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200 Oraciones
200 Oraciones
¡Señor!
En todo lo que yo te pida, te agradezco la infinita bondad con la que me atiendes.
No consideres lo que yo te ruegue sino aquello de lo que más necesite.
Y cuando me consideres aquello que yo más necesite, Enséñame a usar tu concesión, no sólo en mi
provecho, sino también en beneficio de los otros. Con el fin de que yo sea feliz con tu dádiva, sin
perjudicar a nadie.
Si usted está a punto de explotar mentalmente deténgase por algunos instantes para pensar.
Si el motivo es molestia en el propio cuerpo, la intranquilidad trae lo peor.
Si la razón es enfermedad en una persona querida, su desajuste es factor agravante.
Si usted sufrió perjuicios materiales, la reclamación es una bomba atrasada, lanzando un nuevo caso.
Si perdió alguna afección, la queja lo tornará una persona menos simpática, junto a sus demás amigos.
Si dejó alguna oportunidad valiosa para atrás, la inquietud es desperdicio de tiempo.
Si las contrariedades aparecen, el acto de enfurecerse apartará de usted el concurso espontáneo.
Si usted cometió un error, el desespero es una puerta abierta a faltas mayores.
Si usted no alcanzó lo que deseaba, la impaciencia hará mas larga la distancia entre usted y el objetivo
a lograrse.
Sea cual fuera la dificultad, conserve la calma, trabajando, porque, en todo problema, la serenidad es el
tope del alma, pidiendo el servicio de la solución.
El espíritu concienzudo, creado a través de los milenios, en los dominios inferiores de la naturaleza,
llega a la condición de la humanidad, después de haber pagado los tributos que la evolución le reclama.
En vista de esto, es natural que comprendas que el libre arbitrio establece una determinada posición
para cada alma, por lo tanto, cada persona se debe a sí misma la situación en que se coloca.
Posees lo que diste.
Cultivarás lo que vienes dando.
Conoces lo que aprendiste.
Sabrás lo que estudias.
Encontraste lo que buscabas.
Hallarás lo que procuras.
Obtuviste lo que pediste.
Alcanzarás lo que aspiras.
Es ahora lo que hiciste contigo ayer.
Serás mañana lo que haces contigo hoy.
Llegamos en un día claro de la razón, sencillos e ignorantes, delante del perfeccionamiento y del
progreso, pero con la libertad interior de escoger nuestro propio camino.
Todos tenemos, así, en la voluntad el trampolín a la vida, con infinitas posibilidades de pensar y
realizar.
El gobierno del Universo es la justicia, la que define en todas partes, la responsabilidad de cada uno.
La gloria del Universo es la sabiduría, expresando luz en las conciencias.
El sustento del Universo es el trabajo que sitúa a cada inteligencia en el lugar que le compete.
La felicidad del Universo es el amor en la forma del bien de todos.
El Creador concede a las criaturas, en el espacio y en el tiempo, las experiencias que deseen, para que
se ajusten, por fin, a las leyes de la bondad y del equilibrio que lo manifiestan. He aquí por que perma-
necer en la sombra o en la luz, en el dolor o en la alegría, en el mal o en el bien, es la acción espiritual
la que depende de nosotros.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Justiça Divina” – Edición FEB
Tolera, construyendo
Todo el bien que pudieras
No exijas de los otros
Dones que todavía te faltan.
Los errores en los compañeros
Podrían ser nuestros.
Acepta las pruebas
Por exámenes de fe.
Traerás contigo la paz
Que hicieres en los otros.
Tenemos siempre lo que damos.
Esa es la ley de Dios.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Tocando o Barco” – Edición IDEAL
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Trevo de Idéias” – Edición GEEM
¡No te detengas!
Torna a la presencia del compañero que te hirió y perdónalo, ayudándolo a recuperarse.
¡Reflexiona y ampáralo!
¿Cuántos dolores y cuantas perturbaciones le castigaron el alma, antes de que la palabra de él se
irguiese para ofenderte o antes que su brazo, armado por la incomprensión, defiriese contra ti el golpe
deprimente?
Guarda la calma y auxilia, sin cesar.
Más tarde, es posible que no puedas, por tu parte, soportar el horrendo asalto de la ira y reclamarás,
igualmente, el bálsamo de la ajena comprensión.
Retorna a tu hogar o a tu lucha y divulga, de nuevo, la bendición del amor, con todos los corazones que
yacen envenenados, por la hiel de la crueldad o por la malicia de la calumnia.
¡No dudes, por eso!
Perdona ahora, en cuanto la oportunidad de reaproximación te favorece a los buenos deseos, porque,
probablemente, mañana, la oportunidad luminosa habrá pasado y no encontrarás nada, alrededor de ti
sino la ceniza del arrepentimiento, el llanto amargo de la inútil lamentación.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Assim Vencerás” – Edición IDEAL
Espirito: MEIMEI
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: Cartas do Coração” – Edición LAKE
Espirito: MEIMEI
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Amizade” – Edición IDEAL
¡Señor!
Me diste la palabra como semilla de luz.
Ayúdame a cultivarla.
No me permitas envolverla en la sombra que proyecto.
Enséñame a hablar para que se haga mejor.
Ayúdame a recordar lo que debe ser dicho y a limpiar de la memoria todo aquello que tu bondad
espera que se lance al olvido.
Donde la irritación me procure, indúceme al silencio, y, donde se labre el incendio de la incomprensión
o del odio, haz que yo pronuncie la frase calmante que pueda apagar el fuego de la ira.
En cualquier conversación, inspírame el concepto cierto que se ajuste a la edificación del bien, en el
momento exacto, y hazme vigilante para que el mal no me use, en alabanza de la perturbación.
No me dejes enmudecer, delante de la verdad, pero consérvame en tu prudencia, a fin de que yo sepa
dosificar la verdad, en amor, para que la compasión y la esperanza no se apague junto a mí.
Tráeme el corazón al raciocinio sincero, sin aspereza, blando sin pereza, fraterno sin exigencia y deja,
Señor que mi palabra obedezca a tu voluntad, hoy y siempre.
Espirito: MEIMEI
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Caminho Espírita” – Edición IDE
La cólera presenta diez negativas complejas que inducen a la mejor de las criaturas a la peor de las
frustraciones:
1. No resuelve. Agrava
2. No libra del cautiverio. Complica
3. No ilumina. Oscurece
4. No reúne. Separa
5. No ayuda. Perjudica
6. No equilibra. Desajusta
7. No reconforta. Envenena
8. No favorece. Dificulta
9. No bendice. Maldice
10. No edifica. Destruye
Levantará el hombre el propio nido a plena altura, practicando a lo alto de los gigantescos edificios de
cemento armado...
Escalará lo alto de la ciencia, poblando el espacio de ondas múltiples, incesantemente convertidas en
mensajes de sonido y color.
Volará en palacios aéreos, cruzando los cielos con la rapidez del rayo...
Se elevará sobre torres poderosas, estudiando a la naturaleza y al movimiento de los astros...
Se erguirá, victorioso, a la cima de la cultura intelectual, especulando sobre a esencia del Universo...
Entretanto, si no baja, repleto de amor, para auxiliar a la criatura, en el suelo del mundo, en vano
esperará por una humanidad mejor.
En la infancia, surge, renovado, el germen de la perfección, tanto como en la alborada recomienza el
fulgor del día.
Extiende los brazos generosos y ampara a los pequeñitos que te rodean.
Líbralos, hoy, de la ignorancia y de la penuria, de la pereza y de la crueldad, para que, mañana, sepan
librarse del crimen y del sufrimiento.
Hijo de tu carne o fruto del hogar ajeno, cada criatura es vida de tu vida.
Aprende a bajar para ayudarla, como Jesús bajó hasta nosotros para redimirnos.
Si la recuperación de la infancia es para la gloria del bien, todo el progreso humano continuará
oscilando en las espinas de la ilusión y del mal.
No dudes que, al pie de cada cuna, Dios nos permite encontrar el propio futuro. De nosotros depende
hacerlo camino peligroso para la bajada a la sombra o camino sublime para la ascensión a la luz.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Taça de Luz” – Edición LAKE
Existe sin embargo, una de ellas al alcance de todos y que puede ser largamente ejercida en cualquier
lugar: el donativo de la calma en los momentos angustiantes de la vida.
Recuerda los bienes espirituales que consigues distribuir y no margines semejante recurso.
Delante de las reclamaciones y críticas, usa la tolerancia que para establezca la armonía posible entre
acusados y acusadores; recibiendo injurias y ofensas, silencia y olvida los desequilibrios de que por
ventura te hiciste víctima, deteniendo calamidades de la delincuencia; ante la agresividad exagerada de
alguien, guarda la serenidad que alivie corazones y pacifique ambientes; encontrando vehículos de
discordia, emplea el entendimiento que aparte choques y conflictos capaces de suscitar acrimonia y
perturbación.
En cualquier lance difícil de la existencia, dispones de la posibilidad de actuar benéficamente con los
recursos de la bondad y de la comprensión que entreteje la garantía de la paz.
Recuerda la chispa lanzada sin pensar cuando se transforma en fuego descontrolado y devorador.
Cualquier criatura, cuando se muestre actuando sin noción de responsabilidad puede generar incendios
lamentables, destruyendo los más altos valores de la vida.
Por eso mismo, donde estemos, seamos nosotros los bomberos de Dios.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Caminhos de Volta” – Edición GEEM
La lucha es áspera, incomoda. Aún así, somos aquella caravana de Cristo que debe proseguir, camino
afuera, conduciendo el mensaje que nos cabe entregar.
Espirito: BATUÍRA
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Mais Luz” – Edición GEEM
Concentremos nuestras fuerzas con el propósito de amar a nuestros enemigos, según los preceptos de
Cristo, para que las sombras se muestren disipadas.
Espirito: BATUÍRA
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Mais Luz” – Edición GEEM
A veces, los otros, los compañeros desencarnados, solicitando serenidad y confianza a nuestros
amigos, de luchas y dificultades en la Tierra, nos asemejamos, o mejor, podemos parecer bomberos
tranquilos exhortando la paciencia de los hermanos que sufren en la alta tensión del incendio, pero no
es así.
Somos compañeros de la misma construcción, colegas de la misma causa.
Cuando te quejas de alguien o de alguna cosa, es posible que estés rehusando la presencia de la
persona o despreciando el amparo que la Divina Providencia te envió para librarte de males mayores
que tal vez te aguarden por la frente.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Livro de Respostas” – Edición IDEAL
¡Señor!
Entre aquellos que te piden protección, estoy también yo, ciervo humilde a quien mandaste extinguir el flagelo d
hambre.
Dividiendo el movimiento de aquellos que te sirven, hice hoy igualmente mi giro. ¡Me vi frecuentemente detenido
hogares dichosos, cooperando en las alegrías de la mesa harta, pero vi pobres mujeres que me extendían, en va
manos!...
Vi a criaturas escuálidas que me miraban ansiosas, como si estuviesen clavando los ojos a un tesoro perdido.
Encontré hombres tristes, transpirando sudor, que me contemplaban atormentados, rogando en silencio para que
socorriese a los hijitos abandonados al extremo infortunio...
¡Escuché enfermos que no precisaban tanto de remedio, sino más de mí, para que pudiesen atender al estomago
torturado! ...
Vi la penuria cansada de lamento y reparé, en muchos corazones desvalidos, mudo desespero por mi causa.
Entretanto, Señor, casi siempre estoy encarcelado por aquellas mismas criaturas que te dicen honrar.
Hablan en tu nombre, confortables y distraídas en la moldura de lo superfluo, olvidando que caminaste por el mu
sin retener una sola piedra en donde reposar la cabeza.
Te elogian bondad y te exaltan gloria, sin percibir junto a ellas, a sus propios hermanos fatigados y desnutridos.
muchas veces, después de perfectas disertaciones en torno de tus enseñanzas, me aprisionan en gavetas y arma
es que no me trancan bajo las telas coloridas de vitrinas costosas o en el recinto oscuro de los almacenes.
Enséñales, Señor, las lecciones de caridad, a dividirme por amor, para que yo no sea motivo de delincuencia.
Si es posible, multiplícame, por misericordia, otra vez, a fin de que yo pueda aliviar a todos los hambrientos de la
porque un día, Señor, cuando enseñabas al hombre a orar, me incluiste entre las necesidades más justas de la vi
suplicando también a Dios:
“El pan nuestro de cada día danos hoy.”
Espirito: MEIMEI
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “O Espírito da Verdade” – Edición FEB
¿Qué es Dios?
“Dios es la inteligencia suprema, causa primaria de todas las cosas.”
¿Qué se debe entender por infinito?
“Lo que no tiene comienzo ni fin: lo desconocido; todo lo que es desconocido e infinito.”
¿Se Podría decir que Dios es lo infinito?
“Definición incompleta. La pobreza del lenguaje humano, insuficiente para definir lo que está encima
del lenguaje de los hombres.”
Dios es infinito en sus perfecciones, pero lo infinito es una abstracción. Decir que Dios es lo infinito es
tomar el atributo de una cosa por la misma cosa, es definir una cosa que no es conocida por otra, que
no es más de que la primera.
ALLAN KARDEC
Del Libro: “El Libro de los Espíritus”
Cada persona es aquello de lo que cree; habla de lo que le gusta; retiene lo que procura; enseña lo que
aprende; tiene lo que da y vale lo que hace.
Siempre es fácil, por lo tanto, para cada uno de nosotros reconocer los esquemas de vivencia en que
nos colocamos.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Agora é o Tempo” – Edición IDEAL
Antes de apuntar los obstáculos, escucha la voz de la vida, que te habla sin palabras, en las ocurrencias
del día a día.
Aquel que ya consigue percibir las necesidades de los otros está siendo llamado para atenderlas.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Espera Servindo” – Edición GEEM
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Espera Servindo” – Edición GEEM
Todos los estados enfermizos del alma se parecen, en el fondo, a los estados enfermizos del cuerpo,
solicitando el remedio adecuado que les proporcione la cura.
Y la impaciencia que tantas veces genera riñas inútiles, es uno de ellos, pidiendo lo específico de la
calma para que lo destierre del mundo íntimo.
¿Cómo, sin embargo, obtener serenidad, cuando somos impulsivos por vocación o por hábito?
Es justo recordar que así como nos acomodamos, obedientes, para oír al profesor traído para
enseñarnos, es forzoso igualmente asentar la emotividad, en la cartera del raciocinio, a fin de educarla,
educándonos; y, aplicando los principios de fraternidad y de amor que abrazamos, invitaremos a
nuestros propios sentidos a la necesaria renovación.
Hecho eso, percibiremos que en todo instante de turbación o desequilibrio, es instrumento de prueba
para evaluación de nuestro propio aprovechamiento.
Aprenderemos, al fin, que delante de la crítica estamos convocados a la demostración de benevolencia,
delante de la censura es preciso ejercer la bondad; al frente del pesimismo, somos inducidos a cultivar
la esperanza; ante la condenación, somos indicados a la bendición, y que disminuyendo cualquier
apariencia del mal, es imperioso pensar en el bien, disponiéndonos a servirlo.
Entregándonos con sinceridad a semejantes ejercicios de comprensión y tolerancia, estaremos en clase
útil, para la adquisición de calores eternos en el terreno del espíritu.
Así, en materia de paciencia, si se nos huye la paciencia, urge reconocer que, ante las circunstancias
más incómodas de la vida, estamos todos nosotros, en el justo momento de conquistarla.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Rumbo Cierto” - Edición FEB
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Convivência” – Edición CÉU
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Encontro Marcado” – Edición FEB
“Haced todas las cosas sin murmuraciones ni contiendas.” – Paulo. (FILIPENSES, 2:14)
Nunca se vio una contienda que no fuese precedida de murmuraciones inferiores. Es un hábito antiguo
de la liviandad procurar la ingratitud, la miseria moral, el orgullo, la vanidad y todos los flagelos que
arruinan las almas en este mundo para organizar las charlas de la sombra, donde el bien, el amor y la
verdad son enfocados con malicia.
Cuando alguien comience a encontrar motivos fáciles para muchas quejas, es justo proceder a un
riguroso auto-examen, de modo que se verifique si no se está padeciendo de la terrible enfermedad de
las murmuraciones.
Los que cumplen sus deberes, en la pauta de las actividades justas, ciertamente no podrán cultivar
motivo a reclamaciones.
Es indispensable conservarse como el discípulo en guardia contra esos acumuladores de energías
destructivas, porque, de manera general, su influencia perniciosa invade casi todos los lugares de lucha
del Planeta.
Es fácil identificarlos. Para ellos, todo está equivocado, nada sirve, no se debe esperar algo mejor en
alguna cosa.
Su verbo es irritación permanente, sus observaciones son injustas y desaniman.
Luchemos, en cuanto estuviere en nuestras fuerzas, contra esas humillantes actitudes mentales.
Confiados en un Dios, dilatemos todas nuestras esperanzas, con la certeza de que, conforme aseveran
los viejos Proverbios, el corazón optimista es medicamento de paz y de alegría.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “El Pan Nuestro” - Edición FEB
¿Sabéis por qué, a veces, una vaga tristeza se apodera de vuestros corazones y vosotros lleváis a
considerar amarga a la vida? Es que vuestro Espíritu, aspirando la felicidad y la libertad, se agota,
sometido al cuerpo que le sirve de prisión, en vanos esfuerzos para salir de él. Reconociendo inútiles
esos esfuerzos, cae en desánimo y, como el cuerpo sufre la influencia, toma el cansancio, el
abatimiento, una especie de apatía, y os juzgáis infelices.
Creedme, resistid con energía a esas impresiones que os debilitan la voluntad. Son innatas en el espíritu
de todos los hombres las aspiraciones por una vida mejor, pero, no las busquéis en este mundo y,
ahora, cuando Dios os envía los Espíritus que le pertenecen, para que vosotros instruyereis acerca de la
felicidad que Él os reserva, aguardad pacientemente al ángel de la libertad, para que os ayude a romper
los lazos que os mantiene cautivo al Espíritu. Recordaos de que, durante vuestro exilio en la Tierra,
tenéis que desempeñar una misión que no sospecháis, quiera dedicarse a vuestra familia, quiera
cumpliendo las diversas obligaciones que Dios os confió. Si, en el curso de ese exilio-prueba, os
exoneráis de vuestros encargos, sobre vosotros desmoronaren los cuidados, las inquietudes y
adversidades, sed fuertes y corajosos para soportarlos. Enfrentáoslos decididos. Duran poco y os
conducirán a la compañía de los amigos por quien lloráis y que jubilosos por veros de nuevo entre ellos,
os extenderán los brazos, a fin de guiaros a una región inaccesible a las aflicciones de la Tierra. -
François de Genève. (Bordéus)
Del Libro: “El Evangelio Según el Espiritismo” – Cap. V – Item 25, FEB.
¿Es un castigo la encarnación y solamente los Espíritus culpados están sujetos a sufrirla?
El pasaje de los Espíritus por la vida corporal es necesario para que puedan cumplir, por medio de una
acción material, los designios cuya ejecución Dios les confía. Les es necesario, por el bien de ellos, ya
que la actividad que son obligados a ejercer les auxilia el desarrollo de la inteligencia. Siendo
soberanamente justo, Dios tiene que distribuir todo igualmente para todos sus hijos; Es así que
estableció para todos el mismo punto de partida, la misma aptitud, las mismas obligaciones que cumplir
y la libertad de proceder. Cualquier privilegio sería una preferencia, una injusticia. Pero, la encarnación,
para los Espíritus, es un estado transitorio. Es una tarea que Dios les impone, cuando inician la vida,
como primera experiencia del uso que harán del libre arbitrio. Los que desempeñan con celo esa tarea
transponen rápidamente y menos penosamente los primeros grados de la iniciación y más temprano
gozan del fruto de sus labores. Los que, al contrario, usan mal la libertad que Dios les concede retardan
su marcha y, tal sea la obstinación que demuestren, pueden prolongar indefinidamente la necesidad de
la reencarnación y es cuando se torna un castigo – S.Luis (Paris, 1859).
Muchas veces, en el camino evangélico, queda el vacío dejado por las afecciones que nos exoneran del
cariño mayor, queda la amargura de la desilusión al frente de los que iban de jornada con nosotros aún
ayer, y hoy se retiran, desorientados, del camino que compartíamos al servicio común... Entretanto,
eso es natural y fatal. Pidamos a Dios por ellos. ¡Ni siquiera nosotros que los amamos y que por la
soledad pasajera somos inducidos a la capacidad de mayores reflexiones, conseguimos saber cuántos
dolores y cuántas pruebas cargan!...
