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Derecho de Ginebra
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Actividad formativa
Lección 1 de 6
Derecho de la Haya
Universidad Gerardo Barrios
Reflexiones iniciales
Para comenzar este viaje en el tiempo, el cual permitirá conocer uno a uno los hechos históricos más
emblemáticos del Derecho Internacional Humanitario (en adelante Derecho Humanitario o solo DIH),
resulta imperioso traer a colación ciertas cuestiones preliminares o, dicho de otro modo, ciertos
conocimientos fundamentales que serán útiles para la comprensión de la temática en estudio.
Lo anterior coincide con (Herdegen, 2019), quien, a su vez, define el Derecho Internacional Público
como: “La totalidad de reglas sobre las relaciones (soberanas) de los Estados, organizaciones
internacionales y otros sujetos del derecho internacional entre sí, incluyendo los derechos y deberes de
los individuos relevantes para la comunidad estatal (o parte de esta)” (p. 3).
Como puede notarse agrega otro elemento importantísimo a la definición clásica, incluyendo los
derechos y deberes de los individuos, entendiéndose a estos como todas las personas nacionales de
los estados parte de la comunidad internacional.
En ese orden de ideas cobra relevancia el Derecho Internacional Humanitario, debido a su objeto de
estudio o de protección que son precisamente, los intervinientes en un conflicto armado ya sea de
naturaleza nacional o internacional. “El derecho humanitario está destinado, principalmente, a las
partes en conflicto y protege a todo individuo o categoría de individuos que no participa directamente,
o que ha dejado de participar, en el conflicto” (Comité Internacional de la Cruz Roja, 2005, pág. 16).
Es así, que esta área del DIP, llamada Derecho Internacional Humanitario, en palabras de (Peytrignet,
1995) trata de:
Ahora bien, sin más preámbulos se entrará a estudiar el origen, la evolución del Derecho Internacional
Humanitario, esbozado en aquellos hitos que giran en torno a los principales cuerpos normativos que
lo componen, y que figuran en cada uno de los contenidos a desarrollar.
Ilustración 1 Los delegados de la Conferencia Internacional de Paz retratándose el 18 de
mayo de 1899 en la escalinata del Palacio Huis ten Bosch de La Haya (Países Bajos).
Fuente: https://es.unesco.org/courier/2017nian-di-3qi/resolucion-historica
La historia de la guerra se remonta a la propia historia de la humanidad, debido a que desde los
primeros escritos encontrados figuran los conflictos que surgieron en el hombre prehistórico. Con la
guerra nació también, la imperiosa necesidad de regular las conductas y mecanismos aplicados
durante los conflictos, esto para evitar el uso desproporcionado de armamento, para proteger la vida
de los heridos, los que no participaban en los conflictos y buscaba proteger aun, los bienes culturales
del país ocupado, entre otras situaciones que debían considerarse.
En sus inicios, el Derecho Internacional Humanitario estuvo regido por normas naturales o de
naturaleza consuetudinaria, es decir, no era vinculantes, pero si lograban cierta aplicación y
obligatoriedad, pero únicamente para las partes concretas en conflicto. En efecto, desde las primeras
referencias, contenidas en textos de las grandes religiones y civilizaciones de la antigüedad, dichas
normas se desarrollaron a partir de la práctica y de la costumbre de los Estados beligerantes que las
recogieron luego en acuerdos bilaterales y reglamentos bilaterales (el Código Lieber de 1863, por
ejemplo) (Cruz Roja Española, 2003).
Co n tin u ar
Así las cosas, el Derecho de la Haya no es el primerísimo Derecho de la Guerra, ya que según
(Kalshoven, 2005):
Y que en adelante se denominó el Código de Lieber mencionado con anterioridad, fue un importante
antecedente para que en el siglo XIX se estableciera el DIH, con este documento figura Francis Lieber,
un jurista internacional de origen alemán que había emigrado a los Estados Unidos. Por tanto, este
escrito fue un buen modelo para los precursores del Derecho Internacional (Kalshoven, 2005).
