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3672 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA 323, nueva falta cometida, considerada aisladamente, no resulta de tanta gravedad. Por ello, Se Resuelve: Hacer lugar al recurso de reconsideracién interpuesto y, conse- cuentemente, reducir a cinco dias la sancién de suspensién impuesta oportunamente al oficial notificador Walter Monner Sans. Registrese, notifiquese y archivese. Jutio 8. Nazareno — Epuarpo Mo.int O’Connor — Gustavo A. Bosserr — Guitermo A. F. Loprz — Apotro Ronerto VAZQuEZ. HAYDEE DRAGONETTI pe ROMAN v. MINISTERIO ne JUSTICIA Y DERECHOS HUMANOS, CORTE SUPREMA. Si bien cuando el ejercicio de las funciones jurisdiccionales-administrativas da lugar a la aplicacién de sanciones por parte de 6rganos que no integran el Poder Judicial se requiere garantizar una posterior instancia de revisién en esa sede, tal exigencia no es trasladable cuando aquellas atribuciones son cumplidas por Jos tribunales de justicia, pues por tratarse las correcciones disciplinarias del ejercicio de funciones que se cuentan entre las jurisdicctonales que los arts. 116 y 117 de la Constitucién Nacional otorgan al Tribunal, toda impugnacién ulterior importarfa un patente desconocimiento de Ia condicién suprema de la Corte. CORTE SUPREMA. Las sentencias de la Corte Suprema deben ser lealmente acatadas tanto por las partes como por los organismos jurisdiccionales que intervienen en las causas. CORTE SUPREMA, La supremacia de la Corte de Justicia de la Nacién fue reconocida por la ley, desde los albores de Ia organizacién nacional, garantizando la intangibilidad de | DEJUSTICIA DE LA NACION 3673 323 sus decisiones por medio de la facultad acordada al Tribunal de imponer diree- tamente su cumplimiento a los jueces Jocales —art. 16, apartado final, ley 48-, régimen aplicable también en el orden nacional por virtud de la ley 4056, art. 6°. CORTE SUPREMA. Las graves responsabilidades que derivan de la naturaleza misma de las funcio- nes que ejerce la Corte Suprema le imponen la firme defensa de sus atribucio- nes, euya cuidadosa preservacién es necesaria para la ordenada subsistencia del régimen federal. CORTE SUPREMA. ‘Acertadas 0 no, las sentencias de la Corte, el resguardo de su integridad, intere- sa fandamentalmente tanto a la vida de la Nacién, su orden puiblico y a la paz social cuanto a la estabilidad de sus instituciones y, muy especialmente, a la supremacia de la Constitucién en que aquéllas se sustentan. CORTE SUPREMA. Bl cardcter obligatorio de las decisiones adoptadas por la Corte Suprema en ejercicio de su jurisdiecién, comporta indiscutiblemente lo condueente a hacer- las cumplir, por lo que el quebrantamiento, en nuevos trémites, de lo decidido por el Tribunal, mantiene integra su jurisdiccién y atribuciones y To habilita para intervenir si en otro juicio 0 por procedimientos colaterales se pudiera Negar a !a consecuencia de desplazar el pronunciamiento de la Corte, CORTE SUPREMA. La Corte Suprema es el tribunal de dltimo resorte para todos los asuntos con- tenciosos en que se le ha dado jurisdiceién, como pertenecientes al Poder Judi- cial de la Nacién. Sus decisiones son finales y ningén tribunal las puede revo- car, Representa, en la esfera de sus atribuciones la soberanfa nacional y es tan independiente en su ejercicio, como el Congreso en su potestad de legislar y como el Poder Bjecutivo en el desempefio de sus funciones. CORTE SUPREMA. La conclusién de que las decisiones de la Corte sobre las cuestiones disciplina- riag son finales y no edmiten revisién de ninguna indole es 1a adoptada por el legislador al reglamentar la competencia del Consejo de la Magistratura y pre- 3674 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA 323 ver, a través de la ley 24,987 que la revisién de las resoluciones de aquel cuerpo estard a cargo, en sede judicial, de la Corte (art. 14, ine, c). CORTE SUPREMA. El breve e inequivoco texto del art. 14, ine. ¢, de la ley 24.937 es de relevante significacién, no s6lo por la competencia