Sigamos, pues, al frente, bendiciendo a todos.
Que la luz del Señor a todos alcance y proteja siempre.
Espirito: BATUÍRA
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Mais Luz” – Edición GEEM
.....pidamos al Señor que nos sustente las fuerzas en la desincumbencia de los compromisos asumidos
y prosigamos adelante, en el campo de nuestras benditas luchas, con la certeza de que el Divino
Bienhechor jamás nos abandona.
.......unámonos.
Sólo la unión conseguirá fortalecernos para el exacto cumplimiento de nuestras obligaciones, con el
servicio y la humildad como normas de acción.
Si meditares sinceramente, en las pruebas que ya venciste, en los problemas que ya atravesaste, en los
dolores que ya te olvidaste y en los obstáculos que, muchas veces, ya contornaste, sin mayor esfuerzo
de tu parte, reconocerás que el amparo de Dios estuvo y está contigo en todos los momentos,
aprendiendo a cooperar más a favor de la paz en ti mismo, consolidando la fe en la Providencia Divina
que nunca nos desampara.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
La vida no termina
Donde la muerte aparece.
No transformes la nostalgia
En hiel para quienes ya se fueron.
Ellos siguen contigo,
No obstante de otra forma.
Dales amor y paz,
Por mucho que padezcas.
Ellos también te esperan
Procurando ampararte.
Todos estamos juntos.
En la Presencia de Dios.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Religião dos Espíritos” – Edición FEB
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Passos da Vida” – Edición IDE
EMMAMUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Algo Mais” – Edición IDEAL
Cuando abrazas a tu hijo, en la comodidad doméstica, quedan esos otros niños que van de jornadas sin
hogar.
Dispones de alimento abundante para que tu hijo se mantenga en línea de robustez.
Esos otros niños, sin embargo, caminan desorientados, aguardando los restos que la mesa les sobra,
con displicencia, el pasto terminado.
Escoges la ropa noble y limpia que tu hijo vestirá, conforme la estación.
Mientras tanto, esos otros niños tremen de frío, recubiertos de harapos.
Defiendes a tu hijo de la intemperie, bajo el techo acogedor, sustentándolo con la apariencia de joya de
cofre.
Mientras que, esos otros niños dormitan somnolientos en la vía pública, si es que no se estiran en el
espacio asfixiante del desagüe.
Abres los tesoros de la escuela, al mirar deslumbrado de tu hijo.
Y esos otros niños suspiran en vano por la luz del alfabeto, acabando, muchas veces, encerrados en el
cubículo de las prisiones, Frente a la ignorancia que les ciega la existencia.
Conduces a tu hijo al examen de pediatras distintos siempre que muestre leve dolor de cabeza.
Sin embargo, esos otros niños mimados por molestias atroces, agonizan en lechos de piedra, sin que
una mano amiga los socorra.
Ofreces a los sentidos de tu hijo, la fiesta permanente de las sugerencias felices, a través de la
educación incesante.
Sin embargo, esos otros niños guardan ojos y oídos casi sintonizados en el lodo abismal de las tinieblas.
¡Acaricia, así, a tu hijo en el trono familiar, pero baja al patio de la desdicha, donde esos otros niños se
agitan en la sombra o desespero y ayúdalas cuanto puedas!
Quien sirve en el amor de Cristo, sabe que la buena palabra y el gesto de cariño, el pedazo de pan y la
pieza de vestimenta, el frasco de remedio y la taza de leche operan maravillas.
Proclamas a cada paso que esperas confiado el esplendor del futuro pero, mientras esos otros niños
lloren desamparados, clamaremos en vano por un mundo mejor.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Religião dos Espíritos” – Edición FEB
No reclames a la Tierra
Por los seres que partieron...
Mira la planta que vuelve
En la semilla al morir.
Llora, una vez que el llanto
Purifica la visión.
Sin embargo, continua
Obrando para el bien.
La lágrima sin revuelta
Es el rocío de la esperanza.
La muerte es la propia vida
En una nueva edición.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Caravana do Amor” – Edición IDE
Hermano nuestro, que estás en la Tierra, Glorificada sea tu voluntad, a favor del Infinito bien.
Trabaja incesantemente por el Reino Divino, con tu cooperación espontánea.
Sea atendida tu aspiración elevada, con el olvido de todos los caprichos inferiores.
Tanto en el hogar de la Carne, como en el Templo del Universo.
El pan nuestro de cada día, que viene del Celeste granero, úsalo con respeto y divídelo santamente.
Disculpa nuestras faltas para contigo, así como el Eterno Padre ha perdonado nuestras deudas en
común.
No permitas que tu existencia se pierda por la tentación de los malos pensamientos.
Líbrate de los males que proceden del propio corazón.
Porque te pertenece, ahora, la gloriosa oportunidad de elevación para el reino del poder, de la justicia,
de la paz, de la gloria y del amor por siempre.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Correio Fraterno” – Edición FEB
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Assim Vencerás” – Edición IDEAL
Se derramó el perfume
De las Alturas Celestes.
Los hombres lo pusieron
En vasos numerosos;
Unos altos y finos,
Otros amplios y ovales;
Algunos hechos de oro,
Otros de barro o plata.
Tantas formas diversas,
Pero el aroma era el mismo.
Esta es la historia del amor,
El perfume de Dios.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Luz Bendita” – Edición IDEAL
Si fuimos traídos a la Tierra para olvidar nuestro pasado, valorizar el presente y preparar en nuestro
beneficio un futuro mejor, ¿porqué provocar la regresión de la memoria de lo que fuimos o hicimos,
simplemente por cuestiones de curiosidad vacía, o buscar aquellos que fueron nuestros compañeros, a
fin de regresar a los desequilibrios que hoy rescatamos?
Nuestra propia existencia actual nos presentará las tareas y pruebas que, en sí, son la recapitulación de
nuestro pasado en nuestras diversas vidas, igualmente, solamente de nuestro último pasaje en la Tierra
fijado en el mundo físico, curso de regeneración en que estamos integrados en las llamadas pruebas de
cada día.
¿Porqué efectuar la regresión de la memoria, únicamente para llorar el recuerdo de los pretéritos
episodios infelices, o exhibirnos grandeza ilusoria en situaciones que, por simple deseo de liviana
retomada de acontecimientos, fuimos protagonistas, si ya sabemos, especialmente con Allan Kardec,
que estamos eliminando gradualmente nuestras imperfecciones naturales o apagando el brillo falso de
tantos malos procedimientos que apenas nos inducirán a errores que no deseamos repetir más?
Seamos sinceros y lancemos una mirada a nuestras tendencias.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Señor Jesús!
Tú dijiste: “mi paz os doy...”
Entretanto, Señor,
Muchos de nosotros andamos distraídos;
Afligidos, a veces, por niñerías;
Preocupados sin razón;
Ávidos de adquisiciones desnecesarias;
Irritables por dificultades pasajeras;
Doblados al peso de cargas formadas por desilusiones y discordias que nosotros mismos inventamos;
Ocupados en divergencias infelices;
Hipnotizados por la tristeza y la amargura que nos inclinan a la separatividad y al pesimismo...
Sí entendemos, Jesús, que nos dijiste:
- “mi paz os doy...”
Sin embargo, delante, de nuestras inhibiciones y obstáculos, nosotros te rogamos, por acrecentamiento
de misericordia:
- Señor, nos concediste la paz, sin embargo, enséñanos a recibirla.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
El trabajo eficiente debe ser planeado, pero no se olvide que las circunstancias proceden de la vida
superior.
El tiempo es un río de sorpresas.
Use el apoyo de la bondad y la batea de la tolerancia para tomar el oro de la Providencia Divina en el
cascajo de los actos desagradables.
La conversación fastidiosa tal vez sea el vehículo de la valiosa indicación.
La visita que no se espera probablemente traiga una bendición.
El obstáculo con que no se contaba, en muchas ocasiones, traduce el amparo de la Espiritualidad Mayor,
antes que cierta dificultad aparezca.
El aborrecimiento de un minuto puede ser la pausa del aviso salvador
La enfermedad súbita, casi siempre, es el proceso del que se utiliza del Plano Superior para impedirse
una caída espectacular.
Atienda su programa de acción, conforme sus encargos, pero no se olvide de la paciencia en el camino
de sus horas.
Cada uno de nosotros es llamado para la ejecución de determinada tarea, pero la habilitación para eso
viene de Dios.
Espirito:ANDRÉ LUIZ
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Busca e Acharás” – Edición IDEAL
Dios, nuestro Padre, que Sois todo poder y bondad, dad fuerza a aquel que pasa por la prueba, dad la
luz a aquel que procura la verdad, poned en el corazón del hombre la compasión y la caridad.
Dios! Dad al viajero la estrella guía, al angustiado la consolación, al enfermo el reposo.
Padre! Dad al culpado el arrepentimiento, al espíritu la verdad, a la criatura el guía, al huérfano el
padre.
Señor! Que tu bondad se extienda sobre todo lo que creaste.
Piedad, Señor, para aquellos que no te conocen; esperanza para aquellos que sufren. Que tu bondad
permita que los espíritus consoladores derramen por todas partes la paz, la esperanza y la fe.
Dios! Un rayo, una chispa de tu amor puede abrazar la tierra. Dejadnos beber de las fuentes de esta
bondad fecunda e infinita y todas las lágrimas se secarán, todos los dolores se calmarán. Un solo
corazón, un solo pensamiento subirá hasta ti, como un grito de reconocimiento y de amor. Como
Moisés sobre la montaña, nosotros te esperamos con los brazos abiertos, ¡Oh! Poder. ¡Oh! Bondad. ¡Oh!
Belleza. ¡Oh! Perfección. Y queremos de alguna suerte, alcanzar Tu misericordia.
Dios! Dadnos la fuerza para ayudar al progreso a fin que subamos hasta Ti; dadnos la caridad pura;
dadnos la fe y la razón, dadnos la simplicidad que hará de nuestras almas el espejo donde se debe
reflejar tu imagen.
CÁRITAS
Psicografada por Madame W. Krill em 1.873 – Bordeaux
Compadécete siempre:
-Así pide el Señor.
Quien nunca resbaló
Tal vez caiga mañana.
Ese que llora espera
El corazón que lo entienda.
Otro soñaba el bien,
Pero se quedó preso al mal.
El perdón aparece
A aquellos que perdonan.
Todos estamos juntos
En la justicia de Dios.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Luz Bendita” – Edición IDEAL
La fe que apenas se cree que es una luz estacionaria en el corazón que la retiene.
Para comunicarse con otro, sin embargo, iluminando corazones y levantando almas, la fe viva precisará
dislocarse, usando el carro de las buenas obras.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Material de Construção – Edición CÉU
No creas en facilidades.
Muchas aflicciones nos castigan el espíritu, delante de nuestros propios caprichos desatendidos.
No aguardes dinero harto o aun excesivo para que te sientas feliz.
Agradece al Cielo la posibilidad de trabajar, por cuanto el trabajo te garantizará la subsistencia y la
subsistencia de aquellos corazones que se te hacen queridos.
No esperes la felicidad para que puedas realizar los propios deseos.
La saciedad tal vez sea la víspera de la penuria, cuyas pruebas posiblemente no conseguirás resistir.
No creas que una personalidad humana, colocada en los pináculos del poder, disponga de recursos para
solucionar todos los problemas que te enjambran la existencia.
Es probable que esa persona, merecidamente importante, esté cargando un fardo de tribulación más
pesado que el tuyo.
Si pretendes vivir fuera de las inquietudes de lo cotidiano, no exijas de los otros aquello que los otros
todavía no poseen para dar.
Si quieres vivir en las alegrías de la conciencia tranquila, auxilia al prójimo cuanto pudieres, trabaja
siempre y confía en Dios.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Hora Certa - Edición GEEM
No pierdas tiempo en el camino de la vida, porque el día responderá por los minutos.
No te olvides del poder del trabajo.
No desistas de aprender, convencido de que nada se pierde.
No hostilices a ninguna criatura, porque el odio comienza donde termina la simpatía.
No huyas a la esclavitud del deber, para que tú libertad sea digna.
No amases el pan de tu alegría en las lágrimas de los semejantes.
No esperes por el día de mañana, a fin de practicar el bien o enseñarlo.
No gastes solamente en tu vida lo que podría servir para sustentar otras diez.
No reclames exclusivamente a tu favor, en caso alguno.
No uses la verdad apenas para exhibir tu superioridad o por el simple placer de herir.
No impongas restricciones al bien de todos, para que el bien pueda contar realmente contigo.
No te elogies a ti mismo.
No clames contra la ausencia de los otros, porque probablemente los otros esperan por tu concurso.
No abras tu ventana en la dirección del pantano.
No dudes de la victoria final del bien.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Cartas do Coração” – Edición LAKE
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Aulas da Vida” – Edición IDEAL
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Antologia Mediúnica do Natal” – Edición FEB
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Luz Bendita” – Edición IDEAL
Se Está buscando a.
Un hombre considerado Galileo.
Treinta y tres años.
Piel clara y expresión triste.
Cabellos largos y barba maltratada.
Marcas sangrientas en las manos y en los pies.
Camina habitualmente, acompañado de mendigos y vagabundos, enfermos y mutilados, ciegos e
infelices.
Donde aparece, frecuentemente, es visto, entre gran séquito de mujeres siendo algunas de mala vida,
con criaturas andrajosas.
Casi siempre está seguido por doce pescadores y marginales.
Demuestra respeto a las autoridades, determinando que se dé al César lo que es del César, pero
distribuye enseñanzas contrarias a la Ley antigua, Tales como:
- el perdón de las ofensas;
- el amor a los enemigos;
- la oración a favor de aquellos que nos persiguen o calumnian;
- la distribución indiscriminada de dádivas con los necesitados;
- el amparo a los enfermos, sean ellos cuales fueren;
- y llega al cúmulo de recomendar que una persona bofeteada en una faz ofrezca la otra al
agresor.
Todavía no se sabe si es un mago, pero testigos idóneos afirman que él multiplicó cinco panes y dos
peces en alimentación para más de cinco mil personas, habiendo sobrado doce cestas.
Considerado impostor por haber traído personas muertas a la vida, fue preso y castigado.
Sentenciado a muerte, con absoluta aprobación del propio pueblo, que lo condenó, de preferencia a
Barrabás, malhechor conocido, recibió insultos y pedradas, sin reclamar, cuando conducía la cruz en la
espalda.
No se ofendió, cuando fue cuestionado por la Justicia, complicándosele la situación, porqué sus propios
seguidores lo abandonaron en las horas difíciles.
Bajo ofensas y zumbas, fue crucificado entre dos ladrones.
No tuvo parientes que le demostrasen solidaridad, a no ser su Madre, una frágil mujer que lloraba a los
pies de la cruz.
Después de muerto, no se encontró lugar para sepultarlo, sino un lodoso rincón de un túmulo por favor
de un amigo.
Después del tercer día del sepelio, desapareció del sepulcro y ya fue visto por diversas personas que lo
identificaron por las llagas sangrientas de los pies y de las manos.
Ese es el hombre que se está buscando cuidadosamente.
Su nombre es Jesús de Nazarea.
Si pudieras encontrarlo, debes seguirlo para siempre.
Honrar a nuestro padre es honrar también a Dios. Nuestro Padre de Infinita Bondad.
En el instituto doméstico, los hijos maduros en experiencia brindan honores a los padres, a través de las
obligaciones ejecutadas en el hogar.
En la residencia planetaria, los hijos de Dios, edificados en la comprensión de sus Leyes, dignifican al
Todo Misericordioso por intermedio de los deberes rectamente cumplidos, delante de la humanidad en
los caminos del mundo.
Amamos a Dios en la persona del prójimo.
Comencemos el ejercicio de esa abnegación que nos proporcionará el acceso necesario a La Luz Divina.
¿Fuimos heridos en las tareas cotidianas? Sepamos olvidar las ofensas del compañero que todavía
ignora las consecuencias del mal.
¿Golpes de injuria bajaron sobre nosotros, buscando exterminarnos la esperanza y el coraje?
Entendamos la inexperiencia de aquellos que desconocen la fuerza de la sobra que desencadenan para
sí mismos y continuemos colaborando por el surgimiento del bien de todos.
¿Quién viene allá, hambriento o desesperado, tentando encontrar socorro y consolación?
Hagamos una pausa para servir, porque es nuestro familiar quien nos toca la puerta, suplicando asilo y
comprensión.
¿Qué pensamos del infeliz que pasa por la vía pública injuriado por sarcasmo y condenación?
En una duda atraviesa en nuestro espíritu respecto al imperativo de entenderlo y auxiliarlo por cuanto él
es nuestro hermano por la Paternidad Divina y espera por nuestra devoción.
Dios, el Señor Supremo de la Vida, el Padre que nos recibe diariamente los protestos de fidelidad y de
amor cuenta en verdad con nosotros y en verdad necesita de nosotros.
Espera con confianza que seamos el amparo a los desunidos, la fortaleza de los débiles, la energía de
los fatigados, la bendición de los que fueron lanzados a la soledad.
Dios necesita de nosotros y desea recibir nuestra cooperación aunque sea humilde.
Envíanos a los necesitados de todas las especies y de todas las procedencias para que les
representemos la Providencia Divina. En todas partes, es posible recibir ese mandato sublime y
desempeñarlo.
Es por eso que Jesús, el hijo más altamente consagrado al Supremo Señor que la Tierra ya conoció, así
se expresó haciéndonos sentir que Dios está con nosotros y espera por nosotros en todas las
circunstancias: “Todo el bien que hicieres en el mundo al último de los pequeñitos, en verdad, es a mí a
quien lo hicisteis.”
Espirito: BATUÍRA
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Mais Luz” – Edición GEEM
60
ANTE LA BONDAD DE DIOS
Cuando la facción del mal se figure terrible, al punto de insinuar en los espíritus más valerosos la falsa
suposición de que se encuentran al frente de la derrota del bien, medita en los recursos de Dios y
prosigue en la ejecución del deber que las circunstancias te atribuyen para que el bien prevalezca.
Que no te intimiden opiniones de desánimo, pareceres de duda, amenazas de crimen o exigencias de
inquietud.
Continua leal a la tarea edificante que la vida te reservó.
El miedo y la aflicción se lastran, generalmente, ante las arremetidas del mal; sin embargo, la Bondad
de Dios, sin alarde, interviene en las causas que las producen, restaurando la seguridad de la paz y la
marcha del progreso.
Los tiranos del pasado, galardonados con las prerrogativas del poder, aplastaron pueblos enteros,
abasteciendo la idea de que lograrían perpetuar la iniquidad entre las Naciones, pero la bondad de Dios,
en silencio, esperó la renovación que orienta los procesos de la Naturaleza y, en nuevas
reencarnaciones, les dio la disciplina de los esclavos, en la cual aprendieron, alabando el sufrimiento,
cuando duele la herida de los que fueron situados a la servidumbre.
Malhechores arguciosos, que en la pose del oro tantas veces se conservan impunes extendieron
orfandad y viudez, ofreciendo la impresión de que propiciarían a la ganancia, fuerza de ley sobre la
Tierra, pero en silencio, la Bondad de Dios esperó la gran transformación que les competía y, en nuevas
reencarnaciones, les dio la disciplina de los hijos de las regiones desoladas, en la cual aprendieron,
alabando el sufrimiento, cuanto duele el cautiverio de la penuria y del hambre.
Los criminosos inteligentes, garantizados por el favor de las convenciones sociales, establecieron el
imperio temporal de la delincuencia afectiva, que parecía arrasar toda la concepción de respeto y de
amor, entre las criaturas, pero en silencio, la Bondad de Dios esperó por las metamorfosis inevitables
de la vida y, en nuevas reencarnaciones, les dio la disciplina del cuerpo enfermo, en el cual
aprendieron, alabando el sufrimiento, cuánto duele el infortunio de los que fueron tirados al
desequilibrio emocional.
Trabaja y confía en el sector del bien que el mundo te entregó. Y, cuando el mal se eleve, delante de ti,
prometiendo agotarte todas las reservas de servicio y de resistencia, confía y trabaja, a ti mismo, con
la certeza de que, encima de todas nuestras fuerzas puedes contar, invariablemente, con los recursos
de Dios.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Escrinio de Luz” – Edición CLARIM
CONSEJO ESPÍRITA INTERNACIONAL
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Es importante verificar que el Maestro no establece condiciones para que el discípulo le acompañe en la
jornada.
