3672 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA
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nueva falta cometida, considerada aisladamente, no resulta de tanta
gravedad.
Por ello,
Se Resuelve:
Hacer lugar al recurso de reconsideracién interpuesto y, conse-
cuentemente, reducir a cinco dias la sancién de suspensién impuesta
oportunamente al oficial notificador Walter Monner Sans.
Registrese, notifiquese y archivese.
Jutio 8. Nazareno — Epuarpo Mo.int O’Connor — Gustavo A.
Bosserr — Guitermo A. F. Loprz — Apotro Ronerto VAZQuEZ.
HAYDEE DRAGONETTI pe ROMAN
v. MINISTERIO ne JUSTICIA Y DERECHOS HUMANOS,
CORTE SUPREMA.
Si bien cuando el ejercicio de las funciones jurisdiccionales-administrativas da
lugar a la aplicacién de sanciones por parte de 6rganos que no integran el Poder
Judicial se requiere garantizar una posterior instancia de revisién en esa sede,
tal exigencia no es trasladable cuando aquellas atribuciones son cumplidas por
Jos tribunales de justicia, pues por tratarse las correcciones disciplinarias del
ejercicio de funciones que se cuentan entre las jurisdicctonales que los arts. 116
y 117 de la Constitucién Nacional otorgan al Tribunal, toda impugnacién
ulterior importarfa un patente desconocimiento de Ia condicién suprema de
la Corte.
CORTE SUPREMA.
Las sentencias de la Corte Suprema deben ser lealmente acatadas tanto por las
partes como por los organismos jurisdiccionales que intervienen en las causas.
CORTE SUPREMA,
La supremacia de la Corte de Justicia de la Nacién fue reconocida por la ley,
desde los albores de Ia organizacién nacional, garantizando la intangibilidad de
|DEJUSTICIA DE LA NACION 3673
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sus decisiones por medio de la facultad acordada al Tribunal de imponer diree-
tamente su cumplimiento a los jueces Jocales —art. 16, apartado final, ley 48-,
régimen aplicable también en el orden nacional por virtud de la ley 4056, art. 6°.
CORTE SUPREMA.
Las graves responsabilidades que derivan de la naturaleza misma de las funcio-
nes que ejerce la Corte Suprema le imponen la firme defensa de sus atribucio-
nes, euya cuidadosa preservacién es necesaria para la ordenada subsistencia
del régimen federal.
CORTE SUPREMA.
‘Acertadas 0 no, las sentencias de la Corte, el resguardo de su integridad, intere-
sa fandamentalmente tanto a la vida de la Nacién, su orden puiblico y a la paz
social cuanto a la estabilidad de sus instituciones y, muy especialmente, a la
supremacia de la Constitucién en que aquéllas se sustentan.
CORTE SUPREMA.
Bl cardcter obligatorio de las decisiones adoptadas por la Corte Suprema en
ejercicio de su jurisdiecién, comporta indiscutiblemente lo condueente a hacer-
las cumplir, por lo que el quebrantamiento, en nuevos trémites, de lo decidido
por el Tribunal, mantiene integra su jurisdiccién y atribuciones y To habilita
para intervenir si en otro juicio 0 por procedimientos colaterales se pudiera
Negar a !a consecuencia de desplazar el pronunciamiento de la Corte,
CORTE SUPREMA.
La Corte Suprema es el tribunal de dltimo resorte para todos los asuntos con-
tenciosos en que se le ha dado jurisdiceién, como pertenecientes al Poder Judi-
cial de la Nacién. Sus decisiones son finales y ningén tribunal las puede revo-
car, Representa, en la esfera de sus atribuciones la soberanfa nacional y es tan
independiente en su ejercicio, como el Congreso en su potestad de legislar y
como el Poder Bjecutivo en el desempefio de sus funciones.
CORTE SUPREMA.
La conclusién de que las decisiones de la Corte sobre las cuestiones disciplina-
riag son finales y no edmiten revisién de ninguna indole es 1a adoptada por el
legislador al reglamentar la competencia del Consejo de la Magistratura y pre-3674 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA
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ver, a través de la ley 24,987 que la revisién de las resoluciones de aquel cuerpo
estard a cargo, en sede judicial, de la Corte (art. 14, ine, c).
CORTE SUPREMA.
