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UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA

CENTRO UNIVERSITARIOS DE SOLOLÁ, CUNSOL


SECCIÓN, SAN JUAN LA LAGUNA

ESTUDIANTES:
LESLY CONCHITA GONZÁLEZ CRUZ
PASCUAL SAMOL ROCCHÉ

CORTE INTERNACIONAL DE JUSTICIA

La Corte Internacional de Justicia es el principal órgano judicial de la Organización de las


Naciones Unidas. Tiene su sede en el Palacio de la Paz en la Haya (Países Bajos) y está
encargada de decidir las controversias jurídicas entre Estados. También emite opiniones
consultivas sobre cuestiones que pueden someterle órganos o instituciones especializadas de
la ONU.

Sus quince magistrados, elegidos por la Asamblea General y el Consejo de Seguridad,


cumplen mandatos de nueve años.

Los idiomas oficiales son el inglés y el francés.

De los seis órganos principales de las Naciones Unidas (Asamblea General, Consejo de
Seguridad, Consejo Económico y Social, Consejo de Administración Fiduciaria y Corte
Internacional de Justicia) es el único que no se sitúa en Nueva York (Estados Unidos).

Su Estatuto forma parte integral de la Carta de las Naciones Unidas.

La Corte Internacional de Justicia fue creada en 1945 por la Carta de las Naciones Unidas y
comenzó a funcionar en 1946.

HISTORIA:
La creación de la Corte supuso el punto culminante de la evolución que han experimentado los
métodos para el arreglo pacífico de las controversias internacionales. Los orígenes de estos
procesos tienen más de dos mil años de antigüedad.

Algunos de los métodos de esta lista, a la que habría que añadir los buenos oficios, conllevan
la participación de terceros.

La mediación, por ejemplo, sitúa a las partes enfrentadas en una posición desde la cual ellas
mismas pueden resolver la controversia, gracias a la intervención de un tercero.

El arbitraje, va aún más lejos, ya que la controversia se somete a la decisión o al fallo de un


tercero imparcial, para que se pueda conseguir un arreglo vinculante.

Lo mismo sucede con el arreglo judicial (el método que emplea la Corte Internacional de
Justicia), salvo en el sentido de que una corte está sometida a normas más estrictas que un
tribunal arbitral, sobre todo en cuestiones de procedimiento.
La mediación y el arbitraje han precedido al arreglo judicial en la historia. La primera ya se
conocía en la antigua India y en el mundo islámico, mientras que del segundo aparecen
numerosos ejemplos en la Grecia clásica, en China, en las tribus árabes, en el derecho
consuetudinario marítimo de la Europa medieval y en la práctica pontificia.

El Artículo 33 de la Carta de las Naciones Unidas enumera los siguientes métodos para el
arreglo pacífico de las controversias entre Estados:

☯ negociación,
☯ investigación,
☯ mediación,
☯ conciliación,
☯ arbitraje,
☯ arreglo judicial y
☯ recurso a organismos o acuerdos regionales.

MIEMBROS DE LA CORTE:
La Corte Internacional de Justicia está formada por 15 magistrados que eligen, por períodos
de nueve años, la Asamblea General de las Naciones Unidas y el Consejo de Seguridad. Estos
órganos votan simultáneamente, pero por separado. Para ser elegido, cada candidato debe
obtener la mayoría absoluta en ambos órganos, lo que conlleva que a veces sean necesarias
varias rondas de votación.

Para asegurar cierta continuidad, cada tres años se somete a elección únicamente un tercio
de la Corte. Los magistrados pueden ser reelegidos. Si alguno de ellos fallece o renuncia a su
cargo durante su judicatura, se celebra lo antes posible una elección extraordinaria para elegir
a un magistrado que cubra su vacante durante el resto del mandato.

Las elecciones se celebran en Nueva York (Estados Unidos) cada otoño con ocasión de las
sesiones anuales de la Asamblea General. Los magistrados que se eligen en cada elección
trienal comienzan su mandato el 6 de febrero del año posterior a su nombramiento. A
continuación, la Corte procede a elegir, en votación secreta, a un presidente y un
vicepresidente cuyos mandatos tendrán una duración de tres años.

