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DECA
DECLARACIÓN ECLESIÁSTICA DE
COMPETENCIA ACADÉMICA
CREACIÓN
© Facultad de Teología de Granada
© Manuel Porcel Moreno (ed.)
DISEÑO Y MAQUETACIÓN
Javier González
IMPRESIÓN
Imprenta Luque, S.L.
ISBN: 978-84-85653-92-8
Dep. Legal: GR 633-2020
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SIGLAS
AA Concilio Vaticano II, Decreto sobre el apostolado de los laicos, Apostolicam
Actuositatem (1965).
AAS Acta Apostolicae Sedis
AL Francisco, Exhortación Apostólica Amoris Laetitia (2016).
CA Catecismo Católico para Adultos
CIC Catecismo de la Iglesia Católica
CT Juan Pablo II, Exhortación Apostólica Catechesi Tradendae (1979).
CV Benedicto XVI, Carta Encíclica Caritas in Veritate (2009).
DCE Benedicto XVI, Carta Encíclica Deus Caritas Est (2005).
DH H. Denzinger – P. Hünermann (eds.), El Magisterio de la Iglesia.
DV Concilio Vaticano II, Constitución Dogmática sobre la divina Revelación, Dei
Verbum (1965).
EG Francisco, Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium (2013).
EN Pablo VI, Exhortación Apostólica Evangelii Nuntiandi (1975).
ES Pablo VI, Carta Encíclica Ecclesiam suam (1964).
GE Concilio Vaticano II, Declaración sobre la educación cristiana, Gravissimun
Educationis (1965).
GS Concilio Vaticano II, Constitución Pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual,
Gaudium et Spes (1965).
LE Juan Pablo II, Carta Encíclica Laborem Exercens (1981).
LG Concilio Vaticano II, Constitución Dogmática sobre la Iglesia, Lumen Gentium
(1964).
LS Francisco, Carta Encíclica Laudado Si’ (2015).
MM Juan XXIII, Carta Encíclica Mater et Magistra (1961).
OA Pablo VI, Carta Apostólica Octogesima Adveniens (1971).
OT Concilio Vaticano II, Decreto sobre la formación sacerdotal, Optatam Totius
(1965).
PC Concilio Vaticano II, Decreto sobre la adecuada rebovacion de la vida religiosa,
Perfectae Caritatis (1965).
PO Concilio Vaticano II, Decreto sobre el ministerio y la vida de los presbíteros,
Presbiterorum Ordinis (1965).
PP Pablo VI, Carta Encíclica Populorum Progressio (1967).
PT Juan XXIII, Carta Encíclica Pacem in Terris (1963).
QA Pío XI, Carta Encíclica Quadragesimo Anno (1931).
RN León XIII, Carta Encíclica Rerum Novarum (1891).
SRS Juan Pablo II, Carta Encíclica Sollicitudo Rei Socialis (1987).
TMA Juan Pablo II, Carta Apostólica Tertio Millennio Adveniente (1994).
VS Juan Pablo II, Carta Encíclica Veritatis Splendor (1993).
Pedagogía de la Religión
Juan Enrique Redondo Cantueso
Profesor de ERE y Coordinador de Pastoral
Colegio Stma. Trinidad – Trinitarios (Córdoba)
jredondo@centrosfest.net
1. Introducción
Esta materia cuenta con una dificultad que otras no tienen y es la existencia
de pocos pedagogos que hayan dedicado sus esfuerzos a la pedagogía de la enseñanza
de la religión en la escuela. No obstante, muchos sí lo han hecho como pastoralistas
o como estudiosos de las religiones como hecho humano. Algunas razones pueden
haber sido la no obligatoriedad de oferta de esta asignatura en muchos países, inclu-
so en los de gran tradición católica, o el poco reconocimiento y respeto que se le ha
dado tradicionalmente respecto a las otras asignaturas.
El Magisterio de la Iglesia, concretamente las últimas contribuciones del papa
Francisco; la pedagogía de la Iglesia, de la que se mostrarán algunos de los carismas
educativos más destacables; el trabajo pedagógico de Montessori, Escamilla, Del Pozo o
Dewey; o las aportaciones de autores como Swartz, Zohar, Goleman, Perkins, Gardner
o Johnson, con sus investigaciones en el campo de la Pedagogía u otras ciencias auxilia-
res a ella, darán cuerpo a esta materia.