El breve e inequivoco texto del art. 14, ine. ¢, de la ley 24.937 es de relevante
significacién, no s6lo por la competencia reconocida expresamente a la Corte
como titular del Departamento Judicial del Gobierno Federal al cual se incorpo-
16 el Consejo de la Magistratura (acordada 4/2000) sino porque, con pareja im-
portancia, el legislador subrayé que tal intervencién se reconoce en ejercicio de
facultades jurisdiccionales, respecto de las cuales las sentencias que se dicten
son definitivas e inmutables.
CORTE SUPREMA.
Corresponde que la Corte ejerza inmediatamente y con el mayor rigor Ja juris-
diceién que le corresponde respecto de los trémites y decisiones verificados con
posterioridad a su propia sentencia definitiva a fin de remover el ilegitimo im-
pedimento a la eficacia del pronunciamiento adoptado, configurado por la reso-
lucién de un tribunal inferior que, sin advertir el cardcter final de las decisiones
del Tribunal, ordené sustanciar un proceso en que se pone en tela de juicio la
validez de una sentencia que goza del atributo enunciado y que, por ende, es
irrevisable.
CORTE SUPREMA.
Corresponde anular las actuaciones promovidas ante un tribunal de primera
instancia por una juez con el objeto de que se declare la nulidad de las resolucio-
nes por las cuales la Corte la habia sancionado por negarse a suministrar la
informacién requerida acerca del personal que habfa adheride al paro de acti-
vidades y habia denegado su solicitud de que se declarara la nulidad de lo
actuado.
SUPERINTENDENCIA.
La conclusién de que un tribunal inferior no cuenta con facultades para alterar
Jo decidido por la Corte en ejercicio de las atribuciones reconocidas en la Consti-
tucién Nacional y las leyes que la reglamentan no se ve alterada por la circuns-
tancia de que la sancién se hubiera adoptado de plano (art. 21 del Reglamento
para la Justicia Nacional) ya que la omisién de sumario no invalida por si sola la
sancién aplicada ni es contraria a la razén, pues en los supuestos en que las
faltas admiten una fécil comprobacién objetiva, el ejercicio de las facultades
disciplinarias se encauza mediante el dictado de providencias conducentes para
el ordenado ejercicio de la funcién publica, en la medida en que asf Jo exige un
minimo indispensable de autoridad jerérquica auténoma, requisite cardinal de
la division e independencia de los poderes.DEJUSTICIA DE LA NACION 3675
ea
RESOLUCION DE LA CORTE SUPREMA
Buenos Aires, 9 de noviembre de 2000,
Vistos los autos caratulados “Dragonetti de Roman, Haydeec/E.N.
— M? de Justicia y DDHH - CSJN Resol. A. 33/00 y 41/00 s/ empleo
publico”, radicado ante el Juzgado Nacional en lo Contencioso Admi-
nistrativo Federal N® 11, que Negan a esta Corte en virtud de lo dis-
puesto en la providencia dictada por el Tribunal a fs. 133 de este expe-
diente de superintendencia; y
Considerando:
1°) Que a raiz de diversas medidas de fuerza llevadas a cabo por
los empleados judiciales que afectaban el normal desarrollo de la ad-
ministracién de justicia, esta Corte ordené —entre otras medidas~ que
todos los tribunales debian garantizar la atencién de los asuntos que
no admitieran demora en los términos contemplados por la acordada
22/85 (acordada 22/99, punto 5*), y que las cdmaras ejercieran sobre
los tribunales bajo su superintendencia todas las atribuciones necesa-
rias para asegurar el normal desarrollo de la prestacién de servicios,
sin perjuicio del deber de igual naturaleza que pesabea sobre los magis-
trados de primera instancia (acordada 23/99, punto 3°).
En el marco de un paro de actividades dispuesto por la entidad
sgremial que agrupa al personal judicial, la Secretaria de Auditores del
Tribunal realiz6 -en ejercicio de una de las atribuciones reconocidas
en el texto que dispuso la creacién de ese cuerpo (acordada 84/90)- un
relevamiento sobre el cumplimiento de aquellas medidas en los juzga-
dos afectados por la medida de fuerza (Expte. 1319/2000).