Todos los Estados partes en el Estatuto de la Corte tienen derecho a proponer candidatos. La
propuesta no la formulan directamente los gobiernos de cada Estado sino los miembros de los
grupos nacionales de la Corte Permanente de Arbitraje: cuatro juristas que pueden ejercer
como miembros de un tribunal arbitral según lo establecido en las Conferencias de la Haya de
1899 y 1907. En el caso de los países que no están representados en la Corte Permanente de
Arbitraje, los candidatos se designan por un grupo constituido de la misma forma. Cada grupo
puede proponer hasta cuatro candidatos, de los cuales solamente dos pueden ser de su propia
nacionalidad; los otros pueden provenir de cualquier país, sin que importe que se trate o no de
un Estado parte del Estatuto ni si haya declarado o no que acepta la jurisdicción de la CIJ. Los
nombres de los candidatos se deben comunicar al secretario general de las Naciones Unidas
en el plazo que la persona que ostenta dicho cargo estime oportuno.
Los candidatos deben ser personas que gocen de alta consideración moral y que reúnan las
condiciones requeridas para el ejercicio de las más altas funciones judiciales en sus
respectivos países, o que sean jurisconsultos de reconocida competencia en materia de
Derecho internacional.

La Corte no puede estar formada por más de un miembro proveniente de un mismo Estado.
Además, la Corte en su conjunto debe representar a las principales civilizaciones y a los
sistemas jurídicos más importantes del mundo.

En la práctica, este principio se refleja en la distribución de la Corte, que se reparte entre las
principales regiones del mundo. Actualmente, dicha distribución es la siguiente: 3 miembros
proceden de África; 2 de América Latina y el Caribe; 3 de Asia; 2 de Europa Oriental y 5 de
Europa Occidental y otros Estados. Dicha distribución se corresponde con la del Consejo de
Seguridad. A pesar de que ningún país tiene más derecho que otro a la participación, la Corte
siempre ha estado formada por magistrados de la misma nacionalidad que los miembros
permanentes del Consejo de Seguridad.

Una vez elegidos, los miembros de la Corte no pueden representar al gobierno de sus países
de origen ni al de cualquier otro Estado. A diferencia de lo que ocurre en la mayoría de las
organizaciones internacionales, quienes conforman la Corte no son delegados de los
gobiernos. Los miembros de la Corte son magistrados independientes cuya primera obligación,
que deben cumplir antes de asumir sus puestos, es declarar solemnemente en una audiencia
pública que ejercerán sus poderes con imparcialidad y conciencia.

Para garantizar la independencia, ningún miembro de la Corte podrá ser separado de su cargo
salvo que, a juicio unánime de los demás miembros, haya dejado de satisfacer las condiciones
requeridas. Esta situación nunca se ha dado.

Ningún miembro de la Corte puede comprometerse con cualquier otra ocupación profesional
durante su mandato. Se prohíbe a todos los miembros que ejerzan funciones políticas o
administrativas, así como que actúen como agentes, asesores jurídicos o abogados en caso
alguno. La propia Corte será la encargada de aclarar cualquier duda que pueda surgir a este
respecto.

Una vez se han comprometido con la Corte, los miembros gozan de privilegios e inmunidades
equiparables a aquellas de los jefes de misiones diplomáticas. En La Haya, el presidente tiene
precedencia sobre el decano del cuerpo diplomático, tras el cual la precedencia se alterna
entre los magistrados y los diplomáticos. Cada miembro de la Corte percibe un salario anual
que consta de un sueldo básico (que en 2010 era de 166.596 dólares de los Estados Unidos)
y de ajustes por lugar de destino; el presidente percibe, además, un estipendio especial de
15.000 dólares de Estados Unidos al año. El coeficiente de ajuste varía cada mes y está sujeto
a la tasa de cambio de la ONU entre el dólar de los Estados Unidos y el euro. Al abandonar
sus funciones en la Corte, los Miembros reciben una pensión anual, que asciende al 50 por
ciento del sueldo básico anual si han cumplido el mandato de nueve años.

Aunque la Corte debe estar permanentemente activa, tan solo el presidente tiene la obligación
de residir en La Haya. Sin embargo, se exige al resto de Miembros de la Corte que estén a
disposición del tribunal en todo momento, excepto en las vacaciones jurídicas, en los períodos
de licencia o en situaciones en las que por enfermedad o razones graves no puedan asistir. En
la práctica, casi todos los Miembros de la Corte residen en La Haya y pasan la mayor parte del
año allí.

LA PRESIDENCIA:
Los miembros de la Corte eligen al presidente y al vicepresidente cada tres años por medio de
votación secreta. Las elecciones se celebrarán en la fecha en que comiencen su mandato los
Miembros de las Corte que resultarán elegidos en las elecciones trienales, o poco después.
Se necesita la mayoría absoluta y no hay ningún condicionante en cuanto a la nacionalidad. El
presidente y el vicepresidente pueden ser reelegidos.

