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Abraham Lincoln

“Una casa dividida contra sí misma no puede seguir en pie. Creo que este
gobierno no puede continuar, de forma permanente, mitad esclavo y mitad libre”

Vida
Abraham Lincoln es tal vez uno de los presidentes más importantes en la
historia de Estados Unidos y un personaje icónico de la humanidad, no sólo por
haber liberado a los esclavos, también por la manera en que afrontó el clima
político que se vivió durante su mandato con la Guerra Secesión y logró mantener
la unión entre la nación hasta que la guerra terminó.

Un 12 de febrero de 1809, en una cabaña de Kentucky nació Abraham Lincoln.


Su infancia y juventud estuvieron marcadas por la pobreza. Al recorrer con su
familia Misisipí vivió de cerca las condiciones infrahumanas que padecían los
esclavos negros.

De acuerdo a una carta escrita por él, se mudaron a Indiana


cuando él tenía ocho años y su madre murió cuando tenía 10.
Creció sin mucha educación, pero logró aprender a escribir, leer y
un poco de administración, aunque jamás fuera a una escuela.

Tenía veintitrés años cuando dejó la granja donde trabajaba, para combatir como
soldado raso en la guerra contra los indios. En ella se desató una guerra de
exterminio entre los colonos blancos contra los indios sank, liderados por su jefe
Halcón Negro, por la disputa de las tierras cercanas al Mississippi.

Lincoln consiguió que lo nombraran capitán de una pequeña compañía, lo que le


permitió ganarse el respeto de la pequeña comunidad.

Mientras tanto, emprendió su formación autodidacta y hacia 1836 logró licenciarse


en derecho.
Una anécdota conocida ocurrió cuando aún era un joven abogado. El mismo día,
tuvo que defender a dos clientes por un delito similar en la misma sala. La
diferencia recaía en que en la primera vista defendía al demandante y en la
segunda al demandado.

Cuando tuvo que ejercer durante el primer juicio, consiguió que el juez le diera la
razón y ganó el pleito. Pero, cuando tuvo que volver por la tarde a defender lo
contrario ante el tribunal, tuvo que utilizar el argumento contrario al que empleó en
la primera vista.

El juez, sorprendido, le preguntó a Lincoln que cuál era la razón por la que había
cambiado de opinión. El abogado respondió: «muy sencillo, señoría. Esta mañana
tal vez estaba en un error, pero esta tarde sé que tengo la razón´´.

En el verano de 1842, Lincoln contrajo matrimonio con Mary Todd, dama


perteneciente a una familia acomodada y bien relacionada, gracias a cuyos
contactos pudo dar el salto político definitivo.

Inicios en la política
El tema de la esclavitud era el más candente en aquellos años. Su actitud
contraria lo había conducido a intervenir en la política, lo que le valió su elección
como diputado de Illinois por el partido Whig, para el período 1834-1842. Durante
su cargo buscó mejores condiciones de vida para los negros y gracias a sus dotes
de oratoria, logró una gran popularidad en todo el estado.

En 1846 Lincoln pudo alcanzar la jefatura del Partido Whig, y como diputado del
Congreso federal apoyó a los abolicionistas de Washington. Ese mismo año
estalló la guerra contra México (1846-1848); la arrolladora victoria norteamericana
supuso la anexión definitiva de Texas y la incorporación a los Estados Unidos de
la Alta California, Nuevo México y el norte de Sonora, mientras los mexicanos
perdían la mitad de su territorio nacional.

Lincoln se había opuesto decididamente a la guerra desde el principio; el


desenlace favorable de la misma le hizo perder muchos votos, y fracasó en las
elecciones senatoriales de 1849. Decepcionado, se retiró de la política y durante
seis años trabajó como procurador.

Hacia el final de este retiro, Lincoln seguía siendo un abogado y político


provinciano, ciertamente prestigioso en su estado, pero casi desconocido fuera de
Illinois.

Raíces de la guerra de secesión


Durante la primera mitad del siglo XIX se habían ido configurando en los vastos
territorios de los Estados Unidos dos tipos de economías divergentes.

La Revolución Industrial había penetrado ya en los estados del norte, comenzando


por las industrias textiles y manufactureras, que llegaron a alcanzar un prestigio
considerable.

Los intereses de los estados del norte pasaban por el mantenimiento de una
política aduanera proteccionista para defenderse de la industria europea, más
antigua y mejor equipada, que generaba productos de calidad superior.

