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Búsqueda de antecedentes
Teniendo en cuenta las limitaciones del trabajo en cuanto a los
materiales y su tecnología y el enunciado de mi problemática, decidí
investigar materiales resistentes a la intemperie debido al uso exterior
que se le dará al producto por lo que es importante tener en claro los
materiales que NO son aptos para este uso o podrían ser
contraproducentes para este trabajo como:
Materiales porosos MATERIALES
Madera sin tratar CON DESVENTAJAS
Existen varias maderas y tratamientos de madera que no son aptos para
uso exterior debido a sus desventajas. Algunas de estas son:

Pino joven: es más blanda que otras maderas, lo que lo hace menos
resistente a la intemperie y a los insectos. Además, requiere de
tratamientos especiales para su mantenimiento.
Caoba: es una madera costosa y voluminosa, lo que la hace difícil de
manejar. Además, es susceptible a la humedad y a los insectos, lo que
la hace poco adecuada para uso exterior.
Fresno: aunque es resistente al impacto, es débil ante la
descomposición y requiere de mantenimiento. Es adecuado para uso
en interiores, pero no es recomendable para uso exterior sin un buen
tratamiento protector.
Nogal: aunque es muy duro, requiere de un mantenimiento continuo y
no resiste tanto la humedad. Es adecuado para uso en interiores, pero
no es recomendable para uso exterior sin un buen tratamiento
protector.

En cuanto a los tratamientos de madera, algunos no son adecuados para uso


exterior debido a que no ofrecen la protección necesaria contra la humedad y
los insectos. Por ejemplo, el barniz crea una película alrededor de la madera
que no la deja respirar, lo que no es adecuado para las tarimas de exterior.
Además, algunos tratamientos pueden ser costosos y requieren de un
mantenimiento periódico.

Es importante tener en cuenta que no todas las maderas son aptas para uso
exterior, y que es necesario elegir la madera y el tratamiento adecuados para
garantizar su durabilidad y resistencia a la intemperie.
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MADERAS PARA EXTERIOR:
Tipos, Especies y Tratamientos.
Cuando buscamos maderas para exterior nos referimos a aquellas que de
forma natural son aptas para estar a la intemperie. Es decir, la humedad,
hongos, insectos o incluso el sol les afectan en menor medida.
Estas son especialmente demandas para su uso como tarimas,
revestimientos de pared, fabricación de estructuras e incluso mobiliario.
Son en estos usos donde los consumidores buscan unas prestaciones
adicionales, como pueden ser la resistencia a golpes, humedad y/o
insectos.
Aunque estas maderas presenten una resistencia natural nunca está de mas
aplicar tratamientos protectores. No solo son necesarios, con ellos
aseguraremos una muy larga vida a estas maderas para intemperie.

5 ESPECIES DE MADERA PARA EXTERIOR:


Madera de Teca. Esta madera tiene su origen en Indonesia y posee
originalmente un color dorado que poco a poco se va tornando en plateado.
Posee unas cualidades de resistencia privilegiadas que la hacen ideal para
toda clase de trabajos en exteriores: tarimas, mobiliario de exterior o
incluso la fabricación de barcos. A diferencia de otras especies de madera,
la teca produce un aceite natural que reduce la necesidad de utilizar
productos protectores y selladores.
Madera de Iroko. Conocida como la “Teca Africana” la madera de Iroko es
natural de África y tiene un color amarillento que rápidamente se oscurece
hacia un bonito y rico marrón. También es utilizado para una gran variedad
de trabajos especialmente: la fabricación de tarimas, encimeras, barcos e
incluso instrumentos musicales. No le afectan especialmente los insectos y
hongos.
Madera de Cumaru. En este caso es conocido como la “Teca Brasileña”.
Tiene su origen en Sur América y parte de un color entre amarillo y rojo que
poco a poco va adquiriendo tonalidades plateadas. La madera de cumarú
presenta unas grandes propiedades para su utilización en la fabricación de
barcos y su comportamiento frente al fuego es realmente excepcional,
similar al del acero o el hormigón. Al igual que los anteriores tipos de
madera es muy resistente a los insectos y humedad por lo que también se
usa en muchas ocasiones para fabricación de tarima exterior.
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Madera de Ipé. La madera de Ipé es originaria de Sur América y tiene un color
oliva marrón oscuro que puede oscurecerse aún más. Es una madera muy
conocida y demandada para la fabricación de tarima exterior dada su enorme
resistencia y su durabilidad en ambientes húmedos y frente a insectos.
También presenta un buen comportamiento frente al fuego dada su gran
densidad. No se trata de una madera fácil de trabajar y produce un intenso
desgaste en la herramienta y maquinaria. Se debe a que es muy dura y densa,
muchísimo más que la mayoría.
Madera de Cedro. En este caso se trata de una madera apta para exteriores
relativamente ligera. Existen varias subespecies y es abundante. Tiene un color
rojizo característicos y es más liviana que las anteriores. Lo que le otorga a la
madera de cedro la capacidad de usarse en exteriores y ser resistente a la
humedad e insectos es su resina.