1
Cf. J. Delors et al., Informe a la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la Educación del siglo XXI.
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4
Cf. Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis, Estadísticas de alumnos que optan por enseñanza
religiosa (en línea), https://www.conferenciaepiscopal.es/alumnos-que-reciben-formacion-religiosa-y-moral-
catolica/ (Consultado el 19 febrero de 2019).
5
Francisco, Evangelii gaudium 33.
6
Juan Pablo II, Tertio milenio adveniente 57.
7
Cf. A. Domingo Moratalla, Ciudadanía activa y religión. Fuentes pre-políticas de la ética democrática,
Encuentro, Madrid, 2011, p. 44, citando a F. Sebastián cardenal, “Los fieles laicos, Iglesia presente y actuante en
el mundo”, Congreso de Apostolado Seglar en Madrid, 12 de noviembre de 2004.
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“…esto es lo que hizo Dios Hijo, que prefirió venir al mundo como niño,
y pasar por todas las fases de la vida infantil. Quien desprecia a los pe-
queños porque son «solo niños», demostrará su falta de respeto, porque
despreciando al niño por ser niño, se ataca a Jesús-niño11”.
8
Para profundizar más en los conceptos de liquidez y pensamiento débil se recomienda consultar los trabajos
de Z. Bauman y G. Vattimo, respectivamente.
9
Cf. M. Montessori, Dios y el niño y otros escritos inéditos, Herder, Barcelona, 2013, pp. 125-152.
10
Ibíd., p. 141.
11
Ibíd., p. 151.
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12
Cf. J. M. Bautista, Todo ha cambiado con la Generación Y, Frontera, Madrid, 2010, pp. 14-15.
13
Cf. Z. Bauman, Los retos de la educación en la modernidad líquida, Gedibesa, Barcelona, 2008.
14
Cf. J. A. Marina, El bosque pedagógico. Y cómo salir de él, Ariel, Barcelona, 2017, p. 10.
15
R. Swartz et al., El aprendizaje basado en el pensamiento. Cómo desarrollar en los alumnos las competencias
del siglo XXI, SM, Madrid, 2013, p. 15.
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Ibíd., p. 45 y pp. 109-112.
17
M. del Pozo Roselló, Aprendizaje inteligente, Tekman books, Barcelona, 2009, p. 68.
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Nos detenemos más en esta corriente pedagógica al ser una de las más em-
pleadas en la escuela de hoy. Según los hermanos Johnson y Edythe Holubec el
aprendizaje cooperativo “es el empleo didáctico de grupos reducidos en los que los
alumnos trabajan juntos para maximizar su aprendizaje y el de los demás19”. Se debe
trabajar en grupos en sus diversas variantes: formales, informales o base que permi-
ten al niño interaccionar de forma diversa con los compañeros. El proceso de ense-
ñanza-aprendizaje se centra en el niño y adolescente, no en la evaluación y medición,
tampoco en el profesor. Esta pedagogía pretende mostrar la posibilidad de hacer más
grande el aprendizaje con ayuda de los demás.
Desde el compromiso cristiano del profesor de Religión, llamado por la Iglesia
a llevar la Buen Noticia al aula, vemos el aprendizaje cooperativo como un medio para
que la persona crezca, pero también haga crecer al otro; es un servicio de la sociedad,
un aprendizaje que se comparte para colaborar en la construcción de un mundo mejor.
18
Ibíd., p. 92, tomado de R. Swartz, El aprendizaje basado en el pensamiento, o.c., pp. 110-111.
19
Definición de aprendizaje cooperativo recogida en D. Johnson – R. Johnson – E. Holubec, El
aprendizaje cooperativo en el aula, Paidós, Buenos Aires, 1999, p. 14.
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20
Cf. M. Del Pozo Roselló, Aprendizaje inteligente, o.c., pp. 109-110, tomados de D. Johnson – R.
Johnson – E. Holubec, El aprendizaje cooperativo en el aula, o.c., p. 5.
21
Cf. ibíd., pp. 111-113.
