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Los derechos de los animales, humanos y no humanos, como

objeto de estudio científico

La experimentación es parte de la naturaleza del ser humano,


siempre hay curiosidad sobre qué más podemos lograr, qué otros
descubrimientos podemos hacer o qué tanto conocimiento
podemos adquirir.

Sin embargo, la experimentación en seres vivos (humanos, animales)


es todo un tema a tratar, ya que, al ser la experimentación un método
de investigación en el que se manipulan una o más variables para
observar el efecto que se produce en ellos, los seres vivos sometidos a
estos procesos pueden sufrir de heridas, enfermedades, efectos
secundarios dañinos para su salud, etc.

Por ello, a lo largo de la historia se han ido creando varios códigos


éticos médicos distintos para evitar que cualquier humano objeto de
experimentos sufra violaciones a su dignidad durante la realización
de éstos. A nivel mundial, la Declaración de Helsinki es la que se
utiliza como guía para experimentar con seres humanos y
continuamente se actualiza por la complejidad de las investigaciones
médicas actuales.

Es un hecho que se necesita la experimentación para evaluar ciertos


aspectos de la vida, el planeta y la ciencia, y sobre todo, para
descubrir y desarrollar soluciones a problemas graves como ciertas
enfermedades, y se necesitan personas que prueben que estas
soluciones funcionan y pueden aplicarse a más personas, pero a su
vez, estas personas deben estar protegidas y seguras ante los
procesos a los que serán sometidos, ya que, de lo contrario, estos
podrían afectar su salud física, emocional y/o psicológica y es
necesario crear estos códigos éticos para que así, los sometidos a los
experimentos estén conscientes y seguros de poder realizarlos de
manera sana y segura.

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