reconocida expresamente a la Corte como titular del Departamento Judicial del Gobierno Federal al cual se incorpo- 16 el Consejo de la Magistratura (acordada 4/2000) sino porque, con pareja im- portancia, el legislador subrayé que tal intervencién se reconoce en ejercicio de facultades jurisdiccionales, respecto de las cuales las sentencias que se dicten son definitivas e inmutables. CORTE SUPREMA. Corresponde que la Corte ejerza inmediatamente y con el mayor rigor Ja juris- diceién que le corresponde respecto de los trémites y decisiones verificados con posterioridad a su propia sentencia definitiva a fin de remover el ilegitimo im- pedimento a la eficacia del pronunciamiento adoptado, configurado por la reso- lucién de un tribunal inferior que, sin advertir el cardcter final de las decisiones del Tribunal, ordené sustanciar un proceso en que se pone en tela de juicio la validez de una sentencia que goza del atributo enunciado y que, por ende, es irrevisable. CORTE SUPREMA. Corresponde anular las actuaciones promovidas ante un tribunal de primera instancia por una juez con el objeto de que se declare la nulidad de las resolucio- nes por las cuales la Corte la habia sancionado por negarse a suministrar la informacién requerida acerca del personal que habfa adheride al paro de acti- vidades y habia denegado su solicitud de que se declarara la nulidad de lo actuado. SUPERINTENDENCIA. La conclusién de que un tribunal inferior no cuenta con facultades para alterar Jo decidido por la Corte en ejercicio de las atribuciones reconocidas en la Consti- tucién Nacional y las leyes que la reglamentan no se ve alterada por la circuns- tancia de que la sancién se hubiera adoptado de plano (art. 21 del Reglamento para la Justicia Nacional) ya que la omisién de sumario no invalida por si sola la sancién aplicada ni es contraria a la razén, pues en los supuestos en que las faltas admiten una fécil comprobacién objetiva, el ejercicio de las facultades disciplinarias se encauza mediante el dictado de providencias conducentes para el ordenado ejercicio de la funcién publica, en la medida en que asf Jo exige un minimo indispensable de autoridad jerérquica auténoma, requisite cardinal de la division e independencia de los poderes. DEJUSTICIA DE LA NACION 3675 ea RESOLUCION DE LA CORTE SUPREMA Buenos Aires, 9 de noviembre de 2000, Vistos los autos caratulados “Dragonetti de Roman, Haydeec/E.N. — M? de Justicia y DDHH - CSJN Resol. A. 33/00 y 41/00 s/ empleo publico”, radicado ante el Juzgado Nacional en lo Contencioso Admi- nistrativo Federal N® 11, que Negan a esta Corte en virtud de lo dis- puesto en la providencia dictada por el Tribunal a fs. 133 de este expe- diente de superintendencia; y Considerando: 1°) Que a raiz de diversas medidas de fuerza llevadas a cabo por los empleados judiciales que afectaban el normal desarrollo de la ad- ministracién de justicia, esta Corte ordené —entre otras medidas~ que todos los tribunales debian garantizar la atencién de los asuntos que no admitieran demora en los términos contemplados por la acordada 22/85 (acordada 22/99, punto 5*), y que las cdmaras ejercieran sobre los tribunales bajo su superintendencia todas las atribuciones necesa- rias para asegurar el normal desarrollo de la prestacién de servicios, sin perjuicio del deber de igual naturaleza que pesabea sobre los magis- trados de primera instancia (acordada 23/99, punto 3°). En el marco de un paro de actividades dispuesto por la entidad sgremial que agrupa al personal judicial, la Secretaria de Auditores del Tribunal realiz6 -en ejercicio de una de las atribuciones reconocidas en el texto que dispuso la creacién de ese cuerpo (acordada 84/90)- un relevamiento sobre el cumplimiento de aquellas medidas en los juzga- dos afectados por la medida de fuerza (Expte. 