22
Toda esta sección del agrupamiento procede de P. Pujolás i Maset, Aprender juntos alumnos diferentes. Los
equipos de aprendizaje cooperativo en el aula, Octaedro, Barcelona, 2004, pp. 101-123 y de experiencia propia.
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Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, Decreto 97/2015, de 3 de marzo, por el que se
establece la ordenación y el currículo de la Educación Primaria en la Comunidad Autónoma de Andalucía (en línea),
http://www.juntadeandalucia.es/boja/2015/50/1 (Consultado el 20 de marzo de 2019).
24
Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, Decreto 110/2016, de 14 de junio, por el que se
establece la ordenación y el currículo del Bachillerato en la Comunidad Autónoma de Andalucía (en línea), https://
www.juntadeandalucia.es/boja/2016/122/1 (Consultado el 20 de marzo de 2019).
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25
Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, Resolución de 11 de febrero de 2015, de la Dirección
General de Evaluación y Cooperación Territorial, por la que se publica el currículo de la enseñanza de Religión
Católica de la Educación Primaria y de la Educación Secundaria Obligatoria (en línea), https://www.boe.es/boe/
dias/2015/02/24/pdfs/BOE-A-2015-1849.pdf (Consultado el 20 de marzo de 2019).
26
Estas estructuras proceden del material pedagógico digital de EDELVIVES y de J. J. Vergara Ramírez,
Aprendo porque quiero. El Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP), paso a paso, SM, Madrid, 2017, pp. 129-131,
citando a S. Kagan (Estructuras Kagan) (en línea), https://www.global-learning.es/aprendizaje-cooperativo
(Consultado el 20 de marzo de 2019).
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27
Cf. M. del Pozo Roselló, Aprendizaje inteligente, o.c., pp. 125-127.
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El contenido del ABP procede de M. del Pozo Roselló, Aprendizaje inteligente, o.c., pp. 237-250 y
elaboración propia. Véase, también: A. Hernando, La revolución de las escuelas21, Escuela21.org, Madrid,
2013, pp. 49-60.
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cias múltiples y puede integrar diferentes materias. Tanto ABP como PBL tienen una
duración muy variable, desde dos semanas hasta incluso un curso escolar.
Cinco son las bases de las que parte el aprendizaje basado en proyectos:
• Parte de las necesidades del alumno.
• Se fomenta una mayor atención a la diversidad.
• Tiene espíritu interdisciplinar.
• Favorece el aprendizaje constructivista, el alumno construye su aprendizaje
mediante la investigación y siguiendo un aprendizaje significativo.
• El alumno experimenta el aprendizaje entre iguales.
• Y tiene un carácter eminentemente cooperativo.
29
Cf. A. Escamilla, Proyectos para desarrollar inteligencias múltiples y competencias clave, Graó, Barcelona,
2015, p. 57. Se trata del caso concreto de proyecto de inteligencias múltiples y competencias clave (IM/CC).
También aparece desarrollado con una explicación previa de la génesis de los proyectos en F. Majó Masferrer –
M. Baqueró Alós, 8 ideas clave. Los proyectos interdisciplinarios, Graó, Barcelona, 2014, pp. 39-40.
30
Cf. J. J. Vergara Ramírez, Aprendo porque quiero. El Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP), paso a paso,
o.c., p. 67.
31
F. Majó Masferrer – M. Baqueró Alós, 8 ideas clave, o.c., p. 73.
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32
Cf. A. Escamilla, Proyectos para desarrollar inteligencias múltiples y competencias clave, Graó, Barcelona,
2015, pp. 40-41. La Taxonomía de Bloom, revisada por Anderson, Krathwol y Churches, trata de explicar las
estrategias cognitivas en los diferentes momentos del aprendizaje, a saber: recordar, comprender, aplicar, analizar,
evaluar y crear.
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33
Cf. M. del Pozo Roselló, Aprendizaje inteligente, o.c., p. 168.
R. Batller Suñer, El aprendizaje-servicio en España: el contagio de una revolución pedagógica necesaria,
34
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36
X. Martín García, Proyectos con alma. El trabajo por proyectos con servicio a la comunidad, Graó, Barcelona,
2016, p. 56.
