Análisis y prevención ..................................... 829

Apéndice ........................................................................ 859

28. La privacidad y la protección de datos personales ............................................. 861

Bibliografía ...................................................................... 879

Sobre los autores .............................................................. 961

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PARTE I

CRIMINALÍSTICA

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1
ANÁLISIS DE PATRONES
DE MANCHAS DE SANGRE
Federico Ariel Villanueva Lescano
Licenciado en Criminalística
Profesor CAEEP (Centro de Altos Estudios en Especialidades Policiales). Argentina
Maira López
Licenciada en Criminalística
Ministerio de Educación de la Provincia de Santa Cruz. Argentina
Franco Mansilla Paccot
Licenciado Oficial Principal de la División Gabinete Criminalístico Río Gallegos
Policía de Santa Cruz. Argentina

INTRODUCCIÓN AL ANÁLISIS DE PATRONES DE MANCHAS DE SANGRE: SU


IMPORTANCIA PARA LA RECONSTRUCCIÓN DE LA SECUENCIA FÁCTICA DEL
SUCESO
A través de los años el estudio de manchas de sangre en la escena del crimen ha dejado
de ser única y exclusivamente sinónimo de análisis de ADN (ácido desoxirribonucleico),
con el único fin de dar con la identidad de un individuo mediante su perfil genético. De-
jando de lado estos análisis bioquímicos de ADN, nos adentraremos a la investigación del
comportamiento de la sangre al momento de ser desalojada del cuerpo o superficie que
la contenía.
Para comenzar te preguntaremos: ¿cuántas veces observaron en un escenario criminal a
expertos en análisis de patrones de manchas de sangre trabajando in situ? ¿Creen que es
frecuente ver sangre en las escenas del crimen?
Si la respuesta a la primera pregunta es pocas veces y muchas a la segunda, ¿cómo se
podrá llegar al fin que se persigue en la criminalística que es descubrir explicar y probar
el hecho que se investiga? Pero no te alarmes, llegaste a este capítulo, cuya finalidad es
brindar las herramientas y los conocimientos teóricos sobre patrones de sangre. Las man-

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12 Manual de Criminalística y Criminología

chas de sangre encontradas en el lugar de los hechos abarcan toda la gama de su origen,
pero de ti depende la realización experimental y la reproducción de los patrones, para así
poder entender el porqué de la geometría, forma y disposición de las gotas de sangre,
siendo esta la mejor manera de lograr respaldar las investigaciones.
Un analista de patrones de manchas de sangre busca definir qué causó las manchas de
sangre en la escena. Al perseguir este fin, los analistas no pueden evitar reconstruir la
secuencia fáctica del hecho criminal. Esto se debe a que la sangre, al comportarse como
un fluido responde a ciertas propiedades físicas (desarrollado más adelante), que estarán
relacionadas por ejemplo con la morfología de la gota. Y que, como todo testigo mudo
hallado en el lugar debe ser debidamente documentado y detallado, ya que si se aplican
conocimientos en geometría y física, estos nos aportarán elementos que permitirán es-
clarecer el delito y su mecánica.
La importancia del análisis de patrones de manchas de sangre en un escenario criminal
radica en la posibilidad de conocer:
• El origen desde donde se vertió la sangre;
• La trayectoria y velocidad de impacto;
• El tipo de patrón hemático;
• La posición de víctima y victimario al momento del ataque, como así también de
objetos;
• El desplazamiento o movimientos realizados en el sitio del suceso, en ciertos
casos;
• Confirmar o refutar las declaraciones de los testigos;
• El número de golpes o impactos;
• Los objetos o el arma empleada, debido a la velocidad de impacto de la gota;
• Los intentos de alterar la escena.
Sin más preámbulos pasaremos a explicar los conceptos más importantes que serán
fundamentos incuestionables en el análisis de patrones hemáticos.

DEFINICIÓN: ANÁLISIS, PATRÓN, MANCHAS Y SANGRE


En primer término creemos que para comprender el análisis de patrones de manchas de
sangre debemos desglosar aquellos puntos más significativos para lograr definir de ma-
nera universal y específica de este área de la Criminalística.
Por un lado diremos que entendemos por análisis todo aquel estudio minucioso que se
practica sobre un elemento para conocer sus partes, con la única finalidad de inspeccio-
nar y descubrir individualmente cada uno de sus componentes o sus causas. Estos estu-
dios se realizarán sobre los rastros para percibir las formas, localización y distribución de
los mismos para así interpretar el objeto que le dio origen.

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Tema 1: Análisis de patrones de manchas de sangre 13

Posteriormente cuando nos referiremos a patrones, haremos alusión al modelo que sirve
de muestra para ser comparado sobre su igual, es decir, que existen determinados pa-
rámetros conocidos que son asociados al mecanismo que los creó que nos permitirán
clasificar a los patrones hemáticos en manchas activas, pasivas, o por transferencia. Esto
permite crear el vínculo para la identificación del patrón conocido que será comparado con
las trazas resultantes objeto de la investigación.
Generalmente al nombrar manchas, nos referimos a cuando una parte de una cosa o
cuerpo ajeno ensucia una superficie, destacándose una modificación de la zona por te-
ner un color o aspecto diferente al resto. En este caso, la sangre se impregna o queda
depositada sobre las diversas superficies que la pueden contener (azulejo, vestimentas o
pared, entre otras).
Por último, nos centraremos en la sustancia en cuestión por la que aquí se escribe todo un
capítulo. Se entiende por sangre al líquido, generalmente de color rojo, que circula por las
arterias y venas del cuerpo, que se compone de una parte líquida o plasma, y de células
en suspensión, que su función es distribuir oxígeno, nutrientes y otras sustancias a las
células del organismo y recoger de estas los productos de desecho.
Criminalísticamente hablando, la sangre estará presente en todos los hechos violentos,
por lo que su estudio nos proporcionará información única y científica sobre los actos
ocurridos e individuos involucrados en las acciones punibles.
Por lo anteriormente expuesto podemos decir que el análisis de patrones de manchas de
sangre es el estudio integral del agrupamiento de sangre depositada sobre el cuerpo o
elementos lindantes de la escena, que por las características morfológicas, su localización
y distribución nos proporcionarán una interpretación de los acontecimientos que dieron
lugar a su origen.

COMPOSICIÓN QUÍMICA: PLASMA Y CÉLULAS SANGUÍNEAS (GLÓBULOS


ROJOS, GLÓBULOS BLANCOS Y PLAQUETAS)
La sangre es un compuesto heterogéneo que posee un color rojo característico que cir-
cula por los vasos sanguíneos del sistema circulatorio, constituido por una fase líquida
denominada plasma en el que se encuentran en suspensión las células sanguíneas (ele-
mentos figurados).
El plasma es un líquido amarillento más denso que el agua que representa aproximada-
mente el 55 % de la sangre, en el que se encuentran presentes elementos tales como
agua o diversas sustancias orgánicas e inorgánicas.
Por un lado el agua representa aproximadamente el 92 % del contenido del plasma per-
mitiendo así el transporte de sustancias en el organismo, un 1 % a otros solutos como
electrolitos, nutrientes y productos de desechos orgánicos, mientras que el 7 % restante
pertenece a las proteínas plasmáticas.

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14 Manual de Criminalística y Criminología

Nos centraremos en estas últimas, las proteínas plasmáticas, en la que podemos diferen-
ciar tres grandes grupos, que son: las albúminas, las globulinas y el fibrinógeno.
Las albúminas son las proteínas más abundantes (60 %) y actúan como transportadoras
de lípidos y hormonas, teniendo como responsabilidad el balance osmótico, es decir,
regulando la distribución de agua entre el plasma y los líquidos tisulares a través de las
membranas celulares. Las globulinas por su parte se encuentran presentes en menor
medida (35 %), y además de transportar lípidos y vitaminas liposolubles en la sangre
se encarga de generar anticuerpos (inmunoglobulinas) fundamentales en la defensa del
organismo. Por su parte el fibrinógeno, presente en un 4 %, es un importante factor en
la coagulación de la sangre, debido a que cuando existe una lesión esta proteína ayudará
a detener la hemorragia formando y solidificando el coágulo de sangre. Es por ello que,
cuando la sangre se derrama fuera del organismo en los 3-5 primeros minutos, el fibri-
nógeno comienza a tomar una consistencia sólida (coagula) y luego de un determinado
tiempo, se observa un líquido sobrenadante denominado suero, el cual posee similar
composición que el plasma, pero carece de fibrinógeno y otros factores que favorecen a
la coagulación.
El biólogo forense Lovatón (2016) afirma que “un volumen de 500 ml de sangre coagula
aproximadamente entre 15 a 20 minutos, después de producirse el derramamiento de la
misma fuera del cuerpo” (pp. 97-98).
El 1 % de las proteínas restantes representa otras proteínas reguladoras en el proceso de
coagulación, enzimas y hormonas, de las cuales no se hablará ya que se encuentran en
una mínima porción.
Por otra parte, en la fracción celular, representada por el 45 % de la sangre, se pueden
diferenciar los siguientes elementos figurados:
Glóbulos rojos, hematíes o eritrocitos: son las células más abundantes de la sangre.
Entre sus componentes se encuentra la hemoglobina,la que le confiere ese color tan
característico y que a su vez permite transportar el oxígeno a los tejidos corporales e
intercambiarlo por dióxido de carbono desde los pulmones para su eliminación.
Glóbulos blancos o leucocitos: componente celular presente en menor medida que los
glóbulos rojos. Debido a que forman parte del sistema inmunológico del cuerpo, su núme-
ro aumenta en caso de infección con la finalidad de combatir las enfermedades.
Plaquetas: son las células sanguíneas más pequeñas que intervienen en la formación de
coágulos y en la reparación de vasos ayudando a cicatrizar las heridas, debido a que se
aglutinan en dicho sector formando un “tapón” que sellará el daño. Si de esta forma no se
detiene la hemorragia, intervienen los factores de coagulación antes mencionados.
Cabe destacar que la sangre representa aproximadamente un 7-8 % del peso corporal hu-
mano promedio y que los valores normales de sangre en el organismo para los hombres
son de 5 a 6 litros y de 4 a 5 para las mujeres.

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Tema 1: Análisis de patrones de manchas de sangre 15

COMPOSICIÓN

Figura 1. Muestra de sangre centrifugada.

ENSAYOS PRESUNTIVOS O DE ORIENTACIÓN


Si bien se dijo que en el desarrollo del capítulo no se tocarán temas relacionados con el
análisis químico de la sangre, es importante aclarar que previo al estudio forense y crimi-
nalístico de los patrones hemáticos debemos tener la certeza de que realmente es sangre
humana lo que tenemos frente a nosotros en la escena del crimen, ya que podemos en-
contrar diversidad de elementos que en ciertos aspectos se asemejan a la sangre y que
a simple vista pueden darnos una visión errónea sobre la presencia de este fluido. Es por
ello que existen diversos ensayos que nos permitirán conocer la naturaleza de la mancha,
es decir, si es o no sangre.
A pesar de que estos ensayos pueden tener diferentes modos cuantitativos de prepa-
ración de los reactivos a emplear según la región donde se elaboren, los fundamentos
químicos en lo que se basan las reacciones son universalmente conocidas.
No obstante, aquí es donde se mencionan las pruebas presuntivas, de orientación o
screening, que si bien no son definitivas ya que no asegura totalmente la presencia de
sangre en la mancha, son rápidas, económicas y fáciles para ser desarrolladas en la
escena. Usualmente poseen alta sensibilidad ya que por ejemplo, en caso de arrojar re-
sultados negativos, nos permitirá afirmar que la muestra analizada no es sangre, pero en
caso de arrojar resultados positivos, debemos tener en cuenta que puede producir falsos
positivos. Estos falsos positivos pueden producirse porque ciertas enzimas presentes
en la sangre se encuentran por ejemplo en algunos jugos de frutas u otras secreciones
biológicas; estas son enzimas que reaccionan con los reactivos empleados para dar la
orientación.
Estas pruebas se basan en la capacidad potencial que posee el grupo hemo de la hemog-
lobina (Hb) de ejercer actividad peroxidasa. Cuando se le aporta al sistema agua oxige-
nada (peróxido de hidrógeno, fórmula química H2O2) el grupo hemo desprende oxígeno
por descomposición del peróxido, también liberando agua. A su vez a este se le coloca

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16 Manual de Criminalística y Criminología

un reactivo específico que reaccionará oxidándose, generando un cambio de coloración o


luminiscencia que dan orientación de la presencia o no de sangre en la muestra.
Por tanto la ecuación química será la siguiente, siendo agregada en todos los caso el agua
oxigenada:

H2O2 + HEMOGLOBINA = H2O + O + REACTIVO = COLORACIÓN O LUMINISCENCIA


Figura 2. Ecuación química de la reacción.

Depende del reactivo utilizado, dará una coloración específica o una luminiscencia como
en el caso del luminol.

A) PRUEBA DE PERÓXIDO
Se trata, simplemente, de agregar unas gotas de agua oxigenada de 20 volúmenes y ob-
servar que se produce un burbujeo blanquecino. Su empleo es factible cuando la muestra
presenta una cantidad mínima.
Se debe tener en cuenta que se dan falsos positivos cuando la muestra contiene sales
minerales (cobre, níquel, cobalto, hierro), pus de heridas infectadas, secreción nasal o
manchas de origen vegetal, entre otros. Además posee una baja sensibilidad, 1/40.000.

Figura 3. Reacción del peróxido.

B) TÉCNICA DE BENCIDINA O DE ADLER


La preparación del reactivo se realiza disolviendo 0,25 g de bencidina en 175 ml de etanol,
añadiéndole de 5 a 10 gotas de ácido acético glacial, guardándolo en el refrigerador en un
frasco de ámbar.
Para su aplicación se humedece un hisopo con agua destilada y se frota sobre la mancha
o se coloca uno o dos hilos de gasa impregnada con la sangre. A estos se le añade 1 o
2 gotas del reactivo y después de unos segundos de observar la ausencia de cambio de
coloración, se aplica la misma cantidad de gotas de agua oxigenada al 3 %, dando positivo
cuando se observa una intensa coloración azul turquesa. En este caso la sensibilidad es

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Tema 1: Análisis de patrones de manchas de sangre 17

de 500.000 a 1.300.000. Con el tiempo esta técnica ha dejado de usarse debido a su alto
grado de toxicidad y sus características cancerígenas.
Paralelamente se realiza la misma operación para las pruebas denominadas control positi-
vo, que posee sangre testigo, y para control negativo, que emplea otro limpio. El primero
deberá virar a la coloración esperada y el restante no se modificará. Cabe destacar que si
la prueba de control positivo no presenta el cambio de color es muy probable que la causa
sea la pérdida de actividad del peróxido de hidrógeno.

Figura 4. Reacción de bencidina o de Adler.

C) TÉCNICA DE FENOLFTALEÍNA O DE KASTLE-MEYER


La molécula de fenolftaleína es un ácido débil e incoloro que cuando se le agrega una base,
pierde cationes formándose fenolftalina y se torna rosa, es decir, que es un indicador de
pH. Además es una de las técnicas con mayor eficiencia (sensibilidad de 1 de 1.000.000
a 10.000.000) y bajo costo, aunque se sospecha que posee propiedades carcinógenas.
El ensayo es el siguiente: en un matraz se colocan 100 ml de agua destilada, 20 g de hi-
dróxido de potasio 4N, 2 g de polvo de fenolftaleína y 20 g de zinc en polvo. Hecho esto
se tapa y se coloca a hervir en un tubo de reflujo, quedando una sustancia blanca-rosada,
que tras la operación debe quedar incolora por reducción de la fenolftaleína a fenolftalina.
Luego se filtra el polvo de zinc, quedando solo el líquido, completando el volumen con
etanol (solución hidroalcohólica de fenolftalina). A este reactivo se le conoce con el nom-
bre de Kastle-Meyer.
Posteriormente en un tubo de ensayo se coloca un hilo de gasa embebido en la muestra
de presunta sangre o sobre el hisopo se le añade solución fisiológica y 2 o 3 gotas del
reactivo de Kastle-Meyer. Seguidamente se le agregan 2 o 3 gotas de agua oxigenada al

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18 Manual de Criminalística y Criminología

10 % v/v y se observa: si aparece una coloración rojo grosella presuntamente es sangre,


si continúa incoloro es negativo absoluto. Así mismo, en paralelo se inicia un ensayo de-
nominado “blanco o testigo” el cual no contiene sangre.

Figura 5. Prueba positiva de fenolftaleína.

D) LEUCOMALAQUITA VERDE
Al igual que la fenolftaleína la forma leucomalaquita verde es incolora y se puede oxidar
por la acción de las peroxidasas para dar una coloración verde. Si bien algunos autores
señalan a esta técnica como la más fiable, es menos sensible que la bencidina. Además
se sospecha que posee características carcinógenas debido a que pequeños cambios en
su estructura pueden producir altos niveles de toxicidad.
Para la elaboración del reactivo se mezclan 32 g de perborato de sodio y 0,10 g de
malaquita verde y se guardan en frasco de ámbar. Posteriormente se prepara el solvente
diluyendo 6,6 ml de ácido acético glacial en 3,3 ml de agua destilada.
Para su aplicación se disuelve la parte sólida en el solvente, que deberá continuar siendo
incoloro, y se agregan unas gotas del reactivo sobre el elemento que contiene la muestra,
por ejemplo un hisopo humedecido con agua destilada.

E) LUMINOL
A diferencia de los ensayos anteriores, mediante este método no se evidenciará a simple
vista un cambio de coloración, sino que se obtendrá una químio-luminiscencia azul blan-
quecina sobre la presunta mancha de origen sanguíneo lavada. Otra de las diferencias
más significativas es la gran sensibilidad que posee, siendo de 1/5.000.000.
Esta es una solución alcalina de 3-aminoftalhidrazida que se prepara de dos formas: la
primera disolviendo 0,07 g de perborato de sodio, 0,01 g de 3-aminoftalhidrazida y 0,5 g
de carbonato de sodio anhidro en 10 ml de agua destilada. Para la segunda se preparan
dos soluciones, por un lado se disuelve 0,05 g de carbonato de sodio anhidro en 0,01 g de
3-aminoftalhidrazida en 10 ml de agua destilada, y por el otro se prepara agua oxigenada
de 20 volúmenes.
En ambos casos su aplicación será por aspersión sobre la zona donde se presume la
presencia de sangre, la diferencia radica que la segunda preparación se efectuará dos

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Tema 1: Análisis de patrones de manchas de sangre 19

aspersiones siguiendo el orden enunciado. Además, se debe tener en cuenta que la


prueba se practicará en ausencia de luz de cualquier origen.
Su fundamento se basa en que la solución acuosa de luminol con agua oxigenada actúa
como agente oxidante. Esto produce un peróxido inestable que se excita y se rompe libe-
rando energía en forma de luz. Esta reacción, a pesar de ser lenta, se acelera casi instan-
táneamente en presencia del hierro presente en la hemoglobina de la sangre.
Como desventaja podemos señalar que es una técnica destructiva que puede dañar la
muestra que se analiza, por lo que se aconseja que antes de su aplicación se tome una
muestra para posteriores análisis. Puede dar falsos positivos debido a la presencia de
otros compuestos orgánicos e inorgánicos que contengan peroxidasas (por ejemplo ve-
getales u óxido de hierro), compuestos altamente oxidantes hacia el luminol (mayormente
productos de limpieza) o elementos que actúen como catalizadores (pintura o pegamen-
tos, entre otros). Además la emisión de luz se mantiene por lapsos muy cortos, alrededor
de 30 segundos. Aunque se puede realizar una segunda aplicación, su químio-luminiscen-
cia se verá disminuida.

F) BLUESTAR® FORENSIC
En el año 2000, Loïc J. Blum, profesor de Bioquímica de la Universidad Claude
Bernard-Lyon I y director del Laboratorio de Ingeniería Enzimática y Biomolecular, comenzó
a investigar, bajo las órdenes del presidente de Bluestar, Jean-Marc Lefebvre-Despeaux,
en una nueva fórmula basada en el luminol, con la finalidad de subsanar las desventajas
ampliamente conocidas que este poseía, llegando así a la fórmula que posteriormente
sería conocida como Bluestar® Forensic.
Al igual que el luminol, este reactivo se basa en la quimioluminiscencia revelando man-
chas de sangre que no solo son inobservables a simple vista, sino las que también se
hayan limpiado o lavado. Por otra parte entre sus virtudes podemos decir que su aplica-
ción no altera el ADN permitiendo así su posterior análisis y serología forense de rutina;
posee una extrema sensibilidad permitiendo observar manchas de sangre diluidas a un
grado de 1:10.000 o diminutas gotas que se han lavado; presenta la capacidad acentuada
y duradera de luminiscencia sobre los soportes haciendo que no sea necesaria la com-
pleta oscuridad y así permitiendo obtener fotos de gran calidad; a través de la práctica
constante el perito podrá reconocer las diferencias de color, intensidad y duración, por lo
que será muy difícil confundir sangre y falsos positivos.
Para su aplicación se debe disolver tres tabletas catalizadoras en la solución de 500 ml de
reactivo contenida en la botella, se coloca el atomizador y se rocía sobre la superficie. Se
puede rociar una o más veces no perdiendo la luminiscencia resultante.

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20 Manual de Criminalística y Criminología

Figura 6. Kit Bluestar® Forensic y resultados de su aplicación. Foto© Bluestar®.

G) FLUORESCEÍNA
La aplicación de la fluoresceína para la búsqueda de sangre en la escena del crimen se
descubrió en 1910. Su fundamento químico se basa en que al ser una molécula capaz de
emitir luz cuando se expone a una longitud de onda específica y que además posee una
alta sensibilidad para adherirse a las moléculas hemo presentes en la sangre (enzimas y
hierro) permite la detección de este fluido hemático aun cuando las superficies se han
lavado.
La fluoresceína puede prepararse mediante una reducción ácida en alcohol o mediante
una básica en agua. La primera será más conveniente emplear en superficies verticales o
resbaladizas aunque es una solución muy volátil.
La forma de preparación es la siguiente:
Solución ácida en alcohol: se disuelve 0,1 g de fluoresceína en 20 ml de etanol en un re-
cipiente pequeño con tapa, se le añaden 2 g de zinc granular, 1 ml de ácido acético glacial
y se calienta durante unos 30 minutos. Posteriormente se decanta o se extrae con pipeta
1 ml de lo obtenido y se completan 100 ml de solución con etanol (es decir, se agregan
99 ml).
Solución básica a base de agua: se disuelve 0,1 g de fluoresceína en 20 ml de agua desti-
lada en un recipiente pequeño con tapa, se le añaden 2 g de zinc granular, 1 g de gránulos
de hidróxido de sodio (NaOH), se calienta durante 30 minutos y se decanta o extrae con
pipeta 1 ml de lo obtenido y se agrega en 99 ml de agua destilada.
Cabe destacar que para ambas soluciones se debe tener en cuenta que la preparación
puede variar debido a que el analista deberá subsanar posibles problemas de sensibilidad
que se presentan en la escena para así obtener mejores resultados.
Su aplicación será por aspersión de la zona a analizar que al entrar en contacto con el gru-
po hemo de la sangre se oxida emitiendo una fluorescencia de color verde lima que será
visible únicamente aplicando una fuente de luz alternativa sobre la mancha que deberá ser
de una longitud de onda entre los 445 a 485 nm empleando un filtro de color amarillo o
naranja, aunque se mejor aplicación se observa entre los 445 a 455 nm con filtro de color
amarillo.

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Tema 1: Análisis de patrones de manchas de sangre 21

Entre sus ventajas podemos destacar que no altera el ADN, no requiere de oscuridad
completa observando la mancha en el contexto de la escena, la reacción permanece por
períodos prolongados, y no es carcinogénica ya que se ha empleado durante muchos
años en la medicina oftalmológica.

Figura 7. Prueba positiva de fluoresceína.


Tomado de Análisis reconstructivo forense mediante patrones de manchas de sangre.

TÉCNICAS DE CONFIRMACIÓN DE LA NATURALEZA SANGUÍNEA


Este tipo de pruebas que determinarán si la muestra analizada es sangre se basan en
observar algún componente característico de la sangre. Entre ellos se pueden dividir en
técnicas microscópicas, cristalográficas, espectroscópicas y cromatográficas.
Las técnicas microscópicas, como su nombre lo indica, se basan en la búsqueda a través
del microscopio de los elementos formes de la sangre: glóbulos rojos, glóbulos blancos y
eventualmente plaquetas. Entre sus ventajas se destaca que al efectuar exámenes direc-
tos no se modificará la prueba y además pueden aportarnos datos sobre la determinación
de la especie.
En cuanto a las técnicas cristalográficas o microquímicas, son aquellas que se funda-
mentan en la presencia de derivados de la hemoglobina que se cristalizan en presencia
de distintos compuestos.
Una de ellas es a través de un halógeno inorgánico. Se desarrolló en 1853 por el médico
anatomista polaco Ludwig Karl Teichmann, que creó una técnica empleando un reactivo
(que luego llevaría su apellido) preparado con 0,1 g de cloruro de sodio, 0,1 g de bromuro
de potasio, 0,1 g de ioduro de potasio y completando los 100 ml de solución con ácido
acético.
El test de Teichmann consiste en colocar una pequeña cantidad de la muestra a analizar
sobre un portaobjeto y cubrirla con un cubreobjetos, deslizando entre ellas unas gotas
de reactivo. Luego se calienta lentamente a una baja temperatura hasta la evaporación,
se deja enfriar y finalmente de ser positivo se observarán mediante el empleo de un mi-
croscopio, cristales romboidales de color café oscuro. Esto se debe a que la hemoglobina
al ser calentada en presencia del ácido acético se separa en hemo y globina, a la vez que
se oxida el hierro del hemo. Posteriormente cuando se le agrega el halógeno inorgánico
(cloruro de sodio) se forman cristales de clorhidrato de hematina.

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22 Manual de Criminalística y Criminología

La otra técnica la desarrolló el japonés Masaeo Takayama en 1912, consiste en un análisis


basado en la capacidad de formar cristales de piridina-hemocromógeno de color rojo o
rosado intenso, cuando el grupo hemo presente en la sangre se calienta levemente con
piridina en condiciones alcalinas y en presencia de azúcares, esto se debe a que la piridina
se une al hierro formando un producto cristalino insoluble denominado hemocromógeno
o piridín ferroprotoporfirina.
Empleando en su mezcla una parte de solución saturada de glucosa 3 ml, una parte de so-
lución de hidróxido de sodio al 10 % 3 ml, una parte de piridina 3 ml, y dos partes de agua
destilada 10 ml. Su procedimiento es el siguiente: se coloca una pequeña cantidad de
muestra entre el porta y el cubreobjetos, se desliza por capilaridad unas gotas del reactivo
entre ambos, se calienta a baja temperatura por 30 segundos y se observa al microscopio.
Las técnicas espectroscópicas se basan en la interacción del campo eléctrico de la radia-
ción electromagnética con la materia, mediante fenómenos de absorción, emisión y dis-
persión de la luz cuando son tratadas a ciertas longitudes de onda. En este caso se basa
en la obtención del espectro de absorción de la hemoglobina y sus derivados a través del
empleo del espectrofotómetro.
Según Gisbert Calabuig (2004) la muestra se debe someter a la siguiente marcha espec-
tral: hemoglobina, hematina alcalina, hemocromógeno. Esto se realiza primero diluyendo
la muestra en agua destilada y filtrándola hasta dejarla incolora, la hemoglobina dará dos
bandas negras en el amarillo y verde. Luego se alcaliniza la muestra con potasa y se le
añade piridina, tornándose de color verde (hematina alcalina), aquí las dos bandas anterio-
res desaparecen, observándose borrosa la región del amarillo. Finalmente se le agregan
unas gotas de reductor que hará virar la muestra del color verde al naranja por la forma-
ción de hemocromógeno, apareciendo en el espectro visible dos bandas de absorción.
Cada componente tratado con los agregados químicos cambiarán de color por lo que tendrán
espectros de absorción distintos y allí es donde radica la especificidad de estas técnicas.
Por último las denominadas técnicas cromatográficas son métodos físicos de separación
de mezclas complejas debido a las características particulares que estas presentan. Se basa
en el principio de retención selectiva, cuyo objetivo es separar los distintos componentes
de una mezcla, logrando identificar y determinar las cantidades de dichos componentes.
A partir del estado en que se encuentra la muestra a analizar se clasificará el método
cromatográfico como cromatografía líquida, la que a su vez se subdivide dependiendo las
sustancias a separar en líquido-sólido y líquido-líquido, y en cromatografía de gases, que
dependiendo del estado en que se encuentren ambas fases interviniente se dividirá en
cromatografía gas-líquido o gas-sólido.
La muestra a analizar denominada fase móvil fluye a través del medio cromatográfico
(columna, placa o papel) que contiene la fase estacionaria arrastrando los componentes
de la muestra. La velocidad del mencionado arrastre será diferente para cada componente

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Tema 1: Análisis de patrones de manchas de sangre 23

debido a la diferencia de afinidad que estos posean con la fase estacionaria, logrando así
su separación y mediante el uso de un detector conocer su composición química.

DETERMINACIÓN DE ESPECIE
Una vez que se conoce que la naturaleza de la muestra es sanguínea debemos asegurar-
nos de que la misma es de origen humano.
Estas técnicas se basan en la capacidad que tienen las proteínas plasmáticas de origen
humano de reaccionar a través de sus antígenos cuando se enfrentan a una fracción que
posee anticuerpos, difundiendo ambas, una hacia la otra interaccionando entre sí. Dicha
interacción se observará como un complejo antígeno-anticuerpo, evolucionando y gene-
rando una reacción de precipitación que contrastará con el soporte empleado.
Cuando hablamos de antígeno nos referimos a la sustancia que al ingresar al organismo
de un animal de otra especie estimula una respuesta inmunitaria produciendo otra proteí-
na con el objetivo de reaccionar en contra de ella, denominada anticuerpo. Precisamente
esa reacción específica es la característica más importante de estas técnicas, ya que cada
anticuerpo humano reaccionará únicamente con su correspondiente antígeno que estará
presente en la mancha de sangre estudiada.
Hoy en día existen pruebas que agilizan la detección de sangre humana, en donde se
coloca la muestra en la porción inferior (signado con la letra S) que migra por el soporte,
dando resultado positivo cuando aparecen dos líneas rojas, una en la fracción testigo T y
la otra en control C, indicando una alta probabilidad de que la muestra sea sangre humana,
entre estas podemos nombrar a Bluestar® OBTI.

Figura 8. Kit Bluestar® OBTI. Foto © Bluestar®.

PROPIEDADES FÍSICAS DE LA SANGRE: GRAVEDAD, VISCOSIDAD, TENSIÓN


SUPERFICIAL Y CAPILARIDAD
La sangre en el organismo se encuentra en estado líquido, una vez que el tejido hemático
abandona el cuerpo se comporta como un fluido y es en ese preciso momento donde se

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24 Manual de Criminalística y Criminología

le aplican las diferentes leyes físicas. Si bien las propiedades físicas de los fluidos son
diversas, a continuación solo se explicaran todas aquellas relacionadas directamente con
el tema que nos concierne, ellas son: gravedad, viscosidad, y tensión superficial (capila-
ridad).
La gravedad es la fuerza de atracción a la que está sometida la sangre sin la influencia del
cuerpo. Esta fuerza es la que ejerce la tierra sobre todos los cuerpos que se hallen en las
proximidades atrayéndolas hacia su centro.
En el vacío, la sangre experimenta un movimiento en caída libre, es decir, solo influye en
ella la acción de la gravedad despreciando el roce con el aire, descendiendo así de forma
lineal y vertical con una aceleración constante de aproximadamente 9,8 m/s, al caer libre-
mente, su velocidad final es de aproximadamente 7,65 m/s.
Otro aspecto muy importante a tener en cuenta es cuando la sangre presenta otra forma
de energía que exceda la atracción gravitacional. Esa energía puede ser la que produce
el impacto de un proyectil de arma de fuego sobre el cuerpo, aquí se observarán gotas
viajando en diversos sentidos, algunas de forma opuesta al centro de la Tierra debido a
la gran energía que estas presentan, esto se verá hasta un punto máximo en donde esa
energía decrece hasta igualarse a la gravedad y es allí donde la gota comenzará su caída
hacia el suelo, si es que antes no media otra superficie (techo o pared, entre otras).
La viscosidad es una medida de la resistencia de los líquidos al moverse, es decir, la
resistencia que tienen las moléculas que conforman un líquido para separarse unas de
otras, esta oposición se debe a las fuerzas intermoleculares que actúan entre ellas. La
viscosidad suele disminuir con el aumento de la temperatura y es por esa razón que se
dice que a menor viscosidad mayor fluidez.
En el caso de la sangre, el factor principal de la viscosidad es el valor del hematocrito,
que es el porcentaje del volumen total de la sangre compuesta por los eritrocitos. Es por
ello que al aumentar el hematocrito aumenta la viscosidad. Sus valores varían entre 36,1
y el 44,3 % en mujeres y entre el 40,3 y el 50,7 % en los hombres, debido a la diferencia
de musculatura que hay entre ambos sexos y por la mayor necesidad de oxígeno de los
últimos. También su aumento o disminución puede verse modificada por otros factores
fisiológicos o biológicos.
La tensión superficial, antes de proceder a aclararla, es preciso conocer el término de cada
palabra que le da forma. Por un lado tenemos la tensión que es definida como la acción de
fuerzas opuestas a las que es sometido un cuerpo. Por el otro, el término superficial que
proviene de “superficie” que a su vez puede traducirse como parte externa de un cuerpo
que limita o separa de lo que lo rodea, dicho esto podemos explicar el concepto de tensión
superficial.
La superficie de un líquido se comporta básicamente como una membrana estirada bajo
tensión. Este efecto se debe a que las moléculas que se encuentran en el seno del líquido en
reposo experimentan atracciones con las moléculas vecinas en todas las direcciones oca-

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Tema 1: Análisis de patrones de manchas de sangre 25

sionando un equilibrio entre ellas, ya que las fuerzas denominadas cohesión se anulan entre
sí. A su vez, las moléculas presentes en la superficie, al no estar rodeadas por moléculas
símiles, produce que actúe una fuerza neta hacia el interior del líquido y hacia los lados, ho-
rizontalmente. Esta fuerza se equilibra con otra de repulsión hacia arriba (fuerza ocasionadas
por las moléculas de aire) y de esta manera se genera una tensión en la superficie.
Para algunos líquidos la forma de la gota no es igual; en el caso de la gota de sangre las
fuerzas de cohesión hacen que las moléculas de sangre estén atraídas entre ellas y forme
así la capa elástica. De esta forma la tensión superficial le da una forma esférica a la gota
y la protege de la deformación por la acción de la fuerza de gravedad.

Figura 9. Ensayo de tensión superficial, el clip


metálico se mantiene en la superficie debido a
que su peso no rompe la capa superficial del
agua.

La capilaridad es otra muestra de la tensión superficial ya que es el resultado de dos tipos


de fuerzas que puede alcanzar un fluido: una de ellas es la de cohesión, que es una fuerza
intermolecular que se ejerce entre moléculas similares, y la segunda, conocida como ad-
hesión, es una fuerza que se ejerce entre moléculas disimiles, por ejemplo las del vidrio
sobre agua.
Este fenómeno llamado capilaridad consiste en la elevación o ascenso de un líquido, aun
contra la acción de la gravedad, por las paredes de tubos denominados capilares.
Las diferentes alturas que alcanzan los líquidos son debido en primer lugar al nivel en el
que se sumergen los capilares y en segundo ala diferencia entre los líquidos. Si un tubo
capilar se inserta en un fluido en el cual predominan las fuerzas adhesivas, el líquido tien-
de a subir por el tubo a un nivel mayor, tal es el caso de un capilar de vidrio inserto en
agua. Este proceso continúa hasta que la fuerza adhesiva se contrarresta por el peso del
agua en el tubo, observándose que el menisco del tubo del agua es cóncavo o redondeado
hacia abajo. Por otro lado, cuando un tubo capilar se inserta en un fluido en donde las
fuerzas cohesivas entre las moléculas son más fuertes que las adhesivas, se observa una
depresión o disminución del líquido en el tubo capilar con respecto al nivel del líquido a
su alrededor, es el caso de un capilar inserto en mercurio. En este caso se observa que el
menisco del tubo del mercurio es convexo o redondeado hacia arriba.
Aplicando la teoría de este fenómeno en hechos criminales causados por elementos le-
sivos, podemos observar que el suero (líquido que conforma el plasma en el cuerpo
humano) al entrar en contacto con un elemento absorbente (prendas de vestir) asciende
por las fibras del mismo por la acción de las fuerzas adherentes alcanzando un nivel hasta
que el peso del fluido equilibre la fuerza de adhesión.

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26 Manual de Criminalística y Criminología

Figura 10. Ensayo de capilaridad, el líquido rojo asciende por las fibras de la tela.

CLASIFICACIÓN DE LOS PATRONES DE MANCHAS DE SANGRE


Para clasificación de las manchas de sangre es necesario respetar los estándares ya pre-
establecidos que surgieron producto de la observación directa de las características físi-
cas del tamaño, la forma, la cantidad y la distribución de las manchas de sangre, logrando
parámetros que el analista hoy emplea como guía.
La evaluación inicial de un analista es un proceso deductivo cuya hipótesis inicial será:
si es sangre lo observado, confirmado y determinado, este dilema deberá utilizar como
norte la clasificación estándar verificando paso a paso si la mancha cumple ciertos crite-
rios o no los cumple. Utilizaremos la clasificación aportada por Asociación Internacional
de Analistas de Patrones de Manchas de Sangre (IABPA, por sus siglas en inglés): será
nuestra guía en este capítulo.

CLASIFICACIÓN DE PATRONES DE MANCHAS DE


SANGRE

COÁGULOS

DERRAMADAS

Figura 11. Clasificación de patrones de manchas de sangre según IABPA.

NOTA: Se propone al lector realizar las prácticas sugeridas. Le permitirán entender me-
diante la observación directa el criterio de las clasificaciones de patrones de manchas de
sangre, con las manchas creadas por usted mismo. Con seguridad comenzará a sentirse

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Tema 1: Análisis de patrones de manchas de sangre 27

en la piel de un analista al observar manchas problemas en el escenario criminal, pero con


una gran ventaja, usted conoce y sabe las circunstancias en que estas fueron generadas
y no solo podrá clasificarlas sino que también podrá definirlas.

A) MANCHAS DE SANGRE (ACTIVAS)


Cuando hay una lesión sangrante que fluye de la herida, al ser alcanzada esta sangre por un
objeto (bate) o una parte del cuerpo (puño) salpicará. Las gotas resultantes serán proyecta-
das hacia atrás, adelante, arriba y abajo. Esto ocurre porque se aplicó una forma de energía
mucho mayor a la de la fuerza de atracción gravitatoria que venció la tensión superficial y
la fuerza de cohesión. Ante los problemas que pueden presentar las manchas el cuadro de
clasificación será la guía inicial del analista, que tendrá en cuenta los mecanismos genera-
les de creación, disposición, ubicación, tamaño y forma de las manchas de sangre.
A su vez esta se divide en manchas por impacto, proyectadas y por daño arterial.

A.1) Por impacto


Este patrón se produce cuando una fuente ensangrentada recibe un golpe, un impulso o
una fuerza dando por resultado la dispersión al azar de gotas más pequeñas de la sangre.
Esta categoría se puede subdividir en:
1. Salpicadura por impacto a baja velocidad: Es un patrón de mancha de sangre
causado por una fuerza de impacto baja. Su característica principal radica en el
diámetro de las gotas, las cuales miden 4 mm o más.

Figura 12. Recreación de gotas a baja velocidad, cuando se deja caer una esponja
impregnada en sangre sobre un soporte.

2. Salpicadura por impacto a velocidad media: Es un patrón de mancha originado


por una fuerza de impacto de velocidad media sobre una fuente ensangrentada,
por ejemplo cuando son producidos por golpes con elementos contundentes o
golpes de puño en peleas. En esta oportunidad el diámetro de las gotas resultan-
tes medirá de 1 a 4 mm.

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28 Manual de Criminalística y Criminología

Figura 13. Salpicadura por impacto a velocidad media producto del golpe de
un elemento contundente sobre la superficie ensangrentada.

3. Salpicadura por impacto a velocidad alta: Es un patrón de mancha de sangre


causado por una fuerza de impacto de velocidad alta sobre una fuente de sangre.
Aquí se encuadran los efectos cuando se involucra el uso de proyectiles de armas
de fuego al ingreso y egreso del cuerpo humano generando salpicaduras de gotas
muy finas y pequeñas, no superiores a 1 mm de diámetro, que salen como una
nube rociadora conocida como spray (hacia adelante) y retro spray (hacia atrás).

Figura 14. Micro salpicadura por impacto a alta velocidad e impacto de proyectil sobre pared.

Así de escueto no resulta alentador, pero para empezar a entender claramente lo que se
ha desarrollado le propongo lo siguiente:
SANGRE SIMULADA: Coloque en un recipiente leche y agrégale colorante rojo logrando
simular la coloración de la sangre. Lo más difícil aquí será lograr la viscosidad correcta
que tiene dicho fluido. Si lo desea puede colocar una o dos cucharadas de miel y revolver
suavemente hasta lograr una mayor consistencia al fluido.
Práctica 1: Preparar una cantidad de sangre simulada, de ser posible conseguir un traje
hemo repelente o ropa vieja que se pueda manchar, esponjas, papel para cubrir el suelo y
las paredes, y un hierro o palo para generar impactos.
Nuestro experimento va a consistir en embeber la esponja con la sangre simulada e im-
pactar el elemento contundente por usted elegido con la esponja previamente embebida,
logrando generar salpicadura, y así observar y capitalizar la teoría hasta aquí mencionada.

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Tema 1: Análisis de patrones de manchas de sangre 29

Para preparar el escenario se debe empapelar las paredes, el suelo y el techo de la zona
elegida, y colocar un adoquín, un bloque de cemento o un objeto resistente como un
yunque de platero. Medir las distancias donde coloca este elemento, determinando la
distancia al suelo y a las paredes circundantes e incluso la distancia al techo, tomar nota
de las mismas y fijar fotográficamente. Luego colocar la esponja ya embebida en la sangre
simulada y golpear con la fuerza que desee. Aquí usted es el selector de la velocidad a
aplicar pero solo podrá generar velocidades medias y bajas en este experimento. ¿Cómo
lo logra? Golpeando con mucha fuerza con el elemento elegido para una velocidad media,
o pisar la esponja para una velocidad baja. Posteriormente dejar secar y comenzar a ana-
lizar las salpicaduras generadas observando el tamaño, la forma y el número de manchas.
Las manchas de salpicadura muestran rasgos específicos que llamaremos morfología (el
estudio de la forma). Esto incluye la forma circular o elíptica ovoidal con gotas satélites se-
cundarias. Si no reúne estas características, no estamos ante manchas activas salpicadas:
busque en las realizadas por usted sabiendo de antemano que son producto de un impacto.

Figura 15. Fotografía en detalle de la morfología típica de una gota de salpicadura.

El mecanismo de procesamiento de patrones de alta velocidad pueden ser creados por


impactos de proyectiles de armas de fuego o explosiones, pero podría ser causado tam-
bién por maquinaría industrial, por estornudos o por toser. Las manchas que son genera-
das producto de proyectiles de armas de fuego, como ya se mencionó, se verán como una
nube fina similar a un atomizado. Por lo tanto, una práctica simple es utilizar un atomizador
y aplicarlo mediante aspersión sobre una superficie de buen contraste de color y así podrá
observar pequeñas gotas de diámetro menor a 1 mm.
Por otra parte, en el orificio de entrada y salida de una herida por arma de fuego en la
cabeza se producen dos fuentes sangrantes, una con salida hacia atrás (hacia la posición
del tirador) denominada retro salpicadura y otra con salida hacia adelante (en dirección
de la trayectoria balística) spray. Por ello, la clasificación será de manchas activas por
salpicadura de alta velocidad, debido a la gran velocidad que posee el proyectil generando

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30 Manual de Criminalística y Criminología

un patrón en forma de cono en la dirección generalmente a la del proyectil. También se


puede crear un efecto de salpicadura posterior. Esta última siempre estará presente mien-
tras que la otra dependerá de si hay orificio de salida.
La retro salpicadura, también conocida como retro spray, es cuando la sangre se dirige
hacia atrás producto del uso de un arma de fuego que se encontraba a una distancia
cercana del blanco, es decir, en sentido contrario a la fuerza o energía que originó la
salpicadura. La herida del orificio de entrada produce que la sangre se disperse hacia
atrás en forma de cono, llegando al interior del cañón del arma de fuego, a las manos del
tirador cuando las distancias son muy cortas. En caso de muertes voluntarias o suicidas
se observarán estos vestigios hemáticos en la mano del que esgrime el arma. Una regla
a tener en cuenta es cuanto más cerca está el objeto del orificio de entrada, estas finas
gotas atomizadas se observarán de forma más agrupadas debido al cono de dispersión,
pero al alejarse serán observadas de manera más dispersa.

Figura 16. Fotografía de la retro salpicadura sobre la mano del suicida.

Una prueba con un aerosol de pintura rojo es rociar al aire: verá el cono generado, y así
logrará tener una idea visual de cómo es la agrupación de estas finas gotas a una distan-
cia cercana y una lejana. Es muy importante tener en cuenta que en lugares abiertos una
corriente de aire puede generar cambios en la dispersión, ya que el aire influye sobre la
fina nube de micro gotas.

Figura 17. Ensayo de retro salpicadura.

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Tema 1: Análisis de patrones de manchas de sangre 31

La salpicadura hacia adelante, originada desde el interior del objeto saliendo por el orificio,
generará un patrón de mancha de sangre reducida a la pulverización de micro gotas debi-
do a la fuerza aplicada,saliendo en forma de cono y llevando también partes del cerebro,
piel o diversos elementos pertenecientes a la zona de impacto.
Otra de las consideraciones a tener en cuenta en el momento de realizar la investigación
en el lugar del hecho cuando estamos en presencia de sangre salpicada es el conocido
patrón de vacío que se produce como consecuencia de que entre la fuente que originó la
sangre y la superficie salpicada medió un objeto que posteriormente fue removido, siendo
observable la ausencia de la sangre salpicada. La importancia de este radica en la ausen-
cia de algo y no en la presencia, como sucede en los patrones restantes.

Figura 18. Momento anterior y posterior, respectivamente, a la generación del patrón de vacío.

A.2) Proyectadas
Patrón de sangre lanzada o arrojada o de desecho son patrones creados cuando se arroja
o proyecta sangre desde un objeto en movimiento. Es muy importante cuando se obser-
va un sitio donde hay salpicadura por impacto pensar que patrón será lineal con gotas
elípticas marcando un recorrido y, que de haber una línea de gotas, se deberá pensar
en dos golpes ya que el patrón nace de una combinación entre el impacto que lesiona
produciendo sangrado, y otro impacto sobre la sangre que fluye (fuente sangrante). Aquí
sucede una combinación de acciones: el elemento usado genera un patrón de salpicadura
de velocidad media; producto del impacto (el agresor dirige el objeto hacia el sujeto por
segunda vez) sucederá la transferencia de la sangre si el sujeto blande el objeto para nue-
vamente asestar un golpe (este movimiento puede ser en cualquier dirección): aquí nace
el/los patrón/es de sangre lanzada, proyectada o de desecho.

Figura 19. Patrón de sangre lanzada, donde


se observa la dirección y cantidad de movi-
mientos producidos.

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32 Manual de Criminalística y Criminología

No siempre los patrones lanzados son producto del elemento, en ocasiones la sangre
lanzada es de la víctima producto de acciones defensivas.
La sangre exhalada es un patrón de mancha resultado de la sangre forzada por un flujo de
aire fuera de la nariz, la boca o una herida. El término utilizado para describir estas man-
chas es espiratorio o expectorado. El mecanismo de producción está dado por la acumu-
lación de sangre en boca, nariz o pulmones. En alguna de estas áreas, la sangre se mezcla
con aire y saliva que, al ser expirada o expectorada a través de su boca o nariz, será de un
color menos intenso (diluida) y se observarán gotas cargadas de burbujas de aire.
Pensemos que hay personas que estornudan o tosen con mucha fuerza y es imposible
frenar la salida repentina de finas gotas y algunas no tanto. El patrón resultante puede ser
confundido con salpicadura de media o alta velocidad pero con la diferencia observable,
que debe ser muy tenida en cuenta, de presentar las mencionadas gotas burbujeantes
que están presentes durante cierto tiempo en la superficie y que al estallar generarán
salpicaduras satélites.

Figura 20. Patrón de sangre exhalada donde se observan burbujas de aire.

A.3) Daño arterial


El patrón de chorro arterial o borbotones es un patrón de sangre proveniente de las ar-
terias cuando se expulsa en grandes volúmenes bajo presión. Esto se da debido a que el
cuerpo humano posee una presión arterial sistólica que corresponde al valor máximo de
la presión arterial en sístole (cuando el corazón se contrae) y una presión arterial dias-
tólica correspondiente al valor mínimo de la presión arterial cuando el corazón está en
diástole o entre latidos cardíacos.
El volumen de la sangre expulsado será grande en las superficies donde la víctima circule,
contra la pared o sobre el suelo, en forma de chorro, de ahí su nombre. Si imaginamos
una manguera desde donde parte el agua al momento que estamos regando e intentamos
cubrir la fuente saliente, lo que generamos es que el chorro llegue a mayor distancia. El
gran volumen de sangre fluye de una fuente puntual (arteria); el flujo de sangre se eyecta

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Tema 1: Análisis de patrones de manchas de sangre 33

a diferente velocidad con un ritmo acompasado generando rastros lineales motivados por
el aumento y disminución de la presión (sistólica y diastólica). Además la morfología de
las gotas serán elípticas alongadas generando rastros lineales y arcos. La combinación de
sangre saliendo y la víctima caminando generará depósitos y superposiciones de chorros
difícilmente confundibles con otros patrones.

Figura 21. Patrón de chorro arterial o borbotones.

B) MANCHAS PASIVAS

B.1) Goteo
Cuando la sangre se acumula y adquiere un volumen suficiente, en un objeto o parte del
cuerpo, comienza a caer libremente generando lo que se conoce como goteo donde solo
actúa la acción de la gravedad.
Si se anima, pinche la punta de un dedo con un alfiler generando así la salida de sangre,
sin duda alguna en un instante verá que la sangre comienza a acumularse y de pronto
caerá libremente, debido a que acumuló la cantidad suficiente de volumen que vence la
capacidad de tensión superficial. En ese momento estará en presencia de una gota pasiva.
Pero ojo, no es obligatorio hacer tal experimento; téngalo presente cuando le suceda en
un accidente.

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34 Manual de Criminalística y Criminología

Figura 22. Cúmulo de sangre generado previo a la caída libre de la gota.

Ahora bien si realiza el ensayo, reúna la primera cualidad que un analista de manchas de
sangre debe de poseer, ya que con solo la teoría o la lectura de un libro no la alcanza, sin
haber experimentado lo leído. Ante una mancha problema, el analista debe recurrir a la
teoría, luego generar manchas hasta encontrar un patrón, para así explicar y comparar con
las manchas que están siendo analizadas.
Sin embargo, no mal interprete lo sugerido, si hay que analizar un patrón de sangre
arterial no se le pedirá a usted lector, pinchar o cortarse una arteria, solo se menciona
la importancia de reproducir los patrones debido a que creemos que no hay nada más
interesante que la experiencia personal para refutar o respaldar la teoría.
Una opción más alentadora es hacer que una persona con los conocimientos necesarios
le extraiga suficiente sangre para la experiencia práctica. Ojo, no se exceda en la cantidad
ya que más de 1,5 l puede ser fatal.
Práctica 2: Con la sangre real o la simulada tome cuatro objetos diferentes que tenga a
su alcance en casa, elementos con los que una persona puede llegar a lesionar a otra(cu-
chillo, palo, masa, destornillador), busque dos superficies lisas y dos superficies rugosas
(papel, vidrio, etcétera). Ahora con una regla, siempre utilizando una misma altura (por
ejemplo de 30 cm), tomará uno de los objetos y lo apoyará sobre la sangre, llevándolo a
la altura elegida, dejando caer la gota pasiva en las diferentes superficies que se hayan
elegido,repitiendo el proceso con todos los elementos y superficies elegidas,pero siempre
respetando la misma altura. Observe los resultados de las gotas resultantes, saque sus
propias conclusiones y dedique tiempo a medir las manchas resultantes. Cada detalle
debe de ser anotado y graficado. Lo puede repetir tantas veces lo desee.

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Tema 1: Análisis de patrones de manchas de sangre 35

Figura 23. Patrón de goteo, manchas pasivas.

En conclusión, aunque la altura elegida sea la misma para todos los objetos, sin duda al-
guna las gotas obtenidas serán de distintos tamaños. El diámetro resultante de la mancha
de sangre producida por caída libre está en función del volumen de la gota, la textura de
la superficie en la que impacta y la distancia recorrida. Por tal motivo resulta muy difícil
determinar la altura en goteo pasivo, ya que no se conoce el volumen que se acumuló
antes de caer la gota y no siempre se sabe de qué objeto caía. Incluso las superficies
también generan notables cambios.
Práctica 3: Si le gusta la experiencia, continúe con lo siguiente: sobre una superficie
blanca como papel para obtener buen contraste, genere gotas pasivas de caída libre
equidistantes empezando con una altura de 10 cm perpendicular al plano y aumente 5 cm
en casa gota hasta alcanzar 1,5 m o más. Luego elija otras diez superficies de similares
características (por ejemplo, lisas, limpias, pulidas, vidrios, chapa, cerámica), y otras diez
rugosas o porosas para obtener diversos resultados y comparar las características de las
gotas obtenidas.

Figura 24. Fotografía obtenida tras la práctica 3.

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36 Manual de Criminalística y Criminología

B.2) Escurrimiento
En este caso por acción de la atracción gravitacional, la sangre escurre hacia la zona
declive del soporte donde esta se vertió y cualquier cambio en su dirección podrá obser-
varse a simple vista, permitiendo al analista saber si hubo movimientos posteriores en la
escena. Todo flujo de sangre una vez que sale al exterior obedece a leyes de la física, por
ende la acción de la gravedad tendrá influencia sobre la dirección del mismo generando su
recorrido. También contorneará el objeto o las partes del cuerpo, es decir, que si el objeto
se mueve posteriormente, el patrón de flujo resultante será anormal o fuera de lugar y
evidenciará más de una dirección durante su escurrimiento.

Figura 25. Patrón por escurrimiento de


la sangre en una superficie vertical.

Los flujos: Cuando el corazón sigue latiendo, la sangre saldrá de una herida generando
un sangrado activo, que resulta independiente de las fuerzas físicas, pero una vez en el
exterior del cuerpo será la fuerza de atracción gravitacional la encargada de controlar su
destino, pero no el origen de este patrón. Cuando el corazón deja de latir, la sangre del
interior de cuerpo dejará de fluir, pero si se gira el cuerpo la circulación será drenada
al exterior generando flujos pasivos con amplio control que genera la atracción de la
gravedad.

Figura 26. Fotografía donde se observa el flujo de la sangre durante su escurrimiento.

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Tema 1: Análisis de patrones de manchas de sangre 37

Práctica 4: Realice lo siguiente, con un gotero aplique unas gotas sobre una superficie lisa
(como por ejemplo un cartón) e inmediatamente coloque el soporte en posición vertical,
verá cómo el líquido se desliza hacia abajo por la acción de la gravedad. Posteriormente
rote el objeto por otro de sus lados y así sucesivamente hasta completar todos sus lados,
allí podrá observar el escurrimiento visto de manera sencilla logrado con solo unas pocas
gotas y los cambios de direcciones que sufre el líquido al rotar la superficie son escurri-
mientos.

B.3) Charco o piscina


Se refiere a la mancha de sangre producto del depósito de la misma sobre una superficie,
la manera en que esta se deposita definirá su nombre o en qué tipo de clasificación del
cuadro comprende. En este caso un charco se creará siempre que el agente sangrante no
se mueva por un lapso de tiempo (pasividad) en donde la sangre fluirá y se acumulará,
actuando siempre la fuerza de atracción gravitacional. El fluido por su tendencia a nivelar-
se se detendrá en los altos y se desplazará en el bajo relieve de la superficie en la que se
deposita y formará el charco o piscina.

Figura 27. Cúmulo de sangre generando el mencionado patrón de charco o piscina.

B.4) Coágulos
La sangre dentro del cuerpo es líquida, pero una vez en el exterior tiende a coagular rá-
pidamente comenzando a comportarse como un gel al espesarse, esto es más frecuente
cuando hay vida. De distinta forma ocurre cuando se derrama sangre una vez que cesó la
vida, ya que muchas veces esta no coagula o no lo hace de forma completa.
La separación del suero es observable frecuentemente al final del proceso de coagulación.
Como patrón de sangre no brinda mucha información ya que los coágulos pueden ocurrir
en cualquier volumen de acumulación de sangre, pero se puede decir que si hay coágulos
hubo “vida”.

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38 Manual de Criminalística y Criminología

Figura 28. Mancha pasiva de tipo coágulo.

C) MANCHAS POR TRANSFERENCIA


Alude a todo patrón producto de la transferencia de sangre de un objeto o parte del cuerpo
ensangrentado a través del contacto físico con otra superficie sin sangre. Vulgarmente se
hablará que el elemento manchó de sangre al soporte.
Se debe destacar que si bien las manchas por salpicadura se deben a que un objeto o
parte del cuerpo humano transfirió sangre al soporte, este patrón por transferencia única-
mente se da cuando se apoya o se desliza el elemento, surgiendo de aquí su clasificación:

C.1) Contacto simple o pasivo


Se denomina al contacto pasivo cuando la sangre se transfiere sin deslizamiento y puede
llegar a reproducir la morfología y diseño del objeto portante, tal es así que se pueden
observar pies desnudos o con calzado, manos y dígitos u objetos como cuchillos, marti-
llos o armas.

Figura 29. Patrón generado por el contacto pasivo de una suela de calzado
sobre un soporte absorbente y liso (cartulina).

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Tema 1: Análisis de patrones de manchas de sangre 39

C.2) Contacto activo o rozamiento


Este se da cuando la transferencia de sangre se produce desde un objeto ensangrenta-
do a una superficie no manchada y se realiza un movimiento. Al observar en detalle el
movimiento efectuado es factible determinar el comienzo y la finalización del contacto, y
la dirección con la que se generó el mismo. La característica que nos permite identificar
esa orientación se debe a que durante el arrastre de la sangre sobre el soporte se irá
atenuando el borde final, notándose una mayor acumulación al inicio del patrón resultante.

Figura 30. Patrón de contacto activo, se observa el deslizamiento de dígitos sobre la superficie.

C.3) Patrón de limpiamiento


Este patrón de mancha se crea por una alteración de las manchas ocasionadas, habiendo
una intención clara de modificar la apariencia, de allí su nombre limpiamiento.

Figura 31. Patrón de limpiamiento.

Se tomó en cuenta el sistema de clasificación básico de guía para iniciarse en el fascinante


mundo del análisis de patrones de sangre con la finalidad de reconocer en los escenarios
criminales sangrientos ante qué tipo de mancha estamos presentes y a qué tipo de clasifi-

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40 Manual de Criminalística y Criminología

cación pertenece, ya que si no lo podemos encuadrar dentro de la clasificación conocida,


mucho menos podremos definir su mecanismo de producción.
Se invita al lector a apuntalar la lectura con otro sistema de clasificación taxonómico di-
señado como una herramienta para el analista de patrones de manchas de sangre creado
por los analistas Ross M. Gardner, Tom Bevel, en su libro Bloodstain Pattern Analysis:
with an Introduction to Crime Scene Reconstruction, ha sido formalizada por el Grupo de
Trabajo Científico para el Análisis de Patrones de Manchas de Sangre (SWGSTAIN, por sus
siglas en inglés).

COMPORTAMIENTO DE LA SANGRE AL IMPACTAR SOBRE UNA SUPERFICIE:


DETERMINACIÓN DE LA TRAYECTORIA
El rastro hematológico que se observa en el lugar de los hechos debe analizarse con
sumo cuidado ya que a través del mismo se puede reconstruir la secuencia fáctica de
los hechos determinando por ejemplo la ubicación de la víctima y victimario a la hora del
suceso. Cuando una gota de sangre impacta sobre una superficie presentará una forma
característica que nos permitirá saber de manera inequívoca la dirección de procedencia
de la misma. Esto obedece a la ley de inercia, en este marco, refiere a la resistencia que
ejerce una gota en movimiento a un cambio en su dirección o su velocidad.
Como se explicó anteriormente, cuando la gota viaja en el aire mantiene su forma esférica,
pero al chocar contra determinada superficie su velocidad se verá disminuida bruscamen-
te formando una elipse con un extremo puntiagudo que indicará la dirección del recorrido
de la gota. Esta particularidad se da porque la sangre frente al impacto se desvanece y la
primera porción que toma contacto con la superficie crea el comienzo de la elipse, que
será de forma esférica a comparación del resto. A medida que la gota continúa su viaje,
esta fluye hacia los bordes ensanchándose más, una vez que la gota se derrumba por
completo quedará conformada la elipse.
Por lo tanto cualquiera sea la forma, a menos que haya incidido a 90º, la elipse tendrá un
eje mayor (largo) y otro menor (ancho) bien diferenciables. El eje mayor siempre estará
alineado con la trayectoria de la gota, por ende este eje nos definirá el sentido en el que
viajaba la sangre en el momento de la lesión. Se debe tener en cuenta que cuanto más
elíptica sea la mancha de sangre más definida quedará su angulosidad.
Además en algunos casos, la mancha de sangre formará una gota satélite, esta formación
se da a partir del desprendimiento de una pequeña porción de la gota madre que venció
la tensión superficial y produjo la formación de una gota secundaria de menor dimensión,
dando lugar a una mancha parecida al signo de exclamación.
Al observar las características de las manchas de sangre no solo podemos llegar a conocer
desde dónde proviene la gota de sangre, si es de izquierda a derecha, de derecha a izquier-
da, de arriba hacia abajo o viceversa; sino que también podemos discernir si la persona es-

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Tema 1: Análisis de patrones de manchas de sangre 41

taba en movimiento o no. El que el individuo lesionado o el objeto sangrante hayan estado
en movimiento provocará manchas pasivas por goteo direccionado, es decir, que la caída
de la gota se da por la acción de la gravedad y el desplazamiento de la fuente sangrante.
A medida que las gotas se liberan, se mueven con el mismo impulso y en la misma direc-
ción que el objeto del que cayeron golpeando en superficies y pisos circundantes, esta
combinación hace que las gotas impacten en ángulos variados. Si las manchas resultantes
muestran un lado circular sobre el ángulo de impacto y el opuesto presenta espinillas,
este tendrá un ángulo agudo, mientras que si la mancha presenta espinillas alrededor de
la periferia tenderá a un ángulo más recto, pero si la persona está en forma estática, se
puede decir que la gota al caer en caída libre (solo por la acción de la gravedad) sobre una
superficie horizontal generará manchas circulares producidas por un ángulo de 90º cuyo
diámetro variará, dependiendo principalmente de la altura desde donde cae la sangre y la
cantidad, y las características de la superficie sobre la que impacta.
En lo que respecta a las diferentes superficies es preciso aclarar que las diferentes textu-
ras de los soportes que reciben la gota de sangre producen características significativas
en las manchas. Si la gota impacta sobre una superficie lisa y dura, no tendrá mucha
distorsión y formará un círculo de bordes lisos sin presencia de espinillas; en cambio si
el soporte es áspero y poroso producirá bordes irregulares produciendo festones y hasta
satélites, y además puede producir una mancha con forma de mapa. En superficies absor-
bentes tales como alfombras y tapices, se observará una leve distorsión formando festón
bordado alrededor del borde de las “gotitas”. Cabe destacar que estas características son
propias de manchas de tipo goteo.

Figura 32. Direccionalidad de la gota.

Práctica 5: Se propone al lector realizar ensayos simples pero muy enriquecedores para
entender y capitalizar rápidamente lo leído. Vamos a probar lo siguiente, tomar un gotero
con sangre simulada o real y generar gotas de caída libre sin movimiento sobre un papel
de tamaño A4 o una superficie semirrígida como cartón o cartulina apoyada sobre una
mesa. Dejar caer una gota perpendicular a la superficie elegida a una altura aproximada
de 20 cm, esta gota impactará a un ángulo de 90º y la mancha resultante será circular.
Luego se debe tomar uno de los lados del soporte y elevarlo progresivamente, dejando

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42 Manual de Criminalística y Criminología

siempre el extremo opuesto apoyado sobre la mesa. Entre elevación y elevación del so-
porte deje caer otra gota, hasta dejar el soporte prácticamente de forma vertical. Lo que
se está requiriendo es cambiar el ángulo del soporte (hoja, cartón o cartulina) haciéndolo
más agudo al elevarlo del plano. De esta manera verá como la morfología de la gota se irá
alargando a medida que disminuye el ángulo de incidencia.

Figura 33. Morfología de la gota según su ángulo de impacto.

PUNTO O ZONA DE CONVERGENCIA


El punto o zona de convergencia es aquella parte de la superficie donde se estima que
está el punto en común donde se originaron las gotas de salpicadura en una vista bidi-
mensional, es decir en un mismo plano. Para su determinación se debe tener en cuenta
la trayectoria o direccionalidad evaluada previamente: la capacidad de reconocer la direc-
cionalidad es fundamental para ubicar el punto de convergencia.
Para localizar dicha zona se tienen que seleccionar varias gotas de sangre distribuidas en
diversas partes del plano, se recomienda seleccionar aquellas que tengan bien definida su
forma elíptica de tal manera que sea fácilmente reconocer su eje menor del eje mayor y
que además se encuentren dispersas entre sí.

Figura 34. Punto o zona de convergencia sobre un plano vertical (pared).

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Tema 1: Análisis de patrones de manchas de sangre 43

Una vez elegidas, se traza una línea recta en paralelo al eje mayor de cada gota proyectán-
dola hacia atrás, en la dirección que viajaba, pasando por el centro de la misma, para mar-
car la trayectoria se puede utilizar un hilo. A medida que se va realizando el procedimiento,
cada una de estas líneas se cruzará en una determinada zona, conociendo así la ubicación
aproximada de la fuente de sangre. Además en el lugar del crimen, puede suceder que las
salpicaduras evaluadas den como resultado dos o más zonas de convergencia, indicando
allí que distintas acciones dieron origen a las diferentes gotas, por ejemplo dos golpes
con un trozo de madera en dos lugares cercanos darán dos zonas de convergencia de las
máculas de sangre analizadas.
Por otro lado, cuanto más amplio es el número de gotas seleccionadas y el campo de las
salpicaduras más preciso se vuelve el punto de convergencia, esta precisión se acentúa
más con las manchas ubicadas en el extremo derecho y el extremo izquierdo.

DETERMINACIÓN DEL ÁNGULO DE IMPACTO


Por definición será el ángulo formado por cada gota de sangre cuando impacta contra una
superficie, este es relativo a la superficie y afecta directamente el tamaño y la forma de la
mancha de sangre.
Las posibles mediciones del ángulo se pueden expresar en un rango desde el ángulo más
agudo 1° hasta un máximo de 90°. Teniendo la práctica y experiencia, con solo observar
la mancha de la gota se puede expresar, en términos generales, que cuanto más circular
es la mancha más perpendicular será el ángulo, mientras que cuanto más elíptica es su
forma más agudo es el ángulo en el que golpeó la superficie.
Para establecer fácilmente el ángulo en el cual la gota impactó sobre la superficie es
preciso aplicar la función trigonométrica de un triángulo, más precisamente la función
del seno. En contextos matemáticos, el seno de un ángulo está dado por la división del
cateto opuesto por la hipotenusa. Para aplicar la fórmula es importante entender que en
los triángulos existen ciertas relaciones entre los ángulos del triángulo y la longitud de sus
lados: es por ello que podemos medir con precisión el ancho y la longitud de las manchas.

Figura 35. Funciones trigonométricas.

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44 Manual de Criminalística y Criminología

Para la medición de la mancha elíptica se tomará solo el cuerpo principal, es decir, se debe
excluir el satélite, las espinillas o los festones presentes. Para lograrlo se necesita trazar
una elipse imaginaria sobre la misma, de esta manera con el auxilio de un calibre o regla
milimétrica se logrará medir el eje menor (ancho) y el eje mayor (longitud) de la mácula.

Figura 36. Instrumental utilizado para la medición de los ejes, calibre.

Luego se aplica la mencionada regla del seno, que sería la medida del eje menor dividido
el eje mayor de la elipse. Una vez obtenido el resultado, con la ayuda de una calculadora
aplicamos el arco seno (sen -1), ya que estamos buscando la inversa del seno para poder
determinar el ángulo. Otra herramienta útil para resolver el arco seno es la tabla de fun-
ciones trigonométricas (ver Figura 38).

Figura 37. Cálculo para conocer el ángulo de incidencia de la gota.

Una vez que se conoce el ángulo, con la ayuda del transportador podemos conocer donde
convergen los distintos ángulos obtenidos de las gotas analizadas. A tal elemento debe-
mos colocarlo al inicio de cada mácula y en su centro (eje mayor) teniendo en cuenta la
dirección de procedencia logrando así conocer el punto de origen de la salpicadura, tema
que se explicará en el siguiente apartado.

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Tema 1: Análisis de patrones de manchas de sangre 45

Figura 38. Tabla de funciones trigonométricas.

METODOLOGÍA PARA LA DETERMINACIÓN DEL PUNTO DE ORIGEN DEL PA-


TRÓN HEMÁTICO
El punto de origen será el punto probable desde donde se originaron las gotas de sangre
sobre el punto de convergencia, este punto se encuentra en el plano tridimensional, es
decir, en el eje z.
Para hallar este punto, el cual es perpendicular al plano en el que se encuentran las man-
chas de sangre, es necesario combinar en cada una de las gotas seleccionadas el área o
zona de convergencia y su ángulo de impacto. Este último es quién determinará la altura o
distancia existente entre la zona de convergencia y el punto de origen aplicando la función
tangente. En caso de que las manchas halladas se encuentren en el suelo, determinará la
altura, mientras que si se ubican en la pared se conocerá la distancia.
Si sabemos que la tangente de un ángulo se define como la relación trigonométrica entre
el lado adyacente y el lado opuesto de un triángulo rectángulo que contiene ese ángulo,
se puede construir de forma imaginaria un rectángulo cuyo ángulo estará definido por el
grado de incidencia de la gota sobre el plano y por la distancia horizontal desde el inicio de
la gota hasta el punto de convergencia, lado adyacente, pudiendo establecer que la altura
o distancia a la zona de origen será el lado opuesto al ángulo de impacto.
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46 Manual de Criminalística y Criminología

Ángulo

Figura 39. Representación del triángulo rectángulo que se forma para determinar la zona de origen.

Ahora bien, si ya determinamos que el lado adyacente es la distancia de la gota a la zona


de convergencia y que la altura o distancia es el lado opuesto, la ecuación para hallar la
incógnita será la siguiente:

Figura 40. Cálculo para conocer la altura o distancia a la zona de origen.

Veamos un ejemplo, en el lugar del crimen se hallaron manchas de sangre en la pared de


la cocina, en primer lugar se eligieron manchas aptas para el análisis.
Luego para hallar el punto de convergencia se trazó una línea longitudinal por el medio de
la mancha utilizando hilos. Seguidamente se midió la distancia que existía entre el punto
de convergencia y el borde frontal de una gota, esta distancia midió 1,3 metros, y se es-
tableció el ángulo de impacto aplicando la ley de los senos, siendo este de 30º.
Una vez obtenidos los datos se procedió a aplicar la ley de la tangente sustituyendo los
valores a la ecuación como expresa la Figura 40, obteniendo el siguiente resultado:

Figura 41. Resolución del cálculo para conocer la altura o distancia de la gota seleccionada a la zona de origen.

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Tema 1: Análisis de patrones de manchas de sangre 47

Una vez que se realiza este procedimiento con cada una de las gotas seleccionadas da-
remos con el punto o zona de origen de las mismas, se debe recordar que cuanto mayor
sea el número de máculas seleccionadas, más preciso será nuestro origen.

Figura 42. Representación gráfica de los elementos estudiados.

Práctica 6: Tome una jeringa con sangre humana y provoque una salpicadura con un
ángulo de 45° aproximadamente con respecto al plano y a 34 cm del soporte elegido, por
ejemplo una cartulina de papel. Golpee firmemente con la palma de la mano lo más veloz
posible la base de la jeringa para así generar el patrón de mancha de sangre. Otra opción
sería realizar la experiencia con el preparado de sangre simulada anteriormente descrito.
De esta manera, logrará obtener la forma elíptica en un gran número de gotas, que pos-
teriormente se analizarán determinando su direccionalidad y su zona de convergencia,
como así también la distancia del lado adyacente.
Posteriormente realice las mediciones pertinentes de los ejes y aplique la función arco
seno para conocer el ángulo de impacto, corroborando con la práctica lo que nos dice
la teoría. Cabe destacar que por los elementos utilizados para las mediciones se puede
generar diferencias ínfimas entre las medidas de los ángulos obtenidos con respecto al
ángulo de incidencia real, ya que durante su vuelo se le aplica a cada gota la fuerza de la
gravedad y la resistencia del aire por ejemplo.
Por último, aplicaremos la función tangente para conocer la distancia en que se encontra-
ba la fuente que originó las salpicaduras. En este punto habremos logrado aplicar todos
los conocimientos aprendidos durante el desarrollo de este capítulo.

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48 Manual de Criminalística y Criminología

Figura 43. Resultados de la Práctica 6.

TÉCNICA DEL ENCORDADO


La forma correcta para visualizar la zona de origen de manera gráfica es empleando la téc-
nica del encordado, el analista podrá crear una forma tridimensional en el lugar del hecho
con el fin de demostrar el área de origen de las gotas analizadas.
Esta metodología consiste en colocar hilos uniendo por un lado el extremo delantero de
las gotas seleccionadas hasta el punto o zona de convergencia, recordemos que para
ello debemos colocar el cordel por el centro de cada una de las máculas y en paralelo a
su eje mayor marcando su direccionalidad, tanto el inicio como el extremo se puede fijar
con cinta adhesiva transparente. Luego, al medir el eje mayor y menor de cada una de las
gotas se podrá realizar la función arco seno y conocer el ángulo de impacto de cada gota
en la superficie.
Aquí comenzaremos a unir los puntos y los datos matemáticos obtenidos, para lograr
realizar la representación tridimensional tan necesaria. Con el auxilio del transportador se
ajusta el ángulo de cada impacto seleccionado y se alinea con la dirección de vuelo, para
esto se enciende láser de mencionado elemento y comienza a marcarse uno a uno los
puntos donde este se topa con una superficie cercana y se fija. Una vez que se realizó
este procedimiento con la totalidad de gotas estudiadas comenzaremos a observar que,
de haberse producido un solo golpe, tendrán una zona de convergencia en común. Por
otra parte si se han sucedido dos o más lesiones se dilucidará dos o más convergencias.
De igual manera esta técnica presenta diversos inconvenientes ya que el hecho de colocar
en el lugar del hecho gran cantidad de hilos extendidos de un lado al otro genera un desor-
den que incomoda al analista en su desplazamiento. También está sujeto a la subjetividad
debido a que una mínima modificación en la toma de las medidas cambiará por ejemplo el
ángulo de impacto de la gota analizada, sumado a esto ocurre que todo analista no posee
en su equipo un transportador láser para ubicar correctamente el ángulo del hilo, por lo
que su imprecisión podrá aumentar.
Hay que destacar que, frente a estas “desventajas”, a medida que aumentamos la cantidad
de gotas analizadas el margen de error se verá disminuido. Además como premisa se

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Tema 1: Análisis de patrones de manchas de sangre 49

puede afirmar que es prácticamente imposible que todas las gotas analizadas converjan
en un mismo y único punto de origen, por ello muchas veces se habla de zona de origen
y no un único punto de origen.
El auge de la tecnología aplicada a la investigación y estudio criminal, creando por ejemplo
escáneres láser 3D y programas informáticos de reconstrucción virtual forenses que se
han transformado en alternativas efectivas y fiables para determinar el área de origen y
otros puntos de interés criminalístico, ha llevado a que en los últimos años el empleo de
esta técnica de encordado decrezca en muchas partes del mundo, pero aún en diversas
situaciones se sigue empleando debido al bajo costo que esta posee y a la ausencia de
estas tecnologías en las policías científicas.

Figura 44. Aplicación de la técnica de encordado.

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2
ANÁLISIS FORENSE
DE LA ESCRITURA
Francisco José Tortosa López
Licenciado en Criminología y experto en análisis de escritura
Ayuntamiento de Alicante
España

CONCEPTO DE GRAFÍSTICA Y CIENCIAS AFINES


Es importante establecer como punto de partida el marco en que se sitúa la investigación
del grafismo desde la perspectiva pretendida en este trabajo. Este escenario no puede ser
otro que la criminalística definida como la ciencia penal auxiliar que mediante la aplicación
de sus conocimientos, metodología y tecnología, al estudio de las evidencias materiales,
descubre y verifica científicamente la existencia de un hecho presuntamente delictivo y
al o a los responsables aportando las pruebas a los órganos que procuran y administran
justicia (Montiel Sosa, 1991).
No obstante la criminalística puede llevarse a cabo en cualquier jurisdicción tanto Penal
como Civil, Social, Contencioso-administrativa o Militar. Esta ciencia se lleva a cabo desde
distintos enfoques que abordan evidencias concretas a través de las técnicas adecuadas
(balística, lofoscopia, genética forense, medicina forense…).
La evidencia sobre la que vamos a tratar no es otra que el documento, de ahí que docu-
mentoscopia se identifique con la parte de la criminalística que, mediante “la aplicación
práctica y metódica de los conocimientos científicos, tiene como objetivo verificar la au-
tenticidad o determinar la autoría de los documentos”.
El documento es el objeto central, pero su estudio admite distintas perspectivas de abor-
daje con una técnica determinada en cada caso. El concepto podemos sintetizarlo en
“el soporte que contiene datos fidedignos o susceptibles de ser empleados como tales
para probar algo y que es susceptible de ser falsificado ya sea por creación, imitación o
alteración”.

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52 Manual de Criminalística y Criminología

Así, en un intento de delimitar los ámbitos de trabajo desde la analítica documental pode-
mos establecer la siguiente clasificación:
• Documentos manuscritos. Cuyo contenido son textos o firmas plasmados en re-
cibos, testamentos, cheques, graffiti, anónimos, recetas médicas...
• Documentos tipografiados. Cuya elaboración se lleva a cabo mediante máquinas
de escribir, impresoras, fotocopiadoras u otro tipo de impresión.
• Documentos de identidad. Referidos a pasaportes, cartas de identidad, permisos
de conducir, títulos de viaje... En estos casos el análisis abarca tanto la parte ma-
nuscrita como la referida a las medidas de seguridad que contienen este tipo de
documentos.
• Documentos mercantiles. Cheques, letras de cambio, pagarés... Como en el caso
anterior, el objeto de estudio es verificar que las medidas de seguridad no han sido
vulneradas y su contenido no ha sido sometido a borrados, lavados, añadidos...
• Documentos de lotería y moneda. Estos documentos carecen de expresiones
manuscritas; en estos casos, la pericia no recae pues sobre la escritura sino sobre
las alteraciones fraudulentas que pretenden simular las características del billete
auténtico.
En este trabajo nos vamos a centrar en el documento manuscrito y en las distintas formas
de abordarlo. Félix del Val Latierro, en su libro Grafocrítica. El documento, la escritura y su
proyección forense (Ed. Tecnos, Madrid, 1963), utiliza el concepto de grafotecnia como
ciencia general del grafismo y clasifica las distintas disciplinas en función de dos criterios:
por la forma del grafismo (caligrafía, paleografía, taquigrafía, criptografía), y por su finali-
dad (diplomática, grafonomía, grafopatología, grafología, grafocrítica…).
Llegados aquí nos encontramos distintas denominaciones para referirnos al mismo es-
tudio del documento manuscrito: pericia caligráfica, grafística o grafocrítica. Aunque no
considero una cuestión de calado el debate sobre la denominación, sí debemos tenerla en
cuenta a fin evitar confundir la esencia de su objeto.
Afirmaba el Dr. Luis Gonzalo Velásquez de Posada en el X Congreso de la Sociedad Inter-
nacional de Peritos en Documentoscopia que resultaba algo perplejo para los miembros
de un tribunal, cuando no para otros actores jurídicos, ver ante sí a dos peritos a los que
habiéndosele pedido el mismo objeto dicen representar ciencias distintas: uno dice ser
perito calígrafo y otro documentólogo (por ejemplo) cuando ambos han realizado una
investigación en la misma línea.
Ejemplo de ello “quedó reflejado” en el asunto GAL cuando el juez Garzón solicitó un
peritaje sobre ciertos manuscritos, con el fin de poder atribuirlos o no a los inculpados.
Dichos papeles fueron sometidos al examen de cinco expertos que coincidieron en su
dictamen. Los medios de comunicación no se cansaron de llamar grafólogos a los ex-
pertos en escrituras (Lázaro Carreter, 1997). De tal situación también fui objeto en mi

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Tema 2: Análisis forense de la escritura 53

persona cuando fui designado por el Cuerpo de Policía Local de la ciudad de Alicante para
investigar la autoría de inscripciones manuscritas realizadas con aerosol, o cuando con el
profesor Vicente Soto Pelegrín realizamos un curso sobre la Grafística aplicada al graffiti
vandálico en la Universidad de Salamanca y la prensa dio cuenta de la actividad en los
mismos términos.
Lo realmente importante es el carácter científico con que se aborda el análisis de un do-
cumento, en nuestro caso manuscrito, desde unos conocimientos objetivos aplicados a
través de un método, argumentados y verificables. El punto de partida en el análisis de un
documento es la claridad meridiana con que debe quedar expuesto el objeto de estudio.
No caben discrepancias a este respecto. Desde ahí podremos aplicar el método idóneo
que ofrezca una respuesta adecuada.
No voy a resolver un debate que queda en un segundo plano y que se extiende más allá
del presente trabajo, incidiendo en el objeto mismo del análisis documental que se preten-
de que no es otro sino determinar la autenticidad o falsedad de un documento manuscrito
y su atribución a un autor concreto.
Es el objeto planteado lo que ha propiciado la evolución desde la grafología original, que
queda en un área de la psicología experimental, hacia otras áreas de estudio como la
discriminación de tintas, el análisis de soportes y útiles de escritura, entrecruzamiento de
trazos… delimitando el espacio de investigación que cada ciencia del grafismo se reserva
para sí.

PRINCIPIOS DE LA ESCRITURA Y OBJETO DE LA CIENCIA


La escritura surge históricamente al abandonar el hombre la vida nómada y asentarse en
núcleos urbanos cuyas necesidades de acopio de abastos y organización administrativa
aumentó exponencialmente el volumen de la información necesaria de manejar, imposible
de retener en la memoria con la facilidad que las tácticas de caza y convivencia anteriores
habían permitido.
Al plasmarse en escritos la comunicación verbal, el hombre extrajo una parte de sí y la
dejó descansar sobre soportes materiales ajenos a su constitución física y finita pro-
yectando el conocimiento más allá del tiempo. La memoria almacenada multiplica los
beneficios de la comunicación, de la relación humana en cualquiera de sus facetas. Desde
una concepción androcentrista considero que este hecho fue la catapulta de la evolución
humana como especie civilizada.
La evolución histórica pasa por distintas etapas: pregráfica, pictográfica, iconográfica y
escrituraria. Ubicados en la última veremos un progreso desde sistemas logosilábicos
(sumerio, hitita) y silábicos (elamita, fenicio, hebreo…) hacia el actual sistema alfabético,
con la complejidad resultante de cada uno de ellos (Macías Túnez, 2016).

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54 Manual de Criminalística y Criminología

La adecuación del cerebro humano a las nuevas necesidades de comunicación y el entor-


no escritural en concreto ha resultado de la interacción entre factores medioambientales,
sociales o culturales, con factores biológicos. La estructuración de las áreas corticales y
el desarrollo de las capacidades cognitivas entre otros factores han permitido una organi-
zación psicobiológica facilitado por el desarrollo y control de la conducta simbólica.
Lo cierto es que la escritura resulta un fenómeno en el que intervienen distintas áreas
cerebrales que coordinan la actividad visomotora y el proceso de la comunicación, lo cual
exige no solo la voluntad de llevar a cabo el acto sino la preparación del mensaje y el co-
nocimiento del código de signos. No existe pues, un área cerebral específica que controle
el proceso escritural.
Los automatismos derivados de la fase de aprendizaje en la que se interiorizan desde la
repetición constante letras, sílabas, palabras… convergen con los procesos cognitivos
con que el sujeto construye el mensaje. Cuando escribimos, la actividad cognitiva se
dirige al mensaje que queremos transmitir; a continuación, unas milésimas de segundo
después, trazamos sucesivamente cada signo de modo instintivo.
Estos automatismos se ven interrumpidos cuando el amanuense intenta alejarse de su
propio gesto gráfico distorsionándolo o asimilando la escritura de otro, y esto solo cabe
en dos campos: en el arte o en el fraude. La diferencia entre ambos va a radicar en la in-
tención de quien elabora el documento y que se determinará mediante el proceso judicial
correspondiente.
El automatismo facilita el gesto espontaneo, ágil y rítmico, que se materializa en el movi-
miento, ajeno a la voluntad fraudulenta. Responde a las leyes de la Física y la Fisiología.

LAS LEYES GRÁFICAS DE LA ESCRITURA


Las leyes gráficas fundamentan el análisis científico de la escritura y de ellas se derivan
todos los principios de la Grafística para la identificación y estudio de la autoría de la es-
critura; no dependen de los alfabetos utilizados (Sollange Pellat, 1927) ya que las caracte-
rísticas gráficas individuales vienen referidas al continente y no al contenido.
Ley de la individualidad de la escritura (H. Michon). Con el hábito de escribir, la forma
se separa del trabajo caligráfico y la escritura se modifica produciendo detalles más per-
sonales y absolutamente inconscientes.
Otros autores como Gayet (1962) han convenido: “Cada individuo posee una escritura que
le es propia y que se diferencia de las demás”, aunque este la situaría ya en la infancia.
Diversos autores citan a Crépieux Jamin al iniciar su exposición del método grafológico,
nos pone en antecedentes: “La diversidad de escrituras es algo prodigioso (...). El traza-
do de un solo palote permite nada menos que 8.549 millones de variaciones. Aplicando
análogos cálculos al de la cifra 1, teniendo en cuenta sus distintas formas caligráficas y

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Tema 2: Análisis forense de la escritura 55

tipográficas y sus eventuales combinaciones con otra cifra o alguna letra, llegamos al total
aproximado de:
857.560.902.216.027.392.000.000.000
Para las 26 letras y cifras de nuestro alfabeto obtenemos un 1 seguido de mil setecientos
ceros”.
Edmond Solange Pellat (1927) elaboraría las primeras leyes de la escritura que citamos a
continuación:
Ley del impulso cerebral. El gesto gráfico está sometido a la influencia inmediata del ce-
rebro. El órgano que escribe no modifica la forma de la escritura si funciona normalmente
y está bastante adaptado a su función.
Es el cerebro, la formación psíquica superior, la encargada de producir la escritura. Sin
embargo, la exteriorización de las órdenes que dimanan del cerebro, se materializa a tra-
vés del mecanismo muscular.
Cuando el escribiente pierde la mano diestra o esta se incapacita para escribir, y es la
mano no diestra, los pies o la boca, los que han de suplirla, se conservan las mismas
características gráficas.
Ley de la acción del yo. Cuando el sujeto escribe, el yo está en acción, pero el sentimiento
casi inconsciente de esta actuación pasa por alternativas continuas de intensidad y debili-
dad. Adquiere el máximo de intensidad cuando tiene que realizar un esfuerzo, es decir, en
los comienzos, y el mínimo cuando el movimiento de la escritura viene secundado por el
impulso adquirido, o sea, en los finales.
Celso y José del Pichia afirman: “En la práctica, la consecuencia del fenómeno se nota
casi siempre en las imitaciones. Al principio del trabajo, el falsificador está excesivamente
preocupado con la tarea. Al final, se deja afectar por el hábito, registrando entonces las
marcas que permiten algunas veces determinar la autoría de las escrituras”.
Ley de la marca del esfuerzo. No se puede modificar voluntariamente en un momento
dado la escritura natural más que dejando en su trazado la señal del esfuerzo realizado
para lograr el cambio.
Los parámetros gráficos, presión, velocidad, forma, inclinación, etc. constituyen un todo
característico, que se compone de expresiones individuales y que al igual que los gestos
propios, resultan altamente definitorios. Intentar controlar la ejecución de todos ellos si-
multáneamente imprime un esfuerzo que se manifiesta en el grafismo.
Ley de permanencia de los caracteres. Quien escribe en circunstancias en que el acto de
escribir es particularmente difícil, traza instintivamente o bien formas de letras que le son
más habituales, o bien formas más fáciles de construir.
Esta ley se muestra especialmente activa en personas enfermas que se encuentran debi-
litadas y escriben en la cama, aquellas sometidas a coacción, o la necesidad de escribir
en planos alejados para lo que es necesario un esfuerzo en la aproximación, por ejemplo.

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56 Manual de Criminalística y Criminología

Además de estas leyes, a través de la historia del ejercicio de las ciencias del grafismo se
han desarrollado lo que se conoce con el nombre de Principios de Grafística Aplicada
(Viñals y Puente, 2001).
• Toda escritura tiene un índice de variabilidad intrínseca, por lo que dos letras nun-
ca son absolutamente iguales a menos que sean el producto de un calco.
• Una escritura de un nivel gráfico alto no puede ser atribuida a un escritor cuyo
nivel gráfico es inferior.
• La escritura simulada refleja evidencias de conflicto y lucha contra la automatiza-
ción inconsciente, manifestando “signos de esfuerzo” en la imitación para alcanzar
la forma pretendida y en el intento de evitar que se manifiesten las características
gráficas personales.
• El disimulo gráfico lleva a la modificación de los elementos más llamativos descui-
dando gran número de detalles, no pudiendo evitar descubrirse el autor.
• Se modifica más fácilmente la forma que el movimiento, por lo que es factible que
aparezcan temblores y pequeños depósitos de tinta producto de una reducción en
la velocidad.
• Toda escritura está sometida a un proceso de evolución, estabilización o involu-
ción gráfica de acuerdo con la edad o el estado psicofísico. De ahí que sea idóneo
para el cotejo buscar escrituras contemporáneas.
• Las firmas o textos añadidos se ajustan en función del espacio disponible, evitan-
do entrar en contacto o superponerse a rasgos anteriores.
Andrés Menyel Royán (1992) reprodujo el decálogo de Félix del Val Latierro actualizando
conceptos que ya se encontraba en el elenco de Principios de la Grafística, Cormenzana
López (2012), inspector del Cuerpo Nacional de Policía, lo relaciona en la revista Ciencia
Policial:
• La psique y el grafismo están en relación permanente causa-efecto.
• Así como no hay dos personas iguales, tampoco existen dos escrituras iguales.
• Lo psíquico y lo fisiológico determinan la fisionomía del escrito, dando como re-
sultado variedades infinitas.
• La escritura es un resultado neuromotor gráfico condicionado por la adaptación
al órgano que ejecuta la función, pero independientemente de este así como del
alfabeto empleado.
• Los estados de conciencia, pasajeros o permanentes, repercuten en el grafismo.
• La escritura es inicialmente un acto volitivo, pero con predominio posterior del
subconsciente, lo que explica la permanencia y fijeza de las peculiaridades gráficas.
• No se puede simular la propia grafía sin que se note el esfuerzo de la lucha contra
el subconsciente.

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Tema 2: Análisis forense de la escritura 57

• Ninguna persona puede cambiar simultáneamente todos los componentes, varia-


bles o parámetros de la escritura propia o ajena; pues nadie tiene la capacidad su-
ficiente de atención, destreza y control de reflejos para imitar con espontaneidad
y serenidad una firma o escritura dadas, por la dificultad de reprimir los impulsos
psíquicos y automáticos grafomotores que plasman los propios hábitos de la per-
sonalidad gráfica. (Principio de Saudek)
• Por mucho que lo pretenda el falsificador, es imposible que el subconsciente no
lo traicione y emerjan signos de identidad revelando la verdadera personalidad del
escritor.
• No todos los signos gráficos tienen el mismo valor. Los más importantes son
aquellos que son invisibles o poco aparentes, pues son los que escapan al control
del falsificador o imitador.

DETERMINACIÓN DE AUTORÍA VS. ATRIBUCIÓN DE AUTORÍA


Entendemos por determinación de autoría cuando al analizar distintos escritos podemos
llegar bien a concluir que todos ellos han sido realizados por el mismo autor, bien a agru-
parlos en función de varias autorías. En este caso no es necesario disponer de muestras
indubitadas.
El objeto que se plantea al experto es “si la firma que representa al escritor en cada pági-
na de que consta el documento dubitado corresponde a la misma persona, o bien existe
alguna o algunas de persona distinta”. La pregunta no se dirige hacia el titular de dicha
signatura, sino a la relación intrínseca del conjunto de firmas.
Cuando nos referimos a la atribución de autoría, necesitamos disponer de un documento
indubitado, es decir cuya autoría se halle asumida por su titular u otro supuesto de los que
recoge el art. 350 de la Ley de Enjuiciamiento Civil. En el supuesto expuesto en el párrafo
anterior, el objeto planteado en función de la atribución sería: “Si la firma que representa
al escritor en cada página de que consta el documento dubitado corresponde a la misma
persona, o bien existe alguna o algunas de persona distinta”.
O también “si del análisis de la firma que representa a ‘A’ derivase falsa, verifíquese si B, C
o D fueron los autores”. En ambos casos se hace imprescindible disponer de una muestra
indubitada del titular de la firma o de aquellos a quien se atribuyese la falsificación, a fin
de cotejar cada una de las diez firmas y dictaminar si existe o no correlación gráfica con
cada titular de las muestras indubitadas.

SINCERIDAD GRÁFICA
La sinceridad gráfica es un concepto que no se deriva necesariamente del contenido de
un documento (sinceridad ideológica), sino de la adición, sustracción o alteración del
documento original. Está relacionada con la espontaneidad expresada en la ausencia de

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58 Manual de Criminalística y Criminología

temblores, detenciones, reenganches… habiendo desestimado que si concurriesen, lo


hiciesen a causa de una patología.
Un documento auténtico es el indubitado, aquel en que convergen los requisitos seña-
lados en el art. 350.2 de la Ley de Enjuiciamiento Civil a los efectos del cotejo de letras:
1. Los documentos que reconozcan como tales todas las partes a las que pueda
afectar esta prueba.
2. Las escrituras públicas y los que consten en los archivos públicos relativos al DNI.
3. Los documentos privados cuya letra o firma haya sido reconocida en juicio por
aquel a quien se atribuya la dudosa.
4. El escrito impugnado, en la parte en que reconozca la letra como suya aquel a
quien perjudique.
Celso y José del Pichia (2006) afirman que el documento auténtico es aquel que no ha su-
frido ninguna modificación desautorizada que desvirtúe la voluntad expresada en el pacto
firmado. E incide en “modificación desautorizada”, pues puede modificarse un documento
con acuerdo de las partes afectadas, salvando el cambio y debidamente autorizado. De
otro modo deberá considerarse inauténtico.
Autenticidad gráfica, sin embargo, viene referida únicamente a la escritura originaria del
puño y letra de la persona que la realizó. Está directamente relacionada con la identidad
física del autor.

GRAFODINÁMICA VS. GRAFOMOTRICIDAD


Estamos ante dos conceptos que interactúan entre sí tal y como lo hace el propio ama-
nuense con el grafismo que traza. La grafomotricidad viene referida a los procesos que
intervienen en la realización de las grafías y de su grado de automatización. Por otra parte,
la grafodinámica estudiaría desde el grafismo, el movimiento del útil sobre el soporte.
Nos referimos a grafomotricidad cuando hablamos del escritor y a su capacidad de apren-
dizaje y maduración para conseguir el control fisiológico sobre los elementos que le per-
miten escribir.
Cuando el gesto escritural ya está afianzado, desde la perspectiva de la grafística habla-
mos de grafodinámica, refiriéndolos a ella como el grafismo vivo, en movimiento… a la
forma con que evoluciona sobre el plano.
Si un sujeto es capaz de repetir un grafismo con plena similitud en sus características
es porque lo ha interiorizado. Esto cobra mayor sentido cuando nos referimos a la firma
ilegible como algo distinto del garabato que no goza de esa interiorización ni de gesto au-
tomatizado. Esto requiere un alto grado de aprendizaje que conlleva el control motor bajo
la total coordinación entre el ojo y la mano.

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Tema 2: Análisis forense de la escritura 59

Tras la etapa de aprendizaje, el “modelo caligráfico” se comporta como un disco introdu-


cido en el cerebro, donde el inconsciente transforma dicho modelo gráfico y crea rasgos
individuales en la manifestación escritural individual (Viñals y Puente, 2001).
La escritura no es una sucesión de rasgos aislados, sino un conjunto de movimientos que
se plasman sobre el papel en tres dimensiones. El escritor intenta adecuar su idea gráfica,
texto o dibujo, sobre el plano en el que se halla, bien en cuanto a tamaño (relación bidi-
mensional del soporte), bien en cuanto a orientación (plano, oblicuo, vertical).
Según el útil empleado y sobre el plano en que recaiga la escritura, se utilizará en su ejecu-
ción una musculatura distinta. No es lo mismo una escritura con bolígrafo cuya ejecución
recae sobre la musculatura distal que otra realizada con una tiza o un rotulador sobre una pi-
zarra, donde interviene la musculatura proximal; según veremos en los siguientes ejemplos.

Niveles motrices de la escritura


Establecemos tres niveles que denominamos en función de su distancia al eje corporal.
Nivel distal. Donde actúa la musculatura distal conformada por la muñeca y los dedos.
La motricidad fina se llevaría a cabo en el nivel distal y consiste en movimientos con-
trolados y deliberados que exigen un alto desarrollo muscular y la madurez del sistema
nervioso central. Dicho control conlleva la necesidad de mayor grado de atención y control
y produce trazos más precisos.
Ejemplo: La escritura mediante bolígrafo, nos lleva a apoyar el extremo del antebrazo en la
zona previa a la muñeca manteniendo la movilidad de esta y de los dedos que se extien-
den y encogen constantemente durante el ejercicio de escritura.
Nivel proximal. Donde participa la musculatura ubicada a la altura del codo y del antebrazo.
El juego de la muñeca y el codo como eje del movimiento escritural, suponen una posición
intermedia entre la motricidad fina y la motricidad gruesa. No obstante se encuentra más
próxima al nivel distal sin llegar a la especialización de la musculatura de la mano.
La escritura con tiza, nos conduce al empleo de la musculatura proximal utilizando el codo
como eje motor, al tiempo que el apoyo del útil de escritura sobre el soporte permite la
acción conjunta de la mano y el codo como si de las dos puntas de un compás se tratase.
Nivel axial. En este nivel se construyen los trazos escriturales desde la musculatura que
se encuentra más cerca del eje central del cuerpo (tórax, hombro…).
La motricidad gruesa requiere menor grado de madurez y consiste en el movimiento a
nivel del codo y del hombro, más cercano del eje central del cuerpo y que permite mayor
espontaneidad y menor control sobre el movimiento. Pone en acción mayores grupos
musculares que ocupan mayores segmentos corporales.
Como ejemplo de este nivel podemos citar la escritura con aerosol, donde la posición del
escritor frente al plano y la ausencia de apoyo sobre este hacen que el grafismo se plasme

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60 Manual de Criminalística y Criminología

desde la zona más próxima al eje del cuerpo. El hombro sirve de eje y la maniobra de tras-
lación pasa del brazo al cuerpo entero.
El mecanismo fisiológico del gesto gráfico se lleva a cabo en cualquiera de estos niveles
siguiendo los siguientes movimientos:
• Extensión: de abajo hacia arriba.
• Flexión: de arriba hacia abajo.
• Abducción: de izquierda a derecha.
• Aducción: de derecha a izquierda.

RASGOS CONSCIENTES Y RASGOS INCONSCIENTES


Tal y como se viene determinando en otros apartados, el proceso de aprendizaje de la
escritura basado en la repetición constante de un modelo caligráfico pasa por varias fases
como la escritura copiada, dictada y espontánea hasta que se individualiza creando un
gesto único que nadie más podrá reproducir.
Al escribir, el amanuense no se limita a ejercer un movimiento ocasional y sin objeto, más
bien al contrario, es producto de una voluntad y una motivación que activa los mecanis-
mos neuronales. La palabra que mejor define las diferencias entre los gestos gráficos de
un niño y la escritura de un adulto es “anticipación”. Nuestra escritura en cierto modo ya
está realizada antes de aparecer sobre el papel por cuanto que el escritor estructura men-
talmente el mensaje y, de una forma automatizada, traza símbolos, signos, letras… que lo
expresan en un lenguaje concreto.
De este modo podríamos establecer otra diferencia entre “dibujar” una palabra y “escribir-
la”, pues en el primer caso no necesitamos entender lo que estamos dibujando, y además
privamos del movimiento de proyección de mensaje, del ritmo escritural. El dibujo lo si-
tuaremos en un plano consciente, en el que su autor dirigirá voluntariamente el trazo en la
dirección que estime, en tanto que en la escritura, el autor lanzará el útil reproduciendo so-
bre el soporte el mensaje que tenía en su mente de un modo automatizado, inconsciente.
Los rasgos inconscientes son los de mayor valor pericial al no estar sometidos bajo el
control del amanuense,
De todas estas leyes y principios se desprende que en el proceso escritural intervienen
procesos conscientes e inconscientes, siendo estos últimos los que reúnen rasgos de
identidad de mayor valor dado que el amanuense, bien sea el titular de una escritura o su
falsificador potencial, no tiene control sobre ellos.
Un ejercicio que solía proponer era que el alumno escribiese en una hoja un texto espon-
táneo elegido por él mismo. Una vez realizado le pedía que escondiese esa hoja y pre-
parase otra en blanco. Ahora debía escribir un texto similar, pero con un requisito: debía
disfrazar su propia letra hasta hacerla irreconocible.

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Tema 2: Análisis forense de la escritura 61

El resultado eran dos textos que respetaban las mismas distancias al borde de la hoja,
entre letras, entre palabras, entre renglones…, los ejes geotrópicos (superior relativo al
tamaño de las hampas e inferior relativo al tamaño de las jambas) eran los mismos pro-
porcionalmente. Se cumplía con exactitud el principio de grafística en el que se afirma que
“se modifica antes la forma que el movimiento”.
Sin embargo, todos manifestaron la dificultad de alterar el gesto gráfico que tenían in-
teriorizado, siéndoles imposible traicionarse en muchas ocasiones. Eso cuando podían
valorarlo porque el gesto era visible, algo que no les era posible en rasgos como la presión
que permanecía fuera de su control.
Gestos tipo. Podemos definirlos como “tics” que se repiten de modo involuntario como
una peculiaridad constante a lo largo de un escrito. Para considerar un gesto como tipo
valoraremos los siguientes factores:
• Frecuencia de aparición.
• Posición (importancia de inicios y finales).
• Forma (resultante de la grafodinámica).
• Tamaño.
• Enlaces (grafodinámica de la unión entre letras).
• Arcos y ángulos.
En cuanto a la posición es posible añadir el lugar donde se colocan las tildes (próximas
o alejadas de la letra a la que acompañan, adelantadas o retrasadas), de igual modo las
barras de la letra “t” y “T”, o el lugar de abreacción (donde abren o cierran los óvalos), la
posición intrínseca del valle y los montes de la letra “M”, y lo signos de puntuación (dis-
tancia a la letra más próxima).
Respecto a la forma, considero que no debemos tratarla aisladamente sino en relación
a otros factores. Así, en relación al tamaño, el gesto será más significativo cuanto más
pequeño, por cuanto que el gesto resulta menos controlable por el amanuense. Asociada
a signos de puntuación o tildes, nos facilitará esa peculiaridad como una vírgula, el sentido
de trazado, un óvalo…
Los enlaces. Resulta tremendamente difícil alterar la propia tendencia sin dejar marca del
esfuerzo proporcional en conseguirlo. El modo de enlazar unas letras con otras queda tan
interiorizado que no es posible modificarlo.
Derivada de esta carga inconsciente podremos señalar como de mayor valor pericial el
rasgo estudiado y aquellas deformaciones específicas que se repiten (bucles, blancos
internos…). Cuanto mayor sea el número de estos rasgos con mayor fiabilidad podremos
determinar una pauta de identidad del escritor.

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62 Manual de Criminalística y Criminología

GRAFISMOS VISIBLES Y NO VISIBLES


La continuidad del grafismo en cada línea solo se ve interrumpida con el levantamiento
del útil para trazar determinados signos dotados de tildes o separar palabras, así como la
propia variabilidad en el modo de enlazar las distintas letras.
Esta continuidad podemos seguirla incluso cuando el útil de escritura está en el aire
haciendo patente el ritmo escritural. Así, por ejemplo, cuando se copia un texto, el men-
saje no fluye de modo continuado, sino que sucesivamente el amanuense interrumpe la
escritura para leer el texto que intenta reproducir. Desde una perspectiva de conducta
fraudulenta, el falsificador, al no poder seguir el trazo se detendría creando un depósito
de tinta. Para evitar esto podría detenerse aprovechando los levantamientos de útil en
el texto o firma original, siendo factible detectar este punto analizando los denominados
rasgos no graficados.
Valbuena Balmaceda (2009) califica de inconscientes los movimientos no graficados y los
clasifica en cuatro categorías:
1. Movimientos no graficados de acercamiento.
2. MNG de preparación gráfica.
3. MNG inicial.
4. MNG final.
Valbuena, también presta atención a los movimientos graficados (MG) que se manifiestan
en el momento en que el útil de escritura toma contacto con el soporte y se trasladan
sobre este los pigmentos de aquél. Los clasifica como:
1. Movimientos graficados literales (MGL). Son aquellos que dan origen a las letras
caligráficas, existen dos versiones:
• Movimientos graficados literales mayúsculas. De mayor tamaño que el resto y
más susceptibles de recibir ornamentos.
• Movimientos graficados literales minúsculas: Estos son importantes porque
generan el cuerpo de la firma y en ellos aparece el fenómeno de la simplifica-
ción que les aleja del modelo caligráfico.
2. Movimiento graficado ilegible (MGI). Tal y como hemos afirmado con anteriori-
dad, a pesar de ser ilegible para los lectores, para el titular de la firma cada trazo
tiene un sentido que él asocia a mayúsculas, minúsculas o rúbricas. No es un
garabato, el cual es completamente aleatorio y sin ningún automatismo.
3. Movimiento graficado de la rúbrica (MGR). La rúbrica es el elemento gráfico
“accesorio” de la parte literal de las firmas. Es como un código gráfico constituido
por desenvolvimientos espontáneos, generalmente muy veloces.

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Tema 2: Análisis forense de la escritura 63

4. Movimientos graficados de desplazamiento. En las firmas legibles, los movimientos


graficados de desplazamiento (MGD) se utilizan para evitar que las letras se
monten unas sobre otras.
5. Movimiento graficado de puntuación. Son todos los movimientos destinados a
producir los signos de puntuación (el punto sobre la letra “i”, tildes, apóstro-
fes…).
Si trasladamos al texto estos movimientos que describe Valbuena poniendo su atención
en las firmas, veremos que toman su propia identidad. Así, los movimientos no graficados
de acercamiento y preparación, se producirán al inicio del párrafo. Los MNG de inicio y
final se llevarán a cabo en cada trazo y podremos observar la continuidad entre el final de
un trazo y el inicio del siguiente.

EL COTEJO: CALIDAD Y CANTIDAD DE LA MUESTRA ANALIZADA


Cuando hablamos de cotejo nos referimos con mayor concreción a la fase en la que en-
frentamos los documentos cuestionados con los de referencia. Sin embargo, el origen de
esta fase no es la confrontación de características en sí misma sino la respuesta al objeto
planteado. La cual puede ver dirigida la atención a la presencia de alteraciones documen-
tales que dejen en un segundo plano el cotejo de letras.
En un primer lugar nos enfrentamos a dos cuestiones fundamentales: la cantidad y la
calidad de las muestras aportadas. No existe una cantidad determinada a priori y quizá
dependa del caso concreto:
• Una firma con gran riqueza de rasgos va a facilitar la localización de particulari-
dades gráficas. Ello conlleva la necesidad de menor cantidad de muestras y a la
inversa.
• Solicitud de ubicación temporal a través de un estudio evolutivo. Será necesaria
una muestra amplia y trasladada en el tiempo, a fin de estudiar la estabilidad o
evolución gráfica del conjunto de firmas indubitadas.
A mayor cantidad, mayor número de elementos de contraste y facilidad para sortear las
deficiencias que pudieran aparecer en una muestra determinada.
Además de la cantidad, resulta fundamental antes de iniciar el cotejo contar con una
calidad suficiente que se verá incrementada cuantos más factores reúnan (Valbuena Bal-
maceda, 2009):
• Estado de conservación de los documentos y posible afectación al contenido en
cualquiera de sus partes esenciales.
• Naturaleza: original o copia. Las copias no son idóneas por la posibilidad de sufrir
manipulaciones (en guarismos, firmas…).

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64 Manual de Criminalística y Criminología

• Coetaneidad. Es necesario cotejar escritos coetáneos. En las firmas es mayor


la evolución gráfica que se puede presentar y puede inducir a error utilizar una
muestra actual para cotejar una muestra dubitada “antigua”.
• Homólogas. No es posible comparar una muestra numérica con firmas, o letras
minúsculas y mayúsculas entre sí. Es necesario que las muestras contengan ele-
mentos gráficos comunes.
• Espontaneidad. Habrá que conceder mayor credibilidad gráfica a las muestras
espontáneas frente a las que no lo son.
Ante una muestra escasa cabe la posibilidad de solicitar la obtención de un Cuerpo de
Escritura al que habrá que prestar atención a todos los factores que intervienen en el acto,
pues a priori es una muestra no espontánea, pero habrá que utilizar todos los recursos
para llegar al gesto gráfico dotado de esta característica.
Es necesario tener en cuenta lo difícil que resulta despertar la espontaneidad del amanuen-
se en un entorno que le resulta estresante. De ahí que la muestra haya de ser suficiente y
variada de modo que evite el control de la persona sometida a la prueba sobre su escritura.
Si se trata de guarismos habrá que presentarle al amanuense operaciones para que mien-
tras las resuelve no mantenga control sobre el grafismo; si existen letras legibles será
conveniente desarrollar modelos en que haya relaciones de palabras sin valor emocional
o dictados donde las letras o sílabas aparezcan en palabras no reconocidas por el ama-
nuense (al inicio, en el interior y al final). El cansancio facilita también que cese cualquier
resistencia por la persona sometida a la prueba.
Si la muestra dubitada se encuentra dentro de casillas, entre otras firmas o con cualquier
limitación espacial, será conveniente producir un entorno gráfico similar a fin de verificar
el comportamiento del amanuense.
Viñals y Puente (2001) señalan como pautas metodológicas en el cotejo los siguientes
pasos:
• Determinar el nivel gráfico.
• Examen de la cualidad y conducta del trazo.
• Determinar los gestos tipo.
• Determinar las alteraciones gráficas.
• Referencias grafométricas que puedan ser homologables.
• Analizar rigurosamente todos los trazos, desde los más llamativos hasta los más
inconscientes.
• Determinar el grado de consciencia o inconsciencia de los rasgos a fin de atender
el grado de dificultad de ejecución.

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Tema 2: Análisis forense de la escritura 65

• Además de tener en cuenta estados de alteración física en el autor (alcohol, seni-


lidad, enfermedades…) es necesario ordenar cronológicamente los documentos
en estudio a fin de trazar una evolución gráfica.
Por otra parte, Robles Llorente y Vega Ramos (2009) en su obra Grafoscopia y Pericia
Caligráfica forense proponen las siguientes fases en el examen grafoscópico:
1. Examen macroscópico.
2. Examen óptico e instrumental del documento dubitado.
3. El cotejo.
4. Descripción de gestos-tipo y grafismos en particular.
5. Valoración cualitativa y cuantitativa de analogías y diferencias.
6. Conclusión.

DATACIÓN DE GRAFISMOS Y SUPERPOSICIÓN DE TRAZOS


Con frecuencia, solo deseando saber si un documento fue o no elaborado en la fecha con-
signada en él, se pregunta al perito: ¿en qué fecha se ejecutó este documento? ¿Cuánto
tiempo hace que la tinta impregnó el papel del documento cuestionado?
Celso y José del Pichia (2006) en su Tratado de Documentoscopia (la falsedad documen-
tal) señalan que no existen respuestas para determinar la edad absoluta del documento o
de la tinta, a no ser que la respuesta sea precisamente que no se puede determinar.
El primer obstáculo es conocer dónde, en qué condiciones y cuánto tiempo ha estado
expuesto el documento pues albergan variables que pudieran afectar al estudio y es im-
prescindible tenerlas en cuenta.
Distintos estudios han establecido que no es posible determinar un segmento temporal
fiable a partir de dos o cinco años (según los autores) pues los componentes volátiles
de la tinta ya no están presentes en ella, por lo que la estabilidad en que se encuentra a
partir de ese momento supone el mismo estado de la tinta en un documento cualquiera
que sea su edad.
Otra cuestión es que se trate de documentos con suficiente antigüedad como para analizar
elementos constitutivos de las tintas que pudieran resultar anacrónicos en función de la
fecha que consta en ellos. Así no sería probable datar un documento a un año vista si la
tinta con que se escribió es ferrogálica, puesto que este tipo de tintas dejaron de usarse
hace varias décadas y se podría resolver que no corresponde a la fecha que se pretende.
La vía más factible de datar un documento es aquella de carácter relativo en que se le pide
al experto que determine si la firma del documento se llevó a cabo antes o después de
que se redactara el mismo, es decir, si el documento se firmó en blanco. En este caso, si
existe superposición de trazos, es posible analizar por distintos medios qué trazo se en-
cuentra encima y qué trazo se halla debajo. Consecuentemente la firma siempre se hallará
sobre el texto tipografiado en el documento auténtico, al contrario la conclusión será que

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66 Manual de Criminalística y Criminología

la firma se estampó antes que el texto y por lo tanto no puede validar un compromiso que
no se hallaba en el papel en el momento del acuerdo.
En lo relativo a la superposición de tintas es necesario señalar que el éxito dependerá
según el tipo de impresión y la tinta en contacto. Diversas investigaciones de INTERPOL
están consiguiendo ampliar el campo experimental y sus resultados positivos sobre dis-
tintos tipos de tintas.

ÚTILES Y SOPORTES DE ESCRITURA, PROPIOS E IMPROPIOS


La escritura solo es imaginable a través de los soportes empleados para albergarla y de
los materiales utilizados para tallarla o pintarla. Con su nacimiento se dio paralelamente la
utilización de múltiples y variadísimos soportes. Puede decirse que casi cualquier material
que sea susceptible de ser inciso o pintado ha servido como soporte de escritura.
Con la aparición del papiro, el pergamino y el papel, se empieza a utilizar la tinta y otro tipo
de útiles para plasmar la escritura sobre estos nuevos soportes, en los inicios se utiliza
como útil de escritura el pincel tallado a bisel (que exigía para su manejo gran habilidad
caligráfica), el cálamo y la pluma de ave (oca o ganso) que se empieza a utilizar en el año
IV d.C.
Tras los primeros útiles que plasmaban los signos mediante incisiones, las tintas se em-
piezan a utilizar en el tercer milenio a.C., y entendemos por tal cualquier líquido coloreado,
que está compuesto por diferentes ingredientes que se emplea para dibujar o escribir
mediante un instrumento apropiado, o también a la composición grasa y generalmente
negra utilizada para imprimir.
A continuación centraremos nuestra atención en los útiles de escritura manual más actua-
les, haciendo especial hincapié en aquellos de uso más común.

LÁPICES DE GRAFITO
Son instrumentos de escritura manual que depositan sobre el soporte una mezcla de
grafito y arcilla encerrada en forma de mina o varilla dentro de un cilindro prisma, gene-
ralmente de madera o de cualquier otro material.
En 1665 se tiene la idea de ahuecar un palillo de madera de enebro para insertar varias
varillas de grafito; en 1795 se descubrió el método para mezclar el grafito pulverizado con
la arcilla hasta formar una mezcla que luego era horneada, dependiendo de la relación de
arcilla y grafito combinada, el lápiz sería más duro o más blando (cuanto más grafito más
blando y oscuro será el trazo).
A principios del siglo XX, el inglés Brookman desarrolló una clasificación que utilizaba la
letra B precedida de un número para definir el grado de intensidad del negro que tenía el
lápiz (2B, 3B…) y la letra H para indicar de menos a más su dureza (cuanto más duro,
más claro será el trazo).

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Tema 2: Análisis forense de la escritura 67

Como características del trazo de la escritura realizada con lápiz podemos citar:
• Al deslizar el lápiz de grafito sobre una superficie cualquiera, la punta del lápiz se
va erosionando por el rozamiento y el grafito se va transfiriendo al soporte, que si
se trata de papel, el grafito quedará entre sus fibras ya que no puede penetrar en
las fibras como lo haría la tinta.
• El trazo no es una línea sólida sino que hay variaciones de intensidad y color. Al
iluminar el trazo con luz oblicua se observara un brillo plateado metálico.
• En el trazo es la huella o estriación que deja la punta del lápiz que permite estudiar
el sentido del trazo.
• El trazo dependerá tanto del papel como del tipo de lápiz, de la presión ejercida
por el escritor y de la superficie sobre la que se apoya el soporte, cuanto más
rugoso sea el papel más desgaste tendrá la punta y más grafito se depositará en
el papel.
Determinación del sentido del desplazamiento. Si observamos con luz oblicua o rasante
y con ayuda de una lupa binocular, veremos que, además de la profundidad del trazo que
desplaza algunas fibras del papel, los restos de grafito quedan entre estas últimas en la
cara que mira hacia el punto de origen del trazo, tal y como se ve en la imagen siguiente.

Figura 1. Denominación de las tonalidades de los lápices1.

PLUMAS FUENTE
En 1883, el estadounidense Lewis Edson Waterman patenta un sistema estable y fiable,
consistente en la primera pluma estilográfica con depósito de tinta (pluma fuente). El gran
paso hacia el triunfo comercial llegó en 1954 cuando de nuevo Waterman fabricó las pri-
meras plumas que usaban cartuchos de tinta fabricados en plástico (Ezcurra y Grávalos,
2010).

1. Imagen tomada de la red “Pinterest” en la dirección que se referencia: https://i.pinimg.com/originals/6a/1c/e4/6a-


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68 Manual de Criminalística y Criminología

Partes y funcionamiento de una pluma. Para un experto en escrituras la parte más im-
portante de la pluma, es el plumín o plumilla, ya que es la que confiere a la escritura sus
características. Está formado por gavilanes que en función de su grosor pueden ser ex-
trafinos, finos, medios o gruesos.
Cuanto más fino sea el plumín más fácilmente levantara las fibras del papel, creando más
posibilidades de sangrado en el trazo, pseudo-rebabas y cuanto más presione el sujeto al
escribir más se separaran entre si los gavilanes de la punta con lo que el trazo será más
grueso. Estos mismos gavilanes dejaran su surco en el papel.
Características de la escritura con pluma. El trazo producido por una pluma viene condi-
cionado por dos factores: a) la tinta utilizada,y b) el punto metálico que la deposita sobre
el papel.
Hoy en día los puntos de la pluma son redondeados y se deslizan con facilidad por el pa-
pel, lo que hace que algunas de las características del trazo queden suavizadas e incluso
invisibles, pudiendo llegar a confundirse con el trazo de cualquier útil de tinta fluida.
• Signo de Meyer: Se trata de una característica física que se puede observar a
través del microscopio a partir de 10 aumentos y que caracteriza a este útil.
Puesto que el punto de pluma culmina con dos gavilanes, se producirán dos sur-
cos en el trazo, cuanto más rígido sea el punto mejor se apreciarán estas ranuras.
Debido a la gravedad la tinta tendera a desplazarse hacia esos surcos, dejando
una estrecha zona oscura a lo largo de los bordes que otros instrumentos de tinta
fluida no producen.
• Rebabas: Son las franjas perigramáticas paralelas al trazo principal que pueden
aparecer o no en función de la inclinación del útil.
• Meniscos: Se refiere al sombreado que aparece en los ángulos agudos o en las
curvas muy cerradas, contribuyen a su producción la consistencia de la tinta, la
velocidad, la posición baja de la pluma.
• Calibre: O grosor del trazo, por tratarse de un útil con doble punta, cuanta más
presión ejerce el escritor más se van a separar los gavilanes y más tinta va a fluir,
provocando así una mayor anchura del trazo. El calibre tiene por lo tanto una re-
lación directa con la presión ejercida.
La escritura con pluma presenta como característica la presencia repetitiva de
variaciones en la anchura del trazo.
Por lo tanto diremos que si tenemos que distinguir bajo el microscopio un trazo realizado
por un útil de tinta fluida de otro ejecutado con pluma, habrá que prestar atención a:
• Bordes perigramáticos del trazo, por un lado veremos el surco de los gavilanes
y un mayor depósito de tinta.
• Presencia de meniscos en los ángulos agudos y cambios de dirección.

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Tema 2: Análisis forense de la escritura 69

• Típicas variaciones de calibre o grosor del trazo.


• Puede aparecer la tinta corrida en algún punto, característica típica de este útil y
no de otros de tinta fluida.

BOLÍGRAFOS
Entendemos por tal el instrumento de escritura que tiene en su interior un deposito tubu-
lar y en la punta una esfera o bolita metálica que al desplazarse rozando en el soporte gira
y facilita la salida de la tinta de forma regulada.
El industrial catalán Amadeo Arboles registro en 1946 la marca Bolígrafo (compuesto de
Boli, de bolilla y grafo, de escritura). Aunque es una marca registrada, debido a la exten-
sión en el uso de esta palabra la Real Academia de la Lengua Española admite bolígrafo
como nombre genérico para designar a cualquier útil de escritura cuya punta es una bola
giratoria (Gutiérrez Gerrero, 2008).
Son elementos comunes en todos los bolígrafos:
• caña: cuerpo del bolígrafo,
• depósito: contenedor de tinta,
• bolilla: o esfera rotatoria. La bola va a estar en permanente contacto con la tinta
del contenedor y al girar la deposita en el papel formando un trazo.
Por lo tanto, cualquier deformidad en la bola se trasladara al papel, afectando al trazo y
transfiriendo una particularidad que permitirá identificar ese bolígrafo. Igualmente cual-
quier dificultad en el giro de la bola, descentramiento, afectara al trazo y lo hará particular.
Estos son los elementos comunes, pero puede tener otros accesorios que no afectan a la
función escritora, como son: a) mecanismo de apertura: pulsador, girador…; b) mecanis-
mo de sujeción en el bolsillo: clip, mosquetón…; c) puntera: parte inferior de la caña; d)
antideslizante: que permite su agarre al escribir.
Hay que destacar un tipo de bolígrafos llamados presurizados o espaciales, en los que
el cartucho que guarda la tinta esta sellado y se caracterizan porque la tinta sale aun en
ausencia de gravedad y en condiciones extremas de temperatura, por esta razón son
utilizados por los astronautas.

Características físicas de la escritura de un bolígrafo. Los trazos de bolígrafo son los


que más fácilmente se distinguen por medios ópticos, ya que presentan una serie de
características propias que no comparten con el resto de instrumentos escritores, y que
son consecuencia tanto del tipo de tinta utilizada, como del procedimiento mecánico por
el que esta se deposita en el papel.
El carácter viscoso de la tinta del bolígrafo no va a producir, por ejemplo, sangrados como
otros útiles ya que no es posible la difusión lateral de la tinta a través de las fibras del
papel.

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70 Manual de Criminalística y Criminología

Las características de los trazos realizados con un bolígrafo pueden diferenciarse en tres
grupos, dependiendo de donde se sitúen esas características (Ezcurra y Grávalos, 2010):

Figura 2. Muestra de características endogrammáticos y perigrammáticos.

• Endogrammáticas: se localizan en el interior del trazo.


• Perigrammáticas: se localizan en los bordes.
• Paragrammáticas: se localizan fuera del trazo pero están relacionadas con el trazo.

Características endogrammáticas
–– Surcos. También llamado ductus documental, es la hendidura dejada por la pre-
sión que ejerce el escribiente, el sujeto ejerce una presión que aplasta las fibras
del papel dejando un surco. Este aplastamiento no supone la rotura de las fibras
del papel y se puede observar pasando ligeramente la yema de los dedos por el
reverso del papel o aplicando luz infrarroja.
–– Estrías. Es una de las características más significativa del bolígrafo, que además
de ayudarnos a reconocerlo, nos va a mostrar el sentido del desplazamiento,
puesto que aparece una estría longitudinal que va del interior al exterior. Estas
estriaciones aparecen en la parte en interior y terminan en la parte exterior.
–– Blancos microscópicos. Son pequeñas faltas de entintamiento que aparecen en
el interior de los trazos y que se diferencian de los levantamientos del útil, ya que
no se interrumpe el ductus y por tanto las fibras del papel aparecen aplastadas en
ese tramo de recorrido.
–– Botones. Son también comunes las acumulaciones de tinta en algún momento de
la escritura, cuando hay una mayor descarga en un punto del trazo.
Este hecho es debido a que la tinta se va depositando entre la bola y el soporte, y
allí se queda acumulada hasta que al realizar un giro se produce el contacto y en
consecuencia el depósito en un determinado punto del trazo.

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Tema 2: Análisis forense de la escritura 71

Es más habitual que se produzca después de trazar una curva o al cambiar de


dirección, normalmente después de estos botones suele observarse un blanco.

Características perigrammáticas
–– Rebabas. Sombreado o franja de tinta irregular producida en el borde perimetral
de los trazos, generadas habitualmente cuando el ángulo de inclinación del útil
respecto del papel es muy agudo por efecto de una especial forma de agarre.
Pueden darse en la parte externa o interna del trazo, dependiendo del útil y de la
forma de agarre, apareciendo en el lado del trazo en el que el bolígrafo tenga su
mayor separación con la vertical.
En muchas ocasiones esta característica tiene gran valor pericial, ya que está directamente
relacionada con la forma de agarre del útil y el grado de inclinación respecto de la vertical.

Características paragrammáticas
–– Signos paragrammáticos. Puntos o líneas en las zonas adyacentes a los trazos, se
dan con frecuencia en las firmas imitadas y suele ser debido a ligeros retoques o
ajustes posteriores, a veces son automatismos propios del escritor.

ROTULADORES O MARCADORES
Historia. Estos útiles salen al mercado entre 1960-1964, la versión más generalizada es
que el rotulador fue comercializado en 1963 por la sociedad japonesa Pentel, y consistía
en un cilindro colocado dentro de un tubo del que sobresalía una punta. El cilindro estaba
compuesto por fibras plásticas muy finas pegadas entre sí.
Al parecer sus inventores buscaban un tipo de útil, de uso sencillo para el gran público,
que produjera una escritura similar al pincel con el que se escriben los caracteres de la
caligrafía japonesa, aunque evitando las complicaciones que estos pinceles presentaban.
Este invento tuvo un gran éxito en Estados Unidos en 1964 con algunas modificaciones.
Las primeras versiones de este útil utilizaban el bambú poroso para su punta, las poste-
riores el fieltro y más tarde se utilizó la fibra de nylon o plástico.
Los primeros rotuladores podían ser desechables o recargables, pero la vida de la punta
se limitaba a unas cuantas recargas, ya que con el tiempo va perdiendo rigidez y se va
desgastando. El acceso de la tinta desde el reservorio hacia la punta se produce por la
misma gravedad y la capilaridad del material que lo constituye.
Características físicas del trazo realizado con rotulador. Igual que sucede con los demás
útiles de escritura, los trazos hechos con este tipo de útil también presentan peculiarida-
des debido a la propia estructura del instrumento, al tipo de tinta:
• El trazo suele ser amplio y uniforme por el tipo de punta ancha y homogénea, en
este trazo no hay claro-oscuros.

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72 Manual de Criminalística y Criminología

• Cuando la punta no es homogénea, debido al desgaste, la punta se ablanda e


individualiza y esto se va a trasladar al trazo, por lo que nos permitirá identificar
ese útil.
• También puede separarse alguna fibra de la punta, que puede dejar un trazo
paralelo en algunos momentos, produciendo así trazos paragramáticos.
• Si el útil está a punto de agotarse o la tinta se encuentra seca, el trazo perderá
color y puede presentar blancos en su interior, no llegando a cubrir bien las
fibras del papel.
• Con este tipo de útil como no es necesario ejercer presión a la hora de escribir
no aparecerá el ductus documental tan característico en el bolígrafo.
• Otra característica va a ser que los ataques en la escritura van a ser más romos
y cuadrados que los de otro instrumento, que serán más puntiagudos o ligera-
mente redondeados.
• Debido a que la tinta tiene una base acuosa, aparecerán sangrados en los perí-
metros del trazo, ya que el papel absorberá la tinta.
• En este tipo de útiles no se observarán ni las estrías características del bolígrafo,
ni acumulaciones de tinta ni los meniscos propios de las plumas, ya que aquí el
trazo es homogéneo y uniforme.

ROLLER-BALL
Este útil apareció en el año 1966 combinando las características de los bolígrafos y las
de los útiles de punta de fibra. Tienen una bolita en la punta al igual que los bolígrafos,
aunque mucho más pequeña que la de estos, pero utilizan tinta de base acuosa de similar
composición a la de las plumas o rotuladores. Se conserva el término inglés “Roller-ball”
porque en castellano no existe un término específico para denominar a este tipo de útil.

Características físicas del trazo. Se distingue por estos rasgos:


• Trazo homogéneo, sin estrías ni acumulaciones, es un trazo más semejante al de
instrumentos de punta porosa como el rotulador que al del bolígrafo.
• Los defectos o desgastes de la punta se trasladarán al trazo y serán básicamente
perigramáticos.
• La bola producirá un ductus documental, pero siempre será menor que el produ-
cido por un bolígrafo, debido a la poca presión que hay que ejercer para avanzar
en la escritura, esta característica lo distinguiría de un útil de punta porosa como
el rotulador.
• Pueden aparecer sangrados, esto es como en los rotuladores que las fibras más
próximas al ductus pueden absorber tinta.

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Tema 2: Análisis forense de la escritura 73

ÚTILES DE TINTA GEL


Estos útiles son una variante del “Roller-ball”. Su tinta también es de base acuosa pero las
peculiaridades de su trazo por el uso de la tinta gel merecen un estudio aparte.
Fueron patentados en Japón en el año 1982 y en Estados Unidos no se introdujo hasta el
año 1998, o sea que es un útil de escritura de creación muy reciente.
Partes del útil. Bola en la punta, tubo de reservorio con un tapón de aceite en el extremo
opuesto al de la punta y tubo externo con capuchón.
Características físicas del trazo. Los trazos realizados por este tipo de útil y sus caracte-
rísticas microscópicas se pueden resumir en las siguientes:
• La tinta de gel se seca al tomar contacto con el soporte y no produce los san-
grados en las fibras adyacentes al ductus. En aquellos que sean de mala calidad,
pueden secar más tarde y dar lugar a un corrimiento de la tinta que nos puede
ayudar a descubrir la dirección del movimiento de la mano.
• Trazos sin entintar, trazos con recorrido del ductus pero sin entintar, que puede
ser debido al ángulo que se forma a la hora de coger el útil o a que la tinta queda
acumulada en la bolita, como en el caso de los bolígrafos.
Los útiles de escritura citados hasta el momento constituyen el grupo de útiles propios,
pues la utilidad para la que están pensados es la escritura misma. Sin embargo, la nece-
sidad constante de comunicación ha llevado al hombre a utilizar como elementos escri-
tores otros objetos que estaban pensados para otro fin. Así, podemos citar los siguientes
ejemplos:
• Mineral blando. Tales como el yeso o el carbón en su estado natural que frotarán
sobre una superficie dura respondiendo con características similares a la mina de
lápiz sobre papel. Estos dos elementos tienen su correlación una vez procesados
con útiles propios como son la tiza o el lápiz.
• Objetos incisos. Clavos, navajas… que se emplean sobre superficies que per-
miten la incisión o ralladura. La fuerza de oposición de la superficie sobre el útil
marca una tendencia hacia una escritura angulada y de trazado más simplificado
que el habitual del amanuense.
• Aerosol. El aerosol de pintura tiene como destino labores de bricolaje de cubri-
miento de superficies. El arte urbano le ha dado otra dimensión llevando a cabo
tanto obras creativas como inscripciones y firmas en las que queda manifiesto el
gesto gráfico interiorizado del amanuense.
Se trata de un útil muy versátil, pues sus características gráficas varían en función de la in-
teractuación del propio aerosol (alta presión/baja presión) y las distintas “caps” o boquillas
que dispendian más o menos cantidad de pintura, generando distintos calibres de trazo.

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74 Manual de Criminalística y Criminología

Otra característica a tener en cuenta es la variable presión, ya que no existe como tal al no
penetrar el útil sobre el soporte. Al contrario que en la escritura realizada con un bolígrafo,
a mayor proximidad del soporte escritural menor calibre en el trazo, y a la inversa.

MÉTODOS DE IDENTIFICACIÓN
Desde el punto de vista de la grafística, una falsificación manuscrita no es más que una
simulación de la propia identidad gráfica, atribuyéndose la identidad de otra persona o
creando una ficticia que pretende alejarse de la del propio falsario (anónimos).
Históricamente la forma de abordar la investigación sobre el documento cuestionado
ha ido evolucionando a través de distintos métodos, bien en su propia estructura como
soporte, bien en los elementos de seguridad introducidos en algunos de ellos, bien en la
escritura y todo lo que envuelve su ejecución.
Según el tipo de documento y la aplicación concreta podremos hacer uso de una técnica
u otra. Entre algunas de estas técnicas podemos citar:
• Exámenes microscópicos. Su objeto consiste en llegar a características de difícil
o imposible percepción mediante la visión natural.
• Exámenes macroscópicos. Se realizan usando medios ópticos menos potentes
que mantienen el aumento óptico en una escala de 1:1 a 1:4. Compensa el menor
número de aumentos con una mayor visión de campo.
• Análisis espectral de tintas. Mediante el empleo de distintas franjas del espectro
lumínico se discriminan las tintas empleadas en un documento, comprobando la
existencia de añadidos.
• Análisis químicos. Dirigidos hacia la tinta o el propio soporte. No estudia el gesto
gráfico.
• Técnicas grafométricas. Se ubican dentro del método del mismo nombre y cuya
finalidad es el estudio métrico entre los distintos elementos que componen el
documento analizado. Son especialmente útiles en textos tipografiados.
• Tratamiento de imágenes digitalizadas. A través de los algoritmos de los pro-
gramas de edición de imágenes es posible no solo llevar a cabo el análisis del
documento, sino hacerlo visible a los destinatarios del informe.

MÉTODOS DE INVESTIGACIÓN
En este apartado vamos a relacionar y explicar en qué consisten los métodos de examen
más importantes que guían al perito en la investigación de los problemas grafísticos:
1. Método morfológico, caligráfico o gramatomórfico. Con estas denominaciones
nos referimos al método estudiado por Reveneau en 1641 basado en la compara-
ción sobre las formas del grafismo de modo extrínseco.

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Tema 2: Análisis forense de la escritura 75

Se emplean yuxtaposiciones de las letras en estudio, fuera de contexto, sin tener


en cuenta el ritmo, la espontaneidad o fluidez de la escritura, con el único objeto
de verificar la analogía formal o sus diferencias.
Es un método anticuado que resulta negativo al contemplar el grafismo como algo
inerte y plano, cuando se trata de algo dinámico y en tres dimensiones.
2. Método grafométrico. Surgió para contrarrestar la falta de sistematización del
método morfológico; implica un constante recurso a las cifras para explicar las
características gráficas y requiere un volumen importante de muestras cotejadas.
Bertillon asignó un número a cada modalidad de escritura logrando una fórmula
caligráfica conforme a cada autor. Recogía de este modo el método de fichas
antropométricas que había desarrollado en París, resultando insuficiente y con un
margen de error importante.
Dentro del método grafométrico podemos distinguir actualmente dos sistemas: el
sistema inglés y el sistema geométrico-estructural, desarrollado en la Universidad
de Roclaw de Polonia.
El primero está basado en la medición exhaustiva de las distancias entre letras,
palabras, longitud de las hampas y de las jambas, ángulos de los ejes de las ante-
riores con la línea base, dimensión de la caja escritural, distancia de márgenes…
Por su parte, el sistema geométrico-estructural está considerado más como una
técnica auxiliar que como un sistema en sí mismo. Se emplea para el análisis de
firmas y rúbricas; necesita de abundante material para el análisis.
El estudio consiste en marcar los puntos más exteriores de las firmas en cotejo
y unirlos creando figuras geométricas que se compararán entre sí determinando
mayor grado de semejanza, mayor grado en la atribución de la autoría.
El método grafométrico se encuentra en la actualidad denostado por varios auto-
res que consideran que no responde a las expectativas de un método dirigido a la
identificación de escrituras.
“Antes de iniciar los distintos cálculos es necesario medir entre cien y doscientas
letras minúsculas homólogas”.
“Los cálculos realizados no pueden limitarse a medias aritmétricas, sino que es
necesaria la aplicación de operaciones estadísticas y, ni con ello, ofrece un resul-
tado fiable, mucho menos concluyente” (Álvarez Sánchez, 2009).
“... desde el momento en que el escribir se considera como un complicado pro-
ceso fisiológico y psicológico, había de ser claro para todo especialista en esta
materia que nunca se podrá determinar con un compás si dos escrituras, de las
cuales una ha sido simulada intencionalmente, proceden de la misma o de dos
personas distintas” (Schneidemühl, 1907).

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76 Manual de Criminalística y Criminología

No obstante, todos coinciden en que es un método idóneo para el análisis de


textos tipografiados cuya pauta matemática es más evidente.
Otra variante del método grafométrico más actualizada es el Patrón Individualiza-
do de Variabilidad Gráfica (PIVAG), que no tiene en cuenta los valores absolutos
obtenidos y busca elaborar un patrón individualizado desde el conjunto métrico
obtenido. Tampoco olvida la variabilidad gráfica a la que está sometido el gesto
gráfico. Coincide con los dos anteriores en la necesidad de una muestra gráfica
amplia a fin de poder establecer dicho patrón.
3. Método grafoscópico. Tiene dos áreas diferenciadas: comienza en un análisis
general de los caracteres, para finalizar en los gestos tipo.
“Es un método global, compendio de otros, mejor estructurado y con más garan-
tías de certeza en su dictamen” (Robles Llorente y Vega Ramos, 2009).
4. Método grafonómico. Este método toma en cuenta lo global, lo rítmico, lo esti-
lístico, la flexibilidad/rigidez, así como los gestos tipo producidos por la mímica
inconsciente del que escribe; estudia el grafismo como una actuación del movi-
miento en el espacio y el tiempo y se considera el mismo como un proceso en
constante desarrollo. Todo lo cual se puede basar en tres ejes de atención priori-
taria:
–– La espontaneidad del trazo.
–– Su construcción y evolución sobre el soporte.
–– La presión.
Fruto de esta visión en 3D de la escritura es la fiabilidad de un método muy com-
pleto que tiene en cuenta aspectos espaciales, grafomotrices, grafodinámicos…,
que son abordados por otros métodos.
5. Método grafológico. Estudia la escritura desde la proyección de la personalidad
del autor sobre la misma, entendiendo que si la Grafología era capaz de llegar a
la personalidad del autor, de igual modo podría tras el cotejo afirmar si se trataba
del mismo autor o no.
6. Método scopométrico. Término usado por la policía científica de la Policía Federal
Argentina. Consiste en efectuar un minucioso análisis físico del material sometido
a estudio, por medio de instrumental óptico adecuado a la investigación a realizar
y de acuerdo con principios, métodos y procedimientos que, derivados del aporte
científico, industrial y artístico, han recibido la denominación de scopométricos,
en razón de que comprenden normas ineludibles que deben observarse para rea-
lizar las mediciones con precisión, para luego efectuar las comparaciones entre
el material dubitado e indubitado sometido a análisis y de este modo establecer
correspondencia o descartar un común origen (Silveyra, 2007).

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Tema 2: Análisis forense de la escritura 77

7. Método grafocrítico. Consiste en el estudio de una serie de elementos denomi-


nados por Del Val Latierro como “constitutivos” o “formales” y “estructurales”.
Para su autor no todos los rasgos tienen el mismo valor. En el escrito hay signos
muy visibles y otros que pasan inadvertidos; los primeros son los que se falsifi-
can o disimulan perdiendo valor en el cotejo.
8. Método de eliminación de pigmentos por radiación infrarroja (MEPRI). Su fun-
ción es confirmar cambios de presión en un sector específico de la firma o del
conjunto mediante la eliminación de la tinta. Este método permite analizar directa-
mente la profundidad de la presión ejercida por el útil sobre el soporte escritural.

Figura 3. Vista parcial de firma bajo luz blanca (izq.) e IR (dcha.).

9. Método homotético. Descansa sobre la capacidad del amanuense de aumentar


y reducir el tamaño de su firma manteniendo las proporciones, las cuales pasan
desapercibidas al falsificador. El estudio se lleva a cabo desde Puntos de Referen-
cia Intrínsecos (PRE).
10. Método de puntos de referencia extrínsecos (PRI) o de reflejo gráfico condicio-
nado (RGC). Consisten en elementos externos que limitan el espacio disponible
para la ejecución del texto o firma. Aunque son independientes de los grafismos
en sí mismos, producen un reflejo gráfico condicionado, al verse obligado el
amanuense a adecuarse a un espacio restringido.

ALTERACIÓN CONSCIENTE E INCONSCIENTE DE LA PROPIA ESCRITURA


MODIFICACIÓN INCONSCIENTE DE LA ESCRITURA
Desde el siguiente cuadro observamos las causas de modificación inconsciente de la
propia escritura, desde un origen exógeno y endógeno que, a su vez, pueden tener mayor
o menor proyección en el tiempo.

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78 Manual de Criminalística y Criminología

Definimos como elementos endógenos aquellos “factores condicionantes que tienen su


origen en la misma persona afectando de forma ocasional o permanente, según el agente
causante, al proceso escritural” (Macías Túnez, 2016).
Estarían incluidos en esta modalidad los estados psicológicos (estrés, patologías graves,
trastornos…), la edad (con el deterioro progresivo), patologías físicas (lesiones derivadas
de accidentes…) o mixtas (consumo de psicotrópicos).
Por otro lado, de los elementos exógenos diríamos que son las causas y factores condi-
cionantes provocados por agentes externos a la persona que inciden sobre la escritura.
La principal diferencia con los anteriores es que estos son ocasionales.

Posición del
escritor

Útil de escritura

Causas Soporte de
exógenas escritura

Plano

Condiciones
Modificación climatológicas
involuntaria de la
escritura

Edad

Estados
psicológicos
Causas
endógenas
Patologías físicas

Mixtas (drogas)

Figura 4. Tabla de las causas de modificación involuntaria de la escritura.

MODIFICACIÓN CONSCIENTE DE LA ESCRITURA


Consiste en una autodeformación de la propia escritura, lo cual denota una intencionalidad
fraudulenta en el mismo momento de su ejecución con el fin de negarla con posterioridad.
El disimulo gráfico (falsificación o autofalsificación) lleva a la modificación de los ele-
mentos más llamativos, descuidando gran número de detalles o bien a la exageración de
formas, movimientos o gestos vistosos. Asimismo, el falsario puede utilizar, hasta cierto

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Tema 2: Análisis forense de la escritura 79

punto, características generales opuestas a las propias (inclinación invertida, temblores,


adornos, etc.) o bien, ante la dificultad, puede usar instintivamente las formas más sim-
ples y fáciles conocidas (Viñals y Puente, 2001).
La forma más inmediata de autodeformación del propio grafismo consiste en forzar las
causas exógenas que ahora, ya previstas, dejan de ser causas involuntarias, para ser uti-
lizadas como elemento de distorsión.
Una técnica usada consiste en la modificación de la propia escritura mediante el empleo
de la mano no diestra. Hablamos de una sinistrografía ocasional ya que si el escritor ma-
nifestase su lateralidad desde una sinistrografía homogénea no habría alteración alguna, a
menos que no nos refiramos a la escritura con la mano izquierda, sino a la escritura con
la mano no hábil.
La sinistrografía ocasional, es decir, aquella pauta escritural desarrollada por quien estan-
do acostumbrado a escribir con la mano derecha lo hace con la izquierda, presenta unas
características más acusadas:
1. Mayor torpeza y lentitud en la ejecución del trazo.
2. Presión fuerte.
3. Los óvalos no son curvos, sino aplanados por la parte superior y guardan gran
desigualdad entre ellos.
4. Tildes largas y apoyadas. Las de la letra “T” tienen una marcada tendencia descen-
dente.
5. Aumenta el tamaño de las letras respecto a la letra habitual del autor.
6. Las letras finales de las palabras tienden a descender, al igual que los renglones.
7. La letra no se encuentra cohesionada, sino que el útil se levanta constantemente.
Según Sollange-Pellat, el hábito de la escritura hace que sea indiferente con qué mano se
escriba, pues los rasgos más internos serán los mismos. De ahí que los falsarios ambi-
dextros sean más fáciles de descubrir que los escritores que ocasionalmente emplean la
mano izquierda.
Por otra parte, el zurdo congénito que quiere escribir con la mano derecha presentará
características similares en su escritura con las sinistrografías ocasionales.

MÉTODOS DE FALSIFICACIÓN. SIGNOS DE FALSIFICACIÓN


Desde el punto de vista de la Grafística, una falsificación manuscrita no es más que una
simulación de la propia identidad gráfica, atribuyéndose la identidad de otra persona o
creando una ficticia que pretende alejarse de la del propio falsario (anónimos).
Además de la autoría, encontramos dos elementos más que pueden incidir en la auten-
ticidad de un documento: por un lado, el aspecto temporal del documento (cuando no
corresponde con la fecha que representa); y por otro lado, la integridad del documento

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80 Manual de Criminalística y Criminología

(cuando la alteración se lleva acabo sobre el propio soporte escritural mediante borrados
o lavados, así como agregando elementos gráficos).
La falsedad, desde una perspectiva técnica, es un concepto objetivo carente de connota-
ciones jurídicas o morales. Habla de una falta de correspondencia gráfica sin que, necesa-
riamente, dicha carencia de identidad suponga un ilícito penal. Así por ejemplo, podemos
copiar un Velázquez, o un billete o el texto de la Declaración de Independencia de EE.UU.,
siempre y cuando no intentemos hacer pasar por auténtico el cuadro o el documento
histórico, o pongamos en circulación el billete.

MÉTODOS DE FALSIFICACIÓN DOCUMENTAL


En el presente tema nos vamos a referir a la falsificación de documentos manuscritos,
dejando para otro tema la falsificación de documentos de identidad dotados de determi-
nados elementos de seguridad que pueden sufrir alteraciones y cuyo objeto es servir de
protección del documento que los contiene.
Edmond Locard, criminalista francés, autor del Tratado de la Criminalística y fundador del
Laboratorio de Criminalística de Lyon, estableció una clasificación que ordenaba en tres
grupos los distintos tipos:
• Falsificación por alteración. Donde agrupaba los raspados, borrados, lavados,
enmiendas y añadidos.
• Falsificación por transferencia. Donde incluía el calco, el decalco (que definía en
contrario al anterior, punta seca), el recorte y los trucajes fotográficos.
• Falsificación por deformación. Grupo en el que estudiaba falsificaciones por imi-
tación, la autofalsificación, la sinistrografía, escritura de mano guiada, textos dac-
tilografiados, anónimos...
Otra clasificación que va más allá de la ordenación metodológica es la que realiza Félix del
Val Latierro, el cual habla de las distintas modificaciones fraudulentas como:
• Falsificación simple. Anónimos manuscritos sin mutación de la escritura (con la
simple omisión del nombre o firma del autor, o falsamente atribuidos a otra per-
sona, o firmados mediante el nombre de un autor irreal.
• Falsificación por imitación. Utilizando medios mecánicos (transparencia, calco,
lápiz, punzón), la imitación directa (servil o libre), la imitación indirecta (calcos,
transparencias, recorte...) o los añadidos.
• Falsificación por disimulo. Modificación en la prensión del útil, en la posición del
escritor, la colocación del escritor, abuso de vestimenta...
• Alteraciones fraudulentas. Eliminación de zonas del documento mediante raspa-
dos, lavados, tachados, retoques o enmiendas.

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Tema 2: Análisis forense de la escritura 81

Falsificación por alteración


Se produce un cambio en el manuscrito bien por adición, bien por sustracción de elemen-
tos gráficos. Entre los primeros encontramos el retoque, la enmienda y la interpolación.
El retoque es más significativo cuanto más innecesario y oculto se halla. Se debe distin-
guir entre los retoques que tienden a mejorar la legibilidad de la escritura, aquellos que
pretenden corregir un trazo deficiente a causa del útil empleado, o aquellos que intentan
corregir un error cometido (en este caso, el error es anterior al retoque).
La enmienda es una forma de retoque, cuando lo que pretende no es la legibilidad, no
es subsanar un error, sino transformar el signo original en otro distinto. Por ejemplo,
convertir el 1 en un 7, o un 3 en un 8. Al aplicar luz blanca apenas observamos diferencia
de tintas, pero al aplicar iluminación IR de 530 nanómetros conseguimos el efecto de las
imágenes siguientes.

Figura 5. Imagen de grafismo bajo luz blanca (izq.) e IR (dcha.).

La interpolación consiste en agregar letras, cifras, palabras, frases... a un texto auténtico.


Cuantos más elementos gráficos se hayan interpolado, más elementos de cotejo con la
grafía original tendrá a su disposición el perito. En la siguiente imagen vemos una inter-
polación interlineal. Falta concordancia entre los signos interpolados y en los adyacentes,
rasgos espaciales principalmente.

Figura 6. Ejemplo de interpolación.

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82 Manual de Criminalística y Criminología

Falsificación por sustracción


Consiste en la eliminación de determinados elementos gráficos. Para llevar a cabo esta
eliminación es necesario emplear medios mecánicos o medios químicos; en el primer
caso hablamos de borrados o raspados y en el segundo, de lavados.
El raspado y el borrado provocan el desgaste por abrasión de la capa del soporte escritural
sobre el que se sitúa el grafismo (más agresiva en el primero que llega a extraer fibras).
El lavado actúa directamente por medios químicos sobre el trazo de tinta que se hace
transparente.
Una escritura ejecutada sobre un raspado muestra un aspecto muy particular como con-
secuencia de que la cola del papel ha desaparecido y el trazo de tinta se extiende lateral-
mente penetrando en mayor medida en el papel.

Figura 7. Mayor abrasión del raspado (izq.) que en el borrado (dcha.).

La sustancia empleada en el lavado ataca también la cola del papel y desprende parcial-
mente las fibras más superficiales. En ambos casos se ve afectada la transparencia del
papel y, aunque el fenómeno es menos visible que el raspado, con el tiempo los elemen-
tos químicos empleados tienden a amarillear. Se puede acelerar este proceso mediante la
aplicación de polvos colorantes, vapores de yodo o productos similares.
Las tachaduras, manchas de tinta o rayas, tienen un efecto de supresión al esconder tras
de sí el trazo que contiene la información original. A pesar de que se las incluye en el
apartado de falsificación por sustracción, comparten su forma de actuación con las alte-
raciones por adición, ya que suponen la introducción de nuevos elementos gráficos a un
texto auténtico para modificar su sentido.

Falsificación por deformación


En esta modalidad se engloban aquellas modificaciones que se llevan a cabo sobre los
elementos estructurales del grafismo y no sobre los elementos materiales. Estudiamos en
este apartado las falsificaciones por simulación e imitación, así como la falsificación por
mano guiada.

Falsificación por imitación


Encontramos varias modalidades, como es la imitación directa (servil y libre) o la imitación
indirecta (calco, transparencia, recorte...).

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Tema 2: Análisis forense de la escritura 83

La imitación servil es la reproducción de las formas gráficas del modelo elegido. Existe
un ejercicio previo sobre el modelo hasta que el falsario cobra seguridad en la ejecución.
A pesar de todo es inevitable una menor velocidad que en el modelo original que, a veces
se traduce en detenciones o temblores, así como anomalías en la cohesión.
La imitación reiterada es una variante de la imitación servil, pero con un mayor ejercicio
en la ejecución del grafismo que pretende imitar, hasta conseguir cierta soltura. Su detec-
ción viene condicionada por tres factores:
1. Complejidad gráfica de la firma (si se trata de un texto, los rasgos de identidad son
más identificables en función del siguiente factor).
2. Amplitud de la muestra. A mayor extensión del texto o número de firmas, mayores
son las expectativas de detectar la falsificación.
3. Tendencia del falsario a reproducir automatismos aparentes, y a su contrario, a la
relajación en aquellos rasgos de identidad no advertidos.
La ejecución libre se lleva a cabo por quien desconoce las características gráficas de la
víctima, no llegando ni a la imitación más torpe, precisamente por la carencia de modelo
que tiene el falsario.
La imitación indirecta utiliza la ayuda de herramientas o procedimientos de ayuda en la re-
producción. Así, en la modalidad de calco puede emplearse papel carbón, o una fotocopia
repasada con bolígrafo negro, o el empleo de un punzón o bolígrafo sin tinta cuyo surco
será repasado con mayor seguridad posteriormente. El problema que encuentra el falsario
es que no consigue recorrer con exactitud el surco del calco seco que realizó previamente
y el microscopio acompañado de una luz rasante es suficiente para advertirlo. Si caben
dudas, al aplicar la luz infrarroja (880 nm) y eliminar el pigmento vemos dos ductus de
un mismo trazo.

Figura 8. La eliminación del pigmento deja evidente el doble surco.

La imitación indirecta por transparencia se desarrolla mediante luz natural (el cristal de
una ventana) o luz artificial (negatoscopio o retroproyector).

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84 Manual de Criminalística y Criminología

Falsificación por mano guiada


En esta modalidad nos encontramos ante varios supuestos: la mano forzada, la mano
inerte y la mano guiada o ayudada.
En el primer caso el falsario obliga a la víctima a trazar su firma o a escribir un texto corto,
llevándole la mano por la fuerza. Prima la escritura del falsario y, según Locard, refleja la
lucha de voluntades entre la mano guía y la mano guiada.
En el supuesto de la mano inerte, quien escribe es la mano guía y, consecuentemente, el
cerebro de su autor. La escritura está modificada por las condiciones en que se llevó a
cabo, pero no será difícil reconocer la escritura del guía.
En el tercer supuesto, el guía supone una ayuda a quien no tiene las condiciones de salud
idóneas para escribir solo. La escritura corresponde a una mezcla de características del
guía y del guiado que se manifiestan en el aumento del calibre de los trazos magistrales,
mayor extensión de los tramos verticales, o la hipertrofia de los bucles, entre otras ca-
racterísticas.

Falsificación por transferencia


De complicada ejecución, encontramos el calco que se lleva a cabo mediante proce-
dimientos litográficos, o el trucaje fotográfico. Actualmente podemos encontrar nuevas
modalidades desarrolladas al amparo de la evolución de la informática y los programas de
tratamiento de imagen. Tal es la falsificación por recorte añadido.
La falsificación por recorte consiste en conseguir por este medio fragmentos de la escri-
tura auténtica, montados y pegados sobre una hoja, y fotocopiado el resultado. Hoy esta
operación es menos laboriosa mediante recursos informáticos. Los escollos a superar por
parte del falsario vienen dados por la regularidad de la escritura resultante y anomalías en
los enlaces, principalmente.

Figura 9. Diferencia de la tinta del bolígrafo sobre la tinta de la impresora.

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Tema 2: Análisis forense de la escritura 85

En el caso de firmas, el montaje más simple consiste en el recorte de una firma auténtica,
pegarlo en el documento que se desea y fotocopiarlo. De ahí la principal reserva sobre
documentos fotocopiados que no han permitido el acceso al original.
Otro ejercicio de transferencia podemos obtenerlo al mojar con un hidrocarburo la pági-
na de una revista a la que hemos adosado una hoja de papel. Al frotar al tiempo que se
esparce el líquido se va transfiriendo la imagen a la hoja de papel. En el supuesto de una
firma, el falsario la repasaría después con un punzón de punta roma.
En cualquiera de estos casos el documento original no existe, pues el original es la misma
copia manipulada.

Temblores
Es necesario advertir de que los temblores hay que estudiarlos detenidamente, pues pue-
den deberse a causas naturales.
Inicialmente los temblores llaman la atención del perito al ser consecuencia de la insegu-
ridad. En el falsario se suelen manifestar en trazos prolongados y de difícil ejecución, así
como en los perfiles, pues la menor presión hace que disminuya también el control sobre
el trazo.
Dentro de los temblores debidos a causas naturales podemos distinguir entre aquellos
que tienen su origen en una patología del autor (se distribuye a lo largo de todo el texto y
resultan característicos), la edad (temblores en los inicios) o el frío (atenaza los dedos y
produce una escritura angular).
Abuso de firma en blanco
La confianza entre las partes de un acuerdo llega a producir en ocasiones la firma de un
documento en blanco, hecho que es aprovechado posteriormente por una de ellas para
alterar el acuerdo primigenio. Esta situación puede llevar al perito a dictaminar que el texto
es auténtico y la firma también lo es.
Entre las formas de estudio que podemos emplear para establecer que la firma se plasmó
con anterioridad al texto podemos distinguir las siguientes:
1. Si ha transcurrido suficiente tiempo entre el momento en que se recogió la firma y
aquel en que se añadió el texto, la dinámica evolutiva de la firma hace posible que
un estudio de la misma verifique que la firma se encuentra en la posición correcta
dentro del conjunto de eslabones de una cadena en el tiempo.
2. En base al tiempo transcurrido, la absorción de los componentes de la tinta por el
papel y su dispersión en los bordes en los grafismos puede establecer diferencias
entre los distintos elementos que componen el documento. Un análisis químico
podría resolver la diferencia.

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86 Manual de Criminalística y Criminología

3. Superposición de trazos. Un examen en la zona de entrecruzamiento de trazos (si


se produce) que los sitúe en la parte superior o inferior, los ubica también en el
tiempo (relación antes-después) respecto a la elaboración del documento.

LA FIRMA
El Diccionario de la Real Academia define la firma como “nombre y apellido, o título, que
una persona escribe de su propia mano en un documento, para darle autenticidad o para
expresar que aprueba su contenido”.
Celso y José del Pichia dicen que es la representación gráfica de la persona en el ambiente
social en que actúa. Desde esta autentificación del documento que la contiene, el autor
asume obligaciones y responsabilidades de las que se derivarán ganancias o pérdidas en
el patrimonio o en otro tipo de derechos de carácter dispositivo.
Desde este concepto abordamos una perspectiva histórica de la firma que se convierte en
la llave que valida determinados actos jurídicos e identifica a los intervinientes en lo que
supone un acto de trascendencia social, bien como proyección de la propia personalidad,
bien como expresión de una relación entre distintos miembros de la sociedad.
Consta de una parte identificativa, como es la descrita, y una parte codificada que es la
rúbrica. Si recurrimos nuevamente al Diccionario de la Real Academia encontraremos su
definición como el “rasgo o conjunto de rasgos que al firmar pone cada cual después de
su nombre o título, a modo de contraseña, como parte integrante de la firma”.
La firma es un acto automático que no necesita reflexión ni atenerse a ninguna norma
ortográfica. Es el único elemento escritural que permite ser ilegible o escamotear letras.
Cuando sucede a un texto manuscrito por el mismo autor, no tiene porqué mantener su
correlación con el texto, pudiendo presentar diferencias en cuanto al tamaño, dirección,
inclinación… sin que ello suponga una alteración del gesto escritural interiorizado por su ti-
tular. Es más, permite ser modificada según la voluntad del titular tantas veces como desee.
En la actualidad la firma se ha expandido al ámbito de la informática mediante la “firma
electrónica”, que es un código alfanumérico asociado a distintos documentos o acciones
en el entorno informático, no gozando de las garantías mínimas una firma digitalizada.
En todos los casos, tanto grafístico como tecnológico, la firma cumple tres funciones que la
convierten en un elemento básico del tráfico documental en la sociedad de nuestros días:
1. Función identificativa. Representa a una persona concreta.
2. Función declarativa. Expresa su voluntad a través de un documento y asume su
contenido. La firma supone una declaración de asunción y responsabilidad del
contenido del documento firmado.
3. Función probatoria. Permite identificar a su autor y verificar que se trata efectiva-
mente de la persona a que representa. Ello como consecuencia de que constituye

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Tema 2: Análisis forense de la escritura 87

un conjunto de signos gráficos individualizadores susceptibles de ser autentifica-


dos en los supuestos de no reconocimiento por la persona a quien representa.

CLASIFICACIÓN DE LA FIRMA
La firma admite distintas clasificaciones según los criterios que se apliquen, como por
ejemplo:
• Por su legibilidad: legible o ilegible.
• Por su tamaño (en relación al texto o al soporte donde se plasma): grande, normal
o pequeña.
• Por su dirección: ascendente, rectilínea o descendente.
• Por la forma: redondeada en arco o en guirnalda, angulada, ornamentada, filiforme.
• Por la rúbrica: con rúbrica o sin rúbrica. En el primer caso consistente en un punto
al final de la firma, una línea de subrayado, de lazada, regresiva, proyectada hacia
delante, zigzagueante, de formas circulares, envolvente, de tachadura…
• Por su complejidad: firma complicada, sencilla, visé.
• Por el medio de constitución: grafístico o caligráfico, firma electrónica.

EVOLUCIÓN DE LA FIRMA
A través de la vida de una persona la escritura evoluciona conforme a distintos factores
como son el estado de salud, el hábito de escribir, el útil de escritura empleado, etc. La
firma no es una excepción dentro de los mismos parámetros siguiendo una pauta de sim-
plificación de trazos que se agudiza en función, además, de las circunstancias citadas por
la edad o la cantidad de firmas que habitualmente realiza su titular. En este último caso,
determinadas profesiones que exigen gran cantidad de firmas de modo periódico (médi-
cos, notarios, policías…), provocan que dicha simplificación llegue a lo que se denomina
firma visé como exponente de tal simplificación.
Tal y como hemos afirmado, la elaboración de la firma carece de normas por lo cual es
factible que una persona modifique la estructura o la morfología más aparente de su
sello personal en cualquier momento. No obstante esto no es habitual, pues la firma se
construye con fines de estabilidad, ya que una variación constante no la haría reconocible
incluso por las personas de mayor relación documental con su titular.
Esta evolución de la firma supone una utilidad a la hora de ubicar un documento en el
tiempo, pues cada firma de un mismo autor tendría su lugar en una cadena de sucesión.

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88 Manual de Criminalística y Criminología

PROCESO DE ESTUDIO DE LA FIRMA


Es necesario tener en cuenta que desde la libertad de ejecución, carente de normas, tal
y como citamos anteriormente, los elementos que componen la firma no tienen por qué
guardar correlación con el texto.
El primer estudio a realizar, debe descansar sobre la/s firma/s indubitada/s y, de ese
modo, poder establecer las pautas escriturales el sujeto. Después, al afrontar un estudio
detallado de la firma dubitada, será necesario observar su espontaneidad, la presencia de
temblores, detenciones, depósitos de tinta.
A continuación es importante estudiar los trazos, primero en número y después en las
cualidades de que se halla dotado. En la imagen siguiente podemos observar la firma con
los trazos de que se compone, numerados. El cotejo de cada uno de ellos establecerá un
diagnóstico grafonómico tras descubrir y valorar los elementos formales y estructurales
que componen la firma en su conjunto (desde una visión gestáltica) o en el detalle de cada
trazo (método grafoscópico).

Figura 10. Secuencia de trazos.

La velocidad y la presión mantienen una relación proporcional e inversa (a mayor velo-


cidad menor presión, y al revés); de ambas surgirá el ritmo que marcará una cadencia
individual. Recordemos que la escritura no es algo inerte sino dinámico, es un proceso de
continuidad que responde a un gesto interiorizado y espontáneo, que no se piensa en el
momento de la ejecución.
La cohesión podemos estudiarla desde el estudio de los enlaces y la distancia entre los
distintos signos gráficos. El tamaño y las proporciones cabe estudiarlas entre los distintos
elementos de la firma y en función del espacio donde se ubica (ver el apartado “Posi-
ción”). Las tildes, signos de puntuación y de acotación que se realizan al final de algunas
rúbricas como puntos, líneas, comas…
En el tema siguiente veremos las modificaciones voluntarias e involuntarias que puede
sufrir la escritura y, por ende, la firma.
Posición. La posición de la firma siempre va al pie y cada amanuense tiene tendencia a
realizarla en un espacio determinado: a la izquierda, centrada o a la derecha.
Esta ubicación puede haberse tenido en cuenta en relación a:
• La anchura total de la hoja. El escritor la ubica según su pauta inconsciente en
completa libertad.

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Tema 2: Análisis forense de la escritura 89

• Epígrafe. El escritor se sitúa sobre un epígrafe final que delimita el espacio del
actuante en el documento de que se trate (el contratante, el trabajador, el inqui-
lino,…) y en este espacio más reducido viene a situarse nuevamente según la
pauta del apartado anterior.

Figura 11. Ubicación de la firma respecto al epígrafe precedente.

• Ubicación prefijada. Es posible que la posición venga determinada por la parte que
redacta el documento o que lleva la iniciativa en el acto protocolario, señalando
con un punto o con una pequeña cruz el lugar donde debe situarse la firma. En
este caso el espacio no resulta útil desde el punto de vista identificativo al haber
perdido toda espontaneidad.
• Casillas de formularios. En los formularios es posible que el espacio indicado para
ubicar la firma venga dado por una casilla a la que el escritor intenta adecuarse
modificando las proporciones de su firma.

CÓMO PREVENIR Y DIFICULTAR LA FALSIFICACIÓN DE LA FIRMA


Como señalan Celso y José del Pichia, “es extraordinario cómo ese pequeño conjunto
de caracteres adquiere tanta significación. La libertad, los bienes de los ciudadanos, de-
penden de la firma”. Es curioso pues, que teniendo esta relevancia no se adiestre a los
ciudadanos en una ejecución segura de su “código de seguridad personal”.
De entrada podemos afirmar que una firma fácil de llevar a cabo es una firma fácil de falsi-
ficar. No obstante, el acto de falsificación no puede recaer enteramente sobre el grafismo
en sí, interviniendo factores como la habilidad del falsificador para superar las leyes de la
escritura establecidas por Sollange Pellat, que ya citamos anteriormente.
Para conseguir una “falsificación perfecta e indetectable” el falsificador debería de reunir
dos requisitos: la cualidad de descubrir los hábitos gráficos de otra persona y la cualidad
de reproducirlos en contraposición de los suyos propios. La falsificación perfecta no exis-
te por cuanto nadie tiene esas dos cualidades. El que sea indetectable es otra cuestión en
la que va a entrar en juego la habilidad del perito que la investigue.
A continuación, desde un punto de vista del grafismo como sujeto potencial de la falsifica-
ción, vamos a relacionar un catálogo de medidas preventivas que dificulten dicha acción:

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90 Manual de Criminalística y Criminología

• No admitir como auténticos ni en el tráfico documental ni en sus análisis,


aquellos que no sean originales sin haber podido inspeccionar estos. Las copias
reprográficas pueden alterar el contenido de los documentos o trasladar una firma
auténtica a un documento cuyo contenido desconoce el titular de aquella.
• La distribución del texto debe ser regular y los espacios en blanco uniformes y no
muy grandes, para impedir cualquier interpolación.
• La firma se debe colocar delimitando la información escrita, de manera que no
permita agregar texto a continuación de la misma.
• Respecto a su complejidad, podemos decir que es directamente proporcional a su
nivel de protección. Una firma compleja siempre es más difícil de falsificar que un
visé, por cuanto que su riqueza gráfica permite un estudio con más garantías.
• Además de la complejidad, la mayor dificultad que encuentra el falsario en su
actividad es una ejecución veloz del grafismo.
• Legibilidad, ilegibilidad. Según algunos autores, la legibilidad de la firma actúa
como medio de protección. No obstante, en la actualidad el argumento predomi-
nante es que aunque una firma sea ilegible para cualquier lector, no lo es para su
titular que conoce el significado de cada trazo. Ello supone una regularidad en su
ejecución que facilita su reconocimiento y atribución. Por lo tanto, una firma ilegi-
ble puede ser de mayor dificultad en su reproducción que una legible actuando de
codificación gráfica, del mismo modo en que lo hace la rúbrica.

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3
BALÍSTICA FORENSE
José Andrés Díaz Loría
Perito judicial en balística
Sección de Pericias Físicas del Dpto. CC. Forenses del Organismo de Investigación
Judicial del Poder Judicial de Costa Rica
Costa Rica

LA BALÍSTICA COMO UNA RAMA DE LA CIENCIA


La balística es la ciencia que estudia el movimiento de cualquier tipo de cuerpo lanzado
a través del espacio, así como del mecanismo utilizado para proyectarlo; estos proyec-
tiles pueden ser de diverso tipo y tamaño, impulsados por mecanismos muy variados:
jabalinas, flechas, balas, bombas, cohetes, etc. (Posada, 2003). Se trata de un campo de
análisis que se enmarca dentro de la rama de la física conocida como mecánica, aunque
también puede incluir distintas áreas de la ciencia dependiendo del sistema de proyección
utilizado; su desarrollo histórico está relacionado principalmente con fines militares y de
cacería.
El caso que nos interesa es el de la balística relacionada con el lanzamiento de proyectiles
por medio de armas de fuego portátiles o manuales. Estudia tanto el funcionamiento del
arma y su acción sobre las partes del cartucho, así como el vuelo del proyectil y el medio
con el que interactúa, desde el momento en que parte del reposo e inicia su movimiento
dentro del arma, adquiere velocidad, y se desplaza por el aire hasta impactar con alguna
barrera a la cual le cede parte o toda su energía. En general, el análisis es complejo y se
relaciona con aspectos de la química, termodinámica, metalurgia, acústica, óptica, aero-
dinámica, etc. Se divide en tres áreas principales (Posada, 2003; Martínez et al., 1993):

BALÍSTICA INTERIOR
Estudia los fenómenos que ocurren en el interior del arma de fuego, desde que se pro-
duce la percusión hasta que la bala abandona el cañón del arma. Incluye por lo tanto
los fenómenos relacionados con los sistemas de alimentación, percusión, obturación y

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92 Manual de Criminalística y Criminología

extracción de los cartuchos, la deflagración de la pólvora, el movimiento lineal causado


por la presión de los gases y el movimiento rotacional que adquiere el proyectil en virtud
del rayado del ánima.
En las armas de fuego modernas, se utilizan cartuchos que poseen todos los elementos
necesarios para el disparo: la bala, que es la que será lanzada; la pólvora o carga de pro-
pulsión; la cápsula iniciadora, que contiene una mezcla detonante, la cual al ser percutida
produce una llama que enciende la pólvora; y la vaina o casquillo, cuya función es conte-
ner a todos los anteriores, además de asegurar una óptima obturación de manera que se
aprovechen al máximo los gases generados por la deflagración de la pólvora.
El proceso del disparo consiste en una serie de etapas según el tipo de arma, las cuales
tardan en producirse todas alrededor de 5 a 10 milisegundos. Estas etapas son las si-
guientes:
• El cartucho se coloca en el cargador en las armas que poseen este dispositivo, o
directamente en la recámara, que es el área que antecede el cañón y que se ajusta
al tamaño y forma de la vaina del cartucho utilizado.
• En las armas que poseen cargador, se debe realizar la preparación, ya sea movien-
do manualmente la corredera o por medio de una palanca o cualquier otro sistema
manual que haga que el cartucho pase del cargador a la recámara.
• Al accionar el disparador, entran en juego varios mecanismos internos del arma
que finalmente provocarán que la aguja percutora golpee con fuerza la base del
cartucho, justo donde se encuentra la cápsula iniciadora.
• Al ser comprimida la cápsula iniciadora, se detona la mezcla explosiva que se haya
en su interior, produciendo una llama que inicia la deflagración de los granos de
pólvora.
• Al deflagrarse la pólvora, se genera una enorme cantidad de gases calientes que
crea una gran presión en el interior del cartucho. La base de la vaina se presiona
contra el plano de cierre, el cuerpo de la vaina se dilata, y en la parte delantera, la
bala se libera e inicia su recorrido a través del cañón.
• Impulsada por la presión que sigue aumentando, la bala toma el estriado helicoi-
dal, sellando el paso de los gases para que no la adelanten (esto no ocurre en los
cartuchos de proyectil múltiple); mientras que la vaina, al estar dilatada contra la
recámara, impide que los gases escapen por la parte posterior.
• La bala continúa su recorrido por el ánima del cañón, aumentando su velocidad
lineal debido al empuje de los gases, a la vez que adquiere un movimiento rotacio-
nal gracias al estriado helicoidal. La presión continúa hasta que la bala abandone
el cañón.
• Por su parte, la presión de los gases hacen que la vaina se empuje contra el
plano de cierre, provocando que, en las armas semiautomáticas y automáticas, se

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Tema 3: Balística forense 93

mueva hacia atrás junto con la corredera; la vaina se encontrará en su movimiento


con el tope de expulsión que, junto con la uña extractora, harán que salga del
arma por la ventana de expulsión.
• Finalmente, cuando la corredera regresa a su posición en las armas semiauto-
máticas y automáticas, arrastrará consigo otro cartucho que se encuentre en el
cargador, lo cual deja el arma lista para el siguiente disparo.

BALÍSTICA EXTERIOR
Estudia el comportamiento del proyectil desde que sale de la boca del cañón del arma de
fuego, hasta que colisiona con alguna barrera. Incluye todo lo referente a los sistemas
de mira de las armas y cálculo de trayectorias en el aire. En los primeros instantes tras
abandonar el cañón del arma, la bala experimenta un brusco cambio de presión, además
de que sale acompañada por gases y partículas, a esta primera etapa se le denomina
“balística intermedia”. Después de recorrer unos pocos centímetros, la bala logra esta-
bilizarse y realiza el resto de su trayecto influenciada únicamente por la gravedad y los
efectos producidos por el medio en el que viaja, es decir, la fricción del aire, los efectos de
la rotación y la influencia del viento. En los disparos a distancias cercanas, esta trayectoria
es básicamente una línea recta, debido a la alta velocidad del proyectil, que para el caso
del calibre más pequeño es de alrededor de 250 m/s. Cuando el tiro se realiza a distancias
largas o mayores que 50 metros, la trayectoria muestra comportamiento curvo, similar a
una parábola.

BALÍSTICA TERMINAL
Estudia la acción del proyectil sobre el blanco, cómo realiza la transferencia de su energía
y todos los efectos que se producen alrededor de la superficie de impacto. Una parte
principal de esta área es la que estudia la efectividad del proyectil al impactar en un ser
vivo, ya sea un ser humano o una pieza de caza. Aquí son importantes los conceptos de
energía cinética, tanto al momento del contacto (que determina la capacidad de efectuar
daños), como la residual tras abandonar el cuerpo, y viene dada por la masa del proyectil
y el cuadrado de su velocidad. También, el poder de parada, que es la capacidad del pro-
yectil de detener a un ser vivo, y el poder de penetración, el cual caracteriza la capacidad
de una bala de poder atravesar una barrera; estos dos conceptos dependen de la energía,
el calibre y un coeficiente que se obtiene según la forma del proyectil. Aunque todas es-
tas nociones están entrelazadas, enfocan el análisis de la interacción bala-barrera desde
ángulos distintos y complementarios.

BALÍSTICA FORENSE
La balística forense se refiere a todo conocimiento relacionado con las áreas de estudio de
la balística, que pueda ser utilizado con fines de investigación forense. Incluye todo tipo

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94 Manual de Criminalística y Criminología

de análisis sobre armas de fuego, balas, vainas, cartuchos, residuos de disparo y orificios
dejados por el paso de las balas sobre distintas superficies o cuerpos (Posada, 2003).
Por ejemplo, los fenómenos de la balística interior son de gran interés desde el punto de
vista identificativo, ya que es en este periodo donde el arma imprime todas sus huellas
sobre el cuerpo de la bala y la vaina; mientras que la balística exterior y la balística ter-
minal, son importantes para la determinación de trayectorias y distancia del disparo, etc.
Algunos de los estudios periciales que son de utilidad forense se describen brevemente
a continuación:

Análisis de las heridas


Este campo es propio de los médicos forenses, quienes realizan las autopsias y valora-
ciones médicas sobre el cuerpo, no sobre las ropas, las cuales por lo general se envían
al laboratorio de balística. Al analizar la morfología de la herida y los signos adyacentes,
se puede establecer si los disparos son de contacto, próximos al contacto, o a cierta
distancia. Además, el análisis de la causa de muerte es útil para estimar el tiempo de
vida y movilidad de la persona tras recibir el disparo. Esto, junto con la determinación
del trayecto intracorpóreo, son datos necesarios para reconstruir una posible dinámica
sobre cómo ocurrió el disparo, así como descartar o comprobar versiones de testigos, o
hipótesis de investigación.

Análisis de residuos de disparo


Cuando una bala es disparada, sale del arma acompaña de una serie de gases y partícu-
las, los cuales viajan una corta distancia, por lo general menor de un metro. Mediante el
análisis de la superficie de impacto, habitualmente las prendas de vestir de una persona,
y de acuerdo con el área de la depositación de estas partículas, se puede establecer una
distancia aproximada a la que se encontraba el arma de fuego. Esto es de gran impor-
tancia para descartar o confirmar versiones de testigos o hipótesis en la investigación
criminal. También se realizan análisis en las manos de los sospechosos y ofendidos para
indagar si pudieron haber disparado un arma de fuego, por medio de la detección de los
residuos del disparo.

Análisis del estado de funcionamiento de armas de fuego


El perito analiza el funcionamiento de los diversos sistemas mecánicos del arma de fue-
go, sus seguros y su capacidad de percutir un cartucho. En muchas ocasiones, el mal
funcionamiento de alguno de los sistemas no evita que el arma sea capaz de disparar.
Además, se analiza si el arma puede dispararse en situación involuntaria, ya sea por una
caída o porque el mecanismo de disparo sea muy sensible. Por último, en los casos en
que el arma presente su número de serie alterado, el perito utiliza técnicas de revenido
para recuperar la numeración.

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Tema 3: Balística forense 95

Análisis operativos de balas, vainas y cartuchos


Cuando en el lugar de los hechos no se recupera el arma de fuego, pero sí se encuentran
balas, vainas o cartuchos, el perito puede analizar las características impresas en dichos
elementos para establecer el calibre y el posible tipo y marca del arma utilizada en el lugar.
La importancia principal de estos análisis es colaborar con las unidades de investigación
en la búsqueda de posibles armas de fuego y establecer hipótesis de investigación ini-
ciales.

Análisis de determinación de trayectorias balísticas y reconstrucciones


Por medio del análisis de los orificios provocados por el paso de una bala en un lugar
cerrado, es posible determinar la trayectoria del disparo, su sentido y ángulos, así como
establecer una posible ubicación de quien disparó. En el caso de múltiples disparos,
es posible en ocasiones establecer la secuencia de los mismos. Además, junto con los
análisis de distancias de disparo, trayectos intracorpóreos y resultados identificativos, se
establecería una dinámica sobre cómo ocurrieron los hechos.

Análisis identificativos
Los peritos establecen la correspondencia de una bala o una vaina con un arma de fuego.
En los casos donde no hay arma, relacionan entre ellas varias evidencias, ya sea del mis-
mo o de diferente caso. Además, se estudian los antecedentes de la evidencia, es decir,
se compara con todos los casos anteriores para buscar relaciones. Estas pericias son
importantes porque permiten confirmar o descartar la presencia de un arma específica en
el lugar de los hechos, o saber si las balas o vainas de distintos hechos tienen relación.
La balística identificativa no es en sí misma una aplicación de alguna rama de la ciencia
balística, sino que posee sus propios fundamentos científicos; su estudio es el motivo del
presente trabajo.

CONTEXTO DE LA BALÍSTICA IDENTIFICATIVA


Relevancia
Actualmente, la relevancia que tienen los análisis de balística identificativa radica en que
los delitos cometidos con arma de fuego suelen ser graves, como homicidios, suicidios,
robo, asalto con violencia, etc. En España, durante el 2010 el Laboratorio de Balística de
la Comisaría General de Policía Científica realizó 1640 informes periciales sobre el tema
de balística identificativa, número que se ha mantenido similar durante los últimos años,
pero con la salvedad de que se ha diversificado el tipo de armas que se utilizan para de-
linquir, siendo ahora más común encontrar armas no permitidas como pistolas, revólveres
e incluso fusiles de asalto. En otros países donde sí está permitido el uso de armas por
parte de los ciudadanos, como por ejemplo en Costa Rica, se ha observado un uso muy
frecuente de estas para cometer todo tipo de delitos; por ejemplo, en el año 2009 el 64 %

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96 Manual de Criminalística y Criminología

de los homicidios dolosos se cometieron con armas de fuego, así como el 17 % de los
suicidios. Sin entrar en analizar las causas de esta realidad, se observa que los análisis
que requieren de una identificación balística son esenciales para la Autoridad Judicial. Los
peritos deben ofrecer al sistema judicial resultados fiables en los que los jueces puedan
basar sus conclusiones.

Reseña histórica
Henry Goddard fue el primero en realizar una identificación balística (Posada, 2003), des-
pues de que en 1835 se resolviera un asesinato cometido con arma de fuego en la ciudad
de Londres. En ese tiempo se utilizaban armas de avancarga y cada dueño fabricaba sus
propias balas mediante un molde. Durante la investigación, Goddard observó que la bala
encontrada poseía un abultamiento irregular en su cuerpo, por lo que se realizó un regis-
tro en la casa del sospechoso en busca del molde. Luego de hallarlo y fabricar con este
una nueva bala, Goddard encontró que también dejaba una protuberancia irregular, que
al compararla con la original, resultaban idénticas, por lo que llegó a la conclusión de que
ambas habían sido hechas con el mismo instrumento. A la luz de esta y otras pruebas, el
asesino confesó.
Tras este episodio, varios investigadores utilizaron la observación detallada de las evi-
dencias balísticas, por medio de microscopios o fotografías ampliadas. Se destacan los
aportes del profesor V. Balthazard, uno de los padres de la criminalística, quien ya en 1912
presentó dos ponencias, una sobre vainas y otra sobre balas, en un Congreso de Medicina
Legal celebrado en París, donde expuso los procedimientos para realizar identificaciones.
En 1925, en la ciudad de Nueva York, se creó el primer instituto dedicado a la investiga-
ción balística, el Bureau of Forensic Ballistics (Oficina de Balística Forense), integrada por
Charles E. Waite, Philip O. Gravelle y John H. Fisher, y más tarde Calvin H. Goddard. En el
seno de esta oficina se desarrolló el microscopio de comparación balístico, lo que signifi-
có un importante paso en el desarrollo de los estudios identificativos, y se establecieron
los fundamentos para llevar a cabo la investigación balística. La resolución del primer caso
judicial en 1927 gracias a los análisis balísticos de Calvin Goddard, le ha merecido que en
los Estados Unidos lo consideren el padre de la balística forense moderna.
En Europa, en la década de 1920, el microscopio de comparación fue introducido por
medio de Sydney Smith, director del Instituto Forense de El Cairo. Rápidamente se difun-
diría por toda Europa, donde expertos como Locard, Söderman y Churchill, entre otros,
pusieron en práctica las experiencias de Goddard y compañía, e incluso las superaron. Ha-
cia1930 la balística identificativa había desarrollado plenamente su potencial y su sustento
teórico. En España, se adquiere el primer microscopio de comparación en el año 1975,
mismo año en que se crea el primer laboratorio de balística forense del país.
El mayor avance desde la creación del microscopio de comparación se dio a finales de los
años 80 y la década de los 90, cuando se desarrollaron en varios países bases de datos

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Tema 3: Balística forense 97

informáticas con imágenes capaces de realizar “identificaciones” por medio del ordena-
dor. Estos sistemas aplican diversos filtros y seleccionan una lista de posibles candidatos.
A partir de esta selección, un perito debe realizar las comparaciones para determinar el
resultado. Estos sistemas han significado un enorme paso en este campo, ya que permite
relacionar de una manera rápida los antecedentes balísticos de la evidencia. El primero de
ellos se adquirió en España en el año 2000.

Actualidad
En la actualidad, las metodologías y tecnologías siguen siendo prácticamente las mismas.
En cuanto a sistemas informatizados, desde el 2005 las empresas que comercializan
sistemas de identificación automática, tales como IBIS, EVOFINDER (antiguo CONDOR) y
más recientemente el ALIAS, han implementado una tecnología de escaneo láser tridimen-
sional de las superficies de balas y vainas en lugar de la tradicional captura fotográfica, lo
que ha ayudado a mejorar la calidad visual de las imágenes con las que el perito puede
trabajar. Sin embargo, todavía se está lejos de un sistema perfecto, ya que los resultados
requieren aún mucho aporte del experto para identificar los resultados correctos.
Por otra parte, la influencia de los criterios “Daubert” ha abierto un fuerte debate sobre
la validez científica de los fundamentos de la balística identificativa, principalmente en los
Estados Unidos, a pesar de lo cual los laboratorios de todo el mundo continúan utilizando
la metodología estándar basada en dichos fundamentos. De momento, la reacción ha sido
la realización de múltiples estudios que procuran validar los principios en los que se basa
esta técnica, así como la implementación de sistemas de gestión de la calidad con el fin
de minimizar errores. Por ejemplo, los laboratorios europeos adscritos a la red ENFSI
deben, antes del año 2015, estar acreditados bajo la norma de calidad ISO 17025, la cual
garantiza la calidad de los análisis de laboratorios de ensayo o calibración, por medio de
directrices y controles sobre todos los aspectos que afectan los dictámenes periciales
(Lucena, 2010).
El fuerte peso que tiene la prueba científica ha hecho que históricamente haya sido nece-
sario que los sistemas judiciales establezcan ciertos criterios para poder depositar sobre
ella un grado de confianza, en la búsqueda de formar esa íntima convicción que el juez ne-
cesita. Esto por cuanto no es desconocido que, en los juicios, alguna de las partes puede
buscar peritos externos como testigos que aporten su opinión, la cual seguramente apo-
yará la versión de la parte que le contrató, y podría estar en contraposición con la opinión
de los peritos oficiales, de manera que el juez debe decidir cuál de ambos testimonios
acepta. Por lo tanto, cada vez con más frecuencia se hace necesario saber cómo evaluar
la veracidad de las declaraciones científicas de peritos externos y oficiales. Generalmente,
los jueces y jurados se han decantado por los peritos oficiales porque no representan nin-
gún interés de parte en el proceso, aunque la valoración de la prueba no debería depender
de la procedencia del perito, ni de sus títulos o experiencia, sino solamente de la validez
científica de la técnica utilizada.

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98 Manual de Criminalística y Criminología

Por otra parte, los desarrollos tecnológicos de los últimos 20 años, específicamente los
análisis genéticos y las bases de datos informáticas con sistemas de búsqueda auto-
matizados, han puesto de manifiesto que algunas de las técnicas criminalísticas habían
sido sobrevaloradas, ya sea por el juez o por los propios expertos. Se han revelado gran
cantidad de injusticias, como el caso de los múltiples errores cometidos en la pericia de
identificación por análisis de cabellos, los cuales fueron descubiertos gracias a posterio-
res pruebas de ADN, o el sonado caso de las huellas dactilares de “Brandon Mayfield”,
donde el FBI de Estados Unidos emitió un resultado atribuyéndole a este hombre las
huellas encontradas en un atentado terrorista en España, cosa que luego fue desmentida
gracias a que la Policía Nacional española encontró al verdadero autor del hecho (Otero,
2010; Lucena, 2010).
La suma de ambos factores, tanto el testimonio contradictorio entre peritos especializa-
dos, como el hallazgo de errores en pruebas científicas que se consideraban infalibles, ha
provocado una revolución en las ciencias forenses. Las autoridades científicas han salido
al paso, demandando que las técnicas criminalísticas reformen sus metodologías y sigan
el modelo de los análisis de ADN, el cual se basa en un formalismo matemático de datos
estadísticos y sus consecuentes determinaciones de tasas de error. Las autoridades ju-
diciales por su parte, se han vuelo más rigurosas en lo que se refiere a la aceptación de
pruebas catalogadas como científicas, los jueces quieren saber qué tanto pueden confiar
realmente en una valoración pericial antes de tomar sus decisiones, y exigen seriedad y
rigurosidad en los análisis. Muestra de esto son los criterios de Daubert, utilizados por el
Tribunal Supremo de los Estados Unidos para aceptar la prueba científica, modelo que ha
llamado la atención en países de Europa y el resto del mundo.

PROCESOS DE IMPRESIÓN DE HUELLAS SOBRE BALAS Y VAINAS


HUELLAS PRODUCIDAS EN EL INTERIOR DEL ÁNIMA DEL ARMA DE FUEGO
Cuando un material es sometido a presión, se presenta el fenómeno de la deformación.
En la mayoría de sólidos, la deformación se da en varias etapas: una deformación elástica,
que tiene la característica de que una vez retirada la presión el material regresa a su for-
ma original; y una deformación plástica, que se presenta cuando la presión supera cierto
límite que depende de cada material, y provoca que el material no recupere su forma
original tras retirar la presión. La dureza es la propiedad de un cuerpo que determina qué
tan susceptible es a deformarse permanentemente al aplicársele una fuerza.
De esta forma, cuando dos sólidos de distinto material (y por lo tanto, de distinta dureza)
se presionan uno contra el otro, el de mayor dureza puede no deformarse, mientras que
el de menor dureza sí lo hace. Esto es lo que ocurre cuando una bala de plomo o reves-
tida de cobre interactúa contra el acero endurecido del cañón del arma de fuego: el arma
deforma la bala, mientras que la bala deja prácticamente inalterable el arma. Lo mismo

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Tema 3: Balística forense 99

ocurre con el latón, aluminio o cupro-níquel del que están hechas las vainas y cápsulas
iniciadoras, frente al acero o los polímeros que conforman las piezas de los mecanismos
de alimentación, percusión y obturación de las armas de fuego. Esto no es algo casual,
los fabricantes en general construyen sus armas con materiales mucho más duros que las
balas y vainas, porque deben estar diseñadas para poder realizar muchos disparos y se-
guir funcionando sin problemas, soportando el roce constante con los elementos del car-
tucho, además de las inmensas presiones y temperaturas que ocurren en cada disparo.
Estas huellas que el arma imprime sobre los elementos del cartucho son principalmente de
dos tipos diferentes: huellas por estampado y huellas por arrastre. Según el tipo de arma y
sus mecanismos, se imprimirán unas u otras huellas (Howard, 1962; Posada, 2003).

Huellas por estampado


Se dan cuando un material se comprime con fuerza contra el otro, de forma que los relie-
ves presentes en el material duro se estampan en el más suave (ver Figura 1). En el caso
de las armas de fuego, estas huellas se imprimirán únicamente en la vaina:

Figura 1. Las irregularidades de la superficie se reproducen en la otra superficie.

• En la base de la vaina, originada por el tope de expulsión (“huella de expulsión”).


Se puede producir aunque el cartucho no sea percutido.
• En la cápsula iniciadora, producida por la aguja percutora (“huellas de percusión”).
• En la base de la vaina y cápsula iniciadora, producidas por el plano de cierre del
arma (“huellas de cierre”).
• En la cápsula iniciadora, producido por el orificio donde se aloja la aguja percutora
(“hernia de reflujo”).
• En el cuerpo de la vaina, producidos por la recámara del arma cuando la vaina se
dilata (“huella de recámara”). Es, en parte, también de arrastre.

Huellas por arrastre


Se presentan cuando se ejerce un movimiento relativo entre dos superficies que están
presionadas, dejando una serie de líneas paralelas (ver Figura 2). Nuevamente, los relieves

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100 Manual de Criminalística y Criminología

presentes en el material más duro rayarán al material más suave. Este tipo de huellas se
pueden encontrar tanto en la vaina como en la bala:

Figura 2. Las irregularidades de la superficie producen líneas paralelas cuando hay movimiento.
Observe que las huellas posteriores podrían sobreponerse a las primeras.

• En el borde interno de la vaina, producido por la uña extractora (“huella de extrac-


ción”). Es, en parte, también de estampado. Se produce aunque el cartucho no
sea percutido.
• En la cápsula iniciadora, producidas por la aguja percutora en algunas armas de fue-
go que tienen sistema de retroceso con cañón basculante (“huella de resbalón”).
• En la hernia de reflujo, producido por el plano de cierre en algunos cartuchos con
sobrepresión (“huella de rebaje del plano de cierre”).
• En el cuerpo de la vaina, producido por el roce entre el cuerpo dilatado y la recá-
mara cuando la vaina está siendo extraída (“huella de recámara”).
• En el cuerpo de la vaina, producido por el roce con los labios del cargador (“huella
de cargador”). Se produce aunque el cartucho no sea percutido.
• En la base de la vaina muy cerca del borde, producidas por el empuje que realiza
la corredera sobre la vaina que se encuentra en el cargador, para hacer ingresar
el cartucho a la recámara del arma. Se puede producir aunque el cartucho no sea
percutido.
• En el cuerpo de la bala, mayormente en las estrías, producidas por el ánima del
cañón del arma, principalmente por los campos o macizos, así como por la pre-
sencia de pequeñas partículas metálicas en el ánima (“rayado balístico”).
• En el cuerpo de la bala, producidas por la zona no estriada del cañón durante el
vuelo libre, es decir, previo a que la bala tome el estriado (“líneas de fuga”).
• En la ojiva de la bala, producidas en los revólveres donde el tambor no se alinea
correctamente. Cuando la bala sale de la recámara, sufre un golpe al ingresar a
cañón.

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Tema 3: Balística forense 101

CLASIFICACIÓN DE LAS HUELLAS SOBRE BALAS Y VAINAS


Para facilitar el análisis, es necesario clasificar las huellas según el momento en que se
producen, o el mecanismo huelloproductor. En la Figura 3 se presenta un esquema donde
se muestra la clasificación de los distintos tipos de huellas.

HUELLAS IMPRESAS SOBRE


BALAS Y VAINAS

Impresas Impresas
por el arma fuera del arma

Consistentes Transitoras

Clase Individualizantes Subclase

Figura 3. Esquema de clasificación de las huellas. En el esquema se observan todos los tipos de huellas
que el analista debe considerar. Se aprecia que las huellas impresas fuera del arma y las transitorias interfieren
con las huellas consistentes. De todo el conjunto de huellas que poseen las evidencias, solamente las huellas
individualizantes son de utilidad identificativa.

Huellas impresas por el arma


Una vez que el cartucho es alimentado en el arma y luego percutido, tanto la bala como
la vaina recibirán unas marcas en su superficie, que se imprimen a causa del proceso
del disparo (huellas por estampado). Como se mencionó anteriormente, la impresión de
estas huellas se debe a la presencia de relieves macro y microscópicos, presentes en las
diferentes piezas de los mecanismos del arma de fuego. Estos relieves entran en contacto
con la superficie de la bala o vaina, rayándola. Por la forma en que funcionan las armas
de fuego, el usuario interviene poco en la forma en que las piezas interactúan, de forma
que cada cartucho percutido y bala disparada serán sometidos aproximadamente a los
mismos procesos, de acuerdo con los mecanismos que posea el arma, de manera que
habrá un grupo de huellas que llamaremos “huellas consistentes” que se imprimen una y
otra vez en cada disparo.
Sin embargo, es preciso mencionar que la impresión de huellas no ocurre de una mane-
ra perfectamente repetitiva, es decir, las balas disparadas de forma consecutiva no son
“clones”, sino que cada una de ellas tiene unas que llamaremos “huellas transitorias”,
que se observarán junto con las huellas consistentes. Las huellas transitorias son las que
aparecerán de manera única en cada bala, y se pueden atribuir a fenómenos variables,
como por ejemplo, a las partículas metálicas libres que se depositan sobre la superficie

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102 Manual de Criminalística y Criminología

del ánima después de cada disparo a causa de la presión y temperatura en el interior del
cañón. Estas partículas, así como se depositan libremente, de esa misma forma abando-
nan también la superficie, dando lugar a mucha variabilidad. La presencia de estas huellas
puede superponerse y ocultar a las huellas consistentes. Para el caso de las vainas, las
huellas transitorias se deben también a la deposición aleatoria de partículas sobre el plano
de cierre y aguja percutora, a las pequeñas variaciones en la fuerza de la percusión, a la
variabilidad que existe en la deflagración de la pólvora en cada cartucho, generando dife-
rentes fuerzas de retroceso, etc.
La forma más efectiva para reconocerlas es mediante la toma de testigos del arma (al me-
nos tres), de forma que al cotejarlos entre ellos, permite filtrar visualmente todas aquellas
huellas que sean transitorias y dejar solamente las huellas consistentes. Las huellas con-
sistentes suelen clasificarse como huellas de clase, huellas individualizantes y huellas de
subclase (Conrad et al., 2011; Committee to Assess the Feasibility, Accuracy and Technical
Capability of a National Ballistics Database, 2008).

Huellas de clase
Se les denomina con este nombre porque son las huellas que sirven para clasificar, den-
tro de un grupo de armas, a las que tienen ciertas características comunes. Son huellas
impresas por razones de diseño o modelo del arma. Para el caso de las balas, se trata
del tamaño, número, giro y ángulo de inclinación de las estrías. Para las vainas, sería
principalmente la forma y tamaño de la aguja percutora, la forma, tamaño y posición del
tope de expulsión y uña extractora, así como la forma del rayado del plano de cierre. En
principio, estas características deben aparecer en las balas y vainas de forma consistente,
sin importar el material del que estén hechos.
La razón de esto es que el fabricante del arma tiene un interés especial en que estas hue-
llas sean impresas siempre, para asegurar la estabilidad de la bala disparada y el correcto
funcionamiento de los sistemas de percusión y alimentación de los cartuchos. Como cada
empresa fabrica las armas de acuerdo a sus diseños propios, estas características mu-
chas veces difieren entre casas comerciales y sus modelos. Sin embargo, está claro que
todas las armas construidas bajo los mismos diseños imprimirán iguales características
de clase. Otras armas de marcas y modelos diferentes que utilicen piezas con medidas
similares también imprimirán algunas características de clase iguales.

Huellas individualizantes
Son huellas microscópicas impresas por razones ajenas al diseño del arma, que tienen su
origen en las irregularidades aleatorias que existen en toda la superficie metálica del ánima
del cañón del arma de fuego, así como en las distintas piezas que entran en contacto con
la vaina. Debido a que su origen es aleatorio, es decir, no es decisión del fabricante agre-
garlas o no, sino que aparecen simplemente porque no existe ningún proceso industrial
que genere piezas de armas que sean idénticas desde el punto de vista microscópico, se

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Tema 3: Balística forense 103

dice que pueden individualizar al arma de fuego. Además, otras huellas individualizantes
se van agregando a lo largo del uso del arma de fuego, a la vez que algunas de las origi-
nales van desapareciendo, como parte del proceso natural de desgaste y fricción de los
metales. En la práctica se ha observado la consistencia de las huellas individualizantes, es
decir, que se imprimen reiteradamente sobre las balas y vainas de los cartuchos utilizados
en el arma.
En vista de que cada arma tiene diferentes huellas individualizantes, son de utilidad foren-
se, ya que sirven para relacionar una evidencia con un arma específica. Como puede ob-
servarse en el esquema de la Figura 3, estas huellas están siempre mezcladas con otros
tipos de huellas, y esa es la de razón, junto con algunos factores que afectan la impresión
de huellas, que hace complicado el análisis balístico identificativo.

Huellas de subclase
Es interesante señalar que la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de
los Estados Unidos (ATF) señala una clasificación adicional, a la cual denominan “huellas
de subclase”. Esta nueva clasificación surgió al observar que algunas herramientas con las
que se fabrican armas de fuego imprimen sus mismas señales irregulares sobre un grupo
de piezas de armas fabricadas de forma consecutiva. Estas, a su vez, imprimen dichas
irregularidades sobre las balas o vainas, de manera que las señales tienen la apariencia
de ser individualizantes, pero en realidad son comunes en todo el grupo de armas. Se
recalca el hecho de que es una condición temporal y no controlada durante el proceso de
manufactura, tal como una muesca o fractura en una herramienta utilizada en la fabrica-
ción. Dada la tendencia a cometer el error de confundirlas con huellas individualizantes, el
estudio de las huellas de subclase adquiere una gran importancia.
Para el caso de las balas, se ha hallado huellas de subclase únicamente en los campos de
la bala y nunca en las estrías (Tulleners y Hamiel, 1999). Esto se debe a que en el proceso
de fabricación del cañón, el orificio central se realiza con un taladro, y luego los surcos de
las estrías se realizan con una herramienta de corte o por estampado. El taladro no dejará
huellas de subclase por su forma de operar, mientras que la herramienta que se usa para
crear el estriado sí puede repetir sus señales, en tanto no se desgasten sus irregularida-
des lo suficiente para que estas señales cambien.
Para el caso de las vainas, se han reportado (SWGGUN, 2009) casos de huellas de sub-
clase presentes en algunos tipos de aguja percutora, específicamente las que tienen un
acabado con círculos concéntricos. Además, se ha reportado que los planos de cierre de
algunas armas, como Ruger, Lorcin, Browning e incluso HK, son susceptibles a presentar
este fenómeno, así como algunos topes de expulsión.
Dichos estudios indican que normalmente, junto con las huellas de subclase, se imprimen
suficientes huellas individualizantes, de forma que con un análisis profundo se evita la
confusión. Sin embargo, es de suma importancia que un analista conozca las distintas

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104 Manual de Criminalística y Criminología

metodologías de fabricación de armas de fuego y pueda familiarizarse con las huellas de


subclase para distinguirlas sin problema.

Huellas producidas posteriormente al disparo


Otras huellas pueden producirse después de que la bala y la vaina abandonan el arma de
fuego e interactúan con otras superficies. Cuando una bala impacta una superficie sólida
y frágil, es muy posible que esta se quiebre o se astille (por ejemplo, concreto, madera,
vidrio o hueso), de forma que los bordes irregulares de la superficie quebrada rayan la
bala. En las superficies lisas y duras (por ejemplo, una lámina gruesa de metal), la bala
experimenta un aplastamiento. La forma principal de diferenciar las huellas de arrastre
provocadas luego de chocar con una superficie es a través la orientación del rayado, ya
que la mayoría del rayado balístico impreso por el arma es paralelo a los flancos de las
estrías, mientras que el rayado aleatorio que se produce al contacto con una superficie
puede seguir cualquier dirección. En muchas ocasiones, tras una colisión, la bala puede
fragmentarse o separarse el revestimiento del relleno, por lo que suele ocurrir que so-
lamente se recupere algún fragmento de la bala o de su revestimiento. Además, la bala
puede rebotar o atravesar completamente una barrera y continuar su movimiento, por lo
que es capaz de impactar varias superficies antes de detenerse por completo. En algunos
casos, a la bala se le adhieren materiales de las superficies impactadas, los cuales ocul-
tan las huellas en su cuerpo, tal es el caso de vidrio pulverizado, pintura de la superficie,
concreto, madera, restos orgánicos como hueso y tejidos.
En el caso de las vainas, si caen al suelo podrían ser aplastadas por una persona o vehí-
culo, rayándose contra las irregularidades del suelo. Muchas veces la sangre o humedad
puede provocar que se forme herrumbre, lo cual daña las huellas impresas por el arma.

FACTORES QUE AFECTAN LA IMPRESIÓN DE HUELLAS


Un primer factor que suele afectar la impresión de huellas en las balas, y principalmente
las vainas, es que no son superficies completamente lisas, de modo que las huellas im-
presas pueden confundirse o interferir con sus irregularidades o estampados de fábrica.
Por ejemplo, las vainas suelen tener inscripciones en su base haciendo referencia a su
calibre o marca; algunas veces la cápsula presenta un acabado superficial con líneas para-
lelas, otras veces presenta rugosidades, etc. En el caso de las balas, a veces tienen anillos
de engarce, canales y moleteados que vienen de fábrica.
Por otro lado, hay que considerar que existen factores de muchos tipos que afectan la
impresión de las huellas consistentes del arma, unos debidos a la cartuchería y otros al
arma en sí. Este mundo de posibilidades que complican el análisis de la comparación,
deben ser estudiados en profundidad por los peritos. Es decir, el analista no solo debe
realizar comparaciones escrupulosas, sino que debe estar capacitado para caracterizar
los distintos fenómenos que causan variación, de manera que llegue a resultados co-

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Tema 3: Balística forense 105

rrectos. Estos factores son (Committee to Assess the Feasibility, Accuracy and Technical
Capability of a National Ballistics Database, 2008):

Marca y material de la cartuchería utilizada


Se ha observado que la impresión de huellas varía según la marca de la cartuchería utili-
zada, principalmente por las diferencias de dureza que le confieren los distintos porcen-
tajes de elementos en las aleaciones utilizadas. Otros factores que pueden influir son la
profundidad a la que esté colocada la cápsula iniciadora respecto de la base del cartucho,
dado que unas pocas fracciones de milímetro pueden provocar que una huella se marque
con mucha o poca fuerza, así como la cantidad y calidad de la pólvora utilizada por cada
casa fabricante.

Diferencia de presiones en los cartuchos


Incluso en cartuchos de un mismo calibre y tipo, que en teoría se fabrican todos de la
misma forma y deberían funcionar igual, se ha observado en la práctica que a veces ocu-
rre exceso o poca presión de los gases producidos en la deflagración de la pólvora, lo que
provoca que las huellas no siempre se impriman de la misma manera sobre las vainas.

Preutilización del cartucho en otra arma


Puede ocurrir que un cartucho se alimente en un arma de fuego pero luego se extraiga
sin percutir, y posteriormente se utilice en otra arma. Esto significa que el cartucho puede
tener las huellas del sistema de alimentación de ambas armas: dos huellas de extracción y
dos huellas de tope de expulsión, así como doble marca de cargador. Aunque se esperaría
que las huellas más fuertes se impriman cuando hay expulsión automática y no manual.

Uso de cartuchos de calibre distinto al del arma


Si se utilizan cartuchos de calibre diferente, puede que la recámara y el cañón del arma no
estén diseñados para ellos, imprimiendo mayor o menor cantidad de huellas según sea
el caso. Además, en calibres con más o menos pólvora, se pueden imprimir diferentes
huellas.

Limpieza del arma


Cada usuario de arma de fuego tiene su modo y frecuencia con la que realiza la limpieza
de las armas de fuego. En muchos casos, la presencia de suciedad en las armas imprime
huellas en las balas, por lo que habrá variaciones entre un arma antes y después de lim-
piarla, y también según lo exhaustiva que sea la limpieza.

Calidad del arma


Se ha observado que hay fabricantes de armas que tanto por sus materiales como por
los procesos industriales seguidos, presentan sistemas de menor calidad que tienden a

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106 Manual de Criminalística y Criminología

imprimir huellas muy variables, tal es el caso de las armas Bryco o Lorcin, Hi-Point y Ran-
ger. En estas armas, el desgaste en los estriados suele ser muy alto con pocos disparos,
lo cual produce que las balas “resbalen” dentro del cañón en vez de tomar el estriado con
firmeza. Además, tienden a desprender muchas partículas metálicas a causa de la tempe-
ratura y presión de los disparos. En contraste, también hay armas que utilizan procesos
de fabricación muy minuciosos y de alta calidad, con cañones tipo poligonales en vez de
estriados, en los que la superficie queda muy pulida y la bala tiene un contacto mínimo
con el cañón, lo que limita notablemente la impresión de huellas peculiares.

Cambio de piezas del arma


A fin de reparar, o con intención de despistar a los analistas forenses, una persona puede
cambiar algunas partes del arma, lo cual provoca que algunas huellas desaparezcan y
surjan otras distintas. Por este motivo, el analista no puede atenerse únicamente a los
resultados de las huellas impresas por una sola pieza del arma, sino que debe buscar
analizarlo todo.

Daños intencionales del ánima del cañón del arma


Ocurren principalmente por un daño mecánico al introducir alguna pieza dura que raya el
interior, o por un daño químico que genera corrosión en el ánima.

Asentamiento de relieves en el arma


Se ha documentado (Yalçın et al., 2009; Martín et al., 2006) que algunas armas de fuego
nuevas adquieren su rayado balístico “definitivo” después de algunos primeros disparos,
como si las huellas necesitaran estos disparos para asentarse. Esto puede provocar que
dos balas disparadas por un arma, incluso de forma consecutiva, puedan presentar algu-
nas diferencias; lo mismo ocurre con las vainas.

COMPARACIÓN BALÍSTICA POR MEDIO DE LA TEORÍA CLÁSICA DE LA BA-


LÍSTICA IDENTIFICATIVA
FUNDAMENTOS DE LA TEORÍA CLÁSICA
La pericia de la balística identificativa se basa en la premisa de que un perito entrenado es
capaz de relacionar una bala o vaina con otra indubitada (testigos de un arma de fuego)
o dubitada (del mismo o de otro caso), a través de las huellas individualizantes que se
encuentran impresas en ellas. La aleatoriedad de las microlesiones observadas en las
distintas partes del arma, como el cañón, plano de cierre, aguja percutora, etc., han con-
ducido a proponer cuatro principios fundamentales en los que converge todo el análisis
identificativo.

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Tema 3: Balística forense 107

Unicidad
Es un principio que se basa en el hecho básico de que no existen dos objetos que sean
perfectamente idénticos. Aunque dos armas de fuego fabricadas de forma consecutiva
parezcan muy similares, al observarlas bajo un microscopio a unos 30 aumentos se ob-
serva una serie de irregularidades y diferencias. Esto se debe en gran medida a que en
los procesos de fabricación, una misma herramienta de corte se utiliza para confeccionar
varios cañones u otras partes del arma, pero sus filos se desgastan rápidamente, lo que
origina variación microscópica entre ellos. Incluso tras someter los cañones y piezas a
procesos de pulido, siempre existen granos microscópicos que son inherentes a la propia
estructura de las aleaciones metálicas. Habrá zonas microscópicas de mayor y menor du-
reza, que por el uso, la constante presión y altísimas temperaturas, desgastarán las zonas
más suaves y dejarán sobre relieve las porosidades más duras. Debido a esto, la superficie
microscópica del ánima del cañón y de las piezas de los sistemas de alimentación y percu-
sión en un arma de fuego, presentan relieves peculiares y porosidades totalmente aleato-
rios. Estos relieves, que originalmente se forman desde el mismo proceso de fabricación,
también se enriquecen durante el uso del arma de fuego (Posada, 2003; Howard, 1962).
Por lo tanto, es imposible que dos cañones observados microscópicamente tengan el
mismo conjunto exacto de irregularidades distribuidas en la misma ubicación, número e
intensidad. De la misma forma se puede argumentar sobre la aguja percutora, el plano
de cierre, el tope de expulsión y el resto de piezas que entran en contacto con la vaina.

Permanencia
Muchos de los relieves presentes en el arma son estables en el tiempo, es decir, no se
modificarán de manera apreciable, e imprimirán las mismas lesiones prácticamente de
forma inmutable durante una secuencia larga de disparos, dada la mayor dureza del acero
de las armas de fuego frente al plomo, latón, etc. de los que están hechas las balas y
vainas. Aunque los huellas puedan ir desapareciendo y otras se vayan incorporando, esta
evolución es lenta y no afecta la totalidad de los elementos identificables (Posada, 2003).
Ahora bien, esta característica puede ser un problema en las armas de fuego de mala
calidad, como Bryco o Lorcin, Hi-Point y Ranger.
Hay muchos estudios que apoyan esta aseveración, en los que se han realizado miles de
disparos con una misma arma de fuego, y luego se han comparado los testigos obtenidos
(Martín et al., 2006; Uchiyama, 2008). Se ha observado que en las vainas hay una mayor
permanencia de las huellas que en las balas, principalmente si estas son de plomo sin
revestimiento, aunque se comprueba que para secuencias mayores a las del uso estándar
(cientos de disparos) se sigue observando suficientes huellas identificativas.

Repetibilidad
En cada disparo, el arma imprime lesiones sobre las balas que atraviesan el cañón y sobre
las vainas que interaccionan con los sistemas del arma. En vista de que todo el proceso

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108 Manual de Criminalística y Criminología

está mecanizado, cada cartucho interactúa con el arma de forma prácticamente igual, por
lo cual todas las balas y todas las vainas son expuestas a las mismas lesiones. Además,
las grandes presiones a las que se ven sometidas las partes, así como el diseño de las
armas en las que el diámetro de la bala es mayor que el diámetro del cañón para asegurar
que tome el estriado y se bloquee el escape de los gases, permiten un mayor contacto
entre las superficies, lo cual causa que se impriman todas sus imperfecciones (Howard,
1962). Esto no significa que las balas o vainas tomadas de una misma arma sean total-
mente idénticas, dado que las huellas consistentes se entremezclan con las huellas tran-
sitorias y, además, los múltiples factores ya expuestos pueden provocar variaciones. Sin
embargo, el principio de la repetibilidad asegura que, aparte de las diferencias notadas,
también se observan múltiples señales coincidentes.

Suficiencia
Estas lesiones deben ser observadas en aumentos de 30X a 50X, para poder encontrar
suficiente abundancia de las mismas, puesto que en aumentos menores solamente se
observan las características de clase, pero muy pocas individualizantes. Es importante
apuntar que las huellas buscadas pueden estar presentes a lo largo de toda la superficie
del cuerpo de la bala, principalmente en las estrías, en la zona cercana a la base, mientras
que en las vainas se localizan en todas las piezas que entran en contacto con ella.
De esta forma, el principio de la suficiencia asegura que el rayado balístico es tan variado
y abundante, y por lo tanto tan distinto entre diferentes armas de fuego, que con este gra-
do de aumento óptico es posible localizar, en la mayoría de los casos, suficientes huellas
individualizantes en cantidad y morfología, de manera que el analista tenga un alto grado
de certeza de que no están presentes por casualidad, y así excluir otras posibles armas
de fuego.
Este elemento es crítico en el caso de trozos de balas donde la cantidad de rayado es muy
poca, o en las vainas percutidas por armas que no posean mecanismos automáticos de
alimentación, como el revólver, en donde muchas veces solo se cuenta con la huella de
percusión. Otro caso complicado es el de las armas con ánima poligonal, donde el diá-
metro promedio del cañón es muy similar al de la bala, de manera que hay poco roce y la
impresión de las huellas es mucho menor.

ENTRENAMIENTO Y FORMACIÓN DEL ANALISTA


Es importante recalcar que los resultados de los análisis identificativos se consideran váli-
dos únicamente si son emitidos por un perito debidamente capacitado y con experiencia,
dado que la cantidad de factores que intervienen producen resultados que no siempre son
evidentes para cualquier ojo. La capacitación del perito se logra tras estudiar múltiples
situaciones y variables en las que aprende a caracterizar las huellas observadas. Además,
debe conocer y dominar los procesos de impresión de las huellas, así como los mecanis-

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Tema 3: Balística forense 109

mos internos de los diferentes tipos de armas de fuego. Por esto, la duración del periodo
de formación suele tardar más de un año, al lado de un perito de mayor experiencia, y
debe incluir los siguientes aspectos (Conrad et al., 2011):
• Identificar por separado las huellas impresas por el arma, de las huellas impresas
antes o después del contacto con el arma.
• Reconocer las huellas comunes en muchos tipos de armas de las huellas particu-
lares.
• Distinguir las huellas de subclase de las huellas individualizantes.
• Diferenciar las huellas consistentes de las huellas transitorias en un arma.
• Valorar todos los aspectos expuestos que pueden alterar la impresión de huellas.
Este último aspecto, por lo general, conlleva un trabajo adicional, dado que si el perito
valora que existe algún factor que cause variabilidad en las huellas, deberá realizar las
acciones que considere necesarias para respaldar o descartar su hipótesis. Por ejemplo,
puede ser necesario que tenga que tomar más elementos testigo de otro material o casa
fabricante, realizar una limpieza del arma de fuego o una inspección detallada del ánima
del cañón. Puede ocurrir también que las huellas estén ocultas por la propia deformación
de la bala, por ejemplo en las balas expansivas, así que el perito tendrá que descubrir el
rayado balístico al enderezar las zonas deformadas.
Además, el perito deberá dominar las técnicas de empleo de los microscopios de com-
paración, principalmente sobre el uso de una iluminación adecuada y también acerca de
los distintos sistemas ópticos y mecánicos. En caso de contar con una herramienta de
comparación automatizada, deberá conocer a fondo su utilización y limitaciones.

TÉCNICA DE COMPARACIÓN
Básicamente hay dos situaciones posibles a las que el analista debe enfrentarse. Por un
lado, comparar balas o vainas para relacionarlas con un arma de fuego sospechosa. Por
otro lado, comparar una bala con otra, o una vaina con otra, en ausencia del arma. En el
caso de tener el arma de fuego, se revisará minuciosamente el ánima del cañón para des-
cartar alteraciones intencionales de este. Luego se tomarán al menos tres muestras testi-
go, preferiblemente con cartuchos de la misma casa comercial de la evidencia a analizar,
con el fin de corroborar la repetibilidad de las huellas. Si el arma de fuego está ausente,
no será posible evaluar esta repetibilidad ni su variabilidad frente a factores que puedan
modificar las huellas, por lo que el resultado debe emitirse de forma más cuidadosa.

Comparación de balas
Según las características de clase del arma, la bala puede tener distinto número de estrías,
o no tener ninguna, como en el caso de las armas de fuego poligonales y de ánima lisa. La

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110 Manual de Criminalística y Criminología

estría es la zona de la bala que ha sido “excavada” por los campos del ánima del cañón, y
por eso es la parte en la que hay mayor contacto entre ambas superficies.
Si se cuenta con el arma de fuego, el perito deberá cotejar una estría de uno de los testi-
gos, contra todas las estrías del otro testigo, hasta que encuentre cuál de todas es la que
presenta señales que coincidan. Como en el caso de las balas, todas las huellas observa-
das son por arrastre, se evaluará la correspondencia de líneas por su ubicación relativa,
su profundidad y cantidad. Al encontrar la estría que muestre correspondencia con las
huellas, irá girando ambas balas simultáneamente en busca de microlesiones comunes
a lo largo de todas las estrías de las balas. Puede corroborar también las huellas en los
campos de la bala, pero debe tener siempre en cuenta que en general no se debe emitir
criterio únicamente con estas para evitar errores por huellas de subclase. Por último, se
debe repetir la comparación con el tercer testigo, con el fin de verificar que la presencia
de huellas sea repetible en todos ellos.
Una vez concluido el estudio entre testigos, es tiempo de colocar la evidencia y compa-
rarla contra uno de los testigos. Se procede de manera similar, colocando alguna estría
de la evidencia a estudiar, donde se observe su rayado balístico, y luego se va girando el
testigo, y se busca si hay alguna estría donde haya correspondencia. Cuando se encuen-
tre una posible coincidencia entre dos estrías, se deberán rotar ambas balas juntas para
verificar si existen otras microlesiones en las estrías restantes. En el caso de no contar
con el arma, se omite lo referente al cotejo entre testigos, y se realiza directamente la
comparación entre las balas dubitadas, con las limitaciones del caso.

Comparación de vainas
Si el arma de fuego está presente, se realizará primero un cotejo entre dos de los testi-
gos obtenidos. En este cotejo se analizarán todas las superficies del arma que están en
contacto con la vaina: aguja percutora, plano de cierre, recámara, uña extractora, tope de
expulsión, etc., en función del tipo de arma de fuego y de los mecanismos que posea.
Hay que recordar que en este caso se buscará mayormente huellas estampadas, así como
también, en algunos casos, huellas de arrastre. En el caso de las huellas estampadas, lo
que se evalúa son las irregularidades que sobresalgan de los contornos más regulares.
Una vez halladas todas las similitudes, se colocará el tercer testigo con el fin de corroborar
la secuencia encontrada.
Luego, se colocará la evidencia que se debe estudiar, y se comparará con uno de los testi-
gos, tratando de localizar la secuencia de huellas que anteriormente había sido observada
entre testigos. Para evitar cometer errores por huellas de subclase, es necesario evaluar
todas las impresiones y no guiarse únicamente por la correspondencia de una de ellas. En
el caso de no contar con el arma, se omite lo referente al cotejo entre testigos, y se realiza
directamente la comparación entre las vainas dubitadas, con las limitaciones del caso.

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Tema 3: Balística forense 111

RESULTADOS POR MEDIO DE ESCALAS VERBALES


Tras considerar la correspondencia de las huellas impresas en las balas o vainas analiza-
das, el perito llegará a una de las siguientes conclusiones (Grzybowski et al., 2003):

Identificación (resultado positivo)


• La evidencia y los testigos del arma presentan coincidencia en las huellas de cla-
se. Además, las huellas individualizantes en los testigos muestran mucha riqueza
en cuanto a posición, cantidad y grosor de las secuencias de líneas observadas, y
esto se encuentra reproducido de forma suficiente*1 en la evidencia analizada.
• En el caso de no contar con el arma, se evalúa que haya huellas individualizantes
suficientes* para poder relacionar ambas balas o vainas con una misma arma.

Exclusión (resultado negativo)


• Primera posibilidad. La evidencia y los testigos del arma presentan diferentes
características de clase, tales como ancho o inclinación de las estrías en la bala, o
forma distinta de la huella de la aguja percutora en la vaina, etc. Se debe descartar
cualquier causa que haya modificado las huellas de clase.
• Segunda posibilidad. Hay correspondencia entre las características de clase. Aun-
que los testigos muestran secuencias individualizantes claras y repetibles entre
ellos, existen diferencias suficientes* y considerables respecto de las que presen-
ta la evidencia. Se debe descartar cualquier causa que haya modificado las huellas
individualizantes.
• En el caso de no contar con el arma, se evalúa que haya pruebas suficientes* de
que ambas evidencias presentan huellas individualizantes tan diferentes que per-
miten descartar que ambas balas o vainas procedan de la misma arma de fuego.

No concluyente
• La evidencia y los testigos del arma presentan coincidencia en sus huellas de
clase.
• Primera posibilidad. El arma analizada presenta insuficiente reproducibilidad en
los testigos que se obtienen con ella, por lo que es imposible emitir un criterio.
• Segunda posibilidad. Las coincidencias entre las huellas individualizantes en los
testigos y en la evidencia analizada son escasas, lo cual genera dudas respecto a
una misma o distinta procedencia. En este caso, el perito cuenta con el recurso
de tomar nuevos testigos de otras marcas o materiales, realizar una limpieza del
arma o tomar cualquier acción que permita despejar sus dudas. En caso de no

*. La palabra “suficiente” se entiende como una reproducción significativa de marcas aleatorias, que excedan cualquier
posible coincidencia al azar que se haya estudiado entre distintas armas de fuego.

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112 Manual de Criminalística y Criminología

contar con el arma, es más difícil poder evaluar los cuestionamientos sobre la
coincidencia o no de las huellas, por lo que es más común obtener el resultado
no concluyente.
En las pruebas interlaboratoriales elaboradas por ENFSI, así como en algunos laboratorios
(por ejemplo, en la Guardia Civil se propone en la implementación de su Sistema de Cali-
dad), se subdivide esta segunda posibilidad en otros resultados:
Posible identificación
Coinciden las huellas de clase y hay similitudes en algunas individualizantes, pero son
insuficientes* para emitir el criterio positivo.
No concluyente
Coinciden las huellas de clase, pero la evidencia carece de huellas individualizantes (cri-
terio totalmente neutral).
Posible exclusión
Coinciden las huellas de clase pero las diferencias en las individualizantes no son suficien-
tes* para declararlo negativo.
No apto para análisis identificativo
La evidencia estudiada posee muchos daños producidos después de haber impactado
una superficie, los cuales ocultan las huellas individualizantes que pudo haber tenido. O
bien, la evidencia es solo un trozo de tamaño muy pequeño y esto limita el criterio que
se podría emitir.

CONSIDERACIONES A TENER EN CUENTA CON LA TEORÍA BALÍSTICA IDENTIFICATIVA


CLÁSICA
Posible subjetividad de los análisis
Algunos críticos cuestionan que la definición de “suficiencia de huellas” es subjetiva y, por
lo tanto, los análisis no son científicos, sino que son meramente el criterio de un perito.
Aseveran que los análisis pueden diferir si los realizan distintos peritos, o incluso pueden
diferir para un mismo perito, debido a la presión a la que este se puede someter o por
alguna idea preconcebida sobre el resultado. Además, se critica que un analista pueda
emitir criterios de tipo categórico basados en su experiencia, cuando en realidad durante
su vida solamente habrá visto algunos cientos o a lo sumo miles de armas de fuego y,
que de todas formas, es imposible poder recordar todos los casos anteriores cada vez
que se analiza uno nuevo. Se argumenta también que los sistemas automatizados de
comparación pueden encontrar múltiples candidatos con gran semejanza en los rayados
balísticos, lo que demuestra que las similitudes son más comunes de lo que los peritos
creen (Schwartz, 2005).

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Tema 3: Balística forense 113

Además, hay críticos que argumentan que existe un


efecto psicológico ligado a la identificación visual,
que ocurre cuando la información relacionada con el
caso puede influenciar la percepción de lo observa-
do, como se ejemplifica en Risinger et al. (2002). Se-
gún el autor, este efecto se manifiesta en mayor gra-
do en los casos donde abunda la ambigüedad, como
por ejemplo una comparación balística donde hay si-
militud de características de clase y algunos rasgos
dudosos en las características individualizantes. En
este caso, el resultado será influenciado por las ex- Figura 4. Ejemplos de subjetividad en la
identificación visual2.
pectativas del analista, sus preferencias subjetivas o
las influencias externas. Entre las fuentes de contex-
to que pueden inducir a error, el autor cita las si-
guientes:
• Comunicación previa entre el investigador policial y el analista.
• Conocimiento del resultado de otras pruebas que contradicen sus hallazgos.
• Solicitud del investigador judicial de reexaminar un caso que originalmente resultó
inconcluso, con el afán de coincidir el resultado final con sus expectativas.

Posibilidad de incurrir en la falacia de la individualización


Desde el punto de vista de muchos críticos, el concepto de “individualización” es simple-
mente una falacia, y señalan que no existe en ninguna ciencia, excepto en las aplicaciones
forenses (Biedermann et al., 2008). En la individualización, ya sea en el campo de la ba-
lística, la lofoscopia, documentoscopia, etc., el análisis no permite establecer la incerti-
dumbre asociada, ya que los resultados son concluyentes y se expresan con un 100 % de
certeza sin lugar a alguna posibilidad de error. Es común que un experto se exprese ante
la corte con una frase tal como “la bala fue disparada con total certeza por el arma X, y
se excluyen todas las otras armas del mundo”. La ciencia no es absoluta o infalible, pero
sí es capaz de establecer cuál es la incertidumbre de sus hallazgos. Según los criterios
Daubert, para que una técnica se admita como prueba científica, esta debe ser capaz de
establecer los porcentajes de incertidumbre o posibilidad de error. No obstante, esto no
ocurre en los resultados categóricos de individualización.
La falacia está en inferir por intuición, que un grupo de lesiones son únicas e irrepetibles
simplemente porque su frecuencia es escasa en el conjunto de objetos conocidos. Saks
(2007) ejemplifica lo anterior por medio de la siguiente ilustración. Considere una máquina

2. Según el contexto, el trazo del centro en ambas líneas puede parecernos un número “13” o una letra “B”. El cerebro
resolverá el carácter ambiguo de acuerdo con la información de contexto. Saber cuál es el correcto es otro tema
(Risinger et al., 2002).

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114 Manual de Criminalística y Criminología

expendedora de billetes de lotería, la cual imprime números del 00 al 99, es decir, 100
posibilidades. Suponga que tan solo 12 personas compran un billete cada uno; note que
la cantidad de posibilidades excede más de ocho veces a la cantidad de compradores.
No existe ninguna ley matemática o física que impida que dos de estos compradores
adquirieran billetes con el mismo número. Aunque intuitivamente parezca improbable, se
puede demostrar que no lo es, pues en realidad hay un 50 % de probabilidad de que esto
sí ocurra (la misma probabilidad de que al lanzar una moneda caiga una cara o la otra).
Otro ejemplo: se puede demostrar que en un grupo de tan solo 23 personas escogidas al
azar, existe una probabilidad mayor que el 50 % de que haya dos personas que cumplan
años el mismo día. Esto ejemplifica que el razonamiento “probabilístico” intuitivo normal-
mente falla frente al cálculo matemático.
Por su parte, Aitken y Taroni (2010) señalan que los expertos deben aceptar que “la
identificación es puramente una estimación probabilística del valor de cualquier tipo de
evidencia” y que “pasar de una probabilidad a una certeza es un acto de fe, no un razona-
miento basado en la lógica”, e indica que esta falacia se debe a que el analista concluye
ilógicamente que la probabilidad de encontrar otra fuente con las mismas características
es cero. Desde esta perspectiva, la observación de una característica debe tratarse desde
el punto de vista estadístico, es decir, a partir de la estimación de la frecuencia de dicha
característica en una población representativa. En otras palabras, identificar que una bala
fue disparada por un arma de fuego con un grado de certeza absoluto, excluyendo cual-
quier otra arma y sin tener en cuenta la frecuencia con la que los rasgos están presentes
en otras armas de fuego, es en sí mismo una contradicción.

Crítica sobre la validez de los fundamentos de la balística identificativa


Muchos señalan que no existen estudios estadísticos extensos que justifiquen de forma
sólida la validez de los cuatro puntos fundamentales de la balística identificativa y, por lo
tanto, debe ser retirada como prueba científica hasta que existan los estudios suficientes
que la respalden. Respecto de la unicidad, Schwartz (2005) destaca que los peritos siem-
pre han supuesto que el encontrar un determinado número de señales, les permite emitir
un criterio identificativo, pero según esta autora, este mismo conjunto de líneas podría
encontrarse impreso por un arma diferente del mismo tipo, produciéndose identificacio-
nes equivocadas. Para esto, se basa en un estudio empírico de Biasoti (1959), en el cual
indica que al estudiar muchas balas disparadas por distintas armas marca Smith y Wes-
son, calibre .38SPL, encontró que existe entre un 15 % a 20 % de las líneas que se repiten
entre ellas. Además, esta misma autora argumenta que las huellas de subclase pueden
confundirse con huellas individualizantes, de forma que un perito concluya un falso po-
sitivo. En cuanto a la permanencia y repetibilidad, se señala también la falta de estudios
(Committee on Identifying the Needs of the Forensic Sciences, 2009). Además, Schwartz
(2005) argumenta que en vista de que las huellas evolucionan a lo largo del uso del arma,
entonces no puede ser verosímil un resultado excluyente, debido a que en realidad podría

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Tema 3: Balística forense 115

tratarse de la misma arma cuya huella identificativa haya cambiado; de esta manera, el
analista concluiría un falso negativo.

El efecto de las nuevas tecnologías de manufactura de armas de fuego


Griffin y LaMagna (2000) señalan que los procesos modernos de fabricación de armas de
fuego afectan la capacidad de realizar identificaciones balísticas, dado que estos procesos
utilizan cada vez menos herramientas manuales, y en su lugar utilizan maquinarias com-
putarizadas que producen las partes sin necesidad siquiera de pulidos. Por ejemplo, se
emplea el moldeado por inyección de metal, la fundición prensada en troquel, la fundición
inversa o el estampado automatizado con lámina metálica. Estos procesos no requieren
pulido ni acabados a mano, por lo que las variaciones se ven minimizadas, y las carac-
terísticas individualizantes prácticamente son inexistentes, mientras que las de subclase
abundan.

DEFENSA ANTE LAS CRÍTICAS DE LA TEORÍA BALÍSTICA IDENTIFICATIVA CLÁSICA


Metodología objetiva
El analista de balística es una persona que se capacita durante años y en gran diversidad
de situaciones que se presentan en las evidencias que analiza. Durante y después de este
entrenamiento, el perito aprende no solo a crear su propio criterio con base en la meto-
dología establecida, sino que también debe ser capaz de mostrar sus apreciaciones a otro
perito, de modo que este segundo analista llegue al mismo resultado. Esto es así porque
la metodología es completamente objetiva, si bien es cierto que la decisión es subjeti-
va, esta se debe basar en observaciones concretas, incluso fotografiables (Bunch et al.,
2009). La subjetividad no puede confundirse con arbitrariedad, es en realidad una creen-
cia personal fundamentada en la evidencia disponible, por lo que cualquier analista que
se guíe por la misma evidencia y metodología, llegará al mismo convencimiento personal
(Aitken y Taroni, 2010). En el caso de que un analista esté convencido de su resultado,
pero considera que no lo puede argumentar lo suficiente para convencer a otros peritos,
entonces lo deberá declarar “no concluyente”, dado que lo importante no es su propia
convicción sino lo que pueda demostrar.

Validez de los principios de la balística identificativa


Autores como Nichols (2007), entre otros, defiende la teoría actual, con base en su exten-
so conocimiento sobre identificación balística, lo cual les sitúa en cierta ventaja frente a
los críticos, que en su mayoría no son expertos en el campo. En sus publicaciones, explica
que un buen perito conoce los distintos procesos de fabricación de armas de fuego, de
manera que puede distinguir las huellas de subclase de las huellas individualizantes, para
no cometer el error de emitir falsos positivos por este motivo. Nichols defiende además
los criterios en los que se basa la balística identificativa, dado que hay gran cantidad de

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116 Manual de Criminalística y Criminología

estudios que los validan. Si bien es cierto que las armas de fuego sufren modificaciones
con el tiempo, para que ocurran estos cambios se requiere una gran cantidad de disparos,
usualmente mucho más de cientos, por lo que se espera que desde el momento en que
se cometió el delito hasta que el arma es incautada, no debería haber modificaciones tales
que impidan la comparación exitosa, de forma que no se cometerían falsos negativos.
Bonfanti y De Kinder (1999) realizan una revisión de las publicaciones relacionadas con
el tema de la unicidad, repetibilidad y permanencia de las huellas. Mencionan alrededor
de 50 trabajos donde se comparan armas fabricadas de forma consecutiva, en los que se
concluye que es posible distinguirlas microscópicamente (ver Figuras 5, 6 y 7).

Autor(es) Objetos estudiados Particularidades


Gravelle, 1925 Armas de fuego Fabricadas consecutivamente
Estriadas consecutivamente con la
Springfield Arsenal, 1926 4 cañones
misma herramienta
Cortados de un tubo previamente
Goddard, 1933 6 cañones
estriado
Briining, 1934 4 pistolas Sauer y Sohn Fabricados consecutivamente
Churchman, 1949 3 cañones Cooey de carabina Estriadas consecutivamente
Cañones estriados consecutivamente;
Burrard, 1951 4 revólveres Webley y Scott
no se realizó pulido
5 pistolas del mismo modelo y Cañones provenientes del mismo lote
Michon y Oprijan, 1956
marca de fabricación
Hatcher et al, 1957 2 cañones Estriados con la misma herramienta
Hadersdorfer, 1958 10 pistolas Walther PP Números de serie cercanos
16 revólveres Smith y Wesson
Biasotti, 1959 Victory, 8 revólveres Smith y
Wesson
Austin, 1970 3 carabinas Marlin 336RC Cañones estriados consecutivamente
Cañones cortados de dos tubos y
Harig y Kahlfeld, 1970 10 pistolas Makarov estriados consecutivamente con la
misma herramienta
Lutz, 1970 2 revólveres Smith y Wesson Cañones estriados consecutivamente
Lomoro, 1974 3 revólveres F.I.E. Titanic Números de serie cercanos
Skolrood, 1975 3 carabinas Cooey 39 Cañones estriados consecutivamente
Freeman, 1978 3 pistolas Heckler y Koch P9S Cañones estriados consecutivamente
9 cañones (3 Marlin, 3 Mossberg,
Murdock, 1981 Cañones estriados consecutivamente
3 Remington)
Jager y Lombacher, 1982 5 pistolas SIG P6 (P225) Números de serie consecutivos

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Tema 3: Balística forense 117

Cañones estriados consecutivamente;


Hall, 1983 4 carabinas Shilen Rifle Inc. dos cañones también fueron perfora-
dos consecutivamente
Cortados de dos tubos previamente
O’Callaghan, 1983 6 cañones
estriados
Cortados de un tubo previamente
Arnold, 1984 5 cañones de pistola SIG P225
estriado
3 cañones de revólver Ruger New Cortados de un tubo previamente
Matty, 1985
Modelo Blackhawk estriado
Uchiyama, 1986 5 pistolas FN Baby Números de serie cercanos
Brundage, 1994 10 cañones de pistola Ruger Estriados consecutivamente
Los cañones Derringer se suelen
29 Derringers equipadas con 62
Brown y Bryant, 1995 fabricar de forma cercana en la línea
cañones en total
de producción
Grooss, 1995 3704 pistolas Walther P5
Lardizabal, 1995 3 pistolas Heckler y Koch USP Números de serie consecutivos
Números de serie consecutivos,
Collins, 1997 2 pistolas Lorcin L380 cañones estriados con la misma
herramienta
Valdez, 1997 30 pistolas Heckler y Koch USP Números de serie consecutivos

Figura 5. Estudios realizados en balas disparadas por cañones estriados consecutivamente


o con armas con número de serie cercano.

Autor(es) Objetos estudiados Particularidades


Biasotti, 1981 4 cañones Smith y Wesson Estriados consecutivamente
Cortados de un tubo previamente
Arnold, 1984 5 pistolas SIG P225
estriado
3 cañones de revólver Ruger New Cortados consecutivamente de un
Matty, 1985
Model Blackhawk tubo previamente estriado
Los cañones Derringer se suelen
29 Derringers equipadas con 62
Brown y Bryant, 1995 fabricar de forma cercana en la línea
cañones en total
de producción
Números de serie consecutivos,
Collins, 1997 2 pistolas Lorcin L380 cañones estriados con la misma
herramienta

Figura 6. Estudios realizados en moldes de cañones estriados de forma más o menos consecutiva.

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118 Manual de Criminalística y Criminología

Autor(es) Objetos estudiados Particularidades


Briining, 1934 4 pistolas Sauer y Sohn Fabricadas consecutivamente
Hadersdorfer, 1958 10 pistolas Walther PP Números de serie cercanos
Partes fabricadas en la misma máqui-
Hamann, 1980 4 pistolas Heckler y Koch
na y con las mismas herramientas
10 extractores Heckler y Koch y
Jager y Lombacher, 1982 10 agujas percutoras Heckler y Fabricados consecutivamente
Koch
Jager y Lombacher, 1982 5 pistolas SIG P6 (P225) Números de serie consecutivos
6 planos de cierre de pistolas Cada trío de plano de cierre se fabricó
Matty, 1984
Raven P25 consecutivamente
3 agujas percutoras SmithyWes- Fabricadas consecutivamente con una
Matty y Johnson, 1984
son sola herramienta
Matty y Johnson, 1984 20 revólveres Smith y Wesson Seleccionados al azar
Uchiyama, 1986 5 pistolas FN Baby Números de serie cercanos
Uchiyama, 1986 24 pistolas Raven P25 Números de serie cercanos
Uchiyama, 1986 2 pistolas Titan Números de serie consecutivos
Seleccionados al azar de un lote de
Thompson, 1994 4 planos de cierre Phoenix Arms
60000 planos de cierre
Thompson, 1994 4 pistolas Raven Seleccionados al azar
Grooss, 1995 3704 pistolas Walther P5 -
Lardizabal, 1995 3 pistolas Heckler y Koch USP Números de serie cercanos
Thompson, 1996 2 pistolas Lorcin L9 Números de serie cercanos
Collins, 1997 2 pistolas Lorcin L380 Números de serie consecutivos

Figura 7. Estudios realizados en huellas impresas sobre vainas.

Uso de pruebas interlaboratoriales


Uno de los mayores puntos de defensa ante las críticas de la metodología actual de la
balística identificativa, es que los laboratorios están constantemente realizando pruebas
interlaboratoriales controladas. Los resultados de estas pruebas muestran que los peritos
bien entrenados son capaces de realizar las identificaciones sin error (Hamby et al., 2009).
Esto significa que los mayores esfuerzos deben enfocarse hacia la capacitación idónea de
los analistas, sobre todo en lo referente al reconocimiento de las huellas de subclase. En
general, los peritos aceptan que hay muchos factores, a veces incontrolables, que afectan
el análisis identificativo, sin embargo, lejos de invalidar los análisis, estos factores deben
ser conocidos y estudiados con cuidado para realizar una identificación acertada. Respec-
to a los factores psicológicos, al igual que muchos otros expuestos hasta el momento, se
pueden eliminar al seguir protocolos estrictos de trabajo y de aseguramiento de la calidad
de los resultados.

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Tema 3: Balística forense 119

Algunos autores (Grzybowski et al., 2003) proponen utilizar los porcentajes de aciertos y
fallos de las evaluaciones y pruebas interlaboratoriales, como tasa de error para reportar
los resultados, y con esto cubrir el requisito de Daubert de “conocer el error del análi-
sis”. Si un perito capaz y bien formado comete errores en porcentajes muy bajos en las
pruebas controladas, sería de esperar que estos mismos porcentajes se repitan en los
casos reales. De esta forma, si un perito falló únicamente en un 1 % de las evaluaciones,
entonces los autores indican que este dato se puede extrapolar y argumentar que en un
caso real, este perito puede reportar que el margen de error de su análisis será también
de 1 %, o sea, 99 % de certeza.

Vigencia de la metodología estándar


Son varias las razones por las que la metodología estándar mantiene su vigencia en los
laboratorios forenses a nivel mundial:
• Los principios básicos en los que se fundamenta han mostrado validez, tanto en la
práctica como en los estudios realizados hasta la fecha. Si bien, se debe investigar
más y considerar cómo afectan los nuevos procesos de fabricación de armas.
• La existencia de muchos factores que actúan de manera simultánea en la impre-
sión de las huellas, hace que no sea fácil aplicar razonamientos rígidos o muy
simplificados. La consideración de todos y cada uno de los posibles factores re-
quiere de la habilidad humana de una persona debidamente entrenada. De hecho,
es interesante anotar que aun los sistemas sofisticados de captura de imagen
tridimensional son incapaces de realizar sin errores las comparaciones balísticas,
siempre se requiere el criterio del experto.
• Los críticos que defienden las metodologías bayesianas no han sido capaces has-
ta la fecha de crear una metodología clara que permita a los peritos abordar los
análisis cotidianos. En la gran mayoría de los casos, simplemente han expresado
sus desacuerdos y criticado la metodología estándar, pero es casi nula la literatura
sobre cómo realizar los análisis bajo esta perspectiva.
• La metodología de CMS, en la que además se basan las pocas propuestas para
el cálculo de LR, no puede abordar el caso de las huellas por estampado, y solo
existen criterios para las huellas por arrastre. Las huellas estampadas solo se
analizan mediante la metodología estándar, en la que se considera su irregularidad
y singularidad.

Individualización vs. identificación


El concepto de individualización es uno de los más criticados en el área forense, inclu-
so se habla de la “falacia de la individualización”, en referencia a que no es algo que en
realidad se pueda demostrar. Se critica con dureza que un analista afirme que las huellas
observadas en una bala solo pueden producirse si son disparadas por un arma particular,

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120 Manual de Criminalística y Criminología

con base en el concepto de unicidad, en la habilidad, experiencia y memoria del perito en


reconocer huellas individualizantes.
El científico forense debe siempre guiarse por la máxima “todo perito debe poder de-
mostrar lo que afirma”. Sin embargo, es complicado, sino imposible, demostrar que algo
es único. Por este motivo, vale la pena recurrir a analizar en detalle la forma de expresar
resultados de otra disciplina forense dedicada a la identificación: el ADN.
Veamos que las características que presenta el ADN corresponden a las mismas cuatro
características en las que se basa el análisis de balística identificativa:
1. Unicidad: El ADN de todos los humanos es diferente, con excepción de los
gemelos univitelinos. A pesar de que los seres humanos compartimos el 99,9 %
de nuestro ADN, este es muy largo y presenta polimorfismos que lo hacen muy
variable de una persona a otra.
2. Permanencia: El ADN es estable en el tiempo, casi no cambia con la edad.
3. Repetibilidad: El ADN es idéntico en todas las células de una misma persona.
4. Suficiencia: El ADN presenta de manera extraordinaria secuencias tan largas y
diferentes en las regiones no codificantes, que con el análisis de algunos secto-
res es posible llegar a resultados muy concluyentes.
En la metodología seguida por los analistas de este campo, no resulta práctico ni nece-
sario analizar todo el ADN de una persona para identificarla, sino que solo se analizan
algunas cuantas regiones (locus), por lo general 16, donde residen genes específicos. La
razón es que los genes pueden presentarse en la población con distintas formas deno-
minadas alelos, que siempre se combinan en parejas (un alelo heredado del padre y otro
heredado de la madre). Por ejemplo, si en un locus hay un gen que puede presentarse con
20 alelos diferentes, habrá (20×21)/2 = 210 genotipos o formas de combinarlos en pare-
jas; y en caso de que se analizaran 4 loci semejantes, se tendrían 2104 ≈ 2 000 millones
de genotipos. Como se observa, la cantidad de combinaciones es muy grande con solo
analizar algunos pocos loci, lo cual permite emplearlos para la identificación.
Para determinar de forma matemática la probabilidad de que un individuo posea un geno-
tipo específico, se realiza un muestreo en la población para determinar con qué frecuencia
se encuentra determinado alelo en un locus, y así para todos los alelos de los 16 loci.
Para un caso concreto, se analizan los alelos que posee el individuo en estas regiones y
se observa cuál es la frecuencia en que se presentan en la población a la que pertenece.
Al multiplicar estas frecuencias se obtiene la probabilidad de que dicho genotipo pueda
presentarse al azar. La ventaja de este enfoque frecuentista es que no requiere demostrar
la “unicidad” del ADN de los individuos, sino que su fuerza reside en las bajas frecuencias
con que pueden presentarse las combinaciones de genotipos en la población.

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Tema 3: Balística forense 121

Ahora, comparemos los razonamientos seguidos en el proceso que denominamos “iden-


tificación”, el cual se aplica para el ADN, en contraposición con el proceso llamado “indi-
vidualización”, que se realiza en el análisis de balística identificativa:

Identificación: Suma de Combinación de


Resultado
(Ej. ADN) características frecuencias de las
+/- tasa error
características encontradas

Individualización: Encontrar huellas Certeza


Unicidad que no pertenezcan a absoluta
(Ej. Balística)
nadie más

Figura 8. Identificación e individualización del ADN.

Determinar la probabilidad de observar un grupo de características en una población


(identificación) es factible mediante las bases de datos y muestreos estadísticos. Sin
embargo, determinar que un conjunto de huellas es único en el mundo (individualización),
es imposible desde el punto de vista experimental, solo se puede justificar mediante el
postulado de la unicidad, el cual también es imposible de demostrar experimentalmente.
Este motivo es razón suficiente para cambiar de esquema, pero la razón por la que en
balística no se trabaja de la misma manera que en ADN es porque en general no ha sido
viable cuantificar las características individualizantes observadas. Incluso en la metodo-
logía de CMS, donde se comparan grupos de líneas consecutivas, dicha comparación
se realiza contemplando el número, posición relativa y grosor. Sin embargo, al tabular
la información en bases de datos, solo se realiza por número de líneas. Esta dificultad
práctica quizá pueda superarse mediante el uso de tecnología de captura de imagen tri-
dimensional. Pero mientras esto ocurre, el analista de balística debe procurar un cambio
en la manera de pensar, al suponer en su mente el esquema de la identificación en lugar
del de la individualización.

BUENAS PRÁCTICAS EN EL LABORATORIO DE BALÍSTICA IDENTIFICATIVA


Existe una serie de recomendaciones que no forman parte de los protocolos de trabajo de
todos los laboratorios, ni tampoco son parte de la metodología de la teoría identificativa
estándar. Sin embargo, con el fin de subsanar algunas de las críticas que se han expuesto
en este trabajo, es útil realizar un recuento de las “buenas prácticas” que deberían seguir-
se en los laboratorios para proporcionar mayor confianza en los resultados.

Trabajo en pareja
Esto se recomienda en muchos laboratorios, con el fin de evitar posibles errores de in-
terpretación subjetiva. Aunque las metodologías sean objetivas, el resultado final siempre
dependerá del criterio del analista capacitado. Sin embargo, en muchísimos casos resulta

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122 Manual de Criminalística y Criminología

innecesario el doble criterio, dada la abundancia de las huellas analizadas, por lo que se
podría trabajar de forma individual. Aquellos casos en los que la escasez de huellas difi-
culte tomar una postura, se recomienda que un segundo perito participe del análisis y que
ambos adopten el criterio más objetivo posible.