El presidente preside todas las sesiones de la Corte, dirige sus trabajos y supervisa la
administración de la Corte, con la ayuda de un Comité Presupuestario y Administrativo y otros
comités, todos formados por miembros de la Corte. En caso de empate en las deliberaciones,
el presidente tendrá el voto decisivo.

En La Haya, donde debe residir, el presidente tiene precedencia sobre los decanos de los
cuerpos diplomáticos.

El presidente percibe un estipendio anual especial, de 15.000 dólares, que se añade a su


sueldo.

El vicepresidente sustituye al presidente en su ausencia, en caso de esté impedido de ejercer


la Presidencia o en caso de que ésta esté vacante. Para este fin, percibe un estipendio especial
por cada día que desempeñe las funciones de presidente. En ausencia del vicepresidente,
será el juez decano el que desempeñe dichas funciones.

El 6 de febrero de 2009, la Corte eligió a Hisashi Owada (Japón) como presidente y a Peter
Tomka (Eslovaquia) como vicepresidente.

Antes de los actuales titulares del cargo, han sido presidentes y vicepresidentes los siguientes
magistrados:

☯ 1946-1949 Guerrero y Basdevant


☯ 1949-1952 Basdevant y Guerrero
☯ 1952-1955 Sir Arnold McNair y Guerrero
☯ 1955-1958 Hackworth y Badawi
☯ 1958-1961 Klaestad y Sir Muhammad Zafrulla Khan
☯ 1961-1964 Winiarski y Alfaro
☯ 1964-1967 Sir Percy Spender y Wellington Koo
☯ 1967-1970 Bustamante y Rivero y Koretsky
☯ 1970-1973 Sir Muhammad Zafrulla Khan y Ammoun
☯ 1973-1976 Lachs y Ammoun
☯ 1976-1979 Jiménez de Aréchaga y Nagendra Singh
☯ 1979-1982 Sir Humphrey Waldock y Elias (Sir Humphrey Waldock falleció el 15 de agosto
de 1981. A partir de entonces, el Elias desempeñó las funciones de la Presidencia como
presidente en funciones en virtud de los Artículos 13 y 14 del Reglamento de la Corte de
1978.)
☯ 1982-1985 Elias y Sette-Camara
☯ 1985-1988 Nagendra Singh y Ladreit de Lacharriére (El Ladreit de Lacharriére falleció el 10
de marzo de 1987. El 6 de mayo de 1987, la Corte eligió al magistrado Mbaye como
vicepresidente para el resto del mandato de su predecesor.)
☯ 1988-1991 J. M. Ruda y Mbaye
☯ 1991-1994 Sir Robert Jennings y Oda
☯ 1994-1997 Bedjaoui y Schwebel
☯ 1997-2000 Schwebel y Weeramantry
☯ 2000-2003 Guillaume Disponible en inglés y Shi Disponible en inglés
☯ 2003-2006 Shi Disponible en inglés y Ranjeva Disponible en inglés
☯ 2006-2009 Higgins Disponible en inglés y Al-Khasawneh Disponible en inglés

SALAS Y COMITÉS:
La Corte, por lo general, desempeña sus funciones en pleno (basta con un quórum de nueve
magistrados, sin contar los magistrados especiales, o ad hoc, para constituirla). Sin embargo,
puede formar también salas permanentes o provisionales.

SALAS:
La Corte tiene tres tipos de salas: (en la actualidad no están activas)

La Sala de Procedimiento Sumario, compuesta por cinco magistrados, incluyendo al/a la


presidente y al/a la vicepresidente, y dos suplentes. La Corte debe constituirla anualmente,
según estipula el Artículo 29 del Estatuto de la Corte.

Cualquier sala, compuesta de tres o más magistrados, que la Corte constituya conforme al
Artículo 26.1 del Estatuto para conocer de determinadas categorías de negocios, como los
litigios de trabajo y los relativos a las comunicaciones.

Cualquier sala que la Corte constituya, conforme al Artículo 26.2 del Estatuto, para conocer
de un negocio determinado, después de acordar formalmente con las partes el número de
miembros (e, informalmente, su nombre) que participarán en todas las fases hasta la
conclusión final, aunque en ese tiempo dejen de ser Miembros de la Corte.