37
Cf. M. del Pozo Roselló, Aprendizaje inteligente, o.c., p. 170.
Cf. X. Martín García, Proyectos con alma. El trabajo por proyectos con servicio a la comunidad, o.c., p. 113;
38
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Sucintamente ofrecemos dos de las más novedosas pedagogías que han des-
embarcado en la escuela actual: el aula invertida (flipped classroom) y el aula divertida
(gamification).
La primera se trata de una modalidad de escuela “semipresencial” en la que el
aprendizaje individual comienza fuera del aula, en un estadio previo, valiéndose del
aprendizaje significativo y las TIC. El aula se reservaría para trabajar contenidos que ya
se han avanzado en casa: se resuelven dudas y se aplicarán otras metodologías ya cono-
cidas en el aula como las II.MM., cooperativo, ABP, PBL, etc.
El trabajo de casa es clave en este modelo pedagógico ya que el proceso de
enseñanza-aprendizaje empieza en ella, siguiendo métodos constructivistas. En la
clase tradicional el profesor explica, manda actividades y se realizan en casa; en el
aula invertida se comienza en casa con una actividad de motivación (vídeo, PPT,
tutorial) a la que siguen actividades para trabajar propiamente el contenido, siempre
valiéndose de los recursos tecnológicos que se nos ofrecen hoy (apps, webs, Drive,
plataformas como Kahoot, Classcraft o Plickers). Se trata de liberar tiempo de clase
magistral en el aula que se convertirá en tiempo de aprovechamiento grupal y mejo-
rará exponencialmente la atención a la diversidad. De esta forma, el alumno viene de
casa con un trabajo de base y así le será más fácil avanzar en el ámbito procedimental,
y por extensión, en el competencial.
Son muchos los beneficios que aporta este modelo pedagógico:
Muy en consonancia con este modelo pedagógico está la gamificación del aula
(vocablo que procede de la expresión inglesa game, juego) o aula divertida, que es la
aplicación de juegos en el aula con un objetivo pedagógico. Se trata de identificar el
elemento motivador de un juego y aprovecharlo para el proceso de enseñanza-apren-
dizaje. Ejemplos de ello podrían ser: la conversión de las clases de música en un reality
de corte musical como Operación Triunfo o La Voz, con letras de contenido religioso;
39
Cf. Material pedagógico Somos innovación (en línea), Edelvives, Madrid, 2017, https://www.edelvives.com/
es/proyectos-educativos/p/superpixepolis (Consultado el 21 de marzo de 2019). Se recomienda visitar la web
https://www.theflippedclassroom.es en la que se expone claramente este modelo pedagógico y su implantación
paulatina en la escuela.
40
What is flipped classroom? (en línea), https://www.theflippedclassroom.es/what-is-innovacion-educativa/
(Consultado el 10 marzo de 2019).
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usar la técnica del escape room, mediante la cual los alumnos permanecen encerrados
en una sala y no pueden salir hasta que no superan una serie de retos; o bien, jugar a
Pasapalabra trabajando conceptos de la clase de Religión. Recursos didácticos como
las economías de ficha, rankings, recompensas de puntuación o superación de niveles
(similar a los videojuegos) hacen las clases mucho más atrayentes y el efecto motivación
crece exponencialmente.
La escuela, como primera gran institución social a la que llega el niño después
de la familia, ayuda a crear una cosmovisión del mundo. El hombre, como ser social,
está llamado a relacionarse con sus iguales y así va construyendo sus esquemas y estra-
tegias mentales, según las interacciones que establece con otras personas. En la escuela
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41
Congregación para la Educación Católica, Educar hoy y mañana, III, 2014.
42
M. del Pozo Roselló, Aprendizaje inteligente, o.c., p. 367, citando la obra P. Salovey – J. Mayer – M.
A. Brackett, Emotional intelligence. Imagination, cognition and personality, NPR, New York, 1990.
43
Cf. Francisco, Evangelii gaudium 171 cuando habla del acompañamiento personal; Pablo VI, Evangelii
nuntiandi 46 lo trata como “transmisión persona a persona”.
44
Cf. D. Goleman, Inteligencia emocional, Kairós, Barcelona, 1997, pp. 13-15 y p. 65.