Toma de imágenes
De nuevo, es política de muchos laboratorios realizar la captura de una o varias imáge-
nes en los casos de identificación positiva, donde se muestre la correspondencia de las
secuencias de comparación entre la evidencia y el testigo. El fin de estas fotografías no
es mostrarlas al juez para su convencimiento, dado que se requiere capacitación para
interpretarlas. La verdadera utilidad es conservar un registro de lo observado, que luego
le permita al perito reconocer las huellas en las que fundamentó su análisis. En realidad,
cuando el mismo perito u otro requiere cerciorarse de lo analizado, la única manera efec-
tiva es repetir el análisis con las evidencias en el microscopio de comparación.

Control de huellas de subclase


En el caso de las balas, que la conclusión no se base solo en las huellas observadas en
los campos. En el caso de las vainas, no fundamentar la conclusión únicamente en las
huellas impresas por una sola pieza del arma. En algunos laboratorios se emplean pro-
tocolos de trabajo donde se indica que huellas muestran correspondencia. La siguiente
tabla se tomó de Morán (2006), donde se coloca una marca de verificación (√) cuando hay
compatibilidad pero no hay suficientes huellas individualizantes, un “positivo” (+) cuando
hay compatibilidad y además suficientes huellas individualizantes, y un “negativo” (-) si
existe incompatibilidad. Cada elemento se justifica brevemente, y la conclusión se deriva
del análisis de todo el conjunto:

Ítems
Ítems Aguja
Aguja Expuls Recámar Cargado
comparad Plano
Planocierre
cierre Expulsor Extractor
Extractor Recámara Cargador CONCLUSIÓN
CONCLUSIÓN
comparados percutora
percutora or a r
os

+ √ + √ √ √

Correspondencia Similitudes, Forma Marcado No se No se


de todas pero no hay y varias levemente marcaron marcaron IDENTIFICACIÓN
E2 vs T1 las huellas huellas huellas irregular en ninguno en ninguno POSITIVA
observadas suficientes de forma en ambos de los dos de los dos
irregular

Figura 9. Esta tabla puede ser útil para respaldar los hallazgos del perito en el análisis de vainas.

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Tema 3: Balística forense 123

Evaluación constante
La evaluación constate mediante pruebas de control, suministradas tanto por entes ex-
ternos evaluadores (interlaboratoriales), así como por el propio laboratorio (intralabora-
toriales) debe realizarse con regularidad. Estas pruebas cumplen dos objetivos, primero,
detectar posibles fallos para buscar la manera de corregirlos. Segundo, conocer cuándo
un analista en formación está listo para peritar. Además, sirven de respaldo en un juicio,
porque junto con la experiencia, son la mejor prueba de la capacidad de un perito.

Investigación
Se recomienda que los analistas, en la medida de lo posible, se actualicen sobre las no-
vedades y hechos que ocurren en su campo a nivel mundial, por lo que es necesario que
cuenten con revistas científicas. Es importante también que procuren destinar tiempo para
desarrollar proyectos de investigación, que les permita vincularse con la literatura y los
expertos de otros laboratorios.

Comunicación con otros laboratorios


Es muy aconsejable que los peritos se puedan involucrar en grupos de discusión, como
por ejemplo los de ENFSI (European Network of Forensic Science Institutes) y AICEF (Aca-
demia Iberoamericana de Criminalística y Estudios Forenses), para intercambiar criterios
e información, así como desarrollar investigaciones en conjunto con otros laboratorios.

COMPARACIÓN BALÍSTICA POR MEDIO DE GRUPOS DE LÍNEAS CONSECU-


TIVAS “CMS”
FUNDAMENTOS
En búsqueda de un sustento numérico, Alfred Biasotti realizó en California un experimento
para tratar de establecer un criterio cuantitativo para los análisis de balística identificativa
(Biasotti, 1959), y de esta forma enfrentar las principales críticas de la metodología de la
balística estándar: que el análisis es apreciativo y el perito emite criterio subjetivamente
de acuerdo con lo que ve, careciendo de bases estadísticas para llegar a las conclusiones.
El experimento de Biasotti consistió en obtener balas testigo de varias armas de fuego tipo
revólver marca SmithyWesson, calibre .38 SPL. Realizó un recuento estadístico de todas
las líneas observadas, tanto en balas disparadas por la misma arma como balas dispara-
das por otras armas. El recuento final, línea por línea, reveló que:
–– Por un lado, hay una gran cantidad de líneas que se producen en el cuerpo de las
balas que no se repiten entre balas disparadas por una misma arma de fuego. El
porcentaje de líneas que sí se repite entre testigos de una misma arma de fuego
fue de alrededor de 36 % a 38 % en balas de plomo y del 21 % al 24 % en balas
revestidas.

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124 Manual de Criminalística y Criminología

–– Por otro lado, existe gran cantidad de coincidencias en líneas que aleatoriamente
aparecen entre balas testigos de diferentes armas de fuego. El porcentaje de lí-
neas que sí se repite entre testigos de distintas armas de fuego fue de alrededor
del 15 % al 20 %.
La conclusión de Biasotti fue que ni el conteo total de líneas coincidentes TLM (Total Mat-
ching Lines), ni el porcentaje de líneas coincidentes %ML (Percent Matching Lines), eran
criterios de medida adecuados para establecer la relación entre balas disparadas por la
misma o por diferente arma de fuego.
De manera alternativa, propone que la coincidencia de líneas es útil únicamente si se pre-
senta en grupos de líneas consecutivas, de forma que coincida no solo la ubicación sino
también el grosor. Los grupos de líneas coincidentes son mucho menos frecuentes entre
balas de armas de fuego diferentes. A estos grupos se les denomina CMS (Consecutive
Matching Striae).
En su experimento, Biasotti observó que grupos de dos o tres líneas consecutivas podían
aparecer con cierta frecuencia en balas disparadas por diferente arma, pero nunca obser-
vó grupos de más de cuatro líneas consecutivas (ver Figura 10).

Figura 10. Se reproduce la gráfica obtenida por Biasotti (1959) para la frecuencia de grupos
de líneas consecutivas, tanto para balas disparadas por la misma arma (curvas a la derecha)
como para balas disparadas por diferentes armas (curvas a la izquierda). En este caso,
no se observaron grupos de más de tres líneas entre las balas de distintas armas.

Con base en estos resultados, Biasotti sugirió la posibilidad de establecer un umbral ba-
sado en CMS, a partir del cual se asegurara un resultado categóricamente identificativo.
Investigaciones posteriores a Biasotti junto con Murdock (Moran, 2006), los llevaron a
fundamentar lo que denominaron Criterio Numérico Conservador, el cual enuncia que

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Tema 3: Balística forense 125

para establecer un resultado de identificación plena en huellas de herramientas (no solo


análisis balísticos), se debía cumplir alguna de las dos siguientes posibilidades:
1. En huellas de herramienta tridimensionales, cuando al menos dos grupos dife-
rentes de al menos tres líneas consecutivas (+ID = 2×3) aparezcan en la misma
posición relativa, o un grupo de seis líneas consecutivas (+ID = 1×6) coincidan
entre las huellas de herramienta de la evidencia comparadas con las huellas de
herramienta del testigo. Se entiende por huellas tridimensionales aquellas en las
que se observa claramente un relieve, como es el caso de las balas, los metales
más suaves que la herramienta, cincel sobre madera, etc.
2. En huellas de herramienta bidimensionales, cuando al menos dos grupos dife-
rentes de al menos cinco líneas consecutivas (+ID = 2×5) aparezcan en la misma
posición relativa, o un grupo de ocho líneas consecutivas (+ID = 1×8) coincidan
entre las huellas de herramienta de la evidencia comparada con las huellas de
herramienta del testigo. Se entiende por huellas bidimensionales las que carezcan
de profundidad, tales como rayaduras del limpiaparabrisas sobre el vidrio, o los
rasguños sobre una filmina provocados al deslizar sobre esta una lámina portaob-
jetos de microscopio.
Para aplicar este criterio, se advierte que el analista debe antes haber descartado
que lo observado no se trate de huellas de subclase. En caso de no cumplirse
alguna de las condiciones, el resultado puede ser no concluyente, o exclusión,
según lo que el analista observe (ver Figura 11).

Figura 11. En la gráfica del experimento de Biasotti se muestra cuál es el Criterio Conservador aplicado en balas.
Más de 6 líneas aseguran una identificación (imagen basada en Moran, 2006).

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126 Manual de Criminalística y Criminología

La importancia de esta metodología es que provee al analista de un fundamento más ob-


jetivo, por lo que ha tomado gran relevancia desde que se emitieron los criterios Daubert,
dado que pretende dotar a la balística identificativa de elementos numéricos que permitan
realizar cálculos estadísticos. Además, ha mostrado ser el elemento cuantificable de ma-
yor validez hasta el momento, prueba de ello es que incluso el software más actualizado
del IBIS® incorpora una herramienta para señalar CMS (aún en fase de prueba).

TÉCNICA DE APLICACIÓN DE CMS


Es importante recalcar que en este método no solo importa la cantidad de líneas, sino
también la coincidencia en ubicación relativa y grosor. La suma de estos tres factores
conforma secuencias muy difíciles de repetirse de forma aleatoria, así que todos deben
considerarse en este análisis.
Para este conteo, se espera que el analista imprima una fotografía de la zona de compa-
ración, para poder señalar en ella las líneas que correspondan. Solamente se contarán las
líneas que sean significativas, las cuales se definen como aquellas que sean reproducibles
entre testigos. El conteo se inicia en la primera línea que coincida en posición y grosor,
luego se cuenta el número de líneas adicionales, siguiendo las siguientes reglas para de-
tener o no los conteos de líneas consecutivas (ver Figura 12):

Regla 1: Regla 2 y 3:
Si las líneas muestran continuidad, aunque Las pequeñas líneas NO INTERRUMPEN el
no alcancen el límite divisorio central, en- conteo.
tonces SÍ se cuentan. Si las líneas no coinciden en posición, en-
tonces INTERRUMPEN el conteo.

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Tema 3: Balística forense 127

Regla 4:
Si la línea se observa en la misma posición pero con diferente grosor, entonces no se
cuenta, y además interrumpe el conteo.

Figura 12. Se ilustran las reglas para la aplicación de criterios CMS (Moran, 2006).

• Regla 1: Las líneas sí se cuentan cuando son continuas o muestran carácter de


continuidad, aunque a veces aparezcan entrecortadas.
• Regla 2: Las pequeñas líneas que puedan aparecer aleatoriamente en la superficie
no interrumpen el conteo.
• Regla 3: Si las líneas no coinciden en posición, entonces interrumpen el conteo.
• Regla 4: Si la línea se observa en la misma posición pero con diferente grosor,
entonces no se cuenta, y además interrumpen el conteo.
De esta forma, los autores afirman que en cada comparación simplemente buscan dentro
del cuerpo de la bala alguna zona donde parezca abundar la cantidad de líneas coinciden-
tes y la fotografían, trabajan en esa zona, y si sobrepasa el Criterio Conservador, entonces
el resultado es una identificación positiva. Aseguran que este método no representa mu-
cho más trabajo adicional, pero sí aporta un gran respaldo al perito, tanto para presentarse
a un juicio, como para demostrar a otros peritos el fundamento de sus conclusiones.

APOYO PROBABILÍSTICO
Un apoyo importante a esta metodología de trabajo es el de Howitt et al. (2008). Estos
autores argumentan en sus cálculos que al observar en el microscopio, con un aumento
de 40X, la mayoría de las personas puede observar con una resolución de alrededor
de dos a tres centésimas de milímetro. Es decir, lo que esté a una distancia inferior se
verá como una sola línea y no como dos líneas independientes. Esto significa que para
una capacidad de resolución visual “r” de dos centésimas de milímetro, entonces se
puede considerar que el espacio “continuo” que se observa a través del microscopio, en
realidad se puede dividir en múltiplos de esa medida, es decir, 2, 4, 6… centésimas de
milímetro. Si la estría observada tiene un ancho “w”, entonces la cantidad de posiciones

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128 Manual de Criminalística y Criminología

que se pueden distinguir es Q = w/r, y la probabilidad de encontrar una línea en una


ubicación específica de esa estría sería P = r/w. Por ejemplo, si la estría tiene un ancho
w = 2,4 mm, entonces al analizarla con un aumento de 40X se podrían distinguir
2,4 / 2×10-2 = 120 posiciones “Q” distintas, y la probabilidad de encontrar una línea en una
posición específica sería P = 2×10-2 / 2,4 = 0,0083.
Si quisiéramos considerar la cantidad de formas en que pueden combinarse dos líneas, en
Q!
esta estría, se utiliza la fórmula z2 
n!(Q  n)!
, donde n = 2 en este caso y Q = 120; esto
120!
daría como resultado z 2   7140 , es decir, dos líneas se pueden acomodar
2!(120  2)!
en más de siete mil formas diferentes, y la probabilidad de encontrarlas en posiciones
específicas sería P = 1/z2 = 0,00014. Los autores continúan su estudio realizando cálculos
similares, pero consideran no solo la probabilidad de coincidencia por cantidad de líneas,
sino que además contemplan que estas líneas sean consecutivas.
En la siguiente figura se reproduce la gráfica de Howitt et al. (2008), del logaritmo de la
probabilidad contra el número de líneas consecutivas CMS. Se resalta que la probabilidad
de encontrar al azar seis líneas consecutivas (Criterio Numérico Conservador de Biasotti
y Murdock) es inferior a uno en un millón (0,000001 = 10-6), incluso considerando dife-
rente cantidad de líneas “Q” que se puedan observar en la estría.

Figura 13. Gráfica de Howitt et al. (2008).

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Tema 3: Balística forense 129

PROBLEMAS CON EL CONTEO DE CMS


Los principales críticos de esta técnica son expertos en balística como Nichols (2007) y
Bunch (2000), quienes defienden la metodología tradicional y mencionan los siguientes
puntos:

Subjetividad
La forma de contar sigue siendo subjetiva, porque algunas líneas muy finas no se obser-
van en ciertos aumentos, o no son consideradas por algunos expertos. No se llega a re-
sultados uniformes, y si cada perito cuenta distinto, se puede llegar a resultados distintos,
o al mismo resultado pero con contradicciones en los argumentos.

Poca utilidad
El conteo es muy laborioso e innecesario, porque no aporta ninguna ayuda al analista,
razón por la cual no ha sido muy difundido, solamente se utiliza en un porcentaje bajo de
laboratorios en los Estados Unidos. Su utilidad se circunscribe únicamente a intentar dejar
evidencia documental de lo analizado.

No validado
El Criterio Conservador es solo una propuesta que no ha sido en realidad validada, se
trata de una metodología en desarrollo. Los experimentos se han realizado con cantidad
de muestras relativamente pequeñas para probar su eficacia.

Inútil en huellas estampadas en vainas


No se puede utilizar este criterio para huellas estampadas, solo para huellas de arrastre, lo
que significa que al analizar las vainas se requiere la metodología tradicional.

DEFENSA ANTE LAS CRÍTICAS AL CONTEO DE CMS


Menor subjetividad
Al igual que la metodología tradicional, los mejores resultados en el procedimiento CMS
se consiguen mediante la capacitación y la experiencia. Moran (2006) menciona un es-
tudio de Tulleners, en el cual se demuestra que una vez que los CMS exceden de tres,
los conteos entre diferentes analistas tienden a ser consistentes. A partir de los criterios
de CMS se garantiza una menor subjetividad al definir un resultado, respecto a la teoría
clásica, dado que es posible especificar detalladamente el soporte analítico con el que
se llegó a la conclusión. El solo hecho de ser cuantificable, permite además proyectarlo
como punto de partida para generar cálculos de probabilidad de error en los resultados
no concluyentes.
La AFTE (Asociación de Analistas de Armas de Fuego y Marcas de Herramientas) es la
entidad de estudios balísticos más importante de Estados Unidos. Se ha encargado de

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130 Manual de Criminalística y Criminología

estandarizar la teoría científica de la balística forense en ese país, y ha incluido esta me-
todología como una opción recomendada para los analistas, dada la objetividad que le
confiere su carácter cuantitativo. Además, en muchos artículos en los que se defiende la
validez de la balística como ciencia, se menciona la cuantificación de CMS para apoyar la
objetividad de los análisis.

Utilidad
El conteo de CMS no es una técnica que sustituya la metodología tradicional de compa-
ración, sino que solo la complementa. Se apoya exactamente en la misma teoría y princi-
pios, pero incluye un procedimiento cuantificable adicional, que permite al perito tener una
base más firme para poder defender sus hallazgos frente a un jurado. Además, constituye
una forma de comunicación normativa o estándar entre peritos, para fundamentar conclu-
siones basadas en registros pormenorizados, y no en la memoria del analista, como en la
metodología tradicional. Si a esto se suma el potencial para realizar cálculos estadísticos,
su utilidad resulta evidente.

Validez
Moran (2006) se refiere a varios estudios que apoyan el Criterio Conservador, la mayoría
de los cuales se basan en cañones de armas fabricados de forma consecutiva, porque
se espera que las armas fabricadas en secuencia se asemejen más que otras armas (ver
Figura 14).

Número de com-
CMS
paraciones entre
Referencia Arma utilizada Máximo
armas diferentes
contado
(KNM)
Tulleners, F., Giusto, M., Hamiel, J.
“Striae Reproducibility of Sectional
Cuts of One Thompson Contender 45 ACP 928 3
Barrel”. AFTE Journal, Vol. 30, No. 1,
Winter 1998, pp. 62-81
Miller, J. “Criteria for the Identification
of Toolmarks”. AFTE Journal, Vol. 30, 38 SPL 500 4
No. 1, Winter 1998, pp. 15-61
Miller, J. “Criteria for Identification of 25 AUTO 60 4
Toolmarks Part II Single Land Impres-
380 ACP 60 3
sion Comparisons”. AFTE Journal, Vol.
32, No. 2, Spring 2000, pp. 116-131 9 mm Luger 60 2

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Tema 3: Balística forense 131

Miller, J. “An Examination of Two Con-


secutively Rifled Barrels and A Review
44 Magnum 6 2
of the Literature”. AFTE Journal, Vol.
32, No. 3, Summer 2000, pp. 259-270.
Miller, J. “An Examination of the
Application of the Conservative Criteria
for Identification of Striated Toolmarks
Using Bullets Fired From Ten 9 mm Luger 54 3
Consecutively Rifled Barrels”. AFTE
Journal, Vol. 32, No. 2, Spring 2001,
pp. 125-132
Nichols, R. “The History of Firearms
and Tool Mark Identification Criteria”. 9 mm 60 2
Presented at the 55th AAFS
Annual Seminar, Chicago, IL, February
Luger - -
2003
Nichols, R.,“Firearm and Tool Mark
Identification: The Scientific Reliability
and Validity of the AFTE Theory of
Identification Discussed Within the 10 extractores
135 3
Framework of a Study of Ten Consecu- consecutivos
tively Manufactured Extractors”. AFTE
Journal, Vol. 36, No. 1, Winter 2004,
pp. 67-88
Figura 14. Estudios que justifican la validez de CMS (Moran, 2006).

Es interesante agregar además que Charles et al. (2010) hacen referencia a una publicación
de Michael Neel (A Comprehensive Statistical Analysis of Striated Tool Mark Examination)
en la que se analizan más de 4000 comparaciones para determinar la diferencia estadís-
tica entre KM (Known Match, elementos procedentes de la misma arma) y KNM (Known
non-Match, elementos procedentes de diferentes armas). En su trabajo se determina la
validez estadística de las observaciones (mediante pruebas Z para análisis de hipótesis),
y encuentra que es posible distinguir estadísticamente entre KNM y KM, tanto para casos
bidimensionales como tridimensionales, incluso con el criterio mínimo de identificación de
Biasotti y Murdock. Concluye que existe diferencia estadística significativa incluso entre el
CMS observado en el KNM más parecido y el KM menos similar.
Por último, un aspecto adicional que respalda la validez de los criterios CMS, es el que
menciona Moran (2006) quien recalca que hasta ese momento se había realizado más de

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132 Manual de Criminalística y Criminología

6000 comparaciones KNM, es decir, cuyo resultado se conocía de antemano debía ser
negativo, y en ninguna de ellas se había violado el criterio numérico conservador.

Estado actual del uso de Grupos de Líneas Consecutivas CMS


El uso de CMS calza perfectamente en el esquema de la identificación, dado que se con-
trapone la cantidad de líneas consecutivas observadas con las estadísticas existentes al
respecto. Es decir, se puede argumentar que la probabilidad de encontrar balas disparadas
por diferente arma que superen el Criterio Conservador CMS (dos grupos de tres líneas
o un grupo de seis líneas) es tan baja que nunca se ha logrado observar un solo caso
donde esto ocurra.
Sin embargo, el empleo de la metodología que sugieren los creadores de este criterio, re-
quiere realizar un trabajo adicional en cada comparación. Este trabajo parece innecesario
en los casos donde es evidente que se excede el umbral, dada la abundancia de huellas
compatibles, pero resultaría muy útil como criterio de respaldo estadístico para los casos
donde el número de huellas de comparación es limitado. Es interesante tener en cuenta
que en el sistema IBIS® MATCHPOINT+™ se incorporó una herramienta, aún en desarrollo,
que muestra en color los CMS que encuentra de forma automática, lo cual permite un
ahorro de tiempo a los analistas que se guían con este criterio.
La utilización de nuevos software para captura digital de imágenes y el desarrollo de aná-
lisis de imágenes capturadas en 3D, podrían utilizar este criterio como una opción en la
programación, ya que replica de forma esquemática lo que realiza un comparador humano
en los análisis de identificación, en lugar de solamente ver similitud de imágenes como lo
hacen los software tradicionales.

COMPARACIÓN BALÍSTICA POR MEDIO DE RAZONES DE VEROSIMILITUD


PERSPECTIVA GENERAL
Aitken y Taroni (2010), así como muchos otros matemáticos, señalan que se debe “aban-
donar la idea de que exista certeza absoluta en un proceso de identificación de forma
completamente objetiva”. Señalan que en todo proceso científico existe un grado natural
de variación aleatoria en la observación, y que esto puede abordarse apropiadamente
mediante la estadística y la probabilidad.
Según los autores, la responsabilidad del científico en el proceso judicial es testificar
sobre el valor de la evidencia analizada, pero este debe expresarse de forma cuantitativa
mediante la estadística. No compete al científico juzgar la evidencia, eso le corresponde al
juez; solo debe expresar su parecer sobre la relación entre dos evidencias, y asignar un
peso al valor del argumento. Esto porque la toma de una decisión implica conocer todo lo
relacionado con el caso, y quien conoce esto es el juez, mientras que el perito solo posee
información sobre la evidencia que analiza y suele desconocer el contexto de la situación.

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Tema 3: Balística forense 133

La herramienta matemática que mejor se ajusta para expresar el valor de la evidencia


se denomina razón de verosimilitud. Otras expresiones matemáticas, como por ejemplo
el porcentaje de probabilidad (es decir, “la probabilidad de que esta evidencia ocurra en
la población es de X %”) tienden a crear confusiones conocidas como falacias. Mientras
tanto, la razón de verosimilitud le asigna un peso determinado a la evidencia, el cual en
un sentido ilustrativo, “inclina la balanza” hacia una hipótesis u otra, sin generar interpre-
taciones numéricas de ningún tipo y evitando falacias y confusiones.

RAZONES DE VEROSIMILITUD
La razón de verosimilitud, conocida también como LR (Likelihood Ratio), surge de la apli-
cación de la Estadística de Bayes en forma de “apuestas”. Tiene significado solo si se uti-
liza para agregar o restar valor a una creencia previa. Aplicado a la balística identificativa,
si se está evaluando la hipótesis de que el arma del imputado fue la utilizada para asesinar
a una persona de la cual se recuperó una bala, y el juez de antemano tiene testigos que
afirman haber visto al imputado accionar el arma, entonces el valor del LR servirá para
afirmar o desvirtuar la creencia del juez sobre el arma del imputado. Por ejemplo, si un
perito calcula que en su análisis se obtiene un LR = 1000, este analista puede exponerle
al juez: “El valor que usted creía que tenía la hipótesis del fiscal, créalo ahora 1000 veces
más”, y si LR= 1/1000, diría al juez: “De lo que usted creía, ahora debe creer 1000 veces
más la hipótesis del defensor”. La idea global sobre el uso del LR implica que si todas
las evidencias se presentaran de esta forma, la multiplicación de todos los LR resultaría
en el valor de todo el conjunto de evidencias (siempre que estas sean independientes).
De nuevo, es ilustrativo hacer la analogía con la imagen de una balanza en la que se van
colocando pesos a un lado y a otro hasta observar hacia dónde se inclina.
Para expresarlo en términos matemáticos, utilizamos Pr(A) para denotar la probabilidad
que ocurra A, o de que A sea cierta. Mientras que Pr(A|M) significa la probabilidad de que
ocurra A o de que A sea cierta, siempre que se considere a la población caracterizada por
M, o que se cumpla la condición M. Por ejemplo, si el evento A es “ser zurdo”, y la res-
tricción M es “ser mujer”, entonces Pr(A) sería la probabilidad de ser zurdo, mientras que
Pr_(A|M) sería la probabilidad de que una mujer sea zurda. Se podría poner una segunda
restricción N, que sea por ejemplo ser español, de manera que Pr(A|M,N) representaría la
probabilidad de que una mujer española sea zurda.
Para el caso forense, llamaremos Hf a la hipótesis del fiscal, por ejemplo, que el arma
encontrada en posesión del sospechoso fue la que disparó la bala. Hd sería la hipótesis de
la defensa, o sea, que fue otra arma la que disparó. “Ev” serían los hallazgos del análisis
identificativo, es decir, la correspondencia o no de huellas entre el arma y la bala estu-
diada. Por último, I sería la información que el juez conoce alrededor del caso que está
juzgando.

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134 Manual de Criminalística y Criminología

La razón Pr_(Hf | I) / Pr_(Hd | I) es un factor que se conoce como opinión a priori, y sería
la comparación entre las dos hipótesis que el juez valora en un inicio, antes de conocer el
resultado del análisis de la evidencia: la probabilidad de que el arma sí disparara la bala,
entre la probabilidad de que fuera otra arma la que la disparara, dada toda la información
para el caso. Por ejemplo, suponga que el sospechoso tiene una coartada de credibilidad
razonable, y el juez valora al principio que es 90 % más probable la hipótesis de la defensa,
respecto a la hipótesis del fiscal con apenas un 10 %. Esto significa matemáticamente que
Pr(H | I) 10 1
f  
el juez tiene una opinión a priori Pr(H | I) 90 9 .
d

Ahora al juez se le presenta la evidencia científica. La nueva opinión del juez tras conocer
el resultado del análisis de la evidencia “Ev”, se llama opinión a posteriori, y se representa-
ría de forma matemática con la razón Pr(Hf | Ev, I) / Pr(Hd | Ev, I). Esta opinión a posteriori
se calcula mediante el teorema de Bayes en forma de apuestas:

Pr(Hf | Ev, I) ⎡ Pr(Ev | H f , I) ⎤ Pr(Hf | I)


=⎢ ⎥×
Pr(Hd | Ev, I) ⎣ Pr(Ev | H d , I) ⎦ Pr(Hd | I)

Opinión a posteriori LR Opinión a priori

El factor “LR” que se señala entre corchetes cuadrados es la denominada Razón de Ve-
rosimilitud, y es aportado por el perito luego de valorar la evidencia. Es la razón entre la
probabilidad de que la evidencia ocurra considerando la hipótesis del fiscal sea correcta,
contra la probabilidad de que la evidencia ocurra cuando la hipótesis del defensor sea
la correcta. Continuando con el ejemplo, suponga que el perito llega a la conclusión
de que es 1000 veces más probable que sí se trate del arma sospechosa, a que se trate de
Pr(Ev | H f , I)
otra arma; o sea, Pr(Ev | H d , I)  1000. Con este LR, junto con su opinión a priori, el juez
puede ahora obtener su opinión a posteriori utilizando el teorema de Bayes en forma de
apuestas:
Pr(Hf | Ev, I) 1
 1000  111,1
Pr(Hd | Ev, I) 9

En este ejemplo, el juez empezó pensando que la hipótesis del defensor era 9 veces más
probable, pero tras conocer el peso de la evidencia, se forma una nueva opinión en la que
la hipótesis del fiscal es ahora 111 veces más probable; este valor significa casi un 99,1 %
a favor de la hipótesis del fiscal contra un 0,9 % de la hipótesis del defensor (99,1/0,9 ≈
111,1).

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Tema 3: Balística forense 135

Es obvio que, cuanto mayor sea el LR, se puede confiar con más certeza en una de las dos
hipótesis. Además, queda claro que si el juez no tiene una opinión a priori, no puede realizar
ningún cálculo. También queda claro que la participación del perito se limita solo a estable-
cer el peso de la evidencia, es decir, a calcular el “LR” de lo que está analizando, mientras
que el juez es quien forma sus opiniones antes y después de conocer la evidencia.

CÓMO SE CALCULAN LOS LR


Para obtener el LR en el caso general de valorar si un indicio proviene o no de un sos-
pechoso, el analista debe calcular de manera independiente los dos elementos de la

fórmula: LR  Pr(Ev | H f , I) . El término del numerador Pr_(Ev | Hf,I), matemáticamente


Pr(Ev | H d , I)
es la probabilidad de que aparezca la evidencia Ev, considerando como cierta la hipótesis
del fiscal Hf y la información I, por lo tanto mide el grado de semejanza entre el indicio y
la muestra del sospechoso. Mientras que el denominador Pr_(Ev | Hd,I), formalmente es
la probabilidad de que se dé la evidencia Ev, considerando cierta la hipótesis de la defensa
Hd y la información I del caso, y mide en qué grado son comunes en la población las carac-
terísticas comparadas entre el indicio y la muestra del sospechoso. Es decir, si el indicio y
la muestra del sospechoso se parecen muchísimo en una característica (por ejemplo que
ambas sean sangre tipo A+), pero esta es muy común (mucha población es A+), entonces
la evidencia tendrá poco peso.
Usando un ejemplo del área de ADN, supongamos que en un crimen se hallan restos
biológicos, y se ha determinado estadísticamente que la frecuencia del perfil genético en
la población es de 0,1 %. Se ha encontrado a un sospechoso cuyo genotipo es igual al del
vestigio encontrado en el sitio, esto implica que Pr_(Ev | Hf) = 1 (semejanza), es decir, la
probabilidad de que, si el sospechoso fuera el criminal, hubiera dejado vestigios del geno-
tipo encontrado es 100 % seguro, dado que no podría dejar vestigios con otro genotipo.
Pero esto no es suficiente para inculparlo, porque por otra parte, Pr_(Ev | Hd) = 0,001, que
es lo mismo que 0,1 % (qué tan común es), es decir, la probabilidad de que fuera otra per-
sona la que dejó el vestigio es igual que la frecuencia del genotipo en la población. De esta
forma, el valor de esta prueba del perfil genético entre el vestigio y el sospechoso es LR
= 1 / 0,001 = 1000. En este caso, lo que el científico puede afirmar es que es 1000 veces
más probable que el vestigio provenga del sospechoso a que provenga de otra persona.

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136 Manual de Criminalística y Criminología

RAZONES DE VEROSIMILITUD EN BALÍSTICA IDENTIFICATIVA


Obtención del LR mediante grupos de líneas consecutivas CMS
Bunch (2000) propone una metodología para calcular el LR en análisis balísticos, con base
en el conteo de CMS y las frecuencias estadísticas en que estos se encuentran. Propone
que se debe realizar un estudio estadístico, el cual es similar al realizado por Biasotti
(1959), en el que se contabilice la frecuencia de CMS en balas disparadas por la misma y
por diferentes armas de la misma marca y modelo. Luego, se lleva a cabo una estadística
en la que se averigua la frecuencia de un determinado número de líneas consecutivas. Por
ejemplo, se toman 100 testigos de la misma arma y se averigua el CMS máximo para cada
uno de ellos. Después se cuenta el número de testigos con un CMS máximo de 6 líneas,
de 5 líneas, etc. Se repite lo mismo con testigos de otras armas, analizando los CMS que
coincidan. El autor propone que, para completar los datos que no se observen de forma
experimental, por ser valores muy altos de CMS, se puede utilizar una distribución de pro-
babilidad que permita calcular las frecuencias teóricas para estos valores. Sugiere utilizar
una distribución de Poisson, que se calcula a partir de los promedios ponderados de los
datos experimentales para las dos frecuencias SG (misma arma) y DG (diferente arma).
De esta forma, las distribuciones serían las siguientes:

(λ SG ) y λSG (λ DG ) y  λ DG
Pr(y | SG)  e , y = 0, 1, 2, … Pr(y | DG)  e , y = 0, 1, 2, …
y! y!

El autor propone el siguiente ejemplo con números hipotéticos, los datos experimentales
se muestran en el lado izquierdo de la tabla siguiente, y con ellos se obtienen los prome-
dios ponderados λSG = 3,91 y λDG = 1,325. Los datos que se calcularon con la distribución
propuesta aparecen en el lado derecho de la tabla, donde se observa que corresponden
de forma bien aproximada con los datos experimentales, y permiten completar la tabla de
la izquierda para los valores no observados experimentalmente (señalados con “-”).

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Tema 3: Balística forense 137

CMS Datos observados Datos calculados con


Máximo experimentalmente distribución de Poisson
(1) (2) (1)
Observado Frecuen- LR = Probabilidad (2) LR =
Fre-
cia misma misma arma Probabilidad
(y) cuencia (1) / (2) (1) / (2)
arma SG distinta arma
distinta SG
DG
arma DG
0 3,0% 22,0% 0,136 2,0% 26,7% 0,075
1 7,0% 37,9% 0,185 7,8% 35,3% 0,221
2 11,0% 30,0% 0,367 15,3% 23,3% 0,657
3 19,0% 7,0% 2,71 20,0% 10,2% 1,96
4 22,0% 2,0% 11,0 19,5% 3,4% 5,74
5 20,0% 1,0% 20,0 15,3% 0,89% 17,2
6 11,0% 0,1% 110 9,9% 0,196% 50,5
7 5,0% - - 5,6% 0,037% 151
8 2,0% - - 2,7% 0,0061% 443
9 - - - 1,18% 0,0009% 1311
10 - - - 0,46% 0,00012% 3833

Figura 15. Ejemplo con números hipotéticos para obtener el LR.

De esta forma, según este autor, para dos balas comparadas en las que se observa un
grupo de 6 líneas consecutivas coincidentes, se podrá asignar un LR de 110. Para el caso
de un grupo de 10 líneas coincidentes, un LR = 3833, etc. (valores en gris en las tablas).

Obtención del LR mediante redes bayesianas


Biedermann y Taroni (2006), utilizan redes bayesianas para tener un enfoque que sea
capaz de incluir diferentes variables reales. Los autores proponen las siguientes hipótesis:
Hf: El sospechoso es el infractor Hd: Otra persona es el infractor
Se denomina con “x” las huellas impresas por el arma de fuego, las cuales se pueden es-
tudiar mediante los testigos tomados con el arma. En esta propuesta, los autores indican
que pueden separarse las huellas que el arma tenía de manufactura “xm”, de las huellas
adquiridas por el arma durante su uso “xa”. Se denomina “y” a las huellas observadas en la
bala que se va a cotejar contra el arma, las cuales también se pueden dividir en “ym” y “ya”.
Se considera además un factor “F” que es la proposición de que la bala fuera disparada
por el arma del sospechoso. Se denota con la letra “w” a la probabilidad de que, si el sos-
pechoso es en realidad el infractor, utilizara el arma analizada, lo cual podría depender de

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138 Manual de Criminalística y Criminología

la cantidad de armas que tenga, o el arma específica que utilizaría en el hecho concreto.
Además se considera que nadie excepto el sospechoso podría haber empleado su arma.
El autor plantea las siguientes redes bayesianas, con su respectivo LR:

Pr( y | x, H f ) Pr( y | x, F )
= Pr( F | H f ) × + Pr( F | H f )
Pr( y | H d ) Pr( y | F )

= w × V + (1 − w) (LR esquema izquierdo)


La cual, al considerar por separado
los dos factores queda:
= w × (Vm × Va ) + (1 − w) (LR esquema derecho)
Figura 16. Redes bayesianas con su respectivo LR.

En este caso, Vm y Va representan la contribución al LR, al considerar por separado las


marcas en el arma debidas al proceso de manufactura, de aquellas adquiridas por el uso
y limpieza. El autor propone el siguiente ejemplo: suponga que existe una probabilidad del
99 % de que, si el sospechoso es el autor, haya utilizado esa arma, de forma que w = 0,99.
Note que si hubiera total certeza, w sería 1, y la ecuación se reduce al producto Vm×Va.
Continuando con el ejemplo, Vm es el LR que corresponde a las huellas por procesos
de manufactura del arma, que se expresa Pr(y m | x m , F) Pr(y m | F) . El numerador es
la probabilidad, bajo el supuesto de que el arma cuestionada sí se utilizó para disparar, de
que la bala dubitada posea las huellas de manufactura del arma. Se supondría que esto
debería ser así, por lo que Pr(y m | x m , F) = 1. Por otro lado, el denominador es la pro-
babilidad de que un arma de fuego distinta imprima señales iguales que las que dejan las
huellas de manufactura del arma analizada. Para este ejemplo, supongamos que el analista
ha determinado que esto pueda ocurrir con una probabilidad de 0,05 (una de cada veinte
armas nuevas imprimirá patrones similares). De esta forma, Vm = 1 / 0,05 = 20.
Por su parte, Va es el LR que corresponde a las huellas adquiridas por procesos de uso
y mantenimiento del arma, que se expresa Pr(y a | x a , F) Pr(y a | F). En este caso, el nume-
rador corresponde a la probabilidad, bajo el supuesto de que el arma cuestionada sí se
utilizó para disparar, de que la bala dubitada posea las huellas de adquiridas por el arma a
causa de su uso y limpieza. Como ha transcurrido un lapso de tiempo desde que se come-
tió el hecho hasta que se encontró la bala, puede haber diferencias en estas huellas entre
los testigos y la bala analizada. El autor propone para el ejemplo que esta probabilidad tome
el valor Pr(y a | x a , F) =Pr( y a |Por
0,2. F) otro lado, el denominador es la probabilidad de que otra
arma de fuego distinta imprima señales iguales que las que dejan las huellas adquiridas
por el arma analizada a causa del uso y limpieza. Para este ejemplo, supongamos que el

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Tema 3: Balística forense 139

analista ha determinado que esto pueda ocurrir con una probabilidad baja de 0,001 (una
de cada mil armas usadas imprimirá huellas similares); con lo cual Va = 0,2 / 0,001 = 200.
Reuniendo todo lo anterior, LR  0,99  (20  200)  (1  0,99)  4000. En este ejemplo, el
autor expone la metodología para calcular las relaciones de verosimilitud, aunque no indi-
ca cómo asignar los valores a las diferentes probabilidades de la ecuación, por lo que los
datos de los ejemplos no reflejan datos reales sino figurados.

PROBLEMAS DE UTILIZAR EN LA PRÁCTICA EL MODELO BAYESIANO


Dificultad de su uso por parte de los jueces
La aplicación de la metodología bayesiana requiere que los jueces calculen sus opiniones
a priori de forma rigurosa desde el punto de vista matemático, para que de esta forma
puedan incorporar los valores LR suministrados por los peritos. Esto en la práctica no
ocurre con frecuencia, ya que los jueces por lo general carecen de una sólida formación
matemática que les permita expresar sus valoraciones mediante cálculos. Por el contrario,
se ha observado cómo la presentación de datos numéricos genera confusión en el juez,
así como distorsión de los resultados por alguna de las partes.

Poca o nula aplicación en ciertas metodologías


Existen muchas metodologías de aplicación judicial que no logran encajar en el esquema
matemático bayesiano, por la dificultad técnica de realizar bases de datos extensas para
determinar las frecuencias relativas de las características que se analizan. Algunas de es-
tas pericias son el análisis de escritura, el análisis de balística identificativa, análisis de voz
bajo metodología fonética, etc. En esencia, la dificultad estriba en que las características
que se observan y analizan varían en cada muestra, por lo que resulta imposible deter-
minar la frecuencia estadística de rasgos que surgen al azar. Como consecuencia, estas
pericias son por naturaleza diferentes al análisis de ADN, donde existen combinaciones
de 4 pares de bases, a partir de las cuales se puede escribir toda la secuencia, lo que
facilita la elaboración de bases de datos basadas en un número limitado de características
cuantificables.
Para el caso concreto de balística, en el modelo expuesto por Bunch se trabaja solo con
la cantidad, y no con la posición y grosor de las líneas. Además, se ignora que se pueden
encontrar múltiples CMS en una misma bala, la suma de las cuales excede ampliamente
las probabilidades de coincidencia, si se trata de la misma arma, y reduciría de manera
significativa el cálculo de coincidencia para armas distintas. Los cálculos presentados in-
dican valores de LR mucho más bajos de lo que deberían ser en realidad. Por otra parte,
los cálculos expuestos representan un intento por determinar el LR para valorar el hallaz-
go de secuencias CMS, pero no se presenta ningún cálculo para los casos en los que el
arma sí ha disparado, pero carece de secuencias porque las huellas no se imprimen por

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140 Manual de Criminalística y Criminología

las razones ya explicadas3. Es bien sabido que en el área de la balística identificativa no


existen estudios estadísticos extensos donde se lleve un recuento de CMS, ni de algún
otro parámetro cuantitativo que sea de utilidad para poder comparar datos. Esto se debe
a que el uso de CMS no está difundido en muchos laboratorios, y en los que sí se utiliza,
no se realiza un conteo exhaustivo ni registro de todas las secuencias de líneas, sino que
por razones prácticas solo se cuenta hasta que se sobrepase el umbral establecido en el
Criterio Conservador.
Mientras tanto, en la propuesta de Biedermann y Taroni, resulta muy interesante la forma
de incorporar distintas fases del proceso de adquisición de huellas en el arma, aunque
el autor no sugiere ninguna metodología sobre cómo determinar las probabilidades que
se deben incluir en el cálculo, por lo que aún no resulta útil su uso en la práctica pericial
cotidiana. Se infiere que se basaría en estudios estadísticos, pero nuevamente surge el
problema de la cuantificación de las huellas en balística para recabar bases de datos.

DEFENSA ANTE LAS CRÍTICAS AL MODELO BAYESIANO


El LR evita caer en falacias matemáticas
Aitken y Taroni (2010) argumentan que esta expresión es menos susceptible a ser mal
interpretada que cualquier otra forma matemática de expresarse. Esto se debe a que otras
formas, como por ejemplo los porcentajes, pueden ser manipulados para sobrevalorar o
subvalorar las pruebas. Por ejemplo, suponga que en un análisis de vestigios de ADN hay
coincidencia entre las muestras tomadas de la víctima y del supuesto agresor en cuanto
a los perfiles genéticos de los polimorfismos analizados y que la frecuencia de encontrar
en la población un individuo con dicho perfil genético fuera de un 1 %. El fiscal podría
argumentar (falsamente) que el sospechoso tiene una probabilidad del 99 % de ser el
agresor. Esto es falaz, porque se está igualando de manera injustificada la frecuencia de
un perfil genético en la población, con la probabilidad de ser inocente, cuando en realidad
esta segunda solo se puede calcular a partir de mucha otra información de contexto del
caso. Por su parte, ante la misma evidencia, la defensa podría argumentar que si en la
ciudad donde se cometió el crimen había un cierto número de personas, por ejemplo
100.000, en potencia capaces de haber cometido el crimen, entonces el 1 % de ellas, es
decir 1.000, podrían ser el criminal. Esto implicaría que la probabilidad de ser culpable
fuera 1/1.000, la cual es muy pequeña para declarar sentencia sobre el sospechoso. En
este caso también existe falacia, dado que se trata de eliminar el valor de la evidencia
como si no aportara un dato relevante, cuando en realidad sí lo aporta, en el contexto
de todo el resto de información que posee el juez. En resumen, las falacias se presentan
cuando no se tiene en consideración todo el contexto del caso y se quiere centrar el peso
de la culpa en la probabilidad de la evidencia. Esto no ocurre con el LR, porque el perito
tiene definido con claridad su aporte en el proceso, dentro de toda la valoración global

3. En el apartado: Técnicas de comparación.

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Tema 3: Balística forense 141

que realiza el juez, y el peso del análisis, se expresa como “la evidencia es X veces más
probable bajo la hipótesis del fiscal que bajo la hipótesis de la defensa”, de forma que no
hay margen para confusión o sobreinterpretación de los datos numéricos.

Uso de escalas verbales en los resultados sobre identidad


Aunque se reconoce con certeza que es menester adiestrar a los jueces en el uso correcto
de los valores matemáticos aportados por los expertos, se ha pensado sin embargo en
asignar una valoración cualitativa para el LR, que facilite al juez la valoración del peso de
la evidencia, y de esta manera contribuya a que se acepte mejor en los tribunales. Aitken
y Taroni (2010) mencionan la propuesta de Evett para escalas verbales:

Valor del LR calculado Escala verbal


Entre 0 y 1 Sin valor
Entre 1 y 10 Valor limitado
Entre 10 y 100 Valor moderado
Entre 10 y 100 Valor moderado
Entre 100 y 1.000 Valor moderadamente fuerte
Entre 1.000 y 10.000 Valor fuerte
Mayor de 10.000 Valor muy fuerte
Mayor de 1.000.000* Extremadamente fuerte*

Figura 17. Propuesta de Evett para escalas verbales. *La escala verbal para valores de LR mayores de 1.000.000 no
es original de Evett, sino que Aitken y Taroni comentan que suele ser aceptada.

El uso de la escala verbal posee la ventaja de comunicar los resultados de forma más
comprensible para el juez, dado que este debe estar seguro de entender lo que se le
comunica. No hay que olvidar que la función del perito en el proceso judicial es asesorar
al juez en todo aquello de lo que él carece de conocimiento especializado, para ayudarle
a tomar su decisión. La desventaja de expresar los resultados del análisis solo de manera
matemática, aunque sea más exacto desde el punto de vista científico, es que no cubre
esta importante labor de asesoramiento por parte del analista, dado que el juez quizá no
comprenda o utilice incorrectamente los datos numéricos. Por eso, el perito debe enten-
der que no solo es un científico, sino un científico forense, y su papel es protagonista
cuando los desconocedores de la técnica valoran la prueba en el juicio.
En los resultados concluyentes (identificación o exclusión), el perito puede mantener
el uso de escalas verbales para expresar sus resultados, siempre que lo haga de forma
que su argumento pueda comprobarse. Por ejemplo, la AFTE (Association of Firearm and
Toolmark Examiners) de Estados Unidos recomienda no utilizar expresiones tales como:
“El arma analizada fue la que realizó las marcas, y se puede descartar con total certeza
a todas las demás armas del mundo”, pues esto es imposible de demostrar. En su lugar,

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142 Manual de Criminalística y Criminología

proponen expresarse de esta forma: “La posibilidad de que otra arma haya impreso las
marcas es tan remota que resulta prácticamente imposible”. Sin embargo, Aitken y Taroni
mencionan que esta forma de expresarse también es falaz, porque el perito no debe emitir
una valoración sobre la hipótesis (en este caso la del fiscal, Hf: la evidencia fue disparada
por el arma analizada), sino que solo debe valorar la prueba. Según estos autores, la forma
correcta de emitir un criterio en escala verbal sería algo como: “La evidencia analizada
apoya muy fuertemente la hipótesis de que la bala SÍ fue disparada por el arma”. De
esta forma, el juez emplearía este dato en el contexto de toda la información que conoce.
Por otra parte, una de las escalas verbales usadas en la balística identificativa es el re-
sultado no concluyente, que ocurre cuando al perito se le dificulta concluir debido a los
múltiples factores que pueden ocultar o evitar que se impriman todas las huellas del
arma. El problema de esta escala verbal es que no indica nada concreto sobre la evidencia
analizada, lo que lo convierte en un resultado inútil, solo dice que no se puede probar ni
descartar cualquier hipótesis. En estos casos el perito carece de la posibilidad de expresar
su grado de creencia de que las huellas apuntan hacia una hipótesis u otra. Aquí sería muy
útil poder expresar los resultados mediante el cálculo del LR junto con su correspondiente
escala verbal, para poder asignarle algún peso a la evidencia, de manera que el juez pueda
valorar este resultado en conjunto con el resto de la pruebas del caso. Así, en vez de con-
cluir: “No es posible saber si la bala fue disparada por el arma analizada, o por otra arma
con características de clase similares”, se concluiría algo como: “La evidencia analizada
apoya (aquí se incluye la escala verbal) la hipótesis de que la bala SÍ/NO fue disparada
por el arma”. La escala verbal indicaría si la apoya de forma leve, moderada, moderada-
mente fuerte, fuerte, muy fuerte o extremadamente fuerte, según se haya podido calcular.

Modelos de LR aplicados a balística forense


Si bien es cierto que el modelo propuesto por Bunch basado en CMS no se puede consi-
derar un modelo consolidado, Aitken y Taroni (2010) consideran que es hasta el momento
la mejor propuesta que existe para abordar estos problemas.
El conteo de CMS ha sido la propuesta cuantitativa que mejor describe el análisis que
realiza un perito de balística identificativa, pero no es la única. Otras posibilidades pueden
surgir con la ayuda de la tecnología de adquisición de imagen. Por ejemplo, Chu et al.
(2010a) proponen utilizar el escaneo topográfico 3D de la superficie de la bala para deter-
minar la densidad de estriaciones en esta, que viene definida como:

número de pixeles en las estriaciones


dS 
número total de pixeles en el área

Este autor concluye que la determinación de este parámetro permite, dentro de ciertos
porcentajes, diferenciar entre balas disparadas por distintas armas, con la ventaja de ser
una metodología totalmente instrumental y no subjetiva. Sin embargo, lo sugiere como

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Tema 3: Balística forense 143

un análisis de filtrado de primer orden, y no como un método identificativo, puesto que


las variaciones entre balas disparadas por la misma arma no son inferiores que las va-
riaciones entre balas disparadas por armas diferentes en algunos casos. Siguiendo esta
misma idea, el sistema de identificación automatizada IBIS® realiza un conteo de los CMS
detectados, lo cual podría tomarse como punto de partida para un análisis poblacional,
dado que en esta herramienta se almacena gran cantidad de imágenes que en potencia
podrían utilizarse como referencia para calcular el Pr(Ev | Hd).
Otras publicaciones presentadas por Chu et al. (2010b), Chumbley et al. (2010) e Intelli-
gent Automation Inc. (2010), abordan el problema por medio de los perfiles topográficos
del relieve de la bala, para generar una “firma” característica. Con esta firma, se podría
establecer parámetros matemáticos cuantificables que permitan realizar no solo la compa-
ración, sino también determinar el grado de semejanza y así generar los datos estadísticos
necesarios para calcular los LR. La desventaja de todas estas propuestas ha sido el hecho
significativo de la variabilidad topográfica que pueden experimentar las balas disparadas
por la misma arma, aunque es de esperar que en el futuro se vayan mejorando sus re-
sultados.

PROPUESTA DE CÓMO CALCULAR EL LR Y SU CORRESPONDIENTE ESCALA VERBAL


Dadas las valoraciones anteriores, se establece una propuesta sobre la manera de calcular
las razones de verosimilitud para los análisis de balística identificativa, la cual se sustenta
a partir de los distintos puntos de vista desarrollados en este trabajo. Cabe mencionar que
se trata solo de una propuesta que necesita ser desarrollada, mediante estudios estadís-
ticos varios que permitan determinar objetivamente los diversos valores que deben ser
colocados en las ecuaciones. El enfoque se basa en el análisis de balas, aunque podría
aplicarse también a aquellas vainas donde haya huellas por arrastre. La idea general es
tratar de expresar de forma matemática la metodología clásica, a medida que se evalúan
las distintas consideraciones del análisis pericial, y se tienen en cuenta las múltiples cau-
sas de variación de huellas.
El cálculo del LR se basa en la ecuación LR  Pr(Ev | H f , I) Pr(Ev | H d , I) donde:
Ev = Es el análisis comparativo del rayado balístico en las balas analizadas
Hf = Hipótesis del fiscal, que la bala dubitada fue disparada por el arma bajo análisis (o
que dos balas dubitadas fueron disparadas por la misma arma de fuego)
Hd = Hipótesis del defensor, que la bala dubitada fue disparada por otra arma (o que
dos balas dubitadas fueron disparadas por distintas armas de fuego)
I = Es la información de contexto del caso (la consideraremos irrelevante)
Ahora, separamos el LR de acuerdo con las diferentes situaciones reales a las que se
enfrenta el perito, ya sea que las huellas no coincidan, que coincidan abundante o media-
namente. El esquema del modelo propuesto sería el siguiente:

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144 Manual de Criminalística y Criminología

(1º)
Huellas Exclusión
Clase
distintas (2º)
Comparación Abundancia Identificacíon
microscópica líneas
Huellas (LR > 1 000 000)
compatibles
Clase
iguales Supera
Escasez criterio CMS
líneas CMS (3º)
compatibles No Supera
Calcular LR
criterio CMS

Figura 18. Situaciones posibles que analiza un perito ante una bala dubitativa.

Primer caso: exclusión directa


Si en el análisis existe incompatibilidad en las huellas de clase, que no puede ser explicada
de ninguna forma, entonces el perito reportará una exclusión. No se calcula ningún LR,
simplemente se expresa que la incompatibilidad hace imposible que la bala dubitada y el
testigo (o bala dubitada de otro caso) hayan sido disparadas por la misma arma.

Segundo caso: identificación (“abundante” y “ajustada”)


Suponga que el analista compara los testigos, y determina varias secuencias de líneas
consecutivas que corresponden a huellas individualizantes del arma. Si al observar la
bala que debe analizar, encuentra que todas o parte de esas huellas están presentes, esto
significa que Ev = “Muchas huellas compatibles”, de forma que:

Probabilidad que la evidencia tenga muchas huellas compatibles dado que SÍ fue disparado por el arma
LR = Probabilidad que la evidencia tenga muchas huellas compatibles dado que NO fue disparado por el
arma

El valor del numerador (semejanza) debería ser igual que uno, dado que es lo que se es-
peraría en esa situación (de manera análoga a como ocurre en los análisis de ADN, como
se explicó anteriormente). Por otra parte, el denominador corresponde a la frecuencia ϒ
con la que se espera que la secuencia de huellas pueda hallarse en la población. De esta
forma:
Pr(Ev | H f ) 1
LR  
Pr(Ev | H d ) γ

Puesto que no hay bases de datos con frecuencias, se puede utilizar estimaciones
probabilísticas como las sugeridas por Bunch (Sección 5.3), en la que para CMS de 6
líneas consecutivas, se esperan frecuencias inferiores a ϒ = 1×10-6, lo que significa un
LR > 1.000.000. A este resultado se le asignó una escala verbal de “extremadamente
fuerte”. Para fines metodológicos, se recomienda separar los casos en dos:

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Tema 3: Balística forense 145

–– Identificación “abundante”. Cuando existe abundancia de líneas coincidentes, las


cuales evidentemente superan el Criterio Conservador establecido por la meto-
dología de CMS (2 grupos de 3 líneas consecutivas, o 1 grupo de 6 líneas con-
secutivas), entonces el perito actuará igual a como lo ha hecho siempre para un
resultado de identificación, sin entrar a utilizar la metodología CMS.
–– Identificación “ajustada”. Si en el análisis existe compatibilidad en las huellas de
clase, pero no hay abundancia de huellas individualizantes, se utilizará la metodo-
logía de CMS, y de forma minuciosa se buscará determinar si se puede superar el
“umbral” del Criterio Conservador. Con esta metodología, los hallazgos se deberán
documentar mediante una fotografía, en la que se señale(n) la(s) secuencia(s)
encontrada(s).
En ambos casos, se procederá a anotar que “el análisis comparativo apoya de forma ex-
traordinariamente fuerte la hipótesis de que la bala sí fue disparada por el arma de fuego
analizada”, fundamentado en un LR > 1.000.000. El cálculo exacto se omite debido a que
llevaría mucho trabajo y tiempo, además porque es innecesario, pues indistintamente del
valor, se ubicaría dentro de la misma escala verbal, que es la de mayor grado de fuerza.

Tercer caso: resultado intermedio


Si en el análisis existe compatibilidad en las huellas de clase, y utilizando la metodología
de CMS no se supera el umbral del Criterio Conservador, entonces Ev = “Casi no tiene
huellas compatibles”, así que se requerirá realizar un mayor cálculo:

Probabilidad que la evidencia no tenga huellas compatibles dado que SÍ fue disparada por el arma
LR =
Probabilidad que la evidencia no tenga huellas compatibles dado que NO fue disparado por el arma

El valor del denominador debería ser uno, puesto que se espera que armas distintas no
impriman huellas compatibles; aunque si la bala presenta algún grupo pequeño de líneas
compatibles, en el denominador podría colocarse el valor correspondiente según la gráfi-
ca de Howitt. Mientras tanto, en el numerador se debe contemplar la probabilidad de que
las huellas no se hayan impreso debido a alguno de los factores expuestos: (A) marca
y material de la cartuchería utilizada; (B) diferencia de presiones en los cartuchos; (C)
preutilización del cartucho en otra arma; (D) uso de cartuchos incompatibles; (E) limpieza
del arma; (F) calidad del arma; (G) cambio de piezas del arma; (H) daños intencionales del
ánima del cañón del arma; (I) asentamiento de relieves en el arma.

Pr(Ev | H f ) Pr(Ev | A)  Pr(A | H f )  Pr(Ev | B)  Pr(B | H f )  Pr(Ev | C)  Pr(C | H f )    


LR  
Pr(Ev | H d ) 1

La valoración de cada una de estas probabilidades deberá realizarse con base en el análi-
sis detallado de la bala (por ejemplo, puede ser que la bala muestre señas de haber sido
utilizada en un arma de un calibre distinto), y estudios estadísticos donde se contemplen

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146 Manual de Criminalística y Criminología

todas las posibilidades. Por ejemplo, uno de los términos de la ecuación está relacionado
con el factor (E) limpieza del arma. Para calcularlo, se necesitan dos probabilidades,
Pr(Ev | E), sería la probabilidad de que en un arma que se limpia, se observen menos
huellas de las que se observaban antes de limpiarla. Este valor se puede calcular median-
te experimentos con distintas armas de fuego, valorando cómo influye este elemento. El
siguiente factor es Pr(E_|_Hf), la probabilidad de que el arma en cuestión haya sido lim-
piada en realidad. Esto se podría valorar con estadísticas sobre qué tan común es que las
personas limpien sus armas en un determinado tiempo. Esto mismo se repite para todos
los términos de la ecuación, al valorar todos los factores que puedan incidir.
Si el valor del LR es cercano a uno (si alguno de los términos de la suma es altamente
probable) significa que, a pesar de no tener huellas compatibles, no se podría descartar
que se trate de la misma arma de fuego. De lo contrario, si todos los términos aparecen
con probabilidades bajas, entonces el LR apoyará la hipótesis de que la bala no fue dis-
parada por el arma analizada. En la tabla siguiente se expone un ejemplo hipotético, la
primera columna es la probabilidad de que el factor “X” oculte las huellas en cualquier
arma, y la segunda columna es la probabilidad de que ese factor se haya presentado en el
arma analizada; los valores “0” indican factores que se descartan si es posible determinar
que no influyeron.

“X” Pr (Ev|“X”) Pr (“X”|Hf) Pr (Ev|“X”) · Pr (“X”|Hf)


A Marca y material de la cartuchería utilizada 0,1 0 0
B Diferencia de presiones en los cartuchos 0,1 0 0
C Preutilización del cartucho en otra arma 0,1 0 0
D Uso de cartuchos incompatibles 0,2 0 0
E Limpieza del arma 0,001 0,5 0,0005
F Calidad del arma 0,1 0 0
G Cambio de piezas en el arma 0,3 0,02 0,006
H Daños intencionales del ánima del cañón 0,4 0 0
I Asentamiento de relieves en el arma 0,001 0,0001 0,0000001
TOTAL = Pr (Ev|Hf) = 0,0065001
Figura 19. Ejemplo de cálculo del LR.

En este ejemplo, el LR = (0,0065 / 1) ≈ 1/154, es decir, es 154 veces más probable que
la bala (sin huellas compatibles) haya sido disparada por otra arma que por el arma anali-
zada. Este valor corresponde a una escala verbal de Evett que indica: “La evidencia apoya

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Tema 3: Balística forense 147

de forma moderadamente fuerte la hipótesis de la defensa”. La ventaja de esta propuesta


es que evita realizar demasiados cálculos o trabajo adicional para muchos de los análisis
cotidianos, y solamente los “no concluyentes” lo requerirían en realidad.

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4
BALÍSTICA FORENSE
Y TRAZAS INSTRUMENTALES:
LA CARTUCHERÍA
Fco. Javier Durán Díaz
Profesor de la Facultad de Criminología
Universidad Isabel I
España

INTRODUCCIÓN
Como es sabido, en el disparo intervienen dos elementos fundamentales: el arma y la
munición siempre han ido de la mano. La munición es el conjunto de suministros que
se necesitan para disparar un arma de fuego. Es decir, si tenemos un arma, debe existir
munición que pueda disparar, y si tenemos munición, habrá que buscar un arma para dis-
pararla. Esto parece algo evidente, pero el devenir histórico de las armas y municiones ha
sido así. Por tanto, antes de entrar en la materia, es importante hacer un repaso histórico.
Como se ha visto en otros capítulos, la pólvora es el agente común empleado como pro-
pelente del proyectil. Por tanto, la aparición de las armas de fuego, creadas en principio
para la defensa humana, es una consecuencia aplicada de la invención de la pólvora en el
año 1231, que se atribuye a los chinos en la batalla de Kuang Fen en la que se empleó un
dispositivo que podía propulsar “flechas voladoras”. En Occidente se conoció la pólvora
gracias a científicos árabes. Sus efectos se describieron por primera vez a mediados del
siglo XIII de la mano de Roger Bacon en Inglaterra. Sin embargo, la sustancia no llegó
hasta 1308 con la aparición de cañones llamados culebrinas y falconetes. A partir de la
segunda mitad del siglo XIV aumentan las referencias al uso bélico de armas de fuego
y empiezan a desarrollarse armas portátiles que podían ser transportadas y empleadas
por una sola persona. En esta época, se empleaba como sistema de ignición la “llave de
mecha”, que consistía en una mecha que el tirador debía acercar al fogón con una mano
mientras sostenía el arma con la otra, con lo que la eficacia a la hora de hacer puntería
era muy escasa.

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150 Manual de Criminalística y Criminología

Figura 1. Esquema de “llave de mecha”11.

En el siglo XV se hizo una modificación en este sentido que fue decisiva, incorporando al
arma el serpentín, que era un brazo metálico en forma de “S”, de ahí proviene su nombre,
en cuyo extremo llevaba un sección de mecha empapada en nitrato potásico que por
rotación se acercaba al fogón, ubicado en el centro del arma. Más tarde se introdujo una
pequeña modificación para posicionarlo en el lateral del arma, que se denominó la cazo-
leta, un dispositivo en forma de cuchara con tapa y fijado al cañón.
El serpentín también se perfeccionó con mecanismos más complejos como la sierpe a
resorte, que utilizaba un fiador que levantaba la mecha, con lo que se consiguió una mayor
rapidez para disparar. A partir de ahí surgieron los primeros arcabuces, construidos como
armas de caza. Para usos militares, se introdujo el pestillo o palanca, un mecanismo sim-
ple, robusto y barato que se utilizó hasta principios del siglo XVIII.
Durante estos siglos no podemos hablar de munición tal como la concebimos hoy en día,
ya que no existía un conjunto como tal. En las armas existentes se introducía el propelente
(pólvora negra) por el cañón, se comprimía con una baqueta y se ponía un taco de papel
para comprimir la pólvora y vitar que se cayese. A continuación se introducía el proyectil,
que consistía en una bola de plomo fundida en un molde. Esta dinámica era lenta y tediosa
con lo que había poca cadencia de tiro.
El siguiente avance importante fue el cartucho de papel, que apareció por primera vez en
España en la segunda mitad del siglo XVI. Se le llamó cartucho porque así se llamaban
cada uno de los huecos que tenían la aljaba o el carcaj para guardar las flechas.

Figura 2. Primeros cartuchos de papel con el proyectil incluido en la envoltura.

1. Curso Balística, Juan Carlos Reviejo Paz.

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Tema 4: Balística forense y trazas instrumentales: La cartuchería 151

Este cartucho solo contenía la pólvora, por lo que el proceso de carga se debía hacer aun
en varios tiempos, con lo que seguía siendo lento. Debido a esa lentitud, se modificó este
cartucho envolviendo el proyectil junto con la carga de pólvora, aunque esto no evitó que
hubiese que introducirlo con la baqueta, golpeando fuerte para que pudiese atravesar el
cañón salvando las estrías del ánima.
Esto se pudo solucionar en parte por una nueva aportación del capitán francés Claudio
Minie, que diseñó un proyectil cilíndrico-ojival con base hueca en la que se alojaba una
pieza troncocónica de madera, con lo que se consiguió un mejor ajuste a las estrías.

Figura 3. Cartucho de papel.

Este cartucho facilitó enormemente la carga y aumentó la cadencia de tiro hasta dos o tres
disparos por minuto porque había que seguir cebando la llave. Había que seguir investi-
gando la forma de evitar esto; que no llegaría hasta la inclusión del pistón o cebo, con lo
que se tendrían los tres componentes que permitirían la carga de una sola vez.
En 1799, Edward C. Howard descubrió las pólvoras fulminantes, que podían prenderse al
ser golpeadas y en 1807, el sacerdote escocés Alexander Forsyth inventó la llave de per-
cusión, utilizando esta propiedad de las pólvoras fulminantes. Posteriormente el armero
inglés Egess inventó el pistón. Solo faltaba unir el pistón al cartucho.
En 1836, Juan Nicolás Dreyse inventa el cartucho que lleva su apellido. El cartucho Drey-
se consistía en una envoltura de papel que contenía los tres elementos básicos: pólvora,
proyectil y fulminante. Otro paso importante que siguió al cartucho Dreyse fue la inven-
ción del fusil de aguja, capaz de percutir el nuevo cartucho. Se abría una nueva era y la
avancarga tenía sus días contados.

Figura 4. Cartucho Dreyse.

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152 Manual de Criminalística y Criminología

Enseguida se varió la colocación del pistón, que obligaba a que una larga aguja penetrase
en el disparo hasta llegar al pistón. También aparece el cartucho Chassepot, que llevaba el
fulminante en el centro de un disco de cartón, con lo que dio lugar al culote y la envoltura
se empezó a hacer de papel parafindo, con lo que el cartucho comenzó a tener un aspecto
muy parecido a lo que conocemos hoy en día.
Otro avance fue el introducido por Casimiro Lafaucheux, que diseñó un cartucho formado
por una vaina de cartón reforzado, que evitaba problemas de humedad, y un culote me-
tálico con una aguja percutora exterior que incidía en el fulminante, alojado en el interior.
En 1846 se modificó este cartucho y se hizo el casquillo metálico.

Figura 5. Cartucho Lefaucheux.

Figura 6. Esquema de disparo de cartucho Lefaucheux.

Un año antes, en 1845, Flobert ideó otro cartucho que fue el primero de los que hoy
llamamos de percusión anular. Estos cartuchos no usaban pólvora negra, sino que toda
la carga propulsora era fulminante. Como consecuencia, la potencia de tiro era muy baja,
con lo que el proyectil y, por tanto el calibre, debían ser pequeños. De ahí que esta muni-
ción se usase en pistolas de salón o pistolas Flobert.
Este cartucho sería perfeccionado en 1857 por Horace Smith y Daniel Wesson, armeros
de Springfield (EE.UU.) y creadores de la conocida marca Smith & Wesson, que sacaron
al mercado su famoso revólver First Issue Revolver (primera edición) con un calibre .22
Short (.22 Corto). Está basado en el cartucho de Flobert, pero le añadieron carga de pól-
vora negra y un proyectil en forma ojival, de plomo y del mismo diámetro que el casquillo.
A partir de ahí se diseñaron cartuchos de percusión anular de mayor calibre, llegándose
al .44 Henry o el 56-56 Spencer, muy destacado en la guerra de Secesión de EE.UU. por
su potencia y eficacia.

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Tema 4: Balística forense y trazas instrumentales: La cartuchería 153

El problema de estas municiones era que, al aumentar el calibre, necesitaban incremen-


tar la carga de pólvora y la resistencia del culote no era adecuada para la deflagración
producida, con lo que se tenían grandes calibres con escasa potencia, por lo que solo
subsistieron los de calibre pequeño.
El coronel Berdan, de Estados Unidos, diseñó un nuevo cartucho con el fulminante en
el interior de una cápsula que se alojaba en el centro del culote del casquillo, con lo que
aparece la percusión central, para distinguirla de la anular anterior. Al estar esta cápsula
embutida en el culote, permitía que las paredes de la vaina fuesen más gruesas y sopor-
taban mayores presiones, con lo que la carga de pólvora podía ser mucho mayor y esto
permitía fabricar calibres mayores.

Figura 7. Cartucho Berdan.

Hacia 1873, en el Arsenal de Frankford, Filadelfia (EE.UU.), tras varias experiencias con
cartuchos de todos los sistemas que había hasta el momento, se llegó al convencimiento
de que el sistema de Berdan era el mejor y de ahí salió el tipo de cartucho que hoy cono-
cemos y que ha variado poco hasta nuestros días.

Figura 8. Cartucho tipo de 1873.

A partir de la mejora de las municiones, las armas pudieron evolucionar considerablemen-


te, especialmente en la primera mitad del siglo XIX. La cartuchería metálica posibilitó la
aparición de armas de retrocarga seguras y eficaces por su correcta obturación de los ga-
ses de la deflagración de la pólvora en la recámara, rápida recarga y facilidad para municio-
nar. Esto dio paso a las armas de repetición y a mejoras en las pólvoras, con la aparición
de las pólvoras nitro o la sin humo. En definitiva, como ya se ha mencionado, la evolución
histórica de armas y municiones ha sido paralela; es decir, el diseño de los distintos

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154 Manual de Criminalística y Criminología

elementos que forman un cartucho debe ser óptimo para que el resultado sea el deseado
en conjunción con el arma en que va a ser empleada. La introducción histórica era nece-
saria, pero a efectos de este capítulo, en el entorno de la criminalística o la investigación
forense, lo que nos ocupa es el cartucho de munición tal como lo concebimos hoy en día,
ya que rara vez nos encontraremos cartuchos antiguos en un caso criminal actual.

CARTUCHO DE MUNICIÓN
De forma técnica, al cartucho lo podemos definir como una unidad funcional, compuesta
por un fulminante o iniciador, vaina o casquillo, pólvora o carga propulsora, y un proyectil
o proyectiles, que al ser percutido por un arma, hace que se produzca el disparo.
Los componentes de los cartuchos suelen ser de forma general los mismos en todos
ellos, aunque presenten distintas formas o aspecto. Se pueden encontrar en el mercado
de todas las formas posibles o imaginables, según las necesidades del consumidor, que
demanda formas y composiciones diferentes para cada uso; más aún en la cartuchería
destinada a la práctica del deporte de la caza, a la que tiene acceso mayor número de
personas por necesitar menos requisitos de tipo administrativos para su tenencia y uso.

Figura 9. Diferentes casquillos.

TIPOS DE CARTUCHOS
De forma general se puede apreciar en todos ellos similitud en los elementos que los inte-
gran, no obstante nosotros para su estudio los vamos a dividir fundamentalmente en dos
grandes grupos: por un lado la cartuchería metálica (de diferentes materiales como cobre,
bronce, latón, acero, etc.) y por otro la cartuchería semimetálica (el cuerpo suele ser de
plástico o de cartón y el culote de latón, su aplicación principal es en el uso de escopetas).

CARTUCHERÍA METÁLICA
Sus componentes principales son los siguientes:
1) Casquillo
También recibe el nombre de cápsula o vaina. Es el elemento contendor de la
carga de propulsión o pólvora. Desde el punto de vista morfológico, podemos

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Tema 4: Balística forense y trazas instrumentales: La cartuchería 155

apreciar distintas partes y diseños, que podemos enumerar como: boca, cuerpo
y culote.
Las formas más comunes del casquillo son: cilíndrica, cilíndrica entallada, cilín-
drica golleteada, cónica y cónica golleteada. La forma del casquillo condicionará
la forma de la recámara del arma, ya que la vaina es introducida en la recámara.
Entre estos dos elementos debe existir un acoplamiento perfecto para evitar que
en la deflagración producida en el disparo, los gases escapen por otros huecos
diferentes a la boca de fuego y ventana de expulsión.
La forma del culote está diseñada en función del sistema de extracción que tenga
el arma, de si es necesario que el culote haga de tope para evitar que el cartucho
se introduzca en la recámara más de lo debido, y de la potencia de la munición.
Así, puede ir reforzado dependiendo de la carga de pólvora que contenga la muni-
ción. El culote presenta distintas formas, pero los más comunes son de pestaña,
ranura, reforzada, ranura con pestaña y ranura con pestaña corta, según observa-
mos en la siguiente figura.

Figura 10. Distintas formas de culote.

• De pestaña: su uso principal es en revólveres, y su misión es permitir su intro-


ducción en el tambor y hacer de tope para que el cartucho quede bien sujeto
a cada una de las recámaras de este.
• De ranura: su uso principal es en armas semiautomáticas y automáticas, y
permite la penetración en la ranura de la uña extractora para expulsar la vaina
de forma automática una vez que se ha realizado el disparo.
2) Fulminante o cápsula iniciadora
Este elemento contiene el fulminante, también llamado pistón, que inicia la igni-
ción de la pólvora que impulsará el proyectil. Se clasifican en tres tipos fundamen-
tales, en función de su colocación en el culote del casquillo, que más o menos se
ha visto en la evolución histórica y pueden ser de percusión central, anular o de
ignición por aguja o espiga.
También se pueden clasificar por el tipo de ignición que presenta; es decir, por el
modo de alojamiento que tenga el pistón y que se puede apreciar en el esquema
siguiente.

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156 Manual de Criminalística y Criminología

El tipo Boxer se caracteriza porque el yunque, responsable de la detonación, se


encuentra integrado en la propia cápsula iniciadora, es decir, es un falso yunque,
por eso también se le llama sistema sin yunque, presentando una sola chimenea
propagadora de la llama que va a prender la pólvora. Es el sistema más empleado
en EE.UU., típico de cartuchos para revólveres.

Figura 11. Tipos de fulminante.

En el tipo Berdan, el yunque se encuentra situado en el propio culote del casquillo


y no presenta una sola chimenea de acceso a la carga de pólvora, sino dos. Se
utiliza principalmente para munición de pistola en Europa.
Dentro del fulminante existen varios elementos, con diferentes misiones dentro
del conjunto. Podemos distinguir la pasta iniciadora, que es una mezcla explosi-
va sensible a la percusión, con compuestos oxidantes, reductores y elementos
metálicos2, que producen la detonación con un chorro de fuego dirigido hacia la
carga de pólvora al aplicarse sobre ella la energía adecuada que le proporciona el
empuje del percutor. La copela es la parte metálica del pistón que contiene esa
pasta iniciadora y el yunque, si existe, que es la pieza metálica contra la que choca
la pasta iniciadora cuando impacta el percutor del arma en la cápsula. La mayor
o menor sensibilidad del conjunto, es decir, del fulminante, dependerá de la ubi-
cación del yunque y de la aguja percutora del arma. En el siguiente esquema se
pueden apreciar estos elementos y su colocación dentro del pistón o fulminante.

Figura 12. Esquema de fulminante.

2. Para más información, véase el capítulo “Balística forense y trazas instrumentales: Residuos de disparo”, donde se
especifican cuáles son los elementos metálicos procedentes del fulminante.

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Tema 4: Balística forense y trazas instrumentales: La cartuchería 157

3) Carga propulsora
Es la pólvora alojada en el interior del casquillo, cuya misión es la propulsión del
proyectil, debido a la deflagración que produce su combustión. Como se ha visto,
las hay negras y sin humo o pólvoras nitro, que pueden contener nitrocelulosa o
nitroglicerina3.

4) Proyectil
Es la parte del cartucho que sale propulsado como consecuencia de la deflagra-
ción de la pólvora. También se puede llamar bala, aunque por su comportamiento
es más correcto el término proyectil. La forma, composición y especificaciones
pueden variar enormemente en función de sus usos; incluso existen proyectiles
de fabricación casera, muy personalizados. Esto dificulta su clasificación en grupos
cerrados y definidos.
La evolución de los proyectiles se puede apreciar en distintas etapas, como en
general, en la cartuchería, que ya se vio al principio de este capítulo. El proyectil
ha seguido parecida evolución en cuanto a su forma y composición, según las
necesidades de los avances que iban surgiendo. Al principio era una simple bola
de plomo puro, fundido en un molde; más adelante, el plomo se endurecía con
antimonio y estaño. También se ha visto que el progreso de las armas hizo que se
tuviese que variar la forma esférica del proyectil, dando paso a otros con forma
ojival. La utilización de pólvoras nitro, mucho más potentes, requirió que el pro-
yectil de plomo se recubriese con otra sustancia más dura que recibe el nombre
de blindaje o camisa.
Así como los casquillos deben adaptarse a la forma y tamaño de la recámara del
arma y su resistencia debe estar acorde con la carga de pólvora y el calibre, los
proyectiles deben cumplir menos características fijas, por ello hay gran variedad.
Una característica combinada a tener en cuenta es que tendrá mayor alcance
cuanto mayor sea la longitud del proyectil en relación a su diámetro y menor
sea el ángulo que ofrezca a la resistencia del aire. A continuación se expone una
clasificación tradicional.

Figura 13. Diferentes tipos de proyectiles de arma larga.

3. Ver otros capítulos del libro; en particular, el capítulo “Balística forense y trazas instrumentales: Residuos de disparo”,
donde se explican los diferentes tipos de pólvoras.

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158 Manual de Criminalística y Criminología

El calibre o diámetro está en función de la forma y tamaño de la boca del casquillo


y del ánima del cañón del arma.
La forma puede ser cilíndrico-cónica, tronco-cónica, etc. La forma de la punta o ca-
beza también admite variaciones y puede ser redondeada, afilada, ojival, chata, etc.

Figura 14. Diferentes formas de proyectil: esférica (A), cilíndrica (B), ojival (C),
cilindro-cónica (D), cilindro-ojival (E) y aerodinámica (F).

El núcleo, en general, suele ser de plomo, material pesado que contribuye a darle
mayor estabilidad, pero en función del efecto que se desee conseguir, existen mul-
titud de composiciones diferentes. Puede estar compuesto por un solo elemento
o por varios. Los núcleos de un solo elemento, a su vez, pueden ser macizos o
huecos y si están formados por varios elementos, podemos clasificarlos en fun-
ción del tipo de envuelta o camisa de latón, cobre, cuproníquel, acero latonado,
teflón, etc.
El avance en los procesos de fabricación ha propiciado que se puedan desarro-
llar proyectiles compuestos de hasta ocho metales diferentes. Dependiendo del
blanco al que se desean dirigir o de los efectos requeridos, se puede modificar
el comportamiento del proyectil. Así, se pueden conseguir proyectiles capaces
de atravesar chalecos antibalas y otros que se expanden 360º dentro del blanco,
cuando este es muy blando, cediendo el proyectil toda su energía sin traspasarlo.
Recientemente, el ejército de EE.UU. ha desarrollado la ”bala verde”, denominada
así por ser ecológica, ya que el plomo causa un grave daño al medio ambiente. En
la bala verde, el núcleo de plomo del proyectil se ha sustituido por otro de tungs-
teno nylon. Hay proyectos para hacer esto con los proyectiles y perdigones de las
municiones de caza, que cada año se disparan millones por el campo en la práctica
de este deporte. Más adelante se verá que atendiendo a los efectos que producen,
encontramos más formas de clasificar los proyectiles.
Si se observa la forma de la base del proyectil, esta puede ser hueca, tronco-có-
nica, cóncava, plana, talonada, etc., como se puede observar en la siguiente fo-
tografía.

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Tema 4: Balística forense y trazas instrumentales: La cartuchería 159

Figura 15. Bases de proyectiles con sus diferentes formas: hueca o perforada (G),
tronco cónica (H), cóncava (I), plana (J) y talonada (K).

La forma de la punta del proyectil puede ser redondeada, plana, hueca, aguda,
etc., como se puede observar en la siguiente fotografía.

Figura 16. Puntas de proyectiles con sus diferentes formas:


roma o redondeada (L), plana (M), hueca (N) y aguda (Ñ).

Si se observa la silueta del cuerpo del proyectil, puede ser moleteada, ranurada,
entallada, lisa, etc., como se puede ver en la siguiente fotografía.

Figura 17. Cuerpos de proyectiles con sus diferentes formas:


moleteada (O), ranurada (P), entallada (Q) y lisa (R).

5) Camisa o envuelta
Suele ser de aleaciones de metales, y su misión es recubrir en parte o en su tota-
lidad al proyectil y dotarle de mayor dureza. Se suele emplear multitud de aleacio-
nes, pero las más comunes están fabricadas a base de cobre o latón, recubiertas
de zinc, cobre y níquel (cupro-níquel), acero, etc.
Teniendo en cuenta la parte de proyectil cubierto por la camisa, se pueden dividir
en blindados, en los que el proyectil está recubierto en su totalidad, y semiblinda-
dos, en los que la camisa no recubre la punta.

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160 Manual de Criminalística y Criminología

En general, los blindados poseen mayor poder de penetración ya que no se de-


forman tanto en contacto con el blanco. También producen menores heridas en la
víctima, por lo que se usan en armamento militar para reducir los destrozos. Los
semiblindados tienen menor poder de penetración ya que se deforman mucho
más en contacto con el blanco y causan mayores heridas o destrozos.
La unión del proyectil al casquillo también presenta características diferenciadoras
de las municiones. Se pueden unir por presión circular, pellizco o engarce median-
te el canal circular.

Figura 18. Diferentes tipos de proyectiles blindados y semiblindados,


seccionados para apreciar su núcleo y blindaje o camisa.

NOMENCLATURA DE CARTUCHOS METÁLICOS


El presente apartado es difícil de abordar, pues no existe norma concreta en el marcaje
de la cartuchería que permita nombrar o definir los cartuchos de una forma unitaria, sino
que en la mayoría de los casos hay que hacer un estudio individualizado de cada cartucho
concreto.
En teoría, las normas para la designación de la nomenclatura de los cartuchos deberían
ser sencillas; suele constar de dos cifras, la primera corresponde al calibre y la segunda
define alguna característica propia del cartucho o indica el nombre del diseñador o fabri-
cante.
En la práctica se suelen cometer numerosos errores, sobre todo con la nomenclatura
anglosajona, como se verá a continuación. Hay otras nomenclaturas, como la china o la
árabe, bastante desconocidas, que ahora no se van a mencionar.
1) Nomenclatura europea
En Europa la nomenclatura es bastante racional y coherente; la primera cifra sig-
nifica el calibre4 (teórico) expresado en milímetros y la segunda, la longitud de
la vaina, también en milímetros. Si el culote de la vaina es de pestaña, suele ir
acompañada de la letra “R”, abreviatura de las siglas RIM, que se refiere a “vaina
con pestaña”.

4. Recordemos que el calibre de un arma de fuego es el diámetro del proyectil que dispara, expresado en las distintas
unidades que se adopten en cada país.

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Tema 4: Balística forense y trazas instrumentales: La cartuchería 161

Por ejemplo, el cartucho denominado 7 x 57 significa que el proyectil tiene un


diámetro de 7 mm y que se encuentra montado en vaina de 57 mm de longitud.
El 9.3 x 74 R nos indica un proyectil de 9,3 mm, montado en una vaina de 74 mm,
con reborde o pestaña.
2) Nomenclatura anglosajona
Esta nomenclatura es menos intuitiva. La primera diferencia que observamos es
que se utiliza la pulgada como unidad de medida para expresar el calibre, en lugar
del milímetro. Otra diferencia es que el diámetro nominal de los cartuchos se ex-
presa en centésimas o milésimas de pulgada: en milésimas en Reino Unido, y en
centésimas en Estados Unidos.
Esto produce confusión, en mayor medida en cartuchos para armas largas y me-
nor para armas cortas. La nomenclatura consta de una primera cifra de dos o tres
dígitos que designa el calibre, acompañada de unas siglas, un nombre o un atribu-
to. Unos ejemplos serían: 45 ACP (Automatic Colt Pistol); 380 Auto; .45 Long Colt.
Los británicos suelen indicar el calibre con la primera cifra, expresado en milési-
mas de pulgada. Le sigue la forma de la vaina. Por ejemplo, .240 Belted Rimless,
que indicaría un cartucho de calibre 240” con vaina de base reforzada y sin rebor-
de (ceñido sin aros).
En EE.UU., en la época de la pólvora negra, era habitual denominar los cartuchos
con tres grupos de cifras, donde la primera cifra indica el calibre, la segunda la
cantidad de pólvora negra, expresada en grains y la tercera el peso del proyectil,
también en grains. Un ejemplo es 45-70-500 o 44-40-200. Cuando comenzaron a
usarse las pólvoras sin humo, desaparece la tercera cifra y los culotes se rotulan
con solo dos cifras que expresan el calibre y la cantidad de pólvora, en grains, con
lo que encontramos cartuchos denominados 30-30 o 44-40.
En esta misma época, aparecen cartuchos en los que se invierte el patrón ante-
rior, intercambiándose el significado de las cifras. Con ello, un cartucho 38-40
indicaría un contenido en pólvora de 38 grains que impulsa un proyectil de calibre
.40. Unos años más tarde se cambia de nuevo el significado de las cifras: se deja
la primera correspondiente al calibre y la segunda pasa a indicar el año en que se
adopta esta nomenclatura. Esto se puede ver con la aparición del cartucho 30-06,
donde la primera cifra se corresponde con el calibre y la segunda corresponde al
año de adopción, 1906.
Más adelante se producen otros cambios, como incluir en la denominación del
cartucho la velocidad de salida del mismo. Es el caso del cartucho 25-3000 Savage,
donde la primera cifra indica el calibre, expresado en centésimas de pulgada y la
segunda se refiere a la velocidad inicial del mismo en pies/segundo.
Como se ha podido ver en cada caso, la segunda cifra indicada en el culote del
cartucho puede significar diferentes datos, por lo que no se puede formular un

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162 Manual de Criminalística y Criminología

patrón único y específico para su denominación. Esto requiere estudiar cada car-
tucho en concreto y conocer su origen y evolución.

Figura 19. Diferentes cartuchos metálicos de arma larga.

CARTUCHERÍA SEMIMETÁLICA
Suele emplearse principalmente con fines deportivos, tales como la caza, tiro al plato o
tiro olímpico, para lo que se utilizan armas largas, escopetas, de ánima lisa. Los com-
ponentes del cartucho semimetálico suelen ser los mismos que hemos visto para la
cartuchería metálica, aunque con bastantes diferencias morfológicas y con alguna parti-
cularidad específica.
Como se ha visto para el cartucho metálico, los componentes o partes principales del
cartucho semimetálico son las siguientes:

VAINA

PERDIGONES

TACO

PÓLVORA

CULOTE

Figura 20. Corte de cartucho semimetálico.

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Tema 4: Balística forense y trazas instrumentales: La cartuchería 163

1) Casquillo
Tal y como ocurre con el cartucho metálico, también se denomina cápsula o vaina
y, de igual manera, es el elemento contenedor de los distintos elementos. En él
podemos distinguir dos partes claramente diferenciadas, el cuerpo, que suele ser
de plástico, normalmente de policloruro de vinilo (PVC, cuya fórmula química es
[C2H3Cl]n), y el culote, que es metálico, fabricado normalmente de latón. Estas dos
piezas, una metálica y la otra no, proporcionan el nombre genérico a este tipo de
cartuchos semimetálicos.
2) Fulminante o cápsula iniciador
También denominado pistón, se aloja en el casquillo y su función es la misma que
en la cartuchería metálica. Suele ir en el centro del culote, es decir, son de percu-
sión central y lo más habitual es que sean de tipo bóxer, aunque también podemos
encontrarlos del tipo berdan y excepcionalmente, de un tipo mixto o combinado,
denominado berdan/bóxer.

Figura 21. Culotes de cartucho semimetálico con los tres sistemas de fulminante.

Figura 22. Detalle de culote de cartucho semimetálico con diferentes fulminantes de percusión central tipo bóxer.

3) Taco
Es un elemento nuevo que no se ha visto muy frecuentemente en la cartuchería
metálica. Hay que remontarse a los inicios históricos, con el cartucho de papel,
en el que entre la carga de pólvora y el proyectil se colocaba un taco de madera o
de cartón, antes de envolver todo el conjunto. La cartuchería metálica evolucionó

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164 Manual de Criminalística y Criminología

de tal manera que aquel taco se hizo innecesario, sin embargo, en la cartuchería
semimetálica no es posible ajustar los proyectiles, o el proyectil, al casquillo, por
lo que sigue siendo necesaria su presencia.
El taco ha evolucionado mucho desde sus orígenes, como hemos visto, desde el
taco de madera que llevaba el cartucho de papel hasta nuestros días, ha pasado
por diferentes formas y composiciones. En la actualidad es de plástico de polie-
tileno y sus formas son muy diversas, como se puede apreciar en la siguiente
fotografía.

Figura 23. Diferentes tipos de taco.

Figura 24. Partes del taco.

Sus misiones son separar la carga de proyección de la carga de propulsión, arras-


trar, proteger y acompañar a los perdigones en su recorrido por el cañón, aprove-
chando al máximo los gases de la combustión, al tiempo que evita que el cañón
se llene de residuos de plomo por el roce de los perdigones contra en ánima.
También constituye un elemento integrante de la carga de proyección, ya que el
taco sale proyectado por la boca de fuego del arma junto con la misma y la acom-
paña durante parte del recorrido. De esta forma se evita que los perdigones se
dispersen demasiado nada más salir de la boca del arma, con lo que se consigue
que impacten en el blanco más concentrados.

LA CARGA DE PROYECCIÓN
La carga de proyección puede estar constituida por un único proyectil, denominado balote,
que puede ser de múltiples y diferentes formas en función del uso, o por gran cantidad de

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Tema 4: Balística forense y trazas instrumentales: La cartuchería 165

proyectiles y en este caso recibe el nombre de proyectil múltiple. Estos pueden ser perdi-
gones o postas de diferentes tamaños y en función del mismo, se le asigna un número al
cartucho que lo indica. Por lo general, los perdigones y las postas están hechos de plomo,
endurecidos con un tratamiento a base de antimonio y arsénico. Esta composición es muy
contaminante debido al gran periodo de desintegración del plomo en unión de antimonio y
arsénico, por lo que permanecen en los campos y cursos de ríos durante mucho tiempo.
Anualmente, con la temporada de caza, cientos de miles de perdigones son disparados
y van a parar a zonas susceptibles de ser contaminadas, por eso hay varios proyectos
dirigidos a modificar la composición de los perdigones y evitar esta contaminación.

Figura 25. Detalle de perdigones y balotes.

Como se aprecia en la parte derecha de la fotografía, es habitual en muchos casos que


el taco esté adosado al balote. Esto se hace para asegurar que el taco, que en este caso
no lleva dentro de él la carga de proyección y pesa poco, salga correctamente de la boca
de fuego.
A continuación se expone un gráfico en el que se pueden apreciar la relación que posee el
diámetro de los perdigones y postas con el número que se les asigna en España.

Figura 26. Relación entre el diámetro de los perdigones y el número asignado.

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166 Manual de Criminalística y Criminología

NOMENCLATURA MUNICIÓN SEMIMETÁLICA


Para designar la cartuchería semimetálica se emplea una nomenclatura basada en el ca-
libre del cartucho y en su longitud. Así tenemos, por ejemplo, que el cartucho 12/70
indicaría un cartucho para un arma del calibre 12, cuya longitud es 70, como medida de la
vaina totalmente extendida después de haberse disparado el cartucho.
Respecto del calibre, debemos hacer una aclaración, ya que no tiene nada que ver con lo
que entendemos para la cartuchería metálica. Para la cartuchería semimetálica el calibre
no se corresponde con el diámetro del ánima del cañón, sino que el número del calibre
expresa el número de bolas o esferas de plomo, con diámetro igual al del ánima del arma,
que se han obtenido con una libra de plomo.

Cartuchos especiales
Los fabricantes de munición siempre han intentado evolucionar en la creación de cartu-
chos, modificando cualquiera de los componentes del mismo, para obtener mejoras o
especificaciones concretas, en función de las necesidades de nuevas prestaciones que se
les han ido planteando por la demanda del mercado o de los consumidores. Estas modi-
ficaciones que hacen que un cartucho tenga un determinado comportamiento, dentro de
los de un mismo calibre, lo convierten en “especial”.

Figura 27. Diferentes tipos de cartuchos del calibre 9 mm Pb.

Se pueden introducir variaciones en la cantidad o el tipo de pólvora para disminuir o incre-


mentar la potencia. Tal es así, por ejemplo, con la munición denominada “+P”, que indica
un cartucho de mayor potencia de la habitual dentro del mismo calibre. Esto es importante
conocerlo para saber que sus efectos en un blanco serán mayores, pero también para
tener en cuenta el tipo de arma con la que se va a disparar, ya que en las armas de alea-
ción ligera se debe utilizar con precaución. Esto no nos podrá ocurrir con los cartuchos
tipo Magnum, que también proporcionan una potencia superior, conseguida con mayor
longitud del casquillo, en el que lleva mayor cantidad de pólvora, ya que por esa mayor
longitud no lo podremos introducir en la recámara de un arma que no esté preparada para
soportar las mayores presiones que originan estos cartuchos.
Esto que hemos visto para el cartucho tipo Magnum es una limitación que ya se había
comentado anteriormente. El cartucho deberá tener un casquillo o vaina que se adapte a

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Tema 4: Balística forense y trazas instrumentales: La cartuchería 167

la recámara del arma con el que va a ser disparado, de lo contario, el cartucho no podrá
ser introducido en la recámara y, por tanto, no podrá ser disparado.
Dado lo anterior, el mayor número de modificaciones que se ha realizado en los cartuchos
ha sido en la composición de la carga de pólvora y en el proyectil, en lo que respecta a
la morfología, dimensiones, peso y composición para lograr diferentes prestaciones en la
precisión, poder de parada, de penetración o en la velocidad y sonido.

Figura 28. Diferentes cartuchos de un mismo calibre.

Proyectiles dumdum
La denominación de este tipo de proyectiles se debe a su lugar de fabricación, ya que así
se denominaba un arsenal que tenía Gran Bretaña en la India.
Su origen vino determinado por la ineficacia de la munición que empleaban los británicos
en las confrontaciones con los afganos y paquistaníes, que tenía muy poco poder de
parada. El proyectil era una bala blindada normal y se modificó achatando la punta del
proyectil, al mismo tiempo que se dejaba esta parte al descubierto, es decir, sin blindaje.
De esta forma, al impactar el proyectil en el blanco, la punta se deformaba y ensanchaba,
con lo que se conseguía mayor poder de parada que con la punta anterior, que facilitaba
la penetración limpia en el blanco.
Este tipo de proyectil se prohibió para su uso militar en 1907 por la Convención de La
Haya, pues las heridas y destrozos que causaba eran mucho mayores que una munición
completamente blindada, que produce heridas menores y más limpias. En la actualidad su
uso se reserva para el deporte cinegético.

Figura 29. Diferentes tipos de proyectiles dumdum.

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168 Manual de Criminalística y Criminología

Sobre esto existen algunas controversias y hay quien sostiene que la munición dumdum
es más segura para uso policial, por parte de fuerzas y cuerpos de seguridad, ya que la
deformación del proyectil tras el primer impacto, evita rebotes y que se descontrole su
trayectoria. También se sostiene que el poder de parada que proporciona esta munición
es necesario y que con el calibre adecuado no causa muchos daños y se evita que los
proyectiles puedan atravesar el blanco y continuar una trayectoria incierta.

Figura 30. Proyectil recuperado tras impactar.

Munición KTW
Las siglas con las que se conoce a esta munición se corresponden con las iniciales de los
apellidos de sus inventores, que fueron Paul Kopsch, Daniel Turcus y Don Ward (KTW). Se
trata de un proyectil con mayor poder penetrante que uno normal. Su núcleo tiene forma
troncocónica, y es de acero tratado con tungsteno, recubierto por una camisa de latón,
que reduce el desgaste del ánima del cañón y un revestimiento de teflón, que es lo que le
proporciona el mayor poder de penetración. Algunos fabricantes han cambiado el núcleo
de tungsteno por bronce, que es mucho más barato, conservando el revestimiento de
teflón. En el argot policial, a esta munición se la llama “mata policías” porque el proyectil
es capaz de atravesar los chalecos antibalas.

Figura 31. Munición KTW y proyectil recuperado tras impacto.

Munición Quick Defense (defensa rápida)


El proyectil asociado a estos cartuchos está fabricado de aleación de cobre, en cuya
punta se practica un hueco que facilita su deformación tras el impacto y que se deno-
mina cámara de deformación. Para facilitar la alimentación y que los cartuchos penetren

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Tema 4: Balística forense y trazas instrumentales: La cartuchería 169

correctamente a la recámara del arma, esta cámara se tapona con una tapa de latón. Esta
caperuza de latón, al impactar el proyectil en el blanco, se introduce en la cámara huecay
deforma el proyectil al ensancharse sus paredes. Esta gran deformación proporciona al
proyectil un alto poder de parada. Debido a este funcionamiento, también se suele deno-
minar proyectil deformable.

Figura 32. Detalle de proyectiles Quick Defense recuperados tras impactar con un blanco.

Munición Short Stop (parada corta)


Esta munición suele ser del calibre 38 SPL y es bastante desconocida en el campo balís-
tico. Puede ser disparada por cualquier revólver con recámara para cartuchos del calibre
38 y 357 Magnum y es empleado a cortas distancias, de 15 a 20 metros.
Por la forma que adopta y por el movimiento que describe en el disparo, también se la
denomina “galleta voladora”. Una vez producido el disparo, cuando el proyectil sale de la
boca de fuego, se despliega un disco en forma de abanico que está fabricado de kevlar con
mostacilla en su interior, que se dispersa, ampliando el campo de tiro efectivo e incremen-
tando el poder de parada a las distancias mencionadas. Este tipo de munición está dise-
ñado solo para uso de las fuerzas y cuerpos de seguridad, para intervenciones en aviones
en vuelo debido a su escaso poder de penetración que evita que pueda perforar el fuselaje
de la aeronave, con las consiguientes consecuencias de despresurización de la cabina.
Esta munición no tiene peligrosidad en cuanto al rebote, ya que su energía se queda en
el primer impacto. Puede ser mortal a 15 metros y totalmente inofensivo a 30. Algunos
balísticos califican este proyectil, de alcance controlado, como un extraordinario adelanto
técnico para revólveres de los calibres 38 y 357 Magnum.

Munición Hydra Shok


El proyectil que se corresponde con esta munición tiene una cavidad en la que se lleva
introducido un vástago en forma de cono que al impactar contra tejidos blandos provoca
la expansión del interior, aumentando su superficie de impacto. Se trata de una variante
del proyectil de punta hueca, que se deforma solo a altas velocidades ya que este no las
necesita, sino que consigue gran deformación a velocidades normales para arma corta y
sin necesidad de grandes impactos.

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170 Manual de Criminalística y Criminología

Figura 33. Cartucho Hydra Shok y su proyectil tras impactar en un blanco.

Munición Safety Slug (Glaser)


El núcleo de su proyectil es de cobre y su interior, que es hueco, está lleno de pequeños
perdigones de plomo.

Figura 34. Proyectil Safety Slug.

En la punta del proyectil, a modo de cierre, lleva una pequeña tapa de plástico que se
rompe al impactar contra un objetivo, lanzando los perdigones del interior hacia el blanco
alcanzado. Posee escaso poder de penetración y no es de uso convencional.

Munición THV
Se trata de un proyectil diseñado para alcanzar velocidades muy altas, de ahí su nombre,
en francés Tres Haute Vitesse (THV). Para que pueda alcanzar velocidades de hasta
700 metros/segundo, está fabricado en cobre y, para aligerarlo, es hueco.
Para aprovechar su elevada velocidad y energía en el impacto, tiene forma de parábola
cóncava por lo que, al impactar en un blanco, se frena bruscamente, momento en que toda
su energía es transmitida al objetivo. Debido a esto, es capaz de traspasar los chalecos
antibala convencionales, motivo por el que está prohibido en España y en otros países.

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Tema 4: Balística forense y trazas instrumentales: La cartuchería 171

Figura 35. Varios cartuchos THV de diferentes calibres.

Munición Dynamit Nobel Action Safety GECO


Su proyectil posee un cuerpo metálico de aleación de cobre que tiene una perforación
que lo recorre longitudinalmente al que se le acopla una tapa de plástico que sirve para
cerrarlo y facilitar el municionado para que no tropiece al entrar en la recámara del arma.
Cuando se produce el disparo, con la deflagración de los gases, esta caperuza de plástico,
que pesa mucho menos que el resto del proyectil, se separa y cae al poco tiempo de salir
de la boca de fuego. Esto hace que la ojiva pese mucho menos, con lo que consigue ve-
locidades muy superiores a cualquier proyectil del mismo calibre y de uso convencional,
que son macizos.
Otro efecto que se consigue con este tipo de proyectiles es que tiene un comportamiento
muy diferente en función de si impacta contra objetivos duros o blandos ya que si lo hace
contra un material blando, la perforación interior se llenará del material que compone el
blanco alcanzado que presionará las paredes interiores y lo expandirá, mientras que si
impacta contra un material duro, sufrirá una compresión que favorecerá su penetración.
Es un cartucho que está concebido para comportarse como blindado cuando impacta en
una superficie dura, y como semiblindado, cuando lo hace en una superficie blanda.

Figura 36. Cartucho Dynamit Nobel Action Safety GECO.

Proyectiles accelerator
Este proyectil es una variedad que pertenece a la marca Remington. Su fundamento está
en reducir su peso y calibre sin que se varíe la carga del interior de la vaina ni la presión

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172 Manual de Criminalística y Criminología

ejercida en recámara. Se consiguen así proyectiles subcalibrados de alta velocidad en


relación con el calibre y características del arma.
Al tener menor calibre que el del arma, se podrían producir movimientos descontrolados
en el interior del ánima del cañón que afectarían a la trayectoria por lo que, para evitarlo,
se coloca alrededor de la parte más gruesa del proyectil un soporte de plástico denomi-
nado “sabot” que le permite adaptarse al calibre del arma ajustándose a la las estrías del
ánima del cañón, estabilizándolo en el giro interior.
Cuando se produce el disparo y el proyectil sale por la boca de fuego, el “sabot” se
desprende y cae debido a su escaso peso, con lo que el blanco es alcanzado solo por el
proyectil. Con esta reducción del tamaño y peso del proyectil se han llegado a alcanzar
velocidades, muy superiores a las habituales del calibre, de hasta 1.000 metros/segundo.

Figura 37. Cartucho con proyectil accelerator.

Proyectiles trazadores
Este tipo de proyectiles sirven para indicar la trayectoria al tirador mediante una estela de
humo o de luz que van dejando a su paso. Se suele intercalar munición de este tipo con
munición normal. Cuando se produce el disparo, la pólvora del cartucho al arder quema la
sustancia colocada en la cavidad del culote, produciéndose humo o luz.
Estos cartuchos suelen ir pintados en su ojiva con el color verde o rojo, dependiendo del
país de origen, diferenciándose así de los cartuchos ordinarios.

Figura 38. Disparos con munición trazadora y cartucho trazador.

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Tema 4: Balística forense y trazas instrumentales: La cartuchería 173

Proyectiles incendiarios
Son proyectiles destinados a provocar incendios en el lugar de su impacto. Se compo-
ne de un blindaje normal y un núcleo que deja libre una cavidad en la parte de la ojiva,
lugar donde se deposita la materia inflamable, que suele ser fósforo blanco. Al chocar el
proyectil contra el blanco se rompe el blindaje exterior, dejando en contacto con el aire el
fósforo blanco que se inflama.

Figura 39. Cartucho con proyectil incendiario.

Proyectiles explosivos
Tal como indica su nombre, la característica de estos proyectiles es que explotan cuando
impactan sobre su objetivo. En un principio se fabricaron para el deporte de la caza, pero
se dejaron de usar debido a los destrozos que producían en las piezas. En la actualidad
se restringe su uso para fines militares y se les dota de una espoleta con la que se puede
controlar el momento de la explosión, tras haber penetrado en el blanco.
La espoleta puede funcionar, bien por contacto o por tiempos, pudiéndose conseguir la ex-
plosión una fracción de tiempo después del contacto con el blanco, con lo que la explosión
se produce en el interior del objetivo, siendo mucho mayores los efectos conseguidos.

Figura 40. Cartucho explosivo.

Proyectiles subsónicos
Estos proyectiles están montados en vainas que llevan una carga inferior a la de su calibre
y suelen usarse con armas a las que se les acopla silenciador. Se consigue así disminuir
su velocidad hasta los 340 metros/segundo, que es la velocidad del sonido en el vacío; de
ahí su nombre de subsónicos, es decir, por debajo de la velocidad del sonido.

Munición sin vaina


Este cartucho puede ser el del futuro porque con él se evitan muchas sustancias con-
taminantes. La sustancia propelente es la que compone el propio cartucho, que ya no
tiene una vaina definida como continente de dicha sustancia. El conjunto, que puede ser
cilíndrico o en forma de prisma, lleva el proyectil encajado en uno de sus extremos y en
el otro estará el fulminante, cuya activación se consigue mediante un impulso eléctrico

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174 Manual de Criminalística y Criminología

proporcionado por una batería que lleva el arma y que está determinado por el fabricante
para que no pueda ser activado por cualquier otro mecanismo.

Figura 41. Cartucho sin vaina.

Las firmas H&K y Dynamit Nobel fueron las pioneras en la investigación y logro de una
munición sin vaina con proyectil de calibre reducido (inferior a 5 mm). El cartucho ha
marcado un cambio radical en la forma clásica de la fabricación de la munición, si bien los
obstáculos que se han superado y deficiencias técnicas son numerosas.

Figura 42. Diferentes cartuchos sin vaina.

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BALÍSTICA FORENSE
Y TRAZAS INSTRUMENTALES:
RESIDUOS DE DISPARO
Fco. Javier Durán Díaz
Profesor de la Facultad de Criminología
Universidad Isabel I
España

INTRODUCCIÓN
En este capítulo vamos a bordar un estudio que puede entrar en el campo de la balísti-
ca de laboratorio y de la química forense. Esto es debido a que el fenómeno a tratar se
produce en el proceso de disparo de un arma. Aunque nos puede aportar datos muy
importantes para completar un estudio balístico, el análisis principal se realiza a través de
la composición de materia, que entra en la química forense.
Una de las cuestiones que la balística forense antiguamente no podía responder era afir-
mar con completa seguridad si una persona había disparado un arma de fuego. Siempre
se han podido relacionar casquillos, proyectiles y armas, pero no se podía llegar al con-
vencimiento certero de si una persona concreta había efectuado el arma, con lo cual, a
veces un caso no quedaba resuelto si no se podía encontrar a quien lo había efectuado.
Un suicidio simulado, por ejemplo, en el que se había disparado a una persona a muy
corta distancia, en una zona necesariamente vital y a la que se le había colocado después
el arma en la mano, simulando su autolisis, podía quedar sin resolver.
Este problema hoy día está resuelto con la técnica del estudio de los residuos de disparo
producidos tras hacer fuego con un arma, granos de pólvora sin quemar, granos de pól-
vora parcialmente quemados, otros totalmente quemados, residuos de la detonación del
fulminante, etc., que salen del arma y acompañan al proyectil y que se quedan impregna-
dos en las manos, ropa, cara y otras zonas de quien realizó el disparo. También se puede
emplear el estudio de estos restos para determinar otros aspectos como la distancia de
disparo o los tipos diferentes de munición empleados en un mismo hecho, ya sea con un

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176 Manual de Criminalística y Criminología

mismo arma o con diferentes; es decir, se podrá determinar el arma exacta y munición
empleada.
En muchas ocasiones el estudio de residuos de disparo se confunde con un análisis
que se realizaba en la antigüedad y que se dejó de hacer porque sus resultados no eran
concluyentes, además de arrojar bastantes casos de falsos positivos1. Nos referimos a
la famosa prueba de la parafina; no va a realizar en detalle y, de forma muy somera,
consiste en determinar la presencia de nitratos y nitritos en las manos de una persona
que ha disparado un arma de fuego. Estos compuestos quedan adheridos a la parafina
al aplicarse sobre las manos, que, al ponerse en contacto con una solución de difenila-
mina, se convierte en rojo. Sin embargo, estos compuestos se encuentran en el tabaco,
en fertilizantes, en productos farmacéuticos, en plantas leguminosas y en otras muchas
sustancias, con lo que cualquier persona cuyas manos u otras partes del cuerpo hayan
estado en contacto con alguna de estas sustancias, puede dar positivo a la prueba de la
parafina. Por lo tanto, puede proporcionar lo que se denomina un falso positivo, es decir,
la prueba es positiva, pero esa persona no ha disparado un arma, sino que ha estado en
contacto con otra sustancia que contiene nitratos y nitritos.
En el seminario INTERPOL de Aspectos Científicos del Trabajo Policial, celebrado en 1965,
la prueba de la parafina se consideró carente de valor, por lo que, desde entonces, dejó de
utilizarse y se buscaron alternativas que pudieran ayudar a determinar de forma fiable si
una persona había disparado un arma. Sin embargo, hasta antes de esa fecha su uso era
muy extendido y aún hoy hay quien al estudio de residuos de disparo lo sigue llamando
prueba de la parafina; un error muy frecuente en medios de comunicación, en comunica-
ciones judiciales y en el ámbito pericial. Como se ha dicho, esta prueba dejó de utilizarse
hace décadas, por tanto, no debería denominarse así, ya que lo que hoy se realiza es el
estudio de residuos de disparo.
Organismos como el European Network of Forensic Science Institutes (en adelante ENF-
SI), referente de los estudios forenses a nivel internacional, ni siquiera han llevado alguna
vez los estudios de parafina en sus programas; por eso resulta chocante que se siga
explicando en determinados cursos como prueba de parafina a los estudios de residuos
de disparo. Se pretende con esto abandonar por completo el uso de ese término en todos
los ámbitos.

EL PROCESO DEL DISPARO


Un disparo es un complejo fenómeno mecánico, químico, termodinámico y balístico que
se desarrolla en apenas una fracción de tiempo (milisegundos) después de que el tirador

1. En investigación forense se produce un falso positivo cuando, al realizar cualquier tipo de prueba, se obtiene como
resultado que sí existe lo que se busca, pero realmente no es cierto y puede haberse producido una contaminación,
haberse empleado mal la técnica o la usada no sirve para ese tipo de estudio o análisis.

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Tema 5: Balística forense y trazas instrumentales: Residuos de disparo 177

haya oprimido el gatillo de arma. El diseño de los distintos elementos que forman un car-
tucho ha de ser óptimo para que el resultado sea el deseado, en conjunción con el arma
en el que va a ser empleado. Las fases del disparo se resumen en:
• Percusión. El accionamiento del gatillo inicia un proceso mecánico en el arma que
culmina cuando la aguja percutora incide sobre la cápsula iniciadora o fulminante,
produciendo su detonación.
• Ignición. La mezcla iniciadora se activa por el golpe de la aguja. La llama produ-
cida debe tener un volumen, longitud, temperatura y presión suficientes como
para transmitirse a la carga de pólvora del interior del casquillo, a través de los
espacios entre los granos, provocando su ignición instantánea.
• Combustión de la pólvora. Cuando la superficie de los granos de pólvora se ha
encendido, comienzan a producirse gases y altas presiones. La pólvora arde cada
vez más aprisa y produce más gases y estos hacen aumentar la temperatura y la
presión, introduciéndose por todas partes y acelerándose la combustión de los
granos de forma violenta (deflagración).
El aumento de la presión provoca la dilatación de las paredes del casquillo (o vaina) libe-
rando al proyectil de su sujeción al casquillo por el gollete (en la cartuchería metálica), de-
jándola libre de ella para comenzar su movimiento empujada por la presión de los gases.
No solo el proyectil saldrá expulsado, sino que por todas las aperturas del arma va a salir
una auténtica nube de productos gaseosos, principalmente y de forma más ostensible por
la boca de fuego del cañón y por la ventana de expulsión de los casquillos en las pistolas,
y por el tambor en los revólveres.
El volumen de gases generados será directamente proporcional al calibre de la munición
empleada por su mayor contenido en pólvora y mezcla iniciadora, estando su expulsión y
dispersión condicionada a las características estructurales del arma.

NUBE DE RESIDUOS
El volumen de gases generado en el disparo se denomina en su conjunto nube de resi-
duos, incluyendo productos de la degradación de la pólvora (como los nitritos y nitratos,
con granos parcialmente quemados y otros sin quemar), de la mezcla iniciadora (con
aportación de metales pesados como el plomo, bario y antimonio), también residuos
depositados en el ánima de disparos anteriores, que son arrastrados y movilizados, así
como pequeños fragmentos desprendidos del propio proyectil por el rozamiento con el
estriado del ánima.
La compleja mezcla de residuos, que han estado sometidos a las altas presiones y tempe-
raturas en el interior del arma, experimenta un rápido enfriamiento al entrar en contacto
con el aire. Los elementos metálicos vaporizados originarios de la mezcla iniciadora se

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178 Manual de Criminalística y Criminología

recombinan y solidifican formando micro partículas de morfologías tendentes a la esferi-


cidad, por efecto del rozamiento con el aire.
Estas partículas sólidas residuos del fulminante, que son los que aportan los elementos
metálicos, se depositarán en las superficies directamente expuestas a la nube como son
las manos, cabellos y prendas externas del tirador, y de la víctima, así como en cualquier
objeto con una superficie que les sirvan de soporte. Por su pequeño tamaño, pueden
introducirse por multitud de orificios, llegando a muchas partes del cuerpo o ropa del
tirador.
Las partículas pueden mantenerse suspendidas hasta pasados unos minutos siempre que
las condiciones ambientales sean estables (por ejemplo, ausencia flujos de aire que las
movilicen o de lluvia, etc.), terminando por caer por simple gravedad.

Figura 1. Disparo de un revólver en el que se aprecia la concentración de residuos delante de la boca


de fuego del arma, arrastrados junto al proyectil y otras aberturas, como las del tambor, junto con granos
de pólvora sin quemar o parcialmente quemados y restos del ánima del cañón.

RESIDUOS DEL FULMINANTE


Lo que de forma genérica llamamos residuos de disparo son en realidad restos o residuos
del fulminante; de esta manera se elimina la posibilidad que ya mencionamos de obtener
falsos positivos en los análisis, ya que se trata de partículas muy específicas, que pueden
presentar pequeñas variaciones en su composición según las diferentes marcas de fulmi-
nantes que existen en el mercado, pero con características comunes muy significativas.
Estas variaciones, lejos de presentar una dificultad, ayudan en la identificación, ya que en
los análisis de residuos de disparo se pueden diferenciar unas marcas de fulminante de
otras (según datos aportados por los fabricantes) e incluso ayudan a relacionar los restos
encontrados con el casquillo o fulminante del que provienen.

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Tema 5: Balística forense y trazas instrumentales: Residuos de disparo 179

En algunos casos se ha detectado la presencia de algún otro elemento, como por ejemplo
estaño, o la ausencia de alguno de los elementos de la terna plomo/bario/antimonio, pero
con una incidencia muy baja que puede ser valorada en cada caso concreto.
Las dimensiones de estas partículas están comprendidas entre 0,5 y 5 micras. En su
mayor parte, debido a las condiciones de alta presión y temperatura que se dan en el
disparo, presentan una morfología esférica que las hace muy características y facilita su
identificación y búsqueda dentro de una muestra. También se pueden presentar en forma
de masas irregulares, que son menos características.

Figura 2. Partícula de residuo de disparo esférica y masa irregular.

Lo que no encontraremos nunca es que estas partículas sean de formas angulosas, con
aristas o morfologías cristalinas, ya que sus componentes no se combinan en estas for-
maciones. Por lo tanto, durante el análisis en el laboratorio forense, si se encontrasen
estas morfologías, aun conteniendo los mismos componentes indicados, estas partículas
no podrían ser calificadas como residuos de disparo.

PARTÍCULA ESPECÍFICA DE RESIDUO DE DISPARO


El criterio fundamental que lleva a la clasificación de estas partículas será su composición
elemental. Así, podemos establecer lo que se denomina partícula específica de residuos
de disparo, en cuya composición figuran plomo, antimonio y bario, acompañados por
otros elementos como el silicio, calcio, aluminio, cobre, hierro (trazas), azufre (trazas),
fósforo, zinc, níquel en conjunción con cobre y zinc, potasio, cloro y estaño. La razón de
su especificidad radica en que la presencia de estos elementos, de forma conjunta, no se
ha encontrado como producto de otros procesos industriales o naturales que no sea la
detonación de un fulminante.

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180 Manual de Criminalística y Criminología

Figura 3. Fotografías de partículas de residuos del fulminante en las que se aprecia la morfología esférica.
A la izquierda se muestra la gráfica de la composición elemental de estas partículas, obtenido por un
microscopio electrónico de barrido con detector de rayos X, donde los distintos picos pertenecen a,
entre otros, los elementos plomo (Pb), antimonio (Sb) y bario (Ba) (microscopio electrónico con detector
de Rayos X Servicio de Criminalística de la Dirección General de la Guardia Civil, en adelante SECRIM).

Con esta composición de la partícula específica de residuos de disparo no existe la posi-


bilidad de obtener falsos positivos, o al menos no se conocen por el momento, de manera
que cuando encontremos partículas con dicha composición en determinadas zonas sus-
ceptibles de haber estado en contacto o cercanas a la producción de un disparo, como
pueden ser manos, cabellos, ropas, cara, etc., podremos afirmar que esa persona ha
disparado un arma.
El análisis de residuos de disparo comprende además otras consideraciones, que englo-
ban también el estudio de pólvoras y municiones. Así, en un análisis completo, se puede
llegar a saber no solo si se utilizó un arma, sino qué tipo de arma y de munición se em-
pleó, ya que cada fabricante utiliza diferentes tipos de composición en sus fulminantes y
pólvoras. Si bien la terna plomo/bario/antimonio suele ser fija, estos elementos pueden
tener proporciones diferentes según el tipo de munición. Incluso puede que alguno de
ellos no esté presente, pero la forma que presentan es muy característica y la unión de
su forma con la composición no se ha encontrado, por el momento, en la naturaleza o en
otras situaciones que no haya sido un disparo.
El tamaño microscópico (entre 0,5 y 5 micras) de los restos que se producen en el dis-
paro hace que sean de difícil detección o eliminación. Esto implica que permanezcan en
prendas de ropa o en partes del cuerpo por mucho tiempo, introducidos entre las fibras
textiles que componen una prenda, entre el cabello o el vello y adheridos a la piel. Esto
dificulta su extracción y estudio, que veremos más adelante.

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Tema 5: Balística forense y trazas instrumentales: Residuos de disparo 181

RECOGIDA DE MUESTRAS DE RESIDUOS DE DISPARO


Como se ha indicado, desde el punto de vista de la investigación forense, el reducido
tamaño de las partículas de residuos de disparo entraña una ventaja y una dificultad. La
ventaja es que al ser difícilmente apreciables las hace perdurar en los lugares en que se
depositan y pasan inadvertidas para quien las quisiera eliminar a propósito para encubrir
el uso de un arma con fines delictivos. La dificultad está en su recogida, manejo y estudio.
Como hemos visto, lo que interesa de estas partículas es conocer su tamaño, forma y
composición, tanto cualitativa como cuantitativa; es decir, de qué elementos químicos es-
tán compuestas y en qué proporción de cada uno de ellos. Para llevar a cabo este análisis,
el equipo más adecuado es el microscopio electrónico de barrido con detector de rayos X.
Para introducir cualquier tipo de muestra en estos equipos de análisis, existen unos porta
muestras específicos (no sirven los generales). Aunque varían según la marca y modelo,
son muy parecidos a los que podemos ver en la figura. Consisten en un disco de aluminio
que sujetará la muestra, con un vástago que sirve para introducirlo en una pequeña ban-
cada que se colocará delante del detector del microscopio.

Figura 4. Porta muestras de microscopía electrónica ideado y usado por el SECRIM.

A partir de esas necesidades, se idearon varios sistemas consistentes en un disco de ad-


hesivo bastante potente, capaz de retener las partículas de residuos de disparo y de doble
cara para que se sujetase también al disco de aluminio. En un principio, para introducir la
muestra en el microscopio, era necesario que fuese conductor de la electricidad para que
funcionase correctamente el detector de rayos X, por lo que había que dorar o aplicar una
capa de grafito a la muestra. Hoy en día se fabrican adhesivos conductores y se evita este
proceso, que en algunos casos era muy delicado y podía alterar la muestra.
La recogida de muestras consiste en aplicar el dispositivo anterior, con el adhesivo de do-
ble cara colocado, sobre las diferentes zonas sospechosas de contener partículas de resi-
duos. Para ello, en el Servicio de Criminalística de la Guardia Civil (en adelante, SECRIM)
se ideó el sistema que podemos observar en la siguiente fotografía y que fue aprobado
por ENFSI y otros organismos responsables de certificar las investigaciones forenses.

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182 Manual de Criminalística y Criminología

Figura 5. Kit de toma de muestras de residuos de disparo ideado y usado por el SECRIM.

En la fotografía se puede apreciar el disco del microscopio electrónico en el que se intro-


ducen los vástagos de los porta muestras con sus adhesivos, una especie de lápiz (por-
taminas) aplicador del disco, unas cápsulas protectoras para guardar los porta muestras
una vez concluida la toma y las instrucciones de uso; todo ello dispuesto en un estuche y
denominado “kit de toma de residuos de disparo”.

Figura 6. Caso real que muestra una partícula de residuos de disparo incluida
entre las fibras textiles de una prenda de ropa.

La toma de muestras debe realizarse en zonas del lugar de los hechos próximas a donde
se sospeche que se ha disparado un arma y próximas a las personas, tanto las víctimas
como los supuestos autores. Para llevarla a cabo se deben evitar contaminaciones exter-
nas, por tanto, los discos adhesivos no deben tocarse con las manos desnudas, es ne-
cesario utilizar guantes y evitar que el disco toque otras superficies que no sean aquellas
que queremos estudiar. Como regla general, se realizarán tomas de muestras de las zonas
y con el protocolo siguiente:
–– Conjunto de los dedos índice y pulgar de cada mano del sospechoso.
–– Rostro del supuesto tirador.

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Tema 5: Balística forense y trazas instrumentales: Residuos de disparo 183

–– Cabello de quien haya realizado los disparos.


–– Las ropas, de ser posible, se remitirán al laboratorio envueltas por separado. En
caso contrario, se puede proceder a la toma de muestras, aplicando discos con
adhesivo sobre las diferentes zonas expuestas de cada prenda.
–– De las víctimas, la toma de muestras dependerá de las zonas donde tenga heridas
causadas por disparos de arma de fuego. En muchas ocasiones, estas operacio-
nes se realizan durante la autopsia, por tanto, hasta dicha intervención, deberán
protegerse las partes afectadas.
–– En cuanto al lugar del hecho, se aplicarán discos con adhesivo en zonas próximas
al lugar desde el que se haya disparado, aunque esta operación no es tan impor-
tante como las anteriores.
–– Recogeremos los casquillos, proyectiles y las armas empleadas. El estudio se
realizará en el laboratorio de criminalística.

Figura 7. Zonas de las manos donde se suelen depositar partículas de residuos de disparo.

En cuanto al número de porta muestras que debemos utilizar y al número de aplicaciones,


observaremos, en general, el protocolo siguiente:
–– Utilizaremos un disco con adhesivo por cada zona, prenda, mano o lado del rostro
de cada individuo que deba ser analizado.
–– Cuando se aplique sobre la piel, se hará de 50 a 100 veces por cada porta mues-
tras, aunque se pueden hacer menos aplicaciones, utilizando un mayor número de
porta muestras.
–– Cuando se aplique sobre el cabello, se hará de 200 a 300 veces por cada porta
muestras, aunque se pueden hacer menos aplicaciones, utilizando un mayor nú-
mero de porta muestras.
–– Los especialistas del laboratorio determinarán la forma de extraer partículas de
residuos de disparo del interior del cañón o ánima de las armas para evaluar la
cantidad existente en función del número de disparos realizados, tiempo pasado

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184 Manual de Criminalística y Criminología

desde el último o si el arma ha sido limpiada, por lo que las armas recogidas de-
berán enviarse al laboratorio convenientemente protegidas y aisladas.

Figura 8. Resultado del análisis de residuos de disparo en el interior del cañón o ánima de una escopeta de caza.

Antes de concluir, es importante rellenar una hoja de datos de la toma de muestras en la


que se deben consignar los aspectos importantes, entre los que destacan los siguientes:
–– Nombre de la persona a quien se realiza la toma.
–– Profesión, por si estuviese relacionada con el uso de armas.
–– Aficiones y deportes; por si pudiera practicar tiro o caza.
–– Lugar de los hechos; destacando si es lugar abierto o cerrado.
–– Lugar donde se realiza la extracción de muestras.
–– Fecha y hora del suceso.
–– Fecha y hora de la toma de muestras.
–– Actividad realizada por el individuo entre el disparo y la recogida.
–– Indicar si se ha lavado las manos y si lo ha hecho, cuántas veces y forma.
–– Si se tratase de un cadáver, se deberían haber protegido las manos; indicarlo.
–– Descripción breve de cómo creemos que se han producido los hechos.
–– Tipos de arma empleada y calibre.
–– Tipos de munición usada; indicar si es blindada, semiblindada, de plomo, etc.
–– Anotar la leyenda del culote del casquillo, si se ha recogido.
–– Identificación de la persona que recoge las muestras.
–– Tipo de bolsa o embalaje en que se transportarán las muestras y su identificación.
–– Documento de la cadena de custodia.
Por último, como con toda muestra recogida con fines forenses, se deberá realizar la do-
cumentación de cadena de custodia con arreglo a lo que esté establecido por la legislación

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Tema 5: Balística forense y trazas instrumentales: Residuos de disparo 185

pertinente. Es importante destacar que los embalajes que se utilicen para el transporte
de las muestras deben ofrecer las garantías de seguridad suficientes y los documentos
deben especificar cada uno de los pasos que se hayan realizado con las muestras y la
identificación de quien las haya hecho.
Una vez realizados estos procesos, las muestras podrán ser remitidas al laboratorio co-
rrespondiente para su evaluación. El especialista encargado del caso procederá a estudiar
la documentación y muestras recibidas y preparará los análisis requeridos empleando los
métodos que estime más oportunos para la mejor interpretación posterior de los resulta-
dos obtenidos.

Figura 9. Estudio, observación y preparación de porta muestras de toma de residuos


de disparo, para introducirlas en la bancada del microscopio electrónico de barrido
con detector de rayos X y proceder a su análisis.

El proceso consiste en el estudio pormenorizado de los datos del caso, que darán una
idea de lo que debe buscarse en cada uno, ya que ningún suceso es igual a otro; de ahí
la importancia que tiene que la recogida de muestras se haga con todos los pormenores
explicados. A continuación, se llevará a cabo un estudio macroscópico de todas las mues-
tras recibidas, incluidas las ropas que se hayan remitido y se elegirán las zonas de interés,
sobre las que se realizará un estudio microscópico en profundidad. Una vez se tenga una
idea clara del caso, se procederá a las tomas de muestras necesarias y al análisis por
microscopía electrónica de barrido de las muestras y porta muestras seleccionados.
Una vez concluidos los resultados de microscopía, que podremos obtener en forma de fo-
tografías y gráficas como las que se han podido observar en este capítulo, el especialista
hará una minuciosa interpretación de todos los resultados obtenidos; desde la observa-
ción macroscópica hasta los resultados analíticos del detector de rayos X y con todo ello
se redactará un informe, que cuando vaya dirigido al entorno judicial, en el marco de un
caso criminal, se denominará Informe Pericial o Informe Forense.

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186 Manual de Criminalística y Criminología

ESTUDIO DE PÓLVORAS
Como se ha indicado, este capítulo está en el marco de la Balística de Laboratorio y
de la Química Forense. Dentro de esto, otro de los análisis que se pueden realizar y
que ayuda al fin último de la Criminalística, que no es otro que la identificación, es el
estudio de las pólvoras que hayan podido intervenir en cualquier caso criminal. Para ello
veremos cuáles son las más comúnmente empleadas y cuál es su función en el proceso
del disparo. En primer lugar, busquemos definirla, para ello recurrimos al Diccionario de
la lengua española (RAE-ASELE), donde encontramos que pólvora es: “Mezcla inflamable
compuesta generalmente de nitrato de potasio, azufre y carbón, que a cierto grado de
calor se inflama desprendiendo bruscamente gran cantidad de gases”.
En el campo de la Balística Forense nos interesa cuál es su implicación, para lo que de-
bemos saber que esa “mezcla inflamable” o deflagrante se utiliza como propulsor del pro-
yectil en un arma de fuego. Hay muchas clases de pólvoras y, en general, nos referimos a
la denominada pólvora negra, que está compuesta por proporciones variables de carbón,
azufre y nitrato potásico. En la actualidad se utilizan propelentes nitrocelulósicos y a estos
también se les llama pólvoras, aunque por su composición son productos totalmente
diferentes desde el punto de vista químico.
La pólvora negra más común suele tener, de forma aproximada, un 75 % de nitrato potá-
sico, un 15 % de carbón y un 10 % de azufre (porcentajes en masa). Sus características
físicas son el color negro proporcionado por el carbón (antiguamente carbón de leña), el
brillo debido al salitre del nitrato potásico o potasa y el sabor salado. Actualmente se uti-
liza en pirotecnia y en armas antiguas. Su poder de combustión y, por tanto, su potencia,
depende del tamaño de los granos y de la superficie de contacto. A mayor tamaño, mayor
tiempo de combustión, y a mayor superficie de contacto, mayor rapidez de combustión y
mayor potencia. Es decir, la velocidad de combustión de la pólvora podemos modificarla
variando el tamaño y forma del grano. Para diferentes armas o calibres, se utilizarán dife-
rentes tamaños y formas del grano de pólvora.

Figura 11. Distintos tamaños y formas de granos de pólvora para diferentes usos.

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Tema 5: Balística forense y trazas instrumentales: Residuos de disparo 187

Las pólvoras modernas tienen una composición a base de nitrocelulosa (monobásicas) de


morfología fibrosa o a base de nitrocelulosa con nitroglicerina (bibásicas) de morfología
gelatinosa, conseguida gracias a la gelatinización de la nitrocelulosa por la nitroglicerina.
Se las conoce como pólvoras nitro o pólvoras sin humo, ya que al combustionar producen
solo gases y no humos. Las ventajas que presentan es que la potencia es hasta tres veces
mayor que la de la pólvora negra, no deja restos o depósitos de la combustión en el arma
y son mezclas homogéneas, con lo que se consigue mayor precisión en el disparo; las
gelatinosas, además, tienen la ventaja de poder fabricarse en formas muy diversas, ge-
neralmente como cilindros o escamas, que aumentan la superficie de contacto. Todo esto
provoca que se deje de usar la pólvora negra como elemento propulsor en la mayoría de
las municiones.
Estas pólvoras de nitro o sin humo pueden, a su vez, clasificarse en función de la veloci-
dad de combustión que, como sabemos, varía función del tamaño y forma del grano (lá-
minas, esferas, cilindros, tubos, etc.). De este modo encontraremos pólvoras progresivas,
cuya velocidad de combustión va creciendo de forma lenta y se mantiene hasta el final.
Son muy adecuadas para armas largas y pólvoras regresivas, cuya velocidad de combus-
tión es más rápida, pero decae rápidamente, idóneas para armas cortas.

Figura 12. Diferentes formas y tamaños de pólvoras nitro o sin humo.

Todas estas características se pueden estudiar en el laboratorio de química forense, como


auxilio al de balística de laboratorio. Tanto a nivel macroscópico, como a nivel microscópi-
co y como análisis de materia. De este modo, a través de los restos de pólvora sin quemar
o parcialmente quemados que constituyen la nube de residuos de disparo, se pueden
identificar las municiones y armas empleadas en un hecho criminal. También podremos
recoger este tipo de evidencias/muestras de los cartuchos completos que se aporten o de
muestras tomadas de las víctimas.
Desde el punto de vista macroscópico y morfológico, los diferentes tipos de pólvoras
una vez cargados en los diferentes casquillos pueden tomar aspectos diferentes y muy
característicos.

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188 Manual de Criminalística y Criminología

Figura 13. Aspecto interior de la disposición de diferentes tipos de pólvoras.

LA DISTANCIA DE DISPARO
Las afirmaciones que podemos hacer en los informes periciales sobre la distancia a la que
se produce un disparo están todas basadas en experiencias llevadas a cabo en el SECRIM
y que, a día de hoy, están perfectamente contrastadas por todos los científicos que se
dedican a estos estudios y avaladas por la ENFSI.
A título personal también he llevado a cabo mis propios experimentos científicos utilizando
diferentes armas de distintos calibres, efectuando disparos en el interior de una galería
de tiro, sobre diversos blancos, utilizando piezas de carne de cerdo, por tener este animal
una morfología anatómica parecida a la humana; unas veces vistiendo con ropa las piezas
y otras no. En series de fotografías que veremos a continuación se pueden apreciar los
efectos.
De esos estudios, se ha concluido qué características debemos buscar tras un disparo,
para la determinación de la distancia desde la que se efectuó.
Para ello debemos tener en cuenta el tipo de proyectil que se disparó; su forma y calibre
son fundamentales e indican la forma y tamaño del orificio causado, así como la determi-
nación de orificios de entrada y de salida. Para esto veremos también una serie de marcas
y señales que se denominan caracteres constantes en un disparo.
De este modo, podemos reconocer orificios en forma de estrella, que determinan que el
disparo fue producido a una distancia muy corta o por contacto de la boca de fuego con
la superficie. Los orificios de estrella son típicos de los disparos a quemarropa o en actos
de suicidio, en los que podremos apreciar, además del anillo de suciedad y el collarete
erosivo provocados por la nube de residuos de disparo, granos de pólvora parcialmente
quemados, que producirán el tatuaje, así como una quemadura y mancha gris.

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Tema 5: Balística forense y trazas instrumentales: Residuos de disparo 189

Figura 14. Realizando pruebas experimentales para calcular distancias de disparo


y obtener diferentes residuos de disparo.

Figura 15. Tiradora en posición de efectuar los disparos.

Para disparos a corta distancia en los que existe poca distancia entre la boca de fuego y la
víctima u objeto impactado, se recurrirá a la química forense para determinar la existencia
de residuos de disparo, para lo que se tomarán muestras de los diferentes orificios o he-
ridas. A continuación se pueden realizar pruebas colorimétricas de detección de nitritos,
nitratos y plomo, utilizando la conocida prueba del químico Peter Griess-von Illoswa, que
sirve para detectar la presencia de nitritos orgánicos y que se fundamenta en la reacción
de diazotación de Griess, descrita por primera vez en 1858 por Peter Griess.
El reactivo típico de Griess contiene 0,2 % de diclorhidrato de naftiléndiamida y 2 % de sul-
fanilamida en ácido fosfórico al 5 %. Cuando se emplea sobre una muestra que contenga
nitritos, se teñirá de un color rojo rosado, debido a que cuando se agrega ácido sulfanílico,
los nitritos forman una sal de diazonio, de ahí el nombre de diazotación, que al agregar
α-naftilamina, proporciona el color rosáceo.
Los resultados se podrán observar en papel fotográfico aplicado a las superficies en las
que existen disparos, con una técnica especial de revelado que se deberá aprender y
practicar de modo experimental con otros disparos realizados en idénticas condiciones;
es decir, se trata de una prueba totalmente experimental. Con esta prueba se podrán de-
terminar distancias que oscilan entre el contacto hasta los cuatro metros, dependiendo del
tipo de municiones y armas empleadas.

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190 Manual de Criminalística y Criminología

En el laboratorio también se pueden estudiar las armas para determinar el contenido de


nitritos en el interior del ánima del cañón, de los alvéolos de un revólver o de la recámara
de una pistola. Para ello se limpian con ayuda de una baqueta y algodón. Sobre el resul-
tado se aplica el reactivo difenilamina sulfúrica y si la muestra contiene restos de pólvora
quemada, la reacción será la creación de pequeñas fibras de color azul. Esto es debido a
que el ion nitrato de la pólvora, combinado con el ácido sulfúrico, se convierte en ácido
nítrico y este convierte la difenilbencidina, una vez oxidada, en violeta de difenilbencidina,
que proporciona la coloración mencionada cuando la reacción es positiva.

Figura 16. Resumen esquemático de lo visto anteriormente.

© Editorial Tébar Flores. Prohibida la reproducción sin la autorización expresa de la editorial.


Tema 5: Balística forense y trazas instrumentales: Residuos de disparo 191

A continuación, se muestran unas fotografías de las marcas dejadas por diferentes dispa-
ros de prueba realizados en laboratorio con varios calibres y a distintas distancias. En ellas
se puede apreciar cómo son los resultamos de los diferentes efectos que se han mencio-
nado anteriormente. Las fotografías y los datos están también avalados por ENFSI y de los
experimentos llevados a cabo, podemos destacar, como datos orientativos de referencia,
para armas cortas, que la mancha gris se conserva hasta una distancia de disparo de 20 a
30 cm, que el límite máximo de alcance de los residuos es de 1,5 m y para armas largas, la
mancha gris hasta los 40 cm. El límite máximo de los residuos de disparo se aprecia hasta
los 2 o 3 m y, finalmente, el anillo de suciedad es independiente de la distancia de disparo.

Figura 17. Se pueden apreciar los efectos producidos por un disparo por contacto, empleando
una pistola calibre 9 mm. Los bordes aparecen estriados y el orificio no está claramente definido.
Existe mancha gris y anillo de suciedad.

Figura 18. Realizamos otro disparo con la misma pistola a 7 cm. Ahora los bordes del orificio
de entrada sí están definidos y seguimos viendo, aunque más difuso, la mancha gris y el anillo de suciedad.

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192 Manual de Criminalística y Criminología

Figura 19. Se observan los resultados del disparo de una pistola del calibre 7,65 mm, a una distancia de 2,5 cm. Se
puede apreciar cómo la mancha gris y el anillo de suciedad están solapados y muy definidos.

LOS CARACTERES CONSTANTES


Son aquellos elementos morfológicos de la herida o lugar de impacto que permiten indi-
vidualizar el mismo como originado por un proyectil de arma de fuego. Como ya se dijo
anteriormente, estos son el orificio de entrada, el collarete erosivo, la infiltración hemorrá-
gica, el anillo de suciedad y, de existir, el orificio de salida.
La penetración del proyectil en las capas dérmicas se realiza mediante dos acciones: em-
puje y frotación; es decir, que desencadena heridas contusas, con depresión y distensión
de la piel hasta que supera y rompe la capacidad de elasticidad del tejido. Esto ocasiona
lo que se ha denominado clásicamente como anillo de Fisch.
El anillo de Fisch se puede definir como la transformación de las características de la su-
perficie de la piel que circunda la herida propiamente dicha. Técnicamente es identificado
como el conjunto formado por el collarete erosivo y el anillo de suciedad.

El orificio de entrada
Su forma dependerá del ángulo de incidencia del proyectil. Será circular para disparos
perpendiculares, oblicuo para disparos con ángulo de impacto diferente a 90º o en canal,
en los casos de disparos tangenciales a la superficie de impacto.
El diámetro del orificio es variable y depende fundamentalmente del diámetro del proyectil
y de la forma de su punta. Además hay que tener en cuenta que, tras producirse la pe-
netración del proyectil, la piel se retrae, lo que origina una disminución del diámetro de
la herida.
Si se tiene en cuenta, además, que la mayor parte de los proyectiles de arma de fuego
tienen una forma ojival se puede afirmar que, de forma general, el diámetro del orificio

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Tema 5: Balística forense y trazas instrumentales: Residuos de disparo 193

de entrada será menor que el calibre del proyectil. El diámetro será menor cuanto más
puntiagudo sea el proyectil.
Como en toda regla, existen excepciones:
• Ciertos diseños de municiones que buscan grandes efectos de parada (municio-
nes expansivas) pueden llegar a producir orificios de entrada mayores a los del
calibre del proyectil.
• De igual forma, en los disparos a cañón tocante o a bocajarro, el diámetro del
orificio de entrada es considerablemente mayor al calibre del arma.
• Previas deformaciones o fragmentaciones del proyectil por impactos anteriores
sobre superficies interpuestas en su trayectoria o bien pérdidas de estabilidad del
mismo (muy usuales en proyectiles de alta velocidad) pueden dar lugar a orificios
de entrada irregulares y de tamaño variable con posteriores trayectos erráticos
dentro del organismo.

El collarete erosivo
El collarete erosivo recibe nombres diversos según la bibliografía que se consul-
te, así es denominado también como cintilla erosiva, cintilla de contusión, collarete
contuso-erosivo, etc. De igual manera se pueden encontrar acepciones como collarete
de limpieza para hacer referencia al anillo de suciedad que queda al pasar el proyectil,
limpiándose este en esa zona.
Es el resultado de la excoriación epidérmica producida alrededor del orificio de entrada.
Tiene un aspecto apergaminado, no suele exceder de 1 mm de anchura y su color es rojo
carmín.
El paso del proyectil a través de la piel deprime esta en forma de dedo de guante, debido a
la elasticidad de la dermis, mientras que la epidermis, no elástica, se desgarra en la base
del cono de depresión, dando lugar a una erosión epidérmica concéntricamente al orificio
de entrada.
La forma circular o en media luna, más o menos alargada, de la erosión depende natural-
mente del ángulo de tiro, perpendicular (circular) u oblicuo (media luna).

El anillo de suciedad
Es un ribete negro, circular, que se sitúa en el borde del orificio de entrada, sobre el co-
llarete erosivo. Este anillo está formado por la herrumbre, partículas metálicas, granos de
pólvora y suciedad que hubiera en el ánima del arma antes del disparo. La parte anterior
del proyectil arrastra todo ello y lo deposita, por roce, en el borde del orificio de entrada.
Si hay interposición de vestido, el limpiado se producirá sobre las ropas externas.

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194 Manual de Criminalística y Criminología

La infiltración hemorrágica
Es la que produce el color rojo brillante que presenta el collarete erosivo, y se produce por
la rotura de los capilares sanguíneos existentes en la dermis.

El orificio de salida
Suele presentar una forma circular u oval, de análogo diámetro o ligeramente superior al
de entrada. Pueden darse casos en los que el proyectil choque o que atraviese tejido óseo,
produciéndose su fragmentación o desestabilización y dando lugar a orificios de salida
irregulares. Hay ocasiones en que puede ser difícil diferenciar entre orificios de entrada y
de salida. Para diferenciarlos debemos atender a las características mencionadas, enten-
diéndose que en los orificios de salida, por regla general, no se encontrarán.

Figura 20. Orificios de entrada a diferentes distancias de disparo.

Figura 21. Orificio de entrada, proyectil y casquillo recogidos.

LOS CARACTERES DE PROXIMIDAD


Los caracteres de proximidad son los que aparecen en las heridas por arma de fuego en
disparos efectuados a corta distancia, aunque alguno de ellos puede aparecer a mayores
distancias, en función del calibre y arma empleados. Dichos caracteres son los siguientes:
la estrella, la quemadura, la mancha y el tatuaje.

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Tema 5: Balística forense y trazas instrumentales: Residuos de disparo 195

La estrella
Cuando se realiza un disparo a bocajarro o a quemarropa (1-3 cm de distancia), el orificio
de entrada toma un aspecto particular, parecido a la forma de una estrella.
La fuerza de expansión de los gases provoca una herida contusa con orificio irregular, es-
trellado y, sobre todo, una cavidad anfractuosa debida al despegue de los tegumentos: es
la denominada “herida en cuarto de mina de Hoffman”, cuyas paredes están tapizadas por
restos negruzcos compuestos de humo, partículas metálicas, residuos de disparo, granos
de pólvora, mezclados con sangre y fibras de las ropas vestidas.

La quemadura
La combustión de la pólvora de propulsión del proyectil produce gases muy calientes que
siguen su misma dirección. Estos gases se enfrían con gran rapidez, pero cuando la piel
esta próxima a la boca de fuego, se pueden producir quemaduras de primer y segundo
grado.
La quemadura depende de la naturaleza y estado del blanco y de la cantidad, clase y pre-
sión de la pólvora. La expresión de la quemadura se reduce si el blanco está mojado por
efecto de la lluvia, del sudor u otro motivo.
La quemadura será mayor cuanto más cantidad de pólvora, ya que aumentará la propor-
ción de gases y, por consiguiente, la quemadura.
De igual manera, la quemadura en municiones cargadas con pólvoras de nitroglicerina es
mayor que las de pólvora de nitrocelulosa, pues aquellas producen gases más calientes
que estas.
Se verifican quemaduras más graves en aquellas municiones con alta presión de recá-
mara, pues a mayor presión, la combustión es más completa y por lo tanto, habrá mayor
volumen de gases.
Experimentalmente se ha comprobado que las distancias máximas aproximadas de apari-
ción de quemadura sobre el blanco son:
–– Para armas largas: 15 cm.
–– Para armas cortas: 7,5 cm.
La mancha
La mancha negra es una aureola nebulosa que representa el depósito pulverulento de los
productos de la combustión.
El grado de humedad del blanco y la cantidad de pólvora influyen sobre la intensidad de la
mancha, del mismo modo que lo hacen en la quemadura. Conviene poner de manifiesto
que una mancha puede disminuir o desaparecer por efectos de la lluvia o del lavado.

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196 Manual de Criminalística y Criminología

La distancia máxima aproximada a la que se produce mancha será:


–– Para armas largas: 40 cm.
–– Para armas cortas: 30 cm.

El tatuaje
Los tatuajes proceden de los granos de pólvora no quemados cuya fuerza de penetración
es suficiente para desgarrar la epidermis e incrustarse.
La importancia, extensión y aspecto de estas formaciones varían con la distancia de dis-
paro, con el arma empleada, con la variedad de pólvora utilizada y también con el modelo
del cartucho.
Los tatuajes forman alrededor del orificio de entrada una figura circular u ovalada, según
el disparo sea perpendicular u oblicuo. El diámetro de la figura aumenta directamente con
la distancia, mientras que el número de incrustaciones es inversamente proporcional a la
distancia de disparo.
Si hay interposición de ropas, mancha y tatuaje, se observan a cortas distancias en el
plano más superficial, y a quemarropa, sobre el plano profundo.

PRÁCTICA Y ESTUDIO EN LABORATORIO


Estas marcas vistas anteriormente se pueden estudiar en el laboratorio forense y llegar a
conclusiones que nos pueden dar mucha información acerca de cómo se han producido
los hechos. Algunos compuestos químicos ayudan a hacer pruebas colorimétricas, pero la
mayoría de los resultados que se conocen parten de la experiencia, por eso es altamente
recomendable que cada especialista, con su equipo, realice este tipo de pruebas porque
las entenderá mejor.
De forma esquemática, la situación que se pueden encontrar es la que se puede obser-
var a continuación:

Figura 22. Relación de los residuos macroscópicos y la distancia de disparo para


un arma de fuego de alta velocidad tipo fusil (Etxeberria, 2003).

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Tema 5: Balística forense y trazas instrumentales: Residuos de disparo 197

Como ejemplo de lo anteriormente visto, se pueden observar las siguientes fotografías


tomadas de diferentes experimentos realizados por el autor del capítulo.

Figura 23. Disparo con pistola marca Browning cal 7,65 mm a cañón tocante.

Figura 24. Disparo con pistola marca Browning cal 7,65 mm a 5 m de distancia.

Figura 25. Disparo con pistola marca Glock cal 9 mm. Pb a cañón tocante.

Figura 26. Disparo con pistola marca Glock cal 9 mm Pb a 10 m de distancia.

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198 Manual de Criminalística y Criminología

Figura 27. Disparo con revólver marca Uberti cal 44-40 WIN a 15 m de distancia.

Figura 28. Disparo con Carabina marca Rossi cal 44 mm Magnum a 25 m de distancia.

Figura 29. Reconstrucción de trayectoria de disparo y efectos.

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6 BIOLOGÍA FORENSE:
EVIDENCIA TRAZA EN
EL ÁMBITO FORENSE
Rossana Oliva Barboza
Master en Ciencias Forenses (Bióloga forense)
Dpto. CC. Forenses del Organismo de Investigación Judicial del Poder Judicial
Costa Rica

INTRODUCCIÓN
Hablar de evidencia traza resulta sencillo, si se analiza la siguiente definición: “Cualquier
material que no es detectado a simple vista, para los cuales se necesita algún medio de
ampliación o aumento” (Salas, 2011). En muchas ocasiones estas evidencias trazas se
caracterizan por estar íntimamente relacionadas al principio de Locard, principio que fue
planteado por primera vez en 1910, por el profesor Edmond Locard, de la Universidad de
Lyon en Francia, que indica que como resultado de un hecho delictivo se da la transfe-
rencia de evidencias entre las partes (víctima, criminal y el sitio del suceso), esto por el
contacto que existió entre las mismas mientras sucedía el hecho (Salcedo, 2007).
Sin embargo, si se llega a estudiar profundamente cada una de las evidencias trazas, al
punto de analizar su importancia en el ámbito forense, conociendo sus técnicas de bús-
queda, levantamiento, embalaje y análisis, ya no resultaría tan sencillo hablar de las evi-
dencias trazas y, menos aún, si se incorporan las características propias de los soportes
a los cuales se logran adherir.
En este capítulo se pretende justamente eso, entender a fondo las evidencias trazas en
el campo forense, de manera que el lector al terminar el capítulo entienda la complejidad
que existe al hablar de evidencia traza y se sienta capaz de reconocer y analizar aquellas
evidencias trazas de importancia forense.
Retomando la definición anteriormente mencionada de evidencia traza, se podría enten-
der que pueden ser evidencia traza cualquier elemento o sustancia que cumpla con el
principio de Locard y que pueda pasar desapercibida. Por lo tanto, la lista de las posibles

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200 Manual de Criminalística y Criminología

evidencias trazas en el campo forense puede ser interminable. Si se mencionan aquellas


evidencias que son comunes de encontrar en un sitio del suceso, se podrían citar las
siguientes: elementos pilosos, fibras textiles, restos vegetales, restos zoológicos, trozos
de vidrios, restos de suelo o tierra, restos de pólvora, restos de pintura, sangre y fluidos
biológicos, entre otros. Como la lista es larga, en el presente capítulo se escogerán dos
de los más comunes de observar en los sitios del suceso, que son los elementos pilosos
y las fibras textiles.
Es necesario, antes de conocer a fondo las evidencias trazas escogidas, conocer un poco
sobre los soportes a los cuales estos se adhieren, que en el ámbito forense son conocidos
como indicios.
Los indicios son aquellos materiales u objetos que encontramos en el sitio del suceso o
que pertenecen a las partes involucradas en el caso (ofendido/imputado), estos deben
ser sujetos de análisis para saber si podrán convertirse en evidencia presentada en juicio,
ejemplos clásicos de estos indicios son cuchillos, prendas de vestir, armas de fuego, ob-
jetos varios como botellas o vasos e inclusive el mismo cuerpo de la víctima. La relación
entre las evidencias trazas y sus indicios es muy importante porque según las caracterís-
ticas que presente el indicio, así será el éxito de permanencia y por ende de recuperación
de la evidencia traza sobre este.
En el año 2006, se realizó un estudio cuyo objetivo era analizar la capacidad que tienen
ciertos soportes, entre ellos algunos elementos pilosos de origen animal y prendas de
vestir de distintas fibras y tejidos, en la adhesión y retención de restos vegetales. Se con-
cluyó que los elementos pilosos de origen animal presentan una alta capacidad de retener
en ellos restos vegetales; esto claramente está relacionado con la necesidad de dispersión
que tienen los restos vegetales y el potencial que tiene el animal como agente dispersor.
En el estudio, quedó evidenciado que, por ciertas características del elemento piloso de
origen animal, el mismo presenta una alta capacidad para retener partículas ajenas a él. Lo
mismo se realizó con las prendas de vestir, las cuales se analizaron como soportes y se
concluyó que las mismas, dependiendo del tipo de fibra y tejido que las componen, pre-
sentan una alta capacidad en la adhesión y retención de restos vegetales. Esto sin lugar
a duda guarda relación con ciertas características de las fibras y de los tejidos. Esta alta
capacidad que demuestran tanto los elementos pilosos como las fibras en la retención de
otras partículas les da un alto valor en el campo forenses como soporte o indicio, sobre
todo por la relación con el principio de Locard (Oliva, 2006). Las características que ayu-
dan a que se dé la adhesión y retención se verán más adelante en este mismo capítulo,
cuando se profundice en este tipo de evidencia traza.
Para que un indicio o evidencia tengan valor desde el ámbito forense deben estar debida-
mente embalados y cumpliendo cada una de las fases de la cadena de custodia, pues de
lo contrario no tendrán validez al ser presentados en un juicio.

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Tema 6: Biología forense: Evidencia traza en el ámbito forense 201

A continuación, se mencionan dos de las evidencias trazas más comunes en el campo


forense, así como sus técnicas de búsqueda, levantamiento, embalaje y análisis.

ELEMENTOS PILOSOS
Los elementos pilosos son la evidencia traza por excelencia en el campo forense. Esto
quiere decir que es la evidencia más común de encontrarse en un sitio del suceso, no
importa qué tipo de suceso se está enfrentando, puede ser robo, violación, homicidio,
secuestro o suicidio, entre otros.
Los elementos pilosos son una continuación de la piel cornificada, la cual está constituida
por proteínas 28 %, lípidos el 2 % y en pequeñas cantidades sales minerales y sustancias
hidrófilas, aproximadamente el 70 % de agua. Las proteínas capilares son en su mayoría
queratina, que es una sustancia de sostén formada por macromoléculas constituidas por
largas cadenas de aminoácidos unidos entre sí (Macdonnel cit. en Vázquez, 2013)
El elemento piloso se puede encontrar en la mayor parte del cuerpo. Sin embargo, existen
zonas de este que se caracterizan por una ausencia del elemento piloso, estas son: las
superficies palmo plantares, ombligo y mucosas. Además, se indica que los elementos
pilosos nacen de lo que se conoce como un folículo piloso, que se define como la parte
de la piel que da crecimiento al elemento, esto por contener las células madre (Vázquez,
2013).
Existen tres aspectos básicos de los elementos pilosos, que le dan el valor de evidencia
dentro del campo forense. Estos tres aspectos son ubicación, presencia de escamas y
renovación (Molina, 1997).
Si analizamos en profundidad estos tres aspectos básicos de los elementos pilosos, po-
dremos quizá entender por qué son la evidencia traza más común en el campo forense:
1. Ubicación de los elementos pilosos en el cuerpo de un mamífero: los elementos
pilosos se encuentran en el exterior del cuerpo de los mamíferos, con una función
muy básica de protección y sensorial. El ser humano como mamífero que es se
caracteriza por la presencia de elementos pilosos en la mayor parte de su cuerpo,
lo que significa que aquellos que no están cubiertos por prendas de vestir o por
ciertos objetos como gorras o sombreros están expuestos al ambiente, por lo
que, ante un roce o contacto fuerte entre dos partes, es muy probable que sea el
elemento piloso el que se logre transferir.
2. Presencia de escamas: las escamas del elemento piloso se describen como célu-
las transparentes anucleadas (Molina, 1997). Las escamas hacen que una vez que
el elemento piloso se desprenda, se pueda anclar a otra superficie o soporte por
largos periodos de tiempo.
Existen varios tipos de escamas, las mismas se pueden dividir en dos grandes
grupos: escamas imbricadas y coronales, estas últimas solo presentes en animales

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202 Manual de Criminalística y Criminología

(Rodríguez, 1998). En 2006 se realizó un estudio donde se tuvieron en cuenta los


tipos de escamas y su acomodo espacial, pues estas características influyen en
la capacidad de adherencia de los elementos pilosos como evidencia traza. En
dicho estudio, si bien se analizaron solo los elementos pilosos de origen animal,
se demostró que fueron evidentemente más exitosas aquellas escamas con un
acomodo espacial con las siguientes características: “V doble”, mosaico regular,
ondulado irregular, pectinadas, pétalo regular, conorales-hastadas. Además, en
ese mismo estudio se comprobó que el tipo de margen y la distancia entre las
escamas también son factores que afectan al éxito de adherencia de estos como
evidencia traza (Oliva, 2006).

Figura 1. Escamas del elemento piloso.

3. Desprendimiento natural: parte de lo que se debe entender sobre un elemento


piloso es que el mismo nace, crece y cae, este es su ciclo de vida. Los elemen-
tos pilosos cuentan con una vida media de aproximadamente mil días, tiempo
después del cual se caen naturalmente, lo que permite hacer la suposición de la
facilidad con que se pueden encontrar elementos pilosos en la escena del crimen
(Molina, 1997). El desprendimiento del elemento piloso es natural, sin embargo,
hay ciertos factores que claramente pueden acelerar ese proceso, por ejemplo,
alguna fuerza ejercida sobre el mismo.
Conociendo los tres elementos anteriores, se hace más sencillo entender por qué los
elementos pilosos siempre se encuentran como evidencia traza en los sitios del suceso.
Existe otra característica que presenta el elemento piloso que le da aún mayor peso como
evidencia traza en el campo forense, y es su resistencia a la putrefacción y a otros factores
(Molina, 1997). El elemento piloso ha demostrado ser muy resistente a la putrefacción,
de manera que este proceso no lo afecta, ni modifica sus estructuras básicas. Por ende,

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Tema 6: Biología forense: Evidencia traza en el ámbito forense 203

un elemento piloso levantado de un cuerpo en estado de putrefacción sería quizá la única


evidencia traza que se logre recuperar y que sea apta para realizar algún análisis forense
posterior.
El elemento piloso también puede permanecer largos periodos de tiempo sumergido en
cuerpos de agua, o enterrados, donde sus características básicas se mantienen. Por ende,
igual que en el punto anterior, podrían ser sometidos a análisis morfológicos tricológicos.

TÉCNICAS DE BÚSQUEDA Y LEVANTAMIENTO DE ELEMENTOS PILOSOS


Como evidencia traza que son, a veces los mismos pasan desapercibidos, por su tamaño,
grosor o color. Relacionado al color, los elementos pilosos pueden pasar desapercibidos si
comparten el mismo color que el soporte, por ejemplo, un elemento piloso sin pigmento
o comúnmente conocido como cana, sobre una prenda blanca. Por lo tanto, la adecuada
técnica de búsqueda y levantamiento puede ser el éxito al encontrarlos.
Independientemente de sobre qué se esté buscando, sea sobre una prenda, un objeto o
sobre el suelo de la habitación de una casa, la mejor técnica de búsqueda es la que se
conoce como técnica de luz rasante. Esta técnica consiste en incidir sobre el soporte con
una fuente de luz blanca, de una forma perpendicular, causando un efecto rasante sobre el
soporte. Así, el elemento piloso se excita y sobresale del soporte en el que se encuentra,
y, por ende, es más fácil observarlo y por lo tanto levantarlo (Molina, 1997). Existen más
técnicas de levantamiento, como la aspiradora, sin embargo, la técnica de luz rasante es
la que más se ha utilizado y más éxito ha tenido en su objetivo.
La búsqueda de elementos pilosos puede realizarse con la técnica anteriormente mencio-
nada, pero en ocasiones y si es posible se puede utilizar lentes que llevan incorporadas
lupas con aumento ya que va a aumentar el éxito de recuperación.
Para levantar un elemento piloso, se debe realizar con pinzas cuyas puntas estén recubier-
tas de hule para no dañar las escamas del pelo.

Figura 2. Técnica de levantamiento de evidencia traza.

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204 Manual de Criminalística y Criminología

La indumentaria a utilizar en el momento del levantamiento es de suma importancia y


como en cualquier área forense, la misma debe ser la básica, entiéndase cómo básica
lo siguiente: cubrecabezas, cubrebocas, guantes de látex, lentes de protección, batas,
trajes desechables, etc. Si no se cuenta con las pinzas para hacer el levantamiento, esto
no impide que se realice el mismo, pues con la utilización de guantes se puede levantar
y guardar el elemento piloso.
No es recomendable utilizar cintas adhesivas para la recolección de elementos pilosos,
porque el pegamento que presentan estas cintas puede dañar las estructuras del elemen-
to, estructuras que luego sirven para realizar el análisis morfológico microscópico.
Una de las preguntas que más surge cuando los investigadores analizan una escena del
crimen es, ¿dónde buscar? Esta pregunta se contesta solo con la hipótesis policial que
se cuenta en ese momento. La búsqueda de los elementos pilosos se debe centrar solo
en aquellas zonas o partes donde se tenga una alta probabilidad de encontrar elementos
pilosos de las personas que deseamos involucrar en el hecho. No es recomendable hacer
búsquedas y recolecciones masivas, pues eso baja la probabilidad de encontrar el ele-
mento piloso con valor probatorio. Es importante recordar que al ser tan abundante esta
evidencia en los sitios del suceso, si no se hace una búsqueda inteligente, es muy posible
que se recolecte lo que se llama evidencia basura, o sea, una evidencia que no aportará
nada a la investigación del caso.

EMBALAJES
Al hablar de un embalaje correcto para los elementos pilosos, se debe hablar de un em-
balaje que lo proteja y que garantice su integridad y que no coloque la duda de que los
mismos elementos que se levantaron en el sitio, son los mismos que se analizaron en el
laboratorio y los que eventualmente se presentarán en un juicio.
Según el Manual de Recolección de Indicios del departamento de Ciencias Forenses de
Costa Rica, la definición de embalaje es: “La maniobra que se hace para guardar, proteger
y preservar un indicio, dentro de algún recipiente protector”. En este mismo manual se
define como embalaje interno: “Embalaje cuya finalidad es contener el objeto y protegerlo
directamente contra la contaminación, derrames, o pérdidas de sus características físicas
o químicas de interés para la investigación criminal”, y embalaje externo como: “Embalaje
final que complementa el embalaje interno, el cual debe encontrarse debidamente lacrado
para garantizar la identidad o individualización del indicio” (Organismo de Investigación
Judicial, 2015).
Un buen embalaje interno para un elemento piloso es un sobre de papel hechizo, es decir,
un sobre que se realiza de manera manual a partir de un trozo de papel. Este sobre hechi-
zo se debe introducir en otro sobre de papel de considerable tamaño, en el cual se debe
asegurar que sus esquinas estén debidamente cerradas, selladas o dobladas, para evitar
que el elemento piloso se pierda.

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Tema 6: Biología forense: Evidencia traza en el ámbito forense 205

Figura 3. Embalaje de elemento piloso.

En cuanto al embalaje interno se debe tener mucho cuidado cuando el color del elemento
piloso es igual que el sobre. Por eso, para aquellos casos donde esto ocurra se debe de
utilizar un sobre que haga contraste con el elemento piloso que se va a guardar. Ejemplo
claro de esto es una cana o elemento piloso sin pigmento dentro de un sobre de papel
blanco: claramente se corre el riesgo de perderse y no ser encontrado en su apertura. Así,
al momento de crear este embalaje en estos casos concretos, utilice un sobre de papel de
un color que haga contraste como el negro, de esta manera asegura que el mismo será
detectado y levantado al momento de la apertura del sobre.
El embalaje externo de los elementos pilosos es otro sobre de papel de un tamaño consi-
derable, de manera que se asegure que el embalaje interno anterior pueda entrar sin pro-
blema. Este embalaje externo como asegura el traslado debe de ir debidamente cerrado,
lacrado y rotulado con la información más relevante del caso.
Es importante aclarar que se usa papel en sus embalajes porque el papel al ser un ma-
terial poroso que permite una especie de respiración evita el aumento de temperatura y
humedad, protegiendo de esta manera la integridad del elemento piloso, además al ser un
material que no presenta carga estática evita que el elemento se adhiera a este, lo que no
sucede con el plástico.

ANÁLISIS MORFOLÓGICO DE ELEMENTOS PILOSOS


Un análisis completo de elementos pilosos consiste en un análisis a nivel macroscópico y
otro a nivel microscópico, este último claramente es el más complejo en el ámbito forense.
A nivel macroscópico se analizan ciertas características del elemento piloso, tales como la
longitud del elemento piloso, el grosor del elemento piloso y hasta un patrón de pigmento
muy general, características que muchas veces ayudan a realizar una clasificación o agru-
pación preliminar de los elementos pilosos.

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206 Manual de Criminalística y Criminología

Analizando el elemento desde una visión macroscópica, se pueden observar tres grandes
partes del elemento piloso, que son las siguientes (Molina, 1997):
• Extremo proximal o raíz: la parte que se encuentra dentro del folículo piloso de la
piel.
• Caña: la parte libre del elemento piloso, que cubre la mayor cantidad del elemento
piloso.
• Extremo distal o punta: la parte final de los elementos pilosos.
El extremo distal o punta es de forma variable y se encuentra expuesto a las agresiones
del medio ambiente. Se observa cómo una porción de la caña o cuerpo del pelo se va
adelgazando paulatinamente hasta llegar a la punta (Vázquez, 2013).
Ampliando un poco más lo relacionado con la raíz, es importante resaltar que el estudio
de esta es de suma importancia dentro del ámbito forense porque muchas veces depen-
diendo de si la misma se observa o no, así será la marcha analítica a seguir.
En la raíz, se encuentran células epidérmicas altamente especializadas, que, dentro de los
folículos pilosos, sufren un proceso de esclerotización. Las células epidérmicas localizadas
dentro de los folículos pilosos se transforman poco a poco en células muertas sin núcleo
y con una estructura externa sólida de queratina. Por este proceso de transformación,
podemos identificar tres tipos de raíces (anágena, catágena y telógena) según la fase de
crecimiento en la que se encuentra el elemento piloso. En la fase anágena, el folículo pilo-
so se encuentra activo transformando células epiteliales en células queratinizadas de pelo.
Si en esta fase el elemento piloso es arrancado de su folículo, este a su vez arrastrará
células nucleadas vivas. En la fase catágena el folículo cesa la actividad de transformación
células y se desprende de la raíz del elemento piloso, en esta fase la posibilidad de que
se tengan células epiteliales nucleadas adheridas a la raíz disminuye significativamente y
aquellas pocas que se encuentren pueden ser pobres donadoras de ADN nuclear. En la
fase telógena el elemento piloso está listo para caer naturalmente y dar lugar a un nuevo
elemento piloso (Robertson, 1999).
Para estar seguro del tipo de raíz que presenta el elemento piloso se debe observar a nivel
microscópico.

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Tema 6: Biología forense: Evidencia traza en el ámbito forense 207

Figura 4. Raíz anágena. Figura 5. Raíz telógena.

Como se mencionó anteriormente, el análisis microscópico es el análisis más completo


y complejo, y el que aporta mucha más información relevante en un estudio tricológico.
De la misma manera, Molina (1997) señala las partes de un elemento piloso a nivel micro,
destacando las siguientes partes dentro de la anatomía del elemento piloso:
• Cutícula o epidermis: estructura externa de los elementos pilosos. Está formada
por las llamadas escamas, las cuales pueden formar varias capas.
• Corteza: esta parte se caracteriza por estar formada por células alargadas y nu-
cleadas, y se puede considerar el cuerpo del elemento piloso.
• Médula: estructura que se ubica en el centro de algunos elementos pilosos.
La cutícula surge de las células más periféricas, que se presentan como grupos de células
intensamente queratinizadas, que se disponen envolviendo la corteza como escamas. Se
admite que es una capa muy resistente, contribuyendo a la resistencia del pelo (Junqueira
y Carneiro; Ham cit. en Méndez, 1999). Tal capa está compuesta por células traslapadas,
no nucleadas, libres de pigmento que forman escamas.
Para completar las definiciones del párrafo anterior, se puede añadir que, en relación con la
cutícula o epidermis, las escamas que la forman son las responsables de anclar el elemen-
to piloso a cualquier soporte, entiéndase estas prendas de vestir, objetos o inclusive la piel.
Las escamas se pueden clasificar en imbricadas o coronales, estas a su vez se subdivi-
den en varias categorías según la forma de las escamas. Además de las formas de las
escamas, también es de importancia otras características tales como la distancia marginal
entre las escamas y el tipo de margen que las mismas presentan (Rodríguez, 1988).
En un estudio realizado en el año 2006, cuyo objetivo era analizar cuáles características
del pelo de varias especies de animales favorecen al anclaje de restos vegetales, se
concluyó que las escamas que más favorecieron al anclaje son las llamadas ‘V’ dobles,
mosaico regular, ondulado irregular, pectinadas, pétalo regular y coronales astadas. Rela-
cionado con los tipos de márgenes que más favorecieron al anclaje a un soporte, son los
márgenes crenados rizados y con distancia marginal lejana (Oliva, 2006).

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208 Manual de Criminalística y Criminología

En la corteza, se observan la mayor cantidad de estructuras que ayudan a realizar una


buena caracterización, estructuras tales como cuerpos ovoides o usos corticales. Para
entender un poco más estas estructuras, podemos definirlas de la siguiente manera: los
cuerpos ovoides son cúmulos de pigmento formados por melanocitos no dispersos, con
forma redonda, ovalada o especial. Cuando presentan formas no definidas y usos cortica-
les se forman desprendimientos de las células superficiales que rodean la médula y estos
desprendimientos pueden contener aire (opacos) o pueden contener tejidos (traslúcidos)
(Pilco, 2012).
Los usos corticales se hacen muy evidentes cuando se analiza microscópicamente el
elemento piloso cerca de la raíz, pues es donde naturalmente se tienden a agrupar y ser
más evidentes estas estructuras.
En la corteza también se observa todo lo relacionado con el pigmento del elemento pi-
loso. El pigmento se define como el color transmitido o el color observado cuando la luz
traspasa el pelo y clasifica este en dos grandes grupos, uno cuando la melanina es la
responsable de generar ese color y se observa desde un color marrón a uno muy oscuro,
mientras que el otro grupo es cuando entra la feomelanina que da un rango de color que
va desde el amarillo al rojo (Pilco, 2012).
Claramente no todos los elementos pilosos presentan color o pigmento, existen los ele-
mentos pilosos sin pigmento, también llamadas canas, los cuales se caracterizan por la
pérdida de pigmento, lo que da una apariencia blancuzca.
Sobre el pigmento también se debe estudiar la densidad de este, así como los gránulos de
pigmento y su distribución, todo observado a lo largo de la corteza del elemento piloso.
Los gránulos de pigmento como melanosomas son producidos por las células secretoras
de pigmento o melanocitos. Cuando se habla de la densidad del pigmento, se refiere a la
abundancia de los gránulos de pigmento observados. Dicha densidad parece estar alta-
mente relacionada con el color microscópico del elemento piloso, y clasifica al elemento
según su densidad en ausente, ligero, mediano y opaco (Pilco, 2012).
En muchas ocasiones la densidad del pigmento puede ser un obstáculo para realizar una
adecuada caracterización del elemento piloso, pues cuando se observa un elemento pi-
loso con un color muy oscuro, se dificulta en muchas ocasiones el observar estructuras
microscópicas de interés para el análisis, pues se da un efecto muy oscuro del abundante
pigmento, lo que provoca dificultades para observar la médula, cuerpos ovoides o usos
corticales, lo que sin lugar a dudas impide realizar una adecuada caracterización del ele-
mento piloso, llegando siempre a tener problemas en la clasificación del mismo.
Siguiendo con los aspectos relacionados al pigmento, es importante mencionar el tamaño
de los gránulos de pigmento, que se define como la medida de los pigmentos individuales
de melanina. La variación de los tamaños incluye las siguientes denominaciones ausen-
tes/oscurecidos, finos y gruesos. La clasificación de ausentes/oscurecidos puede estar
relacionada con la ausencia de pigmento o con la dificultad de observar a nivel individual

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Tema 6: Biología forense: Evidencia traza en el ámbito forense 209

los gránulos al microscopio. Esta dificultad de observar los gránulos puede estar a su vez
relacionada con el pequeño tamaño de los gránulos o por el efecto oscurecido que da una
pigmentación muy densa (Ogle y Fox, 1999).
La distribución de los pigmentos alude a la distribución y concentración de los gránulos
en varias áreas de la corteza, y se pueden mencionar las siguientes (Ogle y Fox, 1999):
• Unilateral: distribución que hace referencia a los pigmentos concentrados a un
solo lado de la corteza del pelo. A nivel microscópico se observa como una banda
más oscura a un lado del elemento piloso.
• Uniforme: esta distribución hace referencia a cuando los gránulos de pigmento
están distribuidos igualmente a lo largo de toda la corteza.
• Aleatorio: son altas concentraciones de pigmentos en algunas zonas del elemento
piloso y bajas en otras. No presenta un patrón definido.
• Central: esta distribución está concentrada en la parte central del elemento, muy
cerca de la médula. Para evitar confundirse con la médula, se debe utilizar el mi-
crómetro para apreciar mejor los gránulos de pigmento.
• Periférica: distribución del pigmento orientada hacia los bordes, o sea, hacia la
cutícula.
Relacionado con la agregación y su tamaño, se puede decir que por agregación de los
pigmentos se entienden las formas reconocibles que adoptan los conjuntos de pigmentos
distribuidos en el elemento piloso. Según la agregación y su tamaño, se puede clasificar
en amontonados, ovalados, en franjas y en rayas, o inclusive ausentes, que es el caso de
una distribución de pigmento uniforme donde no se forman agregaciones notorias (Pilco,
2012).
En los párrafos anteriores se mencionaron aspectos de importancia de las partes del
elemento piloso, como los son la cutícula y la corteza. A continuación, hablaremos de la
médula, una de las estructuras más importantes al momento de realizar la caracterización
de un elemento piloso.
La médula se puede observar desde el extremo distal al proximal. Los patrones de mé-
dula en los seres humanos suelen ser ausentes, continuas, interrumpida o discontinua y
fragmentada.

Figura 6. Médula humana.

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210 Manual de Criminalística y Criminología

La médula ausente se refiere a cuando el elemento no tiene médula o cuando por la den-
sidad del pigmento la misma no se observa. La médula continua es cuando se observa
la médula a lo largo de todo el elemento piloso, sin interrupciones. Se denomina médula
discontinua o interrumpida cuando las longitudes que presentan médula visible son ma-
yores a las longitudes que no la presentan. La médula fragmentada es cuando la mayor
longitud del elemento presenta una médula no visible, contraria a la anterior. Es importante
tener en cuenta que un mismo elemento piloso puede contar con combinaciones de los
patrones antes descritos, de manera que se pueda tener médulas continuas/interrum-
pidas, continuas/fragmentadas, interrumpidas/fragmentadas o continuas/interrumpidas/
fragmentadas (Ogle y Fox, 1999).
Además de los patrones anteriormente mencionados, la médula puede ser ausente, opa-
ca, traslúcida y opaca/traslúcida. El término ausente se refiere cuando la médula no es
visible, incluyendo cuando la misma no se puede observar debido a la alta densidad del
pigmento del elemento piloso. Cuando la médula se llena de aire y se observa al micros-
copio, la misma se ve opaca, mientras que cuando se llena de líquido la misma se observa
traslúcida (Ogle y Fox, 1999). Es común observar que un mismo elemento piloso tenga
las dos médulas mezcladas, es decir, en una parte se observa opaca y en otra traslúcida.
Según una bióloga costarricense, que centra su estudio en análisis microscópicos en pe-
los de animal con el objetivo de diferenciar perros de diferentes razas por medio de sus
elementos pilosos, recalca que la médula varía entre individuos y entre pelos de un mismo
individuo. Además, resalta que la función principal de esta estructura es la protección del
pelo mediante la adición al mismo de espacios internos aéreos. Esto posiblemente esté
relacionado con la presencia de las células cilíndricas (Méndez, 1999).
Se puede decir que el análisis o caracterización del elemento piloso está centrado fun-
damentalmente en su médula. Cuando el análisis de elementos pilosos inicia, lo que se
recomienda es que el analista divida en grupos, según la médula observada, y a partir
de estos grupos pueda iniciar con la comparación de los mismos y el respectivo patrón
tricológico. Se estudiará con más detalle a lo largo del capítulo los aspectos propios de la
comparación tricológica.

CARACTERIZACIÓN MORFOLÓGICA
Una vez que se tiene claro las partes que conforman un elemento piloso y las estructuras
que en cada una de ellas se pueden observar, se hace de interés saber para qué sirve
toda esa información. Se podría decir que toda esa información sirve para poder caracte-
rizar un elemento piloso o un conjunto de ellos. Con la caracterización se puede saber la
afinidad biológica, el origen del elemento piloso, la procedencia del mismo, así como si
el mismo ha sido sometido a tratamientos cosméticos e, inclusive, se puede saber si el
elemento piloso sufre ciertas enfermedades propias de los elementos pilosos. Además,

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Tema 6: Biología forense: Evidencia traza en el ámbito forense 211

según la caracterización se puede saber si el elemento piloso analizado se considera apto


para ser sometido a comparaciones tricológicas morfológicas.
Cuando se estudia el origen de los elementos pilosos, el objetivo principal es saber si el
mismo es de origen humano o animal. Para discernirlo, existen una serie de característi-
cas que hacen la diferencia.
Un elemento piloso animal se caracteriza por presentar una médula muy gruesa, que
abarca prácticamente toda la corteza del elemento piloso. Además, la misma presenta
formas definidas y cuando está presente en su mayoría de veces es no continua. Todo
lo contrario pasa con el elemento de origen humano, que se caracteriza por presentar
una médula que abarca menos de un tercio de ancho del elemento piloso. Asimismo, se
caracteriza por presentar patrones definidos y por ser continua. El color en los humanos
suele ser consistente a lo largo de todo su eje, mientras que en los animales se observan
cambios bruscos de color e inclusive a veces se aprecian bandas, las cuales son visibles
muchas veces a simple vista. La corteza en el humano ocupa la mayor parte del ancho
del elemento, mientras que, en el animal, usualmente la corteza es menos ancha que la
médula. La distribución del pigmento en el humano tiende a estar más concentrada hacia
la cutícula, mientras que en el animal se observa la distribución más central, en otras
palabras, se vuelve más denso hacia la médula (Robertson, 1999).

Figura 7. Médula animal.

Otra característica que nos ayuda a diferenciar entre humano y animal son las escamas,
pues en el ser humano solo se presentan escamas tipo imbricadas, en tanto que en los
otros grupos de mamíferos se pueden presentar ya sean imbricadas o coronales (Jiménez
cit. en Rodríguez, 1998). En los animales la cutícula está conformada por escamas de
mayor grosor, más sobresalientes y poco imbricadas, contrario a lo que sucede con el ser
humano (Román cit. en Rodríguez, 1998).

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212 Manual de Criminalística y Criminología

Es normal observar abundantes cuerpos ovoides a lo largo de un elemento piloso animal,


además que se observan de un gran tamaño. Otra característica que nos ayuda a realizar
la diferencia es el tipo de raíz, pues en la mayoría de los elementos pilosos de origen ani-
mal la raíz presenta una forma muy definida y particular, en la que se aprecian estructuras
similares a picos, mientras que la raíz del ser humano muestra una forma redondeada
principalmente en su estado telógeno.
Existen investigaciones que se han centrado ya no solo en determinar el origen animal/
humano, sino que se han especializado en poder identificar a través de una serie de ca-
racterísticas del elemento piloso razas de perros como animales domésticos, y géneros o
especies de animales silvestres.
La procedencia de un elemento piloso es la zona del cuerpo de donde la misma proviene.
Por lo general se habla de tres grandes zonas: la zona de la cabeza, la zona púbica y el
vello del cuerpo, en esta última se incluye los elementos pilosos de las otras zonas del
cuerpo, como son los vellos de los brazos, piernas, faciales, espalda, pecho, etc.
Existen ciertas características típicas que nos ayudan a identificar la procedencia de un
elemento piloso. Las principales son las siguientes (Robertson, 1999):
• Elementos pilosos de la cabeza: se caracterizan por ser largos con moderadas
variaciones en el diámetro de la caña, con una médula que tiende a ser desde au-
sente a continua y que es más estrecha que las médulas presentes en los elemen-
tos de las otras zonas del cuerpo. Frecuentemente se observan puntas cortadas
o divididas. Pueden mostrar tratamientos artificiales o blanqueo por exposición al
sol, o daños mecánicos por presencia de ambos. Presentan una textura suave.

Figura 8. Elemento piloso de cabeza.

• Elementos pilosos de la zona púbica: se caracterizan por un diámetro grueso de la


caña, y por la presencia de bucles, que son hundimientos en una de las partes de
la caña. Por lo general, se observa una médula gruesa y variaciones en la caña. La
médula es ancha y usualmente continua cuando está presente. Punta usualmente
redondeada. Textura rígida.

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Tema 6: Biología forense: Evidencia traza en el ámbito forense 213

• Elementos pilosos de la zona de las piernas o los brazos: se caracterizan por la


presencia de un diámetro fino de la caña con pequeñas variaciones a lo largo de
la misma. Presenta por lo general una forma de arco. Médula ancha y discontinua,
con un aspecto granular. Textura suave.
• Elementos pilosos de la zona facial, barba y bigote: se caracteriza por presentar
una caña con un diámetro grueso e irregular. Si se hace un corte transversal del
mismo, se observa una forma triangular. Médula muy ancha y continua.
• Elemento piloso del pecho: diámetro de la caña moderado y variable. Puntas lar-
gas y finas, presentando forma de arco. Textura rígida.
• Elementos pilosos de las axilas: estos elementos tienden a parecerse a los vellos
púbicos con un diámetro de la caña moderado y variable, sin embargo, presentan
menos bucles. Puntas largas y finas. Frecuentemente se pueden observar blan-
queados.
• Elementos pilosos faciales, cejas: pueden presentar algunas fluctuaciones en el
diámetro de la caña, pero se caracterizan por ser fusiformes.
• Elementos pilosos faciales, pestañas: se caracterizan por ser cortos y gruesos con
pequeñas fluctuaciones en el diámetro de la caña. También son fusiformes.
• Elementos pilosos del tronco: estos se caracterizan por presentar una combi-
nación de los vellos de las extremidades con los púbicos, porque se consideran
cabellos en transición.
Haciendo un pequeño resumen de las características anteriormente mencionadas queda
claro que es fácil diferenciar a nivel microscópico los elementos pilosos de la cabeza y los
pertenecientes a la zona púbica. No obstante, lograr diferenciar los elementos pilosos de
las otras zonas es algo complejo, pues tal como se mencionó en los párrafos anteriores,
estos comparten más de una característica, lo que dificulta en la vida real realizar esa
identificación. Por ello, en los actuales laboratorios de tricología forense se inclinan cada
vez más a diferenciar los elementos pilosos en tres grandes procedencias: cabeza, púbica
y vellos del cuerpo, agrupando en este último los elementos pilosos de los brazos, pier-
nas, cejas, pestañas, bigote, axilas, tronco, etc.
Otras informaciones que se puede extraer de la caracterización de los elementos pilosos
son las enfermedades y patologías de estos. Las patologías más importantes son las si-
guientes (Molina y Rodríguez cit. en Salas, 2011):
• Tricorrexis nudosa: esta enfermedad se reconoce por la tendencia del elemento
piloso de romperse con facilidad y esto se debe a que se da una hinchazón nodu-
lar a lo largo del tallo. Los elementos pilosos que presentan esta enfermedad se
suelen observar secos y frágiles. Algunos autores han atribuido esa enfermedad
a un defecto bioquímico del metabolismo del ácido argininosuccinico.

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214 Manual de Criminalística y Criminología

• Tricoptilosis: esta enfermedad se reconoce por una hinchazón longitudinal del


elemento piloso, la misma responde a una sequedad anormal, lo que provoca que
el mismo se ramifique principalmente en su extremo distal.
• Triconodosis: esta enfermedad se reconoce porque se observa un cabello enre-
dado y con nudos. Hay autores que asocian esta enfermedad a fuerzas físicas y
mecánicas que se ejercen contra el elemento piloso. Esta fuerza puede producirse
por un cepillo o, inclusive, por el movimiento de los dedos que algunas personas
utilizan para peinarse. Se cree que las quemaduras y los lavados constantes con-
tribuyen también a provocar esta enfermedad.
• Cabello de Baynet: esta enfermedad se reconoce por un ensanchamiento obser-
vado en el elemento piloso; el mismo forma un huso de aproximadamente 2 a 3
milímetros de largo y se produce muy cerca de la extremidad. Además, el área
afectada destaca por ser mucho más oscura que el resto de la cabellera.
• Moniletrix: esta enfermedad se reconoce por la presencia de abundantes nudos
elípticos, que se encuentran separados por espacios breves y apretados. Esta
enfermedad a diferencia de alguna de las anteriores no afecta una zona del ele-
mento piloso, si no que afecta todo el elemento, desde el extremo distal hasta el
proximal. Los nudos se caracterizan por ser el doble de largo que los espacios
internodales, además están constituidos de una envoltura de cutícula espesa y
un núcleo cortical delgado. Algunos autores aseguran que esta enfermedad es
siempre hereditaria.
• Anomalías en casos de alopecia: es importante recalcar que la alopecia es la caída
parcial o total de los elementos pilosos que conforman la zona de la cabeza (ca-
bellos). Cabe mencionar algunos tipos de cabellos atrofiados:
–– Cabellos caducos. Este tipo de cabellos se caracteriza porque la raíz de los ele-
mentos pilosos que la conforman se encuentra afectada. En algunas ocasiones
la afectación puede alcanzar hasta una porción de la caña.
–– Cabellos en torsión. La torsión tiene lugar en el sentido del eje longitudinal del
cabello y se observa a intervalos regulares, lo que produce una alternancia que
forma casi anillos, unos pigmentados y otros blancos.
• Piedra: esta enfermedad se reconoce porque se observan concreciones parasita-
rias, las cuales presentan un aspecto semejante a una piedra, de ahí el nombre de
la enfermedad. Los elementos pilosos afectados con esta enfermedad presentan
nódulos minúsculos, negros o castaños claros, con la dureza de una piedra. La
enfermedad se puede presentar a lo largo de todo el elemento piloso, sin embar-
go, es frecuente observarla a un centímetro del folículo. Es importante resaltar
que esta enfermedad no afecta la raíz del elemento.
• Tricomicosis nudosa: esta enfermedad se reconoce porque el elemento piloso se
observa más grueso que lo normal, es muy frecuente en los elementos pilosos

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Tema 6: Biología forense: Evidencia traza en el ámbito forense 215

de las áreas de las axilas y se cree que está relacionado con el sudor excesivo
de ciertos individuos. Además del grosor, en algunos casos se observan los ele-
mentos pilosos totalmente oscurecidos. Si se afeitan estos elementos pilosos, se
podrán apreciar las concreciones de parásitos en torno a la totalidad o a una parte
del tallo, incluso hasta la abertura del folículo. En esta enfermedad, la parte del
elemento que se ve más afectada es el tercio central del elemento.
• Tricofito Endotrix: esta enfermedad comprende un grupo de parásitos que se en-
cuentran en los elementos pilosos, a saber:
–– Tricofito acuminado: en esta enfermedad los elementos pilosos parecen estar
rellenos de una masa de esporas unidas en cadenas y paralelas al eje longitu-
dinal. Se considera que es una de las enfermedades que muestran infecciones
más avanzadas. En algunas ocasiones, con esta enfermedad, en ciertos luga-
res del elemento piloso se observa una cantidad de esporas acumuladas que
hacen que la cutícula se levante y dé una apariencia al elemento como si fuera
a explotar.
–– Tricofito crateriforme: en esta enfermedad las esporas detectadas tienden a
ser más redondas que las que se encuentran fuera del elemento piloso.
–– Tricofito neo-endotrix: esta enfermedad se caracteriza por la presencia en la
superficie del elemento piloso de algunos micelios, los cuales son otro grupo
de parásitos del elemento piloso. Además de los micelios, se detecta otro
grupo de parásitos, los cuales se encuentran en el interior del propio elemento
piloso.
–– Tricofito ectotrix: esta enfermedad se define por la presencia de parásitos que
se observan en la superficie de los elementos pilosos. El grupo se subdivide
en microsporones y megalosporones.
–– Peliculosos capitis: esta enfermedad consiste en una infección causada por un
insecto, el mismo se identifica como pediculosiscapitis. Este insecto pone gran
cantidad de huevos que poseen una forma ovalada y que se adhieren fuerte-
mente a los cabellos por medio de secreciones quitinosas. Esta enfermedad
se caracteriza por ser contagiosa.
Además del origen, procedencia y posibles enfermedades, con una buena caracterización
del elemento pilosos, se puede observar si el mismo ha sufrido algún tratamiento cosmé-
tico, llámese decoloración o tinción o ambos, los cuales cuando son muy invasivos y ar-
tificiales se vuelven muy fáciles de detectar pues el cambio de color a nivel microscópico
es muy brusco y evidente.

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216 Manual de Criminalística y Criminología

Figura 9. Tratamiento cosmético.

Sin embargo, los tratamientos cosméticos que son menos invasivos, como por ejemplo
los tintes sin amoniaco que se van con el lavado del cabello, suelen ser más complicados
de diferenciar a nivel micro, puesto que guardan una gran similitud con el color natural
del cabello.
En las secciones anteriores se estudió en detalle las partes que conforman un elemento
piloso y se explicó en profundidad qué características del mismo se deben analizar para
poder obtener información, como, por ejemplo, saber si su origen es animal o humano,
así como saber a qué parte del cuerpo del ser humano pertenece.
Ahora se procede a explicar qué es un patrón tricológico. El mismo se puede definir como
un conjunto de elementos pilosos cuyas características representan a una persona deter-
minada. Según la licenciada Marycell Molina, antigua directora y fundadora de la Unidad
de Tricología de Costa Rica, un patrón tricológico debía comprender elementos pilosos de
todas las zonas del cuerpo de un ser humano, por ende su patrón tricológico debía com-
prender elementos pilosos de la zona de la cabeza, de la zona púbica, además de incluir
vellos del cuerpo, que son los que se ubican en las piernas, brazos, axilas, espalda, pecho,
etc., así como los vellos faciales, entiéndase estos como cejas, pestañas, barba, bigote,
etc. En conclusión, resulta un patrón tricológico muy complejo.
Como las demás áreas de las ciencias, la tricología forense ha cambiado y mejorado a
través de los años. En la actualidad las partes que deben conformar un patrón tricológico
han variado, está compuesto únicamente por los elementos pilosos del área de la cabeza
y de la zona púbica. El cambio se debe a que a través de los años se ha demostrado que
la información que aportaban los vellos faciales y vellos del cuerpo era reducida y, por
ende, muy poco útil al momento de realizar comparaciones tricológicas con los mismos.
Actualmente un buen patrón tricológico de una persona está compuesto por 100 ele-
mentos pilosos de la zona de la cabeza y 20 de la zona púbica. Para tomar el patrón de la
zona de la cabeza, esos 100 elementos pilosos deben tomarse de distintas partes de esta.
Para este fin la cabeza se divide en cinco sectores, denominados como frontal, temporal,
parietal, occipital y corona. De cada sector se deben tomar 20 elementos pilosos que al

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Tema 6: Biología forense: Evidencia traza en el ámbito forense 217

final sumaron un total de 100, que representarán a toda la zona de la cabeza. La zona pú-
bica se encuentra representada en 20 vellos. En caso de los varones, se debe contemplar
dentro de esos 20, vellos pertenecientes al área del escroto (Molina y Rodríguez cit. en
Salas, 2011).
Es importante señalar que, al momento de llevar a cabo la extracción del patrón trico-
lógico, la persona que lo realiza debe de tener cuidado y paciencia, pues los elementos
pilosos deben ser extraídos con raíz, uno a uno y de modo manual. Esto quiere decir que
se debe evitar arrancar o cortar los elementos pilosos. Usando el método de extracción
correcto se asegura que no se pierda la raíz del elemento durante el proceso: se debe
recordar que en la raíz se encuentra información vital para la caracterización, y sobre todo
para análisis futuros de ADN.

COMPARACIÓN MORFOLÓGICA TRICOLÓGICA


Después de estudiar toda la información que se obtiene en la fase de la caracterización,
es el momento de adentrarnos en la comparación morfológica tricológica: primero para
entender sus fundamentos, para conocer su finalidad.
La mayoría de los análisis en el área forense se centran en un análisis comparativo, que
realiza comparaciones de una serie de características observadas en lo que se llama el
elemento cuestionado y la muestra patrón. Se entiende como elemento cuestionado, tam-
bién llamado elemento dubitado, a cualquier elemento del que se desconozca su origen.
La tricología forense no se escapa de este principio y sus análisis finalizan con una com-
paración microscópica morfológica, en la cual se compara todo lo que se ha observado
durante la fase de la caracterización.
La comparación tricológica microscópica morfológica requiere de un equipo especializado
que permita comparar un elemento cuestionado y un elemento patrón de manera simul-
tánea: esto quiere decir que se deben observar a nivel microscópico ambos elementos
al mismo tiempo. Esta actividad solo se logra con el microscopio de comparación. La
comparación se debe realizar observando al mismo tiempo un elemento cuestionado y un
elemento patrón, desde la raíz hasta la punta.
La comparación se hace únicamente entre elementos pilosos de la misma zona del cuer-
po. Es decir, las comparaciones de elementos pilosos cuestionados del área de la cabeza
solo se pueden hacer con los elementos pilosos patrón que conforman el área de la ca-
beza. Para ejemplificar, un elemento piloso cuestionado del área de la cabeza no se puede
comparar con un elemento piloso que conforme un patrón púbico.
Durante la comparación, se observan de manera detallada todas aquellas partes del ele-
mento piloso que se estudió en la fase de la caracterización, pero esta vez con el afán
de ser comparables con las observadas en los elementos que conforman el patrón. Las
partes del elemento piloso que en la comparación cobran mayor importancia son: médula,

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218 Manual de Criminalística y Criminología

distribución del pigmento, presencia de estructuras especiales como cuerpos ovoides o


usos corticales y tipo de raíz, entre otros.
Hay que mencionar que antes de realizar la comparación, se descartaron un grupo de ele-
mentos pilosos que no cumplen con los requisitos para ser comparados: estos se cono-
cen como muestras no aptas para comparación. En estas muestras, se pueden mencionar
los elementos pilosos de origen animal, aquellos elementos que miden menos de 2 cm de
longitud, aquellos que se encuentran totalmente sometidos en un tratamiento cosmético
intensivo; los que no presentan médula; los que no presentan pigmento (canas) o pre-
sentan un pigmento oscuro muy denso y, por último, los denominados vellos del cuerpo.
Después de entender en qué consiste la comparación tricológica morfológica, siempre
surgen las dudas de cuántas personas pueden compartir características tricológicas simi-
lares y del grado de confianza que presenta este análisis en el campo forense.
Los análisis estadísticos de las comparaciones morfológicas refieren un nivel de asocia-
ción de 1 en 4.500 en caso de cabellos (Gaudette y Keeping, 1974) y de 1 en 850 en caso
de cabellos de la zona púbica (Gaudette, 1976). Una posible interpretación es que en una
población con aproximadamente 4,3 millones de habitantes se esperaría que unos 955
individuos tengan características tricológicas de la cabeza semejantes, mientras que unos
5.058 individuos compartían características tricológicas del vello púbico (Vargas, 2014).
Con estos datos estadísticos, queda claro que el poder del análisis de comparación tri-
cológica morfológica microscópica no es de inclusión, pues solo el hecho de que existan
varias personas que puedan compartir las mismas características tricológicas, ya desecha
esta probabilidad. Sin embargo, existen expertos que aseguran que el poder de este
análisis consiste en el descarte, o sea que se puede llegar a descartar con un 100 % de
confianza.
En vez de realizar una inclusión o un descarte, lo que sí se logra con una comparación
tricológica morfológica es un filtro, un filtro de aquellos elementos pilosos cuestionados
que pueden compartir características afines con los patrones a estudiar, y aquellos que en
definitiva no comparten características afines con los patrones estudiados.

Figura 10. Comparación de elementos que no comparten características.

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Tema 6: Biología forense: Evidencia traza en el ámbito forense 219

Figura 11. Comparación de elementos que sí comparten características.

Este filtro es útil para los análisis de ADN, pues como bien se sabe este es el único análi-
sis que ofrece un alto nivel de confianza y presenta un alto valor probatorio. No obstante,
como el mismo es muy costoso e imposible de realizar a todos los elementos pilosos
levantados de una escena del crimen, la comparación morfológica tricológica llega a ser
un tamiz de qué elementos pilosos cuestionados comparten características con los patro-
nes de interés. Consecuentemente, estos son los que deberían someterse a un análisis
de ADN.
Los elementos pilosos distinguen dos tipos de fuente de ADN por presentar una confor-
mación celular: ADN nuclear y ADN mitocondrial.
El ADN nuclear se encuentra presente en aquellos elementos pilosos que presentan cé-
lulas epiteliales nucleadas adheridas a la raíz, y que por lo tanto se observan en su fase
anágena. Este ADN es idéntico al que se logra extraer de una muestra de sangre. Por ello
se puede individualizar a una persona con alto nivel de certeza. El ADN mitocondrial pre-
sente en las mitocondrias (organelas celulares que se encuentran en el citoplasma) posee
un pequeño conjunto de genes o genoma diferente al nuclear. Una característica particular
de este ADN es que se hereda solo por vía materna, ya que durante la reproducción sexual
las mitocondrias masculinas se encuentran en su totalidad ubicadas en las colas de los
espermatozoides, las cuales quedan fuera del óvulo durante la concepción. Puesto que
el genoma mitocondrial es más pequeño y de herencia exclusiva materna, los niveles de
asociación no permiten individualizar a un individuo (Vargas, 2014).
A pesar de toda la información que los elementos pilosos pueden aportar como evidencia
traza en el campo forense, ya sea por medio de su caracterización o comparación mor-
fológica microscópica, es de suma importancia que para que el mismo llegue a tener un
valor probatorio en un juicio esté sujeto a una hipótesis policial clara, pues solo así se
puede filtrar qué evidencias son las que pueden ayudar en el esclarecimiento del delito.
Por ejemplo, en un caso de robo en una vivienda, en donde los asaltantes utilizaron pasa-
montañas, de nada sirve realizar un levantamiento y un análisis exhaustivo de elementos
pilosos, si al final la probabilidad de que esos elementos pilosos sean de los sospechosos

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220 Manual de Criminalística y Criminología

es prácticamente nula. Lo mismo sucede cuando se levantan elementos de una escena


del crimen, en cuyo resumen de hechos se indica que no existió ningún acercamiento ni
forcejeo entre las partes y, por ende, no se cumplió la teoría de vinculación y los elemen-
tos pilosos perderían relevancia como evidencia.

FIBRAS TEXTILES
Las fibras se definen como aquellas estructuras filamentosas que componen los tejidos
orgánicos y vegetales, animales y minerales, así como aquellas que han sido creadas por
la inventiva humana, comportándose como unidades de materia alargada, cuya longitud
es como mínimo cien veces superior a su diámetro y su estructura molecular se orienta
en sentido longitudinal (CEFOF, 2000).
En la clasificación básica de las fibras, estas se clasifican en fibras naturales, artificiales
y sintéticas. La fibra natural se subdivide en tres grupos: fibras de plantas, fibras animales
y fibras minerales. Por otro lado, las fibras artificiales son aquellas fibras que se fabrican a
partir de polímeros orgánicos. A su vez, las fibras sintéticas son producto de la destilación
de la hulla, el petróleo o de los productos derivados del gas natural (CEFOF, 2003).
Las fibras naturales son aquellas que se encuentran en la naturaleza como tales y el hom-
bre las adecua para su utilización, entre las que se pueden mencionar, el algodón, la lana,
el yute, la seda, etc.; mientras que las fibras artificiales comprenden todas aquellas hechas
por el ser humano, como por ejemplo el rayón y el dacrón (Molina, 1997).
Siguiendo con la clasificación de las fibras naturales, las fibras animales son, como su
nombre indica, las que derivan de un animal, como por ejemplo la lana. También se pue-
den mencionar en este grupo a la alpaca o el cachemir, entre otros. Los elementos pilosos
utilizados para crear estas fibras son en su mayoría de oveja, sin embargo, a veces utilizan
elementos pilosos de alpaca, camello, cabra, conejo de angora, llama, la vicuña, el gato
(mohair) y el yak (Molina y Rodríguez cit. en Salas, 2011).
La lana es una sustancia proteica con queratina. En un corte longitudinal se observan las
presencias de las escamas. Aunque en fibras muy delgadas no se logran distinguir las
escamas como en una fibra gruesa, todas ellas se pueden identificar bajo una alta mag-
nificación. En el corte transversal de la lana se puede observar varias partes. La primera
parte es la epidermis o cutícula, la que está compuesta por escamas. La segunda parte
forma el mayor porcentaje de las fibras, se llama córtex y está compuesto por células
corticales. La tercera parte es la médula, que ocupa la parte central. Esta última varía
y en fibras delgadas puede llegar a ser invisible. Comparado con otras fibras, la lana es
muy débil, característica que se compensa con la alta elongación, la alta resistencia y la
recuperación elástica. La lana es flexible, plegable, de fácil manejo y porosa. Asimismo, es
un pobre conductor y esto contribuye a la concentración de energía electrostática. Esto
se manifiesta cuando se camina en una alfombra y se sienten cargas electrostáticas. Por

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Tema 6: Biología forense: Evidencia traza en el ámbito forense 221

último, debido a sus proteínas, algunos insectos pueden alimentarse de ella, como las
polillas (Joseph, 1986).
Se debe tener en cuenta que es muy poco frecuente encontrar una prenda u objeto con
una composición de 100 % lana, pues la mayoría de los fabricantes la combinan con otras
fibras naturales o artificiales para poder bajar el costo de la confección. Como resultado,
es muy frecuente encontrar una prenda de vestir que tenga un porcentaje X de lana, con
Y de algodón y Z de nailon.
Dentro de las llamadas fibras naturales, se encuentran las fibras vegetales, derivadas de
algún producto vegetal. Este producto puede ser hojas, tallos, flores, etc. Estas fibras se
pueden identificar de una manera muy sencilla a nivel microscopio, y se puede comparar
con una colección de muestra control o con un patrón. La composición de las fibras ve-
getales son las células de las plantas, las cuales están hechas de celulosa, grasas, ceras y
material colorante. Se pueden clasificar según la parte de la planta que se utiliza para crear
la fibra (Molina y Rodríguez cit. en Salas, 2011).
La fibra de semilla del algodón se obtienen a partir de las semillas de varias especies del
género Gossypium. La fibra de algodón crece durante la floración de la planta, es cuando
se considera a la misma una extensión de una única célula de la capa externa de la semi-
lla. Es fácil de distinguir en el microscopio, debido a que se observa claramente una banda
o cinta ancha, que en algunas partes es aplanada y en otras torcidas. Esta fibra puede
teñirse por una gran variedad de productos (Molina y Rodríguez cit. en Salas, 2011).
Otro ejemplo de fibra vegetal que se obtiene de una semilla es el kapok. Se obtiene de la
semilla de un árbol, de la especie Ceiba pentandra. Los frutos de este árbol son verdes
y con forma de gota, y las semillas se encuentran envueltas por una especie de pelusa
que arrastra el viento. Esta pelusa es lo que más tarde se convierte en la fibra. La fibra
de kapok ha sido muy utilizada por su condición de biocompatible y biodegradable. Entre
los usos y propiedades más importantes que tiene la fibra kapok, se mencionan los si-
guientes: hipoalergénica, impermeable (después de un lavado vuelve a su estado normal),
impide la propagación de sonido, caliente (sus fibras tan cerradas evitan que pase el frío),
amigable para el ambiente, liviana y resistente. Es importante mencionar que también es
flamable y que puede ser irritante para los pulmones si se inhala directamente (Gallardo
et al., 2017).
También existen fibras naturales vegetales que se extraen del tallo de la planta. Estas
fibras están compuestas por diferentes sustancias, entre las que destacan la lignina en
mayor medida y la celulosa en menor. Un ejemplo claro de esto es el lino obtenido del
Linum usitatissimum, reconocido por la semilla de linaza. Si se comparan estas fibras con
las de algodón, se debe comentar que estas presentan mayor material no celulósico, lo
que lo hace una estructura más compleja y menos flexible, pero a la vez más resistentes
que otras fibras naturales. Estas fibras se utilizan para confeccionar diferentes prendas, en
especial las toallas para secar, y esto es debido a su gran capacidad para absorber agua.

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222 Manual de Criminalística y Criminología

También dentro de esta categoría de fibras naturales vegetales que provienen del tallo de
la planta se encuentra el conocido cáñamo, que proviene del tallo de la planta Cannabis
sativa. El color de la fibra de cáñamo varía de un gris verdoso a café y se caracteriza por
presentar una buena resistencia. Además, se utiliza para fabricar cuerdas, redes y corde-
les (Molina y Rodríguez cit. en Salas, 2011).
Dentro de las fibras naturales vegetales, existen fibras que se extraen de las hojas de
las plantas, ejemplos de estas fibras son las conocidas como manila y sisan. Pueden
ser fibras cuyos hilos alcanzan de uno a dos metros de longitud y sus terminales son
bifurcadas o romas, además se caracterizan por presentar un color amarillento. Se utilizan
principalmente en la fabricación de cuerdas y mecates. Además de las fibras naturales
vegetales que se extraen de semillas, hojas, y tallos, existen unas que se extraen de los
frutos, el ejemplo más clásico de esto es la fibra que se extrae de la cáscara del coco, las
cuales son utilizadas en la confección de sogas, cepillos, alfombras, felpudos, etc. Si se
quisiera caracterizar estas fibras, la mismas se pueden definir como fibras de color café,
resistentes y curvas (Molina y Rodríguez cit. en Salas, 2011).
Las fibras hechas por el hombre, a diferencia de las fibras antes mencionadas, no depen-
den de las características de su fuente natural, sino que como son confeccionadas por
el hombre, se les crean ciertas características difíciles de encontrar en la naturaleza. Por
ejemplo, se crean fibras con carácter absorbente del agua, las cuales son comunes que
se utilicen en la fabricación de prendas que repelen el agua, además hay otras fibras que
extinguen la combustión, por lo que son utilizadas en la confección de ropa de dormir para
niños. Las fibras hechas por el hombre son producto de sustancias poliméricas, las cuales
por medio de la fusión o dilución se transforman en un material viscoso. Estas fibras se
pueden clasificar en fibras artificiales y sintéticas (Molina y Rodríguez cit. en Salas, 2011).
Las fibras artificiales son el producto de procesos químicos y físicos, a los cuales
son sometidas las fibras naturales. Ejemplo de estas fibras son rayón-viscosa, rayón-
cupro-amoniacal, el acetato y el triacetato de celulosa. En este mismo grupo están las
denominadas fibras proteicas y algínicas, las cuales se obtienen a partir de proteínas
de origen animal o vegetal. Las fibras sintéticas, se definen como aquellas fibras que se
obtienen por medio de procesos químicos a los que se ven sometidos algunos productos
derivados del petróleo, es decir todas aquellas preparadas a partir de polímeros sintéticos
que provienen del etileno, propileno y acrilonitrilo. Como ejemplo de estas fibras se pueden
mencionar: el acrílico, el poliéster, el nailon, spantex, teflón, polietileno, polipropileno.
(Molina y Rodríguez cit. en Salas, 2011).
El rayón está compuesto por celulosa, el mismo es un polímero de unidades anhydro-
glucosas. Las diferencias entre el rayón y el algodón incluyen el grado de cristalizado. El
rayón a nivel morfológico tiene una estructura diferente al de la molécula del algodón,
también es diferente en relación con el largo de las cadenas. Contaminantes de varios
tipos usados en el proceso de confección, introducen diferencias significativas al rayón

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Tema 6: Biología forense: Evidencia traza en el ámbito forense 223

que no están presentes en el algodón. Estas diferencias resultan en diferencias significa-


tivas en propiedades entre el algodón y el rayón. Su estructura puede ser controlada por
la manufactura, por lo tanto, en apariencia es uniforme. El largo y el ancho son determi-
nados por la manufactura y el uso. Los rayones pueden ser utilizados en fibras para ropa
y fábricas de acabados de la casa y pueden ser producidos como filamentos y unidades
(Joseph, 1986).
El nailon es fabricado de dos estructuras químicas básicas, hexamethyleno diamina y
ácido adipic, cada uno contiene 6 átomos de carbono por molécula individual. El nailon se
genera por la condensación linear del proceso de polimerización. Los filamentos de nailon
son lisos. Las fibras de nailon pueden ser muy finas o relativamente gruesas, esto depen-
de del proceso de manufactura. La tenacidad de nailon es regular y es más fuerte que las
fibras naturales, además es altamente elástico y presenta buena elongación. El nailon es
altamente resistente al ataque de la mayoría de los insectos y microorganismos, sin em-
bargo, algunos insectos encontrados en el campo, incluyendo las hormigas y grillos, pue-
den comerse el nailon. El moho puede atacar el acabado usado de nailon, pero no daña la
fibra. El nailon es usado en fibras de ropa, casa y aplicaciones industriales (Joseph, 1986)
El poliéster es el producto de reacción entre un ácido dihídrico alcohol y ácido bicarboxí-
lico. El producto final es un ester. En la superficie se pueden observar granos y algunos
lunares. Las fibras de poliéster se caracterizan por crear una alta carga estática y por
tener una baja conductividad eléctrica. Entre las cosas que dañan esta fibra, se puede
mencionar algunos microorganismos, aunque se debe aclarar que lo que dañan no es
la fibra sino los acabados. El acrílico son polímeros formados por la polimerización. El
acrylonitrito polimerizado presenta el doble lazo entre dos átomos de carbono. Las fibras
acrílicas finas tienen una estructura redondeada y las fibras gruesas de alto diámetro
tienden a tener una estructura como granos. Las fibras de acrílico se caracterizan por
presentar poca densidad, lo que se refleja en una excelente cubierta y volumen con bajo
peso, además presentan una muy buena resistencia a los rayos del sol y otros elementos
climáticos. Se dice que no hay efectos del tiempo sobre el acrílico. La electricidad estática
puede aumentar en la fibra acrílica, sobre todo cuando la humedad es baja. Las pestes,
polillas y escarabajos pueden comerse y dañar las fibras (Joseph, 1986).
Para que las fibras lleguen a convertirse en hilos o tejidos, las mismas se someten a varios
procesos físicos en los cuales se limpia de impurezas y se hace más fácil su manipulación.
Como resultado del entrelazado de las fibras, se producen los hilos y como resultado de
operaciones de texturizado, trenzado, cableado, etc., se producen los tejidos, los cuales
al final son los que se usan para la fabricación de prendas u objetos (Molina y Rodríguez
cit. en Salas, 2011).
Los tejidos se obtienen por entrelazamientos en telares de hilados textiles o monofilamen-
tos, tiras, hilados de cadeneta, cintas sin trama y aglomeraciones (CEFOF, 2013).

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224 Manual de Criminalística y Criminología

Existen varios tipos de tejidos; los tejidos planos y los de punto. Los tejidos planos están
constituidos por dos tipos de hilos: urdimbre y trama. Los hilos de urdimbre son aquellos
que corren en dirección longitudinal, mientras que los de trama son aquellos que van en
dirección transversal. Se puede clasificar en los siguientes tipos: tafetán, esterilla, sarga,
satín, crepé, maquinilla, jacquard, de felpa con tensión floja, gasa y espolinados. Los teji-
dos de punto son aquellos donde se observan una serie de mallas entrelazadas a partir de
uno o más hilos. Entre los tipos de tejidos de punto resaltan los siguientes: jersey-plano,
jersey-circular, acanalado-plano, acanalado-circular, gusanillo o malla, tricot, taschel, sim-
ples y milanés (Hollen et al. 1987).
Es importante aclarar que los tejidos indican el método de entrelazar los hilos y no la fibra
que contiene. En cualquier clase de tejido se puede usar cualquier tipo de fibras e inclusive
se pueden usar combinación de estas en un mismo tejido.
A continuación, se explican un poco más las características a saber de cada tipo de tejido
mencionado anteriormente (Molina y Rodríguez cit. en Salas, 2011).
• Tafetán: Se conoce cuando en un tejido cada hilo de urdimbre se entrelaza con
el hilo de la trama, algunos ejemplos de tela que llevan este tipo de tejido son la
batista, la manta, el calicó, el lino, el cambray, el crepé, etc.
• Cruzado: Se observa un entrelazado de dos hilos de la urdimbre con un hilo de la
trama en filas alternadas, formando líneas diagonales muy evidentes. Ejemplo de
estos tejidos son: la sarga, el cheviot, el foulard, la gabardina, el cutí, la mezclilla,
entre otros.
• Satén: Este tejido se forma pasando los hilos de la urdimbre por encima de unos
cuantos hilos de la trama, teniendo un entrelazado mínimo. Este tejido se caracte-
riza por la suavidad de la superficie. También se puede obtener un satén de trama,
que es cuando estos hilos son los que pasan por encima de los de urdimbre.
• Lizo o jacquard: Estos tejidos son muy comunes cuando se desea fabricar telas
con diseños o dibujos pequeños y repetitivos. Cuando son diseños más comple-
jos se usan los telares de jacquard.
• Pelo o hilos levantados: Se combinan el tejido liso con el uso de alambres que
sacan de la tela hilos adicionales de la trama o la urdimbre y forman bucles que
constituyen el pelo. Ejemplo de estos son la felpa, pana y el terciopelo.

FIBRAS EN EL CAMPO FORENSE


En los párrafos anteriores se define el término de fibras, además se mencionan los tipos
de fibras según la clasificación existente, así como los tejidos que ellas forman. Teniendo
claro estos conceptos surge la duda de cómo las fibras actúan como evidencia traza en
el campo forense. Lo primero que se debe recordar es que desde que el hombre decidió
proteger su piel del clima, utilizando las prendas de vestir y otras prendas para secarse o

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Tema 6: Biología forense: Evidencia traza en el ámbito forense 225

cobijarse, la fibra entra en contacto directo con la piel del ser humano y por ende en este
momento se vuelve una potencial evidencia traza.
Es importante mencionar que las fibras pueden verse desde el punto de vista foren-
se como elementos cuestionados o elementos patrón. Cuando las fibras son elementos
cuestionados, por lo general es porque de una prenda de vestir u objetivo semejante, se
desprende una fibra, la cual se puede encontrar en el sitio del suceso, prendas de vestir
o en el cuerpo de ofendidos o imputados, y por ende se vuelve cuestionada. Un claro
ejemplo son los atropellos con fuga, en donde se encuentran en el parabrisas del vehículo
que comete la infracción una fibra, la cual después de ser analizada se concluye que es
de la misma naturaleza que la fibra que compone el tejido de la prenda que vestía el o la
occisa en el momento de sufrir el atropello, en este caso la muestra patrón es claramente
la prenda de vestir del occiso. En este ejemplo queda claro que la fibra como evidencia
traza tiene la misma capacidad del elemento piloso, la cual por su forma o tamaño tiene
la capacidad de transferirse de un cuerpo a otro, e inclusive por su tamaño puede pasar
desapercibida.
Otro ejemplo de un caso forense es un homicidio, donde el cuerpo de la víctima se en-
cuentre atado con cuerdas en pies y manos. Por lo general, esas cuerdas son cortadas
por los sospechosos y una vez que se encuentra el cuerpo atado, se analizan las cuerdas
ubicadas en el cuerpo (cuestionadas), y se comparan con el trozo de cuerda que se en-
cuentra en la casa de los sospechosos (patrón), para llegar a la conclusión de que ambas
cuerdas están hechas de la misma fibra.
En los casos de robo con fuerza sobre las cosas, o en los casos donde existe una agresión
física, como producto de una fuerte pelea o forcejeo, donde las personas en la misma
se tiran de las prendas, es muy común que alguna de las personas que participa en la
pelea se quede con alguna fibra que no le corresponde a sus prendas de vestir, sino que
le corresponda a la prenda de vestir de la otra parte. También es muy común en caso de
homicidio, donde la persona antes de morir se logró defender quedando en sus manos
atrapadas algunas fibras que pertenecen a las prendas de vestir del atacante, que, durante
la lucha, se lograron desprender y adherirse. También se pueden mencionar los casos de
robo en las casas, donde el sospechoso al entrar por la ventana deja en la misma una
fibra o un trozo de la prenda que portaba al momento de cometer el delito, y cuando se
logra comparar con las prendas que portaba el sospechoso, se logra identificar un origen
común. Se hace de importancia resaltar que para que una fibra cuestionada sea de rele-
vancia, se debe estudiar muy bien la hipótesis del caso, y al momento de recolectar un
posible patrón, el mismo debe compartir características básicas con el cuestionado, esto
quiere decir que tanto la fibra cuestionada como el patrón deben compartir al menos el
color.
En conclusión, por la simple razón de que las fibras forman parte de las prendas de vestir
y estas son las que todos los seres humanos utilizan para cubrir su piel, es muy normal

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226 Manual de Criminalística y Criminología

pensar que todo aquello que se logre desprender de la prenda será una posible evidencia
traza de utilidad en el campo forense.
Como ya se mencionó al inicio del presente capítulo, las prendas no solo tienen la capaci-
dad de que de ellas se desprendan fibras, sino que la prenda de vestir a la cual pertenecen
puede ser un buen soporte con una alta capacidad de adherir y retener otras partículas.
Esa capacidad que tienen las prendas de vestir de que se le adhieran evidencias trazas,
tiene definitivamente que ver con el tipo de fibra y tejido que la componen. Cuando se
dice que por su composición hay fibras naturales que tienen pelos de animal, entonces las
mismas presentan escamas y estas ayudan al anclaje.
En el año 2006, se realizó un estudio cuyo objetivo era analizar el potencial de ciertos
tejidos y fibras al momento de recolectar ciertos restos vegetales, simulando prendas de
vestir en casos reales. En ese estudio se llegó a la conclusión de que la prenda que logró
recolectar un mayor números de especies vegetales fue una sudadera gris, cuya compo-
sición es lana más acrílico con tejido de punto, también se lograron observar especies
adheridas a un vestido, compuesto este de algodón con tejido gasa, a una licra negra de
nailon con tejido jersey, a una camiseta blanca de algodón con tejido jersey y acanalado y
a un paño de algodón con tejido de sarga, así como un pantalón de courduroy de algodón
con tejido de felpa. Mientras que las prendas que casi no lograron recolectar restos vege-
tales fueron una sudadera negra, compuesta de algodón y acrílico con un tejido de jersey y
acanalado y un pantalón color crema de poliéster con tejido tafetán (Oliva, 2006).
Según el estudio anterior, se puede concluir que las prendas compuestas por fibras de al-
godón presentaron una desventaja como soporte para la evidencia traza, pues el algodón
no produce carga estática, por lo que no favorece la adherencia de las estructuras, mien-
tras que las prendas compuestas por fibras como acrílico, nailon y poliéster presentaron
una gran capacidad de adherencia, esto porque estas fibras se caracterizan por tener alta
carga estática. Con esta conclusión no se entendería cómo se lograron adherir estructuras
vegetales a prendas de algodón, sin embargo, si analizamos los tejidos de esas prendas
esto se podría entender.
En el mismo estudio, no solo se analizaron la capacidad que tienen las fibras para recolec-
tar o lograr adherir las estructuras, sino que también se analizó el tipo de tejido de esas
prendas. Las prendas que presentaron tejidos como jersey y tafetán presentaron menor
capacidad de adhesión, pues son tejidos lisos y compactos, o sea entre una puntada y
otra no hay espacios suficientes para favorecer al anclaje. Sin embargo, entre los factores
que favorecen la adherencia están los tejidos denominados sarga, felpa y gasa, dichos
tejidos se caracterizan por ser corrugados, acanalados y por poseer diseños de cadena
entrelazadas en sus fibras que permiten un arreglo espacial de tal manera que favorece
el anclaje de las estructuras vegetales. Entonces, si una prenda de vestir de fibras de
algodón se combina con un tejido sarga, tenemos una prenda que, si bien por sus fibras

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Tema 6: Biología forense: Evidencia traza en el ámbito forense 227

tendrá poca capacidad para recolectar evidencia, por su tejido puede que funcione muy
bien para atrapar evidencias trazas.
La transferencia de las fibras se puede dar en varias direcciones, si se analiza la teoría
de vinculación y el tipo de caso. En 1997, se realiza en la Sección de Biología Forense
de Costa Rica un estudio en el cual se llega a la siguiente conclusión: en casos como
ataque sexual, asalto u homicidio es de esperar que la transferencia de la fibra se dé
entre prendas de vestir; o entre prendas de vestir con ropa de cama; o entre prendas de
vestir y cuerpo o cabello de la persona. Sin embargo, en casos de atropello con fuga, la
transferencia de la fibra se da entre la prenda de vestir y la parte externa del vehículo y,
por último, en el caso de homicidios y asaltos, la transferencia se da entre las prendas de
vestir y una posible arma (Molina, 1997).

TÉCNICA DE BÚSQUEDA Y LEVANTAMIENTO


Al igual que los elementos pilosos, las fibras se buscan utilizando una luz blanca rasante,
recordar que la misma consiste en utilizar una fuente de luz blanca que incide de manera
perpendicular sobre la prenda u objeto que se desea analizar.
A diferencia de los elementos pilosos, las fibras cuentan con otro método de búsqueda,
que puede ser igual de efectivo en el campo forense, y es por medio de la lámpara de
luz alterna o lámpara de luz forense; la misma emite una luz, la cual viaja a diferentes
longitudes de onda y según los nanómetros utilizados y el tipo de lente (filtro), así se
puede detectar la fluorescencia que emiten algunas fibras. Al momento que se detecta la
fluorescencia de la fibra, es lógico pensar que la misma se hace más evidente y por ende
su levantamiento es mucho más sencillo. Se puede pensar en la revisión de un cuerpo,
el cual esté en muy malas condiciones, las cuales dificultan a simple vista detectar alguna
fibra; al utilizar la lámpara en sus condiciones adecuadas, la fibra se puede hacer visible y
resaltar, favoreciendo su detección y recolección. Es importante mencionar que las longi-
tudes de onda utilizadas para la detección de fibras no tienen por qué ser las mismas que
las que se utilizan para la detección de otras evidencias.
Una vez detectada la fibra, la recolección se puede hacer de la misma manera que con
los elementos pilosos. Se puede utilizar las pinzas de metal con recubrimiento de hule,
o si no se cuenta con esta, se puede recolectar con la mano, siempre y cuando esta se
encuentre protegida con guantes de látex. En forense es muy recomendable utilizar doble
guante, esto por las condiciones en las que se pueden encontrar los indicios. Es impor-
tante recalcar que, para trabajar con cualquier indicio forense, se debe contar con toda la
indumentaria de seguridad necesaria: guantes de látex, protector de cabeza, mascarilla,
cubre-zapatos, lentes de seguridad, bata (preferiblemente desechables) y, dependiendo
de las condiciones en las que se presente el indicio, en algunas ocasiones se sugiere
trabajar con trajes desechables completos.

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228 Manual de Criminalística y Criminología

Al momento de realizar el levantamiento de las fibras, se debe tener en cuenta aspectos


que no se deben realizar, tales como utilizar agua para retirarlas, cortarlas o fragmentarlas
o utilizar cintas adhesivas para su levantamiento. En relación con esto último se debe acla-
rar que el pegamento que tienen esas cintas puede llegar a dañar las fibras, sin embargo,
cuando lo que se va a levantar son fibras muy pequeñas (microfibras), que imposibilitan el
uso de las pinzas, se podría utilizar cinta adhesiva especial, la cual cuenta con pegamento
químicamente inerte (Molina, 1997).
Es importante mencionar que la búsqueda y recolección de estos tipos de evidencia traza,
se realizan con prioridad en un sitio del suceso, esto se debe a que precisamente por las
características que presentan se pueden mover o inclusive perder con facilidad.

EMBALAJES
Tal como se mencionó para los elementos pilosos, el embalaje en el caso de las fibras
es el mismo. Se debe utilizar un embalaje interno que lo proteja y lo individualice, y un
embalaje externo que nos asegure la trazabilidad del mismo.
Si nos referimos a las fibras, el embalaje interno es un sobre de papel con sus extremos
asegurados o un sobre hechizo (trozo de papel doblado a modo de sobre). El mismo debe
ir debidamente cerrado y rotulado. El embalaje externo de una fibra puede ser un sobre
de papel o una bolsa pequeña de papel Kraft, el cual va a contener el embalaje interno
mencionado anteriormente. Este embalaje externo debe ir cerrado, lacrado y rotulado, de
manera que garantice la cadena de custodia del mismo. Si se habla de que lo que se va a
embalar no es una fibra sino un tejido, el embalaje interno y externo, puede ser un sobre
o bolsa de papel que se ajuste al tamaño del tejido.
Los cuidados que se deben tener durante el embalaje de una fibra son los mismos que
con los elementos pilosos. Si la fibra es muy pequeña asegúrese de que la misma no se
vaya a perder en el embalaje interno, o sea asegure las esquinas del sobre o de la bolsa o
bien realice un sobre hechizo que se ajuste más al tamaño de las fibras. Si las fibras son
claras, asegúrese de que el embalaje interno genere un contraste, o sea que sea fácil de
detectar al abrirlo, esto se logra utilizando como embalajes internos sobres o trozos de
papel de colores, o marcando con marcadores de colores los sobres o el trozo de papel,
de manera que al abrir el mismo, se observe el contraste que el marcador genera con la
fibra que el mismo contiene.
Es importante mencionar que, si por el interés de la investigación las fibras son levantadas
de sectores diferentes, los mismos deben guardarse en embalajes internos separados.
Por ejemplo, si es de interés de la investigación saber si el sospechoso condujo un vehí-
culo determinado, es importante embalar por separado aquellas fibras que se recolectan
del asiento del conductor y sepáralas de las recolectadas del resto del vehículo.

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Tema 6: Biología forense: Evidencia traza en el ámbito forense 229

ANÁLISIS DE FIBRAS
El análisis de fibras en el campo forense consta de varios análisis, según los resultados
obtenidos en cada uno de ellos, así se hacen solo algunos o se hacen todos. Para los
análisis, las fibras deben ser colocadas entre un porta y cubreobjetos con un medio de
montaje. Los análisis a los cuales pueden ser sometidos una fibra son los siguientes (Mo-
lina y Rodríguez cit. en Salas, 2011):
• Análisis macroscópico: consiste en observar algunas características macroscópi-
cas de la fibra, tales como color, longitud, estructura, trenzado, composición de
colores y tejidos.
• Análisis microscópico: dentro de este hay dos tipos de análisis microscópicos, el
longitudinal y el de corte transversal:
–– Análisis microscópico longitudinal: este análisis observa características tales
como color, torsión, diámetro y longitud de la fibra, largo, número de fibras
que componen el hilo, inclusiones, cortes y adherencias. A veces solo con este
tipo de análisis se puede saber el origen y el tipo de fibra.
–– Análisis microscópico del corte transversal: este análisis consiste en observar
con el microscopio el corte transversal de la fibra. Para realizar el corte se
utiliza un micrómetro. Lo que se observa es la forma del corte transversal y
la misma se clasifica en: circular, poligonal, tubo plano y hueco, esférico, tri-
lobular, triangular, ovalado, forma de hueso, forma de judía, forma de hongo,
en forma de Y, tetralobular, multilobular, en bloque, redondeado y estrellado.
Estos cortes se comparan con patrones de fibras que ya están identificadas,
que actúan como una especie de guía.
• Determinación del comportamiento ante la incidencia de luz ultravioleta: una vez
que la luz ultravioleta incide sobre la fibra, en la misma se observa una deter-
minada respuesta, es esta respuesta la que se analiza al microscopio. Si como
respuesta a esa incidencia la fibra presenta fluorescencia, se considera como una
respuesta positiva, esto significa que la fibra durante su fabricación fue sometida
a varios procesos de confección.
• Análisis de luz polarizada: para realizar este análisis la fibra se coloca entre un
porta y cubreobjetos para ser observado a un microscopio, el cual ha sido adap-
tado para polarizar la luz, además se utilizan aceites de inversión. En este análisis
se observa los colores y las elongaciones de las fibras como un comportamiento
de la misma, al ser esta sometida a la luz polarizada, para lo cual se exponen a
aceites de diferentes índices de refracción. Las fibras sintéticas tienen dos índices
de refracción o birrefringencia.
• Determinación del espectro infrarrojo: las fibras hechas por el hombre son pro-
ducto de sustancias poliméricas, de aquí la importancia de este tipo de análisis,
ya que se estudia la capacidad de absorción de luz infrarroja de los polímeros y el

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230 Manual de Criminalística y Criminología

patrón característico que se obtiene para ciertas sustancias. Existen microscopios


que cuentan con analizador infrarrojo, lo que permite dar patrones de fibras, en
especial es muy usado para fibras muy pequeñas.
• Análisis de cromatografía de gases: en este análisis la muestra por estar expuesta
a ciertas temperaturas se llega a descomponer y los gases producidos por este
motivo se registran en un patrón. Se conoce que los gases producidos son carac-
terísticos para cada material analizable.
• Identificación por reactivo Kayestein Q: este análisis solo sirve para fibras blancas.
Las fibras se ponen en contacto con una dilución del reactivo japonés llamado Ka-
yestein Q, luego la misma se calienta hasta alcanzar el punto de ebullición, como
resultado de este proceso las fibras se tiñen en distintos colores. Siguiendo una
tabla de colores o patrón establecido, se sabe según el color que tipo de fibra es.
• Punto de fisión: las fibras se colocan entre porta y cubre y se colocan en un “Mel-
tingPoint” o equipo de punto de fisión, este equipo lo que hace es que, por medio
de un termómetro incorporado, emite calor y por ende calcula la temperatura en
que la fibra se funde (pasa de sólida a líquida). Existe una tabla que indica qué tipo
de fibra es según el punto de fisión que la misma alcanzó.
• Análisis de solubilidad o dilución: se analiza la capacidad de la fibra de disolverse,
para esto la misma se expone a diferentes disolventes químicos y se analiza si la
misma se logró disolver y, según esta capacidad, así se está en presencia de una
fibra o de otra. Este análisis también se utiliza para saber si hay mezcla de fibras,
sobre todo cuando estas presentan una solubilidad diferente. Para este análisis se
cuentan con tablas de valores ya montadas que indican los grados de dilución de
las fibras según los disolventes químicos utilizados.
• Análisis por combustión o prueba de llama: este análisis consiste en analizar la
fibra, cuando la misma se expone a una llama. Lo que se analiza son varios aspec-
tos que suceden durante este proceso de combustión, entre ellos: el color de la
llama al quemarse a la fibra, el color e intensidad del humo, el olor de los vapores,
el comportamiento al alejarse la fibra de la llama, textura y color de los residuos
de la combustión.
• Análisis de tintas de las fibras por cromatografía de capa fina mediante luz ultravio-
leta y filtros varios: se analizan los tintes que se extraen de las fibras, utilizando una
mezcla de disolventes químicos. Para esto se debe de tomar en cuenta el tipo de
fibra, si la misma es natural o artificial o sintética, así como la polaridad del tinte.
De todos los análisis antes mencionados, uno de los más comunes hoy en día en los
laboratorios forenses es el análisis microscópico. Es importante recordar que las fibras
que llegan para ser analizadas en el campo forense muchas veces llegan con una calidad
no muy buena y la cantidad por lo general es muy poca. La caracterización de las fibras
naturales según lo que se observa en el análisis microscópico es de mucha ayuda en el

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Tema 6: Biología forense: Evidencia traza en el ámbito forense 231

campo forense, por ende, a continuación, resumimos estas características de algunas


fibras naturales, al ser observadas al microscopio (Molina y Rodríguez cit. en Salas, 2011):
• Algodón: En vista longitudinal no se logran determinar partes diferenciadas, sin
embargo, lo que se logra observar son las fibras individuales orientadas longitu-
dinalmente, esto debido a que provienen de la semilla. Al ver las fibras en el corte
transversal, se observa una forma de riñón.
• Lana: Las fibras en corte transversal tienen forma circular u ovoide, mientras que
longitudinalmente es irregular con presencia de estrías. Como es de esperar, por
estar compuesta de elementos pilosos de origen animal, la superficie externa de
estas fibras está constituidas por escamas muy pequeñas.
• Lino: Longitudinalmente las fibras no presentan capas definidas, por lo contrario,
se observan una especie de nudos. En el corte transversal las células tienen forma
poligonal y son elongadas, el lumen es visible y se observa como una pequeña
abertura oval en el centro de la fibra.
• Sisal: En el corte transversal se observa una forma poligonal con un pronunciado
lumen circular, mientras que longitudinalmente las células se agrupan longitudi-
nalmente entrelazándose entre sí.
• Coco: En el corte transversal se observa que las células son redondeadas y en
algunos casos presentan lumen redondeado. Longitudinalmente las fibras indivi-
duales presentan una médula bien definida, pigmentada y continua.
Al igual que se hizo con las fibras naturales tras observar al microscopio, de igual modo se
hace con las fibras sintéticas y artificiales. A continuación, se presenta un breve resumen
de esas características según la fibra (Molina y Rodríguez cit. en Salas, 2011):
• Rayón: Longitudinalmente se observan estrías, las cuales son brillantes. En su
corte transversal se observan redondeadas y con bordes aserrados.
• Acetato y triacetato: Longitudinalmente, se observan estrías. En su corte transver-
sal se observa multilobulada.
• Nailon: Longitudinalmente puede ser opaca y transparente, con inclusiones o sin
ellas. Según su forma transversal así aparecen estrías longitudinales. En su corte
transversal, se observa redondo, trilobular, cuadradas, en forma de bloque.
• Poliéster: En su sección transversal variada, circulares, triangulares, multilobula-
res, en forma de estrella, hexagonales, triangulares, ovales, huecos, irregulares y
otras. Se presentan como fibras cortas.
• Acrílico y modacrílico: Fibras cortas lisas y torcidas. Forma transversal de hueso,
hexagonal, redonda, de judía, planas.
• Spandex: Se confeccionan monofilamentos de forma transversal redondeada o
fusionadas, se mezclan con otros tipos de fibras, sin lustre.

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232 Manual de Criminalística y Criminología

COMPARACIÓN DE FIBRAS
La comparación de las fibras, como la de los elementos pilosos, consiste en comparar
una serie de características que son observadas y analizadas tanto en los elementos pa-
trón como en los elementos cuestionados. Al llegar a este punto, las fibras tuvieron que
pasar por una batería de análisis, la cual va a contener más de un tipo de análisis, que ya
fueron mencionados y explicados anteriormente. A cuantos más análisis se le somete a la
fibra, más características se van a observar y más poder va a tener la comparación. Por
ejemplo, si en una comparación solo se analizan las características microscópicas de las
fibras cuestionadas vs. patrón, esta va a ser una comparación muy pobre; de lo contrario,
si en esta comparación, además de analizar las características microscópicas, también se
analizan las características observadas utilizando la luz polarizada, más punto de fisión,
más análisis de tinta, sin lugar a duda, esta última comparación va a resultar más compleja
y más rica en la información que aporta.
Se recuerda que la fibra cuestionada es aquella que se desconoce su origen y en ciencias
forenses suele ser la que aporta la información requerida en muchas ocasiones para cola-
borar con la resolución del caso. Por lo general, en los casos reales lo que se observa casi
siempre es una fibra cuestionada que es la que tiende más a funcionar como evidencia
traza, por ser más sensible a la transferencia entre las partes. Esto no quiere decir que
no se pueda contar con un trozo de tela o con un tejido específico como cuestionado, sin
embargo esto es menos frecuente, debido a que es más difícil que un trozo de tela se
desprenda, para que esto suceda la fuerza que se debe aplicar sobre la misma deber ser
muy fuerte.
Cuando se habla de un patrón en la comparación de fibras, se refiere a aquel trozo de
tela del cual se cree que proviene la fibra cuestionada analizada. Este en la mayoría de las
veces forma parte de una prenda de vestir o de un objeto utilizado para hacer amarras,
como cuerdas, mecates, etc. Es muy común que los patrones le sean decomisados a
las partes, ya sea de forma directa o como resultado de la inspección que realizan los
agentes policiales en sus viviendas (ofendidos o imputados). En este caso, a diferencia
de los cuestionados, es más probable contar con un trozo de tela o una prenda de vestir
completa como patrón.
Al igual que los elementos pilosos, los análisis de comparación de fibras a nivel forense,
tienden más a un resultado de descarte que a una posible inclusión. La comparación
de fibras, no puede llegar a incluir con 100 % de certeza, claramente con la cantidad de
prendas de vestir del mismo material que existen en el mercado, sería imposible realizar
tal individualización con ese grado de certeza, sin embargo lo que sí puede realizar este
estudio es concluir si la parte cuestionada comparte características con la parte patrón, ya
dependerá del aporte de otras pruebas en el caso, que le den mayor fuerza a este análisis
o por lo contrario la debiliten.

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Tema 6: Biología forense: Evidencia traza en el ámbito forense 233

Para ejemplificar lo anterior, en un caso donde el imputado deja una fibra del pantalón
que portaba el día de los hechos en la escena del crimen, al momento de realizar la com-
paración y dependiendo de la cantidad de análisis que se le realicen, se puede llegar a
la conclusión de que la fibra cuestionada encontrada en la escena del crimen comparte
características con la muestra patrón tomada del pantalón del sospechoso, por ejemplo,
ambas son poliéster y ambas presentan el mismo tinte. A pesar de que se llega a esta
conclusión al realizar la comparación, no se puede decir que las fibras cuestionadas per-
tenezcan a ese pantalón, debido a la cantidad de pantalones de poliéster con ese mismo
tinte, que puedan existir en el mercado. Sin embargo, tomando este mismo caso, si por
particularidades de cómo sucedieron los hechos contamos con información de testigos
que indiquen que prendas de vestir portaba el sospechoso y la misma coincida con los
resultados de los análisis, esto sí le puede dar más peso a nuestra comparación, sin
embargo, la comparación por sí sola no vincula directamente a ninguna de las partes
involucradas.

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7
BOTÁNICA FORENSE
Pilar Martínez Fernández
Dra. Ciencias Biológicas. Facultativo de Carrera
Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses
España

INTRODUCCIÓN
La botánica forense es una disciplina infrautilizada en la casuística forense, un aspecto
evidencial único en la escena del delito que a menudo se pasa por alto debido a la falta
de conocimiento sobre su potencial (Coyle, Massey y Valentín, 2012). Su estudio puede
incluir la identificación de restos vegetales mediante la clasificación botánica tradicional
de especie, así como evidenciar materiales traza o evidencias de transferencia, el mapeo
del lugar del suceso o el tipaje geológico en la escena (Coyle, Lee, Lin, Lee y Palmbach,
2005a). El estudio forense que implique el análisis de restos vegetales incluye delitos
criminales y otros estudios complementarios en investigación post mortem, tales como
muertes inesperadas, sospechosas de violencia intencionada o no intencionada, o de ori-
gen accidental. En el presente capítulo abordaremos una introducción a la botánica foren-
se en cuanto al estudio de la evidencia vegetal, su procesamiento y análisis diagnóstico en
el laboratorio, con el fin de llegar a una identificación del taxón específico, bien con fines
de caracterización de la especie tóxica o como prueba en el escenario forense.
La botánica forense utiliza la evidencia vegetal como probativa en la prueba de enjuicia-
miento, siendo esta disciplina, a su vez, subdividida en varias especialidades que incluyen
anatomía (estudio de rasgos celulares y tisulares), sistemática (taxonomía e identificación
de especie), palinología, ecología vegetal y limnología. Es importante considerar que la
evidencia vegetal siempre puede estar relacionada con el medio ambiente o escenario;
los palinomorfos, por ejemplo, son restos microscópicos que por la ubiquidad de los es-
pecímenes de los que proceden, por su alta resistencia a la degradación y por su propia
capacidad de dispersión, están virtualmente presentes por largos periodos de tiempo.

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236 Manual de Criminalística y Criminología

Por último, la biología molecular y la metodología del ADN han contribuido, desde hace
más de dos décadas, como herramientas importantes en la investigación de la botánica
forense. En el presente capítulo, se realiza una revisión de los artículos más recientes y
relevantes en esta disciplina, así como de la eficiencia de los marcadores genéticos más
utilizados en el diagnóstico de especie.

EVIDENCIA BOTÁNICA
En la evaluación de la evidencia botánica es crítico proceder de manera cauta con una
cuidadosa recolección de la misma, así como seguir una debida documentación y pre-
servación para su posterior análisis (Ladd y Lee, 2005). Al considerar la evidencia en un
contexto criminal, es fundamental establecer posibles asociaciones entre presunta víctima
e investigado, así como entre estos y la evidencia vegetal propiamente y, a su vez, entre
esta y la escena del posible delito, lo que sería la clásica teoría de unión four-way link age
o de las cuatro vías (víctima, investigado, evidencia y escenario). Ejemplos de utilidad de
la evidencia botánica, en relación con la taxonomía y ecología forense, pueden ser: diluci-
dar si ha ocurrido un homicidio o suicidio; si se trata de la escena primaria o secundaria
del suceso; investigar la búsqueda de personas desaparecidas, e incluso estudiar el inter-
valo post mortem. La eficacia de la evidencia del material vegetal encontrado dependerá
de cómo de única sea la especie en cuestión en el área geográfica de estudio, así como
su historia genética. Muchas plantas o restos traza pueden requerir del análisis de ADN
para confirmar si la muestra evidencial se originó desde una especie concreta propuesta
como hipótesis, si se generó desde una parte de la planta, desde la misma semilla o por
reproducción clonal (Coyle et al., 2005a; Coyle (ed.), 2005).
La evidencia botánica forense incluye muchos tipos de materiales que se transfieren como
resultado del contacto directo o que están depositados en pequeñas cantidades en la
víctima o sospechoso, en un objeto o en la escena (Coyle et al., 2012). Los contenedores
de recolección de muestras y evidencias vegetales pueden ser bolsas de papel de tamaño
apropiado, duquesas y botes paravolúmenes líquidos, así como sobres y tarjetas de reco-
lección para materiales traza (Gaensslen, Harris y Lee, 2008; Saferstein, 2009). El conoci-
miento del principio de intercambio de Locard es un elemento inherente que debe aplicar-
se en todos los casos que involucran el potencial de evidencia botánica. La evidencia del
rastro incluye muchos tipos de materiales que se transfieren como resultado del contacto
directo, o que son depositados en pequeñas cantidades sobre un soporte, sea un objeto,
cuerpo de víctima e investigado o en la escena. El tiempo de contacto y las circunstancias
del depósito son factores que influyen en la cantidad de evidencia que se transfiere de un
objeto a otro (Coyle et al., 2012). También es posible tener una transferencia secundaria
desde un elemento a otro, inherente a la escena o como contaminación, si las pautas
adecuadas de recolección de la evidencia no se siguen (Gaensslen et al., 2008).

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Tema 7: Botánica forense 237

Una vez que la evidencia ha sido reconocida es vital indicar exactamente dónde se en-
contraron estos elementos probatorios, tanto por razones de cadena de custodia, como
para fines de reconstrucción (Saferstein, 2009). Cada elemento de evidencia, a partir de
la muestra original, debe ser fotografiado utilizando un marcador numérico o escala que
indique el tamaño del ítem. El último paso de la documentación será medir y esbozar cada
elemento de evidencia que se recopila (Coyle et al., 2012). Una vez que se ha obtenido
y documentado adecuadamente, se debe realizar una inspección visual de la potencial
evidencia botánica. La evidencia debe ser recolectada con pinzas estériles, mientras que
para aquellos ítems que no sean fáciles de observar, el uso de un rodillo permitirá obtener
cuidadosamente la evidencia sobre el soporte en cuestión. Según convenga, se podrá uti-
lizar cinta adhesiva, gel o papel de contacto (Barash, Reshef y Brauner, 2010; Gaensslen et
al., 2008; Saferstein, 2009). Es posible utilizar un aspirador cuando no hay evidencia traza
visible; no obstante, este método es válido como último recurso debido a la posibilidad
de dañar la muestra o soporte durante el proceso de aspirado (Coyle, 2005). El cepillado
se puede hacer sobre una hoja de papel limpia para atrapar las partículas traza que se
desprenden. En caso de que la evidencia de transferencia botánica se haya adherido a la
ropa, como manchas de hierba, se recortará el área manchada (Coyle et al., 2012). El ma-
terial vegetal también se puede capturar sobre vehículos y puede usarse potencialmente
para unir un vehículo a la escena de un accidente o un vehículo a una escena secundaria
donde el cuerpo de la víctima haya sido encontrado. Si alguno de los ítems que se van a
recoger está mojado o puede contener cualquier tipo de humedad, es imperativo permitir
que se aireen. El secado no debe acelerarse con un ventilador o calentador (Coyle et al.,
2012). Las tarjetas de recolección, tipo papel Whatman/FTA para análisis de ADN de mate-
rial vegetal, son beneficiosas para la recolección y transporte de muestras. Además, estas
tarjetas tienen propiedades antifúngicas y antibacterianas que evitarán el crecimiento de
organismos que potencialmente podría afectar a la calidad del ADN. Si las muestras ya
están secas y quebradizas, pueden pegarse con cinta adhesiva dentro de las tarjetas de
recolección y presentarse fácilmente para los análisis microscópicos, biológicos o quími-
cos adicionales.
La arquitectura de una planta la componen sus raíces, tallos, hojas, flores y frutos. Los
esquemas de clasificación en Botánica Forense pueden ser distintos a aquellos rutinarios
en clasificación botánica tradicional basados en morfología sistemática y designaciones
de nomenclatura del latín (Coyle, 2005). Así, el investigador forense puede utilizar agrupa-
ciones distintas en sus esquemas de clasificación vegetal como: plantas tóxicas, drogas,
plantas ornamentales, verduras, plantas aromáticas o plantas medicinales, entre otras
(Coyle, 2005; Ladd y Lee, 2005). El análisis visual macroscópico de fragmentos vegetales
involucra la fotografía y clasificación descriptiva del material botánico a partir de carac-
teres morfológicos (Coyle et al., 2012). Algunas consideraciones en la metodología de
análisis son realizar una visualización, descripción y documentación macroscópica de los

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238 Manual de Criminalística y Criminología

caracteres físicos, de importancia para su identificación botánica hasta el nivel de especie.


Pueden incluirse la morfología y morfometría, disposición de hojas y flores, morfología de
semillas y raíces, etc., como se muestra a continuación:
• Las hojas: forma, tamaño, textura, bordes, color.
• El patrón de los nervios principales y disposición de la nervadura en la hoja.
• Morfología de las flores: forma, tamaño, textura, color, fragancia.
• Disposición de las flores en el tallo o la relación entre ellas, flores múltiples, com-
puestas, etc.
• Morfología de las semillas: forma, tamaño, número, patrones o margen, color.
• Morfología de las raíces.
En segundo lugar, puede ser necesario realizar un examen microscópico de la evidencia
para observar caracteres más minuciosos: tricomas, estomas de hojas, células de parén-
quima vs. de epidermis, ausencia/presencia de cristales y observación de sus formas,
rasgos de los pétalos, disposición de sus células, así como el patrón microscópico de la
superficie de las semillas, etc. (Coyle (ed.), 2005). Algunos de dichos rasgos pueden ser
identificativos a nivel de género o de especie. Por otro lado, si después de la observación
morfológica no se llega a un diagnóstico claro, puede ser necesario proceder a su iden-
tificación genética (Coyle (ed.), 2005). Al igual que con cualquiera otra área especializada
de la ciencia forense, la documentación de la cadena de custodia y las condiciones de
almacenamiento de la evidencia son de suma importancia (Coyle et al., 2012; Gaensslen
et al., 2008; Saferstein, 2009).

ESTÁNDARES Y GUÍAS DE IDENTIFICACIÓN


Existen guías donde se presentan los estándares mínimos y procedimientos adicionales
para desarrollar el análisis en la identificación botánica forense, incluyendo especímenes
enteros o derivados de sus partes (Wildlife Forensic Science, 2013). En las guías de es-
tándares se incluye metodología de la manipulación de la evidencia y transporte, común
para todo laboratorio forense, así como las normas en la recolección y análisis de material,
a partir de muestras problema y de referencia, o consideraciones de filogenia y taxonomía
que son específicas de la botánica forense. Los materiales de referencia pueden incluir es-
pecímenes tipo, dados en una colección específica de herbario, xilario, etc., dependiendo
de la subdisciplina de interés. El laboratorio forense deberá preparar los procedimientos
de operación estándar (SOP) en relación a cada tipo de material biológico de referencia
para la identificación taxonómica. Entre ellos, los tópicos que se incluyen son: documen-
tación y procedimientos de preparación, protección de los materiales de la degradación,
etc. La identificación de los especímenes vegetales debe ser verificada antes de que el
material sea utilizado en la investigación casuística, consistiendo su verificación en la
comparación con material de referencia, por ejemplo de herbario, o a través de bibliografía

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Tema 7: Botánica forense 239

profesional (como monografías taxonómicas, claves de identificación o guías botánicas).


