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oa ve MARCAS Y CIC “gobre las operaciones de los chicos en el ‘desfond Cristina Corea EL JUEGO DEL ABECEDARIO. . | Denuncian ante la Justicia un juego entre chicos: se lastiman al compas del abecedario. Dicen que lo hacen “para ver quién aguanta mis”. Los maestros se sorprendieron. Muchos de sus alumnos de la escuela | N° 27 de Garin tenian heridas pequefias en el dorso de sus manos. A algunos ya les habia cicatrizado y sdlo se les veia la cascarita, pero a otros no. La | marca que les queda es pequefia y es producto de un juego al que los chi- | cosllaman “el juego del abecedario". Esto desperté la preocupacién de pa- dres y docentes. Por eso, las autoridades del colegio hicieron la denuncia enel Tribunal de Menores de Zarate-Campana. El “juego del abecedario” consiste en que un chico le toma la mano a otro y le empieza a frotar con la punta de Ia uiia. Mientras, le va diciendo le- tras y el chico cuya mano esta siendo rascada tiene que responder con nombres propios que empiecen con esa letra. Asi hasta llegar a la zeta. El que més tiempo aguanta y mas nombres dice, gana. La mayoria de los chicos dijeron que juegan a ese juego “para ver quién tiene més aguante”. La directora de la escuela, Leticia Silva, dijo a Clarin: “El jueves pasado nos dimos cuenta de que varios chicos tenian heridas similares en las ma- nos. Hicimos una reunién con los demas maestros y decidimos averiguar de qué se trataba. En total 73 chicos, de entre seis y trece afios, tenian esas heridas”. La gran mayoria de los que juegan son varones. } Un pasatiempo muy popular en un colegio de Garin \ \ zs i Este trabajo resulta del seminario “Géneros Infantiles” que coordiné Cristi- rea durante el afio 2002 en el Estudio LWZ. 156 PEDAGOGIA DEL ABURRIDO La escuela N° 27 de Garin esta en ‘Arias Norte y La Rioja, en el humil- de barrio Villa Angélica. Seguin Silva, a la escuela asisten 1,092 chicos. “Los chicos quieren demostrar quien tiene ms fuerza. Este juego no esté influido por ningan programa de television ni por ningtin grupo de musica”, conté la directora. Y agregé: “Tal vez el juego no sea tan grave, pero silo es ‘el hecho de que los chicos desvaloricen su cuerpo y Se agredan de esa manera”. La mayoria de esos chicos viven en hogares pobres. Silva dijo que el "80 por ciento de los padres de los nenes que asisten a esta escuela estén de- socupados”. El eubcomisario Gustavo Azpiazu, titular de la comisaria de Garin, ase- guré que “ninguna victima sufrid lesiones de gravedad” y ratificd que “sdlo fueron rasguiios 0 pequefios cortes”. La directora de la escuela dijo que ya acordé con el Centro de Salud, el Consejo Escolar y los padres de los chicos “trabajar en funcion de buscar na solucién para que esto no vuelva a suceder”. hhicos estaban en la puerta de la escuela. Mostra~ ‘Ayer, muchos de los cl ban orgullosos sus marcas en Jas manos a las camaras de television. Bro- meaban y se refan, pero ninguno supo explicar quién inventé el juego ni por qué se convirtid en el elegido por un gran ndmero de alumnos. El “juego del abecedario” es muy conocido en esa escuela. Algunos chicos las uiias para hacerles mas daiio a sus compafie- i sélo es un jueguito”, dijo Fer- incluso se dejaron crecer ros. “No sé porque tanto bardo con esto si nando, que cursa el octavo grado. Ouro de lo chicos de octavo grado, Gabriel, dijo que juegan desde hace ‘mds © menos un mes”. ZPor qué lo hacen? “Qué sé yo... estamos abu- rridos.” Interviene en el caso el Juzgado de Menores del Departamento Judicial Zérate-Campana, a cargo de Dario Porta. El juez, ante la denuncia efectia- 4a por las autoridades del colegio, investigard cada uno de los casos de los chicos con lesiones. No es posible preguntarse de modo general por las causas de las cosas violentas 0 de riesgo que hacen los chicos actualmente. Mas bien hay que preguntarse en cada situacion particular. En al gunas situaciones, estaran