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Los errores más comunes son;

Confundir la estrategia con la planeación: la alta dirección es incapaz de considerar


los cambios del entorno y no tiene en cuenta las posibles oportunidades y amenazas que
se pueden producir. Ocurre lo mismo cuando no se recapacita sobre el producto y/o
servicio prestado, sin pensar en cómo es su ciclo de vida o cómo se puede mejorar.
Realizar planes sin tener una estrategia: No podemos olvidar la necesidad de realizar
una valoración formal y detallada de la organización es necesario la misión y visión de la
empresa.
No llevar una medición estratégica: Es esencial llevar a cabo un seguimiento
permanente de la estrategia para comprobar si se está siguiendo el camino correcto para
alcanzar los objetivos y metas propuestas.

malas experiencias anteriores: Planes largos, engorrosos y poco prácticos. Planeación


mal hecha.

Soluciones de emergencia: En ocasiones una organización está tan ocupada en la


administración de las crisis y soluciones de emergencia que no le queda tiempo para
planear.
Es muy cara: La cultura de algunas organizaciones se opone a gastar recursos.
Miedo a lo desconocido: Los individuos tal vez se sientan inseguros sobre sus
capacidades para aprender nuevas habilidades, para afrontar nuevos sistemas o
para asumir nuevos roles.

Un lineamiento significativo para una administración estratégica eficaz es tener


una mentalidad abierta. La buena disposición y el entusiasmo para considerar toda nueva
información, nuevos puntos de vista, ideas novedosas y nuevas posibilidades son
fundamentales; todos los miembros de la organización deben comunicar este espíritu
inquisitivo y de disposición para el aprendizaje

Fuentes
4.- R. T. Lenz,“Managing the Evolution of the Strategic Planning Process”, Business Horizons
30, núm. 1, enero-febrero de 1987, p. 39

- David, Fred R. Conceptos de Administración Estratégica. Pearson Educación. 11 Edición.


2008

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