En la identificación, la procedencia, así como toda bibliografía del espécimen de referencia
o de las secuencias genéticas comparadas serán documentadas debidamente en relación
a la evidencia casuística o ítem. Los nombres científicos serán los aceptados vigentes;
lo mismo ocurre con las bases de datos utilizadas. Los analistas deberán confrontar las
sinonimias y otros conceptos taxonómicos actuales, y también ser capaces de analizar el
origen geográfico o geobotánico a partir de bases de datos sólidas, conteniendo muestras
de referencia de las áreas geográficas en cuestión. En el documento donde se reportan
los principales estándares en el análisis de evidencias vegetales forenses, igualmente, se
describe cómo realizar:
• La documentación del caso.
• Contenido de los informes.
• Los procedimientos SOP generales de identificación botánica.
• Los análisis de ADN de origen vegetal.
• Las guías estándar de secuenciación, de genotipado de STRs y SNPs.
• Procedimientos de anatomía del análisis de madera, etc.
En cuanto a los estándares de análisis del ADN botánico, esta disciplina utilizará técnicas
genéticas para identificar familias, géneros, especies, poblaciones o la individualización de
especímenes a partir de la planta, de sus partes o productos. Las secuencias genéticas
comparadas a partir de bases de datos públicas (como GenBank del Centro Nacional de
Información de Biotecnología, CNBI) serán vistas con cautela. La identificación no deberá
basarse en la comparación con una secuencia única a partir de dichas bases de datos. En
cuanto a la individualización del espécimen, como en el análisis con marcadores STRs, to-
das las estimas de probabilidad de individualización incorporarán un ajuste según la estruc-
tura de la población a la que pertenece el taxón problema correspondiente. Para los taxones
con movilidad limitada o especies con cruzamiento no-panmítico, las estimas relevantes a
la estructura poblacional deberán utilizarse. No obstante, cuando q no sea conocido para
una especie en cuestión se realizará un ajuste conservador basado en los datos disponibles
a partir de los taxones esperados que posean una estructura poblacional similar.

CASUÍSTICA, PLANTAS VENENOSAS E INTOXICACIONES


Una muerte inesperada puede ser el efecto de un envenenamiento causado por la in-
gestión accidental o criminal de una planta (Kikkawa et al., 2017; Persico et al., 2011).
Algunas muertes súbitas inesperadas (unexpected sudden deaths, USD) se analizaron en
el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (INTCF) en relación con restos
vegetales en la escena (Martínez y Fernández-Rodríguez, 2018). La búsqueda del taxón
que presentara toxicidad fue el objetivo en el estudio de los casos cuyo fallecimiento
quedaba por resolver. Para otros sucesos donde no se encontraron especies tóxicas, el

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240 Manual de Criminalística y Criminología

material vegetal sirvió para relacionar el escenario del suceso. En el análisis de las varia-
bles presentes para un conjunto de 15 casos en una serie de doce años se observó que
la identificación taxonómica resultó útil y se clasificaron tres categorías de casos: 1) con-
sumo de la planta intencionado (homicidio, suicidio o abuso/automedicación); 2) consumo
no-intencionado o accidental, y 3) casos donde se debía asociar el escenario a la evidencia
o víctima fallecida. El tejo, la adelfa y la cicuta han sido ejemplos de plantas relacionadas
frecuentemente en casuística. En otros escenarios, por ejemplo, en un caso de agresión
sexual, se encontró una espiga de herbácea Festuca spp., como evidencia vegetal en la
vagina de la víctima, que podría dar muestra del lugar donde ocurrieron los hechos. De un
total de 40 taxones analizados para identificar las causas posibles de los casos de falle-
cimiento, algunas de las especies tóxicas encontradas fueron: tejo-Taxus baccata (n=4),
adelfa-Nerium oleander (2), cicuta-Conium maculatum (1), Kalanchoe daigremontiana (1)
y Abrus precatorius (1); solo un 9 % del total resultaron especímenes no identificados.
Según las especies referenciadas en el estudio casuístico, las toxinas posteriormente
encontradas en fluidos corporales fueron: taxina, oleandrina, coniína y daigremontianina,
respectivamente. Así, después de identificar la especie tóxica en cuestión puede ser ne-
cesario correlacionar el alcaloide o toxina propiamente a partir de los fluidos del individuo,
si los hubiere (sangre, orina, fluidos/tejidos, contenido gástrico). En los casos de las USD
es, por tanto, recomendable que primero se proceda a identificar una especie tóxica po-
tencial, recogida en el escenario junto al individuo fallecido, y que secundariamente se
realice la determinación química.
El tejo europeo, Taxus baccata, es una conífera venenosa cuyos efectos cardiotóxicos han
sido conocidos desde hace más de 2000 años. Las intoxicaciones letales en humanos su-
ponen un hecho raro, pero han sido descritas en la literatura (Frommherz et al., 2006; Per-
sico et al., 2011; Pietsch et al., 2007). Las concentraciones taxoideas en la planta varían
con la estación del año. Recientemente, Grobosch et al. (2013) describen en detalle las
toxinas implicadas. En general, paclitaxol (taxol A), 10-desacetilpaclitaxol, cefalomanina
(taxol B) y bacatina III se presentan en concentración baja (<0,48 % de peso seco en ho-
jas), siendo los componentes mayores (30 %) una mezcla de compuestos de alcaloides,
como toxina B, toxinas responsables de la toxicidad (1,2 % peso seco). La dosis letal en
adulto se ha documentado en 50 g de hojas, 250 g de alcaloide taxina o 3 mg de taxina por
kg de peso corporal (Wilson, Sauer y Hooser, 2001). El máximo tiempo de detección de
toxinas encontrado por Grobosch et al. (2013) fue de 5 días en suero (122 h). Si la orina
está disponible, es recomendable una hidrólisis enzimática para mejorar la sensibilidad en
la metodología espectrofotométrica, especialmente si se sospecha que se administró una
pequeña cantidad de la planta.

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Tema 7: Botánica forense 241

Figura 1. Detalle macroscópico de las hojas de tejo Taxus baccata. La adelfa Nerium oleander
es una planta ornamental de distribución mundial cuyos principios activos son la oleandrina,
olinerina y digitoxigenina: todos ellos glucósidos cardíacos similares al digital. Las intoxicaciones
por adelfa pueden ocurrir tanto en humanos como en animales, sin embargo, la mortalidad
es baja incluso en los casos de ingesta con fines autolíticos (Langford y Boor, 1996).

En la Figura 2 se muestra detalle de flores y hojas de N. oleander. Todas las partes de la


planta son tóxicas, conteniendo las semillas y la raíz la tasa más alta de glucósidos cardía-
cos; además, el contenido de estos presenta variaciones, siendo mayor su concentración
durante la floración de la planta (Arriola-Martínez, Montero, Martínez y Miguel, 2006). No
obstante, la baja ocurrencia del envenenamiento por adelfa en casuística hace difícil su
sospecha ante una posible muerte inesperada (Papi, Luciani, Forni y Giusiani, 2012). En
el caso de dos jóvenes cuyos cuerpos fueron encontrados en un bosque en condiciones
de malnutrición, las investigaciones médico legales no mostraron signos patológicos o
traumáticos para explicar su muerte. No obstante, la presencia de restos vegetales en su
estómago fue notificada. Así, a pesar de no haber encontrado resultados en el screening
rutinario toxicológico previo, tras observar los restos vegetales posibles de adelfa, se
consiguió demostrar la presencia de digoxina en sangre, excluyendo la posibilidad de
una procedencia farmacéutica. Posteriormente, tal evidencia pudo interpretarse como una
muerte por ingestión de N. oleander demostrándose finalmente el contenido de oleandri-
naen sangre (Papi et al., 2012).

Figura 2. Arbusto de adelfa Nerium oleander, mostrándose flores y hojas.

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242 Manual de Criminalística y Criminología

La cicuta típica (Conium maculatum) es conocida como perejil lobuno o cañaleja, y es una
de las especies más venenosas dentro de las plantas superiores. Es una planta nitrófila
muy común, de distribución mundial, perteneciente a las Apiaceae. Contiene alcaloides
piperidina como conoiina, N-metil-coniína, conhidrina, pseudoconhidria o gammaconiceí-
na (Vetter, 2004). Todos los órganos vegetativos, flores y frutos contienen alcaloides y su
concentración depende de las variedades existentes, sus condiciones ecológicas y la edad
de la planta. Existen muchos estudios de muertes por toxicidad de esta planta tanto de
humanos como de animales (Vetter, 2004). Se han descrito envenenamientos con cicuta
desde la antigua Grecia, así como en la casuística presente, por ejemplo, en humanos que
erróneamente han tomado hojas de perejil (Petroselinum crispum), raíces de Pastinaca
sativa, o semillas de anís (Pimpinella anisum).
En la Figura 3 se observa una foto de la semilla de C. maculatum, junto a semillas de kiwi
de pulpa verde (Actinidia chinensis), a partir de una muestra de contenido gástrico de un
caso analizado en INTCF, pudiéndose probar la ingesta de la planta (Martínez y Fernán-
dez-Rodríguez, 2018). Parecida a la cicuta, se encuentra el perejil de perro o “fool´s par-
sley” (Aethusa cynapium), la cicuta acuática o “water hemlock” (Cicuta maculatay C. viro-
sa), otras cicutas norteamericanas (C. douglasii, C. occidentalis) (Bruneton, 2001) y otras
plantas del género Oenanthe (como O. crocata o nabo del diablo), confundidas a veces
por chirivías, angélicas y otras plantas de raíces comestibles o curativas (Piqueras, 1996).
En detalle, entre sus sustancias tóxicas se describen los alcaloides alifáticos insaturados,
como cicutotoxina y oenantotoxina, y los derivados piperidínicos como la coniína (Pique-
ras, 1996). En general, la identificación de las apiáceas es delicada, en especial cuando
aún no se han formado flores y frutos. Además, el contenido en alcaloides varía entre las
partes de la planta, según estación, hora del día, humedad, temperatura y localización
geográfica. Cuando la planta madura, el alcaloide se concentra aumentando en los ta-
llos, hojas y frutos, aunque las raíces contienen las mayores concentraciones observadas
(Bruneton, 2001). La caracterización de la toxina en los fragmentos vegetales obtenidos
de autopsia (como esófago/estómago) se puede efectuar por cromatografía en fase ga-
seosa con espectrometría de masas (Bruneton, 2001). La toxina coniína ha sido descrita
en la literatura, a partir de suero, tejidos, incluso en orina de intoxicados (Vetter, 2004).
Las medias del contenido estimado según las diversas partes de la planta son: raíces
0-0,5 %, tallos 0,02-0,7 %, hojas 0,3-1,5 %, flores 1 %, frutos inmaduros 1,6-3 %, maduros
0,2-1 % y semillas 0,02-0,9 %. No obstante, ante un fallecimiento inesperado, el examen
de las evidencias puede no demostrar resultados concluyentes o específicos, por ejemplo,
se puede observar una mera congestión pulmonar (Barceloux, 2008). Es, por tanto, im-
prescindible relacionar la evidencia del resto vegetal para poder confirmar posteriormente
la toxicidad en los fluidos corporales del fallecido. Así, la presencia de gammaconiceína
en sangre y orina resultó ser la prueba congruente para confirmar la exposición del in-
dividuo intoxicado o fallecido a la especie en cuestión (Barceloux, 2008). En cuanto a
Oenanthe, se han descrito varios sucesos de consecuencia mortal, como un caso donde

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Tema 7: Botánica forense 243

las raíces de cicuta acuática fueron confundidas con raíces de apio (Piqueras, 1996). Las
descripciones de la literatura apuntan a diversas causas de consumo, como la intención
de conseguir un efecto alucinógeno, intención de consumo voluntario por enfermedad
(psicopatología) y con fines criminales (Bruneton, 2001). Frolme y Pfänder (2004) iden-
tificaron semillas de C. maculatum de dos individuos fallecidos, de los cuales mediante
espectroscopía GC-NMR también se pudo probar la existencia de gammaconiceína en
contenido de estómago, sangre y orina.

Figura 3. Semilla de Conium maculatum, presente en una muestra de contenido


estomacal (centro) entre semillas de Actinidia chinensis, cultivar Hayward.

La falsa heleborina Veratrum album es otro ejemplo de planta implicada en los accidentes
por ingestión de plantas tóxicas con morfología similar a plantas comestibles, conteniendo
alcaloides como protoveratina, jervina, ciclopamina y veratramina (Kikkawa et al., 2017).
En Europa, V. album es confundida a menudo con Gentiana lutea, ingrediente utilizado en
la fabricación de vino. Ante estos casos, se requiere de la identificación rápida y fidedigna
de la especie implicada mediante caracteres morfológicos o por análisis químico. Sin
embargo, los exámenes morfológicos requieren alta experiencia en sistemática ya que las
muestras suelen estar fragmentadas y los análisis químicos son difíciles. Kikkawa et al.
(2017) diseñaron primers específicos de Veratrum stamineum y V. album para una combi-
nación de dos marcadores (trnH-psbA y trnL-trnF) y lograron identificar incluso muestras
pequeñas con un límite de detección <10 pg de ADN. La tecnología del ADN, como la PCR
a tiempo real, identificando dianas específicas, puede ser una herramienta aplicable en
plantas superiores en el ámbito forense.
Schieltz et al. (2011) investigaron un delito de salud pública, donde encontraron ricina
activa en una muestra de polvo blanco. La ricina es una toxina mortal procedente de la
semilla de Ricinus communis. Los autores abordan igualmente la identificación molecu-
lar como requisito en la resolución de los casos donde morfológicamente no pudieron
identificarse los restos vegetales. Los ensayos genéticos demostraron la citotoxicidad del
preparado como evidencia del delito, así, tras proceder a la identificación de especie, se
pudo comprobar, mediante espectrometría, la detección de la toxina ricina. Este trabajo
es un ejemplo de la veracidad al realizar este tipo de análisis en investigaciones forenses.

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244 Manual de Criminalística y Criminología

PLANTAS ALUCINÓGENAS O DROGAS DE ABUSO


Salvia divinorum es una planta perenne capaz de inducir cambios en la percepción como
alucinaciones de potencia similar al LSD. A menudo, la identificación de muestras de plan-
tas en una mezcla procesada es difícil de realizar, siendo un problema su determinación
y la cuantificación de los compuestos activos que precisan tiempo si se realizan análisis
de espectrometría GC y LC (Bertea et al., 2006; Luciano, BossiLuciano, Bertea, Temporale
y Maffei, 2007). Los autores demostraron igualmente que a partir de una metodología
rápida, como la PCR a tiempo real, se pueden cuantificar plantas a partir de mezclas:
0 %, 20 %, 40 %, 60 %, 80 %, 90 % y 100 % (w/w) de S. divinorum versus S. officinalis
(no alucinógena), usando primers diseñados para la secuencia de 5S-ARNr de Salvia spp.
En cuanto a drogas de abuso, la investigación se ha centrado principalmente en la iden-
tificación de marihuana o Cannabis sativa (Coyle, Ladd, Palmbach y Lee, 2005b). La ma-
rihuana es una de las sustancias ilícitas más utilizadas (Houston, Birck, Hughes-Stamm y
Gangitano, 2016). A nivel morfológico, dicha planta se ha identificado por los tipos de pe-
los cistolitos presentes en sus hojas, sin embargo, la presencia de dichos pelos no es una
identificación concluyente, ya que más de 80 especies de plantas poseen también dicho
carácter morfológico. Secundariamente, se han utilizado el test de color Duquenois-Levi-
ne y la cromatografía en la búsqueda del THC (tetrahidrocanabinol) y de otros canabinoi-
des. No obstante, no todas las muestras poseen niveles detectables de canabinoides y,
por tanto, se debe recurrir a la estrategia molecular, como la identificación de secuencias
de las regiones ITS1 y ITS2, principalmente. Además, recientemente, se ha podido indivi-
dualizar el fragmento vegetal de C. Sativa obteniendo un perfil único para cada ejemplar en
cuestión, mediante marcadores STRs específicos de Cannabis sp. (Houston et al., 2016).
El desarrollo de un método validado utilizando repeticiones en tándem cortas (STRs) de
Cannabis puede ayudar en la individualización de las muestras, así como servir como una
herramienta de inteligencia para vincular múltiples casos. Para este propósito, Houston
et al. (2016) optimizaron una múltiplex para C. sativa de 13 loci STRs, de acuerdo con las
directrices de la ISFG y SWGDAM. Más de 100 muestras procedentes de incautaciones
fueron analizadas y generaron perfiles de ADN distinguibles y completos. El poder combi-
nado de discriminación de este sistema multiloci es de 1 en 70 millones. Ninguno de los
13 marcadores STRs reaccionó de forma cruzada con otras especies vegetales estudiadas
en la validación, a excepción de Humulus lupulus (lúpulo) que generó picos no específi-
cos. Los resultados de esta investigación demuestran la aplicabilidad de este sistema al
asociar casos de Cannabis que puedan estar relacionados (Houston et al., 2016). Hoy en
día, también es posible aplicar mediante secuenciación masiva (MPS), la identificación
individualizada de 12 STRs validados en C. sativa de forma automatizada, donde se ha
observado concordancia completa entre el panel de MPS y los datos de la electroforesis
capilar convencional (Houston, Mayes, King, Hughes-Stamm y Gangitano, 2018).

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Tema 7: Botánica forense 245

Una especie relativamente nueva en el mercado ilícito, usada de manera tradicional para
aliviar el dolor o mejorar el ánimo, es el kratom Mitragyna speciosa (Rubiaceae), un pa-
riente del café, que ha demostrado contener toxicidad suficiente como para ser letal, sien-
domitraginina y 7-hidroximitraginina los principales componentes activos. Warner, Kauf-
man y Grundmann (2016) presentan un estudio reciente en la especie. El interés creciente
en esta planta como droga de abuso requiere de la evaluación química para identificar
su toxicidad. Aunque de forma menos común, se están produciendo investigaciones no
cromatográficas, como PCR y análisis directo de espectrometría de masa en tiempo real
(DART-MS), para llegar a obtener análisis confirmatorios. La técnica rápida de PCR usando
polimorfismos de fragmentos de restricción (RFLP) se ha seguido utilizando, asimismo,
en el análisis de productos comercializados (Maruyama et al., 2009; Rosenbaum et al.,
2012). Sin embargo, en la metodología rutinaria en el laboratorio forense no se dispone,
en algunos casos, de una detección rápida de la droga a partir de matrices biológicas. Un
inmuno ensayo, por ejemplo, como icELISA, permitiría detectar la mitraginina procedente
de las hojas de kratom (Warner et al., 2016), siendo un método de análisis rápido y que
requiere de una muestra mínima. No obstante, será necesario en un futuro obtener mayor
sensibilidad y especificidad en este tipo de pruebas a partir de fluidos biológicos.

ESTUDIO DE MUERTE POR SUMERSIÓN


El agua puede contener algas microscópicas, en particular diatomeas, dinoflagelados, pro-
tozoos foraminíferos, etc. muchos de los cuales poseen un esqueleto externo que sobrevive
al tratamiento químico utilizado por ejemplo al digerir polen (Milne et al., 2005). Confirmar
una muerte por ahogamiento es un diagnóstico difícil en la autopsia (Piette y De Letter,
2006). La detección de microalgas de estructura silícea como las diatomeas es útil en
el diagnóstico de sumersiones, siendo considerado uno de los métodos científicos más
resolutivos o golden standard, junto con la detección de estroncio en sangre (Azparren,
Perucha, Martínez, Muñoz y Vallejo, 2007). La coincidencia de dichas microalgas encon-
tradas en órganos internos del fallecido (bazo, riñones, cerebro) en comparación con las
estructuras silíceas encontradas en el medio de inmersión puede diagnosticar una muerte
por ahogamiento en medio acuoso (Hürlimann et al., 2000). No obstante, a partir de los
resultados de laboratorio en ausencia de microalgas, no se puede confirmar si se produjo
un ahogamiento ya que puede que el agua de inmersión carezca de microalgas. Se hace
necesario un estudio de hidremia donde se estudiará la concentración de estroncio en
sangre de ventrículo del fallecido respecto a la cantidad presente en el medio acuoso
(Azparren et al., 2007). Hu et al. (2013) describieron una metodología de filtrado en vacío
del fluido corporal o lisado de órganos, donde el sedimento se retiene en membrana para
un posterior examen de las diatomeas mediante microscopio electrónico de barrido (SEM)
por escaneado de campo automático.

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246 Manual de Criminalística y Criminología

En la Figura 4 se muestra microfotografía SEM de Melosira sp. (ver Figura 4a). Además,
se demostró que el pirograma obtenido mediante las señales representadas de pirose-
cuenciación (PSQ) de la región V7 del ADNr 18S, puede ser un patrón identificativo del
género de diatomea en cuestión (ver Figura 4b) (Zhao et al., 2018).

Figura 4a. Melosira sp. Cedido de Ji Zhang, 2018.

Figura 4b. Pirograma obtenido mediante las señales representadas


de pirosecuenciación (PSQ) de la región V7 del ADNr 18S. (Zhao et al., 2018)

El análisis de microalgas se puede realizar a partir de imágenes automáticas obtenidas


de alta magnificación, así como por identificación manual mediante microscopía óptica.
No obstante, es necesario mejorar en la automatización de los sistemas de imagen, como
SEM, para procesar la detección y mejorar su diagnóstico. Asimismo, es posible que se
encuentren otras estructuras celulares capaces de resistir la acción de los ácidos en la
digestión de los fragmentos tisulares de los distintos órganos analizados del fallecido,

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Tema 7: Botánica forense 247

como los granos de polen; estos contienen una pared gruesa exterior, la exina (Mildenhall,
Wiltshire y Bryant, 2006). Como ejemplo, se describe un caso de un individuo encontrado
en agua de acequia, donde se individualizaron granos de polen en bazo y pulmón. El polen
resultó coincidente con el encontrado en el medio de inmersión (Martínez, González-
Porto, Munuera y Acevedo, 2015); ver Figura 5.

Muestras Medio acuoso (N) Bazo (N) Pulmón (N)


Tipos Cytisus t. (2) Cytisus t. (5) Cytisus t. (3)
Trifolium t. (3) Trifolium t. (3) Trifolium t. (5)
Quercus t. (2) Pinus t. (1) Pinus t. (1)
- - Rosaceae (1)
- - Quercus caducifolium (2)
Figura 5. Tipos de polen identificados (t), familia, género y aproximación de especie.
N representa el número de especímenes encontrados. Adaptado de Martínez et al. (2015).

PALINOLOGÍA FORENSE
La Palinología Forense responde a la aplicación de los granos de polen y esporas al
resolver aspectos legales, civiles o criminales (Adams-Groom, 2012; Mildenhall et al.,
2006). Una muestra de procedencia palinológica puede contener granos de polen típico
de angiospermas, así como esporas de hongos, helechos y un rango de otros materiales
microscópicos (Moore, Webb y Collinson, 1991). El número total de tipos de polen y es-
poras identificados en una muestra se denomina ensamblaje de polen o de palinomorfo
(Milne, Bryant y Mildenhall, 2005). La palinología puede ser muy útil en el análisis de los
escenarios, tanto si los hechos han transcurrido en el exterior (Mildenhall, 2003) como en
un interior (Mildenhall, 2006b). Esta disciplina puede utilizarse en casos puntuales donde
se ha objetivado esta evidencia específica como pieza informativa, pudiendo resolver cier-
tos delitos o sucesos, no obstante, no se utiliza de forma rutinaria (Adams-Groom, 2012).
En Gran Bretaña, la Palinología Forense, en cambio, ha sido utilizada más habitualmente
tras el desarrollo de la Unidad de Ecología Forense del Servicio Científico Forense británi-
co, siendo un ejemplo de unidad medioambiental multidisciplinar (Mildenhall et al., 2006).
Los granos de polen tienen cuatro características principales para su identificación: tama-
ño, forma, aperturas y ornamentación (Milne et al., 2005). El tamaño del grano de polen
está entre 5 y 200 µm de diámetro, pero el tamaño medio ronda 20-70 µm (25-40 µm,
según Mildenhall, 2006a). Las formas pueden ser esféricas, triangulares, elípticas, hexa-
gonales, pentagonales o variantes geométricas distintas, pudiendo ser triangular cóncava,
triangular convexa, con protrusiones desde los ápices, etc. (Adams-Groom, 2012). Ade-
más, la mayoría de los tipos de polen poseen una o más aperturas, aunque algunos gra-
nos no poseen apertura. El rango de tipos de aperturas varía en su forma y denominación,

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248 Manual de Criminalística y Criminología

existiendo aperturas circulares (poro) o alargadas (colpus), hasta plurales combinaciones


complejas de poros y colpi. El grano de polen tiene una forma y rasgos físicos que lo ha-
cen único para identificar la familia, género o especie vegetal de origen, ayudando así en
el diagnóstico de la evidencia. Como ejemplo, en la Figura 6 se observan granos de polen
del tipo polínico de Erica arborea, de dispersión típica en tétrada regular. Se observan tres
aperturas colporadas por grano de polen. La evidencia informativa de análisis palinológico
puede no ser más que corroborativa a otras evidencias de mayor peso en el estudio de
un crimen, tales como la coincidencia de un perfil de ADN del sospechoso o investigado.
La palinología se ha usado en casos forenses desde hace más de 40 años y su metodo-
logía de identificación, por tanto, no es nueva, siendo común en ecología, aerobiología y
ciencias medioambientales. Como la palinología no siempre es la primera prioridad en la
escena del crimen, el polen como tipo de evidencia, a menudo, puede dañarse o perder-
se. Idealmente, el analista palinólogo debería ser llamado a la escena de inmediato, sin
embargo, esto no siempre es posible logísticamente.

Figura 6. Granos de polen del tipo polínico de Erica arborea, de dispersión típica en tétrada regular.
Se observan tres aperturas colporadas por grano de polen, y observación de su disposición entre los granos.
Tamaño de la tétrada en torno a 35 µm. Cedido de A.V. González-Porto, 2018.

Cualquier vegetación o resto vegetal significativo necesitaría ser al menos fotografiado


de forma detallada. En la escena de un delito se deben muestrear dos tipos de eviden-
cias: a) las evidencias de polen problema (o muestras evidenciales), así como b) las
muestras control, siendo importante pensar en recolectar ambos tipos, e insistiendo en
recolectar las muestras control que permitan realizar comparaciones (Milne et al., 2005).
Las muestras control deben representar el área potencial referenciada por las muestras
evidenciales, pero a veces estas no son representativas (Mildenhall et al., 2006). Por
ejemplo, algunas muestras control pueden contener una representación muy mayoritaria
de un tipo de polen que ha enmascarado otras evidencias de polen que pudieran resultar
más representativas del área exacta del delito o del hallazgo. Para estudiar con detalle un

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Tema 7: Botánica forense 249

procedimiento de muestreo palinológico, Mildenhall et al. (2006) hacen una descripción


con ejemplos de recolección de muestras de superficie (en zona superior, de 1.0 mm) con
respecto a un área de unos 900 cm2. El analista no necesita siempre examinar cada mues-
tra control, pero es bueno haber recolectado suficientes muestras específicas que en un
futuro puedan ser necesarias (Mildenhall et al., 2006). Según Adams-Groom (2012), se
debe tener en cuenta: a) La evaluación de la localización; cada escena es diferente y el
enfoque dependerá de si interesa determinar cuántos sitios necesitan ser visitados y la
cantidad de tiempo disponible para hacerlo, la topografía y el acceso a la escena, la tem-
porada y el clima; b) El estudio de la vegetación contenida en el sitio y en sus alrededores
para indicar el posible polen de montaje; c) La evaluación de la escena puede hacer que
el experto decida que el polen tipo no será útil para su análisis o, por el contrario, pue-
de conducir a la necesidad de acceder y evaluar otros lugares; d) Hacer visitas a otras
ubicaciones de las que se obtendrán muestras control; e) Prestar cuidadosa atención a
la integridad de la escena, usando mascarilla, guantes y ropa protectora si corresponde;
f) Hacer un informe de la escena que incluya una referencia de cuadrícula, y su respectiva
orientación. Además, las características particulares y las ubicaciones de las muestras
de polen deben anotarse. Idealmente, la escena debe dividirse en secciones pertinentes
a las diferentes áreas de vegetación y a cada sección debe corresponderle un nombre o
código. Asimismo, se podrá anotar la vegetación referida siguiendo un orden estándar de:
1) árboles, 2) arbustos y 3) tipos herbáceos. Puede ser necesario lavar una superficie para
obtener una muestra con una solución de agua destilada con aproximadamente 3 % de
detergente. El polen y otros restos botánicos se pueden recoger de la ropa y de las áreas
que se han frotado sobre el suelo. El calzado generalmente arroja la mejor evidencia de
polen, ya que puede recoger muestra de suelo directamente del lugar donde se ha pisado.
Algunas veces, los restos de planta quedan atrapados en ropa, cabello, debajo de las uñas,
en cavidades nasales, etc. (Wiltshire, 2015). Puede hacerse necesario muestrear incluso
áreas más íntimas en busca de palinomorfos, como la zona genital de la víctima en ciertos
casos de agresión sexual. Para el screening en automóviles, el suelo en el exterior de un
vehículo puede ser significativo. Adams-Groom (2012) refiere que la muestra de suelo
debe almacenarse siguiendo la cadena de frío, y si estuviera húmeda o impregnada de
fluidos, deberá congelarse. El aire también puede monitorearse en busca de contamina-
ción por palinomorfos, idealmente con una muestra volumétrica de aire control.
El análisis del polen y recuento de palinomorfos en el laboratorio, a partir de las muestras
recolectadas, lo describe en detalle Adams-Groom (2012). La mejor forma de obtener una
muestra de polen es lavando con un hisopo, pero en ciertos casos, se puede necesitar el
uso de aspiradora con filtro, sin comprometer la evidencia. Los procesos de extracción
estándar para el polen y esporas con fines forenses son la acetolisis y la separación de
líquidos pesados, como se detalla en Brown (2008). La visualización de los granos de po-
len o de las esporas presentes se sigue realizando mediante microscopía (microscopio de
luz visible o microscopía SEM), siendo a veces necesario el recuento de unos 300 granos

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250 Manual de Criminalística y Criminología

(mínimo) por muestra. Si un tipo particular de polen domina el perfil, puede ser necesario
realizar un recuento mayor para garantizar que se seleccionen tipos de grano más raros.
En un examen de rutina, las muestras de polen se pueden visualizar bajo microscopio de
luz de transmisión (TLM) con mil aumentos. Secundariamente, el microscopio SEM servirá
para investigar detalles de superficie y otros caracteres minuciosos. No siempre será nece-
sario realizar el conteo de todas las muestras, especialmente, si durante el proceso queda
claro que el perfil es muy similar o bastante diferente al de las muestras control. Es impor-
tante no exagerar la presencia de los tipos menos comunes de polen cuando se comparen
muestras problema con muestras control durante el análisis. Cada muestra se homogeniza
y se toma una alícuota que deberá representar el perfil de polen medio para dicha área,
siendo esto más acertado que realizar una toma simple aleatoria de distintas áreas.

METODOLOGÍA DE ANÁLISIS
La preparación de la muestra para el análisis polínico a partir de la muestra forense en
cuestión implica varios procedimientos químicos secuenciales (Milne et al. 2005). El ob-
jetivo será eliminar el máximo posible de material mineral y de materia orgánica, dejando
solo el material biológico que contenga el polen y/o las esporas. En ocasiones, unos pocos
granos de material serán lo necesario para procesar, pero otras veces se necesitará más
cantidad de origen, por ejemplo, de restos de suelo, para poder llegar a obtener la eviden-
cia necesaria para la identificación polínica.
Los carbonatos de calcio y otros minerales de carbonato pueden eliminarse con ácido
hidroclórico, mientras que los minerales de silicato como arena de cuarzo y arcilla se obtie-
nen usando ácido hidrofluórico. Para eliminar el material orgánico fino y el protoplasma o
lípidos más externos de los granos de polen o de esporas la muestra se somete a acetoli-
sis. Esto implica calentar la muestra durante 3-10 minutos en una mezcla de ácido sulfúrico
y anhídrido acético en un radio de 1:9. Ya que esta solución repele el agua, la muestra debe
enjuagarse varias veces con ácido acético antes y después de acetolisarse. Los fragmentos
más grandes de materia vegetal y otros debris no deseados se limpian de la muestra me-
diante filtrados en malla de 150-200 µm. El filtrado debe conducirse mejor después de la
acetolisis para asegurar que los granos de polen y esporas adheridos a fragmentos grandes
orgánicos no se pierdan. Los minerales pesados que tengan una gravedad específica ma-
yor que los granos de polen y esporas deberán limpiarse mediante una separación líquida
pesada usando por ejemplo bromuro de zinc con una gravedad de 1.65-2. En cada paso el
residuo de cada muestra se va descartando. Entre cada procedimiento químico, la muestra
se enjuagará varias veces con agua destilada y deberá ser centrifugada.
Algunas muestras de suelo pueden requerir desfloculación con varios compuestos inclu-
yendo detergentes, o pueden necesitar sonicación para liberan el polen de algunos oxi-
dantes, por ejemplo, pueden necesitarse ácido nítrico o bases fuertes, como el hidróxido
de potasio. Una vez que el procedimiento de extracción haya terminado, pequeñas gotas

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Tema 7: Botánica forense 251

del residuo orgánico pueden montarse sobre un portaobjetos para su visualización al mi-
croscopio óptico. Algunos palinólogos utilizarán para ello glicerina o aceite de silicona que
permanece viscoso y permite el movimiento de los granos o esporas para poder visualizar
mejor los rasgos morfológicos. Otros palinólogos utilizan un medio de montaje plástico
permanente. El ensamblaje del polen a partir de una muestra se identificará hasta el nivel
taxonómico más bajo posible (familia, género, especie) (Mildenhall, 2006a; Mildenhall et
al., 2006).
Una vez que los datos se han recopilado, pueden convertirse en porcentajes para com-
parar las frecuencias relativas de los tipos de polen, y mediante estadísticas comparar
similitudes. Dado que la evidencia palinológica a menudo es compleja de presentar, es
importante que en el informe se dé una interpretación muy clara, evidenciándose mediante
tablas. Es recomendable que la recolección de datos se envíe a un palinólogo/experto bo-
tánico para la redacción final del informe. La investigación se realizará en comparación con
las colecciones de polen de referencia disponibles, siendo estas en ocasiones procedentes
de figuras, fotografías ya publicadas de especímenes, o de material fresco de referencia,
previamente recolectado del lugar del delito o de la escena. Muchas muestras de polen
pueden proceder de más de una comunidad vegetal o de diferentes medios naturales,
pudiéndose determinar así, por ejemplo, la historia del movimiento o sucesión de algunos
ítems y, por consiguiente, dilucidar la posible sucesión de acontecimientos.
Mediante el análisis del polen se ha podido reconocer que una escena secundaria no era
el lugar donde ocurrió el suceso (escena primaria) (Milne et al., 2005). Así, los resultados
obtenidos a partir de evidencias palinológicas y también micológicas (esporas) han sido
probatorios en casuística en la comparación de área/s muestreada/s del delito, con res-
pecto a las evidencias encontradas en ropa y calzado de víctima o investigado, para dar
peso a las hipótesis planteadas por ambos relatos, de víctima y sospechoso (Mildenhall,
2006a; Wiltshire, Hawksworth, Webb y Edwards, 2014). En concreto, un alto porcentaje de
polen encontrado en la ropa reflejaba un número de taxones representativos de un área
de bosque donde, según la víctima, había ocurrido un suceso de agresión, siendo estos:
Betula, Quercus, Pinus y Sambucus nigra, así como restos de Rosaceae y Cupressa-
ceae. Por el contrario, el área donde el investigado decía que habían ocurrido los hechos
consentidos no presentaba especies de árboles ni arbustos. Mildenhall (2006a) también
describe cómo las evidencias encontradas en la escena de una supuesta agresión sexual
—granos de polen de Coprosma, una planta típica de Nueva Zelanda—, y las encontradas
en el cuerpo de la víctima, fueron comparadas y probaron ser de la misma procedencia.

MICOLOGÍA FORENSE
Los hongos (reino Fungi) abarcan una diversidad de taxones con ecologías, ciclos de
vida y morfologías de amplio rango que van desde los organismos acuáticos unicelulares
hasta los basidiomicetos. La micología puede contribuir, en concreto, a una variedad de

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252 Manual de Criminalística y Criminología

investigaciones forenses, incluyendo el suministro de evidencias que vinculen personas y


objetos con lugares, caracterización de los suelos, el estudio de las toxinas y sustancias
psicoactivas presentes, la determinación de intervalos post mortem a partir del crecimien-
to de moho en cadáveres u otros substratos, así como otros estudios de sanidad referen-
tes al crecimiento de moho en edificios (Hawksworth y Wiltshire, 2011, 2015). Cuando hay
problemas de salud, posiblemente asociado al crecimiento de moho en diversos substra-
tos, existe una guía con respecto a la recolección de dichas muestras, y se dan algunas
advertencias que deben considerarse en la interpretación de los datos (Hawksworth y
Wiltshire, 2015). Para evitar que se pase por alto información valiosa, hay una necesidad
de que los expertos en investigación forense, y aquellos involucrados en medicina fo-
rense, especialmente patólogos y toxicólogos, sean conscientes del valor probatorio de
los hongos. Como se menciona, se deberá tener en cuenta la oportunidad de recuperar
esporas para examinar colonias de moho creciendo en cadáveres o para analizar el conte-
nido intestinal, entre otros (Hawksworth y Wiltshire, 2015). Según describen Hawksworth
y Wiltshire (2011), las aplicaciones de esta disciplina son aún mayores, incluyendo a los
hongos como evidencia para estimar o resolver: a) las causas de un envenenamiento o de
un consumo de hongos alucinógenos; b) un delito, estudiando el tipo de evidencia fúngica
sobre un substrato; c) el intervalo post mortem o el tiempo aproximado de deposición de
la evidencia; d) la localización de desaparecidos, así como e) delitos por armas biológicas.
Las esporas fúngicas representan una evidencia primaria, secundaria e incluso terciaria
de un lugar concreto, pudiendo indicar la presencia de una determinada planta o especie
vegetal, sin tener apenas sospecha de su existencia en el lugar del delito. Ciertas esporas
que han sido poco descritas y son consideradas raras han sido de un valor particular en
la investigación forense (Hawksworth, Wiltshire y Webb, 2016). En un caso particular, por
ejemplo, se tuvo que demostrar la procedencia geográfica de una fibra textil aparentemen-
te limpia que después de un análisis microscópico se probó que presentaba esporas de
Curvularia inaequalis, hongo asociado al trigo (Triticum), que fue relevante al relacionar el
área geográfica (Hawksworth et al., 2016).
El valor de las esporas vegetales como evidencia traza se ha establecido desde hace tiem-
po en criminalística, no obstante, es solo desde hace unos 10 años que las esporas proce-
dentes de hongos se han comenzado a analizar de rutina, y a partir, incluso, de muestras
de vegetales superiores (Hawksworth et al., 2016). Recordemos que Coyle ed. (2005)
aconsejaba visualizar la superficie de la evidencia vegetal en cuestión para observar si
tiene restos de moho u hongo adherido. Con el análisis de la evidencia espora se ha con-
seguido aumentar la especificidad de la investigación, como ocurre con la evidencia polen.
La mayoría de las especies fúngicas ocupan nichos ecológicos restrictivos y sus distribu-
ciones pueden ser limitadas espacialmente o geográficamente. Las esporas pueden ser
dispersadas sobre distancias muy cortas desde los esporóforos fúngicos y su presencia
puede indicar un área restringida del suelo en estudio, o la presencia de plantas particula-

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Tema 7: Botánica forense 253

res. En algunos casos, las esporas de hongos que han sido rara vez documentadas, y así
consideradas como raras, han resultado de particular valor como evidencia de contacto.
La ocurrencia de la evidencia como “rara” fue utilizada como: (a) raramente encontrada, a
partir de 4.300 preparaciones de palinomorfos que habían sido estudiadas en los últimos
20 años y (b) rara vez registrada en la literatura científica y en material de colección. Los
métodos clásicos químicos y de pre-procesamiento para obtener palinomorfos (como po-
len, esporas de plantas, esporas de hongos y otras entidades microscópicas) se describen
en Moore, Webb y Collinson (1991) y Wiltshire (2015).
En cuanto a la metodología de análisis de esporas fúngicas, el procedimiento químico pue-
de incluir un tratamiento por pasos de hidróxido de sodio, ácido acético glacial, anhídrido
acético y ácido sulfúrico concentrado, ácido hidroclórico concentrado y ácido hidrofluóri-
co, con lavados de agua en cada paso. Después de neutralizar, los extractos que quedan
se tiñen con safranina diluida y se pueden montar en glicerol para su visualización micros-
cópica (magnificación >1500x). Los detalles de los especímenes pueden introducirse en
una base de datos y/o buscarse online en herbarios (Hawksworth et al., 2016).

MICETISMOS
Las intoxicaciones por hongos, también llamadas micetismos, se producen cuando se
ingieren setas que contienen sustancias que producen reacciones tóxicas en el orga-
nismo. La mayoría de las intoxicaciones se producen de manera accidental, excepto las
producidas por el consumo de hongos alucinógenos que se hace de modo voluntario. No
obstante, también puede ocurrir que tras una muerte inesperada USD se observen ejem-
plares de basidiomicetos en el lugar del suceso o fallecimiento. Una correcta identificación
morfológica de la especie de hongo en cuestión se puede realizar si se han podido preser-
var ejemplares enteros en buen estado (Illana-Esteban, 2013). En su ausencia, se puede
realizar una identificación a partir de los posibles restos o fragmentos presentes, incluso
desde el contenido estomacal, mediante la identificación de toxinas o empleando mar-
cadores genéticos (Iturralde, Ballesteros y Ramón, 2002; Korabecna, 2007; Laussmann
y Meier-Giebing, 2010; Mello et al., 2011). La toxicidad está muy probada en algunas
especies de hongos como las del género Lepiota, L. brunneoincarnata y L. josserandii,
así como en las especies Amanita phalloides, A. virosa y Galerina marginata, entre otras,
ya que poseen alfa-amanitina, beta-amanitina, amanina y amaninamida, que causan en-
venenamientos fatales con síntomas de insuficiencia hepática fulminante (ej., Sgambelluri
et al., 2014). Estos micetismos pueden presentar cierta diversidad, ya que por ejemplo
el género Lepiota produce alfa y beta-amanitina pero no falotoxinas, y los niveles de
L. josserandii son 3 o 4 veces superiores a los de L. brunneoincarnata, A. phalloides y
G. marginata.

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254 Manual de Criminalística y Criminología

HONGOS ALUCINÓGENOS
Más de la mitad de aproximadamente 200 especies de hongos alucinógenos, cuyo con-
sumo provoca alteraciones neurológicas de la percepción sensorial, pertenecen al gé-
nero Psilocybe (Guzmán, Allen y Gartz, 1998; Guzmán y Castro, 2003). En cuanto a la
procedencia de las setas consumidas, los ejemplares pueden ser de recolección en campo,
obtenidos de cultivos industriales, a partir de kits con esporas comercializadas, así como
procedente de alijos (Illana-Esteban, 2013). Si los ejemplares son completos, como en
cualquier otra identificación, se estudiarán los caracteres macro y microscópicos, aunque
a menudo el material puede estar reducido a polvo o dañado. En ese caso, se puede recu-
rrir a pruebas químicas rutinarias como el test de color, cromatografía en capa fina (TLC),
cromatografía de gases (GC), cromatografía HPLC, electroforesis capilar CZE y técnicas
espectroscópicas (por ejemplo, Anastos, Lewis, Barnett y Sims, 2006; Musshoff, Madea
y Beike, 2000). Las investigaciones pueden consistir en determinar concentraciones de
psilocina y psilocibina, por ejemplo, mediante cromatografía de intercambio catiónico (IEC)
(Laussmann y Meier-Giebing, 2010). Por último, se podrá determinar la especie alucinó-
gena mediante análisis de secuencia genética ITS (Lee, Cole y Linacre, 2000; Nugent y
Saville, 2004).

TAFONOMÍA
La tafonomía se encarga de estudiar los cambios que se producen durante la descom-
posición de los restos biológicos, siendo el tiempo requerido para su degradación el
denominado intervalo post mortem (PMI). Estudiando el crecimiento de los hongos sobre
la superficie corporal del fallecido se pueden obtener indicios para estimar el PMI. En un
caso que describen Van de Voorde y Van Dijck (1982), los investigadores consideraron
interesante cultivar en el laboratorio los hongos hallados sobre la piel de un individuo
encontrado en su domicilio, bajo las mismas condiciones (12 ºC), con el fin de determinar
cuánto tiempo habían tardado en crecer. Esto daría una idea del tiempo que llevaba falle-
cido. Las colonias de hongos originales fueron congeladas para parar así su crecimiento.
Tras el experimento se dedujo que el PMI era de al menos 18 días. En otro caso, se descri-
ben Aspergillus y Penicillium como los hongos encontrados sobre la piel de un individuo
desaparecido hacía días sin poder precisar exactamente y encontrado en un pozo. Por la
apariencia del cuerpo de la víctima y el estado de los órganos se dudaba de un PMI de
2-10 días (Hitosugi et al., 2006). Sin embargo, tras analizar la tasa de crecimiento de las
colonias de hongos sembradas se evidenció que había permanecido en el lugar del hallaz-
go más de 4 semanas (Hawksworth y Wiltshire, 2011).

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Tema 7: Botánica forense 255

MARCADORES MOLECULARES
Los marcadores moleculares facilitan un método alternativo a los métodos morfológicos
tradicionales, siendo empleados para la identificación, caracterización y comprensión de
la evolución de las especies del reino Fungi (Singh y Gupta, 2017). Los recientes avances
en la micología molecular han abierto el camino para que los investigadores identifiquen
y caractericen nuevas especies de hongos en entornos únicos (Singh y Gupta, 2017).
Con el desarrollo de tecnologías de secuenciación de ADN se han proporcionado nuevos
conocimientos sobre la taxonomía de los hongos.
Las regiones ITS tienen un significado biológico importante en el procesamiento de ARNr
en hongos (Singh y Gupta, 2017). La identificación mediante secuenciación en electrofore-
sis capilar de las regiones ITS es un método simple para la determinación de la variabilidad
inter e intraespecie (ver Figura 7). Las estructuras secundarias son necesarias para el
reconocimiento correcto de los sitios de escisión y proporcionan la unión de fragmentos
para proteínas nucleolares y ARN durante la maduración del ribosoma (Hausner y Wang,
2005). Las estructuras de ITS1 y ITS2 contienen tres o cuatro brazos helicoidales (Hausner
y Wang, 2005; Wolf, Achtziger, Schultz, Dandekar y Muller, 2005). Los cambios evoluti-
vos en tamaño y secuencia de estas regiones son entonces biológicamente permisibles
siempre que no perturben la formación de estructuras secundarias que faciliten el proce-
samiento del ARNr (Korabecna, 2007). En estudios recientes, la pirosecuenciación, usando
las parejas de primers ITS1F/ITS2 y ITS3/ITS4, ha permitido identificar estas secuencias,
siendo un método validado para el estudio de diversidad e identificación de hongos (Mello
et al., 2011). Se observó que el par ITS1F-F/ITS2 resultó más selectivo, produciendo mayor
diversidad de secuencias con respecto al par ITS3/ITS4. Ambas regiones ITS1, ITS2, no
obstante, proporcionan información adecuada en el diagnóstico de taxón y se utilizan en la
asignación de poblaciones de hongos en ambientes específicos.

ITS 1
ITS 5 ITS 3

ITS 1
18 sr RNA 5.8 s
ITS 2
26 sr RNA

ITS 2 ITS 4

ITS region
Figura 7. Esquema del cistrón ARNr eucariota consistente en los genes 18S, 5.8S, y 28S ARNr,
transcritos por la ARN polimerasa I como una sola unidad. Los procesos de post-transcripción dividen
el cistrón eliminando los dos espaciadores internos. Estos espaciadores, incluyendo el gen 5.8S, son
normalmente referidos como la región ITS. Los genes ARNr de la subunidad mayor ribosomal (26S nuclear)
y subunidad menor (18S nuclear) se han utilizado para caracterizar especies mucho antes del concepto
del ADN barcoding, siendo usados comúnmente en análisis filogenéticos y con fines identificativos.

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256 Manual de Criminalística y Criminología

GENÉTICA FORENSE EN LA IDENTIFICACIÓN DE RESTOS VEGETALES


El análisis morfológico, anatómico y químico usado para detectar y cuantificar algunas
muestras vegetales de interés forense, como las procedentes de plantas alucinógenas,
puede estar afectado por factores medioambientales y de almacenamiento. La identificación
de muestras de plantas, muy frecuentemente, es difícil de conseguir y más aún si las
plantas han sido convertidas o procesadas para su comercialización. El análisis de ADN
es rápido y la presencia de moléculas de mayor estabilidad puede hacer la identificación
y cuantificación posible con el uso de primers específicos para los genes diana (Luciano
et al., 2007). La mejora así en la cantidad y calidad de la identificación de especies es
necesaria para obtener mayor material de referencia de colección en la comparación de
la muestra vegetal problema. El método más simple para la identificación de especie
es mediante la tecnología del ADN (Allgeier et al., 2011; Bruni et al., 2010; Coyle et al.,
2012; Ferri, Alù, Corradini, Licata y Beduschi, 2009; Ferri, Corradini y Alu, 2012; Howard,
Gilmore, Robertsen y Peakall, 2009; Stambuk et al., 2007; Virtanen, Korpelainen y Kostamo,
2007). En el presente capítulo, se hace especial mención al código de barras del ADN
o —barcoding—, el cual tiene aplicación en la autentificación de especie, en el análisis
filogenético, la diversidad inter e intraespecífica, en la clasificación de genotipos silvestres
y cultivados, el estudio de patrones filogeográficos y en la detección de adulteraciones.
El gen citocromo C oxidasa I mitocondrial (COI) ha servido como barcode universal en
animales, no obstante, la identificación de plantas mediante un único barcode no ha sido
exitosa hasta el momento (Pádar, Zenke y Kozma, 2018). Los loci o regiones de ADN
utilizadas para la identificación son capaces de discriminar las especies estrechamente
relacionadas, incluso identificar nuevas especies crípticas (Srivastava, Sanchita, Bhargava
y Sharma, 2016). El gen COI no se puede utilizar para plantas debido a su baja divergencia,
por lo tanto, su uso está limitado solo a algunas algas (Dawnay, Ogden, McEwing, Carvalho
y Thorpe, 2007). Asimismo, la cuantificación de ADN mediante qPCR utilizando el gen
rbcL ha sido útil como examen preciso y eficaz para más de 10 familias de plantas, como
demostraron recientemente Kikkawa, Tsuge y Sugita (2016).
El desarrollo de enfoques multilocus se ha analizado en detalle en varios artículos, como
lo hicieron Srivastava et al. (2016) en plantas medicinales. En los últimos años se han
realizado grandes esfuerzos para encontrar loci universales adecuados para plantas su-
periores; algunas regiones candidatas son matK, rbcL, trnH-psbA, ITS, trnL-F, 5S-rRNA y
18S-rRNA. No obstante, hoy en día la mayor parte del trabajo en las propuestas para la
identificación molecular de especies lo conduce el CBOL (Consortium for the Barco-
de of Life, http://www.barcodelife.org). El CBOL (2009) propuso como base en la iden-
tificación de plantas terrestres el empleo paralelo de dos secuencias de ADN: la subunidad
grande del gen de la ribulosa-bisfosfato carboxilasa (rbcL) y el megacariocito asociado tiro-
sina quinasa (matK) (Kress et al., 2005). Estas secuencias son utilizadas para clasificar una
muestra de planta a nivel de especie, haciendo coincidir secuencias de muestra-problema,

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Tema 7: Botánica forense 257

respecto a secuencias de referencia conocidas en la base de datos NCBI (Benson,


Karshch-Mizrachi, Lipman y Sayers, 2011; Coyle et al., 2012). Alternativamente, una
muestra de referencia de un herbario o fuente fiable, puede usarse como referencia co-
nocida si no existe o se prescinde de una preexistente en la base de datos (Coyle, 2005).
El grupo de trabajo internacional de especies vegetal es perteneciente a CBOL, Plant
Working Group (PWG), promocionó la solución multilocus con los genes rbcL y matk,
como base en la identificación de plantas terrestres, obteniéndose una discriminación a
nivel de especie del 70-75 %. Este porcentaje de éxito es menor que el encontrado en la
discriminación de especies animales y aun así se consideró lo suficientemente bueno para
la estandarización cuando la resolución a nivel de especie no siempre sea imprescindible,
como puede ocurrir en la investigación casuística forense (Hollingsworth, Graham y Little,
2011). El CBOL-PWG propuso que, además de los genes citados, deberían ser conside-
rados otros loci suplementarios, con los criterios de universalidad, calidad de secuencia
y poder de discriminación requeridos en el Barcoding Project. Así, la región psbA-tnrH
de los plastidios de las células vegetales fue el siguiente candidato propuesto por algu-
nos laboratorios en la identificación de especie (Ferri, Corradini y Alu, 2012; Ferri et al.,
2015). El diagnóstico será dependiente de la comparación de la secuencia desconocida,
correspondiente a la evidencia o muestra problema, frente a una base de datos de se-
cuencias de referencia. Revisando la literatura, es evidente que existen pocas bases de
datos de ADN para plantas y es por esto que CBOL tiene el objetivo de proporcionar una
librería de referencia a gran escala que sirva de herramienta a los laboratorios y centros
de investigación. La construcción de dicha librería barcode depende del incremento de
publicaciones a partir de especímenes bien definidos que vayan incorporándose al están-
dar barcode en GenBank (Benson et al., 2011) o al sistema de datos BOLD (Barcode of
Life Datasystems) (Ratnasingham y Hebert, 2007). En la Figura 8 se presenta una lista
de primers y condiciones de PCR para distintos candidatos barcode de ADN de plantas
superiores (rbcL, matK, psbA-trnH, ITS2). Ferri et al. (2015) utilizaron los primers matK
(3F/1R) diseñados para angiospermas (CBOL, 2009) y dos sets de primers alternativos
junto con un par específico de gimnospermas. La probabilidad de una correcta asignación
de especie para las muestras con rbcL y matK se examinó consultando la biblioteca BOLD
oficial a través del sistema de identificación BOLD-IDS. Dicho sistema de identificación
permite, además de asignar el taxón de muestras vegetales mediante las regiones barco-
de de ADN, identificar especies de hongos y de animales, mediante secuencias del gen
ITS y COI, respectivamente (Ratnasingham y Hebert, 2007).

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258 Manual de Criminalística y Criminología

Marcador Primer Secuencia 5’-3’ PCR Ref.

95 °C 4 min
a_F Kikkawa
ATGTCACCACAAACAGAGACTAAAGC (94 °C 30 s, 55 °C 30 s, 72 °C 1 min)
rbcL et al.
a_R GTAAAATCAAGTCCACCRCG x 35 c
(2016)
72 °C 10 min
98 °C 10 min
_F3 TATCTTGGCAGCATTCCGAGTAACTCC (98 °C 10 s, 56 °C 30 s, 72 °C 45 s) CBOL
rbcL
_R3 GATTCGCAGATCCTCCAGACGTAGAGC x 35 c (2009)
72 °C 5 min
95 °C 10 min
3F_KIM CGTACAGTACTTTTGTGTTTACGAG
Kress y
(94 °C 30 s, 55 °C 30 s, 72 °C 1 min)
matk_a Erickson
1R_KIM ACCCAGTCCATCTGGAAATCTTGGTTC x 35 c
(2007)
72 °C 10 min
95 °C 10 min
390F CGATCTATTCATTCAATATTTC
Cuénoud
(94 °C 30 s, 55 °C 60 s, 72 °C 90 s)
matk_b et al.
1326F TCTAGCACACGAAAGTCGAAGT x 35 c
(2002)
72 °C 10 min
95 °C 10 min
NY552 CTGGATYCAAGATGCTCCTT
Ferri
(94 °C 30 s, 54 °C 30 s, 72 °C 45 s)
makt_c et al.
NT1150 GGTCTTTGAGAAGAACGGAGA x 35 c
(2015)
72 °C 10 min
94 °C 5 min
F GTTATGCATGAACGTAATGCTC
Sass
psvA-tr- (94 °C 1 min, 55 °C 1 min, 72 °C
et al.
nH R CGCGCATGGTGGATTCACAATCC 1.5 min) x 30 c
(2007)
72 °C 7 min
95 °C 10 min
ITS2-F CCGTGAACCATCGAGTCTTT
Murali
(95 °C 15 s, 58 °C 30 s, 72 °C 30 s)
ITS2 et al.
ITS_R CTCGCCGTTACTAGGGGAAT x 35 c
(2016)
72 °C 10 min

Figura 8. Lista de primers y condiciones de PCR para distintos candidatos barcode en plantas terrestres.
La referencia para matk_a y matk_b también se presenta en Levin et al. (2003) y Ferri et al. (2015)
(Little, D. para gimnospermas, sin publicar), respectivamente.

La identificación de especie a partir de mezclas de plantas, por ejemplo, de muestras in-


cautadas, se ha estudiado para evidencias de la planta del tabaco (Nicotiana spp.) (Carrier,
Cholette, Quintero y Flucher, 2013). En el estudio, los autores consiguieron identificar con
éxito el tabaco procedente de más de 60 productos comerciales. Mediante el locus rbcL
se produjeron lecturas bidireccionales de alta calidad, pero este marcador tiene un poder
de discriminación menor que matK. Con matK se obtuvieron lecturas bidireccionales más
difícilmente, debido posiblemente a una mala calidad de la muestra. Este tipo de estudios

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Tema 7: Botánica forense 259

demuestra la utilidad práctica más allá de la taxonomía barcoding. En casuística, se ha en-


contrado que la planta Salvia divinorumes utilizada por contener salvinorina, y su uso está
regulado o sancionado en ciertos países. Murphy y Bola (2013) identificaron dicha planta
mediante PCR del gen rbcL, pudiéndose diferenciar S. divinorum respecto a la planta del
tabaco o del cannabis. Además, describieron que existen secuencias de ADN adyacentes
al gen del cloroplasto trnL que permitieron distinguir S. divinorum de otras especies del
género salvia.
El ADN del cloroplasto (cpDNA) proporciona así una herramienta útil de discriminación y
sirve para lograr una amplia identificación taxonómica, ya que se pueden encontrar altos
niveles de diferenciación en niveles taxonómicos bajos (por ejemplo, Dong et al., 2015).
Más específicamente, Santos y Pereira (2018) utilizaron su secuencia en el concepto
particular de SPInDel. De forma clásica, se ha sugerido el empleo de la secuencia de
cpDNA si se reducía la prevalencia de Indels, que complicaban los alineamientos de se-
cuencias genéticas (Graham, Reeves, Burns y Olmstead, 2000; Kelchner, 2000; Yamane et
al., 2006). La presencia de Indels se ha reconocido en ocasiones como un problema en la
secuenciación de ADN y las regiones ricas en estos han sido evitadas en el propósito de la
identificación. No obstante, el concepto SPInDel cuestiona esta limitación aparente usan-
do cpDNA de una manera distinta, donde las regiones conservadas servirían para definir
los segmentos variables en los que una combinación de longitudes de secuencia (causa-
das por Indels) se convertirían en la característica específica de especie (Santos y Pereira,
2018). El patrón de las regiones conservadas y el de las regiones hipervariables es común
en el ADN del cloroplasto, teniendo las regiones codificantes bien conservadas, mientras
que las regiones que no transcriben muestran normalmente divergencia de secuencia y
heterogeneidad de longitud (Xiong et al., 2009). Una de las regiones espaciadoras que no
transcriben es el intrón UAA del cloroplasto trnL conocida por su potencial como marca-
dor específico de especie (Santos y Pereira, 2018). El alineamiento de las secuencias trnL
podría permitir el diseño de primers en regiones conservadas para amplificar la región
corta variable entre ellas, lo que es tangible para el concepto SPInDel. Sin embargo, se ha
visto que el intrón trnL es de baja resolución en comparación con otras regiones cpDNA.
Distintas regiones genéticas tienen distinta discriminación, por ejemplo, el poder de dis-
criminación de atpF-atpH es del 40-62 % y el del trnL GH es 5,2 %. En concreto, la región
psbA-trnH fue uno de los loci de cloroplastos que primero se sugirió como barcode
universal de ADN en plantas (Kress et al., 2005; Kress y Erickson, 2007; Yao et al., 2009).
Este espaciador intergénico es uno de los más variables de los genomas plasmídicos y
mucha de su diversidad ocurre a nivel de Indels, exhibiendo variaciones considerables de
tamaño. Además, el psbA-trnH es de pequeño tamaño y se ha recomendado también en
estudios filogenéticos ya que evoluciona rápidamente, ofrece una variación interespecífica
buena en la secuencia nucleotídica y permite el diseño de primers universales (Ford et al.,
2009; Kress et al., 2005; Pang, Luo y Sun, 2012). Santos y Pereira (2018) en conclusión

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260 Manual de Criminalística y Criminología

afirmaron que la variación de longitud del psbA-trnH es suficiente para discriminar espe-
cies ya que los niveles del análisis interespecífico resultaron con un poder de discrimina-
ción en torno al 95 %.
Ferri et al. (2015) compararon el diagnóstico de plantas de forma unilocus y multiloci
para los cuatro marcadores: psbA-trnH, trnL-trnF, matK y rbcL y recomendaron el uso de
una combinación de los loci: rbcL + psbA-trnH para la identificación forense. Chen, Yao,
Han, Liu y Song (2010) probaron de forma similar 7 regiones de ADN: psbA-trnH, matK,
rbcL, rpoC1, ycf5, ITS2 y ITS, potenciales por su disponibilidad como barcodes en una
muestra total de más de 8500 plantas, así como de muestras relacionadas pertenecien-
tes a unas 6000 especies, 1000 géneros y más de 200 familias, incluyendo angiosper-
mas, gimnospermas, helechos, musgos, algas y hongos. Por un lado, estos cuatro loci:
rbcL, rpoC1, matK y ycf5, habían sido propuestos por el CBOL-PWG, mientras que los
otros tres, psbA-trnH, ITS2 y nrITS, fueron recomendados por Kress et al. (2007), sien-
do la región ITS2 descrita primeramente por Chiou, Yen, Fang, Chen y Lin (2007). En la
Figura 9 (adaptada de Chen et al., 2010) se muestra la eficacia de diagnóstico para los
barcodes psbA-trnH versus ITS2, en un rango amplio de taxones para las cinco cate-
gorías principales de angiospermas, dicotiledóneas, monocotiledóneas, gimnospermas y
helechos. Se demostró una eficiencia media mayor para la región ADNr ITS2 (92,8 %), no
obteniéndose el mismo resultado diagnóstico para la amplificación con psbA-trnH (42 %),
donde la PCR para el estudio de helechos no tuvo éxito (Chen et al., 2010). La región ITS2
de ADN ribosomal ha sido pues seleccionada como mejor candidato barcode, siendo su
secuencia un potencial marcador filogenético en los niveles de género y especie. Chen et
al. (2010) presentaron este estudio como ejemplo de la necesidad de la técnica barcoding
como estándar en la autentificación de plantas, así como de sus procesados y adulterados.
Wallace et al. (2012), en su estudio sobre autentificación de productos naturales, habían
utilizado primeramente la combinación rbcLa/matK, pero vieron limitaciones al identificar
especies cercanas. Es por esto que el barcode ITS fue probado posteriormente como su-
plemento identificativo en dicho trabajo. Otro ejemplo multiloci es el de Tomasello y Heubl
(2017), que resolvieron el diagnóstico de la especie Xanthium sibiricum mediante primers
específicos para ITS y trnQ-rps16 (con 64 y 42 zonas hipervariables, respectivamente).
Mediante dichos loci se obtuvieron valores de discriminación superiores en comparación
con el locus psbA-trnH, que solo reconoció 29 zonas variables.

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Tema 7: Botánica forense 261

Porcentaje Porcentaje
Familias Géneros Especies Especímenes
Categoría identificación identificación
(N) (N) (N) (N)
ITS2 (%) psbA-trnH
Angiospermas 78 218 281 347 96,0 48,1
Dicotiledoneas 70 204 266 326 96,9 19,4
Monocotiledoneas 8 14 15 21 90,5 28,6
Gimnospermas 10 15 32 37 89,2 5,4
Helechos 10 12 13 16 81,3 0,0
Total 98 245 326 400 92,8 42,3
Figura 9. Eficiencia de resolución según comparación entre los barcodes ITS2 y psbA-trnH
en un rango amplio de taxones para cinco categorías principales. Adaptado de Chen et al. (2010).

Otro de los desafíos en la identificación mediante el código de barras de ADN será, ade-
más, discriminar especies estrechamente relacionadas o recientemente evolucionadas
(Dong et al., 2015). Las tasas lentas relativas de sustitución de los nucleótidos de mito-
condrias en plantas y los problemas técnicos en el uso de las regiones nucleares han cen-
trado la atención en varias regiones propuestas en el genoma del plastidio (Newmaster,
Fazekas, Steeves y Janovec, 2008). Las Myristicaceae, o familia de la nuez moscada, son
un grupo antiguo dentro de las angiospermas, que contiene algunas especies reciente-
mente evolucionadas que proporcionan una prueba desafiante para la identificación. El ob-
jetivo de Newmaster et al. (2008) fue determinar la utilidad relativa de seis codificaciones
(Universal Plastid Amplicon-UPA, rpoB, rpoc1, accD, rbcL ymatK) y el locus de cloroplasto
no codificante psbA-trnH, para el género Compsoneura, usando los dos enfoques de
región y multirregión. Cinco de las regiones que se probaron fueron predominantemente
invariables entre especies (UPA, rpoB, rpoC1, accD, rbcL), mientras que dos de las regio-
nes (matK y trnH-psbA) tuvieron una variación significativa y fueron prometedoras para
barcoding en nuez moscada. El enfoque multiloci que utiliza una región moderadamente
variable (matK) y otra más variable (psbA-trnH) proporcionó la resolución esperada entre
todas las especies de Compsonuera, incluidas las recientemente evolucionadas C. sprucei
y C. mexicana. Se vio que el uso de dos regiones produce un rango reducido de variación
intraespecífica en relación con la distribución de divergencia interespecífica, consiguiendo
un 95 % de las muestras correctamente identificadas.
Después de la revisión de Newmaster et al. (2008), rbcL había emergido como el primer
estándar potencial codificante de base, al ser este la región codificante del plastidio más
caracterizada en GenBank. Se obtuvo un 85 % de resolución en especies congenéricas,
mientras que el psbA-trnH, propuesto por Kress et al. (2005), se consideró el segundo
locus más prometedor. En un estudio de herbáceas, como material medicinal procesado
de Aristolochia spp., el porcentaje de variación genética fue así superior para psbA-trnH,
seguido de matK y rbcL, no habiéndose incluido ITS2 (Costa et al., 2016).

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262 Manual de Criminalística y Criminología

Posteriormente, el gen ITS2 resultó como mejor diagnóstico y se convertiría en el segun-


do mejor candidato superando a psbA-trnH (Mishra et al., 2016, Murali et al., 2016). Sass,
Little, Stevenson y Specht (2017) también habían mostrado nrITS como el marcador más
prometedor, aunque mostraron que pueden existir dificultades de secuenciación aún por
resolver. Por último, Dong et al. (2015) definieron los loci ycf1a o ycf1b como la región
genómica más variable en cloroplastos, de utilidad, por tanto, como nuevos barcodes de
plantas terrestres.
En resumen, el desarrollo de enfoques multirregión se ha demostrado en detalle en la
literatura reciente (por ejemplo, Ferri et al., 2015; Mishra, Kumar, Naireddy, Mani y Sunda-
resan, 2016; Palhares, Drummond, Alves Figueiredo, Pereira y Oliveira, 2015; Srivastava
et al., 2016), proporcionando una descripción general del uso de regiones candidatas a
través de diferentes enfoques, que han ganado importancia debido a los desafíos en el
ADN del código de barras de plantas superiores, también aplicadas para el uso forense
(Palhares et al., 2015). El monitoreo de plantas comerciales, por ejemplo medicinales, se
emplea en todo el mundo, y existen regulaciones legales que definen un uso adecuado,
siendo imprescindibles la autentificación de especie, así como la verificación de la presen-
cia y pureza de los compuestos requeridos (Ferri et al., 2015; Mishra et al., 2016; Palhares
et al., 2015).
Como ejemplo en el ámbito legal, Salvia divinorum es una hierba capaz de inducir cambios
psicológicos y de percepción con potencia similar al LSD. Para la investigación de
S. divinorum se diseñaron primers específicos de la secuencia del gen 5S-ARNr (Srivastava
et al., 2016), donde una PCR a tiempo real, rápida y simple, fue la herramienta utilizada
para cuantificar plantas alucinógenas, a partir de evidencias mezcla de esta con otros
restos vegetales. Otro ejemplo útil es la herbácea Polygonium aviculare L., especie modelo
que tiene una amplia ocurrencia en hábitats naturales y en piezas de evidencia (Koopman,
Kuiper, Klein-Geltink y Sabaiono, 2012). El valor de dicha herbácea fue demostrado como
evidencia botánica más probable en el lugar del delito; usando los datos de un caso de
homicidio, la técnica AFLP de ADN finger printing fue así capaz de identificar la población
concreta de P. aviculare y dilucidar lo ocurrido (Koopman et al., 2012).
En palinología forense, Bell, Burgess, Okamoto, Aranda y Brosi (2016) hacen una revisión
en cuanto a los marcadores moleculares más empleados en la identificación de muestras
de polen y las plataformas de secuenciación utilizadas. Los marcadores más comunes
fueron tres combinacionesde loci de cloroplasto: 1) trnL, 2) rbcL, 3) rbcL+trnH-psbA y
el marcador nuclear 4) ITS2, editados tanto mediante secuenciación Sanger como en
plataformas Ion Torrent, Roche GS e Illumina MiSeq. Para pequeños fragmentos de plan-
tas y en polen, rbcL se ha visto eficaz, aunque con un poder de discriminación hasta el
nivel de familia (Meiklejohn, Jackson, Stern y Robertson, 2018). A la hora de decidir qué
marcadores utilizar en estos casos de escasos fragmentos, es de interés saber que, en
concreto, las muestras de suelo pueden contener, además de polen, restos de helecho,

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Tema 7: Botánica forense 263

musgo, hongos, cutículas de plantas, fragmentos de madera, así como fitolitos a modo
de cristales de sílice procedentes de plantas. En el ámbito forense, a partir de muestras
de suelo, también se ha avanzado igualmente en los últimos años incluso proponiendo
un protocolo de actuación para obtener los códigos identificativos de los fragmentos pre-
sentes. Dadas las características de este tipo de muestras, se observaron dificultades de
inhibición en el análisis de amplificación de ADN (posiblemente por la presencia de ácido
húmico), siendo la cantidad y calidad de ADN extraído baja a partir de unos 200 tipos de
fragmentos biológicos analizados (<15 ng/uL) (Bell et al., 2016).
Por último, para identificar intraespecíficamente restos vegetales se hace necesario di-
señar marcadores moleculares microsatélites STRs o SNPs que pudieran identificar el
genotipo individual (Koopman et al., 2012). Sin embargo, tal especificidad de dichos mar-
cadores, como específicos de especie, supone aún un desafío en la botánica forense. En
la individualización de ejemplares de la misma especie, muchos taxones de plantas tienen
ya paneles diseñados deSTRs que se han desarrollado. La fuerza impulsora en la valida-
ción de paneles de STRs se ha utilizado típicamente para estrategias de mejora de plantas
con fines comerciales, para la protección de patentes o en base a la necesidad forense
(Allgeier et al., 2011; Craft, Owens y Ashley, 2007; Howard et al., 2009; Ward, Gilmore,
Robertson y Peakall, 2009). Como decíamos previamente, en el flujo de trabajo barcoding,
el uso de los datos de secuencia generados será en combinación con la generación de
una buena base de datos. Sin embargo, algunos de los barcodes propuestos en plantas
terrestres son regiones no codificantes que no pueden sensiblemente alinearse y por tan-
to no se beneficiarían de la utilidad de BOLD-ID. En un futuro, la búsqueda de nuevos al-
goritmos puede ser satisfactoria en la creación de datos generados a partir de secuencias
no alineadas, siendo los más precisos por el momento los de la herramienta de búsqueda
de alineamiento BLAST y el método diagnóstico DNA-BAR (DasGupta, Konwar, Mandolu
y Shvartsman, 2005).

CONCLUSIÓN
La tecnología relativa a la botánica forense ha estado disponible en la comunidad cientí-
fica durante años, pero no se ha instalado sistemáticamente en el área legal. Las pautas
apropiadas de recolección, análisis, interpretación de resultados y datos casuísticos re-
lacionados con la evidencia vegetal se muestran en el presente capítulo para algunas de
las principales subdisciplinas. La identificación molecular ha permitido dar una solución
para el diagnóstico de muestras muy pequeñas y de difícil resolución morfológica. En
muchos estudios se comprueba que un solo marcador no sirve como único identificador
de taxón, siendo necesario un acercamiento multiloci. Se ha logrado una meseta de reso-
lución de aproximadamente un 70 % a partir del conjunto de datos de plantas superiores,
utilizando una combinación de cuatro a siete regiones de plástidos (Fazekas et al., 2009).
Históricamente, los botánicos han argumentado que las especies de plantas no están tan

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264 Manual de Criminalística y Criminología

definidas como los animales debido a la incidencia de la evolución, a su facilidad por la


hibridación o la duplicación del genoma. Estos procesos pueden hacer que las especies
diferenciadas compartan haplotipos de plastidios similares o relacionados y provoquen
una discordancia entre los árboles genéticos y los de especies propiamente (Fazekas et
al. 2009). Otras regiones genómicas, como el ADN codificado nuclear, pueden proporcio-
nar una resolución mejorada de las especies cuando se usan con el ADN plastídico. Las
plataformas modernas de secuenciación permiten que muchos genes sean seleccionados
y secuenciados en una reacción. Tales métodos de alto rendimiento podrán facilitar el uso
de regiones nucleares para futuros esfuerzos de ADN barcoding en plantas. El mayor uso
de las bases de datos y de la bioinformática en el reino vegetal es una visión de presente
y futuro donde poder comparar toda evidencia botánica, incluyendo polen, trazas de plan-
tas, hongos, drogas, alimentos, etc. A pesar de los desafíos, el número de estudios de
ADN barcoding está aumentando debido a su utilidad en la autentificación de plantas, en el
monitoreo de la biodiversidad y en el comercio ilegal. Mediante la metodología molecular,
el objetivo es proporcionar a los científicos forenses una herramienta precisa y fiable para
asignar especímenes botánicos no identificados a la especie correcta, aumentando las
contribuciones del ADN no humano a la ciencia forense.

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8
CRIMINALÍSTICA
EN EL SINIESTRO VÍAL
Fco. Javier Durán Díaz
Profesor de la Facultad de Criminología
Universidad Isabel I
España

INTRODUCCIÓN
En este capítulo pretendemos dar a conocer algunas pautas de comportamiento ante un
siniestro vial desde la criminalística; no para la reconstrucción del propio siniestro, que se
podría abordar desde otro punto de vista, sino para una posible identificación de vehículos
y/o personas implicadas en el siniestro y para encontrar una causa concreta del mismo.
Daremos unas indicaciones breves que deben conocer los agentes intervinientes, sobre
todo en lo que a la recogida de muestras se refiere, haciendo mención a los posibles análi-
sis de laboratorio que se pueden solicitar y a los resultados que de ellos podemos esperar.

Figura 1. El autor trabajando en espectrografía infrarroja por Transformada de Fourier.

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266 Manual de Criminalística y Criminología

Ante un siniestro vial podríamos plantearnos la ejecución de una Inspección Técnico Ocu-
lar1 (ITO, en adelante) en toda regla y llevar a cabo una recogida de muestras impecable
como la que se hace habitualmente. Pero esto no es posible, porque como sabemos, tras
cualquier incidente en una vía, una de las prioridades principales es restablecer el tráfico
rodado, dada la importancia que tiene la movilidad en muchos sectores; por eso no po-
demos paralizarlo por mucho tiempo. Esto es así hasta el punto que solo en casos muy
concretos la ley tiene previsto que los primeros agentes intervinientes puedan modificar el
escenario y realizar un levantamiento provisional de las posibles víctimas en los siniestros
viales y ferroviarios.
Podemos comprender la importancia que tiene que la actuación sea lo más rápida po-
sible, pero no por ello debería hacerse mal si se tiene la formación adecuada y se sabe
decidir qué tipo de evidencias pueden servirnos para investigar el caso una vez que se
haya limpiado y dejado libre la vía donde tuvo lugar el incidente. Por eso se pretende dar
aquí unas pautas precisas que sirvan para saber qué tipo de evidencias deben recogerse
y cómo. De cada una de las cuestiones, se podrá adquirir una mayor formación específica,
ya que lo que se pretende con este artículo es presentar de manera general los diferentes
elementos que se van a tratar.

FÍSICA DEL SINIESTRO VIAL


Siempre que interactúan dos cuerpos se produce intercambio de materia y energía entre
ellos. Aunque desde la criminología y la criminalística esto se ha llamado principio de
intercambio de Locard2, referido al intercambio de materiales propios que pertenecen a
cada uno de los cuerpos que interactúan, está basado en principios físicos que debemos
tener en cuenta a la hora de investigar un siniestro vial. Es de destacar que cuanta mayor
energía haya en la interacción, mayor será el intercambio de materia y energía entre los
intervinientes. En el caso que nos ocupa, la mayor parte de la energía de la que podemos
ocuparnos sin tener conocimientos amplios de física es la energía cinética, que es la que
contiene todo cuerpo solo por el hecho de poseer una masa y moverse a una determinada
velocidad. Sin entrar en más detalles, según la siguiente fórmula, podremos observar que
a mayor masa (m) de los objetos, mayor será la energía cinética (Ec) del sistema, y que a
mayor velocidad (v) de los mismos, muchísimo mayor será la energía cinética (Ec), ya que
la velocidad está elevada al cuadrado.
1
𝐸𝐸c = 𝑚𝑚 2
𝑚𝑚𝑣𝑣
2

1. Este enunciado es general, pero si las intervenciones son por parte de agentes de Policía, podremos llamarlo Ins-
pección Ocular Técnico-Policial.
2. Edmund Locard (Saint-Chamond, Ródano-Alpes, 13 de diciembre de 1877-Lyon, 4 de mayo de 1966) fue un crimi-
nalista francés, considerado uno de los principales pioneros. Enunció su principio en 1928, en su obra Manuel de
Technique Policière.

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Tema 8: Criminalística en el siniestro vial 267

Más adelante veremos que la cantidad de energía interviniente se conserva en un sistema


cerrado, que es como consideraremos a un siniestro vial a los efectos que nos ocupan.
Otra magnitud física importante en los siniestros viales es la cantidad de movimiento,
también llamado momento lineal, ímpetu o momentum, que podemos definir como un
vector (p) que es el resultado del producto de la masa (m) del cuerpo en movimiento por
la velocidad (v) que posee en un instante determinado.

𝑝𝑝 = 𝑚𝑚𝑣𝑣

La definición anterior sería perfectamente compatible con cualquier movimiento dentro


del ámbito de la mecánica newtoniana3, es decir, para una sola partícula, lo cual podemos
considerar en muchos casos ocurridos en siniestros viales. Para casos complejos en los
que intervengan muchos factores externos se debería aplicar la mecánica lagrangiana o
hamiltoniana, que admiten sistemas de coordenadas no cartesianas y formas más com-
plicadas, pero para lo que nos ocupa ahora, podremos tomar los cuerpos implicados en
los siniestros viales como partículas individuales. Esto no sería así si pretendiésemos dar
una explicación más amplia sobre la reconstrucción de siniestros viales, para lo cual de-
beríamos recurrir a las ecuaciones diferenciales con múltiples variables que nos permitie-
sen resolver una lagrangiana (ecuación de energías de la mecánica de Lagrange) para
varios grados de libertad.
En mecánica newtoniana, sin tener en cuenta innumerables factores externos cuya in-
fluencia podemos considerar despreciables a este nivel, la cantidad de movimiento se
conserva. Esto quiere decir que, considerando el sistema como cerrado, por ejemplo, en
el siniestro vial, la cantidad de movimiento antes del siniestro debe ser igual a la cantidad
de movimiento tras este; es decir, permanecerá constante en el tiempo.
Visto esto, sin entrar en mayores consideraciones que requerirían más conocimientos
físicos y matemáticos, podemos considerar que en un siniestro vial se producen dos fe-
nómenos físicos que son de nuestro interés. Se conserva la cantidad de movimiento (p) y
se conservan las energías, como en muchos otros procesos. Debemos conocer, aunque
sea de forma somera, los principios de la termodinámica, que trataremos de exponer en
lenguaje llano y sin formulaciones matemáticas4.
Primer principio: la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma. Para nuestro
caso, esto quiere decir que en las interacciones que se produzcan en un siniestro vial, al
conservarse las energías, tendremos que las energías iniciales, que suelen ser solo ciné-
ticas, como indicábamos más arriba, se conservarán, convirtiéndose en energía cinética

3. Todos los enunciados que haremos en relación con los siniestros viales serán referidos, por aproximación, a la
mecánica de Newton; es decir, a la mecánica clásica.
4. Las siguientes definiciones de los principios de la termodinámica han sido resumidas y adaptadas por el autor para
facilitar su comprensión y carecen del dogmatismo que requieren las leyes físicas, aunque no por ello dejan de ser
acertadas.

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268 Manual de Criminalística y Criminología

(seguirá habiendo movimiento), en energías de deformación de los materiales, energías


potenciales de desplazamiento, en el caso de cuerpos estáticos, y energía calórica, que se
desprenderá o disipará en rozamientos.
Segundo principio: todo proceso se realiza en el sentido creciente de la entropía5 del
sistema. Podemos decir que la entropía es el grado de desorden de un sistema, es decir,
su grado de homogeneidad. Un ejemplo muy recurrente es tirar un vaso de cristal al suelo
y ver que tenderá a romperse y a esparcirse en múltiples trozos, mientras que jamás será
posible que, lanzando trozos de cristal, se construya un vaso por sí solo. Es decir, el gra-
do de desorden del sistema se ha incrementado de una forma aleatoria y, además, este
proceso no es reversible. Esto mismo ocurrirá en un siniestro vial en el que se romperán
elementos arbitrariamente y el proceso no es reversible. A veces se explica esto diciendo
que “la entropía es la flecha del tiempo”, es decir, es la que nos marca en qué sentido se
realizan los procesos de forma espontánea, como ocurre en las interacciones propias de
un siniestro vial, donde siempre se tenderá al mayor grado de desorden posible; de igual
o mayor entropía.
Un sistema que se encuentre en una condición improbable tendrá una tendencia natural a
reorganizarse a una condición más probable (similar a una distribución al azar). Esta reor-
ganización dará como resultado un aumento de la entropía. Así como la energía no puede
crearse ni destruirse (primer principio), la entropía puede crearse (mayor desorden) pero
no destruirse. Esto tendrá gran importancia cuando expliquemos cómo y por qué se rom-
pen determinados elementos en un siniestro vial.
Según la nueva interpretación de Boltzmann: “Por extraño que parezca, se puede crear una
medida para el desorden; es la probabilidad de un estado particular, definido aquí como
el número de formas en que se puede armar a partir de sus átomos” (cit. en Bronowski,
1979).
Tercer principio: en ningún proceso se puede alcanzar el cero absoluto. Esta ley fija un
estado estándar para sistemas químicamente puros, sin defectos estructurales en la red
cristalina, de densidad finita, la entropía es nula en el cero absoluto (0 K) o (-273,16 °C).
Este cero absoluto es un límite inalcanzable. En la actualidad, la cámara frigorífica que ha
alcanzado la menor temperatura ha llegado a -273,144 ºC debido a que no se pudo aplicar
mayor energía a sus moléculas para bajar más la temperatura sin que estas se desinte-
grasen.
Este tercer principio está muy relacionado con el segundo, ya que la entropía, es decir, el
grado de desorden en la estructura interna de un cristal puro y perfecto, por tanto, ideal
debe ser cero. A este tipo de cristales los denominamos ideales porque no existen en la
naturaleza. Esto quiere decir que no encontraremos nunca átomos colocados de forma
que su entropía sea cero y esto implica que su temperatura siempre estará por encima del

5. La entropía es “la magnitud termodinámica que indica el grado de desorden molecular de un sistema” (Diccionario
de la lengua española).

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Tema 8: Criminalística en el siniestro vial 269

cero absoluto. Esto, a su vez, significa que los átomos que forman el cristal tendrán algún
tipo de movimiento que produce esas imperfecciones que no se podrán eliminar ya que
necesitarán un movimiento compensatorio.
Visto lo anterior, pasaremos a lo que nos interesa en este capítulo, que es la criminalística
en el siniestro vial.

Figura 2. Espectro coincidente de pinturas color rojo.

CRIMINALÍSTICA VIAL
Son muchos los autores que coinciden en hablar de la criminalística vial como una ciencia
que se dedica a interpretar los indicios provenientes de un siniestro vial, para lo cual se
vale de métodos que no le son propios, con el objetivo de esclarecer los motivos de los
siniestros que ocurren en las vías públicas, rutas, etc., para prevenir los mismos y crear
elementos de seguridad. Solo añadir que la criminalística, en general, se sirve de otras
muchas ciencias, técnicas, artes y ensayos para cumplir con sus objetivos; entre ellas se
encuentran las matemáticas, la física, la química, la medicina, la planimetría, la fotografía,
etc. Estas ciencias, técnicas o artes se aplican en el escenario del siniestro y sobre las

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270 Manual de Criminalística y Criminología

evidencias recogidas para ayudar al esclarecimiento de las causas y la identificación de


los intervinientes en el mismo, tal como las expondremos a continuación, indicando qué
cabe esperar de cada una de ellas.
En el caso que nos ocupa, prescindiremos de lo que hemos denominado criminalística
vial en general y nos referiremos a una parte de todo ello que son los siniestros viales,
considerados como hechos delictivos por unos u otros motivos. No prestaremos atención
en este capítulo a la investigación de las causas del siniestro o a su reconstrucción, sino
a la identificación de los vehículos o personas implicados en ellos, como hecho delictivo,
en casos en los que alguno de los implicados se ha dado a la fuga por no querer asumir
su responsabilidad o implicación o cuando no queda claro quién es responsable de un
hecho concreto (por ejemplo, colisiones múltiples). En este sentido, emplearemos las téc-
nicas de la criminalística, como ciencia auxiliar de los tribunales en la resolución de casos
criminales y que, como decíamos anteriormente, emplea otras ciencias, técnicas y artes.
Para aplicar la criminalística a un hecho que en principio reviste características de hecho
delictivo6 se debe ser mucho más cuidadoso que en cualquier otro caso, ya que las actua-
ciones pueden convertirse en prueba judicial ante la jurisdicción competente, por tanto,
las pautas de trabajo deben ser las mismas que cuando afrontamos una ITO en lo que
se refiere a la recogida de evidencias, cadena de custodia y análisis de las mismas; con
la desventaja que ya indicábamos al principio de que, además, hay que hacerlo de forma
inmediata y rápida para dejar expedita la vía en el menor tiempo posible. Por tanto, los
primeros intervinientes en el siniestro deben ser los encargados de realizar todas las ope-
raciones a las que más adelante nos vamos a referir, y para ello deben poseer la formación
y habilitación necesarias.
Ni que decir tiene que, en cualquier caso, el auxilio a las víctimas es prioritario. Una vez se
las haya atendido convenientemente, lo ideal es que el personal competente en la inves-
tigación del siniestro se divida en dos grupos o áreas de trabajo. Por un lado un equipo
de atestados desarrollará la labor propia de sus funciones y, por otro, un equipo de ITO
se encargará de las tareas que incluyen la recogida de evidencias, y que se explicarán a
continuación.

INSPECCIÓN TÉCNICO OCULAR PRIMARIA EN EL SINIESTRO VIAL


Un siniestro vial, como otros muchos hechos delictivos, son irreproducibles, por lo que en
la primera ITO de la escena es donde se deben realizar las operaciones más importantes
y cruciales. Recordemos que no existe el crimen perfecto, sino la investigación mal reali-
zada y gran parte del éxito de las pesquisas reside en llevar a cabo una correcta ITO que,
en este sentido, definiremos como el conjunto de operaciones técnico-científicas que se

6. Decimos “en principio” porque la criminalística sirve también para demostrar que un hecho supuestamente delictivo
no lo es, y entonces se emplea para eximir de responsabilidad en lugar de para incriminar.

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Tema 8: Criminalística en el siniestro vial 271

llevan a cabo sobre el escenario de un crimen, con la finalidad de comprobar la realidad


del delito, descubrir y recoger los indicios que hayan quedado del mismo, asegurarlos
y ponerlos a disposición de la autoridad judicial para la resolución y enjuiciamiento del
hecho.
Dicho esto, pasamos a indicar los aspectos más relevantes de la ITO en un siniestro vial y
las evidencias más habituales que se deberán recoger.
1. Reportaje fotográfico: dadas las especiales condiciones de los siniestros viales,
el reportaje fotográfico cobra especial interés ya que una vez se hayan retirado los
vehículos y se haya limpiado la vía, no cabrá la posibilidad de repetir nada. Por el
contrario, un buen reportaje fotográfico nos permitirá estudiarlo todo una vez que
nos encontramos en nuestro despacho o lugar de trabajo. Es habitual, en función
de los medios de que se disponga, realizar un vídeo de nuestra intervención. La
combinación del vídeo con las fotografías nos permitirá una buena investigación,
así como elaborar mucho mejor un informe sobre lo ocurrido.
El reportaje fotográfico debe comenzar por fotografías generales de la situación,
para ir concretando aspectos importantes de la posición de los vehículos inter-
vinientes y de las evidencias que vayamos observando en la ITO. Finalmente, se
tomarán fotografías de detalle de los elementos que consideremos importantes
para la investigación. En estas fotografías de detalle es obligatorio incluir un testi-
go métrico.
2. Marcado de evidencias: al mismo tiempo que realizamos el reportaje fotográfico,
cuando lleguemos a las fotografías de detalle de las evidencias que se vayan a
recoger para remitir a los correspondientes laboratorios, es obligatorio incluir en
la fotografía, además del testigo métrico mencionado anteriormente, la identifica-
ción de la evidencia, que puede ser un cono numerado de los usados comercial-
mente o puede consistir en una etiqueta elaborada manualmente con los datos
identificativos del hecho; como el número de diligencias, la fecha, etc. y el número
adjudicado a cada evidencia. Este mismo número debe ser el que se asigne a la
evidencia al realizar los informes correspondientes y los documento de cadena de
custodia.
3. Levantamiento de planos y croquis: pueden ser los mismos que se realizan para
el atestado del hecho, por lo tanto, no se indicará más acerca de este punto.
4. Recogida de evidencias: una vez realizados los puntos anteriores, se procederá
a la recogida de las evidencias que hayamos marcado y considerado de especial
interés para la investigación; esto variará en función del tipo de siniestro que
nos encontremos: colisiones, alcances, atropellos, etc. Cada evidencia con su
correspondiente identificación debe ser recogida en envases individuales, el más
idóneo en función del tipo de evidencia. Pueden consistir en bolsas de plástico,
bolsas de papel, cajas de cartón, cajas de plástico, etc. Lo importante es que sean

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272 Manual de Criminalística y Criminología

individuales y nos permitan una correcta identificación y posterior traslado con


todas las garantías de una correcta conservación7.
5. Cadena de custodia: la cadena de custodia de las evidencias/muestras se define
como el procedimiento documental y controlado que se aplica a las evidencias
materiales relacionados con el delito, desde su localización hasta su valoración
por los encargados de su análisis, normalmente peritos, y que tiene como fin no
viciar el manejo que de ellos se haga y así evitar alteraciones, sustituciones, con-
taminaciones o destrucciones.
Físicamente, la cadena de custodia consiste en una serie de documentos que de-
ben acompañar a la evidencia/muestra en todo momento. En ellos figurarán una
serie de datos que identificarán tanto a la propia evidencia como a las personas
que la recogen, la trasladan, conservan, manipulan, estudian, etc. Los documen-
tos de cadena de custodia garantizan que las evidencias/muestras recogidas en el
lugar del delito son las mismas que se estudiarán en los correspondientes labo-
ratorios y que todos los procesos a que se las someta se han llevado a cabo con
todas las garantías. También nos permitirán saber en cualquier momento dónde y
cómo se encuentran.

EVIDENCIAS TÍPICAS EN UN SINIESTRO VIAL


Plásticos: se emplean cada vez más en la fabricación de vehículos y por sus caracterís-
ticas físicas son susceptibles de desprenderse o fracturarse cuando se golpean o rozan.
El análisis en el laboratorio de su composición, color y forma nos permitirán identificar al
vehículo al que pertenecen. Algunas partes tienen números de serie identificativos que fa-
cilitarán mucho esta tarea. Es importante que contemos con bases de datos facilitadas por
los fabricantes o que podamos ponernos en contacto con ellos. En este tipo de evidencias
se pueden apreciar también restos de pinturas que se pueden analizar y saber si pertene-
cen al propio vehículo o son manchas de rozadura o impacto con otro. Estos elementos,
en función de su tamaño, pueden guardarse en bolsas o cajas individuales para cada uno
que se recoja, ya que podrían no pertenecer todos al mismo vehículo. Se hará indicación
del lugar exacto de la recogida y se adjuntarán fotografías. Es muy importante que, una
vez recogidos, no se rompan ni se dañen.
Cristales de proyectores y señalizadores: como en el caso de los plásticos, también se
pueden identificar estos elementos o partes de ellos. Si los cristales de proyectores son
de vidrio, además de las propiedades mencionadas para los plásticos, también se puede

7. Para más información, recomendamos Ibáñez Peinado, J. y otros (2010) Técnicas de Investigación Criminal. Ed.
Dykinson y Ministerio del Interior.

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Tema 8: Criminalística en el siniestro vial 273

estudiar el índice de refracción8, que es un indicador característico de las condiciones de


temperatura y presión empleadas en la fabricación de los vidrios. Los fabricantes suelen
facilitar este dato, que la tecnología actual suelen calcular de forma muy exacta con hasta
doce decimales.
Los cristales de proyectores y señalizadores ópticos llevan unas numeraciones que los
identifican plenamente, pudiéndose saber, si se localizan estos números, a qué tipo de
vehículo pertenecen. Por ello, se pondrá la marca, el modelo, año de fabricación, si es
de la derecha o de la izquierda del vehículo, etc. Para la recogida de estas evidencias se
observarán las mismas normas indicadas para los plásticos.
De los plásticos y de los trozos de cristales de proyectores y señalizadores ópticos hay
otra característica que se suele dar muy a menudo y es lo que se conoce como encaje
mecánico. Consiste en que un trozo de una pieza rota que encontramos en el lugar del
siniestro puede coincidir perfectamente con el resto de la pieza cuando se localiza el vehí-
culo sospechoso. Si esto ocurre, es una prueba irrefutable ya que, como se explicó en el
segundo principio de la Termodinámica, todo proceso se realiza en el sentido de adquirir
el mayor desorden posible, de forma irreversible y al azar. Por tanto, si dos partes rotas al
azar encajan, es señal de que en origen formaban parte de una misma unidad.
Vidrios: los vidrios que encontremos en el lugar de un siniestro de tráfico pueden pro-
ceder de las lunas delantera y trasera, de las ventanillas y de los proyectores. La luna
delantera suele ser de cristal laminado9 (cambiado) o de seguridad que lleva una película
intermedia realizada con butiral de polivinilo (PVB), etil-vinil-acetato (EVA) y con resinas
activadas por luz ultravioleta o simplemente por la mezcla de sus ingredientes, que tam-
bién son identificables en el laboratorio. La recogida de vidrios se realizará con especial
cuidado y se utilizarán pinzas y/o guantes para evitar cortes y se tendrá especial cuidado
en el embalaje para evitar que se rompan.

8. Se denomina índice de refracción al “cociente de la velocidad de la luz en el vacío y la velocidad de la luz en el medio
cuyo índice se calcula, se trata de un valor adimensional. El índice de refracción de un medio es una medida para
saber cuánto se reduce la velocidad de la luz (o de otras ondas tales como ondas acústicas) dentro del medio”.
9. El cristal laminar es un vidrio de seguridad compuesto por dos capas de vidrio templado, de unos dos milímetros
cada una de ellas, que han sido procesadas mediante tratamientos químicos y térmicos que aumentan su resistencia
y que hacen que al romperse lo haga en pequeños trozos. Estas dos capas de cristal están unidas entre sí, a modo
de sándwich, por una capa de butiral de polivinilo (PVB), termoplástico transparente de gran resistencia o de o etil-
vinil-acetato (EVA). Además de la seguridad que ofrece en caso de rotura, también proporciona buena protección de
los rayos ultravioletas, de los que llegan a absorber hasta el 99 %, impidiendo que se decoloren o estropeen piezas
interiores y proporcionando mayor confort a los ocupantes ya que facilita la climatización del habitáculo. También
proporciona un buen aislamiento acústico, sobre todo los que incluyen cámara de aire. Pero la característica principal
en seguridad es la resistencia mecánica que ofrece el conjunto ante cualquier impacto y a que objetos exteriores
puedan penetrar al habitáculo del vehículo y que, en caso de fractura, no se rompe en múltiples trozos, sino que
quedan adheridos a la malla de PVB o EVA, impidiendo que los fragmentos sean lanzados contra los ocupantes del
vehículo y les causen lesiones. Todas estas características han hecho que desde 1983, por el Reglamento 43 de la
Unión Europea, sea obligatorio que los parabrisas de los vehículos estén fabricados de vidrio laminar.

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274 Manual de Criminalística y Criminología

Figura 3. Impacto contra vidrio laminar del parabrisas delantero de un vehículo.

Para las evidencias que hemos tratado hasta ahora, en caso de que el siniestro haya
consistido en atropello, se atenderá de forma especial a que en ellas puedan encontrarse
restos de las víctimas, tales como sangre, pelos, fibras textiles, etc. En caso de encontrar-
los se hará indicación expresa de ello y es preferible no tratar de extraer estas muestras
si no contamos con la preparación adecuada para ello. En ese caso, es más recomendable
enviarlas al laboratorio tal como se encuentren, tratando de protegerlas adecuadamente.

Figura 4. Modo de fractura de vidrio laminar del parabrisas delantero de un vehículo.

Pinturas: los vehículos cuentan con varias capas, desde la chapa al exterior, y son de dife-
rente color y composición; a veces se conoce como pintura automotriz. Normalmente son
tres, pero pueden aumentar en función del tipo de vehículo, lo cual ya es identificativo.
Suelen llevar una imprimación sobre la chapa, que la prepara para recibir las demás, es
antioxidante y sirve para pulir cualquier parte que no haya quedado suficientemente lisa.
Después lleva la pintura del color y encima de esta, a modo de acabado, se cubre con una
laca o pintura protectora que proporciona brillo y protege la pintura de las condiciones
climatológicas. Esta estructura en capas le proporciona gran dureza y consistencia, de
modo que cuando recibe un golpe o raspón se desprenden en forma de escamas que son
fáciles de recoger en la vía o del propio vehículo.

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Tema 8: Criminalística en el siniestro vial 275

Figura 5. Estructura en capas de Figura 6. Muestras de escamas de


una escama de pintura de pintura de un vehículo color rojo
un vehículo color rojo. tomadas en un siniestro vial.

Las características físico-químicas de las pinturas, como la composición y el color, se


pueden analizar en el laboratorio y sirven para identificar al vehículo ya que los fabricantes
proporcionan estos datos y los suelen ofrecer en bases de datos que facilitan la identifi-
cación.

Figura 7. Espectro de microespectrofotometría de pinturas color rojo coincidente en color.

Si la zona de donde se obtienen escamas de pintura hubiese sido reparada con anterio-
ridad, se facilita la identificación, incluso visual, ya que la primera capa, la imprimación,
suele ser más gruesa al haber sido empleada en los talleres para pulir y rellenar.
Lámparas: no son identificativas pero sirven para conocer detalles sobre el siniestro
que pueden ser importantes en algunas circunstancias. Sobre las lámparas se puede
averiguar, a través de microscopía electrónica, si en el momento del siniestro estaban o
no funcionando y si el filamento ha sufrido deformación. También se puede averiguar la
dirección de un golpe sufrido.

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276 Manual de Criminalística y Criminología

Figura 8. Lámpara de un vehículo Figura 9. Detalle del estado del Figura 10. Filamento de lámpara
tomada como muestra filamento de una lámpara de de vehículo tras un siniestro
en un siniestro vial. vehículo tras un siniestro. con formación de esfera
de óxido de wolframio.

El embalaje de estas evidencias es muy importante, ya que se debe evitar que se rompan
o se alteren los filamentos. Si en el siniestro se rompe el bulbo de la lámpara, es impor-
tante encontrar los trozos de filamentos y enviarlos también al laboratorio.

Figura 11. Rotura en frío vista al microscopio electrónico de barrido.

Figura 12. Rotura en caliente vista al microscopio electrónico de barrido.

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Tema 8: Criminalística en el siniestro vial 277

Fibras textiles: estas evidencias suelen darse en casos de atropello, como ya se ha in-
dicado. La aparición de fibras textiles de las ropas de una víctima de atropello nos puede
ayudar a identificar a un vehículo que se haya dado a la fuga o nos puede indicar con qué
partes del vehículo fue golpeada. Dado su reducido tamaño, la localización es difícil, por
lo que se deberá emplear algún medio de iluminación y aumento.

Figura 13. Jersey color verde que llevaba la víctima de un atropello.

Por su forma y tamaño, a veces se confunden fibras textiles con pelos o viceversa. Esto
no tiene mayor importancia ya que será el examen en laboratorio el que nos dirá esto con
certeza.
Para la recogida de fibras se emplea cinta adhesiva especial, sin color, que se aplicará so-
bre las superficies que sean susceptibles de contenerlas, utilizando una tira por cada zona
a investigar. Después se pega el trozo de cinta sobre sí misma para que quede cerrada
y protegida; se pueden guardar en sobres individuales para evitar contaminaciones. Se
indicará sobre qué zona se ha aplicado cada trozo de cinta adhesiva.
Si se encuentran fibras textiles en alguna pieza de un vehículo que se pueda recoger, es
mejor enviar al laboratorio la pieza completa para evitar riesgos de estropear la evidencia
en la extracción.

Figura 14. Fibras textiles color verde introducidas entre vidrios del parabrisas
delantero de un vehículo, sospechoso de provocar un atropello.

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278 Manual de Criminalística y Criminología

Ropas de víctimas: en caso de recoger fibras textiles, es preciso remitir al laboratorio


las ropas de la víctima de atropello para su cotejo. También se pueden encontrar en las
ropas rastros de pintura, trozos de vidrio o de otras piezas que servirán para identificar al
vehículo.

Figura 15. Pantalón que llevaba la víctima de un atropello con restos color rojo.

Figura 16. Detalle de mancha roja del pantalón Figura 17. Detalle de la mancha roja en la que
de una víctima con restos de posible pintura. se aprecian escamas de pintura de vehículo.

Hay otras muchas evidencias que se pueden obtener en un siniestro vial y las que se han
mencionado son más importantes, dada la extensión de este capítulo.

Figura 18. Óxido de volframio visto al microscopio electrónico.

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9
LAS INVESTIGACIONES
DACTILOSCÓPICAS
Angelo La Marca
Experto forense; criminólogo
Studio Indagini Mediche e Forensi (SIMEF)
Italia

INTRODUCCIÓN
En sustitución de los múltiples e incorrectos términos que existían en su momento, el
español Santamaría introduce la denominación de lofoscopia. Del griego lofos, cresta,
y skopia, examinar, designa la especialidad de la actual policía científica que se encarga
del análisis de las huellas dejadas por una parte cualquiera de la epidermis, sobre todo
de aquellas que se caracterizan por la presencia de las crestas papilares. No obstante, el
estudio de los dibujos lineales, presentados en relieve en las caras y bordes de las manos
y los pies se les conoce con los nombres de lofoscopia, papiloscopia y dermatoglifia.
La lofoscopia se subdivide:
• Dactiloscopia. Derivada del griego daktilos, dedos, y skopia, observar, analizar.
• Quiroscopia. Del griego cheir, mano, y skopia, observar, examinar, es otro de los
términos introducidos por Santamaría.
• Pelmatoscopia. Del griego pelma, planta del pie, y skopia, examinar u observar.
• Dactiloscopia tiene asignados distintos cometidos en el orden policial:
– Determinar la verdadera personalidad del reseñado por infracción legal.
– Descubrir a los individuos que reinciden.
– Conocer los antecedentes de los delincuentes.
– Cotejo de las huellas recogidas, a los efectos oportunos con las archivadas.

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280 Manual de Criminalística y Criminología

ANTECEDENTES HISTÓRICOS
Los dos libros de Francis Galton (primo de Charles Darwin), Finger Prints, publicado en
1892, y Finger Prints Directory, publicado en 1895, fueron los “actos fundadores” de la
dactiloscopia, así como el punto de referencia para los expertos en esta disciplina. Incluso
los estudios más maduros de unos cincuenta años más tarde, como Cummins y Midlo
Fingerprint, An Introduction To Dermatoglyphics, en 1943, se consideraron una “Biblia” de
dermatoglyphics, especialmente para el estudio de embriología y genética, validó muchas
de las percepciones atribuidas a Francis Galton. La dactiloscopia entró muy rápidamente
en el campo de la criminología, y se encontró con los favores del interés y la curiosidad
de la sociedad imperialista victoriana del siglo XIX. Inmediatamente se aplicó de manera
consistente en las colonias británicas de East India Company y en las comunidades pe-
nitenciarias del Reino Unido. La pregunta de cómo, cuándo y por quién se usó la huella
digital por primera vez con fines de investigación forense es una pregunta un poco dudosa
y ambigua. Algunas fuentes acreditan el descubrimiento a un médico escocés, Henry
Foulds, quien en octubre de 1880, doce años antes de Francis Galton, lo ilustró en la
revista científica Nature, con un artículo titulado “Sobre el surco de la piel de la mano”.
Textualmente Foulds declaró: “Cuando una huella digital o una huella sangrienta se coloca
en arcilla o vidrio, puede llevar a la identificación criminal de los delincuentes. Ya tuve la
experiencia en dos casos, encontrando la correspondencia real de estos signos. En una
ocasión, la huella digital reveló quién había estado bebiendo de un vaso”. También hay un
segundo término de comparación que apoyaría esta hipótesis. Foulds realizó con Charles
Darwin, primo de Francis Galton, un informe epistolar a través del cual Galton se percató
de cierta información que luego podría proporcionar. En cualquier caso, Henry Foulds,
quien también logró identificar al autor de un robo gracias a una huella digital, probable-
mente subestimó el potencial de la dactiloscopia como ciencia forense, deseando insistir
especialmente en la oportunidad de establecer, a través de ella, algunas reglas generales:
sobre la herencia y sobre las posibles diferencias raciales entre poblaciones, entre otras.
Concentró la mayoría de sus estudios en esa dirección, siguiendo una orientación particu-
larmente apreciada por los eruditos positivistas y basado en los principios de la genética
mendeliana y el darwinismo social. Más allá de cualquier especulación, debe notarse que
Galton, gracias también a la contribución de William Hershel, oficial del Servicio Civil Indio
Británico en el Distrito Hooghly, en Jungipoor (India), elaboró un trabajo que puede con-
siderarse completo, ya que logró investigar discursos y reflexiones que no se encuentran
en ninguno de los autores que lo precedieron: estudios en profundidad sobre los siste-
mas de clasificación y codificación de huellas, cálculos estadísticos sobre su variabilidad,
métodos de reclutamiento y detección de huellas dactilares mediante el uso de tinta tipo-
gráfica, uso de herramientas de catalogación y archivo. Pero fue principalmente gracias a
Galton y su colaboración con Edward Henry, “comisionado” de la Policía Metropolitana de
Londres entre 1903 y 1918, que los tribunales británicos primero, y los de todo el mundo
después, confirieron el valor probatorio a la dactiloscopia. Edward Henry, con su texto

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Tema 9: Las investigaciones dactiloscópicas 281

Clasificación y usos de las huellas dactilares (1900), fue el creador del primer método de
clasificación de decadaptación institucionalizado, aceptado oficialmente por el Ministerio
de Asuntos Internos del Reino Unido.
Las dos premisas básicas en que se basa la dactiloscopia son la persistencia de la morfo-
logía de la impresión en el lapso de la vida y la individualidad de la misma. Si bien la pri-
mera premisa recuerda datos en gran parte intuitivos, establecidos con absoluta certeza
por estudios sobre anatomía y morfogénesis de las crestas papilares, la individualidad o
identidad absoluta está sujeta a una verdad empírica respaldada por una base estadística.
La individualidad dactiloscópica, como la singularidad de la persona humana, existe solo
en un sentido retórico; es un axioma que todo el mundo entiende su precisión, pero sigue
siendo imposible de probar, con una excepción, la del hecho concreto que lleva a la iden-
tificación en casos judiciales específicos. La dactiloscopia se basa en criterios de absoluta
certeza porque equipara la noción de “rareza” con la de “unicidad”. La complejidad y la
delicadeza del tema se habían señalado desde fines del siglo XIX por el Galton, quien en
1892 dijo: “Nuestro problema es este: proporcione dos huellas digitales similares, ¿cuál
es la probabilidad de que pertenezcan a personas diferentes?”. El texto Huellas digitales
de Galton es un volumen de 13 capítulos. Aparte de los capítulos 11 y 12, que tratan
principalmente del intento poco probable de establecer conexiones entre la forma de las
huellas papilares, la herencia y la raza, muchos pasajes del libro revelan aquellos que pue-
den considerarse los tres preceptos de la dactiloscopia: la inmutabilidad de las huellas a lo
largo de la vida, por lo que no experimentan variaciones morfológicas naturales; variedad
y diferencia de las formas papilares en el individuo y en la población, para las cuales no
es posible encontrar la misma huella, incluso si se reproduce parcialmente, en varias per-
sonas o en el mismo individuo; oportunidad de codificar huellas dactilares que, incluso en
su infinita variabilidad, se pueden catalogar en función de sus características generales,
desde las cuales se puede clasificar y almacenar los datos.
De la última tesis nació el triparto de Galton, para el cual las huellas dactilares son siem-
pre rastreables en tres formas: arco (arco o adelta), lazo (ansa o monodelta) y espiral
(espiral o bidelta). Gracias a la diferente curvatura de las líneas papilares, Galton también
afirmó en 1895: “Para aquellos que estudian la huella digital, los primeros objetos que
deben observarse son los deltas, para determinar si el modelo tiene dos, uno o ningu-
no. La principal característica de los arcos es la ausencia de delta; una soga tiene uno;
una espiral tiene dos. Hay algunos modelos ambiguos, y otros que no están definidos,
pero los primeros son infrecuentes y los últimos raros. Aparte de estas excepciones, hay
algunos inconvenientes, la clasificación funciona bien y con facilidad”. La primera carac-
terística evidente es que cualquier huella digital se compone de paquetes de líneas bien
definidos. Galton señaló tres vigas: la basal, formada por líneas ubicadas en la base de la
punta de los dedos, más precisamente entre la segunda falange (falangina) y el comienzo
de la tercera falange (falangetta), en la articulación; la marginal, presente en el vértice de
la tercera falange (falangetta) y que corre lateralmente con respecto a ella, circunscribe

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282 Manual de Criminalística y Criminología

externamente la punta del dedo; la central, en correspondencia con el área epicentral de


la tercera falange (falangetta) y que incluye el “centro de la figura”, que puede adoptar
diferentes configuraciones. “Los sistemas de líneas en sus evoluciones también forman
áreas definidas delta o triradi, que constituyen áreas de adyacencia donde los sistemas
basal, marginal y central fluyen juntos” (Intini-Picozzi, 2009). La posibilidad de identificar
esos sistemas de líneas también fue la premisa que permitió clasificar las huellas dactila-
res a partir de 1900.
Inicialmente, los sistemas de clasificación de huellas dactilares consistían esencialmente
en identificar algunas formas y darles un código alfanumérico o numérico. Este simple
paso permitió reducir los márgenes de investigación de posibles reincidentes, sujetos
ya sometidos a huellas dactilares, reduciendo los esfuerzos de comparación porque la
investigación se orientó exclusivamente en una secuencia numérica precisa (una clasi-
ficación decadaptilar puede tener hasta diez mil millones de combinaciones diferentes).
Galton también entendió que los diseños de las crestas papilares no se podían cambiar
con el tiempo. Lo hizo gracias a un experimento, una herramienta de investigación muy
extendida en ese momento: tomó el control y luego analizó diferentes muestras de hue-
llas dactilares tomadas de algunos niños en dos ocasiones diferentes y luego las com-
paró después de años, verificando la correspondencia absoluta de las huellas. También
consideró el hecho de que el dermatoglifo se forma en el entorno intrauterino antes del
nacimiento: “El desarrollo embriológico de las crestas papilares ha sido estudiado por
muchos, pero especialmente por el Dr. A. Kollmann, que ha establecido que las crestas
se forman a través de la presión de las estructuras embrionarias. Se dice que las crestas
son discernibles en el cuarto mes de la vida fetal anterior, para formarse completamente
dentro del sexto” (Galton, 1892). Estas y otras observaciones permitieron formular una
teoría general y aclarar el problema que ninguna hipótesis anterior había permitido inter-
pretar: la oportunidad de identificar, sin posibilidad de error (siempre que haya un mínimo
de caracteres), la persona. Junto con estas peculiaridades, Galton señaló otra más, la
“morfología particular” de la impronta.

FUNDAMENTOS CIENTÍFICOS
En las crestas papilares existen, de hecho, algunas accidentalidades o imperfecciones,
que generalmente se denominan en relación con la forma que toman (bifurcaciones, inte-
rrupciones, líneas de línea, ojales, ganchos, islotes, puntos); las discontinuidades de las
crestas papilares se denominan minucias, puntos característicos o “detalles de Galton”.
Estas accidentalidades son muy significativas y hacen que la huella sea única; en la epider-
mis, la capa más externa de la piel, en correspondencia con la punta de los dedos, la pal-
ma de la mano, la planta del pie, incluye la piel o las crestas papilares o los dermatoglifos;
estos tienen un espesor variable y forman diseños absolutamente originales. Esto se debe
al hecho de que las huellas dactilares tienen signos generales (desarrollo de las líneas de
las crestas de la piel) y, sobre todo, particulares (las “minucias”); estos son los que hacen

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Tema 9: Las investigaciones dactiloscópicas 283

que la morfología general de la impresión sea única: “Estas características morfológicas


de las impresiones papilares se consideran elementos particulares y en ellas se funda
todo el aparato de la identificación dactiloscópica” (Intini-Picozzi, 2009). La superficie de
la piel digital, palmera y plantar, por lo tanto, no es lisa, pero tiene muchas irregularidades
en forma de surcos, crestas, pliegues, depresiones más o menos profundas. El diseño
de las crestas y surcos, se define genéticamente a partir de la semana 13 después de
la concepción, para formarse definitivamente alrededor de la 21; en consecuencia, los
dibujos que se forman en la superficie de la piel se mantendrán invariables y esto seguirá
así hasta que aparezcan los fenómenos tanatológicos. Estas crestas tienen un grosor del
orden de la fracción de milímetro; su función es permitir el desarrollo de la fricción y, por
lo tanto, la actividad prensil típica de los primates. La impresión es, por lo tanto, el signo
dejado por las crestas epidérmicas de las papilas, separadas entre sí por surcos, y en
la parte superior de las cuales se abren los poros del sudor. Actualmente, las agencias
policiales en todos los Estados adoptan sistemas biométricos para la identificación de
huellas dactilares. Los sistemas automatizados de identificación de huellas digitales y
palmeras utilizan un algoritmo de un software capaz de archivar, codificar y comparar, con
procedimientos parcialmente automatizados, y en poco tiempo los millones de huellas
dactilares y dispositivos de mano presentes en la base de datos de Central Identity Box
en el Ministerio del Interior.
Con respecto a la orientación jurídica, la primera definición potencialmente científica de
singularidad en el campo forense nació en 1835 con Adolphe Quetelet, un científico belga
que junto con Andrè Guerry fundaron las estadísticas descriptivas sociales. Quetelet
intentó explicar el comportamiento humano a través de la probabilidad estadística de
la ocurrencia de ciertos eventos humanos, a partir de la existencia de un supuesto
“hombre promedio”. Él planteó la hipótesis, como otros ya lo habían hecho antes, de que
la naturaleza nunca se repite de la misma manera y que multiplicando la probabilidad de
eventos humanos que son independientes entre sí, cada uno de ellos es capaz de asumir
diferentes valores, la última posibilidad de obtener dos valores absolutamente idénticos
es un límite que tiende a cero. En otras palabras, la probabilidad, expresada en términos
matemáticos, de que un evento pueda ocurrir es un número entre “0” y “1”; donde el
número “1” representa la identidad absoluta comprobada y “0” su opuesto. El ejemplo
clásico es el del juego de dados. Si solo se tira un dado, la probabilidad de obtener un
número predeterminado está representada por la fracción 1/6. Si se tiran diecisiete dados,
la probabilidad estadística de obtener una secuencia de números predeterminada es “1/6”
multiplicando “1/6” por sí misma 17 veces, y por lo tanto “1/6” se eleva a la potencia 17:
1/6) 17. Este principio fundamental de las estadísticas se denomina “regla del producto” y
se aplica a varios eventos independientes, por ejemplo, a la distribución de minucias en una
impresión. El método estadístico de Victor Balthazard, por ejemplo, parte de la hipótesis de
que una impresión completa tiene aproximadamente 100 puntos característicos; la rareza
(y no la singularidad) se expresa de esta manera mediante la fórmula: (1/4) n, donde el

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284 Manual de Criminalística y Criminología

número “4” representa el tipo de minucias que se encuentran con mayor frecuencia en
una huella digital (término de línea y bifurcación a la derecha y a la izquierda), mientras
que “n” representa el número de minucias iguales en forma y posición. Por ejemplo, si a
“n” se le asigna el número 17, obtenemos: (1/4) 17 = 1 / 17.179.869.184, lo que significa
que existe la posibilidad de 17 mil millones de huellas dactilares con 17 puntos en común,
igual para forma y posición, pertenecen a dos individuos diferentes.
Como ya se anticipó, el axioma aristotélico de identidad absoluta, para el cual todos son
iguales solo a sí mismos en un límite de espacio y tiempo, es un principio intuitivo, obvio,
lógico y muy comprensible, pero no objetivamente demostrable. La probabilidad estadís-
tica de enfrentarse con dos huellas dactilares, o partes de ellas, con un cierto número de
puntos característicos comunes, iguales en forma y posición, pertenecientes a diferentes
personas, es un límite que tiende a cero. Sin embargo, la población humana está formada
por unos 7 mil millones de individuos a los que se pueden asociar casi 14 mil millones de
huellas de manos y casi 70 mil millones de huellas dactilares. Esta cifra aumenta constan-
temente considerando que la población mundial está destinada a aumentar exponencial-
mente. Otro orden de problemas se deriva del margen de error fisiológico que distingue
cualquier procedimiento científico, incluso el más riguroso; es decir, la posibilidad de
obtener “falsos negativos” o “falsos positivos”. Además, a esta posibilidad debe agregarse
la posibilidad de falsificación voluntaria y fraudulenta de pruebas. Si falsificar un testi-
monio llevado a juicio no es imposible, incluso manipular la evidencia científica es más
complejo, pero ciertamente no es inalcanzable. En todo el mundo, la identidad a través
del uso de huellas papilares juega un papel preeminente e indiscutible en la investigación
forense. Existen principalmente tres áreas de aplicación de la identidad dactiloscópica. La
primera se refiere a la “dactiloscopia judicial”, o la posibilidad de que los rastros papilares
encontrados en la escena de un crimen conduzcan a la reconstrucción de actos delictivos.
En otras palabras, toma la forma de identificar a las personas que, por diversas razones,
estuvieron presentes en el lugar donde se cometió un delito. Una segunda serie de re-
gulaciones se refiere a las leyes o los artículos de ley dirigidos al control de identidad,
entendidos esencialmente como el “deber de poder” de la Autoridad Judicial o de Segu-
ridad Pública para identificar y reconocer a una persona; es decir, para atribuirla a una
persona “ detalles personales exactos y completos” (Intini, 2003), independientemente de
la comisión de un delito. La “identificación preventiva” (la segunda área) se entiende más
que nada como el conjunto de datos necesarios y suficientes que permiten identificar a la
persona, especialmente desde el punto de vista burocrático y personal. El artículo pres-
cribe que la identificación de la persona puede llevarse a cabo también realizando, cuando
sea necesario, huellas dactilares: “La huella preventiva, por lo tanto, el listado y actualiza-
ción de las llamadas listas dactiloscópicas anteriores, funcionales a múltiples actividades
de la Policía y, más en general, de Justicia” (Intini-Picozzi, 2009). La tercera área, que se
deriva de la segunda pero con algunas diferencias fundamentales, se refiere al “control
social”; el conjunto de reglas implementadas que extiende el uso de datos biométricos a

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Tema 9: Las investigaciones dactiloscópicas 285

categorías enteras de personas (piense en el Texto Consolidado sobre Inmigración, o en


sistemas de protección para acceder a lugares sensibles como instituciones de crédito,
oficinas, etc. o incluso la posibilidad de proporcionar los documentos de reconocimiento
de datos biométricos para evitar falsificaciones o sustituciones). A la luz de esto y las
consideraciones previas, es posible afirmar que la evaluación dactiloscópica, en su tota-
lidad, está sujeta a una doble regulación. Una primera serie de disposiciones se refiere a
la orientación jurisprudencial del Tribunal Supremo, que a su vez se basa en un cálculo
estadístico-probabilístico. Una segunda serie de disposiciones se refiere a las leyes y los
artículos de ley destinados a establecer la identidad como esencialmente el “poder” de
identificación y reconocimiento de una persona y el “control social” de toda una categoría
de personas. Asigne, por lo tanto, los datos personales exactos y completos (Intini, 2003)
independientemente de la comisión de un delito. De este modo, las impresiones se pue-
den codificar de acuerdo con varias características: el flujo de las crestas papilares (solo
para las digitales); el tipo, número, dirección y posición de las minucias; La morfología de
los poros del sudor, su distancia o su número.
Estas características peculiares son de hecho muchas, pero la doctrina jurisprudencial
generalmente identifica una sola especie que ha sido interpretada como “necesaria y
suficiente” para establecer una cierta identidad dactiloscópica, es decir, la diferencia que
se deriva de los “puntos característicos” de los caracteres particulares de huella. En la
práctica, el número de minucias y la correspondencia por forma y posición. Las razones
de esta elección probablemente dependen del hecho de que las impresiones de la palma,
a diferencia de las digitales, no están sujetas a ningún tipo de clasificación general y, por lo
tanto, en este caso no sería posible establecer una cierta identidad dactiloscópica a partir
de esos datos. En ausencia de una regla específica en el sistema legal italiano que regule
la cuestión de la identidad “judicial” de las huellas encontradas en la escena del crimen,
fue la doctrina y la jurisprudencia las que definieron su orientación.

ANÁLISIS MORFOLÓGICO Y COMPARACIÓN DE IMPRESIONES PAPILARES


La dactiloscopia, por lo tanto, es la ciencia que estudia las impresiones papilares digitales,
las huellas papilares palmar y las huellas plantares.
Literalmente, el término dactiloscopia, etimológicamente derivado del griego antiguo
δακτυλος (dedo) + σκοπεα (mirada), significa análisis de dedo, pero naturalmente la rama
también se extiende al estudio de huellas de las palma y huellas plantares.

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286 Manual de Criminalística y Criminología

SIRCHIE CAT. NO. FC345R


4. R. RING 5. R. LITTLE
1. R. THUMB 2. R. INDEX 3. R. MIDDLE

SIRCHIE CAT. NO. FC345L


6. L. THUMB 7. L. INDEX 8. L. MIDDLE 9. L. RING 10. L. LITTLE

Figura 1. Ejemplo de una etiqueta de señalización dactiloscópica.

Puede hablarse igualmente de una dactiloscopia judicial, considerada por la Policía cien-
tífica como la rama que comprendería los trabajos realizados en aras a la identificación
de las personas. Una dactiloscopia antropológica, a través de los estudios de anatomía
comparada, racial y evolutiva y también de una dactiloscopia clínica cuando se analizan las
repercusiones clínicas y las aplicaciones que a este objeto posee la dermopapiloscopia.
En el período embrionario tiene lugar la formación de la piel y el tejido nervioso que con
posterioridad se separan. La piel se compone de dos partes: epidermis y dermis. La epi-
dermis se compone de una capa córnea, una capa transparente, una capa granulosa, una
capa de Malpighio y una capa basilar dermis (zona profunda) o corion (tejido conectivo).
En la región palmar y plantar existen las papilas dérmicas, dispuestas en series lineales
conteniendo vasos sanguíneos y corpúsculos del tacto (papilas nerviosas). Con una altura
aproximada de 110 a 225 micras, da lugar a la formación de las crestas. Los relieves que
se forman en las papilas son muy variables y resultan ser personales. En el lomo (altura
superior) de las crestas aparecen una serie de orificios, denominados poros. Los dibujos
evolucionan en tamaño conforme al desarrollo del feto, permaneciendo inalterado no solo
en este periodo sino durante toda la vida, llegando a autorregenerarse tras traumatismos
graves, salvo en la destrucción de la capa más profunda de la epidermis. Sobre la superfi-
cie de la piel, aparecen unas líneas que se dibujan con un cierto paralelismo en pequeñas
zonas, creando una especie de dibujos en ciertas porciones de las palmas de las manos,
la planta de los pies y especialmente en la cara interna de los dedos. Estos dibujos po-
seen tres características importantes para la identificación, son perennes, inmutables y
diversiformes.
• Perennes: está fisiológicamente demostrado que una vez formados estos dibujos
(a partir del sexto mes de vida intrauterina) permanecen invariables en número,
situación, forma y dirección hasta que la putrefacción destruya la piel. Si ha exis-
tido embalsamamiento o momificación, los dibujos permanecen incluso durante
miles de años.

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Tema 9: Las investigaciones dactiloscópicas 287

• Inmutabilidad: la modificación de los dibujos resulta imposible desde un punto de


vista fisiológico, dado que la regeneración de los mismos es evidente en desgas-
tes profesionales o voluntarios, traumatismos y quemaduras, siempre que estas
circunstancias no alcancen la dermis en profundidad. La regeneración es exacta
incluso en los tramos más pequeños o minúsculos.
• Diversiformes: entre millones de dactilogramas clasificados por los servicios de
identificación de todo el mundo no se han encontrado aún dos iguales. Estos dibu-
jos son también imprimibles, ya que la elevación, separación equilibrada, dureza
y flexibilidad de las crestas permiten el entintado e impresión como si de un sello
de caucho se tratara, resultando un dibujo plano con las líneas proporcionadas por
las crestas, correspondientes al color de la tinta empleada, y los poros quedan del
color de la cartulina utilizada.
Se deduce de todo lo anterior que los dibujos resultan identificables, porque en la com-
paración entre ellos son morfológicamente distintos gracias a variables o características
distintas. Estas variables son:
• Abrupta: cresta papilar que se encuentra situada entre otras dos casi paralelas
que termina sin continuidad ni volver a aparecer.
• Bifurcación: cresta que parte del lado izquierdo del dibujo y se desdobla en dos
que continúan paralelas un trecho más o menos largo.
• Convergencia: igual a la bifurcación que parte en paralelo del lado izquierdo de
la impresión, fusionándose en su trayecto formando una sola cresta. Tanto la
bifurcación como la convergencia, pueden presentar subvariedades según apa-
rezcan de igual longitud en ambas ramas o sea más corta la superior, la inferior,
la interna, la externa, y atendiendo al fragmento, puedan clasificarse como grande
o pequeña.
• Desviación: la constituyen dos crestas procedentes de lados opuestos a la impre-
sión, creyendo que los extremos van a encontrarse y se desvían en su proximi-
dad, quedando separados por un surco interpupilar.
• Empalme: cresta corta de dirección oblicua que se fusiona por sus extremos con
otras dos paralelas, formando ángulos muy agudos. Esta formación se denomina
fragmento cresta de extremos abruptos y de longitud variable. “Pequeño” cuando
no es cinco veces más largo que ancho, y “grande” cuando su longitud es de
cinco a diez veces mayor que su anchura.
• Interrupción: se aprecia cuando la cresta es aproximadamente el doble de larga
que de ancha, con los extremos redondeados como si fueran dos líneas abruptas
de terminación y nacimiento próximos.
• Ojal: se llama al espacio de forma elíptica compuesto por las ramas de una cresta
bifurcada que vuelven a fusionarse por convergencia. Pueden dividirse como los
fragmentos, atendiendo a su longitud.

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288 Manual de Criminalística y Criminología

• Punto: pequeño fragmento de cresta tan corto como ancho que suele estar situa-
do en el centro de una interrupción o de un delta hundido o, más generalmente,
entre dos crestas.
• Transversal: es la cresta que se aparta de la dirección principal y cruza ante otras
de dirección opuesta.

DELTA: DEFINICIÓN Y VARIEDADES TÍPICAS


En identificación llamamos delta a la figura triangular que determina la aproximación de
tres sistemas distintos de crestas papilares, y también la que, en forma de trípode, resulta
de la fusión de las crestas limítrofes de dichos sistemas. En el estudio de los deltas inte-
resa conocer su número, situación, relieve y variedades morfológicas.
• Con relación a su número: depende del grado de curvatura y del número de nú-
cleos, los dactilogramas pueden carecer de delta; tener uno solo a la derecha, a
la izquierda o en el centro del dibujo; dos, separados por un núcleo de crestas
papilares, y, a veces, tres, pero advirtiendo que esta particularidad solamente la
presentan ciertos dactilogramas que tienen dos núcleos.
• Por su situación: los deltas pueden clasificarse en “derechos”, “izquierdos” y
“centrales”, según se hallen a uno u otro lado del dibujo o en la parte central de
la impresión. También se clasifican los deltas por la situación que ocupan, en
“exteriores” cuando están formados en la periferia del núcleo y resultan de la
aproximación o fusión de los tres sistemas principales de crestas papilares, y en
“interiores” si se hallan situados en el núcleo mismo del dactilograma, contribu-
yendo a formarlos algún sistema parcial de crestas.
• Atendiendo a su relieve: los deltas se clasifican en “hundidos” y “salientes”. Son
“hundidos” los que resultan de la aproximación de las crestas limitantes de los tres
sistemas; corresponden a un surco de forma triangular en el dactilograma natural
y aparecen en los artificiales y latentes imitando un pequeño triángulo del color del
papel o soporte en que la impresión asiente. Son “salientes” los deltas producidos
por la supuesta fusión de crestas limítrofes, en las que se considera que cada lado
o rama pertenece a un sistema distinto; corresponden en el dactilograma natural a
una cresta de tres ramas que afecta la forma de un trípode, figura que en los artifi-
ciales y latentes, aparece del color de las demás crestas papilares. Las variedades
morfológicas délticas son las siguientes: “deltas hundidos”, conocidos también
con el nombre de “deltas en blanco”, se dividen en “abiertos” y “cerrados”, admi-
tiendo en cada una de dichas divisiones las subdivisiones siguientes:
–– Delta hundido “abierto total”, es el que presenta los tres ángulos abiertos hasta
una distancia superior a diez veces el grosor o anchura de una cresta papilar,
a contar desde el centro del triángulo.

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Tema 9: Las investigaciones dactiloscópicas 289

–– Delta hundido “abierto superior”, “abierto interno” y “abierto externo”, según


cual sea la situación del único ángulo que el delta tenga abierto en las condi-
ciones expresadas.
–– Delta hundido “cerrado total”, es aquel en el cual las crestas limítrofes, que dan
lugar a su formación, aparecen fusionadas entre sí por los tres ángulos en una
distancia igual o inferior a diez veces el ancho de las mismas, a contar desde el
punto central del triángulo. Las subdivisiones denominadas “cerrado superior”,
“cerrado interno” y “cerrado externo, se clasifican según cual sea la situación
único ángulo que aparezca cerrado en la forma preindicada.
–– Los “deltas salientes”, generalmente conocidos con las denominaciones de
“deltas en negro” o en “trípode”, se dividen en “cortos” y “largos”. Los deltas
en “trípode corto” pueden ser: “corto total”, cuando ninguna de sus tres ramas
alcanza una longitud superior a cinco veces su grosor o anchura; y “corto
superior”, “corto interno” o “corto externo”, según cual sea la situación de la
única rama que, por no alcanzar la longitud indicada, deba calificarse como
corta. En los deltas en “trípode largo” se seguirá la misma regla para clasifi-
car las subdivisiones posibles (“largo total”, “largo superior”, “largo interno” y
“largo externo”), teniendo en cuenta que se considera como “larga” toda rama
cuya longitud sea superior a cinco veces su grosor o anchura.
Además de las dieciséis variedades morfológicas que quedan descritas, existen otras
denominaciones “atípicas” que, para los efectos de clasificación y subclasificación de
dactilogramas, suelen asimilarse a la variedad típica con que presentan mayor semejanza.

PUNTO DÉLTICO
Se considera “punto déltico” al que consideramos como centro del delta. En los deltas
hundidos, es el punto determinado por el centro o lugar geométrico donde se cortan las
tres bisectrices de cada uno de sus tres ángulos, sean estos abiertos o cerrados. Pero si
estuviera invadido por un punto papilar, lo situaremos en este por ser visible y más segu-
ro. En los deltas en trípode, en el punto de unión de las tres ramas.

IMPORTANCIA DE LOS DELTAS PARA LA CLASIFICACIÓN DE LOS DACTILO-


GRAMAS
El delta es el carácter morfológico de más importancia para la clasificación de los dac-
tilogramas, por esto se dice que el método de clasificación dactiloscópico español es
esencialmente déltico. La necesidad de precisar exactamente el punto déltico para la
cuenta de las crestas papilares deltocentrales, con el fin de subformular los dactilogra-
mas monodélticos, da también una importancia excepcional al prolijo examen y análisis

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290 Manual de Criminalística y Criminología

morfológicos de los deltas. Y como elemento de comparación en los casos difíciles de


identidad, tampoco es fácil hallar variedades morfológicas en el dibujo digital que superen
en importancia al delta.

PSEUDODELTAS
Los “pseudodeltas” o falsos deltas, se observan en los dactilogramas que tienen “pseu-
donúcleos” o “núcleos rudimentarios” y también en muchos de los que tienen invadido el
núcleo efectivo por un sistema parcial de crestas papilares. Las crestas que están agru-
padas en los núcleos de los dactilogramas presentan peculiaridades del sistema nuclear
que describimos a continuación:
• Asa, así es como se denomina a la cresta que está doblada de forma semicircular
y dos ramas más o menos oblicuas y paralelas entre sí.
• Asa volteada, igual que la anterior pero con la diferencia de que la parte semicir-
cular está situada en la parte inferior del dactilograma.
• Círculo, elipse y espiral, se denominan así porque toman la forma de las figuras
geométricas.
• Ondulada, crestas que forman curvas en forma de eses.
Otra clasificación posible teniendo en cuenta los núcleos de los dactilogramas es:
• Ansiformes, núcleos que están formados por asas que se encajan unas con otras.
• Verticilares, las crestas son curvas en forma de elipses, círculos u óvalos.
• Biansiformes, dos núcleos ansiformes uno de los cuales normalmente es de asas
volteadas superponiéndose al núcleo principal o en el costado opuesto al delta.
• Binucleados mixtos, tienen un núcleo verticilar y otro de asas volteadas.
Debemos tener en cuanta que existe diferentes centros nucleares, siendo las más comu-
nes:
• Recto, tiene una sola cresta que está entre medias de las ramas del asa más
interna del núcleo, unas veces puede fundirse con el asa y otras veces queda
formando un cóncavo.
• Birrecto, trirrecto, tetrarrecto y pentarrecto, igual que el explicado anteriormente
pero con dos, tres, cuatro o cinco crestas. Existen casos en que las ramas del asa
más interna no concurre con cresta alguna, eso se denomina horquilla o presilla.

PUNTO CENTRAL: IMPORTANCIA


Para determinar el punto central en los núcleos ansiformes debemos saber : a) en el cen-
tro recto, se denomina punto central el extremo libre superior de la cresta, b) “birrecto”
al suponer unidas las crestas que lo forman se califica como horquilla, c) “trirrecto” al

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Tema 9: Las investigaciones dactiloscópicas 291

considerarse también unidas como la anterior se toma la cresta central como centro recto,
d) “tetrarrectos” y “pentarrectos”, exactamente igual que los anteriores, e) en el centro de
“horquilla” y “presilla”, el punto central es donde continúa la cabeza del asa interior con la
rama que esté más alejada del delta, f) “centro de interrogación” punto central el extremo
libre del signo.

DIVISIÓN DEL DIBUJO DIGITAL


Para realizar un buen análisis se suele dividir los dactilogramas en zonas. Una línea vertical
imaginaria que pase por el punto central del núcleo divide el dactilograma en dos zonas:
derecha e izquierda. La línea trazada imaginariamente se llama línea media. Dentro de las
zonas del dactilograma podemos concretar: delto-central, crestas comprendidas entre la
parte inferior del delta y el centro del dactilograma; infradéltica, crestas que están en la
parte inferior del delta y el pliegue articular; extradéltica, crestas situadas en la parte ex-
terna del delta y el límite lateral del dactilograma; ungueal, crestas del contorno superior.

CLASIFICACIÓN DE LOS DACTILOGRAMAS


La clasificación usada en el sistema dactiloscópico español:
• Adeltos, carecen de delta y sistema nuclear. También son denominados “arci-
formes”. La característica principal es que las crestas se van superponiendo y
arqueándose de tal manera que acaba por confundirse con los marginales.
• Dextrodeltos, tienen un solo delta a la derecha de la persona que está estudiando
el dactilograma. El núcleo es ansiforme y la cola del mismo se dirige a la izquierda.
• Sinistrodeltos, igual que lo explicado anteriormente pero en vez de estar el delta a
la derecha esta a la izquierda de la persona que esta estudiando el dactilograma y
la cola del mismo se dirige a la derecha del dactilograma.
• Bideltos, tiene dos deltas cualquiera que sea la situación de estos en el dactiolo-
grama tambien se denominan “verticilos”.
Lo que caracteriza a cada tipo explicado es la existencia, ausencia, situación y número de
deltas. En el tipo adelto se debe dar la ausencia de delta y de núcleo con la forma arqueada
de las crestas que la integran. Los dextrodeltos y sinistrodeltos se distinguen del resto de
tipos dactilares porque presentan un solo delta y núcleo ansiforme, diferenciándose entre
sí por tener el delta a la derecha o a la izquierda del observador. El bidelto, ya sea mono o
binucleado, se caracteriza porque presenta dos deltas, también este tipo de dactilogramas
se incluye en los trideltos.
Las huellas digitales, o palmar o plantar, definidas de otra manera como huellas dactilares
papilares son las impresiones dejadas por el sistema de crestas dérmicas y ranuras que

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292 Manual de Criminalística y Criminología

existen en la superficie de la piel de las yemas de los dedos de cada dedo humano, así
como en la de la palma de cada mano y cada pie.
Las crestas de la piel están provistas de orificios correspondientes a los conductos y a las
glándulas sudoríparas.
La gran importancia de este diseño papilar radica, a los efectos de la señalización y la
identificación, en los siguientes principios:
• variabilidad de individuo a individuo;
• existencia desde el sexto mes de vida intrauterina hasta la ruptura post mortem;
• se prestan más que cualquier otro personaje a una clasificación, lo que da como
resultado tres sistemas de líneas en competencia.
Las impresiones papilares, según el área a la que se refieren, pueden ser de mano o digi-
tales. Los primeros reproducen el diseño de las crestas papilares que cubren la palma de
la mano; el segundo, el dibujo de la punta del dedo.
Las huellas de las palmas se componen de tres “zonas” o “regiones” que responden a
muchas protuberancias en el interior de la mano, a saber:
• la región superior;
• la región de espera;
• la región hipotenaria.
El diseño de la región superior se caracteriza por involuciones complejas con vórtices
o con combinaciones en triangulaciones de haces de líneas en la base de cada dedo; la
región blanda, la más pobre de las crestas bien definidas, se caracteriza a menudo por
pliegues o arrugas diminutas casi paralelas a la línea larga de inserción del dedo; el área
hipoténica normalmente consiste en haces de crestas más gruesas, que parecen desarro-
llarse ligeramente de manera oblicua en el exterior.
Con respecto a las huellas dactilares, se puede decir que una huella digital es una impre-
sión dejada por los dermatoglifia de la última falange de los dedos. Un dermatoglifo es el
resultado de surcos y surcos alternos. Los dermatoglifos están presentes en las palmas
de las manos, en las plantas de los pies y en las puntas de los dedos. Las crestas varían
en anchura de 100 a 300 micrones, mientras que el período de surcos de cresta corres-
ponde aproximadamente a 500 micrones. La condición de ausencia de huellas dactilares
en medicina se llama adermatoglifia.
La identificación mediante el uso de huellas digitales se basa en dos premisas básicas de
persistencia, según las cuales las características de las impresiones no cambian a través
del tiempo y la individualidad, que establece que la impresión es única de un individuo a
otro.
Al igual que las huellas digitales se forman en el feto entre el sexto y el séptimo mes de
embarazo y no cambian de por vida, en caso de rasguños o cortes, la piel de las yemas

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Tema 9: Las investigaciones dactiloscópicas 293

de los dedos crece con las mismas características. Su modificación quirúrgica es casi
imposible: un médico reconocería a simple vista que la cresta original fue reemplazada
por una cicatriz.
Para tratar brevemente la apariencia desde el punto de vista biológico, la piel se construye
a partir de tres tipos de tejido, epidermis y dermis, que en conjunto forman la piel, y la
hipodermis que se encuentra más profunda. Mientras que la epidermis es la capa más
superficial, la dermis está inmediatamente debajo de esta y, por lo tanto, tiene relaciones
íntimas con ella, porque la apoya, la nutre y ofrece su hogar a los apéndices epidérmicos
(glándulas y pelos).
La epidermis y la dermis se unen a través de las papilas dérmicas, es decir, las exten-
siones cónicas del tejido conectivo que se extienden desde la dermis para penetrar en la
epidermis.
El diseño superficial de la piel es la reiteración de la disposición y el grosor de las fibras
conectivas de la dermis y esto da lugar a una disposición papilar precisa.
Este diseño es tan típico que es utilizado para la identificación de un individuo y, a menos
que haya traumas o intervenciones quirúrgicas, la primera característica de persistencia
está asegurada, por lo tanto, por el nuevo crecimiento de la capa de piel muerta con las
mismas características.
Las huellas dactilares son parte, junto con la apariencia física, del fenotipo de un individuo,
el cual se cree que se determina de forma única por la combinación de un genotipo espe-
cífico con un entorno específico. Su formación es, por lo tanto, similar a la de los vasos
sanguíneos en la angiogénesis; las características generales comienzan a emerger con la
definición de la piel en la punta de los dedos, pero al mismo tiempo la posición del feto en
el útero y los flujos de líquido amniótico cambian durante este proceso de entrenamiento,
lo que lo hace único. Este entorno micro varía de una mano a otra y de un dedo a otro:
hay, por lo tanto, muchos factores que varían durante este desarrollo, incluso si existe una
herencia genética que al principio tuvo una gran influencia.
En cuanto a la segunda premisa, la individualidad, se considera verdadera sobre la base de
resultados empíricos, pero su validez absoluta no ha sido científicamente probada. La sin-
gularidad de una huella dactilar es una hipótesis de trabajo que, en un sentido matemático,
es difícil, si no imposible, intentar. La prueba opuesta es más fácil de obtener en teoría, si
se encuentran en la práctica dos huellas dactilares idénticas de dos dedos diferentes. La
igualdad de dos huellas dactilares que pertenecen a dos personas diferentes, sin embar-
go, desde su descubrimiento hasta hoy, nunca se ha probado.
A nivel mundial, el patrón de las crestas y valles exhibe una o más regiones caracteriza-
das por una forma particular; se les llama “regiones singulares”. La presencia de estas
regiones determina la clasificación de toda la huella en una de las cinco clases definidas
por Sir Edward Henry.

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294 Manual de Criminalística y Criminología

Ya en los albores de su uso, de hecho, un sistema de subdivisión de las huellas dactilares


en clases parecía necesario para acelerar el proceso de comparación. Estas clases se
llaman Right Loop (que es detectable con una frecuencia de 31,7 %), Left Loop (33,8 %),
Arch (3,7 %), Tented Arch (2,9 %) y, finalmente, Whorl (27,97 %).
Por otro lado, en el nivel local, las discontinuidades de las crestas se llaman minucias, o
“detalles de Galton”, en honor al primer erudito que profundizó su estudio y comprobó su
persistencia. Pueden hacerse de manera simplista a los extremos o bifurcaciones de las
crestas, aunque en detalle su forma puede describirse de una manera más precisa: por
ejemplo, hay detalles en forma de puntada, gancho y bifurcación múltiple.
Por lo tanto, la huella está constituida no solo por líneas, sino también por la figura que
crean, y no hay tantas como podríamos suponer. Hay alrededor de siete tipos diferentes:
1) Arco: las líneas van como olas de un lado al otro.
2) Arco curvo: como el arco pero con un palo creciente en el medio.
3) Bucle: las líneas comienzan desde un lado y caen en el medio del mismo lado.
4) Doble bucle: como el bucle pero con dos bucles internos que van en direcciones
opuestas.
5) Ojo de pavo real: como la soga pero con un pequeño círculo en el punto de giro.
6) Espiral: las líneas forman una espiral.
7) Mixto: compuesto con varias figuras.
Obviamente, el posible hallazgo de huellas dactilares latentes y/o PDA dentro de un hallaz-
go depende de varios factores:
• En primer lugar, mediante el depósito real de los mismos por el sujeto al que
pertenecen después del manejo del objeto.
• En segundo lugar, por el grado de sudoración inherente a las yemas de los dedos
en el momento en que se depositan las huellas dactilares.
• Por último, a partir de las condiciones de conservación, transporte y conservación
de la exposición.
Dentro de la posibilidad de recuperar huellas dactilares latentes, podemos identificar: una
impresión digital completa y/o de la palma de la mano y con un dibujo claro de las crestas
papilares, o, más frecuentemente, solo una parte o incluso las crestas papilares aisladas
o superposiciones que no dan indicaciones claras sobre su pertenencia a la huella de la
punta del dedo en particular, o incluso las huellas dactilares simples (o el dibujo oval de la
punta del dedo sin ninguna cresta papilar en ella).
Con respecto al estudio de las huellas plantares, dado que en la actualidad es poco fre-
cuente encontrar sujetos que caminen descalzos, esta rama de la dactiloscopia se ex-
tiende por convención también al estudio de las huellas de las suelas de calzado, análisis
que se concreta cada vez más con la determinación del tamaño/medida del zapato y con

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Tema 9: Las investigaciones dactiloscópicas 295

el estudio y comparación de la forma y el diseño de la suela de cada zapato, donde esto


presenta una particular discriminación en comparación con otros.

CONSIDERACIONES TÉCNICAS Y MÉTODOS DE EXALTACIÓN Y RELIEVE DE LAS IMPRE-


SIONES PAPILARES
Antes de cualquier análisis dactiloscópico, siempre se debe recordar que la huella dac-
tilar/palma/planta no puede ser fechada, en el sentido de que la recogida de una huella
dactilar no nos da información sobre la edad de colocación de esa impresión, por lo que
es fácil vincular el hallazgo de una huella digital con la colocación temporal en un lugar
determinado del sujeto al que pertenece la huella. En este sentido, para asegurar el uso
de huellas digitales para fines de identificación, deben tenerse en cuenta ciertos aspectos,
en particular:
• Si el sujeto al que pertenece la huella era un visitante habitual o no del entorno en
el que fue exaltado y encontró su huella.
• Si la huella o las huellas dactilares encontradas son huellas dactilares simples o
más bien huellas dactilares que se deben colocar o eliminar.
• Si la huella dactilar y/o la PDA se encuentra en una superficie de significado inde-
terminado y no está relacionada con el crimen o, más bien, se encuentra cerca de
la víctima o incluso en el posible arma homicida o en las superficies relacionadas
con una pelea u otra circunstancia relacionada con el crimen.
• Si las huellas dactilares son múltiples y se solapan entre ellas.
Las crestas papilares se generan durante el proceso ontogenético del feto y se presentan
a los tres meses de vida intrauterina, permanecen durante toda la vida e incluso post mor-
tem hasta su ruptura debido a los procesos normales de descomposición. La fisiología
del inicio y la constitución de las crestas papilares no se basa en un propósito de identi-
ficación de la persona, un aspecto que ha sido atenuado por el hombre solo desde 1873,
sino en necesidades táctiles y térmicas-dolorosas, que constituyen las crestas papilares
fisiológicas. Los corpúsculos de Malpighi.
Las crestas papilares, especialmente las digitales, constituyen para cada uno de nosotros
un diseño complejo y muy personal, cada vez diferente entre la punta de un dedo y la otra
de la mano de la misma persona, o entre la punta del mismo dedo de otra persona: en esta
diferencia se radica el potencial de identificación de las huellas dactilares.
En este sentido, como se mencionó anteriormente, Balthazard constituyó una escala ex-
ponencial en referencia a la cual, para un conjunto de minucias en crecimiento, la posibi-
lidad de encontrar otro sujeto con la misma combinación de minucias dentro de la misma
huella dactilar disminuye inversamente de manera proporcional. Sobre la base de este
cálculo “bioestadístico”, por así decirlo, de las huellas dactilares, el Tribunal de Casación,
en 1959, con la sentencia Nº 2559, se pronunció al afirmar que para las impresiones

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296 Manual de Criminalística y Criminología

papilares se debían identificar y demostrar que al menos 16/17 puntos característicos


(minucias) podían atribuir, más allá de toda duda razonable, la autoría de una huella a un
tema dado, pero sin hacer ninguna diferencia entre las huellas dactilares y las de mano.
Treinta años más tarde, dados los problemas relacionados con la especificidad menor
de las crestas papilares de las huellas de las palmas, el Tribunal de Casación se movió
nuevamente para regular la identificación de las huellas dactilares, estableciendo con el
fallo Nº 4254 que las huellas deben identificar y demostrar al menos 23/24 puntos carac-
terísticos (detalles) para atribuir, más allá de toda duda razonable, la paternidad de una
huella dactilar a un sujeto dado.
Hay tres niveles de análisis de huella digital/palma/plantar:
• General/macroscópica.
• Microscópico de las minucias.
• Distribución ultramicroscópica y forma de los poros de cada cresta papilar (poros-
copia).
La huella digital del dedo/palma/plantar puede ser completa o parcial o simplemente pue-
de aparecer como un óvalo abollado sin bordes papilares en el interior, como si la punta
del dedo en cuestión se presionara firmemente y luego se frotara sobre el área donde se
coloca la impresión, o cómo usar guantes de látex.
El “delta” es el área central de la impresión constituida por el término del diseño concén-
trico de las crestas papilares que están invaginadas con una dirección convencionalmente
asumida desde el exterior hacia el interior y hacia el centro de la punta de los dedos. Por lo
tanto, las huellas dactilares pueden ser a-delta, mono-delta, bi-delta. El delta puede tener
una cola en la base hacia la izquierda o hacia la derecha.
Las minucias, en cambio, constituyen el aspecto más importante de todas las crestas
papilares de una huella dactilar y/o PDA, ya que sin su existencia no sería posible carac-
terizar una huella en comparación con otra si no solo en el plano. De forma macroscópica
general, son aquellas interrupciones de las crestas papilares que constituyen puntos para
características exactamente diferentes para cada uno de nosotros, en términos de forma
y posición.
Específicamente, las minucias pueden ser: islotes, guiones, saltos de línea, puntos, anzue-
los, bifurcaciones, bifurcaciones múltiples, etc.
La indicación de las minucias y la demostración de las minucias y/o puntos característicos
también es fundamental como el hallazgo de las mismas. Este aspecto a menudo ha sido
descuidado en el pasado por los operadores del sector, donde, en comparación con el
hallazgo de diferentes puntos característicos idénticos entre una impresión latente y una
nota, no se realizó una demostración igualmente cierta de estos puntos mediante barras y
puntos. Para indicar lo mismo, los puntos opacos se superponían a los detalles, cubrién-
dolos por completo y privándolos de la demostración necesaria.

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Tema 9: Las investigaciones dactiloscópicas 297

Las superficies sobre las cuales se depositan las huellas dactilares y sobre las cuales
pueden mejorarse y detectarse pueden ser porosas o no porosas; esta distinción es
fundamental porque es el tipo de superficie donde vamos a buscar, encontrar, exaltar y
detectar huellas papilares latentes que dependen de la elección de la sustancia que se
utilizará para resaltar las crestas papilares:
• Polvos (polvo gris plata, polvos coloreados para contrarrestar superficies, polvos
magnéticos, etc.) en el caso de superficies no porosas.

Figura 2. Ejemplo de polvos, cepillos y adhesivos para la detección de huellas.

Figura 3. Ejemplo de una huella dactilar detectada por polvos.

• DFO (1,8-diazo-fluorenona) en el caso de superficies porosas (papel, madera des-


nuda).
• Ninhidrina para superficies porosas (papel, pierna desnuda).

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298 Manual de Criminalística y Criminología

Figura 4. Ejemplo de huellas dactilares detectadas por ninhidrina sobre un papel.

• Cianoacrilato (o ésteres cianoacrílicos) para superficies porosas de dimensio-


nes compatibles con la inserción dentro de la cámara especial de fumigación de
humos de ciano acrílico (botellas de plástico, vidrios, relojes, zapatos, teléfonos,
encendedores, cajas, lámparas, etc.); alternativamente, el cianoacrilato, por medio
de cartuchos especiales, puede ser fumigado dentro del compartimiento del pa-
sajero (obviamente cerrado) de un vehículo motorizado para verificar la presencia
de impresiones papilares en las ventanas y otras superficies de plástico u otro
material sintético no poroso.

Figura 5. Ejemplo de una huella dactilar detectada por cianoacrilato.

• Scene-Scope (instrumento que consiste en una lente CCD protegida por un espe-
jo que hace visibles impresiones papilares latentes en superficies tanto porosas
como no porosas gracias a la polarización simultánea de un haz compacto de
rayos ultravioleta de 254 nm por medio de una lámpara especial; posiblemente
presentes, se destacarán con un color verde típico y se pueden encontrar a través
de documentación fotográfica sin la necesidad de roce físico de agentes químicos
con los pinceles clásicos).

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Tema 9: Las investigaciones dactiloscópicas 299

Figura 6. Ejemplo de una huella dactilar detectada por Scene-Scope.

• Projectina Polilight PL10 (es una lámpara forense similar al Crime-Scope cuya
emisión de luz no se debe a una lámpara normal sino a un gas ligero, el xenón,
que gracias al cambio de color de las longitudes. La onda disponible desde el
campo visible al infrarrojo a la del ultravioleta, con la selección manual de dife-
rentes filtros, permite investigar las superficies más variadas y detectar, también
gracias al uso de filtros especiales de color dedicados, no solo posibles impre-
siones papilares latentes, sino también otros residuos de sustancias biológicas
que normalmente no son visibles a simple vista, como sangre, esperma, saliva,
neblina de sudor mezclada con polvo).

Figura 7. Ejemplo de una huella digital detectada por lámpara forense Projectina Polilight.

Por lo tanto, es comprensible, después de todas las consideraciones teóricas y prácti-


cas presentadas, como el ensayo humano/manual/ocular, además del emparejamiento
computarizado automático, es naturalmente fundamental e indispensable, y durante la
discusión debe evitarse estrictamente para motivar una identificación personal, seguido
de una comparación dactiloscópica con el único resultado de compatibilidad extraído de
la base de datos APFIS.

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300 Manual de Criminalística y Criminología

CASOS REALES
Un caso de 2011 es emblemático: un joven de 30 años fue investigado por el cargo de
haber participado junto a otras 5 personas en un robo a mano armada destinado al robo
de varias alfombras por un valor total de unos 50.000 euros, transportados por una fur-
goneta conducida por un conductor ucraniano en la carretera que conecta la salida de la
autopista con el lugar al que estaba destinada la expedición.
Específicamente, la participación en este robo se atribuyó al joven de 30 años sobre
la base del descubrimiento de una huella de la palma atribuible a la palma de la mano
izquierda en una de las dos puertas traseras de la furgoneta. Comenzaron entonces las
investigaciones científicas de naturaleza dactiloscópica por parte de un departamento de
investigaciones científicas de policía competente para el territorio, expertos dactilosco-
pistas del mismo departamento encontraron 21 puntos característicos idénticos en forma
y posición entre la impresión latente y la impresión de la palma de la mano izquierda de
cierta pertenencia del joven investigado; sin embargo, estas minucias no se indicaron y
todas resultaron ser adecuadas; de hecho, algunas estaban mal definidas o incluso cubier-
tas por el punto opaco usado para indicarlas. Debido a esta demostración insatisfactoria,
8 de los 21 puntos característicos indicados por estos departamentos de investigaciones
científicas para demostrar la identidad de la huella latente con la del joven sospechoso, no
se consideraron de manera suficiente y objetivamente más allá de toda duda razonable,
solo se admitieron 13 puntos característicos para el cálculo de probabilidades útiles para
la identificación del sujeto. Además de los puntos característicos, durante el debate se
destacó el asesor técnico del joven que investigó que la unidad de dactiloscopia del de-
partamento de investigaciones científicas mencionado anteriormente también se refirió en
este caso, donde se trataba de una impresión de mano y no digital. También cabe señalar
una sentencia de la Corte Suprema italiana Nº 2559 del 1959 para los cuales había sufi-
cientes 16/17 puntos característicos de igualdad entre la huella latente y la del sospechoso
para llegar a una cierta identificación, ahora válida solo para las huellas dactilares.
Como ya se mencionó anteriormente, en lo que respecta a las huellas de las palmas, están
formadas por una serie de aristas papilares menos características y menos discriminato-
rias que las de las huellas dactilares, es necesario referirse a la sentencia de la Corte Su-
prema italiana Nº 4254 de 1989 para la que el número de puntos característicos idénticos
para la forma y posición que deben encontrarse entre una huella de la mano desconocida
y una nota para llegar a una identificación corroborada por una certeza razonable debe ser
igual o superior a 23/24 puntos.
Además de estos aspectos puramente técnicos, la furgoneta objeto del robo mencionado
y en cuya escotilla trasera izquierda se encontró la huella de la palma fue descubierta
accidentalmente gracias a un helicóptero de los Carabinieri Cazadores de Calabria dentro
de un cobertizo abandonado en un área rural a 20 km del lugar donde estaba destinada la
carga; también se verificó que este cobertizo no estaba cerrado, y al mismo podía acceder

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Tema 9: Las investigaciones dactiloscópicas 301

cualquiera, y se observó que la policía que en el momento había hecho la incautación de la


camioneta no había implementado todos los protocolos de preservación de la impresión,
y el vehículo había permanecido dentro de un estacionamiento al aire libre que pertenecía
a la policía, por lo que no estaba en la calle pública, pero en cualquier caso no está debi-
damente sellado.
La imposibilidad de fechar este sello, así como el lugar accesible a todos para el descubri-
miento de la furgoneta, y la falta de protección de la puerta donde se encontró la huella de
la mano, junto con las deficiencias relacionadas con el número de puntos característicos
de igualdad, consignó la absolución del joven investigado.
Otro caso interesante fue el del descubrimiento de una huella parcial de un dedo meñi-
que en la puerta de entrada de un apartamento, donde uno de los sujetos involucrados
fue responsable de una masacre, al estilo de una mafia, perpetrada en Alemania contra
varios sujetos de origen calabrés, probablemente por razones de venganza transversal y
de manera mafiosa.
Esta marca parcial se remonta a un sujeto que luego fue investigado y acusado de homi-
cidio múltiple en una competición, lo que puso en peligro la cadena perpetua; la policía,
examinó los hallazgos dactiloscópicos y envió una copia informática a uno de los gabine-
tes de la Policía Científica Regional presente en Italia.
Ante una impresión significativamente incompleta y, por lo tanto, parcial (fue posible ob-
servar solo la mitad izquierda de la misma huella y el delta era incompleto y carente de
las crestas papilares centrales), se enfatizó como una circunstancia no despreciable que
la P.G. del estado extranjero inicialmente competente en relación con el incidente crimi-
nal, no había documentado los métodos de exaltación y retiro de este sello (es decir, si
se habían utilizado pinceles y polvos, para-adhesivos, etc.), así que en muchos de los
detalles identificados por la Policía Científica y mantenidos para ser idénticos en forma y
posición a los presentes en esa misma área de la huella dactilar del meñique izquierdo del
sospechoso, sopesaron la duda de que no eran todos los puntos reales de interrupción de
las crestas papilares atribuibles al diseño real de esa huella, pero en vez de eso, el roce
eventual para tomar la impresión de la puerta de entrada del apartamento en cuestión
había causado las microinterrupciones de las crestas papilares que, por lo tanto, eran
esencialmente artefactos y no coincidían con el diseño original de la misma huella.
Como se había reducido considerablemente la cantidad de minucias ciertas, creíbles y
demostrables, idénticas en forma y posición, entre las huellas dactilares latentes y acu-
sadas, se vio que la carga contra el sospechoso había cambiado de homicidio múltiple
a la relacionada con la participación en la asociación de la mafia y su castigo; frente a la
solicitud de cadena perpetua, se fijó finalmente una pena de 12 años de cárcel.

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302 Manual de Criminalística y Criminología

Figura 8. Ejemplo de una comparación dactiloscópica.

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10
ENTOMOLOGÍA FORENSE
John Vargas Fonseca
Jefe de la Sección de Biología, del Dpto. de CC. Forenses
Organismo de Investigación Judicial
Costa Rica

INTRODUCCIÓN
A pesar de que la literatura sobre la utilidad de los insectos en las investigaciones forenses
es muy antigua, no es sino hasta las tres últimas décadas cuando esta disciplina experi-
mentó un nivel de consolidación tal, que la ha constituido en una evidencia aceptada en
las diferentes salas de juicio alrededor del mundo.
Hasta hace unos diez años, la mayoría de las personas, incluyendo los operadores de
justicia, no tenían claro en qué forma podía ayudar un insecto en el esclarecimiento de
una investigación criminal; hoy día, gracias a la creciente moda de utilizar la criminalística
como medio masivo de entretenimiento, las personas saben que la respuesta a este inte-
rrogante es la entomología forense, rama de la ciencia forense que utiliza la información
que brindan los insectos para emitir conclusiones en casos de investigación legal relativos
a humanos o vida silvestre (Gennard, 2007).
Desafortunadamente, esta moda ha generado lo que se denomina “el fenómeno CSI1”, al
que se le atribuyen dos efectos indirectos sobre los sistemas de administración de justicia:
Primero, dado que muchas de las aplicaciones prácticas mostradas en la serie están
fundamentadas en investigación científica real, se da una forma de “capacitación” de la
población en general, incluyendo a la delincuencia. Por ejemplo, en el caso particular que
nos ocupa, tenemos al Dr. Madisson Lee Goff, autoridad mundial en entomología forense,
quien ha trabajado como asesor científico del exitoso programa televisivo.

1. Siglas en inglés de Crime Scene Investigation con que se identifican las series televisivas de investigación de la
escena del crimen.

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304 Manual de Criminalística y Criminología

Segundo, se ha generado una sobre expectativa en los operadores de justicia y las vícti-
mas, pues, con el afán de entretener, muchas de las pericias se muestran de fácil y coti-
diana aplicación en los laboratorios forenses, situación nada apegada a la realidad.
A fin de contrarrestar los efectos del supra citado fenómeno y, a la vez, contribuir con un
proceso objetivo de capacitación, en el presente capítulo se pretenden abarcar aspectos
generales de la entomología forense, desde sus principios teóricos, sus antecedentes
históricos y sus aplicaciones más comunes, con el propósito de presentar la información
necesaria para la correcta aplicación e interpretación de esta disciplina en el quehacer de
los administradores de justicia, diferenciando la realidad de la ficción.
Debe quedar claro que este capítulo no pretende ser un texto técnico sobre entomología
forense, por lo que en algunas secciones no se profundizará en los cimientos teóricos de
la aplicación, pues no es el objetivo principal de la presente publicación.

GENERACIÓN ESPONTÁNEA DE LA VIDA


Aproximadamente para el año 300 a. C., Aristóteles dio fundamento teórico a las antiguas
ideas provenientes de la India, Babilonia y Egipto, sobre la generación espontánea de la
vida: gusanos, moscas y escarabajos que surgían del estiércol y de la basura; piojos que
se generaban en el sudor humano y ranas, serpientes, ratones y cocodrilos engendrados
por el lodo del río Nilo. Gracias a esta creencia y a la subsecuente influencia de este fi-
lósofo en las escuelas griegas y romanas, hoy día una cantidad importante de personas,
incluso con educación formal, aún piensa que los gusanos que están sobre un cuerpo
putrefacto surgen del interior de este, o lo que es peor, que se forman a partir de la carne
descompuesta del muerto.
No fue sino hasta 1668 (casi 2000 años después), cuando el médico italiano Francesco
Redi realizó ensayos que demostraron que dicha teoría no era cierta. En uno de sus ensa-
yos colocó una víbora muerta, un pescado y un trozo de carne de ternera en frascos, los
cerró y selló. En otros frascos colocó los mismos componentes, pero los dejó abiertos,
los resultados fueron muy interesantes. En los frascos cerrados y sellados no había gusa-
nos, aunque su contenido se había podrido y olía mal.
En los frascos abiertos, en cambio, se veían gusanos y moscas que entraban y salían. Por
lo tanto, la carne de los animales muertos no puede engendrar gusanos a menos que sean
depositados en ella huevos de animales.

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Tema 10: Entomología forense 305

Figura 1. Ilustración de los ensayos realizados por Francesco Redi para ejemplificar la teoría de la
generación espontánea de la vida (Ilustración Guiselle Fonseca Peñaranda).

Figura 2. Ilustración original de los experimento publicados por Francesco Redi


para debatir la teoría de la generación espontánea de la vida, donde el mismo autor
muestra la forma adulta que se origina de las formas inmaduras encontradas
en sus ensayos (Tomada de la publicación original de 1688).

Los experimentos de Redi fueron comprobados independientemente por Luis Pasteur a


mediados del siglo XIX, con lo que la idea de la generación espontánea fue desterrada del
pensamiento científico aceptando de forma general el principio que indica que todo ser
vivo procede de otro ser vivo igual.

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306 Manual de Criminalística y Criminología

a) c)

b) d)

Figura 3. Etapas de la Metamorfosis de una mosca carroñera de la familia Calliphoridae, se muestra desde:
(a) el adulto ovipositando, (b) larvas de diferente nivel de desarrollo, (c) pupario y (d) pupario vacío donde
se muestra la ruptura de la cubierta por parte del adulto que emergió (Fotografías John Vargas OIJ).

EL PROCESO DE DESCOMPOSICIÓN DE UN CUERPO, MICRO ECOSISTEMA


TEMPORAL
En condiciones naturales, todo cuerpo al morir sufre una serie de reacciones químicas,
físicas y biológicas con el medio donde se encuentra. Dichas reacciones, en el caso de
los humanos, han sido ampliamente estudiadas y descritas por la literatura de la Medicina
Legal, donde el lector, si lo considera necesario, podrá encontrar el detalle de las mismas.
Para los objetivos del presente texto, nos limitaremos a entender el proceso de descom-
posición de un cuerpo, desde la perspectiva biológica, según la cual, dicho evento debe
ser visto como la forma en que los sistemas naturales extraen los nutrientes esenciales
que conformaron ese ser, a fin de que sean reinsertados en el ecosistema circundante,
donde podrán ser aprovechados por todos los individuos que lo componen a través de
complejas redes tróficas.

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Tema 10: Entomología forense 307

Figura 4. Diagrama de una red trófica en los procesos de putrefacción humana donde se indica con
flechas las relaciones de alimentación que se da entre los organismos participantes está claro que
no todos los organismos llegan al mismo tiempo, sino que su aparición se da en una sucesión
temporal. Por ejemplo, todos los depredadores de larvas de díptero llegan hasta el momento de
que ya existen estas en el sistema, lo que puede variar de 2 a 7 días según
las condiciones (Ilustración Guiselle Fonseca Peñaranda).

Desde esta perspectiva simplista, el cuerpo en descomposición sufre procesos tanto


abióticos como bióticos que permiten la desintegración de los tejidos que lo componen.
Los procesos abióticos consisten en reacciones químicas y/o físicas de los componentes
elementales de los tejidos. El más relevante de estos procesos es el de la deshidrata-
ción, a través de la cual se pierde la mayor cantidad de masa corporal2. El resto de esta
masa es degradada por los componentes bióticos de la descomposición, inicialmente por
la fermentación aeróbica microbiológica, conformada principalmente por la propia fauna
bacteriana intestinal y, posteriormente, por el consumo directo de tejido por parte de la
fauna invertebrada3 y vertebrada4 del ecosistema.

2. 60 % de la cual es agua.
3. Insectos y otros artrópodos.
4. Carroñeros vertebrados.

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308 Manual de Criminalística y Criminología

Visto de esta manera, un cuerpo que es sepultado de manera habitual según las costum-
bres occidentales, es decir, preservado dentro de un ataúd y una bóveda fúnebre en un
panteón, sufrirá fundamentalmente una descomposición basada en la deshidratación y
la acción microbiológica5. Por el contrario, el cuerpo expuesto al medio ambiente sufrirá
además de los procesos supra citados, una acelerada pérdida de masa corporal por el
efecto de los carroñeros invertebrados y vertebrados que tengan acceso a él.
De acuerdo con lo anterior, un cuerpo en su proceso natural de descomposición puede
ser definido como un microecosistema temporal, donde se entreteje una amplia y comple-
ja red de relaciones tróficas y reproductivas por parte de los diferentes organismos que se
han especializado dentro del sistema, en la tarea biológica de la degradación y reutilización
de la materia orgánica animal (ver Figura 4).
Lo anterior es la piedra angular de las aplicaciones forenses de la entomología, ya que los
organismos invertebrados que se han especializado en esta función, en la mayoría de los
ecosistemas del planeta, son los insectos, particularmente algunas especies de moscas
y escarabajos.

a) b)

Figura 5. Moscas (a) y escarabajos (b) frecuentes en los cadáveres humanos


(Fotografías de (a) John Vargas OIJ y (b) Ángel Solís. INBio).

TIPOS DE INSECTOS PRESENTES EN LA DESCOMPOSICIÓN DE LOS CUERPOS


Se pueden clasificar los insectos en cuatro categorías ecológicas, según su función dentro
del proceso de descomposición de un cuerpo:
1. Necrófagos: Son aquellas especies que se alimentan específicamente de tejidos
corporales o en descomposición. Sobresalen adultos y larvas de escarabajos y
moscas, específicamente de las familias Calliphoridae, Sarcophagidae y Muscidae,
que son muy utilizados en las aplicaciones de la entomología forense.

5. Bacterias y hongos.

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Tema 10: Entomología forense 309

2. Omnívoros: Comprenden las especies que “ingieren” todo tipo de alimento, por
ejemplo, hormigas, avispas y algunos escarabajos. Cuando existen grandes po-
blaciones de estos insectos, la tasa de descomposición se puede ver afectada por
eliminación de especies necrófagas.
3. Parásitos y depredadores: Algunos autores señalan este grupo como el más im-
portante de los artrópodos después de los necrófagos. Se incluyen aquí muchos
escarabajos, algunas moscas y avispas. Algunos de estos son depredadores de
estados inmaduros o adultos de las especies de necrófagos.
4. Incidentales u oportunistas: Se aprovechan de la presencia del cuerpo para to-
marlo como hábitat natural o lugar de residencia permanente, por ejemplo, salta-
montes, ciempiés, arañas, ácaros, etc.

CICLO DE VIDA DE LOS INSECTOS


Muchos insectos cambian de forma durante el desarrollo postembrionario; es decir, des-
pués de que surgen del huevo. Este proceso es denominado metamorfosis y es impor-
tante entenderlo para lograr comprender mejor la manera en que los insectos contribuyen
en la investigación criminal.
En general, puede decirse que existen dos tipos de metamorfosis, la denominada parcial o
incompleta (desarrollo hemimetábolo), que se caracteriza porque los individuos jóvenes y
adultos son muy similares en forma, excepto por el tamaño. Por otro lado, tenemos la me-
tamorfosis completa (desarrollo holometábolo), donde los jóvenes difieren de los adultos
en cuanto a lugares que habitan, tipo de alimentación y sobre todo en forma (ver Figura 3).
La metamorfosis completa consta de cuatro etapas bien definidas. La larva que surge
directamente del huevo carece de alas, es un período de intensa actividad alimenticia y,
además, consume alimento muy diferente al del adulto. Al final del período larvario, las
crías dejan de alimentarse y entran en estado de inactividad; este estadio es conocido
como pupario. La pupación es un estadio del desarrollo de las moscas que se prolonga
por un periodo de tiempo de entre una o dos semanas, durante las cuales se desarrollan
las características del adulto, que surge rompiendo la cubierta (ver Figura 3d).
Los ciclos de vida (tiempo que transcurre entre un estadio y otro) de muchos insectos han
sido muy bien estudiados, tanto que constituyen literalmente un reloj biológico bastante
fiable y existen diferentes técnicas para determinar con bastante precisión el grado de
desarrollo (tiempo de vida) de un insecto.

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310 Manual de Criminalística y Criminología

IMPORTANCIA FORENSE DE LOS INSECTOS


Como se mencionó, algunos insectos son los principales aceleradores del proceso de
descomposición de los cuerpos en los sistemas naturales, por lo que su importancia en
la resolución de investigaciones criminalísticas, donde medie un cuerpo putrefacto, es
inapelable.
Además de esta función, debe indicarse que los insectos representan el grupo de organis-
mos más exitoso en términos de diversidad, distribución geográfica, número de especies
y número de individuos. Existen unas 800.000 especies descritas, aunque se considera
que hay en realidad una cantidad cercana al millón; esto es más de la mitad de todos los
organismos vivos del planeta (ver Figura 6), por tanto, no importa dónde se cometa un
delito, siempre existirá una alta posibilidad de que se encuentre un insecto cerca siendo
“testigo del crimen”.

Figura 6. Diversidad proporcional de seres vivos conocidos en el planeta.

En función de lo anterior, se sabe que los insectos abarcan todos los hábitats terrestres y
casi todos los acuáticos, con excepción del agua salada. Esta amplia distribución permite
que existan faunas de insectos, según las condiciones climáticas de las zonas geográficas
donde se desarrollan. Por tanto, las comunidades de insectos de las zonas costeras son
diferentes de las que se encuentran en altitudes medias y estas, a su vez, son diferentes a
las comunidades que se desenvuelven en altitudes superiores a los 2.000 msnm.
Finalmente, hay que indicar que los insectos tienen una influencia tanto positiva como
negativa en la vida del ser humano, por su papel como plaga de alimentos almacena-
dos, productos textiles y cultivos, vectores de enfermedades y/o polinizadores de plantas,
como, por ejemplo, en el caso del árbol de mango que se sabe que es polinizado en un
51,6 % por moscas principalmente especies de la familia Calliphoridae, principal grupo de
dípteros carroñeros (Jirón y Hedstron, 1985) (ver Figura 7).

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Tema 10: Entomología forense 311

Figura 7. Composición proporcional de las especies que polinizan el mango


(Modificación de Jirón y Hedstrom, 1985).

ANTECEDENTES DE ENTOMOLOGÍA FORENSE


El primer reporte escrito que establece relación entre los insectos y las investigaciones
forenses se da por parte de Cheng (1890) con la traducción de los textos denominados
Casos en la historia de los Juicios Chinos, la obra describe un crimen ocurrido entre los
años 907 y 960 de la siguiente manera:

“Un oficial de la corte de repente escuchó a una mujer llorar… El oficial le preguntó qué
había ocurrido. La mujer dijo que su esposo había muerto por el fuego, pero el oficial des-
cubrió muchas moscas agrupadas en la cabeza… La autopsia reveló la presencia de una
herida en la cabeza del cuerpo. La mujer confesó que ella y otro hombre habían causado
la herida en la cabeza de su esposo”.

Figura 8. Representación del primer caso reportado en la literatura, que ocurre en el siglo X
en China, en este, se refiere la relación de la presencia de moscas en el cuerpo con la posible
dinámica de los hechos (Ilustración Guiselle Fonseca Peñaranda).

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312 Manual de Criminalística y Criminología

Posteriormente, en el año 1235 Sung Tz’u, un investigador de homicidios chino, publicó el


libro titulado The Washing away of Wrongs (McKnight, 1981), en el cual relató la muerte
a cuchillazos de un aldeano en una villa china. Un investigador de homicidios local fue
delegado para resolver la muerte.
Después de algunas preguntas infructuosas, el investigador mandó llamar a los aldeanos
con sus respectivas guadañas6 a un punto en particular de la villa. Una vez reunidos, el in-
vestigador notó que algunas moscas se posaron sobre la herramienta de uno de los aldea-
nos, supuso el autor atraídas por remanentes invisibles de tejido, aún adheridos a ella. El
propietario, confrontado ante la evidencia en un interrogatorio posterior, confesó el delito.

Figura 9. Representación de un caso del siglo XIII que relata sobre la muerte a cuchillazos de un aldeano
en una villa china, en el cual supuestos rastros de tejido en el arma homicida atrajeron a las moscas,
delatando al supuesto responsable de crimen (Ilustración Guiselle Fonseca Peñaranda).

El tercer caso más antiguo ocurrió en el siglo XVIII, según Cheng 1890, con el homicidio
de un comerciante chino a quien asesinaron y le roban su cargamento de seda. Dos días
después del crimen, el policía encargado de la investigación detecta un bote que tenía
varios grupos de sedas lavadas, en algunas de las cuales se reunían algunas moscas. El
policía arresta a los hombres del bote quienes, posteriormente, reconocen el delito ante
la evidencia de restos de sangre en las sedas.

6. Instrumento para segar que se maneja con ambas manos. Está formado por una hoja larga y curvilínea, puntiaguda
por un lado y sujeta por el otro, más ancho en un mango largo que forma ángulo con el plano de la hoja y lleva dos
manijas, una en el extremo y otra en el segundo tercio del mango.

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Tema 10: Entomología forense 313

Figura 10. Representación de un caso del siglo XVIII que relata sobre la muerte de un comerciante de seda.
Días después del homicidio, la policía nota la presencia de moscas en un grupo de telas que estaban
siendo lavadas, tras un interrogatorio, quienes estaban en posesión de estas confiesan el delito
(Ilustración Guiselle Fonseca Peñaranda).

Un análisis actual de estos casos, desde una perspectiva tanto científica como jurídica,
podría desvelar infinidad de faltas en el procedimiento aplicado por aquellos investiga-
dores de homicidios, sobre todo en cuanto a derechos humanos se refiere, durante la
indagatoria de los imputados. Sin embargo, es destacable que ya desde esa época era
aceptado por parte de los operadores de justicia la relación entre víctimas de homicidio y
algunos tipos de insectos.
En Occidente, a pesar de que para el año 1600 en algunos grabados artísticos ya aparecía
la mosca asociada con muerte y descomposición (Greenberg y Kunich, 2002), no fue sino
hasta 1855, casi mil años después que en China, cuando se tiene el primer reporte de la
utilización de insectos en una investigación criminal.
El Dr. Marcel Bergeret (Gebbard, 2006) investiga en 1850 la muerte de un infante que
apareció en un apartamento en París, Francia. Con la evaluación de los insectos de los
restos momificados del niño, se concluye que el niño murió en 1848, con estos resultados
se acusa a los ocupantes anteriores del apartamento y se exonera a los habitantes del
momento. A pesar de que el margen establecido ha sido cuestionado en publicaciones
modernas (Greenberg, 1991), este caso es reconocido como el primero en que se aplicó
la sucesión de insectos para determinar el intervalo post mortem.
Los trabajos de Bergeret, junto con Broudel y Yovanovitch (Keh, 1985), inician una exitosa
carrera en el campo de la entomología forense, la cual es retomada por Megnin en 1894
en su obra Fauna of Cadavers, donde establece el concepto de que un cuerpo expuesto al
aire sobrepasa una serie de ocho etapas, cada una caracterizada por diferentes artrópo-
dos que aparecen en sucesión regular.
Aunque la obra de Megnin ha sido objeto de críticas, porque la duración del ciclo de vida
de los insectos está sujeta, entre otras causas, a las condiciones meteorológicas del lugar,
los estados de descomposición descritos por él continuaron vigentes y fueron seguidos
por Leclercq (1969) y Easton y Smith (1970).

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314 Manual de Criminalística y Criminología

La evolución del estudio de la sucesión biológica ha incorporado en su etapa más moder-


na la elaboración de modelos probabilísticos por computadora (Schoenly et al., 1992), los
cuales han mejorado significativamente la certeza de las determinaciones.
El fundamento necesario para la aplicación fiable de la entomología forense fue desarrolla-
do en el primer cuarto del siglo XX, por taxónomos interesados en el estudio de especies
de insectos de importancia médico legal.
Inicialmente, Aldrich (1916) publica las claves de identificación de las moscas de la familia
Sarcophagidae, aunque no denota la relevancia de esta familia en materia forense, pues
no todos los sarcofágidos son necrófagos, sí sienta las bases para la identificación de
especies de esta familia.
Finalmente, en 1948 Hall publica The Blowflies of North America y genera los cimientos
del desarrollo norteamericano en la aplicación moderna de la entomología médico legal.
De hecho, la obra de Hall surge en respuesta a las solicitudes del FBI y la Policía Metro-
politana de Washington, respecto a la utilidad de la evidencia entomológica. El legado de
Hall determina el potencial de los insectos como indicadores en la estimación del tiempo
transcurrido después de la muerte, así como para comprobar el traslado de un cuerpo de
un lugar a otro.
Hoy en día, el desarrollo de la entomología forense se fundamenta en análisis estadísticos
y científicos que permiten obtener un mayor conocimiento y control de los factores que
influyen en el proceso.
Recientemente, se han desarrollado otras aplicaciones como la entomotoxicología, la cual
permite recuperar de estados inmaduros de moscas (larvas) u otros carroñeros, meta-
bolitos de sustancias ingeridas por la persona antes de morir y que, por su avanzado
estado de descomposición, no es posible determinar mediante un análisis toxicológico
convencional.

BIOMODELOS DE ESTUDIO
La biología en general de los insectos carroñeros, así como la sucesión temporal de las
comunidades presentes en los procesos de putrefacción, han sido ampliamente estudia-
das desde finales de los años sesenta hasta inicio de los noventa. Se ha utilizado una am-
plia gama de cadáveres para el estudio de la sucesión, entre los que se incluyen: iguanas,
sapos, ratones, conejos, perros, tortugas, impalas, cerdos e, incluso, elefantes.
Con la llegada de los primeros dictámenes criminalísticos a las cortes, surge la inquietud
sobre la aplicabilidad de los resultados de las investigaciones realizadas en cuerpos no hu-
manos, pues cadáveres extremadamente pequeños, tales como lagartos, sapos, ratones
y otros pequeños roedores, se caracterizan por su descomposición rápida, lo que puede
tener un efecto en la tasa de descomposición y en la sucesión de insectos.

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Tema 10: Entomología forense 315

Por tanto, se han realizado estudios de sucesión en cuerpos humanos, comparándolos


con otros modelos equivalentes, dada la dificultad legal y ética de utilizar este recurso. De
estas investigaciones se ha validado el uso de cadáveres de cerdo de entre 21 y 25 kg, ya
que estos animales presentan condiciones semejantes al ser humano en cuanto a masa
corporal, cantidad de vello, capacidad omnívora y producción de metano a partir de la flora
intestinal durante la digestión de alimentos.

APLICACIONES FORENSES DE LA ENTOMOLOGÍA


La entomología forense se ha definido como el uso de los insectos y otros artrópodos
como evidencia en los procesos legales. Lord y Stevenson (1986) definieron tres catego-
rías de entomología forense:
1. Entomología urbana: Incluye aquellos casos en los que se requiere la participa-
ción de un entomólogo que determine la fuente de una infestación de insectos
en zonas residenciales o industriales, como por ejemplo los daños ocasionados
por termitas; así mismo, cuando es necesario comprobar la negligencia de algún
individuo u organización en el manejo de animales y/o desechos de una actividad
particular, como por ejemplo el caso de las funerarias que por descuido permiten
la colonización de cuerpos por parte de larvas de moscas (Hall, 2001). Finalmente,
se han reportado análisis entomológico-forenses para la verificación de la autenti-
cidad de piezas precolombinas a través de insectos (Pickering et al., 1998).
2. Entomología de productos almacenados: Se atienden todos aquellos casos don-
de se reporta la aparición de insectos o partes de estos, en productos para el
consumo humano. Los casos típicos corresponden al insecto dentro de la botella
de refresco, la polilla dentro de la bolsa de cereal o sopa deshidratada y la larva
de mosca dentro de un embutido o alimento servido en un local de comida rápida
(Hall, 2001).
3. Entomología médico legal: Es probablemente lo que la mayoría de las personas
conocen como entomología forense, pues analiza insectos como evidencias en
casos de materia penal como homicidios, suicidios y abandono de incapaces. Su
principal objetivo es emitir criterio para la determinación del tiempo, causa, mane-
ra y lugar de la muerte (Hall, 2001).
Según nuestra experiencia en los últimos diez años, de las tres aplicaciones citadas, las
dos primeras no son de mayor relevancia o aplicación a la realidad jurídica costarricense,
ya que este tipo de causas son remitidas a dependencias ministeriales del Poder Eje-
cutivo como asuntos de salud pública. Probablemente, la poca cultura de denuncia del
ciudadano, así como lo prolongado de los procesos judiciales y la falta de efectividad de
las resoluciones en materia de contravención, no favorecen el desarrollo de este tipo de
aplicaciones en nuestro medio.

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316 Manual de Criminalística y Criminología

OTRAS APLICACIONES
INSECTOS PRESENTES EN CARGAMENTOS DE CANNABIS SATIVA
El análisis de los insectos, o restos de ellos, presentes en los grandes cargamentos de
marihuana han permitido emitir criterio sobre el posible origen geográfico del cargamento
e, incluso, establecer la ruta que siguió para llegar al lugar donde fue confiscado.
Crosby et al. (1985) analizó dos diferentes cargamentos de Cannabis sativa decomisados
en Nueva Zelanda, de las 60 especies encontradas solamente una era conocida para
Nueva Zelanda, mientras que ocho eran nativas solamente de Asia, dando suficiente infor-
mación para indicar que el cargamento tenía origen en Tenasserim, división de Birmania
ubicada entre el Mar de Andaman y Tailandia.
Del conocimiento de los hábitats de los insectos encontrados, se sugirió que las plantas
habían sido cosechadas cerca de un arroyo o un lago, con presencia de árboles de higuera
y nidos de termitas, después de la presentación de esta evidencia, uno de los sospecho-
sos involucrados en el caso pasó de no culpable a culpable (Smith, 1986).

ALTERACIÓN DE LOS PATRONES DE MANCHAS DE SANGRE


Como es conocido, existe un amplio campo del conocimiento forense que permite in-
terpretar los patrones de manchas de sangre encontrados en el sitio del suceso, a partir
de estos análisis se derivan datos respecto a las características del objeto utilizado para
atacar a la víctima, así como la fuerza y velocidad que se dio durante el ataque.
Recientemente, ha sido muy bien documentado (Byrd and Castner, 2001) el papel que
juegan las larvas de insectos como fuentes de alternación de dichos patrones, por lo que
se ha incorporado dentro de los protocolos de análisis de manchas de sangre el recono-
cimiento de patrones que corresponden a la actividad larval, pues está demostrado que,
de no hacerse, se puede llegar a conclusiones equivocadas.

APLICACIONES DE LA BIOLOGÍA MOLECULAR EN LA ENTOMOLOGÍA FORENSE


IDENTIFICACIÓN TAXONÓMICA
La correcta identificación de las especies presentes en un cuerpo es requisito funda-
mental para poder emitir criterios válidos desde la perspectiva entomológica forense, sin
embargo, dicho proceso puede ser en ocasiones difícil de realizar si no se tiene suficiente
conocimiento de las especies de una zona en particular y, sobre todo, si se trata de hue-
vos o larvas de primer o segundo estadio.
Lo anterior podría subsanarse con la utilización de marcadores genéticos que permitan
identificar las diferentes especies a partir de cualquier estadio de desarrollo del mismo,
evitando a los laboratorios forenses depender de un experto en identificación taxonómica

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Tema 10: Entomología forense 317

de larvas o adultos (que usualmente son pocos a nivel mundial), pues dichas identifica-
ciones podrían realizarse en los laboratorios de biología molecular donde solamente se
requeriría verificar las secuencias genéticas que caracterizan una determinada especie.
Dichas técnicas permiten hoy día identificar gran cantidad de especies (Benecke y Wells,
2001), sin embargo, aún existe incapacidad de diferenciar aquellas muy cercanas, sobre
todo en grupos que requieren una nueva revisión taxonómica, tal es el caso de las moscas
del género Lucilia, que se presentan en el Neotrópico.

ANÁLISIS DE CONTENIDO INTESTINAL


Existen en la actualidad esfuerzos en el campo de la investigación que permiten identificar
genéticamente el contenido de los tractos digestivos de las especies consumidoras de
carroña o sangre (mosquitos hematófagos), esto con el objetivo de asociar los conteni-
dos gástricos con personas vivas o muertas, involucradas en una investigación criminal
(Benecke y Wells, 2001).

AMBIENTAL FORENSE
En el caso particular de Costa Rica, se ha implementado la aplicación del estudio de macro
invertebrados (en su mayoría insectos), como indicadores de la Contaminación de Cuer-
pos de Agua, lo anterior, gracias a que por Decreto Ejecutivo Nº 33903-MINAE-S 2007, se
aprobó el Reglamento para la evaluación y clasificación de la calidad de cuerpos de agua
superficiales, mismo que en su “Capítulo V: Del monitoreo biológico”, incorporó el índice
BMWP-CR (Biological Monitoring Working Party, modificado para Costa Rica por Astorga,
Martínez, Springer y Flowers).
Este índice permite valorar la calidad de los cuerpos de agua en función de la diversidad
de las poblaciones de macroinvertebrados acuáticos, esta aplicación se desarrollará con
mayor detalle en el capítulo de este libro, referente a los análisis en materia ambiental
forense.

APLICACIONES DE LA ENTOMOLOGÍA MÉDICO LEGAL


Tiempo transcurrido desde la muerte
El tiempo transcurrido desde la muerte es uno de los tres grandes objetivos que persi-
gue la autopsia médico legal. Además de identificar a la persona y determinar la causa
de muerte, estos tres elementos representan los pilares fundamentales sobre los que se
desarrollará la investigación criminal.
Sin embargo, en materia de tiempo de muerte, los fenómenos cadavéricos utilizados
por la patología forense, tales como temperatura corporal, livideces cadavéricas, rigidez,
deshidratación, concentraciones de iones en humor vítreo, entre otros, son altamente
susceptibles a las variables ambientales del medio y fisiológicas de la persona. Por estos

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318 Manual de Criminalística y Criminología

motivos, al avanzar el estado de putrefacción, la determinación se dificulta significativa-


mente y obliga a los médicos a emitir rangos de tiempo muy amplios o del todo les induce
a no emitir criterio respecto al mismo.
La literatura sugiere que cuando transcurren 72 horas, la entomología forense usualmente
es el mejor método para determinar un rango de tiempo de muerte.
Desde el momento mismo del deceso, los insectos, especialmente las moscas, son ca-
paces de descubrir el cadáver al momento en que este queda expuesto. El detalle de los
mecanismos de detección no están del todo claros, sin embargo, su eficiencia en la loca-
lización de carroña está más que demostrada, con estudios de desplazamiento de moscas
marcadas de hasta de 63,5 km (Braack, 1981).
Esto debido a que son atraídas por el desprendimiento de sustancias químicas como la
putrescina y la cadaverina7 que se crean por la descomposición de los aminoácidos en
organismos muertos, sustancias que otorgan el característico olor de la descomposición y
que resultan atrayentes para insectos que, como se mencionó anteriormente, colonizarán
el cuerpo para cumplir una función ecológica definida, ya sea alimentándose del cuerpo o
bien de otros organismos presentes en el sistema.
Existen dos formas básicas para determinar el intervalo post mortem. Para ambos ca-
sos, es medular llevar a cabo una correcta estimación del tiempo real de oviposición de
las moscas; es decir, el tiempo que transcurre entre la muerte del sujeto y la puesta de
huevos (Catts y Goff, 1992). En general, en las primeras fases de la descomposición, las
estimaciones se basan en el estudio del crecimiento de una o dos especies de insectos,
particularmente dípteros. Mientras que, en las fases más avanzadas de la descomposi-
ción, se utilizan la composición y el grado de crecimiento de la comunidad de artrópodos
encontrada en el cadáver y se compara con patrones conocidos de sucesión de fauna para
el hábitat y las condiciones más próximas (Camacho, 2003).

DESARROLLO LARVAL
Una de las formas se basa en determinar la edad de las larvas de la especie pionera8
recolectadas de la víctima, las cuales van a proveer el período mínimo de tiempo desde
su muerte. Este método requiere de un conocimiento detallado de la duración del ciclo de
vida de las especies de moscas recolectadas, así como de las condiciones ambientales del
sitio del suceso (Wells et al., 1995). Estas determinaciones de la edad de los individuos
pueden realizarse a través de curvas de crecimiento de la longitud o el peso de los espe-
címenes (ver Figura 11), así como por medio del estudio retrospectivo de la cantidad de
horas que requieren las diferentes especies para completar su ciclo en condiciones deter-

7. Putrescina NH2(CH2)4NH2 (1,4-diaminobutano o butanodiamina) y cadaverina (o 1,5-diaminopentano; o pentametile-


nodiamina pentano-1,5-diamina; o C5H14N2).
8. La especie que primero llegó y ovipositó en el sistema de estudio.

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Tema 10: Entomología forense 319

minadas de temperatura. Esta técnica es conocida como sumatoria térmica de unidades


ADD o ADH9 y se refiere a un concepto de acumulación de unidades térmicas de desarro-
llo, originalmente aplicada en el desarrollo de especies de interés agrícola (ver Figura 12).

Figura 11. Curva de crecimiento longitudinal de las larvas de Calliphoridae.

Figura 12. Ejemplo del cálculo de desarrollo por el método de acumulación de unidades térmicas.
Si una especie X completa su ciclo 15 días a 20 ºC, entonces requiere 300 ADD. Si esta especie es
recolectada de un cuerpo y llega al laboratorio requiriendo 5 días más para completar su ciclo a 20 ºC,
entonces consumió 100 ADD de las 300 ADD totales que requiere, quedando 200 ADD antes de
ser recolectada del cuerpo, si la temperatura de los días anteriores al hallazgo fue de 25 ºC
en promedio, entonces la oviposición se dio 8 días antes de la recolecta.

9. Siglas del inglés: accumulate degree day or accumulate degree hours.

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320 Manual de Criminalística y Criminología

Para realizar una determinación de tiempo de muerte utilizando curvas de crecimiento,


se generan colonias de moscas en condiciones controladas de laboratorio. Para esto se
utilizan cámaras aclimatadoras (Figura 13), que permiten controlar variables como fotope-
ríodo, temperatura y humedad. Los grupos de larvas de edad conocida se dejan crecer y
se sacrifican en rangos de tiempo específicos y se logra con esto generar una gráfica que
correlaciona longitud o peso vs. las horas de desarrollo.

Figura 13. Cámaras aclimatadoras utilizadas para modificar las condiciones ambientales a las moscas en desarrollo.

En la aplicación de un caso real, se determinarán la especie de mosca y la longitud pro-


medio de las larvas recolectadas del cuerpo, las cuales se mataron al momento del levan-
tamiento del cuerpo y/o durante la autopsia médico legal. Con esta longitud promedio, se
podrá derivar a partir de las curvas de crecimiento, a cuántas horas de desarrollo equivale
la longitud del cuerpo de la larva.
Es posible encontrar gran cantidad de datos sobre el desarrollo de muchas especies de
moscas de interés forense, sobre todo de la familia Calliphoridae. Sin embargo, dado
que la mayor cantidad de publicaciones provienen sobre todo de las regiones árticas, ha
sido necesario trabajar en el desarrollo de curvas de crecimiento para aquellas especies
neotropicales de frecuente aparición en cuerpos humanos. De hecho, la carencia de esta
información para un país o zona en particular representa un factor de retraso o de no
aplicación de la pericia entomológica forense.
Cuando la determinación se realiza a partir de acumulación de unidades térmicas, las
muestras recolectadas deben permanecer vivas y ser trasladadas de inmediato al labo-
ratorio, donde se les dejará concluir su desarrollo dentro de las cámaras aclimatadoras a
una temperatura constante. De esta manera, se determinará cuantas unidades térmicas

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Tema 10: Entomología forense 321

(ADD o ADH) restaban a partir del descubrimiento del cuerpo, para que las moscas con-
cluyeran su ciclo larval.
Dado que es posible conocer el total de unidades térmicas que requiere una especie para
completar su ciclo, la determinación de tiempo de muerte se realiza por la sustracción del
tiempo total conocido para la especie bajo condiciones constantes y el tiempo que le tomó
completar el ciclo en el laboratorio.
Esta metodología implica una serie de medidas de difícil implementación en el trabajo
rutinario de un laboratorio forense, en virtud de que obliga el transporte de material vivo
hasta el laboratorio, lo cual involucra una serie de recursos y conocimientos no siempre
disponibles, sobre todo en países como Costa Rica que usualmente opera con un déficit
de recursos significativo. Adicionalmente, variaciones importantes de las condiciones del
medio natural del crecimiento de las larvas a uno de laboratorio podrían agregar factores
no controlables en los modelos estadísticos utilizados para las determinaciones del tiem-
po de muerte.

SUCESIÓN BIOLÓGICA
Cuando se completa el ciclo de vida de la especie que ovipositó primero, la determina-
ción a través de este primer método se dificulta, pues no es posible determinar el tiempo
transcurrido desde que las moscas adultas emergieron de sus puparios hasta la aparición
del cuerpo. Algunos reportes de la literatura indican que, en sitios del suceso cerrados,
se puede determinar la edad de los adultos atrapados, cuantificando la cantidad o nive-
les de pteridina en los ojos de los individuos muertos, tanto frescos como secos (Wall
et al., 1990; Thomas y Chen, 1989) o bien, por medio del conteo de bandas cuticulares
agregadas diariamente al exoesqueleto de los mismos (Tyndale-Biscoe et al., 1974). No
obstante, esto no es una aplicación de rutina de los laboratorios forenses.
Por tanto, el segundo método para la determinación del tiempo transcurrido después
de la muerte, toma ventaja de la aparición cronológica de diferentes grupos de organis-
mos conforme el cuerpo se va descomponiendo, denominado sucesión biológica de
artrópodos, comúnmente observada en una amplia variedad de carroña (ver Figura 3)
(Tantawi et al., 1996; Wells et al., 1995; Jirón y Cartín, 1981; Payne, 1965).
Este método se rige bajo el principio de que un cuerpo en descomposición es un atractivo
para un grupo de insectos que al colonizarlo lo transforman, haciéndolo llamativo para un
segundo grupo, de insectos que nuevamente lo modificarán y lo harán agradable para un
tercer grupo, y así sucesivamente. Tiene la ventaja de que el período de tiempo que abarca
es mucho mayor que el del método de desarrollo larval.
Otra forma reportada en la literatura para determinar el tiempo de muerte a partir de
evidencia artropodológica es la valoración de la sucesión de ácaros, la cual es válida

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322 Manual de Criminalística y Criminología

desde aproximadamente el día 17 después de la muerte hasta aproximadamente el día 66


(Goff, 1991), bajo condiciones atmosféricas previamente registradas. Sin embargo, esta
aplicación, al igual que la edad de las moscas adultas, no se encuentra desarrollada como
servicio rutinario de los laboratorios forenses.

TRASLADO DEL CUERPO


La inconsistencia entre las especies recolectadas sobre el cuerpo y las que se desarrollan
típicamente en la zona donde se ha encontrado el mismo, puede ser indicativa del traslado
del cuerpo después de su muerte (Anderson, 1995). Las diferencias en las distribuciones
geográficas y de hábitat de varios grupos de organismos relacionados con la descom-
posición de un cuerpo se encuentran bien ilustradas por las observaciones casuales de
muchos estudios, en los que se ha visto que las diferencias pueden indicar el traslado de
un cuerpo de una zona a otra (Catts y Goff, 1992).
Un tipo especial de traslado es aquel donde el movimiento del cuerpo ocurre de un medio
terrestre a uno acuático o viceversa. Dicho desplazamiento puede ser detectado a partir
de la diferencia de la entomofauna predominante en cada uno de los medios (Smith,
1986; Payne y King, 1972). En este punto, debe resaltarse la importancia de la valoración
de los indicios encontrados en el sitio del suceso, como el caso sobre el cual informan
Hawley y colaboradores (1989), donde las larvas acuáticas (de color rojo) de un mosquito
(Chironomidae) fueron inicialmente identificadas como fibras por personas sin mayor co-
nocimiento en entomología (Catts y Goff, 1992).

ENTOMOTOXICOLOGÍA
Frecuentemente, los patólogos forenses examinan restos humanos en descomposición
o en reducción esquelética, en tales situaciones, las muestras tradicionalmente utiliza-
das en toxicología, tales como sangre, orina y órganos sólidos, a menudo no se en-
cuentran disponibles o se hallan en condiciones que dificultan o imposibilitan el análisis
(Sadler et al., 1995; Kintz et al., 1994; Catts y Goff, 1992; Kintz et al., 1990).
Las larvas de mosca han sido recientemente utilizadas como muestra toxicológica para
detectar diversas sustancias, como por ejemplo bromazepam, levomepromazina (Kintz
et al., 1990), malatión (Nolte et al., 1992), fenobarbital (Kintz et al., 1990), trazolam,
oxazepam, alimemazina y clomipramina (Kintz et al., 1990), amitriptyina y nortriptylina
(Miller et al., 1994), metanfetamina (Goff et al., 1992), penicilina (Goff et al., 1994), entre
otras. Además, la morfina (Introna et al., 1990), codeína (Kintz et al., 1994) y la cocaína
(Nolte et al., 1992) han sido también detectadas en larvas bajo situaciones experimentales
(Nolte et al., 1992).

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Tema 10: Entomología forense 323

METODOLOGÍAS DE RECOLECTA Y PRESERVACIÓN


Recuerde que el éxito de las determinaciones en entomología forense depende de la
correcta recolección y preservación de una muestra que incluya las diferentes formas y
especies de artrópodos presentes sobre un cuerpo o sustrato de desarrollo larval.
Se debe verificar que en los alrededores de la escena del crimen no existan otros organis-
mos o materiales en descomposición, como por ejemplo frutas, basura, animales, heces
u otro tipo de materia orgánica; en caso de que se encuentren, esto debe ser anotado.
Debe tomarse en cuenta que el ecosistema temporal que representa un cuerpo en des-
composición o cualquier otro sustrato de desarrollo larval, incluye adultos y/o estados
inmaduros de moscas, escarabajos, hormigas, saltamontes y otra gran cantidad de orga-
nismos, los cuales muestran una evidente actividad sobre el mismo (ver Figura 3).
Se hace necesario revisar el cuerpo y localizar huevos, larvas, pupas y/o adultos (Figura
4). Generalmente los huevos son colocados por los insectos dentro de orificios naturales
(ojos, boca, nariz y oídos), así como en las lesiones de armas de fuego o punzocortantes
(Figura 5a). Las larvas, pupas y algunas especies de adultos tienden a ubicarse bajo el
cuerpo y se entierran hasta treinta centímetros de profundidad, o bien, tienden a disper-
sarse a una distancia de al menos tres metros alrededor del cuerpo. Se debe anotar la
ubicación donde fueron recolectados los especímenes, por ejemplo: sobre el cuerpo,
enterrado a un metro del cuerpo, entre otros.
Hay que recordar que es importante resaltar lo necesario que es el realizar una búsqueda
minuciosa y exhaustiva del material entomológico, de forma tal que se recolecten todas
las especies presentes, tanto en forma adulta como en cualquiera de los estadios de de-
sarrollo en que se encuentren, al momento de hallar el cuerpo o sustrato de desarrollo
larval.

RECOLECCIÓN DE INDIVIDUOS ADULTOS


Se deben utilizar pinzas entomológicas y recolectar las diferentes formas de individuos
adultos que se encuentren sobre, dentro y debajo del cuerpo o sustrato de desarrollo
larval. Además, hay que recolectar todas las diferentes formas de organismos vivos que
se puedan distinguir a simple vista.
Es mejor utilizar una red para captura de insectos o una bolsa plástica transparente de
aproximadamente 40 x 50 cm, para capturar insectos de vuelo rápido como moscas y
avispas.
Los individuos adultos recolectados se deben matar y deben ser colocados, inmediata-
mente después, en viales o recipientes plásticos que contengan una disolución de etanol
al 75 %.

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324 Manual de Criminalística y Criminología

Figura 14. Preservación de individuos adultos.

RECOLECCIÓN DE FORMAS INMADURAS


Larvas:
Debe tomarse una muestra grande (mínimo 30 individuos) de cada tipo de las formas in-
maduras de los organismos (huevos, larvas y/o puparios) que se encuentran en el cuerpo,
para esto se debe utilizar la pinza entomológica o una cuchara plástica desechable, tenien-
do en cuenta las diferentes formas, tamaños y colores de estos; luego deben ser coloca-
dos en recipientes plásticos o de vidrio, de tamaño variable (según la muestra) y con tapa.
En un beaker de 250 ml, se hierve agua, ya sea en el plato caliente o en el calentador
portátil tipo camping. Una vez que hierve, se introducen únicamente las larvas (ver Figura
15a), por un período de aproximadamente un minuto.
Las larvas deben extraerse del agua hirviendo y se debe eliminar el exceso de líquido con
la ayuda de un colador casero (ver Figura 15b). Posteriormente, deben ser introducidas
en un recipiente de vidrio o plástico con tapa que contenga disolución de Pampel10 (ver
Figura 15c), coloque dentro del mismo una etiqueta de papel blanco, en la cual se indique
con lápiz de grafito el número de caso que identifica el indicio.

a) b) c)

Figura 15. Procedimiento para la preservación de larvas, explicación de los distintos pasos en el texto.

10. Mezcla de alcohol etílico, formalina, ácido acético y agua en proporción 15:6:2:30.

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Tema 10: Entomología forense 325

Puparios:
Los puparios deben colocarse en forma separada dentro de recipientes de plástico o
vidrio, preferiblemente con tapa, sin alcohol o ningún otro tipo de sustancia preservante.
Debe colocarse dentro de cada recipiente un trozo pequeño de papel toalla o papel higié-
nico de manera que las muestras no se golpeen contra los bordes del recipiente. Además,
es necesario colocar dentro del mismo una etiqueta de papel, en la cual se debe escribir
con lápiz de grafito, el número de caso que identifica el indicio.

a) b) c)

Figura 16. Procedimiento para la preservación de puparios.

Las masas de huevos deben colocarse en forma separada dentro de recipientes de


plástico o vidrio con tapa, con disolución de etanol al 75 % o disolución de Pampel. Se
debe colocar dentro de cada recipiente un trozo pequeño de papel toalla o papel higiénico
de manera que las muestras no se golpeen directamente contra los bordes del recipiente.
Dentro del cual se debe colocar una etiqueta o trozo de papel, la cual debe ir escrita
igualmente con lápiz de grafito e indicar el número de caso que identifica el indicio.

ESTUDIO DE CASO11
Caso número 1
En una denuncia interpuesta ante la Policía Judicial de Costa Rica, se señala la desapari-
ción de un hombre desde el día 22 de marzo de 1999, fecha en que según sus familiares
el joven no llegó a su casa a dormir, e ignoran desde ese día su paradero y el del vehículo
que conducía.
Los investigadores se dan a la tarea de ubicar al joven y realizan un rastreo de las llamadas
que se hicieron desde su lugar de trabajo, su celular y los teléfonos de su casa.
El jueves 1 de abril de 1999, se recibió una llamada telefónica por parte de un oficial de
la policía administrativa que indicaba que, en la zona del Tejar del Guarco, a la altura del
kilómetro 27 de la ruta, a orillas de la carretera se encontraba un cuerpo en avanzado es-
tado de putrefacción. Se levantó el cuerpo el día 2 de abril, en presencia del patólogo y de

11. Tomado de las sentencias respectivas y de Valenciano (2004).

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326 Manual de Criminalística y Criminología

funcionarios de la Sección de Biología Forense. El cuerpo se encontraba con antropofagia


cadavérica y semidesnudo.

a) b)

Figura 17. a) Antropofagia cadavérica que presentaba el cuerpo durante el hallazgo del cuerpo.
b) Masas de larvas desarrollándose en el área del cuello.

El 5 de abril, se presentó al Organismo de Investigación Judicial una persona que indicó


que tenía en su poder el vehículo del ofendido, ya que un sujeto que no conocía se lo es-
taba ofreciendo para venderlo y agregó que lo tenía desde marzo y a la fecha no daba con
el paradero de quien se lo dio. Al día siguiente, este sujeto fue detenido como sospechoso
de la investigación, al haber dado una versión poco coherente.
Posteriormente, se investigó al sospechoso y se determinó que conocía a la víctima, en
virtud de que había una serie de llamadas mutuas, en particular el último día en que fue
vista la víctima. Ese día el sospechoso llamó en tres ocasiones a la víctima; este lo llamó
a su casa en Tres Ríos a las 18:51 minutos. Todo hace derivar que ese día se iban a en-
contrar al salir la víctima de su trabajo.
Los compañeros de trabajo de la víctima en reconocimiento de personas identificaron al
sospechoso e indicaron que en dos oportunidades él había llegado a la oficina donde ellos
trabajaban a visitar a la víctima. De forma adicional, amigos de la víctima indicaron que su
amigo estaba saliendo con un sujeto que se llamaba igual que el sospechoso y que ese día
irían juntos a unos miradores, para lo cual tomaron la carretera hacia El Guarco de Cartago
y en el kilómetro 27, se estacionaron y se introdujeron en una especie de zanja. El cuerpo
fue encontrado en el mismo sitio, semidesnudo.
La novia del sospechoso indicó que este llegó a su casa con el vehículo de la víctima el
22 de marzo, alrededor de las 9 de la noche, y que le manifestó que un sujeto de nombre
Luis Fernando Aguilar le dio el vehículo de marras para que lo probara, que no tenía que
darle ningún adelanto en efectivo, que se lo vendía en un millón cuatrocientos mil colones
y que él lo buscaría posteriormente.
El cuerpo de la víctima estaba en avanzado estado de putrefacción, por lo que no se pudo
determinar la causa de la muerte. Se presume que la misma fue un homicidio con uso
de arma blanca, ya que el calzoncillo tenía dos rasgaduras que no podían ser obra de los
animales carroñeros que depredaron el cuerpo, ya que no hacen ese tipo de rasgaduras.

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Tema 10: Entomología forense 327

Los carroñeros se alimentan de los orificios ya hechos o abiertos y extraen los tejidos
blandos, por lo que tal hallazgo es indicativo de que el ofendido tuvo una lesión. De esta
manera, no se podía descartar una herida con arma blanca, ya que los casquillos de arma
de fuego no fueron encontrados. El dictamen médico legal de patología estableció un
tiempo de muerte de 15 días aproximadamente.

Figura 18. Proyección del tiempo de muerte respecto al día de la autopsia médico legal según Patología Forense.

El dictamen de Biología Forense indicó que, conforme a las larvas encontradas en el


cadáver, se podía establecer que tenían un desarrollo de 173 horas, pero que la especie
encontrada retrasaba su llegada al cuerpo entre 48 a 72 horas, estableciendo el tiempo de
muerte entre 221 y 245 horas, o sea de nueve a diez días.
Los resultados de esta pericia coinciden con el momento de la desaparición del ofendido,
el día 22 de marzo de 1999, puesto que el levantamiento de las larvas se dio el 2 de abril,
con lo que la muerte se produjo el mismo día de su desaparición (ver Figura 18).
El tribunal determinó que la víctima murió a manos del sospechoso, ya que la estimación
del período de muerte coincidía con el encuentro que sostuvieron ese día, entre las 7:20
y 8:30 de la noche, y que en algún momento de esa hora le dio muerte.
En este caso, la estimación del tiempo de muerte fue una prueba importante para deter-
minar la culpabilidad del imputado. El espacio de tiempo que transcurrió entre la desapa-
rición y el hallazgo del cadáver y el tiempo que tenían las larvas en el cuerpo permitieron
establecer con certeza cuándo murió la víctima. De esta forma, se pudo determinar que el
imputado fue quien lo asesinó, mismo que fue condenado a 25 años de prisión, sentencia
confirmada por la Sala Tercera de Casación Penal.

Caso número 2
Se inició un proceso de investigación en virtud de que una serie de vecinos llamaron a la
policía el 28 de febrero de 2000, porque de la casa de su vecino se expedían malos olores
y hacía varios días que no habían visto a su propietario.

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328 Manual de Criminalística y Criminología

La policía se personó en el lugar y se encontró un cadáver en avanzado estado de pu-


trefacción (fase enfisematosa), el cual se encontraba amordazado de pies y manos. Así
mismo se observaron artículos embalados en bolsas plásticas ubicados en el pasillo.

Figura 19. Antropofagía cadavérica que presentaba el cuerpo, que se encontraba maniatado.

En investigaciones que efectuó la policía, se recabó la información de que la víctima fue


vista con dos jóvenes (uno de ellos el imputado), en concreto el 24 de febrero, hecho
corroborado por gran cantidad de testigos. También determinaron que se retiraron en taxi
de la casa de la víctima, alrededor de las dos o tres de la mañana del 25 de febrero.
El dictamen de la autopsia médico legal estableció la causa de muerte como asfixia por
doble mecanismo y la manera de muerte como homicida, desde el punto de vista médico
legal.
El dictamen de Biología Forense estableció que el probable tiempo de muerte fue entre las
6 y las 14:30 del 25 de febrero o entre las 18 horas del 24 y las 6 horas del 25.

Figura 20. Proyección del tiempo de muerte respecto al día de la recolecta según Entomología Forense.

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Tema 10: Entomología forense 329

Testigos observaron a la víctima viva alrededor de las 21 horas del 24 de febrero y el


tiempo de muerte se reduce, y si a esto se suma que dos testigos observaron a dos mu-
chachos salir entre las dos y tres de la mañana del 25, se puede deducir que la muerte
ocurrió entre las 21 horas del 24 y las dos o tres de la mañana del 25.
De tal manera, se permite ubicar en la escena al imputado en el intervalo de tiempo en que
fue ultimada la víctima, ya que numerosos testigos lo observaron en la casa de la víctima,
donde el mismo fue asesinado. De esta forma, se pudo determinar que el imputado fue
quien lo asesinó y quien recibió una condena de 25 años de prisión.

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11
ESCENA DEL CRIMEN
Anna Barbaro
Genetista forense; presidenta Worldwide Association of Women Forensic Experts (WAWFE)
Studio Indagini Mediche e Forensi (SIMEF)
Italia

INTRODUCCIÓN
La escena del crimen es el lugar en el que se ha producido un evento susceptible de una
investigación. Este concepto se refiere no solo al sitio físico y concreto donde ocurrieron
los hechos, debe ser entendido en manera más amplia dependiendo de su extensión, del
tipo y de las circunstancias del evento que se analiza.
Las ciencias forenses comienzan en la escena del crimen.
El estudio de la escena del crimen tiene sus fundamentos en la teoría de la Transferencia
de Edmund Locard, enunciada en su Manual de Técnica Policial, en 1923.
Esta teoría establece que el contacto entre dos elementos produce un intercambio re-
cíproco de materia, que puede ser identificado y analizado por los expertos forenses:
“Nadie puede cometer un crimen con la intensidad que esa acción requiere sin dejar los
numerosos signos de su presencia; el delincuente, por una parte, dejará indicios de su
actividad en la escena del crimen, y por otra, inversamente, se llevará en su cuerpo o en
su ropa los indicios de dónde ha estado o de lo que ha hecho”.
Eso significa que siempre hay una relación directa entre los elementos de la escena, la
víctima y el victimario: las evidencias físicas pueden vincular por ejemplo a un sospechoso
con la víctima, y también pueden conectar escenas de crímenes distintas.

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332 Manual de Criminalística y Criminología

Escena Víctima

Evidencias

Objeto Sospechosos

Figura 1. Relación entre los elementos de la escena del crimen.

Por lo tanto, el objetivo principal de la investigación de la escena del crimen es reconocer,


recopilar, preservar y probar las evidencias físicas que puedan ser útiles para reconstruir
los eventos que ocurrieron y poder contestar a las siguientes preguntas fundamentales:
1) ¿Qué? Es decir, ¿qué pasó? Identifica el tipo de crimen (por ejemplo, homicidio,
suicidio).
2) ¿Quién? Es decir, ¿quién ha hecho el crimen? ¿A quién afectó? Identifica el sujeto
activo (autor) y también el sujeto pasivo (víctima).
3) ¿Dónde? Es decir, ¿dónde ocurrió el crimen? Identifica el lugar donde se cometió
el delito y finalmente donde se encontró a la víctima o se ocultaron evidencias (es-
cena primaria, secundaria, intermedia) y el tipo de lugar (escena cerrada, abierta).
4) ¿Cuándo? Es decir, ¿cuándo ocurrió? Identifica la fecha (hora, día, mes, año), el
estado del tiempo (por ejemplo, caliente, frío) y también el posible orden de suce-
sión de los hechos.
5) ¿Cómo? Es decir, ¿cómo ocurrió? Identifica la manera en que sucedió el crimen
(por ejemplo, disparo).
6) ¿Cuánto? Es decir, ¿cuánto pasó? Identifica el efecto de lo que ocurrió (por ejem-
plo, muerte de la víctima).
7) ¿Por qué? Es decir, ¿por qué ocurrió? Identifica las posibles circunstancias que
motivaron el hecho (por ejemplo, venganza, envidia, celo).
Cada caso que se examina es obviamente diferente, porque cada autor deja una escena
del crimen distinta. Por ello, el análisis tiene que ser realizada por especialistas, con ade-
cuada preparación y de acuerdo con los protocolos internacionales para la investigación
de la escena del crimen. Un investigador experimentado sabe que puede encontrar lo
inesperado.
En Europa, el grupo de trabajo sobre la escena del crimen del European Network of Foren-
sic Sciences Institutes (ENFSI, Scene of Crime Working Group), con el objetivo de facilitar

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Tema 11: Escena del crimen 333

la estandarización de los procedimientos de examen de la escena del crimen, ha desarro-


llado un marco de protocolos de conformidad con el requisito de la norma ISO 17020 que
cubre todo el proceso forense, desde la llegada del primer oficial a la escena del crimen
hasta la redacción del informe.
En el presente capítulo se describirán solo los aspectos principales de la investigación de
la escena del crimen.

CLASIFICACIÓN DE LAS ESCENAS DEL CRIMEN


Considerando que un hecho criminal puede ocurrir en diferentes localizaciones y que
cada evento puede presentar distintas características típicas, existen muchas maneras de
clasificar una escena del crimen (Lee, 2013) dependiendo principalmente de:

a) La ubicación original en la que se cometió el delito:


• Escena primaria: es el lugar donde se realiza la mayor parte de los hechos y por
eso se encuentran la mayoría de las evidencias. En unos casos la escena primaria
es la misma que la donde se encuentra el cadáver, en otros es el sitio donde se
realiza el ataque.
• Escena secundaria: es el lugar donde se realiza otra parte de los hechos. Por lo
tanto, en el mismo delito pueden encontrarse diferentes escenas secundarias,
donde pueden hallarse otras evidencias.
• Escena intermedia: es cualquier sitio distinto de la escena primaria y secundaria,
como por ejemplo, el sitio donde se ha guardado un cuerpo o el vehículo usado
para llevarlo de la escena primaria a la de abandono.
• Lugar del abandono del cadáver: es el sitio donde se encuentra el cuerpo y a
veces puede coincidir con una escena primaria.

b) La ubicación física:
• Escena del crimen en campo abierto: la que se produce en el exterior (calles,
bosques, campos, etc).
• Escena del crimen en campo cerrado: la que se encuentra en el interior (pisos,
edificios, casas, villas, garajes).
• Escena del crimen mixta: la que se produce en edificios públicos (centros
comerciales, bancos).
• Escena del crimen en vehículos: la que se produce en coches, barcos, trenes,
aviones.

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334 Manual de Criminalística y Criminología

c) El tamaño de la escena:
• Macroscópico: se refiere a escenas del crimen que incluyen en el interior de la
escena del crimen principal otras escenas de diverso tamaño (por ejemplo, cuer-
po de la víctima).
• Microscópico: se refiere a cualquier objeto específico o evidencia relacionada con
el crimen (por ejemplo, pelos).
Claramente, los dos elementos (macroscópico, microscópico) están relacionados.

d) La condición física:
• Escena del crimen subacuática: se refiere a escenas que se producen debajo del
agua (mar, lagos, ríos).
• Escena del crimen enterrada: se refiere a escenas que se producen debajo del
suelo (pozos, galerías).

e) La aparición de la escena del crimen:


• Escena organizada: se refiere al tipo de escenas producidas por asesinos organi-
zados que suelen planear los delitos y, por lo tanto, hacen grandes esfuerzos por
ocultar/destruir las evidencias y también para trasladar el cuerpo de la víctima,
la cual fue cuidadosamente elegida porque tiene un significado especial para el
victimario.
• Escena desorganizada: es el tipo de escenas dejadas por asesinos desorgani-
zados, cuando cometen los delitos no se preocupan por ocultar/destruir las evi-
dencias o el cuerpo y eligen víctimas de manera aleatoria cerca de donde viven o
trabajan, sin planear el delito.

f) Otras clasificaciones se refieren a:


• El tipo de delito cometido (por ejemplo, homicidio, robo, agresión sexual).
• Los límites de la escena (por ejemplo, piso, vehículos, ordenador).
• La actividad (por ejemplo, escenas activas, pasivas).
Este tipo de clasificación parece relativamente simple, pero las diferencias muchas veces
no son tan claras y las situaciones son, en ocasiones, muy complejas.
No existe un único método de clasificación que pueda satisfacer todos los elementos de la
escena del crimen, por lo que es necesario que el investigador tenga habilidades analíticas
y un enfoque lógico que permita realizar evaluaciones correctas sobre cuántas y qué tipos
de escenas pueden estar involucradas en el crimen que se investiga.

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Tema 11: Escena del crimen 335

ETAPAS DE LA INVESTIGACIÓN
Las etapas principales de la investigación de la escena incluyen fundamentalmente las
siguientes fases:
• Evaluación, protección y preservación del lugar de los hechos.
• Observación preliminar del lugar.
• Fijación del lugar.
• Inspección detallada y búsqueda de las evidencias.
• Recolección y tratamiento de las evidencias.
• Liberación del lugar.
• Documentación y remisión de evidencias.
Todos los aspectos del examen de escena se llevan a cabo de manera coordinada.

EVALUACIÓN, PROTECCIÓN Y PRESERVACIÓN DEL LUGAR DE LOS HECHOS


Los primeros en dar una respuesta son los que observan y evalúan la escena en su estado
más prístino y, por lo tanto, sus observaciones son críticas. Las principales tareas que los
oficiales de primera intervención deben llevar a cabo consisten en (TWGCS, 2013):
a) Acercarse a la escena para observar cuidadosamente toda la zona y evaluar posi-
bles escenas del crimen secundarias.
b) Asegurarse de que no hay peligro inmediato para otras personas (personal técnico
o no).
c) En presencia de víctimas, evaluar el estado y en caso de necesidad pedir asisten-
cia médica inmediatamente y ayudar al personal médico a asistir a las víctimas sin
contaminar o alterar la escena del crimen.
Si las víctimas son llevadas a una instalación médica, es necesario registrar el
nombre y la ubicación de la instalación y enviar un oficial para documentar cual-
quier comentario y preservar posibles evidencias.
Si el personal médico llega primero, es necesario anotar el nombre de la unidad
y del personal porque hay casos donde puede ser necesario tomar muestras de
comparación de esas personas (ADN, huellas digitales, impresiones del calzado).
En casos de víctimas fallecidas es importante no tocar o mover el cuerpo hasta
que llegue el médico forense. En su presencia se efectúan fotografías y se toman
notas de los siguientes aspectos:
• Sexo, edad aparente, raza.
• Posición de la víctima con respecto a un objeto fijo.
• Posición de la víctima con respecto a objetos, muebles, armas y posibles
indicios biológicos.

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336 Manual de Criminalística y Criminología

• Posición del cuerpo (supino, ventral, etc.).


• Condición corporal (rigidez).
• Presencia en el cuerpo de lesiones evidentes, signos particulares.
• Estado de hallazgo de la víctima (vestida o desnuda).
• Condición de la ropa (rasgada, intacta, etc.).
Es necesario preservar las manos de la víctima con bolsas de papel para poder
recuperar posibles trazas biológicas presentes bajo las uñas. Además, las evi-
dencias que se encuentren sobre el cuerpo de la víctima o cerca de ella deben
tener prioridad de levantamiento, porque las pruebas pueden perderse o alterarse
cuando se mueve la víctima.
d) Controlar e identificar a las personas en la escena y retirarlas para salvaguardar la
integridad de la escena. Evaluar si hay en la escena personas peligrosas/sospe-
chosas y controlar la situación.
e) Anotar todas las informaciones y proporcionar un informe detallado al personal
técnico-científico para que se entere de aspectos iniciales anteriores a la investi-
gación de la escena del crimen.
f) Tomar las medidas necesarias para la protección y preservación del lugar. Esto
sirve para preservar la escena, manteniendo la integridad del lugar en el que pu-
dieran hallarse evidencias y, por lo tanto, debe ser hecho lo antes posible.
La escena de crimen en campo abierto es la que obviamente está más sujeta a alteración,
deterioro y contaminación de las evidencias biológicas en un corto período de tiempo, sea
por la exposición a condiciones ambientales (como calor, lluvia, humedad), o por que las
personas que acceden a la escena pueden potencialmente alterar, destruir o contaminar
la evidencia.
En comparación con las escenas exteriores, las evidencias que se encuentran en una
escena de interior son generalmente menos susceptibles a efectos ambientales y degra-
dación.
El riesgo de alteración es mayor cuando la escena del crimen no puede estar asegurada
adecuadamente en breve tiempo, por lo tanto limitar el acceso a la escena y coleccionar
muestras de referencia de los individuos que acceden a la misma es una prioridad.
Los pasos principales consisten en:
• Establecer los límites de la escena, empezando en el lugar donde ocurrió el cri-
men, y extenderlos a los alrededores para incluir sitios de salida y entrada, lugares
a donde la víctima o las evidencias pueden haber sido trasladadas y ocultadas.
• Asegurar la escena, poniendo barreras físicas (por ejemplo, cinta amarilla, conos).
Obviamente, dependiendo del lugar de los hechos se establece un cinturón de
protección de diferente tamaño:

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Tema 11: Escena del crimen 337

–– En el caso de vía pública: 25 metros mínimos.


–– En el caso de espacios abiertos: 50 metros mínimos.
–– En el caso de vehículos: 25 metros mínimos.
–– En el caso de lugares cerrados (pisos, edificios, establecimientos): dependien-
do del caso la protección se realiza a partir de la puerta de acceso al piso o al
edificio o del punto de acceso al espacio de aparcamiento.
• Controlar el acceso a la escena estableciendo anillos o zonas (virtuales), donde
pueden acceder las personas de forma distinta según sus funciones, para evitar
el acercamiento o ingreso al lugar de gente que pueda voluntariamente o involun-
tariamente alterar el estado del lugar, mover o destruir pruebas.
El lugar se separa en zonas cuyos límites estarán fijados de acuerdo a las características
del evento, por ejemplo:
Primer anillo/zona (interior crítica): para el personal técnico-científico que procesa la
escena del crimen, porque en esta área se encuentran los indicios.
Segundo anillo/zona (exterior restringida): para el personal policial, las fuerzas de segu-
ridad de apoyo, el fiscal y los otros funcionarios judiciales.
Tercer anillo/zona (exterior amplia): prensa, familiares, funerarias.
Fuera de los anillos/zonas: curiosos, intrusos.
Para permitir el acceso a la escena del personal, es necesario establecer una vía única de
entrada y salida desde el exterior hasta la escena.
La valoración de los límites debe ser realizada por el personal de primera intervención,
sin perjudicar o contaminar la escena, teniendo en cuenta que el perímetro inicialmen-
te establecido puede ser reajustado después de la evaluación por parte del personal
técnico-científico.
Es también necesario documentar todas las personas que acceden a la escena.
• Tomar medidas para preservar las evidencias del efecto de agentes atmosféricos
(lluvia, sol, viento), especialmente en las escenas exteriores.
• Utilizar medidas de protección individual para evitar la de contaminación de las
evidencias.
Todo el personal que interviene en la escena del crimen debe utilizar batas, guantes,
cubrepiés, mascarillas, además no debe fumar, tirar basura, comer, beber o mover algún
objeto entre los límites de la escena.

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338 Manual de Criminalística y Criminología

Fuera

Zona 3

Zona 2

Zona
1
Crítica

Exterior restringida

Exterior amplia

Figura 2. Ejemplo de subdivisión en áreas críticas.

OBSERVACIÓN PRELIMINAR DEL LUGAR DE LOS HECHOS


La observación preliminar de la escena del crimen (Walk-through) es realizada por el
personal técnico-científico junto con los de primera intervención que deben describir a
los técnicos todas sus actividades dentro de la escena y si cualquier elemento ha sido
cambiado, eliminado o alterado.
Esto permite determinar el tipo de evento que ocurrió y el tipo de investigación que se
debe conducir. Por lo tanto, proporciona a los investigadores un panorama general de toda
la escena, identificando posibles amenazas a la integridad de la misma, y proporciona la
primera oportunidad de identificar y asegurar las evidencias.
Este proceso debe hacerse cuidadosamente para producir informaciones claras y docu-
mentadas que pueden ser críticas para reconstruir la escena, especialmente en casos
donde ha ocurrido una gran actividad antes de la llegada de los técnicos.
También debe ser evaluado si el perímetro inicialmente establecido por el personal de
primera intervención es adecuado o tiene que ser modificado.
En esta fase, dependiendo del tipo de evento y de la complejidad de la escena, se debe
determinar la composición del equipo de investigación:
• Líder del equipo.
• Fotógrafo y cámara de vídeo.
• Tomador de notas y diseñador.
• Recolector de evidencias.

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Tema 11: Escena del crimen 339

Hay que tener en cuenta que la escena puede haber sido alterada antes de la llegada
del personal de primera intervención por causas accidentales (por ejemplo, familiares o
personas que se encuentran en el lugar). También pueden haber ocurrido alteraciones
naturales causadas por fenómenos atmosféricos (calor, humedad, viento, lluvia).
En otros casos, las alteraciones pueden haber sido provocadas a propósito por los crimi-
nales para desvirtuar la investigación o dirigirla en otra dirección (staging).
El tipo más común de estadificación ocurre cuando el autor del crimen modifica unos ele-
mentos de la escena para simular un suicidio o un accidente. El segundo tipo más común
de puesta en escena es cuando el autor intenta redirigir la investigación, simulando una
agresión sexual (Pettler, 2015).

FIJACIÓN DEL LUGAR DE LOS HECHOS


Una adecuada documentación de la escena es fundamental para proporcionar una re-
presentación verdadera y precisa de la escena cuando esta sea revisada por otros en un
momento posterior o para su uso en procedimientos judiciales.
De acuerdo con Hans Gross, que se considera el padre de la criminalística: “Si la inspec-
ción ha de ser útil, es imprescindible que todos los objetos importantes (o no) que figuren
en el lugar del crimen permanezcan intactos, sin que por ninguna causa se les cambie de
posición”.
Los procesos utilizados para la fijación del lugar de los hechos incluyen principalmente:

a) Descripción escrita
Consiste en documentar por escrito el estado en que se encuentran el lugar, las personas
y los objetos, consignándolos en actas. Las notas deben ser tomadas en orden cronológi-
co, y ser legibles y detalladas, incluyendo los siguientes datos:
• Información del caso (fecha, hora, lugar).
• Descripción de la escena (tipo de ubicación, condición, olor, temperatura, con-
dición de víctima y cualquiera circunstancia inusual). En caso de cadáveres, es
importante registrar la ubicación del cadáver respecto a otros objetos y a las
ventanas, el uso de aire acondicionada o calefacción.
• Ubicación de las evidencias (posición de hallazgo de las evidencias).
• Lista de las evidencias (tipo de evidencia, clasificación por números o letras, fecha
de recogida y nombre de quién la recogió).
El orden de descripción tiene que ser:
• De derecha a izquierda.
• De abajo hacia arriba.
• De lo general a lo particular.

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340 Manual de Criminalística y Criminología

b) Croquis y planimetría forense


El croquis es muy importante porque permite la descripción general de la escena y de
las relaciones entre los elementos, incluyendo mediciones precisas. Eso también permite
incluir solo los detalles que son importantes para el caso.
Generalmente, en la escena se realiza un dibujo preliminar (Dibujo Primitivo) que no está
a escala y sucesivamente se elabora el croquis con todos los elementos (Dibujo Final). La
planimetría debe incluir, obviamente, no solamente la escena primaria, sino extenderse a
todos los espacios empleados para la ejecución del crimen (escena secundaria). El dibujo
sirve para representar de forma clara el lugar, los objetos, las personas, con dimensiones
y trayectorias.
Para obtener mediciones precisas en los croquis se pueden utilizar los siguientes métodos:
Triangulación: las mediciones se realizan desde dos o más puntos de referencia fijos
hasta al punto de ubicación de la evidencia o del cuerpo.
Coordenadas rectangulares: la ubicación de la evidencia se mide a partir de dos objetos
mutuamente perpendiculares.
Coordenadas polares: consiste en medir la distancia de la evidencia desde un punto fijo.
Se utiliza sobre todo para escenas en campo abierto donde no hay muchos puntos de
referencia.
Coordenadas transversales a la línea base: se pone una cinta métrica de manera que
atraviese el área para tomar las mediciones perpendicularmente a partir de esta cinta. Se
utiliza cuando existen numerosos objetos en la escena del crimen.

c) Imágenes forenses
La fijación por imágenes forenses se puede realizar en diferentes maneras.
El vídeo consiste en la grabación de la escena del crimen y permite una mejor orientación
espacial respecto a la que se puede lograr con la fotografía fija.
Es muy útil grabar el vídeo desde la ubicación de la víctima acercándose a ella lo más
posible sin tocarla o comprometer las evidencias.
Así como en el caso de la fotografía fija, el personal técnico no debe aparecer en el vídeo.
La grabación de vídeo se realiza solo después del recorrido inicial, antes de la fotografía.
La fotografía se realiza después del recorrido inicial o después de la grabación de vídeo.
Se debe utilizar un método organizado y sistemático que consiste en:
Fotografías generales: se realizan para documentar la escena en su estado inicial
y deben ser hechas desde diferentes ángulos, antes de colocar marcadores o
referencias métricas y antes de cualquier movimiento de las evidencias. Las foto-
grafías generales proporcionan las relaciones entre el contexto y las evidencias.
Hay equipos fotográficos con lentes específicas que permiten hacer fotos esféri-
cas y panorámicas de alta resolución para poder tomar en un solo “marco” todo

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Tema 11: Escena del crimen 341

el entorno circundante a un punto específico, de modo que no haya un ángulo


horizontal o vertical que se omite y, por lo tanto, utilizando softwares especiales
de procesamiento de las imágenes que permiten obtener una visual de la escena
a 360°.
Fotografías de plano medio: se toman a una distancia media para documentar
las relaciones entre las evidencias y los otros elementos de la escena o entre las
distintas evidencias.
El número de fotografías depende de los detalles específicos y deben ser tomadas
de forma progresiva.
Fotografías de primer plano: se realizan para documentar los detalles de las evi-
dencias, deben ser tomadas con y sin escalas en progresión del general al primer
plano. Después de que se recolecte la evidencia, se toman fotografías para mos-
trar que no hay otra evidencia abajo cubierta por la primera.

Figura 3. Ejemplo de fotografía de primer plano.

El escáner láser se ha demostrado en los últimos años una herramienta crítica para los
investigadores de la escena del crimen. Uno de los mayores beneficios del escáner láser
3D es que permite capturar una gran cantidad de datos exactos en breve tiempo, median-
te la creación de una representación tridimensional precisa de la escena de un crimen.
El dispositivo láser móvil tiene la capacidad de recopilar miles de mediciones por segundo,
mientras una cámara digital de alta resolución incorporada toma las imágenes.
Una vez recogidas las informaciones, un software especial procesa los datos para realizar
la reconstrucción de la escena en 3D con mediciones precisas.
Por lo tanto, el sistema proporciona datos más fiables que los métodos tradicionales por-
que tienen bajo nivel de trabajo manual (posibles errores humanos) y permite acelerar el
proceso de investigación de la escena del crimen.

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342 Manual de Criminalística y Criminología

INSPECCIÓN DETALLADA Y BÚSQUEDA DE EVIDENCIAS


La inspección detallada de la escena del crimen es un proceso lógico y sistemático de
búsqueda de evidencias que tiene que ser realizada por especialistas, con adecuada pre-
paración y de acuerdo con los protocolos internacionales para la investigación de la es-
cena del crimen.
Consiste en la observación minuciosa de la escena del crimen para realizar una búsqueda
cuidadosa y exhaustiva de todas las áreas de la escena, evitando la pérdida o la contami-
nación de las evidencias.
Las escenas del crimen pueden ser muy diferentes, por lo tanto existen varios métodos
de búsqueda de tal manera que los investigadores puedan utilizar cada vez el más apropia-
do, dependiendo de varios aspectos como el tipo de escena, la ubicación, el tamaño, con
el fin de realizar una inspección ordenada y eficaz sin olvidar áreas o evidencias.
Los métodos más utilizados para la búsqueda de evidencias son los siguientes (Gitec,
2012):
a) Método por franjas o líneas
Se usa generalmente para áreas grandes en campo abierto, pero también puede
ser útil en campo cerrado. Se recorre la escena en forma lineal, avanzando de un
extremo a lo opuesto y luego se regresa paralelamente sin dejar ningún área sin
examinar (peine).
b) Método de cuadrícula o rejilla
Es recomendado para lugares pequeños, como las habitaciones. Consiste en divi-
dir el lugar en cuadros, asignando un número o letra a cada una de las cuadrícu-
las. Permite un rastreo muy minucioso, pero consume mucho tiempo.
c) Método espiral o reloj
Está recomendado para campo abierto o donde no hay barreras físicas. Consiste
en una inspección de la zona en espiral, de la periferia al centro, en sentido inver-
so, haciendo un círculo del interior hacia el exterior, o viceversa.
d) Método de zonas, sector o cuadrante
El lugar se divide por zonas de importancia según las características del sitio. A
cada zona se le asigna una letra o un número y dentro de ella se aplican otros
métodos de búsqueda. Es recomendado cuando hay disponibles varios investiga-
dores en la escena.
e) Método de la rueda o rayo
Este método, similar al de zonas, se usa en casos limitados como escenas peque-
ñas y circulares.

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Tema 11: Escena del crimen 343

f) Método del abanico


Es muy práctico y recomendado para lugares cerrados. Se ingresa por un extremo
y se procede por una franja, regresando por la misma y se repite el procedimiento
por otra franja, avanzando sistemáticamente.
g) Método directo
Se usa para lugares cerrados o casos sencillos: el experto se mueve por la escena
libremente sin seguir ningún esquema.
h) Método de punto a punto o enlace
Está basado en la idea de que una evidencia lleva a otra (teoría del enlace), por
lo tanto los indicios son encontrados por su cercanía en el espacio. Se puede
utilizar con escenas pequeñas, grandes, interiores, exteriores, preferiblemente sin
muchos objetos.
i) Método por segmentación o por secciones
Se utiliza en el caso de vehículos y consiste primero en un reconocimiento ex-
terior y posteriormente uno interior del vehículo (dividiendo el espacio en cinco
áreas principales).
El personal técnico-científico debe tener conocimientos técnicos y experiencia
adecuada para investigar la escena del crimen y, sobre todo, reconocer y coleccio-
nar correctamente las evidencias. Además, debe llevar a la escena todas las he-
rramientas necesarias para la búsqueda y recogida de las evidencias. Por lo tanto,
para el desempeño de estas funciones es necesario que el personal sea entrenado
por adecuados programas de formación y actualización de los procedimientos.

Zonas Cuadrículas Líneas

Espiral Abanico Rueda

Figura 4. Ejemplos de métodos de búsqueda de evidencias.

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344 Manual de Criminalística y Criminología

Las evidencias se pueden considerar como el conjunto de elementos físicos y datos in-
materiales que se remontan al autor de un crimen o a la víctima. Evidencia es cualquier
elemento material o no que sea capaz de indicar la ocurrencia de un hecho (Fisher, 2012).
Las evidencias y las trazas relevantes son las que se producen durante el evento, pero
también pueden encontrase otras producidas después por contaminación (por ejemplo,
por miembros de la familia, primeros rescatadores). Las trazas ocupacionales son las
producidas antes del hecho por sujetos no involucrados en el crimen y, por lo tanto, no
están relacionadas con el crimen.
Las evidencias pueden clasificarse en los siguientes grupos genéricos (Gitec, 2012):
• Indicios de carácter no lofoscópico (manchas, restos materiales orgánicos o inor-
gánicos, rastros, marcas, indicios documentales, objetos, equipos informáticos).
• Indicios de carácter lofoscópico (huellas dactilares, palmares, plantares).
• Indicios entomológicos (insectos cadavéricos).
• Otogramas (huellas de orejas).
En la escena del crimen pueden estar presentes evidencias no visibles a simple vista y,
por lo tanto, para la búsqueda es necesario utilizar lámparas forenses especiales o re-
activos químicos. Las lámparas de luz forense son dispositivos portátiles de xenón que
emiten luz dentro, por debajo y encima del espectro visible, es decir de los 380 hasta a
750 nanómetros (nm). La luz cambia de color al modificarse la longitud de onda.

Longitud de onda creciente

190-290 290-400 400-430 430-490 490-575 575-590 590-620 620-700 >700


UV UV
onda corta onda larga Violeta Azul Verde Amarillo Naranja Rojo Infra Rojo

Energía creciente

190-400 = UV 400-700 = VISIBLE >700 = IR

Figura 5. Representación de la porción del espectro electromagnético de interés forense.

Dependiendo del tipo de evidencia que se va a buscar, es necesario elegir la longitud de


onda que permitirá detectarla, buscando así el filtro correcto para poder observar y foto-
grafiar el indicio.
La luz forense es útil para buscar una gran cantidad de indicios diferentes sin necesidad
de estropearlos:
• Fluidos biológicos (sangre, saliva, semen).
• Huellas latentes, impresiones del calzado.

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Tema 11: Escena del crimen 345

• Tintas, polvos, pintura.


• Residuos de arma de fuego y residuos de explosivos.
• Documentos alterados.

Evidencia Longitud de onda (nm) Gafas con filtro (color)


SANGRE 415 CLARO/AMARILLO
SEMEN, SALIVA, ORINA, SUDOR 450 NARANJA
DIENTES, HUESOS 455/515 NARANJA
HUELLAS CON DFO 455 NARANJA
HUELLAS CON NINHYDRIN 555/575/600/630 CLARO
HUELLAS CON RHODAMINE-6G 515 NARANJA
HUELLAS CON ARDROX UV - 415 CLARO/AMARILLO
HUELLAS DE ZAPATOS Luz BLANCA CLARO/AMARILLO
HUELLAS DE ZAPATOS
535 ROJO
SUPERFICIES POROSAS
HUELLAS DE ZAPATOS
455 NARANJA
SUPERFICIES NO POROSAS
RESIDUOS DE DISPARO 455 NARANJA
MARCAS DE MORDEDURAS (frescas) 415/450 AMARILLO
MARCAS DE MORDEDURA (antiguas) 535/555/575 ROJO

Figura 6. Ejemplo de luz forense empleada para la búsqueda de evidencias.

Figura 7. Trazas de semen detectadas por lámpara forense a 450 nm.

Los métodos químicos que más comúnmente se utilizan en la escena son las pruebas pre-
suntivas para la búsqueda de sangre. Estos test no son específicos porque pueden reac-
cionar con substancias distintas de la sangre (por ejemplo, metales, productos blanquean-

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346 Manual de Criminalística y Criminología

tes) y producir falsos positivos. Pero ayudan al investigador a suponer que la sustancia
analizada podría ser sangre y, por lo tanto, a proceder con la recolección de la muestra.
Los más utilizados son la prueba de Kastle-Meyer o test de la fenolftaleína (que es un
reactivo incoloro que en presencia de sangre vira a un color rosado brillante) y la prueba
de Adler o test de la Bencidina (que vira a azul oscuro).
El luminol (5-ammino-2, 3-diidro-1, 4-ftalazindione) se utiliza solo para visualizar áreas
con pequeñas cantidades de sangre o con sangre lavada. Reacciona con la hemoglobina
en la sangre, produciendo luminiscencia que dura unos segundos y necesita, para ser de-
tectada, de oscuridad total. Por lo tanto, se requiere habilidad y medidas especiales para
fotografiar el luminol (fotografía de larga exposición). Existen diferentes formulaciones
comerciales de luminol.
Todos los reactivos para las pruebas presuntivas están disponibles en varias preparacio-
nes que se pueden llevar a la escena. Las pruebas presuntivas para los otros tipos de
fluidos (semen, saliva) y las pruebas confirmatorias generalmente se hacen directamente
en el laboratorio.

Figura 8. Trazas de sangre detectadas por el luminol sobre un piso lavado.

En la escena del crimen se pueden encontrar huellas dactilares de los siguientes tipos:
1) Visibles: no requieren un procesamiento para la visualización. Se producen por el
contacto de manos sucias en superficies limpias, o manos limpias en superficies
sucias o con polvo (por ejemplo, huellas dactilares en la sangre, grasa).
2) Plásticas o modeladas: son huellas tridimensionales dejadas por “impresión” de
las manos con sustratos maleables (jabón, cera).
3) Latentes: requieren un procesamiento para la visualización.

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Tema 11: Escena del crimen 347

Para la búsqueda de huellas dactilares latentes se utilizan mayormente los polvos, que hay
de varios tipos con diferentes colores y formulaciones (carbón, metálicos, magnéticos),
para optimizar el contraste dependiendo del tipo de sustrato.
La huella si está presente se fotografía y se quita con cinta adhesiva negra o blanca.
En casos raros, en la escena se utilizan reactivos químicos como el cianoacrilato para
buscar huellas sobre superficies no porosas, porque este reactivo requiere la utilización
de cámaras portátiles en el que se puede producir el ahumado (super glue fuming). El
cianoacrilato se utiliza por ejemplo para la búsqueda de huellas dentro vehículos. Las
huellas detectadas pueden ser tratadas adicionalmente con polvos o con colorantes como
amarillo básico y Ardrox (disponibles en el mercado también como spray).
En casos de superficies porosas (papel, madera), se utilizan reactivos químicos como la
ninhidrina y el DFO para destacar las líneas. El procesamiento se realiza generalmente en
el laboratorio.
Lámparas especiales que utilizan la reflectancia UV intensificada en lugar de fluorescencia
permiten detectar huellas dactilares sobre la mayoría de las superficies no porosas sin
ningún tratamiento o después de la exaltación por cianoacrilato.
Antes de la aplicación de productos debe evaluarse bien si los reactivos usados pueden
interferir con otros análisis que se requieren (por ejemplo, ADN).

Figura 9. Ejemplo de huella dactilar exaltada por el cianoacrilato.