motivadas por el aburrimiento, otras por el desamparo, otras responderan al intento de constituirse, pero no se pueden pensar las causas en abstracto, por fuera de las situaciones. En Ja modernidad era posible pensar las causas de los actos de los chicos porque la institucion funcionaba como referen- te de sentido. Asi, por ejemplo, las conductas de los pibes podian leerse en clave de sintoma. Hoy, en cambio hay desfondamiento y MARCAS ¥ CICALKICES Los tacion, entonces cuando algo pasa ya no sabemos a qué fragme™ No hay un referente de sentido tinico al que se corres- oan lo que pasa. Por eso no podemos hablar ya de sintoma. ¢ntoma siempre refiere a un desacople entre los sujetos'y las El sim jones. Si no hay institucién, no hay sintoma. Lo que hacen institu" =a puede interpretarse como sintoma, hay que pensar- lose da situacion. Los chicos no estén constituidos institucio- Jo en cat i pee aaa onstituyen en experiencias. Cada experiencia es una nalmente, S¢ ¢ gituacion, tiene St propia légica, su sentido particular. Para inter- venir en una situacion es necesario situar el problema y profundi- zar en el pensamiento de ese problema especifico. Entonces, en la fragmentacion no se puede decir “los chicos son as{ porque. tues ese “son asi” es muy genérico. Esa lectura slo es pos cuando hay Estado, cuando hay sociedad. Cuando hay fragmen- tacion, el pensamiento es situacional, y es desde la intervencién que se puede decir lo que pasa en cada caso. gCuidles son los problemas de los chicos en e] mundo contem- poraneo? Por ejemplo, un chico de doce aitos que en la moder- nidad estarfa atravesando los ritos de pasaje de la ninez a la adolescencia, es decir, la problematica de la sexualidad, de la vi- tilidad en términos de diferencia sexual y encuentro sexual, hoy en dia se enfrenta a otros problemas que, por lo menos en apa- tiencia, son mas violentos. Los chicos estan expuestos a situacio- nes de presién, de agresion, de robos, de golpes, de “apriete” por parte de otros pibes. Pero tanto los pibes agredidos como los que agreden, son pibes “comunes”, que van a Ja misma escuela, que tienen las mismas condiciones familiares y sociales. No se trata de delincuentes, por un lado, y educados y buenos, por otro: son los mismos chicos. Ellos se enfrentan a situaciones en que los pa- res los retan, los presionan. Se trata de experiencias rituales muy violentas cuando los cambios del crecimiento ya no estan antici- rennin alentados por la instituci6n familiar, sino por los pares. situacins a se vuelven superfluos, no pueden anticipar estas de los ee a cambio, los chicos si anticipan. En el bautismo que implica 7 a calle” se ve como los pares pueden anticipar lo cién es a e crecimiento enesa situacion. Entonces Ja interven- ra que = pear a los chicos que ingresan al circuito de la calle pa- gan experiencia en la dureza de la vida en la calle. Esto 158 PEDAGOGIA DEL ABURRIDO de leer como una practica de cuidados fraternos: los ami- a avisarte lo que viene después, para avisarte to de la policia. se puer gos te golpean par cémo va a ser el tra ¢Los PIBES SE CORTAN? Los pibes se hacen cicatrices entre ellos. Estas cicatrices no son meros cortes, son heridas que ellos mantienen abiertas la mayor cantidad de tiempo posible, produciendo un queloide en la piel. Esta practica de produccion de heridas ya fue tomada por el mercado. En los mismos locales donde hacen tatuajes 0 piercing, realizan escarsing: escaras en forma de dibujos. Los que se hacen estas heridas tienen que seguir lastimandose hasta que se forme el queloide. E] tatuars implica una operatoria subjetiva diferente en época estatal o en la actualidad. En condiciones estatales, los que se ta- es decir, personas que buscan tian son, por ejemplo, los presos, hacerse una marca indeleble propia contra Ja marca de la institu- Jo que marca es la representacion del tatuaje. Es una marea perenne, para a significante: tiene sentido. ie