De las actuaciones realizadas, y en cuanto interesa, se informé al
Tribunal que la doctora Haydeé Dragonetti de Roman, titular del Juz-
gado Nacional del Trabajo N? 27, se neg6 a suministrar la informacion
requerida acerca del personal que habia adherido al paro de activida-
des. Sobre la base de que dicha conducta de la magistrada ponia de
manifiesto—en forma objetiva~ una falta de colaboracién con esta Cor-
te que representaba un tAcito alzamiente contra su autoridad, se con-
sideré que la negativa configuraba el supuesto contemplado en el art.
8 del Reglamento para la Justicia Nacional y, en consecuencia, se apli-
cé a la juez la sancién de multa (resoluci6n N2 33/00).3676 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA
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Ulteriormente la interesada solicité que se declarara la nulidad de
lo actuado en el expediente en que fue aplicada la sancién, peticién
que fue desestimada por haber sido introducida en forma extempordnea
y porque, ademés, dicho planteo era inadmisible contra los pronuncia-
mientos del Tribunal (resolucién N® 41/00).
2°) Que la doctora Haydeé Dragonetti de Roman promovié deman-
da contra el Estado Nacional, con el objeto de que se declare 1a nulidad
de las dos resoluciones de esta Corte antes citadas, de que se le resti-
tuya el monto de la multa percibido mediante la retencién parcial de
sus haberes y de que se le repare el dafio moral sufrido, estimando el
monto del resarcimiento en la suma de treinta mil pesos (fs. 2/23 del
expediente agregado por cuerda).
La causa quedé radicada ante el Juzgado Nacional en lo Conten-
cioso Administrativo Federal N® 11, el cual corrié traslado de la de-
manda mediante providencia de fs. 88. Notificado por oficio del 18 de
septiembre de 2000, el Ministerio de Justicia y Derecho Humanos de
la Naci6n dio intervencién a esta Corte remitiendo copia de la deman-
da para “...conocimiento y evaluacién...” (comunicacién de fs. 182 de
estas actuaciones).
3°) Que como surge de los antecedentes relacionados, la sancién.
aplicada tuvo su raz6n de ser en un acto reprochable cumplido por la
magistrada al interferir el ejercicio de las atribuciones de superinten-
dencia que corresponden a esta Corte.
En lo que concierne a la naturaleza y alcance de las facultades de
dicha naturaleza, el Tribunal ha tenido oportunidad de subrayar tan-
to que ellas le corresponden por mandato constitucional e infraconsti-
tucional (acordadas 41/98 y 4/2000), como que sustentan la potestad
disciplinaria que se mantiene sobre los magistrados con posterioridad
ala vigencia de la ley 24.937 (acordada 52/98).
4°) Que en las condiciones expresadas, el emplazamiento al Esta-
do Nacional para que conteste una demanda que tiene por objeto pri-
var de efectos una decisién tomada en ejercicio de las facultades sefia-
ladas, tiende a abrir una instancia de revisién sobre cuya manifiesta
inadmisibilidad esta Corte ya se ha pronunciado con énfasis y reitera-
cién.
En efecto, frente a una accién de amparo por la que se perseguia
que el magistrado interviniente obligara al Tribunal a que amplie suDE JUSTICSA DE LA NACION 3677
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pronunciamiento sobre las excepciones opuestas en un sumario de
superintendencia, fue sentada —para esta clase de asuntos— una regla
precisa e inequivoca cuyos fundamentos deben ser reproducidos por
esta Corte en su actual composicién, pues reflejan fielmente el apoyo
constitucional de la decision que se adoptara (conf. resolucién N® 463
del 3 de septiembre de 1985 [Fallos: 307:157 1); Fallos: 307:1779).
5°) Que, en efecto, si bien cuando el ejercicio de las funciones juris-
diccionales-administrativas da lugar a la aplicacién de sanciones por
parte de érganos que no integran el Poder Judicial, se requiere garan-
tizar una posterior instancia de revisién en esta sede, tal exigencia no
es trasladable cuando aquellas atribuciones son cumplidas por los tri-
bunales de justicia, pues por tratarse las correcciones disciplinarias
del ejercicio de funciones que se cuentan entre las jurisdiccionales que
los articulos 116 y 117 de la Constitucién Nacional otorgan a este Tri-
bunal, toda impugnacién ulterior importaria un patente desconocimien-
to de la condicién Suprema de esta Corte.