Como se estableció en el inicio, lo que existía hasta este punto de la historia, solo eran normas, reglas,
acuerdos aislados y, por consiguiente, estaban lejos de ser vinculantes para toda la comunidad
internacional (Comité Internacional de la Cruz Roja, 2005).
Otro antecedente importante de normativa, data
del año 1868, en San Petersburgo, vio la luz
otro importante documento: la Declaración
sobre la renuncia al empleo, en tiempo de
guerra, de proyectiles de un peso inferior a 400
gramos. En más de un aspecto, este documento
estaba en las antípodas del Código de Lieber.
(Kalshoven, 2005, pág. 22)
Toda vez que, en la reunión donde se creó esta Declaración, estuvieron hicieron presentes diversas
autoridades, como la Comisión Militar Internacional, el Gobierno Ruso y otros de rango militar, que
pusieron sobre la mesa el tema del daño causado con determinados artefactos o tipos de armas para
hacer la guerra. Nótese que el hilo conductor de estos intentos de codificar las guerras siempre fue,
aminorar los efectos adversos causados por estas (Kalshoven, 2005).
Con el paso del tiempo persistía la necesidad de normar los métodos y a los medios de combate, toda
vez que cada guerra dejaba resultados devastadores, pérdidas humanas, países saqueados,
prisioneros de guerra y un sinfín de situaciones negativas.
Según (Hernández, 2011), en dichas Conferencias, se crearon 17 instrumentos internacionales, entre los
que se encuentran:
Co n tin u ar
El Derecho de la Haya como se le conoce comúnmente, según (Ortíz, 2006) que a su vez cita a Pierre
Delacoste, está conformado por un conjunto de Convenios y Declaraciones que pueden dividirse en las
siguientes tres categorías:
1 La primera comprende los convenios que tienden a evitar, en los posible, la guerra en sí
misma, o por lo menos fijar condiciones muy estrictas antes de la entrada en guerra
oficial.
2 En el segundo grupo están contenidos los convenios que protegen más específicamente a
las víctimas de las guerras, es decir, a los heridos, enfermos, náufragos y prisioneros de
guerra.
3 Por último, se encuentran los convenios que imponen reglas básicas para la conducción
de la guerra.
El Derecho de La Haya, y concretamente lo referido a los medios y métodos para la conducción de las
hostilidades, se encuentra compuesta por las normas que limitan los distintos métodos y medios de
combate (Salmon, 2004).
En primer lugar, (Melzer, 2019) establece que la conducción de hostilidades tiene tres máximas que
resulta importante traer a colación, a saber:
“La única finalidad legítima que los Estados deben proponerse durante la guerra es el
debilitamiento de las fuerzas militares del enemigo”, explicando de otro modo, algo que
los Estados deberán tomar en cuenta es que la guerra no implica en sí mismo desaparecer
el ejército contrario, sino que la lucha sea enfocada en disminuir las fuerzas militares
ejerciendo una fuerza legítima y proporcional, siendo este último un principio
fundamental del Derecho Humanitario.
Para alcanzar esa meta, “el derecho de las Partes en conflicto a elegir los métodos o
medios de hacer la guerra no es ilimitado”, con este postulado, a todas luces evidencia
que no todo se vale en la guerra, que existen medios y métodos ilegítimos, que en
definitiva su empleo contra el ejército enemigo es prohibido.
“La población civil y las personas civiles gozarán de protección general contra los peligros
procedentes de operaciones militares”, esta se basa en que terceros sujetos que no
participan, han dejado de participar en los conflictos armados, o sea personas civiles
quedan exentos de ser usados como rehenes o prisioneros, o en su caso ser el blanco de
ataques en aras de amedrentar al enemigo. (p. 87 y 88)
En otro orden de ideas, el DIH también persigue objetivos, de los que resaltan dos, muy básicos, pero
elementales:
Asimismo, debe resaltarse que, si bien el DIH se ha venido transformando con el tiempo, su paso por
distintas edades y lugares, han dejado una huella imborrable y que permanece hasta hoy en día con el
DIH contemporáneo.
A continuación, se desarrollará lo concerniente a este importante tratado, que también forma parte del
Derecho de la Haya, toda vez que, para tratar este asunto, se celebró una conferencia
intergubernamental, el año 1954, en La Haya, bajo los auspicios de la Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) (Peytrignet, 1995).