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de los impulsos, reducción del estrés y conocimiento de la diferencia entre los senti-
mientos y las acciones45.
Los científicos Zohar y Marshall, que acuñaron este término, nos dicen: “La in-
teligencia espiritual complementa la inteligencia emocional y lógico-racional, y faculta
para afrontar y trascender el sufrimiento y el dolor, y para crear valores; da habilidades
para encontrar el significado y el sentido de nuestros actos46”.
Las personas que cultivan esta inteligencia son más abiertas a la diversidad,
tienen una gran tendencia a preguntarse por el porqué y el para qué de las cosas.
Según Torralba, la inteligencia espiritual permite acceder a los significados profun-
dos, plantearse los fines de la existencia y, a través de ella, busca respuestas creíbles
y razonables47.
Howard Gardner, padre de la teoría de las Inteligencias Múltiples, se refirió a
ella como trascendente o existencial. La definió como:
45
Cf. ibíd., p. 458.
46
F. Torralba, Inteligencia espiritual, Plataforma Actual, Barcelona, 2012, pp. 45-46, citando a D. Zohar –
I. Marshall, Inteligencia “espiritual”, Plaza y Janés, Madrid, 2001.
47
Ibíd., p. 47.
48
Citado en F. Torralba, Inteligencia espiritual, o.c., p. 45.
49
Cf. V. Frankl, El hombre doliente. Fundamentos antropológicos de la psicoterapia, Herder, Barcelona 1989,
pp. 174-175, citado en F. Torralba, Inteligencia espiritual, o.c., p. 55.
50
Todos los autores anteriores aparecen reseñados en la obra de F. Torralba, Inteligencia espiritual, o.c.
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Derechos del Niño que insta a los estados a “promover su bienestar social, espiritual y
moral y su salud física y mental51”.
El profesor Torralba nos presenta en su obra Inteligencia espiritual los conteni-
dos (poderes) que trabaja esta inteligencia. Son los siguientes: la búsqueda del sentido,
el preguntar último, la capacidad de distanciamiento, la autotrascendencia, el asombro,
el autoconocimiento, la facultad de valorar, el gozo estético, el sentido del misterio, la
búsqueda de la sabiduría, el poder de lo simbólico, la llamada interior, la elaboración de
ideales de vida, la capacidad de religación y la ironía y el humor. El desarrollo de todos
estos poderes faculta a la persona para la creatividad, la conciencia crítica, el equilibrio
interior, el sacrificio o la vivencia plena como un proyecto, por citar solo alguno de sus
beneficios52. Estar dotado de una buena inteligencia espiritual no implica una identifi-
cación con la consciencia religiosa, pero sí será el presupuesto imprescindible para una
experiencia religiosa de sentido.
Torralba identifica una serie de lugares comunes de la inteligencia espiritual53
que nos capacitan para:
• Interrogarnos por el fin: La razón de ser, el porqué, el para qué es una pre-
gunta teleológica, finalística. Ejemplo de ello es la experiencia de Viktor
Frankl y su búsqueda de sentido en el campo de exterminio de Auschwitz;
o la pregunta del joven rico para alcanzar la vida eterna y la perfección (Mt
19,16-22; Mc 10,17-22; Lc 18,18-23)
• Tomar distancia de la realidad: Hacer una reflexión profunda de por qué
creo lo que creo. Detectar los vínculos y sinergias entre lo que nos rodea
para escapar de la tentación del sectarismo y el totalitarismo. Jesús en sus
tentaciones toma distancia y rechaza los ofrecimientos del mal (Mt 4,1-11;
Mc 1,12-13; Lc 4,1-13).
• Trascender: Ir más allá de, elevarse da una mejor visión de los tópi-
cos, prejuicios, estereotipos (evitar generalizaciones), poner en cuestión
todo. No solo trasciende el filósofo o el individuo religioso, también
el atleta al superar una marca o el místico cuando pone en crisis las
imágenes tradicionales de Dios. Jesús nos interroga: “¿Es lícito curar en
sábado?” (Mc 3,1-6).