Respecto a la constitución de una Sala de conformidad con el Artículo 26.1 del Estatuto, hay
que observar que, en 1993, la Corte creó la Sala de asuntos relacionados con el medio
ambiente, que se reconstituyó periódicamente hasta 2006. En los trece años de existencia de
la Sala, ningún Estado solicitó que ésta tratara un asunto. Por consiguiente, en 2006 la Corte
decidió no convocar elecciones para el estrado de dicha Sala.

Las disposiciones del Reglamento relativas a las salas de la Corte probablemente sean de
interés para los Estados a los que se les requiere que presenten una controversia ante la Corte,
o que tienen razones especiales para hacerlo, pero que por la urgencia u otras razones
prefieren tratar con un cuerpo pequeño antes que con la Corte al completo.

A pesar de las ventajas que ofrecen las salas en algunos asuntos, su uso continúa siendo
excepcional, de acuerdo con las condiciones del Estatuto. Para constituirlas se necesita el
consentimiento de las partes. Mientras que, hasta la fecha, no se ha llevado ningún asunto a
los dos primeros tipos de salas, las salas ad hoc, o especiales, se han encargado de seis.

COMITÉS:
El Comité Presupuestario y Administrativo
El Comité Presupuestario y Administrativo prepara las decisiones que tiene que tomar la Corte
respecto a cuestiones administrativas. Se compone del presidente, el vicepresidente y de
cuatro a cinco magistrados elegidos cada tres años.

La composición actual del Comité es la siguiente:

Presidente
Sr. Hisashi Owada
Vicepresidente
Sr. Peter Tomka
Magistrados
Sr. Kenneth Keith
Sr. Bernardo Sepúlveda-Amor
Sr. Mohamed Bennouna
Sr. Abdulqawi Ahmed Yusuf
Sr. Christopher Greenwood

El Comité de la Biblioteca:
Creado en 1970, el Comité de la Biblioteca supervisa el programa de adquisiciones de la
biblioteca de la Corte y la continua modernización de sus servicios.

La composición actual del Comité es la siguiente:

Magistrados
Sr. Bruno Simma
Sr. Ronny Abraham
Sr. Mohamed Bennouna
Sr. Antônio A. Cançado Trindade

El Comité del Reglamento


En 1979, la Corte creó un Comité del Reglamento permanente. Éste aconseja a la Corte en
asuntos de procedimiento y en métodos de trabajo.

La composición actual del Comité es la siguiente:

Magistrados
Sr. Awn Shawkat Al-Khasawneh
Sr. Ronny Abraham
Sr. Kenneth Keith
Sr. Leonid Skotnikov
Sr. Antônio A. Cançado Trindade
Sr. Christopher Greenwood
LOS MAGISTRADOS ESPECIALES O AD HOC
Conforme al Artículo 31.2 y 31.3 del Estatuto de la Corte, un estado parte en un asunto ante la
Corte que no cuente con un magistrado de su nacionalidad entre los miembros de la Corte
podrá escoger a un/a magistrado/a especial, o ad hoc, para ese asunto concreto, de
conformidad con las condiciones previstas en los Artículos 35 a 37 del Reglamento de la Corte.
Antes de asumir sus funciones, el magistrado especial hace la misma declaración solemne
que el resto de los miembros de la Corte. No ha de tener necesariamente (y con frecuencia no
la tiene) la nacionalidad del mismo Estado que lo designa.

El magistrado especial participa en toda decisión relativa al asunto en plena igualdad con sus
demás colegas y percibe una remuneración de la Corte por cada día que ejerza sus funciones,
es decir, por cada día que haya pasado en La Haya trabajado en la Corte, así como cada día
que haya dedicado a estudiar el asunto fuera de La Haya.

Las partes deben anunciar cuanto antes si tienen intención de elegir un magistrado especial.
En los casos, que ocurren con frecuencia, en que las partes en litigio son más de dos, se ha
establecido que las que tengan el mismo objetivo no puedan tener más que un solo magistrado
especial para todas; o, en el supuesto en que una de ellas ya cuente con un magistrado de su
nacionalidad, no se les permitirá elegir ninguno especial. Por consiguiente, existen varias
posibilidades, de las que ya se han dado los siguientes casos: que dos magistrados tengan la
nacionalidad de las partes, que se elijan dos magistrados especiales, ; que un magistrado
ordinario tenga la nacionalidad de una de las partes y se elija uno especial, y que ninguno de
los magistrados ordinarios tenga la nacionalidad de una de las partes y tampoco se elijan
magistrados especiales.