1319/2000). De las actuaciones realizadas, y en cuanto interesa, se informé al Tribunal que la doctora Haydeé Dragonetti de Roman, titular del Juz- gado Nacional del Trabajo N? 27, se neg6 a suministrar la informacion requerida acerca del personal que habia adherido al paro de activida- des. Sobre la base de que dicha conducta de la magistrada ponia de manifiesto—en forma objetiva~ una falta de colaboracién con esta Cor- te que representaba un tAcito alzamiente contra su autoridad, se con- sideré que la negativa configuraba el supuesto contemplado en el art. 8 del Reglamento para la Justicia Nacional y, en consecuencia, se apli- cé a la juez la sancién de multa (resoluci6n N2 33/00). 3676 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA 823 Ulteriormente la interesada solicité que se declarara la nulidad de lo actuado en el expediente en que fue aplicada la sancién, peticién que fue desestimada por haber sido introducida en forma extempordnea y porque, ademés, dicho planteo era inadmisible contra los pronuncia- mientos del Tribunal (resolucién N® 41/00). 2°) Que la doctora Haydeé Dragonetti de Roman promovié deman- da contra el Estado Nacional, con el objeto de que se declare 1a nulidad de las dos resoluciones de esta Corte antes citadas, de que se le resti- tuya el monto de la multa percibido mediante la retencién parcial de sus haberes y de que se le repare el dafio moral sufrido, estimando el monto del resarcimiento en la suma de treinta mil pesos (fs. 2/23 del expediente agregado por cuerda). La causa quedé radicada ante el Juzgado Nacional en lo Conten- cioso Administrativo Federal N® 11, el cual corrié traslado de la de- manda mediante providencia de fs. 88. Notificado por oficio del 18 de septiembre de 2000, el Ministerio de Justicia y Derecho Humanos de la Naci6n dio intervencién a esta Corte remitiendo copia de la deman- da para “...conocimiento y evaluacién...” (comunicacién de fs. 182 de estas actuaciones). 3°) Que como surge de los antecedentes relacionados, la sancién. aplicada tuvo su raz6n de ser en un acto reprochable cumplido por la magistrada al interferir el ejercicio de las atribuciones de superinten- dencia que corresponden a esta Corte. En lo que concierne a la naturaleza y alcance de las facultades de dicha naturaleza, el Tribunal ha tenido oportunidad de subrayar tan- to que ellas le corresponden por mandato constitucional e infraconsti- tucional (acordadas 41/98 y 4/2000), como que sustentan la potestad disciplinaria que se mantiene sobre los magistrados con posterioridad ala vigencia de la ley 24.937 (acordada 52/98). 4°) Que en las condiciones expresadas, el emplazamiento al Esta- do Nacional para que conteste una demanda que tiene por objeto pri- var de efectos una decisién tomada en ejercicio de las facultades sefia- ladas, tiende a abrir una instancia de revisién sobre cuya manifiesta inadmisibilidad esta Corte ya se ha pronunciado con énfasis y reitera- cién. En efecto, frente a una accién de amparo por la que se perseguia que el magistrado interviniente obligara al Tribunal a que amplie su DE JUSTICSA DE LA NACION 3677 323 pronunciamiento sobre las excepciones opuestas en un sumario de superintendencia, fue sentada —para esta clase de asuntos— una regla precisa e inequivoca cuyos fundamentos deben ser reproducidos por esta Corte en su actual composicién, pues reflejan fielmente el apoyo constitucional de la decision que se adoptara (conf. resolucién N® 463 del 3 de septiembre de 1985 [Fallos: 307:157 1); Fallos: 307:1779). 5°) Que, en efecto, si bien cuando el ejercicio de las funciones juris- diccionales-administrativas da lugar a la aplicacién de sanciones por parte de érganos que no integran el Poder Judicial, se requiere garan- tizar una posterior instancia de revisién en esta sede, tal exigencia no es trasladable cuando aquellas atribuciones son cumplidas por los tri- bunales de justicia, pues por tratarse las correcciones disciplinarias del ejercicio de funciones que se cuentan entre las jurisdiccionales que los articulos 116 y 117 de la Constitucién Nacional otorgan a este Tri- bunal, toda impugnacién ulterior importaria un patente desconocimien- to de la condicién Suprema de esta Corte. 