No pregunta si él se juzga dotado de la fuerza conveniente...
Si es débil de espíritu...
Si es demasiado imperfecto...
Si sufre en la familia...
Si posee deudas a saldar...
Si padece tentaciones...
Si está acusado de alguna falta...
Si retiene valores de educación...
Si es rico o pobre de posibilidades materiales...
El Señor dice apenas sígueme, como quien afirma que, si el aprendiz se dispone realmente a seguirlo,
será proveído de socorros eficientes, en todas sus necesidades.
La lección es clara y expresiva. Reflexionemos en ella para que no vengamos a permanecer en la
sombra de la indecisión.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Benção de Paz” – Edición GEEM
Además de la beneficencia que los recursos acuñados consiguen realizar, una beneficencia existe, al
alcance de todos, que puede tornar frondoso y fructificar en los carriles más íntimos de lo cotidiano,
comenzando desde el propio hogar.
Es el verbo que se calla ante la maledicencia o palabra optimista, que alimenta las buenas intenciones,
convirtiéndolas en obras elogiables.
Es la gentileza que se dispensa al vecino, en el culto al entendimiento y a la cordialidad que perdona
espontáneamente el gesto infeliz de algún compañero.
Es el pensamiento amigo que la bondad exterioriza, a favor del necesitado de la paz, o plegaria que se
formula en apoyo a los hermanos caídos en la infelicidad y desamparo.
Es el servicio aparentemente insignificante que se puede prestar a los que comparten con nosotros las
experiencias diarias, cual sea, la información útil o la conducción de un fardo pequeñito.
Es la generosidad con que nos será justo soportar la irreflexión de ese o aquel interlocutor y la disculpa
sin queja para con las ofensas recibidas.
De esa digna estimación, a veces, desapercibida en las agitaciones del mundo, nacen valiosos factores
para la armonía de la existencia.
Aprendamos a tolerarnos los unos a los otros, sin dificultades, sin disgustos y sin lamentaciones.
Reconozcamos que la posible falta de alguien, tanto como la enfermedad de determinado compañero
podrían ser nuestras.
Y no olvidemos que nuestro beneficiario de hoy podrá ser nuestro bienhechor de mañana.
Situando al propio corazón en nuestros gestos, marcando nuestra romería con el sello de la
comprensión y del amor, estaremos efectivamente siguiendo los ejemplos del Amigo Celestial, que nos
auxilia y socorre, de instante en instante, sin que percibamos.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Convivencia” – Edición CÉU
Y los pétalos
Se desprenden de las flores,
Envían el perfume que destilan
Para lo Alto, siempre más Alto,
En reverencia a Dios...
Y después se esparcen por la Tierra
En señal de agradecimiento
Por el color y belleza, aroma y vida,
Con que el mundo los hizo,
Bellos y brillantes.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Pétalas da Primavera” – Edición UEM
Porque el fruto de la luz consiste en toda la bondad, justicia y verdad... (Efésios 5:9)
Seleccionar los pensamientos, comprendiendo su responsabilidad por las imágenes que transmita.
Usar lenguaje accesible a todos, evitando términos groseros.
Recorrer el pasado para enseñar y referirse al futuro para construir, pero vivir en las realidades del
presente, colaborando con los hermanos de la Humanidad en la solución de los problemas que les
causan confusión en la vida.
Consultar las necesidades del pueblo con el fin de ayudarlo a encontrar caminos de pacificación y
progreso.
Abstenerse de extravagancias verbales.
Negarse a las divulgaciones sin provechos
Dialogar siempre con los profetas de otros credos sin herirles las creencias, pero sin encorajarles los
engaños o las supersticiones.
Respetar a los divergentes.
Nunca destilar odio o amargura, desánimo o injusticia.
Consagrarse al estudio como sea posible, honorando la Doctrina Espirita con la literatura sin ridículo.
Jamás se juzgue superior a los otros por el acto de dominar el lenguaje escrito, reconociendo que todas
las facultades y técnicas son venerables ante Dios.
Reconocer la autoridad moral de Nuestro Señor Jesús Cristo y someterse, sin subordinación, pero con
dignidad y respeto, al control de las enseñanzas evangélicas explicadas por el Espiritismo Cristiano.
Cultivar el hábito de la plegaria para que sus textos humanos no se muestren vacíos de luz espiritual.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Benção de Paz” – Edición GEEM
“El labrador que trabaja debe ser el primero a gozar de los frutos.” Paulo – Timóteo, 2:6
Además del salario acuñado, el trabajo se hace invariablemente, seguido de una remuneración
espiritual respectiva, de la cual sobresalimos algunos de los items más significativos: enciende la luz de
la experiencia; enséñanos a conocer las dificultades y problemas del prójimo, induciéndonos, por eso
mismo, a respetarlo; promueve la auto-educación; desenvuelve la creatividad y la noción del valor y del
tiempo; inmunízanos contra los peligros de la aventura y del tedio; establece aprecio en nuestra área
de acción; dilata el entendimiento; amplíanos el campo de las relaciones afectivas; atrae simpatía y
colaboración; extingue, poco a poco, las tendencias inferiores que todavía estemos trayendo de
existencias pasadas.
Cuando el trabajo, sin embargo, se transforma en placer de servir, surge el punto más importante de la
remuneración espiritual: toda vez que la Justicia Divina nos procura en la dirección exacta para la
ejecución de las sentencias que labramos contra nosotros mismos, según las leyes de causa y efecto, si
nos encuentra a servicio del prójimo, manda la Divina Misericordia que la ejecución sea suspendida, por
tiempo indeterminado.
Y, cuando ocurre, en momento oportuno nuestro contacto indispensable con los mecanismos de la
Justicia Terrenal, he aquí, que la influencia de todos aquellos a quien, por ventura, hayamos prestado
algún beneficio aparece a nuestro auxilio, ya que semejantes compañeros se convierten
espontáneamente en abogados naturales de nuestra causa, amenizando las penalidades en que
estemos implicados o supliéndolas, del todo, si ya hubiéramos rescatado en amor aquello que debíamos
en infelicidad o sufrimiento, para rectificación y tranquilidad en nosotros mismos.
Reflexionemos en eso y concluyamos que trabajar y servir, en cualquier parte, nos será siempre apoyo
constante y promoción a una Vida Mejor.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Perante Jesus” – Edición IDEAL
Cuando elevamos al cielo nuestro mirar suplicante, hay para todos nosotros, los que se afligen en la
desdicha, una cariñosa y compasiva Madre que nos ampara y consuela...
Compadézcase de nuestro dolor, contémplenos con misericordia y mándenos entonces al ángel de su
bondad, para embalsamar nuestros padecimientos... Es
Celina, la suave mensajera de la Virgen, Madre de todas las madres, el genio tutelar de la humanidad
sufridora...
Cuando el llanto aflora en los ojos de las que son hijas y hermanas, de las que son esposas y madres en
la Tierra, en el corazón de las cuales, muchas veces, se concentra la amargura, viene Celina y las toma
en sus brazos de niebla resplandeciente y, a través de los oídos de la conciencia, les dice con blandura:
¿“Vino el dolor a tocar vuestra puerta? Coraje... No desaniméis en las ásperas luchas que objetivan
vuestro perfeccionamiento moral. Pensad en aquella que tuvo su alma recortada de martirios, lacerada
de sufrimientos, atormentada de angustias. Ella se desvela en el cielo por todas aquellas almas que
escogieron su rastro de Madre amorosa y compasiva.
Fue ella quien, escuchando la oración de vuestra fe, me envió para que yo os diese las flores de su
amor sacrosanto, portadoras de la paz, de la humildad y, sobretodo, de la paciencia: porque el acaso
no existe y todo en la vida obedece a una ley inteligente de causa que huye a vuestros ojos, que se
sienten imposibilitados de ver toda la verdad: ¡Tomad mis manos! Cumplid austeramente, fechad
vuestros ojos a aquello que puede obstar vuestros pasos para la luz y caminad conmigo. Los años son
minúsculas fracciones de tiempo y, un día, si os detuvieres con el cansancio, llegaréis al pie de aquella
que es vuestra Madre desvelada en todos los instantes!...”
Y todas aquellas que oyen, se sienten sustentadas por brazos tutelares, en la noche oscura de los
dolores, y vertiendo lágrimas amargas, se preparan y se iluminan en la pedregosa senda de la virtud
para respirar los aires felices del encantado país donde desabrochan los lirios maravillosos de la
esperanza!
Cuando la aflicción le tocó la puerta, el discípulo tomó las noticias del Señor y le leyó la promesa divina:
- “Estaré con vosotros hasta el fin de los siglos...”
Se le encendió la esperanza en lo más profundo del alma.
Y, cierta mañana, partió en busca del Maestro, a la moda de la corza extraviada en el desierto, cuando
suspira por la fuente de las aguas vivas.
Entró en un templo repleto de luces chispeantes, donde se veneraba a la memoria; sin embargo, a
pesar de sentir que la fe ahí brillaba entre cánticos reverentes y flores devotas, no encontró al Divino
Amigo. Lo buscó en los vastos recintos, donde se le pronunciaba el nombre con inflexión de supremo
respeto; con todo, a pesar de sorprenderle la enseñanza pura, en el verbo de aquellos que abrazaban
dorados libros, no le anotó la presencia.
En la jornada exhaustiva, gastó horas... En vano, atravesó portadas y columnas, altares y jardines.
Bajaba, gélida, la noche, cuando escuchó los gemidos de una criatura enferma, abandonada en el
arroyo.
Arrodillándose, la asiló amorosamente en la cubierta de sus propios brazos. Al levantar los ojos, vio a
Jesús, delante de él, y, trémulo, vociferó:
- Maestro! Maestro!...
El Excelso Bienhechor le acarició la cabeza fatigada, como quien le eliminaba toda la llaga de angustia, y
le dijo, compasivo:
- Realmente, hijo mío, estaré con todos y en todas partes, hasta el fin de los siglos; sin embargo,
vivo en el corazón de la caridad, en cuya luz he concertado una cita con todos los aprendices del bien
eterno...
En vano, tentó el discípulo retener al Señor al encuentro del pecho...
A través de la neblina espesa, y de inundarle las lágrimas el rostro mudo, reparó que la celeste visión se
diluía en el azulado fulgor del cielo vespertino, pero, en la acústica del propio ser, le resonaban ahora
las palabras inolvidables:
- Toda vez que amparareis a uno de esos pequeñitos, por amor a mi nombre, es a mí a quien lo
hacéis...
Espirito: MEIMEI
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “O Espírito da Verdade” – Edición GEEM
Alma hermana!...
No me condenes.
Vengo a ofertarte
Renovación y experiencia
Y mostrarte en los otros
Hermanos del camino
Que aman, sufren y aprenden
Cual te sucede,
A fin de que te muevas
Al sol de la compasión.
Vengo a mostrarte todavía
El peso que hay en la culpa
Y el valor del perdón.
Sobretodo, soy yo
Quien te revela
La grandeza del amor
En la luz de la comprensión.
Pido: no me censures.
Vengo en nombre de Dios,
Soy tu dolor.
Espirito: MEIMEI
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Amizade” – Edición IDEAL
Espirito: NINA
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Presença de Chico Xavier” – Edición GEEM
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Encontro de Paz” – Edición IDE
La Tierra es la gran escuela de las almas en que se educan alumnos de todas las edades.
Si alcanzaste el nivel de las grandes experiencias, que no te inquiete la incesante extensión del trabajo.
No veas enemigos en los semejantes de entendimiento imperfecto. Muchos de ellos no salieron todavía
del jardín de infancia espiritual.
Da siempre el bien por el mal, la verdad por la mentira y el amor por la indiferencia...
La inexperiencia y la ignorancia de los corazones que se inician en la lucha hacen, frecuentemente, gran
algazara en torno al espíritu que se procura a sí mismo.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del libro “ Doctrina y Aplicación” edición C.E.U.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del libro: “Taça de Luz” - LAKE
Señor Jesús!
Delante de la Navidad, que te recuerda la gloria en el pesebre, nosotros te agradecemos:
la música de la oración;
el regocijo de la fe;
el mensaje de amor;
la alegría del hogar;
el apelo a la fraternidad;
el júbilo de la esperanza;
la bendición del trabajo;
la confianza en el bien;
el tesoro de tu paz;
la palabra de la Buena Nueva;
y la confianza en el futuro!...
Entretanto, ¡oh! Divino Maestro, de corazones volcados para tu corazón, nosotros te suplicamos algo
más! ...Concédenos, Señor, el don inefable de la humildad para que tengamos el preciso coraje de
seguir tus ejemplos!
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: Á Luz da Oração” – Edición GEEM
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del libro: “Seara de los Mediuns” - Edicion FEB
"No temas las cosas que tienes que sufrir . . ." - Apocalipsis, 2:10.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Recados do Além” – Edición IDEAL
Los obreros de la paz son siempre columnas benditas, en la formación de la felicidad humana.
Los que hablan de la concordia . . .
Los que escriben, concitando la serenidad . . .
Los que pregonan la necesidad del entendimiento . . .
Los que exhortan la armonía . . .
Los que trabajan por el equilibrio . . .
Los verdaderos pacificadores, sin embargo, comprenden que la paz se levanta por dentro de la lucha y,
por eso mismo, no ignoran que ella es construida - laboriosamente construida - por aquellos que se
dedican a la edificación del Reino del Amor, entre las criaturas, tales cuales sean:
los que cargan los fardos de los compañeros, disminuyéndoles las preocupaciones;
los que aguantan, solitos, pesados sacrificios para que los entes queridos no se curven, bajo el peso de
la angustia;
los que procuran olvidarse para que otros se hagan favorecidos o destacados;
los que abrazan responsabilidades y compromisos de los que ya se sienten dispensados, para que haya
más amplias facilidades en el camino de los semejantes.
En cierta ocasión, nos dijo Jesús: - «Yo no vine a traer paz a la Tierra sino la división»; sin embargo, en
otra parte de sus enseñanzas, nos afirmó, con convicción: - Mi paz os doy, pero no os la doy como el
mundo la da». El Divino Maestro nos dio claramente a percibir que, para que seamos constructores de
la paz, es preciso saber donarle el bálsamo vivificante, a favor de los otros, conservando, bastas veces,
el fuego de la lucha por la propia labra, en el cerrado recinto del corazón.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del libro: “Más Cerca” – Edición GEEM
"Yo, sin embargo, entre vosotros, soy como aquel que sirve."- Jesús. (Lucas, 22:27.)
El discípulo sincero del Evangelio no necesita respirar el clima de la política administrativa del mundo
para cumplir el ministerio que le es cometido.
El Gobernador de la Tierra, entre nosotros, para atender los objetivos de la política del amor, representó
antes que todo, los intereses de Dios junto al corazón humano, sin necesidad de disposiciones y
decretos, sin embargo respetables.
Administró sirviendo, elevó a los demás, humillándose a sí mismo.
No vistió el traje de sacerdote, ni la toga del magistrado.
Amó profundamente a los semejantes y, en esa tarea sublime, atestiguó su grandeza celestial.
¿Qué sería de las organizaciones cristianas, si el apostolado que les merece respeto estuviese
subordinado a reyes y ministros, cámaras y parlamentos transitorios?
Si deseas penetrar, efectivamente, en el templo de la verdad y de la fe viva, de la paz y del amor, a
Jesús, no te olvides las plataformas del Evangelio redentor.
Ama a Dios sobre todas las cosas, con todo tu corazón y entendimiento.
Ama al prójimo como a ti mismo.
Cesa el egoísmo de la animalidad primitiva.
Haz el bien a los que te hacen mal.
Bendice a los que te persiguen y calumnian.
Ora por la paz de los que te hieren.
Bendice a los que te contrarían el corazón inclinado al pasado inferior.
Reparte las alegrías de tu espíritu y los dones de tu vida con los menos afortunados y más pobres del
camino.
Disipa las nieblas, haciendo brillar tu luz.
Revela el amor que calma las tempestades del odio.
Mantén viva la llama de la esperanza, donde sopla el frío del desaliento.
Levanta a los caídos.
Sé la muleta bienhechora de los que se arrastran bajo lesiones morales.
Combate a la ignorancia, encendiendo lámparas de auxilio fraterno, sin golpes de crítica y sin gritos de
condenación.
Ama, comprende y perdona siempre.
¿Dependerás acaso, de decretos humanos para meter manos a la obra?
acuérdate mi amigo, de que los administradores del mundo son, la mayoría de las veces, venerables
designados de la Sabiduría Inmortal, amparando los potenciales económicos, pasajeros y perecibles del
mundo; así mismo, no te olvides de las recomendaciones trazadas en el Código de la Vida Eterna, en la
ejecución de las cuales debemos edificar el Reino Divino, dentro de nosotros mismos.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: "Rincón de Paz" - Edición FMG
Si estás en la fe cristiana y esperas tan solamente: caminos sin problemas, paz sin obligaciones, días
de cielo siempre azul, ventajas sin trabajo, conquistas sin sudor, derechos sin deberes, apoyo sin
servicio y vida sin pruebas, acuérdate de Jesús
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: "Material de Construcción" - Edición Ideal
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: "Libro de Respuesta" - Edición C.E.U
SI el trabajo te pesa,
Piensa en los compañeros.
Si te desanimas en la lucha,
Muchos paran por la inercia.
Cuando te enfadas,
Muchos caen por el odio.
Si trabajas contento
Aprenden a servir.
Si socorres a alguien,
Saben auxiliar.
Acuérdate: tus compañeros
Procuran a Dios en ti.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: "Seara de los Médium" - Edición FEB
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: "Chico Xavier en Goiania"- Edición GEEM
Manteniendo la conciencia tranquila, auxilia a los semejantes, como pudieres y siempre que posible.
La caridad es el proceso de sumar alegrías, disminuir los males, multiplicar esperanzas y dividir la
felicidad para que la tierra se realice en la condición del esperado Reino de Dios.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: "En este Instante"- Edición GEEM
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Ahora es el Tiempo” – Edición IDEAL
El remordimiento es un relámpago de Dios sobre el complejo de culpa que se expresa por enfermedad
de conciencia.
El sufrimiento es la terapia de Dios destinada a erradicarla.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: "Pronto Atendimiento" - Edición C.E.U
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: "Pensamiento y Vida" - Edición FEB
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: "Algo Más" – Editora Ideal
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: "Dios Siempre" - Edición C.E.U
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Camino, Verdad y Vida” – Edicion FEB
No aguardes las ocurrencias del dolor para desabotonares la flor de la piedad en el corazón. Sé amable
con los tuyos, sé gentil en casa, sé generoso donde estuvieres.
En el hogar, encontrarás múltiples ocasiones, cada día, para el cultivo de la celeste virtud.
Tolera, con silenciosa calma, la cólera de aquellos que viven bajo el techo que te abriga. No pronuncies
frases de acusación contra el pariente que se ausentó por algunas horas.
No te irrites contra el hermano engañado por la vanidad o por el orgullo que se extravió en los vastos
abismos de la ilusión.
En la tarea de esposo, disculpa la flaqueza o la exasperación de la compañera, en los días grises de la
incomprensión; y, en el ministerio de la esposa, aprende a perdonar las faltas del compañero y a
olvidarlas, a fin de que él se fortalezca en el crecimiento del bien.
Si eres padre o madre, compadécete de tus hijos, cuando estén dominados por la indisciplina o por la
ceguera; y, si eres hijo o hija, ayuda a tus padres, cuando sufran los excesos del rigor o en la
indecencia mental.
Comprende al hermano que se equivocó y ayúdalo para que no se empeore, y comprende que toda
revuelta nace de la ignorancia para que tus horas en el hogar y en el mundo sean fuerzas de
fraternidad y de auxilio.
Si estuvieras al borde de la impaciencia o de la ira, perdona setenta por siete veces y adopta el silencio
como genio guardián de tu propia paz.
Compadécete siempre.
Si todo es desespero y perturbación, donde te encuentres, compadécete entretanto, ampara y espera,
sin reclamar.
Guarda la piedad, entre las bendiciones del trabajo.
Habituémonos a ignorar todo mal, haciendo todo el bien a nuestro alcance.
La piedad del Señor, en las grandes crisis de la vida, se transformó en perdón con bondad en
resurrección con servicio incesante por el erguimiento del mundo entero.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del libro: “Alborada del Reino” - Editora Ideal
No olvides que somos partes del vasto grupo de almas, como puntos integrantes de un círculo.
Además de la familia consanguínea, tenemos el equipo espiritual al que nos imantamos por los más
fuertes lazos del corazón.