De lo anterior se deduce que la composición de la Corte Internacional de Justicia puede


cambiar de un asunto a otro y que no es necesario que el número de magistrados que
participan en un asunto sea de quince. Podría ser inferior, en caso de que uno o más de los
magistrados electos no participen, o ascender hasta dieciséis o diecisiete magistrados si
intervienen magistrados especiales. En teoría, puede haber más de diecisiete magistrados en
el estrado si hay varias partes en un asunto que no persiguen el mismo objetivo. La
composición de la Corte también puede variar de una etapa a otra del mismo asunto. En otras
palabras, la composición no tiene por qué ser la que se había previsto en las medidas
provisionales, excepciones preliminares y el fondo. No obstante, una vez que se ha constituido
la Corte respecto de una etapa determinada de un caso, es decir, desde la apertura de los
procedimientos orales hasta que se dicte la decisión respecto de esa etapa, la composición de
la Corte no cambia.

Los estudiosos del derecho no han puesto en duda el derecho de un magistrado electo de
nacionalidad de una de las partes de un asunto a participar en él. El resultado de los votos de
la Corte y de las opiniones independientes y en contra que han presentado estos magistrados
deja ver claramente que a menudo han votado en desacuerdo con su propio país. El
establecimiento de un magistrado especial, por el contrario, no ha recibido un apoyo unánime.
La Comisión Interaliada de 1943 expuso que «de hecho, los países no confiarán plenamente
en la decisión de la Corte sobre un asunto que les concierne si no participa un magistrado que
ostente su nacionalidad, en especial si se incluye a uno de la nacionalidad de la otra parte»,
mientras que algunos miembros de la Sexta Comisión de la Asamblea General, durante los
debates que se desarrollaron entre 1970 y 1974 acerca del papel de la Corte, expresaron la
opinión de que «el organismo, que es un vestigio de los antiguos procedimientos arbitrales,
sólo se justificaba por el carácter novedoso de las competencias judiciales internacionales y
sin duda desaparecería cuando dichas competencias se establecieran de manera más firme».
Sin embargo, numerosos autores son de la opinión de que es útil para la Corte que en las
deliberaciones participe una persona que esté más familiarizada con las opiniones de una de
las partes de lo que puedan estarlo a veces los magistrados electos.

FUNCIONAMIENTO DE LA CORTE
La Corte desempeña una doble misión: el arreglo de las controversias de orden jurídico entre
los Estados que le sean sometidas por estos (procedimiento contencioso) y la emisión de
dictámenes consultivos sobre cuestiones jurídicas que le sometan los órganos u organismos
de las Naciones Unidas (procedimiento consultivo).

PROCEDIMIENTO CONTENCIOSO
Solo los Estados pueden ser partes en el procedimiento contencioso (los Estados Miembros
de las Naciones Unidas y otros Estados que sean partes en el Estatuto de la Corte o que hayan
aceptado su jurisdicción bajo ciertas condiciones).

La Corte solo tendrá competencia para conocer de un asunto si los Estados implicados han
aceptado su jurisdicción de alguna de las siguientes maneras:

En virtud de un acuerdo especial concluido entre los Estados con el propósito de someter su
controversia a la Corte;

En virtud de una cláusula jurisdiccional. Este es el caso en que los Estados son partes de un
tratado en el que una de sus cláusulas prevé que, en caso de que surja en el futuro una
controversia acerca de la interpretación o la aplicación de dicho tratado, uno de ellos la someta
a la Corte;

Por el efecto recíproco de declaraciones hechas por ellos bajo los términos del Estatuto,
mediante las cuales cada uno de ellos ha aceptado la jurisdicción de la Corte como obligatoria
en caso de controversia con cualquier otro Estado que acepte la misma obligación. Cierto
número de estas declaraciones, que deben depositarse en poder del secretario general de las
Naciones Unidas, contienen reservas que excluyen determinadas categorías de controversias.