Impresiones de calzado se encuentran frecuentemente en la escena del crimen y pueden


ser tan identificadoras como las huellas digitales.
Las impresiones de calzado visibles y latentes se pueden detectar con luz forense (obli-
cua, coaxial, polarizada) y pueden ser levantadas con silicona, adhesivos o dispositivos de
elevación electrostática, dependiendo de la superficie donde se encuentran.

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348 Manual de Criminalística y Criminología

Figura 10. Ejemplo de impresión de calzado en la sangre.

RECOLECCIÓN DE EVIDENCIAS
La recolección (levantamiento) de evidencias se efectúa después de la observación, fija-
ción e inspección detallada del lugar de los hechos.
El levantamiento de una evidencia se puede hacer solo después de haberla marcado de
forma única (con un número o letra), haberla fotografiado con y sin referencia métrica y
haber escrito notas y realizado croquis. El levantamiento inadecuado de la evidencia puede
producir su destrucción o contaminación, si no se observan las necesarias precauciones.
Ya que las evidencias pueden ser de diferentes tipos y pueden consistir en objetos movi-
bles o amovibles, trazas sobre superficies desmontables o no desmontables, hay proce-
dimientos específicos para la correcta recogida y el manejo de cada tipo de evidencias,
biológicas y no biológicas (TWGCS, 2013).
En particular, el grupo español y portugués de la Sociedad Internacional de Genética Fo-
rense (GHEP, 2000) ha desarrollado recomendaciones para la recogida y envío de mues-
tras biológicas con fines de identificación genética.
Una vez recogidas, las evidencias deben recopilarse de manera adecuada para estar pro-
tegidas contra roturas y evitar contaminación, alteración o cambios, garantizando la inte-
gridad.
Obviamente, la elección del tipo de embalaje depende de la naturaleza de la evidencia
(por ejemplo, bolsas de papel o plástico, sobres, cajas, etc.). Diferentes tipos de evidencia
requieren diferentes contenedores (por ejemplo, porosos, no porosos).
Es necesario usar material desechable para la recolección y, una vez terminada la recogida
de muestras, es importante tirar todo el material utilizado (guantes, mascarillas, papeles,
etc.), en contenedores apropiados, sin dejar nada en el lugar de los hechos.
Cada evidencia debe ser etiquetada de manera inequívoca y embalada individualmente. Es
necesario evitar cualquier contacto entre las mismas evidencias y entre las evidencias y
las muestras de referencia.

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Tema 11: Escena del crimen 349

Por ejemplo, en el caso de evidencias biológicas, las muestras húmedas se deben colocar
en un recipiente impermeable y no poroso. Las bolsas de plástico se pueden usar solo
temporalmente si la evidencia es húmeda, por la posibilidad de crecimiento de hongos o
bacterias que degradan la muestra. Bolsas de plástico transpirables se pueden usar para
evidencias húmedas e hisopos.
Para lograr una buena preservación, de todos modos antes del embalaje es preferible
sacar las evidencias húmedas en un lugar protegido, sobre una superficie limpia.
–– Evidencias secas (cigarrillos, fibras, etc.) pueden almacenarse en sobres de papel
o de plástico.
–– Es importante evitar frotamiento entre la muestra y el contenedor para impedir la
pérdida de material biológico. Para muestras biológicas líquidas se utilizan tubos
o frascos de plástico.
–– Pelos y fibras se pueden empaquetar en varios recipientes como sobres de papel,
viales de plástico o vidrio.
–– Las armas de fuego deben descargarse y ponerse en condiciones de seguridad
en el lugar donde se encuentran. La recolección se hace utilizando cajas de cartón
especiales de diferentes tamaños.
–– Vainas, cartuchos, proyectiles y balas deben ser empaquetadas por separado en
sobres de papel o de plástico. No se deben utilizar pinzas de metal para recogerlos
porque dejan marcas.
–– Restos de incendio que contienen posibles líquidos inflamables se deben sellar en
recipientes de metal para evitar la pérdida de vapores al ambiente exterior.
–– Muestras líquidas inflamables deben recogerse en frascos de vidrio (no plástico)
y sellarse con tapas cubiertas de teflón.
–– Evidencias de vidrio deben empaquetarse cuidadosamente en recipientes de plás-
tico o de papel.
–– Drogas y pastillas se pueden empaquetar en bolsas de papel o recipientes de
plástico.
–– Llaves, monedas y joyas se empaquetan en bolsas de papel o de plástico.
–– Piedras, ramas y hojas se empaquetan en bolsas de papel o de plástico.
–– Billetes, papeles y cartones se empaquetan en bolsas de papel o de plástico.
–– Sobres y sellos se empaquetan en bolsas de papel o de plástico.
–– Suelo se almacena en bolsas de plástico.
–– Insectos se empaquetan en frascos de plástico o de vidrio, herméticos.
–– Ordenadores, teléfonos móviles, notebooks y cámaras digitales se empaquetan
sin realizar alguna operación anterior (es decir, si los equipos están apagados,
deben quedar apagados) en bolsas de papel o de plástico, cajas de cartón.

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350 Manual de Criminalística y Criminología

–– Ratones y cables se almacenan en bolsas de papel o de plástico.


–– CD, DVD y pendrives se almacenan preferiblemente en sobres antiestáticos.
Hay siempre que tener en cuenta que cualquier evidencia puede ser utilizada también para
análisis de huellas dactilares, ADN y, por lo tanto, asegurar que las pruebas no se alteren.
Generalmente para asegurar la correcta preservación se utilizan tres tipos de embalajes:
Primario: es lo que se encuentra en contacto directo con la evidencia.
Secundario: sirve para transportar el embalaje primario.
Terciario: se utiliza para contener simultáneamente varios embalajes de tipo secundario.
Sobre el embalaje debe estar presente una etiqueta con los siguientes datos:
• Identificador del caso.
• Descripción breve de la evidencia.
• Clasificación de la evidencia.
• Fecha, lugar, hora de recolección.
• Nombre de quien recogió la evidencia.
Estas informaciones son importantes porque permiten la correcta identificación de la
evidencia, garantizando la correspondencia entre lo que se indica y lo que está dentro del
paquete.
Cada paquete debe cerrarse de manera tal que cualquier acceso indebido sea detectable.
Esto se puede hacer utilizando bolsas de seguridad, cintas a prueba de manipulación, cin-
ta no movible marcada con la fecha y las iniciales de quien recogió la evidencia, impresión
de un sello.

LIBERACIÓN DEL LUGAR DE LOS HECHOS


Visto que la posibilidad de volver nuevamente a una escena del crimen es poco probable,
antes de salir es necesario revisar todo para comprobar que inadvertidamente no hayan
sido olvidadas evidencias y asegurarse de que todas las notas y mediciones hayan sido
adecuadamente documentadas.
La liberación del lugar de los hechos debe ser dirigida por el responsable del equipo (líder)
y comprende las siguientes fases:
• Realizar una reunión entre los técnicos que han realizado la inspección ocular para
revisar la actividad realizada.
• Rastrear la escena pasando por cada una de las áreas previamente analizadas.
• Comprobar que no hay evidencias u otros elementos de interés no recogidos y
que todas las evidencias estén correctamente empaquetadas para el transporte.
• Controlar que no se olviden instrumentos técnicos.

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Tema 11: Escena del crimen 351

• Llevar el contenedor del material utilizado.


• Realizar fotografías finales de la escena, para documentar su estado final antes de
la liberación, tomando también fotografías de detalle en caso de sellos de casas,
vehículos, etc.

DOCUMENTACIÓN Y REMISIÓN DE LAS EVIDENCIAS


Durante el transporte de las evidencias del sitio de recogida hasta al lugar final de entrega
(por ejemplo, laboratorio forense o al almacén judicial) es importante observar todas las
precauciones necesarias para evitar que la evidencia se pueda alterada en caso de que
no sean transportadas o conservadas de manera apropiada de acuerdo a su propia na-
turaleza. Por ejemplo, las condiciones de transporte y almacenamiento de las evidencias
biológicas deben garantizar protección contra calor, humedad, luz solar para evitar la
degradación de la muestra.
El almacenamiento de las evidencias biológicas puede hacerse entre refrigeradores o con-
geladores con temperatura y humedad controlada, dependiendo si es un almacenamiento
temporal o de largo plazo. Empaquetar apropiadamente la evidencia biológica, trasportarla
y almacenarla en condiciones ambientales adecuadas es fundamental para proteger su
integridad (TWGBEP, 2013).
Si se omite recoger una evidencia crítica o se conserva inadecuadamente, la investigación
está comprometida y no hay análisis de laboratorio de vanguardia que pueda salvarla.
En todas las fases a partir de la recopilación de la evidencia es necesaria una apropiada
documentación que pueda demostrar claramente la situación en que fue recogida una
evidencia y cómo fue la entrega de un oficial a otro o al laboratorio forense.
Cada documento debe presentar la firma de quien ha manejado la evidencia y también
fecha, lugar y hora.
En el almacén judicial y en el laboratorio forense las evidencias deben estar apropiada-
mente almacenadas en áreas designadas, cerradas con acceso limitado solo al personal
autorizado y de manera tal que no se puedan dañar, contaminar, confundir una con la otra.
Las pruebas no se pueden almacenar en áreas no autorizadas. Es necesario documentar
las condiciones de almacenaje de las muestras antes del envío al laboratorio y dentro del
laboratorio.
Es necesario mantener inventarios de las evidencias con información sobre la clasifica-
ción, el lugar de ubicación, la identidad de la persona que la almacenó, fecha y hora de
almacenamiento, identidad de las personas que la hayan revisado o tenido en custodia
durante el almacenamiento, fecha y hora.
La cadena de custodia, por lo tanto, es el conjunto de toda la documentación que acompa-
ña las evidencias. Sirve para demostrar la integridad y la identidad de la evidencia, garanti-
zando el manejo correcto de la fuente de prueba en todas las etapas, desde la escena del

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352 Manual de Criminalística y Criminología

crimen hasta el laboratorio. De este modo, permite demostrar que la evidencia analizada
es la misma que se halló en el lugar de los hechos: esto asegura la validez de la prueba
ante el Tribunal. Una ruptura en la cadena de custodia puede resultar en una evidencia
crítica no útil en el juicio.
Pero aunque pueda estar establecida una férrea cadena de custodia, las evidencias pue-
den haber sido alteradas previamente o accidentalmente en la escena o el laboratorio. Eso
significa que la sola cadena de custodia no puede ser el único fundamento en el que basar
conclusiones fiables.
La fiabilidad de los resultados debe estar garantizada por un riguroso programa de ges-
tión de la calidad que se refiera no solo a la fase documental necesaria para el manteni-
miento de la cadena de custodia, sino también y, sobre todo, a los métodos científicos
de ejecución de las pruebas.
En los últimos años se han desarrollado muchos sistemas automatizados (por ejemplo,
LIMS) para la gestión de pruebas que claramente son más eficientes que los métodos ma-
nuales para el procesamiento de un gran volumen de evidencias. Estos softwares también
pueden enviar alertas cuando se transfieren evidencias altamente sensibles. Además, para
la identificación de casos y evidencias se ha introducido el uso de un código de barras que
permite aumentar la eficiencia del seguimiento de las evidencias.

Revisar el sistema de protección de la escena.


Asegurar una vía de acceso a la escena.
Evaluar lo que la policía o el personal de socorro han hecho.
Realizar una evaluación inicial de la escena.
Documentar la escena y las evidencias a través de vídeos, fotografías, no-
tas, planimetrías, usando referencias métricas, letras o números.
Examen de la escena Preservar la integridad de las evidencias y en particular las referentes a la
víctima para permitir la remoción del cuerpo.
Buscar, identificar, coleccionar, empaquetar apropiadamente todos los ti-
pos de evidencias.
Garantizar la integridad de las evidencias durante el trasporte.
Proporcionar la documentación apropiada pertinente a todas las activida-
des realizadas para asegurar la cadena de custodia.

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Tema 11: Escena del crimen 353

Fotografiar a la víctima para mostrar su estado, ubicación, condiciones le-


siones, usando referencias métricas y otros indicadores según necesidad.
Asistir en la recogida, embalaje y almacenamiento de la muestras de la
víctima.
Tomar las huellas dactilares de la víctima.
Examen de la víctima
Apoyar las actividades de otros especialistas (por ejemplo, médico forense,
odontólogo).
Asegúrese de que armas y municiones sean recogidas, empaquetadas,
transportadas adecuadamente y, si es necesario, puedan ser evaluadas por
el médico forense sin riesgo de contaminación.

Figura 11. Resumen de las tareas del examinador de la escena (ENFSI, 2012).

ERRORES COMUNES
El fin de la investigación en la escena del crimen es descubrir las evidencias físicas útiles
para poder reconstruir cómo ha ocurrido un crimen. Por lo tanto, representa la fase más
crítica que puede comprometer toda la investigación subsecuente. Es una actividad irre-
petible que debe ser realizada de manera sistemática por personal técnico, que no debe
estar condicionado por interpretaciones personales. De este modo, son indispensables:
paciencia, atención, precisión y experiencia.
Los errores más comunes durante la investigación de la escena del crimen consisten en:
• Distorsión de las imágenes debido a errores durante la fotografía o vídeo.
• Dificultad en ubicar la posición de la víctima o de las evidencias por falta de imá-
genes generales y referencias (norte/sur).
• Ausencia de referencias métricas y/o identificativas de las evidencias.
• Dificultad en entender si las evidencias fueron fotografiadas antes o después de la
manipulación de la escena.
• Imprecisiones durante la recogida, embalaje, transporte y almacenamiento de las
evidencias (por ejemplo, si la evidencia no se toma adecuadamente puede no ser
suficiente para el análisis; si no está correctamente empaquetada puede contami-
narse; si no se trasporta y almacena correctamente, puede alterarse o degradar-
se).
• Documentación incompleta, por lo que la cadena de custodia está alterada y una
evidencia puede ser impugnada y no utilizada en el juicio.
Por lo tanto, el eslabón más débil en el proceso forense desde la escena del crimen hasta
el juicio es la fase de investigación de la escena del crimen.

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12
ESCENA DEL CRIMEN
SUBACUÁTICA
Mack S. House Jr.
Crime Scene Investigator, instructor
Diver Technologist ~ International
Estados Unidos

CONSIDERACIONES PSICOLÓGICAS
Aunque pueda generar cierta controversia hablar de los posibles problemas psicológicos a
los que se exponen los investigadores cuando atienden una escena del crimen, en mi opi-
nión, la información aquí expuesta debería ayudar a evitarlo. Especialmente dirigido a los
equipos de Crime Scene Investigation (CSI) y Crime Scene Investigation Diver Technology
(CSIDT) en su entendimiento sobre que es el PTSD (Trastorno de Estrés Post Traumático)
y el Crítico Estrés en Interrogatorios.
Los problemas psicológicos asociados con el trabajo que desarrollan los investigadores
del CSI no es algo nuevo. Estos problemas a menudo han estado relacionados con vete-
ranos de guerra, y los mismos han sido estudiados durante años.
Cuando se analizan las diferencias entre los equipos del CSI y del CSIDT, según el grado
de exposición en una escena del crimen, es evidente que existen diferencias considera-
bles entre ambos. Por ejemplo, el equipo del CSI observa a la víctima desde la distancia,
y puede ver el cuerpo de forma continua o intermitente, mientras que el CSIDT puede no
observar a la víctima hasta tener cierta proximidad a ella, esto puede deberse a que se
expone a un entorno con poca o ninguna visibilidad. A nivel psicológico existe una gran
diferencia entre ver a una víctima que está flotando en una superficie, y verla por primera
vez a pocos metros de distancia sobre un oscuro río o lago.
Considerando las principales diferencias entre las actividades terrestres (land-based) que
realizan los del CSI, y las acuáticas que realizan los del CSIDT, se debe tener en cuenta
que cuando se realizan las actividades terrestres, el CSI no pierde en ningún momento
sus sentidos básicos (gusto, visión, olfato, oído, tacto); caso contrario sucede con el

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356 Manual de Criminalística y Criminología

investigador subacuático (buzo). El buzo está expuesto a un medio totalmente diferente


al terrestre, pues se encuentra en un entorno en el que se limitan todos los sentidos en
diferentes grados. La visión, en mayor parte, se encuentra entre ausente o parcialmente
presente, mientras que el gusto y el olfato están ausentes en su totalidad. Cuando el buzo
está sumergido, está bajo la “pérdida de entrada” sensorial, y es más propenso a ataques
de pánico o a una “imaginación sobre activa”.
Es importante comprender los efectos psicológicos a largo plazo de los investigadores del
CSI y CSIDT, y para eso hay que entender la diferencia entre el CSI y el CSIDT.
El investigador de la escena del crimen CSI o “agente de tierra”, casi siempre se encuentra
acompañado, y esto representa un descanso tanto para su línea de pensamiento como
para el proceso de documentación. Las bromas, agitar las manos de vez en cuando y la
charla cotidiana, por así decirlo, son distracciones que en cierto modo se pueden analizar
como positivos para el trabajo diario.
El CSIDT, por otro lado, está en un entorno que ofrece poca o ninguna distracción y él o
ella debe documentar, de forma muy detallada a la víctima. La única comunicación que la
CSIDT tiene es con su comunicador y sus otros compañeros buzos. El único sonido que
escuchan es su respiración y sus burbujas de escape. La visibilidad es a menudo muy
limitada, y el entorno en que se encuentran frío e indiferente. En estas condiciones deben
buscar, localizar, evaluar, fotografiar y comenzar su documentación. Ellos deben evitar
colisionar con la víctima (drifting), lo que sucede con demasiada frecuencia, y al mismo
tiempo tratar de evitar los fluidos corporales que rodean a la víctima.
Al CSIDT no se le brinda la oportunidad de observar a la víctima desde una distancia
previa a su documentación. Muy a menudo, la víctima puede no estar a la vista hasta que
el CSIDT se encuentra a 5 metros de la víctima, con suerte. El CSIDT está inmerso en un
mundo con situaciones diferentes a afrontar y con la única circunstancia predecible que
se encuentra es impredecible.
En consecuencia, se deriva la siguiente pregunta, ¿cuál es la mejor manera de abordar los
efectos obvios que acarrea ser un CSI o un CSIDT?
Hay tantas opiniones como libros sobre este tema. Defender unas soluciones sobre otras
sería injusto para el lector. La psicología no es una ciencia exacta, y de esta investigación
no nace una respuesta única ni mucho menos simple.
Entonces, ¿qué es exactamente el llamado “Informe crítico de estrés por incidentes” (Cri-
tical Incident Stress Debriefing)?
En primer lugar, un incidente crítico podría ser cuando un oficial dispara a un sospechoso
en defensa propia. A pesar de lo simplista que este incidente pueda sonar, el cual no lo
es, se debe considerar el efecto psicológico que puede tener en el oficial. Casi cualquier
evento que tenga una consecuencia angustiosa o profunda en el bienestar físico o psi-
cológico modifica, en cierto grado, su estado emocional. A veces las emociones fuertes

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Tema 12: Escena del crimen subacuática 357

están unidas a un evento que inhibirá o retrasará, su capacidad de funcionar con normal
capacidad en el momento del evento, esto depende del individuo.
Desde un punto de vista clínico, ciertos eventos traumáticos y el impacto que estos pue-
den tener sobre el individuo son razonablemente predecibles. La exposición a un evento
crítico, a largo o corto plazo, tiene a menudo un impacto considerable en la habilidad de
funcionar con normalidad. Los primeros casos documentados de estrés traumático son
datados en el personal militar que se ha visto envuelto en combate. En ese momento, el
término era normalmente usado para describir los efectos psicológicos, y hacían referen-
cia a “situaciones disturbadoras transitorias”.
El término reacciones ante crisis a corto plazo se utilizó para identificar individuos o gru-
pos que han estado expuestos a eventos tales como violencia doméstica, maltrato infantil,
víctimas de violación (hombres y mujeres), violencia laboral, inundaciones e incendios
industriales.
Como resultado, el término debriefing (interrogatorio) se refiere a una técnica específica
diseñada para ayudar a las personas a tratar los síntomas tanto psicológicos como físicos
asociados con una exposición a un evento o situación crítica. Además, ayuda al individuo
a reconocer la forma óptima para administrar sus frustraciones, pensamientos y emocio-
nes. En otras palabras, ayuda al individuo en el modo en el que procesan dicho evento y el
reflejo o impacto que tiene o está teniendo en él. Las crisis a corto plazo también pueden
hacer referencia a una catástrofe emocional, que incluye negación, rabia, confusión, hu-
millación, culpa e ideas homicidas/suicidas.

Figura 1. Ejemplo de interrogatorio.

Los individuos pueden formar grupos muy variados, según sus personalidades, experien-
cias y predisposición psicológica. Si se colocan 100 huellas dactilares en una pizarra, se
puede observar que todas parecen iguales, sin embargo todas tendrán diferencias entre sí.

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358 Manual de Criminalística y Criminología

Si por alguna razón se piensa asistir a un grupo de apoyo para tratar el trastorno de estrés
postraumático, incidentes de estrés críticos o trastornos similares, se recomienda seguir
los siguientes consejos:
• Comprender los objetivos del programa. Esto podría incluir algo similar a un pro-
grama de 12 pasos.
• Acudir a un programa de asistencia para empleados o encontrar un especialista en
ese “trastorno”, que se adapte a su personalidad y necesidades.
• Ajustarse al programa y a los consejos del especialista.
• No comprometerse a los llamados “trece pasos”. Este término es usado en otras
organizaciones que tienen como objetivo dar a la persona herramientas para ser
políticamente correcto y de forma muy sutil. Es bastante frecuente en muchos
programas, y esas personas solo complicarán su vida.
Marco Aurelio lo dijo perfectamente cuando escribió: “Evitando mirar lo que hay en la
mente de otro hombre, uno rara vez puede ser infeliz, pero aquellos que evitan mirar en
su propia mente serán necesariamente infelices”.
Desde este punto de vista se analizarán algunas de las últimas investigaciones en relación
al PTSD y el Critical Incident Stress Debriefing. El PTSD (Trastorno de Estrés Postraumá-
tico), así como el Critical Incident Stress (estrés por incidente crítico), es un trastorno
que puede ser asociado con cualquier experiencia vital abrumadora, ya que muchos de
los eventos que encontramos son aquellos que se perciben como impredecibles y que se
escapan de nuestro control. Esto incluye a los testigos de un evento en el que no están
involucrados de forma directa, así como espectadores y familiares de los implicados. En
cada estudio analizado, los grupos que siempre están incluidos en los datos estadísticos
son Law Enforcement y EMS, los cuales incluyen al CSI y al personal de apoyo.
Se deben analizar todos los aspectos necesarios, pues todos suman. Cuando se habla de
aspectos necesarios, se habla de analizar la apariencia, la condición de la mayoría de las
víctimas, la necesidad de pruebas y documentación, el tiempo dedicado a fotografiar y los
detalles con los cuales la documentación debe ser hecha.
Con demasiada frecuencia, el resultado final es que se considere que la/el investigador se
ha vuelto complaciente o frío en su trabajo. ¿Es esta una observación realista de compa-
ñeros o supervisores? En la mayoría de los casos, esto no es cierto, es más bien un signo
de que la persona puede estar, lo que comúnmente llaman “quemado”. ¿Por qué no se re-
fiere a esta condición como estresado? “Estresado” es un término ambiguo y no identifica
el problema real, que a menudo está oculto. En otras palabras, es más un término argot
que generalmente se utiliza cuando el problema real es desconocido. Tener un “mal día”
es también un término generalmente usado en lugar de estresado, dependiendo de las
circunstancias. Normalmente, se necesita un tiempo de recuperación relativamente corto
para aliviar este problema. Los temas que provocan el estrés son transitorios y tienen muy
poco impacto en cualquier individuo.

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Tema 12: Escena del crimen subacuática 359

Estar “quemado” (burnt out) es considerado, por la mayoría de los psicólogos, como algo
totalmente diferente a estresado. El hecho de que las personas utilicen ambos términos
para describir el “día” de un individuo no aclara las diferencias entre los dos.
Estos términos se usan más metafóricamente que de manera descriptiva. La mejor ma-
nera de definir “quemado” es considerar la acumulación de angustia emocional que se
impone a cualquier persona involucrada en este campo. El psicólogo a menudo se referirá
a la acumulación de este tipo de estrés como “trastorno de estrés postraumático o PTSD”.
Este trastorno también se puede definir como la pérdida de la perspectiva hasta el punto
de volverse negativo y retraído.
La exposición, en este nivel, a algunos de los crímenes más atroces al alcance de la
imaginación de cualquiera es, en sí misma, perjudicial psicológicamente. Las escenas
grotescas en las que un investigador debe trabajar de manera diaria son condiciones de
trabajo “normales”, no existe alguna manera de preparar a la víctima para bajar un poco el
impacto que muchas veces genera el observarla.
El investigador está constantemente observando, documentando, fotografiando, tocando
y moviendo las víctimas y/o sus partes del cuerpo, y más aún debe involucrarse en el
proceso de documentación, todo lo que observa alrededor de la víctima, los sonidos que
se generan en ese momento, los olores que puede llegar a percibir y que tendrá que so-
portar repetidamente.
¿Es de extrañar entonces que la familia CSI y CSIDT son quizás los más afectados por la
naturaleza del trabajo? No, pues con demasiada frecuencia, terminan siendo la última en
la lista de prioridades en lugar de ser la primera. La acumulación de escenas del crimen
se vuelve abrumadora y el esfuerzo por “bloquear” o por olvidarse de aquello a lo que han
sido sometidos tiene un coste considerable. Debido a que hay muchos problemas con los
que lidiar, es decir, las familias de la víctima, la separación entre su familia y la familia de
la víctima, todo se vuelve tan pequeño que a menudo se “fusionan”. Cualquier individuo
que se considere “pesimista”, como dicen, puede, y con frecuencia lo hace, ser víctima
de una “infección insidiosa”.
Los sentimientos desesperados y la frustración que a menudo se asocian con este tipo de
estado mental depresivo son casi predecibles. Si bien es cierto que los diferentes indivi-
duos lidian con las circunstancias de manera diferente, el patrón psicológico en esta línea
de trabajo tiene su propia forma, imparcial y única.
El individuo que tiene que ir a la guerra verá, de primera mano, el grado de devastación
y desprecio por la vida humana más allá de la comprensión. La mayoría de las veces, el
individuo no tiene idea de que exista tanto horror en el mundo aparte de lo que ve en la
televisión o en las películas. Para aquellos involucrados en el campo de la ciencia forense,
lo que ven es parte de una realidad que no forma parte de un programa de televisión o una
película con coreografía, por lo que es muy normal que llegue a un alto grado de devas-
tación, pero durante un período de tiempo más largo. Para los que trabajan en el campo

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360 Manual de Criminalística y Criminología

forense, cada día de trabajo trae diferentes circunstancias, diferentes eventos y diferentes
culturas con las que lidiar, diferentes entornos, diferentes actitudes, etc.
Una vez más, se puede sugerir que el equipo considere hospice el hecho de recibir comen-
tarios y sugerencias. Hospice es la mejor fuente que he encontrado, que puede proporcio-
nar una solución realista y, sin duda, una respuesta positiva con respecto a este problema.
Hay tres tipos principales o clasificaciones de trastorno de estrés postraumático (PTSD). y
la lista que aquí se proporciona no implica que estas clasificaciones aparezcan u ocurran
en ningún orden en particular. También se debe tener en cuenta que estos son ejemplos
y no incluyen respuestas individuales a PTSD porque decir que cualquier respuesta parti-
cular es “típica” o “común” no es cierto.

Evitación
• Sentirse emocionalmente “desapegado” o complaciente con los demás.
• Evitar circunstancias y sentimientos o actividades que puedan recordar determi-
nadas circunstancias o acontecimientos.
• Incapacidad para olvidar o dejar de lado eventos particulares que han ocurrido.
• La reclusión y la pérdida de interés en actividades que alguna vez disfrutó hasta
cierto punto, la vida en general como “solía ser”.
• Una abrumadora sensación de pérdida con respecto al futuro.
• Incapacidad para mantener su trabajo o realizarlo de forma “normal”.

Re-experiencia
• Recuerdos de un determinado evento, aunque sean vagos o específicos.
• Respuestas físicas que dan miedo, porque no son familiares, incluso para recor-
datorios sutiles de un evento (por ejemplo, sensación de sofocación, corazón
palpitante, mareo, náusea o diarrea, tensión muscular y a veces una sensación de
ardor en piernas o brazos, sintiendo frío o comenzar a sudar sin ninguna razón
aparente).
• Pesadillas (despertarse con un “sonido” o “sentimiento” particular de sentir algo
al lado).

Sentimientos intensos debido a sentimientos inciertos


• Ansiedad.
• Sentimiento de lucha o tensión o como algunos lo llaman, siempre en “alerta roja”.
• Incapacidad para reducir la velocidad de los pensamientos, lo que conduce a difi-
cultades para conciliar el sueño.
• Dificultad en la habilidad para concentrarse.

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Tema 12: Escena del crimen subacuática 361

• Agitación e irritabilidad que pueden conducir a arrebatos de ira u hostilidad.


• Estar siempre al límite y con sentimientos encontrados y fácilmente asustado.
Algunos de los síntomas o quejas más comunes que se encuentran en el paciente con
trastorno de estrés postraumático incluyen:
• Dolores de cabeza, problemas estomacales que pueden llevar a GERD (Gastro
trastorno de Reflujo Esofágico), dolor torácico inespecífico.
• Hipocondría o sentimientos de que algo está mal físicamente sin una razón bien
fundada.
• Dramatizando ciertas situaciones a un nivel poco realista.
• Exagerar eventos o inventar datos.
• Ataques de pánico.
• Casi siempre de mal genio e irritable.
• Avergonzarse o culparse a uno mismo por el resultado de ciertos eventos o cir-
cunstancias.
• Abuso de alcohol y drogas.
• Diferentes niveles o grados de depresión y sentimientos implacables de desespe-
ración.
• Pensamientos suicidas y/o sentimientos que pueden, o no, infundir miedo en lugar
de consideración o intención de seguir adelante con estos pensamientos o senti-
mientos.
• Sentimientos de estar solo o que a nadie le importa.
• Sentimientos de ser traicionado y desconfiado con los demás.
En “condiciones normales”, un evento traumático o una serie de eventos que llevan a
una persona al trastorno de estrés postraumático son aquellos que ocurren solo una vez,
como en los incidentes del 11-S o presenciar un homicidio.
Ambos pueden considerarse abrumadores y, dependiendo de los individuos, pueden
llegar a ser aterradores. La única diferencia es cómo las personas le “hacen frente al
trauma”, pues hay personas que se sumergen de tal forma en lo ocurrido que continúan
como “repitiendo” lo ocurrido y hay personas, sin embargo, a las que no les afecta. Con
demasiada frecuencia la gente puede llegar a obsesionarse con un suceso dado e incluso
puede llegar a permitir que el mismo controle su vida. Antes de llegar a este punto, lo
mejor es armarse psicológicamente con el mayor conocimiento y comprensión posible
para prevenir o al menos entender y estar atento cuando algo así suceda.
Ser consciente de lo que puede suceder si ciertas cosas se tratan es un paso positivo en
la dirección correcta y algo de lo cual nunca se lamentará.
Sería incorrecto decir o dar a entender que existe una “combinación” o receta específica
para evitar que el PTSD o las perturbaciones amables, sucedan. Como en casi cualquier

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362 Manual de Criminalística y Criminología

tipo de terapia, su elección debe ser un terapeuta que se ajuste a usted y a su perso-
nalidad, alguien especializado en PTSD y que entienda que usted es una persona con
necesidades específicas.
Es importante que comprendas que es normal tratar de suprimir sus recuerdos, sin em-
bargo, justo cuando crees que tienes todo bajo control (una ilusión), el ataque de pánico,
la depresión o cualquiera de los síntomas reaparecerán de nuevo.
La parte del PTSD que no será evidente de inmediato es el daño que causa a amigos y
familiares y la capacidad para concentrarse en el trabajo.
Hagas lo que hagas, no seas la típica persona que cree tener todo bajo control y no nece-
sita ayuda. Si alguna vez te siente mal, es evidente que necesitas ayuda y esta debe llegar
más pronto que tarde. Cuando alguien te dice que el PTSD, la ansiedad, la depresión, etc.
no es un signo de debilidad, te están diciendo la verdad porque ciertamente no lo es.
Existe un método que ayuda a disminuir los sentimientos abrumadores asociados con
PTSD, cuando se habla del trabajo de los investigadores en una escena del crimen, sea
esta en la tierra o bajo el agua. Este método se caracteriza porque es un proceso de paso
a paso. Como investigador, cuando se comienza a trabajar en casos por primera vez, se
cuenta con un FTO (oficial de entrenamiento de campo) y es justo esa persona quien lo
guía en todo el proceso de investigación. Bueno, cuando se trata de PTSD, se debe seguir
el mismo proceso; tu terapeuta o médico es tu FTO, el cual te guiará en todo el proceso,
te dará la orientación, el apoyo y una luz al final del túnel.

Considere tres buenas razones para buscar ayuda y asesoramiento de un médico o


terapeuta
¿Quién no ha escuchado en radio o televisión, el impacto que el estrés tiene en el corazón
y el cuerpo en general?
El ejercicio, una buena dieta y un mejor estilo de vida disminuirán el riesgo de enferme-
dad cardíaca. Se han realizado estudios que han demostrado una relación directa entre
PTSD y problemas del corazón. Cualquier persona que experimente estos síntomas, sin
duda debe entender por qué hay un vínculo entre los dos. Investigando un poco sobre la
depresión y su relación con el sistema inmunológico, se puede comprender que el PTSD,
no es un simple efecto secundario de la descripción de su trabajo; de hecho, no hay nada
de simple sobre PTSD.

Tratamiento temprano
En cuanto sospeche que puede tener un problema de PTSD, debe buscar ayuda. De
hecho, si un compañero de trabajo cree que se está estresando, sea lo suficientemente
inteligente como para consultar al menos a su médico o terapeuta. Lo único que puede
ser peor que estar estresado hoy, es volver a estresarse mañana. El tratamiento de cada
persona es diferente y cada tratamiento requiere el tratamiento cuidadoso y metódico de
estas necesidades únicas por parte de una persona cualificada, alguien que verdadera-

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Tema 12: Escena del crimen subacuática 363

mente entienda y muestre comprensión. Hay terapeutas excelentes que están muy bien
cualificados para ayudar a quien está en estas condiciones.

VIDA FAMILIAR
Existe, sin duda, un gran impacto que el PTSD ocasiona en la familia y amigos. ¿Alguna
vez has estado cerca de alguien que la mayoría de las veces se encuentra deprimido?
¿Consideras que estar con esa persona deprimida es divertido? ¿Cuánto tiempo estuviste
cerca de una persona deprimida? En algunos casos se puede ser condescendiente con
esas personas, pero si es un familiar la cosa es diferente, y esto sí conlleva un gran im-
pacto en la familia en general.
Pensar que se puede “ocultar” el PTSD y que los problemas son una ilusión que compar-
tes solo contigo mismo es falso. El autoengaño es parte del PTSD y esto se puede cambiar
si se busca la ayuda adecuada y sigue el programa correcto. El terapeuta es un maestro y
una vez que se establece una relación de trabajo con él o ella, las cosas cambian sin que
la persona afectada se dé cuenta y se puede decir que realmente funciona.
“La exposición constante a los peligros generará desprecio por ellos”, (Séneca)
Los meses de verano son conocidos por las actividades recreativas acuáticas, que
desafortunadamente incluyen el abuso del alcohol y las drogas. En los últimos seis o siete
años, los niveles de alcohol en las víctimas ahogadas han disminuido, sin embargo, no
se requieren muchos informes de serología para encontrar que la razón de esas muertes
se debe a la mezcla de drogas con alcohol. Por supuesto, no es un secreto que las
benzodiazepinas y otras medicinas para el dolor están aumentando a medida que aumenta
su tasa de adicción. Por estas razones parece que la carga de trabajo para el CSIDT será
más pesada que los años anteriores.
Hoy día, es común escuchar a los del CSIDT decir la siguiente frase: “Hace unos años,
las cosas no eran tan complicadas como lo son ahora”. Esto se debe a que hoy en día se
dan más ahogamientos accidentales, suicidios y algún homicidio, en donde el cuerpo de
la víctima se arroja a un río o lago para deshacerse de él, algo así como en las películas
donde la víctima tiene un bloque de cemento atado a sus pies. A raíz de las nuevas escenas
del crimen, la vieja y buena policía se ha vuelto más inteligente y ha encontrado diferentes
formas para identificar a la víctima. Sin embargo, como respuesta a esto, los delincuentes
han desarrollado nuevas maneras para deshacerse de un cuerpo, pues cortan la cabeza, las
manos y los pies, y los tiran en un lago o río. Pero aunque el delincuente quiera borrar su
obra, siempre surge algo y casi siempre hay alguna evidencia física que se encuentra en el
proceso de investigación; depende del ingenio y la metodología del investigador, encontrar
dicha evidencia. Lo que nunca debe hacer un investigador es asumir o dar nada por sentado.
Los estándares profesionales que son evidentes en el CSIDT y CSI están establecidos por
la razón y el principio para buscar la verdad y entender que en realidad es solo la persis-
tencia en el autoengaño, la arrogancia y la ignorancia lo que hace daño.

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364 Manual de Criminalística y Criminología

Hoy en día los investigadores se enfrentan a una nueva lista de peligros biológicos y vícti-
mas para identificar y una amplia variedad de “pruebas” con las que trabajar.
El punto que se trata de señalar aquí es que hay quienes luchan por el homicidio perfecto,
lo que significa que el CSIDT debe concentrarse en mejorar cada una de sus habilidades.
La experiencia, el ingenio, la adaptabilidad, la improvisación y la imaginación son algunas
de las herramientas que un investigador utiliza en cada escena del crimen.

PROCEDIMIENTOS CSI VS. CSIDT


Al proporcionar algunos ejemplos básicos de las diferencias entre estas dos formas de
trabajar, quizás sea más fácil comprender no solo la importancia de cada una, sino tam-
bién su naturaleza única. La mayoría de las veces, el proceso de investigación que involu-
cra a la víctima sumergida requerirá la experiencia de ambos, CSI y CSIDT. Las siguientes
son algunas de las diferencias básicas en los procedimientos.

DOCUMENTACIÓN FOTOGRÁFICA
El CSI utiliza cámaras digitales y de vídeo para documentar la escena del crimen mediante
un formato estandarizado o un procedimiento. El CSI tiene la obligación de fotografiar a
una víctima que muestre las condiciones circundantes, la ubicación y el estado real de la
víctima. Los requisitos habituales son los siguientes:

CSI CSIDT
El objetivo es el mismo, sin embargo, el CSIDT está expuesto a ambientes
El número de fotografías
más complejos, lo que dificulta la toma de fotografías. Por lo general, los
debe estar de acuerdo con
ambientes típicos presentan una visibilidad limitada y poca luz. Además,
la descripción y cada una
al encontrarse la víctima en un medio líquido no está parada, hay cierto
de ellas debe aportar una
movimiento, por lo que dificulta más la toma de fotografías, aspecto que no
explicación minuciosa.
sucede con la víctima terrestre.
Cada fotografía debe ilus-
trar la importancia de su
descripción y proporcionar El CSIDT debe tomar más fotografías, y es, hasta cierto punto, más específi-
buenos ejemplos de un co en las ilustraciones debido al medio ambiente al que se expone.
proceso metódico y/o pro-
cedimiento específico.
La fotografía o ilustración
debe presentarse de tal
manera que permita una Es muy difícil tomar fotografías bajo el agua que puedan llegar a compararse
interpretación clara inde- con las fotografías tomadas en tierra.
pendientemente de su des-
cripción.

Figura 2. Objetivos y problemas en la documentación fotográfica.

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Tema 12: Escena del crimen subacuática 365

Interpretar estas fotografías es una tarea complicada que en ocasiones precisa de arduas
explicaciones por parte de los investigadores. Estas dificultades no suponen una nulidad
de las imágenes por parte del Tribunal, ya que son conscientes.

FOTOGRAFÍA DIGITAL
El objetivo principal de fotografiar la escena del crimen es proporcionar un registro docu-
mentado de la misma. La escena siempre debe estar documentada en su estado original.
El mejor enfoque es realizar fotografías desde al menos tres ángulos generales.
Otro ejemplo de las diferencias entre el proceso de investigación es que el CSI puede re-
velar huellas dactilares de la víctima antes de que sea transportada a la morgue. El CSIDT
no realiza este procedimiento debido al entorno. En cambio, el CSIDT embala las manos
para preservar cualquier evidencia que pueda estar presente para que el CSI pueda reali-
zar sus investigaciones. En los casos en los que la víctima está sumergida y hay evidencia,
que casi siempre existe, el CSI y CSIDT trabajan en equipo.
En esta experiencia, surge la necesidad de entrelazar los aspectos básicos de cada campo
para que se pueda llevar a cabo una investigación exhaustiva de la escena del crimen en
el entorno submarino de una manera más completa y profesional. En este sentido, no se
puede trabajar con el método de prueba y error, sino que hay que establecer un modo
ordenado y sistematizado de colaboración. Al establecer algunos protocolos o directrices
básicos para proporcionar al buzo las herramientas necesarias para realizar investiga-
ciones bajo el agua de manera segura, tiene que haber algunas reglas básicas. En mi
opinión, OSHA, US CoastGuard, EPA y NOAA serían las organizaciones para estudiar y
establecer un buen conjunto de directrices para la comunidad de buceo. La Asociación de
Contratistas de Buceo proporciona información sobre las prácticas de buceo seguro y las
operaciones de buceo seguro, que es uno de los puntos más importantes.
Además de establecer prácticas de buceo seguras, es necesario que el buzo comprenda
la anatomía humana y los cambios biológicos y químicos que tienen lugar en la víctima
fallecida que se encuentra sumergida en el ambiente acuático. Aprender y comprender
estos cambios es imprescindible en la capacidad del buzo para declarar en un tribunal de
justicia. El buzo debe tener tanta confianza en su capacidad para llevar a cabo una investi-
gación profesional de la escena del crimen en el entorno submarino como su contraparte,
el investigador CSI. Además, hay que recordar que los equipos del CSI y CSIDT presentan
diferencias en sus entornos, por lo que requieren protocolos diferentes.
Aunque el CSI y el CSIDT tienen los mismos objetivos, los retos y dificultades laborales no
son equivalentes. En el caso del CSIDT se precisa un mayor control de la información y un
entendimiento de la situación más completa. Esto supone un problema en la comunidad
legal que llega a dudar en ciertas ocasiones de la veracidad o el rigor laboral del CSIDT.

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366 Manual de Criminalística y Criminología

Se espera que al menos el sistema judicial actual llegue a confiar en la capacidad del
equipo CSIDT y se pueda minimizar la mala información que llega a los jurados, que solo
provoca confusión.

CSI CSIDT
El plano general muestra la mayor parte de la es- El proceso de documentación de CSIDT no incluye
cena, según la disponibilidad de iluminación y, por la misma secuencia de fotografías que el de CSI.
supuesto, las circunstancias existentes. Hay un “punto de partida” diferente para el equi-
po CSIDT. Normalmente, el CSI comienza su pro-
ceso de documentación fotografiando el frente de
la residencia, mientras que el CSIDT comienza su
documentación en el borde del agua o al final de
un muelle.
En algunos casos, como en una cantera de roca,
la fuente de luz utilizada será insuficiente debido
a la “negrura” del agua. Algunas canteras de roca,
dependiendo de la profundidad, parecen absorber
la luz hasta el punto de provocar una iluminación
mínima.
Un disparo de plano medio (aproximado), que no Un disparo del plano medio es un evento raro para
puede excluir elementos, se muestra en la fotogra- el CSIDT. La visibilidad, la iluminación y las partí-
fía de resumen. culas existentes, etc. generan problemas para la
toma de fotografías. Los elementos o evidencias
“a simple vista” son aún más raros, a menos que
el elemento o evidencia sea una cuerda, ladrillo o
elemento similar que pueda estar bien iluminado.
Una fotografía de primer plano de cada elemento Este tipo de fotografía estará limitado por las condi-
(a simple vista) que se muestra en las fotografías ciones del fondo, es decir, vida vegetal, formaciones
anteriores. rocosas, sedimentos, escombros, visibilidad, etc.
Una vez que el elemento se identifica y se coloca
a “simple vista”, se vuelve a fotografiar y se hace
una anotación sobre las circunstancias en las que
se encontró originalmente.

Figura 3. Diferencias entre CSI Y CSIDT.

PREOCUPACIONES DE SEGURIDAD Y ENTRENAMIENTO ASOCIADAS CON CSIDT


SEGURIDAD DE LOS BUCEADORES
Los problemas relacionados con la seguridad de los buceadores son evidentes cuando
se revisan los equipos usados en la recuperación de un cuerpo. El consenso general con
respecto a estos equipos revela lo siguiente:

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Tema 12: Escena del crimen subacuática 367

Con muy pocas excepciones, la capacitación que reciben la mayoría de los buzos que
participan en la recuperación de un cuerpo es principalmente la capacitación de buzos
recreativos.
El equipo utilizado por los buzos de recuperación del cuerpo es un equipo de buceo re-
creativo estándar de propiedad personal.
Estos equipos no tienen un estándar de consenso general para operaciones o prácticas de
buceo seguro. No se han establecido los requisitos relacionados con el equipo, las pautas
de capacitación, los planes de estudio o la junta de seguridad:
• No se han establecido requisitos nacionales de formación.
• Los protocolos relativos a estas operaciones de equipo no existen.
• OSHA. Las pautas de seguridad no existen o no se siguen.
• Los protocolos y entrenamientos de buceo de riesgo biológico no existen.
• No se requieren estudios de anatomía y fisiología humana.
• Las leyes del gas ideal (ecuaciones de gas universales) no son parte de la forma-
ción requerida.
• Estos equipos utilizan principalmente “reguladores de segunda etapa” de bucea-
dores recreativos estándar.
• Estos equipos están habitualmente expuestos a contaminantes desconocidos de-
bido a la falta de capacitación.
• Los protocolos de descontaminación son inexistentes.
• Ninguno de estos equipos ha tenido formación CSI.
• Las prácticas de navegación segura (Chapman´s Piloting) no existen.
• Los buques de apoyo de superficie no tienen o no están aprobados/certificados
por la Guardia Costera.
• No se requiere personal médico de emergencia (certificado) a bordo de los bu-
ques de apoyo de superficie.
• La radio u otros dispositivos de comunicación no son necesarios para la comuni-
cación instantánea con el hospital u otro personal de emergencia.
• No se requieren buzos de reserva.
• No se requieren líneas de seguridad (tethering).
• No se requieren sistemas alternativos de seguridad de fuente de aire.
• No se requieren dispositivos de doble horario.
• No se requiere información.
• A bordo el Manual de seguridad no se requiere.
• No se requieren formas diurnas ni iluminación nocturna (OSHA).

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368 Manual de Criminalística y Criminología

• No se requieren juntas de revisión de seguridad médica.


• Los protocolos y procedimientos de la escena del crimen no existen.
• No se requiere educación continua y capacitación relacionada.
Al revisar la información disponible sobre los requisitos, los protocolos, las normas de
seguridad y los requisitos de la escena del crimen, es obvio que estos equipos no han
sido entrenados más allá del buceador recreativo. Hay más temas que deben cubrirse,
pero es posible que surja una buena idea en cuanto a la falta de capacitación y la tasa de
mortalidad potencial de los buceadores que no han recibido capacitación más allá de la
de un buzo de recreación.
Los departamentos y otras agencias que utilizan estos buzos para los fines de la “recu-
peración del cuerpo” no solo ponen en peligro la seguridad de estos buzos, sino que,
además, no brindan al médico forense y al CSI la información que estos requieren. Se
debe recordar que un personal de buceo profesional y capacitado, como tecnólogos de
buceo en escenas del crimen, se centran en prácticas de buceo seguro según lo exigen
la Asociación de Contratistas de Buceo, la Guardia Costera de EE.UU. y la OSHA. La ca-
pacitación requerida para convertirse en un CSIDT de ninguna manera es fácil, pero en la
actualidad se requiere de personal mejor capacitado para proporcionar al médico forense,
al Departamento de Policía y a la Oficina del Fiscal del Distrito las mejores técnicas y pro-
cedimientos de investigación de la escena del crimen.
Se puede decir que la recuperación del cuerpo no es más que un trabajo de rescate. La
recuperación del cuerpo no está asociada con el análisis forense subacuático y tampoco
está asociada con el técnico en buceo en la escena del crimen de CSIDT.

Figura 4. Ejemplo de buzo.

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Tema 12: Escena del crimen subacuática 369

Agua contaminada
El agua contaminada es el estado en el que se ha convertido nuestro entorno acuático.
Los factores que contribuyen a este estado o condición son infinitos y, a menudo, con-
tienen definiciones engañosas. Uno los problemas o preocupaciones principales a los
que se expone la CSIDT son los”contaminantes persistentes, bioacumulativos y tóxicos”
o (PBTs). Los PBT se consideran sustancias altamente tóxicas y de larga duración que
pueden acumularse en niveles que han demostrado ser perjudiciales para los seres hu-
manos y para nuestro ecosistema frágil. Estos PBT son responsables de una amplia gama
de problemas adversos para la salud humana, incluidos los problemas neurológicos, de
cáncer, genéticos y reproductivos. Los PBT tienen la capacidad de viajar largas distancias
y permanecer por generaciones en personas y en el medio ambiente que han estado
expuestos a estos químicos. Lo importante sigue siendo que estos productos químicos
están desembocando en nuestros lagos y ríos. La contaminación puede controlarse con
muestras de tejido de peces y, en algunos casos, también con sedimentos del fondo del
lago y del río. Como resultado de los peligros asociados con la contaminación de PBT en
ciertas aguas, los estados que han emitido avisos sobre estos peligros son: Carolina del
Norte, Principal, Rhode Island, New Jersey, Ohio, Texas, Indiana, Florida, Michigan, Alaba-
ma, Nueva York, Misuri, Vermont, Connecticut.
Hay 12 contaminantes primarios que merecen especial atención y preocupación tanto
por el CSI como por el CSIDT, los cuales son: mercurio, clordano, dioxinas y furanos,
toxafeno, DDE-DDP-DDT, mirex, benzo(a)pireno, octocloroestireno, PCBs, alquil-plomo,
hexaclorobenceno, aldrin-dieldrin.
La lista parcial de PBT conocidos incluye: cloroalcanos, compuestos de antraceno, as-
besto, cadmio y cadmio, C10-13 (parafinas cloradas de cadena corta), p-diclorobenceno,
hexabromobifenilo, hexacromociclododano, hexaclorobutadieno, plomo y compuestos de
plomo, pentaclorobenceno, fluorooctano ácido sulfónico, fluorooctano sulfonilfluoruro,
fenantreno, bifenilos polibromados, 4-Tetraclorobenceno y 1, 2, 4, 5-Tetraclorobenceno.
Muchos bifenilos policlorados (PCB) también son PBT. Estos productos químicos se eli-
minaron del comercio a finales de la década de 1970 porque son persistentes, bioacu-
mulables y aumentan el riesgo de cáncer. Desde entonces, hemos aprendido que los
PCB también interfieren con el desarrollo normal del cerebro en los niños. Sin embargo,
debido a que son persistentes y bioacumulativos, la mayoría de las personas en Estados
Unidos todavía tienen niveles detectables de PCB en la sangre, aunque los niveles están
disminuyendo gradualmente.
Desafortunadamente, nuestros lagos, ríos y océanos se han convertido en un virtual “ver-
tedero”, que ha recibido derrames químicos “accidentales”. En muchas áreas, las bacterias
residentes se desconocen a menos que alguien atrape un pez “deformado” u otra fuente
de vida marina que se haya convertido en una víctima de los efectos tóxicos del suminis-
tro de agua contaminada.

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370 Manual de Criminalística y Criminología

Por supuesto, esta “contaminación ambiental” se extiende a otras áreas de vida silvestre,
como es el caso de arroyos, ríos y estanques. Dependiendo de la fuente de información,
el agua contaminada puede definirse de muchas maneras y puntos de vista diferentes.
La realidad es que al hablar sobre la pureza del agua, es importante entender que el térmi-
no “pureza” es relativo. Podría ser sorprendente saber que el agua, en su forma más pura,
es uno de los disolventes más agresivos conocidos. La forma más pura de agua, cuando
entra en contacto con una sustancia, disuelve la sustancia hasta el punto de saturación.
Cuando la mayoría de las personas se refieren al “agua limpia”, por lo general se refieren a
no contaminadas por químicos o sustancias “hechas por el hombre”. La tendencia actual
de consumir agua embotellada es ciertamente más saludable que el agua del grifo en
casi cualquier circunstancia, pero se debe tener en cuenta que la “pureza” del agua no
puede exceder su contenido. En otras palabras, el agua es tan limpia como su dispositivo
de contención. El proceso de producir agua embotellada o pura como tal, es un proceso
bastante largo. Un proceso que ha existido durante bastante tiempo desde que el agua
“pura” es importante en la atención de la salud, la producción de alimentos, productos
farmacéuticos y soluciones intravenosas. El problema importante aquí es que el agua es
tan “limpia” como su contenedor o dispositivo de contención.
Si se ha contaminado el fondo del lago o la costa, ¿está contaminada el agua en el lago?
Considere siempre a una víctima sumergida como una fuente de contaminación, porque
se desconocen las circunstancias de su muerte. Algunos virus, como el cólera, una enfer-
medad bien estudiada, el Vibrio cholerae puede vivir solo de entre cuatro a siete días fuera
del cuerpo, según las condiciones existentes. Existen 4 métodos estándar para contami-
nar un cuerpo: ingestión, inyección, absorción e inhalación. Sin embargo, un método
adicional debe ser incluido. Las drogas, por ejemplo, han sido “transportadas” en seres
humanos vivos por medio de “bolsitas” de plástico o contenedores similares que se pue-
den cerrar. Dado que muchas muertes han sido por causa de la rotura de la bolsa, se han
implementado mecanismos nuevos que son mucho más resistentes al ácido estomacal y
a los jugos digestivos. Las agujas, cuchillas de afeitar y objetos similares también deben
considerarse peligrosas antes de tocar el cuerpo.

Código de conducta
Es lógico pensar que existe una responsabilidad considerable en el campo de la ciencia
forense. Como investigador de la escena del crimen y técnico de buceo, el grado de
responsabilidad es más profundo debido a los peligros en la descripción del trabajo y el
proceso de recolección de evidencias, la mayoría de los cuales se considera material de
riesgo biológico. Las siguientes pautas son un requisito para garantizar una comprensión
del carácter ético y profesional que cada investigador del CSIDT debe mantener:
• No permitir el incumplimiento de ningún elemento de este código por parte de
ningún miembro del equipo o asociados. Cualquier miembro del equipo que sea

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Tema 12: Escena del crimen subacuática 371

culpable de tales acciones será responsabilizado y responsable como si ellos mis-


mos hubieran cometido el incumplimiento.
• Sea proactivo en los estándares profesionales de su trabajo, así como en la se-
guridad de las investigaciones de la escena del crimen. Debe ejercer todas las
habilidades y diligencias razonables en el desempeño de sus funciones. En el
caso de que sus deberes sean discrecionales, se conducirá en consecuencia y de
buena fe.
• En todo momento y en todas las circunstancias, compórtese de una manera pro-
fesional, asegurándose de que mantiene las pautas y políticas departamentales,
HIPAA, OSHA, la Guardia Costera de EE.UU. y la Oficina de Examinadores Médicos.
• Compórtese de tal manera que promueva la honestidad y la integridad. Cuando
se le solicite, proporcione una opinión profesional, siempre que la opinión esté
dentro del alcance de su descripción de trabajo y conocimiento.
• Asegúrese de que todos los anuncios públicos sean aprobados previamente y
que dichos anuncios se realicen de tal manera que no desacrediten o tengan un
impacto negativo en su profesión, nombre, asociación, comunidad médica y legal
o asociados.
• Respete las pautas, las políticas y el protocolo del empleador y asegúrese de que
se cumplan las pautas establecidas por la Ley de Responsabilidad de la Portabili-
dad del Seguro Médico (HIPAA).

Figura 5. Profesional del CSIDT.

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372 Manual de Criminalística y Criminología

OBJETIVOS Y DESCRIPCIÓN DEL TRABAJO


La diferencia entre CSI and CSDTI está en la “metodología requerida” debido al entorno en
el que se encuentra la víctima. El objetivo y el trabajo del buzo es mantener un alto nivel de
integridad y aplicación profesional de la ciencia forense aplicada a la víctima sumergida,
para poder entregar a la víctima al CSI en perfecto estado, de modo que pueda realizar la
investigación en tierra de forma metódica y completa.
La formación como CSDTI requiere cursos comunes de estudio y capacitación sobre
varios temas necesarios para poder investigar y documentar de manera profesional la
escena, y entender los contaminantes y los peligros potenciales para la salud.
Por ejemplo es necesario estudiar y contar con experiencia sobre:
• Investigaciones de la escena del crimen.
• Técnicos de buceo de la escena del crimen.
• Prácticas de seguridad y buceo seguro.
• Procedimientos en documentación.
• Interrogación.
• Riesgos biológicos involucrados en las operaciones de buceo.
• Comprender los contaminantes y los peligros potenciales para la salud.
• Patógenos.
• Contaminación.
• Bacterias.
• Agentes químicos.
• Lixiviaciones.
• Parásitos específicos.
• Patógenos transmitidos por la sangre.
• Descontaminación.
• El sistema inmune humano.
• La piel humana.
• Procesado de la escena del crimen.
• Clasificaciones de evidencia.
• Proporcionar testimonio en los procedimientos judiciales.
• Preparación y conservación de la evidencia.
• Seguridad con armas de fuego.
• El ADN como evidencia física.
• Evidencia fotográfica.

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Tema 12: Escena del crimen subacuática 373

• Fotografías fijas y digitales.


• Vídeo como fotografías.
• Huella dactilar y palma.
• Dibujo.
• Equipo personal.
• Confidencialidad.
• Entrenamiento.
• Educación Continua Sin Buceo (CE).
• Operaciones de buceo seguro y agencias reguladoras.
• Asociación de Contratistas de Buceo (ADC).
• Guardacostas de los Estados Unidos.
• Agencia de Protección Ambiental (EPA).
• Agencia de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA).
• Educación Continua Diver (CE).
• Preceptor.
• Equipo de buceo.
• Equipo especializado.

ESPASMO CADAVÉRICO
El espasmo cadavérico, que también se puede denominar rigidez instantánea, es impor-
tante en las investigaciones forenses porque generalmente ocurre en el momento de la
muerte. El espasmo cadavérico puede persistir hasta que la clasificación de rigor mortis
realmente comienza y se confunde a menudo con el rigor mortis real. La causa específica
es desconocida, sin embargo, el espasmo del cadáver a menudo se asocia con muertes
violentas que incluyen emociones extremas o intensas. En el caso de una víctima fallecida
que se estaba defendiendo, el despliegue típico del espasmo del cadáver estará en las
manos y en los antebrazos, dependiendo de la intensidad del evento.
En el caso de un ahogado, el CSIDT puede encontrar a la víctima agarrando un par de
gafas, algún resto de maleza u ocasionalmente una prenda. Dependiendo de los hallazgos
de los examinadores médicos, los elementos que la víctima está sosteniendo pueden pro-
porcionar cierto nivel de prueba de que la víctima estaba viva antes de ingresar al agua.
En algunos casos, la víctima tendrá una o ambas manos en una posición parcialmente
cerrada, también conocida como la posición de la función; además es común que entre
las manos, la víctima tenga algún cabello o muestra de tejido o una fibra de ropa. Depen-
diendo de la solicitud de protocolo de los examinadores médicos, es prudente proteger
las manos de la víctima con el fin de preservar cualquier evidencia que cualquiera de las

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374 Manual de Criminalística y Criminología

dos manos pueda tener. El examen de las manos de las víctimas debe ser realizado por el
laboratorio o el médico forense. El embolsado de las manos de la víctima se debe hacer,
si es posible, antes y después de la documentación fotográfica. Independientemente de
las circunstancias, cualquier duda que el CSIDT tenga, el médico forense siempre debe
aprobar el movimiento o la manipulación de cualquiera de las dos manos para el embolsa-
do, antes de que se modifique la posición de la víctima o la mano o manos de la misma.
Ahogamiento suicida: ejemplos Caso 1 y Caso 2.

CASO 1
Se observó a un hombre blanco de cuarenta y seis años nadando cerca de un popular
negocio frente al lago.
Las personas que observaron al hombre pensaron que iba a nadar pero, cuando no pudo
volver a la superficie después de hundirse, se preocuparon y llamaron a la policía. Tiempo
después de que el oficial de policía finalizó las entrevistas, informó a los equipos de CSI
y CSIDT.
Los equipos y el oficial de policía principal tuvieron una sesión informativa y establecieron
un área de búsqueda de “escena del crimen” y ejecutaron protocolos departamentales.
Una vez que se completaron las entrevistas con los testigos y se estableció el protocolo
de seguridad, el CSI comenzó con su investigación, mientras que el equipo CSIDT co-
menzó sus procedimientos de preinmersión y controles de seguridad. Una vez que el CSI
tenía completada su investigación en la tierra, el CSIDT comenzó sus procedimientos de
investigación.
A los 17 minutos de la búsqueda, se localizó a la víctima y se completó el protocolo de
documentación. La víctima fue puesta en confinamiento y transportada a la oficina del
médico forense. Se anotó la siguiente información:
“La víctima era un hombre blanco, de aproximadamente 47 años de edad, que había sido
diagnosticado con una enfermedad terminal tres días antes.
Era un cliente frecuente en el negocio ubicado en las cercanías y tenía muchos amigos
que también eran clientes frecuentes del negocio.
Antes de entrar en el agua, había ingerido una cantidad suficiente de pastillas y alcohol
como para dejarlo inconsciente (prueba de detección de drogas post mortem)”.
Este tipo de casos, hace algún tiempo se consideraba extraño, sin embargo últimamente
se ha venido dando un aumento notable en los incidentes de ahogamientos suicidas en
muchas áreas de este país. En algunos casos puede existir una nota o carta escrita por
la víctima antes de su desaparición. Es posible que esta información no esté disponible
antes del proceso de recuperación, pero debe considerarse dentro del ámbito de las
posibilidades. El documento generalmente se deja en un lugar visible donde se puede
encontrar fácilmente. Ocasionalmente, la ubicación de la víctima, se indicará en la carta.

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Tema 12: Escena del crimen subacuática 375

En algunos casos, una conversación con amigos es la única pista disponible. En cualquier
caso, la ubicación de la víctima está mejor definida. Al igual que en otras investigaciones,
es común que todos los instrumentos que se encuentren sobre o en el cuerpo, perma-
nezcan inalterados. Estos instrumentos pueden ser: cuerdas, nudos, pesos o cualquier
cosa adherida al cuerpo. Todos los artículos se fotografían en su lugar, antes de mover a
la víctima.
Algunas víctimas son fáciles de encontrar. No es infrecuente observar a la víctima atada
a una botella de plástico, para que sea más fácil localizarlos. También se puede atar una
cuerda desde un muelle apilado con el otro extremo unido a su muñeca o tobillo. Una
teoría es que algunas víctimas hacen evidente su ubicación con la esperanza de una rápida
recuperación, tal vez para minimizar el trauma para los amigos y familiares, o una idea
preconcebida de que sus cuerpos estarán más presentables durante el funeral. La espe-
culación tiene una forma de volverse retórica.
Los casos de homicidios, donde para ocultar los cuerpos los tiran al agua, son cada vez
más comunes. No es raro encontrar una víctima que parece haberse suicidado cuando en
realidad son víctimas de un homicidio. Se han producido varios casos en los que primero
se piensa que la víctima se había ahogado accidentalmente (se cayó del bote) y luego,
tras analizar el caso y sus evidencias, se descubre que la víctima había sido asesinada.
Como ejemplo, una víctima que está atada con un peso adjunto, inicialmente se puede
considerar suicidio, sin embargo, avanzando en la investigación se concluye que la víctima
no pudo haber atado la cuerda en la forma en la que se encontró, por lo tanto, el médico
forense indica el homicidio desde el inicio.
CASO 2
Un caso en la Costa Oeste que inicialmente se descartó como un suicidio fue reabierto e
investigado como un homicidio por solicitud de la familia del difunto. Un hombre de 54
años fue encontrado muerto en el fondo de su piscina, en el extremo profundo, atado a
una barra de pesas de 20 kilos.
Debido a que recientemente se había realizado un examen médico y se le había diagnosti-
cado una enfermedad terminal, se llegó a la conclusión de que se había suicidado.
La familia insistió en que se reabriera la investigación y contrató a un investigador privado
para que llevara la investigación. Las fotografías de la escena del crimen fueron revisadas
por el investigador privado que encontró dos fotografías que incluían los zapatos y la
cuerda a la que estaba atada la víctima. Las fotografías fueron ampliadas por el investiga-
dor privado, que reveló un nudo inusual en los cordones de los zapatos. El investigador
privado tenía las fotografías, mostrando los cordones, los cuales fueron evaluados por un
amigo en un laboratorio forense. El amigo de los investigadores privados concluyó que la
víctima ató un zapato, pero el otro zapato y la cuerda (con el nudo) no pudieron ser atados
por la víctima. La información fue entregada a los investigadores del departamento de Po-

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376 Manual de Criminalística y Criminología

licía, quienes reabrieron el caso como un homicidio. En un plazo de seis meses se realizó
un arresto. El acusado fue juzgado y fue declarado culpable de asesinato en primer grado.
En conclusión, el acusado no consideró las diferencias en cómo se ataban los zapatos. La
víctima se ató un zapato antes de ser golpeada (por detrás) por el acusado. El acusado ató
el otro zapato de la víctima (mirando a la víctima hace que el nudo se “ponga” de manera
diferente) y luego ató una cuerda alrededor de los pies de la víctima en un extremo y la ba-
rra en el otro. El acusado luego arrojó a la víctima (inconsciente) a la piscina y dejó la casa.
La fotografía incluía los zapatos, pero no con la intención de mostrar las diferencias en
las que se ataban los zapatos. La conciencia, la ética y la profesionalidad del investigador
encontraron el único detalle que todos los demás pasaron por alto. Aunque el acusado
era diestro no consideró las diferencias en el nudo. Atar un zapato como el usuario es
diferente a atar un zapato para otro.

LIGADURAS Y CUERDA
De acuerdo a la definición clínica, el homicidio incluye el uso de cuerdas y ligaduras como
restricciones, ataduras y métodos de sujeción de dispositivos de peso a las víctimas. La
importancia de la documentación fotográfica no se puede enfatizar lo suficiente. La evi-
dencia mostrada en una fotografía puede revelar el más mínimo detalle.
La tarea más importante para el CSIDT es mantener el nudo en su lugar sin cambiar nin-
gún aspecto del mismo. Los nudos no se pueden deshacer o alterar de ninguna manera.
Si los pies de la víctima se han atado a un dispositivo ponderado para mantener a la víc-
tima sumergida, la documentación fotográfica debe incluir ambos extremos de la cuerda
y los nudos en cada extremo. Se podrá cortar la cuerda cuando sea la única forma de
rescatar a la víctima, siempre y cuando se avise al médico forense.
En cualquier caso, asegúrese de que los nudos y la cuerda hayan sido fotografiados y
grabados en vídeo. Durante el proceso de fotografiar y grabar en vídeo los nudos y la
cuerda, para identificar, utilice las etiquetas adhesivas y asegúrese de que cada una sea
clara y legible. Recuerde que el comienzo del rollo o la tarjeta de memoria tengan la “piza-
rra de anotaciones” que contiene toda la información necesaria. El uso de regla o escala
es siempre una buena idea en el proceso de documentación.
Nota: Las “etiquetas” claras y concisas que indican qué extremo de la cuerda fue a la vícti-
ma y qué extremo fue al objeto utilizado, deben estar en su lugar antes de cortar la cuerda.
Este tipo de escenas del crimen es cada vez más frecuente. Se sospecha que hay varias
razones por las que esto ocurre.
Los procedimientos de investigación inadecuados incluyen, entre otros, los siguientes:
• Evidencia pasada por alto, ya sea incriminatoria o exculpatoria.
• No reconocido como de importancia.
• Simplemente no se considera.

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Tema 12: Escena del crimen subacuática 377

• Obtenido ilegalmente, sin orden de registro.


• Contaminado/declarado inadmisible.
• Incumplimiento del protocolo de cadena de custodia.
• Documentación inadecuada.
• Clasificación.
La cadena de custodia carece a menudo de documentación. A la cadena de custodia au-
torizada nunca le falta documentación debido a la información requerida.
Para que no se produzcan “lagunas” ante el Tribunal en la presentación de las pruebas, se
debe demostrar que la evidencia se ha manejado de tal manera que no ha sucumbido a la
manipulación de ninguna forma, en otras palabras, a prueba de manipulación.
El investigador debe ser capaz de “pintar” la imagen de forma tan vívida que todos los
miembros del jurado tengan la misma imagen en su mente.
El investigador, si utiliza una base metódica, concisa, objetiva y evidencia indiscutible,
puede ser una de las mayores amenazas para la defensa, pues puede llegar a proporcio-
nar la evidencia necesaria para absolver o condenar al acusado. Ella o él, por supuesto,
debe estar bien versado en el conocimiento de la anatomía, fisiología, principios forenses
y teorías.

CAUSAS DE MUERTE
Mors (latín) que significa “muerte”.
Mors-putativa significa “muerte” en relación.
Mors-subita significa “muerte” repentina.
Las palabras que pertenecen a la muerte incluyen: letal, fallecimiento, eutanasia, post
mortem.
La muerte puede tener un inicio repentino o el resultado de una enfermedad a largo plazo.
La muerte asociada con el medio acuático a menudo se declara como un incidente de
ahogamiento. Los incidentes de navegación, de electrocución y de buceo en aguas poco
profundas, etc. pueden no incluirse como parte de la información estadística disponible.
Debido a que hay muchas variables a considerar en cualquier investigación, la documenta-
ción, en todas sus formas, debe ser exhaustiva e imparcial. La documentación presentada
por el equipo proporciona una variedad de información que el médico forense puede re-
querir para determinar el tiempo en que se cometió un homicidio. Se le debe proporcionar
al médico forense tanta información como sea posible y brindar imágenes completas y
concisas de la escena del crimen.

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378 Manual de Criminalística y Criminología

CONSIDERACIÓN Y CONCLUSIONES
La interacción entre la ley y la medicina exige la experiencia especializada del patólogo
forense, que debe estar certificado en patología.
La responsabilidad de la CSIDT es multifocal, lo que requiere una amplia formación, edu-
cación y comprensión. Servir como los ojos y las manos al médico forense no solo es
un privilegio, sino también una responsabilidad profesional muy importante. El nivel de
capacitación y educación continua brinda la oportunidad de trabajar con algunos de los
mejores en el campo médico legal, y eso es un privilegio.
Aunque los términos forense y patología son sinónimos, ambos tienen muchas aplicacio-
nes. El termino forense, aquí, se entiende como medicina forense en relación con la ley.
La patología, por otro lado, se define como un estudio científico o la rama de la medicina
o campo médico que se centra en los síntomas y las causas de una enfermedad. Sin
embargo, en una declaración más precisa, se puede decir que la patología es una ciencia
médica relacionada con todos los aspectos de la enfermedad, pero con especial referencia
a la naturaleza esencial, las causas y el desarrollo de condiciones anormales.
La filosofía post mortem (después de la muerte) es el estudio de las verdades básicas,
el razonamiento, los conceptos y los puntos de vista del cuerpo humano después de la
muerte. El término muerte, en relación con cualquier víctima, es en realidad una mentira.
El cuerpo, como organismo, continúa viviendo de una forma u otra. Hay cambios bio-
lógicos y bioquímicos que ocurren hasta que el cuerpo se recicla completamente o se
descompone. El estudio de la investigación forense subacuática y la aplicación del equipo
CSIDT son más especializados debido a las diferencias inherentes que existen con las
escenas de crimen ocurridas en tierra.
El ambiente acuático se puede caracterizar por presentar factores como el agua contami-
nada, la velocidad de enfriamiento del cuerpo, la vida marina y la inmersión en un medio
fluido, todas estas características no están asociadas con las investigaciones típicas “ba-
sadas en la tierra”.
Todos los buceadores involucrados en el proceso de recuperación requieren “desconta-
minación”, esto incluye a cualquier buceador que haya sido expuesto a cualquier fluido
corporal o agua que ha sido contaminada con fluido corporal. Se recomienda encarecida-
mente que se use una solución de pre- y post- inmersión en ambos oídos, es decir, ácido
bórico y 70 % de alcohol.
Nota: En el momento de la muerte, la velocidad a la que el cuerpo se enfría (promedio de
la superficie) es de 2 grados por hora durante aproximadamente seis horas, luego de 1 a
1’5 grados por cada hora adicional. Sin embargo, en un medio fluido, la velocidad de en-
friamiento del cuerpo es directamente proporcional a la temperatura del agua “ambiente”
y se requiere documentación sobre la temperatura del agua.
Para aclarar la “tasa de enfriamiento corporal” se deben considerar las siguientes cues-
tiones físicas.
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Tema 12: Escena del crimen subacuática 379

LA FÍSICA DEL BUCEO BÁSICO Y LA VÍCTIMA


Principio de Arquímedes
Para empezar, hablemos del principio de Arquímedes. Al aplicar este principio desde un
punto de vista forense, adquiere un significado y un nivel de importancia diferente.
El principio o Arquímedes, en la física del buceo, se refiere a la flotabilidad. La flotabilidad
es un evento bastante difícil de explicar a alguien que no comprende nada sobre las leyes
o los principios físicos básicos y su importancia en la investigación de la escena del cri-
men. Por ejemplo, en un caso real se hacen las siguientes preguntas: ¿cuánto tiempo pasa
antes de que una víctima flote hacia la superficie?, ¿cuánto sabe acerca de los cambios
fisiológicos, en términos anatómicos, que tienen lugar en una víctima, en ciertas circuns-
tancias? Hay muchas variables a considerar, pero su capacidad para comprender estas
variables es extremadamente importante desde el punto de vista forense y del testigo.
Es normal pensar que estas mismas preguntas pueden surgir en los tribunales, por lo
tanto, es importante aprender a responderlas en un entorno de sala de tribunal abierto o
cerrado.
Para poder contestar las preguntas antes planteadas es importante conocer lo siguiente:
la última comida de la víctima, cualquier medicamento que tomaba regularmente, lo que
la víctima había tenido que beber antes del evento, su edad, lo que llevaba la víctima, la
temperatura del agua y si las presas cercanas se habían abierto desde el evento. También
necesita saber si había aguas residuales, pastos de ganado o ganado en las cercanías.
Antes de seguir leyendo, ¿se entiende por qué estas preguntas son importantes y nece-
sarias para responderlas adecuadamente? Para que una víctima “vuelva a flotar” o salga a
la superficie, hay elementos del principio de Arquímedes que se aplican.
Una cuestión muy importante que se debe comprender en este momento es que para re-
crear una escena del crimen, primero debe comprender todos los elementos que afecta-
ron el evento inicial para recrear y realizar el análisis. En caso de que se haya considerado
una posibilidad, su evaluación y los elementos que ha incluido en su evaluación pueden
ser desafiados en un Tribunal de justicia. No sea tan ingenuo como para pensar que algu-
na pregunta nunca se hará en la corte.
Puede imaginar que está en el estrado de los testigos y que el abogado defensor pregun-
ta, con todos los jurados presentes: “¿Por qué en el caso real mencionado anteriormente,
se plantearon esas preguntas? ¿Podría explicar a la corte y al jurado cuál era su objetivo?
¿Puede responder las preguntas del abogado defensor en este momento?”. Piénsalo por
un momento, ¿puede explicar en términos simples, para que el jurado pueda entender y
apreciar su minuciosidad?
El principio de Arquímedes establece que la flotabilidad es una fuerza ascendente del
agua, que hace que las cosas floten en el agua. Para decirlo de otra manera, la fuerza que
se aplica a un objeto es igual al peso del fluido desplazado. Es importante decir que esta

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380 Manual de Criminalística y Criminología

fuerza de flotabilidad permite que un objeto flote o, lo que es importante, parezca más
liviano o pese menos. La víctima, total o parcialmente inmersa en el agua, es empujada
o levantada por una fuerza que es igual al peso del agua desplazado por la víctima. La
flotabilidad depende del volumen y cómo el volumen establece la flotabilidad de un ob-
jeto o víctima; al disminuir el volumen o comprimir el volumen, la flotabilidad se reduce.
Por el contrario, aumentar el volumen, como cuando la víctima está hinchada, aumenta
la flotabilidad y la víctima emerge. El único elemento que debe tener en mente es que el
principio de Arquímedes no incluye la “tensión superficial” del agua en la que se encuen-
tra la víctima. No creo que la tensión superficial sea tan importante en esta aplicación;
sin embargo, es importante comprender que la tensión superficial juega un rol en temas
como los patrones de salpicaduras de sangre.
Recordemos que la tensión superficial se refiere a la acción o reacción de un líquido, en
este caso el agua, cuando entra en contacto con un gas u otro líquido que hace que la
superficie del agua actúe como una membrana estirada. En otras palabras, las burbujas de
agua que se ven en un automóvil recién encerado son causadas por la tensión superficial
del agua. Por cierto, el jabón que se usa en el agua minimiza o elimina la tensión super-
ficial de la misma. Si aplica agua corriente en el capó de su automóvil bien encerado, va
a observar las “burbujas”, sin embargo si luego le aplica agua jabonosa ya no las verá. La
mayoría de los jabones contienen un surfactante que es un agente que reduce o minimiza
la tensión superficial del agua que está utilizando.
Recuerde que el peso del fluido desplazado es directamente proporcional al volumen del
agua desplazada. Si la flotabilidad de una víctima no tiene restricciones, tiende a aumentar.
Una víctima cuyo peso excede su flotabilidad tiende a hundirse. Es importante recordar
esto cuando se considera la fermentación o la ausencia en el tracto digestivo de las víc-
timas. También se debe considerar la edad de la víctima debido al desarrollo de su tracto
digestivo.
Si una víctima en equilibrio tiene una “capacidad de compresión” menor que la del agua
circundante, el equilibrio de la víctima se considera estable y permanece en reposo en su
profundidad actual; sin embargo, si la compresibilidad de la víctima es mayor, su equilibrio
se considera inestable y la víctima se eleva y se expande con el menor movimiento hacia
arriba, o cae y se comprime con el menor movimiento hacia abajo.
Es posible que las siguientes leyes no se apliquen en todos los casos; sin embargo, estas
leyes son lo suficientemente importantes como para tenerlas en cuenta al tratar con víc-
timas terrestres o víctimas sumergidas. La principal diferencia que estas leyes establecen
está relacionada con el proceso de fermentación que se produce dentro del cuerpo huma-
no y más específicamente en el sistema digestivo humano.

Las leyes de gases ideales (ecuación universal de los gases)


Describen la relación entre la presión, la temperatura y el volumen de un gas.

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Tema 12: Escena del crimen subacuática 381

La ley de Joule
El volumen de un gas no cambia en su energía interna cuando la temperatura es constante.
Ambiente (L) para existir o existir en todos los lados (abarcando).

La ley de Alvogadros
Establece que si la presión y las temperaturas externas son las mismas, todos los gases
contendrán el mismo número de moléculas en volúmenes iguales.

La ley de Henry
Establece que la masa de un gas dado que se disolverá en un volumen de líquido es di-
rectamente proporcional a la presión ejercida sobre el gas.

Ley de Hooke
Se refiere a la elasticidad o flexibilidad de los pulmones (cumplimiento pulmonar). La
flotabilidad es una función del volumen que cambia con:
–– Profundidad de la víctima: un recipiente de un galón americano de capacidad con
un ppm de aire permanecerá a un metro de la superficie. Si se lleva el contenedor
a una profundidad de 33 pies, se tendrá la mitad de un ppm de aire en el conte-
nedor de un galón. El mayor cambio de presión ocurre en los primeros 33 pies
de altura, por lo tanto, el contenido de gas de la víctima también estará sujeto al
cambio.
Nota = un galón americano (Gal) = 3,78541 litros
–– Temperatura del agua: la víctima que está sumergida en agua se enfría más rápi-
damente que la víctima que está en tierra. Cuando la temperatura del cuerpo se
enfría, en agua la actividad de las bacterias y de las enzimas residentes disminuye,
lo que a su vez provoca un retraso en su actividad.
La corriente o movimiento del agua enfría el cuerpo más rápidamente que el agua sin
gas. Enfriar el cuerpo frena más rápidamente las bacterias y la acción de las enzimas. La
corriente de agua no es diferente del movimiento del aire sobre el cuerpo.
El factor de enfriamiento del viento se refiere a la velocidad del aire en movimiento, que
es lineal, lo que significa que cuanto más rápidos sean los movimientos del aire sobre la
superficie de la piel, mayor será la pérdida de calor.
–– La función gástrica o la ausencia de la misma determinan el marco de tiempo en
el que puede ocurrir la hinchazón.
Los cambios anatómicos tienen muchas implicaciones con respecto a la víctima sumergi-
da, estos no tienen que ser el resultado de una intervención quirúrgica o enfermedad. Los
cambios anatómicos que tienen un impacto muy alto en la víctima incluyen mordeduras de

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382 Manual de Criminalística y Criminología

tiburones, hélices de un barco, desembarque intencional, amputaciones, decapitaciones y


ciertas posiciones que afectan la función gastrointestinal.

Puntos clave para recordar:


–– Gas es la forma básica de la materia. El gas toma la forma de su recipiente de
contención.
–– Si el peso de una víctima es menor que el peso del agua dispuesta cuando está
completamente sumergida, entonces la víctima tiene una densidad promedio que
es menor que el líquido y tiene una flotabilidad mayor que su propio peso. En el
entorno del lago o del océano, la víctima flotará a un nivel en el que desplaza el
mismo peso de agua que el peso de la víctima.
–– Si la víctima tiene exactamente la misma densidad que el fluido, entonces la flo-
tabilidad de la víctima es igual a su peso. La víctima permanecerá sumergida bajo
el agua, pero no se hundirá ni flotará.
Una víctima con una densidad promedio más alta que el agua tiene menos flo-
tabilidad que el peso y la víctima se hundirá. Se puede pensar que esto es algo
complicado, pero cuando se considera las diferentes circunstancias en que se han
encontrado las víctimas, hace que sea más fácil comprender cómo salieron a flote
o permanecieron sumergidos durante días o incluso semanas.
–– El volumen y el desplazamiento son temas claves y deben entenderse al conside-
rar la actividad del tracto digestivo con respecto a la fermentación de su conte-
nido. El tracto digestivo de las víctimas fallecidas permanece activo debido a las
enzimas endurecidas y la flora (jugos gástricos).

PROFUNDIDAD DE LA VÍCTIMA
La profundidad de la víctima juega un rol importante con respecto a la cantidad de gas
que se formará y el grado en que su cuerpo podrá expandirse como resultado de la for-
mación de gas. Los dos factores principales que afectan directamente al cuerpo humano
sumergido son, en primer lugar, el aumento de la presión ambiental con el aumento de la
profundidad. El segundo factor es que cuanto más profundo desciende el cuerpo, más fría
se vuelve el agua. La profundidad y la presión ambiental no tienen variables; sin embargo,
la temperatura del agua, según decrece la víctima, tiene algunas variables a considerar.
Por ejemplo, a medida que la víctima disminuye, se pueden presenciar termoclinas (una
termoclima o capa térmica o metalimnio es una capa en la que la temperatura cambia más
rápidamente con la profundidad, que en las capas superiores o inferiores). Puede haber
una diferencia de diez grados en la temperatura del agua por encima de la víctima y la
distancia térmica en la que se puede ubicar.

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Tema 12: Escena del crimen subacuática 383

En situaciones de visibilidad, la imagen térmica tiene una visibilidad mucho mejor que
el agua por encima o por debajo de su posición. La limpieza térmica a menudo contiene
menos bacterias que el agua más caliente y más estacionaria por encima y por debajo de
su ubicación.

TEMPERATURA DEL AIRE Y CORRIENTES DE AIRE VS. TEMPERATURA DEL


AGUA Y CORRIENTES DE AGUA
La víctima que está sumergida en agua se enfría más rápidamente que la víctima que está
en tierra (expuesta al aire) porque el agua es mejor conductora del calor. Por ejemplo, si
se está en un patio sin sol, usando solo un par de calzoncillos y la temperatura ambiente
exterior es de 15º C; es posible que no esté tan incómodo, sin embargo, si tuviera que
entrar a un lago o piscina con un par de calzoncillos y la temperatura del agua fuera de
15º C, pronto se estaría congelando.
Para cualquier temperatura ambiental dada, el enfriamiento en aguas tranquilas, como un
lago, es aproximadamente el doble de rápido que en el aire, y en el agua que fluye, como
un río, es aproximadamente tres veces más rápido que en tierra. Como regla general,
una víctima que esté sumergida en agua durante dos semanas tendrá el mismo grado o
nivel de putrefacción que la víctima que se encuentra en tierra después de una semana.
Y la víctima que está enterrada necesitará ocho semanas para alcanzar el mismo nivel
de putrefacción. Esta regla general depende de que las temperaturas ambientales sean
aproximadamente las mismas.
Nota: Cuando la víctima es un niño, la temperatura corporal desciende más rápidamente
porque los niños pierden calor más rápido que los adultos, porque el área de superficie y
la proporción de masa de un niño es mucho mayor.

MASA CORPORAL
La víctima sumergida que haya o no consumido alimentos, bebidas y medicamentos con-
tinuará produciendo gas, lo que aumentará la masa corporal de la víctima.
La formación de gas pútrido ocurre en el estómago y los intestinos de la víctima, lo que
hace que el estómago o el abdomen de la víctima se distienda. El aumento de la presión
dentro de la pared abdominal a menudo hace que el cuerpo “purgue” el líquido manchado
con sangre pútrida de la boca, la nariz y la vagina.
Esta presión también hará que el cuerpo purgue el fluido teñido de sangre del recto, que
también puede mezclarse con material fecal. Esta actividad juega un rol importante en la
apariencia y condición física de las víctimas.

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384 Manual de Criminalística y Criminología

La formación de gas dentro de los tejidos causará una hinchazón generalizada del cuerpo,
que será crepitante al tacto. Crepitante es el sonido/sensación que se siente al examinar
a una persona que tiene, por ejemplo, enfisema subcutáneo.
La forma en que el cuerpo humano fallecido responde a la producción de gas será más
profunda en su distensión, donde los tejidos están sueltos.
Estas áreas incluyen la cara, los senos, el escroto, los labios mayores y el pene. Los ga-
ses que se producen como resultado de la descomposición del cuerpo incluyen: dióxido
de carbono, hidrógeno, sulfuro de hidrógeno, metano y amoniaco. Dependiendo de la
cantidad de cualquiera de estos gases que se liberan en el aire, así será el grado de “olor
ofensivo”.
Además de estos gases, también se liberarán pequeñas cantidades de mercaptanos, un
producto químico de base orgánica que se forma cuando el oxígeno de un alcohol se re-
emplaza espontáneamente por azufre, lo que contribuirá a este olor desagradable.
Recuerde que la temperatura del agua juega un papel importante en el inicio de la forma-
ción de gases y la hinchazón. Las bacterias y enzimas naturales pueden verse afectadas
por la ingesta de antibióticos (fabricados/diseñados fuera del cuerpo) pueden ser natura-
les o sintéticos, pero ambos destruyen o inhiben los microorganismos; por ejemplo, una
mujer a la que se le ha recetado un antibiótico en la mayoría de los casos desarrollará una
infección vaginal por levadura como resultado de la destrucción de la flora vaginal normal.
El yogur tiene las bacterias buenas que se aproximan mucho a la flora que fue destruida
por el antibiótico. La ingestión de cerveza, lechuga, huevos duros, bebidas carbonatadas,
judías y cebollas a menudo acelerarán la producción de gas como resultado del proceso
de fermentación.

CAMBIOS ANATÓMICOS
Los cambios anatómicos tienen muchas implicaciones con respecto a la víctima sumer-
gida. Los cambios anatómicos que tienen un impacto muy alto en la víctima incluyen pre-
sencia de tortugas y peces gato en agua dulce, cangrejos, piojos de mar y camarones en
agua salada, hélices de un bote, desembarque intencional, amputaciones, decapitaciones
y ciertas posiciones que afectan la función gastrointestinal.

EL SISTEMA DIGESTIVO
Para entender el proceso involucrado en la producción de gas y la fermentación, podemos
revisar el sistema digestivo. Primero, se debe entender la acción del tracto digestivo, en-
zimas y proteínas en alimentos ingeridos.

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Tema 12: Escena del crimen subacuática 385

Enzimas
La lipasa es una enzima que separa la grasa que se encuentra en la secreción pancreática,
los tejidos y la sangre. La lipasa gástrica cambiará las grasas emulsionadas a ácidos gra-
sos y glicerol. Se encuentra en la boca, estómago e intestino delgado.
La amilasa salival, otra enzima a la que también se puede hacer referencia como Ptyalin,
es una clase de enzima que divide o hidroliza los almidones. La amilasa pancreática tam-
bién se conoce como amilopsina.
Las proteínas o las enzimas pepsina y tripsina son las enzimas primarias de los jugos
gástricos, que convierten las proteínas en proteasas y peptonas.
Los carbohidratos contienen las enzimas pancreáticas, amilasa e invertasa.
La invertasa es una enzima que divide el azúcar, que también se encuentra en los jugos
gástricos.
La amilasa pancreática también se conoce como amilopsina, que es una enzima responsa-
ble de la hidrólisis del almidón en una sustancia llamada maltosa y acroodextrina.
Las siguientes secreciones tienen acciones específicas en el sistema digestivo.
• Los jugos gástricos cuajan las proteínas de la leche y los productos enriquecidos
con leche que contienen estas proteínas en peptonas.
• La saliva convierte el almidón o los almidones cocidos en una sustancia llamada
maltosa.
• La bilis, que a menudo se ve en los “alzados secos”, es un líquido verdoso que
emulsiona las grasas.
• El jugo pancreático contiene sustancias que convierten las peptonas en sustan-
cias o compuestos más simples.
• Los jugos intestinales son responsables de completar la transformación de pepto-
nas en aminoácidos.
Es importante que no se confundan estos dos términos.
• La descomposición es el proceso de corromperse, entrar o hallarse en estado de
putrefacción.
• La autolisis es la descomposición espontánea que se produce en el tejido estéril,
el cuerpo humano, post mortem.

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FOTOGRAFÍA FORENSE
Jorge Humberto Ruti
Profesor de la Universidad Católica de la Plata y Universitas Estudios Superiores
Perito del Ministerio Público de la Defensa (CABA)
Argentina

INTRODUCCIÓN
La fotografía forense es una rama de la criminalística que sirve para documentar y eviden-
ciar los indicios que se encuentren en un determinado lugar, como así también respaldar
las conclusiones o estudios realizados en el mismo.
En este apartado vamos a ver algunos puntos que tenemos que tener en cuenta ante la
toma fotográfica que se va a realizar, ya que los escenarios criminales varían según su
lugar y su iluminación, y de esto dependerá la buena toma fotográfica. Se tiene que tener
en cuenta que en la toma fotográfica en la parte pericial, las imágenes tienen que tener
buena calidad, además de tener referencia métrica para saber su dimensión. El perito
fotógrafo debe tener conocimiento de todas las ramas de la criminalística, ya que actúa en
cualquiera de ellas en el desarrollo de las imágenes, también su conocimiento ayuda a los
demás peritos en la solicitud del uso de las imágenes.
Al fotografiar escenas de crímenes violentas, el objetivo debe ser registrar el máximo de
información útil que permita al fiscal o diversos peritos comprender dónde y cómo se
cometió el hecho y poder determinar mediante los indicios y evidencias si es una escena
del crimen primaria o secundaria.
La grabación de vídeo de la escena del crimen se ha transformado en una práctica común
en muchas divisiones, sin embargo, nunca debe reemplazar la fotografía digital. Los erro-
res más comunes que se cometen al utilizar cámaras de vídeo en una escena del crimen
es mover la cámara rápidamente, un enfoque y una iluminación defectuosa y un uso in-
adecuado de la función de zoom. El perito fotográfico debe describir en la grabación cada
habitación y escena del crimen.

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388 Manual de Criminalística y Criminología

Si se realiza correctamente, la fotografía de la escena del crimen ayuda considerablemente


a la causa para el esclarecimiento y respaldo del informe pericial.
En este capítulo se va a observar el uso de la fotografía digital en los distintos escenarios
criminales, y en el procesamiento del lugar del hecho.
A su vez se determinó que el uso de la fotografía digital, dentro de estas escenas del cri-
men o lugares del hecho, deberá seguir unas pautas que estén a la vanguardia en cuanto
a las técnicas y medios para la ilustración del lugar del hecho, porque estas imágenes van
a servir de forma probatoria dentro de un proceso penal.

LA FOTOGRAFÍA FORENSE COMO MEDIO PROBATORIO


La fotografía en los procedimientos judiciales tanto civil como penal, proporciona un regis-
tro gráfico que hará más fácil para el Tribunal apreciar y valorar las pruebas recolectadas
en el lugar de los hechos. Esta fotografía tiene carácter descriptivo y presenta resultados
de pruebas (huellas dactilares latentes).
Las fotografías como medio probatorio deben tener ciertos elementos para ser tomadas
como originales. No deben existir retoques que conlleven la adulteración, simplemente se
permite un control de lo que es contraste, brillo y saturación. El fotógrafo debe registrar
en la imagen todo elemento de interés para la causa, como indicios y evidencias ya que
esta puede servir para cualquier discrepancia que pueda haber entre la fotografía y lo que
describen los testigos.

QUÉ ES UNA CÁMARA DE FOTOS


La cámara fotográfica es una caja oscura que deja pasar la luz el tiempo preciso para que la
imagen enfocada, a través del objetivo, sea registrada por un sensor digital o una película.
Puntos a tener en cuenta para la toma fotográfica:
• Encuadre y enfoque de un sujeto o una escena utilizando un objetivo en un extre-
mo que dirige los rayos de luz hacia un sensor digital en el otro extremo.
• El sensor digital capta la imagen.
• En el objetivo, el diafragma, circunscribe el tamaño del rayo de luz que penetra
(apertura de diafragma).
• Entre el objetivo y el sensor existe también un obturador, que controla el tiempo
que el sensor está expuesto a la luz (tiempo de exposición).
• Para componer la escena se observa a través de un visor o a través de una pan-
talla incorporada en la cámara digital.
• Para elegir el lapso de la exposición posee un botón disparador.
• La imagen recogida por el sensor es procesada por un chip y se almacena en un
soporte de almacenamiento digital (tarjeta de memoria).

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Tema 13: Fotografía forense 389

• Una batería alimenta los circuitos electrónicos durante todo el proceso.


• El fotómetro mide la luz proyectada a través del objetivo para que la cámara pueda
calcular la exposición correcta.

MANEJO DE LA CÁMARA
Lo más importante del manejo de una cámara réflex es colgarte la cámara del cuello, y
luego tomar una postura cómoda para la toma fotográfica. La más conveniente se va a
detallar en el apartado siguiente.

Figura 1. Ejemplo de cámara con correa al cuello.

¿Cómo cojo mi cámara?


Lo más sencillo es agarrar con la mano derecha el cuerpo de la cámara y con la izquierda
por debajo del objetivo. De este modo se maneja el objetivo con la mano izquierda (para
ajustar el zoom y el enfoque si este está en modo manual) y con la derecha manejas todos
los comandos de la cámara. Se recomienda manejar el zoom por debajo del objetivo para
no estorbar al flash en caso de estar utilizándolo.

Figuras 2, 3 y 4. Ejemplo de cómo sostener la cámara.

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390 Manual de Criminalística y Criminología

La velocidad de obturación
Es la que regula la cantidad de luz que entra al sensor de nuestra cámara. Variando el
control de la velocidad de obturación podrás hacer la misma fotografía con resultados muy
distintos. Uno de los elementos en los que impacta de una manera más determinante es
en la congelación (o no) del movimiento.
Cuando tratamos la velocidad de obturación, tener luz natural y directa nos proporciona
una imagen más fiable. Sin embargo, el flash (luz artificial) nos proporciona una imagen
un tanto modificada por la propia velocidad de obturación.
En la exposición hay tres factores a tener en cuenta: ISO/ASA es la clasificación de la sen-
sibilidad a la luz en los sensores, como así también a la película si hablamos de fotografía
química; velocidad de obturación es la duración del tiempo en el cual el obturador está
abierto; apertura (f) es el tamaño del orificio donde pasa la luz.

Figura 5. Parte frontal cámara fotográfica.

A su vez, la pantalla de la cámara fotográfica indicará la velocidad de obturación como se


puede apreciar en la siguiente figura y el diafragma como la zona de enfoque.

Figura 6.Pantalla donde indica los distintos parámetros de la cámara.

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Tema 13: Fotografía forense 391

Apertura de diafragma
El diafragma es la parte de la cámara que determina el tamaño de la abertura. Está com-
puesto por unas pequeñas laminillas metálicas, imbricadas entre sí en el interior del ob-
jetivo. Estas forman un orificio regular que determina el diámetro del haz luminoso y, por
tanto, la intensidad de luz que tendrá el plano focal.
El diafragma es el que controla la cantidad de luz que atraviesa el objetivo y también de-
termina la extensión de la profundidad del campo.
Algunas combinaciones de abertura y velocidad dan lugar a una exposición equivalente,
es decir, que en muchas ocasiones la imagen o película se encontrará expuesta a la mis-
ma cantidad de luz. Un diafragma muy abierto y una velocidad de obturación elevada nos
darán una profundidad de campo escasa y una abertura más pequeña, y una velocidad de
obturación más lenta nos darán una profundidad de campo mayor.
Los valores de la escala son los siguientes: f/1, f/1.4, f/2, f/2.8, f/4, f/5.6, f/8, f/11, f/16,
f/22, f/32, f/45 y f/64. Los números crecen a medida que la abertura se hace menor, por
tanto f/5.6 es más pequeña que f/4 pero más grande que f/8. Por eso, el diafragma se
mide en fracciones, por ende, mientras más alto sea el número más pequeño será la
apertura y viceversa.

Figuras 7 y 8. Combinaciones de aberturas del diafragma.

Distancia focal
Es la distancia en milímetros entre el centro óptico y la superficie del sensor de la imagen,
cuando esta se encuentra proyectada.
Los objetivos de distancia focal larga acercan el objeto por su ángulo de campo más
estrecho.

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392 Manual de Criminalística y Criminología

La sensibilidad ISO
Es, junto con la apertura del diafragma y el tiempo de exposición, uno de los tres elemen-
tos que definen la exposición en las fotos, lo que se conoce como el famoso triángulo de
la exposición.
La sensibilidad ISO marca la cantidad de luz que necesita nuestra cámara para hacer una
fotografía. Este concepto, que viene arrastrado de la fotografía convencional, se mantiene
en la fotografía digital, aunque sus fundamentos son algo diferentes.
También tenemos que saber que a mayor sensibilidad ISO, menor calidad de imagen y a
menor sensibilidad ISO, mayor calidad de imagen, por lo que siempre se recomienda en
la parte pericial no modificar el ISO siempre y cuando no sea necesario, ya que en las
pericias siempre se busca tener calidad de imagen. Cuando se tiene que modificar esta
sensibilidad se tiene que ir a menú, luego sensibilidad ISO y de ahí seleccionamos el ISO
que deseamos para nuestra fotografía, como se puede observar en las siguientes figuras.
Cabe mencionar que esta sensibilidad se debe utilizar cuando tenemos escasa luz en la
escena fotográfica.

Figura 9 y 10. Menú con los parámetros de disparo en la cámara fotográfica.

Al final de dicha selección podemos encontrar algo que se describe de la siguiente ma-
nera: Hi-1 o Hi-2. Estos ajustes a partir Hi 0.3 hasta Hi 4 pertenecen a las sensibilidades
ISO de 0.3 a 4 EV por encima del rango ISO base (cuando hablamos del ISO base es que
quiere decir que estamos levantando un ISO demasiado sensible), es decir, en una D800
con un ajuste ISO de Hi 2, sería el semejante a utilizar la sensibilidad ISO 25600, lo que re-
sultaría muy útil en condiciones de poca luz. Las imágenes tomadas con estos ajustes tie-
nen más probabilidades de presentar ruido (píxeles luminosos aleatorios, niebla o líneas).

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Tema 13: Fotografía forense 393

Figura 11. Ajustes de sensibilidad ISO.

Balance de blancos
Es un control de la cámara que sirve para equilibrar los niveles de los colores básicos: rojo,
verde y azul (RGB), con el objeto de que la parte más brillante de la imagen aparezca como
color blanco, y la menos brillante como negro. Si realizamos el balance de blancos correc-
tamente, ese blanco y ese negro serán puros, no tendrán ninguna dominación de color.
Este control, dependiendo de las cámaras, puede ser automático o manual. Se en-
cuentran en el menú de la cámara a utilizar y buscar la opción más adecuada depen-
de la imagen y los colores que debemos tomar (ver Figura 12), esto nos va a dar dis-
tintas opciones de luz: incandescente, fluorescente, luz de sol directa, flash, nublado
y sombra (ver Figura 13).

Figuras 12 y 13. Balance de blancos.

Flash externo
El flash fotográfico o destellador fotográfico es un mecanismo que actúa como fuente
de luz artificial para iluminar escenas en fotografía. El flash es una fuente de luz artificial,
intensa y dura, que generalmente abarca poco espacio y es transportable. Se utiliza nor-
malmente para iluminar escenas del crimen o lugares del hecho que están oscuras.

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394 Manual de Criminalística y Criminología

Metadatos
Es la información que contiene la imagen que fue tomada: la fecha, hora, distancia focal
de la lente que se empleó, diafragma, velocidad de obturación, hasta datos más complejos
como la localización en la que fue tomada y todos los datos que conciernen a los derechos
de autor.

COMPRESIÓN DE LA IMAGEN
Formato RAW
En el archivo RAW es el equivalente digital al negativo en la fotografía química, cada vez
que se toman fotografías en un hecho pericial, se debe configurar la máquina desde el
menú de la misma en RAW + JPEG, ya que de esta manera nos podemos defender en
cualquier juicio por la adulteración de la imagen como una prueba pericial.
Este archivo RAW no tiene compresión y contiene toda la información de la imagen que se
tomó tal como la capturó el sensor del cuerpo de la máquina fotográfica. Este archivo sir-
ve como prueba ya que cualquier modificación se debe guardar con otro formato distinto,
y esto va a servir para la integridad de la imagen que fue tomada. También estos archivos
son sumamente pesados en megabytes, ya que no está comprimido.

Formato JPEG
Este formato presenta un archivo de compresión ya que reduce el tamaño de un archivo
RAW y con esto conlleva a la pérdida de información. Es el más usado por la población y
el más apto en cualquier dispositivo móvil, también preserva las variaciones en el brillo
de una imagen.

Formato TIFF
Este formato permite conservar mayor cantidad de información con respecto al formato
RAW, por lo que los archivos en este formato resultan un poco más amplios que los
JPEG. Para un informe pericial entre los archivos de compresión es el más usado ya que
no pierde tanta información. También estos pueden almacenar entre 8 y 16 bits por canal,
sin embargo los archivos de compresión JPEG pueden almacenar información en 8 bits
por canal.

TIPOS DE CÁMARAS
Los tipos de cámaras más usuales en estos tiempos son: cámaras réflex, cámaras de
formato medio, cámaras de formato grande, cámaras de vídeo y teléfonos móviles.
Estas cámaras contienen un sensor llamado CCD, el cual trabaja con fotodiodos aptos de
generar cargas eléctricas en forma correspondiente a la cantidad de luz incidentes sobre
ellos.

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Tema 13: Fotografía forense 395

Los tipos de lentes que se encuentran son: lente corta, lente normal, lente teleobjetivo
fijo, lente de teleobjetivo para acercamiento zoom, lentes macro, lentes ojo de pez (fotos
360º)… A su vez, la fotografía tiene fundamentos lógicos, ya que estas pueden contro-
lar la perspectiva aparente, la exposición, la profundidad de campo, y puede detener el
movimiento (para este capítulo no será necesario ya que los escenarios criminales son
estáticos y no dinámicos).

LA PERSPECTIVA
La perspectiva es el sentido del espacio y la distancia en una fotografía, la perspectiva
aparente, es controlada por la selección de lentes: lentes de ángulo ancho, lentes norma-
les y lentes teleobjetivos.
La perspectiva verdadera es controlada por la distancia desde la cámara hasta el objeto
que se va a fotografiar. Debemos tener en cuenta que las lentes normales son las más
usadas en los escenarios criminales, ya que abarcan más dimensión en la toma fotográ-
fica.

LA PROFUNDIDAD DE CAMPO
La profundidad de campo es la distancia entre los objetos mas cercanos y los más dis-
tantes enfocados en frente y detrás del sujeto; cuanto más pequeña es la apertura más
grande será la profundidad de campo y cuanto mayor es la apertura, más pequeña será
la profundidad de campo. También se encuentra la distancia hiperfocal que se trata de
enfocar en un punto entre dos objetos para aumentar la profundidad de campo.

Figura 14. Ejemplo de profundidad de campo.

FUNDAMENTOS RELATIVOS A LA TOMA FOTOGRÁFICA


Para tener una buena estabilidad a la hora de tomar imágenes en el lugar del hecho se
tiene que tener en cuenta ciertos parámetros, que son el agarre de la cámara fotográfica,
la imagen vista por la mira (composición) y la alineación de la imagen (enfoque).

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396 Manual de Criminalística y Criminología

Fotografías en el lugar del hecho (LDH)


Como ya sabemos, puede haber escenas del crimen abiertas, cerradas y mixtas, depende-
rá de la preservación que va a tener lugar en ellas; también de los carteles identificativos
marcando el sector con letras mayúsculas, y de las evidencias con números naturales.

Figuras 15, 16 y 17. Secuencia fotográfica de recolección de evidencias.

Las fotografías tienen que mostrar cómo está preservado el lugar del hecho (ver Figu-
ras 18 y 19): se comienza desde afuera del escenario y se tiene que ir determinando la
ubicación de dónde se cometió el hecho, usando letreros de calle, números de casas o
edificios, u otros puntos de referencia reconocibles. Estas fotografías deben preservar la
profundidad de campo en relación a la calle o casa que fotografíen, todo ello para dar ma-
yor veracidad a la imagen. También se debe tener en cuenta el punto de entrada y salida.
Igualmente, debe estar visible una escala alfanumérica en la toma fotográfica. En algunos
casos se puede utilizar como referencia de ubicación las fotografías con latitud y longitud,
que estas van a aparecer en los metadatos de la imagen1.

1. Hay que tener en cuenta que estos dispositivos pueden tomar señal o no, y esto puede producir un error en la infor-
mación de la ubicación ya que la máquina, al no tomar señal, va a poner la latitud y longitud del fotograma anterior.

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Tema 13: Fotografía forense 397

Figuras 18 y 19. Escenario preservado del crimen.

También se tiene que considerar la fotografía aérea, que esta puede ser tomada con un
dron. Estas imágenes sirven para mostrar el lugar del hecho con amplitud. Asimismo, se
recomienda sacar una fotografía 360° mostrando: la calle, las intersecciones y el edificio
o casa; en el caso de no poseer una cámara de estas características, se pueden tomar
con una cámara réflex y un trípode realizando distintas tomas que abarquen lo que se
quiere mostrar, y luego se pueden unir con el programa Lightroom, el cual se detallará en
este capítulo más adelante. Desde el exterior de la escena, uno se debe ir acercando gra-
dualmente al lugar del hecho para poder sacar fotografías de relación (mediano alcance)
mostrando los carteles de sector y las evidencias que se encuentran en la escena. Las
fotografías de primer plano de la numeración de la casa no deben faltar en ningún informe
pericial, ya que estas identificarán y establecerán claramente la ubicación del escenario.
Las fotografías como pruebas, por lo general, tienen que ser a 90°, con referencia al obje-
to a fotografiar y se tienen que fotografiar en el estado en que se encuentra la evidencia.
La primera instantánea tiene que ser tal cual se encuentra el objeto y posterior a esta con
referencia métrica, marcando ancho y largo del mismo. Los tipos de lentes que se deben
utilizar dependerán de la escena del crimen en la que nos hallemos, ya que cada lente
dependerá de la superficie a abarcar, ejemplo: si tenemos un baño de 2 x 2 m no se podrá
utilizar una lente de 50 mm, ya que no va a tener la capacidad de abarcar la totalidad de
la superficie a fotografiar.
En un hecho de violación, la intención del registro fotográfico es consignar información so-
bre signos de cualquier lucha en la escena donde ocurrió el hecho, o indicaciones de la
resistencia de la víctima para oponerse al ataque, tales como moretones, marcas negras
y azules, ropa desgarrada, etc. Las marcas de mordidas deben fotografiarse con luz obli-
cua, con y sin un dispositivo de medición en la escena del crimen y también en la morgue.
En los hechos de violación, la fotografía infrarroja ultravioleta del cuerpo puede detectar
marcas de mordeduras latentes, ya que puede producirse una hemorragia en el tejido deba-
jo de la piel. Se debe representar la ubicación de pelos y fibras extraños, fluidos biológicos
y manchas, estas se deben fotografiar como se indica en el apartado de luces forenses.
También se debe fotografiar las pertenencias de la víctima, como la preservación de manos
y pies para que quede constancia de cómo se trasladó el cuerpo hacia la morgue judicial.

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398 Manual de Criminalística y Criminología

Documentación en vehículos
Para fotografiar un vehículo secuestrado o que haya tenido algún tipo de intervención en el
lugar de los hechos, se debe seguir una técnica (horaria o anti horaria) para la realización
de las tomas fotográficas. Se comienza por el frente, lateral derecho, parte trasera y lateral
izquierdo (Figuras 20-31), cada vez que se va describiendo se tiene que aclarar que se
hace desde el asiento del conductor. En estas fotografías es importante que se observe el
dominio del vehículo, y luego empezar por la puerta que uno elige y siguiendo un orden
como se explicó anteriormente. Finalmente se tiene que sacar la foto de la identificación
del vehículo (numeración), y si hay alguna evidencia que es de interés para la causa se
debe fotografiar de la misma manera que en el lugar del hecho.

Figuras 20, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 29, 30, 31. Secuencia de documentación en vehículos.

Fotografías de huellas latentes


Antes de comenzar este apartado, tenemos que saber ciertas definiciones:
• Huella latente: Cuando un dedo toca una superficie, deja un patrón invisible de
aceite llamado huella digital latente. Esta se forma al poner en contacto las crestas
papilares con una superficie adecuada, debido a las secreciones de las glándu-
las sudoríparas y sebáceas. Es una huella que no se ve a simple vista por el ojo
humano, se debe utilizar la acción de una luz artificial a 45° para su observación.
• Huellas visibles: son aquellas que se observan con el ojo humano, comienzan
como una huella latente y luego, por el empleo de un reactivo, se transforman en
visibles.

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Tema 13: Fotografía forense 399

Estas fotografías sirven para preservar las huellas latentes, ya que los procesos emplea-
dos para revelar dichas huellas, como los reactivos, pueden destruir las impresiones visi-
bles, ya que al aplicar demasiado reactivo la huella dactilar se empastará y la fotografía no
tendrá el fin que deseamos. Algunas veces es la única manera que existe para preservar
una impresión latente.
Todas las huellas latentes deben ser fotografiadas antes de ser levantadas, y las impresio-
nes latentes deben ser fotografiadas antes de que se comience cualquier proceso que las
transforme en visibles. Cada vez que vayamos a fotografiar, siempre tenemos que tener
en cuenta que la lente debe estar a 90° con respecto a la huella a capturar, se debe utilizar
una ISO sensible si esta lo requiere, y un rótulo de identificación, además de mantener un
registro fotográfico de todas las tomas. En la fotografía de la huella latente no se tiene que
tener en cuenta la posición de 90° ya que, como se dijo anteriormente, se puede observar
con una luz artificial a 45° de la superficie donde está aposentada. En estos casos, la su-
perficie donde está aposentada nuestra huella, da un rol participativo muy importante ya
que hay elementos que hacen reflejos o dificultan la toma fotográfica.

Figuras 32, 33, 34, 35. Fotografía de huellas sobre vidrio negro.

A continuación se detallarán algunas técnicas de fotografiado dependiendo del soporte


que contiene la huella dactilar.
Cabe destacar que estas fotografías pueden estar sacadas con una lente 50 mm o una
18-140 mm de medio plano, y luego se le aplicará un adaptador macro de lente plano para
tomar fotos en detalles.
En las huellas sobre vidrios se debe utilizar un fondo oscuro situado, dentro de las posi-
bilidades, por detrás de la superficie que necesitamos fotografiar. Luego se iluminará la

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400 Manual de Criminalística y Criminología

superficie de la huella dactilar, de tal manera que el haz de luz sea oblicuo, procurando no
iluminar el fondo oscuro, ya que de este modo se puedan tomar las crestas papilares con
la luz incidente que se aplica, en contraste con el fondo negro.
En las huellas latentes sobre un objeto traslúcido (acetato), se debe crear un contraluz por
detrás del elemento que vamos a fotografiar, de tal modo que sobresalgan las impresiones
dactilares por efecto de la luz.
En las huellas latentes sobre un espejo vamos a tener una complicación, porque la huella
aposentada en dicho objeto genera dos imágenes: la huella revelada en el espejo y la que
se refleja en el fondo del espejo, por lo que se realizará lo siguiente: colocar la cámara y
el espejo, si es factible, perpendicularmente (90°); colocar una pantalla de cualquier color
que haga el efecto de rebote del haz de luz, con el fin de iluminar el área específica a
fotografiar, evitando que la luz incida directamente sobre el objeto. Se tendrá que abrir el
diafragma al máximo (f/4) si la lente es apta para tal diafragma (como sabemos las lentes
nos dan limitaciones en cuanto a la apertura del diafragma, y con una velocidad de obtu-
ración de 50 segundos).
Después se debe tomar una fotografía de la huella dactilar una vez levantada (acetato o
soporte para levantamiento de huellas) con referencia métrica.
Con respecto a la iluminación, se aconseja tener un flash angular que van colocados en la
boca de la lente de la máquina, esto va a servir para que no genere sombras en la huella y
tenga una iluminación uniforme y precisa. En este estilo de fotografías no se debe aumen-
tarla ISO, ya que lo que buscamos en estas placas es calidad de imagen.

Figura 36. Fotografía a huellas con flash.

Estas fotografías, usualmente, se utilizan para el sistema AFIS (Sistema de Identificación


de Huellas Dactilares), porque captura imágenes a 500 dpi de resolución en escala de
grises y en fotografías 1:1. Cuando hablamos de escala 1:1 quiere decir que la huella debe
tener la misma medida en la fotografía y en la huella natural.

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Tema 13: Fotografía forense 401

Para el revelado de huellas dactilares utilizamos el cianocrilato, es un reactivo llamado


ARDROX, que lo que hace es entintar sobre el revelado del cianocrilato, y con la ayuda de
una luz UV se realiza una luminiscencia de color verde, esto sirve para mejorar la fotogra-
fía en huellas dactilares.
Las fotografías de huellas dactilares deben tener referencia métrica, en este caso llamada
referencia geométrica.

Fotos panorámicas
Las fotografías a 360° muestran la posibilidad de visualizar un contenido no solo como lo
alcanza una cámara fotográfica convencional, o la vista (el ojo humano que percibe casi
180°), sino también lo que pasa alrededor, encima, debajo del protagonista que está to-
mando la imagen. Estas fotografías sirven para facilitar la percepción de un mayor campo
visual.
Hay varias compañías con productos en el mercado, una de las más recomendables es la
Ricoh Theta, una cámara con doble lente que ha tenido mucho éxito.
Otro producto es Kodak Pixpro, sumado a las GoPro (hay un pequeño dispositivo en el
cual se unen varias cámaras para formar las 360°).

Figura 37. Modelo cámara Kodak Pixpro.

También existen cabezales con distintos accesorios para cámaras réflex, cámaras com-
pactas y teléfonos móviles con motores eléctricos que se pueden dirigir mediante una
aplicación desde un dispositivo móvil, para la dirección de rotación y el tiempo de du-
rabilidad (ver Figura 38), además hay cabezales pero de motor manual que tienen una
desventaja, que no se puede programar el tiempo de giro y no soporta mucho peso, por
lo tanto, las cámaras réflex para este dispositivo se descartarían.

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402 Manual de Criminalística y Criminología

Figura 38. Cabezal.

Si no poseemos ninguna de las cámaras antes mencionadas, como ya habíamos hablado


en el apartado de fotografía en la escena del crimen, se pueden tomar varias fotografías
con un trípode y unirlas con el programa Lightroom, cargando las imágenes, seleccionan-
do las que queremos unir, botón derecho sobre las mismas, e ir a “editar en”, combinar en
panorama de Photoshop. Después, se abre un cuadro de diálogo, en el que tenemos que
elegir entre automática, perspectiva, cilíndrica, esférica, collage y cambiar de posición,
dando a “aceptar” en la opción que deseamos el programa realizará la unión automática-
mente de nuestras fotografías.
Estas fotografías sirven para la documentación en un juicio, pero al momento de presen-
tarlas en la labor pericial esta fotografía va a estar en vista en nuestra lámina ilustrativa.
Muchas veces esto presenta una desventaja, que al tener las uniones de las mismas y si
una persona no va al lugar del hecho, suele marear al receptor por la deformación y la
perspectiva de la imagen.

LA FOTOGRAFÍA EN LA ENTOMOLOGÍA FORENSE


La entomología forense es el estudio de los insectos para, principalmente, establecer el
tiempo de muerte o intervalo post mortem. En estas fotografías se debe ir de lo general a
lo particular, sacar fotografías de la localización del lugar, y luego empezar a sacar macro
fotografía, que se describe como un sistema fotográfico que permite obtener fotografías
de objetos muy pequeños ampliadas directamente por el objetivo de la cámara.
Objetivos macro: diseñados para enfocar correctamente a una mínima distancia focal,
que esto conlleva a ampliaciones sin requerir equipamiento extra.
Lentes de aproximación: también se las conoce como filtros de aproximación. Son lentes
simples casi generalmente plano convexo, con diámetros y dimensiones similares a las de
un filtro. Estas van ubicadas en la boca de la lente y permiten aumentar la imagen a gusto
del fotógrafo, estas tienen desventaja ya que el foco del mismo se encuentra en el centro
de la lente y todo su anillo va a estar desenfocado, se las denominan lentillas de aproxi-
mación críticas. También por el mínimo movimiento se produce un desenfoque del objeto,
para eso se recomienda utilizar un trípode con cabezal invertido y un software de manejo

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Tema 13: Fotografía forense 403

de máquinas, o un disparador manual ya que de esta forma no vamos a tener contacto


con el cuerpo de la cámara réflex. Existen adaptadores macro de diámetros universales
que van colocados en la boca de la lente.
Fuelles: este accesorio se coloca entre el objetivo y la cámara, permitiendo acercar el
elemento a fotografiar lo más próximo posible.
Microscopios: los microscopios son sistemas de zoom con una trayectoria de haz ver-
tical, y proporcionan imágenes de color, con precisión, contraste, nitidez, brillo y alta
resolución.
Todas estas fotografías se deben sacar con referencia métrica y con muy buena calidad,
ya que esto le va a servir al entomólogo forense para poder determinar el intervalo post
mortem.

LUMINOL
Antes de empezar a hablar del fotografiado del luminol, vamos a hacer una pequeña rese-
ña acerca del uso de este reactivo.
El luminol sirve para revelar las manchas de sangre en forma latente, también para lo-
calizar el lugar donde posiblemente ocurrieron los hechos. Esto surge del estudio de la
secuencia fáctica realizada con anterioridad y esta actuación tiene que estar respaldada
mediante fotografía o vídeo. Este reactivo actúa en un medio alcalino del ión ferroso exis-
tente en la hemoglobina.
Primero se debe fotografiar de lo general a lo particular con la localización mediante GPS o
numeración del domicilio donde se realiza la aplicación de dicho reactivo y se debe sacar
una fotografía ilustrando el interior del mismo, incluyendo piso y techo.
Se debe colocar la cámara en un trípode, si el lugar lo acredita, ya que va a ser necesaria
una exposición prolongada. Normalmente se sugiere utilizar una velocidad de obturación
de 8 segundos, y un diafragma lo más abierto posible con una sensibilidad ISO/1600, lo
que se busca es fotografiar la luminiscencia del reactivo y en estos casos no se busca
calidad. El tipo de lente no es importante ya que tenemos que abarcar la mayor superficie
posible, estas fotografías se deben tomar sin flash porque si lo utilizamos podríamos opa-
car la luminiscencia del reactivo. En grandes superficies no se recomienda tomar una gran
cantidad de imágenes, porque puede incomodar la vista de los técnicos que lo revisarán;
al observar tanta cantidad de fotografías se les va a hacer más difícil entrar en detalles;
en estas aplicaciones el lugar debe tener una iluminación tenue o semioscura porque este
reactivo produce luminiscencia, por ende la cartelería alfanumérica debe ser lumínica para
que salga en las placas fotográficas. El fotógrafo tiene que indicar al técnico químico que
va a aplicar el reactivo (con el uso de una linterna o láser), cuáles van a ser los laterales
y las partes inferiores y superiores que entran dentro del cuadro del fotograma. De esta
manera, el químico aplicará el reactivo acorde a nuestra indicación, porque si es aplicado
en una superficie que no captamos con nuestra cámara, no se verá en el fotograma. Se

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404 Manual de Criminalística y Criminología

recomienda que el fotógrafo enfoque antes de que el técnico químico aplique el reactivo y
la cámara fotográfica tiene que estar en forma manual, porque si ponemos la máquina en
automático el sensor de enfoque va a opacar la luminiscencia.

LUCES FORENSES
La utilización de luces forenses es la técnica de todo investigador a la hora de comenzar
a realizar una inspección ocular en un hecho de carácter delictivo, en búsqueda de evi-
dencias.
El sistema de luz forense posee características exclusivas destinadas a mejorar la inves-
tigación forense y policial.
Las luces forenses se encuentran entre los espectros de los 400 nm a los 720 nm, siendo
la significancia en su color con el tipo de evidencia a localizar.
Las evidencias que se puede obtener son: minúsculas, opacas, brillantes, sólidas, líqui-
das, físicas, biológicas, marcas, contusiones, etc. Algunas de ellas son: huellas dactilares,
pelos, fibras, plásticos, saliva, semen, sangre, marcas de herramientas, marcas de morde-
duras, abolladuras, contusiones, laceraciones, alteraciones en documentos cuestionados.
Para algunas evidencias, como las huellas dactilares, es conveniente contar con polvos
reactivos fluorescentes que ayudarán mucho más a la labor del fotografiado. Asimismo,
la ninihidrina y el DFO son más sensibles bajo la exposición de luz forense que bajo la luz
blanca natural, ayudando al experto a detectarla y verlas en detalle.
Otro aspecto muy importante en el uso de las luces forenses es la posibilidad de visualizar
las evidencias que, ahora sí, están emitiendo luz gracias a la detección por medio de las
luces forenses, pero que deben resaltar gracias a la utilización de un color particular de
filtro.
Para la obtención de estas imágenes es necesario programar la máquina fotográfica con
un diafragma abierto (f1.8) y una velocidad menor (20 seg) y una sensibilidad ISO de
1600, también para este estilo de fotografías se debe colocar un filtro en la boca de la
lente del mismo color que tiene el investigador, ya que sin este no se podrá observar la
evidencia que estamos resaltando. Con respecto a la cartelería alfanumérica tiene que ser
luminosa y, a su vez, tiene que salir en las fotografías indicando el sector y el número de
evidencia.
Otra particularidad que se debe tener en cuenta son las reglas fluorescentes, esto con
la luz UV va a ser luminiscencia y se podrá observar la dimensión de la evidencia en la
fotografía.
También existe un elemento llamado Crimen Scope que está compuesto de distintos fil-
tros y emite a distintas longitudes de onda sin realizar ningún cambio de cabezal, como
se mencionó al principio de este apartado. Además, estas luces sirven para fotografiar
huellas dactilares detectadas en el lugar del hecho para ser enviadas al sistema AFIS.

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Tema 13: Fotografía forense 405

LAS FOTOGRAFÍAS AÉREAS


Las fotografías aéreas son especialmente importantes en las investigaciones de violacio-
nes, robos o cuando la escena del crimen es un descampado, ya que geográficamente
vinculan las escenas del crimen.
Estas fotografías sirven para poder registrar el lugar del hecho o el accidente de tránsito
que se investiga, como así también la ubicación en lugares de los hechos abiertos (des-
campados), utilizando en muchas de estas imágenes un GPS que va incorporado al dis-
positivo. Esta información de latitud, longitud y altitud como así también la hora universal
coordinada está en las imágenes que puedan grabarse con la cámara del elemento que se
utilice. A su vez, se puede tener un grabado de información de geoetiquetado en archivos
de imagen y tiene un bajo consumo de energía con un diseño muy compacto.

Figuras 39, 40, 41, 42 y 43. Ejemplos de fotografías aéreas.

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14
GENÉTICA FORENSE
Anna Barbaro
Genetista forense; presidenta Worldwide Association of Women Forensic Experts (WAWFE)
Studio Indagini Mediche e Forensi (SIMEF)
Italia

INTRODUCCIÓN
La genética forense es la rama de las ciencias forenses que utiliza el análisis del ADN para
la identificación de los individuos. Durante varios años, tanto en el campo de las investi-
gaciones criminales como en los casos de paternidad, el análisis de ADN ha reemplazado
a las investigaciones tradicionales que permitieron al máximo establecer la compatibilidad
de una traza con la sangre del sospechoso o del presunto padre analizando los grupos
sanguíneos.
El análisis del ADN es ahora la herramienta más poderosa y utilizada para la identificación
personal, porque se puede realizar a partir de prácticamente cualquier tipo de muestras
biológicas (por ejemplo, sangre, saliva, pelos, dientes, huesos).
Todas las células de un individuo, con la excepción de casos de patologías, normalmente
contienen 22 pares de cromosomas autosómicos y un par de cromosomas sexuales (XX
en las mujeres y XY en los hombres).
Durante la concepción, el padre pasa al hijo la mitad de su información cromosómica y
la madre la otra mitad: por lo tanto, la composición genética de cada individuo es única y
es igual (con excepción de casos de patologías) para todas las células, tejidos y órganos.
Eso significa que también si dos personas de una misma familia son más o menos pare-
cidas, nunca son genéticamente idénticas (excepto los gemelos).
El cromosoma está formado por una molécula de ADN, asociada a ARN y proteínas: el
ADN contiene hasta 100.000 genes, que determinarán los rasgos hereditarios.

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408 Manual de Criminalística y Criminología

La molécula de ADN es un polímero formado por un conjunto de monómeros llamados


nucleótidos; cada nucleótido está formado por un grupo fosfato, una molécula de azú-
car (desoxirribosa) y una base nitrogenada que se une a la desoxirribosa con un enlace
N-glicosídico. Las bases nitrogenadas pueden ser purinas (adenina, citosina) o pirimidinas
(guanina y timina).
James Watson y Francis Crick, en 1953, demostraron por primera vez que la estructura
tridimensional del ADN es similar a una doble hélice formada por dos cadenas, y por eso
recibieron el Premio Nobel de Medicina en 1962. Por lo tanto, el gen es un tramo de ADN
que puede codificar o no para un carácter determinado.
Cada gen puede tener diferentes variantes llamadas alelos; la posición en el cromosoma
donde está localizado un gen se llama locus. Un locus se define como polimórfico si tiene
diferentes variantes alélicas por las cuales al menos el 2 % de la población es heteroci-
gótica.
Un individuo es heterocigoto para un gen determinado cuando presenta dos alelos distin-
tos para ese locus, si son idénticos el individuo es homocigoto.
En los seres humanos, solo una pequeña parte (0,3 %) del genoma difiere entre los in-
dividuos: esta diferencia se debe principalmente a la presencia en los cromosomas auto-
sómicos y sexuales de tramos de ADN altamente repetidos disponibles, que constituyen
más del 40 % del genoma humano.
Como estas regiones generalmente se ubican entre los genes, pueden cambiar de perso-
na a persona, sin afectar la salud del individuo
Las regiones repetidas seleccionadas por la comunidad científica internacional para apli-
caciones forenses incluyen minisatélites y microsatélites.

LA HUELLA DEL ADN


El análisis de ADN con fines forenses se introdujo por primera vez al final de los años 80
por el profesor Alec Jeffreys, de la Universidad de Leicester (Reino Unido).
Al estudiar el gen de la mioglobina, identificó en el genoma humano la presencia de
algunas secuencias altamente repetidas y en forma variable de un individuo a otro (mini-
satélites).
Los minisatélites (Variable Number of Tandem Repeats o VNTRs) generalmente presentan
en longitud repeticiones de 10 a 100 pb y se repiten entre 5 y 50 veces.
Las secuencias repetidas difieren en función de la longitud del área repetida y de cada
unidad repetida y del número de unidades, por lo tanto los minisatélites se llaman también
“número variable de repeticiones en tándem”.
Algunos minisatélites son complejos y presentan una unidad central (core) que incluye
algunos nucleótidos “GGGCAGGANG” (donde N puede ser cualquier base).

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Tema 14: Genética forense 409

Los minisatélites se encuentran en los centrómeros y en los telómeros de los cromoso-


mas, principalmente en las regiones no codificantes, por eso pueden diferir de una per-
sona a otra, sin afectar la salud. Muestran una alta tasa de mutación y una alta diversidad
en las poblaciones.
El profesor Jeffreys desarrolló una técnica para revelar las diferencias entre los VNTRs,
que se basaba en el uso de enzimas de restricción para cortar el ADN en fragmentos de
varios tamaños (Restriction Fragment Length Polymorphisms).
Los fragmentos de ADN así producidos se separan en base al peso molecular mediante
electroforesis en gel y luego se transfieren a un filtro de nitrocelulosa (Southern Blotting)
donde se someten a hibridación con sondas radiactivas para un solo locus o para múlti-
ples loci.
El tamaño de los fragmentos se determina con una radiografía automática: el patrón obte-
nido es similar a un código de barras y, por lo tanto, único de un individuo a otro (huella
dactilar de ADN).
El método de la huella genética de Jeffrey se utilizó por la primera vez en Inglaterra en
1985 en un caso judicial de inmigración ilegal para confirmar la identidad de un niño bri-
tánico cuya familia era originaria del Ghana. El análisis de ADN permitió demostrar que el
niño en realidad estaba relacionado con los otros miembros de la familia y evitar que fuera
expulsado de Inglaterra.
En 1987, la policía británica utilizó la “huella dactilar de ADN” para resolver el caso de
violación y asesinato de dos chicas de 15 años, Lynda Mann y Dawn Ashworth, violadas
y asesinadas en Narborough (Leicestershire, UK) en 1983 y 1985. La prueba permitió ex-
culpar a un mitómano (Richard Burkland) que había confesado uno de los dos crímenes,
y después de un examen masivo de 5.000 individuos masculinos, permitió también iden-
tificar al verdadero responsable, Colin Pitchfork, quien pasó a la historia por ser el primer
asesino identificado por la prueba de ADN.
En Estados Unidos, el análisis de ADN fue admitido por primera vez en un Tribunal en
1988 en un caso de violencia sexual (Estado de Florida contra Tommy Lee Andrews).
Pero la validez de la prueba de ADN fue fuertemente desafiada en 1989 durante el juicio
por el asesinato de una mujer embarazada, Vilma Ponce, y de su niña, apuñaladas hasta
la muerte en su apartamento del Bronx, Nueva York. La defensa del sospechoso, Joseph
Castro, destacó que el laboratorio que analizó el ADN durante el análisis falló en varios
aspectos de la metodología analítica importantes para obtener resultados fiables dentro de
un grado razonable de certeza científica y también en la interpretación de los resultados
de ADN. Por lo tanto, Joseph Castro fue absuelto a pesar del resultado desfavorable del
análisis de ADN de las manchas de sangre sobre el reloj del sospechoso.
A pesar de esto, aunque con mayor cautela, el análisis VNTR continuó siendo utilizado
durante los años siguientes con éxito en cientos de casos forenses.

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410 Manual de Criminalística y Criminología

Su uso fue limitado porque para el análisis RFLPs era necesaria una gran cantidad de ADN
no degradado y la interpretación de los patrones VNTR era bastante compleja y problemá-
tica, especialmente en el caso de muestras mixtas. A lo largo de los años, ha habido una
rápida evolución gracias a la introducción en la ciencia forense de la técnica de reacción
en cadena de la polimerasa (Polymerase Chain Reaction) que permite obtener millones de
copias de un tramo de ADN utilizando cantidades mínimas de ADN.
Los laboratorios forenses realizan anualmente cientos de pruebas de ADN: las tecnologías
modernas, rápidas y económicas, permiten obtener resultados concluyentes de una am-
plia gama de evidencias biológicas, incluso las degradadas o en escasa cantidad. Debido
a esto, la tipificación de ADN es ahora el procedimiento más utilizado para la identificación
personal.
Las principales aplicaciones del análisis de ADN incluyen la identificación personal en
casos criminales para identificar el donante de una traza, comparando por ejemplo el ADN
de las evidencias biológicas encontradas en la escena de un crimen con el de un sospe-
choso; identificación individual en desastres de masas (DVI), evaluación de las relaciones
biológicas (paternidad, maternidad, reconstrucción de árboles genealógicos).

SISTEMAS DE USO FORENSE


SHORT TANDEM REPEATS (STRS)
Los microsatélites, también llamados Repeticiones en Tándem Cortas (STR, short tandem
repeats), se encuentran generalmente en el área centromérica de un cromosoma: se ha
estimado la presencia de un STR por cada 6~10 kb en el genoma humano.
Los STRs consisten en la sucesión de un cierto número de secuencias repetitivas con
una longitud total que varía de decenas a cientos de pares de bases, por lo tanto mucho
menos que la longitud de las VNTR. Generalmente contienen repeticiones de 2-6 pares de
bases (pb) y la forma más común es una repetición de 4 pb. Cada unidad generalmente se
repite muchas veces en forma de “cabeza-cola”. En general, los STR más utilizados tienen
dimensiones en el rango de 100-500 pb.
En individuos no relacionados, los marcadores STR tienen diferentes números de uni-
dades de repetición y patrones de repetición, pero la secuencia generalmente no difiere.
Se ha observado que GATA y AGAT son las repeticiones más comunes en los loci STR
forenses.
De acuerdo al tipo de patrón, los STR pueden clasificarse como simples, compuestos,
complejos (Butler, 2001).

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Tema 14: Genética forense 411

Clasificación Patrón de repetición


Simple Unidades de repetición con idéntica longitud y secuencia
Compuesto Dos o más repeticiones simples adyacentes
Complejo Repeticiones de longitud o secuencias variables

Figura 1. Tipos de STR según patrón (Butler, 2001).

Estos marcadores del ADN ubicados en la región no codificante fueron inicialmente elegi-
dos para fines de identificación humana, porque no dan informaciones adicionales sobre
el fenotipo de una persona o su estado de salud, permitiendo por lo tanto el respeto de la
privacidad de un individuo.
En particular, para uso forense la comunidad científica internacional seleccionó STRs con
las siguientes características (Gill et al., 1996, Carracedo y Lareu, 1998):
• Alto poder de discriminación > 0,9.
• Heterocigosidad (Ho) > 70 %.
• Diferentes ubicaciones en los cromosomas.
• Robustez y reproducibilidad de los resultados.
• Longitud de alelos en el rango de 90-500 pb.
• Bajos índices de tartamudeo (stutter).
La abundancia en el genoma, el alto nivel de polimorfismo, la tasa de mutación reducida
(del orden de 10-3) y la facilidad de amplificación, convirtieron los STRs en los marcado-
res de rutina utilizados en las pruebas forenses de ADN.
La Comisión de ADN de la Sociedad Internacional de Genética Forense (ISFG) estableció
en octubre de 1993 la nomenclatura de STR, actualmente utilizada universalmente, con
el objetivo de favorecer la reproducibilidad internacional del análisis de ADN y permitir
comparaciones de resultados de los laboratorios de todo el mundo.
Claramente, ampliándose la actividad de tipificación de STR, se observaron muchos nue-
vos alelos y microvariantes que fueron estudiados para confirmar su secuencia.
En 1997, el Grupo de Genética Aplicada del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología
(NIST) creó la base de datos STRBase, de libre acceso online, que es muy útil para la
comunidad científica porque incluye información sobre la tipificación STR y una lista de
nuevos alelos a medida que se encuentran.
Las muestras forenses frecuentemente tienen ADN en una cantidad limitada o con alta
tasa de alta degradación debido a la exposición a factores ambientales (humedad, calor,
UV, etc.) o al efecto de los microorganismos.

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412 Manual de Criminalística y Criminología

Cuando se produce la degradación, el ADN se corta en pequeños fragmentos (rango pro-


medio de 80 a 200 pb) y los cebadores de PCR pueden fallar en el reconocimiento con
las regiones objetivo.
A medida que aumenta la fragmentación, se pierden los loci STR más grandes y esto pro-
duce una pérdida de información. Obviamente, el problema aumenta cuando se usan unas
PCR múltiplex grandes, debido a la amplia gama de amplicones producidos.
Por ello, la tipificación de STR estándar puede ser inadecuada y no producir resultados
o producir solo perfiles parciales de ADN, no pueden proporcionar el mismo poder de
discriminación que los perfiles completos y, frecuentemente, no permiten incluir o excluir
a un individuo como donante de una muestra.
Estas muestras difíciles pueden ser analizadas utilizando marcadores alternativos más
pequeños, llamados Mini-STR (es decir, STR de dimensiones reducidas).

MINI-STRS
Los STR de dimensiones reducidas (Mini-STR) se introdujeron para solucionar los pro-
blemas relacionados con el análisis de ADN de muestras forenses en mínima cantidad o
muy degradadas, por lo que el análisis de los STR tradicionales no era suficiente, ya que
podría dar lugar a perfiles parciales por la pérdida de los amplicones de mayores tamaño.
En 2001, John Butler y Bruce McCord, del Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología
(NIST), estudiaron la manera de colocar los cebadores directos e inversos de la reacción
de amplificación (PCR) inmediatamente cerca de la región de repetición de un STR con el
objetivo de crear productos de PCR más pequeños que los tradicionales. De esa manera
obtuvieron amplicones de tamaño reducido (Butler, 2003).
Estos nuevos marcadores pequeños se utilizaron por la primera vez para la identificación
de las víctimas de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en el World Trade Center
de Nueva York.
Durante la investigación se encontraron restos muy degradados por el efecto del calor
y del fuego y por la prolongada permanencia en los escombros, así como por los pro-
cesos de descomposición orgánica, que con el análisis tradicional de STR se obtuvieron
resultados muy malos o totalmente negativos. El uso de Mini-STR aumentó el éxito de la
amplificación del ADN de muestras comprometidas, permitiendo obtener datos útiles para
la identificación en casos donde el uso de marcadores STR no había producido resultados.
Los perfiles de ADN obtenidos por Mini-STR son compatibles con los perfiles de ADN de
las muestras procesadas utilizando los STR tradicionales: esto permite la comparación con
perfiles antiguos ya almacenados en bases de datos nacionales.
Además, se observó que el uso de la tecnología Mini-STR mejora la sensibilidad de
la detección de ADN y produce resultados también con muestras de ADN inhibidas o

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Tema 14: Genética forense 413

escasas o con muestras de casos anteriores (cold cases), que no habían sido útiles para
una prueba de ADN.

Figura 2. Ejemplo de estructura de VNTR, STRs y mini-STR.

MARCADORES STR DE LOS CROMOSOMAS SEXUALES


En general, los STR utilizados para análisis forenses se ubican en cromosomas no se-
xuales; durante los años, se descubrieron varios STRs de interés localizados en los cro-
mosomas sexuales XY. Las repeticiones cortas en tándem colocadas en los cromosomas
sexuales (X-Y) son útiles en el análisis forense de ADN.

Marcadores del cromosoma Y


Muchos STR se encuentran en el cromosoma Y específico para el hombre (ChrY). Por sus
características el análisis del cromosoma Y es muy útil en estudios evolutivos, así como
en casos forenses.
En los seres humanos, el cromosoma Y consiste aproximadamente en 58 millones de
pares de bases y representa aproximadamente el 2 % del ADN total en células masculinas.
Contiene 86 genes, que codifican solo para 23 proteínas distintas.
Estos marcadores (Y-STR) se transmiten por vía paterna, no experimentan ninguna re-
combinación genética, por lo que son idénticos en la línea masculina de la misma familia
(por ejemplo, padre-hijo, hermano-hermano, abuelo-sobrino, tío paterno, sobrino).

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414 Manual de Criminalística y Criminología

Eso significa que haplotipos Y-STR idénticos indican atribución a la misma rama masculina
de una familia, mientras haplotipos diferentes indican una exclusión.
Por lo tanto, una base de datos Y-STR consiste en frecuencias de haplotipos en lugar de
frecuencias alélicas.
Los marcadores del cromosoma Y, se utilizan en ciencias forenses para reconstruir las
relaciones de parentesco del lado masculino de una familia, especialmente cuando no hay
personas en el árbol familiar, y permiten establecer si los sujetos masculinos pertenecen
o no a la misma línea paterna (por ejemplo, si dos o más hermanos son hijos del mismo
padre), tanto en pruebas de parentesco como en casos de identificación de víctimas de
desastre y/o personas desaparecidas.
Eso haplotipos Y-STR idénticos indican atribución a la misma rama masculina de una fa-
milia, mientras haplotipos diferentes indican una exclusión.
También los Y-STR son particularmente útiles en casos de violencia sexual para distinguir
el componente masculino en mezclas, especialmente en muestras donde hay un efecto de
enmascaramiento debido a una cantidad muy pequeña de ADN masculino.
Por lo tanto, la tipificación de los Y-STR es una herramienta adicional que puede usarse
como un suplemento de la tipificación autosómica tradicional para identificar a una perso-
na. Además, el análisis del cromosoma Y se puede utilizar en pruebas genealógicas para
rastrear linajes paternos (ascendencia).
En 1997, un estudio internacional multicéntrico recomendó el uso para análisis forense de
9 marcadores (DYS19, DYS389I, DYS389II, DYS390, DYS391, DYS392, DYS385 a/b) que
representan el haplotipo mínimo (MHL o minHt).
En enero de 2003, el Grupo de Trabajo Científico sobre Métodos de Análisis de ADN
(SWGDAM, por sus siglas en inglés) recomendó la extensión de los MHL con la inclusión
de añadir los marcadores DYS438 y DYS439.
A partir de esto las compañías comerciales comenzaron a desarrollar varios múltiplex
inicialmente sencillos y que hoy permiten hasta el análisis de 23-27 loci Y-STR.

Marcadores del cromosoma X


Durante los años se descubrieron muchos marcadores STR localizados en el cromosoma
X (ChrX).
En los seres humanos, las mujeres tienen dos cromosomas X, de los cuales solo uno está
activo por célula, mientras que en los hombres solo hay un cromosoma X.
Esto implica que los marcadores de ChrX aparecen en la hemizigosis en los varones y se
transfieren idénticos a las hijas. Por lo tanto, la tipificación de marcadores X-STR propor-
ciona haplotipos.
En cambio, los dos cromosomas X femeninos son propensos a la recombinación y por
eso los marcadores X en hembras proporcionan un sistema multilocus.

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Tema 14: Genética forense 415

Pero dado que todos los marcadores ChrX están ubicados en el mismo cromosoma den-
tro de un área de 240 cm, varias veces puede ocurrir un fenómeno de linkage (ligamento).
Comparado con los autosomas, pero el ChrX tiene menores tasas de recombinación/
mutación y un tamaño de población efectivo más pequeño, lo que resulta en una deriva
genética más rápida.
Por eso, los marcadores ChrX son útiles para estudios de antropología evolutiva y de las
enfermedades genéticas.
En forense, los marcadores del cromosoma X se usan principalmente en casos de pater-
nidad en los cuales el niño es femenino o de maternidad si el niño es masculino, ya que
el padre transfiere su único cromosoma X a sus hijas, mientras los hijos lo heredan de la
madre.
También se utilizan en casos donde no sean disponibles para análisis unos miembros de
la familia como, por ejemplo, para establecer la hermandad en los casos en ausencia del
presunto padre: si dos mujeres tienen el mismo padre, deben compartir el mismo ChrX
paterno, por lo tanto, el análisis de dos hermanas o hermanastras puede atribuir/excluir
la paternidad.
Desafortunadamente esto se aplica solo a una minoría de casos de parentesco y, en con-
secuencia, solo pocos laboratorios tratan este tipo de análisis.
Se han identificado más de 50 X-STR que se han utilizado para preparar diferentes múl-
tiplex de PCR (Becker et al., 2008; Hundertmark et al., 2008; Gomez et al., 2007; Diegoli
et al., 2010).
En el tracto homólogo de los cromosomas X y Y, se encuentra el gen Amelogenin (AMEL)
que se ha comprobado útil para la identificación del sexo del donante de una muestra
biológica.
En 1993, el Prof. K. Sullivan, del Servicio de Ciencias Forenses (Reino Unido), desarrolló
por primera vez un conjunto de cebadores de PCR útiles para el análisis del gen Ame-
logenin: cuando se analiza con tales cebadores el ADN de los individuos femeninos se
encuentra un solo pico (alelo X), mientras que el ADN de los machos da lugar a dos picos,
uno para el cromosoma X y otro para el Y. En el caso de trazas mixtas, la proporción de
área y altura de los picos X e Y puede ser útil para comprender cuál es el aporte de los
diferentes contribuyentes a la traza.

POLIMORFISMOS DE UNA SOLA BASE (SNPS)


Los marcadores STRs, por sus características, son los más utilizados para las pruebas
forenses de ADN, pero durante los años se han desarrollado sistemas alternativos para
cubrir las nuevas necesidades.

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416 Manual de Criminalística y Criminología

Los polimorfismos de una sola base (Single Nucleotides Polimorphisms, SNPs) consisten
en variaciones de la secuencia de ADN que ocurren en una base (adenina, guanina, timina
o citosina) y representan el 90 % de todas las variaciones genéticas humanas.

Figura 3. Ejemplo de estructura de SNPs.

Los SNPs están presentes tanto en los cromosomas autosómicos como en los sexuales
(X, Y), así como en el ADN mitocondrial, y pueden encontrarse dentro o fuera de una se-
cuencia de codificación, por lo que pueden ser causa de enfermedades genéticas (Dwight,
2000).
Los SNPs en una secuencia de codificación pueden crear una mutación silenciosa que
produce la misma proteína que la producida en ausencia de mutación (SNPs sinónimos)
o determinar una variación en la secuencia de polipéptidos de la proteína (SNP no sinó-
nimo).
Los SNPs fuera de las regiones codificantes puede afectar el empalme de genes (genes
splicing), los factores de transcripción o la secuencia de ARN no codificante.
Obviamente, los SNPs pueden influir en el desarrollo y manifestación de enfermedades,
en la respuesta a factores ambientales, terapias, fármacos o pueden afectar el fenotipo
de un individuo.
Los SNPS tienen muchas ventajas, como la abundancia en el genoma, las tasas de muta-
ción bajas (10-8), el tamaño reducido de los amplicones (que aumenta las posibilidades
de éxito en el análisis de muestras degradas), el alto potencial de automatización, que
permite la determinación simultánea de millones de SNPs.
Siendo sustituciones de una sola base, los SNP son bialélicos (o en algunos casos trialé-
licos) y por lo tanto presentan desventajas (Butler, 2007) como dificultades con la detec-
ción de la mezcla, bajo polimorfismo que implica la necesidad de analizar un gran número
(40-60) de SNP para alcanzar el mismo poder de discriminación (PD) obtenido por el
análisis tradicional de 13-15 STR autosómicos.
Pero en general, los SNP producen un interés particular en la genética forense: por ejem-
plo, Sánchez en el 2006 ha desarrollado un panel de 52 SNPs para pruebas de identifica-

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Tema 14: Genética forense 417

ción humana; unos haplotipos de Y-SNPs y mt-SNPs se han encontrado útiles en análisis
de parentesco; otros SNP (Ancestry Informartive Markers, AIM) son informativos para
establecer con alta probabilidad la ascendencia geográfica de una persona. Por ejemplo,
en la investigación sobre los atentados de Madrid de 2004, se analizaron 34 SNPs autosó-
micos relacionados con la ascendencia para identificar un sospechoso.
Otros SNPs fueron seleccionados para la predicción de las características fenotípicas indi-
viduales (como el color de la piel, el color del cabello o el color de los ojos) con el objetivo
de producir un identikit útil para fines de investigación. La predicción fenotípica basada
en el análisis de ADN es particularmente útil en los casos en los que no hay sospechosos
disponibles para la comparación directa del perfil STR o cuando no hay coincidencia entre
el perfil STR de la evidencia y los perfiles en una base de datos de ADN.
En 2010, Walsh desarrolló el primer sistema (IrisPlex) para predecir el color azul y marrón
de los donantes de las muestras de ADN y que fue ampliado posteriormente para permitir
la predicción simultánea del color del cabello, de ojos y piel en un solo ensayo múltiplex.
Una herramienta de acceso abierto está disponible en la web de la Universidad Erasmus
de Rotterdam1 para permitir la predicción de los fenotipos, con una precisión de más del
90 %, usando los resultados obtenidos del análisis de los SNPs, mediante comparación
con los datos de color de ojos, cabello y piel presentes en diferentes bases de datos de
población.
El método más barato y comúnmente utilizado para analizar los SNPs es la reacción
SNaPshot®, que permite un análisis económico y rápido de hasta a 40 SNPs en una sola
reacción. Este método se basa en la extensión de cebadores no marcados por didoxinu-
cleótidos (dNTP) marcados con diferentes colorantes fluorescentes (T = rojo, G = azul,
A = verde y C = negro); cada cebador es complementario a la secuencia precedente el
SNPs y termina justo un nucleotido antes. La polimerasa extiende el cebador en el extre-
mo 3 solo por un nucleótido que es complementario al SNPs y bloquea la ulterior exten-
sión. Los cebadores SNaPshot extendidos difieren según el tamaño y el color y pueden
separarse por electroforesis capilar (CE). La detección de la base incorporada permite
revelar la presencia/ausencia de un polimorfismo SNP.

ADN MITOCONDRIAL (ADNmt)


El ADN mitocondrial (ADNmt) está contenido dentro de las mitocondrias, los orgánulos
presentes en el citoplasma de las células, que son las responsables del proceso de res-
piración celular.
A diferencia del ADN nuclear que tiene una estructura de doble hélice y está presente en
una sola copia por célula, el ADN mitocondrial es circular y está presente en numerosas
copias, ya que la mayoría de las mitocondrias contiene de 5 a 10 moléculas de ADN.

1. https://hirisplex.erasmusmc.nl/

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418 Manual de Criminalística y Criminología

El ADN mitocondrial incluye aproximadamente 16.500 nucleótidos y contiene una región de


control transcripcional, altamente variable, llamada D-loop (displacement-loop) de 1200 bp.
Para fines forenses se analizan principalmente dos áreas (HVI, HVII) altamente variables
de la región no codificadora del ADNmt, mientras la región HVIII en general se estudia
menos.

Figura 4. Ejemplo de estructura de ADN mitocondrial.

El análisis del ADN mitocondrial se utiliza principalmente en casos de muestras biológicas


en las cuales el ADN es deficiente o está degradado (como el pelo, los dientes, los huesos,
los registros fósiles) porque el alto número de copias por célula aumenta la posibilidad de
éxito del análisis.
Además, el ADN mitocondrial se hereda exclusivamente por la línea materna, de modo
que cada individuo, en ausencia de mutaciones, hereda un ADN idéntico al de la madre:
por lo tanto, su análisis no puede utilizarse con fines de identificación, pero es útil en
pruebas de maternidad o parentesco para evaluar si una persona pertenece o no a la
misma familia, porque en este caso, hay una identidad del ADN mitocondrial en todos los
parientes por la línea materna.
La tasa de mutación del ADNmt es aproximadamente 10 veces mayor que la del nuclear,
por lo tanto, la presencia frecuente del fenómeno de la heteroplasmia (coexistencia dentro
de una célula única de moléculas de ADN mitocondrial del tipo normal y mutado) es un
problema, especialmente cuando se comparan perfiles de ADN mitocondrial extraído de
diferentes tejidos.

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Tema 14: Genética forense 419

El primer caso de heteroplasmia en el campo forense se observó durante el análisis de los


restos de la familia Romanov (Gill, 1994).
El análisis del ADN mitocondrial se hace tradicionalmente utilizando la metodología de se-
cuenciación de Sanger (1977), que utiliza los nucleótidos modificados (didesoxirifosfato,
ddNTP) para interrumpir la reacción de síntesis en posiciones específicas para determinar
el orden de las 4 bases adenina (A), guanina (G), citosina (C) y timina (T) en la molécula
de ADN.
La primera secuencia completa de ADN mitocondrial fue publicada por Anderson en 1981
y se llama secuencia de Anderson o secuencia de referencia de Cambridge (CRS).
Esa representa la secuencia de referencia con la que se comparan las obtenidas de las
muestras examinadas, para detectar bases en posición diferente con respecto al CRS.
Desafortunadamente esta secuencia original incluía algunos errores y, por lo tanto, An-
drews en 1999 publicó una versión revisada (rCRS) que es la que se utiliza.
La tasa de mutación estimada para el ADN mitocondrial es 1 en 50 generaciones (Gill,
1996), lo que hace que estas regiones sean comparables en un amplio rango de genera-
ciones.
La comunidad forense internacional (ISFG) ha publicado distintos protocolos para un co-
rrecto análisis de mtDNA e interpretación de datos (Carracedo, 2000; Parson, 2014).

METODOLOGÍA ANALÍTICA
El análisis del ADN forense es un proceso complejo y laborioso que, por lo tanto, debe ser
realizado por personal experto con la capacitación técnica necesaria.
En los últimos años, las fases del proceso analítico se han automatizado y eso permite
acelerar el tiempo de análisis y reducir el riesgo de errores humanos de los operadores.

EXTRACCIÓN DE ADN
El análisis de ADN se puede hacer a partir de una amplia gama de muestras forenses,
como fluidos biológicos (por ejemplo, sangre, saliva, semen), hisopos salivales, pelos,
manchas, dientes, huesos, restos de cadáveres.
El ADN nuclear se extrae del núcleo de la célula y, por lo tanto, el procedimiento consiste
en la lisis celular para liberar el ADN de los otros componentes y en la posterior purifica-
ción del extracto.
Los métodos tradicionales se basan en procedimientos de digestión enzimática (general-
mente mediante proteinasa K), solubilización con detergente (SDS) y el uso posterior de
solventes orgánicos (como fenol o cloroformo) para la separación de los ácidos nucleicos
de los contaminantes (proteínas). El paso siguiente es la recuperación del ácido nucleico
de la solución que contiene el lisado celular, por precipitación del ADN en solución acuosa.

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420 Manual de Criminalística y Criminología

Con el tiempo, se han desarrollado reactivos químicos que permiten la separación y el


aislamiento del ADN en un solo paso y evitan el uso de químicos orgánicos peligrosos.
Algunos procedimientos de separación implican la adsorción de ADN en la superficie de
una matriz de gel de sílice en presencia de sales caotrópicas: estos métodos se basan en
el uso de columnas (que contienen el gel) dentro de las cuales se centrifuga la muestra:
las moléculas pequeñas (ADN) se retienen en los poros de la matriz, mientras las más
grandes (generalmente contaminantes) se eluyen de la columna.
Otros métodos comerciales de extracción utilizan resinas paramagnéticas especiales que
actúan como una fase sólida alrededor de la cual se produce la precipitación del ADN en
condiciones adecuadas y, por lo tanto, no requieren filtración.
El ADN se une a la superficie de las partículas que están aisladas (separación magnética)
por medio de un imán, mientras el sobrenadante (es decir, la fase líquida que sobresale
del sólido) contiene el material no adherido (contaminantes).
Diferentes kits de extracción de ADN están disponibles comercialmente y algunos de
estos también se pueden utilizar con extractores automáticos (por ejemplo, Automate
Express, EZ1). Claramente el uso de procedimientos automatizados permite reducir el
tiempo de análisis, minimizando los problemas de contaminación y los errores manuales.

CUANTIFICACIÓN DE ADN
La cuantificación de ADN consiste en evaluar si se han extraído cantidades suficientes de
ADN de las muestras que se utilizarán en los análisis.
Es un paso importante, especialmente cuando se trabaja con muestras complejas (por
ejemplo, trazas de contacto, antiguas y/o degradadas) ya que escasas cantidades de ADN
pueden producir perfiles parciales y/o difíciles de interpretar, mientras que demasiado
ADN puede producir artefactos y, por lo tanto, conducir a resultados incorrectos.
Los métodos de cuantificación modernos utilizados en los laboratorios forenses se basan
principalmente en la PCR en tiempo real (Real Time PCR) que permite monitorear el pro-
greso de la reacción de PCR a medida que avanza y determinar exactamente la presencia
del ADN humano, y en unos casos también la cantidad de ADN masculino y, por lo tanto,
la proporción entre el ADN total y lo masculino, datos fundamentales, por ejemplo, en
circunstancias de mezclas como las que se encuentran en casos de violencia sexual.
Estos sistemas también permiten evaluar la presencia de posibles inhibidores en la mues-
tra, así como la calidad del ADN (estado de degradación) que es particularmente útil
cuando se trata de analizar evidencias forenses complejas.
La cantidad de ADN en la muestra se puede estimar mediante una comparación con una
curva de calibración de estándares conocidos, usando softwares especiales.

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Tema 14: Genética forense 421

Varios kits comerciales (Quantiplex Pro RGC kit, Hyres, Quantifiler duo, Quantifiler trio,
Plexor® HY) para la cuantificación en tiempo real de muestras forenses están disponibles
y garantizan en poco tiempo resultados fiables y precisos.

Figura 5. Ejemplo de cuantificación de ADN en Real Time por el kit Quantiplex Pro RGC (Qiagen).

AMPLIFICACIÓN DE ADN (PCR)


La técnica de la reacción en cadena de la polimerasa (Polymerase Chain Reaction o PCR)
fue inventada en el 1989 por el Dr. Kary Mullis que, por esa invención que revolucionó el
campo de la biología molecular, recibió en 1993 el Premio Nobel de Química.
La PCR es una técnica de amplificación selectiva in vitro de secuencias de ADN específicas
que se basa sobre ciclos repetidos de polimerización in vitro en los que el producto de una
reacción se convierte en el molde de la siguiente. La técnica utiliza cebadores (primers)
específicos y complementarios al tramo de ADN a amplificar y una serie de cambios reitera-
dos de temperatura (ciclos) que se repiten un numero variable de veces (generalmente 30).
Cada ciclo suele consistir en las siguientes tres fases:
a) Desnaturalización (denaturation): se separan las dos cadenas del ADN mediante
el calentamiento (94-95 °C) de la muestra.
b) Hibridación de los cebadores (annealing): bajando la temperatura generalmente
entre 40-68 °C el cebador se une a la secuencia complementaria en el ADN molde
y se forman.
c) Extensión de la cadena de ADN (extension): a partir del cebador la ADN polime-
rasa empieza a sintetizar ADN añadiendo nucleótidos (dNTP) complementarios al
molde en dirección 5’ –› 3.
El tiempo de la extensión y la temperatura (75-80°) dependen del tipo de ADN polimerasa
utilizada.
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422 Manual de Criminalística y Criminología

Figura 6. Reacción en cadena de la polimerasa (PCR).

La última etapa al final de los ciclos consiste en la elongación final (Final Extencion) que
sirve para asegurar que cualquier parte restante de la cadena sea totalmente ampliada.
Generalmente se hace a una temperatura de 70-74 °C durante 5-15 minutos.
El proceso de la PCR se hace automáticamente mediante el uso de termocicladores, que
permiten calentar y enfriar las muestras para obtener la temperatura necesaria para cada
etapa.
De esta manera, en cada ciclo siguiente, la cantidad de ADN sintetizado en el ciclo anterior
se duplica, y eso produce una acumulación exponencial (igual a 2n, donde n es el número
de ciclos de amplificación) de las secuencias molde. Esto permite reproducir un fragmen-
to de ADN varios millones de veces.

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Tema 14: Genética forense 423

Para los fines de identificación en el campo forense, la comunidad científica internacional


ha seleccionado algunos marcadores STR altamente polimórficos distribuidos en diferen-
tes cromosomas.
Numerosos múltiplex se han desarrollado durante varios años para el análisis de los mar-
cadores STR autosómicos y sexuales, así como de los mini-STR.
Estos sistemas permiten la amplificación simultánea de numerosos loci, utilizando ceba-
dores para PCR marcados con diferentes tintes fluorescentes.
En particular para la detección con láser, el colorante fluorescente está vinculado al extre-
mo 5’ de uno de los dos cebadores de PCR: esto permite analizar diferentes marcadores
en el mismo tubo de PCR. Hasta cinco colorantes fluorescentes diferentes se pueden usar
ahora para marcar los cebadores de PCR, mientras que un nuevo color fluorescente se
utiliza para marcar el estándar interno.
Obviamente, se requiere una selección precisa de los diferentes colores fluorescentes
para evitar la superposición entre los productos de PCR que presentan el mismo rango de
tamaño de alelos y para garantizar la compatibilidad total con la detección instrumental.
De esa manera, se aumenta la cantidad de información obtenida de una muestra de ADN
y se reducen el tiempo y el coste del análisis, ya que varios loci se analizan en paralelo en
el mismo ensayo.
A principios de los años noventa, los múltiplex eran muy simples y permitían analizar 3-4
loci; hoy, grandes múltiplex comerciales se usan comúnmente en laboratorios forenses
y permiten con una sola amplificación analizar más de 20 marcadores con un consumo
mínimo de muestra que, por lo tanto, permanece disponible para otros análisis.
En octubre de 1998, el FBI lanzó la base de datos nacional de los perfide de ADN (CODIS)
y ha establecido como marcadores principales 13 STR loci (TH01, vWA, FGA, D8S1179,
D18S51, D21S11, CSF1PO, TPOX, D3S1358, D5S818, D7S820, D13S317, D16S539).
En Europa, en 1999, el ENFSI (Red Europea de Institutos de Ciencia Forense) DNA Working
propuso siete loci (TH01, vWA, FGA, D21S11, D3S1358, D8S1179 y D18S51) como el
número mínimo de marcadores (European Standard Set, ESS) requerido para la compara-
ción de perfiles de ADN entre diferentes países.
En 2005, algunos países de Europa firmaron el Tratado de Prüm con el objetivo de una
cooperación transfronteriza. En junio de 2008, el Consejo de la Unión Europea convirtió
el Tratado de Prüm en legislación y esto permitió que los 27 países de la UE pudieran
intercambiar perfiles de ADN.
Desafortunadamente, se observó que cuando ocurre un intercambio masivo de perfiles de
ADN, la posibilidad de coincidencias ocasionales aumenta considerablemente, por lo que
siete loci no eran suficientes para comparaciones a gran escala.
Por lo tanto, en 2009, con el fin de reducir la posibilidad de falsos positivos, el ENFSI
recomendó la extensión del ESS incluyendo 5 loci adicionales.

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424 Manual de Criminalística y Criminología

En 2012, en EE.UU., el FBI propuso ampliar también el número de loci principales de CO-
DIS de 13 a 20 loci, con el objetivo no solo de reducir las falsas coincidencias, sino tam-
bién de aumentar la compatibilidad internacional y el poder de discriminación en particular
en casos de identificación de personas desaparecidas.
En marzo de 2015, el FBI publicó la expansión a 20 loci del núcleo CODIS original que
entró en vigor a partir del 1 de enero de 2017. Se incluyeron los 5 loci ESS (D1S1656,
D2S441, D10S1248, D12S391 y D22S1045) más D2S1338 y D19S443, que ya son mar-
cadores comunemente utilizados en todo el mundo. En esta perspectiva, para cubrir los
loci centrales de Europa y los de EE.UU., se comenzaron a producir nuevos múltiplex
comerciales capaces de amplificar hasta 27 marcadores.
Estos múltiplex incluyen todos los reactivos requeridos para las amplificaciones por PCR
(tampón de reacción con polimerasa Taq, Primer Mix, controles positivos de ADN mascu-
lino o femenino).

ANÁLISIS DE FRAGMENTOS DE ADN (SECUENCIACIÓN)


Los productos de PCR (amplificados) se analizan comúnmente utilizando los secuen-
ciadores automáticos por electroforesis capilar que, desde hace años, han reemplazado
completamente a los primeros secuenciadores de gel de acrilamida.
El ADN de las muestras amplificado por PCR utilizando cebadores marcados con dife-
rentes colorantes fluorescentes migran dentro de un polímero especial presente en los
capilares y los distintos fragmentos de ADN se separan de acuerdo con su tamaño.
Durante la migración, los fluorocromos son excitados por un rayo láser y emiten fluores-
cencia a una longitud de onda específica para cada colorante fluorescente.
Un espectrógrafo separa la luz de acuerdo a las varias longitudes de onda y una cámara
CCD la detecta: mediante un software especial, la señal de luz se transforma en una señal
eléctrica (picos).
El uso de un estándar de referencia interno permite crear una curva de calibración es-
pecífica para cada migración y entonces determinar exactamente la longitud en bp de
cada producto de PCR (pico alélico) utilizando un software de análisis específico (Data
Collection).
Las dimensiones y los números se asignan automáticamente a los alelos (es. Alelo 17) por
medio de softwares (por ejemplo, Gene Mapper) que identifican los alelos de las muestras
examinadas en comparación con los alelos conocidos de la Escalera Alélica (Allelic Ladder,
estándar de referencia externa que contiene para cada locus todos los alelos conocidos)
utilizando paneles especiales de referencia específicos para cada locus examinado. El
operador debe obviamente verificar que la asignación automática se haya realizado co-
rrectamente y, en caso de error, proceder con la reasignación manual.

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Tema 14: Genética forense 425

Figura 7. Ejemplo de perfil de ADN.

INTERPRETACIÓN DE LOS RESULTADOS ANALÍTICOS


El software del secuenciador analiza automáticamente los datos obtenidos por el instru-
mento, lo que permite evaluar los productos de PCR más rápidamente y con una fiabilidad
mucho mayor que los métodos manuales, aunque siempre es necesaria la evaluación
crítica realizada por un operador experto sobre la calidad y fiabilidad del perfil de ADN
obtenido.
La interpretación de los electroferogramas debe tener en cuenta varios factores, como el
número, la posición, la forma y la altura de los picos, la presencia de artefactos.
Con respecto al número de los picos, un perfil de ADN se considera único cuando, para
cada locus, como máximo, se observan dos alelos; se considera mixto cuando se obser-
van más de dos alelos para más de un locus. El tipo más común de muestras mezcladas
son las encontradas en casos de agresión sexual.
Con respecto a la altura, en general, para ser aceptados, los picos deben ser más altos
que 100-150 RFU (Raw Fluorescence Unit) pero en el caso de muestras degradadas y/o
con poco ADN (o ADN bajo), el valor puede reducirse hasta 50 RFU según las indicaciones
de la comunidad científica internacional.
El umbral analítico (Analytical Threshold, AT o límite de detección, LoD) es el valor, expre-
sado en RFU (Raw Fluorescence Unit), que permite discriminar una señal analítica (alelo)
del ruido de fondo.

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426 Manual de Criminalística y Criminología

El umbral estocástico (Stochastic Threshold) es un valor expresado en RFU, por encima


del cual es razonable suponer, especificando el grado relativo de confianza, que no ha
ocurrido un fenómeno alélico de caída (drop-out).
Con respecto a la posición, los picos que no corresponden a los alelos presentes en la
escalera alélica (Allelic Ladder) se denominan alelos “fuera de la escalera” y pueden ser
picos falsos o alelos raros no incluidos en la escalera.
Con respecto a la forma, los picos pueden tener una forma anormal, es decir, pueden
dividirse o tener una morfología aberrante, cuando no es posible reconocer la existencia
de un pico verdadero.
Cuanto mayor sea el estado de degradación del ADN en la muestra y/o el número de mar-
cadores examinados y, por lo tanto, los cebadores en la mezcla de reacción, mayor será
la posibilidad de artefactos de varios tipos (tartamudos, productos de PCR no específicos,
picos adicionales debido a fluorescencia accesoria).
En particular, los tartamudos (stutter) son extrapicos producidos por el deslizamiento de
Taq-polimerasa durante la amplificación por PCR. Los stutters tienen generalmente un
tamaño de una unidad de repetición más pequeña que el alelo verdadero (n-1), pero a
veces muestran una repetición más grande (n + 1). El porcentaje de stutter es mayor en las
unidades de menor tamaño de repetición, es decir, que en los dinucleótidos> tri-> tetra->
penta. En los tetranucleótidos generalmente el porcentaje de stutter (n-1) es entre el
5-15 % del alelo principal, mientras los stutter n+1 ocurren con menos frecuencia
(típicamente < 2 %). El alelo más largo de un locus muestra un mayor grado de tartamudeo
que un alelo más pequeño.
El área de pico generalmente no es superior al 15 % de la del alelo principal, pero en casos
de muestras mínimas o degradadas la amplitud puede aumentar y un tartamudeo puede
aparecer como un verdadero alelo. Por lo tanto, eso puede complicar particularmente la
interpretación de perfiles mixtos porque resulta difícil entender si un pico es un alelo ver-
dadero proveniente de un contribuyente minoritario o un tartamudeo.
Las bandas N son picos adicionales producidos por la adición por el Taq-polimerasa de
un solo nucleótido en el extremo 3’ y pueden simular alelos reales que difieren para una
sola base.
Los artefactos no específicos son extra-picos provocados por la amplificación de secuen-
cias complementarias cortas causadas por la degradación del ADN. Generalmente, el área
del pico es inferior al 5 % (pero ocasionalmente puede alcanzar el 30 %) y tiene forma
aberrante.
Otro tipo de artefactos que se pueden crear por fluorescencia accesoria (Pull up), debida
a sobre amplificación, que satura la matriz y que el software del secuenciador no puede
compensar. Generalmente se reconocen por la forma y por estar fuera del ladder de re-
ferencia.

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Tema 14: Genética forense 427

Varios extrapicos pueden encontrarse también por contaminación de la muestra.


Obviamente, el laboratorio debe desarrollar criterios internos para determinar si un dato
instrumental representa un pico real de ADN o un ruido instrumento.
En muestras de un solo contribuyente, en loci heterocigotos, la relación entre la altura del
pico más bajo (en RFU) y la altura del pico más alto (en RFU) es normalmente del 70 %,
mientras que en el caso de muestras que contienen niveles bajos de ADN y/o muestras
mixtas, se puede observar un desequilibrio de los picos alélicos, por lo que la relación de
altura de pico disminuye considerablemente (< 60 %). Por lo tanto, la asimetría puede ser
indicativa de la presencia de una muestra mixta. Además, en general el área de los alelos
refleja de manera bastante segura la cantidad de ADN presente en la muestra, por lo tanto
evaluando para cada locus la relación entre las áreas de los picos alélicos, es posible, en
casos de muestras formadas por dos individuos, especular el aporte de los varios contri-
buyentes a la muestra (por ejemplo, 1:2:3).
Softwares especiales permiten el estudio de los contribuyentes a la muestra y la decon-
volución de la mezcla. Numerosos grupos de trabajo científicos han elaborado protocolos
y recomendaciones para el análisis, interpretación y valoración de las mezclas (Gill, 2006;
Gill, 2012).

PROBLEMAS ANALÍTICOS
Los análisis de evidencias biológicas son particularmente delicados, porque la molécula
de ADN experimenta procesos de degradación a partir de los primeros momentos de la
muerte celular cuando las condiciones fisiológicas del organismo se alteran.
Además, las propiedades geoquímicas del suelo, la humedad, los rayos UV, el calor, los
microorganismos pueden favorecer la degradación de la molécula de ADN, influyendo así
en el éxito del análisis. Por lo tanto, la preservación del ADN en muestras forenses puede
ser influida por una interacción compleja de procesos, como la causa de la muerte, la
fecha del hallazgo, la exposición a condiciones ambientales inadecuadas.
El otro factor limitante es lo cuantitativo, porque cuanto menor es la cantidad de ADN,
más difícil es el análisis y la reproducibilidad del resultado y frecuentemente se obtienen
perfiles parciales.
La amplificación de cantidades de ADN menores de 100 picogramos, que corresponden
al contenido de ADN de aproximadamente 15 células diploides, requiere precauciones
especiales tanto en la fase analítica como para la interpretación de los resultados.
De hecho, en estos casos, por los fenómenos estocásticos, durante la reacción de PCR
se pueden producir efectos como el desequilibrio de los alelos en un heterocigoto (rela-
ción de altura de pico generalmente < 60 %), la pérdida de uno de los alelos (allelic drop
out), o la falta de amplificación de unos marcadores, o la amplificación de alelos que no

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428 Manual de Criminalística y Criminología

están realmente presentes en la muestra (artefactos), aumento en el porcentaje de los


artefactos analíticos (por ejemplo, stutter, productos de amplificación no específicos, pi-
cos adicionales). Los efectos estocásticos pueden afectar a uno o más loci independien-
temente del tamaño de los alelos.
Es necesario tomar precauciones durante un análisis de ADN de bajo número de copias
(Low Copy Numer (LCN) o DNA Low Template) y evaluar que los resultados sean repro-
ducibles y permitan establecer correctamente un perfil genético (Gill, 2001; Buckleton,
2009; Grisedale, 2012; Butler, 2010). Por eso, de acuerdo a las recomendaciones de la
comunidad internacional, es necesario, cuando sea posible:
–– Realizar amplificaciones repetidas (amplificación “consensus”) porque se ha ob-
servado que el mismo artefacto tiene una probabilidad no superior al 0,3 % de
aparecer en amplificaciones diferentes de la misma muestra.
–– Evitar concentrar la muestra porque generalmente la concentración no permite
obtener ADN en cantidad superior al límite estocástico y preferiblemente duplicar
el análisis.
–– Utilizar un valor de umbral para la interpretación de los picos alélicos de 50 RFUs.
El laboratorio debe establecer mediante un estudio de validación interna los umbrales
analíticos y estocásticos que se utilizarán durante la interpretación de los datos.
Por esta razón, cada laboratorio, no solo debe seguir los protocolos internacionales, sino
también debe desarrollar criterios internos para evaluar la fiabilidad y reproducibilidad de
los resultados obtenidos tanto en las muestras como en los controles de calidad.
Otro problema en el análisis de muestras forenses es la presencia de inhibidores de la
PCR, es decir, sustancias de naturaleza orgánica o inorgánica (por ejemplo, ematina, colo-
rantes, ácido húmico) que no siempre se eliminan en la fase de extracción de ADN y, por
lo tanto, pueden inhibir la reacción de amplificación (PCR) comprometiendo el resultado
final del análisis.
Las múltiplex modernas utilizadas para la amplificación de ADN generalmente contienen
buffer de PCR que presentan mucha resistencia al efecto de los inhibidores y también
una alta sensibilidad: esos factores mientras aumentan significativamente la capacidad de
detectar bajas cantidades de ADN, al mismo tiempo aumentan la posibilidad de detectar
contaminantes (Butler, 2012).
Los contaminantes pueden ser de varios tipos porque la contaminación puede ocurrir
durante varias etapas del proceso (recolección de muestras en la escena del crimen,
almacenamiento, manejo y/o análisis).
Por ello, de acuerdo con las indicaciones de la comunidad científica internacional, se
deben desarrollar y seguir procedimientos adecuados para minimizar el riesgo de conta-
minación (tanto por parte de los investigadores de la escena del crimen como del perso-
nal del laboratorio) utilizando por ejemplo equipos de protección personal, material des-

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Tema 14: Genética forense 429

echable (pinzas, escalpelos), estableciendo la alícuota de los reactivos necesarios para el


análisis, utilizando controles en varias etapas del proceso, monitoreando y documentando
cualquier problema que haya ocurrido.
También se debe tener en cuenta que las evidencias pueden contener trazas de ADN de
otros sujetos que entraron en contacto con la escena en épocas anteriores al hecho cri-
minal y, por lo tanto, no tienen nada a que ver con eso.
La transferencia de ADN por individuos no asociados con un delito y que ocurre antes del
crimen se define “transferencia adventicia”.
Material celular que contiene ADN puede encontrarse en una superficie por transferencia
directa o indirecta. La transferencia directa incluye el contacto, pero también actividades
como hablar, toser y estornudar. La transferencia indirecta se realiza cuando el ADN de
un individuo se transfiere a un elemento a través de una superficie intermedia (vector
humano, objeto).
La transferencia indirecta toma mucha importancia en la evaluación del ADN en traza en-
contrado en casos criminales.
El ADN traza (Trace DNA) es al ADN que no puede atribuirse a un fluido corporal identifica-
ble (Meakin, 2013) y por lo tanto el término se refiere a muestras biológicas muy limitadas
e invisibles y/o cantidades de ADN de menos de 100 pg (Gill, 2001).
Van Oorschot describió por primera vez en 1997 la capacidad de recuperar muestra de
ADN de células epiteliales de un objeto manipulado.
Se ha demostrado (Phipps, 2007) que el proceso de deposición de ADN está afectado por
varios factores como la mayor o menor propensión de los individuos a derramar células
(shedder status), las actividades del individuo antes de tocar un objeto (lavarse las manos
elimina las células derramadas; tocarse continuamente la cara, la nariz, el cabello permite
transferir células de estas áreas a otros objetos a través del tacto).
En adición, otros elementos pueden afectar la transferencia como el tipo de contacto, la
duración de contacto (uso ocasional o continuo), la naturaleza del sustrato (superficie lisa
o rugosa, absorbente o no absorbente) .
Se observó (Wickenheiser, 2002; Lowe, 2003) que un contacto con presión o fricción
aumenta la transferencia de células a la superficie que se maneja; las superficies arruga-
das y absorbentes tienden a retener más ADN de contacto que las superficies lisas y no
absorbentes que, por lo tanto, tienden a transferir el ADN más fácilmente después de un
segundo contacto (transferencia secundaria).
Además, los factores ambientales (alta temperatura, humedad, exposición a la luz UV), el
intervalo de tiempo entre el depósito y la recogida de la traza, el método de muestreo y de
extracción pueden afectar la probabilidad de persistencia del ADN y el éxito del análisis.
Por lo que, debido a la gran cantidad de factores que pueden influir, cuando se trata de
ADN de contacto no es posible establecer con certeza si el ADN fue depositado allí por un

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430 Manual de Criminalística y Criminología

solo toque o por el uso regular, si por contacto directo o transferencia indirecta, ni si fue
dejado por el último manejador. Esto, obviamente, tiene implicaciones significativas en el
análisis de casos forenses.

CÁLCULOS ESTADÍSTICOS
Los expertos forenses analizan las muestras biológicas de un crimen para identificar al
individuo del que proceden. Si los resultados del análisis de ADN son interpretables, es
posible comparar los perfiles obtenidos de las muestras. Generalmente se pueden encon-
trar las siguientes situaciones típicas SWGDAM (2010):
• Los perfiles de ADN son diferentes (“NO coinciden”), entonces las muestras pro-
vienen de diferentes donantes.
• Los perfiles de ADN son iguales (“Coincidencia”), entonces las muestras pueden
provenir del mismo donante.
En este último caso, es necesario realizar evaluaciones estadísticas para demonstrar que
la prueba de ADN tenga un valor concreto. Los cálculos estadísticos más frecuentes son:
1) Probabilidad de coincidencia aleatoria (Random match probability o RMP)
La probabilidad de coincidencia aleatoria Random Match Probability (RMP) re-
presenta la probabilidad de encontrar el mismo genotipo de la evidencia en un
individuo a alcanzar en la población. La frecuencia de perfil de ADN en una pobla-
ción específica se obtiene calculando la frecuencia del genotipo para cada locus y
luego multiplicando la frecuencia de todos los loci.
La RMP es el recíproco de la frecuencia del perfil. Obviamente, cuanto menor sea
la frecuencia de un genotipo dado en la población, menor será la posibilidad de
encontrar a otro individuo con ese genotipo. Esto significa que genotipos raros
proporcionan evidencias más fuertes. Bases de datos de poblaciones diferentes a
veces pueden producir resultados ligeramente diferentes.
2) Probabilidad combinada de inclusión o de exclusión (CPI/ CPE)
El cálculo de la probabilidad combinada de inclusión o de exclusión (CPI/ CPE) se
utiliza mayormente para calcular la probabilidad de que una persona al azar, de
una población determinada, sea incluida o excluida como posible contribuyente a
una mezcla.
La probabilidad combinada de CPI/CPE se utiliza para interpretar de manera con-
servadora las mezclas complejas de ADN: un individuo puede ser incluido o ex-
cluido como donante dependiendo de si tiene o no los alelos de la mezcla.
PI = (Pa + Pb +... Pz)2 donde a, b, ... z son los alelos de la mezcla PE = 1 – PI
CPI = PI1 x PI2 x..... PIn donde 1, 2, ... n son los marcadores analizados CPE =
1 – CPI.

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Tema 14: Genética forense 431

Este tipo de cálculo no tiene en cuenta el número de contribuyentes a la mezcla y


los perfiles de ADN de los posibles contribuyentes.
3) Razón de verosimilitud Likelihood Ratio (LR)
La Likelihood Ratio (LR) es la forma de cálculo más utilizada y esta basada en el
teorema de Bayes. Representa una relación entre dos probabilidades de la misma
evidencia bajo dos hipótesis mutuamente excluyentes: la hipótesis que el sospe-
choso sea el contribuyente a la mezcla de ADN (hipótesis del fiscal) en contra de
la hipótesis de que una persona al azar en la población sea el verdadero contribu-
yente (hipótesis de la defensa).
Este tipo de cálculo tiene en cuenta el número de contribuyentes a la mezcla y los
perfiles de ADN de los posibles contribuyentes (sospechosos y/o víctima).
Valores de LR superiores a 100 representan una fuerte evidencia para apoyar la
hipótesis; obviamente, valores de LR menos de 1 son un soporte para la hipótesis
complementaria.
Evett (Evett y Weir, 1998; 2000) ha realizado una escala verbal cualitativa para
asociar al valor de LR un predicado verbal, de manera tal que el resultado de la
evaluación estadística se pueda entender más fácilmente y satisfacer las necesi-
dades probatorias.

Valor LR Expresión verbal equivalente


1 < LR < 10 Soporte limitado a favor de la hipótesis.
10 < LR < 100 Apoyo moderado a favor de la hipótesis.
100 < LR < 1000 Apoyo moderadamente fuerte.
1000 < LR < 10000 Fuerte apoyo a favor de la hipótesis.
10000 < LR Muy fuerte apoyo a la hipótesis.

Figura 8. Escala verbal cualitativa (Evett et al., 2000).

En algunos casos, debe considerarse también la posibilidad de que un familiar cercano al


sospechoso (típicamente un hermano) sea el potencial contribuyente de la evidencia y, en
este caso, es obviamente relevante poder analizar una muestra de referencia.
Se pueden realizar múltiples cálculos para la misma mezcla de componentes cuando se
hacen diferentes suposiciones con respecto a los contribuyentes.
Pero, como hemos visto, en las muestras forenses la cantidad y calidad del ADN puede
ser limitada y los perfiles resultantes pueden ser parciales o presentar fenómenos de
drop-in o drop-out (efectos estocásticos). Con estos tipos de perfiles de ADN, no es posi-
ble pensar solo en términos de inclusión o de exclusión, por eso la Sociedad Internacional

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432 Manual de Criminalística y Criminología

de Genética Forense (ISFG) ha propuesto para la interpretación de los datos mezclados el


uso de un enfoque probabilístico que incluya la posibilidad de eventos estocásticos como
alelos drop-in y drop-out (Gill, 2012).
Para la ejecución de los cálculos anteriores se han desarrollado y validado diferentes pro-
gramas (por ejemplo, ADN View, GenoProof, LRmix, DNAMIX) a algunos de los cuales se
puede acceder gratuitamente en línea.

BASES DE DATOS DE ADN


Durante los años se han creado diferentes plataformas gratuitas disponibles en línea, que
ofrecen a la comunidad internacional informaciones útiles sobre los marcadores forenses
comúnmente utilizados, las tecnologías disponibles, los estudios de validación y también
proporcionan varios datos de poblaciones y herramientas de cálculo.
Además, muchos países en todo el mundo han introducido bases de datos nacionales
donde se almacenan perfiles de ADN de evidencias y de sospechosos con el objetivo de
vincular los casos criminales y de favorecer el intercambio de datos entre países.

BASES DE DATOS DE POBLACIÓN


a) STR database (STRbase)
En julio de 1997, el Grupo de Genética Aplicada del Instituto Nacional de Estándares y
Tecnología introdujo para la comunidad forense el STRBase, que incluye varias secciones
con informaciones actualizadas sobre los STR, las múltiplex comerciales, las secuencias
de cebadores de PCR, los nuevos alelos STR o alelos “fuera de escala”, las nuevas micro-
variantes, las tasas de mutación (Butler y Reeder, 1997; Ruitberg et al., 2001, Butler et
al., 2008). Además, contiene datos sobre las tecnologías de tipificación disponibles, es-
tudios de población, procedimientos para asegurar la calidad y para validación y una lista
de referencias para STR con enlaces a sitios web relevantes y direcciones de expertos
forenses. Las secciones adicionales incluyen informaciones sobre marcadores de ADN no
tradicionales (SNP y mt-ADN) y análisis de ADN no humano.

b) X-STR database (ChrX-STR)


En 2006, el Forensic ChrX Research Group creó una base de datos de X-chomosome
(ChrX-STR.org 2.02) que incluye datos de población publicados de varios países e in-
formación sobre los múltiplexados X-STR y los programas comerciales más utilizados
(Szibor, 2006).

2. Accesible en línea con el fin de proporcionar una base de datos de referencia para ChrX STR haplotipos (www.chrx-
str.org)

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Tema 14: Genética forense 433

Además, se puede acceder a un software de cálculo gratuito para el cálculo de algunos


parámetros genéticos de la población útiles en análisis forense como MEC, PIC, HET, PD-
female, PDmale y para la verificación del equilibrio de Hardy-Weinberg.
También hay disponible un ideograma sobre la distribución de marcadores en el cromo-
soma y una tabla con información sobre la localización física y genética de varios marca-
dores.

c) Y-STR database (YHRD)


En 2000, Lutz Roewe y Sascha Willuweit, del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Fo-
renses de la Universidad de Berlín, crearon una base de datos (YHRD) de referencia de
haplotipos Y-STR , con el fin de estudiar las características de los linajes masculinos, pro-
porcionar informaciones sobre las frecuencias de los haplotipos Y-STR y Y-SNP y ofrecer
herramientas útiles para el cálculo de la relación de probabilidad (LR).
La base de datos es el resultado de los esfuerzos de colaboración internacional y contiene
a fecha de noviembre de 2018, Y-HRD más de 265.000 haplotipos mínimos de 9 locus,
más de 50.000 haplotipos de 23 locus y 23.000 perfiles de SNP de Asia, Europa, América,
África y Oceanía/Australia.

d) Mt Database (EMPOP)
El European DNA Profiling Group (EDNAP) puso en línea, el 16 de octubre de 2006, una
base de datos de población (EMPOP) con el objetivo de desarrollar estándares para la
generación de datos útiles para las estimaciones de la frecuencia de los haplotipos de
ADN mitocondrial, y también ofrecer herramientas útiles para el análisis y los controles de
calidad (Parson, 2007).
La base de datos es mantenida y actualizada por el Instituto de Medicina Legal de Inns-
bruck (Austria).
La base de datos de EMPOP comprende 34.617 mitotipos de la variación HVS-I (16024-
16365) de varias poblaciones mundiales enviadas la mayoría por laboratorios que parti-
cipan en ejercicios colaborativos. Está disponible también una sección que incluye unos
softwares para el análisis de ADNmt y la ejecución de los controles de calidad de los datos.

e) SNPs database (SNPforID)


En 2003 varios institutos de medicina legal crearon el SNPforID Consortium con el objeti-
vo de señalar SNPs adecuados para la identificación individual y para desarrollar una plata-
forma de alto rendimiento para la tipificación de los polimorfismos de una sola base (SNP).
Todos los datos generados por el consorcio SNPforID están disponibles en el navegador
SNPforID, que es una base de datos accesible gratuitamente en línea, mantenida por el
Instituto de Medicina Legal de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), que la
creó en 2005.

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434 Manual de Criminalística y Criminología

La base de datos permite buscar y revisar las frecuencias alélicas de SNP de varias po-
blaciones y, además, permite la combinación de poblaciones en grupos, la comparación
entre poblaciones individualmente o entre grupos o con datos de HapMap equivalentes.

BASES DE DATOS CRIMINALES


Las bases de datos criminales de ADN fueron originalmente desarrollada para casos de
agresión sexual porque se observó que la mayoría de los delitos sexuales eran cometidos
por reincidentes y, por eso, la disponibilidad de database de ADN permitía vincular varios
crímenes.
De hecho, la utilidad de una base de datos de ADN consiste en la posibilidad de identi-
ficar al autor desconocido de un crimen, conectando casos diferentes o individuos que
no están directamente relacionados con un caso específico y prevenir nuevos crímenes
cometidos por las mismas personas.
Por eso, durante años, estas databases fueron extendidas para incluir perfiles de todos
los tipos de criminales.
La primera base de datos nacional se estableció en el Reino Unido en abril de 1995, la
segunda en el mismo año en Nueva Zelanda y la tercera en Francia en 1998 (Schneider,
2001; Linacre, 2003).
En EE.UU. la Ley de identificación de ADN de 1994 autorizó la creación de la base de datos
nacional de ADN de EE.UU. (CODIS) que se lanzó en 1997 por el FBI.
El software CODIS permite comparaciones de perfiles de ADN a diferentes niveles (nacio-
nal, estatal y local), de acuerdo con las leyes vigentes.
Para la inclusión en CODIS, los perfiles de ADN deben ser analizados de acuerdo a las in-
dicaciones FBI Director’s Quality Assurance Standards and the guidelines of the Scientific
Working Group on DNA Analysis Methods (SWGDAM).
En Europa, el Europan Network of Forensic Science Institutes (ENFSI) ha desarrollado las
recomendaciones para la gestión de bases de datos de ADN, que describen todos los
criterios necesarios para incluir o eliminar perfiles de ADN (ENFSI 2009, 2010).
La organización del database puede ser distinta en los diferentes países de acuerdo a la
ley nacional.
Por ejemplo, en España el 8 de octubre de 2007 fue publicada la Ley Orgánica 10/2007
que establece la creación de la base de datos de ADN dependiente del Ministerio de Inte-
rior a través de la Secretaría de Estado de Seguridad y establece el tipo de perfiles y datos
que se pueden almacenar, reglando su uso, acceso y condiciones de cancelación.
En general, una base de datos nacional incluye en una sección los perfiles de ADN de
varias categorías de personas (condenadas, sospechosos, detenidos), en otra sección
los perfiles de ADN de las evidencias recuperadas en la escena del crimen. El acceso a la

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Tema 14: Genética forense 435

base de datos es, obviamente, exclusivo para fines policiales y existen sanciones severas
para cualquier persona que utiliza las informaciones o las muestras para fines diferentes
de los permitidos.
Para garantizar el respeto de la privacidad y la seguridad de las informaciones, el database
no contiene ninguna información sobre las muestras del donante, su nombre o sobre el
caso penal. Todos los datos se archivan utilizando códigos alfanuméricos.
El software puede comparar múltiples perfiles para buscar si el perfil de una evidencia
coincide con el de otra, por ejemplo de otro crimen o con el de algún donante conocido
para verificar si la misma persona (aún desconocida) es autora de diferentes crímenes.
En caso de una coincidencia, si la persona es conocida, se requiere una nueva muestra
de ADN del sospechoso para realizar una prueba de confirmación. Solo después de la
confirmación de la coincidencia, se puede pedir al laboratorio de pruebas proporcionar
informaciones adicionales sobre el caso y las muestras.
Las informaciones almacenadas en las bases de datos son relativas únicamente al sexo y
a la identidad genética de una persona y por eso fueron seleccionados unos marcadores
STR útiles para el propósito.
En particular, en EE.UU. se requirieron inicialmente 13 loci (D3S1358, D5S818, D7S820,
D8S1179, D13S317, D16S539, D18S51, D21S11, CSF1PO, FGA, TH01, TPOX y vWA) para
la inclusión de un perfil de referencia en CODIS. Pero en 2012, con el objetivo de aumentar
la compatibilidad internacional y el poder de discriminación, el FBI propuso la expansión
de los 13 loci originales de CODIS de 13 a 20 loci y, en 2015 se decidió la inclusión de
los loci D2S1338 y D19S443, más los 5 loci (D1S1656, D2S441, D10S1248, D12S391 y
D22S1045) que después del Tratado de Prüm fueron incorporados en el European Stan-
dard Set (ESS). Esta resolución está activa desde enero 2017.
En octubre de 2018, CODIS contiene más de 13.566,716 perfiles de delincuentes,
3.323,611 perfiles de personas arrestadas, 894.747 perfiles forenses y produjo más de
440.346 coincidencias que asistieron en más de 428.808 investigaciones criminales. Aho-
ra es la base de datos de ADN más grande del mundo.

VALIDEZ DE LA PRUEBA DE ADN Y SEGURIDAD DE LA CALIDAD


Los análisis de genética forense en el contexto de un proceso ayudan a identificar a los
responsables de un delito y, por lo tanto, pueden utilizarse en investigaciones de diferente
naturaleza, como homicidios, asaltos, robos.
Para que una nueva tecnología pueda ser utilizada en los análisis forenses de ADN, se
requieren dos tipos de validación. La validación es “un proceso mediante el cual se evalúa
un procedimiento para determinar su eficacia y fiabilidad para análisis de casos forense
y/o para bases de datos” (SWGDAM, 2010).

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436 Manual de Criminalística y Criminología

La validación realizada por el fabricante durante el proceso de desarrollo sirve para evaluar
si los métodos son efectivamente fiables y establecer cuáles son las condiciones y las
limitaciones de la nueva metodología.
La validación interna se realiza por el laboratorio con el objetivo de acumular datos capa-
ces de demostrar que los métodos funcionan como se esperaba por el laboratorio.
Cada tipo de validación debe realizarse de acuerdo con las recomendaciones del Scientific
Working Group on DNA Analysis Methods, que es un grupo que incluye alrededor de 50
expertos forenses de varios laboratorios de ADN federales, estatales y locales en Estados
Unidos y en Canadá.

Estudio Descripción Tipo de validación


Determinación del rango objetivo, límite de de-
Sensibilidad tección, balance de heterocigotos (por ejemplo, Interna y desarrollo
relación de altura de pico) y ruido de fondo.
Evaluación de los efectos estocásticos obtenidos
Límite estocástico a partir del análisis de muestras de ADN de baja Interna
cantidad/calidad.
Grado de concordancia entre una serie de medidas,
Precisión Interna y desarrollo
valores o resultados.
Grado de conformidad entre la medida de una
Exactitud Interna y desarrollo
cantidad y su valor real.
Precisión y exactitud de resultados del mismo
Repetibilidad Interna y desarrollo
operador o instrumento.
Precisión y exactitud de resultados entre diferentes
Reproducibilidad Interna y desarrollo
operadores o instrumentos.
Capacidad para obtener resultados fiables del análi-
Estudios de mezcla Interna y desarrollo
sis de muestras mezcladas.
Detección de ADN exógeno en reactivos consumi-
Contaminación Interna
bles, muestras y en el entorno de laboratorio.
Muestras conocidas, Los resultados de estas muestras deben compa-
no probatorias. Evi- rarse con los datos obtenidos previamente de las Interna
dencias simuladas. mismas muestras para garantizar la concordancia.
Especificidad de la
Capacidad para detectar ADN no humano. Desarrollo
especie
Capacidad para obtener resultados de muestras
Estabilidad Desarrollo
biológicas colocadas en diferentes sustratos.
Estudios poblacio- Distribución de los marcadores genéticos en grupos
Desarrollo
nales de poblaciones.
Capacidad para obtener resultados seguros utilizando muestras representativas
Case-type Samples
de muestras de laboratorio reales.

Figura 9. Principales estudios requeridos para las validaciones interna y de desarrollo (SWGDAM, 2010).

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Tema 14: Genética forense 437

Además, la fiabilidad de los resultados de un análisis de ADN debe estar garantizada por
un riguroso programa de gestión de la calidad que concierne la fase documental y, sobre
todo, los métodos de realización de las pruebas.
Por lo tanto, el mantenimiento de altos estándares de laboratorio se basa en el control de
calidad (QC) y la garantía de calidad (QA).
El control de calidad se refiere a las medidas que se toman para garantizar que el resultado
del análisis de ADN y su interpretación cumpla con un estándar de calidad específico.
La garantía de calidad se refiere a las medidas que toma un laboratorio para monito-
rear, verificar y documentar su desempeño. Las pruebas de aptitud regulares (Proficiency
testing) y la auditoría internas y externas son componentes esenciales de los programas
de control de calidad y sirven como mecanismos claves para la autoevaluación crítica de
la actividad del laboratorio.
Las pruebas de aptitud implican análisis de muestras conocidas que son enviadas al labo-
ratorio en forma de ejercicios inter-laboratorios, por parte de organismos independientes
de prestigio.
Estas muestras tienen que ser analizadas con el mismo procedimiento que el laboratorio
utiliza para analizar evidencias y, de esta manera, se pueden comparar los procedimientos
analíticos utilizados por distintos laboratorios y los resultados obtenidos que tienen que
ser idénticos independientemente de la metodología utilizada. Por eso, la comunidad cien-
tífica internacional y en particular la Sociedad Internacional de Genética Forense (ISFG) ha
desarrollado protocolos y recomendaciones que son periódicamente revisadas y que los
laboratorios de genética forense tienen que seguir para garantizar la precisión y reprodu-
cibilidad de los análisis.
Las auditorías internas y externas son revisiones independientes de las operaciones de
laboratorio realizadas por expertos internos o externos al laboratorio para determinar si el
laboratorio está trabajando de acuerdo con un estándar definido.
Los laboratorios que realizan análisis forenses de ADN deben, por lo tanto, adoptar un
programa de control y garantía de calidad, de acuerdo a las disposiciones del documento
del grupo de trabajo de ADN de ENFSI (European Network of Forensic Science Institutes).
En particular, la norma UNE EN ISO / IEC 17025 se refiere a un conjunto de normas esta-
blecidas a nivel internacional para garantizar la calidad en los laboratorios.
La norma específica que “los requisitos generales para la competencia de los laboratorios
para realizar pruebas y/o calibraciones, incluido el muestreo”.
Por lo tanto, de acuerdo a la norma, el laboratorio debe establecer, implementar y man-
tener un sistema de calidad adecuado para el propósito de sus actividades y documentar
las políticas, sistemas, programas, procedimientos e instrucciones en la medida necesaria
para garantizar la calidad de los resultados de las pruebas y/o calibraciones. Además, la
documentación del sistema debe estar a disposición del personal para ser correctamente
aplicada.

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438 Manual de Criminalística y Criminología

Cumplir con los requisitos de ISO/IEC 17025:2005 significa “tener tanto la competencia
técnica requerida para realizar los análisis, como un sistema de gestión de calidad, que es
esencial para garantizar la exactitud de los datos analíticos y la trazabilidad de las medidas”.
Un laboratorio que trabaja de acuerdo con la ISO 17025 cumple con todos los estándares
internacionales y produce resultados fiables que son interpretados por personal cualifica-
do. Por este motivo, se ha establecido internacionalmente que solo los laboratorios con
este tipo de acreditación pueden enviar los perfiles de ADN a las bases de datos nacionales
de ADN (ENFSI 2010). El programa de acreditación requiere una amplia documentación
de todos los aspectos de las operaciones de laboratorio (la especificación y calibración de
equipos y reactivos; la validación y descripción de los métodos analíticos, la definición de
estándares y controles apropiados, los procedimientos para el manejo y el análisis de las
muestras y la interpretación de los resultados analíticos), pruebas de aptitud, auditorías
internas y externas de las operaciones de laboratorio, un plan para abordar las deficiencias
con acciones preventivas y correctivas, especificación de la educación, capacitación y
experiencia del personal.
En esta línea, en muchos países, y en particular en Estados Unidos, se requiere la cer-
tificación de calidad de los expertos forenses para demostrar que la persona tiene las
necesarias calificaciones y experiencia para analizar las muestras, elaborar los informes y
también testificar en el juicio. Obviamente, se requiere que esta competencia se mantenga
a través de un programa de actualización continua.

PRUEBAS DE PATERNIDAD
Una de las aplicaciones más difundidas del análisis forense de ADN consiste en las prue-
bas de paternidad. En el campo criminal, estas se limitan generalmente a casos de vio-
lencia sexual o de identificación de restos humanos (por ejemplo, en casos de desastres
masivos), mientras en el sector privado y en el derecho civil hay numerosas solicitudes de
análisis de paternidad, maternidad, reconstrucción de arboles familiares.
Las leyes que regulan las pruebas de maternidad o paternidad, especialmente en la esfera
privada, son diferentes de un país a otro: en algunos casos el análisis está prohibido, en
otros no, se pueden realizar también pruebas de paternidad prenatales...
Las razones para determinar la paternidad son muy diversas, por ejemplo: dudas acerca
de la paternidad en particular cuando la pareja ha pasado por una separación temporal o
si el hombre sospecha de infidelidad de su esposa, disputas por divorcio, hijos ilegítimos,
custodia y derechos de visita de los hijos, supuesto intercambio de recién nacidos en
hospitales, casos de adopción, seguros médicos, herencia, casos de inmigración.
La prueba la pueden solicitar tanto mujeres como hombres; generalmente las mujeres
piden sostenimiento económico, apellido y derechos varios a hombres que niegan la

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Tema 14: Genética forense 439

paternidad, mientras que los hombres pretenden comprobar si les están acusando injus-
tamente de ser padres biológicos.
También los hijos pueden pedir pruebas, por ejemplo, cuando descubren infidelidad entre
sus padres para comprobar la verdadera paternidad o en casos donde fueron separados
de sus padres a una edad muy temprana y quieren reunificarse.
La posibilidad de realizar exámenes prenatales en el feto, así como análisis post mortem
de cadáveres, garantiza la plena aplicación del derecho de los herederos.
Si la prueba está ordenada por razones judiciales, el juez mismo puede también determi-
nar quién tendrá que pagar el costo del análisis.
En las pruebas de paternidad tradicionales, se analizan los perfiles de ADN del trío (pre-
sunto padre, madre e hijo), pero el análisis de paternidad se puede realizar también en
ausencia de la madre, analizando solo la pareja padre-hijo/a.
De acuerdo con las leyes de Mendel, cada individuo recibe el 50 % de su herencia genética
de su padre y el 50 % de su madre. Por lo tanto, el presunto padre, para ser considerado
el verdadero padre biológico, debe tener la mitad del perfil genético del hijo.
Si en el hijo hay alelos que no se encuentran en el supuesto padre, este puede ser
excluido como posible padre biológico (exclusión); en cambio si el hombre examinado
(presunto padre) tiene todos los alelos paternos obligados, el resultado del análisis es una
inclusión (compatibilidad) y, en este caso, es necesario realizar un cálculo bioestadístico
para determinar la posibilidad de que el individuo en cuestión sea el padre biológico real.
La posibilidad de analizar a la madre permite de identificar claramente el alelo procedente
de ella y entonces definir con certeza el alelo paterno obligado. Eso, en casos de exclusión
de paternidad, permite considerar solo los alelos paternos obligados para demostrar con
mayor certeza la exclusión; en casos de compatibilidad (inclusión) de alcanzar valores
bioestadísticos más altos de hipótesis de paternidad.
El peso de la evidencia a favor de la hipótesis de paternidad, se puede estimar como un
índice de paternidad (PI, índice de paternidad) o como probabilidad de paternidad (W)
según la fórmula de Essen-Möller (de la probabilidad alemana de Wahrscheinlichkeit) .
El índice de paternidad (IP) expresa cuántas veces es más probable la hipótesis de que el
presunto padre sea el padre biológico comparada con la hipótesis de que lo sea cualquier
otro sujeto al azar en la misma población.
IP (índice de paternidad) = X/Y
Para una combinación específica madre-hijo/a, presuponiendo la maternidad indubitada:
X = la frecuencia con la que el presunto padre transmite el alelo obligatorio al hijo/a
Y = la frecuencia con la que un hombre al azar en la población transmite el alelo obligatorio
al hijo/a.

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440 Manual de Criminalística y Criminología

El valor X es 1 si el presunto padre es homocigoto para el alelo de interés, mientras que


es 0,5 si el presunto padre es heterocigoto.
Dado que en una prueba de paternidad se analizan al menos 15 marcadores genéticos es
posible calcular el índice de paternidad combinado (CPI) para todos los STR en conjunto,
multiplicando los IP obtenidos para cada STR.
El valor del CPI puede variar desde 0 hasta el infinito: si el CPI está entre 0 y 1, la evidencia
genética es favorable a la no paternidad; Si el CPI> 1, es más consistente con la hipótesis
de paternidad.
La probabilidad de paternidad (W) es la probabilidad de que un individuo determinado sea
el padre biológico, partiendo de una probabilidad a priori igual de ser el padre como de
no serlo.
W3 (probabilidad de paternidad)= IP/IP+1 y por el contrario, IP = W / ( 1-W)
Por lo tanto, cuanto más alto es el CPI, más se acercará a 100 % el valor de W.
Por ejemplo, un valor de CPI de 10.000 corresponde a una probabilidad de paternidad del
99,9900 %.
Claramente, los valores del IP y de W se modifican en función del número de marcadores
genéticos examinados y de las frecuencias con que se observen los alelos trasmitidos por
el padre en la población de referencia que es vinculada: cuanto mayor es el número de loci
examinados y el grado de polimorfismo, mayor serán los valores obtenidos.
Los valores útiles para acreditar la paternidad son variables entre los países, pero en
general el CPI debe ser superior a 100 en EE.UU. y la probabilidad de paternidad superior
al 99,0 %. Por ejemplo, en Chile la paternidad biológica se considera probada cuando el
cálculo de la probabilidad de paternidad es más alto que el 99,9 %, en Italia si es mayor
del 99,72 %.
En EE.UU. el Departamento de Estado, en los casos de inmigración, requiere un valor
mínimo de la probabilidad de paternidad de 99,5 % (correspondiente a un CPI de 200).
Pero dado el número elevado de marcadores genéticos disponibles y su alto polimorfismo
los valores de probabilidad de paternidad que se alcanzan generalmente son superiores
al 99,99 %.
Los valores estadísticos se pueden traducir en predicados verbales útiles para explicar los
resultados, utilizando la tabla de Hummel (1997).

3. W es la inicial de la palabra alemana Wahrscheinlichkeit, que significa probabilidad.

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Tema 14: Genética forense 441

Probabilidad de Paternidad (%) Expresión verbal equivalente


> 99,73 Paternidad probada
> 99-99,73 Paternidad altamente probable
> 95-99 Paternidad muy probable
> 90-95 Paternidad probable
> 80-90 Cierta indicación de paternidad
> 70-80 Indicación de paternidad

Figura 10. Predicados verbales para explicar pruebas de paternidad (Hummel, 1997).

En el caso de incompatibilidad entre los perfiles para una exclusión “cierta” de paternidad
es necesario que se encuentren al menos 3 incompatibilidades entre el perfil del supuesto
padre y lo del hijo. No se puede excluir la paternidad en base a la incompatibilidad de solo
un marcador genético porque al pasar de una generación a otra, pueden ocurrir mutaciones
en el ADN (generalmente 1-step, las mutaciones 2-step son hasta a 10 veces mas raras).
Por lo tanto, es posible que el padre biológico presente un alelo distinto de lo que se
observa en el hijo. Se ha calculado que la tasa de mutación de los STR, está entre 5x104 y
105 y, por lo tanto, la posibilidad de 3 mutaciones concomitantes sería < 1,25x1010 (Weis-
senbach y coll. Nature Genet. 7, 246, 1994).
Si, a pesar del análisis de al menos 15 marcadores, se encuentran solo 1-2 incompatibili-
dades, entonces es necesario extender la investigación a otros marcadores, incluidos los
SNP o marcadores en los cromosomas sexuales.
Si no se encuentran más incompatibilidades, es necesario hacer el cálculo bioestadístico
de paternidad incluyendo la tasa de mutación de los alelos de los marcadores incompati-
bles, para averiguar también la posibilidad de que un familiar cercano del supuesto padre
(típicamente un hermano) sea el verdadero padre biológico.
En casos de reconstrucción de arboles familiares, se debe tener en cuenta que general-
mente, la cantidad de material genético se reduce al 50 % al aumentar la distancia en las
ramas del árbol genealógico. Por lo tanto, el análisis es más complicado y debe extender-
se a un gran número de marcadores, incluidos los sexuales.
Existen diferentes softwares útiles para el cálculo bioestadístico de paternidad (por ejem-
plo, Familias, Pater, PATCAN, FamLinkX), algunos de los cuales están disponibles de forma
gratuita, como Familias, que fue desarrollado por la Universidad de Oslo y desde hace
muchos años es el software más utilizado por los expertos forenses.
Para que una prueba de paternidad tenga validez legal es necesario claramente identificar
a los sujetos que se someten a la prueba y adquirir las autorizaciones necesarias, de con-
formidad con las disposiciones de la ley del país sobre la protección de los datos. También
es necesario el consentimiento de las partes interesadas para la toma de las muestras

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442 Manual de Criminalística y Criminología

biológicas y el procesamiento de datos personales, ya que los datos genéticos, incluso


si se tratan con fines forenses, se consideran una subcategoría de datos confidenciales.
En el caso de test de paternidad informativo, no es necesario identificar a los sujetos
de los cuales provienen las muestras biológicas, por eso muestras de la mucosa bucal
pueden ser tomadas directamente al cliente (por hisopos bucales que generalmente los
laboratorio ofrecen en kit para pruebas caseras) y enviada al laboratorio para el análisis.
De hecho, la prueba informativa solo proporcionará un resultado sobre la compatibilidad o
incompatibilidad genética que no tendrá ningún valor legal, ya que no se han registrados
las identidades de los sujetos analizados y no se han tomado las autorizaciones necesarias
ni está garantizada la cadena de custodia de la muestra.
Por supuesto, el procedimiento técnico de análisis de ADN es idéntico en los dos tipos de
pruebas (legal e informativa).

NEXT GENERATION SEQUENCING (NGS)


La tecnología NGS se refiere a la secuenciación de ADN de alto rendimiento no basada
en el método Sanger. NGS utiliza secuencias paralelas masivas de NGS y se multiplica
secuencialmente a secuencias de NGS, permitiendo en poco tiempo y en una sola carrera
estudiar gigabases (y ahora casi terabases) de ADN.
El método de secuenciación actual es tipo Sanger (STS), que es laboriosa, lenta y costosa.
La diferencia crítica entre la secuenciación de Sanger y NGS es el volumen de secuen-
ciación. Mientras que el método Sanger solo secuencia un solo fragmento de ADN a la
vez, NGS permite un análisis paralelo, secuenciando millones de fragmentos simultánea-
mente: esto permite, en poco tiempo y con solo un análisis, el estudio de gigabases (o
terabases) de ADN. Por lo tanto, la secuenciación NGS se denomina secuenciación de alto
rendimiento.
Las plataformas NGS son diversas, pero independientemente del sistema utilizado, el
procedimiento de análisis involucra tres fases comunes: la preparación e inmovilización
del ADN (biblioteca de secuenciación), la reacción de amplificación durante la cual se
incorporan “adaptadores” particulares y la reacción de secuenciación.
El principio es similar al de Sanger de secuenciación por electroforesis capilar (CE): la
ADN polimerasa cataliza la incorporación de dNTPs pero en el punto de incorporación, du-
rante cada ciclo, los nucleótidos se identifican directamente, por mecanismos diferentes
dependiendo del tipo de plataforma sin necesidad de electroforesis. Las secuencias obte-
nidas se alinean mediante programas especiales a la secuencia de referencia apropiada.
Antes de la utilización práctica de NGS, se llevan a cabo diferentes estudios para evaluar
la concordancia de resultados MPS con resultados de secuenciación de Sanger; evaluar
la eficacia, rendimiento, cobertura y capacidad de codificación de la secuenciación, deter-

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Tema 14: Genética forense 443

minación de la fiabilidad y reproducibilidad del procedimiento, y desarrollar sistemas de


interpretación adecuados de los resultados.
Las ventajas de NGS se pueden resumir en:
• Alta capacidad de identificar las mutaciones, a partir de los reordenamientos cro-
mosómicos hasta a los SNPs.
• Mayor capacidad de secuenciación (sensibilidad hasta al 1 %) y mayor habilidad
para identificar nuevas variantes.
• Más datos producidos con la misma cantidad de ADN, por ejemplo, 10 ng de ADN
producen ~1 kb con Sanger y ~300 kb con NGS.
En 2010, Applied Biosystems comenzó la comercialización de Ion Torrent, una plataforma
de secuenciación no óptica en circuitos integrados, basada en un método de secuencia-
ción mediante un ion semiconductor: durante la síntesis de ADN, cuando se incorpora un
nuevo nucleótido, se libera un protón (H+) y se produce un pequeño cambio en el pH que
es detectado por el sistema y permite discernir qué nucleótido se ha incorporado en la
cadena.
El chip de Ion Torrent permite completar una secuenciación en menos de 2 horas, tradu-
ciendo señales químicas (A, C, G, T) en información digital.
Illumina es la tecnología de secuenciación más utilizada porque ofrece plataformas efec-
tivas capaces de garantizar resultados correctos a precios razonables. El sistema utiliza
nucleótidos marcados con fluoróforos que cuando se incorporan bloquean de forma re-
versible la elongación de la cadena.
La tecnología NGS presenta numerosas aplicaciones posibles en medicina, biología, mi-
crobiología, agricultura, donde en parte ya ha sustituido a los métodos de análisis tradi-
cionales.
Por ejemplo, unos autores (Fierer et al., 2010) examinaron mediante NGS las bacterias
dejadas por contacto sobre la superficie de varios objetos y encontraron que estas poseen
suficiente ADN para la tipificación, que es interesante para estudiar la caracterización de
la escena del crimen.
También esta tecnología puede ser útil en casos identificación de especies cuando no
hay otras informaciones a priori. Por ejemplo, usando esta tecnología se han identificado
varios tipos de plantas y animales que se usan en la medicina tradicional china (Cheng,
2014).
En particular, MPS tiene un considerable interés en el campo de la genética forense,
porque tiene el potencial de permitir la determinación simultánea de varios marcadores
diferentes tanto en autosomas como en cromosomas sexuales (XY), junto con el análisis
de rasgos de ADN mitocondrial y SNPs que no se pueden analizar simultáneamente con
los métodos estándar de PCR-CE que se usan en la actualidad. Eso permite obtener en un

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444 Manual de Criminalística y Criminología

solo análisis y en un tiempo relativamente corto muchas informaciones importantes para


las investigaciones.
Por eso, es útil para la tipificación humana de ADN en casos como desastres masivos u
otros eventos donde las muestras forenses son comprometidas y degradadas.
Los marcadores STR utilizados en el análisis forense de ADN se identificaron mediante
PCR y electroforesis capilar (CE) pero estos métodos no tenían en cuenta las diferencias
de secuencia entre alelos, que pueden ser causadas por transiciones, transversiones,
deleciones, inserciones o inversiones de nucleótidos. El sistema NGS permite detectar
tanto el tamaño de longitud de repetición como las variaciones de secuencia, y entonces
permite distinguir fácilmente los alelos STR de longitud idéntica o similar pero de diferen-
tes secuencias.
Por lo tanto, el uso de MPS facilita significativamente la identificación de las mutaciones
en casos complejos de paternidad o de análisis de muestras mixtas, como en los de
violencias sexuales. Y también permite la clara identificación de picos tartamudos o de
artefactos.
En ciencia forense los marcadores epigenéticos se utilizan para distinguir a los gemelos
monocigóticos (MZ), predecir el tipo de tejido y determinar con precisión la edad de un
donante de ADN.
En 2010, el grupo de investigación BGI y el grupo de estudio de los gemelos “TwinsUK”
del King’s College desarrolló un proyecto de investigación utilizando la tecnología NGS
para estudiar las diferencias en los SNPs de 5000 pares de gemelos.
Además, la tecnología NGS permite obtener más informaciones exactas sobre los SNPs
relacionados a la etnicidad, características físicas y fisiológicas y la edad de un individuo.
El proyecto “VISAGE” fue establecido en Europa en el 2017 con el fin de desarrollar y
validar nuevos procedimientos basados sobre la secuenciación masiva en paralelo (MPS),
útiles para proporcionar informaciones fiables sobre el aspecto, la edad y la ascendencia
del donante de una muestra. Además, desarrollar protocolos y softwares de cálculo esta-
dístico útiles para la interpretación de los datos.
Actualmente, el análisis de miARN se hace mayormente por Real-time PCR o utilizando la
tecnología de biochip, mediante los cuales se pueden analizar las secuencias de miARN
conocidas. Por ejemplo, en ciencias forenses es útil para identificar semen, saliva, san-
gre venosa, sangre menstrual y secreciones vaginales, y para estudios del intervalo post
mortem (PMI).
Usando la tecnología NGS, se pueden analizar rápidamente millones de secuencias para
identificar miARN de la expresión específica de los órganos, así como miARN de expresión
de diferentes estados de enfermedad.

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Tema 14: Genética forense 445

La tecnología NGS puede ayudar enormemente también en el análisis de ADN mitocon-


drial, en muestras con bajas cantidades de ADN o en casos donde se necesita investigar
el linaje materno.
Actualmente, el análisis de ADNmt forense generalmente detecta polimorfismos en unas
regiones hipervariables (HVI, HVII), otros polimorfismos adicionales se requieren frecuen-
temente para aumentar el poder de discriminación de identificación.
Por lo tanto, la tecnología NGS tiene el potencial de permitir el análisis de toda la secuen-
cia de ADN mitocondrial (Whole Genome Amplification, WGA).
Li et al., (2010) observaron una mayor capacidad de NGS en detectar heteroplasmia con
alta precisión y sensibilidad y a coste reducido.
Tang et al., (2010) examinaron simultáneamente múltiples regiones hipervariables mito-
condriales, un locus STR (D18S51) y un locus STR del cromosoma Y (DYS389I/II).
Los resultados demostraron que se puede detectar una mezcla de proporción 1:250 y los
autores concluyeron que al aumentar la cobertura de secuenciación cobertura, se podría
detectar hasta a de proporción 1:1000.
Debido a la naturaleza de las evidencias biológicas forenses, uno de los problemas prin-
cipales es la cantidad de ADN requerido para preparar las bibliotecas de NGS y obtener la
máxima información posible de cualquier resto biológico.
En los últimos tiempos, la cantidad de ADN requerida ha disminuido considerablemente y
se ha desarrollado varios kit específicos para uso forense. Se ha visto que los resultados
concuerdan con los obtenidos por los métodos actuales de electroforesis capilar y aun si
la cantidad de optimal para el análisis es de 1 ng, se pueden obtener datos completos con
mínimas cantidades de ADN.
Por ejemplo, Verogen by Illumina ha desarrollado un kit para el análisis de muestras fo-
renses válido incluso para las que tienen ADN degradado o altamente inhibido. El sistema
permite en una múltiplex el análisis de STRs autosómicos, X e Y e identity SNP, y con otra
el análisis de los ancestral SNPs y phenotypic SNPs, obteniendo resultados altamente
discriminatorios con menos de 100 pg de ADN.
Thermo Fisher Scientific también ha diseñado varios modelos para el análisis de SNPs y
STR utilizando solo 100 pg de ADN.
Además, las dos compañías han desarrollado paneles para el análisis de ADN mitocondrial
que permiten la detección precisa de la heteroplasmia, con frecuencias de los alelos me-
nores (MAF) superior al 1 %. Los expertos del ISFG empezaron a evaluar los problemas
conectados con la nomenclatura STR para facilitar la compatibilidad entre los datos de STR
generados actualmente y los datos obtenidos por MPS garantizando la compatibilidad con
los millones de perfiles derivados de CE, ya en las bases de datos nacionales de ADN o
publicadas con el fin de complementar los datos obtenidos con los dos sistemas.

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446 Manual de Criminalística y Criminología

La Sociedad Internacional de Genética Forense ha desarrollado unas recomendaciones


para el uso de la secuencia masiva paralela en ciencia forense, así como unos requisitos
mínimos de nomenclatura (Parson, 2012).
En mayo 2019, el FBI aprobó el uso del sistema de secuenciación forense MiSeq FGx
Forensic Genomics System, producido por Verogen, para generar perfiles de ADN para la
base de datos de ADN americana. Este sistema está ya aprobado para las bases de datos
nacionales en Francia y en los Países Bajos.

ADN RÁPIDO
En los últimos años se han desarrollado nuevos sistemas que permiten realizar en poco
tiempo un análisis preciso del ADN para producir perfiles compatibles con los obtenidos
por métodos tradicionales.
En EE.UU., la Rapid DNA Act de 2017 autorizó al director del FBI a “emitir normas y proce-
dimientos para el uso de instrumentos de ADN rápido y los análisis de ADN resultantes”.
Este tipo de instrumentos han sido desarrollados originalmente para identificar a los sos-
pechosos más rápidamente, permitiendo a personal no técnico realizar un análisis de ADN
en una estación móvil o en la estación de policía local, a partir de una muestra biológica
tomada a un sospechoso.
Eso tiene el potencial de aumentar la seguridad pública, especialmente en las fronteras de
los países, permitiendo la investigación rápida de perfiles contrastados con una base de
datos de ADN mientras el sospechoso aún está bajo custodia.
Los hisopos bucales son ideales para este tipo de instrumentos de ADN rápido, porque
contienen grandes cantidades de ADN fresco de un individuo.
El proceso consiste en extracción, amplificación, separación, detección e interpretación de
los resultados automatizada, sin intervención humana en menos de dos horas.
Todos los reactivos y materiales necesarios para cada reacción están contenidos en unos
cartuchos especiales. El operador solo tiene que colocar la muestra en el instrumento y
esperar el resultado (perfil de ADN autosómico) que es útil para ser enviado a las bases
de datos de ADN.
Por eso, para permitir también una comparación con los resultados obtenidos en un la-
boratorio tradicional, se han desarrollado y validado los mismos kit comerciales utilizados
habitualmente en laboratorios forenses para uso también con este tipo de instrumentos
rápidos.
Aunque estos nuevos instrumentos (por ejemplo, RapidHIT, DNAscan, Rapid DNA Analysis
System) se puedan utilizar para analizar otro tipo de muestras diferentes de los hisopos,

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Tema 14: Genética forense 447

el FBI estableció que los sistemas Rapid DNA no pueden utilizarse para analizar muestras
de las escenas del crimen, que deben ser procesadas por un laboratorio de ADN forense
acreditado.
Esto se debe a que las muestras forenses varían ampliamente, dependiendo de la natu-
raleza de la muestra, edad, exposición a factores ambientales, cantidad y calidad del ADN
que pueden contener. Además frecuentemente las muestras forenses contienen ADN de
más de un individuo.
Por lo tanto, el análisis de las muestras forenses requiere precauciones especiales tanto
durante la fase analítica como para la interpretación de los resultados y tiene que ser he-
cha por personal experto.
En EE.UU. se ha establecido que los laboratorios forenses que utilizan el sistema de ADN
rápido deben trabajar en conformidad con los documentos “FBI Director’s Quality As-
surance Standards for DNA Databasing Laboratories and the Addendum to the Quality
Assurance Standards for DNA Databasing Laboratories performing Rapid DNA Analysis
and Modified Rapid DNA Analysis Using a Rapid DNA Instrument (2014)”, que describen
los requisitos que deben cumplir los laboratorios acreditados que realizan el análisis de
ADN rápido para que los resultados se consideren útiles para la inclusión en el Sistema de
indexación de ADN combinado (CODIS).

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15
GENÉTICA FORENSE ANIMAL
Bianca Picado Gonçalves
Bióloga y abogado ambiental. Experto judicial Ambiental
Tribunal de Justicia de São Paulo
Brasil

DELITOS MEDIOAMBIENTALES: CRÍMENES CONTRA LA FAUNA


La explotación de la fauna y la flora se inició hace décadas. Durante muchos años, las ac-
ciones antrópicas causaron devastaciones de hábitats, extinción de especies, inserción de
la actividad del comercio irregular y explotación desenfrenada de los recursos naturales,
los cuales se creía que eran inagotables.
El interés por el medio ambiente se refería solo al aspecto económico; no había preocupa-
ción por las consecuencias que toda esa explotación podría generar para la humanidad. El
despertar de la protección del medio ambiente se inició en el siglo XIX, pues fue a partir
de la Segunda Guerra Mundial cuando la humanidad se enfrentó a dos grandes amenazas:
el riesgo de contaminación por radiación nuclear y el uso agrícola de pesticidas químicos
sintéticos. A partir de esa época, la conciencia de la necesidad de preservación para tener
calidad de vida comenzó a tornarse global.
En 1972, la ONU (Organización de las Naciones Unidas) promovió la Conferencia de las
Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano en Estocolmo, evento que se ha
convertido en un hito en la historia de la protección del medio ambiente. Esta conferencia
resultó en la elaboración de 19 principios que representaron un manifiesto ambiental. Es
importante destacar que, en su principio, ya se hacía referencia como derecho fundamen-
tal el bienestar y el deber de proteger y mejorar el medio ambiente para las generaciones
presentes y futuras. A partir de entonces, surgieron trabajos y programas internacionales
en pro de la protección del medio ambiente, objetivando gestión ambiental, control en el
uso de los recursos naturales, sostenibilidad, resolución de catástrofes ambientales, así
como mayor atención al cambio climático.

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450 Manual de Criminalística y Criminología

Los derechos de los animales y su origen se asocian a cuestiones que divergen entre
filósofos, científicos y juristas desde los primordios de la humanidad hasta los tiempos
modernos, pues versa sobre la relación de superioridad que el hombre ejerce sobre todas
las especies vivas.
El primer reconocimiento de derechos de los animales ocurrió en 1822, en Inglaterra,
por medio de la creación de una “sociedad de protección animal” y, tras ese acto, nuevas
sociedades, reglas y normas pasaron a ser aprobadas entre los parlamentarios, contra la
crueldad con caballos, ganado y perros (Rodrigues, 2002). Otro marco en la comunidad
científica, asociado a los derechos de los animales, fue la obra El Origen de las Especies,
del naturalista británico Charles Darwin que, en 1859, propuso evidencias de la evolución
de las especies. En la época, su obra fue duramente criticada, pues esta revolucionaba
la creencia contemporánea sobre la creación de la vida en la Tierra. En el libro, Darwin
defiende dos teorías principales: la de la evolución biológica, en la cual todas las especies
de plantas y animales que viven hoy descienden de formas más primitivas, y la de que
esta evolución ocurre por “selección natural” (Ridley, 2006).
En Brasil, en 1886, en la ciudad de São Paulo, surgió el primer dispositivo insertado en
el Código de Posturas, que pretendía cohibir los malos tratos a los animales sometidos a
castigos bárbaros e inmoderados, bajo pena de multa. Sin embargo, solo después de tres
décadas se inició una sistematización de normas de protección a los animales en el país,
con la elaboración del Decreto Nº 16590 de 1924, que regulaba la concesión de licencias
para “carreras de toros, botellas, novillos, peleas de gallos y canarios” (Levai, 2004).
Posteriormente, en 1934, en el gobierno provisional de Getúlio Vargas, se expidió el De-
creto Nº 24645 que garantizaba medidas protectoras a los animales, tanto en la esfera civil
como penal. Este documento, con estatus de ley, reforzó su protección jurídica por medio
de varios dispositivos propios, posibilitando derechos a los animales. La Constitución Fe-
deral de 1988 concedió estatus constitucional al medio ambiente, garantizando protección
a la fauna y a la flora. El artículo 225, 1°, inciso VII, refuerza la protección y prohibición
de actos de crueldad contra los animales, disponiendo que: “Incumbe al Poder Público
proteger la fauna y la flora, vedadas, en la forma de la ley, las prácticas que pongan en
riesgo su función ecológica, provoquen la extinción de especies o someten a los animales
la crueldad”.
La Ley de Crímenes Ambientales (Ley 9605/1998) fue la primera que, de forma efectiva,
criminalizó las conductas nocivas al medio ambiente. Además de la protección a la fauna,
la Ley de Crímenes Ambientales también trata de infracciones administrativas perjudi-
ciales al medio ambiente, imponiendo sanciones administrativas y penales, generando
responsabilización al agente infractor con aplicación de penas, las cuales pueden ser en
forma de multa, prestación de servicio social y restricción de libertad.
Las conductas que generan las sanciones previstas en la Ley de Crímenes Ambientales en
los casos asociados a animales silvestres, domésticos o domesticados son las siguien-

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Tema 15: Genética forense animal 451

tes. El artículo 29 prevé como conducta criminal “matar, perseguir, cazar, coger, utilizar
especímenes de la fauna silvestre, nativos o en ruta migratoria, sin la debida autorización,
licencia, autorización de la autoridad competente, o en desacuerdo con la obtenida”, bajo
pena de detención de seis meses a un año, y multa. Este artículo, en su párrafo 1, todavía
añade otras conductas que incurren en las mismas penas: quien impide la procreación
de la fauna, quien modifica, daña o destruye nido, abrigo o criadero natural, quien vende,
expone a la venta, exporta o adquiere, de la fauna silvestre, nativa o en ruta migratoria,
así como productos y objetos procedentes de criaderos no autorizados o sin la debida
autorización, licencia o autorización de la autoridad pública competente.
También se prevé en este artículo la posibilidad de aumento de pena si el crimen se
practica contra una especie rara o considerada amenazada de extinción, en período prohi-
bido a la caza, durante el período nocturno, en casos de abuso de licencia, en unidad de
conservación y/o si se utilizan métodos o instrumentos capaces de provocar destrucción
masiva. Si el crimen se deriva del ejercicio de caza profesional, la pena también se incre-
menta. Pero en ese caso, será hasta el triple de la pena. La introducción de un espécimen
animal en Brasil, sin la debida autorización técnica, también es un crimen previsto en el
artículo 31 de la Ley de Crímenes Ambientales, e implica la detención de tres meses a un
año/multa.
Otro tipo de crimen contra la fauna es la exportación de pieles y cueros de anfibios y
reptiles, sin la autorización de la autoridad competente, previsto en el artículo 30. La pena
de ese crimen tiene una diferencia en relación a la prevista en el artículo 29, pues el autor
estará sujeto a la reclusión de uno a tres años/multa y no más a la detención.
La pesca, a los efectos de esta ley, se considera como todo acto destinado a retirar, ex-
traer, recoger o capturar especímenes de los grupos de los peces, crustáceos, moluscos
y vegetales susceptibles o no de aprovechamiento económico, salvo las especies amena-
zadas de extinción, constantes en las listas oficiales de la fauna y la flora. Para ello, queda
prohibido practicar esos actos en períodos y lugares prohibidos por el órgano competen-
te, incurriendo la pena de detención de uno a tres años/multa. En este crimen también
puede acrecentar la pena de detención para la reclusión de uno a cinco años, en casos de
uso de explosivos o sustancias que produzcan efecto similar, uso de sustancias tóxicas u
otro medio prohibido por la autoridad competente.
Es importante resaltar que, para la caracterización de la existencia o no de todos esos
crímenes citados, es necesario observar primero si hay o no autorización de la autoridad
competente o licencia para colecta, manejo, estudio científico o cualquier otra actividad
pues, en posesión de tales documentos, tales conductas no se tipifican como crimen.
El castigo puede ser extinto si hay comprobación de la recuperación del daño ambien-
tal causado por medio de la presentación de laudo pericial. En este contexto, podemos
plantear una cuestión de extrema importancia y que puede ser respondida por biólogos y

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452 Manual de Criminalística y Criminología

demás profesionales del área ambiental: ¿Es posible la recuperación completa de un daño
causado al medio ambiente?
Medir un daño ambiental es cada vez más difícil frente a los extensos cambios generados
por factores antrópicos: contaminación, deforestación, explotación clandestina de anima-
les, la explotación de madera, las fugas de petróleo son algunos de los factores que han
llevado a una disminución sustancial en la fauna y la flora terrestre y acuática. ¿Solo el
resarcimiento a través de multas basta en relación a tales daños?
En todo el mundo ocurren numerosos casos de daños ambientales. En el caso de Brasil,
se puede citar el caso ocurrido en 2015, de la ruptura de represas de la minería Samarco,
en el Distrito de São Bento en Mariana (MG), el mayor desastre ambiental ocurrido en
Brasil, devastando la ciudad y causando daños irreparables.
Ante este desastre, ¿de quién es la responsabilidad de las muertes, de las pérdidas irrepa-
rables y de todo el perjuicio de ese desastre ambiental? Una vez más, nos cuestionaremos
“¿Solo con el resarcimiento basta?”, “¿cómo valorar el volumen o tamaño del daño am-
biental?”, “¿existe recuperación ambiental ante ese caso desastroso?”, “¿Samarco tendría
responsabilidad penal y administrativa?”, “¿el Gobierno de Minas habría sido negligente
en las concesiones de licencias ambientales?”.

Figura 1. Imágenes del desastre ocurrido en 2015 por la ruptura de la represa de desechos
de la Samarco Mineradora, en el Distrito de São Bento en Mariana (MG). Foto: g1globo.

Otro caso de gran repercusión es el episodio de las aves en extinción en el golfo de México
tras un accidente en 2010. Una gran explosión provocó la fuga de petróleo, considerado
el mayor desastre ambiental de la historia de Estados Unidos. Las consecuencias para el
medio ambiente fueron catastróficas, muchas especies acuáticas se vieron afectadas por
productos tóxicos. Cuatro especies de tortugas marinas, además de delfines, cachalotes,
camarones y otros crustáceos y peces (el golfo de México es uno de los únicos viveros
en el mundo del atún rojo) vieron sus poblaciones devastadas.

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Tema 15: Genética forense animal 453

Figura 2. La explosión se produjo el 20 de abril y mató a 11 empleados. Foto: US Coast Guard.

En casos como estos, la ciencia forense puede contribuir ricamente a través de la pericia
criminal por medio de profesionales ligados al medio ambiente, que actúan con conoci-
mientos técnicos-científicos en la preservación de la naturaleza.
El perito criminal al autorizar en una pericia volcada a crímenes contra la fauna, si esta
involucra animales vivos, solo podrá hacerlo con el conocimiento profesional del médico
veterinario y del biólogo, lo que dará condiciones para que se realice la identificación de
las especies por medio de la genética forense, por ejemplo. Si el crimen involucra ani-
males muertos, el perito, además de preocuparse por la clasificación e identificación de
las especies, también estará encargado de determinar la causa mortis de los animales en
cuestión, realizando exámenes de necropsia, histopatológico, genéticos, entre otros.
La ciencia forense, además de auxiliar a través de pericias ambientales, puede contribuir a
través de las investigaciones científicas estandarizadas en grandes laboratorios de univer-
sidades y de los propios laboratorios de la policía científica en institutos de criminalística.
Entre los diversos crímenes ambientales, el tráfico de animales es uno de los más cometi-
dos en todo el mundo. El uso de la genética forense animal es sin duda la ciencia esencial
para auxiliar directa e indirectamente en esos casos.
Ahora vamos a reflexionar un poco sobre datos del tráfico de animales para posteriormen-
te insertar estudios en el área de la genética y minimizar los efectos de ese crimen en las
poblaciones de la fauna silvestre.

TRÁFICO DE ANIMALES SILVESTRES: UNO DE LOS CRÍMENES AMBIENTALES


MÁS COMETIDOS EN EL MUNDO
La pérdida de la biodiversidad, medida por el rápido declive de especies, genes y ecosis-
temas, se debe en gran parte al impacto que el tráfico de animales silvestres ha causado
a lo largo de décadas en Brasil.

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454 Manual de Criminalística y Criminología

La clasificación y el control de especies en riesgo de extinción confirman la reducción


de la cantidad de individuos, especialmente de aquellas especies que atraen el interés
colectivo.
Este crimen ambiental repercutió en Brasil, a tenor de las estadísticas sobre el tráfico ilegal
de animales silvestres. A finales de la década de 1990, las estimaciones incluyeron a Brasil
como el responsable del tráfico anual de diez mil millones de dólares en el mundo, lo que
corresponde del 10-15 % de abastecimiento mundial en esa actividad ilegal, colocándola
en la tercera posición del comercio ilegal, solo por debajo del tráfico de drogas y armas
(Renctas, 2002; Webb, 2001).
El tráfico de animales está estructurado sobre una red formada por una maraña de rutas
para el flujo de animales en el interior del país y también hacia fuera de este. Las rutas
nacionales utilizadas por traficantes de animales indican que son originarios principal-
mente de las regiones Norte, Nordeste y Centro-Oeste del país y son encaminados, prin-
cipalmente, a los estados de Río de Janeiro y São Paulo y también a otros países, como
Estados Unidos, Alemania, Holanda, Bélgica, Francia, Inglaterra, Suiza, Bulgaria, Arabia
Saudí y Japón, donde se comercializan (Renctas, 2002).
Para camuflarse y pasar desapercibidos por la fiscalización, los traficantes comúnmente
utilizan técnicas crueles, como la sedación y el acondicionamiento, especialmente de pá-
jaros, en tubos cerrados o en botellas del tipo pet en el interior de maletas y cajas.
En cuanto a las aves, es común el transporte en pequeños espacios, sin agua y sin
alimento, pintar periquitos para ser vendidos como loros e incluso matar a los padres
para facilitar la captura de las crías. Como resultado de esta crueldad, muchos animales
mueren antes de llegar al destino final. De acuerdo con Renctas (2002), de cada diez ani-
males transportados clandestinamente, nueve mueren antes del destino. Se ve con esta
estadística: “Incluso con casi el 100 % de muertes durante el transporte, “¿todavía vale la
pena para el traficante continuar con esa actividad ilegal?”. La respuesta es “¡sí!”, pues,
además de garantizar una alta rentabilidad, aunque sea con solo un animal, no hay efecti-
vamente sanción severa para ese tipo de crimen, causando un sentimiento de impunidad
al traficante.
El principal objetivo de los traficantes de animales son las aves, que corresponden al
80 % de las especies incautadas en las investigaciones. Esta actividad ilegal en el país
mueve alrededor de 2.500 millones de reales. Dependiendo de la especie de ave, el valor
comercializado en el mercado negro puede variar de 10.000 —pagado a los cazadores—
a 30.000, valor por el cual el animal acaba revendido, muchas veces en el exterior. La
arara-azul de lear, ave típica del nordeste, en extinción, puede llegar a valer 150.000 en el
mercado internacional (Renctas, 2002).
Los impactos y consecuencias negativas del tráfico de animales silvestres son innume-
rables. El informe elaborado por Renctas en 2002 indicó que tales impactos pueden ser
asociados a tres aspectos: sanitarios, socioeconómicos y ecológicos.

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Tema 15: Genética forense animal 455

Las consecuencias sanitarias son referentes al hecho de que ningún animal comerciali-
zado es sometido a control sanitario, pudiendo transmitir enfermedades graves, incluso
desconocidas, para otros animales silvestres, creaciones domésticas y para el hombre.
La toxoplasmosis y la psitacosis representan algunas de las zoonosis más comúnmente
transmitidas por los psitacídeos. En 1929, la importación de loros de Brasil y de Argentina
a Estados Unidos y Europa generó un brote mundial, que se inició en 1882 y se asoció a
loros importados de Argentina, la psitacosis se hizo conocida como la fiebre del loro y se
difundió rápidamente en varios países. En 1942, la incidencia de psitacosis se hizo tan alta
que la importación de los psitacídeos fue prohibida en Estados Unidos. Otra enfermedad,
denominada PPD (Pacheco’s Parrot Disease), un herpes de los virus de psitacídeo, fue
descrita en las aves importadas de Brasil a Estados Unidos en 1930 (Clubb, 1987). Otra
consecuencia sanitaria del tráfico de aves hace referencia a los seres humanos, ya se
conocen más de 180 tipos de enfermedades que pueden ser transmitidas por animales
silvestres (Bouer, 1998).
Las consecuencias socioeconómicas están ligadas al hecho de que el tráfico de animales
genera pérdidas económicas para el país, además de no contribuir a las arcas públicas,
generando perjuicios en las labranzas, ya que muchos animales silvestres actúan en el
control de plagas de modo mucho más eficiente que los métodos artificiales (Gliesch,
1993).
Otro aspecto social de la relevancia de este acto es el reclutamiento de una importante
parcela de la población rural brasileña para que participe de una actividad ilegal, como
forma de fuente económica alternativa para complementar la renta familiar. Como ya se
mencionó, estos son los colectores o cazadores que, en la mayoría de las veces, no son
conscientes de que están contribuyendo a la extinción de especies (Gamba, 1998).
Las consecuencias ecológicas pueden asociarse a la retirada de una especie de su hábitat
natural. Como las especies poseen relaciones intra e interespecíficas y también con el
medio físico-químico que las rodea, la retirada de individuos de un determinado ambiente
altera el equilibrio dinámico de los ecosistemas, generando consecuencias para la perpe-
tuación y supervivencia de sus integrantes (Norton, 1997).
Al eliminar especies, las interacciones se pierden, dificultando predecir cuáles son las
consecuencias en los ecosistemas. Esta eliminación de especies no necesita ser total,
basta que haya una reducción en su abundancia para que genere consecuencias ecoló-
gicas. Por ejemplo, la caza excesiva, en algunas regiones de la Amazonia Central, llevó al
declive de las poblaciones de caimán, lo que acarreó una reducción en las poblaciones
de especies de invertebrados que se alimentaban de los excrementos de esos animales.
En consecuencia, hubo una reducción de las poblaciones de las especies de peces que
se alimentaban de estos invertebrados, llevando a la carencia de algunos peces que son
valiosos recursos alimentarios para la población local (Fitzgerald, 1989).

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456 Manual de Criminalística y Criminología

Otra consecuencia ecológica de gran impacto se refiere a la introducción de especies


exóticas, pues estas pueden ocasionar un impacto negativo en las poblaciones naturales
de la fauna silvestre, pudiendo tornarse invasivas, conquistar áreas mucho más grandes
que las previstas, suprimir la fauna nativa y transmitir nuevas enfermedades, siendo una
de las principales causas de extinción de las especies (Hoover, 1999).
El desarrollo del conocimiento técnico y científico proporciona instrumentos y herramien-
tas para elucidación y combate de crímenes y, de esa correlación, nació una ciencia llama-
da ciencia forense, que es interdisciplinaria. Esta surgió según el conocimiento científico
y tecnológico que se utilizó con la finalidad de análisis de evidencias de supuestos críme-
nes, auxiliando y dando soporte a las técnicas constatadas por la Justicia Civil y Criminal.
Para los crímenes ambientales, esa práctica no es diferente pues, a partir del momento
en el que existe una denuncia, la investigación resulta en la identificación del infractor por
la Policía Ambiental o por el IBAMA, inmediatamente los animales incautados en la acción
policial se alojan, se alimentan y reciben atención médica-veterinaria, especialmente de-
bido a los malos tratos y al estrés al que se sometieron. Existen Centros de Recepción,
Clasificación y Rehabilitación de Animales silvestres (CETAS), Centros de Medicina e In-
vestigación en Animales Silvestres (CEMPAS) y Criaderos Científicos de Fauna Silvestre
para fines de conservación, manejo y reintroducción. En estos centros, cada animal nece-
sita ser registrado, con identificación de la especie y del sexo (cuando sea posible) y con
el máximo de información adicional, como lugar de captura, tiempo de cautiverio, hábitat,
comportamiento, características que permitirán administrar mejor un plan de manejo, y
también subsidiar programas de combate a crímenes contra la fauna.
En casos de crímenes contra la fauna, que generan un proceso jurídico, es necesaria la
actuación, como auxiliares de la justicia, de profesionales capacitados de las áreas de
ciencias biológicas. El Poder Judicial tiene como uno de sus principios fundamentales la
verdad real y, para ello, los auxiliares de la justicia se ayudan de expertos especialistas en
estas cuestiones, sobre las que el magistrado no conoce en profundidad.
Diversos son los procesos judiciales que requieren de pericia, y, en esos casos, la justicia
y la ciencia estrechan lazos en la búsqueda de la verdad: la ciencia con la representación
de la realidad digna de confianza por medio de metodologías y protocolos desarrollados
científicamente, y la justicia por su propia finalidad, ser justa ante crímenes en los que
ningún responsable debe quedar impune. Adicionalmente, las ciencias forenses, además
de englobar las pericias judiciales, pueden también contribuir al desarrollo científico en
universidades y centros de investigación a través del desarrollo de proyectos de investi-
gación que generen nuevos datos y subsidios para los propios laboratorios de la Policía
científica en institutos de criminalística.

