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MovsNeoconservadoresenA L LuisDelgado
MovsNeoconservadoresenA L LuisDelgado
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sin una idea de un “deber ser” del orden social, puede culminar en un
totalitarismo, la imposición de un orden exclusivo por el despotismo del
individuo o del grupo homogéneo, que pretende traspasar este carácter a la
sociedad toda (…) la crítica de este tipo de escritores neo-conservadores se
dirige a que la economía de mercado o “capitalismo” no puede existir sin
una referencia ética y de ideales que ésta no puede proporcionar
(Fermandois, 1996, p. 19)
Hasta aquí se nota una reflexión bastante abstracta pero necesaria para
comprender la profundidad e implicaciones que tienen estos movimientos
conservadores o neoconservadores, a continuación, voy a intentar aterrizar lo
teorizado en los contextos concretos de Costa Rica, Brasil y Cuba.
Esta alianza se manifiesta por medio de marchas por la vida y la familia en Costa
Rica, en oposición al estado laico, al aborto, a la anticoncepción de emergencia y
a las uniones entre personas del mismo sexo, en agosto de 2008, noviembre de
2009, diciembre de 2017; asimismo esta politización implica la satanización que
abriría las condiciones para que se dé la laicización jurídica del Estado
costarricense. Asimismo, como en el caso brasileño, los medios de comunicación
masiva tienen una influencia primordial que muestran quiebres en los ejes de
desintegración social y de politización de lo religioso (cf. Fuentes Belgrave, 2018,
pp. 92-94), después de las elecciones presidenciales, se eligieron a catorce
diputados del partido Restauración Nacional, ligado a la teología de la
prosperidad, y a sus simplismos dicotómicos miseria/riqueza, pobreza/bendición,
destrucción/restauración, homosexualidad/heterosexualidad, demonio/Cristo.
Gallardo escribe citando a Cavafis “los hombres esos eran una cierta solución”
(2018, p. 1), además, escribirá entre otras cosas que:
nos posibilitan sentirnos mejor (…) nos permiten medir con simpatía o furia
nuestras estaturas (…) ´Bárbaro´ designa algo que intuitivamente no
deseamos para nosotros ni nuestros hijos y familias (…) resultan necesarios
con su despotismo, crueldad, incultura, grosería, tosquedad, encarnación,
para que podamos vernos-sentirnos democráticos, bondadosos, solidarios,
educado-ilustrados, cultos, individuos de la especia humana. Los bárbaros
resultan ser los Otros (…) La elección presidencial y parlamentaria
costarricense del 2018 nos mostró la oposición bárbara, en su alcance
excesiva, entre religiosos cristianos pentecostales, probablemente
acompañados por un número menor de católicos papistas y marianos, que
desean liberar a los ciudadanos (religiosos y no religiosos) de sus
aberraciones y pecados con la finalidad de acercarse y acercarlos al
trascendente Reino de los Cielos (Gallardo, 2018, pp. 1-2)
El país se polarizo en dos bandos, unos eran los barbaros de los otros y viceversa,
el eje central de la polarización radicó en tres aspectos fundamentales, primero la
CIDH postuló la urgencia de erradicar la discriminación contra las minorías
sexuales (la diversidad) de procedimientos identitarios civiles, además de
considerar la posibilidad del matrimonio entre iguales, y finalmente las guías de
educación sexual; cuando me refiera al caso cubano, va a ser interesante ver
cómo los discursos llevan las mismas líneas o los mismos ejes problematizadores
desde diferentes contextos.
Los neopentecostales nos dejaron una enseñanza, pues en los estratos más
vulnerables de las costas los habitantes han sido abandonados por el estado, por
lo que son lugares en los que hay personas que necesitan ser “salvadas”, claro
está, hablando en primer lugar de la inmanencia, no necesitan que les hablen del
cielo y el infierno, necesitan primero llenarse los estómagos, “salvarse” del olvido,
la indiferencia, la pobreza, las faltas de posibilidades, y por tanto parece ser, se
sintieron identificados con los discursos que aparentemente bajaban a dios del
cielo para ponerlo a caminar con ellos.
Según Oro y Tadvald (2019), “la formación del campo evangélico en Brasil
presenta diversas olas, desde el protestantismo histórico hasta los
neopentecostales (...) en esta expansión tiene un rol importante la Iglesia
Universal del Reino de Dios” (2019, p. 56) me interesa destacar la “segunda ola”
que surge entre 1950 y 1970, y con esta entra en escena el fenómeno de la
Silveira dice que sobre Brasil se pueden hacer dos lecturas, una desde lo
institucional formal, en la que destaca las tendencias de gobierno y señala que del
1989 al 2002, hubo un gobierno de centro derecha, del 2002 al 2016 gobernó la
izquierda y del 2016 a lo que va del 2019 la extrema derecha (cf. Observatorio de
lo religioso, 2019), la otra lectura parte de lo social y lo religioso, en esta destaca
un pluralismo religioso tardío y menciona que el 35% de los brasileños se resisten
a la ciencia; y según Solano Gallego, “los malos resultados económicos y la falta
de habilidad del gabinete de Dilma para gestionar la crisis fueron fundamentales
para aumentar el descontento con el gobierno” (2016, p. 148), sobra decir que
durante la investigación se va a ahondar más en cuanto a la caída del PT y las
posibles causas, y en consecuencia el resurgimiento del conservadurismo
brasileño.