Los Estados no tendrán representantes permanentes acreditados ante la Corte. Dirigirán sus
comunicaciones al secretario a través del ministro de Asuntos Exteriores o el embajador
correspondiente en los Países Bajos. Cuando sean partes de un caso ante la Corte, contarán
con la representación de un agente. Los agentes desempeñan la misma labor y tienen los
mismos derechos y deberes que un abogado en un tribunal nacional. Sin embargo, dado que
en este caso se trata de relaciones internacionales, el agente también actuará como si
estuviera al frente de una misión diplomática especial y tendrá poderes para comprometer a
un Estado soberano. Recibirá comunicaciones del secretario respecto al caso y le enviará a su
vez toda la correspondencia y los alegatos debidamente firmados o certificados. En las
audiencias públicas, el agente presenta los alegatos en nombre del gobierno al que representa.
En general, el agente se encarga de todos los actos formales que tiene que realizar el gobierno
al que representa. A veces recibe la asistencia de coagentes, viceagentes o subagentes, y
siempre dispone de consejeros o abogados, cuyo trabajo coordina para que le ayuden en la
preparación de los alegatos y de la exposición de los mismos. Dado que no existe ninguna
autorización especial para que los abogados participen en los procesos ante la Corte
Internacional de Justicia, los consejeros o abogados no tienen que cumplir ninguna condición
para hacerlo, excepto ser nombrados a tal fin por un gobierno.

Los procedimientos podrán ser incoados de dos maneras:

Mediante la notificación de un acuerdo especial: este documento, de naturaleza bilateral,


podrá presentarlo a la Corte cualquiera de los Estados partes del procedimiento o todos. El
acuerdo especial indicará el objeto preciso de la controversia y la identidad de las partes. Dado
que no habrá Estado demandante, ni Estado demandado, sus nombres aparecerán al final del
título oficial del caso separados por una barra en los documentos de la Corte, por ejemplo:
Benin/Níger;

Mediante una solicitud: la solicitud, que es de naturaleza unilateral, la presentará el Estado


demandante contra el Estado demandado. Está prevista para notificar a este último. Además,
el Reglamento de la Corte contiene unos requisitos más estrictos respecto a su contenido.
Además del nombre de la parte contra la que se presenta el alegato y el objeto de la
controversia, el Estado demandante deberá, en la medida de lo posible, indicar brevemente
cuáles son los parámetros por los que dicho procedimiento atañe a la jurisdicción de la Corte
(un tratado o una declaración en la que se acepta la jurisdicción obligatoria), así como, más
sucintamente, los hechos y los motivos en los que basa sus alegatos. En la versión inglesa, al
final del título oficial del caso, los nombres de las dos partes aparecerán separados por la
abreviatura. (del latín versus), como Nicaragua v. Colombia.

La fecha de incoación de los procedimientos, que será la de recepción, por parte del secretario,
del acuerdo especial o la solicitud, indica la apertura de dichos procedimientos ante la Corte.
Los procedimientos contenciosos tienen una fase escrita, en la que las partes presentan e
intercambian los alegatos, que contienen una exposición detallada de los hechos y
fundamentos de Derecho en los que se basa cada parte, y una fase oral, que consiste en
audiencias públicas en las que los agentes y los consejeros se dirigen a la Corte. Como la
Corte tiene dos idiomas oficiales (inglés y francés), todo lo escrito o dicho en una de dichas
lenguas se traduce a la otra. Los alegatos escritos no se pondrán a disposición de la prensa,
ni se harán públicos, hasta la apertura de la fase oral y, entonces, solo se hará si las partes no
se oponen a ello.

Después de la fase oral, la Corte se reúne a puerta cerrada para deliberar y posteriormente
pronuncia la sentencia en audiencia pública. La sentencia es definitiva, vinculante para las
partes e inapelable. Como mucho, podría ser objeto de interpretación o revisión. Si algún juez
desea hacerlo, deberá adjuntar una opinión al fallo.

Al firmar la Carta, los Estados Miembros de las Naciones Unidas se comprometen a cumplir
con cualquier decisión de la Corte en los casos de los que sean partes. Además, dado que un
procedimiento solo competerá a la Corte y esta solo tendrá poder de decisión sobre el mismo
si las partes han aceptado su jurisdicción, es poco frecuente que no se apliquen sus decisiones.
Si un Estado defiende que la otra parte no ha cumplido con las obligaciones derivadas de un
fallo de la Corte, podrá presentar el asunto ante el Consejo de Seguridad, que tiene poder para
hacer recomendaciones o decidir qué medidas deben adoptarse para que la sentencia tenga
efecto.
Lo que se ha descrito anteriormente es el procedimiento normal. Sin embargo, algunas
cuestiones pueden afectar a los procedimientos. Lo más habitual es que se presenten
excepciones preliminares para evitar que la Corte falle sobre el asunto (el Estado demandado
puede alegar, por ejemplo, que la Corte no tiene jurisdicción sobre el asunto o que la solicitud
es inaceptable). En estos casos, es la Corte la que decide. También existen medidas
provisionales, que el Estado demandante puede solicitar si considera que los derechos que
constituyen el objeto de su solicitud están en peligro inmediato. También puede ocurrir que un
tercer Estado desee intervenir en una controversia entre otros dos, porque considere que la
decisión que vaya a adoptarse respecto a la controversia entre dichos Estados puede afectar
alguno de sus intereses de índole jurídica. El Estatuto también prevé casos en los que el
Estado demandado no comparece ante la Corte, ya sea porque rechaza por completo la
jurisdicción de la misma o por cualquier otro motivo. Por lo tanto, el hecho de que una de las
partes no comparezca no evita que los procedimientos sigan su curso. Sin embargo, en estos
casos la Corte deberá cerciorarse de que tiene jurisdicción sobre el asunto en cuestión. Por
último, si la Corte considera que las partes de procedimientos distintos presentan los mismos
alegatos contra un mismo Estado respecto al mismo asunto, podrá ordenar la unión de dichos
procedimientos.

