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HISTORIA ARGENTINA Y AMERICANA I

ALUMNO: SILVANO GUERRA, Leonardo Daniel.

Profesor: MOREIRA MONTES; Francisco.

Invasiones Inglesas y militarización de Buenos


Aires

En el Río de la Plata se produjo un suceso que colaboró en el desencadenamiento de la crisis política


que desembocó en la revolución. El comienzo de la acción externa se dio en las costas rioplatenses con
las invasiones inglesas de 1806-1807. Estas invasiones revelaron la fragilidad del orden colonial,
debido al comportamiento sumiso que adoptó el Cabildo y la Audiencia por deseo de conversación y a
la inexistencia de un ejército para la defensa por la escasez de tropas regulares y la falta de milicias
locales eficientes. En junio de 1806 se organizaron por primera vez cuerpos milicianos voluntarios
integrados por los habitantes de Buenos Aires, movidos por dos intereses: el militar y el comercial.

● Gran Bretaña quería asegurarse una base militar para la expansión de su comercio y golpear a
España. (Popham-Beresford).

● Gran Bretaña pensaba que contaba con el apoyo de los criollos al intentar seducirlos con ideas
de independencia y de eliminación de restricción al libre comercio.

● El 27 de junio de 1806, se produce un intento de conquista frustrado por los criollos. Ante los
invasores, el virrey Sobremonte optó por retirarse al interior del país. Esto deterioró su
imagen y provocó una grave crisis de autoridad.

● En efecto, el 14 de agosto de 1806, la presión popular género que el cabildo abierto designará
el mando militar y el cargo de presidente de la audiencia a Liniers. Reconquista organizada
por: Liniers, Huidobro, Pueyrredón, Álzaga. Los ingleses se vieron obligados a capitular.
Nacieron los escuadrones de Húsares y Patricios.

● Febrero de 1807 nueva expedición inglesa-el virrey repite el comportamiento. 10 de febrero


de 1807 una pueblada exigió la destitución del virrey-Liniers convoca una junta de guerra que
resuelve destituir al virrey y la entrega de la audiencia, gobierno civil y jefe de reconquista a
Liniers.

● En junio de 1807, Whitelocke avanzó con su tropa sobre Bs.As, pero fracasó nuevamente
gracias a los Patricios y Húsares. Para los hombres pertenecientes a la milicia significaron una
oportunidad de progreso, se abrieron nuevas posibilidades de ascenso social y modificó el
equilibrio de poder en Buenos Aires.

Deterioro y crisis del sistema institucional colonial (1808-


1810)
El Cabildo, los canónigos, clérigos y regulares, acrecentaron sus ambiciones políticas en la colonia.
En efecto, sus bases de poder se encontraron vinculadas al mantenimiento pleno con la
administración central. La Audiencia de Buenos Aires se orientó a detener el deterioro del sistema
institucional que tendía a disolverse en fragmentos rivales. Criollos y peninsulares permanecieron
abiertos a las posibles salidas alternativas a la crisis política sin limitarse a la fidelidad del rey ni a la

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identificación con las ideas independentistas. Ejemplo son el carlotismo y el levantamiento del 1 de
enero de 1809.

En 1808 Liniers es nombrado virrey, esto acrecentó la rivalidad entre la plebe urbana y el Cabildo.
Cabildo y Liniers disputa por el control sobre las milicias. Culmina este enfrentamiento con la noticia
de José Bonaparte como rey de España. Virrey acusado de connivencia con portugueses e ingleses.

A principios de 1808, Carlota Joaquina de Borbón desembarcó en Río de Janeiro y exigió ser
reconocida. Liniers rechaza esta petición basándose en el juramento de fidelidad. Castelli, Saturnino y
Nicolás Rodríguez Peña, Belgrano, Vieytes y Beruti vieron con buenos ojos una posible protección de
Carlota frente al Cabildo. Existen 3 posibles respuestas al comportamiento de los criollos:

● Este grupo no parecía creer en la posibilidad de una declaración de independencia frente al


control que tienen los funcionarios del cabildo.

● Temen las posibles represalias conjuntas de España, Portugal e Inglaterra. Carlota podía
dotar de legitimidad al proceso que otorga representación a los sectores criollos en el ámbito
local.

● Se temían los manejos del Cabildo y sus pretensiones de instalar una república independiente
bajo la égida de los españoles europeos.

El 1° de enero de 1809, la delegación del Cabildo exigió la renuncia del Virrey Liniers, al grito de
“junta como en España”. Liniers ofrece su dimisión pero no acepta la formación de una junta.
Cornelio Saavedra declaró su oposición a la destitución del virrey. El 8 de enero se juró fidelidad a la
Junta Central de Sevilla. Ocurrió un enfrentamiento de los defensores del orden colonial con quienes
querían transformarlo. Sin embargo, unos y otros siguieron abiertos a distintas posibilidades de
alianzas sin comprometerse con la defensa de la legalidad monárquica. Se inició una clara línea de
división entre americanos y peninsulares. Consecuencias políticas: batallones peninsulares disueltos,
sus jefes desterrados y el Cabildo humillado.

