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ARTICULOS DE FE JAMES E.

TALMAGE
magnetismo terrestre; además, Moisés recibió instrucciones divinas en cuanto a la arquitectura.
Teología y Religión, aunque se relacionan, no son idénticas. Uno puede estar bien versado en
conocimientos teológicos, y, sin embargo, carecer de un carácter religioso, o siquiera moral. Si la teología es una
teoría, entonces la religión es una práctica; si la teología es el precepto, la religión es el ejemplo. Una debe
complementar la otra; el conocimiento teológico debe fortalecer la fe y práctica religiosas. Cual la aceptan los
Santos de los Últimos Días, la teología abarca el plan del Evangelio de Jesucristo en su totalidad. La teología,
como ciencia, tiene que ver con el conocimiento clasificado o colacionado que se refiere a la relación entre Dios
y el hombre: es principalmente del intelecto; mientras que la religión incluye la aplicación de este
conocimiento o creencia genuina al curso individual de la vida.
Los Artículos de Fe. — Acostúmbrase expresar en credos formulados las creencias y prácticas
determinadas de la mayoría de las sectas religiosas. Los Santos de los Últimos Días no presentan tal credo como
un código completo de su fe, porque aceptan el principio de la revelación continua como característica esencial
de su creencia. José Smith, el primer profeta divinamente comisionado y el primer presidente de la Iglesia de
Jesucristo en los últimos días, o sea la dispensación actual, presentó como bosquejo de los dogmas de la Iglesia
las trece declaraciones conocidas como "Los Artículos de Fe de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los
Últimos Días." Dichos artículos encierran doctrinas fundamentales y características del evangelio cual esta
Iglesia lo enseña; pero no se deben considerar como una exposición completa de creencia, porque, como declara
el Artículo 9: "Creemos todo lo que Dios ha revelado, todo lo que actualmente revela, y creemos que aún
revelará muchos grandes e importantes asuntos pertenecientes al Reino de Dios." Desde el día en que por
primera vez se promulgaron, el pueblo ha aceptado los Artículos de Fe como declaración autorizada; y el 6 de
octubre de 1890, los Santos de los Últimos Días, reunidos en conferencia general, adoptaron los Artículos como
guía de fe y de conducta. En vista de que estos Artículos de Fe presentan doctrinas importantes de la Iglesia en
orden sistemático, se prestan, en tan conveniente bosquejo, para hacer un estudio de la teología de la Iglesia de
Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Los Libros Canónicos de la Iglesia constituyen la autoridad escrita de la Iglesia en cuanto a doctrina. No
obstante, la Iglesia está dispuesta para recibir, por medio de revelación divina, luz y conocimiento adicionales
"pertenecientes al Reino de Dios". Creemos que en la actualidad Dios tiene igual disposición de revelar su
parecer y voluntad al hombre, y que lo hace por medio de sus siervos designados—profetas, videntes y
reveladores —investidos, mediante su ordenación, con la autoridad del Santo Sacerdocio. Por consiguiente,
confiamos en las enseñanzas de los oráculos vivientes de Dios, dándoles igual validez que a las doctrinas de la
palabra escrita. Los libros que por el voto de la Iglesia se han adoptado como guías autorizadas de fe y doctrina
son cuatro: la Biblia, el Libro de Mormón, Doctrinas y Convenios y la Perla de Gran Precio.h Los oficiales y
miembros de la Iglesia han publicado y están publicando muchos libros, los cuales pueden ser sancionados por el
pueblo y las autoridades eclesiásticas; pero las cuatro publicaciones mencionadas son los "Libros Canónicos de
la Iglesia", debidamente adoptados. Los Artículos de Fe se pueden considerar como un bosquejo bueno pero
incompleto de las doctrinas que tratan los libros autorizados.

JOSÉ SMITH, EL PROFETA


José Smith, cuyo nombre aparece al pie de los Artículos de Fe, es el profeta y revelador por medio de
quien se restauró a la tierra el evangelio de Jesucristo en éstos, los últimos días, la dispensación del
cumplimiento de los tiempos, declarada y predicha por los profetas en dispensaciones anteriores. El asunto de la
comisión divina de este hombre desafía en la actualidad al mundo. Si son falsas sus afirmaciones de que fue
nombrado divinamente— ya que constituyen el fundamento de la Iglesia en esta última dispensación—la
estructura no puede ser estable; pero, si su declarada ordenación bajo las manos de personajes celestiales resulta
ser verdad, uno no necesita buscar más adelante la causa de la vitalidad extraordinaria y el desarrollo continuo de
la Iglesia restaurada.
Las circunstancias de las comunicaciones divinas de José Smith, el maravilloso ensanchamiento de la obra
que instituyó este profeta de los últimos días, el cumplimiento, mediante su conducto, de muchas de las
trascendentales predicciones de la antigüedad, y sus propias declaraciones proféticas con sus cumplimientos
literales aún llegarán a ser extensamente aceptadas como prueba conclusiva de la validez de su ministerio. Las
importantes afirmaciones que se hacen de él y de su obra, la fama que ha causado que su nombre sea conocido
para bien o mal entre la mayor parte de las naciones civilizadas de la tierra, la estabilidad de los sistemas

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