En los estados sureños gobernaba una clase aristocrática de terratenientes que


utilizaba como mano de obra a los esclavos negros en sus inmensas plantaciones.
Los intereses del sur eran exactamente los contrarios: defendían el librecambismo.
Su economía se basaba casi exclusivamente en el cultivo y comercio del algodón,
que la esclavitud permitía producir a bajo coste.

Los fundadores de la nueva nación habían confiado en que la esclavitud, herencia


del período colonial, desaparecería con el paso del tiempo y el progreso.

Por otra parte, el compromiso de Misuri había dividido el país (por la línea del
paralelo 36) en estados esclavistas y estados abolicionistas. Pero la adquisición
de nuevos territorios, junto a la huida de esclavos hacia el norte, fue debilitando el
equilibrio.

Treinta años después, en 1850, la incorporación de California como estado no


esclavista fue considerada como la anulación del compromiso de Misuri (por
hallarse situada, en gran parte, al sur del paralelo 36), suponiendo además el fin
de la paridad entre estados esclavistas y abolicionistas.

Un nuevo partido político


Tras la disolución del Partido Whig, en 1856 se constituyó en los estados norteños
un nuevo partido claramente abolicionista, el Partido Republicano, que se
consideraba heredero de la tradición política del presidente Thomas Jefferson.

La creación del Partido Republicano sirvió no sólo para causar alarma e irritación
en el sur, sino también para dividir al Partido Demócrata precisamente sobre la
cuestión de la esclavitud.

Comprometido con la causa contra la esclavitud, Lincoln regresó a la política


afiliándose al Partido Republicano el mismo año de su fundación.

No obstante, fue derrotado en las elecciones al Senado de 1858, pero debido a la


intensidad de la campaña antiesclavista y los duelos dialécticos que mantuvo con
el candidato demócrata Stephen A. Douglas le devolvieron la popularidad.

Cuentan que en un debate, el senador Stephen Douglas calificó a su adversario,


Abraham Lincoln, de «tener dos caras». Aludía a la hipocresía, pero Lincoln
respondió, reconociendo su ya proverbial fealdad:

-Pero, ¿cree usted, señoría, que si tuviese dos caras traería ésta?

Los debates revelaron sus extraordinarias dotes de orador, la profundidad de su


pensamiento, la madurez de su juicio y una gran fe en su misión. Por ello el
partido lo nombró como su candidato para la presidencia en 1960.

Elección como presidente


Lincoln inició su campaña electoral con un programa que unía la abolición de la
esclavitud, el reparto de tierras en el Oeste y medidas comerciales fuertemente
proteccionistas. La respuesta por parte de Carolina del Sur, estado abanderado
del sistema esclavista, no podía ser más clara y contundente: si Lincoln era
elegido presidente, la secesión sería un hecho irreversible.

La característica barba de Lincoln surgió durante la campaña. Ahora, se ha


descubierto la carta que una niña de tan solo 11 años, Grace Bedell de Westfield,
que escribió al mandatario en octubre de 1860 asegurándole que «estaría mucho
mejor con la barba porque tiene una cara muy fina».

En las elecciones, aunque las mujeres no podían votar por entonces, Grace
aseguró a Lincoln que, si se dejaba la barba, convencería a sus cuatro hermanos
y a sus padres para que le votasen.

Lincoln decidió visitar a Grace. Un periódico de la época inmortalizó el momento:


«Mr. Lincoln se ha parado, ha besado a la joven y ha hablado con ella unos
minutos». Él ya lucía una barba espesa y le dijo a la niña: «Grace, mira mi barba.
La he dejado crecer para usted».

Este encuentro fue tan importante que Westfield decidió levantar una estatua para
inmortalizar la reunión entre la niña y el expresidente.

Efectivamente, Lincoln ganó en las elecciones del 6 de noviembre a sus tres


adversarios: Stephen A. Douglas, por los demócratas del Norte; John
Breckinridge, por los demócratas del Sur; y a John Bell, como representantes del
efímero Partido de la Unión Constitucional.

Al ganar Lincoln, Carolina del Sur inevitablemente declaró su separación de los


estados de la Unión, a la que siguieron, otros diez estados más: Mississippi,
Florida, Alabama, Georgia, Louisiana, Texas, Virginia, Carolina del Norte,
Tennesse y Arkansas.