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Tema 15: Genética forense animal 457

LA GENÉTICA FORENSE COMO HERRAMIENTA PARA LA CONSERVACIÓN DE


LAS ESPECIES
La genética forense es una de las áreas específicas de las ciencias forenses que emplea
conocimientos relacionados con técnicas y análisis de genética, con énfasis en biología
molecular, en casos que involucran crímenes. En Brasil, los primeros laboratorios de
genética forense surgieron en la década de 1990, con iniciativas pioneras de los órganos
de pericia y criminalística de estados como Rio Grande do Sul, Paraná, São Paulo y Minas
Gerais y también del Distrito Federal. A partir de 2004, contando con inversiones de la
Secretaría Nacional de Seguridad Pública, hubo un gran incremento en el número de labo-
ratorios, además de la capacitación de decenas de expertos criminales. En general, la uti-
lización forense del análisis de ADN en Brasil está relacionada con la aclaración de vínculo
genético (Bonaccorso, 2005). Existen innumerables aplicaciones de la genética forense
que pueden ayudar en las etapas de investigación de un proceso judicial. Esta área pasó
a formar parte del vocabulario común debido al impacto de los perfiles de ADN sobre la
detección de crímenes e identificación de paternidad en humanos y ha sido temática de
diversos programas de televisión, noticieros y reportajes. A pesar de la gran difusión de
informaciones al respecto, datos de carácter general y de carácter técnico muchas veces
no son correctamente divulgados, interpretados y/o comprendidos. Además de la utiliza-
ción de la genética forense en la identificación humana, es posible también su utilización
en el área animal, específicamente por medio de la genética de la conservación, que busca
la conservación biológica, auxiliando en programas de manejo, soltura o reintroducción
y reproducción en cautiverio. En la actualidad, gran parte de los análisis dirigidos a la
conservación de diferentes especies viene siendo realizada por medio de estudios gené-
ticos, para la identificación de especies, subespecies, híbridos, determinación de origen,
identificación de niveles de diversidad genética, determinación de estructura poblacional,
identificación de sexo, determinación de paternidad y otros niveles de parentesco. Estos
datos se pueden obtener mediante la utilización de diferentes metodologías, especial-
mente aquellas que emplean marcadores moleculares (Gonçalves, 2013). La genética
asociada al área forense, puede solucionar efectos de crímenes ambientales por medio de
análisis del ADN, que posibilitan la identificación de especies, subespecies, identificación
del sexo (machos y hembras) en especies que no presentan dimorfismo externo, de los
animales traficados, determinación de paternidad y otros niveles de parentesco, identifi-
cación de filiación de especímenes comercializados ilegalmente e identificación de especí-
menes de criaderos autorizados (Gonçalves, 2013). Estos análisis permiten generar datos
fiables a través de marcadores moleculares como el código de barras de ADN, basado en
segmentos de ADN mitocondrial, microsatélites y SNP (Single Nucleotide Polymorphism),
y se han utilizado comúnmente en diagnósticos forenses. La correcta identificación de
especies oriundas del tráfico ilegal, después de una detención policial, por ejemplo, es una
etapa importante para castigar al infractor, ya que el 4º, artículo 29 de la Ley de Crímenes

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458 Manual de Criminalística y Criminología

Ambientales prevé el agravante con el aumento de pena si el crimen es practicado contra


una especie rara o considerada amenazada de extinción. De forma similar, la identificación
de especies asociadas a la sobreexplotación, acción comúnmente observada en poblacio-
nes de peces, también representa otro ejemplo que puede ser correlacionado a esa ley.
La genética forense ha sido utilizada en análisis que involucran a los tiburones, especial-
mente para la identificación de especies a partir de muestras biológicas como porciones
de carne y aletas. Diversas especies de tiburón amenazadas de extinción y encontradas en
las zonas costeras y oceánicas de Brasil son comercializadas ilegalmente, bajo el nombre
genérico de “cación”. En los casos en que la pesca se dirige a la venta de aletas, estas se
cortan y el animal es arrojado de vuelta al mar, haciendo que la identificación morfológica
ya no sea posible, siendo necesaria la identificación por medio de análisis moleculares
para inferir su correcta clasificación (Chuang, 2016).
La manipulación de ácidos nucleicos, originada por estudios y avances de la biología
molecular, permitió el análisis de diferentes tipos de marcadores moleculares, que repre-
sentan cualquier loco génico que presente polimorfismos (poli, muchos; morphos, for-
mas). Para ser posible este tipo de análisis, es necesaria una fuente de material biológico
adecuado para el aislamiento del ADN, como sangre, pelos, plumas, heces, carcasas o
tejidos, entre otras.
La identificación y caracterización de marcadores moleculares del genoma nuclear se
iniciaron con análisis de polimorfismos de longitud de fragmentos de ADN obtenidos por
medio del tratamiento del ADN con enzimas de restricción, generando patrones de RFLP
(Restricción Fragment Lente Polymorphism) (Grodzicker, 1974).
En las décadas de los 80 y 90, la posibilidad de amplificar segmentos de ADN in vitro, por
medio de la técnica de PCR (Polymerase Chain Reaction), que permitió la descripción de
otros marcadores moleculares, incluyendo secuencias repetitivas de ADN, denominadas
microsatélites, y de secuencias polimórficas amplificadas al azar (RAPD, Random Ampli-
fied Polymorphic DNA) (Ferreira y Grattapaglia, 1998).
Entre los diferentes marcadores moleculares que pueden ser amplificados a través de
PCR, los microsatélites o SSRs (Simple Requerimientos de Secuencia simple) (Litt y Luty,
1989) representan los marcadores nucleares más ampliamente utilizados en las áreas de
genética forense y poblacional, porque se encuentran distribuidos por todo el genoma y
presentan un alto grado de polimorfismo. Estos poseen la ventaja de ser co-dominantes,
lo que permite la identificación de heterocigos, y pueden ser amplificados utilizando
primers específicos complementarios a las secuencias únicas que los flanquean (Ferreira
y Grattapaglia, 1998).
A diferencia del genoma nuclear, el genoma mitocondrial en animales está constituido por
una molécula circular covalentemente cerrada de pequeño tamaño, posee en promedio
16 kb de longitud, siendo heredado maternalmente y generalmente no presentando re-
combinación génica (Avise et al., 1994). En el caso de los ARNs transatores, 2 son para

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Tema 15: Genética forense animal 459

ARNs ribosomal y 13 se transcriben en ARNs mensajeros y traducidos principalmente


en los complejos proteicos responsables de la dinámica de la cadena transportadora de
electrones (Avise, 1996).
Una de las ventajas del uso de marcadores de ADN mitocondrial (ADNmt), comparados
con los marcadores nucleares, se refiere a su mayor abundancia de copias, ya que cada
célula posee cientos de mitocondrias y cada mitocondria posee decenas de copias de su
cromosoma circular. Por lo tanto, las muestras con una pequeña cantidad de ADN o de
ADN degradado se pueden utilizar con éxito para la amplificación de genes mitocondriales.
Esta característica es de gran importancia en estudios forenses, en los que es común el
aislamiento de ADN de materiales biológicos deteriorados y también en estudios sobre la
conservación biológica, en los que muchas veces se utilizan muestreos no invasivos que
conducen a la obtención de pequeñas cantidades de ADN.
En casos forenses que involucran animales, se han utilizado con frecuencia marcadores
de ADNmt, principalmente en casos de identificación de especies debido a la caza ilegal
para identificar y trazar evidencias. También ha sido ampliamente aplicado a la identifi-
cación de productos y carne de especies prohibidas comercializadas ilegalmente, que
perdieron la identificación de caracteres morfológicos.
Como ejemplo, el uso del ADN mitocondrial en casos que involucran a la genética forense
animal, podemos citar la comercialización ilegal de la carne de ballena en Japón. Científi-
cos de la Universidad Estatal de Oregón realizaron un estudio como parte de un programa
de monitoreo de las fuentes de la carne de ballena que llegó al mercado a partir de 1993.
El estudio “Genetic evidence of ilegal trade in protected whales links Japan with the US
y Corea del Sur” fue publicado en Biology Letters. Este estudio identificó la especie que
estaba siendo comercializada por medio de los análisis de ADN mitocondrial.
Diversas especies de tiburones amenazados de extinción y encontrados en zonas cos-
teras y oceánicas de Brasil son objeto de intensa pesca ilegal para alimentar el mercado
clandestino. Esta pesca tiene por objeto el comercio de aletas y, para ello, el animal es
mutilado, perturbando sus características morfológicas, siendo necesarios análisis genéti-
cos forenses basados en los marcadores de ADNmt y microsatélites, aplicados para inferir
identificación taxonómica.
El otro marcador molecular que viene siendo muy utilizado en casos forenses que invo-
lucran animales, debido a su alto grado de polimorfismo entre diferentes individuos es el
denominado polimorfismo de nucleótido único (SNP, Single Nucleotide Polymorphism),
es decir, polimorfismo resultante de la sustitución de un nucleótido por otro, llevando al
surgimiento de diferentes alelos.
La genética forense animal además de subsidiar problemas jurídicos-policiales asociados
a crímenes ambientales, en especial contra la fauna, es extremadamente importante en el
diseño de estrategias de recuperación y conservación de especies y/o poblaciones.

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460 Manual de Criminalística y Criminología

La discriminación de los individuos de la misma especie, así como la identificación de es-


pecies y subespecies y sus relaciones son muy relevantes para los estudios de biología de
la conservación, que tiene por objeto la conservación y la preservación de la vida silvestre.
El creciente ritmo de destrucción, alteración y fragmentación de ambientes naturales,
debido al impacto de las actividades antrópicas, asociado al tráfico de animales silvestres,
puede ocasionar pérdida de biodiversidad. A diferencia de otros impactos causados por el
hombre, el tráfico y la caza ilegales de animales silvestres no tienen como “justificación”
el desarrollo o el avance de la frontera agrícola o la producción industrial. Por el contrario,
sus motivaciones suelen ser fútiles, como ocio, deporte y crianza de animales silvestres
como si fueran animales domésticos.
Es importante destacar que la genética forense aporta estudios en el área de la genética
de la conservación que presenta estrategias dirigidas a la conservación de la biodiversidad
y a la reducción de las tasas de extinción de especies se viene realizando por medio de
análisis genéticos. La genética de la conservación tiene como objetivo, entre otras aplica-
ciones, la identificación de especies, subespecies, híbridos y poblaciones, determinación
de origen, identificación de niveles de diversidad genética, determinación de estructura
poblacional y de cuellos de botella, identificación del sexo y determinación de paternidad
y otros niveles de parentesco, unidades de manejo, reproducción en cautiverio, soltura y
reintroducción, flujo génico, relaciones filogenéticas y filogeográficas.

Estudio de caso 1: Base de datos forense


Las bases de datos representan una herramienta digital capaz de almacenar información
de un tema específico. Esta herramienta actualmente permite, de forma fácil y rápida,
realizar principalmente investigaciones y búsquedas sobre determinado tema.
En el Libro Rojo de la Fauna Brasileña Amenazada de Extinción (MMA, 2012) y el RedList
de la UICN (International Union para la Conservación de la Naturaleza). La IUCN, organi-
zación dedicada a la conservación de la biodiversidad, proporciona información científica
sobre el estado de las especies y subespecies a un nivel global, clasificándolas según
diversos criterios, como los relacionados con la tasa de declive de la población, el tamaño
y la distribución de la población, área de distribución geográfica y grado de fragmentación.
Las categorías, por lo tanto, se dividen en: Extinct (EX), Extinct in the wild (EW), Critically
endangered (CR), Endangered (EN), Vulnerable (VU), Near threatened (NT), Least concern
(LC), Fecha deficiente (DD) y No evaluados (NE).
El principal objetivo de una base de datos es representar información real que puede utili-
zarse para estudios y análisis estadísticos. Adicionalmente, estos bancos permiten optimi-
zar y aplicar información en ellos contenidos. El banco de perfiles genéticos de especies
de aves silvestres asociadas al comercio ilegal desarrollado por la autora de dicho capítulo
no se limita solo al uso de sus datos para análisis estadísticos. Este fue elaborado para,
primordialmente, auxiliar en el registro de tráfico de aves oriundas y también proporcionar

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Tema 15: Genética forense animal 461

subsidios para la elaboración de estrategias de manejo, soltura y reintroducción, procedi-


mientos volcados en la conservación de especies. Las aplicaciones de esta herramienta
se muestran también importantes en el aspecto jurídico para posibles adquisiciones de
pruebas y contraproducentes en la fase probatoria de un proceso jurídico que involucra
crímenes ambientales.
La base de datos fue creada con el objetivo de organizar y almacenar los registros hechos
por el Centro de Medicina e Investigación en Animales Salvajes (CEMPAS) de la Facultad
de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Unesp de Botucatu.
Se utilizaron datos referentes a la entrada de aves oriundas provenientes de incautaciones
contenidas en esos cuadernos de registros de los años de 2013 a 2016. Estas informa-
ciones se utilizaron para encuestas estadísticas y para la creación de una base de datos
informatizada y disponible para consultas online.
La base de datos implementada se llamó Forensic Bird Base (FBB) y se inserta en el
Instituto de Biociencias de Botucatu (ver Figura 3). Además de los datos individuales de
las aves incautadas, el FBB ofreció materiales didácticos con temas relacionados con el
área forense animal desarrollados por docentes y alumnos del Programa de Postgrado en
Ciencias Biológicas (Genética) y también datos genéticos.

Figura 3. Base de datos forenses desarrollada por la autora del capítulo, titulado de Forensic Bird Base,
para ayudar al centro de rehabilitación de animales que han sido objeto de tráfico ilegal (Gonçalves, 2017).

En el FBB, se encuentran también disponibles materiales didácticos que fueron desarrolla-


dos para interrelacionar temas de conservación biológica en el área forense. Actualmente,
es posible descargar gratuitamente dos materiales que sirven de instrumento de mayor
conciencia social sobre la problemática del tráfico de animales silvestres: “Aves: Tráfico
ilegal y Conservación Genética; ¿Qué es eso?” y “Ciencia Forense en el combate al tráfico
de aves silvestres”.
FBB también presenta datos genéticos de algunas especies de aves comúnmente reci-
bidas en el CEMPAS. Para ello, se utilizó información acerca de segmentos de regiones

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462 Manual de Criminalística y Criminología

del ADN mitocondrial, disponibles en el GenBank, base de datos de nucleótidos del NLM/
NCBI, ubicado en el National Institutes of Health (NIH) y que contiene informaciones de
secuencias nucleotídicas de aproximadamente 260.000 especies. Las búsquedas en el
GenBank, hechas a través del “número de acceso”, único para cada secuencia, permiten la
visualización de datos que pueden subsidiar la correcta identificación taxonómica de aves.

Estudio de caso 2: Genética forense en la identificación de subespecies de la especie


Amazona aestiva (la especie más buscada por traficantes de animales silvestres en
Brasil)
Los análisis genéticos contribuyen a la conservación biológica de las especies mediante
la identificación de la especie o subespecie. La especie Amazona aestiva, común popular-
mente como loro-verdadero, presenta una problemática en cuanto a la taxonomía, pues
tiene dos subespecies: Amazona aestiva aestiva y Amazona aestiva xanthopteryx, que
se diferencian morfológicamente por la coloración del encuentro de las alas (Clements,
2014).
La subespecie Amazona aestiva aestiva presenta poca coloración amarilla en la cara y la
coloración en el encuentro de las alas es roja, vive en la zona oriental de Brasil (Bahía,
Goiás y Tocantins). La Amazona aestiva xanthopteryx presenta coloración amarilla más
extensa en la cara y el encuentro de las alas tiene coloración amarilla, vive en Brasil occi-
dental, Bolivia, Paraguay y Argentina.

Figura 4. Amazona aestiva xan- Figura 5. Amazona aestiva aestiva,


thopteryx, mostrando la coloración mostrando la coloración roja
amarilla en el encuentro de las alas. en el encuentro de las alas.

En este estudio fue posible caracterizar segmentos parciales del gen mitocondrial cito-
cromo oxidasa I (COI) para la generación de perfiles genéticos de Amazona aestiva y sus
subespecies para inferencias taxonómicas.
Los resultados basados en datos morfológicos pueden generar información no significati-
va o errónea en casos de identificación de especies o subespecies. Por otro lado, diversos
trabajos han demostrado la eficacia del uso de secuencias de ADN mitocondrial para dife-
renciar órdenes, familias, especies o subespecies animales (Hebert, 2003). En un estudio

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Tema 15: Genética forense animal 463

con hormigas, existe la posibilidad de que las secuencias del gen COI ayuden a inferir
límites entre las especies, con el objetivo taxonómico. En los peces teleosteos y cartila-
ginosos, también se emplearon secuencias del gen COI para la identificación de especies
de peces de diferentes órdenes. En aves, el código de barras de ADN fue utilizado para
la identificación de 206 especies norteamericanas, resultando en diferentes secuencias
entre las especies, pero algunas presentaron alta variación intraespecífica (Hebert, 2004).
Otro estudio en el que se utilizó el código de barras de ADN fue descrito por Kerr (2007),
y posibilitó identifcar 643 especies de 27 órdenes diferentes, distribuidas en 71 familias y
286 géneros, originarias de Estados Unidos y Canadá, totalizando el 98 % de la avifauna
neártica. De estas especies, el 94 % formaron clados recíprocamente monofiléticos y, para
las que no fue posible la identificación, los autores propusieron que estas pudieron haber
sufrido hibridación o pueden representar especies crípticas.
En el presente estudio, los resultados del secuenciamiento automático de los productos
de PCR para las 8 muestras de las dos subespecies de Amazona aestiva, utilizando el
conjunto de primers 1 (LTyr / COIH7557) y el conjunto de primers 3 (COIaRT / CO178Ht)
no evidenciaron diferencias entre las secuencias nucleotídicas. Las secuencias nucleotí-
dicas obtenidas fueron comparadas con secuencias depositadas en bases de datos del
Genbank y, a través de análisis BLAST (Basic Local Alignment Search Tool) en el National
Center for Biotechnology Information (NCBI), se pudo confirmar un alto nivel de identidad
con secuencias de identidad ADN ya descritas para A. activa. La composición media de
las bases nitrogenadas fue de 25,4 %, adenina (A), 25,8 % timina (T), 23,5 % citosina (C)
y 24,6 % guanina (G).

a) b)

Figura 6. Geles de agarosa que evidencian el resultado de las pruebas de amplificación realizadas con diferentes
conjuntos de primers para la amplificación de un segmento del gen mitocondrial COI.
a) Amplificación de muestras de ADN de ejemplares de Amazona aestiva aestiva (resultado positivo).
b) Amplificación de muestras de ADN de ejemplares de Amazona aestiva xanthopteryx (resultado positivo).
MM: marcador de peso molecular de 1 Kb (indicaciones en pares de bases).

Este tipo de análisis es importante porque los datos morfológicos pueden generar infor-
mación no significativa o errónea en casos de identificación de especies o subespecies.
La elevada tasa evolutiva generalmente presentada por marcadores de ADN mitocondrial
permite que estos sean utilizados en estudios de taxonomía, filogeografía, reconstrucción
de historia demográfica y diversificación adaptativa.

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464 Manual de Criminalística y Criminología

Por lo tanto, la genética forense es una herramienta molecular esencial para minimizar
efectos y consecuencias de crímenes ambientales como por ejemplo el tráfico de anima-
les, auxiliando en la conservación de especies, como soporte auxiliar ambiental y jurídico.

Estudio de caso 3: Genética forense en la identificación del sexo de aves silvestres


Uno de los análisis moleculares asociados al área forense es la correcta determinación
del sexo de animales, herramienta especialmente utilizada en ejemplares de aves. Algu-
nas especies que componen ese grupo de vertebrados no presentan dimorfismo sexual
aparente que permita la diferenciación morfológica externa entre machos y hembras (Tell
y Lasley, 1991). El dimorfismo sexual es una característica fenotípica observada entre
machos y hembras de una misma especie, diferenciándolos en algunos aspectos como
tamaño o coloración de las plumas y/o boquillas.
En el caso de las aves de corral, esto supone un problema tanto para la soltura, como para
programas de reproducción en cautiverio. La correcta identificación del sexo se puede
realizar por medio del denominado “sexaje molecular”, basado en el análisis de una región
del genes CHD-Z y CHD-W (cromo-hielo-ADN-binding), localizados en los cromosomas
sexuales.
En el caso de las aves que presentan un sistema de determinación sexual del tipo ZZ (ma-
chos) / ZW (hembras), un marcador ideal para la identificación del sexo en estos animales
puede considerarse un ADN único al cromosoma sexual W presente únicamente en las
hembras (Miyaki, 1998). Uno de estos marcadores identificados en las aves es el gen CHD
(cromo-helicase-DNA-ligante). El gen CHD-Z se encuentra en el cromosoma Z, ocurrien-
do por lo tanto en ambos sexos, mientras que el gen CHD-W se ubica en el cromosoma W,
presente solamente en las hembras (Griffiths, 1998). No hay evidencia de recombinación
entre estos dos genes y no se ha identificado ninguna copia autosómica. En la mayoría de
las especies, el tamaño del gen CHD es un poco mayor en el cromosoma W, comparado
con el tamaño de este gen presente en el cromosoma Z, aunque en algunas aves poseen
tamaños muy similares, como se evidencia en avestruz y ema (Ratitas). Ese mayor tama-
ño del CHD en el cromosoma W se debe a la presencia de bases adicionales en una región
de íntron (Griffiths, 1998).
Los diferentes grupos de oligonucleótidos fueron desarrollados para ser utilizados en PCR
dirigidos a la amplificación de segmentos de los genes CHD-Z y CHD-W en un gran núme-
ro de especies de aves, para identificar diferencias de tamaño en el interior de estos genes
(Griffiths, 1997; 1998). El conjunto de oligonucleótidos más comúnmente utilizado para
identificar el sexo en aves se refiere a los primers denominados P2 y P8 que se anhelan
a regiones conservadas de exones de los genes CHD-Z y CHD-W y amplifican una (en
el caso de las células madre), en el que se observó un aumento en el tamaño de los dos
genes, resultando en la identificación de un solo fragmento de ADN en machos (genotipo
homocigoto) y de dos fragmentos distintos en hembras (genotipo heterozigoto).

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Tema 15: Genética forense animal 465

La metodología de sexaje molecular realizada, basada en la amplificación y análi-


sis de segmentos de los genes CHD-Z y CHD-W, permitió generar perfiles genéticos
sexo-específicos en diferentes especies de aves y, por lo tanto, identificar con seguridad
machos y hembras.

Figura 7. Productos de PCR, relativos a la amplificación de genes CHD-Z y CHD-W de ejemplares de Amazona
aestiva, visualizados en gel de agarosa 2 %. MM: marcador de peso molecular de 1 kb
(indicaciones en pares de bases), M: macho y F: hembra.

Los datos de sexaje molecular ayudan a aquellos lugares que mantienen animales para
programas de reproducción, pues indican, con alta fiabilidad, la identificación de machos
y hembras. Además, el manejo de las aves significa no solo la conducción de la creación
en sí (apareamiento, puesta, alimentación), sino también el manejo genético (selección
de parejas visando a mejores resultados). Para ello, hay que cuidar y vigilar la formación
de futuras parejas, pues la endogamia puede provocar la disminución de la heterozigosis
y, consecuentemente, aumento de la homocigosis. Al reducir la heterozigosis, se puede
favorecer el aumento de genes recesivos indeseables o de efectos deletéreos. La pérdida
de la variabilidad genética en poblaciones pequeñas tiende a ocurrir aleatoriamente, cau-
sando cambios en las frecuencias alélicas y genotípicas, fijando algunos alelos y eliminan-
do otros, este proceso es denominado deriva genética. La mayoría de estos genes están
relacionados con la reducción de la fertilidad, el aumento de la mortalidad, el aumento de
las enfermedades debido a la disminución de la resistencia y el vigor híbrido y el aumento
del valor genético adaptativo.
Por último, los estudios de caso presentados en el presente capítulo son solo ejemplos
reales de estudios genéticos que involucran a muestras animales provenientes de crí-
menes ambientales y que se sometieron a análisis en busca de conservación de la fauna
silvestre. Las muestras biológicas para estos análisis fueron sangre y plumas de las aves
silvestres, recogidas de forma no destructiva, causando menos estrés en los animales.

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16
INFORMÁTICA FORENSE
Sergio Appendino
Analista forense digital
Cuerpo de Investigaciones Fiscales del Ministerio Público de Salta
Argentina

LEVANTAMIENTO DE MUESTRAS CON SOPORTE DIGITAL


CONSIDERACIONES GENERALES
Teniendo en cuenta que la labor del perito constituye una actividad de análisis de labora-
torio y consultiva o de asesoramiento al fiscal y/o juez interviniente en la investigación o
proceso penal, las actividades operativas de levantamiento de muestras en soporte digital
por parte del personal policial y/o los operadores judiciales en la escena del hecho deben
ser efectuadas siguiendo los procedimientos establecidos, las recomendaciones hechas y
las que establezca la ISO/IEC 270371.

Figura 1. Procedimiento para el levantamiento de muestras con soporte digital.

1. International Organization for Standardization, ISO/IEC 27037:2012, Guías para la identificación, recolección, adquisi-
ción y preservación de la evidencia digital.

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468 Manual de Criminalística y Criminología

La pericia forense digital requiere de la inversión de un considerable lapso de tiempo en


el procesamiento y análisis de la muestra hasta poder obtener un resultado, por lo que
se hace imprescindible evitar el secuestro masivo de elementos informáticos con fines
periciales.
El secuestro indiscriminado de equipamiento tecnológico contraría los principios de eco-
nomía, eficacia y eficiencia en la obtención de la evidencia. Consecuentemente, ha de
procurarse recolectar solo aquellos respecto de los cuales se tenga alto grado de sos-
pecha que se encuentran íntimamente relacionados con el hecho que se investiga. A
continuación, se describen los consejos generales a tener en cuenta para la recolección
de las muestras digitales.
1. No intentar explorar los contenidos ni recuperar información de un ordenador u
otro dispositivo electrónico (cámara de fotos, teléfono móvil, etc.) sin contar con
los conocimientos técnicos para realizarlo.
2. No manipular la muestra indebidamente, presionando teclas, botones, pantallas,
ratón. Ello puede alterar o destruir la muestra digital.
3. No exponer la muestra a temperaturas extremas, vibraciones o a la proximidad de
campos electromagnéticos.
4. No encender el elemento tecnológico si se encuentra apagado.
5. No levantar la tapa de un ordenador portátil si el mismo está cerrado.
6. Evitar el uso de cinta adhesiva en contacto directo con la muestra, ya que al des-
prenderse puede arrastrar datos representativos de la misma.
7. Registrar fotográfica y/o fílmicamente lo que esté a la vista en los dispositivos de
salida como pantallas e impresoras.
8. Identificar los dispositivos móviles que están en uso, como así también el usuario,
patrones o códigos de desbloqueo, el número de línea, registrando los que se
encuentren apagados, guardados o en aparente desuso.
9. Para apagar un elemento, primero debe desconectar la fuente de energía del
equipo directamente del enchufe; después el resto de los cables que hubiere tales
como la red de datos, monitores, impresoras, etc.
10. Verificar e indicar en su caso si, a simple vista, el dispositivo recolectado presenta
materiales y/o residuos biológicos, peligrosos o de otro tipo.
11. Si realizó algún cambio, registrar y justificar la acción.

RECOMENDACIONES DURANTE EL PROCEDIMIENTO DE RECOLECCIÓN DE MUESTRAS


1. No permitir el uso o manipulación de elementos tecnológicos tales como equipos
informáticos, dispositivos móviles, cámaras, etc. De tratarse de una organización,

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Tema 16: Informática forense 469

comercio o empresa, identificar al personal informático, a los usuarios de las apli-


caciones y las contraseñas2.
2. Registrar fotográfica y fílmicamente todos los elementos de tecnología antes de
ser movidos o desconectados.
3. Identificar y registrar si existen enlaces de comunicaciones disponibles en la zona
de recolección (módem telefónicos, cable módem, Smart TV, red inalámbrica,
WiFi, etc.):
–– Si existen redes inalámbricas, especificar denominación y si es abierta o con
clave.
–– Para los enlaces por cable fijos determinar el usuario de la red (número telefó-
nico, servicio de cable módem, etc.).
–– Recolectar los equipos que actúan de enlace, inclusive los que sirven como
repetidores.

Figura 2. Ejemplo de enlaces de dispositivos disponibles en la zona de recolección.

4. Si los elementos de tecnología a recolectar son:


–– Notebooks/netbooks/ultrabook, cámaras de vídeo, filmadoras, vídeojuegos u
otros dispositivos desconocidos que posean almacenamiento digital: recoger
los cables, manuales y fuentes de alimentación pertenecientes a dichos equi-
pos.
–– Teléfonos móviles, retirar la batería si es posible. En caso de no ser factible,
apagarlo y proteger el botón de encendido con un elemento apropiado para
evitar el encendido accidental. Como medida extra de seguridad, de ser facti-
ble, se puede activar el modo avión antes de apagarlo.
–– Dispositivos de grabación de vídeo vigilancia (Digital Video Recording, DVR):
proceder al levantamiento de las habitaciones donde se encuentran los dispo-
sitivos de almacenamiento sin desarmarlos. Registrar las conexiones si estas
son por cable.

2. U.S. Department of Homeland Security, Best Practices For Seizing Electronic Evidence, V.4.2, 2015.

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470 Manual de Criminalística y Criminología

5. De ser necesario dejar el dispositivo encendido por algún requerimiento específi-


co (por ejemplo, para no perder información volátil), consultar con un especialista
perito.
6. Identificar y registrar correctamente todo el material tecnológico a secuestrar.
7. Rotular el hardware que se va a secuestrar con los siguientes datos generales:
número de actuación, de muestra, fecha, hora y ubicación.
8. Agregar para cada caso en particular:
–– Ordenadores, notebooks, netbooks, cámaras digitales, DVR, etc.: el número de
serie, fabricante, modelo y color.
–– Teléfonos móviles: número de International Mobile Equipment Identity (IMEI)
(desde la etiqueta del mismo), fabricante, modelo y color. Si poseen dos tarje-
tas SIM, indicar la ubicación física de cada una, el operador telefónico y si está
visible su número denominado Integrated Circuit Card ID (ICCID), agregar si
posee tarjetas de memoria adicionales.

Figura 3. Ejemplo de información del teléfono móvil asignado para un caso en particular.

–– Dispositivos menores DVD, CD, pendrives, etc.: almacenarlos en conjunto


en un sobre, indicando número de actuación, de muestra, tipo (DVD, CD,
pendrives, etc.), descripción y cantidad.
9. En los casos particulares que se encuentren elementos desconocidos conectados
a elementos tecnológicos, deberán identificarse los cables indicando dónde se
encontraban conectados y fotografiar los equipos con sus respectivos cables de
conexión etiquetados.

Figura 4. Ejemplo fotográfico de elemento desconocido conectado a elementos tecnológicos.

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Tema 16: Informática forense 471

10. Cuando no se pueda determinar el elemento de tecnología a secuestrar, rotular


como “Dispositivo desconocido” y realizar una breve descripción del mismo.

ACTUACIÓN FORENSE DIGITAL


La actuación forense digital de un laboratorio consiste en hacer efectiva la actividad peri-
cial y asesorar técnica y científicamente al operador judicial, por lo que podrá ser requeri-
do en consulta previa sobre los servicios forenses digitales disponibles.
Asimismo, deberá intervenir en las reuniones interdisciplinarias con otras áreas científicas
e investigativas cuando fuera convocado. La actividad pericial se desarrollará siguiendo
los procedimientos establecidos, las recomendaciones hechas, los estándares de las me-
jores prácticas forenses digitales y las recomendaciones de la ISO/IEC 270423.
Debido a que los equipos necesarios para desarrollar las actuaciones forenses digitales
son de alto valor y la información administrada en los casos es confidencial, la actividad
deberá ser desarrollada en las instalaciones del laboratorio, las cuales deberán poseer las
medidas de seguridad físicas y ambientales apropiadas. En particular se pueden enunciar:
1) Estabilización y soporte de energía ante fluctuaciones o cortes de la energía
eléctrica.
2) Distribución de datos y energía con cableado bajo estándares normalizados.
3) Resguardo físico de soporte de datos críticos en caja ignífuga con sistema de
seguridad de acceso.

Figura 5. Ejemplo de instalaciones de laboratorio.

3. International Organization for Standardization, ISO/IEC 27042:2015, Guías para el análisis y la interpretación de evi-
dencia digital.

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472 Manual de Criminalística y Criminología

SOLICITUD DE INFORME TÉCNICO O PERICIAL


El requerimiento de Informe técnico y/o pericial deberá efectuarse mediante solicitud fun-
dada por el operador judicial interviniente, con clara indicación de los puntos de pericia,
con remisión de las muestras para análisis forense y la cadena de custodia adecuada.
En los supuestos graves que demanden de urgente intervención en los que el magistrado
no pueda efectuar la solicitud, el perito convocado, documentará la actuación y las mues-
tras recolectadas, en su caso, en el Acta de intervención que será remitida al requirente.
Tomado conocimiento, se deberá formalizar la solicitud de Informe técnico o pericial espe-
cificando los puntos de pericia; de no hacerlo, no podrá darse inicio a la actividad forense.

ORGANIZACIÓN INTERNA. ASIGNACIÓN DE SOLICITUDES. PRIORIDAD


La figura de un jefe/coordinador es necesaria en el laboratorio para distribuir entre los
peritos las solicitudes recibidas, además tendrá a cargo la planificación del cronograma
y programación de los pedidos, en función de la capacidad operativa disponible, la es-
pecialidad de los profesionales, el delito investigado en la causa que se trate, las que se
encuentren en trámite y aquellas que se hallen en lista de espera.
El jefe/coordinador del laboratorio y/o el perito, si este estuviera designado, deberán ex-
pedirse respecto de los pedidos de ampliación, reiteración y/o pedidos de informes que
efectúe el operador judicial interviniente, y la fecha de inicio de la actuación forense, rela-
tivos a las solicitudes recibidas.
Como regla general, la actividad forense será programada por fecha de recepción de la
solicitud que contenga el estudio o análisis de interés y los puntos de pericia definidos
con precisión, priorizándose aquellas en las que se hubiese indicado explícitamente que
involucran personas privadas de su libertad.
Si fueran varios los elementos o muestras a analizar, deberá indicarse el orden de análisis
de los mismos, según las necesidades de la investigación.
Los requerimientos de informes técnicos o periciales efectuados en el marco de inves-
tigaciones en causas por delitos cometidos contra la vida o la integridad sexual tendrán
prioridad por sobre las demás, y el operador judicial interviniente señalará explícitamente
tal circunstancia y la urgencia. Si hubiera pedidos con el mismo rango de prioridad, de
forma simultánea, se dará trámite según fecha u orden de ingreso de la solicitud.

OPERACIONES TÉCNICAS
Llegada la fecha establecida para realizar el informe técnico o pericia, el perito, junto con
el personal administrativo designado por el jefe/coordinador, realizarán la apertura de la
muestra y realizarán el acta correspondiente dejando constancia y registro del estado de
las muestras recibidas y, si corresponde, de la presencia de las partes interesadas intervi-
nientes. Las muestras quedarán a cargo del perito designado para la realización del trabajo.

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Tema 16: Informática forense 473

El procedimiento que integran las tareas desarrolladas dentro del ámbito forense digital
comprenden, como anteriormente se expuso, de metodologías de trabajo basadas en:
procedimientos establecidos, recomendaciones hechas, estándares de las mejores prácti-
cas forenses digitales y las recomendaciones realizadas por la ISO/IEC 27042.
Durante el desarrollo de la labor técnica se deberán utilizar, entre otros, procedimientos
estándares de calidad, que seguidamente se describen:
1. Análisis preliminar: Consiste en el análisis del caso para definir el orden de traba-
jo sobre las muestras, considerando la volatilidad de la información, el interés del
operador judicial, y el estudio solicitado. De no tener ninguna hipótesis de trabajo,
podrá seguir un criterio comúnmente utilizado denominado triaje4, que consiste
en determinar el orden e importancia de análisis por medio de un estudio super-
ficial de procesamiento de muestras.
2. Adquisición: Comprende a su vez, las siguientes tareas:
a. Preparación del ambiente de trabajo y la creación de la imagen forense, si
correspondiese. Esta actividad hace posible la repetitividad de la prueba, garan-
tizando así la integridad de los datos e información contenida en la misma. Para
la validación de la información contenida en los soportes de almacenamiento
digital objeto de estudio, tanto en el soporte original como en la copia forense,
la técnica que debe utilizarse como anteriormente se expuso, es la generación
de hashes.

Figura 6. Soportes de almacenamiento digital.

b. Individualización del dispositivo o tecnología, con identificación de la herra-


mienta para el almacenamiento de la información utilizada respecto del objeto
bajo análisis. Básicamente en esta etapa, el perito debe:
–– Especificar si existen medios criptográficos de cifrado o claves de acceso.
–– Verificar si corresponde realizar una recomposición de volumen RAID.

4. University College Dublin, Managing a Digital Investigation Unit, 2013, 4ª edición: “Protocolo de intervención es un
método de selección y clasificación”.

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474 Manual de Criminalística y Criminología

–– Identificar cantidad y tipo de sistemas operativos presentes.


–– Indicar si existen máquinas virtuales presentes.
–– Identificar programas instalados, sea activos o borrados, en los sistemas
operativos detectados.
–– Cualquier otro dato que se advierta relativo a la individualización adecuada
del dispositivo bajo análisis.
c. Estrategia de la adquisición, que permitirá definir la selección de herramientas
forenses disponibles en el laboratorio para realizar la tarea. De no contarse con
las herramientas forenses para realizar el trabajo según lo que establecen las
reglas de las mejores prácticas forenses digitales, sean licenciadas o de uso
libre, el perito deberá informar al requirente sobre tal circunstancia. El operador
judicial podrá autorizar extraordinariamente tareas que no están validadas, que
deberán ser documentadas en el acto y expuestas en el Informe pericial.
3. Extracción/recuperación de la información, activa o borrada según se requiera,
y que puede encontrarse en archivos, aplicaciones recientemente usadas, imáge-
nes, vídeos, historiales de navegación web, transferencia de archivos, redes P2P,
almacenamiento en la nube o Cloud, redes sociales, mensajería instantánea, co-
rreo electrónico, archivos temporales, herramientas informáticas de oficina (pro-
cesadores de texto, planillas de cálculo, presentaciones, etc.), juegos, papelera
de reciclaje y otros que la herramienta utilizada pueda identificar. De acuerdo al
requerimiento efectuado, puede necesitarse la ejecución de operaciones técnicas
forenses sobre los datos o la información visualizada, como entrecruzamiento
de datos, mejora forense de imágenes, reconstrucción virtual, determinación de
medidas antropométricas que contiene una imagen, o la comparación de com-
posición de imágenes y detección de patrones de interés. El trascurso de esta
actividad se debe desarrollar sobre las copias forenses, si es posible y, tanto si
es realizada en la muestra original como en su copia, debería ser protegida contra
escritura del dispositivo con que se trabaja.

Figura 7. Dispositivo para la extracción/recuperación de la información.

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Tema 16: Informática forense 475

4. Informe técnico: El informe técnico o dictamen debe ser escrito y firmado por
el perito actuante. Su contenido, en general, lo comprenden: un encabezado de
referencia que identifique fecha, lugar, organismo solicitante y datos de la causa,
la identificación del requerimiento del operador judicial, la apertura y estado de las
muestras, las operaciones efectuadas y las herramientas utilizadas, y finalmente
las conclusiones arribadas. La información complementaria con el soporte de
evidencias o indicios será adjuntada en soporte digital, y será entregada junto con
las muestras al operador judicial solicitante.

SERVICIOS DEL LABORATORIO FORENSE DIGITAL


Los servicios que puede brindar un laboratorio forense digital pueden ser establecidos de
acuerdo con su capacidad operativa y las herramientas forenses con que cuenta, siendo
el listado que seguidamente se describe, de carácter enunciativo, no taxativo, pudiendo
adecuarse a la factibilidad técnica de otros no especificados. No obstante, cabe aclarar
que, la obtención de resultados positivos depende de diversos factores y circunstancias.

ORDENADORES (INCLUYE SERVIDORES, CPU, NOTEBOOK, NETBOOK, TABLETS, CONSO-


LAS DE JUEGO, ETC.)
1. Copia forense (no copia de seguridad o backup).
2. Análisis forense y búsqueda de datos almacenados en dispositivos con soporte
magnético relativos a:
–– Últimas operaciones realizadas.
–– Búsqueda de palabras clave contenidas en archivos.
–– Historial de conexiones de internet realizadas a través de cualquier tipo de
navegador (Internet Explorer, Firefox, Google Chrome, Tor y otros).
–– Historial de comunicaciones realizadas por medio de servicios de mensajerías
como correos (Outlook, Messenger MSM y otros), Skype, Facebook, WhatsApp,
AOL y otros.
–– Determinación del origen/destino de correos electrónicos y su ubicación apro-
ximada geográficamente, siempre que sea factible.
–– Entrecruzamiento de las comunicaciones mediante el número de Internet
Protocol (IP) obtenido, si resultara posible.
–– Accesos a servicios de almacenamiento remoto (iCloud, Dropbox y otros).
–– Acceso a servicios para compartir archivos (Ares, eDonkey, Gigatribe y otros).
–– Archivos multimedia (fotos, imágenes, vídeos y otros).
–– Recuperación de archivos borrados, inclusive en discos formateados.

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476 Manual de Criminalística y Criminología

–– Generación de algoritmo hash para resguardo de integridad de la información.


–– Borrado seguro, eliminación de datos de discos.
–– Trabajo con VMDK (Virtual Machine Disk) formato usado por productos como
Vmware y otros.

DISPOSITIVOS DE ALMACENAMIENTO: DISCO COMPACTO (CD), DISCO VERSÁTIL DIGI-


TAL (DVD), BLU-RAY, PENDRIVES, TARJETAS DE MEMORIA, CÁMARAS FOTOGRÁFICAS,
MP3, MP4, IPODS Y OTROS DISPOSITIVOS MENORES
1. Copia o imagen forense (no copia de seguridad o backup).
2. Análisis forense y búsqueda de datos almacenados relativos a:
–– Palabras clave contenidas en archivos.
–– Archivos multimedia (fotos, imágenes, vídeos, y otros).
–– Recuperación de archivos borrados.

DISPOSITIVOS DE GEOPOSICIONAMIENTO (GPS Y GPRS)


1. Extracción y análisis de recorridos.
2. Representación de datos de GPS mediante software (Google Earth/Maps, etc.).
3. Recuperación de archivos borrados.

DISPOSITIVOS MÓVILES (TELÉFONOS MÓVILES, ASISTENTES PERSONALES DIGITALES


(PDA), TABLETS, ETC.)
Extracción de datos según se requiera:
1. Extracción física: Se procede a la máxima extracción de datos, incluso los borra-
dos, tales como agenda, llamadas telefónicas, mensajes (SMS, MMS, WhatsApp,
y otros), archivos de imágenes, voz y vídeo, y geoposicionamiento del dispositivo
y/o antena de empresas telefónicas prestatarias de servicio.
2. Extracción lógica: Se procede a la extracción de datos activos visibles de la agen-
da, llamadas telefónicas, mensajes (SMS, MMS, WhatsApp, y otros), archivos de
imágenes, voz y vídeo, y geoposicionamiento del dispositivo y/o antena de em-
presas telefónicas. No garantiza el rescate de los datos que pudieran haber sido
borrados.
3. Extracción de la tarjeta SIM/USIM: Se extraen solo los datos almacenados en la
tarjeta de la agenda telefónica y, eventualmente, mensajes y/o llamadas que el
usuario haya guardado en la misma. Las empresas telefónicas, por defecto, no
guardan datos en este elemento más que los necesarios para establecer los ser-
vicios y las comunicaciones.

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Tema 16: Informática forense 477

4. Datos de IMEI/ESN: número de serie, propietario y prestador del servicio.


5. Registro y extracción de evidencia parcial desde un equipo móvil. Dicha informa-
ción puede ser identificada por el operador judicial de forma puntual y el perito
realizaría un acceso visual del dispositivo y actuaría como fedatario de dicha infor-
mación mediante el registro de la misma.
6. Entrecruzamiento de las comunicaciones telefónicas en la que se debe identificar
los números de líneas involucradas.
7. Existen otros tipos o técnicas de extracción y análisis de información de dispositi-
vos digitales más avanzadas como JTAG y Chip Off, los cuales no serán descritos
en este trabajo por la complejidad de detalle necesaria, pero es de destacar que
son muy útiles cuando las metodologías tradicionales no logran acceder al dispo-
sitivo, tanto por el mal funcionamiento o por rotura del mismo.

TRATAMIENTO DE IMÁGENES Y VÍDEOS


1. Mejoras de visualización en imágenes contenidas en dispositivos de almacena-
miento magnético.
2. Cálculo antropométrico de las figuras contenidas en imágenes.
3. Reconstrucción virtual o vídeo descriptivo de un hecho en base a evidencia apor-
tada como informes, declaraciones de testigos, y otros.
4. Comparación de imagen discutible (dubitada) contra la muestra indiscutible (indu-
bitada) aportada.
5. Extracción de vídeos de equipos DVR (CCTV) en el laboratorio.

Otros dispositivos con almacenamiento digital


1. Centrales Telefónicas-Private Automated Branch Exchanges (PABX).
2. Registros de viajes instaladas en vehículos de alquiler, taxis, etc.
3. Información de vuelos e imágenes contenidas en drones.
4. Elementos relacionados con Internet de las cosas IoT, entre los cuales se pueden
encontrar:
–– Ordenadores y radios inteligentes instalados en vehículos automotores.
–– Ropa y elementos vestibles como relojes digitales y otros.
–– Elementos de controles del hogar o domótica.
–– Smart TV.

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478 Manual de Criminalística y Criminología

EXCLUSIONES
Los laboratorios forenses digitales deben indicar cuáles son sus limitaciones o que tareas
quedarán fuera de su alcance, ya sea porque no se cuente con el conocimiento específico,
o no tenga el laboratorio un software forense especializado. También existen operaciones
que corresponden a la informática en general y no a la forense digital y las mismas debe-
rán ser excluidas de la tarea del laboratorio y derivarse por los canales propios de cada
organización, como:
–– Análisis de dispositivos analógicos, como las contenidas en cintas de vídeo.
–– Inspección ocular de toda la información contenida en dispositivos.
–– Transcripciones de texto o dactilografías.
–– Ordenamiento de información.
–– Extracción del inventario de información de un dispositivo de almacenamiento
digital.
–– Impresión fuera de lo que son contenidos en informes técnicos o pericias genera-
dos en el laboratorio.
–– Escuchas de comunicaciones, fotografías o filmaciones durante las tareas de
investigación.
–– Copias simples conocidas como de resguardo de dispositivos con almacenamien-
to de información digital fuera de lo que son contenidos en informes técnicos o
pericias generados en el laboratorio.

CONCLUSIONES
Las tareas desarrolladas en los laboratorios forenses digitales son de una complejidad
creciente, alineado a los cambios que se producen en los ambientes de las tecnologías de
información y las comunicaciones (TICS).
En la actualidad, a medida que avanzan las garantías de los individuos, las empresas que
desarrollan dispositivos digitales buscan garantizar las mismas mediante la confidencia-
lidad de la información privada, encubriendo mediante criptografía los datos y haciendo
más difícil la visualización de la información que pueda servir de indicio o evidencia dentro
del proceso judicial.
El creciente volumen de información que se genera a diario, las capacidades de guardarla
en dispositivos que no se puede identificar físicamente en donde se encuentran, como
por ejemplo la “Nube”, y las restricciones de accesos, hacen necesario que los operadores
judiciales sean conscientes de las limitaciones con que enfrenta la ciencia forense digital
el momento de la obtención de la información necesaria para la toma de decisiones.

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Tema 16: Informática forense 479

La actuación forense digital solo es sostenible en el tiempo con la conveniente incorpo-


ración y capacitación de recursos humanos especializados; la apropiada distribución y
priorización de los requerimientos siempre crecientes y la adquisición y actualización de
herramientas de software y hardware necesarias para realizar las tareas de una manera
adecuada, que implica: copia forense y bloqueo de escritura cuando se pueda, eludir res-
tricciones de acceso y máxima posibilidad de recuperación de la información contenida
en los dispositivos bajo análisis.

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17 ODONTOLOGÍA FORENSE
Alan Briem Stamm
Especialista en Odontología Legal; subdirector de Carrera de Especialización en
Odontología Legal, Universidad de Buenos Aires (UBA)
Gendarmería Nacional Argentina
Argentina
María Pastor Cuba
Especialista en Odontología forense
Perú
María Teresa Carriego
Dra. en Odontología; directora de carrera de Especialización en Odontología Legal
Universidad de Buenos Aires (UBA)
Argentina
Marta Beatriz Maldonado
Especialista en Odontología Legal; odontóloga Cuerpo Médico Forense de la Justicia Nacional
Morgue Judicial de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Argentina

INTRODUCCIÓN
Las disciplinas forenses se ocupan de la aplicación de la ciencia y la tecnología para la
detección e investigación de delitos, aportando significativos datos a los estamentos en-
cargados de administrar Justicia. Normalmente, representa una dinámica interdisciplinaria
que se fundamenta en la cooperación y coordinación entre los funcionarios encargados
de hacer cumplir la ley, médicos forenses, odontólogos forenses, genetistas forenses,
antropólogos forenses, biólogos forenses, criminalistas y demás especialistas convoca-
dos, conforme el contexto del caso investigado. En tal sentido, la identificación humana
representa uno de los mayores desafíos que el hombre ha enfrentado (Bernstein, 1997;
Muller y Saayman, 2003).
La odontología forense se ha transformado en una parte integral de las ciencias forenses.
A través del tiempo, el rol de las estructuras del sistema estomatognático (conjunto de
tejidos duros y blandos que conforman el macizo cráneo facial) ha ido en franco aumento,

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482 Manual de Criminalística y Criminología

ya que muy a menudo los dientes y las restauraciones dentales representan el único me-
dio de identificación viable (Bernstein, 1997; Interpol, 2014). En las catástrofes o, como
se las suele denominar actualmente, incidente adverso con múltiples víctimas, es decir
accidentes aéreos, ataques terroristas, terremotos o tsunamis, por ejemplo, el desempe-
ño de los odontólogos forenses ha sido clave para contribuir en la identificación de las
víctimas, aunque también han brindado su aporte en investigaciones de delitos, estudios
étnicos y en cuerpos con avanzado estado de descomposición, ahogados, quemados y/o
carbonizados (Interpol, 2014; Bernitz, 2009) [Figura 1]. Otras áreas de aplicación incluyen
la criminalística, violencia familiar y situaciones de abuso sexual. Las huellas de mordedu-
ras representan hoy en día un controversial tópico en la investigación criminal, pero está
demostrado que permiten aportar sólida evidencia para la detección de los involucrados
(Avon, 2004; Vale, 1996).

Figura 1. Examen odontológico en cadáver carbonizado.

Los diversos métodos empleados por el perito odontólogo incluyen la toma de impresio-
nes dentales (ver Figura 2), radiografías, fotografías, rugas palatinas, huellas labiales y los
perfiles de ADN aportados por la pulpa dental y las muestras de saliva (Pretty y Sweet,
2001). Se ha expresado la razonable fiabilidad de los métodos de investigación aplicados
en odontología forense, no obstante, también se ha puesto especial énfasis respecto de
serias carencias que han motivado replanteos y cambios de paradigma en el abordaje pe-
ricial de los profesionales odontólogos, en el afán de maximizar la eficacia y eficiencia en
sus procedimientos (Pretty y Sweet, 2001; Borrman, Dahlbom y Loyola, 1995). La mayoría
de las identificaciones dentales se basan en restauraciones, caries, dientes faltantes y/o
dispositivos protésicos fijos o removibles, desempeñando un importante rol el registro
que el facultativo clínico asistencial asienta en la documentación pergeñada en ocasión de
la atención a sus pacientes (Borrman, Dahlbom y Loyola, 1995; Chandra y Reddy, 2009).
El establecimiento de la odontología forense como una disciplina científica se ha atribuido
al odontólogo cubano Óscar Amoedo, quien contribuyó a la identificación de las víctimas
de un incendio en París, Francia, en 1897 (Luntz, 1977).

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Tema 17: Odontología forense 483

Figura 2. Toma de impresión en autopsia oral.

IDENTIFICACIÓN
Es destacable que la identificación positiva o categórica dependerá principalmente de la
cantidad y calidad de la información ante mortem (AM) colectada y, en particular, de la
disponibilidad de evidencias tales como radiografías (John, 2006; Deplama, 2005), huellas
dactilares (Brannon y Morlang, 2001), registros odontológicos (Senn y Stimson, 2010;
Sweet y Di Zinno, 1996; Adams, 2003) y de ADN (Pretty y Addy, 2002), requisito esencial
para permitir, posteriormente, efectuar las comparaciones de rigor (Senn y Stimson, 2010;
Adam) que podrían devenir en la identificación indubitable: “(…) Toda la información post
mortem (PM) recabada podrá ser cotejada con el perfil de la persona desaparecida…”
(Leung, 2008).
La identificación de un cadáver NN es más fiable si se fundamenta en particularidades
físicas derivada del propio cuerpo que cuando es comparada con evidencias circunstan-
ciales. Por lo tanto, se deben describir las características generales del mismo, incluyendo
el sexo, la edad estimada, estatura, constitución física, el color de la piel, cabello y color
de ojos. Asociando dichos elementos con otros detalles, como pertenencias de la víctima
por ejemplo, se podría arribar a una identificación inequívoca. Muchas veces, empero,
solo se dispone de caracteres específicos como cicatrices, lunares, tatuajes y anomalías,
que representan estigmas indiciarios, no exactos, que permitirán reducir el espectro de
posibilidades, aunque sin otorgar certera identificación (Bowers, 2006; Silver y Souviron,
2009). Las fotografías de los cadáveres que destacan su rostro y otras peculiaridades
se deben tomar para el reconocimiento visual del cuerpo por parte de sus familiares
(Bell, 2001). Sin embargo, se ha considerado que el estrés asociado con la muerte de
un familiar, junto con los cambios post mortem en el fallecido, torna muy endeble el uso
del reconocimiento visual, siendo entonces muy poco fiable (De Valck, 2009; Hincliffe,
2011). Existen informes de identificaciones visuales erróneas en la literatura (Bowers,
2006; Silver y Souviron, 2009), en muchos casos debido al estado de severa conmoción y

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484 Manual de Criminalística y Criminología

angustia causado a los familiares, resultando por ello identificaciones incorrectas (Sweet
y Di Zinno; Hinchliffe, 2011).
Se ha ponderado que los métodos aceptados científicamente como primarios para es-
tablecer una identificación positiva son las huellas dactilares, los perfiles de ADN y los
análisis odontológicos comparativos (Bernstein, 1997; Avon, 2004; Interpol, 2018). La
información proporcionada por el equipo interdisciplinario de identificación puede llevar a
los investigadores de la Policía a determinar posibles identidades para la persona desco-
nocida. Las comparaciones entre las identidades posibles y el individuo desconocido pue-
den dirigir a los expertos a una identificación presunta o, en la mejor de las situaciones,
categórica (Bernitz, 2009; Bowers, 2006). La identificación presuntiva también se puede
hacer en base a tatuajes, piercings, pulseras, vestimenta o reconstrucción facial (Avon,
2004; Bernitz, 2009).

LA GLOBALIZACIÓN EN LAS CIENCIAS FORENSES


Como lo expresó el profesor Cyrill Wecht, reconocido médico forense: “La ciencia forense
no tiene límites geográficos, por su propia naturaleza, es de naturaleza global”. Una de las
vicisitudes del mundo globalizado es la permanente exposición de aquellas personas que
viajan por diferentes motivos (turismo, negocios, actividades deportivas) a accidentes de
tránsito, catástrofes aéreas, delitos violentos, desastres naturales o atentados terroristas.
Es menester considerar que en diversas latitudes grupos de investigadores forenses in-
tentan realizar avances en pos del desarrollo, optimización y jerarquización de las ciencias
forenses (Borrman, Dahlbom y Loyola, 1995). La promoción de equipos de expertos ha
sido recomendada para los procedimientos de identificación humana, siempre bajo pro-
tocolos y estándares reconocidos internacionalmente, definiendo criterios para la práctica
forense e impulsando pesquisas en varios de sus aspectos concomitantes (Avon, 2004;
Interpol). Se ha expresado que los conceptos inherentes a los parámetros científicos que
redunden en calidad y rendimiento a nivel forense, deberían sustentarse en una sólida y
completa educación en la biología y en las ciencias.
El delito, en sus diferentes niveles de complejidad, afecta a la salud de las personas de
cualquier país, y cuanto más extremos sean, más delicadas serán sus consecuencias. Se-
gún un estudio de la UNODOC (Oficina contra la Droga y el Delito de las Naciones Unidas),
anualmente alrededor de 100 millones de personas en todo el mundo presentan secuelas
psicofísicas como resultado directo de crímenes violentos (World Health Organization,
2010). Otras formas de muerte violenta también inciden en la población mundial, como
los accidentes de tránsito, los ahogamientos, las caídas intempestivas, los incendios y los
actos deliberados de violencia. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que, en
promedio, más de 1,6 millones de personas pierden la vida por actos de violencia en todo
el mundo (World Health Organization, 2010; World Health Organization, 2013). De media,
2.233 personas se suicidan en todo el mundo todos los días, aproximadamente una per-

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Tema 17: Odontología forense 485

sona cada 40 segundos. En los últimos 45 años, las tasas de suicidio se han incrementado
en un 60 % en todo el mundo (World Health Organization). El suicidio se encuentra entre
las tres causas principales de muerte entre las personas de 15 a 44 años, estimando la
OMS que durante las últimas dos décadas, las tasas de suicidio han aumentado 16 por
100.000 a nivel mundial (World Health Organization). Todas estas muertes generalmente
terminan en la jurisdicción de las ciencias forenses (World Health Organization). Se ha
hecho hincapié en la necesidad de fomentar la formación y capacitación de profesionales
vinculados a las ciencias forenses, jerarquizando su devenir pericial (Interpol). En el actual
mundo globalizado, la información aportada por la odontología forense representa un tópi-
co relevante en diferentes investigaciones, aportando significativos datos que contribuye
a su esclarecimiento (Briem Stamm, 2011). Parafraseando nuevamente al profesor Wecht,
“los científicos forenses deben estar dispuestos y preparados para desempeñar un papel
importante y altamente sensible en la investigación de la muerte, que tiene importancia
internacional y ramificaciones políticas de largo alcance. La utilización de conocimientos
y habilidades universales para resolver tales asuntos controvertidos y, por lo tanto, con-
tribuir al logro de la justicia social, debe ser un objetivo reconocido de los científicos fo-
renses, tanto individualmente como a nivel de las organizaciones profesionales científicas
forenses nacionales e internacionales” (Wecht, 1965).

ODONTOLOGÍA FORENSE
El establecimiento de la identidad utilizando las características propias de los dientes
se remonta a la Antigua Roma (Ring, 1976). A través de la historia se han reportado
diferentes casos donde aspectos inherentes a los tejidos de la cavidad oral han jugado
un rol preponderante en una correcta identificación (Appelbaum, 2010). Los caracteres
odontológicos contribuyen a establecer la identidad de una persona viva (conmocionada,
desorientada, con alteraciones mentales, etc.) o, fundamentalmente, de un cadáver, em-
pleándose el cotejo de información suministrada por el sistema estomatognático recabada
de la víctima, con aquellos registros suministrados por el odontólogo asistencial. Si los ca-
racteres anatómicos, morfológicos u otros rasgos adquiridos a través de los tratamientos
dentales resultan concordantes con los obtenidos de la víctima, la persona o entidad des-
conocida podría ser identificada tornándose entonces la metodología comparativa como
la piedra angular de la identificación basada en odontología forense (Interpol; Avon 2004;
Bernitz, 2009). No en vano se ha considerado a los tejidos del sistema estomatognático
como la “caja negra” del organismo humano, al efectuar una comparación con lo que
acontece en los accidentes aéreos cuando se busca rescatar dicho artefacto, de color
rojo o naranja, que permitirá inferir las causas que motivaron el siniestro (Reverte Coma,
1999). La cavidad oral tiene particularidades individualizantes, además de encontrarse
sumamente protegida y resguardada, de ahí tal concepto. De todas formas, todavía se
formulan serios interrogantes sobre la falta de estandarización a nivel internacional en los

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486 Manual de Criminalística y Criminología

procedimientos odontolegales, por lo que se busca concienciar a los odontólogos en todo


el mundo respecto de la importancia de documentar y asentar de la forma más completa
posible la intervención sobre sus pacientes (Acharya, 2006; Sweet, 2010).
Se ha manifestado que la metodología comparativa ante mortem (AM)–post mortem (PM)
representa por lo general una maniobra práctica, relativamente sencilla, rápida y econó-
mica. Se ha ponderado que muchas veces la información odontológica recuperada para
efectuar la ulterior comparación ostenta una antigüedad manifiesta, por lo que suelen
hallarse discrepancias que deberán ser tenidas en cuenta a la hora de informar resultados.
No obstante, tales discordancias pueden tener una explicación razonable, que no propi-
cian descartar a prima facie la identificación, aunque se debería reunir mayor cantidad
de datos para acreditarla fehacientemente (Avon, 2004; Interpol; Bowers, 2006). A pesar
del importante papel de los odontólogos forenses en la recuperación de la información
PM, algunos descendientes podrían quedar sin identificar por la escasa, endeble y hasta
inexistente información AM (Chandra y Reddy, 2009; Fonseca, Salgado Alarcón y Cantín,
2011). Otra razón por la cual ciertos casos permanecen sin resolverse es que los registros
dentales no se conservan el tiempo suficiente, hecho que obliga a la sustentación de ba-
ses de datos odontológicas, máxime teniendo en cuenta la disponibilidad de herramientas
informáticas para tal fin (Chandra y Reddy, 2009).
El nuevo milenio ha traído nuevos desafíos de terrorismo, desastres naturales y alto índice
de delincuencia. Tales situaciones obligan a los odontólogos forenses que pretenden iden-
tificar a las víctimas generadas, por lo general de múltiples nacionalidades, complicando
la situación, requieran información proveniente de sus respectivos países de origen, sus-
citándose una grave dificultad cuando se encuentran con una gran variedad de modelos
de fichas dentales y odontogramas, sumadas a la notable diversidad de nomenclaturas
que representan esquemáticamente los tratamientos dentales, dificulta y hasta imposi-
bilita muchas veces su correcta interpretación (Necas y Hejna, 2009; Sarode, Zarkar y
Kulkami, 2009). Tal situación ha generado diferentes temperamentos buscando un espíritu
de cooperación y la sustentación a nivel internacional de una red de odontólogos forenses
por parte de la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol), sobre todo a raíz
de lo acontecido en 2004 tras la compleja situación generada en respuesta a la identifica-
ción de las víctimas del tsunami que asoló al sudeste asiático (Interpol, 2004). Los tejidos
dentales son extremadamente resistentes al fuego y por lo general son los únicos restos
plausibles de ser recuperados después de un período prolongado de enterramiento.
Se ha enfatizado que la odontología forense abarca comúnmente tres áreas básicas:
1. Identificación de restos humanos (ver Figura 3).
2. Litigios por responsabilidad profesional.
3. Procedimientos penales, principalmente en análisis de huellas de mordeduras y
casos de abuso, especialmente el infantil.

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Tema 17: Odontología forense 487

Figura 3. Identificación odontológica en restos humanos.

Se ha afirmado desde la literatura especializada una fuerte discusión respecto a la validez


del concepto de singularidad de la dentición humana. Thompson observó en 1897: “Hay
tantas variaciones de peculiaridades de los dientes y de las operaciones artificiales sobre
ellos, que existe una remota posibilidad de que el mismo caso sea duplicado con exacti-
tud. Todo dentista practicante puede atestiguar ese hecho”. Si bien esta afirmación denota
un convencimiento aceptado por lo general, no proporciona evidencia real que acredite tal
singularidad (Gustafson, 1996). Esta disputa no fue cuestionada científicamente durante
muchos años. Keiser-Nielsen señaló que ninguna característica física es, de hecho, única.
También explicó correctamente que una identificación dental no se basa en la presencia
de un único carácter, sino en la observación de evidentes discrepancias en los 32 dientes
que conforman la dentición adulta completa (Keiser Nielsen, 1977; Rogers, 1988). Para
resaltar la individualidad de una dentadura dada citó un hipotético caso con 4 dientes
perdidos y 4 dientes restaurados que darían 736.281.000 combinaciones posibles, lo que
lleva a la conclusión de que sería casi imposible observar una taxativa congruencia (Keiser
Nielsen, 1977; Gustafson, 1996).
El correcto y completo registro de los tratamientos odontológicos contribuirá a proporcionar
la mayor cantidad de datos posibles para las ulteriores maniobras de cotejo. Detalles
de materiales restauradores utilizados, morfología, localización, prótesis, implantes,
ortodoncia y la descripción de hallazgos inusuales representan algunos ejemplos de
rasgos que pueden ser cruciales para un exitoso resultado. Por ello, la toma de conciencia
del odontólogo asistencial representa una arista muy significativa, ya que en la medida
que toda la información obrante de su devenir profesional resulte convenientemente
anotada, registrada, documentada y archivada, al ser requerida por los entes judiciales,
podrá desempeñar un rol decisivo para la identificación (Avon, 2004; Bowers, 2006).
En ese sentido, la documentación original debería ser entregada por el odontólogo
clínico, contrastando con aquella habitual reticencia que lo lleva a entregar solo copias
de la misma. La identificación forense de restos humanos es una razón aceptable para
dicha liberación. Empero, se recomienda que los registros originales sean duplicados
antes de su entrega a la Justicia y que tales copias se mantengan en un archivo. La

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documentación original deberá reintegrarse al odontólogo asistencial una vez resuelto


el caso. El uso de los registros originales en un contexto legal no resulta exagerado,
ya que por ejemplo las radiografías intraorales contienen un marcador de lateralidad
derecha-izquierda que se dificulta observar cuando se duplican las mismas. Asimismo,
fotocopias de fichas, odontogramas, recetas o presupuestos no muestran los colores
y detalles de los documentos originales (Stavrianos, Kokkas, Anderoupolos y Eliades,
2010). Muchas veces el profesional odontólogo describe los tratamientos y restauraciones
en la ficha odontológica, pero no asienta entre sus registros información referida a
rasgos morfológicos, curvatura de porciones radiculares, patrones del trabeculado óseo,
morfología pulpar, malposiciones dentarias, dientes supernumerarios, etc., que podrían
representar estigmas individualizados para el trabajo posterior de los peritos odontólogos.
Es necesario considerar que existen tantos modelos de fichas odontológicas como
efectores de salud, por lo que la interpretación de las abreviaturas específicas de cada
hospital, obra social, entidad o centro de sanidad periférica, puede presentar un problema
importante para el facultativo forense. Los datos asentados en idioma extranjero también
han dado lugar a ostensibles desafíos para los auxiliares de justicia. A ello se podría sumar
la deficiente calidad de los registros AM. Respecto de la información PM, a veces se hace
muy dificultoso y hasta imposible recuperar dientes en razonable buen estado en virtud de
su deterioro por el gran trauma sufrido a nivel de los tejidos periodontales y/u óseos. El
fuego puede provocar cambios irreversibles en las restauraciones y los dientes, acotando
la cantidad de información disponible para la comparación de registros (Vermylen, 2006).
La disminución en la tasa de caries en varios lugares del mundo y el cada vez menor por-
centaje de restauraciones con amalgama dental en las últimas décadas han resultado en
la pérdida de importantes elementos identificadores (Stavrianos, Kokkas, Anderopoulos
y Eliades, 2010). Se ha apuntado que existen dos tipos de discrepancias, aquellas que
pueden explicarse y las que no. Las discrepancias explicables normalmente se relacionan
con el tiempo transcurrido entre los registros ante mortem y post mortem (Andersen, Sol-
heim y Borrman, 1995). Los ejemplos incluyen dientes extraídos o restauraciones asen-
tadas únicamente en los registros post mortem. Si una discrepancia es inexplicable, por
ejemplo un diente que se halla asentado como ausente en el registro ante mortem pero
figura presente en la documentación post mortem, corresponde efectuar una exclusión
(Vermylen, 2006; Keiser-Nielsen, 1977). Si no hay registros odontológicos ante mortem,
un perfil dental post mortem generalmente permitirá realizar inferencias respecto a infor-
mación sobre los antecedentes de la víctima en lo atinente a:

Edad
En niños se evalúan los patrones de la cronología de la erupción dental (ver Figura 4),
longitud de la raíz y el desgaste dentario.
En adultos jóvenes se debe considerar el desarrollo de los terceros molares, quizá el único
parámetro biológico fiable en la franja etaria que oscila entre los 14 y los 21 años, aproxi-

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Tema 17: Odontología forense 489

madamente. Este aspecto resulta por demás álgido en aquellos jóvenes indocumentados
que han delinquido y no se tiene certeza de su edad cronológica, requisito esencial para
que el juez dictamine su posterior derrotero legal.
En adultos de mediana edad y en mayores se toma en cuenta la progresión de la enfer-
medad periodontal, el desgaste excesivo, las restauraciones múltiples, las extracciones,
las patologías óseas y obturaciones complejas. Se ha examinado concienzudamente la
composición de la dentina y la deposición de cemento que también contribuyen a la es-
timación la edad.

Figura 4. Examen radiográfico de la cronología de la erupción dental.

Etnia
Se puede evaluar a través de la morfología del cráneo. Otras características a tener en
cuenta podrían ser caracteres de la morfología dentaria como el tubérculo de Carabelli o
los incisivos en forma de pala.
En relación a características sexuales, se considera el tamaño y la forma del cráneo (no
hay diferencias de género con respecto a la morfología de los dientes).
Presencia o ausencia de cromatina Y en dientes.
Análisis de ADN.
Tamaño del canino mandibular.
El estado socioeconómico se podría evaluar a través de la calidad, cantidad y presencia o
ausencia de tratamientos odontológicos.
Ocupación, hábitos dietéticos y enfermedades dentales o sistémicas. La presencia de
erosión puede sugerir hábitos de alcohol o trastornos de la alimentación, en tanto que las
manchas pueden indicar fumadores o efectos inherentes a la tetraciclina.
El Consejo Americano de Odontología Forense (ABFO), sin embargo, recomienda que se
limiten a cuatro conclusiones (American Board of Forensic Odontology, 2019):

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1. Identificación positiva: Los puntos de comparación entre información AM y PM


son coincidentes, sin discrepancia alguna, es decir, que se establece una absoluta
concordancia.
2. Identificación posible: Se registran coincidencias en varios puntos resultantes de
la comparación entre datos AM y PM, aunque es factible hallar alguna discrepan-
cia que, no obstante, puede ser justificada razonablemente. Por lo tanto, no es
posible establecer identificación categórica. Un ejemplo de tal situación se daría
cuando al cotejar odontogramas AM y PM, se observa en la ficha PM ausencia de
un diente que se ha registrado como presente en la ficha AM. Ello podría tener
una explicación lógica, ya que, si la ficha recuperada tiene una cierta antigüedad,
es probable que la exodoncia pudiera haber sido realizada posteriormente por
otro profesional y que no figure en la documentación con que se cuenta en ese
momento.
3. Evidencia insuficiente: Los datos obtenidos de las maniobras comparativas de
rigor son insuficientes para lograr identificación por métodos odontológicos en
razón de existir severas incongruencias.
4. Exclusión: Existen diferencias insalvables en la comparación AM-PM, siendo por
lo tanto inviable la identificación por técnicas propias de la odontología forense.

HISTORIA DE LA ODONTOLOGÍA FORENSE


“La odontología forense ha estado con nosotros desde el principio, cuando, según el
Antiguo Testamento, Eva convenció a Adán para que depositara una huella de mordedura
en una manzana”. Se ha reportado al anecdótico caso de Agrippina y Lollia Paulina como
el vestigio más antiguo respecto de una identificación aportada por los dientes. Poco des-
pués de su matrimonio en el año 49 d.C. con Claudio, el emperador de Roma, Agrippina,
comenzó a conspirar para asegurar su posición. Debido a que temía que la rica divorciada
Lollia Paulina aún pudiera ser una rival para su esposo, Agrippina decidió que sería más
seguro si Lollia Paulina estuviera muerta, por lo que envió a sus propios soldados a ma-
tarla. Al exhibir los sicarios la cabeza de Lollia Paulina, Agrippina no pudo reconocerla por
sus facciones en razón de la manifiesta descomposición, pero logró separar los labios
buscando sus dientes, que tenía ciertas características distintivas. En ese momento con-
firmó la identidad de la occisa (Luntz, 1977).
En 1477, Carlos “el Temerario” fue identificado por sus características dentales, mientras
que el general Joseph Warren pudo ser reconocido a través de un puente fijo de plata
confeccionado por Paul Revere, su dentista, en 1776 (Luntz, Silver y Souviron, Forbes,
1943). En 1870, Ansil L. Robinson fue acusado del asesinato de su amante, Mary Luns-
ford. La evidencia contra Robinson incluyó un intento de hacer coincidir sus dientes con
las huellas de mordeduras en el brazo de la víctima (Pierce, Strickland y Smith, 1990).

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Tema 17: Odontología forense 491

Se sabe que la odontología forense se utilizó para identificar a las víctimas de un incen-
dio en la Ópera de Viena en 1878, pero se ha expresado que el nacimiento formal de la
odontología forense se produjo merced a la identificación de las víctimas del incendio del
Bazar de la Caridad que se produjo el 4 de mayo de 1897 en Rue Jean-Goujon, París. El
doctor Óscar Amoedo regresó a Cuba en 1889 después de estudiar en el New York Dental
College. Posteriormente fue enviado como delegado al Congreso Internacional de Odon-
tología en París en 1890 (Amoedo, 1897; Amoedo, 1898). Decidió quedarse en París y se
convirtió en instructor y profesor de Odontología, y finalmente se convirtió en profesor
titular. Mientras estuvo en París, escribió 120 artículos científicos. Un incendio trágico
en un evento de caridad estimuló su interés en la identificación dental y el campo de la
odontología forense. Si bien no estuvo involucrado en la identificación de las víctimas del
incendio, conoció a muchas de las víctimas que sobrevivieron y fueron entrevistadas. Sus
relatos sobre el incendio se presentaron en un documento en el Congreso Médico Inter-
nacional de Moscú y se publicaron en inglés en 1897. Amoedo escribió una tesis titulada
L’Art Dentaire en Medicine Legale, que le valió un doctorado y se desempeñó como la
base de su libro con el mismo nombre publicado en 1898 (Amoedo, 1898; Ciocca Gómez,
2010). El libro que escribió fue el primer texto completo sobre odontología forense, de ahí
que sea considerado el Padre de la Odontología Forense.
En 1895, el doctor Pablo Valencia reconoció el cadáver, demostrando que, conforme los
estigmas odontológicos, correspondía al caudillo cubano José Martí. Tal descripción fue
encontrada más tarde a través de una carta dirigida a Horatio S. Rubens Gonzalo de
Quesada, que dice: “Bazán también confirma la descripción del incisivo superior faltante
expuesto en la autopsia, ya que extrajo el diente, por lo tanto, parece casi seguro que la
pérdida de Martí es una realidad”. En 1907 se analizaron los restos en el cementerio de
Santiago de Cuba, donde el médico J. Montero Zambrano realizó un estudio del cráneo y
los dientes que coincidió con el doctor. Zayas Bazán, dentista de José Martí, arribando a
la conclusión de que el cadáver encontrado correspondía a Martí (Ciocca Gómez, 2010).
Entre los casos contemporáneos más destacados se encuentra el correspondiente al pi-
loto argentino Benjamín Matienzo, teniente de la Fuerza Aérea Argentina, quien el 20 de
junio de 1919, en un intento por cruzar la cordillera de los Andes, se precipitó, desapare-
ciendo por varios meses. Sus restos finalmente pudieron ser recuperados, comprobán-
dose que había sobrevivido a la caída, pero su fallecimiento se produjo a causa del frío y
del hambre. Su identificación categórica resultó viable a través del cotejo con su registro
odontológico (Luntz, 1977).
En 1909 se produjo un incendio de gran magnitud en la Legación alemana en la ciudad
de Santiago de Chile, hallándose posteriormente un cadáver calcinado. Se sospechaba
que el cuerpo correspondía al ciudadano alemán Wilhelm Beckert, quien cumplía fun-
ciones en dicho lugar, en razón de que se logró recuperar un anillo matrimonial con las
iniciales N. L. (Natalia López era el nombre de su esposa). Asimismo, un joven chileno
que se desempeñaba como portero de la Legación había desaparecido, recayendo sobre

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492 Manual de Criminalística y Criminología

él la sospecha de haber robado veintisiete mil pesos, dinero que había sido sustraído de
la caja de caudales. A raíz del grave conflicto diplomático suscitado (Alemania exigía a
Chile amplias reparaciones por lo que consideraba una ofensa), el juez que entendía en
la cuestión ordenó una segunda autopsia y, atento a la información recabada, encargó al
doctor Germán Valenzuela Basterrica, odontólogo que ocupaba el cargo de director de la
Escuela Dental de la Universidad de Chile, un análisis pericial de la dentadura del cuerpo
calcinado, estableciendo que, conforme las características dentales, el cadáver examina-
do no correspondía al de Beckert y sí al infortunado portero, logrando aclarar la delicada
situación internacional planteada (Ciocca Gómez, 2010). También se puede recordar la
identificación de Carlos Gardel, Josef Mengele y Ernesto “Che” Guevara (Luntz, Ciocca
Gómez; Highfield, 1999).
Después del final de la Segunda Guerra Mundial, hubo rumores de que Adolf Hitler ha-
bía escapado con su esposa Eva Braun (Highfield). En realidad habían muerto juntos en
1945; sin embargo, sus cuerpos habían sido quemados y luego enterrados por soldados
rusos (Highfield, 1999). Debido a la falta de registros ante mortem y post mortem, fue
un desafío disipar los rumores de que aún estaban vivos. Finalmente, se encontraron
piezas de la mandíbula de Hitler que revelaron restos de un puente protético, así como
formas inusuales de la mandíbula reconstruida, con evidencia de enfermedad periodontal
(Luntz, 1977; Highfield, 1999). La identidad de Adolf Hitler se confirmó cuando el trabajo
protético resultó coincidente con los registros mantenidos por su dentista, Hugo Blaschke
(Highfield, 1999).
El incendio a bordo del ferry Scandinavian Star fue uno de los peores desastres marítimos
en la historia. La identidad dental se pudo establecer en 107 casos (68 %) [Solheim, Lo-
rentsen, Sundnes, Bang y Brennes, 1992].

EL DIENTE COMO FUENTE DE ADN


La revolución que originó la tesis doctoral de Watson y Crick en 1953 descubriendo la
estructura de doble hélice del ADN, que es la responsable de la herencia genética en los
seres humanos, condujo a importantes cambios en casi todos los campos de la ciencia.
Este descubrimiento fue la base para el desarrollo de técnicas que permiten caracterizar
la individualidad de cada persona en base a la secuencia de ADN. Tres décadas más
tarde, Jeffreys y sus colaboradores pudieron diseñar sondas genéticas radiactivas que
eran capaces de reconocer regiones altamente variables de ADN, pudiendo determinar
los patrones específicos de cada individuo, denominados huellas de ADN. Se ha expre-
sado que ante la ausencia de información ante mortem (AM) la identificación categórica
se vuelve difícil, pudiendo entonces aportar los perfiles de ADN información decisiva. A
tal efecto, se puede realizar una correspondencia del ADN extraído de los dientes de un
individuo no identificado con aquellas muestras de ADN de la víctima aportadas a través
de muestras indirectas como sangre almacenada, cepillo de dientes, cepillo para el cabe-

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Tema 17: Odontología forense 493

llo, vestimentas, frotis vaginal, biopsia, o procedentes de sus familiares (Pretty y Sweet,
2010; Interpol). Se ha determinado que todo tipo de organismo puede ser identificado
mediante el examen de secuencias de ADN. Cada célula del individuo lleva una copia del
ADN de esa especie. Las huellas de ADN o la tipificación del ADN (perfilado), tal como es
conocido en la actualidad, es utilizada en la identificación humana (Alonso et al., 2001).
El perfil de ADN representa un estándar forense, con implicaciones en el fuero penal,
como así también aportando pruebas de vínculo biológico en todo el mundo (Alonso et
al., 2005). Inicialmente la comunidad forense realizaba la determinación del perfil gené-
tico valiéndose del análisis de VNTRs, aunque este método requería una gran cantidad
de material y de excelente calidad, de ahí que sus resultados no hayan sido lo suficien-
temente óptimos, especialmente cuando se disponía de un escaso número de muestras
de material biológico o el mismo se hallaba degradado. Actualmente, en la mayoría de
los institutos forenses el estudio del ADN se realiza a través del análisis de STR, que han
permitido obtener excelentes resultados para la identificación humana en razón de que
presentan mayor polimorfismo (es decir más cantidad de alelos), menor tamaño (en pares
de bases), mayor frecuencia de los heterocigotos (superior al 90 %) y baja frecuencia de
mutaciones (Alonso; Alkass et al., 2010). Los dos tipos de ADN que se utilizan son el ge-
nómico y el mitocondrial. El ADN genómico en el cuerpo humano se halla en el núcleo de
cada célula y representa una fuente de ADN para la mayoría de los análisis forenses. Los
dientes son excelentes proveedores de ADN genómico. Con respecto al ADN mitocondrial,
resulta otro tipo de material que se puede utilizar cuando las muestras de ADN extraídas
se encuentran degradadas (Álvarez Cubero et al., 2012).
Se ha establecido que, en razón de la naturaleza resistente de los tejidos dentarios al
ataque de factores ambientales como incineración, inmersión, trauma, mutilación, des-
composición y acción microbiana, representan una excelente fuente de ADN. En la es-
tructura del diente, la dentina y la pulpa pueden proveer importante cantidad de material
genético (Álvarez Cubero et al. 2012). La producción total de ADN genómico obtenida
de una muestra dental puede variar de 6 μg a 50 μg (Bernick y Nedelman, 1975). Se ha
enfatizado que a través del procedimiento realizado mediante la PCR se puede contribuir
a la diferenciación de un individuo respecto de otro con un alto nivel de fiabilidad y con
alrededor de 1 ng (una millonésima de un gramo) del ADN (Bertacci, Chersoni, Davidson
y Prati, 2007). Así, abundante cantidad de ADN de calidad puede extraerse de un diente,
lo que representa una ostensible ventaja en el proceso de identificación (Bertacci, Cher-
soni, Davidson y Patri, 2007). El ADN puede tener una buena conservación en los tejidos
dentarios y óseos durante un extenso periodo, habiéndose reportado casos de obtención
de ADN en muestras con decenas de miles de años de antigüedad (Alkass et al., 2010;
Álvarez Cubero et al., 2012).
Se ha hecho hincapié en la falta de estandarización a nivel internacional respecto al uso de
protocolos forenses para la obtención del ADN de los dientes, aunque se sabe que existen
diferentes guías de procedimiento donde se aconsejan buenas prácticas para la extrac-

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494 Manual de Criminalística y Criminología

ción, protección, manipulación y procesamiento de muestras genéticas. Se han publicado


trabajos que remarcan el uso de protocolos inherentes al tratamiento de ADN del tejido
óseo y que son transpolados a los dientes, a pesar de que ambos tejidos son bioquímica-
mente y morfológicamente diferentes (Bosshardt, 2005). En ese sentido, los protocolos
para la obtención de ADN a nivel dentario preconizados por la Comisión Internacional de
Personas Desaparecidas (ICMP) [Higgins et al., 2011] son idénticos a los utilizados para
el hueso, con la diferencia de que la superficie externa es eliminada en los preparados de
tejido óseo, no así en aquellos de índole dental.
Establecer protocolos de muestreo de ADN óptimos para los dientes requiere un correcto
análisis y comprensión de su morfología y de la distribución de ADN dentro de ellos, como
así también de una cabal comprensión de las modificaciones de tales tejidos durante el
estadio post mortem. Esta eficaz interpretación propenderá a una adecuada selección de
la pieza dentaria. Se debe considerar que, desde el punto de vista anatómico, los dientes
humanos se dividen en dos partes: la corona, porción expuesta en la cavidad oral, y el te-
jido radicular o raíz dentaria, alojada en el hueso alveolar. Se ha demostrado que las raíces
dentales, compuestas por cemento, dentina y pulpa, producen más ADN que a nivel de
la corona (Chiego, 2002; Budowle, Allard, Wilson y Chakraborty, 2003; Bosshardt, 2005),
también constituida por dentina y pulpa, pero predominantemente por esmalte. Hay es-
tudios que demostraron que, incluso en los dientes con pulpa presente, el rendimiento
de ADN de la corona es todavía diez veces menor que el obtenido de las raíces (Avery
y Chiego, 2006). El esmalte, tejido acelular que reviste la corona del diente, presenta la
particularidad de ser altamente resistente a los agentes externos (Corte-Real, Andrade,
Anjos et al., 2006) al estar conformado por un 96 % de tejido mineral, aunque carece en
su estructura de ADN. Empero, este tejido adamantino representa una eficaz barrera de
protección para las células alojadas en el interior del diente de aquellas condiciones ex-
ternas tales como calor, luz ultravioleta, humedad y agentes microbianos (Daly, Kieser y
Corbet, 1979). En contraste con el esmalte, la pulpa dental es altamente celular, ricamente
vascularizada e inervada. El tejido conectivo contiene numerosos tipos de células, entre
estas los odontoblastos (que forman la dentina), fibroblastos, células de defensa como los
histocitos y macrófagos, células plasmáticas, nerviosas, mesenquimales e indiferenciadas
(Gonçalvez, Sallum, Sallum, Casati y De Toledo, 2005). Las células que se producen en
mayor cantidad a nivel del tejido pulpar son los odontoblastos, aproximadamente 11.000
por mm2 y los fibroblastos, que se han estimado en 1.000 por mm2. Por lo tanto, la pulpa
es una valiosa fuente de material genético (Avery y Chiego, 2006; Corte-Real, Andrade,
Anjos et al., 2006; Gaytmenn y Sweet, 2003), aunque puede estar en cantidad limitada
o incluso ausente en dientes afectados por alguna patología. La dentina se compone de
65 % de mineral en forma de hidroxiapatita carbonatada, macromoléculas orgánicas (prin-
cipalmente colágeno), y agua (Corte-Real). A nivel de la cámara pulpar, la dentina es un
tejido estructuralmente único, anillado, densamente perforado, altamente mineralizado y
conformado por túbulos paralelos (Corte Real; Gaytmenn y Sweet). Estos túbulos contie-

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Tema 17: Odontología forense 495

nen procesos celulares y fibras nerviosas. Las mitocondrias también están presentes a
lo largo de las fibras nerviosas que hacen a los túbulos ricos en ADN (Corte-Real). Se ha
analizado en una investigación (Kinney, Nalla, Pople, Breunig y Ritchie, 2005) que, sobre
diez dientes con tratamiento de conducto, es decir con la pulpa completamente eliminada,
se han reportado rendimientos de ADN suficientes para generar perfiles STR nucleares
completos en ocho de ellos. La terapia endodóntica se realiza en dientes con tejidos pul-
pares infectados e involucra la extirpación completa de la pulpa. Durante este tratamiento,
la superficie pulpar de la dentina también es eliminada, irrigando reiteradamente todo el
sistema del conducto radicular con hipoclorito de sodio. Estos regímenes de tratamiento
hacen improbable que el material orgánico pueda sobrevivir a nivel de la dentina.
El cemento cubre las raíces de los dientes y es un tejido mineral, avascular, con una es-
tructura laminada. Se compone de 45 a 50 % de minerales inorgánicos (hidroxiapatita),
proteínas como el colágeno y una matriz no colágena. El cemento se clasifica en dos tipos,
basado en la presencia o ausencia de células (cementocitos) [Corte-Rea]. El cemento ce-
lular es fuente de ADN, ya que contiene cementocitos dentro de la matriz extracelular. El
cemento celular es similar en composición física y química al hueso, aunque estructural-
mente y funcionalmente diferente (Corte-Real). Es avascular, no contiene inervación y po-
see menor cantidad de sales inorgánicas. A diferencia del cemento óseo, no se somete a
remodelación continua, sino que aumenta de espesor paulatinamente a lo largo de la vida.
El cemento celular es predominante en la porción apical de las raíces (De Leo, Turrina y
Marigo, 2000). Los cementocitos están conectados por canalículos que se dirigen hacia
el ligamento periodontal, su fuente de nutrientes. Fuentes adicionales de ADN asociadas
con cemento están representadas por inclusiones de tejidos blandos, residuos de sangre,
vasos que atraviesan canales accesorios, tejidos periodontales y fragmentos de hueso
atrapados entre las raíces de los molares.
En virtud de lo expuesto, la pulpa y el cemento representan los tejidos más valiosos como
fuentes de ADN genómico en el diente y, asimismo ambos tejidos junto con la dentina
pueden proveer de ADN mitocondrial. El esmalte es importante en la preservación de la
dentina y la pulpa, pero carece de ADN. El contenido total de ADN de los dientes varía con-
siderablemente de un individuo a otro y también entre los dientes de un mismo individuo
(Haapasalo, Shen, Quian y Gao, 2010). Algunos de los factores que podrían incidir en el
contenido de ADN incluyen el tipo de diente, la edad cronológica del donante y el estado
de salud del diente. Cada uno de estos factores influirá en las proporciones relativas del
ADN presente en la corona, raíz, pulpa, dentina y en cemento (De Leo, Turrina y Marigo,
2000).

TIPO DE DIENTE
Los dientes que conforman la dentadura humana se clasifican en cuatro tipos, incisivos,
caninos, premolares y molares, que difieren en cuanto a forma y tamaño, aunque histo-

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496 Manual de Criminalística y Criminología

lógicamente poseen una estructura similar. Estudios que han comparado el contenido
de ADN entre los diferentes tipos de dientes han demostrado que aquellos con mayor
volumen de pulpa aportan la mejor fuente de ADN (Kinney, Nalla, Pople, Breunig y Ritchie,
2005) por tener más células. También se ha verificado que se recupera más ADN de los
dientes multirradiculares respecto de aquellos con una sola raíz (Corte-Real; Corte Real,
Kinney, Nalla, Pople, Breunig y Ritchie), probablemente porque existe una superficie más
extensa de la raíz y por ende mayor cantidad de cemento. Entonces es lógico pensar que
la selección del diente para obtener la muestra debería ser sobre aquellos con mayor
superficie de la raíz y volumen de tejido pulpar, siendo los molares los principales candi-
datos, hecho aconsejado en diferentes guías de procedimientos, como los publicados por
Interpol en su Manual para Identificación de Víctimas en Catástrofes (Interpol) o por la Co-
misión de ADN de la Organización Internacional del Recomendaciones de la Sociedad de
Genética Forense (Alonso, Martín, Albarrán, García, Fernández de Simón et al., 2005). En
ausencia de molares, se esperaría que los premolares fueran los de elección, pero debe
tenerse en cuenta que los caninos ostentan mayor tamaño en su cámara pulpar, aportan-
do entonces potencialmente mayor cantidad de ADN. Otro aspecto a considerar reside en
que aquellas piezas dentarias retenidas, es decir que no han erupcionado en la cavidad
oral, además de ser plausibles de menor contaminación, se encuentran más protegidas
por el hueso alveolar, por lo que representan un excelente reservorio de material genético
(Corte-Real). Es importante tener en cuenta que una vez seleccionado el diente, se debe
proceder a incluir el mismo en un frasco o envase plástico cubriéndolo con sal gruesa a
los fines de una mejor conservación. Asimismo, el frasco debe ser rotulado y etiquetado
para su identificación, preservación y posterior traslado, respetando la denominada cade-
na de custodia, a los efectos de su ulterior análisis en el laboratorio de genética forense.

TOMA DE MUESTRAS
Respecto de la toma de muestra para la determinación del perfil genético a partir del
diente, se han detallado diferentes métodos, como por ejemplo la sección horizontal de
la pieza dentaria a nivel de la unión cemento-esmalte o verticalmente hasta el ápice, es
decir en el extremo final de la raíz. También se puede realizar el aplastamiento del diente
y obtención de polvillo dentinario mediante el uso de instrumental rotatorio o sierra, que
resulta bastante sencilla y relativamente de bajo costo (Gaytmenn y Sweet, 2003). Una
metodología que requiere de mayor equipamiento e inversión económica se denomina
molienda criogénica y consiste en acondicionar la muestra seleccionada en un tubo plás-
tico que posteriormente será introducido en una cámara de frío (ver Figura 5), donde me-
diante un procedimiento automatizado la estructura morfológica del diente (corona-raíz)
quedará íntegramente reducida a solo un polvillo, del que, en una secuencia posterior,
podrán extraerse orgánicamente las cadenas de ADN. El proceso de extracción de ADN se
compone de 3 etapas diferentes: ruptura celular o lisis (que permite el uso de diferentes
técnicas a efectos de lograr la destrucción de las membranas celulares), desnaturalización

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Tema 17: Odontología forense 497

de las proteínas e inactivación (a través de un proceso de quelación y empleo de proteina-


sas), y finalmente la extracción propiamente dicha del ADN (Corte Real, Rubio, Martínez,
Martínez, y Martín de las Heras, 2009) mediante extracción orgánica. Las técnicas de
extracción de ADN más utilizadas en odontología forense son a través de método orgánico
(compuesto de fenol-cloroformo), que podría resultar laborioso, con mucha demanda de
tiempo y con un índice quizá demasiado alto de errores si no se dispone de una muy bue-
na cantidad de material genético. Otras técnicas se basan en el uso de Chelex 100 (más
rápido y con escaso riesgo de eventual contaminación).

Figura 5. Introducción de la muestra dental en el molino criogénico.

PERFILES DE ADN EN ODONTOLOGÍA FORENSE


Los perfiles de ADN actualmente utilizados son aceptados como pruebas legales en los
tribunales, en casos de investigación de la paternidad y de identificación. Se utiliza a tal
efecto el análisis de STRs: se describen como tramos cortos de ADN que se repiten en
varios lugares en todo el genoma humano y se utiliza para evaluar regiones específicas
(loci) dentro del ADN nuclear (Alonso et al.; Bosshardt, 2005; Avery y Chiego). Cada indi-
viduo porta el 50 % de STR que fueron heredados del padre y el otro 50 % de la madre.
Se ha analizado que, aunque el ADN presente en restos antiguos se encuentre muy degra-
dado, ha resultado con mejor conservación en las muestras obtenidas de dientes que de
tejido óseo (Avery y Chiego; Loreille, Diegoli, Irwin, Coble y Parsons, 2007). Las mayores
tasas de éxito de identificación mediante el análisis de STR ha sido obtenido a través de
muestras de hueso cortical de huesos de las piernas que soportan un mayor peso (fémur
86,9 %), aunque los dientes intactos también exhibieron altas tasas de éxito (dientes
82,7 %) [Rubio, Martínez, Martínez, Martín de las Heras et al., 2009].

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498 Manual de Criminalística y Criminología

Basado en los perfiles genéticos obtenidos a partir del análisis de STRs, el FBI desarrolló
sistema CODIS, para permitir a los laboratorios forenses la creación de bases de datos de
perfiles de ADN. Se ha calculado que la posibilidad de que dos individuos puedan tener
el mismo perfil de ADN de 13 loci sea de aproximadamente uno en mil millones. Estados
Unidos mantiene la mayor base de datos de ADN del mundo. A partir de 2017, el número
mínimo de STRs que deben ser analizados se ha extendido a 20 loci. Los SNPs son varia-
ciones de la secuencia de ADN que ocurren cuando un único nucleótido (A, T, C o G) en
la secuencia del genoma se altera. Por ejemplo, un SNP podría cambiar la secuencia de
ADN: AAGGCTAA a ATGGCTAA (Alonso et al.; Bosshardt, 2005; Avery y Chiego, Budowle,
Bieber y Eisenberg, 2005). Los SNP son nuevos marcadores emergentes, de interés para
su aplicación en medicina forense debido a su pequeño tamaño de amplificación, hecho
de suma practicidad para analizar muestras degradadas, con menor tasa de mutación en
comparación con los STR.

LA HISTORIA CLÍNICA Y EL ODONTOGRAMA


Es consabido que el odontograma es un requerimiento obligatorio por casi todas las
legislaciones internacionales, aunque muchas veces se han detectado serias carencias
en su confección y almacenamiento, por lo que la normatización y protocolización de un
sistema de registro y archivo que incluya radiografías y fotografías intraorales debería ser
considerado una obligación ética y legal (Fonseca, Salgado Alarcón y Cantín, 2011). La
Federación Dental Internacional ha generado el sistema dígito dos o binario, cuyo primer
número establece posición (maxilar o mandibular) del diente, en tanto que el segundo
dígito especifica el tipo de diente (incisivo, canino, premolar o molar), buscando cumplir
con el objetivo de que los estigmas asentados en el odontograma contribuyan a que este
pueda ser relevado, transmitido e interpretado de forma universal (de Valck; 2006; Ceppi
et al., 2011). Se ha referido que en aquellos casos donde la información odontológica ha
sido inadecuadamente registrada, la identificación mediante esta vía será muy compleja
(Fonseca, Salgado Alarcón y Cantín; Ceppi et al.). Existen en la actualidad múltiples dise-
ños de ficha odontológica, lo que constituye un serio inconveniente en razón de los per-
cances y demoras observables desde lo jurídico, económico, científico, social y humano,
motivos que ameritan contar con una ficha estandarizada para el práctico en general, con
las implicaciones periciales que ello seguramente conllevará (Ceppi et al.). Además, se
ha empleado una gran variedad de nomenclaturas para confeccionar los odontogramas;
cada país tiene una de preferencia, y a veces, según las escuelas odontológicas o zonas
dentro un mismo país, pueden encontrarse ostensibles diferencias (de Walck). En los últi-
mos años se ha puesto énfasis en el uso de sistemas computacionales para identificación
odontológica, como es el caso del WinID3, usado por la Federación Dental Americana
(FDA) o el DVI PLASSDATA (Interpol, 2005) usado por Interpol, que permiten efectuar
cotejos forenses con mayor celeridad.

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Tema 17: Odontología forense 499

RADIOLOGÍA ODONTOLÓGICA FORENSE


Se ha expresado la valiosa injerencia de los recursos imagenológicos para la identifica-
ción humana, pudiendo aportar las radiografías evidencia significativa al permitir recrear
el perfil de la víctima fallecida, estableciendo parámetros fiables en cuanto a morfología,
edad, sexo o etnia, entre otros (Nomir y Abdel-Mottaleb, 2007; Hong Chen, 2007). Se ha
expresado que la comparación de radiografías AM-PM constituye el método más preciso
y fiable para la identificación de restos desconocidos (Nomir y Abdel-Mottaleb, 2007;
Hong Chen, 2007). Las formas distintivas de las restauraciones, tratamientos de conduc-
to, restos radiculares, bases debajo de restauraciones, morfología de coronas y raíces,
los patrones de los senos paranasales y la mandíbula solo pueden determinarse mediante
el examen radiográfico. En algunos casos, un diente puede ser el único hallazgo, y en la
comparación radiográfica, la identificación certera puede ser posible (Preety y Sweet).
Proporcionan una evaluación objetiva y un registro de los tejidos duros de los dientes,
los maxilares y la mandíbula, así como características quirúrgicas o restauradoras que
pueden ser de interés para el examinador. Además, proporcionan una imagen visual, que
se puede utilizar para demostrar detalles complejos a un público lego (Jain y Chen, 2004;
Lee, Choi, Yoon, Kim y Shin, 2004). La imagen radiográfica, que representa un método no
destructivo, también puede desempeñar un papel vital en la investigación odontológica fo-
rense para descubrir los hechos ocultos que no se pueden observar a través del examen
físico. Las radiografías panorámicas también son útiles para estimar la edad del individuo
al evaluar la cronología de la erupción dental (Weems, 2010). El uso de radiografías es
característico de las técnicas que implican la observación de etapas morfológicamente
distintas de la mineralización. Las estimaciones de edad también se basan en el grado de
formación de las estructuras de la raíz y la corona, la etapa de erupción y la mezcla de
denticiones primarias y adultas (Willems, 2001; Weems, 2010). El tamaño de la cavidad
de la pulpa dental se reduce a raíz del depósito de la dentina secundaria. Las medidas de
esta reducción se pueden utilizar como un indicador de la edad. El examen radiográfico
también es un método muy eficaz para localizar e identificar material probatorio, como
proyectiles de arma de fuego o fragmentos de diversa índole. El equipo de rayos X, pre-
feriblemente portátil, siempre debería encontrarse disponible en el depósito de cadáveres
(Zhou y Abdel-Mottaled, 2005). Si bien las técnicas radiográficas tradicionales continúan
siendo muy utilizadas, los avances tecnológicos resultan insoslayables, por lo que los
odontólogos forenses deberían estar consustanciados con las nuevas aparatologías y
recursos imagenológicos en la búsqueda de una mayor eficacia y eficiencia en las manio-
bras de identificación (Briem Stamm, 2017).
La aplicación de la tecnología informática a la radiología ha permitido obtener, almacenar,
recuperar y transmitir las imágenes a lugares remotos en formato digital, reduciendo el
número de exposiciones, además de generar bases de datos, agilizando la interpretación
del perfil post mortem al compararlo con los registros ante mortem (González y Wood,

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500 Manual de Criminalística y Criminología

1993). En lo atinente a la práctica odontológica, se ha desarrollado un equipo radiográfico


portátil denominado NOMAD TM, que ha demostrado una versátil operatividad en el con-
texto forense (ver Figura 6), reportado en casos como el tsunami que azotó al sudeste
asiático en 2004, el huracán Katrina en Estados Unidos en 2005 o el accidente que invo-
lucró a dos helicópteros en La Rioja (Argentina), en 2015 (Aribex, 2011).

Figura 6. Aplicación forense de tecnología radiográfica dental portátil.

Dicha unidad portátil, aprobada por la Federación Dental Internacional (Federación Dental
Internacional), cuenta como importante ventaja el blindaje interno para evitar la fuga de
radiación, además de un escudo de radio protección a los fines de proteger al operador de
la dispersión de los rayos x. Si bien puede funcionar analógicamente (a través de películas
radiográficas estándar y empleo de líquidos revelador y fijador), su mayor cualidad reside
en la capacidad de digitalizar las imágenes obtenidas a través de un sensor electrónico
sensible a los rayos X que es colocado de manera similar a la película común (ver Figura 7).
El sensor va conectado a un ordenador, creando una imagen radiológica que se visualizará
instantáneamente en la pantalla (ver Figura 8). Una importante propiedad radica en que
el dispositivo, denominado radiovisiógrafo, genera una mayor calidad en la resolución de
las imágenes, optimizando la lectura e interpretación de las estructuras del sistema es-
tomatognático, permitiendo, por ejemplo, mensurar los puntos craneométricos. Muchos
investigadores están trabajando para perfeccionar los sistemas comparativos (resta digital
de imágenes, rectificación de imágenes, análisis punto a punto, etc.) para ayudar al odon-
tólogo forense a analizar las imágenes radiográficas (Pham, Jonasson y Kiliaridis, 2010).
“La radiografía digital junto con los métodos asistidos por computadora para comparar
la información dental post mortem, recopilada en la morgue, con la información dental
ante mortem, proporcionada por las familias de los desaparecidos, y la aplicación de la
ley permite una rápida resolución e identificación” (Zitová y Flusser, 2003). Esto requeriría

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Tema 17: Odontología forense 501

técnicas fiables de segmentación automática que puedan extraer el contorno de cada


diente individual para fines de recuperación posterior y permitir la recuperación basada en
las formas de los dientes.

Figura 7. Aplicación del radiovisiógrafo en la toma radiográfica dental forense.

Figura 8. Imagen radiográfica digitalizada al momento de la autopsia oral.

HUELLAS DE MORDEDURAS
Las huellas de mordedura humana representan un punto álgido en el contexto de una
investigación penal, donde un sospechoso o una víctima han transferido sus improntas
dentarias a otra persona o en un objeto inanimado, como una barra de chocolate, man-
zana, queso o un alfajor (Vale, 1996) (ver Figura 9). Se las suele encontrar en casos de
asesinato o ataques sexuales (Francescani y Baram, 2008). Aunque su análisis pericial
resulta muy significativo, la piel humana representa un soporte muy delicado para arribar
a conclusiones categóricas, en razón de su marcada elasticidad, sumado al insoslayable
hecho de que generalmente entre el momento del ataque que originó la huella de mor-
dedura hasta que un perito odontólogo efectúa el examen de rigor, ha transcurrido un
importante lapso de tiempo, razón por la cual los caracteres dentarios importados sobre
la piel han perdido claridad y nitidez, tornándose muy complejo y problemático expedirse

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502 Manual de Criminalística y Criminología

con autoridad sobre la efectiva correspondencia de los caracteres anatómicos de los dien-
tes del sospechoso y/o víctima involucrados en el hecho (Souviron, 2006). Un aspecto
fundamental reside en la fijación de la huella de mordedura mediante técnicas fotográficas
estandarizadas. Se ha proclamado a través de diferentes estudios que el nuevo paradigma
de la investigación forense respecto del análisis pericial de las huellas de mordeduras ha
ponderado a la técnica del doble hisopado como un estándar de oro, considerado como
el método más óptimo en la búsqueda de ADN contenido en la saliva humana (Bowers,
2006).

Figura 9. Mordedura sobre sustrato alimenticio.

La importancia forense (calidad) de las lesiones representadas en la evidencia se deter-


mina si hay suficientes detalles visibles desde las huellas de los dientes para permitir
la comparación con los dientes del sospechoso. En los delitos sexuales, las huellas de
mordeduras en las mujeres se ven característicamente en los pezones, senos, muslos,
cuello y piernas, permitiendo contextualizarlo. Para las víctimas masculinas, las evidencias
pueden observarse a menudo en los brazos, hombros, espalda y manos y podrían orientar
respecto de lesiones causadas por los dientes de una víctima que ha mordido en defensa
propia, generando una inversión de roles (Pretty y Sweet, 2001).
Las huellas de mordeduras se pueden encontrar en:
• La víctima (producidas por el atacante).
• El atacante (sospechoso) cuando una víctima intenta defenderse.
• Un objeto encontrado en la escena del crimen.
Una mordida humana representativa se describe como una lesión elíptica o circular que
registra las características específicas de los dientes. Alternativamente, puede estar com-
puesto por dos arcos en forma de U que están separados en sus bases por un espacio
abierto (Martín de las Heras, Valenzuela, Ogayar, Valverde y Torres, 2005). Las lesiones

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Tema 17: Odontología forense 503

causadas por los dientes representan una lesión contusa, que puede ser simple o com-
pleja, dependiendo de la dinámica involucrada en su producción. Es posible identificar
específicamente el o los tipos de dientes improntados en la piel por los caracteres mor-
fológicos. En tal sentido, por ejemplo, los incisivos producen lesiones rectangulares, en
tanto que los caninos generan estigmas triangulares. Otras características incluyen fractu-
ras, rotaciones, desgaste adicional, malformaciones congénitas, etc. Cuando la impronta
(dubitada) se puede documentar y registrar en la zona lesionada, es factible compararla
con la impresión de la dentadura del sospechoso (indubitada) que permita, eventualmen-
te, identificar específicamente los dientes que causaron la lesión (Giannelli, 2007; Page,
Taylor y Blenkin, 2011).
Pese a que la admisibilidad de las mordeduras como evidencia ha sido estipulada, divul-
gada y aceptada en diferentes latitudes por un largo tiempo, algunos odontólogos han
esgrimido que la metodología de análisis de este tipo de indicio rara vez ha sido plausible
de una evaluación crítica y legítima para ser considerada prueba en un juicio (Giannelli,
2008). Existen carencias de publicaciones que contribuyan a establecer parámetros de
sensibilidad, especificidad e índice de error, necesarios para que este indicio sea admitido
científicamente (Giannelli, 2008; Page, Taylor y Blenkin, 2011).

RECOLECCIÓN DE EVIDENCIA DE LA VÍCTIMA DE LA MORDEDURA


Los odontólogos deberían estar familiarizados con los principios generales de recolección
de la evidencia:
1. Documentación: Realizar un registro descriptivo de la lesión, incluyendo su aspec-
to físico, color, tamaño, orientación, ubicación en el cuerpo, contorno y elasticidad
relativos del sitio de la impronta y los tipos de lesiones generados.
2. Fotografías: Tomar fotografías en color y en blanco y negro. Se ha preconizado
desde la American Borad of Forensic Odontology la escala ABFO Nº 2 como testigo
métrico diseñado para huellas de mordeduras, aunque hoy en día su aplicación ha
trascendido el ámbito de injerencia de la pericia odontológica forense. La escala
debe situarse en el mismo plano que la lesión y ser visible en las fotografías para
permitir las ulteriores mediciones.
3. Hisopo de saliva: La posible evidencia salival que pudo haberse depositado en la
piel durante la producción de la huella de mordedura se debe recolectar y analizar.
Asimismo, es menester recoger una muestra de saliva de la víctima con la técnica
del doble hisopado, o una muestra de sangre completa para evaluar su perfil ge-
nético.
4. Impresión: Se procede a la toma de impresiones de la superficie mordida para
registrar características inherentes producidas por los dientes (ver Figura 10).

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504 Manual de Criminalística y Criminología

Figura 10. Impresión maxilar del sospechoso.

Las siguientes pruebas se deberían realizar durante el examen del sospechoso de haber
generado la lesión:
1. Examen clínico: examen de las estructuras extra e intraorales, registrando en una
historia clínica odontológica. Se asientan características inherentes al estado de la
salud dental, la oclusión, articulación témporo mandibular, movilidad dental, bolsa
periodontal, restauraciones dentales, diastemas, fracturas, caries, etc.
2. Fotografías: se producen fotografías faciales completas de frente y de perfil, ade-
más de vistas frontales y laterales de los dientes en oclusión.
3. Impresiones: es necesario producir modelos de estudio extremadamente precisos
de los dientes que registren todas las características de la dentición.
4. Mordida simple: una muestra de la mordida del sospechoso se registra en oclu-
sión céntrica utilizando una barra de cera.
5. Muestra salival: también se toma saliva para las pruebas de ADN (American Board
of Forensic Odontology, 1993).
En tal sentido, la ABFO sugiere una serie de condiciones:
Mordedura humana: los dientes humanos causaron el diseño. Los criterios para
esto son:
–– El diseño muestra características de clase que se corresponden con dientes
humanos, incluyendo los reemplazos prostéticos cuando estén presentes.
–– Las características discernibles son suficientes para que otras causas del pa-
trón se consideren improbables o excluidas.
–– Diseño curvilíneo o una lesión generalmente circular u ovalada que frecuen-
temente consiste en dos arcos opuestos que pueden estar presentes o no,
separados de su base por un espacio. A veces solo un arco es visible.

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Tema 17: Odontología forense 505

–– Marcas individuales, impresiones, abrasiones, contusiones, estriaciones o la-


ceraciones de dientes específicos pueden encontrarse en el diseño.
–– Un área central de contusión a veces se encuentra presente.
–– En mordeduras humanas severas, material puede ser forzadamente removido.
–– Las marcas reflejan el tamaño, forma, disposición y distribución de la superfi-
cie de los dientes que contactaron.
–– Algunas marcas realizadas por dientes individuales puede ser reconocidas e
identificadas basándose en las características de clase y la localización relativa.
–– El tamaño y la forma de cada arco se ajusta a los diferentes rangos de tamaño
y forma de la dentición humana.
No mordedura humana: los dientes humanos no causaron el diseño.
Inconcluso: no hay suficiente información disponible para sostener una conclu-
sión de si el diseño es o no es una mordedura humana.

LESIONES Y VIOLENCIA EN EL MENOR


La odontología forense en su evolución a través de los años ha reflejado nuevos cono-
cimientos y disposiciones en cuanto a técnicas científicas, que refieren a la especialidad
y al asesoramiento judicial. La odontología tiene su visión antropológica en su aspecto
pericial y forense para hacer efectiva una identificación y la interconexión específica con
ciencias vinculadas a la investigación forense. La observación de la cavidad oral por el
profesional odontólogo, integrando todo el sistema estomatognático, con sus estructuras
dentales, con buena conservación y variación anatómica por su forma, tamaño, posición
etc., imprimen características propias para cada individuo, dando evidencias identificables
para el interés de la Justicia, en la resolución de casos.
Con diversas lesiones, patologías variadas y dispares por su etiología, con asiento en la
mucosa, piel y tejidos duros de la cavidad oral; se destacan los dientes que conservan
y soportan traumas y temperaturas elevadas resistiendo a la putrefacción cadavérica,
constituyendo lesión grave, la pérdida de piezas dentales. El proceso evolutivo a través del
tiempo, traducido en lesión traumática, tóxica o de otra índole, va desde la putrefacción
hasta la recuperación y/o su consolidación; son tipificadas por el Código Penal argentino
como delito contra la vida, con menoscabo o daño físico-psíquico en el cuerpo o en la
salud del individuo. Lo contemplado por la OMS y OPS es un daño intencional (dolo) o no
(culpa) en la estructura corporal o psíquica, producto de un golpe, herida o enfermedad,
basados jurídicamente en lo preterintencional o en la impericia, imprudencia o negligencia
del actor.
El detrimento, deterioro, menoscabo o perjuicio, produce una alteración anatomofuncio-
nal, que depende su gravedad de la zona topográfica afectada y del agente vulnerante que

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506 Manual de Criminalística y Criminología

provoca el daño sobre el cuerpo, para efectuar una valoración respaldatoria en lo civil o
penal, para estimar la incapacidad con pérdida de función e indemnización de secuelas
por un acto accidental, ilícito o ilegal. Las lesiones por traumatismos de etiología acci-
dental refieren a un suceso eventual o involuntario, provocando un daño identificado por
su impronta, a diferencia de las causales homicidas o suicidas, que resaltan por si sola
la tentativa en ocasión de matar. Las normativas penales sancionan en escala de valores
(leve-grave-gravísima) el riesgo del daño que produce la lesión. Por agentes externos, las
lesiones pueden producirse por agentes físicos con quemaduras, químicos por fármacos,
cáusticos, tóxicos y/o drogas de abuso, mecánicos con luxaciones dentales y fracturas,
por etiología biológica con virus y bacterias o bien patológicas por tóxicos (plomo-mer-
curio) con descalcificación, manchas y distintas manifestaciones en las piezas dentales.
En investigación criminal, se puede detectar el agente vulnerante con base en la expe-
riencia y según las circunstancias del hecho; teniendo en cuenta la ubicación, los indicios,
verificación de conductas y maniobras, agregadas a la morfología, se identifica la lesión
con causa fortuita o por intención de ocasionar el daño. Detectada la contusión con su
etiología mecánica o traumática, se verifica las consecuencias producidas por la misma
para estimar la incapacidad por las secuelas, si corresponde, y para ello es necesario
diferenciar el tipo de contusión que se evidencia.
Es posible considerar si se produjo herida o no en la contusión examinada en la piel de la
víctima, para diferenciar rigurosamente las características de la lesión; si se describe una
escoriación epidérmica, con sus manifestaciones vitales o no, pasando por una erosión en
capa córnea o mucosa, o por una herida contusa como es el caso de una lesión producto
de una mordedura, golpes de puño, por un proyectil o explosión. Sin solución de conti-
nuidad en la piel, no hay herida, como en el caso de manchas, máculas o exantemas con
localización en la boca, pudiendo estar asociadas a restos de amalgama o bien provocadas
por una mala adaptación de diferentes elementos protéticos. Pueden presentarse en la
boca, equimosis, petequias, bolsa sanguínea y hematomas por consecuencias multicau-
sal, como restos dentales con ápices, luxaciones y fractura de las piezas dentales, con
presencia ocasional de petequias en el paladar.
Tanto en las lesiones producidas por armas blanca como por armas de fuego, se combinan
las heridas mencionadas con antelación, pudiendo ocasionar el desprendimiento de me-
jillas y tegumentos óseos, con severas secuelas en las facies y en el cráneo, con puntos
de partida en la cavidad oral; como consecuencia de esto pueden ocasionarse fracturas
y quemaduras, involucrando las trabéculas óseas del proceso alveolar, adicionando erite-
mas, ampollas, escaras que desencadenan en casos severos en la carbonización, ya sea
localizada o bien afectando zonas del cuerpo en su totalidad. Las consideraciones odon-
tolegales fundamentadas en la interpretación de la situación mancomunada en la totalidad
de las evidencias examinadas, permiten arribar a una congruente conclusión pericial,
para el dictamen del caso, basado en un minucioso asesoramiento del auxiliar de justicia.
El perito examinará a la persona o el cuerpo del cadáver, mediante la inspección ocular,

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Tema 17: Odontología forense 507

focalizando la zona lesionada, ubicación topográfica con localización posible de otros focos
lesivos, extensión/dimensión, cantidad e intensidad, para llegar a evaluar la curación de la
lesión, el tiempo de consolidación, reparación y rehabilitación, disminución de la función
valorando las secuelas en los órganos alterados, para llegar mediante estudios diagnós-
ticos complementarios, a estimar la magnitud del daño, con o sin causas preexistentes
(simultáneas) o bien sobrevinientes (posteriores) o agregadas como concausas, según
denominación en Derecho. La exposición sobre el abuso de menores intenta despertar la
atención del profesional odontólogo ante los recaudos que debe tomarse en la asistencia
y examen bucodental; introduciendo una amplia gama de conceptos para poder identificar
el problema y poder prestar su colaboración ante estos episodios humillantes, que padece
un menor con maltrato y/o violentado, con crueldad excesiva (sevicias) con ensañamiento
y tormentos en menores de corta edad.
El castigo y abuso corporal del menor de edad se produce históricamente, avanzando y
tomando mayor magnitud en los tiempos actuales, siendo necesario detectarlo a tiempo y
difundirlo, para frenar y en lo posible combatir este episodio casi cotidiano en una socie-
dad civilizada. Aunque no es un área frecuente para el odontólogo, quien brinda asistencia
en salud y como parte integradora de las ciencias de la salud con el arte de curar, se ve
obligado como persona a informar a las autoridades y es su deber como profesional el
detectar este padecimiento del menor indefenso, contribuyendo a evitar que se desenca-
denen daños mayores.
La dinámica del maltrato padres/hijos necesita ser identificado a tiempo y corregirse para
restaurar la situación familiar y proteger el bienestar del menor dentro de su hogar. De-
ben ser detectadas todas las lesiones físicas que presente el niño, si fueron infligidas
intencionalmente, descartando que los estigmas presentes en el cuerpo del menor no
sean traumatismos accidentales. La etiología está enfocada en la psicopatología y los
trastornos de conducta, es por esto que la identificación temprana, la información y el tra-
tamiento del menor, representa el camino ideal para conseguir una intervención interdis-
ciplinaria, recomponiendo la armonía para el menor. El profesional odontólogo desempeña
una importante función en el descubrimiento de sevicias, por huellas ocultas en lugares
poco visibles del cuerpo, escondiéndose en la cavidad oral este tipo de rastros, que sin
la debida atención del profesional y obviando su registro en la historia clínica, puede ser
interpretado en el estudio forense como alteraciones patológicas que dejaron secuelas de
una enfermedad. Las lesiones que se hacen evidentes en las distintas estructuras facial
y bucal deben ser asociadas por el odontólogo, buscando en otros sectores del cuerpo,
dado que con frecuencia hay discrepancia entre el origen y el relato que ofrecen la víctima
y el agresor. El término de síndrome (maltrato) en menores se aplica a lesiones no acci-
dentales, incluyendo lesiones físicas o ataques corporales como mentales. El objetivo es
corregir o mejorar los factores etiológicos para restaurar la constelación familiar, o cuanto
menos, proteger al niño hasta entonces indefenso y sin protección.

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508 Manual de Criminalística y Criminología

Las lesiones en estos niños cubren todo traumatismo físico, desde lesiones superficiales
en tejidos blandos hasta traumatismos masivos con lesiones esqueléticas y mortales. Las
necropsias incluyen un examen post mortem riguroso y completo del cuerpo, para deli-
near traumatismos de larga data y con muertes sospechosas de abuso al menor, donde
pueden encontrarse lesiones internas cuando faltan las externas. Las lesiones infligidas
por el agresor/ofensor son de toda índole y naturaleza, agregando a los traumas, quema-
duras y mordeduras. Las marcas están distribuidas por todo el cuerpo y puntualmente
localizadas en mejillas, espalda y costado del cuerpo. La cabeza representa un área común
y blanco fácil de lesiones, que tipifica mejor el “YO” del niño abusado y violentado con
golpes contundentes.
Las lesiones en estructuras bucales y faciales permiten la asistencia odontológica, la
atención del profesional aumentará cuando la naturaleza de la lesión no coincida con la
explicación de antecedentes y cronología acerca del origen e indicio de las lesiones. Las
manifestaciones bucales representan una extensión de las fuerzas dirigidas incluyendo
cualquier tipo de lesión traumática en la dentición del menor; los traumatismos de labios
en forma de laceraciones o contusiones, dientes fracturados o avulsionados, fracturas
agudas de mandíbula y lesiones en lengua son expresiones comunes de tal violencia.
El profesional odontólogo debe involucrar su responsabilidad moral y legal en las huellas
y evidencias examinadas y notificar a las autoridades dando su opinión ante la sospecha
de los traumas observados, denunciando, involucrando y dejando a un costado el secreto,
ya que se pone de manifiesto la justa causa, con un claro fundamento explícito, ante la
necesidad de evitar un mal mayor, es decir que se repitan o intensifique la sevicia y ponga
en peligro la vida del menor. La conducta del odontólogo basada en su responsabilidad,
ante un hecho de esta naturaleza, que pone en peligro la vida, no está en el amparo bajo
secreto profesional, ya que debe evitar que se intensifique el daño producido a la persona
indefensa e invalidada de su personalidad. Es de esperar que el conocimiento del tema,
sirva para concienciar a la comunidad educativa y profesional, para saber informar sobre
discordancias en el testimonio ofrecido ante una asistencia de este tipo, identificando a
tiempo la sospecha de negligencia, para preservar una identidad que por sí sola no puede
denunciar ante las autoridades legales y permitiéndoles desde el área de salud, su rein-
serción para un futuro mejor en la sociedad.
Por ello se puede concluir que, el sistema bucodento-maxilofacial de todos los individuos
determina aspectos importantes de las personas frente a un hecho delictivo, como en la
producción de diversas y variadas lesiones corporales. La valoración odontológica foren-
se, relacionada con la identificación de estas lesiones que son investigadas, observadas
y estudiadas como evidencias fundamentales, permiten valorar con gran estímulo la labor
realizada en función de asesorar a la Justicia. Basados en la exploración de todo rastro
corporal con huellas que se manifiestan en zonas alternadas en los componentes del
sistema estomatognático, el perito debe ser cuidadoso en la preservación de la lesión,
tomando los registros necesarios para la conservación de las mismas. En cuanto a la

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Tema 17: Odontología forense 509

tipificación de la lesión, el equipo interdisciplinario interviniente, con actuación del pro-


fesional odontólogo forense, permitirán arribar a conclusiones en su informe con una
valiosa identificación del hecho y con respuestas favorables al requerimiento del juez.

INCIDENTE ADVERSO CON VÍCTIMAS MÚLTIPLES


En el actual mundo globalizado se generan a diario graves sucesos como accidentes de
tránsito, delitos violentos, actos terroristas, inundaciones, huracanes, tifones, bombar-
deos, conflictos armados, entre otros, que motivan la intervención de diferentes esta-
mentos para asistir a los damnificados, y en casos de fatalidad de los mismos, proceder
a su correcta identificación (Interpol; Bernitz, 2009). Para ello se ha vuelto imperioso
organizar tareas con un temperamento interdisciplinario y altamente especializado, ya
que las dificultades propias de este tipo de flagelo suponen múltiples desafíos en razón
de la severa conmoción causada en la población que lo padece. Un aspecto no menor lo
constituye la gran cantidad de cuerpos entremezclados, muchos de ellos carbonizados y
desmembrados, que impide la utilización de metodologías tradicionales de identificación
como la dactiloscopia y/o el reconocimiento visual (Beauthier y Lefèvre, 2004; Byard y
Winskog, 2010). Los formularios y directrices señalados por Interpol han demostrado ser
un buen punto de partida para cumplir con los requisitos vinculados a un incidente adver-
so con víctimas múltiples, donde es muy común que las víctimas pertenezcan a diferentes
nacionalidades, hecho facilitado por el incesante crecimiento de la población mundial y
la facilidad de trasladarse a través de diferentes latitudes en virtud del advenimiento de
medios de transporte cada vez más veloces y sofisticados, asociados muchas veces a
fallas humanas y técnicas (Guidelines on Dental Records-Dental Board of Australia, 2009).
Se puede definir como una grave perturbación, inesperada para el conjunto poblacional
que lo sufre, de aparición inesperada y rápida, que origina respuestas inadecuadas a sus
requerimientos, causando la muerte o heridas a gran número de personas (Interpol).
Deben tenerse en cuenta los cuantiosos daños materiales y estructurales que produce,
originando muchas veces la suspensión de servicios básicos, indispensables para una
sociedad, generando elevado riesgo de contaminación y epidemias (Petju, Suteerayon-
gprasert, Thongpud y Hassiri, 2007; Pachar y Bryan, 2011).
Para el correcto abordaje en tales situaciones es menester llevar a cabo operaciones deno-
minadas de identificación de víctimas de catástrofes (IVC). El objetivo más importante para
estas tareas lo constituye la aplicación de normas de calidad y estándares internacionales,
que fundamentan aquellas acciones que involucren operaciones multinacionales, indis-
pensables para contribuir a una correcta identificación de las víctimas (Interpol; Prieto et
al.; 2004 ). En las últimas décadas, la identificación a través de técnicas odontológicas ha
sido descrita como una de las más eficaces para la identificación de víctimas en incidentes
adversos (Interpol; Petju, Suteerayongprasert Thongpud, Hassiri; Facts y Details, 2011).

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510 Manual de Criminalística y Criminología

EL PROTOCOLO DE INTERPOL
Interpol actúa colaborando con las estrategias vinculadas a la acción policial en 191 de los
195 países declarados como soberanos en el mundo y ha desarrollado el Manual para la
Identificación de Víctimas de Catástrofes (IVC), que contiene formularios con diferentes
colores, según los datos registrados sean ante mortem (AM, amarillo) o post mortem
(PM, rosa), hecho que establece una concordancia de procedimientos, cualquiera fuere
el lugar del incidente y la nacionalidad de las víctimas, significando un valioso aporte al
estandarizar sus estrategias. Su diseño, directivas e implementación lo han consolidado
como el método más idóneo para la práctica y recopilación de datos en incidentes adver-
sos con víctimas múltiples, contribuyendo a la identificación inequívoca de las víctimas
(Interpol). El propósito es brindar asesoramiento y asistencia a las agencias distribuías
por diferentes latitudes, utilizando para ello idiomas como inglés, español, árabe o francés
(Interpol). Además, proporciona directrices a los países miembros y tiene como objetivo
la aplicación de normas de conducta internacionales, incluidos los métodos de trabajo
y documentos en común a ser utilizados en operaciones multinacionales. La intención
es sincronizar estrategias diplomáticas, políticas y policiales al sobrevenir un incidente
adverso, con la firme intención de promover una respuesta coordinada, rápida y eficaz
(Interpol). Los equipos IVC deben ser interdisciplinarios, o sea compuesta por expertos de
las más diversas áreas del conocimiento, como médicos, odontólogos, psicólogos, gene-
tistas, antropólogos, licenciados en Criminalística y policías, entre otros. En los casos de
víctimas de más de un país, se debe garantizar la participación de profesionales de las na-
ciones implicadas, con el fin de facilitar el intercambio de información, principalmente en
la obtención de datos ante mortem (Bezerra, 2005). Se recomienda que cada país miem-
bro tenga uno o más equipos definidos y permanentes, los cuales serán responsables de
la respuesta al evento, además del planeamiento, preparación y formación de personal. Si
un accidente ocurre en un país donde no hay un equipo previamente habilitado y formado,
la cooperación podrá ser solicitada de inmediato.
Una vez desencadenada la tragedia, un miembro del equipo asumirá el rol de coordinador
IVC, pudiendo desempeñarse como tal personal militar, policial, médico u odontólogo,
entre otros, con el requisito de que cuenten con la instrucción y preparación necesaria y
suficiente para dirigir las operaciones requeridas. El encargado de dirigir tan espinosa y
delicada tarea, deberá arribar al lugar y analizar la situación en relación con la extensión
del área implicada, el estado de conservación de los cadáveres, la estimación de la dura-
ción del proceso, la localización de un Instituto Médico Legal en condiciones de contener
y abordar el hecho catastrófico o, por lo menos, evaluar la posibilidad de ensamblar y
organizar un espacio transitorio, y de coordinar esfuerzos para el acopio y clasificación de
los cuerpos (Interpol). Este primer conjunto de expertos, denominado precursor, realizará
una evaluación del escenario con el fin de diagnosticar la situación, tomando como refe-
rencia el número de víctimas, tipo de catástrofe, sitio del incidente, dificultad de acceso,
distancia, logística, posibles lugares para transporte de los cuerpos, sustanciación de los

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Tema 17: Odontología forense 511

procedimientos autópsicos, infraestructura y capacidad de locales disponibles. Es im-


portante adoptar actitudes y temperamentos para tomar contacto con las autoridades
e instituciones directamente vinculadas al desastre y proporcionar los criterios sobre la
naturaleza de los trabajos de identificación y sus necesidades (Interpol). Se aconseja que,
durante la recogida de los indicios del lugar del incidente, profesionales odontólogos estén
presentes, a tenor de la posibilidad de hallazgo y posterior análisis de restos maxilares,
mandibulares y dentarios de las víctimas. Partes o fragmentos de un mismo cuerpo deben
ser separados y etiquetados mediante placas numeradas, en las que cada número debe
ser único para cada cuerpo o sus partes. La numeración debe permanecer inalterable
durante todo el proceso de identificación y se utilizará para completar debidamente los
formularios propuestos por Interpol. A cada uno de los cuerpos se le asignará una codifi-
cación alfanumérica, compuesta por las siglas PM (post mortem), el número de código de
área telefónico del país donde aconteció la catástrofe (si fuera la República Argentina, por
ejemplo, sería el número “54”) y finalmente se consignará el número de óbito (Interpol).

FORMULARIOS DE IDENTIFICACIÓN
Los formularios diseñados por Interpol se han agrupado de acuerdo a diferentes colores
en ante mortem (AM), amarillo y post mortem (PM), de color rosa. En lo referente a los
datos odontológicos, se utiliza la sección “Odontología”, en los apartados que van desde
el número 600 al 650 en color amarillo (AM) y 610 a 650, en color rosa (PM) [Interpol, de
Walck, 1984; Sweet, 2010]. En los campos 600 a 620 AM (amarillo), se deben consignar
los datos registrados del sujeto en vida, especificando las fuentes de tales datos. Los
documentos recuperados de los facultativos clínico asistenciales deben, preferentemente,
ser originales o copias de buena calidad. Los recursos imagenológicos, los modelos de
yeso y las fotografías necesitan estar correctamente señaladas con los datos filiatorios
del paciente y del odontólogo, especificando la fecha del estudio. Todo otro dato adicio-
nal debe ser registrado en el campo 620 o en “Información complementaria” que figura
en el campo 700 (Interpol). En los campos 630 a 650 AM (amarillo) deben anotarse los
últimos registros odontológicos de la persona desaparecida, comenzando con los datos
fechados más recientemente. Las superficies dentales deben identificarse utilizando (M)
para mesial; (O) para oclusal; (D) para distal; (V) para vestibular y (L) para lingual. En el
supuesto caso que se requiera emplear otra nomenclatura o abreviatura, se debe aclarar
en 610 a 625 PM (rosa), consignando la información recabada de la obducción odontole-
gal. Asimismo, en los campos 630 a 650 PM (rosa), se insertan los datos emanados del
examen post mortem de la cavidad oral. Se va rellenando el odontograma conforme se
realiza la inspección pericial, detallando la ubicación y extensión de las restauraciones y
demás detalles encontrados (patologías, ausencias dentales, anomalías de forma, tamaño,
posición, etc.). Para la distinción de los materiales restauradores, se rellena el odonto-
grama con el color negro para amalgama, rojo para oro y verde para materiales estéticos.
En el formulario amarillo, se asientan las ausencias dentales con una “X” sobre el gráfico

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512 Manual de Criminalística y Criminología

correspondiente, en tanto que para remarcar idéntica situación en el formulario PM (rosa),


se consigna con una “X” pero envuelta por un círculo (Interpol). Todas las radiografías
deben enumerarse y registrarse, especificando la técnica empleada, fecha de la toma y los
dientes implicados (Interpol). También se ha aconsejado la intervención de al menos dos
expertos de la misma especialidad forense, a los efectos de controlarse mutuamente, pro-
pendiendo a mejorar la calidad del análisis pericial, jerarquizando, por ende, su labor. Los
odontólogos involucrados en las maniobras de identificación completarán el documento
consignado como “Identification-Report”, que sirve como requisito previo e insoslayable
para la conformación del certificado de defunción y posterior liberación del cuerpo. Cabe
recordar que la primera intervención protocolizada de Interpol donde actuaron odontólo-
gos forenses ocurrió en el desastre marítimo del “Herald of Free Enterprise”, el 6 de marzo
de 1987 (de Walck).
El manual IVC establece que para llevar a cabo el proceso de identificación utilizando
recursos odontológicos intervendrá un equipo post mortem (PM), poniendo énfasis en
la búsqueda, recolección y fijación de toda la información resultante de la autopsia de la
cavidad oral (ver Figura 11); otro equipo, denominado ante mortem (AM), que establece
comunicación con familiares de las víctimas o estamentos laborales de la misma, buscan-
do recuperar toda información registrada en vida, que será plausible de ser confrontada
con los datos post mortem por un tercer equipo, llamado de comparación o de concilia-
ción (Interpol). Se ha establecido que a través de las maniobras comparativas se puede
concluir el informe final de identificación teniendo en cuenta cuatro posibilidades.

Figura 11. Autopsia de la cavidad oral.

PRÓTESIS DENTALES EN LA IDENTIFICACIÓN


Además de la consistencia de sus tejidos naturales, las restauraciones y prótesis odonto-
lógicas aparecen, en determinadas circunstancias, también extremadamente resistentes al
deterioro físico y químico. El marcado de las prótesis odontológicas ha sido descrito como

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Tema 17: Odontología forense 513

de decisivo interés para la identificación personal en caso de accidentes, guerras, grandes


catástrofes y severa destrucción, como así también en aquellos sujetos sin identificación
fiable, alteraciones mentales o con largos periodos de inconsciencia. Otros aparatos den-
tales, como los de ortodoncia removibles, también se han utilizado con fines identificado-
res, reportándose un caso donde un aparato ortodóncico removible permitió esclarecer la
identidad de la víctima de un incendio (Whitakker, 1994). En 1835, una dentadura de oro
ayudó a identificar el cuerpo quemado de la condesa de Salisbury, mientras que tras la Se-
gunda Guerra Mundial, 819 de 3.000 soldados muertos no identificados resultaron porta-
dores de prótesis dentales, aunque solo nueve de los que llevaban dentaduras artificiales
pudieron ser identificados (Harvey, 1976). Es conocido el caso de Carlos Gardel, víctima
de un accidente aéreo en Medellín, Colombia, el 24 de junio de 1935, donde elementos
protéticos dentales que portaba y que resistieron los embates del incendio de la aeronave
trimotor siniestrada resultaron categóricos para certificar su identidad (Raffo, 2013). Se
ha reportado que los cuerpos de Adolf Hitler y Eva Braun fueron identificados mediante
registros odontológicos (Highfield, 1999). En las estadísticas de cadáveres identificados
en el accidente aéreo ocurrido en las proximidades de Madrid en diciembre de 1983, de
los 160 cuerpos identificados, 63 lo fueron por métodos odontológicos y de ellos 26 lo
fueron gracias a las prótesis dentales que portaban (López Palafoz, 1992).
Se ha descrito que a través de metodologías estándar propias de la odontología forense
(como estimar edad y determinar etnia, sexo o talla, al cotejarlos con tablas internaciona-
les estandarizadas) o a través del cotejo de información post mortem y ante mortem, se
demoró por cada víctima que tuvo que ser identificada un promedio de tres horas (Marella
y Rossi, 1993). La conformación de un archivo completo de información odontológica
ante mortem puede extenderse por varios días, sumado al hecho que podría estar incom-
pleta, desactualizada o incorrectamente labrada por el odontólogo clínico, y a veces hasta
no existir antecedente alguno. Entonces, uno de los grandes objetivos de las ciencias
forenses es lograr estandarizar un procedimiento de identificación más rápido y preciso,
atento a la celeridad en las actuaciones periciales, buscando la pronta y eficiente entrega
del cuerpo a sus respectivas familias, reduciendo la angustia e incertidumbre de la espera,
permitiéndoles iniciar el responso correspondiente (Briem Stamm).
Hacia finales de la década de los 60 en Australia, restos cadavéricos pudieron ser
identificados mediante una prótesis completa acrílica superior con una tira de papel
incluida en la que podía leerse su nombre. Ese mismo año, también en Australia, los
restos descompuestos de otro individuo pudieron ser identificados gracias a un código
escrito en otra tira de papel incluida dentro de su prótesis completa superior (Pyke, 1970).
Cuando los individuos son edéntulos parcial o totalmente, las identificaciones pueden verse
dificultadas si se pretende realizarlas con el solo análisis comparativo de la morfología
ósea. En países como Suecia, Suiza, Islandia o en 21 de los 50 estados norteamericanos,
este problema es bien conocido y, en vistas a darle solución, se ha logrado introducir en
sus legislaciones la obligatoriedad de incluir aditamentos identificatorios en las prótesis

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514 Manual de Criminalística y Criminología

dentales. En el resto del mundo, como la República Argentina, sin embargo, esta práctica
parece ser entendida solo como un acto voluntario del profesional que las confecciona.

MARCADO Y ETIQUETADO DE PRÓTESIS DENTALES


La identificación positiva de la prótesis se hace generalmente con un código de identifica-
ción pequeño, discreto, que se incrusta en la base de la misma (Mohan, Kumar y Simon,
2012). Los requisitos estándar para marcaciones de prótesis residen en que deben ser
biológicamente inertes cuando son incorporadas a las prótesis, de bajo costo, fácil y rápi-
do de aplicar, como así también poder ser recuperado después de un accidente, resistente
al ácido y a elevadas temperaturas (Kalyan, Clark y Radford, 2014). El marcado también
debe ser estéticamente aceptable, visible (legible) y duradero sin poner en peligro la inte-
gridad y resistencia de las prótesis. Además, la marca debe ser permanente y resistente a
la limpieza cotidiana y a los agentes desinfectantes (Richmond y Pretty, 2007; Richmond
y Pretty, 2010). En los países donde se otorgan números identificatorios únicos a cada
persona (como el documento nacional de identidad en Argentina), las prótesis dentales
pueden ser marcadas con dicho número a fin de facilitar la identificación positiva.
Ya en 2007, sobre una encuesta desarrollada en el Reino Unido se concluyó que la marca-
ción de prótesis debería ser realizada de manera rutinaria y que sería muy conveniente la
postulación de directrices incluso desde la misma fabricación de los artefactos, o sea en el
laboratorio dental. Uno de los hallazgos más importantes reportados (Richmond y Pretty;
Colvenkar, 2010) determinó que el 99 % de los pacientes portadores de prótesis aceptan
sin inconvenientes la presencia de marcas identificatorias en ellas (mientras sean estética-
mente aceptables), contrariamente a lo afirmado anecdóticamente por algunos odontólo-
gos sobre que sus pacientes no las quieren. Para este fin, se han propuesto innumerables
alternativas de marcación de prótesis, básicamente divididos en métodos “de superficie”
(las marcas son talladas o pintadas sobre la superficie de la prótesis, generalmente acríli-
cas) o “de inclusión” (los elementos identificatorios pueden consistir en insertos de papel,
plástico, aluminio, y se colocan dentro de la base acrílica). También se ha propuesto la
incorporación de grabados en relieve, códigos de barra, tarjetas de memoria, fotografías
de los pacientes (Colvenkar, Bonavilla, Bush, Bushy Pantera, 2008; Huang, Chu, Lien,
Hsiao y Kao, 2009; Datta y Sood, 2010; Hill, Lain y Hewson, 2011). Sin embargo, en casos
de temperaturas extremas donde los materiales plásticos se evaporan, solo las porciones
metálicas o cerámicas de prótesis completas o parciales pueden mantenerse con algún
grado de indemnidad, esto dependiendo del tipo de material y las condiciones propias de
la incineración (temperatura y tiempo de exposición) (Ragavendra et al., 2014). En 1970,
Pyke expresaba que el criterio de indestructibilidad (la resistencia implícita tanto a la ac-
ción del calor intenso como a los ácidos), en apariencia solo podría ser satisfecho con
materiales metálicos o cerámicos. Una cremación estándar suele emplear temperaturas
que van desde los 870 a los 980 ºC por 1-1,5 horas; un evento de incineración puede
incluso superar los 1.100 ºC. Se ha reportado que durante accidentes con alta temperatu-

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Tema 17: Odontología forense 515

ras, estas pueden llegar a los 900 ºC en relativamente rápidos periodos de tiempo (Seals
y Seals, 1985). Aun protegidas por los tejidos blandos y duros, las estructuras alojadas
intraoralmente se verán así en condiciones extremas que indudablemente complicarán
cualquier tipo de procedimiento dados los importantes cambios físicos y estructurales
que van a sufrir. Por otra parte, el comportamiento de estos materiales frente a la acción
de cáusticos no ha sido prácticamente explorado aún a sabiendas de que los criterios de la
ADA recomiendan resistencia de las marcaciones a estos agentes vulnerantes (Richmond
y Pretty). La American Dental Association (ADA) ya ha establecido los criterios específicos
para la marcación de prótesis: a) identificación específica; b) técnica sencilla; c) marcación
resistente a fuego y químicos; d) la prótesis no debe verse debilitada y e) la marca debe
ser cosméticamente aceptable (Baad, Uzma, Nupura, Vidya, Pramond y Suschma, 2015),
con lo que el espectro de materiales y alternativas útiles se reduce considerablemente.

PREVALENCIA DE DIVERSOS TIPOS DE PRÓTESIS DENTALES


Se ha descrito que aproximadamente la mitad de la población adulta en la mayoría de los
países europeos son portadores de algún tipo de prótesis dental, teniendo una mayor
frecuencia de restauraciones fijas (coronas y pónticos) países como Suecia (45 %) y Suiza
(34 %), respectivamente (Mohan, Kumar y Simon, 2012). Empero, en las últimas déca-
das se ha verificado una ligera disminución en el uso de prótesis completas, hecho que
refleja una disminución del edentulismo, por lo que una mayor cantidad de pacientes han
logrado mantener su dentición natural y aquellos que necesitan restauraciones protéticas,
dentro de sus posibilidades económicas, optaron por prótesis parciales removibles o res-
tauraciones fijas. Lógicamente dicha situación tiene mucha menor prevalencia en países
con menor desarrollo económico. Esto pone de manifiesto la necesidad de cambiar la
perspectiva acerca del abordaje respecto del etiquetado y/o marcado de prótesis comple-
tas, haciéndolas extensivas hacia aparatologías removibles y fijas, incluyendo aparatos de
ortodoncia, placas quirúrgicas y hasta en dientes obturados, aconsejándose la inclusión
del número correspondiente al documento nacional de identidad (DNI) que redundará en
formar bases de datos, con un código estandarizado de identificación (ver Figura 12).

Figura 12. Grabado con tecnología láser de prótesis dental de cromo cobalto.

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516 Manual de Criminalística y Criminología

Organizaciones forenses de todo el mundo han recomendado que las prótesis dentales
deberían estar marcados con, como mínimo, el nombre del paciente y, preferiblemente,
con más datos como por ejemplo el número de seguro social (Richmond y Pretty). Un
número de identificación nacional es utilizado por los gobiernos de varios países como
medio para el control de sus ciudadanos, tanto residentes permanentes como temporales.
Las formas en que se implementan este tipo de sistemas dependen de cada país, aunque
en la mayoría de ellos cada ciudadano tiene un número de identificación en el nacimiento
(como Argentina) o cuando llegan a la mayoría de edad (por lo general de 18 años). (Baad,
Uzma, Nupura, Vidya, Pramond y Suschma, 2015).
En base a la aplicación universal y sencillez del método, otra alternativa que se sugiere
es el uso de marcas en prótesis dentales y aparatos (prótesis removibles y fijas, aparatos
ortopédicos, implantes, placas quirúrgicas y ortodóncicas) utilizando para tal fin un punto
láser. El láser aplicado a técnicas informáticas puede aportar también métodos de graba-
do de códigos QR en prótesis (ver Figura 13). Asimismo, sería ideal extenderlo a dientes
obturados y/o sanos, tal como se realiza en Suiza, a efectos de contar con el número de
DNI en su estructura.

Figura 13. Grabado de código QR con tecnología láser.

Si bien la República Argentina, a diferencia de otras partes del mundo, felizmente no se


encuentra regularmente afectada por situaciones de terrorismo y/o de catástrofes, cuando
ello ha ocurrido (atentados a la Embajada de Israel, 1992 y a la AMIA, 1994, respectiva-
mente; el accidente aéreo de LAPA, 1999; el incendio en el local de baile “República de
Cromañón”, 2004; el accidente ferroviario en la Estación de Once, en 2012, o las severas
inundaciones en la ciudad de La Plata, año 2013), han surgido notorias dificultades en los
procesos de identificación, lo que refuerza la convicción de impulsar metodologías es-
tandarizadas al respecto, a sabiendas del insoslayable auxilio que para la sociedad podría
representar la codificación de las prótesis dentales.

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Tema 17: Odontología forense 517

IDENTIFICACIÓN A TRAVÉS DE LOS TEJIDOS BLANDOS


RUGOSCOPÍA
Existen varias técnicas, comprobadas científicamente y fiables para la identificación hu-
mana, pero que aún representan dificultades de aplicación práctica, de comprensión e
interpretación. Una de ellas, seguida clásicamente por antropólogos y odontólogos fo-
renses, se basa en las propiedades de una serie de elementos anatómicos denominados
rugas palatinas o pliegues palatinos transversos, situadas estratégicamente en la porción
anterior del paladar duro o bóveda palatina (Caldas, Magalhaes y Alfonso, 2007). Se ha
referido que, aún cuando en una víctima desdentada total los métodos disponibles son
más limitados, las rugas palatinas son importantes elementos de prueba que pueden
ser recuperados de manera práctica y sencilla, reproduciendo sus patrones anatómi-
cos directamente del paladar duro o de la superficie mucosa de elementos protéticos
(Martins-Filho, Sales-Peres, Carvalho, 2009). Este método permite la identificación me-
diante la comparación directa de los modelos del maxilar en el que quedan duplicados los
tejidos del paladar duro, ante mortem (AM) y post mortem (PM), por lo que es imprescin-
dible la factibilidad de la información específica del sujeto en vida (Briem Stamm, 2012).
Se han diferenciado los términos de palatoscopía, o sea el estudio de las características
anatómicas del techo de la cavidad oral o bóveda palatina, del de rugoscopía palatina, el
estudio, registro y clasificación de las rugas palatinas (Kashima, 1990; Nayak, Acharya,
Padmini y Kaveri, 2007). Estas rugas se originan entre la duodécima y decimocuarta
semana de vida intrauterina, permaneciendo inalterables a o largo de toda la vida. En
razón de su protegida ubicación, constituyen elementos de interés identificatorio por la
resistencia a los agentes externos. Esto las hace especialmente factibles tanto en sujetos
vivos como en cadáveres recientes, lo que constituye una herramienta de indudable valor
pericial (Limson y Julian, 2004; Patil, Patil y Acharya, 2008).
En el estudio del paladar, es necesario distinguir entre el paladar óseo y el mucoso. Este
último está dividido, a su vez, en dos partes: paladar anterior o paladar duro y paladar pos-
terior, membranoso o blando. En sentido antero-posterior y en la parte media, la mucosa
palatina presenta un relieve en forma de cresta estrecha y blanquecina que, en mitad de
su trayecto, se transforma en surco, denominado rafe palatino, que discurre recubriendo
la sutura de los procesos palatinos de los maxilares y la porción horizontal de los huesos
palatinos. De la parte antero-posterior de este rafe, en su porción más próxima a la papila
y por detrás de los incisivos centrales, parten hacia cada lado de 3 a 7 pliegues mucosos
más duros y divergentes lateralmente, con muy diversas formas, que han recibido los
nombres de rugas, rugosidades, pliegues, plicas, crestas, plegamientos transversos o
papilas palatinas (Kapali, Townsend y Paris, 1997; Abdel-Aziz y Sabet, 2001). Estas estruc-
turas forman relieves más o menos prominentes, adoptando diversas configuraciones. Su
dibujo y estructura no cambian ni son alterados por sustancias químicas, enfermedades
o traumatismos; en el caso de destruirse, se reproducen exactamente y en el mismo

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518 Manual de Criminalística y Criminología

emplazamiento que tenían. Únicamente el tamaño, por el natural crecimiento y desarrollo


del paladar desde la infancia hasta la edad adulta, puede variar ligeramente y son más
abundantes en el hombre que en la mujer. Su forma, disposición y características no se
ven afectadas por los procesos de erupción de los dientes ni por la pérdida de estos,
aunque en ocasiones produzcan que las rugas palatinas ubicadas en las proximidades del
arco alveolar cambien ligeramente de posición tras la extracción del diente adyacente. El
hecho de llevar una prótesis sobre el paladar no altera su morfología, así como tampoco
se ven afectadas por los tratamientos de ortodoncia (Kapali, Townsend y Parish, 1997).
Se han reportado diferentes estudios morfológicos sobre rugas palatinas tomando como
referencia dos poblaciones hindúes (Kashima, 1990; Nayak, Acharya, Padmini y Kaveri,
2007) y sobre caucásicos y aborígenes australianos. En Venezuela, se ha coincidido en
el predominio de las formas onduladas y curvas de las rugas palatinas (España; París,
Florido, Arteaga, Solórzano, 2010).
El empleo de la rugoscopía palatina no está protocolizado en Latinoamérica como sistema
de identificación de personas, con lo que no se han implementado bases de datos o recur-
sos técnicos apropiados, aun cuando ella reúne los requisitos elementales para ser consi-
derada metodología de identificación: unicidad, perennidad, invariabilidad y clasificabilidad
(Briem Stamm, 2011). En 1937, el odontólogo argentino Juan Ubaldo Carrea propuso un
método de clasificación de gran sencillez, practicidad y economía de recursos, represen-
tando cada una de sus formas con la letra inicial de la misma y considerando con núme-
ros romanos cuatro tipos fundamentales según las rugosidades se dirijan hacia mesial
(Tipo I), lateral (Tipo II), distal (Tipo III) o variado (Tipo IV) [Carrea, 1937].

QUEILOSCOPIA
Otra de las técnicas aportadas por el perito odontólogo de escasa difusión en Sudamérica,
se denomina queiloscopia, que puede ser interpretada en un sentido amplio como el estu-
dio de las características de los labios, grosor de los mismos, disposición de las comisu-
ras labiales y las impresiones labiales, con fines de identificación humana (Sharma, Saxe-
na y Rathod, 2009). Desde un punto de vista más restrictivo, la queiloscopia se refiere al
estudio, registro y clasificación de los surcos de la mucosa labial y de las impresiones que
ellos dejan (Negré Muñoz, 2004). Los labios son estructuras anatómicas que constituyen
la puerta de entrada al organismo de todos los alimentos, ofreciendo protección de las es-
tructuras bucales, participación en la fonación y obviamente su importancia estética como
punto de referencia de los aspectos afectivos del ser humano. Figún y Garino (2008) los
definen como “repliegues músculo membranosos, blandos, depresibles y móviles que
circunscriben el orificio bucal, encontrándose dos tipos de revestimiento, uno cutáneo y
otro mucoso”. Los surcos labiales son los hundimientos que se presentan entre pliegues
en la epidermis de los labios, dividiéndose según algunos autores en dos grupos: simples,
los que tienen un solo elemento en su forma, y compuestos, aquellos que están formados
por dos o más formas distintas (Coward, 2007). Además de la identificación y obtención

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Tema 17: Odontología forense 519

de distintas pruebas, las huellas labiales también se pueden utilizar en el trabajo de de-
tección, constituyendo una probable fuente de información criminalística. Una impresión
de los labios en la escena de un crimen puede ser una base para las conclusiones sobre
el carácter del evento, el número de las personas involucradas, el sexo, los cosméticos
utilizados, hábitos, rasgos de trabajo, y los cambios patológicos de los labios de ellos
mismos (Kenneth, 2005; Hinojal y Martínez, 2005). Existe una especificidad individual en
la morfología de los surcos labiales, o sea que una persona no tiene los mismos surcos
labiales que otra; por ende, reúne las mismas características de las huellas dactilares:
unicidad, perennidad, inmutabilidad y clasificabilidad (Coward, 2007).
A pesar de no ser aún una técnica utilizada muy a menudo en la identificación humana,
la queiloscopia permite confrontar improntas labiales dubitadas halladas en objetos o
pertenencias en el lugar del hecho, como pueden ser tazas, vasos, colillas de cigarrillos,
servilletas, puertas, ventanas, prendas de vestir, almohadas usadas en casos de sofo-
cación, con improntas indubitadas pertenecientes al sospechoso y/o víctima del suceso
(Navarro, Castelló, López y Verdú, 2006; Agustine, Barpande y Tupkari, 2008). Si bien en
los últimos años se ha evidenciado un importante crecimiento en cuanto a publicaciones
especializadas acerca del tema, todavía hay serios cuestionamientos sobre si realmente la
identificación de personas a través de las huellas labiales es una técnica fiable. Por ende,
es menester continuar realizando estudios y pruebas tendientes a esclarecer aspectos
inherentes. Quizás una de sus desventajas es que existen tantas clasificaciones como
autores han estudiado el tema (Bonfigli, Trujillo-Hernández, Cantín-López, Fonseca, 2010;
Bernardoni, Sauer, Briem Stamm, 2013), es decir que se carece todavía de una clasifica-
ción universal, hecho que seguramente contribuiría a una mayor practicidad y difusión. Es
importante destacar que el reconocimiento, recolección, análisis, interpretación y almace-
namiento de los datos provistos por las huellas labiales debería ser asumido y difundido
como un valioso aporte a toda forma de capacitación y entrenamiento; esto transformaría
en una buena práctica a la elaboración de bases de datos que permitirían en el futuro, el
poder contar con un registro más a la hora de encarar un proceso de identificación.
Sería muy oportuno incluir esta variable como base de datos en las diferentes fuerzas
policiales y/o de seguridad en Argentina, como así también en los diferentes claustros
terciarios y universitarios, lo que permitiría aunar criterios para la protocolización de una
ficha odontológica que incluya el registro queiloscópico, a la vez que modificaría algu-
nos esquemas demasiado estructurados en cuanto a la información que debe manejar
el odontólogo que presta servicios en cualquier institución (hospitalaria, policial, militar,
etc.), limitándolo sobremanera y reduciendo notablemente el espectro de su capacidad a
la hora de ser solicitado para conformar el tan mentado equipo interdisciplinario de identi-
ficación (Navarro, Castelló, López y Verdú, 2006; Bonfigli, Trujillo Hernández, Cantín López
y Fonseca, 2009). Se ha enfatizado en el planteo que afirma que dada la ausencia de este
tipo de idoneidad profesional en la investigación primaria de la escena, el personal policial
debería estar capacitado para detectar, evaluar y procesar evidencias de corte odontológi-

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520 Manual de Criminalística y Criminología

co (Briem Stamm). Las huellas labiales han sido descritas como de importante valor para
la investigación criminal, sustentado esto en la identificación personal relacionando a su
autor con el sitio del hallazgo de las mismas, y poseen el mismo valor que la dactiloscopia
(Negré Muñoz, 2004) (ver Figura 14). Igualmente, cuando existe un caso de identificación
de cadáveres o personas que han sido mutiladas, la queiloscopia puede convertirse en
elemento esencial para esclarecer identidades de personas (Briem Stamm; Negré Muñoz,
2004). Son varios los estudios que se pueden encontrar en la literatura especializada en
los que se evidencia su aplicación y se plantean diferentes métodos de clasificación, téc-
nicas de revelado y levantamiento de las huellas labiales, dimorfismo sexual, asociación
con grupos poblacionales étnicos y aplicación en los procesos judiciales que requieran
identificar a un ser humano.

Figura 14. Huella labial hallada en el lugar del hecho.

CONCLUSIÓN
En virtud de lo reflexionado, no caben dudas de que el odontólogo forense puede des-
empeñar un valioso aporte en la identificación humana. Las diferentes aplicaciones inhe-
rentes a su espectro de actuación requieren de una gran preparación emocional, técnica
y científica. Sus idoneidades incluyen la identificación de vivos y fallecidos, el análisis de
presumible evidencia en objetos inertes, la estimación de la edad dental, huellas de mor-
deduras para identificar a los sospechosos, víctimas de agresiones violentas y sexuales,
situaciones de violencia familiar (abuso conyugal, negligencia y negligencia conyugal),
y realizando aportes en los estudios arqueológicos y antropológicos de las poblaciones.
No menor es su injerencia en el correcto registro, mantenimiento y archivo de la docu-
mentación labrada en las historias clínicas odontológicas, contribuyendo a ilustrar a las
autoridades legales para que puedan reconocer la impericia, la imprudencia, negligencia e
inobservancia de los reglamentos y deberes a su cargo. El contexto imperante en el actual
mundo globalizado ha suscitado la formación de odontólogos expertos en la investiga-
ción criminal, maximizando su devenir pericial, dentro de un equipo interdisciplinario, en
tragedias naturales, accidentales y provocadas intencionalmente. Aún así, la odontología

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Tema 17: Odontología forense 521

forense no termina de consolidarse en los claustros universitarios con programas estan-


darizados en las diferentes casas de estudio en las diferentes latitudes, lo que genera una
dispar y hasta insuficiente formación y jerarquización.

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18 QUÍMICA FORENSE
Carmen García Ruiz
Catedrática de Universidad
Universidad de Alcalá. España
Gemma Montalvo García
Profesora Titular de Universidad
Universidad de Alcalá. España
Fernando E. Ortega Ojeda
Profesor asociado de Estadística
Universidad de Alcalá. España
Félix Zapata Arráez
Investigador post-doctoral
Universidad de Alcalá. España

INTRODUCCIÓN A LA QUÍMICA FORENSE


La aplicación de las ciencias químicas como ciencia forense, se suele reconocer como
química forense y se ha definido tradicionalmente como una química analítica aplicada
(Bell, 2014; Houck, 2015; Siegel, 2015). Sin embargo, hoy en día, es conveniente avanzar
a una concepción de química forense que contribuya a procesos de inteligencia forense.
La inteligencia forense es una aproximación más proactiva y fenomenológica (Ribaux
et al., 2010 (a); Ribaux et al., 2010 (b); Morelato et al., 2014; Crispino et al., 2015;
Raymond y Julian, 2015; Ribaux et al., 2017) cuya visión complementa el enfoque tradicio-
nal probatorio, donde el proceso forense se centra en relacionar la información obtenida
en los casos con supuestas personas u objetos, y considera una concepción de vestigio
más amplia. Esta idea permite que la información de los vestigios se pueda procesar (ex-
traer, analizar e interpretar) para respaldar procesos informativos que apoyen la toma de
decisiones en el ámbito policial y en el contexto más amplio de la seguridad. Esta visión
más prospectiva, sin embargo, agranda las diferencias existentes entre la química forense
y la química analítica.
Por un lado, en química forense hay que abordar problemas que son inusuales en química
analítica. Por ejemplo, las investigaciones en química forense suelen tratar con muestras
muy complejas de las que, además de buscar información sobre la fuente (identidad del

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524 Manual de Criminalística y Criminología

vestigio), también se puede perseguir información sobre la actividad (por qué el vestigio
está donde está) y, sobre todo, de cómo los vestigios pueden relacionarse con el escena-
rio de un delito. Los análisis comparativos comprenden principalmente la identificación.
Sin embargo, el estudio de la transferencia de vestigios puede llevar a conocer la actividad
del mismo con respecto al delito, y este aspecto es muy distintivo de la química forense.
La química analítica, aunque también es una disciplina multidisciplinar que desarrolla y apli-
ca métodos, instrumentos y estrategias para obtener información sobre la composición y
naturaleza de la materia en el espacio y el tiempo, con frecuencia trata muestras que deben
ser representativas del todo que se va a analizar, y relaciona los resultados en términos de
significancia estadística empleando herramientas quimiométricas (Valcárcel, 1999; Kellner
et al., 2004). Sin embargo, en la química forense, los resultados provienen de muestras
de origen y calidad desconocida, aquellos vestigios dejados por descuido en la escena
del crimen, y su significancia o grado de certeza suele probarse mediante razonamiento
estadístico empleando, principalmente, la estadística bayesiana. Además, la complejidad
de las muestras suele requerir de ciertas pruebas presuntivas y de cribado, por ejemplo,
para discriminar muestras donde haya presencia o no de una supuesta droga, fluido, etc.
Estas pruebas presuntivas son muy importantes para orientar sobre qué vestigios hay que
someter a pruebas confirmatorias con otras herramientas analíticas que tengan capacidad
para identificar y/o cuantificar. Por otro lado, los análisis cuantitativos, exceptuando el área
de la toxicología, donde se busca la cantidad de tóxico presente en un vestigio, tienen poca
relevancia en química forense, frente al papel central que poseen en química analítica.
Otra característica propia de la química forense es el empleo de terminología propia en
la que se incorporan nombres y conceptos tanto de química como de ciencias jurídicas.
Algunos de estos términos son los ya mencionados vestigios (de los que se puede tener
conocimiento directo o circunstancial), la cadena de custodia, el caso judicial (civil o penal)
o la naturaleza destructiva o no destructiva de la prueba. Entre estos términos, tiene una
relevancia especial el concepto de vestigio. En el ámbito de las ciencias forenses, es la
última acepción del diccionario de la Real Academia Española de la Lengua (Real Academia
Española, 2018) la que principalmente define vestigio (del latín vestigium) como aquel “in-
dicio por donde se infiere la verdad de algo o se sigue la averiguación de ello”, por tanto, es
la evidencia que permite investigar la verdad sobre un hecho. Pierre Margot, sin embargo,
considera una concepción de vestigio más amplia (ver Figura 1) definiéndolo como “un
patrón, una señal o material transferido durante un hecho. Es el remanente (la memoria)
de una fuente o actividad que lo produjo”. Esta concepción proporciona al vestigio, una vez
descifrado y entendido, capacidad informativa sobre el origen (identidad) o la actividad (por
qué está donde está) delictiva que lo produjo (Morelato et al., 2014). Es decir, el vestigio
que pertenece a un hecho pasado no reproducible y suele ser incompleto o fragmentado,
además de inusual en un entorno, no solo es un indicio de quién o con qué se produjo el
hecho (identidad) sino que también puede dar información sobre cómo, cuándo, dónde,
qué y por qué se produjo el hecho (actividad o acción). Mientras que la primera faceta de

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Tema 18: Química forense 525

vestigio como fuente es esencial como prueba judicial, la faceta de vestigio como actividad
lo convierte en el nexo de procesos de inteligencia forense donde hoy en día la investiga-
ción científica tiene mucho que aportar.

Figura 1. Utilidad de los vestigios como prueba judicial (proporcionando información sobre la identidad)
y para procesos de inteligencia forense (proporcionando información sobre la actividad o acción).

Debido a la multitud y diversidad de vestigios que se pueden obtener de la escena de un


crimen, hoy en día, las áreas de trabajo en la sección de Química de los laboratorios foren-
ses oficiales españoles se agrupan en tres: General, Toxicológica y Criminalística (Instituto
Universitario de Investigación en Ciencias Policiales (IUICP), 2018).
• Química general, cuyo objetivo es el análisis de las distintas sustancias orgánicas
e inorgánicas recogidas en el escenario del crimen durante la inspección ocular,
así como atender a cualquier otra petición de análisis proveniente tanto de la auto-
ridad judicial como policial. Se enfoca a la investigación de explosivos e incendios,
principalmente.
• Química toxicológica, que estudia los tipos de tóxicos y su origen, así como
sus consecuencias en el organismo vivo. Realiza el análisis de drogas en alijos y
muestras biológicas (sangre, orina, saliva, pelo), entre otros.
• Química criminalística, que estudia, desde el punto de vista químico, aquellas
materias que pueden ayudar a esclarecer los hechos en el momento del juicio
oral. Incluye muestras muy variadas como tintas, papel, pinturas, fibras, residuos
de disparo, etc.

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526 Manual de Criminalística y Criminología

Sin embargo, una aproximación más práctica es la que actualmente se realiza en la Red
Europea de Institutos Forenses (ENFSI, European Network of Forensic Science Institutes)
(ENFSI, 2018). En ENFSI hay constituidos distintos grupos de trabajo enfocados en tratar
diversas temáticas como animales, plantas y trazas en suelos; imagen digital; ADN hu-
mano; documentos; drogas; explosivos; huellas dactilares; armas y residuos de disparos;
investigaciones de incendios y explosiones; tecnología de la información forense; análisis
forense del habla y audio; escritura manuscrita; pinturas y vidrios; accidentes de tráfico;
escena del crimen; fibras y pelo. La Química tiene un papel importante en todos los gru-
pos de trabajo exceptuando el de imagen digital, tecnología de la información forense,
marcas y análisis forense del habla y audio. Es decir, en un futuro próximo, el papel de la
Química parece estar más ligado a problemáticas cada vez más concretas y que requie-
ren de una formación específica.

QUÍMICA DE LOS TÓXICOS


TÓXICOS DE INTERÉS FORENSE
Se considera un tóxico a cualquier sustancia que pueda producir algún efecto nocivo en
el equilibrio natural de los organismos o seres vivos. Puede ser tanto de origen natural
como sintético (Repetto Jiménez y Repetto Kuhn, 2009). La ciencia que estudia los tóxi-
cos se denomina toxicología, y la que tiene como objetivo tratar de dar respuestas a las
preguntas que puedan surgir durante las investigaciones criminales o en los procedimien-
tos judiciales posteriores se denomina toxicología forense o médico-legal (Moffat et al.,
2011). En la Figura 2 aparecen algunos tóxicos clasificados según su naturaleza química
para dar una idea de la amplitud de compuestos a determinar en un estudio toxicológico.

TÓXICOS
Tóxicos EJEMPLOS Ejemplos
Inorgánicos Arsénico, plomo, mercurio, cianuro, sílice

Gases tóxicos (sarín, tabún, somán); pesticidas (estricnina, dicloro


Orgánicos difeniltricloroetano, etc.); drogas (cocaína, heroína, morfina, etc.);
medicamentos (benzodiacepinas, etc.)

Figura 2. Algunos tóxicos según su naturaleza química.

Según la Organización Mundial de la Salud, se define como droga o sustancia psicoactiva,


a toda sustancia que, introducida en el organismo, por cualquier vía de administración,
produce una alteración del funcionamiento del sistema nervioso central y es susceptible
de crear dependencia, ya sea psicológica, física o ambas. Además, las sustancias psicoac-
tivas tienen la capacidad de modificar la conciencia, el estado de ánimo o los procesos
de pensamiento de la persona que las consume. El consumo de estas puede estar lega-

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Tema 18: Química forense 527

lizado, como el alcohol etílico o los psicofármacos, o no, como el cannabis o la cocaína.
La Junta Internacional de Fiscalización y Estupefacientes (JIFE) es el órgano que clasifica
las sustancias fiscalizadas de estupefacientes (lista amarilla), psicotrópicos (lista verde)
y precursores (lista roja) (Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, 2018).
Esta clasificación se tipifica por estructura química y uso (terapéutico, clínico, ilícito) y no
por sus efectos, por lo que nuevas sustancias con similitudes estructurales a sustancias
fiscalizadas pueden ejercer y ejercen efectos análogos, pero no se consideran ilegales
al no incluirse en ninguno de los listados que recoge la legislación. En estos casos, se
puede recurrir a disposiciones de carácter más general (por ejemplo, delitos contra la
salud pública) para evitar la impunidad (European Monitoring Centre for Drugs and Drug
Addiction and Eurojust (EMCDDA-EJ), 2016). En situación de indefinición se encuentran
las nuevas sustancias psicoactivas (NPS, por su denominación inglesa New Psychoactive
Substances) que en el momento de su aparición no se conocen sus efectos y/o su es-
tructura química. Estas se pueden agrupar estructuralmente en diferentes familias como
son los derivados de fentanilo y otros opioides, cannabinoides sintéticos, triptaminas,
feniletilaminas, piperazinas, piperidinas, arilciclohexilaminas y otros compuestos de fabri-
cación ilícita.

INVESTIGACIÓN Y ANÁLISIS FORENSE DE DROGAS. CASOS


La determinación de drogas o sustancias psicoactivas en distintas matrices es de gran
interés forense. Existen diferentes tipos de matrices biológicas como sangre, orina, hu-
mor vítreo, pelo, parafernalia, etc. La cantidad de muestra, el modo de preparación y el
envasado para estos análisis vienen recogidos en las normas para la preparación y re-
misión de muestras objeto de análisis por el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias
Forenses (INTCF), Orden JUS/1291/2010 (Ministerio de Justicia, Boletín Oficial del Estado,
Nº 122, 2010), que consideran diferentes guías y recomendaciones internacionales (Uni-
ted Nations Office on Drugs and Crime (UNODC), 2011; United Nations Office on Drugs
and Crime (UNODC), 2014; Stimpfl et al., 2018 (a); Stimpfl et al., 2018 (b)). Dentro de las
distintas matrices analizadas, algunas son exclusivas de sujetos fallecidos, como son las
muestras de humor vítreo o de hígado, mientras que otras pueden analizarse indistinta-
mente, tanto en sujetos vivos como en fallecidos, como son las muestras de sangre, orina
y pelo. Por otro lado, las drogas pueden requerir su análisis en muestras no biológicas
como jeringuillas, comprimidos, papelinas, sustancias vegetales, cucharillas u otros res-
tos asociados a la parafernalia de consumo (Montalvo et al., 2014; Sáiz et al., 2014). En
caso de fallecimiento, el análisis de muestras no biológicas se asocia a su presencia en
las inmediaciones del fallecido y su relación con posibles sustancias consumidas por el
mismo.
Dentro de las muestras biológicas, la muestra de sangre suele ser la muestra de referencia
o de elección cuando se persigue determinar las concentraciones de drogas y sus meta-
bolitos en un consumo reciente. La muestra de saliva presenta ventajas como un mues-

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528 Manual de Criminalística y Criminología

treo muy sencillo, dificultad de adulteración y la ventana temporal de detección similar a


la sangre. La muestra de orina, debido a su acumulación de drogas y metabolitos durante
una ventana temporal más amplia que en sangre, es una buena matriz para llevar a cabo la
detección de sustancias psicoactivas consumidas (Stimpfl et al., 2018 (b)). La muestra de
pelo, por su parte, es la que permite estudiar periodos más amplios de consumo, desde
meses a años, dependiendo de la longitud del pelo, por lo que es una matriz ideal para
estudios de cronicidad o reiteración de consumos de drogas en el tiempo o cuando hay
un desfase temporal entre el consumo y la denuncia de un hecho delictivo, por ejemplo,
en casos de sumisión química.
Existen numerosas publicaciones científicas en las que se determinan drogas y sustancias
psicoactivas en muestras biológicas. En ellas se abordan nuevos avances, variaciones o
validaciones de diferentes métodos instrumentales, así como la evaluación de los resul-
tados obtenidos y la interpretación de los mismos. A nivel de investigación, se avanza
con técnicas de identificación no destructivas tales como la espectroscopía Raman —de
Raman resonante en el ultravioleta o de Raman en superficie mejorada—, que ha per-
mitido determinar, por ejemplo, cocaína en saliva a concentraciones en los límites del
cut-off (D’Elia et al., 2018 (a); D’Elia et al., 2018 (b)). En los laboratorios oficiales foren-
ses, las técnicas instrumentales utilizadas normalmente se basan en la separación de
mezclas complejas mediante técnicas cromatográficas, como la cromatografía de gases
(GC) o la cromatografía de líquidos (LC), acopladas a sistemas de detección altamente
específicos como la espectrometría de masas (MS). La cromatografía de gases con es-
pectrometría de masas acoplada (GC/MS) es una técnica totalmente estandarizada en los
laboratorios forenses, donde existen diferentes metodologías para la determinación de
distintas sustancias psicoactivas y drogas de abuso en muestras biológicas (Broecker et
al., 2011; López-Guarnido et al., 2013). No obstante, según se han ido introduciendo en
el mercado nuevos sistemas de detección de elevada sensibilidad y selectividad, como la
espectrometría de masas en tándem (MSMS), se han acoplado a técnicas de separación
cromatográficas para la determinación de NPS en distintas matrices biológicas (Namera
et al., 2015). Otra tendencia es la utilización de métodos de cribado (conocidos por su
término inglés de screening) mediante espectrometría de masas de alta resolución. Estas
estrategias analíticas, basadas en el cribado de una amplia variedad de compuestos, ne-
cesitan disponer de librerías con espectros de masas de los compuestos de interés para
su identificación en las muestras biológicas, y logran adquirir espectros con una exactitud
de masa que permite conocer la composición empírica del compuesto (Broecker et al.,
2012). Existen algunas publicaciones científicas en las que se emplea la cromatografía de
líquidos con espectrometría de alta resolución de masas (LC/HRMS), para el cribado de
drogas de abuso y NPS (Nielsen et al., 2010; Broecker et al., 2011; Broecker et al., 2012;
Concheiro et al., 2015) o el análisis dirigido de alcohol etílico (Görgens et al., 2015).
Para la realización de estos análisis en laboratorios toxicológicos oficiales, es necesario
que los métodos estén validados y los equipos calibrados siguiendo guías de referencia

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Tema 18: Química forense 529

como las del Departamento de Drogas y Crimen de Naciones Unidas (United Nations
Office on Drugs and Crime (UNODC), 2011), el grupo de trabajo científico en toxicología
forense (Scientific Working Group for Forensic Toxicology (SWGDRUG), 2013), la agencia
antidopaje (World Anti-Doping Agency (WADA), 2016) o el departamento de salud y servi-
cios humanos de Estados Unidos (U.S. Department of Health and Human Services, HHS)
(Food and Drug Administration, 1999).

CASO 1
Marcelo regentaba un bar de copas madrileño en el que Joana trabajaba de camarera du-
rante los fines de semana. Sobre las 6:30 h del sábado16 de diciembre de 2017, cuando
finalizó la jornada laboral y se habían marchado los clientes del bar, ambos permanecie-
ron en el interior del mismo y Marcelo la invitó a chupitos. Joana se sintió mareada, con
quemazón en el pecho y perdió el conocimiento. Lo recuperó momentáneamente al ser
colocada por Marcelo encima de la mesa de billar con las piernas colgando en uno de
sus extremos, pero Joana no podía mover su cuerpo, pues no le respondía al deseo de
moverse, a pesar de intentarlo, y tampoco podía articular palabra alguna. Marcelo le bajó
los leggins y el tanga y la penetró por vía vaginal. Después, la vistió y trasladó a un sofá
del local donde se durmió hasta el día siguiente. Cuando volvió a casa se sentía muy mal
y estuvo vomitando y dio aviso de no poder ir a trabajar esa noche. Tenía en su cabeza
imágenes inconexas, tenía lagunas…, recordaba un sofá, que estaba sobre una mesa y
que no podía moverse, notaba que le quitaban la ropa…, pero no tenía muchos recuerdos
nítidos. Tomó la decisión de no decir nada, pues se sentía avergonzada y culpable, porque
sus padres no querían que trabajase en un bar de copas. Pero el domingo, estaba tan mal
que se lo contó a su amiga, esta lo comentó con sus padres que consultaron en el puesto
de la Guardia Civil de la localidad lo que había que hacer en estos casos. Finalmente, Joana
denunció.

Resultados de los análisis de laboratorio


Le hicieron una exploración ginecológica en presencia de un forense y le tomaron mues-
tras de sangre y orina.

Sustancia detectada Muestra de sangre Muestra de orina


Flunitrazepam N.D.* Positivo
N-Desmetil Flunitrazepam 0,004 mg/L Positivo
Paracetamol 6 mg/L Positivo
Alcohol etílico N.D.* 100 mg/L
*N.D.: no detectado.

Figura 3. Resultados de los análisis de tóxicos, mediante cromatografía de líquidos


con espectrometría de masas para distintas muestras biológicas tomadas a Joana.

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530 Manual de Criminalística y Criminología

¿Qué sustancia pudo provocar el estado de Joana?


El flunitrazepam, que es una benzodiacepina con efecto hipnótico. En sangre se detecta
N-desmetil Flunitrazepam que es su metabolito.

¿Qué efectos se produjeron?


Somnolencia, desorientación y amnesia.

¿Qué se puede indicar en el informe forense?


Los forenses pueden indicar como fuente de intoxicación de Joana una mezcla de fluni-
trazepam y alcohol para su sumisión química: anulación de la voluntad de una persona por
medio de sustancias químicas.

CASO 2
Una mujer de 50 años, otra de 14 y un hombre de 61 fallecieron en Sevilla por una in-
toxicación. La adolescente de 13 años, de la misma familia, permanece ingresada en un
Hospital de Sevilla y evoluciona favorablemente.
La familia cenó pescado el viernes y poco después empezó a sentirse mal, con diarrea
y vómitos. El fallecido era fontanero en paro, trabajó para una aseguradora y perdió el
empleo al inicio de la crisis. Vivían de la recogida de cartones, chatarra, tapones, etc. que
iniciaban a diario con una pequeña furgoneta a partir de las siete de la mañana.
Encontraron casi un millar de tapones en un saco dentro de la bañera de su casa, que no
usaba la familia y donde el hombre, por costumbre, depositaba distintos efectos que luego
vendía. También se encontró un barreño con agua y lejía, que una hija de la familia había
dejado para decolorar unas zapatillas el día anterior a los hechos.

Resultados de los análisis de laboratorio


Vestigios estudiados: restos de pescado de la cena (muestra 1); tapones (muestra 2);
bañera (muestra 3).

Muestra 1 Muestra 2 Muestra 3

No se detecta tetrodotoxina y saxitoxina.


Etileno, propileno, Microtrazas de
Niveles no tóxicos de arsénico, mercurio
fosfuro de aluminio fosfuro de
plomo, cadmio, dioxinas o bifenilos
hidrógeno
policlorados

Figura 4. Resultados de los análisis de laboratorio.

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Tema 18: Química forense 531

Teniendo en cuenta la descripción de los hechos, ¿qué parecen indicar los indicios?
Los indicios parecen indicar una intoxicación alimentaria. El malestar de la familia, que
cenó lo mismo, comenzó después de la cena.

A los investigadores les llamó la atención la presencia de un saco de tapones en la


bañera, ¿para qué los almacenarían teniendo en cuenta la situación familiar? ¿Se sabía
la procedencia de los tapones?
Los tapones se reciclan (unos 200 €/tonelada) porque es plástico de bastante calidad y
valioso en el mercado y suelen reutilizarse para elaborar otros materiales como cajas de
fruta. A los tapones se les había retirado la etiqueta de procedencia.

A raíz de los resultados de las pruebas de laboratorio, ¿se produjo una intoxicación
alimentaria? ¿Cuál fue el compuesto que podría haber producido la intoxicación? Los
compuestos detectados, ¿cómo reaccionan en el ambiente húmedo de una bañera?
No se produjo una intoxicación alimentaria. No se detectaron tóxicos en los restos de
pescado. En los tapones se identificó fosfuro de aluminio, que en ambientes húmedos
producen fosfuro de hidrógeno (fosfina) que es extremadamente tóxico. La reacción del
fosfuro de aluminio con agua para dar fosfina (ecuación 1) es una reacción exotérmica
(-166 kJ / mol) que aumenta su entropía, porque se pasa de un sólido y un líquido a un
sólido y un gas, teniendo ΔS positiva y su energía libre de Gibbs negativa, siendo una
reacción espontánea a temperatura ambiente: ΔG =ΔH – T•ΔS < 0.
Por tanto, si el fosfuro de aluminio entra en contacto con agua, desprende PH3.
Ecuación 1: AlP (s) + 3H2O (l)→Al (OH)3 (s) + PH3 (g)

¿Qué pueden indicar los forenses sobre la fuente de intoxicación?


La fuente de intoxicación puede ser el fosfuro de hidrógeno (fosfina), que es extremada-
mente tóxico, ya que en los tapones se identificó fosfuro de aluminio que en ambientes
húmedos producen fosfuro de hidrógeno.

QUÍMICA DE LOS INCENDIOS


FUEGO E INCENDIOS
El fuego se genera cuando se conjugan tres elementos clave: el combustible, el combu-
rente y el calor, también conocidos como el triángulo del fuego. Un combustible es cual-
quier sustancia capaz de arder en determinadas condiciones, mientras que un comburen-
te es el elemento cuya presencia permite que el combustible pueda arder (normalmente
oxígeno, que ocupa el 21 % del aire). Químicamente, el comburente es una sustancia que
oxida al combustible en una reacción de combustión. La consecuencia de esta reacción
es la generación de una gran cantidad de energía.

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532 Manual de Criminalística y Criminología

Gaseosos Líquidos Sólidos


Metano1 Petróleo Carbón
Propano Gasóleo Coque
Butano Queroseno Madera
Acetileno 2
Gasolina Turba
Hidrógeno3 Etanol Bagazo
Aceite
1
Es un componente mayoritario en gas natural y biogás.
2
Se emplea en sopletes.
3
Se emplea como impulsor de vehículos.

Figura 5. Algunos combustibles comunes agrupados según su estado de agregación de la materia.

Dependiendo de su estado de agregación, los combustibles arden de forma diferente. Así,


la combustión de los sólidos se caracteriza por la aparición de llamas, brasas y gran can-
tidad de calor. Para que llegue a arder ha de calentarse hasta que se desprendan vapores
suficientes que puedan inflamarse y arder en forma de llamas. En la combustión de los
líquidos, lo que arden son los vapores que emite el líquido bajo la acción de la elevación
de temperatura. Dependiendo de la naturaleza de cada líquido inflamable, pueden definirse
tres puntos característicos: 1) punto de ignición, que es aquella temperatura mínima a la
cual el combustible emite suficientes vapores que, en presencia de aire u otro combu-
rente, se inflaman en contacto con una fuente de ignición, pero si esta se retira se apaga;
2) punto de inflamación, que es la mínima temperatura a la cual un combustible líquido
emana vapores suficientes como para formar una mezcla inflamable con el aire alrededor
de la superficie que, en contacto con una fuente de ignición, se inflama y sigue ardiendo
aunque se retire esta; 3) punto de autoinflamación, que es aquella temperatura mínima a
la cual un combustible emite vapores que, en presencia de aire u otro comburente, co-
mienzan a arder sin necesidad de aporte de una fuente de ignición.
La combustión de los gases se caracteriza por dos concentraciones (límite inferior y lí-
mite superior), en porcentaje de volumen de vapores de combustible en el aire, entre las
cuales se produce la inflamación (Drysdale, 1998; Instituto Sindical de Trabajo Ambiente
y Salud (ISTAS), 2014). En el punto medio entre ambos límites, la ignición se produce de
manera más intensa y violenta. Fuera de esos porcentajes de concentración no es posible
la ignición, aunque haya vapores combustibles en el aire.
Según el Diccionario de la Lengua Española de la RAE (Real Academia Española, 2018),
incendio (del latín, incendium) es todo aquel fuego grande que destruye lo que no debería
quemarse. Cuando se desarrolla un incendio, se pueden diferenciar tres fases según la

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Tema 18: Química forense 533

evolución del fuego: una primera de crecimiento, en la que la temperatura aumenta desde
la temperatura ambiente hasta unos 500 ºC, donde hay suficiente energía para alcanzar
una combustión brusca generalizada, conocida como flashover, en la que se produce una
transición súbita al estado de combustión generalizada de todos los materiales combus-
tibles contenidos dentro del recinto. Esta fase conduce a otra de fuego totalmente desa-
rrollado, donde se pueden alcanzar temperaturas superiores a 1500 ºC y, finalmente, se
produce una fase de decaimiento y descenso de la temperatura.
En recintos cerrados, el flashover se produce debido a la súbita combustión de los gases
que se encuentran acumulados justamente debajo del techo, y que produce la ignición de
todos los materiales combustibles del recinto que hasta entonces no habían sido prendi-
dos, como consecuencia de la radiación generada. Si, por el contrario, el incendio ocurre
en un espacio confinado que no dispone del oxígeno suficiente para comenzar la ignición,
pero sí de gases y humo combustibles con una temperatura cada vez más elevada, la
entrada repentina de una determinada cantidad de oxígeno al lugar presurizado con estos
gases calientes puede originar una fuerte explosión denominada backdraft. La principal
diferencia entre un flashover y un backdraft es la cantidad de oxígeno presente en el
ambiente. En el primero existe una cantidad de oxígeno adecuada para la combustión, de
manera que el incendio arde libremente. Por el contrario, en el segundo no existe suficien-
te oxígeno para provocar un fuego activo.

ACELERANTES DE LA COMBUSTIÓN
Un acelerante de la combustión es una sustancia, generalmente un líquido inflamable,
empleado con el fin de iniciar o acelerar la propagación de un incendio (Atoche García e
Hidalgo Muñoz, 2009). Hoy en día hay muchos acelerantes de la combustión que pueden
emplearse para generar o propagar un incendio. La Figura 6 muestra algunos líquidos
inflamables que pueden emplearse como acelerantes de la combustión y su composición
está detallada y publicada en la bibliografía científica (Martín Alberca et al., 2015; Martín
Alberca et al., 2018).

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534 Manual de Criminalística y Criminología

Líquido
Composición detallada
inflamable

Tolueno, compuestos aromáticos (alquilbencenos C2-C4, indamos,


Gasolina naftalenos), alcanos (n, Iso-; cicloalcanos) y oxigenados (etanol,
metil terc-butil eter (MTBE), etil terc-butil eter (ETBE)

Disolvente epoxi Compuestos aromáticos, ésteres y alocholes


Disolvente oxirite Xilenos y ácido acético, butil éster

Disolvente Tolueno, compuestos aromáticos, alcanos ligeros (C4-C9)


universal y alcohol metílico

Betún de Judea Compuestos aromáticos (principalmente xilenos),


alcanos medianos (C9-C13)

Disolvente de Compuestos aromáticos y alcanos ligeros (C4-C9)


caucho acrílico

Disolvente Compuestos aromaticos y alcanos ligeros (C4-C9)


sintético

Aguarrás Alcanos ligeros y medianos (C9-C13)


Turpentina Alcanos medianos (C9-C13), compuestos aromáticos y trementina
Parafina líquida Alcanos
Keroseno Alcanos pesados (C8-C20 y superiores)

Figura 6. Algunos líquidos inflamables y su composición.

ARTEFACTOS INCENDIARIOS IMPROVISADOS


Los artefactos incendiarios improvisados (conocidos por las siglas IIDs, de su denomina-
ción inglesa como Improvised Incendiary Devices) son un grupo de dispositivos caseros
de diversa complejidad, que están compuestos por sustancias combustibles, una fuente
de ignición y un contenedor (USLegal, 2018). Su interés forense se debe a su uso emer-
gente para incendiar intencionadamente propiedades o el medioambiente con el objetivo
de dañar, defraudar, destruir pruebas o cometer actos de vandalismo, entre otras cosas,
por su fácil fabricación con elementos comerciales fácilmente asequibles y siguiendo
recetas disponibles en internet. En la Figura 7 se resumen diferentes tipos de artefactos,
y sus correspondientes combustibles, sistemas de ignición y contenedores empleados
(Martín Alberca, 2015).

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Tema 18: Química forense 535

Nombre del Sistema de


Composición Contenedor
artefacto ignición
-Llama piloto hecha de
-Etanol, gasolina,
cuerda o tejido, saturada de
Cóctel molotov combustible diésel, keroseno
líquido inflamable Botella rompible
clásico o mezclas de ellos
-Cerillas atadas al cuello
-Aceite usado (opcional)
de la botella
-Gasolina, combustible diésel
o keroseno mezclado con
ácido sulfúrico concentrado Sistema de auto-ignición
Cóctel molotov basado en una reacción
-Sal inorgánica: hidróxido Botella rompible
de ignición química exotérmica entre
de sodio, o clorato de con tapón
química ácido sulfúrico y una sal
potasio o sodio
inorgánica
-Azúcar y aceite usado
(opcional)
-Gasolina, keroseno Sistema de retardo basado
o combustible diésel en un profiláctico relleno de Frasco de cristal,
Frasco de fuego
-Ácido sulfúrico sal de clorato dentro de un lata o barril
y sal de clorato contenedor con ácido sulfúrico
Sistema de retardo basado Bolsa de plástico
Bolsa del almuer- Napalm casero/Hipoclorito de
en la reacción de la glicerina con sistema de
zo incendiaria calcio/Glicerina
y el hipoclorito de calcio cierre zip
-Gasolina, keroseno,
combustible diésel Sistema de retardo basado
o disolvente de pintura en una reacción exotérmica
Geles de
-Agente gelificante: usando ácido sulfúrico con- Botella rompible
cócteles molotov
jabón, lejía o clara de huevo centrado, clorato de potasio o
-Ácido sulfúrico, sodio y azúcar
sal de clorato y azúcar
Herramienta Sistema de retardo basado en
Una vela Botella de plástico
incendiaria cerillas
Cóctel clorador Tabletas cloradoras de piscina
de piscina de con base de hipoclorito de cal- Llama externa Botella de cristal
gasolina cio, tricloro o dicloro/Gasolina
Serrín- Combustible diésel/Serrín/ Bolsa de plástico
diésel-naftaleno Naftaleno/Nitrato de amonio Fusible o cerillas con sistema de
incendiario (opcional) cierre zip
Pelota de tenis Pelota de tenis
Mezcla de gasolina-diésel Cerillas strike-anywhere
incendiaria de mesa
-Artefacto de retardo
Botella (cigarro-cerilla) Botella de
incendiaria con Gasolina plástico con
retardo -Fusible (por ejemplo, hecho esponja
con varita de incienso)
Figura 7. Distintos tipos de artefactos incendiarios (adaptada de Martín Alberca, 2015).

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536 Manual de Criminalística y Criminología

INVESTIGACIÓN Y ANÁLISIS DE INCENDIOS. CASOS


En la investigación de un incendio hay dos fuentes de información esenciales: 1) los
productos de combustión que dan información muy relevante sobre el tipo de incendio y
2) las marcas de fuego que permiten conocer el origen del incendio, si hay uno o varios
focos e información sobre si el incendio fue intencionado o accidental. En un incendio
se producen productos de combustión caloríficos y materiales. Los productos caloríficos
comprenden la llama y el calor generados. La llama está formada por gases incandescen-
tes, y cuya temperatura y color depende del tipo de combustible que se esté quemando
y de la concentración del comburente. Emite energía, en forma de luz visible, al relajarse
los átomos excitados por el calor de la combustión. El calor es la energía neta que se
transfiere entre dos sistemas que tienen diferente temperatura cuando interaccionan tér-
micamente. Estrictamente hablando, el “calor” no se puede “tener”; lo que los sistemas
tienen es energía térmica. El calor solo es una transferencia de esta energía, y siempre
del sistema inicialmente a más alta temperatura al de más baja temperatura. En los pro-
ductos de combustión de materiales, se incluyen los gases generados, que dependen de
la combustión y el tipo de combustible; el humo, que está formado por partículas sólidas
parcialmente quemadas, y otros residuos que se producen debido a combustiones incom-
pletas y que dependen de lo que se queme. Muchos de los productos de las combustio-
nes incompletas pueden ser asfixiantes, irritantes, tóxicos, carcinógenos y/o mutagénicos
(Secretaría de Salud Laboral de CC.OO. de Madrid, 2016). Las marcas de fuego son los
efectos físicos, visibles o medibles, que permanecen después de un incendio. Para poder
interpretarlas es necesario demarcar la zona entre el humo y el calor en los distintos
materiales, delimitar la dirección del fuego para conocer el movimiento de las llamas,
conocer la transferencia del calor (conducción, convección y radiación del calor), valorar
la intensidad del calor en estructuras y materiales, evaluar el grado de carbonización y de
oxidación de los materiales y estudiar la dilatación térmica en estructuras.
En la investigación del incendio, hay una etapa de gran relevancia forense que consiste
en el análisis de vestigios tomados del escenario del incendio con el fin de identificar la
presencia de líquidos inflamables que puedan haberse empleado como acelerantes de la
combustión. Una revisión reciente de Martín Alberca y col. permite obtener información
actualizada y de gran interés sobre este tema (Martín Alberca et al., 2016 (a)). Uno de
los aspectos más relevantes para la etapa de análisis químico es considerar que los labo-
ratorios forenses emplean metodologías estandarizadas y consensuadas publicadas por
la ASTM (ASTM International, 2015). Para ello, tiene una gran importancia disponer de
muestras de referencia fiables, que permitan obtener resultados analíticos de alta calidad.
Existen dos bases de datos internacionales con referencias de líquidos inflamables y sus-
tratos que están continuamente mejorando y creciendo y son una herramienta muy útil
para las investigaciones de residuos de incendio (The Ignitable Liquids Reference Collec-
tion Committee (ILRCC) and National Center for Forensic Science (NCFS), 2006; University
of Central Florida, 2006).

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Tema 18: Química forense 537

No obstante, es necesario tener en cuenta que existen estudios científicos que demues-
tran la variabilidad inherente a la composición de la gasolina dependiendo de la locali-
zación geográfica, la estación del año, la refinería o el lote (Sandercock, 2012; Hetzel,
2014). Otra estrategia propuesta ha sido el empleo del método de la curva de destilación
avanzada para proporcionar datos de referencia sobre líquidos inflamables (Bruno et al.,
2010; Bruno y Allen, 2013).
La técnica de cromatografía gaseosa con espectrometría de masas (GC/MS) está bien
establecida para el análisis de vestigios de restos de incendios. Sin embargo, durante
los últimos años se han hecho algunas propuestas para mejorar su rendimiento. Por
ejemplo, una fase de control de calidad para comprobar las etapas preanalíticas y analí-
ticas, nuevas columnas cromatográficas o ajustes de los parámetros instrumentales. Por
otra parte, con el fin de resolver algunas limitaciones de la metodología convencional de
GC/MS, algunos autores han utilizado técnicas alternativas, como sistemas portátiles y
otras combinaciones instrumentales (Fernández de la Ossa et al., 2013; Fernández de la
Ossa et al., 2014 (a); Martín Alberca et al., 2016 (b); Zapata y García Ruiz 2016 (a)). Entre
las técnicas de análisis, las técnicas de espacio de cabeza acopladas a espectrometría de
masas, así como técnicas de espectroscopia vibracional combinadas con herramientas
quimiométricas, están demostrando resultados prometedores para la discriminación de
líquidos inflamables y sustratos. Otro aspecto relevante es la modificación de los líquidos
inflamables por distintas acciones como son la biodegradación bacteriana, la evaporación,
el efecto de la matriz o la acidificación. A modo de ejemplo, la acción microbiana en ga-
solina afecta principalmente a los n-alkanos y los bencenos monosustituidos, mientras
que, en destilados del petróleo, afecta a los n-alcanos. El efecto de matriz puede ser
especialmente importante en materiales sintéticos relacionados con productos derivados
del petróleo. La acidificación, con sulfúrico para la preparación de artefactos incendiarios,
produce cambios químicos muy significativos en gasolina, mientras que en otros líquidos
inflamables es menos acusado (Martín Alberca et al., 2015; Martín Alberca et al., 2018).

CASO 3
Una inmensa nube de humo negro y llamas de más de 20 metros de altura alertan y pre-
ocupan a los vecinos del lugar. Algunos testigos manifiestan que vieron a un todoterreno
en la zona del vertedero de neumáticos y después se originó el fuego en tres puntos
distintos. Los bomberos de la zona actúan delimitando la extensión del incendio con cor-
tafuegos de hasta 60 y 80 metros de ancho en zonas estratégicas de las 11 hectáreas que
ocupaba el vertedero, debido al peligro de contaminación del suelo y los acuíferos que
advirtieron al hacer pruebas con agua y espuma. También se solicita el confinamiento a
los vecinos en sus viviendas, con ventanas y puertas cerradas y la suspensión de clases
durante varios días de todos los centros educativos de la zona.

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538 Manual de Criminalística y Criminología

El hecho de que el incendio tenga tres focos distintos, ¿qué indica a los investigadores?
Una característica de los incendios provocados es la presencia de varios focos, de forma
natural habría un foco.

¿Qué significa que las llamas sean de más de 20 m de altura?


Las llamas de más de 20 m de altura indican que lo que se quema es un buen combus-
tible que produce muchos gases incandescentes, cuya energía será elevada y provocará
temperaturas muy elevadas y mucho calor.

¿De qué están compuestos los neumáticos para que su combustión sea tan difícil de
controlar?
Los neumáticos están compuestos principalmente de caucho natural, cauchos sintéticos,
partículas de carbón, agentes químicos (azufre, óxido de zinc, cadmio y aditivos), aceites
minerales y fibras reforzantes (hilos de acero y textiles).

¿Por qué se solicitó a los vecinos confinarse en sus casas y se suspendieron las clases
durante el incendio?
La combustión de neumáticos libera humo negro debido a que el caucho natural y sintéti-
co son polímeros de hidrocarburos que lo producen de forma característica.
Se producen gases como monóxido de carbono y sulfuro de hidrógeno que son muy
perjudiciales para la salud. También se liberan partículas de carbón y elementos metálicos
muy perjudiciales si se respiran.

¿Por qué se desechan los agentes de extinción para apagar el incendio?


Se desechan los agentes de extinción como agua y espuma porque facilitan la transfe-
rencia de los productos tóxicos de la combustión tanto al suelo como a los acuíferos de
la zona.

CASO 4
En la madrugada del miércoles, en uno de los aparcamientos de un centro comercial en
Roma, se da aviso policial de una caravana incendiada. En la caravana dormían un total de
once personas. Tres hermanas de etnia gitana de 4, 8 y 20 años mueren por el incendio
de la caravana. Las autoridades investigan un vídeo en el que se puede ver a una persona
que lanza una botella contra el vehículo. Tras lanzar la botella, la persona en cuestión huyó
del lugar.

Resultados de los análisis de laboratorio


Vestigios estudiados: restos de la botella (1), material de la caravana en el foco del incen-
dio (2) y material de la caravana no quemado (blanco). En Figura 8 se dan los resultados
de los análisis de laboratorio de los diferentes vestigios.

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Tema 18: Química forense 539

Técnica de análisis Vestigio 1 Vestigio 2 Blanco


Heptano, tolueno, Heptano, tolueno,
etilbenceno, xileno, etilbenceno, xileno,
propilbenceno, etilto- propilbenceno, etilto-
GC/MS lueno, trimetil benceno, lueno, trimetil benceno, Negativo a gasolina
naftaleno, butiltolueno, naftaleno, butiltolueno,
butilxileno, butiletilben- butilxileno, butiletilben-
ceno, butilxileno ceno, butilxileno
Electroforesis Clorato, sulfato, cloruro,
Clorato, sulfato Nitrato y sulfato
capilar (EC) perclorato

Figura 8. Resultados de los análisis de laboratorio.

¿Qué podría ser la botella lanzada a la caravana?


La botella lanzada podría ser un cóctel molotov al no estar incendiada antes de lanzarla,
sería un cóctel molotov de impacto o iniciación química (ver Figura 9).

Figura 9. Tipos de cócteles molotov.

De los resultados químicos, ¿qué significa la presencia de los iones detectados?


Los iones detectados están relacionados con la presencia de ácido sulfúrico y sal de
clorato en la botella empleada. Así, SO42- se debe a la presencia de ácido sulfúrico; ClO3-
corresponde a residuos de la sal de clorato que no ha reaccionado; Cl- sería un producto
de la reducción del clorato y ClO4- es un producto de la reacción exotérmica o la des-
composición térmica del clorato de potasio. El mecanismo propuesto iría a través de una
reacción en dos pasos fuertemente exotérmicos (2) y una descomposición térmica (3):

(2) KClO3 + H2S04 → HClO3 + KHS04; 3HClO3 → 2ClO2 (g)+ HCl04+ H2O
(3) 2KClO3 → KCl04 + KCl+02

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540 Manual de Criminalística y Criminología

¿Por qué la identificación de gasolina no está clara?


La identificación de la gasolina no está clara porque se mezcla en la botella la gasolina
con ácido sulfúrico. El ácido fuerte afecta a la composición orgánica de la gasolina y,
por tanto, cambia su huella química obtenida mediante la técnica de análisis empleada,
GC/MS (ver Figura 10).

Figura 10. Cambio de la composición orgánica de la gasolina por efecto del ácido sulfúrico.

De los resultados del análisis químico, ¿qué se puede indicar en el informe forense?
Se puede indicar en el informe forense que en los vestigios analizados se encuentran re-
siduos de ácido sulfúrico y alguna sal de clorato. También se detecta gasolina acidificada.
Todo ello es compatible con el uso de un cóctel molotov de iniciación química.

QUÍMICA DE LAS EXPLOSIONES


EXPLOSIVOS Y EXPLOSIONES: DEFLAGRACIÓN VS. DETONACIÓN
Un explosivo puede definirse como aquella sustancia capaz de producir una explosión, es
decir, aquella sustancia que es capaz de transformarse en una gran cantidad de gases en
un periodo de tiempo muy corto (Davis, 1943; Akhavan, 2004; Agrawal, 2010). Ciertamen-
te, todo explosivo puede producir una explosión. Sin embargo, no todas las sustancias
que pueden provocar una explosión son explosivos. Por ejemplo, una olla a presión que
contenga agua hirviendo puede llegar a explotar, pero el agua no es un explosivo, y lo que
ocurriría sería una explosión debida a un proceso físico (cambio de estado) y no a una
reacción química (Davis, 1943).

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Tema 18: Química forense 541

Cuando hablamos de explosivos, nos referimos a aquellas sustancias cuya explosión es


consecuencia de una reacción química. La sustancia explosiva se transforma química-
mente en una enorme cantidad de gases y energía, que se expanden rápidamente pro-
vocando una onda expansiva. La velocidad a la que viaja la onda expansiva a través del
material se denomina velocidad de detonación (Akhavan, 2004; Marshall y Oxley, 2009;
Agrawal, 2010). Si la velocidad de detonación supera la velocidad del sonido, tiene lugar
una detonación (independientemente de si el explosivo está confinado o no). Si la velo-
cidad de detonación es inferior a la velocidad del sonido, tiene lugar una deflagración, en
cuyo caso es necesario que el explosivo esté confinado para terminar produciendo una
explosión.
Una sustancia explosiva puede ser un compuesto químico individual o una mezcla de dos
o más compuestos. Eso determina en muchos casos el tipo de reacción química que va a
tener lugar: reacción de descomposición unimolecular, o reacción redox (reducción-oxida-
ción) multimolecular. Así, un compuesto individual puede únicamente dar lugar a una re-
acción de descomposición unimolecular mientras que para que ocurra una reacción redox
multimolecular hace falta una mezcla de dos o más compuestos (Zapata Arráez, 2018).
El requisito principal en ambas es que la reacción tiene que ocurrir lo suficientemente
rápido como para producir una onda expansiva, bien porque la velocidad de detonación
es supersónica, o bien porque la generación y acumulación de los gases producidos en
la deflagración subsónica es más rápida que su liberación del contenedor que los confi-
na. Como ejemplo, se muestran las reacciones químicas simplificadas que teóricamente
ocurren en la detonación de pentrita (descomposición unimolecular, 4) y pólvora negra
(reacción redox, 5).
(4) 10 KN03 (s) + 8 C(s) + 3 S(s) → 2 K2 CO3 (s) + 3 K2SO4 (s) + 5N2 (g) + 6CO2 (g)
(5) C5H8N4012 (s) → 2 N2 (g) + 4 H2O (g) + 3 CO2 (g) + 2 CO(g)

Como se observa en ambas reacciones, un reactivo sólido (o mezcla de reactivos sólidos)


se transforma en una gran cantidad de productos gaseosos (11 moles de productos ga-
seosos en ambas reacciones químicas). Ese repentino incremento de presión, que ocurre
al transformarse un sólido en una mezcla de gases calientes, genera la onda expansiva.
De hecho, la mayoría de explosivos (y concretamente la mayoría de explosivos emplea-
dos en el campo militar y forense) son explosivos sólidos. El uso de explosivos líquidos o
gaseosos es muy poco habitual.
Cabe explicar brevemente, en este punto, la diferencia entre explosivo y combustible. Una
explosión puede ser causada por la combustión de combustibles líquidos o gaseosos.
El término “combustión” se refiere a la oxidación de un combustible por el oxígeno del
aire, generalmente, por medio de una llama. No obstante, dependiendo de la velocidad
de detonación y el confinamiento, puede ocurrir la transición entre deflagración (llama)
y detonación (explosión) (Kubota, 2007). A pesar de ello, las sustancias combustibles

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542 Manual de Criminalística y Criminología

no son explosivos, solo la mezcla combustible-oxígeno puede clasificarse correctamente


como explosivo, pues, aunque el oxígeno del aire siempre está presente, la reacción quí-
mica que provoca una explosión es tan rápida que el aire circundante no tiene tiempo de
participar en la reacción (Thurman, 2017). Si un combustible llega a explotar, es porque
los vapores del combustible y el oxígeno están lo suficientemente mezclados, de tal forma
que el explosivo es la mezcla combustible-oxígeno. Por ello, también se puede definir un
explosivo como aquella sustancia que no necesita la presencia de oxígeno para explotar.

CLASIFICACIÓN DE LOS EXPLOSIVOS


Existen dos formas habituales de clasificar los explosivos, bien atendiendo a su poder
destructivo (determinado por su velocidad de detonación), o bien atendiendo a su origen/
aplicación.
De acuerdo con su velocidad de detonación, los explosivos se clasifican en explosivos
de alta y baja energía. Los explosivos de alta energía detonan (pues su velocidad de de-
tonación es supersónica), mientras que los explosivos de baja energía, también llamados
propelentes, deflagran (pues su velocidad de detonación es subsónica). Los explosivos
de alta energía se clasifican a su vez en primarios, secundarios o terciarios, según su sen-
sibilidad para explotar (Beveridge, 1998; Akhavan, 2004; Kubota, 2007; Marshall y Oxley,
2009; Agrawal, 2010; Thurman, 2017; Zapata Arráez, 2018). Los explosivos primarios no
suelen tener mucha potencia, pero son extremadamente sensibles a cualquier pequeño
estímulo (temperatura, chispa, fricción, etc.) y por eso se suelen emplear en muy poca
cantidad como iniciadores de una carga explosiva mayor. El fulminato de mercurio o
azida de plomo son ejemplos de explosivos primarios (Matyáš y Pachman, 2013). Los
explosivos secundarios son prácticamente insensibles a estímulos débiles y necesitan
un fuerte choque para detonar, pero son extremadamente potentes. Por ello se utilizan
habitualmente en el campo militar. El 2,4,6-trinitrotolueno (TNT) y la pentrita (PETN) son
dos ejemplos de explosivos secundarios (Agrawal y Hodgson, 2007). Por último, los ex-
plosivos terciarios incluyen también explosivos insensibles a estímulos débiles pero cuya
potencia es inferior a la de los explosivos secundarios. Se emplean habitualmente en
minería y demoliciones. El ammonium nitrate-fuel oil (ANFO) y la dinamita son ejemplos
de explosivos terciarios (Ledgard, 2003).
De acuerdo con su aplicación/origen, los explosivos se clasifican en militares, comerciales
o caseros. Los explosivos militares son aquellos explosivos empleados con fines militares.
Su venta, fabricación y uso está estrictamente controlado y reservado para el personal
militar. Los explosivos comerciales son aquellos explosivos legalmente comercializados
con fines civiles, tales como minería, demoliciones, munición civil y pirotecnia. Depen-
diendo del explosivo, la aplicación y el país, su regulación es más o menos restrictiva. Por
último, los explosivos caseros son todos aquellos explosivos preparados secretamente y
de forma clandestina, generalmente con fines ilícitos (Akhavan, 2004; Marshall y Oxley
2009; Agrawal, 2010; Zapata Arráez, 2018).

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Tema 18: Química forense 543

Clasificación
Explosivo Velocidad de velocidad Aplicación
detonación (m/s) detonación
PETN 8.400 Secundario Militar
TNT 6.900 Secundario Militar
TATP 5.300 Primario Casero
ANFO 4.200 Terciario Comercial
Pólvora flash 1.000 Propelente Comercial/casero
Pólvora negra 400 Propelente Comercial/casero

Figura 11. Velocidad de detonación y clasificación de ciertos explosivos


seleccionados (modificado de Zapata Arráez, 2018).

Una tercera forma de clasificar los explosivos es de acuerdo con su composición química
(Zapata Arráez, 2018). La Figura 12 resume los explosivos de acuerdo a este criterio de
clasificación.

Figura 12. Clasificación química de los explosivos (adaptado de Zapata Arráez, 2018).

En primer lugar, se distingue entre compuesto explosivo individual y una mezcla explosiva
oxidante-combustible (Zapata Arráez, 2018). Si es un compuesto explosivo individual pue-
de ser orgánico o inorgánico. A su vez, dentro de los explosivos orgánicos, es importante
diferenciar entre los que son nitro-explosivos, peróxidos u otros. Los nitro-explosivos se
subdividen, además, en nitro-aromáticos, nitro-alifáticos, nitraminas y ésteres de nitrato
(Zapata Arráez, 2018). Si es una mezcla oxidante-combustible, se clasifican según el oxi-
dante que lo compone: una sal de nitrato, de clorato, de perclorato u otro oxidante. Las

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544 Manual de Criminalística y Criminología

mezclas explosivas oxidante-combustible cuyo oxidante es una sal de nitrato se subdivi-


den, a su vez, en explosivos basados en nitrato de amonio (AN) y los que contienen una
sal de nitrato diferente (Zapata Arráez, 2018).

ARTEFACTOS EXPLOSIVOS, ARTEFACTOS PIROTÉCNICOS Y MUNICIONES


En el campo forense, podemos encontrar tres tipos de muestras en las que se determinan
trazas de explosivos: artefactos explosivos, artefactos pirotécnicos y municiones.
Con los artefactos explosivos (Beveridge, 1998; Akhavan, 2004; Kubota, 2007; Yinon,
2007; Marshall y Oxley, 2009; Agrawal, 2010; Laska, 2016; Thurman, 2017; Zapata Arráez,
2018) se producen explosiones intencionadas con fines criminales. La importancia de
determinar los compuestos explosivos que constituyen un determinado artefacto explo-
sivo reside en la información tan útil y reveladora que pueden proporcionar respecto de
los autores. El uso criminal de artefactos explosivos puede tener diversos objetivos tales
como el robo del dinero de un banco o el sabotaje de un oleoducto, si bien el objetivo
más terrible que todos conocemos es la comisión de un atentado terrorista que ocasione
víctimas y daños personales. En cualquier caso, estos artefactos en los que se emplean
explosivos con fines criminales se denominan artefactos explosivos improvisados (IED).
En general, un IED se compone de tres elementos: dispositivo detonador, carga explosiva
y recipiente contenedor.
Tanto en el caso de que el IED se haya intervenido e incautado a tiempo, como en el caso
de que haya detonado provocando un terrible atentado, los químicos forenses deben
determinar el explosivo utilizado en la fabricación de dicho IED. La carga explosiva puede
ser cualquier sustancia que pueda producir una explosión y dependerá en gran medida
de los medios de los que disponga el criminal o banda criminal que fabrica el IED. Deter-
minar el explosivo utilizado en la fabricación del IED ayudará a responder cuestiones tales
como: ¿tienen acceso a explosivos militares?; ¿tienen un laboratorio clandestino donde
se fabrican explosivos caseros?; ¿qué precursores han utilizado y dónde los han conse-
guido? La presencia de explosivos militares en el IED tales como TNT, PETN, hexógeno
(RDX) u octógeno (HMX), confirmaría que la banda criminal ha tenido acceso a explosivos
militares. Eso implica generalmente que se trata de una banda criminal bien organizada y
compuesta por un número considerablemente alto de individuos. En cambio, la presencia
de explosivos caseros tipo peróxido tales como triperóxido de triacetona (TATP), implica
necesariamente la existencia de un laboratorio clandestino de síntesis de TATP a partir
de sus precursores. Del mismo modo, la presencia de explosivos tipo ANFO sugiere la
existencia de un almacén donde se escondan y almacenen sus componentes (sacos de
fertilizante y garrafas de gasolina/diésel). Por otro lado, la presencia de explosivos de baja
energía tales como la pólvora negra, implica una ausencia casi total de medios por parte
del criminal, cuyo único recurso ha sido la adquisición de material pirotécnico y la acumu-
lación de sus cargas de pólvora.

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Tema 18: Química forense 545

Los artefactos pirotécnicos (Conkling, 1985; Donner, 1997; Ledgard, 2006; Martín Alber-
ca y García Ruiz, 2014) están implicados en accidentes fortuitos o negligentes, y lucha
urbana. El análisis químico de muestras procedentes de artefactos pirotécnicos es muy
frecuente en un laboratorio químico-forense. Ya sea por las deficientes medidas de segu-
ridad de una empresa que fabrica material pirotécnico, ya sea por la temeridad y necedad
de ciudadanos aficionados que lanzan petardos y fuegos artificiales incorrectamente, ya
sea por la violencia desmedida de delincuentes urbanos que buscan añadir luz, fuego y
destrucción en cualquier evento, la policía científica debe realizar en numerosas ocasiones
investigaciones de estos y muchos otros casos en cuyos informes se incluye el análisis
químico de las muestras y la identificación de los explosivos de baja energía (pólvoras)
que se han detectado en cada artefacto pirotécnico.
En resumen, las pólvoras que se utilizan en la fabricación de material pirotécnico son
mezclas oxidante-combustible, cuyo oxidante suele ser una sal de nitrato o perclorato,
como la pólvora negra (compuesta por nitrato de potasio, carbón y azufre) o la pólvora
flash (compuesta por perclorato de potasio y aluminio).
Las municiones (Monforte-Soler, 1992; Saverio Romolo y Margot, 2001; Dalby et al.,
2010) se emplean en delitos cometidos con armas de fuego. La identificación de residuos
de disparo en las manos, ropa, pelo de una persona es prueba inequívoca de que dicha
persona ha presenciado de cerca un disparo o bien, ha entrado en contacto posterior-
mente con objetos, personas o lugares expuestos a algún disparo. La identificación de
residuos de disparo ha consistido hasta ahora en la detección de partículas compuestas
conjuntamente por plomo, antimonio y bario (las cuales resultan de la combinación de
los residuos de combustión procedentes del fulminante, el propelente, la bala y la vaina).
Sin embargo, la fabricación de nueva munición no tóxica (libre de plomo) ha obligado a
replantear las condiciones necesarias para asegurar la identificación positiva de residuos
de disparo. Y por ello, cada vez es más frecuente el análisis orgánico de las muestras con
el objetivo de identificar algún compuesto explosivo característico del propelente usado
en la munición (Charles et al,. 2011; Brożek-Mucha, 2017).
En resumen, las pólvoras que se utilizan actualmente en la fabricación de municiones
contienen nitrocelulosa en una determinada proporción, ya sean pólvoras de simple base
(cuyo único componente explosivo es la nitrocelulosa), pólvoras de doble base (compues-
tas típicamente por nitrocelulosa y nitroglicerina) o pólvoras de triple base (compuestas
típicamente por nitrocelulosa, nitroglicerina y nitroguanidina).

ANÁLISIS QUÍMICO DE RESIDUOS DE EXPLOSIVOS. CASOS


El objetivo principal en el campo forense es la identificación de evidencias. En el caso
de los explosivos, la cuestión es determinar el explosivo utilizado (ya sea determinar
una muestra de un artefacto explosivo neutralizado e incautado, o determinar trazas de
explosivo en los restos de un vehículo post-explosionado) (Beveridge, 1998; Thurman,

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546 Manual de Criminalística y Criminología

2017). En cualquier caso, la determinación química se va a realizar por medio de una


metodología y una técnica de análisis químico (Workman et al., 2011), que es adecuada
para detectar un determinado tipo de compuestos químicos (¿compuestos orgánicos o
inorgánicos?, ¿iónicos, polares o apolares?, ¿solubles o insolubles en el disolvente a
utilizar?, etc.). El químico forense debe conocer la composición química de los explosivos
que está intentando detectar con una determinada metodología y técnica de análisis.
Por ejemplo, la cromatografía de gases o líquidos acoplada a espectrometría de masas
es adecuada para detectar explosivos orgánicos tales como TNT o TATP (Caton y Griest,
1996; Schulte-Ladbeck et al., 2006; Gaurav et al., 2007), pero completamente ineficaz
para detectar pólvora negra. Por el contrario, la cromatografía iónica y la electroforesis
capilar son adecuadas para determinar los componentes iónicos de la pólvora flash o de la
pólvora negra (Hutchinson et al., 2007; Johns et al., 2008; Barron y Gilchrist, 2014; Martín
Alberca et al., 2014; Zapata et al., 2016 (a)), pero muy ineficaces para detectar TNT. Por
último, las técnicas de espectroscopía vibracional, tales como la espectroscopía infrarroja
(IR) y Raman, permiten identificar tanto los explosivos orgánicos como inorgánicos,
siempre y cuando su concentración sea mayoritaria en la muestra (López López et al.,
2013; Fernández de la Ossa et al., 2014 (b); López López y García Ruiz, 2014 (a); Almeida
et al., 2015; Martín Alberca et al., 2016 (b); Zapata y García Ruiz, 2016 (a); Zapata et al.,
2016 (b); Videira Quintela et al., 2018). Es por ello que, desde el punto de vista químico-
forense, la clasificación química de los explosivos es extremadamente útil. Dependiendo de
las características físico-químicas del explosivo que se desea determinar, será necesario
emplear una metodología u otra para su análisis.

CASO 5
Explosión en un cajero automático con un paquete bomba. Los delincuentes consiguen
llevarse parte del dinero que contenía el cajero. La policía científica llega al lugar de la
explosión y comienza su investigación: inspección ocular, recogida de vestigios, análisis
químico de las evidencias… Este hecho se da con relativa frecuencia, empleando diferen-
tes explosivos, como se presenta en los casos siguientes.

Resultados de los análisis de laboratorio


Vestigios estudiados: zona del cráter, restos de plástico del cajero y restos de los billetes.
Se toman varias muestras de la zona del cráter con un hisopo y se analizan mediante dife-
rentes técnicas analíticas: cromatografía iónica (IC) o electroforesis capilar (CE), GC-MS,
HPLC-MS y espectroscopía infrarroja y Raman.
Se recogen varios restos de plástico del cajero y de billetes parcialmente quemados. Se
analizan mediante IC/CE, HPLC-MS, GC-MS, espectroscopía Raman y espectroscopía IR.
Los resultados de los análisis se recogen en la Figura 13 y la Figura 14.

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Tema 18: Química forense 547

Cráter Restos de plásticos Restos de billetes

IC/CE Nitrato, sulfato Nitrato, sulfato y perclorato Nitrato y sulfato


y perclorato
- -
HPLC-MS -
- -
GC-MS -
Nitrato potásico Nitrato potásico y perclorato -
Raman/IR
potásico

Figura 13. Resultados de los análisis de las muestras del caso 5, mediante diferentes técnicas
analíticas (Zapata y García Ruiz, 2016 (b)).

Figura 14. Cromatograma IC y espectro de los análisis IR de las muestras


de la Figura 13 (Zapata y García Ruiz, 2016 (b)).

A raíz de los resultados de las pruebas de laboratorio, ¿cuál fue el explosivo utilizado
para cometer el atentado? ¿Cuál es su composición química?
La identificación de los iones nitrato, sulfato y perclorato mediante IC/CE en una alta con-
centración, así como la identificación de nitrato potásico y perclorato potásico mediante
IR/Raman, es prueba inequívoca de que el explosivo utilizado fue algún tipo de pólvora
negra (nitrato de potasio + carbón + azufre). Particularmente, la pólvora utilizada en este
caso contenía una mezcla de nitrato y perclorato de potasio como oxidante. El explosivo
puede haberse obtenido de la extracción y acumulación de material pirotécnico, o haberse
preparado de forma casera a partir de sus componentes.

CASO 6
Resultados de los análisis de laboratorio
Los vestigios estudiados en este segundo caso son de la zona del cráter, restos de plás-
tico del cajero y restos de los billetes. Se aplicaron diferentes técnicas analíticas identifi-
cando los restos de explosivos recogidos en la Figura 15. Los correspondientes análisis
se dan en la Figura 16.

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548 Manual de Criminalística y Criminología

Cráter Restos de plásticos Restos de billetes


IC/CE (-) Nitrato Nitrato Nitrato
IC/CE (+) Amonio Amonio Amonio
HPLC-MS - - -
GC-MS Diésel Diésel Diésel
Raman/IR - Nitrato de amonio Nitrato de amonio

Figura 15. Resumen de los compuestos químicos detectados en las muestras del
caso 6 mediante diferentes técnicas analíticas (Zapata y García Ruiz, 2016 (b)).

Figura 16. Cromatograma GC y espectro de los análisis Raman de las muestras


de la Figura 15 (Zapata y García Ruiz, 2016 (b)).

¿Cuál es el explosivo utilizado en esta ocasión? ¿Qué composición química tiene?


La identificación de nitrato y amonio mediante IC/CE en una alta concentración, así como
la identificación de nitrato amónico mediante IR/Raman y la identificación de diésel me-
diante GC-MS, es prueba inequívoca de que el explosivo utilizado fue algún tipo de ANFO
(nitrato de amonio + fuel oil). El explosivo probablemente ha sido preparado de forma
casera a partir de sus componentes (fertilizante + diésel).

CASO 7
Resultados de los análisis de laboratorio
Los resultados del laboratorio sobre los vestigios dieron los resultados recogidos en la
Figura 17 y la Figura 18.

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Tema 18: Química forense 549

Cráter Restos de plásticos Restos de billetes

IC/CE - - -
HPLC-MS TNT y RDX TNT y RDX RDX
GC-MS TNT y RDX TNT y RDX RDX
Raman/IR - - -

Figura 17. Resumen de los compuestos químicos detectados en las muestras del caso 7
mediante diferentes técnicas analíticas (Zapata y García Ruiz, 2016 (b)).

Figura 18. Cromatograma GC y espectros MS de los análisis recogidos


en la Figura 17 (Zapata y García Ruiz, 2016 (b)).

¿Cuál es el explosivo utilizado en esta ocasión? ¿Qué composición química tiene?


La identificación de TNT y RDX mediante HPLC-MS/GC-MS en una alta concentración
confirma que el explosivo utilizado fue algún tipo de explosivo militar que combina ambos
compuestos, como la Composición B (TNT + RDX). El explosivo probablemente ha sido
robado.

QUÍMICA DE LAS TRAZAS


TRAZAS CRIMINALÍSTICAS
En consonancia con el llamado principio de Intercambio de Locard1 y la transferencia o in-
tercambio cruzado, la escena del crimen, casi siempre, tiene pequeñas evidencias físicas,

1. El principio de Intercambio de Locard: “Toute action de l’homme, et a fortiori, l’action violent qu’est un crime, ne peut
pas se dérouler sans laisser quelque marque” puede traducirse así: Cualquier acción de un individuo, y obviamente
la acción violenta que constituye un crimen, no puede ocurrir sin dejar rastros.

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550 Manual de Criminalística y Criminología

denominadas evidencias traza o trazas, que dicen o ayudan a entender algo del evento
ocurrido (Eric, 2006). En las ciencias forenses, casi siempre, el problema no son las pe-
queñas cantidades (concentraciones) de los analitos, sino la propia cantidad de material
disponible para el análisis (Zieba-Palus y Kała, 2015). Las trazas pueden ser macro-trazas
o micro-trazas, que no difieren en términos fisicoquímicos, sino en tamaño y prevalencia.
A pesar de su prevalencia, las trazas pueden accidentalmente perderse o transferirse a
otro substrato, evaporarse a elevadas temperaturas, destruirse por acción de fuego, sus
propiedades pueden cambiar, etc. Estas trazas a menudo son desestimadas por quienes
inspeccionan una escena del crimen debido, seguramente, a que muchos laboratorios no
favorecen su análisis pues toman más tiempo y necesitan técnicas microscópicas y mi-
croanalíticas más complejas (Marc, 2006; Zieba-Palus y Kała, 2015). Pero el investigador
forense debe saber qué tipo de evidencias deben recogerse o recuperarse y qué valor
forense pueden cada una de ellas aportar a la investigación. Muchas trazas pueden estar
contenidas en distintos tipos de fragmentos como pedazos de vidrio, fibras de tela, lana,
alfombras, pelo, etc. La lista es interminable pues cualquier cosa puede convertirse en
evidencia (Grieve y Houck, 2004). Estas trazas pueden transferirse cuando dos o más
objetos se tocan, o cuando una acción o movimiento en la escena del crimen altera las
partículas pequeñas de su ambiente (2018). Por ejemplo, partículas de un leño pueden
transferirse a otra superficie tras un golpe, o granos de polen pueden adherirse a una
prenda durante un forcejeo o pelea en el suelo. Estas evidencias pueden usarse para pro-
curar reconstruir un evento y tratar de determinar si una cosa o persona estuvo presente
en ese evento, si una persona u objeto fue movida, o si un determinado ataque ocurrió de
lado, de frente, etc. La Figura 19 representa ejemplos de trazas y de las posibles relacio-
nes entre estas y la escena del crimen.

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Tema 18: Química forense 551

Figura 19. Representación esquemática de diferentes elementos (evidencias) usadas para


establecer un enlace entre la escena del crimen, las víctimas y los posibles sospechosos.

Algunas trazas (por ejemplo, ADN) pueden considerarse como vínculos primarios y otras
(por ejemplo, huellas de zapatos) como vínculos secundarios a una persona, objeto o
evento. Hay evidencias que ayudan a determinar si se cometió un crimen, otras ayudan a
identificar a las víctimas o culpables, y otras ayudan a entender cómo se llevó a cabo el
crimen (ver Figura 19). Es importante tener en cuenta que diversas trazas o evidencias
pueden dar varias pistas o responder a más de una pregunta en la investigación criminal.
Además, las evidencias pueden ser inclusivas o exclusivas (Eric, 2006). En el primer caso,
permiten demostrar un vínculo entre una traza y un objeto o persona. En el segundo caso,
eliminan la posibilidad de que haya tal vínculo. Por otro lado, para estudiar las evidencias
y trazas también deben tomarse en cuenta sus características de clase o las adquiridas
aleatoriamente (Eric, 2006). Las primeras definen colectivamente a un grupo de individuos
u objetos (por ejemplo, el tamaño de unos guantes) y las segundas definen e identifican
a individuos u objetos como únicos, excluyendo a todos los demás individuos u objetos
(por ejemplo, un corte o rasguño accidental aleatorio y zigzagueante en el dedo meñique
de un guante izquierdo). Finalmente, se han descrito cinco condiciones que deberían o
deben respetarse para que las características de una traza se consideren fiables a la hora
de identificar su origen: distinguibilidad, alta varianza interfuente a intrafuente, varianza

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552 Manual de Criminalística y Criminología

conocida en el tiempo, normalización (examen estandarizado) e independencia (Champod,


2000). No obstante, desde un punto de vista práctico, también debe considerarse el costo
y tiempo necesarios para el examen, la detectabilidad y la anotación (grabación) de esas
características (Eric, 2006).
Es importante que se realice una cuidadosa recogida de toda posible evidencia en la es-
cena del crimen, de manera que haya una gran fuente de potencial información acerca del
origen de una muestra y si puede o no ayudar a resolver el caso. Es siempre mejor recoger
evidencias inútiles que no recoger ninguna evidencia útil. Los investigadores forenses, du-
rante la inspección ocular en el escenario de un delito, examinan esas evidencias y utilizan
diversas técnicas simples y avanzadas para estudiar sus propiedades físicas, químicas y
ópticas. Después, comparan las muestras con distintos patrones buscando posibles fuen-
tes u orígenes comunes de cada muestra. El cotejo forense se lleva a cabo comparando
las muestras de dos modos: contra una base de datos (o librería) buscando los candidatos
que mejor se adapten al perfil analizado; y contra otras de origen conocido, que pueden
relacionar la muestra directamente con uno o varios sospechosos. De cualquier manera,
es fundamental disponer de una gran base de datos o librería ya sea comercial o creada en
el laboratorio, que contenga posibles candidatos o elementos de origen conocido contra
los cuales realizar las comparaciones, de manera que haya mayores probabilidades de
hallar el posible origen de una traza (Zieba-Palus y Kała, 2015). En general, en química
forense, la capacidad de producir librerías o bases de datos de fibras, tintas, explosivos,
vidrios, etc. es bastante limitada por diversas razones (Alamilla Orellana, 2014):
• Valoración de la utilidad forense de las librerías y bases de datos.
• Dificultad de obtener la fórmula original de los componentes, normalmente bajo
patente, sobre todo en el caso de las tintas.
• Dificultad en el control de la fabricación, por la continua evolución de materias
primas y productos.
• Se necesita un flujo continuo de muestras que garanticen el control de la gran
producción, como por ejemplo de vidrios y tintas y su distribución.
• Dificultad de coordinar los análisis necesarios para caracterizar esas muestras.
• Problemática de mantener las bases de datos actualizadas.
Aunque, en general, el estudio de trazas se realiza en gran variedad de materiales, las
trazas más comunes son fibra, pelo, tintas, pinturas y vidrio, cosméticos, residuos de
incendios y disparos.

FIBRAS
Las fibras naturales pueden ser de origen animal, mineral o vegetal, dominando las de
algodón, y de entre las fibras sintéticas, la que domina es el nylon. Las fibras no muestran
características adquiridas aleatoriamente, por lo que no pueden atribuirse con seguridad

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Tema 18: Química forense 553

a una única fuente. Sin embargo, analizando muchas características de clase indepen-
dientes (composición química, índice de refracción y otras propiedades ópticas, color,
apariencia física, etc.) es posible reducir el número de fuentes putativas y aumentar la
fuerza del vínculo entre la traza no discriminada y su fuente (Eric, 2006). Las fibras deben
recogerse de cualquier objeto donde se sospeche que ha habido una transferencia cruza-
da (por ejemplo, las prendas de vestir del sospechoso, el asiento de un coche, etc.). En
cualquier caso, las fibras del propio sustrato deben recogerse por separado para cualquier
comparación. Las tres etapas normalmente usadas para la detección y recolección de
fibras son la inspección visual, el uso de cintas adhesivas y la utilización de aspiradoras
(Marc, 2006). La observación visual con luz ambiental y/o UV (254 a 366 nm) permite
visualizar, grabar y recoger muchos tipos de fibras usando pinzas. Esto ayuda a la recolec-
ción específica de varios tipos de fibras en bolsa de papel o dobleces de papel (para evitar
la electricidad estática), especialmente de aquellas fibras que se creen relevantes para la
investigación. Las cintas adhesivas, aunque tienen el inconveniente de no ser selectivas,
sirven para recoger muchos tipos de fibras cubriendo una o diferentes zonas sospechosas
de un mismo objeto, que luego se trasportan sobre una película transparente dentro de
una bolsa de papel. El uso de una aspiradora no permite la localización selectiva de las
fibras, pues todas terminan sobre un filtro especial, al igual que cualquier otra partícula
aledaña (basura, trozos de vidrio, caspa, etc.) (Marc, 2006). En el pelo (fibra de origen
animal), se puede utilizar microscopía para estudiar las escamas, médula, raíz, y otras
características para poder determinar la especie de origen (Eric, 2006).

TINTAS Y PINTURA
La pintura, esmalte, laca y barniz a menudo pueden recuperarse en casos de entradas a
la fuerza, choques y otros incidentes. Aunque, con frecuencia, las partículas de pintura y
tinta encontradas solo indican características de clase (químicas o físicas), pueden incluso
demostrar un origen común si las piezas o partículas son suficientemente grandes, coinci-
den en el número de capas y sus aristas encajan (cotejo físico) (Eric, 2006; Marc, 2006).
La única excepción indubitada ocurre cuando el vínculo se establece por cotejo físico, tras
rearmar una pieza que se ha fracturado con un patrón único y probatorio; en tal caso, no
se requiere un cotejo químico (Eric, 2006). Las trazas de pinturas se suelen encontrar en
y cerca de las herramientas que han tocado una superficie, y viceversa. Por ello, es im-
portante una comparación cruzada de cualquier traza encontrada cerca del incidente o en
sus inmediaciones. Las partículas adheridas a herramientas no deben desprenderse, sino
cubrirse cuidadosamente para que lleguen al laboratorio intactas. Cuando están sueltas,
las partículas deben almacenarse en bolsa de papel o papel plegado para evitar el efecto
dispersor de la electricidad estática (Marc, 2006). El mayor problema con las tintas es
hallar muestras con trazabilidad y composición conocida. Por ello, es de interés disponer
de buenas bases de datos, porque pueden ayudar a estimar la variabilidad esperada en los

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554 Manual de Criminalística y Criminología

casos forenses y, por ende, estudiar el grado de individualización de las técnicas analíticas
frente a la población de muestras (Alamilla Orellana, 2014).

VIDRIO
El vidrio, básicamente compuesto de dióxido de silicio (SiO2), es un producto inorgánico
solidificado, pero no cristalizado. En España, por ejemplo, los tipos de vidrio más común-
mente analizados en los laboratorios forenses son los arquitectónicos y los de coches,
seguidos por los de contenedores (Alamilla Orellana, 2014). Las partículas de vidrio, que
pueden viajar varios metros de distancia desde su origen, normalmente provienen de las
ventanas de vehículos o viviendas que se rompieron para ingresar en ellas, de objetos
que se rompieron durante un asalto o ataque, etc. (Eric, 2006). El vidrio solo presenta
características de clase (composición química, color, índice de refracción, fluorescencia,
patrones, densidad, etc.), por lo que no se puede atribuir a un solo origen. La única excep-
ción ocurre cuando el vínculo entre una muestra no discriminada y un origen se demues-
tra mediante el rearmado de una pieza fracturada (cotejo físico) que presenta patrones
de fractura aleatorios únicos de la muestra y la traza. Por ello, ya no son necesarias las
propiedades físicas o químicas. La frecuencia de ocurrencia de un determinado índice de
refracción también puede permitir que una traza sea atribuida a una fuente, dada la rareza
de ocurrencia de ese índice de refracción dentro de la población (Eric, 2006).
Aun así, en el caso de los vidrios de vehículos, no siempre es posible relacionar un
fragmento encontrado en un escenario con un modelo de vehículo en particular. Esto es
porque los vidrios originales no son trazables a los modelos de vehículos que, además,
durante su vida útil pueden sufrir cambios no controlados de las piezas originales. Para el
resto de los vidrios (ornamentales, arquitectónicos, envases, etc.), la variabilidad depen-
derá de cada caso en concreto (Alamilla Orellana, 2014).
El muestreo de cualquier partícula de vidrio se utiliza para efectos de comparación, en
caso de que se encuentren fragmentos de vidrio en el sospechoso, su entorno u objetos
relacionados. El muestreo se hará primordialmente sobre cualquier pedazo de vidrio
remanente en la escena del crimen (ventanas, botellas y gafas rotas, por ejemplo) (Marc,
2006). El muestreo debe ser múltiple para evitar que los efectos de las variaciones propias
del material desvirtúen los resultados finales del laboratorio. La persona que inspecciona
debe estar atenta a cualquier partícula de vidrio antes de mover la escena del crimen para
tomar huellas, impresiones u otro tipo de muestreo de evidencias. Si ese es el caso, su
análisis es prioritario al del vidrio, pues generalmente no afectan al análisis del vidrio y
normalmente dan lugar a evidencias de inclusión más importantes (Marc, 2006). Aunque
toma tiempo, es complejo y no se puede realizar con vidrio de seguridad, los fragmentos
de vidrio remanente pueden relacionarse mediante un reensamblaje de las piezas, es
decir, un cotejo físico. Por ello, es importante que se realice una muy buena labor de
colección de trozos y partículas de vidrio por si al avanzar la investigación se puede

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Tema 18: Química forense 555

establecer un fuerte vínculo tras la reconstrucción de un objeto con los mismos patrones
de rotura (Marc, 2006).

RESIDUOS DE DISPARO
Los residuos de disparo (GSR, del inglés Gunshot Residues) son trazas directamente
relacionadas con las municiones usadas en armas de fuego. Los GSR podrían permitir
asociar a una persona con la escena de un crimen donde se usó un arma de fuego. Las
partículas GSR, dependiendo del tipo de arma, normalmente quedan sobre la víctima, el
cartucho, el cañón y la cámara del arma, el cuerpo y las manos del tirador, y otra gente u
objetos del lugar del disparo. Las GSR son partículas macro y microscópicas que resultan
de la condensación de los vapores producidos por las reacciones a alta temperatura (ca.
2.000-2.500 °C) y presión que ocurren tras disparar una bala en un arma de fuego. Esas
partículas, que normalmente son esféricas y esferoides, varían bastante en tamaño (ca.
0,1–5 μm), y debe considerarse que las que son grandes tienen una baja probabilidad de
transferencia y retención en las manos de la persona que dispara un arma (Blackledge y
Jones Jr., 2007). Los GSR se constituyen por material proveniente del fulminante, el pro-
yectil, el envolvente del proyectil, la vaina y el cañón del arma (Wolten et al., 1977; Heard,
2008). Sus componentes básicos son plomo, bario y antimonio, si bien, por motivos de
salud relacionados con las galerías de tiro, cada vez más se están produciendo pólvoras
sin metales pesados.
En la mayoría de los casos forenses donde se investigan GSR, se trata de identificar la
distancia de disparo (López López y García Ruiz, 2014 (b)). Esto es crítico, pues la distan-
cia de disparo de un suicidio no suele ser la misma que la de un disparo en autodefensa,
disuasión, homicidio, ejecución, etc. Esto es importante porque cada tipo de crimen recibe
un trato penal diferente.

ANÁLISIS E INVESTIGACIÓN DE TRAZAS. CASOS


Para el análisis de trazas es de gran relevancia el uso de técnicas no destructivas. Entre
ellas, las técnicas de espectroscopía vibracional, como Raman e infrarojo, son de gran
interés para los laboratorios forenses. Una correcta interpretación de los datos espec-
trales permite obtener información acerca de los componentes de una traza, su posible
distribución e identificación. Se sabe que, mientras más componentes tenga una traza,
más compleja será su identificación. Pero también se conoce que, si se dispone de una
buena librería de comparación (comercial o de creación propia), las características de
cada componente pueden permitir una mejor discriminación entre las muestras. Por ello,
los laboratorios forenses son conscientes de la gran importancia de generar librerías con
los espectros Raman o IR de tintas, barnices, fibras y otras trazas. Debido a que la canti-
dad de espectros y a la variación entre el tipo de ellos es muy elevada, los investigadores
minimizan la subjetividad utilizando software de análisis multivariante. Para el tratamiento

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556 Manual de Criminalística y Criminología

de datos se toman como características identificativas la zona de firma espectral (la parte
que aporta más información química) del grupo de espectros.
En particular, para el análisis de partículas de GSR, la técnica más usada actualmente
es sin duda la microscopía electrónica de barrido con analizador de rayos-X de energía
dispersiva (SEM-EDX, del inglés scanning electron microscope with an energy-disper-
sive X-ray analyzer) (Tassa et al., 1982). Otros métodos son la formación de complejos
con el ácido de Lewis (Patonay et al., 2007), el análisis de activación neutrónica (Wolten
et al., 1977), la espectrometría de absorción atómica (Wolten et al., 1977), la difracción
de rayos-X (XRD) (Tassa et al., 1982), y el análisis hiperespectral multivariante (Ortega
Ojeda et al., 2017). Estos métodos, aunque son bastante útiles, tienen sus desventajas.
Por ejemplo, la activación neutrónica tiene baja sensibilidad al plomo y requiere mucho
tiempo, pues todas las muestras a analizar deben enviarse a un reactor nuclear (Wolten
et al., 1977). En general, estos métodos no siempre identifican los compuestos en esos
especímenes. Por ejemplo, pueden confirmar la presencia de plomo sin mostrar si está en
su forma metálica, como óxido, sulfuro, etc. (Tassa et al., 1982). Por ello, es fundamental
usar métodos que permitan la identificación de los compuestos, sus elementos e iones. A
pesar de los avances en muchas técnicas de análisis, hay aún muchos problemas para la
detección de metales pesados en GSR utilizando análisis elemental a groso modo. Aunque
los GSR no parecen cristalinos o exhiben características que sugieran a fragmentos cris-
talinos (lados o caras de cristales), los métodos de difracción (difracción de electrones o
rayos-X) muestrean patrones cristalinos (Wolten et al., 1977). Los residuos presentes en
la mano del tirador que se recogen rápidamente después de un disparo muestran lecturas
de GSR iguales o superiores a los límites de detección. A pesar de ello, los niveles de
elementos como el Sb bajan rápidamente (Wolten et al., 1977), lo que es especialmente
negativo pues en los casos reales siempre hay lapsos grandes entre el disparo y el mues-
treo de las manos del sospechoso. Adicionalmente, el límite de detección de Pb es bajo
debido a la gran absorción de rayos-X que tiene el Pb (Wolten et al., 1977). Para compli-
carlo todo, en muchos casos se han encontrado partículas con Sb, Cu y Zn en disparos de
prueba cuyos fulminantes no contenían esos metales, e incluso cuando el arma se había
limpiado muy meticulosamente antes de los disparos (Wolten et al., 1977). Varios análisis
indicaron que en algunos casos el Pb no venía del fulminante, sino del proyectil. En esos
casos, el análisis del Pb reveló propiedades metálicas, siendo el único metal detectado en
el difractograma pues no se detectaron trazas de Sb, Ba u otros elementos relacionados
con GSR, ni siquiera a las distancias más cercanas. Para que esos elementos puedan ser
detectados deben estar en concentraciones de al menos un 1 %, incluida la contribución
de la tela (Leiva Miranda et al., 2018). Para las municiones actuales sin plomo, la espec-
troscopía Raman puede aportar información relevante a partir del estudio de la parte
orgánica (López López et al., 2015).

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Tema 18: Química forense 557

CASO 8
Fibras
A media noche informan a la Policía local que la zapatería del pueblo acaba de ser robada.
Los ladrones se llevaron 5.000 € en efectivo y 20 pares de zapatos de la mejor calidad. Se
asume que fueron varios individuos, porque el botín era voluminoso y tras sonar la alarma
no hubo tiempo para que una sola persona hubiese hecho todo el trabajo. Los ladrones
entraron y salieron por la ventana trasera del almacén, cuyo cristal rompieron para tal
efecto. En su huida, una prenda de uno de los ladrones se rasgó, cortó, y se quedó colga-
da en una arista de la ventana. Era un trozo de tela de color azul oscuro. Cuando detuvie-
ron a los sospechosos, estos ya se habían percatado del daño en la prenda y procuraron
ocultarlo ensuciando y forzando daños similares en varios tipos de prendas de colores
semejantes, pero de materiales distintos. Trataban de confundir a la Policía.

Resultados de los análisis de laboratorio


En el laboratorio, la Policía eliminó las distintas prendas que no se asemejaban a la evi-
dencia. Debían ser solo telas de color azul oscuro. Las telas se analizaron al microscopio
óptico y, aunque las semejanzas entre la tela de poliéster hallada en la escena del crimen
y la tela de poliéster sospechosa eran visibles (ver Figura 20), se procedió a un análisis
más definitivo utilizando un sistema hiperespectral de infrarrojo cercano (NIR), donde se
obtuvieron los espectros NIR de todas las prendas seleccionadas, incluyendo las de los
estándares de poliéster y algodón (ver Figura 21).

Figura 20. Muestras de telas visualizadas al microscopio óptico (200x).


Las dos muestras de la izquierda corresponden a dos telas de los sospechosos, de poliéster y algodón,
respectivamente. La muestra de la derecha es la tela encontrada en la escena del crimen (Prego Meleiro, 2014).

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558 Manual de Criminalística y Criminología

Figura 21. Espectros NIR de las telas de poliéster y algodón analizadas (Prego Meleiro, 2014).

A la vista de las imágenes del microscopio, ¿se podría concluir que las telas del sospe-
choso se corresponden con la encontrada en la escena del crimen?
A priori no se puede concluir nada a partir de las imágenes de microscopio óptico. Es
necesario aplicar otras técnicas más concluyentes.

¿Se puede relacionar el tejido de la prenda del sospechoso con la encontrada en la


escena del crimen?
Aunque las telas de color azul eran muy similares en apariencia, se pudo demostrar que la
prenda sospechosa correspondía químicamente a la prenda de poliéster encontrada en la
escena del delito mediante el sistema hiperespectral de infrarrojo cercano (NIR).
Para casos más complejos, donde los espectros pueden resultar parecidos, se pueden
aplicar métodos quimiométricos semisupervisados de comparación.
En conclusión, los sospechosos fueron arrestados porque no pudieron esconder la pren-
da ni su naturaleza.

CASO 9
Tintas y pinturas
En una agencia de cobros, cuando se estudiaba la firma para la recepción de dinero, se
notó que una de las firmas de autorización final que debe escribirse con bolígrafo rojo,
parecía estar hecha antes de tiempo pues parecía estar por debajo de un trazo azul de una
firma de rango inferior. Es decir, que el documento pudo haberse firmado como autorizado
antes de que se hayan revisado todos los requisitos y que todo estuviese en regla. Eso
parecía ser un fraude, y con esa sospecha pasó a manos del juzgado correspondiente, que
ordenó la investigación del caso.

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Tema 18: Química forense 559

Resultados de los análisis de laboratorio


Se tomaron fotografías de la firma con el microscopio óptico (ver Figura 22) y se apli-
caron técnicas de análisis no destructivo, como la espectroscopía Raman, en diferentes
fragmentos de la firma, y en particular, realizando un mapeo en zonas de cruce de tintas.
Los espectros Raman resultantes mostraron diferentes bandas, correspondientes a las
tintas empleadas y al papel (ver Figura 23). Para el análisis de los resultados se aplicó el
algoritmo de Classical Least Squares (CLS) en el software Matlab (ver Figura 23).

Figura 22. Fotografía con microscopio óptico del cruce de tintas sospechoso (superior izquierda).
La tinta azul, que representa una de las autorizaciones secuenciales de rango inferior, parecería estar por
encima de la tinta roja que representa a la firma de autorización final. Los espectros Raman tomados
en diferentes puntos de la firma evidencian las distintas especies químicas de las tintas empleadas y el papel.

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560 Manual de Criminalística y Criminología

Figura 23. Esquema del cotejo de tintas mediante un algoritmo de Classical Least Squares (CLS)
en el software Matlab. Las áreas de color rojo intenso muestran una alta concentración del espectro
localizado en esas áreas, que en cada caso se muestra debajo del mapeo correspondiente.

¿Qué ventaja tiene el estudio del cruce de trazos mediante espectroscopía Raman?
La firma o iniciales se componen mayoritariamente de letras realizadas con algún tipo de
tinta. El texto que constituye la firma normalmente contiene poca cantidad de tinta, que
además usualmente ha penetrado la estructura del papel. Cualquier forma de extracción
de la tinta supone la destrucción del documento (evidencia), requiere de una autorización
judicial, y por ello no se realizó. En su lugar, la espectroscopía Raman es un método no
destructivo, donde la tinta se analiza directamente en el documento. Cada tinta y papel
tienen un espectro característico.

¿Qué información se obtiene de los datos espectrales en la zona del cruce de trazos?
En este caso, mediante el cotejo semisupervisado con un algoritmo de comparación
Classical Least Squares (CLS) en el software Matlab, se demostró que la tinta roja sí está
por encima de la tinta azul, dado que su firma química (espectral) está en toda el área
donde se espera que haya tinta roja (ver Figura 12). En cambio, la firma química de la
tinta azul llega hasta donde comienza la tinta roja y no la sobrepasa por arriba, a pesar de
que sus solventes invaden un poco el área del papel. En conclusión, el documento no era
fraudulento.

CASO 10
De un concesionario, se avisó del robo de un vehículo azul nuevo de marca Volkswagen.
La descripción de varios testigos permitió la detención de un sospechoso en cuya nave
se encontraron varias piezas y chapas de un vehículo que podría corresponder al robado.

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Tema 18: Química forense 561

No obstante, no se encontró ninguna pieza, ni número de bastidor, ni de matrícula, ni nada


que pudiera directamente identificar al vehículo robado. Ante esas circunstancias, el juez
ordenó el cotejo de todas las piezas para tratar de encontrar algún patrón.

Resultados de los análisis de laboratorio


Como no se autorizó ninguna forma de destrucción o alteración de las evidencias (piezas
halladas), la Policía buscó una técnica alternativa para realizar los cotejos en referencia
a vehículos azules de distintos marcas y modelos. Se decidieron por la técnica IR (ver
Figura 24) y se compararon los espectros resultantes con una base de datos de resinas
y barnices. Debido a la cantidad de espectros y a su similitud en muchos casos, a pe-
sar de su gran experiencia, los investigadores decidieron aplicar el análisis multivariante
para eliminar la subjetividad en sus conclusiones (ver Figura 25). Se pudo ver que todas
las muestras de vehículos azules de distintas marcas y modelos presentaron una resina
acrílica en su composición, de modo que esa variable no ayudó a la discriminación de las
muestras. En cambio, sí se diferenciaron en los otros dos componentes.

Figura 24. Espectro IR de una muestra de pintura azul de cierto modelo de coches Volkswagen. La composición
química consistente con una resina acrílica (en verde) con poliuretano (en morado). Las bandas comunes a ambos
compuestos están marcadas en azul (De la Vera Calderón, 2016).

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562 Manual de Criminalística y Criminología

Figura 25. Gráfico de dispersión de scores del conjunto total de muestras (sin datos anómalos),
bien separadas según sus componentes (De la Vera Calderón, 2016). El Grupo B (poliuretano, en azul),
está bastante distanciado de los otros grupos de melamina y estireno (Grupo A, en verde) y poliuretano
y estireno (Grupo C, en rojo), lo que permitió diferenciar a la evidencia.

¿Es posible diferenciar barnices en base a su firma espectral?


Aplicando el análisis multivariante (ver Figura 25) se observó una evidente separación
entre las muestras que presentaron melamina y estireno (Grupo A), las que presentaron
poliuretano (Grupo B), y dentro de las que presentaron poliuretano, las que además pre-
sentaron estireno (Grupo C). En otras palabras, existían en principio tres barnices diferen-
tes en el lote de coches.
La evidencia tenía en su composición resina acrílica y poliuretano (ver Figura 24), por lo
que se clasificó como del Grupo B. Tras eliminar las muestras anómalas del análisis de
componentes principales, se encontró que los tres grupos de barnices se separaban bas-
tante bien. Eso implicó que todas las muestras del Grupo B y la evidencia eran fácilmente
reconocibles en un solo grupo (ver Figura 25). En conclusión, el análisis permitió diferen-
ciar la evidencia dado que la composición química del barniz era específica para ese grupo
y difícil de replicar en otro lote de coches de ese año, marca y modelo.

CASO 11
Los servicios de emergencia recibieron el aviso de que una persona resultó herida por
arma de fuego durante una fiesta pública. Gracias a muchos testigos, se logró detener a
varias personas. Para saber si esas personas dispararon un arma de fuego, era necesario
determinar si, por ejemplo, sus manos contenían GSR. Los procedimientos oficiales dicen
que unos residuos son GSR cuando la técnica SEM-EDX da positivo en los metales pesa-
dos que se utilizan como indicadores (Pb, Sb, Ba, etc.).

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Tema 18: Química forense 563

Resultados de los análisis de laboratorio


Durante las diligencias judiciales se tomaron muestras de las manos de los sospechosos
para tratar de determinar si esas personas dispararon o no un arma de fuego. Aunque los
investigadores tenían la certeza de que uno de los sospechosos, que contenía gran canti-
dad de residuos, sí había disparado un arma, los análisis SEM-EDX de los residuos encon-
trados no dieron positivo para GSR. Ante la duda, aplicaron una nueva tecnología basada
en un sistema hiperespectral SWIR y algoritmos semisupervisados de comparación, que
permite identificar municiones y restos de disparo sin metales pesados.

