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LA METÁFORA Y EL SÍMBOLO

Un estudiante impaciente se acercó a un maestro y le preguntó:- ¿Cuándo llegará


el momento en que seré capaz de extraer el significado y hacer uso del contenido
de las historias con verdadera efectividad?El sabio dio un gran suspiro y
respondió: En el momento exacto en que ceses de preguntarte cuándo
alcanzarás eee punto, y pongas algo en tu estudio, en lugar de intentar
constantemente sacar algo.

-Anónimo

“No podemos decir cómo es la realidad sino cómo se nos presenta”


-Colin Murray Turbayne

La metáfora nace desde los cimientos de las ideas a las que queremos hacer
referencia, por que no interesa si es verdad o no, lo realmente importante es lo
que significamos, lo que proyectamos y lo que recibimos con ella. Max Black en su
libro “Modelos y metáforas”, lo importante para la eficacia de la misma es
enfocarnos en lo que queremos evocar presta y espontáneamente sin importar si
los personajes y lugares son reales. Por ejemplo:

La perla Tapatía (Guadalajara).


La ciudad blanca (Mérida)
La capital mundial de las fresas (Irapuato).
La ciudad de las luces (París).

Las frases expuestas son el ejemplo claro de que el uso de las metáforas nos
permite acceder a los significados que van implícitos en cualquier proceso de
comunicación y que solo percibimos inconscientemente; sin embargo, no
podríamos hablar de ellas sin tener en cuenta la importancia de los símbolos en el
lenguaje y su relación con el pensamiento.

El mismo escudo de nuestra bandera nacional es otra clara representación de la


importancia que los símbolos tienen para los seres humanos.

Los que somos mexicanos conocemos bien la historia: el pueblo azteca emprende
su viaje buscando el lugar en donde encontrarían a un águila encima de un nopal
devorando una serpiente. Dicha imagen representaría, para ellos, “la señal” de
que ya habían llegado al lugar que tanto anhelaban y el que les había prometido
su ser superior. Allí podrían establecerse y fundar su imperio.
La corona de laurel o lauréola es una corona que se entregaba como recompensa
a poetas laureados, deportistas y guerreros en la antigua Grecia y Roma.

No solo era el símbolo del triunfo bélico, sino también la victoria de la libertad.
Además, significa la persona que ha logrado cumplir y superar las exigencias de
educación y cultura, especialmente al concluir los estudios universitarios.
(Administración, s.f.)

Hablando de macro-entornos y micro-entornos, cualquier pueblo, ciudad o país


cuenta con lugares icónicos que las distinguen de los demás, y que, al
mencionarlos en cualquier conversación, de forma automática, damos por sentado
el lugar al que se hace referencia, por ejemplo:

En Monterrey esta el cerro de la Silla.


En Buenos Aires está el obelisco situado en la Plaza de la República.
En París esta la Torre Eiffel.
En Nueva York esta la Estatua de la Libertad.
Y en la Ciudad de México tenemos al Ángel de la Independencia.

Cada uno de los lugares mencionados son símbolos de las ciudades en las que se
encuentran y cuentan con elementos que, en su momento, tuvieron un significado
especial.

Los obeliscos simbolizan la conexión del cielo con la tierra.


La torre Eiffel nació con motivo de la preparación de la Exposición Universal la de
París, inaugurada en 1900 y fue el mayor escaparate internacional del diseño, el
arte y la tecnología que se había organizado en aquella época.
La Estatua de la Libertad fue un regalo de los franceses a los estadounidenses y
conmemora la alianza de ambos países durante la Revolución Estadounidense.
Desde entonces, se convirtió en un símbolo de la libertad, justicia y democracia, y
también fue reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco (Sag,
2017)

Los símbolos nos permiten recorrer atajos cognitivos para llegar a una idea sin
necesidad de explicarla cada vez, y ellos permiten que el pensamiento se siga
desarrollando.

Pero, ¿cómo influyen los símbolos en el lenguaje? Veámoslo:

A través de diversos signos y símbolos (palabras, imágenes, etc.) podemos


conocer y pensar sobre aspectos de la realidad que no tenemos presentes pero
que, sin embargo, se materializan cuando somos capaces de expresarlos
mediante símbolos: es decir, cuando somos capaces de comunicarlos. Los
símbolos poseen significados intrínsecos e inherentes que, al captarlos y
comprenderlos, facilita y optimiza la comunicación.
Quienes han aprovechado el poder de éstos han sido los dirigentes/creadores de
la iglesia católica al incluir las metáforas, los símbolos y los significados en los
cientos o miles de historias que hay en la biblia. A continuación, mencionaré un
par de ejemplos:

En una de las metáforas se cuenta la historia en la que Jesús multiplicó los peces
y los panes con el solo hecho de su presencia, y esto tiene un significado
poderoso; para la filosofía judeocristiana el pez es signo de pureza, de sabiduría,
de fecundidad y de resurrección por ello podemos encontrar su símbolo en los
templos católicos, cristianos y judíos. Desde un punto de vista alimenticio, tanto
para los cristianos como para los pueblos de la Biblia, la carne del pez es siempre
más limpia que la del ave o el cuadrúpedo.

En otros de los textos del Nuevo Testamento se hace referencia a Cristo


llamándole “Buen Pastor”. A esta imagen/símbolo, por lo general, se le asocian los
rasgos de un joven pastor adolescente y se interpreta que el buen pastor (dios),
salva a la “oveja descarriada” (el pecador). Lo que desconocen la mayoría de los
feligreses de las religiones católicas y cristianas es que esta metáfora procede
directamente de los modelos paganos del Moscóforo o el Hermes (Crióforo).

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