representacion y hace doler. Es- cién. En esa marca, El sentido es decisivo en esa prictica toda la vida, pero a la vez es una mare En la actualidad, el tatuaje pierde su cardcter ¢ comienza a tener la funcién de procedimiento que I fas practicas de incision donde no cuenta la representacion de la marca sino que algo se sienfa per manente pueden pensarse como ntentos de existira través de la marca. Ante la dispersi6n general en la fluidez, el dolor te hace sentir, te hace existir. Cuando hay encia esta marcada por la posicién que se to- ; obedecer, trans- desfondamiento, instituciones, la exi ma respecto de la institucién que nos instituys gredir, apropiarse, etcétera. En condiciones de Ia existencia no esta dada sino que se produce en las decisiones que uno toma. En el tatuaje moderno, el dolor era una condicién que habia que atravesar para que Ja marca quede. En cambio hoy, el dolor es lo que se busca. Por eso se mantiene abierta la herida; se busca que no cicatrice para que no cese el dolor. Cuando no hay instituciones capaces de marcar, los chicos se marcan. Pero n° se hacen la marca para que quede la marca sino para que les haga MARCAS Y CICATRICES 159 . que existen. No se busca la marca sino el efecto. En tiempos sent ae Jas marcas simbolicas pueden permanecer porque es- de eae tas condiciones para que se repitan y asi permanezcan. Fn cambiO, en tiempos fluidos, oF fluidez la que arrasa con el sentido. Que no haya marcas simbdlicas es un efecto de la fluidez. Entonces, Jo tinico que hace ser es el dolor, porque el sentido de- saparece: Ya no importa tanto el sentido como la enunciacién, es decir, el hecho de sentir que, mientras me duele, existo. El tatuaje actual se hace mis para sentirlo que para que signifique algo. De hecho se puso de moda tatuarse en lugares del cuerpo que produ- cen mayor dolor. Podemos decir entonces: me duele, luego existo. ;Por qué estas practicas de produccién de heridas buscan el do- lor? gPor qué dolor? Porque el dolor da intensidad. Para una mente racional, pensar es un indicio tan intenso que uno no duda que si piensa, existe Es tan evidente la experiencia de la concien- Gia que, en la medida en que uno piense, no duda de que existe. Pero si no hay institucién de la conciencia, del yo, si no hay inte- tioridad, no es posible esa experiencia. En la velocidad, la flui- dez, el desfondamiento, si uno no genera las condiciones, no es posible pensar. Pensar solo es posible si se constituye tn nosotros desde donde realizar esa experiencia. La experiencia de un yo que piensa en soledad es propia de la época estatal, de la solidez. Entonces, qué es lo que produce intensidad en la fluidez como para que el sujeto pueda inferir que existe? Parece que el dolor produce esa intensidad que permite sentirse existiendo. Asi, por ejemplo, la experiencia actual de las drogas no tiene que ver con la exploracién de los sentidos, como en la moderni- dad, sino con la btisqueda de mayor intensidad: cada vez mas. Si un chico “zafa” de la droga no es porque pudo pensar y evaluar el riesgo que corre consumiendo o porque percibié que esta para algo mejor, sino porque pudo inscribirse en una experiencia dis- tinta que prescinde las drogas, una experiencia intensa de exis- tencia en la cual las drogas no son necesarias. Ningtin chico cree ae vale la pena la vida; los chicos creen que lo que vale la pena €s “si hay algo copado ahora”. Para intervenir sobre este proble- aes ear es sustancial porque ya no se a Peete cidn — ‘ico “no te drogues porque te hace mal”. La interv por la cohesion, por proponer experiencias cohesivas PEDAGOGIA DEL ABURRIDO 160 nel caso de los chicos que se lastiman, también con chicos. z 1 las intervenciones en esta linea. Es totalmen- es necesario a un chico: no te lastimes porque duele. te ineficaz deci « onsar la diferencia entre identificacion y confi- gunn o nite imitacion y configuracion. Los padres y maes- tros piensan que la practica