Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Flp 3:12 No que ya haya alcanzado, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si
alcanzo aquello para lo cual fui también alcanzado de Cristo Jesús.
Flp 3:13 Hermanos, yo mismo no hago cuenta de haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago:
olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome á lo que está delante,
Flp 3:14 Prosigo al blanco, al premio de la soberana vocación de Dios en Cristo Jesús.
Flp 3:15 Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos: y si otra cosa sentís, esto
también os revelará Dios.
- El satisfactorio momento del esfuerzo de un padre, durante toda su vida, para lograr pagar los
estudios de su hijo. Que pueda ir a la enseñanza superior, y finalmente ver en él , al Profesional que
siempre soñó.
Un padre generalmente dice: “Quiero que seas todos lo que yo no pude ser”.
Definimos Satisfacción, como ese sentimiento de bienestar o placer que se tiene cuando se ha colmado
un deseo o cubierto una necesidad.
¿Lo has sentido? Toda persona, en menor o mayor medida, ha vivido ese momento alguna vez en su
vida.
Originada etimológicamente en el latín “satisfactiōnis” palabra compuesta integrada por “satis” =
bastante o suficiente y el verbo “facere” = “hacer”, la palabra satisfacción designa lo que ha sido
realizado de modo acabado, cumpliendo las expectativas, órdenes o deseos, de tal modo que habiendo
hecho lo suficiente se siente la gratificación o el agrado de llegar a un buen resultado, que no necesita
de un mayor aporte.
La satisfacción es un estado mental de goce por sentir que ya nada se necesita para lograr la
completitud ya sea física o mental.
La satisfacción es subjetiva, ya que no todos sentirán la misma satisfacción ante iguales resultados. Si
bien la satisfacción de las necesidades vitales (comida, bebida, abrigo, vivienda) son una exigencia
para sentirnos plenos, hay individuos que siempre aspiran a más, y por lo tanto nunca logran estar
satisfechos. Son los que siempre se están quejando, tristes y apesadumbrados, viendo siempre el lado
negativo de las cosas y todo lo que les falta para ser felices. Por el contrario los que encuentran
satisfacción en los pequeños logros cotidianos son alegres, sonrientes y optimistas.
Pero cuando vemos el ámbito espiritual, a pesar de que seamos agradecidos por lo recibido, por las
constantes bendiciones, las bondades de Dios expresadas abundantemente, por el porte espiritual
1
alcanzado, DIOS quiere que NO estemos Satisfechos.
Si bien, estamos Agradecidos con lo alcanzado, DIOS quiere en nosotros una Insatisfacción Santa que
nos lleve a una constante búsqueda de Él.
El gran Apóstol Pablo lo describe así; a pesar de todos sus logros espirituales:
Flp 3:12 No que ya haya alcanzado, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si
alcanzo aquello para lo cual fui también alcanzado de Cristo Jesús.
Pablo NO les está diciendo: Muy bien, ustedes llevan años en el evangelio, ya son perfectos y no tienen
nada más que conseguir. Por el contrario, el Apóstol Pablo les está diciendo:
Flp 3:15 Todos los que ya hemos progresado mucho en nuestra vida cristiana debemos pensar de
esta manera.
¿De que manera?
Flp 3:12 No que ya haya alcanzado, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo…
Oh, querido hermano, el Apóstol Pablo nos está regalando una enseñanza magnífica de una
Insatisfacción Santa…
En este tiempo, en que abundan los “Espiritualmente satisfechos”, Pablo dice: Ey!!! Entiendan, AUN
NO LO ALCANZAMOS!!!
2
Muchos ya casi sienten que Dios debe tener OTRO trono por ahí, preparado para ellos en los cielos.
Se sienten tan satisfechos con lo ya logrado, con lo ya alcanzado, que es fácil cuestionar y criticar a
quienes vamos en búsqueda de la perfección, día a día, cometiendo errores, fallando, equivocándonos,
pero vamos en búsqueda… No estamos conformes, No estamos satisfechos, sabemos que aun hay más.
Entendemos entonces, que NO PODEMOS creer que ya hemos conseguido la Plenitud espiritual que
tanto muchos profesan…
Necesitamos más de Dios en cada paso de nuestras vidas.
El apóstol no consideraba que él hubiese ya conseguido la perfección. Se daba cuenta de que «la
satisfacción es la tumba del progreso».
Así es que, cuando Pablo usa la palabra en el versículo Flp 3:12 “perfección”—en una forma
derivada, teteleíomai— está diciendo que él no es, de ninguna manera, un cristiano completo, sino que
sigue avanzando.
Barclay dice, que entonces Pablo usa dos ilustraciones gráficas.
(1) Dice que está tratando de agarrar aquello para lo que Cristo le agarró a él. Este es un
pensamiento maravilloso. Pablo sentía que, cuando Cristo le detuvo en el camino de Damasco, tenía
una visión y un propósito para él; y Pablo sentía que toda su vida estaba obligado a proseguir adelante,
no fuera que Le fallara a Jesús y frustrara Su sueño. Toda persona es agarrada por Cristo con algún
propósito; y, por tanto, toda persona debe proseguir durante toda su vida hasta agarrar aquel propósito
para el que Cristo la agarró a ella.
(2) Con ese fin, Pablo dice que hace dos cosas. Él está olvidando las cosas que va dejando atrás. Es
decir, nunca se gloriará de ninguno de sus logros ni los usará como disculpa para relajar su esfuerzo. Lo
que Pablo está diciendo es que el cristiano debe olvidar todo lo que ha hecho, y tener presente solo lo
que todavía tiene por hacer.
En la vida cristiana no hay sitio para los que se quieren dormir en los laureles.
3
También está estirándose a las cosas que tiene por delante. La palabra que usa para estirarse
(epekteinómenos) es muy gráfica y se usa de un corredor que se estira hacia la cinta. Lo describe
con ojos que no se concentran nada más que en la meta. Describe a la persona que va a por todas hacia
el final. Así es que Pablo dice que en la vida cristiana debemos olvidar cualquier logro pasado, y tener
presente solo la meta que tenemos por delante.
El día en que nos consideremos superiores a otros; el día en que nos sintamos ya en plenitud espiritual,
dejaremos de crecer. Y el dejar de crecer, es una GRAVE ENFERMEDAD.
Quiero motivarte a que nazca en tu corazón, una Instisfacción Santa tan grande, que cada día
despertemos necesitando más de Dios.
Basta ya de ese sentimiento de espiritualidad satisfecha… Nunca nos llenaremos tanto que no
podamos recibir más de Dios.
Finalmente, hay un comentario de Matthew Henry sobre este capitulo 3, verso 12, que dice:
“Esta sencilla dependencia y fervor de alma no se mencionan como si el apóstol hubiera alcanzado el
premio o ya fuera perfecto a semejanza del Salvador. Olvida lo que queda detrás para no darse por
satisfecho por las labores pasadas o las actuales medidas de gracia. Se extiende adelante, prosigue
hacia la meta; expresiones que demuestran gran interés por llegar a ser más y más como Cristo.”