Nadie odia sin haber amado profundamente y nadie prueba coraje sin haber conocido antes la bendición
de la simpatía.
Por eso mismo, los desafectos constituyen también fuerzas de nuestro conjunto, que no podemos
eliminar y es todavía por esa razón que el santuario doméstico o la oficina de trabajo son siempre
preciosas escuelas en que sombras y luces se nos mezclan con espinas y flores.
Aprendamos con Jesús a usar la química del amor, en la intimidad de nuestros pensamientos,
practicando cada día, pequeñitos ejercicios de tolerancia, si nos proponemos efectivamente a alcanzar
la fraternidad que nos arrojará a las gloriosas cumbres de la vida.
Reconozcamos que todos los obstáculos son medidas de nuestra fe y que todos los dolores son
oportunidades valiosas a nuestro engrandecimiento y, fortaleciendo el cariño donde ya existía la
confianza y exaltando la plantación de la bondad donde todavía repunten los espinares de la aversión,
sepamos vivir el amor que Cristo nos enseñó, con la certeza de que nuestros mínimos actos de
renunciación y ternura, de entendimiento y gentileza, de auxilio y generosidad representan esfuerzo
decisivo de nuestra alma, no apenas en nuestra elevación, sino también en el erguimiento salvador de
nuestro grupo entero.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
¡Señor Jesús!
Auxílianos a comprender más, a fin de que podamos servir mejor, ya que solamente así las bendiciones
que nos concedes pueden fluir, a través de nosotros, en nuestro apoyo y a favor de todos aquellos que
comparten nuestra existencia.
Indúcenos a la práctica del entendimiento que nos hará observar los valores que, por ventura,
conquistemos, no en la condición de propiedad nuestra sino por el manantial de recursos que nos
compete movilizar al amparo de cuantos todavía no obtuvieron las ventajas que nos hacen felices en la
vida.
Y ayúdanos, ¡oh! Divino Maestro, a convertir las oportunidades de tiempo y trabajo con que nos
honraste a servicio de los semejantes, especialmente en la donación de nosotros mismos, en aquello
que seamos o en aquello que podamos disponer, de manera que seamos hoy mejores que ayer,
permaneciendo en Ti, tanto como permaneces en nosotros, ahora y siempre.
Así sea.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del libro: “Paciencia’” - Edición CEU
Señor, enséñanos:
a orar sin olvidar el trabajo;
a dar sin mirar a quien;
a servir sin preguntar hasta cuando;
a sufrir sin ofender sea a quien sea;
a progresar sin perder la simplicidad;
a sembrar el bien sin pensar en los resultados;
a disculpar sin condiciones;
a marchar hacia el frente sin contar los obstáculos;
a ver sin malicia;
a escuchar sin corromper los asuntos;
a hablar sin herir;
a comprender al prójimo sin exigir entendimiento;
a respetar a los semejantes sin reclamar consideración;
a dar lo mejor de nosotros, además de la ejecución del propio deber, sin cobrar tasas de
reconocimiento;
Señor fortalece en nosotros la paciencia para con las dificultades de los otros, así como precisamos de
la paciencia de los otros para con nuestras dificultades;
Ayúdanos, sobretodo, a reconocer que nuestra más alta felicidad será invariablemente, aquella de
cumplir con los designios donde y como quieras, hoy, ahora y siempre.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “La Luz de la Oración”
Un tipo de auxilio raramente recordado: el respeto que nos debemos los unos a los otros en la vida
particular.
Caro es el precio que pagamos por las lesiones afectivas que provocamos en los otros.
En las ocurrencias de la Tierra de hoy, cuando se escribe y se habla tanto, en torno de amor libre y de
sexo liberado, muy pocos son los compañeros encarnados que meditan en las consecuencias amargas
de los votos no cumplidos.
Si habitas un cuerpo masculino, conforme las tareas que te fueron señaladas, si encontraste a esa o
aquella hermana que se te afinó en el modo de ser, no le desarticules los sentimientos, con el pretexto
de amarla, si no estás en condición de cumplir la propia palabra, en lo que se refiere a promesas de
amor. Y si vives en el presente en un cuerpo femenino, para el desempeño de actividades
determinadas, si sorprendiste a ese o aquel hermano que se armonizó con tus preferencias, no le
perturbes la sensibilidad bajo la disculpa de desearle la protección, caso no estés en la posición de
quien disfruta la posibilidad de honrar los propios compromisos.
No comiences un romance de cariño a dos, cuando no puedas y ni quieras mantenerle la continuidad.
El amor, sin duda, es ley de la vida, pero no nos será lícito olvidar los suicidios y homicidios, los abortos
y crímenes en la sombra, las venganzas y las injurias que dilapidan o arrasan la existencia de las
víctimas, despojadas del afecto que les nutría las fuerzas, cuyas lágrimas y angustias claman, ante la
Divina Justicia, porque nadie en el mundo puede medir la resistencia de un corazón cuando es
abandonado por otro y ni sabe la calidad de reacciones que vendrán de aquellos que enloquecen, en el
dolor del afecto incomprendido, cuando eso acontece por nuestra causa.
Ciertamente que muchos de esos delitos no están catalogados en los estatutos de la sociedad humana;
entretanto, no pasan desapercibidos en las Leyes de Dios que nos exigen, cuando estamos en la
condición de responsables, el rescate justo.
Alcanzando este asunto, nos recordamos automáticamente de Jesús, ante la multitud y la mujer
sufridora, cuando afirmó, cabalmente: "aquel que estuviera libre de culpa, que tire la primera piedra".
Todos nosotros, los espíritus vinculados a la evolución de la Tierra, estamos altamente comprometidos
en materia de amor y sexo, y, en materia de amor y sexo irresponsables, no podemos extrañar los
estudios respetables en ese sentido, porque, un día, todos seremos llamados a examinar semejantes
realidades, especialmente las que se relacionen con nosotros, que pueden efectivamente ser muy
amargas, pero que deben ser dichas.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del libro: "Momentos de Oro" – Edición UEM
Lloras en contratiempos
De la vida familiar.
Piensa, sin embargo, en los otros
Que sufren, sí, amigos.
Recuerda a los mutilados
Que necesitan de apoyo.
Medita en los enfermos
Que deambulan sin techo.
Socorre a los que agonizan
En los caminos de la noche...
Y reconocerás
Cuánto ya eres feliz.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del libro: "Luz y Vida" - Edición GEEM
Ni temprano, ni tarde.
El presente es hoy.
El pasado está en el archivo.
El futuro es una indagación.
Haz hoy mismo el bien que te determinaste.
Si tienes alguna dádiva a hacer, entrega eso ahora.
Si deseas apagar un error que cometiste, conciente o inconscientemente, procura sanar esa falla sin
demora.
En caso que te sientas en la obligación de escribir una carta, no relegues semejante deber al olvido.
En la hipótesis que idealices algún trabajo de utilidad general, no retardes tu esfuerzo para conseguir su
realización.
Si alguien te ofendió, disculpa y olvida, para que no sigas adelante cargando sombras en el corazón.
Auxilia a los otros, en cuanto los días te favorecen.
Haz el bien ahora, pues, en la mayoría de los casos, "después" significa "fuera de tiempo", o tarde
demás.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Hora Cierta” – Edición GEEM
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Hora Cierta” - Edición GEEM
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del libro "Luz y Vida" - Edición GEEM
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Tocando el Barco” – Edición IDEAL
La ley de causa y efecto habrá ajustado a tus momentos de ahora problemas difíciles de resolver,
incluyendo pruebas que te entristecen el alma, sin embargo, si quisieres servir a beneficio de los otros,
la Misericordia Divina interferirá en el campo de la Divina Justicia, a tu favor, y conseguirás sin
dificultad renovar tu propio camino.
Por exigencias de la tarea que desempeñas, adversarios gratuitos te imponen duros golpes,
promoviendo discordia e incomprensión en torno a las responsabilidades que te marcan las horas, pero,
si quisieres servir, en breve tiempo transformarás aversión en simpatía, reclutando nuevos amigos para
la esfera de tu causa.
Los obstáculos para la realización de tus ideales te arruinarán la senda, con todo, si quisieres servir,
atraerás innúmeros brazos que estarán contigo, sintonizados con el esfuerzo de las obras.
Sufres la influencia obsesiva de parte de enemigos desencarnados a inhibirte los movimientos, como si
fueran cadenas invisibles que te impiden el paso, entretanto, si quisieres servir, empeñando en esa
voluntad y decisión, rápidamente, tendrás al convertido adversario a favor de tu cooperación, creando
atmósfera de paz y amor, alrededor de tus días.
El cuadro de tus obligaciones te parece dudoso, con vistas a una posible ejecución de los deberes que la
vida te designa en el erguimiento del bien, dando la impresión de inminente fracaso, entretanto, si
quisieres servir, cogerás nuevos contingentes de auxilio y verás fructiferar en triunfo las flores que te
cuelgan de los proyectos edificantes.
Jamás te desanimes. El obstáculo es agente renovador, acumulando la riqueza de la experiencia. El
trabajo digno, es cimiento espiritual en la construcción de la felicidad. Lo que hoy es sombra y
perturbación, mañana puede ser luz y esclarecimiento, seguridad y armonía. Pero para que eso suceda
por demostración de la Fuerza Divina en nuestra flaqueza humana, es necesario olvidarnos de nosotros
mismos, procurando servir.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Hoy” – Edicion CÉU
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Religión de los Espíritus” – Edición FEb
Imaginemos un padre que, con pretexto de amor, decidiese hurtar un hijo querido de toda relación con
las fatalidades del mundo.
Semejante fruto de tal devoción afectiva sería mantenido en un sistema de excepción.
Para evitar accidentes climáticos inevitables, descansaría exclusivamente en la estufa, durante la fase
de cuna y, puesto al frente de peligros y vicisitudes, mal terminada la infancia, Se encerraría en una
ciudadela inexpugnable, donde solamente prevaleciese la ternura paterna, para entusiasmarlo de
mimos.
No frecuentaría ninguna escuela, a fin de no tolerar profesores rigurosos o sufrir la influencia de colegas
que no le manifestasen el mismo nivel; alfabetizado, así en el reducto doméstico, apreciaría únicamente
los asuntos y héroes de ficción que el genitor le escogiese.
Se le aislaría de todo contacto humano para no afrontar problemas y desconocería todo el ambiente
noticiario para no recoger informaciones que desfigurasen la suavidad interior.
Candidez inviolable e ignorancia completa.
Santa inocencia e inaptitud absoluta.
Llega, sin embargo, el día en que el progenitor, naturalmente vinculando a otros intereses, se ausenta
compulsivo del hogar y, alcanzado por la necesidad, el mozo es obligado a entrar en la corriente de la
vida común.
Hecho ya hombre, sufre el conflicto de la readaptación, que le rasga la carne y el alma, para que se le
recupere el tiempo perdido y el hijo acaba viendo la demencia y crueldad donde el padre suponía
cultivar preservación y cariño.
La imagen ilustra claramente la necesidad de la encarnación del espíritu en los innumerables mundos de
inmensidad cósmica, de manera que se perfeccionen las cualidades y se le instituya la responsabilidad
en la conciencia.
Dificultades y luchas se asemejan a materiales didácticos en la escuela, el andamio en la construcción;
parcelada la cultura o levantando el edificio, desaparecen unos y otros.
Bendigamos, pues, las disciplinas y las pruebas con que la Infinita Sabiduría nos purifica las fuerzas,
tornándonos rígido el carácter.
Ingenuidad es predicado encantador en la personalidad, pero si el trabajo no la transforma en tesoro de
experiencia, laboriosamente adquirido, no pasará de flor preciosa a confundirse en el polvo de la tierra,
al primer golpe de viento.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del libro: “Libro de la Esperanza” – Edición CEC
Educa al terreno y tendrás el harto pan. Educa al árbol y recibirás la bendición de la abundancia. Educa
a la minería y obtendrás la utilidad de alto precio. Educa a la arcilla y plasmarás el vaso noble.
Educa a la inteligencia y alcanzarás la sabiduría. Educa a las manos y acentuarás la competencia. Educa
a la palabra y cosecharás simpatía y cooperación. Educa al pensamiento y te conquistarás a ti mismo.
Sin el alfabeto anochece el espíritu. Sin el libro fallece la cultura. Sin el mérito de la lección, la vida sería
animalidad. Sin la experiencia y la abnegación de los que enseñan, el hombre no rompería las fajas de
la infancia.
En todas partes, vemos la acción de la Providencia Divina, en el perfeccionamiento del Alma Humana.
Aquí es el amor lo que edifica. Además, es el trabajo lo que perfecciona. Más adelante es el dolor que
regenera.
Mis amigos, la Tierra es nuestra escuela milenaria y sublime. Jesús es Nuestro Divino Maestro. El
espiritismo sobre todo, es obra de educación. Hagamos de la educación con Cristo, el culto de nuestra
vida, para que nuestra vida pueda educarse y educar como el Señor, hoy y siempre.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: "Copa de Luz" – Edición LAKE
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del libro: "Caminos de Vuelta" – Edición GEEM
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del libro: “Paz y Renovación”
Alguien, cierta vez, indagó de un grande filósofo cómo clasificaría al sabio y al ignorante y el filósofo
respondió afirmando que consideraba uno y otro como si fueran el médico y el enfermo.
Entretanto, nosotros acrecentamos – entre el médico y el enfermo existe el remedio.
Si el enfermo guarda la receta en el bolso y huye a la instrucción indicada, de nada vale el esfuerzo del
clínico o del cirujano que dependen del estudio y tiempo para servirlo.
Que la obsesión es molestia del alma no hay que negar.
La criatura anulada de conocimiento superior se rinde, indefensa, a la influencia humillante, como la
planta sin defensa se deja invadir por la plaga destructora y surgen los dolorosos enigmas orgánicos
que, muchas veces, culminan con la muerte.
Pero, Disponemos, en la Doctrina Espiritista, a la luz de las enseñanzas de Cristo, de verdadera ciencia
curativa del alma, con recursos propios a la solución de cada proceso morboso de la mente, removiendo
al que atormenta del acecho, como el agente químico o la intervención operatoria suprimen la
enfermedad al enfermo, desde que los interesados se sometan a las imposiciones del tratamiento.
Si traes el problema de la obsesión con bastante lucidez para comprender las propias necesidades, no
desconoces que la renovación de la compañía espiritual inferior a que te ajustas depende de tu propia
renovación.
Oirás lecciones previas nobles, situándote los rumbos.
Recogerás, de aquí y de allí, consejos justos y preciosos.
Encontrarás, en suma en los principios espiritistas, anotaciones ciertas y exacta orientación.
Pero, como en el caso de la receta formulada por un médico abnegado e importante, a tu favor, la
lección del Evangelio, consuela y esclarece, encoraja y honra a aquellos que la reciben, pero si no fuera
usada de nada vale.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Seara de los Médium” – Edición FEB
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Busca e Acharás” – Edición IDEAL
"Por eso, en cuanto tuviéramos oportunidad, hagamos el bien a todos, pero principalmente a los de la
familia de la fe - Paulo. (Gálatas, 6:10.)
Ciertamente que el apóstol Paulo, recomendándonos cariño especial para con la familia de nuestra fe,
mantenía en vista la obligación invariable de la asistencia inmediata a los que conviven con nosotros.
Si no fuéramos útiles y comprensivos, amables y devotos, junto a algunos compañeros, ¿cómo
atestiguar la vivencia de las lecciones de Jesús, delante de la Humanidad?
Admitimos, no obstante, a la luz de la Doctrina Espiritista, que el aviso apostólico se reviste de un
significado más profundo. Es que, entre nuestros lazos domésticos, están particularmente los lazos de
existencias pasadas, muchos de ellos reclamando reajuste y limpieza.
El equipo de los familiares del día a día forman, comúnmente, aquellos Espíritus que, por fuerza de
nuestros compromisos del pretérito, nos fiscalizan, critican, advierten y prueban.
Siempre es fácil dar buena impresión a quien no se prive íntimamente con nosotros. En un gesto o en
una frase, arrancamos, de improviso, el aplauso o la admiración de cuantos nos encuentran
exclusivamente en el paisaje limpio de los actos sociales. Delante de los amigos que se despiden de
nosotros, después de una solemnidad o de cualquier encuentro formal, nada difícil es caer
desastrosamente bajo la hipnosis de la lisonja con que se pretende exagerar nuestras virtudes
superficiales.
Examinemos, entretanto, nuestras conquistas morales, demostrándolas ante aquellos que conocen
nuestros puntos débiles.
No nos equivoquemos.
Hagamos el bien a todos, pero probémonos, a nosotros mismos, si ya somos buenos, haciendo el bien,
al caballero de todas las complicaciones, delante de aquellos que diariamente nos acompañan en la
vida, vigilando nuestro comportamiento entre el bien y el mal.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Palabras de la Vida Eterna” Edición FEB
Conserva contigo a los compañeros ancianos, con la alegría de quien recibió de la vida el honroso
encargo de retener, junto al corazón, las luces restantes del propio grupo familiar.
Reflexiona, sobre aquellos que te preservaron la existencia todavía frágil, en los pañales de la cuna; en
los que te equilibraron los primeros pasos; en los que te acariciaron los sueños en la niñez y en aquellos
otros que te auxiliaron a pronunciar el nombre de Dios.
Ya que atravesaron el camino de muchos abriles, piensa en el heroísmo silencioso con que te enseñan a
valorizar los tesoros del tiempo, en las dificultades que habrán vencido para que sean como son, en el
sudor que les alteró las líneas del rostro y en las lágrimas que les blanquearon los cabellos...
Y cuando, por ventura, te muestren amargura o desencanto, escúchales la palabra con bondad y
paciencia... ¡No estarán, por cierto, hiriéndote y si probablemente murmurando algo contra dolorosos
recuerdos de ofensas recibidas, que se trancan en el pecho, a fin de que no compliquen los días de los
seres que les son especialmente queridos!...
!Ama y respeta a los ancianos compañeros! Son ellos las vigas que te amparan el techo de la
experiencia y las bases de que hoy levantas para ser quien eres...
Auxílialos, como puedas, porque es posible que, en el día de la existencia humana, vengas igualmente a
conocer el brillo y la sombra que señalan, en el mundo, la hora del atardecer.
Espirito: MEIMEI
Médium: Francisco Cândido Xavier
Cuando fuimos a buscar al pequeño Betito para la necesaria recuperación espiritual, él mismo nos
entregó la siguiente carta que dirigiera, en la víspera, al corazón maternal:
Querida Mamita:
Te espero para que te quedes conmigo.
Ayer vi la llegada de los ómnibus hasta que el último apareciese. Lloré mucho cuando vi que no venías.
Papá viajó y Doña Julia volvió a su casa, después De la merienda. Al salir, cerró las puertas y ventanas.
Ahora estoy con miedo de quedarme solito.
Tengo sueño, pero me está doliendo la cabeza y la tos volvió con mucha fuerza.
No puedo dormir, pensando en ti. La casa parece muy grande y cualquier ruido me asusta. Mamá, por
qué tanta demora para que vuelvas?
Si yo estuviera grande, iría a buscarte, pero los chicos de Doña Francina me dijeron que no debo tomar
ómnibus sin la compañía de gente grande.
Ayer, mi cometa apareció rota y, cuando corrí para llamar a Doña Julia, me caí en un pozo de lama y
me herí la cabeza.
Hoy, me caí cuatro veces, dentro de casa. No pude ir a la escuela.
Nadie lavó mi ropa, pero los zapatos yo mismo los lustré.
Estoy escribiendo con tanta nostalgia, que estoy con ganas de llorar.
No me dejes solito.
Ven deprisa.
Mamá, quédate conmigo.
Muchos besos de tu hijo
BETITO
En esta carta, tocamos la ternura de un niño y, con el permiso de la querida destinataria, hacemos de
esta página nuestro homenaje al luminoso Día de las Madres.
Espirito: MEIMEI
Médium: Francisco Cândido Xavier
El Culto del Evangelio en casa, por lo menos una vez por semana, os será una fuente de alegrías y
bendiciones.
Renovemos el contacto con las enseñanzas de Jesús, tanto como nos sea posible, y no solamente el
hogar que nos recibe se transformará en granero de comprensión y solidaridad, sino también la propia
vida se nos hará un luminoso camino de ascensión a la real felicidad.
Espirito: BATUÍRA
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: "Mais Luz” Edición GEEM
A agradecer a Dios los beneficios de la vida y a valorizar los recursos del propio cuerpo.