• Maravillarse, sorprenderse: Cuando uno no se maravilla deja de pregun-
tarse, solo vive en base a dos verbos: consumir y producir. La dispersión, el
activismo, hace perder capacidad de maravillarse. El Evangelio nos habla
51
Asamblea General de Naciones Unidas, Convención sobre los Derechos del Niño, art. 17, (en línea),
http://www.unicef.es/sites/www.unicef.es/files/CDN_06.pdf. (Consultado el 26 de marzo de 2019).
52
F. Torralba, Inteligencia espiritual, o.c., p. 79-190. Para seguir profundizando en el desarrollo de la
inteligencia espiritual Cf. F. Torralba, Inteligencia espiritual para niños, Plataforma Actual, Barcelona, 2012 y J.
L. Vázquez Borau, La inteligencia espiritual o el sentido de lo sagrado, Desclée de Brouwer, Bilbao, 2010.
53
Todo este apartado está basado en la ponencia de Francesc Torralba en el III Foro de Espiritualidad de la
Universidad Popular de Logroño, celebrado el 31 de enero 2015, La inteligencia espiritual en la vida cotidiana (en
línea), https://www.youtube.com/watch?v=OttSoxy2Vlo (Consultado el 20 de marzo de 2019).
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54
H. Gardner, La inteligencia reformulada, Paidós, Barcelona, 2001, p. 45.
Cf. H. Gardner, Estructuras de la mente. La teoría de las inteligencias múltiples, Fondo de cultura económica,
55
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56
T. Armstrong, Inteligencias múltiples en el aula, Paidós, Barcelona, 2017, p. 35-37.
57
Ibíd., pp. 46-47.
58
Cf. M. del Pozo Roselló, Inteligencias múltiples en acción, Tekman books, Barcelona, 2013, p. 11.
59
De la conferencia pronunciada en la visita de Howard Gardner al Colegio Montserrat de Barcelona
recogida en M. del Pozo Roselló, Una experiencia a compartir. Las inteligencias múltiples en el Colegio Monserrat,
Tekman books, Barcelona, 2013, pp. 48-63.
60
T. Armstrong, Inteligencias múltiples en el aula, o.c., p. 51.
61
En la obra citada de Th. Armstrong y en páginas web como www.orientacionandujar.es, por citar una de
ellas, aparecen pistas de observación y listas de control para detectar las “proclividades” de los alumnos. También
en A. Escamilla Fernández, Inteligencias Múltiples. Claves y propuestas para su desarrollo en el aula, Graó,
Barcelona, 2014, pp. 194-197.
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62
Los centros escolares de la Congregación de las Misioneras Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret son
reconocidos en el plano internacional como pioneros de la innovación pedagógica. Para conocer la caja de
herramientas de David Lazear, véase: https://www.orientacionandujar.es/2014/06/22/caja-de-herramientas-para-
trabajar-las-inteligencias-multiples/ (Consultado el 26 de marzo de 2019).
63
Cf. A. Hernando, «Escuela inteligente»: Educadores, nº 247-248 (2014), pp. 44-47.
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64
D. Guindulain SJ, “Impensable una pastoral sin interioridad. ¿Por qué tantas dudas?”, en E. Andrés
Suárez – C. Esteban Garcés (coords.), La interioridad como paradigma educativo. PPC, Madrid, 2017, pp.
64.68.
65
M. R. Buxarrais – M. Burguet (coords.), Aprender a ser. Por una pedagogía de la interioridad, Graó,
Barcelona, 2016, p. 135.
66
Ibíd., p. 140.
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67
Francisco, Evangelii gaudium 24.
68
Ibíd., 220.
69
Para profundizar en el acompañamiento personal se recomiendan las obras X. M. Domínguez Prieto,
El arte de acompañar, PPC, Madrid, 2017; O. Alonso Peno, Acompañar: el acompañamiento pastoral a los
adolescentes en la escuela, PPC, Madrid, 2007.
70
Todo este párrafo procede del Sínodo de los obispos, XV Asamblea General Ordinaria. Los jóvenes, la fe y
el discernimiento vocacional, Documento final, (27 de octubre 2018) 6-9 y 101-118.
71
Ibíd., 104. Consúltese, también: Francisco, Gaudete et exultate 166-177.