El 1 de febrero de 1861, el Congreso de Montgomery (estado de Alabama)


sancionó el nacimiento de los Estados Confederados de América, con Jefferson
Davis como presidente y con capital en Richmond (estado de Virginia).

Guerra de Secesión
Lincoln ya presidente, denegó a los secesionistas el derecho a abandonar la Unión
y se resistió a reconocer la realidad de la separación, pero se guardó mucho de
hacer uso de la fuerza; intentó evitar un conflicto armado y restaurar la unidad
formando un gobierno de coalición con los sudistas.

Fueron los estados del sur los que iniciaron las hostilidades al atacar el 12 de abril
de 1861 Fort Sumter, un enclave federal que defendía la entrada del puerto de
Charleston.

La guerra de Secesión duró cuatro años (1861-1865) y en ella acabaría


poniéndose de manifiesto la superioridad de los veintitrés estados del norte en
cuanto a población y recursos bélicos, aunque los estados del sur organizaron
prontamente su defensa y la riqueza de sus clases dirigentes les permitió adquirir
armamento en Europa.

Al comienzo de la guerra, el ejército sudista compensó la inferioridad de fuerzas


con su capacidad de iniciativa, su habilidad de maniobra y la preparación de sus
soldados.

Gracias al apoyo del Congreso y del Ejército del Norte, Lincoln pudo establecer un
Gobierno personalista como única solución para hacer frente a semejante crisis.

La primera preocupación del presidente fue la de encauzar los importantes


recursos que el Norte había puesto a su disposición para luchar contra la amenaza
sudista y, sobre todo, nivelar la ventaja económica del Sur, ya que seguía
suministrando importantes cantidades de tabaco y algodón a Europa.

Alarmado, Lincoln trató de subsanar las carencias volcándose en el Ejército del


Norte y en la búsqueda de una solución rápida al conflicto. Para ello estudió y
supervisó, en calidad de comandante en jefe del Ejército de la Unión, las
estrategias y técnicas de sus generales. Pero, tuvo serias dificultades para
encontrar generales capacitados.

Lincoln encontró al hombre ideal en la persona del general Ulysses S. Grant,


quien, gracias a sus victorias en Fort Danelson (Tennessee) y Vicksburg
(Mississippi), convenció al presidente para asumir la jefatura de los ejércitos
nordistas. La medida permitió dividir las funciones de la cúpula militar: Lincoln,
como comandante supremo; Halleck, jefe del Estado Mayor; Stanton, a cargo de
los suministros generales; y Grant, jefe de los ejércitos de la Unión.

Ulysses S. Grant despertó las envidias de sus conmilitones, que empezaron a


acusarle de ser un bebedor y hasta un borracho. Uno de ellos fue a ver a Lincoln
para contárselo. El presidente se mostró interesado por la información. Preguntó al
acusador con qué licor se emborrachaba Grant.

-Con whisky -dijo el envidioso.

Lincoln le pidió que dijera la marca de whisky que bebía el general y cuando lo
supo dijo:

-Pues, que envíen una caja de ese whisky a todos los generales, a ver si ganan
batallas como el general Grant.

En la guerra se dictaban pena de muerte para los desertores del ejército. El


presidente Abraham Lincoln se resistía a firmar las sentencias que imponían los
generales. Llegó a indultar a ochocientos desertores. Uno de ellos era un
muchacho que había sido sentenciado por haber huido del campo de batalla y
haber escapado a su pueblo para casarse con su novia. Lincoln, al conocer esta
historia, firmó inmediatamente el indulto.

Y dijo con sentido del humor:

-Ojala que este pobre chico, con el tiempo, no tenga motivos para lamentar que yo
le haya indultado.

Décimo tercera enmienda


Lincoln fue consciente de que con las armas no se podía vencer al Sur, necesitaba
también de la política y de medidas radicales, como la Proclamación de la
Emancipación de los negros.

Con la abolición de la esclavitud en todos los estados de la Unión, Lincoln


consiguió dos objetivos: por un lado, aumentar considerablemente el número de
adeptos a la causa de la Unión entre las masas populares y por el otro lado, la
emigración masiva hacia los estados de la Unión de los esclavos negros, que
abandonaron las plantaciones e ingresaron como soldados de la Unión.