A Trabajar y servir además del propio deber, como le sea posible.
A Observar, aunque sea por instantes, la belleza del paisaje que le encuadra la presencia.
A no reclamar nada.
A comentar únicamente los asuntos constructivos.
A reflexionar sobre las cualidades nobles de alguna persona con la cual sus sentimientos todavía no se
armonicen.
A hablar sin amargura y sin agresividad en la voz.
A leer algún trecho constructivo.
A practicar, por lo menos, una buena acción, sin contar eso a ninguna persona.
A cultivar tolerancia para con la libertad de los otros sin perturbar a nadie.
Atendamos diariamente la semejante receta de actitud y, en un tiempo breve, realizaremos la conquista
de la paz.
No grite.
Conserve la calma.
Use la imaginación sin exceso.
Hable con inteligencia, sin exhibición de cultura.
Responda serenamente en toda cuestión difícil.
Evite las injurias.
Huya de las comparaciones, a fin de que su verbo no venga a herir.
Absténgase de todo adjetivo desagradable para personas, cosas y circunstancias.
Guarde una frase sonriente y amiga para toda situación inevitable.
Recuerde que Jesús legó el Evangelio, ejemplificando, pero conversando también.
Es posible que haya usted caído en profundo desánimo, por estar sufriendo:
la falta de alguien;
la incomprensión de amigos;
el frío de la soledad;
el conflicto de ideas;
acusaciones indebidas;
desajustes en el trabajo;
deudas agravadas;
perjuicio en los negocios;
enfermedades en el propio cuerpo;
molestias en familia;
complejos de culpa;
reproches y críticas;
sensaciones de abandono;
luchas y desafectos;
deserciones de entes valiosos;
y obsesiones ocultas...
Sea cual sea, no obstante, su prueba en sí, yerga su cabeza, ponga los ojos hacia lo Alto y retome la
tarea en que deba servir, confiándose a Dios, porque Dios proveerá y en Dios cualquier problema
encontrará solución.
"Crees que hay un sólo Dios: haces bien. También los demonios lo creen, y se estremecen". (TIAGO,
2:19).
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del libro: “Fuente Viva” - FEB
Él no era médico y levantó paralíticos y restauró leprosos, usando el divino poder del amor.
No era abogado y se eligió el supremo defensor de todos los injusticiados del mundo.
No poseía haciendas y estableció nuevo reino en la Tierra.
No improvisaba fiestas y consoló a los tristes y reirguió el buen ánimo de las almas desesperadas.
No era profesor consagrado y se hizo el Maestro de la Evolución y del perfeccionamiento de la
Humanidad.
No era Doctor en Leyes y creó la universidad sublime del bien para todos los espíritus de buena
voluntad.
Padeciendo amarguras - reconfortó a muchos.
Tolerando aflicciones - sembró la fe y el coraje.
Herido - curó las llagas morales del pueblo.
Torturado – difundió el mensaje del perdón y del amor, en todas las direcciones.
Olvidado por los más amados - enseñó la fraternidad y el reconocimiento.
Vencido en la cruz – reveló la victoria de la vida eterna, en plena y gloriosa resurrección, renovando los
destinos de las naciones y santificando el camino de los pueblos.
Él no era, por lo tanto, rico y engrandeció los graneros de los siglos.
Quien ofrece, así, el corazón, en homenaje al Divino Amor en la Tierra, podrá, de ese modo, al ejemplo
de Jesús, aunque anónimo, agobiado, apagado o crucificado, atender a la santificada colaboración con
Dios, a beneficio de la Humanidad.
Espirito: EMMANUEL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Escrínio de Luz” – Edición O CLARIM
Cuando tuvieres un cuarto de hora a tu disposición, reflexiona sobre los beneficios que puedes difundir.
Recuerda el diálogo afectivo con el que rehagas el buen ánimo de algún familiar, dentro de su propia
casa; de las palabras de paz y amor que el amigo enfermo espera de tu presencia; de auxiliar en
alguna tarea que te depare esfuerzo, para la limpieza o lo que reconforte tu propio hogar; de la
conversación edificante con un niño desprotegido que te conducirá para el frente las sugerencias de
buena voluntad; de extender algún abono a esa o aquella planta que te es útil; y del encuentro
amistoso, en que tu opinión generosa consiga favorecer la solución del problema de alguien.
Quince minutos sin compromiso son quince opciones en la construcción del bien.
No nos olvidemos de que la floresta se levantó de semillas casi invisibles, de que el río se forma de
fuentes pequeñitas y de que la luz del Cielo, en nosotros mismos, comienza de pequeñitos rayos de
amor irradiándosenos del corazón.
Espirito: MEIMEI
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del libro: “Caridad” – Edición IDE
¡Benditas sean las manos que, en memoria de Jesús, distribuyen en Navidad la plata y el oro,
disminuyendo la miseria y la necesidad, el hambre y la desnudez! . . .
Entretanto, si no fueren iluminadas por el amor que ayuda siempre, esos flagelos volverán mañana,
como la mala hierva que aguarda la ausencia del labrador.
¡No retengas, así, la riqueza del corazón que puedes dar, tanto como el mayor soberano de la Tierra!
Deja que el comedero de tu alma se abra, feliz, al Soberano Celeste, para que la luz te bañe la vida.
Con Él, extenderás el corazón donde estuvieres, sea para cambiar un pensamiento compasivo con la
palabra oscura y áspera o para abonar una semilla de esperanza, donde la aflicción mantiene el
desierto! Con Él, ¡Llenarás de júbilo los ojos de algún niño triste y desamparado y una simple criatura,
llevada hoy al vendaval, puede mañana ser el consuelo de la multitud... Con Él, ¡puedes ofrecer la
bendición de la tolerancia a los que trabajan contigo, transformando el altar de tu corazón en altar de
Dios!...
¿Qué tesoro celeste pagará el gesto de comprensión en el camino empedrado, la sonrisa luminosa de la
bondad en el espinar de la sombra y la oración de cariño y de entendimiento en el instante de la
muerte?
La navidad en el mundo es la epopeya del reconocimiento al Señor.
La navidad en el espíritu es la comunión con Él propio.
Aunque te encuentres en plena soledad en el comedero del infortunio, sal de ti mismo y reparte con
alguien el Don inefable de tu fe.
Acuérdate que Él, brillando en el comedero, tenía consigo apenas el amor a deshacerse en humildad, y,
agonizando en la cruz, poseía apenas el corazón, a deshacerse en renunciación...
Pero, usando tan solamente el corazón y el amor, sin una piedra donde reposar la cabeza, se convierte
en el Salvador del Mundo, y, aunque coronado de espinas, se hizo el Rey de las Naciones para siempre.
Espirito: MEIMEI
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Antologia Mediúnica do Natal” – Edición FEB
Mamacita querida
Me acuerdo de ti, cuando desperté para recordar.
De bruces a mi cuna, cantabas bajito y derramabas en mi rostro pequeñitas gotas de luz, que, más
tarde, vine a saber que eran lágrimas.
Me abrigaste en tus brazos, como si me transportases a un blando nido, y, desde entonces, nunca más
me dejaste.
Cuando los otros iban a las fiestas, te desvelabas conmigo, enseñándome a pronunciar el bendito
nombre de Dios... En otras ocasiones, trabajabas, tejiendo, contando historias de bondad y alegría,
para que yo durmiese soñando...
Si yo huía, quebrando el peine, o si volvía de la escuela con la ropa hecha pedazos, mientras mucha
gente hablaba de castigo, ocultabas mis manos entre las tuyas o besabas mi cabello despeinado.
Después crecí, viéndote a mi lado, a la manera de un ángel entre cuatro paredes... Crecí para el
mundo, pero nunca dejé de ser, en tus brazos, la criatura por la cual entregaste la vida.
¡Y, hasta ahora, día a día, esperas, paciente y dulce, el momento en que me vuelvo para tus ojos,
sonriéndome y bendiciéndome siempre, aunque mis problemas te corten en pedazos el pecho por
láminas de angustia! ...
Hoy, oí la música de los millones de voces que te engrandecen...
Quise tomar las constelaciones del Cielo y mezclarlas al perfume de las flores que se abren en el suelo,
para tejerte una corona de reconocimiento y cariño, pero, como no pudiese, vengo a traerte los pétalos
del amor que coseché en mi alma.
¡Recíbelas, Mamacita!... No son perlas, ni brillantes de la Tierra ... Son las lágrimas de ternura que Dios
me dio para que te oferte mi propio corazón, transformado en un poema de estrellas.
Espirito: MEIMEI
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del libro: “El Espíritu de la Verdad” – Edición FEB
Espirito: MEIMEI
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del libro: "Antología de la Criatura" - FEB
Espirito: MEIMEI
Del Libro: "Tened buen ánimo" Edición IDEAL
Médium: Francisco Cândido Xavier
Espirito: MEIMEI
Del libro: “Amistad” – Edición Ideal
Médium: Francisco Cândido Xavier
Cuando acaricies a tu hijito en el confort doméstico, no te olvides de las manitas anónimas, olvidadas
en el desamparo...
Las flores arremolinándose en el viento, se asemejan a estrellas perdidas en la tempestad.
Es todo un mar de sufrimiento y angustia que te rodea...
Agudiza la visión para que el aflictivo panel no se pase desapercibido.
Las manos pequeñitas de varios colores a debatirse en las sombras...
Llegaron a la Tierra como dulces promesas de alegría y luchan por sobrevivir a la procura del bien.
Por el amor a la criaturita que te inspira la belleza del hogar, enciende el fuego de la bondad y no
recuses socorro a los brazos minúsculos que te levantan los brazos desde la onda revuelta, suplicando
piedad y cariño.
Auxilia a esos lirios humanos a librarse del lodo de la oscuridad para que se desenvuelvan al aliento de
la luz.
Dices que la vida pide amor y esperas un mundo mejor...
No niegues, así, tu migaja de ternura a los ángeles que lloran en el temporal.
Abriga a las manitos congeladas por el frío del desencanto y, en el calor de tu abnegación, ayúdalas a
renacer a la existencia, a fin de que puedan moldear tu sueño de perfección y grandeza, en el
esplendor del mañana...
Abre las puertas del corazón a los hijitos de la cuna torturada y protégelos con confianza.
Recuerda que, un día, dos manos pequeñitas, apartadas al abandono en una caballeriza simple, eran
las manos de Jesús, el Rey Divino, que, todavía hoy, son nuestro refugio de paz y la esperanza del
mundo entero...
Espirito: MEIMEI
Del libro: “Dios Aguarda” Edición GEEM
Médium: Francisco Cândido Xavier
¡Señor! ...
Enséñanos a comprender la importancia de los otros.
En verdad, recogemos de algunos las dificultades y los problemas, entretanto, de otros innúmeros
obtenemos las alegrías y las bendiciones que nos ennoblecen la vida.
Entre algunos otros, sorprendemos a los adversarios gratuitos que, varias veces, buscan impedirnos el
paso; haznos entender, no obstante, que entre muchos otros, encontramos a los amigos y a los
bienhechores, a los compañeros de ideal y trabajo, a los que colaboran con nosotros, en nuestras
realizaciones, y a los que nos alivian en las adversidades del camino.
De algunos, tenemos la censura, pero de otros, proceden los estímulos al desempeño de las tareas que
nos confiaste.
Algunos nos inclinan al pesimismo, entretanto, muchos otros nos extienden cooperación y esperanza,
coraje y cariño.
De las manos de algunos, recibimos obstáculos que nos alarman por momentos, sin embargo, de
muchos otros recibimos consuelo e incentivo, aprecio y aprobación para mucho tiempo en los caminos
de lo cotidiano.
Cuando la nube de la dificultad nos alcance, indúcenos a buscar, con humildad, el socorro de los
corazones que se nos hacen donadores de la paz y de la seguridad que todos necesitamos para vivir,
según tus designios.
Señor, haya lo que haya de la parte de algunos para que se nos debiliten las energías en el camino del
propio perfeccionamiento, auxílianos a procurar el concurso de los otros con la aceptación de nuestra
pequeñez, para que no nos falten las oportunidades de servicio y perfeccionamiento, aprendizaje y
renovación, hoy y siempre.
Así sea.
Espirito: MEIMEI
Del libro: “Dios Aguarda” Edición GEEM
Médium: Francisco Cândido Xavier
Espirito: MEIMEI
Del libro: “Palabras del corazón” – Edición CÉU
Médium: Francisco Cândido Xavier
Si llegaste a los días nublados de llanto, a la vista de ocurrencias infelices, enciende la luz de la
esperanza y camina adelante, olvidando en la retaguardia lo que te pueda parecer aflicción y
desengaño.
Otro día, con nuevas emociones, te espera mañana, renovándote la vida.
Circunstancias inesperadas te dislocaron de la seguridad en que vivías, arrojándote en las dificultades
del comienzo de la existencia...
Olvídate de los que te surgieron como instrumentos de inquietud y acuérdate de que las oportunidades
de trabajo continúan brillando para los que no se dejan vencer por el desánimo.
Personas queridas tal vez se hayan transformado en obstáculos de paz, obligándote a la travesía de
espesas nubes de lágrimas...
Olvida a los que se acomodaron con actitudes impensadas y piensa en las dedicaciones sinceras que te
felicitan las horas.
Alguien a quien amas, amorosamente, habrá fallado en los compromisos asumidos, apartándote al
abandono...
Olvida el menosprecio de que habrás sido objeto y conserva la imagen de ese alguien en el tesoro de tu
gratitud por la felicidad que te dio y prosigue al frente, con la certeza de que la vida te ofertará caminos
nuevos para la adquisición de alegrías diferentes.
Acontecimientos calamitosos te obligaron a vacilar sobre los fundamentos de la fe, todavía insegura...
Olvida, sin embargo, los actos amargos y adelántate en la jornada para el frente, valorizando los
recursos espirituales de que dispones, recordando que el Cielo continua alentando la última planta de
las últimas fajas del desierto y vigorando el verme del más oculto resalte del abismo.
Sea cual sea el tipo de prueba que te incline al desaliento, vence el estupor de la tristeza y sigue para
la vanguardia de tus propias aspiraciones.
De la inmensidad de la noche, nacerá siempre el fulgor del nuevo día.
No te permitas cualquier parada en las sombras de la inercia.
Trabaja y prosigue al frente, porque la bendición de Dios te espera en cada amanecer.
Espirito: MEIMEI
Del libro: “Palabras del corazón” – Edición CÉU
Médium: Francisco Cândido Xavier
Comunicación espontánea obtenida por el señor L..., uno de los mediums de la Sociedad.
Es una doctrina que debería convertir a los más incrédulos por su encanto y por su dulzura: la de los
ángeles guardianes. Pensar que se tiene, junto a sí, seres que os son superiores, que están siempre ahí
para os aconsejar, os sustentar, para os ayudar a escalar la áspera montaña del bien, que son amigos
más seguros y más dedicados que las más íntimas ligaciones que se pueda contraer en esta Tierra, ¿no
es una idea bien consoladora? Esos seres están allí por orden de Dios; fue él quien os colocó junto a
nosotros, y están allí por el amor de él, y cumplen, junto a nosotros, una bella pero penosa misión. Sí,
en cualquier parte que estés, él estará con vosotros: los calabozos, los hospitales, los lugares de
corrupción, la soledad, nada os separa de ese amigo que no podéis ver, pero del cual vuestra alma
siente los más dulces impulsos y oye los sabios consejos.
¡Por qué no conocéis mejor esa verdad! ¡Cuántas veces él os ayudó en los momentos de crisis, cuantas
veces os salvó de las manos de los malos Espíritus! Pero, en el grande día, ese ángel del bien irá,
frecuentemente, a deciros: "¿No te dije eso? Y tú no lo hiciste. No te mostré el abismo, y tú en él te
precipitaste; ¿No te hice oír en la conciencia la voz de la verdad, y no seguiste los consejos de la
mentira?" ¡Ah! cuestionad a vuestros ángeles guardianes; estableced, entre él y vosotros, esa ternura
íntima que reina entre los mejores amigos. No penséis en no ocultarles nada, porque son los ojos de
Dios, y no podéis engañarlos. Soñad con el futuro, procurad avanzar en ese camino, vuestras pruebas
en él serán más cortas, vuestras existencias más felices. ¡Id! hombres de coraje; lanzad lejos de
vosotros, de una vez por todas, preconceptos y disimulaciones; entrad en el nuevo camino que se abre
delante de vosotros; caminad, caminad, tenéis guías, seguidlos: el objetivo no puede faltaros, porque
ese objetivo es el propio Dios.
A aquellos que piensan que es imposible que los espíritus verdaderamente elevados se sujeten a una
tarea tan laboriosa y en todos los instantes, diremos que influenciamos vuestras almas estando a varios
millones de leguas de vosotros: para nosotros el espacio no es nada, y aunque viviendo en otro mundo,
nuestros espíritus conservan su ligación con el vuestro. Gozamos de cualidades que no podéis
comprender, pero estéis seguros que Dios no nos impuso una tarea encima de nuestras fuerzas, y que
no os abandonó solitos en la Tierra, sin amigos y sin sustentación. Cada ángel guardián tiene su
protegido, sobre el cual él vela, como un padre vela a su hijo; él es feliz cuando lo ve seguir el buen
camino, y gime cuando sus consejos son despreciados.
No temáis cansarnos con vuestras preguntas; permaneced, al contrario, en relación con nosotros:
seréis más fuertes y más felices. Son esas comunicaciones, de cada hombre con su Espíritu familiar,
que hacen todos los hombres mediums, mediums ignorados hoy pero que se manifestarán más tarde, y
que se dispersarán como un océano sin límites para refluir la incredulidad y la ignorancia. Hombres
instruidos, instruid; hombres de talento, elevad a vuestros hermanos. No sabéis que obra cumplís así:
es la de Cristo, aquella que Dios os impuso. Por que Dios os dio la inteligencia y la ciencia, para
compartirlas con vuestros hermanos, ciertamente para avanzarlos en el camino de la alegría y de la
felicidad eterna.
GEORGES,
Obispo de Périgueux.
Yo me llamo la Esperanza; sonrío a vuestra entrada en la vida; yo os sigo paso a paso, y no os dejo
sino en los mundos donde se realizan, para vosotros, las promesas de felicidad que oís, sin cesar,
murmurar a vuestros oídos. Yo soy vuestra fiel amiga; no rechacéis mis inspiraciones: yo soy la
Esperanza.
Soy yo quien canta por la voz del ruiseñor y que lanza a los ecos de las florestas esas notas de
lamento y cadenciosas que os hacen soñar con los cielos: soy yo quien inspira a la golondrina el deseo
de calentar sus amores al abrigo de vuestras moradas; yo juego en la brisa leve que acaricia vuestros
cabellos; yo derramo a vuestros pies los perfumes suaves de las flores de vuestros canteros, ¡y es con
dificultad que dais un pensamiento a esta amiga que os es tan dedicada! No la repiléis: es la Esperanza.
Yo tomo todas las formas para aproximarme de vosotros: yo soy la estrella que brilla en lo azul, el
caliente rayo de sol que os anima; embalo vuestras noches de sueños risueños; expulso lejos de
vosotros la negra inquietación y los pensamientos sombríos; guío vuestros pasos para el camino de la
virtud; os acompaño en vuestras visitas a los pobres, a los afligidos, a los moribundos y os inspiro las
palabras afectuosas que consuelan; no me repeléis: yo soy la Esperanza.
¡Yo soy la Esperanza! soy yo quien, en el invierno, hace crecer sobre la llaga de los robles los musgos
espesos de los cuales los pequeños pájaros construyen su nido; soy yo quien, en la primavera, coronó
el manzano y el almendro de sus flores blancas y rosas, y las derramo sobre la tierra como un juncal
celeste que hace aspirar a los mundos felices; estoy sobre todo con vosotros cuando sois pobres y
sufridores; mi voz resuena, sin cesar, en vuestros oídos; no me repiléis: yo soy la Esperanza.
No me repeléis, porque el ángel del desespero me hace una guerra obstinada y se agota en vanos
esfuerzos para substituirme junto a vosotros; no soy siempre la más fuerte y, cuando él llega a
apartarme, os envuelve con sus alas fúnebres, desvía vuestros pensamientos de Dios y os conduce al
suicidio; unios a mí para apartar su funesta influencia y dejaros embalar dulcemente en mis brazos,
porque yo soy la Esperanza.
FELICIA.
Hija del médium.