TRATAMIENTOS PARA OBTENER MADERA


PARA EXTERIOR:
No necesariamente debemos recurrir a especies que tienen una resistencia
natural. Es posible utilizar otros tipos de madera para exterior si aplicamos
alguna modificación o tratamiento que las habilita para ello.

Autoclave. Consiste en secar la madera en tubos de vacío y aplicar sales de


cobre que recubren las células de la madera y la protegen.
Madera termotratada. En ausencia de oxígeno se aplica calor sobre la madera,
casi hasta el punto de combustión. Esto altera la composición química de la
madera y sus propiedades.
Carbonización. Se trata de una técnica tradicional japonesa de preparar
madera para exterior. Consiste en quemar la capa superficial, unos pocos
milímetros, y luego se limpia con agua y cepilla para eliminar parte de lo que se
ha carbonizado. La madera queda con un tono grisáceo oscuro. Es necesaria la
aplicación a posteriori de alguna cera o resina.
Madera Acetilada. Es uno de los métodos más vanguardistas. Mantiene muchas
de las propiedades naturales de la madera (resistencia, color…), y al mismo
tiempo altera la capacidad de absorber agua de la madera, lo que mejora
considerablemente su durabilidad y estabilidad.
Madera Furfurilada. Al igual que el método anterior, se trata de una
modificación de la madera producida por agentes químicos que mejora su
durabilidad y algunas de propiedades físicas. En este caso, se utiliza alcohol
obtenido de furfural (subproducto agrícola).
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Madera de Ipé. La madera de Ipé es originaria de Sur América y tiene un color
oliva marrón oscuro que puede oscurecerse aún más. Es una madera muy
conocida y demandada para la fabricación de tarima exterior dada su enorme
resistencia y su durabilidad en ambientes húmedos y frente a insectos.
También presenta un buen comportamiento frente al fuego dada su gran
densidad. No se trata de una madera fácil de trabajar y produce un intenso
desgaste en la herramienta y maquinaria. Se debe a que es muy dura y densa,
muchísimo más que la mayoría.
Madera de Cedro. En este caso se trata de una madera apta para exteriores
relativamente ligera. Existen varias subespecies y es abundante. Tiene un color
rojizo característicos y es más liviana que las anteriores. Lo que le otorga a la
madera de cedro la capacidad de usarse en exteriores y ser resistente a la
humedad e insectos es su resina.

TRATAMIENTOS PARA OBTENER MADERA


PARA EXTERIOR:
No necesariamente debemos recurrir a especies que tienen una resistencia natural. Es posible utilizar
otros tipos de madera para exterior si aplicamos alguna modificación o tratamiento que las habilita para
ello. Normalmente estos métodos se aplican en mayor medida en maderas con coste
relativamente bajo y abundantes con el fin de obtener maderas para exterior baratas.

Autoclave. Consiste en secar la madera en tubos de vacío y aplicar sales de


cobre que recubren las células de la madera y la protegen.
Madera termotratada. En ausencia de oxígeno se aplica calor sobre la madera,
casi hasta el punto de combustión. Esto altera la composición química de la
madera y sus propiedades.
Carbonización. Se trata de una técnica tradicional japonesa de preparar
madera para exterior. Consiste en quemar la capa superficial, unos pocos
milímetros, y luego se limpia con agua y cepilla para eliminar parte de lo que se
ha carbonizado. La madera queda con un tono grisáceo oscuro. Es necesaria la
aplicación a posteriori de alguna cera o resina.
Madera Acetilada. Es uno de los métodos más vanguardistas. Mantiene muchas
de las propiedades naturales de la madera (resistencia, color…), y al mismo
tiempo altera la capacidad de absorber agua de la madera, lo que mejora
considerablemente su durabilidad y estabilidad.
Madera Furfurilada. Al igual que el método anterior, se trata de una
modificación de la madera producida por agentes químicos que mejora su
durabilidad y algunas de propiedades físicas. En este caso, se utiliza alcohol
obtenido de furfural (subproducto agrícola).
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ACABADOS PARA PROTEGER MADERA EXTERIOR:
Por otro lado tenemos tratamientos más o menos superficiales que deben renovarse periódicamente
pero que pueden ser igualmente útiles.