Es razonable que surja la interrogante, ¿por qué proteger los bienes culturales?, para construir una
respuesta para ello, debe tomarse en cuenta que las guerras son sinónimo de destrucción, y ya se ha
reiterado que producen efectos devastadores, por ejemplo, un bombardeo, el lanzamiento de
artefactos explosivos y químicos destruye prácticamente todo lo que toca. Eso quedó evidenciado con
la Segunda Guerra Mundial, que no sólo se lamenta la pérdida de millones de personas a nivel mundial,
sino que arrasó consigo, bienes culturales que pueden considerarse irremplazables. Para ello es que se
adoptó la Convención de La Haya para la protección de los bienes culturales de 1954 y sus dos
Protocolos de 1954 y 1999, a través de los cuales se pretende proteger esa riqueza, esas reliquias
arquitectónicas de ciertos Estados y que sería difícil reconstruir.
Este cuerpo normativo, que consta de 4 capítulos y 21 artículos, enmarca las obligaciones para los
Estados de abstenerse de cometer cualquier acción en contra de bienes considerados como culturales,
que según (UNESCO, 2014) se entienden:
Ilustración 4 Patrimonios culturales según la UNESCO
Ahora bien, resulta necesario establecer ciertos aspectos de procedimiento para hacer valer el Derecho
de la Haya sobre bienes considerados como patrimonio cultural, para ello el (Melzer, 2019) determina
que:
A fin de facilitar su identificación, los bienes culturales protegidos por el DIH deben llevar la marca del
emblema de la Convención de 1954: un escudo en punta, partido en aspa, de color azul ultramar y
blanco. Esa identificación es de naturaleza meramente indicativa y no constituye un requisito previo
para la protección especial que otorga el DIH. (p. 103)
Ilustración 5 Emblema de protección de un bien culturalFuente:
http://semanariolosandes.com/ver_noticia.php?n=3359
En resumidas cuentas, la lucha por codificar las guerras ha tratado de no dejar nada por fuera, es así
que desde las distintas aristas enfoca sus objetos de protección, y lo son las personas
(independientemente de su categoría), limita el uso de armamento, y con esta normativa pretende dar
especial protección a los bienes de los Estados en conflicto.
Referencias Bibliográficas
Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). (2019). Derecho internacional humanitario Una
introducción integra. Recuperado el 25 de enero de 2021, de
https://www.editorialjuris.com/administracion/frm-libros/pdf/1574945182_DIH-Introduccion-
integral.pdf
Comité Internacional de la Cruz Roja. (Marzo de 2005). Comité Internacional de la Cruz Roja ICRC.
Recuperado el 24 de Enero de 2021, de
https://www.icrc.org/es/doc/assets/files/other/icrc_003_0703.pdf
Cruz Roja Española . (2003). Manual básico de Derechos Humanos y Derecho Internacional
Humanitario. Recuperado el 25 de Enero de 2021, de
http://www.cruzroja.es/gestionlocal/descargables/DERECHOS%20HUMANOS%20Y%20DERECHO
%20INTHUMANITARIO.pdf
Ortíz, J. F. (2006). El Derecho Internacional Humanitario: principio de una educación para la paz.
Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal. Recuperado el 24 de
enero de 2021, de https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=83490113
Derecho de Ginebra
Universidad Gerardo Barrios
Generalidades
Tras el paso de la 1ª y 2ª Guerra Mundial, a criterio de muchos historiadores, se pusieron a prueba los
tratados del DIH creados hasta esa fecha; fue en la década de 1990 que se concluyó que la creatividad
en los métodos de hacer la guerra superaba por mucho las normas existentes. Así, teniendo como
antecedente histórico dos guerras y teniendo a la vista los horrores y barbaries ocurridas en las
mismas, era necesario continuar con la normatividad de los conflictos armados en el mundo;
surgiendo de esta manera el Derecho de Ginebra y sus protocolos adicionales.