Dado que no hubo resultado positivo de GSR en las manos de los sospechosos me-
diante los análisis SEM-EDX, ¿se puede concluir que los sospechosos no dispararon ni
manipularon un arma?
SEM-EDX no da positivo si las municiones disparadas no contienen metales pesados. Por
ello habría que buscar otra alternativa. Por suerte, la universidad con la que colaboran
acababa de desarrollar un nuevo método para detectar municiones sin metales pesados,
mediante un sistema hiperespectral SWIR y algoritmos semisupervisados de compara-
ción. El sistema necesita de una librería con varios de los componentes de las municiones
tanto con metales pesados como sin ellos (ver Figura 26).

Figura 26. Algunos de los estándares (compuestos puros) que componen la librería
de compuestos presentes en diversas municiones con y sin metales pesados (Herranz Valera, 2015).

Este sistema permite obtener la imagen hiperespectral del objeto que contiene los re-
siduos de disparo, y contrasta los miles de espectros contra la librería de compuestos
puros. De esa manera se puede obtener un mapa de concentraciones nominales de com-
puestos y sus respectivas proporciones espectrales independientemente de que tengan o
no metales pesados y de, por ejemplo, el color de la tela que los contenga (ver Figura 27).

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564 Manual de Criminalística y Criminología

Figura 27. Detección de residuos de disparo de municiones con (SyB) y sin metales pesados (Sintox)
sobre telas de algodón blanca (fila superior) y algodón negra (fila inferior) (Ortega Ojeda et al., 2017).
En todas ellas es evidente la zona de GSR, sin interferencia alguna por el tipo de tela.

Además de identificar la presencia de residuos de disparo, mediante esta técnica se puedo


determinar qué compuestos en particular, como nitroguanidina, difenilamina, nitrocelulo-
sa, etc. estaban presentes en los GSR (ver Figura 28).

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Tema 18: Química forense 565

Figura 28. Detección de distintos componentes de los residuos de disparo de municiones con (SyB)
y sin metales pesados (Sintox) sobre tela de algodón blanca y negra (Ortega Ojeda et al., 2017).
El color más cálido (rojo) indica la presencia del compuesto. Esta técnica permite definir
las regiones donde está presente la munición e identificar de cuál se trata.

En conclusión, esta técnica resulta muy rápida, fiable, no destructiva y sencilla de aplicar
para la detección de GSR incluso en muestras que no contienen metales pesados.

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19 QUEILOSCOPIA Y
LA IDENTIFICACIÓN HUMANA
Víctor Rodríguez González
Decano de la facultad de Criminología
Universidad Isabel I
España
Naroa Lekuona Borreguero
Criminóloga
Universidad Isabel I
España

INTRODUCCIÓN
La odontología forense, la queiloscopia (estudio de las huellas labiales) y la rugoscopia
(estudio de las rugas palatinas) están implicadas en el ámbito de investigación, civil y pe-
nal. Todas ellas tienen como objetivo poder conseguir la identificación positiva de personas
en circunstancias concretas, ya sea en el ámbito de la investigación criminal, de desastres
naturales o de catástrofes, siendo también útiles para determinar la edad, el sexo y la raza
en casos discutidos. Por un lado, la odontología forense tiene la capacidad de obtener
resultados en la identificación cuando el cadáver se encuentra en avanzado estado de
descomposición o ha pasado por circunstancias especiales como altas temperaturas o un
largo periodo de tiempo sumergido en el agua, sin olvidar que los dientes, en ocasiones,
son utilizados como arma, dejando marcas específicas que también es posible analizar. Por
otro lado, es indudable la validez de la queiloscopia y de la rugoscopia pues ha quedado
demostrado que tanto las huellas labiales como las rugas palatinas son únicas, perma-
nentes, invariables y clasificables. Dado que hablamos de elementos de la boca, es muy
probable que en muchos casos encontremos trazas de saliva que puedan ayudar a adquirir
ADN, que a su vez ayudará a determinar a quién exactamente pertenece esa muestra.

IDENTIFICACIÓN DE PERSONAS
La identificación es el proceso por el que se establece la identidad de las personas. La
identidad, siguiendo al Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (RAE) es:

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568 Manual de Criminalística y Criminología

“Un conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracterizan
frente a los demás” y “coincidencia que una persona tiene de ser ella misma y distinta a
las demás”. La misma RAE, también, define identificar como: “Reconocer que una persona
o cosa es la misma que se supone o se busca”.
Locard considera la identificación personal como una operación policial o médico-legal ca-
paz de establecer la personalidad de un individuo. También define identidad como el con-
junto de caracteres que determinan la propia personalidad del individuo, diferenciándole
de sus semejantes. Para Lacassagne, se trata de la determinación del conjunto de signos
que diferencian a un individuo del resto, pudiendo ser tanto durante la vida como después
de la muerte. Carrera Carbajo, además, menciona la necroidentificación, entendiéndola
como la comparación, cotejo o correlación de los datos obtenidos de los restos humanos
(post mortem) con aquellos logrados de la investigación criminal (ante mortem), con el
fin de identificar al individuo, requiriendo que ambos datos coincidan. José Vicente Ro-
dríguez Cuenca, antropólogo, afirma que la identificación es un proceso comparativo y
reconstructivo cuyo objetivo es situar a una persona desconocida dentro de un universo
biosocial conocido.
Desde la antigüedad se han buscado fórmulas que permitieran distinguir fácilmente unas
personas de otras. Por ejemplo, el uso de un nombre es una de estas fórmulas, ya que
nombrar a las personas se ha convertido en una forma para expresar la individualidad y
personalidad jurídica de cada individuo. El nombre es el vínculo entre la persona jurídica
y la física, por lo tanto, el nombre siempre debe ser fijo, permanente e inalterable. Por
este motivo, se solían utilizar nombres que hiciesen referencia al lugar de nacimiento, a
la profesión, a las habilidades o incluso a determinados rasgos físicos. Dentro del ámbito
del derecho nos encontramos con un problema, y es que a pesar de que el nombre de las
personas sea fijo, permanente e inalterable, no es exclusivo, es decir, puede haber más
de una persona con el mismo nombre. Por todo esto no puede ser un método de identifi-
cación válido. Los diferentes medios por los que una persona puede ser identificada son:
• Dientes: naturales y sintéticos (fijos o extraíbles).
• Huesos: anomalías óseas.
• Presencia de cuerpos extraños: implantes, mezcla de partículas, instrumentos
quirúrgicos, balas, etc.
• Configuración sinusal: mandibular y frontal.
• Suturas craneales.
• Características de tejidos blandos: rugas palatinas (rugoscopia) y labios (queilos-
copia).
• Comparación fotográfica: superposición o aproximación facial y dental.
• Análisis de ADN.
La identificación de personas podría ser dividida en la identificación de personas vivas y
la identificación de personas muertas.
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Tema 19: Queiloscopia y la identificación humana 569

RAZONES COMUNES PARA LA IDENTIFICACIÓN DE RESTOS HUMANOS ENCONTRADOS


Las razones comunes para la identificación son las siguientes:
a) Criminal: normalmente la investigación de un caso criminal no puede empezar
hasta que la víctima no sea identificada.
b) Matrimonio: las personas con antecedentes religiosos no pueden volver a casarse
hasta que sus parejas sean confirmadas como fallecidas.
c) Monetario: el pago de pensiones, seguros de vida y otros beneficios dependen del
certificado de defunción.
d) Entierro: muchas religiones requieren de una identificación previa al entierro en
localizaciones específicas.
e) Social: el deber de la sociedad de preservar los derechos humanos y la dignidad
más allá de la vida comienza con la premisa básica de una identidad.
f) Fin/cierre/clausura: la identificación de personas desaparecidas por periodos pro-
longados puede conseguir el alivio del sufrimiento a miembros de la familia.
El alcance de actividad se puede clasificar en: civil, criminal e investigación.
–– Civil: se refiere a desastres masivos como accidentes de avión, terremotos
o accidentes de tren, que requieren la identificación de víctimas en avanzado
estado de destrucción física, negligencia o diferentes tipos de fraude.
–– Criminal: identificación de personas por sus restos dentales para casos de
violación, suicidio u homicidio a través del análisis de la marca de mordida,
queiloscopia y rugoscopia.
–– Investigación: formación de odontología forense para dentistas que trabajan en
criminología o en departamentos de Policía.

QUEILOSCOPIA
La queiloscopia es la técnica de investigación forense que se ocupa de la identificación de
personas basándose en las impresiones de los labios. El patrón de arrugas en los labios
tiene características individuales, como las huellas dactilares. Las huellas labiales pueden
ser visibles o latentes, es decir, que pueden ser apreciadas a simple vista o estar ocultas.
Las visibles generalmente se producen cuando los labios están manchados con algún tipo
de sustancia coloreada (pintalabios, maquillaje o productos alimenticios pigmentantes) o
incluso cuando están cubiertos de saliva, que además añade un gran valor por poseer
material genético. A menudo se dejan en objetos como tazas, cigarrillos, vasos, puertas,
ventanas y/o ropa. Estas huellas pueden ser recogidas y analizadas posteriormente para
proporcionar una evidencia tan valiosa como las huellas dactilares. No hay dos personas
con impresiones de labio idénticas.

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570 Manual de Criminalística y Criminología

La impresión de los labios es única para cada individuo (Saraswathi et al., 2009). No
cambia durante la vida de una persona. No obstante, un trauma importante en los labios
puede ocasionar cicatrices y, en consecuencia, alterar el patrón y la morfología de los
surcos. Previas investigaciones sobre el tema revelaron que las impresiones de los labios
muestran diferencias según la raza y los orígenes étnicos de una persona (Verghese et al.,
2010). Aun así, Petersen (2009) afirmó que las impresiones labiales de gemelos idénticos
no son exactamente iguales.
La identificación de una víctima desconocida o un sospechoso siempre será una tarea
difícil. A veces, es necesario aplicar técnicas menos conocidas e inusuales como la quei-
loscopia. Además, Sharma et al. (2009) también indicaron que las impresiones de labios
son muy útiles en la investigación forense, así como en la identificación personal y se
considera una de las formas más importantes de transferencia de evidencias, análoga a
las huellas dactilares.

HISTORIA DE LA QUEILOSCOPIA
En 1902, el antropólogo R. Fischer señaló por primera vez el fenómeno biológico de los
sistemas de surcos en la parte roja de los labios humanos. Más tarde, Edmond Locard, en
1932, recomendó el uso de labios impresos en la investigación del crimen. En 1950, Le
Moyne Snyder, un experto forense también conocido como “el padre de la queiloscopia”,
sugirió el concepto de las arrugas en los labios para identificar a las personas en su libro
Investigación de homicidios. Afirmó que los labios impresos poseen características indivi-
duales como las huellas dactilares.

Figura 1. Identificación de las marcas características de una impresión labial de carmín.

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Tema 19: Queiloscopia y la identificación humana 571

En su libro, revela un caso muy interesante en el que una mujer fue golpeada por un
automóvil impactando la cara en el guardabarros delantero izquierdo del coche. El propie-
tario del coche negó el incidente pero, posteriormente, en el examen queiloscópico de las
huellas que se encontraron en el guardabarros del coche se concluyó que la mujer fue
golpeada por el automóvil.
En 1960, el doctor Martín Santos propuso que las características del labio pudieran ser
utilizadas en la identificación personal y propuso un sistema para clasificar las impresio-
nes de labios. En Hungría, en 1961, los rastros del labio encontrados en una puerta de
cristal en la escena de un asesinato llevaron al examen de la impresión del labio. En aquel
momento se demostró la utilidad de los trazos labiales para la identificación criminal.
En el periodo 1968-1971, dos científicos japoneses, Yasuo Tsuchihashi y Kazuo Suzuki,
estudiaron los surcos del labio extensivamente. Llamaron a estos surcos labiales sulci-
laboriumrubrorum. En 1971, estudiaron gemelos monocigóticos y concluyeron que no
había dos labios impresos que mostraran el mismo patrón.
En los últimos años, se han estudiado diferentes aspectos de los labios, como la deter-
minación del sexo, la estabilidad y diversos patrones morfológicos. También se analizaron
los cambios post morten de las impresiones de los labios para determinar las medidas
antropométricas de la región del labio antes y después de la fijación. Todos estos estudios
llegaron a la conclusión de que la queiloscopia puede utilizarse eficazmente como una
herramienta adicional para la identificación de personas en la investigación del delito.

ANATOMÍA Y PATOLOGÍA
Los labios son dos pliegues carnosos que rodean el orificio oral. Están limitados exter-
namente por la piel e internamente por la mucosa. Estas dos capas encierran el músculo
orbicular de la boca (orbicularis oris), los vasos y nervios labiales, el tejido conectivo
fibroadiposo y numerosas pequeñas glándulas labiales salivales. La piel es continua con la
mucosa en el borde de transición o bermellón, una zona rojiza (dependiendo del grado de
melanización) cubierta por un delgado epitelio queratinizado con papilas del tejido conec-
tivo cerca de la superficie. La zona de transición está desprovista de glándulas salivales,
pero en el labio superior, y rara vez en el labio inferior, contiene glándulas sebáceas.

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572 Manual de Criminalística y Criminología

Figura 2. Anatomía de los labios.

Según el grosor se diferencian cuatro tipos de labios: delgados, que son característicos de
la raza blanca, europea o caucásica, cuyo espacio subnasal y piel del labio inferior puede
ser expandido en consecuencia del labio fino; medios, que tienen la mucosa más ovalada
y un grosor entre 8 y 10 mm; gruesos, siendo muy voluminosos e hinchados y contienen
un cordón labial abultado característicos de la raza negra; y mixtos, que corresponden a
razas orientales y suelen componerse por un labio superior delgado y un labio inferior
grueso. Estos cuatro tipos y sus variables, dan multitud de morfologías labiales.

Figura 3. Por orden: Labios delgados. Labios medios. Labios gruesos. Labios gruesos y abultados.

La línea de contacto entre los labios (la fisura oral) se encuentra justo por encima de los
bordes cortantes de los incisivos superiores. En cada lado, una comisura labial forma el
ángulo de la boca, generalmente cerca del primer diente premolar. Externamente, en el
centro del labio superior hay un surco vertical poco profundo, el filtrado, que termina en
un ligero tubérculo y limitado por crestas laterales.
Internamente, cada labio está conectado a la encía por un frenillo labial medial. El frenillo
del labio superior es más grande. Las glándulas labiales situadas entre la mucosa y el
músculo orbicular de la boca son parecidas a las glándulas salivales.

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Tema 19: Queiloscopia y la identificación humana 573

Figura 4. Frenillo sublingual (Netter, F.H. Atlas de Anatomía Humana. Ed. Elsevier).

Desarrollo del labio superior


Durante el desarrollo, a medida que los procesos maxilares crecen de forma medial, el
proceso frontonasal se vuelve mucho más estrecho de lado a lado. Posteriormente, la
hendidura entre las prominencias nasales y las dos prominencias maxilares del labio su-
perior. Las prominencias nasales laterales no participan en la formación del labio superior.

Desarrollo del labio inferior


Los procesos mandibulares de los dos lados crecen uno hacia el otro y se fusionan en la
línea media. Ahora forman el margen superior del estomodeo. Los procesos fundidos de
la mandíbula dan lugar al labio inferior y a la mandíbula inferior.

Anomalías del desarrollo de los labios


La formación de la cara y la cavidad oral son de naturaleza compleja e implica el desarrollo
de múltiples procesos tisulares que deben fusionarse de una manera altamente orquesta-
da. Alteraciones en el crecimiento y la fusión de estos procesos tisulares pueden resultar
en la formación de hendiduras orofaciales:
1. Labio leporino: La fusión defectuosa de los procesos nasales mediales con el
proceso maxilar conduce al labio leporino. El fracaso de la fusión del paladar da
lugar a un paladar hendido. Las dos condiciones aparecen juntas en el 45 % de los
casos, con labio leporino que se presenta como una condición aislada en el 25 %
de los casos.

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574 Manual de Criminalística y Criminología

Figura 5. Labio leporino y su cirugía.

2. Boqueras: Se trata de pequeñas invaginaciones mucosas que se producen en las


esquinas de la boca en el borde bermellón. Son producto del fracaso de la fusión
normal de los procesos embrionarios maxilares y mandibulares.

Figura 6. Boqueras (Quelitis angular).

3. Foseta del labio inferior: Hablamos de invaginaciones congénitas del labio inferior.
Surgen de la persistencia de los surcos laterales en el arco embrionario. Se pre-
sentan como fístulas simétricas bilaterales de ambos lados de la línea media del
borde bermellón del labio interior. Su aspecto varía de presiones sutiles a promi-
nentes grumos.
4. Labio doble: Hay un pliegue redundante de tejido en el lado mucoso del labio. El
labio superior resulta afectado mucho más a menudo que el labio inferior, aunque
ocasionalmente ambos labios están involucrados. Todas estas condiciones con-
ducen a desviaciones del contorno normal del labio y alteraciones en las impre-
siones labiales, por lo tanto, son útiles para el fin de la identificación.

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Tema 19: Queiloscopia y la identificación humana 575

Patología adquirida
Las lesiones adquiridas de los labios pueden afectar a las marcas en el borde bermellón
y, por lo tanto, causar una alteración de las impresiones de los labios.
Se clasifican de la siguiente manera:
1. Lesiones coloradas:
a) Lesiones blancas, como el papiloma de células escamosas, verucca vulgaris y
condiloma.
b) Lesiones rojas, como el hemangioma y el sarcoma de Kaposi.
c) Lesiones marrones, como el melanoma y la mácula melanótica labial.
d) Lesiones amarillas, como el lipoma.
2. Lesiones ulcerativas: Consisten en condiciones como úlcera traumática, eritema
multiforme, etc.

Figura 7. Úlcera labial.

3. Lesiones elevadas: Consisten en queilitis infecciosa, glandular, actínica, etc.


Algunas de estas condiciones pueden conducir a la formación de cicatrices, ya sea como
parte de la historia natural de la enfermedad, o como consecuencia del tratamiento qui-
rúrgico, por ejemplo: carcinoma de células escamosas, fibroma y lesiones ulcerosas. Las
cicatrices se pueden utilizar para la identificación positiva de un individuo.

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576 Manual de Criminalística y Criminología

Figura 8. Cicatriz pigmentada identificativa.

CLASIFICACIÓN DE LAS HUELLAS LABIALES


Son muchos los autores que han elaborado diferentes tipos de clasificaciones para la
queiloscopia, entre las que encontramos:
• Clasificación de Martín Santos.
• Clasificación de Suzuki y Tsuchihashi.
• Clasificación de Renaud.
• Clasificación de Afchar Bayat.
• Clasificación de Kasprzak.

Clasificación de Martín Santos


Santos clasificó las impresiones de labios en tipos simples y compuestos, y después los
subdividió. Fue la primera persona en dar una clasificación sistemática de huellas labiales,
que consiste en:
• Simples. Tienen un solo elemento en su forma:
–– Línea recta.
–– Línea curva.
–– Línea angular.
–– Línea sinusoidal.
• Compuestos. Constituyen dos o más formas diferentes:
–– Bifurcadas.
–– Trifurcadas.
–– Anómalas.

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Tema 19: Queiloscopia y la identificación humana 577

Surcos labiales simples


Línea recta
Línea curva
Línea angular
Línea Sinuosa
Surcos labiales compuestos
Línea bifurcada
Línea trifurcada
Anómala

Figura 9. Clasificación de Martín Santos (1960).

Clasificación de Suzuki y Tsuchihashi


Suzuki y Tsuchihashi estudiaron a 1.364 personas en el departamento de Odontología
Forense en la Universidad de Tokio y establecieron que las líneas en la parte roja de los
labios humanos son individuales y únicas para cada ser humano.
Suzuki llevó a cabo un estudio sobre 107 mujeres japonesas y simplificó la clasificación de
las huellas labiales en cinco tipos principales, utilizando números romanos para denotar
los tipos:
• Tipo I: líneas completas y verticales; largas de corte claro que corren verticalmen-
te a través del labio.
• Tipo I’: líneas verticales cortas que desaparecen a medio camino en el labio en
lugar de cubrir toda la anchura.
• Tipo II: líneas que se ramifican o se bifurcan.
• Tipo III: líneas que se intersectan.
• Tipo IV: líneas reticuladas.
• Tipo V: otros patrones, es decir, líneas que no encajan en ninguna de las catego-
rías anteriores y no pueden diferenciarse morfológicamente.

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578 Manual de Criminalística y Criminología

10.1 10.1’

10.2 10.3

10.4 10.5

Figura 10. Tipo I: Imagen 10.1. Tipo I´: Imagen 10.1’. Tipo II: Imagen 10.2. Tipo III: Imagen 10.3. Tipo IV: Imagen 10.4.
Tipo V: Imagen 10.5. Clasificación de Suzuki y Tsuchihashi (1970).

Figura 11. Clasificación de Suzuki y Tsuchihashi (1970).

También encontraron que las diferentes áreas del labio pueden tener patrones diferentes,
así que los labios se dividieron en cuatro cuadrantes y se estudió cada uno de ellos. Se
encontró que el Tipo III era el patrón predominante, seguido de cerca por el Tipo II. Tam-
bién se descubrió que no había dos impresiones labiales idénticas. Aunque para cada par
de gemelos, las impresiones eran casi siempre las mismas, comparaciones detalladas
demostraron que no eran del todo idénticas. También se observó que los patrones de
impresión de los niños eran similares a las de sus padres, lo que indica la existencia de
la herencia en los labios impresos. El estudio también observó que no hubo cambios en
las impresiones de labios durante un periodo de tres años. Además, también descubrie-
ron que después de haber sufrido un traumatismo en los labios, se reanudaba su patrón
después de la curación.

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Tema 19: Queiloscopia y la identificación humana 579

Clasificación de Renaud
Renaud clasificó las impresiones labiales en diez tipos diferentes, asignándoles una letra.
Tanto el labio superior como el inferior fueron divididos en dos partes, izquierda y derecha
y destacó los tipos de impresiones que se encuentran en cada una de ellas. Para referirse
al labio superior hizo uso de letras mayúsculas (“I” para el lado izquierdo y “D” para el lado
derecho) y para el labio inferior utilizó letras minúsculas (“i” para el lado izquierdo y “d”
para el derecho). Los diez tipos de marcas de huellas de Renaud son:
• Tipo A: líneas verticales completas.
• Tipo B: líneas verticales incompletas.
• Tipo C: líneas bifurcadas completas.
• Tipo D: líneas bifurcadas incompletas.
• Tipo E: líneas ramificadas completas.
• Tipo F: líneas ramificadas incompletas.
• Tipo G: líneas reticuladas.
• Tipo H: líneas en aspa.
• Tipo I: líneas horizontales.
• Tipo J: otros tipos de forma.

Clasificación de Afchar Bayat


Bayat clasificó las huellas en función de los pliegues y fisuras de los labios, y las dividió
en seis grupos distintos:
• Tipo A1: perpendiculares a la boca, claras y rectas que recorren el labio.
• Tipo A2: estas desaparecen antes del llegar al límite del labio.
• Tipo B: ranuras en horquilla o bifurcación, pudiendo ser horquillas sesgadas o
rectas.
• Tipo C: cortes convergentes.
• Tipo D: cortes en red.
• Tipo E: formas que no encajan en ninguna otra categoría.

Clasificación de Kasprzak
Kasprzak diferencia las impresiones de labio dependiendo del diseño que predomina en la
zona central de los labios:
• Lineal (L).
• Reticular (S).
• Bifurcado (R).
• Indeterminado (N).

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580 Manual de Criminalística y Criminología

OBJETIVOS DE LA QUEILOSCOPIA
Los objetivos de la queiloscopia son, entre otros:
• Estudiar diversos patrones de impresiones de labios en diferentes individuos.
• Determinar el nivel de significación de la proporción de casos en varios grupos de
patrones de impresión de labios.
• Elevar la permanencia de las impresiones labiales comparando las impresiones
labiales con el patrón inicial después de un año.
• Estudiar la importancia médico-legal de las huellas labiales.
• Correlacionar los hallazgos anteriores.
Por lo tanto, el objetivo principal de la queiloscopia es tener el poder de cotejar la impre-
sión labial de un sospechoso con la encontrada en la escena del crimen, ya que, gracias
a ello, se podría llegar a asociar al sujeto con el lugar de los hechos o, en caso contrario,
eludir la responsabilidad de esa persona, siendo imposible demostrar su participación.
Las huellas labiales, como indicio, podrían ayudar a conducir una investigación criminal.
Además, una impresión de labio en el lugar del crimen puede servir como una base para
las conclusiones sobre la naturaleza del delito, el número de personas que han estado
involucradas, los sexos, los cosméticos utilizados, los hábitos, etc.

TOMA DE HUELLAS LABIALES


Las impresiones labiales se pueden grabar de varias maneras:
1. Fotografiando los labios del sospechoso.
2. Sobre una superficie plana no porosa (como un espejo, por ejemplo) se pueden
fotografiar, agrandar y superponer los trazos de las ranuras.
3. Aplicando lápiz de labios u otro medio de transferencia adecuado a los labios para
posteriormente hacer que la persona presione sus labios a un pedazo de papel, a
una cinta de celofán o una superficie similar.
4. Usando una impresora de dedos, preferiblemente una impresora de rodillos.
5. Haciendo que el sujeto imprima sus labios (sin lápiz de labios u otro medio) contra
una superficie adecuada y luego procese estas impresiones con polvo revelador
de huella digital convencional o con un pincel magna y polvo magnético.

IMPRESIONES LATENTES
Lápices de labio permanentes o de larga duración y sus huellas labiales
Los lápices de labios permanentes, al contrario que los lápices convencionales, no dejan
impresiones visibles y, por lo tanto, pueden pasarse por alto en la escena del crimen.
Como medios de impresión, en el estudio se utilizó cerámica, vidrio, tejido de algodón y
papel. Las impresiones de labio fueron conservadas durante diversos periodos de tiempo

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Tema 19: Queiloscopia y la identificación humana 581

y fueron desarrolladas más adelante usando el polvo de aluminio, el polvo de óxido de co-
balto y el polvo magnético. Los resultados muestran que se pueden obtener impresiones
de labios identificables hasta 30 días después de producirse.

Figura 12. Impresión de labios con pintalabios.

Uso de colorantes fluorescentes para el desarrollo de impresiones de labios latentes


Los avances en la sensibilidad de las tecnologías utilizadas para examinar impresiones
latentes hacen necesario encontrar métodos más eficaces para localizar impresiones o
diferentes superficies. Las superficies más difíciles son las que son porosas o multicolo-
res, en cuyo caso las impresiones desarrolladas pueden no ser fácilmente visibles. Este
estudio analiza la efectividad de dos colorantes fluorescentes, azul nilo y rojo nilo, en el
revelado de las huellas latentes, tanto recientes como antiguas, en superficies porosas
y multicolores. Los resultados indican que el rojo nilo es un reactivo muy eficaz para el
desarrollo de impresiones de labios latentes en superficies difíciles de ese tipo.

Análisis de la efectividad de los lisocromos en el desarrollo de huellas labiales tanto


recientes como antiguas en superficies probadas
La investigación de las huellas latentes puede ser fundamental para resolver un acto
criminal. Además de las huellas dactilares, las manchas de lápices labiales pueden ser
investigadas. Russel y Welch (1984) afirmaron que el lápiz de labios tradicional produce
una impresión que inicialmente es bastante fácil de identificar. Sin embargo, la industria
cosmética ha desarrollado lápices de labios de larga duración que a menudo no dejan
impresiones visibles.
Ehara y Marumo (1998) informaron de que además de la huella digital, las huellas de
lápiz labial pueden ser de gran interés forense. La mancha de lápiz labial puede conducir
a la prueba indirecta de una relación o contacto entre una víctima y un sospechoso o un
sospechoso y una escena del crimen. Además, la posibilidad de extraer ADN de la saliva
de una impresión de lápiz labial puede ser muy valiosa en una investigación.
Fregeau et al. (2000) y Zamir et al. (2000) confirmaron que también es factible extraer el
ADN de las huellas.

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582 Manual de Criminalística y Criminología

Según Trozzi et al. (2001), existen diferentes métodos físicos y químicos que permiten
localizar y desarrollar impresiones latentes. Sin embargo, las impresiones de labios con
lápiz de labios de larga duración pueden ser visibles, requiriendo reactivos que son más
sensibles que los materiales convencionales para localizar y desarrollar las huellas labiales.
Las barras de labios tienen diferentes composiciones. Durante la fabricación del lápiz
labial de larga duración, el contenido de aceite se reduce al mínimo. Por lo tanto, el desa-
rrollo que utiliza recipientes y reactivos convencionales es más difícil.
Algunos estudios previos demostraron la efectividad de varios polvos de huellas dactilares
y reactivos en impresiones de lápiz labial. De estos, el rojo de la huella digital, el negro de
la impresión del dedo y el polvo metálico de plata resultaron ser los más eficaces (Álvarez,
1999). También se determinó que el yodo sublimado no produce desarrollo. Por lo tanto,
es necesario encontrar otros métodos de desarrollo que son más sensibles a los aceites y
más fáciles de aplicar. Entonces, los estudios se han llevado a cabo para analizar la efica-
cia de tres lisocromos diferentes para las impresiones digitales rojas y los polvos negros
y metálicos, así como ninhidrina en el desarrollo de láminas latentes de lápiz de labios de
larga duración sobre papel poroso y superficies de tela.
Budavem (1996) y Lillie (1969) apuntaron que el término lisocromo es genérico para los
compuestos que tienen la capacidad de teñir los ácidos grasos. Su molécula contiene una
porción que se disuelve en contacto con la grasa (liso) y otra que es responsable del color
(cromo). Los lisocromos tienen ventaja sobre el reactivo químico porque reaccionan con
grasas y reactivos físicos. Prepararon unas muestras después de aplicar el lápiz labial en
10 voluntarios y esperar los cinco minutos recomendados para que el lápiz labial se fijara.
Las impresiones se hicieron en papel de seda y tejido de algodón blanco usando presión
durante tres segundos. Las muestras fueron expuestas a condiciones ambientales.
Los diversos productos químicos utilizados para desarrollar las impresiones de labios
fueron:
1. Ninhidrina (base de acetona): en este caso se disolvieron 0,6 g de ninhidrina en
100 ml de acetona con agitación mínima.
2. Sudán III (solución): se disolvieron 1,5 g de sudán III en 100 ml de etanol, se
añadieron 50 ml de agua destilada y se agitó la mezcla.
3. Aceite rojo O (solución): 1,5 g de aceite rojo O se disolvió en 100 ml de etanol y
50 ml de agua destilada.
4. Sudán negro (solución): 0,375 g de sudán negro se disolvió en 100 ml de etanol
y 50 ml de agua destilada.
Las impresiones de labios latentes se desarrollaron a intervalos que oscilaban entre 1 y
40 días.

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Tema 19: Queiloscopia y la identificación humana 583

ADN DE LAS HUELLAS LABIALES


La técnica de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) provocó un gran avance en el
estudio del ADN, y los expertos en criminalística obviamente han notado las posibilidades
de que la aplicación de esta técnica pueda contribuir a investigar casos criminales. Ahora
es posible extraer y estudiar ADN de muestras muy pequeñas, incluso aquellas que son
visibles o latentes.
La posibilidad de estudiar los perfiles de ADN obtenidos a partir de huellas dactilares nos
permite considerar que las impresiones de labios invisibles o latentes pueden proporcio-
nar restos celulares a partir de los cuales se puede extraer ADN.
La búsqueda de impresiones invisibles o latentes en una escena del crimen requiere
métodos cada vez más simples, más sensibles y eficaces. Es de suma importancia que el
método utilizado permita un análisis posterior. En muchos casos puede comprobarse que
los reactivos comunes en los métodos bioquímicos y medicinales pueden ser útiles para
la investigación del delito.

DETERMINACIÓN DEL SEXO


De acuerdo con el estudio realizado por Malik y Goel, se obtuvieron los siguientes resulta-
dos: que no hay dos labios impresos que sean iguales, lo que establece la singularidad de
los labios impresos; que los Tipo I y Tipo I’ (según la clasificación de Tsuchihashi) fueron
más comunes en las mujeres, y el tipo IV y V se observaron más comúnmente en los
hombres; y que un total de 48 mujeres y 45 hombres fueron reconocidos correctamente
sobre la base de sus impresiones labiales.
En el pasado, algunos investigadores han trabajado en los labios probando las diferencias
de género. De acuerdo con el estudio de Vahanwala et al., el Tipo I y I’ fueron dominantes
en mujeres, mientras que el Tipo II y IV fueron dominantes en los hombres. Resultados
muy similares se obtuvieron de un estudio realizado por Sharma y Saxena, consistentes
todos ellos con el estudio de Malik y Goel. En este, se buscó conocer las variaciones en
el patrón labial de 100 individuos. A pesar de la presencia tanto de líneas como de surcos
en el labio superior y en el inferior, comenzando desde una esquina de la boca hasta la
otra, solo se tiene en cuenta la parte media, ya que siempre es visible en cualquier rastro.
Además, fue capaz de transmitir que las impresiones labiales contemplan el potencial de
determinación del sexo.
Quedó demostrado que la impresión de labios tenía un claro potencial en la determinación
del sexo y la raza. Las impresiones de labios fueron diferentes de las tomadas directa-
mente del labio. El porcentaje de precisión en la determinación de hombres no fue tan alto
como en las mujeres. Debe tenerse en cuenta que la impresión del labio es diferente de
la impresión de la huella digital y, en consecuencia, cada uno de ellos puede indicar los
diferentes acontecimientos ocurridos antes y después del crimen.

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584 Manual de Criminalística y Criminología

Figura 13. Labios de mujer vs. labios de hombre.

ESTUDIO DEL QUEILOGRAMA


Para poder proceder a un correcto estudio de cualquier queilograma que nos podamos
encontrar, es necesario tratarlo al igual que cualquier otro resto o indicio biológico que
podemos hallar durante una inspección ocular.
Se deberán aplicar los mismos procedimientos y protocolos de recogida de pruebas para
evitar la contaminación o destrucción de las mismas, así como para la prevención de un
posible contagio de alguna enfermedad por parte de la persona encargada de la recogida
de la muestra, ya que se pueden encontrar diferentes restos biológicos susceptibles de
transmitir algún tipo de enfermedad infecciosa.
El proceso de recogida y/o revelado debe de ser meticuloso y preciso, aplicando la técnica
o reactivo más adecuado en función de la superficie sobre la que podamos encontrar la
impresión, ya que de esto dependerá la calidad de la huella que obtengamos y el posible
uso posterior para realizar la comparativa entre indubitada y dubitada.
Para la toma de la muestra indubitada, se propone el uso de unos ejes con los que poder
compartimentar la muestra en porciones iguales y que facilite el estudio y comparación
de la misma. Estos ejes, dividen la muestra en lado superior izquierdo y derecho y lado
inferior izquierdo y derecho.
Tras el levantamiento, se aplicarán dichos ejes sobre una plantilla y se procederá al estu-
dio de los rasgos característicos anteriormente nombrados, procediendo a la comparación
entre las muestras obtenidas y basándose en la posición y distribución tanto de los rasgos
más determinantes como los específicos.
Podremos realizar el tratamiento informático de la huella obtenida mediante varios siste-
mas de tratamiento de imágenes, pero debemos tener en cuenta que si realizamos cual-
quier tipo de redimensionado de la imagen o tratamiento del color o exposición, debemos
hacerlo sobre una copia de la fotografía original, guardando esta sin modificar.

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Tema 19: Queiloscopia y la identificación humana 585

RUGOSCOPIA
Al estudio de las rugas palatinas para establecer la identidad de una persona se le da el
nombre de palatoscopia o rugoscopia. Los pliegues palatinos transversales o las rugas
palatinas son elevaciones asimétricas e irregulares de la mucosa localizada en el tercio
anterior del paladar, formada por la membrana lateral de la papila incisiva, dispuesta en
dirección transversal desde el rapto palatino situado en el plano sagital medio.
Las rugas palatinas, de la misma forma que las huellas dactilares, no cambian a lo largo
de la vida del individuo, están protegidas de traumatismos y altas temperaturas debido a
su posición interna en la cavidad oral, rodeadas y protegidas por labios, mejillas, lengua,
dientes y huesos y, además, no se ven afectadas por dispositivos protésicos. Las rugas
palatinas son únicas para cada individuo y son razonablemente estables durante el creci-
miento de una persona. Una vez formadas, solo cambian en su longitud, debido al creci-
miento normal, permaneciendo en la misma posición a lo largo de la vida de una persona,
ya que incluso una enfermedad, traumatismo o ataque químico parecen ser incapaces de
cambiar la forma de las rugas palatinas.

Figura 14. Rugas palatinas.

La palatoscopia puede ser utilizada como una técnica de necroidentificación. Resulta ser
de especial interés en aquellos casos en los que no hay huellas dactilares disponibles,
como en cuerpos descompuestos, cuerpos quemados y aquellos en condiciones en las
que faltan los miembros superiores. Es de las técnicas más valiosas en accidentes aero-
náuticos, para asegurar la identificación de pilotos haciendo uso de los datos ante mortem.
Hay diferentes maneras de analizar las rugas palatinas. La inspección intraoral es proba-
blemente el método más utilizado, ya que es de los más fáciles y económicos. Sin em-
bargo, esto puede crear dificultades si se requiere una revisión comparativa en el futuro.
Para ser más preciso y detallado, la necesidad de preservar la evidencia puede justificar
el uso de fotografías o impresiones. Si bien la observación de la forma de las rugas es un
proceso subjetivo, también es relativamente fácil de grabar y no requiere instrumentación
compleja.
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586 Manual de Criminalística y Criminología

Las rugas facilitan el transporte de alimentos a través de la cavidad oral, evitan la pérdida
de alimento de la boca y participan en la trituración de alimentos. Debido a la presencia de
receptores táctiles y gustativos, las rugas contribuyen a la percepción del gusto, cualida-
des mecánicas del alimento y posición de la lengua.
Sassouni ha afirmado que no hay dos paladares iguales en su configuración y que la huella
de paladar no cambia durante el crecimiento. Se considera que son estables durante toda
la vida (después de la finalización del crecimiento), aunque hay un debate considerable
sobre el tema.
La palatoscopia es una técnica que puede ser de gran interés en la identificación humana.
De hecho, contrariamente a las impresiones de los labios, es posible obtener datos ante
mortem estables. Tales registros se encuentran en la práctica odontológica en sus diver-
sas formas (moldes dentales, fotografías intraorales y prótesis dentales). Sin embargo,
la palatoscopia podría no ser tan útil en las investigaciones de escenas del crimen y en la
vinculación de sospechosos con escenas del crimen porque no se espera que ese tipo de
pruebas se encuentren en tales circunstancias.
Gitto et al. (1999) describieron un método en el que se añaden las rugas palatinas a las
prótesis dentales completas del paladar para mejorar los patrones de expresión verbal y
fonética en algunos pacientes.
Es importante señalar la existencia de patrones y formas anormales en las rugas palatinas,
ya que estas anomalías se consideran como un reflejo de alteraciones en el crecimiento
normal del paladar. Estos patrones anormales pueden ser utilizados como una caracte-
rística o signo adicional en el diagnóstico de paladar hendido en los seres humanos y se
ha utilizado como punto de referencia en las pruebas de cirugía pre y postquirúrgica de
paladar hendido.

HISTORIA DE LA RUGOSCOPIA
Las rugas fueron descritas por primera vez en 1732 por Winslow, con una posterior ilus-
tración de estas por primera vez de la mano de Santorini, en 1775, en la que puso un di-
bujo que representa tres líneas onduladas que cruzan la línea media del paladar. Además,
la aplicación de patrones de rugas palatinas para la identificación personal fue sugerida
por Allen en 1889.
El primer sistema de clasificación fue presentado por Goria en 1911, donde caracterizó el
patrón de las rugas especificando el número de rugas o la zona rugosa con respecto a los
dientes. Cabe destacar, además, que la rugoscopia fue propuesta por primera vez en 1932
por un español llamado Trobo Hermosa. Posteriormente, en 1937, Carrea llevó a cabo un
estudio detallado y estableció un método para clasificar las rugas palatinas.
En 1983, Brinon, siguiendo los estudios de Carrea, dividió las rugas palatinas en dos gru-
pos (fundamentales y específicas), de manera similar a la realizada con las huellas dactila-

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Tema 19: Queiloscopia y la identificación humana 587

res. De esta manera, la dactiloscopia y la rugoscopia se unieron como métodos similares


basados en la misma base científica. Thomas y Van Wyk documentaron una identificación
exitosa de un cuerpo desdentado severamente quemado por los patrones de rugas con
registros ante mortem.

ANATOMÍA DE LAS RUGAS PALATINAS


Embriológicamente, el patrón palatino de las rugas aparece hacia el tercer mes de vida in-
trauterina desde el tejido conectivo de cobertura en el proceso palatino del hueso maxilar.
Las rugas palatinas de los mamíferos son crestas transversales que se forman exclusiva-
mente por la mucosa del paladar duro, excepto donde se puede distinguir una base osi-
ficada. Las rugas son pliegues anatómicos o arrugas, el tejido conectivo fibroso irregular
situado en el tercio anterior del paladar. Están involucradas en la deglución oral y ayudan
a mejorar la relación entre los alimentos y los receptores del gusto en la superficie dorsal
de la lengua.
El número de rugas en cada lado del paladar varía entre tres y cinco, no se extienden más
allá de la mitad anterior del paladar duro y nunca cruzan la línea media. Las rugas anterio-
res suelen ser más prominentes que las rugas posteriores. Dos tercios de las rugas son
curvas y el resto son angulares. Las últimas rugas frecuentemente se dividen; las partes
medial y lateral no están conectadas y no continúan en su orientación axial. Las rugas
fragmentarias frecuentemente están presentes, particularmente en la mitad posterior del
territorio de las rugas.
La forma, longitud, anchura, prominencia, número y orientación de las rugas palatinas va-
rían considerablemente entre las personas. La variación también existe, aunque en menor
medida, en el lado izquierdo y derecho de la misma persona. La inclinación de las rugas al
plano sagital puede diferir notablemente entre ambos lados. En general, no existe simetría
bilateral en el patrón de las rugas.
Forman elevaciones más o menos prominentes y toman varias configuraciones. Su diseño
y estructura son inalterados por productos químicos, calor, enfermedad o trauma. Si las
rugas palatinas son destruidas, se reproducen exactamente en el mismo sitio. La forma,
la disposición y las características no se ven afectadas por la erupción de los dientes o su
pérdida, pero a veces las rugas palatinas más próximas al arco alveolar cambian ligera-
mente de posición después de la extracción dental. Sin embargo, algunos sucesos pue-
den suponer ciertos cambios en el patrón de las rugas palatinas, como la succión de de-
dos en la infancia y la presión persistente debido a algún tipo de tratamiento odontológico.
Histológicamente, las rugas son escamosas estratificadas (escamas en capas), principal-
mente de epitelio para keratinizado, sobre una base de tejido conectivo, similar al tejido
adyacente del paladar. Thomas informó de diferencias en los núcleos de rugas tomadas
de embriones humanos de más de 20 semanas. Encontró que el contenido de fibras de

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588 Manual de Criminalística y Criminología

reticulina era muy delicado y que los fibroblastos eran diferentes en cantidad y tamaño
del tejido palatino adyacente. Muchos investigadores han estudiado la morfología de las
rugas palatinas y las diferencias raciales, pero muy pocos han estudiado la individualidad
de las rugas palatinas.

CLASIFICACIÓN
El primer sistema de clasificación para el patrón de rugas palatinas fue desarrollado por
Goria en 1911, y se categorizó de dos maneras: especificando el número de rugas y es-
pecificando la extensión de la zona rugosa con respecto a los dientes. En este sistema las
rugas compuestas de dos o más ramas se contaron como una sola, ya sea en forma de
V o Y. Distinguió además dos tipos de rugas: simples o primitivas, y más desarrolladas.
Según la clasificación de Trobo, las rugas palatinas se clasificaron en dos grupos:
• Rugas simples: donde las formas rugosas estaban bien definidas y subclasificadas
como A, B, C, D, E, F.
• Rugas compuestas: donde las rugas fueron formadas por la unión de dos o más
rugas simples y se clasificaron como tipo X.

Forma de la ruga Descripción Nomenclatura


Simples Derivadas
Recta A A
Curva B B

Ángulo C C

Círculo D D

Sinuosa E E
Punto F f

Figura 15. Clasificación según Trobo de las huellas palatinas.

La clasificación de Lysell, en 1955, resultó ser la más importante, y se ha utilizado exten-


samente en las investigaciones que implican a las rugas. Es integral e incluye la papila
incisiva. Las rugas palatinas se miden en una línea recta entre el origen y la terminación,
y se clasificaron en función de longitud de la siguiente manera:
• Rugas primarias: 5 mm o más (> 5 mm).
• Rugas secundarias: 3 a 5 mm.
• Rugas fragmentarias: 2 a 3 mm.
• Rugas menores de 2 mm (generalmente no se tienen en cuenta).

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Tema 19: Queiloscopia y la identificación humana 589

Las rugas de ambos lados del paladar están numeradas separadamente de anterior a pos-
terior y clasificadas según su forma, posición u origen en relación con el rafe de la palatina
mediana. En este sistema se reconocen tres categorías de unificación: origen común que
diverge lateralmente, orígenes separados que convergen lateralmente y orígenes separa-
dos que convergen lateralmente pero que implican una ruga primaria y una secundaria.
Las ramas, las roturas, las papilaciones, las formaciones anulares y las espirales se cuen-
tan, mientras que las direcciones de las rugas se miden en grados con relación a los rafes
de las palatinas medianas. Es importante observar la distribución de las rugas secundarias
y fragmentarias, observando la proximidad a la ruga primaria más cercana mientras se
estudia la relación de la frontera posterior con los dientes. Se mide la papila incisiva y
posteriormente se clasifica según una de las siete formas.
La clasificación de Kapali et al. dependía de la forma, por lo que las rugas palatinas podrían
dividirse en:
• Curvas.
• Onduladas.
• Rectas.
• Circulares.
Carrea clasifica las rugas palatinas dividiéndolas en cuatro tipos diferentes teniendo en
cuenta su dirección y recibieron números romanos. Incluyen:
• Tipo I: rugas dirigidas posterior-anterior.
• Tipo II: rugas perpendiculares al rafe.
• Tipo III: rugas dirigidas anterior-posterior.
• Tipo IV: rugas dirigidas en varias direcciones.
Clasificación de Martín dos Santos: se basa en la forma y posición de cada ruga palatina.
Esta clasificación indica y caracteriza lo siguiente:
• Una ruga inicial. La anterior en el lado derecho está representada por una mayús-
cula.
• Varias rugas complementarias. Las otras rugas están representadas por números.
• Varias rugas subcomplementarias. Las otras rugas de la izquierda están represen-
tadas por números.
La clasificación por Basauri se compone de dos grupos: simples y compuestas. Estos, a
su vez, se subdividen en 10 tipos que describen formas particulares: 0, señalado; 1, recto;
2, curvado; 3, en ángulo; 4, sinuoso; 5, circular; 6, griego; 7, en forma de cáliz; 8, en forma
de raqueta; 9, ramificado.
Lima, por otro lado, realiza una clasificación que consta de cuatro tipos principales: pun-
teado, recto, curvo y compuesto. Cada tipo tiene un símbolo numérico y otro alfabético,
uno que denota la forma y el otro la posición. El autor informó que esta clasificación es

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590 Manual de Criminalística y Criminología

utilizable en el trabajo forense cuando forma parte de la tetralogía de identificación: dacti-


loscopia, odontoloscopia, rugoscopia y hematografía.
Fue Caruso quien subdividió la morfología rugosa en lineomorfismo y configuración. Ano-
tó la dirección del volumen y el número de rugas, junto con la relación entre su margen
distal y los dientes.
Tzatscheva y Jordanov, en cambio, clasificaron rugas según su dirección, ramificación,
simetría y radialidad. Ellos contaban el número de rugas, pero si las rugas formaban una
red, los autores anotaban esto como tal.

CONCLUSIONES
La odontología forense es una técnica muy desarrollada y con una utilidad demostrada y
consolidada. Teniendo en cuenta la singularidad de la dentición de cada individuo, debido
tanto a las propiedades anatómicas como a los complementos restauradores, suman-
do además las características debidas a diferentes costumbres étnico-raciales únicas, la
odontología forense asegura la exactitud de los resultados, mediante un empleo preciso
de todas las técnicas disponibles. La correcta identificación de las víctimas en accidentes
y desastres naturales, a pesar de ser una tarea muy complicada, es de gran importancia.
La queiloscopia y rugoscopia, en cambio, son campos relativamente nuevos entre todas
las herramientas de identificación disponibles para la ciencia forense. Ambas han genera-
do información útil, como que las impresiones son únicas para cada individuo y que pue-
den usarse para fijar la identidad de una persona, que, además, permanecen estables con
el tiempo y en el caso de las impresiones labiales también muestran diferencias de géne-
ro. Trabajar todavía más sobre ambos temas puede ayudar a hacer de la queiloscopia y la
rugoscopia una realidad práctica en el nivel básico del proceso de identificación forense.
Una de las dificultades que se nos presentan al llevar a cabo estas técnicas es que úni-
camente poseemos información ante mortem con la odontología forense, gracias a los
registros dentales. No obstante, en algunos de estos registros odontológicos y teniendo
en cuenta algunos tratamientos específicos que pueden incluir al paladar de alguna forma,
podría encontrarse información útil relativa a las rugas palatinas de los pacientes. A pesar
de ello, generalmente no existen registros de huellas labiales ni de rugas palatinas, por lo
que sus funciones son más reducidas.
Por otro lado, en lo que atañe a la identificación, la queiloscopia es utilizada sobre todo
para realizar la comparación de huellas labiales encontradas en el lugar de los hechos
con las impresiones de un sospechoso. Las rugas palatinas, en cambio, por su posición
en la boca, es prácticamente imposible que dejen algún tipo de evidencia en una escena
del crimen. La odontología forense, haciendo referencia a lo mencionado anteriormente,
profundiza más en accidentes y desastres naturales, en cuyos casos encajaría también la
rugoscopia.

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Tema 19: Queiloscopia y la identificación humana 591

Todas las técnicas desarrolladas han demostrado ser de gran utilidad, siendo capaces
entre todas ellas de abarcar multitud de casos diferentes en los que un individuo debiera
ser identificado. Por ello, cabría la necesidad de trabajar más sobre estos temas, ya que
puede ayudar a hacer de la odontología forense, queiloscopia y rugoscopia, una realidad
práctica en el nivel básico del proceso de identificación forense.
Cualquier proceso que posea la posibilidad de ayudar en la identificación de un individuo
debe ser perseguido, y si finalmente se considera válido, utilizado en el ámbito de las
investigaciones criminales y los procedimientos legales.
Teniendo en cuenta que no es posible elegir el tipo de prueba que nos vamos a encontrar
en un escenario del crimen y que son muchos los indicios posibles, es indudable la venta-
ja que podría obtenerse de contar con registros ante mortem de todas las características
con posibilidades identificativas de la boca. Es decir, al realizar los registros dentales, no
supondría ningún coste (ni económico, ni temporal), registrar también las rugas palatinas
y las impresiones de los labios, si además ha quedado probado que no requieren instru-
mentos complejos.
Dada la cantidad de atentados, desastres naturales, accidentes aéreos, etc., a los que nos
enfrentamos diariamente, la identificación personal ha pasado a ser un tema primordial
por lo que cuantas más técnicas identificativas tengamos a nuestra disposición, mayor
valor tendrá el resultado que obtengamos.
Por tanto, sería de gran beneficio llevar a cabo estudios adicionales en muestras grandes
y tomar más parámetros para el análisis de todas estas técnicas, sobre todo, de las menos
desarrolladas como son la queiloscopia y la rugoscopia, en todas las razas del mundo para
poder preparar datos mucho más consolidados y que se genere una unanimidad en su
utilización.

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20
RECONSTRUCCIÓN VIRTUAL
DE CASOS CRIMINALES
Federico Baudino
Experto en nuevas tecnologías aplicadas a la investigación criminal
Universidad Católica de Córdoba
Argentina

INTRODUCCIÓN
La realidad aumentada es una tecnología que combina el mundo real con el virtual me-
diante un proceso informático, enriqueciendo la experiencia visual y mejorando el canal de
comunicación. Es utilizada con gran éxito en distintos ámbitos, tales como la arquitectura,
la educación o la publicidad, como así también en disciplinas de rigor científico, y como
tales no quedan excluidas la criminalística, la criminología y la seguridad vial. Para traba-
jar con esta tecnología es necesario contar con: 1) Monitor o proyector: donde se verá
reflejado la suma de lo real y lo virtual formando la realidad aumentada. 2) Cámara web
o similar: dispositivo que toma la información del mundo real y la transmite al software
de realidad aumentada. 3) Software: programa que toma los datos reales y los transfor-
ma en realidad aumentada. 4) Marcadores: son códigos impresos en hojas de papel con
símbolos que el software interpreta y realiza la respuesta deseada. Actualmente, se puede
trabajar con esta tecnología a través de tablet, smartphone y lentes inteligentes.
A continuación se exponen algunas de las utilidades de la implementación de esta tecno-
logía en disciplinas vinculadas a las ciencias forenses e investigación criminal.

LA REALIDAD AUMENTADA EN LA SEGURIDAD VIAL


La seguridad vial es entendida como un conjunto de condiciones que abarcan múltiples
factores, que permiten que el transporte viario se realice con el mínimo riesgo de sufrir
un accidente y, en caso de que este se produzca, con las menores consecuencias posi-
bles. El mínimo riesgo, como objetivo final, conlleva el estudio constante de condiciones

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594 Manual de Criminalística y Criminología

de seguridad, desde aquellas que tienen más injerencia en los siniestros viales, como la
conducción a gran velocidad, el uso del teléfono móvil, etc., a aquellas que no tienen ese
impacto, como lo es la distracción del conductor al observar el tablero de instrumentos
del automóvil (velocidad, GPS, etc). Siguiendo este orden de ideas, la empresa Continen-
tal desarrolló la tecnología Head-Up Display con el objeto de reducir la distracción del
conductor y aumentar la seguridad del conductor.
Para visualizar un tablero de instrumentos (Abréu, 2014), ya sea para ver la velocidad
crucero o la ubicación geoespacial, necesariamente —y aunque sea un instante— se tiene
que quitar la visión de la vía pública. La vista necesita adaptarse a una distancia más corta
y enfocar antes de comenzar el flujo de información. Este proceso se repite cuando se
levanta nuevamente el ángulo de visión, para readaptarse a una mayor distancia visual y
volver al entorno de tráfico. Esta actividad toma tiempo y esfuerzo en la vista, más aún si
sucede con frecuencia.
Para realizar esta secuencia, se requiere como mínimo medio segundo, cuando se trata
de un tablero de instrumentos de un tamaño considerable. Esto significa que cuando los
conductores apartan su mirada a una velocidad de 120 km/h de la vía pública se pierde
por unos 33 metros la visión de la calzada.
Un head-up display permite al usuario disponer de la información directamente en la línea
de visión, es decir, sobre la vía pública. Los conductores reciben la información relaciona-
da con la velocidad, las señales de advertencia y flechas indicadoras para la navegación,
sin necesidad de bajar la mirada para observar el tablero de instrumentos o una pantalla
secundaria.

Figura 1. Ejemplo de head-up display.

La imagen virtual no se advierte de manera plana sobre el parabrisas, sino como “flotante”
sobre el capó a una distancia aproximada de dos metros, disponiendo una información
adicional de tal relevancia que permitirá captar situaciones de riesgo mucho más rápido,
por ejemplo, el sistema emite una alerta temprana cuando no hay una distancia prudencial
con el vehículo que circula delante teniendo en cuenta las velocidades de ambos vehículos.

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Tema 20: Reconstrucción virtual de casos criminales 595

En el año 2010 la empresa Continental comenzó la producción en serie de la segunda ge-


neración de pantallas de visualización frontal, en los automóviles Audi A6, A7 y A8 Series,
BMW Serie 3 y Mercedes-Benz C-Class.
La seguridad vial es una de las temáticas que ocupa y preocupa a los gobernantes, que
tienen el desafío de reducir considerablemente los siniestros viales que implican una de
las mayores causas de pérdida de vidas humanas. No caben dudas que con el auxilio de la
tecnología, en un futuro próximo, las pantallas frontales de realidad aumentada ayudarán
a hacer la conducción más segura y fiable.
Asimismo, la Universidad de Porto, en Portugal, en el Simposio Internacional sobre la
Realidad Mixta y Aumentada de Adelaide (Australia) en octubre del año 2013 presentó un
sistema llamado See-Through (STS). Esta herramienta innovadora permite ver “a través”
de vehículos de gran tonelaje como colectivos y camiones, que se caracterizan por obs-
truir la visión del conductor que le precede.
Funciona de la siguiente manera, estos vehículos de gran tamaño están equipados con
una cámara web en el parabrisas direccionada hacia la carretera. Por su parte el automo-
tor que lo precede tienen una pantalla LCD transparente integrada a su parabrisas. Cuando
un conductor se queda atascado detrás de uno de estos vehículos por carecer de un
ángulo de visión propicio para adelantar, tiene la opción de recibir de forma inalámbrica
un vídeo en vivo desde la cámara parabrisas del autobús o camión. Las imágenes transmi-
tidas se muestran en el parabrisas del LCD del automóvil, y se ubica en la parte posterior
del vehículo de gran tamaño.

Figura 2. Ejemplo de See-Through.

Como resultado, el conductor del automóvil es capaz de ver lo que advierte el sujeto que
conduce el camión o autobús, precisamente en la posición que ocupan estos vehículos en
la carretera. Esto le permite identificar claramente si está en condiciones de realizar una
maniobra segura de adelantamiento.

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596 Manual de Criminalística y Criminología

LA REALIDAD AUMENTADA EN LA MEDICINA FORENSE


La realidad aumentada es una tecnología que sigue modificando la forma de entender y
transmitir conocimientos relevantes en las ciencias. Por tanto, la capacidad de enriquecer
la visión de la realidad mediante el uso de información digital juega un papel importante
en el área de la medicina.

Figura 3. Realidad aumentada en el campo quirúrgico.

Con estas técnicas se puede guiar un procedimiento quirúrgico complejo, mediante la


superposición de imágenes tridimensionales generadas por el ordenador con la imagen
real del paciente; estos objetos virtuales sectorizarán áreas delicadas, puntos de incisión,
delimitación de tumores, etc. Con las técnicas de realidad aumentada aplicadas en el
campo quirúrgico, se consigue obtener en el paciente un efecto de “piel/hueso trans-
parente”, consiguiendo de esa manera que el cirujano obtenga una visión mejorada del
campo operatorio. Recientemente, el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla ha incorporado
un sofisticado software de recreación virtual que le permite “viajar” en tres dimensiones a
través del corazón, sin necesidad de acceder a él mediante técnicas quirúrgicas. Gracias a
esta tecnología es posible ganar precisión y seguridad diagnóstica, así como eliminar los
tiempos de espera clínica, al conseguir en tiempo real los resultados de la exploración.
Cabe destacar la realidad aumentada como complemento de la medicina forense en la
autopsia tradicional, en lo que se conoce como “virtopsia”, para denominar el conjunto
de procedimientos de API (índole manipulativo o mensurativo que se aplican sobre una
imagen digital) con finalidad forense, que pueden realizarse sobre imágenes digitales
obtenidas mediante radiología, tomografía computada (TC), resonancia magnética (RM) y
ultrasonido (US).

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Tema 20: Reconstrucción virtual de casos criminales 597

Disponiendo de esta información científica intracorpórea de manera virtual, se podrá inte-


ractuar utilizando la técnica de realidad aumentada sobre el cuerpo del occiso obteniendo
conocimientos adicionales, tales como trayectorias, lesiones, fracturas, etc.

Figura 4. Sectorización del área mediante realidad virtual para la intervención quirúrgica.

Siguiendo esto, el Instituto de Medicina Forense de la ciudad de Berna (Suiza) desarrolló


un sistema integrado en una cámara gamma y un equipo conectado a una tablet, que per-
mite capturar simultáneamente la anatomía interna del occiso, directamente en la pantalla
del dispositivo. El sistema es móvil, sin marcadores, intuitivo y en tiempo real, promete
tener un alto potencial debido en la simplicidad y su bajo costo.
No caben dudas de que la tecnología de realidad aumentada (Kilgus, 2015) tiene y va a
tener una gran incidencia en disciplinas vinculadas a las ciencias forenses, como así tam-
bién una repercusión directa en las ciencias criminalísticas y penales.

LA REALIDAD AUMENTADA EN LA EXPOSICIÓN DE LAS CONCLUSIONES


PERICIALES
De acuerdo a las actividades prácticas realizadas desde la oficina de reconstrucción de la
Policía Judicial de la Provincia de Córdoba, creada por el Dr. Federico Baudino, podemos
dar cuenta sobre la utilidad de esta tecnología en la investigación judicial de hechos delic-
tivos, como así también en la exposición del material probatorio en el juicio penal.
Se exponen a continuación algunas de las modalidades que fueron ejercitadas basándose
en causas comisionadas que ya fueron juzgadas.

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598 Manual de Criminalística y Criminología

BALÍSTICA–MEDICINA LEGAL
Uno de los mayores desafíos del perito —sea oficial o de parte— será transmitir sus co-
nocimientos de manera clara, precisa, y metódica, no solo para el entendimiento de los
magistrados y las partes, sino además para garantizar la defensa en el juicio por parte del
imputado. Es por ello que se aconseja la utilización de apoyo gráfico a sus conclusiones,
especialmente cuando en las mismas predomina el lenguaje técnico científico.
El objeto de prueba es aquello susceptible de ser probado, aquello sobre lo que puede o
debe recaer la prueba, puede versar en objetos (arma de fuego secuestrada) o personas
(cuerpo de la víctima), estos elementos cobran importancia desde el punto de vista jurí-
dico, cuando el perito como sujeto procesal le suministra al juez el conocimiento sobre
las circunstancia de interés criminalístico que conforman al objeto de prueba, y que va a
permitir tener por acreditada (o no) alguna proposición fáctica del hecho que se investiga.
En las pericias balísticas y médicas forenses de delitos contra la integridad física de las
personas mediante el uso de un arma de fuego, resulta necesario explicitar con rigor
científico la posición de víctima y victimario al momento de ejecutarse el o los disparos,
teniendo en cuenta la trayectoria del proyectil y las lesiones extra e intracorpóreas. Estas
conclusiones van a ser receptadas por el juez con el objeto de establecer la figura penal
a aplicar, siendo totalmente relevante para tener por acreditado la conducta del victimario
y de esa manera calificar el hecho con todos los elementos del tipo penal que exige el
ordenamiento penal.
Las conclusiones llevarán a los magistrados a inclinarse por una figura simple (homicidio
simple), una figura agravada (homicidio calificado por alevosía), por una figura atenuada
(estado de emoción violenta), una excusa absolutoria (legítima defensa), variando de ma-
nera sustancial la pena a aplicar, desde cadena perpetua a la absolución del imputado. Por
todo lo expuesto, podemos afirmar la gran importancia probatoria que tienen las conclu-
siones del médico forense y del perito balístico al determinar la posición en la escena del
crimen, de la víctima y victimario en el momento de ejecutarse el disparo.
La realidad aumentada aparece como una herramienta de trabajo, para ilustrar de manera
acabada, categórica y científica el cuadro probatorio esencial para la resolución del hecho
delictivo. Cabe destacar, que además de no ser una técnica compleja desde el punto de
vista informático, se distingue ampliamente con métodos de transmisión de conocimien-
tos tradicionales como pueden ser el informe escrito o infografías en dos dimensiones.
Con la tecnología de realidad aumentada es posible observar y dejar registrado de ma-
nera clara y precisa cada una de las conclusiones de los forenses, y por lo tanto mejorar
significativamente el canal de comunicación con los magistrados, ya que facilita notable-
mente el entendimiento de las teorías del caso por parte de los idóneos, dejando de lado
tecnicismos y malas interpretaciones por parte de los sujetos procesales que carecen de
conocimientos científicos (Baudino, 2014).

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Tema 20: Reconstrucción virtual de casos criminales 599

Se muestra a continuación el trabajo con realidad aumentada, en donde el perito balístico


ilustra la posición de víctima y victimario en el momento de ejecutarse los dos disparos
en cuestión, logrando de este modo incorporar información objetiva, siguiendo las con-
clusiones del informe planimétrico.

Figura 5. Realidad aumentada del momento en el que se produce el disparo.

JUICIO ORAL
En los sistemas acusatorios adversariales, el juicio oral es la etapa procesal más impor-
tante a la que deben enfrentarse los peritos, sean oficiales o de parte.
En el juicio penal, el debate se debe desarrollar con observancia a ciertos caracteres, tales
como la oralidad, inmediación, contradicción, publicidad y continuidad. El experto forense
deberá exponer sus conclusiones de manera oral en audiencia pública y frente al tribunal
de juicio, el órgano acusador y la defensa, quienes le realizarán preguntas en forma de
interrogatorio y contrainterrogatorio.
Con el aporte de la realidad aumentada (Baudino, 2011), el criminalista se puede posicio-
nar frente al juez en el debate oral junto con una reproducción tridimensional de la víctima
en tamaño real, con la misma altura, vestimenta, rasgos fisonómicos, heridas, etc. Podrá
indicar de un modo ilustrativo, detallado y convincente, posiciones, secuencias de las he-
ridas, trayectorias, etc. De esta manera resulta factible transmitir al juez el conocimiento y
las conclusiones periciales en forma fidedigna, concisa y pragmática. En la fotografía que
se adjunta se puede advertir que se colocó el patrón gráfico en el piso, el software codi-
fica la imagen tridimensional de la víctima conjuntamente con la trayectoria del proyectil
de acuerdo a las conclusiones balísticas. Al girar el patrón, de la misma manera girará la
representación virtual, por lo que podrá ser apreciada desde cualquiera de sus ángulos. En
el mismo sentido se puede añadir el esqueleto de la víctima en la misma escala, posición
y ubicación en la silla, mostrando el recorrido del proyectil en el interior del cuerpo, indi-

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600 Manual de Criminalística y Criminología

cando y detallando los huesos que fueron perforados. Queda de manifiesto la relevancia
en la ilustración del material probatorio, facilitando al idóneo mostrar y ejemplificar sus
conclusiones periciales. Sea un perito balístico o un médico forense podría interactuar
con la víctima para exponer de manera sencilla, dinámica y categórica los resultados de
su labor pericial.

Figura 6. Aporte de realidad aumentada para un juicio oral.

ACCIDENTOLOGÍA VIAL
La accidentología vial se nutre de fotografías, relevamiento planimétrico, mecánico y me-
diante la aplicación de principios fisico-matemáticos en el análisis de huellas, deformacio-
nes, rastros, posiciones finales y otros elementos, se llega a una conclusión pericial sobre
la “mecánica del hecho”.
Este elemento de prueba va a permitir al magistrado encuadrar la conducta del acusado en
alguna de las figuras penales establecidas en el ordenamiento de fondo. Razón por la cual,
estas conclusiones periciales van a permitir al juez armar su teoría del caso y dictaminar
si corresponde atribuirle al imputado un homicidio/lesiones simples por dolo eventual, un
homicidio/lesiones culposas, o bien si el hecho investigado no encuadra en un tipo penal.
Posiblemente, la accidentología vial es —por la complejidad de las secuencias fácticas—
una de las disciplinas forenses en donde más se hace uso de los recursos informáticos
para exponer la mecánica del siniestro vial. Tanto es así, que resulta difícil explicar una
mecánica del hecho, combinando todos los conocimientos técnicos-científicos que pue-
den haber influido en el desencadenamiento del siniestro. Por este motivo, las conclu-
siones transmitidas de manera escrita o verbal sin apoyo de infografías llevan a distintas
interpretaciones por la dificultad de transmitir las circunstancias de tiempo, lugar, modo
y personas, de manera simultánea y eficaz.

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Tema 20: Reconstrucción virtual de casos criminales 601

Es así que la realidad aumentada aparece como una tecnología que permite exponer a
los expertos de manera sencilla, científica y fidedigna cada una de las consideraciones y
conclusiones arribadas en su informe pericial.
Se ilustran a continuación una serie de imágenes demostrativas de la aplicación de la
realidad aumentada en la exposición de las conclusiones periciales por parte del perito
en accidentología vial. Animación forense que respeta el informe de planimetría legal del
lugar del hecho y las medidas a escala real de los vehículos intervinientes en el suceso
presuntamente delictivo y, por supuesto, las conclusiones científicas de la labor pericial.

Figura 7. Ejemplo de animación forense para accidentología vial.

Se advierte cómo el software (Buildar) codifica tres patrones gráficos sobre la mesa de
trabajo, representando un Ford K, un Chevrolet Meriva y la autopista en donde ocurrió el
siniestro. Esta tecnología le permite al perito interactuar con la imagen tridimensional con
total facilidad sin necesidad de tener conocimientos informáticos, de manera dinámica y
sencilla.
En la parte inferior derecha se advierte la mano del idóneo manipulando los códigos que
representan los vehículos partícipes del accidente. El patrón gráfico de la derecha con-
forma el “escenario del suceso”, la autopista confeccionada tridimensionalmente en base
al informe planimétrico, el que se puede observar posicionado por debajo del vidrio de
la mesa, esto es porque es el único patrón que no requiere movimiento. El código de la
izquierda representa al Ford K, mientras que el que se encuentra en el medio al Chevrolet
Meriva. El perito desplaza estos dos patrones “reconstruyendo el hecho” de acuerdo a
las conclusiones periciales arribadas en su labor. La aplicación de esta tecnología permite
interpretar de manera fidedigna cada uno de los elementos de prueba aportados por el
especialista, que van a mejorar notablemente el canal de comunicación con los órganos
judiciales.

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602 Manual de Criminalística y Criminología

LOS DRONES, LA REALIDAD AUMENTADA Y LA ACCIDENTOLOGÍA VIAL


Los drone (zángano en inglés), conocidos como vehículos aéreos no tripulados (VANT),
son una tecnología de constante crecimiento en los últimos años. El ejemplo más antiguo
fue desarrollado después de la primera guerra mundial, sin embargo, no es hasta finales
del siglo XX, cuando operan los VANT mediante radio control, con todas las características
de autonomía. En el ámbito de la observación de la tierra estos androides tienen múltiples
aplicaciones y posibilidades en el mercado civil, tales como cartografía, agricultura, plani-
ficación urbanística, geología, etc.
Como en otros casos, el avance de la tecnología repercute directamente en las ciencias
forenses y por consiguiente en la criminalística. En efecto, los vehículos aéreos no tripu-
lados son utilizados con gran éxito como complemento de los Sistemas de Identificación
Geográfica (G.I.S.), en la fotogrametría mediante topografía con ortofotos para realidad
aumentada.
Desde una óptica forense, adquiere importancia en el relevamiento de escenas del crimen
de siniestros viales, donde resulta de interés criminalístico y jurídico, la morfología, medi-
das y distancias de las huellas de frenado, la ubicación de obstáculos en la visibilidad, el
modelado 3D de los vehículos detallando los impactos, deformaciones y ubicación precisa
de los objetos y personas intervienes en el escenario del suceso.
Las ortofotografías obtenidas con los VANT en 2D, complementadas con las técnicas de
realidad aumentada a escala real, van a permitir al experto forense ilustrar acabadamente
y desde una vista panorámica privilegiada, la mecánica del siniestro vial.

Figura 8. Vista de drone del escenario de un accidente automovilístico.

Queda en evidencia que el apoyo gráfico mediante estas técnicas de recreación virtual
conllevan a la obtención, por parte del perito, de una información adicional de carácter
objetivo y con un alto nivel de convicción, que supera claramente las conclusiones escri-
tas convencionales (Baudino, 2011).

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Tema 20: Reconstrucción virtual de casos criminales 603

LA RECONSTRUCCIÓN VIRTUAL COMO TÉCNICA DE LITIGACIÓN EN JUICIOS ORALES


La tecnología crece a una velocidad inestimada, incorporándose de forma positiva en la
confección e ilustración del material probatorio, aportando a la ciencia jurídica herramien-
tas de construcción de verdad, como es la reconstrucción virtual de un hecho delictivo en
el proceso penal, entendida como una “recreación forense animada sobre las circunstan-
cias de tiempo, lugar, modo y personas del presunto hecho delictivo”.
La reconstrucción virtual es una herramienta que dinamiza el juicio penal, permitiéndole al
juez hacerse una idea más clara de los hechos; le concede la posibilidad de representarse
lo ocurrido, puesto que con un conjunto de animaciones se recrea la escena, formándose
una película virtual ajustada a las leyes físicas, así como al material probatorio obrante en
las actuaciones.
Confeccionar la reconstrucción virtual de cualquier hecho delictivo implica crear una serie
de imágenes fotorrealistas del hecho que se obtienen de la prueba legalmente incorpo-
rada en las actuaciones, para luego, reproducirlas en forma secuencial de manera que el
espectador pueda percibir el hecho en forma de una película.
El proceso de creación de las imágenes fotorrealistas consiste, primeramente, en el dibu-
jado de la escena del lugar o escenario del hecho a reconstruir. Este proceso contempla
la creación de figuras (proyecciones) tridimensionales que se basan en planimetría legal
y fotografía legal, estas proyecciones poseen propiedades semejantes a las cualidades
reales de los objetos que intervinieron en el hecho.
Esto quiere decir, que cada objeto que se coloca en la escena (Baudino, 2011) y que luego
es observado en la reconstrucción virtual, representa no solo la morfología del elemento,
sino que además cuenta con las propiedades relevantes del mismo, como las que se
detallan a continuación:
a) Es proyección tridimensional: esto implica que la figura posee volumen (proyecta-
do) y que puede ser apreciado desde cualquier ángulo de visión.
b) Sus dimensiones son proporcionales (posee una escala) a las dimensiones del
objeto real.
c) Posee colores, materiales y texturas que también son proporcionales a las del
objeto real.
Se ilustra a continuación el proceso anteriormente descrito. En la imagen 1 (ver Figura 9),
se ilustra una imagen fotográfica del lugar del suceso obtenida por fotografía legal. En la
imagen 2 (ver Figura 9) el plano efectuado por planimetría legal.

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604 Manual de Criminalística y Criminología

Figura 9. Ejemplo de lugar y su mapa correspondiente.

Se expone en las siguientes imágenes (ver Figura 10) una representación vectorial de
los objetos involucrados en el hecho, en una vista en perspectiva, donde se aprecian sus
proporciones y tamaño a escala, representados en forma tridimensional.

Figura 10. Representación vectorial en perspectiva de una estancia.

En las siguientes imagenes (ver Figura 11) se añade, para un lograr un mayor realismo,
texturas, materiales y colores similares a los objetos reales.

Figura 11. Escenario virtual.

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Tema 20: Reconstrucción virtual de casos criminales 605

Al poder construir con el ordenador una representación que contemple todas las ca-
racterísticas anteriormente mencionadas, no solo se está logrando dibujar el escenario,
además las imágenes logradas presentan la posibilidad de poder ser contempladas por
cualquiera de sus lados. Esta circunstancia permite colocar al operador en la posibilidad
de “ubicarse”, a través de la percepción, en un espacio que presenta propiedades muy
semejantes a las del lugar real.
Después de obtener el escenario del suceso en tres dimensiones, se procede a crear
digitalmente los personajes intervinientes en el hecho delictivo. Para tal fin se tiene en
consideración las características fisonómicas de los personajes, color de piel, rasgos del
rostro, cabellos, altura, edad, contextura física, etc. Seguidamente, teniendo en cuenta el
material probatorio obrante en autos, se procede a añadir vestimentas y objetos específi-
cos, armas, relojes, gorros, entre otros.
Se ilustra a modo ejemplificativo el proceso de creación de uno de los personajes de la
reconstrucción digital.

Figura 12. Personaje en 3D.

Finalizada la construcción de los personajes y del lugar de los hechos en tres dimensio-
nes, se procede a realizar la proyección virtual de cómo sucedieron los hechos en base a
la prueba recolectada en autos. La realización de esta técnica auxiliar implica un análisis
minucioso de todo el expediente, valorando todo el material probatorio y el lugar físico
donde ocurrieron los hechos, unidos a la coherencia y a la lógica.
A continuación se exponen capturas obtenidas del vídeo de reconstrucción virtual efectua-
da en un juicio penal de Argentina.

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606 Manual de Criminalística y Criminología

Figura 13 y 14. Reconstrucción virtual.

De esta manera se brinda la posibilidad de que los jueces, el jurado popular y las partes
puedan contemplar estas argumentaciones en un contexto claro y referente como lo es
justamente el lugar de los hechos. Esta proyección permite a la audiencia tener un conoci-
miento de la extensión del terreno, su iluminación, la disposición de los objetos materiales
y demás indicios pertinentes al hecho que se investiga. Además, hay que agregarle a ello
lo más importante: los movimientos y posiciones que la víctima y victimario se fueron
describiendo en la consumación del hecho, definiendo de esta manera la conducta de los
mismos. Dichas animaciones se proyectan conjuntamente con la prueba incorporada y
valorada por la Fiscalía en su acusación, tales como balística, planimetría legal, fotografía
legal, medicina legal, autopsia, testimonios, etc.
La reconstrucción virtual tridimensional del hecho criminal aparece, en la etapa de debate,
como una herramienta de apoyo a los alegatos de las partes, con una influencia directa

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Tema 20: Reconstrucción virtual de casos criminales 607

para el jurado en la percepción de la prueba: incrementando su capacidad atencional, la


capacidad de recepción de la información, e interviniendo en el proceso de memorización
del material de interés, que conlleva una recuperación al momento de la deliberación de
todo el conocimiento adquirido.
El proceso de memorización, de acuerdo a la psicología cognitiva, implica tres fases:
registrar, retener y recuperar, siendo la reconstrucción virtual un medio influyente de
manera inmediata en cada una de estas instancias.

LA UTILIZACIÓN COMO TÉCNICA DE LITIGACIÓN. EL REGISTRO DE LA INFORMACIÓN


Cuanto mejor registremos la información, más fácil nos resultará su memorización, la
retendremos por más tiempo y la recuperaremos mejor cuando la necesitemos. Básica-
mente hay dos tipos de memoria: memoria a corto plazo y memoria a largo plazo; cuando
recibimos una información, esta se almacena automáticamente en nuestra memoria a
corto plazo, donde puede mantenerse solo unos segundos. Si no se le presta la sufi-
ciente atención, al cabo de unos 30 segundos, esta se pierde. Si se presta la correcta
atención a esta información y se elabora, es decir, se analiza, comprende, se relaciona
con otras ideas, se puede pasar de la memoria a corto plazo a la de largo plazo, que es
prácticamente ilimitada tanto en capacidad como en duración. Será más difícil mantener
la atención cuando la información que se transmite no es comprensible, por no estar fa-
miliarizado con la materia o con los términos utilizados. El juicio por jurados populares, se
implementa en la legislación de distintos países como un modelo de enjuiciamiento penal
que incluye a la ciudadanía, considerada como la participación del pueblo en general en la
administración de la justicia penal.
Los alegatos se dirigen hacia otros destinatarios (Baudino, 2011), de los jueces “téc-
nicos” especializados a ciudadanos sin formación jurídica, lo que dificulta la capacidad
de entendimiento por parte de los jueces no letrados sobre las cuestiones puramente
legales, influyendo de esta manera en la capacidad atencional. De la misma manera que
si un jurista experto en el derecho penal se encuentra en una jornada de debate sobre
matemáticas financieras, donde los especialistas se expresen en términos técnicos, será
dificultoso para el penalista recepcionar de manera adecuada los conocimientos y no
perder la capacidad de atención. A pesar de que la atención tiene una capacidad limitada
que está en función del volumen de la información a procesar y del esfuerzo que ponga
la persona, cuanto más vinculada esté la información a la actividad del emisor, y cuanto
mayor sea la automatización o la práctica, se efectuará con mayor facilidad la distribución
de la atención.
Para conservar la concentración y atención del jurado es necesario desarrollar nuevas
modalidades de litigación, reemplazando la terminología jurídica específica por un len-
guaje ordinario y cotidiano, comprensible a la población en general, con mayor contenido

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608 Manual de Criminalística y Criminología

emocional y cobrando mayor relevancia el apoyo de medios gráficos o audiovisuales que


permitan aclarar cuestiones del litigio.
A continuación se muestra en la Figura 15 la predisposición del jurado a la atención du-
rante la reconstrucción virtual, mientras que en la Figura 16, tras la reconstrucción, en los
alegatos de la defensa, se muestran exhaustos, distraídos y desinteresados. Asimismo, se
registra una diferencia en la postura y la predisposición a la concentración de los miembros
del jurado. Distintos estudios interdisciplinarios establecen que la capacidad de atención es
mayor cuando junto con la palabra se proyectan imágenes, sonidos o vídeos.

Figura 15. Atención y predisposición por parte del jurado.

Figura 16. Escasa atención y predisposición por parte del jurado.

La reconstrucción virtual en tres dimensiones le permite al juez inexperto hacerse una


idea más clara de los hechos, le concede la posibilidad de representarse lo ocurrido de
una manera interactiva, puesto que con un conjunto de animaciones se recrea la escena
en forma de película virtual, logrando de esta manera conservar la concentración de los
espectadores, aumentar su interés e influir en la atención involuntaria que está relacio-
nada con la aparición de un estímulo nuevo, fuerte y significativo, y que desaparece casi
inmediatamente con el surgimiento de la repetición o monotonía.

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Tema 20: Reconstrucción virtual de casos criminales 609

En la fase de registro, además de la atención, influyen diversos factores (Baudino, 2011):


la motivación, capacidad de análisis, creatividad, pensamiento lógico, dominio de las emo-
ciones (alegrías, preocupaciones, tristezas, etc.). Al ser una actividad obligatoria, se puede
dar que miembros del jurado participen en el litigio en contra de su voluntad, ya sea por
antipatía a lo desconocido o porque su intervención influya negativamente en su vida
personal, laboral o económica. Por ello, los oradores pueden enfrentarse además de a la
pérdida de atención por la falta de comprensión en la materia, a una falta de motivación o
preocupaciones externas que no tengan relación con las controversias que se exponen.
Un ejemplo de ello, el mecánico que tuvo que cerrar su taller para concurrir al juicio, que
no puede dejar de pensar en todo lo que va a tener que trabajar el fin de semana para no
incumplir con sus clientes. El farmacéutico que desconfía del familiar que dejó al cargo en
su farmacia. El empresario que lamenta el viaje de negocios perdido por tener la obliga-
ción de concurrir nuevamente al debate que se prolongó más de lo previsto.
La asociación LAGS (Legal Animation and Graphic Specialist), con sede en Estados Uni-
dos, presentó antecedentes científicos que determinaron la importancia que tiene la re-
construcción virtual en 3D en los juicio por jurados, estableciendo una capacidad mayor
de recepción por parte del espectador respecto de los medios tradicionales. Esto es de-
bido a que resulta más fácil memorizar aquello que comprendemos, tratar de memorizar
algo que no se entiende exige un esfuerzo enorme, obteniendo solo una memorización
imperfecta (con muchos errores) y a corto plazo (se pierde rápidamente).

LA RETENCIÓN Y RECUPERACIÓN DE LA INFORMACIÓN


La posibilidad de recordar toda la información que se memorizó va a depender en gran
medida de la calidad del registro. La persona capta información a través de los distintos
sentidos; recordamos palabras que hemos leído, imágenes que hemos visto, sonidos que
hemos oído, olores que hemos percibido, sabores que hemos probado, tacto que hemos
sentido.
Hay personas con una excelente memoria visual (recuerdan muy bien lo que ven), mien-
tras que otras tienen mejor memoria verbal (recuerdan mejor lo que escuchan), los exper-
tos en la materia aseguran que se puede mejorar notablemente el proceso de memoriza-
ción utilizando al mismo tiempo la memoria verbal y la memoria visual. De esta manera se
registra por partida doble la información que está memorizando, se utiliza simultáneamen-
te la capacidad de ambos hemisferios cerebrales: la capacidad lógica (memoria verbal),
situada en el hemisferio izquierdo, y la capacidad creativa (memoria visual), situada en el
hemisferio derecho.
Científicos de la asociación estadounidense de referencia han corroborado que mediante
la utilización conjunta de la palabra y el vídeo se puede alcanzar un nivel de procesamiento
más profundo que con el solo uso de textos, y que el aprendizaje es mayor cuando el audio

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610 Manual de Criminalística y Criminología

y vídeo son abundantes, están bien sincronizados con el contenido, y repiten o refuerzan
los conceptos presentados.
Recordemos que el deber del jurado es mantenerse imparcial durante el desarrollo del de-
bate hasta el momento de la deliberación. Para una buena recuperación de la información,
en el momento de las deliberaciones resulta fundamental haber asimilado las distintas
versiones de las partes. Esto se consigue trabajando la información y comprendiéndola,
la recuperación es más probable que falle cuando se ha memorizado mecánicamente. La
capacidad de recordar imágenes mentales y la riqueza de las mismas depende de la mo-
dalidad de presentación del estímulo y de su grado de concreción. En la modalidad mul-
timedia, la imagen mental será mejor recuperada, por ser más rico el estímulo en rasgos
figurativos. Diversos estudios han establecido que cuando los contenidos de una diser-
tación están acompañados de buenas ilustraciones, se retienen y se recuerdan mejor. Se
ha evidenciado igualmente que cuando las imágenes suministran información adicional,
complementan información poco clara o incompleta, o ayudan a decodificar e interpretar
otros mensajes, la compresión tiende a incrementarse.

LA REPRESENTACIÓN MENTAL DEL HECHO HISTÓRICO


Cuando se transmiten conocimientos sobre un hecho que ocurrió en el pasado, se detallan
características del escenario en que se desarrollaron los acontecimientos (sea el Coliseo
romano, o un pasaje de una villa de emergencia), se recrean los personajes y se detalla
las secuencias el hecho histórico, siempre añadiendo la percepción personal del emisor.
El receptor tiende a crear una película mental al mismo tiempo que escucha el relato del
emisor sobre las circunstancia de tiempo, lugar y modo.
El conflicto aparece en el momento en que cada miembro del jurado arma su propia
película, basada en su idiosincrasia, en su experiencia vivida o, por otra parte, la mala
percepción o retención de la gran información suministrada.
El objeto de la alegación, tanto del Ministerio Público fiscal como de la defensa, no es
otro que el jurado interprete los hechos históricos de la misma manera en que la expresa
el letrado. Con la reconstrucción virtual 3D del hecho criminal, el órgano acusador o de-
fensor, en el momento en que expone sus alegatos, proyecta una película reconstructiva
de los hechos, logrando que el espectador se imagine el hecho histórico con identidad
al discurso del letrado, dejando de lado interpretaciones personales o contrapuestas a la
versión del hecho criminoso que se le suministra.
De la misma manera en que dos testigos pueden tener una apreciación contrapuesta de
lo observado, pese a encontrarse en la misma ubicación espacial, al relatar la versión de
cómo ocurrieron los hechos de acuerdo a la prueba valorada, puede que los especta-
dores se representen imágenes mentales disímiles a lo expresado por el disertante. La
reconstrucción virtual permite que los miembros del jurado se imaginen “lo mismo” que

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Tema 20: Reconstrucción virtual de casos criminales 611

el emisor pretende que se imaginen, estableciendo la gran importancia, en esta etapa del
debate, de la imaginación representativa de las circunstancias de tiempo, lugar y modo.
Teniendo en cuenta la aplicación de esta técnica de litigación, en los juicios por jurado en
el derecho comparado, no es concebible en pleno siglo XXI, un Ministerio Público o una
defensa eficiente y eficaz, sin el amplio concurso y auxilio de estos modernos elementos
de trabajo en causas que así lo ameriten.

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21
VETERINARIA FORENSE
Víctor Toledo González
Médico veterinario; presidente de la Asociación
Iberoamericana de Medicina y Ciencias Veterinarias Forenses AG. España
Tália Missen Tremori
Experta Forense, Forensic Med. Vet.
Profesora de Patología Veterinaria, UNIFACCAMP. Brasil
Ubicelio Martín Orozco
Académico y médico veterinario zootecnista (MVZ); maestro en Ciencias Forenses (MCF)
y especialista en diagnóstico veterinario (EDV)
Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. México
Sérvio Jacinto Reis
Perito criminal federal. Policía Federal. Brasil
Jorge Juri Vigouroux
Médico veterinario forense, especialista en
ataques de carnívoros SAG (1981-2019). Chile
Tabitha Viner
DVM; DACVP. National Fish and Wildlife
Forensics Laboratory. Estados Unidos

INTRODUCCIÓN
La expansión humana descontrolada hacia sectores naturales, hábitat de animales sil-
vestres, y la mayor integración de animales domésticos a la vida familiar no ha ido de la
mano con el desarrollo de políticas de protección, tanto para el medio ambiente como
para sus animales. Las presiones sociales obligan al desarrollo de nuevas estrategias
legislativas enfocadas hacia la protección del medio ambiente y los animales como inte-
grantes (sintientes y activos) que pueden modificar el planeta. La demanda social exige un
mayor grado de conocimiento, perfeccionamiento y especialización por parte de quienes
deben hacer cumplir la ley e investigadores, sobre disciplinas no consideradas hasta hace
algunos años, como son la criminalística y ciencias forenses aplicadas a casos donde los

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614 Manual de Criminalística y Criminología

animales se ven involucrados. Esta reciente disciplina debe velar por la protección, bien-
estar y conservación de animales silvestres, de compañía y para los destinados al consu-
mo, mediante la aplicación de herramientas y protocolos científicamente válidos y diseña-
dos para los diferentes casos. Aquellos que profesionalmente son afines a la veterinaria
deben trabajar de manera multidisciplinaria para investigar y elaborar nuevas herramientas
forenses y procesos criminalísticos que permitan abordar temas diversos: casos penales
y civiles como puede ser reclamación de seguros; ejercicio ilegal de la profesión; disputas
industriales; proyectos de impacto ambiental, requerimientos gubernamentales; inspec-
ción de comercio de animales de compañía y silvestres; riesgos de salud pública por
existencia de animales (por ejemplo, zoonosis); maltrato animal (doméstico, de consumo
o fauna silvestre), bienestar animal (Cooper and Cooper, 2008); evaluación de animales y
sus rentas, valoración económica, diagnóstico de lesiones, identificación de animales, de
fraudes, costes de producción, identificación de productos y subproductos de origen ani-
mal, exámenes forenses veterinarios, determinación de impericia, imprudencia y omisión,
intoxicación y envenenamientos, valoración económica en animales exóticos, transporte
nacional e internacional de animales, productos de origen animal y medicamentos de uso
animal (Cooper, 1998; McDonough; McEwen, 2016), entre otros.
En este capítulo presentaremos los principales tópicos en los cuales los animales pueden
verse involucrados en una investigación criminal abordando conceptos, definiciones y
procedimientos comúnmente utilizados en el área de la veterinaria aplicada a las ciencias
forenses y criminalística.

LOS ANIMALES EN HECHOS ILÍCITOS


En general, podemos señalar que los animales pueden participar en un hecho delictivo
como victimario, provocando una serie de lesiones físicas y psicológicas a humanos u
otros animales. Se suma a ello la eventual transmisión de enfermedades que pueden o no
ser zoonóticas. Como víctima, siendo el blanco de actos de maltrato y/o crueldad, general-
mente provocados por el ser humano. Es conocida la relación que existe entre maltratador
de animales y violencia doméstica, y aunque no es taxativa, nos obliga a ser cautos e
indagar de manera más holística y exhaustiva casos de esta naturaleza. Esto no solo ocu-
rre con animales de compañía sino también con los silvestres, siendo blanco de la caza
furtiva y el tráfico ilegal, lo que en muchos casos se traduce en la muerte del ejemplar.
Como bioindicador o testigo de los acontecimientos que ocurren a su alrededor —como
contaminaciones ambientales— y que puede afectarnos directa o indirectamente. Una
cuarta forma de participación, no considerada como tal en las actuales publicaciones,
se desprende como una conjunción de las dos primeras y que podríamos denominarla
como víctima-victimario, ya que el animal, de manera “involuntaria” puede provocar y
sufrir daño de manera recíproca. Este es el caso de personas con síndrome de acumu-
lación de animales, también conocido como síndrome de Noé, donde los problemas de

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Tema 21: Veterinaria forense 615

infecciones, salud pública, ataques, etc. pueden generarse al convivir en ambientes tan
estrechos y con baja o nula condición sanitaria.
En cualquier hecho delictivo donde participen animales es de vital importancia recopilar
la mayor cantidad de antecedentes y evidencias físicas (EF) de origen biológico o no,
que puedan explicar de manera lógica y coherente los hechos que acontecieron en un
determinado lugar. Esta evidencia debe ser manipulada bajo protocolos debidamente es-
tablecidos, por parte de profesionales, autoridades competentes y los centros de análisis
forense, asegurando de tal forma que los análisis se realizan bajo los estándares de cali-
dad y legalidad requeridos para llevar adelante un caso de índole judicial.
Los espacios físicos donde ocurre un hecho contrario a todo ordenamiento jurídico y que
pueda comprometer la vida o el bienestar de animales domésticos o de consumo se co-
nocen como “lugar de los hechos” (LDH), “escena o escenografía del crimen” (EC), “sitio
del suceso” (SS), etc. Todos estos términos pueden variar según la región geográfica. Se
define el LDH con componente animal asociado, por su propia estructura y naturaleza,
como un espacio difícil de abordar, caótico, desorganizado, desafiante y difícil de entender
si no se dominan y consideran en la investigación ciertos aspectos pertenecientes a todos
los actores (víctima, victimario y entorno).

PRUEBA PERICIAL VETERINARIA


El aumento de la notificación de delitos donde hay animales ha transformado la medicina
forense veterinaria en una especialidad creciente, por consiguiente, es fundamental la
existencia de profesionales con capacidad para actuar en esta área. Se ha notado una
creciente incidencia de pericias en delitos en los que los animales aparecen afectados.
Además, la conciencia de los derechos crece debido al concepto de bienestar animal en
todo el mundo, conservación del medio ambiente, la lucha contra la delincuencia y tráfico,
legislación y sanidad en relación con los productos de origen animal. Así es progresiva-
mente necesaria la ciencia forense veterinaria. Está comprobado que las ciencias forenses
tienen una conexión con las distintas carreras asociadas a las ciencias, humanidades y
tecnología. Como ejemplos que permiten justificar dicha conexión destaca la elucidación
de delitos que involucran animales siendo un tema relevante para la sociedad, tanto por
el punto de vista de la ética como también por la justicia (Tremori; Rocha, 2013). La
medicina legal se constituye como el uso de los conocimientos médicos para el cumpli-
miento de las leyes, por lo tanto, es una intersección del derecho y la medicina. Para el
concepto de medicina legal comparada se hace una extrapolación de muchos conceptos,
métodos y patrones de la medicina legal humana. La aplicación de métodos similares,
con adaptaciones, pueden adecuarse al contexto de la veterinaria y contribuye para la
elucidación de delitos con relación a los animales, por ejemplo, el empleo de conceptos
utilizados en traumatología forense, entomología forense, toxicología forense y otros más
(Mcdonough, 2013; Kafadar, 2015). Las pruebas periciales en animales son hechas para

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616 Manual de Criminalística y Criminología

identificar especie, diagnosticar lesiones, verificar fluidos como esperma, sangre, saliva,
etc. La prueba pericial tiene su consolidación por medio de la elaboración de informes,
que son documentos escritos, teniendo por base el material examinado. La finalización
del informe es de total responsabilidad de los peritos que lo firman. En todas las etapas
de la pericia es esencial garantizar la cadena de custodia, es decir, preservar la cronología
de las pruebas de manera que puedan ser rastreadas para asegurar el valor probatorio de
la prueba pericial (Garcia da Costa Filho, 2011). La anamnesis es esencial para sospechas
de la causa de lesiones o de circunstancias en un caso. Situaciones como el transporte
pueden tener gran influencia, por lo tanto, el cuidado debe ser todavía más grande en ca-
sos donde la historia es pobre. La policía, el veterinario, el tutor, instituciones protectoras
o también testimonios pueden ayudar con los antecedentes históricos del animal, y con el
examen indirecto, donde se necesita la prueba testimonial (Munro, 2013). La finalidad del
perito en el LDH es hacer el levantamiento de vestigios, haciendo un estudio sistemático.
Se debe evaluar el tiempo transcurrido desde la muerte, por estudios de las alteraciones
post mortem; observar, describir, recoger y materializar vestigios, fotografiar y dibujar;
son principios de la investigación criminal para llegar a una conclusión con comprobación
científica del informe pericial (Mcdonough, 2016; Tremori et al., 2017). El uso de termi-
nologías y nombres semejantes hace más fácil comprender informes, ya que estos van a
ser enviados a autoridades acostumbradas a un lenguaje (Tremori et al, 2017) más simple,
directo y conocido.

MEDICINA FORENSE, CIENCIAS FORENSES Y CRIMINALÍSTICA: CONCEPTOS


Creemos necesario definir tres conceptos para comprender que el trabajo realizado en el
campo difiere del realizado en el laboratorio, pero que se entrelazan y dependen uno del
otro de manera estrecha: medicina veterinaria forense se refiere al estudio que se efectúa
sobre el animal vivo o muerto y lo debe realizar un especialista en el área forense (por
ejemplo, patólogo veterinario o clínico), mientras que la ciencia veterinaria forense trabaja
con todo lo que no sea el cuerpo (por ejemplo, desde el estudio de huellas hasta el ADN).
Quienes desarrollan las ciencias forenses deberían ser profesionales cualificados en las
diversas ciencias básicas (anatomía, química, biología, etc.).
Criminalística se define como el estudio de los indicios de un hecho criminal con el fin de
determinar todos los datos posibles relativos a la víctima o a las circunstancias del crimen,
permitiendo responder al ¿quién cometió el delito?, ¿cómo, cuándo y dónde se cometió el
delito? Dentro de ella podemos encontrar dos subáreas de trabajo: la táctica criminalística
y la técnica criminalística.
• La táctica criminalística estudia los principios de la planificación de la investiga-
ción, las bases legales de la investigación que serán utilizadas en cada caso.
• La técnica criminalística utiliza las ciencias básicas para su ejecución. Es la técnica
de los oficios en el proceso de la investigación. Su aplicación permite el análisis

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Tema 21: Veterinaria forense 617

objetivo de la evidencia, mediante el uso de tecnologías y la aplicación de la ex-


periencia del investigador. Más adelante volveremos sobre este último concepto y
desarrollaremos algunas de ellas.

CRÍMENES Y ABUSO ANIMAL


Debe destacarse que muchos delitos contra los animales no son notificados, por esta
razón la incidencia de víctimas de malos tratos debe ser mucho más grande que la inci-
dencia generalmente descrita en delegaciones y clínicas veterinarias. Se puede corroborar
que la mayoría de los casos relatados se originan en regiones menos favorecidas, con
propietarios de clase social baja (Tremori y Rocha, 2013). El veterinario debe estar prepa-
rado para tratar casos de diferentes categorías: delitos de crueldad contra los animales,
bienestar animal, comercio ilegal, etc. Los requisitos pueden variar de acuerdo con el
caso y existir diferencias conforme la autoridad que solicitó el examen. Verificar si una
muerte sospechosa se trata de un proceso criminal o no es una gran responsabilidad del
forense que realizará la necropsia del cadáver (Mcdonough, 2016; Karsten, et al., 2017).
La realización de la necropsia tiene su papel fundamental en la conclusión del proceso
principal y causa de la muerte del animal. En este momento también se deben recoger
muestras para exámenes complementarios como histología y toxicología. Siempre se
debe aprovechar para hacer análisis del contenido estomacal e intestinal, observación de
la coloración y presencia de plantas, cápsulas, comprimidos y cuerpos extraños, entre
otros (Cooper, 1998; Munro, 2013). La descripción con detalles de las lesiones macros-
cópicas y el registro fotográfico son obligatorios. La necropsia debe tener infografía, pues
es un documento de interés médico legal que luego estará presente en todo el proceso
judicial, además de la preservación de la cadena de custodia como cualquier otro examen
de peritaje (Mcdonough, 2016). Otro examen muy importante es la evaluación del clínico.
Si el animal aún está vivo, debe hacerse la descripción de las lesiones de acuerdo con la
traumatología forense como se describe en el apartado “Necropsia en el maltrato animal”.

TRÁFICO ANIMAL
El comercio internacional de animales silvestres crece anualmente, la Organización Inter-
nacional de Policía (International Policing Organization, INTERPOL), con 190 países miem-
bros, ha declarado que el tráfico de animales ocupa una posición preocupante, detrás del
tráfico de drogas, armas y personas. Los principales países financiadores son la Unión Eu-
ropea (EU), Estados Unidos, Emiratos Árabes y Japón. El comercio ilegal, el tráfico ilegal
y contrabando son actividades que afectan de manera directa e indirecta la fauna silvestre
de países con gran biodiversidad. Es posible percibir el efecto nocivo de la actividad por
el número de especies añadidos en la lista oficial de animales de fauna silvestre amenaza-
dos de extinción. La conservación de las especies también tiene relación con el síndrome
“bosque vacío”, ya que los grandes vertebrados frugívoros actúan haciendo la difusión de

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618 Manual de Criminalística y Criminología

semillas en una interacción llamada planta-difusor, la cual contribuye de manera indirec-


ta al mantenimiento, regeneración y preservación de los espacios naturales nacionales.
Para la verificación del nivel de amenaza de extinción de una especie, se puede consultar
los anexos de la Convención del Comercio Internacional de Especies de la Flora y Fauna
Silvestre en Peligro de Extinción (Convention on the International Trade of Endangered
Species of Wild Fauna and Flora, CITES) y la Lista Roja de la Unión Internacional para la
Conservación de la Naturaleza y Recursos Naturales (International Union for Conservation
of Nature and Natural Resources, IUCN Red List). Esto es muy importante para ofrecer
informaciones con base científica sobre el estado de las especies y subespecies a nivel
global, influyendo en las decisiones políticas sobre la conservación de la diversidad bioló-
gica (Staats et al., 2016; Galetti et al.; Pozebon, et al., 2017).

Figura 1. Nivel de amenaza de animales de acuerdo con su distribución en la naturaleza


(Adaptado de IUCN, Red List, fuente: www.iucncsg.org).

Los casos sospechosos de animales víctimas de tráfico ilegal deben ser investigados. La
identificación taxonómica es una actividad rutinaria para los peritos criminales en veteri-
naria. La mayoría de las técnicas utilizan documentación fotográfica, morfología, genética
y también el análisis de pelo. El tráfico animal también puede ser un medio de difusión
de enfermedades zoonóticas. La detección rápida de enfermedades requiere de la parti-
cipación de profesionales ligados directa e indirectamente con la salud pública y ciencias
forenses, aplicadas a la fauna. Estudios muestran que un 70 % de las enfermedades que
afectan al ser humano son zoonóticas, lo que crea un escenario complejo, ya que muchas
pueden presentar una fisiopatología y epidemiología desconocida, principalmente cuando
hablamos de las enfermedades donde los animales silvestres tienen participación en el ci-
clo. A través de las técnicas moleculares se puede hacer el diagnóstico de enfermedades
zoonóticas en animales silvestres. Se considera que gran parte de los animales pueden

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Tema 21: Veterinaria forense 619

ser reservorios de enfermedades de importancia para la salud pública (Munro y Munro,


2013; De Souza Godoi et al., 2017). Los vectores de enfermedades humanas y reservorios
representan una amenaza permanente, puesto que las zoonosis son muy difíciles de con-
trolar. Las enfermedades infecciosas son amenazas no solo para el humano, sino también
para la fauna y la flora que hacen parte de la biodiversidad mundial. La detección rápida de
patógenos requiere de la participación de profesionales relacionados con la salud pública,
además de la notificación obligatoria a la Organización Mundial de la Salud Humana (WHO)
y Animal (OIE) (Boutsini, et al., 2017; Tomassone, et al., 2018).
En relación al tráfico y contrabando se hace necesario conceptualizar sus diferencias. En
este tema se comprende por tráfico la práctica habitual de entrada y salida de algún ente
en un país. A su vez, por comercio ilegal se entiende todo aquello que tiene comerciali-
zación sin estar de acuerdo con la legislación de un país. El contrabando se refiere a la
entrada de un producto o mercancía prohibida en un país. Con el aumento del número
de especies en extinción, el efecto es adverso: en vez de reducir el tráfico, la búsqueda
de especies es más grande por su escasez, aumentando consecuentemente el lucro con
esta práctica (Iyengar, 2014; Reis, et al., 2017). La explotación descontrolada de especies
en su hábitat tiene graves consecuencias, que pueden terminar con la extinción, lo que
provoca el desequilibrio ambiental que afecta a todo el ecosistema terrestre y representa
una amenaza para la conservación de la naturaleza (Alacs, et al., 2010; Munro, 2013).
La identificación es el proceso donde se puede permitir la identidad que corresponde al
conjunto de características que permiten la individualización de una persona, animal o
cosa, para que sea distinto de los demás. Son etapas fundamentales y muy comunes en
exámenes periciales en crímenes contra la fauna. Es importante que la identificación siga
los criterios de unidad, inmutabilidad, perpetuidad, viabilidad y clasificabilidad para que
sea sencilla, fiable y económica (Sato, et al., 2010; García da Costa Filho, 2011).
Es común durante las aprehensiones la obtención, solamente, de fragmentos dubitados
(no identificados). En estos casos, técnicas moleculares son un modo seguro de deter-
minar la identificación del material. Otro método sencillo y rápido es la identificación por
tricología (examen del pelo), ya que estudios de comparativos muestran ser técnicas
bastante viables (Alacs et al., 2010; Khedar et al., 2014).
La realización del examen no es fácil, pues hay situaciones donde las muestras son
inadecuadas e insuficientes. Con la inversión de nuevas técnicas de identificación de es-
pecies y crecimiento de estudios en taxonomía, el número de casos exitosos tiende a ser
cada día más grande (An, et al., 2007; Ferri et al., 2009).
Los casos a seguir ilustran situaciones reales y sirven como protocolos para la actuación
del veterinario forense y otros profesionales que trabajan con aprehensión de animales
para la identificación.

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620 Manual de Criminalística y Criminología

Figura 2. Identificación por morfología de un agutí (Aguti paca) en examen


de zoobiología forense. (Cedido por la profesora Dra. Noeme Sousa Rocha. Facultad
de Medicina Veterinária e Zootencia-Unesp, Campus de Botucatu, Brasil).

Figura 3. Identificación por pelo, microscopia óptica de mono (Alouatta guariba), donde
es posible ver la médula con coloración marrón al centro. Los parámetros deben ser comparados
con materiales referencia o enviados a laboratorios especialistas en análisis de pelos y fibras.
(Cedido por Fernanda Marion Monteiro Garcia y la profesora Dra. Noeme Sousa Rocha. Facultad
de Medicina Veterinária e Zootencia-Unesp, Campus de Botucatu, Brasil).

Figuras 4 y 5. Aprehensiones de material para pericia forense veterinaria, donde se necesita hacer
la identificación de especies. (Cedido por Fernanda Marion Monteiro Garcia y
la profesora Dra. Noeme Sousa Rocha. Facultad de Medicina Veterinária
e Zootencia-Unesp, Campus de Botucatu, Brasil).

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Tema 21: Veterinaria forense 621

Los avances en la veterinaria legal son importantes para la elucidación de casos de delitos
con animales, así se obtienen informaciones que ayudan al peritaje veterinario, sobre todo
para respuesta de las cuestiones de la justicia (Cooper, 1998; Alacs, et al., 2010; Frosch
et al., 2011).
Ya hemos señalado de manera tangencial algunas de las técnicas criminalísticas más
utilizadas en el ámbito veterinario. Sin embargo, creemos imprescindible desarrollar (de
manera breve) algunas de ellas para su mayor comprensión y valorar su importancia.

TOXICOLOGÍA FORENSE
La eliminación de productos tóxicos al medio ambiente por parte de la actividad humana
domiciliara e industrial puede causar daño a la fauna y flora autóctona, a animales que
migran en determinadas épocas del año (por ejemplo, humedales) y al propio humano
(por ejemplo, riego de vegetales para consumo con aguas contaminadas). La acción de
cebos con venenos como método, por ejemplo, para controlar ataques al ganado por
parte de animales silvestres, puede ser solo el foco inicial de una contaminación, ya que
en muchos casos los animales que los consumen no mueren en el lugar de consumo
primario, trasladándose hasta kilómetros para luego morir generando un foco secundario
de intoxicación.

ODONTOLOGÍA FORENSE
La relación humano-animal ha ido en aumento y no ha estado libre de problemas duran-
te el proceso de adaptación entre ambas especies. Las principales consecuencias que
derivan de las mordeduras (por ejemplo, de perros) son las lesiones físicas, eventual
transmisión de enfermedades infecciosas, secuelas psicológicas que se traducen en cos-
tos económicos e incapacidad laboral y, en algunos casos, la más importante de todas,
la muerte de la víctima y/o el sacrificio del animal. Aunque ya se trabaja con algunas he-
rramientas en odontología forense para el análisis de mordeduras de animales, basadas
muchas en las utilizadas en el área humana, queda camino por recorrer debido a que las
mordeduras no solo las ocasionan los animales domésticos, como el perro y el gato, sino
también animales silvestres de los cuales aún no se cuenta con una vasta información,
con la cual poder comparar patrones de mordidas encontradas en los LDH. Dentro de los
métodos más utilizados para asociar una mordedura a un animal determinado es el aná-
lisis comparativo morfológico y morfométrico de los patrones de mordida, encontrados
sobre cuerpos o sustratos de diferente consistencia, con los generados sobre distintas
superficies por los animales sospechosos. En general, los métodos más comunes para
la determinación de huellas de mordedura humana incluyen técnicas para comparar la
morfología de la dentición (forma, tamaño y posición de los dientes, junto con la forma
de los arcos dentales), con rasgos y características similares presentes en fotografías de
tamaño natural de las lesiones, con superposiciones transparentes o computacionales

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622 Manual de Criminalística y Criminología

(Sweet, et al., 1997; Sweet y Bowers, 1998). Estas metodologías pueden ser adaptadas
al contexto animal, no olvidando incorporar durante la investigación aspectos etológicos
propios de cada especie.

ENTOMOLOGÍA FORENSE
La entomología legal y forense emplea una serie de insectos en una investigación de orden
judicial. Los insectos llegan de forma predecible a un cadáver con el fin de poner huevos
y/o alimentarse. Algunos llegan cuando el animal esta moribundo, otros en s avanzados de
putrefacción o cuando solo hay restos secos. Conociendo la fenología de estos agentes y
la secuencia de arribo diferenciada al cadáver es posible determinar, con cierta exactitud:
1) el intervalo post mortem, IPM, (período de tiempo que ha transcurrido desde la muerte
hasta la recolección de muestras); 2) la presencia de sustancias tóxicas en el cadáver
como posible causa de muerte (entomotoxicología); 3) la correspondencia de un lugar
(para saber si los animales encontrados murieron en ese lugar o fueron trasladados desde
otros sectores), entre otros. Para la colección de cada una de estas etapas y especies hay
protocolos amplios, al igual que formas de crianza de larvas para la identificación fenotípi-
ca de las especies mediante el reconocimiento de los estados adultos1.

ANATOMÍA COMPARATIVA
El primer objetivo de una investigación criminal incluida el área veterinaria es la identifi-
cación. El conocimiento anatómico comparativo es una importante herramienta en el mo-
mento de reconocer la especie mediante el análisis de restos óseos o derivados (pelos,
plumas, vísceras, uñas, cascos, pieles, etc.) presentes en el LDH. Los forenses humanos
definen si es humano o no. El criminalista/forense veterinario debe ir más allá cuando los
restos son de origen animal no-humano, intentando determinar, al menos, la especie y
número de individuos involucrados. Es necesario contar con profesionales especializados
en anatomía comparativa y con una base de datos con la cual comparar los restos óseos
u otros encontrados en el LDH, en especial cuando se trata de delitos contra animales sil-
vestres, protegidos y en peligro. Para la toma de muestras biológicas (órganos y tejidos)
que posteriormente serán analizadas en el laboratorio y la elaboración de informes peri-
ciales, el criminalista/veterinario forense debe poseer un conocimiento anatómico básico
que le permita reconocer estructuras y le permita utilizar conceptos y nomenclatura clara,
precisa y concisa, especialmente si el muestreo debe realizarse forzosamente en el LDH.

TRAZOLOGÍA
Estudia las huellas como impresiones de la estructura externa de los objetos, con el fin
de identificarlos y esclarecer las circunstancias relacionadas con el mecanismo de forma-

1. Mayor información ver en referencias.

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Tema 21: Veterinaria forense 623

ción de ellas. Estas huellas pueden ser abordadas por diversas áreas según su origen y
naturaleza. La zooscopía estudia las huellas generadas por animales y fundamentalmente
mediante el uso de sus patas y dientes (esta última tratada en el área de la odontología
forense). Según la naturaleza del sustrato que pisa es posible que la huella sea más o
menos clara, indicando incluso algunas características propias de cada uno de ellos. La
presencia de membrana interdigital podría indicar actividad acuática, la presencia de garra
su capacidad para escarbar, etc. Nos puede dar una idea de la altura y peso aproximado
y la distancia entre las huellas nos podría indicar si el animal está en movimiento y la
dinámica de este (corriendo, trotando, etc.). Las patologías de miembros que afecten el
crecimiento de los cascos (o uñas) en algún animal como pueden ser las deformaciones,
asimetrías o el uso de herraduras con características particulares (desgaste, defectos,
etc.) podrían aparecer en la huella (característica individual) y ser útiles en la identifica-
ción de un animal que pudo participar en un hecho delictivo (por ejemplo, como medio
de transporte o carga).

TAFONOMÍA
La tafonomía de vertebrados es el estudio de todos los procesos que ocurren en los
cuerpos desde el momento de su muerte hasta que son recuperados. Estos cambios
pueden ser generados por agentes abióticos y bióticos. Los roedores son un agente tafo-
nómico que puede modificar los contextos de distribución y pueden ser la causa de que
se produzcan asociaciones espaciales de materiales que no habrían estado originalmente
relacionados, o viceversa (Gutiérrez, 2004). Son muchos los vertebrados que aprovechan
cadáveres como fuente de alimentación, provocando cambios tafonómicos. Dentro de los
más comunes se encuentran algunos cánidos, roedores, cerdos, aves (cuervos, águilas,
gaviotas) y algunos peces. Otros vertebrados herbívoros como las ardillas, ovejas y vacas
pueden roer huesos, especialmente si se encuentran en un medio ambiente nutritivamen-
te pobre (Gunn, 2009).

ANATOMÍA PATOLÓGICA: LA NECROPSIA (AUTOPSIA) EN ANIMALES MALTRATADOS


Razones por las cuales se solicita una necropsia
a) Determinar la causa de la muerte por cuestiones de salud animal o salud humana
(zoonosis).
b) Determinar la causa de la muerte en animales asegurados (perros de guardia
y protección, equinos de carrera y salto, bovinos de alto valor genético, entre
otros).
c) Determinar cuándo falleció (tanatocrono diagnóstico).
d) Verificar si hubo mala práctica médica (arbitraje médico).
e) Determinar si hubo maltrato animal.

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624 Manual de Criminalística y Criminología

Consideraciones importantes antes de comenzar la necropsia


Recuerde que cuando usted (perito asignado) es responsable de este resultado, es impor-
tante considerar las siguientes recomendaciones:
1. Lea con cuidado la cadena de custodia o la orden del juez o Ministerio Público
que solicita la necropsia y firme de recibido conforme. Guarde una copia de este
documento y tome el número de caso de la Fiscalía para etiquetar fotografías y
evidencias relacionadas con el caso.
2. Verifique que sea el cadáver o cadáveres que le fue asignado. Si es más de uno,
es recomendable pedir la asistencia de otro profesional. De tratarse de un caso
de acumuladores, desastres naturales o daño ambiental, coordinar un equipo es
lo adecuado.
3. Entre en la sala de necropsias con una mente abierta e imparcial, el perito solo es
conducto, no podemos ser juez y tomar parte en el proceso.
4. Prepare su material de obtención y envío de muestras.
5. Prepare su equipo de fotografía y vídeo: cámara, flash, escalas y memoria (en este
punto, asegúrese que esté vacía antes de comenzar).

Recolectar evidencias para otros laboratorios y peritajes


Este tema se abordará con mayor profundidad más adelante. Dada su extensión, aquí nos
centraremos en dar algunas recomendaciones que le ayudarán a que la necropsia cumpla
con su objetivo.
1. Fotografíe el cadáver como le fue entregado, antes de abrir la bolsa, dentro de la
bolsa y sin ella. Tome fotos de la cara, cavidad oral, lado derecho e izquierdo, así
como dorso y vientre del animal. Si el animal es rasurado, repita las fotografías
antes mencionadas.
2. Una vez descubierto el cadáver, permita que otros integrantes del equipo forense
tomen muestras de larvas, insectos, pelo, tierra, polvo, residuos de pólvora, resi-
duos de algún tóxico, entre otros, para su embalaje y etiquetado (que no se hayan
tomado en el LDH).
3. En este momento se puede limpiar el cadáver para posteriormente realizar estu-
dios radiográficos y de tomografía para documentar traumatismos craneoencefá-
licos y fracturas.

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Tema 21: Veterinaria forense 625

Fotografíe y documente cualquier lesión externa, retire la piel para visualizar alguna
lesión en el tejido subcutáneo.
Elija una metodología para hacer la necropsia (decúbito dorsal o decúbito lateral).
Abra la cavidad torácica y abdominal y examine todos los órganos y estructuras.
Tome muestras de órganos y fluidos (más detalles en el apartado “Toma y envió de
muestras”).
Tome muestras para histopatología y otros laboratorios.
Escriba todos los hallazgos al finalizar la necropsia.
Realice el reporte macroscópico al finalizar la necropsia.
Integre todos los resultados y realice su dictamen final.
Entregue el resultado a la Fiscalía o a la persona que haya pagado por el caso.
Figura 6. Secuencia de una necropsia forense. Adaptado de “Veterinary Forensics”, 2018, CRC Boca Ratón Florida.

Foto de las marcas, hierro, tomar la sección de piel con la marca del
Equinos
animal y resguardarla.
Cerdos Tomar la máscara (piel de la cara con las orejas), aretes.
Tomar la sección del tatuaje, recuperar el chip, cadenas, collares u
Perros y gatos
otros objetos que pertenezcan al animal.
Recuperar aretes metálicos o de plástico, así como el área de marcaje
Bovinos
de la piel.
Mantenga bajo custodia el cadáver, piel, plumas y otras partes del
Fauna silvestre
animal hasta ser entregada a la agencia encargada de la vida silvestre.
Figura 7. Recupere siempre estas muestras2.

Datos originales (referencias personales, solicitud de aseguradoras y policía federal)


El prosector tendrá que determinar lo siguiente:
• Condición corporal: Aplique una escala de condición corporal que pueda carac-
terizar lo mejor posible el estado nutricional del animal. Puede utilizar una escala
de 1 a 5 (escala de Tufts) o una escala de 1 a 9 según WSAVA en el caso de los
caninos y felinos. Sin embargo, también existen escalas en bovinos, ovinos y
equinos además de especies silvestres que hay que considerar, esto le ayudará a
definir, según sea el caso, el grado de maltrato o una enfermedad que deteriore
esta condición.

2. Detalles en el apartado “Toma y envío de muestras”.

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626 Manual de Criminalística y Criminología

• Tanatocrono (determinar el intervalo IPM): Esta es una de las preguntas que el


Ministerio Público le hará: ¿cuándo murió? (establecerá probables responsables).
Por ello, caracterizar los cambios es muy importante y no basta con poner “avan-
zados cambios post mortem” o “bien conservado”. A continuación, se proporcio-
na los diferentes estados de conservación (referencia):

Sin cambios de color y actividad por entomofauna (0 a 5


Fresco
días post mortem).
Coloración grisácea a verdosa, timpanización, ruptura por
Descomposición temprana timpanización, desprendimiento fácil de la piel por desli-
zamiento, pérdida de pelo (1 a 21 días).
Descomposición húmeda de tejidos, flacidez de los mús-
culos, hundimiento de abdomen, actividad de entomo-
Descomposición avanzada
fauna intensa, exposición ósea de menos de la mitad del
cadáver, momificación (3 días a 18 meses).
Huesos con algunos fluidos corporales presentes o tejido
Esqueletización que cubre menos de la mitad del esqueleto, los huesos
secos (13 días a 3 años).
Esqueletización con decoloración o exfoliación o pérdida
Descomposición extrema
metafisaria o exposición esponjosa (2 meses a 3 años).
Figura 8. Etapas de la conservación y descomposición cadavérica.
Adaptado de “Veterinary Forensic Pathology”. Volumen 1 y 2, 2018. Pennsylvania, USA, Springer.

El tanatocrono es de relevancia en la ciencia forense se aplica en personas y genera mu-


cha investigación y publicaciones en la actualidad. Puede establecer el IPM antes de la
incisión primaria. Es importante ir observando más cambios durante la disección, descri-
biendo el rigor mortis, algor mortis, livor mortis, desecación y descomposición.

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Tema 21: Veterinaria forense 627

Cambio post mortem Definición Características


Depende del tamaño, la especie y
las condiciones ambientales.1 ºC/h
El enfriamiento del cuerpo
Algor Mortis disminuye la temperatura en hu-
después de la muerte.
manos. 0,5 ºC/h disminuye la tem-
peratura en perros.
La deposición de sangre Se desarrolla entre los 30 minutos
Livor Mortis en los tejidos blandos por a 2 horas en las personas, pero no
la gravedad. está bien establecido en animales.
Empieza aprox. de 2-6 h post mor-
tem y persiste aprox. 36 h hasta
Es el estado post mortem
Rigor Mortis que lentamente desaparece. De-
de rigidez muscular.
pende de la actividad ante mortem
y la temperatura ambiente.
Es la deshidratación o de-
secación post mortem de Este proceso empieza inmediata-
las membranas mucosas mente post mortem y progresa rá-
Desecación y la superficie de la piel pidamente en las membranas que
delicada, que resulta en normalmente en vida son húmedas
cambios de color y tex- y sensibles a la deshidratación.
tura.
Proceso de degradación
Etapa que abarca desde el fresco
de los restos de un animal
de 0-5 h hasta la esqueletización,
Descomposición y como resultado de dos
que puede durar de 2 meses a 3
procesos simultáneos:
años.
autolisis y putrefacción.
Se da en ambiente seco, indepen-
El cuerpo se seca en vez
dientemente de la temperatura con
de descomponerse. Piel
suficiente ventilación y limitada acti-
Momificación ajustada al siguiente pla-
vidad por entomofauna. Tiempo de
no, café amarillento, pare-
presentación variable, pero requie-
ce cuero o pergamino.
re semanas para que se presente.
Figura 9. Fases para determinar el tanatocrono. Adaptado de “Veterinary Forensic Pathology”.
Volumen 1 y 2, 2018. Pennsylvania, USA, Springer.

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628 Manual de Criminalística y Criminología

PATRONES DE LESIÓN QUE PUEDE ENCONTRAR EN ANIMALES MALTRATADOS


• Lesiones por arma de fuego: Cuando revise lesiones por arma de fuego no se
olvide que para localizarlas una radiografía es muy útil, además tiene que buscar
una herida de entrada y una salida; trate de encontrar el proyectil de ser posible.
A continuación, se muestra una guía para reconocer estas lesiones.

Heridas de entrada Heridas de salida


Orificio circular perforado, usualmente de En forma de hendidura, estrellada, irregu-
diámetro pequeño (menos que el proyectil). lar, pequeña o gran diámetro.
Anillo de abrasión en la periferia. No hay anillo de abrasión.
Se empuja hacia delante el tejido que está
Piel hacia adentro, así como el pelo.
por debajo.
Residuo de pólvora, punteado o tatuaje de-
pendiendo de la distancia a la que el arma Los residuos de pólvora están ausentes.
fue disparada.
Figura 10. Características de heridas de entrada y de salida. Adaptado de Bradley-Siemens, N. y Brower, A. I. “Veteri-
nary Forensics: Firearms and Investigation of Projectile Injury”, Veterinary Pathology, 2016, Vol. 53(5) 988-1000.16

• Lesiones por punzocortantes: Lesiones bien definidas y con bordes regulares.

Apuñalamiento: lesión más profunda que extensa (cuchillos, puñales, entre otros).
Incisión: más extensa que profunda, linear (cuchillos, navajas, botellas de vidrio).
Lesión punzo contundente: con o sin abrasión, hendiduras lineales en hueso (mache-
tes, hachas, espadas).

• Traumatismo contundente/golpe contuso: Abrasiones: lesión superficial no más


profunda que la epidermis (rasguños, raspones y erosiones). Laceraciones: es
la rotura de tejido blando debido a fuerza de corte o aplastamiento. Las lesiones
son de bordes irregulares y mellados asociadas a hematomas, además de haber
presencia de material extraño. Contusiones: es la extravasación de eritrocitos
en el tejido blando, por la rotura de vasos sanguíneos. Pueden estar distribuidas
superficialmente, en músculo y órganos internos. Fracturas: las causas incluyen
trauma por vehículo automotor, golpe contuso, penetración por proyectil de arma
de fuego o secuelas de una enfermedad sistémica. En la radiografía se debe com-
probar si se presentan múltiples fracturas y diferentes estadios de cicatrización,
esto nos puede indicar abuso constante.

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Tema 21: Veterinaria forense 629

• Envenenamiento/tóxico: Pueden variar, según el tóxico espere una casuística


de muchos animales afectados. Anticoagulantes: hemorragias diversas en piel,
hemotórax, hemoabdomen, hemopericardio. Órganofosforados y carbamatos:
lesiones macroscópicas mínimas o ausentes, se reducen a congestión subarac-
noidea, pulmonar y de otros órganos.
Para elegir qué prueba solicitar o qué tóxico determinar, la necropsia es el pri-
mer paso; sin embargo, la historia clínica que incluya una fumigación de la casa,
habitación, parques, ranchos, unidad de producción propia o de las cercanías es
importante. Además, es importante saber qué productos son los que están dispo-
nibles en el mercado local como plaguicidas y rodenticidas3.
• Mordeduras: Debe recordar que hay que distinguir las mordeduras de lesiones
por punzocortantes. Es importante recordar que las mordeduras por depredador
vienen en pares, y que hacer la medición de la distancia entre los orificios corres-
ponde a la distancia de los colmillos (caninos), y que compararlos con cráneos de
especies de depredadores ayuda a determinar o descartar el posible agresor. El
patrón de mordedura y su distribución en el cuerpo también depende de la espe-
cie animal; los gatos, por ejemplo, tienden a morder el cuello y la cabeza con el
fin de inmovilizar a la presa rápidamente y evitar que se defienda. En la actualidad,
son varios los estudios relacionados con este tema, algunos de ellos están dirigi-
dos por uno de los autores de este capítulo, el cual hace hincapié en la necesidad
de utilizar esta técnica criminalística complementaria a otras como la etología,
debido a los múltiples factores que pueden encubrir una huella de mordida (por
ejemplo, características de la piel, desgarros, etc.).
• Asfixia: La asfixia puede ser causada por falta de aire inspirado, obstrucción de
vías aéreas, restricción de movimientos torácicos y anoxia tisular. La asfixia pue-
de ser causada por ahogamiento por inmersión, estrangulamiento, colgamiento,
atragantamiento, aplastamiento, enviciamiento del aire inspirado y sofocación.
El colgamiento puede ser accidental o puede ser intencional, algo común es que
los perros se asfixien con sus propias correas o que sean colgados intencional-
mente con cuerdas, cables, cinturones de cuero o de batas de baño. Las lesiones
corresponden a hemorragias en la región cervical y también puede o no haber
fractura del hioides. En el caso de ahogamiento puede haber congestión y edema
pulmonar con cantidades variables de contenido rosáceo en bronquios y tráquea.
La presencia histopatológica de material extraño como arena, lodo, material ve-
getal en las partes más distales es muy sugestivo al ahogamiento. En los casos
de enviciamiento del aire inspirado, el ejemplo más notable es por monóxido de
carbono en perros y gatos que permanecen en el garaje mientras los autos se
calientan, los animales presentarán las mucosas rosáceas, así como la sangre.

3. Más detalles sobre este tema serán abordados más adelante.

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630 Manual de Criminalística y Criminología

Sofocación y aplastamiento es algo que puede ocurrir con frecuencia en especies


de producción al ser transportados, el hallazgo de edema pulmonar en ausencia
de lesiones cardíacas o extracardíacas corrobora esta evidencia.
En otros casos de sofocación, las bolsas de plástico donde quedan atrapados
animales pequeños también son importantes, en los casos de estrangulación
accidental que ocurren en la fauna marina por basura plástica puede ocasionar
asfixia. Por ejemplo, pajitas en las vías aéreas, basura plástica en los estómagos
de la fauna marina.
• Abuso sexual: Revise siempre la zona del perineo, vulva, recto, el tejido subcutá-
neo perineal, en busca de hemorragia y laceraciones. Retire los huesos de la pelvis
para poder ver toda la cavidad pélvica en busca de algún objeto o lesiones rectales.
En el caso de los machos revise cuidadosamente el escroto, prepucio y mucosa del
pene en busca de laceraciones o lesiones por ligaduras o mutilaciones. Recuerde
que este tema en particular es una situación que es difícil de probar inclusive en
personas que no pueden consentir (niños, ancianos y personas con habilidades
diferentes), por lo que es de suma importancia describir con detalle estos casos.
Como se ha mostrado arriba, el trabajo durante la necropsia debe contemplar una serie
de procedimientos ordenados y minuciosos. El muestreo en laboratorio de necropsia es
uno de los procedimientos que se puede realizar. Sin embargo, en muchas ocasiones el
trabajo debe efectuarse en la escena del crimen, contemplando no solo el levantamiento
del cadáver sino también de otras evidencias. En el siguiente apartado se abordará el
muestreo de nuevas evidencias, medios de preservación y conservación y técnicas apli-
cadas en su análisis, tanto en casos que involucren animales domésticos como silvestres.

TÉCNICAS DE MUESTREO
Los animales sujetos a abusos, abandono y crueldad pueden presentar grados de desnu-
trición o sufrir infecciones oportunistas. Los animales vivos capturados en una investiga-
ción forense deben someterse a exámenes rutinarios de química sanguínea, un análisis de
orina y un hemograma completo para establecer su salud metabólica y fisiológica. Todos
los animales, ya sean vivos o muertos, deben someterse a radiografías ortogonales de
cuerpo completo para buscar huesos rotos o cuerpos extraños. Además de estas mues-
tras y pruebas estándar, y basándose en los hallazgos del examen físico o la necropsia,
el veterinario y el investigador pueden elegir otros factores involucrados en el caso. Esta
sección describe los métodos de muestreo y conservación para diversas aplicaciones fo-
renses. Como se señaló anteriormente, los requisitos de envío varían según el laboratorio.
Las descripciones de muestreo, empaquetado y conservación que citamos a continuación
son pautas generales y se recomienda al lector que hable con sus laboratorios habituales
para determinar los protocolos exactos a seguir.

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Tema 21: Veterinaria forense 631

DISPAROS
Una gran variedad de armas de fuego puede utilizarse contra los animales. La forma de los
proyectiles puede variar desde perdigones de escopeta hasta balas y perdigones de rifle
de aire comprimido, y la composición metálica puede incluir aleaciones de cobre, plomo
o tungsteno. Cada tipo de proyectil se comporta de manera diferente cuando contacta
y entra en un cuerpo. Las variables que afectan a un proyectil incluyen el tipo de arma
de fuego utilizada, la distancia entre el tirador y el animal, y si el proyectil golpea tejidos
blandos o huesos. Dependiendo de la combinación de estas variables, un proyectil puede
fragmentarse, pasar completamente a través del cuerpo o incrustarse en tejidos blandos o
huesos. El análisis de los materiales balísticos implica un examen general y microscópico
de las partículas, en busca de características tales como las impresiones del percutor y
los patrones de estriado. Se puede usar microscopía de luz regular, así como microscopía
electrónica de barrido. Si el arma de fuego de un sospechoso está disponible, los pro-
yectiles disparados pueden compararse con los elementos extraídos del animal utilizando
un microscopio de comparación. Los elementos trazas en los huesos y la composición
de las partículas metálicas se determinan mediante espectroscopia de fluorescencia de
rayos X (XRF, por su sigla en inglés). El residuo de disparo en un animal o sospechoso se
analiza mediante microscopía electrónica de barrido/espectrometría de rayos X de energía
dispersiva (SEM-EDX, por su sigla en inglés).

Muestras
Independientemente de la composición metálica del proyectil o fragmento, o si se ha
fragmentado o se ha mantenido entero, los elementos nunca deben manipularse con
instrumentos metálicos. El acero de los instrumentos metálicos puede alterar o borrar las
características de identificación que podrían coincidir con los proyectiles disparados con
el arma de fuego de un sospechoso. Los elementos se deben recuperar de los tejidos con
los dedos o con unas pinzas de plástico. Los proyectiles hechos de cobre o tungsteno
pueden pasar a través del cuerpo sin fragmentarse, dejando poco o nada para la recupera-
ción y el análisis. Además, los cuerpos deshuesados y degradados pueden retener poco o
ningún fragmento balístico visible en los restos. Si los proyectiles impactan el hueso, este
se fragmentará. Se pueden dejar rastros microscópicos de plomo, cobre o tungsteno en el
hueso que fue impactado directamente por la bala. Las astillas, pinchazos (perforaciones)
o surcos a través del hueso indican dónde entró el proyectil en contacto directo con el
hueso. Estas áreas deben preservarse y analizarse para detectar la presencia de metales
traza. La determinación de la presencia de metales traza puede ayudar a diferenciar entre
la muerte por arma de fuego u otro trauma. Los animales disparados a corta distancia (a
unos pocos metros) pueden tener residuos de disparos en el pelo o la piel. El pelo puede
cortarse y empaquetarse para detectar el plomo, el antimonio y el bario que se produce
cuando se dispara una pistola.

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632 Manual de Criminalística y Criminología

Preservación y conservación de muestras


Los objetos metálicos y las partículas extraídas de la herida o encontradas en su trayecto
deben limpiarse tanto como sea posible, con agua o alcohol y un paño suave o una gasa.
Evite frotar los elementos con fuerza, ya que esto puede borrar las características de iden-
tificación, como los patrones de rifle o las impresiones del percutor. Un limpiador ultrasó-
nico puede eliminar suavemente los residuos de los elementos, evitando la posibilidad de
alterar las características individuales. Los perdigones y los fragmentos de balas hechos
de plomo son especialmente susceptibles a la alteración involuntaria debido a la naturale-
za del metal. Cuando estén limpios, los elementos deben secarse al aire y envolverse en
una gasa. La gasa debe estar doblada alrededor de los objetos y pegada con cinta adhe-
siva. Después se debe colocar en un sobre de papel. Cualquier humedad en los objetos
metálicos puede hacer que se oxiden y se descompongan durante el almacenamiento. Por
ello se debe empaquetar los objetos en material transpirable, como una gasa y papel, les
permitirá continuar evaporando la humedad residual y permanecer secos. Los huesos que
deben ser examinados en busca de oligoelementos deben limpiarse suavemente de los
tejidos blandos si aún no están arrugados y desgastados; esto se puede lograr mediante
la digestión en una colonia de escarabajos derméstidos o maceración en agua. Los bordes
de la punción (perforaciones) o surcos deben manipularse lo menos posible para evitar
que se froten los oligoelementos. Una vez libre de carne, el hueso puede secarse al aire
y congelarse antes de la prueba.

TOXICOLOGÍA
Muchos compuestos pueden ser utilizados para envenenar a los animales. Los tóxicos
comunes incluyen organofosforados, carbamatos, metales pesados y anticoagulantes,
aunque los elementos comunes del hogar como el xilitol, las plantas de lirios y el anticon-
gelante pueden utilizarse deliberadamente para causar intoxicación. No existe una prueba
única para verificar si hay intoxicación en el sistema y no hay una muestra única apropiada
para la prueba. Cada toxina o sustancia tóxica tiene mecanismos específicos de acción
y formas en que se metabolizan y excretan en el cuerpo. Es importante tener en cuenta
los signos clínicos o los hallazgos generales del animal en cuestión para limitar la lista de
posibles compuestos a analizar.
Los métodos de prueba dependen de la toxina de interés. La mayoría de las toxinas or-
gánicas se pueden detectar mediante cromatografía de gases/espectroscopía de masas
(GC/MS, por su sigla en inglés) y/o cromatografía líquida/espectroscopía de masas (LC/MS,
por su sigla en inglés). Las pruebas de xilitol y brometalina han demostrado ser un desa-
fío y pueden no ser lo suficientemente sensibles o específicas para su uso en medicina
forense. Los metales pesados pueden detectarse a través de espectrometría de masas
de plasma acoplado inductivamente (ICP/MS, por su sigla en inglés). A través de conver-
saciones entre el veterinario y el toxicólogo, se pueden desarrollar métodos de muestreo
y prueba ideales para cada caso.

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Tema 21: Veterinaria forense 633

Muestras
Si es posible, se deben tomar aproximadamente 10 g de muestra para el análisis. Las
muestras más pequeñas se pueden obtener con el toxicólogo que analizará la muestra.
Si la toxina afecta a más de un animal pequeño, se pueden agrupar muestras de tamaño
insuficiente y los resultados se pueden aplicar al grupo más grande. Sin embargo, se
debe tener cuidado para garantizar que la ley permita la traducción de los resultados de
las muestras agrupadas a todo el grupo de animales.
La mayoría de las toxinas se metabolizan a través del hígado. La toxina original o sus
metabolitos pueden circular en la sangre durante un de tiempo después de la exposición.
Si solo se puede tomar una muestra de un animal vivo, la sangre es la más valiosa. Sin
embargo, la sangre es más difícil de obtener de animales muertos. Se pueden tomar
muestras de hígado de animales que se sospecha que han muerto de intoxicación. Las
toxinas de acción rápida, como los carbamatos y los barbitúricos, pueden matar animales
a las pocas horas de haber ingerido el cebo. Estos compuestos también pueden hacer que
el animal regurgite el material ingerido. En estos casos, el contenido del estómago es la
muestra preferida, ya que el veneno aún puede estar presente en la ingesta. Si el animal
ha regurgitado todo el contenido del estómago, se pueden tomar muestras de sangre
completa de animales vivos y del hígado o la pared del estómago de animales muertos. Es
importante establecer si un animal fue sometido a eutanasia con barbitúricos antes de las
pruebas de toxicología, ya que este compuesto se detectará en los tejidos blandos de todo
el cuerpo de animales sacrificados. Los animales que pisan cebo mientras se alimentan
(por ejemplo, buitres) pueden tener trazas de tóxicos en los pies. En los casos en que el
animal ha sido rescatado y no deja órganos internos para analizar, se puede tomar una
muestra completa de los pies para detectar la exposición a una toxina.
Los anticoagulantes y las sustancias químicas disuasivas de las aves (por ejemplo,
4-aminopiridina) se metabolizan lentamente en el cuerpo y tienen efectos retardados en el
animal. Como el tiempo entre la ingestión de la toxina y la manifestación de signos clínicos
o la muerte puede ser de hasta varios días, el contenido del estómago no será valioso en
la identificación de la sustancia nociva. Para la mayoría de las toxinas de acción lenta, la
sangre (viva) y el hígado (muerto) son las muestras preferidas para las pruebas. Los ani-
males pueden envenenarse involuntariamente o maliciosamente con etilenglicol (anticon-
gelante). Este compuesto causa daño y formación de cristales en los riñones. Los efectos
iniciales de la toxina se pueden ver a los pocos minutos u horas de ingestión, pero los
signos clínicos pueden persistir durante días antes de la recuperación con tratamiento o la
muerte. Si se sospecha que el etilenglicol es el tóxico, se puede extraer sangre de anima-
les vivos en un tubo colector (tubo tapa rojo y amarillo) y centrifugar para separar el suero.
Dado que el etilenglicol se metaboliza a través de los riñones, este órgano proporciona la
mejor muestra para las pruebas. Además, el análisis de orina y/o la evaluación histológica
de los riñones revelarán los cristales característicos de oxalato de calcio. Los metales pe-
sados, como el plomo, el mercurio o el zinc pueden causar debilitamiento rápido o lento y

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634 Manual de Criminalística y Criminología

la muerte, según la dosis consumida. En animales vivos, las muestras apropiadas incluyen
líquido ocular, sangre u orina (captura libre o cistocentesis). Si el cebo o el alimento están
disponibles, se pueden recolectar aproximadamente 500 g de muestra para su análisis. El
hígado puede ser recogido de animales muertos para pruebas de metales pesados.
Los rodenticidas de fosfina/fosfuro se fabrican como gránulos o bloques sólidos. Al entrar
en contacto con el agua, ya sea en el medio ambiente o en el estómago, se libera un gas
tóxico. Las muestras de cebo para la prueba se deben empaquetar en recipientes secos y
herméticos al usar un respirador químico. Los animales sospechosos de haber muerto de
toxicosis de fosfina deben someterse a una necropsia en una campana de ventilación para
proteger al veterinario de los gases tóxicos. El estómago no debe abrirse, sino que debe
retirarse intacto del cuerpo y empaquetarse en un recipiente hermético antes de retirarlo
de la campana para su análisis o transporte.

Preservación y conservación de muestras


Las muestras de sangre total, suero, plasma u otros líquidos corporales deben guardarse
en un tubo, sellado y a prueba de fugas. Para evitar roturas durante el envío, el tubo debe
envolverse en una gasa suave y depositarse en una bolsa de plástico o envase rígido a
prueba de fugas. Las muestras de contenido estomacal deben estar contenidas dentro
de papel de aluminio. Algunos compuestos volátiles pueden reaccionar con el plástico en
contacto directo, lo que resulta en una prueba comprometida. El papel de aluminio separa
la muestra de cualquier paquete de plástico y retiene los compuestos dentro de la misma.
Los órganos para la prueba (hígado, riñón) deben empaquetarse en un recipiente a prueba
de fugas. Las muestras pueden enfriarse en un refrigerador antes de la prueba si el análisis
se realiza de manera oportuna. Si hay un retraso en el inicio de la prueba o la muestra debe
esperar para el envío o soportar un largo tiempo de transporte, la muestra puede congelar-
se antes del envasado. Independientemente de si la muestra está congelada o refrigerada
antes del envío, esta debe envasarse con bolsas de hielo (gel de hielo o hielo seco, según
los requisitos del laboratorio) para mantener su temperatura fresca durante el transporte.

QUEMADURAS
Las quemaduras en la piel pueden ser causadas por el contacto con agua caliente, vapor
u objetos calientes. Además, pueden producirse debido a la exposición a microondas o
corriente eléctrica. Independientemente del modo de quemadura, el efecto sobre la es-
tructura microscópica de la piel es muy similar. Las quemaduras de la piel causadas por
el agua caliente o el vapor generalmente tienen un patrón de goteo o vertido en el cuerpo
que se puede visualizar al afeitarse o al desplumar al animal. Las quemaduras por objetos
calientes (por ejemplo, cigarrillos, metales) generalmente reflejan la forma del objeto. Las
quemaduras de cigarrillos son pequeñas y circulares, mientras que las quemaduras de los
implementos de la chimenea, por ejemplo, pueden tener una forma geométrica. Las que-
maduras por objetos calientes generalmente tienen bordes claros y definidos, mientras

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Tema 21: Veterinaria forense 635

que los bordes de las quemaduras por agua y vapor son graduales. El efecto de la elec-
trocución en la piel puede ser similar a las quemaduras producidas por objetos calientes.
Sin embargo, la extensión de la quemadura puede ser mucho más severa. Las corrientes
de alto voltaje pueden provocar laceraciones cauterizadas de la piel y la coagulación del
músculo subyacente, lo que da como resultado un aspecto cocido de los tejidos blandos.
El contacto con un cable electrificado puede resultar de la transferencia de elementos a la
piel en un evento llamado “metalización”. Tanto las quemaduras de objetos calientes como
las de electrocución pueden provocar el “chamuscado” del pelo o las plumas. Finalmente,
las quemaduras también pueden ser causadas por la aplicación de productos químicos
como la lejía. Estas quemaduras químicas son similares en apariencia macro y microscó-
pica a las quemaduras de líquidos calientes.
La profundidad de una quemadura (y, por lo tanto, el grado) se puede determinar a través
de la histopatología. No siempre es necesario determinar el alcance de una quemadura
en un animal. Determinar si las quemaduras son de 1º, 2º o 3º grado puede ayudar al
veterinario a formular un pronóstico a largo plazo para el animal, pero no debe impedir la
provisión de tratamiento y cuidados de apoyo.

Muestras
Las muestras histológicas pueden detectar la profundidad y el alcance de una quemadura,
así como evaluar la metalización del metal electrificado. Las muestras para el examen
histopatológico deben tomarse desde la periferia de la quemadura, así como en áreas cer-
canas al centro. Las biopsias de animales vivos o secciones de animales muertos deben
ser muestras de espesor completo. Si se sospecha de quemaduras profundas, se puede
incluir el panniculus carnosus (capa de músculo estriado profundo al panículo adiposo)
en la muestra de biopsia. El pelo y las plumas afectadas por el fuego, objetos calientes o
electrocución pueden aparecer rizados, ennegrecidos o acortados. Alrededor de las que-
maduras pequeñas, estos cambios pueden ser sutiles y no ser visibles inmediatamente a
simple vista. Se puede emplear una fuente de luz alternativa (ALS, por su sigla en inglés)
para resaltar estos cambios sutiles en el pelaje o el plumaje. El ALS debe ajustarse a 530-
560 nm y la superficie del animal debe verse a través de un filtro rojo. Con esta combina-
ción, el pelo chamuscado o quemado y las plumas presentarán una fotoluminiscencia de
color naranja brillante.

Preservación y conservación de muestras


Las secciones de la piel deben conservarse en formalina tamponada neutra al 10 % y ser
analizadas por un patólogo veterinario. No se requiere preparación del pelo o las plumas
para el análisis con una ALS.

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636 Manual de Criminalística y Criminología

INTERVALO POST MORTEM (IPM)


A menudo surgen preguntas sobre la duración del tiempo entre la muerte y el descubri-
miento del cuerpo. Si este tiempo es corto (minutos a horas), se puede evaluar la tem-
peratura corporal y la evidencia de rigor y livor mortis para proporcionar una estimación
del intervalo IPM. Sin embargo, los animales que han sufrido una descomposición visible
plantean un desafío con respecto al IPM, que requiere un enfoque diferente para el mues-
treo. Los efectos ambientales en el cuerpo en descomposición se convierten en puntos
de referencia valiosos con el tiempo. Cuanto más tiempo permanezca un animal muerto
en el medio ambiente, ya sea en el interior o en el exterior, mayor será la oportunidad de
que el medio ambiente afecte al cuerpo. Las moscas pueden comenzar a poner huevos en
cadáveres de animales a los pocos minutos de la muerte. El desarrollo de las moscas varía
según su especie, el clima, la cobertura de la sombra y la temperatura ambiental. Además,
diferentes especies de insectos colonizan una carcasa en diferentes etapas de descompo-
sición. Por ejemplo, las moscas sopladoras pueden poner huevos en una canal a los pocos
minutos de la muerte, mientras que los escarabajos se acercan a una canal solo después
de que ya haya ocurrido algún grado de descomposición.
Muestras
Utilizar el humor vítreo para determinar las concentraciones de potasio, lactato y glucosa
puede proporcionar algunas pistas sobre el intervalo post mortem en humanos recién
muertos. Sin embargo, este punto de datos está lleno de inconsistencias y no se debe
utilizar como único indicador para el IPM. Además, estas pruebas no se han validado para
su uso en especies no humanas. La evaluación de livor y rigor mortis, la decoloración de
la piel y el pelo son más fiables para determinar el tiempo transcurrido desde la muerte.
Un entomólogo forense tiene muchos factores en cuenta al determinar cuánto tiempo han
estado colonizando el cadáver los insectos. Si un entomólogo forense no está disponible
en la EC, el investigador puede muestrear larvas de insectos de varias etapas y pupas que
se encuentran en el animal. Los huevos de mosca solo deben tomarse muestras si no hay
otras etapas de desarrollo de insectos presentes. Además, se debe recolectar el suelo de
debajo de la carcasa para determinar la presencia de moscas pupadas.
Preservación y conservación de muestras
Las especies de insectos pueden determinarse ya sea haciendo crecer las larvas vivas en
moscas y escarabajos adultos, o probando genéticamente las larvas para determinar las
especies. Las larvas que se cultivarán en el laboratorio deben colocarse en un recipiente
con una pequeña cantidad de humedad para evitar la desecación. Estos deben ser entre-
gados al entomólogo inmediatamente. Para determinar la etapa en la que se encuentran
las larvas en el momento del descubrimiento, se recolectan varios estados larvarios (1, 2
o 3) en alcohol o agua hirviendo para detener el desarrollo. Estas larvas muertas pueden
conservarse en alcohol o agua. Para la determinación genética de las especies, los ele-
mentos de los insectos deben congelarse para su envasado y transporte.

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Tema 21: Veterinaria forense 637

BIOSEGURIDAD EN LA EVALUACIÓN FORENSE DE ANIMALES


La escenografía de una muerte animal intencionada debe tratarse como si fuera una muer-
te por causas naturales debido a una enfermedad. La cuestión de la causa de la muerte
permanece abierta hasta que todos los análisis estén completos. Por tanto, el animal y la
EC deben ser tratados con el debido cuidado. El equipo de protección personal (PPE, por
su sigla en inglés) adecuado que se utilizará durante la recolección y el examen del animal
y la EC incluye, como mínimo, guantes de examen, ropa de abrigo sin pelusa y botas o
zapatos lavables. Algunas toxinas, como el cianuro y los fosfuros minerales, pueden estar
presentes en el aire. Si se sospecha de estos compuestos, los investigadores también
deben usar máscaras o respiradores que bloqueen los productos químicos volátiles. La
seguridad de los investigadores en la EC es la máxima prioridad. En segundo lugar, la EC y
el animal deben estar protegidos de la contaminación por los investigadores. La “pelusa”
o las fibras de la ropa del investigador y el cabello humano pueden caer sobre el animal, lo
que confunde un análisis que podría vincular a un sospechoso con la víctima. De manera
similar, las manos enguantadas evitan el depósito involuntario de huellas dactilares en las
superficies. Antes de retirarlo de la escenografía, el animal debe envasarse en al menos
tres capas de embalado a prueba de fugas para evitar el derrame de fluidos corporales
potencialmente contaminados en el medio ambiente.
Cualquiera que sea la técnica criminalística que se vaya a utilizar en la investigación, esta
dependerá en un alto porcentaje de la calidad del trabajo efectuado en el LDH y la esce-
nografía del crimen (EC).

ESCENOGRAFÍA DEL CRIMEN


Es el lugar donde se ha cometido un hecho ilícito y no implica, necesariamente, la exis-
tencia de un cadáver.
Las siguientes son, en términos generales, las etapas que deben ejecutarse en el trabajo
de la EC.

PROTECCIÓN Y ASEGURAMIENTO DE LA EC
Antes de cualquier procedimiento es obligatorio: a) Corroborar las denuncias sobre la
existencia de un hecho ilícito. b) Obtener la orden y los permisos judiciales (órdenes de
registro) para acceder a él. c) Determinar los posibles riesgos a los cuales el investigador
y su equipo, las personas presentes, animales vivos y evidencias puedan estar expuestos.
Entre ellos se pueden mencionar: agentes físicos (por ejemplo, condiciones ambientales,
ubicación o terreno); agentes químicos (radiación, gases, sustancias químicas, etc.) y bio-
lógicos (por ejemplo, presencia animales, zoonosis, etc.). El objetivo de la protección es
evitar que se pierdan evidencias o entren nuevas que puedan alterar la escenografía origi-
nal. Para ello existen protocolos dependiendo si es un LDH abierto, cerrado, mixto o su-

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638 Manual de Criminalística y Criminología

bacuático y debe estar a cargo del oficial designado por el investigador responsable. Para
el perimetraje (cierre de la EC) se pueden utilizar una serie de elementos como cintas,
cuerdas, etc. o elementos propios del lugar como árboles, rocas, etc. Todo dependerá de
sus características y extensión. La EC es dinámica y debe estar en constante evaluación.

BÚSQUEDA DE INDICIOS
Dependiendo de las características geográficas, los riesgos potenciales, las condiciones
y extensión del LDH, la experiencia de investigador responsable, ambiente y la naturaleza
del delito que se investiga se puede optar por diferentes métodos de búsqueda. Entre
estos métodos se cuentan: búsqueda en el sentido de las agujas del reloj, sentido contra-
rio a las agujas del reloj, por zonas o cuadrantes, en cuadrícula, lineal, en espiral, radial,
etc. Una EC que presenta características únicas puede requerir que el investigador utilice
esas características para desarrollar un patrón efectivo. Un ejemplo de esto puede ser el
rastreo de un animal herido. El método de búsqueda lo puede realizar una persona o más,
según las circunstancias lo requieran. Durante este proceso es imperativo mirar arriba,
abajo y hacia ambos lados, al momento de entrar y salir. Marcar los hallazgos (con ban-
deras, conos, etc.) y tras elaborar una teoría de lo ocurrido, determinar cuáles de estos
indicios se convertirán en evidencia. Estos últimos se marcan con un número identifica-
torio y entran en el muestreo para su análisis. Teniendo presente en todo momento los
principios criminalísticos, es necesario siempre registrar y evaluar el entorno en búsqueda
de indicadores de negligencia (por ejemplo, inanición, deshidratación, problemas médicos
evidentes y collar incrustado), acumulación de animales o cualquier otro tipo de maltrato
como abuso, golpes y peleas con animales. También habrá que estar atento a la presencia
de animales muertos, vivos o agonizantes (realizar triaje animal). Fuentes de alimento y
agua (fuente con agua, agua de baño, aguas de lluvia). Armas de fuego, cuchillos u otros
tipos de armas y municiones. Agujeros de bala, punzones y otros indicadores de armas y
violencia. Recetas, drogas ilícitas para animales y humanos. Instrumentación quirúrgica y
clínica (por ejemplo, jeringas, gasas, etc.). Dinero excesivo. Si hay una escena de fuego o
abuso usando llamas; líquidos inflamables, otros tipos de combustible y fuentes de igni-
ción. Fluidos corporales (sangre, heces, vómitos), salpicaduras de sangre, tejido corporal
(por ejemplo, uñas o trozos de ellas), en rincones ocultos; huellas dactilares y/o calzado.
Textiles completos o fibras. Marcas provocadas por dientes, uñas, etc., sobre muebles,
paredes, etc.

FIJACIÓN
Para garantizar la identificación única del lugar a inspeccionar, se debe realizar:
a) Documentación fotográfica: deberán considerarse fotografías panorámicas, pla-
no general, plano medio, primer plano y al detalle. Las panorámicas nos ubican
en el lugar donde ocurren los hechos. Normalmente debe fijarse el LDS en 360º y

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Tema 21: Veterinaria forense 639

contemplar las zonas de salida o entrada al mismo; la general, puede contener una
porción significativa de la escena y los elementos contenidos dentro. Su finalidad
es mostrar los límites definidos del LDH y el estado en que se encontró; plano me-
dio proporciona una comprensión de la relación entre los elementos de la imagen;
las de primer plano ilustran las características generales de las evidencias (forma,
color, tamaño), al detalle ilustran las características útiles para la identificación e
individualización de los elementos (morfología de heridas, marcas de percusión
de vainillas, números de serie, códigos de barras, huellas, entre otros). Cuando
sea necesario, es obligatorio utilizar testigos métricos de acuerdo al tamaño de la
evidencia y al color del sustrato donde se encuentra (siempre debe contrastar).
Siempre que sea posible se debe posicionar el testigo métrico en el mismo plano
que el objeto que se está siendo fotografiado y en el mismo ángulo de la eviden-
cia. De esta forma se establecerá una referencia en unidades de medida estanda-
rizadas que permitirán dimensionar el tamaño de la evidencia. Las fotografías no
se borran y deben almacenarse en un disco especialmente definido para el caso.
Deben fotografiarse la cara del animal, la sábana de pertenencias y la evidencia.
b) Fijación vídeo gráfica: una de las variaciones más claras entre el uso de foto-
grafía y videografía para documentar la escena es la grabación de audio. El audio
no debe ser grabado mientras se captura vídeo en una EC debido a eventuales
problemas de admisibilidad en el tribunal. Su uso proporcionará a quienes no es-
tuvieron en la EC una interpretación de imágenes de manera fluida y móvil. Útil en
casos de maltrato animal donde el dolor se puede evidenciar de manera objetiva
mientras se realiza inspección clínica del ejemplar.
c) Fijación topográfica: consiste en representar gráficamente mediante medidas en
un bosquejo (croquis), plano, 3D o animación virtual (u otra idónea). El bosquejo
es una representación gráfica del LDH ejecutada a mano alzada, orientada en su
norte, sin escala, acotado con todas las medidas registradas en el terreno.
d) Documentación narrativa: consiste en describir de manera clara, objetiva y pre-
cisa el LDH, los procedimientos realizados durante la inspección, resumen de los
hechos, las condiciones medioambientales, las evidencias, de manera cronológi-
ca, de lo general a lo particular, teniendo en cuenta la hora de cada actividad.

RECOLECCIÓN, PRESERVACIÓN, EMBALAJE, ROTULADO Y ALMACENAMIENTO DE LAS


EVIDENCIAS
Posterior a la búsqueda, numeración y fijación de los hallazgos o evidencias, se procederá
a la recolección de los hallazgos, aplicando los lineamientos establecidos en el Manual de
Procedimientos para Cadena de Custodia definidos en cada país o región. Para las eviden-
cias que no son análogas ni homólogas a las del humano se deben contemplar las con-
sideraciones técnicas que presentan los laboratorios para análisis de muestras animales.

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640 Manual de Criminalística y Criminología

Para ejemplificar el trabajo en la EC abordaremos dos propuestas de protocolos que sirvan


de guía en casos maltrato animal (doméstico y silvestre).

PERICIA DEL MALTRATO A LOS ANIMALES SILVESTRES


En la veterinaria, en los exámenes periciales del maltrato a los animales silvestres existen
dos grandes áreas del conocimiento, que son de suma importancia: la patología forense
y la ciencia del bienestar animal. Los principales exámenes de la patología veterinaria que
se llevan a cabo en la investigación en el crimen del maltrato animal son: examen físico
en animales y bienestar.

EXAMEN FÍSICO DE ANIMALES


En el contexto forense, el examen físico de animales vivos está relacionado con la investi-
gación de traumas, caracterización de las expresiones morfológicas de las lesiones y sus
agentes vulnerables, sean de orden mecánica, física, química o físico-química. La caracte-
rización permite determinar el grado de las lesiones: leves, graves o muy graves. Esto que
puede traducirse en agravantes, influirán en la pena estipulada por el juez al final del caso.
En estas situaciones, debe realizarse un examen clínico tradicional con especial atención
a los hallazgos que puedan tener repercusión forense (Cooper y Cooper, 2007). Una
necropsia forense animal debe obligatoriamente ser efectuada cuando un cadáver forma
parte en una escenografía del crimen o de cualquier investigación o proceso sospechoso.

BIENESTAR ANIMAL
El concepto del bienestar se refiere a una buena o satisfactoria calidad de vida y tiene
relación con aspectos propios de cada especie animal. El bienestar de un individuo se
mide en relación a su grado de adaptación con su medio ambiente (o donde se desen-
vuelva). La ciencia del bienestar animal establece criterios y metodologías que reflejen,
con exactitud, la calidad de vida de los animales en diferentes situaciones, evaluándola de
manera objetiva, mediante el uso de parámetros fisiológicos y de comportamiento. Así es
posible determinar grados de bienestar que pueden ir desde muy bueno hasta muy malo.
El Protocolo de Pericia en Bienestar Animal (PPBEA) ha sido desarrollado para ayudar en
la identificación de casos de maltrato animal, de acuerdo con el concepto de las Cinco
Libertades del Bienestar Animal, creado por John Webster y difundido por la Farm Animal
Welfare Council (FAWC, 1993), teniendo en consideración los siguientes puntos: 1) libre
de hambre, sed y desnutrición; 2) libre de miedo y angustias; 3) libre de dolor, lesiones y
enfermedades; 4) libre para expresión de su comportamiento natural; 5) libre de incomo-
didades físicas o térmicas.
Esta es una manera adecuada, de acuerdo con los creadores del PPBEA, Hammerschmiddt
y Molento (2017), pues puede evaluar los animales sin invadir ni alterar sus libertades.

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Tema 21: Veterinaria forense 641

También permite su adaptación a cualquier especie animal, adaptando los indicadores


especie específicos. El protocolo tiene cuatro conjuntos de indicadores: nutricionales,
confort, salud y comportamentales. Estos pueden clasificarse en adecuados, regulares e
inadecuados, tras la inspección y análisis del veterinario capacitado para su aplicación. La
conclusión final del protocolo debe tener en cuenta el análisis completo y se puede con-
cluir que: los grados de bienestar bajos y muy bajos son compatibles con ocurrencia del
maltrato. Se ha llevado a cabo el desarrollo de protocolos de pericia en bienestar animal
para perros y gatos, para loros (Amazona), monos (Callithrix), tortugas (Chelonoidis) y
réptiles. Como ejemplo podemos señalar el PPBEA para aves silvestres desarrollado por
Servio Reis en 2018 (ver Figura 11).

Grupo Indicadores
Cantidad de bebederos con relación al número de animales.
Limpieza de los bebederos.
Disponibilidad del agua.
Calidad del agua.
Cantidad de comederos en relación al número de animales.
Indicadores
nutricionales Limpieza de comederos.
Disponibilidad adecuada de cantidad de alimentos, variedad y fre-
cuencia.
Calidad de los alimentos.
Buenas prácticas de almacenamiento y caducidad en reserva.
Puntuación de condición corporal.
Limpieza y condición de la superficie corporal (plumas y piel).
Limpieza del medio ambiente (su entorno).
Calidad de sustrato disponible.
Análisis de la calidad del aire.
Presencia de animales con dificultad para respirar.
Indicadores
ambientales Animales con señales de comportamiento de hipotermia.
Densidad del alojamiento.
Caracterización y número de espacios o instalaciones que los ani-
males puede utilizar.
Opción de acceso al aire libre (espacio abierto).
Zonas libre de lluvia, viento y sol para libre acceso.

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642 Manual de Criminalística y Criminología

Claudicación (cojeras).
Lesión en la superficie corporal.
Cicatriz y evidencias de fracturas antiguas.
Presencia de fracturas, contusiones y hematoma.
Lesiones en las articulaciones.
Evidencias de dolor, medir por escala según especie.
Indicadores Análisis de la expresión de la cara, postura corporal y otras señales.
de salud Enfermedades infecciosas.
Enfermedades no infecciosas.
Endo- y ectoparásitos.
Vacunación y desparasitación.
Mutilaciones.
Intervenciones en la integridad física del animal.
Mortalidad.
Evaluación del comportamiento.
Presencia de estereotipias u otros comportamientos anormales.
Calidad y cantidad de vocalización.
Privación del comportamiento social natural de la especie.
Estructura física y social cuando están alojados en grupo.
Privación de comportamiento natural exploratorio y lúdico.
Reacciones anormales.
Restricción a los movimientos naturales para tumbarse, levantarse.
Indicadores Evidencias de manejo inadecuado en la interacción con animales,
comportamentales como caídas, torsiones, daños en general.
Señales de canibalismo, arrancamiento de plumas.
Automutilación.
Variedad técnica de enriquecimiento ambiental, frecuencia de ofer-
ta y monitoreo de los efectos.
Actitud de los animales en general y anormalidad en estados de
alerta.
Actitud de los animales a las personas, sus cuidadores. Tener en
cuenta en centro de gravedad corporal, erección de los pelos y
plumas, de acuerdo con la especie.
Figura 11. PPBEA para aves silvestres aplicable a otras especies,
adaptándolos a los indicadores de bienestar de cada especie.

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Tema 21: Veterinaria forense 643

Los grupos de indicadores del bienestar animal están compuestos por estas medidas,
que por supuesto, pueden cambiar de acuerdo con la situación en que se encuentran
los animales, tipo de alojamiento y el contexto. Así, los indicadores deben utilizarse des-
pués de una revisión sistemática de la especie y de cada caso en particular. Se debe
adaptar cuando sea necesario de acuerdo con los criterios específicos. Para la utilización
adecuada de los protocolos de evaluación se recomienda veterinarios con conocimiento y
entrenamiento práctico en el área de la ciencia forense veterinaria.

GUÍA ESTRUCTURADA PARA ATENCIÓN DE DENUNCIAS: ATAQUE DE


CARNÍVOROS SILVESTRES A BIENES, MASCOTAS O GANADO
La atención de denuncia de ataque de vida silvestre hacia nuestras mascotas, ganado o
bienes determina: “Los registros y confirmaciones de la especie depredadora que actúa
en primera instancia en este tipo de ataque, nos permitirán obtener el conocimiento nece-
sario para el desarrollo de estrategias de convivencia con la vida silvestre”.
La presente guía es una propuesta de metodología de trabajo para optimizar el conoci-
miento adquirido en la atención del evento de ataque denunciado, mejorar los recursos
empleados, resguardar la evidencia encontrada, estandarizar los registros y estructurar
la gestión de atención de denuncia. Con esto, se pretende contar con datos fiables y
auditables que permitan avalar las conclusiones o inferencias logradas en el transcurso
de una investigación de ataque de vida silvestre a nuestros bienes, mascotas o ganado
doméstico.
Una investigación de ataque de vida silvestre tiene como componentes principales:
• Medio ambiente.
• Depredador y presa.
• Registros históricos4.
• Laboratorios de referencias y consultores.
• Registro protocolizado de antecedentes de la investigación.
• Protocolos de investigación de la zona del evento.
La clave principal es el completo y correcto conocimiento actualizado de estos com-
ponentes y sus interacciones, de manera tal que para atender una denuncia de ataque
debemos conocerlos de forma previa, sin improvisar al momento de investigar el evento
en terreno. A continuación, se describen los aspectos más importantes que debieran ser
del conocimiento del investigador en relación a su área jurisdiccional, previo a la atención
de una denuncia.

4. Nota: la división entre medio ambiente, depredador y pesca y registros históricos se ha realizado solo con fines
didácticos.

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644 Manual de Criminalística y Criminología

MEDIO AMBIENTE
• Composición geográfica del área: llanuras, valles, bosques, quebradas, cerros,
cursos de agua (ríos, esteros, afluentes), espejos de agua (lagos, lagunas), hu-
medales, pantanos, entre otros componentes.
• Asentamientos humanos: límites de zona urbana y zona rural, construcciones ha-
bitacionales, industriales, agrícolas, vertederos (legales e ilegales), líneas ferro-
viarias, autopistas, carreteras (con o sin pavimentación), caminos de huellas para
vehículos, personas, senderos.
• Corredores biológicos para depredadores y presas.
• Áreas de alimentación, reproducción, tránsito y descanso para depredadores y
presas.
• Áreas o sectores considerados como trampa ecológica activas (por ejemplo, tra-
mo de carreteras, tendido eléctrico, torres de alta tensión, construcción para pro-
ducción de energía eólica, etc.).
• Clasificación de áreas según tipo de clima y suelo.

DEPREDADORES Y PRESA
El investigador debe contar con información permanente sobre:
• Lista de depredadores por especie, clasificados por presencia confirmada, avista-
miento o sospecha de presencia por área o sector.
• Etología por especie (conocimiento básico incorporado a la ficha por especie).
Comportamiento como depredador (solitario, grupal, en etapa reproductiva, en-
fermedad y comportamientos atípicos de depredación), patrón de depredación
(descripción detallada sobre el consumo de la presa, marcas o signos relevantes
en la presa), actividad horaria de depredación/consumo de alimento, preferencia
de presa y determinar si puede o no actuar como carroñero oportunista y/o presa
eventual.
• Caracterización de la signología por especie:
–– Características fenotípicas de la especie (largo, ancho, alto, peso, pelaje, siste-
ma dental, por edad y estado reproductivo).
–– Signología específica de depredación dejada en las presas, énfasis en la técni-
ca empleada para sometimiento del espécimen y/o muerte del ejemplar. Seña-
lar si hay diferencias de métodos según sea la especie afectada.
–– Características de la o las heridas generadas en la presa (superviviente al ata-
que y en cadáver (por ejemplo, hacer énfasis si son heridas de bordes netos
o con desgarros). Ubicación de las heridas en el cuerpo de la presa (para
sometimiento y/o causal de muerte).

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Tema 21: Veterinaria forense 645

–– Descripción detallada del tipo y ubicación de señales territoriales (por ejemplo,


heces, marcas de garras en árboles), para la especie.
–– Huellas plantares: características propias de la especie, morfología (medidas,
ángulos), patrón de desplazamientos.
–– Colmillos, separación (por ejemplo, distancia intercanina u otra) y profundidad
de marca en la presa (para sometimiento y/o causal de muerte), ubicación en
presa o cadáver. Características de este tipo huella descrita dejadas en mate-
riales dentro de una zona de ataque (por ejemplo, marcas en madera, plástico,
etc.).
–– Garras (número de garras registradas y distancia entre cada una de ellas);
profundidad de marca en la presa (para sometimiento y/o causal de muerte),
ubicación en presa o cadáver. Características de este tipo de huella descrita re-
gistradas sobre distintos materiales (por ejemplo, marcas en madera, plástico,
etc.).
–– Heces: características propias de la especie, morfología, hábitos de defeca-
ción.
–– Pelos: características propias de la especie, morfología y morfometría.
• Patrón de migración, trashumancia, época del año. Descripción de las áreas o ru-
tas geográficas, áreas o zonas descritas como confirmadas o sospechosas de ser
sectores de: madrigueras (ocasional, permanente), reproducción, alimentación,
tránsito. Es importante considerar para la preservación de la diversidad genética
de la especie los corredores biológicos.
• Preferencias de presa, descripción detallada sobre los hábitos alimenticios de la
especie referidos al tipo de presa habitual y oportunista, frecuencia alimenticia,
horario preferencial, lugar de alimentación.

REGISTROS HISTÓRICOS
En relación al área que está bajo investigación es fundamental considerar:
• Registro histórico de ataques de vida silvestre. Dos categorías: confirmados y no
confirmados.
• Registro histórico de enfermedades infectocontagiosas de ganado doméstico:
mascotas y vida silvestre.
• Registro histórico de antropozoonosis y zoonosis.

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646 Manual de Criminalística y Criminología

LABORATORIOS DE REFERENCIAS Y CONSULTORES


La existencia de un registro de disponibilidad permanente y actualizado que contenga:
• Dependencias del Gobierno encargadas de la salud animal y humana, horario
hábil para recepción de denuncias de sospechas de enfermedades de denuncia
obligatoria (sean consideradas zoonosis o no), nombres de contacto, dirección,
teléfonos.
• Lista de laboratorios según especialidad, nombres de contacto, dirección, telé-
fonos, horario de funcionamiento de laboratorios en relación al tipo de muestra
biológica para análisis químico, bacteriológico o viral.
• Lista de consultores externos según especialidad.

REGISTRO PROTOCOLIZADO DE ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN


Un buen sistema de registro debe cumplir dos condiciones mínimas:
• Reunir datos de forma estructurada que permitan su análisis de forma eficiente
y eficaz.
• Estar previamente estandarizados y consensuados de acuerdo a objetivos prede-
finidos.
En una atención de denuncia de ataque de vida silvestre, tenemos dos grupos de registros:
• Registro específico de la denuncia en curso.
• Registro de información para base general de registros de ataques de vida silvestre.
Ambos registros tienen expresión en la base de datos correspondiente de la “zona ju-
risdiccional del ataque” y el segundo registro se ingresa a una base correspondiente a
un conjunto de zonas diferentes que comparten algún(os) aspectos comunes, como ser
administrativo (base nacional de un país), zona geográfica (continente o región climática),
entre otras características.

Registro específico de la denuncia en curso


Los registros o formularios bajo protocolo son: 1) Recepción de denuncia; 2) Entrevista
a testigos; 3) Zona del evento; 4) Indicios o evidencia; 5) Cadena custodia; 6) Resultados
laboratorio/consultoría.
Los documentos antes mencionados contienen la información mínima necesaria para su
procesamiento posterior y su último campo, “Observaciones”, donde se registran aque-
llos datos o antecedentes que a juicio del investigador deberían quedar consignados y no
tienen expresión en el formulario (por ejemplo, comunidad étnica X, creencia religiosa Z).

Registro de información para base general de registros de ataques de vida silvestre


La segunda base informática de reunión de antecedentes sobre ataques carnívoros es
un punto crítico en la determinación de las políticas medioambientales de un Gobierno

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Tema 21: Veterinaria forense 647

u organización afines, a razón de entregar las bases técnicas adecuadas que permitan
el desarrollo urbano en conjunto con la convivencia sustentable en el tiempo con la fau-
na silvestre, con especial relevancia hacia el manejo sobre los corredores biológicos, la
sensibilidad técnica de las trampas ecológicas y conservación de la biodiversidad. Como
requisito, esta base debe ser capaz de permitir la comparación de ataques de carnívoros
producidos bajo circunstancias y zonas geográficas diferentes; incluir registro de muerte
y supervivencia de las presas, su depredador y grado de certeza de la conclusión de la
investigación.

PROTOCOLOS DE INVESTIGACIÓN DE LA ZONA DEL EVENTO


Son puntos críticos en toda investigación de un evento silvestre, el intervalo de tiempo
que se produce entre ocurrencia del evento y el inicio de la investigación en terreno y el
segundo punto crítico corresponde al procedimiento empleado en la búsqueda de indi-
cios y evidencia. Su conservación, resguardo y manipulación constituye una gestión que
necesariamente debe estar bajo protocolo documental escrito y aprobado por las partes
involucradas. Protocolos que deberían estar presente:
• Flujograma de investigación: debe incluir tiempos máximos por etapa, nivel de
prioridad de cada componente en relación a la etapa en curso.
• Entrevista a testigos.
• Zona del evento, componentes: sectores de zona del evento; ingreso a zona del
evento; búsqueda de evidencia (terreno, cadáver, superviviente); levantamiento y
transporte de evidencia.
• Logística, material, grupos de trabajo, etc.
• Comunicaciones, organigrama del grupo investigador. Comunicación interna y ex-
terna y reuniones de trabajo.
• Fotográfico, fijación de evidencia y terreno.
• Resguardo de evidencia.
• Laboratorio y consultoría externa.

CONSIDERACIONES FINALES
Para que esta disciplina adquiera la fuerza necesaria es preciso: 1) Crear grupos multidis-
ciplinarios entre todas las disciplinas involucradas en el ambiente animal y jurídico, ela-
borando bases de datos basados en evidencia científica. 2) Generación de publicaciones
científicas a nivel internacional. 3) Generar convenios de colaboración entre instituciones
formalmente constituidas para el desarrollo de esta disciplina. 4) Generar instancias de
diálogo y debate a nivel mundial a fin de elaborar protocolos más completos a los exis-
tentes. 5) Globalizar la información y colaboración. 6) Generar instancias de perfecciona-
miento multidisplinarias y especializadas.

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PARTE II

CRIMINOLOGÍA

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22
ANÁLISIS Y PREVENCIÓN
DE LA SINIESTRALIDAD VIAL
José María González González
Director del Observatorio Criminológico de la Seguridad Vial
España

INTRODUCCIÓN
La siniestralidad vial representa una de las mayores causas de fallecimiento en el mundo,
y de lesiones medulares y traumatismos, con datos estadísticos que la sitúan entre las
diez primeras con más de un millón de víctimas mortales. Afecta a todos los sistemas
poblacionales, convirtiéndola en una preocupación de índole mundial.
Según datos de la OMS1, el número aproximado de personas que fallecen como con-
secuencia de siniestros viales, ronda los 1,3 millones, lo cual supone que cada día, por
estas causas, mueren alrededor de 3.000 personas. Otro dato significativo y alarmante,
cifra entre 20 y 50 millones de personas los traumatismos derivados de estos siniestros,
siendo a su vez origen de un gran porcentaje de discapacidades.
Aunque la estimación de fallecimientos supera el 1,2 millones, siendo una cifra que se
logra reducir, hay que especificar que el número de vehículos sí ha crecido significativa-
mente en estos últimos años, aproximadamente un 15 %. Según datos de la OMS, en
2013 el mayor impacto de fallecimientos por siniestros viales, en relación con la población
e índice de motorización, se centra en países de ingresos medios (80 %), siguiéndole los
de ingresos bajos (12 %) y, finalmente, los de ingresos altos (8 %).
El impacto causado por la siniestralidad vial ha alcanzado una dimensión tan relevante, que
ha obligado a los países a reconocerla como problema de salud pública y establecer polí-
ticas específicas para reducirla. La siniestralidad vial depende, por lo tanto, de diferentes
factores, como son el humano, el tecnológico, la sociedad y la política, que se relacionan

1. Organización Mundial de la Salud.

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652 Manual de Criminalística y Criminología

a su vez con los usuarios de las vías, los vehículos, las vías en sí mismas, el entorno, la
actitud social ante el riesgo vial y estrategias de intervención.
En el presente capítulo se va analizar la relación existente entre la criminología y la si-
niestralidad vial, observando cómo puede intervenir la ciencia criminológica en la mejora
de la siniestralidad vial y proponiendo medidas de reducción y mejora, pasando por la
explicación de los grandes problemas de la misma, como son la agresividad en la con-
ducción, la cual viene aparejada de una inseguridad vial, el principal objeto de estudio que
es el delincuente vial, diferentes modelos de prevención y, para finalizar, se establecerán
algunas pautas de cómo el analista delictivo en seguridad vial puede desempeñar mejor
su la labor para observar, analizar y proponer medidas efectivas para la reducción de las
víctimas viales.

CRIMINOLOGÍA Y SINIESTRALIDAD VIAL


Como bien sabemos, podemos definir la criminología como la ciencia que estudia el de-
lito como fenómeno social e individual, e incluye básicamente el estudio de sus causas
y la medición de su extensión; a la vez que contribuye de forma decisiva a las formas
de control y prevención del delito, o sea, a la política criminal (Serrano Maillo, 2009). En
la definición de Serrano Maillo nos habla de ciencia que estudia el delito, pero también
dentro de la criminología se engloban las conductas desviadas o antisociales que, sin lle-
gar a ser delito, son acciones perjudiciales para la sociedad, normalmente tipificadas con
sanciones administrativas.
Hoy en día la conducción de vehículos a motor es una acción cotidiana de la población,
usando este medio de transporte para todo, trabajo, ocio, etc., pero su utilización nos
lleva a veces a realizarla de modo negligente o temerario; confiriéndonos un notable
componente de sensación de impunidad, derivado de la sensación de poder generada por
él2. En palabras de Rodríguez Manzanera, el automóvil ha modificado las modalidades de
expresión antisocial, pero además ha creado una nueva gama de conductas antisociales,
así como una nueva forma de criminalidad3. Estamos hablando de una desviación social,
entendida esta como violación de reglas normativas; en nuestro caso, las normas que
regulan la seguridad vial, ya que la conducción es una interacción social por excelencia.
El conductor tiene una interacción clara con su vehículo y con la vía, pero no menos prio-
ritaria con los demás conductores, peatones y no usuarios de las vías próximas, cuyos
bienes pueden ser afectados por los siniestros viales. Llegando esta desviación a propi-
ciar comportamientos delictivos. También se ha encontrado una fuerte interrelación entre
el delito, la desviación social y el comportamiento de riesgo en el tráfico (Palk, Davey y
Freeman, 2007). Este comportamiento de riesgo en la circulación conlleva un manifiesto

2. Tamarit y Luque, 2007: 35 y 36.


3. Rodríguez, 1989: 506.

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Tema 22: Análisis y prevención de la siniestralidad vial 653

desprecio de la integridad, la seguridad o los derechos legítimos de otras personas o una


desinhibición y traspaso temerarios de los límites que tales derechos imponen al propio
comportamiento4.
En la sociedad actual se están produciendo cambios importantes en las actividades ruti-
narias de la vida diaria, entre las que se encuentra los permanentes desplazamientos de
un lugar a otro; interactuando con el tráfico viario continuamente, ya sea de una manera
u otra. Serrano Maíllo recuerda, sobre esta cuestión, que en sus actividades de todos los
días, las personas se ven obligadas a desplazarse en coche o transporte público lejos de
sus viviendas y propiedades para asistir a sus trabajos, llevar y traer a los niños al colegio
o ir a comprar (Serrano Maíllo, Oportunidad y delito, 2009). En el mismo sentido, Garrido,
Redondo y Stangeland indican que en la sociedad moderna, se producen importantes
cambios en la actividades cotidianas, entre otras cosas por los permanentes desplaza-
mientos de un lugar a otro, y el continuo movimiento de vehículos (Garrido Genovés,
Redondo Illescas y Stangeland, Principios de Criminología, 2006).
Al estar más tiempo interactuando con el tráfico (a esto hay que añadirle que cada vez hay
más vehículos circulando por las vías) existe un aumento de las oportunidades y de las
tendencias para poder cometer un delito contra la seguridad vial. Por lo que se refiere a las
oportunidades para delinquir, probablemente no puede aducirse que todas las personas
expuestas a tentaciones delictivas semejantes estén igualmente dispuestas a cometer
delitos. Sin embargo, los estudios de criminología ambiental informan de que existe una
relación directa entre mayores oportunidades delictivas y mayor delincuencia, y entre
menores oportunidades delictivas y menor delincuencia (Barr y Pease, 1990; Brantingham
y Brantingham, 1991, 1993; Clarke, 1993, 1994; Felson, 2002, 2006; Stangeland, Díez
Ripollés y Durán, 1998).
La siniestralidad vial es un problema global que afecta a todos los sectores de la socie-
dad. Este fenómeno conlleva unas consecuencias económicas, sociales y, en ocasiones,
jurídicas, que exigen la participación activa y decidida del Estado, desde la formulación de
políticas públicas en relación con las infraestructuras, la salud, la educación, la adminis-
tración de justicia y de todos aquellos sectores involucrados5. Puede definirse genérica-
mente la siniestralidad vial como el conjunto de daños personales o materiales derivados
de siniestros viales6, en un área, región o estado. Su cuantificación determina el impacto
sobre la población, en pérdida de vidas humanas, personas lesionadas (incluidas lesiones
medulares, traumatismos, politraumatismos u otros), o daños materiales, así como la
influencia hacia sectores socioeconómicos por el coste que generan, y su repercusión
hacia otras áreas.

4. Redondo, 2015: 32.


5. Nazif y Pérez, 2009.
6. La criminología vial habla de “siniestros viales”, siendo sinónimos del mismo término “accidentes de tráfico y sinies-
tros de tráfico”.

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654 Manual de Criminalística y Criminología

La criminología puede y debe estudiar e investigar la siniestralidad vial, ya que podemos


extraer varios puntos en común de partida, como son:

A) Personales
Detrás de la siniestralidad vial nos encontramos con que la mayoría de los siniestros via-
les han ocurrido por la comisión de un delito contra la seguridad vial o por las conductas
desviadas de algún usuario de la vía. Siendo estas ocasionadas por el mal llamado “error
humano”, ya sean en forma de conductas negligentes o temerarias.

B) Factor social
Entendemos la circulación de vehículos, ya sean de motor o no, como una interacción
social, en la que rigen sus propias normas, leyes de tráfico, reglamentos, etc., siendo
esta característica especialmente importante para el estudio por parte de la criminología,
ya que es un fenómeno social y donde participa prácticamente cualquier persona como
usuarios de las vías, ya sean conductor, pasajero o peatón.

C) Víctimas viales
Como en cualquier comisión de un delito hay víctimas, y en los delitos contra la seguri-
dad vial también. Pudiendo ser de forma abstracta la seguridad vial y de forma objetiva
las víctimas ocasionadas en los siniestros viales, ya sean por la comisión de un delito o
conducta negligente en la conducción.

D) Conductas antisociales
En el tráfico viario es fácil de observar conductas antisociales, que resumiendo son aque-
llas que van en contra de la leyes de tráfico, como por ejemplo, el estacionar en doble fila,
a realizar conductas que pongan en peligro a los demás usuarios de las vías; ocasionadas
por conductores agresivos en la conducción y en un paso más siendo violentos en la vía,
con el único fin de querer ocasionar daño a los demás usuarios.
Como hemos podido ver, son muchos los puntos de coincidencia entre la criminología y
la siniestralidad vial, por ello se puede y se debe aplicar esta ciencia para intentar reducir
la siniestralidad vial. Ya que se puede aplicar en todas las esferas de la siniestralidad,
antes-durante-después. En 1970, Willian Haddon, epidemiólogo estadounidense, propuso
una matriz formada por dos dimensiones, la primera compuesta por las fases del siniestro
vial: antes (pre-siniestro), durante (siniestro) y después (post-siniestro) y los factores
intervinientes en el siniestro: humano, vehículo y vía. La matriz permite interconectar cien-
cias diferentes y disciplinas diversas, pero que están vinculadas por tener en su campo
de estudio aspectos de la siniestralidad vial. Lo que nos establece un campo enorme para
empezar a estudiar. Esta matriz, aunque sea ya clásica (pero en la actualidad constituye la
clasificación más extendida y utilizada en la materia), sigue poniendo en valor los aspectos

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Tema 22: Análisis y prevención de la siniestralidad vial 655

más relevantes de las fases de un siniestro vial; y al igual que otras materias que estudian
la seguridad vial, la criminología vial debe regirse por lo establecido en ella, ya que nos
hace de guía y nos establece el camino a seguir.

Matriz de Hadoon: Factores de riesgo


¿Dónde intervenir?
¿Cuándo Persona Vehículo Medio ambiente físico
intervenir? (huésped) (vector) (vía) socioeconómico
Diseño Legislación, exceso
Velocidad,
Alcohol y/o drogas, vía, estado de velocidad, uso de
inestabilidad,
Pre-evento experiencia al superficial, cinturón de segu-
sistema de frenos,
volante, fatiga, etc. condiciones ridad, permiso de
ruedas, etc.
climáticas conducción, etc.
Legislación y
Uso del cinturón, Velocidad, masa
Objetos en la situación del mer-
de casco, y geometría de
Evento vía, mediana, cado de vehículos,
enfermedades vehículo, rigidez,
postes observancia límites
previas airbag
de velocidad
Disponibilidad y
Peligro de incendio rapidez de asistencia
Otras
o explosión, capa- Proximidad a sanitaria y rehabi-
Post-evento enfermedades la asistencia
litación, sistema
previas, edad, etc. cidad de extrac- sanitaria
ción, etc. de seguro médico,
calidad asistencial

Figura 1. Matriz de Hadoon: Factores de riesgo (adaptado de Mackenzie y Fowler, 2000).

Estamos ante una idea relativamente nueva, que es la de aplicar los conocimientos crimi-
nológicos a la siniestralidad vial, ya en el año 1970 el criminólogo alemán Günther Kaiser
escribió un libro titulado Delincuencia de tráfico y su prevención general en el que expuso
los postulados de la aplicación de la criminología al delincuente vial, pero sin profundizar
en los demás usuarios de las vías, aunque toda su carrera científica la dedicó al tráfico
viario, entre otras cuestiones criminológicas.
Desde entonces no se ha vuelto a profundizar, de una forma generalizada, en la materia,
hasta que en 2014 por parte de dos criminólogos, Juan Antonio Carreras Espallardo y
José María González González, definieron lo que para ellos es la criminología vial, como
una disciplina dentro de las modernas criminologías específicas7: “La criminología vial es
una disciplina criminológica encaminada al estudio y prevención de los delitos contra la

7. Hikal, C.; Wael, S. (2013) “Teoría de las Criminologías Específicas”, Revista Digital de Criminología y Seguridad. TE-
MA’S. Año I, Número 05. (p. 92-101).

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656 Manual de Criminalística y Criminología

seguridad vial, y a la resolución de todo conflicto que surja tras un siniestro vial; actuando
sobre los comportamientos delictivos o desviados dentro de las vías, a la restitución de
la víctima a su estado original; haciendo hincapié en las formas de control social, tanto
formal e informal y a la reacción social que causan los siniestros viales8”.
Su objetivo principal es el estudio e investigación de los fenómenos viales, ya sean desde
la óptica del conductor, víctima o la prevención.
Con ello se conseguirá aplicar soluciones reales y efectivas para:
• En un primer lugar, la evitación de delitos contra la seguridad vial y siniestros
viales. Como eje principal: la prevención vial.
• Y en un segundo lugar, tras la producción del delito o siniestro, conseguir que
el conductor pueda volver a conducir con todas las garantías y no vuelva a ser
un peligro para la circulación; y con lo que respecta a la víctima, que es la gran
olvidada en todo el entramado vial, intentar que vuelva a su vida normal antes del
siniestro vial, ayudándola en todo lo posible y actuando en todo lo que necesite
para la consecución de ese objetivo.
Edmond Locar describió: “Il est impossible au malfaiteur d’agir avec l’intensit que suppose
l’action criminelle sans laisser des traces de son pasaje”, es decir “es imposible que un
criminal actúe, especialmente en la tensión de la acción criminal, sin dejar rastros de su
presencia9”, postulando el principio de intercambio de Locard10 en el año 1928, siendo una
referencia actual en el ámbito de la criminalística y no en la criminología. Y todo esto viene
en referencia a no confundir los términos, ya que es importante saber diferenciarlos, tanto
de una forma genérica como específica en el caso que nos contempla, en fenómeno vial.
Podemos definir la criminalística vial11 como: “La ciencia que estudia los siniestros viales y
los delitos relacionados con la seguridad vial, buscando pruebas en la escena del suceso
para reconstruir el siniestro y proceder a la detención o imputación de los responsables.
Usando una Técnica Policial específica para este tipo de hechos que consiste en una serie
de medios y procedimientos científicos encaminados al descubrimiento e investigación
de los delitos”.

8. Aspectos Criminológicos en Materia de Seguridad Vial. 2014, 1ª edición, Ed. Criminología y Justicia.
9. Manuel de Technique Policière. París: Payot, 1923.
10. “Siempre que dos objetos entran en contacto transfieren parte del material que incorporan al otro objeto”.
11. Carreras y González, 2016.

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Tema 22: Análisis y prevención de la siniestralidad vial 657

1. ¿Qué? ¿Qué ocurrió, fue un siniestro vial, un delito contra la seguridad o ambos?
2. ¿Quién? ¿Quién fue el delincuente y quién fue la victima?
3. ¿Cómo? ¿Cómo ocurrieron los hechos? Se investiga mediante la reconstrucción
con una buena inspección ocular.
4. ¿Dónde? ¿Dónde ocurrieron los hechos? Pueden ser varios lugares.
5. ¿Cuándo? La fecha y hora.
6. ¿Con qué? Los objetos que se utilizaron (vehículos, armas, etc.).
7. ¿Por qué? Busca conocer el motivo de los hechos (alcohol, drogas,
enfermedades mentales, falta de preparación de conductor, motivación victimal,
factores ambientales geográficos etc.
A la criminalística vial le interesa ¿qué? ¿quién? ¿cómo? ¿dónde? ¿cuándo? ¿con qué?
y a la criminología vial le interesa ¿por qué? y habría que añadir dos más:
8. ¿Qué sintió la víctima? Y su papel en el iter críminis.
9. ¿Y ahora qué? La situación en la que queda el caso tras el suceso.
Estas dos últimas irían referidas a la víctima y al victimario, a la primera para resarcirla
y al segundo para reinsertarlo y evitar que delinca.

Figura 2. Preguntas de oro de la criminalística y criminología vial.

LA AGRESIVIDAD AL VOLANTE, UNA PROBLEMÁTICA SOCIAL


Es un hecho indiscutible que los siniestros viales constituyen un problema social de gran
importancia y repercusión, si atendemos al número de muertos y lesionados que se de-
rivan de ellos en todo el mundo, y de forma especial en nuestro país. Esta repercusión
está asociada a un alto coste económico, y lo que es peor, de infinito sufrimiento humano.
Lo que sí podemos afirmar hoy, es que el “factor humano” es el principal responsable
de los siniestros viales, tal y como demuestran los datos objetivos provenientes de las
demandadas macroinvestigaciones o investigaciones en profundidad de las causas de
los siniestros viales, en las que podemos observar que los errores de las personas están
presentes entre el 71 y el 93 %12 de los siniestros ocasionados, bien como imprudencias,
temeridades o simplemente errores, y es entonces cuando el riesgo al circular se incre-
menta hasta niveles no admisibles y que han de evitarse.
Los casos de imprudencias graves y temeridades tendrán su origen preferentemente en
individuos con personalidades variadas, desde el ególatra, pasando por el exhibicionista y
el alcohólico y llegando hasta el suicida o el homicida. No son muchos conductores pero sí
son multirreincidentes en sus acciones y, por lo tanto, causantes de múltiples siniestros,
casi siempre con los más graves resultados.

12. Según estudio realizado por National Highway Traffic Safety Administration, en 1979.

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658 Manual de Criminalística y Criminología

Pero fundamentalmente es el conductor agresivo el que desencadena mayores riesgos


para los usuarios de las vías, con unas conductas antisociales en la conducción y una
preocupación por él mismo, sin importarle lo que tiene a su alrededor. Un estudio de-
muestra que el 80 % de los españoles piensan que la conducción agresiva es un problema
social muy importante, el 50 % considera que se produce con relativa alta frecuencia y el
69 % cree que se ha incrementado y sigue incrementándose en los últimos años13. Por
otra parte, algunos estudios han establecido que la prevalencia de la conducción agresiva
oscila entre un 20 % y un 25 % de los conductores (Galovski, Malta y Blanchard, 2002).

CONCEPTO DE CONDUCCIÓN AGRESIVA


Últimamente vemos cómo en las vías han aumentado las manifestaciones de ira y com-
portamientos agresivos al volante, con el consiguiente aumento de la inseguridad en la
conducción.
Estamos ante un fenómeno en alza, ya que se ha rentabilizado y hoy en día el estudio
de la agresividad al volante se ha convertido en una de las líneas de investigación más
prometedoras en el ámbito de la seguridad vial. También auspiciado por los medios de
comunicación, con un toque de sensacionalismo en sus noticias, dándole el nombre de
“violencia vial”.
Todavía no existe un consenso sobre la definición de los constructos que se utilizan en la
investigación (Dula y Gueller, 2003). Así, se observa en la literatura científica que aparecen
diversos términos tales como aggressive driving, road rage o driving anger, para referirse
indistintamente al estudio de las emociones de la ira y los comportamientos agresivos al
conducir. En algunos casos, estos términos se utilizan de manera superpuesta, reservan-
do el término de road rage a las reacciones violentas con otros conductores (Deffenba-
cher, Lynch, Filleti, Dahlen y Oetting, 2003). En otros casos aparecen como sinónimos o
términos intercambiables (Ayar, 2006; Britt y Garrity, 2006; Parkinson, 2001; Underwood,
Chapman, Wrigth y Crundall, 1999) o se utilizan definiciones superpuestas (Sullman, Gras,
Cunill, Planes y Font-Mayolas, 2007).
Con lo que respecta al término road rage, que traducido al castellano se puede definir
como violencia vial (aunque su traducción literal del inglés es “ira al volante”), se con-
sidera por muchos autores como un comportamiento criminal, aunque todavía no hay
una definición unánime al respecto (Wells-Parker, Ceminsky, Hallbergs, Snow, Dunaway,
Guiling et al., 2002). Podríamos considerar este término para cuando el conductor da
un paso más en su agresividad al volante e intenta agredir físicamente a otro conductor
o pasajero de otro vehículo (Deffenbacher, Lynch y Richards, 2003), tratándose de una
agresión hostil emocional, cuyo objetivo principal sería provocar daño (Shinar, 1998) o

13. Estudio realizado por Attitudes (Audi) y la colaboración de Intras, en el año 2006.

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Tema 22: Análisis y prevención de la siniestralidad vial 659

intentar, con ayuda de su vehículo, forzar al otro para intentar causarle algún daño a los
ocupantes del mismo.
Anteriormente hemos visto varias formas de nombrar a la agresividad en la conducción,
pero el término que mejor conjuga es aggressive driving, porque describe mejor los
comportamientos objeto del estudio. Se debería unificar este concepto y no denominar
las mismas conductas antisociales con diferentes nombres, ya que lo que haríamos sería
duplicar la información expuesta.
La noción de agresión deriva del latín aggredi, acercarse. Se entiende en el sentido de
atacar, pero también en el de hacer frente a un reto. La terminología misma expresa que
se trata de imponer los deseos contra las resistencias mediante una violenta superación
de las mismas recurriendo, por ejemplo, a la lucha o la amenaza. En definitiva se trata de
ejercer un dominio (Fisher, 1966).
Tal como dicen Edmunds y Kendrick, introducirse en el tema de la agresividad es entrar
en una “jungla semántica”. Se han dado muchas definiciones a la agresión, en las cuales
lo común sería la noción que incorpora Buss de “una respuesta que se vuelve un estímulo
nocivo para otro organismo”; el aspecto diferencial sería la conclusión del concepto de
“intención” en el daño producido, el cual por algunos fue considerado innecesario por
su condición mentalista y no es apropiado para un análisis riguroso. El problema es que,
obviamente, muchas situaciones en las cuales un individuo daña a otro no constituyen
agresión, debido a la falta de intención. De este modo, Edmunds y Kendrick sostienen que
el concepto de agresión debe incluir tres aspectos: la producción de un estímulo nocivo,
el intento de dañar y el hecho de que el ataque tenga una probabilidad mayor a cero de
ser exitoso.
Una de las definiciones más aceptadas es la de “la producción de un estímulo nocivo de
un organismo hacia otro con la intención de provocar daño o con alguna expectativa de
que el estímulo llegue a su objeto y tenga el efecto deseado” (Kaplan y Sadock, 1997).
Según este concepto, y aplicado a la conducción, la podemos definir como cualquier
forma de comportamiento de un conductor, con la que intenta directa o indirectamente
provocar, perjudicar o causar daño de cualquier tipo a otras personas que comparten el
espacio común por el que discurre el tráfico14. Generalmente se entiende en el sentido de
impulsar acciones que superan notablemente las normas de comportamiento de conduc-
ción segura y que directamente afecta a otros usuarios de la carretera, colocándolos en
peligro innecesario.

CONDUCTOR AGRESIVO
Pero la conducta agresiva que se observa en muchas de las personas que conducen no
está siempre relacionada con un rasgo de personalidad psicopático, en la mayoría de

14. Definición dada por Luis Montoro, catedrático de Seguridad Vial.

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660 Manual de Criminalística y Criminología

los casos las personas que manifiestan en determinadas ocasiones un tipo de conducta
agresiva son personas que podemos calificar de “normales”, con un comportamiento
adaptado en su vida ordinaria, que no obstante cuando se enfrentan a la tarea de conducir
manifiestan una respuesta agresiva ante ciertas circunstancias del tráfico. Middendorff
afirma que la raíz común entre la criminalidad y el mal comportamiento en la circulación es
la personalidad del autor; respecto a esto, Mergen establece que “no hay hechos ajenos a
la personalidad”, y continúa diciendo que no hay hechos sin motivación o causa, aunque
sí hay actos que pueden armonizar más o menos difícilmente con la personalidad de su
autor, presentándose muchas veces como “ajenos a la personalidad”, pero que no lo son.
Frey y Göppinger, citados por este, aseguran que “todo ser humano ha sido infractor del
Código de Circulación, al menos una vez en su vida”.
Según Clarke y Felson (1993), toda persona tiene alguna probabilidad de cometer un
delito, y de ser delincuente en un momento dado y ciudadano respetuoso con la Ley en
el momento siguiente, afirmación que se corresponde mucho con los delincuentes viales.
La agresividad es uno de los comportamientos que parece caracterizar más al hombre al
volante. En principio podría pensarse que los propios vehículos son la causa directa de
la aparición de tales conductas, cuando en realidad estos no son más que el instrumento
de su manifestación. Los comportamientos agresivos de los conductores tienen raíces
mucho más profundas de lo que en principio pudiera pensarse. De hecho, son una buena
medida la expresión de que vivimos en un ambiente especialmente propicio para generar
agresividad. Lo que sí está claro es que las personas “conducen como viven” (Tillman y
Hobbs, 1949).
Aunque no hay un perfil definido de conductores agresivos, la agresividad en la con-
ducción en la mayoría de los casos corresponde a un estado y no a un rasgo estable de
comportamiento, aunque hay ciertos patrones de personalidad que están presentes en
este tipo de conducción agresiva como son las personas impulsivas y con baja tolerancia
a la frustración.
Según Ernes Seeling, estos conductores entrarían dentro del grupo de los denominados
“delincuentes por falta de disciplina social” y los etiqueta como infractores de las normas
de circulación. Dice que son “individuos que no presentan ninguna tendencia criminal,
pero que sin embargo no son capaces de mantenerse dentro de los límites establecidos
por las leyes. No presentan ninguna característica física, psicológica o de carácter típica
que los diferencie del resto de personas normales”.
El Dr. Vicente Garrido Genovés afirma que el perfil de los conductores agresivos se co-
rresponde mucho con la personalidad del delincuente reincidente, y se caracterizan por
tener un “ego inflado”, por “amar el riesgo y la transgresión de las normas”, por no adap-
tarse la conducción a las circunstancias que requieren la vía por la que circulan y perso-
nas que acumulan gran cantidad de sanciones. Además, estos conductores perciben las
faltas o errores de los otros conductores como intencionados, tomándoselo como algo

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Tema 22: Análisis y prevención de la siniestralidad vial 661

personal y sobre todo piensan que quieren perjudicarles. El conductor agresivo es una
persona que encuentra en el acto de conducir una manera de expresarse, despreciando
el interés de los otros y afirmándose, pero sintiéndose especial en todos los contextos
y no solo en el vehículo. Desde otra perspectiva, las investigaciones ofrecen precisas
descripciones del prototipo de conductor agresivo. Sería aquel individuo que manifiesta
tendencias antisociales y violentas, desajustado e incontrolado en sus comportamientos,
con un escaso nivel de eficacia y de control personal, y que, en consecuencia, es incapaz
de reaccionar adecuadamente frente al estrés emocional intenso. Estas personas buscan
encontrar formas alternativas, pero inadecuadas, de responder a sus sentimientos hos-
tiles subyacentes, recurriendo al alcohol o al vehículo, con la expectativa de reducir su
ansiedad, intentando incrementar así su sentimiento de eficacia y su superioridad frente a
los demás. Todo ello les lleva a aumentar su nivel habitual de agresividad, dando lugar a
estilos de conducción violenta, competitiva, arriesgada, temeraria, que busca sensaciones
nuevas e intensas y que por tanto les convierte en individuos de alto riesgo.
Las emociones son un factor desencadenante de nuestra agresividad en la conducción, y
así lo demuestra un reciente estudio realizado por Prevensis, afirmando que el 84,5 % tie-
ne un control emocional bajo y establece que las situaciones que más nos alteran (y que
por lo tanto crean agresividad) son el tener un altercado con otro conductor, tener al con-
ductor que nos precede pegado a nosotros, intensidad del tráfico, etc. Y nos da el perfil
del conductor inestable, que a su vez tiene muchos de los rasgos del conductor agresivo,
juzga a los demás conductores, es competitivo, mantiene el motor a altas revoluciones y
va a velocidad superior a la permitida.

DE LA (IN)SEGURIDAD CIUDADANA... A LA (IN)SEGURIDAD VIAL


Antes de empezar a desarrollar el apartado, cabe destacar la diferencia que hay entre
delincuencia e inseguridad ciudadana (dos conceptos diferentes pero que están relacio-
nados), en la que delincuencia la podemos considerar como un hecho que constituye un
factor de inseguridad objetiva y la inseguridad ciudadana, como “una sensación”, con un
carácter subjetivo que sufre o sufren las personas en ciertos momentos o lugares.
Sabiendo diferenciar los conceptos, observamos que la inseguridad ciudadana es una
sensación que tenemos sobre un fenómeno delincuencial concreto y en el que, o pode-
mos considerarlo como un problema de la sociedad o lo sentimos más profundamente y
lo vemos como una amenaza, agresión o incluso podemos tener miedo de ese hecho en
cuestión.
La inseguridad ciudadana, como hemos visto, no se percibe por igual a todas las perso-
nas, cada una tiene una visión diferente sobre una misma situación; pero esa inseguridad
se produce por las negligencias o temeridades de personas o colectivos.

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662 Manual de Criminalística y Criminología

Una vez explicado qué es y en qué consiste la inseguridad ciudadana, vamos a extrapolar
estos términos a la seguridad vial.
Revisada la literatura científica al respecto, observamos que hay varias definiciones de qué
es la inseguridad vial, pero solo desde la óptica de la accidentología vial15, las cuales son:
• Inseguridad vial activa o riesgo activo, que se refiere a las causas de los siniestros.
• Inseguridad vial pasiva o riesgo pasivo, que se refiere a las causas de los daños y
las víctimas.
Pero como vemos, estas definiciones no tienen nada que ver con la aplicación del término
de inseguridad ciudadana a la seguridad vial. Están enfocados a la criminalística y no a la
criminología.
El término inseguridad vial se viene utilizando de manera errónea o poco científico, se usa
para decir que la seguridad vial existente es poca o nula, en relación a algún siniestro vial,
al mal comportamiento de los conductores, etc.
Lo que se pretende es definir y aclarar esta terminología, siempre desde la visión crimi-
nológica y especialmente de su disciplina, la criminología vial, y definir y especificar qué
es la “inseguridad vial”.
El problema de por qué no se ha definido correctamente puede deberse a que la delin-
cuencia vial o las conductas antisociales en el tráfico rodado causan una menor sensación
de inseguridad con respecto a otros delitos, aunque sabemos que estos delitos son más
peligrosos y están más extendidos que otro tipos de delitos.
La inseguridad vial se puede definir como “un fenómeno socio vial, en el que las conduc-
tas antisociales y delincuenciales en el tráfico viario, hacen que los usuarios de las vías
tengan una percepción o sensación de ausencia de seguridad vial cuando ejercen como
usuarios de las mismas, llegando a la existencia de creer que corren peligro u observan
un riesgo que les puedan llegar a dañar o agredir, materializándose en un siniestro vial16”.
La inseguridad vial, al igual que la inseguridad ciudadana, está compuesta por la insegu-
ridad vial objetiva y la subjetiva.
Se considera inseguridad vial objetiva a la vulnerabilidad que experimenta el usuario de la
vía y su nivel de exposición cierta y concreta a sufrir o verse implicado directamente en
un siniestro vial.
Por su parte, podríamos definir la inseguridad vial subjetiva como la percepción o miedo
difuso que tiene el usuario de la vía a sufrir o verse implicado en un siniestro vial —muy
común en las personas que sufren amaxofobia—.

15. Disciplina que se encarga del estudio referido a la participación y protagonismo de todo aquello vinculado a los mo-
mentos inmediatos, mediatos y posteriores de un siniestro vial y se ocupa del reconocimiento, localización, rescate
y estudio de todos los elementos o indicios para determinar la mecánica del hecho y sus causas.
16. Carreras y González, 2016.

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Tema 22: Análisis y prevención de la siniestralidad vial 663

OBJETIVO PRINCIPAL: EL DELINCUENTE VIAL


“La criminalidad es un aspecto usual y normal de la sociedad moderna. Se trata de un
evento —o más bien de un conjunto de eventos— que no requiere ninguna motivación o
predisposición especial, ninguna patología o anormalidad, y que está inscripto en la rutina
de la vida económica y social contemporánea17”, y más aún si hablamos de la criminalidad
vial, ya que es el tipo de criminalidad más extendido y cotidiano, llegando a ocupar más
de un tercio de los delitos que se cometen en España18. Estamos hablando de delitos
cometidos por superar la tasa de alcoholemia, conducción bajo la influencia de bebidas
alcohólicas o drogas tóxicas, y su negativa a la realización de dichas pruebas, exceso de
velocidad (vía penal), y las conducciones temerarias.
En los datos expuestos anteriormente no se reflejan los homicidios y/o asesinatos cau-
sados por medio de la utilización de los vehículos a motor ni las lesiones causadas por
estos. Estamos hablando de autocidios19 en una de sus conductas, la cual es matar a otra
persona utilizando el vehículo como arma.
Por todo lo anterior, uno de los objetivos de la criminología vial es la prevención de con-
ductas antisociales y delincuenciales en el tráfico y para ello debemos saber en qué “gru-
po de riesgo” nos debemos centrar, dibujando un perfil del conductor antisocial y delin-
cuente vial, pero hay que recordar las palabras de Gunther Kaiser: “En el tráfico viario todo
conductor está próximo a la situación delictiva, cualquiera es un delincuente potencial; la
línea entre delito o no, es muy próxima, la cual se puede cruzar en cualquier instante”20.
El Modelo del Triple Riesgo Delictivo (TRD) de Santiago Redondo21 sugiere que la proba-
bilidad de que un individuo cometa delitos depende de la confluencia en él de influjos de
riesgo correspondientes a:
• “Riesgos propios” de quienes actúan de modo antisocial.
• Carencias en el “apoyo prosocial” que los anteriores recibieron o reciben.
• Exposición de los individuos a posibles oportunidades delictivas.
El modelo TRD pretende definir el riesgo delictivo basándose en los comportamientos
antisociales y criminales, que en palabras de Gottfredson y Hirschi22 “suelen consistir en
conductas de fuerza, engaño o peligro, con la finalidad de lograr un beneficio o satisfac-
ción propios, pero sin considerar el daño o riesgo graves que pueda causarse a otros”, y

17. Garland, 1996: 450.


18. Según datos del INE (Instituto Nacional de Estadística de España), en el periodo comprendido entre los años 2012-
2015, el 35 % de los casos juzgados son por delitos contra la Seguridad Vial.
19. Autocidios: puede consistir en dos conductas: a) quitarse la propia vida empleando un vehículo; o b) matar a otra
persona utilizando el vehículo como arma. (De la Fuente, 2018: 21)
20. Kaiser, G. (1970).
21. Redondo, S. (2015). El origen de los delitos. Introducción al estudio y explicación de la criminalidad.
22. Gottfredson y Hirschi (1990).

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664 Manual de Criminalística y Criminología

en las confluencias e interacciones de diversos factores de riesgo (individuales, sociales


y ambientales).
De la definición expuesta nos interesa desarrollar el concepto de “riesgos graves que
pueda causar a otros”, ya que en la delincuencia vial este tipo de conducta desviada en el
tráfico puede comportar un desprecio por la integridad, la seguridad vial23 o los derechos
legítimos de los usuarios de las vías. Pudiendo dividir estos tipos de comportamientos en
dos bien diferenciados, el conductor que no controle debidamente su propia conducta y
actúe de forma negligente e irresponsable (por ejemplo, conducir bajo los efectos del al-
cohol y las drogas), y el conductor que busca un beneficio propio de la conducta antisocial
realizada en el tráfico viario (por ejemplo, circular a velocidad excesiva).
No se puede sostener que existan personas completamente invulnerables a las tentacio-
nes delictivas, sean cuales fueren las posibilidades y oportunidades criminales que se le
ofrezcan (Bloom, 1996). Pero bien se sabe que no todo el mundo tiene las mismas pro-
babilidades de cometer un delito contra la seguridad vial y ni siquiera de verse envuelto
en un siniestro vial.
Es importante tener en cuenta que el modelo TRD no contradice las teorías tradicionales
ni compite con ellas, ofreciendo una visión global del marco de la delincuencia, que intenta
agrupar diversos procesos explicativos del comportamiento antisocial o delincuencial.

LOS RASGOS PERSONALES COMO PREDICTORES DE LA DELINCUENCIA VIAL


Como bien se sabe, hay ciertos rasgos personales que se manifiestan en la personali-
dad del delincuente vial, según diferentes estudios. La teoría más conocida y firme que
relaciona la neurología y la personalidad con la propensión a delinquir es la teoría de la
personalidad de Eysenck, el modelo PEN (Eysenck y Eysenck, 1985), en la que establece
que desde la infancia hay que “obtener” una conciencia moral por medio del aprendizaje
de unos controles inhibitorios fuertes que nos aparten de la conducta antisocial. Según la
teoría citada, desarrolla tres dimensiones de la personalidad:
• Extraversión: sociable, vital, activo, dogmático, búsqueda de sensaciones,
dominante.
• Neuroticismo: ansioso, deprimido, sentimientos de culpa, poca autoestima, tenso.
• Psicoticismo: agresivo, frío, egocentrismo, impersonal, impulsivo, antisocial.

23. Es importante recordar que la víctima principal (siempre que no haya lesionados y/o homicidios imprudentes) es “la
seguridad vial”, entendiéndola como la protección de la seguridad colectiva, en la que todos formamos parte de ella,
ya sea de una manera u otra. Considerándola como un derecho de todos los ciudadanos, vinculado a los derechos
fundamentales de la vida y la integridad física y psíquica de las personas. Gracias a la Ley Orgánica 15/2007 de 30
de noviembre, se da un paso más en la protección de la seguridad vial, incrementando el control sobre el riesgo
tolerable y considerar a los delitos contra la seguridad vial desde el peligro abstracto (no hace falta que se produzca
lesión o daño, lo que se pena es la propia conducta en sí), hasta el desprecio por la vida de los demás en el tráfico
rodado.

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Tema 22: Análisis y prevención de la siniestralidad vial 665

A partir de esta teoría han surgido modelos alternativos, pero derivados de ella, proponien-
do alguna dimensión más, por ejemplo Gray (1972) propone dos dimensiones básicas de
la personalidad, ansiedad e impulsividad; Zuckerman (1991) establece la relación entre la
conducta antisocial y la personalidad a partir de la variable búsqueda de sensaciones, muy
relevante en los delitos contra la seguridad vial, ya que se ha asociado a conducir bajo los
efectos del alcohol, sobrepasar los límites de velocidad, competir con otros conductores,
conducir en sentido contrario y con otro abanico de conductas de riesgo en relación a la
conducción (Burns y Wilde, 1995). En palabras de Garrido, Stangeland y Redondo citan
a Zuckerman para recordar la definición de la búsqueda de sensaciones como un rasgo
definido por “la búsqueda de experiencias y sensaciones variadas, nuevas, complejas, e
intensas, y la disposición a asumir riesgos físicos, sociales, legales y financieros a fin de
lograr tales experiencias”.
Zuckerman y sus colegas proponen un modelo alternativo (Zuckerman, Kuhlman, Joire-
man, Teta y Kraft, 1993) en el que se integran varias dimensiones de personalidad que se
han asociado a la conducción agresiva. Su cuestionario, el ZKPQ-50-CC, ha sido traducido
y utilizado en muchos países, incluso en España.
Las dimensiones de este modelo son:
• La dimensión agresión-hostilidad mide la disposición a comportarse de forma
agresiva, grosera y desconsiderada, y a mostrar una conducta antisocial, vengati-
va y maliciosa.
• La dimensión impulsividad-búsqueda de sensaciones se caracteriza por una
búsqueda activa de experiencias que suponen excitación y riesgo, acompañada
de falta de planificación en las acciones y tendencia a actuar impulsivamente, es
decir, sin evaluar las posibles consecuencias o el riesgo de las acciones.
• La dimensión de neuroticismo-ansiedad evalúa aspectos de personalidad relacio-
nados con una tendencia a experimentar estados afectivos de connotación negati-
va, incluyendo sentimientos de ansiedad y tensión emocional, estados de ánimos
depresivos, preocupación, indecisión, sensibilidad a la crítica y falta de confianza.
• La dimensión de sociabilidad se refiere a la predisposición del individuo para
compartir el tiempo con amigos, involucrarse en actividades lúdicas con otros y
su incapacidad para estar en soledad.
• La dimensión de activación se refiere a la necesidad del individuo de mantenerse
continuamente activo y su preferencia por tareas desafiantes que requieren es-
fuerzo y dedicación.
Las dimensiones expuestas anteriormente son rasgos innatos en la personalidad del con-
ductor, científicamente demostrado por diversos estudios (Aluja, Rossier, Garcia, Angleitner,
Kuhlman y Zuckerman, 2006).

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666 Manual de Criminalística y Criminología

Básicamente existen dos aspectos del comportamiento del conductor que parecen estar
relacionados con la probabilidad de que se vea envuelto en un siniestro vial, sus habili-
dades y destrezas al volante (o la falta de ellas) y su estilo de conducción (habitualmente
arriesgado y temerario) (Elander, West y French, 1993). Los déficit de habilidades se
traducen en errores, generalmente involuntarios y no intencionados, asociados a fallos
en los mecanismos cognitivos y de procesamiento de la información. Las conductas de-
liberadamente infractoras a la norma vial, que no solo pueden explicarse recurriendo a
argumentos racionales sino también a través de los aspectos de carácter emocional y
motivacional (Reason, Manstead, Stradling, Baxter y Campbell, 1990), tienen un mayor
impacto sobre la seguridad vial y han acaparado la atención de los investigadores sobre
el riesgo y la conducta.
A la vista de lo anterior, podemos dividir los rasgos de personalidad en dos grupos, según
su intervención en la comisión de delitos viales y/o siniestros viales, por infracción vial o
error, quedando de esta manera:
• Rasgos de personalidad asociados a infracción vial: hostilidad, impulsividad y
búsqueda de sensaciones.
• Rasgos de personalidad asociados al error humano: ansiedad, activación y so-
ciabilidad.
Las características asociadas a la infracción penal forman parte de un bajo autocontrol del
delincuente según manifestó Gottfredson y Hirschi en su Teoría del Autocontrol (1990); en
síntesis, las personas que carecen de autocontrol tenderán a ser impulsivas, insensibles,
físicas (en oposición a mentales), buscadoras de riesgo, imprevisoras y no verbales, y
tenderán por tanto a implicarse en actividades delictivas y similares24.
Y podríamos considerar un “alto autocontrol” a las personas que se ven involucradas en
delitos contra la seguridad vial y sus consecuencias (siniestros viales) por la comisión de
algún error que lo haya producido; y aquí entra de lleno lo que estableció Günther Kaiser,
“en el tráfico viario todo conductor está próximo a la situación delictiva, cualquiera es un
delincuente potencial, la línea entre delito o no es muy próxima, la cual se puede cruzar
en cualquier instante”.

24. Gottfredson y Hirschi (1990).

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Tema 22: Análisis y prevención de la siniestralidad vial 667

R. P. ASOCIADOS R. P. ASOCIADOS
A INFRACCIÓN AL ERROR
VIAL HUMANO

HOSTILIDAD ANSIEDAD

IMPULSIVIDAD ACTIVACIÓN

BÚSQUEDA DE SOCIABILIDAD
SENSACIONES

BAJO ALTO
AUTOCONTROL AUTOCONTROL

Figura 3. Rasgos de personalidad asociados a la infracción vial y al error humano.

PREVENCIÓN VIAL
La prevención equivale a disuadir al infractor potencial de los delitos contra la seguridad
vial con la amenaza del castigo, y guiarle por un camino en el cual tiene que seguir una tra-
yectoria correcta sin incumplir ninguna norma establecida en las leyes de la seguridad vial
y en las penales. En consecuencia, concibiendo la prevención criminal (eficacia preventiva
de la pena) y operando en el proceso motivacional del infractor (disuasión).
Es lo que se acostumbra a denominar “papel preventivo general del derecho penal”. Esta
es la aproximación típica y tópica del derecho penal frente a la delincuencia: la prevención
general.
Otros autores entienden también por prevención el efecto disuasorio mediato, indirecto,
perseguido a través de instrumentos no penales, que alteran el escenario criminal modi-
ficando alguno de los factores o elementos del mismo (espacio físico, diseño arquitectó-
nico y urbanístico, actitudes de las víctimas, efectividad y rendimiento del sistema legal,
etc.). Se pretende así poner trabas y obstáculos de todo tipo al autor en el proceso de
ejecución del plan criminal o desviarlo mediante una intervención selectiva en el escenario
del crimen que “encarece”, sin duda, los costes de este para el infractor, con el consi-
guiente efecto disuasorio.
Lo que a rasgos generales es un problema social, ya que la interacción con el fenómeno
circulatorio es un fenómeno de masas. Y esta prevención no interesa exclusivamente a

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668 Manual de Criminalística y Criminología

los poderes públicos, sino a todos, ya que los efectos de una mala prevención afecta a la
sociedad en general, y no tenemos más que ver todos los días las imprudencias cometi-
das en nuestras vías y los resultados lesivos de las mismas.
Se pueden distinguir tres grandes perspectivas en la prevención del delito, atendiendo
a las causas en que se origina y según se centre en la estructura, en la personalidad o
en la circunstancia (Pease, 1997). La primera apuesta por el cambio económico y so-
cial, la segunda por cambiar o reformar a los delincuentes y la tercera por intervenir en
las situaciones que propician el delito. De las tres, la que se centra en la estructura, se
descarta, ya que su aplicación no depende directamente de los problemas relacionados
con la delincuencia, sino de las normas y leyes dictadas por los Gobiernos. Por eso nos
centraremos en las dos siguientes y se reclasificarán en prevención primaria, secundaria
y terciaria. La primaria es la que se centra en las circunstancias del delito; la secundaria
intentará cambiar a las personas que se encuentran en los grupos de riesgo y la terciaria
está destinada exclusivamente a la población reclusa y/o penada, cuyo objetivo es evitar
la reincidencia. Y al final se añade la prevención situacional, creando estrategias enca-
minadas a la intervención de las variables físicas y sociales del ambiente con el objetivo
de alcanzar una reducción de la percepción de temor y de los índices de criminalidad en
la zona. Dichas estrategias se conforman por los aportes de varias disciplinas como el
urbanismo, la arquitectura, psicología y por supuesto la criminología. Por este medio es
como se busca la disminución de las oportunidades de delito, a través de la modificación
del entorno en que la sociedad vive, trabaja y se desarrolla.

Figura 4. Modelo de prevención vial general.

En las políticas de seguridad vial se utilizará siempre como referencia las estrategias euro-
pea y española para el intervalo 2011-2020. Con el objetivo de minimizar la siniestralidad
vial, así como evitar lesiones de todo tipo, estos documentos constituyen una base fun-

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Tema 22: Análisis y prevención de la siniestralidad vial 669

damental para acometer proyectos e iniciativas que respondan a las exigencias sociales,
con el trasfondo de una participación multisectorial en una sinergia dirigida a reducir las
consecuencias de los siniestros viales.
La intervención sobre las distintas incidencias para evitar riesgos debe convertirse en una
prioridad que evalúe la repercusión social, en lo que respecta a protección de los usuarios,
definición de medidas y estrategias, y una contribución directa al cumplimiento normativo
general.
Las prioridades reflejadas en las Estrategias de Seguridad Vial se corresponden con las
siguientes:
1. Proteger a los usuarios más vulnerables, incluyendo niños, jóvenes, personas
mayores, peatones y ciclistas.
2. Potenciar una movilidad segura en la zona urbana.
3. Mejorar la seguridad de los motoristas.
4. Mejorar la seguridad en carreteras convencionales.
5. Mejorar la seguridad en los desplazamientos relacionados con el trabajo, tanto en
la empresa y empleados como en el transporte profesional.
6. Mejorar los comportamientos en relación al alcohol y velocidad en la conducción,
como factores de riesgo que acentúan las posibilidades de sufrir siniestros viales.

PREVENCIÓN PRIMARIA
Martin Bloon (1996) define la prevención primaria como “las acciones planteadas que
buscan prevenir un problema predecible, proteger un estado de salud o de funcionamien-
to adaptado ya existente, y promover algún objetivo de salud deseable. De este modo, la
prevención primaria implica esos tres elementos (prevención, protección y promoción)
dentro de una perspectiva sistémica donde cada elemento afecta y es afectado por los
otros”.
Podemos decir que la prevención primaria opera intrínsecamente de tres modos:
1. Tratando con problemas que pueden ceñirse en el futuro sobre la población objeto.
2. Con los recursos con los que tal población cuenta (los cuales pueden necesitar
protección).
3. Y desarrollando los recursos potenciales de los que pueden llegar a disponer
(promoción).
Bloom propone una “ecuación sistemática o ecológica” de la prevención primaria, en la
que establece que cada elemento en una situación dada está relacionado en última instan-
cia con todos los demás elementos, a menudo, de forma interactiva.

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670 Manual de Criminalística y Criminología

Figura 5. Ecuación sistemática de la prevención de Bloom


(Principios de Criminología; de Garrido, Stangeland y Redondo, 2006).

En la figura anterior podemos observar un cuadro que ofrece un análisis de cualquier


conducta social (en nuestro caso el comportamiento del delincuente vial o persona anti-
social en las vías, tanto urbanas como interurbanas) que enfatiza las potencialidades en
situaciones sociales —línea superior— y reduce las limitaciones en dichas situaciones
—línea inferior—.
Aparte, cada uno de los elementos o componentes puede ser analizado por separado,
siendo los términos empleados los siguientes:
• Persona: aspectos cognitivos, afectivos, conductuales y físico-biológicos.
• Grupos primarios: la familia, grupo de iguales, etc.
• Grupos secundarios: organizaciones a gran escala con unos roles especializados
y distribución del trabajo.
• Grupos socioculturales: colectivos que comparten sistemas de símbolos que dan
sentido a la vida, tales como las leyes, la herencia étnica, el lenguaje, el estilo de
vida subcultural.
• Ambiente físico: incluye tanto el entorno natural como el entorno construido.
• Marco temporal: hechos vitales que ocurren a individuos y grupos a la vez, inclu-
yendo cambios históricos, evolución grupal, y crecimiento y desarrollo personal.
Los programas de prevención primaria se orientan a las causas mismas, a la raíz del con-
flicto, para neutralizar este antes de que el propio problema se manifieste. Tratan, pues,
de crear los requisitos necesarios o de resolver las situaciones carenciales criminógenas,
primando la educación, formación, la socialización de los conductores y de los demás
usuarios de las vías. Aquí entra de lleno la educación vial, como motor fundamental
de la prevención en los delitos contra la seguridad vial, una buena planificación de esta
educación ayudaría a la disminución de los efectos negativos de esta clase de delitos y
disminuiría el riesgo de sufrir un siniestro vial.

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Tema 22: Análisis y prevención de la siniestralidad vial 671

La evidencia de que la actitud social ante el riesgo es una clave fundamental para la segu-
ridad vial implica que los usuarios de las vías públicas han de ser socializados, formados y
educados de modo que adquieran hábitos socioviales responsables. Un comportamiento
vial seguro se manifiesta en un uso correcto de los vehículos, de las vías públicas y sobre
todo en una actitud social preventiva.
Las exigencias de prevención primaria suelen atenderse a través de estrategias de política
cultural, económica y social, cuyo objetivo último es dotar a los ciudadanos —como afirma
Luderssen— de capacidad social para superar de forma productiva eventuales conflictos.
Todo empieza por el conocimiento general del conductor de las medidas generales para
el control de las conductas que no respetan las normas de comportamiento, al ser res-
ponsables de los mandos de un vehículo a motor conoce los radares que, colocados
estratégicamente, controlan la velocidad inadecuada; controles de alcoholemia, de drogas,
de cinturones, de telefonía móvil, y que la vigilancia de los agentes, aunque de escasa pre-
sencia, pueden intervenir ante cualquier infracción que cometa. Ello le supone un factor
positivo para inhibir cualquier conducta infractora.

PREVENCIÓN SECUNDARIA
La llamada prevención secundaria, por su parte, actúa más tarde en términos etiológicos:
no cuando —ni donde— el conflicto criminal se produce o genera, sino cuando y donde
se manifiesta, cuando y donde se exterioriza. Opera a corto y medio plazo, y se orienta
selectivamente a actos concretos, particulares, sectores de la sociedad: aquellos grupos
y subgrupos que exhiben mayor riesgo de padecer o protagonizar el problema criminal.
La prevención secundaria se plasma en la política legislativa penal y en la acción policial,
fuertemente polarizada por los intereses de la prevención general.
En concreto, a las fuerzas y cuerpos de seguridad encargados de la vigilancia y control
del tráfico le corresponde:
• La intervención directa, en el caso de la prevención general.
• La colaboración y apoyo, en el caso de la prevención social.
• Y el asesoramiento y consejo, en la prevención situacional.
Programas de prevención policial, de control de medios de comunicación, de ordenación
urbana y utilización del diseño arquitectónico como instrumento de autoprotección, desa-
rrollados en barrios bajos, son ejemplos de “prevención secundaria”.
La prevención secundaria está dirigida a los infractores para que no vuelvan a cometer las
mismas u otras transgresiones, conocen las medidas de prevención general y también las
consecuencias de no respetar las normas, pero dado el grado de reincidencia, parece ser
que por sí solas no son todo lo efectivas que se desean y la tasa de reincidencia en infrac-
ciones en los delitos contra la seguridad vial y las infracciones administrativas derivadas
del tráfico son muy altas.

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672 Manual de Criminalística y Criminología

Los reincidentes, en vez de modificar su conducta a base de “días de multa” y la retirada


de puntos del permiso de conducción o la retirada del mismo, se afanan en adquirir las
últimas tecnologías y pagar abogados para eludir las sanciones, por lo que la efectividad
de la norma se va reduciendo.
Aun así, los actos insolidarios, temerarios, agresivos o transgresores son detectados en
una ínfima proporción del total que se comenten; la cifra negra de la criminalidad del tráfi-
co es muy alta, la impunidad esta “asegurada” en la mayoría de los casos. Esto plantea la
necesidad de buscar otras alternativas más eficaces de prevención, tanto primaria como
secundaria y terciaria, que trabajen en la modificación del “factor humano”.

PREVENCIÓN TERCIARIA
La prevención terciaria, por último, tiene un destinatario perfectamente identificable: la
población reclusa, penada; y un objetivo preciso: evitar la reincidencia. Es, de las tres
modalidades de prevención, la de más acusado carácter punitivo. Y los programas reha-
bilitadores, resocializadores en que se concreta —muy alejados, por cierto, etiológica,
cronológica y espacialmente de las raíces últimas del problema criminal—, se llevan a
cabo en el propio ámbito penitenciario. La plena determinación y selectividad de la po-
blación destinataria de tales programas, así como los elevados índices de reincidencia
que se aprecian en ella, no compensan el déficit etiológico de la prevención terciaria, sus
insuperables carencias, dado que esta implica una intervención.
La penología en los últimos años intenta buscar una solución a esta prevención terciaria,
en términos generales la mayor parte de los delincuentes son reincidentes y, según auto-
res como Hirschi, la “esperanza de vida delictiva” de gran parte de los delincuentes son
hasta los 25 años, con lo que esta prevención puede llegar tarde a los penados.
Pero partiendo en contra de lo establecido por Hirschi con respecto a la edad, los delin-
cuentes viales no terminan su carrera delictiva a la edad que propuso, sino que empiezan
a esa edad a cometer los delitos contra la seguridad vial. Por eso, esta prevención es
muy importante para los penados en esta clase de delitos, en la que habría que hacer un
esfuerzo para que pudiese llegar a su fin. Habría que intentar reeducar a los penados, que
en algunos casos (a elección del mismo reo) puede realizar un taller de seguridad vial,
llamado TASEVAL, dentro de los trabajos en beneficio de la comunidad (que es realizado
por los condenados que tengan que cumplir 30 jornadas o menos de trabajo y que según
la Secretaría de Instituciones Penitenciarias son el 70 % del total de las condenas). Siendo
una buena manera de reeducar, y que desde la prevención habría que hacer que este ta-
ller fuese de obligado cumplimiento para todos los penados en materia de seguridad vial,
independientemente de la condena que se le estableciese por el delito cometido.

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Tema 22: Análisis y prevención de la siniestralidad vial 673

PREVENCIÓN SITUACIONAL
La prevención situacional del delito o prevención medioambiental sigue los postulados de
la Escuela de Chicago, en lo que pretende eliminar los objetivos más fáciles, o hacer más
reales las consecuencias negativas de la delincuencia, centrándose más en los factores
y circunstancias inmediatas que en la propia intención de la persona en delinquir. Por lo
tanto, se centra en el ambiente para el delito más que en aquellos que cometen los actos
criminales. Busca prevenir la ocurrencia del delito más que de detectar y sancionar a los
delincuentes. Busca no tanto eliminar las tendencias criminales o delincuenciales a tra-
vés del mejoramiento de la sociedad o sus instituciones, sino meramente trata de hacer
la acción criminal menos atractiva para los delincuentes. Esta prevención es aplicable a
cada tipo de delito, y no solamente al delito “oportunista” o relacionado con la adquisición
de objetos, sino inclusive a delitos más calculados o profundamente motivados. Ya sean
delitos cuidadosamente planeados o motorizados por el odio o la ira, están fuertemente
afectados por contingencias situacionales (Tedeschi y Felson, 1994).
Hough25, en 1998, define la prevención situacional como:
a) Estrategias dirigidas a enfrentar un patrón específico de delitos.
b) Estas involucran el manejo, diseño y manipulación del medio ambiente inmediato
en el que estos delitos ocurren.
c) El objetivo de estas estrategias es reducir la oportunidad que permite que estos
delitos se ejecuten.
d) Buscan aumentar el esfuerzo vinculado a la comisión de un delito, dificultando la
obtención del blanco delictivo, como por ejemplo con la utilización de candados u
otras medidas de endurecimiento de blanco, que dificulten el paso del delincuente.
e) Buscan aumentar el riesgo, real o percibido, de detección o aprehensión del de-
lincuente, tales como la colocación de cámaras de vigilancia en sectores de riesgo
y mayor intensidad de iluminación.
f) Persiguen reducir la recompensa de cometer el delito, como por ejemplo desin-
centivar el uso de especies de valor en los peatones que transitan en la vía pública.
Centrada en el siguiente marco teórico general:
1. Una base teórica deudora principalmente de la teoría de actividades rutinarias, la
teoría de la acción racional y la teoría del control.
2. Una metodología estándar basada en el paradigma de la investigación de acción.
(Action Research).
3. Un conjunto de técnicas de reducción de la oportunidad.
4. Un conjunto de prácticas evaluadas que incluyen estudios sobre el desplazamiento.

25. Hough, Mike y Nick Tilly (1998). “Getting the Grease to the Squeaks. Research Lessons for Crime Prevention”. En:
Crime Detection and Prevention Series, 85. Home Office, Londres.

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674 Manual de Criminalística y Criminología

Las teorías ecológicas aseguran que el ambiente y el diseño del espacio urbano (en nues-
tro caso la forma de las calles, de un carril o dos, más o menos anchos, estacionamientos,
la información que aportan, etc.) pueden tener influencia decisiva en el comportamiento
humano y, por ende, en la criminalidad. La criminología ambiental se ocupa de estudiar si
los factores ambientales como el espacio, la estructura del escenario, el calor, el frío, el
ruido, el hacinamiento, la congestión, retenciones, etc. nos influyen a la hora de cometer
un delito o de vernos involucrado en un siniestro vial. Y gracias a esto, podemos aplicar
la prevención situacional.
Existen tres principales teorías que fundamentar a la prevención situacional del delito:
1. Teoría de la “Elección Racional”, que expone que el individuo delinque en razón a
un modelo económico de costo-beneficio, significa que el delito es una elección
que el delincuente en potencia tiene entre una serie de alternativas posibles a
partir de un cálculo racional en el que se considera las ventajas y desventajas en
cada una de las opciones.
2. Teoría de la “Actividad Rutinaria”, que pretende dar una explicación causal de la
conducta antisocial en correlación con los objetos ubicados en tiempo y espacio
de los individuos, por lo general en este caso los sujetos activos del delito estu-
dian y analizan la dinámica que sus víctimas realizan a diario, por ejemplo: analizar
la ruta que utiliza la víctima para trasladarse desde su casa a su trabajo.
3. Teoría del “Diseño Ambiental”, que nos indica que el diseño urbano influye facili-
tando o desalentando la criminalidad, así como que el diseño arquitectónico puede
permitir o dificultar procesos de interacción comunitaria que redunden en la pre-
vención del delito. Por ejemplo: un fraccionamiento diseñado como condominio
privado con muros perimetrales y solo un acceso principal que pueda ser contro-
lado fácilmente, disminuye la posibilidad de que posibles agresores ingresen a la
comunidad sin ser detectados, lo que desalienta la actividad antisocial.
Clarke, en 1997, estableció que algunas de las causas del delito pueden ser explicadas a
partir de las oportunidades existentes en el ambiente y su entorno.
Siguiendo a Wortley y Mazerolle (2008), las premisas de esta perspectiva ambiental las
podemos resumir en tres puntos:
• La influencia del ambiente en la conducta delictiva.
• La no aleatoriedad de la distribución espacio-temporal.
• Y la utilidad de los elementos anteriores en el control y prevención del delito.
Pese a la importancia y repercusiones que tienen los delitos contra la seguridad vial, la
delincuencia viaria se considera como un grupo independiente de delitos a causa de sus
específicos modos de comisión y las razones de su nacimiento (Kaiser, 1970).
Alice Coleman en su obra titulada Utopia on trial (1994) establece dos posiciones clara-
mente distintas y extremas en cuanto a los estudios de los espacios, que son:

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Tema 22: Análisis y prevención de la siniestralidad vial 675

a) Determinismo medioambiental: se establece que el espacio condiciona de forma


determinante el comportamiento humano.
b) Posibilismo: la raza humana se adapta a cualquier contexto espacial, pudiendo ser
feliz o infeliz en cualquier medio geográfico, lo que significa que la calidad de vida,
en el fondo, dependerá de otro tipo de variables no espaciales.
Pero la autora, frente a ambas teorías, apuesta por un tercer postulado:
c) Probabilismo: el medio ambiente no determinará nuestro comportamiento pero sí
lo afectará, sobre todo empujándolo hacia la ruptura de las normas y el desorden
social si se dan determinadas circunstancias que hacen la vida poco placentera.
Siendo este tercer postulado de gran importancia para la comisión de los delitos contra
la seguridad vial, la influencia del ambiente condicionará al conductor de una manera u
otra, y hará que algunos de ellos cometan alguna infracción a las normas que rigen la
seguridad vial.
Por eso, la prevención situacional considera al delincuente vial como un elemento más
de los que confluyen en el mismo, haciendo hincapié en los determinantes situacionales,
interesándose por los patrones delictivos en el tiempo y en el espacio. Y añade otro factor
más para el estudio y prevención de estos delitos, según diversas investigaciones, los
factores ambientales, las características de la vía y del tiempo explican, al menos, el 12 %26
de los siniestros viales. Por concluir, indicar que hay una crítica bastante extendida a este
modelo y es que no es aplicable a todos los delitos, dicen que solo es para los delitos que
tengan un corte de oportunidad, cosa que encaja perfectamente en el tipo de delito que
estamos estudiando y en sus conductas infractoras o desviadas en la circulación.

EL ANALISTA DELICTIVO EN SEGURIDAD VIAL


Como se ha visto a lo largo del capítulo, se ha analizado la situación general de cómo se
presenta la siniestralidad vial y diferentes modelos de prevención acorde a la etapa en que
se encuentre el problema, ¿pero qué entendemos por “problema”?
Un problema es un conjunto de eventos dañinos recurrentes —la siniestralidad vial— en
una comunidad —las vías públicas—, donde los usuarios de las vías esperan la interven-
ción de los agentes encargados del tráfico, para la solución del problema.
Esta definición perfila la atención a los seis elementos que conforman el problema:
• Comunidad: la parte de la comunidad que experimenta eventos dañinos, que se-
rían los usuarios de las vías.
• Daño: quien sufre el perjuicio. En primer lugar sufre la seguridad vial como mo-
delo abstracto y, de un modo objetivo, quien sufre directamente como víctima de
un delito o siniestro relacionado con la seguridad vial.

26. Según estudio realizado por National Highway Traffic Safety Administration, en 1979.

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676 Manual de Criminalística y Criminología

• Expectativa: algunos miembros de la comunidad esperan que los agentes encar-


gados del tráfico intervengan en las causas del daño provocado por la utilización
de los vehículos a motor. La expectativa nunca debe ser un supuesto, debe resul-
tar evidente con las llamadas ciudadanas, juntas comunitarias, reportes periodís-
ticos u otros medios.
• Eventos: el analista debe estar capacitado para describir el tipo de evento que
conforma el problema, pues los problemas se construyen de eventos discretos.
Por ejemplo, localización de puntos negros en un tramo de vía concreto.
• Recurrencia: los eventos deben ser recurrentes. La frecuencia puede ser sintomá-
tica de un problema agudo o un problema crónico.
• Semejanza: los eventos recurrentes deben tener algo en común, pueden haber
sido cometidos por el mismo usuario de la vía, ocurren en los mismos tipos de
lugar (espacios crimípetos), pasan en circunstancias similares.
Una vez entendido cual es el problema, hay que analizarlo y para ello hay que hacerse las
siguientes preguntas:
1. ¿Quiénes son afectados por el problema?
2. ¿Cuáles son las afectaciones que causa el problema?
3. ¿Cuáles son las expectativas de respuesta?
4. ¿Qué tipo de sucesos contribuyen al problema?
5. ¿Con cuánta frecuencia ocurren estos sucesos?
6. ¿En qué se parecen los sucesos? Comparación entre los delitos y/o siniestros
viales.
Dentro de los delitos contra la seguridad vial y siniestros viales hay diferencias entre ellos,
con unos factores únicos y determinantes para cada tipología, y por eso hay que definir el
problema con precisión acorde a las preguntas expuestas anteriormente.
Ronald V. Clarke y John E. Eck, dos de los expertos más reconocidos acerca de la gestión
policial, formulan una propuesta que combina algunos de los programas más exitosos en
el mundo: Políticas orientadas a la resolución de problemas delictivos (PORPD), para el
cual sugieren 60 pasos de cómo analizar el delito.
El analista delictivo en seguridad vial debe ser una persona conozca en profundidad y en
todas sus vertientes el tema en cuestión, que esté al corriente de la criminología vial, y
que sepa analizar y mapear toda la información de interés para la resolución de los pro-
blemas.
Herman Goldstein27 fue el creador del concepto de políticas de seguridad públicas orien-
tadas a la solución de problemas en un ensayo publicado en 1979. Su idea fue simple:
que las políticas orientadas a la solución de problemas deben estar fundamentadas en el

27. Profesor emérito de Leyes en la Universidad de Wisconsin-Madison.

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Tema 22: Análisis y prevención de la siniestralidad vial 677

cambio de las condiciones que originan un incremento en la delincuencia y no solo actuar


en respuesta a los incidentes ocurridos o intentando prevenirlos a través de patrullas
preventivas (no siempre la policía es la solución a los problemas).
Goldstein planteó el modelo BASE28, que es el acrónimo utilizado para referirse a las eta-
pas de la solución de problemas y que debe adoptar un enfoque de solución de problemas
en el cual se debe trabajar en las siguientes cuatro etapas:
1. Buscar: datos para identificar patrones en los incidentes que se originan rutinaria-
mente.
2. Someter a un profundo Análisis las causas de esos patrones o problemas.
3. Encontrar nuevas Soluciones de intervención, previniendo la cadena de causas
para reducir los efectos negativos de esos problemas en el futuro.
4. Evaluar el impacto de las intervenciones y, si no funcionaron, iniciar nuevamente
el proceso.

Figura 6. Modelo de solución de problemas de Goldstein.

Esta política de modelos de prevención está centrada en la solución de problemas, se


tiene que concentrar en un acto delictivo en concreto, en nuestro caso los delitos contra
la seguridad vial, haciéndola extensiva a los siniestros viales.
El analista delictivo tiene un papel central en conducir el análisis y prevención, que pone
especial apremio en la necesidad de guiar las operaciones de los organismos con com-
petencia en seguridad vial con información valiosa y adecuada para la resolución del pro-
blema de la siniestralidad vial, aplicando una metodología para producir información útil y
correcta con un único fin, la de evitar que haya víctimas viales.

28. El acrónimo original de este modelo es SARA (Scanning, Analysis, Response and Assement) de John Eck y Hill
Spelman.

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678 Manual de Criminalística y Criminología

Así, el papel fundamental que desarrolla el criminólogo-analista en el estudio de la sinies-


tralidad vial debería seguir el siguiente esquema de trabajo:

ENFOQUE OBJETIVO JUSTIFICACIÓN MÉTODO PASOS INICIALES

La prevención Realizar
Problemas Eliminar las resulta más investigaciones, Identificar los
específicos causas de los eficaz que la acciones prácticas problemas que
persistentes problemas imposición y específicas requieren atención
de la ley (BASE)

Figura 7. Modelo de trabajo para analizar un “problema”.

Siguiendo los pasos anteriormente expuestos, se intentará conseguir poner fin al proble-
ma de estudio, que como bien se ha dicho tiene que ser un problema concreto, específico,
ya que para disminuir la siniestralidad vial conllevará la aplicación de infinidad de trata-
mientos de problemas individualmente, intentando ir de lo particular a lo general.
La visión del criminólogo-analista en seguridad vial es esencial por sus especiales ca-
racterísticas de la visión multidisciplinar de la ciencia y aplicarla de una forma objetiva
y científica para la reducción de los siniestros viales, poniendo en marcha medidas de
prevención, tanto para el delincuente como para la víctima, y en base a la criminología
ambiental, aplicar medidas en las vías para convertirlas en espacios crimífugos, que son
aquellos diseños urbanos que, por sus especiales características físicas, inhiban y disua-
dan, o cuando menos disminuyan, la probabilidad de que sea cometido un delito.

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23
CASOS EN SERIE: PATRONES
DE COMPORTAMIENTO
Alfredo Velazco Cruz
Presidente de la Academia Mexicana de Investigadores Forenses
Policía local de Ciudad Juárez
México

INTRODUCCIÓN
El criminal en serie no es un término producto del siglo XXI, a través de la historia del
ser humano se han presentado manifestaciones criminales que, si bien no han sido nom-
brados o señalados en su momento como un comportamiento en serie, sin duda podrían
ser incluidos en nuestros tiempos como tales por su relación tan estrecha a lo que hoy
se denomina comportamiento en serie (Ressler y Douglas,1988). Desde el caso de Peter
Kurten, en 1929 en Düsseldorf (Alemania), hasta el caso reciente de Samuel Little, de-
tenido en el año 2012 en Kentucky (Estados Unidos) por la vinculación con cerca de 90
homicidios (34 ya confirmados con evidencia probatoria) cometidos contra mujeres entre
los años 1970 y 2005; sin dejar de mencionar el caso de destripador de Whitechapel, en
1888 y que sin duda puede ser citado como el primer caso documentado y señalado como
un comportamiento homicida en serie.
Estos casos, sumados a muchos más cometidos a través de los tiempos y en diferentes
partes del mundo, han dejado a su paso consecuencias fatales y laceración emocional en
la comunidad mundial. Los especialistas del comportamiento en serie han realizado dife-
rentes tipos de clasificaciones del comportamiento sistemático o serial, tomando como
referencias principales el motivo y el modus operandi; independiente a su clasificación, lo
que no nos deja lugar a dudas es que el asesino en serie sádico sexual es lastimosamente
el que mayor repetición de su comportamiento se investiga.
Fue en 1986 cuando el coronel Robert K. Ressler y el investigador John Douglas del
FBI propusieron la clasificación de este tipo de crímenes, tomando como base central el
número de víctimas, la tipología y su manera de abordarlas (Douglas y Munn, 1992), sin

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680 Manual de Criminalística y Criminología

embargo el término serienmörder fue utilizado por primera vez en 1931 por el psiquíatra
alemán Karl Berg, en el caso de Peter Kurten, y en la época moderna la comunidad cientí-
fica ha sumado nuevos elementos a considerar para vincular indicios de comportamiento;
además de las evidencias físicas, estos indicios comportamentales son lo que denomi-
nados en la perfilación criminal moderna como las piedras angulares de la criminología
aplicada a lo forense, el modus operandi.
Un punto que debemos agregar es “la normalidad social” con la que se desenvuelven en
la actualidad los criminales en serie; es decir, muchos de los rasgos de personalidad de un
sujeto que realiza crímenes en serie son tan habituales que no permiten levantar sospecha
alguna de ellos, la habilidad de relacionarse, de convencimiento o de visitar lugares donde
existan víctimas potenciales.