6°) Que con tal comprensi6n, media en el caso el desconocimiento
de decisiones definitivas dictadas por el Tribunal en ejercicic de su
competencia legal y constitucional. Ello sentado, cabe recordar lo de-
clarado en Fallos: 264:443 en el sentido de que “...las sentencias de
esta Corte deben ser lealmente acatadas tanto por las partes como por
los organismos jurisdiccionales que intervienen en las causas (Fallos:
245:429; 252:186; 255:119; 270:335).
Tal principio se basa, primeramente, en. la estabilidad propia de
toda resolucién firme de los tribunales de justicia (Fallos 262:443);
pero, ademés, cabe poner énfasis en lo declarado en el fundamental
precedente de Fallos: 205:614, en el cual se afirmé: “...Que la supre-
mmacia de la Corte de Justicia de la Nacién ha sido reconocida por la
ley, desde los albores dela organizacién nacional, garantizando la intan-
gibilidad de sus decisiones por medio de la facultad acordada al Tribu-
nal de imponer directamente su cumplimiento a los jueces locales
~art. 16, apartado final, ley 48- régimen. aplicable también en el orden
nacional por virtud de la ley 4055, art. 6°. Por lo demas, las graves
responsabilidades que derivan de la naturaleza misma de las funcio-
nes que ejerce esta Corte, le imponen la firme defensa de sus atribu-
ciones, cuya cuidadosa preservacién es necesaria para la ordenada
subsistencia del régimen federal. Pues como lo recuerda Pusey, citan-
do a Madison —The Supreme Court Crisis, pagina 59- la existencia de3678 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA
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un tribunal semejante es evidentemente esencial para evitar le recur-
so a la violencia y a la disolucién del pacto”.
“Acertadas o no, las sentencias de esta Corte, el resguardo de su
integridad interesa fundamentalmente tanto a la vida de la Nacién,
su orden piblico y a la paz social cuanto a la estabilidad de sus institu-
ciones y, muy especialmente, a la supremacia de la Constitucién en
que aquéllas se sustentan...” (cons. 28),
72) Que el cardcter obligatorio de las decisiones adoptadas por la
Corte Suprema en ejercicio de su jurisdiccién, comporta indiscutible-
mente lo conducente a hacerlas cumplir (Fallos: 147:149; 180:297;
264:443).
Con relacién a ello, surge del fallo citado en ultimo término que el
quebrantamiento, en nuevos tramites, de lo decidido por el Tribunal,
mantiene integra su jurisdiccién y atribuciones y lo habilita para in-
tervenir si en otro juicio o por procedimientos colaterales se pudiera
llegar a la consecuencia de desplazar el pronunciamiento de la Corte
(considerandos 5° y 6%; cons. 5° del voto del juez Boffi Boggero).
Tal principio no es, pues, sino la concreta aplicacién para estos
supuestos de la doctrina sentada en el fallo dictado el 8 de agosto de
1872 (Fallos: 12:134), con arreglo a la cual *...la Corte Suprema es el
tribunal de ultimo resorte para todos los asuntos contenciosos en que
se le ha dado jurisdiccién, como pertenecientes al Poder Judicial de la
Nacién. Sus decisiones son finales. Ningin Tribunal las puede revo-
ear, Representa, en la esfera de sus atribuciones la soberania nacio-
nal, y es tan independiente en su ejercicio, como el Congreso en su
potestad de legislar, y como el Poder Ejecutivo en el desempeiio de sus
funciones...”.
8°) Que esta conclusién de que las decisiones del Tribunal sobre las
cuestiones disciplinarias son finales y no admiten revisién de ninguna
indole es, ademés, la adoptada por el legislador al reglamentar la com-
petencia del Consejo de la Magistratura en esta materia.
Ello es asf pues la ley 24.937 prevé que la revisién de las resolucio-
nes de aquel cuerpo estara a cargo, en sede judicial, de esta Corte (art.
14, ine. ¢). Este breve e inequivoco texto es de relevante significacion
no sélo por la competencia reconocida expresamente a este TribunalDE JUSTICIA DE LA NACION 3679
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como titular del Departamento Judicial del Gobierno Federal al cual
se ha incorporado el Consejo de la Magistratura (acordada 4/2000),
sino porque, con pareja importancia, el legislador ha subrayado que
tal intervencién se reconoce en ejercicio de facultades jurisdiccionales,
respecto de las cuales las sentencias que se dicten son definitivas e
inmutables con arreglo a los principios recordados.