6°) Que con tal comprensi6n, media en el caso el desconocimiento de decisiones definitivas dictadas por el Tribunal en ejercicic de su competencia legal y constitucional. Ello sentado, cabe recordar lo de- clarado en Fallos: 264:443 en el sentido de que “...las sentencias de esta Corte deben ser lealmente acatadas tanto por las partes como por los organismos jurisdiccionales que intervienen en las causas (Fallos: 245:429; 252:186; 255:119; 270:335). Tal principio se basa, primeramente, en. la estabilidad propia de toda resolucién firme de los tribunales de justicia (Fallos 262:443); pero, ademés, cabe poner énfasis en lo declarado en el fundamental precedente de Fallos: 205:614, en el cual se afirmé: “...Que la supre- mmacia de la Corte de Justicia de la Nacién ha sido reconocida por la ley, desde los albores dela organizacién nacional, garantizando la intan- gibilidad de sus decisiones por medio de la facultad acordada al Tribu- nal de imponer directamente su cumplimiento a los jueces locales ~art. 16, apartado final, ley 48- régimen. aplicable también en el orden nacional por virtud de la ley 4055, art. 6°. Por lo demas, las graves responsabilidades que derivan de la naturaleza misma de las funcio- nes que ejerce esta Corte, le imponen la firme defensa de sus atribu- ciones, cuya cuidadosa preservacién es necesaria para la ordenada subsistencia del régimen federal. Pues como lo recuerda Pusey, citan- do a Madison —The Supreme Court Crisis, pagina 59- la existencia de 3678 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA 323, un tribunal semejante es evidentemente esencial para evitar le recur- so a la violencia y a la disolucién del pacto”. “Acertadas o no, las sentencias de esta Corte, el resguardo de su integridad interesa fundamentalmente tanto a la vida de la Nacién, su orden piblico y a la paz social cuanto a la estabilidad de sus institu- ciones y, muy especialmente, a la supremacia de la Constitucién en que aquéllas se sustentan...” (cons. 28), 72) Que el cardcter obligatorio de las decisiones adoptadas por la Corte Suprema en ejercicio de su jurisdiccién, comporta indiscutible- mente lo conducente a hacerlas cumplir (Fallos: 147:149; 180:297; 264:443). Con relacién a ello, surge del fallo citado en ultimo término que el quebrantamiento, en nuevos tramites, de lo decidido por el Tribunal, mantiene integra su jurisdiccién y atribuciones y lo habilita para in- tervenir si en otro juicio o por procedimientos colaterales se pudiera llegar a la consecuencia de desplazar el pronunciamiento de la Corte (considerandos 5° y 6%; cons. 5° del voto del juez Boffi Boggero). Tal principio no es, pues, sino la concreta aplicacién para estos supuestos de la doctrina sentada en el fallo dictado el 8 de agosto de 1872 (Fallos: 12:134), con arreglo a la cual *...la Corte Suprema es el tribunal de ultimo resorte para todos los asuntos contenciosos en que se le ha dado jurisdiccién, como pertenecientes al Poder Judicial de la Nacién. Sus decisiones son finales. Ningin Tribunal las puede revo- ear, Representa, en la esfera de sus atribuciones la soberania nacio- nal, y es tan independiente en su ejercicio, como el Congreso en su potestad de legislar, y como el Poder Ejecutivo en el desempeiio de sus funciones...”. 8°) Que esta conclusién de que las decisiones del Tribunal sobre las cuestiones disciplinarias son finales y no admiten revisién de ninguna indole es, ademés, la adoptada por el legislador al reglamentar la com- petencia del Consejo de la Magistratura en esta materia. Ello es asf pues la ley 24.937 prevé que la revisién de las resolucio- nes de aquel cuerpo estara a cargo, en sede judicial, de esta Corte (art. 14, ine. ¢). Este breve e inequivoco texto es de relevante significacion no sélo por la competencia reconocida expresamente a este Tribunal DE JUSTICIA DE LA NACION 3679 328 como titular del Departamento Judicial del Gobierno Federal al cual se ha incorporado el Consejo de la Magistratura (acordada 4/2000), sino porque, con pareja importancia, el legislador ha subrayado que tal intervencién se reconoce en ejercicio de facultades jurisdiccionales, respecto de las cuales las sentencias que se dicten son definitivas e inmutables con arreglo a los principios recordados. De ahi, que por prescindir del texto normativo y por conducir al absurdo de admitir que un tribunal inferior cuente con facultades para alterar lo decidido por esta Corte en ejercicio de las atribuciones reco- nocidas en la Constitucién Nacional y en las leyes que la reglamentan, cabe privar de validez constitucional toda otra interpretacién por la cual se intente habilitar una competencia expresamente desechada por el legislador. 