En este marco histórico resalta una figura del DIH, Henry Dunant, un hombre de negocios, ginebrino,
quien, en el año 1859, se encontraba en Italia y se encontró de cara con las crueldades de las guerras;
movido por el impacto, escribió su obra Recuerdo de Solferino, en honor a qué conoció de cerca la
batalla de Solferino al norte de Italia. Su obra fue publicada en 1862 y causó tal conmoción que
posteriormente se retomarían en tratados internacionales, varias de las ideas que plasmó en su obra, y
más aun de la creación del Comité Internacional de la Cruz Roja, a cuyo estudio se dedicará un espacio
en esta asignatura.
Ilustración 4 Diagrama de los 4 Convenios de Ginebra, con sus nombres oficiales de objeto
de protección.
A continuación, se esbozarán las ideas centrales de cada uno de los convenios, y sus protocolos
Adicionales.
Como lo indica su acápite, este convenio se creó en aras de mejorar la situación de aquellos militares
combatientes que yacen heridos en el campo de batalla o en poder de sus enemigos, en los mismos
gajes de la guerra y en tal condición de desmejora o desventaja, se les debe dar especial protección,
toda vez que ya no representan un peligro para el enemigo. Cabe destacar que esto aplica desde el
comienzo de la Hostilidad y cesa con la propia finalización de los efectos de la guerra, es decir, hasta las
acciones de repatriación, rehabilitación o búsqueda hayan finalizado.
Con ello este Convenio fortaleció al Comité Internacional de la Cruz Roja, reconociendo la labor
humanitaria que desarrolla en medio de los conflictos armados (Convenio 1 de Ginebra, 1949) (arts. 9,
26, y 38 del Convenio 1 de Ginebra).
Ilustración 6 Emblema de la Cruz Roja InternacionalFuente:
https://i0.wp.com/lopezdoriga.com/wp-content/uploads/2016/04/cruz-roja.png?
fit=2000%2C1333&ssl=1
Por su parte este convenio se creó con el fin de aliviar la suerte que corren los heridos, los enfermos y
los náufragos de las fuerzas armadas en el mar, y concretamente el art. 13 en el inciso primero del
Convenio los enumera en el siguiente orden:
El presente Convenio se aplicará a los náufragos, a los heridos y a los enfermos en el mar […] (CICR,
1949), y luego describe otras categorías de personas, debiendo encajar en los requisitos que establece
para ello.
Ilustración 8 Parte de las acciones que realiza la CICR Fuente:
https://www.icrc.org/sites/default/files/styles/document_main/public/document/image/roots
_of_restraint_pic_1.jpg?itok=af5edI-f
Co n tin u ar
Por su parte el Convenio III, agrega una protección reforzada a los combatientes u otro individuo que
participa directa o indirectamente en los conflictos armados. A manera de ejemplo, puede que un
individuo, 1. Esté gravemente herido, 2. A su vez enfermo, y prisionero del enemigo; ante este supuesto
debe revisarse el Art. 4 del presente Convenio que establece los requisitos para ser considerado como
prisionero de guerra, y que no precisamente es un combatiente, pero si una categoría de personas a las
que también les aplicaría el Convenio III, para ello se trae a colación el numeral 4 del artículo 4:
Lo anterior se relaciona y complementa con el Artículo 5 del mismo tratado internacional, en el que
determina el Principio y fin de la aplicación del Convenio, cita textual:
Como puede advertirse un aspecto en común de los convenios es que su aplicación no es temporal, o
que la protección concedida cese sin que haya cambiado la situación que lo incluye como sujeto
protegido por el DIH.
En cuanto a los civiles, el DIH protege a la población civil, de manera amplia, a través del principio de
distinción, pero también, de manera restringida, a través del Convenio IV que específicamente diseña el
régimen de la población civil que se encuentra en poder del Estado enemigo. (Salmon, 2004, pág. 99)
Además, según consideraciones de (Kalshoven, 2005), este convenio protege, en particular, a dos
categorías de personas:
Lo anterior requiere ser analizado a la luz del sentido común, es decir, que toda persona o grupos de
persona que por cualquier circunstancia se encontrare en el territorio ocupado por los enemigos, debe
respetarse su vida e integridad personal, toda vez que ellos no tienen ningún interés directo en el
conflicto. Por estas razones con estricto respeto al DIH y a ese Protocolo, los Estados parte no deben ni
deberían tomar represalias con los habitantes de un determinado lugar donde se encuentren, ni
amedrentarlos u obligarlos a participar en algún operativo de naturaleza militar, es una regla que los
excluye, los protege, y demás. Las razones saltan a la luz, las personas civiles no han presentado su
voluntad de ser parte del operativo y en todo caso, aunque en ese Estado existiera el servicio militar
obligatorio, tampoco aplicaría porque no se ha hecho por las causas legales establecidas para ello, lo
que, es más, no ha recibido un entrenamiento o preparación para ataque o defensa en la guerra, lo que
colocaría a esta persona vulnerabilidad total.