La Corte desempeñará sus funciones en pleno, pero, si las partes lo solicitan, también podrá
establecer salas ad hoc para estudiar casos concretos. La Corte elegirá cada año una Sala de
Procedimiento Sumario de conformidad con su Estatuto.

Las fuentes de derecho que puede aplicar la Corte son: los tratados y las convenciones
internacionales en vigor; el derecho consuetudinario internacional; los principios generales del
Derecho; así como las decisiones judiciales y la doctrina de los publicistas de mayor
competencia. Además, si las partes están de acuerdo, la Corte podrá decidir un asunto ex
aequo et bono, por ejemplo, sin limitarse a los reglamentos de derecho internacional
existentes.

Un procedimiento podrá concluirse en cualquier fase del mismo mediante un acuerdo entre las
partes o por desistimiento. En este último caso, el Estado demandante podrá informar a la
Corte en cualquier momento de que no desea continuar con el procedimiento, o bien las dos
partes pueden declarar que han decidido retirar el caso. En ese caso, la Corte lo eliminará de
la lista.

PROCEDIMIENTO CONSULTIVO
El procedimiento consultivo de la Corte está abierto exclusivamente a los cinco órganos y los
dieciséis organismos del sistema de las Naciones Unidas.

La Asamblea General y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas podrán solicitar


dictámenes consultivos sobre cualquier cuestión jurídica. Otros órganos u organismos de las
Naciones Unidas que hayan recibido autorización para solicitar dictámenes consultivos solo
podrán hacerlo respecto a las cuestiones de derecho que se planteen dentro del ámbito de sus
actividades.

Cuando recibe una solicitud de dictamen consultivo y para que este se base en el pleno
conocimiento de los hechos, la Corte podrá llevar a cabo procedimientos escritos y orales, que
se asemejan en algunos aspectos a los procedimientos contenciosos. En teoría, la Corte puede
no servirse de dichos procedimientos, pero nunca ha prescindido de ellos por completo.
Algunos días después de que se presente la solicitud, la Corte elaborará una lista de los
Estados y organizaciones internacionales que puedan aportar información sobre el asunto.
Dichos Estados no se encuentran en la misma situación que las partes de los procedimientos
contenciosos: sus representantes ante la Corte no se denominan agentes y su participación
en el procedimiento consultivo, en caso de darse, no hace que el dictamen de la Corte sea
vinculante para ellos. En general, los Estados que aparecen en la lista suelen ser Estados
Miembros de la organización que solicita el dictamen. Los Estados podrán solicitar su
participación en caso de que la Corte no les consulte.

Sin embargo, no es frecuente que la CIJ permita que las organizaciones internacionales que
no han solicitado el dictamen participen en los procedimientos consultivos. En lo que respecta
a las organizaciones no gubernamentales internacionales, la única a la que la CIJ autorizó para
proporcionar información decidió no hacerlo (Situación jurídica internacional del África
Sudoccidental). La Corte ha rechazado todas las solicitudes de este tipo por parte de entidades
privadas.

Los procedimientos escritos son de menor duración, pero igual de flexibles que en los
procedimientos contenciosos entre Estados. Los participantes pueden presentar declaraciones
escritas, que a veces reciben comentarios escritos por parte de otros participantes. Dichos
comentarios y declaraciones tienen carácter confidencial, aunque suelen hacerse públicos
cuando comienzan los procedimientos orales. Entonces, suele invitarse a los Estados a
presentar declaraciones orales en las audiencias públicas.

Un procedimiento consultivo concluye con la exposición del dictamen correspondiente en una


audiencia pública.