de esas ees aS ie adquiri- da por identificacién o imitacién de la television. Podemos ver como la institucién en épocas de destitucion intenta imponerle un sentido a una practica que, en rigor, no tiene sentido, intenta representar algo que los chicos quieren que permanezca Sih sen tido. Pero cualquier sentido es insensato en esta situacion. Desde el punto de vista de las operaciones, lo decisivo en esa prdctica de produccién de heridas es que los chicos se lastiman mutua- mente: es una practica de banda. Es decir que, mds alla de exis- tir en el dolor, la herida marca una pertenencia a un grupo. Aqui cobra importancia el vinculo fraterno. Ya que no se trata de practicas individuales sino de practicas de grupo, donde se dis- tingue claramente quién pertenece y quién no. Son operaciones de cohesién fraternas. Estas marcas no son mensajes dirigidos a los adultos —los chicos esconden las heridas ante la mirada de los adultos— sino operaciones cohesivas entre pares. Un chico se constituye como sujeto de la banda cuando decide lastimarse. Lo que nos permite pensar a estas practicas como productoras de subjetividad es el hecho de que los chicos se las hacen unos a otros, y no a ellos mismos. El “aguante” te hace ser sujeto de ese grupo. En el caso del pibe que lastima a la hermanita, da la im- presion de que la hace nacer con esa operaci6n, como si le dijese: cy vos qué mas querés que pertenecer a este grupo?”. No se pata de un descuido sino de una operacién de ligadura entre ee — eee ae hacen ser aun grupo. parent a pars S| ae a un conjunto de ideas que me ‘ara pensar este tema. Los PIBES SE CUIDAN 1. La diferenci erence ene eee encia entre las heridas que se provocan los chicos y el tatuaje es abis; atuaje es abismal. E] tatuaje es algo pleno de significado MARCAS Y CICATRICES 161 arca simbélica, es pensado, elegido, como una repre- coer: En cambio, las heridas no tienen sentido y se tie- sentacion: ntir porque los pibes insisten en mantenerlas oe or je abren dos cuestiones. La primera podria ilustrar- aoe la frase del tango “la vida es una herida absurda”: oan ituarnos ante algo incomprensible, irrepresentable? seo anda 6 en términos de fluidez y velocidad a segunda, pensand 4 fal Boa contempordneo, con la pelicula Memento y esa necesidad de fijar, evitar el olvido, recordar y fijar con mar- cas en el cuerpo. El Estado promete. El mercado ofrece, no promete nada. La oferta del mercado es para el que la puede tomar. La prome- sa provoca un sentido, una direccién, un objetivo, establece unas practicas, jerarquias, ideales. Son dos ldgicas tempora- les diferentes; por eso no puede haber promesas en el merca- do; es pura actualidad, puro hoy. jLa herida como una desaceleracién, una pausa? “Para no diseminarme me siento en esta herida; si no, me pulverizo.” La velocidad es un atributo de nuestra sociedad neoliberal, pero ademés tiene como resultado la desintegracién porque no es posible responder tan veloz y eficazmente siendo una persona integrada. Asf podemos ver esas lastimaduras como una btisqueda de un detener esos flujos, esa velocidad, ese vértigo, en busca de integridad. Justamente marcandose. Pe- ro también, siguiendo con la analogia, si la institucion era la operacién de marcado por excelencia pero la velocidad no marca, si nada tiene potencia instituyente, entonces produ- cirse estas heridas puede ser lefido como hacerse una marca en condiciones en las que nada marca. ¢Se marcan para demostrar que son valientes? Observamos un forzamiento de la idea de la valentfa. Una cosa es rivali- zar en valentia y otra, tener aguante. Si pensamos que uno des ya Ser mds que el otro, estamos suponiendo subjetivida- = a stituidas; es distinto pensar que, al marcarse, uno siente algo, Speer que sea una practica entre chicos. Se ha- ottos. ;One wanes acen las marcas a si mismos sino unos a on habria entre esas marcas y los pibes en

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