De ahi, que por prescindir del texto normativo y por conducir al
absurdo de admitir que un tribunal inferior cuente con facultades para
alterar lo decidido por esta Corte en ejercicio de las atribuciones reco-
nocidas en la Constitucién Nacional y en las leyes que la reglamentan,
cabe privar de validez constitucional toda otra interpretacién por la
cual se intente habilitar una competencia expresamente desechada
por el legislador.
9°) Que no altera Ja conclusién alcanzada la circunstancia de que
la sancién se hubiera adoptado de plano (Reglamento para la Justicia
Nacional, art. 21),
En efecto, este Tribunal ha decidido que la omisién de sumario no
invalida por si sola la sancién aplicada (Fallos 247:520) ni es contrario
a la razén, pues en los supuestos en que las faltas admiten una facil
comprobacién objetiva, el ejercicio de las facultades disciplinarias se
encauza mediante el dictado de providencias conducentes para el or-
denado ejercicio de la funcién publica, en la medida en que asi lo exige
un minimo indispensable de autoridad jerarquica auténoma, requisito
cardinal de la divisién e independencia de los poderes (Fallos: 250:418;
281:271; 301:860; 307:1642; 319:205).
Que, precisamente, dicha circunstancia y tal objetivo fueron consi-
derados por el Tribunal para fundar la sancién aplicada, toda vez que
la falta fue objetivamente comprobada con el acta confeccionada por
los funcionarios de la Secretaria de Auditores, de la cual surge la ne-
gativa de la magistrada a dar la informacién requerida por mandato
de esta Corte y el consecuente desconocimiento de sus facultades de
superintendencia.
10°) Que, en consecuencia, el Tribunal tiene en este caso la juris-
diccién que le corresponde respecto de los tramites y decisiones verifi-
cados con posterioridad a su propia sentencia definitiva, y dada la gra-
vedad institucional de la situacién debe ejercerla inmediatamente y3680 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA
323,
con el mayor rigor a fin de remover el ileg{timo impedimento a la efi-
cacia del pronunciamiento adoptado, configurado por la resolucién de
un tribunal inferior que, sin advertir el cardcter final de las decisiones
de esta Corte, ha ordenado sustanciar un proceso en que se pone en
tela de juicio la validez de una sentencia que goza del atributo enun-
ciado y que, por ende, es irrevisable en los términos sefialados.
Por ello,
Se Resuelve:
Anular las actuaciones cumplidas en la causa “Dragonetti de
Roman, Haydeé c/ EN -M? Justicia y DDHH- CSJN Resol. A 33/00 y
41/00 s/ empleo publico”, radicadas ante el Juzgado Nacional en lo
Contencioso Administrativo Federal N® 11, y disponer su archivo. De-
vuélvase el expediente al juzgado interviniente con copia de la presen-
te a fin de dar cumplimiento con lo ordenado. Hagase saber al Ministe-
rio de Justicia y Derechos Humanos de la Nacién. Registrese.
Jutio S, Nazareno — Aucusto César BrtLuscio — ANTONIO Boaaiano —
Guittermo A. F, Lopez — Aporo Roperto VAzquez.
JUAN LUIS VERA MALDONADO
EXTRADICION: Extradicién con paises extranjeros, Generalidades.
Corresponde hacer lugar a la solicitud de extradicién si el agravio basado en que
no puede determinarse si el recurrente ha sido requerido para cumplir una pena
impuesta por el Estado requirente o si, por el contrario es solicitado en calidad
de pracesado es improcedente, pues de los recaudos, que tienen por base legal
Jos arts. 274 y 276 del Codigo de Procedimiento Penal chileno, remitidos por las
autoridades de dicho Estado surge que aquel es solicitado en cardcter de proce-
sado.
EXTRADICION: Extradicién con paises extranjeros. Generalidades.
No genera gravamen alguno al requerido el error cometido por el fiseal y por el
juez de grado al definirlo como condenado, ya que se trataria de un error mate-
rial, pues si obedeciera a un real propésito de extraditar a un condenado, la