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Hacia la construcción de un acuerdo de las prácticas profesionales

La subsede de la UPN en Ensenada es una comunidad académica que alberga


diferentes miradas y posturas teóricas. Esa deseable diversidad queda de manifiesto en
las distintas maneras de caracterizar las Prácticas Profesionales. De ahí la necesidad de
establecer un diálogo permanente para llegar a un conceso que permita construir una
ruta común sobre el tema. Para ello el comité responsable de prácticas profesionales, a
partir de la revisión de la propuesta actual, somete a la consideración del resto del
personal académico lo que expresa este documento.
El principal asunto de discusión es la vinculación de las Prácticas Profesionales al
trabajo de titulación. De ese núcleo temático se deslindan todas las demás
consideraciones sobre el caso. Por consiguiente, este comité propone la separación de
Prácticas Profesionales del Seminario de Titulación y del proceso de elaboración del
documento recepcional. Se admite que son dos cosas diferentes, incluso la misma
reglamentación así lo establece. Con la finalidad de evitar complicaciones se remite a la
normatividad vigente y se retoma los siguientes aspectos a considerar en los
“lineamientos de Operación de la Licenciatura en Intervención Educativa” expresados
en los artículos 79-91:
1. Las prácticas profesionales son un espacio curricular donde se aplica las
competencias de intervención sobre algún aspecto de la realidad del campo
profesional. Cabe recordar que Prácticas Profesionales tiene un valor curricular
del 30% sobre el total de los créditos de la licenciatura (art. 79)
2.
3. Por consiguiente, en las prácticas profesionales el alumnado está obligado a
realizar un proyecto de intervención bajo la tutela de su asesor de prácticas.
4. El espacio de Prácticas Profesionales no es el lugar adecuado para recibir
asesoría de Titulación. Este segundo tipo de acompañamiento académico hacia
el estudiantado, en todo caso, correspondería al Seminario de Titulación y/o al
asesor designado exclusivamente para tal función
5. La estructura del proyecto de intervención debe ser acotado a las características
que se proponen en el artículo 86. Sexto semestre: observar, identificar y
caracterizar problemas, procesos y actores. Séptimo semestre elaborar
diagnósticos sobre situaciones problemáticas para formular escenarios y valorar
las posibles estrategias de intervención. Octavo semestre: elaborar y evaluar el
proyecto de intervención
6. Por último, la acreditación de Prácticas Profesionales, de acuerdo con los
artículos 87 y 88, se sustenta en la entrega de una memoria con las indicaciones
establecidas en el documento.
Este comité propone, con la finalidad de realizar dicha tarea, establecer un espacio
curricular de manera formal y explícita. La idea general consiste en realizar una
distribución escalonada de las asesorías para el siguiente semestre bajo el siguiente
horario rotativo:
Semana 1: martes 8:00-10:00
Semana 2: martes 10:00-12:00
Semana 3: martes 12:00-14:00
Semana 4: miércoles 8:00-10:00
Semana 5: miércoles 10:00-12:00
Semana 6: miércoles 12:00 14:00
Semana 7: Se repetiría el ciclo….

La finalidad de esta propuesta es evitar que la suspensión de clases recaiga


solamente en un mismo horario. De esta manera, cada docente puede prever y
organizar el trabajo escolar de manera anticipada con el resto de los grupos y
semestres. Con esta medida se busca dar formalidad curricular a las prácticas
profesionales, así todos los asesores tendrían un tiempo a la semana destinado para
brindar las asesorías.
No obstante, esta propuesta general para las prácticas profesionales deja algunos
elementos centrales que vale la pena discutir en academia. Al desvincular las prácticas
profesionales del “proceso de vinculación” se tiene que considerar las siguientes
cuestiones:
1. ¿Cuándo el estudiante comenzaría formalmente a construir su trabajo
recepcional? Ante esta pregunta, la asignatura de Seminario de Titulación
debiera ser el comienzo para la realización del documento recepcional bajo la
modalidad que cada estudiante elija.
2. Para la elaboración del trabajo recepcional cada estudiante posiblemente
requiera un asesor de titulación. ¿Quién lo asignaría, cómo se realizaría tal
acompañamiento? Se sugiere que no sea la misma persona que asesora
Prácticas Profesionales; pues de lo contrario, se estaría incurriendo en una
duplicidad de funciones, lo cual ha originado la confusión de labores que
actualmente se tiene.
3. Además, las prácticas profesionales están diseñadas para que el alumnado
realice un trabajo de intervención; por consiguiente, si el alumnado o la
persona que asesora la titulación opta por una modalidad diferente al proyecto
educativo, se necesitaría de una lógica distinta de investigación. Por lo tanto, se
propone no empalmar Prácticas Profesionales con Seminario de Titulación.
4. Por último, habría que dejar bien claro al estudiantado que tendría que realizar
dos trabajos diferentes. Por un lado, se estaría obligado curricularmente a
realizar un proyecto de intervención cuyo producto final serían las memorias.
Por el otro, tendría que hacer un trabajo distinto con su asesor de titulación, en
cuyo caso, sería el trabajo recepcional bajo la modalidad que se elija.
Por último, es preciso señalar que la tarea de separar las prácticas profesionales del
proceso de Titulación resulta difícil. En el ejercicio del periodo escolar 2023-1 se
intentó incorporar una nueva perspectiva sobre el tema. Esa medida derivó en el
cambio del perfil docente que imparte la asignatura de Seminario de Titulación; sin
embargo, el resultado fue similar a lo realizado en semestres anteriores. En otras
palabras, la mirada de las prácticas profesionales terminó yuxtaponiéndose a las
orientaciones dadas en el Seminario de Titulación, así el estudiantado retomó los datos
y experiencias de sus prácticas para construir un trabajo equivalente a lo que ya se
había hecho antes. Ante tal situación, al menos se tiene dos opciones. La primera es
romper definitivamente con la asociación de Prácticas Profesionales con Seminario de
Titulación y asumir los retos que ello implicaría. La segunda es mantener el vínculo
entre estos dos espacios curriculares, pero se necesitaría definir claramente algunos
lineamientos de operación que permita a la comunidad académica tener un recorrido
común. Para transitar por este segundo sendero supone otro tipo de tareas, entre ellas
asumir que la modalidad principal de Titulación sería mediante un proyecto de
intervención; además, también habría que discutir entre la comunidad el tema de la
intervención y lo que se entiende por ella.

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