En suma, debe brindarse protección en todo momento, ante cualquier razón o circunstancia a las
personas civiles, y no convertirlas en objeto de ataque ni mucho menos utilizarlos como rehenes,
prisioneros o similares.
Después de la revisión de los cuatro convenios de Ginebra la triste realidad internacional se encargó de
demostrar que la protección brindada a las víctimas de los nuevos conflictos no se podría tener sin
actualizar una vez más la normativa del Derecho Humanitario (Peytrignet, 1995). Es así que a criterio de
Gerárd, el Protocolo I es aplicable a los conflictos y guerras de descolonización y el Protocolo II es
aplicable a los conflictos de naturaleza interna, siempre y cuando no se considere solamente un
disturbio interno.
Así las cosas, concretamente se dio paso al surgimiento del Protocolo I, y que es aplicable a los
conflictos armados con carácter internacional. En este orden de ideas, completa y desarrolla las
disposiciones de los convenios de Ginebra, extendiendo su ámbito de aplicación material a las guerras
de liberación nacional, ocupación extranjera y regímenes racistas, siempre que se desarrollen los
requisitos mínimos.
Protocolo II adicional a los Convenios de Ginebra de 1949
Desarrollando un poco más la idea central, debe entenderse que, por su parte, el Protocolo II, es
aplicable a los conflictos armados no internacionales, y este completa y desarrolla el artículo tercero
común a los cuatro convenios y su ámbito de aplicación material está restringido a aquellos conflictos
que hayan alcanzado los siguientes elementos o requisitos:
El tercer Protocolo Adicional a los Convenios de Ginebra, el cual fue aprobado en una Conferencia
Diplomática que se celebró en Ginebra, Suiza desde el 5 al 8 de diciembre del año 2005. Si bien, desde
que nació el I Convenio de Ginebra de 1949, emergió consigo la Cruz Roja Internacional, siguiendo con
la Medialuna Roja, y tanto el primero como el segundo, tenían su emblema, vale preguntar entonces;
¿Por qué se adoptó un tercer signo distintivo?
Antes de darle respuesta a la anterior interrogante, se establece lo que regula el texto del Protocolo en
su Art. 2 inciso 2 que textualmente dice:
Este signo distintivo adicional, conformado por
un marco rojo cuadrado sobre fondo blanco,
colocado sobre uno de sus vértices, se avendrá
con la ilustración que figura en el Anexo al
presente Protocolo. En el presente Protocolo se
denomina este signo distintivo como el
"emblema del tercer Protocolo". (Protocolo
adicional a los Convenios de Ginebra del 12 de
agosto de 1949 relativo a la aprobación de un
signo distintivo adicional, 2005).
Ilustración 9 Tercer emblema incorporado en virtud del III Protocolo Adicional, llamado el
Cristal Rojo Fuente: https://www.icrc.org/es/doc/assets/files/other/paiii-spanish-08.12.2005-
clear19.12.pdf
Adviértase que la disposición citada, no hace alusión a los emblemas empleados en tiempos previos,
pese a que sostienen un nexo causal en el tiempo, en el sentido que tanto la Cruz Roja, como la
Medialuna Roja Internacional se vieron afectados porque muchos países no respetaban los emblemas
como tal, por considerar que tenían componentes religiosos o políticos. Razón por la cual, en la
mencionada conferencia se decidió aprobar, el que sería el III Protocolo de adoptar un tercer emblema:
el cristal rojo, como suele llamársele y que fue creado no para suplantar los otros dos emblemas
anteriores, sino que ofrece una alternativa más para los Estados y así pudiesen usar el que se
considerara pertinente.