Revista Espiritista nº 2 – Año IV
Yo soy la Caridad; sí, la verdadera Caridad; no me parezco en nada con la caridad de la cual seguís las
prácticas. Aquella que usurpó mi nombre, entre vosotros, es fantasiosa, caprichosa, exclusiva,
orgullosa, y vengo a premuniros contra los defectos que emanan, a los ojos de Dios, el mérito y el brillo
de sus buenas acciones. Sed dóciles a las lecciones que el Espíritu de Verdad os hace dar por mi voz;
seguidme, mis fieles: yo soy la Caridad.
Seguidme; conozco todos los infortunios, todos los dolores, todos los sufrimientos, todas las aflicciones
que asedian la Humanidad. Yo soy la madre de los huérfanos, la hija de los viejos, la protectora y el
sustento de las viudas; yo trato de las heridas infectadas; yo cuido de todas las enfermedades; yo doy
las vestimentas, el pan y un abrigo a aquellos que no los tienen. Yo subo a los más miserables sótanos,
en la humilde cabaña; toco la puerta de los ricos y de los poderosos, porque, por todas partes donde
vive una criatura humana, hay bajo la máscara de la felicidad amargos y crucificantes dolores. ¡Oh!
¡Cuánto mi tarea es grande! No puedo bastar para cumplirla si no vinieres en mi ayuda; venid a mí: yo
soy la Caridad.
Yo no tengo preferencia por nadie; no digo jamás a aquellos que tienen necesidad de mí: "Tengo mis
pobres, dirigios para otra parte". ¡Oh! Falsa caridad, ¡cuánto mal haces! Amigos, nos debemos a todos;
¡creedme! No recuséis vuestra asistencia a nadie; socorreos los unos a los otros con bastante
desinterés para no exigir ningún reconocimiento de la parte de aquellos que hubieres socorrido. La paz
del corazón y de la conciencia es la dulce recompensa de mis obras: yo soy la verdadera Caridad.
Nadie conoce, sobre la Tierra, el número y la naturaleza de mis beneficios; sólo la falsa caridad hiere y
humilla a aquel que ella alivia. Guardaos de ese funesto desvío; las acciones de ese género no tienen
ningún mérito ante Dios, y atraen sobre vosotros su cólera. Sólo él debe saber y conocer los impulsos
generosos de vuestros corazones, cuando os hacéis los dispensadores de sus beneficios. Guardaos,
pues, amigos, de dar publicidad a la práctica de la asistencia mutua. No más le deis el nombre de
limosna; creed en mí: Yo soy la Caridad.
Tengo tantos infortunios a aliviar que, frecuentemente, tengo los senos y las manos vacías; vengo a
deciros que espero por vosotros. El Espiritismo tiene por divisa: Amor y Caridad, y todos los verdaderos
espiritistas vendrán, en el futuro, ajustarse a este sublime precepto clavado por Cristo, hace dieciocho
siglos. Seguidme, pues, hermanos, y os conduciré al reino de Dios, nuestro Padre. Yo soy la Caridad.
ADOLPHE,
Bispo de Argélia.
Revista Espiritista nº 2 – Año IV
143
FIESTA DE NAVIDAD
Esta noche que, en el mundo cristiano, se festeja el Nacimiento del Niño Jesús; pero vosotros, mis
hermanos, debéis también rejubilaros y festejar el nacimiento de la nueva Doctrina Espiritista. Vela
crecer como ese niño; vendrá, como ella, a esclarecer a los hombres y mostrarles el camino que deben
recorrer. Luego veréis a los reyes, como los magos, venir, ellos mismos, a pedir a esta Doctrina los
recursos que no encuentran más en las ideas antiguas. No os traerán más el incienso y la mirra, pero
se postarán de corazón delante de las ideas nuevas del Espiritismo. ¿No veis ya brillar la estrella que
debe guiarlos? Coraje, pues, mis hermanos; coraje, y luego podréis con el mundo entero celebrar la
gran fiesta de la regeneración de la Humanidad.
Mis hermanos, por mucho tiempo guardasteis en vuestro corazón el germen de esa doctrina; pero hoy
He ahí que él aparece a la luz con el apoyo de un tutor sólidamente plantado y que no dejará curvar sus
débiles ramos; con ese apoyo providencial, crecerá día a día y se tornará el árbol de la creación divina.
De ese árbol recogeréis frutos que no conservaréis sólo para vosotros, sino para vuestros hermanos
que tendrán hambre y sed de la fe sagrada. ¡Oh! Entonces, presentadles ese fruto, y exclamad desde el
fondo de vuestro corazón: "Venid, venid a compartir con nosotros lo que alimenta nuestro espíritu y
alivia nuestros dolores físicos y morales."
Pero no olvidéis, mis hermanos, que Dios os hizo levantar el primer germen; y ese germen creció y se
tornó ya un árbol propio para dar su fruto. Os restará alguna cosa, son esos tallos que podréis
transplantar; pero antes, ved si el terreno al cual confiáis ese germen no esconde, bajo su lecho
aparente algún gusano roedor que podría devorar lo que os confió el Maestro.
SÃO LUÍS
Revista Espiritista nº 4 – Año VI
LA FONTAINE.
Revista Espiritista nº 6 – Año VI
Los Espíritus del Señor, que son las virtudes de los Cielos, cual inmenso ejército que se
moviliza al recibir las órdenes de su comando, se dispersan por toda la superficie de la Tierra
y, semejantes a estrellas cadentes, vienen a iluminar los caminos y a abrir los ojos a los
ciegos.
Yo os digo, en verdad, que llegarán los tiempos en que todas las cosas serán restablecidas en su
verdadero sentido, para disipar las tinieblas, confundir a los orgullosos y glorificar a los justos.
Las grandes voces del Cielo resuenan como sonidos de trompetas, y los cánticos de los ángeles se les
asocian. Nosotros os convidamos, a vosotros hombres, para el divino concierto. Tomad de la lira, haced
unísonas vuestras voces, y que, en un himno sagrado, ellas se extiendan y repercuten de un extremo a otro del
Universo.
Hombres, hermanos a quien amamos, aquí estamos junto de vosotros. Amaos, también, los unos a los
otros y decid desde el fondo del corazón, haciendo las voluntades del Padre, que está en el Cielo:
¡Señor! ¡Señor!... y podréis entrar en el reino de los Cielos.
EL ESPÍRITU DE VERDAD
Del Libro: “El Evangelio Según el Espiritismo”
Solamente en la vida futura pueden efectuarse las compensaciones que Jesús promete a los afligidos de
la Tierra. Sin la certeza del futuro, estas máximas serían un absurdo; más todavía: serían un cebo. A
pesar de esa certeza, difícilmente se comprende la conveniencia de sufrir para ser feliz. ¡Eh!, dicen,
para que se tenga mayor mérito. Pero, entonces, pregúntase: ¿por qué sufren unos más que otros?
¿Por qué nacen unos en la miseria y otros en la abundancia, sin haber hecho ninguna cosa que
justifique esas posiciones? ¿Por qué unos no consiguen nada, mientras que a otros todo les parece
sonreír? Entretanto, lo que todavía se comprende menos es que los bienes y los males sean tan
desigualmente repartidos entre el vicio y la virtud; y que los hombres virtuosos sufran, al lado de los
malos que prosperan. La fe en el futuro puede consolar e infundir paciencia, pero no explica esas
anomalías, que parecen desmentir a la justicia de Dios. Entretanto, desde que se admita la existencia
de Dios, nadie lo puede concebir sin lo infinito de las perfecciones. Él necesariamente tiene todo el
poder, toda la justicia, toda la bondad, sin las cuales no sería Dios. Si es soberanamente bueno y justo,
no puede actuar caprichosamente, ni con parcialidad. Por lo tanto, las vicisitudes de la vida derivan de
una causa y, puesto que Dios es justo, justa ha de ser esa causa. Eso es lo que cada uno debe
compenetrarse. Por medio de las enseñanzas de Jesús, Dios puso a los hombres en la dirección de esa
causa, y hoy, juzgándoles suficientemente maduros para comprenderla, les revela completamente la
aludida causa, por medio del Espiritismo, es decir, por la palabra de los Espíritus.
Cuando Cristo dijo: "Bienaventurados los afligidos, el reino de los cielos les pertenece", no se refería de
modo general a los que sufren, visto que sufren todos los que se encuentran en la Tierra, quiera ocupen
tronos, quiera yazgan sobre la paja. Pero, ah! pocos sufren bien; pocos comprenden que solamente las
pruebas bien soportadas pueden conducirlos al reino de Dios. El desánimo es una falta. Dios os recusa
consolaciones, desde que os falte coraje. La plegaria es un apoyo para el alma; pero, no basta: es
preciso que tenga como base una fe viva en la bondad de Dios. Él ya muchas veces os dijo que no
coloca fardos pesados en hombros débiles. El fardo es proporcional a las fuerzas, como la recompensa
lo será a la resignación y al coraje. Más rica será la recompensa, de que penosa la angustia. Cumple, no
obstante, merecerla, y es para eso que la vida se presenta llena de adversidades.
El militar que no es mandado para las líneas de fuego se queda descontento, porque el reposo en el
campo no le faculta ninguna ascensión. Sed, pues, como el militar y no deseéis un reposo en que
vuestro cuerpo se enervaría y se entorpecería a vuestra alma. Alegraos, cuando Dios os envíe para la
lucha. No consiste ésta en el fuego de la batalla, pero si en los amargores de la vida, donde, a veces,
de más coraje se es preciso de que en un combate sangriento, porque no es raro que aquél que se
mantiene firme en presencia del enemigo pierda las fuerzas en las tenazas de una pena moral. Ninguna
recompensa obtiene el hombre por esa especie de coraje; pero, Dios le reserva palmas de victoria y
una situación gloriosa. Cuando os advenga una causa de sufrimiento o de contrariedad, sobreponeos a
ella, y, cuando hubieres conseguido dominar los ímpetus de la impaciencia, de la cólera, o del
desespero, decid, de vosotros para con vosotros, lleno de justa satisfacción: "Fui el más fuerte."
Bienaventurados los afligidos puede entonces traducirse así: Bienaventurados los que tienen la ocasión
de probar su fé, su firmeza, su perseverancia y su sumisión a la voluntad de Dios, porque tendrán
multiplicada por cientos la alegría que les falta en la Tierra, porque después de la labor vendrá el
reposo.
Si me amáis, guardad mis mandamientos; y yo le rogaré a mi Padre y él os enviará otro Aliviador, a fin
de que se quede eternamente con vosotros: - El Espíritu de Verdad, que el mundo no puede recibir,
porque o no ve absolutamente o no conoce. Pero, en cuanto a vosotros, lo conoceréis, porque se
quedará con vosotros y estará en vosotros. – No obstante, el Aliviador, que es el Santo Espíritu, que mi
Padre enviará en mi nombre, os enseñará todas las cosas y os hará recordar todo lo que os he dicho.
(S. Juan, cap. XIV, w. 15 a 17 y 26.)
Jesús promete otro aliviador: el Espíritu de Verdad, que el mundo todavía no conoce, por no estar
maduro para comprenderlo, aliviador que el Padre enviará para enseñar todas las cosas y para recordar
lo que Cristo ha dicho. Si, por consiguiente, el Espíritu de Verdad tenía que venir más tarde a enseñar
todas las cosas, es que Cristo no dijera todo; si él viene a recordar lo que Cristo dijo, es que lo que éste
dijo fue olvidado o mal comprendido.
El Espiritismo viene, en la época predicha, a cumplir la promesa de Cristo: preside a su llegada el Espíritu
de Verdad. Él llama a los hombres a la obediencia de la ley; enseña todas las cosas haciendo comprender lo
que Jesús sólo dijo por parábolas. Advirtió Cristo: "Oigan los que tienen oídos para oír." El Espiritismo viene
a abrir los ojos y los oídos, ya que habla sin figuras, ni alegorías; levanta el velo intencionalmente lanzado
sobre ciertos misterios. Viene, finalmente, a traer la consolación suprema a los desheredados de la Tierra y a
todos los que sufren, atribuyendo causa justa y fin útil a todos los dolores.
Dijo Cristo: "Bienaventurados los afligidos, pues serán consolados." Pero, ¿Cómo alguien ha de sentirse
dichoso por sufrir, si no sabe por qué sufre? El Espiritismo muestra la causa de los sufrimientos en las
existencias anteriores y en el destino de la Tierra, donde el hombre espía su pasado. Muestra el
objetivo de los sufrimientos, apuntándonos como crisis saludables que producen la cura y como medio
de depuración que garantiza la felicidad en las existencias futuras. El hombre comprende que mereció
sufrir y cree justo el sufrimiento. Sabe que éste le auxilia el avance y lo acepta sin murmurar, como el
obrero acepta el trabajo que le asegurará el salario. El Espiritismo le da fe imperturbable en el futuro y
la duda punzante no más se le apoderará del alma. Dándole a ver desde lo alto las cosas, la
importancia de las vicisitudes terrenas súmese al vasto y espléndido horizonte que él hace mostrar, y la
perspectiva de la felicidad que lo espera le da la paciencia, la resignación y el coraje de ir hasta el
término del camino.
Así, el Espiritismo realiza lo que Jesús dijo del Aliviador prometido: conocimiento de las cosas, haciendo
que el hombre sepa de dónde viene, para dónde va y por qué está en la Tierra; atrae para los
verdaderos principios de la ley de Dios y consuela por la fe y por la esperanza.
La benevolencia para con sus semejantes, fruto del amor al prójimo, produce la afabilidad y la dulzura,
que son las formas de manifestarse. Pero, ni siempre hay que fiarse en las apariencias. La educación y
la frecuencia del mundo pueden darle al hombre el barniz de esas cualidades. ¡Cuántos hay cuya fingida
sinceridad no pasa de máscara para el exterior, de una ropa cuyo corte primoroso disimula las
deformidades interiores! El mundo está lleno de esas criaturas que tienen en los labios la sonrisa y en el
corazón el veneno; que son blandas, desde que nada las irrite, pero que muerden a la menor
contrariedad; cuya lengua, de oro cuando hablan por el frente, se cambia en dardo venenoso, cuando
están por detrás.
A esa clase también pertenecen esos hombres, de exterior benigno, que, como tiranos domésticos,
hacen que sus familias y sus subordinados sufran el peso del orgullo y del despotismo, como si
quisieran desforrarse del constreñimiento que, fuera de casa, se imponen a sí mismos. Sin atreverse a
hacer uso de autoridad para con los extraños, que los llamarían al orden, creen que por lo menos deben
hacerse temidos por aquellos que no les pueden resistir. Se Envanecen de poder decir: "Aquí mando y
soy obedecido", sin ocurrírseles que podrían acrecentar: "Y soy detestado."
No basta que dos labios manen leche y miel. Si el corazón de modo alguno les está asociado, sólo hay
hipocresía. Aquél cuya afabilidad y dulzura no son fingidas nunca se desmiente: es él mismo, tanto en la
sociedad, como en la intimidad. Ese, además, sabe que si, por las apariencias, se consigue engañar a los
hombres, a Dios nadie le engaña.
El egoísmo, llaga de la Humanidad, tiene que desaparecer de la Tierra, a cuyo progreso moral contradice.
Al Espiritismo está reservada la tarea de hacerla ascender en la jerarquía de los mundos. El egoísmo es, pues,
el albo para el cual todos los verdaderos creyentes deben apuntar sus armas, dirigir sus fuerzas, su coraje.
Digo: coraje, porque de él mucho más necesita cada uno para vencerse a sí mismo, de que para vencer a los
otros. Que cada uno, por lo tanto, emplee todos los esfuerzos para combatirlo en sí, cierto de que ese
monstruo devorador de todas las inteligencias, ese hijo del orgullo es el causante de todas las miserias del
mundo terrenal. Es la negación de la caridad y, por consiguiente, el mayor obstáculo a la felicidad de los
hombres.
Jesús os dio el ejemplo de la caridad y Poncio Pilatos el del egoísmo, pues, cuando el primero, el Justo,
va a recorrer las santas estaciones de su martirio, el otro se lava las manos, diciendo: ¡Qué me
importa! Se animó a decirles a los judíos: Este hombre es justo, ¿por qué lo queréis crucificar? Y,
mientras tanto, deja que lo conduzcan al suplicio.
Es a ese antagonismo entre la caridad y el egoísmo, a la invasión del corazón humano por esa lepra que se
debe atribuir el hecho de no haber todavía el Cristianismo desempeñado por completo a su misión. Os Cabe a
vosotros, nuevos apóstoles de la fe, que los Espíritus superiores esclarecen, el encargo y el deber de extirpar
ese mal, a fin de dar al Cristianismo toda su fuerza y desobstruir el camino de los pedregales que le impiden
la marcha. Expulsad de la Tierra al egoísmo para que ella pueda subir en la escala de los mundos, visto que
ya es tiempo que la Humanidad vista su traje viril, para el que cumple que, primeramente lo despojéis de
vuestros corazones.
Amaos los unos a los otros y seréis felices. Tomad sobre todo a pecho amar a los que os inspiran
indiferencia, odio, o desprecio. Cristo, a quien debéis considerar modelo, os dio el ejemplo de esa dedicación.
Misionero del amor, él amó hasta dar la sangre y la vida por amor. Os es Penoso el sacrificio de amar a los
que os ultrajan y persiguen; pero, precisamente, ese sacrificio es que os torna superiores a ellos. Si os
odiaseis, como os odian, no valdríais más que ellos. Amarlos es la hostia pura que ofrecéis a Dios en el altar
de vuestros corazones, hostia de agradable aroma y cuyo perfume le sube hasta el seno. Si bien la ley del
amor mande que cada uno ame indistintamente a todos sus hermanos, ella no encoraza al corazón contra los
malos procedimientos; esta es, al contrario, la prueba más angustiosa, y yo lo sé bien, porque, durante mi
última existencia terrena, sufrí esa tortura. Pero Dios allá está y pune en esta vida y en la otra a los que violan
la ley del amor. No olvidéis, mis queridos hijos, que el amor aproxima a Dios a la criatura y el odio la
distancia de él.
Mis hijos, en la máxima: Fuera de la caridad no hay salvación, están encerrados los destinos de los
hombres, en la Tierra y en el cielo; en la Tierra, porque a la sombra de ese estandarte ellos vivirán en
paz; en el cielo, porque los que la hubieren practicado encontrarán gracias delante del Señor. Esa divisa
es el farol celeste, la luminosa columna que guía al hombre en el desierto de la vida, encaminándolo
para la Tierra de la Promisión. Ella brilla en el cielo, como aureola santa, en la frente de los elegidos, y,
en la Tierra, se encuentra grabada en el corazón de aquellos a quien Jesús dirá: Pasad a la derecha,
benditos de mi Padre. Los reconoceréis por el perfume de caridad que emanan en torno de sí. Nada
exprime con más exactitud al pensamiento de Jesús, nada resume tan bien los deberes del hombre,
como esa máxima de orden divina. No podría el Espiritismo probar mejor su origen, del que
presentándola como regla, por eso es que es un reflejo del más puro Cristianismo. Llevándola como
guía, nunca el hombre se perderá. Dedicaos, así, mis amigos, a examinarle el sentido profundo y las
consecuencias, a descubrirle, por vosotros mismos, todas las aplicaciones. Someted todas vuestras
acciones al gobierno de la caridad y la conciencia os responderá. No sólo ella evitará que practiquéis el
mal, sino también hará que practiquéis el bien, ya que una virtud negativa no basta: es necesaria una
virtud activa. Para hacerse el bien, oficio siempre se torna la acción de la voluntad; para practicarse el
mal, basta la mayoría de las veces la inercia y la despreocupación.
Mis amigos, agradeced a Dios el haber permitido que pudieseis gozar la luz del Espiritismo. No es que
solamente los que la poseen hayan de ser salvados; es que, ayudándolos a comprender las enseñanzas de
Cristo, ella os hace mejores cristianos. Esforzaos, pues, para que vuestros hermanos, observándolos, sean
inducidos a reconocer que verdadero espiritista es verdadero cristiano, son una sola cosa, es la misma cosa,
dado que todos los que practican la caridad son discípulos de Jesús, no obstante la secta a que pertenezcan.
En el hombre, la fe es el sentimiento innato de sus destinos futuros; es la conciencia que él tiene de las
facultades inmensas depositadas en embrión en su íntimo, a principio en estado latente, y que le
cumple hacer que desabrochen y crezcan por la acción de su voluntad.