Dado que solo se aplicó a las áreas de los estados confederados que aún no
estaban bajo el control de la Unión, la Proclamación de Emancipación por sí sola
no logró poner fin a la esclavitud en los Estados Unidos. Hacerlo requeriría una
enmienda constitucional que aboliera y prohibiera para siempre la institución de la
esclavitud.
El camino hacia la promulgación de una Decimotercera Enmienda comenzó en
abril de 1864, cuando el Senado de los Estados Unidos la aprobó por la mayoría
de votos requerida de dos tercios .
Sin embargo, la enmienda chocó con un obstáculo en la Cámara de
Representantes , donde enfrentó la oposición de un número significativo de
demócratas que sintieron que la abolición de la esclavitud por parte del gobierno
federal equivaldría a una violación de los derechos y poderes reservados a los
estados.
Reelección
Al iniciarse el año 1864, año electoral, presentó su reelección con la promesa de
poner fin a la guerra y programar un plan de reconstrucción nacional.

Con la ayuda de su creciente popularidad generada por las recientes victorias


militares de la Unión, Lincoln ganó fácilmente la reelección sobre su oponente
demócrata, el general George McClellan.

Un elemento significativo de esta brillante victoria fue permitir que sus ciudadanos
movilizados a los frentes pudieran votar en los teatros de operaciones de la
guerra, Lincoln obtuvo el 70 % de los votos de los miembros del Ejército.

Antes de iniciar su segundo mandato presidencial El 31 de enero de 1865, la


Cámara aprobó la decimotercera enmienda propuesta por una votación de 119 a
56, apenas por encima de la mayoría de dos tercios requerida. Otorgando el fin de
la esclavitud y nuevo comienzo de los afroamericanos.
Fin de la guerra
El ejército confederado, menguado por las bajas y las deserciones, era mucho
menor que el ejército del Norte. Las fuerzas de la Unión vencieron en la
decisiva batalla de Five Forks el 1 de abril, forzando al Sur evacuar Petersburg y
Richmond.

La capital confederada cayó en manos del XXV Cuerpo de la Unión, 112 compuesto
casi exclusivamente por soldados negros, el 3 de abril.

Las restantes tropas confederadas huyeron hacia el oeste y, tras una derrota
en Sayler’s Creek, los confederados comprendieron que era táctica y
logísticamente imposible continuar la lucha contra los Estados Unidos. De esta
manera, poco a poco los estados de la Confederación se rendían y firmaban
tratados de alto al fuego otorgando la victoria definitiva a la Unión,

Asesinato
En vísperas de la reconstrucción nacional después de la guerra, en la noche del
14 de abril de 1865, Lincoln asistió a una representación en el teatro Ford. La obra
era Our American Cousin, una comedia musical de Tom Taylor.20

Cuando el presidente se sentó en el palco, John Wilkes Booth, un actor de


Maryland, residente en Virginia y simpatizante del Sur, apareció por detrás y
disparó un único tiro con una pistola Deringer de bala redonda a la cabeza del
presidente, tras lo cual gritó ¡Sic semper tyrannis! (expresión en latín que significa
"así siempre a los tiranos").

Después de contemplar cumplida su osadía, y tras librar un aguerrido forcejeo con


el invitado del presidente Henry Rathbone (a quién lograría herir en un brazo en el
proceso), Booth saltó desde el balcón al escenario; el público creyó que al
incorporarse estaba haciendo una reverencia, pero la verdad es que se había roto
una pierna.
El presidente, mortalmente herido y tras ser atendido por el joven médico
militar Charles August Leale, que se encontraba en el teatro, fue llevado a una
casa atravesando la calle donde entró en coma; su agonía duró nueve horas.

A las siete de la mañana, el mandatario estadounidense falleció sin haber


recobrado el conocimiento. Su asesino, así como varios de sus secuaces, fueron
finalmente capturados y ahorcados aunque más tarde se demostró que algunos de
ellos eran inocentes.

El cuerpo de Lincoln fue llevado por tren en una magnífica procesión fúnebre a lo
largo de varios estados.
Legado
La nación se afligió por un hombre al que muchos consideraron el salvador de los
Estados Unidos y el protector y defensor de lo que Lincoln mismo llamó "el
gobierno del pueblo, por el pueblo, y para el pueblo".
Su imagen es honrada como uno de los mejores presidentes que los Estados
Unidos ha tenido. Su legado

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