Referencias Bibliográficas
II.Convenio de Ginebra para aliviar la suerte que corren los heridos, los enfermos y los náufragos
de las fuerzas armadas en el mar, 1949, Art. 13. Recuperado el 28 de enero de 2021, de
https://www.icrc.org/es/doc/resources/documents/treaty/treaty-gc-2-5tdkwc.htm
Melzer, N. (2019). Derecho internacional humanitario Una introducción integral. Ginebra, Suiza.
Recuperado el 25 de enero de 2021, de https://www.editorialjuris.com/administracion/frm-
libros/pdf/1574945182_DIH-Introduccion-integral.pdf
Trasladando las consideraciones de la autora Elizabeth Salmón respecto del DIH, ya que cataloga el
Derecho de la Haya y el de Ginebra como dos vertientes concretas del DIH, y en lo que respecta al
Derecho de New York, la autora establece que:
Este Derecho abarca tanto las normas que se
refieren a mecanismos para compatibilizar el
comportamiento de los sujetos con las normas
de DIH como a aquellas que limitan ciertos
métodos y medios de combate. De ahí que,
como señala Bettati, dicha denominación no
obedezca a un origen geográfico sino más bien
designa a una categoría de reglas sustanciales.
En ese sentido, su objetivo es la realización,
aplicación y puesta en conformidad de los
comportamientos individuales y colectivos con
las normas de DIH. (Salmon, 2004, pág. 68)
Recapitulando las ideas centrales de los textos citados anteriormente, explica la razón del nombre de
esta corriente del DIH, asimismo, el objetivo de este, que es la fusión o el complemento que existe en el
DIH. Salmón también, deja entrever el rol que desempeñó la ONU en la consolidación del Derecho de
New York.
Lo anterior, coincide con (Kalshoven, 2005) quienes también consideran que la ONU tuvo un
importante rol en el desarrollo del DIH, más que todo en el decenio de 1970 y en tres aspectos
específico: Uno, contribuyeron que el tema dejara de ser un tabú. Dos, pusieron de relieve la idea de
protección de los derechos fundamentales del ser humano, incluso en tiempo de conflicto armado; y
tres, hicieron una importante contribución al debate sobre cuestiones específicas, especialmente la
situación de los combatientes de la guerrilla en las guerras de liberación nacional.
Elizabeth Salmón vuelve a coincidir con Frits Kalshoven y Liesbeth Zegveld citando que en cuanto a los
mecanismos para hacer efectivo el cumplimiento de las normas de DIH, en el marco del Derecho de
Nueva York se han adoptado tres tipos de medidas: medidas no represivas, medidas que atribuyen
responsabilidad penal individual a quienes trasgredan estas normas y medidas que comportan el
empleo del uso de la fuerza. Cabe decir, que, de estos tipos de medidas, se crearon convenios en
particular para darles cumplimiento, tales como establecer tribunales de enjuiciamiento a individuos
por crímenes de guerra, pero no será objeto de análisis en este apartado.
Como se ha dejado ver en el desarrollo de los acápites anteriores, un fin del DIH es la protección del
individuo como tal, no tanto se enfoca en las relaciones estatales o la relación entre ambos grupos
armados en conflicto, por ejemplo, sino la búsqueda de protección de categorías de individuos,
exceptuándose lo relativo a la protección de los bienes culturales que no versa sobre personas
humanas.
Dicho lo anterior, el Derecho Internacional Humanitario converge con el Derecho Internacional de los
Derechos en todo lo que atañe a la protección de la vida, la integridad y dignidad humana, es decir que,
para ambas ramas del Derecho Internacional Público, uno de sus sustentos es el principio de
humanidad.
También, estas dos ramas tienen divergencias, sin embargo, no se entrarán a analizar puesto que tiene
mayor relevancia la conexidad entre ambas, y desde luego la protección de los Derechos Humanos
durante los conflictos armados.
