Está en la página 1de 1

Ferna Rueda

LIBRE MENTE
FERNANDO COLLADO RUEDA

Siempre toca

https://www.diariodealmeria.es/opinion/articulos/Siempre-toca_0_1831316967.html

19 Septiembre, 2023 - 00:00h

A
llá por los años 60, aquella chiquilla rubia y espabilada encandilaba al país con una alegre canción. Marisol cantaba
tómbola a golpe de un estribillo pegadizo que, aún hoy, casi todos somos capaces de evocar sin esfuerzo. Y es que,
efectivamente, la vida es una tómbola donde siempre hay algo esperando a la vuelta de la esquina. La niña prodigio
aseguraba que era de “luz y de color” pero todos sabemos que también se combina con momentos de sombras y oscuridad.
Saber mantenerse entero, tanto a las duras como a las maduras es, probablemente, uno de los secretos de la razonable
felicidad. La vida, es esencialmente, cambio. Y de esto hemos sido conscientes desde que la humanidad existe. Heráclito,
�lósofo griego del siglo VI a.C. ha trascendido a la posteridad por su famosa a�rmación “panta rei”. Esta frase, que podríamos
traducir como “todo �uye” o “todo cambia” encierra la esencia de su concepción del mundo y establece la piedra angular de su
comprensión de la naturaleza y la existencia.

Heráclito ejempli�caba sus ideas con la imagen de un río. Aseguraba que resulta imposible sumergirse dos veces en el mismo
lugar puesto que tanto el individuo como el propio río eran diferentes en cada ocasión. A esto, con permiso del sabio, podemos
añadir que a veces el caudal de agua viene crecido, arrasando todo a su paso. Y otras se convierte en apenas una suerte de
riachuelo exiguo. El concepto de cambio constate nos recuerda que la vida es efímera y que la impermanencia es una
característica fundamental de la existencia. Veo algunos pacientes, en consulta, que mejoran repentinamente merced a una
coalición de factores favorables en sus vidas. Si esto no se sostiene cuando vuelven a venir mal dadas hemos avanzado
realmente poco en su proceso terapéutico.

Heráclito sugiere, además, que el cambio es una fuerza impulsora que implementa el progreso y el desarrollo. Sin cambios en
nuestro entorno nunca hubiéramos evolucionado como especie. Sin cambios en nuestras circunstancias personales nunca
creceremos íntimamente. Y los que más empujan son los momentos difíciles.

Reconocer y abrazar este �ujo constante de cambio puede ayudarnos a comprender mejor el mundo que nos rodea y a
encontrar un equilibrio en medio de la impermanencia. El cambio no es algo que debamos temer sino abrazar y utilizar para
nuestro desarrollo. En esta tómbola siempre toca, si no un pito una pelota.

1 de 1 20/9/23, 0:43

También podría gustarte