Estos dictámenes son consultivos por naturaleza. Es decir, que, a diferencia de los fallos de la
Corte, no son vinculantes. El órgano, organismo u organización solicitante tendrá libertad para
hacer efectivo o no el dictamen mediante cualquier vía para ello. Sin embargo, algunos
instrumentos o reglamentos pueden informar de antemano de que un dictamen consultivo de
la Corte puede ser vinculante (por ejemplo, las convenciones sobre las prerrogativas e
inmunidades de las Naciones Unidas).

Sin embargo, la autoridad y el prestigio de la Corte van unidos a sus dictámenes consultivos y,
si el órgano u organismo interesado acepta dicho dictamen, la decisión tendrá el mismo efecto
que si hubiese sido aprobada por el Derecho internacional.

ASISTENCIA FINANCIERA A LAS PARTES

Fondo Fiduciario del secretario general para asistir a los Estados en el arreglo de controversias
por conducto de la Corte Internacional de Justicia

En 1989, con vistas a animar a los Estados a someter sus controversias a la Corte, el secretario
general de las Naciones Unidas estableció un fondo fiduciario para proponerles ayuda
financiera en determinadas circunstancias. Actualmente el fondo está abierto a los Estados en
todos los casos en que las competencias de la Corte (o la admisibilidad de la solicitud) no son
o ya no son el tema de la controversia de su parte. Un segundo objetivo del fondo es asistir a
los Estados partes en una controversia a acatar el fallo de la Corte.
INFORMES ANUALES
Cada año, la Corte presenta un informe de sus actividades a la Asamblea General de las
Naciones Unidas. El Informe cubre desde el 1 de agosto hasta el 31 de julio del siguiente año.
En general, se compone de un resumen introductorio y de información concerniente a la Corte,
sus competencias, actividades judiciales, visitas, actividades y conferencias; las publicaciones
y documentos de la Corte, y asuntos administrativos y presupuestarios.

Los Informes anuales de la Corte redactados a partir de 1985 están disponibles en formato
electrónico.

LA SECRETARÍA
La Secretaría es el órgano administrativo permanente de la Corte y sólo es responsable ante
ella. La encabeza el secretario, a quien asiste un secretario adjunto.

Dado que la Corte es tanto una corte de justicia como un organismo internacional, las tareas
de la Secretaría no consisten solo en las de un servicio para ayudar en la administración de
justicia (donde los litigantes son Estados soberanos), sino también en las de una secretaría de
una comisión internacional. Las actividades que realiza son tanto judiciales como diplomáticas
y administrativas.

La Secretaría consta de tres Departamentos (de Asuntos Jurídicos, de Cuestiones Lingüísticas


y de Información), de varias Divisiones técnicas (Administrativa y de Personal; de Finanzas;
de Publicaciones; de Documentos y Biblioteca; de Tecnologías de la Información; de Archivos,
Indización y Distribución; de Procesamiento y Reproducción de Textos; y servicios generales)
y las secretarías de los Miembros de la Corte. Actualmente comprende alrededor de cien
funcionarios, ya sean permanentes o contratados por un periodo determinado, que son
nombrados por la Corte o por el secretario.

Antes de asumir sus funciones, los funcionarios de la Secretaría harán una declaración de
lealtad y discreción. Gozan, en general, de los mismos privilegios e inmunidades que los
miembros de las misiones diplomáticas en La Haya de categoría comparable. Están sometidos
al Estatuto del Personal, que es casi idéntico al Estatuto del Personal de la Organización de
las Naciones Unidas, y a las Instrucciones para la Secretaría. Sus condiciones de trabajo,
remuneración y derechos de pensión son los mismos que los de los funcionarios de las
Naciones Unidas de categoría equivalente. Las Naciones Unidas corren con los gastos.

Fondo Fiduciario del secretario general para asistir a los Estados en el arreglo de
controversias por conducto de la Corte Internacional de Justicia

El secretario general estableció el Fondo Fiduciario en 1989, con arreglo al Reglamento


Financiero y Reglamentación Financiera Detallada de las Naciones Unidas y tras consultas
celebradas con el presidente de la Corte Internacional de Justicia. De conformidad con el
mandato del Fondo, se proporcionará asistencia financiera a los Estados para sufragar los
gastos en que incurran en relación con:

Una controversia sometida a la Corte Internacional de Justicia mediante un acuerdo especial;


o La ejecución de un fallo de la Corte derivado del acuerdo especial.

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