DEFINICIÓN DE CRIMEN EN SERIE


Un crimen en serie se refiere a una serie de dos o más crímenes que se relacionan entre
sí con evidencia física y comportamental (Petherick, 2005). Debemos desprendernos de
la definición tradicional que nos obligaba a clasificar casos, anteponiendo como requisito
que se tratara del mismo tipo de crimen (violación, homicidio, etc.), en la actualidad se
toman como referencia los antecedentes criminales como indicio comportamental de una
evolución de la fantasía y del modus operandi del agresor.
El agente del FBI Robert Ressler fue quien introdujo a América el término serial killer, tras
su visita a la academia de policía en Bramshill, cerca de Londres, donde los asistentes
le exponían un caso de un sujeto con reincidencias en robos, que identificaban como “el
criminal en serie”; sin embargo, el propio Ressler daba la explicación al origen del término
y su aplicación en América. En 1998, el detective del FBI, especialista ya en esa época en
asesinos en serie después de investigar los casos de Ted Bundy, Richard Chase y Gacy,
fue solicitado por el Gobierno de Chihuahua, en México, para asesorar a las autoridades
en la resolución de al menos 20 crímenes contra mujeres. Ressler viajó a Ciudad Juárez
y fue en ese año cuando el autor de este capítulo, siendo estudiante de Psicología, tuvo
contacto con la perfilación criminal y con el afamado investigador estadounidense en
un curso realizado para los estudiantes de la Escuela Superior de Psicología en Ciudad
Juárez. En esa ocasión, explicando el caso de Chase en Sacramento, California, Ressler
conceptualizó el término asesino en serie como aquel sujeto que asesina a tres o más
personas en un periodo de tiempo que suele oscilar entre los 30 días o más, dejando un
tiempo de “enfriamiento” entre cada asesinato, durante el cual no vuelve a sentir nece-
sidad de cometer otro crimen ya que recrea el que acaba de cometer. Algunas fuentes
han dado la explicación del uso del término por parte de Ressler, en el cual indican que
se refiere al término asesino de serie en referencia a recordar las series televisivas de su
infancia, en las cuales al final de cada capítulo generaban en el espectador un suspenso
que le era resuelto la semana siguiente.

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Tema 23: Casos en serie: Patrones de comportamiento 681

Los seguidores de la escuela del FBI que explica el comportamiento criminal han adoptado
esta definición al referirse a los casos en serie: “Es el homicidio de dos o más personas
en distintos lugares y tiempos, donde el autor del crimen tiene un lapso de enfriamiento
emocional entre cada homicidio y otro; buscando en todos una satisfacción psicológica”.

MOTIVO, MODUS OPERANDI Y FIRMA EN EL COMPORTAMIENTO


Se les conoce como los tres componentes esenciales a identificar en el comportamiento
criminal, el motivo, modus operandi y la firma. Estos tres elementos nos permitirán ob-
tener información para iniciar o dirigir nuestra investigación; sobre todo en el campo del
comportamiento sistemático o serial este tipo de manifestaciones nos dará la posibilidad
de obtener una lectura diferente de la escena del crimen y las manifestaciones comporta-
mentales que existan en ella. Pero ¿a qué nos referimos exactamente al hablar de motivo
del crimen, el modus operandi y la firma? A continuación se realiza una breve explicación
de estos comportamientos.

MOTIVO
Lo podemos definir como las necesidades impelentes en el campo emocional, psicológico
o material, y que se satisface al convertirlo en comportamiento. El motivo es un com-
ponente (junto al modus operandi) que siempre estará presente en las manifestaciones
criminales, es el motivo el que nos ayudará a establecer la etiología del comportamiento
a investigar. La determinación del motivo no se hace directamente, no es posible leer la
mente del criminal como históricamente nos han hecho creer, no necesitamos meternos
en su mente porque es imposible habitarla, debemos interpretar los comportamientos y
las manifestaciones objetivas que se dan en la escena del crimen; como especialistas en
ciencias del comportamiento humano tenemos la obligación de saber que todos los com-
portamientos tienen un motivo y el comportamiento en un criminal no es la excepción.
La determinación del motivo no tiene que ser hecha de manera inmediata y directa en la
escena del crimen, porque los motivos pueden tener una doble forma de presentación;
en algunos casos este motivo está claro al iniciar la investigación y puede ser identificado
de manera rápida, pero en otros casos la evidencia inicial es totalmente nula, por lo tanto
requerimos de una investigación profunda de la víctima, de la escena del crimen y de los
objetos relevantes para la investigación adecuada.
Establecer el motivo detrás del crimen nos provee de avances significativos para la in-
vestigación y la prevención futura de nuevos casos criminales; estos avances incluyen lo
siguiente, pero no están limitados solo a esto:
• Reduce la lista de sospechosos, al indicar un motivo en particular como fuente
activadora.

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682 Manual de Criminalística y Criminología

• Puede ser útil para la investigación como una manera de ligar con otros casos
donde se haya identificado el motivo; y con evidencia forense probatoria estable-
cer el vínculo.
• Al unirse con evidencia específica, el motivo puede ofrecer datos relevantes para
obtener la identidad del agresor.
• Después del análisis motivacional y el análisis de evidencia física, puede darnos
información del estado mental del sujeto en el momento de su acción criminal.

Tipología de la motivación en el comportamiento criminal


En 1979, el psicólogo estadounidense Nicholas Groth, de la American Clinical Psycho-
logist, publica su libro Men Who Rape: The Psychology of the Offender, derivado de un
análisis de 500 casos de estudio conductual. Groth trabajó con víctimas y agresores, su
estudio iba encaminado a la creación de una clasificación de los agresores sexuales y sus
motivaciones. En su estudio, Groth descubrió que el violador, como otros criminales, bus-
ca satisfacer sus necesidades; además de establecer que dicha conducta es compleja y
multideterminada y que su clasificación solo sirve como una referencia de partida, debido
a la necesidad de estudiar cada caso en particular, cada acto de violación y que sus com-
portamientos están directamente asociados con el número de necesidades psicológicas
(motivos) del agresor.
Con su investigación, Groth erigió las bases de la tipología motivacional en el comporta-
miento criminal, la mayoría de los especialistas en perfilación criminal han aceptado su
tipología e incluso algunos, como Ann Wolbert Burgess pionera en evaluación y trata-
miento a víctimas de violación en Boston, creó junto a Robert Ressler y John Douglas, del
FBI, el Crime Classification Manual en el cual incluían una tipología de agresores sexuales.
Posteriormente y en colaboración con el Centro Nacional de Análisis de Crímenes Violen-
tos del FBI (NCAVC), Roy Hazelwood desarrolla la tipología motivacional de violadores;
este sistema de clasificación motivacional, con algunas modificaciones, es utilizado para
clasificar más comportamientos criminales, debido a que las necesidades o motivos del
comportamiento criminal se expresan de manera variada en casos de robo, secuestro,
pedofilia, terrorismo, asalto sexual, homicidio o incendio.
1. Reafirmación de poder.
2. Poder de asertividad.
3. Represalia con ira.
4. Sadismo.
5. Oportunismo.
6. Violación en grupo.

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Tema 23: Casos en serie: Patrones de comportamiento 683

MODUS OPERANDI
Significa manera de actuar, y esto se describe en el legajo correspondiente a cada cri-
minal. Estos legajos se clasifican y almacenan en un sistema, de manera que ayuden a
relacionar un crimen con determinado criminal o, como es el caso que nos ocupa, una
serie de crímenes cometidos por un sujeto que aún no ha sido identificado. La manera de
aprovechar el modus operandi fue descubierta a principios de XX por el jefe policíaco Sir
Llewellyn Atcherley, en Yorkshire (Inglaterra). Scotland Yard y otras policías de Inglaterra
emplean una modificación del sistema de Atcherley, la policía inglesa comenta haber
obtenido un éxito considerable en el sistema de tomar en cuenta el modus operandi, y
reconoce que ha sido un instrumento muy útil para la investigación.
El método de identificar por medio del modus operandi fue introducido en Estados Uni-
dos por August Vollmer cuando era jefe de policía en Berkeley, estado de California. Las
modificaciones de Vollmer y otras que se han hecho al sistema original de Atcherley han
sido utilizadas por un buen número de organizaciones del mundo con gran éxito; de he-
cho, el éxito de este sistema es dependiente directo de la habilidad de los investigadores
y de la persona que funja como analista de la información. Los investigadores deberán
ser capaces de descubrir y dar cuenta de métodos y hechos esenciales para la correcta
clasificación del delito; y el analista deberá ser capaz de clasificar los datos que obtenga y
compararlos con los ya existentes.
Hans Gross en 1924 definió el modus operandi como la manera en la que un crimen se
ha cometido, y se refiere a las acciones y conductas encaminadas a cometer el crimen;
por su parte, John Douglas en 2006 las definió como las acciones llevadas a cabo por el
agresor durante la comisión del crimen; para el autor del capítulo el modus operandi es un
comportamiento aprendido y se caracteriza por ser dinámico, es decir cambiante según el
criminal vaya avanzando en su carrera criminal y se da cuenta de que una acción o técnica
funciona mejor para él que otra.
En términos generales, toda investigación criminal tiene como objetivo dar respuesta a
las preguntas de la investigación. Estas son qué, quién, cómo, cuándo, dónde, con qué y
por qué. El modus operandi (MO) está envuelto en la pregunta del cómo: cómo el agresor
comete el crimen y los pasos que siguió para cometer el delito con éxito.
El modus operandi del agresor es un aspecto fundamental de su ataque y de sus métodos
utilizados que, por lo general, cumplen con estos requisitos:
1. Para asegurar el éxito en el delito.
2. Para proteger su identidad.
3. Para facilitar la huida.

Actos de precaución
Los actos de precaución también son conocidos como “conciencia forense” en el ámbi-
to de la criminología, son acciones que realiza el agresor, antes, durante o después del

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684 Manual de Criminalística y Criminología

crimen, con la intención de ocultar, confundir y despistar a los investigadores respecto a


cómo sucedieron los hechos, y principalmente están dirigidos a impedir su identificación.
Los actos de precaución pueden ir desde el uso de máscaras o disfraces para ocultar la
identidad, uso de fuego para borrar evidencia y/o depositar el cuerpo de la víctima entre
los residuos de basura para alterar el proceso natural de la muerte.
La presencia de estos comportamientos nos puede informar del nivel de conocimiento
del criminal.

FIRMA
Son las acciones que realiza el criminal en la escena del crimen o con la víctima, y que
no sirven para cometer el crimen, proteger la identidad o favorecer la huida del lugar;
son actos materialmente innecesarios. Como vimos con antelación, el modus operandi
se compone de las acciones que requiere el agresor para cometer su acción; remover
o destruir evidencias, o alterar las apariencias o la selección de sitios. La firma describe
cualquier cosa que el agresor realice y que no sea necesaria para completar el delito,
como por ejemplo llamar por un nombre distinto a la víctima, obligarla a leer algún guion
que el mismo ha preparado o que la fuerce a utilizar determinada ropa, debido a esto la
firma del agresor entra en el campo de las necesidades emocionales y psicológicas.
Los elementos importantes a tener en cuenta para identificar la firma en la investigación
son los siguientes:
• Tomarse un tiempo extra para completar la conducta criminal.
• Actos innecesarios.
• Incluye una necesidad emocional.
• Involucra actos de expresión de fantasía.
Los crímenes que comenten las personas son una consecuencia y resultado de diferentes
influencias. Además de las necesidades psicológicas y emocionales, su firma debe ser
bastante distintiva y puede ser de gran apoyo para el investigador encontrar la diferencia
entre los distintos agresores que cometen diferentes tipos de crímenes.
Un punto común de confusión en la actualidad es que la firma es la mejor manera de
conectar crímenes en serie, no se puede utilizar solo este criterio para sugerir que una
serie de crímenes sea el trabajo de un solo agresor, pero lo que sí podemos inferir es
la existencia de indicios comportamentales y la posibilidad de vinculación, esto significa
que el análisis de la firma no se centra en determinada o particular evidencia, sino en un
conjunto de puntos de evaluación, aunque en el campo laboral todavía algunos creen que
es solo la firma la que nos llevará al agresor.

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Tema 23: Casos en serie: Patrones de comportamiento 685

TIPOS DE ASESINOS EN SERIE


A través del tiempo se han propuesto varias clasificaciones en la tipología que encuadran
a un asesino en serie. Estamos hablando que no se trata solo de identificar un comporta-
miento y establecer por sus características que estamos ante un caso en serie; también
es una necesidad para la investigación indicar a qué tipo de agresor en serie nos enfrenta-
mos y esa respuesta es una variable dependiente del motivo del comportamiento criminal.
En 1886 Richard Von KrafFt-Ebing, un psiquiatra alemán experto en psicopatología sexual,
distinguió tres tipos de homicidios que tienen relación con el violador y que deberían ser
incluidos entre los seriales:
• Accidental (la consecuencia no deseada en el uso de la fuerza).
• Eliminación de testigos.
• Asesino por lujuria (o sadismo sexual).
Posteriormente, el psiquiatra estadounidense Park Dietz, en 1986, basándose en su expe-
riencia clínica y anteponiendo como requisito al menos cinco homicidios para considerar
al alguien asesino en serie, estableció esta clasificación:
1. Psicópata sádico sexual (disfruta el homicidio; no psicótico).
2. Spree Killer, asesinato por juerga (utilizando el término “spree” en el sentido de la
carrera criminal como el caso de alguna pareja criminal que inician juntos robando
coches y bancos, y que lo vuelven su estilo de vida).
3. Funcionarios de una organización criminal (asesinos a sueldo).
4. Envenenamiento en custodia y asfixias (relacionado con las personas que cuidan
de otros).
5. Psicóticos (que poseen una enfermedad mental con alucinaciones).
En 1998, Holmes y DeBerger proponen cuatro tipos básicos de asesinos en serie:
1. Visionario (Dios quiere que elimine algunos demonios).
2. Orientado a una misión (debo hacer una limpia de prostitutas en el mundo).
3. Hedonista (placer por matar).
4. Control y poder (dominio de la situación).

FASES PSICOLÓGICAS EN EL ASESINO EN SERIE DE NORRIS


Joel Norris, psicólogo penitenciario de Estados Unidos, tras las entrevistas reali-
zadas a asesinos, ha estudiado y diseñado la actividad prepredadora, predadora y
postpredadora del criminal en serie; y ha planteado las fases por las que pasan los ciclos
de violencia, dividiéndolas en siete:

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686 Manual de Criminalística y Criminología

–– Fase áurea: el proceso se inicia cuando un potencial asesino comienza retroceder


a su mundo de fantasías, externamente puede parecer normal. Pero en su mente
existe una zona oscura donde la idea del crimen se va gestado.
–– Fase de merodeo: como un pescador que recorre su zona, el asesino comienza la
búsqueda donde cree que puede hallar el tipo preciso de víctima.
–– Fase de seducción: el asesino trata de ganarse la confianza de la víctima y hacerla
caer en su trampa, el engaño y la manipulación son las herramientas que puede
utilizar.
–– Fase de captura: una vez que el asesino tiene a su víctima donde quiere, se mues-
tra tal y como es, la ataca y la controla para que no pueda escapar.
–– Fase del asesinato: Norris describe esta fase como la recreación de los traumas
o del lovemap no madurado, es la fase propia del crimen.
–– Fase fetichista: esta fase viene acompañada de gran contenido emocional en
la que el asesino trata de mantener la euforia y el placer obtenido en la fase del
crimen; en esta fase se manifiesta regularmente la firma como comportamiento
no necesario en el crimen, pero necesario en el campo emocional y psicológico.
–– Fase depresiva: el asesino no es capaz de mantener la euforia de la fase del ase-
sinato durante mucho tiempo y cae en una problemática de autocuestionamientos
referentes a lo que pudo haber hecho mejor con la víctima; derivado de ello sus
fantasías reaparecen e inicia el ciclo nuevamente con la fase áurea de esta “nueva
fantasía”.

PERFILACIÓN CRIMINAL APLICADA: MÉTODO DE RECONSTRUCCIÓN SE-


CUENCIAL TEÓRICO Y CONDUCTUAL DEL CRIMEN
La conducta criminal es un tema que siempre ha sido atractivo para los expertos en mate-
ria de investigación policial, además de ser necesario para la comprensión de este tipo de
manifestaciones que trae consigo por automático la capacitación constante y la búsqueda
de nuevas técnicas o estrategias de investigación para aquellos que realizan la labor poli-
cial desde los ámbitos preventivos, analíticos o investigativos.
En tiempos recientes, este análisis delictivo de la conducta ha adquirido mayor importancia
en las instituciones policiales dentro de sus equipos de investigación, además de que se
ha propiciado una revolución en los profesionales de la conducta humana; especialmente
los del área de la psicología, la criminología y la psiquiatría, que con sus conocimientos
focalizados han dado una asistencia fundamental siendo policías o trabajando para ella en
la investigación del delitos, aportando sugerencias sobre líneas de investigación de los
delitos que se presentan y que solicitan por sus propias características la participación de
expertos en conducta humana.

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Tema 23: Casos en serie: Patrones de comportamiento 687

A continuación se muestra la incorporación de una metodología alternativa para el aná-


lisis de la escena del crimen y la elaboración de perfiles criminales denominado método
ReSeTec, creado a partir de la implementación de la Unidad de Análisis de la Conducta
Criminal (UACC) en el laboratorio forense de Ciudad Juárez, en el año 2010. Un proyecto
creado y desarrollado por el autor de este capítulo a partir de su experiencia profesional
adquirida como investigador forense en la escena del crimen y su formación profesional
como psicólogo, cuyo objetivo principal fue la elaboración de inferencias e hipótesis que
permitieran a la investigación una explicación conductual del caso y sugerencias para los
policías en pro del esclarecimiento de los delitos.
Recientemente, la incorporación de psicólogos y criminólogos en la instituciones policia-
les ha tomado importancia debido a la necesidad de contar con este tipo de profesionales
de la conducta humana en los equipos de investigación, cuya función es fundamental
como asistencia a las policías encargadas de investigar delitos, proporcionando con ello
sugerencias sobre líneas a seguir dentro de la práctica profesional, basadas en el análisis
psicológico del delito. Esta incorporación de profesionales de la conducta es novedosa y
se basa en los principios y conceptos de dos ciencias: la psicología y la criminología, la
aplicación de los conceptos teóricos de ambas actividades científicas a la práctica pro-
fesional casuística, en conjunto con otras disciplinas forenses, permite la elaboración de
hipótesis basadas en el análisis de evidencia comportamental que sirven para inferir no
solamente el perfil del agresor, proporciona información sobre la forma de actuar, la mo-
tivación e incluso aspectos psicológicos que se catalogan como la fantasía y se identifica
en la investigación como la firma del agresor.
Los indicios comportamentales o psicológicos son definidas como aquellos vestigios psi-
cológicos que quedan reflejados en el modo en que el agresor cometió sus delitos, estos
vestigios abarcan desde el tipo de víctima, la elección de lugares donde abordar a las
víctimas y consumar su agresión, la manera de acechar, el tipo de arma seleccionada o
incluso la zona corporal de las heridas.
El indicio comportamental es más sutil que el indicio físico y se detecta desde la observa-
ción y el análisis detallado para inferir a partir de su identificación aspectos conductuales
y de personalidad del agresor; la ventaja de este tipo de indicios de conducta, es que en
algunos casos los indicios físicos pueden contaminarse, destruirse o alterarse, los de
conducta no; incluso la ausencia de ciertos comportamientos lógicos en un caso, dan evi-
dencia de habilidad por parte del agresor. En un caso de agresión sexual el criminal puede
usar preservativo y con ello evitar dejar indicios corporales en la víctima o el lugar, pero
el simple hecho de utilizarlo nos arroja indicios comportamentales de precaución criminal,
que técnicamente denominados conciencia forense.
Sin embargo, hoy en día existe una percepción de desventaja ante los tribunales de la
evidencia conductual en comparación con la evidencia física, debido al peso probatorio
que pudiera tener la evidencia conductual, derivado de ello se busca no solo el soporte

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688 Manual de Criminalística y Criminología

metodológico en su aplicación, también una manera de aceptación ante los tribunales y


una homologación de criterios y protocolos de actuación que fueron ya implementados en
al menos 80 casos en la unidad de análisis de conducta criminal en el laboratorio forense
de Ciudad Juárez.
ReSeTec es un método contemporáneo de análisis integral de la escena del crimen que
parte de lo ideodeductivo y que determina las conductas manifestadas previo, durante y
posterior inmediato al crimen, cuyo propósito es establecer la dinámica de los hechos
fundamentada en la evidencia física y/o conductual; también fusiona los conocimientos
de otras aplicaciones de la criminología, como la criminalística, la victimología, la re-
construcción de la escena del crimen y la perfilación criminal. Este método pretende ser
objetivo en la realización de perfiles criminales durante el proceso que conlleva la práctica
profesional, desde la primera información al arribar a la escena del crimen, la recopilación
de datos, la realización de inferencias y la elaboración de hipótesis que concluyan en el
diseño de un perfil criminal.
Este método tiene como afán principal respetar las exigentes condiciones del método
científico, especialmente en el campo de la criminalística aplicada y sus principios; aunado
en el análisis del comportamiento y su trasformación en evidencia.
La denominación ReSeTec proviene del acrónimo que son las bases de estudio en este
método: Reconstrucción, Secuencial, Teórico y Conductual del crimen; y que se definen
de manera conceptual a continuación:
• Reconstrucción: Es la determinación de las acciones y los eventos relacionados
en la comisión del crimen.
• Secuencial: Se refiere a aquello que nos ayuda a establecer cuándo ocurrió una
conducta y el orden de su manifestación.
• Teórico: Es el conocimiento versado en las ciencias del comportamiento; son de-
finiciones y conceptos históricos y contemporáneos que darán soporte a nuestra
investigación.
• Conductual: Se refiere a cualquier manifestación de un organismo susceptible de
ser observable, medible y cuantificable; y que mediante un análisis especializado
sea presentado como evidencia que nos permita establecer cómo o cuándo ha
tenido lugar una acción.
• Crimen: Es un acto cometido por una persona que va en contra de las leyes.

LOS PRINCIPIOS DEL MÉTODO DE RECONSTRUCCIÓN SECUENCIAL, TEÓRICO Y CON-


DUCTUAL DEL CRIMEN
Los principios son el fundamento verdadero y es aquello que proporciona las bases para
cualquier campo de estudio, los principios básicos del ReSeTec son extraídos de las cien-
cias de la conducta e incluye pero no se limita a lo siguiente:

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Tema 23: Casos en serie: Patrones de comportamiento 689

• Principio de identidad de casos: Este principio indica que debemos evitar las ge-
neralidades en la investigación de los casos, debido a que cada investigación tiene
sus propios motivos, su propio modus operandi y produce sus propias evidencias,
físicas o de comportamiento.
• Principio de la dinámica conductual: Este principio indica que las conductas son
dinámicas, cambiantes y debido a ello se debe analizar el contexto en el que se
presentan.
• Principio de la secuencia conductual: Este principio indica que la conducta plas-
mada en la escena del crimen tiene un orden; establece que a lo que observamos
en nuestro análisis primario, le antecede una manifestación y también una acción
criminal postcrimen.
• Principio de la reconstrucción de hechos: Este principio parte de la criminalís-
tica aplicada al campo y es un complemento fundamental para la detección de
conductas en la escena del crimen; además, indica la importancia de realizar,
fundamentado en la evidencia física y de comportamientos, una reconstrucción
del hecho investigado que apoye la teoría del caso.

PROTOCOLO DE INTERVENCIÓN
Fase I: Recopilación de datos
La primera fase del método consiste en la recopilación de todos los datos posibles sobre
el hecho investigado, partiendo desde la hora del aviso, el primer oficial en llegar, los da-
tos preliminares de la víctima y los primeros indicios físicos y conductuales del caso. Es
condición necesaria que la información recolectada sea lo más objetiva posible; debemos
recordar que la calidad de un perfil criminal está directamente relacionada con la evidencia
que se analice y la fiabilidad que proporcione a la investigación.

Fase II: Análisis de la escena del crimen


La segunda fase del método se refiere al análisis de la escena del crimen, y comprende el
proceso analítico de interpretar las características específicas de un crimen y lo que está
relacionada con ella, estas características catalogadas como específicas nos proporcionan
información sobre el comportamiento del criminal y las decisiones que tomó sobre la víc-
tima y su manera de actuar. Esta fase comprende las siguientes secciones de información
para su análisis:
• Ubicación: Se refiere al ambiente físico del sitio (lugar abierto, cerrado, etc.).
• Cualidades descriptivas del sitio (zona urbana, zona rural, calles, etc.).
• Tipo de escena del crimen (primaria y/o secundaria, intermedia o del depósito).
• Inspección de la víctima (identidad, posición, heridas).

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690 Manual de Criminalística y Criminología

Fase III: Evaluación de la evidencia forense


La tercera fase del método se refiere a la evaluación de la evidencia forense que esté
relacionada con el caso; puede ser evidencia física, conductual, testimonial o documental.

Fase IV: Identificación de comportamientos en la escena del crimen


La cuarta fase del método se refiere al análisis especializado y focalizado en los compor-
tamientos que estén o no presentes en la escena y/o la víctima; y que bajo determinadas
circunstancias tengan los elementos para convertirlos en evidencia. Esta fase refiere las
siguientes secciones de información para su análisis:
• Elección de la víctima.
• Punto de anclaje o de contacto con la víctima.
• Manera de acercamiento.
• Método de ataque.
• Uso de la fuerza.
• Métodos de control.
• Componentes verbales en el comportamiento criminal.
• Armas y heridas.
• Comportamiento de la víctima.
• Comportamiento sexual.
• Línea del tiempo.
• Número de agresores.
• Planeamiento.
• Actos de precaución.
• Elementos de oportunidad.
• Alteración de la escena.

Fase V: Elaboración de hipótesis


La quinta fase del método consiste en la elaboración de hipótesis a partir de las inferen-
cias realizadas, cada hipótesis planteada debe ser comprobada con evidencia fáctica y
se deben evitar por completo las conclusiones vagas y sin fundamento que afecten la
credibilidad de la metodología.

Fase VI: Elaboración del perfil criminal


La sexta fase del método consiste en la deducción de las características del agresor y
parten de la identificación de comportamientos en la escena (fase IV), que han pasado
por una operacionalización, y establecer qué tipo de comportamiento provee evidencia
y bajo qué circunstancias se han manifestado. En la elaboración del perfil criminal y sus

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Tema 23: Casos en serie: Patrones de comportamiento 691

características se han detectado tres que merecen la atención y se denominan las carac-
terísticas “problema”, debido a lo complejo no solo de su inclusión, sino también a su
comprobación: la edad del agresor, el sexo y su inteligencia. Las dos primeras no deben
ser establecidas si no son acompañadas de evidencia física concluyente; y la tercera de-
bería quedar siempre de lado de cualquier perfil criminal objetivo, por la naturaleza de su
origen. Esta fase nos proporcionará información importante en los siguientes campos; sin
embargo, no debe ser limitativo.
• Evidencia de habilidad criminal.
• Conocimiento de la víctima.
• Conocimiento de la escena del crimen.
• Conocimiento de métodos y materiales.

Fase VII: Reconstrucción de la conducta en la escena del crimen


La última fase del método consiste en la aportación desde la perspectiva conductual apli-
cada a la investigación del delito, la reconstrucción se utiliza para evaluar cada aspecto
presente y/ o ausente que permita determinar, previo análisis, información que dé soporte
a las hipótesis integrales en la escena del crimen. Es en esta fase donde se manifiesta
el objetivo principal del ReSeTec, la reconstrucción secuencial teórico y conductual del
crimen.
Esta fase sugiere las siguientes acciones por parte del especialista:
• Observar las evidencias del caso y aquella conducta con las que se relaciona.
• Determinar el valor investigativo de cada evidencia en la escena.
• Establecer y secuenciar conductas de manera objetiva.
• Realizar explicación de las conductas.
• Eliminar alternativas con el uso de la lógica, del pensamiento crítico y la experi-
mentación.

CASOS EN SERIE: INVESTIGACIÓN DE PATRONES DE COMPORTAMIENTO


El crimen en serie se refiere a la relación de uno o más tipos de crímenes, con esta de-
finición salimos de la limitante que nos ponía la antigua definición, no es una obligación
que haya más de dos tipos de crímenes con las mismas características (violación, robo,
homicidio) para considerarlo en serie. Desafortunadamente, muchos investigadores y ca-
pacitadores sean han guiado por esa idea errónea del pensamiento generalizado, muchos
criminales en serie cometen sus comportamientos con variables entre un caso y otro, y
depende de la motivación y de las circunstancias que se presenten.

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692 Manual de Criminalística y Criminología

APLICACIÓN EN CASOS: EL ASESINO SERIAL DE LA ZONA CENTRO


Víctima I
El sábado 12 de julio de 2008 se atiende un aviso de la Policía local para acudir como
analistas de la escena del crimen a las calles Lerdo de Tejada y Cristóbal Colón en la zona
centro de la ciudad; en el interior de una vivienda se localiza el cuerpo de un hombre
con una edad estimada entre los 55 y 60 años, en una posición decúbito dorsal sobre la
cama de inmueble; el hombre, completamente vestido, presenta heridas cortantes en la
zona anterior de su cuello, mismas que han manifestado expectoración y que, posterior
al estudio médico-forense, se estableció como la etiología de la muerte. El lugar presenta
un acceso íntegro (no hay daño en la chapa) y al interior se observa poco movimiento de
muebles, las pertenencias de la víctima están con él, y sobre la mesa un par de platos de
comida preparada y dos bebidas, junto al cuerpo se localizó un cuchillo de aproximada-
mente 30 cm de largo con manchas de sangre, la víctima era una persona que trabaja en
la zona de oficinas de gobierno, cuidando y lavando automóviles, vivía solo desde hacía
más de 15 años, cuando su pareja decidió abandonarlo (su pareja era un hombre menor
que él dedicado a la carpintería). La víctima era conocido por solicitar servicios sexuales
con los jóvenes de la zona, a cambio de un pago en efectivo; el lugar del encuentro de
acuerdo a sus amigos siempre fue su domicilio.

Víctima II
El sábado 31 de julio de 2008 muere un hombre en la sala del hospital civil a las 10:30 de
la mañana; la víctima había sido trasladado con heridas de cuchillo en su cuello y región
pectoral, además de hematomas en la zona de su rostro. El cuerpo lesionado fue auxiliado
por una pareja de jóvenes que pasaban en su automóvil en las calles Cristóbal Colón y Ma-
nuel Doblado, alrededor de las 4 de la mañana. Este hombre de 48 años vivía solo en un
pequeño apartamento ubicado en el cruce de las calles antes mencionadas, se dedicaba
a trabajar en una tienda de licores de la zona centro y, a pesar de ser discreto en su vida
sexual (de acuerdo a la investigación para elaborar el perfil de la víctima), se sabía que
buscaba parejas sexuales ocasionales a cambio de una retribución monetaria, sobre todo
hombres jóvenes, era común que le visitaran en su trabajo.

Víctima III
El domingo 19 de octubre de 2008 se localiza el cuerpo de un hombre de 48 a 50 años
sobre la calle Tlaxcala cruce con Manuel Doblado. La primera presencia policial se da alre-
dedor de las 6:00 a.m., cuando los transeúntes observan el cuerpo de la víctima junto a un
contenedor de basura. De acuerdo a los primeros informes, se estiman de 2 a 4 horas tras
haber fallecido; la víctima es identificada por vecinos, que indican que se dedicada a lavar
y cuidar automóviles por la noche en la zona de bares, era frecuente su estado etílico y
también su gusto por los jóvenes, buscaba en la zona el servicio de quienes se dedicaban
a ello, y se citaban en algún hotel. La víctima presentaba heridas cortantes en la región

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Tema 23: Casos en serie: Patrones de comportamiento 693

supra ciliar derecha, heridas cortantes en tabique nasal, aumento de volumen en ambos
ojos y una herida cortante en la zona abdominal, sus pertenencias estaban íntegras y no
existen indicios de actividad sexual, permitida ni forzada.

Víctima IV
El domingo 25 de enero de 2009 en el interior de una vivienda ubicada en la calle Fran-
cisco Villa y Bulevar Norzagaray se localiza el cuerpo de un hombre de aproximadamente
40 años en la habitación y sobre el suelo; el cuerpo de la víctima se localizó debajo de un
colchón, la víctima estaba en posición decúbito dorsal, presenta una camisa que le cubre
el rostro (en la zona de ojos y cabello) y una pañoleta que le cubre nariz y boca, presenta
una herida cortante en la cara lateral izquierda de su cuello, sus brazos están atados con
unas cintas de bota hacia la parte de su espalda, y sus piernas presentan cinta adhesiva
de color canela que lo inmoviliza en la parte de sus tobillos. El cuerpo presenta invasión de
fauna cadavérica, está ya iniciando el estado de descomposición y se le estiman al menos
48 horas desde la muerte. Frente al cuerpo de la víctima estaba un ventilador de color
blanco encendido (a pesar de ser invierno y tener una temperatura ambiente de 3 grados
centígrados) y se señala como indicio una fregona húmeda y se fijan fotográficamente
limpieza de manchas de sangre, que salen positivas después de la aplicación del luminol.
Sobre una cama se localiza un cuello de botella fragmentada y con rastros de hemático,
un recipiente de tinta color negro para zapatos y tape de color canela, en la segunda ha-
bitación se localiza una leyenda escrita sobre la pared con tinta negra para calzado que
dice lo siguiente:
“...gusano será víctima # 5... 4.20... adiós mundo cruel...”
La víctima era un hombre que vivía solo y que trabajaba en un bar gay de la zona como ca-
marero, su vida sexual era impersonal y con gustos sexuales por los varones, a diferencia
de las otras víctimas no existe información de que pagara por servicios sexuales, tampoco
indicios de robo o acceso forzado al domicilio, además de evidencia de convivencia.

Víctima V
El último caso documentado se presenta el miércoles 18 de febrero de 2009 en el inte-
rior de una vivienda, se recibe un aviso en la Policía local para acudir como analistas de
la escena del crimen a las calles Lerdo de Tejada y Cristóbal Colón en la zona centro de
la ciudad; en el interior de la vivienda se localiza el cuerpo de un hombre con una edad
estimada entre los 45 y 50 años, debajo de un colchón y en una posición ventral la cama;
el hombre, completamente vestido, presenta heridas cortantes en la cara lateral del lado
izquierdo de su cuello, el lugar presenta un acceso íntegro (no hay daño en la chapa) y en
el interior se observa demasiado movimiento de muebles, las pertenencias de la víctima
no están con él. La víctima trabajaba en la zona centro cuidando y lavando automóviles,
vivía solo desde hacía más de 5 años, era conocido por solicitar servicios sexuales con
los jóvenes de la zona a cambio de un pago en efectivo.

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694 Manual de Criminalística y Criminología

CONCLUSIONES DEL CASO


El análisis integral de los casos estableció una vinculación de comportamientos, que a
continuación se citan:
Zona del comportamiento criminal: Sin duda la zona es un dato principal en la conexión de
estos casos; donde denota un confort psicológico en el espacio geográfico de actuación.
Perfil de la víctima: Las víctimas en sí mismas, por su género, estilo de vida, gustos, edad
y área de desenvolvimiento, involucran datos que las conecta entre sí.
Modus operandi: La manera de abordar, convencer y llevar a cabo el comportamiento
criminal es un dato identificativo importante que permite inferir una conexión.
Actos de precaución: En la primera víctima no deja evidencia en el cuchillo o el envase de
soda, en la cuarta víctima limpia posibles huellas de calzado y enciende el ventilador para
que los olores en la descomposición del cuerpo se vean afectados, en la quinta víctima
no deja indicios en el lugar.
Motivo: Se muestra un comportamiento acompañado de ira contra las víctimas.
Firma: Solo se identifica firma en la cuarta víctima, consistente en la pintada en la pared.
Perfil del agresor: Se infiere un masculino (por los gustos y estilo de vida de las vícti-
mas), conocedor de la zona, con conocimiento de las víctimas (existió confianza previa),
con habilidad criminal e indicios de conciencia forense (no deja indicios físicos) y que
actúa motivado por la ira, el enojo o el rencor.

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24
LA CRIMINOLOGÍA
COMO PREVENCIÓN DE
LA NARRATIVA TERRORISTA
Ramón M. Chippirrás
Vicesecretario 1ª Junta de Gobierno y coordinador del GT Prevención de la Radicalización
Violenta del Colegio Profesional de la Criminología de la Comunidad de Madrid
España

INTRODUCCIÓN
La criminología, como ciencia social interdisciplinar, se encarga del estudio empírico de la
conducta delictiva y de la reacción de la sociedad frente al delito, es decir, estudia el delito
como fenómeno social, basándose en el estudio y observación del delincuente, la víctima
y el control social. Su finalidad es proporcionar un análisis de la situación criminal con el
objetivo de prevenir futuros delitos.
Si hablamos de terrorismo, existen pocas cosas que puedan crear actualmente tanta
inseguridad y miedo en la sociedad. El fenómeno del terrorismo no es, para nada, una
novedad, pero sí es una de las mayores preocupaciones tanto de los ciudadanos como
de los distintos Gobiernos e instituciones gubernamentales. Ahí es donde, como criminó-
logos expertos en prevención, debemos de contribuir a diseñar una prevención contra el
terrorismo en paralelo con las diversas instituciones y Estados.
En España, hemos tenido durante más de cuatro décadas nuestro propio terrorismo inter-
no, el terrorismo de ETA, que perseguía la independencia del País Vasco. Un terrorismo
dirigido, sobre todo, contra miembros de los cuerpos de seguridad, Fuerzas Armadas, car-
gos políticos, empresarios y periodistas; el ciudadano de a pie no era la “diana” preferida
por los terroristas, a pesar de los muchos civiles asesinados durante los más de cuarenta
años de conflicto. Pero, con el nuevo terrorismo que ha surgido, el denominado terroris-
mo de etiología yihadista, las alarmas de preocupación se han encendido en la población
civil. Los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid (11-M) y los posteriores en Lon-

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696 Manual de Criminalística y Criminología

dres, París, Niza, Manchester, o los atentados de Cataluña en agosto de 2017, han puesto
en evidencia una preocupación mayor en la sociedad, por ser atentados indiscriminados
contra la población en suelo occidental.
Pero ¿cómo ha llegado este terrorismo de etiología yihadista hasta nosotros? Para cono-
cer el actual terrorismo, debemos analizar la evolución desde el siglo XIX debido a que la
extensión del tema es bastante significativa. Además, es a partir de este siglo cuando se
produce una serie de hechos relevantes para poder entender el actual terrorismo yihadis-
ta. Desde esta fecha hasta la actualidad, la evolución de terrorismo ha pasado por cuatro
fases muy bien diferenciadas.
La primera de ellas se sitúa desde la segunda mitad del siglo XIX hasta principios del
siglo XX de la mano del terrorismo de carácter anarquista, global y, quizás, en muchas
ocasiones, en complot con el nacionalismo. Fueron las épocas de los asesinatos del zar
ruso Alejandro II (1881), del presidente del Consejo de Ministros español Antonio Cánovas
del Castillo (1897) o del presidente de los Estados Unidos William McKinley (1901), por
citar algunos ejemplos. Esta fase se caracteriza porque el terrorismo anarquista es trans-
nacional e internacional. Sus actos terroristas eran indiscriminados y sus ejecuciones pre-
ferentes eran los magnicidios, para que los efectos de sus actos fueran aún más letales.
Una segunda fase que avanza desde el primer cuarto del siglo XX hasta pasada la Segunda
Guerra Mundial. Este periodo se caracteriza porque sigue teniendo un gran peso el anar-
quismo, pero desde el punto de vista del anticolonialismo. La Unión Soviética de Stalin o
la Alemania nazi realiza fuerte represalia contra estos grupos terroristas. Además, es un
periodo en el que los atentados se producen primero en Occidente y se extienden, con
posterioridad, a Asia, Medio Oriente y África, siempre vistos desde el prisma del antico-
lonialismo anteriormente citado. Uno de los hechos más luctuosos de esta etapa fue la
Matanza de Hebrón, que sucedió bajo el mandato británico de Palestina, o los atentados
de los Hermanos Musulmanes en Medio Oriente. La particularidad de esta fase es la per-
sonalización como objetivo justificado a todo aquel que no participaba en la lucha antico-
lonial, es decir, se identificó por primera vez como blanco a la población civil en general,
como medio de influencia de los fines de las corrientes anticoloniales.
La tercera fase viene caracterizada por una fuerte presencia terrorista en Europa Occiden-
tal, América y Japón. Es conocida como la etapa de la Guerra Fría. Es la fase en la que
aparece Euskadi Ta Askatasuna (ETA), organización separatista nacionalista vasca que,
como hemos indicado antes, persigue la independencia del País Vasco. Durante décadas,
ETA siembra el terror y el caos con diversos atentados, algunos de los más cruentos e
impactantes son el asesinato en 1973 del presidente del Gobierno español y futuro su-
cesor de Franco, el almirante Luis Carrero Blanco; el atentado de la Plaza de la República
Dominicana en 1986, con doce víctimas mortales; además, se debe señalar el atentado
“Hipercor” en 1987, con veintiuna víctimas mortales o, el secuestro, y posterior asesinato,
del joven concejal de Ermua, Miguel Ángel Blanco.

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Tema 24: La criminología como prevención de la narrativa terrorista 697

También se puede destacar de esta tercera fase, en Irlanda, el Ejército Republicano Irlan-
dés Provisional (IRA, 1969), también nacionalista. Causó estragos luchando “en las calles”
contra el Ejército Republicano Irlandés Oficial. Uno de sus mayores atentados se produjo
el 21 de julio de 1972, con nueve fallecidos y más de ciento treinta heridos. En América,
el Frente de Liberación de Quebec (sin fecha definida de creación) luchó por la indepen-
dencia de Quebec mediante atentados, secuestros y asesinatos contra toda la sociedad.
En Colombia, nace el Ejército de Liberación Nacional (ELN, 1964) y las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC, 1964). Y, por último, respecto a Japón, citamos al
Ejército Rojo (1971), que cometió distintos ataques tanto en Asia como en Oriente Medio
tras asociarse con el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP).
La cuarta y última fase comienza a finales de los años ochenta y abarca hasta la actualidad;
es la que podríamos denominar etapa islámica, caracterizada por adquirir una dimensión
más internacional y que surge a raíz de las tensiones habidas en Oriente Medio con gru-
pos radicales que empiezan a atentar, sobre todo, a objetivos estadounidenses e israelíes.
En sus inicios, dieron lugar a atentados muy cruentos en embajadas, aeropuertos, avio-
nes, etc., donde destacamos el secuestro, y posterior derribo por una bomba a bordo, del
vuelo comercial 103 de American World Airways, que cayó sobre la ciudad de Lockerbie
en 1988 con 270 personas fallecidas; o el atentado del World Trade Center en 1993, con
seis fallecidos y más de mil heridos. Pese a que los hechos indicados son en suelo bri-
tánico y norteamericano, no debemos olvidar la fuerte presencia islámica, también, en
determinadas zonas de India y Filipinas.
El terrorismo internacional llegó a su máxima inflexión en esta fase con los atentados del
11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos; ese día cambió el mundo y cambió la forma
de enfrentarse al nuevo terrorismo de corte islamista. Con el ataque a las Torres Gemelas,
el grupo terrorista Al Qaeda, liderado por Osama Bin Laden, consiguió dos cosas esencia-
les: por un lado, sembró el terror (más de tres mil muertos y más del doble de heridos)
y, por otro lado, logró la primera campaña publicitaria en directo dirigida al mundo entero.
Desde ese día, en todos los rincones del planeta se supo quién era Al Qaeda, y qué reivin-
dicaba. El 11-S cambió la forma de enfrentarse al terrorismo, un terrorismo caracterizado
por ser trasnacional. Aunque posteriormente llegarían otras barbaries terroristas de Al
Qaeda, esas no son de objeto de estudio en este trabajo de investigación, ya que nuestro
objetivo es analizar el terrorismo yihadista del Dáesh.
En España, como se ha citado anteriormente, el 11 de marzo de 2004 sufrimos el atentado
terrorista más grave de la historia de nuestro país, mediante una serie de atentados terro-
ristas llevados a cabo por una célula de corte yihadista. Diez explosiones casi simultáneas
en cuatro trenes de la red de cercanías de la Comunidad de Madrid dejaron la cifra de 193
víctimas mortales y la friolera cifra de casi dos mil heridos. Más recientemente hemos
tenido los atentados de Cataluña, en agosto de 2017.

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698 Manual de Criminalística y Criminología

Igualmente, no debemos olvidar que hay territorios en donde la crueldad terrorista ame-
naza casi a diario a países como Siria, Iraq o Afganistán, en conflicto bélico permanente
durante años, siendo significativos grupos como Daésh, Al Qaeda en la Península Arábiga,
AQAP, Talibán, Frente Al Nusra o los Huthis, por citar algunos grupos con amplia actividad.

COMBATIR EL TERRORISMO DESDE LA CONTRANARRATIVA


La ausencia en España y en el resto de la Unión Europea de políticas estatales codirigidas
entre el Estado y los actores sociales especializados dedicadas a la prevención del terro-
rismo, y especialmente a combatir la narrativa terrorista, muestra la necesidad de definir
la contranarrativa y de incluir esta perspectiva en las políticas preventivas del delito. La
atracción de la narrativa terrorista de etiología yihadista alienta a la investigación de instru-
mentos que debilitan los procesos de radicalización en los que caen numerosos individuos
atraídos por este tipo de discursos.
Dado que la amenaza de los terroristas viene por distintas vías, no solo mediante aten-
tados, debemos combatir de forma audaz la vía de la narrativa de estos, compensando
con una contranarrativa para reducir y desgastar dichos relatos con el objetivo final de
revertirlos.
Se ahondarán en los supuestos contranarrativos para finalizar incidiendo en la necesidad
de cooperación entre Estados y en la implicación de actores sociales.

EL TERRORISMO COMO NARRACIÓN


Al margen de la materia académica de la que se trate, la narrativa alude a la estructura,
el conocimiento y las capacidades necesarias para construir una historia. Con frecuencia,
las experiencias suelen traducirse en forma de narrativa, utilizando historias de casos y
explicaciones descriptivas. En la construcción y el relato de una narrativa aparece siempre
la figura del intérprete que está situado entre las experiencias comunes y los esfuerzos
empleados para entenderlas y describirlas. Los relatos no son nunca meras copias del
mundo, como imágenes fotográficas, son interpretaciones. Asimismo, la narrativa preten-
de hacer reflexionar al lector, provocarle un cambio, hacerle meditar. Las narrativas son un
valioso instrumento transformador; permiten comprender el mundo de nuevas maneras
y ayudan a comunicar nuevas ideas a los demás. Es decir, las narrativas proporcionan el
descubrimiento de nuevos sentidos asimilando las experiencias a un esquema narrativo
(McEwan y Egan, 1995).
Tal y como afirma Aznar (2013), “las primeras batallas no son militares”. El terrorismo es
una violencia expresiva1 que reclama la legitimidad y posicionarse como representante de

1. La delincuencia violenta incluye aquellas actividades violentas de la vida diaria que se recogen en el Código Penal
como el homicidio y sus formas, las lesiones, las amenazas y coacciones, etc. Insertados en la delincuencia violenta,
existen dos tipos de actos: los actos de violencia expresiva y los actos de violencia instrumental.

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Tema 24: La criminología como prevención de la narrativa terrorista 699

la sociedad. Es una narrativa sangrienta que no llega a destruir tanto como a desprestigiar.
El terrorismo va más allá de la violencia: es política con utilización de la violencia en be-
neficio de un proyecto político. Resulta incuestionable la relación tan estrecha que existe
entre terrorismo y política; de manera que el terrorismo es, por muy ilegítimo que resulte,
una herramienta más de la política. Aunque la violencia es intrínseca al terrorismo, este no
incluye solo violencia. De hecho, lo más importante del terrorismo no es la violencia sino
su discurso. Es por esta razón que el terrorismo modula la violencia atacando los núcleos
de la sociedad para su transformación. El atentado atrae el foco sobre la narrativa, la dota
de visibilidad y expande sus ideas. Hace pedagogía conmocionando para convocar a la
audiencia y plantear el debate, fijar sus ideales e imponer las palabras con las que ha de
realizarse.
Narrar es seducir, describir la realidad desde un punto de vista subjetivo. Es decir, los
discursos narrativos son emociones presentadas racionalmente. Una narrativa es la se-
lección de hechos que conduce a un ideal preestablecido. No es un hecho neutral ni ob-
jetivo. Es un acto creativo y volitivo que incorpora elementos racionales e irracionales, un
nexo entre lo táctico y lo explícito. Es decir, narrativa es un mecanismo de construcción
de identidad, una herramienta de socialización. Y es que las narrativas no describen la
realidad, sino que la crean, generando el espacio ético necesario para la violencia (Freund,
1987). La narrativa es un poder, una herramienta de persuasión política muy difícil de
desactivar, precisamente por su carácter de no ser racional. Si existe un elemento carac-
terístico de las narrativas es la gestión de los silencios: el acento que pone sobre algunos
aspectos y las sombras en que sume a otros. Las narrativas llevan consigo la capacidad
para enfatizar lo importante y su perspectiva.
El terrorismo se configura como un acto de provocación que pretende la denuncia y el
cambio de roles, lo cual no es difícil porque la lógica del proceso no es lineal, sino dia-
léctica, una lógica de transformación. El terrorista se presenta como un amante de la paz
inevitablemente impulsado a la acción, mientras el Estado, del que solo se visualizan sus
atribuciones coercitivas, es presentado como represor (Aznar, 2013).

TIPOLOGÍAS IDEALES DE CONTRANARRATIVA


Como afirma el teórico Miravitllas (2015), “las contranarrativas son relatos que pretenden
erosionar la legitimidad de narrativas extremistas de carácter violento”. De forma directa
o indirecta, la pretensión de los contradiscursos es reducir el grado de aceptación de
relatos que son extremos desde el punto de vista ideológico y que plantean un conflicto
a resolver mediante el uso de la fuerza. Pueden diferenciarse tres tipologías ideales de
contranarrativas: la comunicación estratégica gubernamental, las narrativas alternativas y
las narrativas de choque.
Por su parte, la comunicación estratégica gubernamental es una contranarrativa en la que
el Gobierno, como promotor, pretende informar a la sociedad de sus acciones respecto al

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700 Manual de Criminalística y Criminología

extremismo violento y los conflictos que este invoca para justificar su existencia. En este
tipo de contranarrativas, la palabra será el elemento fundamental sobre el que recaerá este
tipo de discursos. Así, el relato transmitido a través de los representantes gubernamen-
tales no deberá presentar inexactitudes en función de quién sea su narrador. Al respecto,
los Gobiernos deberán centrar su atención en coordinar el mensaje que transmiten a la
ciudadanía. Será esencial que la narrativa del Gobierno sobre el extremismo violento sea
coherente con las acciones que el ejecutivo emprenda para neutralizar su capacidad ope-
rativa. Por tanto, la claridad expositiva, la veracidad y la transparencia del mensaje cons-
tituirán los elementos fundamentales de la comunicación estratégica (Miravitllas, 2015).
Las narrativas alternativas son conjuntos de historias que forman un relato alternativo al
planteado por las narrativas extremistas violentas, cuyo objetivo es reducir la legitimidad
del discurso violento incrementando la aceptación de un segundo que se presenta como
alternativa. En relación con los relatos alternativos, los narradores de estos pueden tener
perfiles muy variados, desde la ciudadanía de base a expertos, autoridades religiosas y
personajes públicos, pasando por periodistas. La credibilidad se configura como factor
decisivo en la narración de este tipo de discursos. La aptitud técnica para conducirlo se
puede adquirir mediante formación específica a corto plazo, cuestión sobre la que ya
trabajan algunos Gobiernos. Otras capacidades, como el liderazgo, el prestigio social o la
notoriedad, constituyen un requisito previo indispensable. Por ejemplo, si se considera la
narrativa extremista de carácter violento del radicalismo islamista, los jóvenes musulma-
nes residentes en Estados occidentales tendrían un papel clave como propagadores de
un relato alternativo que se apoyase en la existencia de alternativas a la yihad tal y como
la entienden los extremistas. Al respecto, los centros de acogida supondrían un perfecto
agente preventivo a medio plazo. Al identificar la siguiente generación de líderes comuni-
tarios, la Administración puede tratar de sensibilizarlos para que tomen consciencia de la
importancia de hacer frente al extremismo violento (Miravitllas, 2015).
Por último, las narrativas de choque pretenden reducir el grado de aceptación de una
narrativa extremista violenta entrando en conflicto directo con su sistema de historias. Es
decir, estos discursos se orientan a la deconstrucción, desacreditación y desmitificación
de los mensajes de la narrativa adversaria, al tiempo que deslegitiman a sus narrado-
res. Por tanto, en lo que respecta a las narrativas de choque, la selección del narrador
presentará una importancia fundamental en la difusión de este tipo de relatos, ya que
quienes han asumido de forma parcial o total un discurso violento, solo escucharán a
un tipo determinado de actores a los que reconozcan una elevada credibilidad, autoridad
y autenticidad. Entre los distintos tipos de actores que pueden reunir estas premisas se
sitúan antiguos terroristas y extremistas violentos, sus víctimas y supervivientes, o líderes
comunitarios, religiosos o políticos (Miravitllas, 2015).

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Tema 24: La criminología como prevención de la narrativa terrorista 701

Figura 1. Se debe evitar la difusión de imágenes que ensalcen o mitifiquen el perfil del terrorista.

NIVELES DE CONTRANARRATIVA
A continuación, se desarrollarán los distintos niveles promulgados por Toboso (2016) en
los que se enmarca la contranarrativa: el desprestigio, la deslegitimización y la desradi-
calización.
En cuanto al desprestigio, es el primer nivel de la contranarrativa y a su vez el más
ambicioso, ya que se dirige al sector más numeroso de la población. Se centra en las
instituciones públicas y en los medios de comunicación con un doble objetivo: comunicar
las medidas que adoptan para fomentar la pedagogía de la amenaza, y alentar de que el
desprestigio de la narrativa yihadista puede conducir a una reducción de las bases de
apoyo o al aumento de los individuos neutrales.
Con relación a la deslegitimación, el objetivo de este segundo nivel es desgastar el mar-
co intelectual de la ideología yihadista cuestionando sus creencias y significados de su
narrativa. Este deterioro puede ser fruto de modos de expresión deficientes o porque
el discurso se apoye en engaños maliciosos. Se distinguen dos actores principales en
este nivel: las comunidades musulmanas europeas y los musulmanes occidentales. Este
nivel de contranarrativa está orientado fundamentalmente a tres sectores receptores de
la narrativa yihadista: los neutrales, los simpatizantes y los justificadores. En el caso de
los neutrales, la contranarrativa refuerza su desvinculación de la narrativa yihadista, del
mismo modo que sucedía en el primer nivel. Respecto los simpatizantes, se produce un
desgaste y desacreditación del relato yihadista, como en el anterior nivel. Por último, se
sitúan los justificadores que afirman la defensa de Dáesh hacia los musulmanes, enten-
diendo así que sus acciones están justificadas. Por todo ello, desde este nivel, resulta
imprescindible promover que tanto el Corán como las demás enseñanzas de Mahoma no
conllevan la comisión de dichas acciones violentas (Toboso, 2016).

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702 Manual de Criminalística y Criminología

Por último, la desradicalización como tercer y último nivel de la contranarrativa terrorista


presenta como objetivos desmitificar la narrativa yihadista, desradicalizar, además de con-
tener el apogeo de la narrativa yihadista mediante la pérdida de credibilidad y legitimidad.
Aparte de estos tres niveles de narrativa, existen otras herramientas intrínsecas en la
lucha contra la narrativa yihadista. Mothersforlife2 es una red mundial compuesta por ma-
dres que han experimentado la radicalización yihadista violenta en sus propias familias. En
la mayoría de los casos han visto cómo sus hijos e hijas han viajo a Siria e Iraq sin retorno
posterior y cómo los procesos de radicalización han destruido el entorno familiar. Los
objetivos de esta red son coordinar las actividades, proporcionar orientación y asesoría
a las madres que forman parte de ella y crear narrativas que desmitifiquen los discursos
yihadistas.

SUPUESTOS DE CONTRANARRATIVA TERRORISTA


Una vez abordada la definición, tipologías, características y elementos intrínsecos al pro-
pio concepto de contranarrativa de etiología terrorista, e incluso algunos supuestos reales,
se va a proceder a la muestra de ejemplos no solo de la contranarrativa terrorista islámica,
sino de la contranarrativa terrorista nacional, como lo es la propia organización ETA en
España.
En este sentido, es interesante la propuesta por parte de la Unión Europea (2015) de di-
señar un proyecto piloto con elementos contranarrativos y otros mensajes para combatir
la propaganda de Dáesh y otros grupos yihadistas. Este programa pretende difundir entre-
vistas con yihadistas que regresaron de Siria desilusionados o por el hecho de que ya no
se luche para derrocar al presidente sirio Bashar al Assad, sino entre grupos insurgentes.
El proyecto, que aún se encuentra en fase de diseño, contará con la inversión económica
por parte de la Comisión Europea para la contratación de expertos del Ministerio del Inte-
rior belga. Con este programa se aspira también a ofrecer asesoramiento a los diferentes
Gobiernos que muestren su interés en la iniciativa.
Tal y como definía Miravitllas (2015), en las diferentes tipologías de contranarrativas se
encontraban los relatos basados en la comunicación estratégica gubernamental, los dis-
cursos alternativos y las narraciones de choque. Así, lo que se pretende en este apartado
es ofrecer ejemplos prácticos de cada una de las tipologías de contranarrativas en vistas
a facilitar su comprensión.

CASO DE NADIA MURAD


Como supuestos reales de contranarrativas de choque se trae a colación el ejemplo de
Nadia Murad, superviviente yazidí del cautiverio del grupo terrorista de etiología yihadis-

2. Para más información, visitar la página: http://girds.org/mothersforlife

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Tema 24: La criminología como prevención de la narrativa terrorista 703

ta, Dáesh, que obtuvo el Premio Sájarov en 2016. Es embajadora de Buena Voluntad de
Naciones Unidas para la dignidad de los supervivientes de trata de personas y ha sido
galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 2018.

Figura 2. Premio Nobel de la Paz 2018, Nadia Murad. Foto NadiaMuradBasee.

Nadia ha presentado un proyecto denominado “Sinjar Action Fund” en el que pretende


conseguir que la población yazidí pueda restablecer la paz social. En su discurso afirma
que “eran personas que vivían una vida tranquila al norte de Iraq, sin embargo, el Dáesh
tenía un plan especial para todas las regiones. Cuando Dáesh atacaba una ciudad pedían
que la gente se convirtiera al islam o, en su lugar, pagara un dinero a la organización.
En agosto de 2014 atacaron nuestra provincia: querían eliminar a los yazidíes” (Medina,
2018). La superviviente continúa su discurso afirmando que “en un solo día murieron
5.000 personas. Secuestraron a las mujeres y los niños y ahora, lo único que queremos
es que se sepa lo que hemos sufrido”. Como puede verse, este discurso de Nadia supone
un ejemplo preciso de contranarrativa de choque.

RELATOS DE PLOMO
En España, otro buen caso de este tipo de contranarrativa de choque es el conocido
como Relatos de plomo (Gobierno de Navarra, 2015), donde distintas víctimas (directas,
indirectas y multivictimización) y supervivientes de la organización terrorista ETA en Na-
varra ofrecen una serie de testimonios sobre lo acontecido en la época. Entre las decla-
raciones ofrecidas por estos narradores, destaca la modélica reacción de las víctimas del
terrorismo, que siempre han respondido pacíficamente a la violencia de ETA confiando
al Estado su seguridad y las reivindicaciones de justicia. En este sentido, son reseñables
algunas palabras de los familiares de las víctimas como “el odio y el rencor no están en
mi cabeza” o “no les condenen; pidan que no maten”. De hecho, esta perspectiva evoca

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704 Manual de Criminalística y Criminología

a los casos de justicia restaurativa llevados a cabo entre familiares de víctimas de ETA y
los propios etarras.

MÚSICA COMO CONTRANARRATIVA EFICAZ


Uno de los medios más potentes empleados en la radicalización y captación de futuros
terroristas yihadistas es la música, la cual es capaz de provocar tanto pasiones como
emoción en todos aquellos que se acercan a ella con un determinado propósito o simple-
mente por sentirse acompañados. En este caso, dicha música terrorista presenta un claro
objetivo: captar nuevos yihadistas. Así, el género musical nasheed propio de la liturgia
islámica, pero modificado y expropiado por los terroristas, se dirige en la actualidad a
ensalzar a los yihadistas. Este género oculta ciertas esencias psicológicas que lo convier-
ten en muy eficaz a la hora de captar nuevos reclutas (El Confidencial, 2017). Entre sus
características, los anasheed (nasheed en plural) incluyen efectos de sonido como sables
cruzándose, disparos o pisadas de caballos que evocan al islam medieval. Se tratan de
composiciones sencillas en cuanto a música (ritmo, armonía, melodía y timbre) y en cuan-
to a letra. Los anasheed incluyen rimas sencillas que no llegan a ser poesía estricta, pues
son de fácil creación. Las letras tienen los siguientes objetivos: llamar a la lucha contra el
enemigo y amenazar al mismo, jurar lealtad al líder de Dáesh y narrar las victorias en el
campo de batalla.
En términos musicales, podría decirse que se está ante una forma compositiva moderna
por el uso de determinados aspectos propios de la música electrónica. Destaca la repe-
tición de motivos rítmicos y melódicos con el uso de una armonía relativamente sencilla,
lo cual hace que la escucha sea más atractiva. Así, la música unida a estribillos con poca
variedad en la letra y la inclusión de imágenes bélicas otorga a esta música un gran valor
de seducción.
Siendo la música un medio de expresión a través del cual la sociedad puede canalizar sus
inquietudes, creencias, demandas sociales, etc., con una gran influencia en la población
infantil y juvenil, ¿por qué no utilizar la expresión musical como medio para contribuir a
evitar que esos niños y jóvenes se conviertan en terroristas? En este sentido, una buena
contranarrativa basada en la música podría causar los mismos efectos que los anasheed
producen en los futuros yihadistas, pero a la inversa: obstaculizando el proceso de cap-
tación y promoviendo el pensamiento crítico. Al respecto, el hip hop en su forma com-
positiva oral (rap) puede ser un subgénero musical de gran utilidad en la contranarrativa
terrorista. Por una parte, porque tiene buena aceptación en la sociedad, y sobre todo en
la población joven, la que se podría considerar de riesgo; por otra, porque el rap está a
medio camino entre la palabra cantada y la hablada, que presenta unos recursos muy
variados que facilitan aún más su propagación.

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Tema 24: La criminología como prevención de la narrativa terrorista 705

Es en esta línea de los relatos alternativos propuestos por la ciudadanía de base y en


concreto por jóvenes musulmanes residentes en los estados occidentales, donde se trae
a colación el caso de Abdel, cuyo nombre artístico es Djelil 133. Es un joven de 26 años
argelino que vive desde hace 20 años en el municipio de (Valencia, España). Es árabe
y musulmán, y destaca por su rap contra los atentados yihadistas. Por ejemplo, en una
canción contra el terrorismo tras los atentados de Barcelona y Cambrils titulada “No tengo
miedo”, una de sus estrofas declama lo siguiente:

No en mi nombre,
fue en nombre de iblis (demonio en árabe),
con fe soy buen hombre,
ahora te toca a ti,
nuestros corazones herís,
yo canto en un día gris,
lo denominan guerra,
yo lo llamo apocalipsis,
el islam no es odio,
no es ira, no es rencor;
no me hables de guerra,
háblame de amor.
Asimismo, en otro de sus versos recita:

La yihad no es sangre, no es dolor,


la verdadera guerra santa es la lucha interior.

En una entrevista afirma: “Soy musulmán libre de hacer lo que sea siempre que no per-
judique a nadie”, y añade: “Muchas personas van a la mezquita, leen el Corán, pero luego
hacen maldades. Se supone que las escrituras del islam no solo te enseñan a rezar, te
enseñan a hacer el bien”. Asimismo, asegura que “Dios dice que cuando matas a una
persona es como si mataras a toda la humanidad y cuando salvas a una persona es como
si salvaras a toda la humanidad”. Afirma que la comunidad musulmana tiene miedo al
rechazo de la gente y que necesitan unirse todos y hablar, porque con el miedo alimentan
el poder de los terroristas (cit. en Vázquez, 2017).
Tal y como puede apreciarse, este es un ejemplo claro y explícito de lo que es la contra-
narrativa en estado puro: un musulmán residente en España denunciando el terrorismo
yihadista. Y ya no solo sería un ejemplo de relato alternativo que busca la desradicaliza-
ción o la prevención secundaria en aquellas personas que se encuentran en riesgo de
ser captadas, sino que supone una herramienta preventiva de tipo primario. Es decir, no

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706 Manual de Criminalística y Criminología

funciona como prevención frente al terrorismo únicamente sobre aquellos jóvenes que
pueden llegar a ser terroristas, sino hacia toda la población en general: eso es lo positivo
de este tipo de contradiscursos, ya que como afirma el propio Abdel, se trata de un rap
educativo.
El poder pedagógico que presenta el rap es verdaderamente amplio. Su pretensión máxi-
ma es fomentar valores de la no violencia, la igualdad, la justicia, etc., y reflexionar sobre
su presencia en las canciones. Asimismo, entre los objetivos que persigue el rap, se
pueden destacar los siguientes: interiorizar valores prioritarios como la solidaridad, el res-
peto, la tolerancia o la cooperación; adquirir habilidades sociales como la escucha activa,
la asertividad, la negociación y la resolución de conflictos; controlar y disminuir la impul-
sividad, y reducir la agresividad y la ira. Por todo ello, el rap como subgénero del hip hop
puede configurarse como una herramienta más de contranarrativa frente al terrorismo;
siendo especialmente eficaz en la prevención de los más jóvenes.

HUMOR CONTRA EL TERROR


Como otro supuesto de contranarrativa, inserta en las tipologías de los relatos alternati-
vos, se considera pertinente traer a colación los mensajes de humor que se sucedieron en
Twitter por parte de los usuarios de esta red social como respuesta al vídeo de ISIS donde
el terrorista apodado “el Cordobés” amenazaba a España. En dicho vídeo, el terrorista
hizo apología de los atentados de Barcelona y Cambrils y amenazó a España con nuevos
ataques afirmando que “Al Andalus volverá a ser lo que fue, tierra de califato” (eldiario,
2017). Y, lejos de manifestar miedo, las redes sociales respondieron con humor frente a
dicha narrativa terrorista con una lista de “memes” sucedidos en Twitter.

Figura 3. Meme contra las amenazas terroristas vertidas por Yassin Ahram Pérez, conocido
como “el Cordobés”, como ejemplo de contranarrativa lanzado desde los usuarios de Twitter.

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Tema 24: La criminología como prevención de la narrativa terrorista 707

Puede afirmarse que se está ante una contranarrativa terrorista basada en el humor frente
a la narración del terror. Lejos de lo que cabría esperar a Dáesh en su difusión del terror
como arma eficaz para promover la desestabilización, al menos en las redes sociales, se
produjo un efecto contrario al esperado. Puede decirse que los usuarios de Twitter res-
pondieron con una contranarrativa realmente ingeniosa.

Figura 4. Meme contra las amenazas terroristas, como ejemplo de contranarrativa.

EL CÓMIC COMO CONTRANARRATIVA


Resulta manifiesta la importancia que ejercen el tipo de contranarrativas gubernamentales
en la formación de jóvenes críticos con el discurso radical y terrorista. En esta línea, el
cómic puede presentarse como una herramienta privilegiada contraterrorista que los dis-
tintos Estados podrían poner en marcha, como ya sucede en algunos países. De entre los
diferentes medios de comunicación, por su fuerza con la imagen y la palabra, por su sen-
cillez e impacto en la juventud, el cómic se posiciona como herramienta de especial im-
pacto. Además, puede propagarse más que otro tipo de discursos por su capacidad para
atraer, comunicar, expresar, enseñar, entretener, emocionar e influir a un abanico más
amplio de público potencial que el ensayo. Por esta razón, el tebeo constituye una fuente
complementaria de gran utilidad para el estudio y comprensión de los conflictos sociales
y bélicos. Por tanto, su capacidad de influencia lo convierte en una poderosa herramienta
que puede ser utilizada con fines contraterroristas y de desradicalización (Palacián, 2017).
En este sentido, el jordano Suleiman Bakhit lleva años trabajando en la creación de cómics
de superhéroes en un intento de frenar el extremismo recuperando la figura del héroe,
arrebatada por los alienados sumergidos en el pensamiento radical (Agencia DPA, 2016).
La televisión no deja de ser el medio estrella para la difusión de la información. Sin em-
bargo, los libros o cómics tienen un impacto nada desdeñable. Por esta razón, la inversión

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708 Manual de Criminalística y Criminología

en una novela gráfica con impactantes ilustraciones y un argumento emocionante no solo


atraerá lectores con facilidad, sino que puede realizar la indispensable labor de construir
una narrativa eficaz contra la violencia extremista y la demonización del “otro”. Existen nu-
merosos ejemplos de cómic que tratan el tema del terrorismo, unos con interés didáctico
en la no generalización del odio, otros de cuestionables inspiraciones políticas, y otros,
que son los que interesan en este apartado, que utilizan el cómic como arma de comuni-
cación para dar un mensaje que desmonte al promulgado por los terroristas.
Por ejemplo, el cómic Barbargsa-Sangre del Honorable, surgido en 2008 en Filipinas, pre-
senta como objetivo contar a los niños la historia de lo que estaba sucediendo en su tierra
natal. El resultado es el personaje llamado Ameer, que al regresar a la isla donde nació, la
encuentra asediada por la violencia. Ameer, que practica el arte marcial local (kuntao), se
compromete a proteger a las víctimas de los actos terroristas (Palacián, 2017).
Otro ejemplo puede encontrarse en el cómic Afrique Citoyenne: La educación como pre-
vención de los extremismos, perteneciente a Senegal y puesto en marcha en 2015. Esta
revista se distribuye a las instituciones de educación primaria y secundaria, y a las organi-
zaciones y movimientos juveniles de Senegal. Asimismo, en 2016 se desarrolló en Pakis-
tán el cómic antiterrorista Pasbaan: Gauhar Aftab, cuyo objetivo principal es que los niños
pakistanís desarrollen las habilidades de pensamiento analítico y crítico (Palacián, 2017).
Para finalizar con los ejemplos más destacados, el cómic Las afueras, desarrollado en
España, supone un excelente ejemplo del tebeo como herramienta eficaz contra la islamo-
fobia y la radicalización. El guion está realizado por alumnos de un instituto de educación
secundaria de Cornellà de Llobregat (Barcelona). Lamentablemente, no es muy frecuente
encontrar ejemplos de este tipo de cómic en España, que ayudaría a alejar a los jóvenes
de los procesos de radicalización e intolerancia. Tal y como apunta Palacián (2017), “el
cómic es una excelente herramienta para luchar contra la propagación del terrorismo y el
extremismo religioso en las mentes jóvenes”.

Figura 5. Cómic Las afueras, enmarcado en el proyecto Kif-Kif de la fundación Al Fanar.

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Tema 24: La criminología como prevención de la narrativa terrorista 709

A MODO DE CONCLUSIÓN
Desde un enfoque global en la prevención de la delincuencia y en concreto, del terrorismo,
no debería obviarse ninguna estrategia de contención. En este sentido, no debería despre-
ciarse ninguna de las herramientas vistas con anterioridad, tales como los discursos de
las víctimas y supervivientes del terrorismo, el rap o el propio cómic y su influencia. Por
tanto, es necesaria la inclusión de planes nacionales de educación formal o informal en los
que se incluyan este tipo de medidas contraterroristas, tal y como ya se viene haciendo
en otros países. Al respecto, España, como país susceptible no solo de sufrir atentados
terroristas, sino también de aportar jóvenes a los grupos que los llevan a cabo, debería
contar con iniciativas de estas características.
Es indispensable cambiar la narrativa del odio y empoderar a jóvenes que podrían llegar
a ser víctimas de ideologías extremistas poniendo en peligro la seguridad de todos. Por
tanto, el diseño y la puesta en marcha de políticas públicas y privadas que contengan ins-
trumentos específicos de prevención del delito en todas sus posibles formas específicas
de criminalidad deberá ser una realidad en el contexto español en el futuro más próximo.
Por todo ello, neutralizar la violencia es el punto de partida. Sin embargo, es determinarte
acabar con la narrativa terrorista, anulando sus ideales y aniquilando la violencia estruc-
tural. En ausencia de narrativa, la violencia se transforma en un fenómeno irracional. Por
tanto, para enfrentar el terrorismo a nivel estratégico y político debe existir un discurso
que alinee objetivos y acciones.

CONCEPTOS RELACIONADOS
Dialéctica
Se conoce como el arte de dialogar, argumentar o discutir. En otras palabras, es el mé-
todo de razonamiento que consiste en analizar la realidad poniendo de manifiesto sus
contradicciones e intentando superarlas. Por su parte, el método dialéctico (Platón, 1982)
investiga la verdad mediante el examen crítico de proposiciones (tesis) y contrapropo-
siciones (antítesis), resolviéndose la cuestión a través de la formulación de una síntesis
final o conclusión.

Oratoria
Se ocupa de la influencia del lenguaje sobre la programación mental con el objetivo de
transmitir al interlocutor claridad y concisión. La oratoria eficaz es aquella que es capaz
de convencer. Según Maura (2015), la oratoria deja de ser una actividad de unos pocos
para convertirse en práctica generalizada: un arte antiguo pero vigente. La oratoria eficaz
basada en un discurso creíble supone una forma de adquirir prestigio social a través de
la palabra.

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710 Manual de Criminalística y Criminología

Persuasión
La persuasión utiliza la claridad y el orden de ideas en todo discurso racionalista. El
objetivo de la persuasión es transmitir un mensaje comprensible, creíble y memorable;
aunque convencer sea la pretensión final. Comprensible por hablar el idioma del público,
no dando por hecho que deben saber lo que se va a explicar. Creíble por decir la verdad
o que lo parezca y por demostrarlo. Memorable por ser estructurado y con un mensaje
claro, repitiendo las ideas importantes en la conclusión (De Marta, 2014).

Radicalización narrativa
Es un proceso que puede representarse como una pirámide de radicalización que com-
prende diversas capas en función de la intensidad con la que cada individuo comparte la
narrativa violenta. En la base de la pirámide se sitúan los individuos neutrales, el grupo
más numeroso y los que no comparten ninguno de los elementos fundamentales de la
narrativa violenta. En un segundo nivel se sitúan los simpatizantes, que se identifican solo
con el primer elemento narrativo: “El grupo al que yo pertenezco está siendo atacado”. En
otra capa superior se encuentran los justificadores, que además de asumir la primera pre-
misa narrativa legitiman el uso de la violencia por parte de otros: “La organización violenta
X defiende a todos los miembros de mi grupo por lo que sus acciones están justificadas”.
Finalmente, en el vértice de la pirámide se encontraría al grupo minoritario formado por
individuos morales que asumen los dos niveles narrativos anteriores y que además con-
sideran una obligación moral apoyar y participar en las acciones violentas: “Es un deber
personal tomar partido en la defensa de los miembros de mi grupo” (Miravitllas, 2015).

Radicalización violenta
La radicalización es una actitud fanática y extrema con respecto a unos ideales concretos.
No obstante, los individuos o grupos radicales no tienen por qué estar supeditados al ejer-
cicio necesario de la violencia, aunque afecten a la calidad democrática de un determinado
territorio (Jordán, 2009). En cambio, por radicalización violenta se entiende la adopción
de comportamientos que justifican la violencia en el intento de conseguir un fin (Veldhuis
y Staun, 2009). En este sentido, el proceso de radicalización conduciría a la formación
de creencias extremistas aumentando notablemente la probabilidad de cometer ciertas
tipologías delictivas como el terrorismo.

Retórica
La retórica supone el conjunto de procedimientos y técnicas del uso del lenguaje, persi-
guiendo fines estéticos y persuasivos. Retórica y oratoria son dos disciplinas difícilmente
separables. La retórica se construye sobre las reglas del discurso y es fundamentalmente
escrita. La oratoria es su resultado: la palabra hablada. La retórica es la utilización del
lenguaje a fin de comunicar, persuadir, convencer o deleitar. Un conjunto de recursos que
actúan en los diferentes niveles de la construcción del discurso. La retórica supondría el

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Tema 24: La criminología como prevención de la narrativa terrorista 711

concepto teórico, mientras que la persuasión es la práctica de la retórica. “La retórica es


la facultad de considerar en cada caso lo que puede resultar convincente” (Aristóteles,
1990). Asimismo, se distinguen tres elementos en la retórica: ethos (emisor), logos (men-
saje) y pathos (receptor).

Terrorismo
Terrorismo es toda actividad violenta organizada por un grupo político (estatal o no esta-
tal) y dirigida contra los derechos fundamentales de la persona, contra el orden jurídico
propio de un Estado democrático de Derecho, y contra la legalidad internacional. Es una
forma específica de criminalidad que trata de producir un terror indiscriminado, porque
se ejerce no solo contra los responsables o representantes de unos grupos políticos, sino
también sobre una población (violencia indiscriminada) de un Estado o de varios Estados.
Por tanto, es una actividad que se realiza por motivos políticos para la destrucción de un
orden político o para la conquista del poder político (López, 2002).

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LA HUELLA NO VERBAL
DEL CRIMEN
Cristian Salomoni
Criminalista; profesor en Análisis de la conducta
Escuela Internacional de Criminalística y Criminología
España/Italia
Sergio Colado García
Doctor en Psicología; presidente de la Asociación de Analistas
Expertos en Comportamiento no Verbal (ACoNVe)
España

INTRODUCCIÓN
El análisis del comportamiento no verbal es una herramienta imprescindible para los pro-
fesionales de las ciencias forenses. En este capítulo abordaremos la importancia de este
lenguaje silencioso pero que nunca se calla. Un lenguaje que nos permite inferir mu-
chas informaciones útiles para nuestro trabajo profesional en cualquier fase del análisis
o comprensión de un crimen (antes de que se cometa, durante la investigación y tras su
resolución).

Figura 1. Las etapas de la investigación criminal y el estudio del crimen (antes, durante y después).

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714 Manual de Criminalística y Criminología

Imaginemos la importancia de entender en prisiones si una persona de verdad se ha


arrepentido de lo que ha cometido. O durante las investigaciones, cómo un detective pri-
vado pueda formular las preguntas correctas para sacar informaciones para el caso que
está llevando. O que un criminólogo pueda analizar los aspectos no verbales que podrían
predecir un crimen. Un psicólogo o un médico gracias a la comunicación no verbal puede
prevenir los casos de simulación de alguna enfermedad y saber cómo se siente realmente
su paciente, si la depresión que padecía de verdad se ha curado o incluso aumentar la
adhesión a un tratamiento.
Lo más estudiado sin duda ha sido la aplicación del comportamiento no verbal en el traba-
jo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Esta importancia es doble, primero
porque gracias a la comunicación no verbal el policía puede trasmitir determinadas emo-
ciones (autoridad, compasión, cercanía, etc.), por otro lado, tiene que saber controlar su
comportamiento no verbal no solo en un interrogatorio y la detección de mentiras, sino
también en una simple intervención con un ciudadano como una identificación rutinaria
en vía pública.
Pero no solamente los agentes deben controlar su comportamiento no verbal, sino ser
competentes al detectar signos o señales que nos adviertan de los posibles peligros
que pudiesen darse en una intervención (López Pérez, 2016). Por eso, la comunicación
no verbal es también útil e importante para entender a la persona que tenemos delante
y poder inferir en sus emociones, incongruencias en el relato, sentimientos útiles para
poder entender la situación. Ser capaces de detectar expresiones que reflejen ira en la
persona con la que estamos interviniendo nos proporcionará ventajas que servirán para
prepararnos ante un posible ataque o huida del individuo (López Pérez, 2016). Asimismo,
el comportamiento no verbal cobra relevancia en el campo de la investigación de un delito
y para poder gestionar eficazmente un interrogatorio o una entrevista.
Como veremos, con comportamiento no verbal nos referimos a toda esa conducta reali-
zada con nuestros gestos, posturas, apariencia, expresión facial, y todos esos mensajes
que se trasmite con la voz y con la utilización del espacio que nos rodea.
Mucha gente da por sentado que existe el comportamiento no verbal, pero pocos se dan
cuenta de la cantidad de información que trasmitimos con este, como por ejemplo nuestra
personalidad, nuestros gustos, nuestro estado de ánimo, nuestras intenciones e incluso el
grado de sintonía con la persona que está hablando con nosotros.
Todo lo que vemos puede ser utilizado no solo para analizar un sujeto, sino también para
que nuestra comunicación sea más activa y eficaz basándose en las investigaciones cien-
tíficas que se han desarrollado en las universidades de todo el mundo.
Es imposible en un solo capítulo reunir información de toda la comunicación no verbal,
pero intentaremos explicar lo que es, los últimos avances y para qué sirve. Analizare-
mos cada una de las emociones básicas que son la clave para entender la comunicación
no verbal de las personas, para entender cómo se siente y cotejar si esta emoción es

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Tema 25: La huella no verbal del crimen 715

verdadera o es simulada. La detección de mentiras es, de hecho, una búsqueda de emo-


ciones incongruentes y el cotejo de la comunicación verbal y no verbal. El sujeto que
estamos analizando relatará un hecho utilizando su comunicación no verbal y expresando
varias emociones, los gestos podrán ser enfáticos, dinámicos, activos, una postura ergui-
da y una voz melódica, con varias expresiones faciales o, al contrario, lentos, apagados,
con una postura encorvada, voz rota y expresando emociones negativas en su rostro. ¿Es
esto lo que nos esperamos según el contexto de los hechos? Si tenemos delante un ma-
rido que nos relata cómo su mujer desapareció, pero no encontramos destello de tristeza
en su comunicación no verbal y cuando describe la mujer detectamos microexpresiones
de asco y desprecio, ¿puede ser un engaño?
Si a un deportista se le acusa injustamente de dopaje es de esperar que la persona sienta
indignación por la acusación falsa y en su comunicación no verbal exprese ira y rabia y
esta es verdadera, habrá que concluir que la emoción es congruente y el relato creíble.
Desgranaremos las variables del comportamiento no verbal y finalmente hablaremos de
los protocolos de análisis no verbales que actualmente utilizan los integrantes de la sec-
ción de Análisis de la Conducta de la Policía Científica española, estos pueden ser aplica-
dos en cualquier ámbito de trabajo científico forense.

SOMOS LO QUE COMUNICAMOS


El ser humano siempre comunica y no tiene por qué ser sinónimo de emitir palabras.
Más allá de la simple emisión, la comunicación pretende la transmisión de contenidos y
emociones.
La comunicación es el medio a través del cual las personas intercambian mensajes. Tiene
un carácter racional y emocional que surge a partir de la necesidad de contactar con otros
e intercambiar ideas que provienen de experiencias previas comunes (Fonseca, 2011).
En toda comunicación intervienen diversos elementos:
• Emisor: es el encargado de emitir el mensaje.
• Receptor: es quien recibe la información encapsulada en el mensaje.
• Mensaje: es el contenido informativo más o menos elaborado.
• Contexto: es el entorno o situación que rodea al mensaje y que puede dotarle de
diferente significado.
• Medio de comunicación o canal: es la manera en que se transmite el mensaje.
• Código: es la manera en la que se codifica el mensaje. Para que el mensaje se
transmita correctamente, el receptor debe decodificar el mensaje con las mismas
reglas con las que el emisor lo codificó. Es importante hacer notar que, si el
código no se decodifica siguiendo las mismas reglas de la codificación, de nada
servirá un contexto adecuado, un canal óptimo y un mensaje claro. Este es uno
de los principales errores en la comunicación humana.

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716 Manual de Criminalística y Criminología

Todo pensamiento suele ir asociado a unos sentimientos propios del emisor. Si el receptor
no comparte los mismos juicios de valor sobre el mensaje recibido, aun cuando el mensa-
je sea correctamente decodificado, puede dar lugar a diferentes emociones.
Por tanto, el buen comunicador no solo debe saber encapsular el contenido informativo
dentro de un mensaje, sino que debe saber transmitirlo y generar las mismas emociones
en los receptores del mensaje. Para ello, no solo es necesario un conocimiento adecuado
de la lengua sino también una correcta y acertada congruencia con el lenguaje verbal y
no verbal.
El lenguaje es un conjunto de sonidos articulados o símbolos con los que el ser humano
manifiesta lo que piensa o siente.
El instrumento más evidente de comunicación es el lenguaje, sin embargo, no es el único.
Interviene también el componente no verbal. La manera en cómo se transmite el mensaje,
en ocasiones, es mucho más importante que el propio mensaje.
Toda comunicación presupone cierto tipo de emoción (Medina y Rodrigo, 2005). La emo-
ción es uno de los aspectos más importantes en la vida de las personas.

LENGUAJE VERBAL Y NO VERBAL


Queda claro que el uso de las palabras está asociado al lenguaje verbal. No solo las orales,
también la palabra escrita se incluye en este grupo.
Sin embargo, en el proceso de comunicación no interviene solo la palabra, sino que la co-
municación se da por múltiples canales de comunicación más o menos relevantes según
el contexto, pero no despreciables.
Cuando hablamos de comunicación verbal estamos refiriéndonos al lenguaje humano, es
decir, la producción e interpretación de signos verbales y que requiere al hablante (emi-
sor) de capacidad fonológica, sintáctica, semántica y textual (Birdwhistell, 1979).
Asociada a la palabra, podemos incluir muchos otros canales de índole no verbal, y que
dotan de significado y emoción al mensaje. No es lo mismo decir “te voy a dar lo tuyo”
con una expresión relajada en el rostro, las palmas de las manos a la vista y un documento
entre ellas, que decirlo con la mandíbula apretada y el puño en alto.
Algo más sutil, pero igualmente diferente, es decir “me lo miraré con cariño” sonriendo y
cogiendo el documento firmemente con ambas manos, con el cuerpo totalmente orienta-
do a la otra persona, que decirlo con los pies orientados en otra dirección a la de la fuente,
la mirada en otra parte y dando parcialmente la espalda.
Cuantas veces incluso hemos dicho: “No me he enfadado por lo que me has dicho sino
por cómo me lo has dicho”, haciendo referencia a una mala cara (expresión facial), un
tono irónico (paralenguaje), una postura sarcástica (postura), etc.

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Tema 25: La huella no verbal del crimen 717

Puede definirse la comunicación no verbal como la comunicación mediante expresión o


lenguaje corporal desprovisto de palabras, es decir, la comunicación que nos sirve para
transmitir un mensaje sin utilizar palabras.
Somos vistos antes que escuchados y, aunque no lo queramos, nuestro cuerpo expresa
mucha información.
Los expertos en ciencias forenses dan por alto este tipo de lenguaje dejando atrás una
cantidad ingente de informaciones útiles para el caso.
El ser humano que sea, un paciente, un testigo o un delincuente, está delante de nosotros
gesticulando, tiene una apariencia propia y se viste con un determinado tipo de ropa,
sentado o de pie con su postura, los músculos de su rostro se mueven configurando una
expresión facial, se acerca o se aleja de nosotros, nos mira, nos estrecha la mano o nos
toca relatando verbalmente su historia expresando varias emociones y muchas veces, en
momentos concretos, enviando señales de incongruencia emocionales, ya que está de-
mostrado (Ekman, 1971; Ekman, 1992; Ekman, 2003; Ekman, 2013; Porter, 1996; Porter,
1999; Porter, 2008; Porter, 2010; Porter, 2010b; Porter, 2011; Porter, 2012; López Pérez,
2016; Vrij, 2000; Vrij, 2000b) que si la emoción es fuerte (como el temor de ser atrapado
o la vergüenza y el sentimiento de culpa al ser pillado), puede ser imposible controlar
nuestro comportamiento no verbal.
En el ámbito del lenguaje no verbal existen diversos canales de comunicación que deben
tenerse en cuenta y que veremos detalladamente, pero que empezamos a definir:

EXPRESIÓN FACIAL (EF)


La cara es probablemente la fuente más importante de la comunicación no verbal. Es
capaz de transmitir varias emociones al mismo tiempo. La cara no solo es el canal más ex-
presivo, sino que también parece ser el tipo de comportamiento no verbal que a la gente
le cuesta más controlar. Desde la sonrisa hasta la forma arqueada de las cejas, la cara nos
muestra el estado emocional del sujeto en un determinado momento. Las expresiones
faciales pueden ser más o menos largas, pueden ser forzadas o involuntarias y puede dar
lugar a interpretaciones erróneas cuando esta está siendo forzada. Sin embargo, algunas
expresiones son muy rápidas. Son las llamadas microexpresiones, cuya duración es de
aproximadamente la vigésima parte de un segundo, y son muy difícilmente forzadas.

GESTOS (G)
A través de los gestos con manos, pies, brazos, piernas, cuerpo, podemos comunicar una
intención o una emoción. Los gestos, en especial con las manos, son un elemento muy
habitual en nuestra comunicación, aunque muchas veces los pasamos por alto sin darnos
cuenta de que nos traicionan y contradicen nuestras palabras o dan más información de
la que quisiéramos, como pasa en el caso de los deslices emblemáticos que veremos a
continuación.

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718 Manual de Criminalística y Criminología

La gestualidad es una disciplina desarrollada a partir del estudio del uso simultáneo de la
palabra y el gesto. La observación minuciosa del movimiento corporal y del habla, en un
acto simultáneo, permite clasificar, en primer término, el gesto.
En el caso concreto de los gestos con las manos, pueden clasificarse (Efron, 1941; Ekman
y Friesen, 1969; Knapp, 1980) en:

Emblemas
Sustituyen al mensaje oral y están determinados culturalmente. Tienen un significado
traducible verbalmente como por ejemplo, el pulgar levantado significaría “todo va bien”
o “perfecto”, etc.

Figura 2. Típico gesto emblema de levantar el pulgar para decir que todo está bien.

Los emblemas se ejecutan casi siempre deliberadamente, pero a veces pueden ser in-
conscientes, como los lapsus linguae también hay lapsus no verbales que Ekman (Ekman,
2003) llama deslices emblemáticos y que revelan información oculta. Por ejemplo, gestos
que en su traducción verbal significan “vete al diablo”, “vete al carajo”, como el corte de
manga o los cuernos.

Figura 3 y 4. Deslices emblemáticos (César Toledo, 2017).

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Tema 25: La huella no verbal del crimen 719

Otro desliz emblemático es cuando un sujeto dice que “sí” con las palabras, pero “no” con
el rostro o con algún gesto. Cuando la parte no verbal y la verbal son incongruentes, te-
nemos que quedarnos con la parte no verbal que es la vía cerebral más rápida y auténtica.
A Rubalcaba se le preguntó si ponía la mano en el fuego por José Blanco, y vemos como
dice que no con un gesto de cortar algo en el aire, y mueve la cabeza diciendo que no.
O cuando a Amanda Knox, acusada por el asesinato en 2007 de Meredith Kercher, una
compañera de intercambio que compartió su apartamento, la periodista le preguntó si
ella estaba en el lugar del delito, si fue ella a matar Meredith y si sabía algo que no había
contado a la policía, no solo notamos que aprieta los labios como de confección sino que
su rostro dice “sí” haciendo un movimiento de arriba abajo afirmativo, pero con la palabra
dice que “no”.

Figura 5. Entrevista de la ABC a Amanda Knox, en Her Own Words.

Ilustradores
Acompañan en sintonía al mensaje oral para verbalizarlo. Para reconocer su significado
necesitamos de un contexto.
Está demostrada (Ekman, 2003; Vrij, 2000; Vrij, 2000b) la disminución de ilustradores
cuando mentimos, y veremos más adelante el porqué, pero podemos ya explicar que
cuando una persona ha vivido realmente lo que está contando se moverá de manera sin-
crónica explicando lo sucedido, dibujando no verbalmente la escena; por ejemplo, si dice
“he ido allá” y señala un punto en el espacio, “he cogido el cuerpo en brazos” y sus manos
hacen como si lo recogiera en ese momento.
La sincronía es una de las características muy importantes de los ilustradores; personas
que se ponen la mano en el corazón jurando que querían a la persona fallecida, pero el
gesto llega mucho después de la palabra es signo que la persona no cree lo que está
diciendo. Si así lo fuera, el gesto tendría que ser sincrónico o incluso llegar una décima
de segundo antes.

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720 Manual de Criminalística y Criminología

Políticos abiertamente xenófobos en sus discursos, cuando hablan del emigrante diciendo
“el migrante es mi hermano” y ponen la mano en el corazón porque tiene como objetivo
intentar trasmitir que lo dice de todo corazón.
Durante la entrevista con un sujeto que decía sentirse enfadado por la situación en la que
se encontraba, el gesto de pegar el puño encima de la mesa llegó mucho después de la
expresión verbal, significando que esta emoción era simulada.

Figura 6. Gesto ilustrador.

Manipuladores o adaptadores
Sujetamos, tocamos, estrujamos un objeto o a nosotros mismos con el objetivo de mane-
jar sentimientos o controlar respuestas en situaciones de tensión.
Ekman detalla una larga lista de acciones: masajea, frota, rasca, agarra, pincha, estruja,
acomoda o manipula de algún modo a otra parte del cuerpo.
De por sí, un gesto manipulador no significa que la persona nos está engañando, pero
sí que aumentan cuando el sujeto se siente molesto o siente alguna emoción negativa.
Pero si sabemos leerlo bien dentro de una conversación, si sabemos hacer las preguntas
correctas, pueden revelar algo más que mera incomodidad o nerviosismo. Si una persona
en su comportamiento no verbal normal no tiene gestos manipuladores y solo aparecen
en momentos concretos, hay que saber descifrarlos.

Figura 7. Gestos manipuladores.

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Tema 25: La huella no verbal del crimen 721

Reguladores
Reflejan y regulan el flujo de la conversación y tienen influencia cultural.
El papel de las manos es importante en la comunicación y aporta mucha información
controlable. Existe una parte del cerebro llamada el área de Broca que está implicada en
el proceso del habla, pero se ha comprobado que también se activa al mover las manos.
Esto implica que gestualizar está directamente unido al habla, así que permite mejorar la
capacidad verbal en gran manera y conseguir un mensaje más persuasivo y comprensible.

Figura 8. Gesto regulador.

Además, diversos estudios han constatado que reforzar con gestos una frase ayuda a
evocar a la mente las palabras a usar.
Es importante tener en cuenta unas reglas imprescindibles para interpretar gestos:
1. Leer los gestos de forma agrupada (frase) y no interpretarlos de forma aislada.
2. Buscar la congruencia entre lenguaje verbal y lenguaje no verbal.
3. Interpretar los gestos en un contexto.
Asimismo, conviene tener presente que cada individuo posee su propio estilo de gesti-
cular y, en cierto modo, el estilo de una persona revela su cultura (Flora Davis, 2004).
Esto quiere decir que es necesario conocer su manera de gesticular y de posicionarse en
condiciones normales para poder detectar los cambios significativos de su gesticulación.
Un gesto tiene, generalmente, varios significados dependiendo del contexto, la persona,
su edad y su género (hombres y mujeres no se expresan igual). La postura y los gestos se
deben interpretar dentro de un contexto específico. Un mismo gesto no significa siempre
lo mismo.
A la hora de interpretar gestos de angustia o nerviosismo, es de gran ayuda tener en
mente las respuestas emocionales que podían tener nuestros ancestros. Paul Ekman cree
que muchos de los incesantes movimientos de las manos y los pies como indicadores
de angustia pueden ser residuos que le han quedado a la especie humana debidos a

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722 Manual de Criminalística y Criminología

adaptadores para escapar de la interacción. Los gestos adaptadores aumentan cuando


crece la incomodidad psicológica y la angustia personal (Ekman, 2003; Ekman, 1986).
Los movimientos de las manos alrededor del rostro tratarán de “defendernos” de las agre-
siones del entorno, o de “facilitar” la recepción de las sensaciones agradables, abriendo o
cerrando a sus captadores sensoriales (ojos, nariz, boca, orejas). El ejemplo más clásico,
que todavía también tenemos los adultos pero que intentamos disimularlo, es ponernos
las manos en los ojos o en la boca cuando no queremos ver o hablar porque nos molesta,
y por eso cerramos los canales sensoriales relacionados.
Para llevar a cabo el análisis de gestos es conveniente tener en cuenta las reglas de inter-
pretación y la congruencia con otros canales no verbales y con el contenido verbal.

POSTURAS (P)
La posición que tomamos al sentarnos, al estar de pie junto a otros, al entrar en un lugar,
también informan de cómo nos sentimos.
La postura corporal expresa el grado de interés y apertura hacia los demás, reflejados en
la exposición y orientación del torso. La forma de llevar el cuerpo erguido o de colocar
la boca se aprende. Esto se debe a la gran sensibilidad del ser humano para captar las
señales corporales de los demás y a su capacidad para imitar; nuestras neuronas espejos
son las encargadas de esta tarea.
Los movimientos corporales cambian de dirección coincidiendo con los ritmos del discur-
so, de forma que el cuerpo puede danzar al ritmo de las palabras.
Visualmente, la postura tiene una gran incidencia en nuestra imagen personal, sobre todo
para transmitir confianza, estabilidad y seguridad. La postura es, también, un potente indica-
dor del estado emocional y predisposición a la acción.
Los últimos descubrimientos científicos (Cuddy, 2016) revelan que las posturas influyen
en nuestro propio estado de ánimo y en la segregación hormonal, provocando en noso-
tros mismos una reacción de emociones internas que nos condicionan en la manera de
sentirnos y de actuar. Así, caminar erguido no solo provoca en los demás la sensación
de que estamos seguros de nosotros mismos, sino que a nosotros mismos nos provoca
esta misma sensación. Esto es porque aumenta la testosterona (hormona del poder) y
disminuye el cortisol (hormona del estrés).
Hay posturas de apertura y de contracción, es importante entender qué estímulo ha gene-
rado este tipo de reacción en la otra persona. Se trataría de posturas depresivas, abatidas
o cabizbajas y se comunicaría por un tronco inclinado hacia delante, una cabeza hundida,
hombros colgando y pecho hundido.
Hay posturas de acercamiento que trasmiten atención e interés; posturas de retirada, se
trataría de posturas negativas de rechazo, y hay posturas de expansión y de contracción.

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Tema 25: La huella no verbal del crimen 723

Es muy interesante ver cómo un sujeto cambia su postura cuando se le hacen preguntas
indiscretas o que generan inquietud. En la literatura del comportamiento no verbal es
célebre la postura del expresidente americano Nixon, que delante de una “manada” de
periodista preguntándole por el escándalo Watergate dijo: “No soy un político corrupto”
cambiando totalmente su comportamiento no verbal para tratar de protegerse con un cru-
ce de brazos y se echa para atrás para alejarse psicológicamente de lo que afirmó, porque
en realidad no estaba pensando lo que dijo.
Para Albert Mehrabian (1968) existirían cuatro categorías posturales diferentes:
1. Posturas de acercamiento: posturas que transmiten atención o interés, mostra-
dos por la inclinación del cuerpo hacia adelante.
2. Posturas de retirada: posturas negativas, de rechazo o repulsa y se mostrarían
retrocediendo o volviéndose hacia otro lado.
3. Posturas de expansión: posturas orgullosas, arrogantes, altivas o despreciativas
y se mostrarían por la expansión del pecho, un tronco erecto o inclinado hacia
atrás, cabeza erecta y hombros elevados.
4. Posturas de contracción.

PARALENGUAJE (PA)
No solo lo que se dice, sino cómo se dice, la entonación, la velocidad del habla, el timbre,
denotan emoción y aportan contenido informativo.
Todo enunciado verbal posee un tono propio. La prosodia es el componente del lenguaje
que se refiere al procesamiento cognitivo necesario para comprender o expresar intencio-
nes comunicativas. Abarca aspectos del habla tales como:
• Variaciones de la entonación.
• Acento y ritmo.
• Modulaciones de la intensidad vocal.
El paralenguaje va más allá de las palabras, se centra en aspectos no semánticos del len-
guaje e introduce contenido emocional en el mensaje, que será interpretado por el oyente.
Está formado por:
• La entonación o tono de la voz. De lo más agudo a lo más grave, según el estado
emocional del hablante. Ante una emoción intensa el tono se torna más agudo.
Está codificado que al final de una pregunta se dé un tono más agudo y un tono
más grave al concluir una idea.
• El volumen. También expresa la emotividad del hablante. Puede ser suave, regular
o fuerte. Una voz suave puede indicar timidez o inseguridad; en cambio, una voz
muy fuerte da señalas de seguridad, dominio o autoridad.

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724 Manual de Criminalística y Criminología

• El ritmo o fluidez. Es el orden acompasado de las palabras y los silencios. Pue-


de ser monótono o variado, lento o rápido, fluido o entrecortado. Un ritmo muy
apresurado revela excitación, y uno lento da la idea de pasividad; demasiadas
intermitencias revelan falta de interés, evasión o nerviosismo en el hablante y
obstaculizan la comprensión del mensaje. Lo deseable es un ritmo variado, acorde
con el contenido del mensaje.
• La dicción. Es la articulación y pronunciación correcta de los fonemas. Es fre-
cuente su omisión o confusión, sobre todo, en el habla coloquial, lo que puede
afectar a la comprensión del mensaje y revela, además, un bajo nivel cultural del
hablante.

PROXÉMICA (PR)
Los espacios juegan también un papel clave. La distancia entre personas y el espacio
ocupado en una reunión nos están informando, entre otros temas, del grado de relación
que hay entre ellas.
La proxémica o proxemia es una disciplina que estudia la manera en que los espacios
afectan al ser humano y cómo podemos utilizarlo a nuestro favor. Edward T. Hall (1966)
estudió cómo las distancias y el espacio físico influyen en las relaciones y en la confianza
entre personas.
El concepto de distancia también viene influido por otros aspectos como la temperatura
corporal, texturas, olores…
Según Hall, hay dos categorías sensoriales relacionadas con la sensación de espacio:
• Receptores de distancia: los oídos, ojos y nariz.
• Receptores inmediatos: la piel, membranas y músculos.
Los estudios realizados por Eduard T. Hall desvelaron que la distancia social entre la gente
está generalmente correlacionada con la distancia física. Dicho hallazgo lo llevó a realizar
una clasificación de las distancias físicas entre las personas. Para realizar la clasificación
tuvo en cuenta el tipo de contacto, el trato y la relación entre los individuos. La clasifica-
ción es la siguiente:
• Distancia íntima: es la distancia que se da entre 15 y 45 centímetros. Es la más
guardada por cada persona. Para que se dé esta cercanía, las personas tienen que
tener mucha confianza y en algunos casos estarán emocionalmente unidos, pues
la comunicación se realizará a través de la mirada, el tacto y el sonido. Es la zona
de los amigos, parejas, familia, etc.
–– Distancia íntima, fase cercana: el acto de amor, la lucha cuerpo a cuerpo. Lo
que se ve se hace con detalle.
–– Distancia íntima, fase lejana (15 a 45 cm): voz baja, bizqueo, calor y olor.

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Tema 25: La huella no verbal del crimen 725

• Distancia personal: se da entre 46 y 120 centímetros. Estas distancias se dan en


la oficina, reuniones, asambleas, fiestas, conversaciones amistosas o de trabajo.
Si estiramos el brazo, llegamos a tocar la persona con la que estamos mantenien-
do la conversación.
–– Distancia personal, fase cercana: primera burbuja de respeto (protectora)
(45-75 cm). Movimiento de los ojos.
–– Distancia personal, fase lejana (75 a 120 cm): la distancia del brazo.
• Distancia social: se da entre 120 y 360 centímetros. Es la distancia que nos se-
para de los extraños. Se utiliza con las personas con quienes no tenemos ninguna
relación amistosa, la gente que no se conoce bien, por ejemplo, la dependienta de
un comercio, el albañil, los proveedores, los nuevos empleados, etc.
–– Distancia social, fase cercana (120 a 210 cm): se ve toda la boca, el ojo y la
nariz.
–– Distancia social, fase lejana (de 2 a 3,5 m): “Póngase en pie para que lo vea
bien”. Varias personas pueden trabajar juntas.
• Distancia pública: se da a más de 360 centímetros y no tiene límite. Es la dis-
tancia idónea para dirigirse a un grupo de personas. El tono de voz es alto y esta
distancia es la que se utiliza en las conferencias, coloquios o charlas.
–– Distancia pública, fase cercana (3,5 a 7,5 m): se puede huir o atacar. Se
produce una cuidadosa elección de las palabras y de las formas de decir. Ya
no son visibles los detalles.
–– Distancia pública, fase lejana (9 m): es la de los personajes públicos.
Vinculado al canal sensorial del oído, Hall hace la siguiente catalogación:

Distancia Distancia Distancia Distancia


íntima personal social pública
Característica
Murmullo Voz baja Normal Voz alta
fonética
Tema de Secreto Personal Medio público Público
conversación
Distancia 15 a 45 cm 46 a 120 cm Más de
120 a 360 cm
física 360 cm

Figura 9. Catalogación en base al canal sensorial del oído.

Según Hall, el espacio interpersonal es diferente para cada persona y depende de la cul-
tura. Por ello, diferenció dos tipos de culturas:

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726 Manual de Criminalística y Criminología

• Las culturas de contacto: se incluye a los latinos y los pueblos mediterráneos.


Mantienen distancias pequeñas, y la gente tiende a estar más cómoda cerca de
los demás.
• Las culturas de no contacto: hablamos de anglosajones, norteamericanos, euro-
peos del norte y asiáticos. Mantienen distancias más amplias.
Estas distancias, marcan nuestra distancia consentida, según sea el grado de intimidad
que tengamos con la otra persona. Son un indicador del deseo o intencionalidad por es-
tablecer una relación o interacción.

Figura 10. Apretón de mano distante de Rajoy y Mas.

Figura 11. La proxémica determina el grado de sintonía que tenemos con las otras personas.

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Tema 25: La huella no verbal del crimen 727

Figura 12. Lady Diana y el príncipe Carlos.

Figura 13. Soraya Sáez de Santamaría y María Dolores de Cospedal.

Además, constituyen el nivel cultural de la dimensión proxémica de cada sociedad, y va-


rían en función de las diferencias culturales de cada sociedad: el contacto sexual, la esfera
personal o privada, la distancia de los intercambios verbales y del respeto jerárquico, ya
que en cada país son diferentes.
Gracias a análisis no verbales se ha podido demostrar en un caso de desaparición, que
dos personas que afirmaban no conocerse, en verdad eran socios y contribuyeron los dos
a coaccionar a la víctima y que subiera en el coche de uno de los dos.
La invasión de estos espacios no solamente es corporal, también puede ser auditiva,
olfativa o sensorial, por lo que, entre compañeros con los que no se mantienen relaciones
personales, el mantener distancias inferiores a 125 o 150 cm pueden dar lugar a conflictos.
Una persona puede sentir que su espacio está siendo violado cuando experimenta un
sonido estridente, un olor desagradable o una mirada inapropiada.
La orientación del cuerpo juega un papel muy importante, ya que suele usarse como una
“barrera” para impedir invasiones del espacio personal. Los grupos que quieren rechazar
a una persona se apartan de ella y mantienen una orientación directa entre sí para demos-
trarle que es considerado un intruso. En los ascensores y en otros lugares donde no se

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728 Manual de Criminalística y Criminología

puede mantener el espacio personal, la gente evita mirarse para no restar intimidad a los
extraños. Esa forma de ignorarlos expresa simbólicamente que esas personas no existen
y, por lo tanto, no invaden el espacio personal. A medida que disminuye el espacio físico,
suele aumentar el contacto físico.
Lyman y Scott (1967) identifican tres formas en que el hombre se entromete en el espacio
o territorio personal de los demás:
• Violación.
• Invasión.
• Contaminación.
También señalan cuatro formas en que el hombre típicamente previene la agresión a su
territorio personal, o en que responde a ello:
• Defender el territorio.
• Aislarse.
• Reforzar alianzas lingüísticas.
• Retirarse.
Una de las aportaciones más interesantes de la proxemia la encontramos en el terreno
de la negociación y de la gestión de reuniones. La forma en la que manejemos el espacio
influirá definitivamente en la percepción que los demás tengan de nosotros.
En la sala de reuniones podremos utilizar el espacio para transmitir superioridad, igual-
dad, o subordinación. En función de nuestra posición en la mesa distinguimos diferentes
puestos, como señala Cook (1970), y cada interacción tiene un porcentaje en función de
lo que estos puestos pueden ofrecer y sugerir:
• Puesto enfrentado. Sentado frente al interlocutor estando uno a cada lado de la
mesa. Se mantiene la distancia, no ofreciendo excesiva confianza y trasmitiendo
firmeza respecto a la opinión en el asunto a tratar. Si la reunión es con miembros
del mismo equipo, se establece una relación de superior-subordinado.
• Puesto cooperativo. Sentados en el mismo lado de la mesa interlocutor y receptor,
conversando entre ellos formando un ángulo de 45°. Refleja confianza, cordialidad
y cooperación. Es muy útil para acercar posturas. En el puesto cooperativo, la per-
cepción de escucha activa es muy superior a la que se genera mediante un puesto
enfrentado. Esta posición permite interpretar perfectamente la comunicación no
verbal.
• Puesto de esquina. Situados uno junto al otro, pero con una esquina entre ambos.
Esta posición permite percibir las señales no verbales y genera cercanía pero, a
su vez, mantiene una pequeña barrera entre ambos que proporciona seguridad. Si
se desea generar cercanía y cordialidad con una persona con la cual es la primera
vez que se mantiene una reunión, sería más adecuado una posición de esquina

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Tema 25: La huella no verbal del crimen 729

que una posición cooperativa. Si ya existiera confianza previa con la persona, se


puede pasar al puesto cooperativo.

Figura 14. Posiciones que incitan a…

HÁPTICA (H)
El tacto es uno de los grandes olvidados y, sin embargo, uno de los más poderosos. El
sistema nervioso está conectado a nuestro cuerpo con infinidad de “sensores” táctiles
que nos transmiten sensaciones. Desde el frío o calor hasta el contacto físico, la háptica
nos influye enormemente en la emoción y nos ayuda en la comunicación. El tacto es el
primer sentido que el feto desarrolla, y con ello el niño conoce el mundo que le rodea.
Todo niño necesita contacto físico y la falta de él puede derivar en graves enfermedades
psicológicas y físicas. De hecho, la historia nos enseña trágicos casos de niños en orfa-
natos o instituciones similares que, faltos de afecto, fallecieron.
Si nos fijamos en la infancia de muchos criminales, vemos que no tuvieron ninguna mues-
tra de cariño de parte de sus padres o incluso que el único contacto fueron castigos,
capaces de crear una herida emocional dentro del “yo”.
El tacto es una cuestión cultural, hay países que se catalogan como de ”alto contacto”,
como los países mediterráneos, América Latina, Oriente Medio; mientras que Francia,
India y China se encontrarían entre los países de ”mediano contacto”, ya que los de ”bajo
contacto” son Japón, Estados Unidos, Reino Unido y Australia.

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730 Manual de Criminalística y Criminología

Hay compañeros profesores italianos y españoles que trabajan en países de “bajo con-
tacto” que me contaron cómo dar una “palmadita” en la espalda a un alumno puede ser
considerado acoso.
En ámbito médico, Corey y Callanhan (1984), Marie Postma-Nilsenová y Kiek Tates (2015)
o Beverly G. Willison y Robert L. Masson (1986), Gueguen, N., Vion, M., (2009) notaron
que acompañar al compromiso verbal con un toque ligero en el codo del paciente au-
mentaba la adhesión al tratamiento. El hecho de que el paciente tomara su medicamento
hacía que su malestar disminuyera y, en consecuencia, incrementaba la impresión de
competencia de su médico, y este último, al ver la mejora en el paciente, se sentía más
profesional. Y todo con un toque ligero en el codo.
Otra investigación de Wheaton College de los Estados Unidos muy interesante se produjo
en una cabina telefónica, donde un investigador del experimento dejaba adrede unas
monedas de diez centavos y al salir de ella esperaba que otra persona entrara y las en-
contrara.
Una vez que la persona acababa su llamada y salía de la cabina telefónica, el investigador
le preguntaba verbalmente si había visto unas monedas que había olvidado sin querer. Esta
petición se hacía en una primera fase solo de forma verbal, mientras que en una segunda
también se añadió un compromiso no verbal con un ligero toque en el antebrazo. En esta
segunda fase, la devolución de esas monedas era de porcentaje netamente superior.
Nannberg y Hansen (1994) demostraron que un leve contacto en el brazo consigue que
una persona tenga más perseverancia cuando ejecuta una tarea difícil. Incluso se llegó a
investigar a camareros, quienes aumentaban sus propinas cuando utilizaban también un
compromiso no verbal con un toque en el codo del cliente, bautizado por los investigado-
res April H. Crusco y Christopher G. Wetzel (1984) como “el toque del Rey Midas”.
Un breve toque de no más de tres segundos en el antebrazo puede comunicar emocio-
nes prosociales como la simpatía, empatía, cooperación y amor. Además, promueve la
confianza, la cooperación y genera una impresión positiva sobre la otra persona, es como
si dijera verbalmente “me importas”. Está en una zona no demasiado íntima como para
que se pueda considerar una invasión personal, pero tampoco está tan alejada para pasar
inobservado.

APARIENCIA (A)
Cómo somos, qué apariencia mostramos, hace que los demás se lleven una conclusión
sobre nosotros aún sin haber hablado. No solo sucede con personas, también con espa-
cios, objetos, contenidos informativos. Cómo presentemos un mensaje o un mensajero
es determinante para su credibilidad y/o aceptación.
De manera habitual, el ser humano tiende a juzgar a las personas por su apariencia, sin
esperar a conocerlas. La apariencia es cómo los demás ven y perciben al resto, a través
de su vestuario, la forma de hablar, la forma de actuar, su aspecto físico, etc.

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Tema 25: La huella no verbal del crimen 731

La realidad es que el ser humano dispone de muy poco tiempo, tanto para analizar a
otros, como para dar una buena impresión. En pocos segundos atribuimos un significado
favorable o desfavorable de otras personas, un lugar o un producto. Esto es debido a la
evolución de nuestra especie, siendo un recurso adaptativo. Si aquellos que tenemos ante
nosotros, persona, lugar, objeto, lo juzgamos como amenazante y/o peligroso, nuestra
reacción será la huida. Los seres humanos necesitamos hacer evaluaciones instantáneas
para tomar decisiones al momento.
Esos análisis, aparentemente rápidos, tienen mucha relación con nuestra personalidad,
con nuestras experiencias y con nuestras necesidades.
Día a día, nos llegan miles de estímulos sin disponer de tiempo suficiente para procesar-
los todos. Inconscientemente descartamos algunos y relacionamos otros con nuestros
esquemas mentales preconcebidos y estructurados. La mayoría de nuestras decisiones
son rápidas y de manera automática, en base a recuerdos, experiencias pasadas y a atri-
buciones ya realizadas. El cerebro organiza la información en categorías mediante compa-
raciones rápidas y con ayuda de las emociones.
El efecto halo es un sesgo cognitivo muy común. Tiene que ver con la influencia de nues-
tras percepciones, en juzgar las cualidades de una persona a partir de nuestra primera
impresión (Thorndike, 1920).
Gregory P. Stone (1962) señaló que puede deducirse una gran matriz de información a
partir de la imagen de otra persona (identidad, valores, estados de ánimo, actitudes). El
vestir o la apariencia física se define en este contexto como “un conjunto de modificacio-
nes del cuerpo y/o suplementos mostrados por una persona en el proceso de comunicar-
se con otros seres humanos” (Eicher y Roach-Higgins, 1992).
Hay una facilidad enorme por la cual nuestros procesos de elaboración de las informa-
ciones sociales incurren en distorsiones para economizar los recursos cognitivos, que se
convierten en errores de razonamiento, de juicios.
Investigadores norteamericanos de la Universidad de Princeton trabajaron en una investi-
gación liderada por Nikolaas N. Oosterhof y Alexander Todorovya documentando amplia-
mente en 2006 que nuestro cerebro emocional puede obtener ese juicio instantáneo en
menos de 100 milisegundos.
Según Asch (1946), nuestras impresiones sobre los demás están reguladas por nuestras
expectativas. Y los rasgos evidentes de la personalidad se asocian con otras característi-
cas que no se conocen directamente.
Snyder, Tanke y Berscheid (1977) enseñaron a algunos estudiantes una foto de una mujer
muy guapa y una muy fea, y realizaron una llamada telefónica con ellas. Se notó como su
forma de comportarse era cálida y seductiva con la mujer guapa (que era elegida a pro-
pósito) y también ella se comportaba como “guapa” y hablaba de manera más atractiva.

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732 Manual de Criminalística y Criminología

Figura 15. Cristina Cifuentes y Carmen Mònton.

Hay personas que tienen que acudir a un juzgado y siempre se han teñido el pelo, pero
el día del juicio se dejan canas, o a pesar de que puedan andar por su propio pie o mejor
con una muleta, van en silla de ruedas con alguien que le ayude a llevarla. También es
reseñable cómo las dos políticas acusadas de haber falsificado un máster o una tesis
universitaria, se visten de blanco remarcando el carácter psicológico no verbal de este
color: estoy limpio de cualquier pecado, soy pura, etc. El color es algo muy importante en
la trasmisión de los mensajes no verbales según Valdez y Mehrabian (1994).

Figura 16. Campaña sobre tatuajes y apariencia personal.

Algo similar ocurre con los tatuajes, algunas personas lo asocian con personas delincuen-
tes o irresponsables, y en esta campaña publicitaria se quería remarcar que una persona
tatuada puede ser el médico que te salve la vida.

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Tema 25: La huella no verbal del crimen 733

Figura 17. Policías italianos y españoles.

Estudio de Richard R. Johnson (2005) en el que varios sujetos eran entrevistados después
de ver fotos de policías vistiendo uniformes de diferentes colores, los sujetos debían cla-
sificar las fotos según su impresión de maldad, agresividad y competencia. Los resultados
mostraron que los policías con uniforme negro eran vistos como más competentes, pero
también más agresivos y malos.

OCULÉSICA (O)
El movimiento de los ojos, la dilatación de las pupilas, el tiempo que mantenemos fija la
mirada en un punto, aporta información sobre el interés mostrado. En la actualidad se está
avanzando enormemente en la investigación en este campo y se está introduciendo en
diversos mercados como el retail, el diseño web, los videojuegos.

VERBAL (V)
No solo lo que se dice, sino cómo se dice; la forma en la que se utilizan ciertas palabras,
la cantidad de detalles, el orden, las preposiciones, etc. Aportan mucha información adi-
cional al contenido verbal.
Resulta evidente que tener la capacidad de controlar, además del contenido del mensaje,
todos los canales de comunicación, no es nada fácil. Y, con bastante probabilidad, algunos
indicadores mostrarán contradicciones con el mensaje en caso de que este no sea fide-
digno y es la base del proceso psicológico de la mentira.
Esto no quiere decir que, para todos los mensajes, sea necesario trabajar todos los cana-
les, pero sí hay que tener especial cuidado en su uso y puesta en escena.
Debemos tener en cuenta una serie de reglas a la hora de evaluar la información a través
de los canales de comunicación:
• 1ª Regla: Leer indicadores en “grupos” (clusters).
– Un indicador único no es bastante para definir un pensamiento. Es como eva-
luar un discurso por una única oración o una palabra.

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734 Manual de Criminalística y Criminología

–– Un sujeto diferente actúa de manera diferente.


–– Un indicador repetido puede no significar lo mismo para un sujeto concreto.
–– No hay lecturas infalibles. Pueden existir condicionantes más profundos.
• 2ª Regla: Los indicadores deben presentar congruencia.
–– La información asociada a cada canal debe ser congruente con lo que se dice.
–– Los canales de comunicación no sirven solo para transmitir información, para
mostrar que se cree en lo que se dice o en comprobar si se miente, también
sirven para atraer la atención.
–– Si la información transmitida por cada canal no es la adecuada, los receptores
pueden perder la atención e incluso sentirse confusos.
–– El uso de un canal puede servir como medio de reclamo, aun no expresando
verdad o mentira. Es importante detectarlo para no confundir la interpretación.
• 3ª Regla: Interpretar los indicadores en el contexto adecuado (físico, cultural,
social).
–– Distintas culturas pueden diferir en su manera de comunicar cierta informa-
ción, aunque existen algunos indicadores que son universales.
–– Factores externos como el calor, enfermedades, etc. pueden provocar res-
puestas involuntarias que deben interpretarse de diferente manera.
–– Siempre que sea posible es mejor disponer información de la persona y/o del
entorno a fin de determinar qué respuestas están condicionadas y cuándo hay
respuestas conductuales que difieren del patrón normal del sujeto.

EL MITO DE LA REGLA 7 %-38 %-55 %


Albert Mehrabian (1968) es un prestigioso psicólogo, actualmente vinculado como pro-
fesor emérito a la Universidad de California, en Los Ángeles. Es conocido por su trabajo
pionero en el campo de la comunicación no verbal (lenguaje corporal).
Llevó a cabo experimentos sobre actitudes y sentimientos y encontró que en ciertas
situaciones en que la comunicación verbal es altamente ambigua, solo el 7 % de la infor-
mación se atribuye a las palabras, mientras que el 38 % se atribuye a la voz (entonación,
proyección, resonancia, tono, etcétera) y el 55 % al lenguaje corporal (gestos, posturas,
movimiento de los ojos, respiración, etcétera), dando lugar a la conocida “regla 7 %-
38 %-55 %” .
En la actualidad se usa esta regla de manera errónea en muchos documentos de estudio
y en muchos trabajos de consultoría.
Esta regla se obtuvo a través de dos experimentos llevados a cabo por Mehrabian y sus
compañeros. No muestran, de forma razonable, ni cómo combinaron los resultados de
los dos experimentos ni cómo llegaron a esta fórmula. Si bien, es importante mencionar

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Tema 25: La huella no verbal del crimen 735

que en ningún experimento hasta el momento se habían explorado tres canales de comu-
nicación de forma simultánea.
Mehrabian siempre ha tenido claro que los resultados de estos estudios son “limitados en
su aplicación”, así lo manifestaba en su primer estudio: “Estas conclusiones, respecto a la
relativa aportación del componente tonal de un mensaje verbal, pueden ser generalizadas
de forma segura solamente para situaciones comunicativas en las cuales no haya infor-
mación adicional acerca de las relaciones entre el emisor y el receptor”.
En su página web Mehrabian advierte: “Por favor, tenga en cuenta que estas y otras fór-
mulas con respecto a la relativa importancia del mensaje verbal y no verbal se derivaron
de experimentos que abordan la comunicación de sentimientos y actitudes (por ejemplo;
las cosas que nos gustan y las que nos desagradan). A menos que un comunicador esté
hablando de sus sentimientos o actitudes, estas fórmulas no son aplicables”.
Mehrabian deja claro que su fórmula solo se aplica cuando están en juego sentimientos
o actitudes. No será válida en otras situaciones. La fórmula es aplicable “exclusivamente”
cuando: “La conversación es de índole emocional, en la que entran en juego sentimientos
o actitudes, cuando surge en este proceso una incongruencia entre lo verbal y lo no verbal
(primando en este caso la comunicación no verbal)”.

LENGUAJE NO VERBAL Y EMOCIÓN


La comunicación no verbal es el lenguaje de las emociones. Toda conducta no verbal está
generada por una emoción, por eso, si queremos saber si la conducta de una persona es
sincera necesitamos investigar en sus emociones.
Para estudiar de manera científica y crítica el comportamiento no verbal debemos tener
en cuenta dónde nace y por qué nace.
Además, psicólogos como Ekman y Porter (Ekman, 1971; Ekman, 1992; Ekman 2003;
Ekman 2013; Porter, 1996; Porter, 1999; Porter, 2008; Porter, 2010; Porter 2010b; Porter
2011; Porter, 2012) aportan soporte a la hipótesis de que una expresión emocional incon-
gruente puede aparecer durante el un proceso psicológico de mentira.
Un ejemplo muy claro es el de un concejal que fue detenido mientras recogía un paquete
que contenía una suma muy alta de dinero negro. En comisaría el sujeto relató cómo en
ese paquete él se esperaba encontrar documentación comprometida y en ningún momen-
to se esperaba dinero. Visionando las cámaras de seguridad se veía como en su rostro
no había ningún destello de sorpresa, que sería la emoción que todos presentaríamos al
ver una ingente cantidad de dinero. Y tampoco su postura y sus gestos expresaban la
sorpresa ante esa situación supuestamente inesperada.
O cuando analizamos a madres que delante de las cámaras piden a gritos que sus hijos
vuelvan a casa, pero sin embargo, lo que vemos son emociones incongruentes a la de
tristeza, que sería la emoción que esperamos ante la pérdida irreparable de una persona

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736 Manual de Criminalística y Criminología

querida. En muchos casos hemos visto alegría o alivio, emociones totalmente incoheren-
tes o simulaciones de la emoción de tristeza. Es clave, una vez más, entender que la de-
tección de mentiras es el análisis de las incongruencias emocionales de las personas, se
trata de analizar si sus gestos, su expresión facial, su postura, sus distancias, su háptica,
en definitiva, si su comportamiento no verbal es congruente o no con la emoción correcta
que tendría que sentir el sujeto utilizando los protocolos de análisis no verbales que nos
da la ciencia que ahora citaremos (FACS, EMFACS, FEAP, etc.)
Las emociones constituyen un aspecto fundamental de la vida del hombre y sirven para
clasificar y evaluar las experiencias que vivimos.
La palabra latina emotio, el participio pasado del verbo emovere que se forma sobre movere
con el prefijo e-/ex (de, desde) y significa retirar, desalojar de un sitio, hacer mover. Es por
eso que una emoción es algo que saca a uno de su estado habitual.
La etimología es bastante fácil, lo difícil es definir lo que es en realidad la emoción. Por
todo lo que cada uno haya vivido durante su vida, sabe en qué consiste una emoción,
pero en el momento en el cual se intenta definirla se entra en bastantes conflictos, tanto
que algunos teóricos han llegado a afirmar que es imposible llegar a una definición última
de emoción.
Una buena definición de emoción es la que incorpora todas sus esferas de actuación: la
respuesta fisiológica, motivacional, cognitiva y comunicativa.
A nivel fisiológico entra en juego el sistema nervioso central y el sistema nervioso autóno-
mo, responsables de específicas reacciones corporales relacionadas con la manifestación
de varias emociones. A estas modificaciones hay que añadir una dimensión cognitiva,
capaz de mediar la relación entre ambiente, evaluar y dar sentido a lo que está pasando
delante del sujeto. También hay un nivel motivacional que orienta la acción y modifica el
comportamiento según los fines y los deseo. Normalmente nos alejamos de lo que no nos
gusta y nos acercamos a lo que encontramos placentero. La dimensión motivacional da
origen a planes capaces de regular los comportamientos, establecer las prioridades y los
sistemas de respuesta que, a largo plazo, contribuyen a formar los intereses, organizar las
preferencias y a orientar los fines de la persona. Finalmente, el nivel expresivo y comuni-
cativo, al cual pertenece toda la esfera del comportamiento no verbal.
Todas las emociones tienen alguna función que les confieren utilidad y permiten que las
personas ejecuten con eficacia las reacciones conductuales apropiadas, independiente-
mente de la cualidad placentera que puedan generar.
Todas las emociones, incluso las más desagradables, tienen funciones importantes en la
adaptación social y personal.
Existen diversas teorías al respecto, pero el consenso general apunta a que las emociones
cumplen tres funciones concretas:

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Tema 25: La huella no verbal del crimen 737

• Adaptativa. La emoción prepara al organismo para que ejecute una conducta


exigida por las condiciones ambientales, que movilice la energía necesaria y dirija
la conducta a un objetivo determinado. Sirve para facilitar la conducta apropiada,
reordenando energías según la función escapar, inmovilizar, atacar.
• Motivacional. En toda conducta motivada hay reacciones emocionales, pero tam-
bién a su vez es la emoción que energiza la conducta motivada pudiendo organi-
zar, guiar e impulsar la acción y el pensamiento. La conducta motivada produce
la expresión emocional y al revés también, la emoción facilita la aparición de la
conducta motivada.
• Social. Se basa en la expresión de las emociones que permite a los demás prede-
cir nuestro comportamiento, y a nosotros el de los demás.

LA UNIVERSALIDAD DE LAS EMOCIONES


Charles Darwin (1872), autor de la teoría de la evolución, apuntó, alrededor de 1870, que
los seres humanos, con independencia de la raza o edad, expresaban las emociones de
manera similar. La teoría explica cómo los organismos existentes en la Tierra se adaptan al
ambiente que los rodea. Tal adaptación provoca una modificación no solo anatómica, sino
que también afecta y modifica los procesos mentales y la conducta expresiva.
La emoción en ese sentido trabaja como preparación a la acción, tiene una importancia
comunicativa e influencia para la probabilidad de supervivencia que es el acto para con-
servar la evolución de la especie.

Figura 18. La universalidad de las emociones.

Asimismo postulaba que algunas emociones eran innatas y fue el primero en sugerir
que eran universales. Lo que explicó Darwin es que las expresiones emotivas son como
fósiles del comportamiento aún visible de algunos gestos del pasado, antes tenían un sig-
nificado muy importante para la supervivencia de la especie, y que ahora se han moldeado
gracias a la protección que nos ofrece la sociedad moderna.

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738 Manual de Criminalística y Criminología

Otro científico, Duchenne (1862), aplicaba pequeñas descargas eléctricas en los múscu-
los faciales para generar determinadas expresiones. Gracias a su estudio se ha podido
comprobar que el músculo orbicular (orbicularis oculi), de difícil control voluntario, pro-
duce las características arrugas alrededor de los ojos que solo aparecen cuando nuestra
sonrisa no es fingida (de ahí que la sonrisa genuina se llame “la sonrisa de Duchenne”).

Figura 19. Experimento del doctor Duchenne.

A partir de la teoría de Tomkins, se produce un gran incremento en la investigación sobre


la expresión facial de las emociones, sobre todo de una ciencia muy joven llamada etiolo-
gía, que estudiaba las bases filogenéticas de la conducta animal y humana. Podemos des-
tacar el estudio transcultural de Eibl-Eibesfeldt (1986) en niños ciegos y ciegos-sordos,
afirmando que hay emociones que se han adquirido por su valor adaptativo a lo largo de la
evolución y que el aprendizaje visual no es una condición necesaria para la manifestación
de la expresión emocional.
Un siglo después de Darwin, Paul Ekman aún dudaba de su afirmación, así que, casi de
manera fortuita, decidió estudiar las expresiones faciales en diferentes culturas. Ekman
creía que las expresiones faciales eran aprendidas socialmente y variaban en las diferen-
tes partes del mundo. Cada cultura tenía que expresar las emociones de manera única y
diferente.
Su estudio se basó en mostrar una serie de dibujos que interpretaban expresiones emo-
cionales a varias comunidades del mundo para comprobar qué significado tenían. Estas
comunidades no tuvieron casi relación con Occidente, por ello cabría esperar que su ex-
presión y reconocimiento emocional fuera propio de esa cultura. Pero comprobó que no
solo reconocían las emociones de los dibujos propuestos, sino que también expresaban
las emociones al pedirle que se pusieran en una situación concreta como la pérdida de un
amigo, la visita de un familiar o una situación de combate o lucha.
A pesar de que algunas de estas poblaciones estaban aisladas, el resultado fue que todas
identificaron con claridad seis emociones concretas que Ekman clasificó como las seis
emociones básicas y universales: ira, miedo, asco, sorpresa, alegría, tristeza y desprecio
(Ekman, 1971; Ekman, 1971b; Ekman 1973; Ekman, 1982; Ekman, 1986).

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Tema 25: La huella no verbal del crimen 739

Las emociones básicas merecen este calificativo, porque existe un número limitado de
ellas, porque han sido seleccionadas por la evolución debido a su valor adaptativo, porque
tienen una configuración no verbal muy marcada y característica, un centro neurológi-
co definido, por su aparición en la vida del neonato de manera secuencial y finalmente
porque la unión de estas puede formar emociones más complejas como las llamadas
secundarias o sociales.
De hecho, Matsumoto en el 2004 junto a Jessica L. Tracy, profesores de Psicología en la
Universidad de Columbia Británica, analizaron las reacciones espontáneas de victoria y de
derrota de los atletas durante los Juegos Paralímpicos de Atenas, llegando a postular que
también estas dos emociones son básicas. Desde luego sin entrar en el mérito si es así,
hacemos referencia a este estudio.

Figura 20. Investigación de David Matsumoto.

También gracias a los avances tecnológicos, la ecografía 4D nos permite ver nuevas ex-
presiones del feto nunca vistas antes con la 2D o 3D, como son los bostezos, la succión,
los parpadeos y sus emociones básicas.
Las expresiones faciales están conectadas a lo que sentimos. El córtex motor y la amíg-
dala interactúan en el procesamiento de emociones. Dicha interacción genera impulsos
eléctricos transmitidos a través del nervio facial, que derivan en movimientos de los mús-
culos de la cara.
Cuando compramos comida, el proceso de decisión se atiende en una parte analítica del
cerebro llamada neocórtex. El neocórtex sabe que tienes que comer para seguir viviendo,
un segmento de necesidades básicas no pasionales. Sin embargo, la decisión de comer

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740 Manual de Criminalística y Criminología

más chocolate del que deberías se debe a que el sistema límbico se encarga de convencer
al neocórtex para que este busque una excusa racional ante un impulso irracional.
Debido a la velocidad de los impulsos electroquímicos dentro del sistema límbico, el neo-
córtex tiene que justificar la acción que el sistema límbico ha impulsado, y que quizá ya
haya realizado, sin demasiado tiempo para reaccionar.
Para evitar que nos sintamos mal en estos casos, el sistema límbico ya se ha encargado
de evitarlo solicitando al área tegmental ventral (ATV) que libere dopaminas.
Comprender la emoción en base a la observación de la conducta nos permite conocer el
estado real de la persona durante la transmisión del mensaje, evaluar mejor el contenido
y predecir la acción futura.
En el caso del emisor, debe ser capaz de transmitir la emoción de manera adecuada, apor-
tando credibilidad al mensaje, transmitir el mensaje con el contenido emocional específico
y preparar al receptor para la acción.

LA EVOLUCIÓN DEL HOMBRE Y LAS EMOCIONES


Para entender las emociones es necesario comprender por qué las tenemos. El ser hu-
mano actual es resultado de una estirpe de supervivientes cuya lucha tenaz y continua
contra la escasez de recursos, los depredadores, los competidores, la naturaleza, las en-
fermedades, etc., hizo que solo aquellos que consiguieron adaptarse y sortear los riesgos,
sobrevivieran y procrearan, teniendo descendencia y, por tanto, legando a su progenie
recursos y habilidades que han perdurado hasta nuestros días.
Las emociones han influido en nuestro desarrollo filogenético. Su papel ha sido funda-
mental en la supervivencia, permitiéndonos afrontar situaciones demasiado difíciles (la
lucha o la huida ante un peligro inminente, el riesgo, las pérdidas irreparables de seres
queridos, la relación de pareja para perpetuar la especie, la consecución de un objetivo
a pesar de las frustraciones, etc.) como para ser resueltas exclusivamente por nuestro
cerebro más racional.
Las emociones son, en esencia, impulsos automáticos que nos llevan a actuar de una
manera determinada. Ante los riesgos, solo aquellos que reaccionaron de manera similar
sobrevivieron, creándose una cadena de respuesta en nuestro ADN similar en la mayoría
de las personas y que nos impulsa a actuar de una determinada manera ante un estímulo
concreto gracias a la emoción que nos genera.
La distinta impronta biológica de cada emoción pone en evidencia que cada una de ellas
desempeña un papel único en nuestro repertorio emocional. Esto quiere decir que todas
y cada una de las emociones que sufrimos a lo largo de nuestra vida han tenido una clara
función relacionada con la supervivencia de la especie, pudiendo verse reflejada en cómo
estas emociones nos hacen actuar con respecto a los demás y a nosotros mismos.

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Tema 25: La huella no verbal del crimen 741

Así pues, la emoción nos enfrenta a una respuesta concreta que puede considerarse una
de las cuatro posibilidades siguientes:
a) Quedarnos inmóviles, algo que hace que podamos pasar desapercibidos, tal como
nuestros antepasados hacían ante la llegada de un depredador que aún no se ha-
bía percatado de su existencia y, por tanto, estar parado aseguraba que seguirían
sin ser vistos.
b) Huir, tratando de escapar del lugar donde estamos en riesgo. Esta permitió a
nuestros antepasados escapar de una muerte segura cuando eran descubiertos
por un depredador mayor, por ejemplo.
c) Luchar, enfrentándonos al riesgo. En este sentido podríamos entender dos opcio-
nes, la batalla en sí misma con un enemigo, como podría ser el llanto desconso-
lado de un bebé en medio de la selva y en la oscuridad al notar que su madre no
está cerca y se aproxima un depredador; o la llamada de auxilio, en este último
caso, solo los bebés que, con su llanto, consiguieron atraer a su madre a defen-
derlos, se salvaron de la muerte segura y transmitieron, así, esa actitud que, a
veces, tanto desespera a los padres cuando su bebé llora desconsoladamente en
la cuna, justo cuando salen de la habitación.
d) Alegrarnos por haber sorteado un riesgo o haber conseguido algo que deseamos.
En estas circunstancias era y es muy habitual dejar al descubierto cualquier par-
te del cuerpo, como cuando se levantan los brazos en señal de victoria, siendo
entonces vulnerables a un ataque. Por descontado, esta respuesta se daba en
situaciones donde no era posible un ataque ante una manifestación de alegría,
transmitiendo, así, a las futuras generaciones las claves de cuándo y cómo expre-
sar la alegría y evitando las manifestaciones demasiado llamativas ante descono-
cidos o miembros no cercanos a nosotros. Es por eso que no nos arrancamos de
igual manera en una situación de alegría con alguien querido que con alguien solo
conocido.

FACS Y EMFACS
Ekman entendió que si hay emociones básicas, estas son reconocidas y expresadas de
igual manera por parte de toda la población mundial, tal como hemos explicado. Por eso
podemos analizar la configuración facial de la tristeza, la ira, la sorpresa, la alegría, el mie-
do, el desprecio y el asco del ser humano de manera universal.
Por eso nace el sistema FACS de Paul Ekman y Wallace V. Friesen (1978), un sistema que
se basa en la anatomía de los músculos, no es invasivo, el análisis no destruye la muestra,
ya que se trata de material en vídeo que permite su visión repetidas veces y es un método
muy preciso. Una única desventaja es la dificultad de su aprendizaje y el tiempo necesario
para su uso.

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742 Manual de Criminalística y Criminología

La investigación demuestra que el uso del FACS tiene éxito en tratamientos y estudios
frente a la pérdida traumática, estudios sobre la aparición y remisión de la depresión, la
esquizofrenia y otras psicopatologías, estudios que tratan sobre pacientes con depresión y
alto riesgo de suicidio, identificados los patrones de actividad facial en la intoxicación por
alcohol, y se está utilizando también en diferentes áreas que no sean la clínica.
Los movimientos individuales de los músculos faciales son codificados por FACS desde
leves cambios instantáneos en la apariencia facial. Se trata de un estándar común de cla-
sificar sistemáticamente la expresión física de emociones.
Utilizando la codificación facial (FACS), es posible codificar y decodificar, manualmente,
casi cualquier expresión facial anatómicamente posible, enumerando las unidades especí-
ficas de acción (UA) y los segmentos temporales que produjeron la expresión.
Es un procedimiento donde se analizan más de 40 unidades de acción, 8 posiciones de la
cabeza y 6 movimientos de los ojos.
Entendiendo por unidad de acción el movimiento de un músculo o grupo de músculos
inserto en la parte superior o inferior del rostro, y que puede ser horizontal, vertical u
oblicuo.
Como las unidades específicas de acción (UA) son independientes de cualquier interpre-
tación, estas pueden ser utilizadas para la toma de decisiones de orden superior, inclu-
yendo el reconocimiento de emociones básicas o los comandos preprogramados para un
entorno ambiental inteligente. Las unidades de acción documentadas actualmente son
más de 10.000.
Las puntuaciones que tenemos con el FACS son únicamente descriptivas, no dan un sig-
nificado del comportamiento facial, se trata de analizar los movimientos que se aprecian
en el rostro tal como aparecen. Para que la decodificación del FACS tenga un significado
a nivel psicológico, hay que utilizar el EMFACS.
EMFACS es un acrónimo de “Emotion FACS” y se basa en la utilización del Sistema de
Codificación de la Acción Facial para detectar las emociones a través de la expresión de
la cara. En este sistema solo se consideran las emociones básicas, aquellas unidades de
acción que se asocian a determinadas emociones.

Emoción Codificación
Ira AU 4+5+7+17+23
Miedo AU 1+2+4+5+20+25, 26 o 27
Tristeza AU 1+4+15 con o sin 54+64
Asco AU 9+17
Sorpresa AU 1+2+5+27
Desprecio AU R12/L12 o R14/L14
Alegría AU 6+12
Figura 21. EMFACS

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Tema 25: La huella no verbal del crimen 743

Por eso, la falta de algunas de estas unidades de acciones y, en consecuencia, de mo-


vimientos musculares significa que la emoción no es completa y puede ser fingida o
simulada.
Ekman, además, confirma que hay movimientos que son involuntarios y solo aparecen
cuando probamos la emoción. El motivo científico lo vimos anteriormente cuando hemos
explicado que hay dos vías motoras que controlan el movimiento facial (Barlett, 2014).
Un sistema motor extrapiramidal subcortical lleva expresiones faciales espontáneas de
emociones sentidas. Un sistema motor piramidal cortical controla las expresiones faciales
voluntarias.

LAS EMOCIONES BÁSICAS


Estas son las emociones básicas que tenemos que conocer para detectar congruencias e
incongruencias emocionales en los relatos de las personas.
Al fin de entender mejor el mundo emocional, a continuación procederemos a la descrip-
ción de las siete emociones básicas que han tenido más consenso en la investigación psi-
cológica. Por ello, presentamos un resumen de las características de cada una, recogida
principalmente en el Manual de Psicología de la emoción (García Fernández-Abascal et al.,
2010) y Psicología de la emoción, de Mariano Chòliz. Consideramos importante apuntar
de cada una: su definición, los desencadenantes que las provocan, sus funciones, la sen-
sación subjetiva que percibe el sujeto y finalmente su expresión no verbal.

Sorpresa
• Definición
La sorpresa es una emoción que se produce delante de un estímulo inesperado,
novedoso o extraño.
La sorpresa es una emoción sin valencia determinada, no tiene en si un carácter
hedónico determinado. Además, es una emoción muy breve que da paso a otra
congruente con la valencia emocional del estímulo.
• Desencadenantes
Los principales instigadores de la emoción de sorpresa son:
–– Lo inesperado o desconocido.
–– Estímulo novedosos de una intensidad entre débil o moderada.
–– La aparición de hechos fuera de contexto.
–– Aumento brusco de una situación estimulante o su interrupción.

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744 Manual de Criminalística y Criminología

• Funciones
La emoción de sorpresa produce un bloqueo momentáneo de todas las activida-
des que pueden interferir con el ajuste al cambio novedoso producido por el am-
biente, dirigiendo la atención y la memoria a este estímulo para su afrontamiento.
• Sensación subjetiva
La principal experiencia de la emoción de sorpresa es de “mente en blanco” o
también la sensación de incertidumbre por lo que puede pasar.
• Expresión facial
–– Elevación de la parte interior de las cejas AU 1.
–– Elevación de la parte exterior de las cejas AU 2.
–– Elevación del parpado superior AU 5.
–– Apertura de la boca AU 27.
Los músculos que ejercen mayor influencia son: el frontal, el elevador del parpado
superior, el masetero, el temporal y el pterigoideo interno.
• Expresión vocal
–– Tono de alto nivel
–– Vocalizaciones espontaneas del tipo ¡oh!, ¡cómo!

Figura 22. Sorpresa.

Asco
• Definición
La emoción de asco se define como una marcada aversión producida por algo
fuertemente desagradable o repugnante hacia alguna cosa, una impresión des-
agradable causada por algo o un acontecimiento psicológico o de valor moral
repugnante.

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Tema 25: La huella no verbal del crimen 745

• Desencadenantes
Todo estímulo desagradable que puede ser dañino o nocivo puede provocar la
emoción de asco (alimentos en mal estado, secreciones corporales, ciertos ani-
males, conductas inapropiadas, trozos corporales, falta de higiene y un largo etc.).
• Funciones
La función adaptativa del asco está muy clara, prepara el organismo a reconocer
y rechazar lo potencialmente dañino, para así alejarnos, expulsarlo o eliminarlo.
También tiene una función social y preventiva facilitando la aparición de conduc-
tas apropiadas para neutralizar esta emoción, potenciando hábitos saludables e
higiénicos.
• Sensación subjetiva
La repulsión es la experiencia subjetiva de la emoción de asco que puede incluso
estar acompañada de sensación de náusea, vómito o arcadas.
• Expresión facial
–– Nariz fruncida AU 9.
–– Elevación de la barbilla AU 17.
• Unidades de acción complementarias
–– Elevación de las mejillas AU 6.
–– Separación de los labios AU 25.
–– Descenso de la mandíbula AU 26.
Los principales músculos implicado son: el elevador del ala nasal y labio superior,
triangular de los labios, masetero, temporal y pterigoideo interno.
• Expresión vocal
–– Emisión de sonido como de aclarar la garganta.
–– Sonidos guturales “aj” o “uf”.

Figura 23. Asco

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746 Manual de Criminalística y Criminología

Miedo
• Definición
El miedo es una emoción producida por un peligro presente e inminente (a di-
ferencia de la ansiedad, donde el peligro no está presente, siendo indefinible o
impredecible).
• Desencadenantes
El miedo se activa por la percepción de daño o peligro que puede ser de natura-
leza física o psicológica.
También el aprendizaje juega un papel muy importante en la asociación entre
estímulo y miedo, tras un condicionamiento clásico en el cual un estímulo que
previamente no suscitaba una respuesta, acaba provocándola a consecuencia de
su asociación temporal con otro estímulo que sí provoca la respuesta.
Existen, asimismo, algunos peligros que son evolutivos y derivan de la historia de
nuestra especie.
• Funciones
El miedo activa al sujeto para que lleve a cabo alguna conducta que le distancie
del estímulo.
Esta emoción actúa como un activador que avisa del riesgo vital, facilitando las
respuestas de escape o evitación de la situación peligrosa.
Las estrategias de afrontamiento que el ser humano puede adoptar son muchas:
retirarse, inmovilizarse, amenazar o atacar, etc.
• Sensación subjetiva
La emoción de miedo, a nivel subjetivo, es una de las más intensas y en ocasiones
de las más desagradables.
Puede provocar sensación de tensión, desasosiego, preocupación y recelo por
la propia seguridad, y con frecuencia sensación de pérdida de control ante una
amenaza, de la cual no se puede hacer frente por inseguridad respecto de las
propias capacidades.
• Expresión facial
–– Elevación de la parte inferior de las cejas AU 1.
–– Elevación de la parte exterior de las cejas AU 2.
–– Descenso y contracción de las cejas AU 4.
–– Alargamiento de la comisura de los labios AU 20.
–– Separación de labios AU 25.
–– Descenso de la mandíbula AU 26.
–– Apertura de boca AU 27.
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Tema 25: La huella no verbal del crimen 747

Los principales músculos implicados son: el frontal, superciliar, piramidal, cigo-


mático mayor, risorio, cuadrado de la barba, borla de la barba y orbicular de los
labios.
• Expresión vocal
En situación de miedo extremo pueden aparecer gritos de alta frecuencia o chilli-
dos en general; se asocia con una elevación y variabilidad del tono.

Figura 24 Miedo.

Alegría
• Definición
La alegría es un sentimiento positivo que aparece cuando una persona experimen-
ta una atenuación en su malestar, cuando consigue una meta u objetivo, cuando
tiene una experiencia placentera.
• Desencadenantes
Fundamentalmente hay dos tipos de situaciones que provocan alegría: aquellos
estímulos que atenúan o eliminan una experiencia negativa o la ocurrencia de algo
positivo, deseado o placentero.
• Funciones
La alegría atenúa la respuesta fisiológica al estrés y reajustaría el nivel homeostá-
tico del organismo.
Asimismo, a nivel social disminuiría el comportamiento hostil y contribuiría a la
aparición de conductas amistosas y prosociales.
• Sensación subjetiva
La alegría permite experimentar todo tipo de sensaciones placenteras y psicoló-
gicamente positivas, como incremento de la autoestima, la confianza, optimismo.

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748 Manual de Criminalística y Criminología

• Expresión facial
–– Elevación de las mejillas AU 6.
–– Elevar comisura de los labios AU 12.
• Unidades de acción complementarias
–– Separación de los labios AU 25.
Los músculos implicados en la alegría sentida son los cigomáticos mayor y orbi-
cular del párpado.
• Expresión vocal
Elevación del tono de voz y aumento de su sonoridad introduciendo un mayor nú-
mero de variaciones tonales. Producción de formas sonaras como “ja, ja”, “je, je”.

Figura 25. Alegría.

Tristeza
• Definición
La tristeza es una sensación negativa y un decaimiento del estado de ánimo ha-
bitual de una persona.
• Desencadenantes
La tristeza emerge ante la pérdida irreparable de un ser querido o una meta valiosa
o ante el planteamiento de una contingencia aversiva.
También podemos sentir tristeza cuando no tenemos los medios para alcanzar
una meta importante o ya no tenemos esperanza de llegar a ella.
• Funciones
El sentimiento de tristeza ralentiza nuestras funciones motoras y cognitivas para
un ahorro de energía, favoreciendo un enfoque hacia nosotros mismos y nuestros

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Tema 25: La huella no verbal del crimen 749

procesos internos a través de la introspección. También desempeña una función


de autoprotección al impedir o limitar el procesamiento de estímulos desagrada-
bles e inductores de tristeza.
Por último, a nivel social puede empujar a la búsqueda de apoyo social promo-
viendo así las interacciones personales.
• Sensación subjetiva
La tristeza provoca todo tipo de sensaciones negativas y desagradables como
abatimiento, impotencia, desamparo y aflicción. Contribuyendo además a tener
una actitud pesimista pero reflexiva.
• Expresión corporal
–– Elevación de la parte interior de las cejas AU 1.
–– Bajada del interior de las cejas hacia el interior AU 4.
–– Descenso de las comisuras de los labios AU 15.
–– Cabeza hacia abajo AU 54.
–– Mirada hacia abajo AU 64.
Los músculos implicados son: frontal, piramidal, superciliar, mentoniano y el de-
presor del ángulo de la boca.

Figura 26. Tristeza.

Expresión vocal
Cuando nos sentimos tristes, se produce un descenso en la media y el rango de fre-
cuencia principal de la señal vocal y en su intensidad. El tono de voz resulta más bajo y
monótono, de menor sonoridad e intensidad. También a nivel de fluencia disminuyen las
palabras articuladas y aumenta el tiempo necesario para su articulación.

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750 Manual de Criminalística y Criminología

Ira
• Definición
La ira aparece cuando la persona se ve sometida a una situación que le producen
frustración o que le resulta aversiva. Esto permite un proceso vigorizador de ener-
gía que centra la atención al agente que instiga esta emoción y actuando como
defensa en situaciones que comprometen la integridad física o la propia imagen
y autoestima.
• Desencadenante
Los desencadenantes de la ira pueden ser situaciones frustrantes, tales como
obstrucción del acceso a una meta teniendo los medios para alcanzarla, trasgre-
sión de normas y derechos o situaciones aversivas como experiencias desagra-
dables o de dolor.
• Funciones
La ira nos permite desarrollar conductas rápidas de defensa o ataque ante situa-
ciones desagradables o generadoras de frustraciones.
Es una de las pocas emociones que permite un despliegue de energía para alcan-
zar metas y retirar cualquier bloqueo u obstáculo.

• Sensación subjetiva
La vivencia emocional subjetiva de la ira se experimenta como un estado desagra-
dable e intensamente activador.
La persona tiene mucho vigor para resolver con la mayor inmediatez posible la
situación problemática y este comportamiento suele ser muy poco reflexivo.
• Expresión facial
–– Bajada del interior de las cejas hacia el interior AU 4.
–– Elevación del parpado superior AU 5.
–– Párpados tensos AU 7.
–– Elevación de la barbilla AU 17.
–– Afinar labios AU 23.
• Unidades de acción complementarias:
–– Elevación del labio superior AU 10.
–– Contracción de los labios en forma de embudo AU 22.
–– Separación de los labios AU 25.
–– Dilatación de las fosas nasales AU 38.

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Tema 25: La huella no verbal del crimen 751

Músculos implicados: superciliar, depresor del superciliar, piramidal, elevador del


parpado superior, orbicular de los parpados, orbicular de los labios, elevador del
ala de la nariz y mentoniano.
• Expresión vocal
La ira cursa con un incremento tanto en la intensidad como en la frecuencia prin-
cipal media de la señal vocal.

Figura 27. Ira.

Desprecio
• Definición
La emoción del desprecio se expresa principalmente en situaciones sociales,
cuando se quiere expresar desaprobación por un comportamiento transgresor
de las normas morales y las convenciones sociales, el comportamiento agresivo
y violento, la traición a la confianza, etc.; tales actitudes evocarían una evaluación
moral del otro y un sentimiento positivo hacia nosotros mismos que nos sentimos
moralmente mejor que los demás.
• Antecedentes
Serían situaciones que provocan esta emoción: las actitudes de superioridad,
traición a la confianza, situaciones en las que el individuo necesita sentirse más
fuerte, más inteligente o más civilizado; violaciones de normas morales e irres-
ponsabilidad que evocarían una evaluación moral.
El desprecio requiere esencialmente ver “malas cualidades” de alguien y al mismo
tiempo hacer una comparación entre esta persona y nosotros mismos o nuestro
grupo.
• Funciones
Incluso el desprecio tiene un valor adaptativo. En una perspectiva evolutiva, puede
considerarse como una modalidad expresiva que sirve para preparar al individuo o

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752 Manual de Criminalística y Criminología

al grupo para enfrentar a un adversario peligroso, un enemigo advirtiendo al indi-


viduo de situaciones potencialmente peligrosas, pero a diferencia del asco, parece
ser una emoción más evolucionada, ya que tiene como referencia principal no un
objeto inanimado, sino un ser vivo y está conectado con interacción social. Desde
este punto de vista, el desprecio se considera una emoción compleja porque se
reconoce con menos facilidad.
• Sensación subjetiva
El desprecio trata a los demás sin consideración o respecto, el que desprecio tiene
un sentimiento de superioridad injustificado.
• Expresión facial
–– Elevación de la comisura de los labios AU 12 Right or Left.

Figura 28. Desprecio 1.

–– Hoyuelo AU 14 Right or Left.


Músculos faciales: trabaja en esta emoción el cigomático.

Figura 29. Desprecio 2.

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Tema 25: La huella no verbal del crimen 753

• Expresión vocal
Tono medio bajo con un timbre de voz de rango amplio. Puede estar acompañado
de risas de burla.

LAS MICRO EXPRESIONES


Junto a la universalidad de las emociones, hay otro descubrimiento que ha sido importan-
te para la psicología moderna: las micro expresiones.
Estas son expresiones faciales involuntarias de los músculos de la cara que suelen durar
1/25 de segundo. Por su extrema velocidad, los procesos atencionales son fundamenta-
les. Al ser involuntarias, exponen las verdaderas emociones de una persona.
Pueden suceder como resultado de una supresión consciente o represión inconsciente.
Como apuntábamos anteriormente, al ser las siete emociones universales también lo son
las micro expresiones.
Aprender a detectar micro expresiones concede una ventaja en cualquier situación social.
La explicación de este fenómeno está en la base neurológica, que es diferente para las
expresiones auténticas y las expresiones intencionadas que proceden de áreas diferentes
del cerebro humano.
Joseph LeDoux, en su libro Emotional Brain (2000), estudiando la emoción del miedo,
hipnotizó a ratones y descubrió que existían dos vías cerebrales para el procesamiento
de las emociones. Una primera vía (la “Low Road”) donde la información se transporta al
tálamo para finalmente alcanzar la amígdala, y la segunda vía (denominada “High Road”)
donde interviene la corteza cerebral, siendo un procesamiento más complejo y preciso
que el anterior, que era más inmediato y automático.

Figura 30. Rajoy tiene una micro expresión de desprecio al hablar


del matrimonio homosexual durante el debate electoral.

La historia de las micro expresiones se remonta a los años 60, cuando Haggard e Isaacs
(1966) en su estudio de entrevistas psicoterapéuticas hablaban de “micro momentáneas”.
Los autores explicaban su existencia debido a la represión emocional de los pacientes.

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754 Manual de Criminalística y Criminología

En 1967, Ekamn empezó sus estudios con pacientes deprimidos, de hecho, en su libro
Telling Lies: Clues to Deceit in the Marketplace, Politics, and Marriage, habla de una pa-
ciente, Mary, ama de casa de 42 años.

Figura 31. El padre de Paulette, una niña que desapareció y luego se encontró muerta en su
domicilio, tiene una micro expresión de asco al relatar la desaparición de su hija.

La investigación tuvo una importancia vital para la psicología, ya que estos pacientes
afirmaban falsamente que ya no se sentían deprimidos, pero se suicidaron una vez dada
el alta médica.
Cuando las grabaciones de las entrevistas clínicas de los pacientes se examinaron a cá-
mara lenta, Ekman y Friesen vieron micro expresiones que revelaron fuertes sentimientos
negativos que el paciente estaba tratando de ocultar, como profunda tristeza, desprecio
o asco.
Todo esto fue por una falta de interés hacia la comunicación no verbal de los pacientes,
ignorando que la expresión emocional podía ser un factor muy importante para tener en
cuenta y que en una entrevista clínica no solo es importante la parte de contenido verbal,
sino que la no verbal no puede ser ignorada.

Figura 32. Micro expresión de desprecio de Sarkozy.

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Tema 25: La huella no verbal del crimen 755

DETECCIÓN DE MENTIRA
DETERMINAR LA CONDUCTA CONGRUENTE
El proceso emocional se inicia con la aparición de un estímulo que es procesado hasta
llegar a una determinada conducta
Proceso(Palmero y Mestre,
de la percepción 2004).
emocional

PERCEPCIÓN NO ESTÍMULO
CONSCIENTE
DISPOSICIÓN BIOLÓGICA

EVALUACIÓN/VALORACIÓN JUICIOS Y CREENCIAS PREVIAS


PERCEPCIÓN CONSCIENTE
NO CONSCIENTE
ESTADO AFECTIVO ACTUAL BÚSUEDA DE
ESTIMULO
RESPUESTA FISIOLÓGICA EVALUACIÓN/ VALORACIÓN
¿EMOCIONAL O
NO EMOCIONAL? CONSCIENTE

RESPUESTA EXPERIENCIA
MOTIVACIÓN COGNITIVA EMOCIONAL
(OREXIS) (PENSAMIENTO) (EMOCIÓN SENTIMIENTO)

REPRESIÓN
EMOCIONAL

CONTROL
EMOCIONAL

CONDUCTA CONTROL EMOCIONAL EXPRESIÓN RESPUESTA FISIOLÓGICA


INTENCIONAL (FALLIDO) NO CONTROLADA (EMOCIONAL)

Figura 33. Proceso emocional de percepción consciente y no consciente de un estímulo,


presentado por Palmero y Mestre (Palmero y Mestre, 2004).

A partir del estímulo, se ponen en marcha dos mecanismos, un mecanismo de percepción


no consciente que puede ser emocional o no emocional, como podría ser una respuesta
automática de pisar el freno ante una señal de stop, que desembocará en una respuesta
fisiológica, y un mecanismo de percepción consciente que desembocará en un conjunto
de respuestas relacionadas con la conducta, la expresión y fisiológicas emocionales.
La parte no consciente, solo con fines didácticos en este apartado, la dejaremos de lado
y nos centraremos en las cajas rojas y azules.
Las cajas de color rojo corresponden a procesos no observables y que se llevan a cabo
en la mente del sujeto. Un observador no puede verlos, pero puede inferirlos en base a la
conducta observable, es decir, ante una expresión de miedo, podría inferir que el sujeto
observado tiene miedo. Tanto la apreciación de miedo en sí, como los motivos, no son
más que una hipótesis, puesto que no podemos asegurar que los procesos que desen-
cadenan esta expresión de miedo sean estos y no otros, es decir, que el sujeto no tenga
realmente miedo a pesar de que trate de mostrarlo.
Las cajas de color azul se corresponden con los procesos observables. Como resultado
de los procesos cognitivos y sus motivaciones, el sujeto puede desarrollar una conducta
intencionada. Debido a su experiencia emocional y a la evaluación/valoración del sujeto

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756 Manual de Criminalística y Criminología

puede aparecer una conducta no controlada automática. Pero, a partir de la experiencia


emocional y de los procesos cognitivos, puede que el control emocional sobre la conducta
resulte fallido.
Además de la percepción, se desprenderá una determinada respuesta fisiológica, emo-
cional, que también es observable, que puede o no coincidir con la representación de la
conducta controlada.
Así, podemos observar la conducta automática, intencionada y/o el intento fallido de con-
trol de la conducta, la respuesta fisiológica y, en algunos casos, el estímulo.

ESTÍMULO

DISPOSICIÓN BIOLÓGICA

JUICIOS Y CREENCIAS PREVIAS


PERCEPCIÓN CONSCIENTE

ESTADO AFECTIVO ACTUAL BÚSUEDA DE


ESTIMULO
EVALUACIÓN/ VALORACIÓN
CONSCIENTE

RESPUESTA EXPERIENCIA
MOTIVACIÓN COGNITIVA EMOCIONAL
(OREXIS) (PENSAMIENTO) (EMOCIÓN SENTIMIENTO)

REPRESIÓN
EMOCIONAL
Nivel 2. Inferencias
CONTROL
EMOCIONAL

CONDUCTA CONTROL EMOCIONAL EXPRESIÓN RESPUESTA FISIOLÓGICA


INTENCIONAL (FALLIDO) NO CONTROLADA (EMOCIONAL) Nivel 1. Datos
observables

Figura 34. Nivel de datos observables y nivel de inferencias.

Para determinar la veracidad de un sujeto debemos contrastar los datos observables e


inferir en los procesos subyacentes respecto al estímulo de entrada, a fin de determinar
el grado de congruencia entre ellos.
Pero es necesario partir de un punto cero, de un estado neutro que permita comparar
los niveles observables con los obtenidos, para así poder determinar cuándo se han dado
cambios de conducta importantes y no congruentes entre sí.
Esto supone la necesidad de establecer un patrón base de conducta, una línea basal,
sobre la cual podamos establecer cambios conductuales que sean interesantes para el
objetivo del análisis.
Por ejemplo, en el caso de un interrogatorio o entrevista policial será interesante analizar
la individualidad de cada sujeto, estableciendo su línea base. De esta manera, podremos
comparar el comportamiento en diferentes momentos del tiempo, permitiendo observar
cambios que planteen preguntas como:

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Tema 25: La huella no verbal del crimen 757

–– ¿Por qué ha modificado su comportamiento?


–– ¿Qué procesos emocionales, motivacionales o cognitivos han provocado el cam-
bio?
–– ¿El estímulo que provoca el cambio de comportamiento es interno o por el con-
trario se debe a una reacción frente a un estímulo presente en el entorno?
–– ¿El estímulo que provoca el cambio es alguna de las cuestiones planteadas por el
negociador?
El patrón base de comportamiento debería realizarse, de manera ideal, mediante el aná-
lisis del sujeto en otro momento diferente en el tiempo, idealmente en varios momentos
diferentes. De esta manera, se establecerá cómo se comporta el individuo en situaciones
diferentes a la analizada, pudiendo inferir el origen de los cambios comportamentales.
Como esto es difícil en la mayoría de las ocasiones, una solución de compromiso acepta-
ble es establecer una conversación banal con el sujeto a analizar, en la cual observemos
su conducta y la comparemos con la situación en la cual exista una alta implicación emo-
cional.

QUÉ ES LA MENTIRA
“La gente miente un promedio de dos veces al día, o por lo menos eso es lo que normal-
mente se admite”, dice Bella DePaulo (2003, 2018), psicóloga de la Universidad de Virgi-
nia, que en uno de sus estudios pide a los sujetos que lleven un registro de las mentiras
diarias que dicen.
Existen dos formas fundamentales de mentir:
• Ocultar. Se basa en retener cierta información sin decir en realidad nada que falte
a la verdad.
• Falsear. No solo retiene información verdadera, sino que presenta información
falsa como si fuera cierta.
A menudo el engaño incluye ambos tipos de mentira, aunque no siempre el mentiroso usa
las dos. De hecho, un buen mentiroso, si puede elegir, preferirá ocultar a falsear puesto
que ocultar es más fácil que falsear y dispone de mayor repertorio de argumentos de
salida que el falseo, es decir, el mentiroso dispone de más respuestas creíbles ante un
ocultamiento que con un falseo, tales como la ignorancia ante el hecho, la intención de
decirlo más tarde o la ausencia de memoria.
En resumen, el engaño es el intento deliberado, exitoso o no, de ocultar, generar y/o ma-
nipular de algún otro modo información factual y/o emocional, por medios verbales y/o no
verbales, con el fin de crear o mantener en otra (s) persona (s) una creencia que el propio
comunicador considera falsa (Masip, 2004).

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758 Manual de Criminalística y Criminología

El engaño se ha definido en la psicología social como “el intento deliberado de generar en


otras personas una creencia o entendimiento que el comunicador considera que es falsa”
(DePaulo, 1989).
Es importante entender que la mentira no siempre tiene connotaciones negativas, por
ejemplo, el caso de un médico que, sabiendo que el enfermo está terminal, y a petición
de la familia, decide ocultar esta información al paciente para no angustiarle en el tiempo
que le quede.

POR QUÉ MENTIMOS


Robert Feldman, profesor de Psicología e investigador, sintetizó algunas de las conclusio-
nes a las que ha llegado en una obra de alcance generalista titulada Cuando mentimos:
Las mentiras y lo que dicen de nosotros (Feldman, 2009).
De dicha obra podemos inferir que existen diversas causas que, salvo las derivadas de
modelos patógenos, se basan en la ganancia o pérdida/evitación.
Basándonos en este principio, Rogers y Neumann (2003) plantean tres modelos que jus-
tifican las causas para mentir:
• Modelo patógeno.
• Modelo criminológico.
• Modelo adaptativo.
Salvo que el sujeto sufra de determinadas patologías que le impidan discernir la realidad
objetiva de su realidad subjetiva, en todos los casos, el emisor obtiene algún tipo de be-
neficio o evita alguna pérdida, material y/o emocional, se reafirma y/o consolida postura,
estatus o posición en un entorno determinado.
De acuerdo con el estudio realizado por los neurobiólogos del University College London
titulado The brain adaptstod is honesty, las personas con tendencia a mentir se acostum-
bran poco a poco al engaño debido a que la amígdala, una parte del cerebro asociada a las
emociones, empieza a perder sensibilidad creando un círculo vicioso sin fin.

CÓMO NOS AFECTA LA MENTIRA


Mentir requiere un esfuerzo mental considerable y hay que esperar por eso que cuanto
más mentirosa es una persona, también es más inteligente al tener que fabular una his-
toria, hacerla creíble, sostenerla todos los días, recordar a quien se le ha contado, etc.
Lleva mucho más esfuerzo construir una versión falsa de los hechos que decir la verdad.
Incluso el proceso desde que se recibe el estímulo hasta que se controla la conducta
consciente y se bloquea la respuesta fisiológica implica que la respuesta para mentir es
más lenta que la de la verdad, es decir, ante una intención de mentir, somos más lentos
hablando, moviéndonos, respondiendo en sí, que para decir la verdad.

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Tema 25: La huella no verbal del crimen 759

Tal es el esfuerzo que incluso el estudio de un equipo de investigadores de la Universidad


de California del Sur titulado Localisation of increasedprefrontal white matter in pathologi-
calliars, descubrió hace unos años que la estructura del cerebro de los mentirosos com-
pulsivos es distinta de la de los honestos. Concretamente, detectaron que los embusteros
compulsivos tienen en el lóbulo frontal del cerebro más cantidad de sustancia blanca que
de sustancia gris, en torno a un 22 % más.
Uno de los mitos más escuchados en las últimas décadas sobre que los mentirosos no
miran a la cara es, en realidad, incierto. Los mentirosos inexpertos es posible que eviten
la mirada en señal de vergüenza, pero los mentirosos profesionales optan por mirar fija-
mente, olvidándose de pestañear en algunas ocasiones.
Finalmente, para mentir usamos distintas zonas del cerebro que las que empleamos para
contar la verdad. En el mismo estudio que hemos citado en este párrafo, la investigadora
israelí Tali Sharot (2016), de la University College of London, ha descubierto que cuanto
más mentimos, más se adapta el cerebro y esta adaptación nos lleva a sentir siempre
meno culpa. Aunque la mayor parte de la gente se siente culpable, la sensación desapa-
rece con la práctica.

¿SOMOS CAPACES DE DETECTAR MENTIRAS?


La investigación científica muestra que el nivel de aciertos de nuestros juicios sobre la
veracidad de las demás personas al observar su conducta es similar al que obtendríamos
al echar una moneda al aire.
En varios estudios (Vrij, 2000b; Kassin y Meissner, 2007; Masip, Garrido y Herrero, 2005;
Massip, 2005; Masip, Garrido y Herrero, 2002; Garrido, Masip y Herrero, 2004; Kassin, y
Fong, 1999; Kraut, 1980; Levine, Park y McCornack, 1999; Mann, Vrij y Bull, 2004) se ha
descubierto que el acierto de la gente en la detección de mentiras supera, por lo general,
en muy poco a la casualidad. En tanto que la simple casualidad da una media de aciertos
del 50 %, en los últimos estudios la mejor media de aciertos de cualquiera de los grupos
de estudio nunca excedió el 60 %, y la mayoría de las veces está muy próxima a la media
de la casualidad.
Los mismos estudios (Vrij, 2000b; Kassin y Meissner, 2007; Masip, Garrido y Herrero,
2005; Massip, 2005; Masip, Garrido y Herrero, 2002; Garrido, Masip y Herrero, 2004;
Kassin y Fong, 1999; Kraut, 1980; Levine, Park, y McCornack, 1999; Mann, Vrij y Bull,
2004) respaldan que los profesionales familiarizados con el engaño (por ejemplo, policías,
jueces, psiquiatras, etc.) no acierten más que el resto de las personas.
Hay unas pocas variables (preparación, conocimiento previo del comunicador, etc.) que
tienen una influencia estadísticamente significativa sobre los resultados.
La investigación también muestra que las personas identificamos con mayor facilidad las
verdades que las mentiras, ya que tendemos a considerar que los demás son sinceros.

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760 Manual de Criminalística y Criminología

Excepcionalmente, aquellos profesionales para quienes la detección de la mentira es re-


levante no muestran este sesgo. Así, sobre la base de los resultados empíricos, Christian
Meissner y Saul M. Kassin (2007) afirman que, en realidad, tales profesionales presentan
un sesgo opuesto al considerar que las declaraciones son falsas.
Investigaciones recientes muestran que apenas existen indicadores conductuales del en-
gaño. DePaulo (2003) y sus compañeros llevaron a cabo un meta-análisis sobre las claves
reales de la mentira. De 158 posibles claves conductuales examinadas por la investi-
gación, solo 41 (26 %) permitieron diferenciar significativamente entre comunicaciones
verdaderas y falsas. Si excluimos aquellas claves para las cuales los cálculos no ofrecían
garantías (muestras pequeñas o imposibilidad de calcular con exactitud la magnitud del
efecto), restan solo 24 indicadores (15 % de los 158 examinados).
Hay muy pocas diferencias entre la conducta de las personas cuando mienten y cuando
dicen la verdad. Incluso hay indicadores conductuales cuyo significado puede cambiar
según las circunstancias, conductas que discriminan entre verdades y mentiras en unas
situaciones, pero no en otras, y claves que no discriminan en términos generales, pero
que sí lo hacen en circunstancias muy específicas.
Todo esto hace difícil que se pueda entrenar a las personas para detectar la mentira sobre
la base del comportamiento no verbal.
La mayoría de los programas de entrenamiento han consistido en enseñar a las personas
a identificar los indicadores conductuales del engaño, pero como estos son escasos y
dependen de las circunstancias, con lo que el nivel de aciertos debido al entrenamiento
es muy pequeño.
La efectividad de los programas de entrenamiento, según diversos estudios, disponen de
un nivel promedio de aciertos del 54 % en los grupos no entrenados y solo hasta el 58 %
en los entrenados.
Por tanto, la detección de mentiras no es tan fácil. Además, si el contexto no se centra en
una única vía de interpretación, por ejemplo, en una entrevista policial se incluyen estí-
mulos internos relacionados con la vida cotidiana que tienden a enmascarar el valor de la
mentira, es decir, ante una evidente respuesta conductual manifiestamente incongruente
entre lenguaje verbal y no verbal, puede haber, subyacente, un motivo no relacionado con
el tema juzgado.
A modo de ejemplo, ante una respuesta a una propuesta de negociación en la que el po-
sible cliente afirma estar dispuesto a aceptarla mediante el uso de la palabra, pero que su
lenguaje no verbal muestra preocupación, con lo que podríamos interpretar una mentira
evitativa, tal vez pueda deberse a una preocupación familiar que subyace en su proceso
emocional no visible pero que se muestra en el visible igualmente.

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Tema 25: La huella no verbal del crimen 761

INDICADORES EMOCIONALES DE MENTIRA


Ekman apunta que no hay una señal única que sea signo seguro de engaño, y que una
emoción discrepante no significa necesariamente que alguien esté mintiendo.
Desde luego podemos utilizar el paradigma de Joe Navarro (2010) sobre el bienestar y el
malestar, donde se afirma que cuando decimos la verdad nos sentimos claramente más
cómodos que cuando mentimos o estamos preocupados de que nos pillen, ya que alber-
gamos sentimientos culpables (Navarro, 2012).
Por eso, tenemos que ser capaces de detectar gestos, posturas, expresiones faciales de
bienestar y malestar para entender cómo se siente la persona.
Por ejemplo, una persona sincera es una persona que se siente cómoda, que se acerca
a nosotros, el ritmo de la respiración es normal y hay una cierta sincronía en los gestos.
Al contrario, cuando no estamos cómodos tendemos a distanciarnos de las cosas que
no nos gusta, por eso la proxémica es más amplia, no hay háptica, los gestos no son
sincrónicos, la fisiología elevada (sudoración, respiración, etc.) y habrá bastantes gestos
manipuladores.
El tema de la sincronía es muy importante para la detección de las incongruencias emo-
cionales. Una persona que relata hechos que ha vivido tiende a mover sus manos utilizan-
do gestos ilustradores que acompañan lo que está diciendo.
Pero cuando a una persona se le hace una pregunta y esta responde “Yo no fui”, pero su
cabeza hace un movimiento afirmativo, esto es asincronía. Su comunicación no verbal y
la verbal van por dos vías opuestas.
También tiene que haber sincronía emocional. Como en el caso italiano del homicidio de
Melania Rea: su marido, Salvatore Parolisi, al percatarse de la supuesta desaparición de su
mujer entra en un bar pidiendo ayuda con demasiada preocupación a pesar de que había
pasado muy poco tiempo desde la última vez que había visto su mujer Melania, desde
luego no el suficiente para esa muestra de desesperación.
Juan Enrique Soto explica que mentir implica la activación simultánea de tres sistemas
cerebrales: el emocional, el cognitivo y la gestión conductual.
En la actividad emocional encontramos tres emociones que también aparecen simultánea-
mente, el hecho de la simultaneidad veremos que será un punto clave en la detección del
engaño, la excitación, el miedo y la culpabilidad.
El mentiroso siente la excitación por el beneficio que podría obtener si sale airoso y si la
gente se traga sus mentiras. El sistema que se activa es el de la expectativa de refuerzo,
motivacional o activación conductual, que tiene como fin organizar todo nuestro compor-
tamiento para que alcancemos nuestros objetivos. Por ello, el mentiroso idea su mentira,
le pone énfasis, sonríe, y si consigue su objetivo se siente eufórico y alegre.
Pero también siente miedo y culpabilidad frente al temor de las consecuencias que puede
tener si descubren sus mentiras.

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762 Manual de Criminalística y Criminología

Los sistemas cerebrales aquí son diferentes, son el de ataque y huida y el de evitación del
castigo o inhibido conductual.
El segundo sistema que se activa es el cognitivo, que se refiere al contenido del relato del
mentiroso que fabula, inventa unos hechos y sus detalles sabiendo que tiene que tener
buena memoria para recordar lo que ha dicho, a quién, cuándo, y no incurrir en errores
y/o incongruencias, también tendrá que contestar a posibles preguntas organizando con-
tinuamente su relato.
Por último, la actividad de la gestión conductual tiene como misión que los otros dos sis-
temas de respuestas salgan con calidad. Tiene como objetivo controlar la conducta para
no ser detectado y ajusta nuestro discurso, nuestros gestos, posturas, expresión, para dar
la impresión de que decimos la verdad.
Ahora, la verdad siempre está presente y de manera más fácil que la mentira, y querrá
salir y, como los tres sistemas trabajan simultáneamente, esto significa que el mentiroso
necesita un gran esfuerzo para producir el engaño.
Este esfuerzo es la base también de la teoría de la carga cognitiva de Virj, en la cual ex-
plica que un mentiroso da más peso a la parte cognitiva relatando el contenido del falso
relato, y por eso los otros dos sistemas, el emocional y sobre todo el conductual, no se
controlan. Por eso no habrá sincronía en los gestos, no aparecerán gestos ilustradores, la
persona nos mirará fijamente y solo después parpadeará.

INCONGRUENCIAS EMOCIONALES
Lo más útil no es centrarse en conductas específicas y únicas de engaño, sino sobre todo
las incongruencias emocionales.
Vimos que hay siete emociones que son básicas y por eso son las con las cuales trabaja-
remos para ver si estas emociones son verdaderas o simuladas.
Lo más importante es observar la conducta normal, y de este modo descubrir cuándo se
producen cambios importantes en la conducta. Será entonces cuando se pueda hablar de
detección de incongruencias conductuales.
Ekman afirma que un conjunto de expresiones faciales muy sutiles y ciertos marcadores
del comportamiento no verbal del cuerpo humano podrían ser utilizados para detectar
mentiras con cierto grado de fiabilidad. Básicamente, para Ekman, cuando una persona
miente oculta sus verdaderas emociones. No obstante, esas emociones subyacentes lo-
gran emerger a través de efímeras microexpresiones que duran menos de una quinta parte
de un segundo, dejando aflorar así las verdaderas intenciones que se quieren esconder,
como la ira o la culpa.
Fruto de sus estudios, algunas de sus teorías han sido utilizadas dentro del programa
Screening of Passengers by Observation Techniques (SPOT) para cuidar la seguridad
aeroportuaria por oficiales de la Administración de Seguridad del Transporte (TSA) en

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Tema 25: La huella no verbal del crimen 763

EE.UU., como método de detección de delincuentes, traficantes y potenciales terroristas.


Después de transmitir sus habilidades a la Aduana, la tasa de éxito para la búsqueda de
drogas durante los registros de pasajeros se elevó del 4,2 % en 1998 al 22,5 % (en 2008).
El estudio con revisión por pares de 2008, Reading Between the Lies: Identifying Con-
cealed and Falsified Emotions in Universal Facial Expressions, publicado en Psychological
Science, encontró cierta correlación, aunque no la suficiente, para validar esta técnica
como una forma genuina de detección de mentiras.
Las microexpresiones parecen indicar cuándo se están ocultando las verdaderas emo-
ciones, pero no por qué se está haciendo. Es decir, se tiene un posible indicador de la
mentira, pero no tenemos forma de distinguir con certeza si realmente, en cada caso, se
está mintiendo o no.
Por último, en lo que respecta a los estudios que buscan vínculos entre lenguaje corporal
y la mentira, dan resultados poco favorables a estas técnicas, apenas mejor que acertar
por puro azar, tanto para los sujetos que reciben entrenamiento como los que no.
Utilizando las teorías y las investigaciones de Ekman, unos investigadores españoles de-
sarrollaron el sistema FEAP: Facial Expression Analysis Protocol (López Pérez, 2016), un
protocolo para detectar incongruencias emocionales que a veces, pero no siempre, están
a la base de las mentiras.
Su sustento teórico se basa sobre la universalidad de las emociones, la existencia de
las microexpresiones, el hecho de que en situaciones concretas aparecen determinada
emociones, por ejemplo, con pérdida irreparable de una persona querida, hay que sentir
tristeza, delante de un evento agradable, alegría, etc., y las vías diferenciales de las emo-
ciones dependiendo si la expresión facial es simulada o verdadera.
El punto de partida de este protocolo es que cada situación llevará aparejada una hipotéti-
ca emoción, en función de la valuación de significado del evento que es nuestra emoción
esperada (primer nivel).
En cada situación se expresa una determinada emoción que podrá o no ajustarse a la
expresión prototípica de la emoción, es nuestra emoción presentada (segundo nivel).

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764 Manual de Criminalística y Criminología

Implicación en el Se le
Emoción esperada
crimen acusa

Sí Distanciamiento; elusión de la responsabilidad; simula no


Participación saber/entender/no recordar.
Y/O Miedo en caso de coacción.
Tenencia de NO Distanciamiento; elusión de la responsabilidad; simula no
información saber/entender/recordar.
Sí Sorpresa por la falsa acusación no esperada. Ira por no haber
No hay encontrado al culpable y ser acusado injustamente; Miedo por la
participación posibilidad de ser condenado injustamente; Tristeza por la pérdida
No tiene o la sensación de derrota.
información
NO Tristeza por la pérdida; Ira por no haber encontrado al culpable.

Figura 35. Emociones esperadas según los diferentes contextos (Alicia Juárez, 2017).

Se tratará de ver si esta emoción que el sujeto presenta es congruente con la emoción que
nos esperamos en ese momento concreto utilizando el FACS y el EMFACS de Ekamn. Esto
significa que si no hay congruencia estamos delante de un posible engaño o simulación.
Podemos encontrarnos con varios panoramas. Por ejemplo, si una persona no presenta
ningún tipo de emoción, podríamos estar delante de un sujeto que padece alguna en-
fermedad médica, psicológica o psiquiátrica. Es normal que delante de un psicópata no
encontremos ningún tipo de emoción. Tampoco delante de un asesino en serie, como
el español Francisco García Escalero, quien padecía esquizofrenia y explicaba todos sus
asesinatos crueles sin ningún tipo de emoción.
Podemos también encontrar que la emoción que nos esperamos es totalmente diferente
a la que presenta el sujeto, como hemos visto delante de la pérdida irreparable de un ser
querido, el ser humano prueba y expresa tristeza, sin embargo, hay casos en los cuales
las personas sienten alegría, en el párrafo anterior hemos explicado detenidamente cuál
es su significado.
Por ejemplo, cuando Pietro Maso, asesino en serie italiano, confiesa estar arrepentido,
pero al relatar sus atrocidades tiene microexpresiones de alegría y de gozo. Rosario Porto,
madre de la difunta Asunta Basterra, se reía a carcajadas durante la primera inspección de
su vivienda por parte de la Policía.
También puede pasar que la emoción que presenta el sujeto y su comportamiento no ver-
bal sea congruente con la que nosotros nos esperamos en ese momento concreto, pero
con el análisis no verbal, esa emoción no es realmente sentida, sino que es simulada. La
persona tratará de simular esta emoción, pero no la prueba de verdad.
Y la literatura criminológica está llena de casos. Nosotros como analistas tenemos que
analizar la sincronía de su relato con su comportamiento no verbal, el cambio de su com-
portamiento no verbal básico.

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Tema 25: La huella no verbal del crimen 765

INDICADORES DE MENTIRA BASADOS EN CONTENIDO


Otro de los indicadores para tratar de detectar una mentira es evaluar el contenido de una
redacción, oral o escrita, y que presenta unas alteraciones sutiles respecto al lenguaje
normal utilizado en caso de veracidad. Hay instrumentos muy utilizados para el análisis
del contenido verbal como el SCAN (2002b) y el CBCA (1989).
Algunos de estos indicadores son los siguientes:
1. Afirmaciones negativas y quejas. El individuo introduce numerosas afirmaciones
negativas y quejas sobre el proceso de entrevista.
2. Falta de seguridad verbal. El individuo parece tener dificultad para responder a la
pregunta.
3. Falta de inmediatez verbal. El individuo es indirecto, distante, evasivo, irrelevan-
te, poco claro o impersonal. Hay pocas autorreferencias. Cuando un mentiroso
ha elaborado una mentira a conciencia suele tener en cuenta posibles preguntas
relacionadas, pero no estará preparado para contestar a preguntas que se salgan
del guion, por lo que los expertos en detección de mentiras a menudo usan esta
técnica, con muy buenos resultados.
4. Falta de plausibilidad. La narración parece poco plausible o verosímil.
5. Falta de implicación verbal. El individuo no describe experiencias o aconteci-
mientos de forma personal y parece poco expresivo e implicado con la narración.
6. Falta de detalles. Las narraciones verdaderas suelen contener detalles inespera-
dos o sorprendentes.
7. Falta de estructura lógica. Los diversos detalles describen un idéntico curso de
sucesos, la declaración en su conjunto es coherente y lógica.
8. Falta de engranaje contextual. El acontecimiento no parece inscrito en un contex-
to espacio-temporal rico y complejo.

INDICADORES DE MENTIRA BASADOS EN PARALENGUAJE


En cuanto a la manera de entonar una respuesta, también pueden detectarse ciertos
indicadores susceptibles de ser debidos a la mentira. Algunos de estos indicadores son
los siguientes:
• Discrepancias y ambivalencia. Se trata de discrepancias entre diferentes canales
de expresión. Por ejemplo, la voz indica llanto por paralenguaje, pero no se obser-
van lágrimas. El individuo parece ambivalente.
• Falta de seguridad vocal. El individuo muestra incertidumbre, inseguridad,
poco dominio, asertividad o énfasis. Mayor latencia de respuesta, es decir,
transcurre más tiempo entre el final de la pregunta y el inicio de la respuesta.

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766 Manual de Criminalística y Criminología

Sin embargo, esto es así solo en el caso de que las preguntas no hayan sido
dadas a conocer previamente. En ese caso se produce el fenómeno inverso,
es decir, las respuestas mentirosas presentan menor latencia de respuesta.
• Tensión vocal. La voz suena tensa, no relajada o con estrés vocal. Esto último
punto puede medirse con mucha precisión mediante los analizadores de estrés
vocal.
• Frecuencia o tono de voz. Aumento de frecuencia o tono de voz. La voz suena
más aguda.

FALSOS MITOS
Muchos son los expertos que dicen ser capaces de desvelar los secretos que ocultamos
en nuestra conducta, desde expertos en comportamiento hasta especialistas en progra-
mación neurolingüística (PNL), pasando por expertos en tecnología.
Analizan personalidades a partir de imágenes y vídeos, detectan la falsedad en discursos
políticos, venden cursos de oratoria y seminarios en técnicas de comportamiento no ver-
bal y detección de la mentira e incluso libros de autoayuda.
Se han desarrollado técnicas de detección de mentiras basadas en diversas tecnologías,
como el polígrafo o el movimiento ocular, y se ofrecen servicios de detección científica
del engaño.
El problema con la tecnología dedicada a la detección de mentiras radica en que no de-
tecta directamente la mentira, sino ciertos indicadores de la conducta relacionados con
la misma.
En cuanto a los especialistas en comportamiento, algunos autoproclamados expertos
en comportamiento no verbal que creen poder leer algo tras las expresiones faciales,
la postura y movimientos del cuerpo, dicen poder descifrar las verdaderas emociones y
sentimientos y revelar los secretos ocultos de las personas, suelen basarse en anécdotas
y solo referencian a otros autores que apoyan sus teorías, pero por lo general no hay citas
de estudios científicos contrastados.
El PNL no tiene tras de sí evidencias científicas, pero resulta tan compleja y tira tanto de
bibliografía que puede incluso ofrecer ciertos resultados, pero no constituye en sí una
opción veraz para el tema que nos ocupa.

PROCEDIMIENTO PARA DETECTAR MENTIRAS


A partir de los trabajos publicados por los exagentes del FBI Joe Navarro (2010, 2012) y
Jack Schafer, el teniente y profesor Brian D. Fitch (2015), y la fundadora del Instituto de
Lenguaje Corporal, Janine Driver (2012), se puede extraer las siguientes fases de detec-
ción de mentiras válidas en cualquier situación:

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Tema 25: La huella no verbal del crimen 767

1. Determinar el comportamiento base. Antes de fijarse en señales sospechosas, lo


primero es tener una idea del comportamiento base de la persona.
2. Verbal, antes que corporal. Si bien el lenguaje corporal nos da señales útiles, el
verbal puede ser más fidedigno. Señales verbales como respuestas vagas, con-
tradicciones, permiten distinguir mejor las verdades de las mentiras.
3. Preguntar, no acusar. Las entrevistas deben basarse en la recolección de infor-
mación, donde se trata de preguntas abiertas que buscan respuestas detalladas.
4. Probar con preguntas directas. Las preguntas de “Sí” o “No” son claves para
detectar inconsistencias en lo que nos dicen. Ante una pregunta de “Sí” o “No”, si
alguien contesta enrevesadamente es adecuado hacer la misma pregunta de nue-
vo. Si nuevamente falla en contestar “sí” o “no”, las probabilidades de que exista
un engaño incrementan significativamente.
5. Otro potente indicador es lo que la persona responde a una pregunta específica:
“¿Por qué te debería creer?”. Las personas honestas responden la pregunta
diciendo: “Porque estoy diciendo la verdad”. En cambio, los mentirosos suelen
tener dificultades para decir esta frase. En vez de eso, ofrecen otro tipo de repuestas
como: “Soy una persona honesta”, “No tienes que creerme si no quieres” o “No
tengo razones para mentir”.
6. No existe una señal específica que delate a un mentiroso. Si bien ciertas seña-
les, como desviar la mirada, cruzarse de brazos y respirar agitadamente delatan
incomodidad, hacer un juicio basado solo en una de ellas es un error.
7. Fijarse en grupos de señales. Identificar un grupo de varias señales sospecho-
sas, una vez establecido el comportamiento base permite delatar mentiras.
8. Preguntas de seguimiento. Una vez identificada una serie de señales que nos
hagan ruido al compararlo con su comportamiento base, se debe hacer un segui-
miento a las preguntas que las provocaron para indagar más en profundidad.
Pero creemos que lo más importante es lo que apunta Porter en el I Taller de detección de
mentiras, celebrado el 5 octubre 2012 en la Academia Nacional de Policía.
–– Preguntar sobre emociones del sujeto: “Háblame de tus sentimientos cuando X
desapareció, cómo se siente ahora, ¿estás enfadada?.
–– Tienes que crear oportunidades para traicionar el engaño y que salga todo ese
comportamiento no verbal que hemos analizado, que salgan las incongruencias
emocionales, “así que dime como era ella”.
–– Provocar emociones, hacer preguntas que fuercen al mentiroso a fingir emocio-
nes fuertes: “En su opinión, ¿qué probabilidad hay que X vuelva sano y salvo?”.

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26
TÉCNICAS DE INVESTIGACIÓN
EN CIENCIAS SOCIALES
Y JURÍDICAS
Víctor Rodríguez González
Decano de la Facultad de Criminología
Universidad Isabel I
España
Paula Carriba Alonso
Profesora de Criminología
Universidad Europea Miguel de Cervantes (UEMC)
España

INTRODUCCIÓN A LA INVESTIGACIÓN
El ser humano, al igual que otros animales, quiere saber sus circunstancias futuras tratan-
do de predecirlas. Esta predicción se realiza mediante razonamientos causales y probabi-
lísticos, puesto que las acciones futuras se ven influenciadas por las acciones presentes
de un modo u otro. Estos sistemas de causa y efecto son, obviamente, probabilísticos.
Habitualmente los efectos se dan en más ocasiones cuando están precedidos por las
causas que cuando faltan.
No es lo mismo comprensión que predicción, puesto que la segunda se puede realizar
sin tener en cuenta a la primera. Con la base del conocimiento y la comprensión, el ser
humano puede predecir mucho mejor los fenómenos y, por ello, es esencial para la inves-
tigación responder a las preguntas qué y por qué. Además, la predicción, se basa en otros
conceptos como son la tradición y la autoridad.
Referente a la tradición: hay conocimientos que se transmiten de generación en genera-
ción, dado que los conocimientos son acumulativos y estas son verdades “obvias” que
“todo el mundo conoce”. Es decir, son heredados. Una ventaja de este conocimiento es
que evita al investigador la enorme tarea de buscar desde el principio la comprensión y

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770 Manual de Criminalística y Criminología

regularidad. En sentido contrario, sobre la tradición, se puede decir que, en detrimento de


la investigación humana, realiza su acción cuando emplea sus recursos y conocimientos
para conseguir el conocimiento actual de algo que ya es sabido desde tiempo ha, y ade-
más lo es por todo el mundo, sufriendo la etiqueta de estúpido. Además, como es una
cosa obvia y comprensible será difícil, o casi imposible, buscar una nueva manera.
Pese a la tradición, siempre hay nuevos descubrimientos por parte de otras personas.
Estos son más fácilmente aceptables si quien lo descubre goza de prestigio o de un gran
estatus en su profesión. Por ejemplo, sería más sencillo aceptar que el sol se va a quedar
sin energía en 1.000 años si lo enuncia Stephen Hawkins que si lo hace Manuel el lim-
piador de botas. Esto formaría parte del concepto de autoridad. Este concepto es a la vez
protector y atacante de la investigación, puesto que la auxilia y la obstaculiza. Los propios
expertos pueden verse cegados por la habitualidad en la resolución de conflictos sobre su
materia. En sentido contrario, si los expertos no opinan sobre su materia de competencia,
puede que lo hagan personas sin la base suficiente para dar una opinión y que la que
emitan sea parcial o equívoca.

ERRORES
Las observaciones que hacemos son, en la mayoría de los casos, imprecisas. Tratar de
recordar aspectos como el color de la carpeta que llevaba un profesor determinado el pri-
mer día que impartió clase es más una adivinanza que una observación clara y sin error;
es posible que otros alumnos digan otros colores (observaciones imprecisas).
Si esa pregunta era sabida que se iba a formular, los alumnos irían preparados para tomar
apuntes el primer día de clase y anotar los detalles para responder bien a la pregunta.
En su contra, la investigación científica es una actividad consciente, con criterios más
concisos e instrumentos para medirla. Otro fallo común es asociar que cuando acaecen
fenómenos similares, estos sucesos son enmarcados como un esquema general debido
a la tendencia que se tiene a regularizarlos (la sobregeneralización). Para poder ser pre-
cavidos en este aspecto, y evitar caer en el error, se puede salvaguardar la investigación
realizando un nuevo estudio sobre el caso (repetición) y verificar si se produce de nuevo
el mismo resultado o no.
Cuando se establece un esquema general, se puede caer en el error de concentrarse en
aquellos supuestos que se contemplen dentro del esquema y evitar los demás. Estos per-
juicios pueden ser grandes losas sobre la investigación (observación selectiva).
El uso de razonamientos lógicos y metódicos es utilizado, de forma consciente y explícita,
por los investigadores para evitar caer en el error de la ilógica o hechos aleatorios (razo-
namiento ilógico) que, en modo alguno, demostrarán una investigación seria.
El hecho de contestar a una pregunta tan simple como, ¿qué es la realidad? nos lleva a ver
la dificultad de contestarla de forma simple, siendo esta muy compleja para la asunción

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Tema 26: Técnicas de investigación en ciencias sociales y jurídicas 771

que realizamos cotidianamente. Nos basaremos en un argumento filosófico a través de


tres ideas para tratar de explicarlo (Anderson, 1990).
• El concepto premoderno es la idea sobre la realidad que ha sido la conductora
en casi toda la historia, basándose en la presunción de nuestros antepasados de
que los objetos que veían eran así realmente. En la evolución con la diversidad de
grupos humanos, se demostró que esa realidad no era siempre igual para todos
y, por lo tanto, había divergencias. Por ejemplo, un valle sagrado, donde estaba
prohibido entrar para un determinado grupo, no tenía por qué serlo también para
otro que lo veía como un valle más.
• En la idea moderna, los objetos son ellos mismos, aunque se acepta que la forma
de verlos sea diversa según el punto de vista de cada uno. Así, prosiguiendo con
el ejemplo, el valle es un valle formado entre dos montañas donde hay un bosque
y fluye un río. Para algunos puede ser sagrado y para otros no, pero el valle es el
mismo. Esta idea acepta el carácter inevitable de la subjetividad humana.
• Con la idea posmoderna los filósofos afirman que todo lo “real” son imágenes
que se reciben según nuestro punto de vista. El valle que hemos utilizado como
ejemplo se puede ver de muchas formas, siendo todas las imágenes puntos de
vista verdaderos. Gráficamente se puede ver el valle desde muchos puntos de
vista según la posición del observador: si el observador 1 ve el valle desde un
punto de vista cenital, no tendrá la misma visión que el observador 2 que lo ve
desde la ribera izquierda del río. Esta idea posmoderna es un dilema crítico para
los científicos, puesto que las inclinaciones personales matizarán su punto de
vista y su explicación al mismo. Esta idea, en resumen, se basa en la inexistencia
de una realidad “objetiva” de observación, en que hay puntos de vista subjetivos.

FUNDAMENTOS DE LAS CIENCIAS SOCIALES


La base sobre la que se sustenta la ciencia, sus pilares esenciales, son dos: la lógica y
la observación. Los elementos esenciales de la ciencia para sustentar el conocimiento
científico del mundo han de:
• Tener sentido.
• Corresponderse con lo que se observa.
Estos elementos se relacionan posteriormente con tres aspectos primordiales de toda
actividad científica:
• Teoría.
• Recopilación de datos.
• Análisis de datos.

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772 Manual de Criminalística y Criminología

La teoría social científica busca explicar cómo son las cosas y por qué. No buscan respon-
der a disputas subjetivas sobre valores, sino las razones de por qué son así. Es decir, las
ciencias sociales serían igual a la suma de la teoría con la recopilación y análisis de datos.
En el proceso de investigación social, la profundización en las características y tareas de
cada una de las etapas de la misma obliga a tener un conocimiento de qué hay que realizar
de forma establecida previamente y, además, analizar las decisiones tomadas, así como
los subsiguientes dilemas que surgirán para los investigadores en dichas etapas.
El procedimiento científico tiene unas reglas determinadas y con pautas establecidas pero
la realidad obliga a tener en cuenta otros factores como son las decisiones motivadas por
las restricciones presupuestarias, que merman los recursos financieros y humanos de la
investigación, así como las limitaciones existentes actualmente en las técnicas de investi-
gación empírica en las ciencias sociales.
A la hora de abordar el diseño de una investigación, hay que tener en cuenta una gran
cantidad de factores y tratar de obtener el mejor resultado con los medios disponibles
(Hakim, 2000):
• Recursos temporales.
• Recursos financieros.
• Recursos geográficos.
• Disponibilidad de datos.
• Requisitos teóricos.
• Requisitos lógicos.
• Objetivos de la investigación.
• Cuestiones de la investigación.
Cualquier método y diseño de una investigación científica tiene pros y contras: los méto-
dos más explicativos no producen resultados tan representativos o generalizables, a veces
ni realistas y puede que, en la práctica, sean muy difíciles de realizar.
La investigación social es un proceso continuo con principio y fin en la teoría (ver Figura 1).
Las etapas son flexibles, pese a que sea una sucesión lógica y jerarquizada, puesto que se
pueden interrelacionar y así puede ser cambiado el diseño inicial en caso de necesidad.
Las diferentes etapas pueden englobarse en dos grandes procesos genéricos:
1. Construcción del marco teórico de la investigación:
–– Teoría.
–– Hipótesis.
–– Conceptos y variables.
–– (Causalidad).

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Tema 26: Técnicas de investigación en ciencias sociales y jurídicas 773

2. Diseño empírico de la investigación:


– Operacionalización y medición.
– Métodos y técnicas.
– Selección y recogida de datos.
– Análisis de los datos.

Teoría

Hipótesis
Análisis

Recogida Conceptos
de datos

Método Mediación

Figura 1. Flujo de una investigación.

Estas etapas si se siguen de una forma lineal, sería la forma típica de la metodología cuan-
titativa, mientras que una división más difuminada es habitual en la metodología cualitati-
va. Ambas han de seguir esencialmente las mismas etapas de la investigación y aplicar, en
la medida de lo posible, la misma lógica (Goldthorpe, 2000). La lógica inferencial científica
se tiene que aplicar a las dos metodologías, siendo su diferencia la forma de selección y
recolección de datos (King, Keohane y Verba, 2000).
El objetivo principal de la tarea científica es la inferencia, consistente en pasar de los
hechos observados a generalizaciones no observadas. Si las reglas de la inferencia están
bien aplicadas, se pueden obtener patrones generales y objetivos en la realidad social
desde los datos observables. Estas reglas usan métodos de investigación sólidos que
requieren el uso de diferentes procedimientos sin sesgo para precisar aquello que se
observará y, a su vez, para realizar una buena selección de los casos.

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774 Manual de Criminalística y Criminología

ÉTICA EN LA INVESTIGACIÓN DE LAS CIENCIAS SOCIALES


A simple vista, parece una obviedad decir que en el transcurso de una investigación es
necesario preservar una conducta ética, pero la atención que se ha prestado a dicha cir-
cunstancia no siempre ha sido la más adecuada. Bien es cierto, a colación de la afirmación
anterior, que esta transgresión suele ser cometida por la creencia o convicción de que los
resultados obtenidos de esta serán importantes y beneficiosos. Sería la aplicación de la
máxima del teólogo Busenbaum: “Cum finisestlicitus, etiam media sunt licita”, o en caste-
llano: “Cuando el fin es lícito, también lo son los medios”, que erróneamente se atribuye
al florentino Nicolás de Maquiavelo.
La cuestión ética no siempre resulta obvia, sino que con frecuencia pasa inadvertida, por
esta y otras razones es necesario poseer ciertos códigos formales que definan los com-
portamientos que se consideran aceptables, de esto dependerá el éxito de la investigación
(Pérez y Díaz, 2010).
La honradez y la honestidad son características esenciales para la investigación, puesto
que “toda investigación influye, directa o indirectamente, sobre los derechos, el bienestar
y hasta en la vida privada de los seres humanos” (Pérez y Díaz, 2010). Si el sujeto adecua
su conducta a las reglas sociales establecidas, su comportamiento será ético y por ello
recibe la aprobación generalizada.
La ética se define en el diccionario de la Real Academia Española como el “conjunto de
normas morales que rigen la conducta de la persona en cualquier ámbito de la vida” y, por
ello, hay una clara relación con la moralidad y la cultura dominante, puesto que define lo
correcto de lo incorrecto.

¿DÓNDE HAY QUE PRESTAR ATENCIÓN A LA ÉTICA EN UNA INVESTIGACIÓN?


1. En un primer lugar, el propio investigador ha de responder a dos cuestiones fun-
damentales que actúan como una balanza de pros y contras:
–– ¿Son los objetivos proporcionales a los riesgos asumidos por los integrantes?
–– ¿Es el beneficio científico superior a los riesgos de los integrantes?
2. Posteriormente, las instituciones que financian o autorizan las investigaciones han
de verificar las mismas para comprobar que se protegen todos los intereses en
juego, al menos de aquellos por los que han de velar. A través de documentos o
protocolos, se establece esa protección.
3. En un tercer estadio, el investigador ha de cumplir las obligaciones éticas con
otros compañeros y con la comunidad científica, mostrando todas las ventajas e
inconvenientes, así como los pasos realizados con sus dificultades.
Formalmente, el interés y la preocupación acerca de la ética de la investigación científica,
citando a Agar (2004), “tiene su hito en la promulgación del Código de Núremberg en
1947, surgido como reacción a los abusos cometidos por los investigadores nazis durante

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Tema 26: Técnicas de investigación en ciencias sociales y jurídicas 775

la Segunda Guerra Mundial”. Esta idea es, sobre todo, subyacente a las investigaciones
biomédicas realizadas por los nazis, y de ese campo se ha extrapolado al de las ciencias
sociales. En las ciencias sociales se ha visto también que es necesario este control ético,
como bien demuestra Agar (2004) en los ejemplos citados por él, como el estudio de obe-
diencia a la autoridad de Stanley Milgram. Tras la promulgación del Código de Núremberg,
se desarrollaron otras normas internacionales, como son la Declaración de Helsinki de
1964 o el Informe Belmont (Belmont Report) estadounidense de 1978, con gran acogida
en la comunidad científica (Pérez y Díaz, 2010).
Los requisitos éticos de cualquier investigación social pueden ser resumidos en siete
puntos:
• Que tenga un valor social y científico.
• Posee validez científica.
• Selección correcta de los sujetos.
• Existe una relación positiva entre el riesgo y el beneficio.
• Evaluación independiente.
• Ha de contar con el consentimiento informado.
• Máximo respeto por la autonomía y bienestar de los sujetos intervinientes.
En la actualidad se han de incluir nuevos factores que no se preveían tras el final de la
Segunda Guerra Mundial puesto que, en aquella época, las teorías del conflicto y el rol
todavía mayoritariamente privado de la mujer orientaban las investigaciones. En la posmo-
dernidad, como lo denominan algunos autores, es necesario superar esta visión e incluir
de forma natural a la mujer y ver desde otra perspectiva las teorías del conflicto. Hoy en
día, la ética de la investigación presenta en su base el respeto cultural y el reconocimiento
de las formas de organización social básicas.
Como se citó anteriormente, la base actual gira en torno al informe Belmont que postula
tres principios éticos básicos para la investigación:
1. El principio de beneficencia, cuya base es no hacer daño a los participantes de la
investigación. Los riesgos aquí pueden ser (Pérez y Díaz, 2010):
–– Riesgo inexistente, como es el caso de los estudios descriptivos, ya que no se
realiza ninguna intervención en los participantes.
–– Riesgo mínimo, serían los llamados estudios prospectivos, donde emplean
procedimientos rutinarios.
–– Riesgo, puede afectar al sujeto de diversas formas.
La investigación ha de ser realizada por personal científicamente cualificado, evi-
tando la exposición a daños graves a los participantes, y con la capacidad de dar
por finalizado el procedimiento en previsión de causar algún daño físico o psico-
lógico. El investigador asegurará también que la participación o la información

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776 Manual de Criminalística y Criminología

proporcionada por los participantes será para uso exclusivo de la investigación y


no será utilizada de forma alguna contra ellos. Los beneficios que se obtengan han
de ser justificados al riesgo, pero nunca el segundo ha de ser mayor al primero.
2. El principio de respeto a la dignidad humana, implica que los participantes poseen
el derecho a decidir su participación o no en la investigación, así como a darla
por terminada en cualquier momento. Además, los participantes tienen el derecho
a conocer los aspectos de la investigación: naturaleza del estudio, responsabili-
dades, riesgos, beneficios… Es el denominado consentimiento informado. Una
excepción serían las investigaciones de campo, puesto que la propia investigación
no sería efectiva si se hiciese saber.
3. El principio de justicia trata de hacer efectivo el principio de igualdad en la selec-
ción de los sujetos que cumplan las características del estudio y el compromiso
de respetar los acuerdos alcanzados entre el investigador y el participante. Si no
es posible el anonimato, se realizará un compromiso de confidencialidad para
evitar daños producidos por la injerencia de terceros.
En definitiva, la investigación en ciencias sociales está situada en una posición singular
porque su objeto de estudio se basa en personas y grupos humanos, existiendo siempre
la posibilidad de que haya una afectación por culpa de la investigación. Los dilemas que
surgen con más frecuencia se encuadran en prácticas totalmente legales, pero la ética de
la investigación social posee un encuadre de responsabilidad mucho mayor de lo que las
leyes establecen, por ello los científicos sociales se formulan preguntas más ulteriores a
la legalidad vigente. Esta responsabilidad incluye, además, el respeto por la cultura y el
reconocimiento de las formas básicas de la organización social (Pérez y Díaz, 2010).

PARADIGMAS DE LA INVESTIGACIÓN
Paradigma, según el Diccionario de la Real Academia Española proviene del latín tardío
“paradigma”, y este del griego clásico παράδειγμα “parádeigma”. Se define como la teoría
o conjunto de teorías cuyo núcleo central se acepta sin cuestionar y que suministra la
base y modelo para resolver problemas y avanzar en el conocimiento.
En filosofía, según Goldschmidt, existen dos funciones fundamentales en el paradigma;
una, la de ejercitar el intelecto y otra, la del descubrimiento de semejanzas (Goldschmidt,
1947). Un claro ejemplo lo da Platón en su obra El Político (Πολιτικός), perteneciente a los
diálogos de Platón, siendo el último de ellos (De Azcárate, 1872).
González Escudero afirma que “para asegurar el procedimiento desarrollado hasta el mo-
mento pasa Platón a hablar de un paradigma, esto es, de un ejemplo. Aristóteles dirá más
adelante que el ejemplo es el típico recurso deíctico, el que muestra la actividad de algo.
Por ello, el funcionamiento, entendido como bien o actividad, consiste en contemplar el
papel social o de relación en el que estamos integrados personas y cosas en el cosmos”
(González, 2007).

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Tema 26: Técnicas de investigación en ciencias sociales y jurídicas 777

Los ejemplos son importantes en toda investigación porque es muy difícil mezclar la expe-
riencia con el pensamiento, cosas tangibles con las intangibles y, por ello, siempre es ne-
cesario facilitar la comprensión de ambos mediante sucesos más asumibles de entender.
En la Retórica de Aristóteles, el paradigma (παράδειγμα) es una las dos pruebas que
generan persuasión. Este es la prueba que sirve para inferir una regla general a partir de
diferentes casos particulares. Aquí la regla es una premisa general que vincula la afirma-
ción inicial del orador al caso particular puesto de ejemplo y sirve, por tanto, para probar
la verdad de tal afirmación (Martín, 2011).
El paradigma ha tenido un uso excesivo y, además, confuso en las ciencias sociales por-
que se trata de:
• Un sistema de ideas, de carácter precientífico.
• Un sinónimo de teoría.
• Una corriente de pensamiento.
El estadounidense Thomas S. Kuhn fue un insigne intelectual que contribuyó al cambio
de orientación de la filosofía y la sociología científica tras la publicación, en 1962, del libro
The Structure of Scientific Revolutions, publicado en castellano como La estructura de las
revoluciones científicas.
Hay que tener en cuenta que desde la “revolución” causada por el libro de Kuhn, los inves-
tigadores sociales, si no se sobreponen, pueden estar separados por el paradigma en el
que fueron incorporados al mundo científico además de ”innecesaria, pero drásticamente,
por sus ideologías (…) este pluralismo paradigmático, que descansa fundamentalmente
en el cruce del eje consenso-conflicto, con el eje interacción individual-normativa social,
no impide que todos ellos apliquen el método científico a un mismo objeto de estudio
desde la perspectiva social, puesto que lo que cambian son los aspectos del objeto en los
que se especializan, las técnicas de investigación social que desarrollan y la valoración
social de las conclusiones que obtienen” (Bordas, Bordas y Crespo, 2015).

KUHN Y LOS PARADIGMAS DE LAS CIENCIAS


La revolución que supuso la obra de Kuhn (1962) hizo replantearse toda la investigación
en las ciencias sociales. En el libro del físico estadounidense se expuso la evolución de
las ciencias naturales básicas, una forma sustancialmente diferente a la visión general de
la época, puesto que Kuhn afirmó que las ciencias no progresaban siguiendo un proceso
uniforme debido a la aplicación de un hipotético método científico. De hecho, verificó dos
fases diferenciadas entre sí de desarrollo científico. De ahí surgió el paradigma donde,
en primer lugar, existe un amplio consenso en la comunidad científica acerca de cómo
explotar los avances conseguidos en el pasado ante los problemas existentes, creándose
de esta manera soluciones universales.
Kuhn realizó una crítica al desarrollo histórico lineal de las ciencias. Para este autor, el
proceso de la ciencia en tiempos normales sería la concepción acumulativa, es decir, la

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778 Manual de Criminalística y Criminología

ciencia entendida como acumulación progresiva y lineal de nuevos avances y logros. Pero
también existen los momentos revolucionarios donde la relación de continuidad lineal
con el pasado se interrumpe bruscamente y comienza una nueva construcción. Estas dos
visiones teóricas son, obviamente, contrapuestas y el paso de una a otra tiene resultados
tan extremos sobre la disciplina implicada, que Kuhn establece que se trata de una revo-
lución científica. La ciencia se desarrolla según cinco fases concretas:
• Establecimiento de un paradigma.
• Ciencia normal.
• Crisis.
• Revolución científica.
• Establecimiento de un nuevo paradigma.
En la disciplina afectada tras una revolución, según Kuhn: “Se reorienta la disciplina, trans-
formando la estructura conceptual a través de la cual los científicos miran el mundo”. Es
decir, hay un cambio tanto de los problemas o retos planteados a la investigación científica
como de los criterios establecidos por los profesionales de esa disciplina que considera-
ban qué era un problema admisible o la solución aceptada de este.
Para Kuhn, el paradigma no es un conjunto de axiomas, sino que se asignaría a todos los
compromisos compartidos por una comunidad de científicos, fundada sobre adquisicio-
nes que preceden a la disciplina misma y que actúa dirigiendo la investigación en términos
de identificación, formulación y preparación. Esto se dividiría en dos grandes partes, una
compuesta por los teóricos, ontológicos y aquellos de creencias; y, la otra parte, los que
se refieren a la aplicación de la teoría y a los modelos de soluciones de problemas.
Para Kuhn, la ciencia normal serían aquellas fases de una disciplina científica durante las
que predominaría un paradigma concreto, compartido por la comunidad científica. Duran-
te esta fase la ciencia se desenvuelve de una forma lineal y acumulativa atribuida, como
se hizo referencia anteriormente, a la totalidad del desarrollo científico.
Las ciencias sociales no poseen un paradigma único compartido de forma amplia por la
comunidad científica, sino que estarían en una fase previa a la paradigmática, con excep-
ciones como las ciencias económicas. Es difícil, por no decir imposible, ni siquiera en
períodos históricos limitados, encontrar para las ciencias sociales o en la sociología un
paradigma compartido de forma global.
Robert W. Friedrichs, seguidor de Kuhn, trató de hacer un estudio sobre la revolución
de los paradigmas, pero al final llegó a un resultado más conservador afirmando que la
sociología es una disciplina multiparadigmática. Partió de la base en que se mantuviesen
todos los elementos de la definición original menos el consenso de la comunidad científi-
ca, abriendo la multiconvivencia de varios paradigmas simultáneos.
Han existido algunas ideas generales, coherentes y operativas, que se pueden identificar
como paradigmas, como son el positivismo y el interpretativismo.

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Tema 26: Técnicas de investigación en ciencias sociales y jurídicas 779

EL FONDO DE LA CUESTIÓN: ONTOLOGÍA, EPISTEMOLOGÍA Y METODOLOGÍA


El fondo de la cuestión paradigmática obliga a determinar tres conceptos fundamentales
para poder comprenderlo, siendo estos tres: la ontología, la epistemología y la metodo-
logía.
La ontología se define por la Real Academia Española como una parte de la metafísica
que trata del ser en general y de sus propiedades trascendentales. En nuestro caso ha
de responder a la cuestión de la existencia de la realidad social. La realidad es algo muy
complejo de definir y no hay una postura absoluta, sino que ha ido evolucionando histó-
ricamente. Con la realidad social sucede lo mismo, planteándose el interrogante, ¿es el
mundo fáctico social un mundo real y objetivo con una autonomía existencial más allá de
la mente humana e independiente de la interpretación que hace el sujeto de los hechos?
Esta pregunta, según la doctrina, puede responderse afirmando:
• Que los fenómenos sociales son “cosas en sí mismas” o “representaciones de
cosas”.
• Que la existencia de la idea en el pensamiento no implica la existencia en la reali-
dad del objeto representado.
La Real Academia Española conceptúa la epistemología como la teoría de los fundamen-
tos y métodos del conocimiento científico. Es la relación y el resultado de esta entre el
quién y el qué. La cuestión planteada en este aspecto sería, ¿es cognoscible el mundo de
los hechos sociales?
La relación existente entre el que realiza el estudio y la realidad estudiada, donde todas las
manifestaciones o los grados del conocer, el observar, el percibir, el determinar, el inter-
pretar, el negar o el afirmar, invitan a presuponer la relación entre el hombre y el mundo,
siendo únicamente posibles sobre la base de esta relación.
Por último, la metodología tiene dos acepciones en el Diccionario de la Real Academia
Española. La primera es la definición como ciencia del método; y la segunda, que es la
que resulta más interesante, es el conjunto de métodos que se siguen en una investiga-
ción científica o en una exposición doctrinal. Aquí la pregunta a plantear sería la siguiente:
¿cómo puede ser conocida la realidad social? Y, para responder a la cuestión, se deberían
tener los instrumentos técnicos necesarios para hallar el proceso cognoscitivo y enseñarlo.

EL PARADIGMA POSITIVISTA
Se considera paradigma positivista al estudio de la realidad social utilizando el marco con-
ceptual, las técnicas de observación y medición, los instrumentos de análisis matemático,
así como los procedimientos de inferencia de las ciencias naturales. La corriente positivis-
ta surgió en el siglo XIX, junto con las ciencias sociales, siendo su autoría perteneciente a
Comte y Spencer. Estos autores trataron de aplicar los métodos de las ciencias naturales
a las ciencias sociales.

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780 Manual de Criminalística y Criminología

Se trató de extrapolar la ley natural de causa-efecto, con las variables cuantitativas y apli-
car la inducción. Esta parte de lo particular (la muestra) a lo general (la población) para
hallar las respuestas.
El paradigma positivista de Comte fue aplicado por Durkheim, quien trató de traducir los
principios del pensamiento positivo en praxis empírica convirtiéndose, según la doctrina,
en el primer científico social. Según Durkheim, Comte no se ocupó de cosas, sino de
conceptos. Afirmó que los fenómenos sociales son hechos naturales, sometidos a leyes
naturales (reconocimiento implícito de su carácter de cosas), pero al aplicar su principio
y deducir de este la ciencia que contiene, lo que asume como objetos de estudio son las
ideas.
Durkheim fundamentó su praxis empírica en la teoría del hecho social, donde los hechos
sociales son cosas, es decir, modos de actuar, de pensar, de sentir que presentan la pro-
piedad de existir fuera de las conciencias individuales.
Los hechos sociales, pese a que no sean entidades materiales, poseen las mismas propie-
dades que las cosas del mundo natural. Además, los hechos sociales tienen las siguientes
características:
• No están sujetos a la voluntad del hombre, porque ofrecen resistencia a su inter-
vención, lo condicionan y, también, lo limitan.
• Funcionan según sus propias reglas, ya que tienen una estructura determinista
que el hombre puede descubrir a través de la investigación científica.
• El mundo social está regulado, al igual que el mundo natural, por leyes capaces
de ser estudiadas con la misma lógica de investigación que las del mundo natural,
sería la denominada Física Social, puesto que los fenómenos de la vida social
obedecen a leyes naturales inmutables como la ley de la causalidad.
Posteriormente, para solventar las limitaciones intrínsecas del positivismo surgió el
neopositivismo (1930 a 1960, aproximadamente) y posteriormente el post-positivismo. El
neopositivismo tuvo tres grandes círculos: el vienés, el berlinés y el estadounidense. Esta
corriente trató de aplicar los nuevos conceptos de las ciencias naturales, como fueron la
relatividad de Einstein o el principio de incertidumbre de Heisenberg, introduciendo ele-
mentos de probabilidad e incertidumbre, a la vez que fueron perdiendo la imperatividad
de las leyes deterministas.
A partir de los años 60 del siglo XX, el neopositivismo es superado por el post-positivismo,
donde la observación empírica no es una imagen objetiva, sino que depende de la teoría de
la que se parte. Mantienen los postulados empiristas fundamentales del positivismo con
los principios del operacionismo, cuantificación y generalización; así como la centralidad
del método científico en la investigación social, es decir, la analogía de fondo entre el
método de las ciencias sociales y el de las ciencias naturales. Las características más
novedosas del neopositivismo serían:

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Tema 26: Técnicas de investigación en ciencias sociales y jurídicas 781

• El registro de la realidad depende del punto de vista del investigador, de sus con-
dicionamientos sociales y culturales.
• La realidad existe independientemente de la actividad cognoscitiva pero el acto de
conocer está condicionado por las circunstancias sociales y por el marco teórico
en las que se colocan.
• Hay una apertura a las técnicas cualitativas pero manteniendo la centralidad de las
cuantitativas.
Las críticas al paradigma positivista se han basado, sobre todo, en la gran atención y cui-
dado prestado a la formulación y el desarrollo de técnicas y procedimientos empíricos, en
el período neopositivista. La radicalización del empirismo ha ocasionado:
• Un empirismo antiespeculativo basado en el mito del método y los datos.
• El objetivo ha dejado de ser la formulación de teorías y su posterior comprobación
empírica, por una mera recolección y descripción de datos. La crítica al positivis-
mo también afirma que se ha producido un reduccionismo, puesto que ha habido
un proceso de reducción progresiva donde:
–– Han disminuido los límites de la exploración teórica, acentuando el arte proba-
torio en detrimento de la teoría.
–– Desplazamiento de la atención del contenido al método, privilegiando compro-
bación empírica y no teoría.
–– Trivialización extrema debido a la exclusión de interrogantes de forma no in-
mediata y simplemente traducibles a procedimientos empíricamente compro-
bables.
• Se ha producido un cambio en las prioridades y se ha pasado de la operacionali-
zación de conceptos a la resolución de los problemas prácticos de obtención de
datos y su análisis (estadística más sofisticada). En resumen, se ha pasado del
método al dato como polo principal.
Las críticas pueden resumirse, en opinión de Luciano Gallino (2005), como “un enorme
montón de datos minuciosamente registrados, medidos y clasificados, pero no coordina-
dos entre sí, exentos de conexiones significativas, incapaces de proporcionar un conoci-
miento adecuado del objeto al que se refieren nominalmente”.

EL PARADIGMA INTERPRETATIVISTA
El interpretacionismo parte de la base teórica de que la realidad no puede ser simplemen-
te observada, sino que, también tiene que ser interpretada. El positivismo fue criticado,
sobre todo, por la corriente historicista alemana a finales del siglo XIX puesto que según
estos no había una homogeneidad de las ciencias naturales con las ciencias humanas.
El objeto de las ciencias naturales lo constituye una realidad externa al hombre mien-
tras que, para las ciencias sociales, al no haber separación entre observador y realidad

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782 Manual de Criminalística y Criminología

estudiada, el conocimiento ha de producirse únicamente a través de la comprensión. En


resumen, la naturaleza se explica, pero la vida social se entiende.
El filósofo idealista alemán Wilhem Windelband fundamentó la diferencia de las ciencias
naturales y las histórico-sociales, siendo las primeras de carácter general y las segundas
de carácter individual. Había una división entre:
• Ciencias nemotécnicas, tendentes a la identificación de leyes generales.
• Ciencias ideográficas, orientadas a captar la individualidad de los fenómenos, su
unicidad e irrepetibilidad.
El interpretacionismo sufrió un profundo impulso gracias a la labor Max Weber, quien
trató de mostrar la objetividad y orientación hacia la individualidad de esta corriente, así
como la validez de la metodología empleada. Para Weber el primer objetivo era mantener
la objetividad social a través de dos características:
• La neutralidad valorativa, es decir una independencia de los juicios de valor. Las
ciencias histórico-sociales, no pueden admitir en su interior presupuestos de va-
lor, cabe la neutralidad valorativa, pero es imposible tratar de impedir que los pre-
supuestos valorativos intervengan al elegir los problemas que hay que estudiar.
• Aun partiendo de una orientación hacia la individualidad, se puede llegar a un
cierto carácter de generalidad. Las ciencias sociales están orientadas hacia el
individuo, a comprender las motivaciones de la acción, pero no estudian los fenó-
menos sociales en su individualidad, sino que tratan de llegar a la generalización.
Según Weber, hasta el comportamiento en apariencia más ilógico posee una racionalidad
íntima propia, un sentido interior. La comprensión sería una reconstrucción de los hechos
no identificados con la subjetividad de lo observado.
Para solventar el problema que se planteaba sobre cómo llegar a un conocimiento objetivo
con caracteres de generalidad, Weber estableció el tipo ideal, que se traducía en formas
de actuación social que se pueden encontrar de modo habitual en la manera en que los
individuos se comportan. Esas formas se pueden reconstruir a través de un proceso de
abstracción, aislando algunos elementos dentro de la diversidad del dato empírico. El tipo
ideal es una abstracción que no hay que confundir nunca con la realidad.
Para Weber, la dominación es una capacidad que poseen algunos individuos (y grupos
también) de crear la obediencia más o menos voluntaria de otros integrantes de la so-
ciedad. Esta obediencia está limitada a unos mandatos determinados. En los estados
democráticos, dicha dominación proviene de los representantes legitimados en las urnas
(por la voluntad popular que les otorga la representación) y la obediencia se limita a los
mandatos ejecutivos y legislativos de estos. La “voluntariedad” de la dominación es un
hecho clave para diferenciarlo del poder meramente coercitivo que se mantiene, sobre
todo, por la imposición del poder legitimado; la dominación, se mantiene porque los
dominados están convencidos de la “positividad” de su obediencia. Weber plantea que la

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Tema 26: Técnicas de investigación en ciencias sociales y jurídicas 783

convicción a dicha dominación puede surgir, normalmente, de tres fuentes distintas que
pueden ser coetáneas:
• Legitimación del poder tradicional: basada en “la fuerza del pasado”, en la tradición
del grupo.
• Legitimación del poder carismático: proveniente de la apreciación de los atributos
individuales (percibidos, su carisma) de un líder particular.
• Legitimación del poder legal-racional: procedente de argumentaciones éticas y
racionales.
En cambio, el poder sin dominación se mantiene, principalmente, por las diferentes for-
mas de coerción, tanto física como psíquica, que sus poseedores traten de aplicar sobre
el individuo.
Cuando el vínculo entre el subordinado y el poder es más estrecho, la entrega del subor-
dinado es todavía mayor y los que ejercen el poder se encuentran con menos obstáculos.
Las críticas al paradigma interpretacionista no fueron tanto en el planteamiento original
weberiano sino, sobre todo, contra sus continuadores, porque llevaron hasta el extremo
la orientación hacia el individuo. Esto se refiere a que la crítica fue contra la denominada
sociología neocomprensiva puso el acento en el carácter subjetivista del planteamiento
de Weber y desplazaron la atención sobre el mundo de la vida cotidiana y la interacción
intersubjetiva. Sus críticos cuestionaron cuatro puntos:
• Atendiendo al subjetivismo extremo, se excluye la posibilidad de la ciencia social
porque cada acción humana es irrepetible e irreductible a componentes sociales
externos y generales.
• Niega la objetividad del conocimiento, porque no permite ir más allá del individuo.
• No permite el control intersubjetivo, puesto que otro investigador podría llegar al
mismo resultado elaborando los mismos datos u otros diferentes.
• Se excluye a las instituciones, al focalizarse solamente en el individuo y sus inte-
racciones:
–– Su origen radica en la interacción individual, pero tienen autonomía respecto a
los individuos y sus elecciones.
–– No trasciende de los pequeños hechos de la vida cotidiana (microsociología).
–– Nuevos paradigmas.
La popularidad de la teoría sociológica se produjo a partir del último cuarto del siglo XX,
renovando su misión social con diferentes tendencias desde puntos de vista macro, con
los enfoques neomarxistas y neoweberianos; y, desde puntos de vista microsociológicos,
en la última década del siglo XX, con el postmodernismo. En líneas generales, puede de-
cirse que estas nuevas tendencias:
• Son un rechazo a las teorías generales, universales, acusadas de totalitarismo
homogeneizante.

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784 Manual de Criminalística y Criminología

• Son favorables a la paradoja, rechazando la racionalidad o la simplicidad del cono-


cimiento científico.
• Exaltan la diversidad y rechazan el carácter acumulativo de la ciencia.
• Exaltación de lo “otro”, de lo distinto, de las minorías, considerando el poder cómo
categoría explicativa.

TEORÍAS DE LA INVESTIGACIÓN EN CIENCIAS SOCIALES


En este apartado, aunque las teorías puedan extrapolarse a otras ciencias sociales se
incidirá, sobre todo, en el derecho. Se centrará en las dos corrientes principales que son
las teorías del conflicto y las teorías funcionalistas, culminando con un balance crítico.
Las concepciones en la teoría social tienen un panorama muy amplio (García, 2001), que
se pueden simplificar con una distinción entre las concepciones de consenso y las pers-
pectivas conflictuales de la sociedad.
Dentro de las teorías consensuales, la principal sería la concepción funcionalista o inte-
gradora de la sociedad. Su nacimiento tiene origen en autores de la talla de Durkheim y
Weber, habiendo sido desarrollado y representado, posteriormente, por Parsons, Merton
o Luhmann.
El funcionalismo considera la sociedad como un conjunto de elementos en equilibrio,
donde se integra en el todo social, tanto los sistemas sociales como los comportamientos
individuales. La sociedad es entendida como un sistema compuesto por diversos sis-
temas sociales combinados e integrados entre sí con el objetivo del mantenimiento del
orden y del equilibrio de la sociedad. Para el funcionalismo, el derecho tendría un valor
complementario, siendo un recurso secundario tendente al mantenimiento del equilibrio
social en todas aquellas situaciones donde el funcionamiento de los sistemas sociales
primarios ha caído en crisis.
Los conflictualistas creen que los funcionalistas no incluyen fenómenos esenciales de la
sociedad como son el conflicto y el cambio social. Aquí el derecho no es un elemento
secundario, sino que sería un medio para asegurar y ejercer el dominio de unos grupos
sobre otros. En resumen, es la esencia sobre la que debe girar todo.
Para la ciencia jurídica, dentro de las ciencias sociales, las consecuencias que implican
estas dos posturas son muy relevantes en múltiples aspectos cómo (Calvo, 2012):
• Teorías sobre la aplicación del derecho.
• Teorías del cambio jurídico.
• Teorías del control social.
• Teoría de la pena y legitimación de los mecanismos coercitivos.
• La utilidad y las funciones del derecho como medio para la resolución de conflic-
tos y sus límites.

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Tema 26: Técnicas de investigación en ciencias sociales y jurídicas 785

TEORÍAS DEL CONFLICTO


Estas teorías parten de un punto de vista desde la desigualdad, la lucha por el poder y la
inestabilidad. Los autores pertenecientes a esta corriente teórica consideran a la sociedad
dividida en una serie de grupos que luchan entre sí, siendo la sociedad un conjunto de
roles en tensión, sea latente o visible, situados asimétricamente en los estratos sociales.
Con esa misma base existen dos grandes subdivisiones en las teorías conflictualistas:
dicotómicas y pluralistas:
• Las teorías dicotómicas proceden de la tradición socialista donde el conflicto
social es una lucha casi inevitable entre macro-grupos que finalmente se polariza
en dos facciones contrapuestas.
• Las teorías pluralistas proceden de la tradición liberal en las que el conflicto
social se representa como una tensión entre una pluralidad de grupos, dicha
pluralidad se corresponde con una multitud de roles sociales que se combinan de
formas diferentes (Ferrari, 2000).
El origen de las teorías del conflicto se encuentra en Karl Marx. Esta corriente ideológica
pone en cuestión el derecho y el Estado al considerarlos como sobre-estructuras depen-
dientes de los modos de producción, es decir, dependientes de los intereses económicos
y políticos de las clases dominantes. En esta concepción materialista de la historia, el
Estado y el derecho de la sociedad capitalista son elementos que perpetúan la domina-
ción burguesa y, además, con la fachada de la justicia, tratan de enmascarar su ideología
burguesa. El derecho, en este punto de vista, sería una superestructura, al servicio de los
intereses y expectativas de la clase social dominante y choque con los intereses de las
clases dominadas.
Recordando la teoría marxista, el conflicto no tiene porqué ser algo negativo puesto que
el conflicto de clases es el motor de la historia. Desde el conflicto se podría llegar a la
sociedad socialista o dictadura del proletariado y desde esta a la sociedad comunista. En la
sociedad comunista, igualitaria, no tiene cabida el conflicto y por ello serían innecesarios
el Estado y el derecho (Marx, 1973). El derecho y el Estado capitalista, serían utilizados
en la sociedad socialista para, posteriormente, ser eliminados en la sociedad comunista,
puesto que responden a los intereses económicos y políticos de las clases burguesas.
Ludwig Gumplowicz prosiguió con la visión dicotómica de las teorías conflictualistas afir-
mando que el derecho solo existe y puede existir dentro del Estado porque es posterior
a él (1877). El Estado surge por la dominación de un grupo social sobre otro a través de
la fuerza y, por ello, el derecho surge como elemento asegurador esencial de este. La
sociología del derecho para este autor sería una ciencia de la interacción entre los grupos
sociales. El derecho solamente puede existir con la desigualdad en el orden político de
desiguales, por lo que no tendría cabida en la sociedad comunista. Esta corriente tuvo
continuidad en Lewis Coser y Ralf Dahrendorf quienes, además, establecieron sus teorías
como críticas al funcionalismo.

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786 Manual de Criminalística y Criminología

Lewis Coser se basó en las tesis funcionalistas y las representadas por Durkheim y Simmel
para hacer su construcción teórica. El conflicto, además de ser una constante en las
sociedades, es algo inherente a las propias relaciones sociales. El conflicto podría ser
positivo en el sentido que facilita el cambio social y asegura tanto la integración como la
conservación del grupo social (Coser, 1961).
Ralf Dahrendorf, supera las teorías dicotómicas y se puede enmarcar en las pluralistas,
añadiendo elementos de la tradición liberal. La sociedad según Dahrendorf no es una lu-
cha entre dos grupos antagónicos, sino que esta está segmentada y es multidimensional.
Todos los grupos sociales están divididos en su interior por conflictos sociales y, además,
están segmentados.
Para Dahrendorf no hay una lucha de clases en el sentido decimonónico, sino que existe
una individualización del conflicto social (Dahrendorf, 1990). Tanto los individuos como
los grupos pugnan en una lucha constante inevitable pero que, a su vez, facilita el cambio
social (Dahrendorf, 1970). La lucha por el poder, debido al constante conflicto de inte-
reses, sigue siendo esencial, pero, en las sociedades democráticas actuales, el conflicto
puede ser resuelto de forma pacífica desde las instituciones.
Un autor esencial, que ha dejado su innegable impronta en la disciplina, ha sido el filósofo
Michel Foucault. Este autor rompió las formas dicotómicas de comprender el conflicto
y expuso una noción de poder desde una dimensión más compleja. Foucault partió del
estudio histórico de diversas disciplinas como la psiquiatría, la medicina o los sistemas
penales, a las que vinculó para elaborar su propuesta sobre las formas de saber-poder.
Su intención es obtener la comprensión de los mecanismos del poder, sin limitarse al
derecho y al Estado.
El filósofo francés, en el estudio del poder, parte de la premisa del poder soberano. Este
poder fue rebasado y reemplazado por el poder disciplinario que se basa en mecanismos
de obediencia. La disciplina se ejerce mediante complejos sistemas de vigilancia, que se
basan en la idea de la arquitectura carcelaria del filósofo utilitarista Jeremy Bentham: el
panóptico. Desde esta posición se aseguraba el funcionamiento automático del poder, sin
que este se ejerza de manera efectiva a cada momento; el objetivo de una estructura pa-
nóptica es permitir al vigilante, desde un puesto de control centralizado, observar a todos
los prisioneros recluidos en sus celdas alrededor del puesto, sin que sepan si están siendo
observados o no (Schulman, 2014). Desde las instituciones disciplinarias, como cárceles
o instituciones mentales, habría pasado a las prácticas de saber-poder (Foucault, 1976).
Aplicado a la sociedad, Foucault establece la tesis de un poder capilar, microscópico y
omnipresente, estableciendo un complejo marco de relaciones de poder intercaladas y
sutiles, solapándose y enmascarándose recíprocamente. El poder se ejerce sobre seres
libres “conduciendo sus conductas”, es decir, acciones que superan la mera coerción. La
acción del poder a través de las formas de gobierno estructura el campo de acción de los
sujetos.

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Tema 26: Técnicas de investigación en ciencias sociales y jurídicas 787

Gobernar es establecer dentro de una panoplia de posibilidades el campo de acción de


los sujetos mediante actuaciones dirigidas a condicionar acciones presentes o eventuales,
actuales o futuras (Foucault, 1988).
Esta noción de gobernabilidad conlleva una dimensión interior asociada a las nuevas tec-
nologías del “yo” y a las prácticas de sujeción mediante las que los individuos se doblegan
a los imperativos sociales (Foucault, 1988; 1991). En la actualidad, el modo de relación
propio del poder es un planteamiento más amplio de las nuevas formas del “arte de go-
bierno”, un nuevo enfoque de la gobernabilidad de El Príncipe (Maquiavelo, 2009), y de
las tecnologías del riesgo en el ámbito de las políticas sociales y criminales, superando el
mero recurso de la fuerza y la violencia.

TEORÍAS FUNCIONALISTAS
Estas teorías sociales son muy diversas con origen en las ideas de Durkheim y Weber,
siendo sus representantes más icónicos para las ciencias sociales y jurídicas Talcott Par-
sons, Robert Merton y Niklas Luhmann.
La teoría de Talcott Parsons parte de la consideración de la sociedad como un conjunto de
elementos en equilibrio, donde los sistemas sociales y los comportamientos individuales
se integran en el todo social para garantizar el orden y el equilibrio de la sociedad (Calvo,
2012). La fuerza y el poder no desaparecen, sino que se redefinen. La fuerza es un uso
más, no el más relevante de ellos, dentro de los procesos y las mediaciones del control
social. El primer elemento del poder es la idea de legitimidad, las obligaciones volunta-
riamente asumidas (siendo la fuerza secundaria pero no se excluye) (Parsons, 1967a).
Se produce algún tipo de consenso, en la línea propuesta por Weber, que gira bajo los
conceptos de sumisión y confianza institucional (Parsons, 1967b; Calvo, 2012).
Al tratar como obligatorio el compromiso y ser la base de las relaciones de poder, obliga a
su cumplimiento, sea voluntariamente por la persuasión, valores o conciencia; u obligato-
riamente a través de la fuerza en caso de su incumplimiento (Parsons, 1967b). El incum-
plimiento llevaría consigo la aplicación de sanciones negativas, con una doble función:
• Recordar la obligación a los “buenos ciudadanos”, impidiendo el incumplimiento
de otros.
• Castigar las infracciones siempre que se producen (Parsons, 1974b).
La propuesta de Parsons de adaptación de los individuos al sistema social, pese a ser un
elemento central, es muy rígido e irrealista por lo que no resulta muy útil para observar el
funcionamiento de los mecanismos de integración social (Calvo, 2012).
“Parsons contempla el sistema social como una estructura armónica donde se equilibran
diversos sistemas y subsistemas para asegurar la integración de los individuos en el sis-
tema social” (Calvo, 2012). Este esquema sistémico de integración social, hace que su
teoría (Teoría Sistémica) sea completamente integradora, tanto en el plano de la articula-

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788 Manual de Criminalística y Criminología

ción funcional de las estructuras sociales, como desde la integración de los individuos en
el todo social.
En el análisis del modelo funcionalista de Parsons realizado por Calvo (2001) se muestra,
como en uno de los modelos funcionalistas más sencillos, a la sociedad como un sistema
social complicado constituido por diversos sistemas (o subsistemas) engranados a la
perfección. Los sistemas (o subsistemas) serían cuatro, tres primarios y uno secundario.
Sistemas (o subsistemas) primarios:
• Sistema adaptativo o económico.
• Sistema cultural, con el objetivo de integrar el conjunto de valores, fines y objeti-
vos “políticos” del sistema social.
• Sistema de la personalidad, constituido por los patrones y las pautas de conducta
que los individuos interiorizan a través de los procesos de socialización.
Sistema (o subsistema) secundario: sistema de integración social, cuya razón de ser
es contribuir al equilibrio y mantenimiento del orden social como corrector de todas las
disfuncionalidades que puedan ocurrir en los sistemas primarios. Dentro de este sistema
secundario, es fundamental el sistema normativo de control social, que podría conside-
rarse un subsistema del sistema secundario.
La teoría social de Parsons resolvió, o al menos lo parece, el problema del orden dentro de
las teorías sociales. “La situación de normalidad teórica es aquella en la cual los valores,
los objetivos y las pautas de conducta del sujeto individual concuerdan funcionalmente
con los del sistema social”, según Calvo (2012). En las situaciones cotidianas, los indivi-
duos se comportarán como se espera de ellos dentro del sistema social, siendo el sistema
social complejo, pero, a la vez, ordenado y armónico.
Robert K. Merton es considerado por la doctrina como uno de los discípulos de Parsons,
pero puede considerarse realmente como otro de los puntales de las teorías funcionalis-
tas. Uno de sus logros fue adaptar el análisis conceptual en el que había derivado la teoría
de sistemas de Parsons en una proposición más próxima a la realidad social. Merton fue
también quién desarrolló la teoría de la desviación social.
En la desviación social, Merton afirma que se opera individualmente ante los procesos de
socialización. Los mecanismos de socialización no operan de manera idéntica en todos
los contextos y tampoco lo es la respuesta humana. La respuesta puede ser de dos tipos:
conformista o socialmente divergente (Merton, 1972).
Según Merton, cada individuo puede someterse al orden establecido aceptando e inte-
riorizando tanto los objetivos e intereses, los fines del sistema social, y los medios para
alcanzar esos fines, como rechazar esos fines o los medios para obtenerlos, dando lugar
a cinco tipos diversos de adaptación individual: conformidad, innovación, ritualismo, re-
traimiento y rebelión. Las actitudes de rechazo conllevan conductas divergentes, donde el

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Tema 26: Técnicas de investigación en ciencias sociales y jurídicas 789

sujeto se aparta de los objetivos sociales, de los mecanismos legítimos para alcanzar esos
objetivos, o bien de ambas cosas a la vez.
• Conformidad: acepta los medios y los fines sociales.
• Ritualismo: acepta los medios, pero no los fines sociales.
• Innovación: acepta el fin social pero no los medios.
• Retraimiento: no acepta ni los fines ni los medios sociales, apartándose de la
sociedad, pero sin luchar contra ella.
• Rebelión: no acepta ni los fines ni los medios sociales, apartándose de la sociedad
y luchando contra ella para cambiarla.
Como se ha visto anteriormente en Parsons y, también, en Merton, lo normal es la con-
ducta que se adapta a la sociedad, siendo las conductas desviadas un fallo en el equilibrio
y orden social del sistema. En la teoría sistémica se recurre al sistema social de integra-
ción para subsanarlo, al fallar los sistemas primarios.
Un autor revolucionario en las teorías de integración social fue Niklas Luhmann, quien
elaboró su teoría desde una óptica funcionalmente estructural, frente a la teoría estruc-
tural-funcional desarrollada por Parsons (Luhmann, 1973) y vista anteriormente. Aquí se
produce un desplazamiento desde la estructura a la función y permite el análisis de las
estructuras sociales, las normas y los valores y la propia reflexión teórica sobre los mis-
mos desde una perspectiva propiamente funcionalista (Calvo, 2012).
El concepto de sistema usado por Luhmann solo se entiende en relación con un entorno,
porque ambos se constituyen en la medida que el sistema, a través de su operacionaliza-
ción, delimita un margen que lo diferencia de todo aquello que no está incluido en él: el
entorno. Así, el sistema no puede operar más allá de sus límites, pero tiene la capacidad
de sobrepasarlos para relacionarse con el entorno, surgiendo una interdependencia entre
ambos: sistema y entorno. La diferencia sistema / entorno es la base del planteamiento de
la teoría de los sistemas de Luhmann (1989).
Esta primera versión se completó posteriormente en una segunda fase, como un nuevo
modelo sistémico construido a partir del concepto de autopoiesis. Esta noción había sido
acuñada en Chile por biólogos evolucionistas y fue asumida por Luhmann como un re-
curso para superar las limitaciones de una teoría de sistemas desarrollada a partir de un
modelo cibernético (Calvo, 2012). Los sistemas sociales pueden ser considerados como
tipos especiales de sistemas autopoiéticos y Luhmann la utilizó para hacer constar el
cambio social dentro de un sistema integrado y armónico de orden social superando la
concepción limitada de Parsons. Esto posibilita que subsistemas como el derecho puedan
dar cuenta de su evolución sistémica autorreferencial merced a una compleja teoría que
contempla la evolución controlada del derecho como autorreproducción.

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790 Manual de Criminalística y Criminología

BALANCE CRÍTICO
Tras lo visto se puede constatar que el funcionalismo, en síntesis, presenta las sociedades
modernas como un todo perfectamente ordenado, como sociedades armónicas donde el
conflicto o bien es asimilado o bien queda totalmente excluido (Calvo, 2012). Estas teorías
difícilmente casan con perspectivas críticas.
Las teorías del conflicto, siguen afirmando que los funcionalistas desvirtúan fenómenos
esenciales a la sociedad como son el conflicto y el cambio social. Insistiendo en que el
derecho, es en realidad es un medio para asegurar y ejercer el dominio de unos grupos
sobre otros, justificando esa dominación o enmascarándola. Estas teorías, en contraposi-
ción a las funcionalistas, incluyen elementos de crítica social, política y jurídica; plasmán-
dose, a su vez, en la proyección de estas teorías en la teoría del derecho y en la ciencia
jurídica o en la criminología.

EL MÉTODO DE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICO


Siguiendo lo establecido por el Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia
Española definiremos los conceptos de método y científico.
La palabra método procede del latín methŏdus, y este del griego μέθοδος (méthodos),
con cuatro acepciones:
1. Modo de decir o hacer con orden.
2. Modo de obrar o proceder, hábito o costumbre que cada uno tiene y observa.
3. Obra que enseña los elementos de una ciencia o arte.
4. Procedimiento que se sigue en las ciencias para hallar la verdad y enseñarla.
Por su parte, ciencia es un término procedente del latín scientia, cuyo significado es el
de conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento, sis-
temáticamente estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales con
capacidad predictiva y comprobables experimentalmente.
La relación del hombre con su entorno y con sus semejantes crea distintos tipos de co-
nocimientos: el habitual o vulgar y el científico. El primero se adquiere con la experiencia
del día a día, es superficial, acrítico y no sistemático. El segundo busca explicaciones más
profundas adquiridas con arreglo a un procedimiento, es el conocimiento científico.
La diferencia entre estos dos tipos de conocimiento está en la forma de adquisición del
conocimiento, se basa en dos aspectos fundamentalmente:
• El habitual se ocupa de qué, dentro del sentido común.
• El científico se ocupa del por qué: es extenso, claro, preciso, seguro, profundo y
sistemático.
El conocimiento científico es superior al habitual, aunque se basa parcialmente en este,
como punto de partida. Estableciéndose hipótesis configuradas a partir del saber ordina-

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Tema 26: Técnicas de investigación en ciencias sociales y jurídicas 791

rio; cuyos contenidos pasarán a formar parte de la esfera del saber científico, cuando sean
contrastadas y aceptadas. Para que el conocimiento tenga carácter científico es necesario,
además, elaborar instrumentos que garanticen y controlen la validez de los conocimientos
adquiridos.
El conocimiento científico no goza de infalibilidad, ni exactitud, ni definitividad, puesto que
es autocorrectivo, y sus enunciados son susceptibles de revisión y modificación.
La investigación científica está compuesta por tres elementos, que la conforman y carac-
terizan como tal, siendo estos:
• La teoría.
• El método.
• La técnica.
Por sí sola, la observación de la realidad no proporciona un conocimiento científico de ella,
sino que es preciso el uso de técnicas para recopilar y cuantificar los hechos observados,
datos, y ordenarlos y clasificarlos. Para ello, se necesita un método que proceda a su
análisis conceptual. Junto con lo anterior, es necesaria una teoría que permita la interpre-
tación de los datos, para darles significado o averiguar su sentido mediante una hipótesis
para poder elaborar una teoría.
Los objetivos del conocimiento científico, fundamentalmente, son cuatro:
• Analizar
• Explicar
• Predecir
• Actuar
Obtener esos conocimientos con esas características necesita de un método, un uso siste-
mático de la observación controlada. La base del método es racionalizar los procedimientos
y técnicas de búsqueda con el fin de obtener la capacidad de lograr el efecto que se desea,
eficacia (máxima información), de forma eficiente, disposición con la máxima economía de
pensamiento. Podemos distinguir entre dos grandes clasificaciones de métodos:
Por su extensión:
• Generales, comunes a todas las ciencias.
• Particulares, válidos solo para determinados campos de la investigación.
Por su fin:
• Métodos heurísticos, de descubrimiento.
• Métodos didácticos, de demostración o explicación.
Como se ha referido anteriormente, el fin común de todos ellos es el conocimiento, la
consecución de algún tipo, modelo o teoría capaz de explicar y de predecir el porqué
de los hechos, de las cosas. Los enfoques pueden ser diversos: deductivo, dialéctico,
empírico, inductivo, matemático, etc. El método es una manera de realizar las actividades

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792 Manual de Criminalística y Criminología

humanas y por ello hay tantas clases de métodos como actividades a los que se refieran.
Existen dos grandes modalidades: pensamiento y actuación.
Métodos de pensamiento: discursivos o de razonamiento, con referencia a la formación
de conceptos y de juicios. Se establecen varias modalidades de ellos:
• Abstracción
• Análisis
• Clasificación
• Comparación
• Deducción
• Definición
• Inducción
• Síntesis
Métodos de actuación: referidos a la forma de realizar las actividades humanas en el en-
torno en que se realizan.
El método científico, si bien en sus formas más refinadas puede juzgarse complicado, es
en esencia de una notable sencillez. Consiste en observar aquellos hechos que permiten
al observador descubrir las leyes generales que los rigen. El método científico a pesar de
su sencillez esencial, ha sido obtenido con gran dificultad, y aun es empleado únicamente
por una minoría, que a su vez limita su aplicación a una minoría de cuestiones sobre las
cuales tiene opinión (Rusell, 1989).
Analizado todo lo anterior, se profundizará en el método científico. Según el científico Isaac
Asimov (1985), el método científico, en su versión ideal, contiene seis pasos:
1. Detectar la existencia de un problema.
2. Desechar los aspectos no esenciales.
3. Reunir todos los datos posibles que incidan sobre el problema, mediante la obser-
vación simple y experimental.
4. Elaborar la hipótesis, una generalización provisional que los describa de la manera
más simple posible un enunciado breve o una formulación matemática.
5. Con la hipótesis se pueden predecir los resultados de experimentos no realizados
aún y ver con ellos si la hipótesis es válida.
6. Si los experimentos funcionan, la hipótesis sale reforzada y puede convertirse en
una teoría o una ley natural.
Basándose en lo establecido por Isaac Asimov, se puede decir que el método científico
consiste en:
• Formular cuestiones a los problemas que presenta la realidad y los actores de
esta, con base en la observación de la realidad y la teoría ya existente.