Hasta el presente, la fe no fue comprendida sino por el lado religioso, porque Cristo la exaltó como
poderosa palanca y porque la ha considerado apenas como jefe de una religión. Entretanto, Cristo, que
operó milagros materiales, mostró, por esos milagros mismos, lo que puede el hombre, cuando tiene
fe, esto es, la voluntad de querer es la certeza de que esa voluntad puede obtener satisfacción.
¿También los apóstoles no operaron milagros, siguiéndole el ejemplo? Entretanto, ¿qué eran esos
milagros, sino efectos naturales, cuyas causas los hombres de entonces desconocían, pero que, hoy, en
gran parte se explican y que por el estudio del Espiritismo y del Magnetismo se tornarán
completamente comprensibles?
La fe es humana o divina, conforme el hombre aplica sus facultades a la satisfacción de las necesidades
terrenas, o de sus aspiraciones celestiales y futuras. El hombre de genio, que se lanza a la realización
de algún gran emprendimiento, triunfa, si tiene fe, porque siente en sí que puede y ha de llegar al fin
pretendido, certeza que le faculta inmensa fuerza. El hombre de bien que, creyente en su futuro
celeste, desea llenar de bellas y nobles acciones su existencia, extrae de su fe, con la certeza de la
felicidad que le espera, la fuerza necesaria, y todavía ahí se operan milagros de caridad, de devoción y
de abnegación. En fin, con la fe, no hay malas vertientes que no se llegue a vencer.
El Magnetismo es una de las mayores pruebas del poder de la fe puesta en acción. Es por la fe que él cura
y produce esos fenómenos singulares, calificados otrora de milagros.
Repito: la fe es humana y divina. Si todos los encarnados se encontrasen bien persuadidos de la fuerza
que en sí traen, y si quisiesen poner la voluntad al servicio de esa fuerza, serían capaces de realizar lo
que, hasta hoy, ellos llamaron prodigios y que, aún, no pasa de un desarrollo de las facultades
humanas.
La beneficencia, mis amigos, os dará en este mundo los más puros y suaves deleites, las alegrías del
corazón, que ni el remordimiento, ni la indiferencia perturban. Oh! ¡Pudieseis comprender todo lo que
de grande y de agradable encierra la generosidad de las almas bellas, sentimiento que hace, mire
criatura a las otras como si se mirase a sí misma, y se desviste, jubilosa, para vestir a su hermano!
¡Pudieseis, mis amigos, tener por única ocupación tornar felices a los otros! Cuales fiestas mundanas
que pudiereis comparar las que celebráis cuando, como representantes de la Divinidad, lleváis la alegría
a esas familias que de la vida apenas conocen las vicisitudes y las amarguras, cuando veis en ella los
semblantes macerados que resplandecen súbitamente de esperanza, porque, faltos de pan, los
desgraciados oían a sus hijitos ignorantes de que vivir es sufrir, gritando repetidas veces, llorando, esas
palabras, que, como agudo puñal, se les enterraban en los corazones maternos: ¡Estoy con hambre!...
Oh! ¡Comprended cuan deliciosas son las impresiones que recibe aquél que ve renacer la alegría donde,
un momento antes, sólo había desespero!... ¡comprended las obligaciones que tenéis para con vuestros
hermanos!... Id, id al encuentro del infortunio; id al socorro, sobre todo, de las miserias ocultas, por ser
las más dolorosas! Id, mis bien amados, y tened en mente estas palabras del Salvador: Cuando vistáis
a uno de estos pequeñitos, recordad que es a mí a quien lo hacéis!
¡Caridad! sublime palabra que sintetiza todas las virtudes, eres tú quien ha de conducir a los pueblos a
la felicidad.
Siguiendo tus ejemplos, crearán ellos para sí infinitos gozos en el futuro y, mientras se crean exiliados
en la Tierra, tú les serás la consolación, el gusto anticipado de las alegrías de que fluirán más tarde,
cuando se encuentren reunidos en el seno del Dios del amor. Fuiste tú, virtud divina, quien me
proporcionó los únicos momentos de satisfacción de que gocé en la Tierra.
Que mis hermanos encarnados crean en la palabra del amigo que les habla, diciéndoles: Es en la
caridad en donde debéis procurar la paz del corazón, el contentamiento del alma, el remedio para las
aflicciones de la vida. Oh! Cuando estuvieres a punto de acusar a Dios, lanzad una mirada para abajo
de vosotros; ved que hay miserias por aliviar, que hay pobres criaturas sin familia, que hay viejos sin
cualquier mano amiga que los ampare y les cierre los ojos cuando la muerte los reclame!
Cuando lo hacéis bien! Oh! No os quejéis; al contrario, ¡agradeced a Dios y prodigad a manos llenas
vuestra simpatía, vuestro amor, vuestro dinero por todos los que, desheredados de los bienes de este
mundo, languidecen en el dolor y en el aislamiento! ¡Cosecharás en este mundo alegrías bien dulces y,
más tarde... sólo Dios lo sabe!...
El Espiritismo enseña de que manera se opera la unión del Espíritu con el cuerpo, en la encarnación.
Por su esencia espiritual, el Espíritu es un ser indefinido, abstracto, que no puede tener acción directa
sobre la materia, siéndole indispensable un intermediario, que es la envoltura fluídica, la cual, de cierto
modo, hace parte integrante de él. Esa envoltura es semimaterial, es decir, pertenece a la materia por
su origen, y a la espiritualidad por su naturaleza divina. Como toda materia, es extraída del fluido
cósmico universal que, en esa circunstancia, sufre una modificación especial. Esa envoltura,
denominada supraespíritu, hace de un ser abstracto, del Espíritu, un ser concreto, definido,
comprensible por el pensamiento. Lo Torna apto para actuar sobre la materia tangible, conforme se da
con todos los fluidos imponderables, que son, como se sabe, los más poderosos motores.
El fluido supraespiritual constituye, pues, el trazo de unión entre el Espíritu y la materia. Siempre que
aquél se encuentra unido al cuerpo, le sirve de vehículo al pensamiento, para transmitir el movimiento
a las diversas partes del organismo, las cuales actúan bajo el impulso de su voluntad y para hacer que
repercuten en el Espíritu las sensaciones que los agentes exteriores produzcan. Le sirven de hilos
conductores los nervios como, en el telégrafo, al fluido eléctrico le sirve de conductor el cable metálico.
Cuando el Espíritu tiene que encarnarse en un cuerpo humano en vías de formación, un lazo fluídico,
que no es más que una expansión de su supraespíritu, o unión al embrión lo atrae por una fuerza
irresistible, desde el momento de la concepción. A medida que el embrión se desenvuelve, el lazo se
acorta. Bajo la influencia del principio vito-material del embrión, el supraespíritu, que posee ciertas
propiedades de la materia, se une, molécula a molécula, al cuerpo en formación, donde puede decirse
que el Espíritu, por intermedio de su supraespíritu, se enraíza, de cierta manera, en ese embrión, como
una planta en la tierra. Cuando el embrión llega a su pleno desarrollo, la unión es completa; nace
entonces el ser para la vida exterior.
Por un efecto contrario, la unión del supraespíritu y de la materia carnal, que se efectuara bajo la
influencia del principio vital del embrión, cesa, desde que ese principio deja de actuar, en consecuencia
de la desorganización del cuerpo. Siendo mantenida por una fuerza activa, tal unión se deshace, luego
que esa fuerza deja de actuar. Entonces, el supraespíritu se desprende, molécula a molécula, conforme
se uniera, y al Espíritu es restituida la libertad. Así, no es la partida del Espíritu que causa la, muerte
del cuerpo, esta es la que determina la partida del Espíritu.
Dado que, un instante después de la muerte, es completa la integración del Espíritu; que sus facultades
adquieren hasta mayor poder de penetración, al paso que el principio de vida se encuentra extinguido
del cuerpo, queda evidentemente probado que son distintos el principio vital y el principio espiritual.
Todas las religiones son acordes en cuanto al principio de la existencia del alma, sin que, no obstante,
lo demuestren. No lo son, a pesar de eso, ni en cuanto a su origen, ni con relación a su pasado y a su
futuro ni, principalmente, y eso es lo esencial, en cuanto a las condiciones de que depende su suerte
venidera. En su mayoría, ellas presentan, del futuro del alma, y lo imponen a la creencia de sus
adeptos, un cuadro que solamente la fe ciega puede aceptar, visto que no soporta examen serio. Unido
a sus dogmas, a las ideas que en los tiempos primitivos se hacían del mundo material y del mecanismo
del Universo, el destino que ellas atribuyen al alma no se concilia con el estado actual de los
conocimientos. No pudiendo, pues, sino perder con el examen y la discusión, las religiones creen más
simple proscribir una y otra.
De esas divergencias en lo tocante al futuro del hombre nacieron la duda y la incredulidad. Pero, la
incredulidad da lugar a un penoso vacío. El hombre encara con ansiedad lo desconocido en el que tiene
fatalmente que penetrar. Lo hiela la idea de la nada. Le dice la conciencia que alguna cosa le está
reservada para más allá del presente. ¿Qué será? Su razón, con el desarrollo que alcanzó, ya no le
permite admitir las historias con que lo abrigaron en la infancia, ni aceptar como realidad la alegoría.
¿Cuál es el sentido de esa alegoría? La Ciencia le rasgó un canto del velo; no le reveló, no obstante, lo
que más le importa saber. Él interroga en vano, nada le responde ella de manera decisiva y apropiada
para calmarle las aprensiones. Por todas partes se depara con la afirmación de chocarse con la
negación, sin que ni de un lado o de otro se presenten pruebas positivas. De ahí la incertidumbre y la
incertidumbre sobre lo que concierne a la vida futura, hace con que el hombre se tire, tomado de una
especie de frenesí, para las cosas de la vida material.
Ese es el inevitable efecto de las épocas de transición: se desmorona el edificio del pasado, sin que todavía
el del futuro esté construido. El hombre se semeja al adolescente que, ya no habiendo la creencia ingenua de
sus primeros años, todavía no posee los conocimientos propios de la madurez. Apenas siente vagas
aspiraciones, que no sabe definir.
Con la reencarnación, desaparecen los preconceptos de razas y de castas, pues el mismo Espíritu puede
volver a nacer rico o pobre, capitalista o proletario, jefe o subordinado, libre o esclavo, hombre o
mujer. De todos los argumentos invocados contra la injusticia de la servidumbre y de la esclavitud,
contra la sumisión de la mujer a la ley del más fuerte, no hay ninguno que prime, en lógica, al hecho
material de la reencarnación. Sí, pues, la reencarnación funda en una ley de la Naturaleza el principio
de fraternidad universal, también funda en la misma ley el de la igualdad de los derechos sociales y,
por consiguiente, el de la libertad.
Tirad al hombre el Espíritu libre e independiente, sobreviviente a la materia, y haréis de él una simple
máquina organizada, sin finalidad ni responsabilidad; sin otro freno que el de la ley civil y propia a ser
explotada como un animal inteligente. Sin esperar nada después de la muerte, nada obsta a que
aumente los gozos del presente; si sufre, sólo tiene la perspectiva del desespero y la nada como
refugio. Con la certeza del futuro, con la de encontrar de nuevo a aquellos a quien amó y con el temor
de tornar a ver a aquellos a quien ofendió, todas sus ideas cambian. El Espiritismo, aunque sólo hubiese
forrado al hombre a la duda relativa a la vida futura, habría hecho más por su perfeccionamiento moral
de que todas las leyes disciplinares, que lo detienen algunas veces, pero que no lo transforman.
Sin la existencia previa del alma, la doctrina del pecado original no sería solamente inconciliable con la
justicia de Dios, que tornaría a todos los hombres responsables por la falta de uno solo, sería también
un disparate, y tan menos justificable como, según esa doctrina, el alma no existía en la época a que se
pretende hacer que su responsabilidad se remonte. Con la existencia previa, el hombre trae, al renacer,
el embrión de sus imperfecciones, de los defectos de que no se corrigió y que se traducen por los
instintos naturales y por las inclinaciones para tal o cual vicio. Es ese su verdadero pecado original,
cuyas consecuencias naturalmente sufre, pero con la diferencia capital de que sufre la pena de sus
propias faltas, y no de las de otro; y con otra diferencia, al mismo tiempo consoladora, animadora y
soberanamente equitativa, de que cada existencia le ofrece los medios de redimirse por la reparación y
de progresar, quiera despojándose de alguna imperfección, quiera adquiriendo nuevos conocimientos y,
así, hasta que, suficientemente purificado, no necesite más de la vida corporal y pueda vivir
exclusivamente la vida espiritual, eterna y bienaventurada.
Por la misma razón, aquél que progresó moralmente trae, al renacer, cualidades naturales, como el que
progresó intelectualmente trae ideas innatas; identificado con el bien, lo practica sin esfuerzo, sin
cálculo y, por decirlo así, sin pensar. Aquel que es obligado a combatir sus malas tendencias vive
todavía en lucha; el primero ya venció, el segundo procura vencer. Existe, pues, la virtud original, como
existe el saber original, y el pecado o, antes, el vicio original.
Desde que se admite la solicitud de Dios para con sus criaturas, ¿por qué no se ha de admitir que Los
espíritus capaces, por su energía y superioridad de conocimiento, de hacer con que la Humanidad
avance, encarnen por la voluntad de Dios, con el fin de que activen el progreso en determinado
sentido? ¿Por qué no admitir que ellos reciban misiones, como un embajador las recibe de su soberano?
Tal es el papel de los grandes genios. ¿Qué vienen ellos a hacer, sino a enseñar a los hombres verdades
que estos ignoran y todavía ignorarían durante largos períodos, a fin de darles un punto de apoyo
mediante el cual puedan elevarse más rápidamente? Esos genios, que aparecen a través de los siglos
como estrellas brillantes, dejando largo trazo luminoso sobre la Humanidad, son misioneros o, si lo
quisieren, mesias. Lo que de nuevo enseñan a los hombres, quiera en el orden físico, quiera en el orden
filosófico, son revelaciones. Si Dios suscita reveladores para las verdades científicas, puede con más
fuerte razón, suscitarlos para las verdades morales, que constituyen elementos esenciales del progreso.
Tales son los filósofos cuyas ideas atraviesan los siglos.
¿El Espíritu propiamente dicho, tiene alguna cobertura, o está, como pretenden algunos, envuelto en
una sustancia cualquiera?
El Espíritu está revestido de una sustancia vaporosa para tus ojos, pero todavía bien grosera para
nosotros; vaporosa lo suficiente, pero, para poder elevarse en la atmósfera y transportarse para donde
quiera.
Así como el embrión de un fruto es envuelto por el perispermo, de la misma forma el Espíritu propiamente
dicho está revestido de una envoltura que, por comparación, se puede llamar de supraespíritu.
¿De dónde el Espíritu toma su envoltura semimaterial?
Del fluido universal de cada globo. Por eso, él no es el mismo en todos los mundos. Pasando de un
mundo para otro, el Espíritu cambia su envoltura, como cambiáis de ropa.
Así, ¿cuándo los Espíritus que habitan mundos superiores vienen hacia nosotros, toman un
supraespíritu más grosero?
Ya lo dijimos: es preciso que ellos se revistan de vuestra materia.
¿La envoltura semimaterial del Espíritu tiene formas determinadas y puede ser perceptible?
Sí; tiene una forma que el Espíritu desea, y es así como él se les presenta algunas veces, sea en sueño,
sea en estado de vigilia, pudiendo tomar forma visible y también palpable.
En todos los tiempos, el hombre creyó, por intuición, que la vida futura debería ser feliz o infeliz, en
razón del bien o del mal que se hace en este mundo; apenas la idea que de eso se hace está en
relación con el desarrollo de su sentido moral, y las nociones, más o menos justas, que tiene del bien y
del mal; las penas y las recompensas son el reflejo de sus instintos predominantes. Así es que los
pueblos guerreros colocan a su suprema felicidad en las honras prestadas a la bravura; los pueblos
cazadores, en la abundancia de la caza; los pueblos sensuales, en las delicias de los placeres. Mientras
el hombre está dominado por la materia, no puede sino imperfectamente comprender la espiritualidad,
y por eso es que él hace, de las penas y de los gozos futuros, un cuadro más material de que
espiritual; él imagina que se debe beber y comer en el otro mundo, pero mejor de que en la Tierra, y
de mejores cosas. Más tarde, se encuentra en las creencias acerca del futuro, una mezcla de
espiritualidad y de materialidad; es así que, al lado de la beatitud contemplativa, coloca el infierno con
torturas físicas.
La Doctrina Espiritista, en lo que concierne a las penas futuras, no está fundada más sobre una teoría
preconcebida de que en sus otras partes; no es un sistema sustituyendo otro sistema; en todas las
cosas, se apoya sobre las observaciones, y es eso lo que le da autoridad. Nadie, pues, imaginó que las
almas, después de la muerte, deberían encontrarse en tal o cual situación; son los propios seres que
dejaron la Tierra que vienen, hoy, a iniciarnos en los misterios de la vida futura, describir su posición,
feliz o infeliz, sus impresiones y su transformación con la muerte del cuerpo; en una palabra, a
completar, sobre ese punto, la enseñanza de Cristo.
No se trata, aquí, de la relación de un único Espíritu, que podría no ver las cosas sino bajo su punto de
vista, bajo un único aspecto, o estar, todavía, dominado por los preconceptos terrestres, ni de una
revelación, hecha a un único individuo, que podría dejarse engañar por las apariencias, ni de una visión
encantada que se presta a las ilusiones, y, no más de las veces, no es sino el reflejo de una
imaginación exaltada pero se trata de innumerables ejemplos proveídos por todas las categorías de
Espíritus, desde el más alto hasta el más bajo de la escala, con la ayuda de innumerables
intermediarios diseminados sobre todos los puntos del globo, de tal suerte que la revelación no es el
privilegio de nadie, que cada uno también puede ver y observar, y que nadie está obligado a creer
sobre la fe de algún otro.
Según el Espiritismo, ni los ángeles ni los demonios son seres aparte; la creación de los seres
inteligentes es una. Unidos a cuerpos materiales, ellos constituyen la Humanidad que puebla la Tierra y
las otras esferas habitadas; separados del cuerpo, constituyen el mundo espiritual o de los Espíritus que
pueblan los espacios. Dios los creó perfectibles; les dio como objetivo la perfección, y la felicidad que de
ella es consecuencia, pero no les dio la perfección; quiso que la debiesen a su trabajo personal, a fin de
que le tuviesen el mérito. Desde el instante de su formación, evolucionan, sea en el estado de
encarnación, sea en el estado espiritual; llegando al apogeo, son Espíritus puros, o ángeles según la
denominación vulgar; de suerte que, desde el embrión del ser inteligente hasta el ángel, hay una
cadena ininterrumpida, de la cual cada eslabón marca un grado en el progreso.
De eso resulta que existen Espíritus en todos los grados de adelanto moral e intelectual, según estén en
lo alto, abajo, o en el medio de la escala. Hay Espíritus, por consecuencia, en todos los grados de saber
y de ignorancia, de bondad y de maldad. En las clases inferiores, Existen los que están todavía
profundamente inclinados al mal, y que en él se complacen. Queriéndose, se les puede llamar de
demonios, porque son capaces de todas las acciones feas atribuidas a estos últimos. Si el Espiritismo no
les da ese nombre, es porque se junta a la idea de seres distintos de la Humanidad, de una naturaleza
esencialmente perversa, botados al mal por la eternidad e incapaces de progresar en el bien.
1º- Los fenómenos espiritistas son producidos por inteligencias extracorpóreas, o mejor dicho, por los
Espíritus.
2º- Los Espíritus constituyen el mundo invisible; están por todas partes; los espacios son por ellos
poblados hasta el infinito; están, sin cesar, a nuestro alrededor y con ellos estamos en contacto.
3º- Los Espíritus reaccionan, incesantemente, sobre el mundo físico y sobre el mundo moral, y son una
de las fuerzas de la Naturaleza.
4º- Los Espíritus no son seres a parte en la creación; son las almas de aquellos que vivieron sobre la
Tierra o en otros mundos, y que dejaron su envoltura corporal; de donde se sigue que las almas de los
hombres son Espíritus encarnados; y que muriendo nos tornamos Espíritus.
5º- Hay Espíritus de todos los grados de bondad e de malicia, de saber y de ignorancia.
6º- Todos están sometidos a la ley del progreso, y todos pueden alcanzar la perfección; pero como
tienen su libre albedrío, la alcanzan en un tiempo más o menos largo, según sus esfuerzos y su
voluntad.
7º- Son felices o infelices, según el bien o el mal que hicieron durante su vida y el grado de adelanto
que alcanzaron. La felicidad perfecta y sin mezcla no es compartida sino por los Espíritus que llegaron al
supremo grado de perfección.