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72
Cf. Concilio Vaticano II, Dei verbum 2; Catecismo Iglesia Católica, 53.
73
Juan Pablo II, Catechesi tradendae 22.
74
Cf. Comisión episcopal de enseñanza y catequesis, La catequesis de la comunidad. Orientaciones
pastorales para la catequesis en España, hoy, 1983; J. Pujol et al., Pedagogía y didáctica de la religión, DOSSAT,
Madrid, 1986, pp. 46-48.
75
Congregación para el clero, Directorio general para la catequesis 139.
76
Cf. Ibíd., 143; A. J. Reyes Guerrero, «La pedagogía de Dios, modelo para una pedagogía religiosa de la
educación»: Stvdia Cordvbensia, nº 7 (2014), pp. 45-77.
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Previamente, el Concilio Vaticano II, ya marcaba las pautas de lo que debía ser
una escuela cristiana y el perfil del educador enviado por la Iglesia a evangelizar a niños
y jóvenes. Es por eso que la escuela debe estar impregnada de “un espíritu evangélico de
libertad y caridad […] para promover el diálogo entre la Iglesia y la sociedad humana
en beneficio de ambas77”.
Partiendo de esta aportación del Concilio, la Comisión de Episcopal de En-
señanza y Catequesis en su documento Id y enseñad (2003) presentaba las claves de
la pedagogía de Dios. Una pedagogía en la que se detecta desde un principio la clara
iniciativa de Dios en la relación con el ser humano:
8. Pedagogías de la Iglesia
A lo largo de más de dos mil años de existencia no cabe duda de que la Iglesia
ha hecho una inconmensurable aportación al proyecto de Jesús: el testimonio de los ca-
77
Concilio Vaticano II, Gravissimum educationis 8.
78
Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis, Id y enseñad. Didáctica específica de la enseñanza
religiosa escolar, Edice, Madrid, 2003, p. 79.
79
Cf. M. E. Gómez Sierra, Pedagogía de la fe, UESD, Madrid, 2015, pp. 51-52; J. A. Fernández Martín,
Enseñar a aprender religión, PPC, Madrid, pp. 44-47.
386
Pedagogía de la Religión
tequistas, de los santos, la publicación de los distintos catecismos, las expresiones de fe,
la pedagogía de las órdenes y congregaciones religiosas, las enseñanzas del Magisterio, el
arte, las instituciones y un largo etcétera que contribuyen a diario a extender el mensaje
de Jesús por todos los confines de la tierra80. Es ingente la cantidad de pedagogías, me-
todologías y sensibilidades educativas a lo largo de la historia de la Iglesia por lo que se
hace imposible presentar todas.
80
Congregación para el clero, Directorio general para la catequesis 141.
81
Francisco, Evangelii gaudium 53.
Módulo 4
Pedagogía y Didáctica de la Religión Católica
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Juan Enrique Redondo Cantueso
Nueva del Señor. Una buena noticia “para todo el pueblo” (Lc 2,10) que nos llama a
vivir en comunidad y comunión misioneras.
Como no podía ser de otra forma, presentamos una reflexión sobre el mo-
delo pedagógico de la Compañía de Jesús82, basado en la pedagogía de san Ignacio
de Loyola (1491-1556), partiendo del estilo de los Ejercicios espirituales (1548) y
completada por otros documentos como Ratio Studiorum83 (1599) o Características
de la Educación de la Compañía de Jesús (1986). El término ignaciana sobrepasa los
límites de la Compañía de Jesús, por ello, al referirnos a la pedagogía ignaciana po-
demos abarcar otros modelos impregnados de ella, mientras que al hacer mención a
la pedagogía de la Compañía estamos concretando en la aportación a la sociedad de
sus escuelas y universidades84.
Este modelo pedagógico se basa en los siguientes rasgos esenciales85:
• La imagen de Dios. Para san Ignacio es una imagen que transforma a la
sociedad y a la persona. El ser humano, en su condición de hijo, va dando
pasos hacia el Reino siempre desde un modelo de diálogo entre la fe y la
cultura.
• La libertad humana. Consiste en educar en una libertad radical que per-
mita al alumno alcanzar la felicidad, partiendo del cuidado y los intereses
individuales este.