Existen diferentes tipos de protectores para madera exterior, cada uno con sus
ventajas e inconvenientes. Los podemos dividir en dos grandes grupos: productos a
poro abierto y a poro cerrado (crean película). Los productos a poro abierto se
caracterizan por no crear una película impermeable alrededor de la madera, sino
que permiten que la madera respire, ofrecen una mayor elasticidad y son mucho
más fáciles de aplicar. En este grupo encontramos básicamente los lasures y los
aceites.
Lasur. Se trata de un compuesto a base de resinas elásticas, disueltas en agua
o disolvente, que penetra en la madera y la protege frente a las inclemencias
del tiempo, la radiación solar, insectos… Es ideal cuando existen grandes
cambios térmicos y de humedad. El lasur se ha convertido en el acabado para
proteger madera exterior más habitual.
Aceite de Linaza. Es producto que se ha usado tradicionalmente para proteger
maderas de exterior. Se obtiene a partir del prensado de las semillas de lino y
tiene unas propiedades similares a las del lasur. Si bien su aplicación no es
compleja si que puede llevar bastante tiempo debido al número de capas que
pueden hacer falta y a los largos tiempos de secado. También se comercializa
con secantes y otros aditivos que mejoran algunas de sus características
Aceite de Teca. Se trata de un acabado para madera al exterior que combina
compuestos naturales, como el aceite de tung o linaza, con otros de origen
industrial. Está disponible en varios colores, ofrece filtros UV, propiedades
antifúngicas… Es apto para todo tipo de maderas, especialmente tropicales.
Los productos a poro cerrado crean una película o capa que recubre la madera para
protegerla. Entre sus inconvenientes destaca que esta capa tiende a cuartearse, y el
proceso será más rápido cuanto más adversas sean las condiciones, es decir,
cuando más protección necesita. Los fabricantes de estos tipos de protección han
mejora sensiblemente, ofreciendo productos cada vez más elásticos e incluso
microporosos, lo que retrasa el cuarteo o agrietamiento.
Entre los principales productos a poro cerrado que se usan como protector para
madera exterior encontramos los barnices y las pinturas.
Barniz. En el mercado existe una gran variedad de barnices para este fin.
Incluso es posible encontrar buenos productos al agua, lo que hace unos años
era impensable.
Pinturas. Si lo que buscamos es un cambio radical de color, la opción es utilizar
pinturas.
Búsqueda de antecedentes textiles
Después de realizar una búsqueda de textiles para complementar en un
20% el trabajo pude puede concluir que existen varios textiles y telas que
son aptos para uso exterior y que ofrecen diversas ventajas. Algunos de
ellos son:

Tela de olefina: es resistente al desgaste, duradera y suave al tacto.


Además, es fácil de mantener y limpiar.
Tela acrílica: es resistente a la humedad, a los rayos UV y a los ataques
de polillas. Es ideal para la fabricación de toldos, sombrillas, tapizado de
muebles de exterior, entre otros.
Telas impermeables: son telas que han sido tratadas para repeler o
evitar que el agua traspase el tejido, lo que las hace ideales para lugares
muy transitados, como el patio, el área de la piscina y la cocina. Además,
son prácticas si tienes mascotas.
Polar: es una tela semi-impermeable que retarda el paso de la humedad
hacia el exterior. Es ideal para la fabricación de ropa de exterior y
tapizado de muebles.
Lana natural: es una tela resistente y duradera, que ofrece una
excelente protección contra el frío y la humedad. Es ideal para la
fabricación de ropa de exterior y tapizado de muebles.

Se pueden mencionar algunos materiales que no son adecuados para uso


exterior debido a sus características y desventajas, como:
Telas de algodón: aunque son suaves y cómodas, no son resistentes a la
humedad y pueden pudrirse y desvanecerse con el tiempo.
Telas de seda: son delicadas y no resistentes a la humedad, lo que las
hace poco adecuadas para uso exterior.
Telas de lana: son susceptibles a la humedad y a los insectos, lo que las
hace poco adecuadas para uso exterior sin un buen tratamiento
protector.
Telas de poliéster: Aunque son resistentes y duraderas, no son
transpirables y pueden retener la humedad, lo que puede provocar
malos olores y moho.
En cuanto a los recubrimientos, algunos no son adecuados para uso exterior debido a que no
ofrecen la protección necesaria contra la humedad y los rayos UV. Por ejemplo, la pintura a
base de agua puede ser susceptible a la humedad y la decoloración, mientras que la pintura a
base de aceite puede ser susceptible a la descamación y el agrietamiento.

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