8º- Todos los Espíritus, en circunstancias dadas, pueden manifestarse a los hombres; el número de los
que se pueden comunicar es indefinido.
9º- Los Espíritus se comunican por intermedio de médiums, que les sirven de instrumentos y de
intérpretes.
10º- Se reconocen la superioridad o la inferioridad de los Espíritus por su lenguaje; los buenos no
aconsejan sino el bien y no dicen sino cosas buenas: todo en ellos comprueba el grado de elevación; los
malos engañan, y todas sus palabras cargan la marca de la imperfección y de la ignorancia.
Tened confianza en la bondad de Dios, y sed bastante clarividentes para comprender los preparativos
de la nueva vida que él os destina. No os será dado, es verdad, gozarla en esta existencia; pero, ¿no
seréis más felices si no revivís más sobre este globo, de considerar lo alto de la obra que habéis
comenzado y que se desarrollará bajo vuestros ojos? Acorazaos de una fe firme y sin vacilación, contra
los obstáculos que parecen que se levantan contra el edificio del cual ponéis los fundamentos. Las bases
sobre las cuales él se apoya son sólidas: Cristo Le sentó la primera piedra. Coraje, pues, arquitectos del
Divino Maestro! Trabajad, construid, Dios os coronará la obra. Pero recordaos bien de que Cristo
reniega como sus discípulos, para quien no tenga la caridad sino sobre los labios; no basta creer; es
preciso, sobre todo, dar el ejemplo de la bondad, de la benevolencia, y del desinterés, sin eso vuestra
fe será estéril para vosotros.
Santo Agostinho
Del Libro: “El Libro de los Médiums”
Todos los hombres son médiums, todos tienen un Espíritu que los dirige hacia el bien, cuando saben
escucharlo. Ahora, que unos se comuniquen directamente con él por una mediunidad particular, que
otros no lo hagan sino por la voz del corazón y de la inteligencia, poco importa, no deja de ser su
Espíritu familiar que lo aconseja. Llamadlo espíritu, razón, inteligencia, es siempre una voz que
responde a vuestra alma y os dicta buenas palabras; apenas no lo comprendéis siempre. Ni todos
saben actuar según los consejos de la razón, no de esa razón que se arrastra y se rebaja, antes de
marchar, esa razón que se pierde en el medio de los intereses materiales y groseros, pero esa razón
que eleva al hombre encima de sí mismo, que lo transporta para regiones desconocidas; llama sagrada
que inspira al artista y al poeta, pensamiento divino que eleva al filósofo, impulso que arrebata a los
individuos y a los pueblos, razón que el vulgo no puede comprender, pero que eleva al hombre y lo
aproxima de Dios, más de que ninguna otra criatura, inteligencia que sabe conducirlo de lo conocido
hacia lo desconocido, y lo hace ejecutar las más sublimes cosas. Escuchad, pues, esa voz interior, ese
buen genio que os habla sin cesar y llegaréis progresivamente a oír a vuestro ángel guardián que os
extiende las manos desde lo alto del cielo; yo os repito: la voz íntima que habla al corazón es la de los
buenos Espíritus, y es desde este punto de vista que todos los hombres son médium.
Channing.
La unión hace la fuerza; sed unidos, para que sean fuertes. El Espiritismo germinó, lanzó raíces
profundas; va a extender sobre la Tierra sus ramos bienhechores. Es preciso que se tornen
invulnerables a los lances envenenados de la calumnia y de la negra legión de Espíritus ignorantes,
egoístas e hipócritas. Para después llegar a, que una indulgencia y una benevolencia recíprocas
presidan vuestras relaciones; que vuestros defectos pasen desapercibidos, que solamente vuestras
cualidades sean siempre notadas; que el farol de la santa amistad reúna, ilumine y abrigue vuestros
corazones, y resistiréis a los ataques impotentes del mal, como la roca firme a la ola furiosa.
No, no se puede cambiar de religión cuando no se tiene una que pueda, al mismo tiempo, satisfacer al
sentido común y a la inteligencia que se tiene, y que pueda, sobre todo, dar al hombre consolaciones
presentes. No, no se cambia de religión, se cae de la estupidez y de la dominación, en la sabiduría y en
la libertad. ¡Id, id, nuestro pequeño ejército! Id y no temáis a las balas enemigas; las que os deben
matar, no fueron todavía hechas, si estáis siempre desde el fondo del corazón en el camino de Dios, es
decir, si queréis combatir pacífica y victoriosamente por el bienestar y por la libertad.
Vicente de Paulo
Hijos de mi fe, cristianos de mi doctrina, olvidada por el interés de los torrentes y de la filosofía
materialistas, seguidme por los caminos de Judea, seguid a la pasión de mi vida, contemplad a mis
enemigos ahora, ved mis sufrimientos, mis tormentos y mi sangre derramada por mi fe.
Hijos, espiritualistas de mi nueva doctrina, estén preparados para soportar, para desafiar los torrentes
de la adversidad, los sarcasmos de vuestros enemigos. La fe marchará sin cesar, según vuestra
estrella, del mismo modo que la estrella condujo por la fe a los magos del Oriente al presepio.
Cualesquiera que sean vuestras adversidades, cualquiera que sean vuestras penas, y las lágrimas que
habréis derramado sobre esta esfera de exilio, tomad coraje, persuadios de que la alegría que os
inundará en el mundo de los Espíritus estará muy encima de los tormentos de vuestra existencia
pasajera. El valle de lágrimas es un valle que debe desaparecer para dar lugar a la brillante morada de
alegría, de fraternidad y de la unión, donde, por vuestra obediencia a la santa revelación, llegaréis. La
vida, mis queridos hermanos de esta esfera terrestre, toda preparatoria, no puede durar sino el tiempo
necesario para vivir bien preparado para esa vida, que no podrá jamás acabar. Amaos, amaos como yo
os amé, y como os amo todavía; hermanos, coraje, hermanos! Yo os bendigo; en el cielo os espero.
Jesús
¡Señor!
Enséñanos a trabajar más, produciendo más, y a producir más, a fin de que conquistemos recursos
mayores, para distribuir el auxilio siempre más amplio de Tu Misericordia.
Y enséñanos, Señor, a descansar menos, pidiendo menos, y a pedir menos, a fin de que pesemos
menos a nuestros semejantes, para exigir menos, de modo que nos sintamos menos débiles para servir
a Tu Bondad.
¡Señor!
Tanto como nos sea posible recibir, concédenos más trabajo para que seamos más útiles y que seamos
siempre menos nosotros, delante de Ti, a fin de que estés más en nosotros, hoy y siempre.
Así sea.
Espirito: BEZERRA DE MENEZES
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Marcas del Camino”
Hay diez señales rojas, en el camino de la experiencia, indicando probable caída en la obsesión:
cuando entramos en la faja de la impaciencia;
cuando creemos que nuestro dolor es el mayor;
cuando pasamos a ver ingratitud en los amigos;
cuando imaginamos maldad en las actitudes de los compañeros;
cuando comentamos el lado menos feliz de esa o de aquella persona;
cuando reclamamos aprecio y reconocimiento;
cuando suponemos que nuestro trabajo está siendo excesivo;
cuando pasamos el día exigiendo el esfuerzo ajeno, sin prestar el más leve servicio;
cuando pretendemos huir de nosotros mismos, a través del alcohol o del narcótico
cuando juzgamos que el deber es apenas de los otros.
Todas las veces que una de esas señales venga a surgir en el tránsito de nuestras ideas, la Ley Divina
está presente, recomendándonos la prudencia de ampararnos al socorro de la plegaria o de la luz del
discernimiento.
Espirito: SCHEILLA
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Ideal Espírita” – Edición FEB
AUGUSTO SILVA
Del Libro: “Cartas del Corazón” Edición LAKE
Médium: Francisco Cândido Xavier
...abracemos el camino que el Maestro nos apunta, aunque, muchas veces sintiendo los hombros
doloridos, bajo la cruz de las responsabilidades crecientes.
No vacilemos, a pesar de eso.
Asociando paciencia y acción, blandura y energía - y a veces más energía en la blandura - sigamos al
frente, convencidos de que el Señor no nos desampara.
Recordémoslo, solito y desfalleciente, pero sereno y valeroso y prosigamos, de conciencia erguida en la
paz del deber cumplido.
...hay situaciones que constituyen nuestra prueba angustiosa y áspera, pero redentora y santificante.
Perdonemos a las piedras de la vida por el oro de la experiencia y de luz que nos ofrecen.
Y, sobre todo, armémonos de coraje para el trabajo, porque es en el dolor del presente que corregimos
las luchas del ayer, encendiendo la bendita luz para nuestro gran porvenir.
Alabado sea Dios que permite que sea el espacio saneado por la tormenta y que desenvuelve la
restauración de la paz en todos los elementos, en el instante oportuno.
Comprendemos la extensión de las dificultades, de las luchas, de los sin sabores y de los tropiezos con
que todos somos confrontados. Dulce es el día de cielo azul, cuando todos se embalan en perspectivas
de deleitoso descanso, pero, amenazadora es la hora de la nube, cuando es preciso soportar los
peligros y dificultades de la tempestad purificadora a la que nos reportamos desde el inicio. Entretanto,
benditos serán siempre los que velan por la conservación de la luz, los que demuestran bastante
serenidad para la victoria espiritual y que saben aguardar, trabajando, el retorno de la claridad mayor.
Agradezcamos a Jesús por el sustento que nos proporciona, por el socorro de que nos enriquece.
Conservemos la certeza de que el Maestro no falta a los discípulos. Revóquese el desorden junto a
nosotros, grite la inconsecuencia a nuestros oídos, clame la sombra por las tubas de la discordia o
extiéndanse las trepaderas de las tinieblas en forma de perturbación al rededor de nuestros pasos.
Estemos confiados y serenos, cumpliendo las obligaciones edificantes que nos fueron indicadas,
convencidos de que la conciencia tranquila, en el deber situado encima de todo, es la ciudadela
inexpugnable del espíritu en cualquier plano del Universo.
Espirito: BATUÍRA
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Mais Luz” – Edición GEEM
La dificultad nace del campo de nosotros mismos. Aquí, en la Vida Espiritual, la consideramos como uno
de los obstáculos más duros de superar aquel que procede de nuestra propia incomprensión al frente de
la vida.
Surgen delante de nosotros las nubes pequeñitas, infladas a nuestros corazones por inteligencias
desencarnadas que todavía no se compadecen con nuestras ansias de ajuste al Evangelio del Señor, y
nosotros, que nos manteníamos firmes, encima de todos los asaltos, temblamos en nosotros mismos,
amedrentados e enfadadizos...
La hora es de la calma y reflexión, de modo a que reconsideremos actitudes y caminos.
Hermanémonos.
Delante del Señor, nuestros corazones están hundidos en un solo corazón. Nuestras almas, por extraño
que parezca, habitan sólo un cuerpo - ¡la obra! Y nuestra colaboración en la Obra de Jesús constituye
nuestro propio retrato dirigido al futuro.
Olvidemos las pequeñas discrepancias que nos asedian por todos los lados, de parte de aquellos que
todavía no nos apoyan los deseos de redención y progreso.
Confiémonos los unos a los otros. No permitamos que la inseguridad nos amenace. Guardemos
serenidad al amor que nos reúne los unos a los otros. Paz íntima, paz por dentro.
Espirito: BATUÍRA
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Mais Luz” – Edición GEEM
Espirito: BATUÍRA
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Mais Luz” – Edición GEEM
Espirito: BATUÍRA
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Mais Luz” – Edición GEEM
BATUIRA
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Mais Luz” – Edición GEEM
Espirito: BATUÍRA
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Mais Luz” – Edición GEEM
La tarea en el Evangelio no puede ser diferente, hoy, cuando comparada con los inicios en que se
constituía en los tiempos pasados.
Tenemos compañeros y compañeros.
Algunos llegan inflamados de celo apostólico al campo de servicio, trayendo la fuerza del ejemplo y el
brillo de la inspiración para el erguimiento general; otros surgen necesitados de socorro y cooperación, a fin
de que se levanten, en el espíritu, para el cumplimiento de los compromisos con que el mundo los honra;
otros aún aparecen tocados de buenos deseos mezclados de dificultades, exigiendo paciencia para que se
equilibren en el plano de acción en que se sitúan; muchos repuntan en la colectividad portando votos y
promesas brillantes que no consiguen cumplir; y algunos otros igualmente se destacan, con el pasar del
tiempo, a la manera de amigos de los intereses propios, buscando ventajas personales que no se compadecen
con los deberes que asumen.
Todos, sin embargo, son hijos de Dios y tutelados de Jesús - hermanos nuestros - cuya presencia es
factor importante en nuestro provecho.
Cada compañero de la mies del bien es oportunidad de trabajo que no nos será justo menospreciar.
Aquel que sabe mucho es capaz de enseñarnos, tanto como el portador de talentos sublimes se expresa por
luz a guiarnos al frente; lo más equilibrado es columna básica en el servicio a efectuarse, amparándonos las
propias necesidades; aquellos, en ese medio tiempo, que se revelan menos felices se erigen como siendo
experiencias a nuestra fe para que la caridad del Señor se manifieste por nuestro corazón y por nuestras
manos.
Auxiliarnos, sí, y siempre.
Las asambleas cristianas que sobreviven, por encima de todas las limitaciones y circunstancias de la
vida, son aquellas en cuyo cerne la llama del amor y del perdón no se extingue.
Jesús nos solicita concurso en su apostolado de redención y tan sólo venceremos amando y
sirviéndonos los unos a los otros, tanto como Él nos ama y sirve siempre.
Espirito: BATUÍRA
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Mais Luz” Edición GEEM
El inicio de las grandes obsesiones es semejante a la pequeñita brecha en la acequia que ha veces no
pasa de piedra descoyuntada o de hendidura oculta.
Los desequilibrios del alma comienzan igualmente de casi nada, principalmente por actitudes y
sentimientos aparentemente comprensibles pero que, en muchas ocasiones, se dislocan en el rumbo de
ásperas consecuencias.
Desconfianza.
Duda.
Irritación.
Desánimo.
Resentimiento.
Impulsividad.
In-vigilancia.
Amargura.
Tristeza sin nexo.
Grito de cólera.
Discusión sin provecho.
Conversación vana.
Visita inútil.
Distracción sin propósito.
En la represa, nadie puede prever los resultados de la brecha olvidada.
En el caso de la obsesión, sin embargo, que, en el fondo, se define por asunto de conciencia, es
importante que todos nosotros reconozcamos que, en toda y cualquier crisis de hambre, no es el pan el
que busca la boca.
Estamos prontos. Hagamos la operación aritmética de la paz interior, disminuyendo las desilusiones,
sumando las bendiciones recibidas del Alto, multiplicando nuestras energías en la actividad edificante y
dividiendo constantemente con nuestros hermanos del camino los frutos de nuestra tranquilidad, en
bases de trabajo y entendimiento. Aquí, volvemos a nuestro antiguo tema, aseverando:
- quien trabaja entiende y quien entiende trabaja.
Espirito: BATUÍRA
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Mais Luz” – Edición GEEM
Nunca perdamos nuestra comunión de vistas, nuestra integración recíproca en los ideales superiores.
Toda vez que la sombra nos amenace de cerca o de lejos, recordemos la importancia del trabajo en
nuestras manos y olvidémonos por amor a la obra que pertenece a Cristo y no a nosotros. Que el
Señor, mis hijos, nos auxilie a mezclar amor y firmeza, blandura y austeridad, para que nuestros
tesoros afectivos no se pierdan y para que nuestros talentos de fuerza no fallezcan a la mengua de
esperanza o de paz.
Caminemos sembrando los bienes que el Señor nos enriquece la senda, y que Él nos envuelva
constantemente en Su Amparo.
Espirito: BATUÍRA
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Mais Luz” – Edición GEEM
Espirito: BATUÍRA
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Mais Luz” – Edición GEEM
Espirito: BATUÍRA
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Mais Luz” – Edición GEEM
Madre Santísima!...
Mientras las madres del mundo son reverenciadas, deja que te recordemos la pureza incomparable y el
ejemplo sublime...
Soberana, que recibiste en la paja simple al Redentor de la Humanidad, sin que te rebeles contra las
madres felices, que acariciaban Espíritus criminosos en palacios de oro, enséñanos a atesorar las
bendiciones de la humildad.
Lámpara de ternura, que apagaste el propio brillo para que la luz de Cristo fulgurase entre los hombres,
ayúdanos a buscar en la construcción del bien para los otros el apoyo de nuestra propia felicidad.
Bienhechora, que te desvelaste, incesantemente, por el Mensajero de la Eterna Sabiduría, sufriéndole
los dolores y compartiéndole las dificultades, sin cualquier pretensión de hurtarlo a los propósitos de
Dios, auxílianos a extirpar del sentimiento las raíces del egoísmo y de la crueldad con que tantas veces
tentamos retener en la inconformidad y en el desespero a los corazones que amamos más.
Señora, que viste en la cruz de la muerte al hijo Divino, acompañándole la agonía con las lágrimas
silenciosas de tu dolor, sin cualquier señal de reclamación contra los poderes del Cielo y sin cualquier
expresión de revuelta contra las criaturas de la Tierra, condúcenos para la fe que redime y para la
renuncia que eleva.
Misionaria, sálvanos del error.
Ángel, extiende sobre nosotros las blancas alas!...
Estrella, claréanos el camino con tu brillo...
Madre querida, abríganos la existencia en tu manto constelado de amor!...
Y que todas nosotras, mujeres desencarnadas y encarnadas de servicio en la Tierra, podamos repetir,
delante de Dios, cada día, tu oración de suprema fidelidad:
“Señor, he aquí tu sierva, cúmplase en mi según tu palabra.”
Anália Franco
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: "Voces del Más Allá", Ed. FEB
Hijos míos:
Jesús - nuestro Maestro.
Amor – nuestro clima.
Caridad - nuestra bandera.
Servicio - nuestra bendición.
Sí, hijos del corazón,
cuanto nos sea lícito;
tanto cuanto pudiéramos;
sea con quien fuera;
en todas partes;
en cualquier tiempo;
al frente de todos;
ante cualquier circunstancia;
por todos los modos justos;
en los mínimos gestos;
sin restricciones de cualquier naturaleza;
como nos sea posible;
a través de los sentimientos;
por el vehículo de las ideas;
por la forma de las palabras;
y por la fuerza de las acciones
¡levantemos nuestro estandarte de luz!...
Que, en todo, la caridad,
por presencia de Cristo,
resplandezca de nosotros para con los otros,
con el olvido de nosotros propios,
para que el Reino Eterno
del Padre Celestial,
sea instalado, al fin,
en nuestros corazones,
ahora y para siempre.
Fabiano de Cristo
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Caminho Espírita” – Edición FEB
La Naturaleza es mi Madre.
El Universo es mi Camino.
La Eternidad es mi Reino.
La Inmortalidad es mi Vida.
La Mente es mi Hogar.
El Corazón es mi Templo.
La Verdad es mi Culto.
El Amor es mi Ley.
La Forma en sí es mi Manifestación.
La Conciencia es mi Guía.
La Paz es mi Abrigo.
La Experiencia es mi Escuela.
El Obstáculo es mi Lección.
La Dificultad es mi Estímulo.
La Alegría es mi Cántico.
El Dolor es mi Aviso.
La Luz es mi Realización.
El trabajo es mi Bendición.
El Amigo es mi Compañero.
El Adversario es mi Instructor.
El Prójimo es mi hermano.
La Lucha es mi Oportunidad.
El Pasado es mi Advertencia.
El Presente es mi Realidad.
El Futuro es mi Promesa.
El Equilibrio es mi Actitud.
El Orden es mi Seña.
La Belleza es mi Ideal.
La Perfección es mi Destino.
EL ESPÍRITU
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Aulas da Vida” – Edición IDEAL
Coloque el trabajador las manos en el arado para la labranza del bien y el Señor, por Sus Emisarios,
hará el resto, bendiciendo la harta cosecha.
El Servicio posee idioma propio, y a través del servicio la devoción de cada labrador está conversando
con todos los hermanos de la Humanidad.
En ese bendito secreto del habla silenciosa que el trabajo desenvuelve, por los vehículos del ejemplo,
las grandes realizaciones se efectúan con el auxilio del Alto.
Espirito: BATUÍRA
Médium: Francisco Cândido Xavier
Del Libro: “Mais Luz” – Edición GEEM