A manera de ejemplificar un punto más de convergencia entre estas 2 ramas, es lo referente al Art. 3 de
los Convenios de Ginebra que le denomina Artículo 3 Común, así (Salmon, 2004) sostiene que:
[…] el núcleo duro de los derechos humanos coincide, en cuanto a su contenido, con las normas
básicas que rigen los conflictos armados no internacionales, vale decir, con el artículo 3 común a los
Convenios de Ginebra. De hecho, puede decirse que esta norma es la que sirve de base a las
disposiciones inderogables de los tratados de derechos humanos.
Esto es acorde a un importante precedente que sentó la Corte Interamericana de Derechos Humanos
de Costa Rica, en el caso de Las Hermanas Serrano Cruz Vs. El Salvador, cita textual:
Conclusión, el DIH y el DIDDHH son dos ramas del DIP, que convergen entre sí, con el único propósito
de proteger a la persona humana, haciendo valer sus derechos dentro de la categoría que esté, cuyos
derechos son irrenunciables.
Derecho de desarme
Dicho lo anterior, debe entenderse que el Derecho de Desarme y el DIH forman parte del DIP, ambos
buscan la prohibición de ciertos artefactos de guerra, lo que hacen desde diferentes perspectivas,
importa en este momento conocer de qué manera lo hace el Derecho de Desarme.
Desde la óptica del derecho del desarme se destacan los problemas de seguridad individual y colectiva.
La finalidad de esta rama del derecho internacional público tiene como objetivo llegar progresivamente
a un desarme general y completo, pero sin que se vea afectada la seguridad de los Estados. (Valladares,
2020)
Toda vez, que la fuerza de un ejército militar dependerá en gran medida de su armamento militar. Es
así, que, aunque desde otra arista el Derecho de Desarme también busca controlar hasta cierto punto
las armas utilizadas en los conflictos armados, a fin de que cause el menor daño posible.
Referencias Bibliográficas
Caso de las Hermanas Serrano Cruz Vs. El Salvador. Excepciones Preliminares (Corte
Interamericana de Derechos Humanos 23 de Noviembre de 2004). Recuperado el 28 de Enero de
2021, de https://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_120_esp.pdf
Glosario de términos
Universidad Gerardo Barrios
8. Grupos en situación de
vulnerabilidad: son grupos
poblacionales como las niñas,
los niños y jóvenes en situación
de calle, los migrantes, las
personas con discapacidad, los
adultos mayores y la población
indígena, etc.
Recursos complementarios
Universidad Gerardo Barrios
Actividad formativa
Universidad Gerardo Barrios
Pon a prueba los conocimientos adquiridos en la presente unidad a través de esta prueba formativa, recuerda
que esta actividad es abierta y no tiene ningún tipo de ponderación en tu asignatura.
Pregunta
01/10
Rama del Derecho que se ocupa de las relaciones internacionales entre los Estados y los
sujetos internacionales. Es el marco jurídico por el que se rige la comunidad
internacional, de manera de garantizar la paz y la justa resolución de los conflictos que
pudieran surgir de sus relaciones mutuas:
Derecho Diplomático.
Pregunta
02/10
Normas morales.
Acuerdos bilaterales.
Pregunta
03/10
Código de Lieber.
Código de Hammurabi.
Leyes de Ciro.
Pregunta
04/10
05/10
Autor de la obra Recuerdo del Solferino y personaje que resalta en la historia del DIH:
Henry Dunant.
Abraham Linconln.
Francis Lieber.
Pregunta
06/10
Convenio I de Ginebra.
Convenio VI de Ginebra.
Convenio IV de Ginebra.
Pregunta
07/10
Los civiles enemigos en el territorio de una de las partes beligerantes y los habitantes de
un territorio ocupado; se trata de categorías de personas civiles que, como consecuencia
del conflicto armado, se encuentran en poder del enemigo. Los grupos de individuos
mencionados anteriormente corresponden a:
Grupos de combatientes.
Categorías de civiles.
08/10
Corriente del DIH que abarca tanto las normas que se refieren a mecanismos para
compatibilizar el comportamiento de los sujetos, como las normas del DIH como
aquellas que limitan ciertos métodos y medios de combate:
Derecho de Ginebra.
Derecho de desarme.
Pregunta
09/10
10/10