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Tema 26: Técnicas de investigación en ciencias sociales y jurídicas 793

• Anticipar soluciones a estos problemas.


• Contrastar o verificar con la misma realidad estas soluciones a los problemas,
mediante la observación de los hechos, la clasificación de ellos y su análisis.
• El punto de partida del método científico es aislar los fenómenos, estableciendo
representaciones abstractas.
• En el método científico hay una interacción entre dos componentes del pensa-
miento humano: la intuición y la lógica.
Las características del método científico son ocho y se cumplen siempre para que este
sea plenamente válido:
1. Teórico: desde su origen y hasta su fin. El punto de partida es una teoría anterior
o un conjunto de ideas sobre la realidad de que se trate. Es su fin, ya que de los
resultados de la observación e inducción empíricas hechas se deben deducir nue-
vos principios para reformar, completar o confirmar las teorías iniciales.
2. Problemático-hipotético, porque está basado en la formulación de problemas.
3. Empírico, la fuente de información y de respuesta a los problemas que se plantea
es la experiencia. La ciencia, con efectos probatorios, coge sus datos y establece
sus conclusiones en la observación ordenada y sistemática de la realidad.
4. Inductivo y deductivo a la vez. Es inductivo porque actúa mediante la clasificación
sistemática de datos obtenidos durante la observación, para determinar las regu-
laridades que presentan. La inducción da lugar a datos sobre la realidad, pero el
relacionar estos datos, establecer conceptos y enunciados con base en ellos y
sacar conclusiones de todo género es debido sobre todo a la deducción.
5. Crítico, todas las fases deben contrastarse y verificarse. Las conclusiones no son
definitivas, sino que siempre podrán ser nuevamente revisadas.
6. Circular, continuamente se interactúa entre la experiencia y la teoría; con la expe-
riencia se establece, completa y reforma la teoría y con base en la teoría se capta
y explica la realidad.
7. Analítico-sintético. Separando sus elementos más simples, analiza la realidad para
después intentar recomponerlos obteniendo una nueva visión global del conjunto
y de las relaciones estructurales entre sus elementos.
8. Selectivo, porque de todos los datos recopilados analiza solamente los más signi-
ficativos.
La peor clase de teoría, no es una teoría que cometa errores, puesto que de los errores
podemos aprender, sino que la peor clase de teoría es una teoría que ni siquiera intenta
cometer errores, una teoría preparada para cualquier cosa. Si todo es igual de posible, no
hay nada que suscite algún interés especial (Wilczek, 2016).

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794 Manual de Criminalística y Criminología

ETAPAS DEL MÉTODO CIENTÍFICO


Bertrand Rusell (1989) afirmó que las etapas del método científico son tres:
1. La exacta observación del fenómeno bajo estudio.
2. La formulación de hipótesis que intenten explicarlo.
3. La verificación de las hipótesis, en base a nuevas observaciones, de tales hipó-
tesis.
Por último, con todo el bagaje anterior y acorde a él, se definirán las diferentes etapas del
método científico:
1. Problema: observación y detección.
2. Hipótesis: predicción y formulación, que puedan explicar los hechos.
3. Datos: recolección y comprobación de los mismos. A partir las hipótesis, se pro-
cede a la deducción de hechos susceptibles de comprobación empírica.
4. Comprobación empírica de los hechos, para confirmar las hipótesis que adquieren
rango de ley, o descartarlas y volver a plantearlas.
5. Generalización de los resultados, adecuando la ley, admitida provisionalmente, al
cuerpo general de leyes y teorías científicas ya establecidas.
Durante el proceso, las etapas del método científico, han de emplearse varios métodos
generales como el análisis, la deducción, la inducción o la síntesis entre otros.
Decidir cuál es el problema, es la base del proceso. Comprender las incógnitas que nece-
sitan solventarse o explicitar el fin perseguido al iniciar las indagaciones para buscar los
factores subjetivos, desde nuestro punto de vista, que lo determinan. Los factores suge-
rirán posibles soluciones del problema, indicarán el camino a seguir. Uno de ellos iniciará
el proceso mediante el anuncio de una hipótesis susceptible de aplicación. La hipótesis ha
de ser probada en la realidad, la comprobación empírica, para que pueda determinarse su
capacidad de solucionar el problema planteado, o no. La medida de verdad de la hipótesis
será la de su capacidad para resolver el problema y alcanzar así el fin propuesto.
Dewey (2004) propuso un método hipotético-deductivo-experimental, que es uno de los
marcos de referencia para el estudio del método científico. El sujeto ante una dificultad
para la que no encuentra explicación o solución, procura definir el problema con precisión,
que le permita saber exactamente qué busca. Posteriormente propone hipótesis con el
propósito de dar con la solución al problema planteado. Tras ello deduce las consecuen-
cias que se seguirían de ser cierta la hipótesis planteada. Para ello valida la hipótesis
sometiéndola a prueba mediante la recogida de datos y la utilización de técnicas, gene-
ralmente estadísticas, adecuadas. Este método consta de cuatro momentos decisivos
(turning points):
1. Observación, en el momento de los hechos ha de medirse todo aquello que per-
cibe y se define operativamente, definición de los términos en conceptos capaces
de admitir valores cuantitativos.

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Tema 26: Técnicas de investigación en ciencias sociales y jurídicas 795

2. Formulación de hipótesis, es el momento creativo. Las hipótesis son conjeturas


formuladas creativamente por el científico que permiten la posibilidad de ser fal-
seadas por la experimentación.
3. Deducción de las conclusiones, o momento racional. Experimentación de las de-
ducciones de casos concretos a partir de la hipótesis planteada, la experiencia.
4. Contrastación o momento experimental. Aquí ha de contrastarse, someter a prue-
ba la conclusión. Si los hechos apoyan la hipótesis, queda verificada, si la hipóte-
sis queda falseada, se rechaza.
El fin perseguido por el método hipotético-deductivo-experimental es responder a la in-
cógnita del fenómeno ¿Por qué?, siendo su clave la inducción desde el punto seguro
que proporciona la observación de los fenómenos. A medida que aumenta el número
de hechos establecidos, mediante la observación, la experimentación y la mejora de las
técnicas experimentales y observacionales, más leyes se pueden ir edificando, y ellas
permitirán explicar y predecir los fenómenos.

MÉTODOS DE INVESTIGACIÓN SOCIALES


La realidad social está sujeta a una constante evolución y cambio, porque está compuesta
por una parte importante de elementos inmateriales (Corbetta, 2003 y 2007). En las cien-
cias sociales hay una ausencia de instrumentos de observación y medición tan potentes
en comparación con las ciencias naturales. Esto produce una dificultad para la medición
de los fenómenos sociales (Callejo, 2009), a la hora de establecer patrones regulares y
generalizaciones, así como para aplicar las técnicas de observación experimentales. En
consecuencia, una vez expuesto lo anterior, hay que constatar que no siempre se pueden
emplear los métodos científicos en los métodos sociales (Hernández, 2007), y tampoco
cabe una aplicación de modo tan riguroso. Obviamente, hoy en día, no se puede llegar a re-
sultados tan exactos, exhaustivos, constantes y generales como en las ciencias naturales.
Los principales métodos empleados en el estudio de lo social son cuatro: histórico, com-
parativo, funcionalista y estructuralista.

HISTÓRICO
Fue el método empleado por los primeros sociólogos. Este método se basa en la tradición
filosófica de la historia junto con la teoría evolucionista de Darwin que revolucionó la bio-
logía. Su base es la idea de progreso, hoy en desuso.
A través de este método se delimitó la tipología de las diferentes sociedades e institucio-
nes, a su vez, estableció los factores del cambio social. Con este método se realizaron
estudios concretos, que sentaron la importancia de la investigación en las ciencias socia-
les. La investigación a través de este método asentó que su objeto principal de investiga-
ción era el origen, el desarrollo y las transformaciones de una civilización, una sociedad o

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796 Manual de Criminalística y Criminología

una institución concreta. Además, suponía la creación de una clasificación rigurosa, una
amplitud de conocimientos y una capacidad de síntesis notable. Finalmente, su meta era
la obtención de leyes generales del desarrollo humano.

COMPARATIVO
A través de este método se establece que solamente se pueden probar las relaciones
causales que son imprescindibles para la explicación científica comparando las distintas
situaciones. La principal ventaja es que se trata de un método que resulta útil para la com-
probación de hipótesis. Pero, a su vez, comporta varios inconvenientes:
• Es difícil la comparación de unidades amplias o sociedades completas.
• No es posible separar los diferentes factores de estudio en un gran número de
ocasiones.
• Es imposible separar una institución de su contexto, puesto que el significado
puede variar totalmente haciéndolo.
En definitiva, los estudios comparativos más rigurosos se limitan a analizar variaciones y
conexiones en una determinada sociedad o institución, estableciendo correlaciones entre
diversos elementos internos que la componen.

FUNCIONALISTA
Para el método funcionalista, una función es una variable cuya magnitud depende de la
magnitud de otra variable. Parte del concepto de Durkheim (2011 y 2016), quien enunció
este concepto como la aportación que hace al conjunto de la sociedad o de la cultura
cualquiera de sus componentes.
Este método estudia el mecanismo de una sociedad en un momento y lugar determinado,
considerándola como una organización, donde cada uno de sus elementos desarrolla una
función indispensable para la buena marcha del conjunto, como si de un engranaje se
tratase. El análisis funcional sería el estudio de distintos fenómenos sociales como proce-
sos o efectos de estructuras sociales determinadas, en los que se analiza la función que
ejercen en el mantenimiento de la estructura.
Una institución en esta sociedad tiene la función de corresponder con las necesidades del
organismo social donde radica. La delimitación y el análisis de esas funciones, mostrará
una imagen ajustada de la sociedad estudiada, además de proporcionar datos útiles para
sus posibles mejoras. Son esenciales para este método los conceptos de estatus y rol.
El estatus es la posición, dentro de las diferentes funciones a las que es preciso atender
para el funcionamiento del sistema social. Cada individuo pertenece a varios grupos, que
responden a funciones distintas, y ocupa una posición dentro de estos grupos. El estatus
fija la posición relativa dentro de una ordenación determinada.

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Tema 26: Técnicas de investigación en ciencias sociales y jurídicas 797

Por ejemplo: Juan es hijo de Pedro y de Carmen, es estudiante de matemáticas en la


universidad, juega en un equipo de rugby, y es socio del equipo de baloncesto de su
ciudad. Juan pertenece a los grupos familia, estudiante, equipo de rugby y aficionado de
baloncesto, con una posición diferente en cada uno de ellos.
El concepto de rol, implica la forma en que cada individuo debe aceptar y realizar su esta-
tus, es decir, el comportamiento público que se espera de él.
Por ejemplo: Juan ha de comportarse como hijo en la familia, estudiar y aprovechar las
clases en la universidad, competir junto con sus compañeros en rugby y animar al equipo
de baloncesto.
En definitiva, el funcionalismo es el instrumento de análisis sofisticado y eficaz para el
estudio de situaciones concretas y estables. Este ignora el cambio social y su imagen de
la sociedad resulta inmovilista, lo cual obliga al estudio histórico de las realidades.

ESTRUCTURALISTA
Es el método que considera un conjunto de datos como una estructura o sistema de in-
terrelaciones. Esta estructura permanece fija, aunque los elementos determinados varíen.
Aquí cada elemento de la estructura se define por sus relaciones, no por sus característi-
cas, lo que importa es su posición y cómo se comporta.
La estructura establece las reglas de juego y el sistema general de la estructura. En el
caso social, los comportamientos son considerados como signos o señales y trata de
descubrir sus códigos. La importancia radica en las relaciones estructurales. Obviamente
aquí importa más el todo que las partes y el individuo no tiene interés, lo que importa es
el sistema.

LA INVESTIGACIÓN SOCIAL
Se define como el proceso que, utilizando el método científico, permite obtener nuevos
conocimientos en el campo de la realidad social o que permite estudiar una situación
social para diagnosticar necesidades y problemas a los efectos de aplicar los conocimien-
tos con finalidades prácticas de todos los tiempos.
A tenor de lo definido anteriormente se pueden deducir dos tipos de investigación social:
• Pura: proceso que utiliza el método científico para obtener nuevos conocimientos
en el campo de la realidad social.
• Aplicada: proceso que utiliza el método científico para estudiar una situación social
para diagnosticar necesidades y problemas a los efectos de aplicar los conoci-
mientos con finalidades prácticas de todos los tiempos.

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798 Manual de Criminalística y Criminología

TIPOS DE INVESTIGACIÓN SOCIAL


Los tipos de investigación social serían por: su finalidad, su alcance temporal, su profundi-
dad, su amplitud, el tipo de fuentes empleadas, su carácter, su naturaleza, el objeto social
al que se refieren.
Por su finalidad:
• Básica: busca un mejor conocimiento y comprensión de las diferentes realidades
sociales. Es el fundamento base para otras investigaciones; busca explicar, prever
o predecir.
• Aplicada: tiene la misión de mejorar la sociedad y resolver sus problemas, aplican-
do los logros de la investigación básica a los fines indicados. Busca actuar sobre
una base ya construida.
Por su alcance temporal:
• Sincrónica: se realiza en un momento específico o en un tiempo único (t). También
se llama seccional o trasversal.
• Diacrónica: el análisis se aplica a una sucesión de momentos temporales (t1, t2,
t3… tx). Denominada también longitudinal.
• Retrospectiva: estudio de momentos pasados.
• Prospectivas: estudio de momentos presentes y futuros.
• De panel: investigaciones sucesivas observando siempre a los mismos individuos.
• De tendencia: investigaciones sucesivas observando a diferentes individuos.
Por su profundidad:
• Exploratoria: obtención de un análisis preliminar de la situación con un coste y
tiempo mínimo. Es la mejor para las etapas iniciales del proceso o para identifica-
ción de otras vías de acción.
• Descriptiva: su objetivo es la medición precisa de una o varias variables depen-
dientes, en una población concreta o en una muestra de esta.
• Explicativa: miden las variables y estudian las relaciones de influencia entre ellas,
para conocer la estructura y los factores que intervienen en los fenómenos socia-
les y, también, la dinámica de estos.
Por su amplitud:
• Microsociológicas: hacen referencia al estudio de variables y sus relaciones en
grupos pequeños o medianos. Se consideran micro, aquellas con menos de
100.000 unidades
• Macrosociológicas: estudio respecto de grandes grupos o sociedades humanas.
Compuestas por 100.000 o más unidades.

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Tema 26: Técnicas de investigación en ciencias sociales y jurídicas 799

Por el tipo de fuentes empleadas:


• Datos primarios: recogidos para la investigación por los investigadores.
• Datos secundarios: operan con datos y hechos recogidos por distintas personas
en investigaciones previas sobre otras cuestiones.
• Mixtas: utilizando ambas.
Por su carácter:
• Cuantitativo: centrado en los aspectos objetivos y susceptibles de cuantificación
de los fenómenos sociales (grandes poblaciones).
• Cualitativo: se orienta a descubrir el sentido y significado de las acciones sociales,
de los fenómenos y grupos pequeños.
• Mixtas: utilizando ambas.
Por su naturaleza:
• Empíricas: trabajan con hechos de experiencia directa no manipulados o provoca-
dos por el investigador.
• Experimentales: observación de fenómenos provocados o manipulados en labora-
torios o ambientes artificiales por el investigador.
• Documentales: su objeto directo es la observación de fuentes documentales.
• Encuestas: los datos manejados proceden de las manifestaciones verbales o es-
critas de los sujetos observados.
• Trabajos doctrinales o filosóficos: tratan cuestiones puramente teóricas o de natu-
raleza supraempírica.
El objeto social al que se refieren:
• Según la disciplina: antropología social, psicología social, sociología, sociología
jurídica, etc.
• Según la institución: la economía, la educación, la empresa, el derecho, la familia,
la política…
• Según los sectores: cultura, la desviación social, estructura social, rural o urbano,
etc.
• Las investigaciones sociales, posteriormente, dan lugar a varios tipos de estudio.
Hay que tener en cuenta que toda clasificación supone, habitualmente, un cierto
grado de ambigüedad. En la realidad, generalmente, no hay tipos puros. La clasi-
ficación de una investigación en un tipo, puede presentar ciertos rasgos de otro
tipo. Como se verá a lo largo de las siguientes unidades, uno de los aspectos más
debatidos en investigación social son los criterios de rigor por los que se regulan
las diferentes metodologías. En la medida que el investigador aplique unos cri-
terios regulativos, o no, que garanticen el rigor metodológico se obtendrá más o

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800 Manual de Criminalística y Criminología

menos confianza en los resultados de la investigación. Estos criterios se aplican,


tanto al proceso de investigación, como a las técnicas de investigación social, a
cuyas necesidades epistemológicas deben adaptarse.

MARCO TEÓRICO
La teoría, se define como el conjunto de conceptos lógicamente relacionados que repre-
sentan lo que pensamos que sucede en el mundo. Las teorías proporcionan las razones
que explican por qué los hechos están conectados de una manera determinada y nos
ofrecen una estructura para observarlos e interpretarlos.
Las teorías permiten ver todo el espectro de la vida social y su complejidad, ordenando
las relaciones entre los fenómenos y sus posibles explicaciones. A través de la metodo-
logía científica, se convierten las teorías en explicaciones de la realidad que pueden ser
verificadas empíricamente. Según Hagan (2005), las teorías tratan de explicar la natura-
leza subyacente y el significado. Un ejemplo clásico de la sociología sobre el estudio de
la conducta desviada llevada a cabo por Durkheim, le permitió establecer explicación del
suicidio (1897).
Todo tipo de investigación necesita el desarrollo de un buen marco teórico, porque las
teorías interrelacionan los hechos y dan posibles explicaciones, estableciendo la base para
observarlos e interpretarlos. Por ello, se comenzará revisando la bibliografía acerca del
tema objeto de investigación, para construir el marco teórico teniendo en cuenta lo reali-
zado por otros investigadores precedentes. Una vez recopilada la bibliografía y sabiendo
las diferentes posturas que ha habido se adaptarán o innovarán nuestras investigaciones
respecto de esos estudios previos. Una teoría abstracta ha de ser transformada en un
marco teórico específico para una investigación concreta, sino no se podrán contrastar de
forma empírica las teorías. La metodología que se ha de emplear sería, en primer lugar,
determinar las preguntas de la investigación; en segundo lugar, especificar las hipótesis
estableciendo las relaciones entre las variables descriptivas del fenómeno a estudiar; y,
en tercer lugar, se han de constituir las definiciones de los fenómenos que se pretenden
explicar.
La formulación teórica inicia el proceso de la investigación, seguido del diseño empírico,
que es la estrategia usada para la recolección y análisis de los datos que responden a
los criterios teóricos establecidos previamente. En todas las etapas de la investigación, la
coherencia lógica es una premisa fundamental: la lógica es la que ocasiona todo el proce-
so de la investigación. Por ello, el marco teórico y el diseño empírico están íntimamente
relacionados mediante la metodología científica: sin un diseño empírico correcto no se
pueden comprobar las hipótesis explicativas del marco teórico.
El marco teórico se puede subdividir en seis apartados:
a) El tema de la investigación y las preguntas a formular.

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Tema 26: Técnicas de investigación en ciencias sociales y jurídicas 801

b) Las hipótesis.
c) Los conceptos.
d) Las hipótesis operacionales.
e) Las variables y tipos.
f) Las relaciones causales.

EL TEMA DE LA INVESTIGACIÓN Y LAS PREGUNTAS A FORMULAR


La elección del tema de la investigación tiene su causa en diversas razones:
• Existe un problema de la realidad social de interés personal.
• Existe un problema de la realidad social que es necesario estudiar o se encarga
dicho estudio.
• Existencia de un interés académico para comprobar la validez de una teoría.
La pregunta formulada pertenece al ámbito de las ciencias sociales si los factores o
variables que analiza son en gran parte de tipo político o social y si las variables que se
tienen que explicar son instituciones, grupos o individuos. Hay que concretar el problema,
formulándolo como preguntas de investigación.
Las preguntas descriptivas se refieren al cómo de un fenómeno, al dónde, cuándo y en
qué grado. Tratan de caracterizar un fenómeno y determinarlo, requisito para las pregun-
tas explicativas.
Las preguntas explicativas hacen referencia al porqué, a qué efecto y a cómo se produce.
Tratan por qué se da un fenómeno, el efecto o influencia de un factor sobre otro o cómo
sucede un fenómeno.
Como se dijo anteriormente, la primera acción que se debe realizar antes de plantear las
hipótesis, y qué preguntas explicativas son necesarias, hay que revisar la bibliografía exis-
tente. En ella se podrán ver las teorías y las investigaciones empíricas de otros científicos
sobre la cuestión.
Cuando se formulen las preguntas de investigación, se ha de poder pasar del ámbito
particular al general y viceversa. Se han de formular y, si fuese necesario, cambiar las
preguntas para hacerlas aptas en diferentes niveles de generalidad, para tener siempre
presentes los diversos ámbitos donde se realiza: personas, grupos, lugares… Si se con-
sigue establecer de forma precisa las conexiones entre los diferentes niveles de gene-
ralización, permite a la investigación obtener generalizaciones empíricas que superen los
ámbitos particulares.
Respecto a las preguntas de investigación, estas han de reflexionar acerca de los diversos
niveles de la realidad: los particulares y los universales. Para ello ha de seleccionar las
preguntas esenciales para dirigir la investigación hacia el problema planteado y formular
la pregunta o preguntas según cada nivel de generalidad.

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802 Manual de Criminalística y Criminología

Aunque el interés sea en un ámbito muy delimitado, pueden plantearse preguntas más
generales para que haya una coherencia lógica en niveles más generales.

LAS HIPÓTESIS
Una vez determinadas las preguntas de la investigación se pueden formular las hipótesis
como posibles respuestas a las preguntas, y ha de ser comprobadas empíricamente. La
hipótesis se define como proposición que, o bien describe una situación, o bien da una
explicación sobre diferentes fenómenos que pone en relación. Las primeras son hipótesis
descriptivas, que simplemente declaran o afirman cómo es un fenómeno; y las segun-
das son hipótesis explicativas, que relacionan la variación entre dos (o más) fenómenos.
Establecen que la variación de un fenómeno produce, o es la causa, de variación en el
fenómeno que se pretende explicar. Donde el primer fenómeno crearía una influencia,
causa del cambio que se produciría en el otro fenómeno. Las hipótesis explicativas tienen
relacionar al menos dos fenómenos.
Las hipótesis son esenciales para iniciar una investigación empírica, puesto que dirigen y
conducen la investigación, marcando el comienzo y la meta del objetivo, delimitando los
fenómenos a incluir y haciendo fluir la investigación para que llegue a ser una aportación
al conocimiento científico de una materia determinada.
Las hipótesis han de seguir cuatro reglas:
1) Han de ser deducidas de forma lógica de la teoría
Proporcionan la respuesta a la pregunta planteada y son coherentes con la teoría.
Habría un contraste indirecto de la teoría al producirse el contraste de las hipóte-
sis. Se puede obtener una formulación de hipótesis a través de un procedimiento
inductivo, observando la relación existente entre algunos fenómenos que vemos
en la realidad y formulando una hipótesis de contenido amplio y general sobre
esta relación.
2) Han de ser verificables empíricamente
Las hipótesis tienen que ser contrastadas empíricamente de manera efectiva. Son
hipótesis que pueden ser operacionalizadas. La operacionalización es la conver-
sión de los conceptos teóricos en variables (también se llama definición de trabajo
o definición operativa).
3) Han de ser refutables empíricamente
A través de la observación empírica pueden ser rechazables, por eso todas las
hipótesis principales han de acompañarse de alternativas, incluso contrarias a la
principal. Es necesario comprobar las alternativas principales para descartar rela-
ciones espurias entre las variables y ver otras interacciones entre ellas.

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Tema 26: Técnicas de investigación en ciencias sociales y jurídicas 803

4) Han de concretarse lo máximo posible


La dirección de la relación entre las variables ha de ser explícita, en su dirección
sea negativa o positiva, así como su relación. Si esta última, no es lineal o si las
variables no son cuantitativas, ha de mostrarse la correspondencia existente en el
cambio de estado o los cambios de valores.

LOS CONCEPTOS
Este paso es la definición de los fenómenos que incluyen las hipótesis.
Los conceptos facilitan la precisión y la delimitación del objeto de estudio y acotar la bús-
queda de datos. Han de ser lo más concretos posibles y facilitar la obtención de datos.
Los conceptos son el punto base de la investigación científica, pero son constructos sim-
bólicos humanos que quieren capturar la esencia de la realidad, no es la realidad misma.
En las ciencias sociales los conceptos suelen ser controvertidos y polémicos, porque
existen diferencias en el significado y en el referente empírico del concepto, debido a su
carga de valores y normas. Por ello los investigadores han de combinar estos requisitos:
• Coherencia lógica
• Generalidad
• Precisión
• Propiedades características suficientes
• Referente empírico
• Utilidad
• Viabilidad técnica
Siempre se ha de llegar a un equilibrio entre los diferentes requerimientos y valorar las
diferentes opciones de definiciones. No es fácil mezclar todos estos elementos porque,
por ejemplo, la generalización puede ir en contra de la precisión.

LAS HIPÓTESIS OPERACIONALES


En la transformación de las definiciones e hipótesis en hipótesis operacionales, se pro-
duce la comprobación de que el concepto y las correspondientes hipótesis tienen los
requerimientos empíricos necesarios: precisión, referentes empíricos y realismo, viabi-
lidad técnica. Aquí se produce la operacionalización, donde puede perderse parte de la
definición (lo más abstracto) porque no es difícil su observación. El investigador ha de
hacer uso de su ingenio para poder medirlo y la experiencia aporta soluciones. Para un in-
vestigador novel, es necesario usar definiciones contrastadas empíricamente y aceptadas
por la comunidad científica para iniciar sus investigaciones.

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804 Manual de Criminalística y Criminología

LAS VARIABLES Y TIPOS


Una variable es un elemento, fenómeno o propiedad que varía (asume diferentes valores
o diferentes estadios) y es observable (se detecta en la realidad empírica y por eso es
recomendable que las variables aparezcan en las definiciones e hipótesis). Las caracterís-
ticas de una variable son:
• Variabilidad: el elemento puede tener diferentes valores o diferentes estadios.
• Observabilidad: la variable se puede detectar en la realidad empírica. Para contras-
tar empíricamente conceptos e hipótesis abstractas, los tenemos que transformar
en variables.
Son esenciales para la investigación porque señalan los elementos que han de ser ob-
servados empíricamente para contrastar la teoría y organizan las observaciones según el
papel de las diferentes variables dentro de las hipótesis.
Hay diversos tipos de variables según el papel que tienen dentro de las hipótesis:
• Variables Dependientes (VD): hacen referencia al fenómeno que se ha de explicar,
su valor depende del valor de las otras variables.
• Variables Independientes (VI): son las que explican que los cambios en sus valo-
res influyen en los valores de la variable dependiente.
• Las variables independientes pueden ser:
–– Explicativas: explican un fenómeno. Una hipótesis explicativa posee como mí-
nimo una variable dependiente y una independiente.
–– Intervinientes: son aquellas que condicionan las relaciones entre la variable
dependiente y la independiente.
–– Antecedentes: las que influyen e intervienen antes que la variable explicativa.
–– De control: son las que influyen en la variable explicativa y en la variable depen-
diente. Hay que controlar el efecto que produce para determinar la verdadera
influencia de la variable explicativa sobre la dependiente siendo fundamental
para descartar relaciones espurias o inexistentes entre variables.
Direcciones de las relaciones entre variables:
• Positiva (+): cuando se incrementa una variable, se incrementa la otra.
• Negativa (-): cuando se incrementa una variable, desciende la otra y al revés.
Si no tiene signo alguno, implica que la variable es cualitativa o bien que la relación entre
las dos variables no es lineal. La condición de variable dependiente o independiente de-
pende de la perspectiva del investigador y de la hipótesis propuesta.

LAS RELACIONES CAUSALES


Principalmente hay dos tipos de relaciones que entre las variables: las relaciones de cau-
salidad y las relaciones de covarianza.

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Tema 26: Técnicas de investigación en ciencias sociales y jurídicas 805

La causalidad es el origen de algo. Es un concepto utilizado para nombrar a la relación


entre una causa y su efecto. De acuerdo al principio de causalidad, todo efecto siempre
tiene una causa, y combinándolo con el principio de uniformidad se puede afirmar que, en
idénticas circunstancias, una causa siempre produce el mismo efecto.
Las relaciones de covarianza establecen que dos o más variables varían al mismo tiempo.
En las ciencias sociales se busca ir más allá de las simples covarianzas y establecer rela-
ciones causales que muestren que las alteraciones en una variable producen los cambios
en otra.
Es difícil determinar las causas, los efectos y las consecuencias de los fenómenos socia-
les, por eso, es recomendable plantear relaciones causales al alcanzarse determinadas
condiciones a la vez. En las ciencias sociales hablan se clasifican las relaciones causales
en fuertes y débiles, así como de relaciones no causales, que serían aquellas covarianzas
sin explicación. Para el científico social, es difícil en muchas ocasiones poder establecer
las cuatro condiciones anteriores en una relación entre dos variables.
Si se dan al unísono los siguientes criterios las relaciones causales serán fuertes:
• La causa X y el efecto Y covarían juntos. Siempre que aparece la causa, surge el
efecto y al revés: siempre que aparece el efecto es porque es la causa.
• La causa X precede al efecto Y. En las ciencias sociales muchas veces es imposi-
ble determinar si un fenómeno se ha producido antes en el tiempo que otro.
• Existe un proceso causal que explique qué cambios en X ocasionan cambios en Y.
• La covarianza de la causa X y el efecto Y no se debe a la influencia sobre las dos
variables de una tercera variable T, es decir no existe una relación espuria.
Como se ha referido anteriormente, la dificultad de establecer estas condiciones conlleva
a que las investigaciones traten de encontrar relaciones causales débiles y, de manera
simple, se utilizan las primeras dos condiciones. Es decir, en la primera puede que la co-
varianza de las dos variables no se dé siempre, pero sí de forma habitual. En la segunda
se utiliza la lógica o los conocimientos de la realidad social.
Respecto a la tercera condición, se suelen remitir a la teoría, aunque no siempre es así.
Esto da lugar al problema denominado “Caja Negra”, donde se conocen las relaciones
entre las variables independientes y la dependiente, que permite establecer generalizacio-
nes, pero se desconocen los procesos generadores de estas relaciones.
Para la cuarta condición es esencial diseñar la investigación para que se neutralicen las
causas alternativas.
A efectos prácticos, para que en la relación entre las dos variables exista causa, ha de
darse en suficientes casos diferentes y alta cantidad, que tenga una lógica teórica y sean
descartables otras causas alternativas, evitando una relación espuria (Díez, 1992).
Tipos de relaciones causales:
• Directas: X es causa de Y sin variables intervinientes.

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806 Manual de Criminalística y Criminología

• Indirectas: se producen por la interacción de variables intervinientes: X es causa


de Y en la medida en que lo es de S, que es causa directa de Y.
• Múltiples: las causas de los fenómenos sociales son variadas y numerosas. Sien-
do necesario en ocasiones que se den varios factores para producir un hecho
determinado.
Cuando se especifican los modelos de análisis, para que estos sean viables, se deben
escoger las relaciones que sean relevantes desde el punto de vista de la teoría o de las
hipótesis rivales desarrolladas en otras teorías.

DISEÑO EMPÍRICO
Para el estudio del diseño empírico, se dividirá el apartado en cuatro partes:

LA OPERACIONALIZACIÓN Y LA MEDICIÓN
La operacionalización es el proceso de obtención de fenómenos observables que repre-
senten conceptos abstractos. Es decir, el proceso por el que se cuantifican y especifican
los conceptos e hipótesis del marco teórico para ser contrastarlos empíricamente.
Es necesario medir la realidad para poder obtener observaciones y, por ello, son necesa-
rios los instrumentos de medición. Estos, sirven para asignar valores de alguna propiedad
del fenómeno investigado a los casos analizados. Los instrumentos de medición son, por
ejemplo, las preguntas de un cuestionario, una escala, un índice que mide un determinado
fenómeno. La medición se realiza mediante un instrumento a través de los indicadores.
Los indicadores son la representación observable de una variable. Estos pierden parte del
significado del concepto puesto que no lo reflejan, salvo en contadas ocasiones, de forma
total. Es obvio, que hay que tratar de que se pierda el menor significado posible. En cien-
cias sociales, habitualmente, los conceptos son multidimensionales y serán necesarios
varios indicadores para medirlos
A través de la medición, se asignan valores de la variable a un caso determinado. La varia-
ble es un concepto traducido en términos empíricos. Un valor es la magnitud de la variable
que puede reflejar casos diferentes: mil estudiantes es un valor de la variable estudiantes
de la universidad, cincuenta años es un valor de la variable edad, etc. Todo el proceso de
medición se ha de reflejar en las definiciones e hipótesis operacionales.
Las definiciones operacionales especifican los conceptos de la investigación enseñando
qué procedimientos se tienen que utilizar para medir el concepto, mediante variables sim-
ples o con varios indicadores. Las hipótesis de trabajo muestran las relaciones entre los
valores de los indicadores de las variables.
Para que la operacionalización sea correcta ha de indicar paso a paso todo aquello que se
ha de hacer en el proceso de medición de la variable, especificando el conjunto de opera-

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Tema 26: Técnicas de investigación en ciencias sociales y jurídicas 807

ciones y procedimientos que han de seguirse para conseguir los indicadores empíricos.
Con ello, terceros investigadores pueden utilizar, mejorar o criticar nuestra operacionali-
zación. Una de las decisiones más importantes que se han de seleccionar respecto a las
variables y los indicadores, es la determinación del nivel de medición.
Los niveles de medición se diferencian mediante el grado de precisión que establezca
la ausencia o presencia de un concepto. Es una distinción entre las medidas cualitati-
vas y cuantitativas, condicionando las técnicas de análisis apropiadas para describirlas y,
también, para analizar las relaciones existentes entre ellas. Los niveles de medición son
cuatro:
• Nominal: indica la calidad de pertenencia o de diferencia, permitiendo la clasifica-
ción y las tipologías. No tienen ningún valor numérico, solo indican si un individuo
pertenece a un grupo o a otro.
• Ordinal: señalan las categorías que pueden ser ordenadas según la mayor o me-
nor presencia de un atributo, además de la pertenencia a una categoría. Estas
tampoco tienen un significado numérico.
• Numérico de intervalo: se puede determinar en cada caso la mayor o menor pre-
sencia de una determinada propiedad o atributo, pero de la cual desconocemos el
punto de origen (0), con ello solo se puede usar operaciones matemáticas como
la adición o la sustracción.
• Numérico de razón: dispone de todas las características de las variables numéri-
cas anteriores y, también, el valor 0. Es posible realizar cualquier operación mate-
mática.

MÉTODOS Y TÉCNICAS DE INVESTIGACIÓN


El diseño empírico es el continente de todo y en él se incluye: la operacionalización, los
métodos de investigación y la selección de los datos y su tipo de análisis.
Los métodos de investigación son aquellos de inferencia científica a disposición del inves-
tigador que varían según la forma de contrastar las hipótesis.
Las técnicas de investigación son procedimientos para recoger datos. Dentro de un mé-
todo, se pueden usar diversos tipos de técnicas para extraer datos.
Existen cuatro métodos básicos de investigación dentro de las ciencias sociales:
• Experimento o cuasiexperimento.
• Estadístico.
• Comparativo.
• Estudio de casos.
Estos métodos se diferencian en la forma de realizar el contraste de hipótesis, la forma de
cómo actúan en el análisis explicativo.

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808 Manual de Criminalística y Criminología

Para conocer el efecto de la variable independiente hemos de controlar qué influencia


tienen otras independientes sobre la dependiente y la propia independiente que usamos.
Para ello hay que controlar su efecto. Este control también se llama neutralización o pa-
rametrización.
Los métodos de investigación se diferencian en la manera y el grado de control de una
tercera variable.
En los estudios de las ciencias sociales se manejan fenómenos de tipología compleja,
donde hay lugar siempre para que variables no medidas o que no se han tenido en cuenta,
afecten al fenómeno social bajo estudio. Por ello los estudios sociales son esencialmente
probabilísticos, mientras que los estudios naturales son determinísticos.

LA SELECCIÓN DE DATOS Y SU RECOLECCIÓN


Los datos se estructuran en unidades de análisis, que son los tipos de objetos cuyas
propiedades se quieren estudiar: personas, equipos, regiones…; variables, que son las
propiedades de las unidades de análisis que varían de una unidad a otra: índice de acierto,
índice de criminalidad, etc.; y, por último, observaciones, que son cada uno de los valores
concretos de cada variable en cada unidad.
El nivel de análisis y el de observación no tienen por qué ser iguales, siendo el primero
concreto y el segundo general, por ejemplo. Tras definir las unidades de análisis y de
observación, se ha de elegir el número de casos y definir qué casos se incluirán en el
análisis.
El número de casos depende de varias razones como de la magnitud del universo, del nú-
mero de variables que se pretenden analizar, del objetivo de la investigación, la variación
temporal de las variables y de la intención de evitar la indeterminación, es decir, que haya
más variables que unidades de análisis. Para la selección de las unidades se ha de tratar
de escoger muestras no sesgadas.

ANÁLISIS DE DATOS
Antes de realizar el análisis de los datos propiamente dicho, es necesario describir y
presentar los datos de manera gráfica y tabulada. El análisis se realizará conforme a las
variables empleadas, por ejemplo, para las ordinales un análisis estadístico.

LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA
El proceso de recogida de datos y el de análisis, en la investigación cualitativa, se super-
ponen y se cruzan. En la investigación cuantitativa, como se podrá comprobar, existen
técnicas formales en el análisis de datos, pero no sucede lo mismo en la investigación
cualitativa. En este tipo de investigación, a partir de la observación de la realidad, se re-

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Tema 26: Técnicas de investigación en ciencias sociales y jurídicas 809

lacionará todo el material y se extrapolarán las generalizaciones a partir de los criterios


personales del investigador, su experiencia y su capacidad sociológica.
Estas técnicas se usan cuando se quieren llevar estudios sobre la totalidad de un sistema
donde este es un todo complejo y único que no se puede dividir sin perder su significa-
ción esencial. Normalmente hay un número pequeño de casos o solamente uno. Hay una
preocupación por el detalle y por el comportamiento ordinario, cuyo fin es descubrir y
exponer los objetos de investigación, no así predecirlo ni explicarlo (Ruiz, 1999).
Los métodos cualitativos son útiles si se desea captar el significado, el proceso y el con-
texto de los fenómenos sociales. Estos tienen menos rigor que los cuantitativos pero son
los más usados para explicar la realidad social. Son apropiados para las investigaciones:
• Basadas en la experiencia subjetiva y en los significados personales.
• Para el estudio de los procesos sociales.
• Para el estudio del funcionamiento de las instituciones.
• Uso de factores ambientales y humanos para el análisis.
Los positivistas son los principales críticos de estos métodos, sobre todo en comparación
con los métodos cuantitativos (Devine, 1997), las principales críticas serían:
• Falta de fiabilidad.
• Problemas de validez.
• Dificultad de generalización.
Las técnicas cualitativas son:
a) La observación participante
La característica principal de esta técnica es que el investigador interactúa con los investi-
gados, se observa y se participa del contexto social que se quiere estudiar. Sus elementos
característicos serían:
• Observación realizada por el investigador en persona.
• Periodo temporal largo, meses e incluso años.
• Participación en la vida cotidiana para observarla.
• Su fin es describir y comprender.
• Subjetividad del investigador.
• No es posible la generalización.
• Dificultad de replicabilidad.
• Coste temporal y psicológico.
La observación participante frecuentemente se utiliza junto con otras técnicas cualitativas,
como la entrevista en profundidad o los grupos de discusión, para complementarla y
mejorarla.

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810 Manual de Criminalística y Criminología

En esta técnica la interpretación es subjetiva y personal, por ello el equilibrio entre la dis-
tancia o la inmersión absoluta, es un reto para el investigador que ha de tratar de ser lo
más neutral posible, aún a sabiendas que la neutralidad real es imposible. Un primer paso
que ha de dar el investigador es el hecho de informar a los participantes de su misión
observadora o no, es decir declarada o encubierta.
La observación abierta o declarada, pactada con el grupo observado, tiene la ventaja de
que los participantes saben de su labor, protegiendo al investigador; y, también, que le
exime de participar en ciertas actividades. Por el contrario, tiene la desventaja de que los
observados no se comporten con naturalidad, le escondan datos y que al no participar en
todas las actividades haya información que no sea conocida. Es una buena opción en gru-
pos cerrados donde, además, es recomendable tener un mediador cultural con influencia
en dicho grupo para que no sea percibido como hostil.
En la observación encubierta, el investigador no pacta con los observados la investiga-
ción. La desventaja de esta técnica es que al ser descubierto puede enfrentarse a situa-
ciones comprometedoras. La gran ventaja es la naturalidad de los sujetos que desconocen
que están siendo observados.
Para responder a la pregunta ¿Qué observar? El investigador ha de tomar muchas deci-
siones. Partiendo de la base teórica prevista, el investigador ante la complejidad de la rea-
lidad puede cambiar el rumbo para hacerlo más realista y verídico. Para Corbetta (2007),
es importante prestar atención a tres aspectos de la observación:
• El contexto físico, puesto que las características físicas son en la mayoría de las
ocasiones una muestra de características sociales.
• El contexto social, describiendo el ambiente humano, describiendo minuciosa-
mente los detalles, sobre todo, al comienzo de la investigación.
• Las interacciones formales, que son las que tienen lugar entre los individuos
dentro de las instituciones y las organizaciones, donde las funciones están prees-
tablecidas y las relaciones se desarrollan en un marco de vínculos prefijados.
En el diario de campo se registrarán todos los datos de la observación, a modo de apuntes
con detalles y comentarios personales. Hay que determinar los conceptos clave. Según
Corbetta (2007), hay dos elementos básicos: primero, la descripción de los hechos, luga-
res y personas; y segundo, la interpretación que el investigador da a estos hechos. Añade
este autor que el registro del diario de campo ha de:
• Llevarse de forma que sea actualizado lo antes posible para tener una mayor pre-
cisión. El retraso puede hacer perder datos.
• Describir los hechos, con las interpretaciones del investigador y de los sujetos
estudiados.
• Diferenciar claramente las descripciones, las interpretaciones del observador y las
interpretaciones de los sujetos estudiados. Identificando qué dice cada uno.

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Tema 26: Técnicas de investigación en ciencias sociales y jurídicas 811

El análisis del material empírico recopilado, aunque no haya normas comunes, normalmen-
te se realiza identificando los temas culturales característicos del grupo. Según Corbetta
(2007), el análisis pasa por cuatro fases:
• Descripción.
• Clasificación.
• Identificación de las dimensiones de las tipologías.
• Construcción de los tipos ideales.
b) La entrevista en profundidad
Este tipo de entrevista también es llamada entrevista cualitativa, siendo una conversación
provocada por el entrevistador dirigida a un número considerable de sujetos, selecciona-
dos previamente en el plan de investigación, guiada por el investigador y con un fin cog-
noscitivo. La conducción del entrevistador se basa en un esquema flexible y no normativi-
zado. El objetivo de esta técnica es saber la perspectiva que tiene el sujeto estudiado. Las
características de esta técnica serían:
• Fin: comprender la realidad que se quiere explicar.
• El entrevistado es lo principal, se quiere saber qué piensa.
• Libertad de expresión de las opiniones del entrevistado, para conocer su interior.
• El entrevistador determina el tema y el desarrollo de la entrevista, para adaptarlo
a la investigación, pero esta es abierta.
• Tiene más sesgos que una encuesta cuantitativa.
• No hay muestra representativa.
La elección del tipo de entrevista se realiza basándose en el fin de la investigación, así como
de las características del fenómeno estudiado. Retomando la obra de Corbetta (2007),
el tipo de entrevista cualitativa se puede estructurar por diversos niveles de flexibilidad
atendiendo al entrevistador, la libertad de la que goce el entrevistado y la estandarización.
Estos niveles serían tres:
• Entrevista estructurada, es un cuestionario con preguntas abiertas y cerradas for-
muladas a todos los entrevistados, con el mismo orden. No es muy flexible, pero
es muy útil si se busca tener un cierto nivel de estandarización.
• Entrevista semiestructurada, aquí hay mayor libertad para el investigador y el en-
trevistado. Se dispone de un guion con un cierto orden lógico que permite al
entrevistador desarrollar aquellos temas que le interesen más o que surjan a lo
largo de la entrevista.
• Entrevista no estructurada, hay un tema que tratar y el entrevistador solo ha de
preocuparse por centrar el tema, pero la libertad al entrevistado es total puesto
que no hay ni guion, ni preguntas prestablecidas.

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812 Manual de Criminalística y Criminología

Para realizar una selección de los entrevistados, la muestra ha de ser una representación
socio-estructural correspondiente a los fines del estudio (Valles, 2002). Los entrevistados
se escogen por sus características, elegidos de manera más flexible que en una encuesta
cuantitativa. No hay un número estándar para todas las investigaciones, pero un mínimo
aceptado generalmente las sitúa entre treinta y cuarenta.
La entrevista siempre se intentará realizar con relajación, para que el entrevistado esté a
gusto y, por ello, se le cita en el momento y lugar que mejor le convenga. Lo más intere-
sante es que haya una conversación fluida para poder obtener los mayores datos posibles
del entrevistado sobre el tema.
Concluida la entrevista y transcrita, se ha de realizar el análisis del material empírico y su
interpretación. Los resultados suelen presentarse de una forma narrativa, habitualmente
usando las mismas palabras de los entrevistados para no alterar el material recopilado. Lo
más común a la hora de la presentación de los resultados es desarrollar el razonamiento
y junto a este se muestran los fragmentos de la entrevista que lo apoyan y explican. En el
caso de las entrevistas estructuradas, a veces también en las semiestructuradas, puede
existir una combinación entre los análisis cualitativo y cuantitativo.
Si son historias de vida, son las entrevistas basadas en vivencias personales. Con ellas
se trata de relacionar la biografía de una persona, con la historia vivida en una estructura
social determinada para explicar los cambios sociales que se han producido. Las modali-
dades en este tipo de entrevistas son tres (Pujadas, 1992):
• De relato único, testimonial y es una fuente única.
• De relatos cruzados, son relatos biográficos sobre un mismo tema, recopilados de
diversas fuentes. Crea una historia a través de varias fuentes.
• De relatos paralelos, son autobiografías para el estudio de unidades sociales am-
plias, con muchas fuentes donde obtener las historias.

c) Los grupos de discusión


Estos grupos son una técnica de creación de datos cualitativos a medio camino entre la
observación y la pregunta. En la tradición anglosajona se denominan focus groups. La
técnica en la que se basan, es la selección de un número variable de grupos pequeños,
oscilan entre cinco y veinte grupos formados por unas seis o diez personas, organizando
coloquios intragrupales. Al conjunto de grupos seleccionados suele denominarse batería
de grupos de discusión.
El fin principal que se busca con esta técnica es reproducir de la forma más fiel posible
el entorno social de los sujetos, para que el investigador pueda observar directamente un
proceso social similar al de la vida real. Una gran ventaja es que permiten observar a la
vez las preferencias individuales y las pautas de acción colectivas. Lo importante de esta
técnica es descubrir las percepciones, opiniones o puntos de vista de los participantes
sobre un tema.

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Tema 26: Técnicas de investigación en ciencias sociales y jurídicas 813

Para diseñar y seleccionar los grupos de discusión se parte de la estructura social que se
quiere analizar. Las dimensiones más importantes de la estructura social son:
• Clase social
• Etnia
• Sexo
• Cohorte
• Nacionalidad
• Religión
• Hábitat
Cada grupo social posee una relativa homogeneidad interna en cuanto a intereses, opinio-
nes, actitudes y acciones; y esto ha de verse reflejado en los grupos de discusión.
• La batería de los grupos de discusión se debe diseñar de tal forma que los com-
ponentes de cada grupo compartan posiciones parecidas en la estructura social y
opiniones acerca del tema de la investigación.
• Cada grupo posee opiniones y posiciones diferentes del resto de grupos para
tener el abanico más amplio posible de actitudes y representaciones colectivas
respecto al tema investigado.
• Se han de minimizar las diferencias intragrupales y maximizar las diferencias in-
tergrupales, con un margen para el debate.
• Todos los participantes de cada grupo deben estar familiarizados con el tema que
se discute.
El comienzo del debate se realiza con una introducción durante la reunión en las que se
explican las razones del estudio, presentando posteriormente a los participantes. Tras la
presentación el moderador comienza a proponer temas y cuando se termine la discusión
se hará una síntesis de cierre. Todo el debate queda registrado en grabaciones que se
transcribirán, aunque el moderador podrá anotar todo aquello que crea de interés.
En el análisis se procuran crear clasificaciones que hayan salido durante el debate que
tengan sentido sustantivo. Los resultados se muestran apoyándose en las afirmaciones de
los participantes que sirven, a su vez, de argumentación del análisis.

d) El análisis del contenido


El análisis del contenido se realiza en base de la lectura de los textos, la interpretación de
las imágenes, o de la interpretación de audios. Es un análisis de un fenómeno de la comu-
nicación con una valoración sobre las diferentes cuestiones de los emisores de mensajes
con influencia social. Este es un método de estudio sistemático en el cruce entre los
métodos cualitativos y cuantitativos. Con este análisis se puede establecer una valoración
de la estrategia de comunicación de las instituciones y grupos de poder al transmitir sus

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814 Manual de Criminalística y Criminología

posiciones. Sirven para crear bases documentales de apoyo o refutación de teorías e hi-
pótesis. Sus usos son, principalmente, dos (Brunet, Pastor y Belzunegui, 2002):
• Análisis de los mensajes emitidos para situarlos dentro de la realidad explicativa.
Pretende analizar también a los intervinientes de la realidad sociopolítica.
• Interpretación de textos para contextualizarlos y matizar otras investigaciones.
La metodología para el análisis de contenido implica una lectura total y se deben tener en
cuenta cinco aspectos esenciales:
• Contenido
• Emisor
• Destinatario
• Codificación
• Canal
En el pasado el análisis de contenido era sobre todo un campo para planteamientos cuan-
titativos, pero en la actualidad hay un mayor uso de los planteamientos cualitativos porque
existen varios presupuestos implícitos en el texto como son el sentido simbólico existente
y el contenido expresivo e instrumental del mismo. Los mensajes dan más información
que la pretendida por el autor del mismo de forma consciente.
Para el análisis de contenido, la doctrina crítica ha encontrado varias limitaciones que de-
ben ser tomadas en cuenta por el investigador a la hora de utilizarla. Los tres problemas
que plantea Isernia (2001) son una muestra de ello:
• Calidad de los documentos analizados.
• Validez de la codificación.
• Grado de estabilidad y reproducción de la codificación.

LA INVESTIGACIÓN EMPÍRICA EN LA SOCIOLOGÍA JURÍDICA


Otro término utilizado es el de sociología empírica del derecho, como una corriente es-
pecífica dentro del ámbito de la sociología, que recurriendo a los métodos y técnicas de
investigación social busca obtener un conocimiento empírico de los fenómenos jurídicos.
Su origen está en la cultura jurídica anglosajona y del norte de Europa (escandinavas).
Como se ha visto en las unidades didácticas precedentes, como investigación empírica se
considera el estudio realizado utilizando los métodos cuantitativos y cualitativos propios
de la investigación en las ciencias sociales. Por ello toma técnicas interdisciplinares, tanto
de la sociología como de otras ciencias.
La experiencia investigadora llevada a cabo en los Estados Unidos de América tiene un
papel fundamental en el desarrollo de la investigación en otros muchos países, sobre
todo anglosajones como en el Reino Unido, donde la investigación empírica comenzó a

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Tema 26: Técnicas de investigación en ciencias sociales y jurídicas 815

desarrollarse en los años setenta. Un lugar importante fue el Oxford Centre for Socio-Le-
gal Studies, que contó con la financiación de la American Bar Foundation entre otros
benefactores.
Según Renato Treves (1988), en Europa la referencia es la investigación empírica en los
países nórdicos, cuya base son las corrientes realistas escandinavas. Estas influyeron
parcialmente, también, en los países anglosajones.
Trevés, para explicar la sociología jurídica, sigue el camino de creación y aplicación del
derecho para así describir cómo se encuentran las investigaciones empíricas. Son cinco
etapas:
1) Producción de normas, haciendo una doble distinción:
–– Investigaciones puramente descriptivas.
–– Investigaciones de carácter prescriptivo u operativo.
2) Referencia a la aplicación de las normas, donde también se realizan importantes
investigaciones relacionadas con el desarrollo y la aplicación del derecho.
3) No aplicación de normas, campo donde hay algunas investigaciones destacadas
que exponen la voluntad de los legisladores de buscar, en ocasiones, realizar fun-
ciones latentes o encubiertas con la promulgación de normas emanadas para ser
normas ineficaces.
4) Investigaciones sobre los jueces y la Administración de Justicia, cuyo desarrollo
e importancia es ingente. También sucede lo mismo con investigaciones sobre
otros actores jurídicos como pueden ser los abogados.
5) Investigaciones sobre las relaciones de sistemas jurídicos, resolución alternativa
de conflictos y las investigaciones KOL (Knowledge and Opinion about Law), co-
nocimiento y opinión sobre el derecho.
La metodología que se ha de emplear, en principio será la más adecuada para ello, si bien,
según la doctrina el paradigma cuantitativo es aún dominante en la investigación social,
por lo menos en la sociología (Calvo y Picontó, 2012).
El uso de técnicas de recogida cuantitativas de datos son adecuadas para proporcionar
datos susceptibles de tratamiento estadístico. El fin de la investigación, con esta técnica,
busca saber de los hechos sociales y de las leyes y determinantes causales que los rigen.
La recogida de los datos se hace para verificar las hipótesis surgidas del conocimiento
teórico de los investigadores para ser filtradas cuantitativamente. El diseño de la investi-
gación y la posterior presentación de los resultados están caracterizados por poder obte-
nerse datos numéricos y analizarse estadísticamente. Desde un punto de vista general, la
investigación cuantitativa es la apropiada para estudiar grandes agregados sociales.
La investigación social cualitativa intenta descubrir la comprensión individual de los suje-
tos inmersos en el marco donde se desarrolla la acción social y los factores simbólicos
que la determinan. Esta investigación social tiende a la microsociología, que es el estudio

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816 Manual de Criminalística y Criminología

de los procesos sociales en contextos reales de comunicación. Busca conocer la realidad


social mediante las palabras y las conductas de las personas investigadas en su propio
contexto, describiéndola tal y como es.
En definitiva, ambas investigaciones la cuantitativa y la cualitativa son válidas para los
objetivos de la investigación. Por ello ha de elegirse una u otra según el fin de la investi-
gación o, incluso, combinarlas para realizar una investigación más completa.
El conocimiento científico de la realidad social exige la construcción científica del objeto
desde los elementos teóricos y sistemáticos del conocimiento sociológico. La objetividad
funcionalista no sería suficiente según Adorno (1983), puesto que para él los métodos
empíricos no servirían para descubrir las condiciones, instituciones y fuerzas reales de
los actos humanos. En las investigaciones cualitativas la teoría surge a partir de los datos
recogidos, en la fase de análisis e interpretación de los mismos. Para Strauss y Corbin
(1997; 2008), la teoría es el resultado final de las investigaciones cualitativas y se ela-
boraría a partir de los datos obtenidos. Posteriormente, en una segunda fase, se puede
contrastar con las teorías resultantes de otros estudios. En definitiva, la teoría ha de pro-
ceder y producir resultados en un plano interdisciplinario y, por ello, las construcciones
teóricas que se realicen deben asentarse en las fuentes y en las claves simbólicas sociales
y jurídicas.

LA INVESTIGACIÓN SOCIO-JURÍDICA
Para una mejor comprensión se dividirá en tres grandes apartados:
a) Diseño de la investigación
Como se vio en las unidades didácticas precedentes, a efectos teóricos y educativos, las
fases de la investigación son homogéneas y sucesivas, pero en la práctica se solapan y
entremezclan, pudiendo estar en progreso varias actividades investigadoras al mismo tiem-
po. Puede suceder, también, que a medida que se vaya progresando en la investigación
se introduzcan nuevos elementos para delimitar el objeto y el diseño de la investigación.
La exposición por etapas, sin embargo, es muy útil porque da a la investigación una pri-
mera impresión sobre los procesos que desarrolla la investigación empírica.
Como se recordará, el primer paso es encontrar un tema de investigación. Hay que de-
terminar su enfoque y justificarlo en base al interés que puede tener. Investigar requiere
invertir tiempo y dinero, por lo cual el coste de la investigación socio-jurídica es un factor
importante a tener en cuenta; hay que añadir, además, la pericia del investigador y la dis-
ponibilidad de los datos existentes sobre la investigación a realizar. Resueltos todos estos
planteamientos de inicio se puede proceder a la siguiente etapa.
La segunda etapa de la investigación socio-jurídica es diseñarla. El diseño de investigación
es un plan integral de todas aquellas operaciones y actividades que se han de desarrollar
para lograr los objetivos propuestos de investigación. En esta etapa se ha de especificar

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Tema 26: Técnicas de investigación en ciencias sociales y jurídicas 817

la metodología y las técnicas de investigación que se deben utilizar para la obtención de


la información requerida. Ha de incluir todos los detalles necesarios para llevar a cabo
la investigación y proponer alternativas para lograr el fin objeto de la investigación. Esto
implica que el investigador tiene que:
• Prever qué datos necesita recoger.
• Determinar los medios más adecuados para obtener la información.
• Saber qué población puede proporcionar los datos.
• Formular las preguntas de la investigación.
• Establecer las técnicas a utilizar.
Todo ello es fundamental para evitar recopilar datos irrelevantes e innecesarios, además,
será esencial para la estrategia de investigación. Como se ha reiterado a lo largo de los
últimos apartados, los métodos de investigación cuantitativos son los medios apropia-
dos para reunir información cuando el objeto de la investigación es encontrar datos que
requieren tratamiento estadístico. Por otra parte, la investigación cualitativa es más apro-
piada cuando el objetivo principal del estudio necesita información cualitativa o es una
primera toma de contacto con el problema, porque no existe información previa (o es
insuficiente) o porque esta esté oculta.
El universo de población a estudiar ha de establecerse en esta etapa y para ello hay que
determinar la ubicación geográfica, el límite temporal, las características definitorias, etc.
Una vez hecho, se ha de seleccionar una muestra de esa población.
El diseño que se haga del procedimiento de recopilación de datos a seguir por la investi-
gación influirá en la fiabilidad y validez de la investigación. Es un elemento fundamental del
proyecto de investigación que evitará trabajo baldío y esfuerzos inservibles al investigador.
b) Utilización de datos existentes
La existencia de datos previos para realizar la investigación suele ser habitual en la mayoría
de casos. Este tipo de información se denomina información secundaria (Stewart y Kam-
mins, 1993; Sierra, 2002) y es obtenida a través de las bases de datos y de la información
recogida en investigaciones precedentes. Dentro de estas fuentes hay que incluir los infor-
mes públicos, las estadísticas publicadas por las instituciones u otras organizaciones, libros
y revistas especializados. En una gran mayoría de los casos, suelen ser datos públicos
disponibles directamente, es decir, sin restricciones o siendo estas mínimas. Ello ayuda a
tener una información rápida y económica de gran utilidad al comenzar la investigación.
La ventaja de estos datos es que pueden volver a ser utilizados en el futuro y en otras
investigaciones.
Al igual que en los datos primarios, la evaluación de los secundarios han de seguir igual-
mente los procedimientos empleados en aquellos (Stewart y Kamins, 1993). Al ser datos
ya existentes pueden ser evaluados anteriormente y, en función a ellos, hay seis catego-
rías de preguntas que el investigador ha de evaluar para comprobar la rigurosidad:

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818 Manual de Criminalística y Criminología

1) ¿Por qué y para qué se hizo la investigación?


2) ¿Quién fue el investigador? ¿Qué fuentes y técnicas usó? ¿Cabe algún sesgo en
los resultados?
3) ¿Cómo se recogió la información? ¿Qué indicadores se usaron? ¿El diseño fue
correcto? ¿Se analizaron los datos recogidos correctamente?
4) ¿Cuándo se recogió la información? ¿Pudo estar afectada? ¿Sigue siendo válida?
5) ¿Qué metodología se empleó? ¿Es adecuada para la investigación a realizar?
6) ¿La información es consistente comparada con otras investigaciones similares?
Para evitar posibles sesgos en la información reutilizada, siempre es mejor usar múltiples
fuentes para corroborarla.
Las técnicas de producción de datos, serán aquellas pertenecientes a la observación, las
encuestas de opinión, las entrevistas cualitativas, los grupos de discusión y el análisis de
contenido.
c) Análisis y presentación de resultados
Tras haber terminado todo el trabajo de campo, donde se han recogido los datos, es ne-
cesario su análisis e interpretación para, posteriormente, presentar los resultados de los
mismos siguiendo interpretaciones fundadas y válidas. El análisis de los datos cuantitati-
vos y cualitativos se realiza, actualmente, a través de programas informáticos.
Si se ha seguido una metodología cuantitativa, el análisis ha de hacerse mediante medios
estadísticos tratando de mostrar la variabilidad y cuantificar las relaciones intervariables.
La interpretación busca confirmar si se han verificado o no las hipótesis de partida. La
interpretación estará enmarcada en el marco teórico de inicio, donde se formularon las
hipótesis, y determinar si la teoría diseñada por la investigación es verdadera o no. La
presentación de los datos suele realizarse mediante la utilización de tablas y gráficos.
Si se ha utilizado metodología cualitativa, el análisis es sobre el discurso desde donde se
han registrado esos datos respetando las claves simbólicas de dicho discurso y la pers-
pectiva de los informadores. La interpretación aquí, permite más correlación de los datos
obtenidos y abre nuevas cuestiones, siendo más factible una perspectiva crítica.
En el caso de utilizar una metodología mixta, cada cual ha de ser analizada por la meto-
dología correspondiente.
En todos los casos, una herramienta esencial para el análisis y la presentación de los da-
tos es la representación mediante tablas estadísticas. Como dice el refranero español: una
imagen vale más que mil palabras. También está generalizado el uso de representaciones
gráficas, basadas en las tablas estadísticas, por su fácil visualización.

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Tema 26: Técnicas de investigación en ciencias sociales y jurídicas 819

TEORÍAS SOCIO-JURÍDICAS
Partiendo de la base de la teoría del derecho tradicional, el concepto de derecho es es-
tatista, racional y formal. Es así, porque es un concepto de derecho basado en el modelo
monopolizador de las fuentes sociales del derecho y su aplicación siguiendo patrones
de racionalidad formal por parte del Estado. El derecho es, según Weber (1979), un
sistema normativo racional-formal y excluyente, capaz de organizar autónomamente los
presupuestos de legitimidad de sus prácticas y sus discursos. El ordenamiento jurídico y
Estado se confunden así, permitiendo el flujo de los valores de unidad del Estado-nación
al sistema jurídico.
Con esta base hay una negación de a las pretensiones de validez jurídica del derecho
natural, es más, se niega la condición de sistema jurídico a cualquier otro sistema social
normativo, incluso a cualquier sistema jurídico de base consuetudinaria.
Esta teoría tradicional del derecho, en la actualidad, choca frontalmente con la realidad ju-
rídica actual y las transformaciones acaecidas puesto que, como sostiene Schauer (2005),
el derecho y el concepto de derecho son construidos socialmente. Tal y como propone
Schauer, se puede constatar históricamente que el concepto de derecho cambia a lo lar-
go del tiempo y entre las diferentes culturas. Es un continuo proceso de construcción y
reconstrucción.
Actualmente existen múltiples enfoques de reflexión teórica sobre el derecho y en la ma-
yoría de las ocasiones, esos enfoques se pueden complementar.
La ideología liberal, creada en el siglo XIX, establecía que el papel del Estado era el de un
mero guardián del orden público. Su intervención económica y social se limitaba a garan-
tizar las reglas de juego determinadas por el libre albedrío de la economía. Por lo tanto,
las funciones sociales del derecho, era la de garantizar un marco abstracto y general de
autonomía protegida. Su misión se regía por tres ejes:
• Represión estatal de aquellos que no respetasen el orden social establecido.
• Establecer un marco de seguridad en las relaciones, respetando siempre los prin-
cipios de libertad e igualdad formal de los individuos.
• Disponer de las instituciones y herramientas precisas para resolver las disputas,
incluso de forma coercitiva.
El modelo jurídico liberal era el paso modernizador respecto al modelo represivo puro,
adaptando así los nuevos presupuestos sociales. El derecho sería el conjunto de las nor-
mas jurídicas que organizan y regulan el ejercicio de la fuerza. La coacción funciona me-
diante el derecho, se imponen los límites de uso y el personal que está autorizado para
ejercerla, esbozando el principio de legalidad.
Con la evolución social se tuvo que ir reformando la concepción y el uso del derecho,
así el Estado comenzó a intervenir en los sistemas sociales primarios para realizar una
integración social, promoviendo la regulación de los valores e intereses orientadores de

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820 Manual de Criminalística y Criminología

las relaciones sociales. Este modelo intervencionista se produjo en varias oleadas con-
secutivas, según las necesidades que han ido surgiendo en la sociedad. Según Calvo, en
el último cuarto del siglo XX se complementó la intervención con la regulación estatal de
campos anteriormente vedados o inexistentes como la protección de la salud y la seguri-
dad, del medio ambiente, de la educación, del empleo, habitabilidad… El Estado ha debido
intervenir en la vida y en las relaciones de individuos y grupos con fines de redistribución
de los bienes sociales y de aseguramiento de unos mínimos de bienestar: sanidad, educa-
ción, desempleo… Este sería un modelo del derecho hacia fines regulativos y resultados
prácticos.

EL DERECHO REGULATIVO
Al utilizarse el derecho como medio, se produce una gran legalización de la sociedad,
generando el denominado derecho regulativo (Habermas, 1987; Teubner, 2000). Este de-
recho útil está caracterizado por criterios y determinantes de índole material: económicos,
políticos, técnicos, etc. Haciendo que su estructura y contenido sean muy complicados,
al igual que los ejercicios de creación jurídica por los que se realiza. En este derecho, los
elementos jurídicos tradicionales se ven desbordados en todos los sentidos.
La primera mudanza que se constata desde el punto de vista de la fisonomía estructural
del derecho es su utilización como medio para la realización de políticas intervencionistas
orientadas a la promoción de fines, valores e intereses sociales. Según Luhmann (1986),
la burocratización de los mecanismos de realización del derecho crea una dinámica que
hará necesarias reglas y más reglas sobre estas. Esto conlleva una degradación de los
instrumentos normativos y una sobreabundancia de normas, debilitando su autoridad y
rigidez formal.
Además, conlleva la incorporación de saberes ajenos al ámbito de lo jurídico: biomedicina,
medioambiente, etc.
Para una realización efectiva del derecho regulativo es necesario crear un marco
jurídico-burocrático de intervención, de regulación compleja y una gran movilización de
grandes medios económicos, institucionales, técnicos y humanos. Según la doctrina en
general (Presman y Wildavsky, 1973), a este conjunto de actuaciones se le denomina
implementación.
Las características del derecho regulativo serían:
• Un mayor peso de la Administración para implementar la ley.
• Una mayor prevención y espacios más informales a través de técnicas como pue-
den ser: la composición, la tolerancia y la negociación.
• Flexibilidad y discrecionalidad.
• Medición de la eficacia según la consecución de objetivos o la realización de las
funciones.

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Tema 26: Técnicas de investigación en ciencias sociales y jurídicas 821

PLURALISMO JURÍDICO
El pluralismo jurídico siempre ha estado presente en los enfoques socio-jurídicos, pero
no ha sido hasta las últimas décadas cuando ha empezado a emerger de las corrientes
puramente teóricas. Para los pluralistas el derecho también procede de otros agentes
sociales como grupos o comunidades, no solo del Estado, quienes producen normativas
que pueden ser consideradas como jurídicas desde un punto de vista sociológico, siendo
base de las tesis de un derecho social.
Según el profesor Calvo: “Al pluralismo jurídico en sentido estricto se llega desde el re-
conocimiento por el sistema hegemónico de sistemas jurídicos comunitarios a los que se
dota de autonomía relativa dentro de contextos de autogobierno y reconocimiento de la
pluralidad cultural. Reconocimiento de la validez general de las normas de todo el sistema
comunitario —por lo general, dentro de ciertos límites— y reconocimiento de los meca-
nismos coercitivos propios como expresión de los derechos de autogobierno de estos
grupos”.

GLOBALIZACIÓN
El fenómeno de la globalización implica una gran diversidad de procesos y de ámbitosque,
asentada en las posibilidades de los nuevos medios técnicos de comunicación, afecta a la
estructura y las dinámicas jurídicas (Santos, 1998; Gessner y Budak, 1998; Twining, 2003;
Teubner, 2002). En los procesos de globalización existen relaciones de poder y domina-
ción esenciales para entender este fenómeno y según la perspectiva en el contexto de
esas relaciones de poder el fenómeno tiene una visión u otra. Esta globalización, en prin-
cipio, no es buena ni mala. Según los intereses de cada actor tendrá una valoración u otra.
Como consecuencia de la globalización se ha debilitado la influencia estatal en ámbitos
sociales y económicos. Estos procesos conllevan una auténtica crisis de efectividad del
derecho en relación con los agentes económicos transnacionales y conlleva, a su vez, una
crisis de eficacia del modelo jurídico actual. Como contrapunto se han alzado más voces a
favor de una creación o reforzamiento de las estructuras de gobernabilidad internacional.
El surgimiento, según la doctrina, de una ley propia del capital global sería la Lex merca-
toria (Santos, 1998; Teubner, 1997, 2002; Garrido, 2010). Este instrumento, cuyas raíces
hay que encontrarlas en la Edad Media, ha retornado debido a la extendida práctica de
evitar las leyes nacionales, las formas tradicionales de resolución de los conflictos de
leyes nacionales e incluso al derecho internacional público. Con ello se permite un campo
más propicio para el negocio sin impedimentos nacionales protectores de derechos. En
esta ley se crea una autorregulación de los contratos y la resolución de conflictos se hará
en base de sus propias provisiones y fórmulas generales, sería una especie de dere-
cho consuetudinario efímero (Calvo y Picontó, 2012). Su aplicación más rígida o flexible
depende, en la mayoría de las ocasiones, de la distribución del poder entre sus socios
(Santos, 1998; 2009).

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822 Manual de Criminalística y Criminología

La informalidad ha encontrado un lugar para desarrollarse en defecto de la debilitación


de los órganos jurídicos tradicionales, a través del arbitraje o la mediación, por ejemplo.

LA INVESTIGACIÓN CUANTITATIVA
Las técnicas cuantitativas se basan en el estudio de variables, para ello, se recoge un
gran número de casos y mediante métodos estadísticos lo analizan. Con ello se pueden
asumir posibles errores de medición en las variables y la formalización de relaciones
complejas entre estas. Se trata de una metodología analítica que estima que es posible la
comparación sin dificultad casos diferentes, cuyo fin es la verificación de leyes universales
formuladas por las teorías.
Las técnicas cuantitativas más comunes son las encuestas y los experimentos; el análisis
se realizará de forma estadística, por ello se dividirá este apartado en tres grandes subapar-
tados para facilitar la metodología:

A) LA ENCUESTA
Una encuesta, se puede definir como el procedimiento en el que el investigador busca
recopilar datos por medio de un cuestionario previamente diseñado, sin modificar el en-
torno ni el fenómeno donde se recoge la información, para entregarlo en forma de tríptico,
gráfico o tabla. En la encuesta, en definitiva, se recogen datos individuales para obtener
datos agregados sobre conjuntos de poblaciones y características de estas.
Tres elementos son caracterizadores:
• El cuestionario, elaborado para obtener información sobre el caso investigado.
Puede ser por teléfono, por correo, en persona, en línea…
• Muestra de personas, que ha de ser representativa de la población.
• Uso del análisis estadístico, codificando las respuestas de cada entrevistado para
su registro cuantitativo. La codificación es el proceso de asignación de valores
numéricos a las observaciones.
Las respuestas codificadas de cada entrevistado se trasladan a la matriz de datos donde
son sometidas a un análisis estadístico agregado con el fin de obtener descripciones y
explicaciones sobre el comportamiento y las actitudes del conjunto de la muestra (que
puedan ser extensibles al conjunto de la población).
La matriz de datos, es la tabla de filas y columnas donde se recogen las observaciones
recogidas de la encuesta. Las filas corresponden a los individuos y las columnas a las
preguntas de la encuesta (variables).

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Tema 26: Técnicas de investigación en ciencias sociales y jurídicas 823

El cuestionario
No existen reglas fijas para elaborarlo, sino que ha de hacerse según las características
que presente el objeto de estudio, la población y los recursos de los que disponga el
investigador.
La experiencia, aquí, es un grado. Si las preguntas y las hipótesis sobre las que se basa
el estudio son claras, la operacionalización será más sencilla también. Es habitual y reco-
mendable, que se usen preguntas y bloques de preguntas de cuestionarios elaborados
previamente por otros investigadores, más aún cuando el cuestionario sea realmente
bueno. Esto se hace así porque permite acumular conocimiento científico, siendo además
la comparación posterior más fácil y permite avanzar en las técnicas de cómo preguntar
para, así, obtener mejor la información.
Según Corbetta (2007), se pueden agrupar en tres grandes grupos los tipos de preguntas
de los cuestionarios según el contenido de estos:
• Características sociodemográficas de los individuos, clasificación de los individuos
de la muestra por género, estado civil, edad, situación laboral, nivel de estudios,
profesión…
• Actitudes del individuo, sus puntos de vista, perspectivas, valores, opiniones...
• Comportamientos de los individuos, sus acciones realizadas o no.
Siguiendo nuevamente a Corbetta, los formatos de respuestas a las preguntas son de dos
tipos, abiertos y cerrados.
• Preguntas abiertas, donde el entrevistado tiene plena libertad para responder.
• Preguntas cerradas, donde el entrevistado ha de escoger una respuesta de una
lista junto a la pregunta.
La doctrina ha podido constatar que la forma y el orden con el que se formulan las pre-
guntas en el cuestionario afectan a las respuestas dadas. Corbetta (2007) afirma que para
un buen cuestionario han de seguirse unos principios básicos:
• Simplicidad del lenguaje.
• Extensión de las preguntas, mejor breves.
• Número de alternativas de respuesta a las preguntas cerradas.
• Expresiones de argot.
• Evitar el uso de conceptos ambiguos y de palabras con fuertes connotaciones
(especialmente si son negativas).
• Evitar dobles preguntas o subpreguntas dentro de las preguntas.
• Evitar las preguntas tendenciosas.
• Centrarse en momentos concretos en el tiempo.
• Concreción frente a abstracción.

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824 Manual de Criminalística y Criminología

• La secuencia y el orden de las preguntas.


• Duración del cuestionario.

La muestra y el procedimiento de muestreo


La opción ideal para una encuesta sería poder entrevistar a toda la población, también
llamado universo. Obviamente no siempre es posible porque hay poblaciones ingentes
que sería imposible realizar sin un alto coste (una población de 100 sujetos con finan-
ciación sería fácil de entrevistar, toda la población de Canarias, por ejemplo, sería muy
difícil y costoso). Por ello, cuando las poblaciones son grandes es necesario recurrir a la
selección muestral. Para que esa muestra sea representativa, correcta, es necesario que
se refleje toda su diversidad y así hacer posibles inferencias válidas sobre el total de la
población.
El muestreo, por lo tanto, consiste en obtener un subconjunto de la población que refleje
las características de cada variable importante para el estudio en toda la población.
La mejor forma de obtener una muestra representativa de la población es realizar un
muestreo aleatorio; en este, todos los individuos de la población tienen una probabilidad
positiva conocida de ser seleccionados. Para ello debemos saber los individuos que for-
man parte de la población objeto de estudio.
El muestreo aleatorio simple es el tipo de muestreo básico para estudiar una población
relativamente homogénea sobre los fenómenos que se quieren estudiar. Los individuos se
extraen asignándoles números aleatorios, como si fuese una lotería. El problema con este
tipo de muestreo es que no es válido para poblaciones heterogéneas.
El muestreo aleatorio sistemático se basa en un listado completo de la población, donde
se elige de forma sistemática a un individuo de cada x de la lista. Usa un coeficiente de
elevación N/n1 que relaciona el tamaño de la población y el de la muestra que se quiere
extraer.
Con todo ello, los tipos de muestreo anteriores pueden ser inservibles en el caso de que
el fenómeno objeto de estudio sea demasiado complicado, porque es muy difícil obtener
una muestra aleatoria que sea representativa o, también puede suceder, que la distribu-
ción de la población hace muy costoso el acceso a los individuos. Por ello se han creado
otros tipos de muestreos aleatorios que puedan solventar estos problemas:
• Estratificado.
–– Los individuos se han clasificado siguiendo un criterio relevante para los fenó-
menos objeto de estudio.
–– Los estratos se quiere que sean internamente homogéneos y heterogéneos
entre ellos.

1. Coeficiente de elevación N / n = k.
N = tamaño de la población o universo n = tamaño de la muestra. Se selecciona un individuo de cada k.

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Tema 26: Técnicas de investigación en ciencias sociales y jurídicas 825

• Por conglomerados. Al principio la unidad muestral, son un conjunto de individuos


agrupados en unidades naturales (Barrios, empresas, clubes…).
–– Entre las diferentes unidades o conglomerados, se escoge una muestra alea-
toria simple.
–– En conglomerados pequeños, se entrevista a todos los individuos del grupo. Si
son grandes, se establecen submuestras.
–– Los conglomerados tienen que ser internamente heterogéneos y homogéneos
entre ellos.
–– Los estimadores son los estadísticos que se obtienen en la muestra y los pa-
rámetros son los estadísticos de la población.
• Polietápico
–– El muestreo se hace en etapas que combinan diferentes tipos de muestreo.
–– El procedimiento más común es la selección de los estratos, posteriormente
establecer conglomerados y, por último, seleccionar a los individuos por cuo-
tas.
–– La distribución de entrevistas dentro de cada estrato se realiza según el peso
relativo de la población de cada estrato, denominándose afijación proporcional.
Para determinar la muestra necesaria, su tamaño, debemos atender a diversos factores:
• La variabilidad existente en la población, que es el grado en el que los componen-
tes de la población son iguales entre sí con respecto a las características busca-
das en el estudio. Cuanto más pequeña sea la muestra necesaria para representar
la población más homogénea es una población.
• El tamaño de la población, en las grandes o infinitas, que serían las de más de
100.000 sujetos, el tamaño de la población no influye en el tamaño de la muestra
para obtener una mejor representatividad.
• El nivel de confianza, que es la seguridad que existe de que el estimador coincida
con el parámetro dentro de un margen de error. Este se expresa en porcentaje de
muestras en las que el estimador del parámetro, o coeficiente), se encontrará en
un margen de error alrededor del valor del parámetro.
• El margen de error de muestreo es el grado de precisión y la exactitud que se
pretende tener en el estudio que se está realizando. Normalmente la muestra ha
de ser mayor cuanto mayor sea la exactitud deseada.

Censos y padrones
El censo se define, según Naciones Unidas, como el proceso total de recolectar, compilar,
evaluar, analizar y publicar o diseminar en cualquier otra forma, los datos (o la informa-
ción) demográficos, económicos y sociales que pertenecen en un momento determinado,
a todas las personas de un país o de una parte delimitada del mismo (Arias, 2016).

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826 Manual de Criminalística y Criminología

Existe una gran variedad de tipos de censos. En España, el censo de población se elabora
cada diez años. Según el Instituto Nacional de Estadística, los censos de población cons-
tituyen la operación de mayor rango dentro de la actividad estadística oficial y son, junto
con los anuarios, las publicaciones que más demandan los usuarios del INE.
El padrón hace referencia al registro en el que se encuentran inscritos los ciudadanos ha-
bilitados para participar en elecciones. En el caso de los padrones municipales en España,
hoy en día se actualizan constantemente ya que son los propios habitantes quienes han
de hacer su inscripción en el ayuntamiento correspondiente.

B) EL EXPERIMENTO
Es un diseño o plan de investigación, más que una técnica para obtener datos. Este
consiste en la comparación de un grupo experimental, formado por sujetos que serán
expuestos a la variable explicativa o estímulo, con otro grupo de igual composición al
grupo experimental pero sin el estímulo, llamado grupo de control. El valor de la variable
explicativa en cada grupo se ha de verificar antes, es decir, se mide antes de introducir
del estímulo, midiéndose nuevamente después de que el grupo experimental haya sido
sometido al estímulo. El impacto del estímulo se infiere de la comparación de los valores
de la verificación anterior y posterior en cada grupo.
Siguiendo lo establecido por Manhein y Rich (1988) la fórmula del efecto sería la siguiente:
Efecto del estímulo = (verificación posterior E – verificación anterior E)
– (verificación posterior C – verificación anterior C)2
Para llevar a cabo los experimentos, es necesario disponer de suficientes conocimientos
científicos sobre el objeto de estudio, porque se ha determinar cuáles son los factores
de control. Estos son las variables que comparten los sujetos del grupo de control y del
grupo experimental. La composición de los grupos respecto de las variables de control es
idéntica ya que los cambios en la variable que se tiene que explicar se deben al estímulo
y no a otra diferencia. Con este control sobre terceros factores y el estímulo se pueden
constatar relaciones causales.

C) EL ANÁLISIS ESTADÍSTICO DE LOS DATOS


En la investigación cuantitativa es un análisis estadístico. La estadística es útil porque
permite hacer inteligible la complejidad de los datos obtenidos y responder con precisión
numérica a las preguntas e hipótesis planteadas al principio de la investigación. Sin entrar
a explicar los diferentes tipos de estadísticas, nombraremos las más importantes para el
estudio de las ciencias sociales:

2. E es el grupo experimental.
C es el grupo de control.

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Tema 26: Técnicas de investigación en ciencias sociales y jurídicas 827

• Estadística univariada, los valores estadísticos son números que pueden sintetizar
las distribuciones de valores de las variables.
• Estadística bivariada y multivariada, aquella que puede mostrar la relación que
existe entre las variables.
• Estadística descriptiva busca averiguar las características de las distribuciones de
las variables y de las relaciones existentes entre ellas.
• Estadística inferencial, aquella que trata de inferir los parámetros poblacionales a
partir de los valores estadísticos obtenidos en la muestra.

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27
TERRORISMO DE
ETIOLOGÍA YIHADISTA:
ANÁLISIS Y PREVENCIÓN
Ariadna Trespaderne Dedeu
Criminóloga; secretaria general de CISEG; investigadora y profesora
del Grupo de Perfilación y Análisis de la Conducta Criminal PACC-UB
Comunidad de Inteligencia y Seguridad Global; Universidad de Barcelona
España
David Garriga Guitart
Criminólogo; presidente de CISEG; profesor de Crimen Organizado y Terrorismo
Comunidad de Inteligencia y Seguridad Global; Universidad Internacional de Valencia
España

INTRODUCCIÓN
El terrorismo ha modificado por completo el fenómeno de la violencia. En las últimas
décadas, y sobre todo desde los atentados del 11 de septiembre de 2001, tanto los ciu-
dadanos como los expertos en terrorismo de etiología yihadista reconocen la necesidad
de conocer en mayor profundidad la radicalización violenta. Tal fenómeno se asume como
uno de los principales riesgos terroristas del mundo occidental y, en consecuencia, existe
la necesidad de estructurar un eje preventivo para evitar que los procesos de radicaliza-
ción culminen en acciones de naturaleza violenta. Por esa razón es necesaria una actua-
ción integral, específica y coordinada entre los diversos agentes y actores, tanto sociales
como institucionales, para frenar cualquier acción terrorista.
Una de las herramientas más relevantes y que reúne un mayor consenso entre los dis-
tintos expertos para afrontar la radicalización violenta es la formación y la sensibilización
social. Todo ello, con el fin de realizar detecciones tempranas, la neutralización de focos de
radicalización y la intervención en colectivos vulnerables. Como vemos, la clave radica en
disminuir la radicalización en etapas tempranas a fin de evitar una escalada radical gradual
que precipite, finalmente, en una acción violenta y/o un atentado. Así, es clave desarrollar
espacios de formación sobre indicadores de vulnerabilidad y elaborar herramientas para

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830 Manual de Criminalística y Criminología

prevenir e intervenir en casos de posibles radicalizados. Conocer y ser consciente de tal


amenaza permite ponderar los riesgos y prevenirlos desde el control social. Por un lado,
desde las instituciones, autoridades y profesionales de la seguridad e inteligencia. Y por
otro lado, la comunidad y todos aquellos actores sociales que estén en contacto con perfi-
les radicalizados o de riesgo. Por tanto, uno de los retos de esta problemática es fomentar
el empoderamiento comunitario para elaborar un cortafuego social capaz de prevenir la
radicalización violenta para que así, el control formal sea la última instancia o solución.
Este capítulo aborda la radicalización violenta y su vinculación con el terrorismo de etio-
logía yihadista a través del análisis y la prevención. Se describe qué es la radicalización
violenta, cinco modelos de radicalización que exponen distintas fases hacia la escalada de
violencia así como los factores de riesgos del individuo subyacentes en dicho proceso. Se
describen, además, las diferentes narrativas empleadas por las organizaciones terroristas
para difundir el discurso y persuadir al público objetivo, las características y técnicas de
la propaganda terrorista y las contranarrativas existentes y eficaces disponibles en la ac-
tualidad para desprestigiar y deslegitimizar dicho discurso radical. Finalmente se detallan
diversas propuestas y programas europeos que trabajan en la prevención y la rehabilita-
ción de personas en riesgo de radicalización.

CONCEPTUALIZACIÓN DE LA RADICALIZACIÓN VIOLENTA


RADICALIZACIÓN
El radicalismo posee diversidad de formas específicas y uno de ellas es el terrorismo.
Es importante matizar el concepto “radicalización”, ya que incluye a individuos violentos
y no violentos. Existen aquellos que poseen ideas y actitudes intransigentes sobre una
cuestión concreta, y aquellos que para imponer tales creencias emplean la violencia. Por
tanto, no todos los individuos que poseen creencias, ideas y opiniones radicales ejecu-
tan acciones de violencia (Leuprecht, Hataley, Moskalenko y McCauley, 2010; McCauley,
2013; McCauley y Moskalenko, 2011, 2014). La investigación científica evidencia la débil
relación entre actitud y comportamientos extremos. Afortunadamente, una pequeña mi-
noría actúan acorde a sus fantasías. Solo un 1 % de la población con opiniones radicales
llega a realizar acciones violentas (McCauley, 2013).
Para ello, McCauley y Moskalenko (2017) presentan el modelo de las dos pirámides en
relación con aquellas personas que poseen opiniones radicales, y las que realizan accio-
nes violentas. Si bien ambos modelos son piramidales, no es necesario que los individuos
transiten por todos los niveles ya que pueden desplazarse por ellos en distintos momen-
tos, omitir algún grado o bien quedarse estáticos en una misma posición. Por un lado,
la pirámide de las opiniones radicales indica que los individuos experimentan distintos
grados de radicalización en sus opiniones, de menor a mayor intensidad.

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Tema 27: Terrorismo de etiología yihadista: Análisis y prevención 831

• Neutrales: Son ajenos al debate político. No sienten interés en las causas político-
sociales ni son simpatizantes de ninguna ideología concreta.
• Simpatizantes: Estiman y creen en un grupo, causa u objetivos.
• Justificadores: No únicamente simpatizan, sino que justifican y legitiman la vio-
lencia para defender la causa.
• Obligación moral y personal: Sienten la obligación de luchar por el grupo y/o la
causa y asumen la violencia como una herramienta para combatir.
Por otro lado, la pirámide de las acciones radicales afirma que los individuos experimentan
distintos grados de radicalización en sus acciones, de menor a mayor intensidad.
• Inertes: Son individuos pasivos. No hacen ninguna acción por el grupo y la causa.
• Activistas: Realizan activísimo social y/o político, pero por cauces legales y no
violentos.
• Radicales: Practican acciones ilegales por y para la causa o el grupo.
• Terroristas: Ejecutan acciones ilegales y violentas contra la población civil.

Figura 1. Pirámide de las opiniones radicales y de las acciones radicales.


Basado en “Understanding political radicalization: The two-pyramids mode”,
C. McCauley y S. Moskalenko, 2017, American Psychologist, 72 (3).

RADICALIZACIÓN VIOLENTA
La radicalización violenta supone una amenaza internacional y creciente y, en consecuen-
cia, ha sido uno de los sectores de investigación más prolíficos. Mosteyrín y López (2017)
afirman que “el proceso de radicalización es el epicentro explicativo del terrorismo. Aun-
que se trata de un fenómeno ciertamente indeterminado, es la clave sobre la que descan-

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832 Manual de Criminalística y Criminología

sa la política preventiva en todos los países de nuestro entorno. No obstante, como objeto
de estudio suscita más controversia que acuerdo y no hay evidencia concluyente sobre
qué es y cómo opera en realidad la radicalización”.
En ese sentido, no existe una definición universal y aceptada. El término presenta contro-
versia en los círculos académicos, ya que cada disciplina introduce diversidad de especi-
ficaciones en el vocablo y, por tanto, se estudia el fenómeno de forma fragmentada. De
igual modo acontece en el uso del término por parte de las instituciones y actores sociales,
cada cual determina dicha definición según los intereses salvaguardados y/o afinidades
ideológicas. Desafortunadamente, el concepto ha sido politizado y distorsionado a pesar
de que la construcción terminológica del concepto debe alejarse de cualquier orientación
ideológica y política. Es ineludible la necesidad de delimitar un marco de referencia en
relación con la radicalización violenta capaz de enmarcar su realidad poliédrica y generar
investigaciones rigurosas, políticas públicas preventivas y de seguridad, herramientas de
detección, protocolos de intervención, entre otros.
Se requiere un concepto integral, operativo y estandarizado que constate los aspectos
nucleares del mismo, ya que subsiste un desacuerdo entre la relación de la radicalización
y la violencia, del pensamiento y la acción (Schmid, 2013). Si bien la radicalización (enten-
dida como un proceso que conlleva una escalada de violencia) ha sido estudiado desde
1970 por su relevancia en los movimientos sociales y en la formación de grupos clan-
destinamente violentos, a partir de los atentados del 11 de setiembre de 2001 la inves-
tigación ha incrementado exponencialmente centrándose en la radicalización relacionada
con el terrorismo de etiología yihadista (Della Porta y LaFree, 2012). Sea como sea, las
propuestas terminológicas para la radicalización violenta aguardan múltiples diferencias
y controversias. Sin embargo, es un concepto amplio y ha mutado de significado según
la época y el contexto, y, en consecuencia, debe emplearse con precaución y precisar su
significado según el análisis que se realice. Tales divergencias muestran la necesidad de
seguir analizando los procesos de radicalización violenta (King y Taylor, 2011).
Según Neumann (2013), los desencuentros para definir el fenómeno se deben a dos
factores: 1) el contexto y elementos normativo y 2) el resultado de la radicalización (Neu-
mann, 2013). Por un lado, el contexto histórico, cultural y político influye en la producción
de distintas nociones sobre la radicalización y, por tanto, un comportamiento puede ser
radicalizado dependiendo de la corriente mayoritaria y aceptada por la sociedad, institu-
ciones gubernamentales e instancias internacionales. Por tanto, la bibliografía reflexiona
sobre las consideraciones políticas del término y su variación según el contexto. Por otro
lado, se emplea la palabra extremismo en muchas de las definiciones y esta aguarda
diversidad de significados, ya sea una ideología que desafía el statu quo, los métodos
empleados para obtener un objetivo político, la adopción de una doctrina inflexible, entre
otros. Existen autores que comprenden la radicalización como un fenómeno únicamente
cognitivo, en el cuál un individuo adopta una actitud intransigente sobre problemáticas

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Tema 27: Terrorismo de etiología yihadista: Análisis y prevención 833

culturales, sociales o políticas; y otros autores consideran que en la definición de radica-


lización debe comprenderse también una acción coercitiva posterior como resultado de
tales ideas radicales.
Además, si bien parece lógico pensar que los terroristas sufren inicialmente una radica-
lización cognitiva y esta evoluciona a un extremismo violento, existe una corriente crítica
que afirma que esta idea cognitiva es únicamente uno de los precipitantes que promueven
las acciones violentas. Sin embargo, la adopción de creencias radicales forma parte de un
proceso cognitivo necesario e imposible de desvincular de tal tránsito, aunque también
se conocen otros elementos contextuales y sociales relevantes para producir conductas
violentas. Ejemplo de ello son los estudios sobre radicalización desde la óptica de los
movimientos sociales, quienes han analizado cómo las relaciones interpersonales, la alie-
nación social o las crisis de identidad influyen en las afiliaciones a grupos y organizaciones
terroristas (Sageman, 2004).
En definitiva, los autores hacen una distinción analítica entre poseer creencias radica-
les (radicalización cognitiva) y sufrir una radicalización del comportamiento (extremismo
violento) (Neumann, 2013). Es decir, el desarrollo de ideas radicales o el uso de medios
para ejecutar tales ideas radicales. Esto es así porque existe un itinerario para trasladar
la creencia a la acción. De esta idea emanan las definiciones de Neumann (2013), quien
considera que “la radicalización puede definirse como el proceso por el que las personas
se convierten en extremistas” o Sinaí (2012) que lo plantea como “el proceso por el cual
los individuos (por su cuenta o como parte de un grupo) comienzan a estar expuestos
a, y luego a aceptar, ideologías extremistas”. La dicotomía planteada es relevante en la
práctica, ya que se desprenden dos enfoques de políticas de prevención y seguridad
debido a la falta de unanimidad para definir este proceso: en los países anglosajones la
intervención es superior en la radicalización del comportamiento y en los países europeos
la intervención es de mayor intensidad en la radicalización cognitiva (Neumann, 2013).
Si bien la radicalización y el extremismo se han vinculado constantemente en la literatura
y se comprende que el segundo es el antecesor del primero, es relevante conocer que
no necesariamente se desprende tal progresión (Borum, 2011; Schmid, 2013), y es que
las ideologías y creencias radicales no conllevan inevitablemente a acciones violentas
(Roy, 2008). Tal afirmación no es contraria a considerar que no es posible separar ambos
análisis, ya que hacerlo obstruye una posible comprensión holística del fenómeno y la
vinculación de los procesos cognitivo y conductuales. No debemos, por tanto, separar
una radicalización de la otra sino analizar cuáles son sus vinculaciones y la intensidad de
todos los factores (Neumann, 2013).
Ya sean definiciones académicas u oficiales de otros estamentos políticos e instituciona-
les, la radicalización posee tres características. Primero, es un proceso gradual. Segundo,
es intrínsecamente ideológico. Tercero, puede precipitar acciones violentas (Mosterín y
López, 2017). En 2006, el grupo de expertos en radicalización violenta establecido por

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834 Manual de Criminalística y Criminología

la Comisión Europea analizó el estado de la cuestión en el ámbito de la investigación


académica. Si bien Alonso et al., (2006) definieron el fenómeno como un “proceso de
socialización que conduce a la utilización de violencia” o “la socialización al extremismo
que se manifiesta en el terrorismo”, también insisten en que no existe un uso uniforme
del término en la academia. Sin embargo, sí existe un consenso para comprender la radi-
calización violenta como un proceso gradual.
Ejemplo de tal diversidad de definiciones son los análisis de Della Porta y LaFree (2012),
los cuáles revisan siete definiciones académicas de igual modo que Schmid (2013) estu-
dia trece nuevas definiciones y otras cinco realizadas por instituciones gubernamentales.
Todas ellas son objeto de crítica para el autor ya que son escuetas ante un vocablo tan
multidimensional: “Una reducción excesiva de la complejidad y un nivel de abstracción de-
masiado alto no conducen a una mejor comprensión del fenómeno en cuestión”. Por ello,
Schmid (2013) define la radicalización como “un proceso individual o colectivo en el que,
en una situación de polarización política, las prácticas normales de diálogo, compromiso
y tolerancia entre actores políticos y grupos con intereses divergentes son abandonadas
por una o ambas partes, a favor de una actitud de confrontación cada vez mayor, condu-
ciendo al conflicto. Esto puede incluir: 1) el uso de la presión (no violenta) y la coerción;
2) diversas formas de violencia política distintas del terrorismo, o 3) actos de extremismo
violento en forma de terrorismo y crímenes de guerra. El proceso viene generalmente
acompañado, por parte de las facciones críticas, de una socialización ideológica alejada
de la posición predominante o del statu quo, a favor de posiciones radicalizadas o extre-
mistas, resultantes de una visión dicotómica del mundo y del reconocimiento de un eje
de movilización alternativo fuera del orden político dominante, una vez que el sistema
existente ya no se considera apropiado o legítimo”.
A los efectos de este capítulo, se proponen varias definiciones más delimitadas sobre la
radicalización violenta. Según Maskaliūnaitė (2015) es “un proceso por el cual una perso-
na adopta sistemas de creencias que justifican el uso de la violencia para lograr un cambio
social y viene a apoyar de forma activa, así como emplear medios violentos con fines
políticos”. En la misma línea, Crossett y Spitaletta (2010) consideran que “la radicalización
es el proceso mediante el cual un individuo, grupo o masa de personas se transforma de
participar en el proceso político por medios legales al uso o apoyo de la violencia con fines
políticos”. Asimismo, Dalgaard-Nielsen (2010) lo describe como un “proceso en el que las
ideas radicales están acompañados por el desarrollo de una voluntad de apoyar directa
o participar en actos violentos”. En conformidad con lo anterior, el Centre de Prévention
de la Radicalisation Menant à la Violence (CPRLV) define la radicalización violenta como
“un proceso por el cual las personas adoptan un sistema de creencias extremistas que
incluye la voluntad de usar o facilitar la violencia con la intención de promover una ideolo-
gía, un proyecto político o una causa como medio de transformación social”. Destaca tres
elementos claves: 1) la ideología muta como un estilo de vida y marco para la actuación

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Tema 27: Terrorismo de etiología yihadista: Análisis y prevención 835

del individuo, 2) un convencimiento de la necesidad en el uso de la violencia para luchar


por la causa y 3) la fusión entre la actividad violenta y la ideología. De acuerdo con ex-
pertos españoles como Mellón y Arnaiz (2014) la radicalización violenta es un “proceso
por el cual un individuo o grupo tiende a asumir puntos de vista políticos intransigentes
y doctrinarios. En la medida en que dichos puntos de vista pueden vincularse con ideo-
logías extremistas o creencias fundamentalistas y determinadas prácticas y dinámicas
de grupo, los individuos pueden fanatizarse y llegar a liderar, apoyar o ejecutar acciones
antidemocráticas y terroristas”. En esta misma línea, Alonso (2009) la entiende como “el
proceso, en función del cual, individuos asumen idearios extremistas llegando a aceptar la
justificación y realización de acciones violentas en nombre de una causa”.
Por todo lo anterior, la radicalización violenta se entiende como un “proceso dinámico,
reversible, gradual e individual que conduce a una creencia en el medio ambiente. Durante
este proceso, la violencia, en cualquiera de sus significados (físico, moral, terrorismo,
etc.) se legitima como medio para alcanzar el fin. El proceso concluye cuando, ya sea por
adaptación de conducta o creencias, el sujeto tiene la convicción y la voluntad de cometer
actos violentos” (Lorenzo-Penalva, 2017).

RADICALIZACIÓN VIOLENTA DE ETIOLOGÍA YIHADISTA


El terrorismo de inspiración religiosa se caracteriza por cuatro factores (Bartlett y Miller,
2010; Berlet y Vysotsky, 2006; Borum, 2014; Dawson, 2010; De Graaff, 2010):
• Creencias apocalípticas: Construcción de una visión dualista del mundo y la de-
monización del adversario adquirida por parte de los miembros afines a la organi-
zación terrorista. Su socialización se basa en el cumplimiento de la ley de Dios y
la preparación por la lucha.
• Líderes carismáticos: Presencia de un líder persuasivo, narcisista y con una alta
convicción de sus ideas.
• Teorías conspirativas: Creencia de que la mayor parte de eventos históricos que
influyen en el endogrupo han sido producidos para beneficiar al exogrupo y otros
individuos concretos.
• Encapsulamiento social: Conjunto de barreras graduales tanto físicas como sim-
bólicas entre los miembros de una organización terrorista y el resto de la sociedad.
Tal y como indica el último informe TESAT (2018), el terrorismo de etiología yihadista se
ha intensificado en las últimas décadas y, desde mediados de 2014 tras el surgimiento del
Daesh, la naturaleza de la amenaza terrorista ha ido aumentado. Para Pascual (2009), la
violencia de etiología yihadista combina cinco características inminentemente influyentes
en los procesos de radicalización. Primero, es un terrorismo de carácter internacional.
Segundo, sus objetivos poseen una doble naturaleza político-religiosa y ambos compo-
nentes se interrelacionan. Tercero, gozan de una estructura organizativa diversificada y

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836 Manual de Criminalística y Criminología

multiforme. Cuarto, adquiere una alta destructividad y una violencia indiscriminada con
diversidad de tácticas. Y quinto, su origen es diverso y aguarda múltiples causas y moti-
vaciones por parte de los miembros de las organizaciones terroristas.
La radicalización violenta de etiología yihadista, según Reinares y García-Calvo (2013), es
un “proceso a través del cual un individuo adopta, en mayor o menor grado, actitudes y
creencias que justifican tanto utilitaria como moralmente el terrorismo inspirado en una
versión salafista y a la vez belicosa del credo islámico”. De igual modo, Jordán (2009) lo
define como un “proceso mediante el que el individuo incorpora un sistema de creencias
que incluye la voluntad de emplear o apoyar activamente la violencia con el fin de alcan-
zar los objetivos del salafismo yihadista”. Los procesos de radicalización violenta de esta
naturaleza no deben comprenderse como un subproducto del islam (Kundnani, 2012) ya
que la religión es más bien un factor facilitador y no explicativo. De hecho, los individuos
que inician un proceso de radicalización no necesariamente deben ser religiosos y pueden
experimentar una conversión durante el mismo (Sageman, 2007). Khosrokhavar (2014)
añade que el desconocimiento de la religión es un factor de riesgo para persuadir al indivi-
duo hacia creencias distorsionadas y radicalizadas. Este factor unido a otros estructurales
y socioeconómicos facilitan la radicalización violenta.
Existe un conjunto de variables que intervienen durante la radicalización violenta de etio-
logía yihadista (Pascual, 2009). Primero, se utiliza una subcultura violenta reafirmada por
convicciones absolutistas y recubiertas con una ideología neosalafista. Este componente
ideológico se convierte en un factor motivacional para justificar las acciones violentas
como una lucha legítima, homogeneizar a sus miembros y fortalecer sus relaciones in-
tergrupales. Segundo, se utilizan contextos socio-políticos con situaciones de agravio y
proselitismo para generan estructuras de oportunidad y socializar en el odio a individuos
vulnerables. Tercero, los agentes radicalizadores y de captación son fundamentales, tanto
los líderes carismáticos como los referentes modélicos que descubren durante el proce-
so. Y cuarto, la influencia de la propaganda terrorista como instrumento de persuasión.
Es una herramienta con elementos tanto racionales como emocionales que fomenta y
mantiene la fanatización del individuo. Todos los soportes propagandísticos son eficaces
para la consecución de las actividades terroristas.

MODELOS DE RADICALIZACIÓN VIOLENTA


Desde finales de la década de 1960 la investigación científica ha analizado cómo y porqué
un sujeto puede radicalizarse desde una perspectiva individual, psicosocial y macrosocial.
Inicialmente la tendencia fue patologizar las conductas terroristas, pero ahora la academia
apunta que la radicalización es un proceso y no una condición personal (Borum, 2011a).
Así, en las últimas dos décadas se han desarrollado diversidad de modelos para explicar el
proceso de radicalización violenta. Si bien cada modelo aguarda una base teórica distinta,

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Tema 27: Terrorismo de etiología yihadista: Análisis y prevención 837

el eje de todos ellos es su configuración por fases (Sperber, Cristellys y Ketelaer, 2016).
Es decir, es un proceso gradual desglosado en múltiples etapas por las cuales transita un
individuo hasta su total radicalización (Veldhuis y Staun, 2009). Estos marcos conceptua-
les ofrecen un proceso lógico y descriptivo muy útiles para comprender la radicalización
violenta como un camino y no un evento. Por tanto, no todos los individuos sumergidos
en un proceso de radicalización culminarán en acciones terroristas violentas (Borum,
2011b). Atendiendo a la diversidad de modelos teóricos desarrollados para explicar el
proceso de radicalización violenta se exponen cinco de ellos a continuación.

MODELO I: LA MENTALIDAD TERRORISTA DE BORUM (2003)


Es un marco conceptual para comprender el surgimiento de la mentalidad terrorista. No
ambiciona ser un modelo empírico, sino una primera aproximación a los factores claves
e influyentes en el proceso de radicalización violenta. Su núcleo se halla en la vulnerabili-
dad y las quejas individuales, ya que pueden precipitar en el odio o rechazo hacia grupos
específicos y, finalmente, justificar la violencia sobre estos para invertir tal sentimiento de
injusticia, real o percibido.
• No está bien: La primera etapa se enmarca en la queja e insatisfacción personal
en relación con un evento o condición. Es un contexto de privación económica o
social y el individuo lo valora como un elemento adverso e indeseable.
• No es justo: En la segunda etapa el individuo compara su situación con la de otros
grupos sociales y su condición la percibe como injusta e ilegítima. Esto genera un
desequilibro social que precipita en el resentimiento.
• Es tu culpa: En la tercera etapa se atribuye la responsabilidad de la injusticia per-
cibida a un sujeto específico y externo. De este modo, se configura una barrera
entre el individuo y el adversario.
• Eres malo: En la cuarta etapa y una vez el individuo identifica al responsable de tal
injusticia, se etiqueta al adversario como alguien malo. Es decir, se demoniza al
enemigo y se genera un conjunto de estereotipos que acaban por deshumanizarlo
a fin de legitimar acciones violentas contra él.

MODELO II: EL PROCESO PARA UNIRSE A UN GRUPO EXTREMISTA DE WIKTOROWICZ


(2004)
Si bien este modelo nunca emplea el término radicalización, el autor propone cuatro eta-
pas para comprender cómo transita un individuo hacia la afiliación a un grupo extremista
de inspiración islámica.
• Apertura cognitiva: Es un proceso cognitivo por el cual un individuo se muestra
más receptivo a nuevas ideas e interpretaciones del mundo tras una crisis de
identidad, una experiencia vital relevante o bien un suceso traumático.

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838 Manual de Criminalística y Criminología

• Búsqueda religiosa: Tras la crisis de identidad es más receptivo a ideas radicaliza-


das y también más susceptible a la religión. La concepción del mundo idílico pro-
movido por grupos extremistas religiosos permite al individuo explorar distintas
visiones y representaciones del entorno.
• Marco y alineación: El individuo se adhiere a un nuevo marco religioso escogido
por sus necesidades y que reafirmen su propia perspectiva. Muestra deferencia a
la práctica y experiencia religiosa apoyada por estos grupos.
• Socialización e incorporación: Se incorpora oficialmente al grupo, interiorizando
y adoptando como propia la nueva identidad, ideología y objetivos colectivos. En
esta fase de resocialización el individuo mantiene contacto interpersonal con otros
miembros del grupo extremista y participa en las actividades.

MODELO III: ESCALERA DEL TERRORISMO DE MOGHADDAM (2005)


Se plantea el extremismo como una escalera de cinco plantas que simbolizan las etapas
de radicalización. Es como un árbol de decisiones, ya que en cada fase existen factores
específicos que potencian la radicalización. Según la reacción del individuo a tales facto-
res y su propia percepción, poseerá un mayor o menor riesgo de ascender un peldaño
y, como consecuencia, obtener una mayor tendencia y acercamiento a la violencia y la
radicalización.
• Planta baja: Es la interpretación psicológica de las condiciones materiales. En
esta planta se halla el individuo que experimenta un sentimiento de privación
relativa ya sea real o percibida. Lo valora como injusto sintiéndose despojado y
vulnerable como resultado de sus malas condiciones vitales en comparación con
otros grupos. El individuo siente insatisfacción en muchos aspectos de su vida,
principalmente en la educación y la situación económica.
• Planta primera: Tras experimentar tales sentimientos, se siente motivado para
mejorar el status o situación del colectivo. En esta planta busca soluciones y
valora múltiples opciones para luchar contra el trato injusto, entre ellas opciones
radicales. Si no encuentra en este piso una solución a la insatisfacción, existe una
mayor posibilidad de subir a la segunda planta.
• Planta segunda: Aparece un traslado de la agresividad y la necesidad de aliviar el
enfado ante el aumento de tales injusticias El individuo se aísla paulatinamente y
se dispara la frontera entre él y la sociedad. Como consecuencia, se incrementa la
ira y la frustración. La aparición de un líder ayuda a trasladar tales emociones hacia
un “enemigo” común, es decir, quien ha provocado la privación del individuo. En el
caso del terrorismo de Daesh y Al-Qaeda nace el deseo de expresar la cólera hacia
el mundo occidental y el sistema político, pudiendo utilizar acciones violentas.

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Tema 27: Terrorismo de etiología yihadista: Análisis y prevención 839

• Planta tercera: En esta planta se desencadena el inicio de la legitimización de la


violencia y aunque no se contempla el terrorismo ni la violencia como una ame-
naza viable, sí que es capaz de justificarlo como una solución. Entre los sujetos se
elabora el compromiso moral, se radicalizan entre sí y se comparte la necesidad
de afiliación para combatir las injusticias.
• Planta cuarta: En esta fase el individuo es reclutado y se une oficialmente a la
organización terrorista. Se consolida el pensamiento categórico y la legitimidad
hacia la misma. Además, sigue aumentando la dicotomía entre el “ellos” y el “no-
sotros” hasta la deshumanización del enemigo. En el caso del terrorismo de etio-
logía yihadista, es la zona donde se activan las personas de la mentalidad Takfiri.
• Planta quinta: El individuo adquiere un papel dentro del grupo y aparece el acto
terrorista. Es entrenado para esquivar el mecanismo inhibitorio que impide herir
y/o matar. La cumbre de la pirámide se alcanza cuando la persona es capaz de
amenazar y asesinar sin pensar en la gravedad del hecho.

MODELO IV: MODELO DE RADICALIZACIÓN DE LA DIVISIÓN DE INTELIGENCIA DE LA


POLICÍA DE NUEVA YORK DE SILBER Y BHATT (2007)
El Departamento de la Policía de Nueva York propone un modelo de cuatro etapas para
comprender el proceso de radicalización violenta y culminar en una acción terrorista.
• Pre-radicalización: Es anterior a iniciar un proceso de radicalización. Si bien no
existe un perfil terrorista hay rasgos comunes que son conocidos como caracte-
rísticas de predisposición o de mayor vulnerabilidad. En su mayoría, son jóvenes
varones, musulmanes o conversos recientes, de clase media, sin antecedentes
penales y vidas aparentemente comunes.
• Auto-identificación: Tales rasgos junto con una crisis vital o de identidad, predis-
pone al individuo a desafiar sus creencias previas y concepción del mundo. Para
revertir sus aquejadas circunstancias, inicia una exploración hacia la religión y
reconoce el islam como una herramienta útil capaz de brindarle soluciones. Ine-
vitablemente, durante la búsqueda personal descubre interpretaciones radicales
ideológicas revestidas, además, con informaciones en contra de la comunidad
islámica y las agresiones sufridas por parte de occidente. Durante este proceso,
el individuo busca personas afines para ir forjando su nueva identidad.
• Adoctrinamiento: Aumenta la religiosidad del individuo y acepta plenamente la
concepción del mundo de etiología yihadista. La violencia es legitimada para com-
batir al enemigo. El individuo se aísla de su entorno anterior y se reúne con per-
sonas afines con agendas y rutinas radicales para culminar su radicalización.
• Yihadización: El individuo se compromete a la yihad violenta y se declara un mu-
yahidín. Se integra en la actividad terrorista de la organización con el objetivo de
cometer una acción terrorista.

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840 Manual de Criminalística y Criminología

MODELO V: LA INTERACCIÓN DE CUATRO FACTORES DE SAGEMAN (2008)


Si bien todos los modelos presentados eran lineales y poseían un orden secuencial, esta
propuesta teórica sugiere que en el fenómeno de la radicalización violenta interaccionan
cuatro factores, tres de ellos cognitivos y el restante, situacional. Dicha radicalización solo
emerge cuando los cuatro son presentes en el mismo espacio-tiempo.
• Sentimiento de indignación moral: Es la percepción de una violación moral a nivel
social o cultural, es decir, un acontecimiento que se convierte en el vehículo para
legitimar la violencia y radicalizar, captar y reclutar a individuos.
• Repercusión en la experiencia personal: Es la percepción de una violación moral
a nivel personal, es decir, experiencias individuales e intransferibles de cada ser
humano que facilitan la radicalización como hálito de restituir la justicia y las cir-
cunstancias, así como potencian la discriminación entre personas.
• Marco de interpretación del mundo: Es el modo en que el individuo comprende
el entorno y el contexto global. La trama y narrativa específica utilizada por las
organizaciones terroristas de etiología yihadista es la de un enemigo común:
occidente libera una guerra contra la comunidad musulmana y el islam.
• Movilización hacia la red: Es la interacción interpersonal offline y online de los indi-
viduos afines a la ideología radical para favorecer y retroalimentar la radicalización
violenta.

FACTORES SUBYACENTES Y MOTIVACIONALES EN LOS PROCESOS DE RA-


DICALIZACIÓN VIOLENTA
Maskaliūnaitė (2015) sugiere que las teorías de la radicalización violenta se clasifican en
dos ejes: 1) elección y compulsión y 2) interno y externo. Primero, se hallan las teorías
relacionadas con la elección racional y el proceso de toma de decisiones que un individuo
realiza hasta unirse a una organización terrorista, valorando también sus costes y bene-
ficios (eje de elección interna). Segundo, se enmarca la teoría de las quejas, donde se
vincula el malestar social por causas estructurales y se busca revertir tales situaciones de
injusticia con la acción violenta (eje de elección externa). Tercero, las teorías de los rasgos
psicológicos buscan características intrínsecas del individuo que facilitan la unión a una
organización terrorista (eje de compulsión interna). Y cuarto, las teorías de la coacción y/o
motivación son aquellas que estudian los agentes radicalizadores externos, su capacidad
de persuasión, los métodos y fases de captación, así como las técnicas de manipulación
psicológica para fomentar los procesos de radicalización violenta (eje compulsión exter-
na).
Otros autores como Crossett y Spitaletta (2010) indican que se han aplicado dieciséis
teorías para describir las causalidades subyacentes de la radicalización violenta como
son: la privación relativa, la red social, el movimiento social, el interaccionismo simbólico,

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Tema 27: Terrorismo de etiología yihadista: Análisis y prevención 841

las dinámicas de grupo, el aprendizaje social, la identidad social, la gestión del terror, la
reducción de la incertidumbre, de la identidad, del narcisismo, antisocial, de la paranoia,
la absolutista o apocalíptica, de la novedad y de la humillación o venganza. Sin embargo,
todas estas teorías no son específicas para el terrorismo ni la radicalización, sino que se
han aplicado en diversos objetos de estudio. Por tanto, no responden a una lógica integral
ya que no existe una única teoría explicativa para la radicalización.
Sea como sea, en todos los modelos de radicalización presentados en el anterior aparta-
do avalan que los factores de riesgo y de vulnerabilidad son fundamentales. Esto es así
porque la investigación de los últimos cincuenta años evidencia que la radicalización es
un proceso gradual y no una condición o estado psicológico del individuo (Borum, 2011)
y que los trastornos mentales poca asociación y explicación operativa poseen en tal fe-
nómeno (Horgan, 2005). Entender la radicalización como un proceso, invita a valorar un
conjunto de factores interdependientes y recíprocos durante una secuencia de eventos y
etapas que influyen en la radicalización violenta (Taylor y Horgan, 2006). Según el Centre
de Prévention de la Radicalisation Menant à la Violence (CPRLV), el proceso de radicaliza-
ción violenta es multifactorial y se desarrolla una compleja interacción entre ellos, ya sean
individuales, psicosociales y colectivos. Un solo factor no explica la radicalización de un
individuo sino la convergencia de estos. Por ello, las dinámicas y la evolución constante
de tales procesos dificultan a la comunidad científica generar un listado estandarizado
de cuáles son los factores determinantes. Es un fenómeno que no presenta una escena
estática ya que no existe un perfil de sujetos radicalizados ni una única trayectoria de
radicalización. Así, aparece un consenso científico en que los conocimientos deben seguir
en constante innovación ya que la naturaleza del fenómeno en el marco de la investiga-
ción empírica se basa mayoritariamente en investigaciones cualitativas o bien en fuentes
secundarias (Neumann y Kleinmann, 2013). Si bien la bibliografía sobre el fenómeno es
extensiva, a continuación se presentan distintos marcos teóricos de interés que abarcan
los factores subyacentes y motivacionales de la radicalización violenta.

LOS MECANISMOS DE RADICALIZACIÓN DE MCCAULEY Y MOSKALENKO (2008)


La radicalización puede suceder en tres niveles: individualmente, en grupo o en masa.
Entre las tres dimensiones existe un total de doce factores causales.
• Radicalización individual: Existen cuatro factores causales. Primero, la experiencia
de una victimización personal anterior a la radicalización. Segundo, las quejas
o agravios políticos y la desafección o sentimientos de injusticia que despier-
ten acontecimientos político-sociales. Tercero, unirse a un grupo gradualmente
mediante la autoradicalización y persuasión, precipitando hacia comportamientos
e ideologías extremistas. Y cuarto, poseer conexiones personales con agentes
radicalizados y/o unirse a un grupo radical por amor o fidelidad.

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842 Manual de Criminalística y Criminología

• Radicalización en grupo: Existen cinco factores causales. Primero, la existencia de


un desplazamiento hacia el extremismo en grupos afines al individuo. Segundo, la
cohesión social producida por el aislamiento y situaciones amenazantes. Tercero,
una radicalización grupal motivada por una competición para obtener la misma
base de simpatizantes. Cuarto, una radicalización grupal en base a una competi-
ción por el poder estatal. Y quinto, una radicalización grupal dentro de un grupo
para conseguir su hegemonía.
• Radicalización en masa: Existen cuatro factores causales. Primero, la radicali-
zación masiva en un conflicto con el exogrupo mediante la política jiu-jitsu, es
decir, el uso de la fuerza del enemigo contra uno mismo para movilizar un mayor
número de radicalizados. Segundo, la radicalización masiva en un conflicto con
el exogrupo mediante el odio y la deshumanización del enemigo. Y tercero, la
radicalización masiva en un conflicto con el exogrupo mediante el martirio y la
lucha por la causa.

LOS FACTORES MOTIVACIONALES DE PRECHT (2007)


Los elementos cruciales para la radicalización violenta son la necesidad de una identidad
y pertenencia social, los procesos intergrupales, así como sus valores y creencias. La
religión juega un papel relevante pero no es suficiente como vehículo, debe vestirse de
los demás elementos para que el individuo se involucre. El autor coincide con los modelos
de radicalización violenta: los individuos se sumergen en la radicalización tras una crisis
vital o de identidad y buscan una motivación existencial. Se identifican tres clústeres con
factores de riesgo que facilitan la iniciación en la radicalización violenta.
• Factores antecedentes: Son aquellas luchas personales relacionadas con la identi-
dad religiosa. Se incluyen aquellos contextos, reales o percibidos, donde se sufre
discriminación o desintegración social por su religión o cultura.
• Factores desencadenantes: Es el contacto con un líder carismático o un individuo
afín a una ideología radical, o bien eventos que incitan al activismo y al desprecio
por el enemigo.
• Factores de oportunidad: Son las oportunidades offline y online que posee el indi-
viduo para contactar, acceder y participar en grupos con ideologías extremistas.

LOS FACTORES DESENCADENANTES


Tradicionalmente, se definen tres niveles causales determinantes en el proceso de radi-
calización o desradicalización. Es decir, son puntos de inflexión que revierten o aceleran
este proceso (Jordán, 2009; Kruglanski y Fishman 2009; Schmid, 2013; Feddes, Nickolson
y Doosje, 2015).
• Nivel micro: Son factores individuales que desembocan a crisis personales y/o
de identidad como sentimientos de privación, frustración, pérdidas vitales, falta

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Tema 27: Terrorismo de etiología yihadista: Análisis y prevención 843

de perspectivas de futuro, discriminación social o conflictos con las autoridades,


entre otros. Todos ellos se asocian a una mayor predisposición para la radicaliza-
ción violenta.
• Nivel meso: Son factores sociales y, por tanto, vinculados a las relaciones inter-
personales del individuo ya sean offline u online. Los elementos que desembocan
en la radicalización violenta son: la ruptura de vínculos sociales y/o emocionales,
poseer nexos familiares o maritales con individuos radicalizados, conocer nuevos
agentes radicalizadores y relacionarse con nuevas personas afines, el consumo de
propaganda extremista, entre otros.
• Nivel macro: Se configura por todas las condiciones políticas, económicas, cultu-
rales y sociales que impactan sobre el individuo. Ejemplo de ello son las políticas
bélicas o de discriminación, contextos de privación y pobreza en colectivos socia-
les específicos, la afectación de derechos humanos y civiles, el uso de la violencia
estatal, crisis económicas, cambios sociales contraproducentes para la población
e incluso, las llamadas directas a promover acciones extremistas para revertir un
contexto injusto por parte de una organización terrorista.

LAS INFLUENCIAS QUE ACTÚAN SOBRE EL INDIVIDUO EN LOS PROCESOS DE RADICA-


LIZACIÓN DE TAYLOR Y HORGAN (2006)
En la misma línea de los factores desencadenantes, existen tres categorías para com-
prender cuáles son las influencias que inciden en la radicalización y el comportamiento
subsiguiente. La influencia de los factores varía según el individuo y cómo transita este
durante el proceso de radicalización violenta.
• Factores personales: Es el contexto específico ambiental y psicológico de un indivi-
duo. Son experiencias, presiones sociales o sucesos inmediatos que inciden en su
estado emocional: desafección, privación, frustración, alienación, etcétera. El resul-
tado de cada vivencia es particular, específico y su impacto varía entre los sujetos.
• Marco de eventos: Influencias del pasado que influyen en el contexto actual. Son
elementos inmutables e interiorizados por parte del individuo que forman parte de
su socialización. Es en definitiva la trayectoria personal. Si bien posee poco valor
predictivo, es una influencia causal inmediata que proporciona la motivación y la
dirección vital.
• Contexto social, político y organizativo: Son las características externas del indivi-
duo en el marco sociopolítico donde se halla. La expresión política y organizativa
de una ideología afecta directamente a las personas, ya que la unión a una orga-
nización terrorista sirve para adquirir un status o paliar situaciones privativas. La
influencia ideológica es elemental para comprender el terrorismo, ya que, si bien
puede incidir únicamente en las estructuras cognitivas, también influencia el com-
portamiento.

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844 Manual de Criminalística y Criminología

LOS DIECISÉIS FACTORES DE RIESGO DE CROSSETT Y SPITALETTA (2010)


Se identifican dieciséis factores de riesgo propuestos y observados en la literatura cien-
tífica actual que pueden incluirse en 1) agravios personales, 2) agravios políticos, 3) la
autoradicalización y 4) la facilitación social.
• Vulnerabilidad emocional: Estado emocional temporal provocado por estímulos
externos e internos que predisponen a una obertura cognitiva y nuevas oportuni-
dades que permiten la racionalización de la violencia.
• Insatisfacción con el statu quo actual: Existen tres condiciones internas y externas
como la insatisfacción del activismo social o político, la necesidad de participar
en él y el reconocimiento de ayudas. Esto genera frustración o desilusión por el
progreso o cambio social.
• Conexión personal hacia un agravio: Vinculación e identificación, ya sea real o
percibida, hacia colectivos victimizados por el exogrupo.
• Visión positiva o normalizada de la violencia: Socialización de la violencia que justi-
fica la falta de obstáculos morales para ejercer la violencia sobre otros individuos.
• Beneficio percibido de la violencia política: La expectativa de obtener una recom-
pensa por participar en acciones violentas y promover la causa de un grupo extre-
mista. Si el riesgo percibido fuera mayor al beneficio obtenido se reduce el riesgo
de participación.
• Las redes sociales: La existencia de poseer en el entorno directo un miembro en
proceso de radicalización o ya radicalizado.
• Deslegitimación del exogrupo: Alto grado de deslegitimación y rechazo hacia el
enemigo ante la imposibilidad de cambiar una situación peyorativa. Tal actitud
aumenta la radicalización y una respuesta violenta hacia él.
• Opiniones sobre la violencia: Disminución de la restricción social y aumento de la
inhibición moral en relación con la violencia cuando el individuo se desarrolla en
entornos con una cultura y política violenta, bélica o de conflicto.
• Recursos: Individuos con bajos recursos que son radicalizados por grupos con
una alta disponibilidad de recursos organizativos, políticos y financieros.
• Apoyo externo: Alta influencia y manipulación informativa por parte de organiza-
ciones terroristas capaces de persuadir a sujetos vulnerables mediante la propia
presión colectiva de la base social, agentes radicalizados u otros estamentos ex-
ternos que legitimen tales acciones.
• Amenaza percibida: Existencia de una inminente amenaza hacia el individuo o el
colectivo que facilita la cohesión social del mismo, las actitudes defensivas y, en
consecuencia, la radicalización violenta para combatirla.
• Conflicto: Existencia de un conflicto, real o percibido, ya sea de baja intensidad o
de conflicto convencional que provoca indignación u opresión al individuo.

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Tema 27: Terrorismo de etiología yihadista: Análisis y prevención 845

• Humillación: Represión y sometimiento físico, psicológico o ambiental hacia un


individuo o colectivo que provoca sentimientos de humillación y venganza, así
como agresiones explícitas para canalizar la frustración y defender la dignidad del
grupo.
• Competitividad: Conocer a agentes radicalizados o vivir en entornos donde existe
una competencia entre grupos radicales, fomenta la radicalización y las rivalidades
internas entre la base social.
• Juventud: Varones jóvenes entre 18 a 25 años.
• Narrativa resonante: Acceso y disponibilidad de propaganda y narrativas que ape-
len a distintos factores de riesgo y vulnerabilidad para persuadir a las audiencias.

LOS FACTORES DE VULNERABILIDAD SEGÚN LAS MOTIVACIONES DE FEDDES, NICKOL-


SON Y DOOSJE (2015)
Se realiza una clasificación de los factores de riesgo que poseen una mayor intensidad
según la motivación y vulnerabilidad del individuo.
• Búsqueda de identidad: Individuos que anhelan el sentimiento de pertenencia so-
cial y buscan reducir su incertidumbre. Son más vulnerables a factores vinculados
con la identidad social.
• Búsqueda de justicia: Individuos motivados en revertir las injusticias sociales, rea-
les o percibidas, en relación con él o su grupo de pertenencia. Son vulnerables a
factores relacionados con la privación relativa y la baja tolerancia a la frustración.
• Búsqueda de sensaciones: Individuos que desean sensaciones fuertes y aventu-
ras para romper sus rutinas y dinámicas. Son vulnerables a factores relacionados
con la falta de expectativas, la necesidad de estímulos o el bajo control de impul-
sos.
• Búsqueda existencialista: Individuos con un alto grado de espiritualidad y que an-
sían encontrar un sentido a la vida. Son vulnerables a factores relacionados con la
pertenencia grupal y cualquier ideología que le posibilite una categorización social.

LOS FACTORES DE RIESGO DEL CENTRE DE PRÉVENTION DE LA RADICALISATION MENANT


À LA VIOLENCE (CPRLV)
El presente modelo analiza todo lo expuesto con anterioridad. Como se ha podido cons-
tatar, para obtener “un caldo de cultivo” en relación con la radicalización violenta se hallan
tres dimensiones que interaccionan entre sí. Primero, el contexto político-social. Un con-
junto de circunstancias socioafectivas y sociopolíticas que facilitan la creación de malestar
social en los individuos y desencadena el cuestionamiento personal sobre la sociedad
actual y el trato recibido. De estos, existen factores que conducen a la discriminación,
estigmatización y la frustración individual. Tal situación puede reforzarse ante situacio-

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846 Manual de Criminalística y Criminología

nes de vulnerabilidad económica, falta de arraigo social, alienación y/o sentimientos de


fracaso. Segundo, el entorno vital y directo del individuo. En contextos donde existe una
sensación de injusticia o exclusión social, ya sea real o percibida, las personas buscan
soluciones. Según el entorno del individuo empleará diversos mecanismos para reparar
su condición. O bien, se orientará en actividades prosociales, o bien interiorizará otras
conductas antisociales o violentas. Se añade aquí los agentes radicalizadores o ambien-
tes donde existe una simpatía o justificación de acciones violentas realizadas por grupos
y organizaciones terroristas. Y tercero, la dimensión individual, donde se entrelaza con
las características y circunstancias individuales: los factores de riesgo y de protección.
El desequilibrio en tales factores facilita la unión a una creencia radical y la adhesión a
visiones ideologizadas, reduccionistas y dicotomizada del mundo. Es decir, se construye
una barrera entre el “ellos” (malos, injustos e impuros) y el “nosotros” (buenos, justos y
puros). Esta concepción binaria junto con la ideología, proporciona un nuevo marco de
alineación. Todo ello fomenta las justificaciones para apoyar acciones violentas y conver-
tirse en un miembro activo.

PROPAGANDA TERRORISTA
El terrorismo es un acto comunicativo y de publicidad (Weimann 2004) y sin los medios
de comunicación no es eficaz (Nacos, 2002). Su relación simbiótica y acción comunicativa
supera cualquier pretensión de marketing ya que la necesidad de impacto en las audien-
cias, esconde un escalamiento de la violencia como fin en sí mismo para atemorizar a la
sociedad (Jenkins, 2006). La globalización y los avances tecnológicos han invitado a los
grupos con intenciones ulteriores a promover ideologías violentas. Ahora, la transmisión
y la conexión de información es mundial, masiva, de bajo coste, inmediata y posibilita la
comunicación interpersonal sin barreras geográficas (Torres, 2009; Kalçik y Altan 2017).
Así, la explotación de internet y los medios de comunicación por parte de organizaciones
terroristas transciende el espacio-tiempo y es sumamente atractivo ya que les proporcio-
na libertad, anonimato, así como accesibilidad e interacción con otros usuarios y materia-
les de naturaleza terrorista y/o violenta (Jawhar, 2016).
Según Jawhar (2016), existen nueve finalidades terroristas en el uso de internet: propa-
ganda, radicalización, captación, comunicación y redes, financiación, formación, planifi-
cación, coordinación y minería de datos. De entre todos ellas, la propaganda, la radica-
lización violenta, así como la captación terrorista guardan una estrecha vinculación. La
propaganda es una de las herramientas persuasivas más influyentes en los procesos de
radicalización y captación de etiología yihadista (Weimann, 2006; Slike, 2008; Kruglanski,
Crenshaw, Post y Victoroff, 2008; Edwards y Gribbon, 2013; Torok, 2013; Gupta, 2011;
Cohen, Johansson, Kaati y Mork, 2014; Wadhwa y Bhatia, 2015; Winter, 2015; Neo et al.,
2016; Neo, 2016; García, Nieto y Alonso, 2017) ya que utilizada de manera sistemática
transforma las creencias, percepción y conductas de los individuos (Torres, 2009). La

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Tema 27: Terrorismo de etiología yihadista: Análisis y prevención 847

persuasión propagandística facilita el inicio y el mantenimiento de tales procesos y la na-


rrativa violenta impacta en la construcción de la nueva identidad del adepto y sus futuras
acciones (Ashour, 2010). La evolución del futuro radicalizado o captado se ve determinado
por un consumo incansable de materiales propagandísticos y de narrativas seductoras
para inducirles (Torok, 2013), siendo víctimas de una intensa, dinámica y continua cam-
paña mediática encargada de inflamar las ideas radicales (Kruglanski y Fishman, 2009).
El origen etimológico de la propaganda procede de propagare, en latín, y significa difundir,
sembrar o diseminar. Es un método de persuasión (Steinfatt y Janbek, 2016) y posee el
poder de influir en el pensamiento humano para controlar sus futuras acciones (Dojcinovic,
2013). Como establece Van Dijk (2006) la propaganda posee dos elementos intrínsecos:
la manipulación y el abuso de poder. Sin tales elementos, el emisor no puede lograr sus
objetivos. Según Edwards (1938, citado en Quintero, 2007) la propaganda es “la expresión
de una opinión o una acción por individuos o grupos, deliberadamente orientada a influir
opiniones o acciones de otros individuos o grupos, para unos fines predeterminados y
por medio de manipulaciones psicológicas”. En la misma línea, Qualter (1980) define la
propaganda como “una acción deliberada llevada a cabo para determinar, formar, controlar
o cambiar las actitudes de un individuo o grupo mediante la utilización de las herramientas
de comunicación y anticiparse para obtener las reacciones de tales personas o grupos en
una situación o estado específico de acuerdo con sus objetivos”.
Por tanto, la propaganda es un modo de persuasión unilateral que pretende subvertir la
racionalidad del ser humano, ocultando información u engañando, siendo esto un intento
deliberado por parte de un grupo en divulgar información, ideas o materiales para lograr la
aceptación mayoritaria de una pugna y a su vez, alertar, controlar o canalizar los puntos de
vista de las personas (Steinfatt y Janbek, 2016). Además, juega con elementos racionales,
emocionales y cognitivos para poder justificar las acciones (Jordán, 2009). Su narrati-
va ofrece mensajes condicionados, simplistas, distorsionados pero directos (Mahood y
Rane, 2017) además de una profunda ideologización, categorización social (endogrupo y
exogrupo) y la deshumanización del adversario.
La propaganda terrorista son todos aquellos materiales y elementos comunicativos emiti-
dos desde una organización terrorista y posee cuatro fines (Wilkinson, 1988; Harris, 2002;
Bueno de Mesquita y Dickson, 2007; Schmid, 2005; Hoffman, 2006):
• Mantener la cohesión del grupo, motivar y aumentar su moral.
• La captación de nuevos miembros.
• Atemorizar a los enemigos y eliminar la confianza de la ciudadanía hacia los go-
bernantes.
• Generar simpatía y aumentar el apoyo de la base social.
Desglosando tales ideas la propaganda terrorista puede emplearse para extender el miedo
(Torres, 2012); intimidar a la opinión publica (Post, 2010); legitimar el uso de la violencia
(Sarma, 2007); conseguir un mayor apoyo en la base social musulmana (Torres et al.,

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848 Manual de Criminalística y Criminología

2006) y la población diana concreta de la publicación (Bueno de Mesquita y Dickson,


2007); mostrar su fuerza organizativa (Gartenstein-Ross, Barr y Moreng, 2016); esta-
blecer una vinculación emocional con la audiencia destinataria (Sanyal, 2008); fomentar
la identidad social de los terroristas (Post, 2010); motivar la ideología y la yihad (Torres,
2011) y fomentar la captación y la radicalización (Chatfiel, Reddick y Brajawidagda, 2015).
La propaganda intenta persuadir a las audiencias sin utilizar la coerción (Rada, 1985). Es
importante reconocer a quiénes se dirigen, ya que la propaganda varía según el grupo
social a influir. Indistintamente de la audiencia destinataria, utiliza la guerra psicológica me-
diante diversidad de materiales multimedia para amplificar el mensaje (Weimann, 2004).
Weimann (2006) establece cuatro audiencias objetivo: terroristas, simpatizantes, enemi-
gos y opinión pública internacional y Marcellino et al. (2017) proponen siete categorías:
terroristas, potenciales terroristas, difusores, proselitistas, captadores, oponentes activos
y público internacional.
Para Torres (2009) se emplea un total de once recursos y/o técnicas persuasivas en la
propaganda terrorista de etiología yihadista.
• Buscar la frustración: Facilita la sugestión en los individuos siendo más influencia-
bles y vulnerables a la persuasión y manipulación.
• Redefinir la identidad personal: Fortalecer la identidad social y disminuir la perso-
nal. De esta manera, se fomenta una fuerte dependencia al grupo y el individuo es
más influenciable y débil, reconfigurando el sistema de creencias y valores según
el grupo.
• Evitar la existencia de visiones alternativas: Se ofrece una visión única y totalitaria
de la información proporcionada para ser el punto de referencia. Se evita la intoxi-
cación informativa del exogrupo, siendo la única verdad la propaganda difundida
por el endogrupo.
• Incidir en los componentes irracionales cognitivos: Convencer con mensajes
emotivos y adaptados a la cosmovisión de los individuos. No se ajustan a la racio-
nalidad sino al sistema de valores terroristas.
• Mentir: Ofrecer voluntariamente una visión sesgada, distorsionada y/o diferente
de la realidad para debilitar al adversario.
• Deshumanizar al enemigo: Demonizar al enemigo y asignarle atributos peyorati-
vos para despojarlo de su dignidad y rasgos humanos con el fin de tolerar cual-
quier crueldad contra el mismo.
• Crear personalidades carismáticas: Obtener personajes creíbles con una alta ca-
pacidad de atracción para convertirse en referentes y merecedores de la confianza
y sumisión de los receptores.

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Tema 27: Terrorismo de etiología yihadista: Análisis y prevención 849

• Simplificar la realidad: Presentar los temas sin profundizar y suscitar ningún es-
fuerzo intelectual y así llegar todas las audiencias apelando siempre a los sentidos
más primitivos.
• Provocar un malestar movilizador: Conseguir la participación de los individuos en
la lucha para reconducir un conflicto. No hacerlo es incongruente y contradictorio,
ya que quedarse alejado de tal situación genera ansiedad.
• Fomentar el efecto del ganador: Convencer al individuo de la necesidad de afilia-
ción a la organización terrorista ya que la victoria es inevitable. No hacerlo le sitúa
en una situación de marginalidad y vencimiento.
• Explotar la brutalidad: Fomentar estrategias comunicativas violentas mediante la
brutalidad explícita en sus acciones para demostrar su poder y conseguir un fuer-
te impacto mediático.
Para una efectiva difusión propagandística las organizaciones terroristas de etiología yiha-
dista se dotan de distintos formatos, herramientas e idiomas (Zelin, 2015; Winter, 2015;
Shamieh y Szenes, 2015; Derrick, Sporer, Church y Logon, 2016; Milton, 2016). Los
canales más utilizados para distribuir el material propagandístico son: las páginas web
oficiales, foros y blogs, páginas de alojamiento, redes sociales, mensajería instantánea
y productoras. Para dar credibilidad a la narrativa terrorista, emplean distintos soportes
propagandísticos tal y como se muestra en la Figura 2. Son elegidos según la estrategia
comunicativa deseada, el público objetivo y sus finalidades (Ortiz, 2015).

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850 Manual de Criminalística y Criminología

Soporte Características

Destinadas a 1) la doctrina, 2) instar a la lucha y cometer atenta-


Revistas dos, o bien 3) legitimar sus acciones y mostrar sus objetivos y/o
resultados.

1) Restaurativos: Exposición de las ventajas del califato.


2) Captación: Alentar para unirse a la organización terrorista.
3) Amenazas: Coaccionar a otros países e indicar nuevos objetivos.
4) Documentales: Mostrar la potencialidad de la organización
terrorista.
Audiovisuales
5) Mártires: Alabar los atentados y sus ejecutores.
6) Videojuegos y aplicaciones (enfocados a la infancia y adoles-
cencia).
7) Ejecuciones: Asesinato de rehenes y prisioneros.
8) Discursos: Promover la ideología de la organización terrorista.
Tipo de música vocal musulmana destinada a 1) ensalzar mártires,
Nasheeds 2) motivar a acciones terroristas, 3) fomentar la doctrina y/o 4)
radicalizar o captar individuos.
1) Reclutamiento: Indicaciones para captar y radicalizar a los
individuos.
2) Fundamentalismo y adoctrinamiento: Exponer la doctrina e
ideología.
Manuales
3) Normas comportamentales para sujetos y colectivos determina-
dos.
4) Acciones criminales: Estrategias de seguridad, inteligencia,
combate físico, modos de atentando, entre otros.

Figura 2. Tipologías de soportes propagandísticos.

CONTRANARRATIVA TERRORISTA DE ETIOLOGÍA YIHADISTA


COMPRENDER LA NARRATIVA TERRORISTA
Desgraciadamente, a la población civil ya no le sorprende escuchar hablar de organizacio-
nes terroristas de etiología yihadista. El Daesh no solo es una organización terrorista capaz
de crear en un corto periodo de tiempo infraestructuras militares, sociales y económicas
similares a las de un estado, sino que sigue estando presente en Occidente sembrando

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Tema 27: Terrorismo de etiología yihadista: Análisis y prevención 851

el terror mediante atentados terroristas y con un discurso atractivo para algunos jóvenes.
Según la Europol (2018), existen tres patrones en los recientes atentados terroristas.
Primero, los asesinatos indiscriminados como Londres o Barcelona en 2017. Segundo,
los ataques a los símbolos occidentales del estilo de vida como Manchester en 2017. Y
tercero, los ataques a autoridades como París en 2017.
Según la Europol (2018) ha aumentado las detenciones de jóvenes por delitos vinculados
a organizaciones terroristas de etiología yihadista ya sea por su afinidad, colaboración en
la captación o adoctrinamiento, o bien en actividades de financiación. En el 2011 Europa
contaba con poco más de 100 individuos detenidos y sospechosos de estar vinculados
con dicho fenómeno. Cuatro años más tarde la cifra aumenta a 687 individuos y en 2016
incrementa a 718. Sin embargo, esta tendencia se mantiene constante en 2017 a pesar
de una ligera caída de 705 detenidos.

Figura 3. Número de detenidos vinculados a terrorismo de teología yihadista desde 2011 a 2017 en Europa.
Adaptado de “European Union Terrorism Situation and Trend Report”, 2018, Europol TE-SAT.

Del mismo modo sucede en España, el balance de detenidos relacionados con el terro-
rismo de etiología yihadista ha aumentado, triplicándose inminentemente desde 2013. De
hecho, los últimos tres años proliferan las cifras más elevadas. En la actualidad, se com-
puta un total de 322 detenidos si se contabilizan los 21 detenidos del año 2018, aún por
finalizar en el momento de escribir este capítulo (Ministerio de Interior, 2018).

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852 Manual de Criminalística y Criminología

Figura 4. Número de arrestados vinculados a terrorismo de etiología yihadista


desde 2012 a 2017 en España. Adaptado de “Operaciones y Detenidos Terrorismo Yihadista
desde Atentados 11 Marzo 2004: Actualizado a 21-11-2018”, 2018, Ministerio de Interior.

Estas cifras poseen varias lecturas. Por un lado, el incremento de los radicales en Oc-
cidente evidencia que el discurso de los terroristas sigue convenciendo a diversidad de
jóvenes que buscan un reconocimiento rápido y fácil para ser admirados y sentirse útiles.
Por otro lado, el aumento en la formación y profesionalidad de las diferentes policías y
servicios de inteligencia ha potenciado la detección de más sospechosos y así evitar que
lleguen a perpetrar atentados en Occidente. Y, por último, la actualización del Código Penal
español en el año 2015 (donde se tipifican acciones que hasta el momento no son delicti-
vas), ha propiciado y facilitado a la Policía poder detener individuos que por su trayectoria
radical colaborarían con estas organizaciones terroristas.
También se ha producido un aumento en los perfiles de menores sospechosos de poseer
vinculaciones con organizaciones terroristas como el Daesh. En esta misma línea, ¿debe
plantearse una contranarrativa frente al discurso terrorista en los centros escolares? La
respuesta es afirmativa. Mientras Daesh adoctrina a los menores contra Occidente y des-
personaliza al “infiel” para que luchen contra él, los jóvenes occidentales no encuentran
una narrativa que les ayude a entender porqué esta gente actúa de tal modo.
La lucha contra cualquier persona o grupo violento no solamente debe realizarse en un
plano estrictamente operacional, sino que es imprescindible el diseño de una contranarra-
tiva adaptada a las especificaciones del momento para conseguir que sea eficaz sobre el
discurso dañino de estos grupos radicales. Por lo tanto, es fundamental que dicha con-
tra-narrativa se actualice a la vez que evoluciona la narrativa a desprestigiar. En la radicali-
zación violenta de grupos u organizaciones de etiología yihadista, existen múltiples casos
de individuos que han cometido acciones terroristas tras consumir la narrativa obtenida

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Tema 27: Terrorismo de etiología yihadista: Análisis y prevención 853

de las redes sociales o personas afines. Como consecuencia de poseer un discurso influ-
yente y unas vías de exposición rápidas, en los últimos años los Gobiernos han iniciado
programas para contrarrestar la difusión del radicalismo en internet e, incluso, en la Unión
Europea se ha creado una unidad para combatir la propaganda del Daesh.
Por ejemplo, el Daesh dispone de una ventaja mecánica en su lucha para implantar el
califato: internet y las nuevas tecnologías, si bien tales herramientas son contrarias a la
ideología salafista que procesan para volver a los orígenes del islam. Mientras Occidente
cree, erróneamente, que domina las redes sociales por el hecho de inventarlas, el grupo
mediático del califato las usa a la perfección y sabe rentabilizarlas al máximo compar-
tiendo continuamente materiales propagandísticos con un lenguaje capaz de llegar a las
audiencias destinatarias, atrapándolas y convenciéndolas. Pero en la narrativa del Daesh
se hallan diversidad de materiales: asesinatos de rehenes y prisioneros, divertidas clases
dirigidas a infantes en las escuelas del autoproclamado Estado, entrenamientos de futuros
muyahidines al aire libre o materiales especiales como el Corán para menores. Todo ello,
con el fin de generar una visión idílica de este mal llamado estado islámico que el Daesh
se empeña en presentar, y así convencer a jóvenes occidentales para desplazarse a zonas
de conflicto omitiendo su capacidad de pensamiento crítico en relación con la fraudulenta
propaganda y narrativa terrorista.
Toda esta manipulación informativa muestra una imagen distorsionada de lo que realmen-
te está ocurriendo en este bucólico paraje que quieren transmitir. A través de sus audio-
visuales y otros soportes, presentan una visión de la supuesta sociedad islámica pura y
perfecta, con justicia e igualdad, muy alejada de la realidad en la que la mujer sigue siendo
una ciudadana de segunda y la justicia se aplica según una Sharía obsoleta e interesada.
Esta visión casi poética de la creación de un estado ya fue anunciada por su líder Abu Bakr
al-Baghdadi en su primer discurso transmitido en una fecha premeditada, coincidiendo
en viernes y en 4 de julio (día de la independencia americana). El líder proclamó: “Venid
tal y como sois que nosotros os aceptamos”. El discurso adoptado por el Daesh es muy
peligroso, ya que uno de sus objetivos ideológicos es la anulación de la identidad perso-
nal y la intensificación de la identidad social para favorecer al grupo. En consecuencia, se
inicia un proceso de adoctrinamiento que proporciona al individuo una visión dicotómica
del mundo y le sitúa en el lado aventajado, el endogrupo (los buenos y fieles) y le aleja del
exogrupo (los malos e infieles).

LA CONTRANARRATIVA TERRORISTA
Una de las herramientas utilizadas para evitar que un individuo inicie un proceso de radica-
lización violenta de etiología yihadista es la contranarrativa. Es un modo de comunicación
compuesto por métodos aplicados y mensajes transmitidos a una audiencia determinada
con el fin de combatir la propaganda terrorista que trata de influir en las acciones y per-
cepciones del receptor. Así, se define la contranarrativa terrorista como aquellos rela-

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854 Manual de Criminalística y Criminología

tos que pretenden erosionar la legitimidad de narrativas extremistas de carácter violento


trasladando el conflicto al terreno de las ideas. La contranarrativa exige que previamente
exista una narrativa violenta que propugne la consecución de un objetivo mediante el uso
de la violencia (Pous, 2015).
Es un instrumento muy útil para desradicalizar a niveles bajos y también evitar la escalada
progresiva hacia la radicalización violenta. Sin embargo, su aplicación es difícil ya que la
creación de discursos para contrarrestar argumentos terroristas son lentos. Tal genera-
ción de contranarrativas se complica todavía más si la organización terrorista posee gran-
des recursos para realizar narrativas continuadas y cuantiosas, como es el caso de Daesh.
Dicha lentitud para crear contranarrativas eficaces se atribuye al proceso de creación,
basado en varias fases: análisis de la narrativa emitida, análisis del público objetivo, análi-
sis de una narrativa alternativa contrarrestando la difundida hacia el público objetivo y, por
último, su creación y lanzamiento. Una vez poseemos la estructura de la contranarrativa
deseada, debe analizarse a qué niveles y de qué forma afecta al discurso del radical. Se
exponen tres niveles (Toboso, 2016):
1. Desprestigio: Por parte de los mass media y las instituciones públicas. Este nivel
se dirige a un sector más numeroso de la población, por lo que los medios de
comunicación son fundamentales en la comprensión y ofrecimiento de una peda-
gogía seria. Es importante que su información sea rigurosa en todo momento, no
se realice una cobertura desmesurada, conclusiones precipitadas ni tampoco un
uso impreciso del lenguaje para dar cobertura a este fenómeno.
2. Deslegitimación: Enfocado a deslegitimar el relato con dos objetivos principales.
Primero, cuestionar las asunciones, creencias y significados que hay detrás de
la narrativa yihadista con un mensaje capaz de dejar patente que es incorrecta,
descansa sobre un malentendido, o bien se apoya sobre un engaño malicioso
(Bernard, 2011). Y segundo, la deslegitimación de los medios usados por el yiha-
dismo cuando persiguen sus objetivos. Su argumento principal se fundamenta en
el alcance indiscriminado de los medios usados por los grupos u organizaciones
yihadistas que provocan miles de víctimas de confesión musulmana. Principal-
mente, la deslegitimización debe realizarla dos actores sociales:
–– Las comunidades musulmanas europeas con el objetivo de privar de validez o
legitimidad la narrativa yihadista. Estas comunidades detentan un papel muy
importante en la contranarrativa.
–– Los musulmanes de las diásporas occidentales.
3. Desradicalización: Dirigido a los casos en los cuales el individuo no está total-
mente radicalizado sino en proceso de estarlo. En estos niveles existe la posibili-
dad de desradicalizar.
Se observan varios intentos relevantes de contranarrativa desde Occidente para desmen-
tir estos materiales propagandísticos y el discurso atractivo pero ficticio de estos. Por

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Tema 27: Terrorismo de etiología yihadista: Análisis y prevención 855

ejemplo, el Departamento de Estado estadounidense contraatacó con los mismos me-


dios un audiovisual del Daesh denominado “Bienvenido a la tierra del Estado Islámico”.
Unos meses más tarde, Estados Unidos lanza una campaña de contranarrativa llamada
“Piénsalo de nuevo, date la vuelta”, donde se mostraban crucifixiones, defenestración de
personas, cabezas apiladas en repisas y atentados bomba perpetrados por los terroristas
con el objetivo de disuadir a aquellos musulmanes atraídos por la organización terrorista y
con la intención de desplazarse hacia zonas de conflicto y unirse a las filas. Otro ejemplo
relevante se halla en el país galo, el cual tiene propuestas dirigidas a enseñar la realidad de
los supuestos reclutadores empáticos y atrayentes. El objetivo es que, tanto el joven vul-
nerable a la radicalización violenta como su familia, tomen consciencia de cuáles son las
consecuencias de interiorizar un discurso aparentemente inofensivo. Uno de estos pro-
gramas es el stop djihadisme y su página web (www.toujourslechoix.fr). Y, por último, en
España existen diferentes preventivos. Uno de ellos es el programa “Stop Radicalismos”
(https://stop-radicalismos.ses.mir.es) donde su principal objetivo es abrir una línea de
información y denuncia para todas aquellas personas que puedan tener dudas frente a la
situación de algún familiar o amigo que pueda estar en vías de una radicalización violenta.
A pesar de los diversos programas generados por los países occidentales para prevenir
esta hégira al supuesto califato, aún queda mucho por hacer. Es imprescindible no solo
contrarrestar el discurso de los terroristas hacia los jóvenes occidentales, sino aportar
herramientas atrayentes para que esta generación, que tan fácilmente es captada por es-
tos individuos, decida quedarse en Occidente y luchar contra las organizaciones terroris-
tas de etiología yihadista. Los propios jóvenes son actores fundamentales para persuadir
a sus iguales en detectar y prevenir posibles convencidos. La respuesta de las sociedades
democráticas ante tales narrativas violentas debe ser unánime, ya que es la clave en la lu-
cha frente a la difusión del “mensaje de terror” que difunden las organizaciones terroristas
a través de cualquier medio.

PROPUESTAS DE PREVENCIÓN
La prevención del crimen es el efecto anticipado, disuasorio e inhibitorio para evitar el
riesgo de cualquier acción delictiva a través de instrumentos que alteren factores o ele-
mentos del delito, el entorno, la víctima y/o el agresor (García-Pablos de Molina, 2012). En
este caso, cuando hablamos de radicalización violenta emanada del terrorismo de etiología
yihadista, es de gran importancia trabajar desde diversidad de ámbitos. Es fundamental
invertir en prevención a través de la formación. No únicamente en los medios de comuni-
cación, sino en los diferentes actores sociales que trabajan directamente con la ciudadanía
para dotarles de conocimiento sobre los signos de radicalización y cómo deben revertirse
en etapas tempranas. Esto es así porque los actores sociales que interaccionan con los
jóvenes y sus familiares son un objetivo caliente de las organizaciones terroristas.

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856 Manual de Criminalística y Criminología

En definitiva, conocer los indicadores de vulnerabilidad de los jóvenes en relación con


los procesos de radicalización violenta ayuda a revertir tales factores de riesgo. Si bien
no existe una estandarización de dichos factores, se conocen rasgos repetitivos en todos
ellos: falta de control sobre la impulsividad, baja tolerancia a la frustración, antecedentes
penales por delitos leves y/o denuncias por delitos comunes, conductas antisociales o vio-
lentas, consumo de drogas, ludopatía, nula capacidad para afrontar situaciones adversas,
entre otros. No es necesario poseer todos los rasgos sino que adquirir varios de ellos faci-
lita las conductas violentas contra él o los sujetos que considera culpables de su situación.
Si a estos rasgos se incorpora un discurso radical, accesible y fácil de ejecutar a través de
las redes sociales y otros contextos sociales, aumenta el grado de radicalización violenta.
En este sentido, se han creado proyectos europeos centrados en la prevención familiar y
comunitaria (De Jongh, 2018). Un ejemplo es el “Proyecto Diamante” de los Países Bajos,
que trabaja con comunidades migrantes y no migrantes donde se ha descubierto que los
jóvenes son vulnerables a la radicalización violenta. Entre sus objetivos está el de reducir
las tasas de abandono escolar y las conductas antisociales y delictivas, centrándose en la
orientación cultural y la formación de la identidad, con el fin de ofrecerles herramientas
para hacer frente a cualquier conflicto futuro. Este programa se dirige a jóvenes de entre
12 y 23 años con pluralidad de identidades culturales y también dota de formación al
personal que los atiende directamente. Su estructura se basa en tres aspectos. Por un
lado, un programa individual de “desvinculación. Por otro lado, un programa de formación
preventiva de grupo y, finalmente, varios programas de formación educativa para padres
y profesionales. Este programa ha sido positivo en relación con el nivel de seguridad y
confianza de los participantes hacia los demás, según la Universidad de Ámsterdam en-
cargada de realizar la evaluación.
Otro de los programas desarrollados en clave preventiva es el ofrecido por la “Unidad
de antiradicalización de Molenbeek-Saint-Jean” (www.molenbeek.irisnet.be/fr) de Bélgica.
Esta unidad posibilita la formación de maestros, policías y trabajadores sociales con el
fin de ampliar su comprensión sobre los factores de riesgo asociados con la radicaliza-
ción violenta y mejorar sus habilidades para afrontar dicha problemática. Por otro lado,
la unidad ayuda a los jóvenes radicalizados en revertir el proceso, mejorar su identidad
e integración social. El “Exit S.C.S.” —EXIT, cooperative social Enterprise onlus— (www.
exitonlus.it) es una ONG italiana que proporciona servicios sociales especializados en
prevención e intervención contra la violencia. Sus destinatarios son mujeres y hombres
víctimas de violencia de distintos entornos sociales y laborales. También trabaja con me-
nores y jóvenes víctimas de violencia en escuelas y entornos familiares.
En cuanto a los programas de prevención primaria, señalar las herramientas de resiliencia
de “Bounce” en Bruselas. Es un conjunto de herramientas de formación y sensibilización
para jóvenes y su entorno social, dirigidas como medidas preventivas para antes de que
emerjan los primeros indicadores de radicalización. Como también es necesario espacios
de rehabilitación en donde estos jóvenes puedan ser tratados y ayudados a revertir dicho

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Tema 27: Terrorismo de etiología yihadista: Análisis y prevención 857

proceso, se ejecutó el proyecto “¡Forsa!” en los Países Bajos. Trabajan con jóvenes en
proceso de rehabilitación y reintegración social mediante otros jóvenes voluntarios que
sirven como referentes. Todo ello, con el objetivo principal de reducir las posibilidades de
reincidencia. Sus lugares de incidencia son las escuelas, mezquitas, prisiones, centros de
internamiento y familia. Otro de estos programas de rehabilitación es el de “Asunción de
responsabilidades, romper con el odio y la violencia” en Alemania. Su objetivo es permitir
a los jóvenes detenidos por actos de violencia de etiología ideológica, vivir una vida res-
ponsable, no violenta y alejada de la radicalización. Para ello realizan formaciones de des-
radicalización a nivel local, educación cívica individual, grupal y un seguimiento después
de la liberación (De Jongh, 2018).
En lo que respecta la prevención informativa o periodística, es importante no precipi-
tarse en la difusión de noticias ya que se extraen conclusiones apresuradas. Debemos
fomentar: el lenguaje preciso de los términos, evitar proyectar imágenes y mensajes que
potencien la supremacía de los terroristas, minimizar la difusión de tales documentos grá-
ficos, ensalzar el papel de la víctima por encima del terrorista, crear espacios de debate
con expertos y evitar llevar a tertulianos o pseudoexpertos, y, sobre todo, difundir la idea
de que morir por una ideología, como es la yihadista, no “está de moda”, y solo genera
drama, destrucción y miseria.
Por otra parte, hay que impulsar programas atractivos para los jóvenes que perciben un fin
legítimo en los discursos de Daesh o Al-Qaeda. Sin la construcción de dichos instrumen-
tos es muy difícil poder crear una alternativa a la narrativa de los grupos y organizaciones
terroristas. Además, debe existir una relación fluida entre los actores sociales y las fuer-
zas y cuerpos de seguridad. Por último, es fundamental generar espacios de emergencia
social, capaces de atender a personas cercanas a individuos en riesgo de participar en
acciones violentas y radicales, dándoles asesoramiento y protección. De igual modo, hay
que proporcionar espacios de desradicalización a niveles bajos para poder, sino revertir la
radicalización temprana, frenarla.
La sociedad civil debe ser consciente y conocedora de las amenazas y riesgos intrínse-
cos de este terrorismo. Sin embargo, no debe permitirse que dicho fenómeno altere o
modifique los derechos y libertades de la ciudadanía que tanto ha costado conseguir. La
conciencia en la seguridad de un país empieza por el propio ciudadano, y la mejor arma es
la prevención con el fin de revertir esta balanza a favor de la convivencia social.

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APÉNDICE

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28
LA PRIVACIDAD
Y LA PROTECCIÓN DE DATOS
PERSONALES
Víctor Cazurro Barahona
Abogado y profesor de Derecho Constitucional; coordinador de Innovación y
Mejora Continua en la Facultad de Derecho
Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
España

INTRODUCCIÓN
Los últimos dos años han sido esenciales para la gestación de un nuevo y más completo
marco normativo en materia de protección de datos personales; y esto, tanto en Europa
como en cada uno de los Estados miembros de la UE que, con mayor o menor intensidad,
han ido aprobando normas de ámbito estatal al respecto.
El 25 de mayo de 2016 se aprobó el nuevo Reglamento (UE) 2016/679 del Parlamento
Europeo y del Consejo, de 27 de abril de 2016, relativo a la protección de las personas
físicas en lo que respecta al tratamiento de datos personales y a la libre circulación de
estos datos y por el que se deroga la Directiva 95/46/CE (en adelante RGPD). Al ser un
reglamento europeo, no necesita transposición al derecho nacional pues se trata de una
norma de aplicación directa en los estados miembros. En lo que se refiere a España,
desde esa fecha y hasta el 6 de diciembre de 2018 la Ley Orgánica 15/1999 de 13 de di-
ciembre de Protección de Datos de Carácter Personal (en adelante LOPD) y el reglamento
que la desarrolla no dejaron de estar en vigor. Y aunque lo han estado, ha sido solo en
aquello que no contradecía lo previsto en el RGPD y hasta la aprobación de la Ley Orgánica
3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos
digitales (en adelante LOPDyGDD).
El RGPD ha venido a solucionar un número importante de lagunas que, al menos a nivel
europeo, existían. Sin embargo, sigue habiendo algunos flecos sueltos y, desde luego,

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862 Manual de Criminalística y Criminología

cabe un desarrollo más exhaustivo del RGPD por parte de los Estados miembros en al-
gunos aspectos tales como: supuestos de aclaración de conceptos para determinar las
condiciones del tratamiento, en orden a cumplir una ley o por causa de interés público
(art. 6.2) o bien para precisar la regulación del tratamiento de datos sensibles (art. 9.2);
limitar los derechos de los interesados (art. 23.1); en su caso, la regulación de las san-
ciones (multas) a las Administraciones Públicas (art. 83.7); otras sanciones que no sean
multas (art. 84.1); la regulación del consentimiento prestado por menores y su edad límite
hasta donde marca el propio reglamento, la cualificación necesaria para ser Delegado de
Protección de Datos, etc.
En el caso español, la nueva LOPDyGDD ha venido a completar o solucionar algunos de
estos detalles, tales como la edad para la prestación del consentimiento de los menores,
las entidades o sectores que obligatoriamente deben nombrar Delegado de Protección de
Datos, y la formación que este debiera tener (con una interesante referencia a la preferen-
cia por los DPO que puedan acreditar su formación en protección de datos con un título
universitario).
Esta nueva Ley Orgánica de Protección de Datos española ha sufrido una larga y tortuosa
elaboración y su trámite no estuvo exento de polémica (preveía la posibilidad de que, con
su redacción original, los partidos políticos se asegurarán una cobertura legal para poder
recopilar datos personales y favorecer la creación de perfiles políticos de los ciudadanos
a partir de su identidad en la red1), y viene a recoger las previsiones del RGPD y las par-
ticularidades que el legislador español ha creído oportuno introducir.
Estamos, por tanto, en pleno proceso de cambio en Europa y en España. Nuevo marco
normativo europeo, reciente derogación de la LOPD y su reglamento de desarrollo (RD
1720/2007), y entrada en vigor de la nueva LOPDyGDD. Todo ello trae consigo una serie
de novedades en los derechos de los afectados (titulares de los datos personales) y en las
obligaciones de los responsables y de los encargados del tratamiento.
Esto afecta de lleno a todos aquellos profesionales que prestan servicio en el ámbito de
la criminología pues, en su quehacer diario, y a veces sin ser plenamente conscientes de
ello, adoptan la figura de responsable o de encargado del tratamiento de los datos, según
desarrollen su labor profesional (como responsables del tratamiento) o presten un servi-
cio para un tercero (como encargados del tratamiento de datos).

1. La nueva LOPDyGDD introducía una modificación a la Ley Electoral española (Ley Orgánica 5/1985, de 19 de junio,
del Régimen Electoral General, LOREG) por la que se habilitaba a los partidos a recoger datos sobre opiniones po-
líticas de los ciudadanos para la realización de actividades políticas durante el periodo electoral. Estos datos podían
conseguirlos en páginas web y otras fuentes de acceso público. Una actividad, además, que se escudaba en el
interés público. Sin embargo, el Tribunal Constitucional terminó con esta posibilidad ya que un grupo de juristas
propuso al Defensor del Pueblo que presentara un recurso de inconstitucionalidad contra dicha posibilidad. Como
resultado de ese recurso, resultó la sentencia de 22 de mayo de 2019 por la que se declaró inconstitucional el art.
58 bis. Apartado 1 de la LOREG.

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Tema 28: La privacidad y la protección de datos personales 863

Lo que se hace en este capítulo es ofrecer al lector una visión general de las novedades
principales del RGPD y de cómo ha de producirse la aplicación práctica de estas en los
obligados por la normativa en protección de datos personales.
Debido a la amplitud del tema tratado y a la visión general y preliminar que aquí se quiere
aportar, quedan fuera del análisis detallado aspectos como la evaluación de impacto sobre
la protección de datos, las medidas de seguridad adecuadas al riesgo, la notificación de
quiebras de seguridad a la autoridad de control o el novedoso régimen sancionador en el
RGPD. Aspectos que podrán abordarse con detenimiento en otro momento.

LA NORMATIVA APLICABLE HASTA MAYO DE 2018 Y LA NORMATIVA VIGENTE


Hasta mayo de 2018, la única la normativa aplicable en España era la conocida Ley Orgá-
nica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal (LOPD)
y el Real Decreto 1720/2007, de 21 de diciembre, por el que se aprobó su reglamento de
desarrollo. Su fundamento se encontraba en el artículo 18 de la CE y en la Directiva euro-
pea 95/46/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 24 de octubre de 1995, relativa a
la protección de las personas físicas en lo que respecta al tratamiento de datos personales
y a la libre circulación de estos datos, hoy derogada.
Hace poco más de dos años, en mayo de 2016, entró en vigor en la UE el Reglamento
(UE) 2016/679 del Parlamento Europeo y del Consejo de 27 de abril de 2016, relativo a la
protección de las personas físicas en lo que respecta al tratamiento de datos personales
y a la libre circulación de estos datos y por el que se deroga la citada Directiva 95/46/CE.
Este Reglamento (que denominamos RGPD) es aplicable desde el 25 de mayo de 2018.
Su texto, propone un modelo de protección de datos personales basado en novedosos
criterios tales como la responsabilidad activa, la flexibilidad, el dinamismo, la importancia
del contexto, el análisis de riesgos y la cooperación.
Asimismo, y para completar el marco normativo en España, el 6 de diciembre de 2018
se publicó la nueva LOPDyGDD, a la que ya hemos hecho referencia en la introducción.

NOVEDADES DEL REGLAMENTO EUROPEO DE PROTECCIÓN DE DATOS


Como es sabido, cualquier profesional autónomo o entidad (pública o privada) están obli-
gados a cumplir con la normativa en materia de protección de datos. Para poder imple-
mentar con éxito las medidas contenidas en el RGPD, se requiere cierta sensibilidad y
concienciación en la materia. Y, desde luego, es imprescindible tener unas nociones bási-
cas de en qué consiste el derecho a la protección de datos y las obligaciones que conlleva.
Si hubiera que destacar algunas de las novedades más relevantes, se podría empezar por la
consideración de derecho fundamental de la protección de datos personales, consideración

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864 Manual de Criminalística y Criminología

que ahora viene explicitada en el RGPD (Considerandos 1 y 4)2. Lo considera un derecho


fundamental exclusivo de las personas físicas, y excluye del ámbito de aplicación los datos
personales de las personas fallecidas y las personas de contacto de personas jurídicas.
En términos generales, el RGPD establece un cambio de paradigma en materia de protec-
ción de datos, y adopta un modelo basado en la citada responsabilidad activa, la flexibili-
dad, la importancia del contexto de los tratamientos y la cooperación entre las entidades
públicas o privadas y las autoridades de control.
Lo que sí se puede afirmar es que se trata de una norma compleja que no se improvi-
sa, que está íntimamente relacionada con otras normas del ordenamiento jurídico y que
necesita de su desarrollo y precisión de algunos aspectos en las normas nacionales que
apruebe cada Estado miembro. Es precisamente lo que ha venido a hacer la LO 3/2018 en
España (LOPD y GDD).

EL PRINCIPIO DE RESPONSABILIDAD ACTIVA O ACCOUNTABILITY


Una de las grandes novedades (y de sus principales características) que presenta el RGPD
es el principio de responsabilidad activa (en su concepción anglosajona, accountability).
Es uno de sus pilares básicos y en torno a él giran la mayor parte de medidas y protocolos
que impregnan la protección de datos regulada en el reglamento europeo. Queda recogido
en el artículo 24 RGPD y viene a imponer al responsable y al encargado del tratamiento
estar en condiciones de acreditar que cumple con las previsiones normativas en materia
de protección de datos de carácter personal, desde que recaba los datos hasta su alma-
cenamiento o supresión.
Este principio implica la aplicación de criterios de responsabilidad activa, de tal modo que
las obligaciones de los responsables del tratamiento se deben dirigir, esencialmente, a la
adopción de medidas preventivas que, como decíamos, deben estar en condiciones de
acreditar. Con este objetivo se configuran una batería de medidas que se describirán más
adelante.
La exigencia de esta responsabilidad activa o accountability está íntimamente ligada al
concepto de cumplimiento normativo o compliance recogido en el artículo 31 bis del
Código Penal español.

NUEVO ÁMBITO DE APLICACIÓN DE LA NORMATIVA EN PROTECCIÓN DE DATOS


En primer lugar, conviene señalar que se aplica tanto a los responsables del tratamiento
como a los encargados del mismo y, como ya se dijo anteriormente, un profesional crimi-
nólogo, un médico forense, un psicólogo, una clínica o un laboratorio, etc., pueden tener
tanto la condición de responsable como la de encargado (según traten datos personales

2. La LOPDyGDD 3/2018 también lo recoge en su artículo 1.2: “El derecho fundamental de las personas físicas a la
protección de datos de carácter personal, amparado por el artículo 18.4 de la Constitución, se ejercerá con arreglo
a lo establecido en el Reglamento (UE) 2016/679 y en esta ley orgánica”.

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Tema 28: La privacidad y la protección de datos personales 865

desarrollando su trabajo para sí mismos o presten un servicio a un tercero). En cuanto a


su ámbito territorial, se aplica a responsables y encargados establecidos en territorio de
la Unión Europea. También quedan obligados por el RGPD aquellos responsables y encar-
gados que no estando establecidos en la Unión Europea para que realicen tratamientos de
datos que deriven de la oferta de bienes y servicios destinados a ciudadanos europeos, o
bien como consecuencia de la monitorización o seguimiento de su comportamiento (ela-
boración de perfiles3). Estas organizaciones deben designar un representante en la Unión
Europea e informar de ello a los ciudadanos4.

NUEVOS CONCEPTOS Y DEFINICIONES


El artículo 4 del RGPD presenta hasta veintiséis definiciones o acepciones en la materia.
Algunas son casi un calco del modo en que ya se les venía definiendo en la normativa
anterior. Otras, precisan o enriquecen conceptos, y algunas son totalmente novedosas.
Sin entrar a analizar todas y cada una de ellas, se apuntan en este apartado las principales
novedades que trae consigo el RGPD en cuanto a definiciones se refiere:
Datos personales (art. 4.1 RGPD): “Se entiende por dato personal (art. 4.1 RGPD): (...)
toda información sobre una persona física identificada o identificable (“el interesado”); se
considerará persona física identificable toda persona cuya identidad pueda determinarse,
directa o indirectamente, en particular mediante un identificador (esto es una novedad),
como por ejemplo un nombre, un número de identificación, datos de localización, un
identificador en línea o uno o varios elementos propios de la identidad física, fisiológica,
genética, psíquica, económica, cultural o social de dicha persona”, en cuanto a esto úl-
timo, la definición bien podía terminar diciendo “salvo que dicha identificación requiera
actividades o plazos desproporcionados”.
Tratamiento (art. 4.2): “Cualquier operación o conjunto de operaciones realizadas sobre
datos personales o conjuntos de datos personales, ya sea por procedimientos automati-
zados o no, como la recogida, registro, organización, estructuración, conservación, adap-
tación o modificación, extracción, consulta, utilización, comunicación por transmisión, di-
fusión o cualquier otra forma de habilitación de acceso, cotejo o interconexión, limitación,
supresión o destrucción”.
Responsables del tratamiento o “responsable” (art. 4.7 RGPD): “La persona física o ju-
rídica, autoridad pública, servicio u otro organismo que, solo o junto con otros, determine
los fines y medios del tratamiento; si el Derecho de la Unión o de los Estados miembros
determina los fines y medios del tratamiento, el responsable del tratamiento o los criterios

3. Art. 4.4 RGPD: “Elaboración de perfiles”: Toda forma de tratamiento automatizado de datos personales consistente
en utilizar datos personales para evaluar determinados aspectos personales de una persona física, en particular para
analizar o predecir aspectos relativos al rendimiento profesional, situación económica, salud, preferencias persona-
les, intereses, fiabilidad, comportamiento, ubicación o movimientos de dicha persona física.
4. Nótese que el hecho de que quien trate datos que deriven de la oferta de bienes y servicios destinados a ciudadanos
europeos, hace que el ámbito territorial de aplicación del RGPD sea mundial.

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866 Manual de Criminalística y Criminología

específicos para su nombramiento podrá establecerlos el Derecho de la Unión o de los


Estados miembros”.
Y, desde luego, es ineludible hacer referencia al otro protagonista cuyo papel puede adop-
tar cualquier tercero que acceda a datos del responsable: el encargado del tratamiento o
simplemente encargado: “La persona física o jurídica, autoridad pública, servicio u otro
organismo que trate datos personales por cuenta del responsable del tratamiento” (art. 4.8
RGPD).
En la norma europea todo se focaliza en torno al tratamiento de los datos, al sentido
dinámico que el RGPD quiere otorgar a la protección de los mismos, y desaparece, por
tanto, la definición de fichero tal y como quedaba recogida en el art. 3b) de la LOPD del
año 19955. Asimismo, y a efectos de nuestras obligaciones prácticas, también desaparece
la obligación de notificar la creación, modificación y supresión de ficheros a la autoridad
de control. Es más, la palabra fichero solo se nombra dos veces en todo el articulado del
Reglamento europeo (excluyendo los Considerandos).
En la categoría de lo que se consideran “datos sensibles”, a los datos de salud, el RGPD
suma las nuevas definiciones de datos genéticos y datos biométricos, categorías de datos
muy a tener en cuenta en el ámbito criminológico. Así, el Reglamento considera datos
relativos a la salud a “aquellos datos personales relativos a la salud física o mental de una
persona física, incluida la prestación de servicios de atención sanitaria, que revelen infor-
mación sobre su estado de salud”; datos genéticos a aquellos “datos personales relativos
a las características genéticas heredadas o adquiridas de una persona física que propor-
cionen una información única sobre la fisiología o la salud de esa persona, obtenidos en
particular del análisis de una muestra biológica de tal persona”; y datos biométricos a los
“datos personales obtenidos a partir de un tratamiento técnico específico, relativos a las
características físicas, fisiológicas o conductuales de una persona física que permitan o
confirmen la identificación única de dicha persona, como imágenes faciales o datos dac-
tiloscópicos” (apartados 13 y 14 del art. 4 RGPD).
Por último, cabe destacar la inclusión de la seudonimización en este listado de definicio-
nes. La seudonimización no es un método de anonimización; simplemente, reduce la vin-
culabilidad de un conjunto de datos con la identidad original del interesado y es, por tanto,
una medida de seguridad útil. Consiste en la sustitución de un atributo (normalmente un
atributo único) por otro, en un registro. El RGPD lo define así: “El tratamiento de datos
personales de manera tal que ya no puedan atribuirse a un interesado sin utilizar informa-
ción adicional, siempre que dicha información adicional figure por separado y esté sujeta
a medidas técnicas y organizativas destinadas a garantizar que los datos personales no se
atribuyan a una persona física identificada o identificable” (art. 4.5 RGPD). La anonimiza-
ción de los datos, sin embargo, no queda recogida como tal en el RGPD.

5. Fichero: Todo conjunto organizado de datos de carácter personal, cualquiera que fuere la forma o modalidad de su
creación, almacenamiento, organización y acceso.

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Tema 28: La privacidad y la protección de datos personales 867

CATEGORÍAS ESPECIALES DE DATOS


Se debe tener presente que no todos los datos concernientes a una persona son objeto
del mismo nivel de protección, y se consideran categorías especiales de datos o datos
especialmente protegidos los que se refieran al “origen étnico o racial, las opiniones
políticas, las convicciones religiosas o filosóficas, o la afiliación sindical, y el tratamiento
de datos genéticos, datos biométricos dirigidos a identificar de manera unívoca a una
persona física, datos relativos a la salud o datos relativos a la vida sexual o las orientación
sexuales de una persona física” (art. 9 RGPD).
El mismo artículo 9 del reglamento, en su último apartado, reserva a los Estados miem-
bros que puedan mantener o introducir condiciones adicionales, inclusive limitaciones,
con respecto al tratamiento de datos genéticos, datos biométricos o datos relativos a la
salud (ya descritos en el apartado anterior).

LEGITIMACIÓN (LICITUD) DEL TRATAMIENTO


Para efectuar un tratamiento de datos personales es preciso que exista un elemento que
legitime su tratamiento. Todo tratamiento de datos personales exige una base jurídica que
lo legitime, y el artículo 6 del RGPD relaciona aquellas condiciones que han de cumplirse
para que un tratamiento de datos personales sea lícito.
De manera muy resumida, las principales premisas o elementos que legitiman un trata-
miento de datos vienen dadas por:
–– El consentimiento expreso del afectado para el tratamiento de sus datos.
–– La existencia de una relación contractual en la que el interesado es parte.
–– La existencia de un interés legítimo prevalente del responsable o de terceros a los
que se ceden o comunican los datos personales (este caso no es aplicable a las
Administraciones públicas).
–– El tratamiento es necesario para proteger intereses vitales del interesado o de otra
persona física.
–– Cuando el tratamiento sea necesario para el cumplimiento de una misión realizada
en interés público o en el ejercicio de poderes públicos conferidos al responsable
del tratamiento (supuestos paradigmáticos de este último apartado son los trata-
mientos llevados a cabo por los ayuntamientos en las smart-cities o por ejemplo
los llevados a cabo por los servicios públicos de salud).
–– El tratamiento será lícito cuando es necesario para la satisfacción de intereses le-
gítimos perseguidos por el responsable del tratamiento o por un tercero, siempre
que sobre dichos intereses no prevalezcan los intereses o los derechos y liberta-
des fundamentales del interesado que requieran la protección de datos persona-
les, en particular cuando el interesado sea un niño.

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868 Manual de Criminalística y Criminología

–– Asimismo, cuando resulte necesario para el cumplimiento de una obligación legal


para el responsable del tratamiento.
Este principio de tratamiento leal y lícito debe vincularse al principio de transparencia.

EL CONSENTIMIENTO COMO ELEMENTO LEGITIMADOR DEL TRATAMIENTO


El consentimiento se ha convertido en una de las cuestiones clave, tanto del RGPD como
de la nueva LOPDyGDD (en España). Con la entrada en vigor del reglamento, ha sido uno
de los elementos que más notoriedad ha adquirido entre los ciudadanos y, especialmen-
te, en las empresas, profesionales o entidades que han acudido con especial rapidez a
recabar (en ocasiones, innecesariamente y de forma reiterada) el consentimiento de los
afectados titulares de los datos; más concretamente, el protagonismo ha sido para la
recogida del consentimiento expreso como motivo para legitimar el tratamiento de datos.
Realmente, el consentimiento es solo una de las condiciones que legitiman el tratamiento
ya que, como hemos visto, el responsable puede verse legitimado para recabar y tratar
datos personales por multitud de motivos que ya hemos explicado en el apartado anterior.
Volviendo al artículo 4 que recogía diversas definiciones, y tal y como recoge en su apar-
tado 11, el consentimiento del interesado queda definido como “toda manifestación de
voluntad libre, específica, informada e inequívoca por la que el interesado acepta, ya sea
mediante una declaración o una clara acción afirmativa, el tratamiento de datos personales
que le conciernen”. El cambio más importante aquí es que se excluye por completo la vali-
dez del consentimiento tácito y, por tanto, quedará a cargo del responsable del tratamiento
la obligación de acreditar que dicho consentimiento realmente se prestó.
Este asunto ya viene explicitado en el prólogo del reglamento pues en los Considerandos
previos a su articulado se aclara que el silencio, las casillas previamente seleccionadas
o la inacción no constituyen un consentimiento válido (Considerando 32). Por otro lado,
cuando el tratamiento tenga varias finalidades, debe constar el consentimiento para todas
y cada una de las finalidades para las que se tenga intención de usar esos datos.
Asimismo, para el caso de los datos sensibles del artículo 9, para la elaboración de perfiles
o para transferencias internacionales de datos se requiere un consentimiento explícito, es
decir, que la declaración se refiera de forma explícita al consentimiento y al tratamiento
de datos en cuestión.
Igualmente, ha de tenerse en cuenta que el consentimiento obtenido debe ser verificable,
es decir, que la entidad que lo ha recogido esté en condiciones de acreditar que la obten-
ción del consentimiento respetó la regulación expuesta en el presente apartado.

EL INTERÉS LEGÍTIMO
Otro de los pilares esenciales en la protección de datos es la licitud del tratamiento, de
modo que haya una base legal que lo legitime. El interés legítimo es un elemento legitima-
dor en sí mismo que constituye una base jurídica suficiente para efectuar el tratamiento.

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Tema 28: La privacidad y la protección de datos personales 869

El Considerando 47 del RGPD comienza remarcando que “el interés legítimo de un res-
ponsable del tratamiento, incluso el de un responsable al que se puedan comunicar datos
personales, o de un tercero, puede constituir una base jurídica para el tratamiento, siem-
pre que no prevalezcan los intereses o los derechos y libertades del interesado, teniendo
en cuenta las expectativas razonables de los interesados basadas en su relación con el
responsable”. Por tanto, el tratamiento será lícito siempre y cuando sea necesario para la
satisfacción de los intereses legítimos que persiga el responsable del tratamiento o por un
tercero, siempre que sobre dichos intereses no prevalezcan los intereses o los derechos
y libertades fundamentales del afectado.
El artículo 6.1 del reglamento también se refiere a esta figura que, además, y según
apunta el citado Considerando 47, requiere de una evaluación meticulosa. También en
las evaluaciones de impacto hay que describir este interés legítimo (art. 35.7.a). La AEPD
define una evaluación del impacto, conocida por sus siglas en inglés PIA (Privacy Impact
Assessment), como “un ejercicio de análisis de los riesgos que un determinado sistema
de información, producto o servicio puede entrañar para el derecho fundamental a la
protección de datos de los afectados y, tras ese análisis, afrontar la gestión eficaz de los
riesgos identificados mediante la adopción de las medidas necesarias para eliminarlos o
mitigarlos”6.
El RGPD hace referencia a ello en su artículo 35.1 indicando que “cuando sea probable
que un tipo de tratamiento, en particular si utiliza nuevas tecnologías, por su naturaleza,
alcance, contexto o fines, entrañe un alto riesgo para los derechos y libertades de las per-
sonas físicas, el responsable del tratamiento realizará, antes del tratamiento, una evalua-
ción del impacto de las operaciones de tratamiento en la protección de datos personales.
Una única evaluación podrá abordar una serie de operaciones de tratamiento similares
que entrañen altos riesgos similares”.
Por último, también constituye un interés legítimo aquellos tratamientos de datos necesa-
rios para la prevención del fraude y los que tienen fines de marketing directo. A su vez, el
Considerado 48 considera igualmente que existe un interés legítimo para el tratamiento en
las cesiones de datos personales dentro de un mismo grupo empresarial.

PRINCIPIOS DE LA PROTECCIÓN DE DATOS Y DERECHOS DE LOS


INTERESADOS
EL PRINCIPIO DE CALIDAD DE LOS DATOS
El legislador comunitario ha mantenido en el reglamento europeo, en esencia, el principio de
calidad de la recientemente derogada LOPD española (adecuación, finalidad o pertinencia

6. Guía práctica para las evaluaciones de impacto en la protección de los datos sujetas al RGPD. Disponible en: https://
www.aepd.es/media/guias/guia-evaluaciones-de-impacto-rgpd.pdf Ref. 17 de diciembre de 2018.

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870 Manual de Criminalística y Criminología

y proporcionalidad, que se contienen en el artículo 4). Asimismo, a la calidad de los datos


debe contribuir que estos solo puedan tratarse de manera lícita, leal y transparente.
Como novedad, el RGPD incorpora la exigencia de que los datos personales deben ser
adecuados, pertinentes, limitados (principio de minimización de datos), y deben ser ob-
jeto de tratamiento durante el tiempo estrictamente necesario atendiendo a los fines del
mismo (art. 5 RGPD).
En cuanto al principio de finalidad, sí que se presenta una de las principales novedades
que trae consigo el reglamento: consiste en que los datos personales no podrán usarse
para finalidades incompatibles con aquellas para las que los datos hubieran sido recogi-
dos, lo que no significa que no puedan utilizarse para finalidades diferentes para las que
se recogieron, si no que estas no deben ser incompatibles. Conviene, para ello, realizar el
análisis de no incompatibilidad teniendo en cuenta los siguientes aspectos:
–– Debe existir una relación entre la finalidad original y la finalidad o finalidades ulte-
riores.
–– El tratamiento ulterior debe encontrarse dentro de las expectativas razonables del
interesado.
–– Debe tenerse en cuenta la naturaleza de los datos objeto de tratamiento y la sen-
sibilidad de los mismos.
–– Debe considerarse el impacto que este tratamiento va a tener en los interesados.
–– Deben considerarse las medidas de protección que el responsable del tratamiento
establece; en particular las medidas técnicas y organizativas: encriptación, seudo-
nimización, separación funcional, transparencia, oposición al tratamiento7.

EL PRINCIPIO DE INFORMACIÓN
En este caso, se puede hacer una fácil comparativa entre lo que había hasta la aplicación
del RGPD y lo que el reglamento ha traído consigo.
La información que debía prestarse según la anterior normativa española (LOPD derogada
el 6 de diciembre de 2018) y que era obligatorio prestar hasta mayo de 2018 era:
–– La existencia de un fichero o tratamiento de datos, de la finalidad de la recogida
de estos y de los destinatarios de la información.
–– El carácter obligatorio o facultativo de la respuesta a las preguntas que sean plan-
teadas.
–– Las consecuencias de la obtención de los datos o de la negativa a suministrarlos.

7. Álvarez Hernando, J. Sesión de formación “Nuevo Reglamento Europeo de Protección de Datos. Claves para la
adaptación de las empresas”, Aranda de Duero, julio 2018.

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Tema 28: La privacidad y la protección de datos personales 871

–– La posibilidad de ejercitar los derechos de acceso, rectificación, cancelación y


oposición.
–– La identidad y dirección del responsable del tratamiento o, en su caso, de su re-
presentante.
Con el RGPD, es preciso proporcionar nueva información adicional que debe consistir en:
–– Los datos de contacto del delegado de protección de datos, si lo hubiera.
–– La identificación de la base jurídica o legitimación del tratamiento.
–– El plazo o los criterios de conservación de la información.
–– La existencia de decisiones automatizadas o elaboración de perfiles: (art. 22,
apartados 1 y 4), y al menos en tales casos: a) información significativa sobre
la lógica aplicada, b) la importancia y las consecuencias previstas de dicho trata-
miento para el interesado.
–– La previsión de transferencias internacionales de datos.
–– El derecho a presentar una reclamación ante la Autoridad de Control.
–– Y, en el caso de que los datos no se hubieran obtenido del propio interesado, en el
plazo de un mes o en la primera comunicación debe informarse acerca del origen
de los datos y las categorías de los mismos.
Además, de acuerdo con el principio de transparencia (art. 12.1 RGPD) la información a
los interesados debe proporcionarse con un lenguaje claro y sencillo; de forma concisa,
transparente, inteligible y de fácil acceso.

LOS DERECHOS DE LOS INTERESADOS


Los titulares de los datos personales fortalecen su posición frente a aquellos que traten
sus datos. Con el reglamento europeo se refuerzan los derechos de los interesados ya
existentes y se amplían a otros nuevos.
Se mantienen, con algunos matices, los conocidos como derechos ARCO (acceso, rectifi-
cación, cancelación y oposición).
En cuanto al derecho de acceso, y como novedad, siempre que sea posible, el respon-
sable del tratamiento debe estar facultado para facilitar el acceso remoto a un sistema
seguro que ofrezca al interesado un acceso directo a sus datos personales. Este derecho
no debe afectar negativamente a los derechos y libertades de terceros. El derecho de
rectificación no sufre cambios esenciales.
El derecho de cancelación viene a perfeccionarse con el derecho a la supresión de los
datos y el derecho al olvido (que viene a ser derecho positivo en el RGPD).
En cuanto al derecho al olvido, es otra de las grandes novedades del RGPD que lo con-
vierte en derecho positivo por primera vez; consiste en facultar a los interesados para que
ejerzan su deseo de que sus datos personales se supriman (o, al menos, se bloqueen)

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872 Manual de Criminalística y Criminología

y dejen de tratarse si ya no son necesarios para los fines para los que fueron recogidos
o tratados de otro modo. Para ello, “el interesado tendrá derecho a obtener sin dilación
indebida del responsable del tratamiento la supresión de los datos personales que le
conciernan, el cual estará obligado a suprimir sin dilación indebida los datos personales
cuando concurra alguna de las circunstancias” recogidas en el artículo 17 del RGPD, es
decir, cuando:
a) Los datos personales ya no sean necesarios en relación con los fines para los que
fueron recogidos o tratados de otro modo.
b) El interesado retire el consentimiento en que se basa el tratamiento8, y este no se
base en otro fundamento jurídico.
c) El interesado se oponga al tratamiento con arreglo al artículo 21, apartado 19, y no
prevalezcan otros motivos legítimos para el tratamiento, o el interesado se oponga
al tratamiento con arreglo al artículo 21, apartado 210.
d) Los datos personales hayan sido tratados ilícitamente.
e) Los datos personales deban suprimirse para el cumplimiento de una obligación
legal establecida en el Derecho de la Unión o de los Estados miembros que se
aplique al responsable del tratamiento.
f) Los datos personales se hayan obtenido en relación con la oferta de servicios de
la sociedad de la información mencionados en el artículo 8, apartado 111.
Asimismo, el interesado también tendrá derecho a obtener la supresión de los datos
personales que le conciernan cuando haya hecho públicos los datos personales y esté
obligado a suprimir dichos datos, el responsable del tratamiento, teniendo en cuenta la
tecnología disponible y el coste de su aplicación, adoptará medidas razonables, incluidas
medidas técnicas, con miras a informar a los responsables que estén tratando los datos
personales de la solicitud del interesado de supresión de cualquier enlace a esos datos
personales, o cualquier copia o réplica de los mismos (art. 17.2 RGPD).

8. De conformidad con el artículo 6, apartado 1, letra a), o el artículo 9, apartado 2, letra a) (art. 17.1.b RGPD).
9. Art. 21. 1 RGPD: “El interesado tendrá derecho a oponerse en cualquier momento, por motivos relacionados con su
situación particular, a que datos personales que le conciernan sean objeto de un tratamiento basado en lo dispuesto
en el artículo 6, apartado 1, letras e) o f), incluida la elaboración de perfiles sobre la base de dichas disposiciones. El
responsable del tratamiento dejará de tratar los datos personales, salvo que acredite motivos legítimos imperiosos
para el tratamiento que prevalezcan sobre los intereses, los derechos y las libertades del interesado, o para la for-
mulación, el ejercicio o la defensa de reclamaciones”.
10. Art. 21.2 RGPD: “Cuando el tratamiento de datos personales tenga por objeto la mercadotecnia directa, el interesado
tendrá derecho a oponerse en todo momento al tratamiento de los datos personales que le conciernan, incluida la
elaboración de perfiles en la medida en que esté relacionada con la citada mercadotecnia”.
11. Art. 8.1 RGPD: “Cuando se aplique el artículo 6, apartado 1, letra a), en relación con la oferta directa a niños de servi-
cios de la sociedad de la información, el tratamiento de los datos personales de un niño se considerará lícito cuando
tenga como mínimo 16 años. Si el niño es menor de 16 años, tal tratamiento únicamente se considerará lícito si el
consentimiento lo dio o autorizó el titular de la patria potestad o tutela sobre el niño, y solo en la medida en que se
dio o autorizó. Los Estados miembros podrán establecer por ley una edad inferior a tales fines, siempre que esta no
sea inferior a 13 años”.

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Tema 28: La privacidad y la protección de datos personales 873

A fin de reforzar el derecho al olvido en el entorno online, el derecho de supresión debe


ampliarse de tal forma que el responsable del tratamiento que haya hecho públicos datos
personales esté obligado a indicar a los responsables del tratamiento que estén tratando
tales datos personales que supriman todo enlace a ellos, o las copias o réplicas de tales
datos (Considerando 66 RGPD).
En cuanto al derecho de oposición, se mantiene en su definición si bien, como novedad,
el artículo 22 del reglamento lo completa afirmando que “todo interesado tendrá derecho
a no ser objeto de una decisión basada únicamente en el tratamiento automatizado (sin in-
tervención humana), incluida la elaboración de perfiles, que produzca efectos jurídicos en
él o le afecte significativamente de modo similar”. El mismo artículo establece una serie de
excepciones a esta regla, basadas: 1) en un contrato entre el interesado y un responsable
del tratamiento; 2) si hay consentimiento del interesado; y 3) si la decisión está autorizada
por el Derecho de la Unión o de los Estados miembros.
Es preciso citar también el derecho a la limitación del tratamiento, cuando el interesa-
do impugna la exactitud de los datos; cuando el tratamiento sea ilícito y el interesado
se oponga a la supresión de los datos personales y solicite en su lugar la limitación de
su uso; cuando el responsable ya no necesite los datos personales para los fines del
tratamiento, pero el interesado los necesite para la formulación, el ejercicio o la defensa
de reclamaciones; o cuando el interesado se haya opuesto al tratamiento en virtud del
art. 21, apartado 112, mientras se verifica si los motivos legítimos del responsable preva-
lecen sobre los del interesado (art. 18.1 RGPD).
Otra novedad es el derecho de portabilidad de los datos, que implica que el interesado
pueda solicitar a la entidad que esté tratando sus datos de forma automatizada, su recu-
peración en un formato que permita su traslado a otra entidad responsable, incluso de
forma directa.
Como se puede ver, el reglamento europeo refuerza la posición del titular de los datos
ofreciendo al ciudadano más herramientas para controlar su información personal más
sensible.

EL ENCARGADO DEL TRATAMIENTO. REGULACIÓN DE SU RELACIÓN CON


EL RESPONSABLE DEL TRATAMIENTO
El RGPD define la figura del “encargado del tratamiento” o “encargado” en su artículo 4.8,
y dice que es “la persona física o jurídica, autoridad pública, servicio u otro organismo
que trate datos personales por cuenta del responsable del tratamiento”. Con el RGPD, el
encargado toma un papel tan relevante como el del responsable del tratamiento, recayen-

12. Ver nota al pie n.º 9.

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874 Manual de Criminalística y Criminología

do en él, por el mero hecho de serlo, prácticamente las mismas obligaciones a las que se
ve sometido el responsable.
Un perito judicial, un psicólogo, un médico forense, un detective o un criminólogo pueden
ser el paradigma del encargado del tratamiento pues, para emitir sus informes o prestar
sus servicios profesionales por encargo, deben acceder a datos personales que custodia
el responsable del tratamiento, de ahí la importancia de conocer esta figura y sus res-
ponsabilidades y obligaciones en cualquiera de los ámbitos profesionales que rodean la
criminología.
El artículo 28 del RGPD regula la figura del encargado del tratamiento desde todos los
puntos de vista, y comienza por afirmar que cuando se vaya a realizar un tratamiento por
cuenta de un responsable del tratamiento, este elegirá únicamente un encargado que
ofrezca garantías suficientes para aplicar medidas técnicas y organizativas apropiados,
conforme con los requisitos del reglamento y que garantice la protección de los derechos
del interesado.
Es el encargado del tratamiento quien debe realizar el trabajo que le ha sido encomendado
y no podrá recurrir a otro encargado sin la autorización previa por escrito del responsable.
Y si hubiera que hacer algún cambio o sustitución en la persona que fuera a realizar el tra-
bajo, lo comunicará al responsable dándole la oportunidad de oponerse a dichos cambios.
El tratamiento por el encargado se regirá por un contrato u otro acto jurídico con arreglo
al Derecho de la Unión Europea o de los Estados miembros, que vincule al encargado
respecto del responsable y establezca el objeto, la duración, la naturaleza y la finalidad del
tratamiento, el tipo de datos personales y categorías de interesados, y las obligaciones
y derechos del responsable. Dicho contrato o acto jurídico estipulará que el encargado:
–– Tratará los datos personales únicamente siguiendo instrucciones documentadas
del responsable.
–– Garantizará que las personas autorizadas para tratar datos personales se hayan
comprometido a respetar la confidencialidad o estén sujetas a una obligación de
confidencialidad de naturaleza estatutaria.
–– Tomará las medidas de seguridad necesarias, conforme a las fijadas en el art. 32
del propio reglamento13.
–– Asistirá al responsable para que este pueda cumplir con su obligación de res-
ponder a las solicitudes que tengan por objeto el ejercicio de los derechos de los
interesados.
–– Suprimirá o devolverá todos los datos personales una vez finalice la prestación de
los servicios de tratamiento.

13. El artículo 32 del RGPD regula la seguridad del tratamiento de los datos personales, refiriéndose a las medidas téc-
nicas y organizativas apropiadas para garantizar un nivel de seguridad adecuado al riesgo que deben aplicar tanto el
responsable como el encargado del tratamiento.

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Tema 28: La privacidad y la protección de datos personales 875

–– Pondrá a disposición del responsable toda la información necesaria para demos-


trar el cumplimiento de las obligaciones establecidas en el presente artículo, así
como para permitir y contribuir a la realización de auditorías, incluidas inspeccio-
nes, por parte del responsable o de otro auditor autorizado por dicho responsable
(art. 28.3 RGPD).
Para los que ya estaban familiarizados con el tratamiento de datos personales y ejercían
como encargados del tratamiento, se trata del mismo documento al que se refería la dero-
gada LOPD en su artículo 12, cuando regulaba el acceso a los datos por cuenta de terceros.

PROTECCIÓN DE DATOS DESDE EL DISEÑO (PRIVACY BY DESIGN) Y PRO-


TECCIÓN DE DATOS POR DEFECTO (PRIVACY BY DEFAULT)
Si se analiza el texto del RGPD se puede concluir que tan importantes son los Consideran-
dos que preceden al articulado como este mismo. En este sentido, y si nos centramos en
la protección de datos desde el diseño y por defecto, explica el RGPD en su Considerando
78 que “la protección de los derechos y libertades de las personas físicas con respecto
al tratamiento de datos personales exige la adopción de medidas técnicas y organizativas
apropiadas con el fin de garantizar el cumplimiento de los requisitos del presente Regla-
mento. A fin de poder demostrar la conformidad con el presente Reglamento, el respon-
sable del tratamiento debe adoptar políticas internas y aplicar medidas que cumplan en
particular los principios de protección de datos desde el diseño y por defecto”.
La protección de datos desde el diseño (privacy by design) constituye una herramienta
perfecta para contribuir a asegurar que las garantías de protección de los datos se in-
corporan en la fase de planificación de los procedimientos y sistemas: de este modo, se
pueden prever y adoptar medidas técnicas y organizativas, analizando la naturaleza, el
ámbito, el contexto, la finalidad tratamiento, los riesgos a los que puede verse sometido,
el estado de la técnica, y todas aquellas circunstancias que puedan influir de un modo u
otro en el tratamiento (art. 25.1 RGPD).
En cuanto a la protección de datos por defecto (privacy by default), el reglamento exige al
responsable del tratamiento que aplique las medidas técnicas y organizativas necesarias
para garantizar que, por defecto, solo sean objeto de tratamiento los datos personales que
sean necesarios para cada uno de los fines específicos del tratamiento (art. 25.2 RGPD).
Estas medidas deberán garantizar que, por defecto, los datos personales no sean accesi-
bles, sin la intervención de la persona, a un número indeterminado de personas físicas.

EL REGISTRO DE ACTIVIDADES DE TRATAMIENTO


Es una de las herramientas más emblemáticas de la nueva regulación y constituye una de
las principales novedades que incorpora el reglamento europeo. Consiste en la obligación

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876 Manual de Criminalística y Criminología

para el responsable (o para su representante) de llevar un registro de las actividades


de tratamiento efectuadas bajo su responsabilidad. Como contrapartida, desaparecen las
obligaciones de inscribir los ficheros en el registro de la AEPD y de mantener un docu-
mento de seguridad (aunque es aconsejable mantener este último, debido a la cantidad
de información que aporta a quien desee hacerse una idea de la estructura de ficheros,
protocolos de seguridad y otros aspectos que afectan a la protección de datos de una
organización).
El registro de actividades del tratamiento deberá contener toda la información recogida
en el artículo 30 RGPD. Entre otros datos, al menos, nombre y datos de contacto del res-
ponsable y del delegado de protección de datos; fines del tratamiento; una descripción de
las categorías de interesados y de las categorías de datos personales; las categorías de
destinatarios a quienes se comunicaron o comunicarán los datos personales, las transfe-
rencias de datos personales a un tercer país o una organización internacional, los plazos
previstos para la supresión de las diferentes categorías de datos; una descripción general
de las medidas técnicas y organizativas de seguridad, si hay o no delegado de protección
de datos, identificándolo y haciendo una breve referencia a su capacitación, etc.
Esta obligación no es exclusiva del responsable del tratamiento; los encargados del trata-
miento también están obligados a llevar un registro de todas las categorías de actividades
de tratamiento efectuadas por cuenta de un responsable (art. 30.2 RGPD).
El registro de actividades deberá estar permanentemente actualizado y quedar a disposi-
ción de la autoridad de control.

EL DELEGADO DE PROTECCIÓN DE DATOS (DPO)


Otra de las principales novedades que ha traído consigo el RGPD ha sido la figura del De-
legado de Protección de Datos (DPD) o Data Protection Officer (DPO). El Reglamento le
dedica toda su sección 4ª y sus artículos 37 a 39. Se trata, sin duda, de una oportunidad
profesional para juristas y especialistas en materia de protección de datos.
Es una figura especialmente relevante para aquellos profesionales que trabajan en el ámbi-
to del derecho penal o custodian o almacenan información con datos relativos a condenas
e infracciones penales. El RGPD hace una referencia expresa a este asunto, obligando a
nombrar DPO a las entidades que manejen esta información. Así, el RGPD (artículo 37)
obliga a responsable y encargado de tratamiento a nombrar un DPO cuando:
–– el tratamiento lo lleve a cabo una autoridad u organismo público;
–– las actividades principales del responsable o del encargado consistan en opera-
ciones de tratamiento que requieran una observación habitual y sistemática de
interesados a gran escala;

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Tema 28: La privacidad y la protección de datos personales 877

–– las actividades principales del responsable o del encargado consistan en el tra-


tamiento a gran escala de categorías especiales de datos personales y de datos
relativos a condenas e infracciones penales.
Conviene tener en cuenta que la nueva LOPDyGDD es mucho más precisa, y en su artículo
34 el legislador español ha incluido un listado tasado de entidades que necesariamen-
te deberán nombrar un DPO14. A los profesionales de la criminología puede afectarles
particularmente el apartado l) que vincula a los centros sanitarios legalmente obligados
al mantenimiento de las historias clínicas de los pacientes. También puede ser especial-
mente relevante a estos efectos la referencia reglamentaria (art. 37.1.c) a la necesidad
de nombrar DPO si las actividades del responsable o del encargado consisten en el trata-
miento de datos relativos a condenas e infracciones penales.
En cuanto a la designación y funcionamiento del DPO, tanto los responsables como los
encargados del tratamiento deberán comunicar en el plazo de diez días a la AEPD los nom-
bramientos y ceses de los DPO, bien en los supuestos en que se encuentren obligados a
su designación, o bien en el caso en que sea voluntario. La AEPD mantendrá una lista ac-
tualizada de delegados de protección de datos que es accesible a través de su web oficial.
En cuanto a sus funciones, el DPO es la persona encargada de informar a la entidad
responsable o al encargado del tratamiento sobre sus obligaciones legales en materia
de protección de datos. Debe supervisar y velar por el cumplimiento normativo en este
ámbito. Y tiene la obligación de cooperar con la autoridad de control y actuar como punto
de contacto entre esta y la entidad responsable.
Conforme a lo recogido en el artículo 39 del RGPD, sus funciones serán, al menos:
a) informar y asesorar al responsable o al encargado del tratamiento y a los emplea-
dos que se ocupen del tratamiento de sus obligaciones al respecto;
b) supervisar el cumplimiento de la legislación vigente y de las políticas del respon-
sable o del encargado del tratamiento, incluida la asignación de responsabilidades;
c) supervisar las correspondientes auditorías;
d) ofrecer asesoramiento acerca de la evaluación de impacto relativa a la protección
de datos y supervisar su aplicación;
e) cooperar con la autoridad de control y actuar como punto de contacto entre esta
y el responsable o el encargado para cuestiones relativas al tratamiento.
En cuanto a sus características o formación, el RGPD en su artículo 37.5 indica que el DPO
será designado “atendiendo a sus cualidades profesionales y, en particular, a sus conoci-

14. La nueva LOPDyGDD (LO 3/2018) dice: “Los responsables y encargados del tratamiento deberán designar un dele-
gado de protección de datos en los supuestos previstos en el artículo 37.1 del Reglamento (UE) 2016/679 y, en todo
caso, cuando se trate de las siguientes entidades: (…)”. Y, a continuación, enumera dieciséis entidades o sectores
de actividad que estarán obligados a nombrar un DPO. Se puede consultar este listado en el texto de la ley publicado
en la web del BOE, disponible en: https://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2018-16673

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878 Manual de Criminalística y Criminología

mientos especializados del Derecho y la práctica en materia de protección de datos y a su


capacidad para desempeñar las funciones indicadas” en el citado artículo 39. Respecto a
la cualificación que debiera tener el DPO, el artículo 35 de la nueva LOPDyGDD española
añade y precisa que “el cumplimiento de los requisitos establecidos en el artículo 37.5 del
Reglamento (UE) 2016/679 para la designación del delegado de protección de datos, sea
persona física o jurídica, podrá demostrarse, entre otros medios, a través de mecanismos
voluntarios de certificación que tendrán particularmente en cuenta la obtención de una
titulación universitaria que acredite conocimientos especializados en el derecho y la prác-
tica en materia de protección de datos”.
Además de esas cualidades profesionales, la AEPD15 ha publicado un esquema de certifi-
cación de DPOs donde se recogen las competencias requeridas por el DPO, especificando
los requisitos necesarios para que se pueda obtener esta certificación.

15. Esquema de certificación de Delegados de Protección de Datos —Esquema AEPD-DPD—, Disponible en: https://
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SOBRE LOS AUTORES

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962 Manual de Criminalística y Criminología

Sergio Daniel Appendino


Ingeniero de Sistemas egresado del Instituto Universitario Aeronáutico; posee la certi-
ficación internacional en Auditoría de Sistemas CISA. En el Holding GPU-EMDERSA de
distribución de energía eléctrica en tres provincias argentinas fue líder de implementación
del software ERP ROSS System y trabajó 8 años como auditor interno informático.
Profesor Titular en la Universidad Católica de Salta, Facultad de Ingeniería. Coordinador de
la Comisión de Trabajos Finales, profesor guía de proyectos finales de grado, representan-
te ante la Red Iberoamericana de Universidades e Institutos de Investigación en Derecho
e Informática (Red CIIDI), representante ante la Red de Universidades con Informática
Forense (Red UNIF) y AcademicAdvocated de la Asociación de Auditores Internos de Sis-
temas (ISACA). Responsable del Laboratorio de Innovación y Desarrollo Forense Digital
(DIGI-Lab). Actualmente dirige el proyecto de investigación “Aplicación de metodologías,
procesos y técnicas forenses digitales en nuevas tecnologías” y es colaborador en otros
grupos de investigación. Usualmente imparte cursos de postgrado y conferencias, ade-
más de participar activamente en artículos de diarios y revistas nacionales.
Cuenta con más de 16 años de experiencia en pericias informáticas en los fueros judicia-
les provinciales y nacionales. En el Ministerio Público de Salta, trabaja como coordinador
del Gabinete Forense Digital del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF), donde se en-
carga de la gestión técnica, administrativa y presupuestaria en la realización de informes
técnicos y pericias forenses digitales a solicitud de la Fiscalía y Tribunal de Juicio del
Poder Judicial Provincial y Nacional.

Anna Barbaro
Doctora Europea en Genética Forense (PhD), Universidad de Santiago de Compostela
(España). Licencia en Ciencias Biológicas, Universidad de Messina (Italia). Diploma de la
Escuela de Especialización en Genética Aplicada, Universidad La Sapienza de Roma (Ita-
lia). Máster en Técnicas Psicológicas y del Comportamiento en la Investigación Criminal,
Universidad La Sapienza de Roma (Italia). Calificación para el ejercicio de las profesiones
de Biólogo, Universidad La Sapienza de Roma (Italia). Diploma del curso Perito en Inves-
tigación Criminal, Escuela Superior de Criminalística y Criminología (España). Diploma del
curso Experto Superior en Perfilación Criminal, Escuela Superior de Criminalística y Cri-
minología (España). Diploma del curso Investigación de la escena del crimen intermedia
(EE.UU.). Diploma del curso Criminalística: Especializado en la escena del crimen, Centro
de Formación Estudio Criminal (España).
Directora del Laboratorio de Genética Forense de Studio Indagini Mediche e Forensi (SI-
MEF), Italia. Profesora de Genética Forense en el Máster en Ciencias Forenses de la
Universidad La Sapienza de Roma (Italia). Genetista forense senior y perito experto para
varios tribunales y juzgados italianos. A lo largo de su carrera, ha recibido varios premios
y reconocimientos científicos a su labor.

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Sobre los autores 963

Fundadora y presidenta de la Worldwide Association of Women Forensic Experts (WAW-


FE). Secretario General de la Mediterranean Academy of Forensic Science (MAFS). Miem-
bro de Honor de la Academia Georgiana de Ciencias Forenses (GAFS) y de la Asociación
Peruana de Odontología Forense (APOFOR). Docente en cursos universitarios y en cursos
prácticos sobre la criminalística. Directora de tesis de máster universitarios y de fin de
práctica universitaria. Ponente experto invitado en varios congresos nacionales e interna-
cionales. Organizadora de cursos y conferencias sobre las Ciencias Forenses.
Miembro de varias asociaciones científicas internacionales. Miembro del Comité Editorial
de varias revistas científicas internacionales. Revisora de artículos científicos para varias
revistas científicas internacionales. Autora del capítulo “SNPs technology: approach and
applications”, en el libro Manual Forensic Genetics Research Progress. Ed: Novapublisher
(USA), 2009. Autora del capítulo “Genética forense animal”, en el libro Medicina Veterina-
ria Forense, Ed: Millennium Editor, 2020. Autora de capítulos en el libro Forensic DNA Ty-
ping: Principles, Applications and Advancements, Ed: Springer, 2020. Coautora del Manual
La prova Tecnica en el Proceso Penal. Ed: Key Editore (Italia), 2016. Coordinadora en la
edición del Manual of Forensic Science: An International Survey, CRC Press (USA), 2017.

Federico Baudino
Abogado, estudió en la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina). Diplomado de post-
grado en Criminalística y Criminología, Ateneo Universitario. Diplomatura universitaria en
Criminalística y Criminología, Universidad Siglo XXI. Y otra diplomatura en Metodología
de la Investigación en el Ámbito Judicial. Experto en Reconstrucción Virtual de Casos
Criminales. Calígrafo público Universidad Nacional de Rosario (Argentina). Doctor Honoris
Causa, otorgado por la Federación Iberoamericana de Abogados. Creador de la Oficina
de Reconstrucción Virtual de la dirección general de Policía Judicial de la Provincia de
Córdoba (Argentina).

Alan Diego Briem Stamm


Odontólogo graduado en la Facultad de Odontología de la Universidad Nacional del Nor-
deste, Corrientes, Argentina, en 1996. Especialista en Odontología Legal, Universidad Na-
cional de Rosario, Argentina, 2011. Postgrado en el Programa de Formación Continua
en la Especialidad en Medicina Legal, Facultad de Medicina, Universidad Nacional del
Nordeste, Corrientes, Argentina, 2005. Diplomado en Odontología Forense, Facultad de
Odontología, Universidad de La Frontera, Temucho, República de Chile, 2016. Postgrado
en Odontología Forense, Primer Nivel (2006) y Segundo Nivel (2012), Laboratorio de
Pericias en Odontología Forense, Córdoba, Argentina. Subdirector Carrera de Especializa-
ción en Odontología Legal, Facultad de Odontología, Universidad de Buenos Aires (UBA)
desde 2016. Profesor Adjunto asignatura Odontología Forense, Licenciatura en Crimina-
lística, Instituto Universitario de la Policía Federal Argentina (IUPFA) desde 2015. Jefe de
Trabajos Prácticos Unidad Académica Odontología Legal con Historia de la Odontología,

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964 Manual de Criminalística y Criminología

Facultad de Odontología, Universidad de Buenos Aires (UBA) desde 2015. Doctorando


en Odontología, 3er Cohorte, Facultad de Odontología, Universidad Nacional del Nordeste,
Corrientes, Argentina, con Proyecto de Tesis aprobado en 2017. Coordinador en Argentina
de la Worldwide Association of Women Forensic Experts (WAWFE). Miembro activo de la
Sociedad Peruana de Odontología Forense y Criminalística (SPOLFOC). Expresidente de la
Sociedad de Odontoestomatólogos Forenses Iberoamericanos (SOFIA). Autor de artículos
en revistas científicas. Expositor en conferencias nacionales e internacionales.

Paula Carriba Alonso


Licenciada en Periodismo y Criminóloga con especialización en casos de relevante interés
público. Máster en Investigación de la Comunicación como agente histórico y perito Psi-
cografológico y perito Calígrafo Judicial. Actualmente es docente universitario de diversas
materias relacionadas con la investigación.

María Teresa Carriego


Doctora en Odontología, Universidad de Buenos Aires (UBA). Especialista en Odontología
Legal en la Facultad de Odontología, Universidad de Buenos Aires (UBA). Profesora Aso-
ciada, Unidad Académica Odontología Legal con Historia de la Odontología, Facultad de
Odontología, Universidad de Buenos Aires (UBA), desde 2011. Directora Carrera de Espe-
cialización en Odontología Legal, Facultad de Odontología, Universidad de Buenos Aires
(UBA), desde 2016. Docente del Curso de Investigación Forense. Anteriormente ha sido
docente en la Cátedra de Odontología Legal y Forense de la Universidad de Maimónides,
Buenos Aires; en la especialización en Medicina Legal de la Universidad Católica de Salta
y también de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Miembro Honorario de la Sociedad
de Odontoestomatólogos Forenses Iberoamericanos (SOFIA). Conferencista Nacional e
Internacional. Autora del capítulo “Odontología Forense” de la colección “Medicina y Odon-
tología Legal con Complementación Jurídica”, 2013. Dictante de módulos de Odontología
Legal y Forense en diferentes cursos y carreras de especialización.

Victor Cazzurro
Abogado especialista en Derecho de la Información y Protección de Datos Personales.
Doctor en Derecho, con mención Europea. DPO (Reconocido por IVAC, entidad acreditada
por la AEPD). Ha sido vicerrector de Investigación y de Relaciones Internacionales (2013-
2018), decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Económicas en la Universidad Isabel
I (2013-2018), director del Grado en Derecho (2013-2016). Director del Máster en Ejerci-
cio de la Abogacía (2016-2018), director del Máster en Prevención de Riesgos Laborales
(2016-2018). Docente universitario tanto en universidades nacionales (Universidad Isabel
I, Universidad Europea Miguel de Cervantes, donde compatibilizó la docencia con otras
tareas en el Departamento de Servicios Jurídicos), como en internacionales (Universitá
Cattolica del Sacro Cuore di Milano (Italia), en 2007).

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Sobre los autores 965

Ha ejercido como profesor de Derecho, de Derecho de la Información, de Prácticas de


Iniciación Profesional en Derecho y actualmente lo es de Protección de Datos Personales.
Docente también en el INAP (Instituto Nacional de Administraciones Públicas). Ha partici-
pado en los Programas Europeos de Movilidad como estudiante (Prog. Erasmus), doctora-
do, profesor (Prog. Sócrates) y tutor (Prog. Leonardo). También ha sido colaborador de la
Universitá degli Studi di Foggia y la Universitá del Salento (Italia) en el marco del Programa
Leonardo Da Vinci de la Unión Europea (2008-2013).
Ha realizado estancias internacionales de formación en Irlanda y de investigación en Italia.
Ha publicado en todas las editoriales jurídicas de referencia como Thomson-Reuters Civi-
tas, Aranzadi, Wolters Kluwer (La Ley), Comares o Bosch.
Actualmente es Director del Máster Universitario en Protección de Datos de la Universidad
Internacional de La Rioja (UNIR).

Ramón M. Chippirrás
Criminólogo, doctorando en Criminología. Especialista en Análisis y Prevención del Crimen.
Analista de Inteligencia y formación específica en Prevención del Terrorismo. Coordinador
del GT Prevención de la Radicalización Violenta del Colegio Profesional de la Criminología
de la Comunidad de Madrid. Vicesecretario del Colegio Profesional de la Criminología de
la Comunidad de Madrid. Criminólogo colaborador, como miembro experto, del Gabinete
de Coordinación y Estudios de la Secretaría de Estado de Seguridad (SES) del Ministerio
del Interior en distintas etapas (marzo-diciembre 2017; mayo-diciembre 2018; enero-julio
2019) y, en diversas investigaciones. Perito judicial (Tribunal Superior de Justicia de Ma-
drid). Tutor de Prácticas Universitarias, Universidad Complutense de Madrid.

Sergio Colado García


Fundador de Nechi Ingeniería, en 2002, Sergio Colado plantea un perfil dual compaginando
el conocimiento de la ingeniería con el de la psicología. Doctor en Psicología Cognitiva con
la tesis “Influencia de la tecnología en el desarrollo del pensamiento y conducta humana”,
además Ingeniero Técnico Electrónico especializado en Instrumentación y licenciado en
Psicología. Máster en Análisis de Comportamiento y Detección de la Mentira. Especializa-
do en Neuropsicología y Psicología de la Educación y en Marketing Sensorial. Es presiden-
te de ACoNVe, Asociación de Analistas Expertos en Comportamiento No Verbal, así como
miembro del Comité Ejecutivo de la Red Española del Pacto Mundial de Naciones Unidas.

José Andrés Díaz Loría


Bachiller en Física de la Universidad de Costa Rica. Máster en Ciencias Policiales de la
Universidad de Alcalá de Henares (UAH), 18 años de experiencia en análisis de balística
forense en el Departamento de Ciencias Forenses de Costa Rica. Coordinador de la Maes-
tría en Ciencias Forenses de la Universidad Nacional de Costa Rica.

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966 Manual de Criminalística y Criminología

Javier Durán Díaz


Licenciado en Ciencias Físicas. Graduado en Ciencias Criminológicas y de la Seguridad.
Máster en Análisis y Prevención del Crimen. Máster en Investigación Criminal. Experto en
Psicología Jurídica y Forense. Experto en Biología Forense y Derecho. Experto en Esto-
matología Legal y Forense. Ejerce de profesor tanto en la Facultad de Criminología de la
Universidad Isabel I, como en la Escuela Superior de Criminología y Criminalística. Es di-
rector técnico del Laboratorio Pericial. Guardia Civil retirado del Servicio de Criminalística.

Carmen García Ruiz


Catedrática de Química Analítica de la Universidad de Alcalá (UAH) desde 2017. Comenzó
su trayectoria investigadora y formativa en ciencias forenses con la creación del Instituto
Universitario de Investigación en Ciencias Policiales (IUICP) en 2007. Ha sido la coordi-
nadora de un grupo universitario de Investigación en Química Forense (2010-2018) o
en Ciencias Químicas y Forenses (2018-actualidad). Durante este tiempo, ha sido muy
activa en investigación, dirigiendo diez tesis doctorales y siendo coautora de un centenar
de publicaciones internacionales en el campo forense. También ha sido la investigadora
responsable de quince proyectos de investigación concedidos en convocatorias compe-
titivas (dos europeos) y dos contratos con empresas. Además de su intensa actividad
investigadora, ha organizado numerosas actividades formativas y de divulgación científica
con su grupo de investigación. Como consecuencia, el grupo investigador ha recibido dos
premios recientemente: el XI Premio del Consejo Social a la Transferencia del Conoci-
miento Universidad Sociedad (2016) y el III Premio de Divulgación Científica (2017) de la
Universidad de Alcalá. Actualmente, está iniciando una investigación básica que pretende
aproximar la criminalística a la criminología mediante el estudio de estados personales de
individuos mediante el análisis de su emisión biofotónica con herramientas espectroscó-
picas.

David Garriga Guitart


Licenciado en Criminología. Máster en Mundo Árabe e Islámico y en Prevención y Análisis
del Crimen. Presidente de CISEG (Comunidad de Inteligencia y Seguridad Global). Codi-
rector de Al-Ghurabá, revista de contra-narrativa y prevención ante la radicalización vio-
lenta en español. Analista en terrorismo de etiología yihadista, insurrección y movimientos
radicales. Autor de libros como Yihad, ¿qué es? (2015).

José María González González


Graduado en Criminología por la Universidad de Salamanca y Postgrado en Análisis y Pre-
vención del Crimen en la Universidad Miguel Hernández de Elche, además del Título Pro-
pio en Policía Judicial en la Administración Local de la Universidad de Extremadura y en
Técnico de Educación Vial. Policía Local en el Ayuntamiento de Coria (Cáceres) y director
del Observatorio Criminológico de la Seguridad Vial. Docente en diferentes universidades

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Sobre los autores 967

(UNED, UAB, UEX, UDIMA) en la realización de cursos relacionados con la Criminología y


la Seguridad Vial. Además de colaborador en congresos y jornadas de la temática anterior.
Autor del libro Criminología Vial y coautor del libro Aspectos Criminológicos en Materia
de Seguridad Vial, ambos de la editorial Criminología y Justicia, y del libro Criminología
Vial, DCA y potencialidad preventiva, de la Editorial UNO. Recientemente, ha recibido el
Doctorado Honoris Causa por la Academia de Peritos en Ciencias Forenses y Consultoría
Técnica Legal A.C. (México) y la Medalla a la Seguridad Vial categoría de Plata de Fesvial.

Mack S. House Jr
Experto internacionalmente reconocido en investigaciones de escenas de crimen bajo el
agua. Fundador y propietario de la CSIDT (International Weapons and Body Containment
Devices) (USA). Instructor sénior de investigación subacuática, tecnólogo de buceo, in-
vestigador de la escena del crimen. Ha colaborado con el Mecklenburg County Sheriff’s
Office y fue certificado en Norte Carolina como agente de policía experto en la investi-
gación de la escena del crimen. Miembro activo de International Crime Scene Investiga-
tors Association (ICSIA), International Association of Coroners and Medical Examiners,
Worldwide Association of Women Forensic Experts (WAWFE), Forensic Experts Incorpo-
rated, Evidence Partnership Ltd of Forensic and Policing Service Association and Global
Forensic. Autor de varias publicaciones y del Underwater Forensics Research Commercial
Scientific Diving. Ponente de CSIDT en conferencias y cursos nacionales e internacionales.

Naroa Lekuona Borreguero


Graduada en Criminología con mención en Pericial Criminológica y Criminalística por la
Universidad Isabel I. Estancia en el Centro Penitenciario El Dueso, con la publicación
del artículo “Una perspectiva práctica del artículo 76 CP” en Diario La Ley. Actualmente,
estudiando el Máster en Criminalística y el Máster en Perfilación Criminal e Inteligencia
Emocional por la EICYC.

Maira Daniela López


Licenciada en Criminalística; experto universitario en Análisis Reconstructivo de Rastros
de Sangre; Consultor internacional para WAWFE y laboratorio SIMEF; docente de Química
nivel técnico secundario.

Marta Beatriz Maldonado


Odontóloga. Facultad de Odontología de la Universidad de Buenos Aires (1975). Postgrado
en Criminología, Universidad de la Policía Federal Argentina (1996). Especialista en Odon-
tología Legal y Auditoría, Universidad Católica de Salta (2000). Perito Odontóloga Forense
de la Corte Suprema, Cuerpo Médico Forense y Morgue Judicial de la Justicia Nacional
(2009). Coordinadora del Departamento de Odontología Legal del CMF de la Justicia Na-
cional (2010). Integrante del Comité de identificación de la Morgue Judicial Argentina

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968 Manual de Criminalística y Criminología

(2017). Proyectista y relatora de la Ley 26812, Senado de la Nación (2011). Integrante de


la Comisión Permanente de Valoración del Daño, capítulo Bucodentario, dependiente de la
Academia Nacional de Medicina (1997).
Exdocente de la Carrera de Especialidad de Odontología Legal y Forense de la Universidad
del Salvador (2010). Docente de la Cátedra de Medicina Legal y Deontología Médica de la
Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (1997). Integrante fundadora y
exvicepresidenta de la Asociación de Odontología Forense de Sudamérica (AOFS), 2010.
Miembro honorario de la Sociedad Peruana de Medicina Legal (2010). Miembro activo de
la Sociedad Peruana de Odontología Legal, Forense y Criminalística (2011). Exvicepresi-
denta de Sociedad Argentina de Odontología Legal (SADOL), actual consultora científica.
Presidente de la Asociación Científica Argentina de Odontología Social Sanitaria Legal
y Forense. Miembro activo de la International Asociation Legal Medicine (IALM), grupo
de trabajo de investigación, referente oficial de Argentina, Centro y Sudamérica (2013).
Autora de artículos en revistas científicas y capítulos en libros de medicina legal. Dictante
de módulos de Odontología Legal y Forense en diferentes cursos y carreras de especiali-
zación. Expositora en conferencias nacionales e internacionales.

Franco Daniel Mansilla


Licenciado en Criminalística; técnico en Papiloscopía; técnico en Balística; experto en
Técnicas de Reconstrucción Virtual de Casos Criminales e Infografías Forenses; experto
universitario en Análisis Reconstructivo de Rastros de Sangre; consultor internacional
para WAWFE y laboratorio SIMEF; policía de la provincia de Santa Cruz, división Gabinete
Criminalístico Río Gallegos, Argentina.

Angelo La Marca
Estudió Medicina y Cirugía y fue interno al Departamento de Medicina Forense de la
Universidad La Sapienza, Roma. Trabajó en prácticas en la Universidad de Santiago de
Compostela (España), en primera instancia en Medicina Legal y en segunda en Toxicología
Forense. Colabora con Studio Indagini Mediche e Forensi (SIMEF) de Reggio Calabria, en
Italia, desde el año 2000.
Ha conseguido títulos de máster en Criminología Aplicada y Psicología Legal, en Crimino-
logía Investigativa y Análisis del Comportamiento, en Grafística y Documentoscopia, y
dos en Informática Forense. Es coautor del libro La prova tecnica nel processo penale-as-
petti pratico scientifici, publicado por Key Editore (Italia) en 2016.
Es vicepresidente de la Asociación Nacional de los Carabineros retirados, experto forense
y criminalista para la Fiscalía y para bufetes de abogados en el campo de la dactiloscopia,
de la grafística forense, de la identificación y comparación antropométrica, de la transcrip-
ción de intercepciones telefónicas y ambientales, de la informática forense.

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Sobre los autores 969

Ubicelio Martín Orozco


Maestro en Ciencias Forenses; estudios de pregrado en la Universidad Nacional Autónoma
de México (UNAM) en la licenciatura de Medicina Veterinaria y Zootecnia (1993-1997),
con especialidad en Anátomo-Patología Veterinaria por la UNAM (2001), además de con-
tar con una maestría en Ciencias Forenses de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez
(2008). Ha trabajado en el diagnóstico veterinario en grandes especies a nivel estatal y
federal del 2001 al 2005. Es patólogo certificado por el CONCERVET y desde 2005 se
dedica también a la docencia.

Pilar Martínez
Doctora en Ciencias Biológicas, Máster James Cook University (Australia). Licenciada en
la Universidad Complutense (Madrid). Actualmente desempeña su labor científico-técnica
como facultativo de carrera en el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses
(INTCF, Ministerio de Justicia). Experiencia en genética forense humana, investigación de
fluidos biológicos, identificación de especie no-humana, medicina legal, genética de po-
blaciones y filogenia, con interés en el diagnóstico molecular, bases de datos poblaciona-
les, automatización e informática aplicada al laboratorio de biología forense. Es miembro
del Instituto Universitario de Investigación en Ciencias Policiales (IUICP) y de la Internatio-
nal Society of Forensic Genetics (ISFG).

Tália Missen Tremori


Licenciada en Medicina Veterinaria en la Facultad de medicina veterinaria de la Universidad
Estatal Paulista, Botucatu (Brasil), Máster Patología Animal en la misma universidad. Doc-
torado doble titulación en Medicina Veterinaria en la Universidad Estatal Paulista (Brasil),
y en Salud y Desarrollo en los Trópicos en la Universidad de Salamanca (España), Espe-
cialización en Informática en Salud en la Universidad Federal de São Paulo (Brasil), Area
Coordinator de la Worldwide of Woman Forensic Experts (WAWFE); Miembro de la Comi-
sión Técnica de Medicina Veterinaria Legal del CRMV-SP, São Paulo (Brasil); Miembro de la
Comisión Académica de la Asociación Iberoamericana de Medicina y Ciencias Veterinarias
Forenses; Perito Veterinario Judicial e Asistente técnico. Líneas de investigación, ciencias
forenses, medicina veterinaria preventiva y salud pública. Ha sido miembro del Proyecto
Pró-forenses (CAPES, Brasil).

Gemma Montalvo García


Doctorado en Ciencias Químicas con Mención Europea. Es Profesora Titular de Química Fí-
sica y miembro del grupo de Investigación en Ciencias Químicas y Forenses (CINQUIFOR)
de la Universidad de Alcalá (UAH). En 2011 pasa a formar parte del Instituto Universitario
de Investigación en Ciencias Policiales de la UAH, desarrollando diversos proyectos regio-
nales, nacionales y europeos de investigación en Química Forense, que han dado lugar a
más de cuarenta publicaciones internacionales. Mantiene colaboraciones científicas con

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970 Manual de Criminalística y Criminología

investigadores internacionales y coordina el Proyecto Marco de Colaboración Científico


Tecnológica con la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. Ha organizado
diferentes cursos de verano de la UAH, seminarios forenses en colaboración con empre-
sas, y numerosas actividades de divulgación científica junto al grupo de investigación,
logrando el XI Premio del Consejo Social a la Transferencia del Conocimiento Universidad
Sociedad en la categoría de Ciencias Experimentales (2016) y el III Premio de Divulgación
Científica (2017) por la mejor iniciativa difundida a través de los medios de comunicación,
de la Universidad de Alcalá.

Rossana Oliva Barboza


Licenciada en Biología con reconocimiento en Manejo de Recursos Naturales de la Univer-
sidad Nacional de Costa Rica y Máster en Ciencias Forenses de la Universidad de Murcia,
España. Ha trabajado en el departamento de Ciencias Forenses del Organismo de Investi-
gación Judicial, del Poder Judicial de Costa Rica.
Desde el 2000 a la actualidad, son varios los puestos laborales que ha tenido: asistente de
laboratorio forense (Sección de Biología y Bioquímica), técnico criminalístico 1 (Sección
de Biología y Bioquímica), asistente de regencia química de la Jefatura de Ciencias Foren-
ses Técnico Laboratorista Forense de la Sección de Bioquímica (Unidad Centralizada de
Inspección de Indicios (UCII), perito judicial 2 de la Sección de Biología Forense (Unidad
de Tricología, Botánica y UCII), líder técnico de la UCII y de la Unidad de Tricología Forense
de la Sección de Biología Forense (actualmente).
Ha desarrollado una labor docente en diferentes ocasiones, como en el Programa Forma-
ción Básica en Investigación Criminal y del Curso Especializado de Atención a la Escena
del Crimen, para los investigadores del OIJ. Profesora de los cursos Introducción a las
Ciencias Forenses I y Biología Forense, Cátedra en Ciencias Forenses, Facultad de Derecho
de la Universidad de Costa Rica. Profesora del Curso de Biología Forenses de la Maestría
en Administración de Justicia, Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Costa
Rica. Profesora del Curso de Biología Forense, de la Licenciatura en Biotecnología de la
Universidad Nacional de Costa Rica.

Fernando Ortega Ojeda


Ingeniero superior de Alimentos en la Universidad Técnica de Ambato (Ecuador), con un
máster en Ciencia y Biotecnología de Alimentos en la Universidad de Lund (Suecia), un
doctorado en Ingeniería en el Instituto de Tecnología de Lund, y un máster en Sistemas In-
formáticos y Redes en la Universidad de Alcalá (UAH). Tiene un perfil técnico multilingüe,
con fuertes bases de informática, análisis y minería de datos categóricos y no categóricos
de naturaleza química (quimiometría) o no química, epidemiológica, ingenieril, tecnología
de alimentos, biotecnología, química, y “bricolaje” mecánico-científico cuando es necesa-
rio. Sus líneas de investigación son variadas, pero siempre con la componente de ciencias
técnicas. Impulsa el desarrollo de nuevas tecnologías, y nuevas y distintas metodologías

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Sobre los autores 971

que van desde el análisis de biofotones, el desarrollo de tejidos simulantes en farmacolo-


gía y balística, el uso de inteligencia artificial y redes neuronales, hasta las herramientas
estadísticas de análisis y minería de datos categóricos y no categóricos, quimiométricas
y varios tipos de espectroscopías infrarroja (IR) y RAMAN (Multivariate Data Analysis y
Multivariate Image Analysis) (Multi and Hyperspectral Image Analysis).

María Cecilia Pastor Carson


Graduada en Odontología DDS, de la Facultad de Odontología de la Universidad Católica
Santa María, Arequipa, Perú. Especialista en Ortodoncia (UAP, Lima, Perú). Docente de
la especialidad de Odontología Forense en la Universidad Científica del Sur, Lima, Perú.
Docente de la especialidad de Ortodoncia en UAP Lima, Perú. Ponente nacional e inter-
nacional. Fundadora y presidenta actual de la International Association of Orthodontics
and Forensic Odontólogy (IAOFO ). Vicepresidenta de la Worldwide Association of Women
Forensic Experts (WAWFE). Directora internacional de la Sociedad Botucatuense de Or-
todoncia (SBO). Miembro titular de la Sociedad Peruana de Odontología Legal y Forense
y Criminología. Miembro activo de la Sociedad Argentina de Odontología Legal (SADOL);
de la Sociedad de Odontoestomatólogos Forenses Iberoamericanos (SOFIA); de la Aso-
ciación Sudamericana de Odontología Forense (AOFS); de la Asociación Americana de Or-
todoncia (USA). Miembro de la Sociedad Paulista de Ortodoncia (Brasil) y de la Sociedad
de los Seis Elementos (Perú).

Bianca Picado Gonçalves


Biólogo y abogado. Graduado en Ciencias Biológicas (Licenciatura e Bacharel) de la Uni-
versidad Estatal del Norte de Paraná (2010). Graduado en Derecho por la Institución Iteana
de Botucatu (2017). Máster en Ciencias Biológicas (Genética) de la Universidade Estadual
Paulista (2013). Doctorado en Ciencias Biológicas (Genética) por la Universidade Estadual
Paulista (2018). Experiencia en el área de Genética Forense Animal, Educación Ambiental,
Delitos Ambientales, Derecho Ambiental, Asesoría y Asistencia Técnica Ambiental y Legal.
Miembro del Proyecto “OAB va a la escuela”. Consejero del Consejo Municipal para la
Defensa del Medio Ambiente; coordinador y gerente de equipo en el Proyecto EcoParques
das Aves Botucatu; creador y director de EcoStaff Soluções Ambientais (www.ecostaffam-
biental.com). Actúa como experto judicial ambiental por el Tribunal de Justicia del Estado
de São Paulo y el Tribunal Regional Federal, Tercera Región.

Víctor Rodríguez González


Licenciado superior en Criminología, Detective Privado y Director de Seguridad. Perito
Judicial en Criminalística. Ha cursado un Máster en Análisis y Prevención del Crimen. Ha
trabajado en diversos casos a nivel nacional tanto como perito judicial como experto en
criminología y seguridad pública y privada. Doctorando en Criminología. Actualmente es
el director del Grado en Criminología de la Universidad Isabel I.

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972 Manual de Criminalística y Criminología

Jorge Humberto Ruti


Licenciatura en Criminalística en la Universidad Católica de Salta de Buenos Aires (Argen-
tina), obtuvo varios títulos más entre los cuales se encuentran: Perito Fotógrafo, Técnico
Eviscerador, Fotografía Profesional y Abogacía. Es profesor de la carrera de Criminalística
en distintas universidades de la ciudad de La Plata y a su vez profesor en las Tecnicaturas
en Escena del Crimen como en las tecnicaturas de las distintas ramas de la Criminalística.
Actualmente trabaja como perito de parte en diferentes causas judiciales de Argentina.
Su mayor potencial se basa en la rama en la escena del crimen, ya que utiliza técnicas,
metodología y tecnología empleada en la criminalística de diferentes países del mundo.

Cristian Salomoni
Licenciado en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales en la Universidad de Milán
(Italia), especializado posteriormente en ciencias forenses gracias al PostGrado en Crimi-
nalística, Infoanálisis y Técnicas Avanzadas en Ciencias Forenses y el Máster Propio en
Criminalística, Consejero Forense. Inteligencia Criminal y Policía Científica, los dos de la
Universidad Autónoma de Barcelona, y el Máster Oficial en Ciencias Policiales de la Uni-
versidad de Alcalá de Henares. Imparte clases en importantes universidades e institutos
de negocios como la Escuela Superior de Criminalística, UNIR, Instituto Hune, Instituto
Europeo de Criminología, Investigación y Seguridad, entre otros.
Actualmente es vicepresidente de ACONVE, la única asociación de expertos en compor-
tamiento no verbal. Sus ámbitos de investigación son la comunicación, sobre todo la
no verbal, la psicología, la criminología y la política. También colabora asiduamente con
medios de comunicación españoles e internacionales analizando casos de sucesos y de
actualidad.

Víctor A. Toledo González


Médico veterinario, licenciado en Veterinaria, MSc. en Ciencias Biológicas. Doctorando
en Ciencias Forenses (Universidad de Alcalá, Madrid, España). Colaborador honorífico del
Departamento de Anatomía y Embriología de la Universidad Complutense de Madrid. Fun-
dador y presidente de la Asociación Iberoamericana de Medicina y Ciencias Veterinarias
Forenses A.G. Director del Departamento de Medicina Veterinaria Forense del Colegio de
Criminalistas de Chile A.G. (COLCRIM). Ha participado como presidente de la Comisión
de Colaboración Internacional de la Asociación Brasilera de Medicina Veterinaria Legal
(ABMVL) y ha impulsado la creación de asociaciones de veterinaria forense en Iberoamé-
rica, como es el caso de la española (AVEFO), en la cual formó parte de la directiva como
secretario general, y también la asociación colombiana y durante 2019 la mexicana. Ha
participado como monitor en investigaciones relacionadas con la escenografía del crimen
contra la vida silvestre en cooperación técnica Chile-Estados Unidos y como consultor en
la elaboración de la Guía de campo para trabajar en el sitio del suceso: Una herramienta
para la investigación de crímenes contra la vida silvestre, de CITES, en conjunto con orga-

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Sobre los autores 973

nizaciones internacionales. Es autor de distintos capítulos en libros de ciencias forenses y


medicina veterinaria legal. Ha participado en conferencias, congresos, seminarios a nivel
nacional e internacional, impulsando el desarrollo de las ciencias forenses animales en
Iberoamérica y actualmente en Europa.

Francisco José Tortosa López


Licenciado en Criminología por la Universidad de Alicante y Máster en Grafoanálisis Eu-
ropeo, especialidad Grafística, por la Universidad Autónoma de Barcelona. Siendo Oficial
de Policía Local en la ciudad de Alicante, abordó un programa de afrontamiento de gra-
ffiti vandálico, poniendo en funcionamiento una unidad de investigación que desarrolló
como herramienta de estudio la grafística dirigida hacia el aerosol como útil de escritura.
Es profesor de la asignatura de Documentoscopia en el título propio de Detective en
CRIMINA-UMH. Ha participado en varios congresos internacionales de Criminología y Cri-
minalística y también está vinculado a los títulos propios de la Universidad de Salamanca,
donde participa como ponente en un curso sobre Graffiti Vandálico.

Ariadna Trespaderne Dedeu


Graduada en Criminología. Máster en Perfilación y Análisis de la Conducta Criminal y en
Prevención y Análisis del Crimen. Miembro de la Junta Directiva de CISEG (Comunidad
de Inteligencia y Seguridad Global). Codirectora del Observatorio para la Prevención de
la Radicalización Violenta (OPRA). Miembro del Grupo de Investigación en Perfilación y
Análisis de la Conducta Criminal de la Universidad de Barcelona (PACCU-UB).

Sérvio Túlio Reis


Médico veterinario. Perito criminal federal (Policía Federal), en el Instituto Nacional de
Criminalística, en Brasilia DF (Brasil). Posee especialidad en Medicina Veterinaria Legal.
Máster en Pericias Criminales Ambientales por la Universidad Federal de Santa Catarina
(Brasil). Doctor en Patología Animal por la UNESP-Botucatu. Presidente de la Asociación
Brasileira de Medicina Veterinaria Legal; director de la Asociación Iberoamericana de Me-
dicina y Ciencias Veterinarias Forenses; presidente de la Comisión Nacional de Medicina
Veterinaria Legal del Consejo Federal de Medicina Veterinaria (CFMV).

John Vargas Fonseca


Licenciatura en Biología con mención en Zoología en la Universidad de Costa Rica. Jefe
de Sección de Biología, Departamento de Ciencias Forenses, Organismo de Investigación
Judicial, Poder Judicial, República de Costa Rica. Investigador asociado en el Departamen-
to de Artrópodos del Instituto Nacional de Biodiversidad. Supervisor interino de Control
de Calidad del Departamento de Ciencias Forenses, Organismo de Investigación Judicial,
Poder Judicial, República de Costa Rica. Profesor interino licenciado del Curso Ciencias
Forenses II. Cátedra de Ciencias Forenses en la Facultad de Derecho de la Universidad de

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974 Manual de Criminalística y Criminología

Costa Rica. Y también, Profesor interino licenciado del Curso Biología Forense. Licencia-
tura en Biotecnología, Facultad de Ciencias Naturales en la Universidad Nacional de Costa
Rica.

Alfredo Velazco Cruz


Psicólogo, cuenta con un máster en Criminología Forense y una especialidad en diseño de
Perfiles Criminales; actualmente se encuentra en proceso de obtención del doctorado en
Ciencias Forense. Es considerado el pionero de la perfilación criminal en México. Editor de
la revista Modus Operandi, asesor y capacitador en Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador,
Estados Unidos, Guatemala, Perú, Panamá, España e Italia.
Fundador de la Unidad de Análisis de la Conducta Criminal del Laboratorio Forense en Ciu-
dad Juárez. Diseñó el proyecto “Policía con Capacidades en la Escena del Crimen” (UEPE)
en la policía de Ciudad Juárez, el proyecto ejecutivo “Instituto de Formación policial” y
la aplicación policial para detectar comportamientos, APIC. Además, es el creador de
ReSeTec (Reconstrucción Secuencial Teórico-Conductual del Crimen), un método para
realizar perfiles criminales.
Director de la sección de Perfilación Criminal de la Federación Mexicana de Criminología
y Criminalística, y miembro del Colegio Mexicano de Perfiladores Criminales; es profesor
de Criminología en universidades, Perfilación Criminal, Victimología, Reconstrucción del
crimen, Psicopatología y Motivación criminal. Autor de los libros Psicopatología del Ho-
micidio; Manual de Psicología Criminal y Criminalística; Perfilación criminal: Principios e
historia; Psicópatas: La semilla del mal, y Manual Básico de Formación para Perfiladores
Criminales.

Jorge Juri Vigouroux


Médico Veterinario y licenciando en Medicina Veterinaria en Chile. Especialista en investi-
gación por ataque de carnívoros silvestres. Fundador y miembro directivo en la Asociación
Iberoamericana de Medicina y Ciencias Veterinarias Forenses A.G.

Federico Ariel Villanueva


Licenciado en criminalística UFASTA Mar del Plata (Argentina), 2010. Técnico Superior
en Papiloscopia y Levantamiento de Rastros (CAEEP), Mar del Plata (Argentina) 2005. Es
docente en varios centros como Centro de Altos Estudios en Especialidades Policiales
(Tecnicatura Superior en Criminalística con especialidad en Papiloscopia y Rastros). Per-
sonal policial de la Provincia de Buenos Aires desde 2000. Cátedra técnica de investiga-
ción criminal en la Escuela de Policía Juan Vucetich, sede Olavarria, desde 2016. Técnico
Superior en la Escena del Crimen en el Instituto Santo Tomás, sede Olavarria desde 2019.

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Sobre los autores 975

Tabitha Viner
Patóloga veterinaria en The National Fish and Wildlife Forensics Laboratory de Estados Uni-
dos. Desempeñó actividades en el Zoológico Nacional Smithsoniano de Washington DC,
como patóloga asociada. Ha sido miembro de la junta de la Asociación Internacional de
Ciencias Forenses Veterinarias desde 2015 y editora en el Journal of Veterinary Forensic
Science (JVFS).
Ha participado en diversos programas internacionales relacionados con la actividad foren-
se animal como formadora y capacitadora. Ponente en innumerables congresos, semina-
rios de carácter nacional e internacional.

Félix Zapata Arráez


Graduado en Química en la Universidad de Alcalá (UAH) en 2013, siendo el número uno
de su promoción. Obtuvo su título de máster en Ciencias Forenses en 2014, y el título de
doctor en Química en 2018, ambos en la Universidad de Alcalá (UAH). Su tesis investiga
la caracterización de explosivos y fluidos biológicos mediante técnicas de espectroscopía
vibracional (Infrarrojo y Raman).
Actualmente, es autor de diecinueve artículos en revistas científicas internacionales y tres
capítulos de libro. Ha participado en seis proyectos de investigación, en cuatro congresos
internacionales y en más de veinte proyectos y actividades de divulgación científica. Acu-
mula más de ciento cincuenta horas de docencia universitaria y ha dirigido cinco trabajos
final de grado, cuatro trabajos final de máster y dos estancias predoctorales.

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