La crisis monárquica generó tensiones en el ámbito económico debilitado por la falta de


comunicación con España y las dificultades financieras. Se dicta un Reglamento de comercio libre en
1809. Se podía comerciar con navíos neutrales y aliados. Estas medidas opusieron a comerciantes
españoles con quienes defendían los productos locales. La crisis final sucede con la noticia de una
derrota total de España llegó a Buenos Aires. Cuando se produjo este hecho, la función militar del
ejército urbano ya había sido cuestionada durante algún tiempo. Los peligros excepcionales que
Buenos Aires debió enfrentar durante la guerra contra los ingleses se habían desvanecido gracias al
cambio de alianzas en 1808. Si bien la disposición pacífica de los portugueses no era del todo
confiable, la amenaza que constituían no era nueva y no justificaba preparativos militares tan
costosos. La función del ejército debía más bien buscarse ahora en el contexto político de la crisis de
poder en España que había comenzado localmente en 1806 y se había expandido hasta envolver a todo
el imperio en 1808. La formación de una milicia urbana no sólo había dado a los criollos la fuerza
militar que obligaba a todos los contendientes por el poder en Buenos Aires a tomarlos en cuenta: les
había dado por primera vez una organización que si bien no era necesariamente hostil, sin embargo
era peligrosamente independiente del viejo sistema administrativo y militar que tan bien había
protegido a la metrópolis del peligro de caer bajo control de grupos locales. Se formaba así un
liderazgo alternativo en la ciudad mientras que los grupos gobernantes tradicionales se veían
debilitados por la crisis metropolitana.

Revolución de mayo de 1810 y posterior guerra de independencia:

● Se disuelve la junta central con el virrey en ejercicio, Cisneros se ve privado de su fuente de


legitimidad.

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● De manera que los participantes del Cabildo abierto del 22 de mayo invocaron el concepto de
reasunción (concepto que remite del pacto de sujeción de la tradición hispánica por el cual el
poder retrovierte al pueblo).
● El mismo 22 de mayo, invitan a los pueblos del interior a participar de las deliberaciones, en
calidad de nuevos titulares legítimos del poder. Encargó a los Cabildos del interior enviar
representación, es decir, diputados.

El nuevo gobierno del 25 de mayo prefiere el concepto de soberanía popular difundido por las
Revoluciones Francesa y norteamericana, y por la visión de Rousseau. Mariano Moreno es quien
elabora la moderna teoría de soberanía popular para justificar el nuevo poder de los criollos. Se creó
un estado unitario en oposición a los que creían que debía haber tantas soberanías como pueblos
había en el virreinato. Parte de los nuevos líderes sostenía que una vez constituidos los cuerpos
representativos, la soberanía deja de residir en los pueblos para pasar a la nación.

El proceso revolucionario sólo puede ser entendido en la medida que sea analizado en relación con
las bases sociales y políticas del nuevo poder y la guerra de la Independencia, con la cuestión de la
soberanía:

● Sostenían que los movimientos revolucionarios, y posteriormente la independencia fueron el


resultado de la influencia de la escolástica española del siglo XII. (teoría de F. Suarez)
● Quienes afirmaban que este proceso derivó definitivamente de la filosofía política del siglo
XVII, con el contrato social de Rousseau como principal influencia.

En efecto, las concepciones pactistas con las que se expresan las aspiraciones autonómicas de los
pueblos, se defendieron sus derechos o se fundamentó la necesidad de una constitución, pudieron sin
clara distinción inspirarse en el pensamiento escolástico, en el iusnaturalismo germánico o en el
dogma de la soberanía popular de Rousseau. De modo que, en lugar de un conjunto de ideas claras y
distintas que habría orientado a las elites políticas, nos encontramos, en cambio, frente a diferentes
tradiciones, lenguajes ilustrados y formas de vocabulario que afloraron a veces en correspondencia,
otras muy ajenas, a las prácticas políticas inauguradas por la Independencia.

Cambios en la estructura militar después de 1810


Después de tomar el poder, la Junta dedicó más y más atención a los problemas de organización
dentro del arma. Las unidades urbanas, cuya organización seguía siendo la de cuerpos voluntarios (si
bien se acercaba a un ejército regular en muchas cuestiones de finanzas y disciplina) se transformaron
ahora en regimientos veteranos, y numerosos destacamentos fueron enviados al interior como fuerzas
expedicionarias. Paralelamente, se creó una nueva milicia urbana, ejercitada y reclutada según pautas
de organización anteriores, a 1806 para llenar el vacío dejado por el traslado continuo de los
regimientos veteranos. Una reducida fuerza de veteranos fue asignada para proteger a la ciudad
Contra peligros internos y externos. Al mismo tiempo se trataba de dar alguna formación profesional a
los futuros oficiales. Hubo en 1810, a entender de los veteranos, un apartamiento total de la tradición
colonial que daba categoría de oficiales a quienes no lo merecían y a veces hasta a los hijos menores de
edad de oficiales del ejército. También prometía abrir el cuerpo a soldados, cabos y sargentos
sobresalientes, aunque poco cambió en este sentido. La promoción de personal de tropa fue bastante
poco usual en este período revolucionario, y la distancia entre oficiales y soldados fue mayor en el
ejército, posterior a 1810, que en las unidades urbanas creadas en 1806. Esta nueva disciplina militar
creó resentimientos entre los veteranos de 1806 y 1807 que estaban acostumbrados a una conducción
menos severa. Un cambio paralelo se hizo sentir en el cuerpo de oficiales. La importancia dada a la
capacitación militar profesional, junto con el traslado de grandes sectores del ejército desde Buenos
Aires hacia distantes lugares de combate, fomenta una nueva indiferencia hacia la ciudad y en especial
a la vida política urbana, a la vez que tornaba más sólida la red de solidaridad y rivalidades en los
cuarteles. Se introducen así nuevos elementos en la ya complicada trama de lealtades personales y de
facciones dentro del grupo gobernante revolucionario.

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