9°) Que no altera Ja conclusién alcanzada la circunstancia de que la sancién se hubiera adoptado de plano (Reglamento para la Justicia Nacional, art. 21), En efecto, este Tribunal ha decidido que la omisién de sumario no invalida por si sola la sancién aplicada (Fallos 247:520) ni es contrario a la razén, pues en los supuestos en que las faltas admiten una facil comprobacién objetiva, el ejercicio de las facultades disciplinarias se encauza mediante el dictado de providencias conducentes para el or- denado ejercicio de la funcién publica, en la medida en que asi lo exige un minimo indispensable de autoridad jerarquica auténoma, requisito cardinal de la divisién e independencia de los poderes (Fallos: 250:418; 281:271; 301:860; 307:1642; 319:205). Que, precisamente, dicha circunstancia y tal objetivo fueron consi- derados por el Tribunal para fundar la sancién aplicada, toda vez que la falta fue objetivamente comprobada con el acta confeccionada por los funcionarios de la Secretaria de Auditores, de la cual surge la ne- gativa de la magistrada a dar la informacién requerida por mandato de esta Corte y el consecuente desconocimiento de sus facultades de superintendencia. 10°) Que, en consecuencia, el Tribunal tiene en este caso la juris- diccién que le corresponde respecto de los tramites y decisiones verifi- cados con posterioridad a su propia sentencia definitiva, y dada la gra- vedad institucional de la situacién debe ejercerla inmediatamente y 3680 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA 323, con el mayor rigor a fin de remover el ileg{timo impedimento a la efi- cacia del pronunciamiento adoptado, configurado por la resolucién de un tribunal inferior que, sin advertir el cardcter final de las decisiones de esta Corte, ha ordenado sustanciar un proceso en que se pone en tela de juicio la validez de una sentencia que goza del atributo enun- ciado y que, por ende, es irrevisable en los términos sefialados. Por ello, Se Resuelve: Anular las actuaciones cumplidas en la causa “Dragonetti de Roman, Haydeé c/ EN -M? Justicia y DDHH- CSJN Resol. A 33/00 y 41/00 s/ empleo publico”, radicadas ante el Juzgado Nacional en lo Contencioso Administrativo Federal N® 11, y disponer su archivo. De- vuélvase el expediente al juzgado interviniente con copia de la presen- te a fin de dar cumplimiento con lo ordenado. Hagase saber al Ministe- rio de Justicia y Derechos Humanos de la Nacién. Registrese. Jutio S, Nazareno — Aucusto César BrtLuscio — ANTONIO Boaaiano — Guittermo A. F, Lopez — Aporo Roperto VAzquez. JUAN LUIS VERA MALDONADO EXTRADICION: Extradicién con paises extranjeros, Generalidades. Corresponde hacer lugar a la solicitud de extradicién si el agravio basado en que no puede determinarse si el recurrente ha sido requerido para cumplir una pena impuesta por el Estado requirente o si, por el contrario es solicitado en calidad de pracesado es improcedente, pues de los recaudos, que tienen por base legal Jos arts. 274 y 276 del Codigo de Procedimiento Penal chileno, remitidos por las autoridades de dicho Estado surge que aquel es solicitado en cardcter de proce- sado. EXTRADICION: Extradicién con paises extranjeros. Generalidades. No genera gravamen alguno al requerido el error cometido por el fiseal y por el juez de grado al definirlo como condenado, ya que se trataria de un error mate- rial, pues si obedeciera a un real propésito de extraditar a un condenado, la

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