• Cristo, modelo de persona. La educación ignaciana propone a Jesucristo
como modelo de persona en una relación constante y profunda con Él.
• La acción. Propone un compromiso activo con la sociedad por un mundo
más justo. En las escuelas y universidades se prepara al futuro agente activo
que quiere cambiar el mundo.
• En la Iglesia. La educación se ve como un instrumento para predicar el
mensaje de Jesús a toda criatura (Mt 28,19), comprometiéndose con la
realidad más cercana (iglesia local).
82
La Compañía de Jesús fue aprobada por el papa Paulo III en 1540.
83
Promulgada en 1599, ha sido considerada como la primera sistematización de la acción pedagógica en
la escuela de la historia. Consúltese: Ratio atque Institutio Studiorum Societatis Iesus (1599) (en línea), http://
pedagogiaignaciana.com/GetFile.ashx?IdDocumento=122
84
Cf. G. Codina, Diccionario de Espiritualidad Ignaciana, Sal Terrae, Santander, 2007; Características de
la educación de la Compañía de Jesús (1986) apéndice II, comparativa entre la visión ignaciana del mundo y la
educación de la Compañía.
85
Tomado del documento Características de la educación de la Compañía de Jesús (1986) y F. De la
Puente, La pedagogía ignaciana hoy. Introducción histórica y pedagógica (en línea), http://www.jesuitasleon.es/
docsInstitucionales/pedagogia_ignaciana.pdf (Consultado el 22 de marzo de 2019).
388
Pedagogía de la Religión
86
Cf. J. F. Aranguren, «Ratio Studiorum y educación de la interioridad», en E. Andrés Suárez – C.
Esteban Garcés (coords.), La interioridad como oportunidad educativa. Algunos fundamentos y buenas prácticas,
PPC, Madrid, 2018, pp. 210-227.
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Pedagogía y Didáctica de la Religión Católica
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Juan Enrique Redondo Cantueso
9. Fuentes
87
Cf. L. Cian, El sistema educativo de Don Bosco y las líneas maestras de su estilo, CCS, Madrid, 1987, pp.
21-45. Se recomienda la lectura de T. Bosco, Vida de Don Bosco: el santo de los jóvenes, CCS, Madrid, 2013.
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Pedagogía de la Religión
Alonso Peno, O., Acompañar: el acompañamiento pastoral a los adolescentes en la escuela, PPC, Ma-
drid, 2007.
Andrés Suárez E. – Esteban Garcés, C. (coords.), La interioridad como paradigma educativo, PPC,
Madrid, 2017.
— La interioridad como oportunidad educativa. Algunos fundamentos y buenas prácticas, PPC, Madrid,
2018.
Armstrong, Th., Inteligencias múltiples en el aula, Paidós, Barcelona, 2017.
Batller Suñer, R., El aprendizaje-servicio en España: el contagio de una revolución pedagógica necesa-
ria, PPC, Madrid, 2013.
Bautista, J. M., Todo ha cambiado con la Generación Y, Frontera, Madrid, 2010.
Buxarrais, M. R. – Burguet, M. (coords.), Aprender a ser. Por una pedagogía de la interioridad, Graó,
Barcelona, 2016.
Cian, L., El sistema educativo de Don Bosco y las líneas maestras de su estilo, CCS, Madrid, 1987.
Codina, G., Diccionario de Espiritualidad Ignaciana, Sal Terrae, Santander, 2007.
Comisión Nacional de Educación SJ, Características de la educación de la Compañía de Jesús, 1986.
del Pozo Roselló, M., Aprendizaje inteligente, Tekman books, Barcelona, 2009.
Domínguez Prieto, X. M., El arte de acompañar, PPC, Madrid, 2017.
Escamilla Fernández, A., Proyectos para desarrollar inteligencias múltiples y competencias clave, Graó,
Barcelona, 2015.
Gardner, H., Estructuras de la mente. La teoría de las inteligencias múltiples, Fondo de cultura econó-
mica, México, 1987.
— La inteligencia reformulada, Paidós, Barcelona, 2001.
Goleman, D., Inteligencia emocional, Kairós, Barcelona, 1997.
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Este libro se terminó de editar en Granada,
en el mes de mayo de 2020