Las elecciones del 2018 las gana Bolsonaro con un discurso que dicta “Brasil
acima de tudo, Deus acima de todos” (2018, p. 1) además, cita a Juan 8 32 para
señalar que “conocerás la verdad y la verdad os hará libres”, en este punto se
podría cuestionar el reduccionismo de lo que implica verdad para Bolsonaro, hay
varios videos en los que ha mostrado su xenofobia, misoginia, racismo entre otros
(cf. 24horas.cl, 2018), algunas de sus “verdades”, con respecto a esto no deja de
ser necesario problematizar la situación de la verdad, como concluye Vattimo
citando a Popper, “la verdad misma es enemiga de la sociedad abierta y, en
particular, de toda política democrática” (2010, p. 22), y también cita a Arendt para
señalar que “quien, en una oposición de opiniones, afirma que posee la verdad,
expresa una pretensión de dominación” (2010, p. 31). Se puede apreciar como a
tal extremo llegan en muchas ocasiones los movimientos neoconservadores,
creyéndose los dueños únicos y auténticos de ciertas verdades.
Todos los martes, todos los jueves, todos los sábados, de todas las
semanas, alrededor de 700 feligreses esperan las 10 de la mañana con el
estómago vacío. “Es un culto de ayuno”, dice el diácono Omar Rivas en la
puerta de la Iglesia Metodista Universitaria del Vedado, y explica que “para
que el Espíritu Santo se apodere del cuerpo, no se pueden ingerir alimentos
porque se generan desechos en el organismo” (…) La pancarta reza: “estoy
a favor del diseño original” (…) “La familia como Dios la creó” (…)
“Matrimonio = hombre + mujer” (2019, pp. 116-117)
En este aspecto, tanto Cuba como Costa Rica en cuanto a su dimensión religiosa,
comparten esta posición conservadora que niega los derechos de las llamadas
minorías, como menciona Gallardo al referirse a la projimidad que debería
caracterizar a todo cristiano, aparece el quiebre, los discursos del odio, de la
intolerancia hacia el distinto, dígase de la parábola bíblica, la indiferencia con el
judío que es asaltado, la necesidad de cerrar los ojos y obviar el problema, dejar la
responsabilidad en manos de otro, o de otra. Sin embargo, lo positivo es que
siempre hay personas que se oponen a la negación de las posibilidades de los
otros, los y las distintos o distintas, en Cuba
1. Que la familia es una institución divina creada por Dios y que el matrimonio
es exclusivamente la unión de un hombre y una mujer, según enseña la
Biblia, la palabra de Dios.
2. Que la ideología de género no tiene relación alguna con nuestra cultura,
nuestras luchas de independencia, ni con los líderes históricos de la
Revolución. De igual manera, tampoco guarda vínculo con los países
comunistas, dígase la antigua Unión Soviética, China, Vietnam y menos
aún Corea del Norte.
3. Que la gracia de Dios es para todos los seres humanos
independientemente de su orientación sexual e ideología política o
religiosa, para ser regenerados y transformados una vez que hayan
procedido al arrepentimiento, por medio de la fe en Jesús Cristo (Jiménez
Enoa, 2019, p. 119)
La cita anterior, apunta al error que lleva al reduccionismo de creer que todas las
particularidades del cristianismo se pueden meter en un mismo saco, y en cierto
sentido, aún hay ciertas personas que realmente deciden comprometerse con las
poblaciones más vulnerables, y en muchas ocasiones más estigmatizadas.
Siempre son importantes los esfuerzos por ir más allá del patriarcalismo, Jiménez
Enoa, cita a Idania del Río para destacar su reflexión, que vendría a reforzar lo
escrito anteriormente sobre los discursos del odio:
Otra mujer, Lidia Romero, escribe “No queremos agredir a la Iglesia, queremos
que nos respeten. Quisimos hacer presencia, porque el cuerpo es político. Una
manera de expresarnos desde lo pacífico” (Jiménez Enoa, 2019, p. 130).
Con los casos expuestos, se visibiliza una tendencia en cuanto a la relación entre
poder político y religión, y el surgimiento de “nuevos” (aunque son muchos los
casos que se registran en la historia) movimientos neoconservadores, en palabras
de Córdoba Villazón, la presencia evangélica ha crecido en América Latina,
situación que ha aumentado la “capacidad de influencia en la agenda pública a
través de partidos evangélicos o más a menudo, mediante asociaciones próvida y
profamilia (…) sus posturas contra el avance de la agenda gay” y la ideología de
género acerca a estos grupos a los conservadores católicos en la lucha contra los
cambios liberalizadores en la familia y en la sociedad (2014, p. 112).
Bibliografía
Pierre Bastian, J., Pilco, S., Sampedro Nieto, F. Sepúlveda, J., Gomes, W,.
Schafer, H. (1995). Evangélicos en América Latina. Recuperado de
https://dspace.ups.edu.ec/bitstream/123456789/11796/1/Evangelicos%20en
%20AL.pdf